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If you are not located in the United States, you -will have to check the laws of the country where you are located before -using this eBook. - -Title: Comedias, tomo 2 de 3 - Las Avispas, la Paz, las Aves, Lisístrata - -Author: Aristófanes - -Release Date: January 14, 2023 [eBook #69799] - -Language: Spanish - -Produced by: Ramón Pajares Box. (This file was produced from images - generously made available by The Internet - Archive/Universidad de Sevilla.) - -*** START OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK COMEDIAS, TOMO 2 DE 3 *** - - -NOTA DE TRANSCRIPCIÓN - - * Las cursivas se muestran entre _subrayados_ y las versalitas se han - convertido a MAYÚSCULAS. - - * Los errores de imprenta han sido corregidos. - - * La ortografía del texto original ha sido modernizada de acuerdo con - las normas publicadas en 2010 por la Real Academia Española. - - * También se han modernizado las transcripciones de los nombres - propios y gentilicios de origen griego. - - * Las notas a pie de página han sido renumeradas y colocadas al final - del libro. - - * Las páginas en blanco han sido eliminadas. - - - - - BIBLIOTECA CLÁSICA - TOMO XXXIV - - COMEDIAS - DE - ARISTÓFANES - - TRADUCIDAS DIRECTAMENTE DEL GRIEGO - POR - D. FEDERICO BARÁIBAR Y ZUMÁRRAGA - - TOMO II. - - MADRID - LUIS NAVARRO, EDITOR - COLEGIATA, NÚM. 6 - — - 1881 - - - - -LAS AVISPAS. - - - - -NOTICIA PRELIMINAR. - - -A deplorable estado llegó la administración de justicia en Atenas -durante los primeros años de la guerra del Peloponeso. Contribuían -a ello grandemente de un lado la defectuosa organización de los -tribunales, y de otro la manía de juzgar, litigar y perorar en público, -desarrollada en los atenienses con una furia de que no hay otro -ejemplo. Entre los principales vicios de aquel sistema, aparece desde -luego como de más bulto el de la multiplicidad de los tribunales. -Basta, en efecto, recordar los nombres del Areópago, el Heliástico, el -Epipaladio, el Epidelfinio, el Enfreacio, el Epipritáneo, el Epitalacio -y las Curias del Arconte epónimo, del Arconte-rey, del Polemarca, de -los Tesmotetas, de los Once, de los Catademos, de los Diatetas y de los -Nautódicos, con sus mal definidas y a veces encontradas atribuciones, -para comprender a cuántos abusos y entorpecimientos daría lugar -complicación semejante. Y, sin embargo, leemos con asombro en Jenofonte -que con ser tantos los tribunales y dotados de personal numeroso, no -eran todavía bastantes para dar solución a las infinitas cuestiones que -a su decisión se sometían. «Muchos particulares, dice, vense obligados -a esperar todo un año antes de poder presentar su demanda al Senado -o al pueblo, porque la multitud de negocios es tal, que impide dar -audiencia a todo el mundo.[1]» Pero el origen y verdadera fuente de las -infamias y abusos que los jurados atenienses cometieron debe buscarse, -sin duda alguna, en la ley de Solón que, equiparando la administración -de justicia al ejercicio de los derechos políticos, permitía a todo -ciudadano de treinta años formar parte de los tribunales; pues, como -para el altísimo cargo de juzgar no se exigía circunstancia alguna de -moralidad ni ilustración, los jueces eran fácilmente engañados por -los oradores, que, o tergiversando los hechos, o falseando la ley, -o enterneciendo al tribunal con peroraciones elocuentes, le hacían -pronunciar fallos a todas luces injustos. - -Así se explican hechos como el del anciano Tucídides[2], envuelto -por la elocuencia de un hábil abogado, y condenado, no obstante su -inculpabilidad, a una crecida multa: así se explica también, dice el -citado Jenofonte[3], que tantos inocentes pereciesen víctimas de su -altivez, mientras muchos criminales conseguían la absolución libre. -Y si esto ocurría cuando los jueces eran ignorantes sin dejar de ser -honrados, calcúlese a qué extremo llegarían los abusos cuando las -agitaciones políticas y la guerra crearon tal estado de cosas, que el -soborno, la venalidad y la falta de independencia llegaron a ser lo más -corriente y ordinario. - -Ya en _Los Acarnienses_ y _Los Caballeros_ pudimos observar que los -campesinos refugiados en Atenas al verificarse la primera incursión -lacedemonia, invadieron los tribunales e hicieron un modo de vivir de -la profesión de juez. Faltos de ocupación y víctimas de una miseria -que las escasas distribuciones de víveres no podían remediar, tenían -su único recurso en los tres óbolos que el Estado pagaba por sesión: -expuestos por su penuria a la venalidad y al soborno, sucedía que -en los negocios privados daban su voto al rico particular que se -lo compraba, y en los asuntos de interés común obedecían dócil y -ciegamente al demagogo, de cuya voluntad dependía el cobrar o no su -sueldo. - -A aumentar el desconcierto y escandalosos abusos de los tribunales, -contribuía no poco aquella extraña afición de los atenienses a todo -lo que fuera litigio, proceso y discusión, avivada por los odios de -partido que dividían su democracia. - -A este propósito dice discretamente Artaud: «Los debates entre -particulares fácilmente se transformaban en Atenas en públicas -acusaciones; todo hombre distinguido era pronto sospechoso de aspirar -a la tiranía; el derecho de acusar, concedido a todo ciudadano, -secundaba las animosidades, las venganzas, y sobre todo, esas pasiones -envidiosas y malignas de que adolecen los gobiernos populares; la -delación era ya un oficio, y el que denunciaba a un conspirador era -bien acogido con seguridad: he aquí, pues, una fuente abundante de -procesos. En fin, el pasar la vida entera en la calle y en la plaza, -producía una continua necesidad de diversiones y pasatiempos; los -oradores, los sofistas, los retóricos, cuya única ocupación era el -perorar, encontraban siempre una multitud de ociosos, ávidos de -escucharles: los discursos de los abogados en los tribunales no se oían -con menos afán que las arengas políticas; era esto una diversión como -otra cualquiera, y todos los días el pueblo se apiñaba alrededor de la -maroma que marcaba el recinto de los jueces en la plaza de Helia.[4]» - -Tantos abusos y ridiculeces no podían pasar sin correctivo ante la -cáustica musa de Aristófanes, pronta a azotar con el látigo de una -sátira implacable todo lo que le parecía injusto o perjudicial. Así -es que después de haberse desatado en _Las Nubes_ contra los sofistas -y sus doctrinas funestas para la juventud, trata de corregir en _Las -Avispas_ los vicios que acabamos de reseñar. - -En esta comedia volvemos a encontrar en Filocleón una nueva -personificación del pueblo ateniense, aunque solo bajo su aspecto de -κυαμοτρώξ, _mascullador de habas_, es decir, entregado a la tarea de -juzgar, que casi lo ha vuelto loco. _Bdelicleón_ (enemigo de Cleón), -hijo del maniático juez, le retiene en casa con ánimo de curarle; pero -burlando la vigilancia de dos esclavos que guardaban la puerta de -Filocleón, trata de evadirse, primero por el cañón de la chimenea, y -después por el tejado, y, por último, parodiando a Ulises, escondido -bajo la panza de su asno. Frustradas todas sus tentativas, auméntase -su furor cuando ve llegar a sus colegas, que, vestidos de Avispas, le -llaman para ir al tribunal: este disfraz es un emblema de su carácter -irascible y feroz. Filocleón implora el socorro de sus amigos, y pronto -se traba una contienda entre ellos y sus guardianes. Por fin hay un -momento de tregua en que Bdelicleón refuta las quiméricas ventajas de -ser jueces, y logra atraer a su partido al irritado enjambre. - -Su padre cede también, pero con la condición de establecer en su -casa una especie de tribunal. El primer acusado es el perro Labes, -reo sorprendido infraganti delito de hurto de un queso siciliano. La -causa se instruye con toda rapidez y formalidad, y al dar la sentencia -Filocleón absuelve al reo por una equivocación. El haber dejado libre -a un culpable le llena de desesperación, hasta que su hijo se la hace -olvidar llevándole a fiestas y banquetes. - -Al llegar a este punto, el asunto de la comedia cambia por completo; -el carácter del juez se transforma en el de un viejo alegre, insolente -y alborotador, y la acción se reduce a las reclamaciones a que da -lugar su intemperancia y a un certamen coreográfico a que provoca el -transformado heliasta a todos los danzantes que se quieran presentar. - -Respecto al mérito de esta Comedia debemos decir que no es ciertamente -de las obras más interesantes de Aristófanes, bajo el punto de vista -literario; no abundan en ella tanto como en otras aquellas inagotables -gracias que les dan tanta amenidad; la acción se arrastra lánguida y -desmayadamente, y carece, además, de la unidad necesaria, condición sin -la cual toda obra artística deja mucho que desear. - -En cambio, bajo el punto de vista histórico y jurídico, tiene una -importancia inmensa, pues sirve para completar la historia interna de -Atenas, y da curiosas noticias sobre el procedimiento y los tribunales -en aquella ciudad. - -Es digna también de mencionarse, al hablar de _Las Avispas_, la famosa -imitación que de ella hizo Racine en sus _Plaideurs_, aunque no sea -más que por ser única en su género. El célebre trágico conservó en -_Los litigantes_ muchos chistes y algunos episodios de Aristófanes; -pero su comedia, como no podía menos, difiere esencialmente de las -del poeta griego, no solo en la forma, sino en la intención, pues se -limita a pintar en _Dauclin_ el carácter de un juez maniático, sin la -significación universal y política que tiene Filocleón. - -_Las Avispas_ se representaron un año después de _Las Nubes_, es -decir, el 423 antes de nuestra era, noveno de la guerra del Peloponeso. -No se sabe si fueron premiadas, porque el Escoliasta no nos lo dice, -y es de notar la modestia con que el autor habla de sí mismo en la -_Parábasis_, en cuya parte suele de ordinario encarecer sus medios de -agradar. - - - - -PERSONAJES - - - SOSIAS. } - JANTIAS. } Esclavos de Filocleón. - BDELICLEÓN. - FILOCLEÓN. - CORO DE ANCIANOS vestidos de AVISPAS. - NIÑOS. - UN PERRO. - UNA PANADERA. - UN ACUSADOR. - - * * * * * - -La escena en Atenas, delante de la casa de Filocleón. La acción -principia algo antes de amanecer. - - - - -LAS AVISPAS. - - -SOSIAS. - -¡Hola! ¿Qué haces, desdichado Jantias? - -JANTIAS. - -Procuro descansar de esta maldita centinela.[5] - -SOSIAS. - -¿Tan a mal estás con tus costillas? ¿O no sabes la casta de fiera que -guardamos? - -JANTIAS. - -Lo sé; pero quiero dormir un poco. - -SOSIAS. - -Peligroso es, mas puedes hacerlo: yo también siento que sobre mis -párpados pesa un sueño dulcísimo.[6] - -JANTIAS. - -¿Estás loco o frenético como un coribante?[7] - -SOSIAS. - -No, el sopor que de mí se apodera proviene de Sabacio.[8] - -JANTIAS. - -Entonces adoras como yo a Sabacio; porque hace un instante cayó también -con sueño profundísimo sobre mis párpados, a modo de enemigo persa; y -he tenido un ensueño maravilloso. - -SOSIAS. - -Y yo he tenido otro como nunca. Pero cuenta primero el tuyo. - -JANTIAS. - -Vi a un águila muy grande bajar volando a la plaza pública, y -arrebatando en sus garras un escudo de bronce[9], elevarse con él hasta -el cielo; después vi a Cleónimo[10] que arrojaba aquel mismo escudo. - -SOSIAS. - -De modo que Cleónimo es un verdadero logogrifo[11]. ¿Cómo, preguntará -algún convidado, una misma fiera puede arrojar su escudo en el mar, en -el cielo y en la tierra? - -JANTIAS. - -¡Ay de mí! ¿Qué desgracia me anunciará semejante sueño? - -SOSIAS. - -No te dé cuidado: ningún mal te sucederá, te lo aseguro. - -JANTIAS. - -Sin embargo, es terrible agüero el de un hombre arrojando su escudo. -Pero cuenta tu sueño. - -SOSIAS. - -El mío es grandioso: se refiere a toda la nave del Estado. - -JANTIAS. - -Examina, pues, pronto la quilla del asunto. - -SOSIAS. - -Creí ver en mi primer sueño, sentados en el Pnix y celebrando una -asamblea, una multitud de carneros, con báculos[12] y mantos burdos; -después me pareció que entre ellos hablaba una omnívora ballena, cuya -voz parecía la de un cerdo a quien están chamuscando. - -JANTIAS. - -¡Puf! - -SOSIAS. - -¿Qué te sucede? - -JANTIAS. - -Basta, basta; no cuentes más; ese sueño apesta a cuero podrido.[13] - -SOSIAS. - -Aquella maldita ballena tenía una balanza en la cual pesaba grasa de -buey.[14] - -JANTIAS. - -¡Oh desgracia! Quiere dividir nuestro pueblo.[15] - -SOSIAS. - -A su lado creí distinguir a Teoro[16], sentado en el suelo con cabeza -de cuervo, y Alcibíades[17] me dijo tartajeando: «Mila, Teolo tiene -cabeza de cuelvo.» - -JANTIAS. - -Nunca ha balbuceado más oportunamente Alcibíades.[18] - -SOSIAS. - -¿Y no es un mal agüero el haberse convertido en cuervo Teoro? - -JANTIAS. - -Nada de eso; es excelente. - -SOSIAS. - -¿Cómo? - -JANTIAS. - -¿Que cómo? ¿Era hombre y de repente se ha convertido en cuervo? ¿No -puede conjeturarse sin dificultad, que nos abandonará para irse a los -cuervos?[19] - -SOSIAS. - -¿Y no te he de dar dos óbolos de salario, siendo tan hábil para -interpretar los sueños? - -JANTIAS. - -Aguarda, quiero antes exponer el asunto a los espectadores y hacerles -algunas breves advertencias. No esperéis de nosotros nada grandioso, -ni siquiera una risa robada a Mégara.[20] No tenemos ni esclavos que -arrojen de su cesta nueces a los concurrentes,[21] ni un Hércules -furioso por su cena frustrada[22], ni siquiera Eurípides[23] será -otra vez implacablemente censurado; ni sacaremos de nuevo a relucir -con su sal y pimienta a Cleón,[24] por más que le haya elevado tanto -la fortuna. Pero tenemos un argumento bastante racional, no superior -ciertamente a nuestros alcances, pero sí más discreto que el de -cualquiera insustancial comedia. Nuestro dueño, hombre poderoso, que -duerme en la habitación que está bajo el tejado, nos ha mandado que -guardemos a su padre, a quien tiene encerrado para que no salga. Este -se halla atacado de una enfermedad tan extraña que difícilmente la -podríais conocer vosotros, ni aun figurárosla, si no os dijéramos cuál -era. ¿No lo creéis? Pues tratad de adivinarlo. Aminias,[25] el hijo de -Prónapo, dice que es la afición al juego; pero se equivoca. - -SOSIAS. - -¡Ya lo creo! Se le figura que los demás tienen sus vicios. - -JANTIAS. - -No; el mal tiene su raíz en otra afición... Ahí está Sosias que le dice -a Dercilo[26] que es la afición a la bebida. - -SOSIAS. - -No por cierto; esa es una afición de personas decentes. - -JANTIAS. - -Nicostrato,[27] el de Escambónides,[28] asegura que es la afición a los -sacrificios o a la hospitalidad. - -SOSIAS. - -Nicostrato, te lo juro por el perro;[29] no es la afición a la -hospitalidad; basta que el nombre impúdico de Filóxeno[30] suene a -hospitalidad, para que él la deteste. - -JANTIAS. - -En vano os cansáis; no daréis en ello. Mas si lo deseáis saber, callad -y yo os diré el mal que aqueja a mi dueño: es amante del tribunal -como ninguno;[31] su pasión por juzgar le vuelve loco; se desespera si -no se sienta el primero en el banco de los jueces. Durante la noche -no disfruta ni un instante de sueño: si por casualidad se le cierran -un momento los ojos, ya su pensamiento revolotea en el tribunal -alrededor de la clepsidra,[32] y acostumbrado a tener la piedrecilla -de los votos,[33] se despierta con los tres dedos apretados, como -quien ofrece incienso a los dioses en el novilunio. Si ve escrito en -alguna puerta: «Hermoso Demo, hijo de Pirilampo»; en seguida pone al -lado: «Hermosa urna[34] de las votaciones.» Habiendo cantado su gallo -al anochecer, dijo que sin duda le habían sobornado los criminales -para que le despertase tarde.[35] En cuanto cena, pide a gritos los -zapatos; corre al tribunal antes de amanecer, y duerme allí recostado -y pegado como una lapa a una de las columnas. Su severidad le hace -trazar siempre sobre las tablillas la línea condenatoria,[36] de suerte -que siempre, como las abejas o los zánganos, vuelve a su casa con las -uñas llenas de cera. Temeroso de que le falten piedrecitas para las -votaciones, mantiene ahí dentro un banco de grava. Tal es su manía;[37] -cuanto más se trata de corregirle, más se empeña en juzgar. Ahora le -tenemos encerrado con cerrojos para que no salga, pues su hijo siente -en el alma tal enfermedad. Primero trató de persuadirle con afables -palabras a que no llevase el manto burdo, ni saliese de casa, mas no -cambió por eso. Luego le bañó y purgó; y siempre lo mismo. Después -trató de curarle con los ejercicios de los coribantes, y el buen viejo -se escapó con el tambor y se presentó a juzgar en el tribunal. Viendo -la ineficacia de estos medios, lo llevó a Egina y le hizo acostarse -una noche en el templo de Esculapio.[38] Mas en el momento de amanecer -apareció ante la cancela del tribunal. Desde entonces no le dejábamos -salir; pero como se nos escapaba por las canales y buhardillas, tuvimos -que tapar y cerrar con paños todos los agujeros. Mas él, clavando -palitos en la pared, saltaba de uno a otro como un grajo. Por último, -hemos tenido que rodear con una red todo el patio, y así le guardamos. -El viejo se llama Filocleón;[39] ningún nombre, por Júpiter, le está -más propio: su hijo se llama Bdelicleón,[40] y trata de corregir el -feroz carácter de su padre. - -BDELICLEÓN (_Asomándose a la ventana_). - -¡Eh, Jantias, Sosias! ¿estáis durmiendo? - -JANTIAS. - -¡Oh! - -SOSIAS. - -¿Qué hay? - -JANTIAS. - -Bdelicleón se ha despertado. - -BDELICLEÓN. - -A ver, pronto aquí uno de vosotros. Mi padre ha entrado en la cocina y -está royendo no se qué como un ratón dentro del agujero. Tú, mira no se -escape por el tubo de los baños; y tú recuéstate contra la puerta. - -SOSIAS. - -Está bien, señor. - -JANTIAS. - -¡Oh poderoso Neptuno! ¿Quién hace tanto ruido en la chimenea? ¡Eh, tú! -¿quién eres? - -FILOCLEÓN. - -Soy el humo que salgo. - -BDELICLEÓN. - -¡El humo! ¿De qué leña? - -FILOCLEÓN. - -De higuera.[41] - -BDELICLEÓN. - -Ya se conoce, por Júpiter, pues es la que despide humo más acre. Ea, -adentro pronto. ¿Dónde está la tapa de la chimenea? Adentro he dicho. -Encima, para mayor seguridad, pondré esta vigueta. Busca ahora otra -salida; soy el más desdichado de los hombres: ¡mañana podrán llamarme -el hijo del ahumado![42] - -SOSIAS. - -Empuja la puerta. Aprieta ahora mucho y fuerte. Allá voy yo también. -Ten sumo cuidado de la cerradura y el cerrojo, no vaya a roer el -pestillo. - -FILOCLEÓN. - -¿Qué hacéis? ¿No me dejáis salir a juzgar, grandísimos bribones, y -Dracóntides[43] será absuelto? - -BDELICLEÓN. - -¿Y eso te causará mucha pena? - -FILOCLEÓN. - -Apolo, a quien consulté en Delfos, me predijo que moriría cuando se me -escapase un acusado.[44] - -BDELICLEÓN. - -¡Oh Apolo, patrono nuestro, vaya un oráculo! - -FILOCLEÓN. - -Vamos, por piedad, déjame salir o estallo. - -BDELICLEÓN. - -Nunca, Filocleón, nunca; lo juro por Neptuno. - -FILOCLEÓN. - -Bueno, romperé la red a mordiscos. - -BDELICLEÓN. - -Si no tienes dientes. - -FILOCLEÓN. - -¡Oh, qué desdicha!... ¿Cómo podría matarte? ¿Cómo? Traedme pronto mi -espada, o la tablilla condenatoria. - -BDELICLEÓN. - -Este hombre maquina alguna mala pasada. - -FILOCLEÓN. - -No, yo te lo aseguro: solo deseo salir a vender el asno con su albarda: -hoy es el día de la luna nueva.[45] - -BDELICLEÓN. - -Y dime, ¿no lo podría yo vender lo mismo? - -FILOCLEÓN. - -No tan bien como yo. - -BDELICLEÓN. - -Muchísimo mejor, por Júpiter. Ea, trae el asno. (_Filocleón vase en -busca del asno._) - -JANTIAS. - -¡Qué buen pretexto ha imaginado para que le sueltes! - -BDELICLEÓN. - -Pero no he tragado el anzuelo: en seguida he conocido a dónde iba a -parar. Voy a llevar yo mismo el asno, y así el viejo no conseguirá -salir. — ¡Pobre borriquillo! ¿Por qué te quejas? ¿Porque vas a ser -vendido? Vamos pronto. ¿Por qué gimes? ¿Llevas acaso algún Ulises? - -JANTIAS. - -Sí, por Júpiter; lleva uno atado al vientre.[46] - -BDELICLEÓN. - -¿Quién? Veamos. - -JANTIAS. - -Es él. - -BDELICLEÓN. - -¿Qué es esto? ¿Quién eres, buen hombre? - -FILOCLEÓN. - -Ninguno, por Júpiter. - -BDELICLEÓN. - -¿Ninguno tú? ¿Y de qué tierra? - -FILOCLEÓN. - -De Ítaca, de la familia fugitiva. - -BDELICLEÓN. - -Por vida mía, ya sentirás el haberte llamado ninguno. Sácalo cuanto -antes. ¡Oh desdichado, dónde se había metido! ¡Si parece un pollino -escondido debajo de su madre! - -FILOCLEÓN. - -Si no me soltáis, litigaremos. - -BDELICLEÓN. - -¿Por qué? - -FILOCLEÓN. - -Por la sombra del asno.[47] - -BDELICLEÓN. - -No vales para ello, a pesar de tu extremada audacia. - -FILOCLEÓN. - -¡Que no valgo! Es que no sabes todavía lo que yo soy; ya lo sabrás -cuando comas lo que te deje el anciano juez.[48] - -BDELICLEÓN. - -Entra con el asno en casa. - -FILOCLEÓN. - -¡Oh jueces compañeros míos, y tú, Cleón, socorredme! - -BDELICLEÓN. - -Grita adentro a puerta cerrada. — Pon tú una porción de piedras en la -entrada; echa de nuevo el cerrojo; atraviesa esa tranca; y, para mayor -seguridad, afiánzala con ese gran mortero. - -SOSIAS. - -¡Ay! ¿de dónde me ha caído este terroncillo? - -JANTIAS. - -Quizá te lo haya arrojado algún ratón. - -SOSIAS. - -¿Un ratón? ¡Ca! Es ese maldito juez que se desliza por entre las tejas. - -JANTIAS. - -¡Oh desgracia! Ese hombre se ha convertido en pájaro. Va a volar. -¿Dónde está, dónde esta la red? (_Como quien espanta un pájaro._) — -¡Eh! ¡Pchist! ¡Pchist! ¡Fuera de ahí! ¡Pchist! - -BDELICLEÓN. - -Por Júpiter, más quisiera guardar a Escione[49] que a mi padre. - -SOSIAS. - -Puesto que le hemos espantado, y ya no puede escapársenos -furtivamente, ¿por qué no dormimos un poco? - -BDELICLEÓN. - -Pero, desdichado, ¿no ves que dentro de poco vendrán a llamarle sus -compañeros de tribunal? - -SOSIAS. - -¿Qué dices? Si aún no ha amanecido. - -BDELICLEÓN. - -Es verdad; hoy se levantan más tarde de lo acostumbrado, porque suelen -venir con sus linternas a media noche, y le llaman cantando dulces -versos de las Fenicias del antiguo Frínico.[50] - -SOSIAS. - -Pues, si hay necesidad, los apedrearemos. - -BDELICLEÓN. - -Pero, temerario, esa casta de viejos, cuando se la enfurece es como la -de las avispas; pues en la rabadilla tienen un aguijón agudísimo con el -cual pican, y saltan gritando, y lo lanzan como una centella.[51] - -SOSIAS. - -Pierde cuidado; tenga yo piedras, y dispersaré todo un enjambre de -jueces. - -(_Entran en la casa y llega el coro._) - - * * * * * - -CORO. - -Adelante, paso firme. ¿Te retrasas, Comias? Por Júpiter, antes no -eras así; al contrario, eras más duro que una correa de perro: ahora -Carinades te gana a andar. ¡Oh Estrimodoro de Contilo,[52] el mejor -de los jueces! ¿están ahí por casualidad Evérgides y Cabes de Flíos? -¡Diantre, diantre! Aquí se halla cuanto queda de aquella juventud que -florecía cuando tú y yo hacíamos centinela en Bizancio: entonces en -nuestras correrías nocturnas le robamos su artesa a aquella panadera; -la hicimos astillas, y cocimos unas verdolagas. Pero apresurémonos, -amigos; hoy es el juicio de Laques;[53] todos dicen que tiene su -colmena llena de dinero. Por eso Cleón, nuestro patrono, nos mandó -ayer que acudiéramos temprano provistos para tres días de terrible -cólera contra él,[54] a fin de vengarnos de sus injurias. Ea, aprisa, -compañeros, antes de que amanezca. Marchemos mirando a todas partes -con ayuda de las linternas,[55] no caigamos por falta de precaución en -algún lazo. - -UN NIÑO. - -Padre, padre, cuidado con ese lodazal. - -CORO. - -Coge esa pajita del suelo, y espabila la linterna. - -EL NIÑO. - -No, ya la espabilaré con el dedo. - -CORO. - -Niño, ¿no ves que con el dedo vas a alargar la mecha, ahora que anda -tan escaso el aceite? ¡Ya se conoce que tú no lo compras! - -EL NIÑO. - -Por Júpiter, si continuáis amonestándonos a puñetazos, apagamos las -linternas y nos vamos a casa. Entonces os quedaréis a oscuras y -andaréis removiendo lodos, como si fueseis patos. - -CORO. - -Yo castigo a otros mayores. Pero me parece que voy pisando barro. Mucho -será que a lo más dentro de cuatro días no llueva copiosamente. ¡Tanto -crece el pábilo de mi lámpara! Este suele ser signo de gran lluvia. -Además, los frutos tardíos están pidiendo el agua y el soplo del -Bóreas. Pero ¿qué le habrá sucedido al colega que vive en esa casa, que -no sale a reunirse con nosotros? A fe que antes no había que sacarle a -remolque; él iba delante de nosotros cantando versos de Frínico, pues -el amigo es aficionado a la música. Pienso, compañeros, que debemos -pararnos aquí, y llamarle cantando; quizá la melodía de mi canción le -haga salir. - -¿Por qué no se presenta el viejo delante de su puerta y ni siquiera -nos responde? ¿Habrá perdido los zapatos? ¿Se habrá dado algún golpe -en el pie andando a oscuras y tendrá hinchado el tobillo? ¿Tendrá -quizá algún bubón? Pues era el más acérrimo de nosotros y el único -inexorable. Si alguno le suplicaba, le decía bajando la cabeza: «Cueces -un guijarro».[56] Puede que haya tomado a pecho el habérsenos escurrido -con mentiras aquel acusado, proclamándose amigo de los atenienses y -primer revelador de lo ocurrido en Samos;[57] quizá esto le tenga con -fiebre, porque el hombre es así. Vamos, amigo mío, levántate, no te -dejes consumir por la ira. Hoy va a ser juzgado un hombre opulento de -los que entregaron a Tracia.[58] Ven a condenarlo. - -Anda adelante, muchacho, anda adelante. - -EL NIÑO. - -Padre, ¿me darás lo que te pida? - -CORO. - -Sí, hijito mío. ¿Qué cosa buena quieres que te compre? Creo que vas a -pedirme un juego de tabas. - -EL NIÑO. - -No, papá mío; higos, que me gustan más. - -CORO. - -Eso no, aunque te ahorques. - -EL NIÑO. - -Bien; pues no te acompaño. - -CORO. - -Con mi mezquino sueldo de juez tengo que comprar pan, leña y carne, ¿y -aún me pides higos? - -EL NIÑO. - -Y bien, padre mío, si al arconte se le antoja que no haya hoy tribunal, -¿dónde compraremos la comida? ¿Puedes darme alguna nueva esperanza o -solo designarme el sagrado camino de Hele?[59] - -CORO. - -¡Ay! ¡Ay! No sé en verdad cómo cenaremos. - -EL NIÑO. - -¿Por qué me pariste, madre infeliz, si tanto había de costarme sostener -mi vida?[60] - -CORO. - -Saquito mío, eres un adorno inútil.[61] - -EL NIÑO. - -¡Ay! gemir es nuestra suerte. - - * * * * * - -FILOCLEÓN (_asomándose a la ventana_). - -Hace rato, amigos míos, que os oigo desde esta ventana y deseo -responderos; pero no me atrevo a cantar. ¿Qué haré? Estos me tienen -cerrado porque quiero ir con vosotros a las judiciales urnas para -hacer alguna de las mías. ¡Oh Júpiter, truena con furia y conviérteme -de repente en humo,[62] o en Proxénides, o en el hijo de Selo,[63] -charlatán infatigable! Compadecido de mi suerte, otórgame esta gracia, -Numen poderoso, o si no, redúceme a cenizas con tu ardiente rayo o -arrástrame con tu impetuoso viento a una salmuera ácida e hirviente, o -trasfórmame en aquella piedra sobre la cual se cuentan los votos. - -CORO. - -Pero ¿quién te detiene y te cierra la puerta? Di, ya sabes que hablas -con amigos. - -FILOCLEÓN. - -Mi hijo; pero no gritéis; duerme en la parte anterior de la casa: -hablad más bajo. - -CORO. - -Pero, tonto, ¿qué pretende impedir al hacer eso? - -FILOCLEÓN. - -El que juzgue y condene, amigos míos: por lo demás, trata de regalarme; -pero yo no quiero. - -CORO. - -¿Eso se ha atrevido a decir ese tuno, ese orador a lo -Cleón? . . . . .[64] Nunca hubiera tenido tal osadía ese hombre si no -estuviera comprometido en alguna conspiración. Mas ya que esto sucede, -tienes que intentar alguna nueva estratagema para bajar aquí sin que te -vea tu carcelero. - -FILOCLEÓN. - -¿Cuál puede ser? Inventadla vosotros; a todo estoy dispuesto; ¡tal -deseo me abrasa de recorrer los bancos con mi concha![65] - -CORO. - -¿Hay, di, algún agujero que puedas ensanchar por dentro, para -escurrirte por él cubierto de andrajos como el prudente Ulises?[66] - -FILOCLEÓN. - -Todos están cerrados; no puede salir ni un mosquito. Buscad, buscad -otro medio: ese es impracticable. - -CORO. - -¿Te acuerdas cuando en la toma de Naxos, estando de servicio, te -escapaste clavando en la muralla unos asadores que habías robado?[67] - -FILOCLEÓN. - -Ya me acuerdo; pero ¿y qué? Ahora no es lo mismo. Entonces era joven, -y lleno de vigor y energía para robar; además, nadie me custodiaba, y -podía huir seguramente. Ahora hombres armados hasta los dientes están -apostados en todas las salidas: dos de ellos, colocados junto a la -puerta, me observan con asadores en las manos como a un gato que ha -robado carne. - -CORO. - -Pues inventa cuanto antes otro medio, dulce amigo: ya despierta la -aurora. - -FILOCLEÓN. - -Lo mejor será roer mi red. Perdóneme este destrozo Dictina,[68] diosa -de las redes. - -CORO. - -Eso es obrar como hombre que busca su salvación. Dale duro a las -mandíbulas. - -FILOCLEÓN. - -Ya está roído: chito, no gritéis: mucho cuidado, no nos oiga Bdelicleón. - -CORO. - -Nada temas, amigo mío, nada temas; si chista, le obligaré a morderse su -propio corazón y a combatir por su existencia, para que entienda que no -se conculcan impunemente las leyes de las venerables diosas.[69] Ata -una cuerda a la ventana, sujétate con ella, y baja henchido el espíritu -del furor de Diopites.[70] - -FILOCLEÓN. - -Mas, decidme; si mis guardianes notan lo que hago, y tiran de la cuerda -para llevarme adentro, ¿qué es lo que haréis? - -CORO. - -Te defenderemos y reuniremos todas nuestras fuerzas para que no -consigan su intento: eso es lo que pensamos hacer. - -FILOCLEÓN. - -Haré lo que decís confiado en vosotros; mas acordaos, si alguna -desgracia me sucede, de levantarme con vuestras manos, y, después de -regarme con vuestras lágrimas, sepultadme bajo la cancela del tribunal. - -CORO. - -Nada te sucederá, no temas; vamos, mi buen amigo, descuélgate sin miedo -invocando los dioses de la patria.[71] - -FILOCLEÓN. - -¡Oh Lico, mi señor, héroe vecino mío! Tú, como yo, te deleitas con las -lágrimas perpetuas y los lamentos de los acusados; por oírlos, sin -duda, has elegido ese lugar, siendo el único de los héroes que has -querido vivir junto a los desgraciados: ¡ten compasión de mí y salva -a este tu vecino fiel! Nunca, te lo juro, nunca mancharé tu verja de -madera con ninguna inmundicia.[72] - -BDELICLEÓN. - -¡Eh, tú, alerta! - -SOSIAS. - -¿Qué ocurre? - -BDELICLEÓN. - -Oigo sonar una voz en torno mío. - -SOSIAS. - -¿Se escurrirá el viejo por alguna parte? - -BDELICLEÓN. - -No, por Júpiter; se descuelga atado con una cuerda. - -SOSIAS. - -¿Qué haces, desdichado? No bajes. - -BDELICLEÓN. - -Sube corriendo a la otra ventana y pégale con este ramo,[73] a ver si -con tus golpes consigues hacerle retroceder. - -FILOCLEÓN. - -¿No me socorréis, Esmicitión, Tisíades, Cremón, Feredipno,[74] y -cuantos habéis de entender en los procesos de este año? ¿Cuándo me -auxiliaréis si no es ahora, antes de que me arrastren allá dentro? - -CORO. - -Decidme: ¿por qué tardamos en remover aquella bilis que hierve furiosa -contra todo el que ofende a nuestro enjambre? Enderecemos el aguijón -vengador. Muchachos, pronto, arrojad vuestro manto; corred, gritad, -advertid a Cleón lo que sucede. Decidle que venga y que castigue a ese -hombre enemigo de la república y digno del último suplicio, pues se -atreve a sostener la inconveniencia de los juicios y procesos. - -BDELICLEÓN. - -Amigos míos, oíd lo que ha ocurrido y no gritéis. - -CORO. - -Pondremos el grito en el cielo, y no abandonaremos a nuestro colega. -¿No es esto intolerable y tiránico a todas luces? ¡Oh ciudadanos! ¡Oh -Teoro,[75] despreciador de los dioses! ¡Oh aduladores que nos presidís! - -JANTIAS (_A Bdelicleón_). - -¡Diantre, tienen aguijones! ¿No los ves, señor? - -BDELICLEÓN. - -Son los que atravesaron a Filipo, el hijo de Gorgias. - -CORO. - -Y los que te atravesarán a ti. Ea, dirijámonos todos contra él; -acometámosle con el aguijón desenvainado, en buen orden, llenos de ira -y de furor, para que conozca al fin a qué enjambre ha irritado. - -JANTIAS. - -Por Júpiter, el negocio se pone serio, si hay que reñir; tiemblo cuando -veo sus aguijones. - -CORO. - -Suelta a nuestro amigo; si no, yo te aseguro que has de envidiar a las -tortugas la dureza de su concha. - -FILOCLEÓN. - -Ea, compañeros, rabiosas avispas, precipitaos unos con furia sobre sus -nalgas; picadle otros los ojos y los dedos. - -BDELICLEÓN. - -¡Midas, Frigio, Masintias,[76] acudid! ¡Sujetadle y no le soltéis por -nada del mundo! Si no, ayunaréis en el cepo. Ya sé yo que casi siempre -es más el ruido que las nueces.[77] - -CORO. - -Si no lo sueltas, te clavaré el aguijón. - -FILOCLEÓN. - -Heroico Cécrope,[78] rey nuestro, cuyo cuerpo termina en dragón, -¿consentirás que así me traten estos bárbaros, a quienes he enseñado a -llevar su _quénice_ con cuatro medidas de lágrimas?[79] - -CORO. - -¡Qué temibles males afligen a la vejez! Ahora esos dos bribones sujetan -a viva fuerza a su anciano señor, y no se acuerdan de las pieles y -pequeñas túnicas que les compró en otro tiempo, ni de las monteras de -piel de perro, ni del cuidado que tenía para que en el invierno no se -les enfriasen los pies; pero en su impudente mirada no se ve el menor -agradecimiento por los viejos zapatos. - -FILOCLEÓN. - -¿No me soltarás, bestia feroz? ¿No te acuerdas de cuando te sorprendí -robando uvas y te até a un olivo y te vapuleé de lo lindo, hasta el -punto de que daba envidia verte? — Pero eres un ingrato, suéltame tú; -y tú también, antes de que venga mi hijo. - -CORO. - -Pronto y bien vais a pagar vuestro atrevimiento; así comprenderéis, -bribones, que os las habéis con hombres justicieros, iracundos, de -terrible mirada. - -BDELICLEÓN. - -Sacúdeles, sacúdeles Jantias; arroja de casa estas avispas. - -JANTIAS. - -Eso estoy haciendo; ahuyéntalas tú con una densa humareda.[80] - -SOSIAS. - -¿No os iréis al infierno? ¡Ah! ¿No os largáis? Buen palo en ellos. - -JANTIAS. - -Echa tú al fuego para hacer humo a Esquines, hijo de Selarcio.[81] Por -fin os hemos ahuyentado. - -BDELICLEÓN. - -No lo hubieras conseguido tan fácilmente, si hubiesen comido versos de -Filocles.[82] - -CORO. - -¿No está claro como la luz que la tiranía se ha introducido para los -pobres, aprovechándose de nuestro descuido? Y tú, perverso y arrogante -secuaz de Aminias, nos arrebatas las leyes que rigen la república, -y, como dueño absoluto, ni siquiera disculpas tu usurpación con un -pretexto o con una elegante arenga. - -BDELICLEÓN. - -¿No podríamos sin golpes ni alharacas conferenciar como buenos amigos, -y hacer las paces? - -CORO. - -¿Conferenciar contigo, enemigo del pueblo, partidario de la monarquía, -amigo de Brásidas,[83] que llevas franjas de lana y no te cortas la -barba?[84] - -BDELICLEÓN. - -Ciertamente me valdría más abandonar a mi padre, que sufrir todos los -días semejantes borrascas. - -CORO. - -Pues esto son todavía tortas y pan pintado,[85] como dice el proverbio -vulgar. Hasta ahora no tienes por qué quejarte; pero ya verás, ya -verás, cuando el acusador público te eche en cara todos esos crímenes y -cite y emplace a tus conjurados.[86] - -BDELICLEÓN. - -¿Pero no os iréis, por todos los dioses? Mirad que si no, estoy -resuelto a moleros a palos todo el día. - -CORO. - -No, nunca, jamás, mientras me quede un soplo de vida. Bien claro veo -tus aspiraciones a la tiranía. - -BDELICLEÓN. - -Es fuerte cosa que sea grande o pequeño el motivo, a todo lo hemos de -llamar tiranía y conspiración. Durante cincuenta años, ni una sola -vez oí este dichoso nombre de tiranía; pero ahora es más común que -el del pescado salado, y en el mercado no se oye ya otra cosa. Si -uno compra orfos y no quiere membradas, el que vende estos peces en -el puesto inmediato, grita al momento: «Ese hombre, quiere regalarse -como durante la tiranía».[87] Si otro pide puerros para sazonar las -anchoas, la verdulera, mirándole de soslayo, le dice: «¿Puerros, eh? -¿Quieres restablecer la tiranía, o piensas que Atenas te ha de pagar -los condimentos?» - -JANTIAS. - -Sin ir más lejos, yo entré ayer al mediodía en casa de una cortesana; -y porque la propuse ciertos ejercicios hípicos, me preguntó furiosa si -quería restablecer la tiranía de Hipias. - -BDELICLEÓN. - -Eso le agrada al pueblo: y a mí, porque quiero que mi padre cambie de -costumbres, y, dejándose de delaciones, y pleitos y miserias, no salga -de casa al amanecer y viva espléndidamente como Móricos,[88] me acusan -de conjuración y tiranía. - -FILOCLEÓN. - -Y se te está muy bien empleado; pues yo ni por todas las delicias del -mundo dejaría este género de vida de que pretendes apartarme. A mí no -me gustan las rayas ni las anguilas; un pleito pequeñito cocido en su -correspondiente tartera, me agradaría más. - -BDELICLEÓN. - -Claro está, como que te has acostumbrado a ello;[89] mas si puedes -callar y escuchar con paciencia lo que te digo, creo que te demostraré -cuán engañado estás. - -FILOCLEÓN. - -¿Me engaño cuando juzgo? - -BDELICLEÓN. - -¿No conoces que se burlan de ti esos hombres[90] a quienes rindes culto -y adoración? ¿Que no eres más que un esclavo? - -FILOCLEÓN. - -¡Esclavo yo! Yo, que mando a todo el mundo. - -BDELICLEÓN. - -No lo creas: te haces la ilusión de que mandas, y eres un esclavo; y, -si no, dime, padre: ¿qué honra obtienes de disfrutar todos los tributos -de la Grecia? - -FILOCLEÓN. - -Muchísima: apelo al testimonio de esos amigos. - -BDELICLEÓN. - -Acepto el arbitraje: soltadle, esclavos. - -FILOCLEÓN. - -Dadme una espada. Si tus argumentos me vencen, me atravesaré con ella. - -BDELICLEÓN. - -Y si no, ¿te conformas con la sentencia de esos árbitros? - -FILOCLEÓN. - -No beberé jamás vino en honor del buen genio.[91] - -CORO. - -Ahora, adalid nuestro, es preciso que encuentres nuevas razones, a fin -de... - -BDELICLEÓN. - -Traedme aquí cuanto antes unas tablillas; pero tú ¿qué opinión piensas -sustentar cuando le incitas así? - -CORO. - -...no hablar como pudiera hacerlo ese joven.[92] Ya ves la inmensa -importancia del certamen, y que lo perderemos si (lo que Dios no -quiera) este sale vencedor. - -BDELICLEÓN. - -Iré apuntando todo cuanto diga, para que nada se me olvide. - -FILOCLEÓN. - -¿Qué me decís si este sale vencedor? - -CORO. - -La turba de los viejos no servirá para nada. En todas las calles -se burlarán de nosotros llamándonos talóforos[93] y mondaduras de -pleitos. Tú, que vas a defender nuestra soberanía, despliega, pues, -atrevidamente todos los recursos de tu lengua. - -FILOCLEÓN. - -Empezaré por probar desde las primeras palabras que nuestro poder no es -menor que el de los reyes más poderosos. Pues, ¿quién más afortunado, -quién más feliz que un juez? ¿Hay vida más deliciosa que la suya? -¿Existe algún animal más temible, sobre todo si es viejo? Para cuando -salto del lecho, ya me están esperando unos hombrones de cuatro codos -que me escoltan hasta el tribunal: apenas me presento, una mano -delicada, que fue esquilmadora del erario, estrecha blandamente la mía: -los acusados abrazan suplicantes mis rodillas, y me dicen con lastimera -voz: «Ten compasión de mí, padre mío; yo te lo pido por las hurtos que -hayas podido cometer en el ejercicio de alguna magistratura o en el -aprovisionamiento del ejército.» Pues bien, este a quien me refiero no -sabría siquiera si yo existía si no le hubiera absuelto la primera vez. - -BDELICLEÓN. - -Tomo nota de lo que dices sobre los suplicantes. - -FILOCLEÓN. - -Entro después, abrumado de súplicas, y calmada mi cólera suelo hacer -en el tribunal todo lo contrario de lo que había prometido; pero -escucho a una muchedumbre de acusados que en todos los tonos piden la -absolución. ¡Oh! ¡Cuántas palabras de miel pueden oír allí los jueces! -Unos lamentan su pobreza, y añaden males fingidos a los verdaderos -hasta lograr que sus desgracias igualen a las nuestras: otros nos -recitan fábulas: estos nos refieren alguna gracia de Esopo:[94] -aquellos dicen un chiste para hacerme reír y desarmar mi ira. Cuando -tales recursos no nos vencen, se presentan de pronto trayendo sus hijos -e hijas de la mano: yo presto atención: ellos, desgreñado el cabello, -prorrumpen en berridos; el padre, temblando, me suplica como a un Dios -que le absuelva siquiera por ellos. «Si te es grata la voz de los -corderos, dice, compadécete de la de mi hijo.» «Si te gusta más la de -las puerquecillas,[95] procura conmoverte con la de mi hija.» Entonces -disminuimos un poco nuestro furor. ¿No es esto, decidme, un gran poder -que nos permite despreciar las riquezas? - -BDELICLEÓN. - -Nota segunda: el desprecio de las riquezas. Dime ahora cuáles son esas -ventajas por las cuales te crees señor de la Grecia. - -FILOCLEÓN. - -También cuando se examina la edad de los niños tenemos el privilegio -de verlos desnudos.[96] Si Eagro[97] es citado a juicio, no consigue -salir absuelto basta después de habernos recitado el más hermoso trozo -de la _Níobe_.[98] Si gana un flautista el pleito, en pago de la -sentencia se pone delante de la boca la correa,[99] y nos toca al salir -del tribunal una marcha primorosa. Cuando muere un padre disponiendo -con quién ha de casarse su hija y única heredera, nosotros hacemos -caso omiso del testamento y de la conchita[100] que con tanta gravedad -cubre su sello, y entregamos la hija a quien ha sabido ganarnos con sus -súplicas. Y todo esto sin la menor responsabilidad. Cítame otro cargo -que tenga este privilegio. - -BDELICLEÓN. - -Te felicito por ese privilegio, que hasta ahora es el único; pero eso -de anular el testamento de la única heredera, me parece injusto. - -FILOCLEÓN. - -Además, cuando el Senado y el pueblo no saben qué decidir sobre algún -grave asunto, dan un decreto para que los acusados comparezcan ante -los jueces. Entonces Evatlo,[101] y el ilustre Cleónimo,[102] grande -adulador y arrojador de escudos, juran no abandonarnos nunca y -combatir por la muchedumbre. Y dime, ¿ante el pueblo ha podido nunca -orador alguno hacer prevalecer su opinión si no ha dicho antes que los -jueces deben retirarse en cuanto hayan sentenciado un solo pleito? El -mismo Cleón, que todo lo avasalla con sus alaridos, no se atreve a -mordemos; al contrario, vela por nosotros, nos acaricia y nos espanta -las moscas. ¿Has hecho tú eso ni una vez siquiera por tu padre? Pues, -hijo mío, Teoro, el mismo Teoro, aunque no vale menos que el ilustre -Eufemio,[103] coge una esponja del barreño y nos limpia los zapatos. -Considera, pues, de qué bienes quieres excluirme y despojarme: mira si -esto es servidumbre y esclavitud, como decías. - -BDELICLEÓN. - -Desahógate a gusto; día llegará en que conozcas que esa tu decantada -autoridad se parece a un trasero, siempre sucio por más que se le lave. - -FILOCLEÓN. - -Pero se me olvidaba lo más delicioso: cuando entro en casa con el -salario, todos corren a abrazarme atraídos por el olorcillo del dinero: -enseguida mi hija me lava, me perfuma los pies[104] y se inclina sobre -mí para besarme; me llama «papá querido» y me pesca con la lengua el -trióbolo que llevo en la boca.[105] Después mi mujercita, toda mimos y -halagos, me presenta una torta riquísima, se sienta a mi lado y me dice -cariñosa: «Come esto, prueba esto otro.» Lo cual me deleita infinito, y -me libra de miraros a la cara a ti o al mayordomo, para ver cuando os -dignaréis servirme la comida, gruñendo y maldiciéndome. Mas para cuando -mi mujer no me trae pronto la torta, tengo este quita-pesares,[106] -muralla en que se estrellan todos los dardos. Por si no me das de -beber, he traído este soberbio porrón con dos asas a modo de orejas -de asno.[107] ¡Cómo rebuzna cuando inclinándome hacia atrás apuro su -contenido! Sus terribles cloqueos ahogan el ruido de tus odres. Mi -poder es por lo menos igual al del padre de los dioses; pues hablan de -mí como del propio Júpiter. Cuando nos alborotamos suelen decir todos -los transeúntes: «Jove soberano, cómo truena el tribunal.» Y cuando -lanzo el rayo de mi indignación, ¡oh!, entonces es de ver cómo me -halagan todos, y cómo el terror descompone el vientre a los más ricos -y soberbios. Tú mismo me temes más que ningún otro; sí, tú, por Ceres. -Yo, en cambio, que me muera si te tengo miedo. - -CORO. - -Nunca habíamos oído discutir con tanta precisión y habilidad. - -FILOCLEÓN. - -No; es que esperaba vendimiar una viña abandonada;[108] pues ya conoce -bien mi superioridad en la materia. - -CORO. - -¡Qué bien lo ha dicho todo! ¡De nada se ha olvidado! Al oírle me -sentía crecer. Ya pensaba estar administrando justicia en las Islas -Afortunadas. ¡Tal es el encanto de su elocuencia! - -FILOCLEÓN. - -¡Cómo se entusiasma! ¡Ya no cabe en el pellejo! Infeliz, dentro de poco -todo se le van a antojar garrotes. - -CORO. - -Si quieres salir vencedor, preciso es que emplees todos tus ardides. -Difícil es templar mi cólera, sobre todo hablando en contra mía. Por -tanto, si nada bueno tienes que decir, ya puedes buscar una muela buena -y recién cortada para quebrantar nuestra ira. - -BDELICLEÓN. - -Ardua, atrevida y superior a las fuerzas de un poeta cómico es -ciertamente la empresa de desarraigar de la ciudad un vicio tan -inveterado. Pero padre mío, hijo de Saturno...[109] - -FILOCLEÓN. - -No me des ese nombre. Porque si sobre la marcha no me manifiestas que -soy un esclavo, no habrá para ti medio de librarte de la muerte, aunque -me vea privado de participar de los festines en los sacrificios.[110] - -BDELICLEÓN. - -Escucha, pues, padrecito mío, y desarruga un poco tu fruncido ceño. -Principia por calcular no con piedrecillas, sino con los dedos (la -cuenta no es difícil), cuál es el total de los tributos que nos pagan -las ciudades aliadas; a ellos agrega los impuestos personales, los -céntimos, las rentas, los derechos de los puertos y mercados y el -producto de los salarios y confiscaciones. En junto sumarán unos dos -mil talentos. Cuenta ahora el sueldo anual de los jueces, que son seis -mil, pues nunca excedieron de este número, y hallarás que asciende a -ciento cincuenta talentos.[111] - -FILOCLEÓN. - -De modo que nuestro sueldo no llega a la décima parte de las -rentas.[112] - -BDELICLEÓN. - -Justamente. - -FILOCLEÓN. - -¿A dónde va a parar todo lo demás? - -BDELICLEÓN. - -A esos que están diciendo siempre: «nunca haremos traición al pueblo -ateniense; siempre combatiremos por la democracia.» Tú, padre mío, -engañado por sus palabras, dejas que te dominen. Ellos en tanto -arrancan a los aliados los talentos por cincuentenas, aterrándoles con -estas amenazas: «O me pagáis tributo, dicen, o no dejo piedra sobre -piedra en vuestra ciudad.» Y tú te contentas con roer los zancajos que -les sobran. A los aliados, en tanto, viendo que la multitud ateniense -vive miserablemente de su salario de juez, se les importa tanto de -ti, como del voto de Comio; mas a ellos les traen a porfía orzas de -conservas, vino, tapices, queso, miel, sésamo, cojines, frascos, -túnicas preciosas, coronas, collares, copas, en fin cuanto contribuye -a la salud y a la riqueza; y a ti, que mandas en ellos, después de tus -infinitos trabajos en mar y tierra, ni siquiera te dan una cabeza de -ajos para guisar tus pececillos. - -FILOCLEÓN. - -Efectivamente, yo mismo he tenido que enviar a casa de Eucárides[113] a -por tres ajos. Pero me consumes no probándome esa pretendida esclavitud. - -BDELICLEÓN. - -¿No es esclavitud, y grande, el ver a todos esos bribones y a sus -aduladores ejerciendo las principales magistraturas y cobrando sueldos -soberbios? ¡Tú, con tal que te den los tres óbolos ya estás tan -contento! ¡Tú, que has ganado para ellos todos esos bienes, peleando -por mar y tierra y sitiando ciudades! Pero lo que más me irrita es que -te obliguen a asistir al tribunal de orden ajena, cuando un jovenzuelo -disoluto, el hijo de Quéreas, por ejemplo, ese que anda con las piernas -separadas y aire afeminado y lascivo, entra en casa y te manda que -vayas a juzgar muy temprano y a la hora fijada, porque todo el que se -presente después de la señal no cobrará el trióbolo. Él, en cambio, -aunque llegué tarde cobra un dracma como abogado público.[114] Después, -si un acusado le da algo, hace partícipe de ello a su colega, y ambos -procuran arreglar como puedan el negocio. Entonces es de ver cómo a -modo de aserradores de leña, uno lo suelta y otro lo toma; y cómo -tú te estás con la boca abierta y con los ojos fijos en el pagador -público, sin notar sus manejos. - -FILOCLEÓN. - -¡Eso hacen conmigo! ¡Ah! ¿Qué dices? Me destrozas el corazón. Ya no sé -ni lo que pienso ni lo que digo. - -BDELICLEÓN. - -Considera, pues, que tú y todos tus colegas podíais enriqueceros -sin dificultad, si no os dejaseis arrastrar por esos aduladores que -están siempre alardeando de amor al pueblo. Tú, que imperas sobre -mil ciudades desde la Cerdeña al Ponto, solo disfrutas del miserable -sueldo que te dan, y aun ese te lo pagan poco a poco, gota a gota, -como aceite que se exprime de un vellón de lana; en fin, lo preciso -para que no te mueras de hambre. Quieren que seas pobre, y te diré -la razón: para que reconociéndoles por tus alimentadores, estés -dispuesto a la menor instigación a lanzarte como un perro furioso sobre -cualquiera de sus enemigos. Como quieran, nada les será más fácil que -alimentar al pueblo. ¿No tenemos mil ciudades[115] tributarias? Pues -impóngase a cada una la carga de mantener veinte hombres, y veinte mil -ciudadanos[116] vivirán deliciosamente, comiendo carne de liebre, -llenos de toda clase de coronas, bebiendo la leche más pura,[117] -gozando, en una palabra, de todas las ventajas a que les dan derecho -nuestra patria y el triunfo de Maratón. En vez de eso, como si fuerais -jornaleros recolectores de aceituna, seguís al pagador de sueldos. - -FILOCLEÓN. - -¡Ay, súbito hielo entorpece mi mano; no puedo sostener la espada; me -siento desfallecer![118] - -BDELICLEÓN. - -Esos intrigantes cuando cobran miedo os dan la Eubea y prometen -distribuir cincuenta celemines de trigo: nunca te han dado, bien lo -sabes, más de cinco celemines, y esos con mil molestias, midiéndolos -uno por uno, y exigiéndote previa justificación de no ser extranjero. -Ahí tienes por qué te tengo encerrado siempre, deseando mantenerte yo -mismo y librarte de insolentes burlas. Resuelto estoy a darte cuanto -quieras, menos ese maldito salario. - -CORO. - -¡Cuán sabio era el que dijo: «No juzgues sin haber oído a ambas -partes!» (_A Bdelicleón._) Ahora me parece que tú tienes sobrada razón. -Mi cólera se calma, y arrojo estos garrotes. (_A Filocleón._) Cede, -cede a sus consejos, colega y contemporáneo nuestro; no seas obstinado, -ni hagas alarde de tenacidad inflexible. ¡Ojalá tuviera yo un pariente -o amigo que así me aconsejase! Hoy, que se te aparece un dios para -socorrerte y colmarte de favores, recíbelos propicio. - -BDELICLEÓN. - -Sí, yo le mantendré y le daré cuanto un anciano puede desear: ricos -puches, blancas túnicas, un fino manto y una cortesana que le frote los -riñones.[119] Pero se calla y no dice esta boca es mía. Mala espina me -da. - -CORO. - -Es que recobra la razón en el mismo punto que la había perdido: -reconoce su culpa, y se arrepiente de haber desoído tanto tiempo tus -exhortaciones. Quizá ahora, más cuerdo, se propone mudar de costumbres -y obedecerte en todo. - -FILOCLEÓN. - -¡Ay de mí! - -BDELICLEÓN. - -¿Por qué esa exclamación? - -FILOCLEÓN. - -Déjate de promesas; lo que yo quisiera era estar allí, sentarme allí -donde el heraldo grita: «El que no haya emitido todavía su voto, que -se levante.» ¡Ah! ¿Por qué no me he de encontrar junto a las urnas -y depositar en ellas el último mi voto? ¡Apresúrate, alma mía! Alma -mía, ¿dónde estás? «Tinieblas, abridme paso.»[120] ¡Oh! Por Hércules -lo juro, mi más vehemente deseo es sentarme hoy entre los jueces y -convencer de robo a Cleón. - -BDELICLEÓN. - -En nombre de los dioses, padre mío, cede a mis ruegos. - -FILOCLEÓN. - -¿Qué deseas? Pídeme cuanto quieras, menos una cosa. - -BDELICLEÓN. - -¿Qué cosa es esa? Di. - -FILOCLEÓN. - -Que no juzgue; antes de consentirlo, Plutón habrá pronunciado mi -sentencia. - -BDELICLEÓN. - -Sea, ya que tanto te gusta administrar justicia; pero cuando menos no -acudas ya al tribunal; quédate en casa y juzga a los criados.[121] - -FILOCLEÓN. - -¿Sobre qué? ¡Tú deliras! - -BDELICLEÓN. - -Haciendo en casa lo mismo que allí: si la criada abre clandestinamente -la puerta, la condenas a una simple multa; es decir, exactamente -igual que en el tribunal. Todo lo demás se hará también como allí se -acostumbra: cuando caliente el sol, juzgarás desde la mañana sentado -al sol; y cuando nieve o llueva, sentado ante el hogar: así aunque te -levantes al mediodía, ningún tesmoteta[122] te prohibirá la entrada en -el tribunal. - -FILOCLEÓN. - -Eso me agrada. - -BDELICLEÓN. - -Además, si un orador habla mucho tiempo, no tendrás que esperar -rabiando de hambre a que concluya, con gran tormento tuyo y del acusado -que teme tu furor.[123] - -FILOCLEÓN. - -¿Pero podré lo mismo que hasta ahora conocer perfectamente el asunto, -si como en el intervalo? - -BDELICLEÓN. - -Mejor que en ayunas. ¿No has oído decir a todo el mundo que, cuando los -testigos mienten, los jueces solo pueden comprender el asunto a fuerza -de rumiarlo? - -FILOCLEÓN. - -Me has convencido. Mas aún no me has dicho quién me pagará los -honorarios. - -BDELICLEÓN. - -Yo. - -FILOCLEÓN. - -Bueno, así recibiré yo solo mi paga, y no en compañía de otro: porque -hace poco ese bufón de Lisístrato[124] me jugó la más mala pasada que -puede imaginarse. Había recibido un dracma para los dos, y fuimos a la -pescadería, donde lo cambio en monedas de cobre;[125] luego, en vez -de darme mi parte, me puso en la mano tres escamas; yo, creyendo que -eran tres óbolos, las escondí en la boca; pero ofendido por el olor las -arrojé en seguida y le cité a juicio. - -BDELICLEÓN. - -¿Y qué dijo? - -FILOCLEÓN. - -¿Qué dijo? Que yo tenía estómago de gallo. «Digieres fácilmente el -dinero», repetía riéndose. - -BDELICLEÓN. - -¿Ves cuánto vas ganando hasta en esto? - -FILOCLEÓN. - -No poco, es verdad. Pero, anda, haz lo que has prometido. - -BDELICLEÓN. - -Espera un momento; en seguida vuelvo aquí con todo. - -FILOCLEÓN. - -¡Mirad cómo se cumplen los oráculos! Yo había oído que llegaría día -en que cada ateniense administraría justicia en su propia casa, y -construiría en el vestíbulo un pequeño tribunal, como esas estatuas de -Hécate que se colocan delante de las puertas. - -BDELICLEÓN. - -Heme aquí: ¿qué tienes que decir? Traigo todo lo que te dije y mucho -más. Este bacín puede colgarse a tu lado para cuando lo necesites.[126] - -FILOCLEÓN. - -¡Feliz ocurrencia! ¡Excelente remedio para preservar a un viejo de la -retención de orina! - -BDELICLEÓN. - -Aquí traigo además un hornillo con una escudilla llena de lentejas, por -si se te ocurre comer. - -FILOCLEÓN. - -Muy bien, muy bien; de modo que cobraré mi salario, aunque tenga -calentura, y podré comer lentejas sin moverme de aquí. Mas ¿para qué me -traes ese gallo? - -BDELICLEÓN. - -Para que si te duermes durante la defensa de una causa, te despierte -cantando encima de ti. - -FILOCLEÓN. - -Solo echo de menos una cosa; todo lo demás me satisface. - -BDELICLEÓN. - -¿Cuál? - -FILOCLEÓN. - -¿Si pudieras traer la estatua de Lico?[127] - -BDELICLEÓN. - -Hela aquí; parece el mismo héroe. - -FILOCLEÓN. - -¡Oh, héroe mi señor! ¡Cuán terrible es tu aspecto! Es el retrato de -Cleónimo. - -SOSIAS. - -Por eso, aunque es un héroe, no tiene armas.[128] - -BDELICLEÓN. - -Si te sientas, someteré en seguida a tu decisión una causa. - -FILOCLEÓN. - -Venga al punto: hace cien años que estoy sentado. - -BDELICLEÓN. - -Veamos; ¿por qué causa principiaremos? ¿habrá faltado alguno de los -criados? ¡Ah! Trata,[129] que hace poco se dejó quemar el puchero... - -FILOCLEÓN. - -¡Eh! detente: me has puesto al borde del abismo. ¿Cómo pretendes que -actúe el tribunal sin balaustrada? Precisamente es para nosotros lo más -sagrado. - -BDELICLEÓN. - -Es verdad, por Júpiter. Corro a casa y la traigo volando. ¡Lo que es la -costumbre! - -JANTIAS. - -¡Diantre de animal! ¿Es posible que demos de comer a semejante perro? - -BDELICLEÓN. - -¿Qué pasa? - -JANTIAS. - -Nada, que Labes,[130] tu perro, ha entrado en la cocina, ha robado un -magnífico queso de Sicilia, y se lo ha engullido. - -BDELICLEÓN. - -Ya tenemos la primera causa en que ha de entender mi padre. (_A -Jantias._) Comparece tú como acusador. - -JANTIAS. - -Yo no, por vida mía; otro perro dice que presentará la acusación, si se -instruye el proceso. - -BDELICLEÓN. - -Bueno; tráete acá los dos. - -JANTIAS. - -Es lo que hay que hacer. - -FILOCLEÓN. - -¿Qué es eso? - -BDELICLEÓN. - -La gamella de los cerdos consagrados a Vesta.[131] - -FILOCLEÓN. - -¿Osas poner sobre ella tus sacrílegas manos? - -BDELICLEÓN. - -No; principiando por sacrificar a Vesta,[132] trituraré a mi adversario. - -FILOCLEÓN. - -Vamos, vamos, principia pronto la acusación; yo ya sé cuál castigo ha -de imponerse. - -BDELICLEÓN. - -Deja que te traiga las tablillas y el estilo. - -FILOCLEÓN. - -¡Oh! ¡Me mueles y me asesinas con tus dilaciones! Lo mismo me era -escribir en la arena. - -BDELICLEÓN. - -Ten. - -FILOCLEÓN. - -Cita, pues. - -BDELICLEÓN. - -Ya estoy. - -FILOCLEÓN. - -¿Quién es ese primero? - -BDELICLEÓN. - -¡Oh, qué memoria la mía! Esto es atroz. ¿Pues no se me han olvidado las -urnas de los votos? - -FILOCLEÓN. - -Eh, tú, ¿a dónde vas? - -BDELICLEÓN. - -A por las urnas. - -FILOCLEÓN. - -Es inútil; me serviré de estos cacharros. - -BDELICLEÓN. - -Muy bien; ya tenemos todo lo necesario, excepto la clepsidra. - -FILOCLEÓN. - -¿No puede pasar por clepsidra este bacín? - -BDELICLEÓN. - -Eres ingenioso para proporcionarte los útiles precisos y acostumbrados. -Pronto, traed fuego, mirtos e incienso para que principiemos por -invocar a los Dioses. - -CORO. - -Durante vuestras libaciones uniremos nuestros votos a los vuestros, -congratulándonos de que una reconciliación tan generosa haya seguido a -vuestras disputas y querellas. - -BDELICLEÓN. - -Principiad, pues, por guardar un silencio religioso. - -CORO. - -¡Oh Febo! ¡Oh Apolo Pitio! Haz que el negocio que va a resolverse -delante de esa puerta, sea para bien de todos nosotros, libres ya de -nuestros errores. ¡Oh Peán! - -BDELICLEÓN. - -¡Oh Dios poderoso, Apolo Agieo que velas ante el vestíbulo de mi -casa![133] Acepta este nuevo sacrificio que te ofrezco para que te -dignes suavizar el humor áspero e intratable de mi padre. ¡Oh rey! -endulza con algunas gotas de miel su avinagrado corazón; que sea en -adelante clemente con los hombres; más compasivo con los reos que con -los acusadores; sensible a las súplicas, y que pierda su carácter esa -furia, dolorosa para el que se acerca, como las ortigas. - -CORO. - -Nosotros unimos a los tuyos nuestros votos en favor del nuevo -magistrado. Pues te queremos, Bdelicleón, desde que nos has dado a -conocer que amas al pueblo como ningún otro joven. - -BDELICLEÓN. - -Si hay algún juez fuera, que entre; pues en cuanto se principie la -vista no se dejará entrar a nadie. - -FILOCLEÓN. - -¿Quién es ese acusado? ¡Qué condena le aguarda! - -BDELICLEÓN[134] (_Como acusador_). - -Oíd el acta de acusación.[135] La suscribe un perro cidatenense contra -Labes de Exona, al que acusa de haberse comido él solo, contra toda -razón y derecho, un queso de Sicilia. La pena, una argolla de higuera. - -FILOCLEÓN. - -O la muerte canina si se le prueba. - -BDELICLEÓN. - -Aquí está Labes el acusado. - -FILOCLEÓN. - -¡Ah, maldito! ¡Qué traza de ladrón tienes! ¿Si creerá que me va a -engañar apretando los dientes? - -BDELICLEÓN. - -¿Dónde está el querellante, el perro cidatenense?[136] - -EL PERRO. - -¡Guau! ¡Guau! - -BDELICLEÓN. - -Aquí está. - -FILOCLEÓN. - -Ese es otro Labes, bueno solo para ladrar y lamer ollas. - -BDELICLEÓN[137] (_Haciendo de heraldo_). - -Calla y siéntate. Tú (_A Jantias_), sube y acusa. - -FILOCLEÓN. - -Vamos, en tanto voy a servirme y sorberme las lentejas. - -JANTIAS (_Acusador_). - -Ya habéis oído, oh jueces, el escrito de acusación que he presentado -contra Labes: ha cometido contra mí y los marinos la más indigna -felonía; se metió en un rincón oscuro, robó un enorme queso de Sicilia, -y atracándose en las tinieblas...[138] - -FILOCLEÓN. - -Basta, basta; el hecho está probado: el gran canalla acaba de soltar -junto a mis narices un eructo que apesta a queso. - -JANTIAS. - -...Se negó a darme la parte que le pedía. Ahora bien; ¿podrá prestaros -servicio alguno quien no da nada a vuestro perro leal? - -FILOCLEÓN. - -¿No ha dado nada? - -JANTIAS. - -¡Nada a mí, a su compañero! - -FILOCLEÓN. - -Se conoce que el mozo tiene los cascos tan calientes como estas -lentejas. - -BDELICLEÓN. - -Por favor, padre mío; no sentencies antes de haber escuchado a los dos. - -FILOCLEÓN. - -Pero, querido, si la cosa está clara; si está clamando justicia. - -JANTIAS. - -No le absolváis: es el perro más egoísta y voraz; recorre en un -instante todo el molde de un queso, y se engulle la costra que le -recubre.[139] - -FILOCLEÓN. - -Ni siquiera me ha dejado con que cerrar las grietas de mi urna. - -JANTIAS. - -Castigadle; una sola casa no puede mantener dos ladrones; yo no quiero -ladrar con el estómago vacío; castigadle, pues, o dejaré de ladrar. - -FILOCLEÓN. - -¡Oh! ¡Oh! ¡Cuántas maldades! El mozo es ladrón de veras. ¿No te parece -lo mismo, gallo mío? ¡Ah! sí, se adhiere a mi opinión. ¡Eh, tesmoteta! -¿Dónde estás? Dame el bacín. - -BDELICLEÓN. - -Cógelo tú, que yo estoy llamando los testigos. Testigos de Labes, -compareced: son un plato, una mano de mortero, un cuchillo, unas -parrillas, una olla y otros utensilios medio quemados. ¿Acabas de hacer -aguas? ¿O no vas a sentarte nunca? - -FILOCLEÓN. - -Aún no; pero creo que ese pasará hoy a mayores.[140] - -BDELICLEÓN (_A Filocleón_). - -¿Serás siempre duro o intratable con los reos? ¿Cebarás siempre en -ellos tu furor? (_Al acusado._) Sube y defiéndete. ¿Por qué te callas? -Habla. - -FILOCLEÓN. - -Parece que no tiene nada que alegar. - -BDELICLEÓN. - -Sí que tiene, pero se me figura que le pasa lo que a Tucídides[141] en -otra ocasión, cuando la sorpresa le cerró la boca. Retírate: yo me -encargo de tu defensa. Ya comprenderéis, oh jueces, lo comprometido -que es defender a un perro acusado de crimen tan atroz. Hablaré no -obstante. En primer lugar, es valiente y ahuyenta los lobos. - -FILOCLEÓN. - -Pero es ladrón y conspirador. - -BDELICLEÓN. - -No, por Júpiter; es el mejor de los perros, capaz de guardar el rebaño -más numeroso. - -FILOCLEÓN. - -¿Qué importa si se come el queso? - -BDELICLEÓN. - -Pero en cambio te defiende, te guarda la puerta, y tiene otras -inmejorables cualidades. Si cometió algún hurto, hay que perdonárselo. -¿No ves que es un ignorantón que ni aun tocar la lira sabe? - -FILOCLEÓN. - -¡Ojalá tampoco supiera escribir! Así no hubiera redactado su defensa. - -BDELICLEÓN. - -Oye, honrado juez, a mis testigos. Acércate, buen cuchillo, y declara -en voz alta. Tú eras entonces pagador. Responde claro. ¿No partiste las -porciones que debían ser distribuidas a los soldados? — Dice que sí -las partió. - -FILOCLEÓN. - -Pues miente el bellaco. - -BDELICLEÓN. - -¡Oh compasivo juez, ten piedad de su infortunio! El infeliz Labes -siempre come espinas y cabezas de pescados; no para un momento en un -sitio: ese otro solo sirve para guardar la casa,[142] y ya sabe lo que -se hace; así reclama una parte de todo lo que traen, y al que no se la -da, le clava el diente. - -FILOCLEÓN. - -¡Ah, estoy enfermo! ¡Se me figura que blandeo! ¡Oh desgracia! ¡Yo -enternecido! - -BDELICLEÓN. - -Yo te lo ruego, padre mío, compadeceos de él, no le condenéis.[143] -¿Dónde están sus hijos? Acercaos, infelices. Aullad, suplicad, llorad -sin consuelo. - -FILOCLEÓN. - -Baja, baja, baja, baja.[144] - -BDELICLEÓN. - -Bajaré, aunque esa palabra «baja» ha engañado a muchos. No obstante, -bajaré. - -FILOCLEÓN. - -¡Vete al infierno! ¿Por qué habré comido esas lentejas? ¿Pues no he -llorado? Creo que esto no me hubiera sucedido si no me hubiera atracado -de esas malditas lentejas. - -BDELICLEÓN. - -¿Será, pues, absuelto? - -FILOCLEÓN. - -No he dicho tal cosa. - -BDELICLEÓN. - -Vamos, padrecito mío, sé más humano. Coge tu voto; da un paso atrás; -échalo en la segunda urna,[145] cerrando un poco los ojos. Absuélvelo, -padre mío. - -FILOCLEÓN. - -No: tampoco yo sé tocar la lira. - -BDELICLEÓN. - -Ven, te llevaré yo mismo. - -FILOCLEÓN. - -¿Es esta la primera urna?[146] - -BDELICLEÓN. - -Esa. - -FILOCLEÓN. - -Pues aquí echo mi voto. - -BDELICLEÓN. - -Cayó en el lazo, y lo absolvió sin saberlo.[147] - -FILOCLEÓN. - -Veamos; vuelve la urna. ¿Cuál es el resultado? - -BDELICLEÓN. - -Míralo. Labes, has sido absuelto. Padre, padre, ¿qué te pasa? ¡Agua, -agua! vamos, recóbrate. - -FILOCLEÓN. - -Dime, ¿de veras ha sido absuelto? - -BDELICLEÓN. - -Sí. - -FILOCLEÓN. - -¡Ah, soy perdido! - -BDELICLEÓN. - -Valor, padre mío, no te aflijas. - -FILOCLEÓN. - -¿Cómo podré resistir la pena de haber absuelto a un criminal? ¿Qué va a -ser de mí? ¡Oh santos dioses, perdonadme; lo hice a pesar mío; esa, ya -lo sabéis, no es mi costumbre! - -BDELICLEÓN. - -No lo tomes tan a pecho, padre mío; yo te daré una vida regalada; te -llevaré a cenas y convites; vendrás conmigo a todas las fiestas, y -pasarás dulcemente el resto de tu existencia: ya no se burlará de ti -Hipérbolo. Pero entremos. - -FILOCLEÓN. - -Haz lo que gustes. - - * * * * * - -CORO. - -Id alegres a donde queráis. Escuchad, en tanto, innumerables -espectadores, nuestros prudentes consejos, y procurad que no caigan en -saco roto: esa falta es propia de un auditorio ignorante; vosotros no -la podéis cometer.[148] - -Ahora, si amáis la verdad desnuda y el lenguaje sin artificios, -prestadme atención, oh pueblo. El poeta quiere haceros algunos cargos. -Está quejoso de vosotros, que antes le acogisteis tan bien, cuando -imitando unas veces al espíritu profético oculto en el vientre de -Euricles,[149] hizo que otros poetas os presentasen muchas comedias -suyas,[150] y afrontando otras cara a cara el peligro dirigió por su -mano sin ajeno auxilio los vuelos de su Musa. Colmado por vosotros de -gloria y honores, como ningún otro vate, no creyó, sin embargo, haber -llegado a la cúspide de la perfección, ni se enorgulleció por ello, -ni recorrió las palestras para corromper a la juventud deslumbrada -por sus triunfos.[151] Noblemente resuelto a que las Musas que le -inspiran no desciendan jamás al oficio de viles alcahuetas, ha desoído -las reclamaciones del amante, quejoso de ver ridiculizado el objeto -de su torpe pasión. Ya en el extremo de su carrera dramática no luchó -con hombres, sino que manejando intrépido la clava de Hércules, -hubo de atacar a los mayores monstruos. Principió[152] por acometer -audazmente a aquella horrenda fiera, de dientes espantosos, ojos -terribles, flameantes como los de Cinna,[153] rodeado de mil infames -aduladores que a porfía le lamen la cabeza; de voz estruendosa como -la de destructor remolino; de olor a foca y de partes secretas, que -por lo inmundas recuerdan las de los camellos[154] y las lamias.[155] -A la vista de semejante monstruo el miedo no le arrancó regalos -para apaciguarle; al contrario, sintió aumentarse su valor para -defenderos. Así, el año último dirigió de nuevo sus ataques contra -esos vampiros[156] que, pálidos, abrasados por incesante fiebre, -estrangulaban en las tinieblas a vuestros padres y abuelos, y acostados -en el lecho de los ciudadanos pacíficos enemigos de cuestiones, -amontonaban sobre ellos procesos, citaciones y testigos, hasta el -punto de que muchos acudieron aterrados al Polemarca.[157] Esto no -obstante, el año pasado abandonasteis al denodado defensor que puso -todo su ahínco en purgar de tales males a la patria, y le abandonasteis -precisamente cuando sembraba pensamientos de encantadora novedad, -cuyo crecimiento impedisteis por no haberlos comprendido bien;[158] -el autor, sin embargo, jura a menudo entre estas libaciones a Baco, -que jamás oísteis versos cómicos mejores que los suyos. Vergonzoso es -que no entendieseis de seguida su intención profunda; pero al poeta le -consuela el no haber desmerecido en la opinión de los doctos, aunque se -haya estrellado su esperanza por vencer en audacia a sus rivales. - -En adelante, queridos atenienses, amad y honrad más a los poetas que -procuran deleitaros con nuevas invenciones: recoged sus pensamientos -y guardadlos en vuestras arcas como manzanas olorosas. Si así lo -hiciereis, vuestros vestidos exhalarán todo el año un suave perfume de -sabiduría. - -En otro tiempo éramos infatigables en la danza, infatigables en la -guerra, infatigables, sobre todo, en las lides amorosas. ¡Todo, todo -ha pasado! La blancura de nuestros cabellos vence ya a la del cisne; -fuerza será, sin embargo, reanimar en estos restos el vigor juvenil; -pues mi vejez, según creo, vale más que los rizos, adornos y disolutas -costumbres de muchos jovenzuelos. - -Espectadores: si alguno de vosotros se asombra al vernos vestidos -de avispas y no comprende el objeto de nuestro aguijón, fácilmente -disiparé su ignorancia. Nosotros, a quienes veis así armados por -detrás, somos la gente ática única verdaderamente noble y autóctona; -raza valerosísima que tan insignes servicios prestó a la república -cuando el bárbaro, ganoso de arrojarnos de nuestras colmenas, invadió -este territorio llevando delante de sí el incendio y la desolación. -Al punto corrimos a su encuentro, y armados de escudo y lanza,[159] -le atacamos. La ira hervía en nuestros pechos; nos tocábamos hombre -con hombre; nos mordíamos los labios de coraje, y una nube de dardos -oscurecía el cielo:[160] por fin, con ayuda de los Dioses los -derrotamos a la caída de la tarde. Antes del combate una lechuza -había pasado sobre nuestro ejército.[161] Después les perseguimos, -clavándoles nuestro aguijón como furiosos tábanos; ellos huían y -nosotros les picábamos las mejillas y la frente; así es que para los -bárbaros nada hay ya tan temible como la avispa ática. - -Terribles éramos en aquel tiempo: nada nos amedrentaba: a bordo de las -trirremes exterminamos los enemigos. No nos cuidábamos entonces de -perorar elegantemente, ni de calumniar a nadie; toda nuestra ambición -se cifraba en ser el mejor remero. De este modo ganamos a los persas -muchas ciudades.[162] Y a nuestro valor se deben principalmente esos -tributos que hoy derrochan los jóvenes.[163] - -Si nos miráis con detención, observaréis que somos semejantes a las -avispas en nuestras costumbres y modo de vivir. En primer lugar, cuando -se nos irrita no hay animal más colérico e intratable; y en todo lo -demás hacemos lo que ellas. Reunidos en enjambres nos repartimos -en diferentes avisperos: unos vamos a juzgar con el Arconte,[164] -otros al Odeón,[165] otros con los Once,[166] y otros, pegados a la -pared[167] con la cabeza baja y sin moverse apenas, nos parecemos a -las larvas encerradas en su capullo. El procurarnos la subsistencia -nos es sumamente fácil, pues nos basta para ello picar al primero que -se presenta. Pero hay entre nosotros zánganos desprovistos de aguijón, -que se comen sin trabajar el fruto de nuestros afanes. Y es doloroso, -ciudadanos, que quien nunca peleó, quien nunca se hizo una ampolla -manejando el remo o la lanza en defensa de la república, se apodere así -de nuestro salario. Por tanto, opino que en adelante quien no tenga -aguijón no cobre el trióbolo. - - * * * * * - -FILOCLEÓN. - -No, jamás mientras viva dejaré de llevar este manto, al que debí -la salvación en aquella batalla cuando el Bóreas se desencadenó -furioso.[168] - -BDELICLEÓN. - -¿No deseas tu comodidad? - -FILOCLEÓN. - -¡Por vida de Júpiter, no hay más que hacerse hermosos trajes! El otro -día me ensucié tanto atracándome de peces fritos, que tuve que pagar -tres óbolos al quita-manchas. - -BDELICLEÓN. - -Una vez que te has puesto en mis manos, ensaya este nuevo género de -vida, y déjame cuidarte. - -FILOCLEÓN. - -Bueno, ¿qué quieres que haga? - -BDELICLEÓN. - -Quítate ese manto ordinario, y ponte en su lugar este más fino. - -FILOCLEÓN. - -Valía la pena de engendrar y criar hijos para que este pretenda ahora -asfixiarme.[169] - -BDELICLEÓN. - -Ea, póntelo y calla. - -FILOCLEÓN. - -Por los dioses, ¿qué especie de vestido es este? - -BDELICLEÓN. - -Unos le llaman pérsida, otros pelliza.[170] - -FILOCLEÓN. - -Yo creí que era una manta[171] de las que hacen en Timeta. - -BDELICLEÓN. - -No es extraño; como nunca has ido a Sardes. Si no, ya la hubieras -conocido. - -FILOCLEÓN. - -¿Yo? No, por Júpiter; pero se me figura que a lo que más se parece es -al saco peludo de Móricos.[172] - -BDELICLEÓN. - -Ni por pienso: esto se teje en Ecbatana. - -FILOCLEÓN. - -¿Hay, pues, allí intestinos de lana? - -BDELICLEÓN. - -No, hombre, no, esto lo fabrican los bárbaros sin perdonar gasto. Quizá -en esta túnica haya entrado un talento de lana. - -FILOCLEÓN. - -Entonces debía llamársela _pierde-lana_, más bien que pelliza. - -BDELICLEÓN. - -Vamos, padre mío, estate quieto un instante y póntela. - -FILOCLEÓN. - -¡Oh! ¡Qué calor tan horrible me da esta maldita túnica! - -BDELICLEÓN. - -¿Te la pones o qué? - -FILOCLEÓN. - -No, por piedad; prefiero, si es preciso, que me metas en un horno. - -BDELICLEÓN. - -Vamos, ya te la pondré yo: ven acá. - -FILOCLEÓN. - -Coge siquiera ese gancho. - -BDELICLEÓN. - -¿Para qué? - -FILOCLEÓN. - -Para sacarme antes de que me derrita. - -BDELICLEÓN. - -Quítate esos infames zapatos, y ponte este calzado lacedemonio. - -FILOCLEÓN. - -¡Cómo! ¡Yo sufrir en mis pies unos zapatos hechos por mis enemigos! - -BDELICLEÓN. - -Entra el pie y aprieta firme a la suela lacedemonia. - -FILOCLEÓN. - -No está bien que me obligues a poner el pie en suelo enemigo. - -BDELICLEÓN. - -Entra ahora el otro. - -FILOCLEÓN. - -De ninguna manera: uno de estos dedos aborrece a los lacedemonios como -el que más. - -BDELICLEÓN. - -No hay otro remedio. - -FILOCLEÓN. - -¡Infeliz de mí, no voy a tener sabañones en la vejez! - -BDELICLEÓN. - -Vamos pronto; ahora imita el paso afeminado y muelle de los ricos... -Así, como yo. - -FILOCLEÓN. - -Sea. Di, ¿a quién de los ricos me parezco más en el andar? - -BDELICLEÓN. - -¿A quién? A un divieso cubierto de un emplasto de ajos.[173] - -FILOCLEÓN. - -¡Ah, cuánto deseo pasear moviendo las caderas! - -BDELICLEÓN. - -Veamos otra cosa: ¿sabrás seguir una conversación seria delante de -hombres doctos y bien educados? - -FILOCLEÓN. - -Sí por cierto. - -BDELICLEÓN. - -¿De qué hablarás? - -FILOCLEÓN. - -De muchas cosas. Primero, de cómo Lamia, al verse cogida, produjo un -ruido sospechoso.[174] Después, de cómo Cardopión[175] y su madre... - -BDELICLEÓN. - -Déjate de fábulas y háblanos de cosas humanas, de asuntos frecuentes en -las conversaciones de familia. - -FILOCLEÓN. - -También estoy fuerte en el género familiar: había en otro tiempo un -ratón y una comadreja... - -BDELICLEÓN. - -«Estúpido e ignorante», como decía furioso Teógenes a un -limpia-letrinas. ¿Te atreverás a hablar entre hombres de ratones y -comadrejas? - -FILOCLEÓN. - -¿Pues de qué hay que hablar? - -BDELICLEÓN. - -Solo de grandezas: por ejemplo, de la excelentísima diputación, en la -que fuiste parte con Clístenes y Androcles.[176] - -FILOCLEÓN. - -¡En diputación! ¡Si jamás he ido a ninguna parte, como no haya sido a -Paros, lo cual me valió dos óbolos! - -BDELICLEÓN. - -Cuenta por lo menos cómo Efudión luchó al pancracio valerosamente con -Ascondas,[177] y aunque viejo encanecido, sin embargo conservaba puños -y riñones de hierro, robustos costados y una fortísima coraza. - -FILOCLEÓN. - -Basta, basta; no sabes lo que te dices. ¿Dónde se ha visto luchar al -pancracio[178] con coraza? - -BDELICLEÓN. - -Pues así suelen hablar los sabios. Ahora dime otra cosa. Cuando estés -en un festín con extranjeros, ¿qué hazaña de tu juventud preferirás -contarles? - -FILOCLEÓN. - -¡Oh! ¡Ya sé, ya sé! Mi más famosa hazaña, cuando robé a Ergasión[179] -los rodrigones. - -BDELICLEÓN. - -¡Vete al infierno con tus rodrigones! Eso es ridículo. Lo mejor es que -hables de tus cacerías de liebres o jabalíes, o de alguna carrera de -antorchas[180] en que tomaste parte; en fin, de cualquier hecho que -revele tu valor juvenil. - -FILOCLEÓN. - -Ahora me acuerdo de uno de los más atrevidos: siendo todavía un -rapazuelo, demandé a Failo[181] el andarín por injurias, y le vencí por -dos votos. - -BDELICLEÓN. - -Basta; recuéstate ahí para que aprendas la manera de conducirte en los -banquetes y conversaciones. - -FILOCLEÓN. - -¿Cómo me recuesto? Vamos, dime pronto. - -BDELICLEÓN. - -Con elegancia. - -FILOCLEÓN. - -¿Así? - -BDELICLEÓN. - -No. - -FILOCLEÓN. - -¿Pues cómo? - -BDELICLEÓN. - -Estira las piernas y déjate caer blandamente sobre los almohadones -como un ligero gimnasta: elogia después los vasos de bronce que haya -por allí; admira las cortinas del patio.[182] En esto presentan agua -para las manos; traen las mesas, comemos; nos lavamos; principian las -libaciones...[183] - -FILOCLEÓN. - -¿Pero acaso estamos cenando en sueños? - -BDELICLEÓN. - -La flautista preludia: los convidados son Teoro, Esquines, Fano, Cleón, -Acestor, y al lado de este otro a quien no conozco. Tú estás con ellos. -¿Sabrás continuar las canciones principiadas?[184] - -FILOCLEÓN. - -Ya lo creo; mejor que cualquier montañés.[185] - -BDELICLEÓN. - -Veamos; yo soy Cleón; el primero canta el Harmodio,[186] tú -continuarás: «Nunca hubo en Atenas un hombre...» - -FILOCLEÓN. - -«Tan canalla ni tan ladrón...» - -BDELICLEÓN. - -¿Eso piensas contestar, desdichado? ¿No ve que te confundirá a gritos y -jurará perderte, aniquilarte y expulsarte del país? - -FILOCLEÓN. - -Pues yo responderé a sus amenazas con esta otra canción: «En tu loca -ambición del supremo mando, acabarás por arruinar la república, que ya -empieza a vacilar.»[187] - -BDELICLEÓN. - -Y cuando Teoro, acostado a tus pies, cante cogiéndole la mano a Cleón: -«Amigo, tú que conoces la historia de Admeto, estima a los valientes»; -¿qué contestarás? - -FILOCLEÓN. - -Lo siguiente: «Yo no puedo ser zorro y proclamarme amigo de los dos -partidos.» - -BDELICLEÓN. - -A continuación, Esquines, hijo de Selo, hombre docto y único -diestro, cantará: «Bienes y riquezas a Clitágora,[188] a mí y a los -Tesalios...»[189] - -FILOCLEÓN. - -«Muchas hemos derrochado tú y yo.» - -BDELICLEÓN. - -Esto lo entiendes bien; mas ya es hora de ir a cenar a casa de -Filoctemon. — ¡Muchacho, muchacho! ¡Criso! Pon nuestra ración en una -cesta,[190] hoy queremos beber de largo. - -FILOCLEÓN. - -No, no; es muy peligroso el beber; después del vino se rompen las -puertas y llueven bofetones y pedradas, y al día siguiente, cuando se -han dormido los tragos, se encuentra uno que hay que pagar los excesos -de la víspera. - -BDELICLEÓN. - -No temas semejante cosa tratando con hombres honrados y corteses. O te -excusan ellos mismos con el ofendido, o tú aplicas a lo ocurrido algún -chistoso cuento esópico o sibarítico[191] de los que has oído en la -mesa: la cosa se toma a risa, y no pasa adelante. - -FILOCLEÓN. - -Pues ya merece la pena de aprender muchos cuentos eso de poder librarme -con uno de pagar cualquiera daño que cause. Ea, vamos; que nadie nos -detenga. - -CORO. - -Muchas veces he dado prueba de agudo ingenio, y jamás de estupidez; -pero me gana Aminias,[192] ese hijo de Selo, perteneciente a la raza -copetuda,[193] a quien vi un día ir a cenar con Leógoras,[194] llevando -por junto una manzana y una granada, y cuenta que es más hambriento que -Antifonte.[195] Ya fue de embajador a Farsalia,[196] pero allí solo se -reunía a los penestas,[197] padeciendo él mayor penuria que ninguno. - -¡Afortunado Autómenes,[198] cuánto envidiamos tu felicidad! Tus hijos -son los más hábiles artistas. El primero, querido de todos, canta -admirablemente al son de la cítara, y la gracia le acompaña; el segundo -es un autor cuyo mérito nunca se ponderará bastante; pero el talento -del último, de Arifrades digo, deja muy atrás al de los otros. Su -padre jura que lo ha aprendido todo por sí propio, sin necesidad de -maestro, y que solo a su talento natural debe la invención de sus -inmundas prácticas en los lupanares. Algunos han dicho que yo me -había reconciliado con Cleón porque me perseguía encarnizadamente y -me martirizaba con sus ultrajes. Ved lo que hay de cierto: cuando yo -lanzaba dolorosos gritos, vosotros os reíais a placer, y en vez de -compadecerme, solo anhelabais que la angustia me inspirase algún chiste -mordaz y divertido. Al notar esto, cejé un poco y le hice algunas -caricias. He ahí por qué «a la cepa le falta ahora su rodrigón.»[199] - -JANTIAS. - -¡Oh tortugas tres veces bienaventuradas! ¡Cuánto envidio la dura concha -que defiende vuestro cuerpo! ¡Qué sabias y previsoras fuisteis al -cubriros la espalda con un impenetrable escudo! ¡Ay, un nudoso garrote -ha surcado la mía! - -CORO. - -¿Qué sucede, niño? Porque hasta al más anciano hay derecho para -llamarle niño, cuando se deja pegar. - -JANTIAS. - -Sucede que nuestro viejo es la peor de las calamidades. Ha sido -el más procaz de todos los convidados, y cuenta que allí estaban -Hipilo, Antifonte, Lico, Lisístrato, Teofrasto, y Frínico; pues sin -embargo, a todos los dejó tamañitos su insolencia. En cuanto se -atracó de los mejores platos, empezó a bailar, a saltar, a reír, a -eructar como un pollino harto de cebada, y a sacudirme de lo lindo, -gritándome: «¡Esclavo, esclavo!» Lisístrato, al verlo así, le lanzó -esta comparación: «Anciano, pareces un piojo resucitado o un burro que -corre a la paja.» Y él, atronándonos los oídos, le replicó con esta: -«Y tú te pareces a una langosta, de cuyo manto se pueden contar todos -los hilos[200] y a Esténelo[201] despojado de su guardarropa.» Todos -aplaudieron, menos Teofrasto, que se mordió los labios como hombre bien -educado. Entonces, encarándosele nuestro viejo, le dijo: «Di tú, ¿a -qué te das tanto tono, y te las echas de persona? Ya sabemos que vives -a costa de los ricos a fuerza de bufonadas.» Así continuó dirigiendo -insultos semejantes a todos, diciendo los chistes más groseros, -cantando historias necias e importunas. Después se ha dirigido hacia -aquí, completamente ebrio, pegando a cuantos encuentra. Mirad, ahí -viene haciendo eses. Yo me largo, para evitar nuevos golpes. - -FILOCLEÓN.[202] - -Dejadme: marchaos. Voy a dar que sentir a algunos de los que se -obstinan en perseguirme. ¿Os largaréis, bribones? Si no, os tuesto con -esta antorcha. - -BDELICLEÓN. - -A pesar de tus baladronadas juveniles, te juro que mañana nos has de -pagar tus atropellos. Vendremos en masa a citarte a juicio. - -FILOCLEÓN. - -¡Ja, ja! ¡A citarme! ¡Qué vejeces! ¿No sabéis que ya ni puedo oír -hablar de pleitos? ¡Ja, ja! Ahora tengo otros gustos: tirad las -urnas. ¿No os vais? ¿Dónde esta el juez? Decidle que se ahorque. (_A -la cortesana._) Sube, manzanita de oro, sube agarrada a esta cuerda; -cógela, pero con precaución, que está algo gastada; sin embargo aún le -gusta que la froten. ¿No has visto con qué astucia te he sustraído a -las torpes exigencias de los convidados? Debes probarme tu gratitud. -Pero no lo harás, demasiado lo sé; ni siquieras lo intentarás; me -engañarás y te reirás en mis narices como lo has hecho con tantos -otros. Oye, si me quieres y me tratas bien, cuando muera mi hijo me -comprometo a sacarte del lupanar y tomarte por concubina, amorcito mío. -Ahora no puedo disponer de mis bienes; soy joven y me atan corto: mi -hijito no me pierde de vista; es gruñón, insoportable y tacaño hasta -partir en dos un comino y aprovechar la pelusilla de los berros. Su -único miedo es el que me eche a perder, pues no tiene más padre que yo. -Pero ahí está. Se dirige apresuradamente hacia nosotros. Hazle frente. -Coge esas teas. Voy a jugarle una partida de muchacho, como él a mí -antes de iniciarme en los misterios. - -BDELICLEÓN. - -¡Hola, hola, viejo verde! Parece que nos gustan los lindos ataúdes. Mas -lo juro por Apolo, no harás eso impunemente. - -FILOCLEÓN. - -¡Ah! tú te comerías a gusto un proceso en vinagre. - -BDELICLEÓN. - -¿No es una indecencia burlarme de ese modo, y arrebatar su flautista a -los convidados? - -FILOCLEÓN. - -¿Qué flautista? ¿Has perdido el juicio, o sales de alguna tumba? - -BDELICLEÓN. - -Por Júpiter, esa dardaniense[203] que está contigo. - -FILOCLEÓN. - -¡Ca! Si es una antorcha encendida en la plaza en honor a los -dioses.[204] - -BDELICLEÓN. - -¿Una antorcha? - -FILOCLEÓN. - -Sí, una antorcha.[205] ¿No ves que es de diversos colores? - -BDELICLEÓN. - -¿Qué es eso negro que tiene en medio? - -FILOCLEÓN. - -La pez que se derrite al quemarse. - -BDELICLEÓN. - -Y eso en la parte posterior. ¿No es su trasero? - -FILOCLEÓN. - -No, es el cabo de la antorcha que sobresale. - -BDELICLEÓN. - -¿Qué dices? ¿Cuál cabo? Vamos, ven acá. - -FILOCLEÓN. - -¡Eh, eh! ¿Qué intentas? - -BDELICLEÓN. - -Llevármela y quitártela: estás ya gastado e impotente. - -FILOCLEÓN. - -Escucha un momento. Asistía yo a los juegos olímpicos cuando -Efudión,[206] aunque viejo, luchó valerosamente con Ascondas, -concluyendo el anciano por hundir de un puñetazo al joven. Sírvate de -aviso, por si se me ocurriese reventarte un ojo. - -BDELICLEÓN. - -¡Por Júpiter! Conoces bien a Olimpia. - - * * * * * - -UNA PANADERA. (_A Bdelicleón._) - -Socórreme, en nombre de los dioses. Ese hombre me ha arruinado; al -pasar, agitando a tontas y a locas su antorcha, me ha echado a rodar -por la plaza diez panes de a óbolo, y además otros cuatro. - -BDELICLEÓN. - -¿Ves lo que has hecho? Tu dichoso vino nos va a llenar de pleitos la -casa. - -FILOCLEÓN. - -No lo creas; un cuentecillo alegre lo arreglará todo: verás cómo me -reconcilio con esta. - -LA PANADERA. - -Te juro por las dos diosas[207] que no te reirás impunemente de Mirtia, -hija de Ancilión y de Sóstrata, después de haberle echado a perder sus -mercancías. - -FILOCLEÓN. - -Escucha, mujer: voy a contarte una fábula muy chistosa. - -LA PANADERA. - -¿Fabulitas a mí, viejo chocho? - -FILOCLEÓN. - -Al volver una noche Esopo de un banquete le ladró atrevida cierta perra -borracha: «¡Ah perra, perra, le dijo entonces, si cambiases tu maldita -lengua por un poco de trigo, me parecerías más sensata!» - -LA PANADERA. - -¡Cómo! ¿Te burlas de mí? Pues bien; quienquiera que seas, te cito ante -los inspectores del mercado,[208] para que me indemnices daños y -perjuicios. Querefonte,[209] que está ahí, será mi testigo. - -FILOCLEÓN. - -Pero, por mi vida, oye a lo menos lo que voy a decirte: quizá te -agrade más. Laso[210] y Simónides tenían en cierta ocasión un certamen -poético, y Laso dijo: «Poco me importa.» - -LA PANADERA. - -¡Muy bien! Como tú, ¿verdad? - -FILOCLEÓN. - -¿Y tú, Querefonte, vas a ser testigo de esa mujer amarilla,[211] de esa -Ino[212] precipitándose desde una roca a los pies de Eurípides? - -BDELICLEÓN. - -Ahí se acerca otro: según parece, también a citarte, pues viene con un -testigo. - - * * * * * - -UN ACUSADOR. - -¡Qué desdichado soy!... Anciano, te demando por injurias. - -BDELICLEÓN. - -¿Por injurias? ¡Ah, no, por piedad, no lo demandes! Yo te pagaré cuanto -pidas, y aun así te quedaré agradecido. - -FILOCLEÓN. - -Yo también quiero reconciliarme con él: confieso francamente que le he -pegado y apedreado. (_Al acusador._) Pero acércate más: ¿me permites -que yo solo señale la cantidad que debe dársete como indemnización, y -que en adelante sea amigo tuyo, o prefieres fijarla tú? - -EL ACUSADOR. - -Habla tú, pues detesto los pleitos y negocios. - -FILOCLEÓN. - -Cierto Sibarita se cayó de un carro y se infirió una grave herida en -la cabeza: es de advertir que no entendía gran cosa de equitación. -Acercósele entonces uno de sus amigos, y le dijo: «Ejercítese cada cual -en el arte que sepa»; por tanto, corre a curarte en casa de Pítalo.[213] - -BDELICLEÓN (_A Filocleón._) - -Persistes en tus costumbres. - -EL ACUSADOR (_Al testigo._) - -Acuérdate de su respuesta. - -FILOCLEÓN. - -Oye, no te vayas. En cierta ocasión rompió una mujer en Síbaris el -cofre de los procesos... - -EL ACUSADOR (_Al testigo._) - -También te tomo por testigo de lo que dice. - -FILOCLEÓN (_Al acusador._) - -...El cual cofre hizo atestiguar el hecho; pero la Sibarita le -contestó: «¡Por Proserpina, déjate de testigos y cómprate cuanto antes -una ligadura; eso tendrá más sentido común!» - -EL ACUSADOR (_A Filocleón._) - -¡Búrlate! ¡búrlate! ¡Ya veremos cuando el arconte mande traer a la -vista tu causa! - -BDELICLEÓN (_A Filocleón._) - -¡Por Ceres, no estarás aquí más tiempo! Voy a llevarte a la fuerza. - -FILOCLEÓN. - -¿Qué haces? - -BDELICLEÓN. - -¿Qué hago? Llevarte adentro. De otro modo no va a haber testigos -suficientes para los infinitos que te demandan. - -FILOCLEÓN. - -Un día los de Delfos...[214] - -BDELICLEÓN. - -Poco me importa. - -FILOCLEÓN. - -...Acusaron a Esopo de haber robado un vaso de Apolo; entonces él contó -que una vez el escarabajo...[215] - -BDELICLEÓN. - -¡Oh, vete al infierno! Me matas con tus escarabajos. - -(_Bdelicleón se lleva a su padre._) - -CORO. - -Envidio tu felicidad, anciano. ¡Qué cambio en su áspera existencia! -Siguiendo prudentes consejos, va a vivir entre placeres y delicias. -Quizá los desatienda, porque es difícil cambiar el carácter que se tuvo -desde la cuna. Sin embargo, muchos lo consiguieron; consejos ajenos -han logrado modificar a veces nuestras costumbres, ¡Cuántas alabanzas -no alcanzará por esto, en mi opinión y en la de los sabios, el hijo -de Filocleón, tan discreto y cariñoso con su padre! Jamás he visto un -joven tan comedido, de tan amables costumbres. Ninguno me ha regocijado -como él. En todas las respuestas que daba a su padre resplandecía la -razón y el deseo de inspirarle más decorosas aficiones. - - * * * * * - -JANTIAS. - -¡Por Baco! Sin duda algún Dios ha revuelto y embrollado nuestra casa. -El viejo, después de haber bebido y haber oído largo rato tocar la -flauta, ebrio de placer, repite toda la noche las antiguas danzas que -Tespis[216] hacía ejecutar a sus coros. Pretende demostrar, bailando -incesantemente, que los trágicos modernos son todos unos lelos sin -sustancia. - -FILOCLEÓN (_Declamando_). - -¿Quién se sienta a la entrada del vestíbulo?[217] - -JANTIAS. - -La calamidad se aproxima. - -FILOCLEÓN. - -Apartad las vallas. Va a principiar el baile... - -JANTIAS. - -Mejor dirás la locura. - -FILOCLEÓN. - -...Que aligera mi pecho con su impetuosidad. ¡Cómo mugen mis narices! -¡Cómo suenan mis vértebras!... - -JANTIAS. - -Bien te vendría una toma de eléboro.[218] - -FILOCLEÓN. - -Frínico[219] se asusta como un gallo... - -JANTIAS. - -Pongámonos en salvo. - -FILOCLEÓN. - -...Que agita sus patas en el aire. - -JANTIAS. - -¡Eh! mira dónde pisas. - -FILOCLEÓN. - -¡Con flexibilidad juegan todos mis miembros! - -JANTIAS. - -Nada, está visto, es una verdadera locura. - -FILOCLEÓN. - -Ahora desafío a todos mis rivales. Si hay algún trágico que se precie -de danzar bien, venga por acá y tendremos un certamen coreográfico... -¿Se presenta alguno? - -BDELICLEÓN. - -Este solo. - -FILOCLEÓN. - -¿Quién es ese desgraciado? - -BDELICLEÓN. - -El hijo segundo de Carcino.[220] - -FILOCLEÓN. - -Pronto lo anonadaré; voy a molerle a puñetazos acompasados; pues no -entiende una palabra de ritmos. - -BDELICLEÓN. - -Pero, ¡infeliz!, ahí viene su hermano, otro trágico carcinita. - -FILOCLEÓN. - -Voy haciendo provisiones para el almuerzo. - -BDELICLEÓN. - -Sí, pero solo de cangrejos;[221] por que ahí llega un tercer hijo de -Carcino. - -FILOCLEÓN. - -¿Qué es eso que se arrastra? ¿Es una araña o una vinagrera?[222] - -BDELICLEÓN. - -Es un cangrejillo; el más pequeño de la familia. También poeta trágico. - -FILOCLEÓN. - -¡Oh Carcino, padre feliz de tan hermosa familia! ¡Qué banda de -reyezuelos[223] desciende sobre mí! Fuerza es, ¡ay triste!, que me bata -con ellos. Preparad la salmuera, por si salgo vencedor. - -CORO. - -Ea, apartémonos un poco, para que puedan hacer sus pruebas delante de -nosotros. - -Ea, ilustres hijos de un habitante del mar,[224] hermanos de los -langostinos, danzad sobre la arena en la orilla del estéril piélago. -Moved en círculo vuestros pies; levantad las piernas como Frínico, y al -verlas en el aire, lanzarán gritos de asombro los espectadores. - -Gira sobre ti mismo, da vueltas; levanta la pierna hasta el cielo; -trasfórmate en un torbellino. Ahí se adelanta el mismo rey del mar, el -padre de tus rivales, orgulloso de sus hijos. Mas si tenéis gusto en -danzar, hacednos salir cuanto antes, pues nunca hasta ahora se ha visto -terminar la comedia con un baile del coro.[225] - - -FIN DE LAS AVISPAS. - - - - -LA PAZ. - - - - -NOTICIA PRELIMINAR. - - -Cleón y Brásidas, generales de Atenas y Lacedemonia, murieron en un -mismo combate; aquel al retirarse fugitivo, y este en brazos de la -victoria. «Después de la derrota de los atenienses ante Anfípolis, dice -Tucídides,[226] y de la muerte de Brásidas y Cleón, los más ardientes -partidarios de la guerra, el primero porque le debía sus triunfos y -su gloria, y el segundo porque no dejaba de prever que en tiempos -normales serían más patentes sus prevaricaciones y menos atendidas sus -calumnias, los hombres que en ambas ciudades aspiraban a desempeñar -el principal papel, Plistoánax, hijo de Pausanias, rey de Esparta, -y Nicias, hijo de Nicerato, el general afortunado como ninguno, se -declararon en favor de la paz. Pactose está por cincuenta años tras -largas negociaciones, aunque la reconciliación de las dos repúblicas -enemigas siempre tuvo más de aparente que de real.» Alcibíades, cuya -desmedida ambición era un continuo peligro, pues aspiraba no menos -que a recoger la herencia de Pericles, y atropellando por todo, -trataba de comprometer a su patria en una nueva guerra, atizó con sus -intrigas los enconados odios que en el corazón de ambas ciudades se -revolvían; y tal maña se dio que en el año 420 antes de nuestra era, -decimotercio de la guerra del Peloponeso, era ya inminente una nueva -ruptura de hostilidades. Para contener, si era posible, tan espantoso -mal, escribió _La Paz_ Aristófanes, comedia cuyo objeto, idéntico al de -_Los Acarnienses_, es inspirar al pueblo profunda aversión a una guerra -desastrosa y funesta, y confirmarle en el amor a las dulzuras del -estado pacífico, que apenas había empezado a saborear. Para lograr tan -levantado fin, acude el poeta tanto a su inagotable imaginación como -a la audaz energía de que tan elocuente muestra son sus _Caballeros_, -pues a un tiempo que pinta con poético colorido las ventajas de la paz -y da existencia y vida a las más inanimadas abstracciones, levanta con -atrevida mano el hipócrita velo con que se encubrían los enemigos del -reposo público, mostrando al desnudo sus miras interesadas, sus bajas -intenciones y su sospechosa ambición. Los dos partidos que entonces -dividían a Atenas aparecen en _La Paz_ tras una alegoría transparente: -el populacho, los demagogos, las gentes que no teniendo nada que -perder se agrupaban alderredor de Alcibíades, en aquella jarcia de -comerciantes de lanzas, cascos y escudos; y las personas sensatas y -sinceramente amantes de su país, en el noble coro de labradores que -ayuda al audaz Trigeo en la peligrosa tarea de libertar a la patria. -Veamos cómo desarrolla Aristófanes la acción. - -Trigeo o _viñador_, condolido de los males que afligen a su patria, -se propone subir al Olimpo en demanda de la Paz; el único medio que -para ello se le ocurre, es alimentar un enorme escarabajo, recordando -la fábula de Esopo en que aquel animalejo consigue llegar hasta el -regazo del padre de los dioses. Caballero en el nuevo Pegaso, lánzase -atrevidamente a los aires, desoyendo las advertencias de su atribulada -familia. Llega por fin al cielo, donde Mercurio, después de un -recibimiento descortés, se aviene a indicarle el modo de desenterrar a -la Paz. Aparécese en esto la Guerra acompañada del Tumulto, y pone a la -vista sus violencias majando en un inmenso mortero ciudades y regiones, -mientras la Paz permanece relegada al fondo de una caverna, obstruida -por enormes peñascos. Trigeo trata de darla libertad y convoca al -efecto a ciudadanos de todos los países, principalmente labradores, que -aparecen armados de cables y palancas. No todos ponen, sin embargo, -igual ahínco en la consecución de la obra, pues mientras los atenienses -y lacedemonios tiran con todas sus fuerzas, los de Mégara blandean por -el hambre, y los de Argos y Beocia tratan, fingiendo ayuda, de anular -sus esfuerzos con ánimo de obtener durante la guerra pingües subsidios -de todos los beligerantes. Por fin la cautiva aparece, y con ella Opora -y Teoría, personificaciones de la abundancia y de las fiestas anejas a -la Paz. En medio del mayor júbilo se ofrece a la deidad rescatada un -sacrificio, turbado solo por las pretensiones de Hierocles, sacerdote -famélico, y las quejas de los vendedores de armas, a los que el nuevo -orden de cosas va a arruinar. - -La comedia concluye con las bodas de Trigeo y la Abundancia, celebradas -por un alegre y estrepitoso canto de Himeneo. - -Adolece esta pieza de un defecto capital, y es que la ficción -admirablemente sostenida hasta que la Paz sale de la caverna, decae -desde este momento y se arrastra lánguidamente hasta el final. Ni los -más picantes chistes, ni multitud de encantadores detalles, parecidos, -como dice Pierron,[227] a islotes de pura poesía sobrenadando en un -mar de obscenidades y bajezas, ni el diálogo siempre intencionado -y vivo bastan para disimular la pobreza de la acción, que desde el -verso 520,[228] es decir, mucho antes de la mitad de la comedia, queda -reducida a los preparativos necesarios para el ofrecimiento de un -holocausto y la celebración de unas bodas. A esto se agrega, observa -Brumoy,[229] el hallarse llena _La Paz_, más que otras comedias, de -enigmas, alusiones, metáforas y figuras de toda especie, cuyo gusto, -aunque no lo podamos apreciar con la debida precisión, sin embargo, -no era de los más selectos, pues fue ya objeto de acerbas críticas -por parte de los contemporáneos de Aristófanes,[230] hasta tal punto -que este, según la opinión más probable, los corrigió en una segunda -edición, en la cual la Paz, personaje mudo en la conservada, debía de -intervenir en el diálogo y la acción con su compañera la Agricultura. - -_La Paz_ se representó el año 13 de la guerra del Peloponeso, 420 antes -de nuestra era, cuya fecha fija suficientemente Aristófanes en el verso -998 de la misma,[231] y obtuvo en el certamen el segundo lugar. «Quizá, -observa un discreto intérprete,[232] al negarle los jueces la primera -corona, quisieron castigar al poeta por haber tenido razón contra la -ceguera popular.» - - - - -PERSONAJES. - - - DOS ESCLAVOS DE TRIGEO. - TRIGEO. - MUCHACHAS, HIJAS DE TRIGEO. - MERCURIO. - LA GUERRA. - EL TUMULTO. - CORO DE LABRADORES. - HIEROCLES, adivino. - UN FABRICANTE DE HOCES. - UN FABRICANTE DE PENACHOS. - UN VENDEDOR DE CORAZAS. - UN FABRICANTE DE TROMPETAS. - UN FABRICANTE DE CASCOS. - UN FABRICANTE DE LANZAS. - UN HIJO DE LÁMACO. - UN HIJO DE CLEÓNIMO. - LA PAZ. } - OPORA O LA ABUNDANCIA. } Personajes mudos. - TEORÍA. } - - * * * * * - -La acción pasa al principio delante de la casa de Trigeo. - - - - -LA PAZ. - - -ESCLAVO PRIMERO. - -Vamos, vamos, trae pronto su pastelito al escarabajo. - -ESCLAVO SEGUNDO. - -Toma, dáselo a ese maldito. ¡Ojalá no coma otro mejor! - -ESCLAVO PRIMERO. - -Dale otro de excremento de asno. - -ESCLAVO SEGUNDO. - -Ahí lo tienes también. ¿Pero dónde está el que le trajiste hace un -momento? ¿Se lo ha comido ya? - -ESCLAVO PRIMERO. - -¡Pues ya lo creo! Me lo arrebató de las manos, le dio una vueltecilla -entre las patas, y se lo tragó enterito. Hazle, hazle otros más grandes -y espesos. - -ESCLAVO SEGUNDO. - -¡Oh limpia-letrinas, socorredme en nombre de los dioses, si no queréis -que me asfixie! - -ESCLAVO PRIMERO. - -Otro, otro, confeccionado con excrementos de bardaje; ya sabes que le -gusta la masa muy molida. - -ESCLAVO SEGUNDO. - -Toma; lo que me consuela es hallarme al abrigo de una sospecha: nadie -dirá que me como la pasta al amasarla. - -ESCLAVO PRIMERO. - -¡Puf! Venga otro, otro, y otro; no ceses de amasar. - -ESCLAVO SEGUNDO. - -¡Imposible! No puedo resistir ya el olor de esta letrina. Voy a -llevarlo todo adentro. - -ESCLAVO PRIMERO. - -Idos al infierno ella y tú. - -ESCLAVO SEGUNDO. - -¿No me dirá alguno de vosotros que lo sepa, dónde podré comprar una -nariz sin agujeros? Porque es el más repugnante de los oficios, esto -de ser cocinero de un escarabajo. Al fin un cerdo o un perro se tragan -nuestros excrementos tal y como se los encuentran, mas este animal -anda siempre en repulgos, y ni aun se digna tocarlos, si no me he -estado amasando un día entero la bolita, como si hubiera de ofrecerse -a una joven delicada. Pero veamos si ha concluido de comer; voy a -entreabrir un poquito la puerta, para que él no me distinga. ¡Traga, -traga, atrácate hasta que revientes! ¡Cómo devora el maldito! Mueve las -mandíbulas como un atleta sus membrudos brazos: luego agita la cabeza -y las patas, como los que enrollan cables en las naves de carga. ¡Qué -animal tan voraz, fétido e inmundo! No sé qué dios nos ha enviado -semejante regalo, pero seguramente no han sido ni Venus ni las Gracias. - -ESCLAVO PRIMERO. - -¿Pues cuál? - -ESCLAVO SEGUNDO. - -Solo ha podido ser Júpiter fulminante.[233] Pero sin duda algún -espectador, alguno de esos jóvenes presumidos de sabios, estará -diciendo ya: ¿Qué es esto? ¿Qué significa ese escarabajo? Y un -jonio[234] sentado a su lado, estoy seguro de que le responde: Todo -esto, si no me engaño, se refiere a Cleón, pues es el único que no -tiene reparo en alimentarse de basura.[235] Pero voy a dar agua al -escarabajo. - - * * * * * - -ESCLAVO PRIMERO. - -Y yo voy a explicar el asunto a los niños, a los mozos, a los hombres, -a los viejos, y a los que han traspasado el término ordinario de la -vida. Mi señor tiene una rara locura, no la vuestra,[236] sino otra -completamente nueva. Todo el día se lo pasa mirando al cielo, con la -boca abierta, e increpando a Júpiter de este modo: ¡Oh Júpiter! ¿Qué -intentas? Depón tu escoba, no barras la Grecia. - - * * * * * - -TRIGEO[237] (_Dentro_). - -¡Ay! ¡Ay! - -ESCLAVO PRIMERO. - -Callemos. Se me figura haber oído su voz. - -TRIGEO. - -¡Oh Júpiter! ¿Qué intentas hacer de nuestra patria? ¿No ves que se -despueblan las ciudades? - -ESCLAVO PRIMERO. - -He ahí la manía de que acabo de hablaros. Esas palabras pueden daros -una idea de ella; yo os diré las que pronunciaba cuando principió -a revolvérsele la bilis. Hablando aquí mismo a solas, exclamaba: -«¿Cómo podría yo ir derecho a Júpiter?» Construyó al efecto escalas -muy ligeras, por las cuales, sirviéndose de pies y manos, trataba -de subir al cielo, hasta que se cayó, rompiéndose la cabeza. Ayer -se fue corriendo a no sé dónde, y volvió a casa con este enorme -escarabajo, ligero como un caballo del Etna,[238] obligándome a ser -su palafrenero. Mi amo le acaricia como si fuese un potro, y le dice: -«Pegasillo mío, generoso volátil, llévame de un vuelo hasta el trono -de Júpiter.»[239] Pero voy a ver por esta rendija lo que hace. ¡Oh -desgraciado! ¡Favor, favor, vecinos! ¡Mi dueño sube por el aire montado -en el escarabajo! - - * * * * * - -TRIGEO (_En la escena_). - -Despacio, despacio; poco a poco, escarabajo mío; refrena algo tu -fogosidad; no confíes demasiado en tu fuerza; aguarda a que, después de -sudar, el rápido movimiento de las alas haya dado agilidad a tus remos. -Sobre todo, no despidas ningún mal olor; si estás dispuesto a hacerlo, -más vale que te quedes en casa. - -ESCLAVO PRIMERO. - -¡Oh dueño mío! ¿Estás loco? - -TRIGEO. - -¡Silencio! ¡Silencio! - -ESCLAVO PRIMERO. - -¿Pero a dónde diriges tu vuelo, temerario? - -TRIGEO. - -Vuelo para hacer la felicidad de todos los griegos; por ellos llevo a -cabo esta nueva y atrevida empresa. - -ESCLAVO PRIMERO. - -Mas ¿qué intentas? ¡Oh, qué inútil locura! - -TRIGEO. - -Nada de palabras de mal agüero. Al contrario, pronúncialas favorables. -Manda callar a todos; haz que cubran con nuevos ladrillos las letrinas -y cloacas, y que se pongan un tapón en el trasero.[240] - -ESCLAVO PRIMERO. - -No, no callaré, si no me dices a dónde enderezas el vuelo. - -TRIGEO. - -¿A dónde he de ir sino al cielo, a ver a Júpiter? - -ESCLAVO PRIMERO. - -¿Con qué intención? - -TRIGEO. - -Con la de preguntarle qué piensa hacer de todos los griegos. - -ESCLAVO PRIMERO. - -¿Y si no te lo dice? - -TRIGEO. - -Le citaré a juicio y le acusaré de hacer traición a los griegos en -favor de los persas.[241] - -ESCLAVO PRIMERO. - -Por Baco, no harás eso mientras yo viva. - -TRIGEO. - -Pues no es posible otra cosa. - -ESCLAVO PRIMERO. - -¡Ay, ay, ay! Chiquitas, que vuestro padre os abandona marchándose al -cielo de tapadillo. ¡Ah! Suplicadle, suplicadle, pobrecitas huérfanas. - -LA MUCHACHA. - -¡Padre, padre! ¿Será verdad, como acaban de decirnos, que nos abandonas -para ir a perderte con las aves en la región de los cuervos? Di, padre -mío, ¿es verdad? Respóndeme, si me amas. - -TRIGEO. - -Sí, me marcho. Cuando me pedís pan, hijas mías, llamándome papá, se me -parte el corazón al no hallar en toda la casa ni la sombra de un óbolo. -Si salgo bien de la empresa, tendréis siempre que queráis una gran -torta, sazonada con un buen bofetón.[242] - -LA MUCHACHA. - -Mas ¿cómo vas a hacer ese viaje? No hay navío que pueda conducirte. - -TRIGEO. - -Iré sobre este corcel alado; no necesito embarcarme. - -LA MUCHACHA. - -Pero, padre, ¿cómo se te ha ocurrido subir al cielo montado en un -escarabajo? - -TRIGEO. - -Las fábulas de Esopo[243] dicen que es el único volátil que ha llegado -hasta los dioses. - -LA MUCHACHA. - -¡Padre mío, padre mío! Eso es un cuento increíble. ¿Cómo ha podido -llegar hasta los dioses un animal tan inmundo? - -TRIGEO. - -Subió por la enemistad que tuvo con el águila, y se vengó haciendo una -tortilla con sus huevos. - -LA MUCHACHA. - -¿No era mejor que montases el alígero Pegaso y te presentases a los -dioses con más trágico continente?[244] - -TRIGEO. - -Tontuela, ¿no conoces que hubiera necesitado doble provisión? Mientras -así este se alimentará con lo que yo haya digerido. - -LA MUCHACHA. - -Y si cae del piélago en los húmedos abismos,[245] ¿cómo podrá salir a -flote un animal alado? - -TRIGEO. - -Llevo un timón[246] que emplearé si hay necesidad; todo quedará -reducido a que me sirva de nave un escarabajo de Naxos.[247] - -LA MUCHACHA. - -Después del naufragio, ¿qué puerto te acogerá? - -TRIGEO. - -¿Pues no hay en el Pireo el puerto del Escarabajo?[248] - -LA MUCHACHA. - -Ten mucho cuidado de no tropezar y caer. Si te quedas cojo, -darás asunto a Eurípides para una tragedia, de la cual serás -protagonista.[249] - -TRIGEO. - -Eso es cuenta mía. Adiós. (_A los espectadores._) Vosotros, en cuyo -obsequio sufro estos trabajos, absteneos durante tres días de todo -desahogo, sólido ni fluido:[250] pues, si al cernerse en las alturas -percibe mi corcel algún olor, se precipitará sobre la tierra y burlará -mis esperanzas. Adelante, Pegaso mío; haz resonar tu freno de oro, -endereza las orejas. ¡Oh! ¿Qué haces, qué haces? ¿Por qué vuelves -la cabeza hacia las letrinas? Levántate atrevidamente de la tierra, -y desplegando tus veloces alas, vuela en línea recta al palacio -de Júpiter. Aparta por hoy el hocico de la basura, y de todos tus -alimentos cotidianos. ¡Eh, buen hombre! ¿Qué haces ahí? A ti te digo, -que haces tus necesidades en el Pireo, junto al Lupanar. ¿Quieres -que me mate? ¿Quieres que me mate? Ocúltalo pronto, cúbrelo con un -gran montón de tierra, planta encima serpol y riégalo con perfumes, -pues si llego a caer ahí y a causarme grave daño, en castigo de mi -muerte tendrá que pagar cinco talentos la ciudad de Quíos[251] por -tu condenado trasero. ¡Ay! ¡Ay! ¡Qué miedo! ¡Ya no tengo ganas de -bromas! Mucha atención, maquinista. Un viento rebelde gira alderredor -de mi ombligo: si no tienes suma precaución, voy a echarle un pienso -al escarabajo.[252] Mas no debo estar lejos de los dioses, pues ya -distingo la morada de Júpiter. ¿Quién es ese que está en la puerta? -Abrid. - -(_La escena cambia y representa el cielo._) - - * * * * * - -MERCURIO. - -Se me figura que huelo a hombre (_viendo a Trigeo_). ¡Oh Hércules! ¿Qué -monstruo es ese que veo? - -TRIGEO. - -Un hipocántaro.[253] - -MERCURIO. - -Infame, atrevido, desvergonzado, bribón, rebribón, bribón más que todos -los bribones juntos, ¿cómo has subido hasta aquí? ¿Cómo te llamas? -¡Pronto! - -TRIGEO. - -Bribón. - -MERCURIO. - -¿De dónde eres? ¡Contesta! - -TRIGEO. - -Bribón. - -MERCURIO. - -¿Quién es tu padre? - -TRIGEO. - -¿El mío? Bribón. - -MERCURIO. - -¡Por la Tierra! Vas a morir si no me dices tu nombre. - -TRIGEO. - -Soy Trigeo el Atmonense,[254] viñador honrado, enemigo de pleitos y -delaciones. - -MERCURIO. - -¿A qué has venido? - -TRIGEO. - -A traerte estas viandas. - -MERCURIO. - -¡Oh pobrecillo! ¿Qué tal, qué tal el viaje?[255] - -TRIGEO. - -Glotonazo, ¿ya no te parezco bribón? Ea, vete a llamar a Júpiter. - -MERCURIO. - -¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! No creas que estás cerca de los dioses. Ayer mismo -emigraron. - -TRIGEO. - -¿A qué lugar de la Tierra? - -MERCURIO. - -¡Oh! ¿De la Tierra? - -TRIGEO. - -En fin, ¿a dónde? - -MERCURIO. - -Lejos, muy lejos, al sitio más escondido y apartado de los cielos. - -TRIGEO. - -¿Cómo te has quedado aquí solo? - -MERCURIO. - -Para guardar la vajilla restante, los pucherillos, las tablillas y las -pequeñas ánforas.[256] - -TRIGEO. - -¿Pero por qué han emigrado los dioses? - -MERCURIO. - -Por odio a los griegos. En los lugares que les estaban destinados han -alojado a la guerra dándole amplios poderes para que os trate a su -antojo. Ellos se han retirado muy lejos, por no presenciar vuestros -combates ni oír vuestras súplicas. - -TRIGEO. - -¿Por qué razón nos tratan así? Dime. - -MERCURIO. - -Porque habéis preferido la guerra a la paz con que os han brindado -mil veces. Los lacedemonios, si llegaban a conseguir alguna pequeña -ventaja, exclamaban en seguida: «Por los Dióscuros,[257] nos la han -de pagar los atenienses.» Por el contrario, si los atenienses salíais -algo mejor librados y los lacedemonios venían a tratar de la paz, la -contestación ya se sabía que había de ser: «Por Minerva,[258] no nos la -pegáis; por Júpiter, no hay que darles crédito; ellos volverán mientras -tengamos a Pilos.»[259] - -TRIGEO. - -Cierto, ese es nuestro lenguaje. - -MERCURIO. - -Por lo cual no sé si volveréis a ver a la Paz. - -TRIGEO. - -¿Pues a dónde se ha ido? - -MERCURIO. - -La Guerra la hundió en una profunda caverna. - -TRIGEO. - -¿En cuál? - -MERCURIO. - -Ahí, en ese abismo; ¿no ves cuántos peñascos ha amontonado encima para -que nunca podáis recobrarla? - -TRIGEO. - -Y dime, ¿qué calamidad nos prepara? - -MERCURIO. - -Lo ignoro; solo sé que ayer a la tarde trajo un mortero de prodigioso -tamaño. - -TRIGEO. - -¿Qué hará con ese mortero? - -MERCURIO. - -Piensa machacar en él las ciudades. Pero me marcho; si no me engaño, va -a salir; ¡cómo alborota ahí dentro! - -TRIGEO. - -¡Ah, pobre de mí! ¡Huyamos! Yo también oigo el estruendo del mortero -bélico. - - * * * * * - -LA GUERRA (_Trayendo un enorme mortero_). - -¡Guay mortales, mortales, desdichados mortales! ¡Temblad por vuestras -mandíbulas! - -TRIGEO. - -¡Oh poderoso Apolo, qué inmenso mortero! ¡Qué daño hace la sola vista -de la Guerra! ¡Ese, ese es el monstruo sanguinario y cruel del cual -huimos! ¡Oh, cómo se apoya sobre sus piernas![260] - -LA GUERRA. - -¡Oh Prasias, Prasias,[261] y una, y cien, y mil veces desgraciada, hoy -feneces para siempre! - -TRIGEO. - -Hasta ahora, ciudadanos, nada va con vosotros; ese golpe cae sobre -Lacedemonia. - -LA GUERRA. - -¡Ah Mégara, Mégara, cómo te voy a majar! Toda vas a ser reducida a -menudo picadillo. - -TRIGEO. - -¡Oh, oh! ¡Cuántas y cuán amargas lágrimas para los Megarenses![262] - -LA GUERRA. - -¡Ah Sicilia, también tú pereces! - -TRIGEO. - -¡Míseras ciudades, vais a ser ralladas como queso! - -LA GUERRA. - -Ea, mezclemos un poco de miel del Ática.[263] - -TRIGEO. - -¡Eh! no, te aconsejo que emplees otra; esa cuesta a cuatro óbolos; -economiza la miel del Ática. - -LA GUERRA. - -¡Hola! ¡eh, Tumulto! - - * * * * * - -EL TUMULTO. - -¿Qué me quieres? - -LA GUERRA. - -¡Mucho ojo! ¿Te estás mano sobre mano, eh? Pues toma esta puñada. - -TRIGEO. - -¡Soberbio golpe! - -EL TUMULTO. - -¡Ay! señora. - -TRIGEO. - -¿Qué? ¿Se había untado el puño con ajos?[264] - -LA GUERRA. - -Tráeme volando una mano de mortero. - -EL TUMULTO. - -Pero, dueña mía, si no tenemos ninguna: como solo estamos aquí desde -ayer... - -LA GUERRA. - -Vete a buscar una en Atenas; pero ¡vivo, vivo! - -EL TUMULTO. - -Ya corro. ¡Pobre de mí, si no la traigo! - -TRIGEO. - -Ea, ¿qué haremos, míseros mortales? Ya veis qué espantoso peligro nos -amenaza. Si vuelve con la mano de mortero, esta va a entretenerse en -triturar a su gusto las ciudades. ¡Oh Baco, que muera antes de traerla! - -LA GUERRA.[265] - -¿Qué? - -EL TUMULTO. - -¿Cómo? - -LA GUERRA. - -¿No la traes? - -EL TUMULTO. - -¡Qué he de traer! Los atenienses han perdido la mano de su mortero, -aquel curtidor que revolvía toda la Grecia.[266] - -TRIGEO. - -¡Oh, dicha! ¡Veneranda Minerva! ¡Con qué oportunidad ha muerto para la -República! Antes de servirnos su guisado. - -LA GUERRA. - -Corre, pues, a buscar otra en Lacedemonia, y concluyamos de una vez. - -EL TUMULTO. - -Allá voy, señora. - -LA GUERRA. - -¡Te recomiendo la vuelta! - -TRIGEO. - -¿Qué va a ser de vosotros, ciudadanos? Llegó el momento crítico. Si -por casualidad alguno de vosotros está iniciado en los misterios de -Samotracia,[267] ahora es ocasión de desear un buen retortijón de pies -al portador de la mano. - - * * * * * - -EL TUMULTO (_De vuelta_). - -¡Ay qué desgraciado soy! ¡Ay, y mil veces ay! - -LA GUERRA. - -¿Qué es eso? ¿Tampoco traes nada ahora? - -EL TUMULTO. - -También los lacedemonios han perdido la mano de su mortero. - -LA GUERRA. - -¿Y cómo, gran canalla? - -EL TUMULTO. - -Se la habían prestado a otros en Tracia, y la han perdido.[268] - -TRIGEO. - -¡Bien, muy bien va, oh Dióscuros! Perfectamente bien; cobrad ánimo, -mortales. - -LA GUERRA. - -Coge esos vasos y vuélvelos a llevar; yo entro también para hacer una -mano de mortero. - - * * * * * - -TRIGEO. - -Llegó el momento de repetir lo que cantaba Datis,[269] arrascándose sin -pudor[270] en medio del día: «¡Qué gusto! ¡Qué placer! ¡Qué delicia!» -Ahora, oh griegos, llegó la ocasión oportuna de olvidar querellas y -combates, y de libertar a la Paz a quien todos amamos, antes de que nos -lo impida alguna nueva mano de mortero.[271] Labradores, mercaderes, -fabricantes, obreros, metecos, extranjeros, insulares, hombres de todos -los países, acudid pronto, armaos de azadones, palancas y maromas. Por -fin podremos beber la copa del Buen Genio.[272] - - * * * * * - -CORO. - -Acudamos todos a trabajar por la común salvación. Pueblos de la Grecia, -libres de guerras sangrientas y combates, prestémonos hoy, como nunca, -mutuo socorro. Este día amaneció en mal hora para Lámaco.[273] (_A -Trigeo._) Vamos, di lo que hay que hacer; dispon, ordena, manda. -Estamos decididos a trabajar sin descanso, con máquinas y palancas, -hasta volver a la luz a la más grande de las diosas, a la protectora -más solícita de nuestras vidas. - -TRIGEO. - -¡Silencio! ¡Silencio! No vayan a despertar a la Guerra los gritos que -os arranca la alegría. - -CORO. - -Nos ha regocijado ese edicto mandando libertar a la Paz. ¡Cuán -distintos de esos otros que nos han ordenado tantas veces acudir con -víveres para tres días! - -TRIGEO. - -Cuidado con aquel cerbero,[274] que está ahora en los infiernos; sus -ladridos y aúllos podrían, como en vida, impedirnos libertar a la diosa. - -CORO. - -No hay nadie capaz de arrebatármela, como llegue a estrecharla entre -mis brazos. ¡Ay! ¡Ay! ¡Qué gozo! - -TRIGEO. - -Por piedad, silencio, amigos míos, si no deseáis mi perdición. Como la -Guerra llegue a observar algo, saldrá y echará por tierra de un golpe -todos nuestros planes. - -CORO. - -Aunque lo revuelva, pisotee y arruine todo, hoy no puedo contener la -alegría. - -TRIGEO. - -¿Pero estáis locos? ¿Qué os sucede, ciudadanos? Por todos los dioses os -lo pido, no echéis a perder con vuestros saltos la más hermosa empresa. - -CORO. - -Si yo no quiero bailar; mi alegría es tanta, que, sin quererlo yo, mis -piernas saltan de gozo. - -TRIGEO. - -No más; terminad, terminad el baile. - -CORO. - -Ea, ya está terminado. - -TRIGEO. - -Lo dices, pero no lo haces. - -CORO. - -Vamos, permíteme hacer esta figura, y nada más. - -TRIGEO. - -Bueno, esa sola; pero cese en seguida la danza. - -CORO. - -Si te podemos servir en algo, no danzaremos. - -TRIGEO. - -¡Pero, malditos, si no acabáis! - -CORO. - -Déjame lanzar al aire la pierna derecha, y te juro concluir. - -TRIGEO. - -Os lo permito para que no me importunéis más. - -CORO. - -Pero justo es que la pierna izquierda haga lo mismo. Hoy no quepo en mí -de júbilo; río y alboroto; para mí el dejar el escudo es tan grato como -despojarme de la vejez.[275] - -TRIGEO. - -No os alegréis todavía; aún no es segura vuestra felicidad. Cuando la -hayamos libertado, alegraos entonces, reíd y gritad. Porque entonces sí -que podréis a vuestro antojo navegar o permanecer en casa, entregaros -al sueño o al amor, asistir a las fiestas o a los banquetes, jugar al -cótabo,[276] vivir como verdaderos Sibaritas y exclamar: ¡Iu! ¡Iu! - -CORO. - -¡Ojalá llegue a ver ese día! Muchos trabajos he sufrido, y muchas -veces, como Formión,[277] he dormido sobre la dura tierra. Ya no seré -para ti, como antes, un juez intratable y severo de duro y áspero -carácter, sino mucho más afable e indulgente, en cuanto me vea libre de -las molestias de la guerra. Sobrado tiempo ha que nos destrozan y matan -haciéndonos ir y venir al Liceo[278] con lanza y escudo. Pero di en qué -podemos complacerte, pues una suerte feliz ha hecho que seas nuestro -jefe. - -TRIGEO. - -Procuremos separar estas piedras. - - * * * * * - -MERCURIO - -Bribón temerario, ¿qué pretendes hacer? - -TRIGEO. - -«Nada malo», como Cilicón.[279] - -MERCURIO. - -¡Te has perdido, desdichado! - -TRIGEO. - -Si llega a haber sorteo,[280] no lo dudo, pues habiendo de dirigirlo -tú, ya sé lo que resultará. - -MERCURIO. - -¡Te has perdido! ¡Vas a morir! - -TRIGEO. - -¿En qué día? - -MERCURIO. - -Ahora mismo. - -TRIGEO. - -Aún no he comprado nada, ni harina, ni queso, para marchar a morir.[281] - -MERCURIO. - -Date por molido. - -TRIGEO. - -¡Imposible! ¿No había de haber advertido tanta felicidad?[282] - -MERCURIO. - -¿Ignoras que Júpiter ha amenazado con la muerte a todo el que sea -sorprendido desenterrando a esa infeliz? - -TRIGEO. - -¿Es por consiguiente de absoluta necesidad que yo muera? - -MERCURIO. - -Sí por cierto. - -TRIGEO. - -Pues préstame tres dracmas para comprar un lechoncillo: debo iniciarme -antes de morir.[283] - -MERCURIO. - -¡Oh Júpiter tonante!... - -TRIGEO. - -¡Oh Mercurio! Por todos los dioses te lo pido: no nos delates. - -MERCURIO. - -No puedo callarme. - -TRIGEO. - -¡Te lo ruego por las viandas que te he traído con tan buena voluntad! - -MERCURIO. - -Pero, desdichado, Júpiter me aniquilará si no te delato a gritos.[284] - -TRIGEO. - -¡Oh, por piedad, Mercurio mío! ¿Qué hacéis vosotros? ¿Estáis atónitos? -Hablad, desdichados. ¿No veis que va a denunciarme? - -CORO. - -¡No, poderoso Mercurio, no, no, no lo harás! Si algún recuerdo -conservas del placer con que comiste el lechoncillo que te ofrecí, ten -en cuenta mi grata oblación. - -TRIGEO. - -Deidad poderosa, ¿no escuchas sus palabras lisonjeras? - -CORO. - -¡Oh, no cambies en ira tu bondad, tú el más humano y generoso de -los dioses! Si detestas el ceño y los penachos de Pisandro,[285] -acoge propicio nuestras súplicas y déjanos libertar a la Paz. Así te -inmolaremos sin cesar sagradas víctimas y honraremos tus altares con -sacrificios espléndidos. - -TRIGEO. - -Vamos, cede a sus ruegos, pues ahora observan tu culto más fielmente -que nunca. - -MERCURIO. - -Como que nunca han sido más ladrones.[286] - -TRIGEO. - -En cambio, te revelaré una vasta y terrible conspiración que se fragua -contra todos los dioses. - -MERCURIO. - -Vamos, habla, quizá me hagas ceder. - -TRIGEO. - -La Luna y ese canalla de Sol os tienden lazos hace tiempo y entregan la -Grecia a los bárbaros. - -MERCURIO. - -¿Por qué hacen eso? - -TRIGEO. - -Porque nosotros os ofrecemos sacrificios, y a ellos se los ofrecen -los bárbaros.[287] Así es que es muy natural que deseen vuestra -desaparición, para recibir ellos solos todas las oblaciones. - -MERCURIO. - -¡Ah!, ahora comprendo por qué de algún tiempo acá, el uno nos roba -parte del día, y la otra nos presenta su disco carcomido.[288] - -TRIGEO. - -Es la verdad. Por tanto, querido Mercurio, ayúdanos con todas tus -fuerzas a desenterrar la Paz. En adelante las grandes Panateneas, y -todas las demás fiestas religiosas, las Diipolias, las Adonias, los -Misterios, se celebrarán en tu honor; todas las ciudades, libertadas -de sus males, sacrificarán a Mercurio preservador; y otros mil bienes -lloverán sobre ti. Como una muestra, principio por regalarte este -precioso vaso, para que hagas libaciones. - -MERCURIO. - -¡Ah!, los vasos de oro me enternecen. Manos a la obra, mortales: entrad -y removed las piedras con azadones. - -CORO. - -Dispuestos estamos. Tú, el más ingenioso de los dioses, dirige nuestros -trabajos como hábil arquitecto, y manda cuanto gustes; ya verás que no -somos flojos para el trabajo. - -TRIGEO. - -Venga pronto la copa: inauguremos nuestro trabajo con una invocación -a los dioses. La libación principia; guardad, guardad un silencio -religioso. Roguemos a los dioses que en este día empiece para todos -los griegos una era feliz: pidámosles que jamás tengan que embrazar el -escudo cuantos de buen grado secunden nuestra empresa. - -CORO. - -Sí, por Júpiter; y que pase en paz la vida, en brazos de mi amada, -revolviendo los carbones.[289] - -TRIGEO. - -¡Que todo el que prefiera la guerra, nunca acabe, oh divino Baco, de -extraer de sus codos las puntas de las flechas! - -CORO. - -Si algún aficionado a mandar batallones se niega, oh Paz, a devolverte -la luz, ¡sucédale en los combates lo que a Cleónimo![290] - -TRIGEO. - -Si algún fabricante de lanzas o revendedor de escudos desea la guerra -para vender mejor sus mercancías, ¡que le secuestren unos bandidos y no -coma más que cebada! - -CORO. - -Si alguno, ambicionando ser general, se niega a ayudarnos, o algún -esclavo se dispone a pasarse al enemigo, sea atado a la rueda y muerto -a palos; para nosotros todos los bienes; ¡Io! ¡Peán! ¡Io![291] - -TRIGEO. - -Suprime el Peán, y di solamente: ¡Io! - -CORO. - -¡Io! ¡Io!, ya no digo más que ¡Io! - -TRIGEO. - -A Mercurio, a las Gracias, a las Horas, a Venus, a Cupido. - -CORO. - -¿Y a Marte? - -TRIGEO. - -No. - -CORO. - -¿Y a Belona?[292] - -TRIGEO. - -No. - -CORO. - -Tirad todos: arranquemos las piedras con los cables. - -MERCURIO. - -¡Venga! - -CORO. - -¡Venga más! - -MERCURIO. - -¡Venga! - -CORO. - -¡Venga más, más! - -MERCURIO. - -¡Venga! ¡Venga! - -TRIGEO. - -Pero no todos arrastran igualmente. ¡Tirad todos a una! ¡Eh!, vosotros -fingís que trabajáis. ¡Ah Beocios, Beocios!, lo habéis de sentir.[293] - -MERCURIO. - -¡Venga, pues! - -TRIGEO. - -¡Venga! - -CORO. - -Ea, tirad también vosotros. - -TRIGEO. - -Pues qué, ¿no tiro yo? ¿No estoy colgado de la cuerda y haciendo los -mayores esfuerzos? - -CORO. - -¿Entonces por qué no adelanta la obra? - -TRIGEO. - -¡Ah Lámaco! Nos estorbas estándote ahí sentado. ¿Qué necesidad tenemos -de tu Gorgona?[294] - -MERCURIO. - -Tampoco tiran esos argivos; es verdad que hace mucho tiempo que se ríen -de nuestras desgracias; especialmente desde que obtienen subsidios de -ambos bandos.[295] - -TRIGEO. - -Pero los lacedemonios, amigo mío, tiran con todas sus fuerzas. - -CORO. - -Mirad, los únicos que trabajan son los que manejan el azadón, y los -armeros se lo estorban. - -MERCURIO. - -Tampoco los Megarenses hacen nada de provecho; sin embargo tiran -abriendo enormemente la boca, como los perros cuando roen un hueso; -pero los pobres están desmayados de hambre.[296] - -TRIGEO. - -Amigos, nada adelantamos; reunamos nuestros esfuerzos, y tiremos a una. - -MERCURIO. - -¡Venga! - -TRIGEO. - -¡Venga más! - -MERCURIO. - -¡Venga! - -TRIGEO. - -¡Más, por vida de Júpiter! - -MERCURIO. - -Poco adelantamos. - -TRIGEO. - -¿Habrá infamia como esta? Unos tiran a un lado, y los otros al -contrario. ¡Argivos, argivos! ¡Que va a haber palos! - -MERCURIO. - -¡Venga, pues! - -TRIGEO. - -¡Venga! - -CORO. - -¡Qué canallas son algunos! - -TRIGEO. - -Vosotros, que deseáis ardientemente la Paz, tirad con fuerza. - -CORO. - -Hay algunos que nos lo impiden. - -MERCURIO. - -¿No os iréis al infierno, megarenses? La diosa os detesta, recordando -que fuisteis los primeros en untarla con ajos.[297] Vosotros, -atenienses, no tiréis ya de ese lado; está visto que solo podéis -ocuparos de procesos. Pero si queréis libertar a la Paz, retiraos hacia -el mar un poco.[298] - -CORO. - -Ea, amigos labradores, demos fin a este trabajo. - -MERCURIO. - -La cosa va mucho mejor, ciudadanos. - -CORO. - -Dice que la cosa marcha; ea, redoblemos todos nuestros esfuerzos. - -TRIGEO. - -Solo los labradores, y nadie más, hacen adelantar la obra. - -CORO. - -¡Firme, pues! ¡Firme todo el mundo! ¡Ya nos acercamos! No hay que -ceder. ¡Ánimo! ¡Ánimo! Ya está concluido. Ahora, ¡venga!, ¡venga!, -¡venga!, ¡venga!, ¡venga, todos a una! - -(_La Paz sale de la caverna acompañada de Opora y Teoría._) - - * * * * * - -TRIGEO. - -¡Oh Diosa venerable que nos prodigas las uvas!, ¿qué oración te -dirigiré? ¿Dónde podré hallar para saludarte palabras equivalentes a -diez mil ánforas?[299] No tengo ninguna en casa. Salud, Opora, y tú -también, Teoría.[300] ¡Qué hechicero es tu rostro, Teoría! ¡Qué perfume -se exhala de tu seno! Es dulce y delicado como la exención de la -milicia, o el más precioso aroma. - -MERCURIO. - -¿No es un olor semejante al de la mochila militar? - -CORO. - -¡Oh enemigo detestable, tu morral asqueroso me da náuseas! Apesta a -cebollas; mientras que al lado de esta amable Diosa todo se vuelven -sazonados frutos; convites, Dionisiacas, flautas, poetas, cómicos, -cantos de Sófocles, tordos, versitos de Eurípides... - -TRIGEO. - -¡Desdichado!, no la calumnies. ¿Cómo ha de amar a ese fabricante de -sutilezas y sofismas? - -CORO. - -...hiedras, coladores de vino, baladoras ovejas, mujeres campesinas de -bella garganta, la esclava ebria, el ánfora derribada y otras mil cosas -buenas. - -MERCURIO. - -Mira, mira cómo hablan unas con otras las ciudades y se ríen de todo -corazón; sin embargo, todas tienen terribles heridas y enormes ampollas. - -TRIGEO. - -Mira también a los espectadores; por el semblante de cada cual -conocerás su oficio. - -MERCURIO. - -¡Ah! ¿No ves a ese fabricante de penachos cómo se arranca los cabellos? -Aquel que hace azadones se ríe en las barbas de un fabricante de -espadas.[301] - -TRIGEO. - -¿Ves tú cómo se regocija ese otro fabricante de hoces, y señala con el -dedo a un fabricante de lanzas? - -MERCURIO. - -Ea, manda a los labradores que se retiren. - -TRIGEO. - -Pueblos, escuchad: vuelvan cuanto antes a los campos los labradores -con sus aperos, dejándose de lanzas, espadas y flechas: la antigua Paz -reina ya en estos lugares. Vuelvan, pues, todos a las rústicas faenas, -después de entonar un jubiloso Peán. - -CORO. - -¡Oh día deseado por los hombres de bien y los campesinos! ¡Con qué -placer tornaré a ver mis viñas y a saludar, después de tantos tiempos, -las frondosas higueras plantadas en mi juventud! - -TRIGEO. - -Principiemos, amigos míos, por adorar a la diosa que nos ha libertado -de Gorgonas y penachos, y corramos después a nuestros campos, provistos -de sabroso almuerzo. - -MERCURIO. - -¡Oh Neptuno, cómo alegra la vista ese batallón de labradores, apretados -como la masa de una torta, o los convidados en un banquete público! - -TRIGEO. - -¡Sí; mirad cómo brillan las palazadas! ¡Cómo los zarcillos de tres -dientes relucen al sol! ¡Qué derechos surcos va a trazar esa turba -feliz! Yo también deseo marchar al campo y remover aquellas pocas -tierras, tanto tiempo abandonadas. ¡Acordaos, amigos míos, de nuestra -antigua vida, regocijada con los dones que la diosa entonces nos -dispensaba! ¡Acordaos de aquellas cestas de higos secos y frescos; -acordaos de los mirtos, del dulce mosto, de las violetas ocultas en las -orillas de la fuente y de las aceitunas tan deseadas! Por tan inmensos -beneficios adoremos a la Diosa. - -CORO. - -¡Salve, salve, deidad querida, tu vuelta llena de regocijo nuestras -almas! Lejos de ti me abrumaba el dolor, me consumía el ardiente afán -de volver a mis campos. Tú eres para todos el mayor de los bienes, la -más anhelada dicha. Tú el único sostén de los que viven cultivando -la tierra. Bajo tu imperio, sin dispendios ni fatigas, disfrutábamos -de mil dulces placeres; tú eras nuestro pan cotidiano, nuestra salud, -nuestra vida. Por eso las vides y jóvenes higueras y todas nuestras -plantas te acogen jubilosas, y sonríen a tu venida. (_A Mercurio._) -Pero tú, el más benévolo de los dioses, dinos dónde ha estado encerrada -tanto tiempo. - -MERCURIO. - -Sabios labradores, escuchad mis palabras, si queréis saber cómo la -habéis perdido. La desgracia de Fidias[302] fue la primera causa; en -seguida Pericles, temeroso de la misma suerte, desconfiando de vuestro -carácter irritable, creyó que el mejor modo de evitar el peligro -personal era poner fuego a la República. Su decreto contra Mégara fue -la pequeña chispa que produjo la vasta conflagración de una guerra, -cuyo humo ha arrancado tantas lágrimas a todos los griegos, a los -de aquí y a los de otras comarcas. Al primer rumor de ese incendio, -crujieron a su pesar nuestras cepas; la tinaja, bruscamente removida, -chocó contra la tinaja; nadie podía ya contener el mal, y la Paz -desapareció. - -TRIGEO. - -He ahí, por Apolo, cosas completamente ignoradas; yo a nadie había oído -que Fidias estuviese relacionado con la Diosa. - -CORO. - -Ni yo tampoco hasta ahora. Sin duda la Paz debe su hermosura a su -alianza con él. ¡Cuántas cosas ignoramos! - -MERCURIO. - -Entonces, conociendo las ciudades sometidas a vuestro mando que, -exasperados unos contra otros, estabais próximos a despedazaros, -pusieron en práctica todos los medios para eximirse del pago de los -tributos y ganaron a fuerza de oro a los lacedemonios principales. -Estos, como avaros que son y despreciadores de todo extranjero, muy -pronto arrojaron ignominiosamente a la Paz, y se declararon por la -Guerra. La fuente de sus ganancias lo fue de ruina pera los pobres -labradores; pues bien pronto vuestras trirremes fueron, en represalias, -a comerse sus higos. - -TRIGEO. - -Muy bien hecho. También ellos me cortaron a mí una higuera negra que yo -mismo había plantado y dirigido. - -CORO. - -Sí, muy bien hecho, por Júpiter; a mí también me rompieron de una -pedrada una medida con seis medimnas de trigo. - -MERCURIO. - -Los trabajadores del campo, reunidos después en la ciudad,[303] se -dejaron comprar como los otros; echaban de menos, es cierto, sus uvas -y sus higos, pero en cambio oían a los oradores. Estos, conociendo -la debilidad de los pobres, y la extremada miseria a que estaban -reducidos, ahuyentaron a la Paz a fuerza de clamores, como si fueran -horquillas, siempre que, arrastrada por su amor a este país, apareció -entre nosotros: vejaban a los más poderosos y opulentos de nuestros -aliados, acusándolos de ser partidarios de Brásidas. Y vosotros os -arrojabais como perros sobre el infeliz calumniado y lo despedazabais -rabiosamente; pues la república, pálida de hambre y temerosa, devoraba -con feroz placer cuantas víctimas le presentaba la calumnia. Los -extranjeros, viendo los terribles golpes que asestaban estos oradores, -les tapaban la boca con oro, de suerte que los enriquecieron, mientras -la Grecia se arruinaba sin que lo advirtieseis. El autor de tantos -males era un curtidor.[304] - -TRIGEO. - -Cesa, cesa, Mercurio, de recordarme a ese hombre; déjale en paz en los -infiernos, donde sin duda está: ya no es nuestro, sino tuyo;[305] por -consiguiente, cuanto digas de él, aunque en vida haya sido canalla, -charlatán, delator, revoltoso y trastornador, recaerá sobre uno de tus -súbditos. (_A la Paz._) Pero ¿por qué callas, oh Diosa? - -MERCURIO. - -No conseguirás que revele a los espectadores la causa de su silencio; -está muy irritada por lo que le han hecho sufrir. - -TRIGEO. - -Pues que te diga a ti siquiera algunas palabras. - -MERCURIO. - -Amiga querida, dime cuál es tu ánimo respecto a estos. Habla, mujer la -más enemiga de los escudos. Bien, ya escucho. (_Supone que le habla -al oído._) Esas son tus quejas; comprendo. (_A los espectadores._) -Oíd vosotros sus acusaciones. Dice que cuando después de los sucesos -de Pilos[306] se presentó ella voluntariamente con una cesta llena de -tratados, la rechazasteis tres veces en la asamblea popular. - -TRIGEO. - -Es verdad, faltamos en eso; pero perdónanos: nuestra inteligencia -estaba entonces rodeada de cueros.[307] - -MERCURIO. - -Escucha ahora la pregunta que acaba de hacerme. «¿Quién de vosotros era -su mayor enemigo? ¿Quién trabajó más por la terminación de la guerra?» - -TRIGEO. - -Su más fiel amigo era sin duda alguna Cleónimo. - -MERCURIO. - -¿Y qué tal era ese Cleónimo en punto a guerra? - -TRIGEO. - -Lo más intrépido, solo que no es hijo de quien se decía, pues en cuanto -va al ejército, prueba suficientemente, arrojando las armas, que es un -hijo supuesto.[308] - -MERCURIO. - -Escucha lo que acaba de preguntarme. ¿Quién manda ahora en la tribuna -del Pnix? - -TRIGEO. - -Hipérbolo[309] es el dueño absoluto. (_A la Paz._) ¡Ah! ¿Qué haces? -¿Por qué vuelves la cabeza? - -MERCURIO. - -Aparta el rostro indignada de que el pueblo haya aceptado tan perverso -jefe. - -TRIGEO. - -¡Bueno! ya no lo emplearemos más; el pueblo, viéndose sin guía y -en completa desnudez, se ha servido de ese hombre como de una copa -encontrada por casualidad. - -MERCURIO. - -La Paz quiere saber las ventajas que eso traerá a la república. - -TRIGEO. - -Lo veremos todo más claro. - -MERCURIO. - -¿Por qué? - -TRIGEO. - -Porque es comerciante de lámparas.[310] Antes dirigíamos todos los -negocios a tientas en la oscuridad; ahora los resolveremos a la luz de -una lámpara. - -MERCURIO. - -¡Oh! ¡Oh! ¡Lo que me manda preguntarte! - -TRIGEO. - -¿Sobre qué? - -MERCURIO. - -Sobre mil antiguallas, que dejó al partir. Lo primero que desea saber -es qué hace Sófocles. - -TRIGEO. - -Lo pasa muy bien; pero le ha sucedido una cosa extraordinaria. - -MERCURIO. - -¿Cuál? - -TRIGEO. - -De Sófocles se ha convertido en Simónides.[311] - -MERCURIO. - -¡En Simónides! ¿Cómo? - -TRIGEO. - -Achacoso y viejo, es capaz por ganarse un óbolo de navegar sobre un -zarzo. - -MERCURIO. - -¿Y el sabio Cratino[312] vive todavía? - -TRIGEO. - -Murió cuando la invasión de los lacedemonios.[313] - -MERCURIO. - -¿Qué le sucedió? - -TRIGEO. - -¿Qué? Se desfalleció, no pudiendo resistir a la pena que le produjo el -ver romperse una tinaja llena de vino. ¿Cuántas desgracias como esta -crees que han afligido a esta ciudad? Así es que en adelante, señora, -nada podrá apartarnos de ti. - -MERCURIO. - -En ese supuesto, te entrego a Opora por mujer; vete a vivir con ella en -el campo, y producid ricas uvas.[314] - -TRIGEO. - -Acércate, amada mía, y dame un dulce beso. Dime, poderoso Mercurio: -¿me vendrá algún daño de holgarme con Opora después de tan larga -abstinencia? - -MERCURIO. - -No, como en seguida tomes una infusión de poleo.[315] Pero ante todo -acompaña a Teoría al Senado, su antigua morada. - -TRIGEO. - -¡Oh Senado, qué dichoso vas a ser albergando bajo tu techo a tan amable -huésped! ¡Cuánta salsa sorberás en estos tres días![316] ¡Qué de carnes -y entrañas cocidas no comerás! Adiós, pues, mi querido Mercurio. - -MERCURIO. - -¡Adiós, honrado Trigeo; que lo pases bien y que te acuerdes de mí! - -TRIGEO. - -¡Escarabajo mío, volemos, volemos a casa! - -MERCURIO. - -Si no está aquí, amigo mío. - -TRIGEO. - -¿Pues adónde se fue? - -MERCURIO. - -Está uncido al carro de Júpiter y es portador del rayo.[317] - -TRIGEO. - -Pero ¿dónde hallará el infeliz sus alimentos? - -MERCURIO. - -Comerá la ambrosía de Ganimedes.[318] - -TRIGEO. - -Y yo, ¿cómo bajaré? - -MERCURIO. - -No tengas miedo, por aquí... junto a la Diosa. - -TRIGEO. - -Ea, lindas muchachas, seguidme pronto; son muchos los que os esperan -enardecidos por el amor.[319] - - * * * * * - -CORO. - -Vete contento. Nosotros entre tanto encomendamos a nuestros servidores -la custodia de estos objetos,[320] pues no hay lugar menos seguro que -la escena: alrededor de ella andan siempre escondidos muchos ladrones, -acechando la ocasión de atrapar algo. (_A los criados._) Guardadnos -bien todo eso, mientras nosotros explicamos a los concurrentes -el objeto de esta obra, y la intención que nos anima. Merecería -ciertamente ser apaleado el poeta cómico que, dirigiéndose a los -espectadores, se elogiase a sí propio en los anapestos.[321] Pero si es -justo, oh hija de Júpiter, el tributar todo linaje de honores al más -sobresaliente y famoso en el arte de hacer comedias, nuestro autor se -considera digno de los mayores elogios. En primer lugar, es el único -que ha obligado a sus rivales a suprimir sus gastadas burlas sobre -los harapos, y sus combates contra los piojos; además él ha puesto en -ridículo y ha arrojado de la escena a aquellos Hércules,[322] panaderos -hambrientos, siempre fugitivos y bellacos, y siempre dejándose apalear -de lo lindo; y ha prescindido, por último, de aquellos esclavos que -era de rigor saliesen llorando, solo para que un compañero, burlándose -de sus lacerías, les preguntase riendo: «Hola, pobrecillo. ¿Qué le -ha pasado a tu piel? ¿Acaso un puerco-espin ha lanzado sobre tu -espalda un ejército de púas, llenándola de surcos?» Suprimiendo estos -insultos e innobles bufonadas, ha creado para vosotros un gran arte, -parecido a un palacio de altas torres, fabricado con hermosas palabras, -profundos pensamientos, y chistes no vulgares. Jamás sacó a la escena -particulares oscuros ni mujeres; antes bien, con hercúleo esfuerzo -arremetió contra los mayores monstruos, sin arredrarle el hedor de -los cueros ni las amenazas de un cenagal removido. Yo fui el primero -que ataqué audazmente a aquella horrenda fiera de espantosos dientes, -ojos terribles, flameantes como los de Cinna, rodeada de cien infames -aduladores que le lamían la cabeza, de voz estruendosa como la de -destructor remolino, de olor a foca, y de partes secretas que, por lo -inmundas, recuerdan las de las lamias y camellos.[323] La vista de -semejante monstruo no me atemorizó; al contrario, salí a su encuentro -y peleé por vosotros y por las islas. Motivo es este para que premiéis -mis servicios y no es olvidéis de mí. Además, en la embriaguez del -triunfo, no he recorrido las palestras seduciendo a los jóvenes,[324] -sino que, recogiendo mis enseres, me retiraba al punto, después de -haber molestado a pocos, deleitado a los más, y cumplido en todo con mi -deber. Por tanto, hombres y niños han de declararse a mi favor; y hasta -los calvos deben por propio interés contribuir a mi victoria; pues si -salgo vencedor, todos dirán en la mesa y en los festines: «Llévale al -calvo; dale esta confitura al calvo; no neguéis nada a ese nobilísimo -poeta, ni a su brillante frente.»[325] - -SEMICORO. - -Oh Musa, ahuyenta la guerra y ven conmigo a presidir las danzas, -a celebrar las bodas de los dioses, los festines de los hombres y -los banquetes de los bienaventurados. Estos son tus placeres. Si -Carcino[326] viene, y te suplica que bailes con sus hijos, no le -atiendas ni le ayudes en nada; considera que son unos bailarines de -delgado cuello a modo de codornices domésticas, enanos chiquititos, -como excrementos de cabra; en fin, poetas de tramoya.[327] Su padre -dice que la única de sus piezas que, contra toda esperanza, tuvo éxito, -fue estrangulada a la noche por una comadreja.[328] - -SEMICORO. - -Tales son los himnos que las Gracias de hermosa cabellera inspiran al -docto poeta cuando la primaveral golondrina gorjea entre el follaje; y -Morsino y Melantio[329] no pueden obtener un coro: este me desgarró los -oídos con su desentonada voz, cuando consiguieron su coro trágico, él -y su hermano, dos glotones como las Arpías y Gorgonas, devoradores de -rayas, amantes de las viejas, impuros, que apestan a chivo, y son el -azote de los peces. ¡Oh Musa! Envuélvelos en un inmenso gargajo, y ven -a celebrar la fiesta conmigo. - - * * * * * - -TRIGEO. - -¡Qué empresa tan difícil era la de llegar hasta los dioses! Tengo -como magulladas las piernas. ¡Qué pequeñitos me parecíais desde allá -arriba; cierto que mirados desde el cielo parecéis bastante malos, -pero desde aquí mucho peores! - -UN ESCLAVO. - -¿Estás aquí, señor? - -TRIGEO. - -Eso he oído decir. - -EL ESCLAVO. - -¿Cómo te ha ido? - -TRIGEO. - -Me duelen las piernas: ¡el camino es tan largo! - -EL ESCLAVO. - -Vamos, dime... - -TRIGEO. - -¿Qué? - -EL ESCLAVO. - -¿Has visto algún otro hombre vagando en la región del cielo? - -TRIGEO. - -No: solo he visto dos o tres almas de poetas ditirámbicos.[330] - -EL ESCLAVO. - -¿Qué hacían? - -TRIGEO. - -Trataban de coger al vuelo preludios líricos, perdidos en el aire. - -EL ESCLAVO. - -¿Has averiguado si es verdad, como se dice, que después de muertos nos -convertimos en estrellas? - -TRIGEO. - -Sí por cierto. - -EL ESCLAVO. - -¿Qué astro es aquel que se distingue allí? - -TRIGEO. - -Ion de Quíos,[331] el autor de una oda que principiaba: «Oriente.» En -cuanto pareció en el cielo todos le llamaron: «Astro oriental». - -EL ESCLAVO. - -¿Quiénes son esas estrellas que corren dejando un rastro de luz? - -TRIGEO. - -Son estrellas de los ricos que vuelven de cenar llevando una linterna y -en ella una luz. Pero concluyamos: llévate cuanto antes a casa a esta -joven;[332] limpia la bañera; calienta el agua, y prepara para ella y -para mí el lecho nupcial. En cuanto concluyas, vuelve aquí. Mientras -tanto, devolveré esta otra[333] al Senado. - -EL ESCLAVO. - -¿De dónde traes estas mujeres? - -TRIGEO. - -¿De dónde? Del cielo. - -EL ESCLAVO. - -Pues no doy un óbolo por los dioses, si se dedican a rufianes como los -hombres. - -TRIGEO. - -No lo son todos; pero hay algunos que viven de ese oficio. - -EL ESCLAVO. - -Vamos, pues. ¡Ah! dime, ¿le daré algo de comer? - -TRIGEO. - -Nada, no querrá comer ni pan ni pasteles, pues está acostumbrada a -beber la ambrosía con los dioses. - -EL ESCLAVO. - -Habrá, pues, que prepararle algo de beber.[334] - -(_Vase._) - - * * * * * - -CORO. - -Ese anciano, al parecer, es sumamente feliz. - -TRIGEO. - -¿Qué diréis cuando me veáis adornado para la boda? - -CORO. - -Rejuvenecido por el amor, perfumado con exquisitas esencias, tu -felicidad es envidiable, anciano. - -TRIGEO. - -Es verdad. ¡Y cuando, acostado con ella, bese su seno! - -CORO. - -Serás más feliz que esos trompos, hijos de Carcino. - -TRIGEO. - -¿No merecía esta recompensa el haber salvado a los griegos, montado en -mi escarabajo? Gracias a mí, todos pueden vivir en el campo y gozar -tranquilamente del amor y del sueño. - - * * * * * - -EL ESCLAVO (_De vuelta_). - -La joven se ha lavado, y todo su cuerpo está resplandeciente de -hermosura; la torta está cocida, amasado el sésamo[335] y preparado -todo lo demás; solo falta el esposo.[336] - -TRIGEO. - -Ea, apresurémonos a llevar a Teoría al Senado. - -EL ESCLAVO. - -¿Qué dices? ¿Es esa Teoría aquella muchacha con la cual fuimos una vez -a Braurón[337] a beber y a refocilarnos? - -TRIGEO. - -La misma; no me ha costado poco el cogerla.[338] - -EL ESCLAVO. - -¡Oh señor, qué placeres nos proporciona cada cinco años! - -TRIGEO. - -¡Ea! ¿Quién de vosotros es de fiar? ¿Quién de vosotros se encarga de -guardar esta joven y de llevarla al Senado? ¡Eh, tú! ¿Qué dibujas ahí? - -EL ESCLAVO. - -El plano de la tienda que quiero levantar en el Istmo.[339] - -TRIGEO. - -Vamos, ¿ninguno quiere encargarse de guardarla? (_A Teoría_.) Ven acá; -te colocaré en medio de ellos. - -EL ESCLAVO. - -Ese hace señas. - -TRIGEO. - -¿Quién? - -EL ESCLAVO. - -¿Quién? Arifrades[340] te suplica que se la lleves. - -TRIGEO. - -No por cierto: pronto la dejaría extenuada.[341] Vamos, Teoría, deja -ahí todo eso.[342] - -Senadores y pritáneos, contemplad a Teoría: ved los infinitos bienes -que con ella os entrego; podéis al instante levantar las piernas de -esta víctima y consumar el sacrificio. Mirad qué hermoso es este fogón; -el hollín lo ha ennegrecido; en él, antes de la guerra, solía el Senado -colocar sus cacerolas. Mañana podremos emprender con ella deliciosas -contiendas, luchar en el suelo, o a cuatro pies, o inclinados, o -apoyándonos sobre la rodilla echarla de costado, y, ungidos como los -atletas en el pancracio, atacarla denodadamente con los puños y otros -miembros. Al tercer día empezaréis las carreras de caballos; cada -jinete empujará a su adversario; los tiros de los carros, derribados -unos sobre otros y relinchando jadeantes, se darán sacudidas mutuas; -mientras otros aurigas, rechazados de su asiento, rodarán al suelo -cerca de la meta.[343] Pritáneos, recibid a Teoría. ¡Oh, con qué gozo -la acompaña ese! No hubieras estado tan solícito para llevarla al -Senado, si se tratase de un asunto gratuito:[344] no hubiera faltado el -pretexto de las ocupaciones. - -CORO. - -Un hombre como tú es útilísimo a la república. - -TRIGEO. - -Cuando vendimiéis, conoceréis mejor lo que valgo. - -CORO. - -Ya lo has demostrado bastante, siendo el salvador de todos los hombres. - -TRIGEO. - -Me dirás todo eso cuando bebas el vino nuevo. - -CORO. - -Siempre te creeremos el ser más grande después de los dioses. - -TRIGEO. - -Mucho me debéis a mí, Trigeo el Atmonense; pues he libertado de -gravísimos males a la población rústica y urbana, y he reprimido a -Hipérbolo. - -CORO. - -Dinos lo que debemos hacer ahora. - -TRIGEO. - -¿Qué cosa mejor que ofrecer a la Paz unas ollas llenas de -legumbres?[345] - -CORO. - -¡Ollas de legumbres, como al pobre Mercurio que las encuentra tan poco -nutritivas! - -TRIGEO. - -¿Pues qué queréis? ¿Un buey cebado? - -CORO. - -¡Un buey! No, de ningún modo; habría quizá que socorrer a alguno.[346] - -TRIGEO. - -¿Un puerco grande y gordo? - -CORO. - -No, no. - -TRIGEO. - -¿Por qué? - -CORO. - -Por miedo a las _porquerías_ de Teágenes. - -TRIGEO. - -¿Pues cuál víctima queréis? - -CORO. - -Una oveja. - -TRIGEO. - -¿Una oveja? - -CORO. - -Sí. - -TRIGEO. - -Pero pronuncias esa palabra como los jonios.[347] - -CORO. - -De intento; así, si en la Asamblea dice alguno: «es preciso hacer la -guerra», los asistentes espantados gritarán en jónico: «¡Oi! ¡Oi!» - -TRIGEO. - -Perfectamente. - -CORO. - -Y serán pacíficos. De esta manera seremos unos con otros como corderos, -y mucho más indulgentes con los aliados. - -TRIGEO. - -Ea, traed cuanto antes una oveja: en tanto prepararé yo el altar para -sacrificarla. - -CORO. - -¡Qué bien sale todo, con la ayuda de los dioses y el favor de la -fortuna! ¡Qué oportunamente llega todo! - -TRIGEO. - -Es la pura verdad; porque ya está el altar en la puerta. - -CORO. - -Apresuraos, pues, mientras los dioses encadenan el soplo inconstante -de la guerra. Evidentemente una divinidad cambia en bienes nuestras -miserias. - -TRIGEO. - -Aquí está la cesta, con la _salsa mola_,[348] la corona y el cuchillo: -también el fuego; de modo que solo falta la oveja. - -CORO. - -Apresuraos, apresuraos; porque si os ve Queris,[349] vendrá sin que se -le llame, y tocará la flauta hasta que os veáis obligados a taparle la -boca con algo, para premiar sus fatigas. - -TRIGEO. - -Vamos, coge la cesta y el agua lustral, y da cuanto antes una vuelta -por la derecha alrededor del ara. - -EL ESCLAVO. - -Ya he dado la vuelta; manda otra cosa. - -TRIGEO. - -Aguarda a que sumerja este tizón en el agua. Tú rocía el altar; tú dame -un poco de _salsa mola_; purifícate y alárgame después el vaso; y luego -esparce sobre los espectadores el resto de la cebada. - -EL ESCLAVO. - -Ya está. - -TRIGEO. - -¿Ya la has arrojado? - -EL ESCLAVO. - -Sí por cierto; ninguno de los espectadores deja de tener su porción de -cebada.[350] - -TRIGEO. - -Pero las mujeres no la han recibido. - -EL ESCLAVO. - -Sus maridos se la darán a la noche. - -TRIGEO. - -Oremos. ¿Quién está aquí? ¿Dónde está esa multitud de hombres de bien? - -EL ESCLAVO. - -Aguarda a que les dé a estos; son muchos y buenos. - -TRIGEO. - -¿Los crees buenos? - -EL ESCLAVO. - -¿Cómo no, si a pesar de haberles rociado de lo lindo están firmes y -plantados en su puesto? - -TRIGEO. - -Oremos, pues, cuanto antes; ¡oremos ya! - -¡Augusta reina, diosa venerable, oh Paz, que presides las danzas e -himeneos, dígnate aceptar nuestro sacrificio! - -EL ESCLAVO. - -Acéptalo, oh la más honrada de las diosas, y no hagas como esas -mujeres que engañan a sus maridos. Esas, digo, que miran por la puerta -entreabierta, y cuando alguno se fija en ellas, se retiran; después, si -se aleja, vuelven a mirar. ¡Oh, no hagas eso con nosotros! - -TRIGEO. - -Al contrario, como una mujer honrada, muéstrate sin rebozo a tus -adoradores que hace trece años nos consumimos lejos de ti. Pon término -a las luchas y tumultos, y merece el nombre de Lisímaca;[351] corrige -esta suspicacia y charlatanería que engendra nuestras mutuas calumnias; -une de nuevo a los griegos con los dulces vínculos de la amistad, y -predisponlos a la benignidad y a la indulgencia; haz, en fin, que -en nuestra plaza abunden las mejores mercancías, ristras de ajos, -cohombros tempranos, manzanas, granadas, y pequeñas túnicas para los -esclavos; que afluyan a ella los beocios cargados de gansos, ánades -y alondras; que vengan con cestos de anguilas del Copáis,[352] y -amontonados en torno de ellas, luchemos entre la turba de compradores, -con Móricos, Téleas y Glaucetes[353] y otros glotones ilustres; y que -Melantio, llegando el último al mercado, y viéndolo todo vendido, se -lamente y exclame como en su _Medea_: «¡Yo muero! ¡Me han abandonado -las que se esconden entre las acelgas!»[354] y que todos se rían de su -desgracia. Concédenos, Diosa veneranda, esto que te pedimos. - -EL ESCLAVO. - -Coge el cuchillo y degüella la oveja como un cocinero consumado. - -TRIGEO. - -Eso no es lícito. - -EL ESCLAVO. - -¿Por qué? - -TRIGEO. - -La Paz aborrece la matanza, y por eso nunca se ensangrienta su altar. -Por lo tanto, llévate adentro la víctima, mátala y trae las dos -piernas; de este modo la oveja se guardará para el Corega. - -(_El esclavo entra en la casa._) - - * * * * * - -CORO. - -Tú, que permaneces aquí, reúne pronto las astillas y todo lo necesario -para el sacrificio. - -TRIGEO. - -¿No os parece que dispongo el hogar como el más experto adivino? - -CORO. - -¿Por qué no? ¿Acaso ignoras algo de cuanto un sabio debe conocer? -¿No preves todo lo que un hombre de reconocida habilidad y audacia -afortunada debe prever? - -TRIGEO. - -El humo de las astillas incomoda a Estílbides.[355] Traeré una mesa y -me pasaré sin criado. - -CORO. - -¿Quién no ensalzará a un hombre que, arrostrando infinitos peligros, -salvó la ciudad sagrada? Jamás dejará de ser admirado por todos. - - * * * * * - -EL ESCLAVO (_De vuelta_). - -Cumplí tus órdenes. Toma las piernas y ponlas sobre el fuego: yo voy a -buscar las entrañas y la torta. - -TRIGEO. - -Eso corre de mi cuenta; pero necesitaba que vinieses. - -EL ESCLAVO. - -Pues aquí estoy. ¿Te parece que he tardado? - -TRIGEO. - -Asa bien eso. Pero ahí se acerca uno coronado de laurel. ¿Quién es ese -hombre? - -EL ESCLAVO. - -¡Qué arrogante parece! Sin duda, algún adivino. - -TRIGEO. - -No, por Júpiter, es Hierocles.[356] - -EL ESCLAVO. - -¡Ah! Ese charlatán de oráculos, habitante de Orea.[357] ¿Qué nos querrá -decir? - -TRIGEO. - -Claro está que vendrá a oponerse a la Paz. - -EL ESCLAVO. - -No, lo que le atrae es el olor de las viandas. - -TRIGEO. - -Hagamos como que no le vemos. - -EL ESCLAVO. - -Tienes razón. - - * * * * * - -HIEROCLES. - -¿Qué sacrificio es este y a qué dios lo ofrecéis? - -TRIGEO.[358] - -Asa eso callando; cuidado con los riñones. - -HIEROCLES. - -¿Pero no me diréis a qué dios sacrificáis? - -TRIGEO. - -La cola tiene buena traza. - -EL ESCLAVO. - -Muy buena, oh Paz veneranda y querida. - -HIEROCLES. - -Vamos, corta ya y ofrece las primicias. - -TRIGEO. - -Antes ha de asarse bien. - -HIEROCLES. - -Ya está bien asada. - -TRIGEO. - -Quienquiera que seas, eres demasiado curioso. Corta: ¿dónde está la -mesa? Trae las libaciones. - -HIEROCLES. - -La lengua se corta aparte. - -TRIGEO. - -Lo sabemos; ¿sabes tú lo que debías hacer? - -HIEROCLES. - -Si me lo dices. - -TRIGEO. - -No hablarnos ya una palabra, porque sacrificamos a la santa Paz. - -HIEROCLES. - -¡Oh desdichados o imbéciles mortales...! - -TRIGEO. - -¡Caigan sobre ti tus maldiciones! - -HIEROCLES. - -...Que no entendiendo, en vuestra ceguedad, la voluntad de los dioses, -os aliáis con esos feroces monos...[359] - -TRIGEO. - -¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! - -HIEROCLES. - -¿De qué te ríes? - -TRIGEO. - -Tienen gracia tus feroces monos. - -HIEROCLES. - -Estúpidas palomas, que os fiáis de los zorros de falso corazón y -pensamientos falsos. - -TRIGEO. - -¡Ojalá, charlatán arrogante, se pongan tus pulmones tan calientes como -estas entrañas! - -HIEROCLES. - -Si las Ninfas no engañaron a Bacis;[360] si los mortales no fueron -engañados por Bacis, ni Bacis por las Ninfas... - -TRIGEO. - -¡Confúndante los dioses si no dejas de hablar de Bacis! - -HIEROCLES. - -No habrían decretado los hados que se rompiesen las cadenas de la Paz; -pero antes... - -TRIGEO. - -Hay que echar sal a eso. - -HIEROCLES. - -No place a los dioses inmortales que desistamos de la guerra, mientras -el lobo paree con la oveja. - -TRIGEO. - -¿Acaso, charlatán maldito, el lobo pareará jamás con la oveja? - -HIEROCLES. - -Mientras la chinche de campo exhale al huir un fétido olor; mientras la -perra chillona, forzada a parir, dé a luz cachorros ciegos, no se debe -pensar en la Paz. - -TRIGEO. - -¿Pues qué debíamos hacer? ¿Continuar la guerra? ¿Echar suertes sobre -quién había de llorar más, cuando podíamos, uniéndonos por un tratado, -mandar en común sobre la Grecia? - -HIEROCLES. - -Nunca conseguirás que el cangrejo ande en línea recta. - -TRIGEO. - -No cenarás ya en el Pritáneo,[361] ni serás profeta de lo pasado. - -HIEROCLES. - -Nunca suavizarás la piel áspera del erizo. - -TRIGEO. - -¿No acabarás nunca de engañar a los atenienses? - -HIEROCLES. - -¿En virtud de qué oráculo habéis ofrecido ese sacrificio a los dioses? - -TRIGEO. - -De este, que Homero expresó en tan bellas frases: - - La negra nube de la odiosa guerra - Disipamos así, y en dulce abrazo - Estrechando a la Paz, cien sacrificios - Le ofrecimos gustosos. Cuando el fuego - Devoró de las víctimas las piernas, - Nosotros sus entrañas consumimos - E hicimos libaciones; dirigía - La fiesta yo; mas nadie presentaba - Al adivino la brillante copa.[362] - -HIEROCLES. - -Eso nada tiene que ver conmigo: nos lo ha dicho la Sibila. - -TRIGEO. - -Pero el sabio Homero dijo muy bien: - - Que ni casa, ni hogar, ni patria tiene - El que las guerras intestinas ama - Siempre dañosas.[363] - -HIEROCLES. - -Ten cuidado no te arrebate el milano la carne con una de las suyas... - -TRIGEO (_Al esclavo_). - -Sí, ten cuidado: ese oráculo amenaza nuestras viandas. Haz la libación -y trae parte de los intestinos. - -HIEROCLES. - -Si os parece, voy a servirme yo mismo mi porción. - -TRIGEO. - -¡La libación, la libación! - -HIEROCLES. - -Échame a mí también, y dame una porción de los intestinos. - -TRIGEO. - -Eso no place a los dioses inmortales, sino el que primero hagamos -nosotros las libaciones y tú te marches. ¡Oh veneranda Paz, permanece a -nuestro lado toda la vida! - -HIEROCLES. - -Tráeme aquí la lengua. - -TRIGEO. - -Tráeme la tuya. - -HIEROCLES. - -¡La libación! - -TRIGEO (_Al esclavo_). - -Llévate esto con la libación. - -HIEROCLES. - -¿Nadie me dará algo de los intestinos? - -TRIGEO. - -No podemos darte nada hasta que el lobo se paree con la oveja. - -HIEROCLES. - -¡Ah, por favor! yo te lo pido por tus rodillas. - -TRIGEO. - -Tus ruegos son inútiles, amigo mío; no lograrás suavizar «al áspero -erizo.» Ea, espectadores, acompañadnos a comer intestinos. - -HIEROCLES. - -¿Y yo? - -TRIGEO. - -Cómete a la Sibila. - -HIEROCLES. - -No, por la tierra, no os lo comeréis solos; si no me dais, os lo quito; -esto es para todo el mundo. - -TRIGEO (_Al esclavo_). - -Sacúdele, sacúdele a Bacis. - -HIEROCLES. - -¡Sed testigos!... - -TRIGEO. - -De que eres un glotón y un impostor. ¡Firme: echa de aquí a bastonazos -a ese charlatán! - -EL ESCLAVO. - -Cuida de esto; yo voy a quitarle las pieles de las víctimas que nos ha -escamoteado. ¡Suelta esas pieles, adivino infernal! ¿Oyes? ¿Qué especie -de cuervo es este que nos ha venido de Orea? Ea, pronto, emprende el -vuelo hacia Elimnio.[364] - - * * * * * - -CORO. - -¡Qué alegría! ¡Qué alegría! ¡Ya no más cascos, quesos ni cebollas! -Los combates para quien los quiera: a mí solo me gusta beber con mis -buenos amigos, junto al hogar donde con viva llama arde y chisporrotea -la leña cortada en el rigor del estío, y tostar garbanzos sobre -las ascuas, y asar bellotas entre el rescoldo, y hurtar un beso a -Trata,[365] mientras se baña mi esposa. Después de hecha la siembra, -cuando la riega Júpiter con benéfica lluvia, nada hay tan agradable -como el hablar así con un vecino: «Dime, ¿qué hacemos ahora, querido -Comárquides? Yo quisiera beber, mientras el cielo fecunda nuestro -campo. Ea, mujer, mezcla un poco de trigo con tres quénices de -habichuelas, y ponlas a cocer, y danos higos secos. Que Sira haga -volver a Manes del campo; hoy no es posible podar las vides, ni -desterronar, pues la tierra está sumamente húmeda. Que me traigan el -tordo y los dos pinzones. También debe de haber en casa calostro y -cuatro tajadas de liebre, si ayer noche no las robó el gato, porque -oí en la despensa un ruido sospechoso. Muchacho, trae tres pedazos, y -dale el otro a mi padre. Pide a Esdúnada ramas de mirto con sus bayas; -y, ya que te coge de camino, dile a Carinades que venga a beber con -nosotros, mientras el cielo benéfico fecunda los sembrados.» Cuando -entona la cigarra su dulce cantinela,[366] me gusta ver si las uvas de -Lemnos principian a madurar, pues son las más tempranas; y no menos me -agrada mirar cómo van hinchándose los higos, y comerlos cuando están -maduros, y exclamar, saboreándolos: «Deliciosa estación.» Después bebo -una infusión de tomillo machacado, y logro así engordar en el estío, -mucho más que viendo a uno de esos taxiarcos,[367] aborrecidos por los -dioses, pavoneándose con su triple penacho y su clámide teñida de un -rojo deslumbrador que pretende hacer pasar por púrpura de Sardes. Pero -cuando ocurre pelear, él mismo se encarga de darle una mano de azafrán -cicense. Y después huye veloz el primero como un gallo, agitando sus -amarillas crestas, mientras yo guardo mi puesto. Cuando están en Atenas -estos valentones hacen cosas insufribles; inscriben a unos en las -listas y borran a otros, dos y tres veces, según su capricho. «Mañana -es la marcha», oye decir a lo mejor un ciudadano que no ha comprado -víveres porque nada sabía al salir de su casa, y luego, al pararse -delante de la estatua de Pandión,[368] ve su nombre inscrito en la -lista; se aturde, y echa a correr llorando. Así nos tratan a los pobres -campesinos; a los ciudadanos ya les tienen más consideraciones esos -cobardes aborrecidos de los dioses y los hombres. Pero si el cielo -lo permite, ya tendrán su merecido. Mucho daño me han hecho esos -taxiarcos, leones en la ciudad y zorros en el combate. - - * * * * * - -TRIGEO. - -¡Oh! ¡Oh! ¡Cuánta gente viene al banquete de boda! Limpia las mesas con -ese penacho; ya no sirve para otra cosa. Trae en seguida los pasteles y -los tordos, liebre en abundancia y panes. - -UN FABRICANTE DE HOCES. - -¿Dónde está Trigeo? ¿Dónde? - -TRIGEO. - -Estoy cociendo tordos. - -EL FABRICANTE DE HOCES. - -¡Oh queridísimo Trigeo, cuánto bien nos has hecho procurándonos la paz! -Antes no había quien diese un óbolo por una hoz; ahora vendo las que -quiero a cincuenta dracmas. Este amigo vende a tres los toneles para el -campo. Vamos, Trigeo, escoge de estas hoces y de todo lo demás cuanto -quieras, y llévatelo gratis. Todo esto que vendemos y que nos produce -pingües ganancias te lo ofrecemos como regalo de boda. - -TRIGEO. - -Bueno, bueno; dejadlo ahí todo, y entrad a cenar cuanto antes. Ahí se -acerca un armero con una cara más triste que un funeral. - - * * * * * - -EL FABRICANTE DE PENACHOS. - -¡Ay, Trigeo, me has arruinado completamente! - -TRIGEO. - -¿Qué te pasa, desdichado? ¿Acaso te salen penachos en la cabeza? - -EL FABRICANTE DE PENACHOS. - -Nos has quitado el trabajo y la subsistencia a mí y a este otro, -fabricante de dardos. - -TRIGEO. - -Vamos, ¿cuánto quieres por esos dos penachos? - -EL FABRICANTE DE PENACHOS. - -¿Cuánto ofreces? - -TRIGEO. - -¿Que cuánto ofrezco? Me da vergüenza el decirlo. Sin embargo, como el -trenzado está hecho con gran primor, te daré tres quénices de higos -secos y me servirán para limpiar esta mesa. - -EL FABRICANTE DE PENACHOS. - -Vengan los higos: más vale poco que nada. - -TRIGEO. - -Vete al infierno con tus penachos; tienen lacia la cerda, no valen un -pito. No daría una higa por todos ellos. - - * * * * * - -EL VENDEDOR DE CORAZAS. - -¡Ay de mí! ¿Qué haré con esta coraza tasada en diez minas y trabajada -con tanto esmero? - -TRIGEO. - -No se te irrogará perjuicio alguno; dámela en su precio; podrá ser un -bacín elegantísimo. - -EL VENDEDOR DE CORAZAS. - -No te burles de mí y de mis mercancías. - -TRIGEO. - -Con ella... y tres buenos guijarros,[369] ¿no tendremos cuanto para el -caso hace falta? - -EL VENDEDOR DE CORAZAS. - -¿Pero cómo te limpiarás, imbécil? - -TRIGEO. - -Perfectamente. Mira, paso una mano por la abertura del brazo, y la -otra... - -EL VENDEDOR DE CORAZAS. - -¡Cómo! ¿Con las dos manos? - -TRIGEO. - -Pues claro, para que no me acusen de defraudar al Estado tapando los -agujeros de los remos.[370] - -EL VENDEDOR DE CORAZAS. - -¿Y te atreverás a usar un bacín de mil dracmas? - -TRIGEO. - -¿Quién lo duda, miserable? Crees que ni por diez mil vendería yo mi -trasero. - -EL VENDEDOR DE CORAZAS. - -Vamos, venga el dinero. - -TRIGEO. - -¡Ay! Querido, tu coraza me destroza las nalgas. Llévatela; no la compro. - - * * * * * - -EL FABRICANTE DE TROMPETAS. - -¿Qué haré de esta trompeta que me costó sesenta dracmas? - -TRIGEO. - -Echa plomo en su cavidad; atraviesa encima una vara un poco larga, y -tendrás un cótabo[371] en equilibrio. - -EL FABRICANTE DE TROMPETAS. - -¡Ay! te burlas de mí. - -TRIGEO. - -Otra idea. Échale plomo, como te he dicho; añade un platillo colgado -de unas cuerdecitas, y tendrás una balanza para pesar en el campo los -higos que has de distribuir a tus esclavos. - - * * * * * - -EL FABRICANTE DE CASCOS. - -¡Maldita suerte! ¡Estoy arruinado! Yo, que en otro tiempo pagué una -mina por estos cascos. ¿Quién me los comprará ahora? - -TRIGEO. - -Vete a venderlos a los egipcios: son los únicos para medir sirmea.[372] - - * * * * * - -EL FABRICANTE DE LANZAS. - -¡Ay, mi buen fabricante de cascos, qué desgraciada es nuestra suerte! - -TRIGEO (_Al fabricante de lanzas_). - -La suya no lo es. - -EL FABRICANTE DE LANZAS. - -Pues qué, ¿habrá todavía quien necesite cascos? - -TRIGEO. - -Como sepa ponerles dos asas, los podrá vender mucho más caros. - -EL FABRICANTE DE CASCOS. - -Vámonos, fabricante de lanzas. - -TRIGEO. - -No, no; le voy a comprar esas picas. - -EL FABRICANTE DE LANZAS. - -¿Cuánto das por ellas? - -TRIGEO. - -Si las cortas por la mitad, para que puedan servir de rodrigones, te -pagaré a dracma el ciento. - -EL FABRICANTE DE LANZAS. - -Este hombre se burla de nosotros. Vámonos, amigo. - - * * * * * - -TRIGEO. - -Muy bien hecho; pues ya salen a orinar los hijos de los convidados, -y si no me engaño, a preludiar sus cantos. Eh, muchacho, si piensas -cantar, ensáyate antes delante de mí. - -EL HIJO DE LÁMACO. - - Celebremos ahora - Los valientes guerreros...[373] - -TRIGEO. - -Maldita criatura, deja de cantar los valientes guerreros; ahora estamos -en paz. Eres un bribonzuelo mal enseñado. - -EL HIJO DE LÁMACO. - - Con furia aterradora - Acométense fieros; - Se aplastan sus combados - Escudos...[374] - -TRIGEO. - -¡Escudos! ¿No acabarás con tus escudos? - -EL HIJO DE LÁMACO. - - ...alaridos - De triunfo alborozados - Se escuchan, y gemidos... - -TRIGEO. - -¡Gemidos! Me parece que quien va a gemir aquí eres tú, si continúas con -tus gemidos y tus escudos combados. - -EL HIJO DE LÁMACO. - -¿Pues qué he de cantar? ¿Qué es lo que te gusta? - -TRIGEO. - -«Se comían de buey sendos tasajos» O cosas por el estilo. - - Disponían alegres el banquete - Y cuantos platos hay apetecibles. - -EL HIJO DE LÁMACO. - - Se comían de buey sendos tasajos; - Los sudorosos brutos desuncían; - Hartos de pelear... - -TRIGEO. - -Eso es: «hartos de pelear, se pusieron a comer.» Canta, canta lo que -comieron después de hartarse. - -EL HIJO DE LÁMACO. - - Después de terminada la comida, - Acorázanse el vientre... - -TRIGEO. - -Con buen vino, ¿verdad? - -EL HIJO DE LÁMACO. - - ...De las torres - Se precipitan. Alarido inmenso - Surca entonces... - -TRIGEO. - -Que Júpiter te confunda con tus batallas, bribonzuelo; no sabes más que -cantos de guerra. ¿De quién eres hijo? - -EL HIJO DE LÁMACO. - -¿Yo? - -TRIGEO. - -Sí, tú. - -EL HIJO DE LÁMACO. - -De Lámaco. - -TRIGEO. - -¡Oh! ¡Oh! Ya se me figuraba que debías de ser hijo de algún aficionado -a combates y heridas;[375] de algún Boulómaco o Clausímaco.[376] Largo -de aquí. Vete a entonar tus canciones a los lanceros. ¿Dónde está el -hijo de Cleónimo? Ven acá; canta algo antes de entrar en casa. Ya estoy -seguro de que tus cantares no serán belicosos. Tu padre es prudentísimo. - -EL HIJO DE CLEÓNIMO. - - Un habitante de Sais - Ostenta el brillante escudo, - Que abandoné mal mi grado - Cabe un florecido arbusto.[377] - -TRIGEO. - -Dime, pequeño, ¿cantas eso por tu padre? - -EL HIJO DE CLEÓNIMO. - -«Salvé mi vida...» - -TRIGEO. - -Pero deshonraste tu linaje. Mas entremos; demasiado sé que el hijo de -tal padre no olvidará nunca lo que acaba de cantar sobre el escudo. -Vosotros los que os quedáis al festín ya no tenéis que hacer otra cosa -más que comer y consumir todas las viandas y menear sin descanso las -mandíbulas. Lanzáos sobre todos los platos, y comed a dos carrillos. -¡Desdichados! ¿para qué sirven, sino es para comer, los buenos dientes? - -CORO. - -Eso queda a nuestro cargo; nos has dado un buen consejo. - -TRIGEO. - -Vosotros, que ayer estabais hambrientos, saciaos ahora de liebre; no -todos los días se encuentran pasteles abandonados. Devoradlos, pues, -que si no, tal vez sintáis mañana no haberlo hecho. - -CORO. - -Silencio, silencio, va a presentarse la novia; coged las -antorchas:[378] que todo el pueblo se regocije y dance. Después, cuando -hayamos bailado, y bebido y expulsado a Hipérbolo, llevaremos de nuevo -al campo nuestro humilde ajuar, y pediremos a los dioses que otorguen -a los griegos oro en abundancia, y a nosotros riquísimas cosechas de -cebada y vino, dulces higos y esposas fecundas. Así podremos recobrar -los perdidos bienes y abolir para siempre el uso del acero homicida. - -TRIGEO. - -Querida esposa, ven al campo a embellecer mi lecho. - -CORO. - -¡Oh mortal tres veces feliz con tu merecida dicha! ¡Oh Himeneo! -¡Himeneo! ¿Qué le haremos? ¿Qué le haremos? ¡Gocemos de su belleza! -¡Gocemos de su belleza! Nosotros los hombres colocados en la primera -fila levantemos al novio y llevémosle en triunfo. ¡Himeneo! ¡Himeneo! - -TRIGEO. - -Tendréis una linda casa, viviréis sin molestias y cogeréis higos. ¡Oh -Himeneo! ¡Himeneo! - -CORO. - -Aquel tiene uno grande y grueso; este, otro dulcísimo. Después de comer -y beber sendos tragos, exclamarás: ¡Oh Himeneo! ¡Himeneo! - -CORO. - -Adiós, adiós, amigos míos. Los que me sigan comerán pasteles. - - -FIN DE LA PAZ - - - - -LAS AVES. - - - - -NOTICIA PRELIMINAR. - - -Dos ciudadanos atenienses, Evélpides y Pistetero, como si dijéramos, -Buena-esperanza y Fiel-amigo, hartos de desórdenes, de pleitos, cábalas -o intrigas, y tomando al pie de la letra la expresión _irse a los -cuervos_, análoga, como hemos visto, a la nuestra _irse al diablo_ o -a otra cosa, si no peor, más sucia, huyen de Atenas y se encaminan al -país de las aves en busca de la Abubilla, en otro tiempo Tereo, rey -de Tracia. Aceptada por el ex-monarca-pájaro la idea de construir una -ciudad en los aires, convoca una asamblea de todas las razas aladas, -que acudiendo en gran número, se preparan en el primer momento a -embestir y despedazar a los temerarios mortales que han osado penetrar -en sus dominios: calmados por la Abubilla, cámbiase pronto su furia -en indescriptible entusiasmo, cuando Pistetero desenvuelve un plan -para devolver a los volátiles el cetro del mundo que antes les había -pertenecido. Los dos atenienses son naturalizados inmediatamente: la -nueva ciudad, llamada _Nefelococigia_, es construida en un abrir y -cerrar de ojos, y dos embajadores son enviados al cielo y a la tierra. -Apenas se empieza a ofrecer el sacrificio de consagración, acuden a -Nefelococigia toda clase de gentes: un pobre poeta, que versifica -en honor de la nueva ciudad para conseguir un manto y una túnica; -un adivino cargado de oráculos; Metón el geómetra; un inspector -y un vendedor de decretos, que son apaleados en castigo de sus -impertinencias. Iris, mensajera de los dioses, es hecha prisionera al -intentar atravesar los aires; sometida a un apremiante interrogatorio, -vese obligada a manifestar que Júpiter la envía a los hombres para que -ofrezcan los acostumbrados sacrificios, y tiene que retirarse malparada -oyendo de boca de Pistetero que no hay más dioses que las aves, y -que el paso al través de la nueva ciudad queda prohibido hasta nueva -orden a las divinidades olímpicas. Preséntase después un Mensajero, -anunciando que los hombres han decretado una corona de oro al fundador -de Nefelococigia, y que las aves se han puesto de moda y hacen tal -furor en Atenas, que pronto se verá llegar una multitud _ornitomaniaca_ -pidiendo alas y plumajes. No tarda efectivamente en presentarse un -joven con intentos parricidas, que recibe entre equívocos y chistes -consejos prudentísimos, y al cual siguen Cinesias, poeta ditirámbico, -ganoso de atrapar entre las nubes las sublimes vaciedades de sus versos -y un sicofanta o delator, que así como el poeta lleva con una paliza -su justo merecido. Prometeo, que llega después, revela a Pistetero -el hambre canina que aflige a los inmortales, indicándole el medio -de explotar la miseria del Olimpo, y retirándose con todo género de -precauciones para no ser visto por Júpiter. - -Una embajada, compuesta de Neptuno, Hércules y un Tríbalo, presenta por -fin sus proposiciones a la gente alada, y vencidas las dificultades se -estipulan la paz y el paso libre por Nefelococigia, con la condición -de entregar Júpiter su cetro a las aves y a Pistetero la mano de la -Soberanía. - -La comedia concluye, como _La Paz_, con un jubiloso canto de himeneo. - -Tal es el argumento de _Las Aves_. ¿Cuál es su objeto? He aquí -una pregunta a la cual se han dado muy diferentes contestaciones. -Unos[379] han dicho que su autor se limitaba a censurar la afición a -las lides judiciales, sin considerar que Aristófanes solo se ocupa -de esta manía de Atenas a la ligera y muy de paso; otros[380] que -su fin es nada menos que promover cambios radicales en el carácter -ateniense, en el culto, en la religión, en la constitución de la -república y en el personal de sus magistrados, sin parar mientes -que tales proposiciones, aun hechas de burlas, costaban la vida al -temerario que las aventuraba: quiénes[381] (por más que nada autorice -a suponerlo) solo ven en su fantástico desarrollo una animada censura -de las peregrinas invenciones de los trágicos y sus increíbles fábulas; -y no han faltado algunos[382] que, saltando por encima de un flamante -anacronismo, la conceptúan una graciosa parodia de la República que -Platón soñó muchos años más tarde. - -La explicación de M. Paulmier, desenvuelta luego por el P. Brumoy, es -indudablemente la más ingeniosa, careciendo sin embargo del debido -fundamento. El erudito jesuita, teniendo presente que poco antes -de la representación de esta comedia, Alcibíades, llamado a Atenas -para defenderse del crimen de sacrilegio, había huido a Esparta y -exhortaba a los lacedemonios a fortificar a Decelia, ciudad del Ática -que más adelante molestó mucho a los atenienses, opina que, aunque -con el pulso y delicadeza que la gravedad del asunto requería, trató -Aristófanes en _Las Aves_ de llamar la atención del pueblo sobre los -preparativos de una rival ambiciosa, y decidirle a traer de Sicilia -sus tropas y galeras. Pero solo un pasaje en que se habla de la galera -_Salamina_, y algunas otras indicaciones remotísimas confirman -la interpretación de Brumoy, que cae ante la consideración de que -Aristófanes cuando alude lo hace clara y directamente, y si a veces -encubre su propósito, hay que confesar que se vale siempre del velo de -una alegoría transparente. Sin ir tan lejos, dice Artaud, ni perderse -en cavilaciones sistemáticas, podemos hallar la explicación del enigma. -A una lectura un poco atenta, vese en _Las Aves_ una especie de utopía -cómica, una república imaginaria como la de Platón, realizada de una -manera burlesca. Todo lo que precede a la fundación de la ciudad no es -más que el preámbulo de la acción. Sin el lazo de esta idea general, la -pieza presentaría solamente una serie de escenas ininteligibles. Pero -mirada bajo este prisma, es un cuadro ingenioso en que el espíritu del -poeta se solaza a placer y pasa revista a todos los ridículos. Un hijo -que desea la muerte de su padre recibe de las cigüeñas una lección de -amor filial. El autor ataca sucesivamente la pedantería de los sabios -y filósofos, la ignorancia y avidez de los sacerdotes y adivinos, -las pretensiones de los poetas, la venalidad de los magistrados, las -infamias de los delatores y las charlatanerías de toda especie. - -Para explicarse ciertas singularidades de esta comedia, como la de -componer el coro de personajes alados, no hay necesidad tampoco de -acudir a la hipótesis de que las aves sean representantes de los -lacedemonios, y los hombres y los dioses de los atenienses y de los -demás pueblos griegos; pues para dar amenidad al espectáculo y -ocupación a las máquinas teatrales, eran cosa corriente entre los -cómicos tan peregrinas invenciones; y por otra parte, quien había -puesto en escena Nubes, Avispas y Escarabajos no puede decirse que se -excediera a sí mismo al presentar un coro de volátiles. Es más; en -mi humilde opinión, la elección del poeta fue sobremanera acertada, -pues debió dar así una animación extraordinaria a la comedia, falta de -acción como todas las de Aristófanes, con tantas idas y venidas, tantos -giros y revoloteos, tanta variedad de plumajes, y esa encantadora -alegría, patrimonio de los pájaros, que son naturalmente, como dice -Leopardi,[383] las criaturas más regocijadas de la creación. - -La elección de estos alados personajes permite además al autor dar -rienda suelta a su fantasía por los amenos campos de la fábula, y -presentar sin sombra de pedantería, y con aquella frescura y sencillez -de colorido del poeta predilecto de las Gracias, multitud de leyendas -curiosas, entretenidos detalles, mordaces chistes y picantes sales, -alternando con brillantes himnos de elevación verdaderamente pindárica. -«De este modo, dice Poyard, _Las Aves_ son una obra sin ejemplo y -sin rival, un género aparte aun dentro del teatro aristofánico, una -fantasmagoría alegre, viva, seductora, llena de maravillosas sorpresas, -chispeando poesía, desenvolviéndose aérea y alada, y burlándose con -sátira ligera y divertida, sin las virulencias ordinarias.» - -Esta comedia se representó el año 415 antes de Jesucristo, décimo -octavo de la guerra del Peloponeso, habiendo obtenido el premio -segundo: _Los Bebedores_ de Amipsias consiguieron el primero; y el -tercero fue otorgado al _Monotropos_ (el Moroso) de Frínico. - - - - -PERSONAJES. - - - EVÉLPIDES. - PISTETERO. - EL REYEZUELO, criado de la Abubilla. - LA ABUBILLA. - CORO DE AVES. - EL FENICÓPTERO. - HERALDOS. - UN SACERDOTE. - UN POETA. - UN ADIVINO. - METÓN, geómetra. - UN INSPECTOR. - UN VENDEDOR DE DECRETOS. - MENSAJERO. - IRIS. - UN PARRICIDA. - CINESIAS, poeta ditirámbico. - UN DELATOR. - PROMETEO. - NEPTUNO. - TRÍBALO. - HÉRCULES. - UN CRIADO de Pistetero. - - * * * * * - -País agreste, lleno de piedras y zarzas. En el fondo una selva, a un -lado una roca, morada de la Abubilla. - - - - -LAS AVES. - - -EVÉLPIDES (_Al grajo que le sirve de guía_). - -¿Me dices que vaya en línea recta hacia aquel árbol? - -PISTETERO (_A la corneja que trae en mano_). - -¡Peste de avechucho! Ahora grazna que retrocedamos. - -EVÉLPIDES. - -Pero, infeliz, ¿a qué caminar arriba y abajo? Con estas idas y venidas -nos derrengamos inútilmente. - -PISTETERO. - -¡Qué imbécil he sido en dejarme guiar por esta corneja! Me ha hecho -correr más de mil estadios.[384] - -EVÉLPIDES. - -¿Mayor desdicha que la de llevar de guía a este grajo, que me ha -destrozado todas las uñas de los dedos? - -PISTETERO. - -Ni siquiera sé en qué lugar de la tierra estamos. - -EVÉLPIDES. - -¿No podrías hallar desde aquí tu patria? - -PISTETERO. - -No por cierto: ni Execéstides[385] la suya. - -EVÉLPIDES. - -¡Ay! - -PISTETERO. - -Toma esa senda, amigo mío. - -EVÉLPIDES. - -¡Qué terriblemente nos ha engañado Filócrates,[386] ese atrabiliario -vendedor de pájaros! Nos aseguró que estas dos aves nos guiarían -mejor que ninguna otra a la morada de Tereo, la Abubilla, que -fue transformado en pájaro; y nos vendió este grajo, hijo de -Tarrélides,[387] por un óbolo, y por tres aquella corneja, que solo -saben darnos picotazos. (_Al grajo._) ¿Por qué me miras con el pico -abierto? ¿Quieres precipitarnos desde esas rocas? Por ahí no hay camino. - -PISTETERO. - -Ni senda tampoco. - -EVÉLPIDES. - -¿No dice nada tu corneja? - -PISTETERO. - -Nada absolutamente; grazna ahora como antes. - -EVÉLPIDES. - -Pero, en fin, ¿qué dice de nuestra ruta? - -PISTETERO. - -¿Qué ha de decir sino que a fuerza de roer acabará por comérseme los -dedos? - -EVÉLPIDES. - -¡Esto es insoportable! Queremos irnos a los cuervos;[388] ponemos -para conseguirlo cuanto está de nuestra mano, y no logramos hallar el -camino. Porque habéis de saber, oyentes míos, que nuestra enfermedad -es completamente distinta de la que aflige a Saccas: este, no siendo -ciudadano, se obstina en serlo, y nosotros que lo somos, y de familias -distinguidas, aunque nadie nos expulsa, huimos a toda prisa de nuestra -patria. No es que aborrezcamos a una ciudad tan célebre y afortunada, y -abierta siempre a todo el que desee arruinarse con litigios; porque es -una triste verdad que si las cigarras solo cantan uno o dos meses entre -las ramas de los árboles, en cambio los atenienses cantan toda la vida -posados sobre los procesos. Esto es lo que nos ha obligado a emprender -este viaje y a buscar, cargados del canastillo, la olla y las ramas -de mirto,[389] un país libre de pleitos, donde pasar tranquilamente -la vida. Nos dirigimos con tal objeto a Tereo, la Abubilla, para -preguntarle si, en las comarcas que ha recorrido volando, ha visto -alguna ciudad como la que deseamos. - -PISTETERO. - -¡Eh, tú! - -EVÉLPIDES. - -¿Qué hay? - -PISTETERO. - -La corneja hace rato que me indica que hay algo arriba. - -EVÉLPIDES. - -También mi grajo mira con el pico abierto en la misma dirección, como -si quisiera señalarme alguna cosa: no puede menos de haber aves por -aquí. Pronto lo sabremos haciendo ruido. - -PISTETERO. - -¿Sabes lo que has de hacer? Dar un golpe con la rodilla en esa peña. - -EVÉLPIDES. - -Y tú, con la cabeza, para que el ruido sea doble. - -PISTETERO. - -Vamos, coge esa piedra y llama. - -EVÉLPIDES. - -Está bien; ¡esclavo! ¡esclavo! - -PISTETERO. - -Pero ¿qué haces? Para llamar a una Abubilla, gritas ¡esclavo! ¡esclavo! -En vez de ¡esclavo! debes gritar: ¡Epopoi! ¡Epopoi![390] - -EVÉLPIDES. - -¡Epopoi! Tendré que llamar otra vez. ¡Epopoi! - -EL REYEZUELO.[391] - -¿Quién va? ¿Quién llama a mi dueño? - -EVÉLPIDES. - -¡Apolo nos asista! ¡Qué enorme pico![392] - -EL REYEZUELO. - -¡Horror! ¡Son cazadores! - -EVÉLPIDES. - -El miedo que me causa no es para dicho. - -EL REYEZUELO. - -¡Moriréis! - -EVÉLPIDES. - -Pero si no somos hombres. - -EL REYEZUELO. - -¿Pues qué sois? - -EVÉLPIDES. - -Yo soy el _Tímido_, ave africana. - -EL REYEZUELO. - -¡A otro con esas! - -EVÉLPIDES. - -Pregúntaselo a mis pies.[393] - -EL REYEZUELO. - -Y ese otro, ¿qué pájaro es? Contesta. - -PISTETERO. - -El _Ensuciado_, ave de Fasos.[394] - -EVÉLPIDES. - -Y tú, ¿qué animal eres? - -EL REYEZUELO. - -Yo soy un pájaro esclavo. - -EVÉLPIDES. - -¿Te ha vencido algún gallo?[395] - -EL REYEZUELO. - -No; pero cuando mi dueño fue convertido en Abubilla quiso que yo -también me transformase en pájaro, para tener quien le siguiera y -sirviese. - -EVÉLPIDES. - -Pues qué, ¿las aves necesitan criados? - -EL REYEZUELO. - -Este sí, tal vez porque fue antes hombre. Cuando se le antojan anchoas -del Falero,[396] yo cojo una escudilla y corro a por anchoas; cuando -quiere comer puches, como se necesitan una cuchara y una olla, corro a -por la cuchara. - -EVÉLPIDES. - -Por las señas, este pájaro es un _Corredor_.[397] ¿Sabes lo que has de -hacer, Reyezuelo? Llamar a tu señor. - -EL REYEZUELO. - -Pero si acaba de dormirse, después de haber comido bayas de mirto y -algunos gusanos. - -EVÉLPIDES. - -No importa, despiértale. - -EL REYEZUELO. - -Aunque estoy seguro de que se va a enfadar, lo haré por complaceros. - -(_Vase._) - - * * * * * - -PISTETERO (_Al Reyezuelo_). - -Que el cielo te confunda: no me has dado mal susto.[398] - -EVÉLPIDES. - -¡Oh desgracia! ¡De miedo se me ha escapado el grajo! - -PISTETERO. - -¡Grandísimo cobarde! Te has dejado escapar el grajo de miedo. - -EVÉLPIDES. - -Y tú, ¿no te has dejado marchar la corneja al caer? - -PISTETERO. - -No por cierto. - -EVÉLPIDES. - -¿Pues dónde está? - -PISTETERO. - -Voló. - -EVÉLPIDES. - -¿Y no se te ha escapado? ¡Vaya el valentón! - - * * * * * - -LA ABUBILLA. - -Abre la selva para que salga.[399] - -EVÉLPIDES. - -¡Por Hércules!, ¿qué animal es ese? ¡Qué alas! ¡Qué triple cresta![400] - -LA ABUBILLA. - -¿Quién pregunta por mí? - -EVÉLPIDES. - -Sin duda, los doce grandes dioses te han maltratado. - -LA ABUBILLA. - -¿Acaso os burláis de la forma de mis alas? Sabed, extranjeros, que -antes he sido hombre. - -EVÉLPIDES. - -No nos burlamos de ti. - -LA ABUBILLA. - -¿Pues de qué? - -PISTETERO. - -Tu pico nos da risa.[401] - -LA ABUBILLA. - -Pues de esta facha representó ignominiosamente Sófocles en sus -tragedias a Tereo.[402] - -EVÉLPIDES. - -¿Pero eres Tereo, o un ave, o un pavo real? - -LA ABUBILLA. - -Soy un ave. - -EVÉLPIDES. - -¿Y las alas? - -LA ABUBILLA. - -Se me han caído. - -EVÉLPIDES. - -¿Alguna enfermedad? - -LA ABUBILLA. - -No; pero en el invierno mudan todas las aves, y les salen después -nuevas plumas. Y vosotros, ¿qué sois? - -EVÉLPIDES. - -¿Nosotros? mortales. - -LA ABUBILLA. - -¿De qué país? - -EVÉLPIDES. - -Del de las hermosas trirremes.[403] - -LA ABUBILLA. - -¿Seréis jueces?[404] - -EVÉLPIDES. - -Nada de eso; antijueces.[405] - -LA ABUBILLA. - -¿Se siembra allí ese grano? - -EVÉLPIDES. - -Rebuscando en todo el campo, hallaréis un poquito. - -LA ABUBILLA. - -¿Qué os trae aquí? - -EVÉLPIDES. - -El deseo de hablarte. - -LA ABUBILLA. - -¿Para qué? - -EVÉLPIDES. - -Porque en otro tiempo fuiste hombre, como nosotros; en otro tiempo -tuviste deudas, como nosotros; y en otro tiempo te gustaba el no -pagarlas, como a nosotros: después, cuando fuiste transformado en ave, -recorriste en tu vuelo todos los mares y tierras, y llegaste a reunir -la experiencia del pájaro y la del hombre. Esto nos trae a ti para -suplicarte que nos indiques alguna pacífica ciudad donde podamos vivir -blanda y sosegadamente, como el que se acuesta sobre mullidos cojines. - -LA ABUBILLA. - -¿Buscas, pues, una ciudad más grande que la de Cranao?[406] - -EVÉLPIDES. - -Más grande no, más agradable para nosotros. - -LA ABUBILLA. - -Claro está que buscas un país aristocrático. - -EVÉLPIDES. - -¿Yo? ni por pienso: si detesto al hijo de Escelias.[407] - -LA ABUBILLA. - -¿Pues en qué ciudad queréis vivir? - -EVÉLPIDES. - -En una donde los negocios más importantes sean, por ejemplo, venir -muy de mañana a mi puerta un amigo y decirme: «Te ruego por Júpiter -olímpico que al salir del baño vengáis a mi casa tú y tus hijos, pues -voy a dar un banquete de bodas. ¡Cuidado con faltar! ¡Como no vengas, -no tienes que poner los pies en mi casa hasta que me abandone la -fortuna!»[408] - -LA ABUBILLA. - -Vamos, veo que tienes afición a las desgracias. ¿Y tú? - -PISTETERO. - -Tengo los mismos gustos. - -LA ABUBILLA. - -¿Cuáles? - -PISTETERO. - -Quisiera una ciudad en la que al verme el padre de un hermoso -muchacho, me dijese como si le hubiera ofendido: «¡Muy bien, muy -bien, Estilbónides! Te encontraste ayer con mi hijo que volvía del -baño y del gimnasio, y no fuiste para darle un beso, ni hablarle, ni -acariciarle.[409] ¿Quién dirá que eres amigo mío?» - -LA ABUBILLA. - -¡Hola, hola! Pues no es nada las desdichas que apeteces, buen hombre. -En la costa del Mar Rojo hay una ciudad, afortunada como la que deseáis. - -EVÉLPIDES. - -¡Ah! No me hables de ciudades marítimas; el mejor día amanecería la -galera _Salamina_[410] trayendo un alguacil. ¿No puedes decirnos alguna -ciudad griega? - -LA ABUBILLA. - -¿Por qué no emigráis a Lépreo, en Élide? - -EVÉLPIDES. - -¡Por todos los dioses! Aunque no he visto a Lépreo, lo aborrezco ya a -causa de Melantio.[411] - -LA ABUBILLA. - -Hay también en la Lócride la ciudad de Opunte, donde podréis vivir muy -bien. - -EVÉLPIDES. - -No quisiera ser Opuncio[412] ni por un talento de oro. ¿Pero qué tal -pasan la vida los pájaros? Tú debes saberlo bien. - -LA ABUBILLA. - -La vida no es desagradable; en primer lugar, hay que prescindir de la -bolsa. - -EVÉLPIDES. - -Pues con eso habéis suprimido la ocasión de muchos fraudes. - -LA ABUBILLA. - -Comemos en los jardines sésamo blanco, mirto, amapolas y menta. - -EVÉLPIDES. - -¿De modo que vivís como recién casados?[413] - -PISTETERO. - -¡Oh, oh! ¡Qué magnífica idea se me ha ocurrido para la gente alada! -¡Seréis omnipotentes si me obedecéis! - -LA ABUBILLA. - -¡Obedecerte! ¿En qué? - -PISTETERO. - -¿En qué? Primero en no andar revoloteando por todas partes con el pico -abierto: eso es indecoroso. Entre nosotros, cuando vemos a uno de esos -botarates que no paran un instante, acostumbramos a preguntar: «¿Quién -es ese chorlito?» Y Téleas[414] responde: «Es un inconstante; tiene -siempre la cabeza a pájaros; no está un momento en un sitio.» - -LA ABUBILLA. - -Tienes razón, por Baco. ¿Qué hemos de hacer? - -PISTETERO. - -Fundad una ciudad. - -LA ABUBILLA. - -¿Qué ciudad hemos de fundar las aves? - -PISTETERO. - -A la verdad, tu pregunta es necia si las hay. Mira abajo. - -LA ABUBILLA. - -Ya miro. - -PISTETERO. - -Ahora arriba. - -LA ABUBILLA. - -Ya miro. - -PISTETERO. - -Ahora vuelve la cabeza a todos lados. - -LA ABUBILLA. - -¿Qué voy a sacar de retorcerme así el pescuezo?[415] - -PISTETERO. - -¿Ves algo? - -LA ABUBILLA. - -Sí, las nubes y el cielo. - -PISTETERO. - -¿No es ese el polo de las aves? - -LA ABUBILLA. - -¿El polo? ¿Qué es polo? - -PISTETERO. - -Como si dijéramos el país; se llama polo[416] porque gira y atraviesa -todo el mundo. Si fundáis en él una ciudad y la rodeáis de murallas, -en vez de polo se llamará población;[417] entonces reinaréis sobre los -hombres, como ahora sobre las langostas; y mataréis a los dioses de -hambre canina.[418] - -LA ABUBILLA. - -¿Cómo? - -PISTETERO. - -El aire está entre el cielo y la tierra, y del mismo modo que cuando -nosotros queremos ir a Delfos pedimos permiso a los beocios para pasar, -así vosotros, cuando los hombres hagan sacrificios a los dioses, si -estos no os pagan tributo, podréis impedir que el humo de las víctimas -atraviese vuestra ciudad y vuestro espacio. - -LA ABUBILLA. - -¡Oh! ¡Oh! ¡Lo juro por la tierra, las nubes, los lazos y las redes, -jamás he oído una idea más ingeniosa! Estoy dispuesto a fundar contigo -esa ciudad, si las demás aves son de mi opinión. - -PISTETERO. - -¿Quién les dará a conocer el proyecto? - -LA ABUBILLA. - -Tú mismo. Antes eran bárbaros, pero en el largo tiempo que he estado en -su compañía les he enseñado a hablar. - -PISTETERO. - -¿Pero cómo las vas a convocar? - -LA ABUBILLA. - -Muy fácilmente. Voy a entrar en esa espesura; despertaré a mi -Procne[419] y las llamaremos; en cuanto oigan nuestra voz acudirán sin -detenerse. - -PISTETERO. - -¡No te detengas, queridísimo pájaro! Por favor, entra pronto en esa -espesura y despierta a tu amable compañera. - -LA ABUBILLA. - -Despierta, dulce compañera de mi vida; entona esos himnos sagrados -que, como armoniosos suspiros, brotan de tu garganta divina cuando -con melodiosa y pura voz deploras la triste suerte de nuestro llorado -Itis. Tu sonoro canto sube, atravesando los copudos tejos, hasta el -trono de Júpiter; junto al cual Febo, de áurea cabellera, responde con -los acordes de su lira de marfil a tus plañideras endechas, y reúne -los coros de los dioses, y de sus bocas inmortales brota un celestial -aplauso.[420] - -(_Se oye una flauta dentro._) - -PISTETERO. - -¡Júpiter soberano! ¡Qué garganta la de ese pajarillo! Ha llenado de -miel toda la espesura. - -EVÉLPIDES. - -¡Eh! ¡Tú! - -PISTETERO. - -¿Qué hay? - -EVÉLPIDES - -¿No callarás? - -PISTETERO. - -¿Por qué? - -EVÉLPIDES. - -La Abubilla se prepara a entonar nuevos cantos. - -LA ABUBILLA. - -Esopo, popo, popo, popo, popoí ¡io! ¡io! venid, venid, venid, venid, -alados compañeros. Todos cuantos taláis las fértiles campiñas, tribus -innumerables que recogéis y devoráis los granos de cebada, catervas -infinitas de rápido vuelo y melodioso canto, acudid, acudid; vosotros, -los que posados en un terrón os complacéis en gorjear débilmente -entre los surcos: tio, tio, tio, tio, tio, tio, tio tio; los que en -los jardines saltáis sobre las yedras, o en las montañas picoteáis -el madroño y la silvestre aceituna, acudid a mi voz: trioto, trioto, -toto, brix. Vosotros también, los que devoráis punzadores mosquitos -en los valles pantanosos; los que pobláis los prados húmedos de rocío -y el campo ameno de Maratón; francolines de matizadas alas; aves que -revoloteáis con los alciones sobre las alborotadas olas del mar, venid -a escuchar la grata nueva: congréguense aquí las aves de largo cuello. -Sabed que ha venido un anciano ingenioso, autor de una nueva idea; -que pretende realizar nuevos proyectos. Venid todos a deliberar aquí. -Torotorotorotorotix. Kiccabau, kiccabau. Torotorotorotorolililix. - - * * * * * - -PISTETERO. - -¿Ves algún pájaro? - -EVÉLPIDES. - -Ninguno, por Apolo, aunque estoy mirando al cielo con la boca abierta. - -PISTETERO. - -Me parece que ha sido inútil que la Abubilla, imitando al pardal,[421] -se haya metido en el bosque como a empollar huevos. - -UN FENICÓPTERO.[422] - -Torotix, torotix. - -PISTETERO. - -Ah, querido, ya viene alguna ave. - -EVÉLPIDES. - -Sí, una ave, ¿pero cuál? ¿Es el pavo real?[423] - -PISTETERO. - -Ese nos lo dirá. ¿Qué ave es esa? - -LA ABUBILLA. - -No es de las que veis todos los días; es una ave acuática. - -PISTETERO. - -¡Oh qué hermoso color de púrpura fenicia! - -LA ABUBILLA. - -Es verdad, por eso se llama el Fenicóptero. - -EVÉLPIDES. - -¡Eh! ¡Eh! ¡Tú! - -PISTETERO. - -¿Por qué gritas? - -EVÉLPIDES. - -Otra ave. - -PISTETERO. - -Cierto; otra ave, y exótica al parecer. ¿Cómo se llama esa ave -montañesa[424] de aspecto tan solemne como estúpido? - -LA ABUBILLA. - -Se llama el _Meda_.[425] - -PISTETERO. - -¡El Meda! ¡Hércules poderoso! ¿Cómo siendo el Meda ha venido sin -camello?[426] - -EVÉLPIDES. - -Ahí se presenta otra ave copetuda. - -PISTETERO. - -¿Qué prodigio es este? No eres tú la única Abubilla, puesto que hay esa -otra. - -LA ABUBILLA. - -Esa Abubilla es hijo de Filocles, que a su vez es hijo de la Abubilla; -yo soy su abuelo paterno; es como si dijeras: Hipónico, hijo de -Calias,[427] y Calias hijo de Hipónico.[428] - -PISTETERO. - -¿Luego Calias es un pájaro? ¡Oh, y cómo se le caen las plumas![429] - -LA ABUBILLA. - -Es generoso; por eso los delatores le despluman y las mujeres le -arrancan las alas. - -PISTETERO. - -¡Oh Neptuno! Un nuevo pájaro de diversos colores. ¿Cómo se llama ese? - -LA ABUBILLA. - -El glotón.[430] - -PISTETERO. - -¿Hay, pues, otro glotón además de Cleónimo? - -EVÉLPIDES. - -¿Crees que si fuese Cleónimo hubiera podido conservar el penacho?[431] - -PISTETERO. - -¿Pero qué significan todas esas crestas? ¿Quizá acuden estas aves a -disputar el premio del doble estadio?[432] - -LA ABUBILLA. - -Son como los carios,[433] que no abandonan las crestas de las montañas -para estar más seguros. - -PISTETERO. - -¡Oh Neptuno! ¡Mira, mira qué terrible multitud de aves se reúne! - -EVÉLPIDES. - -¡Soberano Apolo! ¡Qué nube! ¡Oh! ¡Oh! Sus alas no dejan ver la entrada -de la escena. - -PISTETERO. - -Esa es la perdiz; aquel el francolín; ese el penélope; el otro el -alción. - -EVÉLPIDES. - -¿Y aquel que viene detrás del alción? - -PISTETERO. - -¿Ese? El barbero.[434] - -EVÉLPIDES. - -¿Cómo? ¿El barbero es pájaro? - -PISTETERO. - -¿Pues no lo es Espórgilo, y de cuenta?[435] Ahí viene la lechuza. - -EVÉLPIDES. - -¿Qué dices? ¿Quién trae una lechuza a Atenas?[436] - -PISTETERO. - -Mira, mira, la urraca, la tórtola, la alondra, el eleas, la hipotimis, -la paloma, el nerto, el azor, la torcaz, el cuco, el eritropo, la -ceblepiris, el porfirión,[437] el cernícalo, el somormujo, la ampelis, -el quebrantahuesos, el pico. - -EVÉLPIDES. - -¡Oh! ¡Oh! ¡Cuántas aves! ¡Oh, cuántos mirlos! ¡Cómo pían y corren con -estrépito! Pero qué, ¿nos amenazan? ¡Ay, cómo abren los picos y nos -miran! - -PISTETERO. - -Me parece lo mismo. - -CORO. - -¿Po po po po po po por dónde anda el que me llamó? ¿En qué lugar se -encuentra? - -LA ABUBILLA. - -Estoy aquí hace tiempo; yo nunca abandono a los amigos. - -CORO. - -¿Ti ti ti ti ti ti ti tienes algo bueno que decirme? - -LA ABUBILLA. - -Un asunto de interés común, seguro, justo, agradable, útil. Dos hombres -de sutil ingenio han venido a buscarme. - -CORO. - -¿Dónde? ¿Cómo? ¿Qué dices? - -LA ABUBILLA. - -Digo, que dos ancianos han venido del país de los hombres, a -proponernos una empresa prodigiosa. - -CORO. - -¡Oh tú que perpetraste el mayor crimen de que he oído hablar en mi -vida! ¿Qué es lo que estás diciendo? - -LA ABUBILLA. - -No te asustes de mis palabras. - -CORO. - -¿Qué has hecho? - -LA ABUBILLA. - -Acoger a dos hombres que desean vivir con nosotros. - -CORO. - -¿Y te has atrevido? - -LA ABUBILLA. - -Y cada vez me alegro más. - -CORO. - -¿Y están ya entre nosotros? - -LA ABUBILLA. - -Como yo. - -CORO. - -¡Ay, estamos vendidos; somos víctimas de la traición más negra! Nuestro -amigo, el que partía con nosotros el fruto de los campos, ha hollado -nuestras antiguas leyes, ha quebrantado los juramentos de las aves; nos -ha atraído a un lazo, nos ha puesto en manos de una raza impía con la -que estamos en guerra desde que vimos la luz. Tú, traidor, nos darás -luego cuenta de tus actos; mas primero castiguemos a esos hombres. ¡Ea! -¡A despedazarlos! - -PISTETERO. - -¡Somos perdidos! - -EVÉLPIDES. - -Tú solo tienes la culpa de lo que nos sucede. ¿Para qué me trajiste? - -PISTETERO. - -Para tenerte a mi lado. - -EVÉLPIDES. - -Mejor para hacerme llorar a mares. - -PISTETERO. - -Tú deliras: ¿cómo has de llorar cuando te hayan sacado los ojos?[438] - -CORO. - -¡Io! ¡Io! ¡Al ataque! Precipítate sobre el enemigo; hiérele -mortalmente; despliega tus alas; envuelve con ellas a esos hombres; que -paguen su culpa y den alimento a nuestros picos. Nada podrá librarles -de mi furor; ni las sombrías montañas, ni las etéreas nubes, ni el -piélago espumoso. ¡Ea, caigamos sobre ellos y desgarrémosles sin -tardanza! ¿Dónde está el taxiarco? Que haga avanzar el ala derecha.[439] - -EVÉLPIDES. - -Llegó el momento supremo. ¿A dónde huiré, infeliz? - -PISTETERO. - -¡Eh! Firme en tu puesto. - -EVÉLPIDES. - -¿Para qué me hagan trizas? - -PISTETERO. - -¿Pues cómo piensas escaparte? - -EVÉLPIDES. - -No lo sé. - -PISTETERO. - -Pues yo te digo que es preciso combatir a pie firme y coger las ollas. - -EVÉLPIDES. - -¿De qué nos servirá la olla? - -PISTETERO. - -La lechuza no nos acometerá.[440] - -EVÉLPIDES. - -¿Y contra esas de ganchudas uñas? - -PISTETERO. - -Coge el asador y ponlo en ristre. - -EVÉLPIDES. - -¿Y los ojos? - -PISTETERO. - -Defiéndelos con un plato o con la vinagrera. - -EVÉLPIDES. - -¡Qué ingenio! ¡Qué habilidad digna de un general consumado! Sabes más -estrategia que Nicias.[441] - -CORO. - -Adelante, adelante,[442] con el pico bajo: no retrasarse. Pica, -desgarra, hiere, arranca, rompe primero la olla. - -LA ABUBILLA. - -Deteneos: decidme, animales cruelísimos, ¿por qué queréis matar y -despedazar a dos hombres que ningún mal os han hecho y que son además -de la misma tribu y familia que mi esposa?[443] - -CORO. - -Pues qué, ¿se perdona a los lobos? ¿No son nuestros más feroces -enemigos? Nunca encontraremos otros más dignos de castigo. - -LA ABUBILLA. - -Si la naturaleza los hizo enemigos, su intención les hace amigos, y -vienen aquí a darnos un consejo útil. - -CORO. - -¿Qué consejo útil pueden darnos ni decirnos los enemigos de nuestros -abuelos? - -LA ABUBILLA. - -Los sabios aprenden muchas cosas de sus enemigos. La desconfianza es la -madre de la seguridad. Con un amigo jamás aprenderíamos a ser cautos, -al paso que un enemigo nos obliga a serlo; las ciudades en un principio -aprendieron de sus enemigos, y no de sus amigos, a rodearse de altas -murallas, y a construir largas naves, y con esta lección a defender -hijos, casas y haciendas. - -CORO. - -Sea: me parece que podrá ser útil el oírles antes; puede recibirse -alguna buena lección de un enemigo. - -PISTETERO. - -Su cólera parece calmarse. Retrocede un paso. - -LA ABUBILLA. - -Es muy justo; debéis de estarme agradecidos. - -CORO. - -En ninguna otra cosa te hemos sido contrarios. - -PISTETERO. - -Cada vez se manifiestan más pacíficos; por consiguiente, deja en el -suelo la olla y los platos: ahora con la lanza terciada, digo, con -el asador, paseémonos dentro del campamento, junto a la olla, y sin -perderla de vista. No debemos huir. - -EVÉLPIDES. - -Tienes razón. Y si morimos, ¿dónde nos enterrarán? - -PISTETERO. - -En el Cerámico.[444] Para ser sepultados a cuenta del Estado, diremos -que hemos muerto peleando con los enemigos junto a Orneas.[445] - -CORO. - -Todo el mundo a su puesto: depongamos nuestra cólera como el soldado -sus armas; preguntemos quiénes son, de dónde vienen y qué proyectan. -¡Eh, Abubilla! Ven acá. - -LA ABUBILLA. - -¿Qué deseas saber? - -CORO. - -¿Quiénes son esos hombres, y de dónde vienen? - -LA ABUBILLA. - -Son extranjeros, venidos de Grecia, la patria de los sabios. - -CORO. - -¿Qué les ha inducido venir a buscarnos? - -LA ABUBILLA. - -La afición a vuestra vida y costumbres, y el deseo de participarla y -vivir con nosotros. - -CORO. - -¡Será verdad! ¿y cuáles son sus proyectos? - -LA ABUBILLA. - -Increíbles, inauditos. - -CORO. - -¿Hallan alguna ventaja en habitar aquí, o esperan que viviendo con -nosotros podrán vencer a su enemigo y favorecer a sus amigos? - -LA ABUBILLA. - -Nos anuncian una felicidad inmensa, indecible e increíble, y demuestran -con irrefutables argumentos que cuanto hay aquí y allí, y en todas -partes, todo nos pertenece. - -CORO. - -¿Estarán locos? - -LA ABUBILLA. - -Su discreción no es para dicha. - -CORO. - -¿Tienen talento? - -LA ABUBILLA. - -Son dos zorros redomados, la astucia personificada, gente muy corrida e -ingeniosa. - -CORO. - -Diles, diles que vengan a hablarnos. Sin más que oír tus palabras, ya -vuelo de gozo. - -LA ABUBILLA.[446] - -Recoged vosotros esas armas y colgadlas de nuevo en la cocina, junto -al hogar,[447] bajo la protección de los dioses domésticos. (_A -Pistetero._) Expón y demuestra a la asamblea el objeto para el cual ha -sido convocada. - -PISTETERO. - -No, por Apolo; nada diré mientras no prometan, como aquel mono armero a -su mujer, no morderme, ni desgarrarme, ni taladrarme... - -CORO. - -¿El...? Nada temas. - -PISTETERO. - -No, los ojos. - -CORO. - -Lo prometo. - -PISTETERO. - -Júralo. - -CORO. - -Lo juro, y si cumplo mi promesa, que obtenga el premio por el voto -unánime de todos los jueces y espectadores. - -PISTETERO. - -Convenido. - -CORO. - -Y si no la cumplo, que la gane por un solo voto. - -PISTETERO. - -¡Pueblos, escuchad! Recojan los soldados sus armas y vuelvan a sus -hogares, e infórmense de las órdenes que se fijen en los tablones.[448] - -CORO. - -El hombre es un ser siempre y en todo falso; habla tú, sin embargo. -Quizá me reveles algún proyecto que te parezca útil, o un medio de -aumentar mi poder que a mí se me haya pasado por alto y que tú hayas -visto. Habla; en inteligencia de que lo haces para el bien general, -porque los bienes que me procures los dividiré contigo. Manifiesta -confiadamente los proyectos que te han traído aquí, pues por ningún -pretexto romperé la tregua que contigo he pactado. - -PISTETERO. - -No deseo otra cosa: la masa de mi discurso está ya dispuesta y solo me -falta sobarla. Esclavo, tráeme una corona y agua para las manos; pero -pronto. - -EVÉLPIDES. - -¿Vamos a cenar o qué?[449] - -PISTETERO. - -No, por Júpiter; estoy buscando algunas palabras magníficas y -sustanciosas para ablandar sus ánimos. (_Dirigiéndose al Coro_.) Sufro -tanto por vosotros que en otro tiempo fuisteis reyes... - -CORO. - -¡Nosotros reyes! ¿De quién? - -PISTETERO. - -Reyes de todo cuanto existe; de mí, en primer lugar; de este; del mismo -Júpiter; porque sois anteriores a Saturno, a los Titanes y a la Tierra. - -CORO. - -¿A la Tierra? - -PISTETERO. - -Sí, por Apolo. - -CORO. - -No había oído semejante cosa. - -PISTETERO. - -Es que sois ignorantes y descuidados y no habéis manoseado a Esopo. -Esopo dice que la alondra nació antes que todos los seres y que la -misma Tierra: su padre murió de enfermedad, cuando la Tierra aún -no existía; permaneció cinco días insepulto, hasta que la alondra, -ingeniosa por la fuerza de la necesidad, enterró a su padre en su -cabeza. - -EVÉLPIDES. - -Por eso el padre de la alondra yace ahora en Céfale.[450] - -LA ABUBILLA. - -¿De modo que si las aves son anteriores a la Tierra y a los dioses, a -ellas les pertenecerá el mando por derecho de antigüedad? - -EVÉLPIDES. - -Esa es la verdad: procura, por tanto, fortificar tu pico, pues Júpiter -no devolverá así como quiera su cetro al pito real. - -PISTETERO. - -Hay infinitas pruebas de que las aves, y no los dioses, reinaron sobre -los hombres en la más remota antigüedad. Principiaré por citaros al -gallo, que fue rey y mandó a los Persas antes que todos sus monarcas, -antes que Darío y Megabises; y en memoria de su reinado se le llama -todavía el ave pérsica. - -EVÉLPIDES. - -Por eso es la única de las aves que anda majestuosamente, como el gran -rey, con la tiara recta sobre la cabeza.[451] - -PISTETERO. - -Fue tan grande su poder y tan respetada su autoridad, que hoy mismo, -como un vestigio de su dignidad antigua, en cuanto canta al amanecer, -corren al trabajo y se calzan en la oscuridad todos los herreros, -alfareros, curtidores, zapateros, bañeros, panaderos, y fabricantes de -liras y de escudos. - -EVÉLPIDES. - -Pregúntamelo a mí; precisamente un gallo ha tenido la culpa de que -perdiese un fino manto de lana frigia. Estaba yo en la ciudad convidado -a un banquete que se daba para celebrar el acto de poner nombre a -un niño; bebí algo y empecé a dormitar; en esto, y antes de que los -demás convidados se sentasen a la mesa, se le ocurre cantar a un -gallo: creyendo que era de día, marcho en dirección a Alimunte;[452] -apenas salgo extramuros, un ladrón me asesta en la espalda un terrible -garrotazo; caigo al suelo; voy a pedir socorro; pero era tarde, ya -había desaparecido con mi manto. - -PISTETERO. - -El milano fue antiguamente jefe y rey de los griegos. - -LA ABUBILLA. - -¿De los griegos? - -PISTETERO. - -Él fue durante su reinado quien les enseñó a arrodillarse a la vista de -los milanos.[453] - -EVÉLPIDES. - -Sí, por Baco; un día que me prosterné en presencia de uno de ellos, me -echó al suelo con la boca abierta y me tragué un óbolo;[454] por lo -cual volví a casa con mi saco vacío.[455] - -PISTETERO. - -El cuco fue rey del Egipto y de toda la Fenicia; así es que cuando -cantaba ¡cucú! todos los fenicios iban al campo a segar el trigo y la -cebada. - -EVÉLPIDES. - -De ahí sin duda viene el proverbio: ¡Cucú! los circuncidados al -campo.[456] - -PISTETERO. - -Tan grande fue el poder de la gente alada, que los reyes de las -ciudades griegas, Agamenón y Menelao, llevaban en el extremo de su -cetro una ave que participaba de sus presentes. - -EVÉLPIDES. - -No sabía yo eso; así es que me admiraba cuando Príamo se presentaba en -las tragedias con un pájaro que observaba fijamente a Lisícrates[457] y -los regalos con que se deja sobornar. - -PISTETERO. - -Pero oíd la prueba más contundente. Júpiter, que ahora reina, lleva -sobre su cabeza un águila, atributo de su soberanía; su hija lleva una -lechuza; y Apolo, su ministro, un azor. - -EVÉLPIDES. - -¡Es verdad, por la venerable Ceres! ¿Mas para qué llevan esas aves? - -PISTETERO. - -Para que en los sacrificios, cuando, según el rito, se ofrecen las -entrañas a los dioses, ellas reciban su parte antes que Júpiter. -Entonces ningún hombre juraba por los dioses, sino todos por las -aves; y hoy mismo cuando Lampón engaña a alguno suele jurar por el -ganso.[458] ¡En tanta estima y veneración tenían entonces a los -que ahora sois considerados como imbéciles y esclavos viles! Hoy os -apedrean como a los dementes; hoy os arrojan de los templos; hoy -infinitos cazadores os tienden lazos y preparan contra vosotros -varetas, cepos, hilos, redes y pihuelas; hoy os venden a granel después -de cogidos, y ¡oh colmo de ignominia! los compradores os tantean para -ver si estáis gordos. ¡Y si se contentasen a lo menos con asaros! Pero -hacen un menudo picadillo de silfio y queso, aceite y vinagre; le -agregan otros condimentos dulces y crasos, y derraman sobre vosotros -esta salsa hirviente como si fueseis carnes corrompidas. - -CORO. - -Acabas de hacernos, hombre querido, un triste, tristísimo relato. -¡Cuánto deploro la incuria de mis padres que, lejos de trasmitirme los -honores heredados de sus abuelos, consintieron que fuesen abolidos! -Pero sin duda algún numen propicio te envía para que me salves; a ti me -entrego, pues, confiadamente con mis pobres polluelos. Dinos lo que hay -que hacer; porque seríamos indignos de vivir, si por cualquier medio no -reconquistáramos nuestra soberanía. - -PISTETERO. - -Opino primeramente que todas las aves se reúnan en una sola ciudad, y -que las llanuras del aire y de este inmenso espacio se circunden de un -muro de grandes ladrillos cocidos, como los de Babilonia. - -LA ABUBILLA. - -¡Oh Cebrión, oh Porfirión,[459] qué terrible plaza fuerte! - -PISTETERO. - -Cuando hayáis construido esa muralla, reclamaréis el mando a Júpiter; -si se niega y no quiere acceder, obstinado en su sinrazón, declaradle -una guerra sagrada y prohibid a los dioses que atraviesen como antes -vuestros dominios y que desciendan a la tierra enardecidos por su -adúltero amor a las Alcmenas, Álopes y Semeles; y si se presentan, -ponedles en estado de no gozarlas más.[460] Enviad en seguida otro -alado embajador a los hombres para que les haga entender que, -siendo las aves dueñas del mundo, a ellas deben ofrecer primero sus -sacrificios y después a los dioses, y que deberán agregar a cada -divinidad el ave que le convenga; si, por ejemplo, sacrifican a Venus, -ofrecerán al mismo tiempo cebada a la picaza marítima; si matan una -oveja en honor de Neptuno, presentarán granos de trigo al ánade; -si un buey a Hércules, tortas con miel a la gaviota; si inmolan un -carnero en las aras de Júpiter rey, rey es también el reyezuelo, y por -consiguiente habrá de consagrársele, antes que al mismo Júpiter, un -mosquito macho. - -EVÉLPIDES. - -Me agrada ese sacrificio de un mosquito. ¡Que truene ahora el gran -Júpiter! - -LA ABUBILLA. - -¿Pero cómo nos tendrán los hombres por dioses, y no por grajos, al ver -que volamos y tenemos alas? - -PISTETERO. - -No sabes lo que dices. Mercurio, siendo todo un dios, tiene alas y -vuela, y lo mismo otras muchas divinidades: la Victoria vuela con alas -de oro, el Amor tiene las suyas, y Homero compara a Iris con una tímida -paloma.[461] - -LA ABUBILLA. - -¿No tronará Júpiter? ¿No lanzará contra nosotros su alígero rayo? - -PISTETERO. - -Si los hombres en su ceguedad se obstinan en despreciaros, y en tener -por dioses solo a los del Olimpo, lanzad sobre la tierra una nube de -gorriones que arrebaten de los surcos las semillas: veremos si Ceres -baja a distribuir trigo a los hambrientos. - -EVÉLPIDES. - -No lo hará, de seguro: veréis cómo alega mil pretextos. - -PISTETERO. - -Además, que los cuervos, para probar que sois dioses, saquen los ojos -a los bueyes de labranza y a otros ganados, y que en seguida los cure -Apolo, que es médico; para eso le pagan. - -EVÉLPIDES. - -¡Eh, no! aguarda a que haya vendido mi parejita. - -PISTETERO. - -Por el contrario, si los hombres os tienen a ti por un dios, a ti por -la vida, a ti por Saturno, a ti por Neptuno, lloverán sobre ellos todos -los bienes. - -LA ABUBILLA. - -Dime siquiera uno de ellos. - -PISTETERO. - -En primer lugar, las langostas no devorarán las flores de sus viñas, -porque un solo escuadrón de lechuzas y cernícalos dará buena cuenta de -ellas. Después sus higos estarán libres de mosquitos y cínifes, que -serán devorados por un escuadrón de tordos. - -LA ABUBILLA. - -¿Cómo les daremos las riquezas, que es lo que más quieren? - -PISTETERO. - -Cuando consulten a las aves, indicaréis al adivino las minas más ricas -y los tráficos más lucrativos; ni un marino perecerá. - -LA ABUBILLA. - -¿Por qué no perecerá? - -PISTETERO. - -Porque cuando consulte los auspicios sobre la navegación no faltará -nunca un ave que le diga: «No te embarques; habrá tempestad;» o -«embárcate; tendrás ganancias.» EVÉLPIDES. - -Compro un navío, y me lanzo al mar; no quiero ya vivir con vosotros. - -PISTETERO. - -Revelaréis también a los hombres el lugar donde se ocultan los -tesoros enterrados por sus padres; porque todas lo sabéis. De aquí el -proverbio: «Nadie sabe dónde está mi tesoro, como no sea algún pájaro.» - -EVÉLPIDES. - -Vendo mi barco; compro un azadón, y ¡a desenterrar ollas de oro! - -LA ABUBILLA. - -¿Y cómo darles la salud que vive entre los dioses? - -PISTETERO. - -¿Qué mejor salud que la felicidad? Créeme, un hombre desgraciado nunca -está bueno. - -LA ABUBILLA. - -¿Pero cómo llegarán a la vejez? Porque como esta habita en el Olimpo, -habrán de morir en la infancia. - -PISTETERO. - -Todo lo contrario, las aves prolongaréis su vida trescientos años. - -LA ABUBILLA. - -¿De quién los tomaremos? - -PISTETERO. - -¿De quién? De vosotros mismos. ¿Ignoras que la graznadora corneja vive -cinco vidas de hombre? - -EVÉLPIDES. - -¡Ah, cuánto más grato será su imperio que el de Júpiter! - -PISTETERO. - -¿Quién lo duda? En primer lugar, no tendremos que consagrarles -templos de piedra cerrados con puertas de oro, porque habitarán entre -el follaje de las encinas: un olivo será el templo de las aves más -veneradas; además, para ofrecerles sacrificios no habrá que hacer -un viaje a Delfos o Amón,[462] sino que parándonos delante de los -madroños y acebuches, les presentaremos un puñado de trigo o de cebada, -suplicándoles, con las manos extendidas, que nos concedan parte de sus -bienes, y los conseguiremos sin más dispendios que un poquillo de grano. - -CORO. - -¡Oh anciano, que después de haberme sido tan odioso me eres ahora tan -querido, nunca por mi voluntad me apartaré de tus consejos! Animado -por tus palabras he prometido y jurado que si tú, fiel a tus santas -promesas, te unes a mí, sin dolo alguno, para atacar a los dioses, -estos no conservarán mucho tiempo el cetro que me pertenece. Todo lo -que dependa de la fuerza, queda a nuestro cargo; y al tuyo lo que exija -habilidad y consejo. - -LA ABUBILLA. - -¡Por Júpiter! no es tiempo de dormirse y dar largas a la manera de -Nicias,[463] sino de obrar con energía y rapidez. Entrad en mi nido de -pajas y ramaje, y decidnos vuestros nombres. - -PISTETERO. - -Es fácil: me llamo Pistetero. - -LA ABUBILLA. - -¿Y ese? - -PISTETERO. - -Evélpides, de la aldea de Cría. - -LA ABUBILLA. - -Salud a entrambos. - -PISTETERO. - -Aceptamos el augurio. - -LA ABUBILLA. - -Entrad, pues. - -PISTETERO. - -Vamos, dirígenos tú. - -LA ABUBILLA. - -Venid. - -PISTETERO. - -¡Ah cielos! Ven, vuelve acá. ¿Cómo este y yo, que no tenemos alas, os -hemos de seguir cuando voléis? - -LA ABUBILLA. - -Muy fácilmente. - -PISTETERO. - -Piénsalo bien: mira que Esopo dice en sus fábulas que a la zorra le -causó grave perjuicio su alianza con el águila.[464] - -LA ABUBILLA. - -Nada temas; hay una raíz, que en cuanto la comáis os saldrán alas. - -PISTETERO. - -Entremos con esa condición. Ea, Jantias, y tú, Manodoro,[465] coged -nuestro equipaje. - -CORO. - -¡Hola! ¡Eh, Abubilla! A ti te llamo. - -LA ABUBILLA. - -¿Qué me quieres? - -CORO. - -Llévate a esos y dales bien de comer; pero déjanos a la melodiosa -Procne, cuyos cantos son dignos de las musas: hazla salir para que nos -divirtamos con ella. - -PISTETERO. - -Sí, cede a sus deseos: hazla salir de entre las floridas cañas. Por los -dioses te pido que la llames para que contemplemos también nosotros al -ruiseñor. - -LA ABUBILLA. - -Puesto que lo deseáis, fuerza es obedeceros: sal, Procne, y muéstrate a -nuestros huéspedes. - -(_Sale Procne._)[466] - - * * * * * - -PISTETERO. - -¡Oh venerado Júpiter! ¡Qué hermosa avecilla! ¡Qué tierna! ¡Qué -brillante! - -EVÉLPIDES. - -¿Sabes que la estrecharía con gusto entre mis brazos?[467] - -PISTETERO. - -¡Cuánto oro trae sobre sí! Parece una doncella. - -EVÉLPIDES. - -Tentado estoy de darle un beso. - -PISTETERO. - -Pero, desdichado, ¿no ves que tiene por pico dos asadores? - -EVÉLPIDES. - -¿Qué importa? ¿Hay más que quitarle la cascarilla que le cubre la -cabeza como si fuese un huevo, y besarla después? - -LA ABUBILLA. - -Vamos. - -PISTETERO. - -Guíanos en hora buena. - - * * * * * - -CORO. - -Amable avecilla, el más querido de mis alados compañeros, mi señor, -que presides nuestros cantos; al fin viniste a mi presencia; viniste -para dejar oír tu suavísimo gorjeo. Tú, que en la flauta armoniosa -tañes primaverales melodías, preludia nuestros anapestos.[468] Ciegos -humanos, semejantes a la hoja ligera, impotentes criaturas hechas -de barro deleznable, míseros mortales que, privados de alas, pasáis -vuestra vida fugaz como vanas sombras o ensueños mentirosos, escuchad -a las aves, seres inmortales y eternos, aéreos, exentos de la vejez, -y ocupados siempre en pensamientos perdurables; nosotros os daremos -a conocer los fenómenos celestes, la naturaleza de las aves, y el -verdadero origen de los dioses, de los ríos, del Erebo y del Caos; -con tal enseñanza podréis causar envidia al mismo Pródico.[469] En -el principio solo existían el Caos y la Noche, el negro Erebo y el -profundo Tártaro; la Tierra, el Aire y el Cielo no habían nacido -todavía; al fin, la Noche de negras alas puso en el seno infinito -del Erebo un huevo sin germen, del cual, tras el proceso de largos -siglos, nació el apetecido Amor con alas de oro resplandeciente, y -rápido como el torbellino. El Amor, uniéndose en los abismos del -Tártaro al Caos alado y tenebroso, engendró nuestra raza, la primera -que nació a la luz. La de los inmortales no existía antes de que el -Amor mezclase los gérmenes de todas las cosas; pero, al confundirlos, -brotaron de tan sublime unión el Cielo, la Tierra, el Océano, y la -raza eterna de las deidades bienaventuradas. He aquí cómo nosotros -somos muchísimo más antiguos que los dioses. Nosotros somos hijos del -Amor; mil pruebas lo confirman; volamos como él, y favorecemos a los -amantes. ¡Cuántos lindos muchachos, habiendo jurado ser insensibles, -se rindieron a sus amantes al declinar su edad florida, vencidos por -el regalo de una codorniz, de un porfirión, de un ánade o de un gallo! -Nos deben los mortales sus mayores bienes. En primer lugar, anunciamos -las estaciones; la primavera, el invierno y el otoño: la grulla al -emigrar a Libia advierte al labrador[470] que siembre; al piloto que -cuelgue el timón[471] y se entregue al descanso; a Orestes[472] que se -mande tejer un manto, para que el frío no le incite a robárselo a los -transeúntes. El milano anuncia, al aparecer, otra estación y el momento -oportuno de trasquilar los primaverales vellones; y la golondrina dice -que ya es preciso abandonar el manto y vestirse una túnica ligera. Las -aves reemplazamos para vosotros a Amón, a Delfos, a Dodona y a Apolo. -Para todo negocio comercial, o compra de víveres, o matrimonios nos -consultáis previamente y dais el nombre de _auspicios_ a todo cuanto -sirve para revelaros el porvenir: una palabra es un auspicio;[473] un -estornudo es un auspicio; un encuentro es un auspicio; una voz[474] -es un auspicio; el nombre de un esclavo es un auspicio; un asno es un -auspicio. ¿No está claro que somos para vosotros el fatídico Apolo? Si -nos reconocéis por dioses, hallaréis en nosotros las Musas proféticas, -los vientos suaves, las estaciones, el invierno, el estío, un calor -moderado; no iremos como Júpiter a posarnos orgullosos sobre las -nubes, sino que, viviendo a vuestro lado, dispensaremos a vosotros y -a vuestros hijos, y a los hijos de vuestros hijos, riquezas y salud, -felicidad, larga vida, paz, juventud, risas, danzas, banquetes, -delicias increíbles;[475] en fin, tal abundancia de bienes, que -llegaréis a saciaros. ¡Tan ricos seréis todos! - -Musa silvestre de variados tonos, tio tio tio tio tio tio tio tix,[476] -yo canto contigo en las selvas y en la cumbre de los montes, tio tio -tio tio tix, posado entre el follaje de un fresno copudo, tio tio tio -tio tix, exhalo de mi delicada garganta himnos sagrados, tio tio tio -tix que se unen en las montañas a los augustos coros en honor de Pan -y la madre de los dioses, to to to to to to to to to tix. En ellos, a -modo de abeja, liba Frínico el néctar de sus inmortales versos y de sus -dulcísimas canciones, tio tio tio tio tix. - -Espectadores, si alguno de vosotros quiere pasar dulcemente su -existencia viviendo con las aves, que acuda a nosotros. Todo lo que -en la tierra es torpe y se halla prohibido por las leyes, goza entre -la gente alígera de no pequeño honor. Entre los hombres, por ejemplo, -es un crimen odioso el pegar a su padre; entre las aves nada más bello -que acometerle gritando: si riñes, coge tu espolón. El siervo prófugo, -marcado con infamante estigma,[477] pasa aquí por pintado francolín: un -bárbaro, un frigio, tal como Espíntaro, será entre nosotros el frigilo, -de la familia de Filemón:[478] un esclavo de Caria, Execéstides,[479] -por ejemplo, podría proveerse entre las aves de abuelos y parientes. -¿Qué más? ¿Quiere el hijo de Pisias[480] abrir las puertas a los -infames? Pues trasfórmese en perdiz, digno hijo de su padre, que por -acá no es deshonroso escaparse como la perdiz. - -Así los cisnes, tio tio tio tio tio tio tio tix, uniendo sus voces y -batiendo las alas, cantan a Apolo tio tio tio tix; deteniéndose en las -orillas del Hebro,[481] tio tio tio tix, sus acentos atraviesan las -etéreas nubes; escúchanlos las fieras arrobadas y el mar serenando -sus olas, to to to to to to to to to tix; todo el Olimpo resuena: los -dioses inmortales, las Musas y las Gracias repiten gozosos aquella -melodía, tio tio tio tix. Nada hay mejor, nada hay más agradable que -tener alas. Si uno de vosotros las tuviese, podría, cuando asistiendo -impaciente y mal humorado a una interminable tragedia se siente -desfallecer de hambre, volar a su casa, comer, y regresar satisfecho -su apetito. Si Patróclides se viera acosado en el teatro por una -apremiante necesidad, no tendría que ensuciar su manto, pues volaría a -otra parte, y después de desahogarse, tornaría a su asiento recobradas -las fuerzas. Aún más: si alguno de vosotros, no importa quién, abrasado -por adúltera llama, distinguía al marido de su amante en las gradas de -los senadores, podría extendiendo sus alas trasladarse a la amorosa -cita, y satisfecha su pasión volver a su puesto. ¿Comprendéis ahora -las inmensas ventajas de ser alado? Por eso Diítrefes,[482] aunque -solo tiene alas de mimbre, ha sido nombrado filarco primero; después -hiparco; y de hombre de nada, se ha convertido en gran personaje, y hoy -es ya el gallito de su tribu. - -PISTETERO.[483] - -Ya está hecho. ¡Por Júpiter! No he visto nunca cosa más ridícula. - -EVÉLPIDES. - -¿De qué te ríes? - -PISTETERO. - -De tus alas. ¿Sabes lo que pareces con ellas? Un ganso pintado de -brocha gorda. - -EVÉLPIDES. - -Y tú un mirlo con la cabeza desplumada. - -PISTETERO. - -Nosotros lo hemos querido; y como Esquilo dice: «No son plumas de otro, -sino nuestras».[484] - -LA ABUBILLA. - -¡Ea! ¿Qué debemos hacer? - -PISTETERO. - -Lo primero dar a la ciudad un nombre ilustre y pomposo; después ofrecer -un sacrificio a los dioses. - -EVÉLPIDES. - -Opino lo mismo. - -LA ABUBILLA. - -Pues veamos el nombre que ha de ponérsele. - -PISTETERO. - -¿Queréis que le demos uno magnífico tomado de Lacedemonia? ¿Queréis que -la llamemos Esparta? - -EVÉLPIDES. - -¡Por Hércules! ¿Esparta mi ciudad? Cuando ni siquiera consiento que sea -de esparto[485] mi lecho, aunque solo tenga una estera de junco. - -PISTETERO. - -¿Pues qué nombre le daremos? - -EVÉLPIDES. - -Uno magnífico, tomado de las nubes y de estas elevadas regiones. - -PISTETERO. - -¿Qué te parece Nefelococigia?[486] - -LA ABUBILLA. - -¡Oh! ¡Oh! Ese sí que es bello y grandioso. - -EVÉLPIDES. - -¿No es en Nefelococigia donde están todas las grandes riquezas de -Teógenes y Esquines?[487] - -PISTETERO. - -No, donde están es en el llano de Flegra,[488] en el que los dioses -aniquilaron la arrogancia de los gigantes. - -EVÉLPIDES. - -Será una ciudad hermosísima. ¿Pero cuál será su divinidad protectora? -¿Para quién tejeremos el peplo?[489] - -PISTETERO. - -¿Por qué no escogemos a Minerva Poliada? - -EVÉLPIDES. - -¿Podrá estar bien arreglada una ciudad en que una mujer vaya -completamente armada y Clístenes se dedique a hilar? - -PISTETERO. - -¿Quién guardará el muro pelárgico?[490] - -LA ABUBILLA. - -Uno de los nuestros oriundo de Persia, que se proclama el más valiente -de todos, un pollo de Marte.[491] - -EVÉLPIDES. - -¡Oh pollo señor! ¡Es un dios a propósito para vivir sobre las piedras! - -PISTETERO. - -Ea, vete al aire, a ayudar a los albañiles que construyen la muralla; -llévales morrillos; desnúdate y haz mortero; sube la gamella; cáete de -la escala; pon centinelas; guarda el fuego bajo la ceniza; ronda con tu -campanilla,[492] y duérmete; envía luego dos heraldos, uno arriba a los -dioses, otro abajo a los hombres, y después vuelve a mi lado. - -EVÉLPIDES. - -Tú quédate aquí, y revienta.[493] - -PISTETERO. - -Anda, amigo mío, a donde te envío; nada de cuanto te he dicho puede -hacerse sin ti. Yo voy a ofrecer un sacrificio a los nuevos dioses, y a -llamar al sacerdote para que presida la procesión. ¡Eh, tú, esclavo! -trae el canastillo y la sagrada vasija.[494] - -CORO. - -Yo uno a las tuyas mis fuerzas y mi voluntad, y te exhorto a dirigir -a los dioses súplicas espléndidas y solemnes, y a inmolar una víctima -en acción de gracias. Entonemos en honor del dios canciones píticas -acompañadas por la flauta de Queris. - - * * * * * - -PISTETERO (_Al flautista_). - -Deja de soplar, Hércules. ¿Qué es eso? Por Júpiter, muchos prodigios -he visto, pero nunca a un cuervo con bozal.[495] Sacerdote, cumple tu -deber, y sacrifica a los nuevos dioses. - -EL SACERDOTE. - -Lo haré. ¿Dónde está el que tiene el canastillo? Rogad a la Vesta -de las aves, al milano protector del hogar, y a todos los pájaros, -olímpicos y olímpicas, dioses y diosas... - -PISTETERO. - -¡Salve, gavilán protector de Sunio, rey pelásgico![496] - -EL SACERDOTE. - -Al cisne Pítico y Delio, a Latona madre de las codornices,[497] a Diana -jilguero... - -PISTETERO. - -En adelante no habrá Diana Colenis,[498] sino Diana jilguero. - -EL SACERDOTE. - -A Baco pinzón, a Cibeles avestruz, augusta madre de los dioses y los -hombres... - -PISTETERO. - -¡Oh poderosa Cibeles avestruz, madre de Cleócrito![499] - -EL SACERDOTE. - -Que den salud y felicidad a los nefelococigios y a sus aliados de -Quíos.[500] - -PISTETERO. - -Me gusta ver en todas partes a los de Quíos. - -EL SACERDOTE. - -A los héroes, a las aves, a los hijos de los héroes, al porfirión, al -pelícano, al pelecino, al fléxide, al tetraón, al pavo real, al elea, a -la cerceta, al elasa, a la garza, al mergo, al becafigo, al pavo... - -PISTETERO. - -Acaba, hombre infernal; acaba tus invocaciones. Desdichado, ¿a qué -víctimas llamas a los buitres y a las águilas de mar? ¿No ves que un -milano basta para devorar estas viandas? ¡Lárgate de aquí con tus -ínfulas! Ya ofreceré yo solo el sacrificio. - -EL SACERDOTE. - -Es preciso que para la aspersión entone un nuevo himno sacro y piadoso, -e invoque a los dioses, a uno siquiera, si es que tenéis bastantes -provisiones, pues vuestras decantadas víctimas veo que se reducen a -barbas y cuernos. - -PISTETERO. - -Oremos al sacrificar a los dioses alados. - - * * * * * - -UN POETA. - -Celebra, oh Musa, en tus himnos y canciones a la feliz Nefelococigia. - -PISTETERO. - -¿Qué significa esto? Di, ¿quién eres? - -EL POETA. - -Yo soy un cantor melifluo, un celoso servidor de las musas, como dice -Homero. - -PISTETERO. - -Si eres esclavo, ¿cómo llevas largo el cabello?[501] - -EL POETA. - -No es eso; todos los poetas somos celosos servidores de las Musas, al -decir de Homero. - -PISTETERO. - -Ya no me asombro: tu manto demuestra muchos años de servicio. Pero, -desdichado poeta, ¿qué mal viento te ha traído aquí? - -EL POETA. - -He compuesto versos en honor de vuestra Nefelococigia, y muchos -hermosos ditirambos y partenias,[502] en el estilo de Simónides. - -PISTETERO. - -¿Y cuándo los has compuesto? - -EL POETA. - -Hace mucho tiempo, mucho tiempo, que yo canto a esta ciudad. - -PISTETERO. - -¡Pero si en este instante celebro la fiesta de su fundación, y acabo de -ponerla un nombre como a los niños de diez días![503] - -EL POETA. - -¡Qué importa! La voz de las Musas vuela como los más rápidos corceles. -¡Oh tú, padre mío, fundador del Etna, tú cuyo nombre recuerda los -divinos templos, otórgame propicio los bienes que para ti desearías! - -PISTETERO. - -No nos vamos a quitar de encima esta calamidad, si no le damos alguna -cosa. Tú,[504] que tienes ese abrigo sobre la túnica, quítatelo y -dáselo a este discretísimo poeta. Toma este abrigo; pues me parece que -estás tiritando. - -EL POETA. - -Mi Musa acepta regocijada este presente. Escucha tú estos versos -pindáricos...[505] - -PISTETERO. - -¿No se marchará nunca este importuno? - -EL POETA. - - Sin vestido de lino - Vaga Estratón en el confín helado - Del errabundo escita: - Burdo manto le han dado, - Pero aún túnica fina necesita.[506] - -¿Comprendes lo que quiero decir? - -PISTETERO. - -Vaya si comprendo: quieres que te regale una túnica. Quítatela: es -preciso obsequiar a los poetas. Tómala, márchate. - -EL POETA. - -Me voy, y al irme compongo estos versos en honor de vuestra ciudad: - - Numen de áureo trono, - Celebra esta ciudad - Que tirita a los soplos - De un céfiro glacial. - Yo su campiña fértil, - Vengo de visitar, - Alfombrada de nieve. - ¡Tralalá, tralalá! - -(_Vase._) - -PISTETERO. - -Sí, pero te escapas de estos helados campos con una buena túnica. -Jamás hubiera creído, Júpiter soberano, que ese maldito poeta pudiera -adquirir tan pronto noticias de esta ciudad. (_Al sacerdote._) Coge la -vasija y da vuelta al altar. - - * * * * * - -EL SACERDOTE. - -¡Silencio! - -UN ADIVINO. - -No inmoles el chivo.[507] - -PISTETERO. - -¿Quién eres tú? - -EL ADIVINO. - -¿Quién soy? un adivino. - -PISTETERO. - -¡Vete en hora mala! - -EL ADIVINO. - -Amigo mío, no desprecies las cosas divinas: hay una profecía de -Bacis[508] que se refiere claramente a Nefelococigia. - -PISTETERO. - -¿Por qué no me hablaste de ese oráculo antes de fundar la ciudad? - -EL ADIVINO. - -Un dios me lo impedía. - -PISTETERO. - -No hay inconveniente en que oigamos el vaticinio. - -EL ADIVINO. - -«Cuando los lobos y las encanecidas cornejas habitaren juntos en el -espacio que separa a Corinto de Sicione...»[509] - -PISTETERO. - -¿Pero qué tenemos que ver con los Corintios? - -EL ADIVINO. - -Bacis, al expresarse de ese modo, se refería al aire. «Sacrificad -primeramente a Pandora un blanco vellocino; y después regalad al -profeta que interprete mis oráculos un buen vestido y zapatos nuevos...» - -PISTETERO. - -¿Están también los zapatos? - -EL ADIVINO. - -Toma y lee. «Y dadle además una copa y un buen trozo de las entrañas de -la víctima.» - -PISTETERO. - -¿También hay que darle un trozo de las entrañas? - -EL ADIVINO. - -Toma y lee. «Joven divino, si obedecieres mis mandatos, serás un -águila en las nubes: si no le das nada, ni tórtola, ni águila, ni pito -real.» - -PISTETERO. - -¿También está eso? - -EL ADIVINO. - -Toma y lee. - -PISTETERO. - -Pero tu oráculo en nada se parece a otro que escribí yo mismo bajo -la inspiración de Apolo. «Cuando, sin que nadie le llame, venga un -charlatán a molestarte mientras estás ofreciendo un sacrificio, y pida -una porción de las entrañas, deberás molerle las costillas a palos.» - -EL ADIVINO. - -Tú deliras. - -PISTETERO. - -Toma y lee. «Y no le perdones, aunque sea un águila en las nubes, -aunque sea Lampón, aunque sea el gran Diopites.»[510] - -EL ADIVINO. - -¿También está eso? - -PISTETERO. - -Toma y lee, ¡y lárgate al infierno! - -EL ADIVINO. - -¡Ay, pobre de mí! - -PISTETERO. - -Pronto, pronto, vete a profetizar a otra parte. - - * * * * * - -METÓN.[511] - -Vengo a... - -PISTETERO. - -Otro importuno. ¿Qué te trae aquí? ¿Cuáles son tus proyectos? ¿Qué te -propones viniendo tan encopetado con tus coturnos? - -METÓN. - -Quiero medir las llanuras aéreas, y dividirlas en calles. - -PISTETERO. - -En nombre de los dioses, ¿quién eres? - -METÓN. - -¿Quién soy? Metón, conocido en toda la Grecia y en la aldea de -Colona.[512] - -PISTETERO. - -Dime, ¿qué es eso que traes ahí? - -METÓN. - -Reglas para medir el aire. Pues todo el aire, en su forma general, es -enteramente parecido a un horno.[513] Por tanto, aplicando por arriba -esta línea curva y ajustando el compás... ¿Comprendes? - -PISTETERO. - -Ni una palabra. - -METÓN. - -Con esta otra regla trazo una línea recta, inscribo un cuadrado en el -círculo, y coloco en su centro la plaza; a ella afluyen de todas partes -calles derechas, del mismo modo que del sol, aunque es circular, parten -rayos rectos en todas direcciones. - -PISTETERO. - -¡Este hombre es un Tales... Metón! - -METÓN. - -¿Qué? - -PISTETERO. - -Ya sabes que te quiero; pues bien, voy a darte un buen consejo: -márchate cuanto antes. - -METÓN. - -¿Pues qué peligro...? - -PISTETERO. - -Aquí, como en Lacedemonia,[514] es costumbre expulsar a los -extranjeros, y en la ciudad llueven garrotazos. - -METÓN. - -¿Hay alguna sedición? - -PISTETERO. - -Nada de eso. - -METÓN. - -¿Pues qué? - -PISTETERO. - -Hemos tomado por unanimidad la resolución de echar a todos los -charlatanes. - -METÓN. - -Pues huyo. - -PISTETERO. - -Creo que ya es tarde: la tempestad estalla. (_Le pega._) - -METÓN. - -¡Desdichado de mí! (_Huye._) - -PISTETERO. - -¿No te lo decía hace tiempo? Vete con tus medidas a otra parte. - - * * * * * - -UN INSPECTOR. - -¿Dónde están los próxenos?[515] - -PISTETERO. - -¿Quién es este Sardanápalo? - -EL INSPECTOR. - -Soy un inspector[516] designado por la suerte para vigilar en -Nefelococigia. - -PISTETERO. - -¡Un inspector! ¿Quién te ha enviado? - -EL INSPECTOR. - -Un maldito decreto de Téleas.[517] - -PISTETERO. - -¿Quieres recibir tu sueldo, y marcharte, sin tomarte la menor molestia? - -EL INSPECTOR. - -Sí, por cierto; precisamente tenía hoy necesidad de estar en Atenas -para asistirá la asamblea: tengo un asunto de Farnaces.[518] - -PISTETERO. - -Toma y llévate esto; este será tu sueldo. (_Le pega._) - -EL INSPECTOR. - -¿Qué es esto? - -PISTETERO. - -Es la asamblea en que has de defender a Farnaces. - -EL INSPECTOR. - -¡Sed testigos de que me pega! ¡A mí! ¡A un inspector! - -PISTETERO. - -¿No te irás con tus malditas urnas judiciales? Esto es insoportable; -¡enviar inspectores a una ciudad antes de haberse ofrecido el -sacrificio de consagración! - - * * * * * - -UN VENDEDOR DE DECRETOS. - -«El nefelococigio que faltase a un ateniense...» - -PISTETERO. - -¿Qué nueva calamidad es esta, cargada de pergaminos? - -EL VENDEDOR DE DECRETOS. - -Soy un vendedor de decretos, y vengo a venderos leyes nuevas. - -PISTETERO. - -¿Cuáles? - -EL VENDEDOR DE DECRETOS. - -«Los habitantes de Nefelococigia tendrán las mismas leyes, pesos y -medidas que los Olofixios.»[519] - -PISTETERO. - -Ahora vas a conocer las de los Ototixios.[520] - -EL VENDEDOR DE DECRETOS. - -Eh, ¿qué haces? - -PISTETERO. - -¿No te largas con tus decretos? Pues te voy a aplicar unos bien crueles. - -EL INSPECTOR (_Volviendo_). - -Cito por injurias a Pistetero para el mes Muniquion.[521] - -PISTETERO. - -¡Cómo! ¿Aún estabas ahí? - -EL VENDEDOR DE DECRETOS. - -«El que expulsare a un magistrado y no le recibiese como prescribe el -edicto fijado en la columna...» - -PISTETERO (_Al inspector_). - -¡Oh, desdicha! ¿Ahí estabas también tú? - -EL INSPECTOR. - -¡Ya me las pagarás! Te he de hacer condenar a diez mil dracmas de multa. - -PISTETERO. - -Yo haré pedazos tus urnas. - -EL INSPECTOR. - -¿Te acuerdas de aquella tarde en que hiciste tus necesidades junto a la -columna de edictos? - -PISTETERO. - -Ea, echadle mano a ese. ¡Hola! parece que no te quedas. - -EL SACERDOTE. - -Marchémonos de aquí cuanto antes, y sacrifiquemos dentro el macho -cabrío. - -(_Vanse todos._) - - * * * * * - -CORO. - -Ya todos los mortales ofrecerán sus votos y sacrificios a mí que todo -lo inspecciono y gobierno. Porque con mi vista abarco el mundo entero -y conservo los frutos en flor, destruyendo las infinitas castas de -animales que, en el seno de la tierra o en las ramas de los árboles, -los devoran antes de que hayan brotado del tierno cáliz. Yo mato los -insectos que corrompen con su fétido contacto los perfumados huertos; -y todos los reptiles y venenosos sapos mueren al golpe de mis forzudas -alas. - -Hoy que se pregona principalmente este edicto: «El que matase a -Diágoras Meliense,[522] recibirá un talento: el que matase a uno de -los tiranos nuestros,[523] recibirá un talento», queremos nosotros -promulgar también este decreto: «El que matare a Filócrates el -pajarero, recibirá un talento; cuatro el que lo traiga vivo: él es -quien ata los pinzones de siete en siete y los vende por un óbolo; -él es quien atormenta a los tordos inflándolos para que parezcan más -gordos; él atraviesa con plumas el pico de los mirlos; él reúne palomas -y las encierra obligándolas a reclamar a otras y atraerlas a sus redes. -Este es nuestro edicto: mandamos además que todo el que tenga aves -encerradas en su patio, las suelte inmediatamente. El que no obedeciere -será apresado por las aves, y servirá cargado de cadenas para señuelo -de otros hombres.» - -¡Oh raza afortunada la de las aves! ni en invierno tenemos necesidad -de túnicas, ni en estío nos molestan los abrasadores rayos de un sol -canicular. En los valles floridos, a la sombra del tupido follaje, -hallo fresco reposo, mientras la divina cigarra, enfurecida por el -calor del mediodía deja oír su agudo canto: cuevas profundas, en -que jugueteo con las monteses ninfas, me abrigan en invierno; y en -primavera, picoteo las blancas y virginales bayas del mirto, y saqueo -los huertecillos de las Gracias. - -Queremos decir a los jueces una palabra sobre el premio: si nos lo -adjudican, les otorgaremos toda clase de bienes; bienes más preciosos -que los que recibió el mismo Paris.[524] En primer lugar, cosa la -más apetecida por todos los jueces, las lechuzas de Laurium[525] no -os abandonarán jamás; habitarán dentro de vuestras casas, anidarán -en vuestros bolsillos y empollarán en ellos pequeñas moneditas. -Además vuestras habitaciones parecerán templos magníficos, porque -elevaremos sus techos en forma de alas de águila.[526] Si conseguís -una magistratura y queréis robar algo, armaremos vuestras manos con -las garras veloces del azor. Y si vais a un banquete, os proveeremos -de espaciosos buches. Pero si no nos adjudicáis el premio, ya podéis -proveeros de sombrillas como las de las estatuas;[527] que el que no -la lleve nos las pagará todas juntas. Pues cuando salga ostentando -su túnica blanca, todas las aves se la mancharemos con nuestras -inmundicias. - - * * * * * - -PISTETERO. - -Aves, el sacrificio ha sido favorable; pero me extraña que no venga de -la muralla ningún mensajero para anunciamos cómo va la obra. ¡Ah! Ahí -viene uno corriendo sin aliento.[528] - -MENSAJERO PRIMERO. - -¿Dónde, dónde está? ¿Dónde, dónde, dónde está? ¿Dónde, dónde, dónde -está? ¿Dónde está Pistetero, nuestro jefe? - -PISTETERO. - -Aquí estoy. - -MENSAJERO PRIMERO. - -Tus murallas están construidas. - -PISTETERO. - -Muy bien. - -MENSAJERO PRIMERO. - -Es una obra soberbia y hermosísima: la anchura del muro es tan grande, -que si Proxénides el fanfarrón y Teógenes[529] se encontrasen sobre -él dirigiendo dos carros tirados por caballos tan grandes como el de -Troya, pasarían sin dificultad.[530] - -PISTETERO. - -¡Magnífico! - -MENSAJERO PRIMERO. - -Su largura (yo mismo la he medido) es de cien brazas.[531] - -PISTETERO. - -¡Por Neptuno, qué largura! ¿Quiénes han construido tan gigantesca -muralla? - -MENSAJERO PRIMERO. - -Las aves, y nadie más que las aves; allí no ha habido ni albañiles -egipcios, ni canteros; todo lo han hecho por sí mismas con una -habilidad asombrosa. De África vinieron cerca de treinta mil grullas -que descargaron su lastre de piedras,[532] las cuales, después de -arregladas por el pico de los rascones, han servido para los cimientos. -Diez mil cigüeñas fabricaron los ladrillos. Los chorlitos y demás aves -fluviales subían al aire el agua de la tierra. - -PISTETERO. - -¿Quiénes traían el mortero? - -MENSAJERO PRIMERO. - -Las garzas, en gamellas. - -PISTETERO. - -¿Pero cómo pudieron echarlo en las gamellas? - -MENSAJERO PRIMERO. - -¡Oh, es una invención ingeniosísima! Los gansos revolvían con sus -patas, a guisa de paletas, el mortero, y después lo echaban en las -gamellas. - -PISTETERO. - -¿Qué no harán los pies?[533] - -MENSAJERO PRIMERO. - -Era de ver cómo traían ladrillos los ánades. También ayudaban a la -faena las golondrinas trayendo mortero en el pico y la llana en la -cola, como si fuesen niños. - -PISTETERO. - -¿Qué necesidad habrá ya de pagar operarios? Pero dime: ¿quiénes -labraron las maderas necesarias? - -MENSAJERO PRIMERO. - -Los pelícanos, como habilísimos carpinteros, arreglaron con sus picos -las jambas de las puertas: cuando desbastaban las maderas, se oía un -ruido parecido al de los arsenales. Ahora está ya todo cerrado con -puertas y cerrojos y cuidadosamente guardado: las rondas recorren -el recinto con sus campanillas: hay centinelas en todas partes, y -antorchas en las torres. Pero yo corro a lavarme: a ti te toca terminar -la obra. - - * * * * * - -CORO. - -Vamos, ¿qué haces? ¿Te admiras de la prontitud con que el muro ha sido -construido? - -PISTETERO. - -Sí por cierto; la cosa es digna de admiración; parece una fábula. Pero -ahí viene uno de los centinelas de la ciudad con marcial continente. - - * * * * * - -MENSAJERO SEGUNDO. - -¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! - -PISTETERO. - -¿Qué ocurre? - -MENSAJERO SEGUNDO. - -Una cosa indigna. Uno de los dioses de la corte de Júpiter ha -atravesado las puertas y ha penetrado en el aire burlando la vigilancia -de los grajos qué dan la guardia de día. - -PISTETERO. - -¡Oh indigno y criminal atentado! ¿Qué dios es? - -MENSAJERO SEGUNDO. - -Lo ignoramos; solo sabemos que tiene alas. - -PISTETERO. - -¿Por qué no habéis lanzado en seguida guardias en su persecución? - -MENSAJERO SEGUNDO. - -Hemos enviado tres mil azores, arqueros de caballería: todas las aves -de ganchudas uñas, cernícalos, gerifaltes, buitres, águilas y gavilanes -vuelan en su busca, haciendo resonar el aire con el rápido batir de sus -alas. El dios no debe estar lejos; si no me engaño, helo ahí. - -PISTETERO. - -¡Armémonos de la honda y el arco! Aquí, mis amigos; disparad todos -vuestras saetas; dadme una honda. - -CORO. - -Declárase una guerra, una guerra nefanda entre nosotros y los dioses. -Hijos del Erebo, guardad cuidadosos el aire y las nubes que le entoldan -para que ningún dios las atraviese: vigilad todo el circuito. Ya se oye -cerca un ruido de alas, como el de un inmortal cuando vuela. - -(_Iris aparece volando y es detenida._) - - * * * * * - -PISTETERO. - -¡Eh, tú! ¿A dónde vuelas? Estate quieta, inmóvil. ¡Alto! detente. -¿Quién eres? ¿De qué país? Es preciso que digas de dónde vienes. - -IRIS. - -Vengo de la mansión de los dioses olímpicos. - -PISTETERO. - -¿Cómo te llamas, navío o casco?[534] - -IRIS. - -La rápida Iris. - -PISTETERO. - -¿La Paralos, o la Salamina?[535] - -IRIS. - -¿Qué dices? - -PISTETERO. - -¿No habrá un gerifalte[536] que emprenda el vuelo y se lance sobre ella? - -IRIS. - -¿Que se lance sobre mí? ¿Qué significan estos ultrajes? - -PISTETERO. - -Vas a llorar a mares. - -IRIS. - -Pero esto es absurdo. - -PISTETERO. - -¿Por qué puerta has penetrado en la ciudad, gran malvada? - -IRIS. - -¿Por qué puerta? No lo sé, por vida mía. - -PISTETERO. - -¿Oís cómo se burla de nosotros? ¿Te has presentado al capitán de -los grajos? Responde. ¿Traes un pase autorizado con el sello de las -cigüeñas? - -IRIS. - -¿Qué es esto? - -PISTETERO. - -¿No lo traes? - -IRIS. - -¿Estás en tu juicio? - -PISTETERO. - -¿No te ha enviado un salvoconducto algún jefe de las aves? - -IRIS. - -Nadie me ha enviado nada, imbécil. - -PISTETERO. - -¿Y te has atrevido a atravesar en silencio el aire y una ciudad extraña? - -IRIS. - -¿Pues por dónde hemos de pasar los dioses? - -PISTETERO. - -No lo sé; pero no por aquí. Lo cierto es que tú has delinquido. ¿Sabes -que si te aplicase la pena merecida nos apoderaríamos de ti y moriría -la bella Iris? - -IRIS. - -Soy inmortal. - -PISTETERO. - -No por eso dejarías de morir. Esto es insoportable; mandamos en todos -los seres del mundo, y ahora nos vienen los dioses echándoselas de -insolentes y negándose a obedecer a los más fuertes. Vamos, contesta: -¿a dónde dirigías tu vuelo? - -IRIS. - -¿Yo? Llevo encargo de mi padre de ordenar a los hombres que ofrezcan -víctimas a los dioses del Olimpo; que inmolen bueyes y ovejas, y llenen -las calles con el humo de los sacrificios. - -PISTETERO. - -¿Qué dices? ¿A qué dioses? - -IRIS. - -¿A qué dioses? a nosotros, a los dioses del cielo. - -PISTETERO. - -¿Pero vosotros sois dioses? - -IRIS. - -¿Pues qué, hay otros? - -PISTETERO. - -Las aves son ahora los dioses de los hombres; y a ellas, por vida mía, -han de ofrecerse los sacrificios y no a Júpiter. - -IRIS. - -¡Ah, insensato, insensato! No provoques las graves iras de los dioses; -guarda que la Justicia, armada del terrible azadón de Júpiter, no -extirpe de raíz toda tu raza; teme que sus rayos vengadores te reduzcan -a cenizas con todos tus palacios.[537] - -PISTETERO. - -Oye, déjate de palabras campanudas, y estate quieta. Dime, ¿crees que -me vas a espantar con ese lenguaje, como si fuese algún esclavo lidio -o de la Frigia?[538] ¿Sabes que si Júpiter me molesta más, enviaré -águilas igníferas que incendien su morada y el palacio de Anfión?[539] -¿Sabes que puedo mandar al cielo contra él más de seiscientos alados -porfiriones[540] cubiertos con pieles de leopardos? Y cuenta que -uno solo le dio mucho que hacer. Y a ti, bella mensajera, como me -incomodes, te agarro y te doy a conocer, con asombro tuyo, que, aunque -viejo, pocos me ganan en las lides amorosas. - -IRIS. - -¡Ojalá revientes, estúpido, con tus dicharachos! - -PISTETERO. - -¿Te marchas o no? ¡Largo pronto! ¡Cuidado con los golpes! - -IRIS. - -¡Ah! Mi padre castigará tu insolencia. - -PISTETERO. - -¡Vaya un susto! ¡Vuela, vuela, vete a llenar con el humo y el hollín de -tus rayos a otros más jóvenes que yo! - -CORO. - -Queda prohibido a los dioses, hijos de Júpiter, el paso por nuestra -ciudad; prohíbese también a los mortales cuando les ofrezcan -sacrificios el que hagan atravesar por aquí el humo de sus víctimas. - -PISTETERO. - -Temo que no acabe de volver el heraldo que envié a los hombres. - - * * * * * - -UN HERALDO. - -¡Oh feliz Pistetero! ¡Oh sapientísimo! ¡Oh celebérrimo! ¡Oh -sapientísimo! ¡Oh hermosísimo! ¡Oh felicísimo! ¡Oh...! Vamos, -apunta.[541] - -PISTETERO. - -¿Qué estás diciendo? - -EL HERALDO. - -Todos los pueblos, admirados de tu sabiduría, te ofrecen esta corona de -oro. - -PISTETERO. - -La acepto; pero ¿por qué los pueblos me decretan tan señalado honor? - -EL HERALDO. - -Tú no sabes, ilustre fundador de una ciudad aérea, la inmensa -estimación en que te tienen los mortales, y la afición extraordinaria -que se ha desarrollado por este país. Antes de que echases los -cimientos de esta célebre ciudad, todos los hombres atacados de la -lacomanía se dejaban crecer el cabello, ayunaban, iban sucios, vivían -socráticamente,[542] y llevaban bastones espartanos; ahora ha cambiado -la moda y les domina la manía por las aves, complaciéndose en imitar -su modo de vivir. En cuanto apunta el alba saltan todos a la vez -del lecho y vuelan, como nosotros, a su pasto habitual; después se -dirigen a los carteles y se atracan de decretos. Su manía por las aves -es tan grande que muchos llevan nombres de volátiles: un tabernero -cojo, se llama perdiz; Menipo, golondrina; Opuncio, cuervo tuerto; -Filocles, alondra; Teógenes, ganso-zorro; Licurgo, ibis; Querefonte, -murciélago; Siracosio, urraca; y Midias se llama codorniz, porque, en -efecto, tiene toda la traza de una codorniz muerta de un porrazo en la -cabeza.[543] La pasión por las aves hace que se canten versos, donde es -de rigor hablar de golondrinas, de penélopes, de gansos, de palomas, o -por lo menos algo de plumaje. Así anda la cosa. ¡Ah!, te advierto que -pronto vendrán aquí más de diez mil personas pidiéndote alas y garras -ganchudas; por tanto, ya puedes hacer provisión de plumas para los -nuevos huéspedes. - -PISTETERO. - -Entonces no hay tiempo que perder. Anda, llena de alas todos los cestos -y cestillos, y dile a Manes[544] que me los traiga aquí. Yo me encargo -de recibir a los que vengan. - -CORO. - -Esta ciudad va a ser pronto muy populosa. - -PISTETERO. - -Si la fortuna nos favorece. - -CORO. - -El amor a nuestra ciudad se propaga. - -PISTETERO (_Al esclavo_). - -Trae eso pronto. - -CORO. - -¿Qué falta en ella de cuanto puede hacer grata su mansión? Aquí se -encuentran la Sabiduría, el Amor, las Gracias inmortales, y el plácido -semblante de la querida Paz. - -PISTETERO. - -¡Qué calma, justo cielo! Trae eso pronto. - -CORO. - -Sí, traed pronto un cesto lleno de alas; y tú hazle moverse a palos, -como lo hago yo: es más pesado que un asno. - -PISTETERO. - -Sí, Manes es un perezoso. - -CORO. - -Tú, pon en orden esas alas, las musicales,[545] las proféticas,[546] -las marítimas.[547] Procura después que cada uno se lleve las que le -convengan. - -PISTETERO (_A Manes_). - -¡Ah, lo juro por los cernícalos! Esta no te la perdono, si continúas -tan perezoso y tardón. - - * * * * * - -UN PARRICIDA. - -¡Quién fuera el águila de altísimo vuelo, para cernerse sobre las ondas -cerúleas del estéril mar![548] - -PISTETERO. - -Veo que el mensajero dijo la verdad; ahí viene no sé quién cantando a -las águilas. - -EL PARRICIDA. - -¡Oh, nada hay tan delicioso como volar! Yo adoro las leyes de los -pájaros; la afición a las aves me vuelve loco; yo vuelo, yo quiero -vivir con vosotros, soy apasionado por vuestras leyes. - -PISTETERO. - -¿Por cuáles?, pues las aves tienen muchas clases.[549] - -EL PARRICIDA. - -Por todas; más principalmente por esa en virtud de la cual es lícito a -un pájaro morder a su padre y retorcerle el pescuezo. - -PISTETERO. - -Es verdad, nosotros tenemos por muy valiente al que, pollito aún, pega -a su padre. - -EL PARRICIDA. - -Por eso he emigrado a esta región; deseo estrangular a mi padre para -heredar todos sus bienes. - -PISTETERO. - -Pero tenemos también otra ley inscrita en la columna de edictos de las -cigüeñas: «Cuando la cigüeña haya criado sus hijos y los haya puesto en -disposición de volar, estos tendrán a su vez obligación de alimentar a -sus padres.» - -EL PARRICIDA. - -¡Pues bastante he ganado con venir, si tengo que sostener a mi padre! - -PISTETERO. - -No, no; ya que con tan benévolas intenciones has acudido a nosotros, -te emplumaré como conviene a un pájaro huérfano.[550] Además, pobre -joven, te daré un buen consejo que aprendí en mi niñez. No maltrates a -tu padre; coge esta ala en una mano y ese espolón en la otra; figúrate -que tienes una cresta de gallo, y haz guardias, vete a la guerra, vive -de tu estipendio, y deja en paz a tu padre. Ya que eres tan belicoso, -dirige tu vuelo a Tracia,[551] y combate allí. - -EL PARRICIDA. - -¡Por Baco! Tu consejo me parece excelente, y lo seguiré. - -PISTETERO. - -Obrarás discretamente. - - * * * * * - -CINESIAS. - - Vuelo al Olimpo con ligeras alas;[552] - Y a su batir resuelto voy cruzando - Las sendas de la gaya poesía... - -PISTETERO. - -Este va a necesitar un fardo entero de alas. - -CINESIAS. - - Otras nuevas buscando, - Mi cuerpo y mi indomable fantasía... - -PISTETERO. - -Un abrazo a Cinesias, el Tilo.[553] ¿A qué vienes dando vueltas a tu -pie cojo? - -CINESIAS. - - Quiero, ansío ser ave, - Ser ruiseñor, y con gorjeo suave... - -PISTETERO. - -Basta de música, y explícame tus deseos. - -CINESIAS. - -Ponme alas; pues anhelo subir por los aires y recoger de las nubes -nuevos cantos, aéreos y caliginosos. - -PISTETERO. - -¿Cantos en las nubes? - -CINESIAS. - -Sí; en ellas estriba hoy todo nuestro arte. Los más brillantes -ditirambos son aéreos, caliginosos, tenebrosos, alados. Pronto lo -verás; escucha. - -PISTETERO. - -No, no oigo nada. - -CINESIAS. - -Pues oirás, mal que te pese: - - En forma de volátil, - Cuyo ondulante cuello - Surca del éter fúlgido - La azul inmensidad, - Recorreré los aires, - Que te obedecen ya. - -PISTETERO. - -¡Hop![554] - -CINESIAS. - - ¡Ah! ¡Quién con vuelo rápido - Al hálito vehemente - Cediendo de los ímpetus - De indómito Aquilón - Pudiera sobre el piélago - Cernerse bramador! - -PISTETERO. - -¡Ya reprimiré yo tus hálitos o ímpetus...! - -CINESIAS. - - Y ora hacia el Noto cálido - Enderezando el vuelo, - Ora a la región frígida - Del Bóreas glacial, - El oleaje férvido - Del éter... - -(_A Pistetero que le apalea._) ¡Anciano! ¡Anciano! ¡Vaya una hábil e -ingeniosa invención! - -PISTETERO. - -¿No deseabas volar? - -CINESIAS. - -¿Así tratas a un poeta ditirámbico que se disputan todas las tribus? - -PISTETERO. - -¿Quieres quedarte con nosotros y enseñar a la tribu Ceropia un coro de -aves voladoras, tan ligero como el espirituado Leotrófides?[555] - -CINESIAS. - -Te burlas de mí, está claro. Pero no importa; ten presente que no -descansaré un momento hasta que surque los aires, transformado en -pájaro. - - * * * * * - -UN DELATOR. - - Di, golondrina de alas esplendentes - Por la Febea luz tornasoladas, - ¿Quiénes son esas aves indigentes - De tan varios plumajes adornadas?[556] - -PISTETERO. - -El mal toma serias proporciones. Otro se acerca zumbando. - -EL DELATOR. - -«Por la Febea luz tornasoladas,» repito. - -PISTETERO. - -Creo que esa canción la dirige a su manto, porque parece que tiene -necesidad urgente de la vuelta de la golondrina.[557] - -EL DELATOR. - -¿Quién distribuye alas a los recién llegados? - -PISTETERO. - -Yo mismo; pero es preciso decir para qué. - -EL DELATOR. - -¡Alas! ¡Necesito alas![558] No me preguntes más. - -PISTETERO. - -¿Acaso quieres volar en línea recta a Pelene?[559] - -EL DELATOR. - -No; soy acusador de las islas,[560] delator... - -PISTETERO. - -¡Buen oficio! - -EL DELATOR. - -E investigador de pleitos. Quiero tener alas, para girar con rapidez mi -visita a las ciudades y citar a los acusados. - -PISTETERO. - -¿Los citarás mejor teniendo alas? - -EL DELATOR. - -No, por Júpiter; pero podré librarme de ladrones, y volveré como las -grullas, trayendo por lastre infinitos procesos. - -PISTETERO. - -¿Y esa es tu ocupación? ¡Cómo! ¿Siendo joven y robusto, te dedicas a -delator de extranjeros? - -EL DELATOR. - -¿Qué he de hacer? No sé cavar. - -PISTETERO. - -Pero, por Júpiter, hay otras ocupaciones con las cuales un hombre de tu -edad puede ganarse honradamente la vida, sin acudir al vil oficio de -zurcidor de procesos. - -EL DELATOR. - -Amigo mío, no te pido consejos, sino alas. - -PISTETERO. - -Ya te doy alas con mis palabras. - -EL DELATOR. - -¿Cómo puedes con palabras dar alas a un hombre? - -PISTETERO. - -Las palabras dan alas a todos. - -EL DELATOR. - -¿A todos? - -PISTETERO. - -¿No has oído muchas veces en las barberías a los padres decir hablando -de los jóvenes?: «Son terribles las alas para la equitación que le han -dado a mi hijo las palabras de Diítrefes.[561]» «Pues yo, dice otro, -tengo un hijo que en alas de la imaginación ha dirigido su vuelo a la -tragedia.» - -EL DELATOR. - -¿Luego las palabras dan alas? - -PISTETERO. - -Ya te he dicho que sí: ellas elevan el espíritu, y levantan al hombre. -He ahí por qué con mis útiles consejos pretendo yo levantar tu vuelo a -una profesión más honrada. - -EL DELATOR. - -Pero yo no quiero. - -PISTETERO. - -¿Pues qué harás? - -EL DELATOR. - -No quiero desmerecer de mi raza: el oficio de delator está vinculado a -mi familia. Dame, pues, rápidas y ligeras alas de gavilán o cernícalo, -para que, en cuanto haya citado a los isleños, pueda regresar a Atenas -a sostener la acusación, y volar en seguida a las islas. - -PISTETERO. - -Comprendo: a fin de que el isleño sea condenado aquí, antes de llegar. - -EL DELATOR. - -Precisamente. - -PISTETERO. - -Y después, mientras él navega en esta dirección, volar tú allá y -arrebatarle todos sus bienes. - -EL DELATOR. - -Exacto. Deseo ser un verdadero trompo. - -PISTETERO. - -A propósito de trompos: tengo aquí excelentes alas de Córcira.[562] - -EL DELATOR. - -¡Pobre de mi! ¡Es un azote! - -PISTETERO. - -¡Fuera de aquí volando! ¡Lárgate pronto, canalla insoportable! Ya te -haré yo sentir lo que se gana corrompiendo la justicia. (_Al esclavo._) -Recojamos las alas y partamos. - - * * * * * - -CORO. - -En nuestro vuelo hemos visto mil maravillas, mil increíbles prodigios. -Hay lejos de Cardias[563] un árbol muy extraño llamado Cleónimo, -completamente inútil, aunque grande y tembloroso. En primavera produce -siempre, en vez de yemas, delaciones; y en invierno, en vez de hojas, -deja caer escudos. Hay también un país, junto a la región de las -sombras en los desiertos oscuros, donde los hombres comen y hablan -con los héroes, excepto a la noche; cuando esta llega su encuentro es -peligroso. Pues si algún mortal tropezare entonces con Orestes,[564] -sería despojado de sus vestidos, y molido a palos de pies a cabeza. - - * * * * * - -PROMETEO. - -¡Qué desgraciado soy! Procuremos que no me vea Júpiter. ¿Dónde está -Pistetero? - -PISTETERO. - -¡Oh! ¿Qué es esto? ¿Un hombre tapado? - -PROMETEO. - -¿Ves algún dios detrás de mí? - -PISTETERO. - -Ninguno, por vida mía. ¿Pero quién eres? - -PROMETEO. - -¿Qué hora es? - -PISTETERO. - -¿Qué hora? Un poco más del medio día. ¿Pero quién eres? - -PROMETEO. - -¿Es el declinar del día o más tarde? - -PISTETERO. - -¡Oh, qué fastidioso! - -PROMETEO. - -¿Qué hace Júpiter? ¿Disipa o amontona las nubes?[565] - -PISTETERO. - -¡Vete al infierno! - -PROMETEO. - -Entonces, me descubriré. - -PISTETERO. - -¡Oh, querido Prometeo! - -PROMETEO. - -¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡No grites! - -PISTETERO. - -¿Qué ocurre? - -PROMETEO. - -¡Silencio! No pronuncies mi nombre; soy perdido si Júpiter me llega a -ver aquí. Si me cubres la cabeza con esta sombrilla, para que no me -vean los dioses, te contaré todo lo que pasa en el Olimpo. - -PISTETERO. - -¡Ah, ja, ja! Idea excelente y digna de Prometeo. Métete pronto aquí -debajo, y habla sin temor. - -PROMETEO. - -Escucha, pues. - -PISTETERO. - -Soy todo oídos: habla. - -PROMETEO. - -Júpiter está perdido. - -PISTETERO. - -¿Desde cuándo? - -PROMETEO. - -Desde que habéis fundado esta ciudad en el aire. Ningún mortal ofrece -ya sacrificios a los dioses, y no sube hasta nosotros el humo de -las víctimas. Privados de todas sus ofrendas, ayunamos como en las -fiestas de Ceres.[566] Los dioses bárbaros, enfurecidos por el hambre, -gritan como los ilirios, y amenazan bajar contra Júpiter, si no hace -que vuelvan a abrirse los mercados, para que puedan introducirse las -entrañas de las víctimas. - -PISTETERO. - -¿Luego hay dioses bárbaros que habitan encima de nosotros? - -PROMETEO. - -¿Pues si no hubiese dioses bárbaros, cuál podría ser el patrón de -Execéstides?[567] - -PISTETERO. - -¿Y cómo se llaman esos dioses? - -PROMETEO. - -¿Cómo? Tríbalos.[568] - -PISTETERO. - -Comprendo. De ahí, sin duda, viene la frase: «Ojalá te trituren».[569] - -PROMETEO. - -Está claro. Te aseguro que pronto bajará para estipular las condiciones -de paz una embajada de Júpiter y de los Tríbalos superiores; pero -vosotros no debéis hacer pacto alguno mientras Júpiter no restituya el -cetro a las aves, y te dé por esposa a la Soberanía. - -PISTETERO. - -¿Quién es la Soberanía? - -PROMETEO. - -Una hermosísima doncella que maneja los rayos de Júpiter y a cuyo cargo -están todas las demás cosas: la prudencia, la equidad, la modestia, la -marina, las calumnias, la tesorería, y el pago del trióbolo. - -PISTETERO. - -De modo que es un administrador universal. - -PROMETEO. - -Precisamente. De suerte que si te la otorga, serás dueño de todo. He -venido para darte este consejo, pues siempre he querido mucho a los -hombres. - -PISTETERO. - -Es verdad; tú eres el único dios a quien debemos los asados.[570] - -PROMETEO. - -Sabes también que aborrezco a todos los dioses. - -PISTETERO. - -Sí, tú fuiste siempre su enemigo. - -PROMETEO. - -Un verdadero Timón[571] para ellos. Pero dame la sombrilla para que me -vaya cuanto antes; si Júpiter me ve así desde el cielo, creerá que voy -siguiendo a una canéfora.[572] - -PISTETERO. - -Para fingir mejor, coge este asiento y llévatelo con la sombrilla. - - * * * * * - -CORO. - -En el país de los Esciápodas[573] hay un pantano donde evoca los -espíritus el desaseado Sócrates; allá fue también Pisandro,[574] -pidiendo ver su alma que le había abandonado en vida; traía un camello -por víctima en vez de un cordero, y cuando lo degolló, dio un paso -atrás como Ulises:[575] después Querefonte,[576] el murciélago, subió -del Orco para beber la sangre. - - * * * * * - -NEPTUNO. - -Estamos a la vista de Nefelococigia, a cuya ciudad venimos. (_Al -Tríbalo._) ¡Eh, tú! ¿Qué haces? ¿Te echas el manto sobre el hombro -izquierdo? ¿No lo cambias al derecho?[577] ¡Cómo, desdichado!, ¿tendrás -el mismo defecto que Lespodias?[578] ¡Oh democracia! ¿A dónde vamos a -parar? ¡Verse los dioses obligados a elegir semejante embajador! - -EL TRÍBALO. - -Déjame en paz. - -NEPTUNO. - -¡Peste de estúpido! No he visto dios más bárbaro. Dime, Hércules, ¿qué -haremos? - -HÉRCULES. - -Ya lo has oído; mi intención es estrangular, sea el que sea, a ese -hombre que nos ha bloqueado. - -NEPTUNO. - -Pero, amigo mío, si hemos sido enviados a tratar de la paz. - -HÉRCULES. - -Razón de más para estrangularle. - -PISTETERO.[579] - -Alárgame el rallador; trae silfio; dame queso; atiza los carbones. - -HÉRCULES.[580] - -Mortal, tres dioses te saludan. - -PISTETERO. - -Lo cubro de silfio. - -HÉRCULES. - -¿Qué carnes son esas? - -PISTETERO. - -Son unas aves que se han sublevado y conspirado contra el partido -popular. - -HÉRCULES. - -¿Y las cubres primero de silfio? - -PISTETERO. - -¡Salud, oh Hércules! ¿Qué ocurre? - -HÉRCULES. - -Venimos enviados por los dioses para cortar la guerra. - -UN CRIADO. - -No hay aceite en la alcuza. - -PISTETERO. - -Pues estos pajarillos tienen que estar bien rehogados. - -HÉRCULES. - -Nosotros nada ganamos con hacer la guerra; y vosotros, si sois nuestros -amigos, tendréis siempre agua de lluvia en las balsas y disfrutaréis de -días serenos. Venimos perfectamente autorizados para estipular sobre -este punto. - -PISTETERO. - -Nunca hemos sido los agresores, y ahora mismo estamos dispuestos a -hacer la paz que deseáis si os avenís a una condición equitativa: tal -es la de que Júpiter nos devuelva el cetro a las aves. Después de -arreglado este particular, invito a los embajadores a comer. - -HÉRCULES. - -Por mí eso basta, y declaro... - -NEPTUNO. - -¿Qué? ¡Desdichado! Eres glotón e imbécil. ¿Así piensas despojar del -mando a tu padre? - -PISTETERO. - -Te equivocas. ¿Acaso no seréis más poderosos si las aves reinan sobre -la tierra? Ahora, al abrigo de las nubes y bajando la cabeza, los -mortales perjuran impunemente de vosotros; pero si tuvieseis por -aliadas a las aves, cuando alguno jurase por el cuervo y por Júpiter, -el cuervo se acercaría furtivamente al perjuro, y le saltaría un ojo de -un picotazo. - -NEPTUNO. - -¡Bien dicho, por Neptuno![581] - -HÉRCULES. - -Me parece lo mismo. - -PISTETERO (_Al Tríbalo_). - -Y tú, ¿qué opinas? - -EL TRÍBALO. - -Nabaisatreu.[582] - -PISTETERO. - -¿Lo ves? Es de la misma opinión. Oíd otra de las ventajas que nuestra -alianza os proporcionará. Si un hombre ofrece un sacrificio a alguno -de vosotros, y después difiere su realización diciendo: «Los dioses -tendrán paciencia», y por avaricia no cumple su voto, nosotros le -obligaremos. - -NEPTUNO. - -¿Cómo? ¿De qué manera? - -NEPTUNO. - -Cuando nuestro hombre esté contando su dinero, o sentado en el baño, un -gavilán le arrebatará, sin que lo note, el precio de dos ovejas y se lo -llevará al dios burlado. - -HÉRCULES. - -Confirmo mi declaración de que debe devolvérsele el cetro. - -NEPTUNO. - -Pregunta a Tríbalo. - -HÉRCULES. - -¡Eh, Tríbalo! ¿Quieres... una paliza? - -EL TRÍBALO. - -Saunaca bactaricrousa. - -HÉRCULES. - -Dice que con mucho gusto. - -NEPTUNO. - -Si ambos sois de esa opinión, yo me adhiero a ella. - -HÉRCULES. - -Consentimos en la devolución del cetro. - -PISTETERO. - -¡Por vida mía, si me olvidaba de otra condición! Dejo a Júpiter su -Juno; pero exijo que me dé por esposa a la joven Soberanía. - -NEPTUNO. - -Está visto que no quieres la paz. Retirémonos. - -PISTETERO. - -Poco me importa. — Cocinero, que esté sabrosa la salsa. - -HÉRCULES. - -¡Qué particular es este Neptuno! ¿A dónde vas? ¿Hemos de emprender la -guerra por una mujer? - -NEPTUNO. - -¿Pues qué hemos de hacer? - -HÉRCULES. - -¿Qué? La paz. - -NEPTUNO. - -¡Cómo! ¿No conoces, imbécil, que te está engañando? Tú mismo te -arruinas. Si Júpiter muere después de haberle entregado el mando, -quedarás reducido a la miseria, pues a ti han de pasar todos los bienes -que tu padre deje a su muerte. - -PISTETERO. - -¡Ah, desdichado! ¡Cómo trata de confundirte! Ven acá y te diré lo que -hace al caso. Tu tío te engaña, pobre amigo; según la ley, no puedes -heredar ni un hilo de los bienes paternos, porque eres hijo bastardo y -no legítimo. - -HÉRCULES. - -¿Yo bastardo? ¿Qué dices? - -PISTETERO. - -La pura verdad: por ser hijo de una mujer extranjera. Y si no, dime: -¿cómo Minerva, siendo hembra, pudiera ser única heredera de Júpiter, si -tuviera hermanos legítimos? - -HÉRCULES. - -¿Y si mi padre al morir me lega la parte correspondiente a los -bastardos? - -PISTETERO. - -La ley no se lo permite. El mismo Neptuno que ahora te provoca será -el primero en disputarte la herencia paterna, alegando su cualidad de -hermano legítimo. Escucha el texto de la ley de Solón: «El bastardo no -puede heredar si hay hijos legítimos. Si no hay hijos legítimos, la -herencia debe pasar a los colaterales más próximos».[583] - -HÉRCULES. - -¿Luego ningún derecho tengo a suceder a mi padre? - -PISTETERO. - -Ninguno absolutamente. Dime: ¿tuvo tu padre cuidado de inscribirte en -el registro de alguna tribu?[584] - -HÉRCULES. - -No por cierto; y a la verdad esto me admiraba. - -PISTETERO. - -Déjate de miradas feroces y de amenazas al cielo. Vive con nosotros, -que yo te nombraré rey, y te procuraré una vida a pedir de boca. - -HÉRCULES. - -Pues bien, creo justa tu petición de la doncella y te la concedo. - -PISTETERO. - -Y tú ¿qué dices? - -NEPTUNO. - -Yo me opongo. - -PISTETERO. - -La resolución del asunto depende del Tríbalo. ¿Qué opinas tú? - -EL TRÍBALO. - -La grande y hermosa doncella, la Soberanía, al pájaro la concedo.[585] - -HÉRCULES. - -Dice que la concede. - -NEPTUNO. - -No, por Júpiter, no dice que se la concede sino en caso de que emigre -como las golondrinas. - -PISTETERO. - -Luego dice que es necesario concedérsela a las golondrinas. Arreglaos -los dos como podáis, y estipulad las condiciones: yo, puesto que así os -agrada, me callaré. - -HÉRCULES. - -Nos place concederte cuanto pides. Vente pronto con nosotros al cielo, -y te se entregará la Soberanía y todo lo demás. - -PISTETERO. - -Estas aves han sido muertas con mucha oportunidad para las bodas. - -HÉRCULES. - -¿Queréis que entretanto me quede yo a asarlas? Vamos, idos. - -NEPTUNO. - -¿Tú asarlas? Eres muy glotón. ¿No vienes con nosotros? - -HÉRCULES. - -¡Qué bien lo hubiera pasado! - -PISTETERO. - -Traedme un vestido nupcial. - - * * * * * - -CORO. - -En Fanes,[586] junto a la Clepsidra, vive la pérfida nación de los -Englotogastros,[587] que siegan, siembran, vendimian y recogen los -higos[588] con la lengua; son de raza bárbara, y entre ellos se -encuentran los Gorgias y Filipos.[589] Estos Filipos Englotogastros han -sido la causa de que se introdujese en el Ática la costumbre de cortar -aparte la lengua de las víctimas.[590] - - * * * * * - -UN MENSAJERO. - -¡Oh vosotros cuya dicha no puede expresarse con palabras, raza de las -aves tres veces feliz, recibid al nuevo rey en vuestras afortunadas -mansiones! Ya se acerca a su palacio resplandeciente de oro, rodeado de -un esplendor que envidiarían los astros: el claro sol no ha brillado -nunca tanto como la esposa que trae consigo, beldad incomprensible -en cuya diestra vibra el alado rayo de Júpiter: los más deliciosos -perfumes suben hasta el cielo. ¡Espectáculo encantador! Una nube de -perfumes impulsada por los Céfiros se eleva en ondulante columna. Hele -ahí. Musa divina, abre tus sagrados labios, y entona cantos propicios. - - * * * * * - -SEMICORO. - -¡Atrás! ¡A la derecha! ¡A la izquierda! ¡Adelante![591] ¡Revolotead en -torno de ese mortal feliz, que la fortuna colme de sus bienes! ¡Ah! -¡Qué gracia! ¡Qué hermosura! ¡Oh matrimonio dichoso para esta ciudad! -¡Gloria a ese hombre! Él ha abierto nuevos e inmensos horizontes a las -aves. Saludadle con el canto nupcial; saludad también a su esposa la -Soberanía. - -SEMICORO. - -Entre semejantes himnos enlazaron las Parcas a la olímpica Juno con -el rey de los dioses, de sublime trono. ¡Oh Himeneo! ¡Himeneo! El -sonrosado Amor de áureas alas tenía las riendas y dirigía el carro en -las bodas de Júpiter y la celeste Juno. ¡Oh Himeneo! ¡Himeneo! - -PISTETERO. - -Me deleitan vuestros himnos, me complacen vuestros cantos, me hechizan -vuestras palabras. Celebrad ahora el mugir de los truenos subterráneos, -los relámpagos brillantes del nuevo Júpiter, y sus terribles y -deslumbradores rayos. - -CORO. - -¡Oh áureo fulgor del relámpago! ¡Oh dardos inflamados de Júpiter! ¡Oh -mugidos subterráneos y retumbantes truenos, nuncios de la lluvia! En -adelante, por orden de nuestro rey, haréis temblar la tierra. A la -posesión de la bella Soberanía debe este poder inmenso. ¡Oh Himeneo! -¡Himeneo! - -PISTETERO. - -Aves de toda especie, seguidme al palacio de Júpiter y al tálamo -nupcial. Dame la mano, esposa querida. Cógeme de las alas, y bailemos. -Yo te elevaré por los aires. - -CORO. - -¡Ea! ¡Ea! ¡Peán! ¡Viva el ilustre vencedor! ¡Viva el más grande de los -dioses! - - -FIN DE LAS AVES. - - - - -LISÍSTRATA. - - - - -NOTICIA PRELIMINAR. - - -_Lisístrata_, como quien dice _Pacífica_, pues la etimología de esta -palabra hace pensar en el licenciamiento de las tropas,[592] es un -nombre muy adecuado a la protagonista de una comedia cuyo objeto, -como el de _Los Acarnienses_, _Las Aves_ y _La Paz_, es apartar a los -atenienses de una guerra interminable y desastrosa. - -Lisístrata, esposa de uno de los ciudadanos más influyentes de Atenas, -harta de los males de la guerra que afligen a su patria, y viendo el -ningún interés que el pueblo manifiesta por terminarlos, decídese a -hacerlo por sí misma, reuniendo al efecto a las mujeres de su país y -de los demás pueblos beligerantes, y comprometiéndolas solemnemente a -abstenerse de todo trato con sus maridos mientras estos no estipulen -la deseada paz. Al mismo tiempo que se pacta esta resistencia pasiva, -otras mujeres se apoderan de la ciudadela y se hacen cargo del tesoro -en ella custodiado, persuadidas de que la falta de recursos contribuirá -no menos que los estímulos del amor, a la pacificación de Grecia. En -efecto, el miedo de perder su salario de jueces trae pronto a las -puertas de la ciudadela una turba de viejos animados de proyectos -incendiarios, que son rechazados mediante un diluvio de agua y otro de -desvergüenzas, que las sitiadas y el refuerzo de otra legión mujeril -arrojan sin consideración sobre todos ellos. - -Un magistrado que acude después es también víctima del descoco -femenino, y ve arrollados y sopapeados por la nata y flor de las -verduleras atenienses a todos los arqueros de su guardia. - -No obstante este triunfo, la situación va haciéndose insostenible -dentro y fuera de la ciudadela. A Lisístrata le cuesta un trabajo -infinito evitar la deserción de sus soldados, que inventan mil -pretextos especiosos para volver a sus casas; mientras los hombres no -aciertan a vivir más tiempo separados de sus mujeres. - -En esto llega un heraldo de Lacedemonia, pintando con vivos colores los -males que también allí afligen al sexo feo; en vista de lo cual, hay -mutuo envío de embajadores entre ambas ciudades, y se llega por fin a -estipular la paz. Una vez aceptado este acuerdo, ábrense las puertas -de la ciudadela, las mujeres se reúnen a sus esposos, y las ciudades -rivales olvidan sus rencores, entre cantos, danzas y festines, himnos a -los dioses, burlas y algazara. - -Lo que más llama la atención en esta comedia es, además de la libertad -con que el poeta trata en ella de los asuntos más graves del Estado, la -obscenidad abominable que en ella domina, tanto en el asunto, como en -los cuadros y detalles. - -Ya en las otras piezas de Aristófanes habrán podido observar nuestros -lectores cuán poco se respeta el pudor y la decencia en el teatro -griego, por más que hemos tratado de disimular sus desnudeces con el -velo de una púdica perífrasis; pero en la _Lisístrata_ esta precaución -es imposible, porque estando basada toda la comedia en la singular -tortura decretada contra los hombres, todas las pinturas son de una -libertad escandalosa, digna del obsceno pincel de Petronio, Marcial, -Apuleyo y Casti. Así es que, después de haber vacilado mucho tiempo -sobre si debíamos verter al castellano sus impúdicas escenas, solo nos -hemos decidido a hacerlo ante la consideración de que los lectores -tienen derecho a conocer por completo el teatro de Aristófanes; y aun -con todo, nos hemos visto obligados a poner en latín las escenas de -más subida obscenidad, por si esta versión, destinada, como todos los -libros de esta especie, solo a personas ilustradas y maduras, llegase a -caer en manos inexpertas. - -Aparte de este defecto capital, que afea la _Lisístrata_, no puede -menos de reconocerse que bajo el punto de vista puramente literario -abundan en ella bellezas estimables. - -El carácter de la protagonista está muy bien trazado y sostenido, -observándose en él cierto decoro y dignidad que contrasta -agradablemente con las indecencias de la comedia. La primera escena, -dice Brumoy, es digna del arte más depurado, y no lo son menos todas -aquellas en que se ponen en juego, con admirable verdad, todos los -recursos de la coquetería y la astucia femeniles. Es de notar también -el lenguaje rudo y leal de los embajadores de Esparta, y tampoco puede -menos de verse con agrado el valor y puro patriotismo que revelan en -Aristófanes la energía con que, desafiando las iras del populacho -inconstante, se atreve a decirle sin rodeos las verdades más amargas. - -La representación de la _Lisístrata_, según se deduce de varios de sus -pasajes[593] y afirma rotundamente uno de sus prefacios, tuvo lugar -el año 412 antes de nuestra era, o por lo menos entre el vigésimo y -vigesimotercero de la Guerra del Peloponeso. - - - - -PERSONAJES. - - - LISÍSTRATA. - CALÓNICE. - MIRRINA. - LÁMPITO. - CORO DE ANCIANOS. - CORO DE MUJERES. - ESTRATILIS. - UN MAGISTRADO. - ALGUNAS MUJERES. - CINESIAS. - UN MUCHACHO. - UN HERALDO DE LACEDEMONIA. - EMBAJADORES DE LACEDEMONIA. - ALGUNOS CURIOSOS. - UN ATENIENSE. - ARQUEROS. - - * * * * * - -La escena en Atenas: plaza pública. - - - - -LISÍSTRATA. - - -LISÍSTRATA (_Sola_). - -¡Ah!, si se las hubiese citado a una fiesta de Baco, o de Pan, o de -Venus Colíade o Genetílide,[594] la multitud de tambores no permitiría -transitar por las calles. Ahora no viene ninguna, excepto esa buena -vecina que sale de su casa. Salud, Calónice. - -CALÓNICE. - -Salud, Lisístrata. ¿Qué es lo que te aflige? Serena tu frente, hija -mía; no te sienta bien ese fruncido ceño. - -LISÍSTRATA. - -Calónice, me hierve la sangre. Me avergüenzo de mi sexo; los hombres -pretenden que somos astutas... - -CALÓNICE. - -Y lo somos, por Júpiter. - -LISÍSTRATA. - -Y cuando se las dice que acudan a este sitio, para tratar de un -importante asunto, duermen en vez de venir. - -CALÓNICE. - -Ya vendrán, querida: las mujeres no pueden salir tan fácilmente de -casa. Una está ocupada con su marido; otra despierta a su esclavo; otra -acuesta a su hijo; aquella le lava o le da de comer. - -LISÍSTRATA. - -Más graves son estos cuidados. - -CALÓNICE. - -Pero sepamos para qué nos convocas. ¿Qué cosa es? ¿Es grande? - -LISÍSTRATA. - -Es grande. - -CALÓNICE. - -¿Es gruesa? - -LISÍSTRATA. - -Es gruesa. - -CALÓNICE. - -¿Pues cómo no hemos venido todas? - -LISÍSTRATA. - -No es lo que te figuras, pues de serlo ni una hubiera faltado. Se -trata de un plan que yo he trazado y revuelto en todos sentidos durante -mis insomnios. - -CALÓNICE. - -Precisamente habrá de ser muy sutil para darlo vuelta en todos sentidos. - -LISÍSTRATA. - -Tan sutil que la salvación de la Grecia entera estriba en las mujeres. - -CALÓNICE. - -¿En las mujeres? Liviano es su fundamento. - -LISÍSTRATA. - -En nosotras está, o el salvar la república, o el destruir completamente -a los peloponesios... - -CALÓNICE. - -Que no quede ni uno para muestra; me parece muy bien. - -LISÍSTRATA. - -Y aniquilar a todos los beocios. - -CALÓNICE. - -A todos no; perdona siquiera a las anguilas.[595] - -LISÍSTRATA. - -A Atenas no la desearé semejante cosa; pero se me ocurre otra idea. Si -se nos agregasen todas las mujeres del Peloponeso y la Beocia, quizá, -aunando nuestros esfuerzos, pudiéramos salvar a Grecia. - -CALÓNICE. - -¿Pero acaso las mujeres pueden llevar a cabo empresa alguna ilustre -y sensata? Nosotras, que nos pasamos la vida encerradas en casa, -muy pintadas y adornadas, vestidas de túnicas amarillas y flotantes -cimbéricas,[596] y calzadas con elegantes peribárides.[597] - -LISÍSTRATA. - -Precisamente en eso tengo yo puestas mis esperanzas de salvación; -en las túnicas amarillas, en los perfumes, en el colorete, en las -peribárides, en los vestidos transparentes. - -CALÓNICE. - -¿Cómo? - -LISÍSTRATA. - -De suerte que ninguno de los hombres de hoy día levantará su lanza -contra los otros... - -CALÓNICE. - -Por las dos diosas, me teñiré de amarillo una túnica. - -LISÍSTRATA. - -Ni embrazará el escudo... - -CALÓNICE. - -Me pondré una cimbérica. - -LISÍSTRATA. - -Ni empuñará la espada. - -CALÓNICE. - -Compraré unas peribárides. - -LISÍSTRATA. - -¿Pero no debían ya estar aquí todas las mujeres? - -CALÓNICE. - -Volando debían de haber venido hace tiempo. - -LISÍSTRATA. - -¡Ay, amiga mía! Has de ver que llegan demasiado tarde, como verdaderas -atenienses. No se distingue ninguna mujer de la costa ni de Salamina. - -CALÓNICE. - -Pues de esas ya sé que se han embarcado muy de madrugada.[598] - -LISÍSTRATA. - -Tampoco vienen las acarnienses, que yo esperaba y confiaba que estarían -aquí las primeras.[599] - -CALÓNICE. - -Pues la mujer de Teógenes,[600] sin duda pensando acudir, consultó ayer -la estatua de Hécate. Mira, ya llegan algunas; y otras, y otras. ¡Toma, -toma! ¿De dónde son? - -LISÍSTRATA. - -De Anagiro.[601] - -CALÓNICE. - -Es verdad; parece que todo Anagiro se nos viene encima. - - * * * * * - -MIRRINA. - -¿Quizá llegamos tarde, Lisístrata? ¿Qué dices? ¿Por qué no respondes? - -LISÍSTRATA. - -No he de elogiar, Mirrina, tu falta de puntualidad en tan importante -asunto. - -MIRRINA. - -¡Si me vi y me deseé para hallar mi ceñidor a oscuras! Mas, ya que la -cosa urge, aquí nos tienes, habla. - -LISÍSTRATA. - -No, esperemos un poco a que lleguen las mujeres beocias y peloponesias. - -MIRRINA. - -Tienes razón: mira, ahí viene Lámpito. - - * * * * * - -LISÍSTRATA. - -Salud, Lámpito, mi querida lacedemonia. ¡Qué bella eres, dulcísima -amiga! ¡Qué buen color! ¡Qué robustez! Podrías estrangular un toro. - -LÁMPITO.[602] - -Ya lo creo, por los Dióscuros;[603] como que hago gimnasia, y me doy -con los talones en las nalgas.[604] - -LISÍSTRATA. - -¡Oh qué turgente seno! - -LÁMPITO. - -Me estáis tanteando como a las víctimas.[605] - -LISÍSTRATA. - -¿De dónde es esa otra joven? - -LÁMPITO. - -Por los Dióscuros, es de una de las principales familias de Beocia. - -LISÍSTRATA. - -¡Por Júpiter, mi querida beocia! Pareces un florido jardín. - -CALÓNICE. - -Y muy limpio: le han arrancado todo el poleo.[606] - -LISÍSTRATA. - -¿Y aquella otra niña? - -LÁMPITO. - -Es muy buena, por mi vida; pero es de Corinto.[607] - -LISÍSTRATA. - -Comprendo, será buena como todas las de allí. - -LÁMPITO. - -¿Pero quién ha convocado esta asamblea de mujeres? - -LISÍSTRATA. - -Yo misma. - -LÁMPITO. - -Pues dinos lo que deseas. - -LISÍSTRATA. - -Sí por cierto, queridísima amiga. - -MIRRINA. - -Sepamos, por fin, cuál es el gran negocio. - -LISÍSTRATA. - -Voy a decíroslo; pero antes permitidme una sola pregunta. - -MIRRINA. - -Cuantas quieras. - -LISÍSTRATA. - -¿No sentís que los padres de vuestros hijos se hallen lejos de vosotras -en el ejército? Pues demasiado sé que todas tenéis los maridos ausentes. - -CALÓNICE. - -El mío, ¡pobrecillo!, hace ya cinco meses que está en Tracia vigilando -a Éucrates.[608] - -LISÍSTRATA. - -Siete hace que está el mío en Pilos.[609] - -LÁMPITO. - -El mío, cuando vuelve alguna vez del ejército, descuelga en seguida el -escudo y se marcha volando. - -LISÍSTRATA. - -¡No queda un amante para un remedio, y con la defección de los milesios -se acabaron todos los recursos para consolar nuestra viudez![610] Pues -bien, si yo encontrase un medio de poner fin a la guerra, ¿querríais -secundarme? - -MIRRINA. - -Sí, por las dos diosas, aunque tuviese que dar en prenda mi vestido y -beberme el dinero el mismo día.[611] - -CALÓNICE. - -Pues yo, aunque me tuviese que dejar partir en dos, como un rodaballo, -y dar la mitad de mí misma.[612] - -LÁMPITO. - -Yo subiría a la cumbre del Taigeto,[613] si allí hubiese de ver a la -Paz. - -LISÍSTRATA. - -Pues bien, os lo diré: ya no hay para qué ocultaros nada. Oh mujeres, -si queremos obligar a los hombres a hacer la paz, es preciso -abstenernos... - -MIRRINA. - -¿De qué? Habla. - -LISÍSTRATA. - -¿Lo haréis? - -MIRRINA. - -Lo haremos, aunque nos cueste la vida. - -LISÍSTRATA. - -Es preciso abstenernos de los hombres...[614] ¿Por qué me volvéis la -espalda? ¿Adónde vais? ¡Eh, vosotras! ¿Por qué os mordéis los labios y -meneáis la cabeza? ¡Cómo! ¡Se os muda el color! ¡Una lágrima corre!... -¿Qué decís? ¿lo haréis o no lo haréis? - -MIRRINA. - -Yo no puedo, que siga la guerra. - -CALÓNICE. - -Yo tampoco, que siga la guerra. - -LISÍSTRATA. - -¿Eso dices, mi valiente rodaballo? ¿Tú que hace un instante te dejabas -partir en dos? - -CALÓNICE. - -Sí, todo menos eso. Mándame si quieres andar entre llamas. Pero, -querida Lisístrata, semejante abstinencia... ¡Eso a nada puede -compararse! - -LISÍSTRATA. - -¿Y tú? - -MIRRINA. - -También yo prefiero andar entre llamas. - -LISÍSTRATA. - -¡Oh sexo disoluto! ¡Y luego nos admiraremos de ser maltratadas en las -tragedias! Solo servimos para el amor.[615] Pero, querida lacedemonia, -secunda mis proyectos; que como tú me ayudes, aún podremos salvarlo -todo. - -LÁMPITO. - -Muy triste es a la verdad dormir sin compañía, pero no hay más remedio; -es preciso conseguir la paz a todo trance. - -LISÍSTRATA. - -¡Oh amiga queridísima! ¡única mujer digna de este nombre! - -CALÓNICE. - -Pero si, lo que Dios no quiera, nos abstenemos completamente de lo que -dices, ¿conseguiremos por eso más pronto la paz? - -LISÍSTRATA. - -Mucho más pronto, por las diosas. Permanezcamos en casa, bien pintadas, -y sin más vestidos que una transparente túnica de Amorgos,[616] y -los hombres arderán en amorosos deseos. Si entonces resistimos a sus -instancias, estoy segura de que harán en seguida la paz.[617] - -LÁMPITO. - -Por eso, sin duda, cuando Menelao vio el seno desnudo de Helena, arrojó -la espada.[618] - -CALÓNICE. - -Pero, desdichada, ¿y si nos abandonan nuestros maridos? - -LISÍSTRATA. - -Entonces, como dice Ferécrates, «desollaremos un perro desollado».[619] - -CALÓNICE. - -Esos simulacros nada valen; ¿y si nos cogen y nos arrastran a su alcoba? - -LISÍSTRATA. - -Agárrate a la puerta. - -CALÓNICE. - -¿Y si nos pegan? - -LISÍSTRATA. - -Cede, pero de mala gana; no puede haber placer si hay violencia. Además -podemos atormentarlos de mil modos. No temas, pronto se cansarán; es -imposible un goce no recíproco. - -CALÓNICE. - -Si es esa vuestra opinión, me adhiero a ella. - -LÁMPITO. - -Nosotras quedamos en decidir a nuestros maridos a firmar una paz leal -y franca. ¿Pero quién será capaz de hacer otro tanto con el populacho -ateniense, tan enamorado de la guerra? - -LISÍSTRATA. - -No tengas cuidado; nosotras le persuadiremos. - -LÁMPITO. - -No lo conseguirás, mientras estén apasionados de sus naves y se guarde -en el templo de Minerva aquel inmenso tesoro.[620] - -LISÍSTRATA. - -Todo eso está previsto; hoy mismo nos apoderaremos de la ciudadela. -Las mujeres de más edad están encargadas de ocuparla con pretexto de -ofrecer un sacrificio, mientras nosotras nos concertamos aquí. - -LÁMPITO. - -Todo irá bien, pues todo está perfectamente trazado. - -LISÍSTRATA. - -Entonces, Lámpito ¿por qué no nos comprometemos con un juramento -inquebrantable? - -LÁMPITO. - -Pronuncia tú la fórmula, y nosotras juraremos. - -LISÍSTRATA. - -Tienes razón. ¿Dónde está la mujer escita?[621] ¿A dónde miras? Poned -aquí un escudo sobre la cara convexa, y traedme las víctimas. - -CALÓNICE. - -¿Qué juramento vamos a prestar, Lisístrata? - -LISÍSTRATA. - -¿Qué juramento? En Esquilo se degüella una oveja y se jura sobre un -escudo;[622] nosotras haremos lo mismo. - -CALÓNICE. - -Pero, Lisístrata mía, ¿cómo hemos de jurar sobre un escudo, cuando se -trata de la paz? - -LISÍSTRATA. - -¿Pues qué juramento haremos? - -CALÓNICE. - -Cojamos un caballo blanco;[623] sacrifiquémosle, y juremos sobre su -cadáver. - -LISÍSTRATA. - -¿Y dónde vas a hallar un caballo blanco? - -CALÓNICE. - -¿Pues cómo juraremos? - -LISÍSTRATA. - -Voy a decírtelo. Coloquemos aquí una gran copa negra,[624] inmolemos en -ella un cántaro de vino de Tasos, y juremos no mezclarle ni una gota de -agua. - -LÁMPITO. - -¡Oh qué hermoso juramento! No hay palabras para elogiarle bastante. - -LISÍSTRATA. - -Que me traigan una copa y un cántaro. - -CALÓNICE. - -Queridísimas amigas, ¡qué enorme cántaro! ¡con qué placer lo iremos -vaciando! - -LISÍSTRATA. - -Déjalo aquí, y pon la mano sobre la víctima.[625] ¡Oh soberana -Persuasión, y tú, copa de la amistad, aceptad este sacrificio y sed -propicias a las mujeres![626] - -CALÓNICE. - -¡Qué hermoso color tiene la sangre! ¡Qué bien corre![627] - -LÁMPITO. - -¡Por Cástor, qué buen olor despide! - -LISÍSTRATA. - -Amigas mías, dejadme jurar la primera.[628] - -CALÓNICE. - -No, por Venus, que decida la suerte.[629] - -LISÍSTRATA. - -Vamos, Lámpito, y vosotras extended la mano sobre la copa; después, que -una sola, en nombre de todas, repita mis palabras; así prestaréis el -mismo juramento y os comprometeréis a guardarlo. - -_Ningún amante, ningún esposo..._ - -CALÓNICE. - -_Ningún amante, ningún esposo..._ - -LISÍSTRATA. - -_Podrá acercárseme enardecido de amor..._ Repite. - -CALÓNICE. - -_Podrá acercárseme enardecido de amor..._ ¡Ay! Lisístrata, me siento -desfallecer. - -LISÍSTRATA. - -_Viviré castamente en mi casa..._ - -CALÓNICE. - -_Viviré castamente en mi casa..._ - -LISÍSTRATA. - -_Cubierta solo de un transparente vestido azafranado, y adornada..._ - -CALÓNICE. - -_Cubierta solo de un transparente vestido azafranado, y adornada..._ - -LISÍSTRATA. - -_A fin de inspirar a mi esposo más ardientes deseos..._ - -CALÓNICE. - -_A fin de inspirar a mi esposo más ardientes deseos..._ - -LISÍSTRATA. - -_Pero nunca cederé de buen grado a sus instancias..._ - -CALÓNICE. - -_Pero nunca cederé de buen grado a sus instancias..._ - -LISÍSTRATA. - -_Y si, contra mi voluntad, me obligase..._ - -CALÓNICE. - -_Y si, contra mi voluntad, me obligase..._ - -LISÍSTRATA. - -_Permaneceré inanimada en sus brazos..._[630] - -CALÓNICE. - -_Permaneceré inanimada en sus brazos..._[631] -. . . . . . . . . -. . . . . . . . . - -LISÍSTRATA. - -_¡Que pueda beber este vino, si cumplo mi juramento!..._ - -CALÓNICE. - -_¡Que pueda beber este vino, si cumplo mi juramento!..._ - -LISÍSTRATA. - -_¡Y si no lo cumplo, que se me llene esta copa de agua!..._ - -CALÓNICE. - -_¡Y si no lo cumplo, que se me llene esta copa de agua!..._ - -LISÍSTRATA. - -¿Juráis todas? - -MIRRINA. - -Sí, por Júpiter. - -LISÍSTRATA. - -Voy, pues, a sacrificar la víctima. - -(_Bebe._) - -CALÓNICE. - -Déjame un poco, querida mía, para que consolidemos nuestra amistad. - -LÁMPITO. - -¿Qué gritos son esos? - -LISÍSTRATA. - -Lo que hace poco te decía. Son las mujeres que se apoderan de la -ciudadela. Tú, Lámpito, parte a arreglar tus cosas, y déjanos a esas en -rehenes. Corramos nosotras a encerrarnos en el alcázar y a defenderlo -con las demás compañeras. - -CALÓNICE. - -¿Crees que los hombres vendrán pronto a atacarnos? - -LISÍSTRATA. - -Nada se me da de ellos. Ni el incendio, ni todas sus amenazas me harán -abrir jamás aquellas puertas, si no aceptan la condición convenida. - -CALÓNICE. - -Nunca, por Venus: de otro modo sería inmerecida la opinión en que nos -tienen de tercas y malvadas. - - * * * * * - -CORO DE VIEJOS.[632] - -Anda, Draces; guíanos con precaución, aunque te quebrante el hombro ese -pesado haz de olivo verde. ¡Qué cosas tan inesperadas se ven cuando se -vive muchos años! ¡Ay, Estrimodoro! ¿Quién hubiera imaginado nunca que -había de llegar un día en que las mujeres, esa peste de nuestras casas, -alimentadas por nosotros con tanto regalo, se apoderarían de la estatua -de Minerva, y ocuparían mi ciudadela, y atrancarían sus puertas con -barras y cerrojos? Pero corramos, corramos al alcázar, amigo Filurgo; -rodeemos de un muro de faginas a las inventoras y ejecutoras de tan -execrable hazaña; hagamos una sola pira, y con nuestras propias manos -abrasemos a todas sin excepción, y a la esposa de Licón la primera.[633] - -¡No, por Ceres, mientras yo viva no se burlarán de nosotros! Pues ni -Cleómenes,[634] cuando en otro tiempo se apoderó de la ciudadela, pudo -dejarla con honor; a pesar de sus humos lacedemonios, viose obligado -a capitular y a retirarse sin armas, sin más vestidos que una pequeña -túnica, lleno de andrajos, escuálido, hecho un oso sucio, como si en -seis años no se hubiese lavado. ¡Oh qué sitio aquel! Nuestros soldados, -colocados de diecisiete en fondo, cerraban la salida, y no se relevaban -ni para dormir. ¿Y no reprimiré con mi sola presencia la audacia de -esas mujeres aborrecidas por Eurípides y todos los dioses? Si tal -sucede, consiento que sean derribados mis trofeos de la Tetrápolis.[635] - -Mas para llegar a la ciudadela, aún tengo que subir esa pendiente; -procuremos arrastrar estos haces, sin acudir a las bestias de carga; -¡ay! las leñas me destrozan los hombros. - -Sin embargo, es necesario subir, y soplar el fuego, no vaya a -apagársenos y a faltarme al final de la jornada. ¡Fu!, ¡fu! -(_soplando_). Justo cielo, ¡qué humo! Al salir del brasero se lanza -sobre mí, y me muerde los ojos como un perro rabioso. Es fuego de -Lemnos,[636] no me cabe duda; de otro modo no atacaría tan cruelmente -mis ojos legañosos. Vamos, Lagnes, corramos a la ciudadela y auxiliemos -a la diosa. ¿Cuándo habrá ocasión mejor de socorrerla? ¡Fu!, ¡fu! -(_soplando_); ¡justo cielo!, ¡qué humo! - -Este fuego está vivo y arde por la gracia de los dioses. Mas ¿por qué -no depositamos aquí nuestros haces? ¿No sería mejor encender en el -brasero un manojo de sarmientos y lanzarlo contra las puertas, a modo -de ariete? Si las mujeres no desatrancan cuando se lo mandemos, será -preciso incendiar las puertas y asfixiarlas con el humo. Dejemos ya la -carga. ¡Oh!, ¡oh!, ¡qué humareda! ¿No habrá por ahí algún jefe de la -expedición de Samos[637] que me ayude a descargar? ¡Ah! por fin se ven -libres mis hombros. Vamos, brasero mío, atiza el fuego, y enciéndeme -cuanto antes esta tea. Ayúdame, divina Victoria; castiguemos la -audacia de las mujeres dueñas de la ciudadela, y erijamos un trofeo -triunfal. - - * * * * * - -CORO DE MUJERES.[638] - -Amigas mías, creo distinguir humo y llamas; parece un incendio: -acudamos a toda prisa. ¡Vuela, vuela, Nicódice, antes de que Cálica -y Cristila perezcan asfixiadas, víctimas de las leyes más crueles y -de esos malditos viejos! Pero, venerandas diosas, ¿llegaré demasiado -tarde? Al amanecer ya estaba yo en la fuente, y a duras penas conseguí -llenar esta vasija: ¡tanta era la confusión, el tumulto y el estrépito -de los cántaros! A empellones con las criadas y viles esclavos, -conseguí salir con mi agua, y ahora me apresuro a socorrer a mis -amenazadas compañeras. Me han dicho que unos viejos chochos, cargados -con haces de cerca de tres talentos de peso, como para calentar un -baño, se dirigían hacia aquí con desusada furia, gritando, entre -terribles amenazas, que es preciso tostar a las pérfidas mujeres. Pero, -venerable Minerva, haz que, en vez de ser pasto de las llamas, consigan -librar a la Grecia y a sus ciudadanos de los horrores de la guerra. -Con este objeto ocuparon tu templo, santa patrona de refulgente casco -de oro. Yo invoco tu auxilio, ¡oh Tritogenia! Si algún hombre quiere -abrasarlas, ven a traer agua con nosotras. - -¡Eh!, ¡eh!, deteneos.[639] ¿Qué es eso, grandísimos canallas? Los -hombres honrados y piadosos no obran de esa manera. - -CORO DE VIEJOS. - -¡Ah! He ahí una cosa con la cual no contábamos: un enjambre de mujeres -defiende el exterior de la ciudadela. - -CORO DE MUJERES. - -¿Por qué nos teméis? ¿Acaso os parecemos muchas? Pues no veis ni la -diezmilésima parte. - -CORO DE VIEJOS. - -Fedrias, ¿las permitiremos charlar de ese modo? ¿No convendrá romperles -un garrote en las costillas? - -CORO DE MUJERES. - -Dejemos en el suelo nuestros cántaros; así no nos estorbarán, si alguno -trata de sentarnos la mano. - -CORO DE VIEJOS. - -Si las hubiesen dado dos o tres bofetadas, como a Búpalo,[640] no -chillarían tanto. - -CORO DE MUJERES. - -Anda, pégame; aquí te espero; pero te aseguro que en adelante no te -agarrará otra perra.[641] - -CORO DE VIEJOS. - -Si no callas, este garrote se encargará de que no llegues a vieja. - -CORO DE MUJERES. - -A ver; toca con un solo dedo a Estratilis. - -CORO DE VIEJOS. - -¿Y si te derrengo a puñetazos? ¿Qué harás entonces? - -CORO DE MUJERES. - -Te arrancaré a mordiscos los pulmones y las entrañas. - -CORO DE VIEJOS. - -¡Ah! Eurípides es el más sabio de los poetas: sí, tiene razón; la mujer -es el animal más desvergonzado. - -CORO DE MUJERES. - -Cojamos nuestros cántaros, Rodipa. - -CORO DE VIEJOS. - -¿Para qué traes esa agua, mujer aborrecida de los dioses? - -CORO DE MUJERES. - -¿Y tú ese fuego, cadáver ambulante? ¿Es para quemarte a ti mismo? - -CORO DE VIEJOS. - -Para encender una hoguera y quemar a tus amigas. - -CORO DE MUJERES. - -Pues yo para apagar tu hoguera. - -CORO DE VIEJOS. - -¿Tú apagarás mi fuego? - -CORO DE MUJERES. - -Pronto lo verás. - -CORO DE VIEJOS. - -No sé cómo no la tuesto a fuego lento con esta lámpara. - -CORO DE MUJERES. - -Si estás sucio, te daré un baño. - -CORO DE VIEJOS. - -¿Tú a mí un baño, puerca? - -CORO DE MUJERES. - -Sí, un baño nupcial. - -CORO DE VIEJOS. - -¿Oís sus desvergüenzas? - -CORO DE MUJERES. - -Porque soy libre. - -CORO DE VIEJOS. - -Ya reprimiré tus gritos. - -CORO DE MUJERES. - -Yo haré que no juzgues más en el Heliástico. - -CORO DE VIEJOS. - -Quémale el pelo. - -CORO DE MUJERES. - -Agua,[642] cumple tu deber. (_Arrojan el contenido de sus cántaros -sobre los viejos._) - -CORO DE VIEJOS. - -¡Ay desdichado! - -CORO DE MUJERES. - -¿Estaba caliente? - -CORO DE VIEJOS. - -¡Sí, caliente! Acaba, ¿qué haces? - -CORO DE MUJERES. - -Te riego para que reverdezcas. - -CORO DE VIEJOS. - -Ya estoy seco y tiritando. - -CORO DE MUJERES. - -Caliéntate, puesto que tienes fuego. - - * * * * * - -UN MAGISTRADO.[643] - -¿Las mujeres no han manifestado ya suficientemente su licencia -con tanto estruendo de tambores, con tantas bacanales, y con sus -interminables lamentaciones sobre los terrados en las Adonias?[644] -El otro día las oí yo desde la asamblea. Demóstrato,[645] ese orador -que Júpiter confunda, proponía una expedición a Sicilia; y su mujer -danzando gritaba; «¡Ay, ay, Adonis!» Demóstrato proponía después que -se hiciera una leva en Zacinto, y su mujer, ya beoda, gritaba en el -terrado: «¡Lamentad a Adonis!» Y el maldito Colociges,[646] aborrecido -por los dioses, se desgañitaba para hacerse oír. Ved a dónde llega su -desorden. - -CORO DE VIEJOS. - -¿Pues qué dirías si hubieses oído sus insolencias? Después de mil -injurias, han arrojado sobre nosotros el agua de sus cántaros; y nos -vemos en la precisión de retorcer nuestros vestidos, como si nos -hubiésemos orinado. - -EL MAGISTRADO. - -¡Bien hecho, por Neptuno! Nosotros mismos favorecemos la perversidad -de las mujeres, y les damos lecciones de disolución, cuyo fruto son -conspiraciones como la presente. Un marido va a una tienda y dice el -artífice: «Platero, bailando ayer a la tarde se le salió a mi mujer -de su sitio el broche de aquel collar que le hiciste; yo tengo que -embarcarme hoy para Salamina; si tienes tiempo, haz todos los posibles -por ir al anochecer a mi casa y encajarle el broche.» Otro se dirige -a un zapatero joven y vigoroso,[647] y le dice: «una de las correas -le lastima a mi mujer el dedo pequeño, que es muy delicado; vete al -mediodía, y procura estirársela»; y así andan las cosas tales, que yo, -provisor, al necesitar dinero para pagar a los remeros ajustados, me -encuentro con que las mujeres me cierran las puertas.[648] ¿Pero qué -gano estándome así? Pronto, traedme unas palancas, y yo castigaré su -atrevimiento. ¿A qué te quedas con la boca abierta, bribón? Y tú, ¿qué -miras? Sin duda tratas de ver alguna taberna. Pronto, derribad esas -puertas con las palancas. Yo también pongo manos en la obra. - - * * * * * - -LISÍSTRATA. - -No derribéis nada; aquí me tenéis. ¿Para qué las palancas? No es eso lo -que os hace falta, sino sentido común. - -EL MAGISTRADO. - -¿De veras, mujer abominable? ¿Dónde está el arquero? Cógela y átale las -manos a la espalda. - -LISÍSTRATA. - -Como llegue a tocarme nada más que con la punta de un dedo, por Diana -lo juro, aunque sea un funcionario público, me las pagará. - -EL MAGISTRADO. - -¡Cómo! ¿Tienes miedo? Sujétala por la cintura. Ayúdale tú también, y -atadla entre los dos. - -MUJER PRIMERA. - -¡Por Pandrosa![649] Si llegas a tocarla, te pateo las tripas.[650] - -EL MAGISTRADO. - -¡Ah! ¡Las tripas! ¿Dónde está el otro arquero? Prendedme también a esa -que habla. - -MUJER SEGUNDA. - -¡Por la fulgente luna, si la tocas con un dedo, pronto necesitarás una -venda![651] - -EL MAGISTRADO. - -¿Qué significa esto? ¿Dónde está el arquero? Detenla. Ya os cerraré yo -todas las salidas. - -MUJER TERCERA. - -¡Por Diana de Táuride, si te acercas a ella, te arranco todos los -cabellos, aunque te deshagas en llanto! - -EL MAGISTRADO. - -¡Oh desdicha! mis arqueros me abandonan. ¡Cómo! ¿Nos dejaremos vencer -por unas mujeres? Adelante, escitas, estrechad vuestras filas, y -acometedlas. - -LISÍSTRATA. - -¡Por las diosas, os las vais a ver con cuatro valientes batallones de -mujeres bien armadas que tengo adentro! - -EL MAGISTRADO. - -¡Escitas, atadles las manos! - -LISÍSTRATA. - -Salid, valientes compañeras; vendedoras de legumbres, puches, ajos y -verduras; panaderas y taberneras, derribadlos, pegadles, desgarradlos; -multiplicad vuestros insultos; haced gala de desvergüenza.[652] Basta, -retiraos; no despojéis a los vencidos. - -EL MAGISTRADO. - -¡Ah, qué mal lo han pasado mis arqueros! - -LISÍSTRATA. - -¿Pues qué se te figuraba? ¿Creías que te las ibas a haber con unas -esclavas? ¿Piensas que no hay valor en las mujeres? - -EL MAGISTRADO. - -Sí, sí, demasiado valor; sobre todo cuando están cerca de la taberna. - -CORO DE VIEJOS. - -¡Magistrado, estás perdiendo el tiempo en palabras! ¿A qué entras en -contestaciones con esas fieras? ¿Ignoras el baño sin lejía que acaban -de darnos, estando completamente vestidos? - -CORO DE MUJERES. - -Es que, amigo mío, a nosotras nadie nos sienta así como así la mano: -hazlo, y verás cómo te salto un ojo. A mí me gusta estarme encerrada en -casa, como una doncellita, sin hacer mal a nadie, ni siquiera menear -una paja; pero como alguno me irrite, soy una avispa. - -CORO DE VIEJOS. - -¡Oh Júpiter! ¿Qué haremos con estas fieras? ¡Esto es insoportable! (_Al -Magistrado._) Te es preciso averiguar con nosotros la causa de este -mal, y lo que pretenden al apoderarse de la ciudadela de Cranao, de -esa fortaleza inaccesible, y su venerado templo. Interrógales y no las -creas; pero reúne todos los indicios. Sería vergonzosa negligencia no -esclarecer tan importante asunto. - -EL MAGISTRADO. - -Lo primero que deseo que me digáis es la intención con que os habéis -encerrado en la ciudadela. - -LISÍSTRATA. - -Con la de poner a salvo el tesoro y evitar la causa de la guerra. - -EL MAGISTRADO. - -Pues qué, ¿el dinero es la causa de la guerra? - -LISÍSTRATA. - -Y de todos los demás desórdenes. Pisandro[653] y otros ambiciosos -amotinan continuamente las turbas, sin más objeto que el de robar a -favor de la confusión. Ahora, ya pueden hacer lo que se les antoje; -porque lo que es de este dinero no han de tocar ni un óbolo. - -EL MAGISTRADO. - -¿Pues qué harás? - -LISÍSTRATA. - -¡Vaya una pregunta! Administrarlo nosotras. - -EL MAGISTRADO. - -¿Administrar vosotras el tesoro? - -LISÍSTRATA. - -No comprendo tu asombro. ¿Acaso no administramos los gastos de nuestras -casas? - -EL MAGISTRADO. - -Pero no es lo mismo. - -LISÍSTRATA. - -¿Por qué no es lo mismo? - -EL MAGISTRADO. - -Ese dinero se destina a la guerra. - -LISÍSTRATA. - -La guerra ya no es necesaria. - -EL MAGISTRADO. - -¡Cómo! ¿Y la defensa de la república? - -LISÍSTRATA. - -Nosotras la defenderemos. - -EL MAGISTRADO. - -¿Vosotras? - -LISÍSTRATA. - -Sí, nosotras. - -EL MAGISTRADO. - -Eso es indigno. - -LISÍSTRATA. - -Pues te defenderemos, mal que te pese. - -EL MAGISTRADO. - -¡Qué atrocidad! - -LISÍSTRATA. - -¿Te enfadas, eh? Pues, amigo mío, no hay más remedio. - -EL MAGISTRADO. - -Pero es inicuo, por Ceres. - -LISÍSTRATA. - -Pues se te defenderá. - -EL MAGISTRADO. - -¿Y si no quiero? - -LISÍSTRATA. - -Con más motivo. - -EL MAGISTRADO. - -¿Pero de dónde os ha venido la idea de ocuparos de la guerra y de la -paz? - -LISÍSTRATA. - -Os lo diremos. - -EL MAGISTRADO. - -Habla pronto, o si no, habrá lágrimas. - -LISÍSTRATA. - -Escucha; y quietecitas las manos. - -EL MAGISTRADO. - -No puedo; es tal mi ira, que me es difícil contenerla. - -UNA MUJER. - -Entonces a ti te tocará llorar. - -EL MAGISTRADO. - -¡Caiga sobre ti el oráculo que acabas de graznar, vejestorio! (_A -Lisístrata._) Habla tú. - -LISÍSTRATA. - -Voy. En la guerra anterior sobrellevábamos con paciencia ejemplar -todo lo que hacíais los hombres, porque no nos permitíais abrir la -boca. Vuestros proyectos no eran muy agradables que digamos: nosotras -los conocíamos, y más de una vez os vimos en casa tomar desacertadas -resoluciones en los más graves asuntos. Entonces, disimulando con una -sonrisa nuestro interno dolor, os preguntábamos: «¿Qué resolución sobre -la paz habéis tomado hoy en la asamblea?» «¿Qué te importa? —decía mi -marido—: cállate;» y yo callaba. - -UNA MUJER. - -Pues yo no me hubiera callado. - -EL MAGISTRADO. - -Pues hubieras llorado por no callar. - -LISÍSTRATA. - -Yo me callaba; otra vez oyendo que habíais tomado una funestísima -determinación, le pregunté: «Marido mío, ¿en qué consiste que obráis -tan sin sentido?» Y él, mirándome de reojo, contestó: «Teje tu tela, si -no quieres que la cabeza te duela mucho tiempo: la guerra es asunto de -hombres».[654] - -EL MAGISTRADO. - -Y tenía razón, por vida mía. - -LISÍSTRATA. - -¿Cómo que tenía razón? ¡Miserable! ¿No hemos de poder daros un buen -consejo cuando vemos que adoptáis resoluciones funestas? Cansadas ya -de oír a unos preguntar a gritos en las calles: «¿No hay un hombre -en este país?» y a otros responder: «No, ni uno»; las mujeres hemos -tomado el partido de reunirnos y salvar entre todas a la Grecia. ¿A qué -habíamos de esperar más? Por consiguiente, si queréis escuchar nuestros -buenos consejos, y callaros a vuestra vez, como nosotras entonces, -conseguiremos arreglaros. - -EL MAGISTRADO. - -¡Vosotras a nosotros! Vamos, ¡esto ya no puede tolerarse! - -LISÍSTRATA. - -¡Calla! - -EL MAGISTRADO. - -¡Yo! ¡Callarme yo, porque tú me lo mandes, deslenguada! ¡Yo obedecer a -quien lleva un velo en la cabeza! ¡Antes morir! - -LISÍSTRATA. - -Si no tienes más inconveniente que ese, toma mi velo, rodéatelo a la -cabeza, y calla. Toma también este canastillo; ponte un ceñidor, y -dedícate a hilar lana, mascullando habas:[655] la guerra será asunto de -mujeres. - -CORO DE MUJERES. - -Mujeres, dejad vuestros cántaros, para que por nuestra parte ayudemos -también a nuestras amigas. Yo jamás me rendiré de bailar, ni el -cansancio hará flaquear mis rodillas. Quiero hacer causa común, y -afrontar todos los riesgos con esas compañeras tan valientes, tan -ingeniosas, tan bellas, tan atrevidas y discretas, raro conjunto de -patriotismo y valor. Tú, intrépida Lisístrata, y vosotras sus aliadas, -no depongáis vuestra cólera; sed siempre como un manojo de ortigas: los -vientos son favorables. - -LISÍSTRATA. - -Si el amable Cupido y la diosa de Chipre[656] derraman sobre nuestro -seno los atractivos del amor, e inspiran a los hombres ardientes y -dulcísimos deseos,[657] espero que los griegos llegarán a llamamos las -_Lisímacas_.[658] - -EL MAGISTRADO. - -¿Y por qué? - -LISÍSTRATA. - -Por haber puesto término a sus locuras y paseos con armas en el mercado. - -UNA MUJER. - -Muy bien, por Venus de Pafos. - -LISÍSTRATA. - -Pues ahora se les ve recorrer armados de punta en blanco, como -frenéticos coribantes, la plaza en que se venden ollas y legumbres. - -EL MAGISTRADO. - -Cierto, porque eso es propio de valientes. - -LISÍSTRATA. - -Pero es ridículo ver comprando pececillos a un hombrón en cuyo escudo -se ostenta una cabeza de Gorgona. - -UNA MUJER. - -El otro día vi yo a todo un filarconte[659] de largos cabellos, echar -en su casco de bronce, sin apearse siquiera, las puches que una vieja -acababa de venderle. Otro tracio, agitando su escudo y su dardo, como -Tereo,[660] aterraba a una vendedora de higos, y se le comía los -mejores. - -EL MAGISTRADO. - -¿Pero cómo podréis vosotras arreglar la enmarañada madeja de la cosa -pública en este país? - -LISÍSTRATA. - -Facilísimamente. - -EL MAGISTRADO. - -¿Cómo? Dímelo. - -LISÍSTRATA. - -Mira, cuando se nos enreda el hilo, lo cogemos así y lo sacamos -del huso, tirando a un lado y a otro; pues bien, como nos dejen, -desenredaremos igualmente la guerra, enviando embajadas a un lado y a -otro. - -EL MAGISTRADO. - -Por tanto, imbéciles, pensáis arreglar los más peligrosos negocios con -los husos, el hilo y la lana. - -LISÍSTRATA. - -Si tuvieseis un átomo de sentido común, seguiríais en política el -ejemplo que os damos al trabajar la lana. - -EL MAGISTRADO. - -¿Cómo? Sepamos. - -LISÍSTRATA. - -Así como nosotras principiamos por lavar la lana para separarla de toda -suciedad, vosotros debíais empezar por expulsar a palos de la ciudad -a los malvados, y separar la mala hierba; luego dividir a todos esos -que se coligan y apelotonan para apoderarse de los cargos públicos, y -arrancarles la cabeza; después amontonar en un canasto, para el bien -común, los metecos, los extranjeros, los amigos y los deudores al -Estado, y cardarlos sin distinción. A las ciudades pobladas por colonos -de este país debíais de considerarlas separadamente, como otros tantos -pelotones colocados delante de nosotras, y en seguida sacar un hilo de -cada una de ellas, traerlo hasta aquí, reunirlos todos, hacer un grande -ovillo y tejer con él un manta para el pueblo. - -EL MAGISTRADO. - -¿No es insufrible que pretenda hilarlo y devanarlo todo quien ninguna -participación tiene en la guerra? - -LISÍSTRATA. - -Pero, ¡maldito de Dios!, nosotras tenemos parte doble, pues primero -parimos los hijos, y después los enviamos al ejército. - -EL MAGISTRADO. - -Calla: no recuerdes nuestros desastres.[661] - -LISÍSTRATA. - -Después, en vez de gozar en la flor de nuestra juventud de los -placeres del amor, estamos como viudas, gracias a la guerra; y por -nosotras, pase; yo me aflijo por esas pobres doncellas que envejecen en -su lecho solitario. - -EL MAGISTRADO. - -¿No envejecen también los hombres? - -LISÍSTRATA. - -¡Oh, eso es muy diferente! Un hombre, al volver de la guerra, aunque -tenga los cabellos blancos, se casa pronto con una tierna doncellita. -El tiempo de la mujer es muy corto, y si no lo aprovecha, ya nadie la -quiere, y se pasa la vida en consultar los augurios.[662] - -EL MAGISTRADO. - -Pero todo anciano que aún conserva algún vigor... - -LISÍSTRATA. - -¿Y tú, cuándo te piensas morir? Ya es tiempo; cómprate un ataúd; mira, -te voy a amasar la torta funeraria.[663] Toma esta corona y cíñete las -sienes. - -MUJER PRIMERA. - -Toma estas cintas. - -MUJER SEGUNDA. - -Ten esta otra corona. - -LISÍSTRATA. - -¿Qué te falta? ¿Qué deseas? Caronte[664] te espera; tu tardanza le -impide darse a la vela. - -EL MAGISTRADO. - -Estos ultrajes son insufribles. Voy a presentarme yo mismo a mis -colegas con esta facha. - -LISÍSTRATA. - -¿Te quejas porque aún no te hemos expuesto?[665] No te apures; dentro -de tres días iremos de madrugada a ofrecerte la oblación de costumbre. - -(_Vanse Lisístrata y el Magistrado. Los dos coros quedan solos en la -escena._) - - * * * * * - -CORO DE VIEJOS. - -Ya no puede dormir ningún amigo de la libertad. Ea, dispongámonos para -esta grande empresa. Sospecho mayores peligros, y creo percibir un olor -a tiranía de Hipias; y mucho me temo que algunos lacedemonios, reunidos -en casa de Clístenes, hayan sido los incitadores de estas malditas -mujeres sugiriéndoles la idea de apoderarse de nuestro tesoro y del -salario de que vivimos. Indigno es, por vida mía, que se entrometan -a dar consejos a los ciudadanos y a hablar de cascos de bronce, y a -tratar de la paz con los lacedemonios, en quienes tengo menos confianza -que en un lobo hambriento. Amigos, no cabe duda, todas sus tramas -tienden a restablecer la tiranía. Pero jamás me tiranizarán; yo tomaré -mis precauciones, y llevando mi espada en la rama de mirto,[666] -estaré sobre las armas en la plaza pública, junto a la estatua de -Aristogitón. Allí permaneceré, porque siento un vivo deseo de darle un -bofetón a esa maldita vieja. - -CORO DE MUJERES. - -Cuando vuelvas a tu casa no te conocerá ni la madre que te parió.[667] -Pero, queridas ancianas, dejemos esto en el suelo; nosotras, oh -ciudadanos, vamos a principiar un discurso muy útil a la república; -y bien lo merece por haberme criado en el seno de los placeres y del -esplendor. A la edad de siete años ya llevé las ofrendas misteriosas -en la fiesta de Minerva; a los diez molía la cebada en honor de la -diosa; luego, ceñida de flotante túnica azafranada, me consagraron a -Diana en las Brauronias;[668] y por último, ya doncella núbil, fui -canéfora, y rodeé mi garganta con el collar de higos.[669] En pago de -tantas distinciones, ¿no deberé dar útiles consejos a mi patria? Aunque -mujer, permitidme proponer un remedio a nuestros males; que, al fin, al -darle mis hijos, también pago mi contribución al Estado. Pero vosotros, -miserables viejos, ¿con qué contribuís? Después de haber consumido -lo que se llamaba el tesoro de los Abuelos,[670] reunido durante las -guerras médicas, nada pagáis; y todos corremos grave riesgo de que nos -arruinéis. ¿Qué podéis responder a esto? Como me incomodes mucho, te -siento en la cara este coturno, y ¡cuidado que pesa! - -CORO DE VIEJOS. - -¿Puede haber mayor ultraje? La cosa va de mal en peor. Todo hombre que -se tenga por tal, tiene obligación de oponérseles. Pero quitémonos la -túnica. El hombre debe ante todo oler a hombre, y no estar envuelto en -sus vestidos. Ea, todos los que en nuestros buenos tiempos nos reunimos -en Lipsidrión, hombres de pies desnudos, hoy es preciso rejuvenecerse, -enderezar el cuerpo, despojarnos de la vejez. Si dejamos a las mujeres -el menor asidero, no cejarán ni un punto en sus esfuerzos, y las -veremos construir naves, pretender dar batallas navales y atacarnos -a ejemplo de Artemisa.[671] Si les place dedicarse a la equitación, -licenciaremos a nuestros caballeros. A la mujer la gusta mucho el -caballo; sobre él ataca vigorosamente, y no se cae por mucho que -galope: testigos las Amazonas que Micón[672] pintó combatiendo a los -hombres. Por lo cual es preciso que nos apoderemos de esta, y las -metamos a todas el cuello en el cepo. - -CORO DE MUJERES. - -¡Por las diosas! Si me irritas, suelto las riendas a mi cólera, y te -doy una tunda que te obligo a pedir socorro a tus vecinos. Amigas mías, -quitémonos también nosotras los vestidos: perciban esos carcamales el -olor a mujer enfurecida. Si alguno se acerca a mí, yo le aseguro que -no ha de comer más ajos ni habas negras. ¡Di una sola palabra! Estoy -furiosa y te trataré como el escarabajo al nido del águila. Ningún -temor me dais mientras a mi lado estén Lámpito y mi querida Ismenia, -noble tebana. Aunque des siete decretos, no podrás con nosotras, -¡miserable, detestado por tus vecinos y por todo el mundo! Ayer mismo, -para celebrar la fiesta de Hécate, quise traer de la vecindad una -muchacha buena y amable, muy querida por mis hijos, una anguila de -Beocia,[673] y se negaron a enviármela por tus malditos decretos. Y -nunca cesaréis de hacerlos, hasta que alguno os coja por las piernas y -os precipite cabeza abajo. - -(_A Lisístrata_.) Directora de esta noble empresa,[674] ¿por qué sales -tan triste de tu morada? - - * * * * * - -LISÍSTRATA. - -La indigna conducta de las mujeres, su inconstancia verdaderamente -femenil, eso es lo que me agita y llena de angustia. - -CORO DE MUJERES. - -¿Qué dices, qué dices? - -LISÍSTRATA. - -La verdad, la verdad. - -CORO DE MUJERES. - -¿Qué desgracia ocurre? Díselo a tus amigas. - -LISÍSTRATA. - -Vergonzoso es decirlo, y difícil callarlo. - -CORO DE MUJERES. - -No me ocultes la desgracia que nos ocurre. - -LISÍSTRATA. - -Nos abrasa la lujuria, para decirlo de una vez. - -CORO DE MUJERES. - -¡Oh Júpiter! - -LISÍSTRATA. - -¿A qué invocas a Júpiter? Esta es la pura verdad. No puedo privarles -más tiempo de sus maridos; pues se me escapan. La primera a quien -sorprendí abría un agujero junto a la gruta de Pan;[675] la segunda se -descolgaba por medio de una polea; otra preparaba su deserción; otra, -cogida a un pájaro, se disponía volar a casa de Orsíloco,[676] y la -he detenido por los cabellos; en fin, discurren todos los pretextos -imaginables para volver a sus hogares. Ahí viene una. ¡Eh! tú, ¿a dónde -vas tan de prisa? - - * * * * * - -MUJER PRIMERA. - -Quiero ir a mi casa: tengo allí una porción de lana de Mileto, que se -la está comiendo la polilla. - -LISÍSTRATA. - -No hay polilla que valga. ¡Atrás! - -MUJER PRIMERA. - -Volveré al instante, te lo juro por las diosas; volveré en cuanto la -haya tendido sobre el lecho. - -LISÍSTRATA. - -No la tiendas, ni te muevas de aquí. - -MUJER PRIMERA. - -¿Y he de dejar perderse mi lana? - -LISÍSTRATA. - -No hay más remedio. - - * * * * * - -MUJER SEGUNDA. - -¡Desdichada! ¡Desdichada! Me he dejado en casa el lino sin macear. - -LISÍSTRATA. - -Ya tenemos otra que quiere ir a macear su lino. Entra aquí. - -MUJER SEGUNDA. - -¡Te lo juro por Diana! Volveré en cuanto lo haya maceado. - -LISÍSTRATA. - -No lo macearás; porque si tú principias, otra querrá hacer otro tanto. - - * * * * * - -MUJER TERCERA. - -Divina Lucina, retrasa mi parto hasta que llegue a un lugar profano. - -LISÍSTRATA. - -¿Estás loca? - -MUJER TERCERA. - -Voy a parir de un momento a otro. - -LISÍSTRATA. - -¿Pero si ayer no estabas encinta? - -MUJER TERCERA. - -Pues hoy lo estoy. Déjame, Lisístrata, déjame salir en busca de la -comadre. - -LISÍSTRATA. - -¿Qué cuentos son esos? ¿Qué cosa dura tienes aquí? - -MUJER TERCERA. - -Un niño varón. - -LISÍSTRATA. - -¡Ca! si es de metal y hueca. Veámosla. ¡Oh, tiene gracia! ¿Traes el -casco de la diosa, y decías que estabas encinta? - -MUJER TERCERA. - -Sí, por Júpiter, lo estoy. - -LISÍSTRATA. - -¿Pues por qué traías esto? - -MUJER TERCERA. - -Para si me sobrevenía el parto en la ciudadela hacer con él un nido, -como las palomas. - -LISÍSTRATA. - -¿Qué dices? Esos son pretextos: la cosa está clara. ¿No esperarás aquí -el día de tu purificación?[677] - -MUJER TERCERA. - -No puedo dormir en la ciudadela desde que he visto la serpiente que la -guarda.[678] - - * * * * * - -MUJER CUARTA. - -Yo, infeliz de mí, me muero de fatiga: el grito incesante de las -lechuzas[679] no me deja conciliar el sueño. - -LISÍSTRATA. - -¡Desdichadas! Basta de fingidos terrores. Quizá echáis de menos a -vuestros maridos. ¿Creéis que ellos no os desean también? Yo sé que -pasan noches crueles. Pero, amigas mías, resistíos sin flaquear, y -tened aún un poco de paciencia: un oráculo nos pronostica el triunfo, -si no nos dividimos. Oídlo. - -CORO DE MUJERES. - -Sí, dinos el oráculo. - -LISÍSTRATA. - -Callad, pues. «Cuando las golondrinas, huyendo de las abubillas, se -reúnan en un lugar, y se abstengan de los machos, entonces concluirán -los males, y Júpiter tonante pondrá lo de abajo arriba...» - -CORO DE MUJERES - -¿Nosotras estaremos encima? - -LISÍSTRATA. - -«Pero si las divide la discordia, y las golondrinas huyen del sagrado -templo, no habrá otra ave más lasciva.» - -CORO DE MUJERES. - -El oráculo está claro. ¡Oh dioses! no hay que desalentarse. Entremos. -Vergonzoso sería, compañeras, el faltar al oráculo. - - * * * * * - -CORO DE VIEJOS. - -Quiero contaros una fábula que oí siendo niño. Es así: Había un joven -llamado Melanión,[680] que por odio al matrimonio se fue a un desierto; -vivía en las montañas; cazaba liebres, hacía lazos, y tenía un perro, -y jamás volvió a su casa, ¡tanto aborrecía a las mujeres!; y nosotros -también, que no somos menos discretos que Melanión. - -UN VIEJO. - -Vieja mía, quiero darte un beso... - -UNA MUJER. - -Llorarás, sin comer ajos. - -EL VIEJO. - -Y atizarte un puntapié. - -LA MUJER. - -Tu espesa barba es buen asidero. - -EL VIEJO. - -Mirónides era negro y velludo y el terror de todos sus enemigos, lo -mismo que Formión.[681] - -CORO DE MUJERES. - -También yo quiero contarte una fábula en respuesta a la de Melanión. -Había un tal Timón,[682] hombre intratable, inaccesible como si -estuviese erizado de espinas, un verdadero hijo de las Furias. El tal -Timón, lleno de odio, huyó de vosotros colmándoos de maldiciones. -¡Tanto aborrecía a los hombres! Sin embargo, era apasionadísimo por las -mujeres. - -UNA MUJER. - -¿Quieres que te sacuda un bofetón? - -UN VIEJO. - -No, no te tengo miedo. - -LA MUJER. - -Pues te daré un puntapié. - -EL VIEJO. - -Se te verá lo que no debe verse.[683] - -LA MUJER. - -No se verá nada sucio; aunque soy vieja, la luz de la lámpara me sirve -de depilatorio. - - * * * * * - -LISÍSTRATA. - -¡Eh! ¡Eh! Mujeres, acudid aprisa. - -MUJER PRIMERA. - -¿Qué ocurre? Di, ¿por qué esos gritos? - -LISÍSTRATA. - -Un hombre, un hombre se acerca enfurecido por la cólera de Venus. -¡Diosa reina de Chipre, Citera y Pafos, no te desvíes del principiado -camino! - -MUJER PRIMERA. - -¿Dónde está? ¿Quién es? - -LISÍSTRATA. - -Junto al templo de Ceres.[684] - -MUJER PRIMERA. - -En efecto, es un hombre. ¿Pero quién podrá ser? - -LISÍSTRATA. - -Mirad. ¿Le conocéis alguna de vosotras? - -MIRRINA. - -Yo le conozco: es mi marido Cinesias. - -LISÍSTRATA (_A Mirrina_). - -Procura mortificarle y enardecerle la sangre fingiéndole amor y desdén, -y concediéndole todo cuanto pida, menos lo que la copa[685] te prohíbe. - -MIRRINA. - -Pierde cuidado: eso corre de mi cuenta. - -LISÍSTRATA. - -Me quedo para ayudarte a engañarle y mortificarle. Vosotras, retiraos. - - * * * * * - -CINESIAS. - -¡Ay desdichado, qué horrible tormento![686] Se me figura que estoy -sobre la rueda. - -LISÍSTRATA. - -¿Quién está ahí, más acá de los centinelas? - -CINESIAS. - -Yo. - -LISÍSTRATA. - -¿Un hombre? - -CINESIAS. - -Sí, un hombre. - -LISÍSTRATA. - -¡Pronto, fuera de ahí! - -CINESIAS. - -¿Quién eres tú para despacharme? - -LISÍSTRATA. - -El centinela de día. - -CINESIAS. - -Por los dioses te lo pido, llama a Mirrina. - -LISÍSTRATA. - -¡Me gusta! ¿Que llame a Mirrina? Y tú, ¿quién eres? - -CINESIAS - -Su marido Cinesias Peónides. - -LISÍSTRATA. - -Salud, carísimo; tu nombre no nos es desconocido, porque a tu mujer -nunca se le cae de la boca; si coge un huevo o una manzana, dice -siempre: «Esto para mi Cinesias.» - -CINESIAS. - -¡Oh soberanos dioses! - -LISÍSTRATA. - -Así es, por Venus. Siempre que se habla de hombres, tu mujer suele -decir: «Todo es nada en comparación de mi Cinesias.» - -CINESIAS. - -Vamos, llámala. - -LISÍSTRATA. - -¿Me darás algo por el servicio? - -CINESIAS. - -Ya lo creo; y en seguida, si quieres: mira, te daré lo que tengo. - -LISÍSTRATA. - -Pues bajo a llamarla. - - * * * * * - -CINESIAS. - -Anda lista. La vida no tiene encanto para mí desde que abandonó el -hogar; entro en él con hastío; la casa me parece un desierto; todos los -manjares insípidos: ¡tal es mi pena! - -MIRRINA. - -¡Le amo, sí, le amo! Pero él no quiere corresponderme. No me obligues a -ir a verle. - -CINESIAS. - -¡Oh dulcísima Mirrinita! ¿Por qué haces eso? Baja, baja. - -MIRRINA. - -No lo creas. - -CINESIAS. - -¿Cómo, Mirrina, no bajarás llamándote yo? - -MIRRINA. - -Me llamas sin necesidad. - -CINESIAS. - -¿Sin necesidad, y estoy pereciendo? - -MIRRINA. - -Me voy. - -CINESIAS. - -No, por piedad: oye siquiera al niño. Vamos, hijo mío, ¿no llamas a tu -mamá? - -EL NIÑO. - -¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá![687] - -CINESIAS. - -Vamos, ¿qué haces? ¿No te compadeces de esta pobre criatura que hace -seis días está sin madre que le asee? - -MIRRINA. - -Él ya me da lástima, pero su padre es muy descuidado. - -CINESIAS. - -Baja, loquilla, por amor a tu hijo. - -MIRRINA. - -¡Ah! ¡Lo que es haberlo parido! Vamos, ya bajo: ¿qué remedio? - -CINESIAS. - -Me parece mucho más joven; ¡qué tierna es su mirada! Sin duda su desdén -y negativas enardecen mi amor. - -MIRRINA. - -Dulcísimo niño, hijo de un mal padre, y encanto de tu mamá, toma, toma -este beso. - -CINESIAS. - -¿Por qué haces eso, malvada, siguiendo el ejemplo de otras mujeres con -gran pena tuya y mía? - -MIRRINA. - -Quietas las manos. - -CINESIAS. - -Todo lo que hay en casa se está perdiendo. - -MIRRINA. - -Poco se me importa. - -CINESIAS. - -¿Se te importa poco que las gallinas desgarren tus telas? - -MIRRINA. - -Sí, por cierto. - -CINESIAS. - -¡Tanto tiempo como hace que no has celebrado las fiestas de Venus! ¿No -quieres venir? - -MIRRINA. - -No, mientras no hagáis la paz y concluyáis la guerra. - -CINESIAS. - -Bien; si te agrada, lo haremos. - -MIRRINA. - -Bien, si te agrada, volveré a casa; pero hasta entonces estoy -comprometida por un juramento. - -CINESIAS. - -Saltem aliquantisper mecum decumbe. - -MYRRHINA. - -Non sane: etsi non posse negari te a me amari. - -CINESIAS. - -Amas? cur ergo non decumbis, Myrrhinula? - -MYRRHINA. - -O ridende, num præsente puerulo? - -CINESIAS. - -Non hercle: sed tu, o Manes, fer eum domum. Ecce puerulus jam tibi hinc -amotus: tu vero non decumbes? - -MYRRHINA. - -Sed, o perdite, ubi id fieri potest? - -CINESIAS. - -Ad Panos sacellum percommode. - -MYRRHINA. - -At quomodo in arcem casta redire potero? - -CINESIAS. - -Facillume, in Clepsydra si laveris. - -MYRRHINA. - -Scilicet, o perdite, jurata pejerabo? - -CINESIAS. - -In caput meum vertat. De jurejurando ne sis sollicita. - -MYRRHINA. - -Agedum feram lectulum nobis. - -CINESIAS. - -Nequaquam: sufficit nobis humi cubare. - -MYRRHINA. - -Ita me Apollo juvet, ut ego te, quamvis turgentem libidine, non -reclinaverim humi. - -CINESIAS. - -Amat me valde, satis apparet, uxor. - -MYRRHINA. - -En, decumbe properans, et ego exuo vestes. At, perii, teges efferenda -est. - -CINESIAS. - -Quæ, malura, teges? Haud mihi quidem. - -MYRRHINA. - -Ita mihi Diana propitia sit: turpe enim est super loris cubare. - -CINESIAS. - -Sine deosculer te. - -MYRRHINA. - -En. - -CINESIAS. - -Papæ! Revertere huc ergo quam celeriter. - -MYRRHINA. - -En teges. Decumbe: jam exuo vestes. Sed, perii! cervical non habes. - -CINESIAS. - -At nihil opus est mihi. - -MYRRHINA. - -At ecastor mihi. - -CINESIAS. - -Profecto penis hicce uti Hercules hospitio excipietur. - -MYRRHINA. - -Surge, subsulta. - -CINESIAS. - -Jam omnia habeo. - -MYRRHINA. - -Itane omnia? - -CINESIAS. - -Agedum, o aurea. - -MYRRHINA. - -Jam strophium solvo: tu vero memento, ne, quam dedisti de pace ineunda, -fidem fallas. - -CINESIAS. - -Peream hercle prius. - -MYRRHINA. - -Sed lodicem non habes. - -CINESIAS. - -Nec hercle opus est: sed futuere volo. - -MYRRHINA. - -Ne sis sollicitus, et istud facies: cito enim redeo. - -CINESIAS. - -Stragulis perdet me hæc femina. - -MYRRHINA. - -Erigere. - -CINESIAS. - -At iste jamdudum erectus est. - -MYRRHINA. - -Vin’ ut te inungam? - -CINESIAS. - -Ne hoc Apollo sirit. - -MYRRHINA. - -Per Venerem, velis nolis, inungere. - -CINESIAS. - -Utinam, o supreme Jupiter, effusum fuisset istuc unguentum! - -MYRRHINA. - -Porrige manum, sume et inungere. - -CINESIAS. - -Istuc hercle unguentum minime et suave, nisi terendo bonum sit; nec -concubitum olet. - -MYRRHINA. - -Me miseram! Rhodium unguentum extuli. - -CINESIAS. - -Bonum est: mitte hoc, o fatua. - -MYRRHINA. - -Nugaris. - -CINESIAS. - -Qui illum dii omnes perduint, qui primus coxit unguentum! - -MYRRHINA. - -Cape hoc alabastrum. - -CINESIAS. - -Sed aliud habeo. At tu, o perdita, decumbe, et ne fer mihi quidquam. - -MYRRHINA. - -Istuc agam, ita me Diana amabit. Calceos igitur exuo. Sed, o carissime, -vide ut decernas aliquid de pace facienda. - -CINESIAS. - -Consulam. (_Myrrhina aufugit._) Perdidit me et attrivit mulier tum -aliis omnibus, tum quod me excoriatum relinquens abiit. Hei mihi! quid -faciam? quem futuam, postquam spe excidi potiundæ pulcherrimæ? quomodo -hancce educabo?[688] Ubi Cynalopex?[689] loca mihi mercede nutricem. - - * * * * * - -CHORUS SENUM. - -In maxumis malis, o infelix, et animi angore cruciaris; et me tui -miseret. Heu! heu! Quinam renes possint durare? quis animus? qui colei? -quis penis intentus, nec mane permolens aliquam? - -CINESIAS. - -¡Oh Júpiter, qué horribles convulsiones! - -CORO DE VIEJOS. - -¡Cómo se te ha burlado la más execrable y pérfida de las mujeres! - -CINESIAS. - -Di la más amada, la más dulcísima. - -CORO DE VIEJOS. - -¿Dulcísima? No, ¡cruel, muy cruel! ¡Oh Júpiter, envía una violenta -ráfaga que la levante como a paja ligera, y después de hacerla girar -arremolinada en los aires, la deje de repente en tierra y la clave... -donde yo me sé![690] - - * * * * * - -UN HERALDO. - -¿Dónde está el Senado ateniense? ¿Dónde están los pritáneos? Tengo que -comunicarles una noticia. - -EL MAGISTRADO. - -¿Eres un hombre o un Príapo?[691] - -EL HERALDO. - -¡Soy un heraldo, imbécil! Te lo juro por Cástor y Pólux; vengo de -Esparta para hacer la paz. - -EL MAGISTRADO. - -¿Trayendo una lanza escondida? - -EL HERALDO. - -No hay tal. - -EL MAGISTRADO. - -¿Adónde te vuelves? ¿Por qué te estiras la túnica? ¿Te has excoriado de -tanto andar? - -EL HERALDO. - -Este hombre es un idiota - -EL MAGISTRADO. - -Tu porte es indecentísimo.[692] - -EL HERALDO. - -Te digo que no, y basta de bromas. - -EL MAGISTRADO. - -¿Qué traes ahí? - -EL HERALDO. - -Una escítala[693] lacedemonia. - -EL MAGISTRADO. - -Pase por escítala; pero dime la verdad; mira que lo sé todo: ¿cómo -andan las cosas en Lacedemonia? - -EL HERALDO. - -Mal; todas en el aire, lo mismo las de Lacedemonia que las de los -aliados. Pelene[694] nos es indispensable. - -EL MAGISTRADO. - -¿Cuál es la causa de esa deplorable situación? ¿Quizá Pan[695] -irritado...? - -EL HERALDO. - -No, Lámpito, según creo, fue la que principió; y en seguida, a un -tiempo y unánimes, todas las espartanas se han separado de sus maridos. - -EL MAGISTRADO. - -¿Y qué tal lo pasáis? - -EL HERALDO. - -Horriblemente; andamos encorvados por las calles, como si lleváramos -linternas. Las mujeres han resuelto no permitirnos la menor caricia, -hasta que por unánime consentimiento hagamos la paz con toda la Grecia. - -EL MAGISTRADO. - -Es una conspiración tramada por las mujeres de todos los países. Ahora -lo comprendo. Vete cuanto antes, y di a los lacedemonios que manden -embajadores con plenos poderes para tratar de la paz. Yo voy a decir al -Senado que os envíe otros; me bastará para persuadirle el hacerle ver -nuestra situación. - -EL HERALDO. - -Voy volando: tu idea es excelente. - - * * * * * - -CORO DE VIEJOS. - -No hay bestia feroz, ni incendio más indomable que la mujer. La pantera -es menos desvergonzada. - -CORO DE MUJERES. - -Si sabes eso, ¿por qué te obstinas en hacerme la guerra, pudiendo, gran -bribón, ser amigo mío? - -CORO DE VIEJOS. - -No, jamás dejaré de aborrecer a las mujeres. - -CORO DE MUJERES. - -Como quieras; mas por de pronto no puedo consentir que estés desnudo. -¡Si vieras lo ridículo que estás! Vamos, voy a ponerte esta túnica. - -CORO DE VIEJOS. - -En eso tenéis razón, por vida mía; me la quité en aquel arrebato de -cólera. - -CORO DE MUJERES. - -Ahora siquiera tienes facha de hombre, y no haces reír. Si no me -hubieras enojado tanto, te sacaría también un animalito que tienes en -el ojo. - -CORO DE VIEJOS. - -Sin duda era eso lo que me mortificaba. Toma este anillo; saca el -insecto y enséñamelo. Me pica en el ojo hace un buen rato. - -CORO DE MUJERES. - -Lo haré, aunque eres el hombre más gruñón... ¡Oh Júpiter, qué enorme -mosquito! ¿Lo ves? Debe ser de Tricoriso.[696] - -CORO DE VIEJOS. - -¡Ah, qué alivio te debo! Me estaba abriendo un pozo; así es que en -cuanto lo has sacado, me fluyen lágrimas en abundancia. - -CORO DE MUJERES. - -Aunque eres muy bribón, yo te las enjugaré, y además te daré un beso. - -CORO DE VIEJOS. - -No me beses. - -CORO DE MUJERES. - -Quieras o no. - -CORO DE VIEJOS. - -¡Mala peste os lleve! ¿Habrase visto qué zalameras son? Con razón se -dice: «Ni con esas perversas, ni sin esas perversas.» Pero hagamos -las paces, y convengamos en no causarnos en adelante ningún mal; ni -nosotros a vosotras, ni vosotras a nosotros. Sancionemos nuestra -amistad, uniendo nuestros cantos. - - * * * * * - -CORO DE MUJERES. - -No pretendemos, ciudadanos, hablar mal de ninguno de vosotros; al -contrario, os deseamos y haremos todo género de beneficios; que para -males, los presentes bastan.[697] Acuda a nosotras todo hombre o mujer -que necesite dinero, y recibirá tres minas; pues adentro hay oro -en abundancia, y nosotras también tenemos bolsa. Y si la paz llega -a hacerse, nadie tendrá que devolver la cantidad recibida. Hemos -convidado a cenar a unos caristios,[698] personas buenas y valientes; -tenemos puches y un lechoncillo, recientemente inmolado, cuya carne -será tierna y sabrosa. Venid, pues, hoy a mi morada, y venid pronto, -después del baño, vosotros y vuestros hijos; entrad sin preguntar por -nadie; seguid todo derecho, como en vuestra casa, sin reparo alguno; -porque la puerta estará... cerrada. - - * * * * * - -CORO DE VIEJOS. - -Allí vienen los embajadores espartanos, pisándose las barbas; parece -que traen una gamella colgada a la cintura. - -¡Salud, en primer lugar, lacedemonios! Y en seguida, decidnos qué tal -os encontráis. - -UN LACEDEMONIO. - -¿Qué necesidad hay de largos discursos? Mirad y ved. - -CORO DE VIEJOS. - -¡Oh! El mal toma serias proporciones y va cada vez a peor. - -EL LACEDEMONIO. - -Es indecible. ¿A qué hablar más? Venga cualquiera, y ajustemos la paz a -cualquier precio. - -CORO DE VIEJOS. - -Atqui et istos conspicor indigenas, tamquam luctatores a ventre -rejicientes vestes, ita ut athleticum quid hic morbus videatur. - -ATHENIENSIS. - -Quis indicet nobis Lysistratam, ubi sit? nam viri adsumus et nos -hujuscemodi. - -CHORUS SENUM. - -Et alter hic morbus alteri congruit. Numquid mane tentigo vos capit? - -ATHENIENSIS. - -Immo hercle perimus, dum hoc experimur. Quare, nisi pacem inter nos -quis ocius conciliet, fieri non poterit, quin Clisthenem futuamus. - -CHORUS SENUM. - -Si sapitis, vestes sumetis, ut nequis eorum, qui Hermos truncant, vos -videat. - -ATHENIENSIS. - -Recte, ita me Jupiter amet, autumas. - -LACO. - -Ita me Castores, recte omnino. Agedum amiciamur. - -ATHENIENSIS. - -Salvete, o Lacones: turpe est, quod nobis accidit. - -LACO. - -O carissime, male utique nobis fuisset, si vidissent isti viri mentulas -nostras erectas. - -EL ATENIENSE. - -Ea, lacedemonios, hablemos con franqueza. ¿A qué habéis venido? - -EL LACEDEMONIO. - -A tratar de la paz. - -EL ATENIENSE. - -Muy bien, nosotros a lo mismo. ¿Mas por qué no llamamos a Lisístrata? -Es la única que puede arreglarnos. - -EL LACEDEMONIO. - -Bueno, y si quieres también a Lisístrato.[699] - -CORO DE VIEJOS. - -Es inútil llamarla; sin duda os ha oído, y sale. - -¡Salud, mujer esforzadísima! Llegó la ocasión de mostrarte valiente -o tímida, buena o mala, severa o indulgente, sencilla o astuta. Los -principales griegos, seducidos por tus encantos, se confían a ti, y -esperan que des fin a sus agravios. - -LISÍSTRATA. - -No es cosa difícil, mientras su situación no les arrastre a excesos -nefandos. Pronto lo sabré. ¿Dónde está la Paz?[700] Tráeme primero a -los lacedemonios, cogiéndoles de la mano, sin dureza ni altivez, y -sin aquella grosería con la cual les recibían nuestros esposos;[701] -al contrario, muéstrales esa afabilidad, adorno de la mujer. Si se -niegan a darte la mano, cógelos por otra parte.[702] Tráeme asimismo -a los atenienses, cogiéndoles por donde quieran. — Lacedemonios, -colocaos junto a mí; vosotros, atenienses, a este lado; ahora prestadme -atención. No soy más que una mujer, pero tengo sentido común; la -naturaleza me dotó de un criterio claro, que las lecciones de mi padre -y de otros ancianos acertaron a desenvolver. Quiero principiar por -echaros en rostro faltas comunes a entrambos y censurables con sobra de -razón. Vosotros que en Olimpia, en las Termópilas, en Delfos (¡cuántos -lugares pudiera citar si quisiera extenderme!) rociáis los mismos -altares con igual agua lustral, y formáis una sola familia ante los -bárbaros enemigos, arruináis ahora con desoladora guerra la Grecia y -sus ciudades. Esto es lo primero que tenía que deciros. - -EL ATENIENSE. - -Y a mi me mata el deseo. - -LISÍSTRATA. - -Ahora, lacedemonios, me dirijo a vosotros en particular. ¿No os -acordáis de cuando el espartano Periclides[703] llegó suplicante al -pie de nuestras aras, pálido, vestido de púrpura,[704] pidiendo a los -atenienses tropas auxiliares? Porque entonces la Mesenia os apuraba, -y Neptuno estremecía vuestra tierra.[705] Cimón partió con cuatro -mil soldados, y salvó a Lacedemonia. ¡Y después de tales beneficios -devastáis los campos de vuestros libertadores! - -EL ATENIENSE. - -Sí, Lisístrata, obraron mal. - -EL LACEDEMONIO. - -Obramos mal: pero es indecible la belleza de esto.[706] - -LISÍSTRATA. - -¿Creéis, atenienses, que os voy a absolver de toda culpa? ¿No recordáis -que también los lacedemonios, cuando vestíais la túnica de esclavos, -vinieron en armas, mataron gran número de tesalios y de amigos y -partidarios de Hipias, y fueron los únicos que en aquel memorable día -os devolvieron la libertad y cambiaron vuestra túnica servil por el -manto de ciudadanos?[707] - -EL LACEDEMONIO. - -No he visto mujer más hermosa. - -EL ATENIENSE. - -Yo tampoco. - -LISÍSTRATA. - -Debiéndoos mutuamente tantos y tan preclaros beneficios, ¿por qué os -hacéis la guerra, y no desistís de vuestros rencores? ¿Por qué no os -reconciliáis? Decid: ¿quién os lo impide? - -EL LACEDEMONIO. - -Nosotros ya queremos, si se nos devuelve nuestro baluarte. - -LISÍSTRATA. - -¿Cuál?, amigo. - -EL LACEDEMONIO. - -Pilos, que reclamamos y apetecemos hace tiempo. - -EL ATENIENSE. - -¡Por Neptuno! Nunca lo conseguiréis. - -LISÍSTRATA. - -Cedédselo, amigos míos. - -EL ATENIENSE. - -Entonces, ¿dónde promoveremos alborotos? - -LISÍSTRATA. - -Exigid otra plaza en cambio. - -EL ATENIENSE. - -Bueno, dadnos Equinonte, el golfo Maliense que la baña, y los muros de -Mégara, parecidos a dos piernas. - -EL LACEDEMONIO. - -No, querido mío, no todo eso. - -LISÍSTRATA. - -Conveníos, no disputéis por dos piernas. - -EL ATENIENSE. - -Yo estoy deseando desnudarme, y arar mis tierras. - -EL LACEDEMONIO. - -Y yo abonarlas primero.[708] - -LISÍSTRATA. - -En cuanto se ajuste la paz haréis todo eso. Si la deseáis, deliberad -sobre el asunto, y partid a comunicar vuestra resolución a los aliados. - -EL ATENIENSE. - -¿A qué aliados, amiga mía? Nuestra situación es insostenible. ¿Crees -que a nuestros aliados no les pasará lo mismo? - -EL LACEDEMONIO. - -A los míos, sí. - -EL ATENIENSE. - -Pues no digo nada a los caristios.[709] - -LISÍSTRATA. - -Perfectamente. Ahora purificaos para que las mujeres os recibamos en la -ciudadela, y vaciemos en obsequio vuestro nuestras cestas. Juraos mutua -fidelidad; después cada uno recobrará su esposa, y se marchará con ella. - -EL ATENIENSE. - -Vamos aprisa. - -EL LACEDEMONIO. - -Llévame adonde quieras. - -EL ATENIENSE. - -Sí, sí, volando. - - * * * * * - -CORO DE MUJERES. - -Tapices bordados, túnicas preciosas, vestidos rozagantes, vasos de -oro, todo cuanto tengo os lo ofrezco de buena voluntad para que lo -lleven vuestros hijos, o vuestra hija, si llega a ser canéfora. A todos -os digo que dispongáis de mis riquezas y cojáis en mi casa cuanto os -agrade: de todo, por bien sellado que se encuentre, podéis apoderaros -rompiendo su cerradura. Mas por mucho que miréis no veréis nada, a -menos de que vuestros ojos sean más perspicaces que los míos. El que -no tenga comida para sus esclavos o numerosa prole, encontrará en mi -casa trigo molido y un enorme pan de un quénice. Todos los pobres -pueden acudir a mí con sacos y alforjas para recibir granos. Manes, mi -esclavo, se lo dará. Sin embargo, que nadie se acerque a mi puerta; -cuidado con el perro. - - * * * * * - -UN CURIOSO. - -Abre la puerta. - -UN CRIADO. - -Retírate. ¿Qué hacéis vosotros ahí? ¿Queréis que os abrase con esta -lámpara? ¡Qué gente tan molesta! - -EL CURIOSO. - -No me retiraré. - -EL CRIADO. - -Bueno, ya que os empeñáis, nos aguantaremos aquí. - -EL CURIOSO. - -Y nosotros nos aguantaremos contigo. - -EL CRIADO. - -¡Ah! ¿No os vais? Vuestros cabellos lo pagarán, y después pondréis el -grito en el cielo. ¿No os vais para que los lacedemonios se marchen en -paz después del festín? - - * * * * * - -EL ATENIENSE. - -Nunca he visto un banquete semejante. Los lacedemonios estaban -encantadores; y nosotros, después de beber, discretísimos. - -CORO DE VIEJOS. - -Tienes razón, porque en ayunas desvariamos. Por lo cual, si los -atenienses me creyesen, deberíamos de ir siempre beodos a todas las -embajadas. ¿Entramos sin beber en Lacedemonia? Pues ya solo buscamos -motivos de discordia: no oímos lo que se nos dice: lo que no se -nos dice nos inspira sospechas; y al dar cuenta de lo ocurrido -desnaturalizamos los hechos. Pero hoy estábamos de tan buen talante -que, si hubiesen cantado el escolio de Telamón[710] en vez del de -Clitágora, hubiéramos aplaudido, dispuestos al perjurio. - -EL CRIADO. - -¿Ya vuelven otra vez? Largo de aquí, grandísimos desollados. - -EL CURIOSO. - -Por fin salen los convidados. - - * * * * * - -EL LACEDEMONIO. - -Queridísimo amigo, coge las flautas para que yo baile y cante en honor -de los atenienses y de nosotros mismos. - -EL ATENIENSE. - -Sí, coge las flautas, por todos los dioses; nada me divertirá tanto -como el verte bailar. - -CORO DE LACEDEMONIOS. - -Inspira, oh Mnemósine,[711] a estos jóvenes y a mi Musa, sabedora -de nuestras ilustres hazañas y de las de los atenienses, que junto -a Artemisio[712] con ímpetu de dioses se lanzaron sobre los bajeles -enemigos y derrotaron a los Medas. Leónidas nos llevaba como jabalíes -que han aguzado sus colmillos; copiosa espuma cubría nuestros labios, -y corría por todo nuestro cuerpo. Porque los persas eran numerosos -como las arenas del mar. ¡Cazadora Diana, señora de las selvas, virgen -celestial, ven y patrocina nuestra alianza! ¡Que en adelante nos ligue -una amistad fraternal, jamás rota por la perfidia! ¡Senos propicia, -doncella cazadora! - -LISÍSTRATA. - -Ea, ya que todo lo demás ha terminado tan felizmente, lacedemonios, -llevaos vuestras mujeres; y vosotros, atenienses, las vuestras; que -el esposo esté junto a su esposa y la esposa junto a su esposo; y en -celebridad de tan feliz suceso, dancemos en honor de los dioses y -evitemos las reincidencias. - -CORO DE ATENIENSES. - -¡Que se presente el coro! ¡Que aparezcan las Gracias! Invocad a Diana, -invocad a su hermano, al benéfico Peán, director de las danzas; invocad -al dios de Nisa,[713] cuyos ojos centellean al fijarse en las Ménades; -invocad a Júpiter, el de coruscante rayo, a su veneranda esposa y a -todas las deidades, eternos testigos de esta paz ajustada bajo los -auspicios de Venus. ¡Io! ¡Io! Peán ¡Bailad! ¡Io! ¡Io! Saltad como para -celebrar una victoria. ¡Evoé! ¡Evoé! Lacedemonio, entona un nuevo canto. - -CORO DE LACEDEMONIOS. - -Desciende otra vez del amable Taigeto, Musa lacedemonia, y ven a -celebrar conmigo al Amicleo[714] Apolo, a Minerva Calcieca[715] -y a los fuertes Tindáridas[716] que se ejercitan en la margen del -Eurotas.[717] - -¡Oh!, ven, tiende hacia mí tu rápido vuelo, y cantemos a Esparta, -amante de los sagrados coros y gallardas danzas que junto al Eurotas -ejecutan sus doncellas, saltando con la agilidad de jóvenes corceles, -hiriendo el suelo con ligero pie, y, a modo de tirsíferas bacantes, -soltando al viento la destrenzada cabellera. La casta hija de Leda[718] -las precede radiante de hermosura. Ea, sujeta con una cinta tus -flotantes cabellos y salta como ligera cierva; arranca esos aplausos -que animan los coros, y celebra a Palas, la más fuerte y guerrera de -las diosas. - - -FIN DE LISÍSTRATA. - - - - -ÍNDICE - - - Páginas. - - Las Avispas. 1 - - La Paz. 105 - - Las Aves. 195 - - Lisístrata. 313 - - - - -NOTAS - - -[1] _República ateniense_, III. - -[2] V. ARISTÓFANES, _Los Acarnienses, parábasis_. - -[3] _Apología de Sócrates_. - -[4] _Comédies d’Aristophane_, t. I, pág. 206. - -[5] Es decir, trata de dormirse. - -[6] Parece extraño que Sosias que acaba de despertar a su camarada, -trate de imitarle. Pero esta contradicción se explica perfectamente, -conocido el carácter de no dárseles nada por nada, que Aristófanes -suele presentar en los esclavos de sus piezas. - -[7] Nombre de los sacerdotes de Cibeles. Al celebrar los misterios de -la diosa, entrechocaban sus armas, batían estrepitosamente los tambores -y se herían hasta derramar sangre en medio del mayor frenesí. - -[8] Sobrenombre de Baco. De modo que hablando en plata, el sueño de -Sosias es producido por el vino. - -[9] La palabra ἀσπίς, significa _escudo_ y _serpiente_. - -[10] Cleónimo arrojó su escudo en una batalla. - -[11] Los convidados solían proponerse de sobremesa enigmas y cuestiones -para entretenerse. - -[12] Este era el distintivo de los jueces. - -[13] Cleón. - -[14] Alusión al oficio de curtidor de Cleón. - -[15] Hay en griego un equívoco intraducibie, basado en la casi absoluta -semejanza de las palabras que significan _grasa_ y _pueblo_. Ya lo -hicimos observar en la nota al verso 953 de _Los Caballeros_. - -[16] Vid. _Los Acarnienses_, 134-166; _Los Caballeros_, 608; _Las -Nubes_, 399. - -[17] Alcibíades era algo tartajoso y no podía pronunciar bien la _r_, -convirtiéndola en _l_. - -[18] Κόραξ, _cuervo_, al transformarse la _l_ en _r_, significa en -griego _adulador_. - -[19] Esta frase ya hemos visto que equivalía a la nuestra «irse al -diablo» o «al infierno.» - -[20] Los Megarenses eran de gusto poco delicado en sus diversiones, -y sus poetas cómicos empleaban para hacerles reír medios vulgares -y groseros. Esto, a pesar de que según la opinión de ARISTÓTELES -(_Poética_, III), la comedia principió a cultivarse en Mégara. - -[21] Aristófanes indica alguno de los recursos de mala ley empleados -por los poetas vulgares. En el _Pluto_, v. 797, vuelve a aludir a esta -costumbre de arrojar a los espectadores nueces y golosinas. - -[22] La glotonería de Hércules era un tema inagotable para los cómicos -griegos. En la _Lisístrata_, _Las Aves_ y _Las Ranas_, Aristófanes la -hace también objeto de sus burlas. - -[23] Lo fue en _Los Acarnienses_, y Aristófanes volvió a la carga en -_Las Fiestas de Ceres_, _Las Ranas_, etc. - -[24] Harto asendereado quedó en _Los Caballeros_. - -[25] Aristófanes vuelve a citar a este _Aminias_ en el verso 1267 de -esta comedia, pero llamándole hijo de Selo; sin embargo, parece que -ambas personas son una misma, porque llamábase así a todo hombre pobre -y vanidoso, por concurrir estas circunstancias en Esquines, hijo de -aquel. - -[26] Se ignora si era un comediante, un tabernero o un borracho. - -[27] Ateniense supersticioso. - -[28] Del nombre de un demo del Ática. - -[29] Exclamación ordinaria de Sócrates. - -[30] Filóxeno significa _amigo de la hospitalidad_. - -[31] Lit.: es _fileliasta como nadie_. - -[32] Reloj de agua, que servía para medir el tiempo concedido a los -oradores y abogados para sus arengas y defensas. - -[33] Se votaba por medio de piedrecitas. - -[34] Δῆμος (_Demo_); κημός (_urna_). _Demo_ era un hermoso joven (V. -PLATÓN, _Gorgias_). Éupolis habla de él también en sus comedias. -Las muchas inscripciones de su nombre que en las paredes se leían, -atestiguaban el gran efecto que su hermosura causaba. Era costumbre -escribir el nombre del ser amado en los muros, puertas y otros objetos, -como ya vimos en _Los Acarnienses_, v. 141. En la _Antología_, aluden a -este uso muchos epigramas. Véase uno de Petronio: - - Al plantar los perales y manzanos, - Grabé tu amado nombre en la corteza, - Crecen ellos, se cubren de inscripciones, - Y con ellos mi amor crece y se aumenta. - - -[35] Este chiste ha sido imitado por Plauto y Racine: - - Obtrunco gallum, furem manifestarium, - Credo ædepol illi mercedem gallo pollicitos coquos, - Si id palam fecisset. - (_Aulularia_; III, 4, 10.) - - Il fit couper la tête à son coq, de colère, - Pour l’avoir éveillé plus tard qu’à l’ordinaire. - Il disait qu’un plaideur dont l’affaire allait mal, - Avait graissé la patte à ce pauvre animal. - (_Les Plaideurs_, Acto I, esc. 1.ª) - - -[36] Para condenar se trazaba sobre una tablilla cubierta de cera una -línea larga. - -[37] Parodia de la _Estenebea_, de Eurípides. - -[38] Sobre esta costumbre véase el _Pluto_, v. 411 y siguientes. - -[39] _Filocleón_ significa _amigo de Cleón_, porque este demagogo tenía -gran partido entre la gente que constituía los tribunales, por el -trióbolo que les hacía pagar. - -[40] _Bdelicleón_, significa que _detesta a Cleón_: de suerte que la -lucha entre ambos personajes representa perfectamente la que entonces -sostenían en Atenas el famoso demagogo Cleón, apoyado por el pueblo -mediante el trióbolo, y el partido aristocrático. - -[41] El humo producido por la leña de higuera es, según el Escoliasta, -de los más irritantes y molestos, lo cual pinta bien el carácter -intratable de Filocleón. Además, en el hecho de mencionar esa especie -de combustible, hay una alusión a los _sicofantas_ o delatores, nombre -en cuya composición entra la raíz del de higuera. - -[42] Καπνίας. Este sobrenombre se le dio a Ecfántides, poeta cómico -contemporáneo de Cratino, por la oscuridad de su estilo y el embrollo -de sus argumentos. - -[43] Ateniense de mala fama, condenado muchas veces. Parece que después -de la representación de _Las Avispas_, llegó a ser uno de los treinta -tiranos. - -[44] Sin condenarle. - -[45] Día de mercado. - -[46] Parodia del episodio del Cíclope en la _Odisea_, Canto IX. Con -este asunto se compusieron varios dramas satíricos, de los cuales solo -se ha conservado _El Cíclope_ de Eurípides, cuya primera traducción al -castellano estamos publicando en _El Ateneo_ de Vitoria. - -[47] Expresión proverbial para indicar personas que disputan sobre -cualquier necedad. Del texto de Aristófanes puede deducirse tal vez que -el célebre cuento de Demóstenes del litigio sobre la sombra del asno no -fue invención del elocuente orador, bastante posterior al poeta. - -[48] Es decir, su herencia. - -[49] Ciudad de Tracia, que por influencia de Brásidas se rebeló contra -Atenas, uno o dos años antes de la representación de _Las Avispas_. -Los atenienses la sitiaron y la desmantelaron para que no volviese a -inquietarles en lo sucesivo (V. TUCÍDIDES, IV, 120, 130, 131; V, 18, -32). - -[50] Antiguo poeta trágico, que floreció en 512 antes de -Jesucristo. Para elogiarle Aristófanes forja la enorme palabra -ἀρχαιομελισιδωνοφρυνιχήρατα. - -[51] Alusión al traje con que van a presentarse los jueces. - -[52] Aldea del Ática. - -[53] General ateniense que mandó la escuadra enviada a Sicilia en -auxilio de los Leontinos (TUCÍDIDES, III, 86). Fue reemplazado por -Sófocles y Pitodoro, y tuvo que dar cuenta de su conducta. La intención -de Aristófanes es la de revelar las infames calumnias con que Cleón -perseguía a sus enemigos políticos. - -[54] Alusión a la provisión ordinaria de los soldados. (V. _Los -Acarnienses_.) - -[55] Como aún no ha amanecido, los niños les preceden con linternas. - -[56] Es decir: intentas un imposible. - -[57] El hecho a que alude Aristófanes es el siguiente: Los atenienses, -aliados de los milesios, atacaron a Samos y establecieron en ella el -gobierno democrático. Los de Samos, para sacudir el yugo de Atenas, -entraron en negociaciones secretas con los persas, que fueron reveladas -por un tal Caristión. Los atenienses se apoderaron de la ciudad y -destruyeron sus murallas (V. TUCÍD., I, 115, 592; DIOD. SIC., XII, 27, -199; PLUT., _Vida de Pericles_.) - -[58] Quizá aluda a Cleón, que murió el año siguiente delante de -Anfípolis. - -[59] Es decir, el suicidio, arrojándose al mar. Hele, al atravesar -los aires sobre el vellocino de oro, se espantó del ruido de las olas -al atravesar el mar, y cayó en el estrecho que recibió el nombre de -_Helesponto_. Hay en el texto una alusión a Píndaro. - -[60] Tomado del _Teseo_ de Eurípides. Estas palabras las decían los -jóvenes enviados a servir de pasto al Minotauro, entre los cuales se -hallaba Hipólito, hijo de Teseo. - -[61] Este apóstrofe se dirige al saco donde había de llevar a su casa, -de regreso del tribunal, los víveres comprados con su salario de juez. - -[62] En las _Suplicantes_ de Esquilo (v. 779) hay una imprecación -idéntica que Aristófanes parece parodiar: - - Μέλας γενοίμαν καπνός. - -[63] _Proxénides_ y el _hijo de Selo_ (Esquines) eran dos hábiles -charlatanes capaces con su locuacidad de salir de los trances más -apurados. - -[64] Hay una laguna en el texto, que se ha tratado de llenar con una -frase cuya traducción es «porque dices sin rebozo la verdad sobre las -naves.» - -[65] Para emitir su voto. - -[66] Alusión a la _Hécuba_ de Eurípides, donde la madre de Héctor -recuerda el día en que Ulises penetró en Troya como espía. - -[67] El Escoliasta cree que Aristófanes alude a la toma de Naxos por -Pisístrato; pero es más probable que se refiera a la del tiempo de -Cimón, cincuenta años antes de la representación de _Las Avispas_, pues -así era posible la aventura de Filocleón. - -[68] Sobrenombre de Diana. - -[69] Ceres y Proserpina. La profanación de sus misterios era una de las -acusaciones más frecuentes y graves en Atenas. - -[70] Adivino, amigo de Nicias, acusado de robo al erario público, -orador furibundo censurado como tal por Frínico (en el _Saturno_), -Éupolis, Teléclides y Amipsias. (V. _Los Caballeros_, 1085; _Las Aves_, -989.) - -[71] Apolo y Júpiter eran los dioses tutelares de Atenas; pero -Aristófanes supone que lo es Lico, hijo de Pandión, cuya estatua se -elevaba junto al sitio donde se pagaba a los jueces el trióbolo. - -[72] Lit.: _nec mingam nec ventrem exonerabo cum strepitu_. - -[73] Sin duda echan mano de la rama que era costumbre colgar delante de -las puertas. - -[74] Nombres de amigos de Filocleón. - -[75] Véase la nota al verso 134 de _Los Acarnienses_. - -[76] Nombres de esclavos. - -[77] Lit.: «He oído muchas veces en el fuego los estallidos de las -hojas de higuera.» Proverbio equivalente al castellano, y empleado por -Bdelicleón para manifestar que no le asustan las amenazas del Coro. - -[78] Fundador de Atenas. Su cuerpo terminaba en cola de dragón, lo cual -parece significar lo mucho que hizo progresar a los hombres suavizando -sus costumbres, salvajes hasta él. - -[79] En vez de decir a amasar cuatro panes por _quénice_. Esta palabra -designa una medida de capacidad y los cepos en que se aprisionaba a los -esclavos. - -[80] Medio empleado para alejarlas. Virgilio hablando de las abejas -(_Georg._ IV, 230) dice: «_Fumos pretende sequaces_.» - -[81] _Selarcio_ en lugar de _Selos_. Véase la nota del verso 324 de -esta misma comedia. - -[82] Poeta trágico, cuyos versos eran muy duros, a lo cual parece -aludir la frase de Aristófanes. - -[83] General lacedemonio. Murió al año siguiente de la representación -de _Las Avispas_ en el mismo combate que Cleón. - -[84] Los lacedemonios, enemigos de los atenienses, se dejaban crecer la -barba. - -[85] Lit.: «Pues aún no estás en el apio ni en el camino.» El apio -servía para marcar los bordes de las sendas en los jardines. El -proverbio se aplicaba a los que aún no estaban más que al principio de -un grave negocio. - -[86] Las acusaciones de aspirar a la restauración de la tiranía eran -frecuentes en Atenas. - -[87] Tan delicado gusto despertaba sus sospechas. - -[88] Poeta trágico, gran gastrónomo, citado en _Los Acarnienses_ (v. -887). - -[89] Flechazo a la manía de los atenienses por los procesos. - -[90] Los demagogos y oradores. - -[91] Véase la nota al verso 106 de _Los Caballeros_. - -[92] El coro continúa la interrumpida frase de Filocleón. - -[93] Designábanse con el nombre de _talóforos_ los ancianos que -llevaban ramas de olivo en las grandes Panateneas, y también los que -solo servían para esta función. - -[94] Este Esopo no es el célebre fabulista, sino el autor cómico muy en -boga entonces. - -[95] Se reproduce el equívoco de _Los Acarnienses_, 470 y siguientes. - -[96] Al ser inscritos en el registro de ciudadanos, se sometía a los -niños a una inspección de su sexo. - -[97] Célebre actor trágico. - -[98] Tragedia de Esquilo en que Eagro hacía el papel principal. - -[99] Costumbres de los flautistas. - -[100] Se cubría el sello con la valva de un molusco para conservarlo -mejor. - -[101] Orador de mala reputación. (Véase _Los Acarnienses_, 710.) - -[102] El mismo citado varias veces. - -[103] Vil adulador. - -[104] Costumbre que también se observa en el _Nuevo testamento_. - -[105] Aristófanes alude varias veces a esta costumbre de llevar monedas -en la boca. - -[106] Su salario de juez. - -[107] Ὄνος significa _vasija_ y _asno_; de aquí un juego de palabras -intraducibie. Literalmente traducido este pasaje, es: _Tum si mihi -vinum sitienti non infuderis, asinum huc adtuli vino plenum;... ille -autem hians rudit et contra tuum turbinem grande et horrendum pedit._ - -[108] Frase proverbial para indicar el abandono de un pleito. - -[109] Es decir, viejo estúpido. - -[110] Por el delito de homicidio. - -[111] Artaud (_Comédies d’Aristophane, traduites du Grec_, t. I.) -formaliza esta cuenta del modo siguiente, teniendo presente que cada -juez recibía tres óbolos diarios: - -6000 jueces, a tres óbolos al día, hacen: 540.000 óbolos al mes. - -Valiendo seis óbolos cada dracma, son: 90.000 dracmas, id. - -Valiendo 100 dracmas cada mina son: 900 minas, id. - -Valiendo 60 minas cada talento son: 15 talentos, id. - -De suerte que cada año de 10 meses, -porque los otros dos estaban cerrados -los tribunales, el sueldo de los jueces -asciende a: 150 talentos. - -[112] El total de las rentas ascendía a 2000 talentos, cuya décima -parte son 200; y el sueldo de los jueces solo importaba 150. - -[113] Músico derrochador, que se había arruinado con sus prodigalidades. - -[114] Los συνήγοροι recibían un dracma diario cuando estaban encargados -de alguna defensa. Constituían una especie de magistratura anual, -compuesta de diez ciudadanos elegidos a suerte. - -[115] Algunos entienden que este número determinado está por otro -indeterminado. - -[116] Demóstenes calcula también en 20.000 los habitantes de Atenas; -Aristófanes en _Las Junteras_, v. 1127, lo hace ascender a 30.000, pero -incluyendo los habitantes extranjeros. - -[117] Lit.: _calostro et lac decoctum_. Llamábase _calostro_ la primera -leche de las reses recién paridas. - -[118] Parodia del verso 629 de la _Andrómaca_ de Eurípides. - -[119] _Quae penem ei lumbosque fricabit._ - -[120] Verso del _Belerofonte_ de Eurípides. - -[121] RACINE (_Les Plaideurs_, act. II, esc. XIII) pone en boca de -Leandro igual proposición: - - Si pour vous, sans juger, la vie est un supplice, - Si vous êtes pressé de rendre la justice, - Il ne faut point sortir pour cela de chez vous: - Exercez le talent, et jugez parmi nous. - -[122] De los nueve arcontes, seis se llamaban tesmotetas, y presidían -los tribunales de justicia. - -[123] Exacerbado por la pesadez del abogado. - -[124] Citado en _Los Acarnienses_, v. 854; y en _Los Caballeros_, v. -1165. - -[125] Como el dracma valía seis óbolos, solía darse uno para cada dos -jueces. - -[126] _Si mingere velis._ - -[127] Véase la nota al verso 389 de esta comedia. - -[128] Alusión a la cobardía de Cleónimo, que huyó arrojando las armas. - -[129] Nombre de una esclava. - -[130] Con el perro _Labes_ se alude a Laques, de quien antes se ha -hecho mención. Aristófanes parece acusarle de haberse dejado ganar por -los sicilianos. - -[131] La trae para que sirva de balaustrada al tribunal. - -[132] Frase proverbial como la de: _Ab Jove principium_. - -[133] Ante las puertas de las casas se colocaban altares, columnas o -conos en honor de Apolo, llamado _Agieo_, Ἀγυιεύς, _que preside las -calles_. - -[134] Otras ediciones ponen la acusación en boca de Jantias. - -[135] Aristófanes observa en toda esta escena las fórmulas forenses. - -[136] Cidatene era una aldea o demo del Ática. - -[137] En otras ediciones Sosias hace el papel de heraldo. - -[138] Hay en todo esto alusiones continuas a la conducta de Laques. - -[139] El doble sentido de las palabras griegas hace que todo cuanto se -dice del perro Labes pueda aplicarse a la rapacidad de Laques y a sus -concusiones en Sicilia. - -[140] _Cacaturum._ - -[141] Sobre Tucídides y el hecho a que se alude, véase la nota a la -_parábasis_ de _Los Acarnienses_. - -[142] Alude a Cleón, acusador de Laques. - -[143] Habla en plural, como ante un tribunal completo. - -[144] De la tribuna. La frase de Filocleón indica que da por terminada -la vista. - -[145] La de absolución. En el tribunal se colocaban dos urnas: en la -que estaba delante se echaban los votos condenatorios, y en la de atrás -los de la absolución. - -[146] Es decir, la de absolver. - -[147] Estas palabras las dice Bdelicleón aparte. - -[148] El coro se vuelve para recitar la _parábasis_. - -[149] Adivino ventrílocuo, que respondía a las consultas haciendo -creer que no era él quien hablaba, sino un genio misterioso oculto en -su vientre. Llegó a generalizarse su sistema hasta darse el nombre -de _Euríclides_ a sus imitadores. En tiempo de Plutarco los nombres -Euricles y adivino eran ya sinónimos. - -[150] Aristófanes presentó varias de sus comedias con los nombres de -los autores Filónides y Calístrato. - -[151] Esto se cree dirigido contra Éupolis. - -[152] En _Los Caballeros_ (_passim_), donde tan denodada y rabiosamente -atacó a Cleón, que es la fiera descrita. - -[153] Meretriz ateniense. - -[154] Lit.: _illotos Lamiæ coleos, culum cameli_. - -[155] Lamia, hija de Belo y Libia, fue amada por Júpiter. Juno, celosa, -mató a todos los hijos de esta unión, lo cual produjo tal furor a -Lamia, que se precipitaba sobre cuantos niños veía para hacerles -sufrir la misma suerte que a los suyos. Júpiter le permitió tomar -todas las formas que quisiera para saciar su rabia. Esta idea que los -antiguos tenían de Lamia, como de un monstruo indefinido, movió quizá a -Aristófanes a escogerla para representar a Cleón. - -[156] Los sofistas atacados en _Las Nubes_ (_passim_). - -[157] El tribunal presidido por el Polemarca, nombre del tercer -arconte, entendía en todos los negocios relativos a domiciliados y -extranjeros. La cualidad de extranjero y la privación de los derechos -de ciudadano que traía consigo, eran motivo de frecuentísimos pleitos -en Atenas. - -[158] Se refiere a _Las Nubes_, cuya primera representación tuvo mala -acogida. - -[159] Alusión a la batalla de Maratón. - -[160] Alusión a la frase de Leónidas, contestando al mensajero que -le decía que los dardos de los persas oscurecían el sol: «Mejor, así -pelearemos a la sombra.» - -[161] El paso de una lechuza, ave consagrada a Minerva, se consideraba -como un augurio de victoria. La circunstancia mencionada por -Aristófanes es histórica. (PLUT., _Vida de Temíst._, XV.) - -[162] Los atenienses se hicieron entonces dueños de las islas de -Lesbos, Naxos, Paros, Samos y otras menos importantes. - -[163] Los demagogos, que gastaban las rentas del Estado en dádivas y -sueldos para mantener su influencia. - -[164] El tribunal del _Arconte epónimo_, al que parece referirse -Aristófanes, entendía de las tutelas y pleitos entre parientes. - -[165] En el Odeón, magnífico teatro construido por Pericles, donde -tenían lugar los certámenes musicales, se hacían las distribuciones de -harina, lo cual daba lugar a disputas que exigían la presencia de los -magistrados. - -[166] El tribunal de los _Once_ entendía en los robos cometidos de día -que no excediesen de cincuenta dracmas, y de todos los de noche. Sus -miembros tenían a su cargo la custodia de las prisiones y la ejecución -de las sentencias de muerte. Sócrates desde su condena quedó bajo la -vigilancia de los Once. - -[167] Parece referirse a los τειχοποιοί, magistrados encargados de la -construcción y reparación de las murallas. - -[168] Alusión a la deshecha borrasca que desbarató la escuadra persa -cerca de Artemisio. - -[169] Por el mucho calor que le va a dar el nuevo traje. - -[170] Vestidos usados por los persas, que se vendían en Sardes (Lidia) -y se fabricaban en Ecbatana. Eran de mucho abrigo. - -[171] Especie de capote de pieles que servía de manta en el lecho; -fabricábase en Timeta, demo del Ática. - -[172] Poeta ya citado por su glotonería y molicie. (_Los Acarnienses_, -64, 887; _Las Avispas_, 506.) - -[173] Frase que se empleaba para indicar dos cosas que braman de verse -juntas. Sin duda Filocleón no tenía un aire muy elegante, a pesar de su -nuevo vestido. - -[174] Los cuentos de _Lamias_ tenían alguna semejanza con los cuentos -de brujas. - -[175] Personaje desconocido. - -[176] Androcles y Clístenes son citados burlescamente para censurar -la falta de acierto de que adolecían los atenienses en la elección de -sus embajadores. Androcles era un mendigo esclavo, y escamoteador de -bolsas, sacado a pública vergüenza en el teatro por Cratino, Ecfántides -y Teléclides. Clístenes era un asqueroso bardaje, muchas veces citado. - -[177] _Efudión_ y _Ascondas_ se inclina a creer el escoliasta que son -dos nombres fingidos por el poeta. Sin embargo, hay memoria de un -_Efudión_ vencedor en los juegos olímpicos (_Olimpiada_ 79). - -[178] En el pancracio los atletas luchaban completamente desnudos. - -[179] Nombre de un labrador. - -[180] En la carrera de las antorchas salía vencedor el que llegaba con -la suya sin apagar a la meta señalada. - -[181] Véase la nota al verso 215 de _Los Acarnienses_. - -[182] Era de buen tono no ponerse inmediatamente a la mesa. (Véase -_Ateneo_, lib. IV.) - -[183] Descripción abreviada de una comida en Atenas. Para más detalles, -puede verse la que hace Barthélemy (_Voy. du jeune Anach._, tom. III, -pág. 526), basado en autores antiguos, de un gran banquete en casa de -un rico ateniense. - -[184] Era costumbre cantar al fin de las comidas. Estas canciones de -sobremesa se llamaban _escolios_; el primero que cantaba designaba a su -sucesor, entregándole la rama de mirto o de laurel. Era difícil, al ser -cogido de improviso, continuar la canción sin tener la especial aptitud -por la cual pregunta Bdelicleón a su padre. - -[185] Antes de la división de los atenienses en cuatro clases, según su -fortuna (Véanse _Los Caballeros_, Noticia preliminar), los ciudadanos -se dividían en tres: Ribereños (_Parelios_), habitantes del llano -(_Pedianos_), montañeses (_Acrios_ o _Superacrios_). - -[186] Véase la nota al verso 980 de _Los Acarnienses_. - -[187] Parodia de Alceo. - -[188] Poetisa lacedemonia (_Lisístrata_, 1237) cuyos versos eran -preferidos por algunos bebedores al canto de Telamón, compuesto por -Píndaro. El escoliasta (en _Las Avispas_, 1245) dice que era de Tesalia. - -[189] Canción compuesta cuando los de Tesalia auxiliaron a los -atenienses contra los Pisistrátidas. - -[190] Era frecuente al ir a comer a casa de otro llevar su ración. - -[191] Cuentecillos muy cortos que solían referirse en los banquetes. -Sus personajes eran humanos y su intención política, en contraposición -a las fábulas esópicas, cuya intención era filosófica, y la acción -pasaba entre animales. - -[192] Recuérdese lo dicho en la nota al verso 74 de esta comedia. - -[193] Quizá por la forma especial de su peinado. - -[194] Lóculo ateniense. (Véase la nota al verso 109 de _Las Nubes_). - -[195] Rico arruinado. - -[196] Ciudad de Tesalia. - -[197] Penestas se llamaban unos mercenarios tesalienses: este nombre -significa también _pobre_ y _miserable_, pues tiene la misma raíz que -_penuria_. Aminias no había sabido enriquecerse en su embajada. - -[198] Sobre Autómenes y sus hijos, véase la nota al verso 1281 de _Los -Caballeros_. - -[199] Proverbio que se decía de los que habían visto frustradas sus -esperanzas. - -[200] Por lo usado y raído. - -[201] Actor trágico, cuyo guardarropa fue vendido por sus acreedores. - -[202] Entra acompañado de una flautista y seguido de las personas a -quienes ha maltratado. - -[203] Muchas mujeres de Dardania se dedicaban a la música. - -[204] Los antiguos encendían también antorchas en honor de sus dioses. - -[205] Se daba este nombre a las cortesanas, pues esta clase de mujeres -han tenido siempre el triste privilegio de ser designadas con mil -variados apelativos. - -[206] Antes citado. Filocleón pone en práctica las lecciones de su hijo. - -[207] Ceres y Proserpina, juramento ordinario de los atenienses. - -[208] Los Agoránomos. - -[209] Discípulo de Sócrates. (V. _Las Nubes_, 502.) - -[210] Poeta lírico, natural de Hermione, en el Peloponeso, al cual se -atribuía la invención de los coros. Fue rival de Simónides. - -[211] Alusión a la palidez de Querefonte. - -[212] Título y asunto de una tragedia de Eurípides. - -[213] Médico de Atenas (V. _Los Acarnienses_, 1032.) - -[214] Mientras se le lleva su hijo, continúa contando su historieta. - -[215] Los delfenses irritados por las críticas de Esopo le acusaron de -haber sustraído una copa sagrada. El fabulista les recitó entonces el -apólogo a que se refiere Aristófanes. - -[216] Antiguo poeta trágico. El escoliasta supone que Jantias no se -refiere aquí al poeta, sino a un citarista del mismo nombre, muy -popular en tiempo de Aristófanes. - -[217] Parodia de una obra perdida. - -[218] Remedio contra la locura. - -[219] Frínico, a causa de haber renovado en su tragedia _La toma de -Mileto_ el dolor de los atenienses por esta pérdida, fue condenado a -una multa de 1000 dracmas. Su desgracia se hizo proverbial. - -[220] Carcino era un mal poeta trágico, cuyos hijos tenían pequeña -estatura y ejecutaban danzas trágicas. Otro llamado Jenocles compuso -tragedias y ganó un premio en certamen con Eurípides. Aristófanes -vuelve a ocuparse de ellos en _La Paz_, 289, 778, 790; y en _Las -Ranas_, 86. - -[221] Juego de palabras, por significar _Carcino_, cangrejo. - -[222] Las vinagreras tenían una forma aproximadamente esférica, y -debían de ser de pequeñas dimensiones, porque los antiguos usaban -el vinagre muy concentrado. Con el trípode que las sostenía debían -parecerse a una araña levantándose sobre sus patas, y a un cangrejo, -por lo cual Filocleón halla en el hijo de Carcino esa triple semejanza. - -[223] Ὀρχίλος, _reyezuelo_ (ave), tiene la misma raíz que danzante o -bailarín. - -[224] Carcino. - -[225] El coro bailaba al presentarse en escena, pero nunca al retirarse. - -[226] Lib. V, 16. - -[227] _Historia de la literatura griega_, t. II, pág. 71. - -[228] _La Paz_ tiene 1356 versos. - -[229] _Le Théatre des Grecs_, t. VI, pág. 1. - -[230] Éupolis en _Los Aduladores_, y Platón, el cómico, en _Las -Victorias_, se burlaron mucho de la imagen colosal de la Paz, que sale -de su prisión para no decir una palabra en toda la comedia. - -[231] Trigeo se congratula en él de volver a ver a la Paz después de -trece años de ausencia. - -[232] POYARD. _Aristophane_, pág. 200. - -[233] Es decir, irritado. Tratando de explicar este epíteto, dicen -unos que es para comparar la voracidad del escarabajo al rayo que todo -lo consume; y otros, teniendo en cuenta que el καταβάτου del original -significa _bajar_, ven en él una alusión a la bajeza de aquel animal. -Ambas explicaciones, como se ve, son demasiado sutiles para ser -verdaderas. - -[234] La circunstancia de asistir un extranjero a la representación, -hace creer que _La Paz_ se puso en escena en las grandes dionisiacas. - -[235] Σπατίλη significa _liquida alvei egestio_, y _raeduras de cuero_. -Alusión al oficio de Cleón. - -[236] Refiérese sin duda a la manía de los procesos criticada en _Las -Avispas_. - -[237] El nombre de _Trigeo_ (derivado de τρύγη, _vendimia_) significa -_viñador_. - -[238] Los caballos de Etna (Sicilia) eran famosos por su velocidad. -Además, según el Escoliasta, el Etna era notable por la gran variedad -de escarabajos que en él se criaban. Los de una de sus especies, al -decir de Platón el Cómico, llegaban a ser tan grandes como un hombre. - -[239] Parodia del _Belerofonte_ de Eurípides. - -[240] Por miedo de que algún mal olor atraiga al escarabajo. - -[241] Esta acusación era frecuente en Atenas. Los persas veían con -placer las disensiones de los griegos. - -[242] Frase proverbial que se dirigía a los que se meten en lo que no -les importa. - -[243] Véase la fábula de Samaniego _El Águila y el Escarabajo_. - -[244] Alusión al _Belerofonte_ de Eurípides. - -[245] Parodia. - -[246] Τὸ αἰδοῖον δείκνυσι παίζων. - -[247] Juego de palabras: κάνθαρος, _escarabajo_, era también el nombre -que se daba a unas naves construidas en Naxos. - -[248] Uno de los tres puertos del Pireo tenía ese nombre. - -[249] Véase _Los Acarnienses_, donde Diceópolis echa en cara a -Eurípides la cojera de sus héroes. - -[250] Ne visite ne cacate triduo. - -[251] Alusión a las disolutas costumbres de los habitantes de _Quíos_, -ciudad aliada de Atenas. - -[252] Por efecto de su temor. - -[253] Es decir, un escarabajo que sirve de caballo. Alusión al -hipocentauro. - -[254] Atmón era una aldea del Ática. - -[255] Al aspecto de los comestibles, la glotonería hace ablandarse a -Mercurio. - -[256] LUCIANO se burla también de estos oficios de Mercurio. (_Diálogos -de los Muertos. Mercurio y Maya._) - -[257] Exclamación ordinaria de los lacedemonios. - -[258] Exclamación favorita de los atenienses. - -[259] Véase _Los Caballeros_. - -[260] Esta parece la versión más verosímil de las palabras ὁ κατὰ τοῖν -σκελοῖν que han dado lugar a muchas conjeturas. - -[261] Ciudad de Laconia destruida por los atenienses el año segundo -de la guerra del Peloponeso. (TUCÍD., II, 56). Había también otra -población del mismo nombre en el Ática. La Guerra, fingiendo arrojarla -al mortero, echaba un _puerro_, en griego πράσον, por el parecido de -este nombre con el de _Prasias_. - -[262] La Guerra echa en el mortero ajos y queso, como emblema de Mégara -y Sicilia respectivamente. - -[263] En representación de Atenas. La miel del Ática era muy celebrada. - -[264] Para hacer más doloroso el puñetazo. - -[265] Al Tumulto que regresa. - -[266] CLEÓN, muerto en la batalla de Anfípolis. (V. la _Noticia -preliminar_.) - -[267] Los que querían evitar algún mal se iniciaban en los misterios de -Samotracia, isla del Egeo, famosa por el culto de Hécate y los dioses -Cabiros. La iniciación se consideraba como un seguro preservativo, y -como medio de conseguir cuanto se deseaba. - -[268] BRÁSIDAS, muerto en la misma batalla que Cleón. - -[269] General persa en tiempo de Darío. - -[270] Δεφόμενος. - -[271] Alusión, según se cree, a Alcibíades, que en el mismo año -(TUCÍD., V., 52.) excitó a los habitantes de Patras a extender sus -fortificaciones hasta el mar, e iba preparando los ánimos a una nueva -guerra, con objeto de desarrollar sus planes ambiciosos. - -[272] Que se acostumbraba a beber a fin de las comidas. - -[273] General partidario de la guerra (V. _Los Acarnienses_.) - -[274] Cleón. - -[275] En el texto hay un juego de palabras intraducibie, porque γῆρας -significa _vejez_ y la _piel_ o _camisa_ de las serpientes, y ἀσπίς -_escudo_ y _áspid_. - -[276] Diversión de los asistentes a un festín, que consistía en -arrojar a un recipiente los restos del vino de sus copas; del ruido -que el líquido producía al caer, deducía cada jugador el cariño que -su amante le profesaba. Había dos especies de cótabo. He aquí cómo -los describe el Escoliasta: Primero, clavábase en tierra un palo, a -cuya extremidad superior se adaptaba por medio de una correa una barra -movible que sostenía dos platillos, colgados de sus brazos como de los -de una balanza, y debajo de estos platillos se ponían dos vasijas con -agua: cada jugador lanzaba una copa de vino sobre un platillo, que al -llenarse descendía y chocaba con la cabeza de una estatuita de bronce -puesta en la vasija con agua de que se ha hablado: cuando este choque -se verificaba sin ningún derramamiento del líquido, el jugador era -proclamado vencedor, y se le auguraba buena suerte en las lides de -Cupido. Segundo, colocábase una vasija con agua, sobre la cual flotaban -otras más pequeñas: el juego consistía en sumergir una de estas, -arrojando bruscamente el vino que quedaba en el fondo de las copas. - -[277] Ilustre general ateniense (V. la nota al verso 562 de _Los -Caballeros_). - -[278] Gimnasio de Atenas donde se ejercitaban los soldados y se ponían -a prueba antes de una expedición militar los hombres capaces de -resistir sus fatigas. - -[279] Respuesta que se había hecho proverbial. Cilicón de Mileto -entregó sus patria a los habitantes de Priene, respondiendo a los -que le preguntaban qué intentaba hacer: _Nada malo_. Después de su -traición se refugió en Samos, donde uno de sus compatriotas, de oficio -carnicero, le cortó una mano para castigar su perfidia. - -[280] Alusión a una costumbre judicial. Cuando había varios criminales -condenados a la pena capital se ejecutaba uno cada día, sorteándolos al -efecto. - -[281] Se refiere a las municiones de boca que tenían que adquirir los -soldados al partir a una expedición. - -[282] Trigeo toma las palabras de Mercurio en su acepción obscena. - -[283] Al tener lugar la iniciación se ofrecía un cerdo en sacrificio. -Los iniciados gozaban después de su muerte de una suerte más feliz. (V. -_Las Ranas_, 454.) - -[284] Parodia. - -[285] Ironía. Pisandro era sumamente cobarde; Éupolis dice de él: «Que -hizo la expedición de Pactolo, pero que su falta de valor le mantuvo -siempre en la retaguardia.» Contribuyó el año 20 de la guerra del -Peloponeso a derribar la democracia. Cuando cayó el gobierno de los -Cuatrocientos se refugió en Decelia. - -[286] Mercurio era el protector de los ladrones, y ladrón él mismo. -(Véase el _Himno a Mercurio_, atribuido a Homero.) HORACIO dice en su -elogio (lib. I, od. X): - - Callidum, quidquid placuit, jocoso - condere furto. - -[287] Los Persas respetaron por este motivo a Delos y Éfeso, célebres -por el culto de Apolo y Diana. - -[288] Alusión a varios eclipses de sol y luna ocurridos durante la -guerra del Peloponeso. - -[289] La palabra carbones tiene un sentido obsceno, significando τὸ -γυναικεῖον αἰδοῖον. - -[290] Que arrojó el escudo. - -[291] Himno a Apolo. Era también un canto guerrero, lo cual motiva la -respuesta de Trigeo. - -[292] Lit.: a Enialio, sobrenombre de Marte en Homero, pero aquí debe -de ser una deidad diferente, aunque también guerrera, por lo cual hemos -traducido _Belona_. - -[293] Da a entender que no querían la Paz. - -[294] Vid. _Los Acarnienses_. - -[295] Los de Argos fueron unas veces aliados de Esparta y otras de -Atenas durante la guerra del Peloponeso. - -[296] Ya vimos en _Los Acarnienses_ el extremo a que había llegado en -Mégara la miseria pública. - -[297] Ya hemos visto que el ajo era la producción más abundante en -Mégara, y que se le atribuía la virtud de enardecer los ánimos y atizar -los instintos belicosos. - -[298] Aristófanes da a los atenienses el mismo consejo que Temístocles. -(Vid. PLUTARCO, _Vida de Temístocles_.) - -[299] Es decir, que expresen la abundancia de vinos que con la paz se -van a recoger. - -[300] Compañeras de la Paz. _Opora_ es el otoño o la abundancia, que -principiaba para los atenienses hacia la mitad de nuestro mes de julio, -es decir, cuando maduran mieses y frutas. _Teoría_ era el nombre de -las comisiones o embajadas que tenían por objeto reglamentar las -fiestas religiosas y los espectáculos y diversiones. De modo que ambas -compañeras de la Paz se presentan, la primera para indemnizar de sus -pérdidas a los campesinos, y la segunda para alegrar a los ciudadanos. -Es de advertir que los dos nombres recuerdan los de unas cortesanas, -célebres en Atenas, por lo cual sin duda aparecían en escena con el -traje de tales. - -[301] La frase griega es más gráfica: _oppedit_. - -[302] El célebre escultor Fidias, amigo de Pericles, recibió el encargo -de hacer la estatua de Minerva, y fue acusado de haber sustraído parte -del oro que al efecto se le dio. Condenado al destierro, se retiró a -Elis, donde hizo la estatua de Júpiter Olímpico. Pericles, temeroso -de igual suerte, y cómplice tal vez del artista, hizo decretar la -guerra contra Mégara para distraer la atención pública de tan peligroso -asunto. Y esta fue, según el Escoliasta, la causa de la guerra del -Peloponeso, que no admiten algunos autores, fundados en que el -destierro de Fidias fue muy anterior a este acontecimiento. - -[303] Al principiar la guerra los campesinos se refugiaron en la -capital. (V. _Los Acarnienses_, noticia preliminar.) - -[304] Cleón. - -[305] Uno de los ministerios de Mercurio era llevar al infierno las -almas de los difuntos. - -[306] Véase _Los Caballeros_. - -[307] Alusión a la influencia omnipotente de Cleón en aquella época. - -[308] Juego de palabras sin sentido en castellano, basado en la -semejanza de ἀποβολιμαῖος, _que pierde sus armas_, y ὑποβολιμαῖος, -_hijo supuesto_. - -[309] Demagogo, heredero de la influencia de Cleón y objeto de los -continuos ataques de Aristófanes. (V. _Los Acarnienses_, 846.) Éupolis -y Platón el Cómico también le persiguieron con sus burlas e invectivas. - -[310] Vid. _Las Nubes_, nota al v. 1065. - -[311] Simónides fue el primer poeta que se hizo pagar sus versos. - -[312] Poeta cómico. - -[313] Cratino murió el año 423 antes de nuestra era, y la última -invasión lacedemonia tuvo lugar cuatro años antes. Aristófanes se -refiere a la comedia de Platón titulada Λάκωνες, _Los lacedemonios_, en -que se censuraba la afición de Cratino a la bebida. - -[314] _Opora_ ya hemos visto que indica el otoño y sus frutas. - -[315] Yerba astringente y tónica propinada contra los cólicos -producidos por comer mucha fruta. - -[316] Duración ordinaria de las fiestas. - -[317] Verso del _Belerofonte_ de Eurípides. - -[318] Véase al principio de la comedia cuál era el alimento favorito -del escarabajo. - -[319] _Vos expectant cupidi, arrecto pene._ - -[320] Los que les han servido para libertar a la Paz. - -[321] Metro empleado en la parábasis, que el coro ha principiado a -recitar. - -[322] El Escoliasta cree que Aristófanes alude a Éupolis y Cratino, -poetas cómicos rivales suyos. - -[323] Véase la nota a la _Parábasis_ de _Las Avispas_, donde se -encuentra repetido este pasaje relativo a Cleón. - -[324] Invectiva contra Éupolis, repetición de la que le dirigió en _Las -Avispas_, 1206. - -[325] Aristófanes era calvo. - -[326] Véase la nota sobre Carcino y sus hijos al fin de _Las Avispas_. - -[327] Jenocles, uno de los hijos de Carcino, que compuso tragedias, -abusaba en estas de la maquinaria, fiando en recursos extraños al arte -el éxito de sus dramas. - -[328] Se cree que Aristófanes alude a alguna pieza de Jenocles titulada -el ratón, que tuvo mal éxito. - -[329] Sobre Morsino y Melantio, véase la nota correspondiente al verso -401 de _Los Caballeros_. - -[330] Aristófanes censura a menudo la ampulosidad e hinchazón de estilo -de los autores de ditirambos. En _Las Aves_, 1372, 1409, vuelve a -ridiculizarlos en la persona de Cinesias. - -[331] Ion de Quíos, poeta ditirámbico, autor de una oda en que se -elogiaba la belleza del lucero matutino: compuso también comedias, -epigramas y otras poesías, y ganó el premio en un certamen trágico. En -agradecimiento, regaló a sus jueces, los atenienses, una gran cantidad -del exquisito vino de su patria. Su nombre sirve de título a uno de los -diálogos de Platón. Aristófanes le crítica en _Las Ranas_. - -[332] Opora. - -[333] Teoría. - -[334] Hay en el original un equívoco indecentísimo. - -[335] Planta de la familia de los bignoniáceas, que, sin duda por su -abundancia de semillas, era tenida en Grecia como emblema nupcial. A -los recién casados se les coronaba de hojas de sésamo y se les ofrecía -un panecillo hecho con su harina. Todavía en los tiempos presentes se -le amasa en Levante con almidón y miel, formando unas tortas que se -venden en Esmirna. - -[336] _Sed pene opus est._ - -[337] Demo del Ática. Celebrábanse en él cada cinco años fiestas en -honor de Diana. La causa de la institución de las Brauronias fue la -siguiente, según una tradición referida por el Escoliasta: «Ifigenia, -hija de Agamenón, iba a ser sacrificada en Braurón y no en Áulide, -según la Opinión más admitida, cuando Diana la sustituyó por una osa. -En recuerdo de esta intervención se instituyeron las fiestas aludidas. -Según otros, fue para apaciguar a la diosa, irritada por la muerte -de una osa, adscrita, digámoslo así, a su templo, y favorita suya. -En conmemoración de uno u otro suceso, ninguna joven ateniense podía -casarse sin haber sido consagrada a Diana de Braurón.» - -[338] En el original hay una porción de equívocos basados en la doble -acepción en que se toma a Teoría, significando unas veces una mujer y -siendo otras una denominación común a todas las fiestas. - -[339] Los que asistían a los Juegos olímpicos o ístmicos llevaban -tiendas para acampar al aire libre, pues la mucha concurrencia impedía -hallar habitaciones. Hay una alusión obscena, que hacía patente -un gesto del actor: _isthmum, nempe pudendum muliebre puellæ quam -subagitare cupit et quod domicilium peni suo alludit, seu digito, seu -phallo in aëre scribit_. - -[340] V. la nota al verso 1281 de _Los Caballeros_. - -[341] _Succum ejus lambendo hauriet irruens._ - -[342] Sus vestidos. - -[343] Hay en toda esta descripción de las fiestas una porción de -equívocos obscenos, que nos creemos dispensados de señalar. - -[344] Los pritáneos debían de presentar al Senado a los que lo -necesitaban, pero parece que no lo hacían de balde. - -[345] Sacrificio que se ofrecía a las divinidades de segundo orden. -Se ofrecían a Mercurio ollas de legumbres en recuerdo de una oblación -igual, hecha después del diluvio por los hombres que de él se salvaron, -para aplacar a Mercurio sobre la suerte de los fallecidos. - -[346] Βοΐ, _buey_, es la primera parte de βοηθεῖν, _socorrer_. El coro -no quiere oír hablar de bueyes, porque esta palabra le recuerda los -_socorros militares_ de que está tan harto. Como se ve, el juego de -palabras que resulta es intraducible. - -[347] Para comprender este pasaje, es preciso tener presente que la -palabra οἶ, _oveja_, la pronunciaban las jonios οΐ, deshaciendo el -diptongo y resultando la exclamación de desaprobación y disgusto de que -habla después el coro. - -[348] Harina tostada, espolvoreada de sal, que se empleaba en los -sacrificios, bien sola, bien para esparcirla sobre las víctimas. - -[349] Sobre Queris véase la nota al principio de _Los Acarnienses_. - -[350] _Vox græca «hordeum» notat etiam virile membrum._ Lo cual explica -la contestación siguiente. - -[351] Nombre que significa: _poner fin a los combates_. - -[352] Lago de Beocia. - -[353] Atenienses famosos por su glotonería. - -[354] Las anguilas solían aderezarse con acelgas. Las palabras que -Aristófanes pone en boca de Melantio son verosímilmente una parodia de -las de Jasón en la _Medea_. - -[355] Se compara a Estílbides, famoso adivino que acompañó a los -atenienses en su expedición a Sicilia. Su nombre etimológicamente -considerado significa _brillar, lucir_, y por eso se le ocurre a Trigeo -en el momento de encenderse la llama para el sacrificio. - -[356] Adivino poco perspicaz criticado por su arrogancia. Éupolis se -ocupó también de él en su comedia _Las Ciudades_. - -[357] Ciudad de Eubea, cuyos habitantes eran partidarios de la guerra. - -[358] La conversación de Trigeo con el esclavo debe entenderse que es -aparte. - -[359] Los lacedemonios. - -[360] Adivino mencionado en _Los Caballeros_, 123. - -[361] Los adivinos, especialmente en tiempo de guerra, eran sostenidos -en el Pritáneo a cuenta de la república. - -[362] El oráculo de Trigeo está formado de fragmentos tomados de la -_Ilíada_, I, 467; XVI, 301; XVII, 273, y de la _Odisea_, VII, 137, etc. - -[363] _Ilíada_, IX, 63, 64. (Trad. de Hermosilla.) - -[364] _Elimnio_ era, según el Escoliasta, un templo de Eubea. Otros, -apoyados en un fragmento del _Nauplios_ de Sófocles, creen que era un -escollo próximo a la isla, donde ocurrían frecuentes naufragios. - -[365] Nombre de esclava. - -[366] El canto o estridulación de la cigarra era muy agradable para los -griegos. ANACREONTE compuso una oda en honor de este insecto, y HOMERO -(_Ilíada_, III, 525) califica de armoniosa su voz. Esopo la pondera -igualmente en esta fábula: - - Un asno oyó cantar a las cigarras, - Y de su bella voz quedó prendado. - —¿El qué coméis, les preguntó envidioso, - Para sacar tan agradable canto? - —Solo rocío, contestaron ellas. - Y el asno con artístico entusiasmo, - —Solo rocío comeré, se dijo. - Y al cabo de ocho días le enterraron. - -[367] El Taxiarco venía a ser una especie de jefe de división. - -[368] Una de las doce estatuas en cuyo pedestal se fijaban las listas -de los ciudadanos que debían tomar las armas. - -[369] _Lapillis usos fuisse veteres abstergendis natibus postquam alvum -exonerassent, ostendit etiam Pluti locus_, v. 817. - -[370] Alusión a los trierarcas, que mandaban cerrar varios agujeros -en las naves para beneficiarse con el sueldo de los correspondientes -remeros suprimidos. - -[371] Véase la nota al verso 343 de esta comedia. - -[372] Planta purgante que se criaba en Egipto, aunque otros dicen que -astringente. - -[373] Versos de los _Epígonos_, poema atribuido a Homero. - -[374] Versos tomados de Homero, con ligeras alteraciones. - -[375] La palabra combate μαχή entra en la composición de Lámaco. - -[376] Nombres cuya composición envuelve la idea de consejo y lágrimas, -unidos a guerras y combates. - -[377] Versos de Arquíloco, que huyó en un combate arrojando su escudo, -y después celebró él mismo su hazaña. Cleónimo hizo lo mismo. - -[378] Nupciales. - -[379] El ANÓNIMO del Prefacio 3.º de _Las Aves_. Scholia græca in -Aristophanem, Parisiis, ed. Didot, 1855, pág. 209. - -[380] Otro ANÓNIMO autor del Prefacio 2.º de las mismas, ídem, íbidem. - -[381] Citados por el escritor de la nota precedente. - -[382] ARTAUD (_Comédies d’Aristophane_, t. II, p. 5, nota) menciona -esta hipótesis. El mismo, citando a DIÓGENES LAERCIO (lib. IX, -_Protágoras_, 4), cita el tratado de la _República_ de Protágoras, -único que podía haber sugerido a Aristófanes la idea refutada en el -texto. - -[383] _Prose_. Milano, 1876, p. 137. _Elogio degli Uccelli._ - -[384] 185 kilómetros. - -[385] Extranjero que quería pasar por ateniense. Era oriundo de Caria y -de baja extracción. - -[386] No se sabe de Filócrates más que lo que dice Aristófanes. - -[387] Vendedor de pájaros. Era de pequeña estatura y parecido a un -grajo. - -[388] Ya hemos visto que esta frase equivale a la nuestra «irse al -infierno» o «al diablo.» - -[389] Al inaugurarse una ciudad se ofrecían sacrificios. Evélpides y -Pistetero llevan los útiles necesarios. - -[390] Grito que imita al de la Abubilla. - -[391] El Reyezuelo es un pajarito, notable por una hermosa corona color -de aurora, orlada de negro por ambos lados; vive en los bosques de -Europa. - -[392] Los actores salían con máscaras y trajes imitando a las aves que -representaban. - -[393] _Fingit se præ timore cacasse, et defluente merda pedes -inquinatos habere._ En _Las Ranas_ le acontece a Baco una aventura -semejante. - -[394] Juego de palabras sobre _Fasos_, que envuelve el sentido de -delación. (V. nota al verso 726 de _Los Acarnienses_.) - -[395] El gallo era un animal originario de Persia. Las riñas de gallos, -a que alude el poeta, no se introdujeron en Atenas hasta después de las -guerras médicas. - -[396] Puerto de Atenas. - -[397] Τρόχιλος, _reyezuelo_, tiene la misma raíz que τρέχω, _correr_. - -[398] Sin duda con el ruido de sus alas. - -[399] Los nombres griegos de _selva_ y _puerta_ solo difieren en una -letra. - -[400] La Abubilla es notable por su hermoso copete longitudinal, -compuesto de dos hileras de plumas que, al elevarse, forman un penacho -color de oro con orla negra, sumamente lindo. - -[401] El pico de la Abubilla es muy largo, relativamente a su cuerpo. - -[402] Sófocles en su _Tereo_ presentó la transformación del -protagonista en pájaro, y es de creer que el personaje de Aristófanes -trajese una máscara y traje parecidos a los del héroe trágico. - -[403] Atenas acababa de equipar una flota para enviarla a Sicilia. - -[404] Alusión a la manía censurada en _Las Avispas_. - -[405] Es decir, enemigos de procesos. - -[406] Atenas. - -[407] Juego de palabras: el hijo de Escelias se llamaba _Aristócrates_: -fue uno de los principales partidarios del gobierno oligárquico, -llamado de los Cuatrocientos, que se estableció en Atenas tres años -después de la representación de _Las Aves_. (V. TUCÍDIDES, VIII, 89.) - -[408] Aristófanes supone irónicamente lo contrario del _donec eris -felix multos numerabis amicos_. - -[409] _Neque testículos attrectasti._ - -[410] La galera _Salamina_ solo se empleaba en las necesidades más -apremiantes. Destinábase principalmente a traer a Atenas los ciudadanos -fugitivos que habían de ser juzgados. En esta nave se vio obligado -a regresar de Sicilia Alcibíades, para responder a la acusación de -sacrilegio por haber mutilado las estatuas de Mercurio. Sabido es que -se escapó en el camino. (TUC., VI, 61.) Este pasaje de Aristófanes -sirve al P. Brumoy para apoyar su conjetura sobre la intención de _Las -Aves_, de que se ha hecho mérito en la Noticia preliminar. - -[411] Poeta trágico, que padecía de lepra. - -[412] Es decir, tuerto; porque Opuncio, contemporáneo de Aristófanes, -tenía este defecto. - -[413] Los recién casados se coronaban de esas plantas y comían tortas -de sésamo. Véase la nota al verso 869 de _La Paz_. - -[414] Citado en _La Paz_ (v. 1008) por su glotonería. - -[415] En _Los Caballeros_ hemos visto un juego escénico semejante. - -[416] _Polo_, de πολεῖν, _girar_. - -[417] Las palabras πόλος (_polo_) y πόλις (ciudad) son muy parecidas en -griego. - -[418] Lit.: _de hambre meliense_, frase corriente en tiempo de -Aristófanes para expresar una necesidad extremada. Su origen fue el -hambre horrible que sufrieron los habitantes de Melos durante el asedio -de los atenienses en el año dieciséis de la guerra. (V. TUC., v. 116.) - -[419] El original dice: «a mi ruiseñor», porque el nombre de este -pájaro es femenino en griego. No traducimos _Filomela_, porque -Aristófanes, así como Anacreonte, opinaba que la convertida en ruiseñor -después de la catástrofe de Itis fue Procne, y no su hermana Filomela, -como suponía la tradición aceptada por Virgilio (_Georg._, IV) y Ovidio -(_Metam._, I, 6), y por la generalidad de los escritores antiguos. - -[420] Este trecho es imitación o parodia de otros de Sófocles y -Eurípides, en que se ponderaba el canto del ruiseñor. - -[421] Pájaro que hace su nido en los agujeros de las peñas. - -[422] Zancuda, notable por el hermoso rojo de su plumaje, alternando -con un blanco deslumbrador. Su nombre vulgar es _flamenco_. - -[423] Los pavos reales eran muy poco conocidos en Atenas en tiempo de -Aristófanes, y se enseñaban por dinero, como animales raros. Véase la -nota sobre el particular en _Los Acarnienses_. - -[424] Alusión a una tragedia de Esquilo perdida. - -[425] El Escoliasta cree que es el gallo, por ser originario de Persia. - -[426] Montura ordinaria de los persas. - -[427] Para descifrar este aparente galimatías es preciso tener en -cuenta que Aristófanes hace una doble alusión a la fealdad de Filocles -y a sus plagios. Filocles, en efecto, tenía el cráneo muy puntiagudo, -lo cual le daba cierta semejanza con la Abubilla y con la Alondra, a -la que se le compara más adelante (_Aves_, 1295), al darle por apodo -el nombre de este pájaro. Compuso además _La Pandiónida_, tetralogía -de la cual formaba parte el _Tereo_, tragedia en que sin duda plagió -inconsideradamente a otra del mismo título de Sófocles. De suerte que -el texto aclarado es: «Esa tragedia titulada _Tereo_ es producción de -la fantasía de Filocles, que la tomó del _Tereo_ de Sófocles, y yo -(_Tereo_) soy el que con mis aventuras he dado asunto a ambas.» - -[428] Calias era _daduco_ (_porta-antorcha_) en los misterios de -Ceres, y asistió revestido de sus hábitos sacerdotales a la batalla de -Maratón. Un persa a quien hizo prisionero le entregó un tesoro, que fue -la base de su fortuna. Este mismo Calias fue vencedor en las carreras -de caballos de los juegos olímpicos, en memoria de cuyo triunfo llamó -Hipónico a su hijo. - -[429] Calias se había arruinado por mala conducta. - -[430] Lit.: el _catofagas_, es decir, que come con la cabeza baja. -Pájaro granívoro, según Suidas. - -[431] Alusiones a la voracidad y cobardía de Cleónimo, que, como vamos -viendo, nunca escapa sin su correspondiente lancetazo. - -[432] Los que corrían en el _diaulo_ o doble estadio llevaban un -penacho. Este juego, que era uno de los olímpicos, consistía, como -indica su nombre, en recorrer dos veces toda la extensión del campo. - -[433] Juego de palabras insustancial, basado en que λόφος significa -_cresta_ y _colina_. Se atribuía a los carios, pueblo belicoso, la -invención de los penachos. (HEROD., _Hist._, I, 171.) - -[434] _Ceirilo_, nombre de pájaro, cuya raíz significa _rasurar_, por -lo cual alude el poeta a Espórgilo. - -[435] Barbero de Atenas, cuyo establecimiento gozaba de mala fama, -según Platón el Cómico en _Los Sofistas_. - -[436] Frase proverbial equivalente a la nuestra «llevar agua al río.» - -[437] O _polla sultana_: el nombre griego, aceptado en los libros de -historia natural, es más expresivo y exacto. - -[438] Alusión a los trágicos, que hacían derramar lágrimas a Edipo -después de haberse arrancado los ojos. - -[439] Nótese la semejanza de esta escena con las análogas de _Los -Acarnienses_ y _Las Avispas_. - -[440] Reconociéndoles por atenienses. - -[441] Las estratagemas empleadas recientemente por Nicias en el sitio -de Melos le habían dado celebridad. - -[442] Lit.: ¡Eleleleu!, grito de guerra. - -[443] De la tribu de Pandión, de quien fue hija Procne, esposa de Tereo. - -[444] Lugar en que se verificaban los enterramientos. Había dos -Cerámicos; uno exterior, donde eran sepultados los que habían muerto en -el campo de batalla, y otro dentro de la ciudad, en el cual estaban los -lupanares. - -[445] Ciudad del Peloponeso, entre Corinto y Sicione, cuyo nombre -significa _pájaro_. Poco antes de la representación de _Las Aves_, los -atenienses habían sido derrotados en sus inmediaciones. - -[446] Dirigiéndose a los esclavos. - -[447] En _Los Acarnienses_, 279, hemos visto indicada la misma -costumbre de colgar las armas junto al hogar. - -[448] Fórmula empleada para la promulgación de las leyes. - -[449] Los preparativos para pronunciar un discurso y ponerse a la mesa -eran idénticos. - -[450] Nombre de un demo del Ática, que significa _cabeza_. - -[451] Los demás personajes la llevaban inclinada. - -[452] Demo del Ática. - -[453] El milano aparecía en Grecia al empezar el buen tiempo. Los -pobres celebraban su venida. - -[454] De los que llevaba en la boca, según costumbre muy generalizada. - -[455] Sin duda el saco que llevaba para traer la harina comprada con el -óbolo tragado. - -[456] Los egipcios y fenicios practicaban la circuncisión. - -[457] General ateniense, ambicioso y venal. Aristófanes se burla en -otros pasajes de su fealdad y de su manía de teñirse los cabellos (_Las -Junteras_, 630, 736). - -[458] En griego no hay más diferencia que de una letra entre el nombre -de Júpiter y el del ganso, Ζῆνα y χῆνα. Lampón era un adivino. - -[459] Nombres de pájaros y de gigantes. - -[460] _Ut mentulam eis annulo constringatis, ne amplius illas futuant._ - -[461] La comparación de Homero se refiere a Juno y Minerva y no a Iris. -Sin duda esta es una de las correcciones que ha sufrido el texto de la -_Ilíada_. - -[462] Templo y oráculo de Júpiter en Libia. - -[463] Tenía fama de moroso en sus operaciones militares. (V. TUC. VI, -25, y PLUTARCO, _Vida de Nicias_.) - -[464] Se conserva un fragmento de Arquíloco sobre esta fábula. (V. -APRAIZ, _Estudios sobre la fábula_, publicados en _El Ateneo_, tom. I, -p. 413.) - -[465] Nombres de esclavos. - -[466] Según el Escoliasta, el atavío de Procne imitaba el traje de las -cortesanas y el plumaje del ruiseñor. - -[467] _Quam ipsi crura lubens divaricarem._ - -[468] Sigue la _Parábasis_. - -[469] Filósofo citado en _Las Nubes_. (V. la nota al v. 361.) - -[470] Estos pronósticos se encuentran en _Las obras y los días_ de -HESIODO (v. 45, 448, 629.) - -[471] El timón se separaba de la nave cuando no estaba en el mar. - -[472] Famoso caco ateniense. (Vid. _Acarnienses_, 1167.) - -[473] Lit.: un _pájaro_. Empleamos la palabra _auspicio_ en cuya -composición entra el nombre de Ave. - -[474] Oída por casualidad, se entiende. - -[475] Lit.: _leche de pájaros_, que es como si dijéramos una vida de -Jauja. - -[476] Imitaciones del canto de varias aves. - -[477] Se hacía una marca en la frente a los esclavos fugitivos. - -[478] Abuelo de Espíntaro, a quien echa en cara su cualidad de -extranjero. - -[479] Véase la nota al verso 11 de esta comedia. - -[480] Se cree fue uno de los que mutilaron las estatuas de Mercurio la -víspera de la expedición a Sicilia. - -[481] Río de Tracia (hoy _Marizza_). - -[482] Cestero, que se enriqueció fabricando botellas de mimbre. - -[483] Pistetero y Evélpides vuelven provistos de alas. - -[484] Verso de _Los Mirmidones_ de Esquilo, tragedia de la cual solo se -conservan fragmentos. - -[485] Hay en el original el juego de palabras que hemos podido -conservar en la traducción. - -[486] Significa ciudad de las nubes y los cucos. - -[487] Ciudadanos que se jactaban de tener riquezas, siendo pobrísimos. - -[488] Otro lugar imaginario. - -[489] Véase la nota al verso 562 de _Los Caballeros_. - -[490] _Pelárgico_ en vez de _Pelásgico_. Se llamaban así los antiguos -muros de la ciudadela de Atenas. Además este adjetivo recuerda en -griego el nombre de las cigüeñas. - -[491] El gallo. Alusión a la metamorfosis de Alectrión, criado de -Marte, en gallo, por no haberle avisado a tiempo la venida de Vulcano, -cuando estaba entretenido en amorosos hurtos con la diosa Venus. - -[492] Los que hacían la ronda por las murallas llevaban una campanilla, -a la cual debían responder los centinelas. - -[493] En vez de χαῖρε, _adiós_, le dice οἴμωζε, _llora_. - -[494] Con el agua lustral. Véanse en _La Paz_ ceremonias idénticas. - -[495] Los flautistas se colocaban una correa delante de la boca. - -[496] En esta oración burlesca van mezclados nombres de dioses y aves. -El poeta dice Σουνιάρακε en vez de Σουνιάρατε, _dios adorado en Sunio_, -epíteto de Neptuno. - -[497] Ὀρτυγομήτρα, que significa _madre de las codornices_ y de la isla -_Ortigia_ o Delos que acogió a Latona. - -[498] Sobrenombre de Diana. - -[499] Alude a la traza de avestruz de Cleócrito. - -[500] Como Quíos era una de las aliadas más fieles de Atenas, las -oraciones solían terminar con la fórmula: «en favor de Atenas y de -Quíos», que el sacerdote añade a su súplica como por la fuerza de la -costumbre. - -[501] Los esclavos llevaban el cabello rapado. La cabellera larga era -signo de ingenuidad y nobleza. En cuanto a los poetas de cierta índole, -parece que también en aquellos tiempos eran melenudos. - -[502] Llamábanse _partenias_ las los versos cantados por coros de -doncellas. - -[503] A los diez días de su nacimiento se ponía nombre a los niños, -celebrándose este suceso con un banquete. Aristófanes, al mismo tiempo -que parodia el estilo y versificación de la poesía lírica, intercala -unos versos de Píndaro sobre Hierón, fundador de Etna, en Sicilia. - -[504] Dirigiéndose a uno de los presentes. - -[505] Hierón había regalado a Píndaro un tiro de mulas, y el poeta le -pedía además un carro. - -[506] Galimatías poético, parodia del estilo ditirámbico. - -[507] Que el sacerdote iba a sacrificar. - -[508] Adivino citado varias veces (_Los Caballeros_, 123; _La Paz_, -1070). - -[509] Que era el sitio que ocupaba _Orneas_, de que antes se ha hablado. - -[510] Personas ya citadas. - -[511] Célebre astrónomo y geómetra, autor del ciclo de diez y nueve -años, destinado a armonizar el año solar y el lunar. La aceptación de -este ciclo produjo algunas alteraciones en el calendario ateniense, de -que ya se ocupó Aristófanes en _Las Nubes_. - -[512] La aldea de Colona debía a Metón el establecimiento de una fuente. - -[513] Comparación atribuida al pitagórico Hippón. (V. _Las Nubes_, 95.) - -[514] Alusión a la ley de _Xenelasia_, vigente en Lacedemonia. - -[515] Magistrados encargados de recibir a los extranjeros que venían -a Atenas. Cada ciudad extranjera tenía en Atenas sus próxenos, cuyas -funciones se parecían algo a las de nuestros cónsules. - -[516] Los inspectores estaban encargados de vigilar las ciudades -tributarias de Atenas. - -[517] Citado antes, y en _La Paz_, 1008. - -[518] Sátrapa persa. - -[519] Habitantes de Olofixo, ciudad situada al pie del monte Atos, -dependientes de Atenas. Nefelococigia es considerada por los atenienses -como una colonia suya, y por eso tratan de imponerle las leyes de la -metrópoli. - -[520] Pueblo de invención de Aristófanes, cuya radical significa -«llorar.» - -[521] El mes _Muniquion_ principiaba, según el ciclo de Harpalo, el 6 -de mayo, y según el de Metón, el 28 de marzo. Llamábase así, por las -fiestas Muniquias en honor de Diana y en conmemoración de la batalla de -Salamina en Chipre, que se celebraban en él. - -[522] Diágoras, después de la destrucción de Melos, su patria, se -estableció en Atenas, distinguiéndose por su impiedad, divulgando los -misterios de Eleusis y tratando de disuadir a los ciudadanos de su -iniciación. Con este motivo fue acusado y tuvo que huir, pereciendo -en un naufragio. Los atenienses pusieron precio a su cabeza. Como una -prueba de su irreligiosidad se cita que no teniendo leña para hacer la -comida, echó al fuego una estatua de Hércules, diciendo: «Debes hacer -en obsequio mío un decimotercero trabajo, que será el de cocer estas -lentejas.» - -[523] Vimos ya en _Las Avispas_ que los atenienses prodigaban las -acusaciones de tiranía. Aristófanes se burla de los oradores que las -presentaban. - -[524] Después de su célebre juicio para la adjudicación de la manzana -de oro. - -[525] Las monedas atenienses tenían grabada una figura de lechuza. -Estas monedas acabaron por llamarse _lechuzas_, así como entre nosotros -el nombre de _peluconas_ y _perros chicos_ sirve para designar las -onzas de oro y las monedas de 5 céntimos de peseta. - -[526] En griego ἀετός, significa _águila_ y _frontón_. - -[527] Era costumbre colocar sobre las estatuas unas cubiertas de metal -para librarlas de las inmundicias de los pájaros. - -[528] Lit.: _Alpheum spirans_, frase que quiere indicar que venía con -el sobrealiento de los que acaban de correr en estadio olímpico que -estaba a la orilla del Alfeo. - -[529] Proxénides y Teógenes han sido citados antes. - -[530] Como se ve, también se conocían las andaluzadas en Atenas. - -[531] O cien _orgías_, que equivalen próximamente a 185 metros. - -[532] Las grullas se lastran con piedras, dice el Escoliasta, para no -ser arrastradas por el viento, y para conocer al arrojarlas si vuelan -sobre el mar o sobre la tierra. - -[533] Parodia del proverbio: «¿Qué no harán las manos?» - -[534] Navío, por las alas que le sirven de velas o de remos; y casco, -por el penacho. - -[535] Pistetero continúa fijo en su idea de que Iris es una nave. La -_Paralos_ y la _Salamina_ eran las dos galeras sagradas, célebres por -su velocidad. Véase antes la nota sobre la _Salamina_. - -[536] Escoge esta ave por ser _bene coleatus_, τρίορχος. - -[537] Parodia del estilo trágico. - -[538] Parodia del verso 686 de la _Alceste_ de Eurípides. - -[539] Tomado de la _Níobe_ de Esquilo. - -[540] Nombre de un pájaro y de un gigante. Su denominación vulgar es -_polla sultana_. Sabido es en qué grave aprieto pusieron los gigantes a -Júpiter. - -[541] El Escoliasta dice que la frase aparte debe entenderse: «hazme -callar.» Boissonade propone la interpretación que seguimos. - -[542] V. _Las Nubes_, v. 835. - -[543] Había en Atenas riñas de codornices a semejanza de las de gallos. - -[544] Nombre de esclavo. - -[545] Es decir, de ruiseñores, de alondras, de cisnes y demás aves -cantoras. - -[546] De águilas, cornejas, etc. - -[547] De porfiriones, gaviotas, mergos, etc. - -[548] Parodia del _Enomao_ de Sófocles. - -[549] La palabra que en griego significa _ley_, solo se diferencia en -el acento de la que significa _pasto_. - -[550] Alusión a algún pájaro llamado el _huérfano_. - -[551] Los atenienses estaban entonces sitiando a Anfípolis, en Tracia. - -[552] Tomado de Anacreonte. Cinesias era un poeta ditirámbico cuyo -estilo hinchado y pretencioso parodia Aristófanes. - -[553] Cinesias era muy alto y delgado. El epíteto _filirino_ (de tilo) -que Aristófanes le da, puede significar largo y estrecho como una -percha. - -[554] Grito con que en las naves se mandaba detenerse a los remeros. - -[555] Leotrófides era un poeta ditirámbico notable por su flacura y -palidez. - -[556] Versos tomados de _Alceo_. - -[557] Es decir, de la primavera, porque su raído manto no le podía -librar del frío. - -[558] Parodia del verso de _Los Mirmidones_ de Esquilo: «¡Armas! -¡Necesito armas! ¡Necesito armas!» - -[559] Ciudad de Acaya, notable por los mantos de abrigo que en ella se -fabrican. Era la _Palencia_ de los griegos. - -[560] Los atenienses obligaban a sus aliados insulares y continentales -a traer sus negocios a los tribunales de la metrópoli. Esto, que era un -vejamen gravísimo, lo defiende, sin embargo, JENOFONTE en su _República -ateniense_. - -[561] Diítrefes era un rico que tenía muchos caballos. Ya hemos visto -en _Las Nubes_ que la afición a la equitación era muy común y ruinosa -en los jóvenes atenienses. - -[562] Esto se lo dice enseñándole unos azotes de cuero. Los de Córcira -tenían fama. - -[563] _Cardias_ era una ciudad de Tracia cuyo nombre significa -_corazón_ o _valor_. Esto y lo siguiente son burlas sobre la cobardía -de Cleónimo, tantas veces mencionada. - -[564] Célebre ladrón, cuyo encuentro era peligroso de noche. Véase la -nota al verso 1167 de _Los Acarnienses_. - -[565] Trata de saber si está el cielo cubierto o despejado. - -[566] Duraban cinco días y se ayunaba el tercero. - -[567] Apolo era el patrono de los ciudadanos de Atenas; como -Execéstides era extranjero, su patrono debía de serlo también. - -[568] Nombre de un pueblo de Tracia. - -[569] Ἐπιτριβίης, tiene cierta semejanza con _Tríbalo_. - -[570] Prometeo regaló el fuego a los hombres, incurriendo por esto en -el enojo de Júpiter. - -[571] Célebre misántropo. - -[572] Ya hemos visto en _Los Acarnienses_ que era costumbre llevar un -quitasol detrás de las canéforas. - -[573] Seres fabulosos que habitaban en la zona _tórrida_. Sus pies -eran más grandes que el resto del cuerpo, de suerte que cuando el -calor se dejaba sentir con exceso, adoptaban la posición cuadrúpeda y -se servían de uno de sus pies como de quitasol, de donde les vino el -nombre de _esciápodas_. Aristófanes coloca a los filósofos socráticos -en este país, para indicar su constitución física empobrecida por las -cavilaciones, y su poca policía. - -[574] Este orador era notable por su cobardía. El mismo Jenofonte, de -ordinario inofensivo, dice de él en el _Banquete_, que no se atrevía a -mirar de frente una lanza. (Véase _La Paz_, 395, nota.) - -[575] Vid. HOMERO, _Odisea_, IX. - -[576] Véase la nota correspondiente en _Las Nubes_. - -[577] Lo ordinario era recoger el manto sobre el hombro izquierdo, como -nuestros embozos. - -[578] General que para cubrirse las úlceras de las piernas se dejaba -caer el manto. - -[579] Fingiendo no haberlos visto. - -[580] Dulcificando la voz a la vista de los preparativos culinarios. - -[581] Neptuno jura burlescamente por sí mismo. - -[582] Jerga ininteligible. - -[583] El texto de la ley está en prosa. - -[584] Formalidad que solo se llenaba con los hijos legítimos. - -[585] Tal parece ser el sentido de las incorrectas palabras del -Tríbalo. Sus colegas no le comprenden bien. - -[586] Nombre de un puerto en la isla de Quíos. Envuelve la idea de -delación y es una alusión a los sicofantas y oradores. - -[587] Palabra compuesta de dos que significan _lengua_ y _vientre_, es -decir, los que viven del producto de su lengua. - -[588] La palabra σῦκον, _higo_, entra en la composición de _sicofanta_ -o _delator_. - -[589] Gorgias, célebre retórico y sofista. Platón dio su nombre a uno -de sus más bellos diálogos. Filipo se cree que era un delator. - -[590] V. _La Paz_, verso 1060. - -[591] Tecnicismo coreográfico. - -[592] Así lo indica el Anónimo autor de su prefacio: ἐκλήθη Λυσιστράτη -παρὰ τὸ λῦσαι τὸν στρατόν. - -[593] Lisístrata se queja (v. 104) de que su marido hace siete meses -que está de guarnición en Pilos, que fue recobrado por los lacedemonios -el año 23 de la guerra; habla después de la defección de los milesios -(v. 108), que tuvo lugar al principio del año vigésimo de la guerra. -La alusión a desastres recientes (v. 586) solo puede referirse a los -de Sicilia, y la libertad con que habla de Pisandro hace suponer que -estaba ya abolido el gobierno oligárquico de los Cuatrocientos, que -cayeron en el año 21 de la guerra (Véase TUCÍDIDES, VIII). - -[594] Las divinidades citadas por Lisístrata eran todas favorables a -la crápula y la disolución. Para explicar el sobrenombre de _Colíade_, -dado a Venus, el Escoliasta cuenta la siguiente tradición. Unos -bandidos se apoderaron de un joven ateniense, y le ataron todos los -miembros (κωλῆ), pero le libertó la hija del capitán de la banda. En -recuerdo de esta prueba de amor, el joven edificó un templo y lo dedicó -a Venus, que se llamó _Colíade_, del nombre de los miembros desatados. -Sobre la advocación de _Genetílide_ véase _Las Nubes_, nota al verso 52. - -[595] Ya hemos visto lo estimadas que eran las del lago Copáis. - -[596] Especie de túnica que no se sujetaba con ceñidor. - -[597] Especie de calzado. - -[598] Para pasar de Salamina al Ática, de la cual estaba separada -por un canal de poca anchura. Hay en el texto uno de los equívocos -indecentes de que está plagada la comedia. - -[599] Sin duda, porque habiendo sido su país muy castigado por la -guerra, debían de ser más solícitas en procurarse la paz. - -[600] Teógenes era un hombre rico y supersticioso, que no emprendía -nada sin consultar a una estatua de Hécate, diosa, según la creencia -vulgar, de los honores y la buena fortuna. Su mujer era natural que -siguiese sus prácticas. - -[601] Aldea del Ática. - -[602] Lámpito era hija de Leotíquides, mujer de Arquidamo, y madre de -Agis, los tres reyes de Lacedemonia. - -[603] Juramento ordinario de los Espartanos. Todo lo que dicen Lámpito -y las demás lacedemonias está en dialecto dórico. - -[604] En una especie de danza llamada _bibasis_. Alusión a los -ejercicios gimnásticos que los jóvenes de ambos sexos hacían en Esparta. - -[605] Para ver si están gordas. - -[606] El poleo crecía espontáneamente y con mucha abundancia en Beocia. -La frase alude a una costumbre del tocador griego. - -[607] Célebre por sus muchas y bellas cortesanas, que se hacían pagar -muy caros sus favores; de donde vino el proverbio: _No todos pueden ir -a Corinto_. - -[608] General ateniense, cuya lealtad a la república era sospechosa. -Parece que las tropas de Atenas estaban, cuando se representó la -Lisístrata, vigilando a los pueblos de la Tracia, y no muy seguros de -su general Éucrates. - -[609] En la Noticia preliminar a _Los Caballeros_ vimos que -los atenienses se habían apoderado de esta plaza fuerte de los -lacedemonios: estos no consiguieron recobrarla hasta dos años después -de la representación de la Lisístrata, o sea en el 22 de la guerra del -Peloponeso. - -[610] Lit: _Sed nec mœchi relicta est scintilla. Ex quo enim nos -prodiderunt Milesii, ne olisbum quidem vidi octo digitos longum qui -nobis esset coriaceum auxilium._ El Reverendo P. Lobineau hizo, según -M. Artaud, un sabio comentario sobre tan resbaladiza materia. La -defección de los milesios, por consejo de Alcibíades, tuvo lugar el año -vigésimo de la guerra (Véase TUC., VIII, 17). - -[611] Aristófanes echa en cara a menudo a las mujeres su afición a la -bebida. - -[612] En el _Banquete_ de Platón, usa nuestro poeta la misma -comparación, al desenvolver su peregrina teoría sobre la belleza y el -amor. - -[613] Monte de la Laconia. - -[614] Lit: _Abstinendum est a pene_. La proposición de Lisístrata -produce malísimo efecto en su auditorio. - -[615] Lit: «No somos más que Neptuno y barca.» Expresión proverbial, -cuyo equivalente es el indicado en el texto. - -[616] Amorgos era una de las Cícladas, entre Naxos y Cos. Se fabricaban -en ella telas finísimas, casi transparentes, y de gran precio. Algunos -suponen que estas telas se llamaban así, o a causa de su color, o por -la planta de que estaban hechas. (V. SUIDAS, _Etym. magn._; POLLUX, -VII, 16.) - -[617] Siempre que se trata del amor, usa Aristófanes expresiones de una -obscenidad intraducibie, aunque muy gráficas. - -[618] Alusión a la _Andrómaca_ de Eurípides, v. 620. - -[619] Este proverbio se aplicaba a los que se toman un trabajo inútil. -_Intelligit femina penem coriaceum de quo supra_. Ferécrates era un -poeta cómico contemporáneo de Aristófanes que citó ese proverbio en -alguna de sus piezas. - -[620] En él había de reserva mil talentos. El templo de Minerva estaba -en la ciudadela. - -[621] Los alguaciles y arqueros de Atenas eran casi todos escitas; y -Lisístrata quiere conformarse con la costumbre. - -[622] Alusión a _Los Siete contra Tebas_, donde los jefes prestan un -juramento en la forma indicada por Lisístrata. - -[623] _Mentulam innuit, ex aliqua venerea statura quæ equestris -dicitur._ - -[624] Parodia de Esquilo. - -[625] Para jurar se ponía la mano sobre la víctima; costumbre que se ha -conservado. - -[626] Dice esto echando vino en la copa. - -[627] Esta circunstancia era de buen agüero en los sacrificios. - -[628] La primera que jurase debía beber también la primera. - -[629] En los festines parece que se echaban suertes para fijar el orden -en que habían de beber los convidados. - -[630] _Maligne ei præbebo et motus non addam._ - -[631] Hemos eliminado la traducción de dos versos cuya versión latina -es: _Non tollam calceos sursum ad lacunar. Non conquiniscam instar -leœnæ in cultri manubrio._ - -[632] Acuden a los gritos de las mujeres cargados de haces de leña para -incendiar las puertas de la ciudadela y quemar a las invasoras. Estas -se aprestan a una resistencia enérgica. - -[633] Se cree que sea Lisístrata. Licón era un demagogo que entregó -Naupacto a los enemigos. Los demás nombres de esta primera parte del -coro son de pura invención. - -[634] Rey de Lacedemonia, que un siglo antes de la representación de la -_Lisístrata_ consiguió apoderarse de la ciudadela. Tuvo que capitular. -(V. HEROD., V, 62.) - -[635] Distrito del Ática, llamado así porque lo formaban cuatro aldeas: -Maratón, Enoe, Probalnito y Tricoriso. - -[636] Las mujeres de Lemnos asesinaron en cierta ocasión a sus maridos: -más tarde, los habitantes de aquella isla, para vengarse de los -atenienses que les habían injuriado, les arrebataron muchas de sus -mujeres y mataron los hijos que nacieron de este concubinato. Todo -esto hacía que los isleños de Lemnos tuviesen malísima reputación, -formándose como expresión de esta idea la frase Κακὸν λήμνιον, _peste -de Lemnos_, para indicar las cosas peores. - -[637] Es decir, partidario de la democracia, cuyo gobierno acababa de -establecerse en Samos. (V. TUC., VIII.) - -[638] Distinto del primero, y compuesto de mujeres que acuden con -cántaros de agua en auxilio de sus compañeras. - -[639] Otras ediciones ponen estas palabras en boca de Estratilis. - -[640] Alusión a un verso en que Hipponax amenazaba a Búpalo. Este -Búpalo era un escultor célebre, que representó a Hipponax con toda -su deformidad natural, por lo cual el poeta escribió contra él tan -violenta sátira, que el escultor se ahorcó desesperado. - -[641] _Et nunquam alia canis testiculis te prehendet_; dando a -entender, _quia ego tibi prius avellam_. - -[642] Lit.: _Aqueloo_, nombre de un río. - -[643] En griego Πρόβουλος. Las atribuciones de estos magistrados no -están bien definidas: unos creen que eran una especie de jefes de -policía; otros que su misión se reducía a preparar los asuntos que -habían de discutirse en el Senado; y otros, en fin, opinan que era un -cargo extraordinario creado en épocas críticas, como en tiempo de la -invasión de Jerjes y después de las derrotas en Sicilia. - -[644] Fiestas en honor de Adonis que duraban dos días y eran celebradas -solo por las mujeres. En el primero lamentaban su muerte dando gritos -sobre los terrados de las casas; y en el segundo, se regocijaban como -si hubiese vuelto a la vida. - -[645] Este orador, enemigo de Nicias, sostuvo la conveniencia de la -expedición de Sicilia, en que murió aquel general. Aristófanes venga la -muerte de su amigo. - -[646] Parodia del apodo _Buciges_ (_buey de tiro_), que tenía -Demóstrato. Le llama _Colociges_ por su locura, fatal a Atenas (χόλος, -_locura furiosa_). - -[647] _Qui penem habet haud quaquam puerile._ - -[648] De la ciudadela, donde se guardaba el dinero del Estado. - -[649] Hija de Cécrope, por la cual juraban las atenienses. - -[650] _Mox cacabis calcatus._ - -[651] Para curarse las heridas. - -[652] La legión femenina da una buena soba a los arqueros. - -[653] Véanse _La Paz_, 395; _Las Aves_, 1556, nota. - -[654] Las últimas palabras se las dirige Héctor a Andrómaca en la -_Ilíada_, VI. - -[655] Es decir, en juzgar. (V. _Los Caballeros_, 41.) - -[656] Venus. - -[657] _Si viris tentiginem jucundam ingeneraverint, ut quasi baculos -penes erigant..._ - -[658] Nombre que significa: _las terminadoras de la guerra_. - -[659] Jefe de caballería de una tribu. - -[660] Tereo reinó en Tracia. - -[661] Alusión a la reciente derrota de Sicilia. - -[662] Para averiguar cuándo le llegará el turno. - -[663] Para ofrecerla al Cerbero, según el rito funerario. - -[664] Barquero del infierno. - -[665] Era costumbre exponer los cadáveres delante de la casa. - -[666] Verso tomado del escolio de Harmodio. Todo este coro tiende a -ridiculizar la suspicacia ateniense, a la cual todo se le antojaban -maquinaciones para restablecer la tiranía. - -[667] Amenaza dirigida a los viejos. - -[668] Lit.: _fui osa en las Brauronias_. Véase la nota al verso 874 de -_La Paz_. - -[669] Las canéforas, jóvenes de familias distinguidas que llevaban los -canastillos en las procesiones, solían llevar un collar de higos. - -[670] En tiempo de las guerras médicas cada ciudadano contribuyó según -sus medios, formándose de esta manera un gran fondo de reserva. - -[671] Reina de Caria: acompañó a Jerjes en su expedición contra Grecia -e hizo prodigios de valor. (Véase HERÓDOTO, VII, 99.) - -[672] El cuadro del combate de las Amazonas y Teseo estaba en el Pecilo. - -[673] Estando interrumpido el comercio con Beocia por la guerra, no -venían al mercado ateniense sus exquisitas anguilas. - -[674] Parodia del _Telefo_ de Eurípides. - -[675] Que estaba al norte de la ciudadela. - -[676] Hombre de mala conducta. - -[677] Lit.: _anfidromia_, ceremonia que consistía en dar vueltas -alrededor del altar con el niño, al quinto día de su nacimiento. - -[678] Creían los atenienses que una gran serpiente o dragón estaba -encargado de guardar el templo y la Acrópolis. - -[679] Las lechuzas abundaban muchísimo en Atenas. - -[680] JENOFONTE (_Cinegética_, I) cita un Melanión que consiguió la -mano de Atalanta como premio a sus esfuerzos en la caza. Pero la fábula -cantada por el coro hace sospechar que no se refiere al mismo. - -[681] _Mirónides_ era un general que ganó la batalla de Enófito -(TUC., I, 108). — Sobre _Formión_ véase la nota al verso 562 de _Los -Caballeros_. - -[682] Llamado el Misántropo. Llevó su aborrecimiento a los hombres al -extremo de que habiéndose roto una pierna dejó que se le gangrenase la -herida y murió, por no querer llamar a un médico. - -[683] _Cunnum ostendes._ - -[684] El templo de Ceres Cloe (_Protectora de los trigos verdes_) -estaba próximo a la Acrópolis. - -[685] Es decir, el juramento que sobre la copa prestó. - -[686] ¡_Quanta discrucior convulsione et tentigene_! - -[687] _Maman_ era el nombre familiar con que los niños llamaban a sus -madres. - -[688] _De pene loquitur tamquam de puella recenti partu edita, cui -nutrice opus sit._ - -[689] Filóstrato. Véase _Los Caballeros_, 1069. - -[690] _Deinde in mentulam incidat, et infigatur._ - -[691] Lit.: un _Conísalo_, especie de sátiro. El nombre con que le -sustituimos excusa una nota sobre la forma de presentarse el heraldo. - -[692] _Sed arrigis, o impurissime._ - -[693] La _Escítala_ era un bastón cilíndrico y prolongado que los -lacedemonios entregaban a cada general que partía a la guerra. En -Lacedemonia quedaba otro idéntico, y cuando querían enviar un despacho -secreto rollaban una correa al bastón y escribían a lo largo; después -la desenrollaban, de suerte que lo escrito solo podía ser entendido por -el general que volvía a colocar la correa en torno de su _escítala_. - -[694] Nombre de una ciudad de Acaya y de una cortesana. - -[695] Dios de la lascivia. - -[696] Demo del Ática, rodeado de bosques y pantanos. Sus mosquitos, a -lo que parece, eran de marca mayor. - -[697] Nueva alusión a las derrotas en Sicilia y a la de Eritrea (Véase -TUCÍDIDES, VIII, 95). - -[698] Habitantes de Caristio en Eubea, que tenían fama de malas -costumbres. - -[699] Llamado en _Los Acarnienses_ (885) «Oprobio de los colargienses.» -Su nombre, como el de Lisístrata, significa: «Terminador de la guerra.» - -[700] Lit.: _Convención, tratado_ Διαλλαγή, personificada como _Opora, -Teoría_, etc. - -[701] Cuando el negocio de Pilos, principalmente. - -[702] Mentula prehensum duc. - -[703] Véase TUCÍDIDES, I, 102. - -[704] El traje militar de los lacedemonios era de color de púrpura. - -[705] Se refiere a un terremoto y a una sublevación de los _Mesenios_ e -Hilotas. (Véase TUCÍDIDES, _id._) - -[706] Ὁ πρωκτός. - -[707] Hipias, hijo de Pisístrato, mandó a una multitud de atenienses -desocupados a cultivar las tierras, obligándoles a vestirse la túnica -corta de los esclavos, para que la vergüenza les impidiera volver a la -ciudad. - -[708] Hay muchos equívocos en el texto. - -[709] Alusión a sus disolutas costumbres. - -[710] Canción guerrera, inoportuna en un banquete para solemnizar la -paz. - -[711] Madre de las Musas. - -[712] Promontorio de Eubea junto al cual los atenienses derrotaron a -Jerjes. - -[713] Baco. - -[714] Sobrenombre de Apolo, por el magnífico templo que le consagró -Amiclas, hijo de Lacedemón, en la orilla derecha del Eurotas, cerca de -Esparta. - -[715] Sobrenombre tomado del templo con puertas de bronce (χαλκός) que -Minerva tenía en Eubea. - -[716] Cástor y Pólux. - -[717] Río que pasaba por Esparta. - -[718] Diana, y no Helena; pues esta ni fue diosa ni casta. - -*** END OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK COMEDIAS, TOMO 2 DE 3 *** - -Updated editions will replace the previous one--the old editions will -be renamed. - -Creating the works from print editions not protected by U.S. copyright -law means that no one owns a United States copyright in these works, -so the Foundation (and you!) can copy and distribute it in the -United States without permission and without paying copyright -royalties. 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Hart was the originator of the Project -Gutenberg™ concept of a library of electronic works that could be -freely shared with anyone. For forty years, he produced and -distributed Project Gutenberg™ eBooks with only a loose network of -volunteer support. - -Project Gutenberg™ eBooks are often created from several printed -editions, all of which are confirmed as not protected by copyright in -the U.S. unless a copyright notice is included. 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You may copy it, give it away or re-use it under the terms -of the Project Gutenberg License included with this eBook or online -at <a href="https://www.gutenberg.org">www.gutenberg.org</a>. If you -are not located in the United States, you will have to check the laws of the -country where you are located before using this eBook. -</div> -</div> - -<p style='display:block; margin-top:1em; margin-bottom:0; margin-left:2em; text-indent:-2em'>Title: <span lang='es' xml:lang='es'>Comedias, tomo 2 de 3</span></p> -<p style='display:block; margin-left:2em; text-indent:0; margin-top:0; margin-bottom:1em;'><span lang='es' xml:lang='es'>Las Avispas, la Paz, las Aves, Lisístrata</span></p> -<p style='display:block; margin-top:1em; margin-bottom:0; margin-left:2em; text-indent:-2em'>Author: Aristófanes</p> -<p style='display:block; text-indent:0; margin:1em 0'>Release Date: January 14, 2023 [eBook #69799]</p> -<p style='display:block; text-indent:0; margin:1em 0'>Language: Spanish</p> - <p style='display:block; margin-top:1em; margin-bottom:0; margin-left:2em; text-indent:-2em; text-align:left'>Produced by: Ramón Pajares Box. (This file was produced from images generously made available by The Internet Archive/Universidad de Sevilla.)</p> -<div style='margin-top:2em; margin-bottom:4em'>*** START OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK <span lang='es' xml:lang='es'>COMEDIAS, TOMO 2 DE 3</span> ***</div> - -<div class="front"> - <hr class="full"> - <p><a href="#ToC">Índice</a></p> - <p><a href="#Notas">Notas</a></p> - <h1 class="faux">Comedias (2 de 3)</h1> -</div> - -<div class="transnote" id="tnote"> - <p class="tnotetit">Nota de transcripción</p> - <ul> - <li>Los errores de imprenta han sido corregidos.</li> - - <li>La ortografía del texto original ha sido modernizada de acuerdo con - las normas publicadas en 2010 por la Real Academia Española.</li> - - <li>También se han modernizado las transcripciones de los nombres - propios y gentilicios de origen griego.</li> - - <li>Las notas a pie de página han sido renumeradas y colocadas al final - del libro.</li> - - <li>Las páginas en blanco han sido eliminadas.</li> - </ul> -</div> - -<div class="screenonly x-ebookmaker-drop"> - <hr class="chap"> - <div class="figcenter"> - <img class="thin" - style="width: 24em; height: auto;" - src="images/cover.jpg" - alt="Cubierta del libro"> - </div> -</div> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="tit"> - <p><span class="pagenum" id="Page_i">p. i</span></p> - <p class="fs110 lh150 ws1">BIBLIOTECA CLÁSICA</p> - <p class="fs75 lh150 ws1">TOMO XXXIV</p> - <hr class="fil"> - - <p class="fs175 lh150 g1 ws1 mt15">COMEDIAS</p> - <p class="fs75 lh150 g1 mt05">DE</p> - <p class="fs250 lh150 g0 ws1 mt03">ARISTÓFANES</p> - - <p class="fs60 ws1 mt2">TRADUCIDAS DIRECTAMENTE DEL GRIEGO</p> - <p class="fs60 mt15">POR</p> - <p class="fs90 ws1 mt1">D. FEDERICO BARÁIBAR Y ZUMÁRRAGA</p> - - <div class="cajatit"> - <p>TOMO II.</p> - </div> - - <p class="lh0 g2">MADRID</p> - <p class="lh0 asc g1 ws1">LUIS NAVARRO, EDITOR</p> - <p class="smaller lh0 asc g1 ws1">COLEGIATA, NÚM. 6</p> - <p class="lh0">—</p> - <p class="fs90 lh0 g0">1881</p> -</div> - - -<div class="chapter pt6" id="Ch1"> - <hr class="chap"> - <p><span class="pagenum" id="Page_1">p. 1</span></p> - <h2 class="nobreak g1 ws1">LAS AVISPAS.</h2> - <hr class="chap"> -</div> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch1-1"> - <p><span class="pagenum" id="Page_3">p. 3</span></p> - <h3>NOTICIA PRELIMINAR.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<p>A deplorable estado llegó la administración de justicia -en Atenas durante los primeros años de la guerra del Peloponeso. -Contribuían a ello grandemente de un lado la defectuosa organización -de los tribunales, y de otro la manía de juzgar, litigar y perorar en -público, desarrollada en los atenienses con una furia de que no hay -otro ejemplo. Entre los principales vicios de aquel sistema, aparece -desde luego como de más bulto el de la multiplicidad de los tribunales. -Basta, en efecto, recordar los nombres del Areópago, el Heliástico, el -Epipaladio, el Epidelfinio, el Enfreacio, el Epipritáneo, el Epitalacio -y las Curias del Arconte epónimo, del Arconte-rey, del Polemarca, de -los Tesmotetas, de los Once, de los Catademos, de los Diatetas y de los -Nautódicos, con sus mal definidas y a veces encontradas atribuciones, -para comprender a cuántos abusos y entorpecimientos daría<span -class="pagenum" id="Page_4">p. 4</span> lugar complicación semejante. -Y, sin embargo, leemos con asombro en Jenofonte que con ser tantos los -tribunales y dotados de personal numeroso, no eran todavía bastantes -para dar solución a las infinitas cuestiones que a su decisión se -sometían. «Muchos particulares, dice, vense obligados a esperar todo un -año antes de poder presentar su demanda al Senado o al pueblo, porque -la multitud de negocios es tal, que impide dar audiencia a todo el -mundo.<a id="FNanchor_1" href="#Footnote_1" class="fnanchor">[1]</a>» -Pero el origen y verdadera fuente de las infamias y abusos que los -jurados atenienses cometieron debe buscarse, sin duda alguna, en la ley -de Solón que, equiparando la administración de justicia al ejercicio -de los derechos políticos, permitía a todo ciudadano de treinta -años formar parte de los tribunales; pues, como para el altísimo -cargo de juzgar no se exigía circunstancia alguna de moralidad ni -ilustración, los jueces eran fácilmente engañados por los oradores, -que, o tergiversando los hechos, o falseando la ley, o enterneciendo -al tribunal con peroraciones elocuentes, le hacían pronunciar fallos a -todas luces injustos.</p> - -<p>Así se explican hechos como el del anciano Tucídides<a -id="FNanchor_2" href="#Footnote_2" class="fnanchor">[2]</a>, envuelto -por la elocuencia de un hábil abogado, y condenado, no obstante -su inculpabilidad, a una crecida multa: así se explica también, -dice el citado Jenofonte<a id="FNanchor_3" href="#Footnote_3" -class="fnanchor">[3]</a>, que tantos inocentes<span class="pagenum" -id="Page_5">p. 5</span> pereciesen víctimas de su altivez, mientras -muchos criminales conseguían la absolución libre. Y si esto ocurría -cuando los jueces eran ignorantes sin dejar de ser honrados, calcúlese -a qué extremo llegarían los abusos cuando las agitaciones políticas y -la guerra crearon tal estado de cosas, que el soborno, la venalidad -y la falta de independencia llegaron a ser lo más corriente y -ordinario.</p> - -<p>Ya en <i>Los Acarnienses</i> y <i>Los Caballeros</i> pudimos -observar que los campesinos refugiados en Atenas al verificarse la -primera incursión lacedemonia, invadieron los tribunales e hicieron -un modo de vivir de la profesión de juez. Faltos de ocupación y -víctimas de una miseria que las escasas distribuciones de víveres no -podían remediar, tenían su único recurso en los tres óbolos que el -Estado pagaba por sesión: expuestos por su penuria a la venalidad y -al soborno, sucedía que en los negocios privados daban su voto al -rico particular que se lo compraba, y en los asuntos de interés común -obedecían dócil y ciegamente al demagogo, de cuya voluntad dependía el -cobrar o no su sueldo.</p> - -<p>A aumentar el desconcierto y escandalosos abusos de los tribunales, -contribuía no poco aquella extraña afición de los atenienses a todo -lo que fuera litigio, proceso y discusión, avivada por los odios de -partido que dividían su democracia.</p> - -<p>A este propósito dice discretamente Artaud: «Los debates entre -particulares fácilmente se transformaban en Atenas en públicas -acusaciones; todo hombre distinguido era pronto sospechoso de -aspirar<span class="pagenum" id="Page_6">p. 6</span> a la tiranía; -el derecho de acusar, concedido a todo ciudadano, secundaba las -animosidades, las venganzas, y sobre todo, esas pasiones envidiosas y -malignas de que adolecen los gobiernos populares; la delación era ya -un oficio, y el que denunciaba a un conspirador era bien acogido con -seguridad: he aquí, pues, una fuente abundante de procesos. En fin, el -pasar la vida entera en la calle y en la plaza, producía una continua -necesidad de diversiones y pasatiempos; los oradores, los sofistas, -los retóricos, cuya única ocupación era el perorar, encontraban -siempre una multitud de ociosos, ávidos de escucharles: los discursos -de los abogados en los tribunales no se oían con menos afán que las -arengas políticas; era esto una diversión como otra cualquiera, y -todos los días el pueblo se apiñaba alrededor de la maroma que marcaba -el recinto de los jueces en la plaza de Helia.<a id="FNanchor_4" -href="#Footnote_4" class="fnanchor">[4]</a>»</p> - -<p>Tantos abusos y ridiculeces no podían pasar sin correctivo ante la -cáustica musa de Aristófanes, pronta a azotar con el látigo de una -sátira implacable todo lo que le parecía injusto o perjudicial. Así es -que después de haberse desatado en <i>Las Nubes</i> contra los sofistas -y sus doctrinas funestas para la juventud, trata de corregir en <i>Las -Avispas</i> los vicios que acabamos de reseñar.</p> - -<p>En esta comedia volvemos a encontrar en Filocleón una nueva -personificación del pueblo ateniense,<span class="pagenum" -id="Page_7">p. 7</span> aunque solo bajo su aspecto de κυαμοτρώξ, -<i>mascullador de habas</i>, es decir, entregado a la tarea de juzgar, -que casi lo ha vuelto loco. <i>Bdelicleón</i> (enemigo de Cleón), hijo -del maniático juez, le retiene en casa con ánimo de curarle; pero -burlando la vigilancia de dos esclavos que guardaban la puerta de -Filocleón, trata de evadirse, primero por el cañón de la chimenea, y -después por el tejado, y, por último, parodiando a Ulises, escondido -bajo la panza de su asno. Frustradas todas sus tentativas, auméntase -su furor cuando ve llegar a sus colegas, que, vestidos de Avispas, le -llaman para ir al tribunal: este disfraz es un emblema de su carácter -irascible y feroz. Filocleón implora el socorro de sus amigos, y pronto -se traba una contienda entre ellos y sus guardianes. Por fin hay un -momento de tregua en que Bdelicleón refuta las quiméricas ventajas de -ser jueces, y logra atraer a su partido al irritado enjambre.</p> - -<p>Su padre cede también, pero con la condición de establecer en su -casa una especie de tribunal. El primer acusado es el perro Labes, -reo sorprendido infraganti delito de hurto de un queso siciliano. La -causa se instruye con toda rapidez y formalidad, y al dar la sentencia -Filocleón absuelve al reo por una equivocación. El haber dejado libre -a un culpable le llena de desesperación, hasta que su hijo se la hace -olvidar llevándole a fiestas y banquetes.</p> - -<p>Al llegar a este punto, el asunto de la comedia cambia por completo; -el carácter del juez se transforma en el de un viejo alegre, insolente -y alborotador,<span class="pagenum" id="Page_8">p. 8</span> y la -acción se reduce a las reclamaciones a que da lugar su intemperancia -y a un certamen coreográfico a que provoca el transformado heliasta a -todos los danzantes que se quieran presentar.</p> - -<p>Respecto al mérito de esta Comedia debemos decir que no es -ciertamente de las obras más interesantes de Aristófanes, bajo el punto -de vista literario; no abundan en ella tanto como en otras aquellas -inagotables gracias que les dan tanta amenidad; la acción se arrastra -lánguida y desmayadamente, y carece, además, de la unidad necesaria, -condición sin la cual toda obra artística deja mucho que desear.</p> - -<p>En cambio, bajo el punto de vista histórico y jurídico, tiene una -importancia inmensa, pues sirve para completar la historia interna de -Atenas, y da curiosas noticias sobre el procedimiento y los tribunales -en aquella ciudad.</p> - -<p>Es digna también de mencionarse, al hablar de <i>Las Avispas</i>, -la famosa imitación que de ella hizo Racine en sus <i>Plaideurs</i>, -aunque no sea más que por ser única en su género. El célebre trágico -conservó en <i>Los litigantes</i> muchos chistes y algunos episodios -de Aristófanes; pero su comedia, como no podía menos, difiere -esencialmente de las del poeta griego, no solo en la forma, sino en la -intención, pues se limita a pintar en <i>Dauclin</i> el carácter de un -juez maniático, sin la significación universal y política que tiene -Filocleón.</p> - -<p><i>Las Avispas</i> se representaron un año después de<span -class="pagenum" id="Page_9">p. 9</span> <i>Las Nubes</i>, es decir, -el 423 antes de nuestra era, noveno de la guerra del Peloponeso. No -se sabe si fueron premiadas, porque el Escoliasta no nos lo dice, -y es de notar la modestia con que el autor habla de sí mismo en la -<i>Parábasis</i>, en cuya parte suele de ordinario encarecer sus medios -de agradar.</p> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch1-2"> - <p><span class="pagenum" id="Page_11">p. 11</span></p> - <h3>PERSONAJES.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<table class="elenco"> - <tr> - <td><span class="sc">Sosias.</span></td> - <td rowspan="2" class="keyr"> </td> - <td rowspan="2"> Esclavos de Filocleón.</td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Jantias.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Bdelicleón.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Filocleón.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Coro de ancianos</span> vestidos de <span class="sc">Avispas</span>.</td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Niños.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Un perro.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Una panadera.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Un acusador.</span></td> - </tr> -</table> - -<hr class="tb"> - -<p class="centra smaller">La escena en Atenas, delante de la casa de Filocleón. La acción -principia algo antes de amanecer.</p> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch1-3"> - <p><span class="pagenum" id="Page_13">p. 13</span></p> - <h3>LAS AVISPAS.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¡Hola! ¿Qué haces, desdichado Jantias?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Procuro descansar de esta maldita centinela.<a id="FNanchor_5" -href="#Footnote_5" class="fnanchor">[5]</a></p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿Tan a mal estás con tus costillas? ¿O no sabes la casta de fiera -que guardamos?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Lo sé; pero quiero dormir un poco.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Peligroso es, mas puedes hacerlo: yo también siento que sobre mis -párpados pesa un sueño dulcísimo.<a id="FNanchor_6" href="#Footnote_6" -class="fnanchor">[6]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_14">p. 14</span>JANTIAS.</p> - -<p>¿Estás loco o frenético como un coribante?<a id="FNanchor_7" -href="#Footnote_7" class="fnanchor">[7]</a></p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>No, el sopor que de mí se apodera proviene de Sabacio.<a -id="FNanchor_8" href="#Footnote_8" class="fnanchor">[8]</a></p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Entonces adoras como yo a Sabacio; porque hace un instante cayó -también con sueño profundísimo sobre mis párpados, a modo de enemigo -persa; y he tenido un ensueño maravilloso.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Y yo he tenido otro como nunca. Pero cuenta primero el tuyo.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Vi a un águila muy grande bajar volando a la plaza pública, y -arrebatando en sus garras un escudo de bronce<a id="FNanchor_9" -href="#Footnote_9" class="fnanchor">[9]</a>, elevarse con él hasta el -cielo; después vi a Cleónimo<a id="FNanchor_10" href="#Footnote_10" -class="fnanchor">[10]</a> que arrojaba aquel mismo escudo.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>De modo que Cleónimo es un verdadero logogrifo<a id="FNanchor_11" -href="#Footnote_11" class="fnanchor">[11]</a>. ¿Cómo, preguntará algún -convidado, una<span class="pagenum" id="Page_15">p. 15</span> misma -fiera puede arrojar su escudo en el mar, en el cielo y en la tierra?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¡Ay de mí! ¿Qué desgracia me anunciará semejante sueño?</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>No te dé cuidado: ningún mal te sucederá, te lo aseguro.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Sin embargo, es terrible agüero el de un hombre arrojando su escudo. -Pero cuenta tu sueño.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>El mío es grandioso: se refiere a toda la nave del Estado.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Examina, pues, pronto la quilla del asunto.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Creí ver en mi primer sueño, sentados en el Pnix y celebrando una -asamblea, una multitud de carneros, con báculos<a id="FNanchor_12" -href="#Footnote_12" class="fnanchor">[12]</a> y mantos burdos; después -me pareció que entre ellos hablaba una omnívora ballena, cuya voz -parecía la de un cerdo a quien están chamuscando.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¡Puf!</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿Qué te sucede?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_16">p. 16</span>JANTIAS.</p> - -<p>Basta, basta; no cuentes más; ese sueño apesta a cuero podrido.<a -id="FNanchor_13" href="#Footnote_13" class="fnanchor">[13]</a></p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Aquella maldita ballena tenía una balanza en la cual -pesaba grasa de buey.<a id="FNanchor_14" href="#Footnote_14" -class="fnanchor">[14]</a></p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¡Oh desgracia! Quiere dividir nuestro pueblo.<a id="FNanchor_15" -href="#Footnote_15" class="fnanchor">[15]</a></p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>A su lado creí distinguir a Teoro<a id="FNanchor_16" -href="#Footnote_16" class="fnanchor">[16]</a>, sentado en el suelo con -cabeza de cuervo, y Alcibíades<a id="FNanchor_17" href="#Footnote_17" -class="fnanchor">[17]</a> me dijo tartajeando: «Mila, Teolo tiene -cabeza de cuelvo.»</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Nunca ha balbuceado más oportunamente Alcibíades.<a id="FNanchor_18" -href="#Footnote_18" class="fnanchor">[18]</a></p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿Y no es un mal agüero el haberse convertido en cuervo Teoro?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Nada de eso; es excelente.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_17">p. 17</span>SOSIAS.</p> - -<p>¿Cómo?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¿Que cómo? ¿Era hombre y de repente se ha convertido en -cuervo? ¿No puede conjeturarse sin dificultad, que nos abandonará -para irse a los cuervos?<a id="FNanchor_19" href="#Footnote_19" -class="fnanchor">[19]</a></p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿Y no te he de dar dos óbolos de salario, siendo tan hábil para -interpretar los sueños?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Aguarda, quiero antes exponer el asunto a los espectadores y -hacerles algunas breves advertencias. No esperéis de nosotros nada -grandioso, ni siquiera una risa robada a Mégara.<a id="FNanchor_20" -href="#Footnote_20" class="fnanchor">[20]</a> No tenemos ni esclavos -que arrojen de su cesta nueces a los concurrentes,<a id="FNanchor_21" -href="#Footnote_21" class="fnanchor">[21]</a> ni un Hércules furioso -por su cena frustrada<a id="FNanchor_22" href="#Footnote_22" -class="fnanchor">[22]</a>, ni siquiera Eurípides<a id="FNanchor_23" -href="#Footnote_23" class="fnanchor">[23]</a> será otra<span -class="pagenum" id="Page_18">p. 18</span> vez implacablemente -censurado; ni sacaremos de nuevo a relucir con su sal y pimienta a -Cleón,<a id="FNanchor_24" href="#Footnote_24" class="fnanchor">[24]</a> -por más que le haya elevado tanto la fortuna. Pero tenemos un argumento -bastante racional, no superior ciertamente a nuestros alcances, pero -sí más discreto que el de cualquiera insustancial comedia. Nuestro -dueño, hombre poderoso, que duerme en la habitación que está bajo -el tejado, nos ha mandado que guardemos a su padre, a quien tiene -encerrado para que no salga. Este se halla atacado de una enfermedad -tan extraña que difícilmente la podríais conocer vosotros, ni aun -figurárosla, si no os dijéramos cuál era. ¿No lo creéis? Pues tratad -de adivinarlo. Aminias,<a id="FNanchor_25" href="#Footnote_25" -class="fnanchor">[25]</a> el hijo de Prónapo, dice que es la afición al -juego; pero se equivoca.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¡Ya lo creo! Se le figura que los demás tienen sus vicios.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>No; el mal tiene su raíz en otra afición... Ahí está Sosias -que le dice a Dercilo<a id="FNanchor_26" href="#Footnote_26" -class="fnanchor">[26]</a> que es la afición a la bebida.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_19">p. 19</span>SOSIAS.</p> - -<p>No por cierto; esa es una afición de personas decentes.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Nicostrato,<a id="FNanchor_27" href="#Footnote_27" -class="fnanchor">[27]</a> el de Escambónides,<a id="FNanchor_28" -href="#Footnote_28" class="fnanchor">[28]</a> asegura que es la afición -a los sacrificios o a la hospitalidad.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Nicostrato, te lo juro por el perro;<a id="FNanchor_29" -href="#Footnote_29" class="fnanchor">[29]</a> no es la afición -a la hospitalidad; basta que el nombre impúdico de Filóxeno<a -id="FNanchor_30" href="#Footnote_30" class="fnanchor">[30]</a> suene a -hospitalidad, para que él la deteste.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>En vano os cansáis; no daréis en ello. Mas si lo deseáis saber, -callad y yo os diré el mal que aqueja a mi dueño: es amante del -tribunal como ninguno;<a id="FNanchor_31" href="#Footnote_31" -class="fnanchor">[31]</a> su pasión por juzgar le vuelve loco; se -desespera si no se sienta el primero en el banco de los jueces. -Durante la noche no disfruta ni un instante de sueño: si por -casualidad se le cierran un momento los ojos, ya su pensamiento -revolotea en el tribunal alrededor de la clepsidra,<a id="FNanchor_32" -href="#Footnote_32" class="fnanchor">[32]</a> y acostumbrado a tener -la piedrecilla de los votos,<a id="FNanchor_33" href="#Footnote_33" -class="fnanchor">[33]</a><span class="pagenum" id="Page_20">p. -20</span> se despierta con los tres dedos apretados, como quien ofrece -incienso a los dioses en el novilunio. Si ve escrito en alguna puerta: -«Hermoso Demo, hijo de Pirilampo»; en seguida pone al lado: «Hermosa -urna<a id="FNanchor_34" href="#Footnote_34" class="fnanchor">[34]</a> -de las votaciones.» Habiendo cantado su gallo al anochecer, dijo que -sin duda le habían sobornado los criminales para que le despertase -tarde.<a id="FNanchor_35" href="#Footnote_35" class="fnanchor">[35]</a> -En cuanto cena, pide a gritos los zapatos; corre al tribunal antes de -amanecer, y duerme allí recostado y pegado como una lapa a una de las -columnas.<span class="pagenum" id="Page_21">p. 21</span> Su severidad -le hace trazar siempre sobre las tablillas la línea condenatoria,<a -id="FNanchor_36" href="#Footnote_36" class="fnanchor">[36]</a> de -suerte que siempre, como las abejas o los zánganos, vuelve a su casa -con las uñas llenas de cera. Temeroso de que le falten piedrecitas -para las votaciones, mantiene ahí dentro un banco de grava. Tal es su -manía;<a id="FNanchor_37" href="#Footnote_37" class="fnanchor">[37]</a> -cuanto más se trata de corregirle, más se empeña en juzgar. Ahora le -tenemos encerrado con cerrojos para que no salga, pues su hijo siente -en el alma tal enfermedad. Primero trató de persuadirle con afables -palabras a que no llevase el manto burdo, ni saliese de casa, mas no -cambió por eso. Luego le bañó y purgó; y siempre lo mismo. Después -trató de curarle con los ejercicios de los coribantes, y el buen -viejo se escapó con el tambor y se presentó a juzgar en el tribunal. -Viendo la ineficacia de estos medios, lo llevó a Egina y le hizo -acostarse una noche en el templo de Esculapio.<a id="FNanchor_38" -href="#Footnote_38" class="fnanchor">[38]</a> Mas en el momento de -amanecer apareció ante la cancela del tribunal. Desde entonces no -le dejábamos salir; pero como se nos escapaba por las canales y -buhardillas, tuvimos que tapar y cerrar con paños todos los agujeros. -Mas él, clavando palitos en la pared, saltaba de uno a otro como un -grajo. Por último, hemos tenido que rodear con una red todo el patio, -y así le guardamos. El viejo<span class="pagenum" id="Page_22">p. -22</span> se llama Filocleón;<a id="FNanchor_39" href="#Footnote_39" -class="fnanchor">[39]</a> ningún nombre, por Júpiter, le está -más propio: su hijo se llama Bdelicleón,<a id="FNanchor_40" -href="#Footnote_40" class="fnanchor">[40]</a> y trata de corregir el -feroz carácter de su padre.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN (<i>Asomándose a la ventana</i>).</p> - -<p>¡Eh, Jantias, Sosias! ¿estáis durmiendo?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¡Oh!</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿Qué hay?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Bdelicleón se ha despertado.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>A ver, pronto aquí uno de vosotros. Mi padre ha entrado en la -cocina y está royendo no se qué como un ratón dentro del agujero. Tú, -mira no se escape por el tubo de los baños; y tú recuéstate contra la -puerta.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Está bien, señor.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¡Oh poderoso Neptuno! ¿Quién hace tanto ruido en la chimenea? ¡Eh, -tú! ¿quién eres?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_23">p. 23</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>Soy el humo que salgo.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡El humo! ¿De qué leña?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>De higuera.<a id="FNanchor_41" href="#Footnote_41" -class="fnanchor">[41]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Ya se conoce, por Júpiter, pues es la que despide humo más acre. -Ea, adentro pronto. ¿Dónde está la tapa de la chimenea? Adentro he -dicho. Encima, para mayor seguridad, pondré esta vigueta. Busca ahora -otra salida; soy el más desdichado de los hombres: ¡mañana podrán -llamarme el hijo del ahumado!<a id="FNanchor_42" href="#Footnote_42" -class="fnanchor">[42]</a></p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Empuja la puerta. Aprieta ahora mucho y fuerte. Allá voy yo también. -Ten sumo cuidado de la cerradura y el cerrojo, no vaya a roer el -pestillo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Qué hacéis? ¿No me dejáis salir a juzgar, grandísimos -bribones, y Dracóntides<a id="FNanchor_43" href="#Footnote_43" -class="fnanchor">[43]</a> será absuelto?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_24">p. 24</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Y eso te causará mucha pena?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Apolo, a quien consulté en Delfos, me predijo que moriría cuando -se me escapase un acusado.<a id="FNanchor_44" href="#Footnote_44" -class="fnanchor">[44]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡Oh Apolo, patrono nuestro, vaya un oráculo!</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Vamos, por piedad, déjame salir o estallo.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Nunca, Filocleón, nunca; lo juro por Neptuno.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Bueno, romperé la red a mordiscos.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Si no tienes dientes.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Oh, qué desdicha!... ¿Cómo podría matarte? ¿Cómo? Traedme pronto mi -espada, o la tablilla condenatoria.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Este hombre maquina alguna mala pasada.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No, yo te lo aseguro: solo deseo salir a vender el asno con -su albarda: hoy es el día de la luna nueva.<a id="FNanchor_45" -href="#Footnote_45" class="fnanchor">[45]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Y dime, ¿no lo podría yo vender lo mismo?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_25">p. 25</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>No tan bien como yo.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Muchísimo mejor, por Júpiter. Ea, trae el asno. (<i>Filocleón vase -en busca del asno.</i>)</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¡Qué buen pretexto ha imaginado para que le sueltes!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Pero no he tragado el anzuelo: en seguida he conocido a dónde iba -a parar. Voy a llevar yo mismo el asno, y así el viejo no conseguirá -salir. — ¡Pobre borriquillo! ¿Por qué te quejas? ¿Porque vas a ser -vendido? Vamos pronto. ¿Por qué gimes? ¿Llevas acaso algún Ulises?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Sí, por Júpiter; lleva uno atado al vientre.<a id="FNanchor_46" -href="#Footnote_46" class="fnanchor">[46]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Quién? Veamos.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Es él.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Qué es esto? ¿Quién eres, buen hombre?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Ninguno, por Júpiter.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_26">p. 26</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Ninguno tú? ¿Y de qué tierra?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>De Ítaca, de la familia fugitiva.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Por vida mía, ya sentirás el haberte llamado ninguno. Sácalo cuanto -antes. ¡Oh desdichado, dónde se había metido! ¡Si parece un pollino -escondido debajo de su madre!</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Si no me soltáis, litigaremos.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Por qué?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Por la sombra del asno.<a id="FNanchor_47" href="#Footnote_47" -class="fnanchor">[47]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No vales para ello, a pesar de tu extremada audacia.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Que no valgo! Es que no sabes todavía lo que yo soy; ya lo sabrás -cuando comas lo que te deje el anciano juez.<a id="FNanchor_48" -href="#Footnote_48" class="fnanchor">[48]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Entra con el asno en casa.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_27">p. 27</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Oh jueces compañeros míos, y tú, Cleón, socorredme!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Grita adentro a puerta cerrada. — Pon tú una porción de piedras en -la entrada; echa de nuevo el cerrojo; atraviesa esa tranca; y, para -mayor seguridad, afiánzala con ese gran mortero.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¡Ay! ¿de dónde me ha caído este terroncillo?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Quizá te lo haya arrojado algún ratón.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿Un ratón? ¡Ca! Es ese maldito juez que se desliza por entre las -tejas.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¡Oh desgracia! Ese hombre se ha convertido en pájaro. Va a volar. -¿Dónde está, dónde esta la red? (<i>Como quien espanta un pájaro.</i>) -— ¡Eh! ¡Pchist! ¡Pchist! ¡Fuera de ahí! ¡Pchist!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Por Júpiter, más quisiera guardar a Escione<a id="FNanchor_49" -href="#Footnote_49" class="fnanchor">[49]</a> que a mi padre.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Puesto que le hemos espantado, y ya no puede<span class="pagenum" -id="Page_28">p. 28</span> escapársenos furtivamente, ¿por qué no -dormimos un poco?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Pero, desdichado, ¿no ves que dentro de poco vendrán a llamarle sus -compañeros de tribunal?</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿Qué dices? Si aún no ha amanecido.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Es verdad; hoy se levantan más tarde de lo acostumbrado, porque -suelen venir con sus linternas a media noche, y le llaman cantando -dulces versos de las Fenicias del antiguo Frínico.<a id="FNanchor_50" -href="#Footnote_50" class="fnanchor">[50]</a></p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Pues, si hay necesidad, los apedrearemos.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Pero, temerario, esa casta de viejos, cuando se la enfurece es como -la de las avispas; pues en la rabadilla tienen un aguijón agudísimo -con el cual pican, y saltan gritando, y lo lanzan como una centella.<a -id="FNanchor_51" href="#Footnote_51" class="fnanchor">[51]</a></p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Pierde cuidado; tenga yo piedras, y dispersaré todo un enjambre de -jueces.</p> - -<p class="centra">(<i>Entran en la casa y llega el coro.</i>)</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_29">p. 29</span>CORO.</p> - -<p>Adelante, paso firme. ¿Te retrasas, Comias? Por Júpiter, antes -no eras así; al contrario, eras más duro que una correa de perro: -ahora Carinades te gana a andar. ¡Oh Estrimodoro de Contilo,<a -id="FNanchor_52" href="#Footnote_52" class="fnanchor">[52]</a> el -mejor de los jueces! ¿están ahí por casualidad Evérgides y Cabes -de Flíos? ¡Diantre, diantre! Aquí se halla cuanto queda de aquella -juventud que florecía cuando tú y yo hacíamos centinela en Bizancio: -entonces en nuestras correrías nocturnas le robamos su artesa a -aquella panadera; la hicimos astillas, y cocimos unas verdolagas. Pero -apresurémonos, amigos; hoy es el juicio de Laques;<a id="FNanchor_53" -href="#Footnote_53" class="fnanchor">[53]</a> todos dicen que tiene -su colmena llena de dinero. Por eso Cleón, nuestro patrono, nos -mandó ayer que acudiéramos temprano provistos para tres días de -terrible cólera contra él,<a id="FNanchor_54" href="#Footnote_54" -class="fnanchor">[54]</a> a fin de vengarnos de sus injurias. -Ea, aprisa, compañeros, antes de que amanezca. Marchemos mirando -a todas partes con ayuda de las linternas,<a id="FNanchor_55" -href="#Footnote_55" class="fnanchor">[55]</a> no caigamos por falta de -precaución en algún lazo.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_30">p. 30</span>UN NIÑO.</p> - -<p>Padre, padre, cuidado con ese lodazal.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Coge esa pajita del suelo, y espabila la linterna.</p> - -<p class="rol">EL NIÑO.</p> - -<p>No, ya la espabilaré con el dedo.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Niño, ¿no ves que con el dedo vas a alargar la mecha, ahora que anda -tan escaso el aceite? ¡Ya se conoce que tú no lo compras!</p> - -<p class="rol">EL NIÑO.</p> - -<p>Por Júpiter, si continuáis amonestándonos a puñetazos, apagamos -las linternas y nos vamos a casa. Entonces os quedaréis a oscuras y -andaréis removiendo lodos, como si fueseis patos.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Yo castigo a otros mayores. Pero me parece que voy pisando barro. -Mucho será que a lo más dentro de cuatro días no llueva copiosamente. -¡Tanto crece el pábilo de mi lámpara! Este suele ser signo de gran -lluvia. Además, los frutos tardíos están pidiendo el agua y el soplo -del Bóreas. Pero ¿qué le habrá sucedido al colega que vive en esa -casa, que no sale a reunirse con nosotros? A fe que antes no había -que sacarle a remolque; él iba delante de nosotros cantando versos de -Frínico, pues el amigo es aficionado a la música. Pienso, compañeros, -que debemos pararnos aquí, y llamarle cantando; quizá la melodía de mi -canción le haga salir.</p> - -<p>¿Por qué no se presenta el viejo delante de su puerta y ni siquiera -nos responde? ¿Habrá perdido<span class="pagenum" id="Page_31">p. -31</span> los zapatos? ¿Se habrá dado algún golpe en el pie andando -a oscuras y tendrá hinchado el tobillo? ¿Tendrá quizá algún bubón? -Pues era el más acérrimo de nosotros y el único inexorable. Si alguno -le suplicaba, le decía bajando la cabeza: «Cueces un guijarro».<a -id="FNanchor_56" href="#Footnote_56" class="fnanchor">[56]</a> Puede -que haya tomado a pecho el habérsenos escurrido con mentiras aquel -acusado, proclamándose amigo de los atenienses y primer revelador -de lo ocurrido en Samos;<a id="FNanchor_57" href="#Footnote_57" -class="fnanchor">[57]</a> quizá esto le tenga con fiebre, porque el -hombre es así. Vamos, amigo mío, levántate, no te dejes consumir -por la ira. Hoy va a ser juzgado un hombre opulento de los que -entregaron a Tracia.<a id="FNanchor_58" href="#Footnote_58" -class="fnanchor">[58]</a> Ven a condenarlo.</p> - -<p>Anda adelante, muchacho, anda adelante.</p> - -<p class="rol">EL NIÑO.</p> - -<p>Padre, ¿me darás lo que te pida?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Sí, hijito mío. ¿Qué cosa buena quieres que te compre? Creo que vas -a pedirme un juego de tabas.</p> - -<p class="rol">EL NIÑO.</p> - -<p>No, papá mío; higos, que me gustan más.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_32">p. 32</span>CORO.</p> - -<p>Eso no, aunque te ahorques.</p> - -<p class="rol">EL NIÑO.</p> - -<p>Bien; pues no te acompaño.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Con mi mezquino sueldo de juez tengo que comprar pan, leña y carne, -¿y aún me pides higos?</p> - -<p class="rol">EL NIÑO.</p> - -<p>Y bien, padre mío, si al arconte se le antoja que no haya hoy -tribunal, ¿dónde compraremos la comida? ¿Puedes darme alguna -nueva esperanza o solo designarme el sagrado camino de Hele?<a -id="FNanchor_59" href="#Footnote_59" class="fnanchor">[59]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Ay! ¡Ay! No sé en verdad cómo cenaremos.</p> - -<p class="rol">EL NIÑO.</p> - -<p>¿Por qué me pariste, madre infeliz, si tanto había de costarme -sostener mi vida?<a id="FNanchor_60" href="#Footnote_60" -class="fnanchor">[60]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Saquito mío, eres un adorno inútil.<a id="FNanchor_61" -href="#Footnote_61" class="fnanchor">[61]</a></p> - -<p class="rol">EL NIÑO.</p> - -<p>¡Ay! gemir es nuestra suerte.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_33">p. 33</span>FILOCLEÓN -(<i>asomándose a la ventana</i>).</p> - -<p>Hace rato, amigos míos, que os oigo desde esta ventana y deseo -responderos; pero no me atrevo a cantar. ¿Qué haré? Estos me tienen -cerrado porque quiero ir con vosotros a las judiciales urnas -para hacer alguna de las mías. ¡Oh Júpiter, truena con furia y -conviérteme de repente en humo,<a id="FNanchor_62" href="#Footnote_62" -class="fnanchor">[62]</a> o en Proxénides, o en el hijo de Selo,<a -id="FNanchor_63" href="#Footnote_63" class="fnanchor">[63]</a> -charlatán infatigable! Compadecido de mi suerte, otórgame esta gracia, -Numen poderoso, o si no, redúceme a cenizas con tu ardiente rayo o -arrástrame con tu impetuoso viento a una salmuera ácida e hirviente, o -trasfórmame en aquella piedra sobre la cual se cuentan los votos.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Pero ¿quién te detiene y te cierra la puerta? Di, ya sabes que -hablas con amigos.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Mi hijo; pero no gritéis; duerme en la parte anterior de la casa: -hablad más bajo.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Pero, tonto, ¿qué pretende impedir al hacer eso?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>El que juzgue y condene, amigos míos: por lo demás, trata de -regalarme; pero yo no quiero.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_34">p. 34</span>CORO.</p> - -<p>¿Eso se ha atrevido a decir ese tuno, ese orador a lo -Cleón? . . . . .<a id="FNanchor_64" href="#Footnote_64" -class="fnanchor">[64]</a> Nunca hubiera tenido tal osadía ese hombre -si no estuviera comprometido en alguna conspiración. Mas ya que esto -sucede, tienes que intentar alguna nueva estratagema para bajar aquí -sin que te vea tu carcelero.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Cuál puede ser? Inventadla vosotros; a todo estoy dispuesto; -¡tal deseo me abrasa de recorrer los bancos con mi concha!<a -id="FNanchor_65" href="#Footnote_65" class="fnanchor">[65]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Hay, di, algún agujero que puedas ensanchar por dentro, para -escurrirte por él cubierto de andrajos como el prudente Ulises?<a -id="FNanchor_66" href="#Footnote_66" class="fnanchor">[66]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Todos están cerrados; no puede salir ni un mosquito. Buscad, buscad -otro medio: ese es impracticable.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Te acuerdas cuando en la toma de Naxos, estando de servicio, te -escapaste clavando en la muralla unos asadores que habías robado?<a -id="FNanchor_67" href="#Footnote_67" class="fnanchor">[67]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_35">p. 35</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>Ya me acuerdo; pero ¿y qué? Ahora no es lo mismo. Entonces era -joven, y lleno de vigor y energía para robar; además, nadie me -custodiaba, y podía huir seguramente. Ahora hombres armados hasta los -dientes están apostados en todas las salidas: dos de ellos, colocados -junto a la puerta, me observan con asadores en las manos como a un gato -que ha robado carne.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Pues inventa cuanto antes otro medio, dulce amigo: ya despierta la -aurora.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Lo mejor será roer mi red. Perdóneme este destrozo Dictina,<a -id="FNanchor_68" href="#Footnote_68" class="fnanchor">[68]</a> diosa de -las redes.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Eso es obrar como hombre que busca su salvación. Dale duro a las -mandíbulas.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Ya está roído: chito, no gritéis: mucho cuidado, no nos oiga -Bdelicleón.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Nada temas, amigo mío, nada temas; si chista, le obligaré a -morderse su propio corazón y a combatir por su existencia, para -que entienda que no se conculcan impunemente las leyes de las -venerables<span class="pagenum" id="Page_36">p. 36</span> diosas.<a -id="FNanchor_69" href="#Footnote_69" class="fnanchor">[69]</a> Ata -una cuerda a la ventana, sujétate con ella, y baja henchido el -espíritu del furor de Diopites.<a id="FNanchor_70" href="#Footnote_70" -class="fnanchor">[70]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Mas, decidme; si mis guardianes notan lo que hago, y tiran de la -cuerda para llevarme adentro, ¿qué es lo que haréis?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Te defenderemos y reuniremos todas nuestras fuerzas para que no -consigan su intento: eso es lo que pensamos hacer.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Haré lo que decís confiado en vosotros; mas acordaos, si alguna -desgracia me sucede, de levantarme con vuestras manos, y, después -de regarme con vuestras lágrimas, sepultadme bajo la cancela del -tribunal.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Nada te sucederá, no temas; vamos, mi buen amigo, descuélgate -sin miedo invocando los dioses de la patria.<a id="FNanchor_71" -href="#Footnote_71" class="fnanchor">[71]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_37">p. 37</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Oh Lico, mi señor, héroe vecino mío! Tú, como yo, te deleitas con -las lágrimas perpetuas y los lamentos de los acusados; por oírlos, sin -duda, has elegido ese lugar, siendo el único de los héroes que has -querido vivir junto a los desgraciados: ¡ten compasión de mí y salva -a este tu vecino fiel! Nunca, te lo juro, nunca mancharé tu verja de -madera con ninguna inmundicia.<a id="FNanchor_72" href="#Footnote_72" -class="fnanchor">[72]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡Eh, tú, alerta!</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿Qué ocurre?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Oigo sonar una voz en torno mío.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿Se escurrirá el viejo por alguna parte?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No, por Júpiter; se descuelga atado con una cuerda.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿Qué haces, desdichado? No bajes.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Sube corriendo a la otra ventana y pégale con este ramo,<a -id="FNanchor_73" href="#Footnote_73" class="fnanchor">[73]</a> a ver si -con tus golpes consigues hacerle retroceder.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_38">p. 38</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿No me socorréis, Esmicitión, Tisíades, Cremón, Feredipno,<a -id="FNanchor_74" href="#Footnote_74" class="fnanchor">[74]</a> y -cuantos habéis de entender en los procesos de este año? ¿Cuándo me -auxiliaréis si no es ahora, antes de que me arrastren allá dentro?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Decidme: ¿por qué tardamos en remover aquella bilis que hierve -furiosa contra todo el que ofende a nuestro enjambre? Enderecemos el -aguijón vengador. Muchachos, pronto, arrojad vuestro manto; corred, -gritad, advertid a Cleón lo que sucede. Decidle que venga y que -castigue a ese hombre enemigo de la república y digno del último -suplicio, pues se atreve a sostener la inconveniencia de los juicios y -procesos.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Amigos míos, oíd lo que ha ocurrido y no gritéis.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Pondremos el grito en el cielo, y no abandonaremos a nuestro colega. -¿No es esto intolerable y tiránico a todas luces? ¡Oh ciudadanos! ¡Oh -Teoro,<a id="FNanchor_75" href="#Footnote_75" class="fnanchor">[75]</a> -despreciador de los dioses! ¡Oh aduladores que nos presidís!</p> - -<p class="rol">JANTIAS (<i>A Bdelicleón</i>).</p> - -<p>¡Diantre, tienen aguijones! ¿No los ves, señor?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Son los que atravesaron a Filipo, el hijo de Gorgias.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_39">p. 39</span>CORO.</p> - -<p>Y los que te atravesarán a ti. Ea, dirijámonos todos contra él; -acometámosle con el aguijón desenvainado, en buen orden, llenos de ira -y de furor, para que conozca al fin a qué enjambre ha irritado.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Por Júpiter, el negocio se pone serio, si hay que reñir; tiemblo -cuando veo sus aguijones.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Suelta a nuestro amigo; si no, yo te aseguro que has de envidiar a -las tortugas la dureza de su concha.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Ea, compañeros, rabiosas avispas, precipitaos unos con furia sobre -sus nalgas; picadle otros los ojos y los dedos.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡Midas, Frigio, Masintias,<a id="FNanchor_76" href="#Footnote_76" -class="fnanchor">[76]</a> acudid! ¡Sujetadle y no le soltéis por nada -del mundo! Si no, ayunaréis en el cepo. Ya sé yo que casi siempre es -más el ruido que las nueces.<a id="FNanchor_77" href="#Footnote_77" -class="fnanchor">[77]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Si no lo sueltas, te clavaré el aguijón.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Heroico Cécrope,<a id="FNanchor_78" href="#Footnote_78" -class="fnanchor">[78]</a> rey nuestro, cuyo cuerpo<span -class="pagenum" id="Page_40">p. 40</span> termina en dragón, -¿consentirás que así me traten estos bárbaros, a quienes he enseñado -a llevar su <i>quénice</i> con cuatro medidas de lágrimas?<a -id="FNanchor_79" href="#Footnote_79" class="fnanchor">[79]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Qué temibles males afligen a la vejez! Ahora esos dos bribones -sujetan a viva fuerza a su anciano señor, y no se acuerdan de las -pieles y pequeñas túnicas que les compró en otro tiempo, ni de las -monteras de piel de perro, ni del cuidado que tenía para que en el -invierno no se les enfriasen los pies; pero en su impudente mirada no -se ve el menor agradecimiento por los viejos zapatos.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿No me soltarás, bestia feroz? ¿No te acuerdas de cuando te -sorprendí robando uvas y te até a un olivo y te vapuleé de lo lindo, -hasta el punto de que daba envidia verte? — Pero eres un ingrato, -suéltame tú; y tú también, antes de que venga mi hijo.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Pronto y bien vais a pagar vuestro atrevimiento; así comprenderéis, -bribones, que os las habéis con hombres justicieros, iracundos, de -terrible mirada.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Sacúdeles, sacúdeles Jantias; arroja de casa estas avispas.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_41">p. 41</span>JANTIAS.</p> - -<p>Eso estoy haciendo; ahuyéntalas tú con una densa humareda.<a -id="FNanchor_80" href="#Footnote_80" class="fnanchor">[80]</a></p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>¿No os iréis al infierno? ¡Ah! ¿No os largáis? Buen palo en -ellos.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Echa tú al fuego para hacer humo a Esquines, hijo de Selarcio.<a -id="FNanchor_81" href="#Footnote_81" class="fnanchor">[81]</a> Por fin -os hemos ahuyentado.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No lo hubieras conseguido tan fácilmente, si hubiesen comido -versos de Filocles.<a id="FNanchor_82" href="#Footnote_82" -class="fnanchor">[82]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿No está claro como la luz que la tiranía se ha introducido para los -pobres, aprovechándose de nuestro descuido? Y tú, perverso y arrogante -secuaz de Aminias, nos arrebatas las leyes que rigen la república, -y, como dueño absoluto, ni siquiera disculpas tu usurpación con un -pretexto o con una elegante arenga.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿No podríamos sin golpes ni alharacas conferenciar como buenos -amigos, y hacer las paces?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Conferenciar contigo, enemigo del pueblo, partidario<span -class="pagenum" id="Page_42">p. 42</span> de la monarquía, -amigo de Brásidas,<a id="FNanchor_83" href="#Footnote_83" -class="fnanchor">[83]</a> que llevas franjas de lana y no -te cortas la barba?<a id="FNanchor_84" href="#Footnote_84" -class="fnanchor">[84]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Ciertamente me valdría más abandonar a mi padre, que sufrir todos -los días semejantes borrascas.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Pues esto son todavía tortas y pan pintado,<a id="FNanchor_85" -href="#Footnote_85" class="fnanchor">[85]</a> como dice el proverbio -vulgar. Hasta ahora no tienes por qué quejarte; pero ya verás, ya -verás, cuando el acusador público te eche en cara todos esos crímenes y -cite y emplace a tus conjurados.<a id="FNanchor_86" href="#Footnote_86" -class="fnanchor">[86]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Pero no os iréis, por todos los dioses? Mirad que si no, estoy -resuelto a moleros a palos todo el día.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>No, nunca, jamás, mientras me quede un soplo de vida. Bien claro veo -tus aspiraciones a la tiranía.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Es fuerte cosa que sea grande o pequeño el motivo, a todo lo hemos -de llamar tiranía y conspiración.<span class="pagenum" id="Page_43">p. -43</span> Durante cincuenta años, ni una sola vez oí este dichoso -nombre de tiranía; pero ahora es más común que el del pescado salado, y -en el mercado no se oye ya otra cosa. Si uno compra orfos y no quiere -membradas, el que vende estos peces en el puesto inmediato, grita al -momento: «Ese hombre, quiere regalarse como durante la tiranía».<a -id="FNanchor_87" href="#Footnote_87" class="fnanchor">[87]</a> Si otro -pide puerros para sazonar las anchoas, la verdulera, mirándole de -soslayo, le dice: «¿Puerros, eh? ¿Quieres restablecer la tiranía, o -piensas que Atenas te ha de pagar los condimentos?»</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Sin ir más lejos, yo entré ayer al mediodía en casa de una -cortesana; y porque la propuse ciertos ejercicios hípicos, me preguntó -furiosa si quería restablecer la tiranía de Hipias.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Eso le agrada al pueblo: y a mí, porque quiero que mi padre cambie -de costumbres, y, dejándose de delaciones, y pleitos y miserias, no -salga de casa al amanecer y viva espléndidamente como Móricos,<a -id="FNanchor_88" href="#Footnote_88" class="fnanchor">[88]</a> me -acusan de conjuración y tiranía.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Y se te está muy bien empleado; pues yo ni por todas las delicias -del mundo dejaría este género de vida de que pretendes apartarme. A -mí no me gustan las rayas ni las anguilas; un pleito pequeñito<span -class="pagenum" id="Page_44">p. 44</span> cocido en su correspondiente -tartera, me agradaría más.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Claro está, como que te has acostumbrado a ello;<a id="FNanchor_89" -href="#Footnote_89" class="fnanchor">[89]</a> mas si puedes callar y -escuchar con paciencia lo que te digo, creo que te demostraré cuán -engañado estás.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Me engaño cuando juzgo?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿No conoces que se burlan de ti esos hombres<a id="FNanchor_90" -href="#Footnote_90" class="fnanchor">[90]</a> a quienes rindes culto y -adoración? ¿Que no eres más que un esclavo?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Esclavo yo! Yo, que mando a todo el mundo.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No lo creas: te haces la ilusión de que mandas, y eres un esclavo; -y, si no, dime, padre: ¿qué honra obtienes de disfrutar todos los -tributos de la Grecia?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Muchísima: apelo al testimonio de esos amigos.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Acepto el arbitraje: soltadle, esclavos.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Dadme una espada. Si tus argumentos me vencen, me atravesaré con -ella.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_45">p. 45</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>Y si no, ¿te conformas con la sentencia de esos árbitros?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No beberé jamás vino en honor del buen genio.<a id="FNanchor_91" -href="#Footnote_91" class="fnanchor">[91]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Ahora, adalid nuestro, es preciso que encuentres nuevas razones, a -fin de...</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Traedme aquí cuanto antes unas tablillas; pero tú ¿qué opinión -piensas sustentar cuando le incitas así?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>...no hablar como pudiera hacerlo ese joven.<a id="FNanchor_92" -href="#Footnote_92" class="fnanchor">[92]</a> Ya ves la inmensa -importancia del certamen, y que lo perderemos si (lo que Dios no -quiera) este sale vencedor.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Iré apuntando todo cuanto diga, para que nada se me olvide.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Qué me decís si este sale vencedor?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>La turba de los viejos no servirá para nada. En todas las calles -se burlarán de nosotros llamándonos talóforos<a id="FNanchor_93" -href="#Footnote_93" class="fnanchor">[93]</a> y mondaduras de pleitos. -Tú, que<span class="pagenum" id="Page_46">p. 46</span> vas a defender -nuestra soberanía, despliega, pues, atrevidamente todos los recursos de -tu lengua.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Empezaré por probar desde las primeras palabras que nuestro poder -no es menor que el de los reyes más poderosos. Pues, ¿quién más -afortunado, quién más feliz que un juez? ¿Hay vida más deliciosa que la -suya? ¿Existe algún animal más temible, sobre todo si es viejo? Para -cuando salto del lecho, ya me están esperando unos hombrones de cuatro -codos que me escoltan hasta el tribunal: apenas me presento, una mano -delicada, que fue esquilmadora del erario, estrecha blandamente la mía: -los acusados abrazan suplicantes mis rodillas, y me dicen con lastimera -voz: «Ten compasión de mí, padre mío; yo te lo pido por las hurtos que -hayas podido cometer en el ejercicio de alguna magistratura o en el -aprovisionamiento del ejército.» Pues bien, este a quien me refiero -no sabría siquiera si yo existía si no le hubiera absuelto la primera -vez.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Tomo nota de lo que dices sobre los suplicantes.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Entro después, abrumado de súplicas, y calmada mi cólera suelo -hacer en el tribunal todo lo contrario de lo que había prometido; -pero escucho a una muchedumbre de acusados que en todos los<span -class="pagenum" id="Page_47">p. 47</span> tonos piden la absolución. -¡Oh! ¡Cuántas palabras de miel pueden oír allí los jueces! Unos -lamentan su pobreza, y añaden males fingidos a los verdaderos hasta -lograr que sus desgracias igualen a las nuestras: otros nos recitan -fábulas: estos nos refieren alguna gracia de Esopo:<a id="FNanchor_94" -href="#Footnote_94" class="fnanchor">[94]</a> aquellos dicen un -chiste para hacerme reír y desarmar mi ira. Cuando tales recursos -no nos vencen, se presentan de pronto trayendo sus hijos e hijas -de la mano: yo presto atención: ellos, desgreñado el cabello, -prorrumpen en berridos; el padre, temblando, me suplica como a un -Dios que le absuelva siquiera por ellos. «Si te es grata la voz de -los corderos, dice, compadécete de la de mi hijo.» «Si te gusta más -la de las puerquecillas,<a id="FNanchor_95" href="#Footnote_95" -class="fnanchor">[95]</a> procura conmoverte con la de mi hija.» -Entonces disminuimos un poco nuestro furor. ¿No es esto, decidme, un -gran poder que nos permite despreciar las riquezas?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Nota segunda: el desprecio de las riquezas. Dime ahora cuáles son -esas ventajas por las cuales te crees señor de la Grecia.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>También cuando se examina la edad de los niños tenemos el -privilegio de verlos desnudos.<a id="FNanchor_96" href="#Footnote_96" -class="fnanchor">[96]</a> Si<span class="pagenum" id="Page_48">p. -48</span> Eagro<a id="FNanchor_97" href="#Footnote_97" -class="fnanchor">[97]</a> es citado a juicio, no consigue salir -absuelto basta después de habernos recitado el más hermoso trozo -de la <i>Níobe</i>.<a id="FNanchor_98" href="#Footnote_98" -class="fnanchor">[98]</a> Si gana un flautista el pleito, en pago de -la sentencia se pone delante de la boca la correa,<a id="FNanchor_99" -href="#Footnote_99" class="fnanchor">[99]</a> y nos toca al salir -del tribunal una marcha primorosa. Cuando muere un padre disponiendo -con quién ha de casarse su hija y única heredera, nosotros hacemos -caso omiso del testamento y de la conchita<a id="FNanchor_100" -href="#Footnote_100" class="fnanchor">[100]</a> que con tanta gravedad -cubre su sello, y entregamos la hija a quien ha sabido ganarnos con sus -súplicas. Y todo esto sin la menor responsabilidad. Cítame otro cargo -que tenga este privilegio.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Te felicito por ese privilegio, que hasta ahora es el único; pero -eso de anular el testamento de la única heredera, me parece injusto.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Además, cuando el Senado y el pueblo no saben qué decidir -sobre algún grave asunto, dan un decreto para que los acusados -comparezcan ante los jueces. Entonces Evatlo,<a id="FNanchor_101" -href="#Footnote_101" class="fnanchor">[101]</a> y el -ilustre Cleónimo,<a id="FNanchor_102" href="#Footnote_102" -class="fnanchor">[102]</a> grande adulador y arrojador de -escudos,<span class="pagenum" id="Page_49">p. 49</span> juran no -abandonarnos nunca y combatir por la muchedumbre. Y dime, ¿ante el -pueblo ha podido nunca orador alguno hacer prevalecer su opinión si -no ha dicho antes que los jueces deben retirarse en cuanto hayan -sentenciado un solo pleito? El mismo Cleón, que todo lo avasalla -con sus alaridos, no se atreve a mordemos; al contrario, vela por -nosotros, nos acaricia y nos espanta las moscas. ¿Has hecho tú eso ni -una vez siquiera por tu padre? Pues, hijo mío, Teoro, el mismo Teoro, -aunque no vale menos que el ilustre Eufemio,<a id="FNanchor_103" -href="#Footnote_103" class="fnanchor">[103]</a> coge una esponja del -barreño y nos limpia los zapatos. Considera, pues, de qué bienes -quieres excluirme y despojarme: mira si esto es servidumbre y -esclavitud, como decías.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Desahógate a gusto; día llegará en que conozcas que esa tu decantada -autoridad se parece a un trasero, siempre sucio por más que se le -lave.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Pero se me olvidaba lo más delicioso: cuando entro en casa con -el salario, todos corren a abrazarme atraídos por el olorcillo -del dinero: enseguida mi hija me lava, me perfuma los pies<a -id="FNanchor_104" href="#Footnote_104" class="fnanchor">[104]</a> y -se inclina sobre mí para besarme; me llama «papá querido» y me pesca -con la lengua el trióbolo que llevo en la boca.<a id="FNanchor_105" -href="#Footnote_105" class="fnanchor">[105]</a> Después mi mujercita, -toda<span class="pagenum" id="Page_50">p. 50</span> mimos y halagos, -me presenta una torta riquísima, se sienta a mi lado y me dice -cariñosa: «Come esto, prueba esto otro.» Lo cual me deleita infinito, -y me libra de miraros a la cara a ti o al mayordomo, para ver cuando -os dignaréis servirme la comida, gruñendo y maldiciéndome. Mas para -cuando mi mujer no me trae pronto la torta, tengo este quita-pesares,<a -id="FNanchor_106" href="#Footnote_106" class="fnanchor">[106]</a> -muralla en que se estrellan todos los dardos. Por si no me das -de beber, he traído este soberbio porrón con dos asas a modo -de orejas de asno.<a id="FNanchor_107" href="#Footnote_107" -class="fnanchor">[107]</a> ¡Cómo rebuzna cuando inclinándome hacia -atrás apuro su contenido! Sus terribles cloqueos ahogan el ruido de tus -odres. Mi poder es por lo menos igual al del padre de los dioses; pues -hablan de mí como del propio Júpiter. Cuando nos alborotamos suelen -decir todos los transeúntes: «Jove soberano, cómo truena el tribunal.» -Y cuando lanzo el rayo de mi indignación, ¡oh!, entonces es de ver cómo -me halagan todos, y cómo el terror descompone el vientre a los más -ricos y soberbios. Tú mismo me temes más que ningún otro; sí, tú, por -Ceres. Yo, en cambio, que me muera si te tengo miedo.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Nunca habíamos oído discutir con tanta precisión y habilidad.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_51">p. 51</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>No; es que esperaba vendimiar una viña abandonada;<a -id="FNanchor_108" href="#Footnote_108" class="fnanchor">[108]</a> pues -ya conoce bien mi superioridad en la materia.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Qué bien lo ha dicho todo! ¡De nada se ha olvidado! Al oírle me -sentía crecer. Ya pensaba estar administrando justicia en las Islas -Afortunadas. ¡Tal es el encanto de su elocuencia!</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Cómo se entusiasma! ¡Ya no cabe en el pellejo! Infeliz, dentro de -poco todo se le van a antojar garrotes.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Si quieres salir vencedor, preciso es que emplees todos tus ardides. -Difícil es templar mi cólera, sobre todo hablando en contra mía. Por -tanto, si nada bueno tienes que decir, ya puedes buscar una muela buena -y recién cortada para quebrantar nuestra ira.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Ardua, atrevida y superior a las fuerzas de un poeta cómico es -ciertamente la empresa de desarraigar de la ciudad un vicio tan -inveterado. Pero padre mío, hijo de Saturno...<a id="FNanchor_109" -href="#Footnote_109" class="fnanchor">[109]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No me des ese nombre. Porque si sobre la marcha<span -class="pagenum" id="Page_52">p. 52</span> no me manifiestas que soy -un esclavo, no habrá para ti medio de librarte de la muerte, aunque -me vea privado de participar de los festines en los sacrificios.<a -id="FNanchor_110" href="#Footnote_110" class="fnanchor">[110]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Escucha, pues, padrecito mío, y desarruga un poco tu fruncido -ceño. Principia por calcular no con piedrecillas, sino con los dedos -(la cuenta no es difícil), cuál es el total de los tributos que nos -pagan las ciudades aliadas; a ellos agrega los impuestos personales, -los céntimos, las rentas, los derechos de los puertos y mercados y el -producto de los salarios y confiscaciones. En junto sumarán unos dos -mil talentos. Cuenta ahora el sueldo anual de los jueces, que son seis -mil, pues nunca excedieron de este número, y hallarás que asciende a -ciento cincuenta talentos.<a id="FNanchor_111" href="#Footnote_111" -class="fnanchor">[111]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_53">p. 53</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>De modo que nuestro sueldo no llega a la décima parte -de las rentas.<a id="FNanchor_112" href="#Footnote_112" -class="fnanchor">[112]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Justamente.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿A dónde va a parar todo lo demás?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>A esos que están diciendo siempre: «nunca haremos traición al -pueblo ateniense; siempre combatiremos por la democracia.» Tú, padre -mío, engañado por sus palabras, dejas que te dominen. Ellos en tanto -arrancan a los aliados los talentos por cincuentenas, aterrándoles con -estas amenazas: «O me pagáis tributo, dicen, o no dejo piedra sobre -piedra en vuestra ciudad.» Y tú te contentas con roer los zancajos que -les sobran. A los aliados, en tanto, viendo que la multitud ateniense -vive miserablemente de su salario de juez, se les importa tanto de -ti, como del voto de Comio; mas a ellos les traen a porfía orzas de -conservas, vino, tapices, queso, miel, sésamo, cojines, frascos, -túnicas preciosas, coronas, collares, copas, en fin cuanto contribuye -a la salud y a la riqueza; y a ti, que mandas en ellos, después de -tus infinitos trabajos en mar y tierra, ni siquiera te dan<span -class="pagenum" id="Page_54">p. 54</span> una cabeza de ajos para -guisar tus pececillos.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Efectivamente, yo mismo he tenido que enviar a casa de Eucárides<a -id="FNanchor_113" href="#Footnote_113" class="fnanchor">[113]</a> a por -tres ajos. Pero me consumes no probándome esa pretendida esclavitud.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿No es esclavitud, y grande, el ver a todos esos bribones y a sus -aduladores ejerciendo las principales magistraturas y cobrando sueldos -soberbios? ¡Tú, con tal que te den los tres óbolos ya estás tan -contento! ¡Tú, que has ganado para ellos todos esos bienes, peleando -por mar y tierra y sitiando ciudades! Pero lo que más me irrita es -que te obliguen a asistir al tribunal de orden ajena, cuando un -jovenzuelo disoluto, el hijo de Quéreas, por ejemplo, ese que anda con -las piernas separadas y aire afeminado y lascivo, entra en casa y te -manda que vayas a juzgar muy temprano y a la hora fijada, porque todo -el que se presente después de la señal no cobrará el trióbolo. Él, en -cambio, aunque llegué tarde cobra un dracma como abogado público.<a -id="FNanchor_114" href="#Footnote_114" class="fnanchor">[114]</a> -Después, si un acusado le da algo, hace partícipe de ello a su colega, -y ambos procuran arreglar como puedan el negocio. Entonces es de ver -cómo a modo de aserradores de leña, uno lo<span class="pagenum" -id="Page_55">p. 55</span> suelta y otro lo toma; y cómo tú te estás con -la boca abierta y con los ojos fijos en el pagador público, sin notar -sus manejos.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Eso hacen conmigo! ¡Ah! ¿Qué dices? Me destrozas el corazón. Ya no -sé ni lo que pienso ni lo que digo.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Considera, pues, que tú y todos tus colegas podíais enriqueceros -sin dificultad, si no os dejaseis arrastrar por esos aduladores que -están siempre alardeando de amor al pueblo. Tú, que imperas sobre -mil ciudades desde la Cerdeña al Ponto, solo disfrutas del miserable -sueldo que te dan, y aun ese te lo pagan poco a poco, gota a gota, -como aceite que se exprime de un vellón de lana; en fin, lo preciso -para que no te mueras de hambre. Quieren que seas pobre, y te diré -la razón: para que reconociéndoles por tus alimentadores, estés -dispuesto a la menor instigación a lanzarte como un perro furioso sobre -cualquiera de sus enemigos. Como quieran, nada les será más fácil que -alimentar al pueblo. ¿No tenemos mil ciudades<a id="FNanchor_115" -href="#Footnote_115" class="fnanchor">[115]</a> tributarias? -Pues impóngase a cada una la carga de mantener veinte hombres, y -veinte mil ciudadanos<a id="FNanchor_116" href="#Footnote_116" -class="fnanchor">[116]</a> vivirán<span class="pagenum" -id="Page_56">p. 56</span> deliciosamente, comiendo carne de liebre, -llenos de toda clase de coronas, bebiendo la leche más pura,<a -id="FNanchor_117" href="#Footnote_117" class="fnanchor">[117]</a> -gozando, en una palabra, de todas las ventajas a que les dan derecho -nuestra patria y el triunfo de Maratón. En vez de eso, como si fuerais -jornaleros recolectores de aceituna, seguís al pagador de sueldos.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Ay, súbito hielo entorpece mi mano; no puedo sostener la espada; -me siento desfallecer!<a id="FNanchor_118" href="#Footnote_118" -class="fnanchor">[118]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Esos intrigantes cuando cobran miedo os dan la Eubea y prometen -distribuir cincuenta celemines de trigo: nunca te han dado, bien lo -sabes, más de cinco celemines, y esos con mil molestias, midiéndolos -uno por uno, y exigiéndote previa justificación de no ser extranjero. -Ahí tienes por qué te tengo encerrado siempre, deseando mantenerte yo -mismo y librarte de insolentes burlas. Resuelto estoy a darte cuanto -quieras, menos ese maldito salario.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Cuán sabio era el que dijo: «No juzgues sin haber oído a ambas -partes!» (<i>A Bdelicleón.</i>) Ahora me parece que tú tienes -sobrada razón. Mi cólera se calma, y arrojo estos garrotes. (<i>A -Filocleón.</i>) Cede,<span class="pagenum" id="Page_57">p. 57</span> -cede a sus consejos, colega y contemporáneo nuestro; no seas obstinado, -ni hagas alarde de tenacidad inflexible. ¡Ojalá tuviera yo un pariente -o amigo que así me aconsejase! Hoy, que se te aparece un dios para -socorrerte y colmarte de favores, recíbelos propicio.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Sí, yo le mantendré y le daré cuanto un anciano puede desear: -ricos puches, blancas túnicas, un fino manto y una cortesana que -le frote los riñones.<a id="FNanchor_119" href="#Footnote_119" -class="fnanchor">[119]</a> Pero se calla y no dice esta boca es mía. -Mala espina me da.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Es que recobra la razón en el mismo punto que la había perdido: -reconoce su culpa, y se arrepiente de haber desoído tanto tiempo tus -exhortaciones. Quizá ahora, más cuerdo, se propone mudar de costumbres -y obedecerte en todo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Ay de mí!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Por qué esa exclamación?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Déjate de promesas; lo que yo quisiera era estar allí, sentarme -allí donde el heraldo grita: «El que no haya emitido todavía su voto, -que se levante.» ¡Ah! ¿Por qué no me he de encontrar junto a las urnas -y depositar en ellas el último mi voto? ¡Apresúrate, alma mía! Alma -mía, ¿dónde estás? «Tinieblas,<span class="pagenum" id="Page_58">p. -58</span> abridme paso.»<a id="FNanchor_120" href="#Footnote_120" -class="fnanchor">[120]</a> ¡Oh! Por Hércules lo juro, mi más vehemente -deseo es sentarme hoy entre los jueces y convencer de robo a Cleón.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>En nombre de los dioses, padre mío, cede a mis ruegos.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Qué deseas? Pídeme cuanto quieras, menos una cosa.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Qué cosa es esa? Di.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Que no juzgue; antes de consentirlo, Plutón habrá pronunciado mi -sentencia.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Sea, ya que tanto te gusta administrar justicia; pero cuando menos -no acudas ya al tribunal; quédate en casa y juzga a los criados.<a -id="FNanchor_121" href="#Footnote_121" class="fnanchor">[121]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Sobre qué? ¡Tú deliras!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Haciendo en casa lo mismo que allí: si la criada abre -clandestinamente la puerta, la condenas a una simple multa; es decir, -exactamente igual que<span class="pagenum" id="Page_59">p. 59</span> -en el tribunal. Todo lo demás se hará también como allí se acostumbra: -cuando caliente el sol, juzgarás desde la mañana sentado al sol; y -cuando nieve o llueva, sentado ante el hogar: así aunque te levantes -al mediodía, ningún tesmoteta<a id="FNanchor_122" href="#Footnote_122" -class="fnanchor">[122]</a> te prohibirá la entrada en el tribunal.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Eso me agrada.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Además, si un orador habla mucho tiempo, no tendrás que esperar -rabiando de hambre a que concluya, con gran tormento tuyo y del -acusado que teme tu furor.<a id="FNanchor_123" href="#Footnote_123" -class="fnanchor">[123]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Pero podré lo mismo que hasta ahora conocer perfectamente el -asunto, si como en el intervalo?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Mejor que en ayunas. ¿No has oído decir a todo el mundo que, cuando -los testigos mienten, los jueces solo pueden comprender el asunto a -fuerza de rumiarlo?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Me has convencido. Mas aún no me has dicho quién me pagará los -honorarios.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Yo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Bueno, así recibiré yo solo mi paga, y no en compañía<span -class="pagenum" id="Page_60">p. 60</span> de otro: porque hace poco -ese bufón de Lisístrato<a id="FNanchor_124" href="#Footnote_124" -class="fnanchor">[124]</a> me jugó la más mala pasada que puede -imaginarse. Había recibido un dracma para los dos, y fuimos a la -pescadería, donde lo cambio en monedas de cobre;<a id="FNanchor_125" -href="#Footnote_125" class="fnanchor">[125]</a> luego, en vez de darme -mi parte, me puso en la mano tres escamas; yo, creyendo que eran tres -óbolos, las escondí en la boca; pero ofendido por el olor las arrojé en -seguida y le cité a juicio.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Y qué dijo?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Qué dijo? Que yo tenía estómago de gallo. «Digieres fácilmente el -dinero», repetía riéndose.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Ves cuánto vas ganando hasta en esto?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No poco, es verdad. Pero, anda, haz lo que has prometido.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Espera un momento; en seguida vuelvo aquí con todo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Mirad cómo se cumplen los oráculos! Yo había oído que llegaría -día en que cada ateniense administraría justicia en su propia -casa, y construiría en el vestíbulo un pequeño tribunal, como esas -estatuas<span class="pagenum" id="Page_61">p. 61</span> de Hécate que -se colocan delante de las puertas.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Heme aquí: ¿qué tienes que decir? Traigo todo lo que te dije y mucho -más. Este bacín puede colgarse a tu lado para cuando lo necesites.<a -id="FNanchor_126" href="#Footnote_126" class="fnanchor">[126]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Feliz ocurrencia! ¡Excelente remedio para preservar a un viejo de -la retención de orina!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Aquí traigo además un hornillo con una escudilla llena de lentejas, -por si se te ocurre comer.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Muy bien, muy bien; de modo que cobraré mi salario, aunque tenga -calentura, y podré comer lentejas sin moverme de aquí. Mas ¿para qué me -traes ese gallo?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Para que si te duermes durante la defensa de una causa, te despierte -cantando encima de ti.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Solo echo de menos una cosa; todo lo demás me satisface.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Cuál?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Si pudieras traer la estatua de Lico?<a id="FNanchor_127" -href="#Footnote_127" class="fnanchor">[127]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_62">p. 62</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>Hela aquí; parece el mismo héroe.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Oh, héroe mi señor! ¡Cuán terrible es tu aspecto! Es el retrato de -Cleónimo.</p> - -<p class="rol">SOSIAS.</p> - -<p>Por eso, aunque es un héroe, no tiene armas.<a id="FNanchor_128" -href="#Footnote_128" class="fnanchor">[128]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Si te sientas, someteré en seguida a tu decisión una causa.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Venga al punto: hace cien años que estoy sentado.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Veamos; ¿por qué causa principiaremos? ¿habrá faltado alguno de -los criados? ¡Ah! Trata,<a id="FNanchor_129" href="#Footnote_129" -class="fnanchor">[129]</a> que hace poco se dejó quemar el -puchero...</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Eh! detente: me has puesto al borde del abismo. ¿Cómo pretendes que -actúe el tribunal sin balaustrada? Precisamente es para nosotros lo más -sagrado.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Es verdad, por Júpiter. Corro a casa y la traigo volando. ¡Lo que es -la costumbre!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_63">p. 63</span>JANTIAS.</p> - -<p>¡Diantre de animal! ¿Es posible que demos de comer a semejante -perro?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Qué pasa?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Nada, que Labes,<a id="FNanchor_130" href="#Footnote_130" -class="fnanchor">[130]</a> tu perro, ha entrado en la cocina, ha robado -un magnífico queso de Sicilia, y se lo ha engullido.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Ya tenemos la primera causa en que ha de entender mi padre. (<i>A -Jantias.</i>) Comparece tú como acusador.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Yo no, por vida mía; otro perro dice que presentará la acusación, si -se instruye el proceso.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Bueno; tráete acá los dos.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Es lo que hay que hacer.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Qué es eso?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>La gamella de los cerdos consagrados a Vesta.<a id="FNanchor_131" -href="#Footnote_131" class="fnanchor">[131]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Osas poner sobre ella tus sacrílegas manos?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_64">p. 64</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>No; principiando por sacrificar a Vesta,<a id="FNanchor_132" -href="#Footnote_132" class="fnanchor">[132]</a> trituraré a mi -adversario.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Vamos, vamos, principia pronto la acusación; yo ya sé cuál castigo -ha de imponerse.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Deja que te traiga las tablillas y el estilo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Oh! ¡Me mueles y me asesinas con tus dilaciones! Lo mismo me era -escribir en la arena.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Ten.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Cita, pues.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Ya estoy.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Quién es ese primero?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡Oh, qué memoria la mía! Esto es atroz. ¿Pues no se me han olvidado -las urnas de los votos?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Eh, tú, ¿a dónde vas?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>A por las urnas.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Es inútil; me serviré de estos cacharros.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_65">p. 65</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>Muy bien; ya tenemos todo lo necesario, excepto la clepsidra.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿No puede pasar por clepsidra este bacín?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Eres ingenioso para proporcionarte los útiles precisos y -acostumbrados. Pronto, traed fuego, mirtos e incienso para que -principiemos por invocar a los Dioses.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Durante vuestras libaciones uniremos nuestros votos a los vuestros, -congratulándonos de que una reconciliación tan generosa haya seguido a -vuestras disputas y querellas.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Principiad, pues, por guardar un silencio religioso.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Oh Febo! ¡Oh Apolo Pitio! Haz que el negocio que va a resolverse -delante de esa puerta, sea para bien de todos nosotros, libres ya de -nuestros errores. ¡Oh Peán!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡Oh Dios poderoso, Apolo Agieo que velas ante el vestíbulo -de mi casa!<a id="FNanchor_133" href="#Footnote_133" -class="fnanchor">[133]</a> Acepta este nuevo sacrificio que te ofrezco -para que te dignes suavizar el<span class="pagenum" id="Page_66">p. -66</span> humor áspero e intratable de mi padre. ¡Oh rey! endulza -con algunas gotas de miel su avinagrado corazón; que sea en adelante -clemente con los hombres; más compasivo con los reos que con los -acusadores; sensible a las súplicas, y que pierda su carácter esa -furia, dolorosa para el que se acerca, como las ortigas.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Nosotros unimos a los tuyos nuestros votos en favor del nuevo -magistrado. Pues te queremos, Bdelicleón, desde que nos has dado a -conocer que amas al pueblo como ningún otro joven.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Si hay algún juez fuera, que entre; pues en cuanto se principie la -vista no se dejará entrar a nadie.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Quién es ese acusado? ¡Qué condena le aguarda!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN<a id="FNanchor_134" href="#Footnote_134" -class="fnanchor">[134]</a> (<i>Como acusador</i>).</p> - -<p>Oíd el acta de acusación.<a id="FNanchor_135" href="#Footnote_135" -class="fnanchor">[135]</a> La suscribe un perro cidatenense contra -Labes de Exona, al que acusa de haberse comido él solo, contra -toda razón y derecho, un queso de Sicilia. La pena, una argolla de -higuera.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>O la muerte canina si se le prueba.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_67">p. 67</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>Aquí está Labes el acusado.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Ah, maldito! ¡Qué traza de ladrón tienes! ¿Si creerá que me va a -engañar apretando los dientes?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Dónde está el querellante, el perro cidatenense?<a -id="FNanchor_136" href="#Footnote_136" class="fnanchor">[136]</a></p> - -<p class="rol">EL PERRO.</p> - -<p>¡Guau! ¡Guau!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Aquí está.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Ese es otro Labes, bueno solo para ladrar y lamer ollas.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN<a id="FNanchor_137" href="#Footnote_137" -class="fnanchor">[137]</a> (<i>Haciendo de heraldo</i>).</p> - -<p>Calla y siéntate. Tú (<i>A Jantias</i>), sube y acusa.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Vamos, en tanto voy a servirme y sorberme las lentejas.</p> - -<p class="rol">JANTIAS (<i>Acusador</i>).</p> - -<p>Ya habéis oído, oh jueces, el escrito de acusación que he -presentado contra Labes: ha cometido contra mí y los marinos la más -indigna felonía; se metió en un rincón oscuro, robó un enorme queso -de Sicilia, y atracándose en las tinieblas...<a id="FNanchor_138" -href="#Footnote_138" class="fnanchor">[138]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_68">p. 68</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>Basta, basta; el hecho está probado: el gran canalla acaba de soltar -junto a mis narices un eructo que apesta a queso.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>...Se negó a darme la parte que le pedía. Ahora bien; ¿podrá -prestaros servicio alguno quien no da nada a vuestro perro leal?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿No ha dado nada?</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¡Nada a mí, a su compañero!</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Se conoce que el mozo tiene los cascos tan calientes como estas -lentejas.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Por favor, padre mío; no sentencies antes de haber escuchado a los -dos.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Pero, querido, si la cosa está clara; si está clamando justicia.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>No le absolváis: es el perro más egoísta y voraz; recorre -en un instante todo el molde de un queso, y se engulle la -costra que le recubre.<a id="FNanchor_139" href="#Footnote_139" -class="fnanchor">[139]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Ni siquiera me ha dejado con que cerrar las grietas de mi urna.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_69">p. 69</span>JANTIAS.</p> - -<p>Castigadle; una sola casa no puede mantener dos ladrones; yo no -quiero ladrar con el estómago vacío; castigadle, pues, o dejaré de -ladrar.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Oh! ¡Oh! ¡Cuántas maldades! El mozo es ladrón de veras. ¿No te -parece lo mismo, gallo mío? ¡Ah! sí, se adhiere a mi opinión. ¡Eh, -tesmoteta! ¿Dónde estás? Dame el bacín.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Cógelo tú, que yo estoy llamando los testigos. Testigos de Labes, -compareced: son un plato, una mano de mortero, un cuchillo, unas -parrillas, una olla y otros utensilios medio quemados. ¿Acabas de hacer -aguas? ¿O no vas a sentarte nunca?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Aún no; pero creo que ese pasará hoy a mayores.<a id="FNanchor_140" -href="#Footnote_140" class="fnanchor">[140]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN (<i>A Filocleón</i>).</p> - -<p>¿Serás siempre duro o intratable con los reos? ¿Cebarás siempre en -ellos tu furor? (<i>Al acusado.</i>) Sube y defiéndete. ¿Por qué te -callas? Habla.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Parece que no tiene nada que alegar.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Sí que tiene, pero se me figura que le pasa lo que a Tucídides<a -id="FNanchor_141" href="#Footnote_141" class="fnanchor">[141]</a> en -otra ocasión, cuando la sorpresa<span class="pagenum" id="Page_70">p. -70</span> le cerró la boca. Retírate: yo me encargo de tu defensa. Ya -comprenderéis, oh jueces, lo comprometido que es defender a un perro -acusado de crimen tan atroz. Hablaré no obstante. En primer lugar, es -valiente y ahuyenta los lobos.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Pero es ladrón y conspirador.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No, por Júpiter; es el mejor de los perros, capaz de guardar el -rebaño más numeroso.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Qué importa si se come el queso?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Pero en cambio te defiende, te guarda la puerta, y tiene otras -inmejorables cualidades. Si cometió algún hurto, hay que perdonárselo. -¿No ves que es un ignorantón que ni aun tocar la lira sabe?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Ojalá tampoco supiera escribir! Así no hubiera redactado su -defensa.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Oye, honrado juez, a mis testigos. Acércate, buen cuchillo, y -declara en voz alta. Tú eras entonces pagador. Responde claro. ¿No -partiste las porciones que debían ser distribuidas a los soldados? — -Dice que sí las partió.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Pues miente el bellaco.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡Oh compasivo juez, ten piedad de su infortunio! El infeliz Labes -siempre come espinas y cabezas de<span class="pagenum" id="Page_71">p. -71</span> pescados; no para un momento en un sitio: ese otro solo -sirve para guardar la casa,<a id="FNanchor_142" href="#Footnote_142" -class="fnanchor">[142]</a> y ya sabe lo que se hace; así reclama -una parte de todo lo que traen, y al que no se la da, le clava el -diente.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Ah, estoy enfermo! ¡Se me figura que blandeo! ¡Oh desgracia! ¡Yo -enternecido!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Yo te lo ruego, padre mío, compadeceos de él, no le condenéis.<a -id="FNanchor_143" href="#Footnote_143" class="fnanchor">[143]</a> -¿Dónde están sus hijos? Acercaos, infelices. Aullad, suplicad, llorad -sin consuelo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Baja, baja, baja, baja.<a id="FNanchor_144" href="#Footnote_144" -class="fnanchor">[144]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Bajaré, aunque esa palabra «baja» ha engañado a muchos. No obstante, -bajaré.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Vete al infierno! ¿Por qué habré comido esas lentejas? ¿Pues no he -llorado? Creo que esto no me hubiera sucedido si no me hubiera atracado -de esas malditas lentejas.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Será, pues, absuelto?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No he dicho tal cosa.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_72">p. 72</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>Vamos, padrecito mío, sé más humano. Coge tu voto; da un paso atrás; -échalo en la segunda urna,<a id="FNanchor_145" href="#Footnote_145" -class="fnanchor">[145]</a> cerrando un poco los ojos. Absuélvelo, padre -mío.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No: tampoco yo sé tocar la lira.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Ven, te llevaré yo mismo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Es esta la primera urna?<a id="FNanchor_146" href="#Footnote_146" -class="fnanchor">[146]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Esa.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Pues aquí echo mi voto.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Cayó en el lazo, y lo absolvió sin saberlo.<a id="FNanchor_147" -href="#Footnote_147" class="fnanchor">[147]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Veamos; vuelve la urna. ¿Cuál es el resultado?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Míralo. Labes, has sido absuelto. Padre, padre, ¿qué te pasa? ¡Agua, -agua! vamos, recóbrate.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Dime, ¿de veras ha sido absuelto?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Sí.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_73">p. 73</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Ah, soy perdido!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Valor, padre mío, no te aflijas.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Cómo podré resistir la pena de haber absuelto a un criminal? ¿Qué -va a ser de mí? ¡Oh santos dioses, perdonadme; lo hice a pesar mío; -esa, ya lo sabéis, no es mi costumbre!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No lo tomes tan a pecho, padre mío; yo te daré una vida regalada; -te llevaré a cenas y convites; vendrás conmigo a todas las fiestas, y -pasarás dulcemente el resto de tu existencia: ya no se burlará de ti -Hipérbolo. Pero entremos.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Haz lo que gustes.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Id alegres a donde queráis. Escuchad, en tanto, innumerables -espectadores, nuestros prudentes consejos, y procurad que no caigan -en saco roto: esa falta es propia de un auditorio ignorante; vosotros -no la podéis cometer.<a id="FNanchor_148" href="#Footnote_148" -class="fnanchor">[148]</a></p> - -<p>Ahora, si amáis la verdad desnuda y el lenguaje sin artificios, -prestadme atención, oh pueblo. El poeta quiere haceros algunos cargos. -Está quejoso de vosotros, que antes le acogisteis tan bien,<span -class="pagenum" id="Page_74">p. 74</span> cuando imitando unas -veces al espíritu profético oculto en el vientre de Euricles,<a -id="FNanchor_149" href="#Footnote_149" class="fnanchor">[149]</a> -hizo que otros poetas os presentasen muchas comedias suyas,<a -id="FNanchor_150" href="#Footnote_150" class="fnanchor">[150]</a> -y afrontando otras cara a cara el peligro dirigió por su mano -sin ajeno auxilio los vuelos de su Musa. Colmado por vosotros de -gloria y honores, como ningún otro vate, no creyó, sin embargo, -haber llegado a la cúspide de la perfección, ni se enorgulleció -por ello, ni recorrió las palestras para corromper a la juventud -deslumbrada por sus triunfos.<a id="FNanchor_151" href="#Footnote_151" -class="fnanchor">[151]</a> Noblemente resuelto a que las Musas que -le inspiran no desciendan jamás al oficio de viles alcahuetas, ha -desoído las reclamaciones del amante, quejoso de ver ridiculizado el -objeto de su torpe pasión. Ya en el extremo de su carrera dramática -no luchó con hombres, sino que manejando intrépido la clava de -Hércules, hubo de atacar a los mayores monstruos. Principió<a -id="FNanchor_152" href="#Footnote_152" class="fnanchor">[152]</a> por -acometer audazmente a aquella horrenda fiera, de dientes espantosos, -ojos terribles, flameantes como los de Cinna,<a id="FNanchor_153" -href="#Footnote_153" class="fnanchor">[153]</a> rodeado de mil infames -aduladores<span class="pagenum" id="Page_75">p. 75</span> que a -porfía le lamen la cabeza; de voz estruendosa como la de destructor -remolino; de olor a foca y de partes secretas, que por lo inmundas -recuerdan las de los camellos<a id="FNanchor_154" href="#Footnote_154" -class="fnanchor">[154]</a> y las lamias.<a id="FNanchor_155" -href="#Footnote_155" class="fnanchor">[155]</a> A la vista de semejante -monstruo el miedo no le arrancó regalos para apaciguarle; al contrario, -sintió aumentarse su valor para defenderos. Así, el año último -dirigió de nuevo sus ataques contra esos vampiros<a id="FNanchor_156" -href="#Footnote_156" class="fnanchor">[156]</a> que, pálidos, abrasados -por incesante fiebre, estrangulaban en las tinieblas a vuestros padres -y abuelos, y acostados en el lecho de los ciudadanos pacíficos enemigos -de cuestiones, amontonaban sobre ellos procesos, citaciones y testigos, -hasta el punto de que muchos acudieron aterrados al Polemarca.<a -id="FNanchor_157" href="#Footnote_157" class="fnanchor">[157]</a> Esto -no obstante, el año pasado abandonasteis al denodado defensor que puso -todo su ahínco en purgar de tales males a la patria, y le abandonasteis -precisamente cuando sembraba pensamientos de encantadora novedad,<span -class="pagenum" id="Page_76">p. 76</span> cuyo crecimiento -impedisteis por no haberlos comprendido bien;<a id="FNanchor_158" -href="#Footnote_158" class="fnanchor">[158]</a> el autor, sin embargo, -jura a menudo entre estas libaciones a Baco, que jamás oísteis versos -cómicos mejores que los suyos. Vergonzoso es que no entendieseis de -seguida su intención profunda; pero al poeta le consuela el no haber -desmerecido en la opinión de los doctos, aunque se haya estrellado su -esperanza por vencer en audacia a sus rivales.</p> - -<p>En adelante, queridos atenienses, amad y honrad más a los poetas que -procuran deleitaros con nuevas invenciones: recoged sus pensamientos -y guardadlos en vuestras arcas como manzanas olorosas. Si así lo -hiciereis, vuestros vestidos exhalarán todo el año un suave perfume de -sabiduría.</p> - -<p>En otro tiempo éramos infatigables en la danza, infatigables en la -guerra, infatigables, sobre todo, en las lides amorosas. ¡Todo, todo -ha pasado! La blancura de nuestros cabellos vence ya a la del cisne; -fuerza será, sin embargo, reanimar en estos restos el vigor juvenil; -pues mi vejez, según creo, vale más que los rizos, adornos y disolutas -costumbres de muchos jovenzuelos.</p> - -<p>Espectadores: si alguno de vosotros se asombra al vernos -vestidos de avispas y no comprende el objeto de nuestro aguijón, -fácilmente disiparé su ignorancia. Nosotros, a quienes veis así -armados por detrás, somos la gente ática única verdaderamente<span -class="pagenum" id="Page_77">p. 77</span> noble y autóctona; raza -valerosísima que tan insignes servicios prestó a la república cuando -el bárbaro, ganoso de arrojarnos de nuestras colmenas, invadió este -territorio llevando delante de sí el incendio y la desolación. -Al punto corrimos a su encuentro, y armados de escudo y lanza,<a -id="FNanchor_159" href="#Footnote_159" class="fnanchor">[159]</a> -le atacamos. La ira hervía en nuestros pechos; nos tocábamos hombre -con hombre; nos mordíamos los labios de coraje, y una nube de -dardos oscurecía el cielo:<a id="FNanchor_160" href="#Footnote_160" -class="fnanchor">[160]</a> por fin, con ayuda de los Dioses los -derrotamos a la caída de la tarde. Antes del combate una lechuza había -pasado sobre nuestro ejército.<a id="FNanchor_161" href="#Footnote_161" -class="fnanchor">[161]</a> Después les perseguimos, clavándoles nuestro -aguijón como furiosos tábanos; ellos huían y nosotros les picábamos -las mejillas y la frente; así es que para los bárbaros nada hay ya tan -temible como la avispa ática.</p> - -<p>Terribles éramos en aquel tiempo: nada nos amedrentaba: a bordo de -las trirremes exterminamos los enemigos. No nos cuidábamos entonces de -perorar elegantemente, ni de calumniar a nadie; toda nuestra ambición -se cifraba en ser el mejor remero. De este modo ganamos a los persas -muchas<span class="pagenum" id="Page_78">p. 78</span> ciudades.<a -id="FNanchor_162" href="#Footnote_162" class="fnanchor">[162]</a> -Y a nuestro valor se deben principalmente esos tributos que hoy -derrochan los jóvenes.<a id="FNanchor_163" href="#Footnote_163" -class="fnanchor">[163]</a></p> - -<p>Si nos miráis con detención, observaréis que somos semejantes -a las avispas en nuestras costumbres y modo de vivir. En primer -lugar, cuando se nos irrita no hay animal más colérico e -intratable; y en todo lo demás hacemos lo que ellas. Reunidos en -enjambres nos repartimos en diferentes avisperos: unos vamos a -juzgar con el Arconte,<a id="FNanchor_164" href="#Footnote_164" -class="fnanchor">[164]</a> otros al Odeón,<a id="FNanchor_165" -href="#Footnote_165" class="fnanchor">[165]</a> otros con los Once,<a -id="FNanchor_166" href="#Footnote_166" class="fnanchor">[166]</a> y -otros, pegados a la pared<a id="FNanchor_167" href="#Footnote_167" -class="fnanchor">[167]</a> con la cabeza baja y sin moverse apenas, -nos parecemos a las larvas encerradas en su capullo. El procurarnos la -subsistencia nos es sumamente fácil, pues nos basta para ello<span -class="pagenum" id="Page_79">p. 79</span> picar al primero que se -presenta. Pero hay entre nosotros zánganos desprovistos de aguijón, -que se comen sin trabajar el fruto de nuestros afanes. Y es doloroso, -ciudadanos, que quien nunca peleó, quien nunca se hizo una ampolla -manejando el remo o la lanza en defensa de la república, se apodere así -de nuestro salario. Por tanto, opino que en adelante quien no tenga -aguijón no cobre el trióbolo.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No, jamás mientras viva dejaré de llevar este manto, al que debí la -salvación en aquella batalla cuando el Bóreas se desencadenó furioso.<a -id="FNanchor_168" href="#Footnote_168" class="fnanchor">[168]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿No deseas tu comodidad?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Por vida de Júpiter, no hay más que hacerse hermosos trajes! El -otro día me ensucié tanto atracándome de peces fritos, que tuve que -pagar tres óbolos al quita-manchas.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Una vez que te has puesto en mis manos, ensaya este nuevo género de -vida, y déjame cuidarte.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Bueno, ¿qué quieres que haga?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_80">p. 80</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>Quítate ese manto ordinario, y ponte en su lugar este más fino.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Valía la pena de engendrar y criar hijos para que este pretenda -ahora asfixiarme.<a id="FNanchor_169" href="#Footnote_169" -class="fnanchor">[169]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Ea, póntelo y calla.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Por los dioses, ¿qué especie de vestido es este?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Unos le llaman pérsida, otros pelliza.<a id="FNanchor_170" -href="#Footnote_170" class="fnanchor">[170]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Yo creí que era una manta<a id="FNanchor_171" href="#Footnote_171" -class="fnanchor">[171]</a> de las que hacen en Timeta.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No es extraño; como nunca has ido a Sardes. Si no, ya la hubieras -conocido.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Yo? No, por Júpiter; pero se me figura que a lo que más se parece -es al saco peludo de Móricos.<a id="FNanchor_172" href="#Footnote_172" -class="fnanchor">[172]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Ni por pienso: esto se teje en Ecbatana.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_81">p. 81</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Hay, pues, allí intestinos de lana?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No, hombre, no, esto lo fabrican los bárbaros sin perdonar gasto. -Quizá en esta túnica haya entrado un talento de lana.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Entonces debía llamársela <i>pierde-lana</i>, más bien que -pelliza.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Vamos, padre mío, estate quieto un instante y póntela.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Oh! ¡Qué calor tan horrible me da esta maldita túnica!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Te la pones o qué?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No, por piedad; prefiero, si es preciso, que me metas en un -horno.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Vamos, ya te la pondré yo: ven acá.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Coge siquiera ese gancho.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Para qué?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Para sacarme antes de que me derrita.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Quítate esos infames zapatos, y ponte este calzado lacedemonio.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_82">p. 82</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Cómo! ¡Yo sufrir en mis pies unos zapatos hechos por mis -enemigos!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Entra el pie y aprieta firme a la suela lacedemonia.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No está bien que me obligues a poner el pie en suelo enemigo.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Entra ahora el otro.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>De ninguna manera: uno de estos dedos aborrece a los lacedemonios -como el que más.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No hay otro remedio.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Infeliz de mí, no voy a tener sabañones en la vejez!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Vamos pronto; ahora imita el paso afeminado y muelle de los ricos... -Así, como yo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Sea. Di, ¿a quién de los ricos me parezco más en el andar?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿A quién? A un divieso cubierto de un emplasto de ajos.<a -id="FNanchor_173" href="#Footnote_173" class="fnanchor">[173]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_83">p. 83</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Ah, cuánto deseo pasear moviendo las caderas!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Veamos otra cosa: ¿sabrás seguir una conversación seria delante de -hombres doctos y bien educados?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Sí por cierto.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿De qué hablarás?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>De muchas cosas. Primero, de cómo Lamia, al verse cogida, produjo -un ruido sospechoso.<a id="FNanchor_174" href="#Footnote_174" -class="fnanchor">[174]</a> Después, de cómo Cardopión<a -id="FNanchor_175" href="#Footnote_175" class="fnanchor">[175]</a> y su -madre...</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Déjate de fábulas y háblanos de cosas humanas, de asuntos frecuentes -en las conversaciones de familia.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>También estoy fuerte en el género familiar: había en otro tiempo un -ratón y una comadreja...</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>«Estúpido e ignorante», como decía furioso Teógenes a un -limpia-letrinas. ¿Te atreverás a hablar entre hombres de ratones y -comadrejas?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Pues de qué hay que hablar?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_84">p. 84</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>Solo de grandezas: por ejemplo, de la excelentísima diputación, en -la que fuiste parte con Clístenes y Androcles.<a id="FNanchor_176" -href="#Footnote_176" class="fnanchor">[176]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡En diputación! ¡Si jamás he ido a ninguna parte, como no haya sido -a Paros, lo cual me valió dos óbolos!</p> - -<p class="rol" id="Efud">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Cuenta por lo menos cómo Efudión luchó al pancracio valerosamente -con Ascondas,<a id="FNanchor_177" href="#Footnote_177" -class="fnanchor">[177]</a> y aunque viejo encanecido, sin embargo -conservaba puños y riñones de hierro, robustos costados y una fortísima -coraza.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Basta, basta; no sabes lo que te dices. ¿Dónde se ha visto -luchar al pancracio<a id="FNanchor_178" href="#Footnote_178" -class="fnanchor">[178]</a> con coraza?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Pues así suelen hablar los sabios. Ahora dime otra cosa. -Cuando estés en un festín con extranjeros,<span class="pagenum" -id="Page_85">p. 85</span> ¿qué hazaña de tu juventud preferirás -contarles?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Oh! ¡Ya sé, ya sé! Mi más famosa hazaña, cuando robé a Ergasión<a -id="FNanchor_179" href="#Footnote_179" class="fnanchor">[179]</a> los -rodrigones.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡Vete al infierno con tus rodrigones! Eso es ridículo. Lo mejor -es que hables de tus cacerías de liebres o jabalíes, o de alguna -carrera de antorchas<a id="FNanchor_180" href="#Footnote_180" -class="fnanchor">[180]</a> en que tomaste parte; en fin, de cualquier -hecho que revele tu valor juvenil.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Ahora me acuerdo de uno de los más atrevidos: siendo todavía un -rapazuelo, demandé a Failo<a id="FNanchor_181" href="#Footnote_181" -class="fnanchor">[181]</a> el andarín por injurias, y le vencí por dos -votos.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Basta; recuéstate ahí para que aprendas la manera de conducirte en -los banquetes y conversaciones.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Cómo me recuesto? Vamos, dime pronto.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Con elegancia.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Así?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_86">p. 86</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Pues cómo?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Estira las piernas y déjate caer blandamente sobre los almohadones -como un ligero gimnasta: elogia después los vasos de bronce que -haya por allí; admira las cortinas del patio.<a id="FNanchor_182" -href="#Footnote_182" class="fnanchor">[182]</a> En esto presentan -agua para las manos; traen las mesas, comemos; nos lavamos; -principian las libaciones...<a id="FNanchor_183" href="#Footnote_183" -class="fnanchor">[183]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Pero acaso estamos cenando en sueños?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>La flautista preludia: los convidados son Teoro, Esquines, Fano, -Cleón, Acestor, y al lado de este otro a quien no conozco. Tú -estás con ellos. ¿Sabrás continuar las canciones principiadas?<a -id="FNanchor_184" href="#Footnote_184" class="fnanchor">[184]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Ya lo creo; mejor que cualquier montañés.<a id="FNanchor_185" -href="#Footnote_185" class="fnanchor">[185]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_87">p. 87</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>Veamos; yo soy Cleón; el primero canta el Harmodio,<a -id="FNanchor_186" href="#Footnote_186" class="fnanchor">[186]</a> tú -continuarás: «Nunca hubo en Atenas un hombre...»</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>«Tan canalla ni tan ladrón...»</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Eso piensas contestar, desdichado? ¿No ve que te confundirá a -gritos y jurará perderte, aniquilarte y expulsarte del país?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Pues yo responderé a sus amenazas con esta otra canción: «En tu -loca ambición del supremo mando, acabarás por arruinar la república, -que ya empieza a vacilar.»<a id="FNanchor_187" href="#Footnote_187" -class="fnanchor">[187]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Y cuando Teoro, acostado a tus pies, cante cogiéndole la mano a -Cleón: «Amigo, tú que conoces la historia de Admeto, estima a los -valientes»; ¿qué contestarás?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Lo siguiente: «Yo no puedo ser zorro y proclamarme amigo de los dos -partidos.»</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>A continuación, Esquines, hijo de Selo, hombre docto y único -diestro, cantará: «Bienes y riquezas<span class="pagenum" -id="Page_88">p. 88</span> a Clitágora,<a id="FNanchor_188" -href="#Footnote_188" class="fnanchor">[188]</a> a mí y a -los Tesalios...»<a id="FNanchor_189" href="#Footnote_189" -class="fnanchor">[189]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>«Muchas hemos derrochado tú y yo.»</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Esto lo entiendes bien; mas ya es hora de ir a cenar a casa -de Filoctemon. — ¡Muchacho, muchacho! ¡Criso! Pon nuestra -ración en una cesta,<a id="FNanchor_190" href="#Footnote_190" -class="fnanchor">[190]</a> hoy queremos beber de largo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No, no; es muy peligroso el beber; después del vino se rompen las -puertas y llueven bofetones y pedradas, y al día siguiente, cuando se -han dormido los tragos, se encuentra uno que hay que pagar los excesos -de la víspera.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>No temas semejante cosa tratando con hombres honrados y corteses. -O te excusan ellos mismos con el ofendido, o tú aplicas a lo ocurrido -algún chistoso cuento esópico o sibarítico<a id="FNanchor_191" -href="#Footnote_191" class="fnanchor">[191]</a> de los que has oído en -la mesa: la cosa se toma a risa, y no pasa adelante.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_89">p. 89</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>Pues ya merece la pena de aprender muchos cuentos eso de poder -librarme con uno de pagar cualquiera daño que cause. Ea, vamos; que -nadie nos detenga.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Muchas veces he dado prueba de agudo ingenio, y jamás de estupidez; -pero me gana Aminias,<a id="FNanchor_192" href="#Footnote_192" -class="fnanchor">[192]</a> ese hijo de Selo, perteneciente a -la raza copetuda,<a id="FNanchor_193" href="#Footnote_193" -class="fnanchor">[193]</a> a quien vi un día ir a cenar con Leógoras,<a -id="FNanchor_194" href="#Footnote_194" class="fnanchor">[194]</a> -llevando por junto una manzana y una granada, y cuenta que es más -hambriento que Antifonte.<a id="FNanchor_195" href="#Footnote_195" -class="fnanchor">[195]</a> Ya fue de embajador a Farsalia,<a -id="FNanchor_196" href="#Footnote_196" class="fnanchor">[196]</a> -pero allí solo se reunía a los penestas,<a id="FNanchor_197" -href="#Footnote_197" class="fnanchor">[197]</a> padeciendo él mayor -penuria que ninguno.</p> - -<p>¡Afortunado Autómenes,<a id="FNanchor_198" href="#Footnote_198" -class="fnanchor">[198]</a> cuánto envidiamos tu felicidad! Tus hijos -son los más hábiles artistas. El primero, querido de todos, canta -admirablemente al son de la cítara, y la gracia le acompaña; el segundo -es un autor cuyo mérito nunca se ponderará<span class="pagenum" -id="Page_90">p. 90</span> bastante; pero el talento del último, de -Arifrades digo, deja muy atrás al de los otros. Su padre jura que lo ha -aprendido todo por sí propio, sin necesidad de maestro, y que solo a -su talento natural debe la invención de sus inmundas prácticas en los -lupanares. Algunos han dicho que yo me había reconciliado con Cleón -porque me perseguía encarnizadamente y me martirizaba con sus ultrajes. -Ved lo que hay de cierto: cuando yo lanzaba dolorosos gritos, vosotros -os reíais a placer, y en vez de compadecerme, solo anhelabais que la -angustia me inspirase algún chiste mordaz y divertido. Al notar esto, -cejé un poco y le hice algunas caricias. He ahí por qué «a la cepa le -falta ahora su rodrigón.»<a id="FNanchor_199" href="#Footnote_199" -class="fnanchor">[199]</a></p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¡Oh tortugas tres veces bienaventuradas! ¡Cuánto envidio la dura -concha que defiende vuestro cuerpo! ¡Qué sabias y previsoras fuisteis -al cubriros la espalda con un impenetrable escudo! ¡Ay, un nudoso -garrote ha surcado la mía!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Qué sucede, niño? Porque hasta al más anciano hay derecho para -llamarle niño, cuando se deja pegar.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Sucede que nuestro viejo es la peor de las calamidades. Ha -sido el más procaz de todos los convidados,<span class="pagenum" -id="Page_91">p. 91</span> y cuenta que allí estaban Hipilo, Antifonte, -Lico, Lisístrato, Teofrasto, y Frínico; pues sin embargo, a todos -los dejó tamañitos su insolencia. En cuanto se atracó de los mejores -platos, empezó a bailar, a saltar, a reír, a eructar como un pollino -harto de cebada, y a sacudirme de lo lindo, gritándome: «¡Esclavo, -esclavo!» Lisístrato, al verlo así, le lanzó esta comparación: -«Anciano, pareces un piojo resucitado o un burro que corre a la paja.» -Y él, atronándonos los oídos, le replicó con esta: «Y tú te pareces -a una langosta, de cuyo manto se pueden contar todos los hilos<a -id="FNanchor_200" href="#Footnote_200" class="fnanchor">[200]</a> -y a Esténelo<a id="FNanchor_201" href="#Footnote_201" -class="fnanchor">[201]</a> despojado de su guardarropa.» Todos -aplaudieron, menos Teofrasto, que se mordió los labios como hombre bien -educado. Entonces, encarándosele nuestro viejo, le dijo: «Di tú, ¿a -qué te das tanto tono, y te las echas de persona? Ya sabemos que vives -a costa de los ricos a fuerza de bufonadas.» Así continuó dirigiendo -insultos semejantes a todos, diciendo los chistes más groseros, -cantando historias necias e importunas. Después se ha dirigido hacia -aquí, completamente ebrio, pegando a cuantos encuentra. Mirad, ahí -viene haciendo eses. Yo me largo, para evitar nuevos golpes.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.<a id="FNanchor_202" href="#Footnote_202" -class="fnanchor">[202]</a></p> - -<p>Dejadme: marchaos. Voy a dar que sentir a algunos<span -class="pagenum" id="Page_92">p. 92</span> de los que se obstinan -en perseguirme. ¿Os largaréis, bribones? Si no, os tuesto con esta -antorcha.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>A pesar de tus baladronadas juveniles, te juro que mañana nos has de -pagar tus atropellos. Vendremos en masa a citarte a juicio.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Ja, ja! ¡A citarme! ¡Qué vejeces! ¿No sabéis que ya ni puedo oír -hablar de pleitos? ¡Ja, ja! Ahora tengo otros gustos: tirad las urnas. -¿No os vais? ¿Dónde esta el juez? Decidle que se ahorque. (<i>A la -cortesana.</i>) Sube, manzanita de oro, sube agarrada a esta cuerda; -cógela, pero con precaución, que está algo gastada; sin embargo aún le -gusta que la froten. ¿No has visto con qué astucia te he sustraído a -las torpes exigencias de los convidados? Debes probarme tu gratitud. -Pero no lo harás, demasiado lo sé; ni siquieras lo intentarás; me -engañarás y te reirás en mis narices como lo has hecho con tantos -otros. Oye, si me quieres y me tratas bien, cuando muera mi hijo me -comprometo a sacarte del lupanar y tomarte por concubina, amorcito mío. -Ahora no puedo disponer de mis bienes; soy joven y me atan corto: mi -hijito no me pierde de vista; es gruñón, insoportable y tacaño hasta -partir en dos un comino y aprovechar la pelusilla de los berros. Su -único miedo es el que me eche a perder, pues no tiene más padre que -yo. Pero ahí está. Se dirige apresuradamente hacia nosotros. Hazle -frente. Coge esas teas. Voy a jugarle una partida de muchacho,<span -class="pagenum" id="Page_93">p. 93</span> como él a mí antes de -iniciarme en los misterios.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡Hola, hola, viejo verde! Parece que nos gustan los lindos ataúdes. -Mas lo juro por Apolo, no harás eso impunemente.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Ah! tú te comerías a gusto un proceso en vinagre.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿No es una indecencia burlarme de ese modo, y arrebatar su flautista -a los convidados?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Qué flautista? ¿Has perdido el juicio, o sales de alguna tumba?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Por Júpiter, esa dardaniense<a id="FNanchor_203" -href="#Footnote_203" class="fnanchor">[203]</a> que está contigo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Ca! Si es una antorcha encendida en la plaza en honor -a los dioses.<a id="FNanchor_204" href="#Footnote_204" -class="fnanchor">[204]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Una antorcha?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Sí, una antorcha.<a id="FNanchor_205" href="#Footnote_205" -class="fnanchor">[205]</a> ¿No ves que es de diversos colores?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_94">p. 94</span>BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Qué es eso negro que tiene en medio?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>La pez que se derrite al quemarse.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Y eso en la parte posterior. ¿No es su trasero?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No, es el cabo de la antorcha que sobresale.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Qué dices? ¿Cuál cabo? Vamos, ven acá.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Eh, eh! ¿Qué intentas?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Llevármela y quitártela: estás ya gastado e impotente.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Escucha un momento. Asistía yo a los juegos olímpicos -cuando Efudión,<a id="FNanchor_206" href="#Footnote_206" -class="fnanchor">[206]</a> aunque viejo, luchó valerosamente con -Ascondas, concluyendo el anciano por hundir de un puñetazo al joven. -Sírvate de aviso, por si se me ocurriese reventarte un ojo.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡Por Júpiter! Conoces bien a Olimpia.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UNA PANADERA. (<i>A Bdelicleón.</i>)</p> - -<p>Socórreme, en nombre de los dioses. Ese hombre<span class="pagenum" -id="Page_95">p. 95</span> me ha arruinado; al pasar, agitando a tontas -y a locas su antorcha, me ha echado a rodar por la plaza diez panes de -a óbolo, y además otros cuatro.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Ves lo que has hecho? Tu dichoso vino nos va a llenar de pleitos la -casa.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>No lo creas; un cuentecillo alegre lo arreglará todo: verás cómo me -reconcilio con esta.</p> - -<p class="rol">LA PANADERA.</p> - -<p>Te juro por las dos diosas<a id="FNanchor_207" href="#Footnote_207" -class="fnanchor">[207]</a> que no te reirás impunemente de Mirtia, -hija de Ancilión y de Sóstrata, después de haberle echado a perder sus -mercancías.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Escucha, mujer: voy a contarte una fábula muy chistosa.</p> - -<p class="rol">LA PANADERA.</p> - -<p>¿Fabulitas a mí, viejo chocho?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Al volver una noche Esopo de un banquete le ladró atrevida cierta -perra borracha: «¡Ah perra, perra, le dijo entonces, si cambiases tu -maldita lengua por un poco de trigo, me parecerías más sensata!»</p> - -<p class="rol">LA PANADERA.</p> - -<p>¡Cómo! ¿Te burlas de mí? Pues bien; quienquiera que seas, -te cito ante los inspectores del mercado,<a id="FNanchor_208" -href="#Footnote_208" class="fnanchor">[208]</a><span class="pagenum" -id="Page_96">p. 96</span> para que me indemnices daños y -perjuicios. Querefonte,<a id="FNanchor_209" href="#Footnote_209" -class="fnanchor">[209]</a> que está ahí, será mi testigo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Pero, por mi vida, oye a lo menos lo que voy a decirte: quizá -te agrade más. Laso<a id="FNanchor_210" href="#Footnote_210" -class="fnanchor">[210]</a> y Simónides tenían en cierta ocasión un -certamen poético, y Laso dijo: «Poco me importa.»</p> - -<p class="rol">LA PANADERA.</p> - -<p>¡Muy bien! Como tú, ¿verdad?</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Y tú, Querefonte, vas a ser testigo de esa mujer amarilla,<a -id="FNanchor_211" href="#Footnote_211" class="fnanchor">[211]</a> -de esa Ino<a id="FNanchor_212" href="#Footnote_212" -class="fnanchor">[212]</a> precipitándose desde una roca a los pies de -Eurípides?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Ahí se acerca otro: según parece, también a citarte, pues viene con -un testigo.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UN ACUSADOR.</p> - -<p>¡Qué desdichado soy!... Anciano, te demando por injurias.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Por injurias? ¡Ah, no, por piedad, no lo demandes! Yo te pagaré -cuanto pidas, y aun así te quedaré agradecido.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_97">p. 97</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>Yo también quiero reconciliarme con él: confieso francamente que -le he pegado y apedreado. (<i>Al acusador.</i>) Pero acércate más: -¿me permites que yo solo señale la cantidad que debe dársete como -indemnización, y que en adelante sea amigo tuyo, o prefieres fijarla -tú?</p> - -<p class="rol">EL ACUSADOR.</p> - -<p>Habla tú, pues detesto los pleitos y negocios.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Cierto sibarita se cayó de un carro y se infirió una grave herida -en la cabeza: es de advertir que no entendía gran cosa de equitación. -Acercósele entonces uno de sus amigos, y le dijo: «Ejercítese cada cual -en el arte que sepa»; por tanto, corre a curarte en casa de Pítalo.<a -id="FNanchor_213" href="#Footnote_213" class="fnanchor">[213]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN (<i>A Filocleón.</i>)</p> - -<p>Persistes en tus costumbres.</p> - -<p class="rol">EL ACUSADOR (<i>Al testigo.</i>)</p> - -<p>Acuérdate de su respuesta.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Oye, no te vayas. En cierta ocasión rompió una mujer en Síbaris el -cofre de los procesos...</p> - -<p class="rol">EL ACUSADOR (<i>Al testigo.</i>)</p> - -<p>También te tomo por testigo de lo que dice.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN (<i>Al acusador.</i>)</p> - -<p>...El cual cofre hizo atestiguar el hecho; pero la sibarita -le contestó: «¡Por Proserpina, déjate de<span class="pagenum" -id="Page_98">p. 98</span> testigos y cómprate cuanto antes una -ligadura; eso tendrá más sentido común!»</p> - -<p class="rol">EL ACUSADOR (<i>A Filocleón.</i>)</p> - -<p>¡Búrlate! ¡búrlate! ¡Ya veremos cuando el arconte mande traer a la -vista tu causa!</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN (<i>A Filocleón.</i>)</p> - -<p>¡Por Ceres, no estarás aquí más tiempo! Voy a llevarte a la -fuerza.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Qué haces?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¿Qué hago? Llevarte adentro. De otro modo no va a haber testigos -suficientes para los infinitos que te demandan.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Un día los de Delfos...<a id="FNanchor_214" href="#Footnote_214" -class="fnanchor">[214]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Poco me importa.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>...Acusaron a Esopo de haber robado un vaso de Apolo; entonces -él contó que una vez el escarabajo...<a id="FNanchor_215" -href="#Footnote_215" class="fnanchor">[215]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>¡Oh, vete al infierno! Me matas con tus escarabajos.</p> - -<p class="centra">(<i>Bdelicleón se lleva a su padre.</i>)</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_99">p. 99</span>CORO.</p> - -<p>Envidio tu felicidad, anciano. ¡Qué cambio en su áspera existencia! -Siguiendo prudentes consejos, va a vivir entre placeres y delicias. -Quizá los desatienda, porque es difícil cambiar el carácter que se tuvo -desde la cuna. Sin embargo, muchos lo consiguieron; consejos ajenos -han logrado modificar a veces nuestras costumbres, ¡Cuántas alabanzas -no alcanzará por esto, en mi opinión y en la de los sabios, el hijo -de Filocleón, tan discreto y cariñoso con su padre! Jamás he visto un -joven tan comedido, de tan amables costumbres. Ninguno me ha regocijado -como él. En todas las respuestas que daba a su padre resplandecía la -razón y el deseo de inspirarle más decorosas aficiones.</p> - -<hr class="tb"> - -<div class="section"><p class="rol">JANTIAS.</p></div> - -<p>¡Por Baco! Sin duda algún Dios ha revuelto y embrollado nuestra -casa. El viejo, después de haber bebido y haber oído largo rato -tocar la flauta, ebrio de placer, repite toda la noche las antiguas -danzas que Tespis<a id="FNanchor_216" href="#Footnote_216" -class="fnanchor">[216]</a> hacía ejecutar a sus coros. Pretende -demostrar, bailando incesantemente, que los trágicos modernos son todos -unos lelos sin sustancia.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_100">p. -100</span>FILOCLEÓN (<i>Declamando</i>).</p> - -<p>¿Quién se sienta a la entrada del vestíbulo?<a id="FNanchor_217" -href="#Footnote_217" class="fnanchor">[217]</a></p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>La calamidad se aproxima.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Apartad las vallas. Va a principiar el baile...</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Mejor dirás la locura.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>...Que aligera mi pecho con su impetuosidad. ¡Cómo mugen mis -narices! ¡Cómo suenan mis vértebras!...</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Bien te vendría una toma de eléboro.<a id="FNanchor_218" -href="#Footnote_218" class="fnanchor">[218]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Frínico<a id="FNanchor_219" href="#Footnote_219" -class="fnanchor">[219]</a> se asusta como un gallo...</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>Pongámonos en salvo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>...Que agita sus patas en el aire.</p> - -<p class="rol">JANTIAS.</p> - -<p>¡Eh! mira dónde pisas.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Con flexibilidad juegan todos mis miembros!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_101">p. 101</span>JANTIAS.</p> - -<p>Nada, está visto, es una verdadera locura.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Ahora desafío a todos mis rivales. Si hay algún trágico que -se precie de danzar bien, venga por acá y tendremos un certamen -coreográfico... ¿Se presenta alguno?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Este solo.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Quién es ese desgraciado?</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>El hijo segundo de Carcino.<a id="FNanchor_220" href="#Footnote_220" -class="fnanchor">[220]</a></p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Pronto lo anonadaré; voy a molerle a puñetazos acompasados; pues no -entiende una palabra de ritmos.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Pero, ¡infeliz!, ahí viene su hermano, otro trágico carcinita.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>Voy haciendo provisiones para el almuerzo.</p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Sí, pero solo de cangrejos;<a id="FNanchor_221" href="#Footnote_221" -class="fnanchor">[221]</a> por que ahí llega un tercer hijo de -Carcino.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_102">p. 102</span>FILOCLEÓN.</p> - -<p>¿Qué es eso que se arrastra? ¿Es una araña o una vinagrera?<a -id="FNanchor_222" href="#Footnote_222" class="fnanchor">[222]</a></p> - -<p class="rol">BDELICLEÓN.</p> - -<p>Es un cangrejillo; el más pequeño de la familia. También poeta -trágico.</p> - -<p class="rol">FILOCLEÓN.</p> - -<p>¡Oh Carcino, padre feliz de tan hermosa familia! ¡Qué -banda de reyezuelos<a id="FNanchor_223" href="#Footnote_223" -class="fnanchor">[223]</a> desciende sobre mí! Fuerza es, ¡ay triste!, -que me bata con ellos. Preparad la salmuera, por si salgo vencedor.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Ea, apartémonos un poco, para que puedan hacer sus pruebas delante -de nosotros.</p> - -<p>Ea, ilustres hijos de un habitante del mar,<a id="FNanchor_224" -href="#Footnote_224" class="fnanchor">[224]</a> hermanos de los -langostinos, danzad sobre la arena en la orilla del estéril piélago. -Moved en círculo vuestros pies; levantad las piernas como Frínico, y al -verlas en el aire, lanzarán gritos de asombro los espectadores.</p> - -<p>Gira sobre ti mismo, da vueltas; levanta la pierna hasta el cielo; -trasfórmate en un torbellino. Ahí se adelanta el mismo rey del mar, el -padre de<span class="pagenum" id="Page_103">p. 103</span> tus rivales, -orgulloso de sus hijos. Mas si tenéis gusto en danzar, hacednos salir -cuanto antes, pues nunca hasta ahora se ha visto terminar la comedia -con un baile del coro.<a id="FNanchor_225" href="#Footnote_225" -class="fnanchor">[225]</a></p> - - -<p class="fin">FIN DE LAS AVISPAS.</p> - - -<div class="chapter pt6" id="Ch2"> - <hr class="chap"> - <p><span class="pagenum" id="Page_105">p. 105</span></p> - <h2 class="nobreak g2 ws2">LA PAZ.</h2> - <hr class="chap"> -</div> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch2-1"> - <p><span class="pagenum" id="Page_107">p. 107</span></p> - <h3>NOTICIA PRELIMINAR.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<p>Cleón y Brásidas, generales de Atenas y Lacedemonia, murieron -en un mismo combate; aquel al retirarse fugitivo, y este en brazos -de la victoria. «Después de la derrota de los atenienses ante -Anfípolis, dice Tucídides,<a id="FNanchor_226" href="#Footnote_226" -class="fnanchor">[226]</a> y de la muerte de Brásidas y Cleón, los -más ardientes partidarios de la guerra, el primero porque le debía -sus triunfos y su gloria, y el segundo porque no dejaba de prever que -en tiempos normales serían más patentes sus prevaricaciones y menos -atendidas sus calumnias, los hombres que en ambas ciudades aspiraban -a desempeñar el principal papel, Plistoánax, hijo de Pausanias, -rey de Esparta, y Nicias, hijo de Nicerato, el general afortunado -como ninguno, se declararon en favor de la paz. Pactose<span -class="pagenum" id="Page_108">p. 108</span> está por cincuenta -años tras largas negociaciones, aunque la reconciliación de las -dos repúblicas enemigas siempre tuvo más de aparente que de real.» -Alcibíades, cuya desmedida ambición era un continuo peligro, pues -aspiraba no menos que a recoger la herencia de Pericles, y atropellando -por todo, trataba de comprometer a su patria en una nueva guerra, -atizó con sus intrigas los enconados odios que en el corazón de ambas -ciudades se revolvían; y tal maña se dio que en el año 420 antes de -nuestra era, decimotercio de la guerra del Peloponeso, era ya inminente -una nueva ruptura de hostilidades. Para contener, si era posible, tan -espantoso mal, escribió <i>La Paz</i> Aristófanes, comedia cuyo objeto, -idéntico al de <i>Los Acarnienses</i>, es inspirar al pueblo profunda -aversión a una guerra desastrosa y funesta, y confirmarle en el amor a -las dulzuras del estado pacífico, que apenas había empezado a saborear. -Para lograr tan levantado fin, acude el poeta tanto a su inagotable -imaginación como a la audaz energía de que tan elocuente muestra son -sus <i>Caballeros</i>, pues a un tiempo que pinta con poético colorido -las ventajas de la paz y da existencia y vida a las más inanimadas -abstracciones, levanta con atrevida mano el hipócrita velo con que se -encubrían los enemigos del reposo público, mostrando al desnudo sus -miras interesadas, sus bajas intenciones y su sospechosa ambición. Los -dos partidos que entonces dividían a Atenas aparecen en <i>La Paz</i> -tras una alegoría transparente: el populacho,<span class="pagenum" -id="Page_109">p. 109</span> los demagogos, las gentes que no teniendo -nada que perder se agrupaban alderredor de Alcibíades, en aquella -jarcia de comerciantes de lanzas, cascos y escudos; y las personas -sensatas y sinceramente amantes de su país, en el noble coro de -labradores que ayuda al audaz Trigeo en la peligrosa tarea de libertar -a la patria. Veamos cómo desarrolla Aristófanes la acción.</p> - -<p>Trigeo o <i>viñador</i>, condolido de los males que afligen a su -patria, se propone subir al Olimpo en demanda de la Paz; el único -medio que para ello se le ocurre, es alimentar un enorme escarabajo, -recordando la fábula de Esopo en que aquel animalejo consigue llegar -hasta el regazo del padre de los dioses. Caballero en el nuevo Pegaso, -lánzase atrevidamente a los aires, desoyendo las advertencias de su -atribulada familia. Llega por fin al cielo, donde Mercurio, después de -un recibimiento descortés, se aviene a indicarle el modo de desenterrar -a la Paz. Aparécese en esto la Guerra acompañada del Tumulto, y pone -a la vista sus violencias majando en un inmenso mortero ciudades y -regiones, mientras la Paz permanece relegada al fondo de una caverna, -obstruida por enormes peñascos. Trigeo trata de darla libertad y -convoca al efecto a ciudadanos de todos los países, principalmente -labradores, que aparecen armados de cables y palancas. No todos -ponen, sin embargo, igual ahínco en la consecución de la obra, pues -mientras los atenienses y lacedemonios tiran con todas sus fuerzas, -los de Mégara blandean por el<span class="pagenum" id="Page_110">p. -110</span> hambre, y los de Argos y Beocia tratan, fingiendo ayuda, de -anular sus esfuerzos con ánimo de obtener durante la guerra pingües -subsidios de todos los beligerantes. Por fin la cautiva aparece, y -con ella Opora y Teoría, personificaciones de la abundancia y de las -fiestas anejas a la Paz. En medio del mayor júbilo se ofrece a la -deidad rescatada un sacrificio, turbado solo por las pretensiones de -Hierocles, sacerdote famélico, y las quejas de los vendedores de armas, -a los que el nuevo orden de cosas va a arruinar.</p> - -<p>La comedia concluye con las bodas de Trigeo y la Abundancia, -celebradas por un alegre y estrepitoso canto de Himeneo.</p> - -<p>Adolece esta pieza de un defecto capital, y es que la ficción -admirablemente sostenida hasta que la Paz sale de la caverna, decae -desde este momento y se arrastra lánguidamente hasta el final. Ni -los más picantes chistes, ni multitud de encantadores detalles, -parecidos, como dice Pierron,<a id="FNanchor_227" href="#Footnote_227" -class="fnanchor">[227]</a> a islotes de pura poesía sobrenadando -en un mar de obscenidades y bajezas, ni el diálogo siempre -intencionado y vivo bastan para disimular la pobreza de la acción, -que desde el verso 520,<a id="FNanchor_228" href="#Footnote_228" -class="fnanchor">[228]</a> es decir, mucho antes de la mitad de -la comedia, queda reducida a los preparativos necesarios para el -ofrecimiento de un holocausto y la celebración de unas bodas. A esto -se agrega, observa Brumoy,<a id="FNanchor_229" href="#Footnote_229" -class="fnanchor">[229]</a> el<span class="pagenum" id="Page_111">p. -111</span> hallarse llena <i>La Paz</i>, más que otras comedias, de -enigmas, alusiones, metáforas y figuras de toda especie, cuyo gusto, -aunque no lo podamos apreciar con la debida precisión, sin embargo, -no era de los más selectos, pues fue ya objeto de acerbas críticas -por parte de los contemporáneos de Aristófanes,<a id="FNanchor_230" -href="#Footnote_230" class="fnanchor">[230]</a> hasta tal punto que -este, según la opinión más probable, los corrigió en una segunda -edición, en la cual la Paz, personaje mudo en la conservada, -debía de intervenir en el diálogo y la acción con su compañera la -Agricultura.</p> - -<p><i>La Paz</i> se representó el año 13 de la guerra del Peloponeso, -420 antes de nuestra era, cuya fecha fija suficientemente Aristófanes -en el <a href="#fecha">verso 998</a> de la misma,<a id="FNanchor_231" -href="#Footnote_231" class="fnanchor">[231]</a> y obtuvo en el -certamen el segundo lugar. «Quizá, observa un discreto intérprete,<a -id="FNanchor_232" href="#Footnote_232" class="fnanchor">[232]</a> al -negarle los jueces la primera corona, quisieron castigar al poeta por -haber tenido razón contra la ceguera popular.»</p> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch2-2"> - <p><span class="pagenum" id="Page_113">p. 113</span></p> - <h3>PERSONAJES.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<table class="elenco"> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Dos esclavos de Trigeo.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Trigeo.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Muchachas, hijas de Trigeo.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Mercurio.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">La Guerra.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">El Tumulto.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Coro de labradores.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Hierocles</span>, adivino.</td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Un fabricante de hoces.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Un fabricante de penachos.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Un vendedor de corazas.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Un fabricante de trompetas.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Un fabricante de cascos.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Un fabricante de lanzas.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Un hijo de Lámaco.</span></td> - </tr> - <tr> - <td colspan="3"><span class="sc">Un hijo de Cleónimo.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">La Paz.</span></td> - <td rowspan="3" class="keyr"> </td> - <td rowspan="3"> Personajes mudos.</td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Opora o la Abundancia.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Teoría.</span></td> - </tr> -</table> - -<hr class="tb"> - -<p class="centra smaller">La acción pasa al principio delante de la -casa de Trigeo.</p> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch2-3"> - <p><span class="pagenum" id="Page_115">p. 115</span></p> - <h3>LA PAZ.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>Vamos, vamos, trae pronto su pastelito al escarabajo.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO SEGUNDO.</p> - -<p>Toma, dáselo a ese maldito. ¡Ojalá no coma otro mejor!</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>Dale otro de excremento de asno.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO SEGUNDO.</p> - -<p>Ahí lo tienes también. ¿Pero dónde está el que le trajiste hace un -momento? ¿Se lo ha comido ya?</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>¡Pues ya lo creo! Me lo arrebató de las manos, le dio una -vueltecilla entre las patas, y se lo tragó enterito. Hazle, hazle otros -más grandes y espesos.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO SEGUNDO.</p> - -<p>¡Oh limpia-letrinas, socorredme en nombre de los dioses, si no -queréis que me asfixie!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_116">p. 116</span>ESCLAVO -PRIMERO.</p> - -<p>Otro, otro, confeccionado con excrementos de bardaje; ya sabes que -le gusta la masa muy molida.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO SEGUNDO.</p> - -<p>Toma; lo que me consuela es hallarme al abrigo de una sospecha: -nadie dirá que me como la pasta al amasarla.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>¡Puf! Venga otro, otro, y otro; no ceses de amasar.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO SEGUNDO.</p> - -<p>¡Imposible! No puedo resistir ya el olor de esta letrina. Voy a -llevarlo todo adentro.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>Idos al infierno ella y tú.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO SEGUNDO.</p> - -<p>¿No me dirá alguno de vosotros que lo sepa, dónde podré comprar una -nariz sin agujeros? Porque es el más repugnante de los oficios, esto -de ser cocinero de un escarabajo. Al fin un cerdo o un perro se tragan -nuestros excrementos tal y como se los encuentran, mas este animal -anda siempre en repulgos, y ni aun se digna tocarlos, si no me he -estado amasando un día entero la bolita, como si hubiera de ofrecerse -a una joven delicada. Pero veamos si ha concluido de comer; voy a -entreabrir un poquito la puerta, para que él no me distinga. ¡Traga, -traga, atrácate hasta que revientes! ¡Cómo devora el maldito! Mueve las -mandíbulas como un atleta sus membrudos brazos: luego agita la cabeza y -las patas, como los<span class="pagenum" id="Page_117">p. 117</span> -que enrollan cables en las naves de carga. ¡Qué animal tan voraz, -fétido e inmundo! No sé qué dios nos ha enviado semejante regalo, pero -seguramente no han sido ni Venus ni las Gracias.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>¿Pues cuál?</p> - -<p class="rol">ESCLAVO SEGUNDO.</p> - -<p>Solo ha podido ser Júpiter fulminante.<a id="FNanchor_233" -href="#Footnote_233" class="fnanchor">[233]</a> Pero sin duda algún -espectador, alguno de esos jóvenes presumidos de sabios, estará -diciendo ya: ¿Qué es esto? ¿Qué significa ese escarabajo? Y un jonio<a -id="FNanchor_234" href="#Footnote_234" class="fnanchor">[234]</a> -sentado a su lado, estoy seguro de que le responde: Todo esto, si no -me engaño, se refiere a Cleón, pues es el único que no tiene reparo -en alimentarse de basura.<a id="FNanchor_235" href="#Footnote_235" -class="fnanchor">[235]</a> Pero voy a dar agua al escarabajo.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>Y yo voy a explicar el asunto a los niños, a los mozos, a los -hombres, a los viejos, y a los que han<span class="pagenum" -id="Page_118">p. 118</span> traspasado el término ordinario de la vida. -Mi señor tiene una rara locura, no la vuestra,<a id="FNanchor_236" -href="#Footnote_236" class="fnanchor">[236]</a> sino otra completamente -nueva. Todo el día se lo pasa mirando al cielo, con la boca abierta, e -increpando a Júpiter de este modo: ¡Oh Júpiter! ¿Qué intentas? Depón tu -escoba, no barras la Grecia.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">TRIGEO<a id="FNanchor_237" href="#Footnote_237" -class="fnanchor">[237]</a> (<i>Dentro</i>).</p> - -<p>¡Ay! ¡Ay!</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>Callemos. Se me figura haber oído su voz.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Oh Júpiter! ¿Qué intentas hacer de nuestra patria? ¿No ves que se -despueblan las ciudades?</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>He ahí la manía de que acabo de hablaros. Esas palabras pueden daros -una idea de ella; yo os diré las que pronunciaba cuando principió -a revolvérsele la bilis. Hablando aquí mismo a solas, exclamaba: -«¿Cómo podría yo ir derecho a Júpiter?» Construyó al efecto escalas -muy ligeras, por las cuales, sirviéndose de pies y manos, trataba de -subir al cielo, hasta que se cayó, rompiéndose la cabeza. Ayer se fue -corriendo a no sé dónde, y volvió a casa con este enorme escarabajo, -ligero como<span class="pagenum" id="Page_119">p. 119</span> -un caballo del Etna,<a id="FNanchor_238" href="#Footnote_238" -class="fnanchor">[238]</a> obligándome a ser su palafrenero. Mi -amo le acaricia como si fuese un potro, y le dice: «Pegasillo mío, -generoso volátil, llévame de un vuelo hasta el trono de Júpiter.»<a -id="FNanchor_239" href="#Footnote_239" class="fnanchor">[239]</a> Pero -voy a ver por esta rendija lo que hace. ¡Oh desgraciado! ¡Favor, favor, -vecinos! ¡Mi dueño sube por el aire montado en el escarabajo!</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">TRIGEO (<i>En la escena</i>).</p> - -<p>Despacio, despacio; poco a poco, escarabajo mío; refrena algo tu -fogosidad; no confíes demasiado en tu fuerza; aguarda a que, después de -sudar, el rápido movimiento de las alas haya dado agilidad a tus remos. -Sobre todo, no despidas ningún mal olor; si estás dispuesto a hacerlo, -más vale que te quedes en casa.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>¡Oh dueño mío! ¿Estás loco?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Silencio! ¡Silencio!</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>¿Pero a dónde diriges tu vuelo, temerario?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Vuelo para hacer la felicidad de todos los griegos;<span -class="pagenum" id="Page_120">p. 120</span> por ellos llevo a cabo esta -nueva y atrevida empresa.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>Mas ¿qué intentas? ¡Oh, qué inútil locura!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Nada de palabras de mal agüero. Al contrario, pronúncialas -favorables. Manda callar a todos; haz que cubran con nuevos ladrillos -las letrinas y cloacas, y que se pongan un tapón en el trasero.<a -id="FNanchor_240" href="#Footnote_240" class="fnanchor">[240]</a></p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>No, no callaré, si no me dices a dónde enderezas el vuelo.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿A dónde he de ir sino al cielo, a ver a Júpiter?</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>¿Con qué intención?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Con la de preguntarle qué piensa hacer de todos los griegos.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>¿Y si no te lo dice?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Le citaré a juicio y le acusaré de hacer traición a los griegos -en favor de los persas.<a id="FNanchor_241" href="#Footnote_241" -class="fnanchor">[241]</a></p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>Por Baco, no harás eso mientras yo viva.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_121">p. 121</span>TRIGEO.</p> - -<p>Pues no es posible otra cosa.</p> - -<p class="rol">ESCLAVO PRIMERO.</p> - -<p>¡Ay, ay, ay! Chiquitas, que vuestro padre os abandona marchándose -al cielo de tapadillo. ¡Ah! Suplicadle, suplicadle, pobrecitas -huérfanas.</p> - -<p class="rol">LA MUCHACHA.</p> - -<p>¡Padre, padre! ¿Será verdad, como acaban de decirnos, que nos -abandonas para ir a perderte con las aves en la región de los cuervos? -Di, padre mío, ¿es verdad? Respóndeme, si me amas.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Sí, me marcho. Cuando me pedís pan, hijas mías, llamándome papá, -se me parte el corazón al no hallar en toda la casa ni la sombra de -un óbolo. Si salgo bien de la empresa, tendréis siempre que queráis -una gran torta, sazonada con un buen bofetón.<a id="FNanchor_242" -href="#Footnote_242" class="fnanchor">[242]</a></p> - -<p class="rol">LA MUCHACHA.</p> - -<p>Mas ¿cómo vas a hacer ese viaje? No hay navío que pueda -conducirte.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Iré sobre este corcel alado; no necesito embarcarme.</p> - -<p class="rol">LA MUCHACHA.</p> - -<p>Pero, padre, ¿cómo se te ha ocurrido subir al cielo montado en un -escarabajo?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_122">p. 122</span>TRIGEO.</p> - -<p>Las fábulas de Esopo<a id="FNanchor_243" href="#Footnote_243" -class="fnanchor">[243]</a> dicen que es el único volátil que ha llegado -hasta los dioses.</p> - -<p class="rol">LA MUCHACHA.</p> - -<p>¡Padre mío, padre mío! Eso es un cuento increíble. ¿Cómo ha podido -llegar hasta los dioses un animal tan inmundo?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Subió por la enemistad que tuvo con el águila, y se vengó haciendo -una tortilla con sus huevos.</p> - -<p class="rol">LA MUCHACHA.</p> - -<p>¿No era mejor que montases el alígero Pegaso y te presentases -a los dioses con más trágico continente?<a id="FNanchor_244" -href="#Footnote_244" class="fnanchor">[244]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Tontuela, ¿no conoces que hubiera necesitado doble provisión? -Mientras así este se alimentará con lo que yo haya digerido.</p> - -<p class="rol">LA MUCHACHA.</p> - -<p>Y si cae del piélago en los húmedos abismos,<a id="FNanchor_245" -href="#Footnote_245" class="fnanchor">[245]</a> ¿cómo podrá salir a -flote un animal alado?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Llevo un timón<a id="FNanchor_246" href="#Footnote_246" -class="fnanchor">[246]</a> que emplearé si hay necesidad; todo -quedará reducido a que me sirva de nave un escarabajo de Naxos.<a -id="FNanchor_247" href="#Footnote_247" class="fnanchor">[247]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_123">p. 123</span>LA MUCHACHA.</p> - -<p>Después del naufragio, ¿qué puerto te acogerá?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Pues no hay en el Pireo el puerto del Escarabajo?<a -id="FNanchor_248" href="#Footnote_248" class="fnanchor">[248]</a></p> - -<p class="rol">LA MUCHACHA.</p> - -<p>Ten mucho cuidado de no tropezar y caer. Si te quedas cojo, darás -asunto a Eurípides para una tragedia, de la cual serás protagonista.<a -id="FNanchor_249" href="#Footnote_249" class="fnanchor">[249]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Eso es cuenta mía. Adiós. (<i>A los espectadores.</i>) Vosotros, en -cuyo obsequio sufro estos trabajos, absteneos durante tres días de todo -desahogo, sólido ni fluido:<a id="FNanchor_250" href="#Footnote_250" -class="fnanchor">[250]</a> pues, si al cernerse en las alturas percibe -mi corcel algún olor, se precipitará sobre la tierra y burlará mis -esperanzas. Adelante, Pegaso mío; haz resonar tu freno de oro, -endereza las orejas. ¡Oh! ¿Qué haces, qué haces? ¿Por qué vuelves -la cabeza hacia las letrinas? Levántate atrevidamente de la tierra, -y desplegando tus veloces alas, vuela en línea recta al palacio -de Júpiter. Aparta por hoy el hocico de la basura, y de todos tus -alimentos cotidianos. ¡Eh, buen hombre! ¿Qué haces ahí? A ti te digo, -que haces tus necesidades en el Pireo, junto al Lupanar. ¿Quieres que -me mate? ¿Quieres que me mate? Ocúltalo pronto, cúbrelo con un gran -montón de tierra, planta encima<span class="pagenum" id="Page_124">p. -124</span> serpol y riégalo con perfumes, pues si llego a caer ahí y -a causarme grave daño, en castigo de mi muerte tendrá que pagar cinco -talentos la ciudad de Quíos<a id="FNanchor_251" href="#Footnote_251" -class="fnanchor">[251]</a> por tu condenado trasero. ¡Ay! ¡Ay! ¡Qué -miedo! ¡Ya no tengo ganas de bromas! Mucha atención, maquinista. -Un viento rebelde gira alderredor de mi ombligo: si no tienes suma -precaución, voy a echarle un pienso al escarabajo.<a id="FNanchor_252" -href="#Footnote_252" class="fnanchor">[252]</a> Mas no debo estar lejos -de los dioses, pues ya distingo la morada de Júpiter. ¿Quién es ese que -está en la puerta? Abrid.</p> - -<p class="centra">(<i>La escena cambia y representa el cielo.</i>)</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Se me figura que huelo a hombre (<i>viendo a Trigeo</i>). ¡Oh -Hércules! ¿Qué monstruo es ese que veo?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Un hipocántaro.<a id="FNanchor_253" href="#Footnote_253" -class="fnanchor">[253]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Infame, atrevido, desvergonzado, bribón, rebribón, bribón más que -todos los bribones juntos, ¿cómo has subido hasta aquí? ¿Cómo te -llamas? ¡Pronto!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Bribón.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_125">p. 125</span>MERCURIO.</p> - -<p>¿De dónde eres? ¡Contesta!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Bribón.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿Quién es tu padre?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿El mío? Bribón.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Por la Tierra! Vas a morir si no me dices tu nombre.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Soy Trigeo el Atmonense,<a id="FNanchor_254" href="#Footnote_254" -class="fnanchor">[254]</a> viñador honrado, enemigo de pleitos y -delaciones.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿A qué has venido?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>A traerte estas viandas.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Oh pobrecillo! ¿Qué tal, qué tal el viaje?<a id="FNanchor_255" -href="#Footnote_255" class="fnanchor">[255]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Glotonazo, ¿ya no te parezco bribón? Ea, vete a llamar a Júpiter.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! No creas que estás cerca de los dioses. Ayer mismo -emigraron.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿A qué lugar de la Tierra?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_126">p. 126</span>MERCURIO.</p> - -<p>¡Oh! ¿De la Tierra?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>En fin, ¿a dónde?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Lejos, muy lejos, al sitio más escondido y apartado de los -cielos.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Cómo te has quedado aquí solo?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Para guardar la vajilla restante, los pucherillos, las tablillas -y las pequeñas ánforas.<a id="FNanchor_256" href="#Footnote_256" -class="fnanchor">[256]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Pero por qué han emigrado los dioses?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Por odio a los griegos. En los lugares que les estaban destinados -han alojado a la guerra dándole amplios poderes para que os trate a su -antojo. Ellos se han retirado muy lejos, por no presenciar vuestros -combates ni oír vuestras súplicas.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Por qué razón nos tratan así? Dime.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Porque habéis preferido la guerra a la paz con que os han -brindado mil veces. Los lacedemonios, si llegaban a conseguir alguna -pequeña ventaja, exclamaban en seguida: «Por los Dióscuros,<a -id="FNanchor_257" href="#Footnote_257" class="fnanchor">[257]</a> -nos<span class="pagenum" id="Page_127">p. 127</span> la han de -pagar los atenienses.» Por el contrario, si los atenienses salíais -algo mejor librados y los lacedemonios venían a tratar de la paz, -la contestación ya se sabía que había de ser: «Por Minerva,<a -id="FNanchor_258" href="#Footnote_258" class="fnanchor">[258]</a> no -nos la pegáis; por Júpiter, no hay que darles crédito; ellos volverán -mientras tengamos a Pilos.»<a id="FNanchor_259" href="#Footnote_259" -class="fnanchor">[259]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Cierto, ese es nuestro lenguaje.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Por lo cual no sé si volveréis a ver a la Paz.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Pues a dónde se ha ido?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>La Guerra la hundió en una profunda caverna.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿En cuál?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Ahí, en ese abismo; ¿no ves cuántos peñascos ha amontonado encima -para que nunca podáis recobrarla?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Y dime, ¿qué calamidad nos prepara?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Lo ignoro; solo sé que ayer a la tarde trajo un mortero de -prodigioso tamaño.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Qué hará con ese mortero?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_128">p. 128</span>MERCURIO.</p> - -<p>Piensa machacar en él las ciudades. Pero me marcho; si no me engaño, -va a salir; ¡cómo alborota ahí dentro!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Ah, pobre de mí! ¡Huyamos! Yo también oigo el estruendo del mortero -bélico.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">LA GUERRA (<i>Trayendo un enorme mortero</i>).</p> - -<p>¡Guay mortales, mortales, desdichados mortales! ¡Temblad por -vuestras mandíbulas!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Oh poderoso Apolo, qué inmenso mortero! ¡Qué daño hace la sola -vista de la Guerra! ¡Ese, ese es el monstruo sanguinario y cruel del -cual huimos! ¡Oh, cómo se apoya sobre sus piernas!<a id="FNanchor_260" -href="#Footnote_260" class="fnanchor">[260]</a></p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>¡Oh Prasias, Prasias,<a id="FNanchor_261" href="#Footnote_261" -class="fnanchor">[261]</a> y una, y cien, y mil veces desgraciada, hoy -feneces para siempre!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Hasta ahora, ciudadanos, nada va con vosotros; ese golpe cae sobre -Lacedemonia.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_129">p. 129</span>LA GUERRA.</p> - -<p>¡Ah Mégara, Mégara, cómo te voy a majar! Toda vas a ser reducida a -menudo picadillo.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Oh, oh! ¡Cuántas y cuán amargas lágrimas para los Megarenses!<a -id="FNanchor_262" href="#Footnote_262" class="fnanchor">[262]</a></p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>¡Ah Sicilia, también tú pereces!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Míseras ciudades, vais a ser ralladas como queso!</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>Ea, mezclemos un poco de miel del Ática.<a id="FNanchor_263" -href="#Footnote_263" class="fnanchor">[263]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Eh! no, te aconsejo que emplees otra; esa cuesta a cuatro óbolos; -economiza la miel del Ática.</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>¡Hola! ¡eh, Tumulto!</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">EL TUMULTO.</p> - -<p>¿Qué me quieres?</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>¡Mucho ojo! ¿Te estás mano sobre mano, eh? Pues toma esta puñada.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Soberbio golpe!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_130">p. 130</span>EL TUMULTO.</p> - -<p>¡Ay! señora.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Qué? ¿Se había untado el puño con ajos?<a id="FNanchor_264" -href="#Footnote_264" class="fnanchor">[264]</a></p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>Tráeme volando una mano de mortero.</p> - -<p class="rol">EL TUMULTO.</p> - -<p>Pero, dueña mía, si no tenemos ninguna: como solo estamos aquí desde -ayer...</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>Vete a buscar una en Atenas; pero ¡vivo, vivo!</p> - -<p class="rol">EL TUMULTO.</p> - -<p>Ya corro. ¡Pobre de mí, si no la traigo!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Ea, ¿qué haremos, míseros mortales? Ya veis qué espantoso peligro -nos amenaza. Si vuelve con la mano de mortero, esta va a entretenerse -en triturar a su gusto las ciudades. ¡Oh Baco, que muera antes de -traerla!</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.<a id="FNanchor_265" href="#Footnote_265" -class="fnanchor">[265]</a></p> - -<p>¿Qué?</p> - -<p class="rol">EL TUMULTO.</p> - -<p>¿Cómo?</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>¿No la traes?</p> - -<p class="rol">EL TUMULTO.</p> - -<p>¡Qué he de traer! Los atenienses han perdido la<span -class="pagenum" id="Page_131">p. 131</span> mano de su mortero, -aquel curtidor que revolvía toda la Grecia.<a id="FNanchor_266" -href="#Footnote_266" class="fnanchor">[266]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Oh, dicha! ¡Veneranda Minerva! ¡Con qué oportunidad ha muerto para -la República! Antes de servirnos su guisado.</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>Corre, pues, a buscar otra en Lacedemonia, y concluyamos de una -vez.</p> - -<p class="rol">EL TUMULTO.</p> - -<p>Allá voy, señora.</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>¡Te recomiendo la vuelta!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Qué va a ser de vosotros, ciudadanos? Llegó el momento -crítico. Si por casualidad alguno de vosotros está iniciado en los -misterios de Samotracia,<a id="FNanchor_267" href="#Footnote_267" -class="fnanchor">[267]</a> ahora es ocasión de desear un buen -retortijón de pies al portador de la mano.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">EL TUMULTO (<i>De vuelta</i>).</p> - -<p>¡Ay qué desgraciado soy! ¡Ay, y mil veces ay!</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>¿Qué es eso? ¿Tampoco traes nada ahora?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_132">p. 132</span>EL TUMULTO.</p> - -<p>También los lacedemonios han perdido la mano de su mortero.</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>¿Y cómo, gran canalla?</p> - -<p class="rol">EL TUMULTO.</p> - -<p>Se la habían prestado a otros en Tracia, y la han perdido.<a -id="FNanchor_268" href="#Footnote_268" class="fnanchor">[268]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Bien, muy bien va, oh Dióscuros! Perfectamente bien; cobrad ánimo, -mortales.</p> - -<p class="rol">LA GUERRA.</p> - -<p>Coge esos vasos y vuélvelos a llevar; yo entro también para hacer -una mano de mortero.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Llegó el momento de repetir lo que cantaba Datis,<a -id="FNanchor_269" href="#Footnote_269" class="fnanchor">[269]</a> -arrascándose sin pudor<a id="FNanchor_270" href="#Footnote_270" -class="fnanchor">[270]</a> en medio del día: «¡Qué gusto! ¡Qué -placer! ¡Qué delicia!» Ahora, oh griegos, llegó la ocasión oportuna -de olvidar querellas y combates, y de libertar a la Paz a quien todos -amamos, antes de que nos lo impida alguna nueva mano de mortero.<a -id="FNanchor_271" href="#Footnote_271" class="fnanchor">[271]</a> -Labradores, mercaderes,<span class="pagenum" id="Page_133">p. -133</span> fabricantes, obreros, metecos, extranjeros, insulares, -hombres de todos los países, acudid pronto, armaos de azadones, -palancas y maromas. Por fin podremos beber la copa del Buen Genio.<a -id="FNanchor_272" href="#Footnote_272" class="fnanchor">[272]</a></p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Acudamos todos a trabajar por la común salvación. Pueblos de la -Grecia, libres de guerras sangrientas y combates, prestémonos hoy, como -nunca, mutuo socorro. Este día amaneció en mal hora para Lámaco.<a -id="FNanchor_273" href="#Footnote_273" class="fnanchor">[273]</a> (<i>A -Trigeo.</i>) Vamos, di lo que hay que hacer; dispon, ordena, manda. -Estamos decididos a trabajar sin descanso, con máquinas y palancas, -hasta volver a la luz a la más grande de las diosas, a la protectora -más solícita de nuestras vidas.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Silencio! ¡Silencio! No vayan a despertar a la Guerra los gritos -que os arranca la alegría.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Nos ha regocijado ese edicto mandando libertar a la Paz. ¡Cuán -distintos de esos otros que nos han ordenado tantas veces acudir con -víveres para tres días!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Cuidado con aquel cerbero,<a id="FNanchor_274" href="#Footnote_274" -class="fnanchor">[274]</a> que está ahora en<span class="pagenum" -id="Page_134">p. 134</span> los infiernos; sus ladridos y aúllos -podrían, como en vida, impedirnos libertar a la diosa.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>No hay nadie capaz de arrebatármela, como llegue a estrecharla entre -mis brazos. ¡Ay! ¡Ay! ¡Qué gozo!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Por piedad, silencio, amigos míos, si no deseáis mi perdición. Como -la Guerra llegue a observar algo, saldrá y echará por tierra de un -golpe todos nuestros planes.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Aunque lo revuelva, pisotee y arruine todo, hoy no puedo contener la -alegría.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Pero estáis locos? ¿Qué os sucede, ciudadanos? Por todos los dioses -os lo pido, no echéis a perder con vuestros saltos la más hermosa -empresa.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Si yo no quiero bailar; mi alegría es tanta, que, sin quererlo yo, -mis piernas saltan de gozo.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No más; terminad, terminad el baile.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Ea, ya está terminado.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Lo dices, pero no lo haces.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Vamos, permíteme hacer esta figura, y nada más.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Bueno, esa sola; pero cese en seguida la danza.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_135">p. 135</span>CORO.</p> - -<p>Si te podemos servir en algo, no danzaremos.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Pero, malditos, si no acabáis!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Déjame lanzar al aire la pierna derecha, y te juro concluir.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Os lo permito para que no me importunéis más.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Pero justo es que la pierna izquierda haga lo mismo. Hoy no quepo en -mí de júbilo; río y alboroto; para mí el dejar el escudo es tan grato -como despojarme de la vejez.<a id="FNanchor_275" href="#Footnote_275" -class="fnanchor">[275]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No os alegréis todavía; aún no es segura vuestra felicidad. Cuando -la hayamos libertado, alegraos entonces, reíd y gritad. Porque -entonces sí que podréis a vuestro antojo navegar o permanecer en -casa, entregaros al sueño o al amor, asistir a las fiestas o a los -banquetes, jugar al cótabo,<a id="FNanchor_276" href="#Footnote_276" -class="fnanchor">[276]</a> vivir como verdaderos sibaritas y exclamar: -¡Iu! ¡Iu!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_136">p. 136</span>CORO.</p> - -<p>¡Ojalá llegue a ver ese día! Muchos trabajos he sufrido, y muchas -veces, como Formión,<a id="FNanchor_277" href="#Footnote_277" -class="fnanchor">[277]</a> he dormido sobre la dura tierra. Ya no -seré para ti, como antes, un juez intratable y severo de duro y -áspero carácter, sino mucho más afable e indulgente, en cuanto me -vea libre de las molestias de la guerra. Sobrado tiempo ha que nos -destrozan y matan haciéndonos ir y venir al Liceo<a id="FNanchor_278" -href="#Footnote_278" class="fnanchor">[278]</a> con lanza y escudo. -Pero di en qué podemos complacerte, pues una suerte feliz ha hecho que -seas nuestro jefe.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Procuremos separar estas piedras.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_137">p. 137</span>MERCURIO</p> - -<p>Bribón temerario, ¿qué pretendes hacer?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>«Nada malo», como Cilicón.<a id="FNanchor_279" href="#Footnote_279" -class="fnanchor">[279]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Te has perdido, desdichado!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Si llega a haber sorteo,<a id="FNanchor_280" href="#Footnote_280" -class="fnanchor">[280]</a> no lo dudo, pues habiendo de dirigirlo tú, -ya sé lo que resultará.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Te has perdido! ¡Vas a morir!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿En qué día?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Ahora mismo.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Aún no he comprado nada, ni harina, ni queso, para -marchar a morir.<a id="FNanchor_281" href="#Footnote_281" -class="fnanchor">[281]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Date por molido.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_138">p. 138</span>TRIGEO.</p> - -<p>¡Imposible! ¿No había de haber advertido tanta felicidad?<a -id="FNanchor_282" href="#Footnote_282" class="fnanchor">[282]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿Ignoras que Júpiter ha amenazado con la muerte a todo el que sea -sorprendido desenterrando a esa infeliz?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Es por consiguiente de absoluta necesidad que yo muera?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Sí por cierto.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pues préstame tres dracmas para comprar un lechoncillo: debo -iniciarme antes de morir.<a id="FNanchor_283" href="#Footnote_283" -class="fnanchor">[283]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Oh Júpiter tonante!...</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Oh Mercurio! Por todos los dioses te lo pido: no nos delates.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>No puedo callarme.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Te lo ruego por las viandas que te he traído con tan buena -voluntad!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_139">p. 139</span>MERCURIO.</p> - -<p>Pero, desdichado, Júpiter me aniquilará si no te delato a gritos.<a -id="FNanchor_284" href="#Footnote_284" class="fnanchor">[284]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Oh, por piedad, Mercurio mío! ¿Qué hacéis vosotros? ¿Estáis -atónitos? Hablad, desdichados. ¿No veis que va a denunciarme?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡No, poderoso Mercurio, no, no, no lo harás! Si algún recuerdo -conservas del placer con que comiste el lechoncillo que te ofrecí, ten -en cuenta mi grata oblación.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Deidad poderosa, ¿no escuchas sus palabras lisonjeras?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Oh, no cambies en ira tu bondad, tú el más humano y generoso -de los dioses! Si detestas el ceño y los penachos de Pisandro,<a -id="FNanchor_285" href="#Footnote_285" class="fnanchor">[285]</a> -acoge propicio nuestras súplicas y déjanos libertar a la Paz. Así te -inmolaremos sin cesar sagradas víctimas y honraremos tus altares con -sacrificios espléndidos.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Vamos, cede a sus ruegos, pues ahora observan tu culto más fielmente -que nunca.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_140">p. 140</span>MERCURIO.</p> - -<p>Como que nunca han sido más ladrones.<a id="FNanchor_286" -href="#Footnote_286" class="fnanchor">[286]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>En cambio, te revelaré una vasta y terrible conspiración que se -fragua contra todos los dioses.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Vamos, habla, quizá me hagas ceder.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>La Luna y ese canalla de Sol os tienden lazos hace tiempo y entregan -la Grecia a los bárbaros.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿Por qué hacen eso?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Porque nosotros os ofrecemos sacrificios, y a ellos se los -ofrecen los bárbaros.<a id="FNanchor_287" href="#Footnote_287" -class="fnanchor">[287]</a> Así es que es muy natural que deseen vuestra -desaparición, para recibir ellos solos todas las oblaciones.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Ah!, ahora comprendo por qué de algún tiempo acá, el uno nos -roba parte del día, y la otra nos presenta su disco carcomido.<a -id="FNanchor_288" href="#Footnote_288" class="fnanchor">[288]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Es la verdad. Por tanto, querido Mercurio, ayúdanos<span -class="pagenum" id="Page_141">p. 141</span> con todas tus fuerzas a -desenterrar la Paz. En adelante las grandes Panateneas, y todas las -demás fiestas religiosas, las Diipolias, las Adonias, los Misterios, se -celebrarán en tu honor; todas las ciudades, libertadas de sus males, -sacrificarán a Mercurio preservador; y otros mil bienes lloverán sobre -ti. Como una muestra, principio por regalarte este precioso vaso, para -que hagas libaciones.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Ah!, los vasos de oro me enternecen. Manos a la obra, mortales: -entrad y removed las piedras con azadones.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Dispuestos estamos. Tú, el más ingenioso de los dioses, dirige -nuestros trabajos como hábil arquitecto, y manda cuanto gustes; ya -verás que no somos flojos para el trabajo.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Venga pronto la copa: inauguremos nuestro trabajo con una invocación -a los dioses. La libación principia; guardad, guardad un silencio -religioso. Roguemos a los dioses que en este día empiece para todos -los griegos una era feliz: pidámosles que jamás tengan que embrazar el -escudo cuantos de buen grado secunden nuestra empresa.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Sí, por Júpiter; y que pase en paz la vida, en brazos de mi amada, -revolviendo los carbones.<a id="FNanchor_289" href="#Footnote_289" -class="fnanchor">[289]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_142">p. 142</span>TRIGEO.</p> - -<p>¡Que todo el que prefiera la guerra, nunca acabe, oh divino Baco, de -extraer de sus codos las puntas de las flechas!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Si algún aficionado a mandar batallones se niega, oh Paz, a -devolverte la luz, ¡sucédale en los combates lo que a Cleónimo!<a -id="FNanchor_290" href="#Footnote_290" class="fnanchor">[290]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Si algún fabricante de lanzas o revendedor de escudos desea la -guerra para vender mejor sus mercancías, ¡que le secuestren unos -bandidos y no coma más que cebada!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Si alguno, ambicionando ser general, se niega a ayudarnos, o -algún esclavo se dispone a pasarse al enemigo, sea atado a la rueda -y muerto a palos; para nosotros todos los bienes; ¡Io! ¡Peán! ¡Io!<a -id="FNanchor_291" href="#Footnote_291" class="fnanchor">[291]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Suprime el Peán, y di solamente: ¡Io!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Io! ¡Io!, ya no digo más que ¡Io!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>A Mercurio, a las Gracias, a las Horas, a Venus, a Cupido.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Y a Marte?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_143">p. 143</span>TRIGEO.</p> - -<p>No.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Y a Belona?<a id="FNanchor_292" href="#Footnote_292" -class="fnanchor">[292]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Tirad todos: arranquemos las piedras con los cables.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Venga!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Venga más!</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Venga!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Venga más, más!</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Venga! ¡Venga!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pero no todos arrastran igualmente. ¡Tirad todos a una! -¡Eh!, vosotros fingís que trabajáis. ¡Ah Beocios, Beocios!, -lo habéis de sentir.<a id="FNanchor_293" href="#Footnote_293" -class="fnanchor">[293]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Venga, pues!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Venga!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_144">p. 144</span>CORO.</p> - -<p>Ea, tirad también vosotros.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pues qué, ¿no tiro yo? ¿No estoy colgado de la cuerda y haciendo los -mayores esfuerzos?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Entonces por qué no adelanta la obra?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Ah Lámaco! Nos estorbas estándote ahí sentado. ¿Qué necesidad -tenemos de tu Gorgona?<a id="FNanchor_294" href="#Footnote_294" -class="fnanchor">[294]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Tampoco tiran esos argivos; es verdad que hace mucho tiempo que -se ríen de nuestras desgracias; especialmente desde que obtienen -subsidios de ambos bandos.<a id="FNanchor_295" href="#Footnote_295" -class="fnanchor">[295]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pero los lacedemonios, amigo mío, tiran con todas sus fuerzas.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Mirad, los únicos que trabajan son los que manejan el azadón, y los -armeros se lo estorban.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Tampoco los Megarenses hacen nada de provecho; sin embargo tiran -abriendo enormemente la boca, como los perros cuando roen un hueso; -pero los pobres están desmayados de hambre.<a id="FNanchor_296" -href="#Footnote_296" class="fnanchor">[296]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_145">p. 145</span>TRIGEO.</p> - -<p>Amigos, nada adelantamos; reunamos nuestros esfuerzos, y tiremos a -una.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Venga!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Venga más!</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Venga!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Más, por vida de Júpiter!</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Poco adelantamos.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Habrá infamia como esta? Unos tiran a un lado, y los otros al -contrario. ¡Argivos, argivos! ¡Que va a haber palos!</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Venga, pues!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Venga!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Qué canallas son algunos!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Vosotros, que deseáis ardientemente la Paz, tirad con fuerza.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Hay algunos que nos lo impiden.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿No os iréis al infierno, megarenses? La diosa os detesta, -recordando que fuisteis los primeros en<span class="pagenum" -id="Page_146">p. 146</span> untarla con ajos.<a id="FNanchor_297" -href="#Footnote_297" class="fnanchor">[297]</a> Vosotros, -atenienses, no tiréis ya de ese lado; está visto que solo podéis -ocuparos de procesos. Pero si queréis libertar a la Paz, retiraos -hacia el mar un poco.<a id="FNanchor_298" href="#Footnote_298" -class="fnanchor">[298]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Ea, amigos labradores, demos fin a este trabajo.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>La cosa va mucho mejor, ciudadanos.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Dice que la cosa marcha; ea, redoblemos todos nuestros esfuerzos.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Solo los labradores, y nadie más, hacen adelantar la obra.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Firme, pues! ¡Firme todo el mundo! ¡Ya nos acercamos! No hay que -ceder. ¡Ánimo! ¡Ánimo! Ya está concluido. Ahora, ¡venga!, ¡venga!, -¡venga!, ¡venga!, ¡venga, todos a una!</p> - -<p>(<i>La Paz sale de la caverna acompañada de Opora y Teoría.</i>)</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Oh Diosa venerable que nos prodigas las uvas!,<span -class="pagenum" id="Page_147">p. 147</span> ¿qué oración te -dirigiré? ¿Dónde podré hallar para saludarte palabras equivalentes -a diez mil ánforas?<a id="FNanchor_299" href="#Footnote_299" -class="fnanchor">[299]</a> No tengo ninguna en casa. Salud, Opora, -y tú también, Teoría.<a id="FNanchor_300" href="#Footnote_300" -class="fnanchor">[300]</a> ¡Qué hechicero es tu rostro, Teoría! ¡Qué -perfume se exhala de tu seno! Es dulce y delicado como la exención de -la milicia, o el más precioso aroma.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿No es un olor semejante al de la mochila militar?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Oh enemigo detestable, tu morral asqueroso me da náuseas! Apesta -a cebollas; mientras que al lado de esta amable Diosa todo se vuelven -sazonados frutos; convites, Dionisiacas, flautas, poetas, cómicos, -cantos de Sófocles, tordos, versitos de Eurípides...</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Desdichado!, no la calumnies. ¿Cómo ha de amar a ese fabricante de -sutilezas y sofismas?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_148">p. 148</span>CORO.</p> - -<p>...hiedras, coladores de vino, baladoras ovejas, mujeres campesinas -de bella garganta, la esclava ebria, el ánfora derribada y otras mil -cosas buenas.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Mira, mira cómo hablan unas con otras las ciudades y se ríen de -todo corazón; sin embargo, todas tienen terribles heridas y enormes -ampollas.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Mira también a los espectadores; por el semblante de cada cual -conocerás su oficio.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Ah! ¿No ves a ese fabricante de penachos cómo se arranca los -cabellos? Aquel que hace azadones se ríe en las barbas de un -fabricante de espadas.<a id="FNanchor_301" href="#Footnote_301" -class="fnanchor">[301]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Ves tú cómo se regocija ese otro fabricante de hoces, y señala con -el dedo a un fabricante de lanzas?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Ea, manda a los labradores que se retiren.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pueblos, escuchad: vuelvan cuanto antes a los campos los labradores -con sus aperos, dejándose de lanzas, espadas y flechas: la antigua Paz -reina ya en estos lugares. Vuelvan, pues, todos a las rústicas faenas, -después de entonar un jubiloso Peán.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Oh día deseado por los hombres de bien y los<span class="pagenum" -id="Page_149">p. 149</span> campesinos! ¡Con qué placer tornaré a -ver mis viñas y a saludar, después de tantos tiempos, las frondosas -higueras plantadas en mi juventud!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Principiemos, amigos míos, por adorar a la diosa que nos ha -libertado de Gorgonas y penachos, y corramos después a nuestros campos, -provistos de sabroso almuerzo.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Oh Neptuno, cómo alegra la vista ese batallón de labradores, -apretados como la masa de una torta, o los convidados en un banquete -público!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Sí; mirad cómo brillan las palazadas! ¡Cómo los zarcillos de tres -dientes relucen al sol! ¡Qué derechos surcos va a trazar esa turba -feliz! Yo también deseo marchar al campo y remover aquellas pocas -tierras, tanto tiempo abandonadas. ¡Acordaos, amigos míos, de nuestra -antigua vida, regocijada con los dones que la diosa entonces nos -dispensaba! ¡Acordaos de aquellas cestas de higos secos y frescos; -acordaos de los mirtos, del dulce mosto, de las violetas ocultas en las -orillas de la fuente y de las aceitunas tan deseadas! Por tan inmensos -beneficios adoremos a la Diosa.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Salve, salve, deidad querida, tu vuelta llena de regocijo nuestras -almas! Lejos de ti me abrumaba el dolor, me consumía el ardiente afán -de volver a mis campos. Tú eres para todos el mayor de los bienes, -la más anhelada dicha. Tú el único sostén<span class="pagenum" -id="Page_150">p. 150</span> de los que viven cultivando la tierra. -Bajo tu imperio, sin dispendios ni fatigas, disfrutábamos de mil -dulces placeres; tú eras nuestro pan cotidiano, nuestra salud, nuestra -vida. Por eso las vides y jóvenes higueras y todas nuestras plantas te -acogen jubilosas, y sonríen a tu venida. (<i>A Mercurio.</i>) Pero tú, -el más benévolo de los dioses, dinos dónde ha estado encerrada tanto -tiempo.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Sabios labradores, escuchad mis palabras, si queréis saber cómo -la habéis perdido. La desgracia de Fidias<a id="FNanchor_302" -href="#Footnote_302" class="fnanchor">[302]</a> fue la primera causa; -en seguida Pericles, temeroso de la misma suerte, desconfiando de -vuestro carácter irritable, creyó que el mejor modo de evitar el -peligro personal era poner fuego a la República. Su decreto contra -Mégara fue la pequeña chispa que produjo la vasta conflagración de una -guerra, cuyo humo ha arrancado tantas lágrimas a todos los griegos, a -los de aquí y a los de otras comarcas. Al primer rumor de ese incendio, -crujieron a su pesar nuestras cepas; la tinaja, bruscamente<span -class="pagenum" id="Page_151">p. 151</span> removida, chocó contra la -tinaja; nadie podía ya contener el mal, y la Paz desapareció.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>He ahí, por Apolo, cosas completamente ignoradas; yo a nadie había -oído que Fidias estuviese relacionado con la Diosa.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Ni yo tampoco hasta ahora. Sin duda la Paz debe su hermosura a su -alianza con él. ¡Cuántas cosas ignoramos!</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Entonces, conociendo las ciudades sometidas a vuestro mando que, -exasperados unos contra otros, estabais próximos a despedazaros, -pusieron en práctica todos los medios para eximirse del pago de los -tributos y ganaron a fuerza de oro a los lacedemonios principales. -Estos, como avaros que son y despreciadores de todo extranjero, muy -pronto arrojaron ignominiosamente a la Paz, y se declararon por la -Guerra. La fuente de sus ganancias lo fue de ruina pera los pobres -labradores; pues bien pronto vuestras trirremes fueron, en represalias, -a comerse sus higos.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Muy bien hecho. También ellos me cortaron a mí una higuera negra que -yo mismo había plantado y dirigido.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Sí, muy bien hecho, por Júpiter; a mí también me rompieron de una -pedrada una medida con seis medimnas de trigo.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_152">p. 152</span>MERCURIO.</p> - -<p>Los trabajadores del campo, reunidos después en la ciudad,<a -id="FNanchor_303" href="#Footnote_303" class="fnanchor">[303]</a> se -dejaron comprar como los otros; echaban de menos, es cierto, sus uvas -y sus higos, pero en cambio oían a los oradores. Estos, conociendo -la debilidad de los pobres, y la extremada miseria a que estaban -reducidos, ahuyentaron a la Paz a fuerza de clamores, como si fueran -horquillas, siempre que, arrastrada por su amor a este país, apareció -entre nosotros: vejaban a los más poderosos y opulentos de nuestros -aliados, acusándolos de ser partidarios de Brásidas. Y vosotros os -arrojabais como perros sobre el infeliz calumniado y lo despedazabais -rabiosamente; pues la república, pálida de hambre y temerosa, devoraba -con feroz placer cuantas víctimas le presentaba la calumnia. Los -extranjeros, viendo los terribles golpes que asestaban estos oradores, -les tapaban la boca con oro, de suerte que los enriquecieron, mientras -la Grecia se arruinaba sin que lo advirtieseis. El autor de tantos -males era un curtidor.<a id="FNanchor_304" href="#Footnote_304" -class="fnanchor">[304]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Cesa, cesa, Mercurio, de recordarme a ese hombre; déjale en paz en -los infiernos, donde sin duda está: ya no es nuestro, sino tuyo;<a -id="FNanchor_305" href="#Footnote_305" class="fnanchor">[305]</a> por -consiguiente,<span class="pagenum" id="Page_153">p. 153</span> cuanto -digas de él, aunque en vida haya sido canalla, charlatán, delator, -revoltoso y trastornador, recaerá sobre uno de tus súbditos. (<i>A la -Paz.</i>) Pero ¿por qué callas, oh Diosa?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>No conseguirás que revele a los espectadores la causa de su -silencio; está muy irritada por lo que le han hecho sufrir.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pues que te diga a ti siquiera algunas palabras.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Amiga querida, dime cuál es tu ánimo respecto a estos. Habla, -mujer la más enemiga de los escudos. Bien, ya escucho. (<i>Supone -que le habla al oído.</i>) Esas son tus quejas; comprendo. -(<i>A los espectadores.</i>) Oíd vosotros sus acusaciones. Dice -que cuando después de los sucesos de Pilos<a id="FNanchor_306" -href="#Footnote_306" class="fnanchor">[306]</a> se presentó ella -voluntariamente con una cesta llena de tratados, la rechazasteis tres -veces en la asamblea popular.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Es verdad, faltamos en eso; pero perdónanos: nuestra -inteligencia estaba entonces rodeada de cueros.<a id="FNanchor_307" -href="#Footnote_307" class="fnanchor">[307]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Escucha ahora la pregunta que acaba de hacerme. «¿Quién de vosotros -era su mayor enemigo?<span class="pagenum" id="Page_154">p. 154</span> -¿Quién trabajó más por la terminación de la guerra?»</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Su más fiel amigo era sin duda alguna Cleónimo.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿Y qué tal era ese Cleónimo en punto a guerra?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Lo más intrépido, solo que no es hijo de quien se decía, pues en -cuanto va al ejército, prueba suficientemente, arrojando las armas, -que es un hijo supuesto.<a id="FNanchor_308" href="#Footnote_308" -class="fnanchor">[308]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Escucha lo que acaba de preguntarme. ¿Quién manda ahora en la -tribuna del Pnix?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Hipérbolo<a id="FNanchor_309" href="#Footnote_309" -class="fnanchor">[309]</a> es el dueño absoluto. (<i>A la Paz.</i>) -¡Ah! ¿Qué haces? ¿Por qué vuelves la cabeza?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Aparta el rostro indignada de que el pueblo haya aceptado tan -perverso jefe.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Bueno! ya no lo emplearemos más; el pueblo, viéndose sin guía y -en completa desnudez, se ha servido de ese hombre como de una copa -encontrada por casualidad.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_155">p. 155</span>MERCURIO.</p> - -<p>La Paz quiere saber las ventajas que eso traerá a la república.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Lo veremos todo más claro.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿Por qué?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Porque es comerciante de lámparas.<a id="FNanchor_310" -href="#Footnote_310" class="fnanchor">[310]</a> Antes dirigíamos todos -los negocios a tientas en la oscuridad; ahora los resolveremos a la luz -de una lámpara.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Oh! ¡Oh! ¡Lo que me manda preguntarte!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Sobre qué?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Sobre mil antiguallas, que dejó al partir. Lo primero que desea -saber es qué hace Sófocles.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Lo pasa muy bien; pero le ha sucedido una cosa extraordinaria.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿Cuál?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>De Sófocles se ha convertido en Simónides.<a id="FNanchor_311" -href="#Footnote_311" class="fnanchor">[311]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡En Simónides! ¿Cómo?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_156">p. 156</span>TRIGEO.</p> - -<p>Achacoso y viejo, es capaz por ganarse un óbolo de navegar sobre un -zarzo.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿Y el sabio Cratino<a id="FNanchor_312" href="#Footnote_312" -class="fnanchor">[312]</a> vive todavía?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Murió cuando la invasión de los lacedemonios.<a id="FNanchor_313" -href="#Footnote_313" class="fnanchor">[313]</a></p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¿Qué le sucedió?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Qué? Se desfalleció, no pudiendo resistir a la pena que le produjo -el ver romperse una tinaja llena de vino. ¿Cuántas desgracias como esta -crees que han afligido a esta ciudad? Así es que en adelante, señora, -nada podrá apartarnos de ti.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>En ese supuesto, te entrego a Opora por mujer; vete a vivir -con ella en el campo, y producid ricas uvas.<a id="FNanchor_314" -href="#Footnote_314" class="fnanchor">[314]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Acércate, amada mía, y dame un dulce beso. Dime, poderoso Mercurio: -¿me vendrá algún daño<span class="pagenum" id="Page_157">p. 157</span> -de holgarme con Opora después de tan larga abstinencia?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>No, como en seguida tomes una infusión de poleo.<a id="FNanchor_315" -href="#Footnote_315" class="fnanchor">[315]</a> Pero ante todo acompaña -a Teoría al Senado, su antigua morada.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Oh Senado, qué dichoso vas a ser albergando bajo tu techo a -tan amable huésped! ¡Cuánta salsa sorberás en estos tres días!<a -id="FNanchor_316" href="#Footnote_316" class="fnanchor">[316]</a> -¡Qué de carnes y entrañas cocidas no comerás! Adiós, pues, mi querido -Mercurio.</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>¡Adiós, honrado Trigeo; que lo pases bien y que te acuerdes de -mí!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Escarabajo mío, volemos, volemos a casa!</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Si no está aquí, amigo mío.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Pues adónde se fue?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>Está uncido al carro de Júpiter y es portador del rayo.<a -id="FNanchor_317" href="#Footnote_317" class="fnanchor">[317]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pero ¿dónde hallará el infeliz sus alimentos?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_158">p. 158</span>MERCURIO.</p> - -<p>Comerá la ambrosía de Ganimedes.<a id="FNanchor_318" -href="#Footnote_318" class="fnanchor">[318]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Y yo, ¿cómo bajaré?</p> - -<p class="rol">MERCURIO.</p> - -<p>No tengas miedo, por aquí... junto a la Diosa.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Ea, lindas muchachas, seguidme pronto; son muchos los que os esperan -enardecidos por el amor.<a id="FNanchor_319" href="#Footnote_319" -class="fnanchor">[319]</a></p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Vete contento. Nosotros entre tanto encomendamos a nuestros -servidores la custodia de estos objetos,<a id="FNanchor_320" -href="#Footnote_320" class="fnanchor">[320]</a> pues no hay lugar -menos seguro que la escena: alrededor de ella andan siempre escondidos -muchos ladrones, acechando la ocasión de atrapar algo. (<i>A los -criados.</i>) Guardadnos bien todo eso, mientras nosotros explicamos a -los concurrentes el objeto de esta obra, y la intención que nos anima. -Merecería ciertamente ser apaleado el poeta cómico que, dirigiéndose -a los espectadores, se elogiase a sí propio en los anapestos.<a -id="FNanchor_321" href="#Footnote_321" class="fnanchor">[321]</a> -Pero si es justo, oh hija de Júpiter, el tributar todo linaje -de<span class="pagenum" id="Page_159">p. 159</span> honores al más -sobresaliente y famoso en el arte de hacer comedias, nuestro autor -se considera digno de los mayores elogios. En primer lugar, es el -único que ha obligado a sus rivales a suprimir sus gastadas burlas -sobre los harapos, y sus combates contra los piojos; además él ha -puesto en ridículo y ha arrojado de la escena a aquellos Hércules,<a -id="FNanchor_322" href="#Footnote_322" class="fnanchor">[322]</a> -panaderos hambrientos, siempre fugitivos y bellacos, y siempre -dejándose apalear de lo lindo; y ha prescindido, por último, de -aquellos esclavos que era de rigor saliesen llorando, solo para que -un compañero, burlándose de sus lacerías, les preguntase riendo: -«Hola, pobrecillo. ¿Qué le ha pasado a tu piel? ¿Acaso un puerco-espin -ha lanzado sobre tu espalda un ejército de púas, llenándola de -surcos?» Suprimiendo estos insultos e innobles bufonadas, ha creado -para vosotros un gran arte, parecido a un palacio de altas torres, -fabricado con hermosas palabras, profundos pensamientos, y chistes no -vulgares. Jamás sacó a la escena particulares oscuros ni mujeres; antes -bien, con hercúleo esfuerzo arremetió contra los mayores monstruos, -sin arredrarle el hedor de los cueros ni las amenazas de un cenagal -removido. Yo fui el primero que ataqué audazmente a aquella horrenda -fiera de espantosos dientes, ojos terribles, flameantes como los de -Cinna, rodeada de cien infames aduladores que le lamían la cabeza, -de voz estruendosa como la<span class="pagenum" id="Page_160">p. -160</span> de destructor remolino, de olor a foca, y de partes secretas -que, por lo inmundas, recuerdan las de las lamias y camellos.<a -id="FNanchor_323" href="#Footnote_323" class="fnanchor">[323]</a> La -vista de semejante monstruo no me atemorizó; al contrario, salí a su -encuentro y peleé por vosotros y por las islas. Motivo es este para que -premiéis mis servicios y no es olvidéis de mí. Además, en la embriaguez -del triunfo, no he recorrido las palestras seduciendo a los jóvenes,<a -id="FNanchor_324" href="#Footnote_324" class="fnanchor">[324]</a> -sino que, recogiendo mis enseres, me retiraba al punto, después de -haber molestado a pocos, deleitado a los más, y cumplido en todo con -mi deber. Por tanto, hombres y niños han de declararse a mi favor; y -hasta los calvos deben por propio interés contribuir a mi victoria; -pues si salgo vencedor, todos dirán en la mesa y en los festines: -«Llévale al calvo; dale esta confitura al calvo; no neguéis nada a -ese nobilísimo poeta, ni a su brillante frente.»<a id="FNanchor_325" -href="#Footnote_325" class="fnanchor">[325]</a></p> - -<p class="rol">SEMICORO.</p> - -<p>Oh Musa, ahuyenta la guerra y ven conmigo a presidir las danzas, a -celebrar las bodas de los dioses, los festines de los hombres y los -banquetes de los bienaventurados. Estos son tus placeres. Si Carcino<a -id="FNanchor_326" href="#Footnote_326" class="fnanchor">[326]</a> -viene, y te suplica que bailes con sus<span class="pagenum" -id="Page_161">p. 161</span> hijos, no le atiendas ni le ayudes en -nada; considera que son unos bailarines de delgado cuello a modo de -codornices domésticas, enanos chiquititos, como excrementos de cabra; -en fin, poetas de tramoya.<a id="FNanchor_327" href="#Footnote_327" -class="fnanchor">[327]</a> Su padre dice que la única de sus piezas -que, contra toda esperanza, tuvo éxito, fue estrangulada a la -noche por una comadreja.<a id="FNanchor_328" href="#Footnote_328" -class="fnanchor">[328]</a></p> - -<p class="rol">SEMICORO.</p> - -<p>Tales son los himnos que las Gracias de hermosa cabellera inspiran -al docto poeta cuando la primaveral golondrina gorjea entre el -follaje; y Morsino y Melantio<a id="FNanchor_329" href="#Footnote_329" -class="fnanchor">[329]</a> no pueden obtener un coro: este me desgarró -los oídos con su desentonada voz, cuando consiguieron su coro trágico, -él y su hermano, dos glotones como las Arpías y Gorgonas, devoradores -de rayas, amantes de las viejas, impuros, que apestan a chivo, y son el -azote de los peces. ¡Oh Musa! Envuélvelos en un inmenso gargajo, y ven -a celebrar la fiesta conmigo.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Qué empresa tan difícil era la de llegar hasta los dioses! Tengo -como magulladas las piernas. ¡Qué pequeñitos me parecíais desde allá -arriba;<span class="pagenum" id="Page_162">p. 162</span> cierto que -mirados desde el cielo parecéis bastante malos, pero desde aquí mucho -peores!</p> - -<p class="rol">UN ESCLAVO.</p> - -<p>¿Estás aquí, señor?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Eso he oído decir.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿Cómo te ha ido?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Me duelen las piernas: ¡el camino es tan largo!</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Vamos, dime...</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Qué?</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿Has visto algún otro hombre vagando en la región del cielo?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No: solo he visto dos o tres almas de poetas ditirámbicos.<a -id="FNanchor_330" href="#Footnote_330" class="fnanchor">[330]</a></p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿Qué hacían?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Trataban de coger al vuelo preludios líricos, perdidos en el -aire.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿Has averiguado si es verdad, como se dice, que<span -class="pagenum" id="Page_163">p. 163</span> después de muertos nos -convertimos en estrellas?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Sí por cierto.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿Qué astro es aquel que se distingue allí?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Ion de Quíos,<a id="FNanchor_331" href="#Footnote_331" -class="fnanchor">[331]</a> el autor de una oda que principiaba: -«Oriente.» En cuanto pareció en el cielo todos le llamaron: «Astro -oriental».</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿Quiénes son esas estrellas que corren dejando un rastro de luz?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Son estrellas de los ricos que vuelven de cenar llevando una -linterna y en ella una luz. Pero concluyamos: llévate cuanto antes -a casa a esta joven;<a id="FNanchor_332" href="#Footnote_332" -class="fnanchor">[332]</a> limpia la bañera; calienta el agua, y -prepara para ella y para mí el lecho nupcial. En cuanto concluyas, -vuelve aquí. Mientras tanto, devolveré esta otra<a id="FNanchor_333" -href="#Footnote_333" class="fnanchor">[333]</a> al Senado.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿De dónde traes estas mujeres?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_164">p. 164</span>TRIGEO.</p> - -<p>¿De dónde? Del cielo.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Pues no doy un óbolo por los dioses, si se dedican a rufianes como -los hombres.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No lo son todos; pero hay algunos que viven de ese oficio.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Vamos, pues. ¡Ah! dime, ¿le daré algo de comer?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Nada, no querrá comer ni pan ni pasteles, pues está acostumbrada a -beber la ambrosía con los dioses.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Habrá, pues, que prepararle algo de beber.<a id="FNanchor_334" -href="#Footnote_334" class="fnanchor">[334]</a></p> - -<p class="centra">(<i>Vase.</i>)</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Ese anciano, al parecer, es sumamente feliz.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Qué diréis cuando me veáis adornado para la boda?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Rejuvenecido por el amor, perfumado con exquisitas esencias, tu -felicidad es envidiable, anciano.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_165">p. 165</span>TRIGEO.</p> - -<p>Es verdad. ¡Y cuando, acostado con ella, bese su seno!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Serás más feliz que esos trompos, hijos de Carcino.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿No merecía esta recompensa el haber salvado a los griegos, montado -en mi escarabajo? Gracias a mí, todos pueden vivir en el campo y gozar -tranquilamente del amor y del sueño.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">EL ESCLAVO (<i>De vuelta</i>).</p> - -<p>La joven se ha lavado, y todo su cuerpo está resplandeciente de -hermosura; la torta está cocida, amasado el sésamo<a id="FNanchor_335" -href="#Footnote_335" class="fnanchor">[335]</a> y preparado todo lo -demás; solo falta el esposo.<a id="FNanchor_336" href="#Footnote_336" -class="fnanchor">[336]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Ea, apresurémonos a llevar a Teoría al Senado.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿Qué dices? ¿Es esa Teoría aquella muchacha con<span -class="pagenum" id="Page_166">p. 166</span> la cual fuimos -una vez a Braurón<a id="FNanchor_337" href="#Footnote_337" -class="fnanchor">[337]</a> a beber y a refocilarnos?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>La misma; no me ha costado poco el cogerla.<a id="FNanchor_338" -href="#Footnote_338" class="fnanchor">[338]</a></p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¡Oh señor, qué placeres nos proporciona cada cinco años!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Ea! ¿Quién de vosotros es de fiar? ¿Quién de vosotros se encarga -de guardar esta joven y de llevarla al Senado? ¡Eh, tú! ¿Qué dibujas -ahí?</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>El plano de la tienda que quiero levantar en el Istmo.<a -id="FNanchor_339" href="#Footnote_339" class="fnanchor">[339]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_167">p. 167</span>TRIGEO.</p> - -<p>Vamos, ¿ninguno quiere encargarse de guardarla? (<i>A Teoría</i>.) -Ven acá; te colocaré en medio de ellos.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Ese hace señas.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Quién?</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿Quién? Arifrades<a id="FNanchor_340" href="#Footnote_340" -class="fnanchor">[340]</a> te suplica que se la lleves.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No por cierto: pronto la dejaría extenuada.<a id="FNanchor_341" -href="#Footnote_341" class="fnanchor">[341]</a> Vamos, Teoría, -deja ahí todo eso.<a id="FNanchor_342" href="#Footnote_342" -class="fnanchor">[342]</a></p> - -<p>Senadores y pritáneos, contemplad a Teoría: ved los infinitos bienes -que con ella os entrego; podéis al instante levantar las piernas de -esta víctima y consumar el sacrificio. Mirad qué hermoso es este fogón; -el hollín lo ha ennegrecido; en él, antes de la guerra, solía el Senado -colocar sus cacerolas. Mañana podremos emprender con ella deliciosas -contiendas, luchar en el suelo, o a cuatro pies, o inclinados, o -apoyándonos sobre la rodilla echarla de costado, y, ungidos como -los atletas en el pancracio, atacarla denodadamente con los puños y -otros miembros. Al tercer día empezaréis las<span class="pagenum" -id="Page_168">p. 168</span> carreras de caballos; cada jinete empujará -a su adversario; los tiros de los carros, derribados unos sobre otros -y relinchando jadeantes, se darán sacudidas mutuas; mientras otros -aurigas, rechazados de su asiento, rodarán al suelo cerca de la meta.<a -id="FNanchor_343" href="#Footnote_343" class="fnanchor">[343]</a> -Pritáneos, recibid a Teoría. ¡Oh, con qué gozo la acompaña ese! No -hubieras estado tan solícito para llevarla al Senado, si se tratase -de un asunto gratuito:<a id="FNanchor_344" href="#Footnote_344" -class="fnanchor">[344]</a> no hubiera faltado el pretexto de las -ocupaciones.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Un hombre como tú es útilísimo a la república.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Cuando vendimiéis, conoceréis mejor lo que valgo.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Ya lo has demostrado bastante, siendo el salvador de todos los -hombres.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Me dirás todo eso cuando bebas el vino nuevo.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Siempre te creeremos el ser más grande después de los dioses.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Mucho me debéis a mí, Trigeo el Atmonense; pues he libertado de -gravísimos males a la población<span class="pagenum" id="Page_169">p. -169</span> rústica y urbana, y he reprimido a Hipérbolo.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Dinos lo que debemos hacer ahora.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Qué cosa mejor que ofrecer a la Paz unas ollas llenas -de legumbres?<a id="FNanchor_345" href="#Footnote_345" -class="fnanchor">[345]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Ollas de legumbres, como al pobre Mercurio que las encuentra tan -poco nutritivas!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Pues qué queréis? ¿Un buey cebado?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Un buey! No, de ningún modo; habría quizá que socorrer a alguno.<a -id="FNanchor_346" href="#Footnote_346" class="fnanchor">[346]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Un puerco grande y gordo?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>No, no.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Por qué?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Por miedo a las <i>porquerías</i> de Teágenes.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_170">p. 170</span>TRIGEO.</p> - -<p>¿Pues cuál víctima queréis?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Una oveja.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Una oveja?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Sí.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pero pronuncias esa palabra como los jonios.<a id="FNanchor_347" -href="#Footnote_347" class="fnanchor">[347]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>De intento; así, si en la Asamblea dice alguno: «es preciso hacer la -guerra», los asistentes espantados gritarán en jónico: «¡Oi! ¡Oi!»</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Perfectamente.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Y serán pacíficos. De esta manera seremos unos con otros como -corderos, y mucho más indulgentes con los aliados.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Ea, traed cuanto antes una oveja: en tanto prepararé yo el altar -para sacrificarla.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Qué bien sale todo, con la ayuda de los dioses y el favor de la -fortuna! ¡Qué oportunamente llega todo!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_171">p. 171</span>TRIGEO.</p> - -<p>Es la pura verdad; porque ya está el altar en la puerta.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Apresuraos, pues, mientras los dioses encadenan el soplo inconstante -de la guerra. Evidentemente una divinidad cambia en bienes nuestras -miserias.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Aquí está la cesta, con la <i>salsa mola</i>,<a id="FNanchor_348" -href="#Footnote_348" class="fnanchor">[348]</a> la corona y el -cuchillo: también el fuego; de modo que solo falta la oveja.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Apresuraos, apresuraos; porque si os ve Queris,<a id="FNanchor_349" -href="#Footnote_349" class="fnanchor">[349]</a> vendrá sin que se le -llame, y tocará la flauta hasta que os veáis obligados a taparle la -boca con algo, para premiar sus fatigas.</p> - -<p class="rol" id="lustral">TRIGEO.</p> - -<p>Vamos, coge la cesta y el agua lustral, y da cuanto antes una vuelta -por la derecha alrededor del ara.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Ya he dado la vuelta; manda otra cosa.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Aguarda a que sumerja este tizón en el agua. Tú rocía el altar; tú -dame un poco de <i>salsa mola</i>; purifícate y alárgame después el -vaso; y luego esparce<span class="pagenum" id="Page_172">p. 172</span> -sobre los espectadores el resto de la cebada.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Ya está.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Ya la has arrojado?</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Sí por cierto; ninguno de los espectadores deja de tener su -porción de cebada.<a id="FNanchor_350" href="#Footnote_350" -class="fnanchor">[350]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pero las mujeres no la han recibido.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Sus maridos se la darán a la noche.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Oremos. ¿Quién está aquí? ¿Dónde está esa multitud de hombres de -bien?</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Aguarda a que les dé a estos; son muchos y buenos.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Los crees buenos?</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿Cómo no, si a pesar de haberles rociado de lo lindo están firmes y -plantados en su puesto?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Oremos, pues, cuanto antes; ¡oremos ya!</p> - -<p>¡Augusta reina, diosa venerable, oh Paz, que presides las danzas e -himeneos, dígnate aceptar nuestro sacrificio!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_173">p. 173</span>EL ESCLAVO.</p> - -<p>Acéptalo, oh la más honrada de las diosas, y no hagas como esas -mujeres que engañan a sus maridos. Esas, digo, que miran por la puerta -entreabierta, y cuando alguno se fija en ellas, se retiran; después, si -se aleja, vuelven a mirar. ¡Oh, no hagas eso con nosotros!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Al contrario, como una mujer honrada, muéstrate sin rebozo a -tus adoradores <span id="fecha">que hace trece años</span> nos -consumimos lejos de ti. Pon término a las luchas y tumultos, y merece -el nombre de Lisímaca;<a id="FNanchor_351" href="#Footnote_351" -class="fnanchor">[351]</a> corrige esta suspicacia y charlatanería -que engendra nuestras mutuas calumnias; une de nuevo a los griegos -con los dulces vínculos de la amistad, y predisponlos a la benignidad -y a la indulgencia; haz, en fin, que en nuestra plaza abunden las -mejores mercancías, ristras de ajos, cohombros tempranos, manzanas, -granadas, y pequeñas túnicas para los esclavos; que afluyan a ella los -beocios cargados de gansos, ánades y alondras; que vengan con cestos -de anguilas del Copáis,<a id="FNanchor_352" href="#Footnote_352" -class="fnanchor">[352]</a> y amontonados en torno de ellas, luchemos -entre la turba de compradores, con Móricos, Téleas y Glaucetes<a -id="FNanchor_353" href="#Footnote_353" class="fnanchor">[353]</a> y -otros glotones ilustres; y que Melantio, llegando el último al -mercado, y viéndolo todo vendido, se lamente y exclame como<span -class="pagenum" id="Page_174">p. 174</span> en su <i>Medea</i>: «¡Yo -muero! ¡Me han abandonado las que se esconden entre las acelgas!»<a -id="FNanchor_354" href="#Footnote_354" class="fnanchor">[354]</a> y que -todos se rían de su desgracia. Concédenos, Diosa veneranda, esto que te -pedimos.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Coge el cuchillo y degüella la oveja como un cocinero consumado.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Eso no es lícito.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¿Por qué?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>La Paz aborrece la matanza, y por eso nunca se ensangrienta su -altar. Por lo tanto, llévate adentro la víctima, mátala y trae las dos -piernas; de este modo la oveja se guardará para el Corega.</p> - -<p class="centra">(<i>El esclavo entra en la casa.</i>)</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Tú, que permaneces aquí, reúne pronto las astillas y todo lo -necesario para el sacrificio.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿No os parece que dispongo el hogar como el más experto adivino?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Por qué no? ¿Acaso ignoras algo de cuanto un sabio debe conocer? -¿No preves todo lo que un<span class="pagenum" id="Page_175">p. -175</span> hombre de reconocida habilidad y audacia afortunada debe -prever?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>El humo de las astillas incomoda a Estílbides.<a id="FNanchor_355" -href="#Footnote_355" class="fnanchor">[355]</a> Traeré una mesa y me -pasaré sin criado.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Quién no ensalzará a un hombre que, arrostrando infinitos peligros, -salvó la ciudad sagrada? Jamás dejará de ser admirado por todos.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">EL ESCLAVO (<i>De vuelta</i>).</p> - -<p>Cumplí tus órdenes. Toma las piernas y ponlas sobre el fuego: yo voy -a buscar las entrañas y la torta.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Eso corre de mi cuenta; pero necesitaba que vinieses.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Pues aquí estoy. ¿Te parece que he tardado?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Asa bien eso. Pero ahí se acerca uno coronado de laurel. ¿Quién es -ese hombre?</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¡Qué arrogante parece! Sin duda, algún adivino.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_176">p. 176</span>TRIGEO.</p> - -<p>No, por Júpiter, es Hierocles.<a id="FNanchor_356" -href="#Footnote_356" class="fnanchor">[356]</a></p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>¡Ah! Ese charlatán de oráculos, habitante de Orea.<a -id="FNanchor_357" href="#Footnote_357" class="fnanchor">[357]</a> ¿Qué -nos querrá decir?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Claro está que vendrá a oponerse a la Paz.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>No, lo que le atrae es el olor de las viandas.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Hagamos como que no le vemos.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Tienes razón.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>¿Qué sacrificio es este y a qué dios lo ofrecéis?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.<a id="FNanchor_358" href="#Footnote_358" -class="fnanchor">[358]</a></p> - -<p>Asa eso callando; cuidado con los riñones.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>¿Pero no me diréis a qué dios sacrificáis?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>La cola tiene buena traza.</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Muy buena, oh Paz veneranda y querida.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_177">p. 177</span>HIEROCLES.</p> - -<p>Vamos, corta ya y ofrece las primicias.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Antes ha de asarse bien.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>Ya está bien asada.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Quienquiera que seas, eres demasiado curioso. Corta: ¿dónde está la -mesa? Trae las libaciones.</p> - -<p class="rol" id="lengua">HIEROCLES.</p> - -<p>La lengua se corta aparte.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Lo sabemos; ¿sabes tú lo que debías hacer?</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>Si me lo dices.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No hablarnos ya una palabra, porque sacrificamos a la santa Paz.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>¡Oh desdichados o imbéciles mortales...!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Caigan sobre ti tus maldiciones!</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>...Que no entendiendo, en vuestra ceguedad, la voluntad de los -dioses, os aliáis con esos feroces monos...<a id="FNanchor_359" -href="#Footnote_359" class="fnanchor">[359]</a></p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_178">p. 178</span>HIEROCLES.</p> - -<p>¿De qué te ríes?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Tienen gracia tus feroces monos.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>Estúpidas palomas, que os fiáis de los zorros de falso corazón y -pensamientos falsos.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Ojalá, charlatán arrogante, se pongan tus pulmones tan calientes -como estas entrañas!</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>Si las Ninfas no engañaron a Bacis;<a id="FNanchor_360" -href="#Footnote_360" class="fnanchor">[360]</a> si los mortales no -fueron engañados por Bacis, ni Bacis por las Ninfas...</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Confúndante los dioses si no dejas de hablar de Bacis!</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>No habrían decretado los hados que se rompiesen las cadenas de la -Paz; pero antes...</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Hay que echar sal a eso.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>No place a los dioses inmortales que desistamos de la guerra, -mientras el lobo paree con la oveja.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Acaso, charlatán maldito, el lobo pareará jamás con la oveja?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_179">p. 179</span>HIEROCLES.</p> - -<p>Mientras la chinche de campo exhale al huir un fétido olor; mientras -la perra chillona, forzada a parir, dé a luz cachorros ciegos, no se -debe pensar en la Paz.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Pues qué debíamos hacer? ¿Continuar la guerra? ¿Echar suertes sobre -quién había de llorar más, cuando podíamos, uniéndonos por un tratado, -mandar en común sobre la Grecia?</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>Nunca conseguirás que el cangrejo ande en línea recta.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No cenarás ya en el Pritáneo,<a id="FNanchor_361" -href="#Footnote_361" class="fnanchor">[361]</a> ni serás profeta de lo -pasado.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>Nunca suavizarás la piel áspera del erizo.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿No acabarás nunca de engañar a los atenienses?</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>¿En virtud de qué oráculo habéis ofrecido ese sacrificio a los -dioses?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>De este, que Homero expresó en tan bellas frases:</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent2">La negra nube de la odiosa guerra</div> - <div class="verse indent0">Disipamos así, y en dulce abrazo</div> - <div class="verse indent0"><span class="pagenum" id="Page_180">p. 180</span>Estrechando a la Paz, cien sacrificios</div> - <div class="verse indent0">Le ofrecimos gustosos. Cuando el fuego</div> - <div class="verse indent0">Devoró de las víctimas las piernas,</div> - <div class="verse indent0">Nosotros sus entrañas consumimos</div> - <div class="verse indent0">E hicimos libaciones; dirigía</div> - <div class="verse indent0">La fiesta yo; mas nadie presentaba</div> - <div class="verse indent0">Al adivino la brillante copa.<a id="FNanchor_362" href="#Footnote_362" class="fnanchor">[362]</a></div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>Eso nada tiene que ver conmigo: nos lo ha dicho la Sibila.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pero el sabio Homero dijo muy bien:</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Que ni casa, ni hogar, ni patria tiene</div> - <div class="verse indent0">El que las guerras intestinas ama</div> - <div class="verse indent0">Siempre dañosas.<a id="FNanchor_363" href="#Footnote_363" class="fnanchor">[363]</a></div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>Ten cuidado no te arrebate el milano la carne con una de las -suyas...</p> - -<p class="rol">TRIGEO (<i>Al esclavo</i>).</p> - -<p>Sí, ten cuidado: ese oráculo amenaza nuestras viandas. Haz la -libación y trae parte de los intestinos.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>Si os parece, voy a servirme yo mismo mi porción.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡La libación, la libación!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_181">p. 181</span>HIEROCLES.</p> - -<p>Échame a mí también, y dame una porción de los intestinos.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Eso no place a los dioses inmortales, sino el que primero hagamos -nosotros las libaciones y tú te marches. ¡Oh veneranda Paz, permanece a -nuestro lado toda la vida!</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>Tráeme aquí la lengua.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Tráeme la tuya.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>¡La libación!</p> - -<p class="rol">TRIGEO (<i>Al esclavo</i>).</p> - -<p>Llévate esto con la libación.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>¿Nadie me dará algo de los intestinos?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No podemos darte nada hasta que el lobo se paree con la oveja.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>¡Ah, por favor! yo te lo pido por tus rodillas.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Tus ruegos son inútiles, amigo mío; no lograrás suavizar «al áspero -erizo.» Ea, espectadores, acompañadnos a comer intestinos.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>¿Y yo?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Cómete a la Sibila.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_182">p. 182</span>HIEROCLES.</p> - -<p>No, por la tierra, no os lo comeréis solos; si no me dais, os lo -quito; esto es para todo el mundo.</p> - -<p class="rol">TRIGEO (<i>Al esclavo</i>).</p> - -<p>Sacúdele, sacúdele a Bacis.</p> - -<p class="rol">HIEROCLES.</p> - -<p>¡Sed testigos!...</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>De que eres un glotón y un impostor. ¡Firme: echa de aquí a -bastonazos a ese charlatán!</p> - -<p class="rol">EL ESCLAVO.</p> - -<p>Cuida de esto; yo voy a quitarle las pieles de las víctimas -que nos ha escamoteado. ¡Suelta esas pieles, adivino infernal! -¿Oyes? ¿Qué especie de cuervo es este que nos ha venido de Orea? -Ea, pronto, emprende el vuelo hacia Elimnio.<a id="FNanchor_364" -href="#Footnote_364" class="fnanchor">[364]</a></p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Qué alegría! ¡Qué alegría! ¡Ya no más cascos, quesos ni cebollas! -Los combates para quien los quiera: a mí solo me gusta beber con mis -buenos amigos, junto al hogar donde con viva llama arde y chisporrotea -la leña cortada en el rigor del estío, y tostar garbanzos sobre las -ascuas, y asar bellotas entre el rescoldo, y hurtar un beso a Trata,<a -id="FNanchor_365" href="#Footnote_365" class="fnanchor">[365]</a><span -class="pagenum" id="Page_183">p. 183</span> mientras se baña mi -esposa. Después de hecha la siembra, cuando la riega Júpiter con -benéfica lluvia, nada hay tan agradable como el hablar así con un -vecino: «Dime, ¿qué hacemos ahora, querido Comárquides? Yo quisiera -beber, mientras el cielo fecunda nuestro campo. Ea, mujer, mezcla un -poco de trigo con tres quénices de habichuelas, y ponlas a cocer, y -danos higos secos. Que Sira haga volver a Manes del campo; hoy no es -posible podar las vides, ni desterronar, pues la tierra está sumamente -húmeda. Que me traigan el tordo y los dos pinzones. También debe de -haber en casa calostro y cuatro tajadas de liebre, si ayer noche -no las robó el gato, porque oí en la despensa un ruido sospechoso. -Muchacho, trae tres pedazos, y dale el otro a mi padre. Pide a Esdúnada -ramas de mirto con sus bayas; y, ya que te coge de camino, dile a -Carinades que venga a beber con nosotros, mientras el cielo benéfico -fecunda los sembrados.» Cuando entona la cigarra su dulce cantinela,<a -id="FNanchor_366" href="#Footnote_366" class="fnanchor">[366]</a> me -gusta<span class="pagenum" id="Page_184">p. 184</span> ver si las uvas -de Lemnos principian a madurar, pues son las más tempranas; y no menos -me agrada mirar cómo van hinchándose los higos, y comerlos cuando están -maduros, y exclamar, saboreándolos: «Deliciosa estación.» Después bebo -una infusión de tomillo machacado, y logro así engordar en el estío, -mucho más que viendo a uno de esos taxiarcos,<a id="FNanchor_367" -href="#Footnote_367" class="fnanchor">[367]</a> aborrecidos por los -dioses, pavoneándose con su triple penacho y su clámide teñida de un -rojo deslumbrador que pretende hacer pasar por púrpura de Sardes. -Pero cuando ocurre pelear, él mismo se encarga de darle una mano -de azafrán cicense. Y después huye veloz el primero como un gallo, -agitando sus amarillas crestas, mientras yo guardo mi puesto. Cuando -están en Atenas estos valentones hacen cosas insufribles; inscriben -a unos en las listas y borran a otros, dos y tres veces, según su -capricho. «Mañana es la marcha», oye decir a lo mejor un ciudadano -que no ha comprado víveres porque nada sabía al salir de su casa, y -luego, al pararse delante de la estatua de Pandión,<a id="FNanchor_368" -href="#Footnote_368" class="fnanchor">[368]</a> ve su nombre inscrito -en la lista; se aturde, y echa a correr llorando. Así nos tratan a los -pobres campesinos; a los ciudadanos ya les tienen más consideraciones -esos cobardes aborrecidos de los dioses y los hombres. Pero si el -cielo lo<span class="pagenum" id="Page_185">p. 185</span> permite, ya -tendrán su merecido. Mucho daño me han hecho esos taxiarcos, leones en -la ciudad y zorros en el combate.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Oh! ¡Oh! ¡Cuánta gente viene al banquete de boda! Limpia las mesas -con ese penacho; ya no sirve para otra cosa. Trae en seguida los -pasteles y los tordos, liebre en abundancia y panes.</p> - -<p class="rol">UN FABRICANTE DE HOCES.</p> - -<p>¿Dónde está Trigeo? ¿Dónde?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Estoy cociendo tordos.</p> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE HOCES.</p> - -<p>¡Oh queridísimo Trigeo, cuánto bien nos has hecho procurándonos la -paz! Antes no había quien diese un óbolo por una hoz; ahora vendo las -que quiero a cincuenta dracmas. Este amigo vende a tres los toneles -para el campo. Vamos, Trigeo, escoge de estas hoces y de todo lo demás -cuanto quieras, y llévatelo gratis. Todo esto que vendemos y que nos -produce pingües ganancias te lo ofrecemos como regalo de boda.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Bueno, bueno; dejadlo ahí todo, y entrad a cenar cuanto antes. Ahí -se acerca un armero con una cara más triste que un funeral.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_186">p. 186</span>EL -FABRICANTE DE PENACHOS.</p> - -<p>¡Ay, Trigeo, me has arruinado completamente!</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Qué te pasa, desdichado? ¿Acaso te salen penachos en la cabeza?</p> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE PENACHOS.</p> - -<p>Nos has quitado el trabajo y la subsistencia a mí y a este otro, -fabricante de dardos.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Vamos, ¿cuánto quieres por esos dos penachos?</p> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE PENACHOS.</p> - -<p>¿Cuánto ofreces?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Que cuánto ofrezco? Me da vergüenza el decirlo. Sin embargo, como -el trenzado está hecho con gran primor, te daré tres quénices de higos -secos y me servirán para limpiar esta mesa.</p> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE PENACHOS.</p> - -<p>Vengan los higos: más vale poco que nada.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Vete al infierno con tus penachos; tienen lacia la cerda, no valen -un pito. No daría una higa por todos ellos.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">EL VENDEDOR DE CORAZAS.</p> - -<p>¡Ay de mí! ¿Qué haré con esta coraza tasada en diez minas y -trabajada con tanto esmero?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No se te irrogará perjuicio alguno; dámela en su precio; podrá ser -un bacín elegantísimo.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_187">p. 187</span>EL -VENDEDOR DE CORAZAS.</p> - -<p>No te burles de mí y de mis mercancías.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Con ella... y tres buenos guijarros,<a id="FNanchor_369" -href="#Footnote_369" class="fnanchor">[369]</a> ¿no tendremos cuanto -para el caso hace falta?</p> - -<p class="rol">EL VENDEDOR DE CORAZAS.</p> - -<p>¿Pero cómo te limpiarás, imbécil?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Perfectamente. Mira, paso una mano por la abertura del brazo, y la -otra...</p> - -<p class="rol">EL VENDEDOR DE CORAZAS.</p> - -<p>¡Cómo! ¿Con las dos manos?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pues claro, para que no me acusen de defraudar al Estado tapando -los agujeros de los remos.<a id="FNanchor_370" href="#Footnote_370" -class="fnanchor">[370]</a></p> - -<p class="rol">EL VENDEDOR DE CORAZAS.</p> - -<p>¿Y te atreverás a usar un bacín de mil dracmas?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¿Quién lo duda, miserable? Crees que ni por diez mil vendería yo mi -trasero.</p> - -<p class="rol">EL VENDEDOR DE CORAZAS.</p> - -<p>Vamos, venga el dinero.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Ay! Querido, tu coraza me destroza las nalgas. Llévatela; no la -compro.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_188">p. 188</span>EL -FABRICANTE DE TROMPETAS.</p> - -<p>¿Qué haré de esta trompeta que me costó sesenta dracmas?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Echa plomo en su cavidad; atraviesa encima una vara un poco -larga, y tendrás un cótabo<a id="FNanchor_371" href="#Footnote_371" -class="fnanchor">[371]</a> en equilibrio.</p> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE TROMPETAS.</p> - -<p>¡Ay! te burlas de mí.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Otra idea. Échale plomo, como te he dicho; añade un platillo colgado -de unas cuerdecitas, y tendrás una balanza para pesar en el campo los -higos que has de distribuir a tus esclavos.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE CASCOS.</p> - -<p>¡Maldita suerte! ¡Estoy arruinado! Yo, que en otro tiempo pagué una -mina por estos cascos. ¿Quién me los comprará ahora?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Vete a venderlos a los egipcios: son los únicos para medir sirmea.<a -id="FNanchor_372" href="#Footnote_372" class="fnanchor">[372]</a></p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE LANZAS.</p> - -<p>¡Ay, mi buen fabricante de cascos, qué desgraciada es nuestra -suerte!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_189">p. 189</span>TRIGEO -(<i>Al fabricante de lanzas</i>).</p> - -<p>La suya no lo es.</p> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE LANZAS.</p> - -<p>Pues qué, ¿habrá todavía quien necesite cascos?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Como sepa ponerles dos asas, los podrá vender mucho más caros.</p> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE CASCOS.</p> - -<p>Vámonos, fabricante de lanzas.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>No, no; le voy a comprar esas picas.</p> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE LANZAS.</p> - -<p>¿Cuánto das por ellas?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Si las cortas por la mitad, para que puedan servir de rodrigones, te -pagaré a dracma el ciento.</p> - -<p class="rol">EL FABRICANTE DE LANZAS.</p> - -<p>Este hombre se burla de nosotros. Vámonos, amigo.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Muy bien hecho; pues ya salen a orinar los hijos de los convidados, -y si no me engaño, a preludiar sus cantos. Eh, muchacho, si piensas -cantar, ensáyate antes delante de mí.</p> - -<p class="rol">EL HIJO DE LÁMACO.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent2">Celebremos ahora</div> - <div class="verse indent0">Los valientes guerreros...<a id="FNanchor_373" href="#Footnote_373" class="fnanchor">[373]</a></div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_190">p. 190</span>TRIGEO.</p> - -<p>Maldita criatura, deja de cantar los valientes -guerreros; ahora estamos en paz. Eres un bribonzuelo mal enseñado.</p> - -<p class="rol">EL HIJO DE LÁMACO.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Con furia aterradora</div> - <div class="verse indent0">Acométense fieros;</div> - <div class="verse indent0">Se aplastan sus combados</div> - <div class="verse indent0">Escudos...<a id="FNanchor_374" href="#Footnote_374" class="fnanchor">[374]</a></div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Escudos! ¿No acabarás con tus escudos?</p> - -<p class="rol">EL HIJO DE LÁMACO.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent10">...alaridos</div> - <div class="verse indent0">De triunfo alborozados</div> - <div class="verse indent0">Se escuchan, y gemidos...</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Gemidos! Me parece que quien va a gemir aquí eres tú, si continúas -con tus gemidos y tus escudos combados.</p> - -<p class="rol">EL HIJO DE LÁMACO.</p> - -<p>¿Pues qué he de cantar? ¿Qué es lo que te gusta?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>«Se comían de buey sendos tasajos» O cosas por el estilo.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Disponían alegres el banquete</div> - <div class="verse indent0">Y cuantos platos hay apetecibles.</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">EL HIJO DE LÁMACO.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Se comían de buey sendos tasajos;</div> - <div class="verse indent0"><span class="pagenum" id="Page_191">p. 191</span>Los sudorosos brutos desuncían;</div> - <div class="verse indent0">Hartos de pelear...</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Eso es: «hartos de pelear, se pusieron a comer.» Canta, canta lo que -comieron después de hartarse.</p> - -<p class="rol">EL HIJO DE LÁMACO.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Después de terminada la comida,</div> - <div class="verse indent0">Acorázanse el vientre...</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Con buen vino, ¿verdad?</p> - -<p class="rol">EL HIJO DE LÁMACO.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent16">...De las torres</div> - <div class="verse indent0">Se precipitan. Alarido inmenso</div> - <div class="verse indent0">Surca entonces...</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Que Júpiter te confunda con tus batallas, bribonzuelo; no sabes más -que cantos de guerra. ¿De quién eres hijo?</p> - -<p class="rol">EL HIJO DE LÁMACO.</p> - -<p>¿Yo?</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Sí, tú.</p> - -<p class="rol">EL HIJO DE LÁMACO.</p> - -<p>De Lámaco.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>¡Oh! ¡Oh! Ya se me figuraba que debías de ser hijo de -algún aficionado a combates y heridas;<a id="FNanchor_375" -href="#Footnote_375" class="fnanchor">[375]</a><span class="pagenum" -id="Page_192">p. 192</span> de algún Boulómaco o Clausímaco.<a -id="FNanchor_376" href="#Footnote_376" class="fnanchor">[376]</a> -Largo de aquí. Vete a entonar tus canciones a los lanceros. ¿Dónde -está el hijo de Cleónimo? Ven acá; canta algo antes de entrar en casa. -Ya estoy seguro de que tus cantares no serán belicosos. Tu padre es -prudentísimo.</p> - -<p class="rol">EL HIJO DE CLEÓNIMO.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent2">Un habitante de Sais</div> - <div class="verse indent0">Ostenta el brillante escudo,</div> - <div class="verse indent0">Que abandoné mal mi grado</div> - <div class="verse indent0">Cabe un florecido arbusto.<a id="FNanchor_377" href="#Footnote_377" class="fnanchor">[377]</a></div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Dime, pequeño, ¿cantas eso por tu padre?</p> - -<p class="rol">EL HIJO DE CLEÓNIMO.</p> - -<p>«Salvé mi vida...»</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Pero deshonraste tu linaje. Mas entremos; demasiado sé que el hijo -de tal padre no olvidará nunca lo que acaba de cantar sobre el escudo. -Vosotros los que os quedáis al festín ya no tenéis que hacer otra cosa -más que comer y consumir todas las viandas y menear sin descanso las -mandíbulas. Lanzáos sobre todos los platos, y comed a dos carrillos. -¡Desdichados! ¿para qué sirven, sino es para comer, los buenos -dientes?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_193">p. 193</span>CORO.</p> - -<p>Eso queda a nuestro cargo; nos has dado un buen consejo.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Vosotros, que ayer estabais hambrientos, saciaos ahora de liebre; no -todos los días se encuentran pasteles abandonados. Devoradlos, pues, -que si no, tal vez sintáis mañana no haberlo hecho.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Silencio, silencio, va a presentarse la novia; coged -las antorchas:<a id="FNanchor_378" href="#Footnote_378" -class="fnanchor">[378]</a> que todo el pueblo se regocije y dance. -Después, cuando hayamos bailado, y bebido y expulsado a Hipérbolo, -llevaremos de nuevo al campo nuestro humilde ajuar, y pediremos a los -dioses que otorguen a los griegos oro en abundancia, y a nosotros -riquísimas cosechas de cebada y vino, dulces higos y esposas fecundas. -Así podremos recobrar los perdidos bienes y abolir para siempre el uso -del acero homicida.</p> - -<p class="rol">TRIGEO.</p> - -<p>Querida esposa, ven al campo a embellecer mi lecho.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Oh mortal tres veces feliz con tu merecida dicha! ¡Oh Himeneo! -¡Himeneo! ¿Qué le haremos? ¿Qué le haremos? ¡Gocemos de su belleza! -¡Gocemos de su belleza! Nosotros los hombres colocados en la -primera fila levantemos al novio y llevémosle en triunfo. ¡Himeneo! -¡Himeneo!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_194">p. 194</span>TRIGEO.</p> - -<p>Tendréis una linda casa, viviréis sin molestias y cogeréis higos. -¡Oh Himeneo! ¡Himeneo!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Aquel tiene uno grande y grueso; este, otro dulcísimo. Después de -comer y beber sendos tragos, exclamarás: ¡Oh Himeneo! ¡Himeneo!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Adiós, adiós, amigos míos. Los que me sigan comerán pasteles.</p> - - -<p class="fin">FIN DE LA PAZ</p> - - -<div class="chapter pt6" id="Ch3"> - <hr class="chap"> - <p><span class="pagenum" id="Page_195">p. 195</span></p> - <h2 class="nobreak g0 ws1">LAS AVES.</h2> - <hr class="chap"> -</div> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch3-1"> - <p><span class="pagenum" id="Page_197">p. 197</span></p> - <h3>NOTICIA PRELIMINAR.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<p>Dos ciudadanos atenienses, Evélpides y Pistetero, como si dijéramos, -Buena-esperanza y Fiel-amigo, hartos de desórdenes, de pleitos, -cábalas o intrigas, y tomando al pie de la letra la expresión <i>irse -a los cuervos</i>, análoga, como hemos visto, a la nuestra <i>irse al -diablo</i> o a otra cosa, si no peor, más sucia, huyen de Atenas y se -encaminan al país de las aves en busca de la Abubilla, en otro tiempo -Tereo, rey de Tracia. Aceptada por el ex-monarca-pájaro la idea de -construir una ciudad en los aires, convoca una asamblea de todas las -razas aladas, que acudiendo en gran número, se preparan en el primer -momento a embestir y despedazar a los temerarios mortales que han osado -penetrar en sus dominios: calmados por la Abubilla, cámbiase pronto su -furia en indescriptible entusiasmo, cuando Pistetero desenvuelve un -plan<span class="pagenum" id="Page_198">p. 198</span> para devolver -a los volátiles el cetro del mundo que antes les había pertenecido. -Los dos atenienses son naturalizados inmediatamente: la nueva ciudad, -llamada <i>Nefelococigia</i>, es construida en un abrir y cerrar de -ojos, y dos embajadores son enviados al cielo y a la tierra. Apenas se -empieza a ofrecer el sacrificio de consagración, acuden a Nefelococigia -toda clase de gentes: un pobre poeta, que versifica en honor de la -nueva ciudad para conseguir un manto y una túnica; un adivino cargado -de oráculos; Metón el geómetra; un inspector y un vendedor de decretos, -que son apaleados en castigo de sus impertinencias. Iris, mensajera -de los dioses, es hecha prisionera al intentar atravesar los aires; -sometida a un apremiante interrogatorio, vese obligada a manifestar -que Júpiter la envía a los hombres para que ofrezcan los acostumbrados -sacrificios, y tiene que retirarse malparada oyendo de boca de -Pistetero que no hay más dioses que las aves, y que el paso al través -de la nueva ciudad queda prohibido hasta nueva orden a las divinidades -olímpicas. Preséntase después un Mensajero, anunciando que los hombres -han decretado una corona de oro al fundador de Nefelococigia, y que -las aves se han puesto de moda y hacen tal furor en Atenas, que -pronto se verá llegar una multitud <i>ornitomaniaca</i> pidiendo -alas y plumajes. No tarda efectivamente en presentarse un joven con -intentos parricidas, que recibe entre equívocos y chistes consejos -prudentísimos, y al cual siguen Cinesias, poeta ditirámbico,<span -class="pagenum" id="Page_199">p. 199</span> ganoso de atrapar entre las -nubes las sublimes vaciedades de sus versos y un sicofanta o delator, -que así como el poeta lleva con una paliza su justo merecido. Prometeo, -que llega después, revela a Pistetero el hambre canina que aflige a los -inmortales, indicándole el medio de explotar la miseria del Olimpo, -y retirándose con todo género de precauciones para no ser visto por -Júpiter.</p> - -<p>Una embajada, compuesta de Neptuno, Hércules y un Tríbalo, presenta -por fin sus proposiciones a la gente alada, y vencidas las dificultades -se estipulan la paz y el paso libre por Nefelococigia, con la condición -de entregar Júpiter su cetro a las aves y a Pistetero la mano de la -Soberanía.</p> - -<p>La comedia concluye, como <i>La Paz</i>, con un jubiloso canto de -himeneo.</p> - -<p>Tal es el argumento de <i>Las Aves</i>. ¿Cuál es su objeto? -He aquí una pregunta a la cual se han dado muy diferentes -contestaciones. Unos<a id="FNanchor_379" href="#Footnote_379" -class="fnanchor">[379]</a> han dicho que su autor se limitaba a -censurar la afición a las lides judiciales, sin considerar que -Aristófanes solo se ocupa de esta manía de Atenas a la ligera -y muy de paso; otros<a id="FNanchor_380" href="#Footnote_380" -class="fnanchor">[380]</a> que su fin es nada menos que promover -cambios radicales en el carácter ateniense, en el culto, en la -religión, en la constitución de la república y en el personal de -sus magistrados, sin parar mientes que tales proposiciones,<span -class="pagenum" id="Page_200">p. 200</span> aun hechas de burlas, -costaban la vida al temerario que las aventuraba: quiénes<a -id="FNanchor_381" href="#Footnote_381" class="fnanchor">[381]</a> (por -más que nada autorice a suponerlo) solo ven en su fantástico desarrollo -una animada censura de las peregrinas invenciones de los trágicos y -sus increíbles fábulas; y no han faltado algunos<a id="FNanchor_382" -href="#Footnote_382" class="fnanchor">[382]</a> que, saltando por -encima de un flamante anacronismo, la conceptúan una graciosa parodia -de la República que Platón soñó muchos años más tarde.</p> - -<p>La explicación de M. Paulmier, desenvuelta luego por el P. Brumoy, -es indudablemente la más ingeniosa, careciendo sin embargo del debido -fundamento. El erudito jesuita, teniendo presente que poco antes -de la representación de esta comedia, Alcibíades, llamado a Atenas -para defenderse del crimen de sacrilegio, había huido a Esparta y -exhortaba a los lacedemonios a fortificar a Decelia, ciudad del Ática -que más adelante molestó mucho a los atenienses, opina que, aunque -con el pulso y delicadeza que la gravedad del asunto requería, trató -Aristófanes en <i>Las Aves</i> de llamar la atención del pueblo sobre -los preparativos de una rival ambiciosa, y decidirle a traer de Sicilia -sus tropas y galeras. Pero solo un pasaje en que se habla de la galera -<i>Salamina</i>, y algunas otras<span class="pagenum" id="Page_201">p. -201</span> indicaciones remotísimas confirman la interpretación de -Brumoy, que cae ante la consideración de que Aristófanes cuando alude -lo hace clara y directamente, y si a veces encubre su propósito, hay -que confesar que se vale siempre del velo de una alegoría transparente. -Sin ir tan lejos, dice Artaud, ni perderse en cavilaciones -sistemáticas, podemos hallar la explicación del enigma. A una lectura -un poco atenta, vese en <i>Las Aves</i> una especie de utopía cómica, -una república imaginaria como la de Platón, realizada de una manera -burlesca. Todo lo que precede a la fundación de la ciudad no es más -que el preámbulo de la acción. Sin el lazo de esta idea general, la -pieza presentaría solamente una serie de escenas ininteligibles. Pero -mirada bajo este prisma, es un cuadro ingenioso en que el espíritu del -poeta se solaza a placer y pasa revista a todos los ridículos. Un hijo -que desea la muerte de su padre recibe de las cigüeñas una lección de -amor filial. El autor ataca sucesivamente la pedantería de los sabios -y filósofos, la ignorancia y avidez de los sacerdotes y adivinos, -las pretensiones de los poetas, la venalidad de los magistrados, las -infamias de los delatores y las charlatanerías de toda especie.</p> - -<p>Para explicarse ciertas singularidades de esta comedia, como la -de componer el coro de personajes alados, no hay necesidad tampoco -de acudir a la hipótesis de que las aves sean representantes de los -lacedemonios, y los hombres y los dioses de los atenienses y de -los demás pueblos griegos;<span class="pagenum" id="Page_202">p. -202</span> pues para dar amenidad al espectáculo y ocupación a -las máquinas teatrales, eran cosa corriente entre los cómicos tan -peregrinas invenciones; y por otra parte, quien había puesto en -escena Nubes, Avispas y Escarabajos no puede decirse que se excediera -a sí mismo al presentar un coro de volátiles. Es más; en mi humilde -opinión, la elección del poeta fue sobremanera acertada, pues debió -dar así una animación extraordinaria a la comedia, falta de acción -como todas las de Aristófanes, con tantas idas y venidas, tantos giros -y revoloteos, tanta variedad de plumajes, y esa encantadora alegría, -patrimonio de los pájaros, que son naturalmente, como dice Leopardi,<a -id="FNanchor_383" href="#Footnote_383" class="fnanchor">[383]</a> las -criaturas más regocijadas de la creación.</p> - -<p>La elección de estos alados personajes permite además al autor dar -rienda suelta a su fantasía por los amenos campos de la fábula, y -presentar sin sombra de pedantería, y con aquella frescura y sencillez -de colorido del poeta predilecto de las Gracias, multitud de leyendas -curiosas, entretenidos detalles, mordaces chistes y picantes sales, -alternando con brillantes himnos de elevación verdaderamente pindárica. -«De este modo, dice Poyard, <i>Las Aves</i> son una obra sin ejemplo -y sin rival, un género aparte aun dentro del teatro aristofánico, una -fantasmagoría alegre, viva, seductora, llena de maravillosas sorpresas, -chispeando poesía, desenvolviéndose aérea y alada, y burlándose<span -class="pagenum" id="Page_203">p. 203</span> con sátira ligera y -divertida, sin las virulencias ordinarias.»</p> - -<p>Esta comedia se representó el año 415 antes de Jesucristo, décimo -octavo de la guerra del Peloponeso, habiendo obtenido el premio -segundo: <i>Los Bebedores</i> de Amipsias consiguieron el primero; y el -tercero fue otorgado al <i>Monotropos</i> (el Moroso) de Frínico.</p> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch3-2"> - <p><span class="pagenum" id="Page_205">p. 205</span></p> - <h3>PERSONAJES.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<table class="elenco"> - <tr> - <td><span class="sc">Evélpides.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Pistetero.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">El Reyezuelo</span>, criado de la Abubilla.</td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">La Abubilla.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Coro de Aves.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">El Fenicóptero.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Heraldos.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un Sacerdote.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un Poeta.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un Adivino.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Metón</span>, geómetra.</td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un Inspector.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un Vendedor de decretos.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Mensajero.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Iris.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un Parricida.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Cinesias</span>, poeta ditirámbico.</td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un Delator.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Prometeo.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Neptuno.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Tríbalo.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Hércules.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un criado</span> de Pistetero.</td> - </tr> -</table> - -<hr class="tb"> - -<p class="centra smaller">País agreste, lleno de piedras y zarzas. En -el fondo una selva, a un lado una roca, morada de la Abubilla.</p> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch3-3"> - <p><span class="pagenum" id="Page_207">p. 207</span></p> - <h3 class="g1">LAS AVES.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<p class="rol">EVÉLPIDES (<i>Al grajo que le sirve de guía</i>).</p> - -<p>¿Me dices que vaya en línea recta hacia aquel árbol?</p> - -<p class="rol">PISTETERO (<i>A la corneja que trae en mano</i>).</p> - -<p>¡Peste de avechucho! Ahora grazna que retrocedamos.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Pero, infeliz, ¿a qué caminar arriba y abajo? Con estas idas y -venidas nos derrengamos inútilmente.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Qué imbécil he sido en dejarme guiar por esta corneja! Me ha hecho -correr más de mil estadios.<a id="FNanchor_384" href="#Footnote_384" -class="fnanchor">[384]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Mayor desdicha que la de llevar de guía a este grajo, que me ha -destrozado todas las uñas de los dedos?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_208">p. 208</span>PISTETERO.</p> - -<p>Ni siquiera sé en qué lugar de la tierra estamos.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿No podrías hallar desde aquí tu patria?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No por cierto: ni Execéstides<a id="FNanchor_385" -href="#Footnote_385" class="fnanchor">[385]</a> la suya.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Ay!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Toma esa senda, amigo mío.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Qué terriblemente nos ha engañado Filócrates,<a id="FNanchor_386" -href="#Footnote_386" class="fnanchor">[386]</a> ese atrabiliario -vendedor de pájaros! Nos aseguró que estas dos aves nos guiarían -mejor que ninguna otra a la morada de Tereo, la Abubilla, que fue -transformado en pájaro; y nos vendió este grajo, hijo de Tarrélides,<a -id="FNanchor_387" href="#Footnote_387" class="fnanchor">[387]</a> por -un óbolo, y por tres aquella corneja, que solo saben darnos picotazos. -(<i>Al grajo.</i>) ¿Por qué me miras con el pico abierto? ¿Quieres -precipitarnos desde esas rocas? Por ahí no hay camino.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ni senda tampoco.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿No dice nada tu corneja?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_209">p. 209</span>PISTETERO.</p> - -<p>Nada absolutamente; grazna ahora como antes.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Pero, en fin, ¿qué dice de nuestra ruta?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué ha de decir sino que a fuerza de roer acabará por comérseme los -dedos?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Esto es insoportable! Queremos irnos a los cuervos;<a -id="FNanchor_388" href="#Footnote_388" class="fnanchor">[388]</a> -ponemos para conseguirlo cuanto está de nuestra mano, y no logramos -hallar el camino. Porque habéis de saber, oyentes míos, que nuestra -enfermedad es completamente distinta de la que aflige a Saccas: este, -no siendo ciudadano, se obstina en serlo, y nosotros que lo somos, -y de familias distinguidas, aunque nadie nos expulsa, huimos a toda -prisa de nuestra patria. No es que aborrezcamos a una ciudad tan -célebre y afortunada, y abierta siempre a todo el que desee arruinarse -con litigios; porque es una triste verdad que si las cigarras solo -cantan uno o dos meses entre las ramas de los árboles, en cambio los -atenienses cantan toda la vida posados sobre los procesos. Esto es -lo que nos ha obligado a emprender este viaje y a buscar, cargados -del canastillo, la olla y las ramas de mirto,<a id="FNanchor_389" -href="#Footnote_389" class="fnanchor">[389]</a> un país libre de -pleitos, donde pasar tranquilamente la vida. Nos dirigimos con<span -class="pagenum" id="Page_210">p. 210</span> tal objeto a Tereo, la -Abubilla, para preguntarle si, en las comarcas que ha recorrido -volando, ha visto alguna ciudad como la que deseamos.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Eh, tú!</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Qué hay?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>La corneja hace rato que me indica que hay algo arriba.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>También mi grajo mira con el pico abierto en la misma dirección, -como si quisiera señalarme alguna cosa: no puede menos de haber aves -por aquí. Pronto lo sabremos haciendo ruido.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Sabes lo que has de hacer? Dar un golpe con la rodilla en esa -peña.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Y tú, con la cabeza, para que el ruido sea doble.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Vamos, coge esa piedra y llama.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Está bien; ¡esclavo! ¡esclavo!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Pero ¿qué haces? Para llamar a una Abubilla, gritas ¡esclavo! -¡esclavo! En vez de ¡esclavo! debes gritar: ¡Epopoi! ¡Epopoi!<a -id="FNanchor_390" href="#Footnote_390" class="fnanchor">[390]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_211">p. 211</span>EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Epopoi! Tendré que llamar otra vez. ¡Epopoi!</p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.<a id="FNanchor_391" href="#Footnote_391" -class="fnanchor">[391]</a></p> - -<p>¿Quién va? ¿Quién llama a mi dueño?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Apolo nos asista! ¡Qué enorme pico!<a id="FNanchor_392" -href="#Footnote_392" class="fnanchor">[392]</a></p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.</p> - -<p>¡Horror! ¡Son cazadores!</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>El miedo que me causa no es para dicho.</p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.</p> - -<p>¡Moriréis!</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Pero si no somos hombres.</p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.</p> - -<p>¿Pues qué sois?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Yo soy el <i>Tímido</i>, ave africana.</p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.</p> - -<p>¡A otro con esas!</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Pregúntaselo a mis pies.<a id="FNanchor_393" href="#Footnote_393" -class="fnanchor">[393]</a></p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.</p> - -<p>Y ese otro, ¿qué pájaro es? Contesta.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_212">p. 212</span>PISTETERO.</p> - -<p>El <i>Ensuciado</i>, ave de Fasos.<a id="FNanchor_394" -href="#Footnote_394" class="fnanchor">[394]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Y tú, ¿qué animal eres?</p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.</p> - -<p>Yo soy un pájaro esclavo.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Te ha vencido algún gallo?<a id="FNanchor_395" href="#Footnote_395" -class="fnanchor">[395]</a></p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.</p> - -<p>No; pero cuando mi dueño fue convertido en Abubilla quiso que yo -también me transformase en pájaro, para tener quien le siguiera y -sirviese.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Pues qué, ¿las aves necesitan criados?</p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.</p> - -<p>Este sí, tal vez porque fue antes hombre. Cuando se le antojan -anchoas del Falero,<a id="FNanchor_396" href="#Footnote_396" -class="fnanchor">[396]</a> yo cojo una escudilla y corro a por anchoas; -cuando quiere comer puches, como se necesitan una cuchara y una olla, -corro a por la cuchara.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Por las señas, este pájaro es un <i>Corredor</i>.<a -id="FNanchor_397" href="#Footnote_397" class="fnanchor">[397]</a> -¿Sabes<span class="pagenum" id="Page_213">p. 213</span> lo que has de -hacer, Reyezuelo? Llamar a tu señor.</p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.</p> - -<p>Pero si acaba de dormirse, después de haber comido bayas de mirto y -algunos gusanos.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>No importa, despiértale.</p> - -<p class="rol">EL REYEZUELO.</p> - -<p>Aunque estoy seguro de que se va a enfadar, lo haré por -complaceros.</p> - -<p class="centra">(<i>Vase.</i>)</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">PISTETERO (<i>Al Reyezuelo</i>).</p> - -<p>Que el cielo te confunda: no me has dado mal susto.<a -id="FNanchor_398" href="#Footnote_398" class="fnanchor">[398]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Oh desgracia! ¡De miedo se me ha escapado el grajo!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Grandísimo cobarde! Te has dejado escapar el grajo de miedo.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Y tú, ¿no te has dejado marchar la corneja al caer?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No por cierto.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Pues dónde está?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_214">p. 214</span>PISTETERO.</p> - -<p>Voló.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Y no se te ha escapado? ¡Vaya el valentón!</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Abre la selva para que salga.<a id="FNanchor_399" -href="#Footnote_399" class="fnanchor">[399]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Por Hércules!, ¿qué animal es ese? ¡Qué alas! ¡Qué triple cresta!<a -id="FNanchor_400" href="#Footnote_400" class="fnanchor">[400]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Quién pregunta por mí?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Sin duda, los doce grandes dioses te han maltratado.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Acaso os burláis de la forma de mis alas? Sabed, extranjeros, que -antes he sido hombre.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>No nos burlamos de ti.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Pues de qué?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_215">p. 215</span>PISTETERO.</p> - -<p>Tu pico nos da risa.<a id="FNanchor_401" href="#Footnote_401" -class="fnanchor">[401]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Pues de esta facha representó ignominiosamente Sófocles en -sus tragedias a Tereo.<a id="FNanchor_402" href="#Footnote_402" -class="fnanchor">[402]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Pero eres Tereo, o un ave, o un pavo real?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Soy un ave.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Y las alas?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Se me han caído.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Alguna enfermedad?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>No; pero en el invierno mudan todas las aves, y les salen después -nuevas plumas. Y vosotros, ¿qué sois?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Nosotros? mortales.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿De qué país?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Del de las hermosas trirremes.<a id="FNanchor_403" -href="#Footnote_403" class="fnanchor">[403]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_216">p. 216</span>LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Seréis jueces?<a id="FNanchor_404" href="#Footnote_404" -class="fnanchor">[404]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Nada de eso; antijueces.<a id="FNanchor_405" href="#Footnote_405" -class="fnanchor">[405]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Se siembra allí ese grano?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Rebuscando en todo el campo, hallaréis un poquito.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Qué os trae aquí?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>El deseo de hablarte.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Para qué?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Porque en otro tiempo fuiste hombre, como nosotros; en otro tiempo -tuviste deudas, como nosotros; y en otro tiempo te gustaba el no -pagarlas, como a nosotros: después, cuando fuiste transformado en -ave, recorriste en tu vuelo todos los mares y tierras, y llegaste a -reunir la experiencia del pájaro y la del hombre. Esto nos trae a ti -para suplicarte que nos indiques alguna pacífica ciudad donde podamos -vivir blanda y sosegadamente, como el que se acuesta sobre mullidos -cojines.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_217">p. 217</span>LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Buscas, pues, una ciudad más grande que la de Cranao?<a -id="FNanchor_406" href="#Footnote_406" class="fnanchor">[406]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Más grande no, más agradable para nosotros.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Claro está que buscas un país aristocrático.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Yo? ni por pienso: si detesto al hijo de Escelias.<a -id="FNanchor_407" href="#Footnote_407" class="fnanchor">[407]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Pues en qué ciudad queréis vivir?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>En una donde los negocios más importantes sean, por ejemplo, -venir muy de mañana a mi puerta un amigo y decirme: «Te ruego por -Júpiter olímpico que al salir del baño vengáis a mi casa tú y tus -hijos, pues voy a dar un banquete de bodas. ¡Cuidado con faltar! -¡Como no vengas, no tienes que poner los pies en mi casa hasta que -me abandone la fortuna!»<a id="FNanchor_408" href="#Footnote_408" -class="fnanchor">[408]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Vamos, veo que tienes afición a las desgracias. ¿Y tú?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_218">p. 218</span>PISTETERO.</p> - -<p>Tengo los mismos gustos.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Cuáles?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Quisiera una ciudad en la que al verme el padre de un hermoso -muchacho, me dijese como si le hubiera ofendido: «¡Muy bien, muy -bien, Estilbónides! Te encontraste ayer con mi hijo que volvía -del baño y del gimnasio, y no fuiste para darle un beso, ni -hablarle, ni acariciarle.<a id="FNanchor_409" href="#Footnote_409" -class="fnanchor">[409]</a> ¿Quién dirá que eres amigo mío?»</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¡Hola, hola! Pues no es nada las desdichas que apeteces, buen -hombre. En la costa del Mar Rojo hay una ciudad, afortunada como la que -deseáis.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Ah! No me hables de ciudades marítimas; el mejor día amanecería -la galera <i>Salamina</i><a id="FNanchor_410" href="#Footnote_410" -class="fnanchor">[410]</a> trayendo un alguacil. ¿No puedes decirnos -alguna ciudad griega?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_219">p. 219</span>LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Por qué no emigráis a Lépreo, en Élide?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Por todos los dioses! Aunque no he visto a Lépreo, lo aborrezco -ya a causa de Melantio.<a id="FNanchor_411" href="#Footnote_411" -class="fnanchor">[411]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Hay también en la Lócride la ciudad de Opunte, donde podréis vivir -muy bien.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>No quisiera ser Opuncio<a id="FNanchor_412" href="#Footnote_412" -class="fnanchor">[412]</a> ni por un talento de oro. ¿Pero qué tal -pasan la vida los pájaros? Tú debes saberlo bien.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>La vida no es desagradable; en primer lugar, hay que prescindir de -la bolsa.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Pues con eso habéis suprimido la ocasión de muchos fraudes.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Comemos en los jardines sésamo blanco, mirto, amapolas y menta.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿De modo que vivís como recién casados?<a id="FNanchor_413" -href="#Footnote_413" class="fnanchor">[413]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Oh, oh! ¡Qué magnífica idea se me ha ocurrido<span class="pagenum" -id="Page_220">p. 220</span> para la gente alada! ¡Seréis omnipotentes -si me obedecéis!</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¡Obedecerte! ¿En qué?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿En qué? Primero en no andar revoloteando por todas partes con -el pico abierto: eso es indecoroso. Entre nosotros, cuando vemos -a uno de esos botarates que no paran un instante, acostumbramos a -preguntar: «¿Quién es ese chorlito?» Y Téleas<a id="FNanchor_414" -href="#Footnote_414" class="fnanchor">[414]</a> responde: «Es un -inconstante; tiene siempre la cabeza a pájaros; no está un momento en -un sitio.»</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Tienes razón, por Baco. ¿Qué hemos de hacer?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Fundad una ciudad.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Qué ciudad hemos de fundar las aves?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>A la verdad, tu pregunta es necia si las hay. Mira abajo.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Ya miro.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ahora arriba.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Ya miro.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ahora vuelve la cabeza a todos lados.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_221">p. 221</span>LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Qué voy a sacar de retorcerme así el pescuezo?<a id="FNanchor_415" -href="#Footnote_415" class="fnanchor">[415]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Ves algo?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Sí, las nubes y el cielo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿No es ese el polo de las aves?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿El polo? ¿Qué es polo?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Como si dijéramos el país; se llama polo<a id="FNanchor_416" -href="#Footnote_416" class="fnanchor">[416]</a> porque gira y -atraviesa todo el mundo. Si fundáis en él una ciudad y la rodeáis de -murallas, en vez de polo se llamará población;<a id="FNanchor_417" -href="#Footnote_417" class="fnanchor">[417]</a> entonces reinaréis -sobre los hombres, como ahora sobre las langostas; y mataréis a los -dioses de hambre canina.<a id="FNanchor_418" href="#Footnote_418" -class="fnanchor">[418]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Cómo?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>El aire está entre el cielo y la tierra, y del mismo<span -class="pagenum" id="Page_222">p. 222</span> modo que cuando nosotros -queremos ir a Delfos pedimos permiso a los beocios para pasar, así -vosotros, cuando los hombres hagan sacrificios a los dioses, si estos -no os pagan tributo, podréis impedir que el humo de las víctimas -atraviese vuestra ciudad y vuestro espacio.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¡Oh! ¡Oh! ¡Lo juro por la tierra, las nubes, los lazos y las redes, -jamás he oído una idea más ingeniosa! Estoy dispuesto a fundar contigo -esa ciudad, si las demás aves son de mi opinión.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Quién les dará a conocer el proyecto?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Tú mismo. Antes eran bárbaros, pero en el largo tiempo que he estado -en su compañía les he enseñado a hablar.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Pero cómo las vas a convocar?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Muy fácilmente. Voy a entrar en esa espesura; despertaré -a mi Procne<a id="FNanchor_419" href="#Footnote_419" -class="fnanchor">[419]</a> y las llamaremos; en cuanto oigan nuestra -voz acudirán sin detenerse.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_223">p. 223</span>PISTETERO.</p> - -<p>¡No te detengas, queridísimo pájaro! Por favor, entra pronto en esa -espesura y despierta a tu amable compañera.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Despierta, dulce compañera de mi vida; entona esos himnos sagrados -que, como armoniosos suspiros, brotan de tu garganta divina cuando -con melodiosa y pura voz deploras la triste suerte de nuestro llorado -Itis. Tu sonoro canto sube, atravesando los copudos tejos, hasta el -trono de Júpiter; junto al cual Febo, de áurea cabellera, responde -con los acordes de su lira de marfil a tus plañideras endechas, -y reúne los coros de los dioses, y de sus bocas inmortales brota -un celestial aplauso.<a id="FNanchor_420" href="#Footnote_420" -class="fnanchor">[420]</a></p> - -<p class="centra">(<i>Se oye una flauta dentro.</i>)</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Júpiter soberano! ¡Qué garganta la de ese pajarillo! Ha llenado de -miel toda la espesura.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Eh! ¡Tú!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué hay?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES</p> - -<p>¿No callarás?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Por qué?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_224">p. 224</span>EVÉLPIDES.</p> - -<p>La Abubilla se prepara a entonar nuevos cantos.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Esopo, popo, popo, popo, popoí ¡io! ¡io! venid, venid, venid, venid, -alados compañeros. Todos cuantos taláis las fértiles campiñas, tribus -innumerables que recogéis y devoráis los granos de cebada, catervas -infinitas de rápido vuelo y melodioso canto, acudid, acudid; vosotros, -los que posados en un terrón os complacéis en gorjear débilmente -entre los surcos: tio, tio, tio, tio, tio, tio, tio tio; los que en -los jardines saltáis sobre las yedras, o en las montañas picoteáis -el madroño y la silvestre aceituna, acudid a mi voz: trioto, trioto, -toto, brix. Vosotros también, los que devoráis punzadores mosquitos en -los valles pantanosos; los que pobláis los prados húmedos de rocío y -el campo ameno de Maratón; francolines de matizadas alas; aves que -revoloteáis con los alciones sobre las alborotadas olas del mar, venid -a escuchar la grata nueva: congréguense aquí las aves de largo cuello. -Sabed que ha venido un anciano ingenioso, autor de una nueva idea; -que pretende realizar nuevos proyectos. Venid todos a deliberar aquí. -Torotorotorotorotix. Kiccabau, kiccabau. Torotorotorotorolililix.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_225">p. 225</span>PISTETERO.</p> - -<p>¿Ves algún pájaro?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Ninguno, por Apolo, aunque estoy mirando al cielo con la boca -abierta.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Me parece que ha sido inútil que la Abubilla, imitando al pardal,<a -id="FNanchor_421" href="#Footnote_421" class="fnanchor">[421]</a> se -haya metido en el bosque como a empollar huevos.</p> - -<p class="rol">UN FENICÓPTERO.<a id="FNanchor_422" href="#Footnote_422" -class="fnanchor">[422]</a></p> - -<p>Torotix, torotix.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ah, querido, ya viene alguna ave.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Sí, una ave, ¿pero cuál? ¿Es el pavo real?<a id="FNanchor_423" -href="#Footnote_423" class="fnanchor">[423]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ese nos lo dirá. ¿Qué ave es esa?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>No es de las que veis todos los días; es una ave acuática.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Oh qué hermoso color de púrpura fenicia!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_226">p. 226</span>LA ABUBILLA.</p> - -<p>Es verdad, por eso se llama el Fenicóptero.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Eh! ¡Eh! ¡Tú!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Por qué gritas?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Otra ave.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Cierto; otra ave, y exótica al parecer. ¿Cómo se llama -esa ave montañesa<a id="FNanchor_424" href="#Footnote_424" -class="fnanchor">[424]</a> de aspecto tan solemne como estúpido?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Se llama el <i>Meda</i>.<a id="FNanchor_425" href="#Footnote_425" -class="fnanchor">[425]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡El Meda! ¡Hércules poderoso! ¿Cómo siendo el Meda ha -venido sin camello?<a id="FNanchor_426" href="#Footnote_426" -class="fnanchor">[426]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Ahí se presenta otra ave copetuda.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué prodigio es este? No eres tú la única Abubilla, puesto que hay -esa otra.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Esa Abubilla es hijo de Filocles, que a su vez es hijo de la -Abubilla; yo soy su abuelo paterno; es como si dijeras: Hipónico, -hijo<span class="pagenum" id="Page_227">p. 227</span> de Calias,<a -id="FNanchor_427" href="#Footnote_427" class="fnanchor">[427]</a> y -Calias hijo de Hipónico.<a id="FNanchor_428" href="#Footnote_428" -class="fnanchor">[428]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Luego Calias es un pájaro? ¡Oh, y cómo se le caen las plumas!<a -id="FNanchor_429" href="#Footnote_429" class="fnanchor">[429]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Es generoso; por eso los delatores le despluman y las mujeres le -arrancan las alas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Oh Neptuno! Un nuevo pájaro de diversos colores. ¿Cómo se llama -ese?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>El glotón.<a id="FNanchor_430" href="#Footnote_430" -class="fnanchor">[430]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_228">p. 228</span>PISTETERO.</p> - -<p>¿Hay, pues, otro glotón además de Cleónimo?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Crees que si fuese Cleónimo hubiera podido conservar el penacho?<a -id="FNanchor_431" href="#Footnote_431" class="fnanchor">[431]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Pero qué significan todas esas crestas? ¿Quizá acuden estas -aves a disputar el premio del doble estadio?<a id="FNanchor_432" -href="#Footnote_432" class="fnanchor">[432]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Son como los carios,<a id="FNanchor_433" href="#Footnote_433" -class="fnanchor">[433]</a> que no abandonan las crestas de las montañas -para estar más seguros.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Oh Neptuno! ¡Mira, mira qué terrible multitud de aves se reúne!</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Soberano Apolo! ¡Qué nube! ¡Oh! ¡Oh! Sus alas no dejan ver la -entrada de la escena.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Esa es la perdiz; aquel el francolín; ese el penélope; el otro el -alción.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_229">p. 229</span>EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Y aquel que viene detrás del alción?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Ese? El barbero.<a id="FNanchor_434" href="#Footnote_434" -class="fnanchor">[434]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Cómo? ¿El barbero es pájaro?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Pues no lo es Espórgilo, y de cuenta?<a id="FNanchor_435" -href="#Footnote_435" class="fnanchor">[435]</a> Ahí viene la -lechuza.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Qué dices? ¿Quién trae una lechuza a Atenas?<a id="FNanchor_436" -href="#Footnote_436" class="fnanchor">[436]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Mira, mira, la urraca, la tórtola, la alondra, el eleas, la -hipotimis, la paloma, el nerto, el azor, la torcaz, el cuco, -el eritropo, la ceblepiris, el porfirión,<a id="FNanchor_437" -href="#Footnote_437" class="fnanchor">[437]</a> el cernícalo, el -somormujo, la ampelis, el quebrantahuesos, el pico.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Oh! ¡Oh! ¡Cuántas aves! ¡Oh, cuántos mirlos! ¡Cómo pían y corren -con estrépito! Pero qué, ¿nos amenazan? ¡Ay, cómo abren los picos y nos -miran!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Me parece lo mismo.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_230">p. 230</span>CORO.</p> - -<p>¿Po po po po po po por dónde anda el que me llamó? ¿En qué lugar se -encuentra?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Estoy aquí hace tiempo; yo nunca abandono a los amigos.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Ti ti ti ti ti ti ti tienes algo bueno que decirme?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Un asunto de interés común, seguro, justo, agradable, útil. Dos -hombres de sutil ingenio han venido a buscarme.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Dónde? ¿Cómo? ¿Qué dices?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Digo, que dos ancianos han venido del país de los hombres, a -proponernos una empresa prodigiosa.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Oh tú que perpetraste el mayor crimen de que he oído hablar en mi -vida! ¿Qué es lo que estás diciendo?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>No te asustes de mis palabras.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Qué has hecho?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Acoger a dos hombres que desean vivir con nosotros.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Y te has atrevido?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_231">p. 231</span>LA ABUBILLA.</p> - -<p>Y cada vez me alegro más.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Y están ya entre nosotros?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Como yo.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Ay, estamos vendidos; somos víctimas de la traición más negra! -Nuestro amigo, el que partía con nosotros el fruto de los campos, ha -hollado nuestras antiguas leyes, ha quebrantado los juramentos de las -aves; nos ha atraído a un lazo, nos ha puesto en manos de una raza -impía con la que estamos en guerra desde que vimos la luz. Tú, traidor, -nos darás luego cuenta de tus actos; mas primero castiguemos a esos -hombres. ¡Ea! ¡A despedazarlos!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Somos perdidos!</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Tú solo tienes la culpa de lo que nos sucede. ¿Para qué me -trajiste?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Para tenerte a mi lado.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Mejor para hacerme llorar a mares.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Tú deliras: ¿cómo has de llorar cuando te hayan sacado los ojos?<a -id="FNanchor_438" href="#Footnote_438" class="fnanchor">[438]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_232">p. 232</span>CORO.</p> - -<p>¡Io! ¡Io! ¡Al ataque! Precipítate sobre el enemigo; hiérele -mortalmente; despliega tus alas; envuelve con ellas a esos hombres; que -paguen su culpa y den alimento a nuestros picos. Nada podrá librarles -de mi furor; ni las sombrías montañas, ni las etéreas nubes, ni el -piélago espumoso. ¡Ea, caigamos sobre ellos y desgarrémosles sin -tardanza! ¿Dónde está el taxiarco? Que haga avanzar el ala derecha.<a -id="FNanchor_439" href="#Footnote_439" class="fnanchor">[439]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Llegó el momento supremo. ¿A dónde huiré, infeliz?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Eh! Firme en tu puesto.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Para qué me hagan trizas?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Pues cómo piensas escaparte?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>No lo sé.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Pues yo te digo que es preciso combatir a pie firme y coger las -ollas.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿De qué nos servirá la olla?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>La lechuza no nos acometerá.<a id="FNanchor_440" -href="#Footnote_440" class="fnanchor">[440]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_233">p. 233</span>EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Y contra esas de ganchudas uñas?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Coge el asador y ponlo en ristre.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Y los ojos?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Defiéndelos con un plato o con la vinagrera.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Qué ingenio! ¡Qué habilidad digna de un general consumado! Sabes -más estrategia que Nicias.<a id="FNanchor_441" href="#Footnote_441" -class="fnanchor">[441]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Adelante, adelante,<a id="FNanchor_442" href="#Footnote_442" -class="fnanchor">[442]</a> con el pico bajo: no retrasarse. Pica, -desgarra, hiere, arranca, rompe primero la olla.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Deteneos: decidme, animales cruelísimos, ¿por qué queréis matar -y despedazar a dos hombres que ningún mal os han hecho y que son -además de la misma tribu y familia que mi esposa?<a id="FNanchor_443" -href="#Footnote_443" class="fnanchor">[443]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Pues qué, ¿se perdona a los lobos? ¿No son nuestros más feroces -enemigos? Nunca encontraremos otros más dignos de castigo.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_234">p. 234</span>LA ABUBILLA.</p> - -<p>Si la naturaleza los hizo enemigos, su intención les hace amigos, y -vienen aquí a darnos un consejo útil.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Qué consejo útil pueden darnos ni decirnos los enemigos de nuestros -abuelos?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Los sabios aprenden muchas cosas de sus enemigos. La desconfianza -es la madre de la seguridad. Con un amigo jamás aprenderíamos a ser -cautos, al paso que un enemigo nos obliga a serlo; las ciudades en un -principio aprendieron de sus enemigos, y no de sus amigos, a rodearse -de altas murallas, y a construir largas naves, y con esta lección a -defender hijos, casas y haciendas.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Sea: me parece que podrá ser útil el oírles antes; puede recibirse -alguna buena lección de un enemigo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Su cólera parece calmarse. Retrocede un paso.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Es muy justo; debéis de estarme agradecidos.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>En ninguna otra cosa te hemos sido contrarios.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Cada vez se manifiestan más pacíficos; por consiguiente, deja en el -suelo la olla y los platos: ahora con la lanza terciada, digo, con el -asador,<span class="pagenum" id="Page_235">p. 235</span> paseémonos -dentro del campamento, junto a la olla, y sin perderla de vista. No -debemos huir.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Tienes razón. Y si morimos, ¿dónde nos enterrarán?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>En el Cerámico.<a id="FNanchor_444" href="#Footnote_444" -class="fnanchor">[444]</a> Para ser sepultados a cuenta del Estado, -diremos que hemos muerto peleando con los enemigos junto a Orneas.<a -id="FNanchor_445" href="#Footnote_445" class="fnanchor">[445]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Todo el mundo a su puesto: depongamos nuestra cólera como el soldado -sus armas; preguntemos quiénes son, de dónde vienen y qué proyectan. -¡Eh, Abubilla! Ven acá.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Qué deseas saber?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Quiénes son esos hombres, y de dónde vienen?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Son extranjeros, venidos de Grecia, la patria de los sabios.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_236">p. 236</span>CORO.</p> - -<p>¿Qué les ha inducido venir a buscarnos?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>La afición a vuestra vida y costumbres, y el deseo de participarla y -vivir con nosotros.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Será verdad! ¿y cuáles son sus proyectos?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Increíbles, inauditos.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Hallan alguna ventaja en habitar aquí, o esperan que viviendo con -nosotros podrán vencer a su enemigo y favorecer a sus amigos?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Nos anuncian una felicidad inmensa, indecible e increíble, y -demuestran con irrefutables argumentos que cuanto hay aquí y allí, y en -todas partes, todo nos pertenece.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Estarán locos?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Su discreción no es para dicha.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Tienen talento?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Son dos zorros redomados, la astucia personificada, gente muy -corrida e ingeniosa.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Diles, diles que vengan a hablarnos. Sin más que oír tus palabras, -ya vuelo de gozo.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_237">p. -237</span>LA ABUBILLA.<a id="FNanchor_446" href="#Footnote_446" -class="fnanchor">[446]</a></p> - -<p>Recoged vosotros esas armas y colgadlas de nuevo en la -cocina, junto al hogar,<a id="FNanchor_447" href="#Footnote_447" -class="fnanchor">[447]</a> bajo la protección de los dioses domésticos. -(<i>A Pistetero.</i>) Expón y demuestra a la asamblea el objeto para el -cual ha sido convocada.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No, por Apolo; nada diré mientras no prometan, como aquel mono -armero a su mujer, no morderme, ni desgarrarme, ni taladrarme...</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿El...? Nada temas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No, los ojos.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Lo prometo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Júralo.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Lo juro, y si cumplo mi promesa, que obtenga el premio por el voto -unánime de todos los jueces y espectadores.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Convenido.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Y si no la cumplo, que la gane por un solo voto.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Pueblos, escuchad! Recojan los soldados sus armas<span -class="pagenum" id="Page_238">p. 238</span> y vuelvan a sus hogares, -e infórmense de las órdenes que se fijen en los tablones.<a -id="FNanchor_448" href="#Footnote_448" class="fnanchor">[448]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>El hombre es un ser siempre y en todo falso; habla tú, sin embargo. -Quizá me reveles algún proyecto que te parezca útil, o un medio de -aumentar mi poder que a mí se me haya pasado por alto y que tú hayas -visto. Habla; en inteligencia de que lo haces para el bien general, -porque los bienes que me procures los dividiré contigo. Manifiesta -confiadamente los proyectos que te han traído aquí, pues por ningún -pretexto romperé la tregua que contigo he pactado.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No deseo otra cosa: la masa de mi discurso está ya dispuesta y solo -me falta sobarla. Esclavo, tráeme una corona y agua para las manos; -pero pronto.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Vamos a cenar o qué?<a id="FNanchor_449" href="#Footnote_449" -class="fnanchor">[449]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No, por Júpiter; estoy buscando algunas palabras magníficas y -sustanciosas para ablandar sus ánimos. (<i>Dirigiéndose al Coro</i>.) -Sufro tanto por vosotros que en otro tiempo fuisteis reyes...</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Nosotros reyes! ¿De quién?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_239">p. 239</span>PISTETERO.</p> - -<p>Reyes de todo cuanto existe; de mí, en primer lugar; de este; del -mismo Júpiter; porque sois anteriores a Saturno, a los Titanes y a la -Tierra.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿A la Tierra?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Sí, por Apolo.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>No había oído semejante cosa.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Es que sois ignorantes y descuidados y no habéis manoseado a Esopo. -Esopo dice que la alondra nació antes que todos los seres y que la -misma Tierra: su padre murió de enfermedad, cuando la Tierra aún -no existía; permaneció cinco días insepulto, hasta que la alondra, -ingeniosa por la fuerza de la necesidad, enterró a su padre en su -cabeza.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Por eso el padre de la alondra yace ahora en Céfale.<a -id="FNanchor_450" href="#Footnote_450" class="fnanchor">[450]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿De modo que si las aves son anteriores a la Tierra y a los dioses, -a ellas les pertenecerá el mando por derecho de antigüedad?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Esa es la verdad: procura, por tanto, fortificar tu pico, pues -Júpiter no devolverá así como quiera su cetro al pito real.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_240">p. 240</span>PISTETERO.</p> - -<p>Hay infinitas pruebas de que las aves, y no los dioses, reinaron -sobre los hombres en la más remota antigüedad. Principiaré por citaros -al gallo, que fue rey y mandó a los Persas antes que todos sus -monarcas, antes que Darío y Megabises; y en memoria de su reinado se le -llama todavía el ave pérsica.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Por eso es la única de las aves que anda majestuosamente, como el -gran rey, con la tiara recta sobre la cabeza.<a id="FNanchor_451" -href="#Footnote_451" class="fnanchor">[451]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Fue tan grande su poder y tan respetada su autoridad, que hoy mismo, -como un vestigio de su dignidad antigua, en cuanto canta al amanecer, -corren al trabajo y se calzan en la oscuridad todos los herreros, -alfareros, curtidores, zapateros, bañeros, panaderos, y fabricantes de -liras y de escudos.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Pregúntamelo a mí; precisamente un gallo ha tenido la culpa de que -perdiese un fino manto de lana frigia. Estaba yo en la ciudad convidado -a un banquete que se daba para celebrar el acto de poner nombre a un -niño; bebí algo y empecé a dormitar; en esto, y antes de que los demás -convidados se sentasen a la mesa, se le ocurre cantar a un gallo: -creyendo que era de día, marcho en dirección<span class="pagenum" -id="Page_241">p. 241</span> a Alimunte;<a id="FNanchor_452" -href="#Footnote_452" class="fnanchor">[452]</a> apenas salgo -extramuros, un ladrón me asesta en la espalda un terrible garrotazo; -caigo al suelo; voy a pedir socorro; pero era tarde, ya había -desaparecido con mi manto.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>El milano fue antiguamente jefe y rey de los griegos.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿De los griegos?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Él fue durante su reinado quien les enseñó a arrodillarse a la -vista de los milanos.<a id="FNanchor_453" href="#Footnote_453" -class="fnanchor">[453]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Sí, por Baco; un día que me prosterné en presencia de uno de -ellos, me echó al suelo con la boca abierta y me tragué un óbolo;<a -id="FNanchor_454" href="#Footnote_454" class="fnanchor">[454]</a> -por lo cual volví a casa con mi saco vacío.<a id="FNanchor_455" -href="#Footnote_455" class="fnanchor">[455]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>El cuco fue rey del Egipto y de toda la Fenicia; así es que cuando -cantaba ¡cucú! todos los fenicios iban al campo a segar el trigo y la -cebada.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>De ahí sin duda viene el proverbio: ¡Cucú! los circuncidados -al campo.<a id="FNanchor_456" href="#Footnote_456" -class="fnanchor">[456]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_242">p. 242</span>PISTETERO.</p> - -<p>Tan grande fue el poder de la gente alada, que los reyes de las -ciudades griegas, Agamenón y Menelao, llevaban en el extremo de su -cetro una ave que participaba de sus presentes.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>No sabía yo eso; así es que me admiraba cuando Príamo se presentaba -en las tragedias con un pájaro que observaba fijamente a Lisícrates<a -id="FNanchor_457" href="#Footnote_457" class="fnanchor">[457]</a> y los -regalos con que se deja sobornar.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Pero oíd la prueba más contundente. Júpiter, que ahora reina, lleva -sobre su cabeza un águila, atributo de su soberanía; su hija lleva una -lechuza; y Apolo, su ministro, un azor.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Es verdad, por la venerable Ceres! ¿Mas para qué llevan esas -aves?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Para que en los sacrificios, cuando, según el rito, se ofrecen -las entrañas a los dioses, ellas reciban su parte antes que Júpiter. -Entonces ningún hombre juraba por los dioses, sino todos por las aves; -y hoy mismo cuando Lampón engaña a alguno suele jurar por el ganso.<a -id="FNanchor_458" href="#Footnote_458" class="fnanchor">[458]</a> -¡En tanta estima<span class="pagenum" id="Page_243">p. 243</span> -y veneración tenían entonces a los que ahora sois considerados como -imbéciles y esclavos viles! Hoy os apedrean como a los dementes; hoy -os arrojan de los templos; hoy infinitos cazadores os tienden lazos y -preparan contra vosotros varetas, cepos, hilos, redes y pihuelas; hoy -os venden a granel después de cogidos, y ¡oh colmo de ignominia! los -compradores os tantean para ver si estáis gordos. ¡Y si se contentasen -a lo menos con asaros! Pero hacen un menudo picadillo de silfio y -queso, aceite y vinagre; le agregan otros condimentos dulces y crasos, -y derraman sobre vosotros esta salsa hirviente como si fueseis carnes -corrompidas.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Acabas de hacernos, hombre querido, un triste, tristísimo relato. -¡Cuánto deploro la incuria de mis padres que, lejos de trasmitirme los -honores heredados de sus abuelos, consintieron que fuesen abolidos! -Pero sin duda algún numen propicio te envía para que me salves; a ti me -entrego, pues, confiadamente con mis pobres polluelos. Dinos lo que hay -que hacer; porque seríamos indignos de vivir, si por cualquier medio no -reconquistáramos nuestra soberanía.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Opino primeramente que todas las aves se reúnan en una sola ciudad, -y que las llanuras del aire y de este inmenso espacio se circunden de -un muro de grandes ladrillos cocidos, como los de Babilonia.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_244">p. 244</span>LA ABUBILLA.</p> - -<p>¡Oh Cebrión, oh Porfirión,<a id="FNanchor_459" href="#Footnote_459" -class="fnanchor">[459]</a> qué terrible plaza fuerte!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Cuando hayáis construido esa muralla, reclamaréis el mando a -Júpiter; si se niega y no quiere acceder, obstinado en su sinrazón, -declaradle una guerra sagrada y prohibid a los dioses que atraviesen -como antes vuestros dominios y que desciendan a la tierra enardecidos -por su adúltero amor a las Alcmenas, Álopes y Semeles; y si se -presentan, ponedles en estado de no gozarlas más.<a id="FNanchor_460" -href="#Footnote_460" class="fnanchor">[460]</a> Enviad en seguida -otro alado embajador a los hombres para que les haga entender que, -siendo las aves dueñas del mundo, a ellas deben ofrecer primero sus -sacrificios y después a los dioses, y que deberán agregar a cada -divinidad el ave que le convenga; si, por ejemplo, sacrifican a Venus, -ofrecerán al mismo tiempo cebada a la picaza marítima; si matan una -oveja en honor de Neptuno, presentarán granos de trigo al ánade; -si un buey a Hércules, tortas con miel a la gaviota; si inmolan un -carnero en las aras de Júpiter rey, rey es también el reyezuelo, y por -consiguiente habrá de consagrársele, antes que al mismo Júpiter, un -mosquito macho.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_245">p. 245</span>EVÉLPIDES.</p> - -<p>Me agrada ese sacrificio de un mosquito. ¡Que truene ahora el gran -Júpiter!</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Pero cómo nos tendrán los hombres por dioses, y no por grajos, al -ver que volamos y tenemos alas?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No sabes lo que dices. Mercurio, siendo todo un dios, tiene alas -y vuela, y lo mismo otras muchas divinidades: la Victoria vuela -con alas de oro, el Amor tiene las suyas, y Homero compara a Iris -con una tímida paloma.<a id="FNanchor_461" href="#Footnote_461" -class="fnanchor">[461]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿No tronará Júpiter? ¿No lanzará contra nosotros su alígero rayo?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Si los hombres en su ceguedad se obstinan en despreciaros, y en -tener por dioses solo a los del Olimpo, lanzad sobre la tierra una nube -de gorriones que arrebaten de los surcos las semillas: veremos si Ceres -baja a distribuir trigo a los hambrientos.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>No lo hará, de seguro: veréis cómo alega mil pretextos.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Además, que los cuervos, para probar que sois dioses, saquen los -ojos a los bueyes de labranza y<span class="pagenum" id="Page_246">p. -246</span> a otros ganados, y que en seguida los cure Apolo, que es -médico; para eso le pagan.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Eh, no! aguarda a que haya vendido mi parejita.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Por el contrario, si los hombres os tienen a ti por un dios, a ti -por la vida, a ti por Saturno, a ti por Neptuno, lloverán sobre ellos -todos los bienes.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Dime siquiera uno de ellos.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>En primer lugar, las langostas no devorarán las flores de sus viñas, -porque un solo escuadrón de lechuzas y cernícalos dará buena cuenta de -ellas. Después sus higos estarán libres de mosquitos y cínifes, que -serán devorados por un escuadrón de tordos.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Cómo les daremos las riquezas, que es lo que más quieren?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Cuando consulten a las aves, indicaréis al adivino las minas más -ricas y los tráficos más lucrativos; ni un marino perecerá.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Por qué no perecerá?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Porque cuando consulte los auspicios sobre la navegación no faltará -nunca un ave que le diga: «No te embarques; habrá tempestad;» o -«embárcate; tendrás ganancias.»</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_247">p. 247</span>EVÉLPIDES.</p> - -<p>Compro un navío, y me lanzo al mar; no quiero ya vivir con -vosotros.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Revelaréis también a los hombres el lugar donde se ocultan los -tesoros enterrados por sus padres; porque todas lo sabéis. De aquí -el proverbio: «Nadie sabe dónde está mi tesoro, como no sea algún -pájaro.»</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Vendo mi barco; compro un azadón, y ¡a desenterrar ollas de oro!</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Y cómo darles la salud que vive entre los dioses?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué mejor salud que la felicidad? Créeme, un hombre desgraciado -nunca está bueno.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Pero cómo llegarán a la vejez? Porque como esta habita en el -Olimpo, habrán de morir en la infancia.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Todo lo contrario, las aves prolongaréis su vida trescientos -años.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿De quién los tomaremos?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿De quién? De vosotros mismos. ¿Ignoras que la graznadora corneja -vive cinco vidas de hombre?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_248">p. 248</span>EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Ah, cuánto más grato será su imperio que el de Júpiter!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Quién lo duda? En primer lugar, no tendremos que consagrarles -templos de piedra cerrados con puertas de oro, porque habitarán entre -el follaje de las encinas: un olivo será el templo de las aves más -veneradas; además, para ofrecerles sacrificios no habrá que hacer -un viaje a Delfos o Amón,<a id="FNanchor_462" href="#Footnote_462" -class="fnanchor">[462]</a> sino que parándonos delante de los madroños -y acebuches, les presentaremos un puñado de trigo o de cebada, -suplicándoles, con las manos extendidas, que nos concedan parte de -sus bienes, y los conseguiremos sin más dispendios que un poquillo de -grano.</p> - -<div class="section"><p class="rol">CORO.</p></div> - -<p>¡Oh anciano, que después de haberme sido tan odioso me eres ahora -tan querido, nunca por mi voluntad me apartaré de tus consejos! Animado -por tus palabras he prometido y jurado que si tú, fiel a tus santas -promesas, te unes a mí, sin dolo alguno, para atacar a los dioses, -estos no conservarán mucho tiempo el cetro que me pertenece. Todo lo -que dependa de la fuerza, queda a nuestro cargo; y al tuyo lo que exija -habilidad y consejo.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¡Por Júpiter! no es tiempo de dormirse y dar<span class="pagenum" -id="Page_249">p. 249</span> largas a la manera de Nicias,<a -id="FNanchor_463" href="#Footnote_463" class="fnanchor">[463]</a> sino -de obrar con energía y rapidez. Entrad en mi nido de pajas y ramaje, y -decidnos vuestros nombres.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Es fácil: me llamo Pistetero.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Y ese?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Evélpides, de la aldea de Cría.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Salud a entrambos.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Aceptamos el augurio.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Entrad, pues.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Vamos, dirígenos tú.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Venid.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Ah cielos! Ven, vuelve acá. ¿Cómo este y yo, que no tenemos alas, -os hemos de seguir cuando voléis?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Muy fácilmente.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Piénsalo bien: mira que Esopo dice en sus fábulas que a la zorra le -causó grave perjuicio su alianza con el águila.<a id="FNanchor_464" -href="#Footnote_464" class="fnanchor">[464]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_250">p. 250</span>LA ABUBILLA.</p> - -<p>Nada temas; hay una raíz, que en cuanto la comáis os saldrán -alas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Entremos con esa condición. Ea, Jantias, y tú, Manodoro,<a -id="FNanchor_465" href="#Footnote_465" class="fnanchor">[465]</a> coged -nuestro equipaje.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Hola! ¡Eh, Abubilla! A ti te llamo.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¿Qué me quieres?</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Llévate a esos y dales bien de comer; pero déjanos a la melodiosa -Procne, cuyos cantos son dignos de las musas: hazla salir para que nos -divirtamos con ella.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Sí, cede a sus deseos: hazla salir de entre las floridas cañas. Por -los dioses te pido que la llames para que contemplemos también nosotros -al ruiseñor.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Puesto que lo deseáis, fuerza es obedeceros: sal, Procne, y -muéstrate a nuestros huéspedes.</p> - -<p class="centra">(<i>Sale Procne.</i>)<a id="FNanchor_466" -href="#Footnote_466" class="fnanchor">[466]</a></p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_251">p. 251</span>PISTETERO.</p> - -<p>¡Oh venerado Júpiter! ¡Qué hermosa avecilla! ¡Qué tierna! ¡Qué -brillante!</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Sabes que la estrecharía con gusto entre mis brazos?<a -id="FNanchor_467" href="#Footnote_467" class="fnanchor">[467]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Cuánto oro trae sobre sí! Parece una doncella.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Tentado estoy de darle un beso.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Pero, desdichado, ¿no ves que tiene por pico dos asadores?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Qué importa? ¿Hay más que quitarle la cascarilla que le cubre la -cabeza como si fuese un huevo, y besarla después?</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Vamos.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Guíanos en hora buena.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Amable avecilla, el más querido de mis alados compañeros, mi -señor, que presides nuestros cantos; al fin viniste a mi presencia; -viniste para dejar oír tu suavísimo gorjeo. Tú, que en la flauta -armoniosa tañes primaverales melodías, preludia<span class="pagenum" -id="Page_252">p. 252</span> nuestros anapestos.<a id="FNanchor_468" -href="#Footnote_468" class="fnanchor">[468]</a> Ciegos humanos, -semejantes a la hoja ligera, impotentes criaturas hechas de barro -deleznable, míseros mortales que, privados de alas, pasáis vuestra vida -fugaz como vanas sombras o ensueños mentirosos, escuchad a las aves, -seres inmortales y eternos, aéreos, exentos de la vejez, y ocupados -siempre en pensamientos perdurables; nosotros os daremos a conocer -los fenómenos celestes, la naturaleza de las aves, y el verdadero -origen de los dioses, de los ríos, del Erebo y del Caos; con tal -enseñanza podréis causar envidia al mismo Pródico.<a id="FNanchor_469" -href="#Footnote_469" class="fnanchor">[469]</a> En el principio solo -existían el Caos y la Noche, el negro Erebo y el profundo Tártaro; -la Tierra, el Aire y el Cielo no habían nacido todavía; al fin, la -Noche de negras alas puso en el seno infinito del Erebo un huevo sin -germen, del cual, tras el proceso de largos siglos, nació el apetecido -Amor con alas de oro resplandeciente, y rápido como el torbellino. El -Amor, uniéndose en los abismos del Tártaro al Caos alado y tenebroso, -engendró nuestra raza, la primera que nació a la luz. La de los -inmortales no existía antes de que el Amor mezclase los gérmenes de -todas las cosas; pero, al confundirlos, brotaron de tan sublime unión -el Cielo, la Tierra, el Océano, y la raza eterna de las deidades -bienaventuradas. He aquí cómo nosotros somos muchísimo más antiguos -que los dioses. Nosotros<span class="pagenum" id="Page_253">p. -253</span> somos hijos del Amor; mil pruebas lo confirman; volamos como -él, y favorecemos a los amantes. ¡Cuántos lindos muchachos, habiendo -jurado ser insensibles, se rindieron a sus amantes al declinar su edad -florida, vencidos por el regalo de una codorniz, de un porfirión, de -un ánade o de un gallo! Nos deben los mortales sus mayores bienes. En -primer lugar, anunciamos las estaciones; la primavera, el invierno -y el otoño: la grulla al emigrar a Libia advierte al labrador<a -id="FNanchor_470" href="#Footnote_470" class="fnanchor">[470]</a> -que siembre; al piloto que cuelgue el timón<a id="FNanchor_471" -href="#Footnote_471" class="fnanchor">[471]</a> y se entregue -al descanso; a Orestes<a id="FNanchor_472" href="#Footnote_472" -class="fnanchor">[472]</a> que se mande tejer un manto, para que el -frío no le incite a robárselo a los transeúntes. El milano anuncia, -al aparecer, otra estación y el momento oportuno de trasquilar -los primaverales vellones; y la golondrina dice que ya es preciso -abandonar el manto y vestirse una túnica ligera. Las aves reemplazamos -para vosotros a Amón, a Delfos, a Dodona y a Apolo. Para todo -negocio comercial, o compra de víveres, o matrimonios nos consultáis -previamente y dais el nombre de <i>auspicios</i> a todo cuanto -sirve para revelaros el porvenir: una palabra es un auspicio;<a -id="FNanchor_473" href="#Footnote_473" class="fnanchor">[473]</a> -un estornudo es un auspicio; un encuentro es un auspicio;<span -class="pagenum" id="Page_254">p. 254</span> una voz<a id="FNanchor_474" -href="#Footnote_474" class="fnanchor">[474]</a> es un auspicio; el -nombre de un esclavo es un auspicio; un asno es un auspicio. ¿No está -claro que somos para vosotros el fatídico Apolo? Si nos reconocéis -por dioses, hallaréis en nosotros las Musas proféticas, los vientos -suaves, las estaciones, el invierno, el estío, un calor moderado; no -iremos como Júpiter a posarnos orgullosos sobre las nubes, sino que, -viviendo a vuestro lado, dispensaremos a vosotros y a vuestros hijos, -y a los hijos de vuestros hijos, riquezas y salud, felicidad, larga -vida, paz, juventud, risas, danzas, banquetes, delicias increíbles;<a -id="FNanchor_475" href="#Footnote_475" class="fnanchor">[475]</a> en -fin, tal abundancia de bienes, que llegaréis a saciaros. ¡Tan ricos -seréis todos!</p> - -<p>Musa silvestre de variados tonos, tio tio tio tio tio tio tio tix,<a -id="FNanchor_476" href="#Footnote_476" class="fnanchor">[476]</a> yo -canto contigo en las selvas y en la cumbre de los montes, tio tio tio -tio tix, posado entre el follaje de un fresno copudo, tio tio tio tio -tix, exhalo de mi delicada garganta himnos sagrados, tio tio tio tix -que se unen en las montañas a los augustos coros en honor de Pan y la -madre de los dioses, to to to to to to to to to tix. En ellos, a modo -de abeja, liba Frínico el néctar de sus inmortales versos y de sus -dulcísimas canciones, tio tio tio tio tix.</p> - -<p>Espectadores, si alguno de vosotros quiere pasar dulcemente -su existencia viviendo con las aves,<span class="pagenum" -id="Page_255">p. 255</span> que acuda a nosotros. Todo lo que en la -tierra es torpe y se halla prohibido por las leyes, goza entre la -gente alígera de no pequeño honor. Entre los hombres, por ejemplo, es -un crimen odioso el pegar a su padre; entre las aves nada más bello -que acometerle gritando: si riñes, coge tu espolón. El siervo prófugo, -marcado con infamante estigma,<a id="FNanchor_477" href="#Footnote_477" -class="fnanchor">[477]</a> pasa aquí por pintado francolín: un bárbaro, -un frigio, tal como Espíntaro, será entre nosotros el frigilo, de -la familia de Filemón:<a id="FNanchor_478" href="#Footnote_478" -class="fnanchor">[478]</a> un esclavo de Caria, Execéstides,<a -id="FNanchor_479" href="#Footnote_479" class="fnanchor">[479]</a> por -ejemplo, podría proveerse entre las aves de abuelos y parientes. ¿Qué -más? ¿Quiere el hijo de Pisias<a id="FNanchor_480" href="#Footnote_480" -class="fnanchor">[480]</a> abrir las puertas a los infames? Pues -trasfórmese en perdiz, digno hijo de su padre, que por acá no es -deshonroso escaparse como la perdiz.</p> - -<p>Así los cisnes, tio tio tio tio tio tio tio tix, uniendo sus voces -y batiendo las alas, cantan a Apolo tio tio tio tix; deteniéndose -en las orillas del Hebro,<a id="FNanchor_481" href="#Footnote_481" -class="fnanchor">[481]</a> tio tio tio tix, sus acentos atraviesan las -etéreas nubes; escúchanlos las fieras arrobadas y el mar serenando -sus olas, to to to to to to to to to tix; todo el Olimpo resuena: los -dioses inmortales, las Musas y las Gracias repiten gozosos aquella -melodía,<span class="pagenum" id="Page_256">p. 256</span> tio tio -tio tix. Nada hay mejor, nada hay más agradable que tener alas. Si -uno de vosotros las tuviese, podría, cuando asistiendo impaciente y -mal humorado a una interminable tragedia se siente desfallecer de -hambre, volar a su casa, comer, y regresar satisfecho su apetito. -Si Patróclides se viera acosado en el teatro por una apremiante -necesidad, no tendría que ensuciar su manto, pues volaría a otra -parte, y después de desahogarse, tornaría a su asiento recobradas las -fuerzas. Aún más: si alguno de vosotros, no importa quién, abrasado -por adúltera llama, distinguía al marido de su amante en las gradas de -los senadores, podría extendiendo sus alas trasladarse a la amorosa -cita, y satisfecha su pasión volver a su puesto. ¿Comprendéis ahora las -inmensas ventajas de ser alado? Por eso Diítrefes,<a id="FNanchor_482" -href="#Footnote_482" class="fnanchor">[482]</a> aunque solo tiene -alas de mimbre, ha sido nombrado filarco primero; después hiparco; y -de hombre de nada, se ha convertido en gran personaje, y hoy es ya el -gallito de su tribu.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.<a id="FNanchor_483" href="#Footnote_483" -class="fnanchor">[483]</a></p> - -<p>Ya está hecho. ¡Por Júpiter! No he visto nunca cosa más ridícula.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿De qué te ríes?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_257">p. 257</span>PISTETERO.</p> - -<p>De tus alas. ¿Sabes lo que pareces con ellas? Un ganso pintado de -brocha gorda.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Y tú un mirlo con la cabeza desplumada.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Nosotros lo hemos querido; y como Esquilo dice: «No son plumas -de otro, sino nuestras».<a id="FNanchor_484" href="#Footnote_484" -class="fnanchor">[484]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¡Ea! ¿Qué debemos hacer?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Lo primero dar a la ciudad un nombre ilustre y pomposo; después -ofrecer un sacrificio a los dioses.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Opino lo mismo.</p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>Pues veamos el nombre que ha de ponérsele.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Queréis que le demos uno magnífico tomado de Lacedemonia? ¿Queréis -que la llamemos Esparta?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Por Hércules! ¿Esparta mi ciudad? Cuando ni siquiera consiento -que sea de esparto<a id="FNanchor_485" href="#Footnote_485" -class="fnanchor">[485]</a> mi lecho, aunque solo tenga una estera de -junco.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Pues qué nombre le daremos?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_258">p. 258</span>EVÉLPIDES.</p> - -<p>Uno magnífico, tomado de las nubes y de estas elevadas regiones.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué te parece Nefelococigia?<a id="FNanchor_486" -href="#Footnote_486" class="fnanchor">[486]</a></p> - -<p class="rol">LA ABUBILLA.</p> - -<p>¡Oh! ¡Oh! Ese sí que es bello y grandioso.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿No es en Nefelococigia donde están todas las grandes riquezas -de Teógenes y Esquines?<a id="FNanchor_487" href="#Footnote_487" -class="fnanchor">[487]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No, donde están es en el llano de Flegra,<a id="FNanchor_488" -href="#Footnote_488" class="fnanchor">[488]</a> en el que los dioses -aniquilaron la arrogancia de los gigantes.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Será una ciudad hermosísima. ¿Pero cuál será su divinidad -protectora? ¿Para quién tejeremos el peplo?<a id="FNanchor_489" -href="#Footnote_489" class="fnanchor">[489]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Por qué no escogemos a Minerva Poliada?</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¿Podrá estar bien arreglada una ciudad en que una mujer vaya -completamente armada y Clístenes se dedique a hilar?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Quién guardará el muro pelárgico?<a id="FNanchor_490" -href="#Footnote_490" class="fnanchor">[490]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_259">p. 259</span>LA ABUBILLA.</p> - -<p>Uno de los nuestros oriundo de Persia, que se proclama el -más valiente de todos, un pollo de Marte.<a id="FNanchor_491" -href="#Footnote_491" class="fnanchor">[491]</a></p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>¡Oh pollo señor! ¡Es un dios a propósito para vivir sobre las -piedras!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ea, vete al aire, a ayudar a los albañiles que construyen la -muralla; llévales morrillos; desnúdate y haz mortero; sube la gamella; -cáete de la escala; pon centinelas; guarda el fuego bajo la ceniza; -ronda con tu campanilla,<a id="FNanchor_492" href="#Footnote_492" -class="fnanchor">[492]</a> y duérmete; envía luego dos heraldos, uno -arriba a los dioses, otro abajo a los hombres, y después vuelve a mi -lado.</p> - -<p class="rol">EVÉLPIDES.</p> - -<p>Tú quédate aquí, y revienta.<a id="FNanchor_493" -href="#Footnote_493" class="fnanchor">[493]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Anda, amigo mío, a donde te envío; nada de cuanto te he dicho -puede hacerse sin ti. Yo voy a ofrecer un sacrificio a los nuevos -dioses, y a llamar al sacerdote para que presida la procesión. -¡Eh,<span class="pagenum" id="Page_260">p. 260</span> tú, esclavo! -trae el canastillo y la sagrada vasija.<a id="FNanchor_494" -href="#Footnote_494" class="fnanchor">[494]</a></p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Yo uno a las tuyas mis fuerzas y mi voluntad, y te exhorto a dirigir -a los dioses súplicas espléndidas y solemnes, y a inmolar una víctima -en acción de gracias. Entonemos en honor del dios canciones píticas -acompañadas por la flauta de Queris.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">PISTETERO (<i>Al flautista</i>).</p> - -<p>Deja de soplar, Hércules. ¿Qué es eso? Por Júpiter, muchos prodigios -he visto, pero nunca a un cuervo con bozal.<a id="FNanchor_495" -href="#Footnote_495" class="fnanchor">[495]</a> Sacerdote, cumple tu -deber, y sacrifica a los nuevos dioses.</p> - -<p class="rol">EL SACERDOTE.</p> - -<p>Lo haré. ¿Dónde está el que tiene el canastillo? Rogad a la Vesta -de las aves, al milano protector del hogar, y a todos los pájaros, -olímpicos y olímpicas, dioses y diosas...</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Salve, gavilán protector de Sunio, rey pelásgico!<a -id="FNanchor_496" href="#Footnote_496" class="fnanchor">[496]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_261">p. 261</span>EL SACERDOTE.</p> - -<p>Al cisne Pítico y Delio, a Latona madre de las codornices,<a -id="FNanchor_497" href="#Footnote_497" class="fnanchor">[497]</a> a -Diana jilguero...</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>En adelante no habrá Diana Colenis,<a id="FNanchor_498" -href="#Footnote_498" class="fnanchor">[498]</a> sino Diana jilguero.</p> - -<p class="rol">EL SACERDOTE.</p> - -<p>A Baco pinzón, a Cibeles avestruz, augusta madre de los dioses y los -hombres...</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Oh poderosa Cibeles avestruz, madre de Cleócrito!<a -id="FNanchor_499" href="#Footnote_499" class="fnanchor">[499]</a></p> - -<p class="rol">EL SACERDOTE.</p> - -<p>Que den salud y felicidad a los nefelococigios y a sus -aliados de Quíos.<a id="FNanchor_500" href="#Footnote_500" -class="fnanchor">[500]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Me gusta ver en todas partes a los de Quíos.</p> - -<p class="rol">EL SACERDOTE.</p> - -<p>A los héroes, a las aves, a los hijos de los héroes, al porfirión, -al pelícano, al pelecino, al fléxide, al tetraón, al pavo real, al -elea, a la cerceta, al elasa, a la garza, al mergo, al becafigo, al -pavo...</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Acaba, hombre infernal; acaba tus invocaciones.<span -class="pagenum" id="Page_262">p. 262</span> Desdichado, ¿a qué víctimas -llamas a los buitres y a las águilas de mar? ¿No ves que un milano -basta para devorar estas viandas? ¡Lárgate de aquí con tus ínfulas! Ya -ofreceré yo solo el sacrificio.</p> - -<p class="rol">EL SACERDOTE.</p> - -<p>Es preciso que para la aspersión entone un nuevo himno sacro y -piadoso, e invoque a los dioses, a uno siquiera, si es que tenéis -bastantes provisiones, pues vuestras decantadas víctimas veo que se -reducen a barbas y cuernos.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Oremos al sacrificar a los dioses alados.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UN POETA.</p> - -<p>Celebra, oh Musa, en tus himnos y canciones a la feliz -Nefelococigia.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué significa esto? Di, ¿quién eres?</p> - -<p class="rol">EL POETA.</p> - -<p>Yo soy un cantor melifluo, un celoso servidor de las musas, como -dice Homero.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Si eres esclavo, ¿cómo llevas largo el cabello?<a id="FNanchor_501" -href="#Footnote_501" class="fnanchor">[501]</a></p> - -<p class="rol">EL POETA.</p> - -<p>No es eso; todos los poetas somos celosos servidores de las Musas, -al decir de Homero.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_263">p. 263</span>PISTETERO.</p> - -<p>Ya no me asombro: tu manto demuestra muchos años de servicio. Pero, -desdichado poeta, ¿qué mal viento te ha traído aquí?</p> - -<p class="rol">EL POETA.</p> - -<p>He compuesto versos en honor de vuestra Nefelococigia, y -muchos hermosos ditirambos y partenias,<a id="FNanchor_502" -href="#Footnote_502" class="fnanchor">[502]</a> en el estilo de -Simónides.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Y cuándo los has compuesto?</p> - -<p class="rol">EL POETA.</p> - -<p>Hace mucho tiempo, mucho tiempo, que yo canto a esta ciudad.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Pero si en este instante celebro la fiesta de su fundación, y acabo -de ponerla un nombre como a los niños de diez días!<a id="FNanchor_503" -href="#Footnote_503" class="fnanchor">[503]</a></p> - -<p class="rol">EL POETA.</p> - -<p>¡Qué importa! La voz de las Musas vuela como los más rápidos -corceles. ¡Oh tú, padre mío, fundador del Etna, tú cuyo nombre -recuerda los divinos templos, otórgame propicio los bienes que para ti -desearías!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No nos vamos a quitar de encima esta calamidad,<span -class="pagenum" id="Page_264">p. 264</span> si no le damos alguna cosa. -Tú,<a id="FNanchor_504" href="#Footnote_504" class="fnanchor">[504]</a> -que tienes ese abrigo sobre la túnica, quítatelo y dáselo a este -discretísimo poeta. Toma este abrigo; pues me parece que estás -tiritando.</p> - -<p class="rol">EL POETA.</p> - -<p>Mi Musa acepta regocijada este presente. Escucha tú estos -versos pindáricos...<a id="FNanchor_505" href="#Footnote_505" -class="fnanchor">[505]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿No se marchará nunca este importuno?</p> - -<p class="rol">EL POETA.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Sin vestido de lino</div> - <div class="verse indent0">Vaga Estratón en el confín helado</div> - <div class="verse indent0">Del errabundo escita:</div> - <div class="verse indent0">Burdo manto le han dado,</div> - <div class="verse indent0">Pero aún túnica fina necesita.<a id="FNanchor_506" href="#Footnote_506" class="fnanchor">[506]</a></div> - </div> -</div> -</div> - -<p>¿Comprendes lo que quiero decir?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Vaya si comprendo: quieres que te regale una túnica. Quítatela: es -preciso obsequiar a los poetas. Tómala, márchate.</p> - -<p class="rol">EL POETA.</p> - -<p>Me voy, y al irme compongo estos versos en honor de vuestra -ciudad:</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Numen de áureo trono,</div> - <div class="verse indent0">Celebra esta ciudad</div> - <div class="verse indent0">Que tirita a los soplos</div> - <div class="verse indent0">De un céfiro glacial.</div> - <div class="verse indent0"><span class="pagenum" id="Page_265">p. 265</span>Yo su campiña fértil,</div> - <div class="verse indent0">Vengo de visitar,</div> - <div class="verse indent0">Alfombrada de nieve.</div> - <div class="verse indent0">¡Tralalá, tralalá!</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="centra">(<i>Vase.</i>)</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Sí, pero te escapas de estos helados campos con una buena túnica. -Jamás hubiera creído, Júpiter soberano, que ese maldito poeta pudiera -adquirir tan pronto noticias de esta ciudad. (<i>Al sacerdote.</i>) -Coge la vasija y da vuelta al altar.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">EL SACERDOTE.</p> - -<p>¡Silencio!</p> - -<p class="rol">UN ADIVINO.</p> - -<p>No inmoles el chivo.<a id="FNanchor_507" href="#Footnote_507" -class="fnanchor">[507]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Quién eres tú?</p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>¿Quién soy? un adivino.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Vete en hora mala!</p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>Amigo mío, no desprecies las cosas divinas: hay una -profecía de Bacis<a id="FNanchor_508" href="#Footnote_508" -class="fnanchor">[508]</a> que se refiere claramente a -Nefelococigia.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_266">p. 266</span>PISTETERO.</p> - -<p>¿Por qué no me hablaste de ese oráculo antes de fundar la ciudad?</p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>Un dios me lo impedía.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No hay inconveniente en que oigamos el vaticinio.</p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>«Cuando los lobos y las encanecidas cornejas habitaren juntos en -el espacio que separa a Corinto de Sicione...»<a id="FNanchor_509" -href="#Footnote_509" class="fnanchor">[509]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Pero qué tenemos que ver con los Corintios?</p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>Bacis, al expresarse de ese modo, se refería al aire. «Sacrificad -primeramente a Pandora un blanco vellocino; y después regalad al -profeta que interprete mis oráculos un buen vestido y zapatos -nuevos...»</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Están también los zapatos?</p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>Toma y lee. «Y dadle además una copa y un buen trozo de las entrañas -de la víctima.»</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿También hay que darle un trozo de las entrañas?</p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>Toma y lee. «Joven divino, si obedecieres mis<span class="pagenum" -id="Page_267">p. 267</span> mandatos, serás un águila en las nubes: si -no le das nada, ni tórtola, ni águila, ni pito real.»</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿También está eso?</p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>Toma y lee.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Pero tu oráculo en nada se parece a otro que escribí yo mismo bajo -la inspiración de Apolo. «Cuando, sin que nadie le llame, venga un -charlatán a molestarte mientras estás ofreciendo un sacrificio, y pida -una porción de las entrañas, deberás molerle las costillas a palos.»</p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>Tú deliras.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Toma y lee. «Y no le perdones, aunque sea un águila en las nubes, -aunque sea Lampón, aunque sea el gran Diopites.»<a id="FNanchor_510" -href="#Footnote_510" class="fnanchor">[510]</a></p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>¿También está eso?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Toma y lee, ¡y lárgate al infierno!</p> - -<p class="rol">EL ADIVINO.</p> - -<p>¡Ay, pobre de mí!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Pronto, pronto, vete a profetizar a otra parte.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_268">p. -268</span>METÓN.<a id="FNanchor_511" href="#Footnote_511" -class="fnanchor">[511]</a></p> - -<p>Vengo a...</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Otro importuno. ¿Qué te trae aquí? ¿Cuáles son tus proyectos? ¿Qué -te propones viniendo tan encopetado con tus coturnos?</p> - -<p class="rol">METÓN.</p> - -<p>Quiero medir las llanuras aéreas, y dividirlas en calles.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>En nombre de los dioses, ¿quién eres?</p> - -<p class="rol">METÓN.</p> - -<p>¿Quién soy? Metón, conocido en toda la Grecia y en la -aldea de Colona.<a id="FNanchor_512" href="#Footnote_512" -class="fnanchor">[512]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Dime, ¿qué es eso que traes ahí?</p> - -<p class="rol">METÓN.</p> - -<p>Reglas para medir el aire. Pues todo el aire, en su forma -general, es enteramente parecido a un horno.<a id="FNanchor_513" -href="#Footnote_513" class="fnanchor">[513]</a> Por tanto, aplicando -por arriba esta línea curva y ajustando el compás... ¿Comprendes?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ni una palabra.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_269">p. 269</span>METÓN.</p> - -<p>Con esta otra regla trazo una línea recta, inscribo un cuadrado en -el círculo, y coloco en su centro la plaza; a ella afluyen de todas -partes calles derechas, del mismo modo que del sol, aunque es circular, -parten rayos rectos en todas direcciones.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Este hombre es un Tales... Metón!</p> - -<p class="rol">METÓN.</p> - -<p>¿Qué?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ya sabes que te quiero; pues bien, voy a darte un buen consejo: -márchate cuanto antes.</p> - -<p class="rol">METÓN.</p> - -<p>¿Pues qué peligro...?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Aquí, como en Lacedemonia,<a id="FNanchor_514" href="#Footnote_514" -class="fnanchor">[514]</a> es costumbre expulsar a los extranjeros, y -en la ciudad llueven garrotazos.</p> - -<p class="rol">METÓN.</p> - -<p>¿Hay alguna sedición?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Nada de eso.</p> - -<p class="rol">METÓN.</p> - -<p>¿Pues qué?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Hemos tomado por unanimidad la resolución de echar a todos los -charlatanes.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_270">p. 270</span>METÓN.</p> - -<p>Pues huyo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Creo que ya es tarde: la tempestad estalla. (<i>Le pega.</i>)</p> - -<p class="rol">METÓN.</p> - -<p>¡Desdichado de mí! (<i>Huye.</i>)</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿No te lo decía hace tiempo? Vete con tus medidas a otra parte.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UN INSPECTOR.</p> - -<p>¿Dónde están los próxenos?<a id="FNanchor_515" href="#Footnote_515" -class="fnanchor">[515]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Quién es este Sardanápalo?</p> - -<p class="rol">EL INSPECTOR.</p> - -<p>Soy un inspector<a id="FNanchor_516" href="#Footnote_516" -class="fnanchor">[516]</a> designado por la suerte para vigilar en -Nefelococigia.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Un inspector! ¿Quién te ha enviado?</p> - -<p class="rol">EL INSPECTOR.</p> - -<p>Un maldito decreto de Téleas.<a id="FNanchor_517" -href="#Footnote_517" class="fnanchor">[517]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Quieres recibir tu sueldo, y marcharte, sin tomarte la menor -molestia?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_271">p. 271</span>EL INSPECTOR.</p> - -<p>Sí, por cierto; precisamente tenía hoy necesidad de estar en -Atenas para asistirá la asamblea: tengo un asunto de Farnaces.<a -id="FNanchor_518" href="#Footnote_518" class="fnanchor">[518]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Toma y llévate esto; este será tu sueldo. (<i>Le pega.</i>)</p> - -<p class="rol">EL INSPECTOR.</p> - -<p>¿Qué es esto?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Es la asamblea en que has de defender a Farnaces.</p> - -<p class="rol">EL INSPECTOR.</p> - -<p>¡Sed testigos de que me pega! ¡A mí! ¡A un inspector!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿No te irás con tus malditas urnas judiciales? Esto es insoportable; -¡enviar inspectores a una ciudad antes de haberse ofrecido el -sacrificio de consagración!</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UN VENDEDOR DE DECRETOS.</p> - -<p>«El nefelococigio que faltase a un ateniense...»</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué nueva calamidad es esta, cargada de pergaminos?</p> - -<p class="rol">EL VENDEDOR DE DECRETOS.</p> - -<p>Soy un vendedor de decretos, y vengo a venderos leyes nuevas.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_272">p. 272</span>PISTETERO.</p> - -<p>¿Cuáles?</p> - -<p class="rol">EL VENDEDOR DE DECRETOS.</p> - -<p>«Los habitantes de Nefelococigia tendrán las mismas leyes, pesos y -medidas que los Olofixios.»<a id="FNanchor_519" href="#Footnote_519" -class="fnanchor">[519]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ahora vas a conocer las de los Ototixios.<a id="FNanchor_520" -href="#Footnote_520" class="fnanchor">[520]</a></p> - -<p class="rol">EL VENDEDOR DE DECRETOS.</p> - -<p>Eh, ¿qué haces?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿No te largas con tus decretos? Pues te voy a aplicar unos bien -crueles.</p> - -<p class="rol">EL INSPECTOR (<i>Volviendo</i>).</p> - -<p>Cito por injurias a Pistetero para el mes Muniquion.<a -id="FNanchor_521" href="#Footnote_521" class="fnanchor">[521]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Cómo! ¿Aún estabas ahí?</p> - -<p class="rol">EL VENDEDOR DE DECRETOS.</p> - -<p>«El que expulsare a un magistrado y no le recibiese como prescribe -el edicto fijado en la columna...»</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_273">p. -273</span>PISTETERO (<i>Al inspector</i>).</p> - -<p>¡Oh, desdicha! ¿Ahí estabas también tú?</p> - -<p class="rol">EL INSPECTOR.</p> - -<p>¡Ya me las pagarás! Te he de hacer condenar a diez mil dracmas de -multa.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Yo haré pedazos tus urnas.</p> - -<p class="rol">EL INSPECTOR.</p> - -<p>¿Te acuerdas de aquella tarde en que hiciste tus necesidades junto a -la columna de edictos?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ea, echadle mano a ese. ¡Hola! parece que no te quedas.</p> - -<p class="rol">EL SACERDOTE.</p> - -<p>Marchémonos de aquí cuanto antes, y sacrifiquemos dentro el macho -cabrío.</p> - -<p class="centra">(<i>Vanse todos.</i>)</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Ya todos los mortales ofrecerán sus votos y sacrificios a mí que -todo lo inspecciono y gobierno. Porque con mi vista abarco el mundo -entero y conservo los frutos en flor, destruyendo las infinitas castas -de animales que, en el seno de la tierra o en las ramas de los árboles, -los devoran antes de que hayan brotado del tierno cáliz. Yo mato los -insectos que corrompen con su fétido contacto los perfumados huertos; -y todos los reptiles y venenosos sapos mueren al golpe de mis forzudas -alas.</p> - -<p>Hoy que se pregona principalmente este edicto:<span class="pagenum" -id="Page_274">p. 274</span> «El que matase a Diágoras Meliense,<a -id="FNanchor_522" href="#Footnote_522" class="fnanchor">[522]</a> -recibirá un talento: el que matase a uno de los tiranos nuestros,<a -id="FNanchor_523" href="#Footnote_523" class="fnanchor">[523]</a> -recibirá un talento», queremos nosotros promulgar también este decreto: -«El que matare a Filócrates el pajarero, recibirá un talento; cuatro el -que lo traiga vivo: él es quien ata los pinzones de siete en siete y -los vende por un óbolo; él es quien atormenta a los tordos inflándolos -para que parezcan más gordos; él atraviesa con plumas el pico de -los mirlos; él reúne palomas y las encierra obligándolas a reclamar -a otras y atraerlas a sus redes. Este es nuestro edicto: mandamos -además que todo el que tenga aves encerradas en su patio, las suelte -inmediatamente. El que no obedeciere será apresado por las aves, y -servirá cargado de cadenas para señuelo de otros hombres.»</p> - -<p>¡Oh raza afortunada la de las aves! ni en invierno tenemos necesidad -de túnicas, ni en estío nos molestan los abrasadores rayos de un sol -canicular.<span class="pagenum" id="Page_275">p. 275</span> En los -valles floridos, a la sombra del tupido follaje, hallo fresco reposo, -mientras la divina cigarra, enfurecida por el calor del mediodía -deja oír su agudo canto: cuevas profundas, en que jugueteo con las -monteses ninfas, me abrigan en invierno; y en primavera, picoteo las -blancas y virginales bayas del mirto, y saqueo los huertecillos de las -Gracias.</p> - -<p>Queremos decir a los jueces una palabra sobre el premio: si nos -lo adjudican, les otorgaremos toda clase de bienes; bienes más -preciosos que los que recibió el mismo Paris.<a id="FNanchor_524" -href="#Footnote_524" class="fnanchor">[524]</a> En primer lugar, cosa -la más apetecida por todos los jueces, las lechuzas de Laurium<a -id="FNanchor_525" href="#Footnote_525" class="fnanchor">[525]</a> no -os abandonarán jamás; habitarán dentro de vuestras casas, anidarán -en vuestros bolsillos y empollarán en ellos pequeñas moneditas. -Además vuestras habitaciones parecerán templos magníficos, porque -elevaremos sus techos en forma de alas de águila.<a id="FNanchor_526" -href="#Footnote_526" class="fnanchor">[526]</a> Si conseguís una -magistratura y queréis robar algo, armaremos vuestras manos con las -garras veloces del azor. Y si vais a un banquete, os proveeremos de -espaciosos buches. Pero si no nos adjudicáis el premio, ya podéis<span -class="pagenum" id="Page_276">p. 276</span> proveeros de sombrillas -como las de las estatuas;<a id="FNanchor_527" href="#Footnote_527" -class="fnanchor">[527]</a> que el que no la lleve nos las pagará todas -juntas. Pues cuando salga ostentando su túnica blanca, todas las aves -se la mancharemos con nuestras inmundicias.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Aves, el sacrificio ha sido favorable; pero me extraña que no -venga de la muralla ningún mensajero para anunciamos cómo va la -obra. ¡Ah! Ahí viene uno corriendo sin aliento.<a id="FNanchor_528" -href="#Footnote_528" class="fnanchor">[528]</a></p> - -<p class="rol">MENSAJERO PRIMERO.</p> - -<p>¿Dónde, dónde está? ¿Dónde, dónde, dónde está? ¿Dónde, dónde, dónde -está? ¿Dónde está Pistetero, nuestro jefe?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Aquí estoy.</p> - -<p class="rol">MENSAJERO PRIMERO.</p> - -<p>Tus murallas están construidas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Muy bien.</p> - -<p class="rol">MENSAJERO PRIMERO.</p> - -<p>Es una obra soberbia y hermosísima: la anchura del muro es -tan grande, que si Proxénides el fanfarrón<span class="pagenum" -id="Page_277">p. 277</span> y Teógenes<a id="FNanchor_529" -href="#Footnote_529" class="fnanchor">[529]</a> se encontrasen -sobre él dirigiendo dos carros tirados por caballos tan grandes -como el de Troya, pasarían sin dificultad.<a id="FNanchor_530" -href="#Footnote_530" class="fnanchor">[530]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Magnífico!</p> - -<p class="rol">MENSAJERO PRIMERO.</p> - -<p>Su largura (yo mismo la he medido) es de cien brazas.<a -id="FNanchor_531" href="#Footnote_531" class="fnanchor">[531]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Por Neptuno, qué largura! ¿Quiénes han construido tan gigantesca -muralla?</p> - -<p class="rol">MENSAJERO PRIMERO.</p> - -<p>Las aves, y nadie más que las aves; allí no ha habido ni -albañiles egipcios, ni canteros; todo lo han hecho por sí mismas con -una habilidad asombrosa. De África vinieron cerca de treinta mil -grullas que descargaron su lastre de piedras,<a id="FNanchor_532" -href="#Footnote_532" class="fnanchor">[532]</a> las cuales, después de -arregladas por el pico de los rascones, han servido para los cimientos. -Diez mil cigüeñas fabricaron los ladrillos. Los chorlitos y demás aves -fluviales subían al aire el agua de la tierra.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Quiénes traían el mortero?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_278">p. 278</span>MENSAJERO PRIMERO.</p> - -<p>Las garzas, en gamellas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Pero cómo pudieron echarlo en las gamellas?</p> - -<p class="rol">MENSAJERO PRIMERO.</p> - -<p>¡Oh, es una invención ingeniosísima! Los gansos revolvían con sus -patas, a guisa de paletas, el mortero, y después lo echaban en las -gamellas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué no harán los pies?<a id="FNanchor_533" href="#Footnote_533" -class="fnanchor">[533]</a></p> - -<p class="rol">MENSAJERO PRIMERO.</p> - -<p>Era de ver cómo traían ladrillos los ánades. También ayudaban a la -faena las golondrinas trayendo mortero en el pico y la llana en la -cola, como si fuesen niños.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué necesidad habrá ya de pagar operarios? Pero dime: ¿quiénes -labraron las maderas necesarias?</p> - -<p class="rol">MENSAJERO PRIMERO.</p> - -<p>Los pelícanos, como habilísimos carpinteros, arreglaron con sus -picos las jambas de las puertas: cuando desbastaban las maderas, se -oía un ruido parecido al de los arsenales. Ahora está ya todo cerrado -con puertas y cerrojos y cuidadosamente guardado: las rondas recorren -el recinto con sus campanillas: hay centinelas en todas partes, y -antorchas en las torres. Pero yo corro a lavarme: a ti te toca terminar -la obra.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_279">p. 279</span>CORO.</p> - -<p>Vamos, ¿qué haces? ¿Te admiras de la prontitud con que el muro ha -sido construido?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Sí por cierto; la cosa es digna de admiración; parece una fábula. -Pero ahí viene uno de los centinelas de la ciudad con marcial -continente.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">MENSAJERO SEGUNDO.</p> - -<p>¡Oh! ¡Oh! ¡Oh!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué ocurre?</p> - -<p class="rol">MENSAJERO SEGUNDO.</p> - -<p>Una cosa indigna. Uno de los dioses de la corte de Júpiter ha -atravesado las puertas y ha penetrado en el aire burlando la vigilancia -de los grajos qué dan la guardia de día.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Oh indigno y criminal atentado! ¿Qué dios es?</p> - -<p class="rol">MENSAJERO SEGUNDO.</p> - -<p>Lo ignoramos; solo sabemos que tiene alas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Por qué no habéis lanzado en seguida guardias en su persecución?</p> - -<p class="rol">MENSAJERO SEGUNDO.</p> - -<p>Hemos enviado tres mil azores, arqueros de caballería: todas las -aves de ganchudas uñas, cernícalos, gerifaltes, buitres, águilas y -gavilanes vuelan en su busca, haciendo resonar el aire con el rápido -batir de sus alas. El dios no debe estar lejos; si no me engaño, helo -ahí.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_280">p. 280</span>PISTETERO.</p> - -<p>¡Armémonos de la honda y el arco! Aquí, mis amigos; disparad todos -vuestras saetas; dadme una honda.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Declárase una guerra, una guerra nefanda entre nosotros y los -dioses. Hijos del Erebo, guardad cuidadosos el aire y las nubes que le -entoldan para que ningún dios las atraviese: vigilad todo el circuito. -Ya se oye cerca un ruido de alas, como el de un inmortal cuando -vuela.</p> - -<p class="centra">(<i>Iris aparece volando y es detenida.</i>)</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Eh, tú! ¿A dónde vuelas? Estate quieta, inmóvil. ¡Alto! detente. -¿Quién eres? ¿De qué país? Es preciso que digas de dónde vienes.</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>Vengo de la mansión de los dioses olímpicos.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Cómo te llamas, navío o casco?<a id="FNanchor_534" -href="#Footnote_534" class="fnanchor">[534]</a></p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>La rápida Iris.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿La Paralos, o la Salamina?<a id="FNanchor_535" href="#Footnote_535" -class="fnanchor">[535]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_281">p. 281</span>IRIS.</p> - -<p>¿Qué dices?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿No habrá un gerifalte<a id="FNanchor_536" href="#Footnote_536" -class="fnanchor">[536]</a> que emprenda el vuelo y se lance sobre -ella?</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>¿Que se lance sobre mí? ¿Qué significan estos ultrajes?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Vas a llorar a mares.</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>Pero esto es absurdo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Por qué puerta has penetrado en la ciudad, gran malvada?</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>¿Por qué puerta? No lo sé, por vida mía.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Oís cómo se burla de nosotros? ¿Te has presentado al capitán de -los grajos? Responde. ¿Traes un pase autorizado con el sello de las -cigüeñas?</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>¿Qué es esto?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿No lo traes?</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>¿Estás en tu juicio?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_282">p. 282</span>PISTETERO.</p> - -<p>¿No te ha enviado un salvoconducto algún jefe de las aves?</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>Nadie me ha enviado nada, imbécil.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Y te has atrevido a atravesar en silencio el aire y una ciudad -extraña?</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>¿Pues por dónde hemos de pasar los dioses?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No lo sé; pero no por aquí. Lo cierto es que tú has delinquido. -¿Sabes que si te aplicase la pena merecida nos apoderaríamos de ti y -moriría la bella Iris?</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>Soy inmortal.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No por eso dejarías de morir. Esto es insoportable; mandamos en -todos los seres del mundo, y ahora nos vienen los dioses echándoselas -de insolentes y negándose a obedecer a los más fuertes. Vamos, -contesta: ¿a dónde dirigías tu vuelo?</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>¿Yo? Llevo encargo de mi padre de ordenar a los hombres que ofrezcan -víctimas a los dioses del Olimpo; que inmolen bueyes y ovejas, y llenen -las calles con el humo de los sacrificios.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué dices? ¿A qué dioses?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_283">p. 283</span>IRIS.</p> - -<p>¿A qué dioses? a nosotros, a los dioses del cielo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Pero vosotros sois dioses?</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>¿Pues qué, hay otros?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Las aves son ahora los dioses de los hombres; y a ellas, por vida -mía, han de ofrecerse los sacrificios y no a Júpiter.</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>¡Ah, insensato, insensato! No provoques las graves iras de los -dioses; guarda que la Justicia, armada del terrible azadón de Júpiter, -no extirpe de raíz toda tu raza; teme que sus rayos vengadores te -reduzcan a cenizas con todos tus palacios.<a id="FNanchor_537" -href="#Footnote_537" class="fnanchor">[537]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Oye, déjate de palabras campanudas, y estate quieta. Dime, ¿crees -que me vas a espantar con ese lenguaje, como si fuese algún esclavo -lidio o de la Frigia?<a id="FNanchor_538" href="#Footnote_538" -class="fnanchor">[538]</a> ¿Sabes que si Júpiter me molesta -más, enviaré águilas igníferas que incendien su morada y el -palacio de Anfión?<a id="FNanchor_539" href="#Footnote_539" -class="fnanchor">[539]</a> ¿Sabes que puedo mandar al cielo contra -él más de seiscientos alados porfiriones<a id="FNanchor_540" -href="#Footnote_540" class="fnanchor">[540]</a> cubiertos con pieles de -leopardos? Y<span class="pagenum" id="Page_284">p. 284</span> cuenta -que uno solo le dio mucho que hacer. Y a ti, bella mensajera, como me -incomodes, te agarro y te doy a conocer, con asombro tuyo, que, aunque -viejo, pocos me ganan en las lides amorosas.</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>¡Ojalá revientes, estúpido, con tus dicharachos!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Te marchas o no? ¡Largo pronto! ¡Cuidado con los golpes!</p> - -<p class="rol">IRIS.</p> - -<p>¡Ah! Mi padre castigará tu insolencia.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Vaya un susto! ¡Vuela, vuela, vete a llenar con el humo y el hollín -de tus rayos a otros más jóvenes que yo!</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Queda prohibido a los dioses, hijos de Júpiter, el paso por -nuestra ciudad; prohíbese también a los mortales cuando les ofrezcan -sacrificios el que hagan atravesar por aquí el humo de sus víctimas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Temo que no acabe de volver el heraldo que envié a los hombres.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UN HERALDO.</p> - -<p>¡Oh feliz Pistetero! ¡Oh sapientísimo! ¡Oh celebérrimo! ¡Oh -sapientísimo! ¡Oh hermosísimo! ¡Oh felicísimo! ¡Oh...! Vamos, apunta.<a -id="FNanchor_541" href="#Footnote_541" class="fnanchor">[541]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_285">p. 285</span>PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué estás diciendo?</p> - -<p class="rol">EL HERALDO.</p> - -<p>Todos los pueblos, admirados de tu sabiduría, te ofrecen esta corona -de oro.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>La acepto; pero ¿por qué los pueblos me decretan tan señalado -honor?</p> - -<p class="rol">EL HERALDO.</p> - -<p>Tú no sabes, ilustre fundador de una ciudad aérea, la inmensa -estimación en que te tienen los mortales, y la afición extraordinaria -que se ha desarrollado por este país. Antes de que echases los -cimientos de esta célebre ciudad, todos los hombres atacados de -la lacomanía se dejaban crecer el cabello, ayunaban, iban sucios, -vivían socráticamente,<a id="FNanchor_542" href="#Footnote_542" -class="fnanchor">[542]</a> y llevaban bastones espartanos; ahora ha -cambiado la moda y les domina la manía por las aves, complaciéndose en -imitar su modo de vivir. En cuanto apunta el alba saltan todos a la -vez del lecho y vuelan, como nosotros, a su pasto habitual; después -se dirigen a los carteles y se atracan de decretos. Su manía por las -aves es tan grande que muchos llevan nombres de volátiles: un tabernero -cojo, se llama perdiz; Menipo, golondrina; Opuncio, cuervo tuerto; -<span id="Filo">Filocles, alondra</span>; Teógenes, ganso-zorro; -Licurgo, ibis; Querefonte, murciélago; Siracosio, urraca; y Midias -se llama codorniz,<span class="pagenum" id="Page_286">p. 286</span> -porque, en efecto, tiene toda la traza de una codorniz muerta de -un porrazo en la cabeza.<a id="FNanchor_543" href="#Footnote_543" -class="fnanchor">[543]</a> La pasión por las aves hace que se canten -versos, donde es de rigor hablar de golondrinas, de penélopes, de -gansos, de palomas, o por lo menos algo de plumaje. Así anda la cosa. -¡Ah!, te advierto que pronto vendrán aquí más de diez mil personas -pidiéndote alas y garras ganchudas; por tanto, ya puedes hacer -provisión de plumas para los nuevos huéspedes.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Entonces no hay tiempo que perder. Anda, llena de alas todos -los cestos y cestillos, y dile a Manes<a id="FNanchor_544" -href="#Footnote_544" class="fnanchor">[544]</a> que me los traiga aquí. -Yo me encargo de recibir a los que vengan.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Esta ciudad va a ser pronto muy populosa.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Si la fortuna nos favorece.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>El amor a nuestra ciudad se propaga.</p> - -<p class="rol">PISTETERO (<i>Al esclavo</i>).</p> - -<p>Trae eso pronto.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¿Qué falta en ella de cuanto puede hacer grata su mansión? Aquí se -encuentran la Sabiduría, el Amor, las Gracias inmortales, y el plácido -semblante de la querida Paz.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_287">p. 287</span>PISTETERO.</p> - -<p>¡Qué calma, justo cielo! Trae eso pronto.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Sí, traed pronto un cesto lleno de alas; y tú hazle moverse a palos, -como lo hago yo: es más pesado que un asno.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Sí, Manes es un perezoso.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>Tú, pon en orden esas alas, las musicales,<a id="FNanchor_545" -href="#Footnote_545" class="fnanchor">[545]</a> las proféticas,<a -id="FNanchor_546" href="#Footnote_546" class="fnanchor">[546]</a> -las marítimas.<a id="FNanchor_547" href="#Footnote_547" -class="fnanchor">[547]</a> Procura después que cada uno se lleve las -que le convengan.</p> - -<p class="rol">PISTETERO (<i>A Manes</i>).</p> - -<p>¡Ah, lo juro por los cernícalos! Esta no te la perdono, si continúas -tan perezoso y tardón.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UN PARRICIDA.</p> - -<p>¡Quién fuera el águila de altísimo vuelo, para cernerse -sobre las ondas cerúleas del estéril mar!<a id="FNanchor_548" -href="#Footnote_548" class="fnanchor">[548]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Veo que el mensajero dijo la verdad; ahí viene no sé quién cantando -a las águilas.</p> - -<p class="rol">EL PARRICIDA.</p> - -<p>¡Oh, nada hay tan delicioso como volar! Yo adoro<span -class="pagenum" id="Page_288">p. 288</span> las leyes de los pájaros; -la afición a las aves me vuelve loco; yo vuelo, yo quiero vivir con -vosotros, soy apasionado por vuestras leyes.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Por cuáles?, pues las aves tienen muchas clases.<a -id="FNanchor_549" href="#Footnote_549" class="fnanchor">[549]</a></p> - -<p class="rol">EL PARRICIDA.</p> - -<p>Por todas; más principalmente por esa en virtud de la cual es lícito -a un pájaro morder a su padre y retorcerle el pescuezo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Es verdad, nosotros tenemos por muy valiente al que, pollito aún, -pega a su padre.</p> - -<p class="rol">EL PARRICIDA.</p> - -<p>Por eso he emigrado a esta región; deseo estrangular a mi padre para -heredar todos sus bienes.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Pero tenemos también otra ley inscrita en la columna de edictos -de las cigüeñas: «Cuando la cigüeña haya criado sus hijos y los haya -puesto en disposición de volar, estos tendrán a su vez obligación de -alimentar a sus padres.»</p> - -<p class="rol">EL PARRICIDA.</p> - -<p>¡Pues bastante he ganado con venir, si tengo que sostener a mi -padre!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No, no; ya que con tan benévolas intenciones has acudido -a nosotros, te emplumaré como conviene<span class="pagenum" -id="Page_289">p. 289</span> a un pájaro huérfano.<a id="FNanchor_550" -href="#Footnote_550" class="fnanchor">[550]</a> Además, pobre joven, -te daré un buen consejo que aprendí en mi niñez. No maltrates a tu -padre; coge esta ala en una mano y ese espolón en la otra; figúrate -que tienes una cresta de gallo, y haz guardias, vete a la guerra, vive -de tu estipendio, y deja en paz a tu padre. Ya que eres tan belicoso, -dirige tu vuelo a Tracia,<a id="FNanchor_551" href="#Footnote_551" -class="fnanchor">[551]</a> y combate allí.</p> - -<p class="rol">EL PARRICIDA.</p> - -<p>¡Por Baco! Tu consejo me parece excelente, y lo seguiré.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Obrarás discretamente.</p> - -<hr class="tb"> - -<div class="section"><p class="rol" id="Cines1">CINESIAS.</p></div> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Vuelo al Olimpo con ligeras alas;<a id="FNanchor_552" href="#Footnote_552" class="fnanchor">[552]</a></div> - <div class="verse indent0">Y a su batir resuelto voy cruzando</div> - <div class="verse indent0">Las sendas de la gaya poesía...</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Este va a necesitar un fardo entero de alas.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Otras nuevas buscando,</div> - <div class="verse indent0">Mi cuerpo y mi indomable fantasía...</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_290">p. 290</span>PISTETERO.</p> - -<p>Un abrazo a Cinesias, el Tilo.<a id="FNanchor_553" -href="#Footnote_553" class="fnanchor">[553]</a> ¿A qué vienes dando -vueltas a tu pie cojo?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Quiero, ansío ser ave,</div> - <div class="verse indent0">Ser ruiseñor, y con gorjeo suave...</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Basta de música, y explícame tus deseos.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Ponme alas; pues anhelo subir por los aires y recoger de las nubes -nuevos cantos, aéreos y caliginosos.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Cantos en las nubes?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Sí; en ellas estriba hoy todo nuestro arte. Los más brillantes -ditirambos son aéreos, caliginosos, tenebrosos, alados. Pronto lo -verás; escucha.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>No, no oigo nada.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Pues oirás, mal que te pese:</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent2">En forma de volátil,</div> - <div class="verse indent0">Cuyo ondulante cuello</div> - <div class="verse indent0">Surca del éter fúlgido</div> - <div class="verse indent0">La azul inmensidad,</div> - <div class="verse indent0">Recorreré los aires,</div> - <div class="verse indent0"><span class="pagenum" id="Page_291">p. 291</span>Que te obedecen ya.</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Hop!<a id="FNanchor_554" href="#Footnote_554" class="fnanchor">[554]</a></p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">¡Ah! ¡Quién con vuelo rápido</div> - <div class="verse indent0">Al hálito vehemente</div> - <div class="verse indent0">Cediendo de los ímpetus</div> - <div class="verse indent0">De indómito Aquilón</div> - <div class="verse indent0">Pudiera sobre el piélago</div> - <div class="verse indent0">Cernerse bramador!</div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Ya reprimiré yo tus hálitos o ímpetus...!</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Y ora hacia el Noto cálido</div> - <div class="verse indent0">Enderezando el vuelo,</div> - <div class="verse indent0">Ora a la región frígida</div> - <div class="verse indent0">Del Bóreas glacial,</div> - <div class="verse indent0">El oleaje férvido</div> - <div class="verse indent0">Del éter...</div> - </div> -</div> -</div> - -<p>(<i>A Pistetero que le apalea.</i>) ¡Anciano! ¡Anciano! ¡Vaya una -hábil e ingeniosa invención!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿No deseabas volar?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>¿Así tratas a un poeta ditirámbico que se disputan todas las -tribus?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Quieres quedarte con nosotros y enseñar a la<span class="pagenum" -id="Page_292">p. 292</span> tribu Ceropia un coro de aves voladoras, -tan ligero como el espirituado Leotrófides?<a id="FNanchor_555" -href="#Footnote_555" class="fnanchor">[555]</a></p> - -<p class="rol" id="Cines2">CINESIAS.</p> - -<p>Te burlas de mí, está claro. Pero no importa; ten presente que no -descansaré un momento hasta que surque los aires, transformado en -pájaro.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UN DELATOR.</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Di, golondrina de alas esplendentes</div> - <div class="verse indent0">Por la Febea luz tornasoladas,</div> - <div class="verse indent0">¿Quiénes son esas aves indigentes</div> - <div class="verse indent0">De tan varios plumajes adornadas?<a id="FNanchor_556" href="#Footnote_556" class="fnanchor">[556]</a></div> - </div> -</div> -</div> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>El mal toma serias proporciones. Otro se acerca zumbando.</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>«Por la Febea luz tornasoladas,» repito.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Creo que esa canción la dirige a su manto, porque parece que tiene -necesidad urgente de la vuelta de la golondrina.<a id="FNanchor_557" -href="#Footnote_557" class="fnanchor">[557]</a></p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>¿Quién distribuye alas a los recién llegados?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Yo mismo; pero es preciso decir para qué.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_293">p. 293</span>EL DELATOR.</p> - -<p>¡Alas! ¡Necesito alas!<a id="FNanchor_558" href="#Footnote_558" -class="fnanchor">[558]</a> No me preguntes más.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Acaso quieres volar en línea recta a Pelene?<a id="FNanchor_559" -href="#Footnote_559" class="fnanchor">[559]</a></p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>No; soy acusador de las islas,<a id="FNanchor_560" -href="#Footnote_560" class="fnanchor">[560]</a> delator...</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Buen oficio!</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>E investigador de pleitos. Quiero tener alas, para girar con rapidez -mi visita a las ciudades y citar a los acusados.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Los citarás mejor teniendo alas?</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>No, por Júpiter; pero podré librarme de ladrones, y volveré como las -grullas, trayendo por lastre infinitos procesos.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Y esa es tu ocupación? ¡Cómo! ¿Siendo joven y robusto, te dedicas a -delator de extranjeros?</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>¿Qué he de hacer? No sé cavar.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_294">p. 294</span>PISTETERO.</p> - -<p>Pero, por Júpiter, hay otras ocupaciones con las cuales un hombre de -tu edad puede ganarse honradamente la vida, sin acudir al vil oficio de -zurcidor de procesos.</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>Amigo mío, no te pido consejos, sino alas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ya te doy alas con mis palabras.</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>¿Cómo puedes con palabras dar alas a un hombre?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Las palabras dan alas a todos.</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>¿A todos?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿No has oído muchas veces en las barberías a los padres -decir hablando de los jóvenes?: «Son terribles las alas para la -equitación que le han dado a mi hijo las palabras de Diítrefes.<a -id="FNanchor_561" href="#Footnote_561" class="fnanchor">[561]</a>» -«Pues yo, dice otro, tengo un hijo que en alas de la imaginación ha -dirigido su vuelo a la tragedia.»</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>¿Luego las palabras dan alas?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ya te he dicho que sí: ellas elevan el espíritu, y levantan -al hombre. He ahí por qué con mis útiles<span class="pagenum" -id="Page_295">p. 295</span> consejos pretendo yo levantar tu vuelo a -una profesión más honrada.</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>Pero yo no quiero.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Pues qué harás?</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>No quiero desmerecer de mi raza: el oficio de delator está -vinculado a mi familia. Dame, pues, rápidas y ligeras alas de gavilán -o cernícalo, para que, en cuanto haya citado a los isleños, pueda -regresar a Atenas a sostener la acusación, y volar en seguida a las -islas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Comprendo: a fin de que el isleño sea condenado aquí, antes de -llegar.</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>Precisamente.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Y después, mientras él navega en esta dirección, volar tú allá y -arrebatarle todos sus bienes.</p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>Exacto. Deseo ser un verdadero trompo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>A propósito de trompos: tengo aquí excelentes alas de Córcira.<a -id="FNanchor_562" href="#Footnote_562" class="fnanchor">[562]</a></p> - -<p class="rol">EL DELATOR.</p> - -<p>¡Pobre de mi! ¡Es un azote!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_296">p. 296</span>PISTETERO.</p> - -<p>¡Fuera de aquí volando! ¡Lárgate pronto, canalla insoportable! Ya -te haré yo sentir lo que se gana corrompiendo la justicia. (<i>Al -esclavo.</i>) Recojamos las alas y partamos.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>En nuestro vuelo hemos visto mil maravillas, mil increíbles -prodigios. Hay lejos de Cardias<a id="FNanchor_563" -href="#Footnote_563" class="fnanchor">[563]</a> un árbol muy extraño -llamado Cleónimo, completamente inútil, aunque grande y tembloroso. -En primavera produce siempre, en vez de yemas, delaciones; y en -invierno, en vez de hojas, deja caer escudos. Hay también un país, -junto a la región de las sombras en los desiertos oscuros, donde los -hombres comen y hablan con los héroes, excepto a la noche; cuando -esta llega su encuentro es peligroso. Pues si algún mortal tropezare -entonces con Orestes,<a id="FNanchor_564" href="#Footnote_564" -class="fnanchor">[564]</a> sería despojado de sus vestidos, y molido a -palos de pies a cabeza.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>¡Qué desgraciado soy! Procuremos que no me vea Júpiter. ¿Dónde está -Pistetero?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_297">p. 297</span>PISTETERO.</p> - -<p>¡Oh! ¿Qué es esto? ¿Un hombre tapado?</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>¿Ves algún dios detrás de mí?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ninguno, por vida mía. ¿Pero quién eres?</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>¿Qué hora es?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué hora? Un poco más del medio día. ¿Pero quién eres?</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>¿Es el declinar del día o más tarde?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Oh, qué fastidioso!</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>¿Qué hace Júpiter? ¿Disipa o amontona las nubes?<a id="FNanchor_565" -href="#Footnote_565" class="fnanchor">[565]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Vete al infierno!</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>Entonces, me descubriré.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Oh, querido Prometeo!</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡No grites!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Qué ocurre?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_298">p. 298</span>PROMETEO.</p> - -<p>¡Silencio! No pronuncies mi nombre; soy perdido si Júpiter me llega -a ver aquí. Si me cubres la cabeza con esta sombrilla, para que no me -vean los dioses, te contaré todo lo que pasa en el Olimpo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Ah, ja, ja! Idea excelente y digna de Prometeo. Métete pronto aquí -debajo, y habla sin temor.</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>Escucha, pues.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Soy todo oídos: habla.</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>Júpiter está perdido.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Desde cuándo?</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>Desde que habéis fundado esta ciudad en el aire. Ningún mortal -ofrece ya sacrificios a los dioses, y no sube hasta nosotros el -humo de las víctimas. Privados de todas sus ofrendas, ayunamos como -en las fiestas de Ceres.<a id="FNanchor_566" href="#Footnote_566" -class="fnanchor">[566]</a> Los dioses bárbaros, enfurecidos por el -hambre, gritan como los ilirios, y amenazan bajar contra Júpiter, si no -hace que vuelvan a abrirse los mercados, para que puedan introducirse -las entrañas de las víctimas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Luego hay dioses bárbaros que habitan encima de nosotros?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_299">p. 299</span>PROMETEO.</p> - -<p>¿Pues si no hubiese dioses bárbaros, cuál podría ser el -patrón de Execéstides?<a id="FNanchor_567" href="#Footnote_567" -class="fnanchor">[567]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Y cómo se llaman esos dioses?</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>¿Cómo? Tríbalos.<a id="FNanchor_568" href="#Footnote_568" -class="fnanchor">[568]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Comprendo. De ahí, sin duda, viene la frase: «Ojalá te trituren».<a -id="FNanchor_569" href="#Footnote_569" class="fnanchor">[569]</a></p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>Está claro. Te aseguro que pronto bajará para estipular las -condiciones de paz una embajada de Júpiter y de los Tríbalos -superiores; pero vosotros no debéis hacer pacto alguno mientras Júpiter -no restituya el cetro a las aves, y te dé por esposa a la Soberanía.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Quién es la Soberanía?</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>Una hermosísima doncella que maneja los rayos de Júpiter y a -cuyo cargo están todas las demás cosas: la prudencia, la equidad, -la modestia, la marina, las calumnias, la tesorería, y el pago del -trióbolo.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_300">p. 300</span>PISTETERO.</p> - -<p>De modo que es un administrador universal.</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>Precisamente. De suerte que si te la otorga, serás dueño de todo. -He venido para darte este consejo, pues siempre he querido mucho a los -hombres.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Es verdad; tú eres el único dios a quien debemos los asados.<a -id="FNanchor_570" href="#Footnote_570" class="fnanchor">[570]</a></p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>Sabes también que aborrezco a todos los dioses.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Sí, tú fuiste siempre su enemigo.</p> - -<p class="rol">PROMETEO.</p> - -<p>Un verdadero Timón<a id="FNanchor_571" href="#Footnote_571" -class="fnanchor">[571]</a> para ellos. Pero dame la sombrilla para que -me vaya cuanto antes; si Júpiter me ve así desde el cielo, creerá que -voy siguiendo a una canéfora.<a id="FNanchor_572" href="#Footnote_572" -class="fnanchor">[572]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Para fingir mejor, coge este asiento y llévatelo con la -sombrilla.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>En el país de los Esciápodas<a id="FNanchor_573" -href="#Footnote_573" class="fnanchor">[573]</a> hay un pantano<span -class="pagenum" id="Page_301">p. 301</span> donde evoca los espíritus -el desaseado Sócrates; allá fue también Pisandro,<a id="FNanchor_574" -href="#Footnote_574" class="fnanchor">[574]</a> pidiendo ver su alma -que le había abandonado en vida; traía un camello por víctima en vez -de un cordero, y cuando lo degolló, dio un paso atrás como Ulises:<a -id="FNanchor_575" href="#Footnote_575" class="fnanchor">[575]</a> -después Querefonte,<a id="FNanchor_576" href="#Footnote_576" -class="fnanchor">[576]</a> el murciélago, subió del Orco para beber la -sangre.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>Estamos a la vista de Nefelococigia, a cuya ciudad venimos. -(<i>Al Tríbalo.</i>) ¡Eh, tú! ¿Qué haces? ¿Te echas el manto sobre -el hombro izquierdo? ¿No lo cambias al derecho?<a id="FNanchor_577" -href="#Footnote_577" class="fnanchor">[577]</a> ¡Cómo, desdichado!, -¿tendrás el mismo defecto que Lespodias?<a id="FNanchor_578" -href="#Footnote_578" class="fnanchor">[578]</a> ¡Oh democracia! ¿A -dónde vamos a parar? ¡Verse los dioses obligados a elegir semejante -embajador!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_302">p. 302</span>EL TRÍBALO.</p> - -<p>Déjame en paz.</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>¡Peste de estúpido! No he visto dios más bárbaro. Dime, Hércules, -¿qué haremos?</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>Ya lo has oído; mi intención es estrangular, sea el que sea, a ese -hombre que nos ha bloqueado.</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>Pero, amigo mío, si hemos sido enviados a tratar de la paz.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>Razón de más para estrangularle.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.<a id="FNanchor_579" href="#Footnote_579" -class="fnanchor">[579]</a></p> - -<p>Alárgame el rallador; trae silfio; dame queso; atiza los -carbones.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.<a id="FNanchor_580" href="#Footnote_580" -class="fnanchor">[580]</a></p> - -<p>Mortal, tres dioses te saludan.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Lo cubro de silfio.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>¿Qué carnes son esas?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Son unas aves que se han sublevado y conspirado contra el partido -popular.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>¿Y las cubres primero de silfio?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_303">p. 303</span>PISTETERO.</p> - -<p>¡Salud, oh Hércules! ¿Qué ocurre?</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>Venimos enviados por los dioses para cortar la guerra.</p> - -<p class="rol">UN CRIADO.</p> - -<p>No hay aceite en la alcuza.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Pues estos pajarillos tienen que estar bien rehogados.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>Nosotros nada ganamos con hacer la guerra; y vosotros, si sois -nuestros amigos, tendréis siempre agua de lluvia en las balsas y -disfrutaréis de días serenos. Venimos perfectamente autorizados para -estipular sobre este punto.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Nunca hemos sido los agresores, y ahora mismo estamos dispuestos -a hacer la paz que deseáis si os avenís a una condición equitativa: -tal es la de que Júpiter nos devuelva el cetro a las aves. Después de -arreglado este particular, invito a los embajadores a comer.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>Por mí eso basta, y declaro...</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>¿Qué? ¡Desdichado! Eres glotón e imbécil. ¿Así piensas despojar del -mando a tu padre?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Te equivocas. ¿Acaso no seréis más poderosos si las aves -reinan sobre la tierra? Ahora, al abrigo de<span class="pagenum" -id="Page_304">p. 304</span> las nubes y bajando la cabeza, los mortales -perjuran impunemente de vosotros; pero si tuvieseis por aliadas a las -aves, cuando alguno jurase por el cuervo y por Júpiter, el cuervo -se acercaría furtivamente al perjuro, y le saltaría un ojo de un -picotazo.</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>¡Bien dicho, por Neptuno!<a id="FNanchor_581" href="#Footnote_581" -class="fnanchor">[581]</a></p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>Me parece lo mismo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO (<i>Al Tríbalo</i>).</p> - -<p>Y tú, ¿qué opinas?</p> - -<p class="rol">EL TRÍBALO.</p> - -<p>Nabaisatreu.<a id="FNanchor_582" href="#Footnote_582" -class="fnanchor">[582]</a></p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¿Lo ves? Es de la misma opinión. Oíd otra de las ventajas que -nuestra alianza os proporcionará. Si un hombre ofrece un sacrificio a -alguno de vosotros, y después difiere su realización diciendo: «Los -dioses tendrán paciencia», y por avaricia no cumple su voto, nosotros -le obligaremos.</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>¿Cómo? ¿De qué manera?</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>Cuando nuestro hombre esté contando su dinero, o sentado en el baño, -un gavilán le arrebatará, sin que lo note, el precio de dos ovejas y se -lo llevará al dios burlado.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_305">p. 305</span>HÉRCULES.</p> - -<p>Confirmo mi declaración de que debe devolvérsele el cetro.</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>Pregunta a Tríbalo.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>¡Eh, Tríbalo! ¿Quieres... una paliza?</p> - -<p class="rol">EL TRÍBALO.</p> - -<p>Saunaca bactaricrousa.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>Dice que con mucho gusto.</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>Si ambos sois de esa opinión, yo me adhiero a ella.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>Consentimos en la devolución del cetro.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Por vida mía, si me olvidaba de otra condición! Dejo a Júpiter su -Juno; pero exijo que me dé por esposa a la joven Soberanía.</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>Está visto que no quieres la paz. Retirémonos.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Poco me importa. — Cocinero, que esté sabrosa la salsa.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>¡Qué particular es este Neptuno! ¿A dónde vas? ¿Hemos de emprender -la guerra por una mujer?</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>¿Pues qué hemos de hacer?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_306">p. 306</span>HÉRCULES.</p> - -<p>¿Qué? La paz.</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>¡Cómo! ¿No conoces, imbécil, que te está engañando? Tú mismo te -arruinas. Si Júpiter muere después de haberle entregado el mando, -quedarás reducido a la miseria, pues a ti han de pasar todos los bienes -que tu padre deje a su muerte.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>¡Ah, desdichado! ¡Cómo trata de confundirte! Ven acá y te diré lo -que hace al caso. Tu tío te engaña, pobre amigo; según la ley, no -puedes heredar ni un hilo de los bienes paternos, porque eres hijo -bastardo y no legítimo.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>¿Yo bastardo? ¿Qué dices?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>La pura verdad: por ser hijo de una mujer extranjera. Y si no, dime: -¿cómo Minerva, siendo hembra, pudiera ser única heredera de Júpiter, si -tuviera hermanos legítimos?</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>¿Y si mi padre al morir me lega la parte correspondiente a los -bastardos?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>La ley no se lo permite. El mismo Neptuno que ahora te provoca será -el primero en disputarte la herencia paterna, alegando su cualidad de -hermano legítimo. Escucha el texto de la ley de Solón: «El bastardo no -puede heredar si hay hijos legítimos. Si no hay hijos legítimos, la -herencia<span class="pagenum" id="Page_307">p. 307</span> debe pasar a -los colaterales más próximos».<a id="FNanchor_583" href="#Footnote_583" -class="fnanchor">[583]</a></p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>¿Luego ningún derecho tengo a suceder a mi padre?</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Ninguno absolutamente. Dime: ¿tuvo tu padre cuidado de -inscribirte en el registro de alguna tribu?<a id="FNanchor_584" -href="#Footnote_584" class="fnanchor">[584]</a></p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>No por cierto; y a la verdad esto me admiraba.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Déjate de miradas feroces y de amenazas al cielo. Vive con nosotros, -que yo te nombraré rey, y te procuraré una vida a pedir de boca.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>Pues bien, creo justa tu petición de la doncella y te la concedo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Y tú ¿qué dices?</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>Yo me opongo.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>La resolución del asunto depende del Tríbalo. ¿Qué opinas tú?</p> - -<p class="rol">EL TRÍBALO.</p> - -<p>La grande y hermosa doncella, la Soberanía, al pájaro la concedo.<a -id="FNanchor_585" href="#Footnote_585" class="fnanchor">[585]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_308">p. 308</span>HÉRCULES.</p> - -<p>Dice que la concede.</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>No, por Júpiter, no dice que se la concede sino en caso de que -emigre como las golondrinas.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Luego dice que es necesario concedérsela a las golondrinas. -Arreglaos los dos como podáis, y estipulad las condiciones: yo, puesto -que así os agrada, me callaré.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>Nos place concederte cuanto pides. Vente pronto con nosotros al -cielo, y te se entregará la Soberanía y todo lo demás.</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Estas aves han sido muertas con mucha oportunidad para las bodas.</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>¿Queréis que entretanto me quede yo a asarlas? Vamos, idos.</p> - -<p class="rol">NEPTUNO.</p> - -<p>¿Tú asarlas? Eres muy glotón. ¿No vienes con nosotros?</p> - -<p class="rol">HÉRCULES.</p> - -<p>¡Qué bien lo hubiera pasado!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Traedme un vestido nupcial.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_309">p. 309</span>CORO.</p> - -<p>En Fanes,<a id="FNanchor_586" href="#Footnote_586" -class="fnanchor">[586]</a> junto a la Clepsidra, vive la pérfida -nación de los Englotogastros,<a id="FNanchor_587" href="#Footnote_587" -class="fnanchor">[587]</a> que siegan, siembran, vendimian y -recogen los higos<a id="FNanchor_588" href="#Footnote_588" -class="fnanchor">[588]</a> con la lengua; son de raza bárbara, y -entre ellos se encuentran los Gorgias y Filipos.<a id="FNanchor_589" -href="#Footnote_589" class="fnanchor">[589]</a> Estos Filipos -Englotogastros han sido la causa de que se introdujese en el -Ática la costumbre de cortar aparte la lengua de las víctimas.<a -id="FNanchor_590" href="#Footnote_590" class="fnanchor">[590]</a></p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UN MENSAJERO.</p> - -<p>¡Oh vosotros cuya dicha no puede expresarse con palabras, raza de -las aves tres veces feliz, recibid al nuevo rey en vuestras afortunadas -mansiones! Ya se acerca a su palacio resplandeciente de oro, rodeado de -un esplendor que envidiarían los astros: el claro sol no ha brillado -nunca tanto como la esposa que trae consigo, beldad incomprensible -en cuya diestra vibra el alado rayo de Júpiter: los más deliciosos -perfumes suben hasta el cielo. ¡Espectáculo<span class="pagenum" -id="Page_310">p. 310</span> encantador! Una nube de perfumes impulsada -por los Céfiros se eleva en ondulante columna. Hele ahí. Musa divina, -abre tus sagrados labios, y entona cantos propicios.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">SEMICORO.</p> - -<p>¡Atrás! ¡A la derecha! ¡A la izquierda! ¡Adelante!<a -id="FNanchor_591" href="#Footnote_591" class="fnanchor">[591]</a> -¡Revolotead en torno de ese mortal feliz, que la fortuna colme de sus -bienes! ¡Ah! ¡Qué gracia! ¡Qué hermosura! ¡Oh matrimonio dichoso para -esta ciudad! ¡Gloria a ese hombre! Él ha abierto nuevos e inmensos -horizontes a las aves. Saludadle con el canto nupcial; saludad también -a su esposa la Soberanía.</p> - -<p class="rol">SEMICORO.</p> - -<p>Entre semejantes himnos enlazaron las Parcas a la olímpica Juno -con el rey de los dioses, de sublime trono. ¡Oh Himeneo! ¡Himeneo! El -sonrosado Amor de áureas alas tenía las riendas y dirigía el carro en -las bodas de Júpiter y la celeste Juno. ¡Oh Himeneo! ¡Himeneo!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Me deleitan vuestros himnos, me complacen vuestros cantos, me -hechizan vuestras palabras. Celebrad ahora el mugir de los truenos -subterráneos, los relámpagos brillantes del nuevo Júpiter, y sus -terribles y deslumbradores rayos.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_311">p. 311</span>CORO.</p> - -<p>¡Oh áureo fulgor del relámpago! ¡Oh dardos inflamados de Júpiter! -¡Oh mugidos subterráneos y retumbantes truenos, nuncios de la lluvia! -En adelante, por orden de nuestro rey, haréis temblar la tierra. A la -posesión de la bella Soberanía debe este poder inmenso. ¡Oh Himeneo! -¡Himeneo!</p> - -<p class="rol">PISTETERO.</p> - -<p>Aves de toda especie, seguidme al palacio de Júpiter y al tálamo -nupcial. Dame la mano, esposa querida. Cógeme de las alas, y bailemos. -Yo te elevaré por los aires.</p> - -<p class="rol">CORO.</p> - -<p>¡Ea! ¡Ea! ¡Peán! ¡Viva el ilustre vencedor! ¡Viva el más grande de -los dioses!</p> - - -<p class="fin">FIN DE LAS AVES.</p> - - -<div class="chapter pt6" id="Ch4"> - <hr class="chap"> - <p><span class="pagenum" id="Page_313">p. 313</span></p> - <h2 class="nobreak g2">LISÍSTRATA.</h2> - <hr class="chap"> -</div> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch4-1"> - <p><span class="pagenum" id="Page_315">p. 315</span></p> - <h3>NOTICIA PRELIMINAR.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<p><i>Lisístrata</i>, como quien dice <i>Pacífica</i>, pues la -etimología de esta palabra hace pensar en el licenciamiento -de las tropas,<a id="FNanchor_592" href="#Footnote_592" -class="fnanchor">[592]</a> es un nombre muy adecuado a la protagonista -de una comedia cuyo objeto, como el de <i>Los Acarnienses</i>, <i>Las -Aves</i> y <i>La Paz</i>, es apartar a los atenienses de una guerra -interminable y desastrosa.</p> - -<p>Lisístrata, esposa de uno de los ciudadanos más influyentes de -Atenas, harta de los males de la guerra que afligen a su patria, y -viendo el ningún interés que el pueblo manifiesta por terminarlos, -decídese a hacerlo por sí misma, reuniendo al efecto a las mujeres -de su país y de los demás pueblos beligerantes, y comprometiéndolas -solemnemente a abstenerse de todo trato con sus maridos<span -class="pagenum" id="Page_316">p. 316</span> mientras estos no estipulen -la deseada paz. Al mismo tiempo que se pacta esta resistencia pasiva, -otras mujeres se apoderan de la ciudadela y se hacen cargo del tesoro -en ella custodiado, persuadidas de que la falta de recursos contribuirá -no menos que los estímulos del amor, a la pacificación de Grecia. En -efecto, el miedo de perder su salario de jueces trae pronto a las -puertas de la ciudadela una turba de viejos animados de proyectos -incendiarios, que son rechazados mediante un diluvio de agua y otro de -desvergüenzas, que las sitiadas y el refuerzo de otra legión mujeril -arrojan sin consideración sobre todos ellos.</p> - -<p>Un magistrado que acude después es también víctima del descoco -femenino, y ve arrollados y sopapeados por la nata y flor de las -verduleras atenienses a todos los arqueros de su guardia.</p> - -<p>No obstante este triunfo, la situación va haciéndose insostenible -dentro y fuera de la ciudadela. A Lisístrata le cuesta un trabajo -infinito evitar la deserción de sus soldados, que inventan mil -pretextos especiosos para volver a sus casas; mientras los hombres no -aciertan a vivir más tiempo separados de sus mujeres.</p> - -<p>En esto llega un heraldo de Lacedemonia, pintando con vivos colores -los males que también allí afligen al sexo feo; en vista de lo cual, -hay mutuo envío de embajadores entre ambas ciudades, y se llega por -fin a estipular la paz. Una vez aceptado este acuerdo, ábrense las -puertas de la ciudadela, las mujeres se reúnen a sus esposos, y las -ciudades<span class="pagenum" id="Page_317">p. 317</span> rivales -olvidan sus rencores, entre cantos, danzas y festines, himnos a los -dioses, burlas y algazara.</p> - -<p>Lo que más llama la atención en esta comedia es, además de la -libertad con que el poeta trata en ella de los asuntos más graves -del Estado, la obscenidad abominable que en ella domina, tanto en el -asunto, como en los cuadros y detalles.</p> - -<p>Ya en las otras piezas de Aristófanes habrán podido observar -nuestros lectores cuán poco se respeta el pudor y la decencia en el -teatro griego, por más que hemos tratado de disimular sus desnudeces -con el velo de una púdica perífrasis; pero en la <i>Lisístrata</i> -esta precaución es imposible, porque estando basada toda la comedia en -la singular tortura decretada contra los hombres, todas las pinturas -son de una libertad escandalosa, digna del obsceno pincel de Petronio, -Marcial, Apuleyo y Casti. Así es que, después de haber vacilado -mucho tiempo sobre si debíamos verter al castellano sus impúdicas -escenas, solo nos hemos decidido a hacerlo ante la consideración de -que los lectores tienen derecho a conocer por completo el teatro de -Aristófanes; y aun con todo, nos hemos visto obligados a poner en latín -las escenas de más subida obscenidad, por si esta versión, destinada, -como todos los libros de esta especie, solo a personas ilustradas y -maduras, llegase a caer en manos inexpertas.</p> - -<p>Aparte de este defecto capital, que afea la <i>Lisístrata</i>, -no puede menos de reconocerse que bajo el<span class="pagenum" -id="Page_318">p. 318</span> punto de vista puramente literario abundan -en ella bellezas estimables.</p> - -<p>El carácter de la protagonista está muy bien trazado y sostenido, -observándose en él cierto decoro y dignidad que contrasta -agradablemente con las indecencias de la comedia. La primera escena, -dice Brumoy, es digna del arte más depurado, y no lo son menos todas -aquellas en que se ponen en juego, con admirable verdad, todos los -recursos de la coquetería y la astucia femeniles. Es de notar también -el lenguaje rudo y leal de los embajadores de Esparta, y tampoco -puede menos de verse con agrado el valor y puro patriotismo que -revelan en Aristófanes la energía con que, desafiando las iras del -populacho inconstante, se atreve a decirle sin rodeos las verdades más -amargas.</p> - -<p>La representación de la <i>Lisístrata</i>, según se deduce de -varios de sus pasajes<a id="FNanchor_593" href="#Footnote_593" -class="fnanchor">[593]</a> y afirma rotundamente uno de sus prefacios, -tuvo lugar el año 412 antes de nuestra era, o por lo menos entre el -vigésimo y vigesimotercero de la Guerra del Peloponeso.</p> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch4-2"> - <p><span class="pagenum" id="Page_319">p. 319</span></p> - <h3>PERSONAJES.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<table class="elenco"> - <tr> - <td><span class="sc">Lisístrata.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Calónice.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Mirrina.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Lámpito.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Coro de ancianos.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Coro de mujeres.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Estratilis.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un magistrado.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Algunas mujeres.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Cinesias.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un muchacho.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un heraldo de Lacedemonia.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Embajadores de Lacedemonia.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Algunos curiosos.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Un ateniense.</span></td> - </tr> - <tr> - <td><span class="sc">Arqueros.</span></td> - </tr> -</table> - -<hr class="tb"> - -<p class="centra smaller">La escena en Atenas: plaza pública.</p> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="chapter pt3" id="Ch4-3"> - <p><span class="pagenum" id="Page_321">p. 321</span></p> - <h3 class="g1">LISÍSTRATA.</h3> - <hr class="tir"> -</div> - -<p class="rol">LISÍSTRATA (<i>Sola</i>).</p> - -<p>¡Ah!, si se las hubiese citado a una fiesta de Baco, o de Pan, o de -Venus Colíade o Genetílide,<a id="FNanchor_594" href="#Footnote_594" -class="fnanchor">[594]</a> la multitud de tambores no permitiría -transitar por las calles. Ahora no viene ninguna, excepto esa buena -vecina que sale de su casa. Salud, Calónice.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Salud, Lisístrata. ¿Qué es lo que te aflige? Serena<span -class="pagenum" id="Page_322">p. 322</span> tu frente, hija mía; no te -sienta bien ese fruncido ceño.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Calónice, me hierve la sangre. Me avergüenzo de mi sexo; los hombres -pretenden que somos astutas...</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Y lo somos, por Júpiter.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Y cuando se las dice que acudan a este sitio, para tratar de un -importante asunto, duermen en vez de venir.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Ya vendrán, querida: las mujeres no pueden salir tan fácilmente de -casa. Una está ocupada con su marido; otra despierta a su esclavo; otra -acuesta a su hijo; aquella le lava o le da de comer.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Más graves son estos cuidados.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Pero sepamos para qué nos convocas. ¿Qué cosa es? ¿Es grande?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Es grande.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>¿Es gruesa?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Es gruesa.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>¿Pues cómo no hemos venido todas?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>No es lo que te figuras, pues de serlo ni una hubiera<span -class="pagenum" id="Page_323">p. 323</span> faltado. Se trata de -un plan que yo he trazado y revuelto en todos sentidos durante mis -insomnios.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Precisamente habrá de ser muy sutil para darlo vuelta en todos -sentidos.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Tan sutil que la salvación de la Grecia entera estriba en las -mujeres.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>¿En las mujeres? Liviano es su fundamento.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>En nosotras está, o el salvar la república, o el destruir -completamente a los peloponesios...</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Que no quede ni uno para muestra; me parece muy bien.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Y aniquilar a todos los beocios.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>A todos no; perdona siquiera a las anguilas.<a id="FNanchor_595" -href="#Footnote_595" class="fnanchor">[595]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>A Atenas no la desearé semejante cosa; pero se me ocurre otra idea. -Si se nos agregasen todas las mujeres del Peloponeso y la Beocia, -quizá, aunando nuestros esfuerzos, pudiéramos salvar a Grecia.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>¿Pero acaso las mujeres pueden llevar a cabo<span class="pagenum" -id="Page_324">p. 324</span> empresa alguna ilustre y sensata? -Nosotras, que nos pasamos la vida encerradas en casa, muy pintadas y -adornadas, vestidas de túnicas amarillas y flotantes cimbéricas,<a -id="FNanchor_596" href="#Footnote_596" class="fnanchor">[596]</a> -y calzadas con elegantes peribárides.<a id="FNanchor_597" -href="#Footnote_597" class="fnanchor">[597]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Precisamente en eso tengo yo puestas mis esperanzas de salvación; -en las túnicas amarillas, en los perfumes, en el colorete, en las -peribárides, en los vestidos transparentes.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>¿Cómo?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>De suerte que ninguno de los hombres de hoy día levantará su lanza -contra los otros...</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Por las dos diosas, me teñiré de amarillo una túnica.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Ni embrazará el escudo...</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Me pondré una cimbérica.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Ni empuñará la espada.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Compraré unas peribárides.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Pero no debían ya estar aquí todas las mujeres?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_325">p. 325</span>CALÓNICE.</p> - -<p>Volando debían de haber venido hace tiempo.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Ay, amiga mía! Has de ver que llegan demasiado tarde, como -verdaderas atenienses. No se distingue ninguna mujer de la costa ni de -Salamina.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Pues de esas ya sé que se han embarcado muy de madrugada.<a -id="FNanchor_598" href="#Footnote_598" class="fnanchor">[598]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Tampoco vienen las acarnienses, que yo esperaba y confiaba que -estarían aquí las primeras.<a id="FNanchor_599" href="#Footnote_599" -class="fnanchor">[599]</a></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Pues la mujer de Teógenes,<a id="FNanchor_600" href="#Footnote_600" -class="fnanchor">[600]</a> sin duda pensando acudir, consultó ayer la -estatua de Hécate. Mira, ya llegan algunas; y otras, y otras. ¡Toma, -toma! ¿De dónde son?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>De Anagiro.<a id="FNanchor_601" href="#Footnote_601" -class="fnanchor">[601]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_326">p. 326</span>CALÓNICE.</p> - -<p>Es verdad; parece que todo Anagiro se nos viene encima.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>¿Quizá llegamos tarde, Lisístrata? ¿Qué dices? ¿Por qué no -respondes?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>No he de elogiar, Mirrina, tu falta de puntualidad en tan importante -asunto.</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>¡Si me vi y me deseé para hallar mi ceñidor a oscuras! Mas, ya que -la cosa urge, aquí nos tienes, habla.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>No, esperemos un poco a que lleguen las mujeres beocias y -peloponesias.</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Tienes razón: mira, ahí viene Lámpito.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Salud, Lámpito, mi querida lacedemonia. ¡Qué bella eres, dulcísima -amiga! ¡Qué buen color! ¡Qué robustez! Podrías estrangular un toro.</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.<a id="FNanchor_602" href="#Footnote_602" -class="fnanchor">[602]</a></p> - -<p>Ya lo creo, por los Dióscuros;<a id="FNanchor_603" -href="#Footnote_603" class="fnanchor">[603]</a> como que<span -class="pagenum" id="Page_327">p. 327</span> hago gimnasia, y me doy con -los talones en las nalgas.<a id="FNanchor_604" href="#Footnote_604" -class="fnanchor">[604]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Oh qué turgente seno!</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>Me estáis tanteando como a las víctimas.<a id="FNanchor_605" -href="#Footnote_605" class="fnanchor">[605]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿De dónde es esa otra joven?</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>Por los Dióscuros, es de una de las principales familias de -Beocia.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Por Júpiter, mi querida beocia! Pareces un florido jardín.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Y muy limpio: le han arrancado todo el poleo.<a id="FNanchor_606" -href="#Footnote_606" class="fnanchor">[606]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Y aquella otra niña?</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>Es muy buena, por mi vida; pero es de Corinto.<a id="FNanchor_607" -href="#Footnote_607" class="fnanchor">[607]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_328">p. 328</span>LISÍSTRATA.</p> - -<p>Comprendo, será buena como todas las de allí.</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>¿Pero quién ha convocado esta asamblea de mujeres?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Yo misma.</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>Pues dinos lo que deseas.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Sí por cierto, queridísima amiga.</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Sepamos, por fin, cuál es el gran negocio.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Voy a decíroslo; pero antes permitidme una sola pregunta.</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Cuantas quieras.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿No sentís que los padres de vuestros hijos se hallen lejos de -vosotras en el ejército? Pues demasiado sé que todas tenéis los maridos -ausentes.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>El mío, ¡pobrecillo!, hace ya cinco meses que está en Tracia -vigilando a Éucrates.<a id="FNanchor_608" href="#Footnote_608" -class="fnanchor">[608]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_329">p. 329</span>LISÍSTRATA.</p> - -<p>Siete hace que está el mío en Pilos.<a id="FNanchor_609" -href="#Footnote_609" class="fnanchor">[609]</a></p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>El mío, cuando vuelve alguna vez del ejército, descuelga en seguida -el escudo y se marcha volando.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡No queda un amante para un remedio, y con la <span -id="milesios">defección de los milesios</span> se acabaron todos -los recursos para consolar nuestra viudez!<a id="FNanchor_610" -href="#Footnote_610" class="fnanchor">[610]</a> Pues bien, si yo -encontrase un medio de poner fin a la guerra, ¿querríais secundarme?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Sí, por las dos diosas, aunque tuviese que dar en prenda mi -vestido y beberme el dinero el mismo día.<a id="FNanchor_611" -href="#Footnote_611" class="fnanchor">[611]</a></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Pues yo, aunque me tuviese que dejar partir en<span class="pagenum" -id="Page_330">p. 330</span> dos, como un rodaballo, y dar la -mitad de mí misma.<a id="FNanchor_612" href="#Footnote_612" -class="fnanchor">[612]</a></p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>Yo subiría a la cumbre del Taigeto,<a id="FNanchor_613" -href="#Footnote_613" class="fnanchor">[613]</a> si allí hubiese de ver -a la Paz.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Pues bien, os lo diré: ya no hay para qué ocultaros nada. Oh -mujeres, si queremos obligar a los hombres a hacer la paz, es preciso -abstenernos...</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>¿De qué? Habla.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Lo haréis?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Lo haremos, aunque nos cueste la vida.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Es preciso abstenernos de los hombres...<a id="FNanchor_614" -href="#Footnote_614" class="fnanchor">[614]</a> ¿Por qué me volvéis la -espalda? ¿Adónde vais? ¡Eh, vosotras! ¿Por qué os mordéis los labios y -meneáis la cabeza? ¡Cómo! ¡Se os muda el color! ¡Una lágrima corre!... -¿Qué decís? ¿lo haréis o no lo haréis?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Yo no puedo, que siga la guerra.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_331">p. 331</span>CALÓNICE.</p> - -<p>Yo tampoco, que siga la guerra.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Eso dices, mi valiente rodaballo? ¿Tú que hace un instante te -dejabas partir en dos?</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Sí, todo menos eso. Mándame si quieres andar entre llamas. Pero, -querida Lisístrata, semejante abstinencia... ¡Eso a nada puede -compararse!</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Y tú?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>También yo prefiero andar entre llamas.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Oh sexo disoluto! ¡Y luego nos admiraremos de ser maltratadas -en las tragedias! Solo servimos para el amor.<a id="FNanchor_615" -href="#Footnote_615" class="fnanchor">[615]</a> Pero, querida -lacedemonia, secunda mis proyectos; que como tú me ayudes, aún podremos -salvarlo todo.</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>Muy triste es a la verdad dormir sin compañía, pero no hay más -remedio; es preciso conseguir la paz a todo trance.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Oh amiga queridísima! ¡única mujer digna de este nombre!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_332">p. 332</span>CALÓNICE.</p> - -<p>Pero si, lo que Dios no quiera, nos abstenemos completamente de lo -que dices, ¿conseguiremos por eso más pronto la paz?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Mucho más pronto, por las diosas. Permanezcamos en casa, bien -pintadas, y sin más vestidos que una transparente túnica de Amorgos,<a -id="FNanchor_616" href="#Footnote_616" class="fnanchor">[616]</a> -y los hombres arderán en amorosos deseos. Si entonces resistimos -a sus instancias, estoy segura de que harán en seguida la paz.<a -id="FNanchor_617" href="#Footnote_617" class="fnanchor">[617]</a></p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>Por eso, sin duda, cuando Menelao vio el seno desnudo de -Helena, arrojó la espada.<a id="FNanchor_618" href="#Footnote_618" -class="fnanchor">[618]</a></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Pero, desdichada, ¿y si nos abandonan nuestros maridos?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Entonces, como dice Ferécrates, «desollaremos un perro desollado».<a -id="FNanchor_619" href="#Footnote_619" class="fnanchor">[619]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_333">p. 333</span>CALÓNICE.</p> - -<p>Esos simulacros nada valen; ¿y si nos cogen y nos arrastran a su -alcoba?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Agárrate a la puerta.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>¿Y si nos pegan?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Cede, pero de mala gana; no puede haber placer si hay violencia. -Además podemos atormentarlos de mil modos. No temas, pronto se -cansarán; es imposible un goce no recíproco.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Si es esa vuestra opinión, me adhiero a ella.</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>Nosotras quedamos en decidir a nuestros maridos a firmar una paz -leal y franca. ¿Pero quién será capaz de hacer otro tanto con el -populacho ateniense, tan enamorado de la guerra?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>No tengas cuidado; nosotras le persuadiremos.</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>No lo conseguirás, mientras estén apasionados de sus naves -y se guarde en el templo de Minerva aquel inmenso tesoro.<a -id="FNanchor_620" href="#Footnote_620" class="fnanchor">[620]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Todo eso está previsto; hoy mismo nos apoderaremos de la ciudadela. -Las mujeres de más edad<span class="pagenum" id="Page_334">p. -334</span> están encargadas de ocuparla con pretexto de ofrecer un -sacrificio, mientras nosotras nos concertamos aquí.</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>Todo irá bien, pues todo está perfectamente trazado.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Entonces, Lámpito ¿por qué no nos comprometemos con un juramento -inquebrantable?</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>Pronuncia tú la fórmula, y nosotras juraremos.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Tienes razón. ¿Dónde está la mujer escita?<a id="FNanchor_621" -href="#Footnote_621" class="fnanchor">[621]</a> ¿A dónde miras? Poned -aquí un escudo sobre la cara convexa, y traedme las víctimas.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>¿Qué juramento vamos a prestar, Lisístrata?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Qué juramento? En Esquilo se degüella una oveja y se jura -sobre un escudo;<a id="FNanchor_622" href="#Footnote_622" -class="fnanchor">[622]</a> nosotras haremos lo mismo.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Pero, Lisístrata mía, ¿cómo hemos de jurar sobre un escudo, cuando -se trata de la paz?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Pues qué juramento haremos?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_335">p. 335</span>CALÓNICE.</p> - -<p>Cojamos un caballo blanco;<a id="FNanchor_623" href="#Footnote_623" -class="fnanchor">[623]</a> sacrifiquémosle, y juremos sobre su -cadáver.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Y dónde vas a hallar un caballo blanco?</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>¿Pues cómo juraremos?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Voy a decírtelo. Coloquemos aquí una gran copa negra,<a -id="FNanchor_624" href="#Footnote_624" class="fnanchor">[624]</a> -inmolemos en ella un cántaro de vino de Tasos, y juremos no mezclarle -ni una gota de agua.</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>¡Oh qué hermoso juramento! No hay palabras para elogiarle -bastante.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Que me traigan una copa y un cántaro.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Queridísimas amigas, ¡qué enorme cántaro! ¡con qué placer lo iremos -vaciando!</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Déjalo aquí, y pon la mano sobre la víctima.<a id="FNanchor_625" -href="#Footnote_625" class="fnanchor">[625]</a> ¡Oh soberana -Persuasión, y tú, copa de la amistad, aceptad este sacrificio y sed -propicias a las mujeres!<a id="FNanchor_626" href="#Footnote_626" -class="fnanchor">[626]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_336">p. 336</span>CALÓNICE.</p> - -<p>¡Qué hermoso color tiene la sangre! ¡Qué bien corre!<a -id="FNanchor_627" href="#Footnote_627" class="fnanchor">[627]</a></p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>¡Por Cástor, qué buen olor despide!</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Amigas mías, dejadme jurar la primera.<a id="FNanchor_628" -href="#Footnote_628" class="fnanchor">[628]</a></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>No, por Venus, que decida la suerte.<a id="FNanchor_629" -href="#Footnote_629" class="fnanchor">[629]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Vamos, Lámpito, y vosotras extended la mano sobre la copa; después, -que una sola, en nombre de todas, repita mis palabras; así prestaréis -el mismo juramento y os comprometeréis a guardarlo.</p> - -<p><i>Ningún amante, ningún esposo...</i></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p><i>Ningún amante, ningún esposo...</i></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p><i>Podrá acercárseme enardecido de amor...</i> Repite.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p><i>Podrá acercárseme enardecido de amor...</i> ¡Ay! Lisístrata, me -siento desfallecer.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p><i>Viviré castamente en mi casa...</i></p> - -<p><span class="pagenum" id="Page_337">p. 337</span></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p><i>Viviré castamente en mi casa...</i></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p><i>Cubierta solo de un transparente vestido azafranado, y -adornada...</i></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p><i>Cubierta solo de un transparente vestido azafranado, y -adornada...</i></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p><i>A fin de inspirar a mi esposo más ardientes deseos...</i></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p><i>A fin de inspirar a mi esposo más ardientes deseos...</i></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p><i>Pero nunca cederé de buen grado a sus instancias...</i></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p><i>Pero nunca cederé de buen grado a sus instancias...</i></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p><i>Y si, contra mi voluntad, me obligase...</i></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p><i>Y si, contra mi voluntad, me obligase...</i></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p><i>Permaneceré inanimada en sus brazos...</i><a id="FNanchor_630" -href="#Footnote_630" class="fnanchor">[630]</a></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p><i>Permaneceré inanimada en sus brazos...</i><a id="FNanchor_631" -href="#Footnote_631" class="fnanchor">[631]</a></p> - -<p class="centra negr g3">. . . . . . . . .</p> - -<p class="centra negr g3">. . . . . . . . .</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_338">p. 338</span>LISÍSTRATA.</p> - -<p><i>¡Que pueda beber este vino, si cumplo mi juramento!...</i></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p><i>¡Que pueda beber este vino, si cumplo mi juramento!...</i></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p><i>¡Y si no lo cumplo, que se me llene esta copa de agua!...</i></p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p><i>¡Y si no lo cumplo, que se me llene esta copa de agua!...</i></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Juráis todas?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Sí, por Júpiter.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Voy, pues, a sacrificar la víctima.</p> - -<p class="centra">(<i>Bebe.</i>)</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Déjame un poco, querida mía, para que consolidemos nuestra -amistad.</p> - -<p class="rol">LÁMPITO.</p> - -<p>¿Qué gritos son esos?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Lo que hace poco te decía. Son las mujeres que se apoderan de la -ciudadela. Tú, Lámpito, parte a arreglar tus cosas, y déjanos a esas en -rehenes. Corramos nosotras a encerrarnos en el alcázar y a defenderlo -con las demás compañeras.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_339">p. 339</span>CALÓNICE.</p> - -<p>¿Crees que los hombres vendrán pronto a atacarnos?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Nada se me da de ellos. Ni el incendio, ni todas sus amenazas -me harán abrir jamás aquellas puertas, si no aceptan la condición -convenida.</p> - -<p class="rol">CALÓNICE.</p> - -<p>Nunca, por Venus: de otro modo sería inmerecida la opinión en que -nos tienen de tercas y malvadas.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.<a id="FNanchor_632" href="#Footnote_632" -class="fnanchor">[632]</a></p> - -<p>Anda, Draces; guíanos con precaución, aunque te quebrante el hombro -ese pesado haz de olivo verde. ¡Qué cosas tan inesperadas se ven cuando -se vive muchos años! ¡Ay, Estrimodoro! ¿Quién hubiera imaginado nunca -que había de llegar un día en que las mujeres, esa peste de nuestras -casas, alimentadas por nosotros con tanto regalo, se apoderarían de la -estatua de Minerva, y ocuparían mi ciudadela, y atrancarían sus puertas -con barras y cerrojos? Pero corramos, corramos al alcázar, amigo -Filurgo; rodeemos de un muro de faginas a las inventoras y ejecutoras -de tan execrable hazaña;<span class="pagenum" id="Page_340">p. -340</span> hagamos una sola pira, y con nuestras propias manos -abrasemos a todas sin excepción, y a la esposa de Licón la primera.<a -id="FNanchor_633" href="#Footnote_633" class="fnanchor">[633]</a></p> - -<p>¡No, por Ceres, mientras yo viva no se burlarán de nosotros! -Pues ni Cleómenes,<a id="FNanchor_634" href="#Footnote_634" -class="fnanchor">[634]</a> cuando en otro tiempo se apoderó de la -ciudadela, pudo dejarla con honor; a pesar de sus humos lacedemonios, -viose obligado a capitular y a retirarse sin armas, sin más vestidos -que una pequeña túnica, lleno de andrajos, escuálido, hecho un oso -sucio, como si en seis años no se hubiese lavado. ¡Oh qué sitio -aquel! Nuestros soldados, colocados de diecisiete en fondo, cerraban -la salida, y no se relevaban ni para dormir. ¿Y no reprimiré con mi -sola presencia la audacia de esas mujeres aborrecidas por Eurípides -y todos los dioses? Si tal sucede, consiento que sean derribados mis -trofeos de la Tetrápolis.<a id="FNanchor_635" href="#Footnote_635" -class="fnanchor">[635]</a></p> - -<p>Mas para llegar a la ciudadela, aún tengo que subir esa pendiente; -procuremos arrastrar estos haces, sin acudir a las bestias de carga; -¡ay! las leñas me destrozan los hombros.</p> - -<p>Sin embargo, es necesario subir, y soplar el fuego, no vaya -a apagársenos y a faltarme al final<span class="pagenum" -id="Page_341">p. 341</span> de la jornada. ¡Fu!, ¡fu! -(<i>soplando</i>). Justo cielo, ¡qué humo! Al salir del brasero -se lanza sobre mí, y me muerde los ojos como un perro rabioso. -Es fuego de Lemnos,<a id="FNanchor_636" href="#Footnote_636" -class="fnanchor">[636]</a> no me cabe duda; de otro modo no atacaría -tan cruelmente mis ojos legañosos. Vamos, Lagnes, corramos a la -ciudadela y auxiliemos a la diosa. ¿Cuándo habrá ocasión mejor de -socorrerla? ¡Fu!, ¡fu! (<i>soplando</i>); ¡justo cielo!, ¡qué humo!</p> - -<p>Este fuego está vivo y arde por la gracia de los dioses. Mas ¿por -qué no depositamos aquí nuestros haces? ¿No sería mejor encender en -el brasero un manojo de sarmientos y lanzarlo contra las puertas, a -modo de ariete? Si las mujeres no desatrancan cuando se lo mandemos, -será preciso incendiar las puertas y asfixiarlas con el humo. Dejemos -ya la carga. ¡Oh!, ¡oh!, ¡qué humareda! ¿No habrá por ahí algún jefe -de la expedición de Samos<a id="FNanchor_637" href="#Footnote_637" -class="fnanchor">[637]</a> que me ayude a descargar? ¡Ah! por fin -se ven libres mis hombros. Vamos, brasero mío, atiza el fuego, y -enciéndeme cuanto antes esta tea. Ayúdame, divina<span class="pagenum" -id="Page_342">p. 342</span> Victoria; castiguemos la audacia de las -mujeres dueñas de la ciudadela, y erijamos un trofeo triunfal.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.<a id="FNanchor_638" -href="#Footnote_638" class="fnanchor">[638]</a></p> - -<p>Amigas mías, creo distinguir humo y llamas; parece un incendio: -acudamos a toda prisa. ¡Vuela, vuela, Nicódice, antes de que Cálica -y Cristila perezcan asfixiadas, víctimas de las leyes más crueles y -de esos malditos viejos! Pero, venerandas diosas, ¿llegaré demasiado -tarde? Al amanecer ya estaba yo en la fuente, y a duras penas conseguí -llenar esta vasija: ¡tanta era la confusión, el tumulto y el estrépito -de los cántaros! A empellones con las criadas y viles esclavos, -conseguí salir con mi agua, y ahora me apresuro a socorrer a mis -amenazadas compañeras. Me han dicho que unos viejos chochos, cargados -con haces de cerca de tres talentos de peso, como para calentar un -baño, se dirigían hacia aquí con desusada furia, gritando, entre -terribles amenazas, que es preciso tostar a las pérfidas mujeres. Pero, -venerable Minerva, haz que, en vez de ser pasto de las llamas, consigan -librar a la Grecia y a sus ciudadanos de los horrores de la guerra. -Con este objeto ocuparon tu templo, santa patrona de refulgente casco -de<span class="pagenum" id="Page_343">p. 343</span> oro. Yo invoco tu -auxilio, ¡oh Tritogenia! Si algún hombre quiere abrasarlas, ven a traer -agua con nosotras.</p> - -<p>¡Eh!, ¡eh!, deteneos.<a id="FNanchor_639" href="#Footnote_639" -class="fnanchor">[639]</a> ¿Qué es eso, grandísimos canallas? Los -hombres honrados y piadosos no obran de esa manera.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¡Ah! He ahí una cosa con la cual no contábamos: un enjambre de -mujeres defiende el exterior de la ciudadela.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>¿Por qué nos teméis? ¿Acaso os parecemos muchas? Pues no veis ni la -diezmilésima parte.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Fedrias, ¿las permitiremos charlar de ese modo? ¿No convendrá -romperles un garrote en las costillas?</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Dejemos en el suelo nuestros cántaros; así no nos estorbarán, si -alguno trata de sentarnos la mano.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Si las hubiesen dado dos o tres bofetadas, como a Búpalo,<a -id="FNanchor_640" href="#Footnote_640" class="fnanchor">[640]</a> no -chillarían tanto.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_344">p. 344</span>CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Anda, pégame; aquí te espero; pero te aseguro que en adelante no -te agarrará otra perra.<a id="FNanchor_641" href="#Footnote_641" -class="fnanchor">[641]</a></p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Si no callas, este garrote se encargará de que no llegues a -vieja.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>A ver; toca con un solo dedo a Estratilis.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¿Y si te derrengo a puñetazos? ¿Qué harás entonces?</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Te arrancaré a mordiscos los pulmones y las entrañas.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¡Ah! Eurípides es el más sabio de los poetas: sí, tiene razón; la -mujer es el animal más desvergonzado.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Cojamos nuestros cántaros, Rodipa.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¿Para qué traes esa agua, mujer aborrecida de los dioses?</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>¿Y tú ese fuego, cadáver ambulante? ¿Es para quemarte a ti mismo?</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Para encender una hoguera y quemar a tus amigas.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_345">p. 345</span>CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Pues yo para apagar tu hoguera.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¿Tú apagarás mi fuego?</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Pronto lo verás.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>No sé cómo no la tuesto a fuego lento con esta lámpara.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Si estás sucio, te daré un baño.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¿Tú a mí un baño, puerca?</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Sí, un baño nupcial.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¿Oís sus desvergüenzas?</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Porque soy libre.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Ya reprimiré tus gritos.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Yo haré que no juzgues más en el Heliástico.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Quémale el pelo.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Agua,<a id="FNanchor_642" href="#Footnote_642" -class="fnanchor">[642]</a> cumple tu deber. (<i>Arrojan el contenido de -sus cántaros sobre los viejos.</i>)</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_346">p. 346</span>CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¡Ay desdichado!</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>¿Estaba caliente?</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¡Sí, caliente! Acaba, ¿qué haces?</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Te riego para que reverdezcas.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Ya estoy seco y tiritando.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Caliéntate, puesto que tienes fuego.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UN MAGISTRADO.<a id="FNanchor_643" href="#Footnote_643" -class="fnanchor">[643]</a></p> - -<p>¿Las mujeres no han manifestado ya suficientemente su licencia -con tanto estruendo de tambores, con tantas bacanales, y con sus -interminables lamentaciones sobre los terrados en las Adonias?<a -id="FNanchor_644" href="#Footnote_644" class="fnanchor">[644]</a> -El otro día las oí yo desde la asamblea.<span class="pagenum" -id="Page_347">p. 347</span> Demóstrato,<a id="FNanchor_645" -href="#Footnote_645" class="fnanchor">[645]</a> ese orador que Júpiter -confunda, proponía una expedición a Sicilia; y su mujer danzando -gritaba; «¡Ay, ay, Adonis!» Demóstrato proponía después que se hiciera -una leva en Zacinto, y su mujer, ya beoda, gritaba en el terrado: -«¡Lamentad a Adonis!» Y el maldito Colociges,<a id="FNanchor_646" -href="#Footnote_646" class="fnanchor">[646]</a> aborrecido por -los dioses, se desgañitaba para hacerse oír. Ved a dónde llega su -desorden.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¿Pues qué dirías si hubieses oído sus insolencias? Después de mil -injurias, han arrojado sobre nosotros el agua de sus cántaros; y nos -vemos en la precisión de retorcer nuestros vestidos, como si nos -hubiésemos orinado.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Bien hecho, por Neptuno! Nosotros mismos favorecemos la perversidad -de las mujeres, y les damos lecciones de disolución, cuyo fruto son -conspiraciones como la presente. Un marido va a una tienda y dice -el artífice: «Platero, bailando ayer a la tarde se le salió a mi -mujer de su sitio el broche de aquel collar que le hiciste; yo tengo -que embarcarme hoy para Salamina; si tienes tiempo, haz todos los -posibles por ir al anochecer a mi casa y encajarle el broche.» Otro -se dirige a un<span class="pagenum" id="Page_348">p. 348</span> -zapatero joven y vigoroso,<a id="FNanchor_647" href="#Footnote_647" -class="fnanchor">[647]</a> y le dice: «una de las correas le lastima -a mi mujer el dedo pequeño, que es muy delicado; vete al mediodía, y -procura estirársela»; y así andan las cosas tales, que yo, provisor, -al necesitar dinero para pagar a los remeros ajustados, me encuentro -con que las mujeres me cierran las puertas.<a id="FNanchor_648" -href="#Footnote_648" class="fnanchor">[648]</a> ¿Pero qué gano -estándome así? Pronto, traedme unas palancas, y yo castigaré su -atrevimiento. ¿A qué te quedas con la boca abierta, bribón? Y tú, ¿qué -miras? Sin duda tratas de ver alguna taberna. Pronto, derribad esas -puertas con las palancas. Yo también pongo manos en la obra.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>No derribéis nada; aquí me tenéis. ¿Para qué las palancas? No es eso -lo que os hace falta, sino sentido común.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿De veras, mujer abominable? ¿Dónde está el arquero? Cógela y átale -las manos a la espalda.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Como llegue a tocarme nada más que con la punta de un dedo, por -Diana lo juro, aunque sea un funcionario público, me las pagará.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_349">p. 349</span>EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Cómo! ¿Tienes miedo? Sujétala por la cintura. Ayúdale tú también, y -atadla entre los dos.</p> - -<p class="rol">MUJER PRIMERA.</p> - -<p>¡Por Pandrosa!<a id="FNanchor_649" href="#Footnote_649" -class="fnanchor">[649]</a> Si llegas a tocarla, te pateo las tripas.<a -id="FNanchor_650" href="#Footnote_650" class="fnanchor">[650]</a></p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Ah! ¡Las tripas! ¿Dónde está el otro arquero? Prendedme también a -esa que habla.</p> - -<p class="rol">MUJER SEGUNDA.</p> - -<p>¡Por la fulgente luna, si la tocas con un dedo, pronto -necesitarás una venda!<a id="FNanchor_651" href="#Footnote_651" -class="fnanchor">[651]</a></p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Qué significa esto? ¿Dónde está el arquero? Detenla. Ya os cerraré -yo todas las salidas.</p> - -<p class="rol">MUJER TERCERA.</p> - -<p>¡Por Diana de Táuride, si te acercas a ella, te arranco todos los -cabellos, aunque te deshagas en llanto!</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Oh desdicha! mis arqueros me abandonan. ¡Cómo! ¿Nos dejaremos -vencer por unas mujeres? Adelante, escitas, estrechad vuestras filas, y -acometedlas.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Por las diosas, os las vais a ver con cuatro valientes batallones -de mujeres bien armadas que tengo adentro!</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_350">p. 350</span>EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Escitas, atadles las manos!</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Salid, valientes compañeras; vendedoras de legumbres, puches, ajos y -verduras; panaderas y taberneras, derribadlos, pegadles, desgarradlos; -multiplicad vuestros insultos; haced gala de desvergüenza.<a -id="FNanchor_652" href="#Footnote_652" class="fnanchor">[652]</a> -Basta, retiraos; no despojéis a los vencidos.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Ah, qué mal lo han pasado mis arqueros!</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Pues qué se te figuraba? ¿Creías que te las ibas a haber con unas -esclavas? ¿Piensas que no hay valor en las mujeres?</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Sí, sí, demasiado valor; sobre todo cuando están cerca de la -taberna.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¡Magistrado, estás perdiendo el tiempo en palabras! ¿A qué entras en -contestaciones con esas fieras? ¿Ignoras el baño sin lejía que acaban -de darnos, estando completamente vestidos?</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Es que, amigo mío, a nosotras nadie nos sienta así como así la mano: -hazlo, y verás cómo te salto un ojo. A mí me gusta estarme encerrada -en casa,<span class="pagenum" id="Page_351">p. 351</span> como una -doncellita, sin hacer mal a nadie, ni siquiera menear una paja; pero -como alguno me irrite, soy una avispa.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¡Oh Júpiter! ¿Qué haremos con estas fieras? ¡Esto es insoportable! -(<i>Al Magistrado.</i>) Te es preciso averiguar con nosotros la -causa de este mal, y lo que pretenden al apoderarse de la ciudadela -de Cranao, de esa fortaleza inaccesible, y su venerado templo. -Interrógales y no las creas; pero reúne todos los indicios. Sería -vergonzosa negligencia no esclarecer tan importante asunto.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Lo primero que deseo que me digáis es la intención con que os habéis -encerrado en la ciudadela.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Con la de poner a salvo el tesoro y evitar la causa de la guerra.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Pues qué, ¿el dinero es la causa de la guerra?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Y de todos los demás desórdenes. Pisandro<a id="FNanchor_653" -href="#Footnote_653" class="fnanchor">[653]</a> y otros ambiciosos -amotinan continuamente las turbas, sin más objeto que el de robar a -favor de la confusión. Ahora, ya pueden hacer lo que se les antoje; -porque lo que es de este dinero no han de tocar ni un óbolo.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_352">p. 352</span>EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Pues qué harás?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Vaya una pregunta! Administrarlo nosotras.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Administrar vosotras el tesoro?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>No comprendo tu asombro. ¿Acaso no administramos los gastos de -nuestras casas?</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Pero no es lo mismo.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Por qué no es lo mismo?</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Ese dinero se destina a la guerra.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>La guerra ya no es necesaria.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Cómo! ¿Y la defensa de la república?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Nosotras la defenderemos.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Vosotras?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Sí, nosotras.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Eso es indigno.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Pues te defenderemos, mal que te pese.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Qué atrocidad!</p> - -<p><span class="pagenum" id="Page_353">p. 353</span></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Te enfadas, eh? Pues, amigo mío, no hay más remedio.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Pero es inicuo, por Ceres.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Pues se te defenderá.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Y si no quiero?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Con más motivo.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Pero de dónde os ha venido la idea de ocuparos de la guerra y de la -paz?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Os lo diremos.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Habla pronto, o si no, habrá lágrimas.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Escucha; y quietecitas las manos.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>No puedo; es tal mi ira, que me es difícil contenerla.</p> - -<p class="rol">UNA MUJER.</p> - -<p>Entonces a ti te tocará llorar.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Caiga sobre ti el oráculo que acabas de graznar, vejestorio! (<i>A -Lisístrata.</i>) Habla tú.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Voy. En la guerra anterior sobrellevábamos con paciencia ejemplar -todo lo que hacíais los hombres,<span class="pagenum" id="Page_354">p. -354</span> porque no nos permitíais abrir la boca. Vuestros proyectos -no eran muy agradables que digamos: nosotras los conocíamos, y más de -una vez os vimos en casa tomar desacertadas resoluciones en los más -graves asuntos. Entonces, disimulando con una sonrisa nuestro interno -dolor, os preguntábamos: «¿Qué resolución sobre la paz habéis tomado -hoy en la asamblea?» «¿Qué te importa? —decía mi marido—: cállate;» y -yo callaba.</p> - -<p class="rol">UNA MUJER.</p> - -<p>Pues yo no me hubiera callado.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Pues hubieras llorado por no callar.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Yo me callaba; otra vez oyendo que habíais tomado una funestísima -determinación, le pregunté: «Marido mío, ¿en qué consiste que obráis -tan sin sentido?» Y él, mirándome de reojo, contestó: «Teje tu -tela, si no quieres que la cabeza te duela mucho tiempo: la guerra -es asunto de hombres».<a id="FNanchor_654" href="#Footnote_654" -class="fnanchor">[654]</a></p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Y tenía razón, por vida mía.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Cómo que tenía razón? ¡Miserable! ¿No hemos de poder daros un buen -consejo cuando vemos que adoptáis resoluciones funestas? Cansadas ya de -oír a unos preguntar a gritos en las calles: «¿No hay un hombre en este -país?» y a otros responder: «No,<span class="pagenum" id="Page_355">p. -355</span> ni uno»; las mujeres hemos tomado el partido de reunirnos -y salvar entre todas a la Grecia. ¿A qué habíamos de esperar más? Por -consiguiente, si queréis escuchar nuestros buenos consejos, y callaros -a vuestra vez, como nosotras entonces, conseguiremos arreglaros.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Vosotras a nosotros! Vamos, ¡esto ya no puede tolerarse!</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Calla!</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¡Yo! ¡Callarme yo, porque tú me lo mandes, deslenguada! ¡Yo obedecer -a quien lleva un velo en la cabeza! ¡Antes morir!</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Si no tienes más inconveniente que ese, toma mi velo, rodéatelo a -la cabeza, y calla. Toma también este canastillo; ponte un ceñidor, -y dedícate a hilar lana, mascullando habas:<a id="FNanchor_655" -href="#Footnote_655" class="fnanchor">[655]</a> la guerra será asunto -de mujeres.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Mujeres, dejad vuestros cántaros, para que por nuestra parte -ayudemos también a nuestras amigas. Yo jamás me rendiré de bailar, ni -el cansancio hará flaquear mis rodillas. Quiero hacer causa común, -y afrontar todos los riesgos con esas compañeras tan valientes, tan -ingeniosas, tan bellas, tan atrevidas y discretas, raro conjunto -de patriotismo<span class="pagenum" id="Page_356">p. 356</span> y -valor. Tú, intrépida Lisístrata, y vosotras sus aliadas, no depongáis -vuestra cólera; sed siempre como un manojo de ortigas: los vientos son -favorables.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Si el amable Cupido y la diosa de Chipre<a id="FNanchor_656" -href="#Footnote_656" class="fnanchor">[656]</a> derraman sobre nuestro -seno los atractivos del amor, e inspiran a los hombres ardientes -y dulcísimos deseos,<a id="FNanchor_657" href="#Footnote_657" -class="fnanchor">[657]</a> espero que los griegos llegarán a llamamos -las <i>Lisímacas</i>.<a id="FNanchor_658" href="#Footnote_658" -class="fnanchor">[658]</a></p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Y por qué?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Por haber puesto término a sus locuras y paseos con armas en el -mercado.</p> - -<p class="rol">UNA MUJER.</p> - -<p>Muy bien, por Venus de Pafos.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Pues ahora se les ve recorrer armados de punta en blanco, como -frenéticos coribantes, la plaza en que se venden ollas y legumbres.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Cierto, porque eso es propio de valientes.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Pero es ridículo ver comprando pececillos a un hombrón en cuyo -escudo se ostenta una cabeza de Gorgona.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_357">p. 357</span>UNA MUJER.</p> - -<p>El otro día vi yo a todo un filarconte<a id="FNanchor_659" -href="#Footnote_659" class="fnanchor">[659]</a> de largos cabellos, -echar en su casco de bronce, sin apearse siquiera, las puches que -una vieja acababa de venderle. Otro tracio, agitando su escudo y -su dardo, como Tereo,<a id="FNanchor_660" href="#Footnote_660" -class="fnanchor">[660]</a> aterraba a una vendedora de higos, y se le -comía los mejores.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Pero cómo podréis vosotras arreglar la enmarañada madeja de la cosa -pública en este país?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Facilísimamente.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Cómo? Dímelo.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Mira, cuando se nos enreda el hilo, lo cogemos así y lo sacamos -del huso, tirando a un lado y a otro; pues bien, como nos dejen, -desenredaremos igualmente la guerra, enviando embajadas a un lado y a -otro.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Por tanto, imbéciles, pensáis arreglar los más peligrosos negocios -con los husos, el hilo y la lana.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Si tuvieseis un átomo de sentido común, seguiríais en política el -ejemplo que os damos al trabajar la lana.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Cómo? Sepamos.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_358">p. 358</span>LISÍSTRATA.</p> - -<p>Así como nosotras principiamos por lavar la lana para separarla -de toda suciedad, vosotros debíais empezar por expulsar a palos de -la ciudad a los malvados, y separar la mala hierba; luego dividir a -todos esos que se coligan y apelotonan para apoderarse de los cargos -públicos, y arrancarles la cabeza; después amontonar en un canasto, -para el bien común, los metecos, los extranjeros, los amigos y los -deudores al Estado, y cardarlos sin distinción. A las ciudades pobladas -por colonos de este país debíais de considerarlas separadamente, como -otros tantos pelotones colocados delante de nosotras, y en seguida -sacar un hilo de cada una de ellas, traerlo hasta aquí, reunirlos -todos, hacer un grande ovillo y tejer con él un manta para el -pueblo.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿No es insufrible que pretenda hilarlo y devanarlo todo quien -ninguna participación tiene en la guerra?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Pero, ¡maldito de Dios!, nosotras tenemos parte doble, pues primero -parimos los hijos, y después los enviamos al ejército.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Calla: no recuerdes nuestros desastres.<a id="FNanchor_661" -href="#Footnote_661" class="fnanchor">[661]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Después, en vez de gozar en la flor de nuestra<span class="pagenum" -id="Page_359">p. 359</span> juventud de los placeres del amor, estamos -como viudas, gracias a la guerra; y por nosotras, pase; yo me aflijo -por esas pobres doncellas que envejecen en su lecho solitario.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿No envejecen también los hombres?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Oh, eso es muy diferente! Un hombre, al volver de la guerra, -aunque tenga los cabellos blancos, se casa pronto con una tierna -doncellita. El tiempo de la mujer es muy corto, y si no lo aprovecha, -ya nadie la quiere, y se pasa la vida en consultar los augurios.<a -id="FNanchor_662" href="#Footnote_662" class="fnanchor">[662]</a></p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Pero todo anciano que aún conserva algún vigor...</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Y tú, cuándo te piensas morir? Ya es tiempo; cómprate un ataúd; -mira, te voy a amasar la torta funeraria.<a id="FNanchor_663" -href="#Footnote_663" class="fnanchor">[663]</a> Toma esta corona y -cíñete las sienes.</p> - -<p class="rol">MUJER PRIMERA.</p> - -<p>Toma estas cintas.</p> - -<p class="rol">MUJER SEGUNDA.</p> - -<p>Ten esta otra corona.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Qué te falta? ¿Qué deseas? Caronte<a id="FNanchor_664" -href="#Footnote_664" class="fnanchor">[664]</a> te espera; tu tardanza -le impide darse a la vela.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_360">p. 360</span>EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Estos ultrajes son insufribles. Voy a presentarme yo mismo a mis -colegas con esta facha.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Te quejas porque aún no te hemos expuesto?<a id="FNanchor_665" -href="#Footnote_665" class="fnanchor">[665]</a> No te apures; dentro de -tres días iremos de madrugada a ofrecerte la oblación de costumbre.</p> - -<p class="centra">(<i>Vanse Lisístrata y el Magistrado. Los dos coros -quedan solos en la escena.</i>)</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Ya no puede dormir ningún amigo de la libertad. Ea, dispongámonos -para esta grande empresa. Sospecho mayores peligros, y creo percibir -un olor a tiranía de Hipias; y mucho me temo que algunos lacedemonios, -reunidos en casa de Clístenes, hayan sido los incitadores de estas -malditas mujeres sugiriéndoles la idea de apoderarse de nuestro -tesoro y del salario de que vivimos. Indigno es, por vida mía, que se -entrometan a dar consejos a los ciudadanos y a hablar de cascos de -bronce, y a tratar de la paz con los lacedemonios, en quienes tengo -menos confianza que en un lobo hambriento. Amigos, no cabe duda, todas -sus tramas tienden a restablecer la tiranía. Pero jamás me tiranizarán; -yo tomaré mis precauciones, y llevando mi espada en la rama de mirto,<a -id="FNanchor_666" href="#Footnote_666" class="fnanchor">[666]</a> -estaré<span class="pagenum" id="Page_361">p. 361</span> sobre las -armas en la plaza pública, junto a la estatua de Aristogitón. Allí -permaneceré, porque siento un vivo deseo de darle un bofetón a esa -maldita vieja.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Cuando vuelvas a tu casa no te conocerá ni la madre que te parió.<a -id="FNanchor_667" href="#Footnote_667" class="fnanchor">[667]</a> -Pero, queridas ancianas, dejemos esto en el suelo; nosotras, oh -ciudadanos, vamos a principiar un discurso muy útil a la república; -y bien lo merece por haberme criado en el seno de los placeres y del -esplendor. A la edad de siete años ya llevé las ofrendas misteriosas -en la fiesta de Minerva; a los diez molía la cebada en honor de la -diosa; luego, ceñida de flotante túnica azafranada, me consagraron -a Diana en las Brauronias;<a id="FNanchor_668" href="#Footnote_668" -class="fnanchor">[668]</a> y por último, ya doncella núbil, -fui canéfora, y rodeé mi garganta con el collar de higos.<a -id="FNanchor_669" href="#Footnote_669" class="fnanchor">[669]</a> -En pago de tantas distinciones, ¿no deberé dar útiles consejos a mi -patria? Aunque mujer, permitidme proponer un remedio a nuestros males; -que, al fin, al darle mis hijos, también pago mi contribución al -Estado. Pero vosotros, miserables viejos, ¿con qué contribuís? Después -de haber consumido<span class="pagenum" id="Page_362">p. 362</span> -lo que se llamaba el tesoro de los Abuelos,<a id="FNanchor_670" -href="#Footnote_670" class="fnanchor">[670]</a> reunido durante las -guerras médicas, nada pagáis; y todos corremos grave riesgo de que nos -arruinéis. ¿Qué podéis responder a esto? Como me incomodes mucho, te -siento en la cara este coturno, y ¡cuidado que pesa!</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¿Puede haber mayor ultraje? La cosa va de mal en peor. Todo -hombre que se tenga por tal, tiene obligación de oponérseles. Pero -quitémonos la túnica. El hombre debe ante todo oler a hombre, y no -estar envuelto en sus vestidos. Ea, todos los que en nuestros buenos -tiempos nos reunimos en Lipsidrión, hombres de pies desnudos, hoy es -preciso rejuvenecerse, enderezar el cuerpo, despojarnos de la vejez. -Si dejamos a las mujeres el menor asidero, no cejarán ni un punto en -sus esfuerzos, y las veremos construir naves, pretender dar batallas -navales y atacarnos a ejemplo de Artemisa.<a id="FNanchor_671" -href="#Footnote_671" class="fnanchor">[671]</a> Si les place dedicarse -a la equitación, licenciaremos a nuestros caballeros. A la mujer la -gusta mucho el caballo; sobre él ataca vigorosamente, y no se cae por -mucho que galope: testigos las Amazonas que Micón<a id="FNanchor_672" -href="#Footnote_672" class="fnanchor">[672]</a> pintó combatiendo a los -hombres.<span class="pagenum" id="Page_363">p. 363</span> Por lo cual -es preciso que nos apoderemos de esta, y las metamos a todas el cuello -en el cepo.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>¡Por las diosas! Si me irritas, suelto las riendas a mi cólera, -y te doy una tunda que te obligo a pedir socorro a tus vecinos. -Amigas mías, quitémonos también nosotras los vestidos: perciban esos -carcamales el olor a mujer enfurecida. Si alguno se acerca a mí, yo -le aseguro que no ha de comer más ajos ni habas negras. ¡Di una sola -palabra! Estoy furiosa y te trataré como el escarabajo al nido del -águila. Ningún temor me dais mientras a mi lado estén Lámpito y mi -querida Ismenia, noble tebana. Aunque des siete decretos, no podrás -con nosotras, ¡miserable, detestado por tus vecinos y por todo el -mundo! Ayer mismo, para celebrar la fiesta de Hécate, quise traer de -la vecindad una muchacha buena y amable, muy querida por mis hijos, -una anguila de Beocia,<a id="FNanchor_673" href="#Footnote_673" -class="fnanchor">[673]</a> y se negaron a enviármela por tus malditos -decretos. Y nunca cesaréis de hacerlos, hasta que alguno os coja por -las piernas y os precipite cabeza abajo.</p> - -<p>(<i>A Lisístrata</i>.) Directora de esta noble empresa,<a -id="FNanchor_674" href="#Footnote_674" class="fnanchor">[674]</a> ¿por -qué sales tan triste de tu morada?</p> - -<hr class="tb"> - -<div class="section"> - <p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_364">p. 364</span>LISÍSTRATA.</p> -</div> - -<p>La indigna conducta de las mujeres, su inconstancia verdaderamente -femenil, eso es lo que me agita y llena de angustia.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>¿Qué dices, qué dices?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>La verdad, la verdad.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>¿Qué desgracia ocurre? Díselo a tus amigas.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Vergonzoso es decirlo, y difícil callarlo.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>No me ocultes la desgracia que nos ocurre.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Nos abrasa la lujuria, para decirlo de una vez.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>¡Oh Júpiter!</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿A qué invocas a Júpiter? Esta es la pura verdad. No puedo privarles -más tiempo de sus maridos; pues se me escapan. La primera a quien -sorprendí abría un agujero junto a la gruta de Pan;<a id="FNanchor_675" -href="#Footnote_675" class="fnanchor">[675]</a> la segunda se -descolgaba por medio de una polea; otra preparaba su deserción; -otra, cogida a un pájaro, se disponía volar a casa de Orsíloco,<a -id="FNanchor_676" href="#Footnote_676" class="fnanchor">[676]</a> y -la he detenido por los cabellos; en fin, discurren todos los<span -class="pagenum" id="Page_365">p. 365</span> pretextos imaginables para -volver a sus hogares. Ahí viene una. ¡Eh! tú, ¿a dónde vas tan de -prisa?</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">MUJER PRIMERA.</p> - -<p>Quiero ir a mi casa: tengo allí una porción de lana de Mileto, que -se la está comiendo la polilla.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>No hay polilla que valga. ¡Atrás!</p> - -<p class="rol">MUJER PRIMERA.</p> - -<p>Volveré al instante, te lo juro por las diosas; volveré en cuanto la -haya tendido sobre el lecho.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>No la tiendas, ni te muevas de aquí.</p> - -<p class="rol">MUJER PRIMERA.</p> - -<p>¿Y he de dejar perderse mi lana?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>No hay más remedio.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">MUJER SEGUNDA.</p> - -<p>¡Desdichada! ¡Desdichada! Me he dejado en casa el lino sin -macear.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Ya tenemos otra que quiere ir a macear su lino. Entra aquí.</p> - -<p class="rol">MUJER SEGUNDA.</p> - -<p>¡Te lo juro por Diana! Volveré en cuanto lo haya maceado.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_366">p. 366</span>LISÍSTRATA.</p> - -<p>No lo macearás; porque si tú principias, otra querrá hacer otro -tanto.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">MUJER TERCERA.</p> - -<p>Divina Lucina, retrasa mi parto hasta que llegue a un lugar -profano.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Estás loca?</p> - -<p class="rol">MUJER TERCERA.</p> - -<p>Voy a parir de un momento a otro.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Pero si ayer no estabas encinta?</p> - -<p class="rol">MUJER TERCERA.</p> - -<p>Pues hoy lo estoy. Déjame, Lisístrata, déjame salir en busca de la -comadre.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Qué cuentos son esos? ¿Qué cosa dura tienes aquí?</p> - -<p class="rol">MUJER TERCERA.</p> - -<p>Un niño varón.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Ca! si es de metal y hueca. Veámosla. ¡Oh, tiene gracia! ¿Traes el -casco de la diosa, y decías que estabas encinta?</p> - -<p class="rol">MUJER TERCERA.</p> - -<p>Sí, por Júpiter, lo estoy.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Pues por qué traías esto?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_367">p. 367</span>MUJER TERCERA.</p> - -<p>Para si me sobrevenía el parto en la ciudadela hacer con él un nido, -como las palomas.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Qué dices? Esos son pretextos: la cosa está clara. ¿No -esperarás aquí el día de tu purificación?<a id="FNanchor_677" -href="#Footnote_677" class="fnanchor">[677]</a></p> - -<p class="rol">MUJER TERCERA.</p> - -<p>No puedo dormir en la ciudadela desde que he visto la -serpiente que la guarda.<a id="FNanchor_678" href="#Footnote_678" -class="fnanchor">[678]</a></p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">MUJER CUARTA.</p> - -<p>Yo, infeliz de mí, me muero de fatiga: el grito incesante -de las lechuzas<a id="FNanchor_679" href="#Footnote_679" -class="fnanchor">[679]</a> no me deja conciliar el sueño.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Desdichadas! Basta de fingidos terrores. Quizá echáis de menos a -vuestros maridos. ¿Creéis que ellos no os desean también? Yo sé que -pasan noches crueles. Pero, amigas mías, resistíos sin flaquear, y -tened aún un poco de paciencia: un oráculo nos pronostica el triunfo, -si no nos dividimos. Oídlo.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Sí, dinos el oráculo.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_368">p. 368</span>LISÍSTRATA.</p> - -<p>Callad, pues. «Cuando las golondrinas, huyendo de las abubillas, se -reúnan en un lugar, y se abstengan de los machos, entonces concluirán -los males, y Júpiter tonante pondrá lo de abajo arriba...»</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES</p> - -<p>¿Nosotras estaremos encima?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>«Pero si las divide la discordia, y las golondrinas huyen del -sagrado templo, no habrá otra ave más lasciva.»</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>El oráculo está claro. ¡Oh dioses! no hay que desalentarse. -Entremos. Vergonzoso sería, compañeras, el faltar al oráculo.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Quiero contaros una fábula que oí siendo niño. Es así: Había un -joven llamado Melanión,<a id="FNanchor_680" href="#Footnote_680" -class="fnanchor">[680]</a> que por odio al matrimonio se fue a un -desierto; vivía en las montañas; cazaba liebres, hacía lazos, y tenía -un perro, y jamás volvió a su casa, ¡tanto aborrecía a las mujeres!; y -nosotros también, que no somos menos discretos que Melanión.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_369">p. 369</span>UN VIEJO.</p> - -<p>Vieja mía, quiero darte un beso...</p> - -<p class="rol">UNA MUJER.</p> - -<p>Llorarás, sin comer ajos.</p> - -<p class="rol">EL VIEJO.</p> - -<p>Y atizarte un puntapié.</p> - -<p class="rol">LA MUJER.</p> - -<p>Tu espesa barba es buen asidero.</p> - -<p class="rol">EL VIEJO.</p> - -<p>Mirónides era negro y velludo y el terror de todos sus enemigos, -lo mismo que Formión.<a id="FNanchor_681" href="#Footnote_681" -class="fnanchor">[681]</a></p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>También yo quiero contarte una fábula en respuesta a la de -Melanión. Había un tal Timón,<a id="FNanchor_682" href="#Footnote_682" -class="fnanchor">[682]</a> hombre intratable, inaccesible como si -estuviese erizado de espinas, un verdadero hijo de las Furias. El tal -Timón, lleno de odio, huyó de vosotros colmándoos de maldiciones. -¡Tanto aborrecía a los hombres! Sin embargo, era apasionadísimo por las -mujeres.</p> - -<p class="rol">UNA MUJER.</p> - -<p>¿Quieres que te sacuda un bofetón?</p> - -<p class="rol">UN VIEJO.</p> - -<p>No, no te tengo miedo.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_370">p. 370</span>LA MUJER.</p> - -<p>Pues te daré un puntapié.</p> - -<p class="rol">EL VIEJO.</p> - -<p>Se te verá lo que no debe verse.<a id="FNanchor_683" -href="#Footnote_683" class="fnanchor">[683]</a></p> - -<p class="rol">LA MUJER.</p> - -<p>No se verá nada sucio; aunque soy vieja, la luz de la lámpara me -sirve de depilatorio.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Eh! ¡Eh! Mujeres, acudid aprisa.</p> - -<p class="rol">MUJER PRIMERA.</p> - -<p>¿Qué ocurre? Di, ¿por qué esos gritos?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Un hombre, un hombre se acerca enfurecido por la cólera de Venus. -¡Diosa reina de Chipre, Citera y Pafos, no te desvíes del principiado -camino!</p> - -<p class="rol">MUJER PRIMERA.</p> - -<p>¿Dónde está? ¿Quién es?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Junto al templo de Ceres.<a id="FNanchor_684" href="#Footnote_684" -class="fnanchor">[684]</a></p> - -<p class="rol">MUJER PRIMERA.</p> - -<p>En efecto, es un hombre. ¿Pero quién podrá ser?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Mirad. ¿Le conocéis alguna de vosotras?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Yo le conozco: es mi marido Cinesias.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_371">p. -371</span>LISÍSTRATA (<i>A Mirrina</i>).</p> - -<p>Procura mortificarle y enardecerle la sangre fingiéndole amor y -desdén, y concediéndole todo cuanto pida, menos lo que la copa<a -id="FNanchor_685" href="#Footnote_685" class="fnanchor">[685]</a> te -prohíbe.</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Pierde cuidado: eso corre de mi cuenta.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Me quedo para ayudarte a engañarle y mortificarle. Vosotras, -retiraos.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>¡Ay desdichado, qué horrible tormento!<a id="FNanchor_686" -href="#Footnote_686" class="fnanchor">[686]</a> Se me figura que estoy -sobre la rueda.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Quién está ahí, más acá de los centinelas?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Yo.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Un hombre?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Sí, un hombre.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Pronto, fuera de ahí!</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>¿Quién eres tú para despacharme?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>El centinela de día.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_372">p. 372</span>CINESIAS.</p> - -<p>Por los dioses te lo pido, llama a Mirrina.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¡Me gusta! ¿Que llame a Mirrina? Y tú, ¿quién eres?</p> - -<p class="rol">CINESIAS</p> - -<p>Su marido Cinesias Peónides.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Salud, carísimo; tu nombre no nos es desconocido, porque a tu mujer -nunca se le cae de la boca; si coge un huevo o una manzana, dice -siempre: «Esto para mi Cinesias.»</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>¡Oh soberanos dioses!</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Así es, por Venus. Siempre que se habla de hombres, tu mujer suele -decir: «Todo es nada en comparación de mi Cinesias.»</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Vamos, llámala.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Me darás algo por el servicio?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Ya lo creo; y en seguida, si quieres: mira, te daré lo que tengo.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Pues bajo a llamarla.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_373">p. 373</span>CINESIAS.</p> - -<p>Anda lista. La vida no tiene encanto para mí desde que abandonó el -hogar; entro en él con hastío; la casa me parece un desierto; todos los -manjares insípidos: ¡tal es mi pena!</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>¡Le amo, sí, le amo! Pero él no quiere corresponderme. No me -obligues a ir a verle.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>¡Oh dulcísima Mirrinita! ¿Por qué haces eso? Baja, baja.</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>No lo creas.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>¿Cómo, Mirrina, no bajarás llamándote yo?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Me llamas sin necesidad.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>¿Sin necesidad, y estoy pereciendo?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Me voy.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>No, por piedad: oye siquiera al niño. Vamos, hijo mío, ¿no llamas a -tu mamá?</p> - -<p class="rol">EL NIÑO.</p> - -<p>¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá!<a id="FNanchor_687" href="#Footnote_687" -class="fnanchor">[687]</a></p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Vamos, ¿qué haces? ¿No te compadeces de esta<span class="pagenum" -id="Page_374">p. 374</span> pobre criatura que hace seis días está sin -madre que le asee?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Él ya me da lástima, pero su padre es muy descuidado.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Baja, loquilla, por amor a tu hijo.</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>¡Ah! ¡Lo que es haberlo parido! Vamos, ya bajo: ¿qué remedio?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Me parece mucho más joven; ¡qué tierna es su mirada! Sin duda su -desdén y negativas enardecen mi amor.</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Dulcísimo niño, hijo de un mal padre, y encanto de tu mamá, toma, -toma este beso.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>¿Por qué haces eso, malvada, siguiendo el ejemplo de otras mujeres -con gran pena tuya y mía?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Quietas las manos.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Todo lo que hay en casa se está perdiendo.</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Poco se me importa.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>¿Se te importa poco que las gallinas desgarren tus telas?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Sí, por cierto.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_375">p. 375</span>CINESIAS.</p> - -<p>¡Tanto tiempo como hace que no has celebrado las fiestas de Venus! -¿No quieres venir?</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>No, mientras no hagáis la paz y concluyáis la guerra.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Bien; si te agrada, lo haremos.</p> - -<p class="rol">MIRRINA.</p> - -<p>Bien, si te agrada, volveré a casa; pero hasta entonces estoy -comprometida por un juramento.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Saltem aliquantisper mecum decumbe.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Non sane: etsi non posse negari te a me amari.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Amas? cur ergo non decumbis, Myrrhinula?</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>O ridende, num præsente puerulo?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Non hercle: sed tu, o Manes, fer eum domum. Ecce puerulus jam tibi -hinc amotus: tu vero non decumbes?</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Sed, o perdite, ubi id fieri potest?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Ad Panos sacellum percommode.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>At quomodo in arcem casta redire potero?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Facillume, in Clepsydra si laveris.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_376">p. 376</span>MYRRHINA.</p> - -<p>Scilicet, o perdite, jurata pejerabo?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>In caput meum vertat. De jurejurando ne sis sollicita.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Agedum feram lectulum nobis.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Nequaquam: sufficit nobis humi cubare.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Ita me Apollo juvet, ut ego te, quamvis turgentem libidine, non -reclinaverim humi.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Amat me valde, satis apparet, uxor.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>En, decumbe properans, et ego exuo vestes. At, perii, teges -efferenda est.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Quæ, malura, teges? Haud mihi quidem.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Ita mihi Diana propitia sit: turpe enim est super loris cubare.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Sine deosculer te.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>En.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Papæ! Revertere huc ergo quam celeriter.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>En teges. Decumbe: jam exuo vestes. Sed, perii! cervical non -habes.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_377">p. 377</span>CINESIAS.</p> - -<p>At nihil opus est mihi.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>At ecastor mihi.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Profecto penis hicce uti Hercules hospitio excipietur.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Surge, subsulta.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Jam omnia habeo.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Itane omnia?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Agedum, o aurea.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Jam strophium solvo: tu vero memento, ne, quam dedisti de pace -ineunda, fidem fallas.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Peream hercle prius.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Sed lodicem non habes.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Nec hercle opus est: sed futuere volo.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Ne sis sollicitus, et istud facies: cito enim redeo.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Stragulis perdet me hæc femina.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Erigere.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_378">p. 378</span>CINESIAS.</p> - -<p>At iste jamdudum erectus est.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Vin’ ut te inungam?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Ne hoc Apollo sirit.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Per Venerem, velis nolis, inungere.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Utinam, o supreme Jupiter, effusum fuisset istuc unguentum!</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Porrige manum, sume et inungere.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Istuc hercle unguentum minime et suave, nisi terendo bonum sit; nec -concubitum olet.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Me miseram! Rhodium unguentum extuli.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Bonum est: mitte hoc, o fatua.</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Nugaris.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Qui illum dii omnes perduint, qui primus coxit unguentum!</p> - -<p class="rol">MYRRHINA.</p> - -<p>Cape hoc alabastrum.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Sed aliud habeo. At tu, o perdita, decumbe, et ne fer mihi -quidquam.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_379">p. 379</span>MYRRHINA.</p> - -<p>Istuc agam, ita me Diana amabit. Calceos igitur exuo. Sed, o -carissime, vide ut decernas aliquid de pace facienda.</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Consulam. (<i>Myrrhina aufugit.</i>) Perdidit me et attrivit mulier -tum aliis omnibus, tum quod me excoriatum relinquens abiit. Hei mihi! -quid faciam? quem futuam, postquam spe excidi potiundæ pulcherrimæ? -quomodo hancce educabo?<a id="FNanchor_688" href="#Footnote_688" -class="fnanchor">[688]</a> Ubi Cynalopex?<a id="FNanchor_689" -href="#Footnote_689" class="fnanchor">[689]</a> loca mihi mercede -nutricem.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CHORUS SENUM.</p> - -<p>In maxumis malis, o infelix, et animi angore cruciaris; et me tui -miseret. Heu! heu! Quinam renes possint durare? quis animus? qui colei? -quis penis intentus, nec mane permolens aliquam?</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>¡Oh Júpiter, qué horribles convulsiones!</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¡Cómo se te ha burlado la más execrable y pérfida de las mujeres!</p> - -<p class="rol">CINESIAS.</p> - -<p>Di la más amada, la más dulcísima.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¿Dulcísima? No, ¡cruel, muy cruel! ¡Oh Júpiter,<span -class="pagenum" id="Page_380">p. 380</span> envía una violenta -ráfaga que la levante como a paja ligera, y después de hacerla -girar arremolinada en los aires, la deje de repente en tierra y la -clave... donde yo me sé!<a id="FNanchor_690" href="#Footnote_690" -class="fnanchor">[690]</a></p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">UN HERALDO.</p> - -<p>¿Dónde está el Senado ateniense? ¿Dónde están los pritáneos? Tengo -que comunicarles una noticia.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Eres un hombre o un Príapo?<a id="FNanchor_691" -href="#Footnote_691" class="fnanchor">[691]</a></p> - -<p class="rol">EL HERALDO.</p> - -<p>¡Soy un heraldo, imbécil! Te lo juro por Cástor y Pólux; vengo de -Esparta para hacer la paz.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Trayendo una lanza escondida?</p> - -<p class="rol">EL HERALDO.</p> - -<p>No hay tal.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Adónde te vuelves? ¿Por qué te estiras la túnica? ¿Te has excoriado -de tanto andar?</p> - -<p class="rol">EL HERALDO.</p> - -<p>Este hombre es un idiota</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Tu porte es indecentísimo.<a id="FNanchor_692" href="#Footnote_692" -class="fnanchor">[692]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_381">p. 381</span>EL HERALDO.</p> - -<p>Te digo que no, y basta de bromas.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Qué traes ahí?</p> - -<p class="rol">EL HERALDO.</p> - -<p>Una escítala<a id="FNanchor_693" href="#Footnote_693" -class="fnanchor">[693]</a> lacedemonia.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Pase por escítala; pero dime la verdad; mira que lo sé todo: ¿cómo -andan las cosas en Lacedemonia?</p> - -<p class="rol">EL HERALDO.</p> - -<p>Mal; todas en el aire, lo mismo las de Lacedemonia que las -de los aliados. Pelene<a id="FNanchor_694" href="#Footnote_694" -class="fnanchor">[694]</a> nos es indispensable.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Cuál es la causa de esa deplorable situación? ¿Quizá Pan<a -id="FNanchor_695" href="#Footnote_695" class="fnanchor">[695]</a> -irritado...?</p> - -<p class="rol">EL HERALDO.</p> - -<p>No, Lámpito, según creo, fue la que principió; y en seguida, a -un tiempo y unánimes, todas las espartanas se han separado de sus -maridos.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>¿Y qué tal lo pasáis?</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_382">p. 382</span>EL HERALDO.</p> - -<p>Horriblemente; andamos encorvados por las calles, como si lleváramos -linternas. Las mujeres han resuelto no permitirnos la menor caricia, -hasta que por unánime consentimiento hagamos la paz con toda la -Grecia.</p> - -<p class="rol">EL MAGISTRADO.</p> - -<p>Es una conspiración tramada por las mujeres de todos los países. -Ahora lo comprendo. Vete cuanto antes, y di a los lacedemonios que -manden embajadores con plenos poderes para tratar de la paz. Yo voy -a decir al Senado que os envíe otros; me bastará para persuadirle el -hacerle ver nuestra situación.</p> - -<p class="rol">EL HERALDO.</p> - -<p>Voy volando: tu idea es excelente.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>No hay bestia feroz, ni incendio más indomable que la mujer. La -pantera es menos desvergonzada.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Si sabes eso, ¿por qué te obstinas en hacerme la guerra, pudiendo, -gran bribón, ser amigo mío?</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>No, jamás dejaré de aborrecer a las mujeres.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Como quieras; mas por de pronto no puedo consentir que estés -desnudo. ¡Si vieras lo ridículo que estás! Vamos, voy a ponerte esta -túnica.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_383">p. 383</span>CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>En eso tenéis razón, por vida mía; me la quité en aquel arrebato de -cólera.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Ahora siquiera tienes facha de hombre, y no haces reír. Si no me -hubieras enojado tanto, te sacaría también un animalito que tienes en -el ojo.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Sin duda era eso lo que me mortificaba. Toma este anillo; saca el -insecto y enséñamelo. Me pica en el ojo hace un buen rato.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Lo haré, aunque eres el hombre más gruñón... ¡Oh Júpiter, qué -enorme mosquito! ¿Lo ves? Debe ser de Tricoriso.<a id="FNanchor_696" -href="#Footnote_696" class="fnanchor">[696]</a></p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¡Ah, qué alivio te debo! Me estaba abriendo un pozo; así es que en -cuanto lo has sacado, me fluyen lágrimas en abundancia.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Aunque eres muy bribón, yo te las enjugaré, y además te daré un -beso.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>No me beses.</p> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Quieras o no.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_384">p. 384</span>CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¡Mala peste os lleve! ¿Habrase visto qué zalameras son? Con razón -se dice: «Ni con esas perversas, ni sin esas perversas.» Pero hagamos -las paces, y convengamos en no causarnos en adelante ningún mal; ni -nosotros a vosotras, ni vosotras a nosotros. Sancionemos nuestra -amistad, uniendo nuestros cantos.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>No pretendemos, ciudadanos, hablar mal de ninguno de vosotros; al -contrario, os deseamos y haremos todo género de beneficios; que para -males, los presentes bastan.<a id="FNanchor_697" href="#Footnote_697" -class="fnanchor">[697]</a> Acuda a nosotras todo hombre o mujer -que necesite dinero, y recibirá tres minas; pues adentro hay oro -en abundancia, y nosotras también tenemos bolsa. Y si la paz -llega a hacerse, nadie tendrá que devolver la cantidad recibida. -Hemos convidado a cenar a unos caristios,<a id="FNanchor_698" -href="#Footnote_698" class="fnanchor">[698]</a> personas buenas y -valientes; tenemos puches y un lechoncillo, recientemente inmolado, -cuya carne será tierna y sabrosa. Venid, pues, hoy a mi morada, y -venid pronto, después del baño, vosotros y vuestros hijos; entrad -sin preguntar por nadie; seguid todo derecho, como en vuestra<span -class="pagenum" id="Page_385">p. 385</span> casa, sin reparo alguno; -porque la puerta estará... cerrada.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Allí vienen los embajadores espartanos, pisándose las barbas; parece -que traen una gamella colgada a la cintura.</p> - -<p>¡Salud, en primer lugar, lacedemonios! Y en seguida, decidnos qué -tal os encontráis.</p> - -<p class="rol">UN LACEDEMONIO.</p> - -<p>¿Qué necesidad hay de largos discursos? Mirad y ved.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>¡Oh! El mal toma serias proporciones y va cada vez a peor.</p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>Es indecible. ¿A qué hablar más? Venga cualquiera, y ajustemos la -paz a cualquier precio.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Atqui et istos conspicor indigenas, tamquam luctatores a ventre -rejicientes vestes, ita ut athleticum quid hic morbus videatur.</p> - -<p class="rol">ATHENIENSIS.</p> - -<p>Quis indicet nobis Lysistratam, ubi sit? nam viri adsumus et nos -hujuscemodi.</p> - -<p class="rol">CHORUS SENUM.</p> - -<p>Et alter hic morbus alteri congruit. Numquid mane tentigo vos -capit?</p> - -<p class="rol">ATHENIENSIS.</p> - -<p>Immo hercle perimus, dum hoc experimur. Quare,<span class="pagenum" -id="Page_386">p. 386</span> nisi pacem inter nos quis ocius conciliet, -fieri non poterit, quin Clisthenem futuamus.</p> - -<p class="rol">CHORUS SENUM.</p> - -<p>Si sapitis, vestes sumetis, ut nequis eorum, qui Hermos truncant, -vos videat.</p> - -<p class="rol">ATHENIENSIS.</p> - -<p>Recte, ita me Jupiter amet, autumas.</p> - -<p class="rol">LACO.</p> - -<p>Ita me Castores, recte omnino. Agedum amiciamur.</p> - -<p class="rol">ATHENIENSIS.</p> - -<p>Salvete, o Lacones: turpe est, quod nobis accidit.</p> - -<p class="rol">LACO.</p> - -<p>O carissime, male utique nobis fuisset, si vidissent isti viri -mentulas nostras erectas.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Ea, lacedemonios, hablemos con franqueza. ¿A qué habéis venido?</p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>A tratar de la paz.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Muy bien, nosotros a lo mismo. ¿Mas por qué no llamamos a -Lisístrata? Es la única que puede arreglarnos.</p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>Bueno, y si quieres también a Lisístrato.<a id="FNanchor_699" -href="#Footnote_699" class="fnanchor">[699]</a></p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Es inútil llamarla; sin duda os ha oído, y sale.</p> - -<p><span class="pagenum" id="Page_387">p. 387</span>¡Salud, mujer -esforzadísima! Llegó la ocasión de mostrarte valiente o tímida, buena o -mala, severa o indulgente, sencilla o astuta. Los principales griegos, -seducidos por tus encantos, se confían a ti, y esperan que des fin a -sus agravios.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>No es cosa difícil, mientras su situación no les arrastre a excesos -nefandos. Pronto lo sabré. ¿Dónde está la Paz?<a id="FNanchor_700" -href="#Footnote_700" class="fnanchor">[700]</a> Tráeme primero a -los lacedemonios, cogiéndoles de la mano, sin dureza ni altivez, y -sin aquella grosería con la cual les recibían nuestros esposos;<a -id="FNanchor_701" href="#Footnote_701" class="fnanchor">[701]</a> -al contrario, muéstrales esa afabilidad, adorno de la mujer. Si se -niegan a darte la mano, cógelos por otra parte.<a id="FNanchor_702" -href="#Footnote_702" class="fnanchor">[702]</a> Tráeme asimismo a los -atenienses, cogiéndoles por donde quieran. — Lacedemonios, colocaos -junto a mí; vosotros, atenienses, a este lado; ahora prestadme -atención. No soy más que una mujer, pero tengo sentido común; la -naturaleza me dotó de un criterio claro, que las lecciones de mi -padre y de otros ancianos acertaron a desenvolver. Quiero principiar -por echaros en rostro faltas comunes a entrambos y censurables con -sobra de razón. Vosotros que en Olimpia, en las Termópilas, en Delfos -(¡cuántos lugares pudiera citar si quisiera extenderme!) rociáis los -mismos altares con igual agua lustral, y formáis una sola familia -ante los<span class="pagenum" id="Page_388">p. 388</span> bárbaros -enemigos, arruináis ahora con desoladora guerra la Grecia y sus -ciudades. Esto es lo primero que tenía que deciros.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Y a mi me mata el deseo.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Ahora, lacedemonios, me dirijo a vosotros en particular. ¿No -os acordáis de cuando el espartano Periclides<a id="FNanchor_703" -href="#Footnote_703" class="fnanchor">[703]</a> llegó suplicante al -pie de nuestras aras, pálido, vestido de púrpura,<a id="FNanchor_704" -href="#Footnote_704" class="fnanchor">[704]</a> pidiendo a los -atenienses tropas auxiliares? Porque entonces la Mesenia os -apuraba, y Neptuno estremecía vuestra tierra.<a id="FNanchor_705" -href="#Footnote_705" class="fnanchor">[705]</a> Cimón partió con cuatro -mil soldados, y salvó a Lacedemonia. ¡Y después de tales beneficios -devastáis los campos de vuestros libertadores!</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Sí, Lisístrata, obraron mal.</p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>Obramos mal: pero es indecible la belleza de esto.<a -id="FNanchor_706" href="#Footnote_706" class="fnanchor">[706]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Creéis, atenienses, que os voy a absolver de toda culpa? ¿No -recordáis que también los lacedemonios, cuando vestíais la túnica -de esclavos, vinieron<span class="pagenum" id="Page_389">p. -389</span> en armas, mataron gran número de tesalios y de amigos y -partidarios de Hipias, y fueron los únicos que en aquel memorable -día os devolvieron la libertad y cambiaron vuestra túnica servil por -el manto de ciudadanos?<a id="FNanchor_707" href="#Footnote_707" -class="fnanchor">[707]</a></p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>No he visto mujer más hermosa.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Yo tampoco.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Debiéndoos mutuamente tantos y tan preclaros beneficios, ¿por qué os -hacéis la guerra, y no desistís de vuestros rencores? ¿Por qué no os -reconciliáis? Decid: ¿quién os lo impide?</p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>Nosotros ya queremos, si se nos devuelve nuestro baluarte.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>¿Cuál?, amigo.</p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>Pilos, que reclamamos y apetecemos hace tiempo.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>¡Por Neptuno! Nunca lo conseguiréis.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Cedédselo, amigos míos.</p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_390">p. 390</span>EL ATENIENSE.</p> - -<p>Entonces, ¿dónde promoveremos alborotos?</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Exigid otra plaza en cambio.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Bueno, dadnos Equinonte, el golfo Maliense que la baña, y los muros -de Mégara, parecidos a dos piernas.</p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>No, querido mío, no todo eso.</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Conveníos, no disputéis por dos piernas.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Yo estoy deseando desnudarme, y arar mis tierras.</p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>Y yo abonarlas primero.<a id="FNanchor_708" href="#Footnote_708" -class="fnanchor">[708]</a></p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>En cuanto se ajuste la paz haréis todo eso. Si la deseáis, deliberad -sobre el asunto, y partid a comunicar vuestra resolución a los -aliados.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>¿A qué aliados, amiga mía? Nuestra situación es insostenible. ¿Crees -que a nuestros aliados no les pasará lo mismo?</p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>A los míos, sí.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Pues no digo nada a los caristios.<a id="FNanchor_709" -href="#Footnote_709" class="fnanchor">[709]</a></p> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_391">p. 391</span>LISÍSTRATA.</p> - -<p>Perfectamente. Ahora purificaos para que las mujeres os recibamos en -la ciudadela, y vaciemos en obsequio vuestro nuestras cestas. Juraos -mutua fidelidad; después cada uno recobrará su esposa, y se marchará -con ella.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Vamos aprisa.</p> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>Llévame adonde quieras.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Sí, sí, volando.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">CORO DE MUJERES.</p> - -<p>Tapices bordados, túnicas preciosas, vestidos rozagantes, vasos de -oro, todo cuanto tengo os lo ofrezco de buena voluntad para que lo -lleven vuestros hijos, o vuestra hija, si llega a ser canéfora. A todos -os digo que dispongáis de mis riquezas y cojáis en mi casa cuanto os -agrade: de todo, por bien sellado que se encuentre, podéis apoderaros -rompiendo su cerradura. Mas por mucho que miréis no veréis nada, a -menos de que vuestros ojos sean más perspicaces que los míos. El que -no tenga comida para sus esclavos o numerosa prole, encontrará en mi -casa trigo molido y un enorme pan de un quénice. Todos los pobres -pueden acudir a mí con sacos y alforjas para recibir granos. Manes, mi -esclavo, se lo dará. Sin embargo, que nadie se acerque a mi puerta; -cuidado con el perro.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol"><span class="pagenum" id="Page_392">p. 392</span>UN CURIOSO.</p> - -<p>Abre la puerta.</p> - -<p class="rol">UN CRIADO.</p> - -<p>Retírate. ¿Qué hacéis vosotros ahí? ¿Queréis que os abrase con esta -lámpara? ¡Qué gente tan molesta!</p> - -<p class="rol">EL CURIOSO.</p> - -<p>No me retiraré.</p> - -<p class="rol">EL CRIADO.</p> - -<p>Bueno, ya que os empeñáis, nos aguantaremos aquí.</p> - -<p class="rol">EL CURIOSO.</p> - -<p>Y nosotros nos aguantaremos contigo.</p> - -<p class="rol">EL CRIADO.</p> - -<p>¡Ah! ¿No os vais? Vuestros cabellos lo pagarán, y después pondréis -el grito en el cielo. ¿No os vais para que los lacedemonios se marchen -en paz después del festín?</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Nunca he visto un banquete semejante. Los lacedemonios estaban -encantadores; y nosotros, después de beber, discretísimos.</p> - -<p class="rol">CORO DE VIEJOS.</p> - -<p>Tienes razón, porque en ayunas desvariamos. Por lo cual, si los -atenienses me creyesen, deberíamos de ir siempre beodos a todas las -embajadas. ¿Entramos sin beber en Lacedemonia? Pues ya solo buscamos -motivos de discordia: no oímos lo que se nos dice: lo que no se nos -dice nos inspira sospechas;<span class="pagenum" id="Page_393">p. -393</span> y al dar cuenta de lo ocurrido desnaturalizamos los hechos. -Pero hoy estábamos de tan buen talante que, si hubiesen cantado -el escolio de Telamón<a id="FNanchor_710" href="#Footnote_710" -class="fnanchor">[710]</a> en vez del de Clitágora, hubiéramos -aplaudido, dispuestos al perjurio.</p> - -<p class="rol">EL CRIADO.</p> - -<p>¿Ya vuelven otra vez? Largo de aquí, grandísimos desollados.</p> - -<p class="rol">EL CURIOSO.</p> - -<p>Por fin salen los convidados.</p> - -<hr class="tb"> - -<p class="rol">EL LACEDEMONIO.</p> - -<p>Queridísimo amigo, coge las flautas para que yo baile y cante en -honor de los atenienses y de nosotros mismos.</p> - -<p class="rol">EL ATENIENSE.</p> - -<p>Sí, coge las flautas, por todos los dioses; nada me divertirá tanto -como el verte bailar.</p> - -<p class="rol">CORO DE LACEDEMONIOS.</p> - -<p>Inspira, oh Mnemósine,<a id="FNanchor_711" href="#Footnote_711" -class="fnanchor">[711]</a> a estos jóvenes y a mi Musa, sabedora -de nuestras ilustres hazañas y de las de los atenienses, que -junto a Artemisio<a id="FNanchor_712" href="#Footnote_712" -class="fnanchor">[712]</a> con ímpetu de dioses se lanzaron sobre -los bajeles enemigos y derrotaron a los Medas. Leónidas nos llevaba -como jabalíes que han aguzado sus colmillos;<span class="pagenum" -id="Page_394">p. 394</span> copiosa espuma cubría nuestros labios, y -corría por todo nuestro cuerpo. Porque los persas eran numerosos como -las arenas del mar. ¡Cazadora Diana, señora de las selvas, virgen -celestial, ven y patrocina nuestra alianza! ¡Que en adelante nos ligue -una amistad fraternal, jamás rota por la perfidia! ¡Senos propicia, -doncella cazadora!</p> - -<p class="rol">LISÍSTRATA.</p> - -<p>Ea, ya que todo lo demás ha terminado tan felizmente, lacedemonios, -llevaos vuestras mujeres; y vosotros, atenienses, las vuestras; que -el esposo esté junto a su esposa y la esposa junto a su esposo; y en -celebridad de tan feliz suceso, dancemos en honor de los dioses y -evitemos las reincidencias.</p> - -<p class="rol">CORO DE ATENIENSES.</p> - -<p>¡Que se presente el coro! ¡Que aparezcan las Gracias! Invocad a -Diana, invocad a su hermano, al benéfico Peán, director de las danzas; -invocad al dios de Nisa,<a id="FNanchor_713" href="#Footnote_713" -class="fnanchor">[713]</a> cuyos ojos centellean al fijarse en las -Ménades; invocad a Júpiter, el de coruscante rayo, a su veneranda -esposa y a todas las deidades, eternos testigos de esta paz ajustada -bajo los auspicios de Venus. ¡Io! ¡Io! Peán ¡Bailad! ¡Io! ¡Io! Saltad -como para celebrar una victoria. ¡Evoé! ¡Evoé! Lacedemonio, entona un -nuevo canto.</p> - -<p class="rol">CORO DE LACEDEMONIOS.</p> - -<p>Desciende otra vez del amable Taigeto, Musa lacedemonia, y ven a -celebrar conmigo al Amicleo<a id="FNanchor_714" href="#Footnote_714" -class="fnanchor">[714]</a><span class="pagenum" id="Page_395">p. -395</span> Apolo, a Minerva Calcieca<a id="FNanchor_715" -href="#Footnote_715" class="fnanchor">[715]</a> y a los -fuertes Tindáridas<a id="FNanchor_716" href="#Footnote_716" -class="fnanchor">[716]</a> que se ejercitan en la margen del Eurotas.<a -id="FNanchor_717" href="#Footnote_717" class="fnanchor">[717]</a></p> - -<p>¡Oh!, ven, tiende hacia mí tu rápido vuelo, y cantemos a Esparta, -amante de los sagrados coros y gallardas danzas que junto al Eurotas -ejecutan sus doncellas, saltando con la agilidad de jóvenes corceles, -hiriendo el suelo con ligero pie, y, a modo de tirsíferas bacantes, -soltando al viento la destrenzada cabellera. La casta hija de Leda<a -id="FNanchor_718" href="#Footnote_718" class="fnanchor">[718]</a> las -precede radiante de hermosura. Ea, sujeta con una cinta tus flotantes -cabellos y salta como ligera cierva; arranca esos aplausos que -animan los coros, y celebra a Palas, la más fuerte y guerrera de las -diosas.</p> - - -<p class="fin">FIN DE LISÍSTRATA.</p> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="chapter pt3" id="ToC"> - <p><span class="pagenum" id="Page_397">p. 397</span></p> - <h2 class="nobreak g1">ÍNDICE</h2> - <hr class="tir"> -</div> - -<table class="toc"> - <tr> - <td> </td> - <td class="tdrb smaller bb">Páginas.</td> - </tr> - <tr> - <td class="tdl"><a href="#Ch1">Las Avispas</a>.</td> - <td class="tdrb asc"><a href="#Page_1">1</a></td> - </tr> - <tr> - <td class="tdl"><a href="#Ch2">La Paz</a>.</td> - <td class="tdrb asc"><a href="#Page_105">105</a></td> - </tr> - <tr> - <td class="tdl"><a href="#Ch3">Las Aves</a>.</td> - <td class="tdrb asc"><a href="#Page_195">195</a></td> - </tr> - <tr> - <td class="tdl"><a href="#Ch4">Lisístrata</a>.</td> - <td class="tdrb asc"><a href="#Page_313">313</a></td> - </tr> -</table> - -<hr class="chap x-ebookmaker-drop"> - - -<div class="chapter pt3" id="Notas"> - <h2 class="nobreak g1">NOTAS</h2> - <hr class="tir"> -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_1" href="#FNanchor_1" class="label">[1]</a> -<i>República ateniense</i>, <span class="asc">III</span>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_2" href="#FNanchor_2" class="label">[2]</a> V. <span -class="sc">Aristófanes</span>, <i>Los Acarnienses, parábasis</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_3" href="#FNanchor_3" class="label">[3]</a> -<i>Apología de Sócrates</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_4" href="#FNanchor_4" class="label">[4]</a> -<i>Comédies d’Aristophane</i>, t. <span class="asc">I</span>, pág. -206.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_5" href="#FNanchor_5" class="label">[5]</a> Es -decir, trata de dormirse.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_6" href="#FNanchor_6" class="label">[6]</a> Parece -extraño que Sosias que acaba de despertar a su camarada, trate de -imitarle. Pero esta contradicción se explica perfectamente, conocido el -carácter de no dárseles nada por nada, que Aristófanes suele presentar -en los esclavos de sus piezas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_7" href="#FNanchor_7" class="label">[7]</a> Nombre -de los sacerdotes de Cibeles. Al celebrar los misterios de la diosa, -entrechocaban sus armas, batían estrepitosamente los tambores y se -herían hasta derramar sangre en medio del mayor frenesí.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_8" href="#FNanchor_8" class="label">[8]</a> -Sobrenombre de Baco. De modo que hablando en plata, el sueño de Sosias -es producido por el vino.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_9" href="#FNanchor_9" class="label">[9]</a> La -palabra ἀσπίς, significa <i>escudo</i> y <i>serpiente</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_10" href="#FNanchor_10" class="label">[10]</a> -Cleónimo arrojó su escudo en una batalla.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_11" href="#FNanchor_11" class="label">[11]</a> Los -convidados solían proponerse de sobremesa enigmas y cuestiones para -entretenerse.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_12" href="#FNanchor_12" class="label">[12]</a> Este -era el distintivo de los jueces.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_13" href="#FNanchor_13" class="label">[13]</a> -Cleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_14" href="#FNanchor_14" class="label">[14]</a> -Alusión al oficio de curtidor de Cleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_15" href="#FNanchor_15" class="label">[15]</a> -Hay en griego un equívoco intraducibie, basado en la casi -absoluta semejanza de las palabras que significan <i>grasa</i> y -<i>pueblo</i>. Ya lo hicimos observar en la nota al verso 953 de <i>Los -Caballeros</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_16" href="#FNanchor_16" class="label">[16]</a> Vid. -<i>Los Acarnienses</i>, 134-166; <i>Los Caballeros</i>, 608; <i>Las -Nubes</i>, 399.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_17" href="#FNanchor_17" class="label">[17]</a> -Alcibíades era algo tartajoso y no podía pronunciar bien la <i>r</i>, -convirtiéndola en <i>l</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_18" href="#FNanchor_18" class="label">[18]</a> -Κόραξ, <i>cuervo</i>, al transformarse la <i>l</i> en <i>r</i>, -significa en griego <i>adulador</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_19" href="#FNanchor_19" class="label">[19]</a> Esta -frase ya hemos visto que equivalía a la nuestra «irse al diablo» o «al -infierno.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_20" href="#FNanchor_20" class="label">[20]</a> Los -Megarenses eran de gusto poco delicado en sus diversiones, y sus poetas -cómicos empleaban para hacerles reír medios vulgares y groseros. Esto, -a pesar de que según la opinión de <span class="sc">Aristóteles</span> -(<i>Poética</i>, <span class="asc">III</span>), la comedia principió a -cultivarse en Mégara.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_21" href="#FNanchor_21" class="label">[21]</a> -Aristófanes indica alguno de los recursos de mala ley empleados por los -poetas vulgares. En el <i>Pluto</i>, v. 797, vuelve a aludir a esta -costumbre de arrojar a los espectadores nueces y golosinas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_22" href="#FNanchor_22" class="label">[22]</a> -La glotonería de Hércules era un tema inagotable para los cómicos -griegos. En la <i>Lisístrata</i>, <i>Las Aves</i> y <i>Las Ranas</i>, -Aristófanes la hace también objeto de sus burlas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_23" href="#FNanchor_23" class="label">[23]</a> Lo -fue en <i>Los Acarnienses</i>, y Aristófanes volvió a la carga en -<i>Las Fiestas de Ceres</i>, <i>Las Ranas</i>, etc.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_24" href="#FNanchor_24" class="label">[24]</a> Harto -asendereado quedó en <i>Los Caballeros</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_25" href="#FNanchor_25" class="label">[25]</a> -Aristófanes vuelve a citar a este <i>Aminias</i> en el <a -href="#FNanchor_192">verso 1267</a> de esta comedia, pero llamándole -hijo de Selo; sin embargo, parece que ambas personas son una misma, -porque llamábase así a todo hombre pobre y vanidoso, por concurrir -estas circunstancias en Esquines, hijo de aquel.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_26" href="#FNanchor_26" class="label">[26]</a> Se -ignora si era un comediante, un tabernero o un borracho.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_27" href="#FNanchor_27" class="label">[27]</a> -Ateniense supersticioso.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_28" href="#FNanchor_28" class="label">[28]</a> Del -nombre de un demo del Ática.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_29" href="#FNanchor_29" class="label">[29]</a> -Exclamación ordinaria de Sócrates.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_30" href="#FNanchor_30" class="label">[30]</a> -Filóxeno significa <i>amigo de la hospitalidad</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_31" href="#FNanchor_31" class="label">[31]</a> Lit.: -es <i>fileliasta como nadie</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_32" href="#FNanchor_32" class="label">[32]</a> Reloj -de agua, que servía para medir el tiempo concedido a los oradores y -abogados para sus arengas y defensas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_33" href="#FNanchor_33" class="label">[33]</a> Se -votaba por medio de piedrecitas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_34" href="#FNanchor_34" class="label">[34]</a> Δῆμος -(<i>Demo</i>); κημός (<i>urna</i>). <i>Demo</i> era un hermoso joven -(V. <span class="sc">Platón</span>, <i>Gorgias</i>). Éupolis habla de -él también en sus comedias. Las muchas inscripciones de su nombre que -en las paredes se leían, atestiguaban el gran efecto que su hermosura -causaba. Era costumbre escribir el nombre del ser amado en los muros, -puertas y otros objetos, como ya vimos en <i>Los Acarnienses</i>, v. -141. En la <i>Antología</i>, aluden a este uso muchos epigramas. Véase -uno de Petronio:</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent2">Al plantar los perales y manzanos,</div> - <div class="verse indent0">Grabé tu amado nombre en la corteza,</div> - <div class="verse indent0">Crecen ellos, se cubren de inscripciones,</div> - <div class="verse indent0">Y con ellos mi amor crece y se aumenta.</div> - </div> -</div> -</div> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_35" href="#FNanchor_35" class="label">[35]</a> Este chiste ha sido imitado por Plauto y Racine:</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent2">Obtrunco gallum, furem manifestarium,</div> - <div class="verse indent0">Credo ædepol illi mercedem gallo pollicitos coquos,</div> - <div class="verse indent0">Si id palam fecisset.</div> - <div class="verse indentd">(<i>Aulularia</i>; <span class="asc">III</span>, 4, 10.)</div> - </div> -</div> -</div> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Il fit couper la tête à son coq, de colère,</div> - <div class="verse indent0">Pour l’avoir éveillé plus tard qu’à l’ordinaire.</div> - <div class="verse indent0">Il disait qu’un plaideur dont l’affaire allait mal,</div> - <div class="verse indent0">Avait graissé la patte à ce pauvre animal.</div> - <div class="verse indentd">(<i>Les Plaideurs</i>, Acto <span class="asc">I</span>, esc. 1.ª)</div> - </div> -</div> -</div> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_36" href="#FNanchor_36" class="label">[36]</a> Para condenar se trazaba sobre una tablilla cubierta -de cera una línea larga.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_37" href="#FNanchor_37" class="label">[37]</a> -Parodia de la <i>Estenebea</i>, de Eurípides.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_38" href="#FNanchor_38" class="label">[38]</a> Sobre -esta costumbre véase el <i>Pluto</i>, v. 411 y siguientes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_39" href="#FNanchor_39" class="label">[39]</a> -<i>Filocleón</i> significa <i>amigo de Cleón</i>, porque este demagogo -tenía gran partido entre la gente que constituía los tribunales, por el -trióbolo que les hacía pagar.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_40" href="#FNanchor_40" class="label">[40]</a> -<i>Bdelicleón</i>, significa que <i>detesta a Cleón</i>: de suerte -que la lucha entre ambos personajes representa perfectamente la que -entonces sostenían en Atenas el famoso demagogo Cleón, apoyado por el -pueblo mediante el trióbolo, y el partido aristocrático.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_41" href="#FNanchor_41" class="label">[41]</a> El -humo producido por la leña de higuera es, según el Escoliasta, de los -más irritantes y molestos, lo cual pinta bien el carácter intratable de -Filocleón. Además, en el hecho de mencionar esa especie de combustible, -hay una alusión a los <i>sicofantas</i> o delatores, nombre en cuya -composición entra la raíz del de higuera.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_42" href="#FNanchor_42" class="label">[42]</a> -Καπνίας. Este sobrenombre se le dio a Ecfántides, poeta cómico -contemporáneo de Cratino, por la oscuridad de su estilo y el embrollo -de sus argumentos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_43" href="#FNanchor_43" class="label">[43]</a> -Ateniense de mala fama, condenado muchas veces. Parece que después de -la representación de <i>Las Avispas</i>, llegó a ser uno de los treinta -tiranos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_44" href="#FNanchor_44" class="label">[44]</a> Sin -condenarle.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_45" href="#FNanchor_45" class="label">[45]</a> Día -de mercado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_46" href="#FNanchor_46" class="label">[46]</a> -Parodia del episodio del Cíclope en la <i>Odisea</i>, Canto <span -class="asc">IX</span>. Con este asunto se compusieron varios dramas -satíricos, de los cuales solo se ha conservado <i>El Cíclope</i> de -Eurípides, cuya primera traducción al castellano estamos publicando en -<i>El Ateneo</i> de Vitoria.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_47" href="#FNanchor_47" class="label">[47]</a> -Expresión proverbial para indicar personas que disputan sobre cualquier -necedad. Del texto de Aristófanes puede deducirse tal vez que el -célebre cuento de Demóstenes del litigio sobre la sombra del asno no -fue invención del elocuente orador, bastante posterior al poeta.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_48" href="#FNanchor_48" class="label">[48]</a> Es -decir, su herencia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_49" href="#FNanchor_49" class="label">[49]</a> -Ciudad de Tracia, que por influencia de Brásidas se rebeló contra -Atenas, uno o dos años antes de la representación de <i>Las -Avispas</i>. Los atenienses la sitiaron y la desmantelaron -para que no volviese a inquietarles en lo sucesivo (V. <span -class="sc">Tucídides</span>, <span class="asc">IV</span>, 120, 130, -131; <span class="asc">V</span>, 18, 32).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_50" href="#FNanchor_50" class="label">[50]</a> -Antiguo poeta trágico, que floreció en 512 antes de -Jesucristo. Para elogiarle Aristófanes forja la enorme palabra -ἀρχαιομελισιδωνοφρυνιχήρατα.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_51" href="#FNanchor_51" class="label">[51]</a> -Alusión al traje con que van a presentarse los jueces.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_52" href="#FNanchor_52" class="label">[52]</a> Aldea -del Ática.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_53" href="#FNanchor_53" class="label">[53]</a> -General ateniense que mandó la escuadra enviada a Sicilia en -auxilio de los Leontinos (<span class="sc">Tucídides</span>, <span -class="asc">III</span>, 86). Fue reemplazado por Sófocles y Pitodoro, y -tuvo que dar cuenta de su conducta. La intención de Aristófanes es la -de revelar las infames calumnias con que Cleón perseguía a sus enemigos -políticos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_54" href="#FNanchor_54" class="label">[54]</a> -Alusión a la provisión ordinaria de los soldados. (V. <i>Los -Acarnienses</i>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_55" href="#FNanchor_55" class="label">[55]</a> Como -aún no ha amanecido, los niños les preceden con linternas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_56" href="#FNanchor_56" class="label">[56]</a> Es -decir: intentas un imposible.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_57" href="#FNanchor_57" class="label">[57]</a> -El hecho a que alude Aristófanes es el siguiente: Los atenienses, -aliados de los milesios, atacaron a Samos y establecieron en ella el -gobierno democrático. Los de Samos, para sacudir el yugo de Atenas, -entraron en negociaciones secretas con los persas, que fueron reveladas -por un tal Caristión. Los atenienses se apoderaron de la ciudad y -destruyeron sus murallas (V. <span class="sc">Tucíd.</span>, <span -class="asc">I</span>, 115, 592; <span class="sc">Diod. Sic.</span>, -<span class="asc">XII</span>, 27, 199; <span class="sc">Plut.</span>, -<i>Vida de Pericles</i>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_58" href="#FNanchor_58" class="label">[58]</a> Quizá -aluda a Cleón, que murió el año siguiente delante de Anfípolis.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_59" href="#FNanchor_59" class="label">[59]</a> -Es decir, el suicidio, arrojándose al mar. Hele, al atravesar los -aires sobre el vellocino de oro, se espantó del ruido de las olas -al atravesar el mar, y cayó en el estrecho que recibió el nombre de -<i>Helesponto</i>. Hay en el texto una alusión a Píndaro.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_60" href="#FNanchor_60" class="label">[60]</a> -Tomado del <i>Teseo</i> de Eurípides. Estas palabras las decían los -jóvenes enviados a servir de pasto al Minotauro, entre los cuales se -hallaba Hipólito, hijo de Teseo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_61" href="#FNanchor_61" class="label">[61]</a> Este -apóstrofe se dirige al saco donde había de llevar a su casa, de regreso -del tribunal, los víveres comprados con su salario de juez.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_62" href="#FNanchor_62" class="label">[62]</a> En -las <i>Suplicantes</i> de Esquilo (v. 779) hay una imprecación idéntica -que Aristófanes parece parodiar:</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Μέλας γενοίμαν καπνός.</div> - </div> -</div> -</div> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_63" href="#FNanchor_63" class="label">[63]</a> -<i>Proxénides</i> y el <i>hijo de Selo</i> (Esquines) eran dos hábiles -charlatanes capaces con su locuacidad de salir de los trances más -apurados.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_64" href="#FNanchor_64" class="label">[64]</a> Hay -una laguna en el texto, que se ha tratado de llenar con una frase cuya -traducción es «porque dices sin rebozo la verdad sobre las naves.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_65" href="#FNanchor_65" class="label">[65]</a> Para -emitir su voto.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_66" href="#FNanchor_66" class="label">[66]</a> -Alusión a la <i>Hécuba</i> de Eurípides, donde la madre de Héctor -recuerda el día en que Ulises penetró en Troya como espía.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_67" href="#FNanchor_67" class="label">[67]</a> -El Escoliasta cree que Aristófanes alude a la toma de Naxos por -Pisístrato; pero es más probable que se refiera a la del tiempo de -Cimón, cincuenta años antes de la representación de <i>Las Avispas</i>, -pues así era posible la aventura de Filocleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_68" href="#FNanchor_68" class="label">[68]</a> -Sobrenombre de Diana.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_69" href="#FNanchor_69" class="label">[69]</a> -Ceres y Proserpina. La profanación de sus misterios era una de las -acusaciones más frecuentes y graves en Atenas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_70" href="#FNanchor_70" class="label">[70]</a> -Adivino, amigo de Nicias, acusado de robo al erario público, orador -furibundo censurado como tal por Frínico (en el <i>Saturno</i>), -Éupolis, Teléclides y Amipsias. (V. <i>Los Caballeros</i>, 1085; <i>Las -Aves</i>, 989.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_71" href="#FNanchor_71" class="label">[71]</a> Apolo -y Júpiter eran los dioses tutelares de Atenas; pero Aristófanes supone -que lo es Lico, hijo de Pandión, cuya estatua se elevaba junto al sitio -donde se pagaba a los jueces el trióbolo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_72" href="#FNanchor_72" class="label">[72]</a> Lit.: -<i>nec mingam nec ventrem exonerabo cum strepitu</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_73" href="#FNanchor_73" class="label">[73]</a> Sin -duda echan mano de la rama que era costumbre colgar delante de las -puertas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_74" href="#FNanchor_74" class="label">[74]</a> -Nombres de amigos de Filocleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_75" href="#FNanchor_75" class="label">[75]</a> Véase -la nota al verso 134 de <i>Los Acarnienses</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_76" href="#FNanchor_76" class="label">[76]</a> -Nombres de esclavos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_77" href="#FNanchor_77" class="label">[77]</a> -Lit.: «He oído muchas veces en el fuego los estallidos de las hojas -de higuera.» Proverbio equivalente al castellano, y empleado por -Bdelicleón para manifestar que no le asustan las amenazas del Coro.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_78" href="#FNanchor_78" class="label">[78]</a> -Fundador de Atenas. Su cuerpo terminaba en cola de dragón, lo cual -parece significar lo mucho que hizo progresar a los hombres suavizando -sus costumbres, salvajes hasta él.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_79" href="#FNanchor_79" class="label">[79]</a> En -vez de decir a amasar cuatro panes por <i>quénice</i>. Esta palabra -designa una medida de capacidad y los cepos en que se aprisionaba a los -esclavos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_80" href="#FNanchor_80" class="label">[80]</a> -Medio empleado para alejarlas. Virgilio hablando de las abejas -(<i>Georg.</i> <span class="asc">IV</span>, 230) dice: «<i>Fumos -pretende sequaces</i>.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_81" href="#FNanchor_81" class="label">[81]</a> -<i>Selarcio</i> en lugar de <i>Selos</i>. Véase la nota del <a -href="#FNanchor_62">verso 324</a> de esta misma comedia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_82" href="#FNanchor_82" class="label">[82]</a> Poeta -trágico, cuyos versos eran muy duros, a lo cual parece aludir la frase -de Aristófanes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_83" href="#FNanchor_83" class="label">[83]</a> -General lacedemonio. Murió al año siguiente de la representación de -<i>Las Avispas</i> en el mismo combate que Cleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_84" href="#FNanchor_84" class="label">[84]</a> -Los lacedemonios, enemigos de los atenienses, se dejaban crecer la -barba.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_85" href="#FNanchor_85" class="label">[85]</a> -Lit.: «Pues aún no estás en el apio ni en el camino.» El apio servía -para marcar los bordes de las sendas en los jardines. El proverbio se -aplicaba a los que aún no estaban más que al principio de un grave -negocio.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_86" href="#FNanchor_86" class="label">[86]</a> Las -acusaciones de aspirar a la restauración de la tiranía eran frecuentes -en Atenas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_87" href="#FNanchor_87" class="label">[87]</a> Tan -delicado gusto despertaba sus sospechas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_88" href="#FNanchor_88" class="label">[88]</a> Poeta -trágico, gran gastrónomo, citado en <i>Los Acarnienses</i> (v. 887).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_89" href="#FNanchor_89" class="label">[89]</a> -Flechazo a la manía de los atenienses por los procesos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_90" href="#FNanchor_90" class="label">[90]</a> Los -demagogos y oradores.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_91" href="#FNanchor_91" class="label">[91]</a> Véase -la nota al verso 106 de <i>Los Caballeros</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_92" href="#FNanchor_92" class="label">[92]</a> El -coro continúa la interrumpida frase de Filocleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_93" href="#FNanchor_93" class="label">[93]</a> -Designábanse con el nombre de <i>talóforos</i> los ancianos que -llevaban ramas de olivo en las grandes Panateneas, y también los que -solo servían para esta función.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_94" href="#FNanchor_94" class="label">[94]</a> Este -Esopo no es el célebre fabulista, sino el autor cómico muy en boga -entonces.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_95" href="#FNanchor_95" class="label">[95]</a> Se -reproduce el equívoco de <i>Los Acarnienses</i>, 470 y siguientes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_96" href="#FNanchor_96" class="label">[96]</a> Al -ser inscritos en el registro de ciudadanos, se sometía a los niños a -una inspección de su sexo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_97" href="#FNanchor_97" class="label">[97]</a> -Célebre actor trágico.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_98" href="#FNanchor_98" class="label">[98]</a> -Tragedia de Esquilo en que Eagro hacía el papel principal.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_99" href="#FNanchor_99" class="label">[99]</a> -Costumbres de los flautistas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_100" href="#FNanchor_100" class="label">[100]</a> Se -cubría el sello con la valva de un molusco para conservarlo mejor.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_101" href="#FNanchor_101" class="label">[101]</a> -Orador de mala reputación. (Véase <i>Los Acarnienses</i>, 710.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_102" href="#FNanchor_102" class="label">[102]</a> El -mismo citado varias veces.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_103" href="#FNanchor_103" class="label">[103]</a> -Vil adulador.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_104" href="#FNanchor_104" class="label">[104]</a> -Costumbre que también se observa en el <i>Nuevo testamento</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_105" href="#FNanchor_105" class="label">[105]</a> -Aristófanes alude varias veces a esta costumbre de llevar monedas en la -boca.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_106" href="#FNanchor_106" class="label">[106]</a> Su -salario de juez.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_107" href="#FNanchor_107" class="label">[107]</a> -Ὄνος significa <i>vasija</i> y <i>asno</i>; de aquí un juego de -palabras intraducibie. Literalmente traducido este pasaje, es: <i>Tum -si mihi vinum sitienti non infuderis, asinum huc adtuli vino plenum;... -ille autem hians rudit et contra tuum turbinem grande et horrendum -pedit.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_108" href="#FNanchor_108" class="label">[108]</a> -Frase proverbial para indicar el abandono de un pleito.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_109" href="#FNanchor_109" class="label">[109]</a> Es -decir, viejo estúpido.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_110" href="#FNanchor_110" class="label">[110]</a> -Por el delito de homicidio.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_111" href="#FNanchor_111" class="label">[111]</a> -Artaud (<i>Comédies d’Aristophane, traduites du Grec</i>, t. <span -class="asc">I</span>.) formaliza esta cuenta del modo siguiente, -teniendo presente que cada juez recibía tres óbolos diarios:</p> - -<table class="form"> - <tr> - <td class="tdlh">6000 jueces, a tres óbolos al día, hacen:</td> - <td class="tdrb">540.000</td> - <td class="tdlb">óbolos</td> - <td class="tdlb">al mes.</td> - </tr> - <tr> - <td class="tdlh">Valiendo seis óbolos cada dracma, son:</td> - <td class="tdrb">90.000</td> - <td class="tdlb">dracmas,</td> - <td class="tdcb">id.</td> - </tr> - <tr> - <td class="tdlh">Valiendo 100 dracmas cada mina son:</td> - <td class="tdrb">900</td> - <td class="tdlb">minas,</td> - <td class="tdcb">id.</td> - </tr> - <tr> - <td class="tdlh">Valiendo 60 minas cada talento son:</td> - <td class="tdrb">15</td> - <td class="tdlb">talentos,</td> - <td class="tdcb">id.</td> - </tr> - <tr> - <td class="tdlh">De suerte que cada año de 10 meses, porque los - otros dos estaban cerrados los tribunales, el sueldo de los jueces - asciende a:</td> - <td class="tdrb">150</td> - <td class="tdlb">talentos.</td> - <td class="tdcb"> </td> - </tr> -</table> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_112" href="#FNanchor_112" class="label">[112]</a> -El total de las rentas ascendía a 2000 talentos, cuya décima parte son -200; y el sueldo de los jueces solo importaba 150.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_113" href="#FNanchor_113" class="label">[113]</a> -Músico derrochador, que se había arruinado con sus prodigalidades.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_114" href="#FNanchor_114" class="label">[114]</a> -Los συνήγοροι recibían un dracma diario cuando estaban encargados -de alguna defensa. Constituían una especie de magistratura anual, -compuesta de diez ciudadanos elegidos a suerte.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_115" href="#FNanchor_115" class="label">[115]</a> -Algunos entienden que este número determinado está por otro -indeterminado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_116" href="#FNanchor_116" class="label">[116]</a> -Demóstenes calcula también en 20.000 los habitantes de Atenas; -Aristófanes en <i>Las Junteras</i>, v. 1127, lo hace ascender a 30.000, -pero incluyendo los habitantes extranjeros.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_117" href="#FNanchor_117" class="label">[117]</a> -Lit.: <i>calostro et lac decoctum</i>. Llamábase <i>calostro</i> la -primera leche de las reses recién paridas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_118" href="#FNanchor_118" class="label">[118]</a> -Parodia del verso 629 de la <i>Andrómaca</i> de Eurípides.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_119" href="#FNanchor_119" class="label">[119]</a> -<i>Quae penem ei lumbosque fricabit.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_120" href="#FNanchor_120" class="label">[120]</a> -Verso del <i>Belerofonte</i> de Eurípides.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_121" href="#FNanchor_121" class="label">[121]</a> -<span class="sc">Racine</span> (<i>Les Plaideurs</i>, act. <span -class="asc">II</span>, esc. <span class="asc">XIII</span>) pone en boca -de Leandro igual proposición:</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Si pour vous, sans juger, la vie est un supplice,</div> - <div class="verse indent0">Si vous êtes pressé de rendre la justice,</div> - <div class="verse indent0">Il ne faut point sortir pour cela de chez vous:</div> - <div class="verse indent0">Exercez le talent, et jugez parmi nous.</div> - </div> -</div> -</div> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_122" href="#FNanchor_122" class="label">[122]</a> -De los nueve arcontes, seis se llamaban tesmotetas, y presidían los -tribunales de justicia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_123" href="#FNanchor_123" class="label">[123]</a> -Exacerbado por la pesadez del abogado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_124" href="#FNanchor_124" class="label">[124]</a> -Citado en <i>Los Acarnienses</i>, v. 854; y en <i>Los Caballeros</i>, -v. 1165.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_125" href="#FNanchor_125" class="label">[125]</a> -Como el dracma valía seis óbolos, solía darse uno para cada dos -jueces.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_126" href="#FNanchor_126" class="label">[126]</a> -<i>Si mingere velis.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_127" href="#FNanchor_127" class="label">[127]</a> -Véase la nota al <a href="#Footnote_71">verso 389</a> de esta -comedia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_128" href="#FNanchor_128" class="label">[128]</a> -Alusión a la cobardía de Cleónimo, que huyó arrojando las armas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_129" href="#FNanchor_129" class="label">[129]</a> -Nombre de una esclava.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_130" href="#FNanchor_130" class="label">[130]</a> -Con el perro <i>Labes</i> se alude a Laques, de quien antes se ha hecho -mención. Aristófanes parece acusarle de haberse dejado ganar por los -sicilianos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_131" href="#FNanchor_131" class="label">[131]</a> La -trae para que sirva de balaustrada al tribunal.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_132" href="#FNanchor_132" class="label">[132]</a> -Frase proverbial como la de: <i>Ab Jove principium</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_133" href="#FNanchor_133" class="label">[133]</a> -Ante las puertas de las casas se colocaban altares, columnas o conos -en honor de Apolo, llamado <i>Agieo</i>, Ἀγυιεύς, <i>que preside las -calles</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_134" href="#FNanchor_134" class="label">[134]</a> -Otras ediciones ponen la acusación en boca de Jantias.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_135" href="#FNanchor_135" class="label">[135]</a> -Aristófanes observa en toda esta escena las fórmulas forenses.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_136" href="#FNanchor_136" class="label">[136]</a> -Cidatene era una aldea o demo del Ática.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_137" href="#FNanchor_137" class="label">[137]</a> En -otras ediciones Sosias hace el papel de heraldo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_138" href="#FNanchor_138" class="label">[138]</a> -Hay en todo esto alusiones continuas a la conducta de Laques.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_139" href="#FNanchor_139" class="label">[139]</a> -El doble sentido de las palabras griegas hace que todo cuanto se dice -del perro Labes pueda aplicarse a la rapacidad de Laques y a sus -concusiones en Sicilia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_140" href="#FNanchor_140" class="label">[140]</a> -<i>Cacaturum.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_141" href="#FNanchor_141" class="label">[141]</a> -Sobre Tucídides y el hecho a que se alude, véase la nota a la -<i>parábasis</i> de <i>Los Acarnienses</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_142" href="#FNanchor_142" class="label">[142]</a> -Alude a Cleón, acusador de Laques.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_143" href="#FNanchor_143" class="label">[143]</a> -Habla en plural, como ante un tribunal completo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_144" href="#FNanchor_144" class="label">[144]</a> -De la tribuna. La frase de Filocleón indica que da por terminada la -vista.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_145" href="#FNanchor_145" class="label">[145]</a> La -de absolución. En el tribunal se colocaban dos urnas: en la que estaba -delante se echaban los votos condenatorios, y en la de atrás los de la -absolución.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_146" href="#FNanchor_146" class="label">[146]</a> Es -decir, la de absolver.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_147" href="#FNanchor_147" class="label">[147]</a> -Estas palabras las dice Bdelicleón aparte.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_148" href="#FNanchor_148" class="label">[148]</a> El -coro se vuelve para recitar la <i>parábasis</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_149" href="#FNanchor_149" class="label">[149]</a> -Adivino ventrílocuo, que respondía a las consultas haciendo creer -que no era él quien hablaba, sino un genio misterioso oculto en su -vientre. Llegó a generalizarse su sistema hasta darse el nombre de -<i>Euríclides</i> a sus imitadores. En tiempo de Plutarco los nombres -Euricles y adivino eran ya sinónimos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_150" href="#FNanchor_150" class="label">[150]</a> -Aristófanes presentó varias de sus comedias con los nombres de los -autores Filónides y Calístrato.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_151" href="#FNanchor_151" class="label">[151]</a> -Esto se cree dirigido contra Éupolis.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_152" href="#FNanchor_152" class="label">[152]</a> -En <i>Los Caballeros</i> (<i>passim</i>), donde tan denodada y -rabiosamente atacó a Cleón, que es la fiera descrita.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_153" href="#FNanchor_153" class="label">[153]</a> -Meretriz ateniense.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_154" href="#FNanchor_154" class="label">[154]</a> -Lit.: <i>illotos Lamiæ coleos, culum cameli</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_155" href="#FNanchor_155" class="label">[155]</a> -Lamia, hija de Belo y Libia, fue amada por Júpiter. Juno, celosa, mató -a todos los hijos de esta unión, lo cual produjo tal furor a Lamia, que -se precipitaba sobre cuantos niños veía para hacerles sufrir la misma -suerte que a los suyos. Júpiter le permitió tomar todas las formas -que quisiera para saciar su rabia. Esta idea que los antiguos tenían -de Lamia, como de un monstruo indefinido, movió quizá a Aristófanes a -escogerla para representar a Cleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_156" href="#FNanchor_156" class="label">[156]</a> -Los sofistas atacados en <i>Las Nubes</i> (<i>passim</i>).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_157" href="#FNanchor_157" class="label">[157]</a> -El tribunal presidido por el Polemarca, nombre del tercer arconte, -entendía en todos los negocios relativos a domiciliados y extranjeros. -La cualidad de extranjero y la privación de los derechos de ciudadano -que traía consigo, eran motivo de frecuentísimos pleitos en Atenas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_158" href="#FNanchor_158" class="label">[158]</a> -Se refiere a <i>Las Nubes</i>, cuya primera representación tuvo mala -acogida.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_159" href="#FNanchor_159" class="label">[159]</a> -Alusión a la batalla de Maratón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_160" href="#FNanchor_160" class="label">[160]</a> -Alusión a la frase de Leónidas, contestando al mensajero que le decía -que los dardos de los persas oscurecían el sol: «Mejor, así pelearemos -a la sombra.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_161" href="#FNanchor_161" class="label">[161]</a> -El paso de una lechuza, ave consagrada a Minerva, se consideraba como -un augurio de victoria. La circunstancia mencionada por Aristófanes -es histórica. (<span class="sc">Plut.</span>, <i>Vida de Temíst.</i>, -<span class="asc">XV</span>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_162" href="#FNanchor_162" class="label">[162]</a> -Los atenienses se hicieron entonces dueños de las islas de Lesbos, -Naxos, Paros, Samos y otras menos importantes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_163" href="#FNanchor_163" class="label">[163]</a> -Los demagogos, que gastaban las rentas del Estado en dádivas y sueldos -para mantener su influencia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_164" href="#FNanchor_164" class="label">[164]</a> -El tribunal del <i>Arconte epónimo</i>, al que parece referirse -Aristófanes, entendía de las tutelas y pleitos entre parientes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_165" href="#FNanchor_165" class="label">[165]</a> -En el Odeón, magnífico teatro construido por Pericles, donde tenían -lugar los certámenes musicales, se hacían las distribuciones de -harina, lo cual daba lugar a disputas que exigían la presencia de los -magistrados.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_166" href="#FNanchor_166" class="label">[166]</a> -El tribunal de los <i>Once</i> entendía en los robos cometidos de día -que no excediesen de cincuenta dracmas, y de todos los de noche. Sus -miembros tenían a su cargo la custodia de las prisiones y la ejecución -de las sentencias de muerte. Sócrates desde su condena quedó bajo la -vigilancia de los Once.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_167" href="#FNanchor_167" class="label">[167]</a> -Parece referirse a los τειχοποιοί, magistrados encargados de la -construcción y reparación de las murallas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_168" href="#FNanchor_168" class="label">[168]</a> -Alusión a la deshecha borrasca que desbarató la escuadra persa cerca de -Artemisio.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_169" href="#FNanchor_169" class="label">[169]</a> -Por el mucho calor que le va a dar el nuevo traje.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_170" href="#FNanchor_170" class="label">[170]</a> -Vestidos usados por los persas, que se vendían en Sardes (Lidia) y se -fabricaban en Ecbatana. Eran de mucho abrigo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_171" href="#FNanchor_171" class="label">[171]</a> -Especie de capote de pieles que servía de manta en el lecho; -fabricábase en Timeta, demo del Ática.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_172" href="#FNanchor_172" class="label">[172]</a> -Poeta ya citado por su glotonería y molicie. (<i>Los Acarnienses</i>, -64, 887; <i>Las Avispas</i>, <a href="#FNanchor_88">506</a>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_173" href="#FNanchor_173" class="label">[173]</a> -Frase que se empleaba para indicar dos cosas que braman de verse -juntas. Sin duda Filocleón no tenía un aire muy elegante, a pesar de su -nuevo vestido.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_174" href="#FNanchor_174" class="label">[174]</a> -Los cuentos de <i>Lamias</i> tenían alguna semejanza con los cuentos de -brujas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_175" href="#FNanchor_175" class="label">[175]</a> -Personaje desconocido.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_176" href="#FNanchor_176" class="label">[176]</a> -Androcles y Clístenes son citados burlescamente para censurar la -falta de acierto de que adolecían los atenienses en la elección de -sus embajadores. Androcles era un mendigo esclavo, y escamoteador de -bolsas, sacado a pública vergüenza en el teatro por Cratino, Ecfántides -y Teléclides. Clístenes era un asqueroso bardaje, muchas veces -citado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_177" href="#FNanchor_177" class="label">[177]</a> -<i>Efudión</i> y <i>Ascondas</i> se inclina a creer el escoliasta que -son dos nombres fingidos por el poeta. Sin embargo, hay memoria de -un <i>Efudión</i> vencedor en los juegos olímpicos (<i>Olimpiada</i> -79).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_178" href="#FNanchor_178" class="label">[178]</a> En -el pancracio los atletas luchaban completamente desnudos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_179" href="#FNanchor_179" class="label">[179]</a> -Nombre de un labrador.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_180" href="#FNanchor_180" class="label">[180]</a> En -la carrera de las antorchas salía vencedor el que llegaba con la suya -sin apagar a la meta señalada.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_181" href="#FNanchor_181" class="label">[181]</a> -Véase la nota al verso 215 de <i>Los Acarnienses</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_182" href="#FNanchor_182" class="label">[182]</a> -Era de buen tono no ponerse inmediatamente a la mesa. (Véase -<i>Ateneo</i>, lib. <span class="asc">IV</span>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_183" href="#FNanchor_183" class="label">[183]</a> -Descripción abreviada de una comida en Atenas. Para más detalles, puede -verse la que hace Barthélemy (<i>Voy. du jeune Anach.</i>, tom. <span -class="asc">III</span>, pág. 526), basado en autores antiguos, de un -gran banquete en casa de un rico ateniense.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_184" href="#FNanchor_184" class="label">[184]</a> -Era costumbre cantar al fin de las comidas. Estas canciones de -sobremesa se llamaban <i>escolios</i>; el primero que cantaba designaba -a su sucesor, entregándole la rama de mirto o de laurel. Era difícil, -al ser cogido de improviso, continuar la canción sin tener la especial -aptitud por la cual pregunta Bdelicleón a su padre.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_185" href="#FNanchor_185" class="label">[185]</a> -Antes de la división de los atenienses en cuatro clases, según -su fortuna (Véanse <i>Los Caballeros</i>, Noticia preliminar), -los ciudadanos se dividían en tres: Ribereños (<i>Parelios</i>), -habitantes del llano (<i>Pedianos</i>), montañeses (<i>Acrios</i> o -<i>Superacrios</i>).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_186" href="#FNanchor_186" class="label">[186]</a> -Véase la nota al verso 980 de <i>Los Acarnienses</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_187" href="#FNanchor_187" class="label">[187]</a> -Parodia de Alceo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_188" href="#FNanchor_188" class="label">[188]</a> -Poetisa lacedemonia (<i>Lisístrata</i>, <a href="#FNanchor_710">1237</a>) -cuyos versos eran preferidos por algunos bebedores al canto de Telamón, -compuesto por Píndaro. El escoliasta (en <i>Las Avispas</i>, <a -href="#Page_88">1245</a>) dice que era de Tesalia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_189" href="#FNanchor_189" class="label">[189]</a> -Canción compuesta cuando los de Tesalia auxiliaron a los atenienses -contra los Pisistrátidas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_190" href="#FNanchor_190" class="label">[190]</a> -Era frecuente al ir a comer a casa de otro llevar su ración.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_191" href="#FNanchor_191" class="label">[191]</a> -Cuentecillos muy cortos que solían referirse en los banquetes. Sus -personajes eran humanos y su intención política, en contraposición a -las fábulas esópicas, cuya intención era filosófica, y la acción pasaba -entre animales.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_192" href="#FNanchor_192" class="label">[192]</a> -Recuérdese lo dicho en la nota al verso 74 de esta comedia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_193" href="#FNanchor_193" class="label">[193]</a> -Quizá por la forma especial de su peinado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_194" href="#FNanchor_194" class="label">[194]</a> -Lóculo ateniense. (Véase la nota al verso 109 de <i>Las Nubes</i>).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_195" href="#FNanchor_195" class="label">[195]</a> -Rico arruinado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_196" href="#FNanchor_196" class="label">[196]</a> -Ciudad de Tesalia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_197" href="#FNanchor_197" class="label">[197]</a> -Penestas se llamaban unos mercenarios tesalienses: este nombre -significa también <i>pobre</i> y <i>miserable</i>, pues tiene la misma -raíz que <i>penuria</i>. Aminias no había sabido enriquecerse en su -embajada.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_198" href="#FNanchor_198" class="label">[198]</a> -Sobre Autómenes y sus hijos, véase la nota al verso 1281 de <i>Los -Caballeros</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_199" href="#FNanchor_199" class="label">[199]</a> -Proverbio que se decía de los que habían visto frustradas sus -esperanzas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_200" href="#FNanchor_200" class="label">[200]</a> -Por lo usado y raído.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_201" href="#FNanchor_201" class="label">[201]</a> -Actor trágico, cuyo guardarropa fue vendido por sus acreedores.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_202" href="#FNanchor_202" class="label">[202]</a> -Entra acompañado de una flautista y seguido de las personas a quienes -ha maltratado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_203" href="#FNanchor_203" class="label">[203]</a> -Muchas mujeres de Dardania se dedicaban a la música.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_204" href="#FNanchor_204" class="label">[204]</a> -Los antiguos encendían también antorchas en honor de sus dioses.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_205" href="#FNanchor_205" class="label">[205]</a> -Se daba este nombre a las cortesanas, pues esta clase de mujeres han -tenido siempre el triste privilegio de ser designadas con mil variados -apelativos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_206" href="#FNanchor_206" class="label">[206]</a> <a -href="#Efud">Antes citado</a>. Filocleón pone en práctica las lecciones -de su hijo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_207" href="#FNanchor_207" class="label">[207]</a> -Ceres y Proserpina, juramento ordinario de los atenienses.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_208" href="#FNanchor_208" class="label">[208]</a> -Los Agoránomos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_209" href="#FNanchor_209" class="label">[209]</a> -Discípulo de Sócrates. (V. <i>Las Nubes</i>, 502.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_210" href="#FNanchor_210" class="label">[210]</a> -Poeta lírico, natural de Hermione, en el Peloponeso, al cual se -atribuía la invención de los coros. Fue rival de Simónides.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_211" href="#FNanchor_211" class="label">[211]</a> -Alusión a la palidez de Querefonte.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_212" href="#FNanchor_212" class="label">[212]</a> -Título y asunto de una tragedia de Eurípides.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_213" href="#FNanchor_213" class="label">[213]</a> -Médico de Atenas (V. <i>Los Acarnienses</i>, 1032.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_214" href="#FNanchor_214" class="label">[214]</a> -Mientras se le lleva su hijo, continúa contando su historieta.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_215" href="#FNanchor_215" class="label">[215]</a> -Los delfenses irritados por las críticas de Esopo le acusaron de haber -sustraído una copa sagrada. El fabulista les recitó entonces el apólogo -a que se refiere Aristófanes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_216" href="#FNanchor_216" class="label">[216]</a> -Antiguo poeta trágico. El escoliasta supone que Jantias no se refiere -aquí al poeta, sino a un citarista del mismo nombre, muy popular en -tiempo de Aristófanes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_217" href="#FNanchor_217" class="label">[217]</a> -Parodia de una obra perdida.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_218" href="#FNanchor_218" class="label">[218]</a> -Remedio contra la locura.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_219" href="#FNanchor_219" class="label">[219]</a> -Frínico, a causa de haber renovado en su tragedia <i>La toma de -Mileto</i> el dolor de los atenienses por esta pérdida, fue condenado a -una multa de 1000 dracmas. Su desgracia se hizo proverbial.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_220" href="#FNanchor_220" class="label">[220]</a> -Carcino era un mal poeta trágico, cuyos hijos tenían pequeña estatura -y ejecutaban danzas trágicas. Otro llamado Jenocles compuso tragedias -y ganó un premio en certamen con Eurípides. Aristófanes vuelve a -ocuparse de ellos en <i>La Paz</i>, <a href="#FNanchor_269">289</a>, -<a href="#FNanchor_326">778</a>, <a href="#FNanchor_326">790</a>; y en -<i>Las Ranas</i>, 86.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_221" href="#FNanchor_221" class="label">[221]</a> -Juego de palabras, por significar <i>Carcino</i>, cangrejo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_222" href="#FNanchor_222" class="label">[222]</a> -Las vinagreras tenían una forma aproximadamente esférica, y debían de -ser de pequeñas dimensiones, porque los antiguos usaban el vinagre -muy concentrado. Con el trípode que las sostenía debían parecerse a -una araña levantándose sobre sus patas, y a un cangrejo, por lo cual -Filocleón halla en el hijo de Carcino esa triple semejanza.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_223" href="#FNanchor_223" class="label">[223]</a> -Ὀρχίλος, <i>reyezuelo</i> (ave), tiene la misma raíz que danzante o -bailarín.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_224" href="#FNanchor_224" class="label">[224]</a> -Carcino.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_225" href="#FNanchor_225" class="label">[225]</a> El -coro bailaba al presentarse en escena, pero nunca al retirarse.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_226" href="#FNanchor_226" class="label">[226]</a> -Lib. <span class="asc">V</span>, 16.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_227" href="#FNanchor_227" class="label">[227]</a> -<i>Historia de la literatura griega</i>, t. <span -class="asc">II</span>, pág. 71.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_228" href="#FNanchor_228" class="label">[228]</a> -<i>La Paz</i> tiene 1356 versos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_229" href="#FNanchor_229" class="label">[229]</a> -<i>Le Théatre des Grecs</i>, t. <span class="asc">VI</span>, pág. 1.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_230" href="#FNanchor_230" class="label">[230]</a> -Éupolis en <i>Los Aduladores</i>, y Platón, el cómico, en <i>Las -Victorias</i>, se burlaron mucho de la imagen colosal de la Paz, que -sale de su prisión para no decir una palabra en toda la comedia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_231" href="#FNanchor_231" class="label">[231]</a> -Trigeo se congratula en él de volver a ver a la Paz después de trece -años de ausencia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_232" href="#FNanchor_232" class="label">[232]</a> -<span class="sc">Poyard</span>. <i>Aristophane</i>, pág. 200.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_233" href="#FNanchor_233" class="label">[233]</a> -Es decir, irritado. Tratando de explicar este epíteto, dicen unos -que es para comparar la voracidad del escarabajo al rayo que todo lo -consume; y otros, teniendo en cuenta que el καταβάτου del original -significa <i>bajar</i>, ven en él una alusión a la bajeza de aquel -animal. Ambas explicaciones, como se ve, son demasiado sutiles para ser -verdaderas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_234" href="#FNanchor_234" class="label">[234]</a> La -circunstancia de asistir un extranjero a la representación, hace creer -que <i>La Paz</i> se puso en escena en las grandes dionisiacas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_235" href="#FNanchor_235" class="label">[235]</a> -Σπατίλη significa <i>liquida alvei egestio</i>, y <i>raeduras de -cuero</i>. Alusión al oficio de Cleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_236" href="#FNanchor_236" class="label">[236]</a> -Refiérese sin duda a la manía de los procesos criticada en <i>Las -Avispas</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_237" href="#FNanchor_237" class="label">[237]</a> El -nombre de <i>Trigeo</i> (derivado de τρύγη, <i>vendimia</i>) significa -<i>viñador</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_238" href="#FNanchor_238" class="label">[238]</a> -Los caballos de Etna (Sicilia) eran famosos por su velocidad. Además, -según el Escoliasta, el Etna era notable por la gran variedad de -escarabajos que en él se criaban. Los de una de sus especies, al decir -de Platón el Cómico, llegaban a ser tan grandes como un hombre.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_239" href="#FNanchor_239" class="label">[239]</a> -Parodia del <i>Belerofonte</i> de Eurípides.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_240" href="#FNanchor_240" class="label">[240]</a> -Por miedo de que algún mal olor atraiga al escarabajo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_241" href="#FNanchor_241" class="label">[241]</a> -Esta acusación era frecuente en Atenas. Los persas veían con placer las -disensiones de los griegos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_242" href="#FNanchor_242" class="label">[242]</a> -Frase proverbial que se dirigía a los que se meten en lo que no les -importa.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_243" href="#FNanchor_243" class="label">[243]</a> -Véase la fábula de Samaniego <i>El Águila y el Escarabajo</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_244" href="#FNanchor_244" class="label">[244]</a> -Alusión al <i>Belerofonte</i> de Eurípides.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_245" href="#FNanchor_245" class="label">[245]</a> -Parodia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_246" href="#FNanchor_246" class="label">[246]</a> Τὸ -αἰδοῖον δείκνυσι παίζων.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_247" href="#FNanchor_247" class="label">[247]</a> -Juego de palabras: κάνθαρος, <i>escarabajo</i>, era también el nombre -que se daba a unas naves construidas en Naxos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_248" href="#FNanchor_248" class="label">[248]</a> -Uno de los tres puertos del Pireo tenía ese nombre.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_249" href="#FNanchor_249" class="label">[249]</a> -Véase <i>Los Acarnienses</i>, donde Diceópolis echa en cara a Eurípides -la cojera de sus héroes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_250" href="#FNanchor_250" class="label">[250]</a> Ne -visite ne cacate triduo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_251" href="#FNanchor_251" class="label">[251]</a> -Alusión a las disolutas costumbres de los habitantes de <i>Quíos</i>, -ciudad aliada de Atenas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_252" href="#FNanchor_252" class="label">[252]</a> -Por efecto de su temor.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_253" href="#FNanchor_253" class="label">[253]</a> Es -decir, un escarabajo que sirve de caballo. Alusión al hipocentauro.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_254" href="#FNanchor_254" class="label">[254]</a> -Atmón era una aldea del Ática.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_255" href="#FNanchor_255" class="label">[255]</a> -Al aspecto de los comestibles, la glotonería hace ablandarse a -Mercurio.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_256" href="#FNanchor_256" class="label">[256]</a> -<span class="sc">Luciano</span> se burla también de estos oficios de -Mercurio. (<i>Diálogos de los Muertos. Mercurio y Maya.</i>)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_257" href="#FNanchor_257" class="label">[257]</a> -Exclamación ordinaria de los lacedemonios.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_258" href="#FNanchor_258" class="label">[258]</a> -Exclamación favorita de los atenienses.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_259" href="#FNanchor_259" class="label">[259]</a> -Véase <i>Los Caballeros</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_260" href="#FNanchor_260" class="label">[260]</a> -Esta parece la versión más verosímil de las palabras ὁ κατὰ τοῖν -σκελοῖν que han dado lugar a muchas conjeturas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_261" href="#FNanchor_261" class="label">[261]</a> -Ciudad de Laconia destruida por los atenienses el año segundo de -la guerra del Peloponeso. (<span class="sc">Tucíd.</span>, <span -class="asc">II</span>, 56). Había también otra población del mismo -nombre en el Ática. La Guerra, fingiendo arrojarla al mortero, echaba -un <i>puerro</i>, en griego πράσον, por el parecido de este nombre con -el de <i>Prasias</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_262" href="#FNanchor_262" class="label">[262]</a> -La Guerra echa en el mortero ajos y queso, como emblema de Mégara y -Sicilia respectivamente.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_263" href="#FNanchor_263" class="label">[263]</a> En -representación de Atenas. La miel del Ática era muy celebrada.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_264" href="#FNanchor_264" class="label">[264]</a> -Para hacer más doloroso el puñetazo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_265" href="#FNanchor_265" class="label">[265]</a> Al -Tumulto que regresa.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_266" href="#FNanchor_266" class="label">[266]</a> -<span class="sc">Cleón</span>, muerto en la batalla de Anfípolis. (V. -la <i>Noticia preliminar</i>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_267" href="#FNanchor_267" class="label">[267]</a> -Los que querían evitar algún mal se iniciaban en los misterios de -Samotracia, isla del Egeo, famosa por el culto de Hécate y los dioses -Cabiros. La iniciación se consideraba como un seguro preservativo, y -como medio de conseguir cuanto se deseaba.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_268" href="#FNanchor_268" class="label">[268]</a> -<span class="sc">Brásidas</span>, muerto en la misma batalla que -Cleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_269" href="#FNanchor_269" class="label">[269]</a> -General persa en tiempo de Darío.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_270" href="#FNanchor_270" class="label">[270]</a> -Δεφόμενος.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_271" href="#FNanchor_271" class="label">[271]</a> -Alusión, según se cree, a Alcibíades, que en el mismo año (<span -class="sc">Tucíd.</span>, <span class="asc">V</span>., 52.) excitó a -los habitantes de Patras a extender sus fortificaciones hasta el mar, e -iba preparando los ánimos a una nueva guerra, con objeto de desarrollar -sus planes ambiciosos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_272" href="#FNanchor_272" class="label">[272]</a> -Que se acostumbraba a beber a fin de las comidas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_273" href="#FNanchor_273" class="label">[273]</a> -General partidario de la guerra (V. <i>Los Acarnienses</i>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_274" href="#FNanchor_274" class="label">[274]</a> -Cleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_275" href="#FNanchor_275" class="label">[275]</a> En -el texto hay un juego de palabras intraducibie, porque γῆρας significa -<i>vejez</i> y la <i>piel</i> o <i>camisa</i> de las serpientes, y -ἀσπίς <i>escudo</i> y <i>áspid</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_276" href="#FNanchor_276" class="label">[276]</a> -Diversión de los asistentes a un festín, que consistía en arrojar a un -recipiente los restos del vino de sus copas; del ruido que el líquido -producía al caer, deducía cada jugador el cariño que su amante le -profesaba. Había dos especies de cótabo. He aquí cómo los describe el -Escoliasta: Primero, clavábase en tierra un palo, a cuya extremidad -superior se adaptaba por medio de una correa una barra movible que -sostenía dos platillos, colgados de sus brazos como de los de una -balanza, y debajo de estos platillos se ponían dos vasijas con agua: -cada jugador lanzaba una copa de vino sobre un platillo, que al -llenarse descendía y chocaba con la cabeza de una estatuita de bronce -puesta en la vasija con agua de que se ha hablado: cuando este choque -se verificaba sin ningún derramamiento del líquido, el jugador era -proclamado vencedor, y se le auguraba buena suerte en las lides de -Cupido. Segundo, colocábase una vasija con agua, sobre la cual flotaban -otras más pequeñas: el juego consistía en sumergir una de estas, -arrojando bruscamente el vino que quedaba en el fondo de las copas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_277" href="#FNanchor_277" class="label">[277]</a> -Ilustre general ateniense (V. la nota al verso 562 de <i>Los -Caballeros</i>).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_278" href="#FNanchor_278" class="label">[278]</a> -Gimnasio de Atenas donde se ejercitaban los soldados y se ponían a -prueba antes de una expedición militar los hombres capaces de resistir -sus fatigas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_279" href="#FNanchor_279" class="label">[279]</a> -Respuesta que se había hecho proverbial. Cilicón de Mileto entregó -sus patria a los habitantes de Priene, respondiendo a los que le -preguntaban qué intentaba hacer: <i>Nada malo</i>. Después de su -traición se refugió en Samos, donde uno de sus compatriotas, de oficio -carnicero, le cortó una mano para castigar su perfidia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_280" href="#FNanchor_280" class="label">[280]</a> -Alusión a una costumbre judicial. Cuando había varios criminales -condenados a la pena capital se ejecutaba uno cada día, sorteándolos al -efecto.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_281" href="#FNanchor_281" class="label">[281]</a> Se -refiere a las municiones de boca que tenían que adquirir los soldados -al partir a una expedición.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_282" href="#FNanchor_282" class="label">[282]</a> -Trigeo toma las palabras de Mercurio en su acepción obscena.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_283" href="#FNanchor_283" class="label">[283]</a> -Al tener lugar la iniciación se ofrecía un cerdo en sacrificio. Los -iniciados gozaban después de su muerte de una suerte más feliz. (V. -<i>Las Ranas</i>, 454.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_284" href="#FNanchor_284" class="label">[284]</a> -Parodia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_285" href="#FNanchor_285" class="label">[285]</a> -Ironía. Pisandro era sumamente cobarde; Éupolis dice de él: «Que hizo -la expedición de Pactolo, pero que su falta de valor le mantuvo siempre -en la retaguardia.» Contribuyó el año 20 de la guerra del Peloponeso a -derribar la democracia. Cuando cayó el gobierno de los Cuatrocientos se -refugió en Decelia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_286" href="#FNanchor_286" class="label">[286]</a> -Mercurio era el protector de los ladrones, y ladrón él mismo. -(Véase el <i>Himno a Mercurio</i>, atribuido a Homero.) <span -class="sc">Horacio</span> dice en su elogio (lib. <span -class="asc">I</span>, od. <span class="asc">X</span>):</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Callidum, quidquid placuit, jocoso</div> - <div class="verse indent6">condere furto.</div> - </div> -</div> -</div> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_287" href="#FNanchor_287" class="label">[287]</a> -Los Persas respetaron por este motivo a Delos y Éfeso, célebres por el -culto de Apolo y Diana.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_288" href="#FNanchor_288" class="label">[288]</a> -Alusión a varios eclipses de sol y luna ocurridos durante la guerra del -Peloponeso.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_289" href="#FNanchor_289" class="label">[289]</a> La -palabra carbones tiene un sentido obsceno, significando τὸ γυναικεῖον -αἰδοῖον.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_290" href="#FNanchor_290" class="label">[290]</a> -Que arrojó el escudo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_291" href="#FNanchor_291" class="label">[291]</a> -Himno a Apolo. Era también un canto guerrero, lo cual motiva la -respuesta de Trigeo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_292" href="#FNanchor_292" class="label">[292]</a> -Lit.: a Enialio, sobrenombre de Marte en Homero, pero aquí debe de -ser una deidad diferente, aunque también guerrera, por lo cual hemos -traducido <i>Belona</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_293" href="#FNanchor_293" class="label">[293]</a> Da -a entender que no querían la Paz.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_294" href="#FNanchor_294" class="label">[294]</a> -Vid. <i>Los Acarnienses</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_295" href="#FNanchor_295" class="label">[295]</a> -Los de Argos fueron unas veces aliados de Esparta y otras de Atenas -durante la guerra del Peloponeso.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_296" href="#FNanchor_296" class="label">[296]</a> -Ya vimos en <i>Los Acarnienses</i> el extremo a que había llegado en -Mégara la miseria pública.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_297" href="#FNanchor_297" class="label">[297]</a> Ya -hemos visto que el ajo era la producción más abundante en Mégara, y que -se le atribuía la virtud de enardecer los ánimos y atizar los instintos -belicosos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_298" href="#FNanchor_298" class="label">[298]</a> -Aristófanes da a los atenienses el mismo consejo que Temístocles. (Vid. -<span class="sc">Plutarco</span>, <i>Vida de Temístocles</i>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_299" href="#FNanchor_299" class="label">[299]</a> -Es decir, que expresen la abundancia de vinos que con la paz se van a -recoger.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_300" href="#FNanchor_300" class="label">[300]</a> -Compañeras de la Paz. <i>Opora</i> es el otoño o la abundancia, que -principiaba para los atenienses hacia la mitad de nuestro mes de julio, -es decir, cuando maduran mieses y frutas. <i>Teoría</i> era el nombre -de las comisiones o embajadas que tenían por objeto reglamentar las -fiestas religiosas y los espectáculos y diversiones. De modo que ambas -compañeras de la Paz se presentan, la primera para indemnizar de sus -pérdidas a los campesinos, y la segunda para alegrar a los ciudadanos. -Es de advertir que los dos nombres recuerdan los de unas cortesanas, -célebres en Atenas, por lo cual sin duda aparecían en escena con el -traje de tales.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_301" href="#FNanchor_301" class="label">[301]</a> La -frase griega es más gráfica: <i>oppedit</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_302" href="#FNanchor_302" class="label">[302]</a> -El célebre escultor Fidias, amigo de Pericles, recibió el encargo de -hacer la estatua de Minerva, y fue acusado de haber sustraído parte del -oro que al efecto se le dio. Condenado al destierro, se retiró a Elis, -donde hizo la estatua de Júpiter Olímpico. Pericles, temeroso de igual -suerte, y cómplice tal vez del artista, hizo decretar la guerra contra -Mégara para distraer la atención pública de tan peligroso asunto. Y -esta fue, según el Escoliasta, la causa de la guerra del Peloponeso, -que no admiten algunos autores, fundados en que el destierro de Fidias -fue muy anterior a este acontecimiento.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_303" href="#FNanchor_303" class="label">[303]</a> Al -principiar la guerra los campesinos se refugiaron en la capital. (V. -<i>Los Acarnienses</i>, noticia preliminar.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_304" href="#FNanchor_304" class="label">[304]</a> -Cleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_305" href="#FNanchor_305" class="label">[305]</a> -Uno de los ministerios de Mercurio era llevar al infierno las almas de -los difuntos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_306" href="#FNanchor_306" class="label">[306]</a> -Véase <i>Los Caballeros</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_307" href="#FNanchor_307" class="label">[307]</a> -Alusión a la influencia omnipotente de Cleón en aquella época.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_308" href="#FNanchor_308" class="label">[308]</a> -Juego de palabras sin sentido en castellano, basado en la semejanza -de ἀποβολιμαῖος, <i>que pierde sus armas</i>, y ὑποβολιμαῖος, <i>hijo -supuesto</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_309" href="#FNanchor_309" class="label">[309]</a> -Demagogo, heredero de la influencia de Cleón y objeto de los -continuos ataques de Aristófanes. (V. <i>Los Acarnienses</i>, 846.) -Éupolis y Platón el Cómico también le persiguieron con sus burlas e -invectivas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_310" href="#FNanchor_310" class="label">[310]</a> -Vid. <i>Las Nubes</i>, nota al v. 1065.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_311" href="#FNanchor_311" class="label">[311]</a> -Simónides fue el primer poeta que se hizo pagar sus versos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_312" href="#FNanchor_312" class="label">[312]</a> -Poeta cómico.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_313" href="#FNanchor_313" class="label">[313]</a> -Cratino murió el año 423 antes de nuestra era, y la última invasión -lacedemonia tuvo lugar cuatro años antes. Aristófanes se refiere a la -comedia de Platón titulada Λάκωνες, <i>Los lacedemonios</i>, en que se -censuraba la afición de Cratino a la bebida.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_314" href="#FNanchor_314" class="label">[314]</a> -<i>Opora</i> ya hemos visto que indica el otoño y sus frutas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_315" href="#FNanchor_315" class="label">[315]</a> -Yerba astringente y tónica propinada contra los cólicos producidos por -comer mucha fruta.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_316" href="#FNanchor_316" class="label">[316]</a> -Duración ordinaria de las fiestas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_317" href="#FNanchor_317" class="label">[317]</a> -Verso del <i>Belerofonte</i> de Eurípides.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_318" href="#FNanchor_318" class="label">[318]</a> -Véase al principio de la comedia cuál era el alimento favorito del -escarabajo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_319" href="#FNanchor_319" class="label">[319]</a> -<i>Vos expectant cupidi, arrecto pene.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_320" href="#FNanchor_320" class="label">[320]</a> -Los que les han servido para libertar a la Paz.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_321" href="#FNanchor_321" class="label">[321]</a> -Metro empleado en la parábasis, que el coro ha principiado a -recitar.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_322" href="#FNanchor_322" class="label">[322]</a> -El Escoliasta cree que Aristófanes alude a Éupolis y Cratino, poetas -cómicos rivales suyos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_323" href="#FNanchor_323" class="label">[323]</a> -Véase <a href="#Footnote_155">la nota</a> a la <i>Parábasis</i> de -<i>Las Avispas</i>, donde se encuentra repetido este pasaje relativo a -Cleón.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_324" href="#FNanchor_324" class="label">[324]</a> -Invectiva contra Éupolis, repetición de la que le dirigió en <i>Las -Avispas</i>, 1206.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_325" href="#FNanchor_325" class="label">[325]</a> -Aristófanes era calvo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_326" href="#FNanchor_326" class="label">[326]</a> -Véase la nota sobre Carcino y sus hijos al fin de <i>Las -Avispas</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_327" href="#FNanchor_327" class="label">[327]</a> -Jenocles, uno de los hijos de Carcino, que compuso tragedias, abusaba -en estas de la maquinaria, fiando en recursos extraños al arte el éxito -de sus dramas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_328" href="#FNanchor_328" class="label">[328]</a> -Se cree que Aristófanes alude a alguna pieza de Jenocles titulada el -ratón, que tuvo mal éxito.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_329" href="#FNanchor_329" class="label">[329]</a> -Sobre Morsino y Melantio, véase la nota correspondiente al verso 401 de -<i>Los Caballeros</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_330" href="#FNanchor_330" class="label">[330]</a> -Aristófanes censura a menudo la ampulosidad e hinchazón de -estilo de los autores de ditirambos. En <i>Las Aves</i>, <a -href="#Cines1">1372</a>, <a href="#Cines2">1409</a>, vuelve a -ridiculizarlos en la persona de Cinesias.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_331" href="#FNanchor_331" class="label">[331]</a> -Ion de Quíos, poeta ditirámbico, autor de una oda en que se elogiaba -la belleza del lucero matutino: compuso también comedias, epigramas -y otras poesías, y ganó el premio en un certamen trágico. En -agradecimiento, regaló a sus jueces, los atenienses, una gran cantidad -del exquisito vino de su patria. Su nombre sirve de título a uno de los -diálogos de Platón. Aristófanes le crítica en <i>Las Ranas</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_332" href="#FNanchor_332" class="label">[332]</a> -Opora.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_333" href="#FNanchor_333" class="label">[333]</a> -Teoría.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_334" href="#FNanchor_334" class="label">[334]</a> -Hay en el original un equívoco indecentísimo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_335" href="#FNanchor_335" class="label">[335]</a> -Planta de la familia de los bignoniáceas, que, sin duda por su -abundancia de semillas, era tenida en Grecia como emblema nupcial. A -los recién casados se les coronaba de hojas de sésamo y se les ofrecía -un panecillo hecho con su harina. Todavía en los tiempos presentes se -le amasa en Levante con almidón y miel, formando unas tortas que se -venden en Esmirna.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_336" href="#FNanchor_336" class="label">[336]</a> -<i>Sed pene opus est.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_337" href="#FNanchor_337" class="label">[337]</a> -Demo del Ática. Celebrábanse en él cada cinco años fiestas en honor de -Diana. La causa de la institución de las Brauronias fue la siguiente, -según una tradición referida por el Escoliasta: «Ifigenia, hija de -Agamenón, iba a ser sacrificada en Braurón y no en Áulide, según -la Opinión más admitida, cuando Diana la sustituyó por una osa. En -recuerdo de esta intervención se instituyeron las fiestas aludidas. -Según otros, fue para apaciguar a la diosa, irritada por la muerte -de una osa, adscrita, digámoslo así, a su templo, y favorita suya. -En conmemoración de uno u otro suceso, ninguna joven ateniense podía -casarse sin haber sido consagrada a Diana de Braurón.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_338" href="#FNanchor_338" class="label">[338]</a> En -el original hay una porción de equívocos basados en la doble acepción -en que se toma a Teoría, significando unas veces una mujer y siendo -otras una denominación común a todas las fiestas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_339" href="#FNanchor_339" class="label">[339]</a> -Los que asistían a los Juegos olímpicos o ístmicos llevaban tiendas -para acampar al aire libre, pues la mucha concurrencia impedía hallar -habitaciones. Hay una alusión obscena, que hacía patente un gesto del -actor: <i>isthmum, nempe pudendum muliebre puellæ quam subagitare cupit -et quod domicilium peni suo alludit, seu digito, seu phallo in aëre -scribit</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_340" href="#FNanchor_340" class="label">[340]</a> V. -la nota al verso 1281 de <i>Los Caballeros</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_341" href="#FNanchor_341" class="label">[341]</a> -<i>Succum ejus lambendo hauriet irruens.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_342" href="#FNanchor_342" class="label">[342]</a> -Sus vestidos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_343" href="#FNanchor_343" class="label">[343]</a> -Hay en toda esta descripción de las fiestas una porción de equívocos -obscenos, que nos creemos dispensados de señalar.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_344" href="#FNanchor_344" class="label">[344]</a> -Los pritáneos debían de presentar al Senado a los que lo necesitaban, -pero parece que no lo hacían de balde.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_345" href="#FNanchor_345" class="label">[345]</a> -Sacrificio que se ofrecía a las divinidades de segundo orden. Se -ofrecían a Mercurio ollas de legumbres en recuerdo de una oblación -igual, hecha después del diluvio por los hombres que de él se salvaron, -para aplacar a Mercurio sobre la suerte de los fallecidos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_346" href="#FNanchor_346" class="label">[346]</a> -Βοΐ, <i>buey</i>, es la primera parte de βοηθεῖν, <i>socorrer</i>. El -coro no quiere oír hablar de bueyes, porque esta palabra le recuerda -los <i>socorros militares</i> de que está tan harto. Como se ve, el -juego de palabras que resulta es intraducible.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_347" href="#FNanchor_347" class="label">[347]</a> -Para comprender este pasaje, es preciso tener presente que la palabra -οἶ, <i>oveja</i>, la pronunciaban las jonios οΐ, deshaciendo el -diptongo y resultando la exclamación de desaprobación y disgusto de que -habla después el coro.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_348" href="#FNanchor_348" class="label">[348]</a> -Harina tostada, espolvoreada de sal, que se empleaba en los -sacrificios, bien sola, bien para esparcirla sobre las víctimas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_349" href="#FNanchor_349" class="label">[349]</a> -Sobre Queris véase la nota al principio de <i>Los Acarnienses</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_350" href="#FNanchor_350" class="label">[350]</a> -<i>Vox græca «hordeum» notat etiam virile membrum.</i> Lo cual explica -la contestación siguiente.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_351" href="#FNanchor_351" class="label">[351]</a> -Nombre que significa: <i>poner fin a los combates</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_352" href="#FNanchor_352" class="label">[352]</a> -Lago de Beocia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_353" href="#FNanchor_353" class="label">[353]</a> -Atenienses famosos por su glotonería.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_354" href="#FNanchor_354" class="label">[354]</a> -Las anguilas solían aderezarse con acelgas. Las palabras que -Aristófanes pone en boca de Melantio son verosímilmente una parodia de -las de Jasón en la <i>Medea</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_355" href="#FNanchor_355" class="label">[355]</a> -Se compara a Estílbides, famoso adivino que acompañó a los atenienses -en su expedición a Sicilia. Su nombre etimológicamente considerado -significa <i>brillar, lucir</i>, y por eso se le ocurre a Trigeo en el -momento de encenderse la llama para el sacrificio.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_356" href="#FNanchor_356" class="label">[356]</a> -Adivino poco perspicaz criticado por su arrogancia. Éupolis se ocupó -también de él en su comedia <i>Las Ciudades</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_357" href="#FNanchor_357" class="label">[357]</a> -Ciudad de Eubea, cuyos habitantes eran partidarios de la guerra.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_358" href="#FNanchor_358" class="label">[358]</a> La -conversación de Trigeo con el esclavo debe entenderse que es aparte.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_359" href="#FNanchor_359" class="label">[359]</a> -Los lacedemonios.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_360" href="#FNanchor_360" class="label">[360]</a> -Adivino mencionado en <i>Los Caballeros</i>, 123.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_361" href="#FNanchor_361" class="label">[361]</a> -Los adivinos, especialmente en tiempo de guerra, eran sostenidos en el -Pritáneo a cuenta de la república.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_362" href="#FNanchor_362" class="label">[362]</a> -El oráculo de Trigeo está formado de fragmentos tomados de -la <i>Ilíada</i>, <span class="asc">I</span>, 467; <span -class="asc">XVI</span>, 301; <span class="asc">XVII</span>, 273, y de -la <i>Odisea</i>, <span class="asc">VII</span>, 137, etc.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_363" href="#FNanchor_363" class="label">[363]</a> -<i>Ilíada</i>, <span class="asc">IX</span>, 63, 64. (Trad. de -Hermosilla.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_364" href="#FNanchor_364" class="label">[364]</a> -<i>Elimnio</i> era, según el Escoliasta, un templo de Eubea. Otros, -apoyados en un fragmento del <i>Nauplios</i> de Sófocles, creen que era -un escollo próximo a la isla, donde ocurrían frecuentes naufragios.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_365" href="#FNanchor_365" class="label">[365]</a> -Nombre de esclava.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_366" href="#FNanchor_366" class="label">[366]</a> -El canto o estridulación de la cigarra era muy agradable para los -griegos. <span class="sc">Anacreonte</span> compuso una oda en honor de -este insecto, y <span class="sc">Homero</span> (<i>Ilíada</i>, <span -class="asc">III</span>, 525) califica de armoniosa su voz. Esopo la -pondera igualmente en esta fábula:</p> - -<div class="poetry-container"> -<div class="poetry"> - <div class="stanza"> - <div class="verse indent0">Un asno oyó cantar a las cigarras,</div> - <div class="verse indent0">Y de su bella voz quedó prendado.</div> - <div class="verse indent0">—¿El qué coméis, les preguntó envidioso,</div> - <div class="verse indent0">Para sacar tan agradable canto?</div> - <div class="verse indent0">—Solo rocío, contestaron ellas.</div> - <div class="verse indent0">Y el asno con artístico entusiasmo,</div> - <div class="verse indent0">—Solo rocío comeré, se dijo.</div> - <div class="verse indent0">Y al cabo de ocho días le enterraron.</div> - </div> -</div> -</div> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_367" href="#FNanchor_367" class="label">[367]</a> El -Taxiarco venía a ser una especie de jefe de división.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_368" href="#FNanchor_368" class="label">[368]</a> -Una de las doce estatuas en cuyo pedestal se fijaban las listas de los -ciudadanos que debían tomar las armas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_369" href="#FNanchor_369" class="label">[369]</a> -<i>Lapillis usos fuisse veteres abstergendis natibus postquam alvum -exonerassent, ostendit etiam Pluti locus</i>, v. 817.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_370" href="#FNanchor_370" class="label">[370]</a> -Alusión a los trierarcas, que mandaban cerrar varios agujeros en las -naves para beneficiarse con el sueldo de los correspondientes remeros -suprimidos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_371" href="#FNanchor_371" class="label">[371]</a> -Véase la <a href="#Footnote_276">nota al verso 343</a> de esta -comedia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_372" href="#FNanchor_372" class="label">[372]</a> -Planta purgante que se criaba en Egipto, aunque otros dicen que -astringente.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_373" href="#FNanchor_373" class="label">[373]</a> -Versos de los <i>Epígonos</i>, poema atribuido a Homero.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_374" href="#FNanchor_374" class="label">[374]</a> -Versos tomados de Homero, con ligeras alteraciones.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_375" href="#FNanchor_375" class="label">[375]</a> La -palabra combate μαχή entra en la composición de Lámaco.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_376" href="#FNanchor_376" class="label">[376]</a> -Nombres cuya composición envuelve la idea de consejo y lágrimas, unidos -a guerras y combates.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_377" href="#FNanchor_377" class="label">[377]</a> -Versos de Arquíloco, que huyó en un combate arrojando su escudo, y -después celebró él mismo su hazaña. Cleónimo hizo lo mismo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_378" href="#FNanchor_378" class="label">[378]</a> -Nupciales.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_379" href="#FNanchor_379" class="label">[379]</a> El -<span class="sc">Anónimo</span> del Prefacio 3.º de <i>Las Aves</i>. -Scholia græca in Aristophanem, Parisiis, ed. Didot, 1855, pág. 209.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_380" href="#FNanchor_380" class="label">[380]</a> -Otro <span class="sc">Anónimo</span> autor del Prefacio 2.º de las -mismas, ídem, íbidem.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_381" href="#FNanchor_381" class="label">[381]</a> -Citados por el escritor de la nota precedente.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_382" href="#FNanchor_382" class="label">[382]</a> -<span class="sc">Artaud</span> (<i>Comédies d’Aristophane</i>, t. -<span class="asc">II</span>, p. 5, nota) menciona esta hipótesis. El -mismo, citando a <span class="sc">Diógenes Laercio</span> (lib. <span -class="asc">IX</span>, <i>Protágoras</i>, 4), cita el tratado de la -<i>República</i> de Protágoras, único que podía haber sugerido a -Aristófanes la idea refutada en el texto.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_383" href="#FNanchor_383" class="label">[383]</a> -<i>Prose</i>. Milano, 1876, p. 137. <i>Elogio degli Uccelli.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_384" href="#FNanchor_384" class="label">[384]</a> -185 kilómetros.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_385" href="#FNanchor_385" class="label">[385]</a> -Extranjero que quería pasar por ateniense. Era oriundo de Caria y de -baja extracción.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_386" href="#FNanchor_386" class="label">[386]</a> No -se sabe de Filócrates más que lo que dice Aristófanes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_387" href="#FNanchor_387" class="label">[387]</a> -Vendedor de pájaros. Era de pequeña estatura y parecido a un grajo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_388" href="#FNanchor_388" class="label">[388]</a> Ya -hemos visto que esta frase equivale a la nuestra «irse al infierno» o -«al diablo.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_389" href="#FNanchor_389" class="label">[389]</a> Al -inaugurarse una ciudad se ofrecían sacrificios. Evélpides y Pistetero -llevan los útiles necesarios.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_390" href="#FNanchor_390" class="label">[390]</a> -Grito que imita al de la Abubilla.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_391" href="#FNanchor_391" class="label">[391]</a> -El Reyezuelo es un pajarito, notable por una hermosa corona color -de aurora, orlada de negro por ambos lados; vive en los bosques de -Europa.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_392" href="#FNanchor_392" class="label">[392]</a> -Los actores salían con máscaras y trajes imitando a las aves que -representaban.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_393" href="#FNanchor_393" class="label">[393]</a> -<i>Fingit se præ timore cacasse, et defluente merda pedes inquinatos -habere.</i> En <i>Las Ranas</i> le acontece a Baco una aventura -semejante.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_394" href="#FNanchor_394" class="label">[394]</a> -Juego de palabras sobre <i>Fasos</i>, que envuelve el sentido de -delación. (V. nota al verso 726 de <i>Los Acarnienses</i>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_395" href="#FNanchor_395" class="label">[395]</a> -El gallo era un animal originario de Persia. Las riñas de gallos, a -que alude el poeta, no se introdujeron en Atenas hasta después de las -guerras médicas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_396" href="#FNanchor_396" class="label">[396]</a> -Puerto de Atenas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_397" href="#FNanchor_397" class="label">[397]</a> -Τρόχιλος, <i>reyezuelo</i>, tiene la misma raíz que τρέχω, -<i>correr</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_398" href="#FNanchor_398" class="label">[398]</a> -Sin duda con el ruido de sus alas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_399" href="#FNanchor_399" class="label">[399]</a> -Los nombres griegos de <i>selva</i> y <i>puerta</i> solo difieren en -una letra.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_400" href="#FNanchor_400" class="label">[400]</a> La -Abubilla es notable por su hermoso copete longitudinal, compuesto de -dos hileras de plumas que, al elevarse, forman un penacho color de oro -con orla negra, sumamente lindo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_401" href="#FNanchor_401" class="label">[401]</a> El -pico de la Abubilla es muy largo, relativamente a su cuerpo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_402" href="#FNanchor_402" class="label">[402]</a> -Sófocles en su <i>Tereo</i> presentó la transformación del protagonista -en pájaro, y es de creer que el personaje de Aristófanes trajese una -máscara y traje parecidos a los del héroe trágico.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_403" href="#FNanchor_403" class="label">[403]</a> -Atenas acababa de equipar una flota para enviarla a Sicilia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_404" href="#FNanchor_404" class="label">[404]</a> -Alusión a la manía censurada en <i>Las Avispas</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_405" href="#FNanchor_405" class="label">[405]</a> Es -decir, enemigos de procesos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_406" href="#FNanchor_406" class="label">[406]</a> -Atenas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_407" href="#FNanchor_407" class="label">[407]</a> -Juego de palabras: el hijo de Escelias se llamaba <i>Aristócrates</i>: -fue uno de los principales partidarios del gobierno oligárquico, -llamado de los Cuatrocientos, que se estableció en Atenas tres -años después de la representación de <i>Las Aves</i>. (V. <span -class="sc">Tucídides</span>, <span class="asc">VIII</span>, 89.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_408" href="#FNanchor_408" class="label">[408]</a> -Aristófanes supone irónicamente lo contrario del <i>donec eris felix -multos numerabis amicos</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_409" href="#FNanchor_409" class="label">[409]</a> -<i>Neque testículos attrectasti.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_410" href="#FNanchor_410" class="label">[410]</a> -La galera <i>Salamina</i> solo se empleaba en las necesidades más -apremiantes. Destinábase principalmente a traer a Atenas los ciudadanos -fugitivos que habían de ser juzgados. En esta nave se vio obligado -a regresar de Sicilia Alcibíades, para responder a la acusación de -sacrilegio por haber mutilado las estatuas de Mercurio. Sabido es -que se escapó en el camino. (<span class="sc">Tuc.</span>, <span -class="asc">VI</span>, 61.) Este pasaje de Aristófanes sirve al P. -Brumoy para apoyar su conjetura sobre la intención de <i>Las Aves</i>, -de que se ha hecho mérito en la Noticia preliminar.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_411" href="#FNanchor_411" class="label">[411]</a> -Poeta trágico, que padecía de lepra.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_412" href="#FNanchor_412" class="label">[412]</a> Es -decir, tuerto; porque Opuncio, contemporáneo de Aristófanes, tenía este -defecto.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_413" href="#FNanchor_413" class="label">[413]</a> -Los recién casados se coronaban de esas plantas y comían tortas de -sésamo. Véase la <a href="#Footnote_335">nota al verso 869</a> de <i>La -Paz</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_414" href="#FNanchor_414" class="label">[414]</a> -Citado en <i>La Paz</i> (<a href="#FNanchor_353">v. 1008</a>) por su -glotonería.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_415" href="#FNanchor_415" class="label">[415]</a> En -<i>Los Caballeros</i> hemos visto un juego escénico semejante.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_416" href="#FNanchor_416" class="label">[416]</a> -<i>Polo</i>, de πολεῖν, <i>girar</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_417" href="#FNanchor_417" class="label">[417]</a> -Las palabras πόλος (<i>polo</i>) y πόλις (ciudad) son muy parecidas en -griego.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_418" href="#FNanchor_418" class="label">[418]</a> -Lit.: <i>de hambre meliense</i>, frase corriente en tiempo de -Aristófanes para expresar una necesidad extremada. Su origen fue el -hambre horrible que sufrieron los habitantes de Melos durante el -asedio de los atenienses en el año dieciséis de la guerra. (V. <span -class="sc">Tuc.</span>, v. 116.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_419" href="#FNanchor_419" class="label">[419]</a> -El original dice: «a mi ruiseñor», porque el nombre de este pájaro es -femenino en griego. No traducimos <i>Filomela</i>, porque Aristófanes, -así como Anacreonte, opinaba que la convertida en ruiseñor después -de la catástrofe de Itis fue Procne, y no su hermana Filomela, -como suponía la tradición aceptada por Virgilio (<i>Georg.</i>, -<span class="asc">IV</span>) y Ovidio (<i>Metam.</i>, <span -class="asc">I</span>, 6), y por la generalidad de los escritores -antiguos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_420" href="#FNanchor_420" class="label">[420]</a> -Este trecho es imitación o parodia de otros de Sófocles y Eurípides, en -que se ponderaba el canto del ruiseñor.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_421" href="#FNanchor_421" class="label">[421]</a> -Pájaro que hace su nido en los agujeros de las peñas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_422" href="#FNanchor_422" class="label">[422]</a> -Zancuda, notable por el hermoso rojo de su plumaje, alternando con un -blanco deslumbrador. Su nombre vulgar es <i>flamenco</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_423" href="#FNanchor_423" class="label">[423]</a> -Los pavos reales eran muy poco conocidos en Atenas en tiempo de -Aristófanes, y se enseñaban por dinero, como animales raros. Véase la -nota sobre el particular en <i>Los Acarnienses</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_424" href="#FNanchor_424" class="label">[424]</a> -Alusión a una tragedia de Esquilo perdida.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_425" href="#FNanchor_425" class="label">[425]</a> El -Escoliasta cree que es el gallo, por ser originario de Persia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_426" href="#FNanchor_426" class="label">[426]</a> -Montura ordinaria de los persas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_427" href="#FNanchor_427" class="label">[427]</a> -Para descifrar este aparente galimatías es preciso tener en cuenta que -Aristófanes hace una doble alusión a la fealdad de Filocles y a sus -plagios. Filocles, en efecto, tenía el cráneo muy puntiagudo, lo cual -le daba cierta semejanza con la Abubilla y con la Alondra, a la que -se le compara más adelante (<i>Aves</i>, <a href="#Filo">1295</a>), -al darle por apodo el nombre de este pájaro. Compuso además <i>La -Pandiónida</i>, tetralogía de la cual formaba parte el <i>Tereo</i>, -tragedia en que sin duda plagió inconsideradamente a otra del mismo -título de Sófocles. De suerte que el texto aclarado es: «Esa tragedia -titulada <i>Tereo</i> es producción de la fantasía de Filocles, que la -tomó del <i>Tereo</i> de Sófocles, y yo (<i>Tereo</i>) soy el que con -mis aventuras he dado asunto a ambas.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_428" href="#FNanchor_428" class="label">[428]</a> -Calias era <i>daduco</i> (<i>porta-antorcha</i>) en los misterios de -Ceres, y asistió revestido de sus hábitos sacerdotales a la batalla de -Maratón. Un persa a quien hizo prisionero le entregó un tesoro, que fue -la base de su fortuna. Este mismo Calias fue vencedor en las carreras -de caballos de los juegos olímpicos, en memoria de cuyo triunfo llamó -Hipónico a su hijo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_429" href="#FNanchor_429" class="label">[429]</a> -Calias se había arruinado por mala conducta.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_430" href="#FNanchor_430" class="label">[430]</a> -Lit.: el <i>catofagas</i>, es decir, que come con la cabeza baja. -Pájaro granívoro, según Suidas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_431" href="#FNanchor_431" class="label">[431]</a> -Alusiones a la voracidad y cobardía de Cleónimo, que, como vamos -viendo, nunca escapa sin su correspondiente lancetazo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_432" href="#FNanchor_432" class="label">[432]</a> -Los que corrían en el <i>diaulo</i> o doble estadio llevaban un -penacho. Este juego, que era uno de los olímpicos, consistía, como -indica su nombre, en recorrer dos veces toda la extensión del campo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_433" href="#FNanchor_433" class="label">[433]</a> -Juego de palabras insustancial, basado en que λόφος significa -<i>cresta</i> y <i>colina</i>. Se atribuía a los carios, -pueblo belicoso, la invención de los penachos. (<span -class="sc">Herod.</span>, <i>Hist.</i>, <span class="asc">I</span>, -171.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_434" href="#FNanchor_434" class="label">[434]</a> -<i>Ceirilo</i>, nombre de pájaro, cuya raíz significa <i>rasurar</i>, -por lo cual alude el poeta a Espórgilo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_435" href="#FNanchor_435" class="label">[435]</a> -Barbero de Atenas, cuyo establecimiento gozaba de mala fama, según -Platón el Cómico en <i>Los Sofistas</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_436" href="#FNanchor_436" class="label">[436]</a> -Frase proverbial equivalente a la nuestra «llevar agua al río.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_437" href="#FNanchor_437" class="label">[437]</a> -O <i>polla sultana</i>: el nombre griego, aceptado en los libros de -historia natural, es más expresivo y exacto.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_438" href="#FNanchor_438" class="label">[438]</a> -Alusión a los trágicos, que hacían derramar lágrimas a Edipo después de -haberse arrancado los ojos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_439" href="#FNanchor_439" class="label">[439]</a> -Nótese la semejanza de esta escena con las análogas de <i>Los -Acarnienses</i> y <i>Las Avispas</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_440" href="#FNanchor_440" class="label">[440]</a> -Reconociéndoles por atenienses.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_441" href="#FNanchor_441" class="label">[441]</a> -Las estratagemas empleadas recientemente por Nicias en el sitio de -Melos le habían dado celebridad.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_442" href="#FNanchor_442" class="label">[442]</a> -Lit.: ¡Eleleleu!, grito de guerra.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_443" href="#FNanchor_443" class="label">[443]</a> De -la tribu de Pandión, de quien fue hija Procne, esposa de Tereo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_444" href="#FNanchor_444" class="label">[444]</a> -Lugar en que se verificaban los enterramientos. Había dos Cerámicos; -uno exterior, donde eran sepultados los que habían muerto en el -campo de batalla, y otro dentro de la ciudad, en el cual estaban los -lupanares.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_445" href="#FNanchor_445" class="label">[445]</a> -Ciudad del Peloponeso, entre Corinto y Sicione, cuyo nombre significa -<i>pájaro</i>. Poco antes de la representación de <i>Las Aves</i>, los -atenienses habían sido derrotados en sus inmediaciones.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_446" href="#FNanchor_446" class="label">[446]</a> -Dirigiéndose a los esclavos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_447" href="#FNanchor_447" class="label">[447]</a> En -<i>Los Acarnienses</i>, 279, hemos visto indicada la misma costumbre de -colgar las armas junto al hogar.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_448" href="#FNanchor_448" class="label">[448]</a> -Fórmula empleada para la promulgación de las leyes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_449" href="#FNanchor_449" class="label">[449]</a> -Los preparativos para pronunciar un discurso y ponerse a la mesa eran -idénticos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_450" href="#FNanchor_450" class="label">[450]</a> -Nombre de un demo del Ática, que significa <i>cabeza</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_451" href="#FNanchor_451" class="label">[451]</a> -Los demás personajes la llevaban inclinada.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_452" href="#FNanchor_452" class="label">[452]</a> -Demo del Ática.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_453" href="#FNanchor_453" class="label">[453]</a> -El milano aparecía en Grecia al empezar el buen tiempo. Los pobres -celebraban su venida.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_454" href="#FNanchor_454" class="label">[454]</a> De -los que llevaba en la boca, según costumbre muy generalizada.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_455" href="#FNanchor_455" class="label">[455]</a> -Sin duda el saco que llevaba para traer la harina comprada con el óbolo -tragado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_456" href="#FNanchor_456" class="label">[456]</a> -Los egipcios y fenicios practicaban la circuncisión.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_457" href="#FNanchor_457" class="label">[457]</a> -General ateniense, ambicioso y venal. Aristófanes se burla en otros -pasajes de su fealdad y de su manía de teñirse los cabellos (<i>Las -Junteras</i>, 630, 736).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_458" href="#FNanchor_458" class="label">[458]</a> -En griego no hay más diferencia que de una letra entre el nombre de -Júpiter y el del ganso, Ζῆνα y χῆνα. Lampón era un adivino.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_459" href="#FNanchor_459" class="label">[459]</a> -Nombres de pájaros y de gigantes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_460" href="#FNanchor_460" class="label">[460]</a> -<i>Ut mentulam eis annulo constringatis, ne amplius illas -futuant.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_461" href="#FNanchor_461" class="label">[461]</a> -La comparación de Homero se refiere a Juno y Minerva y no a Iris. Sin -duda esta es una de las correcciones que ha sufrido el texto de la -<i>Ilíada</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_462" href="#FNanchor_462" class="label">[462]</a> -Templo y oráculo de Júpiter en Libia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_463" href="#FNanchor_463" class="label">[463]</a> -Tenía fama de moroso en sus operaciones militares. (V. <span -class="sc">Tuc.</span> <span class="asc">VI</span>, 25, y <span -class="sc">Plutarco</span>, <i>Vida de Nicias</i>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_464" href="#FNanchor_464" class="label">[464]</a> -Se conserva un fragmento de Arquíloco sobre esta fábula. (V. <span -class="sc">Apraiz</span>, <i>Estudios sobre la fábula</i>, publicados -en <i>El Ateneo</i>, tom. <span class="asc">I</span>, p. 413.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_465" href="#FNanchor_465" class="label">[465]</a> -Nombres de esclavos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_466" href="#FNanchor_466" class="label">[466]</a> -Según el Escoliasta, el atavío de Procne imitaba el traje de las -cortesanas y el plumaje del ruiseñor.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_467" href="#FNanchor_467" class="label">[467]</a> -<i>Quam ipsi crura lubens divaricarem.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_468" href="#FNanchor_468" class="label">[468]</a> -Sigue la <i>Parábasis</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_469" href="#FNanchor_469" class="label">[469]</a> -Filósofo citado en <i>Las Nubes</i>. (V. la nota al v. 361.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_470" href="#FNanchor_470" class="label">[470]</a> -Estos pronósticos se encuentran en <i>Las obras y los días</i> de <span -class="sc">Hesiodo</span> (v. 45, 448, 629.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_471" href="#FNanchor_471" class="label">[471]</a> El -timón se separaba de la nave cuando no estaba en el mar.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_472" href="#FNanchor_472" class="label">[472]</a> -Famoso caco ateniense. (Vid. <i>Acarnienses</i>, 1167.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_473" href="#FNanchor_473" class="label">[473]</a> -Lit.: un <i>pájaro</i>. Empleamos la palabra <i>auspicio</i> en cuya -composición entra el nombre de Ave.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_474" href="#FNanchor_474" class="label">[474]</a> -Oída por casualidad, se entiende.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_475" href="#FNanchor_475" class="label">[475]</a> -Lit.: <i>leche de pájaros</i>, que es como si dijéramos una vida de -Jauja.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_476" href="#FNanchor_476" class="label">[476]</a> -Imitaciones del canto de varias aves.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_477" href="#FNanchor_477" class="label">[477]</a> Se -hacía una marca en la frente a los esclavos fugitivos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_478" href="#FNanchor_478" class="label">[478]</a> -Abuelo de Espíntaro, a quien echa en cara su cualidad de extranjero.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_479" href="#FNanchor_479" class="label">[479]</a> -Véase la <a href="#Footnote_385">nota al verso 11</a> de esta comedia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_480" href="#FNanchor_480" class="label">[480]</a> Se -cree fue uno de los que mutilaron las estatuas de Mercurio la víspera -de la expedición a Sicilia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_481" href="#FNanchor_481" class="label">[481]</a> -Río de Tracia (hoy <i>Marizza</i>).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_482" href="#FNanchor_482" class="label">[482]</a> -Cestero, que se enriqueció fabricando botellas de mimbre.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_483" href="#FNanchor_483" class="label">[483]</a> -Pistetero y Evélpides vuelven provistos de alas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_484" href="#FNanchor_484" class="label">[484]</a> -Verso de <i>Los Mirmidones</i> de Esquilo, tragedia de la cual solo se -conservan fragmentos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_485" href="#FNanchor_485" class="label">[485]</a> -Hay en el original el juego de palabras que hemos podido conservar en -la traducción.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_486" href="#FNanchor_486" class="label">[486]</a> -Significa ciudad de las nubes y los cucos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_487" href="#FNanchor_487" class="label">[487]</a> -Ciudadanos que se jactaban de tener riquezas, siendo pobrísimos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_488" href="#FNanchor_488" class="label">[488]</a> -Otro lugar imaginario.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_489" href="#FNanchor_489" class="label">[489]</a> -Véase la nota al verso 562 de <i>Los Caballeros</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_490" href="#FNanchor_490" class="label">[490]</a> -<i>Pelárgico</i> en vez de <i>Pelásgico</i>. Se llamaban así los -antiguos muros de la ciudadela de Atenas. Además este adjetivo recuerda -en griego el nombre de las cigüeñas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_491" href="#FNanchor_491" class="label">[491]</a> -El gallo. Alusión a la metamorfosis de Alectrión, criado de Marte, en -gallo, por no haberle avisado a tiempo la venida de Vulcano, cuando -estaba entretenido en amorosos hurtos con la diosa Venus.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_492" href="#FNanchor_492" class="label">[492]</a> -Los que hacían la ronda por las murallas llevaban una campanilla, a la -cual debían responder los centinelas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_493" href="#FNanchor_493" class="label">[493]</a> En -vez de χαῖρε, <i>adiós</i>, le dice οἴμωζε, <i>llora</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_494" href="#FNanchor_494" class="label">[494]</a> -Con el agua lustral. Véanse en <i>La Paz</i> <a -href="#lustral">ceremonias idénticas</a>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_495" href="#FNanchor_495" class="label">[495]</a> -Los flautistas se colocaban una correa delante de la boca.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_496" href="#FNanchor_496" class="label">[496]</a> En -esta oración burlesca van mezclados nombres de dioses y aves. El poeta -dice Σουνιάρακε en vez de Σουνιάρατε, <i>dios adorado en Sunio</i>, -epíteto de Neptuno.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_497" href="#FNanchor_497" class="label">[497]</a> -Ὀρτυγομήτρα, que significa <i>madre de las codornices</i> y de la isla -<i>Ortigia</i> o Delos que acogió a Latona.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_498" href="#FNanchor_498" class="label">[498]</a> -Sobrenombre de Diana.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_499" href="#FNanchor_499" class="label">[499]</a> -Alude a la traza de avestruz de Cleócrito.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_500" href="#FNanchor_500" class="label">[500]</a> -Como Quíos era una de las aliadas más fieles de Atenas, las oraciones -solían terminar con la fórmula: «en favor de Atenas y de Quíos», que el -sacerdote añade a su súplica como por la fuerza de la costumbre.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_501" href="#FNanchor_501" class="label">[501]</a> -Los esclavos llevaban el cabello rapado. La cabellera larga era signo -de ingenuidad y nobleza. En cuanto a los poetas de cierta índole, -parece que también en aquellos tiempos eran melenudos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_502" href="#FNanchor_502" class="label">[502]</a> -Llamábanse <i>partenias</i> las los versos cantados por coros de -doncellas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_503" href="#FNanchor_503" class="label">[503]</a> -A los diez días de su nacimiento se ponía nombre a los niños, -celebrándose este suceso con un banquete. Aristófanes, al mismo tiempo -que parodia el estilo y versificación de la poesía lírica, intercala -unos versos de Píndaro sobre Hierón, fundador de Etna, en Sicilia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_504" href="#FNanchor_504" class="label">[504]</a> -Dirigiéndose a uno de los presentes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_505" href="#FNanchor_505" class="label">[505]</a> -Hierón había regalado a Píndaro un tiro de mulas, y el poeta le pedía -además un carro.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_506" href="#FNanchor_506" class="label">[506]</a> -Galimatías poético, parodia del estilo ditirámbico.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_507" href="#FNanchor_507" class="label">[507]</a> -Que el sacerdote iba a sacrificar.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_508" href="#FNanchor_508" class="label">[508]</a> -Adivino citado varias veces (<i>Los Caballeros</i>, 123; <i>La Paz</i>, -<a href="#FNanchor_360">1070</a>).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_509" href="#FNanchor_509" class="label">[509]</a> -Que era el sitio que ocupaba <i>Orneas</i>, de que antes se ha -hablado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_510" href="#FNanchor_510" class="label">[510]</a> -Personas ya citadas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_511" href="#FNanchor_511" class="label">[511]</a> -Célebre astrónomo y geómetra, autor del ciclo de diez y nueve años, -destinado a armonizar el año solar y el lunar. La aceptación de este -ciclo produjo algunas alteraciones en el calendario ateniense, de que -ya se ocupó Aristófanes en <i>Las Nubes</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_512" href="#FNanchor_512" class="label">[512]</a> La -aldea de Colona debía a Metón el establecimiento de una fuente.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_513" href="#FNanchor_513" class="label">[513]</a> -Comparación atribuida al pitagórico Hippón. (V. <i>Las Nubes</i>, -95.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_514" href="#FNanchor_514" class="label">[514]</a> -Alusión a la ley de <i>Xenelasia</i>, vigente en Lacedemonia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_515" href="#FNanchor_515" class="label">[515]</a> -Magistrados encargados de recibir a los extranjeros que venían a -Atenas. Cada ciudad extranjera tenía en Atenas sus próxenos, cuyas -funciones se parecían algo a las de nuestros cónsules.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_516" href="#FNanchor_516" class="label">[516]</a> -Los inspectores estaban encargados de vigilar las ciudades tributarias -de Atenas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_517" href="#FNanchor_517" class="label">[517]</a> -Citado antes, y en <a href="#FNanchor_353"><i>La Paz</i>, 1008</a>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_518" href="#FNanchor_518" class="label">[518]</a> -Sátrapa persa.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_519" href="#FNanchor_519" class="label">[519]</a> -Habitantes de Olofixo, ciudad situada al pie del monte Atos, -dependientes de Atenas. Nefelococigia es considerada por los atenienses -como una colonia suya, y por eso tratan de imponerle las leyes de la -metrópoli.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_520" href="#FNanchor_520" class="label">[520]</a> -Pueblo de invención de Aristófanes, cuya radical significa «llorar.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_521" href="#FNanchor_521" class="label">[521]</a> -El mes <i>Muniquion</i> principiaba, según el ciclo de Harpalo, el 6 -de mayo, y según el de Metón, el 28 de marzo. Llamábase así, por las -fiestas Muniquias en honor de Diana y en conmemoración de la batalla de -Salamina en Chipre, que se celebraban en él.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_522" href="#FNanchor_522" class="label">[522]</a> -Diágoras, después de la destrucción de Melos, su patria, se estableció -en Atenas, distinguiéndose por su impiedad, divulgando los misterios de -Eleusis y tratando de disuadir a los ciudadanos de su iniciación. Con -este motivo fue acusado y tuvo que huir, pereciendo en un naufragio. -Los atenienses pusieron precio a su cabeza. Como una prueba de su -irreligiosidad se cita que no teniendo leña para hacer la comida, echó -al fuego una estatua de Hércules, diciendo: «Debes hacer en obsequio -mío un decimotercero trabajo, que será el de cocer estas lentejas.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_523" href="#FNanchor_523" class="label">[523]</a> -Vimos ya en <i>Las Avispas</i> que los atenienses prodigaban las -acusaciones de tiranía. Aristófanes se burla de los oradores que las -presentaban.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_524" href="#FNanchor_524" class="label">[524]</a> -Después de su célebre juicio para la adjudicación de la manzana de -oro.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_525" href="#FNanchor_525" class="label">[525]</a> -Las monedas atenienses tenían grabada una figura de lechuza. Estas -monedas acabaron por llamarse <i>lechuzas</i>, así como entre nosotros -el nombre de <i>peluconas</i> y <i>perros chicos</i> sirve para -designar las onzas de oro y las monedas de 5 céntimos de peseta.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_526" href="#FNanchor_526" class="label">[526]</a> En -griego ἀετός, significa <i>águila</i> y <i>frontón</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_527" href="#FNanchor_527" class="label">[527]</a> -Era costumbre colocar sobre las estatuas unas cubiertas de metal para -librarlas de las inmundicias de los pájaros.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_528" href="#FNanchor_528" class="label">[528]</a> -Lit.: <i>Alpheum spirans</i>, frase que quiere indicar que venía con el -sobrealiento de los que acaban de correr en estadio olímpico que estaba -a la orilla del Alfeo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_529" href="#FNanchor_529" class="label">[529]</a> -Proxénides y Teógenes han sido citados antes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_530" href="#FNanchor_530" class="label">[530]</a> -Como se ve, también se conocían las andaluzadas en Atenas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_531" href="#FNanchor_531" class="label">[531]</a> O -cien <i>orgías</i>, que equivalen próximamente a 185 metros.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_532" href="#FNanchor_532" class="label">[532]</a> -Las grullas se lastran con piedras, dice el Escoliasta, para no ser -arrastradas por el viento, y para conocer al arrojarlas si vuelan sobre -el mar o sobre la tierra.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_533" href="#FNanchor_533" class="label">[533]</a> -Parodia del proverbio: «¿Qué no harán las manos?»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_534" href="#FNanchor_534" class="label">[534]</a> -Navío, por las alas que le sirven de velas o de remos; y casco, por el -penacho.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_535" href="#FNanchor_535" class="label">[535]</a> -Pistetero continúa fijo en su idea de que Iris es una nave. -La <i>Paralos</i> y la <i>Salamina</i> eran las dos galeras -sagradas, célebres por su velocidad. Véase antes la nota sobre la -<i>Salamina</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_536" href="#FNanchor_536" class="label">[536]</a> -Escoge esta ave por ser <i>bene coleatus</i>, τρίορχος.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_537" href="#FNanchor_537" class="label">[537]</a> -Parodia del estilo trágico.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_538" href="#FNanchor_538" class="label">[538]</a> -Parodia del verso 686 de la <i>Alceste</i> de Eurípides.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_539" href="#FNanchor_539" class="label">[539]</a> -Tomado de la <i>Níobe</i> de Esquilo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_540" href="#FNanchor_540" class="label">[540]</a> -Nombre de un pájaro y de un gigante. Su denominación vulgar es <i>polla -sultana</i>. Sabido es en qué grave aprieto pusieron los gigantes a -Júpiter.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_541" href="#FNanchor_541" class="label">[541]</a> El -Escoliasta dice que la frase aparte debe entenderse: «hazme callar.» -Boissonade propone la interpretación que seguimos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_542" href="#FNanchor_542" class="label">[542]</a> V. -<i>Las Nubes</i>, v. 835.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_543" href="#FNanchor_543" class="label">[543]</a> -Había en Atenas riñas de codornices a semejanza de las de gallos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_544" href="#FNanchor_544" class="label">[544]</a> -Nombre de esclavo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_545" href="#FNanchor_545" class="label">[545]</a> Es -decir, de ruiseñores, de alondras, de cisnes y demás aves cantoras.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_546" href="#FNanchor_546" class="label">[546]</a> De -águilas, cornejas, etc.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_547" href="#FNanchor_547" class="label">[547]</a> De -porfiriones, gaviotas, mergos, etc.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_548" href="#FNanchor_548" class="label">[548]</a> -Parodia del <i>Enomao</i> de Sófocles.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_549" href="#FNanchor_549" class="label">[549]</a> La -palabra que en griego significa <i>ley</i>, solo se diferencia en el -acento de la que significa <i>pasto</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_550" href="#FNanchor_550" class="label">[550]</a> -Alusión a algún pájaro llamado el <i>huérfano</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_551" href="#FNanchor_551" class="label">[551]</a> -Los atenienses estaban entonces sitiando a Anfípolis, en Tracia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_552" href="#FNanchor_552" class="label">[552]</a> -Tomado de Anacreonte. Cinesias era un poeta ditirámbico cuyo estilo -hinchado y pretencioso parodia Aristófanes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_553" href="#FNanchor_553" class="label">[553]</a> -Cinesias era muy alto y delgado. El epíteto <i>filirino</i> (de tilo) -que Aristófanes le da, puede significar largo y estrecho como una -percha.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_554" href="#FNanchor_554" class="label">[554]</a> -Grito con que en las naves se mandaba detenerse a los remeros.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_555" href="#FNanchor_555" class="label">[555]</a> -Leotrófides era un poeta ditirámbico notable por su flacura y -palidez.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_556" href="#FNanchor_556" class="label">[556]</a> -Versos tomados de <i>Alceo</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_557" href="#FNanchor_557" class="label">[557]</a> Es -decir, de la primavera, porque su raído manto no le podía librar del -frío.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_558" href="#FNanchor_558" class="label">[558]</a> -Parodia del verso de <i>Los Mirmidones</i> de Esquilo: «¡Armas! -¡Necesito armas! ¡Necesito armas!»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_559" href="#FNanchor_559" class="label">[559]</a> -Ciudad de Acaya, notable por los mantos de abrigo que en ella se -fabrican. Era la <i>Palencia</i> de los griegos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_560" href="#FNanchor_560" class="label">[560]</a> -Los atenienses obligaban a sus aliados insulares y continentales -a traer sus negocios a los tribunales de la metrópoli. Esto, -que era un vejamen gravísimo, lo defiende, sin embargo, <span -class="sc">Jenofonte</span> en su <i>República ateniense</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_561" href="#FNanchor_561" class="label">[561]</a> -Diítrefes era un rico que tenía muchos caballos. Ya hemos visto en -<i>Las Nubes</i> que la afición a la equitación era muy común y ruinosa -en los jóvenes atenienses.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_562" href="#FNanchor_562" class="label">[562]</a> -Esto se lo dice enseñándole unos azotes de cuero. Los de Córcira tenían -fama.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_563" href="#FNanchor_563" class="label">[563]</a> -<i>Cardias</i> era una ciudad de Tracia cuyo nombre significa -<i>corazón</i> o <i>valor</i>. Esto y lo siguiente son burlas sobre la -cobardía de Cleónimo, tantas veces mencionada.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_564" href="#FNanchor_564" class="label">[564]</a> -Célebre ladrón, cuyo encuentro era peligroso de noche. Véase la nota al -verso 1167 de <i>Los Acarnienses</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_565" href="#FNanchor_565" class="label">[565]</a> -Trata de saber si está el cielo cubierto o despejado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_566" href="#FNanchor_566" class="label">[566]</a> -Duraban cinco días y se ayunaba el tercero.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_567" href="#FNanchor_567" class="label">[567]</a> -Apolo era el patrono de los ciudadanos de Atenas; como Execéstides era -extranjero, su patrono debía de serlo también.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_568" href="#FNanchor_568" class="label">[568]</a> -Nombre de un pueblo de Tracia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_569" href="#FNanchor_569" class="label">[569]</a> -Ἐπιτριβίης, tiene cierta semejanza con <i>Tríbalo</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_570" href="#FNanchor_570" class="label">[570]</a> -Prometeo regaló el fuego a los hombres, incurriendo por esto en el -enojo de Júpiter.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_571" href="#FNanchor_571" class="label">[571]</a> -Célebre misántropo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_572" href="#FNanchor_572" class="label">[572]</a> -Ya hemos visto en <i>Los Acarnienses</i> que era costumbre llevar un -quitasol detrás de las canéforas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_573" href="#FNanchor_573" class="label">[573]</a> -Seres fabulosos que habitaban en la zona <i>tórrida</i>. Sus pies eran -más grandes que el resto del cuerpo, de suerte que cuando el calor se -dejaba sentir con exceso, adoptaban la posición cuadrúpeda y se servían -de uno de sus pies como de quitasol, de donde les vino el nombre de -<i>esciápodas</i>. Aristófanes coloca a los filósofos socráticos en -este país, para indicar su constitución física empobrecida por las -cavilaciones, y su poca policía.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_574" href="#FNanchor_574" class="label">[574]</a> -Este orador era notable por su cobardía. El mismo Jenofonte, de -ordinario inofensivo, dice de él en el <i>Banquete</i>, que no -se atrevía a mirar de frente una lanza. (Véase <i>La Paz</i>, <a -href="#Footnote_285">395, nota</a>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_575" href="#FNanchor_575" class="label">[575]</a> -Vid. <span class="sc">Homero</span>, <i>Odisea</i>, <span -class="asc">IX</span>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_576" href="#FNanchor_576" class="label">[576]</a> -Véase la nota correspondiente en <i>Las Nubes</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_577" href="#FNanchor_577" class="label">[577]</a> Lo -ordinario era recoger el manto sobre el hombro izquierdo, como nuestros -embozos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_578" href="#FNanchor_578" class="label">[578]</a> -General que para cubrirse las úlceras de las piernas se dejaba caer el -manto.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_579" href="#FNanchor_579" class="label">[579]</a> -Fingiendo no haberlos visto.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_580" href="#FNanchor_580" class="label">[580]</a> -Dulcificando la voz a la vista de los preparativos culinarios.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_581" href="#FNanchor_581" class="label">[581]</a> -Neptuno jura burlescamente por sí mismo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_582" href="#FNanchor_582" class="label">[582]</a> -Jerga ininteligible.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_583" href="#FNanchor_583" class="label">[583]</a> El -texto de la ley está en prosa.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_584" href="#FNanchor_584" class="label">[584]</a> -Formalidad que solo se llenaba con los hijos legítimos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_585" href="#FNanchor_585" class="label">[585]</a> -Tal parece ser el sentido de las incorrectas palabras del Tríbalo. Sus -colegas no le comprenden bien.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_586" href="#FNanchor_586" class="label">[586]</a> -Nombre de un puerto en la isla de Quíos. Envuelve la idea de delación y -es una alusión a los sicofantas y oradores.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_587" href="#FNanchor_587" class="label">[587]</a> -Palabra compuesta de dos que significan <i>lengua</i> y <i>vientre</i>, -es decir, los que viven del producto de su lengua.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_588" href="#FNanchor_588" class="label">[588]</a> La -palabra σῦκον, <i>higo</i>, entra en la composición de <i>sicofanta</i> -o <i>delator</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_589" href="#FNanchor_589" class="label">[589]</a> -Gorgias, célebre retórico y sofista. Platón dio su nombre a uno de sus -más bellos diálogos. Filipo se cree que era un delator.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_590" href="#FNanchor_590" class="label">[590]</a> V. -<i>La Paz</i>, <a href="#lengua">verso 1060</a>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_591" href="#FNanchor_591" class="label">[591]</a> -Tecnicismo coreográfico.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_592" href="#FNanchor_592" class="label">[592]</a> -Así lo indica el Anónimo autor de su prefacio: ἐκλήθη Λυσιστράτη παρὰ -τὸ λῦσαι τὸν στρατόν.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_593" href="#FNanchor_593" class="label">[593]</a> -Lisístrata se queja (<a href="#Page_329">v. 104</a>) de que su marido -hace siete meses que está de guarnición en Pilos, que fue recobrado -por los lacedemonios el año 23 de la guerra; habla después de la -defección de los milesios (<a href="#milesios">v. 108</a>), que -tuvo lugar al principio del año vigésimo de la guerra. La alusión a -desastres recientes (<a href="#FNanchor_661">v. 586</a>) solo puede -referirse a los de Sicilia, y la libertad con que habla de Pisandro -hace suponer que estaba ya abolido el gobierno oligárquico de los -Cuatrocientos, que cayeron en el año 21 de la guerra (Véase <span -class="sc">Tucídides</span>, <span class="asc">VIII</span>).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_594" href="#FNanchor_594" class="label">[594]</a> -Las divinidades citadas por Lisístrata eran todas favorables -a la crápula y la disolución. Para explicar el sobrenombre de -<i>Colíade</i>, dado a Venus, el Escoliasta cuenta la siguiente -tradición. Unos bandidos se apoderaron de un joven ateniense, y le -ataron todos los miembros (κωλῆ), pero le libertó la hija del capitán -de la banda. En recuerdo de esta prueba de amor, el joven edificó un -templo y lo dedicó a Venus, que se llamó <i>Colíade</i>, del nombre de -los miembros desatados. Sobre la advocación de <i>Genetílide</i> véase -<i>Las Nubes</i>, nota al verso 52.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_595" href="#FNanchor_595" class="label">[595]</a> Ya -hemos visto lo estimadas que eran las del lago Copáis.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_596" href="#FNanchor_596" class="label">[596]</a> -Especie de túnica que no se sujetaba con ceñidor.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_597" href="#FNanchor_597" class="label">[597]</a> -Especie de calzado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_598" href="#FNanchor_598" class="label">[598]</a> -Para pasar de Salamina al Ática, de la cual estaba separada por un -canal de poca anchura. Hay en el texto uno de los equívocos indecentes -de que está plagada la comedia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_599" href="#FNanchor_599" class="label">[599]</a> -Sin duda, porque habiendo sido su país muy castigado por la guerra, -debían de ser más solícitas en procurarse la paz.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_600" href="#FNanchor_600" class="label">[600]</a> -Teógenes era un hombre rico y supersticioso, que no emprendía nada sin -consultar a una estatua de Hécate, diosa, según la creencia vulgar, de -los honores y la buena fortuna. Su mujer era natural que siguiese sus -prácticas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_601" href="#FNanchor_601" class="label">[601]</a> -Aldea del Ática.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_602" href="#FNanchor_602" class="label">[602]</a> -Lámpito era hija de Leotíquides, mujer de Arquidamo, y madre de Agis, -los tres reyes de Lacedemonia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_603" href="#FNanchor_603" class="label">[603]</a> -Juramento ordinario de los Espartanos. Todo lo que dicen Lámpito y las -demás lacedemonias está en dialecto dórico.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_604" href="#FNanchor_604" class="label">[604]</a> En -una especie de danza llamada <i>bibasis</i>. Alusión a los ejercicios -gimnásticos que los jóvenes de ambos sexos hacían en Esparta.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_605" href="#FNanchor_605" class="label">[605]</a> -Para ver si están gordas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_606" href="#FNanchor_606" class="label">[606]</a> El -poleo crecía espontáneamente y con mucha abundancia en Beocia. La frase -alude a una costumbre del tocador griego.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_607" href="#FNanchor_607" class="label">[607]</a> -Célebre por sus muchas y bellas cortesanas, que se hacían pagar muy -caros sus favores; de donde vino el proverbio: <i>No todos pueden ir a -Corinto</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_608" href="#FNanchor_608" class="label">[608]</a> -General ateniense, cuya lealtad a la república era sospechosa. Parece -que las tropas de Atenas estaban, cuando se representó la Lisístrata, -vigilando a los pueblos de la Tracia, y no muy seguros de su general -Éucrates.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_609" href="#FNanchor_609" class="label">[609]</a> En -la Noticia preliminar a <i>Los Caballeros</i> vimos que los atenienses -se habían apoderado de esta plaza fuerte de los lacedemonios: estos no -consiguieron recobrarla hasta dos años después de la representación de -la Lisístrata, o sea en el 22 de la guerra del Peloponeso.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_610" href="#FNanchor_610" class="label">[610]</a> -Lit: <i>Sed nec mœchi relicta est scintilla. Ex quo enim nos -prodiderunt Milesii, ne olisbum quidem vidi octo digitos longum qui -nobis esset coriaceum auxilium.</i> El Reverendo P. Lobineau hizo, -según M. Artaud, un sabio comentario sobre tan resbaladiza materia. La -defección de los milesios, por consejo de Alcibíades, tuvo lugar el -año vigésimo de la guerra (Véase <span class="sc">Tuc.</span>, <span -class="asc">VIII</span>, 17).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_611" href="#FNanchor_611" class="label">[611]</a> -Aristófanes echa en cara a menudo a las mujeres su afición a la -bebida.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_612" href="#FNanchor_612" class="label">[612]</a> En -el <i>Banquete</i> de Platón, usa nuestro poeta la misma comparación, -al desenvolver su peregrina teoría sobre la belleza y el amor.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_613" href="#FNanchor_613" class="label">[613]</a> -Monte de la Laconia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_614" href="#FNanchor_614" class="label">[614]</a> -Lit: <i>Abstinendum est a pene</i>. La proposición de Lisístrata -produce malísimo efecto en su auditorio.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_615" href="#FNanchor_615" class="label">[615]</a> -Lit: «No somos más que Neptuno y barca.» Expresión proverbial, cuyo -equivalente es el indicado en el texto.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_616" href="#FNanchor_616" class="label">[616]</a> -Amorgos era una de las Cícladas, entre Naxos y Cos. Se fabricaban en -ella telas finísimas, casi transparentes, y de gran precio. Algunos -suponen que estas telas se llamaban así, o a causa de su color, o por -la planta de que estaban hechas. (V. <span class="sc">Suidas</span>, -<i>Etym. magn.</i>; <span class="sc">Pollux</span>, <span -class="asc">VII</span>, 16.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_617" href="#FNanchor_617" class="label">[617]</a> -Siempre que se trata del amor, usa Aristófanes expresiones de una -obscenidad intraducibie, aunque muy gráficas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_618" href="#FNanchor_618" class="label">[618]</a> -Alusión a la <i>Andrómaca</i> de Eurípides, v. 620.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_619" href="#FNanchor_619" class="label">[619]</a> -Este proverbio se aplicaba a los que se toman un trabajo inútil. -<i>Intelligit femina penem coriaceum de quo supra</i>. Ferécrates era -un poeta cómico contemporáneo de Aristófanes que citó ese proverbio en -alguna de sus piezas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_620" href="#FNanchor_620" class="label">[620]</a> -En él había de reserva mil talentos. El templo de Minerva estaba en la -ciudadela.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_621" href="#FNanchor_621" class="label">[621]</a> -Los alguaciles y arqueros de Atenas eran casi todos escitas; y -Lisístrata quiere conformarse con la costumbre.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_622" href="#FNanchor_622" class="label">[622]</a> -Alusión a <i>Los Siete contra Tebas</i>, donde los jefes prestan un -juramento en la forma indicada por Lisístrata.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_623" href="#FNanchor_623" class="label">[623]</a> -<i>Mentulam innuit, ex aliqua venerea statura quæ equestris -dicitur.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_624" href="#FNanchor_624" class="label">[624]</a> -Parodia de Esquilo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_625" href="#FNanchor_625" class="label">[625]</a> -Para jurar se ponía la mano sobre la víctima; costumbre que se ha -conservado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_626" href="#FNanchor_626" class="label">[626]</a> -Dice esto echando vino en la copa.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_627" href="#FNanchor_627" class="label">[627]</a> -Esta circunstancia era de buen agüero en los sacrificios.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_628" href="#FNanchor_628" class="label">[628]</a> La -primera que jurase debía beber también la primera.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_629" href="#FNanchor_629" class="label">[629]</a> En -los festines parece que se echaban suertes para fijar el orden en que -habían de beber los convidados.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_630" href="#FNanchor_630" class="label">[630]</a> -<i>Maligne ei præbebo et motus non addam.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_631" href="#FNanchor_631" class="label">[631]</a> -Hemos eliminado la traducción de dos versos cuya versión latina es: -<i>Non tollam calceos sursum ad lacunar. Non conquiniscam instar leœnæ -in cultri manubrio.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_632" href="#FNanchor_632" class="label">[632]</a> -Acuden a los gritos de las mujeres cargados de haces de leña para -incendiar las puertas de la ciudadela y quemar a las invasoras. Estas -se aprestan a una resistencia enérgica.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_633" href="#FNanchor_633" class="label">[633]</a> Se -cree que sea Lisístrata. Licón era un demagogo que entregó Naupacto a -los enemigos. Los demás nombres de esta primera parte del coro son de -pura invención.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_634" href="#FNanchor_634" class="label">[634]</a> -Rey de Lacedemonia, que un siglo antes de la representación -de la <i>Lisístrata</i> consiguió apoderarse de la ciudadela. -Tuvo que capitular. (V. <span class="sc">Herod.</span>, <span -class="asc">V</span>, 62.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_635" href="#FNanchor_635" class="label">[635]</a> -Distrito del Ática, llamado así porque lo formaban cuatro aldeas: -Maratón, Enoe, Probalnito y Tricoriso.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_636" href="#FNanchor_636" class="label">[636]</a> -Las mujeres de Lemnos asesinaron en cierta ocasión a sus maridos: más -tarde, los habitantes de aquella isla, para vengarse de los atenienses -que les habían injuriado, les arrebataron muchas de sus mujeres y -mataron los hijos que nacieron de este concubinato. Todo esto hacía que -los isleños de Lemnos tuviesen malísima reputación, formándose como -expresión de esta idea la frase Κακὸν λήμνιον, <i>peste de Lemnos</i>, -para indicar las cosas peores.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_637" href="#FNanchor_637" class="label">[637]</a> -Es decir, partidario de la democracia, cuyo gobierno acababa de -establecerse en Samos. (V. <span class="sc">Tuc.</span>, <span -class="asc">VIII</span>.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_638" href="#FNanchor_638" class="label">[638]</a> -Distinto del primero, y compuesto de mujeres que acuden con cántaros de -agua en auxilio de sus compañeras.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_639" href="#FNanchor_639" class="label">[639]</a> -Otras ediciones ponen estas palabras en boca de Estratilis.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_640" href="#FNanchor_640" class="label">[640]</a> -Alusión a un verso en que Hipponax amenazaba a Búpalo. Este Búpalo era -un escultor célebre, que representó a Hipponax con toda su deformidad -natural, por lo cual el poeta escribió contra él tan violenta sátira, -que el escultor se ahorcó desesperado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_641" href="#FNanchor_641" class="label">[641]</a> -<i>Et nunquam alia canis testiculis te prehendet</i>; dando a entender, -<i>quia ego tibi prius avellam</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_642" href="#FNanchor_642" class="label">[642]</a> -Lit.: <i>Aqueloo</i>, nombre de un río.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_643" href="#FNanchor_643" class="label">[643]</a> -En griego Πρόβουλος. Las atribuciones de estos magistrados no están -bien definidas: unos creen que eran una especie de jefes de policía; -otros que su misión se reducía a preparar los asuntos que habían de -discutirse en el Senado; y otros, en fin, opinan que era un cargo -extraordinario creado en épocas críticas, como en tiempo de la invasión -de Jerjes y después de las derrotas en Sicilia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_644" href="#FNanchor_644" class="label">[644]</a> -Fiestas en honor de Adonis que duraban dos días y eran celebradas solo -por las mujeres. En el primero lamentaban su muerte dando gritos sobre -los terrados de las casas; y en el segundo, se regocijaban como si -hubiese vuelto a la vida.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_645" href="#FNanchor_645" class="label">[645]</a> -Este orador, enemigo de Nicias, sostuvo la conveniencia de la -expedición de Sicilia, en que murió aquel general. Aristófanes venga la -muerte de su amigo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_646" href="#FNanchor_646" class="label">[646]</a> -Parodia del apodo <i>Buciges</i> (<i>buey de tiro</i>), que tenía -Demóstrato. Le llama <i>Colociges</i> por su locura, fatal a Atenas -(χόλος, <i>locura furiosa</i>).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_647" href="#FNanchor_647" class="label">[647]</a> -<i>Qui penem habet haud quaquam puerile.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_648" href="#FNanchor_648" class="label">[648]</a> De -la ciudadela, donde se guardaba el dinero del Estado.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_649" href="#FNanchor_649" class="label">[649]</a> -Hija de Cécrope, por la cual juraban las atenienses.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_650" href="#FNanchor_650" class="label">[650]</a> -<i>Mox cacabis calcatus.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_651" href="#FNanchor_651" class="label">[651]</a> -Para curarse las heridas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_652" href="#FNanchor_652" class="label">[652]</a> La -legión femenina da una buena soba a los arqueros.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_653" href="#FNanchor_653" class="label">[653]</a> -Véanse <i>La Paz</i>, <a href="#FNanchor_285">395</a>; <i>Las Aves</i>, -<a href="#Footnote_574">1556, nota</a>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_654" href="#FNanchor_654" class="label">[654]</a> -Las últimas palabras se las dirige Héctor a Andrómaca en la -<i>Ilíada</i>, <span class="asc">VI</span>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_655" href="#FNanchor_655" class="label">[655]</a> Es -decir, en juzgar. (V. <i>Los Caballeros</i>, 41.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_656" href="#FNanchor_656" class="label">[656]</a> -Venus.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_657" href="#FNanchor_657" class="label">[657]</a> -<i>Si viris tentiginem jucundam ingeneraverint, ut quasi baculos penes -erigant...</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_658" href="#FNanchor_658" class="label">[658]</a> -Nombre que significa: <i>las terminadoras de la guerra</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_659" href="#FNanchor_659" class="label">[659]</a> -Jefe de caballería de una tribu.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_660" href="#FNanchor_660" class="label">[660]</a> -Tereo reinó en Tracia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_661" href="#FNanchor_661" class="label">[661]</a> -Alusión a la reciente derrota de Sicilia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_662" href="#FNanchor_662" class="label">[662]</a> -Para averiguar cuándo le llegará el turno.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_663" href="#FNanchor_663" class="label">[663]</a> -Para ofrecerla al Cerbero, según el rito funerario.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_664" href="#FNanchor_664" class="label">[664]</a> -Barquero del infierno.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_665" href="#FNanchor_665" class="label">[665]</a> -Era costumbre exponer los cadáveres delante de la casa.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_666" href="#FNanchor_666" class="label">[666]</a> -Verso tomado del escolio de Harmodio. Todo este coro tiende a -ridiculizar la suspicacia ateniense, a la cual todo se le antojaban -maquinaciones para restablecer la tiranía.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_667" href="#FNanchor_667" class="label">[667]</a> -Amenaza dirigida a los viejos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_668" href="#FNanchor_668" class="label">[668]</a> -Lit.: <i>fui osa en las Brauronias</i>. Véase la <a -href="#Footnote_337">nota al verso 874</a> de <i>La Paz</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_669" href="#FNanchor_669" class="label">[669]</a> -Las canéforas, jóvenes de familias distinguidas que llevaban los -canastillos en las procesiones, solían llevar un collar de higos.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_670" href="#FNanchor_670" class="label">[670]</a> -En tiempo de las guerras médicas cada ciudadano contribuyó según sus -medios, formándose de esta manera un gran fondo de reserva.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_671" href="#FNanchor_671" class="label">[671]</a> -Reina de Caria: acompañó a Jerjes en su expedición contra Grecia e hizo -prodigios de valor. (Véase <span class="sc">Heródoto</span>, <span -class="asc">VII</span>, 99.)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_672" href="#FNanchor_672" class="label">[672]</a> El -cuadro del combate de las Amazonas y Teseo estaba en el Pecilo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_673" href="#FNanchor_673" class="label">[673]</a> -Estando interrumpido el comercio con Beocia por la guerra, no venían al -mercado ateniense sus exquisitas anguilas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_674" href="#FNanchor_674" class="label">[674]</a> -Parodia del <i>Telefo</i> de Eurípides.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_675" href="#FNanchor_675" class="label">[675]</a> -Que estaba al norte de la ciudadela.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_676" href="#FNanchor_676" class="label">[676]</a> -Hombre de mala conducta.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_677" href="#FNanchor_677" class="label">[677]</a> -Lit.: <i>anfidromia</i>, ceremonia que consistía en dar vueltas -alrededor del altar con el niño, al quinto día de su nacimiento.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_678" href="#FNanchor_678" class="label">[678]</a> -Creían los atenienses que una gran serpiente o dragón estaba encargado -de guardar el templo y la Acrópolis.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_679" href="#FNanchor_679" class="label">[679]</a> -Las lechuzas abundaban muchísimo en Atenas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_680" href="#FNanchor_680" class="label">[680]</a> -<span class="sc">Jenofonte</span> (<i>Cinegética</i>, <span -class="asc">I</span>) cita un Melanión que consiguió la mano de -Atalanta como premio a sus esfuerzos en la caza. Pero la fábula cantada -por el coro hace sospechar que no se refiere al mismo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_681" href="#FNanchor_681" class="label">[681]</a> -<i>Mirónides</i> era un general que ganó la batalla de Enófito (<span -class="sc">Tuc.</span>, <span class="asc">I</span>, 108). — Sobre -<i>Formión</i> véase la nota al verso 562 de <i>Los Caballeros</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_682" href="#FNanchor_682" class="label">[682]</a> -Llamado el Misántropo. Llevó su aborrecimiento a los hombres al extremo -de que habiéndose roto una pierna dejó que se le gangrenase la herida y -murió, por no querer llamar a un médico.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_683" href="#FNanchor_683" class="label">[683]</a> -<i>Cunnum ostendes.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_684" href="#FNanchor_684" class="label">[684]</a> El -templo de Ceres Cloe (<i>Protectora de los trigos verdes</i>) estaba -próximo a la Acrópolis.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_685" href="#FNanchor_685" class="label">[685]</a> Es -decir, el juramento que sobre la copa prestó.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_686" href="#FNanchor_686" class="label">[686]</a> -¡<i>Quanta discrucior convulsione et tentigene</i>!</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_687" href="#FNanchor_687" class="label">[687]</a> -<i>Maman</i> era el nombre familiar con que los niños llamaban a sus -madres.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_688" href="#FNanchor_688" class="label">[688]</a> -<i>De pene loquitur tamquam de puella recenti partu edita, cui nutrice -opus sit.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_689" href="#FNanchor_689" class="label">[689]</a> -Filóstrato. Véase <i>Los Caballeros</i>, 1069.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_690" href="#FNanchor_690" class="label">[690]</a> -<i>Deinde in mentulam incidat, et infigatur.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_691" href="#FNanchor_691" class="label">[691]</a> -Lit.: un <i>Conísalo</i>, especie de sátiro. El nombre con que -le sustituimos excusa una nota sobre la forma de presentarse el -heraldo.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_692" href="#FNanchor_692" class="label">[692]</a> -<i>Sed arrigis, o impurissime.</i></p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_693" href="#FNanchor_693" class="label">[693]</a> -La <i>Escítala</i> era un bastón cilíndrico y prolongado que los -lacedemonios entregaban a cada general que partía a la guerra. -En Lacedemonia quedaba otro idéntico, y cuando querían enviar un -despacho secreto rollaban una correa al bastón y escribían a lo largo; -después la desenrollaban, de suerte que lo escrito solo podía ser -entendido por el general que volvía a colocar la correa en torno de su -<i>escítala</i>.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_694" href="#FNanchor_694" class="label">[694]</a> -Nombre de una ciudad de Acaya y de una cortesana.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_695" href="#FNanchor_695" class="label">[695]</a> -Dios de la lascivia.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_696" href="#FNanchor_696" class="label">[696]</a> -Demo del Ática, rodeado de bosques y pantanos. Sus mosquitos, a lo que -parece, eran de marca mayor.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_697" href="#FNanchor_697" class="label">[697]</a> -Nueva alusión a las derrotas en Sicilia y a la de Eritrea (Véase <span -class="sc">Tucídides</span>, <span class="asc">VIII</span>, 95).</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_698" href="#FNanchor_698" class="label">[698]</a> -Habitantes de Caristio en Eubea, que tenían fama de malas -costumbres.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_699" href="#FNanchor_699" class="label">[699]</a> -Llamado en <i>Los Acarnienses</i> (885) «Oprobio de los colargienses.» -Su nombre, como el de Lisístrata, significa: «Terminador de la -guerra.»</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_700" href="#FNanchor_700" class="label">[700]</a> -Lit.: <i>Convención, tratado</i> Διαλλαγή, personificada como <i>Opora, -Teoría</i>, etc.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_701" href="#FNanchor_701" class="label">[701]</a> -Cuando el negocio de Pilos, principalmente.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_702" href="#FNanchor_702" class="label">[702]</a> -Mentula prehensum duc.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_703" href="#FNanchor_703" class="label">[703]</a> -Véase <span class="sc">Tucídides</span>, <span class="asc">I</span>, -102.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_704" href="#FNanchor_704" class="label">[704]</a> El -traje militar de los lacedemonios era de color de púrpura.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_705" href="#FNanchor_705" class="label">[705]</a> -Se refiere a un terremoto y a una sublevación de los <i>Mesenios</i> e -Hilotas. (Véase <span class="sc">Tucídides</span>, <i>id.</i>)</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_706" href="#FNanchor_706" class="label">[706]</a> Ὁ -πρωκτός.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_707" href="#FNanchor_707" class="label">[707]</a> -Hipias, hijo de Pisístrato, mandó a una multitud de atenienses -desocupados a cultivar las tierras, obligándoles a vestirse la túnica -corta de los esclavos, para que la vergüenza les impidiera volver a la -ciudad.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_708" href="#FNanchor_708" class="label">[708]</a> -Hay muchos equívocos en el texto.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_709" href="#FNanchor_709" class="label">[709]</a> -Alusión a sus disolutas costumbres.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_710" href="#FNanchor_710" class="label">[710]</a> -Canción guerrera, inoportuna en un banquete para solemnizar la paz.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_711" href="#FNanchor_711" class="label">[711]</a> -Madre de las Musas.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_712" href="#FNanchor_712" class="label">[712]</a> -Promontorio de Eubea junto al cual los atenienses derrotaron a -Jerjes.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_713" href="#FNanchor_713" class="label">[713]</a> -Baco.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_714" href="#FNanchor_714" class="label">[714]</a> -Sobrenombre de Apolo, por el magnífico templo que le consagró Amiclas, -hijo de Lacedemón, en la orilla derecha del Eurotas, cerca de -Esparta.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_715" href="#FNanchor_715" class="label">[715]</a> -Sobrenombre tomado del templo con puertas de bronce (χαλκός) que -Minerva tenía en Eubea.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_716" href="#FNanchor_716" class="label">[716]</a> -Cástor y Pólux.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_717" href="#FNanchor_717" class="label">[717]</a> -Río que pasaba por Esparta.</p> - -</div> - -<div class="footnote"> - -<p><a id="Footnote_718" href="#FNanchor_718" class="label">[718]</a> -Diana, y no Helena; pues esta ni fue diosa ni casta.</p> - -</div> - -<hr class="chap"> - - -<hr class="full"> - -<div lang='en' xml:lang='en'> -<div style='display:block; margin-top:4em'>*** END OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK <span lang='es' xml:lang='es'>COMEDIAS, TOMO 2 DE 3</span> ***</div> -<div style='text-align:left'> - -<div style='display:block; margin:1em 0'> -Updated editions will replace the previous one—the old editions will -be renamed. -</div> - -<div style='display:block; margin:1em 0'> -Creating the works from print editions not protected by U.S. copyright -law means that no one owns a United States copyright in these works, -so the Foundation (and you!) can copy and distribute it in the United -States without permission and without paying copyright -royalties. 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Information about the Mission of Project Gutenberg™ -</div> - -<div style='display:block; margin:1em 0'> -Project Gutenberg™ is synonymous with the free distribution of -electronic works in formats readable by the widest variety of -computers including obsolete, old, middle-aged and new computers. It -exists because of the efforts of hundreds of volunteers and donations -from people in all walks of life. -</div> - -<div style='display:block; margin:1em 0'> -Volunteers and financial support to provide volunteers with the -assistance they need are critical to reaching Project Gutenberg™’s -goals and ensuring that the Project Gutenberg™ collection will -remain freely available for generations to come. In 2001, the Project -Gutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure -and permanent future for Project Gutenberg™ and future -generations. 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