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| author | Roger Frank <rfrank@pglaf.org> | 2025-10-15 04:40:00 -0700 |
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You may copy it, give it away or +re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included +with this eBook or online at www.gutenberg.org + + +Title: El Diablo Cojuelo + +Author: Luis Vélez de Guevara + +Release Date: May 27, 2004 [EBook #12457] +[This file last updated January 9, 2011] + +Language: Spanish + +Character set encoding: ISO-8859-1 + +*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK EL DIABLO CONJUELO *** + + + + +Stan Goodman, DP Spanish Team, Virginia Paque and the +Online Distributed Proofreading Team. + + + + + + + + + + EL DIABLO COJUELO + + Luis Vélez de Guevara + + + + + CLÁSICOS CASTELLANOS + + EL DIABLO COJUELO + + Luis Vélez de Guevara + + + + + + PRÓLOGO Y NOTAS DE FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN + + 1922 + + + + + A LA GRATA MEMORIA DEL INGENIOSÍSIMO + ESCRITOR HISPALENSE DON FELIPE PÉREZ Y GONZÁLEZ, + MI LEAL AMIGO DESDE LOS TAN REGOCIJADOS + COMO FUGACES AÑOS DE LA MOCEDAD. + + _FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN_ + + + + +PRÓLOGO + +Luis Vélez de Guevara--como dije en otra ocasión[1]--fué tan pobre, que +bien puede dudarse si en algún tiempo de su vida llegó a tener dos +trajes en mediano uso; pero, en cambio, a los doscientos y mas años de +su muerte tiene dos biografías diversas: la que le inventaron algunos +escritores, que es la mas conocida[2], y la que despacio y a retazuelos, +como de limosna, pero sólidamente, le vamos escribiendo algunos +investigadores de nuestra historia literaria[3]. + +Según la primera de entrambas biografías, Vélez nació en Ecija por enero +de 1570, estudió Leyes en la Universidad de Sevilla y vino a ejercer su +profesión a la Corte, en donde muy luego ganó estimación y fama por su +sagacidad, gracejo y elocuencia. Defendiendo a cierto criminal captó a +los jueces con su donaire; pero como el fiscal apelase de la benigna +sentencia dictada, el reo fué condenado a muerte, y Luis Vélez a pagar +una multa. Tuvo noticia de ello el Rey, y cuando conversó con el festivo +abogado prendóse tanto de él, que no sólo le perdonó la multa, y la +vida al delincuente, sino que, además, ya no pudo pasar sin el trato de +Vélez de Guevara, a quien protegió sobremanera. + +Esto fué lo que suele llamarse hablar de memoria, porque en todo el +relato no hay otra cosa verdadera que lo de ser Ecija la patria del +escritor. Y lo realmente sucedido y cierto es, en este caso como en +otros muchos, menos bello y agradable que la mentira. Véamoslo. + +Luis Vélez de Guevara nació en Ecija, a fines de julio de 1579, de +padres hidalgos, pero pobres[4]: sabido es que la hidalguía y la +pobreza casi siempre anduvieron juntas[5]. Estudió la Gramática en su +ciudad natal, y por julio de 1596 se graduó de bachiller en Artes en la +Universidad de Osuna, eximiéndose por pobre de pagar los derechos +académicos[6]. Seguidamente entró a servir como paje a don Rodrigo de +Castro, cardenal arzobispo de Sevilla, a quien acompañó en el viaje que +hizo a Madrid y a Valencia para asistir en las bodas de Felipe III y +doña Margarita de Austria, de las cuales y de sus esplendorosas fiestas +trató el poeta adolescente en un poemita que hizo imprimir en Sevilla, a +su regreso[7]. + +Murió el Cardenal en septiembre de 1600; pero a esta sazón no perduraba +Vélez en su palacio, pues, ya harto talludo para paje, dos meses antes +había dejado su empleo, a fin de abrazar la profesión de las armas. Él, +en un memorial dirigido al Rey, dijo haber permanecido seis años en la +milicia[8]; pero que exageró en cuanto a la duración de su vida +soldadesca demuéstrase con otras palabras suyas, porque él mismo, muchos +años antes, había declarado que en el estío de 1603 estaba en +Valladolid, y en tal declaración, prestada en Sevilla a 26 de mayo de +1604 e inédita hasta ahora, llamábase nuestro poeta, sin mencionar para +cosa alguna la cualidad de soldado, «vecino al presente en esta ciudad, +en la collación de Santa Marina»[9]. + +Ya apellidándose Vélez de Guevara, en lugar de Vélez de Santander, como +se había llamado hasta poco antes[10], escribió y publicó en 1608 un +nuevo opúsculo poético intitulado _Elogio del Ivramento del sereníssimo +Príncipe don Felipe Domingo, Quarto deste nombre_, y en la portada de +esta obrita se decía criado del Conde de Saldaña. Había entrado, en +efecto, a su servicio como gentilhombre antes o poco después de enviudar +de su primer matrimonio: del primero de los cuatro con que probó su +grande afición a este santo sacramento[11]. + +Para sus nuevas nupcias con doña Úrsula Ramisi Bravo de Laguna[12], el +mencionado Conde le hizo donación de cuatrocientos ducados, amén de +señalarle una pensión anual vitalicia de otros doscientos; pero estas +larguezas de los grandes de antaño eran comúnmente más nominales que +efectivas, porque a la hora de cobrar--tan endeudados andaban de +ordinario--solían desvanecerse como el humo. Y en 1618, fallecida su +segunda mujer, que le dejó, amén de algún otro hijo, a Juan, sucesor de +su padre en la profesión y en el ingenio[13], nuestro escritor contrajo +nuevo matrimonio, que la muerte había de romper antes que pasaran dos +años, con doña Ana María del Valle[14]; y dejando la casa del conde de +Saldaña, pasó a la del marqués de Peñafiel, manirroto primogénito del +gran duque de Osuna, a cuyo servicio estuvo, asimismo como gentilhombre, +cerca de un bienio[15]. + +Los continuos apuros, la perdurable indigencia y la negra fortuna de +Luis Vélez de Guevara en los años de 1622 y siguientes están pintados de +mano maestra por él mismo en cinco memoriales en verso que salieron a +luz pocos años ha[16]. Ora pretende un humilde puesto en la servidumbre +del cardenal e infante don Fernando; ora, ya frustrado este propósito, +logra en 1623 la efímera portería de cámara del Príncipe de Gales, +nuestro huésped; ya, en 1624, obtiene, después de grande esfuerzo, la +también harto breve mayordomía del archiduque Carlos, muerto aún no +transcurrido un mes desde su llegada a Madrid, y más adelante solicita +infructuosamente del Rey, alegando sus méritos y servicios y la nobleza +de su linaje, una plaza de ayuda de su guardarropa. Al cabo, este hombre +celebrado y aplaudido de todos por sus excelentes comedias, a la par que +por su deliciosa y amenísima conversación, aludiendo a la cual había +escrito Cervantes: + + «Topé a Luis Vélez, _honra y alegría + y discreción del trato cortesano_, + y abracéle en la calle a medio día», + +consiguió en 1625 entrar definitivamente en la servidumbre de Palacio, +ocupando una plaza de ujier de cámara de Su Majestad. Pero esto, que +parecía algo, era muy poco, salvo en lo honorífico, pues no tuvo +señalada ración, y hasta el año de 1635, en que el infortunado poeta +entró en gajes[17], siguió condenado a vivir de lo poco que entonces +producían las obras dramáticas[18] y de lo que pedía a sus amigos; tanto +fué así, que se hicieron proverbiales su extremada pobreza y sus donosas +esquelas petitorias, casi siempre en verso.[19] + +Como si compartiendo la escasez de recursos se cupiese a menos porción +de ella, Vélez se casó aún por cuarta vez, en 1626, con una viuda +llamada doña María López de Palacios,[20] bien que ésta aportó a su +nuevo enlace algunos bienes; mas pronto fueron vendidos, y juntos y +procreando y criando algunos hijos, vivieron entrambos cónyuges en +cristiana estrecheza, hasta el día 9 de noviembre de 1644, en que +falleció el donairoso autor de tantos primores literarios[21]. Su +testamento, otorgado cuatro días antes, contiene una larga lista de +pequeñas deudas. Al comienzo de este documento consignó: «Iten, declaro +que por el presente estoy muy alcançado y necesitado de hacienda, para +poder disponer y dejar las misas que yo quisiera por mi alma».[22] + +Vélez de Guevara fué celebradísimo de sus contemporáneos, así por la +amenidad de su trato, que le ganaba amigos en todas partes, como por su +facundia poética y su florido e inagotable ingenio. Claramonte llamábale +en 1613, en el _Inquiridion_ que va al fin de su _Letanía moral_, +«floridissimo ingenio de Ezija, de quien esperamos grandes escritos y +trabajos, y a hecho hasta oy muchas famosas comedias». Cervantes no le +elogió menos en estos dos tercetos del cap. II de su _Viage del Parnaso_ +(1614): + + «Este que es escogido entre millares, + de Gueuara Luys Vélez es el brauo, + que se puede llamar quita pesares. + + Es Poeta Gigante, en quien alauo + el verso numeroso, el peregrino + ingenio, si vn Gnaton nos pinta, o vn Dauo.» + +Lope de Vega le ensalzó dos veces, en sendas epístolas de _La Filomena, +con otras diversas Rimas, Prosas y Versos_ (1621): + + «Aquí de Valdivielso el santo empleo, + De Luis Vélez, florido y elocuente, + La lira que ya fué del dulce Orfeo.» + + «...Y el famoso Luis Vélez, que tenía + En éxtasis las Musas, que a sus labios + Iban por dulce néctar y ambrosía.» + +Y aun volvió a loarle en la silva II de su _Laurel de Apolo_, publicado +en 1630: + + «Ni en Écija dejara + el florido Luis Vélez de Guevara + de ser su nuevo Apolo, + que pudo darle solo, + y sólo en sus escritos, + con flores de conceptos infinitos, + lo que los tres que faltan: + así sus versos de oro + con blando estilo la materia esmaltan.» + +¿Para qué seguir transcribiendo frases laudatorias? Baste recordar muy +resumidamente que Tamayo de Vargas (1622) ponderó su donaire; y don +Fernando de Vera y Mendoza (1627) le llamó «el Rey de Romanos»; y Pérez +de Montalván (1632) encareció los «pensamientos sutiles, arrojamientos +poéticos y versos excelentísimos y bizarros» de sus comedias; y Salas +Barbadillo (1635) afirmó que «en el Parnaso no se conocen otras salinas +sino las de su felicissimo ingenio».... + +El insigne poeta ecijano, hoy más famoso por su novela intitulada _El +Diablo Cojuelo_, aún muy leída, que por sus obras teatrales, +desterradas, como todas las antiguas, de la escena actual, +principalmente por falta de buenos cómicos y consiguiente carencia de +buenas compañías, escribió más de cuatrocientas comedias, de las cuales +ha llegado hasta nosotros un centenar escaso. Por éstas se le puede +diputar, si no como autor de señaladísima personalidad literaria, a lo +menos, como uno de los más aventajados discípulos de Lope de Vega, cuyas +huellas siguió tan constante y acertadamente, que a las veces se hace +harto difícil diferenciarlos. Tal sucede, verbigracia, con la comedia +intitulada _Los Novios de Hornachuelos_, que pasa comúnmente por obra de +Lope; pero hay alguna indicación antigua que la atribuye a Vélez de +Guevara, y, leída y estudiada, quédase perplejo el entendimiento más +avisado, sin resolverse a adjudicarla con cabal certeza a ninguno de +entrambos ingenios. La misma grande semejanza con las de Lope se echa de +ver en todas las comedias del poeta ecijano: las fuentes, unas; iguales +los procedimientos; igualmente rica la dicción; análogo el nervio en lo +dramático; parecidísimas las gracias en lo festivo, e idéntica en ambos +la propensión a avalorar lo propio entreverándolo con todos los +elementos del _folklore_ nacional; aquí, con la conseja vulgar y la +tradición legendaria; allá, con el refrán hábilmente desleído y glosado +en cuatro o seis versos; acullá, con la vieja cancioncilla histórica, +que siempre, por lo grata, parece nueva a los oídos españoles; y en otro +lado, en fin, con el sabroso cuentecillo popular, picante sin demasía. + +De _El Diablo Cojuelo_, única de las obras de Vélez que ha conservado +para su nombre alguna parte de la amplia popularidad que disfrutó en +vida, se han hecho en nuestros días, amén de tal cual edición corriente, +dos eruditas y anotadas. Ambas se deben a la vasta cultura y harto +probada laboriosidad de don Adolfo Bonilla y San Martín, ventajosamente +conocido en el campo literario y en el filosófico. Enderezando un +antiguo entuerto que se había hecho a Vélez de Guevara con interpretarle +desaforadamente[23], publicó la primera de estas dos ediciones (Vigo, +1902); pero como mi antiguo camarada y docto amigo don Felipe Pérez y +González, cuyo felicísimo ingenio estaba emparentado muy de cerca, a +pesar de los siglos que se habían puesto en medio, con el del donairoso +ecijano, juntase burla burlando, artículo por artículo, en _La +Ilustración Española y Americana_, para formar un libro muy interesante +y ameno, que sacó a luz en 1903 bajo el título de _El Diablo Cojuelo: +notas y comentarios_, libro en el cual patentizó algunos errores de las +notas del señor Bonilla, éste, en 1910, año en que tras cruelísima +enfermedad pasó a mejor vida su festivo, pero amable corrector--que no +sin fundamento había usado en su mocedad el seudónimo de _Urbano +Cortés_--, dió a la estampa en Madrid una nueva edición de la obrita de +Vélez, mejoradas las notas y reconocido con nobleza el valioso auxilio +que para ello le había prestado el tan culto como donairoso escritor +hispalense[24]. + +Pero, aun así, _El Diablo Cojuelo_ ¿se había hecho del todo accesible a +la inteligencia de los lectores medianamente ilustrados de nuestros +días? Aun rectificadas en su segunda edición, ¿bastan las notas del +señor Bonilla para ahorrar tropiezos, en muchos lugares de la novela, +hasta a los lectores más avisados e instruidos? A estas preguntas, que +algunos aficionados a las letras nos hacíamos, respondió, como si +estuviera en nuestro pensamiento, don Enrique Nercasseau y Morán, en su +discurso de recepción leído ante la Academia Chilena, correspondiente de +la Española, el día 21 de noviembre de 1915[25]: «La novela toda de +Vélez de Guevara--dijo--es una sátira cortés de la sociedad de su +tiempo, felicísima en la mayor parte de sus cuadros, y no afeada por la +licencia y crudeza tan comunes en las novelas de la época. _El Diablo +Cojuelo_ sería una narración clásica de primer orden, y aun leíble hoy +día, si no la deslustrara el conceptismo, y si no se hallara +sobreabundante en equívocos y frases convencionales de difícil o +imposible comprensión en nuestra era. Aun después del trabajo llevado a +cabo por don Adolfo Bonilla y San Martín en su edición de Madrid de +1910, la novela de Vélez de Guevara queda aguardando un comentario que +la explique y la ponga al alcance general.» Ese comentario que el señor +Nercasseau echaba de menos es el que, con temeridad que no puede buscar +disculpa en la inexperiencia de los pocos años, he intentado en la +presente edición. ¿Habré conseguido darle cima? Nuestro señor el público +lo dirá: a su inapelable fallo me someto gustoso. + +En las aprobaciones insertas en la edición príncipe de _El Diablo +Cojuelo_ elogiaron esta novela fray Diego Niseno, padre basilio, y fray +Juan Ponce de León, de la orden de los Mínimos. En sentir del primero, +la obrita contiene «muchas cosas de mucha moralidad y enseñança, +escritas con la sazón y variedad que de tal ingenio se podían esperar. +Merece--añadió--la licencia que pide, porque este linage de escritos es +difícil de enquadernar con lo honesto y recatado de nuestras christianas +leyes, y Luis Vélez ha sido en éste gloriosa excepción desta vniuersal +dolencia.» Más extremado es el parecer del segundo, que encarece el +sazonado gusto de Vélez, «por auer puesto la naturaleza en su ingenio la +elegancia del estilo, la suabidad del dezir, la aduertencia en el +colocar, la atenta circunspección en las palabras, y todo con tal modo, +que dexa suspensa la razón sobre a qual de estas partes se deba con más +justificación la primacia: en todo este discurso se corre la cortina a +los conocidos engaños deste mundo, de modo que, para penetrarlos con +sutileza, no necesita nuestra Nación de salir de sus estendidos límites, +pues dentro de sí cría sugetos que, aun en sueños y burlas, la dexan +superiormente ilustrada». Diametralmente opuesta a estas opiniones fué +la de Francisco Santos, pues dijo en _El Arca de Noé y Campana de +Belilla_[26]: «Tocó la Campana y desaparecieron todos los Autores de +viejo, siguiéndolos vno que avia venido tarde, y también llevava vn +libro en las manos, que preguntando a Noe quién era, me dixo: el libro +se intitula el Diablo Cojuelo, Aventuras de Don Cleofas Leandro Perez +Zambullo, digno de que le consumiera vn Polvorista: está sin enseñança +buena, ni moralidad, y esto, sobre acabar como la nieve....» «Ni tanto, +ni tan poco», podría haberse dicho a los tres censores, porque, en +realidad de verdad, la novelita de Vélez de Guevara, que se muestra en +ella como un buen discípulo de Quevedo, de cuyas obras cómicas y +satíricas tiene reminiscencias muy frecuentes, sin ser una maravilla, es +de agradable lectura, y más lo fuera sin la pesada y adulatoria +enumeración de todo aquel inacabable señorío que el autor, en el tranco +VIII, hace pasar por el espejo de Rufina María, dispuesto _ad hoc_ por +el redomado desenredomado. + +En la visión, que pudiéramos llamar cinematográfica, de los diez trancos +o capítulos en que está dividido _El Diablo Cojuelo_, cada uno sabe a +cosa diferente de los demás: son cuadros distintos e independientes +entre sí, que no tienen de común sino la intervención, o la presencia +cuando menos, de los dos héroes de la novela. El tranco II, verbigracia, +en que entrambos, desde el capitel de la torre de San Salvador, +descubierta «la carne del pastelón de Madrid», otean después de la media +noche cuanto sucede en la coronada villa, trae a la memoria, por la +traza y manera, como indiqué en las notas de mi edición crítica del +_Quijote_[27], aquella inspección que desde la torre de la Giralda de +Sevilla, y acompañado asimismo de un _cicerone_, el maestro Desengaño, +había hecho Rodrigo Fernández de Ribera, autor de _Los Antoios de meior +vista_[28]. El desaforado poeta del tranco IV es pariente propincuo de +otros dos muy conocidos en nuestra literatura: el del _Coloquio de los +Perros_, de Cervantes, y el de la _Vida del Buscón,_ de Quevedo. A hacer +entretenida y agradable la lectura de _El Diablo Cojuelo_ contribuyen +con lo ingenioso de la invención la interesante variedad de las escenas, +la soltura y viveza del diálogo, y, especialmente, el chispeante gracejo +de Vélez de Guevara. En cambio, la elocución suele ser descuidadilla, +entre otras cosas, por la excesiva abundancia de gerundios. + +Del Diablo Cojuelo, entremetido espíritu infernal que da nombre y ser a +la novela, trató el señor Bonilla en una breve nota. Mucho más merecía +el que «trujo al mundo la zarabanda, el déligo y la chacona», y yo he de +volver hoy por su negra honrilla, recordando la mucha familiaridad que +nosotros los españoles hemos tenido con él. Háyase de llamar Renfas, o +Asmodeo, o de otro cualquier modo, es lo cierto que este travieso +diablillo, con parecer de menor cuantía y ser cojo por añadidura, tomó +entre nosotros tal importancia, que nada malo se pudo hacer sin él. «_El +Diablillo Cojo_ sabe más que el otro», enseñó el refrán, y cuando en el +calor de la ira se dijo a alguno que le llevase el diablo, no faltó +quien, rectificando festivamente, respondiera: «_El Diablo Cojuelo_, que +es más ligero». En las fórmulas supersticiosas llevábanle y traíanle +como un zarandillo nuestras hechiceras de los siglos XVI y XVII, para +que les llevase y trajese sus galanes y paniaguados, y le daban prisa, +y le adulaban celebrando su ligereza. Véanse algunos ejemplos. Doña +Antonia Mexía declaró, entre otras cosas, en un proceso que se le siguió +por los años de 1633[29]: «Que habrá seis años que la dicha Beatriz dixo +a ésta que tomase un pedernal y le pusiese la mano encima y dixese: + + Estos cinco dedos pongo en este muro; + cinco demonios conjuro: + a Barrabás, a Satanás, + a Lucifer, a Bercebú, + _al Diablo Cojuelo, + que es buen mensajero_, + que me traigan a fulano luego + a mi querer y a mi mandar.» + +Y así, en 1668, Agueda Rodríguez, vecina de Madridejos, también +procesada por hechicería[30]: + + «..._Diablo Cojuelo, + tráemele luego_; + diablo del pozo, + tráemele, que no es casado; que es mozo; + diablo de la Quintería, + tráemele en la fería; + diablo de la plaza, + tráemele en danza....» + +Teníase al Diablo Cojuelo, como dice el refrán, por el más listo de +todos: Esperanza Bonfilla, procesada por la Inquisición de Valencia en +1600, hizo que cierta mujer, para atraer a un hombre, «hiciese vn +conjuro en la forma siguiente: tomando vna escoba, la puso vna toca como +muger, y encendida vna bela que no fuese bendita, se arrodilló delante +de la escoba, y sin haçer cruz, juntas las manos, dixo: + + Marta, Martica, + no la santa ni la digna, + ni la digna de rogar, + ni la que está en el altar, + sino la que de noche andas por las beredas + y los días por las encrebelladas, + yo te conjuro con Satanás y con Barrabás, + con Bercebú y todos los diablos, + _y con el diablo coxo, + que corre mas que todos_, + que todos vais a fulano + y le deis tiempo para vestirse + y le traigais por puntos ante mí y mis ojos, + sin hacerle mal»[31]. + +Corría más, y tenía más poder que sus iguales y superiores, o no supo lo +que se pescaba Isabel del Pozo al hacer sus conjuros, ni María +Castellanos cuando lo declaró ante la Inquisición de Toledo en 1631[32], +pues decía: «... que tomó en las manos dicha Isabel del Poço un poco de +sal de sardinas y çilantro, lo qual mezcló todo y lo echaba de una mano +en otra diciendo: + + Conjúrote, sal y çilantro, + con Barrabás, + _con el Diablo cojuelo, que puede más._ + No te conjuro por sal y çilantro, + sino por el corazón de fulano; + +y echando la sal y çilantro en la lumbre, proseguía diciendo: + + Así como te has de quemar, + se queme el corazón de fulano, + y aquí me le traygas, + y conjúrote por la reina Sardineta, + y con la tataranieta, + y con los navegantes que navegan por la mar.» + +Pero la cualidad de diablo bullidor y zaragatero, aficionado a bailes y +holgorios y a meter en danza a los mortales, haciéndoles ganar el +infierno alegremente, de ningún texto inquisitorial resulta tan clara +como de la manifestación de otra hechicera de Madridejos, llamada Mari +Fernández, que, procesada en 1532, al ser interrogada, trajo a colación, +como vamos a ver, un estragado fragmento de cierto curiosísimo romance, +desconocido hoy[33]: «Preguntada sy ha dicho esta declarante a alguna +persona como avia hecho çerco con ynvocacion de diablos, que eran +berzebú y satanás _y el diablo coxuelo_, diziendo esta declarante que +sin _el diablo coxuelo_ no se podía hazer aquel çerco, y que en aquel +çerco que hizo avia esta declarante visto lo quel diablo queria hazer +contra çierta persona, que diga lo que çerca desto ha dicho e fecho, +dixo que ella suele cantar vn Romance que dize: + + A caça yba bienhecho + por Riberas de la mar, + no por mengua de vjno + ni menos mengua de pan; + por miedo del Rey Ramjro + que lo querja matar. + Ellos en aquesto estando + enbjaronle a llamar. + Vamonos, dixo, amigo, + vamonos, dixo, a çenar; + de que ovjeremos çenado + dios dixo lo que será; + desque ovjeron çenado + tomó libros en sus manos + y començó de Rezar; + a los pecados mayores + enpeçolos de llamar: + ¿Qué es de ti, berzebu, + qué es de ti, barravas, + _qué es de ti, diablo coxuelo, + que eras tú el juglar_?...» + +Tanto don Adolfo Bonilla como don Felipe Pérez indagaron con prolijidad +cuándo hubo de escribir su obrita Vélez de Guevara, y si la escribió +seguidamente, o a trozos y aun con largos intervalos entre unos y otros +capítulos. Convienen ambos investigadores en esta última creencia, pero +no en lo demás; porque si en opinión de Pérez y González la novela fué +escrita después de febrero de 1636 y antes de mayo de 1639, a juicio de +Bonilla, Vélez empezó a escribirla después de febrero de 1637 y la +terminó hacia julio de 1640[34]. No creo que el poner en claro este +punto, siendo corto, como lo es, dentro de la ordinaria duración de la +vida humana, el tiempo comprendido entre unas fechas y otras, merezca el +ímprobo trabajo que echaron sobre sí estos denodados eruditos[35]. + +Unas advertencias, para terminar. + +«Vélez de Guevara, como Quevedo--notó el señor Bonilla--, es un +escolástico del idioma. No hay que perder una sola de sus palabras, no +hay que confiar en el valor directo de cualquiera de sus frases, porque +lo mejor del cuento pasaría quizás inadvertido. Es preciso estar siempre +ojo avizor para saborear como es debido aquellas atrevidas metáforas, +aquellas extravagantes relaciones, aquellos estupendos equívocos, +aquellas arbitrarias licencias en que se complace. Esta indispensable +atención fatiga en ocasiones; pero hace sacar doble fruto de la lectura +de un libro cuyo atractivo consiste, más bien que en el interés de los +lances, en la ingeniosidad de los pensamientos. Sólo el muy +familiarizado con los secretos del habla podrá darse cabal cuenta de las +bellezas de una obra semejante.» Exactísimo todo ello, y porque lo es y +a los más de los lectores falta esa extremada familiaridad a que se +refiere el señor Bonilla, no podían buenamente pasar sin nota muchas de +las frases que no la tienen en sus ediciones. Ciento treinta y cinco que +están en este caso señalé de primera intención cuando, leído el +sobredicho discurso del señor Nercasseau y Morán, me sentí deseoso de +preparar, para la simpática colección de «Clásicos Castellanos», esta +humilde edicioncita de _El Diablo Cojuelo._ + +Como el señor Bonilla, «procuro pecar antes por carta de más que por +carta de menos, por lo cual a veces he explicado palabras y giros que +podrán parecer a los eruditos de muy llana inteligencia. Téngase en +cuenta, sin embargo--añado con él--, que me dirijo a la generalidad y +que mi propósito es facilitar la comprensión del libro de Vélez de +Guevara a todo género de lectores.» Con mayor motivo había yo de hacer +lo propio en una edición vulgarizadora, como es la presente. Pero aun +así, he huído con mucho cuidado de escribir notas por las cuales se me +pudiese encasillar junto a Lucas de Valdés y Toro, aquel empecatado +cirujano cordobés que en 1630 dió a la estampa un opúsculo perogrullesco +intitulado así: _Tratado en que se prueba que la nieve es fría y +húmeda[36]_. + +No obstantes mi buena voluntad y la diligencia con que procuré evitarlo, +se me han quedado por entender algunas frases del texto. Hay quien, +puesto a anotar uno cualquiera, explica lo que buenamente se le alcanza, +y en cuanto a lo que no, hace, como dicen, la vista gorda y pasa de +largo sin decir palabra, dando a colegir con su silencio que aquello que +no explicó no lo ha menester, por ser cosa llanísima. Jamás cometí esa +reprobable fullería: antes por el contrario, en casos tales confieso +paladinamente que aquel lugar merece y pide explicación, y que, por +malos de mis pecados, yo no acerté a dársela[37]. + +Por último, aunque en esta edición sigo el texto de la original de Vélez +de Guevara (Madrid, Imprenta del Reyno, 1641), no la he copiado tan +fielmente, tan servilmente, que reproduzca su endiablada ortografía, +digo, la de los bárbaros cajistas que compusieron los moldes. «Para +regalar a los lectores--escribí trece años ha[38]--con bocados como +_abaricia_, _hajo, coetes, hizquierda, voca, vobos, obtica, +valbucientes, abitos, hancas y hacechar_, como lo hizo el señor Bonilla +reproduciendo la edición príncipe de _El Diablo Cojuelo_, siempre hay +tiempo, o, dicho mejor, no debe haberlo nunca. Ya no es poco _hacer +morder el ajo_ a uno; pero hacerle morder el _hajo_ es crueldad doblada, +porque pica aún más la _hache_ que el _ajo_ mismo.» + +Y con esto, lector amable, quédate a Dios, y perdóname si te causé +enfado o tedio con la lectura de mi prólogo. + +FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN. + +_Madrid, 2 de junio de 1918_. + + + + + EL DIABLO COJUELO + + + DEDICATORIA DE VÉLEZ DE GUEVARA + + [AL EXCMO. SR. D. RODRIGO DE SANDOVAL, + DE SILVA, DE MENDOZA Y DE LA CERDA, + PRÍNCIPE DE MÉLITO, DUQUE DE PASTRANA, + DE ESTREMERA Y FRANCAVILA, ETC.] + + +Excelentísimo señor: + +La generosa condición de V.E., patria general de los ingenios, donde +todos hallan seguro asilo, ha solicitado mi desconfianza para rescatar +del olvido de una naveta[39], en que estaba entre otros borradores míos, +este volumen que llamo _El Diablo Cojuelo_, escrito con particular +capricho, porque al amparo de tan gran Mecenas salga menos cobarde a dar +noticia de las ignorancias del dueño. A cuya sombra excelentísima la +invidia me mirará ociosa, la emulación muda, y desairada la +competencia; que con estas seguridades no naufragará esta novela y podrá +andar con su cara descubierta por el mundo. Guarde Dios a V.E., como sus +criados deseamos y hemos menester. + +Criado de V.E., que sus pies besa, + +LUIS VÉLEZ DE GUEVARA. + + + + +PRÓLOGO A LOS MOSQUETEROS[40] DE LA COMEDIA DE MADRID. + +Gracias a Dios, mosqueteros míos, o vuestros, jueces de los aplausos +cómicos por la costumbre y mal abuso, que una vez tomaré la pluma sin el +miedo de vuestros silbos, pues este discurso del Diablo Cojuelo nace a +luz concebido sin teatro original fuera de vuestra juridición; que aun +del riesgo de la censura del leello está privilegiado por vuestra +naturaleza, pues casi ninguno de vosotros sabe deletrear; que nacistes +para número de los demás, y para pescados de los estanques[41][42], de +los corrales[43], esperando, las bocas abiertas[44], el golpe del +concepto por el oído y por la manotada del cómico, y no por el ingenio. +Allá os lo habed con vosotros mismos, que sois corchetes[45] de la +Fortuna, dando las más veces premio a lo que aun no merece oídos, y +abatís lo que merece estar sobre las estrellas; pero no se me da de +vosotros dos caracoles: hágame Dios bien con mi prosa[46], entretanto +que otros fluctúan por las maretas[47] de vuestros aplausos, de quien +nos libre Dios por su infinita misericordia, Amén, Jesús. + +CARTA DE RECOMENDACIÓN AL CÁNDIDO[48] O MORENO LECTOR. + +Lector amigo: yo he escrito este discurso, que no me he atrevido a +llamarle libro, pasándome de la jineta de los consonantes[49] a la brida +de la prosa, en las vacantes que me han dado las despensas[50] de mi +familia y los autores de las comedias por su Majestad[51]; y como es _El +Diablo Cojuelo_, no lo reparto en capítulos, sino en trancos[52]. +Suplícote que los des en su leyenda[53], porque tendrás menos que +censurarme, y yo que agradecerte[54]. Y, por no ser para más[55] ceso, y +no de rogar a Dios que me conserve en tu gracia. + +De Madrid, a los que fueren entonces del mes y del año, y tal y tal y +tal[56]. + + +EL AUTOR Y EL TEXTO. + + + + +DE DON JUAN VÉLEZ DE GUEVARA A SU PADRE. + +SONETO[57] + + Luz en quien se encendió la vital mía, + De cuya llama soy originado, + Bien que la vida sólo te he imitado, + Que el alma fuera en mí vana porfía, + + Si eres el sol de nuestra Pöesía, + Viva más que él tu aplauso eternizado, + Y pues un vivir solo es limitado, + No te estreches al término de un día. + + Hoy junta en el deleite la enseñanza + Tu ingenio, a quien el tiempo no consuma, + Pues también viene a ser aplauso suyo. + + Y sufra la modestia esta alabanza + A quien, por parecer más hijo tuyo + Quisiera ser un rasgo de tu pluma. + + + + +TRANCO PRIMERO + + +Daban en Madrid, por los fines de julio, las once de la noche en punto, +hora menguada para las calles[58], y, por faltar la luna, juridición y +término redondo de todo requiebro lechuzo y patarata de la muerte. El +Prado boqueaba coches[59] en la última jornada de su paseo, y en los +baños de Manzanares los Adanes y las Evas de la Corte, fregados más de +la arena que limpios del agua[60], decían el _Ite, río[61]_ _es[62]_, +cuando don Cleofás Leandro Pérez Zambullo, hidalgo a cuatro vientos[63], +caballero huracán y encrucijada de apellidos[64], galán de noviciado y +estudiante de profesión, con un broquel y una espada, aprendía a gato +por el caballete de un tejado, huyendo de la justicia, que le venía a +los alcances[65] por un estrupo[66] que no lo había comido ni +bebido[67], que en el pleito de acreedores de una doncella al uso estaba +graduado en el lugar veintidoseno[68], pretendiendo que el pobre +licenciado escotase solo lo que tantos habían merendado[69]; y como +solicitaba escaparse del «para en uno son[70]» (sentencia difinitiva +del cura de la parroquia y auto que no lo revoca si no es el vicario +Responso[71], juez de la otra vida), no dificultó arrojarse desde el ala +del susodicho tejado, como si las tuviera, a la buarda[72] de otro que +estaba confinante, nordesteado de una luz que por ella escasamente se +brujuleaba, estrella de la tormenta que corría, en cuyo desván puso los +pies y la boca[73] a un mismo tiempo, saludándolo como a puerto de tales +naufragios, y dejando burlados los ministros del agarro[74] y los +honrados pensamientos de mi señora doña Tomasa de Bitigudiño[75], +doncella chanflona[76] que se pasaba de noche como cuarto falso, que, +para que surtiese efecto su bellaquería, había cometido otro estelionato +más con el capitán de los jinetes a gatas que corrían las costas[77] de +aquellos tejados en su demanda, y volvían corridos de que se les +hubiese escapado aquel bajel de capa y espada[78] que llevaba cautiva la +honra de aquella señora mohatrera de doncellazgos[79], que juraba entre +sí tomar satisfacción deste desaire en otro inocente, chapetón[80] de +embustes doncelliles, fiada en una madre que ella llamaba _tía,_ liga +donde había caído tanto pájaro forastero. + +A estas horas, el Estudiante, no creyendo su buen suceso[81] y +deshollinando con el vestido y los ojos el zaquizamí, admiraba la región +donde había arribado, por las estranjeras estravagancias de que estaba +adornada la tal espelunca, cuyo avariento farol era un candil de +garabato, que descubría sobre una mesa antigua de cadena[82] papeles +infinitos, mal compuestos y ordenados, escritos de caracteres +matemáticos, unas efemérides abiertas[83], dos esferas y algunos +compases y cuadrantes, ciertas señales de que vivía en el cuarto de más +abajo algún astrólogo, dueño de aquella confusa oficina y embustera +ciencia; y llegándose don Cleofás curiosamente, como quien profesaba +letras y era algo inclinado a aquella profesión, a revolver los trastos +astrológicos, oyó un suspiro entre ellos mismos, que, pareciéndole +imaginación o ilusión de la noche, pasó adelante con la atención +papeleando los memoriales de Euclides y embelecos de Copérnico; +escuchando segunda vez repetir el suspiro, entonces, pareciéndole que no +era engaño de la fantasía, sino verdad que se había venido a los oídos, +dijo con desgarro y ademán de estudiante valiente: + +--¿Quién diablos suspira aquí?, respondiéndole al mismo tiempo una voz +entre humana y estranjera: + +--Yo soy, señor Licenciado, que estoy en esta redoma, adonde me tiene +preso ese astrólogo que vive ahí abajo, porque también tiene su punta +de la mágica negra[84], y es mi alcaide dos años habrá. + +--Luego ¿familiar eres?--dijo el Estudiante[85]. + +--Harto me holgara yo--respondieron[86] de la redoma--que entrara uno +de la Santa Inquisición, para que, metiéndole a él en otra de cal y +canto, me sacara a mí desta jaula de papagayos de piedra azufre. Pero tú +has llegado a tiempo que me puedes rescatar, porque este a cuyos +conjuros estoy asistiendo me tiene ocioso, sin emplearme en nada, siendo +yo el espíritu más travieso del infierno. + +Don Cleofás, espumando valor, prerrogativa de estudiante de Alcalá, le +dijo: + +--¿Eres demonio plebeyo, u de los de nombre? + +--Y de gran nombre--le repitió el vidro endemoniado--, y el más +celebrado en entrambos mundos. + +--¿Eres Lucifer?--le repitió don Cleofás. + +--Ése es demonio de dueñas y escuderos--le respondió la voz. + +--¿Eres Satanás?--prosiguió el Estudiante. + +--Ése es demonio de sastres y carniceros--volvió la voz a repetille. + +--¿Eres Bercebú?--volvió a preguntalle don Cleofás. + +Y la voz a respondelle: + +--Ése es demonio de tahures, amancebados y carreteros. + +--¿Eres Barrabás[87], Belial, Astarot?--finalmente le dijo el +Estudiante. + +--Esos son demonios de mayores ocupaciones--le respondió la voz--: +demonio más por menudo soy, aunque me meto en todo: yo soy las pulgas +del infierno, la chisme[88], el enredo, la usura, la mohatra; yo truje +al mundo la zarabanda[89], el déligo[90], la chacona[91], el +bullicuzcuz[92], las cosquillas de la capona[93], el guiriguirigay, el +zambapalo, la mariona, el avilipinti, el pollo, la carretería, el +hermano Bartolo, el carcañal, el guineo, el colorín colorado[94]; yo +inventé las pandorgas[95]; las jácaras[96], las papalatas[97], los +comos[98], las mortecinas[99], los títeres[100], los volatines[101], +los saltambancos[102], los maesecorales[103], y, al fin, yo me llamo el +Diablo Cojuelo. + +--Con decir eso--dijo el Estudiante--hubiéramos ahorrado lo demás: vuesa +merced me conozca por su servidor; que hay muchos días que le deseaba +conocer. Pero, ¿no me dirá, señor Diablo Cojuelo, por qué le pusieron +este nombre, a diferencia de los demás, habiendo todos caído desde tan +alto, que pudieran quedar todos de la misma suerte y con el mismo +apellido[104]? + +--Yo, señor don Cleofás Leandro Pérez Zambullo, que ya le sé el suyo, o +los suyos--dijo el Cojuelo--, porque hemos sido vecinos por esa dama que +galanteaba y por quien le ha corrido la justicia esta noche, y de quien +después le contaré maravillas, me llamo desta manera porque fuí el +primero de los que se levantaron en el rebelión[105] celestial, y de los +que cayeron y todo[106]; y como los demás dieron sobre mí, me +estropearon, y ansí, quedé más que todos señalado de la mano de Dios y +de los pies de todos los diablos, y con este sobrenombre; mas no por eso +menos ágil para todas las facciones que se ofrecen en los países bajos, +en cuyas impresas nunca me he quedado atrás, antes me he adelantado a +todos; que, camino del infierno, tanto anda el cojo como el viento[107]; +aunque nunca he estado más sin reputación que ahora en poder deste +vinagre, a quien por trato[108] me entregaron mis propios compañeros, +porque los traía al retortero a todos[109], como dice el refrán de +Castilla, y cada momento a los más agudos les daba gato por demonio. +Sácame deste Argel de vidro; que yo te pagaré el rescate en muchos +gustos, a fe de demonio, porque me precio de amigo de mi amigo, con mis +tachas buenas y malas[110]. + +--¿Cómo quieres--dijo don Cleofás mudando la cortesía[111] con la +familiaridad de la conversación--que yo haga lo que tú no puedes siendo +demonio tan mañoso? + +--A mí no me es concedido--dijo el Espíritu--, y a ti sí, por ser hombre +con el privilegio del baptismo y libre del poder de los conjuros, con +quien han hecho pacto los príncipes de la Guinea infernal[112]. Toma un +cuadrante de esos y haz pedazos esta redoma; que luego en derramándome +me verás visible y palpable. + +No fué escrupuloso ni perezoso don Cleofás, y ejecutando lo que el +Espíritu le dijo, hizo con el instrumento astronómico jigote[113] del +vaso, inundando la mesa sobredicha de un licor turbio, escabeche en que +se conservaba el tal Diablillo; y volviendo los ojos al suelo, vió en +él un hombrecillo de pequeña estatura, afirmado en dos muletas[114], +sembrado de chichones mayores de marca[115], calabacino de testa y badea +de cogote, chato de narices, la boca formidable y apuntalada en dos +colmillos solos, que no tenían más muela ni diente los desiertos de las +encías, erizados los bigotes como si hubiera barbado en Hircania[116]; +los pelos de su nacimiento, ralos, uno aquí y otro allí[117], a fuer de +los espárragos, legumbre[118] tan enemiga de la compañía, que si no es +para venderlos en manojos, no se juntan. Bien hayan los berros, que +nacen unos entrepernados con otros, como vecindades de la Corte, perdone +la malicia la comparación. + +Asco le dió a don Cleofás la figura, aunque necesitaba de su favor para +salir del desván, ratonera del Astrólogo en que había caído huyendo de +los gatos que le siguieron (salvo el guante[119] a la metáfora), y +asiéndole por la mano el Cojuelo y diciéndole: «Vamos, don Cleofás, que +quiero comenzar a pagarte en algo lo que te debo», salieron los dos por +la buarda como si los dispararan de un tiro[120] de artillería, no +parando de volar hasta hacer pie en el capitel de la torre de San +Salvador[121], mayor atalaya de Madrid, a tiempo que su reloj daba la +una, hora que tocaba a recoger el mundo poco a poco al descanso del +sueño; treguas que dan los cuidados a la vida, siendo común el silencio +a las fieras y a los hombres; medida que a todos hace iguales; habiendo +una priesa notable a quitarse zapatos y medias, calzones y jubones, +basquiñas[122], verdugados[123], guardainfantes[124], polleras[125], +enaguas y guardapiés, para acostarse hombres y mujeres, quedando las +humanidades menos mesuradas, y volviéndose a los primeros originales, +que comenzaron el mundo horros de todas estas baratijas; y +engestándose[126] al camarada, el Cojuelo le dijo: + +--Don Cleofás, desde esta picota[127] de las nubes, que es el lugar más +eminente de Madrid, malaño[128] para Menipo en los diálogos de Luciano, +te he de enseñar todo lo más notable que a estas horas pasa en esta +Babilonia española, que en la confusión fué esotra con ella segunda +deste nombre. + +Y levantando a los techos de los edificios, por arte diabólica, lo +hojaldrado[129], se descubrió la carne del pastelón de Madrid como +entonces estaba, patentemente, que por el mucho calor estivo estaba con +menos celosías, y tanta variedad de sabandijas racionales en esta arca +del mundo, que la del diluvio, comparada con ella, fué de capas y +gorras. + + + + +TRANCO II + + +Quedó don Cleofás absorto en aquella pepitoria[130] humana de tanta +diversidad de manos, pies y cabezas, y haciendo grandes admiraciones, +dijo: + +--¿Es posible que para tantos hombres, mujeres y niños hay[131] lienzo +para colchones, sábanas y camisas? Déjame que me asombre que entre las +grandezas de la Providencia divina no sea ésta la menor. + +Entonces el Cojuelo, previniéndole, le dijo: + +--Advierte que quiero empezar a enseñarte distintamente, en este teatro +donde tantas figuras representan, las más notables, en cuya variedad +está su hermosura. Mira allí primeramente cómo están sentados muchos +caballeros y señores a una mesa opulentísima, acabando una media +noche[132]; que eso les han quitado a los relojes no más. + +Don Cleofás le dijo: + +--Todas esas caras conozco; pero sus bolsas no, si no es para +servillas[133]. + +--Hanse pasado a los estranjeros, porque las trataban muy mal estos +príncipes cristianos--dijo el Cojuelo--, y se han quedado, con las +caponas[134], sin ejercicio. + +--Dejémoslos cenar--dijo don Cleofás--, que yo aseguro que no se +levanten de la mesa sin haber concertado un juego de cañas para cuando +Dios fuere servido, y pasemos adelante; que a estos magnates los más de +los días les beso yo las manos, y estas caravanas las ando yo las más de +las noches, porque he sido dos meses culto vergonzante de la proa[135] +de uno de ellos y estoy encurtido de excelencias y señorías, solamente +buenas para veneradas. + +--Mira allí--prosiguió el Cojuelo--cómo se está quejando de la orina un +letrado, tan ancho de barba[136] y tan espeso, que parece que saca un +delfín la cola por las almohadas. Allí está pariendo doña Fáfula[137], y +don Toribio su indigno consorte, como si fuera suyo lo que paría, muy +oficioso y lastimado; y está el dueño de la obra a pierna suelta en +esotro barrio, roncando y descuidado del suceso. Mira aquel preciado de +lindo, o aquel lindo de los más preciados, cómo duerme con bigotera[138] +torcidas de papel en las guedejas y el copete[139], sebillo en las +manos[140], y guantes descabezados[141], y tanta pasa[142] en el rostro, +que pueden hacer colación[143] en él toda la cuaresma que viene. Allí, +más adelante, está una vieja, grandísima hechicera, haciendo en un +almirez una medicina de drogas restringentes para remendar una doncella +sobre su palabra[144], que se ha de desposar mañana. Y allí, en aquel +aposentillo estrecho, están dos enfermos en dos camas, y se han +purgado juntos, y sobre quién ha hecho más cursos[145], como si se +hubieran de graduar en la facultad, se han levantado a matar a +almohadazos. Vuelve allí, y mira con atención cómo se está untando una +hipócrita a lo moderno, para hallarse en una gran junta de brujas que +hay entre San Sebastián y Fuenterrabía, y a fe que nos habíamos de ver +en ella si no temiera el riesgo de ser conocido del demonio que +hace[146] el cabrón, porque le di una bofetada a mano abierta en la +antecámara de Lucifer, sobre unas palabras mayores que tuvimos; que +también entre los diablos hay libro del duelo[147], porque el autor que +le compuso es hijo de vecino del infierno. Pero mucho más nos podemos +entretener por acá, y más si pones los ojos en aquellos dos ladrones que +han entrado por un balcón en casa de aquel estranjero rico, con una +llave maestra, porque las ganzúas son a lo antiguo, y han llegado donde +está aquel talego de vara y media estofado de patacones[148] de a ocho, +a la luz de una linterna que llevan, que, por ser tan grande y no poder +arrancalle de una vez, por el riesgo del ruido, determinan abrille, y +henchir las faltriqueras y los calzones, y volver otra noche por lo +demás, y comenzando a desatalle, saca el tal estranjero (que estaba +dentro dél guardando su dinero, por no fialle de nadie) la cabeza, +diciendo: «Señores ladrones, acá estamos todos»[149], cayendo +espantados uno a un lado y otro a otro, como resurreción de aldea[150], +y se vuelven gateando a salir por donde entraron. + +--Mejor fuera--dijo don Cleofás--que le hubieran llevado sin desatar en +el capullo de su dinero, porque no le sucediera ese desaire, pues que +cada estranjero es un talego bautizado[151]; que no sirven de otra cosa +en nuestra república y en la suya, por nuestra mala maña. + +Pero, ¿quién es aquella abada[152] con camisa de mujer, que no solamente +la cama le viene estrecha, sino la casa y Madrid, que hace roncando más +ruido que la Bermuda[153], y, al parecer, [bebe][154] cámaras de tinajas +y come jigotes de bóvedas? + +--Aquélla ha sido cuba de Sahagún[155], y no profesó--dijo el +Cojuelo--si no es el mundo de agora, que está para dar un estallido, y +todo junto puede ser siendo quien es: que es una bodegonera tan rica, +que tiene, a dar[156] rocín por carnero y gato por conejo a los +estómagos del vuelo[157], seis casas en Madrid, y en la puerta de +Guadalajara[158] más de veinte mil ducados, y con una capilla que ha +hecho para su entierro y dos capellanías que ha fundado, se piensa ir al +cielo derecha; que aunque pongan una garrucha en la estrella de Venus y +un alzaprima en las Siete Cabrillas, me parece que será imposible que +suba allá aquel tonel; y como ha cobrado buena fama[159], se ha echado +a dormir de aquella suerte. + +--Aténgome--dijo don Cleofás--a aquel caballero tasajo que tiene el +alma en cecina, que ha echado de ver que es caballero en un hábito[160] +que le he visto en una ropilla[161] a la cabecera, y no es el mayor +remiendo que tiene, y duerme enroscado como lamprea empanada, porque la +cama es media sotanilla, que le llega a las rodillas no más. + +--Aquél--dijo el Cojuelo--es pretendiente, y está demasiado de gordo y +bien tratado para el oficio que ejercita. Bien haya aquel tabernero de +Corte, que se quita de esos cuidados y es cura de su vino, que le está +bautizando en los pellejos y las tinajas, y a estas horas está hecho +diluvio[162] en pena, con su embudo en la mano, y antes de mil +años[163] espero verle jugar cañas[164] por el nacimiento de algún +príncipe. + +--¿Qué mucho--dijo don Cleofás--si es tabernero y puede emborrachar a la +Fortuna? + +--No hayas miedo--dijo el Cojuelo--que se vea en eso aquel alquimista +que está en aquel sótano con unos fuelles, inspirando una hornilla llena +de lumbre, sobre la cual tiene un perol con mil variedades de +ingredientes, muy presumido de acabar la piedra filosofal y hacer el +oro; que ha diez años que anda en esta pretensión, por haber leído el +arte de Reimundo Lulio y los autores químicos que hablan[165] en este +mismo imposible. + +--La verdad es--dijo don Cleofás--que nadie ha acertado a hacer el oro +si no es Dios, y el sol, con comisión particular suya. + +--Eso es cierto--dijo el Cojuelo--, pues nosotros no hemos salido con +ello. Vuelve allí, y acompáñame a reír de aquel marido y mujer, tan +amigos de coche, que todo lo que habían de gastar en vestir, calzar y +componer su casa lo han empleado en aquel que está sin caballos agora, y +comen y cenan y duermen dentro dél, sin que hayan salido de su +reclusión, ni aun para las necesidades corporales, en cuatro años que ha +que le compraron[166]; que están encochados, como emparedados, y ha sido +tanta la costumbre de no salir dél, que les sirve el coche de conchas, +como a la tortuga y al galápago, que en tarascando cualquiera dellos la +cabeza fuera dél, la vuelven a meter luego, como quien la tiene fuera de +su natural, y se resfrían y acatarran en sacando pie, pierna o mano +desta estrecha religión; y pienso que quieren ahora labrar un desván en +él para ensancharse y alquilalle a otros dos vecinos tan inclinados a +coche, que se contentarán con vivir en el caballete dél. + +--Esos--dijo don Cleofás--se han de ir al infierno en coche y en alma. + +--No es penitencia para menos--respondió el Cojuelo--. Diferentemente le +sucede a esotro pobre y casado, que vive en esotra casa más adelante, +que después de no haber podido dormir desde que se acostó, con un órgano +al oído de niños tiples, contraltos, terceruelas[167] y otros mil +guisados de voces que han inventado para llorar, ahora que se iba a +trasponer un poco, le ha tocado a rebato un mal de madre de su mujer, +tan terrible, que no ha dejado ruda en la vecindad[168], lana ni papel +quemado, escudilla untada con ajo, ligaduras, bebidas, humazos y +trescientas cosas más[169], y a él le ha dado, de andar en camisa, un +dolor de ijada, con que imagino que se ha de desquitar del dolor de +madre de su mujer. + +--No están tan despiertos en aquella casa--dijo don Cleofás--donde está +echando una escala aquel caballero que, al parecer, da asalto al cuarto +y a la honra del que vive en él; que no es buena señal, habiendo +escaleras dentro, querer entrar por las de fuera. + +--Allí--dijo el Cojuelo--vive un caballero viejo y rico que tiene una +hija muy hermosa y doncella, y rabia por dejallo de ser con un marqués, +que es el que da la escalada, que dice que se ha de casar con ella, que +es papel que ha hecho con otras diez u doce, y lo ha representado mal; +pero esta noche no conseguirá lo que desea, porque viene un alcalde de +ronda, y es muy antigua costumbre de nosotros ser muy regatones[170] en +los gustos, y, como dice vuestro refrán, si la podemos dar roma, no la +damos aguileña[171]. + +--¿Qué voces--dijo don Cleofás--son las que dan en esotra casa más +adelante, que parece que pregonan algún demonio que se ha perdido? + +--No seré yo, que me he rescatado--dijo el Cojuelo--, si no es que me +llaman a pregones del infierno por el quebrantamiento de la redoma; pero +aquél es un garitero que ha dado esta noche ciento y cincuenta barajas, +y se ha endiablado de cólera porque no le han pagado ninguna y se van +los actores y los reos con las costas en el cuerpo, tras una pendencia +de barato[172] sobre uno que juzgó mal una suerte, y los mete en paz +aquella música que dan a cuatro voces en esotra calle unos criados de un +señor a una mujer de un sastre que ha jurado que los ha de coser a +puñaladas[173]. + +--Si yo fuera el marido--dijo don Cleofás--, más los tuviera por gatos +que por músicos. + +--Agora te parecerán galgos--dijo el Cojuelo--, porque otro competidor +de la sastra, con una gavilla de seis o siete, vienen sacando las +espadas, y los Orfeos de la maesa, reparando la primera invasión con las +guitarras, hacen una fuga[174] de cuatro o cinco calles. Pero vuelve +allí los ojos, verás cómo se va desnudando aquel hidalgo que ha rondado +toda la noche, tan caballero del milagro[175] en las tripas como en las +demás facciones, pues quitándose una cabellera, queda calvo; y las +narices de carátula, chato; y unos bigotes postizos, lampiño; y un brazo +de palo, estropeado; que pudiera irse más camino de la sepoltura que de +la cama. En esotra casa más arriba está durmiendo un mentiroso con una +notable pesadilla, porque sueña que dice verdad. Allí un vizconde, entre +sueños, está muy vano porque ha regateado la excelencia a un grande. +Allí está muriendo un fullero, y ayudándole a bien morir un testigo +falso, y por darle la bula de la Cruzada, le da una baraja de naipes, +porque muera como vivió, y él, boqueando, por decir «Jesús», ha dicho +«flux». Allí, más arriba, un boticario está mezclando la piedra +bezar[176] con los polvos de sen. Allí sacan un médico de su casa para +una apoplejía que le ha dado a un obispo. Allí llevan aquella comadre +para partear a una preñada de medio ojo[177], que ha tenido dicha en +darle los dolores a estas horas. Allí doña Tomasa, tu dama, en enaguas, +está abriendo la puerta a otro; que a estas horas le oye de amor. + +--Déjame--dijo don Cleofás--: bajaré sobre ella a matarla a coces. + +--Para estas ocasiones se hizo el _tate, tate_[178]--dijo el Cojuelo--; +que no es salto para de burlas. Y te espantas de pocas cosas[179]: que +sin este enamorado murciégalo[180], hay otros ochenta, para quien[181] +tiene repartidas las horas del día y de la noche. + +--¡Por vida del mundo--dijo don Cleofás--que la tenía por una santa! + +--Nunca te creas de ligero--le replicó el Diablillo--. Y vuelve los ojos +a mi Astrólogo, verás con las pulgas y inquietud que duerme: debe de +haber sentido pasos en su desván y recela algún detrimento de su redoma. +Consuélese con su vecino, que mientras está roncando a más y mejor, le +están sacando a su mujer, como muela, sin sentillo, aquellos dos +soldados. + +--Del mal lo menos--dijo don Cleofás--; que yo sé del marido +ochodurmiente[182] que dirá[183] cuando despierto lo mismo. + +--Mira allí--prosiguió el Cojuelo--aquel barbero, que soñando se ha +levantado, y ha echado unas ventosas a su mujer, y la ha quemado con las +estopas las tablas de los muslos, y ella da gritos, y él, despertando, +la consuela diciendo que aquella diligencia es bueno que esté hecha para +cuando fuere menester. Vuelve allí los ojos a aquella cuadrilla de +sastres que están acabando unas vistas[184] para un tonto que se casa a +ciegas, que es lo mismo que por relación, con una doncella tarasca, fea, +pobre y necia, y le han hecho creer al contrario con un retrato que le +trujo un casamentero, que a estas horas se está levantando con un +pleitista que vive pared y medio dél[185], el uno a cansar ministros y +el otro a casar todo el linaje humano; que solamente tú, por estar tan +alto, estás seguro deste demonio, que en algún modo lo es más que yo. +Vuelve los ojos y mira aquel cazador mentecato del gallo[186], que está +ensillando su rocín a estas horas y poniendo la escopeta debajo del +caparazón, y deja de dormir de aquí a las nueve de la mañana por ir a +matar un conejo, que le costaría mucho menos aunque le comprara en la +despensa de Judas[187]. Y al mismo tiempo advierte cómo a la puerta de +aquel rico avariento echan un niño, que por partes de[188] su padre +puede pretender la beca del Antecristo[189], y él, en grado de +apelación, da con él en casa de un señor que vive junto a la suya, que +tiene talle de comérselo antes que criallo, porque ha días que su +despensa espera el domingo de casi ración[190]. Pero ya el día no nos +deja pasar adelante; que el agua ardiente y el letuario[191] son sus +primeros crepúsculos, y viene el sol haciendo cosquillas a las +estrellas, que están jugando a salga la parida[192], y dorando la +píldora[193] del mundo, tocando al arma a tantas bolsas y talegos y +dando rebato a tantas ollas, sartenes y cazuelas, y no quiero que se +valga de mi industria para ver los secretos que le negó la noche: +cuéstele brujeleallo por resquicios, claraboyas y chimeneas. + +Y volviendo a poner la tapa al pastelón, se bajaron a las calles. + + + + +TRANCO III + + +Ya comenzaban en el puchero humano de la Corte a hervir hombres y +mujeres, unos hacia arriba, y otros hacia abajo, y otros de través, +haciendo un cruzado[194] al son de su misma confusión[195], y el piélago +racional de Madrid a sembrarse de ballenas[196] con ruedas, que por otro +nombre llaman coches, trabándose la batalla del día, cada uno con +disinio y negocio diferente, y pretendiéndose engañar los unos a los +otros, levantándose una polvareda de embustes y mentiras, que no se +descubría una brizna de verdad por un ojo de la cara[197], y don Cleofás +iba siguiendo a su camarada, que le había metido por una calle algo +angosta, llena de espejos por una parte y por otra, donde estaban muchas +damas y lindos mirándose y poniéndose de diferentes posturas de bocas, +guedejas, semblantes, ojos, bigotes, brazos y manos, haciéndose +cocos[198] a ellos mismos. Preguntóle don Cleofás qué calle era aquélla, +que le parecía que no la había visto en Madrid, y respondióle el +Cojuelo: + +--Ésta se llama la calle de los Gestos, que solamente saben a ella estas +figuras de la baraja de la Corte, que vienen aquí a tomar el gesto con +que han de andar aquel día, y salen con perlesía de lindeza, unos con la +boquita de riñón[199], otros con los ojitos dormidos, roncando[200] +hermosura, y todos con los dos dedos de las manos, índice y meñique, +levantados, y esotros, de _Gloria Patri_[201]. Pero salgámonos muy +apriesa de aquí; que con tener estómago de demonio y no haberme mareado +las maretas[202] del infierno, me le han revuelto estas sabandijas, que +nacieron para desacreditar la naturaleza y el rentoy[203]. + +Con esto, salieron desta calle a una plazuela donde había gran concurso +de viejas que había sido damas cortesanas[204], y mozas que entraban a +ser lo que ellas habían sido, en grande contratación unas con otras. +Preguntó el Estudiante a su camarada qué sitio era aquél, que tampoco le +había visto, y él le respondió: + +--Éste es el baratillo de los apellidos, que aquellas damas pasas +truecan con estas mozas albillas[205] por medias traídas, por zapatos +viejos, valonas, tocas y ligas, como ya no las han menester; que el +Guzmán, el Mendoza, el Enríquez, el Cerda, el Cueva, el Silva, el +Castro, el Girón[206], el Toledo, el Pacheco, el Córdova, el Manrique de +Lara, el Osorio, el Aragón, el Guevara y otros generosos apellidos los +ceden a quien los ha menester ahora para el oficio que comienza, y ellas +quedan con sus patronímicos primeros de Hernández, Martínez, López, +Rodríguez, Pérez, González, etcétera; porque al fin de los años mil, +vuelven los nombres[207] por donde solían ir. + +--Cada día--dijo el Estudiante--hay cosas nuevas en la Corte. + +Y, a mano izquierda, entraron a otra plazuela al modo de la de los +Herradores[208], donde se alquilaban tías, hermanos, primos y maridos, +como lacayos y escuderos, para damas de achaque[209] que quieren pasar +en la Corte con buen nombre y encarecer su mercadería. + +A la mano derecha deste seminario andante estaba un grande edificio, a +manera de templo sin altar, y en medio dél, una pila grande de piedra, +llena de libros de caballerías y novelas[210], y alrededor, muchos +muchachos de diez a diez y siete años y algunas doncelluelas de la misma +edad, y cada uno y cada una con su padrino al lado, y don Cleofás le +preguntó[211] a su compañero que le dijese qué era esto, que todo le +parecía que lo iba soñando. El Cojuelo le dijo: + +--Algo tiene de eso este fantástico aparato; pero ésta es, don Cleofás, +en efeto, la pila de los dones, y aquí se bautizan los que vienen a la +Corte sin él. Todos aquellos muchachos son pajes para señores, y +aquellas muchachas, doncellas para señoras de media talla[212], que han +menester el don para la autoridad de las casas que entran a servir[213], +y agora les acaban de bautizar con el don. Por allí entra agora una +fregona con un vestido alquilado, que la trae su ama a sacar de don, +como de pila, para darla el tusón[214] de las damas, porque le pague en +esta moneda lo que le ha costado el crialla, y aun ella parece que se +quiere volver al paño[215], según viene bruñida de esmeril. + +--Un moño y unos dientes postizos y un guardainfante pueden hacer esos +milagros--dijo don Cleofás--. Pero ¿qué acompañamiento--prosiguió +diciendo--es este que entra agora, de tanta gente lucida, por la puerta +deste templo consagrado al uso del siglo? + +--Traen a bautizar--dijo el Cojuelo--un regidor muy rico, de un lugar +aquí cercano, de edad de setenta años, que se viene al don por su pie, +porque sin él le han aconsejado sus parientes que no cae tan bien el +regimiento. Llámase Pascual, y vienen altercando si sobre _Pascual_ le +vendrá bien el _don_, que parece don estravagante[216] de la iglesia de +los dones. + +--Ya tienen ejemplar--dijo don Cleofás--en don Pascual, ese que llamaron +todos loco, y yo, Diógenes de la ropa vieja, que andaba cubierta la +cabeza con la capa, sin sombrero, en traje de profeta, por esas calles. + +--Mudáranle el nombre, a mi parecer--prosiguió el Cojuelo--, por no +tener en su lugar regidor Pascual, como cirio de los regidores. + +--Dios les inspire--dijo don Cleofás--lo que más convenga a su +regimiento, como la cristiandad de los regidores ha menester. + +--En acabando de tomar el señor regidor--dijo el Cojuelo--el agua del +don, espera allí un italiano hacer lo mismo con un elefante que ha +traído a enseñar a la puerta del Sol. + +--Los más suelen llamarse--dijo el Estudiante--don Pedros, don Juanes y +don Alonsos. No sé cómo ha tenido tanto descuido su ayo o naire, como lo +llaman los de la India Oriental; plebeyo debía de ser este animal, pues +ha llegado tan tarde al don. Vive Dios que me le he de quitar yo, porque +me desbautizan y desdonan los que veo. + +--Sígueme--dijo el Cojuelo--, y no te amohines; que bien sabe el _don_ +dónde está; que se te ha caído en el _Cleofás_ como la sopa en la miel. + +Con esto, salieron del soñado (al parecer) edificio, y enfrente dél +descubrieron otro, cuya portada estaba pintada de sonajas, guitarras, +gaitas zamoranas, cencerros, cascabeles, ginebras[217], caracoles, +castrapuercos[218], pandorga prodigiosa de la vida, y preguntó don +Cleofás a su amigo qué casa era aquella que mostraba en la portada tanta +variedad de instrumentos vulgares[219],--que tampoco la he visto en la +Corte, y me parece que hay dentro mucho regocijo y entretinimiento. + +--Esta es la casa de los locos--respondió el Cojuelo--que ha poco que se +instituyó en la Corte, entre unas obras pías que dejó un hombre muy rico +y muy cuerdo, donde se castigan y curan locuras que hasta agora no lo +habían parecido. + +--Entremos dentro--dijo don Cleofás--por aquel postiguillo que está +abierto, y veamos esta novedad de locos. + +Y, diciendo y haciendo, se entraron los dos, uno tras otro; pasando un +zaguán, donde estaban algunos de los convalecientes pidiendo limosna +para los que estaban furiosos, llegaron a un patio cuadrado, cercado de +celdas pequeñas por arriba y por abajo, que cada una dellas ocupaba un +personaje de los susodichos. A la puerta de una dellas estaba un hombre, +muy bien tratado de vestido, escribiendo sobre la rodilla y sentado +sobre una banqueta, sin levantar los ojos del papel, y se había sacado +uno con la pluma sin sentillo. El Cojuelo le dijo: + +--Aquél es un loco arbitrista[220] que ha dado en decir que ha de hacer +la reducción de los cuartos, y ha escrito sobre ello más hojas de papel +que tuvo el pleito de don Alvaro de Luna. + +--Bien haya quien le trujo a esta casa--dijo don Cleofás--; que son los +locos más perjudiciales de la república. + +--Esotro que está en esotro aposentillo--prosiguió el Cojuelo--es un +ciego enamorado, que está con aquel retrato en la mano[221], de su +dama, y aquellos papeles que le ha escrito, como si pudiera ver lo uno +ni leer lo otro, y da en decir que ve con los oídos. En esotro +aposentillo lleno de papeles y libros está un gramaticón[222] que perdió +el juicio buscándole a un verbo griego el gerundio. Aquel que está a la +puerta de esotro aposentillo con unas alforjas al hombro y en calzón +blanco, le han traído porque, siendo cochero, que andaba siempre a +caballo, tomó oficio de correo de a pie. Esotro que está en esotro de +más arriba con un halcón en la mano, es un caballero que, habiendo +heredado mucho de sus padres, lo gastó todo en la cetrería y no le ha +quedado más que aquel halcón en la mano, que se las come de hambre. Allí +está un criado de un señor que, teniendo qué comer, se puso a servir. +Allí está un bailarín que se ha quedado sin son, bailando en seco. Más +adelante está un historiador que se volvió loco de sentimiento de +haberse perdido tres décadas de Tito Livio. Más adelante está un +colegial cercado de mitras, probándose la que le viene mejor, porque dió +en decir que había de ser obispo. Luego, en esotro aposentillo, está un +letrado que se desvaneció en pretender plaza de ropa[223], y de letrado +dió en sastre, y está siempre cortando y cosiendo garnachas. En esotra +celda, sobre un cofre lleno de doblones, cerrado con tres llaves, está +sentado un rico avariento, que sin tener hijo ni pariente que le herede, +se da muy mala vida, siendo esclavos de su dinero y no comiendo más que +un pastel[224] de a cuatro, ni cenando más que una ensalada de pepinos, +y le sirve de cepo su misma riqueza. Aquel que canta en esotra jaula es +un músico sinsonte, que remeda los demás pájaros, y vuelve de cada +pasaje como de un parasismo. Está preso en esta cárcel de los delictos +del juicio, porque siempre cantaba, y cuando le rogaban que cantase, +dejaba de cantar. + +--Impertinencia es ésa casi de todos los desta profesión. + +--En el brocal de aquel pozo que está en medio del patio se está mirando +siempre una dama muy hermosa, como lo verás si ella alza la cabeza, hija +de pobres y humildes padres, que queriéndose casar con ella muchos +hombres ricos y caballeros, ninguno la contentó, y en todos halló una y +muchas faltas, y está atada allí en una cadena porque, como Narciso, +enamorada de su hermosura, no se anegue en el agua que le sirve de +espejo, no teniendo en lo que pisa[225] al sol ni a todas las estrellas. +En aquel pobre aposentillo enfrente, pintado por defuera de llamas, está +un demonio casado, que se volvió loco con la condición de su mujer. + +Entonces don Cleofás le dijo al compañero que le enseñaba todo este +retablo de duelos: + +--Vámonos de aquí, no nos embarguen[226] por alguna locura que nosotros +ignoramos; porque en el mundo todos somos locos, los unos de los +otros[227]. + +El Cojuelo dijo: + +--Quiero tomar tu consejo, porque, pues los demonios enloquecen, no hay +que fiar de sí nadie. + +--Desde vuestra primera soberbia--dijo don Cleofás--todos lo estáis; que +el infierno es casa de todos los locos más furiosos del mundo. + +--Aprovechado estás--dijo el Cojuelo--, pues hablas en lenguaje +ajustado. + +Con esta conversación salieron de la casa susodicha, y a mano derecha +dieron en una calle algo dilatada, que por una parte y por otra estaba +colgada de ataúdes, y unos sacristanes con sus sobrepellices[228] +paseándose junto a ellos, y muchos sepultureros abriendo varios +sepulcros, y don Cleofás le dijo a su camarada: + +--¿Qué calle es ésta, que me ha admirado más que cuantas he visto, y me +pudiera obligar a hablar más espiritualmente que con lo primero de que +tú te admiraste? + +--Ésta es más temporal y del siglo que ninguna--le respondió el +Cojuelo--, y la más necesaria, porque es la ropería de los agüelos, +donde[229] cualquiera, para todos los actos positivos[230] que se le +ofrece y se quiere vestir de un agüelo, porque el suyo no le viene bien, +o está traído, se viene aquí, y por su dinero escoge el que le está más +a propósito. Mira allí aquel caballero torzuelo[231] cómo se está +probando una agüela que ha menester, y esotro, hijo de quien él +quisiere, se está vistiendo otro agüelo, y le viene largo de talle. +Esotro más abajo da por otro agüelo el suyo, y dineros encima, y no se +acaba de concertar, porque le tiene más de costa al sacristán, que es el +ropero. Otro, a esotra parte, llega a volver un agüelo suyo de dentro +afuera y de atrás adelante, y a tremendallo con la agüela de otro. Otro +viene allí con la justicia a hacer que le vuelvan un agüelo que le +habían hurtado, y le ha hallado colgado en la ropería. Si hubieres +menester algún agüelo o agüela para algún crédito de tu calidad, a +tiempo estamos, don Cleofás Leandro; que yo tengo aquí un ropero amigo +que desnuda los difuntos la primera noche que los entierran, y nos le +fiará por el tiempo que quisieres. + +--Dineros he menester yo; que agüelos no--respondió el Estudiante--: con +los míos me haga Dios bien[232]; que me han dicho mis padres que +deciendo de Leandro el animoso, el que pasaba el mar de Abido + + «en amoroso fuego todo ardiendo»[233], + +y tengo mi ejecutoria en las obras sueltas de Boscán y Garcilaso[234]. + +--Contra hidalguía en verso--dijo el Diablillo--no hay olvido ni +chancillería que baste, ni hay más que desear en el mundo que ser +hidalgo en consonantes. + +--Si a mí me hicieran merced[235]--prosiguió don Cleofás--, entre +Salicio y Nemoroso[236] se habían de hacer mis diligencias, que no me +habían de costar cien reales; que allí tengo mi Montaña, mi Galicia, mi +Vizcaya y mis Asturias[237]. + +--Dejemos vanidades agora--dijo el Cojuelo--: que ya sé que eres muy +bien nacido en verso y en prosa, y vamos en busca de un figón, a +almorzar y descansar, que bien lo habrás menester por lo trasnochado y +madrugado, y después proseguiremos nuestras aventuras. + + + + +TRANCO IV + + +Dejemos a estos caballeros en su figón almorzando y descansando, que sin +dineros pedían las pajaritas que andaban volando por el aire[238] y al +fénix empanado[239], y volvamos a nuestro astrólogo regoldano[240] y +nigromante enjerto, que se había vestido con algún cuidado de haber +sentido pasos en el desván la noche antes, y, subiendo a él, halló las +ruinas que había dejado su familiar en los pedazos de la redoma, y +mojados sus papeles, y el tal Espíritu ausente; y viendo el estrago y la +falta de su Demoñuelo, comenzó a mesarse las barbas y los cabellos, y a +romper sus vestiduras[241], como rey a lo antiguo. Y estando haciendo +semejantes estremos y lamentaciones, entró un diablejo zurdo, mozo de +retrete de Satanás, diciendo que Satanás su señor le besaba las +manos[242]; que había sentido la bellaquería que había usado el Cojuelo; +que él trataría de que se castigase, y que entre tanto se quedase él +sirviéndole en su lugar. Agradeció mucho el cuidado el Astrólogo y +encerró el tal espíritu en una sortija de un topacio grande, que traía +en un dedo, que antes había sido de un médico, con que a todos cuantos +había tomado el pulso había muerto. Y en el infierno se juntaron entre +tanto, en sala plena, los más graves jueces de aquel distrito, y +haciendo notorio a todos el delito del tal Cojuelo, mandaron despachar +requisitoria para que le prendiesen en cualquier parte que le hallasen, +y se le dió esta comisión[243] a Cienllamas, demonio comisionario que +había dado muy buena cuenta de otras que le habían encargado, y +llevándose consigo por corchetes a Chispa y a Redina, demonios a la +veinte[244], y subiéndose en la mula de Liñán[245], salió del infierno +con vara alta[246] de justicia en busca del dicho delincuente. + +En este tiempo, sobre la paga de lo que habían almorzado habían tenido +una pesadumbre el revoltoso Diablillo y don Cleofás con el Figón[247], +en que intervinieron asadores y torteras, porque lo que es del diablo, +el diablo se lo ha de llevar, y acudiendo la justicia al alboroto, se +salieron por una ventana, y cuando el alguacil de Corte con la gente que +llevaba pensaba cogellos, estaban ya de esotra parte de Getafe, en +demanda de Toledo, y dentro de un minuto, en las ventillas de Torrejón, +y en un cerrar de ojos, a vista de la puerta de Visagra, dejando la real +fábrica del hospital de afuera a la derecha mano; y volviéndose el +Estudiante al camarada, le dijo: + +--Lindos atajos sabes: malhaya quien no caminara contigo todo el mundo, +mejor que con el Infante don Pedro de Portugal, el que anduvo las +siete[248] partidas dél. + +--Somos gente de buena maña--respondió el Cojuelo. + +Y cuando estaban hablando en esto, llegaban al barrio que llaman de la +Sangre de Cristo y al mesón de la Sevillana[249], que es el mejor de +aquella ciudad. El Diablo Cojuelo le dijo al Estudiante: + +--Ésta es muy buena posada para pasar esta noche y para descansar de la +pasada; éntrate dentro y pide un aposento y que te aderecen de cenar; +que a mí me importa llegarme esta noche a Constantinopla a alborotar el +serrallo del Gran Turco y hacer degollar doce o trece hermanos que +tiene, por miedo de que no conspiren[250] a la Corona, y volverme de +camino por los Cantones de los esguízaros[251] y por Ginebra a otras +diligencias deste modo, por sobornar con algunos servicios a mi amo, +que debe de estar muy indignado contra mí por la travesura pasada; que +yo estaré contigo antes que den las siete de la mañana. + +Y, diciendo y haciendo, se metió por esos aires como por una viña +vendimiada, meando la pajuela[252] a todo pajarote y ciudadano de la +región etérea, a fuer de los de la jerigonza crítica[253], y don +Cleofás se entró a tomar posada, que, aunque estaba llena de muchos +pasajeros que habían venido con los galeones y pasaban a la Corte, con +todo, al güésped nuevo hicieron cortesía, porque la persona de don +Cleofás traía consigo cartas de recomendación[254], como dicen los +cortesanos antiguos. + +Convidáronle a cenar unos caballeros soldados aquella noche, +preguntándole nuevas de Madrid, y después de haber cumplido con la +celebridad de los brindis por el Rey (Dios le guarde), por sus damas y +sus amigos[255], y haber dado las aceitunas[256] con los palillos carta +de pago de la cena, se fué cada uno a recoger a su aposento, porque +habían de tomar la madrugada para llegar con tiempo a Madrid, y don +Cleofás hizo lo mismo en el que le señaló el Güésped, sintiendo la +soledad[257] del compañero en algún modo, porque le traía tan +entretenido; y haciendo varios discursos sobre el almohada, se quedó +como un pajarito[258], jurando al silencio de las sombras, como lo demás +del mundo, el mesón de la Sevillana el natural vasallaje con el sueño, +que solas [las][259] grullas, los murciélagos y lechuzas estaban de +posta a su cuerpo de guardia, cuando a las dos de la noche unas +temerosas voces repetían: «¡Fuego, fuego!» despertaron a los dormidos +pasajeros, con el sobresalto y asombro que suele causar cualquier +alboroto a los que están durmiendo, y más oyendo apellidar «¡fuego!», +voz que con más terror atemoriza los ánimos más constantes, rodando unos +las escaleras por bajar más apriesa, otros, saltando por las ventanas +que caían al patio de la posada, otros que, por las pulgas u temor de +las chinches, dormían en cueros, como vinagre, hechos Adanes del +baratillo[260], poniendo las manos donde habían de estar las hojas de +higuera, siguiendo a los demás, y acompañándolos don Cleofás, con los +calzones revueltos al brazo y una alfajía que, por no encontrar la +espada, halló acaso en su aposento, como si en los incendios y fantasmas +importase andar a palos ni a cuchilladas, natural socorro del miedo en +las repentinas invasiones. + +Salió, en esto, el Güésped en camisa, los pies en unas empanadas de +Frenegal[261], cinchado con una faja de grana de polvo[262] el estómago, +y un candil de garabato en la mano, diciendo que se sosegasen; que aquel +ruido no era de cuidado; que se volviesen a sus camas, que él pondría +remedio en ello. Apretóle don Cleofás, como más amigo de saber, le +dijese la causa de aquel alboroto; que no se había de volver a acostar +sin descifrar aquel misterio. El Güésped le dijo muy severo[263] que era +un estudiante de Madrid, que había dos u tres meses que entró a posar en +su casa, y que era poeta de los que hacen comedias, y que había escrito +dos, que se las habían chillado en Toledo y apedreado como viñas[264], y +que estaba acabando de escribir la comedia de _Troya abrasada_, y que +sin duda debía de haber llegado al paso del incendio, y se convertía +tanto en lo que escribía, que habría dado aquellas voces; que por otras +experiencias pasadas sacaba él que aquello era verdad infalible como él +decía; que para confirmallo subiesen con él a su aposento y hallarían +verdadero este discurso. + +Siguieron al Güésped todos de la suerte que estaban, y entrando en el +aposento del tal Poeta, le hallaron tendido en el suelo, despedazada la +media sotanilla, revolcado en papeles y echando espumarajos por la boca, +y pronunciando con mucho desmayo: «¡Fuego, fuego!», que casi no podía +echar la habla, porque se le había metido monja. Llegaron a él muertos +de risa y llenos de piedad todos, diciéndole: + +--Señor Licenciado, vuelva en sí y mire si quiere beber o comer algo +para este desmayo. + +Entonces el Poeta, levantando como pudo la cabeza, dijo: + +--Si es Eneas y Anquises, con los Penates y el amado Ascanio, ¿qué +aguardáis aquí, que está ya el Ilión hecho cenizas, y Príamo, Paris y +Policena, Hécuba y Andrómaca han dado el fatal tributo a la muerte, y a +Elena, causa de tanto daño, llevan su presa Menalao[265] y Agamenón? Y +lo peor es que los mirmidones se han apoderado del tesoro troyano. + +--Vuelva a su juicio--dijo el Gúesped--; que aquí no hay almidones ni +toda esa tropelía de disparates que ha referido, y mucho mejor fuera +llevalle a casa del Nuncio[266], donde pudiera ser con bien justa causa +mayoral de los locos, y metelle en cura; que se le han subido los +consonantes a la cabeza, como tabardillo. + +--¡Qué bien entiende de afectos el señor Güésped!--respondió el Poeta, +encorporándose un poco más. + +--De afectos ni de afeites--dijo el Güésped--no quiero entender, sino de +mi negocio: lo que importa es que mañana hagamos cuenta de lo que me +debe de posada, y se vaya con Dios; que no quiero tener en ella quien me +la alborote cada día con estas locuras: basten las pasadas, pues +comenzando a escribir, recién llegado aquí, la comedia de _El Marqués de +Mantua_, que zozobró y fué una de las silbadas, fueron tantas las +prevenciones de la caza y las voces que dió, llamando a los perros +Melampo, Oliveros, Saltamontes, Tragavientos, etcétera, y el «¡Ataja, +ataja!» y el «¡Guarda el oso cerdoso, y el jabalí colmilludo!», que +malparió una señora preñada que pasaba del Andalucía a Madrid, del +sobresalto; y en esotra de _El Saco de Roma_, que entrambas parecieron +cual tenga la salud[267], fué el[268] estruendo de las cajas y +trompetas, haciendo pedazos las puertas y ventanas deste aposento a tan +desusadas horas como éstas, y el «¡Cierra, España!»[269], «¡Santiago, y +a ellos!», y el jugar la artillería con la boca[270], como si hubiera +ido a la escuela con un petardo, o criádose con el basilisco de +Malta[271], que engañó el rebato a una compañía de infantería que +alojaron[272] aquella noche en mi casa, de suerte, que, tocando al arma, +se hubieron de hacer a escuras unos soldados pedazos con otros, +acudiendo al ruido medio Toledo con la justicia, echándome las puertas +abajo, y amenazó a hacer una de todos los diablos; que es poeta grulla, +que siempre está en vela, y halla consonantes a cualquiera hora de la +noche y de la madrugada. + +El Poeta dijo entonces: + +--Mucho mayor alboroto fuera si yo acabara aquella comedia de que tiene +vuesa merced en prendas dos jornadas por lo que le debo, que la llamo +_Las Tinieblas de Palestina_, donde es fuerza que se rompa el velo de el +Templo en la tercera jornada, y se escurezca el sol y la luna, y se den +unas piedras con otras, y se venga abajo toda la fábrica celestial con +truenos y relámpagos, cometas y exhalaciones, en sentimiento de su +Hacedor; que por faltarme los nombres que he de poner a los sayones no +la he acabado. ¡Ahí me dirá vuesa merced, señor Güésped, qué fuera ello! + +--Váyase--dijo el Mesonerazo--a acaballa al Calvario, aunque no faltará +en cualquiera parte que la escriba o la representen quien le crucifique +a silbos, legumbre y edificio[273]. + +--Antes resucitan con mis comedias los autores--dijo el Poeta--; y para +que conozcan todos vuesas mercedes esta verdad y admiren el estilo que +llevan todas las que yo escribo, ya que se han levantado a tan buen +tiempo, quiero leelles ésta. + +Y, diciendo y haciendo, tomó en la mano una rima de vueltas de cartas +viejas, cuyo bulto se encaminaba más a pleito de tenuta[274] que a +comedia, y arqueando las cejas y deshollinándose los bigotes, dijo, +leyendo el título, de esta suerte: + +--_Tragedia Troyana, Astucias de Sinón, Caballo griego, Amantes +adúlteros y Reyes endemoniados_. Sale lo primero por el patio, sin haber +cantado, el Paladión[275], con cuatro mil griegos por lo menos, armados +de punta en blanco[276], dentro dél. + +--¿Cómo--le replicó un caballero soldado de aquellos que estaban en +cueros, que parece que se habían de echar a nadar en la comedia--puede +toda esa máquina entrar por ningún patio ni coliseo de cuantos hay en +España, ni por el del Buen Retiro, afrenta de los romanos anfiteatros, +ni por una plaza de toros? + +--¡Buen remedio!--respondió el Poeta--. Derribaráse el corral y dos +calles junto a él para que quepa esta tramoya, que es la más portentosa +y nueva que los teatros han visto; que no siempre sucede hacerse una +comedia como ésta, y será tanta la ganancia, que podrá muy bien a sus +ancas sufrir todo este gasto. Pero escuchen, que ya comienza la obra, y +atención, por mi amor. Salen por el tablado, con mucho ruido de +chirimías y atabalillos, Príamo, rey de Troya, y el príncipe Paris, y +Elena, muy bizarra en un palafrén, en medio, y el Rey a la mano derecha +(que siempre desta manera guardo el decoro a las personas reales), y +luego, tras ellos, en palafrenes negros, de la misma suerte, once mil +dueñas a caballo. + +--Más dificultosa apariencia es ésa que esotra--dijo uno de los +oyentes--, porque es imposible que tantas dueñas juntas se hallen. + +--Algunas se harán de pasta[277]--dijo el Poeta--, y las demás se +juntarán de aquí para allí; fuera de que si se hace en la Corte, ¿qué +señora habrá que no envíe sus dueñas prestadas para una cosa tan grande, +por estar los días que se representare la comedia, que será, por lo +menos, siete u ocho meses, libres de tan cansadas sabandijas?[278] + +Hubiéronse de caer de risa los oyones[279], y de una carcajada se +llevaron media hora de reloj, al son de los disparates del tal Poeta, y +él prosiguió diciendo: + +--No hay que reírse; que si Dios me tiene de sus consonantes, he de +rellenar el mundo de comedias mías, y ha de ser Lope de Vega (prodigioso +monstruo español y nuevo Tostado en verso) niño de teta conmigo, y +después me he de retirar a escribir un poema heroico para mi +posteridad, que mis hijos o mis sucesores hereden, en que tengan toda su +vida que roer sílabas. Y agora oigan vuesas mercedes...:--amagando a +comenzar (el brazo derecho levantado) los versos de la comedia, cuando +todos a una voz le dijeron que lo dejase para más espacio, y el Güésped, +indignado, que sabía poco de filis[280], le volvió a advertir que no +había de estar un día más en la posada. + +La encamisada[281], pues, de los caballeros y soldados se puso a mediar +con el Güésped el caso[282], y don Cleofás, sobre un _Arte poética_ de +Rengifo[283], que estaba también corriendo borrasca entre esotros +legajos por el suelo, tomó pleito homenaje[284] al tal poeta, puestas +las manos sobre los consonantes, jurando que no escribiría más comedias +de ruido, sino de capa y espada, con que quedó el Güésped satisfecho; y +con esto se volvieron a sus camas, y el Poeta, calzado y vestido, con su +comedia en la mano, se quedó tan aturdido sobre la suya, que apostó a +roncar con los Sietes Durmientes[285], a peligro de no valer la moneda +cuando despertase. + + + + +TRANCO V + + +Dentro de muy pocas horas lo fué de volverse a levantar los güéspedes al +quitar[286], haciendo la cuenta con ellos de la noche pasada el güésped +de por vida, esperezándose y bostezando de lo trasnochado con el Poeta, +y trataron de caminar, ensillando los mozos de mulas y poniendo los +frenos al son de seguidillas y jácaras, y brindándose con vino y pullas +los unos a los otros, ribeteándolas con tabaco en polvo y en humo, +cuando don Cleofás también despertó, tratando de vestirse, con algunas +_saudades_[287] de su dama: que las malas correspondencias de las +mujeres a veces despiertan más la voluntad; y antes que diesen las ocho, +como había dicho, entró por el aposento el camarada, en traje turquesco, +con almalafa y turbante, señales ciertas de venir de aquel país, +diciendo: + +--¿Heme tardado mucho en el viaje, señor Licenciado? + +El le respondió sonriéndose: + +--Menos se tardó vuesa merced desde el cielo al infierno, con haber más +leguas, cuando rodó con todos esos príncipes que no han podido gatear +otra vez a la maroma de donde cayeron. + +--¿Al amigo, señor don Cleofás--respondió el Cojuelo--, chinche en el +ojo[288], como dice el refrán de Castilla? ¡Bueno, bueno! + +--Pocos hay--respondió el Estudiante--que en ofreciéndose el chiste, +miren esos respetos; pero esto lo digo yo en galantería[289], y la +amistad[290] que hay ya entre nosotros. Mas dejando esto aparte, ¿cómo +nos ha ido[291] por esos mundos? + +--Hice todo a lo que fuí, y mucho más--respondió el genízaro recién +venido--, y si quisiera, me jurara por Gran Turco aquella buena gente; +que a fe que alguna guarda mejor su palabra, y saben decir verdad y +hacer amistades, que vosotros los cristianos. + +--¡Qué presto te pagaste!--dijo don Cleofás--. Algún cuarto debes de +tener de demonio villano. + +--Es imposible--respondió el Cojuelo--, porque decendemos todos de la +más noble y más alta Montaña de la tierra y del cielo, y aunque seamos +zapatero de viejo, en siendo montañeses, todos somos hidalgos[292]; que +muchos dellos nacen, como los escarabajos y los ratones, de la +putrefacción. + +--Bien sé que sabes Filosofía--le dijo don Cleofás--mejor que si la +hubieras estudiado en Alcalá, y que eres maestro en primeras licencias. +Dejemos estas digresiones y acaba de darme cuenta de tu jornada. + +--Con el traje del país, como ves--respondió el Diablillo--, por +ensuciallos todos, como cierto amigo que, por desaseado en estremo, +ensució el de soldado, el de peregrino y estudiante, volví por los +Cantones, por la Bertolina[293] y Ginebra, y no tuve que hacer nada en +estos países, porque sus paisanos son demonios de sí mismos, y éste es +el juro de heredad que más seguro tenemos en el infierno, después de las +Indias[294]. Fuí a Venecia, por ver una población tan prodigiosa, que +está fundada en el mar, y de su natural condición tan bajel de argamasa +y sillería, que, como la tiene en peso el piélago Mediterráneo, se +vuelve a cualquier viento que le sopla. Estuve en la plaza de San +Marcos, platicando con unos criados de unos clarísimos[295], esta +mañana, y hablando en[296] las gacetas de la guerra, les dije que en +Constantinopla se había sabido, por espías que estaban en España, que +hay grandes prevenciones della, y tan prodigiosas, que hasta los +difuntos se levantan, al son de las cajas, de los sepulcros para este +efeto, y hay quien diga que entre ellos había resucitado el gran Duque +de Osuna[297]; y apenas lo acabé de pronunciar, cuando me escurrí, por +no perder tiempo en mis diligencias, y, dejando el seno adriático me +sorbí la Marca de Ancona, y por la Romanía, a la mano izquierda, dejé a +Roma, porque aun los demonios, por cabeza de la Iglesia militante, +veneramos su población. Pasé por Florencia a Milán, que no se le da con +su castillo dos blancas de la Europa. Vi a Génova[298] la bella, talego +del mundo, llena de novedades, y, golfo lanzado[299], toqué a +Vinaroz[300] y a los Alfaques, pasando el de León y Narbona. Llegué a +Valencia, que juega cañas dulces con la primavera, metíme en la Mancha, +que no hay greda que la pueda sacar, entré en Madrid, y supe que unos +parientes de tu dama te andaban a buscar para matarte, porque dicen que +la has dejado sin reputación; y lo peor es lo que me chismeó +Zancadilla, demonio espía del infierno y sobrestante de las tentaciones: +que me andaba a buscar Cienllamas con una requisitoria; y soy de +parecer, para oviar[301] estos dos riesgos, que pongamos tierra en +medio. Vámonos al Andulucía[302], que es la más ancha del mundo; y pues +yo te hago la costa, no tienes que temer nada; que, con el romance que +dice: + + «Tendré el invierno en Sevilla + y el veranito en Granada»[303], + +no hemos de dejar lugar en ella que no trajinemos. + +Y volviéndose a la ventana que salía a la calle, le dijo: + +--Hágote puerta de mesón. Vamos, y sígueme por ella, don Cleofás; que +hemos de ir a comer a la venta de Darazután[304], que es en +Sierra-morena, veinte y dos o veinte y tres leguas[305] de aquí. + +--No importa--dijo don Cleofás--, si eres demonio de portante[306], +aunque cojo. + +Y diciendo esto, salieron los dos por la ventana, flechados de sí +mismos[307], y el Güésped, desde la puerta, dándole voces al Estudiante +cuando le vió por el aire, diciendo que le pagase la cama y la posada, y +don Cleofás respondiendo que en volviendo del Andalucía cumpliría con +sus obligaciones; y el Güésped, que parecía que lo soñaba, se volvió +santiguando y diciendo: + +--Pluguiera a Dios, como se me va éste, se me fuera el Poeta, aunque se +me llevara la cama y todo asida a la cola. + +Ya, en esto, el Cojuelo y don Cleofás descubrían la dicha venta, y, +apeándose del aire, entraron en ella, pidiendo al Ventero de comer, y él +les dijo que no había quedado en la venta más que un conejo y un +perdigón, que estaban en aquel asador entreteniéndose a la lumbre. + +--Pues trasládenlos a un plato--dijo don Cleofás--, señor Ventero, y +venga el salmorejo[308], poniéndonos la mesa, pan, vino y salero. + +El Ventero respondió que fuese en buen hora; pero que esperasen que +acabasen de comer unos estranjeros que estaban en eso, porque en la +venta no había otra mesa más que la que ellos ocupaban. Don Cleofás +dijo: + +--Por no esperar, si estos señores nos dan licencia, podremos comer +juntos, y ya que ellos van en la silla, nosotros iremos en las ancas. + +Y sentándose los dos al paso que lo decían, fué todo uno, trayéndoles el +Ventero la porción susodicha, con todas sus adherencias y +incidencias[309], y comenzaron a comer en compañía de los estranjeros, +que el uno era francés, el otro inglés, el otro italiano y el otro +tudesco, que había ya pespuntado la comida más aprisa a brindis de vino +blanco y clarete, y tenía a orza la testa[310], con señales de vómito y +tiempo borrascoso, tan zorra[311] de cuatro costados[312], que pudiera +temelle el corral de gallinas del Ventero. El Italiano preguntó a don +Cleofás que de adonde venía, y él le respondió que de Madrid. Repitió el +Italiano: + +--¿Qué nuevas hay de la guerra, señor Español? + +Don Cleofás le dijo: + +--Agora todo es guerra. + +--Y ¿contra quién dicen?--replicó el Francés. + +--Contra todo el mundo--le respondió don Cleofás--, para ponerlo todo él +a los pies del Rey de España. + +--Pues a fe--replió el Francés--que primero que el Rey de España.... + +Y antes que acabase la razón el Gabacho, dijo don Cleofás: + +--El Rey de España.... + +Y el Cojuelo le fué a la mano, diciendo: + +--Déjame, don Cleofás, responder a mí, que soy español por la vida, y +con quien vengo, vengo[313]; que les quiero con alabanzas del Rey de +España dar un tapaboca a estos borrachos, que si leen las historias +della, hallarán que por Rey de Castilla tiene virtud de sacar demonios, +que es más generosa cirujía que curar lamparones[314]. + +Los estranjeros, habiendo visto callar al Español, estaban muy +falsos[315], cuando el Cojuelo, sentándose mejor y tomando la mano[316], +y en traje castellano, que ya había dejado a la guardarropa del viento +el turquesco, les dijo: + +--Señores míos, mi camarada iba a responder, y a mí, por tener más edad, +me toca el hacello; escúchenme atentamente, por caridad. El Rey de +España es un generosísimo lebrel, que pasa acaso solo por una calle, y +no hay gozque en ella que a ladralle no salga, sin hacer caso de +ninguno, hasta que se juntan tantos, que se atreve uno, al desembocar +della a otra, pensando que es sufrimiento y no desprecio, a besalle con +la boca la cola; entonces vuelve, y dando una manotada a unos y otra a +otros, huyen todos de manera, que no saben dónde meterse, y queda la +calle tan barrida de gozques y con tanto silencio, que aun a ladrar no +se atreven, sino a morder las piedras, de rabia. Esto mismo le sucede +siempre con los reyes contrarios, con las señorías y potentados, que son +todos gozques con su Majestad[317] Católica; pero guárdese el que se +atreviere a besarle la cola; que ha de llevar manotada que escarmiente +de suerte a los demás, que no hallen dónde meterse, huyendo dél[318]. + +Los estranjeros se comenzaron a escarapelar, y el Francés le dijo: + +--¡Ah, bugre, coquín español! + +Y el Italiano: + +--¡Forfante, marrano español! + +Y el Inglés: + +--¡Nitesgut español[319]! + +Y el Tudesco estaba de suerte, que lo dió por recibido, dando permisión +que hablasen los demás por él en aquellas cortes. + +Don Cleofás, que los vió palotear y echar espadañas de vino y herejías +contra lo que había dicho su camarada, acostumbrado a sufrir poco y al +refrán de «quien da luego, da dos veces», levantando el banco en que +estaban sentados los dos, dió tras ellos, adelantándose el compañero +con las muletas en la mano, manejándolas tan bien, que dió con el +Francés en el tejado de otra venta que estaba tres leguas de allí, y en +una necesaria de Ciudad Real con el Italiano[320], porque muriese hacia +donde pecan, y con el Inglés, de cabeza en una caldera de agua hirviendo +que tenían para pelar un puerco en casa de un labrador de Adamuz; y al +Tudesco, que se había anticipado a caer de bruces a los pies de Cleofás, +le volvió al puerto de Santa María, de donde había salido quince días +antes, a dormir la zorra[321]. El Ventero se quiso poner en medio, y dió +con él en Peralvillo[322], entre aquellas cecinas de Gestas, como en su +centro. + +Volviéronse, con esto, a sentar a comer de los despojos que había dejado +el enemigo, muy de espacio, y estando en los postreros lances de la +comida, entraron algunos mozos de mulas en la venta, llamando al Güésped +y pidiendo vino, y tras ellos, en el mismo carruaje, una compañía de +representantes que pasaban de Córdoba a la Corte, con ganas de tomar un +refresco en la venta. Venían las damas en jamugas, con bohemios[323], +sombreros con plumas y mascarillas en los rostros, los chapines[324], +con plata, colgando de los respaldares de los sillones; y ellos, unos +con portamanteos sin cojines, y otros sin cojines ni portamanteos, las +capas dobladas debajo, las valonas[325] en los sombreros, con alforjas +detrás; y los músicos, con la guitarras en cajas delante de los arzones, +y algunos dellos ciclanes de estribos[326], y otros, eunucos, con los +mozos que le sirven[327] a las ancas, unos con espuelas sobre los +zapatos y las medias, y otros con botas de rodillera, sin ninguna; otros +con varas para hacer andar sus cabalgaduras y las de las mujeres. Los +apellidos de los más eran valencianos, y los nombres de las +representantas[328] se resolvían en Marianas y Anas Marías, hablando +todo recalcado[329], con el tono de la representación. La conversación +con que entraron en la venta era decir que habían robado a Lisboa, +asombrado a Córdoba y escandalizado a Sevilla, y que habían de despoblar +a Madrid[330], porque con sola la loa que llevaban para la entrada, de +un tundidor de Ecija[331], habían de derribar cuantos autores entrasen +en la Corte. Con esto, se fueron arrojando de las cabalgaduras, y los +maridos, muy severos[332], apeando en los brazos a sus mujeres, llamando +todos al Güésped, + + «y él de nada se dolía»[333]. + +La Autora se asentó en una alhombrilla que la echaron en el suelo; las +demás princesas, alrededor, y el Autor andaba solicitando el regalo de +todos, como pastor de aquel ganado. Y dijo el Cojuelo: + +--Con el señor Autor estoy en pecado mortal de parte de mis camaradas. + +--¿Por qué?--dijo don Cleofás. + +Respondió el Diablillo: + +--Porque es el peor representante del mundo, y hace siempre los demonios +en los autos del Corpus, y está perdigado[334] para demonio de veras, y +para que haga en el infierno los autores si se representaren comedias; +que algunas hacen estas farándulas, que aun para el infierno son malas. + +--Uno he visto aquí--dijo don Cleofás--, entre los demás compañeros, que +le he deseado cruzar la cara, porque me galanteó en Alcalá una doncella, +moza mía, que se enamoró dél viéndole hacer un rey de Dinamarca. + +--Doncella--dijo el Cojuelo--debía de ser de allá[335]; pero si +quieres--prosiguió--que tomemos los dos venganza del Autor y del +Representante, espera y verás cómo lo trazo; porque agora quieren +repartir una comedia con que han de secundar en Madrid, y sobre los +papeles has de ver lo que pasa. + +Al mismo tiempo que decía esto el Cojuelo, el apuntador de la Compañía +sacó de un alforja los de una comedia de Claramonte[336], que había +acabado de copiar en Adamuz el tiempo que estuvieron allí, diciendo al +Autor: + +--Aquí será razón que se repartan estos papeles, entretanto que se +adereza la comida y parece el Güésped. + +El Autor vino en ello, porque se dejaba gobernar del tal Apuntador, como +de hombre que tenía grandísima curia en la comedia, y había sido +estudiante en Salamanca, y le llamaban el Filósofo por mal nombre; y +llegando con el papel de la segunda dama a Ana María, mujer del que +cantaba los bajetes y bailaba los días de Corpus, habiéndole dado la +primera dama a Mariana, la mujer del que cobraba y que hacía su parte +también en las comedias de tramoya, arrojándole, dijo que ella había +entrado para partir entre[337] las dos los primeros papeles, y que +siempre le daban los segundos, y que ella podía enseñar a representar a +cuantas andaban en la comedia, porque había representado al lado de las +mayores representantas del mundo y en la legua[338] la llamaban +Amarilis[339], segunda deste nombre. Esotra le dijo que no sabría mirar +lo que ella con su zapato representaba[340], respondiéndole esotra que +de cuándo acá tenía tanta soberbia, sabiendo que en Sevilla le prestó +hasta las enaguas para hacer el papel de Dido[341] en la gran comedia de +don Guillén de Castro, echando a perder la comedia y haciendo que +silbasen la compañía. + +--Tú eres la silbada--dijo esotra--, y tu ánima[342]. + +Llegando a las manos y diciéndose palabras mayores, y tan grandes, que +alcanzaron a los maridos; y sacando unos con otros las espadas, comenzó +una batalla de comedia, metiéndolos en paz los mozos de mulas con los +frenos que acababan de quitar; y dejándolos empelotados, se salieron don +Cleofás y el Cojuelo de la venta al camino de Andalucía, quedándose +abrasando a cuchilladas la compañía que fuera un Roncesvalles del +molino del papel[343] si el Ventero no llegara con la Hermandad[344] en +busca de los dos que se fueron, para prendello, con escopetas, chuzos y +ballestas; y hallando esta nueva matanza en su venta, y jarros, tinajas +y platos hechos tantos[345] en la refriega, los apaciguaron, y +prendieron a los dichos representantes para llevarlos a Ciudad Real, +habiendo de tener otra pelaza más pesada con el alguacil que los traía a +Madrid por orden de los arrendadores, con comisión del Consejo[346]. + + + + +TRANCO VI + + +En este tiempo, nuestros caminantes, tragando leguas de aire, como si +fueran camaleones[347] de alquiler, habían pasado a Adamuz, del gran +Marqués del Carpio, Haro y nobilísimo decendiente de los señores +antiguos de Vizcaya, y padre ilustrísimo del mayor Mecenas[348] que los +antiguos ingenios y modernos han tenido, y caballero que igualó con sus +generosas partes su modestia. Y habiéndose sorbido de los siete vados y +las ventas de Alcolea, se pusieron a vista de Córdoba por su fertilísima +campiña y por sus celebradas dehesas gamonosas[349], donde nacen y +pacen tantos brutos, hijos del Céfiro más que los que fingió la +antigüedad en el Tajo portugués[350]; y entrando por el Campo de la +Verdad[351] (pocas veces pisado de gente desta calaña) a la Colonia[352] +y populosa patria de dos Sénecas y un Lucano, y del padre de la Poesía +española, el celebrado Góngora, a tiempo que se celebraban fiestas de +toros aquel día, y juego de cañas, acto positivo[353] que más +excelentemente ejecutan los caballeros de aquella ciudad, y tomando +posada en el mesón de las Rejas[354], que estaba lleno de forasteros que +habían concurrido a esta celebridad, se apercibieron para ir a vellas, +limpiándose el polvo de las nubes; y llegando a la Corredera[355], que +es la plaza donde siempre se hacen estas festividades, se pusieron a ver +un juego de esgrima que estaba en medio del concurso de la gente, que en +estas ocasiones suele siempre en aquella provincia preceder a las +fiestas, a cuya esfera no había llegado la línea recta, ni el ángulo +obtuso ni oblicuo[356]; que todavía se platicaba el uñas arriba y el +uñas abajo de la destreza primitiva que nuestros primeros padres +usaron; y acordándose don Cleofás de lo que dice el ingeniosísimo +Quevedo en su _Buscón_[357], pensó[358] perecer de risa, bien que se +debe al insigne don Luis Pacheco de Narváez haber sacado de la obscura +tiniebla de la vulgaridad a luz la verdad deste arte, y del caos de +tantas opiniones las demonstraciones matemáticas desta verdad. + +Había dejado en esta ocasión la espada negra[359] un mozo de Montilla, +bravo aporreador, quedando en el puesto otro de los Pedroches, no menos +bizarro campeón, y arrojándose, entre otros que la fueron a tomar muy +apriesa, don Cleofás la levantó primero que todos, admirando la +resolución de el forastero, que en el ademán les pareció castellano, y +dando a su camarada la capa y la espada, como es costumbre, puso +bizarramente las plantas en la palestra. En esto, el Maestro, con el +montante[360], barriendo los pies a los mirones, abrió la rueda, dando +aplauso[361] a la pendencia vellorí[362], pues se hacía con espadas +mulatas; y partiendo el andaluz y el estudiante castellano uno para el +otro airosamente, corrieron una ida y venida sin tocarse al pelo de la +ropa, y a la segunda, don Cleofás, que tenía algunas revelaciones de +Carranza, por el cuarto círculo[363] le dió al andaluz con la zapatilla +un golpe de pechos, y él, metiendo el brazal, un tajo a don Cleofás en +la cabeza, sobre la guarnición de la espada; y convirtiendo don Cleofás +el reparo en revés, con un movimiento accidental[364], dió tan grande +tamborilada al contrario, que sonó como si la hubiera dado en la +tumba[365] de los Castillas. Alborotáronse algunos amigos y conocidos, +que había en el corro, y sobre el montante del señor Maestro le entraron +tirando algunas estocadillas veniales al tal don Cleofás, que con la +zapatilla, como con agua bendita, se las quitó, y apelando a su espada y +capa, y el Cojuelo a sus muletas, hicieron tanta riza[366] en el montón +agavillado, que fué menester echalles un toro para ponellos en paz: tan +valiente montante de Sierramorena, que a dos o tres mandobles puso la +plaza más despejada que pudieran la guarda tudesca y española, a costa +de algunas bragas que hicieron por detrás cíclopes a sus dueños[367], +encaramándose a un tablado don Cleofás y su camarada, muy falsos[368], +a ver la fiesta, haciéndose aire con los sombreros, como si tal no +hubiera pasado por ellos; y acechándolos unos alguaciles, porque en +estas ocasiones siempre quiebra la soga por lo más forastero[369], +habiendo dejarretado el toro, llegaron desde la plaza a caballo, +diciéndoles: + +--Señor Licenciado y señor Cojo, bajen acá, que los llama el señor +Corregidor. + +Y haciendo don Cleofás y su compañero orejas de mercader, comenzaron los +ministros o vaqueros de la justicia a quererlo intentar con las varas, y +agarrándose cada uno de la suya, a vara por barba[370], dijeron a los +tales ministros, quitándoselas de las manos de cuajo: + +--Sígan[n]os vuesas mercedes si se atreven a alcanzarnos. + +Y levantándose por el aire, parecieron cohetes voladores, y los dichos +alguaciles, capados de varas, pedían a los gorriones «¡Favor a la +justicia!»[371], quedándose suspensos y atribuyendo la agilidad de los +nuevos volatines a sueño, haciendo tan alta punta[372] los dos halcones, +salvando a Guadalcázar, del ilustre Marqués de este título, del claro +apellido de los Córdovas, que dieron sobre el rollo de Écija, diciéndole +el Cojuelo a don Cleofás: + +--Mira qué gentil árbol berroqueño, que suele llevar hombres, como otros +fruta. + +--¿Qué coluna tan grande es ésta?--le preguntó don Cleofás. + +--El celebrado rollo[373] del mundo--le respondió el Cojuelo. + +--Luego ¿esta ciudad es Écija?--le repitió don Cleofás. + +--Ésta _es_ Écija, la más fértil población de Andalucía--dijo el +Diablillo--, que tiene aquel sol[374] por armas a la entrada de esa +hermosa puente, cuyos ojos rasgados lloran a Genil, caudaloso río que +tiene su solar en Sierra Nevada, y después, haciendo con el Darro +maridaje de cristal, viene a calzar de plata estos hermosos edificios y +tanto pueblo de abril y mayo[375]. De aquí fué Garci Sánchez de +Badajoz[376], aquel insigne poeta castellano; y en esta ciudad solamente +se coge el algodón[377], semilla que en toda España no nace, además de +otros veinte y cuatro frutos, sin sembrallos, de que se vale para vender +la gente necesitada; su comarca también es fertilísima[378]. Montilla +cae aquí a mano izquierda, habitación de los heroicos marqueses de +Priego, Córdovas y Aguilares, de cuya gran casa salió, para honra de +España, el que mereció llamarse Gran Capitán por antonomasia, y hoy a su +Marqués ilustrísimo se le ha acrecentado la casa de Feria, por morir sin +hijos aquel gran portento de Italia, que malogró la Fortuna, de envidia; +cuyo gran sucesor, siendo mudo, ocupa a grandezas en silencio elocuente +las lenguas de la Fama. Más abajo está Lucena, del Alcaide de los +Donceles, Duque de Cardona, en cuyo océano de blasones se anegó la gran +casa de Lerma. Luego, Cabra, celebrada por su sima[379], tan profunda +como la antigüedad de sus dueños, pregona con las lenguas de sus +almenas, que es del ínclito Duque de Sesa y Soma, y que la vive hoy su +entendido y bizarro heredero. Luego Osuna se ofrece a la demarcación +destos ilustres edificios, blasonando con tantos maestres Girones la +altivez de sus duques; y veinte y dos leguas de aquí cae la hermosísima +Granada, paraíso de Mahoma, que no en vano la defendieron tanto sus +valientes africanos españoles, de cuya Alhambra y Alcazaba es alcaide el +nobilísimo Marqués de Mondéjar, padre del generoso conde de Tendilla, +Mendozas del Ave María y credo de los caballeros. No nos olvidemos, de +camino, de Guadix, ciudad antigua y celebrada por sus melones[380], y +mucho más por el divino ingenio del doctor Mira de Mescua[381], hijo +suyo y arcediano. + +Cuando iba el Cojuelo refiriendo esto, llegaron a la Plaza Mayor de +Ecija, que es la más insigne del Andalucía, y junto a una fuente que +tiene en medio del jaspe, con cuatro ninfas gigantas de alabastro +derramando lanzas de cristal[382], estaban unos ciegos sobre un banco, +de pies, y mucha gente de capa parda de auditorio, cantando la relación +muy verdadera que trataba de cómo una maldita dueña se había hecho +preñada del diablo, y que por permisión de Dios había parido una manada +de lechones, con un romance de don Alvaro de Luna y una letrilla contra +los demonios, que decía: + + «Lucifer tiene muermo, + Satanás, sarna, + y el Diablo Cojuelo + tiene almorranas. + Almorranas y muermo, + sarna y ladillas, + su mujer se las quita + con tenacillas.»[383] + +El Cojuelo le dijo a don Cleofás: + +--¿Qué te parece los testimonios que nos levantan estos ciegos y las +sátiras que nos hacen? Ninguna raza de gente se nos atreve a nosotros si +no son éstos, que tienen más ánimo que los mayores ingenios; pero esta +vez me lo han de pagar, castigándose ellos mismos por sus propias manos, +y daré, de camino, venganza a las dueñas, porque no hay en el mundo +quien no las quiera mal, y nosotros las tenemos grandes obligaciones, +porque nos ayudan a nuestros embustes; que son demonias hembras[384]. + +Y sobre la entonación de las coplas metió el Cojuelo tanta cizaña entre +los ciegos, que, arrempujándose primero, y cayendo dellos en el pilón de +la fuente, y esotros en el suelo, volviéndose a juntar, se mataron a +palos, dando barato[385], de camino, a los oyentes, que les respondieron +con algunos puñetes y coces. Y como llegaron a Écija con las varas de +los alguaciles de Córdoba, pensando que traían alguna gran comisión de +la Corte, llegó la justicia de la ciudad a hacelles fiesta y a +lisonjeallos con ofrecerles sus posadas, y ellos, valiéndose de la +ocasión, admitieron las ofertas, con que fueron regalados como cuerpos +de rey; y preguntándoles qué era el negocio que traían para Écija, el +Cojuelo les respondió que era contra los médicos y boticarios, y visita +general de beatas; y que a los médicos se les venía a vedar que después +de matar un enfermo, no les valiese[386] la mula por sagrado; y que, +cuando no se saliese con esto, por lo menos, a los boticarios que +errasen las purgas, que no pudiesen ser castigados si se retrujesen[387] +en los cimenterios de las mulas de los médicos, que son las ancas[388]; +y que a las beatas se les venía a quitar el tomar tabaco, beber +chocolate y comer jigote. + +Parecióle al Alguacil Mayor, que no era lerdo y tenía su punta de hacer +jácaras y entremeses, que hacían burla dellos, y quiso agarrallos para +dar con ellos en la trena, y después sacudilles el polvo y batanalles el +cordobán, por embelecadores, embusteros y alguaciles chanflones[389]; y +levantando el Cojuelo una polvareda de piedra azufre y asiendo a don +Cleofás por la mano, se desaparecieron, entre la cólera y +resolución[390] de los ministros ecijanos, dejándolos tosiendo y +estornudando, dándose de cabezadas unos a otros sin entenderse, haciendo +los neblíes de la más obscura Noruega[391] puntas a diferentes partes; y +dejando a la derecha a Palma, donde se junta Genil con Guadalquivir[392] +por el vicario de las aguas, villa antigua de los Bocanegras y +Portocarreros, y de quien fué dueño aquel gran cortesano y valiente +caballero don Luis Portocarrero, cuyo corazón excedió muchas varas a su +estatura, y luego a la Monclova, bosque deliciosísimo y monte de Clovio, +valeroso capitán romano, y posesión hoy de otro Portocarrero y Enríquez, +no menos gran caballero que el pasado, y a la hermosa villa de Fuentes, +de quien fué marqués el bizarro y no vencido don Juan Claros de Guzmán +el Bueno, que, después de muchos servicios a su rey, murió en Flandes +con lástima de todos y envidia de más, hijo de la gran casa de +Medina-Sidonia, donde todos sus Guzmanes son Buenos por apellido, por +sangre y por sus personas esclarecidas, sin tocar al pelo de la ropa a +Marchena, habitación noble de los duques de Arcos, marqueses que fueron +de Cádiz, de quien hoy es meritísimo señor el excelentísimo duque don +Rodrigo Ponce de León, en quien se cifran todas las proezas y grandezas +heroicas de sus antepasados, columbrando desde más lejos a Villanueva +del Río, de los marqueses de Villanueva, Enríquez y Riberas, y hoy de +don Antonio Álvarez de Toledo y Beamonte, marqués suyo y duque de +Güesca, heredero ilustre del gran Duque de Alba, Condestable de Navarra, +llegaron de un vuelo los dos pajarotes de camarada[393], no siendo ésta +la mayor pareja que habían corrido, al pie de la cuesta de Carmona, en +su dilatada, fértil y celebrada vega, donde les anocheció, diciéndole +don Cleofás al amigo: + +--Camarada, descansemos un poco, que es mucho pajarear éste, y nos +metemos a lechuzas silvestres; que la serenidad de la noche y el verano +brindan a pasalla en el campo. + +--Soy de ese parecer--dijo el Cojuelo--: tendamos la raspa[394] en este +pradillo junto a este arroyo, espejo donde se están tocando las +estrellas, porque aguardan a la madrugada visita del sol, Gran Turco de +todas esas señoras. + +Y don Cleofás, poniendo el ferreruelo[395] por cabecera y la espada +sobre el estómago, acomodó el individuo, y estando boca arriba, paseando +con los ojos la bóveda celestial, cuya fábrica portentosa al más ciego +gentil obliga a rastrear que la mano de su artífice es de Dios, y de +gran Dios, le dijo al camarada: + +--¿No me dirás, pues has vivido en aquellos barrios, si esas estrellas +son tan grandes como esos astrólogos dicen cuando hablan de su magnitud, +y en qué cielo están, y cuantos cielos hay, para que no nos den +papillas[396] cada día con tantas y tan diversas opiniones, haciéndonos +bobos a los demás con líneas y coluros imaginados, y si es verdad que +los planetas tienen epiciclos, y el movimiento de cada cielo, desde el +primer móvil al remiso y al trepidante, y dónde están los signos de +estos luceros escribanos, porque yo desengañe al mundo y no nos vendan +imaginaciones por verdades? + +El Cojuelo le respondió: + +--Don Cleofás, nuestra caída fué tan apriesa, que no nos dejó reparar en +nada; y a fee que si Lucifer no se hubiera traído tras de sí la tercera +parte de las estrellas[397], como repiten tantas veces en los autos del +Corpus, aun hubiera más en que haceros más garatusas la Astrología. Esto +todo sea con perdón del antojo del Galileo[398] y el del gran don Juan +de Espina[399], cuya célebre casa y peregrina silla son ideas de su raro +ingenio; que yo hablo de antojos abajo, como de tejas, y salvo la +óbtica[400] destos señores antojadizos que han descubierto al sol un +lunar en el lado izquierdo, y en la luna han linceado montes y valles, y +han visto a Venus _cornuta_. Lo que yo sé decir, que el poco tiempo que +estuve por allá arriba nunca oí nombrar la Bocina, el Carro, la _Espica +Vírginis,_ la _Ursa major_ ni la _Ursa minor,_ las Pléyades ni las +Helíades, nombres que los de la Astrología les han dado, y esa que +llamaron _Vía Láctea,_ y ahora los vulgares Camino de Santiago, por +donde anda tanto el cojo como el sano; que si esto fuera así, yo +también, por lo cojo, había de andar por aquel camino[401], siendo hijo +de vecino de aquella provincia. + +Ya en estas razones últimas se había agradecido al sueño el tal Don +Cleofás, dejando al compañero de posta[402] como grulla[403] de la otra +vida, cuando un gran estruendo de clarines y cabalgaduras le despertó +sobresaltado, recelando que se le llevaba a otra parte más desacomodada +el que le había agasajado hasta entonces; pero el Diablillo le sosegó, +diciendo: + +--No te alborotes, don Cleofás; que, estando conmigo, no tienes que +temer nada. + +--Pues ¿qué ruido tan grande es éste--le replicó el Estudiante. + +--Yo te lo diré--dijo el Cojuelo--, si acabas de despertar y me escuchas +con atención. + + + + +TRANCO VII + + +El Estudiante se incorporó entonces, supliendo con bostezos y esperezos +lo que le faltaba por dormir, y prosiguió el Diablillo, diciendo: + +--Todo este estruendo trae consigo la casa de la Fortuna, que pasa al +Asia Mayor a asistir a una batalla campal entre el Mogor y el Sofí, para +dar la victoria a quien menos la mereciere. Escucha y mira; que esta que +pasa es su recámara, y en lugar de acémilas van mercaderes y hombres de +negocios que llaman, cargados de cajas de moneda de oro y plata, con +reposteros bordados encima con las armas de la Fortuna, que son los +cuatro vientos, y un harpón en una torre, moviéndose a todos cuatro, +sogas y garrotes del mismo metal que llevan, y, con ir con tanto peso, +van descansados, a su parecer. Esta tropa inumerable que pasa ahora mal +concertada es de oficiales de boca, cocineros, mozos de cocina, +botilleres, reposteros, despenseros, panaderos, veedores, y la demás +canalla que toca a la bucólica. Estos que vienen agora a pie, con +fieltros blancos terciados por los hombros, son lacayos de la Fortuna, +que son los mayores ingenios que ha tenido el mundo, entre los cuales va +Homero, Píndaro, Anacreonte, Virgilio, Ovidio, Horacio, Silio Itálico, +Lucano, Claudiano, Estacio Papinio, Juvenal, Marcial, Catulo, Propercio, +el Petrarca, Sanazaro, el Taso, el Bembo, el Dante, el Guarino, el +Ariosto, el caballero Marino, Juan de Mena, Castillejo, Gregorio +Hernández, Garci Sánchez, Camoes y otros muchos que han sido en +diferentes provincias príncipes de la Poesía. + +--Por cierto que han medrado poco--dijo el Estudiante--, pues no han +pasado de lacayos de la Fortuna. + +--No hay en su casa--dijo el Cojuelo--quien tenga lo que merece. + +--¿Qué escuadrón es éste tan lucido, con joyas de diamantes y cadenas y +vestidos lloviendo oro y perlas--prosiguió el Estudiante--, que llevan +tantos pajes en cuerpo que los alumbran con tantas hachas blancas, y +van sobre filósofos antiguos que les sirven de caballos, de tan malos +talles, que los más son corcovados, cojos, mancos, calvos, narigones, +tuertos, zurdos y balbucientes? + +--Éstos son--dijo el Cojuelo--potentados, príncipes y grandes señores +del mundo, que van acompañando a la Fortuna, de quien han recibido los +estados y las riquezas que tienen, y, con ser tan poderosos y ricos, son +los más necios y miserables de la tierra. + +--¡Buen gusto ha tenido la Fortuna, por cierto!--dijo don Cleofás--. +¡Bien se le parece[404] que tiene nombre de mujer: que escoge lo peor! + +--Primero lo debieron a la naturaleza--respondió el Cojuelo, y prosiguió +diciendo--; Aquel gigante que viene sobre un dromedario, con un ojo, y +ése ciego, solamente, en la mitad de la frente, con un árbol en las +manos de suma magnitud, lleno de bastones, mitras, laureles, hábitos, +capelos, coronas y tiaras, es Polifemo, que después que le cegó Ulises, +le ha dado la Fortuna a cargo aquella escarpia de dignidades, para que +las reparta a ciegas y va siempre junto al carro triunfal de la Fortuna, +que es aquel que le tiran cincuenta emperadores griegos y romanos, y +ella viene cercada de faroles de cristal, con cirios pascuales +encendidos dentro dellos, sobre una rueda llena de arcaduces de plata, +que siempre está llenándolos y vaciándolos de viento, y esotro pie, en +el elemento mismo, que está lleno de camaleones que le van dando +memoriales, y ella rompiéndolos. Ahora vienen siguiéndola sus damas en +elefantes, con sillones de oro sembrados de balajes, rubíes y +crisólitos. La primera es la Necedad, camarera mayor suya, y aunque fea, +muy favorecida. La Mudanza es esotra, que va dando cédulas de +casamiento, y no cumpliendo ninguna. Esotra es la Lisonja, vestida a la +francesa de tornasoles de aguas, y lleva en la cabeza un iris de colores +por tocado, y en cada mano cien lenguas. Aquella que la sucede, vestida +de negro, sin oro ni joya, de linda cara y talle, que viene llorosa, es +la Hermosura: una dama muy noble y muy olvidada de los favores de su +ama. La Envidia la sigue y la persigue, con un vestido pajizo, bordado +de basiliscos y corazones. + +--Siempre esa dama--dijo don Cleofás--come grosura[405]: que es halcón +de las alcándaras de palacio. + +--Esotra que viene--prosiguió el Cojuelo--, que parece que va preñada, +es la Ambición, que está hidrópica de deseos y de imaginaciones. Esotra +es la Avaricia, que está opilada de oro[406], y no quiere tomar el +acero[407], porque es más bajo metal. Aquellas que vienen, con tocas +largas y antojos, sobre minotauros[408], son la Usura, la Simonía, la +Mohatra, la Chisme[409], la Baraja[410], la Soberbia, la Invención, la +Hazañería, dueñas de la Fortuna. Los que vienen galanteando a estas +señoras todas y alumbrándolas con antorchas de colores diferentes son +ladrones, fulleros, astrólogos, espías, hipócritas, monederos falsos, +casamenteros, noveleros, corredores[411], glotones y borrachos. Aquel +que viene sobre el asno de oro[412] de Lucio Apuleyo es Creso, mayordomo +mayor de la Fortuna, y a su mano izquierda, Astolfo, su caballerizo +mayor. Aquellos que van sobre cubas con ruedas y velicómenes[413] en las +manos, dando carcajadas de risa, son sus gentiles hombres de la copa, +que han sido taberneros de Corte primero. Aquella escuadra de +selvajes[414] que vienen en jumentos de albarda son contadores, +tesoreros, escribanos de raciones, administradores, historiadores, +letrados, correspondientes[415], agentes de la Fortuna, y llevan manos +de almireces por plumas, y por papel, pieles de abadas. Tras dellos +viene una silla de manos, bordada de trofeos, para las visitas de la +Fortuna; los silleros son Pitágoras, Diógenes, Aristóteles, Platón, y +otros filósofos para remudar, con camisolas y calzones de tela de nácar, +herrados los rostros con eses y clavos[416]. Aquellos que vienen agora +de tres en tres, sobre tumbas enlutadas, a la jineta y a la brida, son +médicos de la cámara y de la familia, boticarios y barberos de la +Fortuna. Agora cierra todo este escuadrón y acompañamiento aquella +prodigiosísima torre andante, que es la de Babilonia, llena de gigantes, +de enanos, de bailarines y representantes, de instrumentos músicos y +marciales, de voces, de algazaras, que se ven y oyen por infinitas +ventanas que tiene el edificio, coronadas de luminarias y flechando +girándulas[417] y cohetes voladores[418]; y en un balcón grande de la +fachada va la Esperanza: una jayana vestida de verde, muy larga de +estatura, y muchos pretendientes por abajo, a pie, soldados, capitanes, +abogados, artífices y profesores de diferentes ciencias, mal vestidos, +hambrientos y desesperados, dándola voces, y con la confusión no se +entienden los unos a los otros, ni los otros a los unos. Y por otro +balcón del lado derecho va la Prosperidad, coronada de espigas de oro y +vestida de brocado de tres altos[419], bordado de las cuatro estaciones +del año, sembrando talegos sobre muchos mentecatos ricos, que van en +literas roncando, que no los han menester y piensan que los sueñan. +Ahora sigue todo este aparato una infinita tropa de carros largos, +llenos de comida y vestidos de mujeres y de hombres, que es la +guardarropa de la Fortuna; y con ir tantos como la siguen desnudos y +hambrientos, no les da un bocado que coman ni un trapo con que se +cubran, y aunque los repartiera con ellos, no les vinieran bien, que +están hechos solamente a medida de los dichosos. + +Seguía este carruaje un escuadrón volante de locos, a pie, y a caballo, +y en coches, con diferentes temas, que habían perdido el juicio de +varios sucesos de la Fortuna por mar y por tierra, unos riéndose, otros +llorando, otros cantando, otros callando, y todos renegando della[420]; +y no tomaba de otros parecer, diligencia para no acertar nada, +desapareciendo toda esta máquina confusa una polvareda espantosa, en +cuyo temeroso piélago se anegó toda esta confusión, llegando el día, que +fué mucho que no se perdiera el sol con la grande polvareda, como don +Beltrán[421] de los planetas, subiéndose los dos camaradas la cuesta +arriba a la recién bautizada ciudad de Carmona[422], atalaya del +Andalucía, de cielo tan sereno[423], que nunca le tuvo, y adonde no han +conocido al catarro si no es para serville[424]; y tomando refresco de +unos conejos y unos pollos en un mesón que se llama de los Caballeros, +pasaron a Sevilla, cuya giralda y torre[425] tan celebrada se descubre +desde la venta de Peromingo[426] el Alto, tan hija de vecino de los +aires, que parece que se descalabra en las estrellas. + +Admiró a don Cleofás el sitio de su dilatada población, y de la que +hacen tantos diversos bajeles en el Guadalquivir, valla de cristal de +Sevilla y de Triana[427], distinguiéndose de más cerca la hermosura de +sus edificios, que parece que han muerto vírgines[428] y mártires, +porque todos están con palmas en las manos, que son las que se +descuellan de sus peregrinos pensiles, entre tantos cidros, naranjos, +limones, laureles y cipreses; llegando en breve espacio a Torreblanca, +una legua larga desta insigne ciudad, desde donde comienza su Calzada y +los caños de Carmona, hermosísima puente de arcos, por donde entra el +río Guadaira[429] en Sevilla, cuya hidrópica sed se le bebe todo, sin +dejar apenas una gota para tributar al mar, que es solamente el río en +todo el mundo que está previligiado deste pecho[430]; haciendo mayor la +belleza desta entrada infinitas granjas, por una parte y por otra, que +en cada una se cifra un jardín terrenal, granizando azahares, mosquetas +y jazmines reales. Y al mismo tiempo que ellos iban llegando a la puerta +de Carmona, atisbó el Cojuelo entrar por ella a caballo, con vara alta y +los dos corchetes que sacó del infierno, a Cienllamas; y volviéndose a +don Cleofás, le dijo: + +--Aquel que entra por la puerta de Carmona es comisario de mis amos, que +viene contra mí a Sevilla: menester es guardarnos. + +--No se me da dos blancas[431]--dijo don Cleofás--; que yo estoy +matriculado en Alcalá, y no tiene ningún tribunal juridicción[432] en mi +persona; y fuera de eso, dicen que es Sevilla lugar tan confuso, que no +nos hallarán, si queremos, todos cuantos hurones tiene Lucifer y +Bercebú[433]. + +Entrándose en la ciudad los dos a buen paso y guiando el Cojuelo, la +barba sobre el hombro[434], fueron hilvanando calles, y, llegando a una +plazuela, reparó don Cleofás en un edificio sumptuoso de unas casas que +tenían una portada ostentosa de alabastro y unos corredores dilatados de +la misma piedra. Preguntóle don Cleofás al Cojuelo qué templo era aquél, +y él le respondió que no era templo, aunque tenía tantas cruces de +Jerusalén del mismo relieve de mármol, sino las casas de los duques de +Alcalá, marqueses de Tarifa[435], conde de los Molares y adelantados +mayores de Andalucía, cuya grandeza ha heredado hoy el gran Duque de +Medina Celi, por falta de hijos herederos, que aunque fuera mayor, no le +hiciera más: que por Fox y Cerda es lo más que puede ser. + +--Ya conozco ese príncipe--dijo don Cleofás--, y le he visto en la +Corte, y es tan generoso y entendido como gran señor. + +Con esta plática llegaron a la Cabeza del Rey don Pedro, cuya calle se +llama el Candilejo[436], y atravesando por cal[437] de Abades, la +Borciguinería[438] y el Atambor[439], llegaron a las calles[440] del +Agua[441], donde tomaron posada, que son las más recatadas de Sevilla. + +En este tiempo, a nuestro Astrólogo o Mágico se lo había llevado de una +aplopejía[442] el demoñuelo zurdo que sustituía al Cojuelo, y bajó a +pedir justicia a Lucifer en el güeso del alma, sin las mondaduras del +cuerpo, del quebrantamiento de su redoma; y doña Tomasa, no olvidando +los desaires de don Cleofás, trataba con otra requisitoria de venir a +Sevilla, con un galán nuevo que tenía, soldado de los galeones, para +tomar venganza casándose con el licenciado Vireno de Madrid la Olimpia +de mala mano[443], sabiendo que se había escapado allá. Don Cleofás y su +camarada no salían de su posada, por desmentir las espías de Cienllamas +y de Chispa y Redina, y subiéndose a un terrado una tarde, de los que +tienen todas las casas de Sevilla, a tomar el fresco y a ver desde lo +alto más particularmente los edificios de aquella populosa ciudad, +estómago de España y del mundo, que reparte a todas las provincias dél +la sustancia de lo que traga a las Indias en plata y oro (que es +avestruz de la Europa, pues digiere más generosos metales)[444], +espantándose don Cleofás de aquel numeroso ejército de edificios, tan +epilogado, que si se derramara, no cupiera en toda la Andalucía, le dijo +a su compañero: + +--Enséñame desde aquí algunos particulares, si se descubren a la vista. + +El Cojuelo le dijo: + +--Ya por aquella torre que descubrimos desde tan lejos discurrirás que +esa bellísima fábrica que está arrimada a ella es la Iglesia Mayor y +mayor templo de cuantos fabricó la antigüedad ni el siglo de agora +reconoce. No quiero decirte por menudo sus grandezas; basta afirmarte +que su cirio pascual pesa ochenta y cuatro arrobas de cera[445], y el +candelero de tinieblas, de grandeza notable, es de bronce, y de tanta +ostentación y artificio, que si fuera de oro no hubiera costado +tanto[446]. Su custodia es otra torre de plata, de la misma fábrica y +modelo[447]; su trascoro no perdonó piedra esquisita y preciosa a los +minerales; su monumento es un templo portátil de Salomón[448]. + +Pero salgámonos della; que aun con las relaciones ni los pensamientos no +podemos los demonios pasealla, y vuelve los ojos a aquel edificio que se +llama la Lonja[449], cortada del pernil de San Lorenzo el Real, diseño +de don Felipe II, y a mano derecha della está el Alcázar, posada real y +antigua de los reyes de Castilla, fértil albergue de la primavera, de +quien es ilustrísimo Alcaide el Conde Duque de Sanlúcar la Mayor, gran +Adtlante[450] del Hércules de España, cuya prudentísima cabeza es el +reloj del gobierno de su monarquía; que a no estar labrado el Buen +Retiro[451], fábrica de inimitable ejemplar por el edificio, los +jardines y estanques, tuviera este palacio sevillano la primacía de +todas las casas reales del mundo, poniendo en primer lugar el real salón +que la majestad del rey don Felipe IV el Grande ha copiado de su divina +idea, donde todas las admiraciones vienen cortas, y las mayores +grandezas enjaguadas[452]. Más adelante está la Casa de la Contratación, +que tantas veces se ve enladrillada de barras de oro y de plata[453]. +Luego está la casa del bizarro Conde de Cantillana, gran cortesano, +galán y palaciego, airoso caballero de la plaza[454], crédito de sus +aplausos y alegría de sus Reyes; que esto confiesan los toros de Tarifa +y Jarama cuando cumplen con sus rejones, como con la parroquia[455]. +Luego está, junto a la puerta de Jerez, la gran Casa de la Moneda, donde +siempre hay montones de oro y de plata[456], como de trigo, y junto a +ella, el Aduana, tarasca de todas las mercaderías del mundo, con dos +bocas, una a la ciudad y otra al río, donde está la Torre del Oro y el +muelle, chupadera de cuanto traen amontonado los galeones en los +tuétanos de sus camarotes. A mano derecha está la puente de Triana[457], +de madera, sobre trece barcos. Y más abajo, en el margen del celebrado +río, las Cuevas, monasterio insigne de la Cartuja de San Bruno, que, con +profesar el silencio mudo, vive a la lengua del agua[458]. + +A estotra parte, sobre la orilla de Guadalquivir[459], está Gelves, +donde todos los romances antiguos de moros[460] iban a jugar cañas, y +hoy de sus ilustres condes[461] y del gran Duque de Veragua, hijo y +retrato de tan gran padre; + + que es, para no tener a mundos miedo, + Portugal y Colón, Castro y Toledo[462]. + +--Soltáronsete--dijo don Cleofás--los consonantes, camarada. + +--Cuidado fué, y no descuido--respondió el Cojuelo--, porque me deba más +que prosa el dueño destas alabanzas. + +Y prosiguió diciendo: + +--Allí es el Alamillo, donde se pescan los sábalos[463], albures y +sollos, y más abajo cae el Algaba, de los esclarecidos marqueses deste +título, de Ardales, y condes de Teba, Guzmanes en todo. De esotra parte +cae el Castellar, de los Ramírez y Saavedras, y a la vuelta, +Villamanrique, de las Zúñigas[464], de la gran casa de Béjar, cuyo +último malogrado marqués fué Guzmán dos veces Bueno, sobrino del gran +Patriarca de las Indias, capellán y limosnero mayor del Rey, cuya +generosa piedad se taracea con su oficio y con su sangre, y hermano del +gran Duque de Sidonia[465], cuyo solio es Sanlúcar de Barrameda, corte +suya, que está ese río abajo, siendo Narciso del Océano y Generalísimo +del Andalucía y de las costas del mar de España, a cuyo bastón y siempre +planta vencedora obedece el agua y la tierra, asegurando a su Rey toda +su monarquía en aquel promontorio donde asiste[466], para blasón del +mundo. Y pues ya llega la noche, y destas alabanzas no puedo salir menos +que callando para encarecellas, dejemos para mañana lo demás;--bajándose +del terrado a tratar que se aderezase la cena, y a salir un poco por la +ciudad a su insigne Alameda, que hizo y adornó con las dos colunas de +Hércules el Conde de Barajas[467], asistente de Sevilla, y después, de +Castilla dignísimo presidente. + + + + +TRANCO VIII + + +Ya, para ejecutar su disignio[468], había tomado doña Tomasa[469] (que +siempre tomaba, por cumplir con su nombre y su condición) una litera +para Sevilla, y una acémila en que llevar algunos baúles para su ropa +blanca y algunas galas, con las del dicho galán soldado, que, metiéndose +los dos en la dicha litera, partieron de Madrid, como unos +hermanos[470], con la requisitoria que hemos referido. Y a nuestro +Astrólogo no le habían dado sepultura, sobre las barajas de un +testamento que había hecho unos días antes y descubrieron en un +escritorio unos deudos suyos, y estaba la justicia poniendo en razón +esta litispendencia. Y el Cojuelo y don Cleofás, que habían dormido +hasta las dos de la tarde, por haber andado rondando la noche antes, la +mayor parte della, por Sevilla, después de haber comido algunos pescados +regalados[471] de aquella ciudad y del pan que llaman de Gallegos[472], +que es el mejor del mundo, y habiendo dormido la siesta (bien que el +compañero siempre velaba, haciendo diligencias para lisonjear a su dueño +en razón de su delito), se subieron al dicho terrado, como la tarde +antes, y enseñándole algunos particulares edificios a su compañero, de +los que habían quedado sin referir la tarde antes en aquel golfo de +pueblos, suspiró dos veces don Cleofás, y preguntóle el Cojuelo: + +--¿De qué te has acordado, amigo? ¿Qué memorias te han dividido esas dos +exhalaciones de fuego desde el corazón a la boca? + +--Camarada--le respondió el Estudiante--, acordéme de la calle Mayor de +Madrid y de su insigne paseo a estas horas, hasta dar en el Prado. + +--Fácil cosa será verle--dijo el Diablillo--tan al vivo como está +pasando agora: pide un espejo a la Güéspeda y tendrás el mejor rato que +has tenido en tu vida; que aunque yo, por la posta, en un abrir y cerrar +de ojos, te pudiera poner en él[473], porque las que yo conozco comen +alas del viento por cebada, no quiero que dejemos a Sevilla[474] hasta +ver en qué paran las diligencias de Cienllamas y las de tu dama, que +viene caminando acá, y me hallo en este lugar muy bien[475], porque +alcanzan a él las conciencias de Indias. + +A este mismo tiempo subía a su terrado Rufina María, que así se llamaba +la güéspeda, dama entre nogal y granadillo, por no llamarla mulata, gran +piloto de los rumbos más secretos de Sevilla, y alfaneque[476] de volar +una bolsa de bretón desde su faldriquera a las garras de tanta +doncelliponiente[477] como venían a valerse della. Iba en jubón de +holanda blanca acuchillado[478], con una enaguas blancas de +cotonía[479], zapato de ponleví[480], con escarpín[481] sin media, como +es usanza en esta tierra entre la gente tapetada[482], que a estas horas +se subía a su azotea a tocar[483] de la tarántula con un peine y un +espejo que podía ser de armar[484]; y el Cojuelo, viendo la ocasión, se +le pidió con mucha cortesía para el dicho efeto, diciendo: + +--Bien puede estar aquí la señora Güéspeda; que yo sé que tiene +inclinación a estas cosas. + +--¡Ay, señor!--respondió la Rufina María--, si son de la +nigromancía[485], me pierdo por ellas; que nací en Triana, y sé echar +las habas[486] y andar el cedazo[487] mejor que cuantas hay de mi +tamaño, y tengo otros primores mejores, que fiaré de vuesas mercedes si +me la hacen, aunque todos los que son entendidos me dicen que son +disparates. + +--No dicen mal--dijo el Cojuelo--; pero, con todo eso, señora Rufina +María, de tan gran talento se pueden fiar los que yo quiero enseñar a mi +camarada. Esté atenta. + +Y tomando el espejo en la mano, dijo: + +--Aquí quiero enseñalles a los dos lo que a estas horas pasa en la calle +Mayor[488] de Madrid, que esto sólo un demonio lo puede hacer, y yo. Y +adviértase que en las alabanzas de los señores que pasaren, que es +mesa[489] redonda[490], que cada uno de por sí hace cabecera, y que no +es pleito de acreedores, que tienen unos antelaciones a otros. + +--¡Ay, señor!--dijo la tal Rufina--, comience vuesa merced, que será +mucho de ver; que yo cuando niña estuve en la Corte con una dama que se +fué tras de un caballero del hábito de Calatrava que vino a hacer aquí +unas pruebas, y después me volvieron mis padres a Sevilla, y quedé con +grande inclinación a esa calle, y me holgaría de volverla a ver, aunque +sea en este espejo. + +Apenas acabó de decir esto la Güéspeda, cuando comenzaron a pasar +coches, carrozas, y literas, y sillas, y caballeros a caballo, y tanta +diversidad de hermosuras y de galas, que parecía que se habían soltado +abril y mayo y desatado las estrellas[491]. Y don Cleofás, con tanto +ojo[492], por ver si pasaba doña Tomasa; que todavía la tenía en el +corazón, sin haberse templado con tantos desengaños. ¡Oh proclive +humanidad nuestra, que con los malos términos se abrasa, y con los +agasajos se destempla[493]! Pero la tal doña Tomasa, a aquellas horas, +ya había pasado de Illescas en su litera de dos yemas[494]. + +La Rufina María estaba sin juicio mirando tantas figuras como en aquel +teatro del mundo iban representando papeles diferentes, y dijo al +Cojuelo: + +--Señor Güésped, enséñeme al Rey y a la Reina; que los deseo ver y no +quiero perder esta ocasión. + +--Hija--le respondió el Cojuelo--, en estos paseos ordinarios no salen +Sus Majestades; si quiere ver sus retratos al vivo, presto llegaremos +adonde cumpla su deseo. + +--Sea en hora buena--dijo la tal Rufina, y prosiguió, diciendo--: ¿Quién +es este caballero y gran señor que pasa agora con tanto lucimiento de +lacayos y pajes en ese coche que puede ser carroza del sol? + +El Cojuelo le respondió: + +--Este es el almirante de Castilla don Juan Alfonso Enríquez de Cabrera, +duque de Medina de Ríoseco y conde de Módica, terror de Francia en +Fuenterrabía. + +--¡Ay, señor!--dijo la Rufina--. ¿Aquél nos echó los franceses de +España? Dios le guarde muchos años. + +--El y el gran Marqués de los Vélez--respondió el Cojuelo--fueron los +Pelayos segundos, sin segundos, de su patria Castilla. + +--¿Quién viene en aquella carroza que parece de la Primavera?--preguntó +la Rufina. + +--Allí viene--dijo el Cojuelo--el Conde de Oropesa y Alcaudete, sangre +de Toledo, Pimentel, y de la real de Portugal, príncipe de grandes +partes; y el que va a su mano derecha es el Conde de Luna su primo, +Quiñones y Pimentel, señor de la casa de Benavides en León, hijo +primogénito del Conde de Benavente, que es Luna que también resplandece +de día. El Conde de Lemos y Andrade, marqués de Sarria, pertiguero mayor +de Santiago, Castro y Enríquez, del gran Duque de Arjona, viene en aquel +coche; tan entendido y generoso como gran señor. Y en esotro, el Conde +de Monterrey y Fuentes, presidente de Italia, que ha venido de ser +Virrey de Nápoles, dejando de su gobierno tanto aplauso a las dos +Sicilias y sucediéndole en esta dignidad el Duque de las Torres, marqués +de Liche[495] y de Toral, señor del castillo de Aviados, sumiller de +corps de su Majestad, príncipe de Astillano, y duque de Sabioneta, que +este título es el más compatible con su grandeza; a quien acompaña, con +no menos sangre y divino ingenio, en Italia, el Marqués de +Alcañizas[496], Almansa, Enríquez y Borja. Allí viene el Condestable +prudentísimo Velasco, gentilhombre de la cámara de su Majestad, con su +hermano el Marqués del Fresno. El Duque de Hijar le sigue, Silva, y +Mendoza, y Sarmiento, marqués de Alenquer y Ribadeo, gran cortesano y +hombre de a caballo grande en entrambas sillas[497], que por el último +título que hemos dicho tiene previlegio de comer con los Reyes la Pascua +deste nombre. Va con él el Marqués de los Balbases, Espínola, cuyo +apellido puso su gran padre sobre las estrellas. Allí va el Conde de +Altamira, Moscoso y Sandoval, gran señor y caballero en todo, +caballerizo mayor de su Majestad de la Reina. Allí pasa el Marqués de +Pobar, Aragón, con don Antonio de Aragón su hermano, del Consejo de +Ordenes y del supremo de la Inquisición. Los que atraviesan en aquel +coche agora son el Marqués de Jódar y el Conde de Peñaranda, del Consejo +Real de Castilla, ambos Simancas[498] de la jurispericia como de la +nobleza. + +--¿Quién son aquellos dos mozos que van juntos--preguntó Rufina--, de +una misma edad, al parecer, y que llevan[499] llaves doradas? + +--El Marqués de la Hinojosa--respondió el Cojuelo--, conde de Aguilar y +señor de los Cameros, Ramírez y Arellano, es el uno, y el otro es el +Marqués de Aytona, favorecedor de la Música y de la Poesía, que heredó, +hasta la posteridad, de su padre, entrambos camaristas. + +--¿Qué coche es aquél tan lleno, que va espumando sangre[500] +generosísima en tantos bizarros mozos?--preguntó la tal Güéspeda. + +--Es del Duque del Infantado--dijo el Cojuelo--, cabeza de los Mendozas +y Sandoval de varón, marqués de Santillana y del Cenete, conde de +Saldaña y del Real de Manzanares, hijo y retrato de tan gran padre. Los +que van con él son el Marqués de Almenara, el más bizarro, galán y bien +visto de la Corte, hijo del gran Marqués de Orani, el Almirante de +Aragón, perfecto caballero, el Marqués de San Román, caballero de veras, +heredero del gran Marqués de Velada, rayo de Orán, de Holanda y +Gelanda, y su hermano el Marqués de Salinas, que iguala el alma con el +cuerpo, copias vivas de tan gran padre, y don Iñigo Hurtado de Mendoza, +primo del Duque del Infantado, grandes caballeros todos y señores, que +ellos solos pueden alabarse a ellos mismos[501] con decir quién son; que +todas lenguas de la Fama no bastan. Va con ellos don Francisco de +Mendoza, gentilhombre cortesano, favorecido de todos y diestro en +entrambas sillas de la espada blanca y negra[502]. + +--¿Qué tropa es esta que viene agora a caballo?--preguntó la Rufina. + +--Si pasan a espacio, te lo diré--dijo el Cojuelo--. Estos dos primeros +son el Conde de Melgar y el Marqués de Peñafiel, que llevan en sus +títulos sus aplausos; don Baltasar de Zúñiga, el Conde de Brandevilla su +hermano, hijos del Marqués de Mirabel, y que lo parecen en todo; el +Conde de Medellín, Portocarrero de varón, y el Príncipe de Arambergue, +primogénito del Duque de Ariscot; el Marqués de la Guardia, que tiene +título de ángel; el Marqués de la Liseda, Silva y Manrique de Lara, y +[don] Diego Gómez de Sandoval, comendador mayor de Calatrava, marqués de +Villazores, Añover y Humanes, don Baltasar de Guzmán y Mendoza, heredero +de la gran casa de Orgaz; Arias Gonzalo, primogénito del Conde de +Puñonrostro, imitando las bizarrías de su padre y afianzando las +imitaciones de su muy invencible agüelo. Allí vienen el Conde de Molina +y don Antonio Mesía de Tobar su hermano, siendo crédito recíprocamente +el uno del otro. Y entre ellos, don Francisco Luzón, blasón deste +apellido en Madrid, cuyo magnánimo corazón hallara[503] estrecha posada +en un gigante. Va con él don José de Castrejón, deudo suyo, gran +caballero, y ambos, sobrinos del ilustrísimo Presidente de Castilla. En +este coche que les sigue viene el Duque de Pastrana, cabeza de los +Silvas, estudioso príncipe y gran señor, con el Marqués de Palacios, +mayordomo del Rey y decendiente único de Men Rodríguez de Sanabria, +señor de la Puebla de Sanabria, mayordomo mayor del rey don Pedro; el +Conde de Grajal, gran señor, y el Conde de Galve, su hermano del Duque, +molde de buenos caballeros, y en quien se hallara, si se perdiera[504], +la cortesía. Los demás que van acompañándole son hombres insignes de +diferentes profesiones; que éste es siempre su séquito. Viene hablando +en otro coche con el Príncipe de Esquilache su tío y con el Duque de +Villahermosa don Carlos, su hermano, éste, del Consejo de Estado de su +Majestad, y esotro, príncipe de los ingenios. Va con ellos el duque mozo +de Villahermosa, don Fernando, en quien lo entendido y lo bizarro corren +parejas, y don Fernando de Borja, comendador mayor de Montesa, de la +cámara de su Majestad, con veinte y dos cursos de virrey, que se puede +graduar de Catón Uticense y Censorino. Allí viene el Marqués de Santa +Cruz, Neptuno español y mayordomo mayor de la Reina nuestra señora. +Aquél es el Conde de Alba de Liste, con el Marqués de Tabara y el +Conde de Puñonrostro. Y tras ellos, el Duque de Nochera, Héctor +napolitano y gobernador hoy de Aragón. En ese coche que se sigue viene +el Conde de Coruña, Mendoza y Hurtado de las Nueve Musas, honra de los +consonantes castellanos, en compañía del Conde de la Puebla de +Montalbán, Pacheco y Girón. Allí, el Marqués de Malagón, Ulloa y +Saavedra, y el Marqués de Malpica, Barroso y Ribera, y el de Frómista, +padre del Marqués de Caracena, celebrado por Marte castellano en Italia, +y el Conde de Orgaz, Guzmán y Mendoza, de Santo Domingo y San +Ilefonso[505], todos Mayordomos del Rey. Aquel que va en aquel coche es +el Marqués de Floresdávila, Zúñiga y Cueva, tío del gran Duque de +Alburquerque, que hoy está sirviendo con una pica en Flandes, capitán +general de Orán, donde fué asombro del África levantando las banderas de +su Rey veinte y cinco leguas dentro de la Berbería. Allí va el Conde de +Castrollano, napolitano Adonis. Allí va el Conde de Garcíes, Quesada y +andaluz gallardo, el Marqués de Velmar[506], el Marqués de Tarazona, +Conde de Ayala, Toledo y Fonseca, el Conde de Santisteban y Cocentaina y +el Conde de Cifuentes, divinos ingenios; el Conde de la Calzada, y tras +él, el Duque de Peñaranda, Sandoval y Zúñiga. Y en esotro coche, don +Antonio de Luna y don Claudio Pimentel, del Consejo de Ordenes, Cástor y +Pólux de la amistad y de la generosidad. + +--¡Ay, señor!, aquel que pasa en aquel coche--dijo la Rufina--, si no me +engaño, es de Sevilla, y se llama Luis Ponce de Sandoval, Marqués de +Valdeencinas, y como que me crié en su casa. + +El Cojuelo respondió: + +--Es un muy gran caballero y el más bien quisto que hay en esta tierra +ni en la Corte; que no es pequeño encarecimiento. Y aquel con quien va +es el Marqués de Ayamonte, estirado título de Castilla y Zúñiga de +varón; y no menos que él es ese que viene en ese coche, el Conde de la +Puebla del Maestre, que tiene más maestres en su sangre que condes, mozo +de grandes esperanzas, y lo fuera de mayores posesiones si tuviera de su +parte la atención de la Fortuna. Allí pasa el Conde de Castrillo, Haro, +hermano del gran Marqués de Carpio, presidente de Indias, y tras él, el +Marqués de Ladrada[507] y el Conde de Baños, padre y hijo, Cerdas, de la +gran casa de Medinaceli. Esotro es el Marqués de los Trujillos, bizarro +caballero. Y tras ellos, el Conde de Fuensalida, con don Jaime Manuel, +de la cámara de su Majestad y hermano del Duque de Maqueda y +Nájara[508], que hoy gobierna el tridente de ambos mares. + +--Dígame vuesa merced, señor Licenciado--dijo la Rufina--: ¿qué casas +sumptuosas son estas que están enfrente destas joyeras? + +--Son del Conde de Oñate[509]--dijo el Diablillo--, timbre +esclarecídisimo de los Ladrones de Guevara, Mercurio Mayor[510] de +España y Conde de Villamediana, hijo de un padre que hace emperadores, y +es hoy presidente de Ordenes. + +--Y aquellas gradas que están allí enfrente--prosiguió la tal Rufina +María--, tan llenas de gente, ¿de qué templo son, o qué hacen allí tanta +variedad de hombres vestidos de diferentes colores? + +--Aquéllas son las gradas de San Felipe--respondió el Cojuelo--, +convento de San Agustín, que es el mentidero[511] de los soldados, de +adonde salen las nuevas primero que los sucesos. + +--¿Qué entierro es éste tan sumptuoso que pasa por la calle +Mayor?--preguntó don Cleofás, que estaba tan aturdido[512] como la +mulata. + +--Éste es el de nuestro Astrólogo--respondió el Cojuelo--, que ayunó +toda su vida, para que se lo coman todos éstos en su muerte, y siendo su +retiro tan grande cuando vivo, ordenó que le paseasen por la calle Mayor +después de muerto[513], en el testamento que hallaron sus parientes. + +--Bellaco coche--dijo don Cleofás--es un ataúd para ese paseo. + +--Los más ordinarios son ésos--dijo el Cojuelo--, y los que ruedan más +en el mundo. Y ahora me parece--prosiguió diciendo--que estarán mis amos +menos indignados conmigo, pues la prenda que solicitaban por mí la +tienen allá, hasta que vaya estotra mitad, que es el cuerpo, a regalarse +en aquellos baños de piedra azufre. + +--¡Con sus tizones se lo coma[514]!--dijo don Cleofás. + +Y la Rufina estaba absorta mirando su calle Mayor, que no les entendió +la plática, y volviéndose a ella el Cojuelo, le dijo: + +--Ya vamos llegando, señora Güéspeda, donde cumpla lo que desea; que ésa +es la puerta del Sol y la plaza de armas de la mejor fruta[515] que hay +en Madrid. Aquella bellísima fuente de lapislázuli y alabastro es la del +Buen Suceso[516], adonde, como en pleito de acreedores, están los +aguadores gallegos y coritos gozando de sus antelaciones para llenar de +agua los cántaros. Aquélla es la Victoria[517], de frailes mínimos de +San Francisco de Paula, retrato de aquel humilde y seráfico portento que +en el palacio de Dios ocupa el asiento de nuestro soberbio príncipe +Lucifer; y mire allí enfrente los retratos que yo la prometí +enseñar;--sin estar la dicha mulata en la plática que hacia don Cleofás +había dirigido el tal Cojuelo, y diciendo: + +--¡Qué linda hilera de señores, que parece que están vivos! + +--El Rey nuestro señor es el primero--dijo el Cojuelo. + +--¡Qué hombre está!--dijo la mulata--. ¡Qué bizarros bigotes tiene, y +cómo parece rey en la cara y en el arte! ¡Qué hermosa que está[518] +junto a él la Reina nuestra señora, y qué bien vestida y tocada! ¡Dios +nos la guarde! Y aquel niño de oro que se sigue luego, ¿quién es? + +--El Príncipe, nuestro señor--dijo don Cleofás--, que pienso que le crió +Dios en la turquesa de los ángeles. + +--Dios le bendiga--replicó Rufina--, y mi ojo no le haga mal[519]; y +viviendo más que el mundo, nunca herede a su padre, y viva su padre más +siglos que tiene almenas en su monarquía. ¡Ay, señor!--prosiguió +Rufina--, ¿quién es aquel caballero que, al parecer, está vestido a la +turquesca, con aquella señora tan linda al lado, vestida a la española? + +--No es--dijo el Cojuelo--traje turquesco; que es la usanza húngara, +como ha sido rey de Hungría: que es Ferdinando de Austria, cesáreo +emperador de Alemania y rey de Romanos, y la emperatriz su esposa María, +serenísima infanta de Castilla, que hasta los demonios--volviéndose a +don Cleofás--celebramos sus grandezas. + +--¿Quién es aquel de tan hermosa cara y tan alentadas +guedejas[520]--preguntó la Mulata--, que está también en la cuadrilla +vestido de soldado, tan galán, tan bizarro y tan airoso, que se lleva +los ojos de todos, y tiene tanto auditorio mirándole? + +--Aquél es el serenísimo infante don Fernando--respondió el +Cojuelo--questá por su hermano gobernando los estados de Flandes, y es +arzobispo de Toledo y cardenal de España, y ha dado al infierno las +mayores entradas de franceses y holandeses que ha tenido jamás después +que[521] se representa en él la eternidad de Dios, aunque entren las de +Jerjes y Darío, y pienso que ha de hacer dar grada[522] a mujeres de las +luteranas y calvinistas y protestantes que siguen la seta de sus +maridos, tanto, que los más de los días vuelve el dinero el purgatorio. + +--Gana me da, si pudiera--dijo la Mulata--, de dalle mil besos. + +--En país está--dijo don Cleofás--, que tendrá el original bastante +mercadería de eso; que esta ceremonia dejó Judas sembrada en aquellos +países[523]. + +--¡Oh, cómo me pesa--dijo la Rufina--que va anocheciendo, y +encubriéndose el concurso de la calle Mayor! + +--Ya todo ha bajado al Prado[524]--dijo el Cojuelo--, y no hay nada que +ver en ella; tome vuesa merced su espejo; que otro día le enseñaremos en +él el río de Manzanares[525], que se llama _río_ porque _se ríe_ de los +que van a bañarse en él, no teniendo agua; que solamente tiene regada la +arena, y pasa el verano de noche[526], como río navarrisco[527], siendo +el más merendado y cenado de cuantos ríos hay en el mundo. + +--El más caudal[528] dél es--dijo don Cleofás--, pues lleva más hombres, +mujeres y coches que pescados los dos mares. + +--Ya me espantaba yo--dijo el Cojuelo--que no volvías por tu río. +Respóndele eso al vizcaíno que dijo: «O vende puente, o compra río». + +--No ha menester mayor río Madrid[529]--dijo don Cleofás--, pues hay +muchos en él que se ahogan en poca agua, y en menos se ahogara aquel +regidor que entró en el Ayuntamiento de las ranas del Molino +quemado[530]. + +--¡Qué galante eres--dijo el Cojuelo--, don Cleofás, hasta contra tus +regidores! + +Bajándose con esto de la azutea, y la Rufina protestando al Cojuelo que +le había de cumplir la palabra al día siguiente. Todo lo cual y lo que +más sucediere se deja para esotro tranco. + + + + +TRANCO IX + + +Y saliéndose al ejercicio de la noche pasada, aunque las calles de +Sevilla, en la mayor parte, son hijas del Laberinto de Creta, como el +Cojuelo era el Teseo de todas, sin el ovillo de Ariadna, llegaron al +barrio del Duque, que es una plaza más ancha que las demás, ilustrada de +las ostentosas casas de los Duques de Sidonia, como lo muestra sobre sus +armas y coronel un niño con una daga en la mano[531], segundo Isaac en +el hecho, como esotro en la obediencia, el dicho que murió sacrificado a +la lealtad de su padre don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, alcaide de +Tarifa; aposento siempre de los asistentes de Sevilla, y hoy del que con +tanta aprobación lo es, el Conde de Salvatierra[532], gentilhombre de la +cámara del señor infante Fernando y segundo Licurgo del gobierno. Y al +entrar por la calle de las Armas, que se sigue luego a siniestra mano, +en un gran cuarto bajo, cuyas rejas rasgadas descubrían algunas luces, +vieron mucha gente de buena capa[533] sentados con grande orden, y uno +en una silla con un bufete delante, una campanilla, recado de escribir y +papeles, y dos acólitos a los lados, y algunas mujeres con mantos, de +medio ojo[534], sentadas en el suelo, que era un espacio que hacían +los asientos, y el Cojuelo le dijo a don Cleofás: + +--Esta es una academia de los mayores ingenios de Sevilla, que se juntan +en esta casa a conferir cosas de la profesión y hacer versos a +diferentes asumptos[535]: si quieres (pues eres hombre inclinado a esta +habilidad), éntrate a entretener dentro; que por güéspedes y forasteros +no podemos dejar de ser muy bien recibidos. + +Don Cleofás le respondió: + +--En ninguna parte nos podemos entretener tanto: entremos norabuena. + +Y trayendo en el aire, para entrar más de rebozo, el Diablillo dos pares +de antojos, con sus cuerdas de guitarra para las orejas, que se las +quitó a dos descorteses, que con este achaque palían su descortesía, que +estaban durmiendo, por ejercella de noche y de día, entraron muy +severos en la dicha Academia, que apatrocinaba, con el agasajo que +suele, el Conde de la Torre, Ribera, y Saavedra, y Guzmán, y cabeza y +varón de los Riberas. El presidente era Antonio Ortiz Melgarejo, de la +insignia de San Juan[536], ingenio eminente de la Música y de la Poesía, +cuya casa fué siempre el museo de la Poesía y de la Música. Era +secretario Alvaro de Cubillo, ingenio granadino que había venido a +Sevilla a algunos negocios de su importancia[537], excelente cómico y +grande versificador, con aquel fuego andaluz que todos los que nacen en +aquel clima tienen, y Blas de las Casas[538] era fiscal, espíritu +divino en lo divino y humano. Eran, entre los demás académicos, +conocidos don Cristóbal de Rozas[539] y don Diego de Rosas, ingenios +peregrinos que han honrado el poema dramático[540], y don García de +Coronel y Salcedo[541], fénix de las letras humanas y primer[542] +Píndaro andaluz. + +Levantáronse todos cuando entraron los forasteros, haciéndolos acomodar +en los mejores lugares que se hallaron, y, sosegada la Academia al +repique de la campanilla del Presidente, habiendo referido algunos +versos de los sujetos[543] que habían dado en la pasada, y que daban +fin en los que entonces había leído con una silva al Fénix, que leyó +doña Ana Caro[544], décima musa sevillana[545], les pidió el Presidente +a los dos forasteros que por honrar aquella academia repitiesen algunos +versos suyos, que era imposible dejar de hacerlos muy buenos los que +habían entrado a oír los pasados; y don Cleofás, sin hacerse más de +rogar, por parecer castellano entendido y cortesano de nacimiento, +dijo: + +--Yo obedezco, con este soneto que escribí a la gran máscara del Rey +nuestro señor, que se celebró en el Prado alto, junto al Buen Retiro, +tan grande anfiteatro, que borró la memoria de los antiguos griegos y +romanos. + +Callaron todos, y dijo en alta voz, con acción bizarra y airoso ademán, +desta suerte[546]: + + SONETO + + Aquel que, más allá de hombre, vestido + De sus propios augustos esplendores, + Al sol por virrey tiene, y en mayores + Climas su nombre estrecha esclarecido, + + Aquel que, sobre un céfiro nacido, + Entre los ciudadanos moradores + Del Betis, a quien más que pació flores + Plumas para ser pájaro ha bebido, + + Aquel que a luz y a tornos desafía, + En la mayor palestra que vió el suelo, + Cuanta le ve estrellada monarquía, + + Es, a pesar del bárbaro desvelo, + Filipo el Grande, que, árbitro del día, + Está partiendo imperios con el Cielo; + +aplaudiéndolo toda la Academia con vítores y un dilatado estruendo +festivo; y apercibiéndose el Cojuelo para otro, destosiéndose como es +costumbre en los hombres, siendo él espíritu, dijo deste modo: + + A UN SASTRE TAN CABALLERO, QUE NO QUERÍA CORTAR + LOS VESTIDOS DE SUS AMIGOS, REMITIÉNDOLOS A SU + MASEBARRILETE[547]. + + SONETO + + Pánfilo, ya que los eternos dioses, + Por el secreto fin de su juicio, + No te han hecho tribuno ni patricio, + Con que a la dignidad del César oses, + + Razón será que el ánimo reposes, + Haciendo en ti oblación y sacrificio; + Que dicen que no acudes a tu oficio + Estos que cortan lo que tú no coses. + + Los ojos vuelve a tu primer estado: + Las togas cose, y de vestillas deja; + Que un plebeyo no aspira al consulado. + + Esto, Pánfilo, Roma te aconseja; + No digan que de plumas que has hurtado + Te has querido vestir, como corneja. + +El soneto fué muy aplaudido de toda la Academia, diciendo los más +noticiosos della que parecía epigrama de Marcial, o en su tiempo +compuesto de algún poeta que le quiso imitar, y otros dijeron que +adolecía[548] del Doctor[549] de Villahermosa, divino Juvenal aragonés, +pidiendo el Conde de la Torre a don Cleofás y al Cojuelo que honrasen +aquella junta lo que estuviesen en Sevilla, y que dijesen los nombres +supuestos con que habían de asistilla, como se usó en la Corusca y en la +academia[550] de Capua, de Nápoles, de Roma y de Florencia, en Italia, +y como se acostumbraba en aquélla. Don Cleofás dijo que se llamaba _el +Engañado,_ y el Cojuelo, _el Engañador,_ sin entenderse el fundamento +que tenían los dos nombres; y repartiendo los asuntos para la academia +venidera, nombraron por presidente della al _Engañado_ y por fiscal al +_Engañador,_ porque el oficio de secretario no se mudaba, haciéndoles +esta lisonja por forasteros, y porque les pareció a todos que eran +ingenios singulares. Y sacando una guitarra una dama de las tapadas, +templada sin sentillo[551], con otras dos cantaron a tres voces un +romance excelentísimo de don Antonio de Mendoza[552], soberano ingenio +montañés, y dueño eminentísimo del estilo lírico, a cuya divina música +vendrán estrechos todos los agasajos de su fortuna. Con que se acabó la +academia de aquella noche, diviéndose los unos de los otros para sus +posadas, aunque todavía era temprano, porque no habían dado las nueve, y +don Cleofás y el Cojuelo se bajaron hacia el Almeda, con pretexto de +tomar el fresco en la Alamenilla[553], baluarte bellísimo que resiste a +Guadalquivir, para que no anegue aquel gran pueblo en las continuas y +soberbias avenidas suyas. Y llegando a vista de San Clemente el Real, +que estaba en el camino, a mano izquierda, convento ilustrísimo de +monjas, que son señoras de todo aquel barrio, y de vasallos fuera dél, +patronazgo magnífico de los Reyes, fundado por el santo rey don +Fernando porque el día de su advocación ganó aquella ciudad de los +moros[554], le dijo el Cojuelo a don Cleofás. + +--Este real edificio es jaula sagrada de un serafín, o Serafina, que fué +primero dulcísimo ruiseñor del Tejo[555], cuya divina y extranjera voz +no cabe en los oídos humanos, y sube en simétrica armonía a solicitar +la capilla impirea, prodigio nunca visto en el diapasón ni en la +naturaleza; pero no por eso previlegiada de la envidia. + +A estos hipérboles[556] iba dando carrete (verdades pocas veces +ejecutadas de su lengua), cuando, al revolver otra calle, pocas veces +paseada a tales horas de nadie, oyeron grandes carcajadas de risa[557] y +aplausos de regocijo en una casa baja, edificio humilde que se indiciaba +de jardín por unas pequeñas verjas de una reja algo alta del suelo, que +malparía algunos relámpagos de luces, escasamente conocidos de los que +pasaban. Y preguntóle al Cojuelo don Cleofás qué casa era aquella donde +había tanto regocijo a aquellas horas. El Diablillo le respondió: + +--Éste se llama el garito de los pobres; que aquí se juntan ellos y +ellas, después de haber pedido todo el día, a entretenerse y a jugar, y +a nombrar los puestos donde han de mendigar esotro día, porque no se +encuentren unas limosnas con otras. Entremos dentro y nos entretendremos +un rato; que, sin ser vistos ni oídos, haciéndonos invisibles con mi +buena maña, hemos de registrar este conclave de San Lázaro. + +Y con estas palabras, tomando a don Cleofás por la mano, se entraron por +un balconcillo que a la mano derecha tenía la mendiga habitación, porque +en la puerta tenían puesto portero porque no entrasen más de los que +ellos quisiesen y los que fuesen señalados de la mano de Dios[558]; y +bajando por un caracolillo a una sala baja, algo espaciosa, cuyas +ventanas salían a un jardinillo de ortigas y malvas, como de gente que +había nacido[559] en ellas, la hallaron ocupada con mucha orden de los +pobres que habían venido, comenzando a jugar al rento y limetas[560] de +vino de Alanís y Cazalla[561], que en aquel lugar nunca lo hay +razonable, y algunos mirones, sentados también, y en pie. La mesa sobre +que se jugaba era de pino, con tres pies y otro supuesto, que podía +pedir limosna como ellos, un candelero de barro con una antorcha de +brea, y los naipes con dos dedos de moho hacia cecina[562], de puro +manejados de aquellos príncipes, y el barato que se sacaba se iba +poniendo sobre el candelero. Y a estotra parte estaba el estrado de las +señoras, sobre una estera de esparto, de retorno del ivierno pasado; tan +remendados todos y todas, que parece que les habían cortado de vestir de +jaspes de los muladares. Y entrando don Cleofás y su compañero y +diciendo una pobra, fué todo uno. «Ya viene el Diablo Cojuelo», alteróse +don Cleofás y dijo a su camarada: + +--Juro a Dios que nos han conocido. + +--No te sobresaltes--respondió el Diablillo--; que no nos han conocido +ni nos pueden ver, como te previne; que el que ha dicho la pobra que +viene es aquel que entra agora, que trae una pierna de palo y una muleta +en la mano y se viene quitando la montera, y entre ellos le llaman el +Diablo Cojuelo por mal nombre, que es un bellaco, mal pobre, embustero y +ladrón, y estoy harto cansado con él y con ellas porque le llaman así, +que es una sátira que me han hecho con esto, y que yo he sentido mucho; +pero esta noche pienso que me lo ha de pagar, aunque sea con la mano del +gato[563], como dicen. + +--Muy grande atrevimiento--dijo don Cleofás--ha sido quererlas apostar +contigo, siendo tú el demonio más travieso del infierno, y no te la hará +nadie que no te la pague. + +--Estos pobres--dijo Cojuelo--, como son de Sevilla, campan también de +valientes[564], y reñirán con los diablos; pero no se alabará, si yo +puedo, éste de haber salido horro desta chanza; que en el mundo se me +han atrevido solamente tres linajes de gente: representantes, ciegos y +pobres[565]; que los demás embusteros y gente deste género pasan por +demonios como yo. + +En esto, se había acomodado o sentádose en el suelo el Piedepalo, Diablo +Cojuelo segundo deste nombre, diciendo muchas galanterías a las damas, y +entró el Murciélago, llamado así porque pedía de noche a gritos por las +calles, con Sopaenvino, que le había encontrado agazapado en una taberna +y sacado por el rastro de los mosquitos que salían dél, como de la cuba +de Sahagún. Convidóles con su asiento el Chicharro y el Gallo, el uno, +que cantaba pidiendo por las siestas en verano y despertando los +lirones[566]; el otro mendigaba por las madrugadas; y tomando el suelo +por mejor asiento, porque cualquiera cosa más alta los desvanecía, y +estando en esto, entró un pobre en un carretón, a quien llamaban el +Duque, y todos se levantaron, ellos y ellas, a hacelle cortesía; y él, +quitándose un sombrerillo que había sido de un carril[567] de un pozo, +dijo: + +--Por mi amor que se estén quedos y quedas, o me volveré a ir. + +Temieron el disfavor, y llegándole el muchacho que le traía el carretón +a la mesa donde se jugaba, pidió cartas. Faraón, que era uno de los del +juego, llamado desta suerte porque pedía con plagas a las puertas de las +iglesias, y el Sargento, nombrado así porque tenía un brazo menos[568], +le dijeron que los dejase jugar su excelencia, que estaban picados; que +después harían lo que les mandaba; viniéndose el Duque con el Marqués de +los Chapines, que era un pobre que andaba arrastrando[569], y de la +cintura arriba muy galán, y estaba entreteniendo las damas, diciendo: + +--Con vusía[570] me vengo, que está más bien parado. + +Y a ninguno de los dos les habían las damas menester para nada. + +La Postillona, llamada deste nombre porque pedía a las veinte[571] +limosna, no dejando calle ni barrio que no anduviese cada día, tuvo +palabras con la Berlinga, tan larga como el nombre[572], que había sido +senda de Esgueva a Zapardiel, sobre celos del Duque; y la Paulina[573], +que apellidaban ansí porque maldecía a quien no le daba limosna, se picó +con la Galeona, que llamaban desta suerte porque andaba artillada de +niños que alquilaba para pedir, sobre haber dicho unas palabras +preñadas[574] al Marqués, sin dar causa su señoría a ello, metiéndose +la Lagartija y la Mendruga a revolverlas más, y el Piedepalo a las +vueltas, con las Fuerzas de Hércules, que eran dos pobres, uno sobre +otro, que a no meterse Zampalimosnas, que era el garitero, de por medio, +y Pericón el de la Barquera, y Embudo el Temerario, Tragadardos, +Zancayo, Peruétano y Ahorcasopas, hubiera un paloteado[575], entre los +pobres y pobras, de los diablos. El Duque y el Marqués interpusieron +sus autoridades, y para quietallo de todo punto inviaron por un +particular[576], que trujo luego Piedepalo, para pagarlo de +bonete[577], que fueron unos ciegos y una gaita zamorana que muy cerca +de allí se recogían, que fué menester pagárselo adelantado porque se +levantasen, y se concertó en treinta cuartos, y dijo el Duque que no se +había pagado tan caro particular jamás, por vida de la Duquesa[578]. Y +al mismo tiempo que entró Piedepalo con el particular, se entró tras +ellos Cienllamas, con la vara en la pretina[579], y Chispa y Redina con +él, preguntando: + +--¿Quién es aquí el Diablo Cojuelo? Que he tenido soplo que está aquí en +este garito de los pobres, y no me ha de salir ninguno deste aposento +hasta reconocellos a todos, porque me importa hacer esta prisión. + +Los pobres y las pobras se escarapelaron viendo la justicia en su +garito, y el verdadero Diablo Cojuelo, como quien deja la capa al toro, +dejó a Cienllamas cebado con el pobrismo, y por el caracolillo se +volvieron a salir del garito él y don Cleofás. + +--Este es--dijo el Duque señalando a Piedepalo--; que nosotros, ni +hombres como nosotros, no hemos de defender de la justicia a hombres tan +delincuentes;--tomando venganza de algunos embustes que les había hecho +en las limosnas de la sopa de los conventos; y agarrando con él Chispa y +Redina, comenzó a pedir iglesia[580] a grandes voces Piedepalo que en un +bodegón hiciera lo mismo, queriendo dalles a entender que era ermita, y +no garito, donde estaban, y que todos y todas habían venido a hacer +oración a ella. El tal Cienllamas y Chispa y Redina comenzaron a sacalle +arrastrando, diciéndole, entre algunos puñetes y mojicones: + +--No penséis, ladrón, que os habéis de escapar con esos embustes de +nuestras manos; que ya os conocemos. + +Entonces el Marqués[581], metiendo las manos en los chapines, dijo: + +--¿Por qué hemos de consentir que no contradiga el Duque que lleve +preso un alguacil a un pobrete como el Cojuelo? ¡Por vida de la +Marquesa[582] que no lo ha de llevar! + +Y haciéndose los demás pobres y pobras de su parte, y apagando las +luces, comenzaron con los asientos y con las muletas y bordones a +zamarrealle a él y a sus corchetes a escuras, tocándoles los ciegos la +gaita zamorana y los demás instrumentos, a cuyo son no se oían los unos +a los otros, acabando la culebra[583] con el día y con desaparecerse los +apaleados. + + + + +TRANCO X + + +En este tiempo llegaban a Gradas[584] su camarada y don Cleofás[585], +tratando de mudarse de aquella posada, porque ya tenía rastro dellos +Cienllamas, cuando vieron entrar por la posta, tras un postillón, dos +caballeros soldados vestidos a la moda, y díjole el Cojuelo a don +Cleofás. + +--Estos van a tomar posada y apearse a Caldebayona[586] o a la +Pajería[587], y es tu dama y el soldado que viene en su compañía, que, +por acabar más presto la jornada, dejaron la litera y tomaron postas. + +--¡Juro a Dios--dijo don Cleofás--que lo he de ir a matar antes que se +apee, y a cortalle las piernas[588] a doña Tomasa! + +Sin riesgo tuyo se hará todo eso--dijo el Cojuelo--, ni sin tanta +demostración pública: gobiérnate por mí agora; que yo te dejaré +satisfecho. + +--Con eso me has templado--dijo don Cleofás--; que estaba loco de celos. + +--Ya sé qué enfermedad es ésa, pues se compara a todo el infierno[589] +junto--dijo el Diablillo--. Vámonos a casa de nuestra mulata: almorzarás +y conmutarás en sueño la pendencia; y acuérdate que has de ser +presidente de la Academia, y yo fiscal. + +--Pardiez--dijo don Cleofás--, todo se me había olvidado con la +pesadumbre; pero es razón que cumplamos nuestras palabras como quien +somos. + +Y habiéndose mudado de la posada de Rufina otro día[590] a otra de la +Morería[591], más recatada, pasaron los que faltaron para la Academia +en estudiar y escribir los sujetos que les habían dado y en hacer don +Cleofás una oración para preludio della, como es costumbre y obligación +de las presidencias de tales actos; y, llegado el día, se aderezaron lo +mejor que pudieron, y al anochecer partieron a la palestra, donde les +esperaban todos los ingenios con admiraciones de los suyos, y con los +mismos antojos[592] de la preñez pasada se fueron sentando en los +lugares que les tocaban; y haciendo señal con la campanilla para obligar +al silencio, don Cleofás, llamado _el Engañado_ en la Academia, hizo una +oración excelentísima en verso de silva, cuyos números ataron los oídos +al aplauso y desataron los asombros a sus alabanzas. Y en pronunciando +la última palabra, que es el _Dixi_[593], volviendo a resonar el pájaro +de plata, dijo: + +--Yo quiero parecer presidente en publicar agora, después de mi oración, +unas premáticas que guarden los divinos ingenios que me han constituido +en esta dignidad;--leyendo desta manera un papel que traía doblado en el +pecho: + +«PREMÁTICAS Y ORDENANZAS QUE SE HAN DE GUARDAR EN LA INGENIOSA ACADEMIA +SEVILLANA DESDE HOY EN ADELANTE. + +»Y por que se celebren y publiquen con la solemnidad que es necesaria, +sirviendo de atabales los cuatro vientos y de trompetas el Músico de +Tracia[594], tan marido, que por su mujer _descendit ad inferos_, y +Arión, que, siendo de los piratas con quien navegaba arrojado al mar +por roballe, le dió un delfín en su escamosa espalda, al son de su +instrumento, jamugas para que no naufragase, _et coetus, et Amphion +Thebanae conditor urbis_[595]; y pregonero la Fama, que penetra +provincias y elementos, y secretario que se las dicte Virgilio Marón, +príncipe de los poetas, digan desta suerte: + +»Don Apolo, por la gracia de la Poesía, rey de las Musas, príncipe de la +Aurora, conde y señor de los oráculos de Delfos y Delo, duque del Pindo, +archiduque de las dos Frentes del Parnaso y marqués de la Fuente +Cabalina, etc., a todos los poetas heroicos, épicos, trágicos, cómicos, +ditirámbicos, dramáticos[596], autistas, entremeseros, bailinistas[597] +y villancieres[598], y los demás del nuestro dominio, ansí seglares como +eclesiásticos, salud y consonantes. + +»Sepades: como, advirtiendo las grandes desórdenes y desperdicios con que +han vivido hasta aquí los que manejan nuestros ridmos[599], y que son +tantos los que sin temor de Dios y de sus conciencias, componen, +escriben y hacen versos, salteando y capeando de noche y de día los +estilos, conceptos y modos[600] de decir de los mayores, no imitándolos +con la templanza y perífrasis que aconseja Aristóteles, Horacio y César +Escalígero, y los demás censores que nuestra Poética advierten, sino +remendándose con centones de los otros y haciendo mohatras de versos, +fullerías y trapazas, y para poner remedio en esto, como es justo, +ordenamos y mandamos lo siguiente: + +»Primeramente se manda que todos escriban con voces castellanas, sin +introducillas de otras lenguas, y que el que dijere _fulgor_, _libar, +numen, purpurear, nieta, trámite, afectar, pompa, trémula, amago, +idilio_[601] ni otras desta manera, ni introdujere posposiciones[602] +desatinadas, quede privado de poeta por dos academias, y a segunda vez, +confiscadas sus sílabas y arados de sal[603] sus consonantes, como +traidores a su lengua materna. + +»Item, que nadie lea sus versos en idioma de jarabe, ni con gárgaras de +algarabía en el gútur[604], sino en nuestra castellana pronunciación, +pena de no ser oídos de nadie. + +»Item, por cuanto celebraron el fénix en la academia pasada en tantos +géneros de versos, y en otras muchas ocasiones lo han hecho otros, +levantándole testimonios a esta ave[605] y llamándola hija y heredera de +sí propia y pájaro del sol, sin haberle tomado una mano ni haberla +conocido si no es para servilla, ni haber ningún testigo de vista de su +nido, y ser alarbe de los pájaros, pues en ninguna región ha encontrado +nadie su aduar, mandamos que se ponga perpetuo silencio en su memoria, +atento que es alabanza supersticiosa y pájaro de ningún provecho para +nadie, pues ni sus plumas sirven en las galas cortesanas ni militares, +ni nadie ha escrito con ellas, ni su voz ha dado música a ningún +melancólico, ni sus pechugas alimento a ningún enfermo; que es pájaro +duende, pues dicen que le hay, y no le encuentra nadie, y ave solamente +para sí; finalmente, sospechosa de su sangre, pues no tiene agüelo que +no haya sido quemado; estando en el mundo el pájaro celeste, el cisne, +el águila, que no era bobo Júpiter, pues la eligió por su embajatriz, la +garza, el neblí, la paloma de Venus, el pelícano, afrenta de los +miserables[606], y, finalmente, el capón de leche[607], con quien los +demás son unos pícaros. Este sí que debe alabarse, y mátenle un fénix a +quien sea su devoto, cuando tenga más necesidad de comer. Dios se lo +perdone a Claudiano, que celebró esta necedad imaginada, para que todos +los poetas pecasen en él. + +»Item, porque a nuestra noticia ha venido que hay un linaje de poetas y +poetisas hacia palaciegos, que hacen más estrecha vida que los monjes +del Paular[608], porque con ocho o diez vocablos solamente, que son +_crédito, descrédito, recato, desperdicio, ferrión, desmán, atento, +valido, desvalido, baja fortuna, estar falso, explayarse_, quieren +expresar todos sus conceptos y dejar a Dios solamente que los entienda, +mandamos que les den otros cincuenta vocablos más de ayuda de costa, del +tesoro de la Academia, para valerse dellos, con tal que, si no lo +hicieren, caigan en pena de menguados y de no ser entendidos, como si +hablaran en vascuence. + +»Item, que en las comedias se quite el desmesurarse los embajadores con +los reyes, y que de aquí en adelante no le[609] valga la ley del +mensajero[610]; que ningún príncipe en ellas se finja hortelano por +ninguna infanta, y que a las de León se les vuelva su honra con +chirimías[611], por los testimonios que las han levantado; que los +lacayos graciosos no se entremetan con las personas reales si no es en +el campo, o en las calles de noche; que para querer dormirse sin qué ni +para qué, no se diga: «Sueño me toma», ni otros versos por el +consonante, como decir a _rey_, «porque es justísima ley», ni a _padre_, +«porque a mi honra más cuadre», ni las demás; «A furia me provocó»[612], +«Aquí para entre los dos» y otras civilidades, ni que se disculpen sin +disculparse, diciendo: + + «Porque un consonante obliga + a lo que el hombre no piensa»[613]. + + +»Y al poeta que en ellas incurriere de aquí adelante, la primera vez le +silben, y la secunda, sirva a su Majestad con dos comedias en Orán[614]. + +»Item, que los poetas más antiguos se repartan por sus turnos a dar +limosna de sonetos, canciones, madrigales, silvas, décimas, romances y +todos los demás géneros de versos a poetas vergonzantes que piden de +noche, y a recoger los que hallaren enfermos comentando, o perdidos en +las _Soledades_ de don Luis de Góngora; que haya una portería en la +Academia, por donde se dé sopa de versos a los poetas mendigos. + +»Item, que se instituya una Hermandad y Peralvillo contra los poetas +monteses y jabalíes[615]. + +»Item, mandamos que las comedias de moros se bauticen dentro de cuarenta +días o salgan del reino. + +»Item, que ningún poeta, por necesidad ni amor, pueda ser pastor de +cabras ni ovejas, ni de otra res semejante, salvo si fuere tan Hijo +Pródigo, que, disipando sus consonantes en cosas ilícitas, quedare sin +ninguno sobre qué caer poeta[616]; mandamos que en tal caso, en pena de +su pecado, guarde cochinos. + +»Item, que ningún poeta sea osado a hablar mal de los otros si no es dos +veces en la semana. + +»Item, que al poeta que hiciere poema heroico no se le dé de plazo más +que un año y medio, y que lo que más tardare se entienda que es falta de +la musa; que a los poetas satíricos no se les dé lugar en las academias, +y se tengan por poetas bandidos y fuera del gremio de la poesía noble, y +que se pregonen las tallas[617] de sus consonantes, como de hombres +facinerosos a la república. Que ningún hijo de poeta que no hiciere +versos no pueda[618] jurar por vida de su padre, porque parece que no es +su hijo. + +»Item, que el poeta que sirviere a señor ninguno[619], muera de hambre +por ello. + +»Y, al fin, estas premáticas y ordenanzas se obedezcan y ejecuten como +si fueran leyes establecidas de nuestros príncipes, reyes y emperadores +de la Poesía. Mándanse pregonar, porque venga a noticia de todos.» + +Celebradísimo fué el papel de _el Engañado_ por peregrino y caprichoso, +sacando, al mismo tiempo que le acababa, otro del pecho _el Engañador_, +llamado así en la Academia y en los tres hemisferios[620], y fiscal de +la presente, que decía desta manera: + +«PRONÓSTICO Y LUNARIO DEL AÑO QUE VIENE, AL MERIDIANO DE SEVILLA Y +MADRID, CONTRA LOS POETAS, MÚSICOS Y PINTORES. COMPUESTO POR «EL +ENGAÑADOR», ACADÉMICO DE LA INSIGNE ACADEMIA DEL BETIS, Y DIRIGIDO A +PERICO DE LOS PALOTES, PROTO-DEMONIO Y POETA DE DIOS TE LA DEPARE +BUENA»; + +interrumpiendo estas últimas razones un alguacil de los veinte[621], +guarnecido de corchetes[622] (y tantos, que si fueran de plata, +pudiera[623] competir con la capitana y almiranta de los galeones cuando +vuelven de retorno con las entrañas del Potosí y los corazones de los +que los esperan y los traen), doña Tomasa y su soldado, como entraron +por la posta para estar a la vista de la ejecución de su requisitoria; +la Academia se alteró con la intempestiva visita, y el atrevido +Alguacil dijo: + +--Vuesas mercedes no se alboroten: que yo vengo a hacer mi oficio y a +prender no menos que al señor Presidente, porque es orden de Madrid, y +la he de hacer de Evangelio[624]. + +Palotearon los académicos, y don Cleofás se espeluzó tanto y cuanto, y +el Fiscal, que era el Cojuelo, le dijo: + +--No te sobresaltes[625], don Cleofás, y déjate prender, no nos perdamos +en esta ocasión; que yo te sacaré a paz y a salvo de todo[626]. + +Y volviendo a los demás, les dijo lo mismo, y que no convenía en aquel +lance resistencia ninguna; que si fuera menester, _el Engañado_ y él +metieran a todos los alguaciles de Sevilla las cabras en el corral[627]. + +--Hombre hay aquí--dijo un estudiantón del Corpus[628], graduado por la +Feria y el pendón verde[629]--, que, si es menester, no dejará oreja de +ministro a manteazos, siendo yo el menor de todos estos señores. + +El Alguacil trató de su negocio sin meterse en más dimes ni diretes, +deseando más que hubiese dares y tomares, y doña Tomasa estuvo empuñada +la espada y terciada la capa a punto de pelear al lado de su soldado; +que era, sobre alentada[630], muy diestra, como había tanto que jugaba +las armas[631], hasta que vió sacar preso al que le negaba la deuda, +libre de polvo y paja. El Cojuelo se fué tras ellos, y la Academia se +malogró aquella noche, y murió de viruelas locas. + +El Cojuelo, arrimándose al Alguacil, le dijo aparte, metiéndole un +bolsillo en la mano, de trecientos escudos: + +--Señor mío, vuesa merced ablande su cólera con este diaquilón[632] +mayor, que son ciento y cincuenta doblones de a dos. + +Respondiéndole el Alguacil, al mismo tiempo que los recibió: + +--Vuesas mercedes perdonen el haberme equivocado, y el señor Licenciado +se vaya libre y sin costas, más de las que le hemos hecho; que yo me he +puesto a un riesgo muy grande habiendo errado el golpe. + +El soldado y la señora doña Tomasa, que también habían regalado al +Alguacil, por más protestas que le hicieron entonces, no le pudieron +poner en razón, y ya a estas horas estaban los dos camaradas tan lejos +dellos, que habían llegado al río y al Pasaje[633], que llaman, por +donde pasan de Sevilla a Triana y vuelven de Triana a Sevilla, y, +tomando un barco, durmieron aquella noche en la calle del Altozano, +calle Mayor[634] de aquel ilustre arrabal, y la Vitigudino y su galán se +fueron muy desairados a lo mismo a su posada, y el Alguacil a la suya, +haciendo mil discursos con sus trecientos escudos, y el Cojuelo madrugó +sin dormir, dejando al compañero en Triana, para espiar en Sevilla lo +que pasaba acerca de las causas de los dos, revolviendo de paso dos o +tres pendencias en el Arenal[635]. + +Y el Alguacil despertó más temprano, con el alborozo de sus doblones, +que había puesto debajo de las almohadas, y, metiendo la mano, no los +halló; y levantándose a buscallos, se vió emparedado de carbón, y todos +los aposentos de la casa de la misma suerte, porque no faltase lo que +suele ser siempre del dinero que da el diablo[636], y tan sitiado desta +mercadería, que fué necesario salir por una ventana que estaba junto al +techo, y en saliendo, se le volvió todo el carbón ceniza; que si no +fuera ansí, tomara después por partido dejar lo alguacil por carbonero, +si fuera el carbón de la encina del infierno[637], que nunca se acaba, +amén, Jesús. + +El Cojuelo iba dando notables risadas entre sí, sabiendo lo que le había +sucedido al Alguacil con el soborno. Saliendo, en este tiempo, por cal +de Tintores[638] a la plaza de San Francisco, y habiendo andado muy +pocos pasos, volvió la cabeza y vió que le venían siguiendo Cienllamas, +Chispa y Redina; y, dejando las muletas, comenzó a correr, y ellos tras +él, a grandes voces diciendo: + +--¡Tengan ese cojo ladrón! + +Y cuando casi le echaban las garras Chispa y Redina, venía un escribano +del número[639] bostezando, y metiósele el Cojuelo por la boca, calzado +y vestido, tomando iglesia, la que más a su propósito pudo hallar[640]. +Quisieron entrarse tras él a sacalle deste sagrado Chispa, Redina y +Cienllamas, y salió a defender su juridición una cuadrilla de sastres, +que les hicieron resistencia a agujazos y a dedalazos, obligando a +Cienllamas a inviar a Redina al infierno por orden de lo que se había de +hacer; y lo que trujo[641] en los aires fué que, con el Escribano y los +sastres, diesen con el Cojuelo en los infiernos[642]. Ejecutóse como se +dijo, y fué tanto lo que los revolvió el Escribano, después de haberle +hecho gormar al Cojuelo, que tuvieron por bien los jueces de aquel +partido echallo fuera, y que se volviese a su escritorio, dejando a los +sastres en rehenes, para unas libreas que habían de hacer a Lucifer a la +festividad del nacimiento del Antecristo; tratando doña Tomasa, +desengañada, de pasarse a las Indias con el tal soldado, y don Cleofás, +de volverse a Alcalá a acabar sus estudios, habiendo sabido el mal +suceso de la prisión de su Diablillo, desengañado de que hasta los +diablos tienen sus alguaciles, y que los alguaciles tienen a los +diablos[643]. Con que[644] da fin esta novela, y su dueño gracias a +Dios porque le sacó della con bien, suplicando a quien la leyere que se +entretenga y no se pudra en su leyenda[645], y verá qué bien se halla. + + +Notas: + +[Nota 1: En la conferencia leída en el teatro Español la noche del 4 +de febrero de 1910, al estrenarse la refundición de _La Luna de la +Sierra_, hecha por don Cristóbal de Castro.] + +[Nota 2: Narróla--mejor diría _marróla_--don Joaquín María Ferrer, +en el prólogo de su edición de _El Diablo Cojuelo_ (París, 1828), y la +extractó muchos años después don Cayetano A. de la Barrera, en su +_Catálogo bibliográfico y biográfico del Teatro antiguo español_.] + +[Nota 3: Las investigaciones serias acerca de la vida del insigne +autor astigitano datan de los postreros años del siglo XIX. Yo encontré, +y publiqué muy en extracto en mi estudio sobre _Cervantes y la +Universidad de Osuna_, inserto en el tomo II del _Homenaje a Menéndez y +Pelayo en el año vigésimo de su profesorado_ (Madrid, 1899), el acta del +grado de bachiller en Artes de Vélez; en 1902 hallaba el muy diligente y +erudito don Antonio Paz y Melia, y sacábala a luz en _la Revista de +Archivos, Bibliotecas y Museos_, una carta de don Juan Vélez de Guevara, +hijo del poeta ecijano, escrita en 20 de octubre de 1645, documento +interesante, porque contiene, aunque abreviadamente y con algunos +errores de importancia, la biografía del autor de _El Diablo Cojuelo_. +Poco después, don Felipe Pérez y González, al par que comentaba con +acierto algunos de los pasajes más oscuros de esta novela, dedicóse con +feliz éxito a allegar datos para la vida de su autor, y diólos a conocer +en diversos artículos, que publicó en _La Ilustración Española y +Americana_ y reimprimió juntos en 1903, con otros de carácter crítico. +Entretanto, el meritísimo Pérez Pastor descubría y acopiaba muchas +noticias peregrinas referentes a los que en el buen tiempo fueron +próceres de nuestras letras, a Vélez de Guevara entre ellos; no menos de +cincuenta y cuatro documentos tocantes a él insertó en la tercera parte, +última publicada (Madrid, 1907), de su excelente _Bibliografía +Madrileña_ (págs. 499-515). Amén de esto, en 1902, don Adolfo Bonilla y +San Martín daba a la estampa en la _Revista de Aragón_ diversas poesías +de Luis Vélez, las más de ellas inéditas hasta entonces, y de las cuales +hay especialmente cuatro--las cuatro primeras--llenas de indicaciones +muy interesantes para la vida de su autor, razón por la cual en 1908 las +reproduje anotadas, con otra inédita, en la _Revista de Archivos, +Bibliotecas y Museos_. A la buena luz de tan valiosos hallazgos, podía +ya intentarse sin temeridad la empresa de componer una biografía +circunstanciada de Vélez, cosa que ha efectuado don Emilio Cotarelo en +el _Boletín de la Real Academia Española_, cuadernos de diciembre de +1916 y abril de 1917, no sin aportar algunos otros datos debidos a sus +investigaciones.] + +[Nota 4: Fué hijo del licenciado Diego Vélez de Dueñas, nacido en +Jerez de la Frontera, y de doña Francisca Negrete de Santander, natural +de Ecija, quienes habían contraído matrimonio en esta ciudad, siendo él +vecino de Sevilla, a 10 de febrero de 1573. Vélez de Dueñas--descendiente +de don Llorente Vélez de Guevara, uno + + «de los trescientos hidalgos + que ganaron a Jerez», + +como recordó, andando el tiempo, el autor de _Reinar después de +morir_--era hijo de Alonso Rodríguez Vélez y de doña Isabel de Dueñas, y +se llamó indistintamente Diego de Dueñas y Diego Rodríguez de Dueñas +mientras fué estudiante. Para graduarse de bachiller en Leyes en la +Universidad de Sevilla (22 de septiembre de 1570), presentó los +siguientes recaudos: casi seis meses que en la dicha facultad había +cursado en Salamanca por los años de 1563, 64 y 65; dos cursos más, +oídos en Sevilla, el último, desde 1.º de mayo de 1568 hasta 7 de mayo +de 1569, y cinco lecciones de leyes que había leído. (Archivo +universitario de Sevilla, libro 1.º de Diligencias y colaciones de +grados menores, desde 1570 hasta 1574.) Este sujeto es, como columbré +diez años ha, el mismo lincenciado Dueñas, poeta más que razonable, +autor de once de las composiciones coleccionadas en Méjico, en 1577, +bajo el título de _Flores de varia poesía_ (Biblioteca Nacional de +Madrid, Ms. 2973), y el mismo a quien se refirió el licenciado Francisco +Pacheco, jerezano como él, en su interesante composición intitulada _La +sátira apologética en defensa del divino Dueñas_, escrita en 1569, +anotada por mí y publicada en la _Revista de Archivos, Bibliotecas y +Museos_ (1907-1908). Trasladado a Écija desde su casamiento, allí vivió +pobremente ejerciendo la abogacía y criando otros hijos, entre ellos, a +Diego, nacido en 1586 y poeta como su padre y su hermano, vistiéndose y +vistiendo a su familia de fiado, de lo cual es buena muestra cierta +escritura que encontré en aquel archivo de protocolos, al buscar +documentos cervantinos (Antonio Trapel, libro 1.º de 1588, fol. 1899), y +componiendo de cuando en cuando tal cual epigrama latino, como el que +hizo en elogio de don Alvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, para el +_Comentario en breve compendio de disciplina militar_, escrito por el +licenciado Mosquera de Figueroa (Madrid, Luis Sánchez, 1596). + +Doña Francisca Negrete de Santander era hija del licenciado Diego de +Santander, oriundo de la Montaña, y de doña María de Medina, vecinos de +Écija. De estos Negretes y Santanderes, unos habían negociado en las +Indias, y otros eran hombres de estudios, como lo demuestran los +diversos datos que allegué: el doctor Pedro de Santander y su mujer doña +Inés Melgarejo, vecinos de Sevilla, él hijo del doctor Negrete, se +despacharon a la Nueva España, con los suyos, antes de mediar el siglo +XVI (Archivo general de Indias, Licencias de pasajeros, 1534 y 1554 (43, +2, 1/5), relación núm. 74 del cuaderno 9.º). En 25 de septiembre de +1553, Diego Negrete de Santander, vecino de Sevilla, hijo de Bernardo +Negrete de Santander y de Isabel Gómez Adalid, se despachó por mercader +por tres años para Tierra Firme y Popayán (_Ibid._, al fin de la primera +hoja). El bachiller Juan de Santander, natural de Écija, probó en 17 de +marzo de 1554 haber ganado un curso de Medicina, «oyendo del doctor +gudiel y del doctor ferrer» (Archivo universitario de Osuna, Pruebas de +cursos, fol. 6 del cuaderno del dicho año), y en 4 de mayo de 1555 probó +otro en la Universidad complutense (Archivo Universitario de Alcalá, hoy +en el Histórico Nacional, Pruebas de cursos de 1540 a 1555, fol. 714 +vto.). Con el nombre de Juan Antonio de Santander, se graduó en Medicina +en la misma Universidad a 16 de mayo de 1555, y repitiendo en Osuna para +licenciado, se le asignaron puntos, hizo el examen secreto y se le +confirió el grado en 28 de agosto de 1568, doctorándose en 16 de mayo de +1569 (Registro 1.º de grados, fol. 22 del dicho año), a presencia del +duque de Osuna don Pedro Girón, de su hijo don Juan, marqués de +Peñafiel, de don Alonso Téllez Girón, hermano natural del Duque y de +muchos doctores y maestros. En la propia Universidad se graduó de +bachiller en Artes, a 28 de julio de 1587, Alonso de Santander (Registro +2.º de Grados, fol. 28 de este año), asimismo natural de Écija, a quien +vuelvo a encontrar en Alcalá ganando un curso de Teología escolástica en +8 de mayo de 1590. (Archivo universitario de Alcalá, pruebas de cursos +de 1590 a 1593, fol. 21 del dicho año.) Y, en fin, un Pedro de Santander +figura, para la devolución de la blanca de carne, entre los dignidades, +canónigos, racioneros y capellanes de la Iglesia Mayor de Sevilla, en el +año de 1596 (Archivo Municipal de Sevilla, Libros de Propios, asientos +de 12 de junio de 1597). Este prebendado, probable deudo de Luis Vélez +de Guevara, fué quizás quien le hizo entrar de paje en el palacio de don +Rodrigo de Castro, cardenal arzobispo de Sevilla.] + +[Nota 5: Así vino a decirlo Cervantes en la jorn. III de _La gran +sultana doña Catalina de Oviedo_: + + «... hidalgo, pero no rico: + maldición del siglo nuestro; + que parece que ser pobre + al ser hidalgo está anexo.»] + +[Nota 6: En 1902 envié desde Sevilla copia literal del acta de este +grado a don Felipe Pérez y González, en cuyo citado libro, págs. 132 y +siguientes, puede leerla el curioso.] + +[Nota 7: _Las bodas de los Católicos Reyes de España don Felipe III +y doña Margarita de Austria, celebradas en la insigne ciudad de +Valencia. Por Luis Vélez de Santander._ Sevilla, 1599.] + +[Nota 8: En uno de los reimpresos por mí (_Cinco poesías +autobiográficas de Luis Vélez de Guevara_. Madrid, 1908, pág. 11): + + «Esto es cuanto al Archiduque; + cuanto a marciales papeles + de servicios _de seis años_, + escuchadme atentamente. + Si busca Antonio de Losa + soldados que a hablaros entren, + que no sin causa el aplauso + vuestro su atención merece, + Saboya me vió y Milán; + en los años diez y siete + de mi edad, medié la pica + al grabado peto fuerte_(a)_, + con el tercio de Bretaña, + siguiendo al Conde de Fuentes + desde Baya de Zahona, + por ambiciones de nieve, + hasta que, treguas haciendo + con Saboya los franceses, + pasé a Nápoles, de donde + a buscar en sus bajeles + la caravana salí + por todo el mar del Oriente, + con don Pedro de Toledo, + rayo español de Berzeli. + De plomo, como de gorra, + nos saludamos mil veces + las turquescas escopetas + con los cristianos mosquetes, + descubrimos las montañas + de la provincia que tiene + el obelisco de Dios + en prisión irreverente, + hasta que el heroico brazo + vuestro a rescatar se llegue, + para que el número diez + acrecentéis a los Nueve, + y en la primera jornada + de Argel fué mi coselete, + espejo al sol, que, Narciso, + por mi se negó a las fuentes, + llegando a Valladolid + la misma noche del viernes + que, para dicha del mundo, + vos nacéis y Cristo muere.» + +_(a)_ Como veremos en seguida, no tenía diez y siete, sino veintiún +años, cuando dejó su plaza de paje. Trascordóse, pues, Vélez, o, lo que +más creo, le hizo escribir _diez y siete_ la fuerza del asonante.] + +[Nota 9: En pleito promovido por don Jerónimo de Leyva en abril de +1604 ante el Provisor general del arzobispado de Sevilla, con motivo de +haber presentado don Francisco de Acuña, canónigo de aquella Santa +Iglesia, unas letras del Auditor de la Cámara de Su Santidad, por las +cuales le subdelegaba plenariamente sus veces para averiguar si don +Alonso de Ulloa había sido criado del cardenal don Rodrigo de Castro, +declararon a tenor de cierto interrogatorio diversos testigos, entre +ellos Luis Vélez de Santander, o sea nuestro Vélez de Guevara, y Lope de +Vega Carpio. Mi querido amigo el docto cervantista don Adolfo Rodríguez +Jurado, que halló este pleito, sacó a la luz pública la interesante +declaración de Lope en el _Boletín de la Real Academia Sevillana de +Buenas Letras_ (septiembre de 1917), y me ha favorecido copiando para mí +la declaración de Vélez, por la cual se viene en conocimiento de algunas +cosas muy importantes para su biografía. Dijo «que es de hedad de veynte +y cinco años poco más o menos», y respondiendo a la pregunta primera, +que «conoció al Ilmo. don Rodrigo de Castro, arçobispo que fue de +Sevilla, por queste testigo le sirvio de paje quatro años, que el +postrero fue en el que murio el dicho cardenal, porque dos meses antes +que muriera salió este testigo del su servicio....» A la segunda: «que +sabe que el dicho don alonso de ulloa murió en la ciudad de toro por el +mes de agosto del año pasado de seiscientos e tres, y este testigo le +vido en valladolid quince días o veynte antes que muriese....» Y a la +sexta: «queste testigo fue con el dicho cardenal a la dicha jornada de +madrid, valencia y binaros, donde también fué el dicho don alonso de +ulloa....»] + +[Nota 10: Añadió al _Vélez_ el _Guevara_ y omitió el apellido +materno, bien que en Écija siguieron llamándole _Vélez de Dueñas_, como +a su padre. En 1630, año en que escribía el licenciado Andrés Florindo +su _Addicion al libro de Eciia y svs grandezas_ (Sevilla, Luis +Estupiñán, 1631), aún le nombraba así (fol. 4): «Otro insigne Cavallero +desta Ciudad, de excelente ingenio, mui universal en todas historias +(otro don Alonso de Ercilla, o Luis _Vélez de Dueñas_)....»] + +[Nota 11: Como nota el señor Cotarelo, Vélez de Guevara siempre hizo +caso omiso de este primer matrimonio, al cual tampoco se refirió su hijo +don Juan en la carta dirigida a Pellicer que publicó el señor Paz y +Melia; pero en la canción que Salcedo Coronel dedicó a la muerte de +nuestro poeta (_Cristales de Helicona_, Madrid, Diego Díaz de la +Carrera, 1649-1650, folio 31 vto.) hay una tan clara y circunstanciada +alusión a este enlace, que no sé cómo se desvirtúe: + + «Coronado de aplausos y victorias + volviste a España, que fiel previno + en agradables lazos de Himeneo + refrenar la inquietud de tu destino. + Ingrato el esplendor a tus memorias + ardió en las teas que encendió el deseo, + y entre infaustos gemidos sin aseo, + al tálamo condujo temerosa + pronuba Juno a tu querida esposa, + que en dulce nudo apenas + se vió a tu firme voluntad unida, + cuando, de acerbo golpe interrumpida, + sulcó estigias arenas: + Eurídice feliz fuera, si el llanto + no impidiera la fuerza de tu canto.» + +¿Qué enlace fué éste? ¿Tuvo acaso más de arrebatado y soldadesco que de +sacramental?] + +[Nota 12: 24 de septiembre de 1608. Véase la partida matrimonial en +el citado libro de Pérez y González, pág. 192.] + +[Nota 13: Bautizado a 9 de febrero de 1611 (Pérez y González, obra +citada, pág. 193). A este hijo y a la unión de que fué dichoso fruto se +refirió Salcedo Coronel en la estancia que sigue a la transcrita poco +ha: + + + «Segunda vez a más fecundos lazos + rendiste la cerviz aún no domada, + gustoso de tu mismo vencimiento, + por quien, dichosamente dilatada, + conseguiste en recíprocos abrazos + la virtud que inspiró sagrado aliento, + hijo, en fin, que formó tu entendimiento + aún más que la común naturaleza, + porque lograse con igual grandeza, + agradecido el mundo, + fénix que del primero renaciese + y tus doctas cenizas ofreciese + al templo en que facundo + Apolo, por cien bocas espirante, + tus alabanzas dignamente cante.»] + +[Nota 14: Pérez y González, obra citada, pág. 196.] + +[Nota 15: También le señaló pensión el Marqués de Peñafiel: +cuatrocientos ducados en cada un año, desde 1.º de enero de 1622; pero +amén de salir de ordinario inciertas las mercedes de los señores de +aquel tiempo, en las manos de Luis Vélez no había dinero, presente o +futuro, que no se volviera sal y agua.] + +[Nota 16: A estos memoriales me he referido en la nota última de la +pág. IX.] + +[Nota 17: Pérez y González, obra citada, pág. 203.] + +[Nota 18: Sólo producían lo poco en que las compraban los autores de +compañía o las corporaciones que las habían encargado: seiscientos +reales, u ochocientos a lo sumo. Por lo menos de seiscientos no creía +Jerónimo Dalmao, en 1616, que Luis Vélez se prestase a componer cierta +comedia a lo divino _(Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, 1878). +Y don Pedro Calderón, en la jorn. I de _Nadie fíe su secreto_, comedia +anterior al año 1651, hizo decir a dos de sus interlocutores: + + «D. ARIAS. Aquí la doncella vive.... + + LÁZARO. Ni la oigas ni la veas, + señor, hasta que se haga; + que son como las comedias: + sin saber si es buena o mala, + _ochocientos reales cuesta + la primera vez_; mas luego + dan por un real ochocientas. + Déjala imprimir primero; + que comedias y doncellas, + como estén dadas al molde, + las hallarás por docenas.»] + +[Nota 19: Lope, en una de sus cartas al duque de Sessa (Barrera, +Adiciones a la _Nueva biografía de Lope de Vega_, página 616): «Hablaré, +pues V. Ex.ª lo manda, a Vallejo; que, en fin, + + Mi sotana sin reparos + tiene, por ser de probecho, + quatro bocas en el pecho, + mas todas para alabaros. + Y no es por ynportunaros + al hablar en mi sotana, + pues tengo por cosa llana, + según es agradecida, + que si os alaba rompida, + mexor os alabe sana. + +_Parece cosa de Luis Vélez;_ mas, Señor, V. Ex.ª tubo la culpa; que yo +me havía remitido a la onrra portuguesa, que en Castilla llaman +bayeta.»] + +[Nota 20: Pérez Pastor, _Bibliografía Madrileña,_ tomo III, pág. +509.] + +[Nota 21: Pérez y González, obra citada, pág. 207.] + +[Nota 22: Pérez y González, obra citada, pág. 210.] + +[Nota 23: A fines del año 1851 un señor Pianitzky, pensando en +traducir al ruso _El Diablo Cojuelo_, pidió explicaciones a la Academia +Española acerca de ciertas dudas que se le habían ofrecido. Dado encargo +al académico don Agustín Durán para que respondiese, este señor, por +abril del año siguiente, dió cuenta de haberlo cumplido, en la medida de +sus fuerzas. Pero ¡cómo lo cumplió, Dios santo! Hago gracia al lector de +los demás trámites de aquel desdichado asunto: baste decir, para que los +manes de Durán no se irriten demasiado, que en aquella ocasión durmió +Homero a pierna suelta, y durmieron con él cuantos pusieron las manos, o +formulariamente hicieron que las ponían, que es lo más probable, en las +empecatadas _ilustraciones_ de Durán. Aquella larga serie de lamentables +yerros, que el lector curioso puede examinar en el departamento de +manuscritos de la Biblioteca Nacional (Ms. 13881)--pues a ella fueron a +parar, con la del, por otra parte, meritísimo colector de nuestros +romances, los borradores de su inverosímil trabajo--, convidaba, ¿qué +digo convidaba?, requería a volver por la honra del malparado Vélez, y, +en general, por los fueros de nuestro idioma; el señor Bonilla no +resistió a tentación tan plausible, y es de justicia reconocer que en +mucha parte logró su intento, explicando bien muchas cosas de que Durán +no había sabido darse acertada cuenta.] + +[Nota 24: Nota de la pág. VIII de la introducción: «Tuve entonces +[en 1902] la fortuna (que por tal la disputo) de hallar un erudito y +amable crítico en la persona del señor don Felipe Pérez y González, el +cual publicó en _La Ilustración Española y Americana_ y reunió después +en un volumen (_El Diablo Cojuelo_, Madrid, 1903) algunas _notas_ acerca +de mis Comentarios, que inmerecidamente declaró «dignos de aplauso y +alabanza». La disconformidad en que estoy con algunas de sus +apreciaciones no obsta para que reconozca la exactitud de otras, ni para +que aproveche con gratitud sus enseñanzas, como aprovecharé y agradeceré +siempre las que se me den con fundamento. Aspiro constantemente a +realizar trabajos útiles, pero jamás tuve la ridícula pretensión de que +fuesen perfectos.»] + +[Nota 25: Santiago de Chile, Imprenta de San José, 1915, página 15.] + +[Nota 26: Pág. 190 de la edición de Zaragoza, s.i., 1697.] + +[Nota 27: Tomo IV, pág. 386, 13.] + +[Nota 28: Sin lugar ni año, pero en Sevilla, hacia 1630.] + +[Nota 29: Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo +91 de causas, núm. 176, fol. 85.] + +[Nota 30: _Ibid_., legajo 94, núm. 226.] + +[Nota 31: Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Valencia, +legajo 25 de causas, núm. 1.] + +[Nota 32: Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo +83 de causas, núm. 41.] + +[Nota 33: Inquisición de Toledo, legajo 86 de causas, número 73.] + +[Nota 34: El señor Bonilla, al opinar en esto contra Pérez y +González, opinó también contra sí, pues en su edición de 1902, página +XXVII, había dicho: «Podemos concluír, pues, que _El Diablo Cojuelo,_ +empezado hacia 1630, hubo de terminarse después del mes de febrero de +1637, fecha de las mencionada fiestas»; refiriéndose a las celebradas en +el Retiro, en que Luis Vélez, como presidente, leyó el mismo soneto que +don Cleofás lee en la Academia Sevillana (tranco IX de la presente +edición) y, con leves variantes, las mismas _Premáticas y ordenanzas_ +que lee en otra junta de la sobredicha Academia (tranco X.)] + +[Nota 35: También yo caí en la tentación de hacer sobre ello algunas +pesquisas, y a este fin, pues al principio del tranco IX se nombra +como asistente de Sevilla al Conde de Salvatierra, averigüé cuándo tomó +posesión de este cargo y cuándo cesó en su ejercicio, por si lo uno o lo +otro diese alguna luz para el pleito. No la da: su asistencia duró desde +el día 24 de abril de 1634 hasta el 3 de julio de 1642, en que dió +posesión al Conde de la Puebla del Maestre, y haciéndome el razonamiento +que en el texto queda, sobreseí en la investigación.] + +[Nota 36: Córdoba, Salvador de Cea, 1630. 4 hs. sin foliar.] + +[Nota 37: Verbigracia, en un pasaje del tranco I y en otro del IX.] + +[Nota 38: Página 237 de mi edición crítica de _Rinconete y +Cortadillo_ (Sevilla, 1905). A mayor abundamiento, vea el curioso, +porque es concluyente y _definitivo_--como dicen ahora--algo de lo que +advirtió el sabio maestro Menéndez y Pelayo para explicar por qué en la +hermosa edición académica de las _Obras de Lope de Vega_ no había de +copiar servilmente los antiguos textos: «...Publíquense +enhorabuena--observaba--con estricto rigor paleográfico (y no de otro +modo deben publicarse) todos los monumentos literarios anteriores a la +era de los Reyes Católicos; pero séanos lícito disfrutar, como de cosa +familiar y doméstica, de todo el tesoro de nuestras letras clásicas, y +no nos empeñemos en ahuyentar a las gentes de la lección de nuestros +autores de la edad de oro, presentándolos en textos de aspecto +repulsivo, sólo para que algún filólogo tenga el placer de saber a +ciencia cierta que Calderón, en _El Mágico prodigioso_ escribió (verso +754), _hedad_ con _h_.»] + +[Nota 39: _Naveta_, en su antigua acepción de _gaveta_ o cajoncillo +corredizo de una papelera o escritorio: _vne leyette d'vn cabinet ou +d'autre chose_, definió César Oudin en _Le Tresor des devx langves +espagnolle et françoise_. (Sírvome de la edición de París, M.DC.XLV.)] + +[Nota 40: Llamaban _mosqueteros_, como dice el _Diccionario_ de la +Academia, a los que en los antiguos corrales de comedias las veían de +pie desde la parte posterior del patio. Y a silbar a los cómicos +llamaban, consiguientemente, _mosquetear_, verbo que falta en el dicho +léxico. Ruiz de Alarcón, en el acto I de _Mudarse por mejorarse_: + + «REDONDO. ...Representante afamado + has visto, por sólo errar + vna sílaba, quedar + a silbos _mosqueteado_.» + +A lo que parece, o era reciente el silbar en el teatro cuando el +admirable poeta mejicano escribió _Todo es ventura_, o se había +introducido de nuevo esa grosera costumbre, pues en el acto I dicen dos +interlocutores: + + «DUQUE. ¿Tú, Fabio? + + FABIO. Yo, en la comedia. + + DUQUE. ¿Pareció bien? + + FABIO. No, señor, + con ser divino su autor; + porque si no se remedia + _esta nueva introdución + de los silbos_, es forzoso + que pierda el más ingenioso + a los versos la afición.»] + +[Nota 41: Vélez de Guevara fué muy dado a buscar el donaire +acomodando a su intento los modismos y refranes vulgares, por medio del +trueque de una o más de sus palabras. Así, iremos viendo, verbigracia, +en el curso de esta novela, _Dar gato por demonio, Irse al infierno en +coche y en alma, Preñada de medio ojo, Astrólogo regoldano, Lo que es +del diablo, el diablo se lo ha de llevar, Si Dios me tiene de sus +consonantes, Siempre quiebra la soga por lo más forastero, Salud y +consonantes, Servir a su Majestad con dos comedias en Orán,_ meras +modificaciones de los refranes y frases _Dar gato por liebre, Irse al +infierno en cuerpo y alma, Tapada de medio ojo, Castaña regoldana, Lo +que es del agua, el agua se lo lleva, Si Dios me tiene de su mano, +Siempre quiebra la soga por lo más delgado, Salud y gracia_, y _Servirá +su Majestad con dos lanzas en Orán_. Tales acomodamientos pertenecen, +sin duda, a la clase de _chistes baratos_; quiero decir que cuestan +poco al ingenio de su inventor. Por fortuna, Vélez de Guevara tiene, y +sabe lucirlos, méritos de muchos más quilates que estas gracias frías.] + +[Nota 42: Lo de haber nacido _para número de los demás_ puede ser +reminiscencia de aquel verso de una de las epístolas de Horacio: + + «Nos numeri sumus, _fruges consumere nati_.» + +Análogamente Ruiz de Alarcón, en el acto I de _La verdad sospechosa_: + + «D. GARCÍA. Quien vive sin ser sentido, + quien _sólo el número aumenta_ + y hace lo que todos hacen, + ¿en qué difiere de bestia?»] + +[Nota 43: Sabidísimo es que se llamaba _corral de comedias_, como +dice el _Diccionario_ comúnmente llamado _de autoridades_, «la casa, +patio o theatro donde se representan las comedias. Diósele este +nombre--añade--porque ordinariamente están descubiertos».] + +[Nota 44: _Las bocas abiertas_, especie de ablativo absoluto, +frecuentemente usado por nuestros escritores.] + +[Nota 45: Llamóse _corchetes_, figuradamente, a ciertos ministros +inferiores de la justicia, servidores de los alguaciles, porque, en +frase de Covarrubias, _Tesoro de la lengua castellana, o española,_ +«asen como estos ganchuelos».] + +[Nota 46: _Con lo mío me haga Dios merced_, decíase para indicar que +no se deseaba nada allegado con riesgo o por mal camino. Así lo dijeron, +simple o socarronamente, aquellos benéficos forajidos de la Sierra de +Cabrilla que partían con el robado lo que éste llevaba. De ellos dice +Luque Fajardo (_Fiel desengaño_ _contra la ociosidad y los juegos, +Madrid, 1606,_ fol. 291) que, habiendo tropezado con ellos un labrador +«y como no llevase más de quinze reales, que eran expensas de su viaje, +hecha la quenta cabian a siete y medio; no se hallaua a la sazon trueque +de vn real, y el buen labrador (que diera aquella cantidad, y otra de +más momento, por verse fuera de sus manos) rogauales encarecidamente +tomassen ocho reales, porque él se contentaua con siete.--De ninguna +manera (respondieron ellos): _con lo que es nuestro nos haga Dios +merced_».] + +[Nota 47: _Mareta_, en la acepción figurada que registra el léxico +de la Academia: «Rumor de muchedumbre que empieza a agitarse, o bien a +sosegarse después de agitación violenta».] + +[Nota 48: En los prólogos se ha solido llamar al lector _cándido, +benévolo, pío_ y otras cosas a este tono, y Vélez juega de las dos +acepciones del primero de estos vocablos, oponiendo a _cándido,_ que +etimológicamente significa _blanco_, el adjetivo _moreno_, cosa parecida +a estotro donaire que por los años de 1612 había usado Quevedo en el +prólogo de _El Mundo por de dentro_: «Al lector, como Dios me lo +deparare, _cándido_ o _purpúreo, pío_ o _cruel, benigno_ o _sin +sarna_.»] + +[Nota 49: Dice _de la jineta de los consonantes_ por lo encogido que +va el poeta sujetándose al metro y la rima; _y la brida de la prosa,_ +porque en ella se extiende el ingenio libremente. Sabidísimo es que el +que cabalgaba a la jineta llevaba encogidas las piernas, y estiradas a +todo su largo el que cabalgaba a la brida.] + +[Nota 50: _Despensas_, más bien que _gastos o costas_, significa en +este lugar _necesidades_.] + +[Nota 51: Llamábase _autores de comedias por su Majestad_ a los +empresarios teatrales que tenían licencia real para formar compañía.] + +[Nota 52: Porque algunos cojos andan a _trancos_ se les suele llamar +festivamente _cojitrancos_.] + +[Nota 53: _Leyenda_, en su antigua acepción de _lectura. Leenda_ +dice todavía el vulgo andaluz.] + +[Nota 54: _Y yo menos que agradecerte_, quiere decir.] + +[Nota 55: _Por no ser para más_ era expresión usual en la respuesta +de las cartas y billetes de antaño. Véase, por ejemplo, el borrador de +una escrita al Secretario de la Universidad de Alcalá de Henares por un +su dependiente. Está al fin del libro de matrículas de 1566: «Los días +pasados me hicieron merced de responderme con aquellos caballeros, los +quales vinieron de su tierra de V.m.; y _por no ser para más_ la carta +que V.m. me ynbió no escribo más a V.m. el secretario mi señor. Oi lunes +a catorze de mayo.» (Archivo Histórico Nacional.) Por donaire, pasó tal +expresión a la plática verbal; así, verbigracia, en el _Quijote_ (II, +34), por boca de un supuesto demonio: «Y _por no ser para más_ mi +venida, no ha de ser más mi estada.» Y Pérez de Montalván, en la jornada +I de _La Doncella de labor_: + + «D.ª ISABEL. ...Y lo demás, finalmente, + es que ya las doce son, + y que ha venido la silla, + y por ser tarde me voy, + de vos muy enamorada, _(A D. Diego_.) + y muy celosa de vos; _(A D.ª Elvira_.) + y _por no ser para más,_ + a buenas noches, adiós.»] + +[Nota 56: _A los que fueren entonces_, es decir, _a los días del mes +que fueren_ entonces, cuando el libro salga a luz.] + +[Nota 57: Don Juan Vélez de Guevara nació en Madrid y fué bautizado +en la iglesia parroquial de San Andrés, a 9 de febrero de 1611. Publicó +su partida bautismal mi inolvidable amigo don Felipe Pérez y González, +en su excelente libro intitulado _El Diablo Cojuelo: notas y +comentarios_ (Madrid, 1903), página 193.] + +[Nota 58: De llamar los hechiceros _hora menguada_ a la que ya +estaba acabándose, por suponer que el resto de ella era ocasionado a +malos sucesos, se pasó a dar ese nombre al «tiempo fatal o desgraciado +en que se sucede un daño o no se logra lo que se desea». Y Vélez llama a +la de las once de la noche _hora menguada para las calles_, porque en +ella, al tiempo en que supone la acción de su relato, se vertían, por +las puertas de las casas, las aguas inmundas. Así se mandó y pregonó en +la coronada villa a 23 de septiembre de 1639, por acuerdo de los +alcaldes de casa y corte (Archivo Histórico Nacional, Libros de gobierno +de la Sala de Alcaldes, fol. 221 del dicho año): «... que ninguna +persona bacie por las ventanas y canelones agua ni ynmundicias ni otras +cosas, sino por las puertas de las calles; _en berano las puedan baciar +a las once dadas de la noche_, y en ybierno dadas las diez della, pena +de quatro años de destierro y veinte ducados a los amos que lo +consintieren, y de zien azotes y seis años de destierro a los criados y +criadas que lo hecharen, y de pagar los daños que hicieren....» Por esta +hora del «¡agua va!» Ruiz de Alarcón hizo decir a Hernando, de noche y +en la calle, en el acto III de _Los Favores del mundo_: + + «¡Poh! ¡Mal hubiesen los gatos + que dan algalia a estos botes! + Ya empiezan las cosas malas + _de entre las once y las doce_.»] + +[Nota 59: Con esto de _boqueaba coches_ se quiere decir que daba +las boqueadas el pasear por el Prado, del cual salían ya los pocos +coches que quedaban en él.] + +[Nota 60: Porque el agua del Manzanares no cubría las desnudeces de +los que se bañaban en él, dijo Celia en _La Dorotea_, de Lope de Vega, +acto II, escena II: «... ¿cómo puedes negar la culpa que tiene [el río] +en que, siendo los veranos tan humilde, se deja entrar de mil géneros de +hombres y mujeres, hecho un valle de Josafat?»] + +[Nota 61: Con los donaires que se han escrito a costa del ruin +caudal del Manzanares se podrían llenar muchas páginas. Véanse siquiera +dos muestras. Tirso de Molina, en un romance que insertó en sus +_Cigarrales de Toledo_: + + «Según arenas criáis + y estáis ya caduco y viejo, + moriréis de mal de orina, + como no os remedie el cielo. + Como Alcalá y Salamanca, + tenéis, y no sois colegio, + vacaciones en verano + y curso sólo en invierno.» + +Y Castillo Solórzano, _Tiempo de Regozijo, y Carnestolendas de Madrid_ +(Madrid, Luis Sánchez, 1627), fol. 114 vuelto: + + «...Este, pues, charco ambulante, + olla de tantos mondongos, + pelador de pies de puerco, + si no de panças de tomo, + reseruó entre dos alisos, + tres álamos y dos pobos, + para retirados baños, + cierto cristal, aunque poco.»] + +[Nota 62: _Ite, rio est_, dicho macarrónicamente, a imitación del +_Ite, missa est_, como si dijeran: «¡Ea, se acabó el río!», porque la +poca agua que de él quedaba se la habían llevado los Adanes y las Evas +en las sábanas con que se habían enjugado. El señor Bonilla dice en las +notas de su edición de 1910--pocas veces aludiré a la de Vigo +(1902)--que Vélez, con las palabras _Ite, rio est_, «evidentemente se +refiere al canon de la misa». Si él está en lo cierto, no lo está el +_Diccionario_ de la Academia Española, según el cual _canon_ es aquella +parte de la misa que comienza en el _Te igitur_ y acaba con el _Pater +noster_.] + +[Nota 63: A diferencia del señor Bonilla, paréceme que con la frase +_hidalgo a cuatro vientos_ no quiso decir nuestro autor que _don +Cleofás_, yendo por el tejado, «se hallaba expuesto a todos los aires», +sino que era un hacia hidalgo, sin casa solariega, y, por tanto, a la +intemperie o a _los cuatro vientos_. Él mismo dice más adelante que por +lo de llamarse Leandro, como el infortunado amador de Hero, tenía su +ejecutoria en las obras de Boscán y Garcilaso.] + +[Nota 64: Para ser encrucijada _de apellidos_ le faltaban dos, pues +no tenía más de otros tantos. Vélez contó con ellos los dos nombres de +pila.] + +[Nota 65: Hoy diríamos _que le iba a los alcances_.] + +[Nota 66: Decir, por metátesis, _estrupo_ fué cosa corriente en los +siglos XV, XVI y XVII. Véase algún ejemplo. Fernán Pérez de Guzmán, en +su _Confesión rimada_: + + «De aqueste mal cuerpo otro nombre es + que se llama _estrupo_, e su propia maldad + es en desflorar la virginidad....»] + +[Nota 67: Refiérese a la expresión vulgar figurada _sin comerlo ni +beberlo_.] + +[Nota 68: _Veintidoseno_, dicho en buen romance, y no _vigésimo +segundo_, que sería decirlo a la latina.] + +[Nota 69: Por estas _multiestupradas_ de fines del siglo XVI y todo +el XVII decía Mateo Alemán en su _Guzmán de Alfarache_, parte I, libro +III, cap. II: «... nunca quien lo come lo paga, o por grandísima +desgracia. Siempre suele salir horro el dañador, y después lo echan a la +buena barba; siempre suele recambiar en un desdichado.» Y, más tarde, +Moreto, en la jorn. II de _Todo es enredos amor_: + + «D. FÉLIX. ...Porque hay mujeres en esta + ciudad, de corta fortuna, + que al cebo de su belleza + suelen traer muchos peces, + y al ignorante que pesca + el anzuelo de su cara + le echan la justicia a cuestas + y la cruz del matrimonio.»] + +[Nota 70: A las palabras _para en uno son_ pone el señor Bonilla por +comentario: «Frase del ceremonial religioso del matrimonio». Ignoro de +dónde pudo sacar esta peregrina especie. _En uno_ significa +_juntamente_, como se echa de ver en muchas cédulas reales de Don +Alfonso el Sabio, dadas _en uno_ con la reina Yolant su mujer, y en +otras de Don Fernando IV: «E nos el sobredicho rey, regnante _en uno_ +con la reina doña Constanza mi mujer....» Y _para en uno son_ díjose de +los novios, desposados o por desposar, en el sentido de que están +destinados para vivir _en uno_ o _juntamente_. Así lo demuestran los +siguientes pasajes de Lope de Vega. En el acto I de _Peribáñez y el +Comendador de Ocaña_ cantan los músicos: + + «Y a los nuevos desposados + eche Dios la bendición; + parabién les den los prados, + pues hoy _para en uno son_.» + +Y en el acto I de _Fuente Ovejuna_: + + «LAURENCIA. ...En todo el lugar hay moza, + o mozo en el prado o soto, + que no se afirme diciendo + que ya _para en uno somos_.»] + +[Nota 71: Llama a la muerte _el vicario Responso_, porque, como el +vicario o juez eclesiástico, tiene poder para separar a los casados.] + +[Nota 72: El léxico de la Academia registra las formas _boarda_ y +_buharda_, y no la que ocurre en este lugar del texto.] + +[Nota 73: Añade _y la boca_ aludiendo a la costumbre de besar la +tierra los que llegaban a ella después de haber corrido grande peligro +en el mar. Así dice el Cautivo en el _Quijote_ (I, 41): «Embestimos en +la arena, salimos a tierra, _besamos el suelo_, y con lágrimas de muy +alegrísimo contento dimos todos gracias a Dios....»] + +[Nota 74: Llama _ministros del agarro_ a los que antes (7, 4)[45] +había llamado _corchetes_.] + +[Nota 75: Así en la edición original, que páginas adelante estampa +_Bitigudino_. Es apellido tomado del nombre _Vitigudino_, villa de la +provincia de Salamanca.] + +[Nota 76: _Moneda chanflona_ es la toscamente falsificada, difícil +de pasar sino cuando hay poca luz. Nuestros diccionarios registran el +aumentativo _chanflón,_ y no el positivo _chanfla_, muy corriente en +Andalucía con idéntico significado. Y aun de _chanfla_ dicen _¡Chanfle!_ +al acabar de contar alguna cosa poco creíble, como si dijeran: _¡Pase, +como moneda chanflona_!] + +[Nota 77: _A gatas_, porque andaban a cuatro pies por los tejados en +busca de don Cleofás; y _jinetes que corrían sus costas_, por alusión a +la que se llamó y llama Cervantes (_Quijote_, I, 41) _caballería de la +costa_, de la cual trató largamente Pérez y González en _El Diablo +Cojuelo: notas y comentarios_, páginas 13-17.] + +[Nota 78: Toda esta alegoría es alusión a los frecuentes desembarcos +que hacían en nuestras costas los corsarios moros, y a la presa que de +ellas solían arrebatar, no obstante el cuidado de los _atajadores_ o +_jinetes de la costa_.] + +[Nota 79: _Mohatrera de doncellazgos_, porque, como el mohatrero, +volvía a quedarse con lo mismo que vendía; en este caso, con la propia +fingida doncellez, vendida ya a tantos galanes. «_Mohatra_--dice +Covarrubias--es la compra fingida que se haze vendiendo el mercader a +más precio del justo y teniendo otro de manga que lo buelva a comprar +con dinero contante a menos precio.»] + +[Nota 80: _Chapetón,_ significando _inocente_ o _boquirrubio_. +Llamaban _chapetón_ en Indias a los que, por recién llegados, ignoraban +las costumbres y trato de aquella tierra. El adjetivo _doncellil_ falta +en el _Diccionario_ de la Academia.] + +[Nota 81: Contra lo que pudiera sospecharse, _suceso_, en +equivalencia de _éxito_ o _resultado_, no tiene nada de galicismo.] + +[Nota 82: El señor Bonilla, anotando este lugar, habla de la _silla_ +llamada _cadera, cadiera o cadira_, y de unas _mesas de cadera_ o _de +cadiera_; pero no de la _mesa de cadena_. Por si, como creo, puede +aprovechar a algún investigador más afortunado que nosotros, diré que en +la almoneda de los bienes que quedaron por muerte del maestro Juan de +Mallara se lee: «yten _vna mesa vieja de cadena_ con su banco....» +(Archivo de Protocolos de Sevilla, Gaspar Romano, libro 2.º de 1571, +fol. 1991.) Y en el inventario de los bienes de don Carlos de Álava: +«yten otra mesa de nogal de gonzes _con el banco de cadena_». (Archivo +de Protocolos de Valladolid. Juan Ramos, 1604, folio 133 vto.)] + +[Nota 83: Claro es que se refiere a lo que el léxico de la Academia +llama _efemérides astronómicas._] + +[Nota 84: La _magia_ o _mágica negra_ a diferencia de la blanca, que +es lo que podríamos llamar mera prestidigitación y _física recreativa_, +fué siempre arte reprobado, porque nada se hace en él sin pacto expreso +o tácito con el demonio.] + +[Nota 85: Era cosa general creer que los hechiceros solían tener un +demonio familiar metido en una redoma. Rojas Zorrilla en la jorn. II de +_Lo que quería ver el Marqués de Villena_: + + «ZAMBAPALO. Señor, he de hablar de veras: + yo tengo miedo. + + MARQUÉS. ¿Por qué? + + ZAMBAPALO. Porque deste hombre me cuentan + que tiene en una redoma + un demonio.»] + +[Nota 86: _Respondieron_, plural impersonal muy frecuente en +nuestros buenos escritores de antaño, y aún hoy en el habla de nuestro +vulgo. Véase en mi edición del _Quijote_, publicada en esta colección de +_Clásicos Castellanos_, cómo lo usaba Cervantes (VI, 53, 14, 125, 3, +137, 8; VII, 14, 5, etc.).] + +[Nota 87: En la superstición peninsular--como en otro lugar +indiqué--los cuatro diablos mayores del infierno son _Lucifer, Belcebú, +Satanás y Barrabás._ Así lo decía en 1512, en una de sus confesiones, +Juan de Chaves (Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Valencia, +legajo 24 de causas, núm. 8): «... e yo lamé e cridé a satanás, y a +Amanecidos, y a la rreyna Siuilla, y algunas vezes a los quatro mayores +del Infierno, es a saber, a Lucifer, belzebuc, satanás y barrabas....»] + +[Nota 88: _Chisme_ era femenino en los siglos XVI y XVII. Juan de +Castellanos, _Elegías de varones ilustres de Indias_, parte I, elegía +VI, canto I: + + «Huye _la chisme_, cesa la conseja, + crece contento, nace regocijo....» + +Covarrubias, en este artículo: «... assi el chismoso dize a hurtadillas +_la chisme_ a la oreja, que parece llegó tan solo a soplalla....»] + +[Nota 89: Recónditas son las más de estas cosas que el diablillo +enredomado dice haber traído al mundo: sería preciso ser punto menos +diablo que él mismo para averiguar noticias de algunas de ellas; pero de +otras puede decirse algo, y aun de tal cual se ha dicho no poco en +libros antiguos y modernos. De la _zarabanda_ traté con bastante espacio +en mi _Loaysa de «El Celoso Extremeño»_ (Sevilla, 1901), páginas +257-287, y para su estudio aporta el señor Bonilla otros datos +estimables.] + +[Nota 90: Del _déligo_ llamándole _deligo,_ sólo dice Bonilla: +«Baile de la época», y el señor Puyol y Alonso, en su edición de _La +Pícara Justina_ (Madrid, 1912), tomo III, página 155, a las palabras «en +el ayre repiqué mis castañetas de repica punto, _a lo deligo_, y di dos +vueltas a buen son», comenta: «Era un género de baile», y cita el pasaje +de _El Diablo Cojuelo_. Algo podré añadir yo. En primer lugar, este +baile se llamaba _déligo,_ y no _deligo;_ lo demuestra Lope de Vega en +el siguiente pasaje del acto II de _Los Locos de Valencia_. + + «FEDRA. Bailemos, que estamos tristes. + + GERARDO. Creciendo va su porfía. + + _(Bailen.)_ + + LAIDA. _Déligo, déligo, déligo_.... + + GERARDO. ¿Qué es esto, sobrina mía? + + FLORA. _Que déligo del andéligo._» + +Haciendo breve a _déligo_ y _andéligo_ no constarían los versos en que +están estos nombres. _Andéligo_ llamaban también a este baile, como se +echa de ver en el ejemplo que antecede y en un pasaje del _Romancero +general_, folio 425 vto. de la edición de 1604, por la cual cito +siempre: + + «No viue ufana Seuilla + con tantas damas de precio + que les tiene puesto el vso, + aunque valen mucho menos, + ni tiene tantos deuotos + aquel donayre inquieto + de _andéligo_ y zarabanda + de Guadalquiuir a Ebro....»] + +[Nota 91: Del baile de la _chacona_ traté en mi citado estudio sobre +_El Loaysa_, pág. 282. Véase además la nota 124 de Amezúa en su +excelente edición crítica de _El Casamiento engañoso y el Coloquio de +los perros_. De _la zarabanda_ y _la chacona_ tomaron nombre ciertas +ropas mujeriles (_Romancero general_, fol. 387 vto.): + + «...Ni que traygan verdugados, + alzacuellos y gorgeras, + vrracos, bobos, _chaconas, + çarabandas_ ni arandelas.»] + +[Nota 92: Al _bullicuzcuz_ se refiere, como presume el señor +Bonilla, esta letra que trae Quevedo en _El entremetido y la Dueña y el +Soplón_, y claro es que, según por ella se infiere, el _bullicuzcuz_ era +un baile, y no un juego: + + «Zarabullí, + Ay, bullí, bullí, de zambullí, + _bullí, cuz, cuz_, + de la Vera-Cruz, + yo me bullo y me meneo, + me bailo, me zangoteo, + me refocilo y recreo + por medio maravedí. + Zarabullí.»] + +[Nota 93: _La capona_ era un baile andaluz, propio de gente +apicarada, a juzgar por lo que dice Quevedo en su romance intitulado +_Cortes de dos bailes_ (Musa V): + + «Muy lampiña _la Capona_ + y con ademanes brujos, + _por Córdoba y por el Potro_ + viene calzada de triunfos.» + +_La capona_ no fué sino _la chacona_ remozada, según se colige por estos +versos de Salas Barbadillo en su _Entremés del Prado en Madrid y Baile +de la Capona_: + + «D.ª JULIA. ¿Puede haber cosa buena si es _capona_? + + ROBLEDO. Sólo una que llaman _la chacona_. + + D.ª TOMASA. _La chacona_ ¿no es baile muy antiguo? + + ROBLEDO. Remozóla un capón con gran donaire. + + ROSALES. Son los capones gente de buen aire.»] + +[Nota 94: De algunos de estotros bailes populares, como de tal cual +de los antes nombrados, trata don Emilio Cotarelo en su introducción a +la _Colección de entremeses, loas...,_ publicada en la _Nueva Biblioteca +de Autores Españoles._] + +[Nota 95: Según Covarrubias, «_pandorga_ es vna consonancia alocada +y de mucho ruido, que resulta de variedad de instrumentos.» Gómez de +Tejada, en un pasaje (que cita el _Diccionario_ de autoridades) de su +_León prodigioso_, contrapone _pandorga_ a _música._] + +[Nota 96: Don Juan de Caramuel, en su _Rhytmica_ (apud _Sanctum +Angelum della Fratta; ex Typographia Episcopalis Satrianensi, +M.DC.LXV_), al tratar (pág. 135) _De versibus quos_ xacara _appellat +Hispanus_, quiere que este vocablo venga de la raíz hebrea _zacar = +meminisse_, de donde _zácara = memoria, commemoratio, narratio_. No hay +tal cosa, sino que al _rufián_ llamaron _jácaro_ o _jaque_ en el habla +germanesca, y _jacarandina_ a esta habla, y _jácara_ al cantar de los +_jaques o jácaros_.] + +[Nota 97: El señor Bonilla asegura que _las papalatas_ son un +«género de juego popular», y no habría holgado añadir de dónde tomó esta +noticia. De mí confieso que no he hallado esa palabra más que en el +texto de Vélez.] + +[Nota 98: Estos _comos_ no son ni parientes lejanos de otros _comos_ +griegos que registra en su _Vniuersal vocabulario_ Alonso de Palencia, y +recuerda el señor Bonilla antes de venir a parar al significado que +tienen en la enumeración de Vélez de Guevara. _Como_, en esta acepción, +significa _burla, chasco_, y así lo dice en su _Diccionario_ la +Academia, si bien da por anticuada tal voz. Si no es anticuado lo que se +ha dicho con alguna frecuencia desde el tiempo de los Reyes Católicos +acá (y ésta es la norma que sigue la Academia), _como_ no es voz +anticuada, porque la han usado Tirso de Molina, Quevedo, Cubillo de +Aragón, Salas Barbadillo, Belmonte, Quiñones de Benavente y muchos +otros.] + +[Nota 99: Sospecho que esta _mortecina_, que no hallo en nuestros +vocabularios, es lo que por otro nombre se llamó _culebra_, pesadísima +broma, especialmente carcelaria, de que traté en _El Loaysa de «El +Celoso Extremeño»_, pág. 175, nota, y que define el _Diccionario_ +académico en la cuarta acepción de la voz _culebra_.] + +[Nota 100: _Títeres,_ dicho por las figurillas que los titereros, +como el maese Pedro del _Quijote_, mostraban en sus retablos. De los +antiguos _títeres_, además de la frase figurada _No quedó títere con +cabeza_, perdura en el habla vulgar otra, que falta en el léxico de la +Academia: _Dársela a uno por boca de títere._] + +[Nota 101: Hoy llamamos _volatines_ a los ejercicios del _volatín_ +de años atrás, y a éste, _funámbulo_.] + +[Nota 102: _Saltabanco_ llama preferentemente la Academia, aunque +registra además las formas _saltabancos, saltaembanco_ y +_saltaembancos_, a los charlatanes de plazuela que, sobre un banco o +mesilla, con aprensión escasa y cháchara abundante, engañan a la gente +popular vendiéndole fingidos medicamentos, o embaucándola con +cualesquier otras socaliñas. Como suelen ser o suponerse extranjeros, el +vulgo, a lo menos en Andalucía, extranjeriza el nombre y los llama +_saltimbanquis_.] + +[Nota 103: _Maese Coral_ nombraban al que hacía juegos de manos, o +de pasa, pasa, porque, según Covarrubias, art. _coral_, «los charlatanes +y embusteros que traen estos juegos se desnudan de capa y sayo, y quedan +en vnas jaquetas o almillas coloradas, que parecen troncos de coral». +También se llamó a los ejercicios de prestidigitación _juego de Maese +Escolar o de Maese Gicomar_.] + +[Nota 104: De la personalidad demoniaca llamada _el Diablo Cojuelo_ +he tratado con alguna extensión en el prólogo.] + +[Nota 105: _Rebelión_ era antaño del género masculino, y así Mármol +Carvajal tituló uno de sus libros _Historia_ del rebelión _y castigo de +los moriscos del reino de Granada_. Francisco Santos, que tomó algo de +la novela de Vélez de Guevara para sus _Postrimerías del hombre y +Tribunal espantoso_ (apud _Obras en prosa y verso_..., Madrid, 1723, +tomo I, pág. 332), hace decir al Diablo Cojuelo: «Yo soy aquel que, +aunque estropeado el cuerpo desde aquella batalla _del rebelión +celestial_....»] + +[Nota 106: _Y todo_, significando _también,_ como en diversos +lugares del _Quijote_ (I, 176, 9; IV, 259, 11; VI, 34, 15; VII, 85, 7, +etc.)] + +[Nota 107: Es refrán contrahecho, parodia de aquel que dice: _Camino +de Santiago, tanto anda el cojo como el sano_. También don Jerónimo +Cáncer parodió este refrán, en un vejamen que dió siendo secretario de +cierta Academia (_Obras poéticas de_..., pág. 107 de la edición de +Madrid, Manuel Martín, 1761): «... porque _camino del Parnaso, tanto +anda el cojo como el corcovado_.»] + +[Nota 108: Como dice el _Diccionario_ de autoridades, _trato_, +«figuradamente se toma por traición oculta e infidelidad con que, +faltando a la fe debida, se ofrece entregar alguna plaza, ciudad o +fortaleza al enemigo». Aquí se refiere a persona, pero con ese mismo +significado.] + +[Nota 109: Si Vélez no confundió en este lugar lo que es refrán con +lo que es modismo, parece que debe de haber, según esto, un refrán que +diga: _El Diablo Cojuelo trae a los demás al retortero_, o cosa +análoga.] + +[Nota 110: La frase _con sus tachas buenas y malas_, que aquí se +aplica a sí propio el Cojuelo, es, como demostré en otra ocasión, un +tópico de las antiguas escrituras de venta de caballerías. En el Archivo +de Protocolos de Illescas, escribanía de Esquivias, encontré, al buscar +documentos cervantinos, la escritura referente a una yegua (2 de +noviembre de 1591) «que de vos compré e rezebi _con sus tachas buenas y +malas_, encubiertas o descubiertas, a vso de feria....»] + +[Nota 111: _Cortesía_, en su acepción, hoy poco usada, de +_tratamiento_.] + +[Nota 112: _Príncipes de la Guinea infernal_, aludiendo a ser el +infierno, como la Guinea, patria de negros habitantes.] + +[Nota 113: De llamar _jigote_ a la carne asada y picada menudamente +se pasó a decir _hacer jigote_ una cosa, o de una cosa, significando +hacerla pedazos muy pequeños. Y aún, para más exagerar, como buen +andaluz, escribió don Francisco de Leiva en la jorn. II de _El Socorro +de los mantos_: + + «D. FERN.º Por Dios que la bellaca me ha picado. + + MOSTACHÓN. _Hecho veinte jigotes_ te ha dejado.»] + +[Nota 114: En la edición príncipe, por yerro, _mulatas_.] + +[Nota 115: Díjose _mayores de marca_, o _de más de la marca_, por +traslación de lo que se decía de las espadas, de los cuellos y de otras +cosas que, como éstas, no debían exceder de la longitud o anchura que se +les fijaba en pragmáticas u ordenanzas.] + +[Nota 116: _Barbado en Hircania_, es decir, con los pelos de las +barbas tan recios como tienen los tigres los de sus bigotes. Sabidísimo +es que, especialmente en verso, pocas veces se nombra al tigre sin +llamarle _hircano_.] + +[Nota 117: También por este pasaje se echa de ver que Francisco +Santos, aun habiendo formado tan desfavorable juicio de la novelita de +Vélez de Guevara, como recordé en el prólogo, tuvo presente en sus +_Postrimerías del hombre y Tribunal espantoso_ la pintura que del Diablo +Cojuelo hizo el escritor ecijano. Dice: «Este es Renfas, llamado por +otro nombre el Cojuelo.... Aquí noté la figura del espíritu: era +_pequeño_, y corcobado, _mala barba_, y _calvo_; descansando el cuerpo +sobre dos muletas....»] + +[Nota 118: Llamar _legumbre_ a los espárragos es evidente +impropiedad. Ya había dicho Covarrubias en 1611, que «_legumbre_ es toda +mata cuyo fruto o semilla nace en baynas, como son los garbanços, +lentejas, hauas, frisoles, y otras semejantes». Aunque yo, siendo +estudiante, tuve en Sevilla unos camaradas extremeños que al pescado y a +cuanto no era carne llamaban despectivamente _legumbres_.] + +[Nota 119: Como dice el _Diccionario_ de la Academia, _salvo el +guante_ es «expresión familiar de que se usa para excusarse de no +haberse quitado el guante al dar la mano a uno». Tirso de Molina, en el +acto II de _Por el sótano y el torno_: + + «DON DUARTE. ...Quiso el cielo, + cuando el planeta mayor + de púrpura entapizaba + su real peregrinación, + que tropezase mi dama + en un hoyo, a intercesión + de mis ruegos; que en Madrid + todo sirve a la ocasión. + Llegué diligente a darla + la mano, que recibió + _salvo el guante_, aunque por él + rayo o nieve me abrasó....» + +Otras veces se rogaba que _se perdonara el guante_. Lope de Vega, en el +acto I de _El Acero de Madrid_, hace decir a Lisardo al dar la mano a +Belisa, que ha tropezado y caídose en la calle: + + _«Perdone vuesa merced + el guante_.» + +Y esto quiere decir de su metáfora Luis Vélez: _que se le perdone_.] + +[Nota 120: _Tiro_, significando el cañón, y no, como hoy día, su +carga ni su disparo. Rojas Zorrilla, en la jorn. I de _El Desafío de +Carlos Quinto:_ + + «D.ª LEONOR. Ea, don Luis, vuelve en ti; + tu brazo la pica empuñe; + el coselete en tu pecho + al Otomano deslumbre; + digiere aquel hierro ardiente + que _el tiro de bronce_ escupe.»] + +[Nota 121: La iglesia parroquial de San Salvador, que por hallarse +ruinosa fué derribada en 1842, estaba situada en la calle Mayor, frente +a la plazuela de la Villa, a la cual daba nombre. Era quizá el templo +madrileño más antiguo, pues como recuerda Jerónimo de Quintana en su +_Historia de la antigüedad, nobleza y grandeza de la villa de Madrid_ +(Madrid, Imp. del Reyno, M.DC.XXIX), ya se la nombraba en la era de +1257, reinando Don Fernando III. Véase Mesonero Romanos, _Manual de +Madrid: descripción de la Corte y de la Villa_ (Madrid, 1831), pág. 137, +y _El Antiguo Madrid_, edición de 1881, tomo I, página 218. En la obra +últimamente citada dice Mesonero que «la torre de la misma iglesia, +apellidada _la atalaya de la villa_, era bastante elevada»; y en otro +lugar (pág. 288), tratando del templo de Santa Cruz: «La torre ... era +llamada _la atalaya de la corte_, así como la de San Salvador, _la +atalaya de la villa_». O Mesonero tomó tal denominación de la novela de +Vélez de Guevara, o éste la había tomado del habla vulgar.] + +[Nota 122: Llamábase _basquiña_ a lo que también se dijo _saya_ y +hoy nombramos _falda_. Se ponía, según Covarrubias, «encima de los +guardapieses y demás ropa».] + +[Nota 123: El _verdugado_ era, como dice el _Diccionario_ de +autoridades, «vestidura que las mugeres usaban debajo de las basquiñas, +al modo que hoy los tontillos....»] + +[Nota 124: Era el _guardainfante_--dice el _Diccionario_ de +autoridades--«cierto artificio muy hueco, hecho de alambres con cintas, +que se ponían las mujeres en la cintura, y sobre él se ponían la +basquiña.» Muy pintorescamente lo definió Rojas Zorrilla en la jorn. III +de _Los tres blasones de España:_ + + «REY DE CAST.ª ¿Que es _guardainfante_? + + GUARDAINFANTE. Vn enredo + para ajustar a las gordas; + vn molde de engordar cuerpos; + es una plaza redonda + adonde pueden los diestros + entrar a jugar las armas, + por lo grande y por lo extenso; + es un encubre-preñadas, + estorbo de los aprietos, + arillo de las barrigas, + disfraz de los ornamentos; + y es, en fin, el _guardainfante_ + vn enjugador perpetuo, + que está secando la ropa + sobre el natural brasero.» + +Don Juan de Zabaleta dice del _guardainfante_ en el cap. II de _El Día de +fiesta por la mañana_ (apud _Obras históricas, políticas, filosóficas y +morales, escritas por.... Con el Día de fiesta por Mañana, y Tarde, y +los sucesos que en él passan_ Madrid, Antonio Gonçalez de Reyes, 1692): +«Este es el desatino más torpe en que el ansia de parecer bien ha caido. +Si vna muger tuuiesse aquella redondez de cuerpo desde la cintura abaxo, +¿huuiera quien se atreuiera a mirarla? Ponerse postizo vn defecto, +¿puedelo hazer sino quien esté sin juizio? Ponerse postizo un ojo, vaya, +porque los ojos son hermosura; pero ponerse vna hinchazón contrahecha, +¿quién lo puede hazer que no esté fuera de tino?... Échase sobre el +Guardainfante vna pollera con vnos ríos de oro por guarniciones.... +Ponese sobre la pollera vna basquiña con tanto ruedo, que colgada podía +seruir de pavellon. Ahuecasela mucho, porque haga más pompa, o porque +coja mucho ayre con que hazer su vanidad mayor.»] + +[Nota 125: _Pollera_ llamaban al brial o guardapiés, por su +semejanza con el cesto en que se crían los pollos.] + +[Nota 126: _Engestarse_, verbo no registrado en el léxico de la +Academia, está usado aquí en la acepción de _volver el rostro_ hacia +alguna persona o cosa; _encararse_.] + +[Nota 127: Aunque de ordinario se llamó _picota_ al rollo, +propiamente no es _picota_ sino la _punta_ o _pico_ en que suele +terminar. Vélez usa aquella voz en sentido figurado.] + +[Nota 128: Así, _malaño,_ en la edición original, como, juntas las +palabras, escribimos _noramala_ y _norabuena_.] + +[Nota 129: Llamaban _lo hojaldrado_ a la parte del pastel que cubre +la carne o dulce en él contenido.] + +[Nota 130: Nombrábase _pepitoria_ a un guisado que se hacía con los +cuellos, manos y pies de las aves. Era plato propio de sábado, día en +que no se podían comer de los animales terrestres sino los despojos. +Todo esto se indica en los siguientes versos de Anastasio Pantaleón de +Ribera _(Obras de_ ... Madrid, Francisco Martínez, 1634, fol. 55 vto.): + + «Del pájaro que en Arabia + cinco edades vive enteras, + y naciendo de su muerte, + cunas le arrullan sabeas, + serán menudo jigote + sus pechugas y caderas, + _y en sábado, pepitoria + sus alones, cuello y piernas_.»] + +[Nota 131: _Haya_, diríamos hoy.] + +[Nota 132: Era _hacer media noche_, según Covarrubias, «vn abuso +grande de aguardar a que den las doze del Viernes en la noche para comer +vna olla regalada de menudo». Tropológicamente, llamóse _media noche_ a +esa misma cena. Quevedo, dirigiéndose a una niña de quien quería ser +tercera una vieja (Musa VI): + + «Cuando quieres persuadirme, + dices que es mujer de porte: + mucho tiene de estafeta; + temo que de ti la cobre. + De docientas leguas huele + almuerzos y _medias noches_; + lo que come, bien lo sé; + mas no sé con lo que come.»] + +[Nota 133: _No conocer_ a uno _si no para servirle_ es frase de +comedimento que, por usual, no debiera faltar en el _Diccionario_ de la +Academia. Vélez vuelve a emplearla en los trancos VII y X. Castillo +Solórzano, en _La Garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas_: «¿Cómo +alguacil?--replicó el mismo alguacil--. ¿Conóceme vuesa merced? Yo le +dije:--_No conozco a vuesa merced si no es para servirle_.»] + +[Nota 134: Llamóse _llave capona_ o _capona_ a secas, la que +honoríficamente se concede a ciertos gentilhombres de la cámara real, +sin ejercicio ni servidumbre, porque tal llave no tiene sino apariencia +de tal, pues con ella no se abre ni se cierra puerta alguna. Moreto, en +la jorn. III de _Antíoco y Seleuco_: + + «REINA. Y cuando sea mi esposo, + como es cierto, ¿te parece + que a mí ese amor me entristece? + + FLORETA. Pues, señora, ¿no es forzoso? + + REINA. ¿Por qué? + + FLORETA. ¿No es claro el indicio? + Porque hasta aquí tu persona + es, como _llave capona_, + esposa sin ejercicio.»] + +[Nota 135: A propósito de esta frase, Pérez y González recordó (pág. +75 de su mencionada obra) que se llamaba _proa_ a la parte delantera del +coche; que los asientos de éste se decían _de proa, de popa_ y _de +estribos_, y que «el _de proa_ era el más humilde, destinado al modesto +acompañante, ya servidor, ya devoto del personaje dueño del vehículo». +Pero si en esto de _la proa_ rectificó el erudito sevillano al señor +Bonilla, que en su edición de Vigo (1902) había sospechado que se +hubiese dicho en contraposición a la frase _jayanes de la popa_, no creo +que estuviese igualmente acertado al presumir «que _culto_ es una +errata, y debe leerse _cultor_». A mi entender, con lo de _culto +vergonzante_ se quiso aludir a que los de escasa calidad que acompañaban +a los magnates ocupando los asientos _de proa_ de sus coches solían +profesar de _cultos_, más o menos declaradamente, poniendo en tortura el +magín para hacer frases adulatorias y de ingenio que agradaran a sus +patronos.] + +[Nota 136: Tanto era la barba cosa indispensable para los letrados, +que dijo Quevedo en una de las letrillas de su Musa V: + + «Deseado he desde niño, + y antes, si puede ser antes, + ver un médico sin guantes + _y un abogado lampiño.»_ + +Y que solían llevar la barba en forma de cola de delfín lo había dicho +el mismo autor en un romance de la Musa VI: + + «Era Alejandro un mocito + a manera de la hampa, + muy menudo de faiciones + y muy gótico de espaldas. + _Barba de cola de pez_, + _en alcance de garnacha_....»] + +[Nota 137: _Doña Fáfula,_ como si dijera _doña Fulana_, o _doña +Fabulana_, nombre este último que aun suele oírse en Andalucía, y con el +cual parece tener estrecho parentesco el que ha originado esta nota. +Véase antepuesto al apellido, como se anteponen estos otros nombres. +Espinel, _Sátira contra las damas de Sevilla (Revista de Archivos, +Bibliotecas y Museos_; mayo-junio de 1904): + + «No había entonces doña Berenjena, + _doña Fáfula_ Ortiz ni doña Paula, + sino Francisca, Paula, Minga, Elena.»] + +[Nota 138: La _bigotera_ está definida en el _Diccionario_ +académico; y que los presumidos solían ponérsela para dormir, para no +descomponer sus bigotes, cuidadosamente peinados y levantados, dícenlo +acá y allá nuestros escritores de antaño. Don Guillén de Castro, _El +Narciso en su opinión_, jorn. I: + + «D. GUTIERRE. ¿Bueno está el bigote? + + TADEO. Bueno. + Pero sobrado le cuesta + al que, como tú, se acuesta + como braquillo, con freno.» + +Y Lope de Vega, en el acto II de _El Cuerdo en su casa_: + + «GILOTE. ...Hay mil tontos marquesotes + con cuidados de mujer, + que nacieron para ser + mártires de sus bigotes; + mil que a bestias los condeno, + porque ellas a dormir van + sin freno, y ellos están + toda la noche con freno.»] + +[Nota 139: El uso masculino de los _copetes_ y _guedejas_, por +denotador de vil afeminamiento, fué prohibido en 1617; pero de tal +manera continuó y aun se extendió años después, que a 13 de abril de +1639 se dió en Madrid el _Pregon en qve sv Magestad manda qve por qvanto +el abvso de las gvedejas y copetes con que andan algunos hombres, y los +rizos con que componen el cabello, ha llegado a hazer escandalo en estos +Reynos, ningun hombre pueda traer guedejas ni copete_. (Escudo real.) +(En Madrid. En la imprenta de Francisco Martínez. Año M.DC.XXXIX) Se +mandaba: «que ningún hombre pueda traer copete, o jaulilla, ni guedejas +con crespo o otro rizo en el cabello, el qual no pueda passar de la +oreja; y los barberos que hizieren qualquiera de las cosas susodichas, +por la primera vez caygan e incurran en pena de veinte mil maravedis y +diez días de carcel, y por la segunda la dicha pena doblada y quatro +años de destierro desta Corte, o del lugar donde viuiere, y por la +tercera sea lleuado por quatro años a vn presidio para que en ellos +siruan. Y a las personas que traxeren copete o guedejas y rizos en la +forma dicha no se les dé entrada en la Real presencia de su Magestad, ni +en los Consejos, y los porteros se lo prohiban, y los Ministros no les +puedan dar audiencia, ni oygan sobre sus pretensiones, reseruando a los +señores del Consejo poder hazer la demostracion y castigo que +conuenga....»] + +[Nota 140: Mujeres y lindos cuidaban mucho de sus manos y de sus +rostros, y para adobar éstos y aquéllas hacían mil extravagancias, y +hasta verdaderas porquerías. En un libro inédito de recetas de afeites +(Biblioteca Nacional, Manuscrito 2019) hallas con epígrafes como éstos: +«Memoria de la manteca que doña María de Mendoza traía en las manos...» +(fol. 13). «Recepta para hazer seuo para las manos, que se ha de traer +nueve días» (fol. 52 vto.). ¡Véase qué «recepta para las manos»! (fol. +16): «Tómese suziedad de perros de la blanca y muelanla y despues +echenla con miel y con hueuo y ponganla en las manos, y no en las +palmas, y tenganlo una noche y un día....» Y ¡véase qué «recepta para el +rostro»! (fol. 66): «Tomareis tocino tanto como vn hueuo, que sea todo +gruesso, e poneldo con vinagre fuerte que esté nueue días; tomareis +sahin de culebra....»] + +[Nota 141: _Descabezados_, para poder usar de las yemas de los dedos +y valerse de las manos aun teniéndolas untadas con los sebillos. Porque +es de notar que el hacer sudar las manos, enguantándolas, solía ser +obligado complemento del untarlas. Terminantemente lo declara una receta +para _muda de manos,_ que hay hacia el fin de cierto libro de cocina y +repostería (Biblioteca Nacional, Ms. 6058, fol. 167 vuelto): «Tomarás +media libra de trementina labada nuebe vezes y quatro hiemas de huebos +frescos y el agrio de dos limones redondos y seis dineros de cardenillo, +todo mezclado; vntarás las manos antes de acostarte y _sudaráslas con +guantes, y fiat confetio» (sic)_.] + +[Nota 142: De estas _pasas_ hablaba Areusa en el acto IX de _La +Celestina_, levantando, por ruin envidia, mal testimonio a Melibea: +«Todo el año se está encerrada con mudas de mil suciedades, por una vez +que haya de salir donde pueda ser vista; enviste su cara con hiel y +miel, con _uvas tostadas_ y _higos pasados_, y con otras cosas....»] + +[Nota 143: La colación de los ayunadores solía consistir en un poco +de pan y dos o tres docenas de pasas.] + +[Nota 144: _Una doncella sobre su palabra_, es decir, una que sólo +tenía de doncella el hacerse pasar por tal.] + +[Nota 145: Vélez de Guevara juega del vocablo _curso_ en dos de sus +acepciones. También en esto le había precedido Quevedo, al relatar en un +desenfadado romance (Musa IV) el _Ridículo suceso del trueco de dos +medicinas_, haciendo decir a la triste desposada: + + «Tu cuerpo, que no me goza, + a lo menos, me gradúa, + si los _cursos_ a las novias + valen como a los que estudian.»] + +[Nota 146: _Hacer_, en su frecuente acepción de _representar_.] + +[Nota 147: Quizá se refiere a _Il Dvello del Mutio Iustinopolitano_, +libro del cual se hicieron varias ediciones, muy difundidas en España, +por nuestra constante comunicación con Italia.] + +[Nota 148: Antes y más propiamente que el _Diccionario_ de +autoridades definió el _patacón_ César Oudin, en su _Tresor des devx +langves_...: «Patacón, _monnoye de cuiure en Portugali, qui vaut enuiron +deux liards, c'est aussi la grande reale d'argent de Castille de huict, +c'est à dire de quarante sols_....»] + +[Nota 149: Con sus propias palabras se llama ladrón al que iba a ser +robado. La frase _acá estamos todos_ tuvo origen, según el vulgo, en un +cuentecillo relatado mil veces por las abuelas a sus nietezuelos: «Un +duende hacía tantas diabluras en una casa, escondiendo mil cosillas, y +rompiendo otras mil, que el inquilino, por huir de él, se resolvió a +mudarse a otro barrio. Pero cuando, al llevar la última carrada de +muebles, preguntó a su mujer: «--¿Falta algo?», se oyó la vocecilla del +duende, que, escondido en un palanganero, decía: «_--¡Acá estamos +todos!_» Es frase popular en Andalucía, y suele decirla el que llega a +una reunión donde no se contaba con él: _¡Aquí estamos todos!, dijo el +duende._ Ayala y Guzmán versificó este cuento, con poca fidelidad y +menos gracia, en su comedia intitulada _Las Travesuras de don Luis +Coello, primera parte_.] + +[Nota 150: «Alude--dice el señor Bonilla--a los autos o misterios +populares de la Resurrección de Cristo, en que al descender el ángel del +cielo y revolver la piedra del sepulcro, se asombran los guardas y caen +a un lado y a otro como muertos (Cf. _San Mateo_, XXVIII, 1-4.»)] + +[Nota 151: Algo que dije de Sevilla en el discurso preliminar de mi +edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_ (Sevilla, 1905), página 13, +es aplicable a toda la España de los siglos XVI y XVII: «Al olor, y, +sobre todo, al sabor de estas cuantiosísimas riquezas [las que traían á +la metrópoli las flotas de Indias] vivían en la magnífica ciudad del +Guadalquivir una muchedumbre crecidísima de extranjeros, en especial, de +italianos, flamencos y franceses, cada cual en busca de su avío y en +solicitud de su medra; cada cual discurriendo medios e inventando artes, +artimañas o artificios para apropiarse, industriosa y más o menos +limpiamente, alguna mielecilla de las óptimas colmenas indianas, +consolándose así de no haber sido ellos ni sus naciones los que tuvieron +la dicha de descubrir y conquistar el Nuevo Mundo.»] + +[Nota 152: _Abada_, o _bada_, que equivale a _rinoceronte_.] + +[Nota 153: _La Bermuda_, como explicó Pérez y González (pág. 80 de +_El Diablo Cojuelo: notas y comentarios_), «era la isla principal del +grupo descubierto en América por el navegante español Juan Bermúdez.... +Lugar peligroso para la navegación, por los frecuentes temporales y +terribles accidentes del mar y por los atrevimientos de los piratas +extranjeros, allí corrían gravísimo riesgo los barcos que a España +traían los tesoros americanos....»] + +[Nota 154: En el texto original falta la palabra _bebe_, que suplo, +como el señor Bonilla.] + +[Nota 155: De la renombrada _cuba de Sahagún_ dijo Covarrubias en su +_Tesoro_, compuesto en los primeros años del siglo XVII, que «cabía +_tantas_ mil cántaras, y dizen que oy sirve de echar trigo en ella, +porque devia ser costosa y peligrosa de reparar y conservar».] + +[Nota 156: _A dar_, como si dijera _en dar_, que equivale a _dando_, +porque es sabido que el infinitivo con _en_ antepuesto equivale al +gerundio. Véanse algunos ejemplos análogos al pasaje del texto. Guevara, +_Menosprecio de corte y alabanza de aldea_, capítulo VIII: «... y a las +vezes gana en la corte mejor de comer vn malsin _a malsinar_ que no vn +theologo _a predicar_». Cervantes, _Quijote_, II, 38: «... y sabía hacer +una jaula de pájaros, que solamente _a hacerlas_ pudiera ganar la +vida....»] + +[Nota 157: Como nota el señor Bonilla, Vélez de Guevara se refiere +«a los huéspedes que como aves de paso paran en la posada, y reparan +poco, porque no han de consumirlos por mucho tiempo, en los manjares que +les sirven».] + +[Nota 158: La _puerta de Guadalajara_, que era una de las más +famosas de Madrid, estaba situada en la calle Mayor, enfrente de la +entrada o embocadura de la calle de los Milaneses y de Santiago. Aunque +se quemó por septiembre de 1582, quedó su antiguo nombre al sitio en que +tal puerta estuvo, como pasa hoy todavía con la llamada _puerta del +Sol_. En aquel lugar tenían sus tiendas ricos mercaderes, a quienes +muchas personas solían entregar sus ahorros para que se los invirtieran +y manejaran.] + +[Nota 159: Es reminiscencia del refrán que dice: _Cobra buena fama, +y échate a dormir_.] + +[Nota 160: _Hábito,_ en su antigua acepción de insignia con que se +distinguen las órdenes militares. «_Cauallero de abito_--dice +Covarrubias--, el que trae en el pecho la insignia de alguna orden de +Cauallería, que comunmente llaman abitos.»] + +[Nota 161: La _ropilla_, como dice el _Diccionario_ de autoridades, +era «vestidura corta con mangas y brahones, de quienes penden +regularmente otras mangas sueltas o perdidas, y se viste ajustadamente +al medio cuerpo, sobre el jubón».] + +[Nota 162: _Diluvio en pena_, como _alma en pena_.] + +[Nota 163: _Antes de mil años_, es decir, _antes que pase mucho +tiempo_. Es hipérbole andaluza: bien se echa de ver quién habla por boca +del Cojuelo.] + +[Nota 164: Como el jugar cañas era propio de caballeros, con estas +palabras indica el Diablillo que pronto había de subir de categoría el +tabernero bautizante, mudanza de que hubo, hay y habrá siempre grande +copia de ejemplos.] + +[Nota 165: _Hablar en_ un asunto o negocio, que hoy decimos _hablar +de_. Era régimen usualísimo en los siglos XVI y XVII (_Quijote_, I, 193, +10; III, 17, 4; 311, 22; etc.)] + +[Nota 166: También aquí sigue Vélez los pasos de Quevedo, que dijo +en su _Sátira a los coches_ (Musa VII): + + «Tras aquéllos llegó al puesto + vn coche verde, que ha sido + el sujeto a quien más debe + cierta mujer y marido. + Desde el alba hasta la noche + les sirve de albergue y nido, + y aunque duermen dentro dél, + ha dicho un contemplativo: + «Aqueste es coche imprestable, + porque ambos han prometido + no desamparar su popa + por cosa de aqueste siglo.»» + +A lo que parece, no había grande exageración en estas referencias. De +una tal doña Juana decía otra dama en la jorn. I de _El socorro de los +mantos_, comedia de don Francisco de Leiva y Ramírez de Arellane: + + «Yo donde vive os diré: + y es, porque busquéis el fin + de ese fuego que os abrasa, + la calle Mayor su casa + y un coche su camarín. + En él de día y de noche + a sus gustos se dedica, + y aun harto se mortifica + en no dormir en el coche.» + +Y Calderón, en la jorn. II de _Nadie fíe su secreto_: + + «LÁZARO. Laura vive aquí, que dijo: + «Con lo que la casa cuesta + de alquiler, he de hacer coche.» + Y respondiéndole a ella + dónde había de vivir, + dijo: «Cuando coche tenga, + en el coche todo el día, + y la noche en la cochera.»] + +[Nota 167: Para el señor Bonilla, _terceruela_ «puede ser la tercera +menor o semitono». Y yo, que _tampoco_ sé lo que es _terceruela_--digo, +a qué _terceruelas_ se refiere Vélez de Guevara--y, a mayor +abundamiento, no he logrado entender que _tercera menor_ equivalga a +_semitono_, recuerdo lo que un su interlocutor dijo a cierto poeta culto +que intentaba comentar a otro, sin dejarse entender; + + «--Comentador, comentaos.»] + +[Nota 168: Todos estos son remedios populares para el mal de madre, +muy usados cuando escribía Vélez y cuando, siglo y medio antes, compuso +Rojas _La Celestina_, en cuyo acto VIII, como recuerda Bonilla, enumera +la vieja protagonista las cosas con que se curaba ese mal: «Todo olor +fuerte es bueno, así como de poleo, _ruda_, axienjos, humo de plumas de +perdiz, de romero, de moxquete, de encienso, recebido con mucha +diligencia, aprovecha e afloxa el dolor, e buelve poco a poco la madre a +su lugar.» Especialmente, acudían a _la ruda_. Tirso de Molina en el +acto I de _El Celoso prudente_: + + «CAROLA. ...Uno de la vecindad + buscaba (aquesto es sin duda) + de parte de la comadre + _para cierto mal de madre + unos cogollos de ruda_.»] + +[Nota 169: _Y trescientas cosas más_ es frase tomada del bordoncillo +de un antiguo disparatorio que empieza: + + «Parió Marina en Orgaz, + y tañeron, y cantaron, + y bailaron y danzaron, + _y trescientas cosas más.»_ + +Cayó en gracia esta frase, y los poetas la llevaron y la trajeron, como +a la _Inés_ de _Yo te lo diré después_, y como un siglo antes habían +llevado y traído a _la bella malmaridada_. Lope de Vega, en el acto III +de _Los Novios de Hornachuelos:_ + + «BERRUECO. ...Un Barrabás sois vestido, + una fantasma calzada, + una arpía bautizada, + y un camello con marido.... + Longinos a pie, Caifás, + capón molde de hacer monas, + India de las Amazonas + _y trescientas cosas_ más.» + +Tirso de Molina, _Cautela contra cautela_, acto I: + + «ENRIQUE. ¿No es bien nuevo amar a dos? + + CHIRIMÍA. No, señor, ni amar a mil; + porque tú tienes criado + que en un mismo tiempo ha amado + un salchichón, un pernil + y una bota de hipocrás, + dos de Candia, cuatro griegas, + treinta fregonas gallegas + _y trescientas cosas más, + que es socorro y estribillo + de poetas de repente_.» + +El señor Foulché-Delbose publicó en la _Revue Hispanique_ (tomos IX, +261, y X, 234) un curioso estudio acerca de las _Coplas de Trescientas +cosas más._] + +[Nota 170: _Regatones_, que hoy más bien diríamos _regateadores_, +aunque esta palabra falta en el _Diccionario. Regatear_--dice +Covarrubias--, «procurar abaxar el precio de la cosa que compra es muy +del _regatón»_.] + +[Nota 171: _Si la podemos dar roma, no la demos aguileña_, dice el +refrán, aludiendo a moza, y no a nariz, contra lo que opina el señor +Bonilla. Es dicho de ruines de alma atravesada, y lo recuerda Cervantes +en el _Quijote_ (II, 48): «... que yo he oído decir muchas veces y a +muchos discretos, que si él [el diablo] puede, _antes os la dará roma +que aguileña.»_] + +[Nota 172: Refiérese a una de las muchas pendencias que se promovían +en los _mandrachos_ o casas de juego sobre dar barato a los mirones que +actuaban como jueces de las suertes dudosas.] + +[Nota 173: Deslizáronsele aquí a Vélez dos versos endecasílabos: + + «..._a una mujer de un sastre que ha jurado + que los ha de coser a puñaladas.»_] + +[Nota 174: Juega del vocablo _fuga_ en sus dos acepciones musical y +de _huída_, y alude a la frecuencia con que huían los músicos callejeros +al primer asomo de peligro, por lo cual dijo Lope de Vega en la silva +III de _La Gatomaquia_: + + «Los músicos, en viendo + el belicoso duelo comenzado, + huyeron como suelen; + que no hay garzas que vuelen + tan altas por los vientos, + dicen que por guardar los instrumentos....»] + +[Nota 175: Lo más corriente era llamar _caballero del milagro_, no a +un sujeto como el que pinta Vélez, sino al que vivía bien, y hasta +aparatosamente, sin que se le conociera renta, oficio ni beneficio. Lope +de Vega, en el acto II de _El Caballero del milagro_: + + «TRISTÁN. ¡Cosa es de ver la vida deste mozo! + ¡Qué ricamente viste, y cómo gasta! + ¿Cómo juega tan pródigo y reparte + lo que tiene entre todos sus amigos, + sin que le conozcan en su tierra + dos florines de renta o patrimonio? + + LOFRASO. Por eso es _caballero del milagro_.»] + +[Nota 176: De la _piedra bezar_, «concreción calcárea que suele +encontrarse en las vías digestivas y en las urinarias de algunos +cuadrúpedos», escribió un curiosísimo tratado el doctor Nicolás +Monardes, famoso médico y farmacólogo sevillano: _Dos libros, el vno que +trata de todas las cosas que traen de nuestras Indias Occidentales, que +sirven al vso de la Medicina, y el otro que trata de la Piedra Bezaar, y +de la Yerua Escuerçonera_. Cito por la edición de Sevilla, Hernando +Díaz, 1569, la más antigua de las tres de que poseo ejemplares. La +príncipe de estos _Dos libros_ es también de Sevilla, 1565.] + +[Nota 177: Dice _preñada de medio ojo_ para indicar que ocultaba su +preñez, como ocultaban el rostro las que _se tapaban de medio ojo_. De +éstas habrá ocasión de tratar en las notas del tranco IX.] + +[Nota 178: De _tate_ se hacía festivamente una persona, +anteponiéndole _Pero_, que es, a la vez que conjunción, nombre propio +(_Per, Pero, Pedro_). Calderón, en la jornada II de _El médico de su +honra_: + + «COQUÍN. _(Aparte.) ...Pero ¡tate!_ + (que es un _Pero_ muy honrado + del celebrado linaje + de los _Tates_ de Castilla), + porque el Rey está delante.»] + +[Nota 179: _Pocas cosas_ equivale a _cosas menudas_ o _de poco +momento_. Cervantes, _Quijote_, I, 20: «... y no querría que _pocas +cosas_ penase mi ánima en el otro mundo.» Calderón, en su _Entremés de +las Carnestolendas_: + + «VEJETE. Hombre, ¿comes, o engulles? + + GRACIOSO. ¡Lindo chasco! + _Pocas cosas_, señor, nunca las masco.»] + +[Nota 180: _Murciégalo_ (de _mur_ y _caeculus_) como aún lo dice el +vulgo, más etimológicamente que los que, con una metátesis innecesaria +decimos _murciélago._] + +[Nota 181: _Quien_, haciendo a plural, cosa frecuentísima en +nuestros escritores de los siglos XVI y XVII.] + +[Nota 182: Como recuerda el señor Bonilla, llamaron _los Siete +Durmientes_ «a siete hermanos que se dice sufrieron martirio en Éfeso, +en tiempo del emperador Decio. Habiéndose ocultado estos hermanos en una +caverna, fueron emparedados en ella de orden del Emperador; ciento +noventa y seis años después se les encontró dormidos en el mismo sitio +(Véase la _Leyenda áurea_ de Jacobo de Vorágine)». Tirso de Molina, en +el acto I de _La Villana de la Sagra_: + + «CARRASCO. ...Nunca de dormirme acabo; + mas con vinos excelentes, + si son siete los durmientes, + yo seré _durmiente octavo_.»] + +[Nota 183: Es decir, _que dirá que no lo siente_. Juega del vocablo +_sentir_, en dos de sus acepciones.] + +[Nota 184: «_Vistas_--dice el _Diccionario_ de autoridades--llaman +los vestidos y tocador que los novios envían a sus futuras esposas.»] + +[Nota 185: Contra lo que ligeramente pudiera imaginarse, _pared y +medio_ no es errata por _pared en medio_. «Error de caja» lo creyó el +señor Fitzmaurice-Kelly al encontrar esa expresión en el capítulo XIX de +la primera parte del _Quijote_. A los ejemplos que cité en nota del +dicho capítulo podrían agregarse muchos otros: cuantos acertara a desear +el más descontentadizo.] + +[Nota 186: _Del gallo_, es decir de la hora en que canta el gallo, +queriendo ya venir el día.] + +[Nota 187: Porque de Judas se dice que fué despensero, y los +despenseros acaparaban muchos mantenimientos para venderlos a precios +elevadísimos. Es frecuente en nuestros escritores festivos la alusión al +oficio de Judas. Quevedo, por ejemplo, en su romance de _Los Borrachos_ +(Musa VI): + + «...Y yo, que en diez y seis años + que tengo de _despensero, + aun no he podido ser Judas_ + y vender a mi maestro.» + + +Lope, aludiendo a la costumbre de ahorcar un pelele el Jueves Santo, +figurando a Judas: + + «MENDOZA. Y ¿qué importa que una dama + tenga el cuerpo diligente..., + las caderas como en Flandes, + las piernas como un jinete, + si el rostro puede ser molde + de hacer diablos para el jueves + en que _al despensero_ cuelgan + que afrentó los calabreses?» + +«Los despenseros de los monasterios--dije en el discurso preliminar de +mi edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_--tomaban el pescado por +cargas, diciendo ser para aquéllos, y revendíanlo después entre sus +parroquianos; acordó el cabildo [de Sevilla] que se hablara a los +priores y guardianes para que corrigiesen el abuso; pero no se logró la +enmienda.»] + +[Nota 188: _Por partes de,_ y no por _por parte de_, como habría +enmendado Clemencín si hubiese editado la presente novelita. _Por partes +de_, o _de partes de_, solía decirse antaño, como demostré en mis notas +al _Quijote_ (IV, 267, 4).] + +[Nota 189: Pregunta el señor Bonilla: «¿Querrá decir Vélez que el +padre de ese niño era infiel (judío o moro)?» No, ciertamente--respondo--, +sino que ese niño, por partes de su padre, podía pretender tal beca como +hijo de clérigo. Sabido es que, según la creencia vulgar, el Antecristo +ha de ser hijo de un clérigo y una monja, y por éstas dijo Quevedo en una +de sus _premáticas:_ «Condenamos en los galanes de monjas los _antecristos +pensamientos_....»] + +[Nota 190: Debiera decir Vélez _el domingo de cuasi ración_, para +que recordase mejor el de _Cuasimodo_, al cual quiso referirse.] + +[Nota 191: Llamaban _letuario, lectuario, electuario_, a cierto +género de conserva, ya medicinal o ya simplemente alimenticia, como la +que solía tomarse al par que el aguardiente. Quevedo, _Vida del buscón +llamado don Pablos...,_ libro II, cap. II: «Pasamos adelante, y en una +esquina, por ser de mañana, tomamos dos tajadas de _letuario_ y +aguardiente de una picarona....» Las mujeres que vendían el _letuario_ +acostumbraban a pregonarlo por las calles en las primeras horas de la +mañana. Lope de Vega, en unas décimas de la _Justa poética en la +beatificación de San Isidro_, refiriéndose a esas horas: + + «...La mula el médico ensilla, + da la purga el boticario, + _pregónase el letuario_....»] + +[Nota 192: Contra lo que dijo Durán y copió Bonilla, el juego de +_salga la parida_ no consiste en gritar los muchachos «ese refrán(?) +cuando observan que la luna llena, atravesando grupos de nubes, va +apareciendo clara en los sitios despejados». _Salga la parida_, como +dice el _Diccionario_ de autoridades, es «juego común con que se +divierten los muchachos estrechándose y apretándose entre sí para echar +a alguno del corro, en cuyo lugar admiten otro».] + +[Nota 193: Llama _píldora_ al mundo, por lo esférico.] + +[Nota 194: Llaman _cruzado_, según el léxico de la Academia, a la +«mudanza que hacen los que bailan, formando una cruz y volviendo a +ocupar el lugar que antes tenían».] + +[Nota 195: Ocasionales o no, ocurren aquí dos versos octosílabos +aconsonantados: + + «... _haciendo un cruzado al son + de su misma confusión.»_] + +[Nota 196: Llama a los coches _ballenas_, recordando la de Jonás, +porque tragan y vomitan personas.] + +[Nota 197: ¡Qué exacta alusión a las cien mil falsedades, engañifas +y _cumplo-y-mientos_ propios del trato cortesano!] + +[Nota 198: _Haciéndose cocos a ellos mismos_, o _a sí mismos_, que +diríamos hoy, esto es, gustando de sí propios y recreándose en sus +ademanes y miraduras, como unos Narcisos. _Hacer cocos_ se dijo de +_cocar_, que significa _agradar, captar la benevolencia_.] + +[Nota 199: El señor Bonilla sospecha que _de riñón_ sea errata, por +_de piñón._ No hay tal cosa: la boquita que llamaban _de piñón_ era +naturalmente pequeña, como aquella a que se refiere el _Romancero +general,_ fol. 253: + + «Vna boca, chica era; + que con _vn piñón_ se mide, + segura de que haya otra + que assi enamore y cautiue»; + +pero el texto se refiere a una boca achicada artificiosamente. Quien ve +el riñón de un corderillo, ve una boca de esas frunciditas y amaricadas. +Para persuadirse de que no hay la errata que sospechó Bonilla basta +parar la atención en que a esta calle de espejos que pinta Vélez nadie +iba a verse como era, sino a estudiar gestos; uno de ellos, el +fruncimiento de labios. Quevedo, en _El Entremetido y la Dueña y el +Soplón_, mencionó una de estas bocas estudiadamente fruncidas: «Y al +punto, muy esparrancado de ojos, decía: «No hay sino dejar correr; Dios +lo remedie, que tal y cual, lo del camino carretero: sí por sí, no por +no»; y al decir «ello dirá», _ponía una boquita escarolada_, como le dé +Dios la salud.»] + +[Nota 200: _Roncando_, como los ojos de aquella Mari Pérez de quien +dijo Quevedo (Musa VI): + + «Tus dos ojos, Mari Pérez, + _de puro dormidos, roncan_, + y duermen tanto, que sueñan + que es gracia lo que es modorra.» + +Cuanto a ojos, como a todo lo del mundo, cambian las modas, y por esto +decía Calderón, en la jorn. II de _Eco y Narciso_: + + «BATO. ...Vn tiempo que se dieron + en usar _ojos dormidos_, + no había hermosura despierta + y todo era mirar bizco....» + +Pero si Vélez aprendió en Quevedo lo de _roncar los ojos_, de puro +dormidos, una poetisa, doña Catalina Clara, aprendió de Vélez lo de +_roncar hermosura_, pues escribió, retratando a cierta dama: + + «Sus ojos, que _hermosura están roncando_, + dormidos saben más que otros velando, + y dice en ellos cada niña airosa: + _Nigra sum, sed formosa_.»] + +[Nota 201: _De Gloria Patri_ quiere decir, como notó el señor Pérez +y González en su citada obra, págs. 23 y 24, «inclinados como fieles que +pronuncian o escuchan el _Gloria Patri_».] + +[Nota 202: Sobre las _maretas_ quedó nota páginas atrás (8, 1)[47].] + +[Nota 203: _Para desacreditar la naturaleza_, porque le hacen +poquísimo favor carilindos que no acaban de semejar hombres ni mujeres; +y _para desacreditar el rentoy_, porque no parece sino que están jugando +a este juego, en que los compañeros se entienden por medio de gestos y +señas, a lo cual se refirió don Antonio Hurtado de Mendoza en estas +seguidillas de la segunda parte del _Entremés de Micer Palomo_: + + «De las damas de hogaño, ¿qué te parece? + --Capadillo, pues juegan con seis y siete. + --¿Y de las que se atapan en la comedia? + _--Al rentoy, pues te muelen haciendo señas.»_] + +[Nota 204: El nombre de _damas cortesanas_ era uno de los muchos que +se solían dar a las mujeres públicas. Así, en una representación de los +Alcaldes de Casa y Corte al Rey (11 de enero de 1617): «Señor: Los +Alcaldes dicen que de estar las mugeres de mala vida _que llaman damas +cortesanas_ alojadas en las calles principales desta corte y con +libertad de vivir donde quieran sean seguido y siguen muy grandes +inconuinientes....» (Archivo Histórico Nacional, Libros de gobierno de +la Sala de Alcaldes, tomo VII, fol. 470.)] + +[Nota 205: _Albillas_, como las uvas llamadas así, o _tempranillas_ +por otro nombre. _Tempranillas_ asimismo llama el vulgo andaluz a las +muchachas que, sobre cuajarse pronto de mujeres, dan a entender, por la +demasiada viveza y libertad con que miran y hablan, que, jovencillas y +todo, no les pesaría dejar de ser solteras.] + +[Nota 206: En Bonilla, _e Giron,_ sin duda por errata.] + +[Nota 207: _Vuelven las aguas_..., dice el refrán, que Vélez acomodó +aquí a su propósito.] + +[Nota 208: A la _plazuela de los Herradores_, aun hoy llamada así, +concurrían los que alquilaban sus servicios. En los antedichos Libros de +gobierno de la Sala de Alcaldes he visto un auto del año 1621 por el +cual se mandó que los mozos de sillas (los que conducían las sillas de +manos) asistiesen en la _plazuela de Herradores_ y llevasen el correón +al hombro. Y Tirso de Molina, en el acto III de _Por el sótano y el +torno_, hace decir a Santillana, escudero viejo, cuando se dispone a +dejar de servir a su ama, porque le ha reprendido: + + «¡Miren, porque la doy luz + de amantes embustidores! + _Plazuela habrá de Herradores_ + y puerta de Santa Cruz: + no me han de faltar dos reales + y señoras de alquiler.»] + +[Nota 209: _Damas de achaque_, o sea que se achacan o atribuyen +falsamente la damería.] + +[Nota 210: Poco después dice de quiénes habían de ser pasto tales +libros: respectivamente, de pajes y doncellas.] + +[Nota 211: No tachará de defectuosa la expresión _le preguntó ... +que le dijese_ quien esté advertido de que, como _preguntar_ significa +_demandar_ y _demandar_ y _pedir_ son una cosa misma, solía decirse +_preguntar_ por _pedir_, de lo cual hay en el _Quijote_ muchos ejemplos +(I, 137, 10; III, 85, 19, etc.)] + +[Nota 212: Dice _de media talla_, como pudiera decir _de medio +pelo_, o _de medio mogate_.] + +[Nota 213: Bien explica esto don Fernando de Loreña en su _Entremés +de los Relojes_ (Biblioteca Nacional, Ms. 17237): + + «D.ª TORRE. Mira quién llama aquí, doña Escalera. + + QUITERIA. ¿Quién es doña Escalera? + + D.ª TORRE. Vna criada. + + QUITERIA. ¿Con don? + + D.ª TORRE. Sí, _que autoriza una donada_.» + +Del uso y abuso de los _dones_ traté largamente en mi estudio sobre _El +retrato de Cervantes_ (Madrid, 1917), págs. 30-53.] + +[Nota 214: Por _el tusón de las damas_ (que también se llamaba +_damas_, a secas, a las _damas cortesanas_) ha de entenderse la +categoría de las que entre ellas eran de mayor calidad, a las cuales +llamaban _tusonas_.] + +[Nota 215: _Quererse volver al paño_, frase que no registra el +_Diccionario_, pero que oí muchas veces en Andalucía, se dice de las +alhajas muy limpias y brillantes, legítimas o falsas, por alusión al +paño en que las tenía envueltas el platero o quincallero cuando las +vendió.] + +[Nota 216: _Don extravagante_, como _clérigo extravagante_, que se +dice de aquel que vive sin incorporarse a la clerecía de ninguna +diócesis.] + +[Nota 217: La _ginebra_ está bien definida en el _Diccionario_ +académico. Es el mismo grosero instrumento que los andaluces llamamos +_carrasquiña._] + +[Nota 218: El _castrapuercos,_ instrumentillo compuesto de algunos +cañutos, es ni más ni menos que la zampoña con que suelen representar al +Dios Pan. En el _Diccionario_ de la Academia, como en el de autoridades +y en el Tesoro de Covarrubias, _castrapuercas:_ pero en el _Trésor_ de +Oudin, _«Castra puercos, vn sifflet de chastreur_». También se llamaba +_castrador_, y debe tomarlo en cuenta la Academia Española, bajo la fe +de Quevedo y Salas Barbadillo. El primero dijo en un romance referente a +los bailes del vulgo: + + «Suéltales las seguidillas + y a ejecutor de la vara, + y a la capona, que en llaves + hecha _castradores_ anda.» + +Y el segundo, en el _Entremés del Prado de Madrid, y Baile de la +Capona_: + + «Para el baile previnieron + las cuerdas de una guitarra, + sin ver que a un baile capón + vn _castrador_ le bastaba.»] + +[Nota 219: Iba narrando Vélez de Guevara, y súbitamente y sin +preparación deja la palabra a don Cleofás. Estos cambios bruscos de la +persona que habla, y aun de la persona a quien se habla, no escasean en +nuestros escritores del buen tiempo, como de Cervantes hice notar en +diversos lugares del _Quijote_ (I, 10, 17; II, 136, 8; IV, 259, 21; VI, +70, 3, etc.)] + +[Nota 220: «Entre los muchos--dije en otra ocasión--que han escrito +acerca de los arbitristas, plaga que infestó a España en los siglos XVI +y XVII, merece mención señalada don Antonio Cánovas del Castillo, que +trató de ellos en sus _Problemas contemporáneos_ (Madrid, 1884), tomo I, +págs. 305-328.... Mi querido amigo don Agustín G. de Amezúa, en su +edición crítica de _El Casamiento engañoso y el Coloquio de los Perros_, +páginas 147-151 y notas 349-351, cita algunos arbitrios notables por su +extravagancia....»] + +[Nota 221: Así en la edición original. A escribir hoy, de seguro +habría dicho Vélez: «... que tiene en la mano el retrato de su +dama....»] + +[Nota 222: El gramático pedante y engreído, para quien no hay en el +mundo cosa que valga dos maravedís sino sus gramatiquerías, fué siempre +odiado por los escritores. El señor Bonilla recuerda lo que contra ellos +dijo el doctor Suárez de Figueroa en su _Plaza universal de todas +ciencias y artes_ (1615). Y antes que Suárez, Barahona de Soto, en su +_Angélica,_ maltrató á los finchados gramaticones al incluírlos en la +relación de aquellas gentes que Zenagrio, en la morada de Gleoricia, no +se digna de mirar: + + «Tanto del soez _gramático_ arrogante + que, porque punta y coma sus diciones + y ordena lo de atrás para adelante, + no estima los gravísimos varones....» + +Yo dije a un consumado gramático, veinte años ha: «¿Qué hará usted con +toda su gramática, si no tiene nada que decir que interese al público? +Usted posee un admirable libro de cocina, cierto; pero, vacía la +despensa, ¿de qué pueden servirle sus excelentes fórmulas culinarias?»] + +[Nota 223: Como _ropa_, según una de las acepciones que registra +Covarrubias, es «la vestidura suelta que traemos sobre la que está +ceñida y junta al cuerpo», llamóse _ropa_, especialmente, a la talar, y +_plazas de ropa_ a los oficios o puestos en que se vestía toga o +garnacha. Quevedo, en una de sus jácaras (Musa V), jugando de los verbos +_bogar_ y _abogar_. + + «Por buen supuesto te tienen, + pues te envían a _bogar; + ropa_ y _plaza_ tienes cierta, + y a subir empezarás.» + +Y _ropas_, a secas, se llamó también a los oidores, como se echa de ver +por otra jácara de Quevedo, en que dice un jaque encarcelado: + + «Porque no pueda salir, + me engarzaron en las cormas, + y siempre mandan que siga: + ¿Quién entenderá las _ropas_?»] + +[Nota 224: El señor Bonilla, después de recordar con Covarrubias que +_pastel_ se dijo de _pasta_, y «es como una empanadilla hojaldrada, que +tiene dentro carne picada o pistada», añade: «Los había de a real, de a +cuatro, de a ocho, de a medio real, etcétera.» Y don Américo Castro, +anotando en la _Vida del Buscón,_ de Quevedo (pág. 89 de la edición de +_Clásicos Castellanos_), aquel pasaje en que dice: «pero yo entiendo que +los pasteleros desta tierra nos consolarán, acomodándole a [un ahorcado] +en los de a cuatro», comentó: _«los de a cuatro_: pastel de a cuatro +reales.» El señor Bonilla, antes de revisar en las pruebas su nota, pudo +hacerse estas preguntas: «¿Cómo un avariento, por ahorrar, había de +gastar cuatro reales en un pastel para su comida?» Pues ¿no era el +pastel, según el invocado Covarrubias, «refugio de los que no pueden +hazer olla?» Y el costo de la olla aun para dos personas, que no para +una, ¿llegaba, ni con mucho, a _cuatro reales_? La Gerarda de _La +Dorotea_ de Lope (acto V, escena II), teniendo convidada, gastaba en su +olla: «una libra de carnero, catorze marauedis; media de baca, seis, son +veinte; de tozino, vn quarto, otro de carbón, de peregil y cebollas dos +marauedis, y quatro de aceitunas, es vn real cabal»: ¿había, pues, de +gastar el avariento cuatro reales en un pastel para sí solo, cuando, +aunque se considere que _La Dorotea_ se refiere a tiempo muy anterior al +en que se alteraron los valores de la moneda de vellón, al escribir +Zabaleta _El día de fiesta por la tarde_; publicado en 1659, «una libra +de carnero valía once cuartos, y un pan cinco, y media azumbre de vino +siete, veintitrés cuartos en junto, o sea once menos que el pastel de +Vélez de Guevara?» Y esto preguntado, o parte de ello, la bien +acreditada diligencia del señor Bonilla le habría abierto camino para +averiguar cuánto costaba un _pastel de a cuatro_ en el tiempo en que el +escritor ecijano escribió su novela. + +Pues otro tanto digo del señor Castro, y aun digo más: que pudo +preguntarme sobre ese punto, como me preguntó sobre muchos otros. Esto, +amén de que buena respuesta tenía en el capítulo XI del mismo libro I de +_El Buscón,_ donde un verdugo, un animero, un mulato y otros sujetos de +esta laya comen, entre todos, después de algunas cosas de bodegón, +«cinco _pasteles de a cuatro_. ¿Habían de gastar _veinte reales_ en el +postrecillo...?» + +No, ciertamente no eran _de a cuatro reales_ los _pasteles de a cuatro_, +sino de la trigésimacuarta parte de ese valor: eran pasteles _de a +cuatro maravedis._ Con dar un vistazo a los tan socorridos Libros de +gobierno de la Sala de Alcaldes, que se conservan en el Archivo +Histórico Nacional, habrían echado de ver los mencionados comentadores +que en 1596 se mandó que no se hicieran pasteles y cubiletes _de a doce +maravedís_, y sí _de a ocho y de a cuatro_; que en 1642 se trató de que +no se hicieran pasteles _de a ochavo_, y que en 1644 mandaron los +Alcaldes que no se impidiese la venta de cubiletes _de a cuatro +cuartos_. A los que hacían pasteles de _a cuatro maravedis_, por la +misma exigüidad de su precio, no se les podía exigir ninguna gollería, +ni aun siquiera una mediana pulcritud; por eso dijo Quevedo en una de +sus jácaras: (Musa V). + + «Con las manos en la masa + está Domingo Tiznado, + _haciendo tumbas a moscas + en los pasteles de a cuatro_.» + +Y en un romance de la Musa VI hizo decir a un manto plebeyo: + + «Con poco temor de Dios, + pecaba en _pastel de a cuatro, + pues vendí, en traje de carne, + huesos, moscas, vaca y caldo_.»] + +[Nota 225: Es uno de los modos de decir que quiso desterrar Quevedo +en la _Premática que este año de 1600 se ordenó_...: «... _no tiene a +nadie en lo que pisa_.»] + +[Nota 226: Elíptico: _no sea que nos embarguen_, quiere decir.] + +[Nota 227: _Los unos de los otros_, como también lo dice Correas en +su _Vocabulario de refranes_..., pág. 421 b, y _no los unos y los +otros,_ como malamente se suele enmendar ahora. Lope de Vega, en el acto +II de _El Caballero del Sacramento_, explica bien el sentido del refrán: + + «DORISTA. Leerla quiero, por ver + en mi desdicha un proverbio. + _(Lee:) «Todos somos locos, + los unos de los otros.»_ + ¡Qué discretamente dice! + Unos por otros hacemos + disparates y locuras; + todos andamos sin seso, + ya los padres por los hijos, + ya los deudos por los deudos, + ya las damas por sus cuyos, + ya por las damas sus dueños.»] + +[Nota 228: _Sobrepelliezes_, dice la edición original, sin duda por +errata.] + +[Nota 229: Este _donde_, equivalente a _de manera que_, quizás no se +entenderá bien por quien ignore que está dicho a la andaluza, tal como +alguna vez lo usó Cervantes: «Venida la noche, cenará con el Rey, Reina +e Infanta, _donde_ nunca quitará los ojos della, mirándola a furto de +los circunstantes....» (_Quijote_, I, 21).] + +[Nota 230: _Actos positivos_ son, como dice el _Diccionario_ +académico, los «hechos que califican la virtud, limpieza o nobleza de +alguna persona o familia». Para las pruebas, por ejemplo, de limpieza y +nobleza en lo escolar, tres _actos positivos_ hacían cosa juzgada, según +la _Nueva Recopilación,_ leyes XXXV-XXXVII, tít. VII, libro I.] + +[Nota 231: Según Covarrubias (art. _torçuelo_), «los que saben de +cetrería dizen que comunmente la cria de los açores es de tres pollos: +los dos primeros se llaman primas y son hembras, y grandes de cuerpo; y +el _torçuelo_ es menor que ellas y es macho. Dixose _torçuelo_, quasi +terçuelo, por ser tercero en orden....» Vélez de Guevara dice +figuradamente _caballero torzuelo_, indicando su baja condición.] + +[Nota 232: Páginas atrás quedó nota acerca de una frase parecida a +_con los míos me haga Dios bien_.] + +[Nota 233: Este verso está impreso a renglón corrido, como prosa, en +la edición original.] + +[Nota 234: Refiérese don Cleofás a su tocayo el Leandro amador de +Hero y al soneto de Garcilaso que comienza: + + «Pasando el mar _Leandro el animoso, + en amoroso juego todo ardiendo_....». + +soneto que, en efecto, figura en las diversas ediciones de _Las Obras de +Boscan y algvnas de Garcilaso de la Vega, repartidas en qvatro libros_, +fol. 121 de la de Anvers, Martín Nucio, 1556, que es la que poseo.] + +[Nota 235: Elíptico: _merced de un hábito,_ quiere decir.] + +[Nota 236: _Salicio y Nemoroso_, como es sabidísimo, son los +interlocutores de la más famosa de las églogas de Garcilaso.] + +[Nota 237: Por aquí se averigua que don Cleofás, como de él se dijo +en el tranco I (15, 2)[63], era _hidalgo a cuatro vientos_, sin otro solar +que el muy conocido de los versos de Salicio y Nemoroso.] + +[Nota 238: _Pedir las pajaritas del aire_ es una frase de +encarecimiento equivalente a _pedir gollerías._ Espinel, en su _Sátira +contra las damas de Sevilla_, tratando de las doncellitas de su tiempo: + + «Luego les duele el hígado y el bazo; + luego _piden las paxaras del ayre_....» + +Esta frase llegó a hacerse tan enfadosa, por lo repetida, que don +Francisco de Quevedo la proscribió en su _Premática_ de 1600: «Quítanse +por nuestra premática los modos de decir siguientes: _... las pajaritas +que vuelan_....»] + +[Nota 239: También solían pedir _el fénix empanado_, o cosas poco +menos imposibles, bien que por broma y regodeo, los que comían en ventas +y mesones. A los ejemplos que transcribe el señor Bonilla podrían +añadirse otros, éste, verbigracia del _Entremés de los invencibles +hechos de Don Quijote de la Mancha_, compuesta por Francisco de Ávila, +publicado en 1617, y reimpreso en 1905 con prólogo y notas de don Felipe +Pérez y González: + + «MUJER. Estánme echando todos bernardinas, + pidiéndome imposibles por momentos. + + VENTERO. ¿Qué os piden, por mi vida? + + MUJER. Disparates: + los átomos del sol, _el ave fénix,_ + y la leche de todas las cabrillas + + VENTERO. ¿No veis, mujer, que aqueso es regodeo, + y siempre se acostumbra por las ventas + echar pullas a todos?»] + +[Nota 240: _Regoldano_ se dice del fruto del castaño silvestre, a +diferencia del que da el injerto, que es mejor. Vélez aplica estos +adjetivos al hechicero en sus respectivas cualidades de astrólogo y +nigromante.] + +[Nota 241: Alude Vélez a algunos pasajes bíblicos, tales como éstos: +_«Adprehendens autem David vestimenta sua scidit, omnesque viri qui erant +cum eo_ (II _Reyes_, I, 11).--_Quæ cum audisset Ezechias rex, scidit +vestimenta sua_....» (II _Reyes_, XIX, 1).] + +[Nota 242: El _besar las manos_ era obligado principio en todo +mensaje verbal. Así comienza el suyo a don Quijote, en la cueva de +Montesino (II, 23), la compañera y emisaria de Dulcinea: «Mi señora +Dulcinea del Toboso _besa a vuesa merced las manos_, y suplica a vuesa +merced se la haga de hacerla saber cómo está....»] + +[Nota 243: El señor Bonilla corrige _comission_ donde la edición +príncipe dijo _comisson_, y no corrige, cuatro palabras después, +_comissionario_ donde la propia edición dice _comissonario_.] + +[Nota 244: _Demonios a las veinte_, como _correos a las veinte_, que +eran los que habían de andar veinte leguas cada veinticuatro horas. En +el pleito entre Salvador de Toro y Pedro de Isunza, proveedores de las +galeras reales, hay una certificación de Diego de Ruy Saenz (Puerto de +Santa María, 8 de marzo de 1593) referente a haber despachado «tres +correos, los dos a la ciudad de malaga y el otro a la villa de madrid, +_a las veynte leguas»._ (Archivo General de Simancas, Expedientes de +Hacienda, leg. 516.)] + +[Nota 245: Que _la mula de Liñán_ es el aire, no ofrece duda; pero +¿cuándo y por quién se dijo esta frase? Esto es lo que había que +averiguar, y ni Durán, ni Pérez y González, ni Bonilla, ni yo, hemos +tenido la fortuna de ponerlo en claro.] + +[Nota 246: _Vara alta_, esto es, _derecha, vertical_, quiere decir +_autoridad, poder, jurisdicción._ Allí donde los investidos de autoridad +dejaban de tenerla, soltaban o _bajaban las varas_. Esto ocurrió al +entrar Felipe II en Portugal, según refiere Isidro Velázquez en _La +entrada qve en el reino de Portvgal hizo la S.C.R.M. de don Philippe, +invictíssimo Rey de las Españas, segundo deste nombre_.... (Lisboa, +Manuel de Lyra, M.D.LXXXIII), fol. 70: «Prosiguiose el camino, y a la +llegada de vn río, mojonera o diuision de los terminos de los Reynos, +salio orden que los ministros de justicia Castellana _baxassen las +varas_, o no las traxessen....»] + +[Nota 247: En los siglos XVI y XVII se solía llamar _figones_ a los +que después se llamó _figoneros_, dejando aquel nombre para sus +bodegones o fondines. Por un acuerdo de la Sala de Alcaldes pregonado a +18 de mayo de 1595, se mandó que se notifique «a los que guisan de +comer, que llaman _figones_» que no diesen de comer a las personas que +fuesen a sus casas, ni manjar blanco, ni tostadas, ni pastelillos, ni +otras cosas dulces. (Archivo Histórico Nacional. Libros de gobierno de +la Sala de Alcaldes, tomo II, fol. 47.)] + +[Nota 248: Como advierte el señor Bonilla, «el Infante don Pedro de +Portugal recorrió, no las _siete_, sino las _cuatro_ partidas del mundo. +Así lo dice el mismo título de la obra famosa donde se relatan sus +andanzas: _Libro del infante don Pedro de Portugal, que anduvo las +quatro partidas del Mundo_ (Çaragoça, Juan Millán, 1570).» ¿Por qué, +pues, dijo el vulgo ser _siete,_ y no _cuatro_, las tales _partidas?_ +Probablemente, según observé en otro lugar, por contaminación de esa +frase con el nombre de nuestro célebre código _de las Siete Partidas_.] + +[Nota 249: Estas palabras patentizan que aún en el segundo tercio +del siglo XVII perduraba con su renombre, si bien llamándose _de la +Sevillana_, aquel célebre _mesón del Sevillano_ que inmortalizó +Cervantes haciéndole lugar de la acción de _La Ilustre fregona_. Véanse +las noticias que acerca de esta posada di ha poco en el prólogo de mi +edición crítica de la mencionada novela cervantina. (Madrid, 1917.)] + +[Nota 250: _Por miedo que conspiren_, diríamos hoy, omitiendo ese +_no_ que en realidad redunda, pero que antaño se usaba con los verbos +que significan temor, como noté en diversos lugares del _Quijote_ (II, +80, 15; III. 59, 24; 144, 12; 217, 8; IV, 50, 1; 126, 15, etc.).] + +[Nota 251: El señor Bonilla puntuó así este pasaje: «... a otras +diligencias, deste modo por sobornar....» En la edición príncipe no hay +coma alguna después de la que sigue a la voz _esguízaros_, hasta otra +que sigue a las palabras _contra mí_. Creo que el verdadero sentido +requiere esa coma donde la he puesto: dice el Cojuelo que regresará por +Suiza _a otras diligencias deste modo,_ o sea, parecidas a la ya +indicada de hacer degollar a los hermanos del Gran Turco.] + +[Nota 252: _«Mearle la pajuela_--dice Covarrubias--; género de +desafío que usan los niños vnos contra otros.» Correas, en su +_Vocabulario de refranes y frases proverbiales_, publicado por la +Academia Española en 1905, explica la frase de esta manera (pág. 618 +_b_): «Vsaban los muchachos luchar, y a las tres caídas, el vencedor +_cogía una pajuela_ del suelo _y la meaba_, y con ella daba por la boca +al vencido sin que lo viese, y de este modo le afrentaba, y así en otras +cosas.» Pero tal frase tiene, además del significado natural, otro +figurado, más usual, que definió así el _Diccionario_ de autoridades: +«Aventajarse, sobresalir y exceder a otro en la ejecución de alguna +cosa», y éste, como nota el señor Bonilla, «es el sentido de la frase en +el pasaje del _Cojuelo»._ E igualmente en los siguientes versos de Lope +(_Los novios de Hornachuelos_, acto III): + + «EL REY. ¿Sois los novios mal contentos + que celebra este lugar? + Llegad. No, no tengáis miedo. + + BERRUECO. Somos, señor; pero sepa + que hay otros dos en el pueblo + que _nos mean la pajuela_, + pues somos los dos con ellos + paloma y palomo....»] + +[Nota 253: Con esto de _la jerigonza crítica_ alude Vélez al +culteranismo; a la _culta latiniparla_, como llamó Quevedo al +vocabulario que usaron Góngora y sus secuaces.] + +[Nota 254: Aristóteles decía que la belleza es _una carta de favor_, +y doña Isabel la Católica, que «el hombre de buena cara lleva consigo +_carta de recomendación_ para cualquier cosa que emprendiere».] + +[Nota 255: Claro que estos brindis eran _por las damas y los amigos_ +de los que brindaban y no por los del Rey.] + +[Nota 256: Dije en mi conferencia acerca de _El yantar de Alonso +Quijano el Bueno_ (Madrid, 1916), pág. 32: «...Pero lo más usado era +acabar de comer con aceitunas», de donde se dijo: _llegué_, o _llegó a +las aceitunas_, para significar que se llegó tarde a algún convite o +reunión. El acabar de comer con este postre se menciona con frecuencia +en nuestros libros del buen tiempo: Don Antonio Hurtado de Mendoza, en +el _Entremés del Examinador micer Palomo_: + + «VALIENTE. Yo he tenido quinientos desafíos; + he hecho sobre el duelo dos comentos; + seiscientos antuviones he pegado + y he reñido cien veces en ayunas. + + MR. PALOMO. ¿Qué fuera _al fenecer las aceitunas_...?» + +Y por lo que hace al _palillo_, dije en la citada conferencia que «entre +los abuelos de nuestros tatarabuelos era el _palillo_ o mondadientes +obligado postre último de toda comida; tanto, que entre gente hidalga el +comer podía faltar, y aun faltaba, en efecto, muchas veces; pero el +_palillo_ no».] + +[Nota 257: En el _Quijote_ (II, 44), apenas se hubo partido Sancho +para su ínsula, «cuando don Quijote sintió su _soledad_», y de esta +_soledad_ dije en las notas de mi edición crítica de la inmortal novela +de Cervantes lo que, aunque ésta peque por harto extensa, voy a +transcribir: «Sintió, no la _soledad en que_ le había dejado Sancho, +como entendió malamente Unamuno, sino la _soledad de él;_ la _soledad +con que_ lo había dejado; que aquí _soledad_ no significa «falta de +compañía», sino «pesar que se siente por la ausencia de una persona, y +deseo de volverla a ver». Esta _soledad_ es, ni más ni menos, la +_saudade_ portuguesa que en todo tiempo han pretendido imponernos los +que ignoraban que acá la teníamos castellana, tan rancia, a lo menos, +como la de nuestros vecinos. Véanse algunos ejemplos: + +»De _sentir soledad_ de una persona o cosa, como en el lugar que anoto. +Rivadeneyra, _Flos sanctorum_, en la Ascensión del Señor.... «Los +apóstoles también sentían la huerfanidad de tal padre, _la soledad de +tal maestro_, de tal pastor y de tal capitán, especialmente viéndose +entre tantos y tan crueles enemigos.» Lope de Vega, en el acto I de _El +Animal de Hungría:_ + + «TEODOSIA. Rezien casada, y venida + a Ungría de Ingalaterra, + _sentí soledad notable + de mi tierra_ en tierra agena.» + +»Lo mismo _tener soledad de_. Un cantarcillo del siglo XV: + + «Aldea donde nací, + _soledad tengo de_ ti.» + +»En el capítulo cxxvij del libro primero de _Don Clarian de Landanis,_ +fol. clxxxiiij: «_Teniendo_ [Gradamisa] gran _soledad_ de su buen amigo +don clarian, dio vn sospiro y dixo consigo....» Don Felipe II, en carta +escrita en Lisboa a 16 de abril de 1582 (Gachard, _Lettres de Philippe +II à ses filles....):_ «Y de lo que más _soledad he tenido es del cantar +de los ruiseñores,_ que ogaño no les he oydo, como esta casa es lexos +del campo.» + +»También se decía _hacer soledad_ una persona o cosa, en equivalencia de +apesadumbrar por su ausencia o falta. Santa Teresa, en carta a fray +Jerónimo Gracián (Ávila, 10 de junio de 1579): «¡Oh, qué _soledad me +hace_, cada día más, para el alma estar tan lexos de vuestra +paternidad...!» En carta autógrafa de _Margareta_ (doña Margarita de +Austria) al rey don Felipe III (11 de octubre de 1599) decíale: «Señor, +no puedo dejar describir a V. Md. para pasar con algún consuelo la +_soledat q me ase_, q con aber tan pocas horas q se fui V.M. me pariçe q +a mil años....» + +»Muchos portugueses, y aun algunos españoles, verbigracia, don Adolfo de +Castro en su _Himno a una palabra_ (apud _Estudios prácticos de buen +decir y de arcanidades del habla española,_ Cádiz, 1880, pág. 293), han +querido y creído que nuestra _soledad_ no signifique enteramente lo que +la _saudade_ lusitana, o por lo menos, que sea mera traducción de ésta, +afirmaciones contra las cuales protestó nuestro españolísimo Menéndez y +Pelayo _(Orígenes de la Novela_, tomo I, pág. CCXXI) en estas palabras: +_«Soledad,_ en el sentido de melancolía que se siente por la ausencia de +una persona amada o por el recuerdo del bien perdido, es palabra tan +legítimamente castellana como es portuguesa _saudade_; se ha usado en +todos los tiempos, da nombre a un género especial de cantares andaluces, +y nuestro _Diccionario_ académico consigna esta voz como de uso +corriente.» Y en las _Adiciones y rectificaciones_ del mismo tomo (pág. +DXXVI) insertó la notable carta, ya publicada en la _Revue Hispanique_ +(1901), en que don Juan de Silva, portugués de origen, sostuvo y +demostró que nuestra _soledad_ expresa tanto y aún más que la _saudade_ +de nuestros vecinos. + +»¿Se usa aún hoy en tal acepción la palabra _soledad_? En España no +recuerdo haberla oído; pero en Colombia todavía llaman _soledades_ a los +pesares amorosos causados por la ausencia. Véase una linda copla popular +de Casanare, publicada por fray Pedro Fabo del Corazón de María, +cultísimo agustino recoleto, en su interesante libro intitulado _Idiomas +y etnografía de la región oriental de Colombia_ (Barcelona, 1911), pág. +228: + + «Empréstame tus ojitos + para completar dos pares; + que con los míos no puedo + llorar tantas _soledades_.»] + +[Nota 258: Para el léxico de la Academia, _quedarse como un +pajarito_ significa «morir con sosiego, sin hacer gestos ni ademanes.» +Sea eso; pero sea también _quedarse muy dormido_, como en este lugar del +texto, y así, dije en las _Mil trescientas comparaciones populares +andaluzas_ (Sevilla, 1899), páginas 104 y 105: _«Se queó como un +pajarito...: Dormido,_ y más a menudo, _muerto_; del que se duerme +profundamente también se dice: _Se queó frito_ o _fritito_.»] + +[Nota 259: Suplo un _las_ que falta en el texto original, por +omisión mecánica de una de dos sílabas iguales e inmediatas.] + +[Nota 260: Con lo de _Adanes del baratillo_ quizá se referiría Vélez +a alguna tienda de baratijas en que se vendiesen figurillas de barro, y +entre ellas la de nuestro primer padre.] + +[Nota 261: «Alusión--como dice el señor Bonilla--a unos zapatos de +cuero.» Eran famosos los cueros curtidos en Fregenal de la Sierra, por +lo cual, en una jácara de Quevedo, refiriéndose a _la penca_ o azote del +verdugo, dice Lampuga a la Perala: + + «Más me cuestas de pregones + y _suela de Fregenal_ + que valen seis azotados + si los llegas a tasar.»] + +[Nota 262: _De grana de polvo,_ es decir, teñida con el polvo de los +gusanillos que llaman _grana_. También decían, a secas, _teñido,_ o +_teñida, de polvo_. Entre los regalos que los padres trinitarios de la +Redención de cautivos hicieron al Rey de Argel en 1591 figuraba «una +manta fraçada de la marca maior _teñida de polvo_, con su franxa de oro +y seda», que había costado 19.550 maravedís. (Archivo Histórico +Nacional, Libros de la Orden Trinitaria, 121 _b_, fol. 50 vto.)] + +[Nota 263: _Severo_, en su acepción de _grave, serio, mesurado_.] + +[Nota 264: Dice de las comedias de este loco que _se las habían +apedreado como viñas,_ recordando la frecuencia con que el pedrisco daña +los viñedos.] + +[Nota 265: _Menalao_, por _Menelao_, no es errata; solían decirlo +así, por asimilación de vocales. Francisco Santos, en _Los Gigantones en +Madrid por de fuera_, apud _Obras en prosa y verso_..., tomo I, pág. +396: _«A Menalao_, por aver entrado en su casa Paris....»] + +[Nota 266: La _Casa del Nuncio_ llamaban al hospital de dementes de +Toledo, porque lo fundó, a fines del siglo XV, un nuncio apostólico +llamado don Francisco Ortiz. También solían llamarlo _el Nuncio_, a +secas, y por las celdas o jaulas en que se encerraba a los locos +furiosos, _los alberguillos de Toledo_.] + +[Nota 267: _Cual tenga la salud_, es decir, _mal_. Era corriente +esta comparación imprecatoria. Véase algún ejemplo. Lope de Vega, en el +acto II de _El Caballero de Illescas_: + + «ROBERTO. ...Y tengo gracia en hacer + versos, que canto a un laúd. + + JUAN. _Cual tengáis vos la salud_ + todo eso debe ser.»] + +[Nota 268: Parece que debiera decir: _fué tal_....] + +[Nota 269: En mis notas al _Quijote_ (VIII, 56, 10) expliqué por qué +debe escribirse _¡Cierra, España!_, y no _¡Cierra España!_, como +generalmente se estampa y se dice. _España_ en esta locución es un +vocativo, y exclamar _¡Cierra, España!_ equivale a exclamar: _¡España, +cierra_, o _faja, con los enemigos_!] + +[Nota 270: Exaltarse los poetas hasta el punto de tomar sus +imaginaciones por realidades y parecer locos, nunca fué cosa harto rara: +ya decía de Horacio su siervo: _«Aut insanit homo, aut versas facit_.» +Ni fué raro tampoco el exagerarlo festivamente nuestros escritores. +Pérez de Montalván, en la jorn. I de _No hay vida como la honra_. + + «TRISTÁN. Señor, mi amo es poeta + y los tales, cuando escriben, + mudan más de cuatrocientas + caras en una hora sola; + porque, si es de cosa tierna, + se retozan ellos mismos, + se miman y se gorjean; + si de guerras se ensayonan, + se encolerizan y emperran + de manera, que tal vez, + llevados de aquella idea, + encasquetando el sombrero, + al primero con que encuentran, + como si fuera de Holanda, + de Francia o Inglaterra, + diciendo: «¡Santiago, a ellos! + »¡Cierra, España! ¡Todos mueran!», + le dan dos o tres puñadas, + o le quiebran la cabeza.»] + +[Nota 271: _El basilisco de Malta_ debió de ser, como conjetura el +señor Bonilla, nombre vulgar de una pieza de artillería que tuviese la +Orden de San Juan en la isla de Malta.] + +[Nota 272: _Alojaron_, refiriéndose a _compañía,_ que, como _gente, +manada_, y los demás nombres colectivos, puede concertar, por silepsis, +con un adjetivo o verbo en plural, cuando concurren los dos requisitos +que menciona Bello en el §818 de su _Gramática,_ anotada por Cuervo +(pág. 215 de la edición de 1908).] + +[Nota 273: Por _legumbre_ ha de entenderse aquí, aunque +impropiamente, cosas arrojadizas de huerta, como tronchos, pepinos, +nabos, etc. Las comedias de Cervantes--él lo dice--«se recitaron sin que +se les ofreciese ofrenda de pepinos ni de otra cosa arrojadiza». Y con +lo de _edificio_ alude Vélez, como supone el señor Bonilla, a _cascote_ +o _escombros_.] + +[Nota 274: _A pleito de tenuta_, o sea a pieza de autos judiciales +tan abultada como solían ser las en que se trataba de la tenuta o +posesión provisional de las rentas y frutos de un mayorazgo en litigio.] + +[Nota 275: Puigblanch, en sus _Opúsculos gramático-satíricos_ (tomo +1, pág. 30), sostiene fundadamente que, contra lo que creyeron muchos +autores, el _Paladión_ no fué el caballo de Troya, sino una pequeña +imagen de la diosa Palas.] + +[Nota 276: «_Armado de punta en blanco_ quiere decir armado de pies +a cabeza, con todas las piezas de un arnés, y las demás armas defensivas +y ofensivas, desnudas, a punto y guisa de acometer y pelear.» (Correas, +_Vocabulario de refranes_..., página 31 _a_).] + +[Nota 277: El socorrido expediente de hacer de pasta las dueñas que +faltaran para completar el número de once mil parece reminiscencia de lo +que cuenta Cervantes (_Quijote,_ II, 48) de aquella señora «de quien se +dice que tenía dos dueñas de bulto con sus antojos y almohadillas al +cabo de su estrado, como que estaban labrando, y tanto le servían para +la autoridad de la sala aquellas estatuas como las dueñas verdaderas».] + +[Nota 278: También Quevedo llamó _sabandijas_ a las dueñas, pues +hizo decir a una del gremio (Musa VI): + + «Fué Dios servido después + de que yo me convirtiese + en _sabandija_ tocada, + en un lechuzo de _réquiem.»_ + +En ranas dijo el mismo autor, en _Las Zahurdas de Plutón,_ haberlas +visto convertidas: «Así supe como las dueñas de acá son ranas del +infierno, que eternamente como ranas están hablando, sin ton y sin son, +húmedas y en cieno, y son propiamente ranas infernales; porque las +dueñas ni son carne ni pescado, como ellas. Diome grande risa el verlas +convertidas en _sabandijas_ tan pierniabiertas....»] + +[Nota 279: _Oyones_, dicho en tono festivo por _oyentes_.] + +[Nota 280: _Saber_, o _entender, poco de filis_, frase que falta en +el _Diccionario_, significa no ser capaz de ciertas delicadezas o +finuras. Calderón, en la jorn. II de _Guárdate del agua mansa_: + + «D. TORIBIO. Pues de mi cuidado + ¿en qué estriban los desvelos? + + EUGENIA. Preguntádselo a los cielos, + a los astros y a los hados, + que no inclinan mi albedrío. + + D. TORIBIO. Pues en algo está el busilis. + + EUGENIA. En que vos no tenéis _filis_ + para ser esposo mío.» + +Picado don Toribio por esta expresión, aun sin entenderla, dice poco +después a don Alonso: + + «Y para que se averigüe + si los hombres como yo + tienen o no tienen _filis_, + por no obligarme a retarla + en extranjeros países, + haced que me compren luego + cuantos _filis_ sean vendibles, + y cuesten lo que costaren.»] + +[Nota 281: Por analogía con las _encamisadas_ a que se refieren los +diccionarios, llama Vélez _encamisada_ a los sujetos que acudieron a las +alarmantes voces del Poeta; bien que si los más de ellos estaban «hechos +Adanes del baratillo, poniendo las manos donde habían de estar las hojas +de higuera», más podía llamarse _descamisada_ que _encamisada_ a su +junta o reunión.] + +[Nota 282: _Mediar el caso_, como _mediar la causa_ (_Quijote_, I, +46), y _médiese la partida_ (II, 26).] + +[Nota 283: Se refiere a un ejemplar de alguna de las diversas +ediciones que antes de mediar el siglo XVII se habían hecho del _Arte +poética española_ de Diego García Rengifo, publicada a nombre de Juan +Díaz Rengifo, y cuya edición príncipe es de Salamanca, Miguel Serrano de +Vargas, 1592.] + +[Nota 284: «_Omenaje_ tanto quier dezir--según la ley V, título XXV +de la partida IV--como tornarse ome de otro, e fazerse suyo por darle +segurança sobre la cosa que prometiere de dar o de facer, que la +cumpla.» Se hacía _pleito homenaje_ metiendo la mano derecha, o las dos +manos, entre las del que lo recibía, y jurando hasta tres veces cumplir +aquello a que se obligaba. Véase, por ejemplo, un pleito homenaje tan +ecijano como el mismo Vélez de Guevara y como el gran poeta Garci +Sánchez de Badajoz, en manos de cuyo padre se hizo. En Écija, a 20 de +marzo de 1475, ante el escribano Alfón de Aguilar, estando ayuntados en +la casa del cabildo los honrados señores concejo, asistente, alcaldes, +alguaciles, regidores, jurados y caballeros, y presente el comisario +Francisco Velasco, en nombre y con poderes de «la muy alta y muy +esclarecida Princesa, Reyna e señora nuestra señora la Reyna doña +Isauel», habiendo recibido del concejo y el asistente «la fidelidad, +juramento e omenaje que eran tenudos de fazer a la dicha señora Reyna +como primogenita heredera destos Reynos de Castilla y de Leon, e al muy +alto e esclarecido principe don Fernando su legitimo marido, luego el +dicho Comisario en el dicho nombre e por virtud de los dichos poderes +dixo que juraba e juró por el nombre de Dios e de Santa María e por las +palabras de los santos evangelios e por la señal de la Cruz, en que puso +su mano derecha, e fizo pleito omenage en manos de Fernan Sanchez de +Badajoz, cauallero fijodalgo, una, dos e tres veces segun fuero e +costumbre de España, so cargo del qual prometió e juró en el ánima e +persona de la dicha señora Reyna de confirmar e guardar los privilegios +e buenos usos e costumbres e ordenanzas, esenciones e libertades desta +cibdad....» (Archivo Municipal de Écija).] + +[Nota 285: Esto se cuenta de los Siete Durmientes, de quienes ya +traté en nota del tranco II (59, 16)[182]. Pérez de Montalván, en la +jornada I de _Santo Domingo en Soriano_, se hizo eco de la vulgar +conseja: + + «CHOCOLATE. Si a la venganza saliesen + quantos ay en Sorïano, + y lloviera Dios valientes, + con solo un dedo meñique, + sin mover essotros nueve, + los arrojara tan altos, + _que quando a baxar bolviessen, + hallassen otra moneda, + como los Siete Durmientes_.»] + +[Nota 286: Asemejándolos a los censos, Vélez llama _güéspedes al +quitar_ a los hospedados en el mesón, porque al ausentarse, dejaban de +ser huéspedes, y _güésped de por vida_ al mesonero, porque lo había de +ser hasta su muerte. En este pasaje pudo echar de ver don Antonio de +Valbuena que, contra lo que, sin duda ofuscado, defendió en algún +periódico, _huésped,_ como _hospes_ latino, significa, y así lo advierte +Covarrubias, tanto el forastero que viene a nuestra casa, o a nuestro +pueblo, como el mesonero o el que tiene casa de posadas. En el cap. LIX +de la segunda parte del _Quijote_ ocurren juntas, como en el texto que +anoto, las dos acepciones de esta voz: «¡Por Dios--respondió el +_huésped_ (el hospedador)--que es gentil relente el que mi _huésped_ (el +hospedado) tiene!» + +El decir _al quitar_ de cosas extrañas a los censos no fué original de +Vélez de Guevara: ya se leía en el _Romancero general_ (fol. 257 vto.): + + «Teneys vn custodio falso, + vn Argos astuto artero, + más velador que velado, + _novio al quitar, como censo_.» + +Y en Tirso de Molina, acto II, de _La Villana de la Sagra_: + + «CARRASCO. No hay tal pariente en el mundo + como el dinero en la mano; + éste es pariente de veras; + que lo demás es quimeras: + él es padre, primo, hermano. + + D. LUIS. Carrasco, lo propio pienso + que se usa en cualquier lugar. + + CARRASCO. _Hay parientes al quitar_, + _que son de casta de censo_.»] + +[Nota 287: En cuanto a la voz _saudade_, véase lo dicho acerca de +_soledad_ en nota del tranco IV (95, 4)[257]. Aquí se ocurrió a Vélez usar +el vocablo portugués, corriente en España; pero lo mismo pudo decir +_soledad_.] + +[Nota 288: El refrán dice: _De amigo a amigo, chinche en el ojo_, y +enseña que no es discreto confiar en todos los que se nos venden por +amigos. En lugar de _chinche_, algunos dijeron _chiz_ (significando +_agraz_), y otros, _chincha, china, chinilla_ o _chineuela, chispa, +chispe_, etc. _Sangre_ dice el léxico de la Academia.] + +[Nota 289: _Galantería,_ en la acepción de _broma_ o _chanza_, no +registrada en los diccionarios.] + +[Nota 290: Parece faltar un _por: y por la amistad_....] + +[Nota 291: Algunos editores corrigieron: _¿cómo te ha ido_...? por +no parar mientes en que el plural del texto es de frecuente uso popular: +_¿Cómo andamos_?, decimos al preguntar a uno por su salud.] + +[Nota 292: No hay montañés que no se tenga por hidalgo: «Montañés, +hidalgo es», dice un refrán, que yo supongo inventado por ellos.] + +[Nota 293: Se refiere a la Valtelina, comarca situada entre el lago +de Como y el Adda.] + +[Nota 294: En la edición príncipe hay coma después de la palabra +_infierno_, y también después de _Indias_ en el reclamo del folio 49 +recto, si bien a la vuelta se omitió. El señor Bonilla puntúa así: «... +y este es el juro de heredad que más seguro tenemos en el infierno; +después, de las Indias fuí a Venecia...»; pero como no ha dicho que +fuese a las Indias, sino a Suiza, muy cercana a Italia y a la Valtelina, +que era italiana, colígese que a tal puntuación es preferible la mía, +aun siendo mía, máxime cuando con ella es clarísimo el sentido del +pasaje. Y dijo el Diablillo que los suizos y valtelinos eran el mejor +juro de heredad del infierno, _después de las Indias_, porque éstas no +podían dejar de ser campo fertilísimo para aquél, por lo mal que los que +iban allá solían cumplir con sus conciencias. Cabalmente por eso, en el +tranco VIII, dice el Cojuelo, estando en Sevilla: «... y me hallo en este +lugar muy bien, porque alcanzan a él las conciencias de Indias».] + +[Nota 295: _Clarísimo_--dice el _Diccionario_ de autoridades--«es +también renombre y título honorífico con que en algunas repúblicas, y +especialmente en la de Venecia, se distinguen algunas familias o sujetos +de conocida nobleza».] + +[Nota 296: _Hablar en_, como en el tranco II, donde quedó nota (50, +5)[165].] + +[Nota 297: Refiérese a don Pedro Girón; a aquel a quien, como dijo +Quevedo en un soneto admirable, _faltó su patria_, y de quien escribió +Lope de Vega, celebrando su vuelta de Italia (_Vega del Parnaso_, parte +I): + + «Tú solo, claro príncipe de Osuna, + de las armas de España en pie tuviste + la ofendida opinión, y a los gigantes + contrarios a su próspera fortuna, + Júpiter español, castigo diste, + y en sus aguas gimieron arrogantes....»] + +[Nota 298: Entre tantos extranjeros como venían a España con la +golosa determinación de catar la miel indiana de que hablé en nota del +tranco II (46, 8)[151], los genoveses fueron las más escondedoras urracas +de nuestro dinero, por lo cual dijo Quevedo de él en una de sus +letrillas: + + «Nace en las Indias honrado, + donde el mundo le acompaña; + viene a morir en España, + _y es en Génova enterrado_.»] + +[Nota 299: _Golfo lanzado_, ablativo absoluto, o _de golfo_, o _a +golfo lanzado_, modo adverbial, son frases italianas, muy corrientes en +España en otro tiempo, por nuestra continua comunicación con Italia. +«_Navigare, o Andare a golfo lanciato, vale Navigare per linea retta, a +dirittura; contrario di Costeggiare.» (Vocabolario degli Accademici +della Crusca_, 4.ª ed., Firenze, M.DCC.XXXI.)] + +[Nota 300: Los que venían a España desde Génova solían desembarcar +_en Vinaroz_. Así aquel supuesto conde italiano de Tirso de Molina, en +el acto II de _La Huerta de Juan Fernández_: + + TOMÁS. De Génova me sacó + la capitana o sargenta.... + Desembarqué en _Vino-arroz_.... + + D.ª PETRONILA. _Vinaroz_ se llama.] + +[Nota 301: _Oviar_, que es _obviar_, escrito como generalmente se +pronuncia: el grupo _bv_ es poco acomodado para labios españoles.] + +[Nota 302: _Andulucía,_ por asimilación de vocales, como _purtugués, +munumento, resulución_, etc.] + +[Nota 303: «La copla íntegra--nota Bonilla--se lee al final del +_Entremés y baile del Invierno y el Verano_, de Benavente: + + _«Tendré el invierno en Sevilla + y el veranito en Granada_, + en Motril la caña dulce + y en Málaga la patata.»] + +[Nota 304: En la edición príncipe, _de Durazután._ Téngolo por +yerro, pues _de Daraçután_ la llama el _Reportorio de todos los caminos +de España_ ... de Juan Villuga (Medina del Campo, Pedro de Castro, +M.D.XLVI), en el itinerario de Toledo a Córdoba; y aun llamándola en +otro _venta dalaruçatan_, se echa de ver que es errata, por _de +daraçutan_ o _de laraçután;_ que también pudieron llamarla así, +convertida la _d_ en _l_, como en _lucho_ por _ducho, litado_ por +_ditado_, etc.] + +[Nota 305: Pérez y González llamó la atención acerca del evidente +yerro que hay en el señalamiento de esta distancia. En efecto, según el +citado _Reportorio_, de Toledo a Córdoba hay veintinueve leguas y media, +que empiezan a contarse así: + + «a las ventas de diezma ij. m. + a horgaz ij. y media. + a yuenes j. + a la venta guadalerce ij. + a la venta daraçutan ij.» + +Son, pues, _diez leguas_, y no las _veintidós o veintitrés_ que, quizás +por andaluzada, dijo el Cojuelo. Por andaluzada, si no se lo hizo decir +el cajista, porque es de notar que en la edición príncipe el número de +leguas está en guarismo, y no habría sido difícil leer _22_ ó _23_ donde +Vélez hubiese escrito confusamente _12_ ó _13_.] + +[Nota 306: Sabidísimo es que se llama _portante_ aquel paso de las +caballerías en que mueven a un tiempo la mano y el pie del mismo lado. +Por extensión se dice del paso ligero de las personas.] + +[Nota 307: _De sí mismos_, porque ningún arco los había lanzado al +aire, y, con todo, salieron rápidos como saetas.] + +[Nota 308: _Salmorejo_--dice Covarrubias--es «vn cierto género de +salsa o escabeche con que suelen adereçarse los conejos, echándoles +pimienta, sal y vinagre, y otras especies.»] + +[Nota 309: _Lo de las adherencias e incidencias_ es frase escribanil +que solía usarse en las escrituras de poder, expresando que éste se daba +no sólo para lo principal que era su objeto, sino también para sus +_adherencias e incidencias_, o _para todo lo incidente y dependiente_, o +_para todas sus anexidades y conexidades_; que de estas y aun de otras +maneras se decía.] + +[Nota 310: «_ir el nauio a orça_ es--dice Covarrubias--ir recostado +a vn lado para poder tomar el viento que no le viene derecho y assi se +pone la vela diferentemente.» De aquí, en sentido figurado, _tener a +orza la testa_, significa, como dice el señor Bonilla, _tenerla +inclinada_.] + +[Nota 311: _Zorra_ es uno de los nombres familiares de la +_borrachera_, de donde, como registra Oudin en su _Tresor_, se dijo +_estar hecho zorra, estre yure_, y _caçar vna zorra, s'enyurer. Tan +zorra,_ pues, es elíptico, por _tan hecho zorra_.] + +[Nota 312: De llamarse _costados_, refiriéndose a una persona, a las +líneas de sus abuelos paternos y maternos (_noble por todos cuatro +costados_, etc.), vino a significar por extensión _de todo en todo, +enteramente_.] + +[Nota 313: _Con quien vengo, vengo_ es máxima que indica que cada +cual debe seguir el partido de aquel a quien acompaña, auxiliándole en +cualquier peligro. Calderón tiene una comedia con tal frase por título, +y a cuyo final don Juan, _por venir con quien viene_, llega a reñir con +su mismo padre, admirado de lo cual el gobernador de Verona, dice +Vrsino: + + «A aquesto obliga el honor + de quien a campaña sale + con otro; que este es precepto + de la ley del duelo.» + +El mismo autor en la jorn. II de _Cada uno para sí_: + + «D. FÉLIX. ...Pero sí sé, pues que sé + que la ley del duelo dijo + que yo _con quien vengo, vengo_ + y así, a don Enrique sigo.»] + +[Nota 314: Sobre estas virtudes curativas que se atribuyeron +respectivamente a los reyes de Francia y a los de España, debe leerse +una de las _Cartas eruditas y curiosas_ del padre Feijóo, la XXV del +tomo I. «Es hecho constante--dice en ella, y adviértase que la escribía +aun no mediado el siglo XVIII--que a la Corte de Francia concurre de +varias partes gran número de los que padecen la enfermedad dicha +[lamparones], y que anualmente, el día de Pentecostés, el Rey +Christianíssimo, haviendose confessado y comulgado en el convento de San +Francisco, los toca a todos en la frente, puesta la mano en forma de +Cruz, pronunciando aquellas palabras: _Rex tangitte, Deus sanat te, in +nomine Patris, & Filij & Spiritus Sancti_. En unos autores he leído +_sanat_, en otros _sanet_.» Y en cuanto a nuestros reyes: «Sepa más v. +mrd. que el mismo Gaspar de los Reyes cita no menos que doze autores que +afirman que los Reyes de Hespaña gozan la admirable prerogativa de +expeler los Demonios de los cuerpos de los Energúmenos; y esto, sin más +diligencia que ponerse en presencia de ellos.» Feijóo dice claramente +que no creía en tales virtudes curativas de los monarcas de allá ni de +los de acá, y, en efecto, o esa virtud se ha perdido, o, lo que es más +probable, no la hubo nunca.] + +[Nota 315: _Falso_ parece dicho aquí en una acepción que no +registran los diccionarios. Quiere decir que los extranjeros se sonreían +disimuladamente.] + +[Nota 316: «_Tomar la mano_ se dize--según Covarrubias--el que se +adelanta a los demás para hazer algún razonamiento.» _Quijote,_ I, 29: +«... y aunque luego quisiera el Cura consolarla y aconsejarla, _tomó_ +primero _la mano_ Cardenio, diciendo....»] + +[Nota 317: _Con su Majestad_, elíptico: _comparados con su Majestad_ +ha de entenderse.] + +[Nota 318: Este derramar juncia y poleo ensalzando hasta las nubes +el poder de España era muy del tiempo de Luis Vélez de Guevara. Quevedo, +en la reseña de una fiesta de toros (Musa VI): + + «Iba el Rey nuestro señor + con su talle y con su cara + repitiendo hasta el Hermoso + los Filipes de su casta. + Lleva el Segundo en el seso, + lleva el Tercero en el alma, + y en el Cuarto lleva el Quinto, + en victorias que le aguardan. + Dije (no sé si lo oyó): + «Glorioso León de España, + no tienes para un pellizco + en cien mil fardos de Holandas. + Si en Italia los franceses + ya volvieron las espaldas + a los graznidos de un ganso, + ¿dónde pararán si bramas?»] + +[Nota 319: Las injurias que profieren el Francés y el Italiano, +aunque españolizadas un tanto, se entienden fácilmente: _bugre (bougre)_ +significa _sodomita; coquín, bergante, belitre; forfante (furfante), +bribón;_ pero ¿y _nitesgut?_ ¡Aquí de los diccionarios y de las +conjeturas eruditas! Para el señor Bonilla, en sus notas a la edición de +1902, _Nitesgut_ era «vocablo que procede de la corrupción del alemán +_Nichtsgut_, compuesto de _nicht-- _nada, y _gut_ = bueno». Pérez y +González observó, con su discreción acostumbrada, lo uno, que +_«¡Nitesgut!--_o como sea--es una frase ofensiva que Vélez de Guevara +pone en boca de un inglés para insultar, seria y airadamente, a su +contradictor»; y lo otro, que «no parece propio que, insultando al +españolizado diablillo el francés en francés y el italiano en italiano, +tuviera el inglés que recurrir a _inventar_ dicterios alemanes, como si +en su idioma no los hubiera; ni resulta natural que después de llamarlo +el francés _pícaro y sodomita_, y el italiano, _traidor o judío y +bribón,_ el inglés se contentara con decirle: _¡Nada bueno español!,_ +porque esto, después de aquellos improperios, más que para encolerizar a +don Cleofás y al diablo y sacarlos de sus casillas, hubiera servido, por +el contraste, para hacerlos destornillar de risa». Hasta aquí iba bien y +rebién mi antiguo camarada y queridísimo amigo Felipe Pérez; pero, por +no ser menos que su comentado comentador, quiso, como él, echar su +cuarto a filologías, y creyó sacar en claro que pues _nitty_ significa +en castellano _lleno de liendres_, y _goose_ (léase _gus) mentecato, +«niti gus_ bien pudo convertirse, por obra y gracia del cajista, en ese +_nitesgut_ incomprensible». Últimamente, al volver al asunto el señor +Bonilla en la edición de 1910, abandona su alemán de antaño y conjetura +que _nitesgut «puede ser_ un vocablo compuesto de _naughty_ = revoltoso, +malvado, y _guest_-- huésped, palabras ambas--añade--que vienen de +perilla al Cojuelo, y que Vélez juntó, escribiéndolas sin ortografía y +atendiendo principalmente al sonido _(noti-guest)»._ + +No entraré yo por terreno donde es tan fácil desbarrar como revolver +diversos diccionarios de lenguas que no se conocen, o, lo que suele ser +peor, no se conocen bien; pero sí diré, abriendo camino para otros, que +no me parece muy seguro que _nitesgut_, aun puesto en boca de un inglés, +sea locución inglesa, porque mientras que Castillo Solórzano la hace +decir a _un gabacho,_ Lope la atribuye a _un tudesco_, por cierto +pronunciándola _ni te gote_. Véanse los textos a que aludo, el primero, +de un romance a una mujer roma (apud _Donayres del Parnaso. Segunda +parte_, Madrid, Diego Flamenco, 1625, fol. 26): + + «Si te condenas, bien puedes + fiar tu romanitud + de Lucifer, que ha de hazerte + entre demonios Monsiur. + Y dirás mascando brasas + (siendo palo de su flux) + _tan bien como el más gauacho, + «nitifiston, nites gut._» + +Y Lope, en el acto II de _El Caballero del Sacramento_: + + «CRISPÍN. Mucho encubren los vestidos; + mas si me llegan a hablar + ¡pardiez que yo quedo fresco! + Que sólo sé _de tudesco_ + esto que llaman _brindar_ + y el tener donde me quepa; + porque _brindis y caraus_, + _Deo gloria et santis laus,_ + no hay niño que no lo sepa. + Como me traten de vino, + diré _«trinque, non denece_», + _y «ni te gote fortece_», + y pasaré mi camino. + Y si en alguna ocasión, + tales el tiempo las fragua, + me convidaren con agua.... + + LUIS. ¿Qué dirás? + + CRISPÍN. _«Niti fiston.»_ + +Con todo esto, Vélez, a no dudar, tenía por inglesa la injuriosa +expresión _nitesgut_ o _nitis gut_, pues alterándola festivamente, la +había empleado como tal muchos años antes de escribir su novela, en un +soneto que compuso _cuando le nombraron portero del de Gales_ (1623), +soneto que descubrí en el Ms. 3796 de la Biblioteca Nacional y publiqué en +1908 en la _Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, con otras +poesías autobiográficas del mismo autor. Dice el último terceto: + + «No tengo a _nitis brut_ por buen lenguaje; + sáqueme Dios desta empanada _inglesa_, + y deme para España buen viaje.»] + +[Nota 320: Alude el autor satíricamente a los hábitos sodomíticos, +antaño muy extendidos en Italia, por lo cual, en 1578, había dicho +Vicente Espinel en su _Sátira contra las damas de Sevilla_, después de +pintar muy al vivo a un mozuelo melifluo y alcorzado: + + «Todo el negocio va _por lo de Italia_. + ¡Volved, oh juventud bárbara y ciega, + a aquel antiguo ser de la Vandalia!» + +A la cuenta, don Pedro Francisco Lanini recordaba este pasaje de _El +Diablo Cojuelo_ cuando, al tratar de los disciplinantes en el _Entremés +de la Tataratera_, hace decir a dos de sus interlocutores: + + «ITALIANO. En la Italia no azotamo + en la antífona. + + COSME. _Es que pagan_ + _por donde pecan_.»] + +[Nota 321: Toda esta reyerta con unos extranjeros es, como advirtió +Pérez y González, reminiscencia e imitación de un pasaje quevediano de +_La Hora de todos y la Fortuna con seso_: «Venían tres franceses por las +montañas de Vizcaya a España, el uno con un carretoncillo de amolar +tijeras y cuchillos por babador, el otro con dos corcovas de fuelles y +ratoneras, y el tercero con un cajón de peines y alfileres. Topólos en +lo más agrio de una cuesta descansando un español que pasaba a Francia a +pie, con su capa al hombro. Sentáronse a descansar a la sombra de unos +árboles: trabaron conversación.» Departen largamente, y en la plática +sale a relucir el sanar de lamparones el Rey de Francia, y al cabo los +cogió _la hora_ y desatinando la cólera al español, dijo: «Los demonios +me están retentando de mataros a puñaladas, y abernardarme, y hacer +Roncesvalles estos montes. Los _bugres_, viéndole demudado y colérico, +se levantaron con un zurrido _monsiur_, hablando galalones, pronunciando +el _mon diú_ en tropa, y la palabra _coquín_». Y enrédase gran batahola, +hasta que unos pasajeros los desparten y se llevan al español a las +ancas de una mula.] + +[Nota 322: De _Peralbillo_ o _Peroalbillo_, lugar cercano a Ciudad +Real en donde la Santa Hermandad ajusticiaba, asaeteándolos, a los +malhechores, dijo Pedro de Medina en su _Libro de grandezas y cosas +memorables de España_ (Sevilla, M.D.xlix, fol. lxxxiij): «Saliendo yo +desta ciudad para Toro, vi junto al camino en ciertas partes hombres +asaetados en mucha cantidad, mayormente en vn lugar que se dize +Peraluillo, y más adelante en vn cerro alto a donde está el arca, que es +vn edificio en que se echan los huesos destos asaetados después que se +caen de los palos....» Por esto último llama Vélez _cecinas_ a tales +despojos humanos, añadiendo de _Gestas_, en recuerdo del Mal Ladrón.] + +[Nota 323: _Bohemio_, según el _Diccionario_ de autoridades, era +«especie de ropa o capa pequeña al modo de capotillo, que pudo traher su +nombre de la provincia de Boemia». Franciosini, en su _Vocabulario +español e italiano_, había dicho de esta prenda: «un _mantelleto +cortissimo, che in Ispagna soglion portar le donne quando vanno di +fuora_.»] + +[Nota 324: Era el _chapín_--según Covarrubias--«calçado de las +mugeres, con tres o quatro corchos: y algunas ay que llevan treze por +dozena....» Dice Vélez _con plata_, porque acostumbraban poner a los +chapines virillas de plata, tan anchas a las veces como indicó Tirso en +el acto I de _La Huerta de Juan Fernández:_ + + «TOMASA. ...No gastara la mulata + manto fino de Sevilla, + _ni cubriera la virilla + el medio chapín, de plata_....» + +Y llegó a ser tan general lo de las _virillas de plata_, que los tenían +con tal adorno hasta las cortesanas de medio pelo. Quevedo pinta con +chapines de esta clase a una cortesana ociosa (Musa VI): + + «A la jineta sentada + sobre un bajo taburete, + con su avantalillo blanco + y su vestidillo verde, + en valoncilla redonda + y perlas con brazaletes, + con apretador de vidro + y rizas entrambas sienes, + con herraduras de plata + y faldellín de ribetes....» + +Los chapines se ponían sobre los zapatos; pero, pues yendo las +comediantas en sus jamugas, no los habían de llevar puestos, llevábanlos +_colgando de los respaldares_, como dice el autor.] + +[Nota 325: Refiérese a los cuellos que llamaron _valonas_. Los +llevaban estos comediantes en los sombreros, para no ajarlos ni +ensuciarlos por el camino.] + +[Nota 326: Dice festivamente _ciclanes de estribos,_ para indicar +que llevaban uno, y no dos. _«Ciclán_--Dice Oudin en su _Tresor--vn qui +n'a qu'vn testicule, que nous disons leger d'vn grain.»_] + +[Nota 327: Así, _le sirven_, en la edición original. El señor +Bonilla añadió entre corchetes la _s_ que gramaticalmente falta; yo no, +porque más bien que a supresión mecánica de una de dos letras iguales e +inmediatas, hubo de deberse esta omisión a emplear el _le_ como dativo +de plural, fenómeno sobre el cual, anotando el _Quijote_, llamé la +atención más de una vez (II, 217, 6; III, 106, I; VII, 329, II, y VIII, +67, 3).] + +[Nota 328: _Representantas_, como lo dijo Lope en el epígrafe de uno +de sus sonetos, mal que pese a los feministas de hoy, que quieren que se +diga _la consejero, la catedrático y_ aun la _maestro_. Cervantes decía +_preguntanta (Quijote,_ II, 62).] + +[Nota 329: _Recalcado_, como adverbio: _recalcadamente_. Otro autor, +no recuerdo cuál (quizás Quevedo), llamó _hablar jeringado_ al hablar +así, y está muy propiamente dicho, porque denota bien que salen las +palabras premiosamente alquitaradas y como empujadas por el émbolo de +una jeringa. _Recalcado_ y _jeringado_, lo mismo que en otras calendas, +siguen hablando hoy los malos cómicos, dentro y fuera del teatro.] + +[Nota 330: Los escritores de la última moda _(dernier cri_, suelen +decir ellos) omitirían hoy la preposición y escribirían galicadamente: +«... _que habían robado Lisboa, asombrado Córdoba y escandalizado +Sevilla_, y que _habían de despoblar Madrid_....» Y es lo peor que, como +todo se pega, menos lo bonito, hasta periódicos que siempre blasonaron +de escribir a lo castizo han entrado por la pésima costumbre de +prescindir de esa preposición en tales casos.] + +[Nota 331: Probablemente sería persona de carne y hueso este +_tundidor de Écija,_ poeta a ratos. A vivir todavía mi buen amigo +ecijano don Manuel Ostos y Ostos, él, con aquella grande afición que +siempre tuvo a la historia de su ciudad, buscaría y rebuscaría, hasta +hallar noticias de este autor de loas mencionado por su ilustre paisano +Luis Vélez de Guevara.] + +[Nota 332: _Severo_, en la acepción de _grave, serio, mesurado_, +como y indiqué en otro lugar (99, 8)[263].] + +[Nota 333: Este verso, que en la edición original está impreso a +renglón tirado, como prosa, es del conocidísimo romance de Nerón: + + «Mira Nero de Tarpeya + a Roma cómo se ardía; + gritos dan niños e viejos, + _y él de nada se dolía.»_] + +[Nota 334: _Perdigado_ es, ciertamente, como dice el señor Bonilla +con Covarrubias, «el que está señalado para hacer alguna justicia del». +Pero, siendo eso, es también algo más: pruébalo el no convenir al +_perdigado_ del texto la definición del _Tesoro. Perdigarse_ es, +figuradamente, «disponerse a hacer bueno o malo», como dice Correas en +su _Vocabulario de refranes_ ..., página 601 _a_, y _perdigar_, según el +léxico de la Academia, «disponer o preparar una cosa para un fin». Ahora +sí se entiende el lugar del texto.] + +[Nota 335: _De allá: de Dinamarca_, dicho irónicamente por alusión a +Oriana, la fiel amada y amante de Amadis de Gaula, a la cual se suele +llamar _la Doncella de Dinamarca_ en la historia de este caballero +andante. Asimismo la recuerda Tomás en _La Ilustre fregona_ de +Cervantes, a propósito de las desenvueltas mozas de la posada del +Sevillano: «¡Mirad qué _doncellas de Dinamarca_ nos había ofrecido la +suerte esta noche!»] + +[Nota 336: Refiérese a Andrés de Claramonte y Corroy, famoso +escritor y representante murciano.] + +[Nota 337: En la edición príncipe, por errata, _entre los dos_.] + +[Nota 338: _En la legua_, o, lo que es lo mismo, _entre los cómicos +de la legua_, a la manera que se decía _en el siglo_ y _en la +religión._] + +[Nota 339: _Amarilis_, nombre con que era conocidísima la célebre +comedianta María de Córdoba, mujer de Andrés de la Vega, autor de +comedias, es decir, director y empresario de compañía.] + +[Nota 340: La expresión es elíptica al par que hiperbólica: quiere +decir que no sabría, no ya representar lo que representaba ella aun con +lo más humilde: con su zapato; pero _ni mirarlo_ siquiera.] + +[Nota 341: Se refiere, como dice el señor Bonilla, a la comedia del +bizarro ingenio valenciano intitulada _Dido y Eneas_.] + +[Nota 342: Devolviendo una imputación ofensiva, o rechazando una +exigencia inadmisible, solía y suele añadirse, por énfasis _y tu alma_, +o _y su alma_, bien que no lo registre el _Diccionario_. Véanse algunos +ejemplos. Pérez de Montalván, en la jorn. I de _Santo Domingo en +Soriano_: + + «PIERRES. ...Pero llégate al difunto + y pregúntale a qué viene. + + CHOCOLATE. _Llegue el francés y su alma_.» + +Don Francisco de Leiva, en la jorn. III de _La Dama presidente_: + + «ANGELA. Otro criado.... + + MARTÍN. (Aquí entro yo.) + + ANGELA. Que allá tuvisteis declara + lo mismo. + + CÉSAR. Ese es un borracho. + + MARTÍN. _(¡Tú lo eres y tu alma_!)» + +Nuestro Vélez mismo, en _La Sarna de los banquetes_, apud _Flor de +entremeses y sainetes de diferentes autores_ (1657), página 20 de la +edición de Menéndez y Pelayo, Madrid, 1903: + + «TARJETA. ¿Habrá un jarro de agua? + + CRIADO 1.º Y bueno. + + TARJETA. _Pues bébale él y su alma_.»] + +[Nota 343: Esta expresión es una de las más malas de entender que +hay en _El Diablo Cojuelo_, con haber otras muy oscuras y difíciles. Por +lo de Roncesvalles alude a la memorable batalla en que nuestro Bernardo +del Carpio derrotó a los franceses y en que murieron los doce pares de +Francia. _Molino del papel_ se llama al edificio donde, para fabricarlo, +se comienza por moler y reducir a pasta los trapos de que se hace. +¿Habría _en Roncesvalles_ cuando se escribió _El Diablo Cajuelo_, o poco +antes, algún _molino de papel_? Porque si se averiguara que lo hubo, +sería fácil de entender la afirmación, ya claramente burlona, de que la +venta, a no llegar el Ventero con la Hermandad, habría sido _un +Roncesvalles del molino del papel_; esto es, una parodia de la batalla +de Roncesvalles.] + +[Nota 344: Con la _Hermandad_, o sea con algunos _cuadrilleros de la +Santa Hermandad_, que, como es bien sabido, era una de las _tres santas_ +de quienes se dijo: «Tres Santas y un Honrado traen al Reino agobiado».] + +[Nota 345: _Tantos_, en la acepción de fichas o pedrezuelas menudas, +propias para señalar los puntos que se ganan en ciertos juegos. Nuestro +autor quiere decir que los jarros, tinajas y platos quedaron hechos +tiestos menudos, tan pequeños como para servir de tantos a los +jugadores. Lo mismo Quevedo, en la primera de sus jácaras (Musa V): + + «Sobre el pagar la patente, + nos venimos a encontrar + yo y Perotudo el de Burgos: + acabóse la amistad. + _Hizo_ en mi cabeza _tantos_ + un jarro que fué orinal + y yo, con medio cuchillo + le trinché medio quijar.»] + +[Nota 346: Como una parte del producto de los teatros, en Madrid y +en muchos pueblos, se aplicaba al sostenimiento de las casas de +beneficencia, cuando estas mismas no eran propietarias de los coliseos, +y las de la Corte necesitaban siempre esta importante ayuda de costa, +cuidábase de que no faltaran compañías, requiriendo de orden del Consejo +de Castilla a tales o cuales comediantes de los que andaban por otras +regiones de España, para que acudiesen a Madrid, y hasta despachando +algún alguacil que los condujese. Vea el curioso el citado libro de +Pérez y González, págs. 87 y siguientes.] + +[Nota 347: Sabido es que de los camaleones cree el vulgo que se +mantienen del aire.] + +[Nota 348: En lo _del mayor Mecenas_ se refiere nuestro autor al +Conde Duque de Olivares, hijo, en efecto, de don Diego López de Haro, +quinto marqués del Carpio.] + +[Nota 349: Aunque la edición príncipe estampa _gamenosas_, y así, +dicho de esas mismas dehesas, recuerdo haberlo leído en la comedia _El +amigo hasta la muerte_, de Lope de Vega, ha de leerse _gamonosos,_ de +_gamón (asphodelus ramosas_), planta espontánea por la cual se dijo «Año +de _gamones_, año de montones», bien que otros, burlándose del vaticinio +refranesco, lo modifican así: «Año de _gamones_, año de hambrones» (pág. +5 de mi libro intitulado _Los Refranes del Almanaque_; Sevilla, 1896).] + +[Nota 350: Esta fábula de la antigüedad había sido creída por hombre +de tan buen entendimiento como Ambrosio de Morales, pues dijo en Las +_Antigvedades de las civdades de España_ (Alcalá de Henares, Juan Núñez +de Lequerica, M.D.LXXV), fol. 32: «De tal manera son celebrados sobre +todos los del mundo [los caballos españoles], que nadie les sale a la +competencia. No es en ellos encarecimiento fabuloso de nuestros +cauallos, aunque a Iustino le parezca tal, que las yeguas en Portugal y +cerca de Lisboa se empreñauan del viento. Que clara verdad es de Plinio, +que lo pudo ver estando acá, y de Marco Varron, que dize ser cosa +aueriguada, y trae sus conueniencias, para que a nadie parezca estraña +ni impossible. Más de propósito lo prueua con razones naturales +Columela, y como español, que bien lo sabía, lo da por cosa manifiesta, +y en que nadie dudaua.... El potrico que desta preñez nacía sacaua la +ligereza de su padre el viento; mas no era de prouecho, pues jamás +passaua de tres años.»] + +[Nota 351: Los cordobeses llaman _Campo de la Verdad_ al barrio del +Espíritu Santo, unido a lo demás de la población por un antiquísimo +puente de diez y seis arcos bajo el cual corre el Guadalquivir. Cuéntase +que tal nombre se originó de una frase dicha por don Alonso Fernández de +Córdoba en 1367, cuando don Pedro I de Castilla fué sobre aquella +ciudad, auxiliado por el Rey de Granada (Don Teodomiro Ramírez de +Arellano, _Paseos por Córdoba,_ Córdoba, 1873-1877, tomo III, págs. 370 +y siguientes). Por el nombre de este barrio y por otras particularidades +de topografía y nomenclatura local, se dijo festivamente que los +cordobeses tienen _la Verdad en el Campo, la Salud en el Cementerio, la +Caridad en el Potro y el punto en un cuerno_. Esto último se refiere a +un altar llamado _del punto_, inmediato a un gran colmillo de elefante +(cuerno según el vulgo) que, como símbolo de la fortaleza, pende de la +bóveda de una de las naves de la Iglesia Catedral.] + +[Nota 352: Así el texto en la edición príncipe; pero probablemente +falta una palabra: _a la Colonia Patricia_, diría el original, porque +éste fué el nombre de la Córdoba romana, según vemos en sus monedas +autónomas de aquella época.] + +[Nota 353: Acerca del significado de _acto positivo_ quedó nota en +el tranco III (83, 4)[230].] + +[Nota 354: Escribí preguntando por este antiguo mesón a don Enrique +Romero de Torres, mi docto y amable _paisano_ (porque él es natural de +Córdoba y yo soy cordobés adoptivo), y ha satisfecho mi curiosidad, +comunicándome que por el libro primero de padrones de confesiones de +aquella iglesia catedral (1604-1609) consta que el _Mesón de las Rexas_ +era la segunda casa de la calle de la Herrería, hoy núm. 83 de la del +Cardenal González. Y añadió mi amigo en su carta: «La casa es muy +hermosa y por su aspecto debió de ser uno de los mejores mesones de +aquella época; está situada cerca de la Puerta del Puente y en la vía +principal de Córdoba, que era desde esta puerta hasta la que llamaban +Puerta Nueva (que ya no existe), y que constituía la carretera de +Sevilla a Madrid.» En el _mesón de las Rejas_ solían hospedarse las +compañías de comediantes que representaban en Córdoba: allí se alojaban +en 1610 Pedro de Castro y Jerónima de la Fuente, de la compañía del famoso +Granados, cuando se desposaron. (Véanse mis _Aportaciones para la +historia del histrionismo español en los siglos_ XVI y XVII, Madrid, +1914, pág. 34.)] + +[Nota 355: De la _Corredera_, sita en el barrio de San Pedro, dijo, +entre otras cosas, el citado autor de los _Paseos por Córdoba,_ tomo II, +pág. 105: «Su nombre es el que en general se daba en muchas poblaciones +al punto en que, por su extensión, se celebraban los actos más +concurridos, y en particular las corridas de toros, cintas y cañas. +Tiene una superficie de siete mil cuatrocientas noventa y seis varas +cuadradas, es cuadrilonga y mide trescientos sesenta y dos pies de +longitud por ciento treinta y ocho de latitud en la parte inferior, o +sea el Arco bajo, y ciento cincuenta y seis en la superior; los balcones +llegan, en sus tres filas, a cuatrocientos treinta y cinco, y los arcos +de sus portales a cincuenta y nueve....»] + +[Nota 356: Esta _línea_ y estos ángulos son términos de lo que aún +al mediar el siglo XVII se llamaba _nuevo arte de la destreza_, debido +principalmente a los estudios y las obras de Jerónimo de Carranza y don +Luis Pacheco de Narváez, su continuador.] + +[Nota 357: Alude Vélez--como dice Bonilla--al diestro retratado por +Quevedo en su donosísima _Historia de la vida del buscón llamado don +Pablos_. Quevedo, acérrimo enemigo de Pacheco de Narváez, se burlaba de +su _nueva destreza_; no así Cervantes, que en el _Quijote_ (II, 19) la +ensalza y hace quedar vencido por ella al bachiller Corchuelo.] + +[Nota 358: Este _pensar_, o _creer_, siempre usado en pretérito y +ante infinitivo y equivalente a _imaginar_, es popularísimo en +Andalucía, donde a menudo se oye: «_Pensé_ morirme»; _«Creí_ reventar de +risa». Cervantes lo usó con frecuencia en el _Quijote: «Pensó_ perder el +juicio» (II, 23); «_me pensé_ caer muerta de puro gozo» (II, 52).] + +[Nota 359: Llamaban _espadas negras_, porque tiraban a ese color, a +las de hierro, sin lustre ni corte, que servían para los ejercicios de +esgrima, y a las cuales, a fin de que no hiriesen con la punta, se les +ponían en ella botones de cuero, dichos comúnmente _zapatillas_. Tirso, +en el acto II de _La Huerta de Juan Fernández:_ + + «TOMASA. ...Dele al gusto puerta franca; + quiera bien, que eso me alegra; + ensaye en la _espada negra_ + tretas que logre en la _blanca_.»] + +[Nota 360: Dirigía los juegos de esgrima un maestro de destreza, con +un _montante_, o espada grande de dos manos, con el cual, atravesándolo +entre los luchadores cuando era menester, ponía fin a la contienda. +También lo usaba, como dice el texto, haciendo ademán de _barrer los +pies a los mirones_, para que, dando algunos pasos atrás, agrandasen la +palestra.] + +[Nota 361: _Aplauso_, equivaliendo a _solemnidad_ o _pompa_, +acepción no registrada en el _Diccionario_.] + +[Nota 362: El _vellorí o vellorín,_ era según el _Diccionario_ de +autoridades, un «paño entrefino de color pardo ceniciento, u de lana sin +teñir». Vélez llama _vellorí_ a la pendencia, por alusión al color de +las espadas, a las cuales, seguidamente y por la misma razón, da el +nombre de _mulatas_.] + +[Nota 363: _Cuarto círculo_ es un término de la destreza, que yo no +he de definir, porque estas y otras voces técnicas que ocurren poco +después se encuentran en cualquier diccionario. A estos círculos y a +Pacheco de Narváez se refería el anónimo autor del _Entremés del +Estudiante_: + + «PEROTE. Rebano y corto en _círculos pachecos_ + varas y plumas como cardos secos.»] + +[Nota 364: _Movimiento accidental_ es otro término de la llamada +pomposamente _esgrima científica y filosofía de las armas_.] + +[Nota 365: Dice Covarrubias, en el artículo _tvmba_ de su _Tesoro_: +«Del ilustre linage de los Castillas se cuenta que en el entierro que +tienen en Santa Clara de Valladolid dentro del coro de las Monjas, +quando alguno dellos muere, se oyen muchos golpes que se dan en la tumba +que está sobre la boueda do se entierran: y cuentan que en cierta +ocasión, despues de auer oido estos golpes passó mas de vn año que no se +supo quien era muerto, hasta que con vna armada que vino de las Indias +se entendió auer muerto allá vn cauallero de la casa, el mesmo día que +las Religiosas auian oido los golpes de la tumba....»] + +[Nota 366: Si nuestros periodistas no hubieran olvidado que en +castellano tenemos la palabra _riza_, que significa «destrozo o estrago +que se hace en una cosa», y la frase _hacer riza_, equivalente a «causar +gran destrozo y mortandad en una acción de guerra», es seguro que no +acudirían a cercado ajeno por la palabra _razzia_ ni por la frase _hacer +razzia_, con lo cual lograrían tres cosas buenas: hablar en castellano, +ahorrarse comillas o letra cursiva, y evitar que algún malpensado +sospeche que el decir _razzia_ es indicio de no conocer la palabra +_riza_. ¿Ejemplos del uso de este vocablo? Hailos en abundancia; pero +bástame citar dos. Lope de Vega, en el canto VIII de _La Dragontea:_ + + «... y como tero que la frente eriza, + en ellos _hace_ sanguinosa _riza_.» + +El padre Baltasar Gracián, en _El Criticón,_ primera parte, crisi V: +«... de modo que en los más principales, como más lucidos, _auían hecho_ +las fieras mayor _riza_».] + +[Nota 367: Porque tales desbragados quedaron de suerte, que dejaron +ver aquello en que dió el sol al don Bueso del antiguo romance.] + +[Nota 368: Sobre la frase _muy falsos_ quedó nota en el tranco V +(123, 4)[315].] + +[Nota 369: Modifica por donaire el conocidísimo refrán _Siempre +quiebra la soga por lo más delgado_.] + +[Nota 370: _Por barba_, como dice nuestro _Diccionario_, equivale a +«por cabeza, o por persona». Así, como pudieran decir unos soldados +cristianos, convidándose a matar moros, _¡A moro por barba!,_ dijeron +valientemente unos aficionados a la mesa: _«¡A perdiz por barba_, y +caiga el que caiga!»] + +[Nota 371: _¡Favor a la justicia_!, porque éste era de ordinario el +grito de alguaciles y corchetes, cuando no clamaban «_¡Favor al Rey!_», +de lo cual vino el decirse que tales ministros siempre llevaban el Rey +en el cuerpo.] + +[Nota 372: _Coger, dar, hacer_ o _tomar puntas_ es volar el ave de +cetrería de un lado para otro, en diversas direcciones, pero subiendo +siempre, en espera de sazón para caer sobre el animal en que quiere +hacer presa.] + +[Nota 373: Para Covarrubias, _rollo_ era «la picota o horca hecha de +piedra en forma redonda, quasi _rótulo»._ El _Diccionario_ de la +Academia lo define: «Columna de piedra ordinariamente rematada por una +cruz, y que en lo antiguo era insignia de la jurisdicción de la villa». +El rollo de Ecija, fué, como afirma Vélez, celebradísimo, y así, decía +cierto poeta apicarado del _Romancero general_ (fol. 470 vto.): + + «De Cordoua he visto el Potro, + que ha engendrado pocos asnos; + también la fuente del Toro, + que hizo a Lazarillo cauto; + _de Ezija he visto el rollo, + que el mundo celebra tanto_, + el Arenal de Seuilla + y Corral de los Naranjos.» + +Don C. Bernaldo de Quirós nombra como aún existente el _rollo de Ecija_, +en su interesante librito intitulado _La Picota_ (Madrid, 1907), pág. +13; pero ni lo describió, ni lo dió a conocer como otros, por medio del +grabado, bien que no hubiera podido efectuarlo, por lo que ahora diré. + +Como para estudiar las cosas de un pueblo debe empezarse--y Pero Grullo +patrocinaría esta verdad--por consultar los libros que de aquel pueblo +tratan, eso hice yo, y tomando el intitulado _¡¡Alfajores de Ecija_!! +(Sevilla, 1909), de mi difunto amigo don Manuel Ostos, leí en la pág. +68: «Potente y grande debía ser la curia ecijana, cuando el signo de la +Justicia en Ecija, el altar en que se ofrecían los sacrificios a la +diosa Justicia, _el Rollo_, con su hijillo _el Rolluelo_, que aún +existe, o _Mesa del Rey,_ como a los restos del _Rollo_ denominábamos +los ecijanos hace treinta años, tenía resonancia universal....» Y en +otro libro del mismo malogrado autor (cuyo mérito no supieron apreciar +los ecijanos tanto como debieran, quizá, y sin quizá, porque _nemo +propheta est in patria sua_), en su _Bartolomé de Góngora_ (Sevilla, +1913), pág. 84, volvió a recordar _el Rolluelo_, en unos renglones en +que rebosa el amor a la patria chica, y que no resisto al deseo de +copiar, por honrar a un ecijano moderno en las notas del libro de un +ecijano antiguo: «¿Puede existir--decía Ostos--algo menos artístico que +_El Rolluelo_, y que más nos recuerde la bárbara época en que usaban ese +_pimponote_ para colgar los restos de los pobres reos que eran +descuartizados?... Cuando cansados de zascandilear por la capital nos +metemos en el tren y tras parada y parada llegamos molidos y maltrechos +a las angosturas de la Argamasilla, lo primero que hace un buen ecijano +es asomarse a la ventanilla de su departamento, y, ojo avizor, desde +ella va señalando los caseríos, los predios, los accidentes del terreno +que señalan la proximidad de Ecija: «_El Rolluelo_ ... La Casilla Alta +... El pozo de la Argamasilla ... Las arquillas del agua ...» Y luego, +al minuto, si es de noche, se exclama: «Ya se ven las luces»; y si es de +día: «Ya se ven las torres...: El Carmen ... La Victoria ... San Gil ... +Santa María....» Y más adelante (pág. 69), por unos _Apuntes de lo +ocurrido en Ecija desde el día 23 de Septiembre de 1868_, se viene en +conocimiento de que el día 20 de octubre el Ayuntamiento acordó +derribar, entre otras cosas, «_la Mesa del Rey_, o _el Rollo_, donde se +descuartizaba en la antigüedad a los ahorcados para poner los miembros +por los caminos». Y poco después: «Día veintisiete, se echa abajo _el +Rollo_ o _Mesa del Rey_.» No existía, pues, el famoso _rollo de Ecija_ +cuando el señor Bernaldo de Quirós escribió y publicó su libro. + +Deseoso de más noticias, las pedí a mi antiguo y culto amigo donjuán de +los Reyes Sotomayor, quien, con amabilidad y presteza que cordialmente +le agradezco, respondió a mi interrogatorio en unas cuartillas que +quisiera yo publicar íntegras; pero que no podré sino extractar, porque +ya esta nota va siendo demasiado larga. El _Rollo_ se elevaba cerca de +la margen derecha del Genil, a la salida del puente, en dirección a +Córdoba. Consistía en una gran columna de granito azul y negro, como de +cinco a seis varas de altura, y de unas tres cuartas de diámetro. En su +parte superior tenía una losa de piedra tosca, blanca, caliza, como de +una vara en cuadro, puesta a modo de plato o bandeja, y sobre esta losa +se veía un león sentado sobre sus patas traseras, que con las garras +sujetaba contra su cuerpo, mirando al norte, el escudo de la ciudad de +Ecija. ¡El escudo--glosaré yo--a que se refirió Vélez de Guevara +diciendo: «Esta es Ecija, la más fértil población de Andalucía, _que +tiene aquel sol por armas a la entrada de esa hermosa puente!»_ La +menguada cultura de unos ecijanos destruyó, por culpas del +_rollo_--¡como si cupiera culpa en las cosas! y ¡como si el _rollo no +fuera emblema_ glorioso de libertad y de autonomía municipal!--, +destruyó, decía, aquel escudo de piedra nombrado y celebrado por el +insigne autor de _La Luna de la Sierra_. Derruido todo el monumento, la +columna quedó tendida y medio enterrada a un lado de la carretera +general de Madrid á Cádiz, y en tal estado continúa a la hora presente.] + +[Nota 374: En efecto, son las armas de Ecija un sol radiante, con la +leyenda _Civitas solis vocabitur una_, tomada del _Libro de Isaías,_ +XIX, 18.] + +[Nota 375: Dice _pueblo de abril y mayo_ por la muchedumbre de +flores que _pueblan_ en ese tiempo los prados andaluces.] + +[Nota 376: De Garci Sánchez de Badajoz he hallado peregrinas +noticias, y pronto las publicaré en el _Boletín de la Real Academia +Española;_ de Juan Bermudo, de don Diego de Avalos, de Núñez de Navarro, +de don Pedro Manuel Prieto, de tantos otros hombres eminentes que, como +éstos, vieron la primera luz en Ecija, y de los modernos Pacheco, Mas y +Prat, Giles, etcétera, acuérdese la _ciudad del sol_, ya que al presente +cuenta con una juventud muy culta y activa.] + +[Nota 377: Esta especie de cogerse en Ecija el algodón estaba muy +sabida; porque la divulgaron Pedro de Medina y su ampliador Pérez de +Mesa en la _Primera y segunda parte de las grandezas y cosas más +notables de España_ (Alcalá de Henares, 1595), folio 128: «Cógese en +ella [en Ecija] grande quantidad de algodón, de que se prouee mucha +parte del reyno». Pero que sólo se cogiera el algodón en Ecija, no lo he +visto sino en Florindo, _Addicion al libro de Eciia i svs grandezas_ +(Sevilla, Luis Estupiñan, 1631), fol. 31, donde dice, tratando de la +especial influencia del sol en las tierras ecijanas: «Porque me consta +por vista de ojos que en Marchena i Sevilla se a sembrado algodón, i +llega a tener capullo, i no a madurar, ni abrir, ni ser de provecho. Lo +cual es cierto que nace de la falta de calor, requisito para su +perfección. Y pues en Ecija es tan perfecto y tan bueno....» Durante la +dominación árabe se cultivó mucho el algodón en aquella ciudad; tanto +que por él la llamaron algún tiempo _Medina Alcotón_ (Varela y Escobar, +_Bosquejo histórico de la ciudad de Ecija_, Sevilla, 1906, pág. 52).] + +[Nota 378: El humanista Francisco Cascales, en su _Discurso de la +ciudad de Cartagena_ (Valencia, Juan Chrysostomo Garriz, M.D.XCVIII) +decía: «El campo, fertilíssimo, que de su bella gracia ofrece +copiosissimamente caracoles, setas, hongos, criadillas, esparragos, +salutíferas tortugas, infinidad de palmitos, grandes colmenares de buena +miel y cera. A cuyo respeto dice bien el refrán: Cabritos y palmitos, +miel y cera, de Cartagena». Pues bien, Ecija, a juzgar por el dicho de +Vélez, se aventajaba a Cartagena con mucho. Mas ¿cuáles son los +veinticuatro frutos que, «Sin sembrallos», da aquella campiña y vendía +la gente necesitada? Probaré a enumerarlos, por los del campo de Osuna, +mi pueblo natal, cuyo término linda con el de la _ciudad de las torres_. +De primer intento anoto los frutos siguientes: setas, macucas o +criadillas de tierra, espárragos, palmitos, uvas de palma o palmiches, +moras de zarza, cardillos, tagarninas, morrillas o alcachofas de púas, +higos chumbos, berros, alcaparras, alcaparrones, orégano, poleo, +hinojos, almoradux, tomillo salsero, palo dulce o regaliz, flor de +manzanilla. Son veinte, y para las cuatro que me faltan, se me ocurren +el esparto, algunas hierbas tintóreas, como la gualda, y diversas +plantas medicinales, como las malvas, la borraja, el culantrillo, etc.] + +[Nota 379: Esta renombrada sima está a cinco kilómetros de la +ciudad, en la falda oriental de la sierra. Tiene de profundidad 146 +varas castellanas. Mencionáronla, entre otros autores, el cartujano don +Juan de Padilla, en _Los doze triumphos de los doze Apostoles_ (1521); +Gonzalo Gómez de Luque, en su _Celidon de Iberia_ (1583), y Cervantes, +en _El Celoso extremeño (Novelas ejemplares_, 1613), en la _Adjunta al +Parnaso (Viage del Parnaso_, 1614) y en el cap. XIV de la segunda parte +del _Quijote_ (1615).] + +[Nota 380: A la celebridad de los melones de Guadix aludía el +guadijeño Ginés, en la jorn. III de _La Niña de Gómez Arias_, de +Calderón: + + «Pues ¿hasme gozado a mi, + ni yo te he desagradado + siendo _melón de Guadix_ + de mala calaña, para + que tu me vendas así?»] + +[Nota 381: Del doctor Mira de Amescua (así firmaba él, y no +_Mescua_) y de su arcedianato di algunas noticias hasta entonces +ignoradas en mi libro acerca de Pedro Espinosa (págs. 91-96) y otras en +mi folleto intitulado _El apócrifo «secreto de Cervantes_» (Madrid, +1916), págs. 60-64.] + +[Nota 382: Esta fuente databa de principios del último tercio del +siglo XVI: don Manuel Varela y Escobar (_Bosquejo histórico de la ciudad +de Ecija_, pág. 107) vió y copió una inscripción por la cual consta que +reinando Felipe II, año de 1567, «Ecija, truxo el agua y mandó hazer las +fuentes». De las ninfas trató don Juan M.ª Garay y Conde en sus _Breves +apuntes histórico-descriptivos de la ciudad de Ecija_ (Ecija, 1851), +pág. 436, diciendo: «A un estremo de este paseo [del de la Plaza Mayor] +se encuentra una hermosa fuente, circundada también de arbolado y +asientos de piedra: su mar es un gran polígono de nueve varas de +diámetro y una de profundidad; cuatro ninfas de altura más que natural y +de buena escultura, que se dicen las Amazonas, dan un caño de agua por +medio de un cantarillo, y este lindo grupo sostiene un gran tazón de +jaspe de una sola pieza, con dos varas y media de diámetro y cuatro +caños a su borde....» ¿Qué ha sido de esta fuente? Al hacerse en 1866 la +reforma de la Plaza Mayor, fué desmontada y «sus piedras o bloques de +jaspe encarnado, con las ninfas y demás componentes de la obra fueron +enterrados al lado Sur de la Plaza, a poca distancia y profundidad de +donde antes se levantaba, y allí yacen esperando que una mano caritativa +y amante del arte y del embellecimiento de la ciudad las desentierre y +erija de nuevo....» Esto me dicen de Ecija, y yo escribí a don Eduardo +García de Castro, actual alcalde de aquella ciudad, que, pues tal +fuente, cualquiera que sea su mérito, debe conservarse en sitio céntrico +y muy transitado, por haber hecho mención de ella un ecijano tan ilustre +en una tan famosa novela, celebraría poder asentar en mis notas a _El +Diablo Cojuelo_ «que la Ecija de hoy, lejos de ser la que ayer +_enterraba_ sus preseas más estimables, por cierto sin reemplazarlas con +otras mejores o tan buenas, enmienda antiguos yerros y vuelve por el +buen nombre de su cultura». Las respuestas han sido dos: la primera, +«Allá veremos»; y la segunda, «No hay consignación para _exhumar_ la +fuente». ¡Pero la hubo para _inhumarla_! Repare en ello, por su honra, +_la ciudad del sol_: ¡es una vergüenza tener enterrado ese monumento!] + +[Nota 383: Quizá son auténticamente de ciego estas seguidillas, y +no obra de Vélez de Guevara; a lo menos, muy de ciegos era acabar sus +relaciones con algún villancico contra el Diablo Cojuelo, a juzgar por +lo que, refiriéndose a un ciego relacionista, dice Rojas Zorrilla en la +jorn. I de _El más impropio verdugo por la mas justa venganza_: + + «COSME. Para un ciego en verso y prosa + era «relación famosa + (diciendo a voces) que trata + como, dando testimonio + de corazón paladín, + vn mancebo florentín + peleó con el demonio, + y, haciendo a su ardor lisonjas, + a arrojarle se dispuso + por una escala que puso + a un monasterio de monjas; + y después, dando en el suelo, + volvió a acometellas bravo; + _con un villancico al cabo + contra el Diablillo Cojuelo_.»] + +[Nota 384: En nota del tranco IV (107, 6)[278] vimos cómo Quevedo en +_Las Zahurdas de Plutón_ pinta a las dueñas convertidas en ranas, y +cierto es que se las tenía por lo peor y más abominable del mundo. En un +ejemplar apostillado de mano (letra del siglo XVII) del libro intitulado +_Vida política de todos los estados de mugeres_, de fray Juan de la +Cerda, diciendo el autor, al folio 394, con referencia a unas palabras +de cierta mujer que estaba en el cielo, «y así lo hizo la devota +_dueña_», el apostillador, sin parar mientes en que esta palabra estaba +usada en la acepción de _matrona_, escribió al margen: «¿_Dueñas_ en la +gloria?, linda cosa».] + +[Nota 385: _Dando barato_, es decir, repartiendo entre los +concurrentes algo de lo que traían entre manos. Algunos _baratos_ de +esta clase quedaron en proverbio, como _el barato de Juan del Carpio_, +que aporreó a su mujer pidiéndole barato, y _el barato de Cordobilla_, +que explica así Correas (_Vocabulario de refranes_..., pág. 88 _a_): +«Vno que se llamaba Cordovilla alumbró toda una noche a unos que +jugaban, porque le diesen barato, y después tuvieron enfado y diéronle +con el candelero».] + +[Nota 386: _A vedar que ... no les valiese.... Hoy lo_ diríamos sin +ese _no_ que en lo antiguo acompañaba a los verbos de negación o +privación.] + +[Nota 387: _Aunque se retrujesen_, quiere decir. El _si_ suele +equivaler a _aunque_, como noté en diversos lugares del _Quijote_ (II, +216, 10; VIII, 125, 10, etc.).] + +[Nota 388: Según advirtió Pérez y González (págs. 56 y 57 de su tan +citado libro), el mismo Vélez explicó este pasaje en la jorn. I de _El +Diablo está en Cantillana_, de donde es el siguiente diálogo: + + «PERAFÁN. ¿Cómo dejas a Sevilla? + + RODRIGO. Como siempre: buena y brava, + dime un filo en el Corral + de los Olmos, y una mandria + tuvo un no sé qué conmigo, + sobre si pasa o no pasa: + llevó una mohada a cuenta, + siguióme la gurullada, + no pude tomar iglesia + ni embajador, y en _las ancas + de la mula de un doctor_ + me salvé con linda gracia. + + PERAFÁN. ¿En las ancas de la mula + de un doctor? + + RODRIGO. Pues dime, ¿hay casa + de embajador, hay iglesia, + hay torre, hay tierra del Papa, + de preeminencias mayores, + pues hay médico que acaba + de matar cuarenta enfermos + y no hay quien le pida nada + en poniéndose en la silla? + _Pues lo mismo son las ancas_; + que el platicante más zurdo, + en asiendo la gualdrapa, + _aunque mate, es como asirse_ + _de una iglesia a las aldabas_; + que hay aquestos privilegios + en las mulas doctoradas.»] + +[Nota 389: _Alguaciles chanflones_, como _doncella chanflona_ en el +tranco I (18, 5)[76], donde quedó nota.] + +[Nota 390: Pérez y González creyó errata _resolución:_ «Debe ser +_revolución;_ inquietud, alteración, alboroto».] + +[Nota 391: Los buenos neblíes eran de Noruega, tierra donde apenas +luce el sol; pero el Cojuelo era neblí de otra Noruega aún más obscura: +del infierno.] + +[Nota 392: Aquí supone nuestro autor que el Genil y el Guadalquivir +se juntan o casan por _el vicario de las aguas_, como habló del _vicario +Responso_ en el tranco I, donde quedó nota (17, 2)[71].] + +[Nota 393: Pues en el uso actual _camarada_ sólo significa +_compañero,_ y con tal significado ocurre poco después, podría parecer +que no hace buen sentido esta expresión. _Camarada_, en este lugar, +significa _compañía._] + +[Nota 394: _Tender la raspa_, o _tender raspa_, es acostarse para +dormir o descansar. Quevedo, en una de sus jácaras: + + «Llegamos a Babilonia + un miércoles por la noche; + _tendí raspa_ en el mesón + de Catalina de Torres.»] + +[Nota 395: El _ferreruelo_ o _herreruelo_ era una capa sin capilla.] + +[Nota 396: Como advierte Covarrubias, _dar papilla_ a uno, o +_papillas_, es «engañarle o tratarle como a niño». «No piense vuesa +merced _darme papilla_», dice un ventero en el _Quijote_ (I, 32).] + +[Nota 397: Díjolo, verbigracia, el maestro Valdivielso, en el auto +de _El Hospital de los locos_: + + «LUZBEL. Tres partes había de estrellas + encima la impírea bola, + siendo yo de las más bellas; + _mas derribé con la cola + la tercera parte dellas_.»] + +[Nota 398: _Del Galileo_, antepuesto el artículo al nombre propio, a +la manera italiana.] + +[Nota 399: Acerca de este hombre extravagante, sus aficiones y su +museo, puede verse el libro de don Emilio Cotarelo, intitulado _Don Juan +de Espina_, Madrid, 1908.] + +[Nota 400: Así, _óbtica,_ en la edición príncipe, tal como el vulgo +solía y suele pronunciarlo. «Conocida es--dice don Rufino José Cuervo +(_Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano_, §756 de la 6.ª +edición, París, 1914)--la repugnancia que tiene el castellano a usar las +explosivas sordas en fin de sílaba. ... y hoy es comunísimo pronunciar +... con _b optar, opción, aptitud_.»] + +[Nota 401: Para hacer su chiste, Vélez de Guevara, por boca del +Cojuelo, confunde el _camino de Santiago de Compostela_, que es el +aludido en el refrán, con el otro _camino de Santiago_ o _Vía láctea._ +Es curiosa la conjetura de Faria y Sousa acerca del nombre vulgar +castellano de la _Vía láctea._ Dice, comentando una octava de los +_Lusiadas_, de Camoens: «En griego se llama _Galaxia_, que vale _vía de +leche_, i es lo que el vulgo llama _Camino de Santiago_; que devia +principiarse en dezir _Camino de Galicia,_ por corrupción de +_Galaxia_.»] + +[Nota 402: _De posta_, equivalente a _de centinela_. Rey de Artieda, +en un soneto de los _Discvrsos, epístolas_ y _epigramas de Artemidoro_ +(Zaragoza, Angelo Tavanno, 1605), fol. 104, usa las dos formas, _hacer +centinela_ y _hacer la posta_: + + «Como a su parecer la bruxa vuela + y vntada se encarama y precipita, + assi un soldado, dentro vna garita, + esto pensaua, _haziendo centinela_.... + + * * * * * + + Con esto, se acabó de _hazer la posta_, + y hallóse en cuerpo, con la pica al hombro.»] + +[Nota 403: Pues el Diablillo era cojo, píntalo nuestro autor velando +sobre un solo pie, como cuentan de la grulla, que, en efecto, duerme con +un pie levantado, y añaden que la que está de centinela para avisar a +las demás de cualquier peligro tiene sujeta una piedra en ese pie, a fin +de no dormirse; de donde dijo Mateo Alemán en su _Guzmán de Alfarache_, +parte II, libro II, cap. IX: «No hay duda que siempre continuaba velando +su honestidad, _como la grulla, la piedra del amor de Dios levantada del +suelo_....»] + +[Nota 404: _Parecer_, significando, más bien que _ver, notar_ o +_advertir_.] + +[Nota 405: _Grosura_, en una acepción no registrada en el léxico de +la Academia, es, como dice Covarrubias, «lo interno y estremo de los +animales; conuiene a saber, cabeça, pies, y manos, y asadura». En las +condiciones que se pusieron para el obligado de la carne en la villa y +corte de Madrid, año de 1624, hay una referente a los despojos, que dice +(Libros de Gobierno de la Sala de Alcaldes, tomo XIV, fol. 732): «Con +condición que no sea obligado a dar despojos de carnero, que se entiende +cabezas y asaduras y vientres, los sábados de cada semana que fueren _de +grossura_ más de tan solamente al Rey y Reyna nuestros señores y al +señor ynfante y a los señores del Consejo Real....»] + +[Nota 406: Dice el señor Bonilla «que se recomendaban como remedios +de ella [de la opilación] _comer barro_....» No sé de dónde pudo sacar +tal especie, cuando precisamente el _comer barro_ era causa de aquella +enfermedad. Zabaleta, en _El día de fiesta por la tarde_, capítulo +referente a _El estrado_: «Apéanse a este tiempo de vn coche en la +puerta de la casa vna muger mayor, que tiene el marido en vn govierno en +las Indias, y vna hija suya donzella _opilada_, tan sin color como si no +viuiera. Nadie juzgará que salia del coche para la visita, sino para la +sepultura. _Comía_ esta doncella _barro_, linda golosina. ¿Quánto diera +esta moça por estar enterrada, por tener la boca llena de tierra? Dios +hizo a esta muger de barro, y ella con el barro se deshaze.» Quevedo, en +su musa VI, tiene un soneto dirigido _A Amarili, que tenía unos pedazos +de búcaro en la boca, y estaba muy al cabo, de comerlos_.] + +[Nota 407: _Tomar el acero_, como dice el _Diccionario_ de +autoridades, era «remedio que se da a los que están opilados, que se +compone del acero, de diversas maneras preparado».] + +[Nota 408: Llamó _Minotauro_ la mitología clásica al monstruo que +nació de la unión de Pasifae, mujer de Minos, con un toro. Según +Apolodoro, Higinio y otros, tenía de hombre el cuerpo y de toro la +cabeza. Matóle Teseo en el famoso laberinto de Creta.] + +[Nota 409: _Chisme_, femenino, como en el tranco I, donde quedó nota +(23, 4)[88].] + +[Nota 410: _Baraja_, en su acepción de _contienda_ o _reyerta_; de +donde se dijo _barajar_, «reñir, altercar o contender unos con otros».] + +[Nota 411: En la edición príncipe, por mera errata, que copió el +señor Bonilla, _coredores_.] + +[Nota 412: Sabidísimo es que este asno no era _de oro_, aunque se +llamara así al libro en que de él se trata, cosa que parece haber +olvidado Vélez de Guevara al hacerlo, por su nombre, cabalgadura del +riquísimo Creso.] + +[Nota 413: _Velicómen_, palabra que intrigó grandemente al señor +Bonilla en su primera edición de _El Diablo Cojuelo_, y que antes que +Vélez había usado Quevedo en _La Hora de todos_, significa _copa_ o +vaso, del alemán _Wilkommenbecher_. No todos se habían olvidado del +texto del Señor de la Torre de Juan Abad: el maestro Cávia, después de +cenar con unos amigos, como otros que llegaron les preguntasen qué +hacían, respondió: + + «Ya repletos los abdómenes, + alzamos los _velicómenes._»] + +[Nota 414: _Selvajes_, que hoy, menos etimológicamente, decimos +_salvajes_.] + +[Nota 415: _Correspondientes_, dicho por lo que ahora llamamos +_corresponsales_. Castillo Solórzano, _La Garduña de Sevilla y anzuelo +de las bolsas_, cap. IV: «Había Marquina tomado por una deuda a un +_correspondiente_ suyo, que había quebrado, una heredad fuera de la +ciudad....»] + +[Nota 416: Entre las diversas marcas con que solía herrarse a los +esclavos en los siglos XVI y XVII, era la más frecuente la de una S y un +clavo, para indicar _esclavo_. Gestoso, en su interesante artículo sobre +_La compraventa de los esclavos en Sevilla_, apud _Curiosidades antiguas +sevillanas_ (Sevilla, 1910), págs. 83 y siguientes, reseña algunos +documentos en que hay referencias a esta marca. Indicaré uno: en el +testamento de Pedro García de Quesada (9 de marzo de 1520) se menciona +«vn esclabo moro del cabo, de hedad de quinze a diez y seys años +herrado en la cara, en vn carrillo con vna _S_, y en otro vn clavo, que +se dize abrahem....» La S y el clavo pasaron pronto a la literatura. +Baltasar del Alcázar, pág. 5 de mi edición de sus _Poesías_ (Madrid, +1910): + + «Pusome en el alma _el clavo_, + su dulce nombre _y la S_, + porque ninguno pudiese + saber de quién soy esclavo.» + +Lope de Vega, en la jorn. III de los _Trabajos de Jacob_: + + «RUBÉN. Señor, todos queremos, pues es justo, + quedar por tus esclavos: + _eses_ imprima _y clavos_ + en todos nuestros rostros hierro adusto....» + +Y, figuradamente, se dijo _echar_ a uno _una ese y un clavo_ en la +acepción de tenerle cautivada con beneficios su voluntad. Así en _La +Pícara Justina_: «Por cierto, señora, en lo que toca al ofrecerme el +empréstito, usted _me ha echado una ese y un clavo,_ y una argolla, y un +virote, y una cadena, y unos grillos....»] + +[Nota 417: _Girándula_ es, como dice Covarrubias, «cierta rueda +llena de cohetes, que dando bueltas a la redonda, y girándose, despide +de sí rayos de fuego a modo de cometa, con muy grandes tronidos».] + +[Nota 418: Dice _cohetes voladores_ para diferenciarlos de los +_rastreros_, también llamados _buscapiés._] + +[Nota 419: El mejor _brocado_ era _de tres altos_, como dije en mis +notas al _Quijote_ (V, 186, 20).] + +[Nota 420: Esta pintura de la instabilidad de la fortuna trae a la +memoria aquella otra muy notable de Lope, en el acto II de _Porfiando +vence amor_: + + «FABIO. ¿Sabes cómo es la fortuna? + Como un baile de comedia: + ella toca, y bailan todos; + ya están aquestos aquí, + y ya los otros allí, + mudándose de mil modos. + Donde aquél tiene la cara, + éste las espaldas tiene; + uno pasa, y otro viene, + y hasta el fin ninguno para. + Nadie tiene lugar cierto + donde le piensa tener, + porque todo viene a ser + desconcertado concierto. + Aquí dos bailando están, + y cuando suelen volver + el rostro, ya la mujer + baila con otro galán. + El que en este sitio estaba, + ya no está; que siempre vi + andar de aquí para allí + hasta que el baile se acaba.»] + +[Nota 421: Popularizado sobremanera aquel romance sobre la muerte de +don Beltrán en Roncesvalles, en que se lee: + + «_Con la mucha polvareda, + perdimos a don Beltrane_...», + +se hizo esta frase topiquillo vulgar y con frecuencia nuestros poetas la +acomodaron festivamente en sus versos, más o menos variada. Así, por +ejemplo, Lope de Vega, en la jorn. II de _El Buen vecino_: + + «BITONTO. ...Que son bastantes indicios + desto el haberme dejado, + entre el marcial alarido + y la confusa arboleda + de las armas, sin sentido, + _con la mucha polvareda, + como don Beltrán perdido_.» + +Tirso de Molina, en el acto I de _Desde Toledo a Madrid_: + + «CARREÑO. ...Hasta que en una vereda, + _con la grande polvareda, + perdimos a don Beltrane_: + digo que a Madrid perdimos + de vista....» + +Y, en fin, dejando atrás muchas otras citas, Quevedo, en su romance +sobre los cuellos (Musa VI): + + «Los polvos azules truje + del rebelado Flamenco, + _y con la gran polvareda, + perdimos a don Dinero_.»] + +[Nota 422: Refiérese, como nota el señor Bonilla, al título de +ciudad concedido a Carmona por Felipe IV en 1630.] + +[Nota 423: Juega de la voz _sereno_, adjetivo en una parte y +sustantivo en otra: _que nunca le tuvo_, es decir, que por ser Carmona +de cielo tan _sereno_, no se conoce en ella el _sereno_ o humedad +atmosférica propia de la noche. A esto atribuye seguidamente el no +padecerse allí el catarro.] + +[Nota 424: De la frase de comedimiento _no conocer_ a uno _sino para +servirle_ traté en nota del tranco II (38, 14)[133].] + +[Nota 425: Aunque hoy, generalmente, llamamos _la Giralda_ a la +torre de la Catedral de Sevilla, este nombre no es sino el de la esbelta +y por todos estilos _airosa_ figura que le sirve de remate y veleta: una +hermosa imagen de la Victoria. He aquí lo que de ella y de la torre dijo +Alonso Morgado en su _Historia de Sevilla_... (Sevilla, Andrea Pescioni +y Juan de León, 1583), pág. 285 de la reimpresión hecha por la efímera +Sociedad del «Archivo Hispalense» (Sevilla, 1887): «...Toda ella [la +torre] es quadrada, y cado un lienço en igual proporción de cincuenta +pies de ancho y en vn mismo nivel de quadro, sin desmenguar ni crecer +por la parte de afuera poco ni mucho en toda la altura donde vemos las +campanas.... Desde el suelo hasta en altura de ochenta y siete pies es +todo raso y sin alguna moldura. Mas desde allí hasta lo más alto, sube +por medio de cada lienço vna orden de ventanas, y tantas galanterias, +que hazen hermosissima la vista....» Trata después del cuerpo de +campanas, y añade: «... y luego vna bola dorada de cinco pies de altura, +y encima vna Victoria, que es vna hermosa imagen de bronze, en que se +remata [la torre], dorada y a partes encarnada, do lo ha menester, que +tiene de altura quatro varas y media de medir, y de peso veynte y ocho +quintales, con vn ramo en la mano derecha, tambien de bronze, que pesa +dos quintales, que en tanta distancia de altura le da mucha gracia. Y en +la mano yzquierda, vna grande vela de quatro quintales, y también de +bronze, que denota y señala qualquiera viento que corra y sople, tras la +qual se va la misma Victoria con tanta facilidad y ligereza como si +fuera vna pluma: tal es el artificio maravilloso sobre que está +puesta.»] + +[Nota 426: Los últimos lugares del itinerario de Córdoba a Sevilla, +según el citado _Reportorio_ de Juan Villuga son: + + «a la venta ronquera ij + a la venta _peromingo_ j + a la venta de lorsa media + a las ventas de las talleras m + a las ventas de torre blanca j + a seuilla j.» + +E igualmente en otras _Guías o Reportorios_ que no hicieron sino copiar +a Villuga, con tal cual ligera modificación, verbigracia, la _Guía de +caminos para ir y venir por todas las provincias de España_ que precede +al _Nuevo estilo y formulario de escrivir cartas missivas, y responder +en ellas en todos géneros, y especies de correspondencia a lo +moderno_.... (Barcelona, Jayme Ossét, 1765).] + +[Nota 427: _Senda de plata_ había llamado Lope de Vega al +Guadalquivir (_La Esclava de su galán_, acto I): + + «ELENA. Divídese Sevilla, como sabes, + por este ilustre y caudaloso río, + senda de plata por quien tantas naves + le reconocen feudo y señorío.» + +«A la verdad--dije en el discurso preliminar de mi edición crítica de +_Rinconete y Cortadillo_ (pág. 15)--quien desde la esbelta torre de la +Giralda mira hacia el río por el sitio del puente y de la del Oro, si ha +leído alguna vez la comedia _El Diablo está en Cantillana_, del famoso +ecijano Luis Vélez, no puede menos de recordar aquellos versos de la +jornada I, en que, después de encarecer la nobleza y bizarría de +Sevilla, alábala por otras excelencias y dice: + + «... tan populosa, que, haciendo + montes de soberbias casas, + impedir quiso que el Betis + tributase al mar de España; + y él, rompiendo por en medio, + parece que agora aparta + de la una parte a Sevilla, + de la otra parte a Triana, + cuyos edificios bellos + le presentan la batalla, + y, a no estar en medio el río, + pienso que escaramuzaran.»] + +[Nota 428: _Vírgines_, a la latina, aún frecuente en el siglo XVII, +como _imágines, volúmines_, etc.] + +[Nota 429: Hoy, en Sevilla, y hasta en la misma Alcalá, que tiene +por sobrenombre el nombre de este río, no es raro oír llamarle +_Guadaira_, en lugar de _Guadaíra_, que es como ha de decirse y como se +dijo por nuestros abuelos. En una _Relación_ del recebimiento de Felipe +II en Sevilla (1570), por Gaspar Rodríguez: + + «Alcalá de _Guadayra_ + estaua y tambien Utrera; + mostrandose placentera, + con ojos alegres mira + la gran ganancia que espera.» + +Igualmente Tirso de Molina, en el acto II de _En Madrid y en una casa_: + + «D.ª MANUELA. ...Aquella estancia, pues, que caudalosa + de esquilmos de Amaltea, + regalo a los sentidos, los recrea, + en nombre y en efectos deleitosa, + y por el logro que en sus ondas mira, + el Betis ronda y baña _Guadaíra_, + ocasionaba amena mis recreos.»] + +[Nota 430: ¿De dónde pudo sacar Vélez de Guevara la errada noticia +de que el Guadaíra, por medio de los caños de Carmona, surte de agua +potable a Sevilla, y esto, tan enteramente, que aquel río es el único +que no paga tributo al mar...? Presumo que lo tomaría, por +inadvertencia, del epígrafe del capítulo en que Alonso Morgado, en su +citada _Historia de Sevilla_, trata «De los caños de Carmona _y río que +entra por ellos en Sevilla_, y se reparte en fuentes por toda la ciudad» +(pág. 148 de la edición moderna). Morgado llamó figuradamente _río_ al +gran caudal de agua que se conduce por los tales caños, y Vélez, que +aunque había vivido en Sevilla mucho tiempo, no conocería bien los +pormenores de su abastecimiento de aguas, vió el dicho epígrafe, y lo +entendió a la letra. No lo hubiera entendido así a leer el muy raro +libro del maestro Juan de Mallara intitulado _Recebimiento que hizo la +muy noble y muy leal Ciudad de Seuilla, a la C.R.M. del Rey D. Philipe +N.S.... Con vna breve descripcion de la Ciudad y su tierra_ (Sevilla, +Alonso Escriuano, 1570), en cuyo fol. 132 dice, tratando de Alcalá de +Guadaíra: «Entre las cosas que tiene de notar es la fuente de los caños +que llaman de Carmona, no porque vengan de Carmona, sino porque desde +Torreblanca hasta Sevilla vienen por el mesmo camino y calçada que van a +Carmona. Ay vna peña leuantada en vn cerro, con vna profunda cueua a +donde baxan por sus gradas, y halla se siempre allí vn manantial de agua +tan gruesso como vn cuerpo de vn buey, que de tiempos sin memoria a esta +nuestra edad ante de Romanos, y despues en todos los siglos esta fuente +ha estado con el golpe de agua que aora tiene, sin apocarse o +enturuiarse.... Esta sale por vna canal de piedra tosca. Tiene sus +acequias, que duran mas de legua y media, yendo algun espacio por dentro +de los montes, lleuando sus lumbreras a trechos, hasta que viene a dar +en Torreblanca do passa vn molino, y despues va por vn lado del camino +hasta la Cruz y allí buelue a mano yzquierda, y comiença a subir desde +el suelo por arcos de vna vara, y dos, y estado, hasta otro molino donde +se parte la tercia parte para la huerta del Rey, y de allí van los caños +leuantandose todo lo que la ciudad tiene de baxa, llegando al peso y +sitio de Seuilla. Subiendo por cima de la puerta donde está el +repartimiento del agua, y de allí va por los muros que encaminan a la +puerta de la Carne hasta el Alcaçar mucha desta agua; en fin, _es vn +grande río_ [de esto debió de tomar su expresión figurada Alonso +Morgado] que todo se consume dentro de la ciudad sin salir gota, ni +bastar Guadalquiuir a no quitar la falta que estos caños hazen, quando +ay algun impedimento en ellos. El principio desta agua en Alcalá está +con grande guarda, y tiene su llaue....»] + +[Nota 431: La _blanca_ valía medio maravedí, y no huelga advertirlo, +porque muchas personas cultas, dejándose llevar por lo que suena el +nombre, imaginan que la _blanca_ era una moneda de plata. Por alusión a +su escasísimo valor se dijeron algunas frases, que registra Covarrubias +en su _Tesoro_: «No aver _blanca_, no tener dinero. No valer vna +_blanca_, valer poco. Pagar _blanca_ a _blanca_, muy poco a poco. De +tres a _blanca_, cosa muy vil....»] + +[Nota 432: Alude a la exención del fuero ordinario de cuantos +estaban matriculados en la Universidad de Alcalá, como, generalmente, en +cualquiera otra de las del reino.] + +[Nota 433: El mismo Vélez de Guevara había llamado a Sevilla, en la +jorn. I de _Más pesa el rey que la sangre_: + + «Este _Cairo español_, esta + _Babilonia castellana_, + este ejército de almenas, + este escándalo de casas....» + +Y Ruiz de Alarcón, por boca del gracioso, en el acto II de _Ganar +amigos_: + + «¡Válgate Dios, confusión + y embeleco de Sevilla!... + Un hombre conozco yo + que es tahur, y desde el día + que a un desdichado inocente + en el garito empestilla, + se va al de otro barrio, que es + como pasarse a Turquía: + cursa en él hasta pegarle + a otro blanco con la misma, + y va visitando así + por sus turnos las ermitas, + y en acabando la rueda, + se vuelve a la más antigua, + donde, como los tahures + se trasiegan cada día, + o no va ya su acreedor, + o él hace del que se olvida, + o tiene conchas la deuda, + del tiempo largo prescripta.»] + +[Nota 434: Como escribe Covarrubias, _traer la barba sobre el +hombro_ es «viuir recatado y con rezelo, como hazen los que tienen +enemigos, que van bolviendo el rostro a vn lado y a otro....» Es uno de +los modos de decir que proscribió Quevedo en la _Premática_ de 1600. Y +Quiñones de Benavente, en su _Entremés de las Civilidades_: + + «Dícenme por asombro: + «Señor, _traé la barba sobre el hombro_.» + No es buen consejo ése, + porque si yo trajese + la barba sobre el hombro solo un día + cordero de _agnus Dei_ parecería.» + +Bien que esto último ya se lo tiene Quevedo en el prólogo de su _Cuento +de cuentos_: «_Andar la barba sobre el hombro_, quien lo tuviere por +buen consejo lo pruebe, y andará hecho corderito de _agnus dei_.»] + +[Nota 435: Este edificio, que aun hoy subsiste, es la famosa _Casa +de Pilatos_, visitadísima de cuantos curiosos van a Sevilla, por las +notables riquezas artísticas que contiene. De este nombre ha inducido +recientemente un escritor italiano, Rosadi, que Pilatos fué natural de +Sevilla, pues tenía y aun tiene casa en ella(!!!). La Casa de Pilatos +fué edificada por don Fadrique Enríquez de Ribera, marqués de Tarifa y +duque de Alcalá, cuando volvió de Tierra Santa en 1520. Devotísimo de la +Pasión de Jesucristo, hizo en Sevilla una _Vía Sacra_, que empezando en +su nuevo palacio, que recuerda la fortaleza de la Torre Antonia, +residencia del gobernador militar de Roma en Jerusalén, terminaba en el +monumental humilladero de la llamada Cruz del Campo.] + +[Nota 436: Esto no era ni es así enteramente: no se nombraba _el +Candilejo_ a la calle en que está _la cabeza del Rey don Pedro_, pues, +como dice Pérez y González, «la _calle del Candilejo_ llamábase antes +_de los Cuatro Cantillos_, y a la _Cabeza del Rey don Pedro_ le decían +_calle del Velador_». El suceso de marras, tan universalmente conocido, +que holgaría el contarlo una vez más, ocurrió junto a la esquina que +forman ambas calles. Y añade el docto escritor sevillano que, contra lo +que creyeron algunos historiógrafos hispalenses, «sábese hoy de modo +cierto que la primitiva cabeza que mandó hacer y poner el rey don Pedro +(y que era sólo una cabeza como cortada y separada del cuerpo por el +hacha del verdugo) no era de piedra. Según testimonio de quien la +poseyó, recogido por el canónigo doctor don Ambrosio de la Cuesta en un +tomo de _Memorias históricas sevillanas_, la cabeza era «de barro, +cocida y pintada, con el pelo corto, que sólo le cubría el cuello, +cortado alrededor y cercenado por la frente como entonces se usaba, sin +bigotes ni barbas, el rostro algo abultado y en la cabeza un bonete +redondo, traje de aquel tiempo». En dichas _Memorias_ léese también que +«cuando desapareció aquella cabeza, la Ciudad acordó que se hiciese una +efigie de piedra, que representase la persona del rey don Pedro en traje +e insignias reales y se pusiesen las armas de Castilla y León en un +escudo a costa de la Ciudad y se colocase en un nicho el bulto del Rey, +de medio cuerpo». + +De todo ello trató eruditamente don José Gestoso en su _Sevilla +monumental y artística,_ tomo III, pág. 396, y a esta obra remite Pérez +y González, y yo con él. En las frecuentes investigaciones que hice +durante mucho tiempo en el Archivo Municipal de Sevilla, encontré, +examinando las actas capitulares (escribanía segunda), diversas noticias +referentes a la nueva _Cabeza del rey don Pedro_: Cabildos de 30 de +julio y 24 de septiembre de 1599: Peticiones del escultor Marcos de +Cabrera para que se le pague su hechura.--Cabildo de 15 de octubre de +1604: «... y la echura de la caueza del Rey don Pedro que está en poder +del jurado Juan de Perea se ponga en el sitio que está mandado.»--Cabildos +de 10 de septiembre de 1607 y 26 de septiembre de 1608: Nuevo acuerdo de +que se ponga en el Candilejo, como estaba prevenido.--Cabildo de 19 de +agosto de 1609: Propuso don Fernando de Ulloa que se pusiera en el sitio +en que está mandado la cabeza del Rey don Pedro.--Cabildos de 17 y 20 de +octubre de 1612: Otros acuerdos sobre lo mismo. La piedra de que se hizo +tal busto se había pagado en 1598. (Libros de Propios, 8 de junio de aquel +año.)] + +[Nota 437: _Cal_, por _calle_, como más adelante (tranco X) _cal +de Tintores_. Y fueron tan para en uno, a las veces, la calle y su +nombre, que se escribieron como una sola palabra (_Caldebayona, +Calderredes_), y aun olvidando que el _cal_ no era del nombre, +rebautizaron en Osuna, mi pueblo natal, la _cal de Negros_ o +_Caldenegros_, llamándola _calle de Caldenegros_.] + +[Nota 438: _Borciguinería_, por asimilación de vocales, en lugar de +_Borceguinería_. Esta fué una de las muchas calles que tomaron su nombre +del repartimiento hecho por San Fernando, porque la señaló para los +fabricantes de borceguíes. Los modernos, sin tener en cuenta la +venerable antigüedad del nombre, lo han sustituído por el de _Mateos +Gago_.] + +[Nota 439: _El Atambor_, como dice don Félix González de León en su +_Noticia histórica del origen de los nombres de las calles de Sevilla_ +(Sevilla, 1839), pág. 127, era una plazoleta muy pequeña, situada en la +Borceguinería. La llamarían _el Atambor_ por alusión a su figura y aun +quizás a su reducido espacio. En ella, al mediar el siglo XVI, había un +arquillo con una imagen: en 1547 Juan Alemán, deudo propincuo del autor +del _Guzmán de Alfarache_, arrendó a Bernardino de Morales unas casas +«que son el arquillo de la ymagen del _atambor_». (Archivo de protocolos +de Sevilla, García de León, libro 3.º de 1547, fol. 2554.) En esta +plazuela tuvieron su antigua casa los condes de Gelves, hasta que +trasladaron su morada a la collación de la Magdalena.] + +[Nota 440: _Calles_, y no _calle_, porque se refiere a la +propiamente llamada _del Agua_ y a la inmediata _del Chorro_, ambas de +la collación de Santa Cruz y pertenecientes a la antigua Alhamía de +Sevilla. Cerca de ellas, como dice González de León, está el muro de la +ciudad por donde pasan las aguas de los Caños de Carmona que van al +vecino Alcázar.] + +[Nota 441: «La calle del Agua--dice el señor Bonilla--distaba mucho +de ser recatada, y este vocablo, como advierte el señor Pérez y González +(obra citada, pág. 113), está empleado por Vélez con intención +satírica.» Y copia, para demostrarlo, un texto de Cristóbal de Chaves en +que se habla de cierto rufián que sacó una doncella y «la puso _en el +lugar más público de Sevilla,_ que era una calle que la llaman _del +Agua_, donde había otras muchas mujeres que vivían como las del +partido». Pero nótese que el mismo texto alegado demuestra que Pérez y +González y Bonilla no estuvieron en lo cierto. La _casa pública_ se +llamó así, no porque estuviese en sitio muy _público_ o transitado, sino +por la condición de sus mujeres. Al contrario, estaba, en todas las +ciudades y villas, y bien se alcanza por qué, en los lugares más +escondidos y secretos. Aún hoy no hay mejor medio para lograr que se +mude a otra casa una mujer de mala nota que tenerle muy alumbrada la +calle, cosa que retrae a los que hubieran de buscarla. El vicio requiere +oscuridad, cuando todavía no ha llegado al límite de la desvergüenza.] + +[Nota 442: _Aplopejía_, metátesis vulgar de _apoplejía._] + +[Nota 443: La historia de los amores de _Vireno_ y _Olimpia_ y del +consiguiente abandono de ella, está contada por Ludovico Ariosto en los +cantos IX y X del _Orlando furioso_. En el _Romancero general_ hay un +romance (fol. 41 vto.) en que Olimpia, ya abandonada, se lamenta de la +deslealtad de su amante: + + «Svbida en vn alta roca + donde bate el mar insano, + del engañoso Bireno + Olimpia se quexa en vano. + Traidor tirano.» + +Y Altisidora, en el _Quijote_ (II, 57), apostrofa en burlas al desdeñoso +Caballero manchego, diciéndole: + + «_Cruel Vireno_, fugitivo Eneas, + Barrabás te acompañe, allá te avengas.» + +La frase _de mala mano_, que falta en el _Diccionario_ de la Academia, +se decía de los malos pintores y de sus obras, y de ahí se pasó a +decirlo figuradamente de otras muchas cosas, equivaliendo a _de mala +calidad_ o _de poco mérito._ Véanse algunos ejemplos. _Quijote_, II, 52: +«Las nuevas deste lugar son que la Berrueca casó a su hija _con un +pintor de mala mano...._» Lope de Vega, en el acto I de _Santiago el +Verde_, por boca de Celia, refiriéndose a que se solían pintar buenas +manos en los retratos: + + «Los pintores dan en eso, + porque, por lo menos, digan + _que es de buena mano el lienzo_.» + +Y Castillo Solórzano, en el _Entremés del Casamentero_: + + «MUJER. ¿Un poeta en crepúsculo? Bien dijo: + que hay versos que, con ser _de mala mano_, + por escuros parecen del Ticiano.»] + +[Nota 444: Alude nuestro autor a la vulgar creencia de que el +avestruz digiere el hierro. A lo propio se refirió Rojas Zorrilla en la +jorn. I de _El Desafío de Carlos Quinto_: + + «D.ª LEONOR. Ea, don Luis, vuelve en ti; + tu brazo la pica empuñe; + el coselete en tu pecho + al Otomano deslumbre; + _digiere aquel hierro ardiente_ + _que el tiro de bronce escupe, + y sean para sus balas + tus entrañas avestruces_.»] + +[Nota 445: A ser esto así, se habría acrecentado su peso en ocho +arrobas desde el tiempo en que Morgado escribió su _Historia de +Sevilla_, pues dijo en ella (pág. 317 de la reimpresión): «En lo que +menos se imagina, se manifiesta también la gran magestad y riqueza de la +Sancta Iglesia. Pues ¿quién dirá que el Cirio Pascual (que a su tiempo +se pone en la Capilla Mayor muy dorado y labrado) tiene de peso _setenta +y seys arrobas de cera_?»] + +[Nota 446: De este famoso candelero dice Morgado en su _Historia_ +_de Sevilla_ que «es la mayor parte de bronze», y que lo juzgan «por el +más curioso y que más tiene que ver (con quinze figuras de Sanctos de +bulto por el alto) que otro ninguno. El qual por su mucho peso tiene en +los assientos sus ruedas de bronze, con que lo llevan dende la +sachristia, donde se guarda, al choro por las semanas sanctas». Con +hipérbole andaluza trató del cirio pascual y del tenebrario de la +Catedral de Sevilla aquel _cicerone_ que figura en _Los Antoios de meior +vista_ de Rodrigo Fernández de Ribera (fol. 6 de la edición príncipe): +«¿A visto v.m., dijo, un Candelero de Tinieblas, en que se ingieren las +velas con que se dicen? Pues dos mil i sietecientos i treinta i seis +quintales, docientas arrobas i diez libras de bronce tiene, i creo que +cinco onças. Poco cree v.m. de tanto peso, repliqué yo. Pero todo me le +[e]chó encima quando me lo acabó de decir, i sin dejarme respirar, +aunque dejó el Candelero, prosiguió: Pues si v.m. aguarda a la Pasqua +Florida, que bien podrá por esto solo (i era por san Iuán), verá un +Cirio, que de solo cera, sin el pavilo, que es de algodon de la India de +Portugal, i se trae para solo esto cargada una nave.... Ahorrele la +traída de la cera, i quedeme a descansar entre tanto algodon....»] + +[Nota 447: De esta famosa custodia dice Morgado (pág. 313 de su +_Historia de Sevilla_) que Juan de Arfe tardó seis años en hacerla, y +añade: «Tiene de altor tres varas y media, sin la Cruz de vna quarta que +lleva por remate. Tiene de peso mil y trezientos marcos, que hazen +veynte y seys arrobas de plata, y de costa treynta y seys mil ducados, +con todas hechuras....»] + +[Nota 448: El antiguo monumento de la Catedral de Sevilla, al +cual--dice Morgado (pág. 314)--«con razonable conjetura se le da el +nombre de Templo de Salomón..., es de forma octógona, con quatro vistas +principales, de a nueve pies de coluna a coluna, y otras quatro vistas +menores con la mitad de claro de las mayores».] + +[Nota 449: Nuestro autor juega del vocablo, por el doble significado +de _lonja_, y alude a que la de Sevilla, como San Lorenzo del Escorial, +fué traza de Juan de Herrera. La universidad de mercaderes sevillanos +acordó en 1585 levantar este soberbio edificio frente a la puerta de San +Cristóbal, de la Catedral, y en él se empezó a negociar a 14 de agosto +de 1598.] + +[Nota 450: Así, _Adtlante_, en la edición príncipe, y aun pudo decir +_Adlante_, sin la _t_, porque así solía y suele pronunciarlo el vulgo. +En otro lugar (tranco X) leeremos _ridmo_, por _ritmo_.] + +[Nota 451: Acerca del _Retiro_, o _Buen Retiro_, el curioso puede +ver el interesante capítulo que le dedicó Mesonero Romanos en _El +Antiguo Madrid_, tomo II, págs. 161-175. Para una nota baste decir que +la fundación de este real sitio se empezó el año de 1631, por lo que se +llamó _el Gallinero_, junto a la huerta de San Jerónimo; que en 1632 se +terminaron la plaza y cuerpo principal del palacio; que en octubre del +mismo año se efectuó en ella algún juego de cañas, y que de entonces en +adelante el Retiro fué lugar de frecuentes y fastuosos divertimientos +cortesanos, entre los cuales tuvieron preferencia las representaciones +de obras de los más celebrados autores de aquel tiempo: Calderón de la +Barca, Mendoza, Solís, etc. De los antiguos edificios del Retiro sólo +uno resta en pie: el vulgarmente llamado _el Casón,_ donde al presente +está instalado el Museo de Reproducciones Artísticas.] + +[Nota 452: Muchas ediciones leyeron _enjauladas_, siguiendo a la de +Zaragoza, 1671. En la de Vigo, 1902, el señor Bonilla declaró que +«_enjaguadas_ está por _purificadas_ o _depuradas_», e intentó apoyarlo +en Covarrubias y el _Diccionario_ de autoridades. Pérez y González, +entendiendo que en el pasaje del texto «ni el _enjaguar_ ni el +_enjuagar_ ni el _enjaular_ encajan», conjeturó que se trataba de una +errata y que debía leerse _amen-guadas_ donde la edición príncipe +estampó _enja-guadas_, «y cuando menos--añadió--, el sentido de la frase +quedará completo y claro, sin necesidad de meter las grandezas en jaulas +como si fueran loros, ni de echarlas en lavaderos como si se tratara de +ropa sucia». En su edición de 1910 Bonilla insiste en que «_enjaguadas_ +(metátesis de _enjuagadas_) encaja perfectamente en el texto», pues al +decirse del Real Salón del Buen Retiro que «todas las admiraciones +vienen cortas, y las mayores grandezas _enjaguadas_», se da a entender +«que toda alabanza era escasa, y que las mayores grandezas se +encontraban allí _mejoradas, depuradas, purificadas,_ elevadas a un +grado superior». + +Creo que serán contados los que acompañen al señor Bonilla en la +persuasión de que, entendido como él propone, queda claro el sentido del +pasaje, y por ello he de probar a explicarlo. _Enjaguar_, de donde por +metátesis se dijo _enjuagar_, proviene de _ex aquare_, y ante todas +cosas significa _ensaguar_, o _enaguar_, esto es, _aguar_, una de cuyas +acepciones vulgares, regístrela o no el _Diccionario_, equivale a +aminorar de calidad alguna cosa, como sucede al vino cuando se agua. +Entendido así, está clara la expresión, y se conserva el paralelismo o +correlatividad que existe (siquiera no la viese el señor Bonilla) entre +la afirmación de que «todas las admiraciones vienen cortas», y la otra +afirmación de que «las mayores grandezas [vienen] _enjaguadas_», o +_aguadas_, que es como decir, _bastardeadas_, o _desmejoradas: +frustradas_; que esta acepción, figuradamente, suele tener el verbo +_aguar_, y así se dice _se aguó la fiesta; me aguaron el contento_. +Quien dude que _enjaguar o ensaguar_ significa ante todo _aguar_, vea si +_ensangostar_ y _ensanchar_ (de _ex angustare_ y _ex ampliare_) no +significan respectivamente _angostar_ y _anchar_, verbo este último que, +como _enanchar_, se usa en Andalucía y en algunas repúblicas +hispanoamericanas.] + +[Nota 453: De la enormidad de riquezas que solían pasar por la Casa +de la Contratación de Indias dije algo en el discurso preliminar de mi +edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_, pág. 11.] + +[Nota 454: Tratando de la Plaza de la Universidad y Colegio de Maese +Rodrigo, dice don Félix González de León en su _Noticia artística, +histórica y curiosa de todos los edificios públicos, sagrados y profanos +de ... Sevilla, y de muchas casas particulares_ ... (Sevilla, 1844), +tomo I, pág. 146: «La casa oriunda de los señores Vicentelos de Leca, +hoy Condes de Cantillana, es otro de los edificios que están en esta +plaza, como ya se dijo. Esta casa, comúnmente conocida por la _del +Corzo_..., es una de las magníficas de esta gran población. Se entra por +un patio zaguán en que, como en todas las principales, están las +cocheras, caballerizas y cuartos de criados, y se pasa al patio, +cuadrado, diáfano y alegre, con sus respectivos corredores bajos y altos +formados de arcos sobre iguales y hermosas columnas de mármol. En él +están las multiplicadas y amplias habitaciones, muchas de ellas, +cubiertas sus paredes de ricos alicatados de buenos azulejos, y el piso +de losas de Génova. Hay también ameno y delicioso jardín y las piezas +del piso alto están cubiertas de muy costosos artesonados.»] + +[Nota 455: Quiere decir que así como es forzoso a las personas +cumplir con la parroquia, esto es, confesar y comulgar, a lo menos una +vez en el año, así también era forzoso a los toros tarifeños y jarameños +experimentar cada año los rejones del Conde de Cantillana. Es juego de +palabras revesado, sobre irreverente.] + +[Nota 456: Pedro de Medina, corregido y ampliado por el rondeño +Diego Pérez de Mesa, _Primera y segunda parte de las grandezas y cosas +notables de España_ (Alcalá de Henares, 1590), fol. 128 vto.: «Ay en +Seuilla vna casa de moneda que a mi parecer es la mexor del mundo, y +donde más moneda se labra. Porque ordinariamente andan labrando y +batiendo la moneda ciento y ochenta hombres: de manera, que cada día se +labran setecientos marcos de oro y plata. Haze admiracion ver los +montones de moneda que en ella ay. Desta casa salen continuamente requas +cargadas de oro y plata amonedada, como si fuesse otra mercaduría +común.... Cárganse en esta ciudad [de mercaderías] para solamente las +Indias más de cien naos cada año, y la mayor parte de las mismas naos +vueluen cargadas de oro y plata y otras riquezas....»] + +[Nota 457: De la antigua puente de barcas de Sevilla dijo Lope de +Vega en el acto I de _La Esclava de su galán_, refiriéndose al casco de +la ciudad y a su populoso y alegre barrio de Triana: + + «ELENA. ... en esta puente de maderos graves, + sin pies que toquen a su centro frío, + mano que las dos partes divididas + por una y otra orilla tiene asidas.»] + +[Nota 458: Por estar el monasterio de las Cuevas a _la lengua del +agua_, llamaban vulgarmente _espantaalbures_ a la campana con que sus +monjes tocaban a maitines. Lope de Vega, en el acto III de _El Amigo +hasta la muerte_: + + «GUZMÁN. ...Cené y brindé por tu salud en tanto, + incitado de almejas temerarias; + pero apenas sonaba _espantaalbures_ + (ya sabes que es campana de las Cuevas), + cuando, llamando un envarado destos + con seis esbirros, me metió en la cárcel.»] + +[Nota 459: El señor Bonilla, por muy disculpable distracción, leyó +_del Guadalquivir_. De ordinario no se ponía artículo a los nombres de +los ríos, como indiqué en mis notas a _El Licenciado Vidriera (Novelas +ejemplares de Cervantes_, tomo II, 9, 3, edición de _Clásicos +Castellanos_).] + +[Nota 460: No _todos_ los romances de moros; pero sí algunos, +especialmente los de la serie de Gazul, incluída en el _Romancero +general_. Al fol. 4, verbigracia: + + «Por la playa de Sanlucar + galan passeando viene + el animoso Ganzul _(sic)_, + de blanco, morado y verde. + Quiérese partir el moro + _a jugar cañas a Gelues_....»] + +[Nota 461: En la edición príncipe, _da sus ilustres condes_, +evidentemente por errata.] + +[Nota 462: Estos dos versos están impresos corridamente, como prosa, +en la edición original.] + +[Nota 463: Refiérese a la huerta del Alamillo, que estaba próxima a +las Cuevas y, como este monasterio, a la orilla derecha del +Guadalquivir. Eran famosos los _sábalos del Alamillo_, y Lope de Vega, +en la jorn. I de _Los Vargas de Castilla_, los recordó por boca de +Millán: + + «Adiós, Sevilla soberbio..., + pan de Gandul de mi vida, + roscas de Utrera del cielo, + alcaparrón como el puño, + aceitunas como el cuerpo, + _sábalos del Alamillo_....»] + +[Nota 464: Así la edición príncipe; pero quizá es errata, por _los +Zúñigas_.] + +[Nota 465: _De Medina Sidonia_, quiere decir.] + +[Nota 466: Cuando estos elogios salieron a luz, el duque don Gaspar +Alonso de Guzmán el Bueno había dejado de merecerlos de todo en todo, +por un hecho harto deplorable: por la traidora confabulación para +separar a Portugal y Andalucía de la obediencia de Felipe IV. Véase +resumida esta negra historia en mi libro intitulado _Pedro Espinosa_ +(Madrid, 1906), págs. 313 y siguientes.] + +[Nota 467: A don Francisco Zapata, conde de Barajas, se debió, en +efecto, el saneamiento de aquella parte de la ciudad que se llamaba la +Laguna, convertida por él en deleitosa alameda, hermoseada con tres +copiosas fuentes, que en 1587, cuando Morgado publicó su _Historia de +Sevilla_, regaban todo el año «los mil y setecientos árboles que, entre +alisos, alamos blancos, naranjos, cipreses y árboles de parayso, fueron +en esta Laguna plantados....» A la entrada de la nueva Alameda, sobre +grandes pedestales, se colocaron dos esbeltas columnas, gruesas de +catorce palmos en redondo y altas de cuatro estados, y encima de ellas, +respectivamente, las estatuas de Hércules, fundador de la ciudad, y +Julio César, que la cercó de murallas. Toda esta obra se acabó el año de +1574, y ha de reconocerse que salió mal su cuenta al Conde de Barajas, +pues queriendo que la hermosa Alameda sirviese para honesto solaz y +esparcimiento de Sevilla, no lo vió conseguido; antes cargó sobre ella, +especialmente en las noches de la primavera y el verano, tal turba de +mujeres perdidas y de mancebillos boquirrubios y hombres pícaros y +arrufianados, que cuatro años despues, en 1578, Vicente Espinel, que +vivió muy desbaratadamente una temporada en la ciudad del Betis, comenzó +así la _Sátira contra las damas de Sevilla_: + + «Invicto César, Hércules famoso, + espeio y luz de valerosos pechos, + patrones deste suelo venturoso, + ya que permite el hado que estéis hechos + de la Alameda vigilantes guardas, + injusto premio a tan gallardos pechos....» + +Y dijo después: + + «Vuelva Zapata y su jardín reforme; + que pues le hizo al culto de Diana, + no es bien que en putería se transforme.»] + +[Nota 468: _Disignio_, dicho un poco a la italiana; y aun +enteramente en italiano _(disegno)_ lo escribió tal cual vez el +sevillano Juan de la Cueva: + + «... quel Francés furioso + viene a nosotros con _diseños_ fieros.»] + +[Nota 469: Era Tomasa, en lo tornajona, como la célebre Marica del +romance de Quevedo: + + «Tomando estaba sudores + Marica en el hospital; + _que el tomar era costumbre_ + y el remedio era sudar.»] + +[Nota 470: _Como unos hermanos_, es decir, como unos cuadrilleros de +la Santa Hermandad que fuesen con requisitoria en busca de algún +malhechor.] + +[Nota 471: _Regalados_, en la acepción de _agradables_ y +_deleitosos_ como dijo Lope de Vega: + + «Pan de Sevilla, _regalado_ y tierno, + masado por la blanca y limpia mano + de alguna que os quisiera para yerno.»] + +[Nota 472: Hasta ahora han sido inútiles cuantas diligencias se han +practicado para averiguar por qué se llamara _de Gallegos_ este +celebrado pan. Presumo que se apellidaría _Gallegos_ el panadero que lo +fabricaba.] + +[Nota 473: _En él,_ refiriéndose _al Prado_, y claro que no _al +espejo_ como en rigor gramatical podría colegirse.] + +[Nota 474: Ocurren aquí, como en el tranco II (56, 3)[173] dos versos +en decasílabos ocasionales: + + «... _comen alas del viento por cebada, + no quiero que dejemos a Sevilla_....»] + +[Nota 475: El hallarse muy bien el Cojuelo en Sevilla conviene con +lo que Santa Teresa de Jesús dijo de esta ciudad en el cap. XXV de su +_Libro de las Fundaciones_: «No sé si la misma clima de la tierra, que +he oído siempre decir _los demonios tienen más mano allí para tentar_, +que se la debe de dar Dios, y en esto me apretaron a mí, que nunca me vi +más pusilánime y cobarde en mi vida que allí me hallé: yo, cierto, a mí +mesma no me conocía.»] + +[Nota 476: _Alfaneques_ se llamaban unos halcones muy usados por los +cazadores de cetrería, y _volar_ está dicho, no en la acepción +germanesca de _hurtar_, como creyó el señor Bonilla, sino, aunque +figuradamente, en la cinegética de hacer que el ave se levante y vuele. +_Bretón_ sí está usado en la genérica y germanesca de _extranjero_. Así, +la frase _alfaneque de volar una bolsa de bretón_ equivale a tercera a +propósito para trasponer la bolsa de cualquier extranjero incauto desde +la faldriquera de éste a las sonrosadas uñas de cualquiera doncellita de +alquiler.] + +[Nota 477: _Doncelliponiente_, a imitación de _barbiponiente_ o +_barbipungente_, que se dice del mancebo a quien empieza a salir la +barba, pero también del principiante en una facultad u oficio. Nuestro +autor, pues, llama _doncelliponientes_ a las jóvenes aún poco +experimentadas en la venta y reventa de su doncellez, y necesitadas, por +tanto, de los sabios consejos de la experta mulata.] + +[Nota 478: _Acuchillado_, esto es, abierta a trechos la tela y +puestos en las aberturas piezas fusiformes de otro tejido, de color +diferente de aquélla.] + +[Nota 479: Llamaban y llamamos _cotonía_ a cierta tela hecha de hilo +de _algodón._ Son tan añejos esta tela y su nombre, que nuestro vulgo, +cuando quiere ponderar la antigüedad de un dicho o costumbre, suele +decir: «Eso es más viejo que la _cotonía._»] + +[Nota 480: _Ponleví_, del francés _pont levis, puente levadiza_. +«Forma especial--dice el _Diccionario_ de la Academia--que se dió a los +zapatos y chapines, según moda traída de Francia. El tacón era de +madera, muy alto, inclinado hacia adelante y con disminución progresiva +por su parte semicircular, desde su arranque hasta abajo.» A mi ver, +huelga en esta definición la referencia a los chapines, pues éstos jamás +tuvieron tacón; al contrario, el zapato con tacón vino a sustituírlos, +dando, aunque sólo en el carcañal, la altura que el chapín daba a todo +el pie. Al tacón solían llamar _talón._ Lope, en el acto I de _El +Desprecio agradecido_: + + «D. BERNARDO. Cien escudos tenéis ciertos + por un zapatillo suyo. + + INÉS. ¿Tan prestísimo? + + D. BERNARDO. Soy tierno. + + INÉS. Pues ¿para qué le queréis? + + D. BERNARDO. Para traerle aquí dentro. + + INÉS. Son _de ponleví: el talón_ + os hará mal en el pecho.» + +Como el _tacón,_ terminado en semicírculo pequeño, venía a acabar hacia +la mitad del largo del zapato, tal como hoy, los pies mayores parecían +diminutos, especialmente en la huella. El mismo Lope, en el acto I de +_Las Bizarrías de Belisa_: + + «TELLO. ...Hay enanas; las hay con larga trampa: + unas con pie de apóstol, _consoladas + del ponleví, que imprime poca estampa_.»] + +[Nota 481: «_Escarpín_--dice el _Diccionario_ de autoridades--, +funda pequeña de lienzo blanco con que se viste y cubre el pie, y se +pone debaxo de la media o calza.»] + +[Nota 482: _Tapetado_, según Covarrubias, es el cuero envesado, dado +color negro. En el auto de _La Paciencia de Job_, de autor anónimo, dice +el bobo a Satán: + + «¿Mi hermano sois vos? Si tal ha parido + mi madre, yo muera vestido y calzado: + mi madre era blanca, vos sois _tapetado_....» + +Y Quevedo, describiendo una _Boda de negros_ (Musa VI): + + «Iba afeitada la novia + todo el _tapetado_ gesto + con hollín y con carbón + y con tinta de sombreros.»] + +[Nota 483: _Se subía a tocar_, es decir, a _tocarse_, a arreglar su +tocado; pero, jugando del verbo _tocar_, añade lo de _tocar de la +tarántula,_ por alusión a que se hacía _tocar_ o tentar el cabello por +la _tarántula_ de sus dedos; que eso semejaban con el teclear por toda +la cabeza. No hay aquí, pues, contra lo que imaginaron los señores Durán +y Bonilla, referencia alguna a la música o tonada llamada _de la +tarántula._] + +[Nota 484: _Espejo de armar_, expresión que el léxico de la Academia +da por anticuada, siendo así que se usó mucho en los siglos XVI y XVII, +es--dice el _Diccionario_ de autoridades--«el que es de bastante grandor +para poder verse en él todo el cuerpo humano u la mayor parte de él».] + +[Nota 485: Leo _nigromancía_ (y no _nigromancia_, al uso de hoy), +porque en el siglo XVII aún se pronunciaba así. Calderón, en la jorn. I +de _El Jardín de Falerina_: + + «LISIDANTE. Tú, que, sabia, la gran _piromancía_ + escribes en pirámides de fuego.... + + MARFISA. Tú, que en el aire, a los conjuros ciego, + das a las aves la _eteromancía_.... + + LISIDANTE. Tú, que en sepulcros la _nigromancía_ + ejecutas....»] + +[Nota 486: Visto que el _Diccionario_ de la Academia sólo dice que +_echar las habas_ es «hacer hechizos o sortilegios», el señor Bonilla ha +reparado muy justamente: «Pero claro es que los _hechizos_ o +_sortilegios_ se podían hacer de muchas maneras, y una de ellas era +_echando las habas_.» Y esto advertido, cita dos versos de Quevedo, que +dicen: + + «En mi vida _eché las habas_; + antes me echaba a mí propia», + +y con ellos da por terminada su nota. Nos quedamos, por tanto, sin saber +qué era _echar las habas_, aun después de ver bien rectificada la +definición de la Academia. + +_Echemos las habas_: quiero decir, veamos cómo y para qué se echaban, +aunque esta nota exceda de la extensión que de ordinario tienen las del +presente libro. Y para lograr bien nuestro propósito, tomemos por +maestras a las mismas gitanas que poco antes del año 1633 (tiempo en que +ya la Rufina María del texto practicaba esas habilidades) tenían por +discípula, en la villa y corte de Madrid, a doña Antonia Mexía, la cual, +pesarosa, después, de su aprendizaje, se denunció al Tribunal del Santo +Oficio (Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo 91 de +causas, número 176), manifestando, entre otras cosas: «Que las dichas +gitanas le enseñaron _la suerte de las habas_ en esta manera...: que +tomase nueue hauas, un poco de carbon, un grano de sal, un poco de çera, +un ochauo, un poco de piedra lumbre, un poco de açufre, un poco de pan, +un poco de paño colorado, un poco de paño açul, y que las dos de las +hauas las señalase mordiendolas, o las más que quisiese, diciendo este +es Juan (su marido), este es Francisco, y esta Catalina, y que si +saliese la mordida, que es la persona que se quiere, junto al carbon, +significa noche; si junto a la sal, gusto; junto a çera, martelo, que +quiere deçir golpe, porraço o cosa semejante; junto al ochauo, que abrá +dinero; junto a la piedra alumbre, con lo colorado, sangre; y junto a +lo açul, çelos; y junto al açufre, si sale con la sal, oro, y si sale +solo, pesadumbre; junto al pan, que abrá comida....» + +La sentencia de otro proceso inquisitorial, dictada en 1638, acaso en +los mismos días en que Vélez de Guevara revelaba las aficiones +hechicerescas de Rufina, nos permite ver en funciones a Isabel Bautista, +natural de Sevilla, quizá trianera como la mulata huéspeda del Cojuelo y +de don Cleofás (Inquisición de Toledo, legajo 82, núm. 26): «... sacó una +bolsilla colorada con unas habas, y las echó, y entre ellas un poco de +paño azul, y alumbre, y un poco de carbon, y un medio real, y otro +pedazo de grana, diciendo que el paño azul significaba celos, y el +alumbre, y el carbón, noche, y el medio real, que les habían de dar +plata, y echó vn maravedí, que significaba que les habían de dar +cuartos, y el paño de grana, alegría, todo lo qual echó sobre vn paño +colorado, y las dichas habas traya a la mano halagándolas «hijitas mias, +decid la verdad», y luego las soltaba, y en cayendo las habas las decía: +«Rociadas con el rocio del cielo», y hablaba entre dientes, que no se le +entendía lo que decía, y volvió a decir: «Vosotras decid la verdad, que +la decis más que el Evangelio»; y a la dicha muger le dijo señalando +vnas habas: «Este es tu padre, esta eres tú y esta tu madre; ya viene +por el camino; muy pronto le verás», señalando entre las habas y las +demás cosas el camino que decía por donde venía.» La propia Isabel +Bautista había declarado en su confesión «... que era verdad que echó +las habas, y que eran nueve pares, todas señaladas cuál era macho y +hembra; que echaba además una haba partida y que las palabras que decía +entre dientes eran santas y buenas, porque decía: + + «Con San Pedro y San Pablo + y el apostol Santiago + y con el bienaventurado San Cebrian, + suertes echasteis en la mar; + muertas las echasteis, + vivas las sacasteis; + así me saqueis + vivas y verdaderas estas suertes. + Si fulano ha de venir, + salga en camino»; + +que era hacer camino las habas, apartándose unas de otras, que era que +venía la persona que esperaban, y si se juntaban, era que no venía, y si +salía el haba junto al carbón, era que venía de noche, y si junto al +paño colorado, era alegría, y si junto a la sal, que habían de tener +gusto, y si junto al ochavo, que le darían dineros, y si salía el haba +junto al haba partida, era ropa que le habían de dar....» También solían +echar entre las demás cosas un pedazo de yeso blanco, que significaba +dolor, y un cantillo redondo de haba, que representaba a la iglesia. +Algunas echadoras de habas, antes de empezar a practicar con ellas, las +bautizaban, metiéndolas en las pilas del agua bendita de tres templos, y +el conjurarlas antes de echarlas era constante, metiéranlas o no en la +boca. Doña Catalina Márquez de Avalos, mujer del capitán Francisco +Alonso de la Serna (Madrid), compareciendo a delatarse de su voluntad en +1631 (Inquisición de Toledo, leg. 90, núm. 161), manifestó, entre otras +cosas, que decía a las habas, teniéndolas en la boca: + + «Hijas amadas, + hijas queridas, + por el labrador que os sembró, + por la tierra en que estuvistes, + por San Pedro, por San Pablo, + por el apostol Santiago, + por el mar, por las arenas, + por San Cebrian, + que echó suertes en la mar, + que ansí como le salieron ciertas y verdaderas, + ansí me digáis lo que os quiero preguntar.»] + +[Nota 487: Para el señor Bonilla, _andar el cedazo_ es «lo mismo que +_adivinar por tela de cedazo_», especie que quiso justificar con el +_Diccionario_ de autoridades, según el cual es «el ejercicio de la arte +mágica, cuando el demonio hace que los profesores de esta diabólica +ciencia, mirando por un cedazo, vean las cosas que están muy distantes, +ocultas, o por venir, a lo cual llamó la gentilidad _coscinomancia_». +Pero no sólo ahí está la frase con que el señor Bonilla intentó explicar +lo de _andar el cedazo: «adivinar por tela cedaço_--dice Covarrubias, +art. _cedaço_--es dezir lo que claramente se ve y se entiende ser assi, +porque como dize otro Proverbio, muy ciego es el que no ve por tela de +cedaço.» Con todo esto, pues _ver_ uno una cosa _por tela de cedazo_ +significa, según el léxico actual de la Academia, «verla o entenderla +confusamente, o juzgarla, no como es en sí, sino como se la presenta su +pasión o preocupación», voy a demostrar que en este punto el +_Diccionario_ de autoridades y cuantos le han seguido _vieron por tela +de cedazo_. Con acudir a nuestra literatura bastaría, y aun sobraría +mucho, para convencerse de que _andar el cedazo_ no es ni lejano +pariente de _adivinar_, ni de _ver, por tela de cedazo_, y aun el +mencionárselo casi siempre con el _echar las habas_ da, por sí solo, +clara sospecha de ser otra especie de sortilegio. Cervantes, en la +cantaleta del acto I de _El Rufián dichoso_: + + «...La que en darse a sí excedió + a las godeñas más francas; + _la que echa por cinco blancas + las habas y el cedacillo_....» + +Tirso de Molina, en el acto 1 de _En Madrid y en una casa_: + + «MAJUELO. ¡Lo de Toledo ha sabido + también! ¡Vive Dios que _ha habido + haba y cedazo_!» + +Y Ruiz de Alarcón, en el acto II de _La Cueva de Salamanca_: + + «LUCÍA. ¿Hay alguna que no tenga, + si ausente o celosa está, + un poco de _echar las habas_ + y un mucho de conjurar + _el cedacillo_, el rosario + (que de eso les sirve ya) + el chapín y la tijera, + espejo de agua o cristal....» + +Pero si estos ejemplos indican sobradamente que lo _del cedazo_ era un +sortilegio, que jamás podría hacerse mirando al través de la tela, +estotras citas demostrarán muy claro que tal sortilegio se hacía +_moviendo_ o _moviéndose, el cedazo_, cosa que ya se echaba de ver por +la expresión _andar el cedazo_, usada por Vélez de Guevara. Agustín de +Rojas, en el libro I de _El Viaje entretenido_, cuenta que las +hechicerías de una vieja su amiga vinieron a parar en que la +encorozaron, y después, ida a Antequera, «cogiéronla _haciendo bailar un +cedazo y echando unas habas_, y diéronle otros doscientos tocinos». +Mateo Alemán dice en su _Guzmán de Alfarache_, parte II, libro III, cap. +III: «Respóndame por vida de sus ojos..., si pasando la raya sin rebozo +ni temor de Dios, _no dejó cedazo con sosiego, ni habas en su lugar, que +todo no lo hizo bailar_, por malos medios y con palabras detestadas y +prohibidas por nuestra santa religión....» Y, en fin, Quevedo, en el +soneto referente a una hechicera antigua, que deja sus herramientas a +otra reciente (Musa VI): + + «Esta redoma rebosando babas, + _el cedazo que sabe hacer corvetas_, + estas que se metieron a profetas, + con poco miramiento, siendo _habas_....» + +Ahora bien, ¿quiere el lector ver qué corvetas eran las que sabía hacer +el cedazo de la vieja de Quevedo? Pues sin ninguna clase de hechicería +nos lo va a revelar María López, que era vecina de Malagón por los años +de 1625; la cual, dando su declaración en causa contra Ana Hernández +(Inquisición de Toledo, legajo 88, núm. 117), manifestó que esta Ana le +pidió un cedazo y unas tijeras, y preguntándole para qué los quería, +dijo que tenía un mozo en Almagro y deseaba saber si la esperaba o si +había de venir; «y tomó las tisseras y las hincó en el aro del çedazo la +una punta, asiendo en la mano el anillo de la misma punta de la tissera, +y la otra tissera puesta en cruz, colgando el çedazo dellas, y diciendo +unas palabras que esta declarante no entendió, anduvo el çedazo muy +reçio a la redonda, y le dixo la susodicha: «Yo me voy mañana, que me +esperan»; y quando no era ansi lo que quería, se estaba quedo el +çedazo». + +Las palabras que María López no había entendido eran el conjuro propio +del sortilegio. Tengo hasta cuatro o cinco versiones de él, halladas en +otros tantos procesos inquisitoriales; pero las dejo a un lado, +prefiriendo una recogida de la tradición oral en nuestros días, de boca +de ciertos gitanos errantes, por mi buen amigo don Pedro Díaz Cassou, +excelente folklorista murciano, con el nombre de _Orasión der seaso_. +Dice así: + + «San Simón, + suerte quiero arcansá, + que me digas la berdá, + las tijeras están agarrás; + en er seaso están clavás; + personas que reselo boy a nombrá; + que ande er seaso si la sospecha es berdá. + San Simón que lo sabe lo declarará. + Entro y consiento en er pauto creminá.» + +¿Está ahora bien claro que _andar el cedazo y adivinar por tela de +cedazo_ son dos cosas distintas, aunque el cedazo sea un solo cedazo +verdadero?] + +[Nota 488: Ruiz de Alarcón, en el acto I de _Mudarse por mejorarse_, +explicaba así la razón del nombre de esta calle: + + «LEONOR. ¡_Calle Mayor_! ¿Tan grande es, + que iguala a su nombre y fama? + + D.ª CLARA. Diréte por qué se llama + _la calle Mayor_. + + LEONOR. Di, pues. + + D.ª CLARA. Filipo es el rey mayor, + Madrid, su corte, y en ella + la mayor y la más bella + calle es la _calle Mayor_. + Luego ha sido justa ley + _la calle Mayor_ llamar + a la mayor del lugar + que aposenta al mayor rey.»] + +[Nota 489: Hoy diríamos _es mesa_, sin repetir el _que_ de la línea +anterior. De este _que_ superfluo traté largamente en una nota del +_Quijote_ (I, 229, 16).] + +[Nota 490: Por eso se llamaron caballeros _de la Tabla Redonda_ +aquellos de que se acompañaba el rey Artús.] + +[Nota 491: Bien se echa de ver que el Cojuelo mostró a Rufina María +la calle Mayor en una de las tardes que en Madrid llamaban _de rua_. +Mesonero Romanos, en _El Antiguo Madrid_, tomo I, pág. 265, tratando de +la estancia del Príncipe de Gales en la coronada Villa, cuando en 1623 +vino a ofrecer su mano a doña María, hermana de Felipe IV, dice: «El +domingo siguiente hubo _rua o paseo por la calle Mayor_, a que asistió +gran concurso de príncipes y magnates en sus carrozas, y todas las +hermosas de la Corte».] + +[Nota 492: _Con tanto ojo_, elíptico, por _con tanto ojo abierto_, +frases que faltan en el _Diccionario_.] + +[Nota 493: Ocasionalmente ocurren aquí, como pocas páginas atrás +(205, 23)[474], dos versos endecasílabos: + + «... _que con los malos términos se abrasa, + y con los agasajos se destempla_!»] + +[Nota 494: Dice _de dos yemas_, como de los huevos nombrados así, +bien que la _litera_, por lo común, tenía dos asientos. «Es--nota el +_Diccionario_ de autoridades--de la misma hechura que la silla de manos, +algo más prolongada, y con dos assientos, aunque algunas veces no los +tiene, y en su lugar se tienden colchones, y en este caso va recostado +el que la ocupa. Llévanla dos machos, mulas o caballos, afianzadas las +varas en dos grandes sillones.»] + +[Nota 495: Así en la edición príncipe, por _Eliche_.] + +[Nota 496: _Alcañizas_ en la edición original, por _Alcañices._] + +[Nota 497: Mejor sintaxis fuera ésta: y _grande hombre de a caballo_ +en entrambas sillas. Alude a las dos maneras de cabalgar: la brida y la +jineta. Recuérdese lo dicho en nota de los preliminares (9, 6)[49].] + +[Nota 498: Dice _Simancas_, por decir con alguna novedad +_archivos_.] + +[Nota 499: En la edición original, sin duda por yerro, _de vna misma +edad y al parecer que lleuan_....] + +[Nota 500: _Espumando sangre generosísima_, como _espumando valor_ +en el tranco I (22, 5) [Nota del transcriptor: "Don Cleofás, espumando +valor, prerrogativa de estudiante de Alcalá, le dijo:"].] + +[Nota 501: _A sí mismos_, diríamos hoy.] + +[Nota 502: Hace aplicación, algo violentamente, del cabalgar en +ambas sillas, de la brida y de la jineta, a la destreza en ambas +espadas, negra y blanca. Deslizáronsele aquí a Vélez no menos de cinco +versos octosílabos involuntarios: + + «_... don Francisco de Mendoza, + gentilhombre cortesano, + favorecido de todos + y diestro en entrambas sillas + de la espada blanca y negra._»] + +[Nota 503: _Hallará_, en la edición príncipe, pero sin duda es +errata, por _hallara_.] + +[Nota 504: Es manera tópica de alabanza. En el _Quijote_ (II, 17), +dice el Caballero del Verde Gabán al Ingenioso Hidalgo: «... entiendo +que si las ordenanzas y leyes de la caballería andante _se perdiesen, se +hallarían_ en el pecho de vuesa merced como en su mismo depósito y +archivo.»] + +[Nota 505: El señor Bonilla corrigió _Ildefonso_, notando al pie de +la página que el texto original dice _Ilefonso_. E _Ilefonso_ se decía, +y se escribía, y se estampaba. Rector del Colegio de San _Ilefonso_, de +Sanlúcar de Barrameda, se llamó Pedro Espinosa en las portadas de sus +obras _Espejo de cristal (1625), El Perro y la Calentura (1625), Elogio +al retrato de ... don Manuel Alonso Perez de Guzman el Bueno ... (1625), +Panegírico a la ... ciudad Antequera_ (1626) y _Pronostico +judiciario_ ... (1627).] + +[Nota 506: _Velmar_, por _Bedmar_.] + +[Nota 507: _Ladrada,_ por _la Adrada_.] + +[Nota 508: _Nájara_, por _Nájera._] + +[Nota 509: Jerónimo de Quintana, en su _Historia de la antigüedad, +nobleza, y grandeza de la villa de Madrid_ (Madrid, Imprenta del Reyno, +M.DC.XXIX), fol. 376 vto., menciona muchas casas «de grandes señores +fabricadas con sumptuosidad, hermosura y grandeza», y, entre ellas, «las +del Conde de Oñate, en la calle Mayor». Y Mesonero Romanos, en _El +Antiguo Madrid_, tomo I, pág. 259, dice: «Esta casa-palacio, una de las +más espaciosas e importantes de la grandeza, debió ser construída a +fines del siglo XVI, si bien la portada y balcón principal son obra del +XVII o principios del pasado, al estilo apellidado _churrigueresco_». +Demolido este edificio pocos años ha, para ensanchar la calle Mayor, su +portada, sueltas pero numeradas las piedras de que se compone, espera, +en el jardín del Museo Arqueológico Nacional, que se determine dónde ha +de levantarse de nuevo, para conservarla como preciada muestra del +estilo arquitectónico a que pertenece.] + +[Nota 510: Como antes (230, 22) dijo _Simancas_, por decir con +novedad _archivos_, ahora dice _Mercurio Mayor_, por no decir _Correo +Mayor_. Sabido es que Mercurio fué, no ya el correo, sino hasta el +correveidile y terceruelo de los dioses.] + +[Nota 511: Se refiere al célebre _mentidero_ de Madrid, del cual, en +el cap. I del _Viage del Parnaso_, fol. 3 vto. de la edición príncipe, +se había despedido Cervantes diciendo: + + «A Dios de san Felipe el gran passeo, + donde si baxa o sube el Turco galgo + como en Gazeta de Venecia leo.» + +Moreto, en la jorn. I de _De fuera vendrá_..., pinta admirablemente, por +boca de un alférez, cuán rápidamente crecía la diaria almáciga de +embustes en las famosas Gradas: + + «ALFÉREZ. Mas al despique apelo; + que yo con estas gradas me consuelo + de San Felipe, donde mi contento + es ver luego creído lo que miento. + + LISARDO. ¡Que no sepáis salir de aquestas gradas! + + ALFÉREZ. Amigo, aquí se ven los camaradas. + Estas losas me tienen hechizado; + que en todo el mundo tierra no he encontrado + tan fértil de mentiras. + + LISARDO. ¿De qué suerte? + + ALFÉREZ. Crecen tan bien aquí, que la más fuerte + sembrarla por la noche me sucede, + y a la mañana ya regarse puede. + + LISARDO. De vuestro humor, por Dios, me estoy riendo. + + ALFÉREZ. Por la mañana yo, al irme vistiendo, + pienso una mentirilla de mi mano, + vengo luego, y aquí la siembro en grano, + y crece tanto, que de allí a dos horas + hallo quien con tal fuerza la prosiga, + que a contármela vuelve con espiga. + Aquí del Rey más saben que en palacio; + del Turco, esto se finge más de espacio, + porque le hacen la armada por diciembre, + y viene a España a fines de setiembre....»] + +[Nota 512: En la edición principe, sin duda por yerro del impresor, +se lee así, y lo mismo en las del señor Bonilla: «¿Qué entierro es este +tan sumptuoso, _preguntó don Cleofás, que passa por la calle Mayor, que +estaua tan aturdido...._»] + +[Nota 513: El lujoso entierro del Astrólogo sería, _plus minusve_, +como aquel que pinta Quevedo en _El mundo por de dentro_: «En esto, +llegamos a la calle Mayor.... Tomamos puesto conveniente para registrar +lo que pasaba: fué un entierro, en esta forma: venían envainados en unos +sayos grandes de diferentes colores unos pícaros, haciendo una taracea +de muñidores. Pasó esta recua incensando con las campanillas; seguían +los muchachos de la Dotrina, meninos de la muerte y lacayuelos del +ataúd, chirriando la calavera; seguíanse luego doce galloferos, +hipócritas de la pobreza, con doce hachas, acompañando el cuerpo y +abrigando a los de la Capacha, que, hombreando, testificaban el peso de +la difunta....»] + +[Nota 514: Como si dijera, tal como suele decirse: _¡Con su pan se +lo coma!_] + +[Nota 515: Vendíase, en efecto, mucha fruta en la Puerta del Sol.] + +[Nota 516: El antiguo Hospital Real de Corte se llamó, como su +iglesia, _del Buen Suceso_, por una imagen de la Virgen que bajo tal +advocación se veneraba en ella. «Esta plaza--dice Mesonero Romanos _(El +antiguo Madrid_, tomo II, pág. 115)--, o más bien espaciosa encrucijada +de las diversas calles principales de la población, presentaba la figura +que todos recordamos, de un prolongado trapecio, y se hallaba dominada +en su frente principal, entre las calles de Alcalá y San Jerónimo, por +la modesta fachada de la iglesia del Buen Suceso, la cual, antes de la +ocupación francesa, estaba algo más decorada, y tenía una pequeña lonja +o atrio con verjas de hierro. Delante de ella estaba la famosa fuente +churrigueresca de principios del siglo pasado, y que reemplazó a otra no +menos extravagante, si hemos de creer a la vista de ella que estampa +Álvarez Colmenar en la obra titulada _Annales d'Espagne et de Portugal_. +Una y otra estuvieron coronadas por la estatua de Venus, no la Medicea, +de Pafos o de Citeres, sino la célebre _Mariblanca_, que hoy yace +relegada a la plazuela de las Descalzas.»] + +[Nota 517: Dice Mesonero (_El antiguo Madrid_, tomo I, pág. 291) que +el convento de la Victoria, con su iglesia, huerta y tahona ocupaba gran +parte de una manzana, y dió lugar con su derribo (1836) a la formación +de la calle de Espoz y Mina, al ensanche de la de la Victoria, y a la +construcción entre ambas de las manzanas de casas de los señores +Mariátegui y Mateu, pasaje o galería cubierta, y otros varios edificios. +Los lugares respectivos de la Victoria y de la fuente del Buen Suceso +están bien indicados en los siguientes versos de Tirso de Molina (_Por +el sótano y el torno_, acto II): + + «D. DUARTE. Salieron las dos hermanas, + que, a ser tres como eran dos, + las tres Gracias en mentira + fueran verdaderas hoy. + + De las manos y tapadas, + hacia la Puerta del Sol + echaron, y yo tras ellas + siguiendo sus pasos voy. + Llegamos al Buen Suceso + (bueno me lo dé el amor), + por las gradas de la fuente + ellas, por la puerta yo + frontera de la Victoria....» + +Hartzenbusch, al llegar aquí, pone esta nota. «_Ventana_, dice la +edición que seguimos; pero es claro que se habla de la puerta del Buen +Suceso, frente a la calle de Espoz y Mina, cuya entrada era antes la +lonja del convento de la Victoria.»] + +[Nota 518: _Estar_, por _ser_, como en más de un lugar del _Quijote_ +(I, 292, 7; III, 333, 16, etc.).] + +[Nota 519: Así solían decir al ver a un niño, refiriéndose al mal de +ojo, las que iban, o podían ir, para brujas. Esto, cuando con el propio +intento no le daban una higa, porque, como decía Covarrubias, «también +es cosa vsada al que ha parecido bien darle vna higa diciendo: tomá para +que no os ahogen (_aojen_)». Igualmente se hacía y se decía esto por vía +de pulla, y así Feliciano de Silva, por boca de Elicia, en la cena XXXIX +de la _Segunda comedia de Celestina_: «¡Al diablo la vieja, que no se +contenta con cuanto ha ganado conmigo, sino que si tengo amor a uno, no +le tengo de osar mirar! _¡Toma para tus ojos_: que yo le hablaré aunque +te pese...!»] + +[Nota 520: En la edición príncipe, _guedegas_, por evidente errata, +que copia el señor Bonilla.] + +[Nota 521: _Después que_, equivaliendo a _desde que_, usadísimo en +los siglos XVI y XVII, como advertí más de una vez en mis notas al +_Quijote_ (I, 265, 8; II, 74, 4; III, 124, 17; IV, 282, 12, etc.).] + +[Nota 522: Siguiendo su alegoría, dice _dar grada_, por alusión a la +_grada_ o escaño corrido que en el teatro ocupaban las mujeres.] + +[Nota 523: Alude a la costumbre, general en algunas naciones, de +saludarse besándose públicamente hombres y mujeres, de la cual decía +Juan Minsheu, por boca de Guillermo, en el sexto de sus _Pleasant and +delightfvll dialogves in Spanish and English_ ... (Londres, Edm. +Bellifant, 1599), pág. 51: «Yo para mi tengo que la mayor causa de la +desoluçion en algunas mugeres de Ynglaterra es esta costumbre de +besallas en público, por que con esto pierden la verguença y a el +tocamiento del beso, les entra vn veneno que las ynficiona». Y poco +después: + +«EGIDIO. ¿En España no se vsa besar los hombres a las mugeres? + +DIEGO. Sí, besan los maridos a sus mugeres, y esto allá detrás de siete +paredes, donde aun la luz no los pueda ver. + +GUILLERMO. Es porque los españoles son demasiadamente celosos. + +ALONSO. No, sino porque somos tan trabiessos, que no hemos menester este +apetito para hacer mil malos recaudos. ¿Qué sería si tubiessemos essa +ocasion?»] + +[Nota 524: _La calle Mayor_ y _el Prado_: en estas dos universidades +estudiaban discreción y cortesanía los galanes y las damas de Madrid. +Lope de Vega, en el acto II de _El Desconfiado_: + + «PEDRO. ...Que una mujer en la Corte + es imposible ser necia, + y más cuando ella se precia + de que esta fama le importe; + pues para tomar el grado + de doctas, gastan, señor, + _cursos de calle Mayor + y cuodlibetos del Prado»_. + +El enamorado, pues, tenía ambos lugares, _la calle Mayor_ o _Carrera_ y +_el Prado de San Jerónimo,_ por estaciones principalísimas de su diaria +devoción. Calderón de la Barca, en la jorn. I de _Hombre pobre todo es +trazas_: + + «D. DIEGO. Por la mañana estaré + en la iglesia a que acudís; + por la tarde, si salís, + en _la Carrera_ os veré; + al anochecer, iré + _al Prado_, al coche arrimador + luego, en la calle embozadador + ved si advierte bien mi amor + horas de _calle Mayor_, + misa, reja, coche y _Prado_.» + +De este paseo se lee en la _Primera y segunda parte de las grandezas y +cosas notables de España_, de Pedro de Medina, corregidas y ampliadas +por Pérez de Mesa, fol. 205: «A la otra mano derecha del mismo +monasterio [de San Jerónimo], saliendo de las casas, ay otra alameda +tambien muy apacible, con dos órdenes de árboles, que hazen vna calle +muy larga hasta salir al camino que llaman de Atocha.... Llaman a estas +alamedas _el prado de san Hieronymo_, donde de invierno al sol y de +verano a goçar de la frescura, es cosa muy de ver y de mucha recreacion +la multitud de gente que sale, de viçarrisimas damas, de bien dispuestos +caualleros, y de muchos señores y señoras principales, en coches y +carroças. Aqui se goza con gran deleyte y gusto de la frescura del +viento todas las tardes y noches del estío, y de muchas buenas +musicas....»] + +[Nota 525: Así en la edición príncipe, aunque sin acentuar el +pronombre, pues no se acostumbraba hacerlo. El señor Bonilla leyó +equivocadamente: «que otro día le enseñaremos en el río de Mançanares», +diciendo abajo en nota: «El texto repite «el». Claro es que no se +trataba de enseñar _el espejo en el río_, como parece haber entendido el +señor Bonilla, sino de enseñar _el río en el espejo_.] + +[Nota 526: _Y pasa el verano de noche_, es decir, _y pasa durante el +verano de noche_.] + +[Nota 527: Compara Vélez el Manzanares con la moneda de Navarra, o +_navarrisca_, que no era de curso legal en Castilla, pero que solía +pasarse de noche, a favor de la poca luz, como las monedas chanflonas de +que traté en nota del tranco I (18, 5)[76]. La voz _navarrisco_ falta en +el _Diccionario_ de la Academia, aun habiendo sido de uso muy corriente. +Juan de Castellanos, _Elegías de varones ilustres de Indias_, parte II, +_Elogio de Rojas,_ canto IV: + + «... y el _navarrisco_, que por ellas muere, + dijo que le dará cuanto pidiere.»] + +[Nota 528: _Caudal_, como adjetivo, equivalente a _caudaloso_.] + +[Nota 529: Otros dijeron que el Manzanares, tan merendado, cenado y +concurrido de gente, era río que lo tenía todo, excepto río. Calderón, +en la jorn. I de _Fuego de Dios en el querer bien_, refiriéndose á las +orillas del Manzanares en una tarde de julio: + + «D. ALVARO. Aquí cantan, allí bailan, + aquí parlan, allí gritan, + aquí riñen, allí juegan, + meriendan aquí, allí brindan: + país tan hermoso y vario, + que para ser la Florida + estación de todo el orbe + la más bella, hermosa y rica, + _sólo al río falta el río_; + mas ya es objeción antigua.» + +Y Lope de Vega había comenzado así un soneto de _Burguillos_ en que +_Laméntase Manzanares de tener tan gran puente:_ + + «Quítenme aquesta puente que me mata, + señores regidores de la villa; + miren que me ha quebrado una costilla: + que, aunque me viene grande, me maltrata.»] + +[Nota 530: No sé a qué conseja o cuentecillo se refiere aquí don +Cleofás. A no pedir lo del ahogarse que las ayuntadas fuesen _ranas_, se +podría sospechar que estaba errado el texto, por _ratas_. A lo menos, en +Andalucía es muy vulgar la desenfadada expresión: _¡Al ... diablo, +ratas; que se quemó el molino_!] + +[Nota 531: A este escudo se había referido Lope de Vega en el acto +II de _El Anzuelo de Fenisa_: + + «ALBANO. ...Tiene el Duque de Medina + (ya entenderás que es Sidonia) + justo a su casa en Sevilla + un corredor de pelota.... + Tiene aqueste corredor, + no enfrente, sino en la popa, + las armas de los Guzmanes, + y sobre el timbre y las hojas + que con diversos penachos + cercan el escudo y orlas, + al gran don Alfonso Pérez + de Guzmán que el Bueno nombran, + sobre el muro de Tarifa, + que al moro la daga arroja + para que mate a su hijo + (¡divina hazaña española!), + y debajo de las armas, + aquella sierpe espantosa + que mató en África, haciendo + la hazaña de Hércules corta....»] + +[Nota 532: Del Conde de Salvatierra traté en el prólogo.] + +[Nota 533: _De buena capa_, es decir, _de buena apariencia_. También +se decía _de buena ropa_.] + +[Nota 534: Puntúo como la edición príncipe: _«... con mantos, de +medio ojo_, sentadas en el suelo»; esto es, _tapadas de medio ojo_, que +era una de las maneras de taparse, y no _con manto de medio ojo_, como +lee el señor Bonilla, porque nunca hubo tal suerte de mantos. De las +mujeres sevillanas decía Alonso Morgado (pág. 142 de su _Historia de +Sevilla_): «Vsan el vestido muy redondo, precian se de andar muy +derechas y menudo el passo, y assi las haze el buen donayre y gallardia +conocidas por todo el Reyno, en especial por la gracia con que se +loçanean _y se atapan los rostros con los mantos, y miran de vn ojo»_. +¿De dónde vino el taparse de esta manera? A esto responde fray Juan de +la Puente, recordado por Antonio de León Pinelo en su curioso libro +_Velos Antiguos i modernos en los rostros de las mugeres, sus +conueniencias, y daños_ ... (Madrid, Juan Sánchez, 1641), fol. 47 vto.: +«De los Árabes tomaron las mugeres españolas el _taparse de medio ojo_, +de lo qual las alaba Tertuliano....» Y añade León Pinelo (fol. 48) que, +«como las Moriscas siempre andavan tapadas con sus almalafas o sabanas +blancas..., en vistiéndose a lo Español, convirtiéndolas en los mantos +negros, dieron en taparse con ellos del modo que solian con las +sabanas.... I como es uso garvoso, lascivo, alegre i (como dezimos) de +garavato, i las Moriscas, por ser todas de excelentes ojos, andavan assi +más briosas i apuestas que las Españolas, i estas avian començado, ya +desde antes del año de MDxxvj, a agradarse del Tapado, i a usarle +también, confundiendose por este modo las unas con las otras, llegó a +introduzirse del todo por este de sesenta i seis o sesenta i siete +[alude a una pragmática sobre mudar de trajes los moriscos, promulgada +en 1566]: i fue con tanto excesso, que veinte años después, en las +Cortes de Madrid de MDxxxvj, se trató de su prohibicion, que se promulgó +la vez primera por ley el de noventa....» El _taparse de medio ojo_, +aunque se extendió por casi toda España y fué comunísimo en la Corte, +era señaladamente sevillano. Así Lope, en el acto I de _Las Bizarrías de +Belisa_: + + «Ponte _el manto sevillano; + no saques más de una estrella_....» + +Y Tirso de Molina, en el acto I de _El Amor médico_, cuya acción pasa en +Sevilla: + + «¿Qué quieres que diga? + Cada cual su rumbo siga: + tu amor, tú; yo, a la tapada; + que el diablo del sombrerete, + que parece tajador + de aldea, para mi humor + tiene no sé qué sainete + que alienta mis disparates. + ¡Oh anascote, oh caifascote, + oh basquiña de picote, + oh ensaladas de tomates + de coloradas mejillas, + dulces a un tiempo y picantes! + ¡oh chapines, no brillantes, + mas negros y con virillas! + ¡Oh _medio ojo_ que me aojó! + ¡Oh atisbar de basilisco! + ¡Oh _tapada a lo morisco_! + ¡Oh fiesta, y no de la O!» + +La costumbre de taparse las mujeres, de medio ojo, o derribando el manto +hasta la barba, y aun hasta el pecho, arraigó tanto, que en balde fué +objeto de reiteradas prohibiciones en el último tercio del siglo XVI y +en el primero del siguiente. Por el citado capítulo de Cortes de 1586 se +prohibió que las mujeres anduviesen tapadas, y sobre su observancia y +cumplimiento se publicó una pragmática en 1594, mandada guardar por otra +de 1600, que es la ley XIV, cap. XX, tít. XII, libro VII de la _Nueva +Recopilación_; pero como, aun así, esto no se cumplia, por otra +pragmática, dada en Madrid a 12 de abril de 1639, se mandó «que en estos +Reinos y Señoríos todas las mugeres de qualquier estado y calidad que +sean anden descubiertos los rostros, de manera que puedan ser vistas y +conocidas, sin que en ninguna manera puedan tapar el rostro en todo ni +en parte con mantos ni otra cosa...,» y que, además de la pena de tres +mil maravedís que se había impuesto por las pragmáticas y leyes +anteriores, «por la primera vez caigan e incurran en perdimiento del +manto y de diez mil marauedis, aplicados por tercias partes, y por la +segunda, los dichos diez mil marauedis sean veinte, y se pueda imponer +pena de destierro, segun la calidad y estado de la muger».] + +[Nota 535: La academia sevillana a que alude Vélez debió realmente +de existir; pero de ella no han quedado más noticias que las que aquí da +nuestro autor. Así, pues, mi docto amigo don Joaquín Hazañas, en su +_Noticia de las Academias Literarias, Artísticas y Científicas_ de los +siglos XVII y XVIII (Sevilla, 1888), se limitó, en cuanto a la de la +calle de las Armas, a reseñar el pasaje del escritor ecijano.] + +[Nota 536: Antonio Ortiz Melgarejo había nacido en 1580, pues al +declarar (diciembre de 1637) en las pruebas de Juan Antonio del Alcázar +y Zúñiga para el hábito de Calatrava, dijo tener cincuenta y siete años. +Por esta declaración consta que, en efecto, era presbítero y del hábito +de San Juan (Archivo Histórico Nacional, Pruebas de Calatrava, núm. 72, +fols. 81 y 82).] + +[Nota 537: Qué negocios fueran éstos no se sabe; pero sí que por los +años de 1635 y 1637 se representaron en Sevilla algunos autos del Corpus +compuestos por Cubillo de Aragón, por los cuales la ciudad le libró +ciertos dineros (Sánchez-Arjona, _Noticias referentes a los anales del +Teatro en Sevilla desde Lope de Rueda hasta fines del siglo XVII_, +Sevilla, 1898, páginas 300 y sigts.).] + +[Nota 538: Lo poco que se sabía de Blas de las Casas Alés, y algo +más que logré averiguar, está resumido en mi libro _Pedro Espinosa_ +(Madrid, 1906), págs. 270 y 277. Además, de un curioso papel inédito +suyo di noticia, y aun copia, al fin de las _Obras de Pedro Espinosa_ +(Madrid, 1909), págs. 409 y sigts.] + +[Nota 539: Don Cristóbal de Rozas, quizás antequerano, fué autor de +tres obras dramáticas citadas por Barrera en su _Catálogo bibliográfico +y biográfico del Teatro antiguo español_.... De don Diego de Rosas puede +presumirse que sea el don Diego de Rosas y Argomedo citado en el mismo +_Catálogo_ como autor de la comedia _Donde hay valor, hay honor_, cuyo +manuscrito poseyó don Agustín Durán, bien que la misma obra fué impresa +con otras de diversos autores en Zaragoza, 1640, bajo el nombre de _don +Diego de Rojas_.] + +[Nota 540: _Dragmático_ en la edición original.] + +[Nota 541: Don García de Salcedo y Coronel es escritor muy conocido +en nuestra república de las letras por sus diversas colecciones de +poesías, y aún más que por ellas, por sus comentos de Góngora. Tuvo +estrecha amistad con Vélez, cuya muerte lamentó en dos composiciones +insertas en sus _Cristales de Helicona_ (1649).] + +[Nota 542: _Primero_, en la acepción de _sobresaliente_.] + +[Nota 543: _Sujeto_, en su acepción, hoy poco usada, de _materia_, +_tema_ o _asunto_.] + +[Nota 544: Llamábase esta celebrada poetisa doña Ana Caro de Mallén, +y de ella dió curiosas noticias don Manuel Serrano y Sanz en sus +_Apuntes para una Biblioteca de Escritoras españolas desde el año 1401 +al 1833_ (Madrid, 1903), y aun reprodujo algunos de sus trabajos.] + +[Nota 545: _Décima musa andaluza_ se la llama en el epígrafe de su +comedia _El Conde de Partinuplés,_ publicada en el _Laurel de Comedias +de diferentes autores. Quarta parte_ (Madrid, Imprenta Real, 1653). Fué +muy frecuente esta denominación de _décima musa_. Garcilaso, al +principio de uno de sus sonetos: + + «Ilustre honor del nombre de Cardona, + _décima moradora del Parnaso_...»; + +y dijo el Brocense en su comento: «Muchos han usado esta frasi, de +llamar a la damas doctas _Décima Musa_ o _Quarta Gracia,_ siendo las +Musas nueve y las Gracias tres....» Lope de Vega había escrito en 1604, +en la _Representación moral del Viaje del alma_: + + «...Doña Oliva de Nantes, _musa décima_, + y doña Valentina de Pinedo, + la _cuarta gracia_, o verso o prosa escriba.» + +Y años después, en la silva II del _Laurel de Apolo_, dijo de Juliana +Morella: + + «...Porque mejor por ti, _que has hecho cuatro + las Gracias, y las Musas diez_, pudiera + que por Safo Antipatro + decir aquella hipérbole....»] + +[Nota 546: En efecto, el soneto que a continuación lee don Cleofás +había sido escrito por Vélez a la máscara que indica, celebrada en la +noche del domingo 15 de febrero de 1637, y lo leyó por vía de +introducción a la oración que hizo en el certamen literario que presidió +el viernes siguiente.] + +[Nota 547: Comentó Durán y copió Bonilla, acerca de este +_masebarrilete:_ «Según el sentido del período, puede entenderse que +habla del Sota u oficial mayor del sastre. Acaso Barrilete sea algún +personaje que haga papel de oficial de sastre en algún entremés o en +alguna jácara. Si así fuere, el autor habrá usado de dicha palabra +aludiendo al personaje popularizado en la escena cómica o en el romance +popular.»] + +[Nota 548: De las acepciones de _adolecer_ que hallo en los léxicos, +la que menos desconviene a este pasaje es la de «aficionarse o +apasionarse por alguna cosa o por algún sujeto», y aun ésta no +satisface.] + +[Nota 549: A lo que creo, _Doctor_ es errata, por _Rector_, pues sin +duda se refiere a Bartolomé Leonardo de Argensola, que tuvo esa +_rectoría._] + +[Nota 550: Refiérese Vélez de Guevara a la renombrada _Academia de +la Crusca_, fundada en Florencia en el siglo XVI.] + +[Nota 551: _Templada sin sentillo_ es gentil encarecimiento, pues el +oír templar un instrumento fué siempre cosa harto molesta, por lo cual +don Guillén de Castro hizo decir a un rey en la jornada I de _El Amor +constante_: + + «Cante, pues, lo que cantare, + muy melancólico sea, + _y no temple, porque es cosa + que nunca esperarla pude_....» + +Este y otros fastidiosos preliminares del tañer y el cantar resumió +Quiñones de Benavente en su _Entremés de los Mariones:_ + + «MARÍA. Músico, desabrigue la guitarra + y haciéndola sonar como chicharra, + _sin templar, sin toser, sin escombrarse, + ni aguardar a la súplica o al ruego_, + cante un romance, y pagaréle luego.»] + +[Nota 552: Se refiere a don Antonio Hurtado de Mendoza, excelente +autor dramático y lírico.] + +[Nota 553: González de León, en su citada _Noticia histórica_..., +página 472, dice de _la Almenilla_: «La puerta inmediata [a la de San +Juan], que pertenece al mismo cuartel y parroquia de Omnium Sanctorum, +se llama de la Barqueta, por estar junto a ella la barca pública que +tiene la ciudad para facilitar el tránsito del río por esta parte.» +Antiguamente se llamó _de la Almenilla_, por una que tenía encima. +También se llamó de Vib-arragel, por el nombre de la plaza que tiene +junto. Pero por extensión se nombró _la Almenilla_ a esta plaza, en la +cual--dice el mismo autor--«está el sitio que llaman el Blanquillo, que +es un pedazo de la muralla que da sobre el río, muy ancho, al cual se +sube por dos cómodas escaleras de piedra, y su suelo está ladrillado y +muy cómodo, por lo que en otro tiempo había en él muchas funciones y +bailes en las noches de verano.»] + +[Nota 554: El real monasterio de San Clemente, de Sevilla, en la +collación de San Lorenzo, siempre se tuvo, como dice Morgado (pág. 435), +«por el más antiguo y primero que de Monjas en ella fué fundado después +de ganada de poder de los Moros...», y su compás, «llamado (por ser +suyo) de San Clemente, que tiene poco menos de trezientos vezínos, +posseen y an posseído continuamente sus Monjas, con verdadero título y +real donación».] + +[Nota 555: El señor Bonilla leyó _del Tejo_, como la edición +príncipe; pero rectificó al pie de la página: «Por _Tajo_.» Y yo, +releyendo el pasaje de Vélez y viendo asociado a lo del _Tejo_ (que me +traía a la memoria aquellos versos del preclaro poeta Camoens: + + _«Vejo o puro, suave e brando_ Tejo, + _Com as concavas barcas, que nadando + Vão pondo em doce effeito seu desejo_...,») + +lo de la _estranjera voz_ de aquel _Seraphin_ o _Seraphina_, me di a +sospechar si en San Clemente habría habido, por el tiempo en que Vélez +escribía su novela, o poco antes, alguna monja portuguesa, tan famosa +por su buena voz como aquella otra monja de Santa Paula, también en +Sevilla, de que habló Cervantes en _La Española inglesa_. Y esto +pensado, acudí una vez más, como en otros casos, á la bondadosa voluntad +de mi antiguo amigo y compañero de aulas don José María de Valdenebro, +rogándole que hiciera en San Clemente la deseada investigación. Hecha +está, y véase cuán acertada ha salido mi conjetura. En 30 de octubre de +1630, el doctor Alonso Jofre de Loaysa, visitador de monjas de aquella +ciudad, estando a la reja del comulgatorio del convento de San Clemente +el Real, exploró a doña Mariana, a doña Ana María _Serafina_ y doña +Isabel Bravo, de diez y nueve, diez y siete y quince años +respectivamente, hijas de González Gómez Bravo y de Leonor Rodríguez, +_vecinos de Lisboa_, antes de darles el hábito de novicias del dicho +convento. Y dado en el mismo día, las tres hermanas profesaron en 16 de +abril de 1632. La que nos interesa firmó en el acta de la profesión _Ana +Sarafina_. Esta monja era, pues, el _serafín_, o _Serafina_, que había +sido primero dulcísimo ruiseñor _del Tejo_. Y conviene añadir que al +practicarse tal búsqueda, con el inmejorable resultado que acabamos de +ver, las monjas de San Clemente, enteradas del objeto de ella, han +manifestado que por referencia venida de unas en otras saben que hubo en +su convento una cantora tan admirable, «que se llenaba la iglesia por +oírla, y a más, el compás, cundiendo por toda la ciudad sus elogios».] + +[Nota 556: _Hipérbole,_ femenino hoy, fué masculino en otras +calendas. Tirso de Molina, en sus _Cigarrales de Toledo_: «Buscando +estoy comparaciones para las mexillas de quien ellas son _el hypérbole,_ +y no las hallo....»] + +[Nota 557: _Carcajadas de risa_, pleonasmo aun muy usado por el +vulgo, especialmente en Andalucía. También lo tiene Espinel en sus +_Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón._] + +[Nota 558: Como dice el léxico de la Academia, _señalado de la mano +de Dios_ es frase «con que se suele zaherir al que tiene un defecto +corporal».] + +[Nota 559: Se dice _nacido en las malvas_ del que tuvo humilde +origen, y aun añaden tal cual vez _criado en las ortigas_. Góngora, en +una de sus letrillas burlescas: + + «Al que pretende más salvas + y ceremonias mayores + que se deben por señores + a los Infantados y Albas, + siendo _nacido en las malvas + y criado en las ortigas_, + cinco higas.»] + +[Nota 560: Por _limeta_ nunca se entendió _vaso_ sino genéricamente; +es y fué siempre _botella, redoma_. Oudin, en su _Tresor des devx +langues...: «Limeta, vne espece de phiole de verre comme ce que l'on +appelle á Paris un bocal_.» Y Franciosini, en su _Vocabolario_, la da +por equivalente de _guastada_ o _caraffa_.] + +[Nota 561: Entre los vinos andaluces eran muy celebrados los de +_Alanís_ y _Cazalla_. Cervantes, en el _El Licenciado Vidriera: «_... +ofreció a Esquivias, _a Alanís, a Cazalla_, Guadalcanal y la +Membrilla....» Sería bien fácil citar veinte o más autores que celebran +estos vinos.] + +[Nota 562: Como si dijera: _de moho que tiraba a cecina_. Quevedo, +en la _Visita de los chistes_: «Y diles a todos los _dones_ a teja vana, +caballeros chirles, _hacia hidalgos_ y casi dones, que hagan bien por +mi....» _Hacia_, así antepuesto, es menos que _semi_ y mucho menos que +casi, porque no denota sino tendencia ó dirección.] + +[Nota 563: Llaman figuradamente _sacar la sardina con la mano del +gato_ a servirse de otro para que se arriesgue, o haga la costa, en +costa de nuestra utilidad.] + +[Nota 564: De la proverbial valentía--o, mejor, +_valentonería_--sevillana dije en el discurso preliminar de mi edición +crítica de _Rinconete y Cortadillo_ (pág. 71): «Mas ¡también singular +cosa! con esa propensión al ocio coexistían, en los hombres de todas las +clases sociales, una altivez y un como orgullo, provenientes en mucha +parte de ser hijos de la magnífica ciudad, y aun de solo residir en +ella, que solían traducirse, cuando no en actos de ostensible valor, en +contiendas verbales llenas de interjecciones, pésetes, mentises e +hiperbólicas amenazas, en que ponía lo menos el propósito de hacer daño +a nadie, y ponían lo más la exuberancia de fantasía y la facundia +retórica que da pródigamente a sus naturales aquella noble y +privilegiada tierra.» Y añadí poco después: «Quien lo hereda, no lo +hurta, y como de herencia tenían los sevillanos aquel decoro, y aquella +noble arrogancia. «Todos, hasta los niños--escribía el bachiller Luis de +Peraza, cabalmente hacia el año referido (1540)--, presumen de hombres, +y andan con sus «espadicas» a los lados, y aun se las pegan a las veces +con «el diablo». Con razón, pues, decía Castillo Solórzano en _La +Garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas_, capítulo III: «... demás +desto era un poco dado a la valentía, cosa en que pecan todos los más +hijos de Sevilla que se crían libres como este que decimos». No había, +pues, de ser una excepción de la regla la pobrería hispalense.] + +[Nota 565: Aquí parece aludir el Cojuelo a las seguidillas y +villancicos en que los ciegos solían burlarse de él, como dije en nota +del tranco VI (158, 4)[383].] + +[Nota 566: _Hasta a los lirones_, quiere decir.] + +[Nota 567: _Carril_ o _carrillo_ llaman en Andalucía a la garrucha +por donde pasa la soga con que se saca el agua del pozo; y para que el +eje, que es de hierro, no se entorpezca con las lluvias, suelen cobijar +la tal polea con una esportilla de palma o un sombrerillo viejo. Uno de +ese jaez era el que lucía el Duque.] + +[Nota 568: No he logrado hallar explicación a esto de llamar el +Sargento a un mendigo «porque tenía un brazo menos». Creo que ha de +referirse alguna insignia (lazo, capona, o cosa semejante) que los +sargentos llevarían en un solo brazo. Con todo, a más señores.] + +[Nota 569: El andar arrastrando, por solo ello, no explica el por +qué del mote de este marqués. Le llamaban Marqués de los Chapines porque +para andar se ayudaba de las manos, calzados en ellas unos chapines +viejos. Así dice Vélez poco después (265, 12). «Entonces el Conde [es +errata, por _Marqués_], metiendo las manos en los chapines....»] + +[Nota 570: _Vusía,_ contracto de _vuestra señoría._ Falta en el +_Diccionario_ de la Academia, que registra, entre otros, _vueseñoría, +useñoría y usiría._] + +[Nota 571: Recuérdese lo dicho en nota del tranco IV a propósito de +la frase _demonios a las veinte_ (89, 18)[244].] + +[Nota 572: Pérez y González recuerda que estos dos ríos eran famosos +por lo sucios y mal olientes, tanto, que Salas Barbadillo, en una jácara +inserta en su novelita picaresca titulada _La Ingeniosa Elena, hija de +Celestina_, pone asimismo juntos sus nombres, «como en competencia de +suciedad»; + + «A Valladolid la rica, + con quien el sol suele hacer + tal divorcio, que el invierno + de sus ojos no le ve, + donde _el espeso Esguevilla, + émulo de Zapardiel, + portador de malas nuevas + para las narices es_....» + +Y pregunta Pérez y González: «Al decir Vélez de Guevara que la Berlinga +había sido _senda de Esgueva a Zapardiel_, ¿quería referirse a la +distancia que media entre ambos ríos, o quería indicar que aquella pobre +mendiga era sucia en extremo, como si hubiera reunido la suciedad de +Zapardiel y de Esgueva?» A mi parecer, con todo ello quiso decir de esta +pordiosera que era tan sucia como larga, aun llamándose la Berlinga.] + +[Nota 573: _Paulina_, como dice el _Diccionario_ de autoridades, es +«la carta o edicto de excomunión que se expide en el Tribunal de la +Nunciatura, u otro Pontificio. Llamóse assi porque en tiempo del papa +Paulo III tomó fuerza la costumbre de estos edictos. Por extensión se +dice por el conjunto de palabras injuriosas con que uno zahiere a +otro».] + +[Nota 574: _Palabra preñada_, según el _Diccionario_ de autoridades, +es «el dicho que incluye en si más sentido del que manifiesta, y se dexa +al discurso del que lo oye».] + +[Nota 575: Hoy lo diríamos con más clara sintaxis: «hubiera entre +pobres y pobras un paloteado de los diablos». Esta pobrería lisiada y +mendigante, por serlo, nunca podría menos de parecerse mucho a la que +esbozó Quevedo en su _Boda de pordioseros_ (Musa V): + + «...Quando por una calle + el Manquillo de Ronda + entró, dando chillidos, + recogiendo la mosca: + + «Denme, nobles cristianos, + por tan alta señora, + ansí nunca se vean, + su bendita limosna.» + + Columpiado en muletas + y devanado en sogas, + Juanazo se venía + profesando de horca. + + En un carretoncillo, + y al cuello unas alforjas, + Pallares, con casquete + y torcida la boca, + + y el Ronquillo a su lado, + fingiendo la temblona, + cada cual por su acera + desataron la prosa, + + y levantando el grito, + dijeron con voz hosca + lo del aire corruto + y aquello de la hora. + + Con sus llagas postizas, + Arenas el de Soria + pide para una bula, + que eternamente compra. + + Romero el estudiante, + con sotanilla corta, + y con el _quidam pauper_, + los bodegones ronda. + + Con niños alquilados, + que de continuo lloran + a poder de pellizcos, + por lastimar las bolsas, + + la taimada Gallega, + más bellaca que tonta, + entró de casa en casa, + bribando la gallofa....»] + +[Nota 576: Como dice el _Diccionario_ de autoridades, se llamaba +_particular_ «la comedia que se representa por los farsantes fuera del +theatro público». Agustín de Rojas decía en _El Viaje entretenido:_ +«Hacen _particulares_ a gallina asada, liebre cocida, cuatro reales en +la bolsa, dos azumbres de vino en casa, y a doce reales una fiesta con +otra». Y Quiñones de Benavente, en el _Baile de los Zarrapastrones_: + + «BRAS. Prega a Dios que no seais Menga + con quien los poetas anden + de día con las comedias, + de noche en _particulares_.»] + +[Nota 577: _Para pagarlo de bonete_, esto es, de la limosna que para +ello se recogiera entre la pobrería; _echando_, como dicen, _un +guante._] + +[Nota 578: Entre personas principales era cosa muy frecuente el +jurar por la vida del cónyuge--así, verbigracia, la Duquesa en el +_Quijote_ (II, 31)--, y Vélez, donosamente, pone tal juramento en boca +de este Duque de los Andrajos.] + +[Nota 579: En la pretina o cinto solían llevar la vara los +alguaciles, para tener desembarazadas y libres entrambas manos. Lo mismo +hacen los arrieros, como dice esta copla popular: + + «Echemos la despedida, + la que echan los harrieros: + _con la vara en la cintura_, + «¡Harre, borrico platero!»] + +[Nota 580: _Por iglesia_, en una de sus acepciones, se entiende el +refugio, favor e inmunidad que da a quien se vale de su sagrado. +Dijeron, pues, _pedir iglesia_ a alegar esa inmunidad, bien por estar +acogido a lugar que tenía ese privilegio, o bien por haber sido sacado +de él por fuerza. Pero como a todo criminal a quien detenía la justicia +importaba mucho hacer entender que tenía ganado el derecho de asilo, por +estar, o haber estado, acogido, era frecuente el _llamarse Iglesia,_ es +decir, el empeñarse en no responder otra palabra que _Iglesia_ a cuanto +le preguntaban. Quevedo, en una de sus jácaras: + + «Tienen gran tirria conmigo + los confesores de historias; + mas sólo _iglesia me llamo_ + pueden hacer que responda.» + +Y Lope de Vega, en el acto III de _El Alcalde mayor_, donde Rosarda hace +llamar a Dinardo, que está preso en la cárcel, y cuando le traen con +grillos, dicen: + + «ROSARDA. ¿Conocías a Camilo? + + DINARDO. _Iglesia_. + + ROSARDA. (Pluguiera a Dios + que nos viésemos los dos + a su puerta.) ¡Lindo estilo + de delincuentes! El día + que al campo salió contigo, + ¿no llevabas otro amigo? + + DINARDO. _Iglesia_. + + BERNARDO. Verdad sería.»] + +[Nota 581: Como nota el señor Bonilla, _el Conde_, ahora, y _la +Condesa_ cinco líneas después, que así se lee en la edición príncipe, +son manifiestas erratas, por _el Marqués_ y _la Marquesa_.] + +[Nota 582: Nuevo juramento aristocrático, como atrás el del Duque.] + +[Nota 583: Dar _culebra_--dice el _Diccionario_ de autoridades--«es +dar algún chasco pesado, que suele ser con golpes».] + +[Nota 584: Eran y son las famosísimas _Gradas_, según a fines del +siglo XVI las describió Mateo Alemán _(Guzmán de Alfarache_, parte I, +libro I, cap. II), «un andén o paseo hecho a la redonda della [de la +Iglesia Mayor o Catedral] por la parte de afuera, tan alto como a los +pechos, considerado desde lo llano de la calle, todo cercado de gruesos +mármoles y fuertes cadenas». Durante el siglo XVI y casi todo el +siguiente--advertí en mi edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_, +pág. 383--«_las Gradas_ fueron el sitio más concurrido de Sevilla: +tienda donde se vendía y se compraba de todo lo que no eran cosas de +comer; almoneda de cuanto la muerte y la pobreza hacían salir de las +casas; mentidero de toda la ciudad; lugar en que los ciegos rezaban o +mascullaban sus oraciones; punto de cita para todo sevillano, y plaza de +curiosidad para todo forastero.»] + +[Nota 585: Hoy no sería de buen pasar decirlo así: diríamos _don +Cleofás y su camarada_.] + +[Nota 586: _La calle de Bayona_--dice González de León, _Noticia +histórica del origen de los nombres de las calles de Sevilla,_ pág. +204--«es otra de las calles que tomaron el nombre después de la +conquista, de la nación o provincia que pasó a habitarlas.... No es muy +ancha; sus casas son cómodas y grandes, y pasa, tomando una vuelta, de +las Gradas de Poniente de la catedral, pasada la callejuela de la Mosca, +a la puerta del Arenal». En esta calle tuvo su casa de posadas el ex +farandulero y notable amigo de Cervantes Tomás Gutiérrez, de quien hemos +sacado a luz curiosas noticias mi querido amigo don Adolfo Rodríguez +Jurado y yo en diversos trabajos cervantinos. Recientemente han mudado +el nombre de esta calle, llamándola de _Federico Sánchez Bedoya_.] + +[Nota 587: La antigua calle _de la Pajería,_ también nombrada en +otro tiempo _del Mesón de los Caballeros_, se llama desde años ha _de +Zaragoza_, en conmemoración del bizarrísimo comportamiento de los +zaragozanos durante nuestra gloriosa guerra de la Independencia.] + +[Nota 588: Era grande agravio cortar la cara a una mujer, porque +esto, sobre menoscabar su hermosura, hacía pública para siempre la +afrenta, por ir indeleblemente marcada en el sitio más visible; pero a +las malas mujeres se las solía amenazar además con _cortarles las +piernas_, dando a entender con ello que por su torpe oficio las tenían +poco menos a la vista que el rostro.] + +[Nota 589: Así lo dijo Andrés de Claramonte, en la jorn. III de _De +lo vivo a lo pintado_: + + «LISBELLA. Cuando yo no os conocía, + viles y bárbaros celos, + como engañáis, como cielos, + por deidades os tenía; + mas después que he conocido + vuestros rigores eternos, + _veo que sois los infiernos_, + en que padece el sentido.»] + +[Nota 590: _Otro día,_ en equivalencia de _al día siguiente_, como +en muchos lugares del _Quijote_ (II, 331, 4; III, 30, 15; IV, 91, 6; VI, +26, 1, etc.).] + +[Nota 591: La calle de _la Morería,_ que va desde la de San Pedro a +la plaza de los Descalzos, perteneció al barrio que se llamó _del +Adarvejo_ y habitaron los moros hasta que en 1503 se les expulsó por +mandado de los Reyes Católicos.] + +[Nota 592: Refiriéndose Vélez a los _antojos_ o _anteojos_ con que +el Cojuelo y don Cleofás concurrieron a la academia anterior, juega de +aquel vocablo en sus dos acepciones.] + +[Nota 593: Con el _dixi_, en efecto, del cual nos queda el _he +dicho_ de hoy, solían terminarse las oraciones académicas. En el +_Quijote_ (II, 36), Trifaldín el de la Barba Blanca no acaba el discurso +que hace en casa de los Duques sin el _Dije_ de rúbrica.] + +[Nota 594: Claro es que se refiere a Orfeo y a su mujer Eurídice. +Quizá Vélez le llamó _el Músico de Tracia_ recordando aquellos versos de +Lope, en _La Gatomaquia_, silva I: + + «...Cantó un soneto en voz medio formada + en la arteria bocal, con tanta gracia + como pudiera _el músico de Tracia_....» + +Pero antes que Lope, le había llamado así Camoens en una de sus elegías: + + «E o musico de Thracia, _ja seguro + De perder sua Eurydice tangendo, + M'ajudara ferindo o ar escuro_.»] + +[Nota 595: Reminiscencia de una de las epístolas de Horacio, citada +por el señor Bonilla.] + +[Nota 596: Nuevamente se lee _dragmáticos_ en la edición original, +como _dragmático_ en el tranco anterior (245, 2)[540].] + +[Nota 597: Llamaban _bailinistas_ a los que escribían la letra para +los bailes. A continuación de las _Pregmáticas y Ordenanzas_ de la +academia que se celebró en el Buen Retiro en 1637, presidida por Luis +Vélez de Guevara, que no son sino estas mismas, con ligeras variantes +(Biblioteca Nacional, Ms. 10293), hay algunas _cédulas_, una de las +cuales comienza así: «A un poeta _bailinista_ nuevo se le han perdido +dos seguidillas y unas mudanças de cruzado....»] + +[Nota 598: Dice festivamente _villancieres_, por _poetas de +villancicos_, como se decía, al uso de Borgoña, _panetier_, _salsier_, +_grefier_, etc. Tirso de Molina, en el acto II de _Privar contra su +gusto_: + + «CALVO. Ha dado en mudar los nombres + el palacio a sus oficios, + en nuestra España novicios; + ya llama a sus gentilhombres + _acroyes_; ya hay _sanserván, + furriel, costiller, salsier, + guardamangel, sumiller, + panatiel_, que guarda el pan, + y otros mil; con que deseo + que el palacio me sustente + y ocupe principalmente + entre aquestos del bureo, + por holgarme y burear. + Quisiera yo, pues, señora, + que, siendo mi intercesora, + el Duque me hiciera dar + uno que, acabado en _el_, + a los demás imitara + y de nuevo se criara. + + INFANTA. Y ¿cuál es? + + CALVO. _Murmuratiel_.» + +_El Titeretier_ (por _El Titerero_ o _El Titiritero_) se titula una +mojiganga de don Francisco de Avellaneda, núm. 3260 del _Catálogo de las +piezas del Teatro que se conservan en el departamento de Manuscritos de +la Biblioteca Nacional_. Y el mismo Vélez, en un romance dirigido al Rey +(véase mi folleto intitulado _Cinco poesías autobiográficas de Luis +Vélez de Guevara_): + + «... que agora son más que nunca + sus escudos menesteres, + para caminar con Vos + desde aquí a Jerusalén, + protestando que será + en todo el Pentecostés + de las alabanzas vuestras + eterno _versifiquier_....»] + +[Nota 599: Así, _ridmos_, en la edición príncipe, cambiada la _t_ en +_d_, como en _atmósfera_, _atlántico_, etc., que el vulgo, por la ley +del menor esfuerzo, pronuncia _admósfera_, _adlántico_, etc.] + +[Nota 600: El señor Bonilla leyó distraídamente _modo_.] + +[Nota 601: De estas once voces que reprobaba por nuevas y exóticas +Vélez de Guevara, diez son hoy de uso corriente, y aun _purpurear_, que +se emplea poco, está, como las otras, en todos los diccionarios. Cuando +al hojear nuestros libros del siglo XVII encuentro listas de palabras +que entonces se rechazaban por nuevas, y ahora estamos a pique de +arrinconarlas por antiguas, la resistencia que mi clásica educación +literaria opuso siempre al habla modernista que va cundiendo tira a +ceder, de tal manera, que me desconozco. Veo, además, que entre estas +novedades con que quieren regalarnos hay muchas que no lo son sino +porque cayeron en desuso cuatro o cinco siglos ha, y recuerdo aquel +_Multa renascentur_ ... de Horacio, que aprendí en la adolescencia y que +el cordobés Rosal acomodaba en verso, en esta guisa: + + «Muchos vocablos serán + estimados, que cayeron, + y muchos que florecieron + otra vez se olvidarán.» + +Vea el curioso, para demostración de ello, algunas listas de palabras +cuyo uso o abuso afeaban nuestros antiguos dramáticos. Lope de Vega, en +el acto I de _El Desprecio agradecido_: + + «FLORELA. ¡Qué bueno estuvo esta tarde + el Prado! + + LISARDA. La procesión + de los coches fué notable. + + FLORELA. ¡Bravo humo, brava gloria, + brava prosa de galanes! + Muy valido anduvo _riesgo, + superior, inexcusable, + valimiento, acción, despejo, + ruidoso, activo, desaire, + lucimiento_ y _carabanas_. + + LISARDA. ¡Caso extraño! ¡Que el lenguaje + tenga sus tiempos también! + + FLORELA. Vienen a ser novedades + las cosas que se olvidaron.» + +Lo de _bravo humo_ y _brava gloria_ se refiere--y dígolo porque hoy no +es fácil de entender--a los mantos que se llamaron _de humo_ y _de +gloria_. Tirso de Molina, en el acto III de _Celos con celos se curan_: + + «GASCÓN. ...Miren vuesirías dos + cuál anda ya nuestro idioma: + todo es _brilla, emula, aroma, + fatal_.... ¡Oh! Maldiga Dios + al primer dogmatizante + que se vistió de _candor_.» + +Y Rojas Zorrilla, en la jorn. I de _Entre bobos anda el juego, don Lucas +del Cigarral_: + + «ANDREA. ¿Habla culto? + + D.ª ISABEL. Nunca entabla + lenguaje disparatado; + antes, por hablar cortado, + corta todo lo que habla. + Vocablos de estrado son + con los que a obligarme empieza: + dice _crédito, fineza, + recato, halago, atención_....»] + +[Nota 602: _Posposiciones_, o sea _transposiciones_, pues en ellas +siempre hay palabra o expresión _pospuesta_, que con buena sintaxis no +lo estaría. Llegó a arraigar tanto el abuso de esta licencia, por poetas +y aun por prosistas, en la primera mitad del siglo XVII, que ni las +mayores burlas fueron freno que los contuviese. En vano escribió Quevedo +contra Góngora y sus secuaces aquella _receta para hacer soledades en un +día_, que empezaba: + + «Quien quisiere ser culto en solo un día, + _la jeri_ (aprenderá) _gonza_ siguiente...», + +y en balde Lope de Vega, en la silva IV de _La Gatomaquia_: + + «...Y con estas demencias y furores, + _en una de fregar cayó caldera_ + (trasposición se llama esta figura) + de agua acabada de quitar del fuego....» + +Pero en todo nuestro parnaso no se hallará una burla tan donosa contra +el hipérbaton gongorino como aquel soneto que el mismo Lope insertó en +el acto I de _El Capellán de la Virgen_. Dice así: + + «Inés, tus bellos ya me matan ojos + y al alma roban pensamientos mía, + desde aquel triste que te vieron día + con tan crueles por tu causa enojos. + + Tus cabellos, prisiones de amor, rojos + con tal me hacen vivir melancolía, + que tu fiera en mis lágrimas porfía + dará de mis la cuenta a Dios despojos. + + Creyendo que de mi no amor se acuerde, + temerario levántase deseo + de ver a quien me por desdenes pierde. + + Que es venturoso si se admite empleo + esperanza de amor me dice verde, + viendo que te desde tan lejos veo.» + +Este soneto está, además, con leves variantes, en una colección de +_Poesías manuscritas_ (letra del siglo XVII), procedente de la librería +de Usoz y que hoy para en la Biblioteca Nacional, Mss. 3795-97, tomo I, +fol. 103.] + +[Nota 603: _Sembrados de sal_, quiere decir, como se acostumbraba +hacer con el solar de las casas de algunos traidores, después de +derribarlas, a fin de que ni hierbas produjese aquel terreno.] + +[Nota 604: Lo dice en latín, por donaire: _guttur = garganta_.] + +[Nota 605: Bien se echa de ver que Vélez, al decir todo esto del +fénix, tenía en memoria el romance de Quevedo: uno de los cuatro +referentes a otros tantos animales fabulosos (_la phénix_, el pelícano, +el basilisco y el unicornio). Lo de «hija y heredera de sí propia» y lo +de que «en ninguna región nadie ha encontrado su aduar» son +reminiscencias de estos versos de aquel romance: + + «Tú, a quien ha dado la aurora + una celda y una ermita, + _y sólo saben tu nido + las coplas y las mentiras_; + tú, _linaje de ti propria, + descendiente de ti misma_, + abreviado matrimonio, + marido y esposa en cifra....»] + +[Nota 606: _Afrenta de los miserables_, porque, según la fábula, se +abre el pecho para alimentar con su sangre a sus hijos.] + +[Nota 607: _El capón de leche_ citábase como el más apetitoso de los +manjares. Lope de Vega, en una epístola, hablando de la muerte: + + «Tan presto se merienda los ayunos + como los hartos del _capón de leche_, + y pasados por agua sorbe algunos.»] + +[Nota 608: _El Paular_ fué un famoso monasterio de Cartujos, en la +provincia de Madrid.] + +[Nota 609: Acerca del _le_ usado como dativo de plural quedó nota en +el tranco V (131, 5)[327].] + +[Nota 610: Un antiguo romance de Bernardo del Carpio vulgarizó +sobremanera lo que se suele llamar _la ley del mensajero_, en los versos +siguientes, recordados por Cervantes en el _Quijote_ (II, 10), y por +otros muchos escritores: + + «Con cartas un mensajero + el Rey al Carpio envió; + Bernardo, como es discreto, + de traición se receló. + Las cartas echa en el suelo, + y al mensajero ansí habló: + «_Mensajero sois, amigo: + non mereceis culpa, non_....» + +En la escena II de la _Comedia llamada Florinea_, del bachiller Juan +Rodríguez Florián (1554) dice Belisea al paje de Floriano: «... y en +saber cúyo eres entiendo cúya será la carta, y en saber cúya ella sea, +sé que busco de mi enojo su daño y tu perdicion por mensajero: dado que +diz que _los mensajeros no merescen culpa_....» Y en la escena VI (fol. +23) dice la misma Belisea: «Vengas, paje, en buen hora: y porque _de ley +de mensajero no meresces pena_, aunque no te limpias de la culpa....» +Con todo esto, para tal exención el mensajero había de ser de casa +extraña, porque del de la propia decía otra cosa el refrán: «Mensajero +de casa, palos demanda.» Así, en el _Diálogo de los pajes_, de Diego de +Hermosilla, escrito hacia el año de 1575, aunque nunca impreso hasta el +de 1901, rogando Lorza a Godoy, criado del Duque, que recuerde a éste +que ha de pagar cierta deuda, respóndele Godoy: «Id, señor, con Dios...; +y en esotro, vos por carta se lo acordad al Duque, porque mensajero de +casa, palos demanda; que sienten mucho que sus criados les traigan a la +memoria ninguna cosa de las que ellos están obligados a hacer....»] + +[Nota 611: Así se acostumbraba volver la honra a los deshonrados +injustamente, bien que el remedio, como dicen, solía ser peor que la +enfermedad. Cuéntase--y lo tiene referido en una de sus comedias uno de +nuestros mejores ingenios, no recuerdo cuál--que habiendo sido azotado +injustamente un sujeto, él logró que se reconociese el error, por lo +cual le sacaron en público a caballo y con chirimías, proclamando el +pregonero su inocencia; mas con ello sólo se consiguió que todo el mundo +le llamase _el azotado_, siendo así que antes del ruidoso desagravio muy +pocos habían tenido noticia de la injusta pena.] + +[Nota 612: Esto de _a furia me provoco_ es un ripio de cuyo uso +pocos poetas del tiempo de Vélez se escaparían, ni él mismo quizás. Sólo +de Lope, del gran Lope, versificador correcto y facilísimo, podrían +citarse muchos ejemplos. Véanse dos. En el acto III de _Contra valor no +hay desdicha_: + + «REY. ...Di, villano, al otro infame + que mi nieto no se llame: + que _a más furor me provoco_.» + +En el acto II de _Dineros son calidad_: + + «CAMILA. ...Ya el mundo dello se admira: + que es, _si a furia me provoco_, + espada en manos de loco + lengua en la mujer con ira.» + +Y _a risa_, porque lo que importaba era el _provoco_, para la +consonancia con _loco, poco, toco_, etc. El mismo Lope, en el acto III +de _Santiago el Verde_: + + «CELIA. Yo, Teodora, haré muy poco + en dejarte un hombre tal; + pues _a risa me provoco_, + de ver que siendo oficial + tuviese intento tan loco.»] + +[Nota 613: Estos dos versos, estampados como prosa en la edición +original, tienen curiosa historia. Cuando, antes de terminar el siglo +XVI, ciertos percances amorosos de que fueron consecuencia algunos +desahogos satíricos dieron con Lope de Vega, desterrado de Madrid, en la +hermosa ciudad del Turia, compuso, entre otros romances, uno que se +encuentra en el _Romancero general_, fol. 153 de la edición de 1604, y +que empieza así: + + «Hortelano era Belardo + de las huertas de Valencia + _que los trabajos obligan + a lo que el hombre no piensa_.» + +Vulgarizóse la sentencia contenida en los dos versos últimamente +copiados, y, corriendo el tiempo, al escribir en 1620 un largo romance +para la conclusión de la justa poética celebrada con motivo de la +beatificación de San Isidro, los parodió su mismo autor en la forma +siguiente: + + «En la glosa del soneto + fué mayor la diferencia, + porque el acabar en _fruto_, + adonde tan pocos quedan, + hizo buscar consonantes + que, aun referidos, disuenan; + _porque un consonante obliga + a lo que el hombre no piensa_.»] + +[Nota 614: _Servir con dos comedias en Orán_, como _con dos lanzas_, +que era condena que solía imponerse a algunos nobles.] + +[Nota 615: Hace adjetivo a _jabalí_, y lo es, en efecto, aunque por +tal no lo tenga el _Diccionario_. En Andalucía rara vez dicen _jabalí_ a +secas, sino _cochino jabalí_.] + +[Nota 616: _Sobre qué caer poeta_, dicho a imitación de _no tener +sobre qué caer_, o _caerse, muerto_, que equivale a haber llegado a la +más extremada pobreza.] + +[Nota 617: _Talla_, en la acepción de premio que se ofrece por la +prisión de un criminal.] + +[Nota 618: Hoy omitiríamos el _no_, diciendo: «Que ningún hijo de +poeta ... pueda jurar...»; pero en otro tiempo solía decirse con ese +_no_, que bien se echa de ver que en realidad no redunda, ordenando de +otra manera las palabras: «Que _no_ pueda jurar ningún hijo de +poeta....»] + +[Nota 619: _Ninguno_, equivaliendo a _alguno_. «Los negativos de +origen positivo--dice Bello, _Gramática,_ anotada por Cuervo (París, +1908)--se emplean a veces en su significado antiguo ... y aun sucede que +por analogía se extiende el mismo uso a los que son negativos de suyo y +lo han sido siempre: «Las más altas empresas que hombre _ninguno_ haya +acabado en el mundo, esto es, _hombre alguno, nadie_.»] + +[Nota 620: Nuestro mundo no puede tener más de dos _hemisferios,_ o +miente la etimología del vocablo; pero Vélez cuenta por otro, del mundo +ultraterreno, la región infernal.] + +[Nota 621: _Alguacil de los veinte_.--«Frase--dice el señor Bonilla +en su comento--con la cual alude Vélez al número de los alguaciles de +Sevilla». No, no eran _veinte_ los alguaciles de aquella ciudad; sino +que, además de otros muchos de diferentes clases y categorías (alguacil +mayor, sus tenientes, alguacil de las entregas, alguacil de Triana, y +alguaciles de los tribunales y juzgados), había unos alguaciles de a +caballo, llamados _de los veinte_, porque éste, por tasa, era su +número.] + +[Nota 622: Juego de las acepciones del vocablo _corchete_.] + +[Nota 623: En la edición príncipe, por errata, _pudieran_.] + +[Nota 624: _Y la he de hacer de Evangelio_. Juega de la palabra +_orden_, dando a entender que siendo _orden_ (mandato) de Madrid, la ha +de convertir en _orden_ (grado sacerdotal) de Evangelio, es decir, la ha +de hacer tan verdadera (por lo bien cumplida) como el Evangelio.] + +[Nota 625: _No_, antepuesto a un subjuntivo, suele equivaler a _no +sea que. Quijote_, I, 34: «Acaba, corre, aguija, camina, _no se esfogue_ +con la tardanza el fuego de la cólera que tengo....»] + +[Nota 626: _Sacar a paz y a salvo_ a uno es, como dice el +_Diccionario_ de la Academia, «librarle de todo peligro y riesgo». Tal +frase nació del objeto de aquellas escrituras en que, habiendo una +persona, en otras anteriores o simultáneas, salido por fiador de otra +persona, ésta se obligaba a sacarla con bien de cualquiera reclamación o +procedimiento que con tal motivo se intentara o siguiera. Tales +escrituras se llamaban de _a paz y a salvo_.] + +[Nota 627: _Meterle_ a uno _las cabras en el corral_ es, como dice +el léxico de la Academia, _atemorizarle, infundirle miedo_.] + +[Nota 628: A este _académico_ llama Vélez _un estudiantón del +Corpus_, no como conjeturaba el señor Puyol y Alonso y decía el señor +Bonilla, porque estudiase el _Corpus juris civilis_ o el _Corpus juris +canonici_, sino refiriéndose, tal cual lo notó Pérez y González, a su +corpulencia y aspecto, lo mismo que pudo llamarle _un gigantón del +Corpus_, por alusión a los que sacaban en la procesión del Sacramento, +que por cierto solían ir vestidos con sotana, manteo y valona, a lo +estudiante. «La paronomasia--añade el malogrado escritor +hispalense--entre _estudiantón_ y _gigantón_ bien puede servir para +hacer la frase sin que lo _del Corpus_ tuviera más alcance, o acaso con +la intención de referirse más claramente a la estatura y fortaleza, +teniendo en cuenta que el _estudiantón_ no sería pequeño ni desmirriado, +cuando ofrecía «no dejar oreja de ministro a manteazos.»] + +[Nota 629: En el tan citado libro de Pérez y González, págs. 33, 41 +y 140, hay para colmar las medidas al más deseoso de entender a derechas +y cabalmente qué sea esto de _graduado por la Feria y pendón verde_. Se +llamó _de la Heria y pendón verde_ una sublevación popular que ocurrió +en Sevilla por los años de 1521, porque los amotinados, en su mayoría +gente avalentada del barrio de _la Heria_ o _Feria_, para llevar alguna +insignia o bandera, sacaron de la inmediata iglesia parroquial de Omnium +Sanctorum un estandarte verde cogido a los moros, que por trofeo estaba +colgado en la capilla de Jesús Nazareno. La gente de _la Heria_ tenía +merecida fama de ahigadada y pendenciera, por lo cual, en la jorn. I de +_El Rufián dichoso_, de Cervantes, una mujer alaba a Lugo diciendo: + + «¿Hay más que ver que le dan + parias los más arrogantes, + _de la Heria los matantes_, + los bravos de San Román?» + +Y desde aquel motín de 1521, para nombrar gente del bronce y +arrufianada, fuera o no de Sevilla y del dicho barrio, se la llamó, tal +cual vez _gente de la Feria y pendón verde_. En uno de los romances de +germanía publicados por Juan Hidalgo: + + «Un hombre que ser solía + tenido hace algunos meses + por uno de los que llaman + _de la Heria y pendón verde_, + vino huyendo de Sevilla, + que es Chipre de los valientes, + por no sé qué niñerías, + robos, capeos y muertes.» + +Y hasta a los ojos salteadores se les dió ese dictado. Quiñones de +Benavente, en su _Entremés de los Cuatro galanes_: + + «... ojos de rastro y estafa, + jiferitos y corchetes, + que son rufianes azules + _de la Heria y pendón verde_.»] + +[Nota 630: Hoy lo diríamos sin posponer la oración causal: «que, +como había tanto que jugaba las armas, era, sobre alentada, muy +diestra....» En los siglos XVI y XVII fué muy frecuente esa posposición, +cosa que demostré con diversos ejemplos en mis notas al _Quijote_ (VII, +41, 2).] + +[Nota 631: _Que jugaba las armas_, frase satírica, de cuya intención +y alcance sabrá darse cuenta el lector.] + +[Nota 632: El _diaquilón_ era--dice el _Diccionario_ de +autoridades--«emplasto compuesto de varios zumos viscosos de hierbas, +que usa la Cirujía para ablandar tumores».] + +[Nota 633: Morgado, en su _Historia de Sevilla_, pág. 174: «... y +assi mismo [pueden contarse por excelencia de la ciudad] los muchos +barqueros que biven de solo passar gente de vna a otra vanda en _el +Passaje_ de Sevilla a Triana, aun con estar a pocos pasos por cima la +puente....»] + +[Nota 634: _El Altozano_ de Triana no era calle, sino una plaza a la +salida del puente de barcas. Mal-lara, _Recebimiento_..., fol. 48: +«... la Puente está armada sobre barcos grandes, es de gruessos maderos y +tablas, que viene a parar al _Altoçano_ de Triana, junto al Castillo +adonde está el Sancto officio de la Inquisición....» Vélez, al decir +«_la calle del Altozano_, calle Mayor de aquel ilustre arrabal», +comparándola con la calle Mayor de Madrid, se refirió, sin duda, a la +que en 1839, cuando González de León publicó su _Noticia histórica del +origen de los nombres de las calles de ... Sevilla_, se llamaba calle +_Larga,_ y de la cual dijo: «No tiene la ciudad una calle en su +longitud, anchura y rectitud que pueda igualarse con esta. Llega desde +_el altosano_ al puerto de camaroneros, que es casi la mitad de la +estensión de toda Triana.»] + +[Nota 635: Nombraban _el Arenal_ a una grande explanada que había +entre la ciudad y el río, y en la cual se labró después todo el que hoy +llaman barrio de la Carretería. Lope de Vega tiene una comedia +intitulada _El Arenal de Sevilla_, porque una buena parte de su acción +sucede en este sitio, concurridísimo antaño de gente de todas las +naciones del mundo, y por eso mismo, de la flor de la picaresca +andaluza.] + +[Nota 636: Más comúnmente se dice de los tesoros de los duendes lo de +convertirse en carbón; así Cervantes, en el _Quijote_ (II, 67): «... y +los tesoros de los caballeros andantes son, _como los de los duendes_, +aparentes y falsos....» Y Tirso de Molina, en el acto II de _Cautela +contra cautela_: + + «CHIRIMÍA. Lo que da mujer es viento: + _tesoros de duende son. + ¡No se nos vuelva carbón!_ + ¡Abre la caja con tiento!»] + +[Nota 637: Alude a la conseja según la cual en medio del infierno +hay una encina de cuyas ramas se hace todo el carbón que allí se +consume, sin que se amengüe jamás en este menester la leña de aquel +gigantesco árbol.] + +[Nota 638: Hasta pocos años ha conservaba su antiguo nombre esta +calle, que sale por uno de los extremos a la llamada hoy _de Fernández y +González_, antes _de Vizcaínos, y de Castro_ en tiempo de Cervantes, y +por el otro extremo a la calle _de Zaragoza_, que se nombró _de la +Pajería_. Hoy la calle de _Tintores_ se llama de _Joaquín Guichot_.] + +[Nota 639: _Un escribano del número,_ que quiere decir uno de los +veinticuatro escribanos que por tasa había en Sevilla, ante quienes se +otorgaban las escrituras públicas. Había, además, muchos otros +escribanos: los de los juzgados, los de provincia, los de rentas reales, +etc.] + +[Nota 640: De la moralidad de los escribanos y de estar perdigados +para el infierno se escribió tanto, que sería bien prolija tarea +resumirlo. Vea el lector un texto, por todos. Mateo Alemán _(Guzmán de +Alfarache_, parte I, libro I, cap. I), después de enumerar las proezas +escribaniles, dijo: «Y así, me parece que cuando alguno se salva..., al +entrar en la gloria dirán los ángeles unos a otros, llenos de alegría: +«_Laetamini in domino_: ¡escribano en el cielo, fruta nueva, fruta +nueva!»] + +[Nota 641: Así en la edición original; pero quizás _lo que trujo_ es +errata, por _la que trujo_.] + +[Nota 642: La opinión vulgar siempre hizo de una misma camarada a +escribanos y sastres, y de ahí la conocida copla: + + «_Un sastre y un escribano + fueron al infierno juntos:_ + el sastre se fué por varas, + y el escribano por puntos.» + +Que es alusión a los puntos de la pluma. Quevedo, con quien siempre +estuvieron muy malquistos los sastres, dijo en la _Visita de los +chistes_: «Pues sastres, ¿a quién no matarán las mentiras y largas de +los sastres, y hurtos? Y son tales, que para llamar a la desdicha peor +nombre, la llaman _desastre_, del sastre....» E hizo decir a Escarramán +en una de sus jácaras (Musa V): + + «Como el ánima del sastre + suelen los diablos llevar, + iba en poder de corchetes + tu desdichado jayán.» + +Años después, Tirso de Molina, recordó estos versos de Quevedo en su +comedia _Santo y sastre_: + + «PENDÓN. Mira que te han de agarrar + cuando la muerte te arrastre, + _como el ánima del sastre + suelen los diablos llevar_.»] + +[Nota 643: Juega del verbo _tener_ en dos de sus acepciones: la de +_poseer_ y la de _asir_.] + +[Nota 644: Este _con que_ equivale a _con lo que_ o _con lo cual_, y +aunque poco usado ahora, ocurre con frecuencia en nuestros escritores de +antaño.] + +[Nota 645: _No se pudra en su leyenda_, es decir, _no se enfade_, o +_aburra, con su lectura_.] + + + + + ÍNDICE + + + Dedicatoria de esta edición + + Prólogo de la misma + + Dedicatoria de Vélez de Guevara + + Prólogo a los mosqueteros de la comedia de Madrid + + Carta de recomendación al cándido o moreno lector + + Soneto de don Juan Vélez de Guevara a su padre + + + Tranco I + II + III + IV + V + VI + VII + VIII + IX + X + + + + + + + + + + + +End of Project Gutenberg's El Diablo Conjuelo, by Luis Vélez de Guevara + +*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK EL DIABLO CONJUELO *** + +***** This file should be named 12457-8.txt or 12457-8.zip ***** +This and all associated files of various formats will be found in: + https://www.gutenberg.org/1/2/4/5/12457/ + +Stan Goodman, DP Spanish Team, Virginia Paque and the +Online Distributed Proofreading Team. + + +Updated editions will replace the previous one--the old editions +will be renamed. + +Creating the works from public domain print editions means that no +one owns a United States copyright in these works, so the Foundation +(and you!) can copy and distribute it in the United States without +permission and without paying copyright royalties. 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You may copy it, give it away or +re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included +with this eBook or online at www.gutenberg.org + + +Title: El Diablo Cojuelo + +Author: Luis Vélez de Guevara + +Release Date: May 27, 2004 [EBook #12457] +[This file last updated January 9, 2011] + +Language: Spanish + +Character set encoding: ISO-8859-1 + +*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK EL DIABLO CONJUELO *** + + + + +Stan Goodman, DP Spanish Team, Virginia Paque and the +Online Distributed Proofreading Team. + + + + + + +</pre> + +<hr class="full" /> + +<h1>EL DIABLO COJUELO</h1> + +<p class="c">Luis Vélez de Guevara<br/><br/> +CLÁSICOS CASTELLANOS<br/><br/> +EL DIABLO COJUELO<br/><br/> +Luis Vélez de Guevara<br/><br/> +PRÓLOGO Y NOTAS DE FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN<br/><br/> +1922</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2>DEDICATORIA DE ESTA EDICIÓN</h2> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary=""> +<tr><td align="left">A LA GRATA MEMORIA DEL INGENIOSÍSIMO</td></tr> +<tr><td align="left">ESCRITOR HISPALENSE DON FELIPE PÉREZ Y GONZÁLEZ,</td></tr> +<tr><td align="left">MI LEAL AMIGO DESDE LOS TAN REGOCIJADOS</td></tr> +<tr><td align="left">COMO FUGACES AÑOS DE LA MOCEDAD.</td></tr> +<tr><td align="right"><i>FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN</i></td></tr> +</table> + +<hr style="width: 65%;" /> + +<p> +<a href="#EL_DIABLO_COJUELO"><b>EL DIABLO COJUELO</b></a><br /> +<a href="#PROLOGO_Y_NOTAS_DE_FRANCISCO_RODRIGUEZ_MARIN"><b>PRÓLOGO Y NOTAS DE FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN</b></a><br /> +<a href="#PROLOGO"><b>PRÓLOGO</b></a><br /> +<a href="#PROLOGO_A_LOS_MOSQUETEROS40_DE_LA_COMEDIA_DE_MADRID"><b>PRÓLOGO A LOS MOSQUETEROS[40] DE LA COMEDIA DE MADRID.</b></a><br /> +<a href="#DE_DON_JUAN_VELEZ_DE_GUEVARA_A_SU_PADRE"><b>DE DON JUAN VÉLEZ DE GUEVARA A SU PADRE.</b></a><br /> +<a href="#TRANCO_PRIMERO"><b>TRANCO PRIMERO</b></a><br /> +<a href="#TRANCO_II"><b>TRANCO II</b></a><br /> +<a href="#TRANCO_III"><b>TRANCO III</b></a><br /> +<a href="#TRANCO_IV"><b>TRANCO IV</b></a><br /> +<a href="#TRANCO_V"><b>TRANCO V</b></a><br /> +<a href="#TRANCO_VI"><b>TRANCO VI</b></a><br /> +<a href="#TRANCO_VII"><b>TRANCO VII</b></a><br /> +<a href="#TRANCO_VIII"><b>TRANCO VIII</b></a><br /> +<a href="#TRANCO_IX"><b>TRANCO IX</b></a><br /> +<a href="#TRANCO_X"><b>TRANCO X</b></a><br /> +</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<a name="PROLOGO_Y_NOTAS_DE_FRANCISCO_RODRIGUEZ_MARIN" id="PROLOGO_Y_NOTAS_DE_FRANCISCO_RODRIGUEZ_MARIN"></a> + +<h2><a name="PROLOGO" id="PROLOGO"></a>PRÓLOGO</h2> + +<p>Luis Vélez de Guevara—como dije en otra ocasión<a name="FNanchor_1_1" id="FNanchor_1_1"></a><a href="#Footnote_1_1" class="fnanchor">[1]</a>—fué tan pobre, que +bien puede dudarse si en algún tiempo de su vida llegó a tener dos +trajes en mediano uso; pero, en cambio, a los doscientos y mas años de +su muerte tiene dos biografías diversas: la que le inventaron algunos +escritores, que es la mas conocida<a name="FNanchor_2_2" id="FNanchor_2_2"></a><a href="#Footnote_2_2" class="fnanchor">[2]</a>, y la que despacio y a retazuelos, +como de limosna, pero sólidamente, le vamos escribiendo algunos +investigadores de nuestra historia literaria<a name="FNanchor_3_3" id="FNanchor_3_3"></a><a href="#Footnote_3_3" class="fnanchor">[3]</a>.</p> + +<p>Según la primera de entrambas biografías, Vélez nació en Ecija por enero +de 1570, estudió Leyes en la Universidad de Sevilla y vino a ejercer su +profesión a la Corte, en donde muy luego ganó estimación y fama por su +sagacidad, gracejo y elocuencia. Defendiendo a cierto criminal captó a +los jueces con su donaire; pero como el fiscal apelase de la benigna +sentencia dictada, el reo fué condenado a muerte, y Luis Vélez a pagar +una multa. Tuvo noticia de ello el Rey, y cuando conversó con el festivo +abogado prendóse tanto de él, que no sólo le perdonó la multa, y la +vida al delincuente, sino que, además, ya no pudo pasar sin el trato de +Vélez de Guevara, a quien protegió sobremanera.</p> + +<p>Esto fué lo que suele llamarse hablar de memoria, porque en todo el +relato no hay otra cosa verdadera que lo de ser Ecija la patria del +escritor. Y lo realmente sucedido y cierto es, en este caso como en +otros muchos, menos bello y agradable que la mentira. Véamoslo.</p> + +<p>Luis Vélez de Guevara nació en Ecija, a fines de julio de 1579, de +padres hidalgos, pero pobres<a name="FNanchor_4_4" id="FNanchor_4_4"></a><a href="#Footnote_4_4" class="fnanchor">[4]</a>: sabido es que la hidalguía y la +pobreza casi siempre anduvieron juntas<a name="FNanchor_5_5" id="FNanchor_5_5"></a><a href="#Footnote_5_5" class="fnanchor">[5]</a>. Estudió la Gramática en su +ciudad natal, y por julio de 1596 se graduó de bachiller en Artes en la +Universidad de Osuna, eximiéndose por pobre de pagar los derechos +académicos<a name="FNanchor_6_6" id="FNanchor_6_6"></a><a href="#Footnote_6_6" class="fnanchor">[6]</a>. Seguidamente entró a servir como paje a don Rodrigo de +Castro, cardenal arzobispo de Sevilla, a quien acompañó en el viaje que +hizo a Madrid y a Valencia para asistir en las bodas de Felipe III y +doña Margarita de Austria, de las cuales y de sus esplendorosas fiestas +trató el poeta adolescente en un poemita que hizo imprimir en Sevilla, a +su regreso<a name="FNanchor_7_7" id="FNanchor_7_7"></a><a href="#Footnote_7_7" class="fnanchor">[7]</a>.</p> + +<p>Murió el Cardenal en septiembre de 1600; pero a esta sazón no perduraba +Vélez en su palacio, pues, ya harto talludo para paje, dos meses antes +había dejado su empleo, a fin de abrazar la profesión de las armas. Él, +en un memorial dirigido al Rey, dijo haber permanecido seis años en la +milicia<a name="FNanchor_8_8" id="FNanchor_8_8"></a><a href="#Footnote_8_8" class="fnanchor">[8]</a>; pero que exageró en cuanto a la duración de su vida +soldadesca demuéstrase con otras palabras suyas, porque él mismo, muchos +años antes, había declarado que en el estío de 1603 estaba en +Valladolid, y en tal declaración, prestada en Sevilla a 26 de mayo de +1604 e inédita hasta ahora, llamábase nuestro poeta, sin mencionar para +cosa alguna la cualidad de soldado, «vecino al presente en esta ciudad, +en la collación de Santa Marina»<a name="FNanchor_9_9" id="FNanchor_9_9"></a><a href="#Footnote_9_9" class="fnanchor">[9]</a>.</p> + +<p>Ya apellidándose Vélez de Guevara, en lugar de Vélez de Santander, como +se había llamado hasta poco antes<a name="FNanchor_10_10" id="FNanchor_10_10"></a><a href="#Footnote_10_10" class="fnanchor">[10]</a>, escribió y publicó en 1608 un +nuevo opúsculo poético intitulado <i>Elogio del Ivramento del sereníssimo +Príncipe don Felipe Domingo, Quarto deste nombre</i>, y en la portada de +esta obrita se decía criado del Conde de Saldaña. Había entrado, en +efecto, a su servicio como gentilhombre antes o poco después de enviudar +de su primer matrimonio: del primero de los cuatro con que probó su +grande afición a este santo sacramento<a name="FNanchor_11_11" id="FNanchor_11_11"></a><a href="#Footnote_11_11" class="fnanchor">[11]</a>.</p> + +<p>Para sus nuevas nupcias con doña Úrsula Ramisi Bravo de Laguna<a name="FNanchor_12_12" id="FNanchor_12_12"></a><a href="#Footnote_12_12" class="fnanchor">[12]</a>, el +mencionado Conde le hizo donación de cuatrocientos ducados, amén de +señalarle una pensión anual vitalicia de otros doscientos; pero estas +larguezas de los grandes de antaño eran comúnmente más nominales que +efectivas, porque a la hora de cobrar—tan endeudados andaban de +ordinario—solían desvanecerse como el humo. Y en 1618, fallecida su +segunda mujer, que le dejó, amén de algún otro hijo, a Juan, sucesor de +su padre en la profesión y en el ingenio<a name="FNanchor_13_13" id="FNanchor_13_13"></a><a href="#Footnote_13_13" class="fnanchor">[13]</a>, nuestro escritor contrajo +nuevo matrimonio, que la muerte había de romper antes que pasaran dos +años, con doña Ana María del Valle<a name="FNanchor_14_14" id="FNanchor_14_14"></a><a href="#Footnote_14_14" class="fnanchor">[14]</a>; y dejando la casa del conde de +Saldaña, pasó a la del marqués de Peñafiel, manirroto primogénito del +gran duque de Osuna, a cuyo servicio estuvo, asimismo como gentilhombre, +cerca de un bienio<a name="FNanchor_15_15" id="FNanchor_15_15"></a><a href="#Footnote_15_15" class="fnanchor">[15]</a>.</p> + +<p>Los continuos apuros, la perdurable indigencia y la negra fortuna de +Luis Vélez de Guevara en los años de 1622 y siguientes están pintados de +mano maestra por él mismo en cinco memoriales en verso que salieron a +luz pocos años ha<a name="FNanchor_16_16" id="FNanchor_16_16"></a><a href="#Footnote_16_16" class="fnanchor">[16]</a>. Ora pretende un humilde puesto en la servidumbre +del cardenal e infante don Fernando; ora, ya frustrado este propósito, +logra en 1623 la efímera portería de cámara del Príncipe de Gales, +nuestro huésped; ya, en 1624, obtiene, después de grande esfuerzo, la +también harto breve mayordomía del archiduque Carlos, muerto aún no +transcurrido un mes desde su llegada a Madrid, y más adelante solicita +infructuosamente del Rey, alegando sus méritos y servicios y la nobleza +de su linaje, una plaza de ayuda de su guardarropa. Al cabo, este hombre +celebrado y aplaudido de todos por sus excelentes comedias, a la par que +por su deliciosa y amenísima conversación, aludiendo a la cual había +escrito Cervantes:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">«Topé a Luis Vélez, <i>honra y alegría</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y discreción del trato cortesano</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y abracéle en la calle a medio día»,</span><br /> +</p> + +<p>consiguió en 1625 entrar definitivamente en la servidumbre de Palacio, +ocupando una plaza de ujier de cámara de Su Majestad. Pero esto, que +parecía algo, era muy poco, salvo en lo honorífico, pues no tuvo +señalada ración, y hasta el año de 1635, en que el infortunado poeta +entró en gajes<a name="FNanchor_17_17" id="FNanchor_17_17"></a><a href="#Footnote_17_17" class="fnanchor">[17]</a>, siguió condenado a vivir de lo poco que entonces +producían las obras dramáticas<a name="FNanchor_18_18" id="FNanchor_18_18"></a><a href="#Footnote_18_18" class="fnanchor">[18]</a> y de lo que pedía a sus amigos; tanto +fué así, que se hicieron proverbiales su extremada pobreza y sus donosas +esquelas petitorias, casi siempre en verso.<a name="FNanchor_19_19" id="FNanchor_19_19"></a><a href="#Footnote_19_19" class="fnanchor">[19]</a></p> + +<p>Como si compartiendo la escasez de recursos se cupiese a menos porción +de ella, Vélez se casó aún por cuarta vez, en 1626, con una viuda +llamada doña María López de Palacios,<a name="FNanchor_20_20" id="FNanchor_20_20"></a><a href="#Footnote_20_20" class="fnanchor">[20]</a> bien que ésta aportó a su +nuevo enlace algunos bienes; mas pronto fueron vendidos, y juntos y +procreando y criando algunos hijos, vivieron entrambos cónyuges en +cristiana estrecheza, hasta el día 9 de noviembre de 1644, en que +falleció el donairoso autor de tantos primores literarios<a name="FNanchor_21_21" id="FNanchor_21_21"></a><a href="#Footnote_21_21" class="fnanchor">[21]</a>. Su +testamento, otorgado cuatro días antes, contiene una larga lista de +pequeñas deudas. Al comienzo de este documento consignó: «Iten, declaro +que por el presente estoy muy alcançado y necesitado de hacienda, para +poder disponer y dejar las misas que yo quisiera por mi alma».<a name="FNanchor_22_22" id="FNanchor_22_22"></a><a href="#Footnote_22_22" class="fnanchor">[22]</a></p> + +<p>Vélez de Guevara fué celebradísimo de sus contemporáneos, así por la +amenidad de su trato, que le ganaba amigos en todas partes, como por su +facundia poética y su florido e inagotable ingenio. Claramonte llamábale +en 1613, en el <i>Inquiridion</i> que va al fin de su <i>Letanía moral</i>, +«floridissimo ingenio de Ezija, de quien esperamos grandes escritos y +trabajos, y a hecho hasta oy muchas famosas comedias». Cervantes no le +elogió menos en estos dos tercetos del cap. II de su <i>Viage del Parnaso</i> +(1614):</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">«Este que es escogido entre millares,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de Gueuara Luys Vélez es el brauo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que se puede llamar quita pesares.</span><br /> + +<span style="margin-left: 4em;">Es Poeta Gigante, en quien alauo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">el verso numeroso, el peregrino</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">ingenio, si vn Gnaton nos pinta, o vn Dauo.»</span><br /> +</p> + +<p>Lope de Vega le ensalzó dos veces, en sendas epístolas de <i>La Filomena, +con otras diversas Rimas, Prosas y Versos</i> (1621):</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">«Aquí de Valdivielso el santo empleo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">De Luis Vélez, florido y elocuente,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">La lira que ya fué del dulce Orfeo.»</span><br /> + +<span style="margin-left: 4em;">«...Y el famoso Luis Vélez, que tenía</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">En éxtasis las Musas, que a sus labios</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Iban por dulce néctar y ambrosía.»</span><br /> +</p> + +<p>Y aun volvió a loarle en la silva II de su <i>Laurel de Apolo</i>, publicado +en 1630:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">«Ni en Écija dejara</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">el florido Luis Vélez de Guevara</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de ser su nuevo Apolo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que pudo darle solo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y sólo en sus escritos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con flores de conceptos infinitos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">lo que los tres que faltan:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">así sus versos de oro</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con blando estilo la materia esmaltan.»</span><br /> +</p> + +<p>¿Para qué seguir transcribiendo frases laudatorias? Baste recordar muy +resumidamente que Tamayo de Vargas (1622) ponderó su donaire; y don +Fernando de Vera y Mendoza (1627) le llamó «el Rey de Romanos»; y Pérez +de Montalván (1632) encareció los «pensamientos sutiles, arrojamientos +poéticos y versos excelentísimos y bizarros» de sus comedias; y Salas +Barbadillo (1635) afirmó que «en el Parnaso no se conocen otras salinas +sino las de su felicissimo ingenio»....</p> + +<p>El insigne poeta ecijano, hoy más famoso por su novela intitulada <i>El +Diablo Cojuelo</i>, aún muy leída, que por sus obras teatrales, +desterradas, como todas las antiguas, de la escena actual, +principalmente por falta de buenos cómicos y consiguiente carencia de +buenas compañías, escribió más de cuatrocientas comedias, de las cuales +ha llegado hasta nosotros un centenar escaso. Por éstas se le puede +diputar, si no como autor de señaladísima personalidad literaria, a lo +menos, como uno de los más aventajados discípulos de Lope de Vega, cuyas +huellas siguió tan constante y acertadamente, que a las veces se hace +harto difícil diferenciarlos. Tal sucede, verbigracia, con la comedia +intitulada <i>Los Novios de Hornachuelos</i>, que pasa comúnmente por obra de +Lope; pero hay alguna indicación antigua que la atribuye a Vélez de +Guevara, y, leída y estudiada, quédase perplejo el entendimiento más +avisado, sin resolverse a adjudicarla con cabal certeza a ninguno de +entrambos ingenios. La misma grande semejanza con las de Lope se echa de +ver en todas las comedias del poeta ecijano: las fuentes, unas; iguales +los procedimientos; igualmente rica la dicción; análogo el nervio en lo +dramático; parecidísimas las gracias en lo festivo, e idéntica en ambos +la propensión a avalorar lo propio entreverándolo con todos los +elementos del <i>folklore</i> nacional; aquí, con la conseja vulgar y la +tradición legendaria; allá, con el refrán hábilmente desleído y glosado +en cuatro o seis versos; acullá, con la vieja cancioncilla histórica, +que siempre, por lo grata, parece nueva a los oídos españoles; y en otro +lado, en fin, con el sabroso cuentecillo popular, picante sin demasía.</p> + +<p>De <i>El Diablo Cojuelo</i>, única de las obras de Vélez que ha conservado +para su nombre alguna parte de la amplia popularidad que disfrutó en +vida, se han hecho en nuestros días, amén de tal cual edición corriente, +dos eruditas y anotadas. Ambas se deben a la vasta cultura y harto +probada laboriosidad de don Adolfo Bonilla y San Martín, ventajosamente +conocido en el campo literario y en el filosófico. Enderezando un +antiguo entuerto que se había hecho a Vélez de Guevara con interpretarle +desaforadamente<a name="FNanchor_23_23" id="FNanchor_23_23"></a><a href="#Footnote_23_23" class="fnanchor">[23]</a>, publicó la primera de estas dos ediciones (Vigo, +1902); pero como mi antiguo camarada y docto amigo don Felipe Pérez y +González, cuyo felicísimo ingenio estaba emparentado muy de cerca, a +pesar de los siglos que se habían puesto en medio, con el del donairoso +ecijano, juntase burla burlando, artículo por artículo, en <i>La +Ilustración Española y Americana</i>, para formar un libro muy interesante +y ameno, que sacó a luz en 1903 bajo el título de <i>El Diablo Cojuelo: +notas y comentarios</i>, libro en el cual patentizó algunos errores de las +notas del señor Bonilla, éste, en 1910, año en que tras cruelísima +enfermedad pasó a mejor vida su festivo, pero amable corrector—que no +sin fundamento había usado en su mocedad el seudónimo de <i>Urbano +Cortés</i>—, dió a la estampa en Madrid una nueva edición de la obrita de +Vélez, mejoradas las notas y reconocido con nobleza el valioso auxilio +que para ello le había prestado el tan culto como donairoso escritor +hispalense<a name="FNanchor_24_24" id="FNanchor_24_24"></a><a href="#Footnote_24_24" class="fnanchor">[24]</a>.</p> + +<p>Pero, aun así, <i>El Diablo Cojuelo</i> ¿se había hecho del todo accesible a +la inteligencia de los lectores medianamente ilustrados de nuestros +días? Aun rectificadas en su segunda edición, ¿bastan las notas del +señor Bonilla para ahorrar tropiezos, en muchos lugares de la novela, +hasta a los lectores más avisados e instruidos? A estas preguntas, que +algunos aficionados a las letras nos hacíamos, respondió, como si +estuviera en nuestro pensamiento, don Enrique Nercasseau y Morán, en su +discurso de recepción leído ante la Academia Chilena, correspondiente de +la Española, el día 21 de noviembre de 1915<a name="FNanchor_25_25" id="FNanchor_25_25"></a><a href="#Footnote_25_25" class="fnanchor">[25]</a>: «La novela toda de +Vélez de Guevara—dijo—es una sátira cortés de la sociedad de su +tiempo, felicísima en la mayor parte de sus cuadros, y no afeada por la +licencia y crudeza tan comunes en las novelas de la época. <i>El Diablo +Cojuelo</i> sería una narración clásica de primer orden, y aun leíble hoy +día, si no la deslustrara el conceptismo, y si no se hallara +sobreabundante en equívocos y frases convencionales de difícil o +imposible comprensión en nuestra era. Aun después del trabajo llevado a +cabo por don Adolfo Bonilla y San Martín en su edición de Madrid de +1910, la novela de Vélez de Guevara queda aguardando un comentario que +la explique y la ponga al alcance general.» Ese comentario que el señor +Nercasseau echaba de menos es el que, con temeridad que no puede buscar +disculpa en la inexperiencia de los pocos años, he intentado en la +presente edición. ¿Habré conseguido darle cima? Nuestro señor el público +lo dirá: a su inapelable fallo me someto gustoso.</p> + +<p>En las aprobaciones insertas en la edición príncipe de <i>El Diablo +Cojuelo</i> elogiaron esta novela fray Diego Niseno, padre basilio, y fray +Juan Ponce de León, de la orden de los Mínimos. En sentir del primero, +la obrita contiene «muchas cosas de mucha moralidad y enseñança, +escritas con la sazón y variedad que de tal ingenio se podían esperar. +Merece—añadió—la licencia que pide, porque este linage de escritos es +difícil de enquadernar con lo honesto y recatado de nuestras christianas +leyes, y Luis Vélez ha sido en éste gloriosa excepción desta vniuersal +dolencia.» Más extremado es el parecer del segundo, que encarece el +sazonado gusto de Vélez, «por auer puesto la naturaleza en su ingenio la +elegancia del estilo, la suabidad del dezir, la aduertencia en el +colocar, la atenta circunspección en las palabras, y todo con tal modo, +que dexa suspensa la razón sobre a qual de estas partes se deba con más +justificación la primacia: en todo este discurso se corre la cortina a +los conocidos engaños deste mundo, de modo que, para penetrarlos con +sutileza, no necesita nuestra Nación de salir de sus estendidos límites, +pues dentro de sí cría sugetos que, aun en sueños y burlas, la dexan +superiormente ilustrada». Diametralmente opuesta a estas opiniones fué +la de Francisco Santos, pues dijo en <i>El Arca de Noé y Campana de +Belilla</i><a name="FNanchor_26_26" id="FNanchor_26_26"></a><a href="#Footnote_26_26" class="fnanchor">[26]</a>: «Tocó la Campana y desaparecieron todos los Autores de +viejo, siguiéndolos vno que avia venido tarde, y también llevava vn +libro en las manos, que preguntando a Noe quién era, me dixo: el libro +se intitula el Diablo Cojuelo, Aventuras de Don Cleofas Leandro Perez +Zambullo, digno de que le consumiera vn Polvorista: está sin enseñança +buena, ni moralidad, y esto, sobre acabar como la nieve....» «Ni tanto, +ni tan poco», podría haberse dicho a los tres censores, porque, en +realidad de verdad, la novelita de Vélez de Guevara, que se muestra en +ella como un buen discípulo de Quevedo, de cuyas obras cómicas y +satíricas tiene reminiscencias muy frecuentes, sin ser una maravilla, es +de agradable lectura, y más lo fuera sin la pesada y adulatoria +enumeración de todo aquel inacabable señorío que el autor, en el tranco +VIII, hace pasar por el espejo de Rufina María, dispuesto <i>ad hoc</i> por +el redomado desenredomado.</p> + +<p>En la visión, que pudiéramos llamar cinematográfica, de los diez trancos +o capítulos en que está dividido <i>El Diablo Cojuelo</i>, cada uno sabe a +cosa diferente de los demás: son cuadros distintos e independientes +entre sí, que no tienen de común sino la intervención, o la presencia +cuando menos, de los dos héroes de la novela. El tranco II, verbigracia, +en que entrambos, desde el capitel de la torre de San Salvador, +descubierta «la carne del pastelón de Madrid», otean después de la media +noche cuanto sucede en la coronada villa, trae a la memoria, por la +traza y manera, como indiqué en las notas de mi edición crítica del +<i>Quijote</i><a name="FNanchor_27_27" id="FNanchor_27_27"></a><a href="#Footnote_27_27" class="fnanchor">[27]</a>, aquella inspección que desde la torre de la Giralda de +Sevilla, y acompañado asimismo de un <i>cicerone</i>, el maestro Desengaño, +había hecho Rodrigo Fernández de Ribera, autor de <i>Los Antoios de meior +vista</i><a name="FNanchor_28_28" id="FNanchor_28_28"></a><a href="#Footnote_28_28" class="fnanchor">[28]</a>. El desaforado poeta del tranco IV es pariente propincuo de +otros dos muy conocidos en nuestra literatura: el del <i>Coloquio de los +Perros</i>, de Cervantes, y el de la <i>Vida del Buscón,</i> de Quevedo. A hacer +entretenida y agradable la lectura de <i>El Diablo Cojuelo</i> contribuyen +con lo ingenioso de la invención la interesante variedad de las escenas, +la soltura y viveza del diálogo, y, especialmente, el chispeante gracejo +de Vélez de Guevara. En cambio, la elocución suele ser descuidadilla, +entre otras cosas, por la excesiva abundancia de gerundios.</p> + +<p>Del Diablo Cojuelo, entremetido espíritu infernal que da nombre y ser a +la novela, trató el señor Bonilla en una breve nota. Mucho más merecía +el que «trujo al mundo la zarabanda, el déligo y la chacona», y yo he de +volver hoy por su negra honrilla, recordando la mucha familiaridad que +nosotros los españoles hemos tenido con él. Háyase de llamar Renfas, o +Asmodeo, o de otro cualquier modo, es lo cierto que este travieso +diablillo, con parecer de menor cuantía y ser cojo por añadidura, tomó +entre nosotros tal importancia, que nada malo se pudo hacer sin él. «<i>El +Diablillo Cojo</i> sabe más que el otro», enseñó el refrán, y cuando en el +calor de la ira se dijo a alguno que le llevase el diablo, no faltó +quien, rectificando festivamente, respondiera: «<i>El Diablo Cojuelo</i>, que +es más ligero». En las fórmulas supersticiosas llevábanle y traíanle +como un zarandillo nuestras hechiceras de los siglos XVI y XVII, para +que les llevase y trajese sus galanes y paniaguados, y le daban prisa, +y le adulaban celebrando su ligereza. Véanse algunos ejemplos. Doña +Antonia Mexía declaró, entre otras cosas, en un proceso que se le siguió +por los años de 1633<a name="FNanchor_29_29" id="FNanchor_29_29"></a><a href="#Footnote_29_29" class="fnanchor">[29]</a>: «Que habrá seis años que la dicha Beatriz dixo +a ésta que tomase un pedernal y le pusiese la mano encima y dixese:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">Estos cinco dedos pongo en este muro;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cinco demonios conjuro:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a Barrabás, a Satanás,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a Lucifer, a Bercebú,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>al Diablo Cojuelo,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>que es buen mensajero</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que me traigan a fulano luego</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a mi querer y a mi mandar.»</span><br /> +</p> + +<p>Y así, en 1668, Agueda Rodríguez, vecina de Madridejos, también +procesada por hechicería<a name="FNanchor_30_30" id="FNanchor_30_30"></a><a href="#Footnote_30_30" class="fnanchor">[30]</a>:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">«...<i>Diablo Cojuelo,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>tráemele luego</i>;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">diablo del pozo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tráemele, que no es casado; que es mozo;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">diablo de la Quintería,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tráemele en la fería;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">diablo de la plaza,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tráemele en danza....»</span><br /> +</p> + +<p>Teníase al Diablo Cojuelo, como dice el refrán, por el más listo de +todos: Esperanza Bonfilla, procesada por la Inquisición de Valencia en +1600, hizo que cierta mujer, para atraer a un hombre, «hiciese vn +conjuro en la forma siguiente: tomando vna escoba, la puso vna toca como +muger, y encendida vna bela que no fuese bendita, se arrodilló delante +de la escoba, y sin haçer cruz, juntas las manos, dixo:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">Marta, Martica,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">no la santa ni la digna,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">ni la digna de rogar,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">ni la que está en el altar,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">sino la que de noche andas por las beredas</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y los días por las encrebelladas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">yo te conjuro con Satanás y con Barrabás,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con Bercebú y todos los diablos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y con el diablo coxo,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>que corre mas que todos</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que todos vais a fulano</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y le deis tiempo para vestirse</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y le traigais por puntos ante mí y mis ojos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">sin hacerle mal»<a name="FNanchor_31_31" id="FNanchor_31_31"></a><a href="#Footnote_31_31" class="fnanchor">[31]</a>.</span><br /> +</p> + +<p>Corría más, y tenía más poder que sus iguales y superiores, o no supo lo +que se pescaba Isabel del Pozo al hacer sus conjuros, ni María +Castellanos cuando lo declaró ante la Inquisición de Toledo en 1631<a name="FNanchor_32_32" id="FNanchor_32_32"></a><a href="#Footnote_32_32" class="fnanchor">[32]</a>, +pues decía: «... que tomó en las manos dicha Isabel del Poço un poco de +sal de sardinas y çilantro, lo qual mezcló todo y lo echaba de una mano +en otra diciendo:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">Conjúrote, sal y çilantro,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con Barrabás,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>con el Diablo cojuelo, que puede más.</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">No te conjuro por sal y çilantro,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">sino por el corazón de fulano;</span><br /> +</p> + +<p>y echando la sal y çilantro en la lumbre, proseguía diciendo:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">Así como te has de quemar,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">se queme el corazón de fulano,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y aquí me le traygas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y conjúrote por la reina Sardineta,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y con la tataranieta,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y con los navegantes que navegan por la mar.»</span><br /> +</p> + +<p>Pero la cualidad de diablo bullidor y zaragatero, aficionado a bailes y +holgorios y a meter en danza a los mortales, haciéndoles ganar el +infierno alegremente, de ningún texto inquisitorial resulta tan clara +como de la manifestación de otra hechicera de Madridejos, llamada Mari +Fernández, que, procesada en 1532, al ser interrogada, trajo a colación, +como vamos a ver, un estragado fragmento de cierto curiosísimo romance, +desconocido hoy<a name="FNanchor_33_33" id="FNanchor_33_33"></a><a href="#Footnote_33_33" class="fnanchor">[33]</a>: «Preguntada sy ha dicho esta declarante a alguna +persona como avia hecho çerco con ynvocacion de diablos, que eran +berzebú y satanás <i>y el diablo coxuelo</i>, diziendo esta declarante que +sin <i>el diablo coxuelo</i> no se podía hazer aquel çerco, y que en aquel +çerco que hizo avia esta declarante visto lo quel diablo queria hazer +contra çierta persona, que diga lo que çerca desto ha dicho e fecho, +dixo que ella suele cantar vn Romance que dize:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">A caça yba bienhecho</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por Riberas de la mar,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">no por mengua de vjno</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">ni menos mengua de pan;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por miedo del Rey Ramjro</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que lo querja matar.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Ellos en aquesto estando</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">enbjaronle a llamar.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Vamonos, dixo, amigo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">vamonos, dixo, a çenar;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de que ovjeremos çenado</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">dios dixo lo que será;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">desque ovjeron çenado</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tomó libros en sus manos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y començó de Rezar;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a los pecados mayores</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">enpeçolos de llamar:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">¿Qué es de ti, berzebu,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">qué es de ti, barravas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>qué es de ti, diablo coxuelo,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>que eras tú el juglar</i>?...»</span><br /> +</p> + +<p>Tanto don Adolfo Bonilla como don Felipe Pérez indagaron con prolijidad +cuándo hubo de escribir su obrita Vélez de Guevara, y si la escribió +seguidamente, o a trozos y aun con largos intervalos entre unos y otros +capítulos. Convienen ambos investigadores en esta última creencia, pero +no en lo demás; porque si en opinión de Pérez y González la novela fué +escrita después de febrero de 1636 y antes de mayo de 1639, a juicio de +Bonilla, Vélez empezó a escribirla después de febrero de 1637 y la +terminó hacia julio de 1640<a name="FNanchor_34_34" id="FNanchor_34_34"></a><a href="#Footnote_34_34" class="fnanchor">[34]</a>. No creo que el poner en claro este +punto, siendo corto, como lo es, dentro de la ordinaria duración de la +vida humana, el tiempo comprendido entre unas fechas y otras, merezca el +ímprobo trabajo que echaron sobre sí estos denodados eruditos<a name="FNanchor_35_35" id="FNanchor_35_35"></a><a href="#Footnote_35_35" class="fnanchor">[35]</a>.</p> + +<p>Unas advertencias, para terminar.</p> + +<p>«Vélez de Guevara, como Quevedo—notó el señor Bonilla—, es un +escolástico del idioma. No hay que perder una sola de sus palabras, no +hay que confiar en el valor directo de cualquiera de sus frases, porque +lo mejor del cuento pasaría quizás inadvertido. Es preciso estar siempre +ojo avizor para saborear como es debido aquellas atrevidas metáforas, +aquellas extravagantes relaciones, aquellos estupendos equívocos, +aquellas arbitrarias licencias en que se complace. Esta indispensable +atención fatiga en ocasiones; pero hace sacar doble fruto de la lectura +de un libro cuyo atractivo consiste, más bien que en el interés de los +lances, en la ingeniosidad de los pensamientos. Sólo el muy +familiarizado con los secretos del habla podrá darse cabal cuenta de las +bellezas de una obra semejante.» Exactísimo todo ello, y porque lo es y +a los más de los lectores falta esa extremada familiaridad a que se +refiere el señor Bonilla, no podían buenamente pasar sin nota muchas de +las frases que no la tienen en sus ediciones. Ciento treinta y cinco que +están en este caso señalé de primera intención cuando, leído el +sobredicho discurso del señor Nercasseau y Morán, me sentí deseoso de +preparar, para la simpática colección de «Clásicos Castellanos», esta +humilde edicioncita de <i>El Diablo Cojuelo.</i></p> + +<p>Como el señor Bonilla, «procuro pecar antes por carta de más que por +carta de menos, por lo cual a veces he explicado palabras y giros que +podrán parecer a los eruditos de muy llana inteligencia. Téngase en +cuenta, sin embargo—añado con él—, que me dirijo a la generalidad y +que mi propósito es facilitar la comprensión del libro de Vélez de +Guevara a todo género de lectores.» Con mayor motivo había yo de hacer +lo propio en una edición vulgarizadora, como es la presente. Pero aun +así, he huído con mucho cuidado de escribir notas por las cuales se me +pudiese encasillar junto a Lucas de Valdés y Toro, aquel empecatado +cirujano cordobés que en 1630 dió a la estampa un opúsculo perogrullesco +intitulado así: <i>Tratado en que se prueba que la nieve es fría y +húmeda<a name="FNanchor_36_36" id="FNanchor_36_36"></a><a href="#Footnote_36_36" class="fnanchor">[36]</a></i>.</p> + +<p>No obstantes mi buena voluntad y la diligencia con que procuré evitarlo, +se me han quedado por entender algunas frases del texto. Hay quien, +puesto a anotar uno cualquiera, explica lo que buenamente se le alcanza, +y en cuanto a lo que no, hace, como dicen, la vista gorda y pasa de +largo sin decir palabra, dando a colegir con su silencio que aquello que +no explicó no lo ha menester, por ser cosa llanísima. Jamás cometí esa +reprobable fullería: antes por el contrario, en casos tales confieso +paladinamente que aquel lugar merece y pide explicación, y que, por +malos de mis pecados, yo no acerté a dársela<a name="FNanchor_37_37" id="FNanchor_37_37"></a><a href="#Footnote_37_37" class="fnanchor">[37]</a>.</p> + +<p>Por último, aunque en esta edición sigo el texto de la original de Vélez +de Guevara (Madrid, Imprenta del Reyno, 1641), no la he copiado tan +fielmente, tan servilmente, que reproduzca su endiablada ortografía, +digo, la de los bárbaros cajistas que compusieron los moldes. «Para +regalar a los lectores—escribí trece años ha<a name="FNanchor_38_38" id="FNanchor_38_38"></a><a href="#Footnote_38_38" class="fnanchor">[38]</a>—con bocados como +<i>abaricia</i>, <i>hajo, coetes, hizquierda, voca, vobos, obtica, +valbucientes, abitos, hancas y hacechar</i>, como lo hizo el señor Bonilla +reproduciendo la edición príncipe de <i>El Diablo Cojuelo</i>, siempre hay +tiempo, o, dicho mejor, no debe haberlo nunca. Ya no es poco <i>hacer +morder el ajo</i> a uno; pero hacerle morder el <i>hajo</i> es crueldad doblada, +porque pica aún más la <i>hache</i> que el <i>ajo</i> mismo.»</p> + +<p>Y con esto, lector amable, quédate a Dios, y perdóname si te causé +enfado o tedio con la lectura de mi prólogo.</p> + +<p>FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN.</p> + +<p><i>Madrid, 2 de junio de 1918</i>.</p> + +<p><a name="EL_DIABLO_COJUELO" id="EL_DIABLO_COJUELO"></p> + +<h1>EL DIABLO COJUELO</h1> + +<h2>DEDICATORIA DE VÉLEZ DE GUEVARA</h2> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary=""> +<tr><td align="left">[AL EXCMO. SR. D. RODRIGO DE SANDOVAL,</td></tr> +<tr><td align="left">DE SILVA, DE MENDOZA Y DE LA CERDA,</td></tr> +<tr><td align="left">PRÍNCIPE DE MÉLITO, DUQUE DE PASTRANA,</td></tr> +<tr><td align="left">DE ESTREMERA Y FRANCAVILA, ETC.]</td></tr> +</table> + +<p>Excelentísimo señor:</p> + +<p>La generosa condición de V.E., patria general de los ingenios, donde +todos hallan seguro asilo, ha solicitado mi desconfianza para rescatar +del olvido de una naveta<a name="FNanchor_39_39" id="FNanchor_39_39"></a><a href="#Footnote_39_39" class="fnanchor">[39]</a>, en que estaba entre otros borradores míos, +este volumen que llamo <i>El Diablo Cojuelo</i>, escrito con particular +capricho, porque al amparo de tan gran Mecenas salga menos cobarde a dar +noticia de las ignorancias del dueño. A cuya sombra excelentísima la +invidia me mirará ociosa, la emulación muda, y desairada la +competencia; que con estas seguridades no naufragará esta novela y podrá +andar con su cara descubierta por el mundo. Guarde Dios a V.E., como sus +criados deseamos y hemos menester.</p> + +<p>Criado de V.E., que sus pies besa,</p> + +<p>LUIS VÉLEZ DE GUEVARA.</p> + + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="PROLOGO_A_LOS_MOSQUETEROS40_DE_LA_COMEDIA_DE_MADRID" id="PROLOGO_A_LOS_MOSQUETEROS40_DE_LA_COMEDIA_DE_MADRID"></a>PRÓLOGO A LOS MOSQUETEROS<a name="FNanchor_40_40" id="FNanchor_40_40"></a><a href="#Footnote_40_40" class="fnanchor">[40]</a> DE LA COMEDIA DE MADRID.</h2> + +<p>Gracias a Dios, mosqueteros míos, o vuestros, jueces de los aplausos +cómicos por la costumbre y mal abuso, que una vez tomaré la pluma sin el +miedo de vuestros silbos, pues este discurso del Diablo Cojuelo nace a +luz concebido sin teatro original fuera de vuestra juridición; que aun +del riesgo de la censura del leello está privilegiado por vuestra +naturaleza, pues casi ninguno de vosotros sabe deletrear; que nacistes +para número de los demás, y para pescados de los estanques<a name="FNanchor_41_41" id="FNanchor_41_41"></a><a href="#Footnote_41_41" class="fnanchor">[41]</a><a name="FNanchor_42_42" id="FNanchor_42_42"></a><a href="#Footnote_42_42" class="fnanchor">[42]</a>, de +los corrales<a name="FNanchor_43_43" id="FNanchor_43_43"></a><a href="#Footnote_43_43" class="fnanchor">[43]</a>, esperando, las bocas abiertas<a name="FNanchor_44_44" id="FNanchor_44_44"></a><a href="#Footnote_44_44" class="fnanchor">[44]</a>, el golpe del +concepto por el oído y por la manotada del cómico, y no por el ingenio. +Allá os lo habed con vosotros mismos, que sois corchetes<a name="FNanchor_45_45" id="FNanchor_45_45"></a><a href="#Footnote_45_45" class="fnanchor">[45]</a> de la +Fortuna, dando las más veces premio a lo que aun no merece oídos, y +abatís lo que merece estar sobre las estrellas; pero no se me da de +vosotros dos caracoles: hágame Dios bien con mi prosa<a name="FNanchor_46_46" id="FNanchor_46_46"></a><a href="#Footnote_46_46" class="fnanchor">[46]</a>, entretanto +que otros fluctúan por las maretas<a name="FNanchor_47_47" id="FNanchor_47_47"></a><a href="#Footnote_47_47" class="fnanchor">[47]</a> de vuestros aplausos, de quien +nos libre Dios por su infinita misericordia, Amén, Jesús.</p> + +<h2>CARTA DE RECOMENDACIÓN AL CÁNDIDO<a name="FNanchor_48_48" id="FNanchor_48_48"></a><a href="#Footnote_48_48" class="fnanchor">[48]</a> O MORENO LECTOR.</h2> + +<p>Lector amigo: yo he escrito este discurso, que no me he atrevido a +llamarle libro, pasándome de la jineta de los consonantes<a name="FNanchor_49_49" id="FNanchor_49_49"></a><a href="#Footnote_49_49" class="fnanchor">[49]</a> a la brida +de la prosa, en las vacantes que me han dado las despensas<a name="FNanchor_50_50" id="FNanchor_50_50"></a><a href="#Footnote_50_50" class="fnanchor">[50]</a> de mi +familia y los autores de las comedias por su Majestad<a name="FNanchor_51_51" id="FNanchor_51_51"></a><a href="#Footnote_51_51" class="fnanchor">[51]</a>; y como es <i>El +Diablo Cojuelo</i>, no lo reparto en capítulos, sino en trancos<a name="FNanchor_52_52" id="FNanchor_52_52"></a><a href="#Footnote_52_52" class="fnanchor">[52]</a>. +Suplícote que los des en su leyenda<a name="FNanchor_53_53" id="FNanchor_53_53"></a><a href="#Footnote_53_53" class="fnanchor">[53]</a>, porque tendrás menos que +censurarme, y yo que agradecerte<a name="FNanchor_54_54" id="FNanchor_54_54"></a><a href="#Footnote_54_54" class="fnanchor">[54]</a>. Y, por no ser para más<a name="FNanchor_55_55" id="FNanchor_55_55"></a><a href="#Footnote_55_55" class="fnanchor">[55]</a> ceso, y +no de rogar a Dios que me conserve en tu gracia.</p> + +<p>De Madrid, a los que fueren entonces del mes y del año, y tal y tal y +tal<a name="FNanchor_56_56" id="FNanchor_56_56"></a><a href="#Footnote_56_56" class="fnanchor">[56]</a>.</p> + +<p>EL AUTOR Y EL TEXTO.</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="DE_DON_JUAN_VELEZ_DE_GUEVARA_A_SU_PADRE" +id="DE_DON_JUAN_VELEZ_DE_GUEVARA_A_SU_PADRE"></a>SONATO DE DON JUAN VÉLEZ DE GUEVARA A SU PADRE. +<a name="FNanchor_57_57" id="FNanchor_57_57"></a><a href="#Footnote_57_57" class="fnanchor">[57]</a></h2> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">Luz en quien se encendió la vital mía,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">De cuya llama soy originado,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Bien que la vida sólo te he imitado,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Que el alma fuera en mí vana porfía,</span><br /> + +<span style="margin-left: 4em;">Si eres el sol de nuestra Pöesía,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Viva más que él tu aplauso eternizado,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Y pues un vivir solo es limitado,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">No te estreches al término de un día.</span><br /> + +<span style="margin-left: 4em;">Hoy junta en el deleite la enseñanza</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Tu ingenio, a quien el tiempo no consuma,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Pues también viene a ser aplauso suyo.</span><br /> + +<span style="margin-left: 4em;">Y sufra la modestia esta alabanza</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">A quien, por parecer más hijo tuyo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Quisiera ser un rasgo de tu pluma.</span><br /> +</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="TRANCO_PRIMERO" id="TRANCO_PRIMERO"></a>TRANCO PRIMERO</h2> + +<p>Daban en Madrid, por los fines de julio, las once de la noche en punto, +hora menguada para las calles<a name="FNanchor_58_58" id="FNanchor_58_58"></a><a href="#Footnote_58_58" class="fnanchor">[58]</a>, y, por faltar la luna, juridición y +término redondo de todo requiebro lechuzo y patarata de la muerte. El +Prado boqueaba coches<a name="FNanchor_59_59" id="FNanchor_59_59"></a><a href="#Footnote_59_59" class="fnanchor">[59]</a> en la última jornada de su paseo, y en los +baños de Manzanares los Adanes y las Evas de la Corte, fregados más de +la arena que limpios del agua<a name="FNanchor_60_60" id="FNanchor_60_60"></a><a href="#Footnote_60_60" class="fnanchor">[60]</a>, decían el <i>Ite, río<a name="FNanchor_61_61" id="FNanchor_61_61"></a><a href="#Footnote_61_61" class="fnanchor">[61]</a></i> <i>es<a name="FNanchor_62_62" id="FNanchor_62_62"></a><a href="#Footnote_62_62" class="fnanchor">[62]</a></i>, +cuando don Cleofás Leandro Pérez Zambullo, hidalgo a cuatro vientos<a name="FNanchor_63_63" id="FNanchor_63_63"></a><a href="#Footnote_63_63" class="fnanchor">[63]</a>, +caballero huracán y encrucijada de apellidos<a name="FNanchor_64_64" id="FNanchor_64_64"></a><a href="#Footnote_64_64" class="fnanchor">[64]</a>, galán de noviciado y +estudiante de profesión, con un broquel y una espada, aprendía a gato +por el caballete de un tejado, huyendo de la justicia, que le venía a +los alcances<a name="FNanchor_65_65" id="FNanchor_65_65"></a><a href="#Footnote_65_65" class="fnanchor">[65]</a> por un estrupo<a name="FNanchor_66_66" id="FNanchor_66_66"></a><a href="#Footnote_66_66" class="fnanchor">[66]</a> que no lo había comido ni +bebido<a name="FNanchor_67_67" id="FNanchor_67_67"></a><a href="#Footnote_67_67" class="fnanchor">[67]</a>, que en el pleito de acreedores de una doncella al uso estaba +graduado en el lugar veintidoseno<a name="FNanchor_68_68" id="FNanchor_68_68"></a><a href="#Footnote_68_68" class="fnanchor">[68]</a>, pretendiendo que el pobre +licenciado escotase solo lo que tantos habían merendado<a name="FNanchor_69_69" id="FNanchor_69_69"></a><a href="#Footnote_69_69" class="fnanchor">[69]</a>; y como +solicitaba escaparse del «para en uno son<a name="FNanchor_70_70" id="FNanchor_70_70"></a><a href="#Footnote_70_70" class="fnanchor">[70]</a>» (sentencia difinitiva +del cura de la parroquia y auto que no lo revoca si no es el vicario +Responso<a name="FNanchor_71_71" id="FNanchor_71_71"></a><a href="#Footnote_71_71" class="fnanchor">[71]</a>, juez de la otra vida), no dificultó arrojarse desde el ala +del susodicho tejado, como si las tuviera, a la buarda<a name="FNanchor_72_72" id="FNanchor_72_72"></a><a href="#Footnote_72_72" class="fnanchor">[72]</a> de otro que +estaba confinante, nordesteado de una luz que por ella escasamente se +brujuleaba, estrella de la tormenta que corría, en cuyo desván puso los +pies y la boca<a name="FNanchor_73_73" id="FNanchor_73_73"></a><a href="#Footnote_73_73" class="fnanchor">[73]</a> a un mismo tiempo, saludándolo como a puerto de tales +naufragios, y dejando burlados los ministros del agarro<a name="FNanchor_74_74" id="FNanchor_74_74"></a><a href="#Footnote_74_74" class="fnanchor">[74]</a> y los +honrados pensamientos de mi señora doña Tomasa de Bitigudiño<a name="FNanchor_75_75" id="FNanchor_75_75"></a><a href="#Footnote_75_75" class="fnanchor">[75]</a>, +doncella chanflona<a name="FNanchor_76_76" id="FNanchor_76_76"></a><a href="#Footnote_76_76" class="fnanchor">[76]</a> que se pasaba de noche como cuarto falso, que, +para que surtiese efecto su bellaquería, había cometido otro estelionato +más con el capitán de los jinetes a gatas que corrían las costas<a name="FNanchor_77_77" id="FNanchor_77_77"></a><a href="#Footnote_77_77" class="fnanchor">[77]</a> de +aquellos tejados en su demanda, y volvían corridos de que se les +hubiese escapado aquel bajel de capa y espada<a name="FNanchor_78_78" id="FNanchor_78_78"></a><a href="#Footnote_78_78" class="fnanchor">[78]</a> que llevaba cautiva la +honra de aquella señora mohatrera de doncellazgos<a name="FNanchor_79_79" id="FNanchor_79_79"></a><a href="#Footnote_79_79" class="fnanchor">[79]</a>, que juraba entre +sí tomar satisfacción deste desaire en otro inocente, chapetón<a name="FNanchor_80_80" id="FNanchor_80_80"></a><a href="#Footnote_80_80" class="fnanchor">[80]</a> de +embustes doncelliles, fiada en una madre que ella llamaba <i>tía,</i> liga +donde había caído tanto pájaro forastero.</p> + +<p>A estas horas, el Estudiante, no creyendo su buen suceso<a name="FNanchor_81_81" id="FNanchor_81_81"></a><a href="#Footnote_81_81" class="fnanchor">[81]</a> y +deshollinando con el vestido y los ojos el zaquizamí, admiraba la región +donde había arribado, por las estranjeras estravagancias de que estaba +adornada la tal espelunca, cuyo avariento farol era un candil de +garabato, que descubría sobre una mesa antigua de cadena<a name="FNanchor_82_82" id="FNanchor_82_82"></a><a href="#Footnote_82_82" class="fnanchor">[82]</a> papeles +infinitos, mal compuestos y ordenados, escritos de caracteres +matemáticos, unas efemérides abiertas<a name="FNanchor_83_83" id="FNanchor_83_83"></a><a href="#Footnote_83_83" class="fnanchor">[83]</a>, dos esferas y algunos +compases y cuadrantes, ciertas señales de que vivía en el cuarto de más +abajo algún astrólogo, dueño de aquella confusa oficina y embustera +ciencia; y llegándose don Cleofás curiosamente, como quien profesaba +letras y era algo inclinado a aquella profesión, a revolver los trastos +astrológicos, oyó un suspiro entre ellos mismos, que, pareciéndole +imaginación o ilusión de la noche, pasó adelante con la atención +papeleando los memoriales de Euclides y embelecos de Copérnico; +escuchando segunda vez repetir el suspiro, entonces, pareciéndole que no +era engaño de la fantasía, sino verdad que se había venido a los oídos, +dijo con desgarro y ademán de estudiante valiente:</p> + +<p>—¿Quién diablos suspira aquí?, respondiéndole al mismo tiempo una voz +entre humana y estranjera:</p> + +<p>—Yo soy, señor Licenciado, que estoy en esta redoma, adonde me tiene +preso ese astrólogo que vive ahí abajo, porque también tiene su punta +de la mágica negra<a name="FNanchor_84_84" id="FNanchor_84_84"></a><a href="#Footnote_84_84" class="fnanchor">[84]</a>, y es mi alcaide dos años habrá.</p> + +<p>—Luego ¿familiar eres?—dijo el Estudiante<a name="FNanchor_85_85" id="FNanchor_85_85"></a><a href="#Footnote_85_85" class="fnanchor">[85]</a>.</p> + +<p>—Harto me holgara yo—respondieron<a name="FNanchor_86_86" id="FNanchor_86_86"></a><a href="#Footnote_86_86" class="fnanchor">[86]</a> de la redoma—que entrara uno +de la Santa Inquisición, para que, metiéndole a él en otra de cal y +canto, me sacara a mí desta jaula de papagayos de piedra azufre. Pero tú +has llegado a tiempo que me puedes rescatar, porque este a cuyos +conjuros estoy asistiendo me tiene ocioso, sin emplearme en nada, siendo +yo el espíritu más travieso del infierno.</p> + +<p>Don Cleofás, espumando valor, prerrogativa de estudiante de Alcalá, le +dijo:</p> + +<p>—¿Eres demonio plebeyo, u de los de nombre?</p> + +<p>—Y de gran nombre—le repitió el vidro endemoniado—, y el más +celebrado en entrambos mundos.</p> + +<p>—¿Eres Lucifer?—le repitió don Cleofás.</p> + +<p>—Ése es demonio de dueñas y escuderos—le respondió la voz.</p> + +<p>—¿Eres Satanás?—prosiguió el Estudiante.</p> + +<p>—Ése es demonio de sastres y carniceros—volvió la voz a repetille.</p> + +<p>—¿Eres Bercebú?—volvió a preguntalle don Cleofás.</p> + +<p>Y la voz a respondelle:</p> + +<p>—Ése es demonio de tahures, amancebados y carreteros.</p> + +<p>—¿Eres Barrabás<a name="FNanchor_87_87" id="FNanchor_87_87"></a><a href="#Footnote_87_87" class="fnanchor">[87]</a>, Belial, Astarot?—finalmente le dijo el +Estudiante.</p> + +<p>—Esos son demonios de mayores ocupaciones—le respondió la voz—: +demonio más por menudo soy, aunque me meto en todo: yo soy las pulgas +del infierno, la chisme<a name="FNanchor_88_88" id="FNanchor_88_88"></a><a href="#Footnote_88_88" class="fnanchor">[88]</a>, el enredo, la usura, la mohatra; yo truje +al mundo la zarabanda<a name="FNanchor_89_89" id="FNanchor_89_89"></a><a href="#Footnote_89_89" class="fnanchor">[89]</a>, el déligo<a name="FNanchor_90_90" id="FNanchor_90_90"></a><a href="#Footnote_90_90" class="fnanchor">[90]</a>, la chacona<a name="FNanchor_91_91" id="FNanchor_91_91"></a><a href="#Footnote_91_91" class="fnanchor">[91]</a>, el +bullicuzcuz<a name="FNanchor_92_92" id="FNanchor_92_92"></a><a href="#Footnote_92_92" class="fnanchor">[92]</a>, las cosquillas de la capona<a name="FNanchor_93_93" id="FNanchor_93_93"></a><a href="#Footnote_93_93" class="fnanchor">[93]</a>, el guiriguirigay, el +zambapalo, la mariona, el avilipinti, el pollo, la carretería, el +hermano Bartolo, el carcañal, el guineo, el colorín colorado<a name="FNanchor_94_94" id="FNanchor_94_94"></a><a href="#Footnote_94_94" class="fnanchor">[94]</a>; yo +inventé las pandorgas<a name="FNanchor_95_95" id="FNanchor_95_95"></a><a href="#Footnote_95_95" class="fnanchor">[95]</a>; las jácaras<a name="FNanchor_96_96" id="FNanchor_96_96"></a><a href="#Footnote_96_96" class="fnanchor">[96]</a>, las papalatas<a name="FNanchor_97_97" id="FNanchor_97_97"></a><a href="#Footnote_97_97" class="fnanchor">[97]</a>, los +comos<a name="FNanchor_98_98" id="FNanchor_98_98"></a><a href="#Footnote_98_98" class="fnanchor">[98]</a>, las mortecinas<a name="FNanchor_99_99" id="FNanchor_99_99"></a><a href="#Footnote_99_99" class="fnanchor">[99]</a>, los títeres<a name="FNanchor_100_100" id="FNanchor_100_100"></a><a href="#Footnote_100_100" class="fnanchor">[100]</a>, los volatines<a name="FNanchor_101_101" id="FNanchor_101_101"></a><a href="#Footnote_101_101" class="fnanchor">[101]</a>, +los saltambancos<a name="FNanchor_102_102" id="FNanchor_102_102"></a><a href="#Footnote_102_102" class="fnanchor">[102]</a>, los maesecorales<a name="FNanchor_103_103" id="FNanchor_103_103"></a><a href="#Footnote_103_103" class="fnanchor">[103]</a>, y, al fin, yo me llamo el +Diablo Cojuelo.</p> + +<p>—Con decir eso—dijo el Estudiante—hubiéramos ahorrado lo demás: vuesa +merced me conozca por su servidor; que hay muchos días que le deseaba +conocer. Pero, ¿no me dirá, señor Diablo Cojuelo, por qué le pusieron +este nombre, a diferencia de los demás, habiendo todos caído desde tan +alto, que pudieran quedar todos de la misma suerte y con el mismo +apellido<a name="FNanchor_104_104" id="FNanchor_104_104"></a><a href="#Footnote_104_104" class="fnanchor">[104]</a>?</p> + +<p>—Yo, señor don Cleofás Leandro Pérez Zambullo, que ya le sé el suyo, o +los suyos—dijo el Cojuelo—, porque hemos sido vecinos por esa dama que +galanteaba y por quien le ha corrido la justicia esta noche, y de quien +después le contaré maravillas, me llamo desta manera porque fuí el +primero de los que se levantaron en el rebelión<a name="FNanchor_105_105" id="FNanchor_105_105"></a><a href="#Footnote_105_105" class="fnanchor">[105]</a> celestial, y de los +que cayeron y todo<a name="FNanchor_106_106" id="FNanchor_106_106"></a><a href="#Footnote_106_106" class="fnanchor">[106]</a>; y como los demás dieron sobre mí, me +estropearon, y ansí, quedé más que todos señalado de la mano de Dios y +de los pies de todos los diablos, y con este sobrenombre; mas no por eso +menos ágil para todas las facciones que se ofrecen en los países bajos, +en cuyas impresas nunca me he quedado atrás, antes me he adelantado a +todos; que, camino del infierno, tanto anda el cojo como el viento<a name="FNanchor_107_107" id="FNanchor_107_107"></a><a href="#Footnote_107_107" class="fnanchor">[107]</a>; +aunque nunca he estado más sin reputación que ahora en poder deste +vinagre, a quien por trato<a name="FNanchor_108_108" id="FNanchor_108_108"></a><a href="#Footnote_108_108" class="fnanchor">[108]</a> me entregaron mis propios compañeros, +porque los traía al retortero a todos<a name="FNanchor_109_109" id="FNanchor_109_109"></a><a href="#Footnote_109_109" class="fnanchor">[109]</a>, como dice el refrán de +Castilla, y cada momento a los más agudos les daba gato por demonio. +Sácame deste Argel de vidro; que yo te pagaré el rescate en muchos +gustos, a fe de demonio, porque me precio de amigo de mi amigo, con mis +tachas buenas y malas<a name="FNanchor_110_110" id="FNanchor_110_110"></a><a href="#Footnote_110_110" class="fnanchor">[110]</a>.</p> + +<p>—¿Cómo quieres—dijo don Cleofás mudando la cortesía<a name="FNanchor_111_111" id="FNanchor_111_111"></a><a href="#Footnote_111_111" class="fnanchor">[111]</a> con la +familiaridad de la conversación—que yo haga lo que tú no puedes siendo +demonio tan mañoso?</p> + +<p>—A mí no me es concedido—dijo el Espíritu—, y a ti sí, por ser hombre +con el privilegio del baptismo y libre del poder de los conjuros, con +quien han hecho pacto los príncipes de la Guinea infernal<a name="FNanchor_112_112" id="FNanchor_112_112"></a><a href="#Footnote_112_112" class="fnanchor">[112]</a>. Toma un +cuadrante de esos y haz pedazos esta redoma; que luego en derramándome +me verás visible y palpable.</p> + +<p>No fué escrupuloso ni perezoso don Cleofás, y ejecutando lo que el +Espíritu le dijo, hizo con el instrumento astronómico jigote<a name="FNanchor_113_113" id="FNanchor_113_113"></a><a href="#Footnote_113_113" class="fnanchor">[113]</a> del +vaso, inundando la mesa sobredicha de un licor turbio, escabeche en que +se conservaba el tal Diablillo; y volviendo los ojos al suelo, vió en +él un hombrecillo de pequeña estatura, afirmado en dos muletas<a name="FNanchor_114_114" id="FNanchor_114_114"></a><a href="#Footnote_114_114" class="fnanchor">[114]</a>, +sembrado de chichones mayores de marca<a name="FNanchor_115_115" id="FNanchor_115_115"></a><a href="#Footnote_115_115" class="fnanchor">[115]</a>, calabacino de testa y badea +de cogote, chato de narices, la boca formidable y apuntalada en dos +colmillos solos, que no tenían más muela ni diente los desiertos de las +encías, erizados los bigotes como si hubiera barbado en Hircania<a name="FNanchor_116_116" id="FNanchor_116_116"></a><a href="#Footnote_116_116" class="fnanchor">[116]</a>; +los pelos de su nacimiento, ralos, uno aquí y otro allí<a name="FNanchor_117_117" id="FNanchor_117_117"></a><a href="#Footnote_117_117" class="fnanchor">[117]</a>, a fuer de +los espárragos, legumbre<a name="FNanchor_118_118" id="FNanchor_118_118"></a><a href="#Footnote_118_118" class="fnanchor">[118]</a> tan enemiga de la compañía, que si no es +para venderlos en manojos, no se juntan. Bien hayan los berros, que +nacen unos entrepernados con otros, como vecindades de la Corte, perdone +la malicia la comparación.</p> + +<p>Asco le dió a don Cleofás la figura, aunque necesitaba de su favor para +salir del desván, ratonera del Astrólogo en que había caído huyendo de +los gatos que le siguieron (salvo el guante<a name="FNanchor_119_119" id="FNanchor_119_119"></a><a href="#Footnote_119_119" class="fnanchor">[119]</a> a la metáfora), y +asiéndole por la mano el Cojuelo y diciéndole: «Vamos, don Cleofás, que +quiero comenzar a pagarte en algo lo que te debo», salieron los dos por +la buarda como si los dispararan de un tiro<a name="FNanchor_120_120" id="FNanchor_120_120"></a><a href="#Footnote_120_120" class="fnanchor">[120]</a> de artillería, no +parando de volar hasta hacer pie en el capitel de la torre de San +Salvador<a name="FNanchor_121_121" id="FNanchor_121_121"></a><a href="#Footnote_121_121" class="fnanchor">[121]</a>, mayor atalaya de Madrid, a tiempo que su reloj daba la +una, hora que tocaba a recoger el mundo poco a poco al descanso del +sueño; treguas que dan los cuidados a la vida, siendo común el silencio +a las fieras y a los hombres; medida que a todos hace iguales; habiendo +una priesa notable a quitarse zapatos y medias, calzones y jubones, +basquiñas<a name="FNanchor_122_122" id="FNanchor_122_122"></a><a href="#Footnote_122_122" class="fnanchor">[122]</a>, verdugados<a name="FNanchor_123_123" id="FNanchor_123_123"></a><a href="#Footnote_123_123" class="fnanchor">[123]</a>, guardainfantes<a name="FNanchor_124_124" id="FNanchor_124_124"></a><a href="#Footnote_124_124" class="fnanchor">[124]</a>, polleras<a name="FNanchor_125_125" id="FNanchor_125_125"></a><a href="#Footnote_125_125" class="fnanchor">[125]</a>, +enaguas y guardapiés, para acostarse hombres y mujeres, quedando las +humanidades menos mesuradas, y volviéndose a los primeros originales, +que comenzaron el mundo horros de todas estas baratijas; y +engestándose<a name="FNanchor_126_126" id="FNanchor_126_126"></a><a href="#Footnote_126_126" class="fnanchor">[126]</a> al camarada, el Cojuelo le dijo:</p> + +<p>—Don Cleofás, desde esta picota<a name="FNanchor_127_127" id="FNanchor_127_127"></a><a href="#Footnote_127_127" class="fnanchor">[127]</a> de las nubes, que es el lugar más +eminente de Madrid, malaño<a name="FNanchor_128_128" id="FNanchor_128_128"></a><a href="#Footnote_128_128" class="fnanchor">[128]</a> para Menipo en los diálogos de Luciano, +te he de enseñar todo lo más notable que a estas horas pasa en esta +Babilonia española, que en la confusión fué esotra con ella segunda +deste nombre.</p> + +<p>Y levantando a los techos de los edificios, por arte diabólica, lo +hojaldrado<a name="FNanchor_129_129" id="FNanchor_129_129"></a><a href="#Footnote_129_129" class="fnanchor">[129]</a>, se descubrió la carne del pastelón de Madrid como +entonces estaba, patentemente, que por el mucho calor estivo estaba con +menos celosías, y tanta variedad de sabandijas racionales en esta arca +del mundo, que la del diluvio, comparada con ella, fué de capas y +gorras.</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="TRANCO_II" id="TRANCO_II"></a>TRANCO II</h2> + +<p>Quedó don Cleofás absorto en aquella pepitoria<a name="FNanchor_130_130" id="FNanchor_130_130"></a><a href="#Footnote_130_130" class="fnanchor">[130]</a> humana de tanta +diversidad de manos, pies y cabezas, y haciendo grandes admiraciones, +dijo:</p> + +<p>—¿Es posible que para tantos hombres, mujeres y niños hay<a name="FNanchor_131_131" id="FNanchor_131_131"></a><a href="#Footnote_131_131" class="fnanchor">[131]</a> lienzo +para colchones, sábanas y camisas? Déjame que me asombre que entre las +grandezas de la Providencia divina no sea ésta la menor.</p> + +<p>Entonces el Cojuelo, previniéndole, le dijo:</p> + +<p>—Advierte que quiero empezar a enseñarte distintamente, en este teatro +donde tantas figuras representan, las más notables, en cuya variedad +está su hermosura. Mira allí primeramente cómo están sentados muchos +caballeros y señores a una mesa opulentísima, acabando una media +noche<a name="FNanchor_132_132" id="FNanchor_132_132"></a><a href="#Footnote_132_132" class="fnanchor">[132]</a>; que eso les han quitado a los relojes no más.</p> + +<p>Don Cleofás le dijo:</p> + +<p>—Todas esas caras conozco; pero sus bolsas no, si no es para +servillas<a name="FNanchor_133_133" id="FNanchor_133_133"></a><a href="#Footnote_133_133" class="fnanchor">[133]</a>.</p> + +<p>—Hanse pasado a los estranjeros, porque las trataban muy mal estos +príncipes cristianos—dijo el Cojuelo—, y se han quedado, con las +caponas<a name="FNanchor_134_134" id="FNanchor_134_134"></a><a href="#Footnote_134_134" class="fnanchor">[134]</a>, sin ejercicio.</p> + +<p>—Dejémoslos cenar—dijo don Cleofás—, que yo aseguro que no se +levanten de la mesa sin haber concertado un juego de cañas para cuando +Dios fuere servido, y pasemos adelante; que a estos magnates los más de +los días les beso yo las manos, y estas caravanas las ando yo las más de +las noches, porque he sido dos meses culto vergonzante de la proa<a name="FNanchor_135_135" id="FNanchor_135_135"></a><a href="#Footnote_135_135" class="fnanchor">[135]</a> +de uno de ellos y estoy encurtido de excelencias y señorías, solamente +buenas para veneradas.</p> + +<p>—Mira allí—prosiguió el Cojuelo—cómo se está quejando de la orina un +letrado, tan ancho de barba<a name="FNanchor_136_136" id="FNanchor_136_136"></a><a href="#Footnote_136_136" class="fnanchor">[136]</a> y tan espeso, que parece que saca un +delfín la cola por las almohadas. Allí está pariendo doña Fáfula<a name="FNanchor_137_137" id="FNanchor_137_137"></a><a href="#Footnote_137_137" class="fnanchor">[137]</a>, y +don Toribio su indigno consorte, como si fuera suyo lo que paría, muy +oficioso y lastimado; y está el dueño de la obra a pierna suelta en +esotro barrio, roncando y descuidado del suceso. Mira aquel preciado de +lindo, o aquel lindo de los más preciados, cómo duerme con bigotera<a name="FNanchor_138_138" id="FNanchor_138_138"></a><a href="#Footnote_138_138" class="fnanchor">[138]</a> +torcidas de papel en las guedejas y el copete<a name="FNanchor_139_139" id="FNanchor_139_139"></a><a href="#Footnote_139_139" class="fnanchor">[139]</a>, sebillo en las +manos<a name="FNanchor_140_140" id="FNanchor_140_140"></a><a href="#Footnote_140_140" class="fnanchor">[140]</a>, y guantes descabezados<a name="FNanchor_141_141" id="FNanchor_141_141"></a><a href="#Footnote_141_141" class="fnanchor">[141]</a>, y tanta pasa<a name="FNanchor_142_142" id="FNanchor_142_142"></a><a href="#Footnote_142_142" class="fnanchor">[142]</a> en el rostro, +que pueden hacer colación<a name="FNanchor_143_143" id="FNanchor_143_143"></a><a href="#Footnote_143_143" class="fnanchor">[143]</a> en él toda la cuaresma que viene. Allí, +más adelante, está una vieja, grandísima hechicera, haciendo en un +almirez una medicina de drogas restringentes para remendar una doncella +sobre su palabra<a name="FNanchor_144_144" id="FNanchor_144_144"></a><a href="#Footnote_144_144" class="fnanchor">[144]</a>, que se ha de desposar mañana. Y allí, en aquel +aposentillo estrecho, están dos enfermos en dos camas, y se han +purgado juntos, y sobre quién ha hecho más cursos<a name="FNanchor_145_145" id="FNanchor_145_145"></a><a href="#Footnote_145_145" class="fnanchor">[145]</a>, como si se +hubieran de graduar en la facultad, se han levantado a matar a +almohadazos. Vuelve allí, y mira con atención cómo se está untando una +hipócrita a lo moderno, para hallarse en una gran junta de brujas que +hay entre San Sebastián y Fuenterrabía, y a fe que nos habíamos de ver +en ella si no temiera el riesgo de ser conocido del demonio que +hace<a name="FNanchor_146_146" id="FNanchor_146_146"></a><a href="#Footnote_146_146" class="fnanchor">[146]</a> el cabrón, porque le di una bofetada a mano abierta en la +antecámara de Lucifer, sobre unas palabras mayores que tuvimos; que +también entre los diablos hay libro del duelo<a name="FNanchor_147_147" id="FNanchor_147_147"></a><a href="#Footnote_147_147" class="fnanchor">[147]</a>, porque el autor que +le compuso es hijo de vecino del infierno. Pero mucho más nos podemos +entretener por acá, y más si pones los ojos en aquellos dos ladrones que +han entrado por un balcón en casa de aquel estranjero rico, con una +llave maestra, porque las ganzúas son a lo antiguo, y han llegado donde +está aquel talego de vara y media estofado de patacones<a name="FNanchor_148_148" id="FNanchor_148_148"></a><a href="#Footnote_148_148" class="fnanchor">[148]</a> de a ocho, +a la luz de una linterna que llevan, que, por ser tan grande y no poder +arrancalle de una vez, por el riesgo del ruido, determinan abrille, y +henchir las faltriqueras y los calzones, y volver otra noche por lo +demás, y comenzando a desatalle, saca el tal estranjero (que estaba +dentro dél guardando su dinero, por no fialle de nadie) la cabeza, +diciendo: «Señores ladrones, acá estamos todos»<a name="FNanchor_149_149" id="FNanchor_149_149"></a><a href="#Footnote_149_149" class="fnanchor">[149]</a>, cayendo +espantados uno a un lado y otro a otro, como resurreción de aldea<a name="FNanchor_150_150" id="FNanchor_150_150"></a><a href="#Footnote_150_150" class="fnanchor">[150]</a>, +y se vuelven gateando a salir por donde entraron.</p> + +<p>—Mejor fuera—dijo don Cleofás—que le hubieran llevado sin desatar en +el capullo de su dinero, porque no le sucediera ese desaire, pues que +cada estranjero es un talego bautizado<a name="FNanchor_151_151" id="FNanchor_151_151"></a><a href="#Footnote_151_151" class="fnanchor">[151]</a>; que no sirven de otra cosa +en nuestra república y en la suya, por nuestra mala maña.</p> + +<p>Pero, ¿quién es aquella abada<a name="FNanchor_152_152" id="FNanchor_152_152"></a><a href="#Footnote_152_152" class="fnanchor">[152]</a> con camisa de mujer, que no solamente +la cama le viene estrecha, sino la casa y Madrid, que hace roncando más +ruido que la Bermuda<a name="FNanchor_153_153" id="FNanchor_153_153"></a><a href="#Footnote_153_153" class="fnanchor">[153]</a>, y, al parecer, [bebe]<a name="FNanchor_154_154" id="FNanchor_154_154"></a><a href="#Footnote_154_154" class="fnanchor">[154]</a> cámaras de tinajas +y come jigotes de bóvedas?</p> + +<p>—Aquélla ha sido cuba de Sahagún<a name="FNanchor_155_155" id="FNanchor_155_155"></a><a href="#Footnote_155_155" class="fnanchor">[155]</a>, y no profesó—dijo el +Cojuelo—si no es el mundo de agora, que está para dar un estallido, y +todo junto puede ser siendo quien es: que es una bodegonera tan rica, +que tiene, a dar<a name="FNanchor_156_156" id="FNanchor_156_156"></a><a href="#Footnote_156_156" class="fnanchor">[156]</a> rocín por carnero y gato por conejo a los +estómagos del vuelo<a name="FNanchor_157_157" id="FNanchor_157_157"></a><a href="#Footnote_157_157" class="fnanchor">[157]</a>, seis casas en Madrid, y en la puerta de +Guadalajara<a name="FNanchor_158_158" id="FNanchor_158_158"></a><a href="#Footnote_158_158" class="fnanchor">[158]</a> más de veinte mil ducados, y con una capilla que ha +hecho para su entierro y dos capellanías que ha fundado, se piensa ir al +cielo derecha; que aunque pongan una garrucha en la estrella de Venus y +un alzaprima en las Siete Cabrillas, me parece que será imposible que +suba allá aquel tonel; y como ha cobrado buena fama<a name="FNanchor_159_159" id="FNanchor_159_159"></a><a href="#Footnote_159_159" class="fnanchor">[159]</a>, se ha echado +a dormir de aquella suerte.</p> + +<p>—Aténgome—dijo don Cleofás—a aquel caballero tasajo que tiene el +alma en cecina, que ha echado de ver que es caballero en un hábito<a name="FNanchor_160_160" id="FNanchor_160_160"></a><a href="#Footnote_160_160" class="fnanchor">[160]</a> +que le he visto en una ropilla<a name="FNanchor_161_161" id="FNanchor_161_161"></a><a href="#Footnote_161_161" class="fnanchor">[161]</a> a la cabecera, y no es el mayor +remiendo que tiene, y duerme enroscado como lamprea empanada, porque la +cama es media sotanilla, que le llega a las rodillas no más.</p> + +<p>—Aquél—dijo el Cojuelo—es pretendiente, y está demasiado de gordo y +bien tratado para el oficio que ejercita. Bien haya aquel tabernero de +Corte, que se quita de esos cuidados y es cura de su vino, que le está +bautizando en los pellejos y las tinajas, y a estas horas está hecho +diluvio<a name="FNanchor_162_162" id="FNanchor_162_162"></a><a href="#Footnote_162_162" class="fnanchor">[162]</a> en pena, con su embudo en la mano, y antes de mil +años<a name="FNanchor_163_163" id="FNanchor_163_163"></a><a href="#Footnote_163_163" class="fnanchor">[163]</a> espero verle jugar cañas<a name="FNanchor_164_164" id="FNanchor_164_164"></a><a href="#Footnote_164_164" class="fnanchor">[164]</a> por el nacimiento de algún +príncipe.</p> + +<p>—¿Qué mucho—dijo don Cleofás—si es tabernero y puede emborrachar a la +Fortuna?</p> + +<p>—No hayas miedo—dijo el Cojuelo—que se vea en eso aquel alquimista +que está en aquel sótano con unos fuelles, inspirando una hornilla llena +de lumbre, sobre la cual tiene un perol con mil variedades de +ingredientes, muy presumido de acabar la piedra filosofal y hacer el +oro; que ha diez años que anda en esta pretensión, por haber leído el +arte de Reimundo Lulio y los autores químicos que hablan<a name="FNanchor_165_165" id="FNanchor_165_165"></a><a href="#Footnote_165_165" class="fnanchor">[165]</a> en este +mismo imposible.</p> + +<p>—La verdad es—dijo don Cleofás—que nadie ha acertado a hacer el oro +si no es Dios, y el sol, con comisión particular suya.</p> + +<p>—Eso es cierto—dijo el Cojuelo—, pues nosotros no hemos salido con +ello. Vuelve allí, y acompáñame a reír de aquel marido y mujer, tan +amigos de coche, que todo lo que habían de gastar en vestir, calzar y +componer su casa lo han empleado en aquel que está sin caballos agora, y +comen y cenan y duermen dentro dél, sin que hayan salido de su +reclusión, ni aun para las necesidades corporales, en cuatro años que ha +que le compraron<a name="FNanchor_166_166" id="FNanchor_166_166"></a><a href="#Footnote_166_166" class="fnanchor">[166]</a>; que están encochados, como emparedados, y ha sido +tanta la costumbre de no salir dél, que les sirve el coche de conchas, +como a la tortuga y al galápago, que en tarascando cualquiera dellos la +cabeza fuera dél, la vuelven a meter luego, como quien la tiene fuera de +su natural, y se resfrían y acatarran en sacando pie, pierna o mano +desta estrecha religión; y pienso que quieren ahora labrar un desván en +él para ensancharse y alquilalle a otros dos vecinos tan inclinados a +coche, que se contentarán con vivir en el caballete dél.</p> + +<p>—Esos—dijo don Cleofás—se han de ir al infierno en coche y en alma.</p> + +<p>—No es penitencia para menos—respondió el Cojuelo—. Diferentemente le +sucede a esotro pobre y casado, que vive en esotra casa más adelante, +que después de no haber podido dormir desde que se acostó, con un órgano +al oído de niños tiples, contraltos, terceruelas<a name="FNanchor_167_167" id="FNanchor_167_167"></a><a href="#Footnote_167_167" class="fnanchor">[167]</a> y otros mil +guisados de voces que han inventado para llorar, ahora que se iba a +trasponer un poco, le ha tocado a rebato un mal de madre de su mujer, +tan terrible, que no ha dejado ruda en la vecindad<a name="FNanchor_168_168" id="FNanchor_168_168"></a><a href="#Footnote_168_168" class="fnanchor">[168]</a>, lana ni papel +quemado, escudilla untada con ajo, ligaduras, bebidas, humazos y +trescientas cosas más<a name="FNanchor_169_169" id="FNanchor_169_169"></a><a href="#Footnote_169_169" class="fnanchor">[169]</a>, y a él le ha dado, de andar en camisa, un +dolor de ijada, con que imagino que se ha de desquitar del dolor de +madre de su mujer.</p> + +<p>—No están tan despiertos en aquella casa—dijo don Cleofás—donde está +echando una escala aquel caballero que, al parecer, da asalto al cuarto +y a la honra del que vive en él; que no es buena señal, habiendo +escaleras dentro, querer entrar por las de fuera.</p> + +<p>—Allí—dijo el Cojuelo—vive un caballero viejo y rico que tiene una +hija muy hermosa y doncella, y rabia por dejallo de ser con un marqués, +que es el que da la escalada, que dice que se ha de casar con ella, que +es papel que ha hecho con otras diez u doce, y lo ha representado mal; +pero esta noche no conseguirá lo que desea, porque viene un alcalde de +ronda, y es muy antigua costumbre de nosotros ser muy regatones<a name="FNanchor_170_170" id="FNanchor_170_170"></a><a href="#Footnote_170_170" class="fnanchor">[170]</a> en +los gustos, y, como dice vuestro refrán, si la podemos dar roma, no la +damos aguileña<a name="FNanchor_171_171" id="FNanchor_171_171"></a><a href="#Footnote_171_171" class="fnanchor">[171]</a>.</p> + +<p>—¿Qué voces—dijo don Cleofás—son las que dan en esotra casa más +adelante, que parece que pregonan algún demonio que se ha perdido?</p> + +<p>—No seré yo, que me he rescatado—dijo el Cojuelo—, si no es que me +llaman a pregones del infierno por el quebrantamiento de la redoma; pero +aquél es un garitero que ha dado esta noche ciento y cincuenta barajas, +y se ha endiablado de cólera porque no le han pagado ninguna y se van +los actores y los reos con las costas en el cuerpo, tras una pendencia +de barato<a name="FNanchor_172_172" id="FNanchor_172_172"></a><a href="#Footnote_172_172" class="fnanchor">[172]</a> sobre uno que juzgó mal una suerte, y los mete en paz +aquella música que dan a cuatro voces en esotra calle unos criados de un +señor a una mujer de un sastre que ha jurado que los ha de coser a +puñaladas<a name="FNanchor_173_173" id="FNanchor_173_173"></a><a href="#Footnote_173_173" class="fnanchor">[173]</a>.</p> + +<p>—Si yo fuera el marido—dijo don Cleofás—, más los tuviera por gatos +que por músicos.</p> + +<p>—Agora te parecerán galgos—dijo el Cojuelo—, porque otro competidor +de la sastra, con una gavilla de seis o siete, vienen sacando las +espadas, y los Orfeos de la maesa, reparando la primera invasión con las +guitarras, hacen una fuga<a name="FNanchor_174_174" id="FNanchor_174_174"></a><a href="#Footnote_174_174" class="fnanchor">[174]</a> de cuatro o cinco calles. Pero vuelve +allí los ojos, verás cómo se va desnudando aquel hidalgo que ha rondado +toda la noche, tan caballero del milagro<a name="FNanchor_175_175" id="FNanchor_175_175"></a><a href="#Footnote_175_175" class="fnanchor">[175]</a> en las tripas como en las +demás facciones, pues quitándose una cabellera, queda calvo; y las +narices de carátula, chato; y unos bigotes postizos, lampiño; y un brazo +de palo, estropeado; que pudiera irse más camino de la sepoltura que de +la cama. En esotra casa más arriba está durmiendo un mentiroso con una +notable pesadilla, porque sueña que dice verdad. Allí un vizconde, entre +sueños, está muy vano porque ha regateado la excelencia a un grande. +Allí está muriendo un fullero, y ayudándole a bien morir un testigo +falso, y por darle la bula de la Cruzada, le da una baraja de naipes, +porque muera como vivió, y él, boqueando, por decir «Jesús», ha dicho +«flux». Allí, más arriba, un boticario está mezclando la piedra +bezar<a name="FNanchor_176_176" id="FNanchor_176_176"></a><a href="#Footnote_176_176" class="fnanchor">[176]</a> con los polvos de sen. Allí sacan un médico de su casa para +una apoplejía que le ha dado a un obispo. Allí llevan aquella comadre +para partear a una preñada de medio ojo<a name="FNanchor_177_177" id="FNanchor_177_177"></a><a href="#Footnote_177_177" class="fnanchor">[177]</a>, que ha tenido dicha en +darle los dolores a estas horas. Allí doña Tomasa, tu dama, en enaguas, +está abriendo la puerta a otro; que a estas horas le oye de amor.</p> + +<p>—Déjame—dijo don Cleofás—: bajaré sobre ella a matarla a coces.</p> + +<p>—Para estas ocasiones se hizo el <i>tate, tate</i><a name="FNanchor_178_178" id="FNanchor_178_178"></a><a href="#Footnote_178_178" class="fnanchor">[178]</a>—dijo el Cojuelo—; +que no es salto para de burlas. Y te espantas de pocas cosas<a name="FNanchor_179_179" id="FNanchor_179_179"></a><a href="#Footnote_179_179" class="fnanchor">[179]</a>: que +sin este enamorado murciégalo<a name="FNanchor_180_180" id="FNanchor_180_180"></a><a href="#Footnote_180_180" class="fnanchor">[180]</a>, hay otros ochenta, para quien<a name="FNanchor_181_181" id="FNanchor_181_181"></a><a href="#Footnote_181_181" class="fnanchor">[181]</a> +tiene repartidas las horas del día y de la noche.</p> + +<p>—¡Por vida del mundo—dijo don Cleofás—que la tenía por una santa!</p> + +<p>—Nunca te creas de ligero—le replicó el Diablillo—. Y vuelve los ojos +a mi Astrólogo, verás con las pulgas y inquietud que duerme: debe de +haber sentido pasos en su desván y recela algún detrimento de su redoma. +Consuélese con su vecino, que mientras está roncando a más y mejor, le +están sacando a su mujer, como muela, sin sentillo, aquellos dos +soldados.</p> + +<p>—Del mal lo menos—dijo don Cleofás—; que yo sé del marido +ochodurmiente<a name="FNanchor_182_182" id="FNanchor_182_182"></a><a href="#Footnote_182_182" class="fnanchor">[182]</a> que dirá<a name="FNanchor_183_183" id="FNanchor_183_183"></a><a href="#Footnote_183_183" class="fnanchor">[183]</a> cuando despierto lo mismo.</p> + +<p>—Mira allí—prosiguió el Cojuelo—aquel barbero, que soñando se ha +levantado, y ha echado unas ventosas a su mujer, y la ha quemado con las +estopas las tablas de los muslos, y ella da gritos, y él, despertando, +la consuela diciendo que aquella diligencia es bueno que esté hecha para +cuando fuere menester. Vuelve allí los ojos a aquella cuadrilla de +sastres que están acabando unas vistas<a name="FNanchor_184_184" id="FNanchor_184_184"></a><a href="#Footnote_184_184" class="fnanchor">[184]</a> para un tonto que se casa a +ciegas, que es lo mismo que por relación, con una doncella tarasca, fea, +pobre y necia, y le han hecho creer al contrario con un retrato que le +trujo un casamentero, que a estas horas se está levantando con un +pleitista que vive pared y medio dél<a name="FNanchor_185_185" id="FNanchor_185_185"></a><a href="#Footnote_185_185" class="fnanchor">[185]</a>, el uno a cansar ministros y +el otro a casar todo el linaje humano; que solamente tú, por estar tan +alto, estás seguro deste demonio, que en algún modo lo es más que yo. +Vuelve los ojos y mira aquel cazador mentecato del gallo<a name="FNanchor_186_186" id="FNanchor_186_186"></a><a href="#Footnote_186_186" class="fnanchor">[186]</a>, que está +ensillando su rocín a estas horas y poniendo la escopeta debajo del +caparazón, y deja de dormir de aquí a las nueve de la mañana por ir a +matar un conejo, que le costaría mucho menos aunque le comprara en la +despensa de Judas<a name="FNanchor_187_187" id="FNanchor_187_187"></a><a href="#Footnote_187_187" class="fnanchor">[187]</a>. Y al mismo tiempo advierte cómo a la puerta de +aquel rico avariento echan un niño, que por partes de<a name="FNanchor_188_188" id="FNanchor_188_188"></a><a href="#Footnote_188_188" class="fnanchor">[188]</a> su padre +puede pretender la beca del Antecristo<a name="FNanchor_189_189" id="FNanchor_189_189"></a><a href="#Footnote_189_189" class="fnanchor">[189]</a>, y él, en grado de +apelación, da con él en casa de un señor que vive junto a la suya, que +tiene talle de comérselo antes que criallo, porque ha días que su +despensa espera el domingo de casi ración<a name="FNanchor_190_190" id="FNanchor_190_190"></a><a href="#Footnote_190_190" class="fnanchor">[190]</a>. Pero ya el día no nos +deja pasar adelante; que el agua ardiente y el letuario<a name="FNanchor_191_191" id="FNanchor_191_191"></a><a href="#Footnote_191_191" class="fnanchor">[191]</a> son sus +primeros crepúsculos, y viene el sol haciendo cosquillas a las +estrellas, que están jugando a salga la parida<a name="FNanchor_192_192" id="FNanchor_192_192"></a><a href="#Footnote_192_192" class="fnanchor">[192]</a>, y dorando la +píldora<a name="FNanchor_193_193" id="FNanchor_193_193"></a><a href="#Footnote_193_193" class="fnanchor">[193]</a> del mundo, tocando al arma a tantas bolsas y talegos y +dando rebato a tantas ollas, sartenes y cazuelas, y no quiero que se +valga de mi industria para ver los secretos que le negó la noche: +cuéstele brujeleallo por resquicios, claraboyas y chimeneas.</p> + +<p>Y volviendo a poner la tapa al pastelón, se bajaron a las calles.</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="TRANCO_III" id="TRANCO_III"></a>TRANCO III</h2> + +<p>Ya comenzaban en el puchero humano de la Corte a hervir hombres y +mujeres, unos hacia arriba, y otros hacia abajo, y otros de través, +haciendo un cruzado<a name="FNanchor_194_194" id="FNanchor_194_194"></a><a href="#Footnote_194_194" class="fnanchor">[194]</a> al son de su misma confusión<a name="FNanchor_195_195" id="FNanchor_195_195"></a><a href="#Footnote_195_195" class="fnanchor">[195]</a>, y el piélago +racional de Madrid a sembrarse de ballenas<a name="FNanchor_196_196" id="FNanchor_196_196"></a><a href="#Footnote_196_196" class="fnanchor">[196]</a> con ruedas, que por otro +nombre llaman coches, trabándose la batalla del día, cada uno con +disinio y negocio diferente, y pretendiéndose engañar los unos a los +otros, levantándose una polvareda de embustes y mentiras, que no se +descubría una brizna de verdad por un ojo de la cara<a name="FNanchor_197_197" id="FNanchor_197_197"></a><a href="#Footnote_197_197" class="fnanchor">[197]</a>, y don Cleofás +iba siguiendo a su camarada, que le había metido por una calle algo +angosta, llena de espejos por una parte y por otra, donde estaban muchas +damas y lindos mirándose y poniéndose de diferentes posturas de bocas, +guedejas, semblantes, ojos, bigotes, brazos y manos, haciéndose +cocos<a name="FNanchor_198_198" id="FNanchor_198_198"></a><a href="#Footnote_198_198" class="fnanchor">[198]</a> a ellos mismos. Preguntóle don Cleofás qué calle era aquélla, +que le parecía que no la había visto en Madrid, y respondióle el +Cojuelo:</p> + +<p>—Ésta se llama la calle de los Gestos, que solamente saben a ella estas +figuras de la baraja de la Corte, que vienen aquí a tomar el gesto con +que han de andar aquel día, y salen con perlesía de lindeza, unos con la +boquita de riñón<a name="FNanchor_199_199" id="FNanchor_199_199"></a><a href="#Footnote_199_199" class="fnanchor">[199]</a>, otros con los ojitos dormidos, roncando<a name="FNanchor_200_200" id="FNanchor_200_200"></a><a href="#Footnote_200_200" class="fnanchor">[200]</a> +hermosura, y todos con los dos dedos de las manos, índice y meñique, +levantados, y esotros, de <i>Gloria Patri</i><a name="FNanchor_201_201" id="FNanchor_201_201"></a><a href="#Footnote_201_201" class="fnanchor">[201]</a>. Pero salgámonos muy +apriesa de aquí; que con tener estómago de demonio y no haberme mareado +las maretas<a name="FNanchor_202_202" id="FNanchor_202_202"></a><a href="#Footnote_202_202" class="fnanchor">[202]</a> del infierno, me le han revuelto estas sabandijas, que +nacieron para desacreditar la naturaleza y el rentoy<a name="FNanchor_203_203" id="FNanchor_203_203"></a><a href="#Footnote_203_203" class="fnanchor">[203]</a>.</p> + +<p>Con esto, salieron desta calle a una plazuela donde había gran concurso +de viejas que había sido damas cortesanas<a name="FNanchor_204_204" id="FNanchor_204_204"></a><a href="#Footnote_204_204" class="fnanchor">[204]</a>, y mozas que entraban a +ser lo que ellas habían sido, en grande contratación unas con otras. +Preguntó el Estudiante a su camarada qué sitio era aquél, que tampoco le +había visto, y él le respondió:</p> + +<p>—Éste es el baratillo de los apellidos, que aquellas damas pasas +truecan con estas mozas albillas<a name="FNanchor_205_205" id="FNanchor_205_205"></a><a href="#Footnote_205_205" class="fnanchor">[205]</a> por medias traídas, por zapatos +viejos, valonas, tocas y ligas, como ya no las han menester; que el +Guzmán, el Mendoza, el Enríquez, el Cerda, el Cueva, el Silva, el +Castro, el Girón<a name="FNanchor_206_206" id="FNanchor_206_206"></a><a href="#Footnote_206_206" class="fnanchor">[206]</a>, el Toledo, el Pacheco, el Córdova, el Manrique de +Lara, el Osorio, el Aragón, el Guevara y otros generosos apellidos los +ceden a quien los ha menester ahora para el oficio que comienza, y ellas +quedan con sus patronímicos primeros de Hernández, Martínez, López, +Rodríguez, Pérez, González, etcétera; porque al fin de los años mil, +vuelven los nombres<a name="FNanchor_207_207" id="FNanchor_207_207"></a><a href="#Footnote_207_207" class="fnanchor">[207]</a> por donde solían ir.</p> + +<p>—Cada día—dijo el Estudiante—hay cosas nuevas en la Corte.</p> + +<p>Y, a mano izquierda, entraron a otra plazuela al modo de la de los +Herradores<a name="FNanchor_208_208" id="FNanchor_208_208"></a><a href="#Footnote_208_208" class="fnanchor">[208]</a>, donde se alquilaban tías, hermanos, primos y maridos, +como lacayos y escuderos, para damas de achaque<a name="FNanchor_209_209" id="FNanchor_209_209"></a><a href="#Footnote_209_209" class="fnanchor">[209]</a> que quieren pasar +en la Corte con buen nombre y encarecer su mercadería.</p> + +<p>A la mano derecha deste seminario andante estaba un grande edificio, a +manera de templo sin altar, y en medio dél, una pila grande de piedra, +llena de libros de caballerías y novelas<a name="FNanchor_210_210" id="FNanchor_210_210"></a><a href="#Footnote_210_210" class="fnanchor">[210]</a>, y alrededor, muchos +muchachos de diez a diez y siete años y algunas doncelluelas de la misma +edad, y cada uno y cada una con su padrino al lado, y don Cleofás le +preguntó<a name="FNanchor_211_211" id="FNanchor_211_211"></a><a href="#Footnote_211_211" class="fnanchor">[211]</a> a su compañero que le dijese qué era esto, que todo le +parecía que lo iba soñando. El Cojuelo le dijo:</p> + +<p>—Algo tiene de eso este fantástico aparato; pero ésta es, don Cleofás, +en efeto, la pila de los dones, y aquí se bautizan los que vienen a la +Corte sin él. Todos aquellos muchachos son pajes para señores, y +aquellas muchachas, doncellas para señoras de media talla<a name="FNanchor_212_212" id="FNanchor_212_212"></a><a href="#Footnote_212_212" class="fnanchor">[212]</a>, que han +menester el don para la autoridad de las casas que entran a servir<a name="FNanchor_213_213" id="FNanchor_213_213"></a><a href="#Footnote_213_213" class="fnanchor">[213]</a>, +y agora les acaban de bautizar con el don. Por allí entra agora una +fregona con un vestido alquilado, que la trae su ama a sacar de don, +como de pila, para darla el tusón<a name="FNanchor_214_214" id="FNanchor_214_214"></a><a href="#Footnote_214_214" class="fnanchor">[214]</a> de las damas, porque le pague en +esta moneda lo que le ha costado el crialla, y aun ella parece que se +quiere volver al paño<a name="FNanchor_215_215" id="FNanchor_215_215"></a><a href="#Footnote_215_215" class="fnanchor">[215]</a>, según viene bruñida de esmeril.</p> + +<p>—Un moño y unos dientes postizos y un guardainfante pueden hacer esos +milagros—dijo don Cleofás—. Pero ¿qué acompañamiento—prosiguió +diciendo—es este que entra agora, de tanta gente lucida, por la puerta +deste templo consagrado al uso del siglo?</p> + +<p>—Traen a bautizar—dijo el Cojuelo—un regidor muy rico, de un lugar +aquí cercano, de edad de setenta años, que se viene al don por su pie, +porque sin él le han aconsejado sus parientes que no cae tan bien el +regimiento. Llámase Pascual, y vienen altercando si sobre <i>Pascual</i> le +vendrá bien el <i>don</i>, que parece don estravagante<a name="FNanchor_216_216" id="FNanchor_216_216"></a><a href="#Footnote_216_216" class="fnanchor">[216]</a> de la iglesia de +los dones.</p> + +<p>—Ya tienen ejemplar—dijo don Cleofás—en don Pascual, ese que llamaron +todos loco, y yo, Diógenes de la ropa vieja, que andaba cubierta la +cabeza con la capa, sin sombrero, en traje de profeta, por esas calles.</p> + +<p>—Mudáranle el nombre, a mi parecer—prosiguió el Cojuelo—, por no +tener en su lugar regidor Pascual, como cirio de los regidores.</p> + +<p>—Dios les inspire—dijo don Cleofás—lo que más convenga a su +regimiento, como la cristiandad de los regidores ha menester.</p> + +<p>—En acabando de tomar el señor regidor—dijo el Cojuelo—el agua del +don, espera allí un italiano hacer lo mismo con un elefante que ha +traído a enseñar a la puerta del Sol.</p> + +<p>—Los más suelen llamarse—dijo el Estudiante—don Pedros, don Juanes y +don Alonsos. No sé cómo ha tenido tanto descuido su ayo o naire, como lo +llaman los de la India Oriental; plebeyo debía de ser este animal, pues +ha llegado tan tarde al don. Vive Dios que me le he de quitar yo, porque +me desbautizan y desdonan los que veo.</p> + +<p>—Sígueme—dijo el Cojuelo—, y no te amohines; que bien sabe el <i>don</i> +dónde está; que se te ha caído en el <i>Cleofás</i> como la sopa en la miel.</p> + +<p>Con esto, salieron del soñado (al parecer) edificio, y enfrente dél +descubrieron otro, cuya portada estaba pintada de sonajas, guitarras, +gaitas zamoranas, cencerros, cascabeles, ginebras<a name="FNanchor_217_217" id="FNanchor_217_217"></a><a href="#Footnote_217_217" class="fnanchor">[217]</a>, caracoles, +castrapuercos<a name="FNanchor_218_218" id="FNanchor_218_218"></a><a href="#Footnote_218_218" class="fnanchor">[218]</a>, pandorga prodigiosa de la vida, y preguntó don +Cleofás a su amigo qué casa era aquella que mostraba en la portada tanta +variedad de instrumentos vulgares<a name="FNanchor_219_219" id="FNanchor_219_219"></a><a href="#Footnote_219_219" class="fnanchor">[219]</a>,—que tampoco la he visto en la +Corte, y me parece que hay dentro mucho regocijo y entretinimiento.</p> + +<p>—Esta es la casa de los locos—respondió el Cojuelo—que ha poco que se +instituyó en la Corte, entre unas obras pías que dejó un hombre muy rico +y muy cuerdo, donde se castigan y curan locuras que hasta agora no lo +habían parecido.</p> + +<p>—Entremos dentro—dijo don Cleofás—por aquel postiguillo que está +abierto, y veamos esta novedad de locos.</p> + +<p>Y, diciendo y haciendo, se entraron los dos, uno tras otro; pasando un +zaguán, donde estaban algunos de los convalecientes pidiendo limosna +para los que estaban furiosos, llegaron a un patio cuadrado, cercado de +celdas pequeñas por arriba y por abajo, que cada una dellas ocupaba un +personaje de los susodichos. A la puerta de una dellas estaba un hombre, +muy bien tratado de vestido, escribiendo sobre la rodilla y sentado +sobre una banqueta, sin levantar los ojos del papel, y se había sacado +uno con la pluma sin sentillo. El Cojuelo le dijo:</p> + +<p>—Aquél es un loco arbitrista<a name="FNanchor_220_220" id="FNanchor_220_220"></a><a href="#Footnote_220_220" class="fnanchor">[220]</a> que ha dado en decir que ha de hacer +la reducción de los cuartos, y ha escrito sobre ello más hojas de papel +que tuvo el pleito de don Alvaro de Luna.</p> + +<p>—Bien haya quien le trujo a esta casa—dijo don Cleofás—; que son los +locos más perjudiciales de la república.</p> + +<p>—Esotro que está en esotro aposentillo—prosiguió el Cojuelo—es un +ciego enamorado, que está con aquel retrato en la mano<a name="FNanchor_221_221" id="FNanchor_221_221"></a><a href="#Footnote_221_221" class="fnanchor">[221]</a>, de su +dama, y aquellos papeles que le ha escrito, como si pudiera ver lo uno +ni leer lo otro, y da en decir que ve con los oídos. En esotro +aposentillo lleno de papeles y libros está un gramaticón<a name="FNanchor_222_222" id="FNanchor_222_222"></a><a href="#Footnote_222_222" class="fnanchor">[222]</a> que perdió +el juicio buscándole a un verbo griego el gerundio. Aquel que está a la +puerta de esotro aposentillo con unas alforjas al hombro y en calzón +blanco, le han traído porque, siendo cochero, que andaba siempre a +caballo, tomó oficio de correo de a pie. Esotro que está en esotro de +más arriba con un halcón en la mano, es un caballero que, habiendo +heredado mucho de sus padres, lo gastó todo en la cetrería y no le ha +quedado más que aquel halcón en la mano, que se las come de hambre. Allí +está un criado de un señor que, teniendo qué comer, se puso a servir. +Allí está un bailarín que se ha quedado sin son, bailando en seco. Más +adelante está un historiador que se volvió loco de sentimiento de +haberse perdido tres décadas de Tito Livio. Más adelante está un +colegial cercado de mitras, probándose la que le viene mejor, porque dió +en decir que había de ser obispo. Luego, en esotro aposentillo, está un +letrado que se desvaneció en pretender plaza de ropa<a name="FNanchor_223_223" id="FNanchor_223_223"></a><a href="#Footnote_223_223" class="fnanchor">[223]</a>, y de letrado +dió en sastre, y está siempre cortando y cosiendo garnachas. En esotra +celda, sobre un cofre lleno de doblones, cerrado con tres llaves, está +sentado un rico avariento, que sin tener hijo ni pariente que le herede, +se da muy mala vida, siendo esclavos de su dinero y no comiendo más que +un pastel<a name="FNanchor_224_224" id="FNanchor_224_224"></a><a href="#Footnote_224_224" class="fnanchor">[224]</a> de a cuatro, ni cenando más que una ensalada de pepinos, +y le sirve de cepo su misma riqueza. Aquel que canta en esotra jaula es +un músico sinsonte, que remeda los demás pájaros, y vuelve de cada +pasaje como de un parasismo. Está preso en esta cárcel de los delictos +del juicio, porque siempre cantaba, y cuando le rogaban que cantase, +dejaba de cantar.</p> + +<p>—Impertinencia es ésa casi de todos los desta profesión.</p> + +<p>—En el brocal de aquel pozo que está en medio del patio se está mirando +siempre una dama muy hermosa, como lo verás si ella alza la cabeza, hija +de pobres y humildes padres, que queriéndose casar con ella muchos +hombres ricos y caballeros, ninguno la contentó, y en todos halló una y +muchas faltas, y está atada allí en una cadena porque, como Narciso, +enamorada de su hermosura, no se anegue en el agua que le sirve de +espejo, no teniendo en lo que pisa<a name="FNanchor_225_225" id="FNanchor_225_225"></a><a href="#Footnote_225_225" class="fnanchor">[225]</a> al sol ni a todas las estrellas. +En aquel pobre aposentillo enfrente, pintado por defuera de llamas, está +un demonio casado, que se volvió loco con la condición de su mujer.</p> + +<p>Entonces don Cleofás le dijo al compañero que le enseñaba todo este +retablo de duelos:</p> + +<p>—Vámonos de aquí, no nos embarguen<a name="FNanchor_226_226" id="FNanchor_226_226"></a><a href="#Footnote_226_226" class="fnanchor">[226]</a> por alguna locura que nosotros +ignoramos; porque en el mundo todos somos locos, los unos de los +otros<a name="FNanchor_227_227" id="FNanchor_227_227"></a><a href="#Footnote_227_227" class="fnanchor">[227]</a>.</p> + +<p>El Cojuelo dijo:</p> + +<p>—Quiero tomar tu consejo, porque, pues los demonios enloquecen, no hay +que fiar de sí nadie.</p> + +<p>—Desde vuestra primera soberbia—dijo don Cleofás—todos lo estáis; que +el infierno es casa de todos los locos más furiosos del mundo.</p> + +<p>—Aprovechado estás—dijo el Cojuelo—, pues hablas en lenguaje +ajustado.</p> + +<p>Con esta conversación salieron de la casa susodicha, y a mano derecha +dieron en una calle algo dilatada, que por una parte y por otra estaba +colgada de ataúdes, y unos sacristanes con sus sobrepellices<a name="FNanchor_228_228" id="FNanchor_228_228"></a><a href="#Footnote_228_228" class="fnanchor">[228]</a> +paseándose junto a ellos, y muchos sepultureros abriendo varios +sepulcros, y don Cleofás le dijo a su camarada:</p> + +<p>—¿Qué calle es ésta, que me ha admirado más que cuantas he visto, y me +pudiera obligar a hablar más espiritualmente que con lo primero de que +tú te admiraste?</p> + +<p>—Ésta es más temporal y del siglo que ninguna—le respondió el +Cojuelo—, y la más necesaria, porque es la ropería de los agüelos, +donde<a name="FNanchor_229_229" id="FNanchor_229_229"></a><a href="#Footnote_229_229" class="fnanchor">[229]</a> cualquiera, para todos los actos positivos<a name="FNanchor_230_230" id="FNanchor_230_230"></a><a href="#Footnote_230_230" class="fnanchor">[230]</a> que se le +ofrece y se quiere vestir de un agüelo, porque el suyo no le viene bien, +o está traído, se viene aquí, y por su dinero escoge el que le está más +a propósito. Mira allí aquel caballero torzuelo<a name="FNanchor_231_231" id="FNanchor_231_231"></a><a href="#Footnote_231_231" class="fnanchor">[231]</a> cómo se está +probando una agüela que ha menester, y esotro, hijo de quien él +quisiere, se está vistiendo otro agüelo, y le viene largo de talle. +Esotro más abajo da por otro agüelo el suyo, y dineros encima, y no se +acaba de concertar, porque le tiene más de costa al sacristán, que es el +ropero. Otro, a esotra parte, llega a volver un agüelo suyo de dentro +afuera y de atrás adelante, y a tremendallo con la agüela de otro. Otro +viene allí con la justicia a hacer que le vuelvan un agüelo que le +habían hurtado, y le ha hallado colgado en la ropería. Si hubieres +menester algún agüelo o agüela para algún crédito de tu calidad, a +tiempo estamos, don Cleofás Leandro; que yo tengo aquí un ropero amigo +que desnuda los difuntos la primera noche que los entierran, y nos le +fiará por el tiempo que quisieres.</p> + +<p>—Dineros he menester yo; que agüelos no—respondió el Estudiante—: con +los míos me haga Dios bien<a name="FNanchor_232_232" id="FNanchor_232_232"></a><a href="#Footnote_232_232" class="fnanchor">[232]</a>; que me han dicho mis padres que +deciendo de Leandro el animoso, el que pasaba el mar de Abido</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">«en amoroso fuego todo ardiendo»<a name="FNanchor_233_233" id="FNanchor_233_233"></a><a href="#Footnote_233_233" class="fnanchor">[233]</a>,</span><br /> +</p> + +<p>y tengo mi ejecutoria en las obras sueltas de Boscán y Garcilaso<a name="FNanchor_234_234" id="FNanchor_234_234"></a><a href="#Footnote_234_234" class="fnanchor">[234]</a>.</p> + +<p>—Contra hidalguía en verso—dijo el Diablillo—no hay olvido ni +chancillería que baste, ni hay más que desear en el mundo que ser +hidalgo en consonantes.</p> + +<p>—Si a mí me hicieran merced<a name="FNanchor_235_235" id="FNanchor_235_235"></a><a href="#Footnote_235_235" class="fnanchor">[235]</a>—prosiguió don Cleofás—, entre +Salicio y Nemoroso<a name="FNanchor_236_236" id="FNanchor_236_236"></a><a href="#Footnote_236_236" class="fnanchor">[236]</a> se habían de hacer mis diligencias, que no me +habían de costar cien reales; que allí tengo mi Montaña, mi Galicia, mi +Vizcaya y mis Asturias<a name="FNanchor_237_237" id="FNanchor_237_237"></a><a href="#Footnote_237_237" class="fnanchor">[237]</a>.</p> + +<p>—Dejemos vanidades agora—dijo el Cojuelo—: que ya sé que eres muy +bien nacido en verso y en prosa, y vamos en busca de un figón, a +almorzar y descansar, que bien lo habrás menester por lo trasnochado y +madrugado, y después proseguiremos nuestras aventuras.</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="TRANCO_IV" id="TRANCO_IV"></a>TRANCO IV</h2> + +<p>Dejemos a estos caballeros en su figón almorzando y descansando, que sin +dineros pedían las pajaritas que andaban volando por el aire<a name="FNanchor_238_238" id="FNanchor_238_238"></a><a href="#Footnote_238_238" class="fnanchor">[238]</a> y al +fénix empanado<a name="FNanchor_239_239" id="FNanchor_239_239"></a><a href="#Footnote_239_239" class="fnanchor">[239]</a>, y volvamos a nuestro astrólogo regoldano<a name="FNanchor_240_240" id="FNanchor_240_240"></a><a href="#Footnote_240_240" class="fnanchor">[240]</a> y +nigromante enjerto, que se había vestido con algún cuidado de haber +sentido pasos en el desván la noche antes, y, subiendo a él, halló las +ruinas que había dejado su familiar en los pedazos de la redoma, y +mojados sus papeles, y el tal Espíritu ausente; y viendo el estrago y la +falta de su Demoñuelo, comenzó a mesarse las barbas y los cabellos, y a +romper sus vestiduras<a name="FNanchor_241_241" id="FNanchor_241_241"></a><a href="#Footnote_241_241" class="fnanchor">[241]</a>, como rey a lo antiguo. Y estando haciendo +semejantes estremos y lamentaciones, entró un diablejo zurdo, mozo de +retrete de Satanás, diciendo que Satanás su señor le besaba las +manos<a name="FNanchor_242_242" id="FNanchor_242_242"></a><a href="#Footnote_242_242" class="fnanchor">[242]</a>; que había sentido la bellaquería que había usado el Cojuelo; +que él trataría de que se castigase, y que entre tanto se quedase él +sirviéndole en su lugar. Agradeció mucho el cuidado el Astrólogo y +encerró el tal espíritu en una sortija de un topacio grande, que traía +en un dedo, que antes había sido de un médico, con que a todos cuantos +había tomado el pulso había muerto. Y en el infierno se juntaron entre +tanto, en sala plena, los más graves jueces de aquel distrito, y +haciendo notorio a todos el delito del tal Cojuelo, mandaron despachar +requisitoria para que le prendiesen en cualquier parte que le hallasen, +y se le dió esta comisión<a name="FNanchor_243_243" id="FNanchor_243_243"></a><a href="#Footnote_243_243" class="fnanchor">[243]</a> a Cienllamas, demonio comisionario que +había dado muy buena cuenta de otras que le habían encargado, y +llevándose consigo por corchetes a Chispa y a Redina, demonios a la +veinte<a name="FNanchor_244_244" id="FNanchor_244_244"></a><a href="#Footnote_244_244" class="fnanchor">[244]</a>, y subiéndose en la mula de Liñán<a name="FNanchor_245_245" id="FNanchor_245_245"></a><a href="#Footnote_245_245" class="fnanchor">[245]</a>, salió del infierno +con vara alta<a name="FNanchor_246_246" id="FNanchor_246_246"></a><a href="#Footnote_246_246" class="fnanchor">[246]</a> de justicia en busca del dicho delincuente.</p> + +<p>En este tiempo, sobre la paga de lo que habían almorzado habían tenido +una pesadumbre el revoltoso Diablillo y don Cleofás con el Figón<a name="FNanchor_247_247" id="FNanchor_247_247"></a><a href="#Footnote_247_247" class="fnanchor">[247]</a>, +en que intervinieron asadores y torteras, porque lo que es del diablo, +el diablo se lo ha de llevar, y acudiendo la justicia al alboroto, se +salieron por una ventana, y cuando el alguacil de Corte con la gente que +llevaba pensaba cogellos, estaban ya de esotra parte de Getafe, en +demanda de Toledo, y dentro de un minuto, en las ventillas de Torrejón, +y en un cerrar de ojos, a vista de la puerta de Visagra, dejando la real +fábrica del hospital de afuera a la derecha mano; y volviéndose el +Estudiante al camarada, le dijo:</p> + +<p>—Lindos atajos sabes: malhaya quien no caminara contigo todo el mundo, +mejor que con el Infante don Pedro de Portugal, el que anduvo las +siete<a name="FNanchor_248_248" id="FNanchor_248_248"></a><a href="#Footnote_248_248" class="fnanchor">[248]</a> partidas dél.</p> + +<p>—Somos gente de buena maña—respondió el Cojuelo.</p> + +<p>Y cuando estaban hablando en esto, llegaban al barrio que llaman de la +Sangre de Cristo y al mesón de la Sevillana<a name="FNanchor_249_249" id="FNanchor_249_249"></a><a href="#Footnote_249_249" class="fnanchor">[249]</a>, que es el mejor de +aquella ciudad. El Diablo Cojuelo le dijo al Estudiante:</p> + +<p>—Ésta es muy buena posada para pasar esta noche y para descansar de la +pasada; éntrate dentro y pide un aposento y que te aderecen de cenar; +que a mí me importa llegarme esta noche a Constantinopla a alborotar el +serrallo del Gran Turco y hacer degollar doce o trece hermanos que +tiene, por miedo de que no conspiren<a name="FNanchor_250_250" id="FNanchor_250_250"></a><a href="#Footnote_250_250" class="fnanchor">[250]</a> a la Corona, y volverme de +camino por los Cantones de los esguízaros<a name="FNanchor_251_251" id="FNanchor_251_251"></a><a href="#Footnote_251_251" class="fnanchor">[251]</a> y por Ginebra a otras +diligencias deste modo, por sobornar con algunos servicios a mi amo, +que debe de estar muy indignado contra mí por la travesura pasada; que +yo estaré contigo antes que den las siete de la mañana.</p> + +<p>Y, diciendo y haciendo, se metió por esos aires como por una viña +vendimiada, meando la pajuela<a name="FNanchor_252_252" id="FNanchor_252_252"></a><a href="#Footnote_252_252" class="fnanchor">[252]</a> a todo pajarote y ciudadano de la +región etérea, a fuer de los de la jerigonza crítica<a name="FNanchor_253_253" id="FNanchor_253_253"></a><a href="#Footnote_253_253" class="fnanchor">[253]</a>, y don +Cleofás se entró a tomar posada, que, aunque estaba llena de muchos +pasajeros que habían venido con los galeones y pasaban a la Corte, con +todo, al güésped nuevo hicieron cortesía, porque la persona de don +Cleofás traía consigo cartas de recomendación<a name="FNanchor_254_254" id="FNanchor_254_254"></a><a href="#Footnote_254_254" class="fnanchor">[254]</a>, como dicen los +cortesanos antiguos.</p> + +<p>Convidáronle a cenar unos caballeros soldados aquella noche, +preguntándole nuevas de Madrid, y después de haber cumplido con la +celebridad de los brindis por el Rey (Dios le guarde), por sus damas y +sus amigos<a name="FNanchor_255_255" id="FNanchor_255_255"></a><a href="#Footnote_255_255" class="fnanchor">[255]</a>, y haber dado las aceitunas<a name="FNanchor_256_256" id="FNanchor_256_256"></a><a href="#Footnote_256_256" class="fnanchor">[256]</a> con los palillos carta +de pago de la cena, se fué cada uno a recoger a su aposento, porque +habían de tomar la madrugada para llegar con tiempo a Madrid, y don +Cleofás hizo lo mismo en el que le señaló el Güésped, sintiendo la +soledad<a name="FNanchor_257_257" id="FNanchor_257_257"></a><a href="#Footnote_257_257" class="fnanchor">[257]</a> del compañero en algún modo, porque le traía tan +entretenido; y haciendo varios discursos sobre el almohada, se quedó +como un pajarito<a name="FNanchor_258_258" id="FNanchor_258_258"></a><a href="#Footnote_258_258" class="fnanchor">[258]</a>, jurando al silencio de las sombras, como lo demás +del mundo, el mesón de la Sevillana el natural vasallaje con el sueño, +que solas [las]<a name="FNanchor_259_259" id="FNanchor_259_259"></a><a href="#Footnote_259_259" class="fnanchor">[259]</a> grullas, los murciélagos y lechuzas estaban de +posta a su cuerpo de guardia, cuando a las dos de la noche unas +temerosas voces repetían: «¡Fuego, fuego!» despertaron a los dormidos +pasajeros, con el sobresalto y asombro que suele causar cualquier +alboroto a los que están durmiendo, y más oyendo apellidar «¡fuego!», +voz que con más terror atemoriza los ánimos más constantes, rodando unos +las escaleras por bajar más apriesa, otros, saltando por las ventanas +que caían al patio de la posada, otros que, por las pulgas u temor de +las chinches, dormían en cueros, como vinagre, hechos Adanes del +baratillo<a name="FNanchor_260_260" id="FNanchor_260_260"></a><a href="#Footnote_260_260" class="fnanchor">[260]</a>, poniendo las manos donde habían de estar las hojas de +higuera, siguiendo a los demás, y acompañándolos don Cleofás, con los +calzones revueltos al brazo y una alfajía que, por no encontrar la +espada, halló acaso en su aposento, como si en los incendios y fantasmas +importase andar a palos ni a cuchilladas, natural socorro del miedo en +las repentinas invasiones.</p> + +<p>Salió, en esto, el Güésped en camisa, los pies en unas empanadas de +Frenegal<a name="FNanchor_261_261" id="FNanchor_261_261"></a><a href="#Footnote_261_261" class="fnanchor">[261]</a>, cinchado con una faja de grana de polvo<a name="FNanchor_262_262" id="FNanchor_262_262"></a><a href="#Footnote_262_262" class="fnanchor">[262]</a> el estómago, +y un candil de garabato en la mano, diciendo que se sosegasen; que aquel +ruido no era de cuidado; que se volviesen a sus camas, que él pondría +remedio en ello. Apretóle don Cleofás, como más amigo de saber, le +dijese la causa de aquel alboroto; que no se había de volver a acostar +sin descifrar aquel misterio. El Güésped le dijo muy severo<a name="FNanchor_263_263" id="FNanchor_263_263"></a><a href="#Footnote_263_263" class="fnanchor">[263]</a> que era +un estudiante de Madrid, que había dos u tres meses que entró a posar en +su casa, y que era poeta de los que hacen comedias, y que había escrito +dos, que se las habían chillado en Toledo y apedreado como viñas<a name="FNanchor_264_264" id="FNanchor_264_264"></a><a href="#Footnote_264_264" class="fnanchor">[264]</a>, y +que estaba acabando de escribir la comedia de <i>Troya abrasada</i>, y que +sin duda debía de haber llegado al paso del incendio, y se convertía +tanto en lo que escribía, que habría dado aquellas voces; que por otras +experiencias pasadas sacaba él que aquello era verdad infalible como él +decía; que para confirmallo subiesen con él a su aposento y hallarían +verdadero este discurso.</p> + +<p>Siguieron al Güésped todos de la suerte que estaban, y entrando en el +aposento del tal Poeta, le hallaron tendido en el suelo, despedazada la +media sotanilla, revolcado en papeles y echando espumarajos por la boca, +y pronunciando con mucho desmayo: «¡Fuego, fuego!», que casi no podía +echar la habla, porque se le había metido monja. Llegaron a él muertos +de risa y llenos de piedad todos, diciéndole:</p> + +<p>—Señor Licenciado, vuelva en sí y mire si quiere beber o comer algo +para este desmayo.</p> + +<p>Entonces el Poeta, levantando como pudo la cabeza, dijo:</p> + +<p>—Si es Eneas y Anquises, con los Penates y el amado Ascanio, ¿qué +aguardáis aquí, que está ya el Ilión hecho cenizas, y Príamo, Paris y +Policena, Hécuba y Andrómaca han dado el fatal tributo a la muerte, y a +Elena, causa de tanto daño, llevan su presa Menalao<a name="FNanchor_265_265" id="FNanchor_265_265"></a><a href="#Footnote_265_265" class="fnanchor">[265]</a> y Agamenón? Y +lo peor es que los mirmidones se han apoderado del tesoro troyano.</p> + +<p>—Vuelva a su juicio—dijo el Gúesped—; que aquí no hay almidones ni +toda esa tropelía de disparates que ha referido, y mucho mejor fuera +llevalle a casa del Nuncio<a name="FNanchor_266_266" id="FNanchor_266_266"></a><a href="#Footnote_266_266" class="fnanchor">[266]</a>, donde pudiera ser con bien justa causa +mayoral de los locos, y metelle en cura; que se le han subido los +consonantes a la cabeza, como tabardillo.</p> + +<p>—¡Qué bien entiende de afectos el señor Güésped!—respondió el Poeta, +encorporándose un poco más.</p> + +<p>—De afectos ni de afeites—dijo el Güésped—no quiero entender, sino de +mi negocio: lo que importa es que mañana hagamos cuenta de lo que me +debe de posada, y se vaya con Dios; que no quiero tener en ella quien me +la alborote cada día con estas locuras: basten las pasadas, pues +comenzando a escribir, recién llegado aquí, la comedia de <i>El Marqués de +Mantua</i>, que zozobró y fué una de las silbadas, fueron tantas las +prevenciones de la caza y las voces que dió, llamando a los perros +Melampo, Oliveros, Saltamontes, Tragavientos, etcétera, y el «¡Ataja, +ataja!» y el «¡Guarda el oso cerdoso, y el jabalí colmilludo!», que +malparió una señora preñada que pasaba del Andalucía a Madrid, del +sobresalto; y en esotra de <i>El Saco de Roma</i>, que entrambas parecieron +cual tenga la salud<a name="FNanchor_267_267" id="FNanchor_267_267"></a><a href="#Footnote_267_267" class="fnanchor">[267]</a>, fué el<a name="FNanchor_268_268" id="FNanchor_268_268"></a><a href="#Footnote_268_268" class="fnanchor">[268]</a> estruendo de las cajas y +trompetas, haciendo pedazos las puertas y ventanas deste aposento a tan +desusadas horas como éstas, y el «¡Cierra, España!»<a name="FNanchor_269_269" id="FNanchor_269_269"></a><a href="#Footnote_269_269" class="fnanchor">[269]</a>, «¡Santiago, y +a ellos!», y el jugar la artillería con la boca<a name="FNanchor_270_270" id="FNanchor_270_270"></a><a href="#Footnote_270_270" class="fnanchor">[270]</a>, como si hubiera +ido a la escuela con un petardo, o criádose con el basilisco de +Malta<a name="FNanchor_271_271" id="FNanchor_271_271"></a><a href="#Footnote_271_271" class="fnanchor">[271]</a>, que engañó el rebato a una compañía de infantería que +alojaron<a name="FNanchor_272_272" id="FNanchor_272_272"></a><a href="#Footnote_272_272" class="fnanchor">[272]</a> aquella noche en mi casa, de suerte, que, tocando al arma, +se hubieron de hacer a escuras unos soldados pedazos con otros, +acudiendo al ruido medio Toledo con la justicia, echándome las puertas +abajo, y amenazó a hacer una de todos los diablos; que es poeta grulla, +que siempre está en vela, y halla consonantes a cualquiera hora de la +noche y de la madrugada.</p> + +<p>El Poeta dijo entonces:</p> + +<p>—Mucho mayor alboroto fuera si yo acabara aquella comedia de que tiene +vuesa merced en prendas dos jornadas por lo que le debo, que la llamo +<i>Las Tinieblas de Palestina</i>, donde es fuerza que se rompa el velo de el +Templo en la tercera jornada, y se escurezca el sol y la luna, y se den +unas piedras con otras, y se venga abajo toda la fábrica celestial con +truenos y relámpagos, cometas y exhalaciones, en sentimiento de su +Hacedor; que por faltarme los nombres que he de poner a los sayones no +la he acabado. ¡Ahí me dirá vuesa merced, señor Güésped, qué fuera ello!</p> + +<p>—Váyase—dijo el Mesonerazo—a acaballa al Calvario, aunque no faltará +en cualquiera parte que la escriba o la representen quien le crucifique +a silbos, legumbre y edificio<a name="FNanchor_273_273" id="FNanchor_273_273"></a><a href="#Footnote_273_273" class="fnanchor">[273]</a>.</p> + +<p>—Antes resucitan con mis comedias los autores—dijo el Poeta—; y para +que conozcan todos vuesas mercedes esta verdad y admiren el estilo que +llevan todas las que yo escribo, ya que se han levantado a tan buen +tiempo, quiero leelles ésta.</p> + +<p>Y, diciendo y haciendo, tomó en la mano una rima de vueltas de cartas +viejas, cuyo bulto se encaminaba más a pleito de tenuta<a name="FNanchor_274_274" id="FNanchor_274_274"></a><a href="#Footnote_274_274" class="fnanchor">[274]</a> que a +comedia, y arqueando las cejas y deshollinándose los bigotes, dijo, +leyendo el título, de esta suerte:</p> + +<p>—<i>Tragedia Troyana, Astucias de Sinón, Caballo griego, Amantes +adúlteros y Reyes endemoniados</i>. Sale lo primero por el patio, sin haber +cantado, el Paladión<a name="FNanchor_275_275" id="FNanchor_275_275"></a><a href="#Footnote_275_275" class="fnanchor">[275]</a>, con cuatro mil griegos por lo menos, armados +de punta en blanco<a name="FNanchor_276_276" id="FNanchor_276_276"></a><a href="#Footnote_276_276" class="fnanchor">[276]</a>, dentro dél.</p> + +<p>—¿Cómo—le replicó un caballero soldado de aquellos que estaban en +cueros, que parece que se habían de echar a nadar en la comedia—puede +toda esa máquina entrar por ningún patio ni coliseo de cuantos hay en +España, ni por el del Buen Retiro, afrenta de los romanos anfiteatros, +ni por una plaza de toros?</p> + +<p>—¡Buen remedio!—respondió el Poeta—. Derribaráse el corral y dos +calles junto a él para que quepa esta tramoya, que es la más portentosa +y nueva que los teatros han visto; que no siempre sucede hacerse una +comedia como ésta, y será tanta la ganancia, que podrá muy bien a sus +ancas sufrir todo este gasto. Pero escuchen, que ya comienza la obra, y +atención, por mi amor. Salen por el tablado, con mucho ruido de +chirimías y atabalillos, Príamo, rey de Troya, y el príncipe Paris, y +Elena, muy bizarra en un palafrén, en medio, y el Rey a la mano derecha +(que siempre desta manera guardo el decoro a las personas reales), y +luego, tras ellos, en palafrenes negros, de la misma suerte, once mil +dueñas a caballo.</p> + +<p>—Más dificultosa apariencia es ésa que esotra—dijo uno de los +oyentes—, porque es imposible que tantas dueñas juntas se hallen.</p> + +<p>—Algunas se harán de pasta<a name="FNanchor_277_277" id="FNanchor_277_277"></a><a href="#Footnote_277_277" class="fnanchor">[277]</a>—dijo el Poeta—, y las demás se +juntarán de aquí para allí; fuera de que si se hace en la Corte, ¿qué +señora habrá que no envíe sus dueñas prestadas para una cosa tan grande, +por estar los días que se representare la comedia, que será, por lo +menos, siete u ocho meses, libres de tan cansadas sabandijas?<a name="FNanchor_278_278" id="FNanchor_278_278"></a><a href="#Footnote_278_278" class="fnanchor">[278]</a></p> + +<p>Hubiéronse de caer de risa los oyones<a name="FNanchor_279_279" id="FNanchor_279_279"></a><a href="#Footnote_279_279" class="fnanchor">[279]</a>, y de una carcajada se +llevaron media hora de reloj, al son de los disparates del tal Poeta, y +él prosiguió diciendo:</p> + +<p>—No hay que reírse; que si Dios me tiene de sus consonantes, he de +rellenar el mundo de comedias mías, y ha de ser Lope de Vega (prodigioso +monstruo español y nuevo Tostado en verso) niño de teta conmigo, y +después me he de retirar a escribir un poema heroico para mi +posteridad, que mis hijos o mis sucesores hereden, en que tengan toda su +vida que roer sílabas. Y agora oigan vuesas mercedes...:—amagando a +comenzar (el brazo derecho levantado) los versos de la comedia, cuando +todos a una voz le dijeron que lo dejase para más espacio, y el Güésped, +indignado, que sabía poco de filis<a name="FNanchor_280_280" id="FNanchor_280_280"></a><a href="#Footnote_280_280" class="fnanchor">[280]</a>, le volvió a advertir que no +había de estar un día más en la posada.</p> + +<p>La encamisada<a name="FNanchor_281_281" id="FNanchor_281_281"></a><a href="#Footnote_281_281" class="fnanchor">[281]</a>, pues, de los caballeros y soldados se puso a mediar +con el Güésped el caso<a name="FNanchor_282_282" id="FNanchor_282_282"></a><a href="#Footnote_282_282" class="fnanchor">[282]</a>, y don Cleofás, sobre un <i>Arte poética</i> de +Rengifo<a name="FNanchor_283_283" id="FNanchor_283_283"></a><a href="#Footnote_283_283" class="fnanchor">[283]</a>, que estaba también corriendo borrasca entre esotros +legajos por el suelo, tomó pleito homenaje<a name="FNanchor_284_284" id="FNanchor_284_284"></a><a href="#Footnote_284_284" class="fnanchor">[284]</a> al tal poeta, puestas +las manos sobre los consonantes, jurando que no escribiría más comedias +de ruido, sino de capa y espada, con que quedó el Güésped satisfecho; y +con esto se volvieron a sus camas, y el Poeta, calzado y vestido, con su +comedia en la mano, se quedó tan aturdido sobre la suya, que apostó a +roncar con los Sietes Durmientes<a name="FNanchor_285_285" id="FNanchor_285_285"></a><a href="#Footnote_285_285" class="fnanchor">[285]</a>, a peligro de no valer la moneda +cuando despertase.</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="TRANCO_V" id="TRANCO_V"></a>TRANCO V</h2> + +<p>Dentro de muy pocas horas lo fué de volverse a levantar los güéspedes al +quitar<a name="FNanchor_286_286" id="FNanchor_286_286"></a><a href="#Footnote_286_286" class="fnanchor">[286]</a>, haciendo la cuenta con ellos de la noche pasada el güésped +de por vida, esperezándose y bostezando de lo trasnochado con el Poeta, +y trataron de caminar, ensillando los mozos de mulas y poniendo los +frenos al son de seguidillas y jácaras, y brindándose con vino y pullas +los unos a los otros, ribeteándolas con tabaco en polvo y en humo, +cuando don Cleofás también despertó, tratando de vestirse, con algunas +<i>saudades</i><a name="FNanchor_287_287" id="FNanchor_287_287"></a><a href="#Footnote_287_287" class="fnanchor">[287]</a> de su dama: que las malas correspondencias de las +mujeres a veces despiertan más la voluntad; y antes que diesen las ocho, +como había dicho, entró por el aposento el camarada, en traje turquesco, +con almalafa y turbante, señales ciertas de venir de aquel país, +diciendo:</p> + +<p>—¿Heme tardado mucho en el viaje, señor Licenciado?</p> + +<p>El le respondió sonriéndose:</p> + +<p>—Menos se tardó vuesa merced desde el cielo al infierno, con haber más +leguas, cuando rodó con todos esos príncipes que no han podido gatear +otra vez a la maroma de donde cayeron.</p> + +<p>—¿Al amigo, señor don Cleofás—respondió el Cojuelo—, chinche en el +ojo<a name="FNanchor_288_288" id="FNanchor_288_288"></a><a href="#Footnote_288_288" class="fnanchor">[288]</a>, como dice el refrán de Castilla? ¡Bueno, bueno!</p> + +<p>—Pocos hay—respondió el Estudiante—que en ofreciéndose el chiste, +miren esos respetos; pero esto lo digo yo en galantería<a name="FNanchor_289_289" id="FNanchor_289_289"></a><a href="#Footnote_289_289" class="fnanchor">[289]</a>, y la +amistad<a name="FNanchor_290_290" id="FNanchor_290_290"></a><a href="#Footnote_290_290" class="fnanchor">[290]</a> que hay ya entre nosotros. Mas dejando esto aparte, ¿cómo +nos ha ido<a name="FNanchor_291_291" id="FNanchor_291_291"></a><a href="#Footnote_291_291" class="fnanchor">[291]</a> por esos mundos?</p> + +<p>—Hice todo a lo que fuí, y mucho más—respondió el genízaro recién +venido—, y si quisiera, me jurara por Gran Turco aquella buena gente; +que a fe que alguna guarda mejor su palabra, y saben decir verdad y +hacer amistades, que vosotros los cristianos.</p> + +<p>—¡Qué presto te pagaste!—dijo don Cleofás—. Algún cuarto debes de +tener de demonio villano.</p> + +<p>—Es imposible—respondió el Cojuelo—, porque decendemos todos de la +más noble y más alta Montaña de la tierra y del cielo, y aunque seamos +zapatero de viejo, en siendo montañeses, todos somos hidalgos<a name="FNanchor_292_292" id="FNanchor_292_292"></a><a href="#Footnote_292_292" class="fnanchor">[292]</a>; que +muchos dellos nacen, como los escarabajos y los ratones, de la +putrefacción.</p> + +<p>—Bien sé que sabes Filosofía—le dijo don Cleofás—mejor que si la +hubieras estudiado en Alcalá, y que eres maestro en primeras licencias. +Dejemos estas digresiones y acaba de darme cuenta de tu jornada.</p> + +<p>—Con el traje del país, como ves—respondió el Diablillo—, por +ensuciallos todos, como cierto amigo que, por desaseado en estremo, +ensució el de soldado, el de peregrino y estudiante, volví por los +Cantones, por la Bertolina<a name="FNanchor_293_293" id="FNanchor_293_293"></a><a href="#Footnote_293_293" class="fnanchor">[293]</a> y Ginebra, y no tuve que hacer nada en +estos países, porque sus paisanos son demonios de sí mismos, y éste es +el juro de heredad que más seguro tenemos en el infierno, después de las +Indias<a name="FNanchor_294_294" id="FNanchor_294_294"></a><a href="#Footnote_294_294" class="fnanchor">[294]</a>. Fuí a Venecia, por ver una población tan prodigiosa, que +está fundada en el mar, y de su natural condición tan bajel de argamasa +y sillería, que, como la tiene en peso el piélago Mediterráneo, se +vuelve a cualquier viento que le sopla. Estuve en la plaza de San +Marcos, platicando con unos criados de unos clarísimos<a name="FNanchor_295_295" id="FNanchor_295_295"></a><a href="#Footnote_295_295" class="fnanchor">[295]</a>, esta +mañana, y hablando en<a name="FNanchor_296_296" id="FNanchor_296_296"></a><a href="#Footnote_296_296" class="fnanchor">[296]</a> las gacetas de la guerra, les dije que en +Constantinopla se había sabido, por espías que estaban en España, que +hay grandes prevenciones della, y tan prodigiosas, que hasta los +difuntos se levantan, al son de las cajas, de los sepulcros para este +efeto, y hay quien diga que entre ellos había resucitado el gran Duque +de Osuna<a name="FNanchor_297_297" id="FNanchor_297_297"></a><a href="#Footnote_297_297" class="fnanchor">[297]</a>; y apenas lo acabé de pronunciar, cuando me escurrí, por +no perder tiempo en mis diligencias, y, dejando el seno adriático me +sorbí la Marca de Ancona, y por la Romanía, a la mano izquierda, dejé a +Roma, porque aun los demonios, por cabeza de la Iglesia militante, +veneramos su población. Pasé por Florencia a Milán, que no se le da con +su castillo dos blancas de la Europa. Vi a Génova<a name="FNanchor_298_298" id="FNanchor_298_298"></a><a href="#Footnote_298_298" class="fnanchor">[298]</a> la bella, talego +del mundo, llena de novedades, y, golfo lanzado<a name="FNanchor_299_299" id="FNanchor_299_299"></a><a href="#Footnote_299_299" class="fnanchor">[299]</a>, toqué a +Vinaroz<a name="FNanchor_300_300" id="FNanchor_300_300"></a><a href="#Footnote_300_300" class="fnanchor">[300]</a> y a los Alfaques, pasando el de León y Narbona. Llegué a +Valencia, que juega cañas dulces con la primavera, metíme en la Mancha, +que no hay greda que la pueda sacar, entré en Madrid, y supe que unos +parientes de tu dama te andaban a buscar para matarte, porque dicen que +la has dejado sin reputación; y lo peor es lo que me chismeó +Zancadilla, demonio espía del infierno y sobrestante de las tentaciones: +que me andaba a buscar Cienllamas con una requisitoria; y soy de +parecer, para oviar<a name="FNanchor_301_301" id="FNanchor_301_301"></a><a href="#Footnote_301_301" class="fnanchor">[301]</a> estos dos riesgos, que pongamos tierra en +medio. Vámonos al Andulucía<a name="FNanchor_302_302" id="FNanchor_302_302"></a><a href="#Footnote_302_302" class="fnanchor">[302]</a>, que es la más ancha del mundo; y pues +yo te hago la costa, no tienes que temer nada; que, con el romance que +dice:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 3.5em;">«Tendré el invierno en Sevilla</span><br /> +<span style="margin-left: 3.5em;">y el veranito en Granada»<a name="FNanchor_303_303" id="FNanchor_303_303"></a><a href="#Footnote_303_303" class="fnanchor">[303]</a>,</span><br /> +</p> + +<p>no hemos de dejar lugar en ella que no trajinemos.</p> + +<p>Y volviéndose a la ventana que salía a la calle, le dijo:</p> + +<p>—Hágote puerta de mesón. Vamos, y sígueme por ella, don Cleofás; que +hemos de ir a comer a la venta de Darazután<a name="FNanchor_304_304" id="FNanchor_304_304"></a><a href="#Footnote_304_304" class="fnanchor">[304]</a>, que es en +Sierra-morena, veinte y dos o veinte y tres leguas<a name="FNanchor_305_305" id="FNanchor_305_305"></a><a href="#Footnote_305_305" class="fnanchor">[305]</a> de aquí.</p> + +<p>—No importa—dijo don Cleofás—, si eres demonio de portante<a name="FNanchor_306_306" id="FNanchor_306_306"></a><a href="#Footnote_306_306" class="fnanchor">[306]</a>, +aunque cojo.</p> + +<p>Y diciendo esto, salieron los dos por la ventana, flechados de sí +mismos<a name="FNanchor_307_307" id="FNanchor_307_307"></a><a href="#Footnote_307_307" class="fnanchor">[307]</a>, y el Güésped, desde la puerta, dándole voces al Estudiante +cuando le vió por el aire, diciendo que le pagase la cama y la posada, y +don Cleofás respondiendo que en volviendo del Andalucía cumpliría con +sus obligaciones; y el Güésped, que parecía que lo soñaba, se volvió +santiguando y diciendo:</p> + +<p>—Pluguiera a Dios, como se me va éste, se me fuera el Poeta, aunque se +me llevara la cama y todo asida a la cola.</p> + +<p>Ya, en esto, el Cojuelo y don Cleofás descubrían la dicha venta, y, +apeándose del aire, entraron en ella, pidiendo al Ventero de comer, y él +les dijo que no había quedado en la venta más que un conejo y un +perdigón, que estaban en aquel asador entreteniéndose a la lumbre.</p> + +<p>—Pues trasládenlos a un plato—dijo don Cleofás—, señor Ventero, y +venga el salmorejo<a name="FNanchor_308_308" id="FNanchor_308_308"></a><a href="#Footnote_308_308" class="fnanchor">[308]</a>, poniéndonos la mesa, pan, vino y salero.</p> + +<p>El Ventero respondió que fuese en buen hora; pero que esperasen que +acabasen de comer unos estranjeros que estaban en eso, porque en la +venta no había otra mesa más que la que ellos ocupaban. Don Cleofás +dijo:</p> + +<p>—Por no esperar, si estos señores nos dan licencia, podremos comer +juntos, y ya que ellos van en la silla, nosotros iremos en las ancas.</p> + +<p>Y sentándose los dos al paso que lo decían, fué todo uno, trayéndoles el +Ventero la porción susodicha, con todas sus adherencias y +incidencias<a name="FNanchor_309_309" id="FNanchor_309_309"></a><a href="#Footnote_309_309" class="fnanchor">[309]</a>, y comenzaron a comer en compañía de los estranjeros, +que el uno era francés, el otro inglés, el otro italiano y el otro +tudesco, que había ya pespuntado la comida más aprisa a brindis de vino +blanco y clarete, y tenía a orza la testa<a name="FNanchor_310_310" id="FNanchor_310_310"></a><a href="#Footnote_310_310" class="fnanchor">[310]</a>, con señales de vómito y +tiempo borrascoso, tan zorra<a name="FNanchor_311_311" id="FNanchor_311_311"></a><a href="#Footnote_311_311" class="fnanchor">[311]</a> de cuatro costados<a name="FNanchor_312_312" id="FNanchor_312_312"></a><a href="#Footnote_312_312" class="fnanchor">[312]</a>, que pudiera +temelle el corral de gallinas del Ventero. El Italiano preguntó a don +Cleofás que de adonde venía, y él le respondió que de Madrid. Repitió el +Italiano:</p> + +<p>—¿Qué nuevas hay de la guerra, señor Español?</p> + +<p>Don Cleofás le dijo:</p> + +<p>—Agora todo es guerra.</p> + +<p>—Y ¿contra quién dicen?—replicó el Francés.</p> + +<p>—Contra todo el mundo—le respondió don Cleofás—, para ponerlo todo él +a los pies del Rey de España.</p> + +<p>—Pues a fe—replió el Francés—que primero que el Rey de España....</p> + +<p>Y antes que acabase la razón el Gabacho, dijo don Cleofás:</p> + +<p>—El Rey de España....</p> + +<p>Y el Cojuelo le fué a la mano, diciendo:</p> + +<p>—Déjame, don Cleofás, responder a mí, que soy español por la vida, y +con quien vengo, vengo<a name="FNanchor_313_313" id="FNanchor_313_313"></a><a href="#Footnote_313_313" class="fnanchor">[313]</a>; que les quiero con alabanzas del Rey de +España dar un tapaboca a estos borrachos, que si leen las historias +della, hallarán que por Rey de Castilla tiene virtud de sacar demonios, +que es más generosa cirujía que curar lamparones<a name="FNanchor_314_314" id="FNanchor_314_314"></a><a href="#Footnote_314_314" class="fnanchor">[314]</a>.</p> + +<p>Los estranjeros, habiendo visto callar al Español, estaban muy +falsos<a name="FNanchor_315_315" id="FNanchor_315_315"></a><a href="#Footnote_315_315" class="fnanchor">[315]</a>, cuando el Cojuelo, sentándose mejor y tomando la mano<a name="FNanchor_316_316" id="FNanchor_316_316"></a><a href="#Footnote_316_316" class="fnanchor">[316]</a>, +y en traje castellano, que ya había dejado a la guardarropa del viento +el turquesco, les dijo:</p> + +<p>—Señores míos, mi camarada iba a responder, y a mí, por tener más edad, +me toca el hacello; escúchenme atentamente, por caridad. El Rey de +España es un generosísimo lebrel, que pasa acaso solo por una calle, y +no hay gozque en ella que a ladralle no salga, sin hacer caso de +ninguno, hasta que se juntan tantos, que se atreve uno, al desembocar +della a otra, pensando que es sufrimiento y no desprecio, a besalle con +la boca la cola; entonces vuelve, y dando una manotada a unos y otra a +otros, huyen todos de manera, que no saben dónde meterse, y queda la +calle tan barrida de gozques y con tanto silencio, que aun a ladrar no +se atreven, sino a morder las piedras, de rabia. Esto mismo le sucede +siempre con los reyes contrarios, con las señorías y potentados, que son +todos gozques con su Majestad<a name="FNanchor_317_317" id="FNanchor_317_317"></a><a href="#Footnote_317_317" class="fnanchor">[317]</a> Católica; pero guárdese el que se +atreviere a besarle la cola; que ha de llevar manotada que escarmiente +de suerte a los demás, que no hallen dónde meterse, huyendo dél<a name="FNanchor_318_318" id="FNanchor_318_318"></a><a href="#Footnote_318_318" class="fnanchor">[318]</a>.</p> + +<p>Los estranjeros se comenzaron a escarapelar, y el Francés le dijo:</p> + +<p>—¡Ah, bugre, coquín español!</p> + +<p>Y el Italiano:</p> + +<p>—¡Forfante, marrano español!</p> + +<p>Y el Inglés:</p> + +<p>—¡Nitesgut español<a name="FNanchor_319_319" id="FNanchor_319_319"></a><a href="#Footnote_319_319" class="fnanchor">[319]</a>!</p> + +<p>Y el Tudesco estaba de suerte, que lo dió por recibido, dando permisión +que hablasen los demás por él en aquellas cortes.</p> + +<p>Don Cleofás, que los vió palotear y echar espadañas de vino y herejías +contra lo que había dicho su camarada, acostumbrado a sufrir poco y al +refrán de «quien da luego, da dos veces», levantando el banco en que +estaban sentados los dos, dió tras ellos, adelantándose el compañero +con las muletas en la mano, manejándolas tan bien, que dió con el +Francés en el tejado de otra venta que estaba tres leguas de allí, y en +una necesaria de Ciudad Real con el Italiano<a name="FNanchor_320_320" id="FNanchor_320_320"></a><a href="#Footnote_320_320" class="fnanchor">[320]</a>, porque muriese hacia +donde pecan, y con el Inglés, de cabeza en una caldera de agua hirviendo +que tenían para pelar un puerco en casa de un labrador de Adamuz; y al +Tudesco, que se había anticipado a caer de bruces a los pies de Cleofás, +le volvió al puerto de Santa María, de donde había salido quince días +antes, a dormir la zorra<a name="FNanchor_321_321" id="FNanchor_321_321"></a><a href="#Footnote_321_321" class="fnanchor">[321]</a>. El Ventero se quiso poner en medio, y dió +con él en Peralvillo<a name="FNanchor_322_322" id="FNanchor_322_322"></a><a href="#Footnote_322_322" class="fnanchor">[322]</a>, entre aquellas cecinas de Gestas, como en su +centro.</p> + +<p>Volviéronse, con esto, a sentar a comer de los despojos que había dejado +el enemigo, muy de espacio, y estando en los postreros lances de la +comida, entraron algunos mozos de mulas en la venta, llamando al Güésped +y pidiendo vino, y tras ellos, en el mismo carruaje, una compañía de +representantes que pasaban de Córdoba a la Corte, con ganas de tomar un +refresco en la venta. Venían las damas en jamugas, con bohemios<a name="FNanchor_323_323" id="FNanchor_323_323"></a><a href="#Footnote_323_323" class="fnanchor">[323]</a>, +sombreros con plumas y mascarillas en los rostros, los chapines<a name="FNanchor_324_324" id="FNanchor_324_324"></a><a href="#Footnote_324_324" class="fnanchor">[324]</a>, +con plata, colgando de los respaldares de los sillones; y ellos, unos +con portamanteos sin cojines, y otros sin cojines ni portamanteos, las +capas dobladas debajo, las valonas<a name="FNanchor_325_325" id="FNanchor_325_325"></a><a href="#Footnote_325_325" class="fnanchor">[325]</a> en los sombreros, con alforjas +detrás; y los músicos, con la guitarras en cajas delante de los arzones, +y algunos dellos ciclanes de estribos<a name="FNanchor_326_326" id="FNanchor_326_326"></a><a href="#Footnote_326_326" class="fnanchor">[326]</a>, y otros, eunucos, con los +mozos que le sirven<a name="FNanchor_327_327" id="FNanchor_327_327"></a><a href="#Footnote_327_327" class="fnanchor">[327]</a> a las ancas, unos con espuelas sobre los +zapatos y las medias, y otros con botas de rodillera, sin ninguna; otros +con varas para hacer andar sus cabalgaduras y las de las mujeres. Los +apellidos de los más eran valencianos, y los nombres de las +representantas<a name="FNanchor_328_328" id="FNanchor_328_328"></a><a href="#Footnote_328_328" class="fnanchor">[328]</a> se resolvían en Marianas y Anas Marías, hablando +todo recalcado<a name="FNanchor_329_329" id="FNanchor_329_329"></a><a href="#Footnote_329_329" class="fnanchor">[329]</a>, con el tono de la representación. La conversación +con que entraron en la venta era decir que habían robado a Lisboa, +asombrado a Córdoba y escandalizado a Sevilla, y que habían de despoblar +a Madrid<a name="FNanchor_330_330" id="FNanchor_330_330"></a><a href="#Footnote_330_330" class="fnanchor">[330]</a>, porque con sola la loa que llevaban para la entrada, de +un tundidor de Ecija<a name="FNanchor_331_331" id="FNanchor_331_331"></a><a href="#Footnote_331_331" class="fnanchor">[331]</a>, habían de derribar cuantos autores entrasen +en la Corte. Con esto, se fueron arrojando de las cabalgaduras, y los +maridos, muy severos<a name="FNanchor_332_332" id="FNanchor_332_332"></a><a href="#Footnote_332_332" class="fnanchor">[332]</a>, apeando en los brazos a sus mujeres, llamando +todos al Güésped,</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">«y él de nada se dolía»<a name="FNanchor_333_333" id="FNanchor_333_333"></a><a href="#Footnote_333_333" class="fnanchor">[333]</a>.</span><br /> +</p> + +<p>La Autora se asentó en una alhombrilla que la echaron en el suelo; las +demás princesas, alrededor, y el Autor andaba solicitando el regalo de +todos, como pastor de aquel ganado. Y dijo el Cojuelo:</p> + +<p>—Con el señor Autor estoy en pecado mortal de parte de mis camaradas.</p> + +<p>—¿Por qué?—dijo don Cleofás.</p> + +<p>Respondió el Diablillo:</p> + +<p>—Porque es el peor representante del mundo, y hace siempre los demonios +en los autos del Corpus, y está perdigado<a name="FNanchor_334_334" id="FNanchor_334_334"></a><a href="#Footnote_334_334" class="fnanchor">[334]</a> para demonio de veras, y +para que haga en el infierno los autores si se representaren comedias; +que algunas hacen estas farándulas, que aun para el infierno son malas.</p> + +<p>—Uno he visto aquí—dijo don Cleofás—, entre los demás compañeros, que +le he deseado cruzar la cara, porque me galanteó en Alcalá una doncella, +moza mía, que se enamoró dél viéndole hacer un rey de Dinamarca.</p> + +<p>—Doncella—dijo el Cojuelo—debía de ser de allá<a name="FNanchor_335_335" id="FNanchor_335_335"></a><a href="#Footnote_335_335" class="fnanchor">[335]</a>; pero si +quieres—prosiguió—que tomemos los dos venganza del Autor y del +Representante, espera y verás cómo lo trazo; porque agora quieren +repartir una comedia con que han de secundar en Madrid, y sobre los +papeles has de ver lo que pasa.</p> + +<p>Al mismo tiempo que decía esto el Cojuelo, el apuntador de la Compañía +sacó de un alforja los de una comedia de Claramonte<a name="FNanchor_336_336" id="FNanchor_336_336"></a><a href="#Footnote_336_336" class="fnanchor">[336]</a>, que había +acabado de copiar en Adamuz el tiempo que estuvieron allí, diciendo al +Autor:</p> + +<p>—Aquí será razón que se repartan estos papeles, entretanto que se +adereza la comida y parece el Güésped.</p> + +<p>El Autor vino en ello, porque se dejaba gobernar del tal Apuntador, como +de hombre que tenía grandísima curia en la comedia, y había sido +estudiante en Salamanca, y le llamaban el Filósofo por mal nombre; y +llegando con el papel de la segunda dama a Ana María, mujer del que +cantaba los bajetes y bailaba los días de Corpus, habiéndole dado la +primera dama a Mariana, la mujer del que cobraba y que hacía su parte +también en las comedias de tramoya, arrojándole, dijo que ella había +entrado para partir entre<a name="FNanchor_337_337" id="FNanchor_337_337"></a><a href="#Footnote_337_337" class="fnanchor">[337]</a> las dos los primeros papeles, y que +siempre le daban los segundos, y que ella podía enseñar a representar a +cuantas andaban en la comedia, porque había representado al lado de las +mayores representantas del mundo y en la legua<a name="FNanchor_338_338" id="FNanchor_338_338"></a><a href="#Footnote_338_338" class="fnanchor">[338]</a> la llamaban +Amarilis<a name="FNanchor_339_339" id="FNanchor_339_339"></a><a href="#Footnote_339_339" class="fnanchor">[339]</a>, segunda deste nombre. Esotra le dijo que no sabría mirar +lo que ella con su zapato representaba<a name="FNanchor_340_340" id="FNanchor_340_340"></a><a href="#Footnote_340_340" class="fnanchor">[340]</a>, respondiéndole esotra que +de cuándo acá tenía tanta soberbia, sabiendo que en Sevilla le prestó +hasta las enaguas para hacer el papel de Dido<a name="FNanchor_341_341" id="FNanchor_341_341"></a><a href="#Footnote_341_341" class="fnanchor">[341]</a> en la gran comedia de +don Guillén de Castro, echando a perder la comedia y haciendo que +silbasen la compañía.</p> + +<p>—Tú eres la silbada—dijo esotra—, y tu ánima<a name="FNanchor_342_342" id="FNanchor_342_342"></a><a href="#Footnote_342_342" class="fnanchor">[342]</a>.</p> + +<p>Llegando a las manos y diciéndose palabras mayores, y tan grandes, que +alcanzaron a los maridos; y sacando unos con otros las espadas, comenzó +una batalla de comedia, metiéndolos en paz los mozos de mulas con los +frenos que acababan de quitar; y dejándolos empelotados, se salieron don +Cleofás y el Cojuelo de la venta al camino de Andalucía, quedándose +abrasando a cuchilladas la compañía que fuera un Roncesvalles del +molino del papel<a name="FNanchor_343_343" id="FNanchor_343_343"></a><a href="#Footnote_343_343" class="fnanchor">[343]</a> si el Ventero no llegara con la Hermandad<a name="FNanchor_344_344" id="FNanchor_344_344"></a><a href="#Footnote_344_344" class="fnanchor">[344]</a> en +busca de los dos que se fueron, para prendello, con escopetas, chuzos y +ballestas; y hallando esta nueva matanza en su venta, y jarros, tinajas +y platos hechos tantos<a name="FNanchor_345_345" id="FNanchor_345_345"></a><a href="#Footnote_345_345" class="fnanchor">[345]</a> en la refriega, los apaciguaron, y +prendieron a los dichos representantes para llevarlos a Ciudad Real, +habiendo de tener otra pelaza más pesada con el alguacil que los traía a +Madrid por orden de los arrendadores, con comisión del Consejo<a name="FNanchor_346_346" id="FNanchor_346_346"></a><a href="#Footnote_346_346" class="fnanchor">[346]</a>.</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="TRANCO_VI" id="TRANCO_VI"></a>TRANCO VI</h2> + +<p>En este tiempo, nuestros caminantes, tragando leguas de aire, como si +fueran camaleones<a name="FNanchor_347_347" id="FNanchor_347_347"></a><a href="#Footnote_347_347" class="fnanchor">[347]</a> de alquiler, habían pasado a Adamuz, del gran +Marqués del Carpio, Haro y nobilísimo decendiente de los señores +antiguos de Vizcaya, y padre ilustrísimo del mayor Mecenas<a name="FNanchor_348_348" id="FNanchor_348_348"></a><a href="#Footnote_348_348" class="fnanchor">[348]</a> que los +antiguos ingenios y modernos han tenido, y caballero que igualó con sus +generosas partes su modestia. Y habiéndose sorbido de los siete vados y +las ventas de Alcolea, se pusieron a vista de Córdoba por su fertilísima +campiña y por sus celebradas dehesas gamonosas<a name="FNanchor_349_349" id="FNanchor_349_349"></a><a href="#Footnote_349_349" class="fnanchor">[349]</a>, donde nacen y +pacen tantos brutos, hijos del Céfiro más que los que fingió la +antigüedad en el Tajo portugués<a name="FNanchor_350_350" id="FNanchor_350_350"></a><a href="#Footnote_350_350" class="fnanchor">[350]</a>; y entrando por el Campo de la +Verdad<a name="FNanchor_351_351" id="FNanchor_351_351"></a><a href="#Footnote_351_351" class="fnanchor">[351]</a> (pocas veces pisado de gente desta calaña) a la Colonia<a name="FNanchor_352_352" id="FNanchor_352_352"></a><a href="#Footnote_352_352" class="fnanchor">[352]</a> +y populosa patria de dos Sénecas y un Lucano, y del padre de la Poesía +española, el celebrado Góngora, a tiempo que se celebraban fiestas de +toros aquel día, y juego de cañas, acto positivo<a name="FNanchor_353_353" id="FNanchor_353_353"></a><a href="#Footnote_353_353" class="fnanchor">[353]</a> que más +excelentemente ejecutan los caballeros de aquella ciudad, y tomando +posada en el mesón de las Rejas<a name="FNanchor_354_354" id="FNanchor_354_354"></a><a href="#Footnote_354_354" class="fnanchor">[354]</a>, que estaba lleno de forasteros que +habían concurrido a esta celebridad, se apercibieron para ir a vellas, +limpiándose el polvo de las nubes; y llegando a la Corredera<a name="FNanchor_355_355" id="FNanchor_355_355"></a><a href="#Footnote_355_355" class="fnanchor">[355]</a>, que +es la plaza donde siempre se hacen estas festividades, se pusieron a ver +un juego de esgrima que estaba en medio del concurso de la gente, que en +estas ocasiones suele siempre en aquella provincia preceder a las +fiestas, a cuya esfera no había llegado la línea recta, ni el ángulo +obtuso ni oblicuo<a name="FNanchor_356_356" id="FNanchor_356_356"></a><a href="#Footnote_356_356" class="fnanchor">[356]</a>; que todavía se platicaba el uñas arriba y el +uñas abajo de la destreza primitiva que nuestros primeros padres +usaron; y acordándose don Cleofás de lo que dice el ingeniosísimo +Quevedo en su <i>Buscón</i><a name="FNanchor_357_357" id="FNanchor_357_357"></a><a href="#Footnote_357_357" class="fnanchor">[357]</a>, pensó<a name="FNanchor_358_358" id="FNanchor_358_358"></a><a href="#Footnote_358_358" class="fnanchor">[358]</a> perecer de risa, bien que se +debe al insigne don Luis Pacheco de Narváez haber sacado de la obscura +tiniebla de la vulgaridad a luz la verdad deste arte, y del caos de +tantas opiniones las demonstraciones matemáticas desta verdad.</p> + +<p>Había dejado en esta ocasión la espada negra<a name="FNanchor_359_359" id="FNanchor_359_359"></a><a href="#Footnote_359_359" class="fnanchor">[359]</a> un mozo de Montilla, +bravo aporreador, quedando en el puesto otro de los Pedroches, no menos +bizarro campeón, y arrojándose, entre otros que la fueron a tomar muy +apriesa, don Cleofás la levantó primero que todos, admirando la +resolución de el forastero, que en el ademán les pareció castellano, y +dando a su camarada la capa y la espada, como es costumbre, puso +bizarramente las plantas en la palestra. En esto, el Maestro, con el +montante<a name="FNanchor_360_360" id="FNanchor_360_360"></a><a href="#Footnote_360_360" class="fnanchor">[360]</a>, barriendo los pies a los mirones, abrió la rueda, dando +aplauso<a name="FNanchor_361_361" id="FNanchor_361_361"></a><a href="#Footnote_361_361" class="fnanchor">[361]</a> a la pendencia vellorí<a name="FNanchor_362_362" id="FNanchor_362_362"></a><a href="#Footnote_362_362" class="fnanchor">[362]</a>, pues se hacía con espadas +mulatas; y partiendo el andaluz y el estudiante castellano uno para el +otro airosamente, corrieron una ida y venida sin tocarse al pelo de la +ropa, y a la segunda, don Cleofás, que tenía algunas revelaciones de +Carranza, por el cuarto círculo<a name="FNanchor_363_363" id="FNanchor_363_363"></a><a href="#Footnote_363_363" class="fnanchor">[363]</a> le dió al andaluz con la zapatilla +un golpe de pechos, y él, metiendo el brazal, un tajo a don Cleofás en +la cabeza, sobre la guarnición de la espada; y convirtiendo don Cleofás +el reparo en revés, con un movimiento accidental<a name="FNanchor_364_364" id="FNanchor_364_364"></a><a href="#Footnote_364_364" class="fnanchor">[364]</a>, dió tan grande +tamborilada al contrario, que sonó como si la hubiera dado en la +tumba<a name="FNanchor_365_365" id="FNanchor_365_365"></a><a href="#Footnote_365_365" class="fnanchor">[365]</a> de los Castillas. Alborotáronse algunos amigos y conocidos, +que había en el corro, y sobre el montante del señor Maestro le entraron +tirando algunas estocadillas veniales al tal don Cleofás, que con la +zapatilla, como con agua bendita, se las quitó, y apelando a su espada y +capa, y el Cojuelo a sus muletas, hicieron tanta riza<a name="FNanchor_366_366" id="FNanchor_366_366"></a><a href="#Footnote_366_366" class="fnanchor">[366]</a> en el montón +agavillado, que fué menester echalles un toro para ponellos en paz: tan +valiente montante de Sierramorena, que a dos o tres mandobles puso la +plaza más despejada que pudieran la guarda tudesca y española, a costa +de algunas bragas que hicieron por detrás cíclopes a sus dueños<a name="FNanchor_367_367" id="FNanchor_367_367"></a><a href="#Footnote_367_367" class="fnanchor">[367]</a>, +encaramándose a un tablado don Cleofás y su camarada, muy falsos<a name="FNanchor_368_368" id="FNanchor_368_368"></a><a href="#Footnote_368_368" class="fnanchor">[368]</a>, +a ver la fiesta, haciéndose aire con los sombreros, como si tal no +hubiera pasado por ellos; y acechándolos unos alguaciles, porque en +estas ocasiones siempre quiebra la soga por lo más forastero<a name="FNanchor_369_369" id="FNanchor_369_369"></a><a href="#Footnote_369_369" class="fnanchor">[369]</a>, +habiendo dejarretado el toro, llegaron desde la plaza a caballo, +diciéndoles:</p> + +<p>—Señor Licenciado y señor Cojo, bajen acá, que los llama el señor +Corregidor.</p> + +<p>Y haciendo don Cleofás y su compañero orejas de mercader, comenzaron los +ministros o vaqueros de la justicia a quererlo intentar con las varas, y +agarrándose cada uno de la suya, a vara por barba<a name="FNanchor_370_370" id="FNanchor_370_370"></a><a href="#Footnote_370_370" class="fnanchor">[370]</a>, dijeron a los +tales ministros, quitándoselas de las manos de cuajo:</p> + +<p>—Sígan[n]os vuesas mercedes si se atreven a alcanzarnos.</p> + +<p>Y levantándose por el aire, parecieron cohetes voladores, y los dichos +alguaciles, capados de varas, pedían a los gorriones «¡Favor a la +justicia!»<a name="FNanchor_371_371" id="FNanchor_371_371"></a><a href="#Footnote_371_371" class="fnanchor">[371]</a>, quedándose suspensos y atribuyendo la agilidad de los +nuevos volatines a sueño, haciendo tan alta punta<a name="FNanchor_372_372" id="FNanchor_372_372"></a><a href="#Footnote_372_372" class="fnanchor">[372]</a> los dos halcones, +salvando a Guadalcázar, del ilustre Marqués de este título, del claro +apellido de los Córdovas, que dieron sobre el rollo de Écija, diciéndole +el Cojuelo a don Cleofás:</p> + +<p>—Mira qué gentil árbol berroqueño, que suele llevar hombres, como otros +fruta.</p> + +<p>—¿Qué coluna tan grande es ésta?—le preguntó don Cleofás.</p> + +<p>—El celebrado rollo<a name="FNanchor_373_373" id="FNanchor_373_373"></a><a href="#Footnote_373_373" class="fnanchor">[373]</a> del mundo—le respondió el Cojuelo.</p> + +<p>—Luego ¿esta ciudad es Écija?—le repitió don Cleofás.</p> + +<p>—Ésta <i>es</i> Écija, la más fértil población de Andalucía—dijo el +Diablillo—, que tiene aquel sol<a name="FNanchor_374_374" id="FNanchor_374_374"></a><a href="#Footnote_374_374" class="fnanchor">[374]</a> por armas a la entrada de esa +hermosa puente, cuyos ojos rasgados lloran a Genil, caudaloso río que +tiene su solar en Sierra Nevada, y después, haciendo con el Darro +maridaje de cristal, viene a calzar de plata estos hermosos edificios y +tanto pueblo de abril y mayo<a name="FNanchor_375_375" id="FNanchor_375_375"></a><a href="#Footnote_375_375" class="fnanchor">[375]</a>. De aquí fué Garci Sánchez de +Badajoz<a name="FNanchor_376_376" id="FNanchor_376_376"></a><a href="#Footnote_376_376" class="fnanchor">[376]</a>, aquel insigne poeta castellano; y en esta ciudad solamente +se coge el algodón<a name="FNanchor_377_377" id="FNanchor_377_377"></a><a href="#Footnote_377_377" class="fnanchor">[377]</a>, semilla que en toda España no nace, además de +otros veinte y cuatro frutos, sin sembrallos, de que se vale para vender +la gente necesitada; su comarca también es fertilísima<a name="FNanchor_378_378" id="FNanchor_378_378"></a><a href="#Footnote_378_378" class="fnanchor">[378]</a>. Montilla +cae aquí a mano izquierda, habitación de los heroicos marqueses de +Priego, Córdovas y Aguilares, de cuya gran casa salió, para honra de +España, el que mereció llamarse Gran Capitán por antonomasia, y hoy a su +Marqués ilustrísimo se le ha acrecentado la casa de Feria, por morir sin +hijos aquel gran portento de Italia, que malogró la Fortuna, de envidia; +cuyo gran sucesor, siendo mudo, ocupa a grandezas en silencio elocuente +las lenguas de la Fama. Más abajo está Lucena, del Alcaide de los +Donceles, Duque de Cardona, en cuyo océano de blasones se anegó la gran +casa de Lerma. Luego, Cabra, celebrada por su sima<a name="FNanchor_379_379" id="FNanchor_379_379"></a><a href="#Footnote_379_379" class="fnanchor">[379]</a>, tan profunda +como la antigüedad de sus dueños, pregona con las lenguas de sus +almenas, que es del ínclito Duque de Sesa y Soma, y que la vive hoy su +entendido y bizarro heredero. Luego Osuna se ofrece a la demarcación +destos ilustres edificios, blasonando con tantos maestres Girones la +altivez de sus duques; y veinte y dos leguas de aquí cae la hermosísima +Granada, paraíso de Mahoma, que no en vano la defendieron tanto sus +valientes africanos españoles, de cuya Alhambra y Alcazaba es alcaide el +nobilísimo Marqués de Mondéjar, padre del generoso conde de Tendilla, +Mendozas del Ave María y credo de los caballeros. No nos olvidemos, de +camino, de Guadix, ciudad antigua y celebrada por sus melones<a name="FNanchor_380_380" id="FNanchor_380_380"></a><a href="#Footnote_380_380" class="fnanchor">[380]</a>, y +mucho más por el divino ingenio del doctor Mira de Mescua<a name="FNanchor_381_381" id="FNanchor_381_381"></a><a href="#Footnote_381_381" class="fnanchor">[381]</a>, hijo +suyo y arcediano.</p> + +<p>Cuando iba el Cojuelo refiriendo esto, llegaron a la Plaza Mayor de +Ecija, que es la más insigne del Andalucía, y junto a una fuente que +tiene en medio del jaspe, con cuatro ninfas gigantas de alabastro +derramando lanzas de cristal<a name="FNanchor_382_382" id="FNanchor_382_382"></a><a href="#Footnote_382_382" class="fnanchor">[382]</a>, estaban unos ciegos sobre un banco, +de pies, y mucha gente de capa parda de auditorio, cantando la relación +muy verdadera que trataba de cómo una maldita dueña se había hecho +preñada del diablo, y que por permisión de Dios había parido una manada +de lechones, con un romance de don Alvaro de Luna y una letrilla contra +los demonios, que decía:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 9em;">«Lucifer tiene muermo,</span><br /> +<span style="margin-left: 10em;">Satanás, sarna,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">y el Diablo Cojuelo</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">tiene almorranas.</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">Almorranas y muermo,</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">sarna y ladillas,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">su mujer se las quita</span><br /> +<span style="margin-left: 10em;">con tenacillas.»<a name="FNanchor_383_383" id="FNanchor_383_383"></a><a href="#Footnote_383_383" class="fnanchor">[383]</a></span><br /> +</p> + +<p>El Cojuelo le dijo a don Cleofás:</p> + +<p>—¿Qué te parece los testimonios que nos levantan estos ciegos y las +sátiras que nos hacen? Ninguna raza de gente se nos atreve a nosotros si +no son éstos, que tienen más ánimo que los mayores ingenios; pero esta +vez me lo han de pagar, castigándose ellos mismos por sus propias manos, +y daré, de camino, venganza a las dueñas, porque no hay en el mundo +quien no las quiera mal, y nosotros las tenemos grandes obligaciones, +porque nos ayudan a nuestros embustes; que son demonias hembras<a name="FNanchor_384_384" id="FNanchor_384_384"></a><a href="#Footnote_384_384" class="fnanchor">[384]</a>.</p> + +<p>Y sobre la entonación de las coplas metió el Cojuelo tanta cizaña entre +los ciegos, que, arrempujándose primero, y cayendo dellos en el pilón de +la fuente, y esotros en el suelo, volviéndose a juntar, se mataron a +palos, dando barato<a name="FNanchor_385_385" id="FNanchor_385_385"></a><a href="#Footnote_385_385" class="fnanchor">[385]</a>, de camino, a los oyentes, que les respondieron +con algunos puñetes y coces. Y como llegaron a Écija con las varas de +los alguaciles de Córdoba, pensando que traían alguna gran comisión de +la Corte, llegó la justicia de la ciudad a hacelles fiesta y a +lisonjeallos con ofrecerles sus posadas, y ellos, valiéndose de la +ocasión, admitieron las ofertas, con que fueron regalados como cuerpos +de rey; y preguntándoles qué era el negocio que traían para Écija, el +Cojuelo les respondió que era contra los médicos y boticarios, y visita +general de beatas; y que a los médicos se les venía a vedar que después +de matar un enfermo, no les valiese<a name="FNanchor_386_386" id="FNanchor_386_386"></a><a href="#Footnote_386_386" class="fnanchor">[386]</a> la mula por sagrado; y que, +cuando no se saliese con esto, por lo menos, a los boticarios que +errasen las purgas, que no pudiesen ser castigados si se retrujesen<a name="FNanchor_387_387" id="FNanchor_387_387"></a><a href="#Footnote_387_387" class="fnanchor">[387]</a> +en los cimenterios de las mulas de los médicos, que son las ancas<a name="FNanchor_388_388" id="FNanchor_388_388"></a><a href="#Footnote_388_388" class="fnanchor">[388]</a>; +y que a las beatas se les venía a quitar el tomar tabaco, beber +chocolate y comer jigote.</p> + +<p>Parecióle al Alguacil Mayor, que no era lerdo y tenía su punta de hacer +jácaras y entremeses, que hacían burla dellos, y quiso agarrallos para +dar con ellos en la trena, y después sacudilles el polvo y batanalles el +cordobán, por embelecadores, embusteros y alguaciles chanflones<a name="FNanchor_389_389" id="FNanchor_389_389"></a><a href="#Footnote_389_389" class="fnanchor">[389]</a>; y +levantando el Cojuelo una polvareda de piedra azufre y asiendo a don +Cleofás por la mano, se desaparecieron, entre la cólera y +resolución<a name="FNanchor_390_390" id="FNanchor_390_390"></a><a href="#Footnote_390_390" class="fnanchor">[390]</a> de los ministros ecijanos, dejándolos tosiendo y +estornudando, dándose de cabezadas unos a otros sin entenderse, haciendo +los neblíes de la más obscura Noruega<a name="FNanchor_391_391" id="FNanchor_391_391"></a><a href="#Footnote_391_391" class="fnanchor">[391]</a> puntas a diferentes partes; y +dejando a la derecha a Palma, donde se junta Genil con Guadalquivir<a name="FNanchor_392_392" id="FNanchor_392_392"></a><a href="#Footnote_392_392" class="fnanchor">[392]</a> +por el vicario de las aguas, villa antigua de los Bocanegras y +Portocarreros, y de quien fué dueño aquel gran cortesano y valiente +caballero don Luis Portocarrero, cuyo corazón excedió muchas varas a su +estatura, y luego a la Monclova, bosque deliciosísimo y monte de Clovio, +valeroso capitán romano, y posesión hoy de otro Portocarrero y Enríquez, +no menos gran caballero que el pasado, y a la hermosa villa de Fuentes, +de quien fué marqués el bizarro y no vencido don Juan Claros de Guzmán +el Bueno, que, después de muchos servicios a su rey, murió en Flandes +con lástima de todos y envidia de más, hijo de la gran casa de +Medina-Sidonia, donde todos sus Guzmanes son Buenos por apellido, por +sangre y por sus personas esclarecidas, sin tocar al pelo de la ropa a +Marchena, habitación noble de los duques de Arcos, marqueses que fueron +de Cádiz, de quien hoy es meritísimo señor el excelentísimo duque don +Rodrigo Ponce de León, en quien se cifran todas las proezas y grandezas +heroicas de sus antepasados, columbrando desde más lejos a Villanueva +del Río, de los marqueses de Villanueva, Enríquez y Riberas, y hoy de +don Antonio Álvarez de Toledo y Beamonte, marqués suyo y duque de +Güesca, heredero ilustre del gran Duque de Alba, Condestable de Navarra, +llegaron de un vuelo los dos pajarotes de camarada<a name="FNanchor_393_393" id="FNanchor_393_393"></a><a href="#Footnote_393_393" class="fnanchor">[393]</a>, no siendo ésta +la mayor pareja que habían corrido, al pie de la cuesta de Carmona, en +su dilatada, fértil y celebrada vega, donde les anocheció, diciéndole +don Cleofás al amigo:</p> + +<p>—Camarada, descansemos un poco, que es mucho pajarear éste, y nos +metemos a lechuzas silvestres; que la serenidad de la noche y el verano +brindan a pasalla en el campo.</p> + +<p>—Soy de ese parecer—dijo el Cojuelo—: tendamos la raspa<a name="FNanchor_394_394" id="FNanchor_394_394"></a><a href="#Footnote_394_394" class="fnanchor">[394]</a> en este +pradillo junto a este arroyo, espejo donde se están tocando las +estrellas, porque aguardan a la madrugada visita del sol, Gran Turco de +todas esas señoras.</p> + +<p>Y don Cleofás, poniendo el ferreruelo<a name="FNanchor_395_395" id="FNanchor_395_395"></a><a href="#Footnote_395_395" class="fnanchor">[395]</a> por cabecera y la espada +sobre el estómago, acomodó el individuo, y estando boca arriba, paseando +con los ojos la bóveda celestial, cuya fábrica portentosa al más ciego +gentil obliga a rastrear que la mano de su artífice es de Dios, y de +gran Dios, le dijo al camarada:</p> + +<p>—¿No me dirás, pues has vivido en aquellos barrios, si esas estrellas +son tan grandes como esos astrólogos dicen cuando hablan de su magnitud, +y en qué cielo están, y cuantos cielos hay, para que no nos den +papillas<a name="FNanchor_396_396" id="FNanchor_396_396"></a><a href="#Footnote_396_396" class="fnanchor">[396]</a> cada día con tantas y tan diversas opiniones, haciéndonos +bobos a los demás con líneas y coluros imaginados, y si es verdad que +los planetas tienen epiciclos, y el movimiento de cada cielo, desde el +primer móvil al remiso y al trepidante, y dónde están los signos de +estos luceros escribanos, porque yo desengañe al mundo y no nos vendan +imaginaciones por verdades?</p> + +<p>El Cojuelo le respondió:</p> + +<p>—Don Cleofás, nuestra caída fué tan apriesa, que no nos dejó reparar en +nada; y a fee que si Lucifer no se hubiera traído tras de sí la tercera +parte de las estrellas<a name="FNanchor_397_397" id="FNanchor_397_397"></a><a href="#Footnote_397_397" class="fnanchor">[397]</a>, como repiten tantas veces en los autos del +Corpus, aun hubiera más en que haceros más garatusas la Astrología. Esto +todo sea con perdón del antojo del Galileo<a name="FNanchor_398_398" id="FNanchor_398_398"></a><a href="#Footnote_398_398" class="fnanchor">[398]</a> y el del gran don Juan +de Espina<a name="FNanchor_399_399" id="FNanchor_399_399"></a><a href="#Footnote_399_399" class="fnanchor">[399]</a>, cuya célebre casa y peregrina silla son ideas de su raro +ingenio; que yo hablo de antojos abajo, como de tejas, y salvo la +óbtica<a name="FNanchor_400_400" id="FNanchor_400_400"></a><a href="#Footnote_400_400" class="fnanchor">[400]</a> destos señores antojadizos que han descubierto al sol un +lunar en el lado izquierdo, y en la luna han linceado montes y valles, y +han visto a Venus <i>cornuta</i>. Lo que yo sé decir, que el poco tiempo que +estuve por allá arriba nunca oí nombrar la Bocina, el Carro, la <i>Espica +Vírginis,</i> la <i>Ursa major</i> ni la <i>Ursa minor,</i> las Pléyades ni las +Helíades, nombres que los de la Astrología les han dado, y esa que +llamaron <i>Vía Láctea,</i> y ahora los vulgares Camino de Santiago, por +donde anda tanto el cojo como el sano; que si esto fuera así, yo +también, por lo cojo, había de andar por aquel camino<a name="FNanchor_401_401" id="FNanchor_401_401"></a><a href="#Footnote_401_401" class="fnanchor">[401]</a>, siendo hijo +de vecino de aquella provincia.</p> + +<p>Ya en estas razones últimas se había agradecido al sueño el tal Don +Cleofás, dejando al compañero de posta<a name="FNanchor_402_402" id="FNanchor_402_402"></a><a href="#Footnote_402_402" class="fnanchor">[402]</a> como grulla<a name="FNanchor_403_403" id="FNanchor_403_403"></a><a href="#Footnote_403_403" class="fnanchor">[403]</a> de la otra +vida, cuando un gran estruendo de clarines y cabalgaduras le despertó +sobresaltado, recelando que se le llevaba a otra parte más desacomodada +el que le había agasajado hasta entonces; pero el Diablillo le sosegó, +diciendo:</p> + +<p>—No te alborotes, don Cleofás; que, estando conmigo, no tienes que +temer nada.</p> + +<p>—Pues ¿qué ruido tan grande es éste—le replicó el Estudiante.</p> + +<p>—Yo te lo diré—dijo el Cojuelo—, si acabas de despertar y me escuchas +con atención.</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="TRANCO_VII" id="TRANCO_VII"></a>TRANCO VII</h2> + +<p>El Estudiante se incorporó entonces, supliendo con bostezos y esperezos +lo que le faltaba por dormir, y prosiguió el Diablillo, diciendo:</p> + +<p>—Todo este estruendo trae consigo la casa de la Fortuna, que pasa al +Asia Mayor a asistir a una batalla campal entre el Mogor y el Sofí, para +dar la victoria a quien menos la mereciere. Escucha y mira; que esta que +pasa es su recámara, y en lugar de acémilas van mercaderes y hombres de +negocios que llaman, cargados de cajas de moneda de oro y plata, con +reposteros bordados encima con las armas de la Fortuna, que son los +cuatro vientos, y un harpón en una torre, moviéndose a todos cuatro, +sogas y garrotes del mismo metal que llevan, y, con ir con tanto peso, +van descansados, a su parecer. Esta tropa inumerable que pasa ahora mal +concertada es de oficiales de boca, cocineros, mozos de cocina, +botilleres, reposteros, despenseros, panaderos, veedores, y la demás +canalla que toca a la bucólica. Estos que vienen agora a pie, con +fieltros blancos terciados por los hombros, son lacayos de la Fortuna, +que son los mayores ingenios que ha tenido el mundo, entre los cuales va +Homero, Píndaro, Anacreonte, Virgilio, Ovidio, Horacio, Silio Itálico, +Lucano, Claudiano, Estacio Papinio, Juvenal, Marcial, Catulo, Propercio, +el Petrarca, Sanazaro, el Taso, el Bembo, el Dante, el Guarino, el +Ariosto, el caballero Marino, Juan de Mena, Castillejo, Gregorio +Hernández, Garci Sánchez, Camoes y otros muchos que han sido en +diferentes provincias príncipes de la Poesía.</p> + +<p>—Por cierto que han medrado poco—dijo el Estudiante—, pues no han +pasado de lacayos de la Fortuna.</p> + +<p>—No hay en su casa—dijo el Cojuelo—quien tenga lo que merece.</p> + +<p>—¿Qué escuadrón es éste tan lucido, con joyas de diamantes y cadenas y +vestidos lloviendo oro y perlas—prosiguió el Estudiante—, que llevan +tantos pajes en cuerpo que los alumbran con tantas hachas blancas, y +van sobre filósofos antiguos que les sirven de caballos, de tan malos +talles, que los más son corcovados, cojos, mancos, calvos, narigones, +tuertos, zurdos y balbucientes?</p> + +<p>—Éstos son—dijo el Cojuelo—potentados, príncipes y grandes señores +del mundo, que van acompañando a la Fortuna, de quien han recibido los +estados y las riquezas que tienen, y, con ser tan poderosos y ricos, son +los más necios y miserables de la tierra.</p> + +<p>—¡Buen gusto ha tenido la Fortuna, por cierto!—dijo don Cleofás—. +¡Bien se le parece<a name="FNanchor_404_404" id="FNanchor_404_404"></a><a href="#Footnote_404_404" class="fnanchor">[404]</a> que tiene nombre de mujer: que escoge lo peor!</p> + +<p>—Primero lo debieron a la naturaleza—respondió el Cojuelo, y prosiguió +diciendo—; Aquel gigante que viene sobre un dromedario, con un ojo, y +ése ciego, solamente, en la mitad de la frente, con un árbol en las +manos de suma magnitud, lleno de bastones, mitras, laureles, hábitos, +capelos, coronas y tiaras, es Polifemo, que después que le cegó Ulises, +le ha dado la Fortuna a cargo aquella escarpia de dignidades, para que +las reparta a ciegas y va siempre junto al carro triunfal de la Fortuna, +que es aquel que le tiran cincuenta emperadores griegos y romanos, y +ella viene cercada de faroles de cristal, con cirios pascuales +encendidos dentro dellos, sobre una rueda llena de arcaduces de plata, +que siempre está llenándolos y vaciándolos de viento, y esotro pie, en +el elemento mismo, que está lleno de camaleones que le van dando +memoriales, y ella rompiéndolos. Ahora vienen siguiéndola sus damas en +elefantes, con sillones de oro sembrados de balajes, rubíes y +crisólitos. La primera es la Necedad, camarera mayor suya, y aunque fea, +muy favorecida. La Mudanza es esotra, que va dando cédulas de +casamiento, y no cumpliendo ninguna. Esotra es la Lisonja, vestida a la +francesa de tornasoles de aguas, y lleva en la cabeza un iris de colores +por tocado, y en cada mano cien lenguas. Aquella que la sucede, vestida +de negro, sin oro ni joya, de linda cara y talle, que viene llorosa, es +la Hermosura: una dama muy noble y muy olvidada de los favores de su +ama. La Envidia la sigue y la persigue, con un vestido pajizo, bordado +de basiliscos y corazones.</p> + +<p>—Siempre esa dama—dijo don Cleofás—come grosura<a name="FNanchor_405_405" id="FNanchor_405_405"></a><a href="#Footnote_405_405" class="fnanchor">[405]</a>: que es halcón +de las alcándaras de palacio.</p> + +<p>—Esotra que viene—prosiguió el Cojuelo—, que parece que va preñada, +es la Ambición, que está hidrópica de deseos y de imaginaciones. Esotra +es la Avaricia, que está opilada de oro<a name="FNanchor_406_406" id="FNanchor_406_406"></a><a href="#Footnote_406_406" class="fnanchor">[406]</a>, y no quiere tomar el +acero<a name="FNanchor_407_407" id="FNanchor_407_407"></a><a href="#Footnote_407_407" class="fnanchor">[407]</a>, porque es más bajo metal. Aquellas que vienen, con tocas +largas y antojos, sobre minotauros<a name="FNanchor_408_408" id="FNanchor_408_408"></a><a href="#Footnote_408_408" class="fnanchor">[408]</a>, son la Usura, la Simonía, la +Mohatra, la Chisme<a name="FNanchor_409_409" id="FNanchor_409_409"></a><a href="#Footnote_409_409" class="fnanchor">[409]</a>, la Baraja<a name="FNanchor_410_410" id="FNanchor_410_410"></a><a href="#Footnote_410_410" class="fnanchor">[410]</a>, la Soberbia, la Invención, la +Hazañería, dueñas de la Fortuna. Los que vienen galanteando a estas +señoras todas y alumbrándolas con antorchas de colores diferentes son +ladrones, fulleros, astrólogos, espías, hipócritas, monederos falsos, +casamenteros, noveleros, corredores<a name="FNanchor_411_411" id="FNanchor_411_411"></a><a href="#Footnote_411_411" class="fnanchor">[411]</a>, glotones y borrachos. Aquel +que viene sobre el asno de oro<a name="FNanchor_412_412" id="FNanchor_412_412"></a><a href="#Footnote_412_412" class="fnanchor">[412]</a> de Lucio Apuleyo es Creso, mayordomo +mayor de la Fortuna, y a su mano izquierda, Astolfo, su caballerizo +mayor. Aquellos que van sobre cubas con ruedas y velicómenes<a name="FNanchor_413_413" id="FNanchor_413_413"></a><a href="#Footnote_413_413" class="fnanchor">[413]</a> en las +manos, dando carcajadas de risa, son sus gentiles hombres de la copa, +que han sido taberneros de Corte primero. Aquella escuadra de +selvajes<a name="FNanchor_414_414" id="FNanchor_414_414"></a><a href="#Footnote_414_414" class="fnanchor">[414]</a> que vienen en jumentos de albarda son contadores, +tesoreros, escribanos de raciones, administradores, historiadores, +letrados, correspondientes<a name="FNanchor_415_415" id="FNanchor_415_415"></a><a href="#Footnote_415_415" class="fnanchor">[415]</a>, agentes de la Fortuna, y llevan manos +de almireces por plumas, y por papel, pieles de abadas. Tras dellos +viene una silla de manos, bordada de trofeos, para las visitas de la +Fortuna; los silleros son Pitágoras, Diógenes, Aristóteles, Platón, y +otros filósofos para remudar, con camisolas y calzones de tela de nácar, +herrados los rostros con eses y clavos<a name="FNanchor_416_416" id="FNanchor_416_416"></a><a href="#Footnote_416_416" class="fnanchor">[416]</a>. Aquellos que vienen agora +de tres en tres, sobre tumbas enlutadas, a la jineta y a la brida, son +médicos de la cámara y de la familia, boticarios y barberos de la +Fortuna. Agora cierra todo este escuadrón y acompañamiento aquella +prodigiosísima torre andante, que es la de Babilonia, llena de gigantes, +de enanos, de bailarines y representantes, de instrumentos músicos y +marciales, de voces, de algazaras, que se ven y oyen por infinitas +ventanas que tiene el edificio, coronadas de luminarias y flechando +girándulas<a name="FNanchor_417_417" id="FNanchor_417_417"></a><a href="#Footnote_417_417" class="fnanchor">[417]</a> y cohetes voladores<a name="FNanchor_418_418" id="FNanchor_418_418"></a><a href="#Footnote_418_418" class="fnanchor">[418]</a>; y en un balcón grande de la +fachada va la Esperanza: una jayana vestida de verde, muy larga de +estatura, y muchos pretendientes por abajo, a pie, soldados, capitanes, +abogados, artífices y profesores de diferentes ciencias, mal vestidos, +hambrientos y desesperados, dándola voces, y con la confusión no se +entienden los unos a los otros, ni los otros a los unos. Y por otro +balcón del lado derecho va la Prosperidad, coronada de espigas de oro y +vestida de brocado de tres altos<a name="FNanchor_419_419" id="FNanchor_419_419"></a><a href="#Footnote_419_419" class="fnanchor">[419]</a>, bordado de las cuatro estaciones +del año, sembrando talegos sobre muchos mentecatos ricos, que van en +literas roncando, que no los han menester y piensan que los sueñan. +Ahora sigue todo este aparato una infinita tropa de carros largos, +llenos de comida y vestidos de mujeres y de hombres, que es la +guardarropa de la Fortuna; y con ir tantos como la siguen desnudos y +hambrientos, no les da un bocado que coman ni un trapo con que se +cubran, y aunque los repartiera con ellos, no les vinieran bien, que +están hechos solamente a medida de los dichosos.</p> + +<p>Seguía este carruaje un escuadrón volante de locos, a pie, y a caballo, +y en coches, con diferentes temas, que habían perdido el juicio de +varios sucesos de la Fortuna por mar y por tierra, unos riéndose, otros +llorando, otros cantando, otros callando, y todos renegando della<a name="FNanchor_420_420" id="FNanchor_420_420"></a><a href="#Footnote_420_420" class="fnanchor">[420]</a>; +y no tomaba de otros parecer, diligencia para no acertar nada, +desapareciendo toda esta máquina confusa una polvareda espantosa, en +cuyo temeroso piélago se anegó toda esta confusión, llegando el día, que +fué mucho que no se perdiera el sol con la grande polvareda, como don +Beltrán<a name="FNanchor_421_421" id="FNanchor_421_421"></a><a href="#Footnote_421_421" class="fnanchor">[421]</a> de los planetas, subiéndose los dos camaradas la cuesta +arriba a la recién bautizada ciudad de Carmona<a name="FNanchor_422_422" id="FNanchor_422_422"></a><a href="#Footnote_422_422" class="fnanchor">[422]</a>, atalaya del +Andalucía, de cielo tan sereno<a name="FNanchor_423_423" id="FNanchor_423_423"></a><a href="#Footnote_423_423" class="fnanchor">[423]</a>, que nunca le tuvo, y adonde no han +conocido al catarro si no es para serville<a name="FNanchor_424_424" id="FNanchor_424_424"></a><a href="#Footnote_424_424" class="fnanchor">[424]</a>; y tomando refresco de +unos conejos y unos pollos en un mesón que se llama de los Caballeros, +pasaron a Sevilla, cuya giralda y torre<a name="FNanchor_425_425" id="FNanchor_425_425"></a><a href="#Footnote_425_425" class="fnanchor">[425]</a> tan celebrada se descubre +desde la venta de Peromingo<a name="FNanchor_426_426" id="FNanchor_426_426"></a><a href="#Footnote_426_426" class="fnanchor">[426]</a> el Alto, tan hija de vecino de los +aires, que parece que se descalabra en las estrellas.</p> + +<p>Admiró a don Cleofás el sitio de su dilatada población, y de la que +hacen tantos diversos bajeles en el Guadalquivir, valla de cristal de +Sevilla y de Triana<a name="FNanchor_427_427" id="FNanchor_427_427"></a><a href="#Footnote_427_427" class="fnanchor">[427]</a>, distinguiéndose de más cerca la hermosura de +sus edificios, que parece que han muerto vírgines<a name="FNanchor_428_428" id="FNanchor_428_428"></a><a href="#Footnote_428_428" class="fnanchor">[428]</a> y mártires, +porque todos están con palmas en las manos, que son las que se +descuellan de sus peregrinos pensiles, entre tantos cidros, naranjos, +limones, laureles y cipreses; llegando en breve espacio a Torreblanca, +una legua larga desta insigne ciudad, desde donde comienza su Calzada y +los caños de Carmona, hermosísima puente de arcos, por donde entra el +río Guadaira<a name="FNanchor_429_429" id="FNanchor_429_429"></a><a href="#Footnote_429_429" class="fnanchor">[429]</a> en Sevilla, cuya hidrópica sed se le bebe todo, sin +dejar apenas una gota para tributar al mar, que es solamente el río en +todo el mundo que está previligiado deste pecho<a name="FNanchor_430_430" id="FNanchor_430_430"></a><a href="#Footnote_430_430" class="fnanchor">[430]</a>; haciendo mayor la +belleza desta entrada infinitas granjas, por una parte y por otra, que +en cada una se cifra un jardín terrenal, granizando azahares, mosquetas +y jazmines reales. Y al mismo tiempo que ellos iban llegando a la puerta +de Carmona, atisbó el Cojuelo entrar por ella a caballo, con vara alta y +los dos corchetes que sacó del infierno, a Cienllamas; y volviéndose a +don Cleofás, le dijo:</p> + +<p>—Aquel que entra por la puerta de Carmona es comisario de mis amos, que +viene contra mí a Sevilla: menester es guardarnos.</p> + +<p>—No se me da dos blancas<a name="FNanchor_431_431" id="FNanchor_431_431"></a><a href="#Footnote_431_431" class="fnanchor">[431]</a>—dijo don Cleofás—; que yo estoy +matriculado en Alcalá, y no tiene ningún tribunal juridicción<a name="FNanchor_432_432" id="FNanchor_432_432"></a><a href="#Footnote_432_432" class="fnanchor">[432]</a> en mi +persona; y fuera de eso, dicen que es Sevilla lugar tan confuso, que no +nos hallarán, si queremos, todos cuantos hurones tiene Lucifer y +Bercebú<a name="FNanchor_433_433" id="FNanchor_433_433"></a><a href="#Footnote_433_433" class="fnanchor">[433]</a>.</p> + +<p>Entrándose en la ciudad los dos a buen paso y guiando el Cojuelo, la +barba sobre el hombro<a name="FNanchor_434_434" id="FNanchor_434_434"></a><a href="#Footnote_434_434" class="fnanchor">[434]</a>, fueron hilvanando calles, y, llegando a una +plazuela, reparó don Cleofás en un edificio sumptuoso de unas casas que +tenían una portada ostentosa de alabastro y unos corredores dilatados de +la misma piedra. Preguntóle don Cleofás al Cojuelo qué templo era aquél, +y él le respondió que no era templo, aunque tenía tantas cruces de +Jerusalén del mismo relieve de mármol, sino las casas de los duques de +Alcalá, marqueses de Tarifa<a name="FNanchor_435_435" id="FNanchor_435_435"></a><a href="#Footnote_435_435" class="fnanchor">[435]</a>, conde de los Molares y adelantados +mayores de Andalucía, cuya grandeza ha heredado hoy el gran Duque de +Medina Celi, por falta de hijos herederos, que aunque fuera mayor, no le +hiciera más: que por Fox y Cerda es lo más que puede ser.</p> + +<p>—Ya conozco ese príncipe—dijo don Cleofás—, y le he visto en la +Corte, y es tan generoso y entendido como gran señor.</p> + +<p>Con esta plática llegaron a la Cabeza del Rey don Pedro, cuya calle se +llama el Candilejo<a name="FNanchor_436_436" id="FNanchor_436_436"></a><a href="#Footnote_436_436" class="fnanchor">[436]</a>, y atravesando por cal<a name="FNanchor_437_437" id="FNanchor_437_437"></a><a href="#Footnote_437_437" class="fnanchor">[437]</a> de Abades, la +Borciguinería<a name="FNanchor_438_438" id="FNanchor_438_438"></a><a href="#Footnote_438_438" class="fnanchor">[438]</a> y el Atambor<a name="FNanchor_439_439" id="FNanchor_439_439"></a><a href="#Footnote_439_439" class="fnanchor">[439]</a>, llegaron a las calles<a name="FNanchor_440_440" id="FNanchor_440_440"></a><a href="#Footnote_440_440" class="fnanchor">[440]</a> del +Agua<a name="FNanchor_441_441" id="FNanchor_441_441"></a><a href="#Footnote_441_441" class="fnanchor">[441]</a>, donde tomaron posada, que son las más recatadas de Sevilla.</p> + +<p>En este tiempo, a nuestro Astrólogo o Mágico se lo había llevado de una +aplopejía<a name="FNanchor_442_442" id="FNanchor_442_442"></a><a href="#Footnote_442_442" class="fnanchor">[442]</a> el demoñuelo zurdo que sustituía al Cojuelo, y bajó a +pedir justicia a Lucifer en el güeso del alma, sin las mondaduras del +cuerpo, del quebrantamiento de su redoma; y doña Tomasa, no olvidando +los desaires de don Cleofás, trataba con otra requisitoria de venir a +Sevilla, con un galán nuevo que tenía, soldado de los galeones, para +tomar venganza casándose con el licenciado Vireno de Madrid la Olimpia +de mala mano<a name="FNanchor_443_443" id="FNanchor_443_443"></a><a href="#Footnote_443_443" class="fnanchor">[443]</a>, sabiendo que se había escapado allá. Don Cleofás y su +camarada no salían de su posada, por desmentir las espías de Cienllamas +y de Chispa y Redina, y subiéndose a un terrado una tarde, de los que +tienen todas las casas de Sevilla, a tomar el fresco y a ver desde lo +alto más particularmente los edificios de aquella populosa ciudad, +estómago de España y del mundo, que reparte a todas las provincias dél +la sustancia de lo que traga a las Indias en plata y oro (que es +avestruz de la Europa, pues digiere más generosos metales)<a name="FNanchor_444_444" id="FNanchor_444_444"></a><a href="#Footnote_444_444" class="fnanchor">[444]</a>, +espantándose don Cleofás de aquel numeroso ejército de edificios, tan +epilogado, que si se derramara, no cupiera en toda la Andalucía, le dijo +a su compañero:</p> + +<p>—Enséñame desde aquí algunos particulares, si se descubren a la vista.</p> + +<p>El Cojuelo le dijo:</p> + +<p>—Ya por aquella torre que descubrimos desde tan lejos discurrirás que +esa bellísima fábrica que está arrimada a ella es la Iglesia Mayor y +mayor templo de cuantos fabricó la antigüedad ni el siglo de agora +reconoce. No quiero decirte por menudo sus grandezas; basta afirmarte +que su cirio pascual pesa ochenta y cuatro arrobas de cera<a name="FNanchor_445_445" id="FNanchor_445_445"></a><a href="#Footnote_445_445" class="fnanchor">[445]</a>, y el +candelero de tinieblas, de grandeza notable, es de bronce, y de tanta +ostentación y artificio, que si fuera de oro no hubiera costado +tanto<a name="FNanchor_446_446" id="FNanchor_446_446"></a><a href="#Footnote_446_446" class="fnanchor">[446]</a>. Su custodia es otra torre de plata, de la misma fábrica y +modelo<a name="FNanchor_447_447" id="FNanchor_447_447"></a><a href="#Footnote_447_447" class="fnanchor">[447]</a>; su trascoro no perdonó piedra esquisita y preciosa a los +minerales; su monumento es un templo portátil de Salomón<a name="FNanchor_448_448" id="FNanchor_448_448"></a><a href="#Footnote_448_448" class="fnanchor">[448]</a>.</p> + +<p>Pero salgámonos della; que aun con las relaciones ni los pensamientos no +podemos los demonios pasealla, y vuelve los ojos a aquel edificio que se +llama la Lonja<a name="FNanchor_449_449" id="FNanchor_449_449"></a><a href="#Footnote_449_449" class="fnanchor">[449]</a>, cortada del pernil de San Lorenzo el Real, diseño +de don Felipe II, y a mano derecha della está el Alcázar, posada real y +antigua de los reyes de Castilla, fértil albergue de la primavera, de +quien es ilustrísimo Alcaide el Conde Duque de Sanlúcar la Mayor, gran +Adtlante<a name="FNanchor_450_450" id="FNanchor_450_450"></a><a href="#Footnote_450_450" class="fnanchor">[450]</a> del Hércules de España, cuya prudentísima cabeza es el +reloj del gobierno de su monarquía; que a no estar labrado el Buen +Retiro<a name="FNanchor_451_451" id="FNanchor_451_451"></a><a href="#Footnote_451_451" class="fnanchor">[451]</a>, fábrica de inimitable ejemplar por el edificio, los +jardines y estanques, tuviera este palacio sevillano la primacía de +todas las casas reales del mundo, poniendo en primer lugar el real salón +que la majestad del rey don Felipe IV el Grande ha copiado de su divina +idea, donde todas las admiraciones vienen cortas, y las mayores +grandezas enjaguadas<a name="FNanchor_452_452" id="FNanchor_452_452"></a><a href="#Footnote_452_452" class="fnanchor">[452]</a>. Más adelante está la Casa de la Contratación, +que tantas veces se ve enladrillada de barras de oro y de plata<a name="FNanchor_453_453" id="FNanchor_453_453"></a><a href="#Footnote_453_453" class="fnanchor">[453]</a>. +Luego está la casa del bizarro Conde de Cantillana, gran cortesano, +galán y palaciego, airoso caballero de la plaza<a name="FNanchor_454_454" id="FNanchor_454_454"></a><a href="#Footnote_454_454" class="fnanchor">[454]</a>, crédito de sus +aplausos y alegría de sus Reyes; que esto confiesan los toros de Tarifa +y Jarama cuando cumplen con sus rejones, como con la parroquia<a name="FNanchor_455_455" id="FNanchor_455_455"></a><a href="#Footnote_455_455" class="fnanchor">[455]</a>. +Luego está, junto a la puerta de Jerez, la gran Casa de la Moneda, donde +siempre hay montones de oro y de plata<a name="FNanchor_456_456" id="FNanchor_456_456"></a><a href="#Footnote_456_456" class="fnanchor">[456]</a>, como de trigo, y junto a +ella, el Aduana, tarasca de todas las mercaderías del mundo, con dos +bocas, una a la ciudad y otra al río, donde está la Torre del Oro y el +muelle, chupadera de cuanto traen amontonado los galeones en los +tuétanos de sus camarotes. A mano derecha está la puente de Triana<a name="FNanchor_457_457" id="FNanchor_457_457"></a><a href="#Footnote_457_457" class="fnanchor">[457]</a>, +de madera, sobre trece barcos. Y más abajo, en el margen del celebrado +río, las Cuevas, monasterio insigne de la Cartuja de San Bruno, que, con +profesar el silencio mudo, vive a la lengua del agua<a name="FNanchor_458_458" id="FNanchor_458_458"></a><a href="#Footnote_458_458" class="fnanchor">[458]</a>.</p> + +<p>A estotra parte, sobre la orilla de Guadalquivir<a name="FNanchor_459_459" id="FNanchor_459_459"></a><a href="#Footnote_459_459" class="fnanchor">[459]</a>, está Gelves, +donde todos los romances antiguos de moros<a name="FNanchor_460_460" id="FNanchor_460_460"></a><a href="#Footnote_460_460" class="fnanchor">[460]</a> iban a jugar cañas, y +hoy de sus ilustres condes<a name="FNanchor_461_461" id="FNanchor_461_461"></a><a href="#Footnote_461_461" class="fnanchor">[461]</a> y del gran Duque de Veragua, hijo y +retrato de tan gran padre;</p> + +<p> +<span style="margin-left: 4em;">que es, para no tener a mundos miedo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Portugal y Colón, Castro y Toledo<a name="FNanchor_462_462" id="FNanchor_462_462"></a><a href="#Footnote_462_462" class="fnanchor">[462]</a>.</span><br /> +</p> + +<p>—Soltáronsete—dijo don Cleofás—los consonantes, camarada.</p> + +<p>—Cuidado fué, y no descuido—respondió el Cojuelo—, porque me deba más +que prosa el dueño destas alabanzas.</p> + +<p>Y prosiguió diciendo:</p> + +<p>—Allí es el Alamillo, donde se pescan los sábalos<a name="FNanchor_463_463" id="FNanchor_463_463"></a><a href="#Footnote_463_463" class="fnanchor">[463]</a>, albures y +sollos, y más abajo cae el Algaba, de los esclarecidos marqueses deste +título, de Ardales, y condes de Teba, Guzmanes en todo. De esotra parte +cae el Castellar, de los Ramírez y Saavedras, y a la vuelta, +Villamanrique, de las Zúñigas<a name="FNanchor_464_464" id="FNanchor_464_464"></a><a href="#Footnote_464_464" class="fnanchor">[464]</a>, de la gran casa de Béjar, cuyo +último malogrado marqués fué Guzmán dos veces Bueno, sobrino del gran +Patriarca de las Indias, capellán y limosnero mayor del Rey, cuya +generosa piedad se taracea con su oficio y con su sangre, y hermano del +gran Duque de Sidonia<a name="FNanchor_465_465" id="FNanchor_465_465"></a><a href="#Footnote_465_465" class="fnanchor">[465]</a>, cuyo solio es Sanlúcar de Barrameda, corte +suya, que está ese río abajo, siendo Narciso del Océano y Generalísimo +del Andalucía y de las costas del mar de España, a cuyo bastón y siempre +planta vencedora obedece el agua y la tierra, asegurando a su Rey toda +su monarquía en aquel promontorio donde asiste<a name="FNanchor_466_466" id="FNanchor_466_466"></a><a href="#Footnote_466_466" class="fnanchor">[466]</a>, para blasón del +mundo. Y pues ya llega la noche, y destas alabanzas no puedo salir menos +que callando para encarecellas, dejemos para mañana lo demás;—bajándose +del terrado a tratar que se aderezase la cena, y a salir un poco por la +ciudad a su insigne Alameda, que hizo y adornó con las dos colunas de +Hércules el Conde de Barajas<a name="FNanchor_467_467" id="FNanchor_467_467"></a><a href="#Footnote_467_467" class="fnanchor">[467]</a>, asistente de Sevilla, y después, de +Castilla dignísimo presidente.</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="TRANCO_VIII" id="TRANCO_VIII"></a>TRANCO VIII</h2> + +<p>Ya, para ejecutar su disignio<a name="FNanchor_468_468" id="FNanchor_468_468"></a><a href="#Footnote_468_468" class="fnanchor">[468]</a>, había tomado doña Tomasa<a name="FNanchor_469_469" id="FNanchor_469_469"></a><a href="#Footnote_469_469" class="fnanchor">[469]</a> (que +siempre tomaba, por cumplir con su nombre y su condición) una litera +para Sevilla, y una acémila en que llevar algunos baúles para su ropa +blanca y algunas galas, con las del dicho galán soldado, que, metiéndose +los dos en la dicha litera, partieron de Madrid, como unos +hermanos<a name="FNanchor_470_470" id="FNanchor_470_470"></a><a href="#Footnote_470_470" class="fnanchor">[470]</a>, con la requisitoria que hemos referido. Y a nuestro +Astrólogo no le habían dado sepultura, sobre las barajas de un +testamento que había hecho unos días antes y descubrieron en un +escritorio unos deudos suyos, y estaba la justicia poniendo en razón +esta litispendencia. Y el Cojuelo y don Cleofás, que habían dormido +hasta las dos de la tarde, por haber andado rondando la noche antes, la +mayor parte della, por Sevilla, después de haber comido algunos pescados +regalados<a name="FNanchor_471_471" id="FNanchor_471_471"></a><a href="#Footnote_471_471" class="fnanchor">[471]</a> de aquella ciudad y del pan que llaman de Gallegos<a name="FNanchor_472_472" id="FNanchor_472_472"></a><a href="#Footnote_472_472" class="fnanchor">[472]</a>, +que es el mejor del mundo, y habiendo dormido la siesta (bien que el +compañero siempre velaba, haciendo diligencias para lisonjear a su dueño +en razón de su delito), se subieron al dicho terrado, como la tarde +antes, y enseñándole algunos particulares edificios a su compañero, de +los que habían quedado sin referir la tarde antes en aquel golfo de +pueblos, suspiró dos veces don Cleofás, y preguntóle el Cojuelo:</p> + +<p>—¿De qué te has acordado, amigo? ¿Qué memorias te han dividido esas dos +exhalaciones de fuego desde el corazón a la boca?</p> + +<p>—Camarada—le respondió el Estudiante—, acordéme de la calle Mayor de +Madrid y de su insigne paseo a estas horas, hasta dar en el Prado.</p> + +<p>—Fácil cosa será verle—dijo el Diablillo—tan al vivo como está +pasando agora: pide un espejo a la Güéspeda y tendrás el mejor rato que +has tenido en tu vida; que aunque yo, por la posta, en un abrir y cerrar +de ojos, te pudiera poner en él<a name="FNanchor_473_473" id="FNanchor_473_473"></a><a href="#Footnote_473_473" class="fnanchor">[473]</a>, porque las que yo conozco comen +alas del viento por cebada, no quiero que dejemos a Sevilla<a name="FNanchor_474_474" id="FNanchor_474_474"></a><a href="#Footnote_474_474" class="fnanchor">[474]</a> hasta +ver en qué paran las diligencias de Cienllamas y las de tu dama, que +viene caminando acá, y me hallo en este lugar muy bien<a name="FNanchor_475_475" id="FNanchor_475_475"></a><a href="#Footnote_475_475" class="fnanchor">[475]</a>, porque +alcanzan a él las conciencias de Indias.</p> + +<p>A este mismo tiempo subía a su terrado Rufina María, que así se llamaba +la güéspeda, dama entre nogal y granadillo, por no llamarla mulata, gran +piloto de los rumbos más secretos de Sevilla, y alfaneque<a name="FNanchor_476_476" id="FNanchor_476_476"></a><a href="#Footnote_476_476" class="fnanchor">[476]</a> de volar +una bolsa de bretón desde su faldriquera a las garras de tanta +doncelliponiente<a name="FNanchor_477_477" id="FNanchor_477_477"></a><a href="#Footnote_477_477" class="fnanchor">[477]</a> como venían a valerse della. Iba en jubón de +holanda blanca acuchillado<a name="FNanchor_478_478" id="FNanchor_478_478"></a><a href="#Footnote_478_478" class="fnanchor">[478]</a>, con una enaguas blancas de +cotonía<a name="FNanchor_479_479" id="FNanchor_479_479"></a><a href="#Footnote_479_479" class="fnanchor">[479]</a>, zapato de ponleví<a name="FNanchor_480_480" id="FNanchor_480_480"></a><a href="#Footnote_480_480" class="fnanchor">[480]</a>, con escarpín<a name="FNanchor_481_481" id="FNanchor_481_481"></a><a href="#Footnote_481_481" class="fnanchor">[481]</a> sin media, como +es usanza en esta tierra entre la gente tapetada<a name="FNanchor_482_482" id="FNanchor_482_482"></a><a href="#Footnote_482_482" class="fnanchor">[482]</a>, que a estas horas +se subía a su azotea a tocar<a name="FNanchor_483_483" id="FNanchor_483_483"></a><a href="#Footnote_483_483" class="fnanchor">[483]</a> de la tarántula con un peine y un +espejo que podía ser de armar<a name="FNanchor_484_484" id="FNanchor_484_484"></a><a href="#Footnote_484_484" class="fnanchor">[484]</a>; y el Cojuelo, viendo la ocasión, se +le pidió con mucha cortesía para el dicho efeto, diciendo:</p> + +<p>—Bien puede estar aquí la señora Güéspeda; que yo sé que tiene +inclinación a estas cosas.</p> + +<p>—¡Ay, señor!—respondió la Rufina María—, si son de la +nigromancía<a name="FNanchor_485_485" id="FNanchor_485_485"></a><a href="#Footnote_485_485" class="fnanchor">[485]</a>, me pierdo por ellas; que nací en Triana, y sé echar +las habas<a name="FNanchor_486_486" id="FNanchor_486_486"></a><a href="#Footnote_486_486" class="fnanchor">[486]</a> y andar el cedazo<a name="FNanchor_487_487" id="FNanchor_487_487"></a><a href="#Footnote_487_487" class="fnanchor">[487]</a> mejor que cuantas hay de mi +tamaño, y tengo otros primores mejores, que fiaré de vuesas mercedes si +me la hacen, aunque todos los que son entendidos me dicen que son +disparates.</p> + +<p>—No dicen mal—dijo el Cojuelo—; pero, con todo eso, señora Rufina +María, de tan gran talento se pueden fiar los que yo quiero enseñar a mi +camarada. Esté atenta.</p> + +<p>Y tomando el espejo en la mano, dijo:</p> + +<p>—Aquí quiero enseñalles a los dos lo que a estas horas pasa en la calle +Mayor<a name="FNanchor_488_488" id="FNanchor_488_488"></a><a href="#Footnote_488_488" class="fnanchor">[488]</a> de Madrid, que esto sólo un demonio lo puede hacer, y yo. Y +adviértase que en las alabanzas de los señores que pasaren, que es +mesa<a name="FNanchor_489_489" id="FNanchor_489_489"></a><a href="#Footnote_489_489" class="fnanchor">[489]</a> redonda<a name="FNanchor_490_490" id="FNanchor_490_490"></a><a href="#Footnote_490_490" class="fnanchor">[490]</a>, que cada uno de por sí hace cabecera, y que no +es pleito de acreedores, que tienen unos antelaciones a otros.</p> + +<p>—¡Ay, señor!—dijo la tal Rufina—, comience vuesa merced, que será +mucho de ver; que yo cuando niña estuve en la Corte con una dama que se +fué tras de un caballero del hábito de Calatrava que vino a hacer aquí +unas pruebas, y después me volvieron mis padres a Sevilla, y quedé con +grande inclinación a esa calle, y me holgaría de volverla a ver, aunque +sea en este espejo.</p> + +<p>Apenas acabó de decir esto la Güéspeda, cuando comenzaron a pasar +coches, carrozas, y literas, y sillas, y caballeros a caballo, y tanta +diversidad de hermosuras y de galas, que parecía que se habían soltado +abril y mayo y desatado las estrellas<a name="FNanchor_491_491" id="FNanchor_491_491"></a><a href="#Footnote_491_491" class="fnanchor">[491]</a>. Y don Cleofás, con tanto +ojo<a name="FNanchor_492_492" id="FNanchor_492_492"></a><a href="#Footnote_492_492" class="fnanchor">[492]</a>, por ver si pasaba doña Tomasa; que todavía la tenía en el +corazón, sin haberse templado con tantos desengaños. ¡Oh proclive +humanidad nuestra, que con los malos términos se abrasa, y con los +agasajos se destempla<a name="FNanchor_493_493" id="FNanchor_493_493"></a><a href="#Footnote_493_493" class="fnanchor">[493]</a>! Pero la tal doña Tomasa, a aquellas horas, +ya había pasado de Illescas en su litera de dos yemas<a name="FNanchor_494_494" id="FNanchor_494_494"></a><a href="#Footnote_494_494" class="fnanchor">[494]</a>.</p> + +<p>La Rufina María estaba sin juicio mirando tantas figuras como en aquel +teatro del mundo iban representando papeles diferentes, y dijo al +Cojuelo:</p> + +<p>—Señor Güésped, enséñeme al Rey y a la Reina; que los deseo ver y no +quiero perder esta ocasión.</p> + +<p>—Hija—le respondió el Cojuelo—, en estos paseos ordinarios no salen +Sus Majestades; si quiere ver sus retratos al vivo, presto llegaremos +adonde cumpla su deseo.</p> + +<p>—Sea en hora buena—dijo la tal Rufina, y prosiguió, diciendo—: ¿Quién +es este caballero y gran señor que pasa agora con tanto lucimiento de +lacayos y pajes en ese coche que puede ser carroza del sol?</p> + +<p>El Cojuelo le respondió:</p> + +<p>—Este es el almirante de Castilla don Juan Alfonso Enríquez de Cabrera, +duque de Medina de Ríoseco y conde de Módica, terror de Francia en +Fuenterrabía.</p> + +<p>—¡Ay, señor!—dijo la Rufina—. ¿Aquél nos echó los franceses de +España? Dios le guarde muchos años.</p> + +<p>—El y el gran Marqués de los Vélez—respondió el Cojuelo—fueron los +Pelayos segundos, sin segundos, de su patria Castilla.</p> + +<p>—¿Quién viene en aquella carroza que parece de la Primavera?—preguntó +la Rufina.</p> + +<p>—Allí viene—dijo el Cojuelo—el Conde de Oropesa y Alcaudete, sangre +de Toledo, Pimentel, y de la real de Portugal, príncipe de grandes +partes; y el que va a su mano derecha es el Conde de Luna su primo, +Quiñones y Pimentel, señor de la casa de Benavides en León, hijo +primogénito del Conde de Benavente, que es Luna que también resplandece +de día. El Conde de Lemos y Andrade, marqués de Sarria, pertiguero mayor +de Santiago, Castro y Enríquez, del gran Duque de Arjona, viene en aquel +coche; tan entendido y generoso como gran señor. Y en esotro, el Conde +de Monterrey y Fuentes, presidente de Italia, que ha venido de ser +Virrey de Nápoles, dejando de su gobierno tanto aplauso a las dos +Sicilias y sucediéndole en esta dignidad el Duque de las Torres, marqués +de Liche<a name="FNanchor_495_495" id="FNanchor_495_495"></a><a href="#Footnote_495_495" class="fnanchor">[495]</a> y de Toral, señor del castillo de Aviados, sumiller de +corps de su Majestad, príncipe de Astillano, y duque de Sabioneta, que +este título es el más compatible con su grandeza; a quien acompaña, con +no menos sangre y divino ingenio, en Italia, el Marqués de +Alcañizas<a name="FNanchor_496_496" id="FNanchor_496_496"></a><a href="#Footnote_496_496" class="fnanchor">[496]</a>, Almansa, Enríquez y Borja. Allí viene el Condestable +prudentísimo Velasco, gentilhombre de la cámara de su Majestad, con su +hermano el Marqués del Fresno. El Duque de Hijar le sigue, Silva, y +Mendoza, y Sarmiento, marqués de Alenquer y Ribadeo, gran cortesano y +hombre de a caballo grande en entrambas sillas<a name="FNanchor_497_497" id="FNanchor_497_497"></a><a href="#Footnote_497_497" class="fnanchor">[497]</a>, que por el último +título que hemos dicho tiene previlegio de comer con los Reyes la Pascua +deste nombre. Va con él el Marqués de los Balbases, Espínola, cuyo +apellido puso su gran padre sobre las estrellas. Allí va el Conde de +Altamira, Moscoso y Sandoval, gran señor y caballero en todo, +caballerizo mayor de su Majestad de la Reina. Allí pasa el Marqués de +Pobar, Aragón, con don Antonio de Aragón su hermano, del Consejo de +Ordenes y del supremo de la Inquisición. Los que atraviesan en aquel +coche agora son el Marqués de Jódar y el Conde de Peñaranda, del Consejo +Real de Castilla, ambos Simancas<a name="FNanchor_498_498" id="FNanchor_498_498"></a><a href="#Footnote_498_498" class="fnanchor">[498]</a> de la jurispericia como de la +nobleza.</p> + +<p>—¿Quién son aquellos dos mozos que van juntos—preguntó Rufina—, de +una misma edad, al parecer, y que llevan<a name="FNanchor_499_499" id="FNanchor_499_499"></a><a href="#Footnote_499_499" class="fnanchor">[499]</a> llaves doradas?</p> + +<p>—El Marqués de la Hinojosa—respondió el Cojuelo—, conde de Aguilar y +señor de los Cameros, Ramírez y Arellano, es el uno, y el otro es el +Marqués de Aytona, favorecedor de la Música y de la Poesía, que heredó, +hasta la posteridad, de su padre, entrambos camaristas.</p> + +<p>—¿Qué coche es aquél tan lleno, que va espumando sangre<a name="FNanchor_500_500" id="FNanchor_500_500"></a><a href="#Footnote_500_500" class="fnanchor">[500]</a> +generosísima en tantos bizarros mozos?—preguntó la tal Güéspeda.</p> + +<p>—Es del Duque del Infantado—dijo el Cojuelo—, cabeza de los Mendozas +y Sandoval de varón, marqués de Santillana y del Cenete, conde de +Saldaña y del Real de Manzanares, hijo y retrato de tan gran padre. Los +que van con él son el Marqués de Almenara, el más bizarro, galán y bien +visto de la Corte, hijo del gran Marqués de Orani, el Almirante de +Aragón, perfecto caballero, el Marqués de San Román, caballero de veras, +heredero del gran Marqués de Velada, rayo de Orán, de Holanda y +Gelanda, y su hermano el Marqués de Salinas, que iguala el alma con el +cuerpo, copias vivas de tan gran padre, y don Iñigo Hurtado de Mendoza, +primo del Duque del Infantado, grandes caballeros todos y señores, que +ellos solos pueden alabarse a ellos mismos<a name="FNanchor_501_502" id="FNanchor_501_502"></a><a href="#Footnote_501_502" class="fnanchor">[501]</a> con decir quién son; que +todas lenguas de la Fama no bastan. Va con ellos don Francisco de +Mendoza, gentilhombre cortesano, favorecido de todos y diestro en +entrambas sillas de la espada blanca y negra<a name="FNanchor_502_503" id="FNanchor_502_503"></a><a href="#Footnote_502_503" class="fnanchor">[502]</a>.</p> + +<p>—¿Qué tropa es esta que viene agora a caballo?—preguntó la Rufina.</p> + +<p>—Si pasan a espacio, te lo diré—dijo el Cojuelo—. Estos dos primeros +son el Conde de Melgar y el Marqués de Peñafiel, que llevan en sus +títulos sus aplausos; don Baltasar de Zúñiga, el Conde de Brandevilla su +hermano, hijos del Marqués de Mirabel, y que lo parecen en todo; el +Conde de Medellín, Portocarrero de varón, y el Príncipe de Arambergue, +primogénito del Duque de Ariscot; el Marqués de la Guardia, que tiene +título de ángel; el Marqués de la Liseda, Silva y Manrique de Lara, y +[don] Diego Gómez de Sandoval, comendador mayor de Calatrava, marqués de +Villazores, Añover y Humanes, don Baltasar de Guzmán y Mendoza, heredero +de la gran casa de Orgaz; Arias Gonzalo, primogénito del Conde de +Puñonrostro, imitando las bizarrías de su padre y afianzando las +imitaciones de su muy invencible agüelo. Allí vienen el Conde de Molina +y don Antonio Mesía de Tobar su hermano, siendo crédito recíprocamente +el uno del otro. Y entre ellos, don Francisco Luzón, blasón deste +apellido en Madrid, cuyo magnánimo corazón hallara<a name="FNanchor_503_504" id="FNanchor_503_504"></a><a href="#Footnote_503_504" class="fnanchor">[503]</a> estrecha posada +en un gigante. Va con él don José de Castrejón, deudo suyo, gran +caballero, y ambos, sobrinos del ilustrísimo Presidente de Castilla. En +este coche que les sigue viene el Duque de Pastrana, cabeza de los +Silvas, estudioso príncipe y gran señor, con el Marqués de Palacios, +mayordomo del Rey y decendiente único de Men Rodríguez de Sanabria, +señor de la Puebla de Sanabria, mayordomo mayor del rey don Pedro; el +Conde de Grajal, gran señor, y el Conde de Galve, su hermano del Duque, +molde de buenos caballeros, y en quien se hallara, si se perdiera<a name="FNanchor_504_505" id="FNanchor_504_505"></a><a href="#Footnote_504_505" class="fnanchor">[504]</a>, +la cortesía. Los demás que van acompañándole son hombres insignes de +diferentes profesiones; que éste es siempre su séquito. Viene hablando +en otro coche con el Príncipe de Esquilache su tío y con el Duque de +Villahermosa don Carlos, su hermano, éste, del Consejo de Estado de su +Majestad, y esotro, príncipe de los ingenios. Va con ellos el duque mozo +de Villahermosa, don Fernando, en quien lo entendido y lo bizarro corren +parejas, y don Fernando de Borja, comendador mayor de Montesa, de la +cámara de su Majestad, con veinte y dos cursos de virrey, que se puede +graduar de Catón Uticense y Censorino. Allí viene el Marqués de Santa +Cruz, Neptuno español y mayordomo mayor de la Reina nuestra señora. +Aquél es el Conde de Alba de Liste, con el Marqués de Tabara y el +Conde de Puñonrostro. Y tras ellos, el Duque de Nochera, Héctor +napolitano y gobernador hoy de Aragón. En ese coche que se sigue viene +el Conde de Coruña, Mendoza y Hurtado de las Nueve Musas, honra de los +consonantes castellanos, en compañía del Conde de la Puebla de +Montalbán, Pacheco y Girón. Allí, el Marqués de Malagón, Ulloa y +Saavedra, y el Marqués de Malpica, Barroso y Ribera, y el de Frómista, +padre del Marqués de Caracena, celebrado por Marte castellano en Italia, +y el Conde de Orgaz, Guzmán y Mendoza, de Santo Domingo y San +Ilefonso<a name="FNanchor_505_506" id="FNanchor_505_506"></a><a href="#Footnote_505_506" class="fnanchor">[505]</a>, todos Mayordomos del Rey. Aquel que va en aquel coche es +el Marqués de Floresdávila, Zúñiga y Cueva, tío del gran Duque de +Alburquerque, que hoy está sirviendo con una pica en Flandes, capitán +general de Orán, donde fué asombro del África levantando las banderas de +su Rey veinte y cinco leguas dentro de la Berbería. Allí va el Conde de +Castrollano, napolitano Adonis. Allí va el Conde de Garcíes, Quesada y +andaluz gallardo, el Marqués de Velmar<a name="FNanchor_506_507" id="FNanchor_506_507"></a><a href="#Footnote_506_507" class="fnanchor">[506]</a>, el Marqués de Tarazona, +Conde de Ayala, Toledo y Fonseca, el Conde de Santisteban y Cocentaina y +el Conde de Cifuentes, divinos ingenios; el Conde de la Calzada, y tras +él, el Duque de Peñaranda, Sandoval y Zúñiga. Y en esotro coche, don +Antonio de Luna y don Claudio Pimentel, del Consejo de Ordenes, Cástor y +Pólux de la amistad y de la generosidad.</p> + +<p>—¡Ay, señor!, aquel que pasa en aquel coche—dijo la Rufina—, si no me +engaño, es de Sevilla, y se llama Luis Ponce de Sandoval, Marqués de +Valdeencinas, y como que me crié en su casa.</p> + +<p>El Cojuelo respondió:</p> + +<p>—Es un muy gran caballero y el más bien quisto que hay en esta tierra +ni en la Corte; que no es pequeño encarecimiento. Y aquel con quien va +es el Marqués de Ayamonte, estirado título de Castilla y Zúñiga de +varón; y no menos que él es ese que viene en ese coche, el Conde de la +Puebla del Maestre, que tiene más maestres en su sangre que condes, mozo +de grandes esperanzas, y lo fuera de mayores posesiones si tuviera de su +parte la atención de la Fortuna. Allí pasa el Conde de Castrillo, Haro, +hermano del gran Marqués de Carpio, presidente de Indias, y tras él, el +Marqués de Ladrada<a name="FNanchor_507_508" id="FNanchor_507_508"></a><a href="#Footnote_507_508" class="fnanchor">[507]</a> y el Conde de Baños, padre y hijo, Cerdas, de la +gran casa de Medinaceli. Esotro es el Marqués de los Trujillos, bizarro +caballero. Y tras ellos, el Conde de Fuensalida, con don Jaime Manuel, +de la cámara de su Majestad y hermano del Duque de Maqueda y +Nájara<a name="FNanchor_508_509" id="FNanchor_508_509"></a><a href="#Footnote_508_509" class="fnanchor">[508]</a>, que hoy gobierna el tridente de ambos mares.</p> + +<p>—Dígame vuesa merced, señor Licenciado—dijo la Rufina—: ¿qué casas +sumptuosas son estas que están enfrente destas joyeras?</p> + +<p>—Son del Conde de Oñate<a name="FNanchor_509_510" id="FNanchor_509_510"></a><a href="#Footnote_509_510" class="fnanchor">[509]</a>—dijo el Diablillo—, timbre +esclarecídisimo de los Ladrones de Guevara, Mercurio Mayor<a name="FNanchor_510_511" id="FNanchor_510_511"></a><a href="#Footnote_510_511" class="fnanchor">[510]</a> de +España y Conde de Villamediana, hijo de un padre que hace emperadores, y +es hoy presidente de Ordenes.</p> + +<p>—Y aquellas gradas que están allí enfrente—prosiguió la tal Rufina +María—, tan llenas de gente, ¿de qué templo son, o qué hacen allí tanta +variedad de hombres vestidos de diferentes colores?</p> + +<p>—Aquéllas son las gradas de San Felipe—respondió el Cojuelo—, +convento de San Agustín, que es el mentidero<a name="FNanchor_511_512" id="FNanchor_511_512"></a><a href="#Footnote_511_512" class="fnanchor">[511]</a> de los soldados, de +adonde salen las nuevas primero que los sucesos.</p> + +<p>—¿Qué entierro es éste tan sumptuoso que pasa por la calle +Mayor?—preguntó don Cleofás, que estaba tan aturdido<a name="FNanchor_512_513" id="FNanchor_512_513"></a><a href="#Footnote_512_513" class="fnanchor">[512]</a> como la +mulata.</p> + +<p>—Éste es el de nuestro Astrólogo—respondió el Cojuelo—, que ayunó +toda su vida, para que se lo coman todos éstos en su muerte, y siendo su +retiro tan grande cuando vivo, ordenó que le paseasen por la calle Mayor +después de muerto<a name="FNanchor_513_514" id="FNanchor_513_514"></a><a href="#Footnote_513_514" class="fnanchor">[513]</a>, en el testamento que hallaron sus parientes.</p> + +<p>—Bellaco coche—dijo don Cleofás—es un ataúd para ese paseo.</p> + +<p>—Los más ordinarios son ésos—dijo el Cojuelo—, y los que ruedan más +en el mundo. Y ahora me parece—prosiguió diciendo—que estarán mis amos +menos indignados conmigo, pues la prenda que solicitaban por mí la +tienen allá, hasta que vaya estotra mitad, que es el cuerpo, a regalarse +en aquellos baños de piedra azufre.</p> + +<p>—¡Con sus tizones se lo coma<a name="FNanchor_514_515" id="FNanchor_514_515"></a><a href="#Footnote_514_515" class="fnanchor">[514]</a>!—dijo don Cleofás.</p> + +<p>Y la Rufina estaba absorta mirando su calle Mayor, que no les entendió +la plática, y volviéndose a ella el Cojuelo, le dijo:</p> + +<p>—Ya vamos llegando, señora Güéspeda, donde cumpla lo que desea; que ésa +es la puerta del Sol y la plaza de armas de la mejor fruta<a name="FNanchor_515_516" id="FNanchor_515_516"></a><a href="#Footnote_515_516" class="fnanchor">[515]</a> que hay +en Madrid. Aquella bellísima fuente de lapislázuli y alabastro es la del +Buen Suceso<a name="FNanchor_516_517" id="FNanchor_516_517"></a><a href="#Footnote_516_517" class="fnanchor">[516]</a>, adonde, como en pleito de acreedores, están los +aguadores gallegos y coritos gozando de sus antelaciones para llenar de +agua los cántaros. Aquélla es la Victoria<a name="FNanchor_517_518" id="FNanchor_517_518"></a><a href="#Footnote_517_518" class="fnanchor">[517]</a>, de frailes mínimos de +San Francisco de Paula, retrato de aquel humilde y seráfico portento que +en el palacio de Dios ocupa el asiento de nuestro soberbio príncipe +Lucifer; y mire allí enfrente los retratos que yo la prometí +enseñar;—sin estar la dicha mulata en la plática que hacia don Cleofás +había dirigido el tal Cojuelo, y diciendo:</p> + +<p>—¡Qué linda hilera de señores, que parece que están vivos!</p> + +<p>—El Rey nuestro señor es el primero—dijo el Cojuelo.</p> + +<p>—¡Qué hombre está!—dijo la mulata—. ¡Qué bizarros bigotes tiene, y +cómo parece rey en la cara y en el arte! ¡Qué hermosa que está<a name="FNanchor_518_519" id="FNanchor_518_519"></a><a href="#Footnote_518_519" class="fnanchor">[518]</a> +junto a él la Reina nuestra señora, y qué bien vestida y tocada! ¡Dios +nos la guarde! Y aquel niño de oro que se sigue luego, ¿quién es?</p> + +<p>—El Príncipe, nuestro señor—dijo don Cleofás—, que pienso que le crió +Dios en la turquesa de los ángeles.</p> + +<p>—Dios le bendiga—replicó Rufina—, y mi ojo no le haga mal<a name="FNanchor_519_520" id="FNanchor_519_520"></a><a href="#Footnote_519_520" class="fnanchor">[519]</a>; y +viviendo más que el mundo, nunca herede a su padre, y viva su padre más +siglos que tiene almenas en su monarquía. ¡Ay, señor!—prosiguió +Rufina—, ¿quién es aquel caballero que, al parecer, está vestido a la +turquesca, con aquella señora tan linda al lado, vestida a la española?</p> + +<p>—No es—dijo el Cojuelo—traje turquesco; que es la usanza húngara, +como ha sido rey de Hungría: que es Ferdinando de Austria, cesáreo +emperador de Alemania y rey de Romanos, y la emperatriz su esposa María, +serenísima infanta de Castilla, que hasta los demonios—volviéndose a +don Cleofás—celebramos sus grandezas.</p> + +<p>—¿Quién es aquel de tan hermosa cara y tan alentadas +guedejas<a name="FNanchor_520_521" id="FNanchor_520_521"></a><a href="#Footnote_520_521" class="fnanchor">[520]</a>—preguntó la Mulata—, que está también en la cuadrilla +vestido de soldado, tan galán, tan bizarro y tan airoso, que se lleva +los ojos de todos, y tiene tanto auditorio mirándole?</p> + +<p>—Aquél es el serenísimo infante don Fernando—respondió el +Cojuelo—questá por su hermano gobernando los estados de Flandes, y es +arzobispo de Toledo y cardenal de España, y ha dado al infierno las +mayores entradas de franceses y holandeses que ha tenido jamás después +que<a name="FNanchor_521_522" id="FNanchor_521_522"></a><a href="#Footnote_521_522" class="fnanchor">[521]</a> se representa en él la eternidad de Dios, aunque entren las de +Jerjes y Darío, y pienso que ha de hacer dar grada<a name="FNanchor_522_523" id="FNanchor_522_523"></a><a href="#Footnote_522_523" class="fnanchor">[522]</a> a mujeres de las +luteranas y calvinistas y protestantes que siguen la seta de sus +maridos, tanto, que los más de los días vuelve el dinero el purgatorio.</p> + +<p>—Gana me da, si pudiera—dijo la Mulata—, de dalle mil besos.</p> + +<p>—En país está—dijo don Cleofás—, que tendrá el original bastante +mercadería de eso; que esta ceremonia dejó Judas sembrada en aquellos +países<a name="FNanchor_523_524" id="FNanchor_523_524"></a><a href="#Footnote_523_524" class="fnanchor">[523]</a>.</p> + +<p>—¡Oh, cómo me pesa—dijo la Rufina—que va anocheciendo, y +encubriéndose el concurso de la calle Mayor!</p> + +<p>—Ya todo ha bajado al Prado<a name="FNanchor_524_525" id="FNanchor_524_525"></a><a href="#Footnote_524_525" class="fnanchor">[524]</a>—dijo el Cojuelo—, y no hay nada que +ver en ella; tome vuesa merced su espejo; que otro día le enseñaremos en +él el río de Manzanares<a name="FNanchor_525_526" id="FNanchor_525_526"></a><a href="#Footnote_525_526" class="fnanchor">[525]</a>, que se llama <i>río</i> porque <i>se ríe</i> de los +que van a bañarse en él, no teniendo agua; que solamente tiene regada la +arena, y pasa el verano de noche<a name="FNanchor_526_527" id="FNanchor_526_527"></a><a href="#Footnote_526_527" class="fnanchor">[526]</a>, como río navarrisco<a name="FNanchor_527_528" id="FNanchor_527_528"></a><a href="#Footnote_527_528" class="fnanchor">[527]</a>, siendo +el más merendado y cenado de cuantos ríos hay en el mundo.</p> + +<p>—El más caudal<a name="FNanchor_528_529" id="FNanchor_528_529"></a><a href="#Footnote_528_529" class="fnanchor">[528]</a> dél es—dijo don Cleofás—, pues lleva más hombres, +mujeres y coches que pescados los dos mares.</p> + +<p>—Ya me espantaba yo—dijo el Cojuelo—que no volvías por tu río. +Respóndele eso al vizcaíno que dijo: «O vende puente, o compra río».</p> + +<p>—No ha menester mayor río Madrid<a name="FNanchor_529_530" id="FNanchor_529_530"></a><a href="#Footnote_529_530" class="fnanchor">[529]</a>—dijo don Cleofás—, pues hay +muchos en él que se ahogan en poca agua, y en menos se ahogara aquel +regidor que entró en el Ayuntamiento de las ranas del Molino +quemado<a name="FNanchor_530_531" id="FNanchor_530_531"></a><a href="#Footnote_530_531" class="fnanchor">[530]</a>.</p> + +<p>—¡Qué galante eres—dijo el Cojuelo—, don Cleofás, hasta contra tus +regidores!</p> + +<p>Bajándose con esto de la azutea, y la Rufina protestando al Cojuelo que +le había de cumplir la palabra al día siguiente. Todo lo cual y lo que +más sucediere se deja para esotro tranco.</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="TRANCO_IX" id="TRANCO_IX"></a>TRANCO IX</h2> + +<p>Y saliéndose al ejercicio de la noche pasada, aunque las calles de +Sevilla, en la mayor parte, son hijas del Laberinto de Creta, como el +Cojuelo era el Teseo de todas, sin el ovillo de Ariadna, llegaron al +barrio del Duque, que es una plaza más ancha que las demás, ilustrada de +las ostentosas casas de los Duques de Sidonia, como lo muestra sobre sus +armas y coronel un niño con una daga en la mano<a name="FNanchor_531_532" id="FNanchor_531_532"></a><a href="#Footnote_531_532" class="fnanchor">[531]</a>, segundo Isaac en +el hecho, como esotro en la obediencia, el dicho que murió sacrificado a +la lealtad de su padre don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, alcaide de +Tarifa; aposento siempre de los asistentes de Sevilla, y hoy del que con +tanta aprobación lo es, el Conde de Salvatierra<a name="FNanchor_532_533" id="FNanchor_532_533"></a><a href="#Footnote_532_533" class="fnanchor">[532]</a>, gentilhombre de la +cámara del señor infante Fernando y segundo Licurgo del gobierno. Y al +entrar por la calle de las Armas, que se sigue luego a siniestra mano, +en un gran cuarto bajo, cuyas rejas rasgadas descubrían algunas luces, +vieron mucha gente de buena capa<a name="FNanchor_533_534" id="FNanchor_533_534"></a><a href="#Footnote_533_534" class="fnanchor">[533]</a> sentados con grande orden, y uno +en una silla con un bufete delante, una campanilla, recado de escribir y +papeles, y dos acólitos a los lados, y algunas mujeres con mantos, de +medio ojo<a name="FNanchor_534_535" id="FNanchor_534_535"></a><a href="#Footnote_534_535" class="fnanchor">[534]</a>, sentadas en el suelo, que era un espacio que hacían +los asientos, y el Cojuelo le dijo a don Cleofás:</p> + +<p>—Esta es una academia de los mayores ingenios de Sevilla, que se juntan +en esta casa a conferir cosas de la profesión y hacer versos a +diferentes asumptos<a name="FNanchor_535_536" id="FNanchor_535_536"></a><a href="#Footnote_535_536" class="fnanchor">[535]</a>: si quieres (pues eres hombre inclinado a esta +habilidad), éntrate a entretener dentro; que por güéspedes y forasteros +no podemos dejar de ser muy bien recibidos.</p> + +<p>Don Cleofás le respondió:</p> + +<p>—En ninguna parte nos podemos entretener tanto: entremos norabuena.</p> + +<p>Y trayendo en el aire, para entrar más de rebozo, el Diablillo dos pares +de antojos, con sus cuerdas de guitarra para las orejas, que se las +quitó a dos descorteses, que con este achaque palían su descortesía, que +estaban durmiendo, por ejercella de noche y de día, entraron muy +severos en la dicha Academia, que apatrocinaba, con el agasajo que +suele, el Conde de la Torre, Ribera, y Saavedra, y Guzmán, y cabeza y +varón de los Riberas. El presidente era Antonio Ortiz Melgarejo, de la +insignia de San Juan<a name="FNanchor_536_537" id="FNanchor_536_537"></a><a href="#Footnote_536_537" class="fnanchor">[536]</a>, ingenio eminente de la Música y de la Poesía, +cuya casa fué siempre el museo de la Poesía y de la Música. Era +secretario Alvaro de Cubillo, ingenio granadino que había venido a +Sevilla a algunos negocios de su importancia<a name="FNanchor_537_538" id="FNanchor_537_538"></a><a href="#Footnote_537_538" class="fnanchor">[537]</a>, excelente cómico y +grande versificador, con aquel fuego andaluz que todos los que nacen en +aquel clima tienen, y Blas de las Casas<a name="FNanchor_538_539" id="FNanchor_538_539"></a><a href="#Footnote_538_539" class="fnanchor">[538]</a> era fiscal, espíritu +divino en lo divino y humano. Eran, entre los demás académicos, +conocidos don Cristóbal de Rozas<a name="FNanchor_539_540" id="FNanchor_539_540"></a><a href="#Footnote_539_540" class="fnanchor">[539]</a> y don Diego de Rosas, ingenios +peregrinos que han honrado el poema dramático<a name="FNanchor_540_541" id="FNanchor_540_541"></a><a href="#Footnote_540_541" class="fnanchor">[540]</a>, y don García de +Coronel y Salcedo<a name="FNanchor_541_542" id="FNanchor_541_542"></a><a href="#Footnote_541_542" class="fnanchor">[541]</a>, fénix de las letras humanas y primer<a name="FNanchor_542_543" id="FNanchor_542_543"></a><a href="#Footnote_542_543" class="fnanchor">[542]</a> +Píndaro andaluz.</p> + +<p>Levantáronse todos cuando entraron los forasteros, haciéndolos acomodar +en los mejores lugares que se hallaron, y, sosegada la Academia al +repique de la campanilla del Presidente, habiendo referido algunos +versos de los sujetos<a name="FNanchor_543_544" id="FNanchor_543_544"></a><a href="#Footnote_543_544" class="fnanchor">[543]</a> que habían dado en la pasada, y que daban +fin en los que entonces había leído con una silva al Fénix, que leyó +doña Ana Caro<a name="FNanchor_544_545" id="FNanchor_544_545"></a><a href="#Footnote_544_545" class="fnanchor">[544]</a>, décima musa sevillana<a name="FNanchor_545_546" id="FNanchor_545_546"></a><a href="#Footnote_545_546" class="fnanchor">[545]</a>, les pidió el Presidente +a los dos forasteros que por honrar aquella academia repitiesen algunos +versos suyos, que era imposible dejar de hacerlos muy buenos los que +habían entrado a oír los pasados; y don Cleofás, sin hacerse más de +rogar, por parecer castellano entendido y cortesano de nacimiento, +dijo:</p> + +<p>—Yo obedezco, con este soneto que escribí a la gran máscara del Rey +nuestro señor, que se celebró en el Prado alto, junto al Buen Retiro, +tan grande anfiteatro, que borró la memoria de los antiguos griegos y +romanos.</p> + +<p>Callaron todos, y dijo en alta voz, con acción bizarra y airoso ademán, +desta suerte<a name="FNanchor_546_547" id="FNanchor_546_547"></a><a href="#Footnote_546_547" class="fnanchor">[546]</a>:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 12.5em;">SONETO</span><br /> + +<span style="margin-left: 4em;">Aquel que, más allá de hombre, vestido</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">De sus propios augustos esplendores,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Al sol por virrey tiene, y en mayores</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Climas su nombre estrecha esclarecido,</span><br /> + +<span style="margin-left: 4em;">Aquel que, sobre un céfiro nacido,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Entre los ciudadanos moradores</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Del Betis, a quien más que pació flores</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Plumas para ser pájaro ha bebido,</span><br /> + +<span style="margin-left: 4em;">Aquel que a luz y a tornos desafía,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">En la mayor palestra que vió el suelo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Cuanta le ve estrellada monarquía,</span><br /> + +<span style="margin-left: 4em;">Es, a pesar del bárbaro desvelo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Filipo el Grande, que, árbitro del día,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Está partiendo imperios con el Cielo;</span><br /> +</p> + +<p>aplaudiéndolo toda la Academia con vítores y un dilatado estruendo +festivo; y apercibiéndose el Cojuelo para otro, destosiéndose como es +costumbre en los hombres, siendo él espíritu, dijo deste modo:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 5em;">A UN SASTRE TAN CABALLERO, QUE NO QUERÍA CORTAR</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">LOS VESTIDOS DE SUS AMIGOS, REMITIÉNDOLOS A SU</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">MASEBARRILETE<a name="FNanchor_547_548" id="FNanchor_547_548"></a><a href="#Footnote_547_548" class="fnanchor">[547]</a>.</span><br /> + +<span style="margin-left: 14.5em;">SONETO</span><br /> + +<span style="margin-left: 7em;">Pánfilo, ya que los eternos dioses,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Por el secreto fin de su juicio,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">No te han hecho tribuno ni patricio,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Con que a la dignidad del César oses,</span><br /> + +<span style="margin-left: 7em;">Razón será que el ánimo reposes,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Haciendo en ti oblación y sacrificio;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Que dicen que no acudes a tu oficio</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Estos que cortan lo que tú no coses.</span><br /> + +<span style="margin-left: 7em;">Los ojos vuelve a tu primer estado:</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Las togas cose, y de vestillas deja;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Que un plebeyo no aspira al consulado.</span><br /> + +<span style="margin-left: 7em;">Esto, Pánfilo, Roma te aconseja;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">No digan que de plumas que has hurtado</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Te has querido vestir, como corneja.</span><br /> +</p> + +<p>El soneto fué muy aplaudido de toda la Academia, diciendo los más +noticiosos della que parecía epigrama de Marcial, o en su tiempo +compuesto de algún poeta que le quiso imitar, y otros dijeron que +adolecía<a name="FNanchor_548_549" id="FNanchor_548_549"></a><a href="#Footnote_548_549" class="fnanchor">[548]</a> del Doctor<a name="FNanchor_549_550" id="FNanchor_549_550"></a><a href="#Footnote_549_550" class="fnanchor">[549]</a> de Villahermosa, divino Juvenal aragonés, +pidiendo el Conde de la Torre a don Cleofás y al Cojuelo que honrasen +aquella junta lo que estuviesen en Sevilla, y que dijesen los nombres +supuestos con que habían de asistilla, como se usó en la Corusca y en la +academia<a name="FNanchor_550_551" id="FNanchor_550_551"></a><a href="#Footnote_550_551" class="fnanchor">[550]</a> de Capua, de Nápoles, de Roma y de Florencia, en Italia, +y como se acostumbraba en aquélla. Don Cleofás dijo que se llamaba <i>el +Engañado,</i> y el Cojuelo, <i>el Engañador,</i> sin entenderse el fundamento +que tenían los dos nombres; y repartiendo los asuntos para la academia +venidera, nombraron por presidente della al <i>Engañado</i> y por fiscal al +<i>Engañador,</i> porque el oficio de secretario no se mudaba, haciéndoles +esta lisonja por forasteros, y porque les pareció a todos que eran +ingenios singulares. Y sacando una guitarra una dama de las tapadas, +templada sin sentillo<a name="FNanchor_551_552" id="FNanchor_551_552"></a><a href="#Footnote_551_552" class="fnanchor">[551]</a>, con otras dos cantaron a tres voces un +romance excelentísimo de don Antonio de Mendoza<a name="FNanchor_552_553" id="FNanchor_552_553"></a><a href="#Footnote_552_553" class="fnanchor">[552]</a>, soberano ingenio +montañés, y dueño eminentísimo del estilo lírico, a cuya divina música +vendrán estrechos todos los agasajos de su fortuna. Con que se acabó la +academia de aquella noche, diviéndose los unos de los otros para sus +posadas, aunque todavía era temprano, porque no habían dado las nueve, y +don Cleofás y el Cojuelo se bajaron hacia el Almeda, con pretexto de +tomar el fresco en la Alamenilla<a name="FNanchor_553_554" id="FNanchor_553_554"></a><a href="#Footnote_553_554" class="fnanchor">[553]</a>, baluarte bellísimo que resiste a +Guadalquivir, para que no anegue aquel gran pueblo en las continuas y +soberbias avenidas suyas. Y llegando a vista de San Clemente el Real, +que estaba en el camino, a mano izquierda, convento ilustrísimo de +monjas, que son señoras de todo aquel barrio, y de vasallos fuera dél, +patronazgo magnífico de los Reyes, fundado por el santo rey don +Fernando porque el día de su advocación ganó aquella ciudad de los +moros<a name="FNanchor_554_555" id="FNanchor_554_555"></a><a href="#Footnote_554_555" class="fnanchor">[554]</a>, le dijo el Cojuelo a don Cleofás.</p> + +<p>—Este real edificio es jaula sagrada de un serafín, o Serafina, que fué +primero dulcísimo ruiseñor del Tejo<a name="FNanchor_555_556" id="FNanchor_555_556"></a><a href="#Footnote_555_556" class="fnanchor">[555]</a>, cuya divina y extranjera voz +no cabe en los oídos humanos, y sube en simétrica armonía a solicitar +la capilla impirea, prodigio nunca visto en el diapasón ni en la +naturaleza; pero no por eso previlegiada de la envidia.</p> + +<p>A estos hipérboles<a name="FNanchor_556_557" id="FNanchor_556_557"></a><a href="#Footnote_556_557" class="fnanchor">[556]</a> iba dando carrete (verdades pocas veces +ejecutadas de su lengua), cuando, al revolver otra calle, pocas veces +paseada a tales horas de nadie, oyeron grandes carcajadas de risa<a name="FNanchor_557_558" id="FNanchor_557_558"></a><a href="#Footnote_557_558" class="fnanchor">[557]</a> y +aplausos de regocijo en una casa baja, edificio humilde que se indiciaba +de jardín por unas pequeñas verjas de una reja algo alta del suelo, que +malparía algunos relámpagos de luces, escasamente conocidos de los que +pasaban. Y preguntóle al Cojuelo don Cleofás qué casa era aquella donde +había tanto regocijo a aquellas horas. El Diablillo le respondió:</p> + +<p>—Éste se llama el garito de los pobres; que aquí se juntan ellos y +ellas, después de haber pedido todo el día, a entretenerse y a jugar, y +a nombrar los puestos donde han de mendigar esotro día, porque no se +encuentren unas limosnas con otras. Entremos dentro y nos entretendremos +un rato; que, sin ser vistos ni oídos, haciéndonos invisibles con mi +buena maña, hemos de registrar este conclave de San Lázaro.</p> + +<p>Y con estas palabras, tomando a don Cleofás por la mano, se entraron por +un balconcillo que a la mano derecha tenía la mendiga habitación, porque +en la puerta tenían puesto portero porque no entrasen más de los que +ellos quisiesen y los que fuesen señalados de la mano de Dios<a name="FNanchor_558_559" id="FNanchor_558_559"></a><a href="#Footnote_558_559" class="fnanchor">[558]</a>; y +bajando por un caracolillo a una sala baja, algo espaciosa, cuyas +ventanas salían a un jardinillo de ortigas y malvas, como de gente que +había nacido<a name="FNanchor_559_560" id="FNanchor_559_560"></a><a href="#Footnote_559_560" class="fnanchor">[559]</a> en ellas, la hallaron ocupada con mucha orden de los +pobres que habían venido, comenzando a jugar al rento y limetas<a name="FNanchor_560_561" id="FNanchor_560_561"></a><a href="#Footnote_560_561" class="fnanchor">[560]</a> de +vino de Alanís y Cazalla<a name="FNanchor_561_562" id="FNanchor_561_562"></a><a href="#Footnote_561_562" class="fnanchor">[561]</a>, que en aquel lugar nunca lo hay +razonable, y algunos mirones, sentados también, y en pie. La mesa sobre +que se jugaba era de pino, con tres pies y otro supuesto, que podía +pedir limosna como ellos, un candelero de barro con una antorcha de +brea, y los naipes con dos dedos de moho hacia cecina<a name="FNanchor_562_563" id="FNanchor_562_563"></a><a href="#Footnote_562_563" class="fnanchor">[562]</a>, de puro +manejados de aquellos príncipes, y el barato que se sacaba se iba +poniendo sobre el candelero. Y a estotra parte estaba el estrado de las +señoras, sobre una estera de esparto, de retorno del ivierno pasado; tan +remendados todos y todas, que parece que les habían cortado de vestir de +jaspes de los muladares. Y entrando don Cleofás y su compañero y +diciendo una pobra, fué todo uno. «Ya viene el Diablo Cojuelo», alteróse +don Cleofás y dijo a su camarada:</p> + +<p>—Juro a Dios que nos han conocido.</p> + +<p>—No te sobresaltes—respondió el Diablillo—; que no nos han conocido +ni nos pueden ver, como te previne; que el que ha dicho la pobra que +viene es aquel que entra agora, que trae una pierna de palo y una muleta +en la mano y se viene quitando la montera, y entre ellos le llaman el +Diablo Cojuelo por mal nombre, que es un bellaco, mal pobre, embustero y +ladrón, y estoy harto cansado con él y con ellas porque le llaman así, +que es una sátira que me han hecho con esto, y que yo he sentido mucho; +pero esta noche pienso que me lo ha de pagar, aunque sea con la mano del +gato<a name="FNanchor_563_564" id="FNanchor_563_564"></a><a href="#Footnote_563_564" class="fnanchor">[563]</a>, como dicen.</p> + +<p>—Muy grande atrevimiento—dijo don Cleofás—ha sido quererlas apostar +contigo, siendo tú el demonio más travieso del infierno, y no te la hará +nadie que no te la pague.</p> + +<p>—Estos pobres—dijo Cojuelo—, como son de Sevilla, campan también de +valientes<a name="FNanchor_564_565" id="FNanchor_564_565"></a><a href="#Footnote_564_565" class="fnanchor">[564]</a>, y reñirán con los diablos; pero no se alabará, si yo +puedo, éste de haber salido horro desta chanza; que en el mundo se me +han atrevido solamente tres linajes de gente: representantes, ciegos y +pobres<a name="FNanchor_565_566" id="FNanchor_565_566"></a><a href="#Footnote_565_566" class="fnanchor">[565]</a>; que los demás embusteros y gente deste género pasan por +demonios como yo.</p> + +<p>En esto, se había acomodado o sentádose en el suelo el Piedepalo, Diablo +Cojuelo segundo deste nombre, diciendo muchas galanterías a las damas, y +entró el Murciélago, llamado así porque pedía de noche a gritos por las +calles, con Sopaenvino, que le había encontrado agazapado en una taberna +y sacado por el rastro de los mosquitos que salían dél, como de la cuba +de Sahagún. Convidóles con su asiento el Chicharro y el Gallo, el uno, +que cantaba pidiendo por las siestas en verano y despertando los +lirones<a name="FNanchor_566_567" id="FNanchor_566_567"></a><a href="#Footnote_566_567" class="fnanchor">[566]</a>; el otro mendigaba por las madrugadas; y tomando el suelo +por mejor asiento, porque cualquiera cosa más alta los desvanecía, y +estando en esto, entró un pobre en un carretón, a quien llamaban el +Duque, y todos se levantaron, ellos y ellas, a hacelle cortesía; y él, +quitándose un sombrerillo que había sido de un carril<a name="FNanchor_567_568" id="FNanchor_567_568"></a><a href="#Footnote_567_568" class="fnanchor">[567]</a> de un pozo, +dijo:</p> + +<p>—Por mi amor que se estén quedos y quedas, o me volveré a ir.</p> + +<p>Temieron el disfavor, y llegándole el muchacho que le traía el carretón +a la mesa donde se jugaba, pidió cartas. Faraón, que era uno de los del +juego, llamado desta suerte porque pedía con plagas a las puertas de las +iglesias, y el Sargento, nombrado así porque tenía un brazo menos<a name="FNanchor_568_569" id="FNanchor_568_569"></a><a href="#Footnote_568_569" class="fnanchor">[568]</a>, +le dijeron que los dejase jugar su excelencia, que estaban picados; que +después harían lo que les mandaba; viniéndose el Duque con el Marqués de +los Chapines, que era un pobre que andaba arrastrando<a name="FNanchor_569_570" id="FNanchor_569_570"></a><a href="#Footnote_569_570" class="fnanchor">[569]</a>, y de la +cintura arriba muy galán, y estaba entreteniendo las damas, diciendo:</p> + +<p>—Con vusía<a name="FNanchor_570_571" id="FNanchor_570_571"></a><a href="#Footnote_570_571" class="fnanchor">[570]</a> me vengo, que está más bien parado.</p> + +<p>Y a ninguno de los dos les habían las damas menester para nada.</p> + +<p>La Postillona, llamada deste nombre porque pedía a las veinte<a name="FNanchor_571_572" id="FNanchor_571_572"></a><a href="#Footnote_571_572" class="fnanchor">[571]</a> +limosna, no dejando calle ni barrio que no anduviese cada día, tuvo +palabras con la Berlinga, tan larga como el nombre<a name="FNanchor_572_573" id="FNanchor_572_573"></a><a href="#Footnote_572_573" class="fnanchor">[572]</a>, que había sido +senda de Esgueva a Zapardiel, sobre celos del Duque; y la Paulina<a name="FNanchor_573_574" id="FNanchor_573_574"></a><a href="#Footnote_573_574" class="fnanchor">[573]</a>, +que apellidaban ansí porque maldecía a quien no le daba limosna, se picó +con la Galeona, que llamaban desta suerte porque andaba artillada de +niños que alquilaba para pedir, sobre haber dicho unas palabras +preñadas<a name="FNanchor_574_575" id="FNanchor_574_575"></a><a href="#Footnote_574_575" class="fnanchor">[574]</a> al Marqués, sin dar causa su señoría a ello, metiéndose +la Lagartija y la Mendruga a revolverlas más, y el Piedepalo a las +vueltas, con las Fuerzas de Hércules, que eran dos pobres, uno sobre +otro, que a no meterse Zampalimosnas, que era el garitero, de por medio, +y Pericón el de la Barquera, y Embudo el Temerario, Tragadardos, +Zancayo, Peruétano y Ahorcasopas, hubiera un paloteado<a name="FNanchor_575_576" id="FNanchor_575_576"></a><a href="#Footnote_575_576" class="fnanchor">[575]</a>, entre los +pobres y pobras, de los diablos. El Duque y el Marqués interpusieron +sus autoridades, y para quietallo de todo punto inviaron por un +particular<a name="FNanchor_576_577" id="FNanchor_576_577"></a><a href="#Footnote_576_577" class="fnanchor">[576]</a>, que trujo luego Piedepalo, para pagarlo de +bonete<a name="FNanchor_577_578" id="FNanchor_577_578"></a><a href="#Footnote_577_578" class="fnanchor">[577]</a>, que fueron unos ciegos y una gaita zamorana que muy cerca +de allí se recogían, que fué menester pagárselo adelantado porque se +levantasen, y se concertó en treinta cuartos, y dijo el Duque que no se +había pagado tan caro particular jamás, por vida de la Duquesa<a name="FNanchor_578_579" id="FNanchor_578_579"></a><a href="#Footnote_578_579" class="fnanchor">[578]</a>. Y +al mismo tiempo que entró Piedepalo con el particular, se entró tras +ellos Cienllamas, con la vara en la pretina<a name="FNanchor_579_580" id="FNanchor_579_580"></a><a href="#Footnote_579_580" class="fnanchor">[579]</a>, y Chispa y Redina con +él, preguntando:</p> + +<p>—¿Quién es aquí el Diablo Cojuelo? Que he tenido soplo que está aquí en +este garito de los pobres, y no me ha de salir ninguno deste aposento +hasta reconocellos a todos, porque me importa hacer esta prisión.</p> + +<p>Los pobres y las pobras se escarapelaron viendo la justicia en su +garito, y el verdadero Diablo Cojuelo, como quien deja la capa al toro, +dejó a Cienllamas cebado con el pobrismo, y por el caracolillo se +volvieron a salir del garito él y don Cleofás.</p> + +<p>—Este es—dijo el Duque señalando a Piedepalo—; que nosotros, ni +hombres como nosotros, no hemos de defender de la justicia a hombres tan +delincuentes;—tomando venganza de algunos embustes que les había hecho +en las limosnas de la sopa de los conventos; y agarrando con él Chispa y +Redina, comenzó a pedir iglesia<a name="FNanchor_580_581" id="FNanchor_580_581"></a><a href="#Footnote_580_581" class="fnanchor">[580]</a> a grandes voces Piedepalo que en un +bodegón hiciera lo mismo, queriendo dalles a entender que era ermita, y +no garito, donde estaban, y que todos y todas habían venido a hacer +oración a ella. El tal Cienllamas y Chispa y Redina comenzaron a sacalle +arrastrando, diciéndole, entre algunos puñetes y mojicones:</p> + +<p>—No penséis, ladrón, que os habéis de escapar con esos embustes de +nuestras manos; que ya os conocemos.</p> + +<p>Entonces el Marqués<a name="FNanchor_581_582" id="FNanchor_581_582"></a><a href="#Footnote_581_582" class="fnanchor">[581]</a>, metiendo las manos en los chapines, dijo:</p> + +<p>—¿Por qué hemos de consentir que no contradiga el Duque que lleve +preso un alguacil a un pobrete como el Cojuelo? ¡Por vida de la +Marquesa<a name="FNanchor_582_583" id="FNanchor_582_583"></a><a href="#Footnote_582_583" class="fnanchor">[582]</a> que no lo ha de llevar!</p> + +<p>Y haciéndose los demás pobres y pobras de su parte, y apagando las +luces, comenzaron con los asientos y con las muletas y bordones a +zamarrealle a él y a sus corchetes a escuras, tocándoles los ciegos la +gaita zamorana y los demás instrumentos, a cuyo son no se oían los unos +a los otros, acabando la culebra<a name="FNanchor_583_584" id="FNanchor_583_584"></a><a href="#Footnote_583_584" class="fnanchor">[583]</a> con el día y con desaparecerse los +apaleados.</p> + +<hr style="width: 65%;" /> +<h2><a name="TRANCO_X" id="TRANCO_X"></a>TRANCO X</h2> + +<p>En este tiempo llegaban a Gradas<a name="FNanchor_584_585" id="FNanchor_584_585"></a><a href="#Footnote_584_585" class="fnanchor">[584]</a> su camarada y don Cleofás<a name="FNanchor_585_586" id="FNanchor_585_586"></a><a href="#Footnote_585_586" class="fnanchor">[585]</a>, +tratando de mudarse de aquella posada, porque ya tenía rastro dellos +Cienllamas, cuando vieron entrar por la posta, tras un postillón, dos +caballeros soldados vestidos a la moda, y díjole el Cojuelo a don +Cleofás.</p> + +<p>—Estos van a tomar posada y apearse a Caldebayona<a name="FNanchor_586_587" id="FNanchor_586_587"></a><a href="#Footnote_586_587" class="fnanchor">[586]</a> o a la +Pajería<a name="FNanchor_587_588" id="FNanchor_587_588"></a><a href="#Footnote_587_588" class="fnanchor">[587]</a>, y es tu dama y el soldado que viene en su compañía, que, +por acabar más presto la jornada, dejaron la litera y tomaron postas.</p> + +<p>—¡Juro a Dios—dijo don Cleofás—que lo he de ir a matar antes que se +apee, y a cortalle las piernas<a name="FNanchor_588_589" id="FNanchor_588_589"></a><a href="#Footnote_588_589" class="fnanchor">[588]</a> a doña Tomasa!</p> + +<p>Sin riesgo tuyo se hará todo eso—dijo el Cojuelo—, ni sin tanta +demostración pública: gobiérnate por mí agora; que yo te dejaré +satisfecho.</p> + +<p>—Con eso me has templado—dijo don Cleofás—; que estaba loco de celos.</p> + +<p>—Ya sé qué enfermedad es ésa, pues se compara a todo el infierno<a name="FNanchor_589_590" id="FNanchor_589_590"></a><a href="#Footnote_589_590" class="fnanchor">[589]</a> +junto—dijo el Diablillo—. Vámonos a casa de nuestra mulata: almorzarás +y conmutarás en sueño la pendencia; y acuérdate que has de ser +presidente de la Academia, y yo fiscal.</p> + +<p>—Pardiez—dijo don Cleofás—, todo se me había olvidado con la +pesadumbre; pero es razón que cumplamos nuestras palabras como quien +somos.</p> + +<p>Y habiéndose mudado de la posada de Rufina otro día<a name="FNanchor_590_591" id="FNanchor_590_591"></a><a href="#Footnote_590_591" class="fnanchor">[590]</a> a otra de la +Morería<a name="FNanchor_591_592" id="FNanchor_591_592"></a><a href="#Footnote_591_592" class="fnanchor">[591]</a>, más recatada, pasaron los que faltaron para la Academia +en estudiar y escribir los sujetos que les habían dado y en hacer don +Cleofás una oración para preludio della, como es costumbre y obligación +de las presidencias de tales actos; y, llegado el día, se aderezaron lo +mejor que pudieron, y al anochecer partieron a la palestra, donde les +esperaban todos los ingenios con admiraciones de los suyos, y con los +mismos antojos<a name="FNanchor_592_593" id="FNanchor_592_593"></a><a href="#Footnote_592_593" class="fnanchor">[592]</a> de la preñez pasada se fueron sentando en los +lugares que les tocaban; y haciendo señal con la campanilla para obligar +al silencio, don Cleofás, llamado <i>el Engañado</i> en la Academia, hizo una +oración excelentísima en verso de silva, cuyos números ataron los oídos +al aplauso y desataron los asombros a sus alabanzas. Y en pronunciando +la última palabra, que es el <i>Dixi</i><a name="FNanchor_593_594" id="FNanchor_593_594"></a><a href="#Footnote_593_594" class="fnanchor">[593]</a>, volviendo a resonar el pájaro +de plata, dijo:</p> + +<p>—Yo quiero parecer presidente en publicar agora, después de mi oración, +unas premáticas que guarden los divinos ingenios que me han constituido +en esta dignidad;—leyendo desta manera un papel que traía doblado en el +pecho:</p> + +<p>«PREMÁTICAS Y ORDENANZAS QUE SE HAN DE GUARDAR EN LA INGENIOSA ACADEMIA +SEVILLANA DESDE HOY EN ADELANTE.</p> + +<p>»Y por que se celebren y publiquen con la solemnidad que es necesaria, +sirviendo de atabales los cuatro vientos y de trompetas el Músico de +Tracia<a name="FNanchor_594_595" id="FNanchor_594_595"></a><a href="#Footnote_594_595" class="fnanchor">[594]</a>, tan marido, que por su mujer <i>descendit ad inferos</i>, y +Arión, que, siendo de los piratas con quien navegaba arrojado al mar +por roballe, le dió un delfín en su escamosa espalda, al son de su +instrumento, jamugas para que no naufragase, <i>et coetus, et Amphion +Thebanae conditor urbis</i><a name="FNanchor_595_596" id="FNanchor_595_596"></a><a href="#Footnote_595_596" class="fnanchor">[595]</a>; y pregonero la Fama, que penetra +provincias y elementos, y secretario que se las dicte Virgilio Marón, +príncipe de los poetas, digan desta suerte:</p> + +<p>»Don Apolo, por la gracia de la Poesía, rey de las Musas, príncipe de la +Aurora, conde y señor de los oráculos de Delfos y Delo, duque del Pindo, +archiduque de las dos Frentes del Parnaso y marqués de la Fuente +Cabalina, etc., a todos los poetas heroicos, épicos, trágicos, cómicos, +ditirámbicos, dramáticos<a name="FNanchor_596_597" id="FNanchor_596_597"></a><a href="#Footnote_596_597" class="fnanchor">[596]</a>, autistas, entremeseros, bailinistas<a name="FNanchor_597_598" id="FNanchor_597_598"></a><a href="#Footnote_597_598" class="fnanchor">[597]</a> +y villancieres<a name="FNanchor_598_599" id="FNanchor_598_599"></a><a href="#Footnote_598_599" class="fnanchor">[598]</a>, y los demás del nuestro dominio, ansí seglares como +eclesiásticos, salud y consonantes.</p> + +<p>»Sepades: como, advirtiendo las grandes desórdenes y desperdicios con que +han vivido hasta aquí los que manejan nuestros ridmos<a name="FNanchor_599_600" id="FNanchor_599_600"></a><a href="#Footnote_599_600" class="fnanchor">[599]</a>, y que son +tantos los que sin temor de Dios y de sus conciencias, componen, +escriben y hacen versos, salteando y capeando de noche y de día los +estilos, conceptos y modos<a name="FNanchor_600_601" id="FNanchor_600_601"></a><a href="#Footnote_600_601" class="fnanchor">[600]</a> de decir de los mayores, no imitándolos +con la templanza y perífrasis que aconseja Aristóteles, Horacio y César +Escalígero, y los demás censores que nuestra Poética advierten, sino +remendándose con centones de los otros y haciendo mohatras de versos, +fullerías y trapazas, y para poner remedio en esto, como es justo, +ordenamos y mandamos lo siguiente:</p> + +<p>»Primeramente se manda que todos escriban con voces castellanas, sin +introducillas de otras lenguas, y que el que dijere <i>fulgor</i>, <i>libar, +numen, purpurear, nieta, trámite, afectar, pompa, trémula, amago, +idilio</i><a name="FNanchor_601_602" id="FNanchor_601_602"></a><a href="#Footnote_601_602" class="fnanchor">[601]</a> ni otras desta manera, ni introdujere posposiciones<a name="FNanchor_602_603" id="FNanchor_602_603"></a><a href="#Footnote_602_603" class="fnanchor">[602]</a> +desatinadas, quede privado de poeta por dos academias, y a segunda vez, +confiscadas sus sílabas y arados de sal<a name="FNanchor_603_604" id="FNanchor_603_604"></a><a href="#Footnote_603_604" class="fnanchor">[603]</a> sus consonantes, como +traidores a su lengua materna.</p> + +<p>»Item, que nadie lea sus versos en idioma de jarabe, ni con gárgaras de +algarabía en el gútur<a name="FNanchor_604_605" id="FNanchor_604_605"></a><a href="#Footnote_604_605" class="fnanchor">[604]</a>, sino en nuestra castellana pronunciación, +pena de no ser oídos de nadie.</p> + +<p>»Item, por cuanto celebraron el fénix en la academia pasada en tantos +géneros de versos, y en otras muchas ocasiones lo han hecho otros, +levantándole testimonios a esta ave<a name="FNanchor_605_606" id="FNanchor_605_606"></a><a href="#Footnote_605_606" class="fnanchor">[605]</a> y llamándola hija y heredera de +sí propia y pájaro del sol, sin haberle tomado una mano ni haberla +conocido si no es para servilla, ni haber ningún testigo de vista de su +nido, y ser alarbe de los pájaros, pues en ninguna región ha encontrado +nadie su aduar, mandamos que se ponga perpetuo silencio en su memoria, +atento que es alabanza supersticiosa y pájaro de ningún provecho para +nadie, pues ni sus plumas sirven en las galas cortesanas ni militares, +ni nadie ha escrito con ellas, ni su voz ha dado música a ningún +melancólico, ni sus pechugas alimento a ningún enfermo; que es pájaro +duende, pues dicen que le hay, y no le encuentra nadie, y ave solamente +para sí; finalmente, sospechosa de su sangre, pues no tiene agüelo que +no haya sido quemado; estando en el mundo el pájaro celeste, el cisne, +el águila, que no era bobo Júpiter, pues la eligió por su embajatriz, la +garza, el neblí, la paloma de Venus, el pelícano, afrenta de los +miserables<a name="FNanchor_606_607" id="FNanchor_606_607"></a><a href="#Footnote_606_607" class="fnanchor">[606]</a>, y, finalmente, el capón de leche<a name="FNanchor_607_608" id="FNanchor_607_608"></a><a href="#Footnote_607_608" class="fnanchor">[607]</a>, con quien los +demás son unos pícaros. Este sí que debe alabarse, y mátenle un fénix a +quien sea su devoto, cuando tenga más necesidad de comer. Dios se lo +perdone a Claudiano, que celebró esta necedad imaginada, para que todos +los poetas pecasen en él.</p> + +<p>»Item, porque a nuestra noticia ha venido que hay un linaje de poetas y +poetisas hacia palaciegos, que hacen más estrecha vida que los monjes +del Paular<a name="FNanchor_608_609" id="FNanchor_608_609"></a><a href="#Footnote_608_609" class="fnanchor">[608]</a>, porque con ocho o diez vocablos solamente, que son +<i>crédito, descrédito, recato, desperdicio, ferrión, desmán, atento, +valido, desvalido, baja fortuna, estar falso, explayarse</i>, quieren +expresar todos sus conceptos y dejar a Dios solamente que los entienda, +mandamos que les den otros cincuenta vocablos más de ayuda de costa, del +tesoro de la Academia, para valerse dellos, con tal que, si no lo +hicieren, caigan en pena de menguados y de no ser entendidos, como si +hablaran en vascuence.</p> + +<p>»Item, que en las comedias se quite el desmesurarse los embajadores con +los reyes, y que de aquí en adelante no le<a name="FNanchor_609_610" id="FNanchor_609_610"></a><a href="#Footnote_609_610" class="fnanchor">[609]</a> valga la ley del +mensajero<a name="FNanchor_610_611" id="FNanchor_610_611"></a><a href="#Footnote_610_611" class="fnanchor">[610]</a>; que ningún príncipe en ellas se finja hortelano por +ninguna infanta, y que a las de León se les vuelva su honra con +chirimías<a name="FNanchor_611_612" id="FNanchor_611_612"></a><a href="#Footnote_611_612" class="fnanchor">[611]</a>, por los testimonios que las han levantado; que los +lacayos graciosos no se entremetan con las personas reales si no es en +el campo, o en las calles de noche; que para querer dormirse sin qué ni +para qué, no se diga: «Sueño me toma», ni otros versos por el +consonante, como decir a <i>rey</i>, «porque es justísima ley», ni a <i>padre</i>, +«porque a mi honra más cuadre», ni las demás; «A furia me provocó»<a name="FNanchor_612_613" id="FNanchor_612_613"></a><a href="#Footnote_612_613" class="fnanchor">[612]</a>, +«Aquí para entre los dos» y otras civilidades, ni que se disculpen sin +disculparse, diciendo:</p> + +<p> +<span style="margin-left: 6em;">«Porque un consonante obliga</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">a lo que el hombre no piensa»<a name="FNanchor_613_614" id="FNanchor_613_614"></a><a href="#Footnote_613_614" class="fnanchor">[613]</a>.</span><br /> +</p> + +<p>»Y al poeta que en ellas incurriere de aquí adelante, la primera vez le +silben, y la secunda, sirva a su Majestad con dos comedias en Orán<a name="FNanchor_614_615" id="FNanchor_614_615"></a><a href="#Footnote_614_615" class="fnanchor">[614]</a>.</p> + +<p>»Item, que los poetas más antiguos se repartan por sus turnos a dar +limosna de sonetos, canciones, madrigales, silvas, décimas, romances y +todos los demás géneros de versos a poetas vergonzantes que piden de +noche, y a recoger los que hallaren enfermos comentando, o perdidos en +las <i>Soledades</i> de don Luis de Góngora; que haya una portería en la +Academia, por donde se dé sopa de versos a los poetas mendigos.</p> + +<p>»Item, que se instituya una Hermandad y Peralvillo contra los poetas +monteses y jabalíes<a name="FNanchor_615_616" id="FNanchor_615_616"></a><a href="#Footnote_615_616" class="fnanchor">[615]</a>.</p> + +<p>»Item, mandamos que las comedias de moros se bauticen dentro de cuarenta +días o salgan del reino.</p> + +<p>»Item, que ningún poeta, por necesidad ni amor, pueda ser pastor de +cabras ni ovejas, ni de otra res semejante, salvo si fuere tan Hijo +Pródigo, que, disipando sus consonantes en cosas ilícitas, quedare sin +ninguno sobre qué caer poeta<a name="FNanchor_616_617" id="FNanchor_616_617"></a><a href="#Footnote_616_617" class="fnanchor">[616]</a>; mandamos que en tal caso, en pena de +su pecado, guarde cochinos.</p> + +<p>»Item, que ningún poeta sea osado a hablar mal de los otros si no es dos +veces en la semana.</p> + +<p>»Item, que al poeta que hiciere poema heroico no se le dé de plazo más +que un año y medio, y que lo que más tardare se entienda que es falta de +la musa; que a los poetas satíricos no se les dé lugar en las academias, +y se tengan por poetas bandidos y fuera del gremio de la poesía noble, y +que se pregonen las tallas<a name="FNanchor_617_618" id="FNanchor_617_618"></a><a href="#Footnote_617_618" class="fnanchor">[617]</a> de sus consonantes, como de hombres +facinerosos a la república. Que ningún hijo de poeta que no hiciere +versos no pueda<a name="FNanchor_618_619" id="FNanchor_618_619"></a><a href="#Footnote_618_619" class="fnanchor">[618]</a> jurar por vida de su padre, porque parece que no es +su hijo.</p> + +<p>»Item, que el poeta que sirviere a señor ninguno<a name="FNanchor_619_620" id="FNanchor_619_620"></a><a href="#Footnote_619_620" class="fnanchor">[619]</a>, muera de hambre +por ello.</p> + +<p>»Y, al fin, estas premáticas y ordenanzas se obedezcan y ejecuten como +si fueran leyes establecidas de nuestros príncipes, reyes y emperadores +de la Poesía. Mándanse pregonar, porque venga a noticia de todos.»</p> + +<p>Celebradísimo fué el papel de <i>el Engañado</i> por peregrino y caprichoso, +sacando, al mismo tiempo que le acababa, otro del pecho <i>el Engañador</i>, +llamado así en la Academia y en los tres hemisferios<a name="FNanchor_620_621" id="FNanchor_620_621"></a><a href="#Footnote_620_621" class="fnanchor">[620]</a>, y fiscal de +la presente, que decía desta manera:</p> + +<p>«PRONÓSTICO Y LUNARIO DEL AÑO QUE VIENE, AL MERIDIANO DE SEVILLA Y +MADRID, CONTRA LOS POETAS, MÚSICOS Y PINTORES. COMPUESTO POR «EL +ENGAÑADOR», ACADÉMICO DE LA INSIGNE ACADEMIA DEL BETIS, Y DIRIGIDO A +PERICO DE LOS PALOTES, PROTO-DEMONIO Y POETA DE DIOS TE LA DEPARE +BUENA»;</p> + +<p>interrumpiendo estas últimas razones un alguacil de los veinte<a name="FNanchor_621_622" id="FNanchor_621_622"></a><a href="#Footnote_621_622" class="fnanchor">[621]</a>, +guarnecido de corchetes<a name="FNanchor_622_623" id="FNanchor_622_623"></a><a href="#Footnote_622_623" class="fnanchor">[622]</a> (y tantos, que si fueran de plata, +pudiera<a name="FNanchor_623_624" id="FNanchor_623_624"></a><a href="#Footnote_623_624" class="fnanchor">[623]</a> competir con la capitana y almiranta de los galeones cuando +vuelven de retorno con las entrañas del Potosí y los corazones de los +que los esperan y los traen), doña Tomasa y su soldado, como entraron +por la posta para estar a la vista de la ejecución de su requisitoria; +la Academia se alteró con la intempestiva visita, y el atrevido +Alguacil dijo:</p> + +<p>—Vuesas mercedes no se alboroten: que yo vengo a hacer mi oficio y a +prender no menos que al señor Presidente, porque es orden de Madrid, y +la he de hacer de Evangelio<a name="FNanchor_624_625" id="FNanchor_624_625"></a><a href="#Footnote_624_625" class="fnanchor">[624]</a>.</p> + +<p>Palotearon los académicos, y don Cleofás se espeluzó tanto y cuanto, y +el Fiscal, que era el Cojuelo, le dijo:</p> + +<p>—No te sobresaltes<a name="FNanchor_625_626" id="FNanchor_625_626"></a><a href="#Footnote_625_626" class="fnanchor">[625]</a>, don Cleofás, y déjate prender, no nos perdamos +en esta ocasión; que yo te sacaré a paz y a salvo de todo<a name="FNanchor_626_627" id="FNanchor_626_627"></a><a href="#Footnote_626_627" class="fnanchor">[626]</a>.</p> + +<p>Y volviendo a los demás, les dijo lo mismo, y que no convenía en aquel +lance resistencia ninguna; que si fuera menester, <i>el Engañado</i> y él +metieran a todos los alguaciles de Sevilla las cabras en el corral<a name="FNanchor_627_628" id="FNanchor_627_628"></a><a href="#Footnote_627_628" class="fnanchor">[627]</a>.</p> + +<p>—Hombre hay aquí—dijo un estudiantón del Corpus<a name="FNanchor_628_629" id="FNanchor_628_629"></a><a href="#Footnote_628_629" class="fnanchor">[628]</a>, graduado por la +Feria y el pendón verde<a name="FNanchor_629_630" id="FNanchor_629_630"></a><a href="#Footnote_629_630" class="fnanchor">[629]</a>—, que, si es menester, no dejará oreja de +ministro a manteazos, siendo yo el menor de todos estos señores.</p> + +<p>El Alguacil trató de su negocio sin meterse en más dimes ni diretes, +deseando más que hubiese dares y tomares, y doña Tomasa estuvo empuñada +la espada y terciada la capa a punto de pelear al lado de su soldado; +que era, sobre alentada<a name="FNanchor_630_631" id="FNanchor_630_631"></a><a href="#Footnote_630_631" class="fnanchor">[630]</a>, muy diestra, como había tanto que jugaba +las armas<a name="FNanchor_631_632" id="FNanchor_631_632"></a><a href="#Footnote_631_632" class="fnanchor">[631]</a>, hasta que vió sacar preso al que le negaba la deuda, +libre de polvo y paja. El Cojuelo se fué tras ellos, y la Academia se +malogró aquella noche, y murió de viruelas locas.</p> + +<p>El Cojuelo, arrimándose al Alguacil, le dijo aparte, metiéndole un +bolsillo en la mano, de trecientos escudos:</p> + +<p>—Señor mío, vuesa merced ablande su cólera con este diaquilón<a name="FNanchor_632_633" id="FNanchor_632_633"></a><a href="#Footnote_632_633" class="fnanchor">[632]</a> +mayor, que son ciento y cincuenta doblones de a dos.</p> + +<p>Respondiéndole el Alguacil, al mismo tiempo que los recibió:</p> + +<p>—Vuesas mercedes perdonen el haberme equivocado, y el señor Licenciado +se vaya libre y sin costas, más de las que le hemos hecho; que yo me he +puesto a un riesgo muy grande habiendo errado el golpe.</p> + +<p>El soldado y la señora doña Tomasa, que también habían regalado al +Alguacil, por más protestas que le hicieron entonces, no le pudieron +poner en razón, y ya a estas horas estaban los dos camaradas tan lejos +dellos, que habían llegado al río y al Pasaje<a name="FNanchor_633_634" id="FNanchor_633_634"></a><a href="#Footnote_633_634" class="fnanchor">[633]</a>, que llaman, por +donde pasan de Sevilla a Triana y vuelven de Triana a Sevilla, y, +tomando un barco, durmieron aquella noche en la calle del Altozano, +calle Mayor<a name="FNanchor_634_635" id="FNanchor_634_635"></a><a href="#Footnote_634_635" class="fnanchor">[634]</a> de aquel ilustre arrabal, y la Vitigudino y su galán se +fueron muy desairados a lo mismo a su posada, y el Alguacil a la suya, +haciendo mil discursos con sus trecientos escudos, y el Cojuelo madrugó +sin dormir, dejando al compañero en Triana, para espiar en Sevilla lo +que pasaba acerca de las causas de los dos, revolviendo de paso dos o +tres pendencias en el Arenal<a name="FNanchor_635_636" id="FNanchor_635_636"></a><a href="#Footnote_635_636" class="fnanchor">[635]</a>.</p> + +<p>Y el Alguacil despertó más temprano, con el alborozo de sus doblones, +que había puesto debajo de las almohadas, y, metiendo la mano, no los +halló; y levantándose a buscallos, se vió emparedado de carbón, y todos +los aposentos de la casa de la misma suerte, porque no faltase lo que +suele ser siempre del dinero que da el diablo<a name="FNanchor_636_637" id="FNanchor_636_637"></a><a href="#Footnote_636_637" class="fnanchor">[636]</a>, y tan sitiado desta +mercadería, que fué necesario salir por una ventana que estaba junto al +techo, y en saliendo, se le volvió todo el carbón ceniza; que si no +fuera ansí, tomara después por partido dejar lo alguacil por carbonero, +si fuera el carbón de la encina del infierno<a name="FNanchor_637_638" id="FNanchor_637_638"></a><a href="#Footnote_637_638" class="fnanchor">[637]</a>, que nunca se acaba, +amén, Jesús.</p> + +<p>El Cojuelo iba dando notables risadas entre sí, sabiendo lo que le había +sucedido al Alguacil con el soborno. Saliendo, en este tiempo, por cal +de Tintores<a name="FNanchor_638_639" id="FNanchor_638_639"></a><a href="#Footnote_638_639" class="fnanchor">[638]</a> a la plaza de San Francisco, y habiendo andado muy +pocos pasos, volvió la cabeza y vió que le venían siguiendo Cienllamas, +Chispa y Redina; y, dejando las muletas, comenzó a correr, y ellos tras +él, a grandes voces diciendo:</p> + +<p>—¡Tengan ese cojo ladrón!</p> + +<p>Y cuando casi le echaban las garras Chispa y Redina, venía un escribano +del número<a name="FNanchor_639_640" id="FNanchor_639_640"></a><a href="#Footnote_639_640" class="fnanchor">[639]</a> bostezando, y metiósele el Cojuelo por la boca, calzado +y vestido, tomando iglesia, la que más a su propósito pudo hallar<a name="FNanchor_640_641" id="FNanchor_640_641"></a><a href="#Footnote_640_641" class="fnanchor">[640]</a>. +Quisieron entrarse tras él a sacalle deste sagrado Chispa, Redina y +Cienllamas, y salió a defender su juridición una cuadrilla de sastres, +que les hicieron resistencia a agujazos y a dedalazos, obligando a +Cienllamas a inviar a Redina al infierno por orden de lo que se había de +hacer; y lo que trujo<a name="FNanchor_641_642" id="FNanchor_641_642"></a><a href="#Footnote_641_642" class="fnanchor">[641]</a> en los aires fué que, con el Escribano y los +sastres, diesen con el Cojuelo en los infiernos<a name="FNanchor_642_643" id="FNanchor_642_643"></a><a href="#Footnote_642_643" class="fnanchor">[642]</a>. Ejecutóse como se +dijo, y fué tanto lo que los revolvió el Escribano, después de haberle +hecho gormar al Cojuelo, que tuvieron por bien los jueces de aquel +partido echallo fuera, y que se volviese a su escritorio, dejando a los +sastres en rehenes, para unas libreas que habían de hacer a Lucifer a la +festividad del nacimiento del Antecristo; tratando doña Tomasa, +desengañada, de pasarse a las Indias con el tal soldado, y don Cleofás, +de volverse a Alcalá a acabar sus estudios, habiendo sabido el mal +suceso de la prisión de su Diablillo, desengañado de que hasta los +diablos tienen sus alguaciles, y que los alguaciles tienen a los +diablos<a name="FNanchor_643_644" id="FNanchor_643_644"></a><a href="#Footnote_643_644" class="fnanchor">[643]</a>. Con que<a name="FNanchor_644_645" id="FNanchor_644_645"></a><a href="#Footnote_644_645" class="fnanchor">[644]</a> da fin esta novela, y su dueño gracias a +Dios porque le sacó della con bien, suplicando a quien la leyere que se +entretenga y no se pudra en su leyenda<a name="FNanchor_645_646" id="FNanchor_645_646"></a><a href="#Footnote_645_646" class="fnanchor">[645]</a>, y verá qué bien se halla.</p> + +<div class="footnotes"><h3>FOOTNOTES:</h3></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_1_1" id="Footnote_1_1"></a><a href="#FNanchor_1_1"><span class="label">[1]</span></a> En la conferencia leída en el teatro Español la noche del 4 +de febrero de 1910, al estrenarse la refundición de <i>La Luna de la +Sierra</i>, hecha por don Cristóbal de Castro.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_2_2" id="Footnote_2_2"></a><a href="#FNanchor_2_2"><span class="label">[2]</span></a> Narróla—mejor diría <i>marróla</i>—don Joaquín María Ferrer, +en el prólogo de su edición de <i>El Diablo Cojuelo</i> (París, 1828), y la +extractó muchos años después don Cayetano A. de la Barrera, en su +<i>Catálogo bibliográfico y biográfico del Teatro antiguo español</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_3_3" id="Footnote_3_3"></a><a href="#FNanchor_3_3"><span class="label">[3]</span></a> Las investigaciones serias acerca de la vida del insigne +autor astigitano datan de los postreros años del siglo XIX. Yo encontré, +y publiqué muy en extracto en mi estudio sobre <i>Cervantes y la +Universidad de Osuna</i>, inserto en el tomo II del <i>Homenaje a Menéndez y +Pelayo en el año vigésimo de su profesorado</i> (Madrid, 1899), el acta del +grado de bachiller en Artes de Vélez; en 1902 hallaba el muy diligente y +erudito don Antonio Paz y Melia, y sacábala a luz en <i>la Revista de +Archivos, Bibliotecas y Museos</i>, una carta de don Juan Vélez de Guevara, +hijo del poeta ecijano, escrita en 20 de octubre de 1645, documento +interesante, porque contiene, aunque abreviadamente y con algunos +errores de importancia, la biografía del autor de <i>El Diablo Cojuelo</i>. +Poco después, don Felipe Pérez y González, al par que comentaba con +acierto algunos de los pasajes más oscuros de esta novela, dedicóse con +feliz éxito a allegar datos para la vida de su autor, y diólos a conocer +en diversos artículos, que publicó en <i>La Ilustración Española y +Americana</i> y reimprimió juntos en 1903, con otros de carácter crítico. +Entretanto, el meritísimo Pérez Pastor descubría y acopiaba muchas +noticias peregrinas referentes a los que en el buen tiempo fueron +próceres de nuestras letras, a Vélez de Guevara entre ellos; no menos de +cincuenta y cuatro documentos tocantes a él insertó en la tercera parte, +última publicada (Madrid, 1907), de su excelente <i>Bibliografía +Madrileña</i> (págs. 499-515). Amén de esto, en 1902, don Adolfo Bonilla y +San Martín daba a la estampa en la <i>Revista de Aragón</i> diversas poesías +de Luis Vélez, las más de ellas inéditas hasta entonces, y de las cuales +hay especialmente cuatro—las cuatro primeras—llenas de indicaciones +muy interesantes para la vida de su autor, razón por la cual en 1908 las +reproduje anotadas, con otra inédita, en la <i>Revista de Archivos, +Bibliotecas y Museos</i>. A la buena luz de tan valiosos hallazgos, podía +ya intentarse sin temeridad la empresa de componer una biografía +circunstanciada de Vélez, cosa que ha efectuado don Emilio Cotarelo en +el <i>Boletín de la Real Academia Española</i>, cuadernos de diciembre de +1916 y abril de 1917, no sin aportar algunos otros datos debidos a sus +investigaciones.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_4_4" id="Footnote_4_4"></a><a href="#FNanchor_4_4"><span class="label">[4]</span></a> Fué hijo del licenciado Diego Vélez de Dueñas, nacido en +Jerez de la Frontera, y de doña Francisca Negrete de Santander, natural +de Ecija, quienes habían contraído matrimonio en esta ciudad, siendo él +vecino de Sevilla, a 10 de febrero de 1573. Vélez de Dueñas—descendiente +de don Llorente Vélez de Guevara, uno +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«de los trescientos hidalgos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que ganaron a Jerez»,</span><br /> +</p><p> +como recordó, andando el tiempo, el autor de <i>Reinar después de +morir</i>—era hijo de Alonso Rodríguez Vélez y de doña Isabel de Dueñas, y +se llamó indistintamente Diego de Dueñas y Diego Rodríguez de Dueñas +mientras fué estudiante. Para graduarse de bachiller en Leyes en la +Universidad de Sevilla (22 de septiembre de 1570), presentó los +siguientes recaudos: casi seis meses que en la dicha facultad había +cursado en Salamanca por los años de 1563, 64 y 65; dos cursos más, +oídos en Sevilla, el último, desde 1.º de mayo de 1568 hasta 7 de mayo +de 1569, y cinco lecciones de leyes que había leído. (Archivo +universitario de Sevilla, libro 1.º de Diligencias y colaciones de +grados menores, desde 1570 hasta 1574.) Este sujeto es, como columbré +diez años ha, el mismo lincenciado Dueñas, poeta más que razonable, +autor de once de las composiciones coleccionadas en Méjico, en 1577, +bajo el título de <i>Flores de varia poesía</i> (Biblioteca Nacional de +Madrid, Ms. 2973), y el mismo a quien se refirió el licenciado Francisco +Pacheco, jerezano como él, en su interesante composición intitulada <i>La +sátira apologética en defensa del divino Dueñas</i>, escrita en 1569, +anotada por mí y publicada en la <i>Revista de Archivos, Bibliotecas y +Museos</i> (1907-1908). Trasladado a Écija desde su casamiento, allí vivió +pobremente ejerciendo la abogacía y criando otros hijos, entre ellos, a +Diego, nacido en 1586 y poeta como su padre y su hermano, vistiéndose y +vistiendo a su familia de fiado, de lo cual es buena muestra cierta +escritura que encontré en aquel archivo de protocolos, al buscar +documentos cervantinos (Antonio Trapel, libro 1.º de 1588, fol. 1899), y +componiendo de cuando en cuando tal cual epigrama latino, como el que +hizo en elogio de don Alvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, para el +<i>Comentario en breve compendio de disciplina militar</i>, escrito por el +licenciado Mosquera de Figueroa (Madrid, Luis Sánchez, 1596). +</p><p> +Doña Francisca Negrete de Santander era hija del licenciado Diego de +Santander, oriundo de la Montaña, y de doña María de Medina, vecinos de +Écija. De estos Negretes y Santanderes, unos habían negociado en las +Indias, y otros eran hombres de estudios, como lo demuestran los +diversos datos que allegué: el doctor Pedro de Santander y su mujer doña +Inés Melgarejo, vecinos de Sevilla, él hijo del doctor Negrete, se +despacharon a la Nueva España, con los suyos, antes de mediar el siglo +XVI (Archivo general de Indias, Licencias de pasajeros, 1534 y 1554 (43, +2, 1/5), relación núm. 74 del cuaderno 9.º). En 25 de septiembre de +1553, Diego Negrete de Santander, vecino de Sevilla, hijo de Bernardo +Negrete de Santander y de Isabel Gómez Adalid, se despachó por mercader +por tres años para Tierra Firme y Popayán (<i>Ibid.</i>, al fin de la primera +hoja). El bachiller Juan de Santander, natural de Écija, probó en 17 de +marzo de 1554 haber ganado un curso de Medicina, «oyendo del doctor +gudiel y del doctor ferrer» (Archivo universitario de Osuna, Pruebas de +cursos, fol. 6 del cuaderno del dicho año), y en 4 de mayo de 1555 probó +otro en la Universidad complutense (Archivo Universitario de Alcalá, hoy +en el Histórico Nacional, Pruebas de cursos de 1540 a 1555, fol. 714 +vto.). Con el nombre de Juan Antonio de Santander, se graduó en Medicina +en la misma Universidad a 16 de mayo de 1555, y repitiendo en Osuna para +licenciado, se le asignaron puntos, hizo el examen secreto y se le +confirió el grado en 28 de agosto de 1568, doctorándose en 16 de mayo de +1569 (Registro 1.º de grados, fol. 22 del dicho año), a presencia del +duque de Osuna don Pedro Girón, de su hijo don Juan, marqués de +Peñafiel, de don Alonso Téllez Girón, hermano natural del Duque y de +muchos doctores y maestros. En la propia Universidad se graduó de +bachiller en Artes, a 28 de julio de 1587, Alonso de Santander (Registro +2.º de Grados, fol. 28 de este año), asimismo natural de Écija, a quien +vuelvo a encontrar en Alcalá ganando un curso de Teología escolástica en +8 de mayo de 1590. (Archivo universitario de Alcalá, pruebas de cursos +de 1590 a 1593, fol. 21 del dicho año.) Y, en fin, un Pedro de Santander +figura, para la devolución de la blanca de carne, entre los dignidades, +canónigos, racioneros y capellanes de la Iglesia Mayor de Sevilla, en el +año de 1596 (Archivo Municipal de Sevilla, Libros de Propios, asientos +de 12 de junio de 1597). Este prebendado, probable deudo de Luis Vélez +de Guevara, fué quizás quien le hizo entrar de paje en el palacio de don +Rodrigo de Castro, cardenal arzobispo de Sevilla.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_5_5" id="Footnote_5_5"></a><a href="#FNanchor_5_5"><span class="label">[5]</span></a> Así vino a decirlo Cervantes en la jorn. III de <i>La gran +sultana doña Catalina de Oviedo</i>: +</p> +<p> +<br /> +<span style="margin-left: 4em;">«... hidalgo, pero no rico:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">maldición del siglo nuestro;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que parece que ser pobre</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">al ser hidalgo está anexo.»</span><br /> +</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_6_6" id="Footnote_6_6"></a><a href="#FNanchor_6_6"><span class="label">[6]</span></a> En 1902 envié desde Sevilla copia literal del acta de este +grado a don Felipe Pérez y González, en cuyo citado libro, págs. 132 y +siguientes, puede leerla el curioso.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_7_7" id="Footnote_7_7"></a><a href="#FNanchor_7_7"><span class="label">[7]</span></a> <i>Las bodas de los Católicos Reyes de España don Felipe III +y doña Margarita de Austria, celebradas en la insigne ciudad de +Valencia. Por Luis Vélez de Santander.</i> Sevilla, 1599.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_8_8" id="Footnote_8_8"></a><a href="#FNanchor_8_8"><span class="label">[8]</span></a> En uno de los reimpresos por mí (<i>Cinco poesías +autobiográficas de Luis Vélez de Guevara</i>. Madrid, 1908, pág. 11): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Esto es cuanto al Archiduque;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cuanto a marciales papeles</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de servicios <i>de seis años</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">escuchadme atentamente.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Si busca Antonio de Losa</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">soldados que a hablaros entren,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que no sin causa el aplauso</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">vuestro su atención merece,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Saboya me vió y Milán;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en los años diez y siete</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de mi edad, medié la pica</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">al grabado peto fuerte<i>(a)</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con el tercio de Bretaña,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">siguiendo al Conde de Fuentes</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">desde Baya de Zahona,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por ambiciones de nieve,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">hasta que, treguas haciendo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con Saboya los franceses,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">pasé a Nápoles, de donde</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a buscar en sus bajeles</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">la caravana salí</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por todo el mar del Oriente,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con don Pedro de Toledo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">rayo español de Berzeli.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">De plomo, como de gorra,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">nos saludamos mil veces</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">las turquescas escopetas</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con los cristianos mosquetes,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">descubrimos las montañas</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de la provincia que tiene</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">el obelisco de Dios</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en prisión irreverente,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">hasta que el heroico brazo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">vuestro a rescatar se llegue,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">para que el número diez</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">acrecentéis a los Nueve,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y en la primera jornada</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de Argel fué mi coselete,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">espejo al sol, que, Narciso,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por mi se negó a las fuentes,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">llegando a Valladolid</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">la misma noche del viernes</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que, para dicha del mundo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">vos nacéis y Cristo muere.»</span><br /> +</p><p> +<i>(a)</i> Como veremos en seguida, no tenía diez y siete, sino veintiún +años, cuando dejó su plaza de paje. Trascordóse, pues, Vélez, o, lo que +más creo, le hizo escribir <i>diez y siete</i> la fuerza del asonante.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_9_9" id="Footnote_9_9"></a><a href="#FNanchor_9_9"><span class="label">[9]</span></a> En pleito promovido por don Jerónimo de Leyva en abril de +1604 ante el Provisor general del arzobispado de Sevilla, con motivo de +haber presentado don Francisco de Acuña, canónigo de aquella Santa +Iglesia, unas letras del Auditor de la Cámara de Su Santidad, por las +cuales le subdelegaba plenariamente sus veces para averiguar si don +Alonso de Ulloa había sido criado del cardenal don Rodrigo de Castro, +declararon a tenor de cierto interrogatorio diversos testigos, entre +ellos Luis Vélez de Santander, o sea nuestro Vélez de Guevara, y Lope de +Vega Carpio. Mi querido amigo el docto cervantista don Adolfo Rodríguez +Jurado, que halló este pleito, sacó a la luz pública la interesante +declaración de Lope en el <i>Boletín de la Real Academia Sevillana de +Buenas Letras</i> (septiembre de 1917), y me ha favorecido copiando para mí +la declaración de Vélez, por la cual se viene en conocimiento de algunas +cosas muy importantes para su biografía. Dijo «que es de hedad de veynte +y cinco años poco más o menos», y respondiendo a la pregunta primera, +que «conoció al Ilmo. don Rodrigo de Castro, arçobispo que fue de +Sevilla, por queste testigo le sirvio de paje quatro años, que el +postrero fue en el que murio el dicho cardenal, porque dos meses antes +que muriera salió este testigo del su servicio....» A la segunda: «que +sabe que el dicho don alonso de ulloa murió en la ciudad de toro por el +mes de agosto del año pasado de seiscientos e tres, y este testigo le +vido en valladolid quince días o veynte antes que muriese....» Y a la +sexta: «queste testigo fue con el dicho cardenal a la dicha jornada de +madrid, valencia y binaros, donde también fué el dicho don alonso de +ulloa....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_10_10" id="Footnote_10_10"></a><a href="#FNanchor_10_10"><span class="label">[10]</span></a> Añadió al <i>Vélez</i> el <i>Guevara</i> y omitió el apellido +materno, bien que en Écija siguieron llamándole <i>Vélez de Dueñas</i>, como +a su padre. En 1630, año en que escribía el licenciado Andrés Florindo +su <i>Addicion al libro de Eciia y svs grandezas</i> (Sevilla, Luis +Estupiñán, 1631), aún le nombraba así (fol. 4): «Otro insigne Cavallero +desta Ciudad, de excelente ingenio, mui universal en todas historias +(otro don Alonso de Ercilla, o Luis <i>Vélez de Dueñas</i>)....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_11_11" id="Footnote_11_11"></a><a href="#FNanchor_11_11"><span class="label">[11]</span></a> Como nota el señor Cotarelo, Vélez de Guevara siempre hizo +caso omiso de este primer matrimonio, al cual tampoco se refirió su hijo +don Juan en la carta dirigida a Pellicer que publicó el señor Paz y +Melia; pero en la canción que Salcedo Coronel dedicó a la muerte de +nuestro poeta (<i>Cristales de Helicona</i>, Madrid, Diego Díaz de la +Carrera, 1649-1650, folio 31 vto.) hay una tan clara y circunstanciada +alusión a este enlace, que no sé cómo se desvirtúe: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Coronado de aplausos y victorias</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">volviste a España, que fiel previno</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en agradables lazos de Himeneo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">refrenar la inquietud de tu destino.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Ingrato el esplendor a tus memorias</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">ardió en las teas que encendió el deseo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y entre infaustos gemidos sin aseo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">al tálamo condujo temerosa</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">pronuba Juno a tu querida esposa,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que en dulce nudo apenas</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">se vió a tu firme voluntad unida,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cuando, de acerbo golpe interrumpida,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">sulcó estigias arenas:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Eurídice feliz fuera, si el llanto</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">no impidiera la fuerza de tu canto.»</span><br /> +</p><p> +¿Qué enlace fué éste? ¿Tuvo acaso más de arrebatado y soldadesco que de +sacramental?</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_12_12" id="Footnote_12_12"></a><a href="#FNanchor_12_12"><span class="label">[12]</span></a> 24 de septiembre de 1608. Véase la partida matrimonial en +el citado libro de Pérez y González, pág. 192.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_13_13" id="Footnote_13_13"></a><a href="#FNanchor_13_13"><span class="label">[13]</span></a> Bautizado a 9 de febrero de 1611 (Pérez y González, obra +citada, pág. 193). A este hijo y a la unión de que fué dichoso fruto se +refirió Salcedo Coronel en la estancia que sigue a la transcrita poco +ha: +</p><p> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Segunda vez a más fecundos lazos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">rendiste la cerviz aún no domada,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">gustoso de tu mismo vencimiento,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por quien, dichosamente dilatada,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">conseguiste en recíprocos abrazos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">la virtud que inspiró sagrado aliento,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">hijo, en fin, que formó tu entendimiento</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">aún más que la común naturaleza,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">porque lograse con igual grandeza,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">agradecido el mundo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">fénix que del primero renaciese</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y tus doctas cenizas ofreciese</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">al templo en que facundo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Apolo, por cien bocas espirante,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tus alabanzas dignamente cante.»</span><br /> +</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_14_14" id="Footnote_14_14"></a><a href="#FNanchor_14_14"><span class="label">[14]</span></a> Pérez y González, obra citada, pág. 196.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_15_15" id="Footnote_15_15"></a><a href="#FNanchor_15_15"><span class="label">[15]</span></a> También le señaló pensión el Marqués de Peñafiel: +cuatrocientos ducados en cada un año, desde 1.º de enero de 1622; pero +amén de salir de ordinario inciertas las mercedes de los señores de +aquel tiempo, en las manos de Luis Vélez no había dinero, presente o +futuro, que no se volviera sal y agua.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_16_16" id="Footnote_16_16"></a><a href="#FNanchor_16_16"><span class="label">[16]</span></a> A estos memoriales me he referido en la nota última de la +pág. IX.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_17_17" id="Footnote_17_17"></a><a href="#FNanchor_17_17"><span class="label">[17]</span></a> Pérez y González, obra citada, pág. 203.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_18_18" id="Footnote_18_18"></a><a href="#FNanchor_18_18"><span class="label">[18]</span></a> Sólo producían lo poco en que las compraban los autores de +compañía o las corporaciones que las habían encargado: seiscientos +reales, u ochocientos a lo sumo. Por lo menos de seiscientos no creía +Jerónimo Dalmao, en 1616, que Luis Vélez se prestase a componer cierta +comedia a lo divino <i>(Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos</i>, 1878). +Y don Pedro Calderón, en la jorn. I de <i>Nadie fíe su secreto</i>, comedia +anterior al año 1651, hizo decir a dos de sus interlocutores: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«D. ARIAS. Aquí la doncella vive....</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">LÁZARO. Ni la oigas ni la veas,</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">señor, hasta que se haga;</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">que son como las comedias:</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">sin saber si es buena o mala,</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;"><i>ochocientos reales cuesta</i></span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;"><i>la primera vez</i>; mas luego</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">dan por un real ochocientas.</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">Déjala imprimir primero;</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">que comedias y doncellas,</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">como estén dadas al molde,</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">las hallarás por docenas.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_19_19" id="Footnote_19_19"></a><a href="#FNanchor_19_19"><span class="label">[19]</span></a> Lope, en una de sus cartas al duque de Sessa (Barrera, +Adiciones a la <i>Nueva biografía de Lope de Vega</i>, página 616): «Hablaré, +pues V. Ex.ª lo manda, a Vallejo; que, en fin, +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Mi sotana sin reparos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tiene, por ser de probecho,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">quatro bocas en el pecho,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">mas todas para alabaros.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Y no es por ynportunaros</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">al hablar en mi sotana,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">pues tengo por cosa llana,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">según es agradecida,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que si os alaba rompida,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">mexor os alabe sana.</span><br /> +</p><p> +<i>Parece cosa de Luis Vélez;</i> mas, Señor, V. Ex.ª tubo la culpa; que yo +me havía remitido a la onrra portuguesa, que en Castilla llaman +bayeta.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_20_20" id="Footnote_20_20"></a><a href="#FNanchor_20_20"><span class="label">[20]</span></a> Pérez Pastor, <i>Bibliografía Madrileña,</i> tomo III, pág. +509.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_21_21" id="Footnote_21_21"></a><a href="#FNanchor_21_21"><span class="label">[21]</span></a> Pérez y González, obra citada, pág. 207.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_22_22" id="Footnote_22_22"></a><a href="#FNanchor_22_22"><span class="label">[22]</span></a> Pérez y González, obra citada, pág. 210.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_23_23" id="Footnote_23_23"></a><a href="#FNanchor_23_23"><span class="label">[23]</span></a> A fines del año 1851 un señor Pianitzky, pensando en +traducir al ruso <i>El Diablo Cojuelo</i>, pidió explicaciones a la Academia +Española acerca de ciertas dudas que se le habían ofrecido. Dado encargo +al académico don Agustín Durán para que respondiese, este señor, por +abril del año siguiente, dió cuenta de haberlo cumplido, en la medida de +sus fuerzas. Pero ¡cómo lo cumplió, Dios santo! Hago gracia al lector de +los demás trámites de aquel desdichado asunto: baste decir, para que los +manes de Durán no se irriten demasiado, que en aquella ocasión durmió +Homero a pierna suelta, y durmieron con él cuantos pusieron las manos, o +formulariamente hicieron que las ponían, que es lo más probable, en las +empecatadas <i>ilustraciones</i> de Durán. Aquella larga serie de lamentables +yerros, que el lector curioso puede examinar en el departamento de +manuscritos de la Biblioteca Nacional (Ms. 13881)—pues a ella fueron a +parar, con la del, por otra parte, meritísimo colector de nuestros +romances, los borradores de su inverosímil trabajo—, convidaba, ¿qué +digo convidaba?, requería a volver por la honra del malparado Vélez, y, +en general, por los fueros de nuestro idioma; el señor Bonilla no +resistió a tentación tan plausible, y es de justicia reconocer que en +mucha parte logró su intento, explicando bien muchas cosas de que Durán +no había sabido darse acertada cuenta.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_24_24" id="Footnote_24_24"></a><a href="#FNanchor_24_24"><span class="label">[24]</span></a> Footnote de la pág. VIII de la introducción: «Tuve entonces +[en 1902] la fortuna (que por tal la disputo) de hallar un erudito y +amable crítico en la persona del señor don Felipe Pérez y González, el +cual publicó en <i>La Ilustración Española y Americana</i> y reunió después +en un volumen (<i>El Diablo Cojuelo</i>, Madrid, 1903) algunas <i>notas</i> acerca +de mis Comentarios, que inmerecidamente declaró «dignos de aplauso y +alabanza». La disconformidad en que estoy con algunas de sus +apreciaciones no obsta para que reconozca la exactitud de otras, ni para +que aproveche con gratitud sus enseñanzas, como aprovecharé y agradeceré +siempre las que se me den con fundamento. Aspiro constantemente a +realizar trabajos útiles, pero jamás tuve la ridícula pretensión de que +fuesen perfectos.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_25_25" id="Footnote_25_25"></a><a href="#FNanchor_25_25"><span class="label">[25]</span></a> Santiago de Chile, Imprenta de San José, 1915, página 15.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_26_26" id="Footnote_26_26"></a><a href="#FNanchor_26_26"><span class="label">[26]</span></a> Pág. 190 de la edición de Zaragoza, s.i., 1697.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_27_27" id="Footnote_27_27"></a><a href="#FNanchor_27_27"><span class="label">[27]</span></a> Tomo IV, pág. 386, 13.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_28_28" id="Footnote_28_28"></a><a href="#FNanchor_28_28"><span class="label">[28]</span></a> Sin lugar ni año, pero en Sevilla, hacia 1630.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_29_29" id="Footnote_29_29"></a><a href="#FNanchor_29_29"><span class="label">[29]</span></a> Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo +91 de causas, núm. 176, fol. 85.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_30_30" id="Footnote_30_30"></a><a href="#FNanchor_30_30"><span class="label">[30]</span></a> <i>Ibid</i>., legajo 94, núm. 226.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_31_31" id="Footnote_31_31"></a><a href="#FNanchor_31_31"><span class="label">[31]</span></a> Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Valencia, +legajo 25 de causas, núm. 1.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_32_32" id="Footnote_32_32"></a><a href="#FNanchor_32_32"><span class="label">[32]</span></a> Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo +83 de causas, núm. 41.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_33_33" id="Footnote_33_33"></a><a href="#FNanchor_33_33"><span class="label">[33]</span></a> Inquisición de Toledo, legajo 86 de causas, número 73.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_34_34" id="Footnote_34_34"></a><a href="#FNanchor_34_34"><span class="label">[34]</span></a> El señor Bonilla, al opinar en esto contra Pérez y +González, opinó también contra sí, pues en su edición de 1902, página +XXVII, había dicho: «Podemos concluír, pues, que <i>El Diablo Cojuelo,</i> +empezado hacia 1630, hubo de terminarse después del mes de febrero de +1637, fecha de las mencionada fiestas»; refiriéndose a las celebradas en +el Retiro, en que Luis Vélez, como presidente, leyó el mismo soneto que +don Cleofás lee en la Academia Sevillana (tranco IX de la presente +edición) y, con leves variantes, las mismas <i>Premáticas y ordenanzas</i> +que lee en otra junta de la sobredicha Academia (tranco X.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_35_35" id="Footnote_35_35"></a><a href="#FNanchor_35_35"><span class="label">[35]</span></a> También yo caí en la tentación de hacer sobre ello algunas +pesquisas, y a este fin, pues al principio del tranco IX se nombra +como asistente de Sevilla al Conde de Salvatierra, averigüé cuándo tomó +posesión de este cargo y cuándo cesó en su ejercicio, por si lo uno o lo +otro diese alguna luz para el pleito. No la da: su asistencia duró desde +el día 24 de abril de 1634 hasta el 3 de julio de 1642, en que dió +posesión al Conde de la Puebla del Maestre, y haciéndome el razonamiento +que en el texto queda, sobreseí en la investigación.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_36_36" id="Footnote_36_36"></a><a href="#FNanchor_36_36"><span class="label">[36]</span></a> Córdoba, Salvador de Cea, 1630. 4 hs. sin foliar.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_37_37" id="Footnote_37_37"></a><a href="#FNanchor_37_37"><span class="label">[37]</span></a> Verbigracia, en un pasaje del tranco I y en otro del IX.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_38_38" id="Footnote_38_38"></a><a href="#FNanchor_38_38"><span class="label">[38]</span></a> Página 237 de mi edición crítica de <i>Rinconete y +Cortadillo</i> (Sevilla, 1905). A mayor abundamiento, vea el curioso, +porque es concluyente y <i>definitivo</i>—como dicen ahora—algo de lo que +advirtió el sabio maestro Menéndez y Pelayo para explicar por qué en la +hermosa edición académica de las <i>Obras de Lope de Vega</i> no había de +copiar servilmente los antiguos textos: «...Publíquense +enhorabuena—observaba—con estricto rigor paleográfico (y no de otro +modo deben publicarse) todos los monumentos literarios anteriores a la +era de los Reyes Católicos; pero séanos lícito disfrutar, como de cosa +familiar y doméstica, de todo el tesoro de nuestras letras clásicas, y +no nos empeñemos en ahuyentar a las gentes de la lección de nuestros +autores de la edad de oro, presentándolos en textos de aspecto +repulsivo, sólo para que algún filólogo tenga el placer de saber a +ciencia cierta que Calderón, en <i>El Mágico prodigioso</i> escribió (verso +754), <i>hedad</i> con <i>h</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_39_39" id="Footnote_39_39"></a><a href="#FNanchor_39_39"><span class="label">[39]</span></a> <i>Naveta</i>, en su antigua acepción de <i>gaveta</i> o cajoncillo +corredizo de una papelera o escritorio: <i>vne leyette d'vn cabinet ou +d'autre chose</i>, definió César Oudin en <i>Le Tresor des devx langves +espagnolle et françoise</i>. (Sírvome de la edición de París, M.DC.XLV.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_40_40" id="Footnote_40_40"></a><a href="#FNanchor_40_40"><span class="label">[40]</span></a> Llamaban <i>mosqueteros</i>, como dice el <i>Diccionario</i> de la +Academia, a los que en los antiguos corrales de comedias las veían de +pie desde la parte posterior del patio. Y a silbar a los cómicos +llamaban, consiguientemente, <i>mosquetear</i>, verbo que falta en el dicho +léxico. Ruiz de Alarcón, en el acto I de <i>Mudarse por mejorarse</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«REDONDO. ...Representante afamado</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">has visto, por sólo errar</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">vna sílaba, quedar</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">a silbos <i>mosqueteado</i>.»</span><br /> +</p><p> +A lo que parece, o era reciente el silbar en el teatro cuando el +admirable poeta mejicano escribió <i>Todo es ventura</i>, o se había +introducido de nuevo esa grosera costumbre, pues en el acto I dicen dos +interlocutores: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«DUQUE. ¿Tú, Fabio?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">FABIO. Yo, en la comedia.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">DUQUE. ¿Pareció bien?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">FABIO. No, señor,</span><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;">con ser divino su autor;</span><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;">porque si no se remedia</span><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;"><i>esta nueva introdución</i></span><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;"><i>de los silbos</i>, es forzoso</span><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;">que pierda el más ingenioso</span><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;">a los versos la afición.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_41_41" id="Footnote_41_41"></a><a href="#FNanchor_41_41"><span class="label">[41]</span></a> Vélez de Guevara fué muy dado a buscar el donaire +acomodando a su intento los modismos y refranes vulgares, por medio del +trueque de una o más de sus palabras. Así, iremos viendo, verbigracia, +en el curso de esta novela, <i>Dar gato por demonio, Irse al infierno en +coche y en alma, Preñada de medio ojo, Astrólogo regoldano, Lo que es +del diablo, el diablo se lo ha de llevar, Si Dios me tiene de sus +consonantes, Siempre quiebra la soga por lo más forastero, Salud y +consonantes, Servir a su Majestad con dos comedias en Orán,</i> meras +modificaciones de los refranes y frases <i>Dar gato por liebre, Irse al +infierno en cuerpo y alma, Tapada de medio ojo, Castaña regoldana, Lo +que es del agua, el agua se lo lleva, Si Dios me tiene de su mano, +Siempre quiebra la soga por lo más delgado, Salud y gracia</i>, y <i>Servirá +su Majestad con dos lanzas en Orán</i>. Tales acomodamientos pertenecen, +sin duda, a la clase de <i>chistes baratos</i>; quiero decir que cuestan +poco al ingenio de su inventor. Por fortuna, Vélez de Guevara tiene, y +sabe lucirlos, méritos de muchos más quilates que estas gracias frías.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_42_42" id="Footnote_42_42"></a><a href="#FNanchor_42_42"><span class="label">[42]</span></a> Lo de haber nacido <i>para número de los demás</i> puede ser +reminiscencia de aquel verso de una de las epístolas de Horacio: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«Nos numeri sumus, <i>fruges consumere nati</i>.»</span><br /> +</p><p> +Análogamente Ruiz de Alarcón, en el acto I de <i>La verdad sospechosa</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D. GARCÍA. Quien vive sin ser sentido,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">quien <i>sólo el número aumenta</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">y hace lo que todos hacen,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">¿en qué difiere de bestia?»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_43_43" id="Footnote_43_43"></a><a href="#FNanchor_43_43"><span class="label">[43]</span></a> Sabidísimo es que se llamaba <i>corral de comedias</i>, como +dice el <i>Diccionario</i> comúnmente llamado <i>de autoridades</i>, «la casa, +patio o theatro donde se representan las comedias. Diósele este +nombre—añade—porque ordinariamente están descubiertos».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_44_44" id="Footnote_44_44"></a><a href="#FNanchor_44_44"><span class="label">[44]</span></a> <i>Las bocas abiertas</i>, especie de ablativo absoluto, +frecuentemente usado por nuestros escritores.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_45_45" id="Footnote_45_45"></a><a href="#FNanchor_45_45"><span class="label">[45]</span></a> Llamóse <i>corchetes</i>, figuradamente, a ciertos ministros +inferiores de la justicia, servidores de los alguaciles, porque, en +frase de Covarrubias, <i>Tesoro de la lengua castellana, o española,</i> +«asen como estos ganchuelos».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_46_46" id="Footnote_46_46"></a><a href="#FNanchor_46_46"><span class="label">[46]</span></a> <i>Con lo mío me haga Dios merced</i>, decíase para indicar que +no se deseaba nada allegado con riesgo o por mal camino. Así lo dijeron, +simple o socarronamente, aquellos benéficos forajidos de la Sierra de +Cabrilla que partían con el robado lo que éste llevaba. De ellos dice +Luque Fajardo (<i>Fiel desengaño</i> <i>contra la ociosidad y los juegos, +Madrid, 1606,</i> fol. 291) que, habiendo tropezado con ellos un labrador +«y como no llevase más de quinze reales, que eran expensas de su viaje, +hecha la quenta cabian a siete y medio; no se hallaua a la sazon trueque +de vn real, y el buen labrador (que diera aquella cantidad, y otra de +más momento, por verse fuera de sus manos) rogauales encarecidamente +tomassen ocho reales, porque él se contentaua con siete.—De ninguna +manera (respondieron ellos): <i>con lo que es nuestro nos haga Dios +merced</i>».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_47_47" id="Footnote_47_47"></a><a href="#FNanchor_47_47"><span class="label">[47]</span></a> <i>Mareta</i>, en la acepción figurada que registra el léxico +de la Academia: «Rumor de muchedumbre que empieza a agitarse, o bien a +sosegarse después de agitación violenta».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_48_48" id="Footnote_48_48"></a><a href="#FNanchor_48_48"><span class="label">[48]</span></a> En los prólogos se ha solido llamar al lector <i>cándido, +benévolo, pío</i> y otras cosas a este tono, y Vélez juega de las dos +acepciones del primero de estos vocablos, oponiendo a <i>cándido,</i> que +etimológicamente significa <i>blanco</i>, el adjetivo <i>moreno</i>, cosa parecida +a estotro donaire que por los años de 1612 había usado Quevedo en el +prólogo de <i>El Mundo por de dentro</i>: «Al lector, como Dios me lo +deparare, <i>cándido</i> o <i>purpúreo, pío</i> o <i>cruel, benigno</i> o <i>sin +sarna</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_49_49" id="Footnote_49_49"></a><a href="#FNanchor_49_49"><span class="label">[49]</span></a> Dice <i>de la jineta de los consonantes</i> por lo encogido que +va el poeta sujetándose al metro y la rima; <i>y la brida de la prosa,</i> +porque en ella se extiende el ingenio libremente. Sabidísimo es que el +que cabalgaba a la jineta llevaba encogidas las piernas, y estiradas a +todo su largo el que cabalgaba a la brida.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_50_50" id="Footnote_50_50"></a><a href="#FNanchor_50_50"><span class="label">[50]</span></a> <i>Despensas</i>, más bien que <i>gastos o costas</i>, significa en +este lugar <i>necesidades</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_51_51" id="Footnote_51_51"></a><a href="#FNanchor_51_51"><span class="label">[51]</span></a> Llamábase <i>autores de comedias por su Majestad</i> a los +empresarios teatrales que tenían licencia real para formar compañía.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_52_52" id="Footnote_52_52"></a><a href="#FNanchor_52_52"><span class="label">[52]</span></a> Porque algunos cojos andan a <i>trancos</i> se les suele llamar +festivamente <i>cojitrancos</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_53_53" id="Footnote_53_53"></a><a href="#FNanchor_53_53"><span class="label">[53]</span></a> <i>Leyenda</i>, en su antigua acepción de <i>lectura. Leenda</i> +dice todavía el vulgo andaluz.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_54_54" id="Footnote_54_54"></a><a href="#FNanchor_54_54"><span class="label">[54]</span></a> <i>Y yo menos que agradecerte</i>, quiere decir.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_55_55" id="Footnote_55_55"></a><a href="#FNanchor_55_55"><span class="label">[55]</span></a> <i>Por no ser para más</i> era expresión usual en la respuesta +de las cartas y billetes de antaño. Véase, por ejemplo, el borrador de +una escrita al Secretario de la Universidad de Alcalá de Henares por un +su dependiente. Está al fin del libro de matrículas de 1566: «Los días +pasados me hicieron merced de responderme con aquellos caballeros, los +quales vinieron de su tierra de V.m.; y <i>por no ser para más</i> la carta +que V.m. me ynbió no escribo más a V.m. el secretario mi señor. Oi lunes +a catorze de mayo.» (Archivo Histórico Nacional.) Por donaire, pasó tal +expresión a la plática verbal; así, verbigracia, en el <i>Quijote</i> (II, +34), por boca de un supuesto demonio: «Y <i>por no ser para más</i> mi +venida, no ha de ser más mi estada.» Y Pérez de Montalván, en la jornada +I de <i>La Doncella de labor</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D.ª ISABEL. ...Y lo demás, finalmente,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">es que ya las doce son,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">y que ha venido la silla,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">y por ser tarde me voy,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">de vos muy enamorada, <i>(A D. Diego</i>.)</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">y muy celosa de vos; <i>(A D.ª Elvira</i>.)</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">y <i>por no ser para más,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">a buenas noches, adiós.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_56_56" id="Footnote_56_56"></a><a href="#FNanchor_56_56"><span class="label">[56]</span></a> <i>A los que fueren entonces</i>, es decir, <i>a los días del mes +que fueren</i> entonces, cuando el libro salga a luz.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_57_57" id="Footnote_57_57"></a><a href="#FNanchor_57_57"><span class="label">[57]</span></a> Don Juan Vélez de Guevara nació en Madrid y fué bautizado +en la iglesia parroquial de San Andrés, a 9 de febrero de 1611. Publicó +su partida bautismal mi inolvidable amigo don Felipe Pérez y González, +en su excelente libro intitulado <i>El Diablo Cojuelo: notas y +comentarios</i> (Madrid, 1903), página 193.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_58_58" id="Footnote_58_58"></a><a href="#FNanchor_58_58"><span class="label">[58]</span></a> De llamar los hechiceros <i>hora menguada</i> a la que ya +estaba acabándose, por suponer que el resto de ella era ocasionado a +malos sucesos, se pasó a dar ese nombre al «tiempo fatal o desgraciado +en que se sucede un daño o no se logra lo que se desea». Y Vélez llama a +la de las once de la noche <i>hora menguada para las calles</i>, porque en +ella, al tiempo en que supone la acción de su relato, se vertían, por +las puertas de las casas, las aguas inmundas. Así se mandó y pregonó en +la coronada villa a 23 de septiembre de 1639, por acuerdo de los +alcaldes de casa y corte (Archivo Histórico Nacional, Libros de gobierno +de la Sala de Alcaldes, fol. 221 del dicho año): «... que ninguna +persona bacie por las ventanas y canelones agua ni ynmundicias ni otras +cosas, sino por las puertas de las calles; <i>en berano las puedan baciar +a las once dadas de la noche</i>, y en ybierno dadas las diez della, pena +de quatro años de destierro y veinte ducados a los amos que lo +consintieren, y de zien azotes y seis años de destierro a los criados y +criadas que lo hecharen, y de pagar los daños que hicieren....» Por esta +hora del «¡agua va!» Ruiz de Alarcón hizo decir a Hernando, de noche y +en la calle, en el acto III de <i>Los Favores del mundo</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«¡Poh! ¡Mal hubiesen los gatos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que dan algalia a estos botes!</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Ya empiezan las cosas malas</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>de entre las once y las doce</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_59_59" id="Footnote_59_59"></a><a href="#FNanchor_59_59"><span class="label">[59]</span></a> Con esto de <i>boqueaba coches</i> se quiere decir que daba +las boqueadas el pasear por el Prado, del cual salían ya los pocos +coches que quedaban en él.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_60_60" id="Footnote_60_60"></a><a href="#FNanchor_60_60"><span class="label">[60]</span></a> Porque el agua del Manzanares no cubría las desnudeces de +los que se bañaban en él, dijo Celia en <i>La Dorotea</i>, de Lope de Vega, +acto II, escena II: «... ¿cómo puedes negar la culpa que tiene [el río] +en que, siendo los veranos tan humilde, se deja entrar de mil géneros de +hombres y mujeres, hecho un valle de Josafat?»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_61_61" id="Footnote_61_61"></a><a href="#FNanchor_61_61"><span class="label">[61]</span></a> Con los donaires que se han escrito a costa del ruin +caudal del Manzanares se podrían llenar muchas páginas. Véanse siquiera +dos muestras. Tirso de Molina, en un romance que insertó en sus +<i>Cigarrales de Toledo</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Según arenas criáis</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y estáis ya caduco y viejo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">moriréis de mal de orina,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">como no os remedie el cielo.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Como Alcalá y Salamanca,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tenéis, y no sois colegio,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">vacaciones en verano</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y curso sólo en invierno.»</span><br /> +</p><p> +Y Castillo Solórzano, <i>Tiempo de Regozijo, y Carnestolendas de Madrid</i> +(Madrid, Luis Sánchez, 1627), fol. 114 vuelto: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«...Este, pues, charco ambulante,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">olla de tantos mondongos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">pelador de pies de puerco,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">si no de panças de tomo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">reseruó entre dos alisos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tres álamos y dos pobos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">para retirados baños,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cierto cristal, aunque poco.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_62_62" id="Footnote_62_62"></a><a href="#FNanchor_62_62"><span class="label">[62]</span></a> <i>Ite, rio est</i>, dicho macarrónicamente, a imitación del +<i>Ite, missa est</i>, como si dijeran: «¡Ea, se acabó el río!», porque la +poca agua que de él quedaba se la habían llevado los Adanes y las Evas +en las sábanas con que se habían enjugado. El señor Bonilla dice en las +notas de su edición de 1910—pocas veces aludiré a la de Vigo +(1902)—que Vélez, con las palabras <i>Ite, rio est</i>, «evidentemente se +refiere al canon de la misa». Si él está en lo cierto, no lo está el +<i>Diccionario</i> de la Academia Española, según el cual <i>canon</i> es aquella +parte de la misa que comienza en el <i>Te igitur</i> y acaba con el <i>Pater +noster</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_63_63" id="Footnote_63_63"></a><a href="#FNanchor_63_63"><span class="label">[63]</span></a> A diferencia del señor Bonilla, paréceme que con la frase +<i>hidalgo a cuatro vientos</i> no quiso decir nuestro autor que <i>don +Cleofás</i>, yendo por el tejado, «se hallaba expuesto a todos los aires», +sino que era un hacia hidalgo, sin casa solariega, y, por tanto, a la +intemperie o a <i>los cuatro vientos</i>. Él mismo dice más adelante que por +lo de llamarse Leandro, como el infortunado amador de Hero, tenía su +ejecutoria en las obras de Boscán y Garcilaso.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_64_64" id="Footnote_64_64"></a><a href="#FNanchor_64_64"><span class="label">[64]</span></a> Para ser encrucijada <i>de apellidos</i> le faltaban dos, pues +no tenía más de otros tantos. Vélez contó con ellos los dos nombres de +pila.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_65_65" id="Footnote_65_65"></a><a href="#FNanchor_65_65"><span class="label">[65]</span></a> Hoy diríamos <i>que le iba a los alcances</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_66_66" id="Footnote_66_66"></a><a href="#FNanchor_66_66"><span class="label">[66]</span></a> Decir, por metátesis, <i>estrupo</i> fué cosa corriente en los +siglos XV, XVI y XVII. Véase algún ejemplo. Fernán Pérez de Guzmán, en +su <i>Confesión rimada</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«De aqueste mal cuerpo otro nombre es</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que se llama <i>estrupo</i>, e su propia maldad</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">es en desflorar la virginidad....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_67_67" id="Footnote_67_67"></a><a href="#FNanchor_67_67"><span class="label">[67]</span></a> Refiérese a la expresión vulgar figurada <i>sin comerlo ni +beberlo</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_68_68" id="Footnote_68_68"></a><a href="#FNanchor_68_68"><span class="label">[68]</span></a> <i>Veintidoseno</i>, dicho en buen romance, y no <i>vigésimo +segundo</i>, que sería decirlo a la latina.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_69_69" id="Footnote_69_69"></a><a href="#FNanchor_69_69"><span class="label">[69]</span></a> Por estas <i>multiestupradas</i> de fines del siglo XVI y todo +el XVII decía Mateo Alemán en su <i>Guzmán de Alfarache</i>, parte I, libro +III, cap. II: «... nunca quien lo come lo paga, o por grandísima +desgracia. Siempre suele salir horro el dañador, y después lo echan a la +buena barba; siempre suele recambiar en un desdichado.» Y, más tarde, +Moreto, en la jorn. II de <i>Todo es enredos amor</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D. FÉLIX. ...Porque hay mujeres en esta</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">ciudad, de corta fortuna,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">que al cebo de su belleza</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">suelen traer muchos peces,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">y al ignorante que pesca</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">el anzuelo de su cara</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">le echan la justicia a cuestas</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">y la cruz del matrimonio.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_70_70" id="Footnote_70_70"></a><a href="#FNanchor_70_70"><span class="label">[70]</span></a> A las palabras <i>para en uno son</i> pone el señor Bonilla por +comentario: «Frase del ceremonial religioso del matrimonio». Ignoro de +dónde pudo sacar esta peregrina especie. <i>En uno</i> significa +<i>juntamente</i>, como se echa de ver en muchas cédulas reales de Don +Alfonso el Sabio, dadas <i>en uno</i> con la reina Yolant su mujer, y en +otras de Don Fernando IV: «E nos el sobredicho rey, regnante <i>en uno</i> +con la reina doña Constanza mi mujer....» Y <i>para en uno son</i> díjose de +los novios, desposados o por desposar, en el sentido de que están +destinados para vivir <i>en uno</i> o <i>juntamente</i>. Así lo demuestran los +siguientes pasajes de Lope de Vega. En el acto I de <i>Peribáñez y el +Comendador de Ocaña</i> cantan los músicos: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Y a los nuevos desposados</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">eche Dios la bendición;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">parabién les den los prados,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">pues hoy <i>para en uno son</i>.»</span><br /> +</p><p> +Y en el acto I de <i>Fuente Ovejuna</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«LAURENCIA. ...En todo el lugar hay moza,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">o mozo en el prado o soto,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">que no se afirme diciendo</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">que ya <i>para en uno somos</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_71_71" id="Footnote_71_71"></a><a href="#FNanchor_71_71"><span class="label">[71]</span></a> Llama a la muerte <i>el vicario Responso</i>, porque, como el +vicario o juez eclesiástico, tiene poder para separar a los casados.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_72_72" id="Footnote_72_72"></a><a href="#FNanchor_72_72"><span class="label">[72]</span></a> El léxico de la Academia registra las formas <i>boarda</i> y +<i>buharda</i>, y no la que ocurre en este lugar del texto.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_73_73" id="Footnote_73_73"></a><a href="#FNanchor_73_73"><span class="label">[73]</span></a> Añade <i>y la boca</i> aludiendo a la costumbre de besar la +tierra los que llegaban a ella después de haber corrido grande peligro +en el mar. Así dice el Cautivo en el <i>Quijote</i> (I, 41): «Embestimos en +la arena, salimos a tierra, <i>besamos el suelo</i>, y con lágrimas de muy +alegrísimo contento dimos todos gracias a Dios....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_74_74" id="Footnote_74_74"></a><a href="#FNanchor_74_74"><span class="label">[74]</span></a> Llama <i>ministros del agarro</i> a los que antes (7, 4)[45] +había llamado <i>corchetes</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_75_75" id="Footnote_75_75"></a><a href="#FNanchor_75_75"><span class="label">[75]</span></a> Así en la edición original, que páginas adelante estampa +<i>Bitigudino</i>. Es apellido tomado del nombre <i>Vitigudino</i>, villa de la +provincia de Salamanca.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_76_76" id="Footnote_76_76"></a><a href="#FNanchor_76_76"><span class="label">[76]</span></a> <i>Moneda chanflona</i> es la toscamente falsificada, difícil +de pasar sino cuando hay poca luz. Nuestros diccionarios registran el +aumentativo <i>chanflón,</i> y no el positivo <i>chanfla</i>, muy corriente en +Andalucía con idéntico significado. Y aun de <i>chanfla</i> dicen <i>¡Chanfle!</i> +al acabar de contar alguna cosa poco creíble, como si dijeran: <i>¡Pase, +como moneda chanflona</i>!</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_77_77" id="Footnote_77_77"></a><a href="#FNanchor_77_77"><span class="label">[77]</span></a> <i>A gatas</i>, porque andaban a cuatro pies por los tejados en +busca de don Cleofás; y <i>jinetes que corrían sus costas</i>, por alusión a +la que se llamó y llama Cervantes (<i>Quijote</i>, I, 41) <i>caballería de la +costa</i>, de la cual trató largamente Pérez y González en <i>El Diablo +Cojuelo: notas y comentarios</i>, páginas 13-17.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_78_78" id="Footnote_78_78"></a><a href="#FNanchor_78_78"><span class="label">[78]</span></a> Toda esta alegoría es alusión a los frecuentes desembarcos +que hacían en nuestras costas los corsarios moros, y a la presa que de +ellas solían arrebatar, no obstante el cuidado de los <i>atajadores</i> o +<i>jinetes de la costa</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_79_79" id="Footnote_79_79"></a><a href="#FNanchor_79_79"><span class="label">[79]</span></a> <i>Mohatrera de doncellazgos</i>, porque, como el mohatrero, +volvía a quedarse con lo mismo que vendía; en este caso, con la propia +fingida doncellez, vendida ya a tantos galanes. «<i>Mohatra</i>—dice +Covarrubias—es la compra fingida que se haze vendiendo el mercader a +más precio del justo y teniendo otro de manga que lo buelva a comprar +con dinero contante a menos precio.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_80_80" id="Footnote_80_80"></a><a href="#FNanchor_80_80"><span class="label">[80]</span></a> <i>Chapetón,</i> significando <i>inocente</i> o <i>boquirrubio</i>. +Llamaban <i>chapetón</i> en Indias a los que, por recién llegados, ignoraban +las costumbres y trato de aquella tierra. El adjetivo <i>doncellil</i> falta +en el <i>Diccionario</i> de la Academia.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_81_81" id="Footnote_81_81"></a><a href="#FNanchor_81_81"><span class="label">[81]</span></a> Contra lo que pudiera sospecharse, <i>suceso</i>, en +equivalencia de <i>éxito</i> o <i>resultado</i>, no tiene nada de galicismo.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_82_82" id="Footnote_82_82"></a><a href="#FNanchor_82_82"><span class="label">[82]</span></a> El señor Bonilla, anotando este lugar, habla de la <i>silla</i> +llamada <i>cadera, cadiera o cadira</i>, y de unas <i>mesas de cadera</i> o <i>de +cadiera</i>; pero no de la <i>mesa de cadena</i>. Por si, como creo, puede +aprovechar a algún investigador más afortunado que nosotros, diré que en +la almoneda de los bienes que quedaron por muerte del maestro Juan de +Mallara se lee: «yten <i>vna mesa vieja de cadena</i> con su banco....» +(Archivo de Protocolos de Sevilla, Gaspar Romano, libro 2.º de 1571, +fol. 1991.) Y en el inventario de los bienes de don Carlos de Álava: +«yten otra mesa de nogal de gonzes <i>con el banco de cadena</i>». (Archivo +de Protocolos de Valladolid. Juan Ramos, 1604, folio 133 vto.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_83_83" id="Footnote_83_83"></a><a href="#FNanchor_83_83"><span class="label">[83]</span></a> Claro es que se refiere a lo que el léxico de la Academia +llama <i>efemérides astronómicas.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_84_84" id="Footnote_84_84"></a><a href="#FNanchor_84_84"><span class="label">[84]</span></a> La <i>magia</i> o <i>mágica negra</i> a diferencia de la blanca, que +es lo que podríamos llamar mera prestidigitación y <i>física recreativa</i>, +fué siempre arte reprobado, porque nada se hace en él sin pacto expreso +o tácito con el demonio.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_85_85" id="Footnote_85_85"></a><a href="#FNanchor_85_85"><span class="label">[85]</span></a> Era cosa general creer que los hechiceros solían tener un +demonio familiar metido en una redoma. Rojas Zorrilla en la jorn. II de +<i>Lo que quería ver el Marqués de Villena</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ZAMBAPALO. Señor, he de hablar de veras:</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">yo tengo miedo.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">MARQUÉS. ¿Por qué?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ZAMBAPALO. Porque deste hombre me cuentan</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">que tiene en una redoma</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">un demonio.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_86_86" id="Footnote_86_86"></a><a href="#FNanchor_86_86"><span class="label">[86]</span></a> <i>Respondieron</i>, plural impersonal muy frecuente en +nuestros buenos escritores de antaño, y aún hoy en el habla de nuestro +vulgo. Véase en mi edición del <i>Quijote</i>, publicada en esta colección de +<i>Clásicos Castellanos</i>, cómo lo usaba Cervantes (VI, 53, 14, 125, 3, +137, 8; VII, 14, 5, etc.).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_87_87" id="Footnote_87_87"></a><a href="#FNanchor_87_87"><span class="label">[87]</span></a> En la superstición peninsular—como en otro lugar +indiqué—los cuatro diablos mayores del infierno son <i>Lucifer, Belcebú, +Satanás y Barrabás.</i> Así lo decía en 1512, en una de sus confesiones, +Juan de Chaves (Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Valencia, +legajo 24 de causas, núm. 8): «... e yo lamé e cridé a satanás, y a +Amanecidos, y a la rreyna Siuilla, y algunas vezes a los quatro mayores +del Infierno, es a saber, a Lucifer, belzebuc, satanás y barrabas....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_88_88" id="Footnote_88_88"></a><a href="#FNanchor_88_88"><span class="label">[88]</span></a> <i>Chisme</i> era femenino en los siglos XVI y XVII. Juan de +Castellanos, <i>Elegías de varones ilustres de Indias</i>, parte I, elegía +VI, canto I: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Huye <i>la chisme</i>, cesa la conseja,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">crece contento, nace regocijo....»</span><br /> +</p><p> +Covarrubias, en este artículo: «... assi el chismoso dize a hurtadillas +<i>la chisme</i> a la oreja, que parece llegó tan solo a soplalla....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_89_89" id="Footnote_89_89"></a><a href="#FNanchor_89_89"><span class="label">[89]</span></a> Recónditas son las más de estas cosas que el diablillo +enredomado dice haber traído al mundo: sería preciso ser punto menos +diablo que él mismo para averiguar noticias de algunas de ellas; pero de +otras puede decirse algo, y aun de tal cual se ha dicho no poco en +libros antiguos y modernos. De la <i>zarabanda</i> traté con bastante espacio +en mi <i>Loaysa de «El Celoso Extremeño»</i> (Sevilla, 1901), páginas +257-287, y para su estudio aporta el señor Bonilla otros datos +estimables.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_90_90" id="Footnote_90_90"></a><a href="#FNanchor_90_90"><span class="label">[90]</span></a> Del <i>déligo</i> llamándole <i>deligo,</i> sólo dice Bonilla: +«Baile de la época», y el señor Puyol y Alonso, en su edición de <i>La +Pícara Justina</i> (Madrid, 1912), tomo III, página 155, a las palabras «en +el ayre repiqué mis castañetas de repica punto, <i>a lo deligo</i>, y di dos +vueltas a buen son», comenta: «Era un género de baile», y cita el pasaje +de <i>El Diablo Cojuelo</i>. Algo podré añadir yo. En primer lugar, este +baile se llamaba <i>déligo,</i> y no <i>deligo;</i> lo demuestra Lope de Vega en +el siguiente pasaje del acto II de <i>Los Locos de Valencia</i>. +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«FEDRA. Bailemos, que estamos tristes.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">GERARDO. Creciendo va su porfía.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 11em;"><i>(Bailen.)</i></span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">LAIDA. <i>Déligo, déligo, déligo</i>....</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">GERARDO. ¿Qué es esto, sobrina mía?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">FLORA. <i>Que déligo del andéligo.</i>»</span><br /> +</p><p> +Haciendo breve a <i>déligo</i> y <i>andéligo</i> no constarían los versos en que +están estos nombres. <i>Andéligo</i> llamaban también a este baile, como se +echa de ver en el ejemplo que antecede y en un pasaje del <i>Romancero +general</i>, folio 425 vto. de la edición de 1604, por la cual cito +siempre: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«No viue ufana Seuilla</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con tantas damas de precio</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que les tiene puesto el vso,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">aunque valen mucho menos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">ni tiene tantos deuotos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">aquel donayre inquieto</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de <i>andéligo</i> y zarabanda</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de Guadalquiuir a Ebro....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_91_91" id="Footnote_91_91"></a><a href="#FNanchor_91_91"><span class="label">[91]</span></a> Del baile de la <i>chacona</i> traté en mi citado estudio sobre +<i>El Loaysa</i>, pág. 282. Véase además la nota 124 de Amezúa en su +excelente edición crítica de <i>El Casamiento engañoso y el Coloquio de +los perros</i>. De <i>la zarabanda</i> y <i>la chacona</i> tomaron nombre ciertas +ropas mujeriles (<i>Romancero general</i>, fol. 387 vto.): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«...Ni que traygan verdugados,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">alzacuellos y gorgeras,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">vrracos, bobos, <i>chaconas,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>çarabandas</i> ni arandelas.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_92_92" id="Footnote_92_92"></a><a href="#FNanchor_92_92"><span class="label">[92]</span></a> Al <i>bullicuzcuz</i> se refiere, como presume el señor +Bonilla, esta letra que trae Quevedo en <i>El entremetido y la Dueña y el +Soplón</i>, y claro es que, según por ella se infiere, el <i>bullicuzcuz</i> era +un baile, y no un juego: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Zarabullí,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Ay, bullí, bullí, de zambullí,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>bullí, cuz, cuz</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de la Vera-Cruz,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">yo me bullo y me meneo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">me bailo, me zangoteo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">me refocilo y recreo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por medio maravedí.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Zarabullí.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_93_93" id="Footnote_93_93"></a><a href="#FNanchor_93_93"><span class="label">[93]</span></a> <i>La capona</i> era un baile andaluz, propio de gente +apicarada, a juzgar por lo que dice Quevedo en su romance intitulado +<i>Cortes de dos bailes</i> (Musa V): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Muy lampiña <i>la Capona</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y con ademanes brujos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>por Córdoba y por el Potro</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">viene calzada de triunfos.»</span><br /> +</p><p> +<i>La capona</i> no fué sino <i>la chacona</i> remozada, según se colige por estos +versos de Salas Barbadillo en su <i>Entremés del Prado en Madrid y Baile +de la Capona</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D.ª JULIA. ¿Puede haber cosa buena si es <i>capona</i>?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ROBLEDO. Sólo una que llaman <i>la chacona</i>.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D.ª TOMASA. <i>La chacona</i> ¿no es baile muy antiguo?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ROBLEDO. Remozóla un capón con gran donaire.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ROSALES. Son los capones gente de buen aire.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_94_94" id="Footnote_94_94"></a><a href="#FNanchor_94_94"><span class="label">[94]</span></a> De algunos de estotros bailes populares, como de tal cual +de los antes nombrados, trata don Emilio Cotarelo en su introducción a +la <i>Colección de entremeses, loas...,</i> publicada en la <i>Nueva Biblioteca +de Autores Españoles.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_95_95" id="Footnote_95_95"></a><a href="#FNanchor_95_95"><span class="label">[95]</span></a> Según Covarrubias, «<i>pandorga</i> es vna consonancia alocada +y de mucho ruido, que resulta de variedad de instrumentos.» Gómez de +Tejada, en un pasaje (que cita el <i>Diccionario</i> de autoridades) de su +<i>León prodigioso</i>, contrapone <i>pandorga</i> a <i>música.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_96_96" id="Footnote_96_96"></a><a href="#FNanchor_96_96"><span class="label">[96]</span></a> Don Juan de Caramuel, en su <i>Rhytmica</i> (apud <i>Sanctum +Angelum della Fratta; ex Typographia Episcopalis Satrianensi, +M.DC.LXV</i>), al tratar (pág. 135) <i>De versibus quos</i> xacara <i>appellat +Hispanus</i>, quiere que este vocablo venga de la raíz hebrea <i>zacar = +meminisse</i>, de donde <i>zácara = memoria, commemoratio, narratio</i>. No hay +tal cosa, sino que al <i>rufián</i> llamaron <i>jácaro</i> o <i>jaque</i> en el habla +germanesca, y <i>jacarandina</i> a esta habla, y <i>jácara</i> al cantar de los +<i>jaques o jácaros</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_97_97" id="Footnote_97_97"></a><a href="#FNanchor_97_97"><span class="label">[97]</span></a> El señor Bonilla asegura que <i>las papalatas</i> son un +«género de juego popular», y no habría holgado añadir de dónde tomó esta +noticia. De mí confieso que no he hallado esa palabra más que en el +texto de Vélez.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_98_98" id="Footnote_98_98"></a><a href="#FNanchor_98_98"><span class="label">[98]</span></a> Estos <i>comos</i> no son ni parientes lejanos de otros <i>comos</i> +griegos que registra en su <i>Vniuersal vocabulario</i> Alonso de Palencia, y +recuerda el señor Bonilla antes de venir a parar al significado que +tienen en la enumeración de Vélez de Guevara. <i>Como</i>, en esta acepción, +significa <i>burla, chasco</i>, y así lo dice en su <i>Diccionario</i> la +Academia, si bien da por anticuada tal voz. Si no es anticuado lo que se +ha dicho con alguna frecuencia desde el tiempo de los Reyes Católicos +acá (y ésta es la norma que sigue la Academia), <i>como</i> no es voz +anticuada, porque la han usado Tirso de Molina, Quevedo, Cubillo de +Aragón, Salas Barbadillo, Belmonte, Quiñones de Benavente y muchos +otros.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_99_99" id="Footnote_99_99"></a><a href="#FNanchor_99_99"><span class="label">[99]</span></a> Sospecho que esta <i>mortecina</i>, que no hallo en nuestros +vocabularios, es lo que por otro nombre se llamó <i>culebra</i>, pesadísima +broma, especialmente carcelaria, de que traté en <i>El Loaysa de «El +Celoso Extremeño»</i>, pág. 175, nota, y que define el <i>Diccionario</i> +académico en la cuarta acepción de la voz <i>culebra</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_100_100" id="Footnote_100_100"></a><a href="#FNanchor_100_100"><span class="label">[100]</span></a> <i>Títeres,</i> dicho por las figurillas que los titereros, +como el maese Pedro del <i>Quijote</i>, mostraban en sus retablos. De los +antiguos <i>títeres</i>, además de la frase figurada <i>No quedó títere con +cabeza</i>, perdura en el habla vulgar otra, que falta en el léxico de la +Academia: <i>Dársela a uno por boca de títere.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_101_101" id="Footnote_101_101"></a><a href="#FNanchor_101_101"><span class="label">[101]</span></a> Hoy llamamos <i>volatines</i> a los ejercicios del <i>volatín</i> +de años atrás, y a éste, <i>funámbulo</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_102_102" id="Footnote_102_102"></a><a href="#FNanchor_102_102"><span class="label">[102]</span></a> <i>Saltabanco</i> llama preferentemente la Academia, aunque +registra además las formas <i>saltabancos, saltaembanco</i> y +<i>saltaembancos</i>, a los charlatanes de plazuela que, sobre un banco o +mesilla, con aprensión escasa y cháchara abundante, engañan a la gente +popular vendiéndole fingidos medicamentos, o embaucándola con +cualesquier otras socaliñas. Como suelen ser o suponerse extranjeros, el +vulgo, a lo menos en Andalucía, extranjeriza el nombre y los llama +<i>saltimbanquis</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_103_103" id="Footnote_103_103"></a><a href="#FNanchor_103_103"><span class="label">[103]</span></a> <i>Maese Coral</i> nombraban al que hacía juegos de manos, o +de pasa, pasa, porque, según Covarrubias, art. <i>coral</i>, «los charlatanes +y embusteros que traen estos juegos se desnudan de capa y sayo, y quedan +en vnas jaquetas o almillas coloradas, que parecen troncos de coral». +También se llamó a los ejercicios de prestidigitación <i>juego de Maese +Escolar o de Maese Gicomar</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_104_104" id="Footnote_104_104"></a><a href="#FNanchor_104_104"><span class="label">[104]</span></a> De la personalidad demoniaca llamada <i>el Diablo Cojuelo</i> +he tratado con alguna extensión en el prólogo.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_105_105" id="Footnote_105_105"></a><a href="#FNanchor_105_105"><span class="label">[105]</span></a> <i>Rebelión</i> era antaño del género masculino, y así Mármol +Carvajal tituló uno de sus libros <i>Historia</i> del rebelión <i>y castigo de +los moriscos del reino de Granada</i>. Francisco Santos, que tomó algo de +la novela de Vélez de Guevara para sus <i>Postrimerías del hombre y +Tribunal espantoso</i> (apud <i>Obras en prosa y verso</i>..., Madrid, 1723, +tomo I, pág. 332), hace decir al Diablo Cojuelo: «Yo soy aquel que, +aunque estropeado el cuerpo desde aquella batalla <i>del rebelión +celestial</i>....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_106_106" id="Footnote_106_106"></a><a href="#FNanchor_106_106"><span class="label">[106]</span></a> <i>Y todo</i>, significando <i>también,</i> como en diversos +lugares del <i>Quijote</i> (I, 176, 9; IV, 259, 11; VI, 34, 15; VII, 85, 7, +etc.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_107_107" id="Footnote_107_107"></a><a href="#FNanchor_107_107"><span class="label">[107]</span></a> Es refrán contrahecho, parodia de aquel que dice: <i>Camino +de Santiago, tanto anda el cojo como el sano</i>. También don Jerónimo +Cáncer parodió este refrán, en un vejamen que dió siendo secretario de +cierta Academia (<i>Obras poéticas de</i>..., pág. 107 de la edición de +Madrid, Manuel Martín, 1761): «... porque <i>camino del Parnaso, tanto +anda el cojo como el corcovado</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_108_108" id="Footnote_108_108"></a><a href="#FNanchor_108_108"><span class="label">[108]</span></a> Como dice el <i>Diccionario</i> de autoridades, <i>trato</i>, +«figuradamente se toma por traición oculta e infidelidad con que, +faltando a la fe debida, se ofrece entregar alguna plaza, ciudad o +fortaleza al enemigo». Aquí se refiere a persona, pero con ese mismo +significado.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_109_109" id="Footnote_109_109"></a><a href="#FNanchor_109_109"><span class="label">[109]</span></a> Si Vélez no confundió en este lugar lo que es refrán con +lo que es modismo, parece que debe de haber, según esto, un refrán que +diga: <i>El Diablo Cojuelo trae a los demás al retortero</i>, o cosa +análoga.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_110_110" id="Footnote_110_110"></a><a href="#FNanchor_110_110"><span class="label">[110]</span></a> La frase <i>con sus tachas buenas y malas</i>, que aquí se +aplica a sí propio el Cojuelo, es, como demostré en otra ocasión, un +tópico de las antiguas escrituras de venta de caballerías. En el Archivo +de Protocolos de Illescas, escribanía de Esquivias, encontré, al buscar +documentos cervantinos, la escritura referente a una yegua (2 de +noviembre de 1591) «que de vos compré e rezebi <i>con sus tachas buenas y +malas</i>, encubiertas o descubiertas, a vso de feria....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_111_111" id="Footnote_111_111"></a><a href="#FNanchor_111_111"><span class="label">[111]</span></a> <i>Cortesía</i>, en su acepción, hoy poco usada, de +<i>tratamiento</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_112_112" id="Footnote_112_112"></a><a href="#FNanchor_112_112"><span class="label">[112]</span></a> <i>Príncipes de la Guinea infernal</i>, aludiendo a ser el +infierno, como la Guinea, patria de negros habitantes.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_113_113" id="Footnote_113_113"></a><a href="#FNanchor_113_113"><span class="label">[113]</span></a> De llamar <i>jigote</i> a la carne asada y picada menudamente +se pasó a decir <i>hacer jigote</i> una cosa, o de una cosa, significando +hacerla pedazos muy pequeños. Y aún, para más exagerar, como buen +andaluz, escribió don Francisco de Leiva en la jorn. II de <i>El Socorro +de los mantos</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D. FERN.º Por Dios que la bellaca me ha picado.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">MOSTACHÓN. <i>Hecho veinte jigotes</i> te ha dejado.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_114_114" id="Footnote_114_114"></a><a href="#FNanchor_114_114"><span class="label">[114]</span></a> En la edición príncipe, por yerro, <i>mulatas</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_115_115" id="Footnote_115_115"></a><a href="#FNanchor_115_115"><span class="label">[115]</span></a> Díjose <i>mayores de marca</i>, o <i>de más de la marca</i>, por +traslación de lo que se decía de las espadas, de los cuellos y de otras +cosas que, como éstas, no debían exceder de la longitud o anchura que se +les fijaba en pragmáticas u ordenanzas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_116_116" id="Footnote_116_116"></a><a href="#FNanchor_116_116"><span class="label">[116]</span></a> <i>Barbado en Hircania</i>, es decir, con los pelos de las +barbas tan recios como tienen los tigres los de sus bigotes. Sabidísimo +es que, especialmente en verso, pocas veces se nombra al tigre sin +llamarle <i>hircano</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_117_117" id="Footnote_117_117"></a><a href="#FNanchor_117_117"><span class="label">[117]</span></a> También por este pasaje se echa de ver que Francisco +Santos, aun habiendo formado tan desfavorable juicio de la novelita de +Vélez de Guevara, como recordé en el prólogo, tuvo presente en sus +<i>Postrimerías del hombre y Tribunal espantoso</i> la pintura que del Diablo +Cojuelo hizo el escritor ecijano. Dice: «Este es Renfas, llamado por +otro nombre el Cojuelo.... Aquí noté la figura del espíritu: era +<i>pequeño</i>, y corcobado, <i>mala barba</i>, y <i>calvo</i>; descansando el cuerpo +sobre dos muletas....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_118_118" id="Footnote_118_118"></a><a href="#FNanchor_118_118"><span class="label">[118]</span></a> Llamar <i>legumbre</i> a los espárragos es evidente +impropiedad. Ya había dicho Covarrubias en 1611, que «<i>legumbre</i> es toda +mata cuyo fruto o semilla nace en baynas, como son los garbanços, +lentejas, hauas, frisoles, y otras semejantes». Aunque yo, siendo +estudiante, tuve en Sevilla unos camaradas extremeños que al pescado y a +cuanto no era carne llamaban despectivamente <i>legumbres</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_119_119" id="Footnote_119_119"></a><a href="#FNanchor_119_119"><span class="label">[119]</span></a> Como dice el <i>Diccionario</i> de la Academia, <i>salvo el +guante</i> es «expresión familiar de que se usa para excusarse de no +haberse quitado el guante al dar la mano a uno». Tirso de Molina, en el +acto II de <i>Por el sótano y el torno</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«DON DUARTE. ...Quiso el cielo,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">cuando el planeta mayor</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">de púrpura entapizaba</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">su real peregrinación,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">que tropezase mi dama</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">en un hoyo, a intercesión</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">de mis ruegos; que en Madrid</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">todo sirve a la ocasión.</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">Llegué diligente a darla</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">la mano, que recibió</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;"><i>salvo el guante</i>, aunque por él</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">rayo o nieve me abrasó....»</span><br /> +</p><p> +Otras veces se rogaba que <i>se perdonara el guante</i>. Lope de Vega, en el +acto I de <i>El Acero de Madrid</i>, hace decir a Lisardo al dar la mano a +Belisa, que ha tropezado y caídose en la calle: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>«Perdone vuesa merced</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>el guante</i>.»</span><br /> +</p><p> +Y esto quiere decir de su metáfora Luis Vélez: <i>que se le perdone</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_120_120" id="Footnote_120_120"></a><a href="#FNanchor_120_120"><span class="label">[120]</span></a> <i>Tiro</i>, significando el cañón, y no, como hoy día, su +carga ni su disparo. Rojas Zorrilla, en la jorn. I de <i>El Desafío de +Carlos Quinto:</i> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D.ª LEONOR. Ea, don Luis, vuelve en ti;</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">tu brazo la pica empuñe;</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">el coselete en tu pecho</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">al Otomano deslumbre;</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">digiere aquel hierro ardiente</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">que <i>el tiro de bronce</i> escupe.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_121_121" id="Footnote_121_121"></a><a href="#FNanchor_121_121"><span class="label">[121]</span></a> La iglesia parroquial de San Salvador, que por hallarse +ruinosa fué derribada en 1842, estaba situada en la calle Mayor, frente +a la plazuela de la Villa, a la cual daba nombre. Era quizá el templo +madrileño más antiguo, pues como recuerda Jerónimo de Quintana en su +<i>Historia de la antigüedad, nobleza y grandeza de la villa de Madrid</i> +(Madrid, Imp. del Reyno, M.DC.XXIX), ya se la nombraba en la era de +1257, reinando Don Fernando III. Véase Mesonero Romanos, <i>Manual de +Madrid: descripción de la Corte y de la Villa</i> (Madrid, 1831), pág. 137, +y <i>El Antiguo Madrid</i>, edición de 1881, tomo I, página 218. En la obra +últimamente citada dice Mesonero que «la torre de la misma iglesia, +apellidada <i>la atalaya de la villa</i>, era bastante elevada»; y en otro +lugar (pág. 288), tratando del templo de Santa Cruz: «La torre ... era +llamada <i>la atalaya de la corte</i>, así como la de San Salvador, <i>la +atalaya de la villa</i>». O Mesonero tomó tal denominación de la novela de +Vélez de Guevara, o éste la había tomado del habla vulgar.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_122_122" id="Footnote_122_122"></a><a href="#FNanchor_122_122"><span class="label">[122]</span></a> Llamábase <i>basquiña</i> a lo que también se dijo <i>saya</i> y +hoy nombramos <i>falda</i>. Se ponía, según Covarrubias, «encima de los +guardapieses y demás ropa».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_123_123" id="Footnote_123_123"></a><a href="#FNanchor_123_123"><span class="label">[123]</span></a> El <i>verdugado</i> era, como dice el <i>Diccionario</i> de +autoridades, «vestidura que las mugeres usaban debajo de las basquiñas, +al modo que hoy los tontillos....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_124_124" id="Footnote_124_124"></a><a href="#FNanchor_124_124"><span class="label">[124]</span></a> Era el <i>guardainfante</i>—dice el <i>Diccionario</i> de +autoridades—«cierto artificio muy hueco, hecho de alambres con cintas, +que se ponían las mujeres en la cintura, y sobre él se ponían la +basquiña.» Muy pintorescamente lo definió Rojas Zorrilla en la jorn. III +de <i>Los tres blasones de España:</i> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«REY DE CAST.ª ¿Que es <i>guardainfante</i>?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">GUARDAINFANTE. Vn enredo</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">para ajustar a las gordas;</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">vn molde de engordar cuerpos;</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">es una plaza redonda</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">adonde pueden los diestros</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">entrar a jugar las armas,</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">por lo grande y por lo extenso;</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">es un encubre-preñadas,</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">estorbo de los aprietos,</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">arillo de las barrigas,</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">disfraz de los ornamentos;</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">y es, en fin, el <i>guardainfante</i></span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">vn enjugador perpetuo,</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">que está secando la ropa</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">sobre el natural brasero.»</span><br /> +</p><p> +Don Juan de Zabaleta dice del <i>guardainfante</i> en el cap. II de <i>El Día de +fiesta por la mañana</i> (apud <i>Obras históricas, políticas, filosóficas y +morales, escritas por.... Con el Día de fiesta por Mañana, y Tarde, y +los sucesos que en él passan</i> Madrid, Antonio Gonçalez de Reyes, 1692): +«Este es el desatino más torpe en que el ansia de parecer bien ha caido. +Si vna muger tuuiesse aquella redondez de cuerpo desde la cintura abaxo, +¿huuiera quien se atreuiera a mirarla? Ponerse postizo vn defecto, +¿puedelo hazer sino quien esté sin juizio? Ponerse postizo un ojo, vaya, +porque los ojos son hermosura; pero ponerse vna hinchazón contrahecha, +¿quién lo puede hazer que no esté fuera de tino?... Échase sobre el +Guardainfante vna pollera con vnos ríos de oro por guarniciones.... +Ponese sobre la pollera vna basquiña con tanto ruedo, que colgada podía +seruir de pavellon. Ahuecasela mucho, porque haga más pompa, o porque +coja mucho ayre con que hazer su vanidad mayor.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_125_125" id="Footnote_125_125"></a><a href="#FNanchor_125_125"><span class="label">[125]</span></a> <i>Pollera</i> llamaban al brial o guardapiés, por su +semejanza con el cesto en que se crían los pollos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_126_126" id="Footnote_126_126"></a><a href="#FNanchor_126_126"><span class="label">[126]</span></a> <i>Engestarse</i>, verbo no registrado en el léxico de la +Academia, está usado aquí en la acepción de <i>volver el rostro</i> hacia +alguna persona o cosa; <i>encararse</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_127_127" id="Footnote_127_127"></a><a href="#FNanchor_127_127"><span class="label">[127]</span></a> Aunque de ordinario se llamó <i>picota</i> al rollo, +propiamente no es <i>picota</i> sino la <i>punta</i> o <i>pico</i> en que suele +terminar. Vélez usa aquella voz en sentido figurado.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_128_128" id="Footnote_128_128"></a><a href="#FNanchor_128_128"><span class="label">[128]</span></a> Así, <i>malaño,</i> en la edición original, como, juntas las +palabras, escribimos <i>noramala</i> y <i>norabuena</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_129_129" id="Footnote_129_129"></a><a href="#FNanchor_129_129"><span class="label">[129]</span></a> Llamaban <i>lo hojaldrado</i> a la parte del pastel que cubre +la carne o dulce en él contenido.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_130_130" id="Footnote_130_130"></a><a href="#FNanchor_130_130"><span class="label">[130]</span></a> Nombrábase <i>pepitoria</i> a un guisado que se hacía con los +cuellos, manos y pies de las aves. Era plato propio de sábado, día en +que no se podían comer de los animales terrestres sino los despojos. +Todo esto se indica en los siguientes versos de Anastasio Pantaleón de +Ribera <i>(Obras de</i> ... Madrid, Francisco Martínez, 1634, fol. 55 vto.): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Del pájaro que en Arabia</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cinco edades vive enteras,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y naciendo de su muerte,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cunas le arrullan sabeas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">serán menudo jigote</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">sus pechugas y caderas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y en sábado, pepitoria</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>sus alones, cuello y piernas</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_131_131" id="Footnote_131_131"></a><a href="#FNanchor_131_131"><span class="label">[131]</span></a> <i>Haya</i>, diríamos hoy.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_132_132" id="Footnote_132_132"></a><a href="#FNanchor_132_132"><span class="label">[132]</span></a> Era <i>hacer media noche</i>, según Covarrubias, «vn abuso +grande de aguardar a que den las doze del Viernes en la noche para comer +vna olla regalada de menudo». Tropológicamente, llamóse <i>media noche</i> a +esa misma cena. Quevedo, dirigiéndose a una niña de quien quería ser +tercera una vieja (Musa VI): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Cuando quieres persuadirme,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">dices que es mujer de porte:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">mucho tiene de estafeta;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">temo que de ti la cobre.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">De docientas leguas huele</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">almuerzos y <i>medias noches</i>;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">lo que come, bien lo sé;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">mas no sé con lo que come.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_133_133" id="Footnote_133_133"></a><a href="#FNanchor_133_133"><span class="label">[133]</span></a> <i>No conocer</i> a uno <i>si no para servirle</i> es frase de +comedimento que, por usual, no debiera faltar en el <i>Diccionario</i> de la +Academia. Vélez vuelve a emplearla en los trancos VII y X. Castillo +Solórzano, en <i>La Garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas</i>: «¿Cómo +alguacil?—replicó el mismo alguacil—. ¿Conóceme vuesa merced? Yo le +dije:—<i>No conozco a vuesa merced si no es para servirle</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_134_134" id="Footnote_134_134"></a><a href="#FNanchor_134_134"><span class="label">[134]</span></a> Llamóse <i>llave capona</i> o <i>capona</i> a secas, la que +honoríficamente se concede a ciertos gentilhombres de la cámara real, +sin ejercicio ni servidumbre, porque tal llave no tiene sino apariencia +de tal, pues con ella no se abre ni se cierra puerta alguna. Moreto, en +la jorn. III de <i>Antíoco y Seleuco</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«REINA. Y cuando sea mi esposo,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">como es cierto, ¿te parece</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">que a mí ese amor me entristece?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">FLORETA. Pues, señora, ¿no es forzoso?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">REINA. ¿Por qué?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">FLORETA. ¿No es claro el indicio?</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Porque hasta aquí tu persona</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">es, como <i>llave capona</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">esposa sin ejercicio.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_135_135" id="Footnote_135_135"></a><a href="#FNanchor_135_135"><span class="label">[135]</span></a> A propósito de esta frase, Pérez y González recordó (pág. +75 de su mencionada obra) que se llamaba <i>proa</i> a la parte delantera del +coche; que los asientos de éste se decían <i>de proa, de popa</i> y <i>de +estribos</i>, y que «el <i>de proa</i> era el más humilde, destinado al modesto +acompañante, ya servidor, ya devoto del personaje dueño del vehículo». +Pero si en esto de <i>la proa</i> rectificó el erudito sevillano al señor +Bonilla, que en su edición de Vigo (1902) había sospechado que se +hubiese dicho en contraposición a la frase <i>jayanes de la popa</i>, no creo +que estuviese igualmente acertado al presumir «que <i>culto</i> es una +errata, y debe leerse <i>cultor</i>». A mi entender, con lo de <i>culto +vergonzante</i> se quiso aludir a que los de escasa calidad que acompañaban +a los magnates ocupando los asientos <i>de proa</i> de sus coches solían +profesar de <i>cultos</i>, más o menos declaradamente, poniendo en tortura el +magín para hacer frases adulatorias y de ingenio que agradaran a sus +patronos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_136_136" id="Footnote_136_136"></a><a href="#FNanchor_136_136"><span class="label">[136]</span></a> Tanto era la barba cosa indispensable para los letrados, +que dijo Quevedo en una de las letrillas de su Musa V: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Deseado he desde niño,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y antes, si puede ser antes,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">ver un médico sin guantes</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y un abogado lampiño.»</i></span><br /> +</p><p> +Y que solían llevar la barba en forma de cola de delfín lo había dicho +el mismo autor en un romance de la Musa VI: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Era Alejandro un mocito</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a manera de la hampa,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">muy menudo de faiciones</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y muy gótico de espaldas.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>Barba de cola de pez</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>en alcance de garnacha</i>....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_137_137" id="Footnote_137_137"></a><a href="#FNanchor_137_137"><span class="label">[137]</span></a> <i>Doña Fáfula,</i> como si dijera <i>doña Fulana</i>, o <i>doña +Fabulana</i>, nombre este último que aun suele oírse en Andalucía, y con el +cual parece tener estrecho parentesco el que ha originado esta nota. +Véase antepuesto al apellido, como se anteponen estos otros nombres. +Espinel, <i>Sátira contra las damas de Sevilla (Revista de Archivos, +Bibliotecas y Museos</i>; mayo-junio de 1904): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«No había entonces doña Berenjena,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>doña Fáfula</i> Ortiz ni doña Paula,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">sino Francisca, Paula, Minga, Elena.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_138_138" id="Footnote_138_138"></a><a href="#FNanchor_138_138"><span class="label">[138]</span></a> La <i>bigotera</i> está definida en el <i>Diccionario</i> +académico; y que los presumidos solían ponérsela para dormir, para no +descomponer sus bigotes, cuidadosamente peinados y levantados, dícenlo +acá y allá nuestros escritores de antaño. Don Guillén de Castro, <i>El +Narciso en su opinión</i>, jorn. I: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D. GUTIERRE. ¿Bueno está el bigote?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">TADEO. Bueno.</span><br /> +<span style="margin-left: 10em;">Pero sobrado le cuesta</span><br /> +<span style="margin-left: 10em;">al que, como tú, se acuesta</span><br /> +<span style="margin-left: 10em;">como braquillo, con freno.»</span><br /> +</p><p> +Y Lope de Vega, en el acto II de <i>El Cuerdo en su casa</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«GILOTE. ...Hay mil tontos marquesotes</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">con cuidados de mujer,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">que nacieron para ser</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">mártires de sus bigotes;</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">mil que a bestias los condeno,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">porque ellas a dormir van</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">sin freno, y ellos están</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">toda la noche con freno.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_139_139" id="Footnote_139_139"></a><a href="#FNanchor_139_139"><span class="label">[139]</span></a> El uso masculino de los <i>copetes</i> y <i>guedejas</i>, por +denotador de vil afeminamiento, fué prohibido en 1617; pero de tal +manera continuó y aun se extendió años después, que a 13 de abril de +1639 se dió en Madrid el <i>Pregon en qve sv Magestad manda qve por qvanto +el abvso de las gvedejas y copetes con que andan algunos hombres, y los +rizos con que componen el cabello, ha llegado a hazer escandalo en estos +Reynos, ningun hombre pueda traer guedejas ni copete</i>. (Escudo real.) +(En Madrid. En la imprenta de Francisco Martínez. Año M.DC.XXXIX) Se +mandaba: «que ningún hombre pueda traer copete, o jaulilla, ni guedejas +con crespo o otro rizo en el cabello, el qual no pueda passar de la +oreja; y los barberos que hizieren qualquiera de las cosas susodichas, +por la primera vez caygan e incurran en pena de veinte mil maravedis y +diez días de carcel, y por la segunda la dicha pena doblada y quatro +años de destierro desta Corte, o del lugar donde viuiere, y por la +tercera sea lleuado por quatro años a vn presidio para que en ellos +siruan. Y a las personas que traxeren copete o guedejas y rizos en la +forma dicha no se les dé entrada en la Real presencia de su Magestad, ni +en los Consejos, y los porteros se lo prohiban, y los Ministros no les +puedan dar audiencia, ni oygan sobre sus pretensiones, reseruando a los +señores del Consejo poder hazer la demostracion y castigo que +conuenga....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_140_140" id="Footnote_140_140"></a><a href="#FNanchor_140_140"><span class="label">[140]</span></a> Mujeres y lindos cuidaban mucho de sus manos y de sus +rostros, y para adobar éstos y aquéllas hacían mil extravagancias, y +hasta verdaderas porquerías. En un libro inédito de recetas de afeites +(Biblioteca Nacional, Manuscrito 2019) hallas con epígrafes como éstos: +«Memoria de la manteca que doña María de Mendoza traía en las manos...» +(fol. 13). «Recepta para hazer seuo para las manos, que se ha de traer +nueve días» (fol. 52 vto.). ¡Véase qué «recepta para las manos»! (fol. +16): «Tómese suziedad de perros de la blanca y muelanla y despues +echenla con miel y con hueuo y ponganla en las manos, y no en las +palmas, y tenganlo una noche y un día....» Y ¡véase qué «recepta para el +rostro»! (fol. 66): «Tomareis tocino tanto como vn hueuo, que sea todo +gruesso, e poneldo con vinagre fuerte que esté nueue días; tomareis +sahin de culebra....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_141_141" id="Footnote_141_141"></a><a href="#FNanchor_141_141"><span class="label">[141]</span></a> <i>Descabezados</i>, para poder usar de las yemas de los dedos +y valerse de las manos aun teniéndolas untadas con los sebillos. Porque +es de notar que el hacer sudar las manos, enguantándolas, solía ser +obligado complemento del untarlas. Terminantemente lo declara una receta +para <i>muda de manos,</i> que hay hacia el fin de cierto libro de cocina y +repostería (Biblioteca Nacional, Ms. 6058, fol. 167 vuelto): «Tomarás +media libra de trementina labada nuebe vezes y quatro hiemas de huebos +frescos y el agrio de dos limones redondos y seis dineros de cardenillo, +todo mezclado; vntarás las manos antes de acostarte y <i>sudaráslas con +guantes, y fiat confetio» (sic)</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_142_142" id="Footnote_142_142"></a><a href="#FNanchor_142_142"><span class="label">[142]</span></a> De estas <i>pasas</i> hablaba Areusa en el acto IX de <i>La +Celestina</i>, levantando, por ruin envidia, mal testimonio a Melibea: +«Todo el año se está encerrada con mudas de mil suciedades, por una vez +que haya de salir donde pueda ser vista; enviste su cara con hiel y +miel, con <i>uvas tostadas</i> y <i>higos pasados</i>, y con otras cosas....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_143_143" id="Footnote_143_143"></a><a href="#FNanchor_143_143"><span class="label">[143]</span></a> La colación de los ayunadores solía consistir en un poco +de pan y dos o tres docenas de pasas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_144_144" id="Footnote_144_144"></a><a href="#FNanchor_144_144"><span class="label">[144]</span></a> <i>Una doncella sobre su palabra</i>, es decir, una que sólo +tenía de doncella el hacerse pasar por tal.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_145_145" id="Footnote_145_145"></a><a href="#FNanchor_145_145"><span class="label">[145]</span></a> Vélez de Guevara juega del vocablo <i>curso</i> en dos de sus +acepciones. También en esto le había precedido Quevedo, al relatar en un +desenfadado romance (Musa IV) el <i>Ridículo suceso del trueco de dos +medicinas</i>, haciendo decir a la triste desposada: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Tu cuerpo, que no me goza,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a lo menos, me gradúa,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">si los <i>cursos</i> a las novias</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">valen como a los que estudian.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_146_146" id="Footnote_146_146"></a><a href="#FNanchor_146_146"><span class="label">[146]</span></a> <i>Hacer</i>, en su frecuente acepción de <i>representar</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_147_147" id="Footnote_147_147"></a><a href="#FNanchor_147_147"><span class="label">[147]</span></a> Quizá se refiere a <i>Il Dvello del Mutio Iustinopolitano</i>, +libro del cual se hicieron varias ediciones, muy difundidas en España, +por nuestra constante comunicación con Italia.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_148_148" id="Footnote_148_148"></a><a href="#FNanchor_148_148"><span class="label">[148]</span></a> Antes y más propiamente que el <i>Diccionario</i> de +autoridades definió el <i>patacón</i> César Oudin, en su <i>Tresor des devx +langves</i>...: «Patacón, <i>monnoye de cuiure en Portugali, qui vaut enuiron +deux liards, c'est aussi la grande reale d'argent de Castille de huict, +c'est à dire de quarante sols</i>....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_149_149" id="Footnote_149_149"></a><a href="#FNanchor_149_149"><span class="label">[149]</span></a> Con sus propias palabras se llama ladrón al que iba a ser +robado. La frase <i>acá estamos todos</i> tuvo origen, según el vulgo, en un +cuentecillo relatado mil veces por las abuelas a sus nietezuelos: «Un +duende hacía tantas diabluras en una casa, escondiendo mil cosillas, y +rompiendo otras mil, que el inquilino, por huir de él, se resolvió a +mudarse a otro barrio. Pero cuando, al llevar la última carrada de +muebles, preguntó a su mujer: «—¿Falta algo?», se oyó la vocecilla del +duende, que, escondido en un palanganero, decía: «<i>—¡Acá estamos +todos!</i>» Es frase popular en Andalucía, y suele decirla el que llega a +una reunión donde no se contaba con él: <i>¡Aquí estamos todos!, dijo el +duende.</i> Ayala y Guzmán versificó este cuento, con poca fidelidad y +menos gracia, en su comedia intitulada <i>Las Travesuras de don Luis +Coello, primera parte</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_150_150" id="Footnote_150_150"></a><a href="#FNanchor_150_150"><span class="label">[150]</span></a> «Alude—dice el señor Bonilla—a los autos o misterios +populares de la Resurrección de Cristo, en que al descender el ángel del +cielo y revolver la piedra del sepulcro, se asombran los guardas y caen +a un lado y a otro como muertos (Cf. <i>San Mateo</i>, XXVIII, 1-4.»)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_151_151" id="Footnote_151_151"></a><a href="#FNanchor_151_151"><span class="label">[151]</span></a> Algo que dije de Sevilla en el discurso preliminar de mi +edición crítica de <i>Rinconete y Cortadillo</i> (Sevilla, 1905), página 13, +es aplicable a toda la España de los siglos XVI y XVII: «Al olor, y, +sobre todo, al sabor de estas cuantiosísimas riquezas [las que traían á +la metrópoli las flotas de Indias] vivían en la magnífica ciudad del +Guadalquivir una muchedumbre crecidísima de extranjeros, en especial, de +italianos, flamencos y franceses, cada cual en busca de su avío y en +solicitud de su medra; cada cual discurriendo medios e inventando artes, +artimañas o artificios para apropiarse, industriosa y más o menos +limpiamente, alguna mielecilla de las óptimas colmenas indianas, +consolándose así de no haber sido ellos ni sus naciones los que tuvieron +la dicha de descubrir y conquistar el Nuevo Mundo.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_152_152" id="Footnote_152_152"></a><a href="#FNanchor_152_152"><span class="label">[152]</span></a> <i>Abada</i>, o <i>bada</i>, que equivale a <i>rinoceronte</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_153_153" id="Footnote_153_153"></a><a href="#FNanchor_153_153"><span class="label">[153]</span></a> <i>La Bermuda</i>, como explicó Pérez y González (pág. 80 de +<i>El Diablo Cojuelo: notas y comentarios</i>), «era la isla principal del +grupo descubierto en América por el navegante español Juan Bermúdez.... +Lugar peligroso para la navegación, por los frecuentes temporales y +terribles accidentes del mar y por los atrevimientos de los piratas +extranjeros, allí corrían gravísimo riesgo los barcos que a España +traían los tesoros americanos....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_154_154" id="Footnote_154_154"></a><a href="#FNanchor_154_154"><span class="label">[154]</span></a> En el texto original falta la palabra <i>bebe</i>, que suplo, +como el señor Bonilla.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_155_155" id="Footnote_155_155"></a><a href="#FNanchor_155_155"><span class="label">[155]</span></a> De la renombrada <i>cuba de Sahagún</i> dijo Covarrubias en su +<i>Tesoro</i>, compuesto en los primeros años del siglo XVII, que «cabía +<i>tantas</i> mil cántaras, y dizen que oy sirve de echar trigo en ella, +porque devia ser costosa y peligrosa de reparar y conservar».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_156_156" id="Footnote_156_156"></a><a href="#FNanchor_156_156"><span class="label">[156]</span></a> <i>A dar</i>, como si dijera <i>en dar</i>, que equivale a <i>dando</i>, +porque es sabido que el infinitivo con <i>en</i> antepuesto equivale al +gerundio. Véanse algunos ejemplos análogos al pasaje del texto. Guevara, +<i>Menosprecio de corte y alabanza de aldea</i>, capítulo VIII: «... y a las +vezes gana en la corte mejor de comer vn malsin <i>a malsinar</i> que no vn +theologo <i>a predicar</i>». Cervantes, <i>Quijote</i>, II, 38: «... y sabía hacer +una jaula de pájaros, que solamente <i>a hacerlas</i> pudiera ganar la +vida....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_157_157" id="Footnote_157_157"></a><a href="#FNanchor_157_157"><span class="label">[157]</span></a> Como nota el señor Bonilla, Vélez de Guevara se refiere +«a los huéspedes que como aves de paso paran en la posada, y reparan +poco, porque no han de consumirlos por mucho tiempo, en los manjares que +les sirven».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_158_158" id="Footnote_158_158"></a><a href="#FNanchor_158_158"><span class="label">[158]</span></a> La <i>puerta de Guadalajara</i>, que era una de las más +famosas de Madrid, estaba situada en la calle Mayor, enfrente de la +entrada o embocadura de la calle de los Milaneses y de Santiago. Aunque +se quemó por septiembre de 1582, quedó su antiguo nombre al sitio en que +tal puerta estuvo, como pasa hoy todavía con la llamada <i>puerta del +Sol</i>. En aquel lugar tenían sus tiendas ricos mercaderes, a quienes +muchas personas solían entregar sus ahorros para que se los invirtieran +y manejaran.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_159_159" id="Footnote_159_159"></a><a href="#FNanchor_159_159"><span class="label">[159]</span></a> Es reminiscencia del refrán que dice: <i>Cobra buena fama, +y échate a dormir</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_160_160" id="Footnote_160_160"></a><a href="#FNanchor_160_160"><span class="label">[160]</span></a> <i>Hábito,</i> en su antigua acepción de insignia con que se +distinguen las órdenes militares. «<i>Cauallero de abito</i>—dice +Covarrubias—, el que trae en el pecho la insignia de alguna orden de +Cauallería, que comunmente llaman abitos.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_161_161" id="Footnote_161_161"></a><a href="#FNanchor_161_161"><span class="label">[161]</span></a> La <i>ropilla</i>, como dice el <i>Diccionario</i> de autoridades, +era «vestidura corta con mangas y brahones, de quienes penden +regularmente otras mangas sueltas o perdidas, y se viste ajustadamente +al medio cuerpo, sobre el jubón».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_162_162" id="Footnote_162_162"></a><a href="#FNanchor_162_162"><span class="label">[162]</span></a> <i>Diluvio en pena</i>, como <i>alma en pena</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_163_163" id="Footnote_163_163"></a><a href="#FNanchor_163_163"><span class="label">[163]</span></a> <i>Antes de mil años</i>, es decir, <i>antes que pase mucho +tiempo</i>. Es hipérbole andaluza: bien se echa de ver quién habla por boca +del Cojuelo.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_164_164" id="Footnote_164_164"></a><a href="#FNanchor_164_164"><span class="label">[164]</span></a> Como el jugar cañas era propio de caballeros, con estas +palabras indica el Diablillo que pronto había de subir de categoría el +tabernero bautizante, mudanza de que hubo, hay y habrá siempre grande +copia de ejemplos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_165_165" id="Footnote_165_165"></a><a href="#FNanchor_165_165"><span class="label">[165]</span></a> <i>Hablar en</i> un asunto o negocio, que hoy decimos <i>hablar +de</i>. Era régimen usualísimo en los siglos XVI y XVII (<i>Quijote</i>, I, 193, +10; III, 17, 4; 311, 22; etc.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_166_166" id="Footnote_166_166"></a><a href="#FNanchor_166_166"><span class="label">[166]</span></a> También aquí sigue Vélez los pasos de Quevedo, que dijo +en su <i>Sátira a los coches</i> (Musa VII): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Tras aquéllos llegó al puesto</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">vn coche verde, que ha sido</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">el sujeto a quien más debe</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">cierta mujer y marido.</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">Desde el alba hasta la noche</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">les sirve de albergue y nido,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y aunque duermen dentro dél,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">ha dicho un contemplativo:</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Aqueste es coche imprestable,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">porque ambos han prometido</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">no desamparar su popa</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">por cosa de aqueste siglo.»»</span><br /> +</p><p> +A lo que parece, no había grande exageración en estas referencias. De +una tal doña Juana decía otra dama en la jorn. I de <i>El socorro de los +mantos</i>, comedia de don Francisco de Leiva y Ramírez de Arellane: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Yo donde vive os diré:</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y es, porque busquéis el fin</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">de ese fuego que os abrasa,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">la calle Mayor su casa</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y un coche su camarín.</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">En él de día y de noche</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">a sus gustos se dedica,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y aun harto se mortifica</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">en no dormir en el coche.»</span><br /> +</p><p> +Y Calderón, en la jorn. II de <i>Nadie fíe su secreto</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«LÁZARO. Laura vive aquí, que dijo:</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">«Con lo que la casa cuesta</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">de alquiler, he de hacer coche.»</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">Y respondiéndole a ella</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">dónde había de vivir,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">dijo: «Cuando coche tenga,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">en el coche todo el día,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">y la noche en la cochera.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_167_167" id="Footnote_167_167"></a><a href="#FNanchor_167_167"><span class="label">[167]</span></a> Para el señor Bonilla, <i>terceruela</i> «puede ser la tercera +menor o semitono». Y yo, que <i>tampoco</i> sé lo que es <i>terceruela</i>—digo, +a qué <i>terceruelas</i> se refiere Vélez de Guevara—y, a mayor +abundamiento, no he logrado entender que <i>tercera menor</i> equivalga a +<i>semitono</i>, recuerdo lo que un su interlocutor dijo a cierto poeta culto +que intentaba comentar a otro, sin dejarse entender; +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 8em;">«—Comentador, comentaos.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_168_168" id="Footnote_168_168"></a><a href="#FNanchor_168_168"><span class="label">[168]</span></a> Todos estos son remedios populares para el mal de madre, +muy usados cuando escribía Vélez y cuando, siglo y medio antes, compuso +Rojas <i>La Celestina</i>, en cuyo acto VIII, como recuerda Bonilla, enumera +la vieja protagonista las cosas con que se curaba ese mal: «Todo olor +fuerte es bueno, así como de poleo, <i>ruda</i>, axienjos, humo de plumas de +perdiz, de romero, de moxquete, de encienso, recebido con mucha +diligencia, aprovecha e afloxa el dolor, e buelve poco a poco la madre a +su lugar.» Especialmente, acudían a <i>la ruda</i>. Tirso de Molina en el +acto I de <i>El Celoso prudente</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«CAROLA. ...Uno de la vecindad</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">buscaba (aquesto es sin duda)</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">de parte de la comadre</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;"><i>para cierto mal de madre</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8em;"><i>unos cogollos de ruda</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_169_169" id="Footnote_169_169"></a><a href="#FNanchor_169_169"><span class="label">[169]</span></a> <i>Y trescientas cosas más</i> es frase tomada del bordoncillo +de un antiguo disparatorio que empieza: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Parió Marina en Orgaz,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y tañeron, y cantaron,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y bailaron y danzaron,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>y trescientas cosas más.»</i></span><br /> +</p><p> +Cayó en gracia esta frase, y los poetas la llevaron y la trajeron, como +a la <i>Inés</i> de <i>Yo te lo diré después</i>, y como un siglo antes habían +llevado y traído a <i>la bella malmaridada</i>. Lope de Vega, en el acto III +de <i>Los Novios de Hornachuelos:</i> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«BERRUECO. ...Un Barrabás sois vestido,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">una fantasma calzada,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">una arpía bautizada,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">y un camello con marido....</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Longinos a pie, Caifás,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">capón molde de hacer monas,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">India de las Amazonas</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>y trescientas cosas</i> más.»</span><br /> +</p><p> +Tirso de Molina, <i>Cautela contra cautela</i>, acto I: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ENRIQUE. ¿No es bien nuevo amar a dos?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">CHIRIMÍA. No, señor, ni amar a mil;</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">porque tú tienes criado</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">que en un mismo tiempo ha amado</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">un salchichón, un pernil</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">y una bota de hipocrás,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">dos de Candia, cuatro griegas,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">treinta fregonas gallegas</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>y trescientas cosas más,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">que es socorro y estribillo</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>de poetas de repente</i>.»</span><br /> +</p><p> +El señor Foulché-Delbose publicó en la <i>Revue Hispanique</i> (tomos IX, +261, y X, 234) un curioso estudio acerca de las <i>Coplas de Trescientas +cosas más.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_170_170" id="Footnote_170_170"></a><a href="#FNanchor_170_170"><span class="label">[170]</span></a> <i>Regatones</i>, que hoy más bien diríamos <i>regateadores</i>, +aunque esta palabra falta en el <i>Diccionario. Regatear</i>—dice +Covarrubias—, «procurar abaxar el precio de la cosa que compra es muy +del <i>regatón»</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_171_171" id="Footnote_171_171"></a><a href="#FNanchor_171_171"><span class="label">[171]</span></a> <i>Si la podemos dar roma, no la demos aguileña</i>, dice el +refrán, aludiendo a moza, y no a nariz, contra lo que opina el señor +Bonilla. Es dicho de ruines de alma atravesada, y lo recuerda Cervantes +en el <i>Quijote</i> (II, 48): «... que yo he oído decir muchas veces y a +muchos discretos, que si él [el diablo] puede, <i>antes os la dará roma +que aguileña.»</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_172_172" id="Footnote_172_172"></a><a href="#FNanchor_172_172"><span class="label">[172]</span></a> Refiérese a una de las muchas pendencias que se promovían +en los <i>mandrachos</i> o casas de juego sobre dar barato a los mirones que +actuaban como jueces de las suertes dudosas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_173_173" id="Footnote_173_173"></a><a href="#FNanchor_173_173"><span class="label">[173]</span></a> Deslizáronsele aquí a Vélez dos versos endecasílabos: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«...<i>a una mujer de un sastre que ha jurado</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>que los ha de coser a puñaladas.»</i></span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_174_174" id="Footnote_174_174"></a><a href="#FNanchor_174_174"><span class="label">[174]</span></a> Juega del vocablo <i>fuga</i> en sus dos acepciones musical y +de <i>huída</i>, y alude a la frecuencia con que huían los músicos callejeros +al primer asomo de peligro, por lo cual dijo Lope de Vega en la silva +III de <i>La Gatomaquia</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Los músicos, en viendo</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">el belicoso duelo comenzado,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">huyeron como suelen;</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">que no hay garzas que vuelen</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">tan altas por los vientos,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">dicen que por guardar los instrumentos....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_175_175" id="Footnote_175_175"></a><a href="#FNanchor_175_175"><span class="label">[175]</span></a> Lo más corriente era llamar <i>caballero del milagro</i>, no a +un sujeto como el que pinta Vélez, sino al que vivía bien, y hasta +aparatosamente, sin que se le conociera renta, oficio ni beneficio. Lope +de Vega, en el acto II de <i>El Caballero del milagro</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«TRISTÁN. ¡Cosa es de ver la vida deste mozo!</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">¡Qué ricamente viste, y cómo gasta!</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">¿Cómo juega tan pródigo y reparte</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">lo que tiene entre todos sus amigos,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">sin que le conozcan en su tierra</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">dos florines de renta o patrimonio?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">LOFRASO. Por eso es <i>caballero del milagro</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_176_176" id="Footnote_176_176"></a><a href="#FNanchor_176_176"><span class="label">[176]</span></a> De la <i>piedra bezar</i>, «concreción calcárea que suele +encontrarse en las vías digestivas y en las urinarias de algunos +cuadrúpedos», escribió un curiosísimo tratado el doctor Nicolás +Monardes, famoso médico y farmacólogo sevillano: <i>Dos libros, el vno que +trata de todas las cosas que traen de nuestras Indias Occidentales, que +sirven al vso de la Medicina, y el otro que trata de la Piedra Bezaar, y +de la Yerua Escuerçonera</i>. Cito por la edición de Sevilla, Hernando +Díaz, 1569, la más antigua de las tres de que poseo ejemplares. La +príncipe de estos <i>Dos libros</i> es también de Sevilla, 1565.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_177_177" id="Footnote_177_177"></a><a href="#FNanchor_177_177"><span class="label">[177]</span></a> Dice <i>preñada de medio ojo</i> para indicar que ocultaba su +preñez, como ocultaban el rostro las que <i>se tapaban de medio ojo</i>. De +éstas habrá ocasión de tratar en las notas del tranco IX.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_178_178" id="Footnote_178_178"></a><a href="#FNanchor_178_178"><span class="label">[178]</span></a> De <i>tate</i> se hacía festivamente una persona, +anteponiéndole <i>Pero</i>, que es, a la vez que conjunción, nombre propio +(<i>Per, Pero, Pedro</i>). Calderón, en la jornada II de <i>El médico de su +honra</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«COQUÍN. <i>(Aparte.) ...Pero ¡tate!</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">(que es un <i>Pero</i> muy honrado</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">del celebrado linaje</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">de los <i>Tates</i> de Castilla),</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">porque el Rey está delante.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_179_179" id="Footnote_179_179"></a><a href="#FNanchor_179_179"><span class="label">[179]</span></a> <i>Pocas cosas</i> equivale a <i>cosas menudas</i> o <i>de poco +momento</i>. Cervantes, <i>Quijote</i>, I, 20: «... y no querría que <i>pocas +cosas</i> penase mi ánima en el otro mundo.» Calderón, en su <i>Entremés de +las Carnestolendas</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«VEJETE. Hombre, ¿comes, o engulles?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">GRACIOSO. ¡Lindo chasco!</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>Pocas cosas</i>, señor, nunca las masco.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_180_180" id="Footnote_180_180"></a><a href="#FNanchor_180_180"><span class="label">[180]</span></a> <i>Murciégalo</i> (de <i>mur</i> y <i>caeculus</i>) como aún lo dice el +vulgo, más etimológicamente que los que, con una metátesis innecesaria +decimos <i>murciélago.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_181_181" id="Footnote_181_181"></a><a href="#FNanchor_181_181"><span class="label">[181]</span></a> <i>Quien</i>, haciendo a plural, cosa frecuentísima en +nuestros escritores de los siglos XVI y XVII.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_182_182" id="Footnote_182_182"></a><a href="#FNanchor_182_182"><span class="label">[182]</span></a> Como recuerda el señor Bonilla, llamaron <i>los Siete +Durmientes</i> «a siete hermanos que se dice sufrieron martirio en Éfeso, +en tiempo del emperador Decio. Habiéndose ocultado estos hermanos en una +caverna, fueron emparedados en ella de orden del Emperador; ciento +noventa y seis años después se les encontró dormidos en el mismo sitio +(Véase la <i>Leyenda áurea</i> de Jacobo de Vorágine)». Tirso de Molina, en +el acto I de <i>La Villana de la Sagra</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«CARRASCO. ...Nunca de dormirme acabo;</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">mas con vinos excelentes,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">si son siete los durmientes,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">yo seré <i>durmiente octavo</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_183_183" id="Footnote_183_183"></a><a href="#FNanchor_183_183"><span class="label">[183]</span></a> Es decir, <i>que dirá que no lo siente</i>. Juega del vocablo +<i>sentir</i>, en dos de sus acepciones.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_184_184" id="Footnote_184_184"></a><a href="#FNanchor_184_184"><span class="label">[184]</span></a> «<i>Vistas</i>—dice el <i>Diccionario</i> de autoridades—llaman +los vestidos y tocador que los novios envían a sus futuras esposas.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_185_185" id="Footnote_185_185"></a><a href="#FNanchor_185_185"><span class="label">[185]</span></a> Contra lo que ligeramente pudiera imaginarse, <i>pared y +medio</i> no es errata por <i>pared en medio</i>. «Error de caja» lo creyó el +señor Fitzmaurice-Kelly al encontrar esa expresión en el capítulo XIX de +la primera parte del <i>Quijote</i>. A los ejemplos que cité en nota del +dicho capítulo podrían agregarse muchos otros: cuantos acertara a desear +el más descontentadizo.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_186_186" id="Footnote_186_186"></a><a href="#FNanchor_186_186"><span class="label">[186]</span></a> <i>Del gallo</i>, es decir de la hora en que canta el gallo, +queriendo ya venir el día.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_187_187" id="Footnote_187_187"></a><a href="#FNanchor_187_187"><span class="label">[187]</span></a> Porque de Judas se dice que fué despensero, y los +despenseros acaparaban muchos mantenimientos para venderlos a precios +elevadísimos. Es frecuente en nuestros escritores festivos la alusión al +oficio de Judas. Quevedo, por ejemplo, en su romance de <i>Los Borrachos</i> +(Musa VI): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«...Y yo, que en diez y seis años</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que tengo de <i>despensero,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>aun no he podido ser Judas</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y vender a mi maestro.»</span><br /> +</p><p> +</p><p> +Lope, aludiendo a la costumbre de ahorcar un pelele el Jueves Santo, +figurando a Judas: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«MENDOZA. Y ¿qué importa que una dama</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">tenga el cuerpo diligente...,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">las caderas como en Flandes,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">las piernas como un jinete,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">si el rostro puede ser molde</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">de hacer diablos para el jueves</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">en que <i>al despensero</i> cuelgan</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">que afrentó los calabreses?»</span><br /> +</p><p> +«Los despenseros de los monasterios—dije en el discurso preliminar de +mi edición crítica de <i>Rinconete y Cortadillo</i>—tomaban el pescado por +cargas, diciendo ser para aquéllos, y revendíanlo después entre sus +parroquianos; acordó el cabildo [de Sevilla] que se hablara a los +priores y guardianes para que corrigiesen el abuso; pero no se logró la +enmienda.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_188_188" id="Footnote_188_188"></a><a href="#FNanchor_188_188"><span class="label">[188]</span></a> <i>Por partes de,</i> y no por <i>por parte de</i>, como habría +enmendado Clemencín si hubiese editado la presente novelita. <i>Por partes +de</i>, o <i>de partes de</i>, solía decirse antaño, como demostré en mis notas +al <i>Quijote</i> (IV, 267, 4).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_189_189" id="Footnote_189_189"></a><a href="#FNanchor_189_189"><span class="label">[189]</span></a> Pregunta el señor Bonilla: «¿Querrá decir Vélez que el +padre de ese niño era infiel (judío o moro)?» No, ciertamente—respondo—, +sino que ese niño, por partes de su padre, podía pretender tal beca como +hijo de clérigo. Sabido es que, según la creencia vulgar, el Antecristo +ha de ser hijo de un clérigo y una monja, y por éstas dijo Quevedo en una +de sus <i>premáticas:</i> «Condenamos en los galanes de monjas los <i>antecristos +pensamientos</i>....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_190_190" id="Footnote_190_190"></a><a href="#FNanchor_190_190"><span class="label">[190]</span></a> Debiera decir Vélez <i>el domingo de cuasi ración</i>, para +que recordase mejor el de <i>Cuasimodo</i>, al cual quiso referirse.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_191_191" id="Footnote_191_191"></a><a href="#FNanchor_191_191"><span class="label">[191]</span></a> Llamaban <i>letuario, lectuario, electuario</i>, a cierto +género de conserva, ya medicinal o ya simplemente alimenticia, como la +que solía tomarse al par que el aguardiente. Quevedo, <i>Vida del buscón +llamado don Pablos...,</i> libro II, cap. II: «Pasamos adelante, y en una +esquina, por ser de mañana, tomamos dos tajadas de <i>letuario</i> y +aguardiente de una picarona....» Las mujeres que vendían el <i>letuario</i> +acostumbraban a pregonarlo por las calles en las primeras horas de la +mañana. Lope de Vega, en unas décimas de la <i>Justa poética en la +beatificación de San Isidro</i>, refiriéndose a esas horas: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«...La mula el médico ensilla,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">da la purga el boticario,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>pregónase el letuario</i>....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_192_192" id="Footnote_192_192"></a><a href="#FNanchor_192_192"><span class="label">[192]</span></a> Contra lo que dijo Durán y copió Bonilla, el juego de +<i>salga la parida</i> no consiste en gritar los muchachos «ese refrán(?) +cuando observan que la luna llena, atravesando grupos de nubes, va +apareciendo clara en los sitios despejados». <i>Salga la parida</i>, como +dice el <i>Diccionario</i> de autoridades, es «juego común con que se +divierten los muchachos estrechándose y apretándose entre sí para echar +a alguno del corro, en cuyo lugar admiten otro».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_193_193" id="Footnote_193_193"></a><a href="#FNanchor_193_193"><span class="label">[193]</span></a> Llama <i>píldora</i> al mundo, por lo esférico.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_194_194" id="Footnote_194_194"></a><a href="#FNanchor_194_194"><span class="label">[194]</span></a> Llaman <i>cruzado</i>, según el léxico de la Academia, a la +«mudanza que hacen los que bailan, formando una cruz y volviendo a +ocupar el lugar que antes tenían».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_195_195" id="Footnote_195_195"></a><a href="#FNanchor_195_195"><span class="label">[195]</span></a> Ocasionales o no, ocurren aquí dos versos octosílabos +aconsonantados: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«... <i>haciendo un cruzado al son</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>de su misma confusión.»</i></span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_196_196" id="Footnote_196_196"></a><a href="#FNanchor_196_196"><span class="label">[196]</span></a> Llama a los coches <i>ballenas</i>, recordando la de Jonás, +porque tragan y vomitan personas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_197_197" id="Footnote_197_197"></a><a href="#FNanchor_197_197"><span class="label">[197]</span></a> ¡Qué exacta alusión a las cien mil falsedades, engañifas +y <i>cumplo-y-mientos</i> propios del trato cortesano!</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_198_198" id="Footnote_198_198"></a><a href="#FNanchor_198_198"><span class="label">[198]</span></a> <i>Haciéndose cocos a ellos mismos</i>, o <i>a sí mismos</i>, que +diríamos hoy, esto es, gustando de sí propios y recreándose en sus +ademanes y miraduras, como unos Narcisos. <i>Hacer cocos</i> se dijo de +<i>cocar</i>, que significa <i>agradar, captar la benevolencia</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_199_199" id="Footnote_199_199"></a><a href="#FNanchor_199_199"><span class="label">[199]</span></a> El señor Bonilla sospecha que <i>de riñón</i> sea errata, por +<i>de piñón.</i> No hay tal cosa: la boquita que llamaban <i>de piñón</i> era +naturalmente pequeña, como aquella a que se refiere el <i>Romancero +general,</i> fol. 253: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Vna boca, chica era;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que con <i>vn piñón</i> se mide,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">segura de que haya otra</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que assi enamore y cautiue»;</span><br /> +</p><p> +pero el texto se refiere a una boca achicada artificiosamente. Quien ve +el riñón de un corderillo, ve una boca de esas frunciditas y amaricadas. +Para persuadirse de que no hay la errata que sospechó Bonilla basta +parar la atención en que a esta calle de espejos que pinta Vélez nadie +iba a verse como era, sino a estudiar gestos; uno de ellos, el +fruncimiento de labios. Quevedo, en <i>El Entremetido y la Dueña y el +Soplón</i>, mencionó una de estas bocas estudiadamente fruncidas: «Y al +punto, muy esparrancado de ojos, decía: «No hay sino dejar correr; Dios +lo remedie, que tal y cual, lo del camino carretero: sí por sí, no por +no»; y al decir «ello dirá», <i>ponía una boquita escarolada</i>, como le dé +Dios la salud.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_200_200" id="Footnote_200_200"></a><a href="#FNanchor_200_200"><span class="label">[200]</span></a> <i>Roncando</i>, como los ojos de aquella Mari Pérez de quien +dijo Quevedo (Musa VI): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Tus dos ojos, Mari Pérez,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>de puro dormidos, roncan</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y duermen tanto, que sueñan</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que es gracia lo que es modorra.»</span><br /> +</p><p> +Cuanto a ojos, como a todo lo del mundo, cambian las modas, y por esto +decía Calderón, en la jorn. II de <i>Eco y Narciso</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«BATO. ...Vn tiempo que se dieron</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">en usar <i>ojos dormidos</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">no había hermosura despierta</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">y todo era mirar bizco....»</span><br /> +</p><p> +Pero si Vélez aprendió en Quevedo lo de <i>roncar los ojos</i>, de puro +dormidos, una poetisa, doña Catalina Clara, aprendió de Vélez lo de +<i>roncar hermosura</i>, pues escribió, retratando a cierta dama: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Sus ojos, que <i>hermosura están roncando</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">dormidos saben más que otros velando,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y dice en ellos cada niña airosa:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>Nigra sum, sed formosa</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_201_201" id="Footnote_201_201"></a><a href="#FNanchor_201_201"><span class="label">[201]</span></a> <i>De Gloria Patri</i> quiere decir, como notó el señor Pérez +y González en su citada obra, págs. 23 y 24, «inclinados como fieles que +pronuncian o escuchan el <i>Gloria Patri</i>».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_202_202" id="Footnote_202_202"></a><a href="#FNanchor_202_202"><span class="label">[202]</span></a> Sobre las <i>maretas</i> quedó nota páginas atrás (8, 1)[47].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_203_203" id="Footnote_203_203"></a><a href="#FNanchor_203_203"><span class="label">[203]</span></a> <i>Para desacreditar la naturaleza</i>, porque le hacen +poquísimo favor carilindos que no acaban de semejar hombres ni mujeres; +y <i>para desacreditar el rentoy</i>, porque no parece sino que están jugando +a este juego, en que los compañeros se entienden por medio de gestos y +señas, a lo cual se refirió don Antonio Hurtado de Mendoza en estas +seguidillas de la segunda parte del <i>Entremés de Micer Palomo</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«De las damas de hogaño, ¿qué te parece?</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">—Capadillo, pues juegan con seis y siete.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">—¿Y de las que se atapan en la comedia?</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>—Al rentoy, pues te muelen haciendo señas.»</i></span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_204_204" id="Footnote_204_204"></a><a href="#FNanchor_204_204"><span class="label">[204]</span></a> El nombre de <i>damas cortesanas</i> era uno de los muchos que +se solían dar a las mujeres públicas. Así, en una representación de los +Alcaldes de Casa y Corte al Rey (11 de enero de 1617): «Señor: Los +Alcaldes dicen que de estar las mugeres de mala vida <i>que llaman damas +cortesanas</i> alojadas en las calles principales desta corte y con +libertad de vivir donde quieran sean seguido y siguen muy grandes +inconuinientes....» (Archivo Histórico Nacional, Libros de gobierno de +la Sala de Alcaldes, tomo VII, fol. 470.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_205_205" id="Footnote_205_205"></a><a href="#FNanchor_205_205"><span class="label">[205]</span></a> <i>Albillas</i>, como las uvas llamadas así, o <i>tempranillas</i> +por otro nombre. <i>Tempranillas</i> asimismo llama el vulgo andaluz a las +muchachas que, sobre cuajarse pronto de mujeres, dan a entender, por la +demasiada viveza y libertad con que miran y hablan, que, jovencillas y +todo, no les pesaría dejar de ser solteras.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_206_206" id="Footnote_206_206"></a><a href="#FNanchor_206_206"><span class="label">[206]</span></a> En Bonilla, <i>e Giron,</i> sin duda por errata.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_207_207" id="Footnote_207_207"></a><a href="#FNanchor_207_207"><span class="label">[207]</span></a> <i>Vuelven las aguas</i>..., dice el refrán, que Vélez acomodó +aquí a su propósito.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_208_208" id="Footnote_208_208"></a><a href="#FNanchor_208_208"><span class="label">[208]</span></a> A la <i>plazuela de los Herradores</i>, aun hoy llamada así, +concurrían los que alquilaban sus servicios. En los antedichos Libros de +gobierno de la Sala de Alcaldes he visto un auto del año 1621 por el +cual se mandó que los mozos de sillas (los que conducían las sillas de +manos) asistiesen en la <i>plazuela de Herradores</i> y llevasen el correón +al hombro. Y Tirso de Molina, en el acto III de <i>Por el sótano y el +torno</i>, hace decir a Santillana, escudero viejo, cuando se dispone a +dejar de servir a su ama, porque le ha reprendido: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«¡Miren, porque la doy luz</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de amantes embustidores!</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>Plazuela habrá de Herradores</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y puerta de Santa Cruz:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">no me han de faltar dos reales</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y señoras de alquiler.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_209_209" id="Footnote_209_209"></a><a href="#FNanchor_209_209"><span class="label">[209]</span></a> <i>Damas de achaque</i>, o sea que se achacan o atribuyen +falsamente la damería.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_210_210" id="Footnote_210_210"></a><a href="#FNanchor_210_210"><span class="label">[210]</span></a> Poco después dice de quiénes habían de ser pasto tales +libros: respectivamente, de pajes y doncellas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_211_211" id="Footnote_211_211"></a><a href="#FNanchor_211_211"><span class="label">[211]</span></a> No tachará de defectuosa la expresión <i>le preguntó ... +que le dijese</i> quien esté advertido de que, como <i>preguntar</i> significa +<i>demandar</i> y <i>demandar</i> y <i>pedir</i> son una cosa misma, solía decirse +<i>preguntar</i> por <i>pedir</i>, de lo cual hay en el <i>Quijote</i> muchos ejemplos +(I, 137, 10; III, 85, 19, etc.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_212_212" id="Footnote_212_212"></a><a href="#FNanchor_212_212"><span class="label">[212]</span></a> Dice <i>de media talla</i>, como pudiera decir <i>de medio +pelo</i>, o <i>de medio mogate</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_213_213" id="Footnote_213_213"></a><a href="#FNanchor_213_213"><span class="label">[213]</span></a> Bien explica esto don Fernando de Loreña en su <i>Entremés +de los Relojes</i> (Biblioteca Nacional, Ms. 17237): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D.ª TORRE. Mira quién llama aquí, doña Escalera.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">QUITERIA. ¿Quién es doña Escalera?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D.ª TORRE. Vna criada.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">QUITERIA. ¿Con don?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D.ª TORRE. Sí, <i>que autoriza una donada</i>.»</span><br /> +</p><p> +Del uso y abuso de los <i>dones</i> traté largamente en mi estudio sobre <i>El +retrato de Cervantes</i> (Madrid, 1917), págs. 30-53.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_214_214" id="Footnote_214_214"></a><a href="#FNanchor_214_214"><span class="label">[214]</span></a> Por <i>el tusón de las damas</i> (que también se llamaba +<i>damas</i>, a secas, a las <i>damas cortesanas</i>) ha de entenderse la +categoría de las que entre ellas eran de mayor calidad, a las cuales +llamaban <i>tusonas</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_215_215" id="Footnote_215_215"></a><a href="#FNanchor_215_215"><span class="label">[215]</span></a> <i>Quererse volver al paño</i>, frase que no registra el +<i>Diccionario</i>, pero que oí muchas veces en Andalucía, se dice de las +alhajas muy limpias y brillantes, legítimas o falsas, por alusión al +paño en que las tenía envueltas el platero o quincallero cuando las +vendió.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_216_216" id="Footnote_216_216"></a><a href="#FNanchor_216_216"><span class="label">[216]</span></a> <i>Don extravagante</i>, como <i>clérigo extravagante</i>, que se +dice de aquel que vive sin incorporarse a la clerecía de ninguna +diócesis.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_217_217" id="Footnote_217_217"></a><a href="#FNanchor_217_217"><span class="label">[217]</span></a> La <i>ginebra</i> está bien definida en el <i>Diccionario</i> +académico. Es el mismo grosero instrumento que los andaluces llamamos +<i>carrasquiña.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_218_218" id="Footnote_218_218"></a><a href="#FNanchor_218_218"><span class="label">[218]</span></a> El <i>castrapuercos,</i> instrumentillo compuesto de algunos +cañutos, es ni más ni menos que la zampoña con que suelen representar al +Dios Pan. En el <i>Diccionario</i> de la Academia, como en el de autoridades +y en el Tesoro de Covarrubias, <i>castrapuercas:</i> pero en el <i>Trésor</i> de +Oudin, <i>«Castra puercos, vn sifflet de chastreur</i>». También se llamaba +<i>castrador</i>, y debe tomarlo en cuenta la Academia Española, bajo la fe +de Quevedo y Salas Barbadillo. El primero dijo en un romance referente a +los bailes del vulgo: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Suéltales las seguidillas</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y a ejecutor de la vara,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y a la capona, que en llaves</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">hecha <i>castradores</i> anda.»</span><br /> +</p><p> +Y el segundo, en el <i>Entremés del Prado de Madrid, y Baile de la +Capona</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Para el baile previnieron</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">las cuerdas de una guitarra,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">sin ver que a un baile capón</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">vn <i>castrador</i> le bastaba.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_219_219" id="Footnote_219_219"></a><a href="#FNanchor_219_219"><span class="label">[219]</span></a> Iba narrando Vélez de Guevara, y súbitamente y sin +preparación deja la palabra a don Cleofás. Estos cambios bruscos de la +persona que habla, y aun de la persona a quien se habla, no escasean en +nuestros escritores del buen tiempo, como de Cervantes hice notar en +diversos lugares del <i>Quijote</i> (I, 10, 17; II, 136, 8; IV, 259, 21; VI, +70, 3, etc.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_220_220" id="Footnote_220_220"></a><a href="#FNanchor_220_220"><span class="label">[220]</span></a> «Entre los muchos—dije en otra ocasión—que han escrito +acerca de los arbitristas, plaga que infestó a España en los siglos XVI +y XVII, merece mención señalada don Antonio Cánovas del Castillo, que +trató de ellos en sus <i>Problemas contemporáneos</i> (Madrid, 1884), tomo I, +págs. 305-328.... Mi querido amigo don Agustín G. de Amezúa, en su +edición crítica de <i>El Casamiento engañoso y el Coloquio de los Perros</i>, +páginas 147-151 y notas 349-351, cita algunos arbitrios notables por su +extravagancia....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_221_221" id="Footnote_221_221"></a><a href="#FNanchor_221_221"><span class="label">[221]</span></a> Así en la edición original. A escribir hoy, de seguro +habría dicho Vélez: «... que tiene en la mano el retrato de su +dama....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_222_222" id="Footnote_222_222"></a><a href="#FNanchor_222_222"><span class="label">[222]</span></a> El gramático pedante y engreído, para quien no hay en el +mundo cosa que valga dos maravedís sino sus gramatiquerías, fué siempre +odiado por los escritores. El señor Bonilla recuerda lo que contra ellos +dijo el doctor Suárez de Figueroa en su <i>Plaza universal de todas +ciencias y artes</i> (1615). Y antes que Suárez, Barahona de Soto, en su +<i>Angélica,</i> maltrató á los finchados gramaticones al incluírlos en la +relación de aquellas gentes que Zenagrio, en la morada de Gleoricia, no +se digna de mirar: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Tanto del soez <i>gramático</i> arrogante</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que, porque punta y coma sus diciones</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y ordena lo de atrás para adelante,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">no estima los gravísimos varones....»</span><br /> +</p><p> +Yo dije a un consumado gramático, veinte años ha: «¿Qué hará usted con +toda su gramática, si no tiene nada que decir que interese al público? +Usted posee un admirable libro de cocina, cierto; pero, vacía la +despensa, ¿de qué pueden servirle sus excelentes fórmulas culinarias?»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_223_223" id="Footnote_223_223"></a><a href="#FNanchor_223_223"><span class="label">[223]</span></a> Como <i>ropa</i>, según una de las acepciones que registra +Covarrubias, es «la vestidura suelta que traemos sobre la que está +ceñida y junta al cuerpo», llamóse <i>ropa</i>, especialmente, a la talar, y +<i>plazas de ropa</i> a los oficios o puestos en que se vestía toga o +garnacha. Quevedo, en una de sus jácaras (Musa V), jugando de los verbos +<i>bogar</i> y <i>abogar</i>. +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Por buen supuesto te tienen,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">pues te envían a <i>bogar;</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>ropa</i> y <i>plaza</i> tienes cierta,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y a subir empezarás.»</span><br /> +</p><p> +Y <i>ropas</i>, a secas, se llamó también a los oidores, como se echa de ver +por otra jácara de Quevedo, en que dice un jaque encarcelado: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Porque no pueda salir,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">me engarzaron en las cormas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y siempre mandan que siga:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">¿Quién entenderá las <i>ropas</i>?»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_224_224" id="Footnote_224_224"></a><a href="#FNanchor_224_224"><span class="label">[224]</span></a> El señor Bonilla, después de recordar con Covarrubias que +<i>pastel</i> se dijo de <i>pasta</i>, y «es como una empanadilla hojaldrada, que +tiene dentro carne picada o pistada», añade: «Los había de a real, de a +cuatro, de a ocho, de a medio real, etcétera.» Y don Américo Castro, +anotando en la <i>Vida del Buscón,</i> de Quevedo (pág. 89 de la edición de +<i>Clásicos Castellanos</i>), aquel pasaje en que dice: «pero yo entiendo que +los pasteleros desta tierra nos consolarán, acomodándole a [un ahorcado] +en los de a cuatro», comentó: <i>«los de a cuatro</i>: pastel de a cuatro +reales.» El señor Bonilla, antes de revisar en las pruebas su nota, pudo +hacerse estas preguntas: «¿Cómo un avariento, por ahorrar, había de +gastar cuatro reales en un pastel para su comida?» Pues ¿no era el +pastel, según el invocado Covarrubias, «refugio de los que no pueden +hazer olla?» Y el costo de la olla aun para dos personas, que no para +una, ¿llegaba, ni con mucho, a <i>cuatro reales</i>? La Gerarda de <i>La +Dorotea</i> de Lope (acto V, escena II), teniendo convidada, gastaba en su +olla: «una libra de carnero, catorze marauedis; media de baca, seis, son +veinte; de tozino, vn quarto, otro de carbón, de peregil y cebollas dos +marauedis, y quatro de aceitunas, es vn real cabal»: ¿había, pues, de +gastar el avariento cuatro reales en un pastel para sí solo, cuando, +aunque se considere que <i>La Dorotea</i> se refiere a tiempo muy anterior al +en que se alteraron los valores de la moneda de vellón, al escribir +Zabaleta <i>El día de fiesta por la tarde</i>; publicado en 1659, «una libra +de carnero valía once cuartos, y un pan cinco, y media azumbre de vino +siete, veintitrés cuartos en junto, o sea once menos que el pastel de +Vélez de Guevara?» Y esto preguntado, o parte de ello, la bien +acreditada diligencia del señor Bonilla le habría abierto camino para +averiguar cuánto costaba un <i>pastel de a cuatro</i> en el tiempo en que el +escritor ecijano escribió su novela. +</p><p> +Pues otro tanto digo del señor Castro, y aun digo más: que pudo +preguntarme sobre ese punto, como me preguntó sobre muchos otros. Esto, +amén de que buena respuesta tenía en el capítulo XI del mismo libro I de +<i>El Buscón,</i> donde un verdugo, un animero, un mulato y otros sujetos de +esta laya comen, entre todos, después de algunas cosas de bodegón, +«cinco <i>pasteles de a cuatro</i>. ¿Habían de gastar <i>veinte reales</i> en el +postrecillo...?» +</p><p> +No, ciertamente no eran <i>de a cuatro reales</i> los <i>pasteles de a cuatro</i>, +sino de la trigésimacuarta parte de ese valor: eran pasteles <i>de a +cuatro maravedis.</i> Con dar un vistazo a los tan socorridos Libros de +gobierno de la Sala de Alcaldes, que se conservan en el Archivo +Histórico Nacional, habrían echado de ver los mencionados comentadores +que en 1596 se mandó que no se hicieran pasteles y cubiletes <i>de a doce +maravedís</i>, y sí <i>de a ocho y de a cuatro</i>; que en 1642 se trató de que +no se hicieran pasteles <i>de a ochavo</i>, y que en 1644 mandaron los +Alcaldes que no se impidiese la venta de cubiletes <i>de a cuatro +cuartos</i>. A los que hacían pasteles de <i>a cuatro maravedis</i>, por la +misma exigüidad de su precio, no se les podía exigir ninguna gollería, +ni aun siquiera una mediana pulcritud; por eso dijo Quevedo en una de +sus jácaras: (Musa V). +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Con las manos en la masa</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">está Domingo Tiznado,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>haciendo tumbas a moscas</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>en los pasteles de a cuatro</i>.»</span><br /> +</p><p> +Y en un romance de la Musa VI hizo decir a un manto plebeyo: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Con poco temor de Dios,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">pecaba en <i>pastel de a cuatro,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>pues vendí, en traje de carne,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>huesos, moscas, vaca y caldo</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_225_225" id="Footnote_225_225"></a><a href="#FNanchor_225_225"><span class="label">[225]</span></a> Es uno de los modos de decir que quiso desterrar Quevedo +en la <i>Premática que este año de 1600 se ordenó</i>...: «... <i>no tiene a +nadie en lo que pisa</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_226_226" id="Footnote_226_226"></a><a href="#FNanchor_226_226"><span class="label">[226]</span></a> Elíptico: <i>no sea que nos embarguen</i>, quiere decir.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_227_227" id="Footnote_227_227"></a><a href="#FNanchor_227_227"><span class="label">[227]</span></a> <i>Los unos de los otros</i>, como también lo dice Correas en +su <i>Vocabulario de refranes</i>..., pág. 421 b, y <i>no los unos y los +otros,</i> como malamente se suele enmendar ahora. Lope de Vega, en el acto +II de <i>El Caballero del Sacramento</i>, explica bien el sentido del refrán: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«DORISTA. Leerla quiero, por ver</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">en mi desdicha un proverbio.</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>(Lee:) «Todos somos locos,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>los unos de los otros.»</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">¡Qué discretamente dice!</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Unos por otros hacemos</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">disparates y locuras;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">todos andamos sin seso,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">ya los padres por los hijos,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">ya los deudos por los deudos,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">ya las damas por sus cuyos,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">ya por las damas sus dueños.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_228_228" id="Footnote_228_228"></a><a href="#FNanchor_228_228"><span class="label">[228]</span></a> <i>Sobrepelliezes</i>, dice la edición original, sin duda por +errata.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_229_229" id="Footnote_229_229"></a><a href="#FNanchor_229_229"><span class="label">[229]</span></a> Este <i>donde</i>, equivalente a <i>de manera que</i>, quizás no se +entenderá bien por quien ignore que está dicho a la andaluza, tal como +alguna vez lo usó Cervantes: «Venida la noche, cenará con el Rey, Reina +e Infanta, <i>donde</i> nunca quitará los ojos della, mirándola a furto de +los circunstantes....» (<i>Quijote</i>, I, 21).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_230_230" id="Footnote_230_230"></a><a href="#FNanchor_230_230"><span class="label">[230]</span></a> <i>Actos positivos</i> son, como dice el <i>Diccionario</i> +académico, los «hechos que califican la virtud, limpieza o nobleza de +alguna persona o familia». Para las pruebas, por ejemplo, de limpieza y +nobleza en lo escolar, tres <i>actos positivos</i> hacían cosa juzgada, según +la <i>Nueva Recopilación,</i> leyes XXXV-XXXVII, tít. VII, libro I.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_231_231" id="Footnote_231_231"></a><a href="#FNanchor_231_231"><span class="label">[231]</span></a> Según Covarrubias (art. <i>torçuelo</i>), «los que saben de +cetrería dizen que comunmente la cria de los açores es de tres pollos: +los dos primeros se llaman primas y son hembras, y grandes de cuerpo; y +el <i>torçuelo</i> es menor que ellas y es macho. Dixose <i>torçuelo</i>, quasi +terçuelo, por ser tercero en orden....» Vélez de Guevara dice +figuradamente <i>caballero torzuelo</i>, indicando su baja condición.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_232_232" id="Footnote_232_232"></a><a href="#FNanchor_232_232"><span class="label">[232]</span></a> Páginas atrás quedó nota acerca de una frase parecida a +<i>con los míos me haga Dios bien</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_233_233" id="Footnote_233_233"></a><a href="#FNanchor_233_233"><span class="label">[233]</span></a> Este verso está impreso a renglón corrido, como prosa, en +la edición original.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_234_234" id="Footnote_234_234"></a><a href="#FNanchor_234_234"><span class="label">[234]</span></a> Refiérese don Cleofás a su tocayo el Leandro amador de +Hero y al soneto de Garcilaso que comienza: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Pasando el mar <i>Leandro el animoso,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>en amoroso juego todo ardiendo</i>....».</span><br /> +</p><p> +soneto que, en efecto, figura en las diversas ediciones de <i>Las Obras de +Boscan y algvnas de Garcilaso de la Vega, repartidas en qvatro libros</i>, +fol. 121 de la de Anvers, Martín Nucio, 1556, que es la que poseo.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_235_235" id="Footnote_235_235"></a><a href="#FNanchor_235_235"><span class="label">[235]</span></a> Elíptico: <i>merced de un hábito,</i> quiere decir.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_236_236" id="Footnote_236_236"></a><a href="#FNanchor_236_236"><span class="label">[236]</span></a> <i>Salicio y Nemoroso</i>, como es sabidísimo, son los +interlocutores de la más famosa de las églogas de Garcilaso.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_237_237" id="Footnote_237_237"></a><a href="#FNanchor_237_237"><span class="label">[237]</span></a> Por aquí se averigua que don Cleofás, como de él se dijo +en el tranco I (15, 2)[63], era <i>hidalgo a cuatro vientos</i>, sin otro solar +que el muy conocido de los versos de Salicio y Nemoroso.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_238_238" id="Footnote_238_238"></a><a href="#FNanchor_238_238"><span class="label">[238]</span></a> <i>Pedir las pajaritas del aire</i> es una frase de +encarecimiento equivalente a <i>pedir gollerías.</i> Espinel, en su <i>Sátira +contra las damas de Sevilla</i>, tratando de las doncellitas de su tiempo: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Luego les duele el hígado y el bazo;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">luego <i>piden las paxaras del ayre</i>....»</span><br /> +</p><p> +Esta frase llegó a hacerse tan enfadosa, por lo repetida, que don +Francisco de Quevedo la proscribió en su <i>Premática</i> de 1600: «Quítanse +por nuestra premática los modos de decir siguientes: <i>... las pajaritas +que vuelan</i>....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_239_239" id="Footnote_239_239"></a><a href="#FNanchor_239_239"><span class="label">[239]</span></a> También solían pedir <i>el fénix empanado</i>, o cosas poco +menos imposibles, bien que por broma y regodeo, los que comían en ventas +y mesones. A los ejemplos que transcribe el señor Bonilla podrían +añadirse otros, éste, verbigracia del <i>Entremés de los invencibles +hechos de Don Quijote de la Mancha</i>, compuesta por Francisco de Ávila, +publicado en 1617, y reimpreso en 1905 con prólogo y notas de don Felipe +Pérez y González: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«MUJER. Estánme echando todos bernardinas,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">pidiéndome imposibles por momentos.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">VENTERO. ¿Qué os piden, por mi vida?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">MUJER. Disparates:</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">los átomos del sol, <i>el ave fénix,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">y la leche de todas las cabrillas</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">VENTERO. ¿No veis, mujer, que aqueso es regodeo,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">y siempre se acostumbra por las ventas</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">echar pullas a todos?»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_240_240" id="Footnote_240_240"></a><a href="#FNanchor_240_240"><span class="label">[240]</span></a> <i>Regoldano</i> se dice del fruto del castaño silvestre, a +diferencia del que da el injerto, que es mejor. Vélez aplica estos +adjetivos al hechicero en sus respectivas cualidades de astrólogo y +nigromante.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_241_241" id="Footnote_241_241"></a><a href="#FNanchor_241_241"><span class="label">[241]</span></a> Alude Vélez a algunos pasajes bíblicos, tales como éstos: +<i>«Adprehendens autem David vestimenta sua scidit, omnesque viri qui erant +cum eo</i> (II <i>Reyes</i>, I, 11).—<i>Quæ cum audisset Ezechias rex, scidit +vestimenta sua</i>....» (II <i>Reyes</i>, XIX, 1).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_242_242" id="Footnote_242_242"></a><a href="#FNanchor_242_242"><span class="label">[242]</span></a> El <i>besar las manos</i> era obligado principio en todo +mensaje verbal. Así comienza el suyo a don Quijote, en la cueva de +Montesino (II, 23), la compañera y emisaria de Dulcinea: «Mi señora +Dulcinea del Toboso <i>besa a vuesa merced las manos</i>, y suplica a vuesa +merced se la haga de hacerla saber cómo está....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_243_243" id="Footnote_243_243"></a><a href="#FNanchor_243_243"><span class="label">[243]</span></a> El señor Bonilla corrige <i>comission</i> donde la edición +príncipe dijo <i>comisson</i>, y no corrige, cuatro palabras después, +<i>comissionario</i> donde la propia edición dice <i>comissonario</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_244_244" id="Footnote_244_244"></a><a href="#FNanchor_244_244"><span class="label">[244]</span></a> <i>Demonios a las veinte</i>, como <i>correos a las veinte</i>, que +eran los que habían de andar veinte leguas cada veinticuatro horas. En +el pleito entre Salvador de Toro y Pedro de Isunza, proveedores de las +galeras reales, hay una certificación de Diego de Ruy Saenz (Puerto de +Santa María, 8 de marzo de 1593) referente a haber despachado «tres +correos, los dos a la ciudad de malaga y el otro a la villa de madrid, +<i>a las veynte leguas».</i> (Archivo General de Simancas, Expedientes de +Hacienda, leg. 516.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_245_245" id="Footnote_245_245"></a><a href="#FNanchor_245_245"><span class="label">[245]</span></a> Que <i>la mula de Liñán</i> es el aire, no ofrece duda; pero +¿cuándo y por quién se dijo esta frase? Esto es lo que había que +averiguar, y ni Durán, ni Pérez y González, ni Bonilla, ni yo, hemos +tenido la fortuna de ponerlo en claro.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_246_246" id="Footnote_246_246"></a><a href="#FNanchor_246_246"><span class="label">[246]</span></a> <i>Vara alta</i>, esto es, <i>derecha, vertical</i>, quiere decir +<i>autoridad, poder, jurisdicción.</i> Allí donde los investidos de autoridad +dejaban de tenerla, soltaban o <i>bajaban las varas</i>. Esto ocurrió al +entrar Felipe II en Portugal, según refiere Isidro Velázquez en <i>La +entrada qve en el reino de Portvgal hizo la S.C.R.M. de don Philippe, +invictíssimo Rey de las Españas, segundo deste nombre</i>.... (Lisboa, +Manuel de Lyra, M.D.LXXXIII), fol. 70: «Prosiguiose el camino, y a la +llegada de vn río, mojonera o diuision de los terminos de los Reynos, +salio orden que los ministros de justicia Castellana <i>baxassen las +varas</i>, o no las traxessen....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_247_247" id="Footnote_247_247"></a><a href="#FNanchor_247_247"><span class="label">[247]</span></a> En los siglos XVI y XVII se solía llamar <i>figones</i> a los +que después se llamó <i>figoneros</i>, dejando aquel nombre para sus +bodegones o fondines. Por un acuerdo de la Sala de Alcaldes pregonado a +18 de mayo de 1595, se mandó que se notifique «a los que guisan de +comer, que llaman <i>figones</i>» que no diesen de comer a las personas que +fuesen a sus casas, ni manjar blanco, ni tostadas, ni pastelillos, ni +otras cosas dulces. (Archivo Histórico Nacional. Libros de gobierno de +la Sala de Alcaldes, tomo II, fol. 47.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_248_248" id="Footnote_248_248"></a><a href="#FNanchor_248_248"><span class="label">[248]</span></a> Como advierte el señor Bonilla, «el Infante don Pedro de +Portugal recorrió, no las <i>siete</i>, sino las <i>cuatro</i> partidas del mundo. +Así lo dice el mismo título de la obra famosa donde se relatan sus +andanzas: <i>Libro del infante don Pedro de Portugal, que anduvo las +quatro partidas del Mundo</i> (Çaragoça, Juan Millán, 1570).» ¿Por qué, +pues, dijo el vulgo ser <i>siete,</i> y no <i>cuatro</i>, las tales <i>partidas?</i> +Probablemente, según observé en otro lugar, por contaminación de esa +frase con el nombre de nuestro célebre código <i>de las Siete Partidas</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_249_249" id="Footnote_249_249"></a><a href="#FNanchor_249_249"><span class="label">[249]</span></a> Estas palabras patentizan que aún en el segundo tercio +del siglo XVII perduraba con su renombre, si bien llamándose <i>de la +Sevillana</i>, aquel célebre <i>mesón del Sevillano</i> que inmortalizó +Cervantes haciéndole lugar de la acción de <i>La Ilustre fregona</i>. Véanse +las noticias que acerca de esta posada di ha poco en el prólogo de mi +edición crítica de la mencionada novela cervantina. (Madrid, 1917.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_250_250" id="Footnote_250_250"></a><a href="#FNanchor_250_250"><span class="label">[250]</span></a> <i>Por miedo que conspiren</i>, diríamos hoy, omitiendo ese +<i>no</i> que en realidad redunda, pero que antaño se usaba con los verbos +que significan temor, como noté en diversos lugares del <i>Quijote</i> (II, +80, 15; III. 59, 24; 144, 12; 217, 8; IV, 50, 1; 126, 15, etc.).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_251_251" id="Footnote_251_251"></a><a href="#FNanchor_251_251"><span class="label">[251]</span></a> El señor Bonilla puntuó así este pasaje: «... a otras +diligencias, deste modo por sobornar....» En la edición príncipe no hay +coma alguna después de la que sigue a la voz <i>esguízaros</i>, hasta otra +que sigue a las palabras <i>contra mí</i>. Creo que el verdadero sentido +requiere esa coma donde la he puesto: dice el Cojuelo que regresará por +Suiza <i>a otras diligencias deste modo,</i> o sea, parecidas a la ya +indicada de hacer degollar a los hermanos del Gran Turco.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_252_252" id="Footnote_252_252"></a><a href="#FNanchor_252_252"><span class="label">[252]</span></a> <i>«Mearle la pajuela</i>—dice Covarrubias—; género de +desafío que usan los niños vnos contra otros.» Correas, en su +<i>Vocabulario de refranes y frases proverbiales</i>, publicado por la +Academia Española en 1905, explica la frase de esta manera (pág. 618 +<i>b</i>): «Vsaban los muchachos luchar, y a las tres caídas, el vencedor +<i>cogía una pajuela</i> del suelo <i>y la meaba</i>, y con ella daba por la boca +al vencido sin que lo viese, y de este modo le afrentaba, y así en otras +cosas.» Pero tal frase tiene, además del significado natural, otro +figurado, más usual, que definió así el <i>Diccionario</i> de autoridades: +«Aventajarse, sobresalir y exceder a otro en la ejecución de alguna +cosa», y éste, como nota el señor Bonilla, «es el sentido de la frase en +el pasaje del <i>Cojuelo».</i> E igualmente en los siguientes versos de Lope +(<i>Los novios de Hornachuelos</i>, acto III): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«EL REY. ¿Sois los novios mal contentos</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">que celebra este lugar?</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">Llegad. No, no tengáis miedo.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">BERRUECO. Somos, señor; pero sepa</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">que hay otros dos en el pueblo</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">que <i>nos mean la pajuela</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">pues somos los dos con ellos</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">paloma y palomo....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_253_253" id="Footnote_253_253"></a><a href="#FNanchor_253_253"><span class="label">[253]</span></a> Con esto de <i>la jerigonza crítica</i> alude Vélez al +culteranismo; a la <i>culta latiniparla</i>, como llamó Quevedo al +vocabulario que usaron Góngora y sus secuaces.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_254_254" id="Footnote_254_254"></a><a href="#FNanchor_254_254"><span class="label">[254]</span></a> Aristóteles decía que la belleza es <i>una carta de favor</i>, +y doña Isabel la Católica, que «el hombre de buena cara lleva consigo +<i>carta de recomendación</i> para cualquier cosa que emprendiere».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_255_255" id="Footnote_255_255"></a><a href="#FNanchor_255_255"><span class="label">[255]</span></a> Claro que estos brindis eran <i>por las damas y los amigos</i> +de los que brindaban y no por los del Rey.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_256_256" id="Footnote_256_256"></a><a href="#FNanchor_256_256"><span class="label">[256]</span></a> Dije en mi conferencia acerca de <i>El yantar de Alonso +Quijano el Bueno</i> (Madrid, 1916), pág. 32: «...Pero lo más usado era +acabar de comer con aceitunas», de donde se dijo: <i>llegué</i>, o <i>llegó a +las aceitunas</i>, para significar que se llegó tarde a algún convite o +reunión. El acabar de comer con este postre se menciona con frecuencia +en nuestros libros del buen tiempo: Don Antonio Hurtado de Mendoza, en +el <i>Entremés del Examinador micer Palomo</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«VALIENTE. Yo he tenido quinientos desafíos;</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">he hecho sobre el duelo dos comentos;</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">seiscientos antuviones he pegado</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">y he reñido cien veces en ayunas.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">MR. PALOMO. ¿Qué fuera <i>al fenecer las aceitunas</i>...?»</span><br /> +</p><p> +Y por lo que hace al <i>palillo</i>, dije en la citada conferencia que «entre +los abuelos de nuestros tatarabuelos era el <i>palillo</i> o mondadientes +obligado postre último de toda comida; tanto, que entre gente hidalga el +comer podía faltar, y aun faltaba, en efecto, muchas veces; pero el +<i>palillo</i> no».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_257_257" id="Footnote_257_257"></a><a href="#FNanchor_257_257"><span class="label">[257]</span></a> En el <i>Quijote</i> (II, 44), apenas se hubo partido Sancho +para su ínsula, «cuando don Quijote sintió su <i>soledad</i>», y de esta +<i>soledad</i> dije en las notas de mi edición crítica de la inmortal novela +de Cervantes lo que, aunque ésta peque por harto extensa, voy a +transcribir: «Sintió, no la <i>soledad en que</i> le había dejado Sancho, +como entendió malamente Unamuno, sino la <i>soledad de él;</i> la <i>soledad +con que</i> lo había dejado; que aquí <i>soledad</i> no significa «falta de +compañía», sino «pesar que se siente por la ausencia de una persona, y +deseo de volverla a ver». Esta <i>soledad</i> es, ni más ni menos, la +<i>saudade</i> portuguesa que en todo tiempo han pretendido imponernos los +que ignoraban que acá la teníamos castellana, tan rancia, a lo menos, +como la de nuestros vecinos. Véanse algunos ejemplos: +</p><p> +»De <i>sentir soledad</i> de una persona o cosa, como en el lugar que anoto. +Rivadeneyra, <i>Flos sanctorum</i>, en la Ascensión del Señor.... «Los +apóstoles también sentían la huerfanidad de tal padre, <i>la soledad de +tal maestro</i>, de tal pastor y de tal capitán, especialmente viéndose +entre tantos y tan crueles enemigos.» Lope de Vega, en el acto I de <i>El +Animal de Hungría:</i> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«TEODOSIA. Rezien casada, y venida</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">a Ungría de Ingalaterra,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>sentí soledad notable</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>de mi tierra</i> en tierra agena.»</span><br /> +</p><p> +»Lo mismo <i>tener soledad de</i>. Un cantarcillo del siglo XV: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;">«Aldea donde nací,</span><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;"><i>soledad tengo de</i> ti.»</span><br /> +</p><p> +»En el capítulo cxxvij del libro primero de <i>Don Clarian de Landanis,</i> +fol. clxxxiiij: «<i>Teniendo</i> [Gradamisa] gran <i>soledad</i> de su buen amigo +don clarian, dio vn sospiro y dixo consigo....» Don Felipe II, en carta +escrita en Lisboa a 16 de abril de 1582 (Gachard, <i>Lettres de Philippe +II à ses filles....):</i> «Y de lo que más <i>soledad he tenido es del cantar +de los ruiseñores,</i> que ogaño no les he oydo, como esta casa es lexos +del campo.» +</p><p> +»También se decía <i>hacer soledad</i> una persona o cosa, en equivalencia de +apesadumbrar por su ausencia o falta. Santa Teresa, en carta a fray +Jerónimo Gracián (Ávila, 10 de junio de 1579): «¡Oh, qué <i>soledad me +hace</i>, cada día más, para el alma estar tan lexos de vuestra +paternidad...!» En carta autógrafa de <i>Margareta</i> (doña Margarita de +Austria) al rey don Felipe III (11 de octubre de 1599) decíale: «Señor, +no puedo dejar describir a V. Md. para pasar con algún consuelo la +<i>soledat q me ase</i>, q con aber tan pocas horas q se fui V.M. me pariçe q +a mil años....» +</p><p> +»Muchos portugueses, y aun algunos españoles, verbigracia, don Adolfo de +Castro en su <i>Himno a una palabra</i> (apud <i>Estudios prácticos de buen +decir y de arcanidades del habla española,</i> Cádiz, 1880, pág. 293), han +querido y creído que nuestra <i>soledad</i> no signifique enteramente lo que +la <i>saudade</i> lusitana, o por lo menos, que sea mera traducción de ésta, +afirmaciones contra las cuales protestó nuestro españolísimo Menéndez y +Pelayo <i>(Orígenes de la Novela</i>, tomo I, pág. CCXXI) en estas palabras: +<i>«Soledad,</i> en el sentido de melancolía que se siente por la ausencia de +una persona amada o por el recuerdo del bien perdido, es palabra tan +legítimamente castellana como es portuguesa <i>saudade</i>; se ha usado en +todos los tiempos, da nombre a un género especial de cantares andaluces, +y nuestro <i>Diccionario</i> académico consigna esta voz como de uso +corriente.» Y en las <i>Adiciones y rectificaciones</i> del mismo tomo (pág. +DXXVI) insertó la notable carta, ya publicada en la <i>Revue Hispanique</i> +(1901), en que don Juan de Silva, portugués de origen, sostuvo y +demostró que nuestra <i>soledad</i> expresa tanto y aún más que la <i>saudade</i> +de nuestros vecinos. +</p><p> +»¿Se usa aún hoy en tal acepción la palabra <i>soledad</i>? En España no +recuerdo haberla oído; pero en Colombia todavía llaman <i>soledades</i> a los +pesares amorosos causados por la ausencia. Véase una linda copla popular +de Casanare, publicada por fray Pedro Fabo del Corazón de María, +cultísimo agustino recoleto, en su interesante libro intitulado <i>Idiomas +y etnografía de la región oriental de Colombia</i> (Barcelona, 1911), pág. +228: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Empréstame tus ojitos</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">para completar dos pares;</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">que con los míos no puedo</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">llorar tantas <i>soledades</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_258_258" id="Footnote_258_258"></a><a href="#FNanchor_258_258"><span class="label">[258]</span></a> Para el léxico de la Academia, <i>quedarse como un +pajarito</i> significa «morir con sosiego, sin hacer gestos ni ademanes.» +Sea eso; pero sea también <i>quedarse muy dormido</i>, como en este lugar del +texto, y así, dije en las <i>Mil trescientas comparaciones populares +andaluzas</i> (Sevilla, 1899), páginas 104 y 105: <i>«Se queó como un +pajarito...: Dormido,</i> y más a menudo, <i>muerto</i>; del que se duerme +profundamente también se dice: <i>Se queó frito</i> o <i>fritito</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_259_259" id="Footnote_259_259"></a><a href="#FNanchor_259_259"><span class="label">[259]</span></a> Suplo un <i>las</i> que falta en el texto original, por +omisión mecánica de una de dos sílabas iguales e inmediatas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_260_260" id="Footnote_260_260"></a><a href="#FNanchor_260_260"><span class="label">[260]</span></a> Con lo de <i>Adanes del baratillo</i> quizá se referiría Vélez +a alguna tienda de baratijas en que se vendiesen figurillas de barro, y +entre ellas la de nuestro primer padre.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_261_261" id="Footnote_261_261"></a><a href="#FNanchor_261_261"><span class="label">[261]</span></a> «Alusión—como dice el señor Bonilla—a unos zapatos de +cuero.» Eran famosos los cueros curtidos en Fregenal de la Sierra, por +lo cual, en una jácara de Quevedo, refiriéndose a <i>la penca</i> o azote del +verdugo, dice Lampuga a la Perala: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Más me cuestas de pregones</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y <i>suela de Fregenal</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que valen seis azotados</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">si los llegas a tasar.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_262_262" id="Footnote_262_262"></a><a href="#FNanchor_262_262"><span class="label">[262]</span></a> <i>De grana de polvo,</i> es decir, teñida con el polvo de los +gusanillos que llaman <i>grana</i>. También decían, a secas, <i>teñido,</i> o +<i>teñida, de polvo</i>. Entre los regalos que los padres trinitarios de la +Redención de cautivos hicieron al Rey de Argel en 1591 figuraba «una +manta fraçada de la marca maior <i>teñida de polvo</i>, con su franxa de oro +y seda», que había costado 19.550 maravedís. (Archivo Histórico +Nacional, Libros de la Orden Trinitaria, 121 <i>b</i>, fol. 50 vto.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_263_263" id="Footnote_263_263"></a><a href="#FNanchor_263_263"><span class="label">[263]</span></a> <i>Severo</i>, en su acepción de <i>grave, serio, mesurado</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_264_264" id="Footnote_264_264"></a><a href="#FNanchor_264_264"><span class="label">[264]</span></a> Dice de las comedias de este loco que <i>se las habían +apedreado como viñas,</i> recordando la frecuencia con que el pedrisco daña +los viñedos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_265_265" id="Footnote_265_265"></a><a href="#FNanchor_265_265"><span class="label">[265]</span></a> <i>Menalao</i>, por <i>Menelao</i>, no es errata; solían decirlo +así, por asimilación de vocales. Francisco Santos, en <i>Los Gigantones en +Madrid por de fuera</i>, apud <i>Obras en prosa y verso</i>..., tomo I, pág. +396: <i>«A Menalao</i>, por aver entrado en su casa Paris....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_266_266" id="Footnote_266_266"></a><a href="#FNanchor_266_266"><span class="label">[266]</span></a> La <i>Casa del Nuncio</i> llamaban al hospital de dementes de +Toledo, porque lo fundó, a fines del siglo XV, un nuncio apostólico +llamado don Francisco Ortiz. También solían llamarlo <i>el Nuncio</i>, a +secas, y por las celdas o jaulas en que se encerraba a los locos +furiosos, <i>los alberguillos de Toledo</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_267_267" id="Footnote_267_267"></a><a href="#FNanchor_267_267"><span class="label">[267]</span></a> <i>Cual tenga la salud</i>, es decir, <i>mal</i>. Era corriente +esta comparación imprecatoria. Véase algún ejemplo. Lope de Vega, en el +acto II de <i>El Caballero de Illescas</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ROBERTO. ...Y tengo gracia en hacer</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">versos, que canto a un laúd.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">JUAN. <i>Cual tengáis vos la salud</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">todo eso debe ser.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_268_268" id="Footnote_268_268"></a><a href="#FNanchor_268_268"><span class="label">[268]</span></a> Parece que debiera decir: <i>fué tal</i>....</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_269_269" id="Footnote_269_269"></a><a href="#FNanchor_269_269"><span class="label">[269]</span></a> En mis notas al <i>Quijote</i> (VIII, 56, 10) expliqué por qué +debe escribirse <i>¡Cierra, España!</i>, y no <i>¡Cierra España!</i>, como +generalmente se estampa y se dice. <i>España</i> en esta locución es un +vocativo, y exclamar <i>¡Cierra, España!</i> equivale a exclamar: <i>¡España, +cierra</i>, o <i>faja, con los enemigos</i>!</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_270_270" id="Footnote_270_270"></a><a href="#FNanchor_270_270"><span class="label">[270]</span></a> Exaltarse los poetas hasta el punto de tomar sus +imaginaciones por realidades y parecer locos, nunca fué cosa harto rara: +ya decía de Horacio su siervo: <i>«Aut insanit homo, aut versas facit</i>.» +Ni fué raro tampoco el exagerarlo festivamente nuestros escritores. +Pérez de Montalván, en la jorn. I de <i>No hay vida como la honra</i>. +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«TRISTÁN. Señor, mi amo es poeta</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">y los tales, cuando escriben,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">mudan más de cuatrocientas</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">caras en una hora sola;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">porque, si es de cosa tierna,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">se retozan ellos mismos,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">se miman y se gorjean;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">si de guerras se ensayonan,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">se encolerizan y emperran</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">de manera, que tal vez,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">llevados de aquella idea,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">encasquetando el sombrero,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">al primero con que encuentran,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">como si fuera de Holanda,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">de Francia o Inglaterra,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">diciendo: «¡Santiago, a ellos!</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">»¡Cierra, España! ¡Todos mueran!»,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">le dan dos o tres puñadas,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">o le quiebran la cabeza.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_271_271" id="Footnote_271_271"></a><a href="#FNanchor_271_271"><span class="label">[271]</span></a> <i>El basilisco de Malta</i> debió de ser, como conjetura el +señor Bonilla, nombre vulgar de una pieza de artillería que tuviese la +Orden de San Juan en la isla de Malta.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_272_272" id="Footnote_272_272"></a><a href="#FNanchor_272_272"><span class="label">[272]</span></a> <i>Alojaron</i>, refiriéndose a <i>compañía,</i> que, como <i>gente, +manada</i>, y los demás nombres colectivos, puede concertar, por silepsis, +con un adjetivo o verbo en plural, cuando concurren los dos requisitos +que menciona Bello en el §818 de su <i>Gramática,</i> anotada por Cuervo +(pág. 215 de la edición de 1908).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_273_273" id="Footnote_273_273"></a><a href="#FNanchor_273_273"><span class="label">[273]</span></a> Por <i>legumbre</i> ha de entenderse aquí, aunque +impropiamente, cosas arrojadizas de huerta, como tronchos, pepinos, +nabos, etc. Las comedias de Cervantes—él lo dice—«se recitaron sin que +se les ofreciese ofrenda de pepinos ni de otra cosa arrojadiza». Y con +lo de <i>edificio</i> alude Vélez, como supone el señor Bonilla, a <i>cascote</i> +o <i>escombros</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_274_274" id="Footnote_274_274"></a><a href="#FNanchor_274_274"><span class="label">[274]</span></a> <i>A pleito de tenuta</i>, o sea a pieza de autos judiciales +tan abultada como solían ser las en que se trataba de la tenuta o +posesión provisional de las rentas y frutos de un mayorazgo en litigio.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_275_275" id="Footnote_275_275"></a><a href="#FNanchor_275_275"><span class="label">[275]</span></a> Puigblanch, en sus <i>Opúsculos gramático-satíricos</i> (tomo +1, pág. 30), sostiene fundadamente que, contra lo que creyeron muchos +autores, el <i>Paladión</i> no fué el caballo de Troya, sino una pequeña +imagen de la diosa Palas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_276_276" id="Footnote_276_276"></a><a href="#FNanchor_276_276"><span class="label">[276]</span></a> «<i>Armado de punta en blanco</i> quiere decir armado de pies +a cabeza, con todas las piezas de un arnés, y las demás armas defensivas +y ofensivas, desnudas, a punto y guisa de acometer y pelear.» (Correas, +<i>Vocabulario de refranes</i>..., página 31 <i>a</i>).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_277_277" id="Footnote_277_277"></a><a href="#FNanchor_277_277"><span class="label">[277]</span></a> El socorrido expediente de hacer de pasta las dueñas que +faltaran para completar el número de once mil parece reminiscencia de lo +que cuenta Cervantes (<i>Quijote,</i> II, 48) de aquella señora «de quien se +dice que tenía dos dueñas de bulto con sus antojos y almohadillas al +cabo de su estrado, como que estaban labrando, y tanto le servían para +la autoridad de la sala aquellas estatuas como las dueñas verdaderas».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_278_278" id="Footnote_278_278"></a><a href="#FNanchor_278_278"><span class="label">[278]</span></a> También Quevedo llamó <i>sabandijas</i> a las dueñas, pues +hizo decir a una del gremio (Musa VI): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Fué Dios servido después</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">de que yo me convirtiese</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">en <i>sabandija</i> tocada,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">en un lechuzo de <i>réquiem.»</i></span><br /> +</p><p> +En ranas dijo el mismo autor, en <i>Las Zahurdas de Plutón,</i> haberlas +visto convertidas: «Así supe como las dueñas de acá son ranas del +infierno, que eternamente como ranas están hablando, sin ton y sin son, +húmedas y en cieno, y son propiamente ranas infernales; porque las +dueñas ni son carne ni pescado, como ellas. Diome grande risa el verlas +convertidas en <i>sabandijas</i> tan pierniabiertas....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_279_279" id="Footnote_279_279"></a><a href="#FNanchor_279_279"><span class="label">[279]</span></a> <i>Oyones</i>, dicho en tono festivo por <i>oyentes</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_280_280" id="Footnote_280_280"></a><a href="#FNanchor_280_280"><span class="label">[280]</span></a> <i>Saber</i>, o <i>entender, poco de filis</i>, frase que falta en +el <i>Diccionario</i>, significa no ser capaz de ciertas delicadezas o +finuras. Calderón, en la jorn. II de <i>Guárdate del agua mansa</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D. TORIBIO. Pues de mi cuidado</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">¿en qué estriban los desvelos?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">EUGENIA. Preguntádselo a los cielos,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">a los astros y a los hados,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">que no inclinan mi albedrío.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D. TORIBIO. Pues en algo está el busilis.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">EUGENIA. En que vos no tenéis <i>filis</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">para ser esposo mío.»</span><br /> +</p><p> +Picado don Toribio por esta expresión, aun sin entenderla, dice poco +después a don Alonso: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 5em;">«Y para que se averigüe</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">si los hombres como yo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tienen o no tienen <i>filis</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por no obligarme a retarla</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en extranjeros países,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">haced que me compren luego</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cuantos <i>filis</i> sean vendibles,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y cuesten lo que costaren.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_281_281" id="Footnote_281_281"></a><a href="#FNanchor_281_281"><span class="label">[281]</span></a> Por analogía con las <i>encamisadas</i> a que se refieren los +diccionarios, llama Vélez <i>encamisada</i> a los sujetos que acudieron a las +alarmantes voces del Poeta; bien que si los más de ellos estaban «hechos +Adanes del baratillo, poniendo las manos donde habían de estar las hojas +de higuera», más podía llamarse <i>descamisada</i> que <i>encamisada</i> a su +junta o reunión.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_282_282" id="Footnote_282_282"></a><a href="#FNanchor_282_282"><span class="label">[282]</span></a> <i>Mediar el caso</i>, como <i>mediar la causa</i> (<i>Quijote</i>, I, +46), y <i>médiese la partida</i> (II, 26).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_283_283" id="Footnote_283_283"></a><a href="#FNanchor_283_283"><span class="label">[283]</span></a> Se refiere a un ejemplar de alguna de las diversas +ediciones que antes de mediar el siglo XVII se habían hecho del <i>Arte +poética española</i> de Diego García Rengifo, publicada a nombre de Juan +Díaz Rengifo, y cuya edición príncipe es de Salamanca, Miguel Serrano de +Vargas, 1592.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_284_284" id="Footnote_284_284"></a><a href="#FNanchor_284_284"><span class="label">[284]</span></a> «<i>Omenaje</i> tanto quier dezir—según la ley V, título XXV +de la partida IV—como tornarse ome de otro, e fazerse suyo por darle +segurança sobre la cosa que prometiere de dar o de facer, que la +cumpla.» Se hacía <i>pleito homenaje</i> metiendo la mano derecha, o las dos +manos, entre las del que lo recibía, y jurando hasta tres veces cumplir +aquello a que se obligaba. Véase, por ejemplo, un pleito homenaje tan +ecijano como el mismo Vélez de Guevara y como el gran poeta Garci +Sánchez de Badajoz, en manos de cuyo padre se hizo. En Écija, a 20 de +marzo de 1475, ante el escribano Alfón de Aguilar, estando ayuntados en +la casa del cabildo los honrados señores concejo, asistente, alcaldes, +alguaciles, regidores, jurados y caballeros, y presente el comisario +Francisco Velasco, en nombre y con poderes de «la muy alta y muy +esclarecida Princesa, Reyna e señora nuestra señora la Reyna doña +Isauel», habiendo recibido del concejo y el asistente «la fidelidad, +juramento e omenaje que eran tenudos de fazer a la dicha señora Reyna +como primogenita heredera destos Reynos de Castilla y de Leon, e al muy +alto e esclarecido principe don Fernando su legitimo marido, luego el +dicho Comisario en el dicho nombre e por virtud de los dichos poderes +dixo que juraba e juró por el nombre de Dios e de Santa María e por las +palabras de los santos evangelios e por la señal de la Cruz, en que puso +su mano derecha, e fizo pleito omenage en manos de Fernan Sanchez de +Badajoz, cauallero fijodalgo, una, dos e tres veces segun fuero e +costumbre de España, so cargo del qual prometió e juró en el ánima e +persona de la dicha señora Reyna de confirmar e guardar los privilegios +e buenos usos e costumbres e ordenanzas, esenciones e libertades desta +cibdad....» (Archivo Municipal de Écija).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_285_285" id="Footnote_285_285"></a><a href="#FNanchor_285_285"><span class="label">[285]</span></a> Esto se cuenta de los Siete Durmientes, de quienes ya +traté en nota del tranco II (59, 16)[182]. Pérez de Montalván, en la +jornada I de <i>Santo Domingo en Soriano</i>, se hizo eco de la vulgar +conseja: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«CHOCOLATE. Si a la venganza saliesen</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">quantos ay en Sorïano,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">y lloviera Dios valientes,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">con solo un dedo meñique,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">sin mover essotros nueve,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">los arrojara tan altos,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;"><i>que quando a baxar bolviessen,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">hallassen otra moneda,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;"><i>como los Siete Durmientes</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_286_286" id="Footnote_286_286"></a><a href="#FNanchor_286_286"><span class="label">[286]</span></a> Asemejándolos a los censos, Vélez llama <i>güéspedes al +quitar</i> a los hospedados en el mesón, porque al ausentarse, dejaban de +ser huéspedes, y <i>güésped de por vida</i> al mesonero, porque lo había de +ser hasta su muerte. En este pasaje pudo echar de ver don Antonio de +Valbuena que, contra lo que, sin duda ofuscado, defendió en algún +periódico, <i>huésped,</i> como <i>hospes</i> latino, significa, y así lo advierte +Covarrubias, tanto el forastero que viene a nuestra casa, o a nuestro +pueblo, como el mesonero o el que tiene casa de posadas. En el cap. LIX +de la segunda parte del <i>Quijote</i> ocurren juntas, como en el texto que +anoto, las dos acepciones de esta voz: «¡Por Dios—respondió el +<i>huésped</i> (el hospedador)—que es gentil relente el que mi <i>huésped</i> (el +hospedado) tiene!» +</p><p> +El decir <i>al quitar</i> de cosas extrañas a los censos no fué original de +Vélez de Guevara: ya se leía en el <i>Romancero general</i> (fol. 257 vto.): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Teneys vn custodio falso,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">vn Argos astuto artero,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">más velador que velado,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>novio al quitar, como censo</i>.»</span><br /> +</p><p> +Y en Tirso de Molina, acto II, de <i>La Villana de la Sagra</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«CARRASCO. No hay tal pariente en el mundo</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">como el dinero en la mano;</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">éste es pariente de veras;</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">que lo demás es quimeras:</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">él es padre, primo, hermano.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D. LUIS. Carrasco, lo propio pienso</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">que se usa en cualquier lugar.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">CARRASCO. <i>Hay parientes al quitar</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>que son de casta de censo</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_287_287" id="Footnote_287_287"></a><a href="#FNanchor_287_287"><span class="label">[287]</span></a> En cuanto a la voz <i>saudade</i>, véase lo dicho acerca de +<i>soledad</i> en nota del tranco IV (95, 4)[257]. Aquí se ocurrió a Vélez usar +el vocablo portugués, corriente en España; pero lo mismo pudo decir +<i>soledad</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_288_288" id="Footnote_288_288"></a><a href="#FNanchor_288_288"><span class="label">[288]</span></a> El refrán dice: <i>De amigo a amigo, chinche en el ojo</i>, y +enseña que no es discreto confiar en todos los que se nos venden por +amigos. En lugar de <i>chinche</i>, algunos dijeron <i>chiz</i> (significando +<i>agraz</i>), y otros, <i>chincha, china, chinilla</i> o <i>chineuela, chispa, +chispe</i>, etc. <i>Sangre</i> dice el léxico de la Academia.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_289_289" id="Footnote_289_289"></a><a href="#FNanchor_289_289"><span class="label">[289]</span></a> <i>Galantería,</i> en la acepción de <i>broma</i> o <i>chanza</i>, no +registrada en los diccionarios.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_290_290" id="Footnote_290_290"></a><a href="#FNanchor_290_290"><span class="label">[290]</span></a> Parece faltar un <i>por: y por la amistad</i>....</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_291_291" id="Footnote_291_291"></a><a href="#FNanchor_291_291"><span class="label">[291]</span></a> Algunos editores corrigieron: <i>¿cómo te ha ido</i>...? por +no parar mientes en que el plural del texto es de frecuente uso popular: +<i>¿Cómo andamos</i>?, decimos al preguntar a uno por su salud.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_292_292" id="Footnote_292_292"></a><a href="#FNanchor_292_292"><span class="label">[292]</span></a> No hay montañés que no se tenga por hidalgo: «Montañés, +hidalgo es», dice un refrán, que yo supongo inventado por ellos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_293_293" id="Footnote_293_293"></a><a href="#FNanchor_293_293"><span class="label">[293]</span></a> Se refiere a la Valtelina, comarca situada entre el lago +de Como y el Adda.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_294_294" id="Footnote_294_294"></a><a href="#FNanchor_294_294"><span class="label">[294]</span></a> En la edición príncipe hay coma después de la palabra +<i>infierno</i>, y también después de <i>Indias</i> en el reclamo del folio 49 +recto, si bien a la vuelta se omitió. El señor Bonilla puntúa así: «... +y este es el juro de heredad que más seguro tenemos en el infierno; +después, de las Indias fuí a Venecia...»; pero como no ha dicho que +fuese a las Indias, sino a Suiza, muy cercana a Italia y a la Valtelina, +que era italiana, colígese que a tal puntuación es preferible la mía, +aun siendo mía, máxime cuando con ella es clarísimo el sentido del +pasaje. Y dijo el Diablillo que los suizos y valtelinos eran el mejor +juro de heredad del infierno, <i>después de las Indias</i>, porque éstas no +podían dejar de ser campo fertilísimo para aquél, por lo mal que los que +iban allá solían cumplir con sus conciencias. Cabalmente por eso, en el +tranco VIII, dice el Cojuelo, estando en Sevilla: «... y me hallo en este +lugar muy bien, porque alcanzan a él las conciencias de Indias».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_295_295" id="Footnote_295_295"></a><a href="#FNanchor_295_295"><span class="label">[295]</span></a> <i>Clarísimo</i>—dice el <i>Diccionario</i> de autoridades—«es +también renombre y título honorífico con que en algunas repúblicas, y +especialmente en la de Venecia, se distinguen algunas familias o sujetos +de conocida nobleza».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_296_296" id="Footnote_296_296"></a><a href="#FNanchor_296_296"><span class="label">[296]</span></a> <i>Hablar en</i>, como en el tranco II, donde quedó nota (50, +5)[165].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_297_297" id="Footnote_297_297"></a><a href="#FNanchor_297_297"><span class="label">[297]</span></a> Refiérese a don Pedro Girón; a aquel a quien, como dijo +Quevedo en un soneto admirable, <i>faltó su patria</i>, y de quien escribió +Lope de Vega, celebrando su vuelta de Italia (<i>Vega del Parnaso</i>, parte +I): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 5em;">«Tú solo, claro príncipe de Osuna,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de las armas de España en pie tuviste</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">la ofendida opinión, y a los gigantes</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">contrarios a su próspera fortuna,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Júpiter español, castigo diste,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y en sus aguas gimieron arrogantes....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_298_298" id="Footnote_298_298"></a><a href="#FNanchor_298_298"><span class="label">[298]</span></a> Entre tantos extranjeros como venían a España con la +golosa determinación de catar la miel indiana de que hablé en nota del +tranco II (46, 8)[151], los genoveses fueron las más escondedoras urracas +de nuestro dinero, por lo cual dijo Quevedo de él en una de sus +letrillas: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 5em;">«Nace en las Indias honrado,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">donde el mundo le acompaña;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">viene a morir en España,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y es en Génova enterrado</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_299_299" id="Footnote_299_299"></a><a href="#FNanchor_299_299"><span class="label">[299]</span></a> <i>Golfo lanzado</i>, ablativo absoluto, o <i>de golfo</i>, o <i>a +golfo lanzado</i>, modo adverbial, son frases italianas, muy corrientes en +España en otro tiempo, por nuestra continua comunicación con Italia. +«<i>Navigare, o Andare a golfo lanciato, vale Navigare per linea retta, a +dirittura; contrario di Costeggiare.» (Vocabolario degli Accademici +della Crusca</i>, 4.ª ed., Firenze, M.DCC.XXXI.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_300_300" id="Footnote_300_300"></a><a href="#FNanchor_300_300"><span class="label">[300]</span></a> Los que venían a España desde Génova solían desembarcar +<i>en Vinaroz</i>. Así aquel supuesto conde italiano de Tirso de Molina, en +el acto II de <i>La Huerta de Juan Fernández</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">TOMÁS. De Génova me sacó</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">la capitana o sargenta....</span><br /> +<span style="margin-left: 9.5em;">Desembarqué en <i>Vino-arroz</i>....</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D.ª PETRONILA. <i>Vinaroz</i> se llama.</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_301_301" id="Footnote_301_301"></a><a href="#FNanchor_301_301"><span class="label">[301]</span></a> <i>Oviar</i>, que es <i>obviar</i>, escrito como generalmente se +pronuncia: el grupo <i>bv</i> es poco acomodado para labios españoles.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_302_302" id="Footnote_302_302"></a><a href="#FNanchor_302_302"><span class="label">[302]</span></a> <i>Andulucía,</i> por asimilación de vocales, como <i>purtugués, +munumento, resulución</i>, etc.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_303_303" id="Footnote_303_303"></a><a href="#FNanchor_303_303"><span class="label">[303]</span></a> «La copla íntegra—nota Bonilla—se lee al final del +<i>Entremés y baile del Invierno y el Verano</i>, de Benavente: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>«Tendré el invierno en Sevilla</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y el veranito en Granada</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en Motril la caña dulce</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y en Málaga la patata.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_304_304" id="Footnote_304_304"></a><a href="#FNanchor_304_304"><span class="label">[304]</span></a> En la edición príncipe, <i>de Durazután.</i> Téngolo por +yerro, pues <i>de Daraçután</i> la llama el <i>Reportorio de todos los caminos +de España</i> ... de Juan Villuga (Medina del Campo, Pedro de Castro, +M.D.XLVI), en el itinerario de Toledo a Córdoba; y aun llamándola en +otro <i>venta dalaruçatan</i>, se echa de ver que es errata, por <i>de +daraçutan</i> o <i>de laraçután;</i> que también pudieron llamarla así, +convertida la <i>d</i> en <i>l</i>, como en <i>lucho</i> por <i>ducho, litado</i> por +<i>ditado</i>, etc.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_305_305" id="Footnote_305_305"></a><a href="#FNanchor_305_305"><span class="label">[305]</span></a> Pérez y González llamó la atención acerca del evidente +yerro que hay en el señalamiento de esta distancia. En efecto, según el +citado <i>Reportorio</i>, de Toledo a Córdoba hay veintinueve leguas y media, +que empiezan a contarse así: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«a las ventas de diezma ij. m.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">a horgaz ij. y media.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">a yuenes j.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">a la venta guadalerce ij.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">a la venta daraçutan ij.»</span><br /> +</p><p> +Son, pues, <i>diez leguas</i>, y no las <i>veintidós o veintitrés</i> que, quizás +por andaluzada, dijo el Cojuelo. Por andaluzada, si no se lo hizo decir +el cajista, porque es de notar que en la edición príncipe el número de +leguas está en guarismo, y no habría sido difícil leer <i>22</i> ó <i>23</i> donde +Vélez hubiese escrito confusamente <i>12</i> ó <i>13</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_306_306" id="Footnote_306_306"></a><a href="#FNanchor_306_306"><span class="label">[306]</span></a> Sabidísimo es que se llama <i>portante</i> aquel paso de las +caballerías en que mueven a un tiempo la mano y el pie del mismo lado. +Por extensión se dice del paso ligero de las personas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_307_307" id="Footnote_307_307"></a><a href="#FNanchor_307_307"><span class="label">[307]</span></a> <i>De sí mismos</i>, porque ningún arco los había lanzado al +aire, y, con todo, salieron rápidos como saetas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_308_308" id="Footnote_308_308"></a><a href="#FNanchor_308_308"><span class="label">[308]</span></a> <i>Salmorejo</i>—dice Covarrubias—es «vn cierto género de +salsa o escabeche con que suelen adereçarse los conejos, echándoles +pimienta, sal y vinagre, y otras especies.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_309_309" id="Footnote_309_309"></a><a href="#FNanchor_309_309"><span class="label">[309]</span></a> <i>Lo de las adherencias e incidencias</i> es frase escribanil +que solía usarse en las escrituras de poder, expresando que éste se daba +no sólo para lo principal que era su objeto, sino también para sus +<i>adherencias e incidencias</i>, o <i>para todo lo incidente y dependiente</i>, o +<i>para todas sus anexidades y conexidades</i>; que de estas y aun de otras +maneras se decía.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_310_310" id="Footnote_310_310"></a><a href="#FNanchor_310_310"><span class="label">[310]</span></a> «<i>ir el nauio a orça</i> es—dice Covarrubias—ir recostado +a vn lado para poder tomar el viento que no le viene derecho y assi se +pone la vela diferentemente.» De aquí, en sentido figurado, <i>tener a +orza la testa</i>, significa, como dice el señor Bonilla, <i>tenerla +inclinada</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_311_311" id="Footnote_311_311"></a><a href="#FNanchor_311_311"><span class="label">[311]</span></a> <i>Zorra</i> es uno de los nombres familiares de la +<i>borrachera</i>, de donde, como registra Oudin en su <i>Tresor</i>, se dijo +<i>estar hecho zorra, estre yure</i>, y <i>caçar vna zorra, s'enyurer. Tan +zorra,</i> pues, es elíptico, por <i>tan hecho zorra</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_312_312" id="Footnote_312_312"></a><a href="#FNanchor_312_312"><span class="label">[312]</span></a> De llamarse <i>costados</i>, refiriéndose a una persona, a las +líneas de sus abuelos paternos y maternos (<i>noble por todos cuatro +costados</i>, etc.), vino a significar por extensión <i>de todo en todo, +enteramente</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_313_313" id="Footnote_313_313"></a><a href="#FNanchor_313_313"><span class="label">[313]</span></a> <i>Con quien vengo, vengo</i> es máxima que indica que cada +cual debe seguir el partido de aquel a quien acompaña, auxiliándole en +cualquier peligro. Calderón tiene una comedia con tal frase por título, +y a cuyo final don Juan, <i>por venir con quien viene</i>, llega a reñir con +su mismo padre, admirado de lo cual el gobernador de Verona, dice +Vrsino: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«A aquesto obliga el honor</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de quien a campaña sale</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con otro; que este es precepto</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de la ley del duelo.»</span><br /> +</p><p> +El mismo autor en la jorn. II de <i>Cada uno para sí</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D. FÉLIX. ...Pero sí sé, pues que sé</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">que la ley del duelo dijo</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">que yo <i>con quien vengo, vengo</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">y así, a don Enrique sigo.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_314_314" id="Footnote_314_314"></a><a href="#FNanchor_314_314"><span class="label">[314]</span></a> Sobre estas virtudes curativas que se atribuyeron +respectivamente a los reyes de Francia y a los de España, debe leerse +una de las <i>Cartas eruditas y curiosas</i> del padre Feijóo, la XXV del +tomo I. «Es hecho constante—dice en ella, y adviértase que la escribía +aun no mediado el siglo XVIII—que a la Corte de Francia concurre de +varias partes gran número de los que padecen la enfermedad dicha +[lamparones], y que anualmente, el día de Pentecostés, el Rey +Christianíssimo, haviendose confessado y comulgado en el convento de San +Francisco, los toca a todos en la frente, puesta la mano en forma de +Cruz, pronunciando aquellas palabras: <i>Rex tangitte, Deus sanat te, in +nomine Patris, & Filij & Spiritus Sancti</i>. En unos autores he leído +<i>sanat</i>, en otros <i>sanet</i>.» Y en cuanto a nuestros reyes: «Sepa más v. +mrd. que el mismo Gaspar de los Reyes cita no menos que doze autores que +afirman que los Reyes de Hespaña gozan la admirable prerogativa de +expeler los Demonios de los cuerpos de los Energúmenos; y esto, sin más +diligencia que ponerse en presencia de ellos.» Feijóo dice claramente +que no creía en tales virtudes curativas de los monarcas de allá ni de +los de acá, y, en efecto, o esa virtud se ha perdido, o, lo que es más +probable, no la hubo nunca.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_315_315" id="Footnote_315_315"></a><a href="#FNanchor_315_315"><span class="label">[315]</span></a> <i>Falso</i> parece dicho aquí en una acepción que no +registran los diccionarios. Quiere decir que los extranjeros se sonreían +disimuladamente.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_316_316" id="Footnote_316_316"></a><a href="#FNanchor_316_316"><span class="label">[316]</span></a> «<i>Tomar la mano</i> se dize—según Covarrubias—el que se +adelanta a los demás para hazer algún razonamiento.» <i>Quijote,</i> I, 29: +«... y aunque luego quisiera el Cura consolarla y aconsejarla, <i>tomó</i> +primero <i>la mano</i> Cardenio, diciendo....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_317_317" id="Footnote_317_317"></a><a href="#FNanchor_317_317"><span class="label">[317]</span></a> <i>Con su Majestad</i>, elíptico: <i>comparados con su Majestad</i> +ha de entenderse.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_318_318" id="Footnote_318_318"></a><a href="#FNanchor_318_318"><span class="label">[318]</span></a> Este derramar juncia y poleo ensalzando hasta las nubes +el poder de España era muy del tiempo de Luis Vélez de Guevara. Quevedo, +en la reseña de una fiesta de toros (Musa VI): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Iba el Rey nuestro señor</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con su talle y con su cara</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">repitiendo hasta el Hermoso</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">los Filipes de su casta.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Lleva el Segundo en el seso,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">lleva el Tercero en el alma,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y en el Cuarto lleva el Quinto,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en victorias que le aguardan.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Dije (no sé si lo oyó):</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Glorioso León de España,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">no tienes para un pellizco</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en cien mil fardos de Holandas.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Si en Italia los franceses</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">ya volvieron las espaldas</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a los graznidos de un ganso,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">¿dónde pararán si bramas?»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_319_319" id="Footnote_319_319"></a><a href="#FNanchor_319_319"><span class="label">[319]</span></a> Las injurias que profieren el Francés y el Italiano, +aunque españolizadas un tanto, se entienden fácilmente: <i>bugre (bougre)</i> +significa <i>sodomita; coquín, bergante, belitre; forfante (furfante), +bribón;</i> pero ¿y <i>nitesgut?</i> ¡Aquí de los diccionarios y de las +conjeturas eruditas! Para el señor Bonilla, en sus notas a la edición de +1902, <i>Nitesgut</i> era «vocablo que procede de la corrupción del alemán +<i>Nichtsgut</i>, compuesto de <i>nicht— </i>nada, y <i>gut</i> = bueno». Pérez y +González observó, con su discreción acostumbrada, lo uno, que +<i>«¡Nitesgut!—</i>o como sea—es una frase ofensiva que Vélez de Guevara +pone en boca de un inglés para insultar, seria y airadamente, a su +contradictor»; y lo otro, que «no parece propio que, insultando al +españolizado diablillo el francés en francés y el italiano en italiano, +tuviera el inglés que recurrir a <i>inventar</i> dicterios alemanes, como si +en su idioma no los hubiera; ni resulta natural que después de llamarlo +el francés <i>pícaro y sodomita</i>, y el italiano, <i>traidor o judío y +bribón,</i> el inglés se contentara con decirle: <i>¡Nada bueno español!,</i> +porque esto, después de aquellos improperios, más que para encolerizar a +don Cleofás y al diablo y sacarlos de sus casillas, hubiera servido, por +el contraste, para hacerlos destornillar de risa». Hasta aquí iba bien y +rebién mi antiguo camarada y queridísimo amigo Felipe Pérez; pero, por +no ser menos que su comentado comentador, quiso, como él, echar su +cuarto a filologías, y creyó sacar en claro que pues <i>nitty</i> significa +en castellano <i>lleno de liendres</i>, y <i>goose</i> (léase <i>gus) mentecato, +«niti gus</i> bien pudo convertirse, por obra y gracia del cajista, en ese +<i>nitesgut</i> incomprensible». Últimamente, al volver al asunto el señor +Bonilla en la edición de 1910, abandona su alemán de antaño y conjetura +que <i>nitesgut «puede ser</i> un vocablo compuesto de <i>naughty</i> = revoltoso, +malvado, y <i>guest</i>— huésped, palabras ambas—añade—que vienen de +perilla al Cojuelo, y que Vélez juntó, escribiéndolas sin ortografía y +atendiendo principalmente al sonido <i>(noti-guest)».</i> +</p><p> +No entraré yo por terreno donde es tan fácil desbarrar como revolver +diversos diccionarios de lenguas que no se conocen, o, lo que suele ser +peor, no se conocen bien; pero sí diré, abriendo camino para otros, que +no me parece muy seguro que <i>nitesgut</i>, aun puesto en boca de un inglés, +sea locución inglesa, porque mientras que Castillo Solórzano la hace +decir a <i>un gabacho,</i> Lope la atribuye a <i>un tudesco</i>, por cierto +pronunciándola <i>ni te gote</i>. Véanse los textos a que aludo, el primero, +de un romance a una mujer roma (apud <i>Donayres del Parnaso. Segunda +parte</i>, Madrid, Diego Flamenco, 1625, fol. 26): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Si te condenas, bien puedes</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">fiar tu romanitud</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de Lucifer, que ha de hazerte</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">entre demonios Monsiur.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Y dirás mascando brasas</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">(siendo palo de su flux)</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>tan bien como el más gauacho,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>«nitifiston, nites gut.</i>»</span><br /> +</p><p> +Y Lope, en el acto II de <i>El Caballero del Sacramento</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«CRISPÍN. Mucho encubren los vestidos;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">mas si me llegan a hablar</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">¡pardiez que yo quedo fresco!</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Que sólo sé <i>de tudesco</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">esto que llaman <i>brindar</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">y el tener donde me quepa;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">porque <i>brindis y caraus</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>Deo gloria et santis laus,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">no hay niño que no lo sepa.</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Como me traten de vino,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">diré <i>«trinque, non denece</i>»,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>y «ni te gote fortece</i>»,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">y pasaré mi camino.</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Y si en alguna ocasión,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">tales el tiempo las fragua,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">me convidaren con agua....</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">LUIS. ¿Qué dirás?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">CRISPÍN. <i>«Niti fiston.»</i></span><br /> +</p><p> +Con todo esto, Vélez, a no dudar, tenía por inglesa la injuriosa +expresión <i>nitesgut</i> o <i>nitis gut</i>, pues alterándola festivamente, la +había empleado como tal muchos años antes de escribir su novela, en un +soneto que compuso <i>cuando le nombraron portero del de Gales</i> (1623), +soneto que descubrí en el Ms. 3796 de la Biblioteca Nacional y publiqué en +1908 en la <i>Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos</i>, con otras +poesías autobiográficas del mismo autor. Dice el último terceto: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«No tengo a <i>nitis brut</i> por buen lenguaje;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">sáqueme Dios desta empanada <i>inglesa</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y deme para España buen viaje.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_320_320" id="Footnote_320_320"></a><a href="#FNanchor_320_320"><span class="label">[320]</span></a> Alude el autor satíricamente a los hábitos sodomíticos, +antaño muy extendidos en Italia, por lo cual, en 1578, había dicho +Vicente Espinel en su <i>Sátira contra las damas de Sevilla</i>, después de +pintar muy al vivo a un mozuelo melifluo y alcorzado: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Todo el negocio va <i>por lo de Italia</i>.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">¡Volved, oh juventud bárbara y ciega,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a aquel antiguo ser de la Vandalia!»</span><br /> +</p><p> +A la cuenta, don Pedro Francisco Lanini recordaba este pasaje de <i>El +Diablo Cojuelo</i> cuando, al tratar de los disciplinantes en el <i>Entremés +de la Tataratera</i>, hace decir a dos de sus interlocutores: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ITALIANO. En la Italia no azotamo</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">en la antífona.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">COSME. <i>Es que pagan</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>por donde pecan</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_321_321" id="Footnote_321_321"></a><a href="#FNanchor_321_321"><span class="label">[321]</span></a> Toda esta reyerta con unos extranjeros es, como advirtió +Pérez y González, reminiscencia e imitación de un pasaje quevediano de +<i>La Hora de todos y la Fortuna con seso</i>: «Venían tres franceses por las +montañas de Vizcaya a España, el uno con un carretoncillo de amolar +tijeras y cuchillos por babador, el otro con dos corcovas de fuelles y +ratoneras, y el tercero con un cajón de peines y alfileres. Topólos en +lo más agrio de una cuesta descansando un español que pasaba a Francia a +pie, con su capa al hombro. Sentáronse a descansar a la sombra de unos +árboles: trabaron conversación.» Departen largamente, y en la plática +sale a relucir el sanar de lamparones el Rey de Francia, y al cabo los +cogió <i>la hora</i> y desatinando la cólera al español, dijo: «Los demonios +me están retentando de mataros a puñaladas, y abernardarme, y hacer +Roncesvalles estos montes. Los <i>bugres</i>, viéndole demudado y colérico, +se levantaron con un zurrido <i>monsiur</i>, hablando galalones, pronunciando +el <i>mon diú</i> en tropa, y la palabra <i>coquín</i>». Y enrédase gran batahola, +hasta que unos pasajeros los desparten y se llevan al español a las +ancas de una mula.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_322_322" id="Footnote_322_322"></a><a href="#FNanchor_322_322"><span class="label">[322]</span></a> De <i>Peralbillo</i> o <i>Peroalbillo</i>, lugar cercano a Ciudad +Real en donde la Santa Hermandad ajusticiaba, asaeteándolos, a los +malhechores, dijo Pedro de Medina en su <i>Libro de grandezas y cosas +memorables de España</i> (Sevilla, M.D.xlix, fol. lxxxiij): «Saliendo yo +desta ciudad para Toro, vi junto al camino en ciertas partes hombres +asaetados en mucha cantidad, mayormente en vn lugar que se dize +Peraluillo, y más adelante en vn cerro alto a donde está el arca, que es +vn edificio en que se echan los huesos destos asaetados después que se +caen de los palos....» Por esto último llama Vélez <i>cecinas</i> a tales +despojos humanos, añadiendo de <i>Gestas</i>, en recuerdo del Mal Ladrón.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_323_323" id="Footnote_323_323"></a><a href="#FNanchor_323_323"><span class="label">[323]</span></a> <i>Bohemio</i>, según el <i>Diccionario</i> de autoridades, era +«especie de ropa o capa pequeña al modo de capotillo, que pudo traher su +nombre de la provincia de Boemia». Franciosini, en su <i>Vocabulario +español e italiano</i>, había dicho de esta prenda: «un <i>mantelleto +cortissimo, che in Ispagna soglion portar le donne quando vanno di +fuora</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_324_324" id="Footnote_324_324"></a><a href="#FNanchor_324_324"><span class="label">[324]</span></a> Era el <i>chapín</i>—según Covarrubias—«calçado de las +mugeres, con tres o quatro corchos: y algunas ay que llevan treze por +dozena....» Dice Vélez <i>con plata</i>, porque acostumbraban poner a los +chapines virillas de plata, tan anchas a las veces como indicó Tirso en +el acto I de <i>La Huerta de Juan Fernández:</i> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«TOMASA. ...No gastara la mulata</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">manto fino de Sevilla,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>ni cubriera la virilla</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>el medio chapín, de plata</i>....»</span><br /> +</p><p> +Y llegó a ser tan general lo de las <i>virillas de plata</i>, que los tenían +con tal adorno hasta las cortesanas de medio pelo. Quevedo pinta con +chapines de esta clase a una cortesana ociosa (Musa VI): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«A la jineta sentada</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">sobre un bajo taburete,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con su avantalillo blanco</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y su vestidillo verde,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en valoncilla redonda</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y perlas con brazaletes,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con apretador de vidro</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y rizas entrambas sienes,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con herraduras de plata</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y faldellín de ribetes....»</span><br /> +</p><p> +Los chapines se ponían sobre los zapatos; pero, pues yendo las +comediantas en sus jamugas, no los habían de llevar puestos, llevábanlos +<i>colgando de los respaldares</i>, como dice el autor.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_325_325" id="Footnote_325_325"></a><a href="#FNanchor_325_325"><span class="label">[325]</span></a> Refiérese a los cuellos que llamaron <i>valonas</i>. Los +llevaban estos comediantes en los sombreros, para no ajarlos ni +ensuciarlos por el camino.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_326_326" id="Footnote_326_326"></a><a href="#FNanchor_326_326"><span class="label">[326]</span></a> Dice festivamente <i>ciclanes de estribos,</i> para indicar +que llevaban uno, y no dos. <i>«Ciclán</i>—Dice Oudin en su <i>Tresor—vn qui +n'a qu'vn testicule, que nous disons leger d'vn grain.»</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_327_327" id="Footnote_327_327"></a><a href="#FNanchor_327_327"><span class="label">[327]</span></a> Así, <i>le sirven</i>, en la edición original. El señor +Bonilla añadió entre corchetes la <i>s</i> que gramaticalmente falta; yo no, +porque más bien que a supresión mecánica de una de dos letras iguales e +inmediatas, hubo de deberse esta omisión a emplear el <i>le</i> como dativo +de plural, fenómeno sobre el cual, anotando el <i>Quijote</i>, llamé la +atención más de una vez (II, 217, 6; III, 106, I; VII, 329, II, y VIII, +67, 3).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_328_328" id="Footnote_328_328"></a><a href="#FNanchor_328_328"><span class="label">[328]</span></a> <i>Representantas</i>, como lo dijo Lope en el epígrafe de uno +de sus sonetos, mal que pese a los feministas de hoy, que quieren que se +diga <i>la consejero, la catedrático y</i> aun la <i>maestro</i>. Cervantes decía +<i>preguntanta (Quijote,</i> II, 62).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_329_329" id="Footnote_329_329"></a><a href="#FNanchor_329_329"><span class="label">[329]</span></a> <i>Recalcado</i>, como adverbio: <i>recalcadamente</i>. Otro autor, +no recuerdo cuál (quizás Quevedo), llamó <i>hablar jeringado</i> al hablar +así, y está muy propiamente dicho, porque denota bien que salen las +palabras premiosamente alquitaradas y como empujadas por el émbolo de +una jeringa. <i>Recalcado</i> y <i>jeringado</i>, lo mismo que en otras calendas, +siguen hablando hoy los malos cómicos, dentro y fuera del teatro.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_330_330" id="Footnote_330_330"></a><a href="#FNanchor_330_330"><span class="label">[330]</span></a> Los escritores de la última moda <i>(dernier cri</i>, suelen +decir ellos) omitirían hoy la preposición y escribirían galicadamente: +«... <i>que habían robado Lisboa, asombrado Córdoba y escandalizado +Sevilla</i>, y que <i>habían de despoblar Madrid</i>....» Y es lo peor que, como +todo se pega, menos lo bonito, hasta periódicos que siempre blasonaron +de escribir a lo castizo han entrado por la pésima costumbre de +prescindir de esa preposición en tales casos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_331_331" id="Footnote_331_331"></a><a href="#FNanchor_331_331"><span class="label">[331]</span></a> Probablemente sería persona de carne y hueso este +<i>tundidor de Écija,</i> poeta a ratos. A vivir todavía mi buen amigo +ecijano don Manuel Ostos y Ostos, él, con aquella grande afición que +siempre tuvo a la historia de su ciudad, buscaría y rebuscaría, hasta +hallar noticias de este autor de loas mencionado por su ilustre paisano +Luis Vélez de Guevara.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_332_332" id="Footnote_332_332"></a><a href="#FNanchor_332_332"><span class="label">[332]</span></a> <i>Severo</i>, en la acepción de <i>grave, serio, mesurado</i>, +como y indiqué en otro lugar (99, 8)[263].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_333_333" id="Footnote_333_333"></a><a href="#FNanchor_333_333"><span class="label">[333]</span></a> Este verso, que en la edición original está impreso a +renglón tirado, como prosa, es del conocidísimo romance de Nerón: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Mira Nero de Tarpeya</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a Roma cómo se ardía;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">gritos dan niños e viejos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y él de nada se dolía.»</i></span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_334_334" id="Footnote_334_334"></a><a href="#FNanchor_334_334"><span class="label">[334]</span></a> <i>Perdigado</i> es, ciertamente, como dice el señor Bonilla +con Covarrubias, «el que está señalado para hacer alguna justicia del». +Pero, siendo eso, es también algo más: pruébalo el no convenir al +<i>perdigado</i> del texto la definición del <i>Tesoro. Perdigarse</i> es, +figuradamente, «disponerse a hacer bueno o malo», como dice Correas en +su <i>Vocabulario de refranes</i> ..., página 601 <i>a</i>, y <i>perdigar</i>, según el +léxico de la Academia, «disponer o preparar una cosa para un fin». Ahora +sí se entiende el lugar del texto.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_335_335" id="Footnote_335_335"></a><a href="#FNanchor_335_335"><span class="label">[335]</span></a> <i>De allá: de Dinamarca</i>, dicho irónicamente por alusión a +Oriana, la fiel amada y amante de Amadis de Gaula, a la cual se suele +llamar <i>la Doncella de Dinamarca</i> en la historia de este caballero +andante. Asimismo la recuerda Tomás en <i>La Ilustre fregona</i> de +Cervantes, a propósito de las desenvueltas mozas de la posada del +Sevillano: «¡Mirad qué <i>doncellas de Dinamarca</i> nos había ofrecido la +suerte esta noche!»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_336_336" id="Footnote_336_336"></a><a href="#FNanchor_336_336"><span class="label">[336]</span></a> Refiérese a Andrés de Claramonte y Corroy, famoso +escritor y representante murciano.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_337_337" id="Footnote_337_337"></a><a href="#FNanchor_337_337"><span class="label">[337]</span></a> En la edición príncipe, por errata, <i>entre los dos</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_338_338" id="Footnote_338_338"></a><a href="#FNanchor_338_338"><span class="label">[338]</span></a> <i>En la legua</i>, o, lo que es lo mismo, <i>entre los cómicos +de la legua</i>, a la manera que se decía <i>en el siglo</i> y <i>en la +religión.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_339_339" id="Footnote_339_339"></a><a href="#FNanchor_339_339"><span class="label">[339]</span></a> <i>Amarilis</i>, nombre con que era conocidísima la célebre +comedianta María de Córdoba, mujer de Andrés de la Vega, autor de +comedias, es decir, director y empresario de compañía.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_340_340" id="Footnote_340_340"></a><a href="#FNanchor_340_340"><span class="label">[340]</span></a> La expresión es elíptica al par que hiperbólica: quiere +decir que no sabría, no ya representar lo que representaba ella aun con +lo más humilde: con su zapato; pero <i>ni mirarlo</i> siquiera.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_341_341" id="Footnote_341_341"></a><a href="#FNanchor_341_341"><span class="label">[341]</span></a> Se refiere, como dice el señor Bonilla, a la comedia del +bizarro ingenio valenciano intitulada <i>Dido y Eneas</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_342_342" id="Footnote_342_342"></a><a href="#FNanchor_342_342"><span class="label">[342]</span></a> Devolviendo una imputación ofensiva, o rechazando una +exigencia inadmisible, solía y suele añadirse, por énfasis <i>y tu alma</i>, +o <i>y su alma</i>, bien que no lo registre el <i>Diccionario</i>. Véanse algunos +ejemplos. Pérez de Montalván, en la jorn. I de <i>Santo Domingo en +Soriano</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«PIERRES. ...Pero llégate al difunto</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">y pregúntale a qué viene.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">CHOCOLATE. <i>Llegue el francés y su alma</i>.»</span><br /> +</p><p> +Don Francisco de Leiva, en la jorn. III de <i>La Dama presidente</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ANGELA. Otro criado....</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">MARTÍN. (Aquí entro yo.)</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ANGELA. Que allá tuvisteis declara</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">lo mismo.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">CÉSAR. Ese es un borracho.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">MARTÍN. <i>(¡Tú lo eres y tu alma</i>!)»</span><br /> +</p><p> +Nuestro Vélez mismo, en <i>La Sarna de los banquetes</i>, apud <i>Flor de +entremeses y sainetes de diferentes autores</i> (1657), página 20 de la +edición de Menéndez y Pelayo, Madrid, 1903: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«TARJETA. ¿Habrá un jarro de agua?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">CRIADO 1.º Y bueno.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">TARJETA. <i>Pues bébale él y su alma</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_343_343" id="Footnote_343_343"></a><a href="#FNanchor_343_343"><span class="label">[343]</span></a> Esta expresión es una de las más malas de entender que +hay en <i>El Diablo Cojuelo</i>, con haber otras muy oscuras y difíciles. Por +lo de Roncesvalles alude a la memorable batalla en que nuestro Bernardo +del Carpio derrotó a los franceses y en que murieron los doce pares de +Francia. <i>Molino del papel</i> se llama al edificio donde, para fabricarlo, +se comienza por moler y reducir a pasta los trapos de que se hace. +¿Habría <i>en Roncesvalles</i> cuando se escribió <i>El Diablo Cajuelo</i>, o poco +antes, algún <i>molino de papel</i>? Porque si se averiguara que lo hubo, +sería fácil de entender la afirmación, ya claramente burlona, de que la +venta, a no llegar el Ventero con la Hermandad, habría sido <i>un +Roncesvalles del molino del papel</i>; esto es, una parodia de la batalla +de Roncesvalles.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_344_344" id="Footnote_344_344"></a><a href="#FNanchor_344_344"><span class="label">[344]</span></a> Con la <i>Hermandad</i>, o sea con algunos <i>cuadrilleros de la +Santa Hermandad</i>, que, como es bien sabido, era una de las <i>tres santas</i> +de quienes se dijo: «Tres Santas y un Honrado traen al Reino agobiado».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_345_345" id="Footnote_345_345"></a><a href="#FNanchor_345_345"><span class="label">[345]</span></a> <i>Tantos</i>, en la acepción de fichas o pedrezuelas menudas, +propias para señalar los puntos que se ganan en ciertos juegos. Nuestro +autor quiere decir que los jarros, tinajas y platos quedaron hechos +tiestos menudos, tan pequeños como para servir de tantos a los +jugadores. Lo mismo Quevedo, en la primera de sus jácaras (Musa V): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Sobre el pagar la patente,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">nos venimos a encontrar</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">yo y Perotudo el de Burgos:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">acabóse la amistad.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>Hizo</i> en mi cabeza <i>tantos</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">un jarro que fué orinal</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y yo, con medio cuchillo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">le trinché medio quijar.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_346_346" id="Footnote_346_346"></a><a href="#FNanchor_346_346"><span class="label">[346]</span></a> Como una parte del producto de los teatros, en Madrid y +en muchos pueblos, se aplicaba al sostenimiento de las casas de +beneficencia, cuando estas mismas no eran propietarias de los coliseos, +y las de la Corte necesitaban siempre esta importante ayuda de costa, +cuidábase de que no faltaran compañías, requiriendo de orden del Consejo +de Castilla a tales o cuales comediantes de los que andaban por otras +regiones de España, para que acudiesen a Madrid, y hasta despachando +algún alguacil que los condujese. Vea el curioso el citado libro de +Pérez y González, págs. 87 y siguientes.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_347_347" id="Footnote_347_347"></a><a href="#FNanchor_347_347"><span class="label">[347]</span></a> Sabido es que de los camaleones cree el vulgo que se +mantienen del aire.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_348_348" id="Footnote_348_348"></a><a href="#FNanchor_348_348"><span class="label">[348]</span></a> En lo <i>del mayor Mecenas</i> se refiere nuestro autor al +Conde Duque de Olivares, hijo, en efecto, de don Diego López de Haro, +quinto marqués del Carpio.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_349_349" id="Footnote_349_349"></a><a href="#FNanchor_349_349"><span class="label">[349]</span></a> Aunque la edición príncipe estampa <i>gamenosas</i>, y así, +dicho de esas mismas dehesas, recuerdo haberlo leído en la comedia <i>El +amigo hasta la muerte</i>, de Lope de Vega, ha de leerse <i>gamonosos,</i> de +<i>gamón (asphodelus ramosas</i>), planta espontánea por la cual se dijo «Año +de <i>gamones</i>, año de montones», bien que otros, burlándose del vaticinio +refranesco, lo modifican así: «Año de <i>gamones</i>, año de hambrones» (pág. +5 de mi libro intitulado <i>Los Refranes del Almanaque</i>; Sevilla, 1896).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_350_350" id="Footnote_350_350"></a><a href="#FNanchor_350_350"><span class="label">[350]</span></a> Esta fábula de la antigüedad había sido creída por hombre +de tan buen entendimiento como Ambrosio de Morales, pues dijo en Las +<i>Antigvedades de las civdades de España</i> (Alcalá de Henares, Juan Núñez +de Lequerica, M.D.LXXV), fol. 32: «De tal manera son celebrados sobre +todos los del mundo [los caballos españoles], que nadie les sale a la +competencia. No es en ellos encarecimiento fabuloso de nuestros +cauallos, aunque a Iustino le parezca tal, que las yeguas en Portugal y +cerca de Lisboa se empreñauan del viento. Que clara verdad es de Plinio, +que lo pudo ver estando acá, y de Marco Varron, que dize ser cosa +aueriguada, y trae sus conueniencias, para que a nadie parezca estraña +ni impossible. Más de propósito lo prueua con razones naturales +Columela, y como español, que bien lo sabía, lo da por cosa manifiesta, +y en que nadie dudaua.... El potrico que desta preñez nacía sacaua la +ligereza de su padre el viento; mas no era de prouecho, pues jamás +passaua de tres años.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_351_351" id="Footnote_351_351"></a><a href="#FNanchor_351_351"><span class="label">[351]</span></a> Los cordobeses llaman <i>Campo de la Verdad</i> al barrio del +Espíritu Santo, unido a lo demás de la población por un antiquísimo +puente de diez y seis arcos bajo el cual corre el Guadalquivir. Cuéntase +que tal nombre se originó de una frase dicha por don Alonso Fernández de +Córdoba en 1367, cuando don Pedro I de Castilla fué sobre aquella +ciudad, auxiliado por el Rey de Granada (Don Teodomiro Ramírez de +Arellano, <i>Paseos por Córdoba,</i> Córdoba, 1873-1877, tomo III, págs. 370 +y siguientes). Por el nombre de este barrio y por otras particularidades +de topografía y nomenclatura local, se dijo festivamente que los +cordobeses tienen <i>la Verdad en el Campo, la Salud en el Cementerio, la +Caridad en el Potro y el punto en un cuerno</i>. Esto último se refiere a +un altar llamado <i>del punto</i>, inmediato a un gran colmillo de elefante +(cuerno según el vulgo) que, como símbolo de la fortaleza, pende de la +bóveda de una de las naves de la Iglesia Catedral.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_352_352" id="Footnote_352_352"></a><a href="#FNanchor_352_352"><span class="label">[352]</span></a> Así el texto en la edición príncipe; pero probablemente +falta una palabra: <i>a la Colonia Patricia</i>, diría el original, porque +éste fué el nombre de la Córdoba romana, según vemos en sus monedas +autónomas de aquella época.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_353_353" id="Footnote_353_353"></a><a href="#FNanchor_353_353"><span class="label">[353]</span></a> Acerca del significado de <i>acto positivo</i> quedó nota en +el tranco III (83, 4)[230].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_354_354" id="Footnote_354_354"></a><a href="#FNanchor_354_354"><span class="label">[354]</span></a> Escribí preguntando por este antiguo mesón a don Enrique +Romero de Torres, mi docto y amable <i>paisano</i> (porque él es natural de +Córdoba y yo soy cordobés adoptivo), y ha satisfecho mi curiosidad, +comunicándome que por el libro primero de padrones de confesiones de +aquella iglesia catedral (1604-1609) consta que el <i>Mesón de las Rexas</i> +era la segunda casa de la calle de la Herrería, hoy núm. 83 de la del +Cardenal González. Y añadió mi amigo en su carta: «La casa es muy +hermosa y por su aspecto debió de ser uno de los mejores mesones de +aquella época; está situada cerca de la Puerta del Puente y en la vía +principal de Córdoba, que era desde esta puerta hasta la que llamaban +Puerta Nueva (que ya no existe), y que constituía la carretera de +Sevilla a Madrid.» En el <i>mesón de las Rejas</i> solían hospedarse las +compañías de comediantes que representaban en Córdoba: allí se alojaban +en 1610 Pedro de Castro y Jerónima de la Fuente, de la compañía del famoso +Granados, cuando se desposaron. (Véanse mis <i>Aportaciones para la +historia del histrionismo español en los siglos</i> XVI y XVII, Madrid, +1914, pág. 34.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_355_355" id="Footnote_355_355"></a><a href="#FNanchor_355_355"><span class="label">[355]</span></a> De la <i>Corredera</i>, sita en el barrio de San Pedro, dijo, +entre otras cosas, el citado autor de los <i>Paseos por Córdoba,</i> tomo II, +pág. 105: «Su nombre es el que en general se daba en muchas poblaciones +al punto en que, por su extensión, se celebraban los actos más +concurridos, y en particular las corridas de toros, cintas y cañas. +Tiene una superficie de siete mil cuatrocientas noventa y seis varas +cuadradas, es cuadrilonga y mide trescientos sesenta y dos pies de +longitud por ciento treinta y ocho de latitud en la parte inferior, o +sea el Arco bajo, y ciento cincuenta y seis en la superior; los balcones +llegan, en sus tres filas, a cuatrocientos treinta y cinco, y los arcos +de sus portales a cincuenta y nueve....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_356_356" id="Footnote_356_356"></a><a href="#FNanchor_356_356"><span class="label">[356]</span></a> Esta <i>línea</i> y estos ángulos son términos de lo que aún +al mediar el siglo XVII se llamaba <i>nuevo arte de la destreza</i>, debido +principalmente a los estudios y las obras de Jerónimo de Carranza y don +Luis Pacheco de Narváez, su continuador.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_357_357" id="Footnote_357_357"></a><a href="#FNanchor_357_357"><span class="label">[357]</span></a> Alude Vélez—como dice Bonilla—al diestro retratado por +Quevedo en su donosísima <i>Historia de la vida del buscón llamado don +Pablos</i>. Quevedo, acérrimo enemigo de Pacheco de Narváez, se burlaba de +su <i>nueva destreza</i>; no así Cervantes, que en el <i>Quijote</i> (II, 19) la +ensalza y hace quedar vencido por ella al bachiller Corchuelo.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_358_358" id="Footnote_358_358"></a><a href="#FNanchor_358_358"><span class="label">[358]</span></a> Este <i>pensar</i>, o <i>creer</i>, siempre usado en pretérito y +ante infinitivo y equivalente a <i>imaginar</i>, es popularísimo en +Andalucía, donde a menudo se oye: «<i>Pensé</i> morirme»; <i>«Creí</i> reventar de +risa». Cervantes lo usó con frecuencia en el <i>Quijote: «Pensó</i> perder el +juicio» (II, 23); «<i>me pensé</i> caer muerta de puro gozo» (II, 52).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_359_359" id="Footnote_359_359"></a><a href="#FNanchor_359_359"><span class="label">[359]</span></a> Llamaban <i>espadas negras</i>, porque tiraban a ese color, a +las de hierro, sin lustre ni corte, que servían para los ejercicios de +esgrima, y a las cuales, a fin de que no hiriesen con la punta, se les +ponían en ella botones de cuero, dichos comúnmente <i>zapatillas</i>. Tirso, +en el acto II de <i>La Huerta de Juan Fernández:</i> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«TOMASA. ...Dele al gusto puerta franca;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">quiera bien, que eso me alegra;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">ensaye en la <i>espada negra</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">tretas que logre en la <i>blanca</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_360_360" id="Footnote_360_360"></a><a href="#FNanchor_360_360"><span class="label">[360]</span></a> Dirigía los juegos de esgrima un maestro de destreza, con +un <i>montante</i>, o espada grande de dos manos, con el cual, atravesándolo +entre los luchadores cuando era menester, ponía fin a la contienda. +También lo usaba, como dice el texto, haciendo ademán de <i>barrer los +pies a los mirones</i>, para que, dando algunos pasos atrás, agrandasen la +palestra.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_361_361" id="Footnote_361_361"></a><a href="#FNanchor_361_361"><span class="label">[361]</span></a> <i>Aplauso</i>, equivaliendo a <i>solemnidad</i> o <i>pompa</i>, +acepción no registrada en el <i>Diccionario</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_362_362" id="Footnote_362_362"></a><a href="#FNanchor_362_362"><span class="label">[362]</span></a> El <i>vellorí o vellorín,</i> era según el <i>Diccionario</i> de +autoridades, un «paño entrefino de color pardo ceniciento, u de lana sin +teñir». Vélez llama <i>vellorí</i> a la pendencia, por alusión al color de +las espadas, a las cuales, seguidamente y por la misma razón, da el +nombre de <i>mulatas</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_363_363" id="Footnote_363_363"></a><a href="#FNanchor_363_363"><span class="label">[363]</span></a> <i>Cuarto círculo</i> es un término de la destreza, que yo no +he de definir, porque estas y otras voces técnicas que ocurren poco +después se encuentran en cualquier diccionario. A estos círculos y a +Pacheco de Narváez se refería el anónimo autor del <i>Entremés del +Estudiante</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«PEROTE. Rebano y corto en <i>círculos pachecos</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">varas y plumas como cardos secos.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_364_364" id="Footnote_364_364"></a><a href="#FNanchor_364_364"><span class="label">[364]</span></a> <i>Movimiento accidental</i> es otro término de la llamada +pomposamente <i>esgrima científica y filosofía de las armas</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_365_365" id="Footnote_365_365"></a><a href="#FNanchor_365_365"><span class="label">[365]</span></a> Dice Covarrubias, en el artículo <i>tvmba</i> de su <i>Tesoro</i>: +«Del ilustre linage de los Castillas se cuenta que en el entierro que +tienen en Santa Clara de Valladolid dentro del coro de las Monjas, +quando alguno dellos muere, se oyen muchos golpes que se dan en la tumba +que está sobre la boueda do se entierran: y cuentan que en cierta +ocasión, despues de auer oido estos golpes passó mas de vn año que no se +supo quien era muerto, hasta que con vna armada que vino de las Indias +se entendió auer muerto allá vn cauallero de la casa, el mesmo día que +las Religiosas auian oido los golpes de la tumba....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_366_366" id="Footnote_366_366"></a><a href="#FNanchor_366_366"><span class="label">[366]</span></a> Si nuestros periodistas no hubieran olvidado que en +castellano tenemos la palabra <i>riza</i>, que significa «destrozo o estrago +que se hace en una cosa», y la frase <i>hacer riza</i>, equivalente a «causar +gran destrozo y mortandad en una acción de guerra», es seguro que no +acudirían a cercado ajeno por la palabra <i>razzia</i> ni por la frase <i>hacer +razzia</i>, con lo cual lograrían tres cosas buenas: hablar en castellano, +ahorrarse comillas o letra cursiva, y evitar que algún malpensado +sospeche que el decir <i>razzia</i> es indicio de no conocer la palabra +<i>riza</i>. ¿Ejemplos del uso de este vocablo? Hailos en abundancia; pero +bástame citar dos. Lope de Vega, en el canto VIII de <i>La Dragontea:</i> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«... y como tero que la frente eriza,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en ellos <i>hace</i> sanguinosa <i>riza</i>.»</span><br /> +</p><p> +El padre Baltasar Gracián, en <i>El Criticón,</i> primera parte, crisi V: +«... de modo que en los más principales, como más lucidos, <i>auían hecho</i> +las fieras mayor <i>riza</i>».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_367_367" id="Footnote_367_367"></a><a href="#FNanchor_367_367"><span class="label">[367]</span></a> Porque tales desbragados quedaron de suerte, que dejaron +ver aquello en que dió el sol al don Bueso del antiguo romance.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_368_368" id="Footnote_368_368"></a><a href="#FNanchor_368_368"><span class="label">[368]</span></a> Sobre la frase <i>muy falsos</i> quedó nota en el tranco V +(123, 4)[315].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_369_369" id="Footnote_369_369"></a><a href="#FNanchor_369_369"><span class="label">[369]</span></a> Modifica por donaire el conocidísimo refrán <i>Siempre +quiebra la soga por lo más delgado</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_370_370" id="Footnote_370_370"></a><a href="#FNanchor_370_370"><span class="label">[370]</span></a> <i>Por barba</i>, como dice nuestro <i>Diccionario</i>, equivale a +«por cabeza, o por persona». Así, como pudieran decir unos soldados +cristianos, convidándose a matar moros, <i>¡A moro por barba!,</i> dijeron +valientemente unos aficionados a la mesa: <i>«¡A perdiz por barba</i>, y +caiga el que caiga!»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_371_371" id="Footnote_371_371"></a><a href="#FNanchor_371_371"><span class="label">[371]</span></a> <i>¡Favor a la justicia</i>!, porque éste era de ordinario el +grito de alguaciles y corchetes, cuando no clamaban «<i>¡Favor al Rey!</i>», +de lo cual vino el decirse que tales ministros siempre llevaban el Rey +en el cuerpo.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_372_372" id="Footnote_372_372"></a><a href="#FNanchor_372_372"><span class="label">[372]</span></a> <i>Coger, dar, hacer</i> o <i>tomar puntas</i> es volar el ave de +cetrería de un lado para otro, en diversas direcciones, pero subiendo +siempre, en espera de sazón para caer sobre el animal en que quiere +hacer presa.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_373_373" id="Footnote_373_373"></a><a href="#FNanchor_373_373"><span class="label">[373]</span></a> Para Covarrubias, <i>rollo</i> era «la picota o horca hecha de +piedra en forma redonda, quasi <i>rótulo».</i> El <i>Diccionario</i> de la +Academia lo define: «Columna de piedra ordinariamente rematada por una +cruz, y que en lo antiguo era insignia de la jurisdicción de la villa». +El rollo de Ecija, fué, como afirma Vélez, celebradísimo, y así, decía +cierto poeta apicarado del <i>Romancero general</i> (fol. 470 vto.): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«De Cordoua he visto el Potro,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que ha engendrado pocos asnos;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">también la fuente del Toro,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que hizo a Lazarillo cauto;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>de Ezija he visto el rollo,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>que el mundo celebra tanto</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">el Arenal de Seuilla</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y Corral de los Naranjos.»</span><br /> +</p><p> +Don C. Bernaldo de Quirós nombra como aún existente el <i>rollo de Ecija</i>, +en su interesante librito intitulado <i>La Picota</i> (Madrid, 1907), pág. +13; pero ni lo describió, ni lo dió a conocer como otros, por medio del +grabado, bien que no hubiera podido efectuarlo, por lo que ahora diré. +</p><p> +Como para estudiar las cosas de un pueblo debe empezarse—y Pero Grullo +patrocinaría esta verdad—por consultar los libros que de aquel pueblo +tratan, eso hice yo, y tomando el intitulado <i>¡¡Alfajores de Ecija</i>!! +(Sevilla, 1909), de mi difunto amigo don Manuel Ostos, leí en la pág. +68: «Potente y grande debía ser la curia ecijana, cuando el signo de la +Justicia en Ecija, el altar en que se ofrecían los sacrificios a la +diosa Justicia, <i>el Rollo</i>, con su hijillo <i>el Rolluelo</i>, que aún +existe, o <i>Mesa del Rey,</i> como a los restos del <i>Rollo</i> denominábamos +los ecijanos hace treinta años, tenía resonancia universal....» Y en +otro libro del mismo malogrado autor (cuyo mérito no supieron apreciar +los ecijanos tanto como debieran, quizá, y sin quizá, porque <i>nemo +propheta est in patria sua</i>), en su <i>Bartolomé de Góngora</i> (Sevilla, +1913), pág. 84, volvió a recordar <i>el Rolluelo</i>, en unos renglones en +que rebosa el amor a la patria chica, y que no resisto al deseo de +copiar, por honrar a un ecijano moderno en las notas del libro de un +ecijano antiguo: «¿Puede existir—decía Ostos—algo menos artístico que +<i>El Rolluelo</i>, y que más nos recuerde la bárbara época en que usaban ese +<i>pimponote</i> para colgar los restos de los pobres reos que eran +descuartizados?... Cuando cansados de zascandilear por la capital nos +metemos en el tren y tras parada y parada llegamos molidos y maltrechos +a las angosturas de la Argamasilla, lo primero que hace un buen ecijano +es asomarse a la ventanilla de su departamento, y, ojo avizor, desde +ella va señalando los caseríos, los predios, los accidentes del terreno +que señalan la proximidad de Ecija: «<i>El Rolluelo</i> ... La Casilla Alta +... El pozo de la Argamasilla ... Las arquillas del agua ...» Y luego, +al minuto, si es de noche, se exclama: «Ya se ven las luces»; y si es de +día: «Ya se ven las torres...: El Carmen ... La Victoria ... San Gil ... +Santa María....» Y más adelante (pág. 69), por unos <i>Apuntes de lo +ocurrido en Ecija desde el día 23 de Septiembre de 1868</i>, se viene en +conocimiento de que el día 20 de octubre el Ayuntamiento acordó +derribar, entre otras cosas, «<i>la Mesa del Rey</i>, o <i>el Rollo</i>, donde se +descuartizaba en la antigüedad a los ahorcados para poner los miembros +por los caminos». Y poco después: «Día veintisiete, se echa abajo <i>el +Rollo</i> o <i>Mesa del Rey</i>.» No existía, pues, el famoso <i>rollo de Ecija</i> +cuando el señor Bernaldo de Quirós escribió y publicó su libro. +</p><p> +Deseoso de más noticias, las pedí a mi antiguo y culto amigo donjuán de +los Reyes Sotomayor, quien, con amabilidad y presteza que cordialmente +le agradezco, respondió a mi interrogatorio en unas cuartillas que +quisiera yo publicar íntegras; pero que no podré sino extractar, porque +ya esta nota va siendo demasiado larga. El <i>Rollo</i> se elevaba cerca de +la margen derecha del Genil, a la salida del puente, en dirección a +Córdoba. Consistía en una gran columna de granito azul y negro, como de +cinco a seis varas de altura, y de unas tres cuartas de diámetro. En su +parte superior tenía una losa de piedra tosca, blanca, caliza, como de +una vara en cuadro, puesta a modo de plato o bandeja, y sobre esta losa +se veía un león sentado sobre sus patas traseras, que con las garras +sujetaba contra su cuerpo, mirando al norte, el escudo de la ciudad de +Ecija. ¡El escudo—glosaré yo—a que se refirió Vélez de Guevara +diciendo: «Esta es Ecija, la más fértil población de Andalucía, <i>que +tiene aquel sol por armas a la entrada de esa hermosa puente!»</i> La +menguada cultura de unos ecijanos destruyó, por culpas del +<i>rollo</i>—¡como si cupiera culpa en las cosas! y ¡como si el <i>rollo no +fuera emblema</i> glorioso de libertad y de autonomía municipal!—, +destruyó, decía, aquel escudo de piedra nombrado y celebrado por el +insigne autor de <i>La Luna de la Sierra</i>. Derruido todo el monumento, la +columna quedó tendida y medio enterrada a un lado de la carretera +general de Madrid á Cádiz, y en tal estado continúa a la hora presente.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_374_374" id="Footnote_374_374"></a><a href="#FNanchor_374_374"><span class="label">[374]</span></a> En efecto, son las armas de Ecija un sol radiante, con la +leyenda <i>Civitas solis vocabitur una</i>, tomada del <i>Libro de Isaías,</i> +XIX, 18.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_375_375" id="Footnote_375_375"></a><a href="#FNanchor_375_375"><span class="label">[375]</span></a> Dice <i>pueblo de abril y mayo</i> por la muchedumbre de +flores que <i>pueblan</i> en ese tiempo los prados andaluces.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_376_376" id="Footnote_376_376"></a><a href="#FNanchor_376_376"><span class="label">[376]</span></a> De Garci Sánchez de Badajoz he hallado peregrinas +noticias, y pronto las publicaré en el <i>Boletín de la Real Academia +Española;</i> de Juan Bermudo, de don Diego de Avalos, de Núñez de Navarro, +de don Pedro Manuel Prieto, de tantos otros hombres eminentes que, como +éstos, vieron la primera luz en Ecija, y de los modernos Pacheco, Mas y +Prat, Giles, etcétera, acuérdese la <i>ciudad del sol</i>, ya que al presente +cuenta con una juventud muy culta y activa.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_377_377" id="Footnote_377_377"></a><a href="#FNanchor_377_377"><span class="label">[377]</span></a> Esta especie de cogerse en Ecija el algodón estaba muy +sabida; porque la divulgaron Pedro de Medina y su ampliador Pérez de +Mesa en la <i>Primera y segunda parte de las grandezas y cosas más +notables de España</i> (Alcalá de Henares, 1595), folio 128: «Cógese en +ella [en Ecija] grande quantidad de algodón, de que se prouee mucha +parte del reyno». Pero que sólo se cogiera el algodón en Ecija, no lo he +visto sino en Florindo, <i>Addicion al libro de Eciia i svs grandezas</i> +(Sevilla, Luis Estupiñan, 1631), fol. 31, donde dice, tratando de la +especial influencia del sol en las tierras ecijanas: «Porque me consta +por vista de ojos que en Marchena i Sevilla se a sembrado algodón, i +llega a tener capullo, i no a madurar, ni abrir, ni ser de provecho. Lo +cual es cierto que nace de la falta de calor, requisito para su +perfección. Y pues en Ecija es tan perfecto y tan bueno....» Durante la +dominación árabe se cultivó mucho el algodón en aquella ciudad; tanto +que por él la llamaron algún tiempo <i>Medina Alcotón</i> (Varela y Escobar, +<i>Bosquejo histórico de la ciudad de Ecija</i>, Sevilla, 1906, pág. 52).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_378_378" id="Footnote_378_378"></a><a href="#FNanchor_378_378"><span class="label">[378]</span></a> El humanista Francisco Cascales, en su <i>Discurso de la +ciudad de Cartagena</i> (Valencia, Juan Chrysostomo Garriz, M.D.XCVIII) +decía: «El campo, fertilíssimo, que de su bella gracia ofrece +copiosissimamente caracoles, setas, hongos, criadillas, esparragos, +salutíferas tortugas, infinidad de palmitos, grandes colmenares de buena +miel y cera. A cuyo respeto dice bien el refrán: Cabritos y palmitos, +miel y cera, de Cartagena». Pues bien, Ecija, a juzgar por el dicho de +Vélez, se aventajaba a Cartagena con mucho. Mas ¿cuáles son los +veinticuatro frutos que, «Sin sembrallos», da aquella campiña y vendía +la gente necesitada? Probaré a enumerarlos, por los del campo de Osuna, +mi pueblo natal, cuyo término linda con el de la <i>ciudad de las torres</i>. +De primer intento anoto los frutos siguientes: setas, macucas o +criadillas de tierra, espárragos, palmitos, uvas de palma o palmiches, +moras de zarza, cardillos, tagarninas, morrillas o alcachofas de púas, +higos chumbos, berros, alcaparras, alcaparrones, orégano, poleo, +hinojos, almoradux, tomillo salsero, palo dulce o regaliz, flor de +manzanilla. Son veinte, y para las cuatro que me faltan, se me ocurren +el esparto, algunas hierbas tintóreas, como la gualda, y diversas +plantas medicinales, como las malvas, la borraja, el culantrillo, etc.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_379_379" id="Footnote_379_379"></a><a href="#FNanchor_379_379"><span class="label">[379]</span></a> Esta renombrada sima está a cinco kilómetros de la +ciudad, en la falda oriental de la sierra. Tiene de profundidad 146 +varas castellanas. Mencionáronla, entre otros autores, el cartujano don +Juan de Padilla, en <i>Los doze triumphos de los doze Apostoles</i> (1521); +Gonzalo Gómez de Luque, en su <i>Celidon de Iberia</i> (1583), y Cervantes, +en <i>El Celoso extremeño (Novelas ejemplares</i>, 1613), en la <i>Adjunta al +Parnaso (Viage del Parnaso</i>, 1614) y en el cap. XIV de la segunda parte +del <i>Quijote</i> (1615).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_380_380" id="Footnote_380_380"></a><a href="#FNanchor_380_380"><span class="label">[380]</span></a> A la celebridad de los melones de Guadix aludía el +guadijeño Ginés, en la jorn. III de <i>La Niña de Gómez Arias</i>, de +Calderón: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Pues ¿hasme gozado a mi,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">ni yo te he desagradado</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">siendo <i>melón de Guadix</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">de mala calaña, para</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">que tu me vendas así?»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_381_381" id="Footnote_381_381"></a><a href="#FNanchor_381_381"><span class="label">[381]</span></a> Del doctor Mira de Amescua (así firmaba él, y no +<i>Mescua</i>) y de su arcedianato di algunas noticias hasta entonces +ignoradas en mi libro acerca de Pedro Espinosa (págs. 91-96) y otras en +mi folleto intitulado <i>El apócrifo «secreto de Cervantes</i>» (Madrid, +1916), págs. 60-64.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_382_382" id="Footnote_382_382"></a><a href="#FNanchor_382_382"><span class="label">[382]</span></a> Esta fuente databa de principios del último tercio del +siglo XVI: don Manuel Varela y Escobar (<i>Bosquejo histórico de la ciudad +de Ecija</i>, pág. 107) vió y copió una inscripción por la cual consta que +reinando Felipe II, año de 1567, «Ecija, truxo el agua y mandó hazer las +fuentes». De las ninfas trató don Juan M.ª Garay y Conde en sus <i>Breves +apuntes histórico-descriptivos de la ciudad de Ecija</i> (Ecija, 1851), +pág. 436, diciendo: «A un estremo de este paseo [del de la Plaza Mayor] +se encuentra una hermosa fuente, circundada también de arbolado y +asientos de piedra: su mar es un gran polígono de nueve varas de +diámetro y una de profundidad; cuatro ninfas de altura más que natural y +de buena escultura, que se dicen las Amazonas, dan un caño de agua por +medio de un cantarillo, y este lindo grupo sostiene un gran tazón de +jaspe de una sola pieza, con dos varas y media de diámetro y cuatro +caños a su borde....» ¿Qué ha sido de esta fuente? Al hacerse en 1866 la +reforma de la Plaza Mayor, fué desmontada y «sus piedras o bloques de +jaspe encarnado, con las ninfas y demás componentes de la obra fueron +enterrados al lado Sur de la Plaza, a poca distancia y profundidad de +donde antes se levantaba, y allí yacen esperando que una mano caritativa +y amante del arte y del embellecimiento de la ciudad las desentierre y +erija de nuevo....» Esto me dicen de Ecija, y yo escribí a don Eduardo +García de Castro, actual alcalde de aquella ciudad, que, pues tal +fuente, cualquiera que sea su mérito, debe conservarse en sitio céntrico +y muy transitado, por haber hecho mención de ella un ecijano tan ilustre +en una tan famosa novela, celebraría poder asentar en mis notas a <i>El +Diablo Cojuelo</i> «que la Ecija de hoy, lejos de ser la que ayer +<i>enterraba</i> sus preseas más estimables, por cierto sin reemplazarlas con +otras mejores o tan buenas, enmienda antiguos yerros y vuelve por el +buen nombre de su cultura». Las respuestas han sido dos: la primera, +«Allá veremos»; y la segunda, «No hay consignación para <i>exhumar</i> la +fuente». ¡Pero la hubo para <i>inhumarla</i>! Repare en ello, por su honra, +<i>la ciudad del sol</i>: ¡es una vergüenza tener enterrado ese monumento!</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_383_383" id="Footnote_383_383"></a><a href="#FNanchor_383_383"><span class="label">[383]</span></a> Quizá son auténticamente de ciego estas seguidillas, y +no obra de Vélez de Guevara; a lo menos, muy de ciegos era acabar sus +relaciones con algún villancico contra el Diablo Cojuelo, a juzgar por +lo que, refiriéndose a un ciego relacionista, dice Rojas Zorrilla en la +jorn. I de <i>El más impropio verdugo por la mas justa venganza</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«COSME. Para un ciego en verso y prosa</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">era «relación famosa</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">(diciendo a voces) que trata</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">como, dando testimonio</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">de corazón paladín,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">vn mancebo florentín</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">peleó con el demonio,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y, haciendo a su ardor lisonjas,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">a arrojarle se dispuso</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">por una escala que puso</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">a un monasterio de monjas;</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y después, dando en el suelo,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">volvió a acometellas bravo;</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>con un villancico al cabo</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>contra el Diablillo Cojuelo</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_384_384" id="Footnote_384_384"></a><a href="#FNanchor_384_384"><span class="label">[384]</span></a> En nota del tranco IV (107, 6)[278] vimos cómo Quevedo en +<i>Las Zahurdas de Plutón</i> pinta a las dueñas convertidas en ranas, y +cierto es que se las tenía por lo peor y más abominable del mundo. En un +ejemplar apostillado de mano (letra del siglo XVII) del libro intitulado +<i>Vida política de todos los estados de mugeres</i>, de fray Juan de la +Cerda, diciendo el autor, al folio 394, con referencia a unas palabras +de cierta mujer que estaba en el cielo, «y así lo hizo la devota +<i>dueña</i>», el apostillador, sin parar mientes en que esta palabra estaba +usada en la acepción de <i>matrona</i>, escribió al margen: «¿<i>Dueñas</i> en la +gloria?, linda cosa».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_385_385" id="Footnote_385_385"></a><a href="#FNanchor_385_385"><span class="label">[385]</span></a> <i>Dando barato</i>, es decir, repartiendo entre los +concurrentes algo de lo que traían entre manos. Algunos <i>baratos</i> de +esta clase quedaron en proverbio, como <i>el barato de Juan del Carpio</i>, +que aporreó a su mujer pidiéndole barato, y <i>el barato de Cordobilla</i>, +que explica así Correas (<i>Vocabulario de refranes</i>..., pág. 88 <i>a</i>): +«Vno que se llamaba Cordovilla alumbró toda una noche a unos que +jugaban, porque le diesen barato, y después tuvieron enfado y diéronle +con el candelero».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_386_386" id="Footnote_386_386"></a><a href="#FNanchor_386_386"><span class="label">[386]</span></a> <i>A vedar que ... no les valiese.... Hoy lo</i> diríamos sin +ese <i>no</i> que en lo antiguo acompañaba a los verbos de negación o +privación.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_387_387" id="Footnote_387_387"></a><a href="#FNanchor_387_387"><span class="label">[387]</span></a> <i>Aunque se retrujesen</i>, quiere decir. El <i>si</i> suele +equivaler a <i>aunque</i>, como noté en diversos lugares del <i>Quijote</i> (II, +216, 10; VIII, 125, 10, etc.).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_388_388" id="Footnote_388_388"></a><a href="#FNanchor_388_388"><span class="label">[388]</span></a> Según advirtió Pérez y González (págs. 56 y 57 de su tan +citado libro), el mismo Vélez explicó este pasaje en la jorn. I de <i>El +Diablo está en Cantillana</i>, de donde es el siguiente diálogo: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 3em;">«PERAFÁN. ¿Cómo dejas a Sevilla?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 3em;">RODRIGO. Como siempre: buena y brava,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">dime un filo en el Corral</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">de los Olmos, y una mandria</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">tuvo un no sé qué conmigo,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">sobre si pasa o no pasa:</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">llevó una mohada a cuenta,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">siguióme la gurullada,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">no pude tomar iglesia</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">ni embajador, y en <i>las ancas</i></span><br /> +<span style="margin-left: 9em;"><i>de la mula de un doctor</i></span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">me salvé con linda gracia.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 3em;">PERAFÁN. ¿En las ancas de la mula</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">de un doctor?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 3em;">RODRIGO. Pues dime, ¿hay casa</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">de embajador, hay iglesia,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">hay torre, hay tierra del Papa,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">de preeminencias mayores,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">pues hay médico que acaba</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">de matar cuarenta enfermos</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">y no hay quien le pida nada</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">en poniéndose en la silla?</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;"><i>Pues lo mismo son las ancas</i>;</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">que el platicante más zurdo,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">en asiendo la gualdrapa,</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;"><i>aunque mate, es como asirse</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;"><i>de una iglesia a las aldabas</i>;</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">que hay aquestos privilegios</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">en las mulas doctoradas.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_389_389" id="Footnote_389_389"></a><a href="#FNanchor_389_389"><span class="label">[389]</span></a> <i>Alguaciles chanflones</i>, como <i>doncella chanflona</i> en el +tranco I (18, 5)[76], donde quedó nota.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_390_390" id="Footnote_390_390"></a><a href="#FNanchor_390_390"><span class="label">[390]</span></a> Pérez y González creyó errata <i>resolución:</i> «Debe ser +<i>revolución;</i> inquietud, alteración, alboroto».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_391_391" id="Footnote_391_391"></a><a href="#FNanchor_391_391"><span class="label">[391]</span></a> Los buenos neblíes eran de Noruega, tierra donde apenas +luce el sol; pero el Cojuelo era neblí de otra Noruega aún más obscura: +del infierno.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_392_392" id="Footnote_392_392"></a><a href="#FNanchor_392_392"><span class="label">[392]</span></a> Aquí supone nuestro autor que el Genil y el Guadalquivir +se juntan o casan por <i>el vicario de las aguas</i>, como habló del <i>vicario +Responso</i> en el tranco I, donde quedó nota (17, 2)[71].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_393_393" id="Footnote_393_393"></a><a href="#FNanchor_393_393"><span class="label">[393]</span></a> Pues en el uso actual <i>camarada</i> sólo significa +<i>compañero,</i> y con tal significado ocurre poco después, podría parecer +que no hace buen sentido esta expresión. <i>Camarada</i>, en este lugar, +significa <i>compañía.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_394_394" id="Footnote_394_394"></a><a href="#FNanchor_394_394"><span class="label">[394]</span></a> <i>Tender la raspa</i>, o <i>tender raspa</i>, es acostarse para +dormir o descansar. Quevedo, en una de sus jácaras: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Llegamos a Babilonia</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">un miércoles por la noche;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>tendí raspa</i> en el mesón</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de Catalina de Torres.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_395_395" id="Footnote_395_395"></a><a href="#FNanchor_395_395"><span class="label">[395]</span></a> El <i>ferreruelo</i> o <i>herreruelo</i> era una capa sin capilla.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_396_396" id="Footnote_396_396"></a><a href="#FNanchor_396_396"><span class="label">[396]</span></a> Como advierte Covarrubias, <i>dar papilla</i> a uno, o +<i>papillas</i>, es «engañarle o tratarle como a niño». «No piense vuesa +merced <i>darme papilla</i>», dice un ventero en el <i>Quijote</i> (I, 32).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_397_397" id="Footnote_397_397"></a><a href="#FNanchor_397_397"><span class="label">[397]</span></a> Díjolo, verbigracia, el maestro Valdivielso, en el auto +de <i>El Hospital de los locos</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«LUZBEL. Tres partes había de estrellas</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">encima la impírea bola,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">siendo yo de las más bellas;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>mas derribé con la cola</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>la tercera parte dellas</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_398_398" id="Footnote_398_398"></a><a href="#FNanchor_398_398"><span class="label">[398]</span></a> <i>Del Galileo</i>, antepuesto el artículo al nombre propio, a +la manera italiana.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_399_399" id="Footnote_399_399"></a><a href="#FNanchor_399_399"><span class="label">[399]</span></a> Acerca de este hombre extravagante, sus aficiones y su +museo, puede verse el libro de don Emilio Cotarelo, intitulado <i>Don Juan +de Espina</i>, Madrid, 1908.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_400_400" id="Footnote_400_400"></a><a href="#FNanchor_400_400"><span class="label">[400]</span></a> Así, <i>óbtica,</i> en la edición príncipe, tal como el vulgo +solía y suele pronunciarlo. «Conocida es—dice don Rufino José Cuervo +(<i>Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano</i>, §756 de la 6.ª +edición, París, 1914)—la repugnancia que tiene el castellano a usar las +explosivas sordas en fin de sílaba. ... y hoy es comunísimo pronunciar +... con <i>b optar, opción, aptitud</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_401_401" id="Footnote_401_401"></a><a href="#FNanchor_401_401"><span class="label">[401]</span></a> Para hacer su chiste, Vélez de Guevara, por boca del +Cojuelo, confunde el <i>camino de Santiago de Compostela</i>, que es el +aludido en el refrán, con el otro <i>camino de Santiago</i> o <i>Vía láctea.</i> +Es curiosa la conjetura de Faria y Sousa acerca del nombre vulgar +castellano de la <i>Vía láctea.</i> Dice, comentando una octava de los +<i>Lusiadas</i>, de Camoens: «En griego se llama <i>Galaxia</i>, que vale <i>vía de +leche</i>, i es lo que el vulgo llama <i>Camino de Santiago</i>; que devia +principiarse en dezir <i>Camino de Galicia,</i> por corrupción de +<i>Galaxia</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_402_402" id="Footnote_402_402"></a><a href="#FNanchor_402_402"><span class="label">[402]</span></a> <i>De posta</i>, equivalente a <i>de centinela</i>. Rey de Artieda, +en un soneto de los <i>Discvrsos, epístolas</i> y <i>epigramas de Artemidoro</i> +(Zaragoza, Angelo Tavanno, 1605), fol. 104, usa las dos formas, <i>hacer +centinela</i> y <i>hacer la posta</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Como a su parecer la bruxa vuela</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y vntada se encarama y precipita,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">assi un soldado, dentro vna garita,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">esto pensaua, <i>haziendo centinela</i>....</span><br /> +</p> +<hr style="width: 45%" /> +<p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Con esto, se acabó de <i>hazer la posta</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y hallóse en cuerpo, con la pica al hombro.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_403_403" id="Footnote_403_403"></a><a href="#FNanchor_403_403"><span class="label">[403]</span></a> Pues el Diablillo era cojo, píntalo nuestro autor velando +sobre un solo pie, como cuentan de la grulla, que, en efecto, duerme con +un pie levantado, y añaden que la que está de centinela para avisar a +las demás de cualquier peligro tiene sujeta una piedra en ese pie, a fin +de no dormirse; de donde dijo Mateo Alemán en su <i>Guzmán de Alfarache</i>, +parte II, libro II, cap. IX: «No hay duda que siempre continuaba velando +su honestidad, <i>como la grulla, la piedra del amor de Dios levantada del +suelo</i>....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_404_404" id="Footnote_404_404"></a><a href="#FNanchor_404_404"><span class="label">[404]</span></a> <i>Parecer</i>, significando, más bien que <i>ver, notar</i> o +<i>advertir</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_405_405" id="Footnote_405_405"></a><a href="#FNanchor_405_405"><span class="label">[405]</span></a> <i>Grosura</i>, en una acepción no registrada en el léxico de +la Academia, es, como dice Covarrubias, «lo interno y estremo de los +animales; conuiene a saber, cabeça, pies, y manos, y asadura». En las +condiciones que se pusieron para el obligado de la carne en la villa y +corte de Madrid, año de 1624, hay una referente a los despojos, que dice +(Libros de Gobierno de la Sala de Alcaldes, tomo XIV, fol. 732): «Con +condición que no sea obligado a dar despojos de carnero, que se entiende +cabezas y asaduras y vientres, los sábados de cada semana que fueren <i>de +grossura</i> más de tan solamente al Rey y Reyna nuestros señores y al +señor ynfante y a los señores del Consejo Real....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_406_406" id="Footnote_406_406"></a><a href="#FNanchor_406_406"><span class="label">[406]</span></a> Dice el señor Bonilla «que se recomendaban como remedios +de ella [de la opilación] <i>comer barro</i>....» No sé de dónde pudo sacar +tal especie, cuando precisamente el <i>comer barro</i> era causa de aquella +enfermedad. Zabaleta, en <i>El día de fiesta por la tarde</i>, capítulo +referente a <i>El estrado</i>: «Apéanse a este tiempo de vn coche en la +puerta de la casa vna muger mayor, que tiene el marido en vn govierno en +las Indias, y vna hija suya donzella <i>opilada</i>, tan sin color como si no +viuiera. Nadie juzgará que salia del coche para la visita, sino para la +sepultura. <i>Comía</i> esta doncella <i>barro</i>, linda golosina. ¿Quánto diera +esta moça por estar enterrada, por tener la boca llena de tierra? Dios +hizo a esta muger de barro, y ella con el barro se deshaze.» Quevedo, en +su musa VI, tiene un soneto dirigido <i>A Amarili, que tenía unos pedazos +de búcaro en la boca, y estaba muy al cabo, de comerlos</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_407_407" id="Footnote_407_407"></a><a href="#FNanchor_407_407"><span class="label">[407]</span></a> <i>Tomar el acero</i>, como dice el <i>Diccionario</i> de +autoridades, era «remedio que se da a los que están opilados, que se +compone del acero, de diversas maneras preparado».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_408_408" id="Footnote_408_408"></a><a href="#FNanchor_408_408"><span class="label">[408]</span></a> Llamó <i>Minotauro</i> la mitología clásica al monstruo que +nació de la unión de Pasifae, mujer de Minos, con un toro. Según +Apolodoro, Higinio y otros, tenía de hombre el cuerpo y de toro la +cabeza. Matóle Teseo en el famoso laberinto de Creta.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_409_409" id="Footnote_409_409"></a><a href="#FNanchor_409_409"><span class="label">[409]</span></a> <i>Chisme</i>, femenino, como en el tranco I, donde quedó nota +(23, 4)[88].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_410_410" id="Footnote_410_410"></a><a href="#FNanchor_410_410"><span class="label">[410]</span></a> <i>Baraja</i>, en su acepción de <i>contienda</i> o <i>reyerta</i>; de +donde se dijo <i>barajar</i>, «reñir, altercar o contender unos con otros».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_411_411" id="Footnote_411_411"></a><a href="#FNanchor_411_411"><span class="label">[411]</span></a> En la edición príncipe, por mera errata, que copió el +señor Bonilla, <i>coredores</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_412_412" id="Footnote_412_412"></a><a href="#FNanchor_412_412"><span class="label">[412]</span></a> Sabidísimo es que este asno no era <i>de oro</i>, aunque se +llamara así al libro en que de él se trata, cosa que parece haber +olvidado Vélez de Guevara al hacerlo, por su nombre, cabalgadura del +riquísimo Creso.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_413_413" id="Footnote_413_413"></a><a href="#FNanchor_413_413"><span class="label">[413]</span></a> <i>Velicómen</i>, palabra que intrigó grandemente al señor +Bonilla en su primera edición de <i>El Diablo Cojuelo</i>, y que antes que +Vélez había usado Quevedo en <i>La Hora de todos</i>, significa <i>copa</i> o +vaso, del alemán <i>Wilkommenbecher</i>. No todos se habían olvidado del +texto del Señor de la Torre de Juan Abad: el maestro Cávia, después de +cenar con unos amigos, como otros que llegaron les preguntasen qué +hacían, respondió: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Ya repletos los abdómenes,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">alzamos los <i>velicómenes.</i>»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_414_414" id="Footnote_414_414"></a><a href="#FNanchor_414_414"><span class="label">[414]</span></a> <i>Selvajes</i>, que hoy, menos etimológicamente, decimos +<i>salvajes</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_415_415" id="Footnote_415_415"></a><a href="#FNanchor_415_415"><span class="label">[415]</span></a> <i>Correspondientes</i>, dicho por lo que ahora llamamos +<i>corresponsales</i>. Castillo Solórzano, <i>La Garduña de Sevilla y anzuelo +de las bolsas</i>, cap. IV: «Había Marquina tomado por una deuda a un +<i>correspondiente</i> suyo, que había quebrado, una heredad fuera de la +ciudad....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_416_416" id="Footnote_416_416"></a><a href="#FNanchor_416_416"><span class="label">[416]</span></a> Entre las diversas marcas con que solía herrarse a los +esclavos en los siglos XVI y XVII, era la más frecuente la de una S y un +clavo, para indicar <i>esclavo</i>. Gestoso, en su interesante artículo sobre +<i>La compraventa de los esclavos en Sevilla</i>, apud <i>Curiosidades antiguas +sevillanas</i> (Sevilla, 1910), págs. 83 y siguientes, reseña algunos +documentos en que hay referencias a esta marca. Indicaré uno: en el +testamento de Pedro García de Quesada (9 de marzo de 1520) se menciona +«vn esclabo moro del cabo, de hedad de quinze a diez y seys años +herrado en la cara, en vn carrillo con vna <i>S</i>, y en otro vn clavo, que +se dize abrahem....» La S y el clavo pasaron pronto a la literatura. +Baltasar del Alcázar, pág. 5 de mi edición de sus <i>Poesías</i> (Madrid, +1910): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Pusome en el alma <i>el clavo</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">su dulce nombre <i>y la S</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">porque ninguno pudiese</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">saber de quién soy esclavo.»</span><br /> +</p><p> +Lope de Vega, en la jorn. III de los <i>Trabajos de Jacob</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«RUBÉN. Señor, todos queremos, pues es justo,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">quedar por tus esclavos:</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>eses</i> imprima <i>y clavos</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">en todos nuestros rostros hierro adusto....»</span><br /> +</p><p> +Y, figuradamente, se dijo <i>echar</i> a uno <i>una ese y un clavo</i> en la +acepción de tenerle cautivada con beneficios su voluntad. Así en <i>La +Pícara Justina</i>: «Por cierto, señora, en lo que toca al ofrecerme el +empréstito, usted <i>me ha echado una ese y un clavo,</i> y una argolla, y un +virote, y una cadena, y unos grillos....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_417_417" id="Footnote_417_417"></a><a href="#FNanchor_417_417"><span class="label">[417]</span></a> <i>Girándula</i> es, como dice Covarrubias, «cierta rueda +llena de cohetes, que dando bueltas a la redonda, y girándose, despide +de sí rayos de fuego a modo de cometa, con muy grandes tronidos».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_418_418" id="Footnote_418_418"></a><a href="#FNanchor_418_418"><span class="label">[418]</span></a> Dice <i>cohetes voladores</i> para diferenciarlos de los +<i>rastreros</i>, también llamados <i>buscapiés.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_419_419" id="Footnote_419_419"></a><a href="#FNanchor_419_419"><span class="label">[419]</span></a> El mejor <i>brocado</i> era <i>de tres altos</i>, como dije en mis +notas al <i>Quijote</i> (V, 186, 20).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_420_420" id="Footnote_420_420"></a><a href="#FNanchor_420_420"><span class="label">[420]</span></a> Esta pintura de la instabilidad de la fortuna trae a la +memoria aquella otra muy notable de Lope, en el acto II de <i>Porfiando +vence amor</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«FABIO. ¿Sabes cómo es la fortuna?</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">Como un baile de comedia:</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">ella toca, y bailan todos;</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">ya están aquestos aquí,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">y ya los otros allí,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">mudándose de mil modos.</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">Donde aquél tiene la cara,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">éste las espaldas tiene;</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">uno pasa, y otro viene,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">y hasta el fin ninguno para.</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">Nadie tiene lugar cierto</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">donde le piensa tener,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">porque todo viene a ser</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">desconcertado concierto.</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">Aquí dos bailando están,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">y cuando suelen volver</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">el rostro, ya la mujer</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">baila con otro galán.</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">El que en este sitio estaba,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">ya no está; que siempre vi</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">andar de aquí para allí</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">hasta que el baile se acaba.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_421_421" id="Footnote_421_421"></a><a href="#FNanchor_421_421"><span class="label">[421]</span></a> Popularizado sobremanera aquel romance sobre la muerte de +don Beltrán en Roncesvalles, en que se lee: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«<i>Con la mucha polvareda,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>perdimos a don Beltrane</i>...»,</span><br /> +</p><p> +se hizo esta frase topiquillo vulgar y con frecuencia nuestros poetas la +acomodaron festivamente en sus versos, más o menos variada. Así, por +ejemplo, Lope de Vega, en la jorn. II de <i>El Buen vecino</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«BITONTO. ...Que son bastantes indicios</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">desto el haberme dejado,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">entre el marcial alarido</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">y la confusa arboleda</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">de las armas, sin sentido,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;"><i>con la mucha polvareda,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8em;"><i>como don Beltrán perdido</i>.»</span><br /> +</p><p> +Tirso de Molina, en el acto I de <i>Desde Toledo a Madrid</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«CARREÑO. ...Hasta que en una vereda,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;"><i>con la grande polvareda,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8em;"><i>perdimos a don Beltrane</i>:</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">digo que a Madrid perdimos</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">de vista....»</span><br /> +</p><p> +Y, en fin, dejando atrás muchas otras citas, Quevedo, en su romance +sobre los cuellos (Musa VI): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Los polvos azules truje</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">del rebelado Flamenco,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y con la gran polvareda,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>perdimos a don Dinero</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_422_422" id="Footnote_422_422"></a><a href="#FNanchor_422_422"><span class="label">[422]</span></a> Refiérese, como nota el señor Bonilla, al título de +ciudad concedido a Carmona por Felipe IV en 1630.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_423_423" id="Footnote_423_423"></a><a href="#FNanchor_423_423"><span class="label">[423]</span></a> Juega de la voz <i>sereno</i>, adjetivo en una parte y +sustantivo en otra: <i>que nunca le tuvo</i>, es decir, que por ser Carmona +de cielo tan <i>sereno</i>, no se conoce en ella el <i>sereno</i> o humedad +atmosférica propia de la noche. A esto atribuye seguidamente el no +padecerse allí el catarro.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_424_424" id="Footnote_424_424"></a><a href="#FNanchor_424_424"><span class="label">[424]</span></a> De la frase de comedimiento <i>no conocer</i> a uno <i>sino para +servirle</i> traté en nota del tranco II (38, 14)[133].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_425_425" id="Footnote_425_425"></a><a href="#FNanchor_425_425"><span class="label">[425]</span></a> Aunque hoy, generalmente, llamamos <i>la Giralda</i> a la +torre de la Catedral de Sevilla, este nombre no es sino el de la esbelta +y por todos estilos <i>airosa</i> figura que le sirve de remate y veleta: una +hermosa imagen de la Victoria. He aquí lo que de ella y de la torre dijo +Alonso Morgado en su <i>Historia de Sevilla</i>... (Sevilla, Andrea Pescioni +y Juan de León, 1583), pág. 285 de la reimpresión hecha por la efímera +Sociedad del «Archivo Hispalense» (Sevilla, 1887): «...Toda ella [la +torre] es quadrada, y cado un lienço en igual proporción de cincuenta +pies de ancho y en vn mismo nivel de quadro, sin desmenguar ni crecer +por la parte de afuera poco ni mucho en toda la altura donde vemos las +campanas.... Desde el suelo hasta en altura de ochenta y siete pies es +todo raso y sin alguna moldura. Mas desde allí hasta lo más alto, sube +por medio de cada lienço vna orden de ventanas, y tantas galanterias, +que hazen hermosissima la vista....» Trata después del cuerpo de +campanas, y añade: «... y luego vna bola dorada de cinco pies de altura, +y encima vna Victoria, que es vna hermosa imagen de bronze, en que se +remata [la torre], dorada y a partes encarnada, do lo ha menester, que +tiene de altura quatro varas y media de medir, y de peso veynte y ocho +quintales, con vn ramo en la mano derecha, tambien de bronze, que pesa +dos quintales, que en tanta distancia de altura le da mucha gracia. Y en +la mano yzquierda, vna grande vela de quatro quintales, y también de +bronze, que denota y señala qualquiera viento que corra y sople, tras la +qual se va la misma Victoria con tanta facilidad y ligereza como si +fuera vna pluma: tal es el artificio maravilloso sobre que está +puesta.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_426_426" id="Footnote_426_426"></a><a href="#FNanchor_426_426"><span class="label">[426]</span></a> Los últimos lugares del itinerario de Córdoba a Sevilla, +según el citado <i>Reportorio</i> de Juan Villuga son: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«a la venta ronquera ij</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">a la venta <i>peromingo</i> j</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">a la venta de lorsa media</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">a las ventas de las talleras m</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">a las ventas de torre blanca j</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">a seuilla j.»</span><br /> +</p><p> +E igualmente en otras <i>Guías o Reportorios</i> que no hicieron sino copiar +a Villuga, con tal cual ligera modificación, verbigracia, la <i>Guía de +caminos para ir y venir por todas las provincias de España</i> que precede +al <i>Nuevo estilo y formulario de escrivir cartas missivas, y responder +en ellas en todos géneros, y especies de correspondencia a lo +moderno</i>.... (Barcelona, Jayme Ossét, 1765).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_427_427" id="Footnote_427_427"></a><a href="#FNanchor_427_427"><span class="label">[427]</span></a> <i>Senda de plata</i> había llamado Lope de Vega al +Guadalquivir (<i>La Esclava de su galán</i>, acto I): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ELENA. Divídese Sevilla, como sabes,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">por este ilustre y caudaloso río,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">senda de plata por quien tantas naves</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">le reconocen feudo y señorío.»</span><br /> +</p><p> +«A la verdad—dije en el discurso preliminar de mi edición crítica de +<i>Rinconete y Cortadillo</i> (pág. 15)—quien desde la esbelta torre de la +Giralda mira hacia el río por el sitio del puente y de la del Oro, si ha +leído alguna vez la comedia <i>El Diablo está en Cantillana</i>, del famoso +ecijano Luis Vélez, no puede menos de recordar aquellos versos de la +jornada I, en que, después de encarecer la nobleza y bizarría de +Sevilla, alábala por otras excelencias y dice: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«... tan populosa, que, haciendo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">montes de soberbias casas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">impedir quiso que el Betis</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tributase al mar de España;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y él, rompiendo por en medio,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">parece que agora aparta</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de la una parte a Sevilla,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de la otra parte a Triana,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cuyos edificios bellos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">le presentan la batalla,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y, a no estar en medio el río,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">pienso que escaramuzaran.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_428_428" id="Footnote_428_428"></a><a href="#FNanchor_428_428"><span class="label">[428]</span></a> <i>Vírgines</i>, a la latina, aún frecuente en el siglo XVII, +como <i>imágines, volúmines</i>, etc.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_429_429" id="Footnote_429_429"></a><a href="#FNanchor_429_429"><span class="label">[429]</span></a> Hoy, en Sevilla, y hasta en la misma Alcalá, que tiene +por sobrenombre el nombre de este río, no es raro oír llamarle +<i>Guadaira</i>, en lugar de <i>Guadaíra</i>, que es como ha de decirse y como se +dijo por nuestros abuelos. En una <i>Relación</i> del recebimiento de Felipe +II en Sevilla (1570), por Gaspar Rodríguez: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«Alcalá de <i>Guadayra</i></span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">estaua y tambien Utrera;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">mostrandose placentera,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">con ojos alegres mira</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">la gran ganancia que espera.»</span><br /> +</p><p> +Igualmente Tirso de Molina, en el acto II de <i>En Madrid y en una casa</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D.ª MANUELA. ...Aquella estancia, pues, que caudalosa</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">de esquilmos de Amaltea,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">regalo a los sentidos, los recrea,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">en nombre y en efectos deleitosa,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">y por el logro que en sus ondas mira,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">el Betis ronda y baña <i>Guadaíra</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">ocasionaba amena mis recreos.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_430_430" id="Footnote_430_430"></a><a href="#FNanchor_430_430"><span class="label">[430]</span></a> ¿De dónde pudo sacar Vélez de Guevara la errada noticia +de que el Guadaíra, por medio de los caños de Carmona, surte de agua +potable a Sevilla, y esto, tan enteramente, que aquel río es el único +que no paga tributo al mar...? Presumo que lo tomaría, por +inadvertencia, del epígrafe del capítulo en que Alonso Morgado, en su +citada <i>Historia de Sevilla</i>, trata «De los caños de Carmona <i>y río que +entra por ellos en Sevilla</i>, y se reparte en fuentes por toda la ciudad» +(pág. 148 de la edición moderna). Morgado llamó figuradamente <i>río</i> al +gran caudal de agua que se conduce por los tales caños, y Vélez, que +aunque había vivido en Sevilla mucho tiempo, no conocería bien los +pormenores de su abastecimiento de aguas, vió el dicho epígrafe, y lo +entendió a la letra. No lo hubiera entendido así a leer el muy raro +libro del maestro Juan de Mallara intitulado <i>Recebimiento que hizo la +muy noble y muy leal Ciudad de Seuilla, a la C.R.M. del Rey D. Philipe +N.S.... Con vna breve descripcion de la Ciudad y su tierra</i> (Sevilla, +Alonso Escriuano, 1570), en cuyo fol. 132 dice, tratando de Alcalá de +Guadaíra: «Entre las cosas que tiene de notar es la fuente de los caños +que llaman de Carmona, no porque vengan de Carmona, sino porque desde +Torreblanca hasta Sevilla vienen por el mesmo camino y calçada que van a +Carmona. Ay vna peña leuantada en vn cerro, con vna profunda cueua a +donde baxan por sus gradas, y halla se siempre allí vn manantial de agua +tan gruesso como vn cuerpo de vn buey, que de tiempos sin memoria a esta +nuestra edad ante de Romanos, y despues en todos los siglos esta fuente +ha estado con el golpe de agua que aora tiene, sin apocarse o +enturuiarse.... Esta sale por vna canal de piedra tosca. Tiene sus +acequias, que duran mas de legua y media, yendo algun espacio por dentro +de los montes, lleuando sus lumbreras a trechos, hasta que viene a dar +en Torreblanca do passa vn molino, y despues va por vn lado del camino +hasta la Cruz y allí buelue a mano yzquierda, y comiença a subir desde +el suelo por arcos de vna vara, y dos, y estado, hasta otro molino donde +se parte la tercia parte para la huerta del Rey, y de allí van los caños +leuantandose todo lo que la ciudad tiene de baxa, llegando al peso y +sitio de Seuilla. Subiendo por cima de la puerta donde está el +repartimiento del agua, y de allí va por los muros que encaminan a la +puerta de la Carne hasta el Alcaçar mucha desta agua; en fin, <i>es vn +grande río</i> [de esto debió de tomar su expresión figurada Alonso +Morgado] que todo se consume dentro de la ciudad sin salir gota, ni +bastar Guadalquiuir a no quitar la falta que estos caños hazen, quando +ay algun impedimento en ellos. El principio desta agua en Alcalá está +con grande guarda, y tiene su llaue....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_431_431" id="Footnote_431_431"></a><a href="#FNanchor_431_431"><span class="label">[431]</span></a> La <i>blanca</i> valía medio maravedí, y no huelga advertirlo, +porque muchas personas cultas, dejándose llevar por lo que suena el +nombre, imaginan que la <i>blanca</i> era una moneda de plata. Por alusión a +su escasísimo valor se dijeron algunas frases, que registra Covarrubias +en su <i>Tesoro</i>: «No aver <i>blanca</i>, no tener dinero. No valer vna +<i>blanca</i>, valer poco. Pagar <i>blanca</i> a <i>blanca</i>, muy poco a poco. De +tres a <i>blanca</i>, cosa muy vil....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_432_432" id="Footnote_432_432"></a><a href="#FNanchor_432_432"><span class="label">[432]</span></a> Alude a la exención del fuero ordinario de cuantos +estaban matriculados en la Universidad de Alcalá, como, generalmente, en +cualquiera otra de las del reino.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_433_433" id="Footnote_433_433"></a><a href="#FNanchor_433_433"><span class="label">[433]</span></a> El mismo Vélez de Guevara había llamado a Sevilla, en la +jorn. I de <i>Más pesa el rey que la sangre</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Este <i>Cairo español</i>, esta</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>Babilonia castellana</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">este ejército de almenas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">este escándalo de casas....»</span><br /> +</p><p> +Y Ruiz de Alarcón, por boca del gracioso, en el acto II de <i>Ganar +amigos</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«¡Válgate Dios, confusión</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y embeleco de Sevilla!...</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Un hombre conozco yo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que es tahur, y desde el día</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que a un desdichado inocente</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en el garito empestilla,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">se va al de otro barrio, que es</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">como pasarse a Turquía:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cursa en él hasta pegarle</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a otro blanco con la misma,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y va visitando así</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por sus turnos las ermitas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y en acabando la rueda,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">se vuelve a la más antigua,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">donde, como los tahures</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">se trasiegan cada día,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">o no va ya su acreedor,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">o él hace del que se olvida,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">o tiene conchas la deuda,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">del tiempo largo prescripta.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_434_434" id="Footnote_434_434"></a><a href="#FNanchor_434_434"><span class="label">[434]</span></a> Como escribe Covarrubias, <i>traer la barba sobre el +hombro</i> es «viuir recatado y con rezelo, como hazen los que tienen +enemigos, que van bolviendo el rostro a vn lado y a otro....» Es uno de +los modos de decir que proscribió Quevedo en la <i>Premática</i> de 1600. Y +Quiñones de Benavente, en su <i>Entremés de las Civilidades</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Dícenme por asombro:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Señor, <i>traé la barba sobre el hombro</i>.»</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">No es buen consejo ése,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">porque si yo trajese</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">la barba sobre el hombro solo un día</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cordero de <i>agnus Dei</i> parecería.»</span><br /> +</p><p> +Bien que esto último ya se lo tiene Quevedo en el prólogo de su <i>Cuento +de cuentos</i>: «<i>Andar la barba sobre el hombro</i>, quien lo tuviere por +buen consejo lo pruebe, y andará hecho corderito de <i>agnus dei</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_435_435" id="Footnote_435_435"></a><a href="#FNanchor_435_435"><span class="label">[435]</span></a> Este edificio, que aun hoy subsiste, es la famosa <i>Casa +de Pilatos</i>, visitadísima de cuantos curiosos van a Sevilla, por las +notables riquezas artísticas que contiene. De este nombre ha inducido +recientemente un escritor italiano, Rosadi, que Pilatos fué natural de +Sevilla, pues tenía y aun tiene casa en ella(!!!). La Casa de Pilatos +fué edificada por don Fadrique Enríquez de Ribera, marqués de Tarifa y +duque de Alcalá, cuando volvió de Tierra Santa en 1520. Devotísimo de la +Pasión de Jesucristo, hizo en Sevilla una <i>Vía Sacra</i>, que empezando en +su nuevo palacio, que recuerda la fortaleza de la Torre Antonia, +residencia del gobernador militar de Roma en Jerusalén, terminaba en el +monumental humilladero de la llamada Cruz del Campo.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_436_436" id="Footnote_436_436"></a><a href="#FNanchor_436_436"><span class="label">[436]</span></a> Esto no era ni es así enteramente: no se nombraba <i>el +Candilejo</i> a la calle en que está <i>la cabeza del Rey don Pedro</i>, pues, +como dice Pérez y González, «la <i>calle del Candilejo</i> llamábase antes +<i>de los Cuatro Cantillos</i>, y a la <i>Cabeza del Rey don Pedro</i> le decían +<i>calle del Velador</i>». El suceso de marras, tan universalmente conocido, +que holgaría el contarlo una vez más, ocurrió junto a la esquina que +forman ambas calles. Y añade el docto escritor sevillano que, contra lo +que creyeron algunos historiógrafos hispalenses, «sábese hoy de modo +cierto que la primitiva cabeza que mandó hacer y poner el rey don Pedro +(y que era sólo una cabeza como cortada y separada del cuerpo por el +hacha del verdugo) no era de piedra. Según testimonio de quien la +poseyó, recogido por el canónigo doctor don Ambrosio de la Cuesta en un +tomo de <i>Memorias históricas sevillanas</i>, la cabeza era «de barro, +cocida y pintada, con el pelo corto, que sólo le cubría el cuello, +cortado alrededor y cercenado por la frente como entonces se usaba, sin +bigotes ni barbas, el rostro algo abultado y en la cabeza un bonete +redondo, traje de aquel tiempo». En dichas <i>Memorias</i> léese también que +«cuando desapareció aquella cabeza, la Ciudad acordó que se hiciese una +efigie de piedra, que representase la persona del rey don Pedro en traje +e insignias reales y se pusiesen las armas de Castilla y León en un +escudo a costa de la Ciudad y se colocase en un nicho el bulto del Rey, +de medio cuerpo». +</p><p> +De todo ello trató eruditamente don José Gestoso en su <i>Sevilla +monumental y artística,</i> tomo III, pág. 396, y a esta obra remite Pérez +y González, y yo con él. En las frecuentes investigaciones que hice +durante mucho tiempo en el Archivo Municipal de Sevilla, encontré, +examinando las actas capitulares (escribanía segunda), diversas noticias +referentes a la nueva <i>Cabeza del rey don Pedro</i>: Cabildos de 30 de +julio y 24 de septiembre de 1599: Peticiones del escultor Marcos de +Cabrera para que se le pague su hechura.—Cabildo de 15 de octubre de +1604: «... y la echura de la caueza del Rey don Pedro que está en poder +del jurado Juan de Perea se ponga en el sitio que está mandado.»—Cabildos +de 10 de septiembre de 1607 y 26 de septiembre de 1608: Nuevo acuerdo de +que se ponga en el Candilejo, como estaba prevenido.—Cabildo de 19 de +agosto de 1609: Propuso don Fernando de Ulloa que se pusiera en el sitio +en que está mandado la cabeza del Rey don Pedro.—Cabildos de 17 y 20 de +octubre de 1612: Otros acuerdos sobre lo mismo. La piedra de que se hizo +tal busto se había pagado en 1598. (Libros de Propios, 8 de junio de aquel +año.)</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_437_437" id="Footnote_437_437"></a><a href="#FNanchor_437_437"><span class="label">[437]</span></a> <i>Cal</i>, por <i>calle</i>, como más adelante (tranco X) <i>cal +de Tintores</i>. Y fueron tan para en uno, a las veces, la calle y su +nombre, que se escribieron como una sola palabra (<i>Caldebayona, +Calderredes</i>), y aun olvidando que el <i>cal</i> no era del nombre, +rebautizaron en Osuna, mi pueblo natal, la <i>cal de Negros</i> o +<i>Caldenegros</i>, llamándola <i>calle de Caldenegros</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_438_438" id="Footnote_438_438"></a><a href="#FNanchor_438_438"><span class="label">[438]</span></a> <i>Borciguinería</i>, por asimilación de vocales, en lugar de +<i>Borceguinería</i>. Esta fué una de las muchas calles que tomaron su nombre +del repartimiento hecho por San Fernando, porque la señaló para los +fabricantes de borceguíes. Los modernos, sin tener en cuenta la +venerable antigüedad del nombre, lo han sustituído por el de <i>Mateos +Gago</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_439_439" id="Footnote_439_439"></a><a href="#FNanchor_439_439"><span class="label">[439]</span></a> <i>El Atambor</i>, como dice don Félix González de León en su +<i>Noticia histórica del origen de los nombres de las calles de Sevilla</i> +(Sevilla, 1839), pág. 127, era una plazoleta muy pequeña, situada en la +Borceguinería. La llamarían <i>el Atambor</i> por alusión a su figura y aun +quizás a su reducido espacio. En ella, al mediar el siglo XVI, había un +arquillo con una imagen: en 1547 Juan Alemán, deudo propincuo del autor +del <i>Guzmán de Alfarache</i>, arrendó a Bernardino de Morales unas casas +«que son el arquillo de la ymagen del <i>atambor</i>». (Archivo de protocolos +de Sevilla, García de León, libro 3.º de 1547, fol. 2554.) En esta +plazuela tuvieron su antigua casa los condes de Gelves, hasta que +trasladaron su morada a la collación de la Magdalena.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_440_440" id="Footnote_440_440"></a><a href="#FNanchor_440_440"><span class="label">[440]</span></a> <i>Calles</i>, y no <i>calle</i>, porque se refiere a la +propiamente llamada <i>del Agua</i> y a la inmediata <i>del Chorro</i>, ambas de +la collación de Santa Cruz y pertenecientes a la antigua Alhamía de +Sevilla. Cerca de ellas, como dice González de León, está el muro de la +ciudad por donde pasan las aguas de los Caños de Carmona que van al +vecino Alcázar.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_441_441" id="Footnote_441_441"></a><a href="#FNanchor_441_441"><span class="label">[441]</span></a> «La calle del Agua—dice el señor Bonilla—distaba mucho +de ser recatada, y este vocablo, como advierte el señor Pérez y González +(obra citada, pág. 113), está empleado por Vélez con intención +satírica.» Y copia, para demostrarlo, un texto de Cristóbal de Chaves en +que se habla de cierto rufián que sacó una doncella y «la puso <i>en el +lugar más público de Sevilla,</i> que era una calle que la llaman <i>del +Agua</i>, donde había otras muchas mujeres que vivían como las del +partido». Pero nótese que el mismo texto alegado demuestra que Pérez y +González y Bonilla no estuvieron en lo cierto. La <i>casa pública</i> se +llamó así, no porque estuviese en sitio muy <i>público</i> o transitado, sino +por la condición de sus mujeres. Al contrario, estaba, en todas las +ciudades y villas, y bien se alcanza por qué, en los lugares más +escondidos y secretos. Aún hoy no hay mejor medio para lograr que se +mude a otra casa una mujer de mala nota que tenerle muy alumbrada la +calle, cosa que retrae a los que hubieran de buscarla. El vicio requiere +oscuridad, cuando todavía no ha llegado al límite de la desvergüenza.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_442_442" id="Footnote_442_442"></a><a href="#FNanchor_442_442"><span class="label">[442]</span></a> <i>Aplopejía</i>, metátesis vulgar de <i>apoplejía.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_443_443" id="Footnote_443_443"></a><a href="#FNanchor_443_443"><span class="label">[443]</span></a> La historia de los amores de <i>Vireno</i> y <i>Olimpia</i> y del +consiguiente abandono de ella, está contada por Ludovico Ariosto en los +cantos IX y X del <i>Orlando furioso</i>. En el <i>Romancero general</i> hay un +romance (fol. 41 vto.) en que Olimpia, ya abandonada, se lamenta de la +deslealtad de su amante: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4.5em;">«Svbida en vn alta roca</span><br /> +<span style="margin-left: 4.5em;">donde bate el mar insano,</span><br /> +<span style="margin-left: 4.5em;">del engañoso Bireno</span><br /> +<span style="margin-left: 4.5em;">Olimpia se quexa en vano.</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">Traidor tirano.»</span><br /> +</p><p> +Y Altisidora, en el <i>Quijote</i> (II, 57), apostrofa en burlas al desdeñoso +Caballero manchego, diciéndole: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«<i>Cruel Vireno</i>, fugitivo Eneas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Barrabás te acompañe, allá te avengas.»</span><br /> +</p><p> +La frase <i>de mala mano</i>, que falta en el <i>Diccionario</i> de la Academia, +se decía de los malos pintores y de sus obras, y de ahí se pasó a +decirlo figuradamente de otras muchas cosas, equivaliendo a <i>de mala +calidad</i> o <i>de poco mérito.</i> Véanse algunos ejemplos. <i>Quijote</i>, II, 52: +«Las nuevas deste lugar son que la Berrueca casó a su hija <i>con un +pintor de mala mano....</i>» Lope de Vega, en el acto I de <i>Santiago el +Verde</i>, por boca de Celia, refiriéndose a que se solían pintar buenas +manos en los retratos: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Los pintores dan en eso,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">porque, por lo menos, digan</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>que es de buena mano el lienzo</i>.»</span><br /> +</p><p> +Y Castillo Solórzano, en el <i>Entremés del Casamentero</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«MUJER. ¿Un poeta en crepúsculo? Bien dijo:</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">que hay versos que, con ser <i>de mala mano</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">por escuros parecen del Ticiano.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_444_444" id="Footnote_444_444"></a><a href="#FNanchor_444_444"><span class="label">[444]</span></a> Alude nuestro autor a la vulgar creencia de que el +avestruz digiere el hierro. A lo propio se refirió Rojas Zorrilla en la +jorn. I de <i>El Desafío de Carlos Quinto</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D.ª LEONOR. Ea, don Luis, vuelve en ti;</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">tu brazo la pica empuñe;</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">el coselete en tu pecho</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">al Otomano deslumbre;</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;"><i>digiere aquel hierro ardiente</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;"><i>que el tiro de bronce escupe,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;">y sean para sus balas</span><br /> +<span style="margin-left: 8.5em;"><i>tus entrañas avestruces</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_445_445" id="Footnote_445_445"></a><a href="#FNanchor_445_445"><span class="label">[445]</span></a> A ser esto así, se habría acrecentado su peso en ocho +arrobas desde el tiempo en que Morgado escribió su <i>Historia de +Sevilla</i>, pues dijo en ella (pág. 317 de la reimpresión): «En lo que +menos se imagina, se manifiesta también la gran magestad y riqueza de la +Sancta Iglesia. Pues ¿quién dirá que el Cirio Pascual (que a su tiempo +se pone en la Capilla Mayor muy dorado y labrado) tiene de peso <i>setenta +y seys arrobas de cera</i>?»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_446_446" id="Footnote_446_446"></a><a href="#FNanchor_446_446"><span class="label">[446]</span></a> De este famoso candelero dice Morgado en su <i>Historia</i> +<i>de Sevilla</i> que «es la mayor parte de bronze», y que lo juzgan «por el +más curioso y que más tiene que ver (con quinze figuras de Sanctos de +bulto por el alto) que otro ninguno. El qual por su mucho peso tiene en +los assientos sus ruedas de bronze, con que lo llevan dende la +sachristia, donde se guarda, al choro por las semanas sanctas». Con +hipérbole andaluza trató del cirio pascual y del tenebrario de la +Catedral de Sevilla aquel <i>cicerone</i> que figura en <i>Los Antoios de meior +vista</i> de Rodrigo Fernández de Ribera (fol. 6 de la edición príncipe): +«¿A visto v.m., dijo, un Candelero de Tinieblas, en que se ingieren las +velas con que se dicen? Pues dos mil i sietecientos i treinta i seis +quintales, docientas arrobas i diez libras de bronce tiene, i creo que +cinco onças. Poco cree v.m. de tanto peso, repliqué yo. Pero todo me le +[e]chó encima quando me lo acabó de decir, i sin dejarme respirar, +aunque dejó el Candelero, prosiguió: Pues si v.m. aguarda a la Pasqua +Florida, que bien podrá por esto solo (i era por san Iuán), verá un +Cirio, que de solo cera, sin el pavilo, que es de algodon de la India de +Portugal, i se trae para solo esto cargada una nave.... Ahorrele la +traída de la cera, i quedeme a descansar entre tanto algodon....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_447_447" id="Footnote_447_447"></a><a href="#FNanchor_447_447"><span class="label">[447]</span></a> De esta famosa custodia dice Morgado (pág. 313 de su +<i>Historia de Sevilla</i>) que Juan de Arfe tardó seis años en hacerla, y +añade: «Tiene de altor tres varas y media, sin la Cruz de vna quarta que +lleva por remate. Tiene de peso mil y trezientos marcos, que hazen +veynte y seys arrobas de plata, y de costa treynta y seys mil ducados, +con todas hechuras....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_448_448" id="Footnote_448_448"></a><a href="#FNanchor_448_448"><span class="label">[448]</span></a> El antiguo monumento de la Catedral de Sevilla, al +cual—dice Morgado (pág. 314)—«con razonable conjetura se le da el +nombre de Templo de Salomón..., es de forma octógona, con quatro vistas +principales, de a nueve pies de coluna a coluna, y otras quatro vistas +menores con la mitad de claro de las mayores».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_449_449" id="Footnote_449_449"></a><a href="#FNanchor_449_449"><span class="label">[449]</span></a> Nuestro autor juega del vocablo, por el doble significado +de <i>lonja</i>, y alude a que la de Sevilla, como San Lorenzo del Escorial, +fué traza de Juan de Herrera. La universidad de mercaderes sevillanos +acordó en 1585 levantar este soberbio edificio frente a la puerta de San +Cristóbal, de la Catedral, y en él se empezó a negociar a 14 de agosto +de 1598.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_450_450" id="Footnote_450_450"></a><a href="#FNanchor_450_450"><span class="label">[450]</span></a> Así, <i>Adtlante</i>, en la edición príncipe, y aun pudo decir +<i>Adlante</i>, sin la <i>t</i>, porque así solía y suele pronunciarlo el vulgo. +En otro lugar (tranco X) leeremos <i>ridmo</i>, por <i>ritmo</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_451_451" id="Footnote_451_451"></a><a href="#FNanchor_451_451"><span class="label">[451]</span></a> Acerca del <i>Retiro</i>, o <i>Buen Retiro</i>, el curioso puede +ver el interesante capítulo que le dedicó Mesonero Romanos en <i>El +Antiguo Madrid</i>, tomo II, págs. 161-175. Para una nota baste decir que +la fundación de este real sitio se empezó el año de 1631, por lo que se +llamó <i>el Gallinero</i>, junto a la huerta de San Jerónimo; que en 1632 se +terminaron la plaza y cuerpo principal del palacio; que en octubre del +mismo año se efectuó en ella algún juego de cañas, y que de entonces en +adelante el Retiro fué lugar de frecuentes y fastuosos divertimientos +cortesanos, entre los cuales tuvieron preferencia las representaciones +de obras de los más celebrados autores de aquel tiempo: Calderón de la +Barca, Mendoza, Solís, etc. De los antiguos edificios del Retiro sólo +uno resta en pie: el vulgarmente llamado <i>el Casón,</i> donde al presente +está instalado el Museo de Reproducciones Artísticas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_452_452" id="Footnote_452_452"></a><a href="#FNanchor_452_452"><span class="label">[452]</span></a> Muchas ediciones leyeron <i>enjauladas</i>, siguiendo a la de +Zaragoza, 1671. En la de Vigo, 1902, el señor Bonilla declaró que +«<i>enjaguadas</i> está por <i>purificadas</i> o <i>depuradas</i>», e intentó apoyarlo +en Covarrubias y el <i>Diccionario</i> de autoridades. Pérez y González, +entendiendo que en el pasaje del texto «ni el <i>enjaguar</i> ni el +<i>enjuagar</i> ni el <i>enjaular</i> encajan», conjeturó que se trataba de una +errata y que debía leerse <i>amen-guadas</i> donde la edición príncipe +estampó <i>enja-guadas</i>, «y cuando menos—añadió—, el sentido de la frase +quedará completo y claro, sin necesidad de meter las grandezas en jaulas +como si fueran loros, ni de echarlas en lavaderos como si se tratara de +ropa sucia». En su edición de 1910 Bonilla insiste en que «<i>enjaguadas</i> +(metátesis de <i>enjuagadas</i>) encaja perfectamente en el texto», pues al +decirse del Real Salón del Buen Retiro que «todas las admiraciones +vienen cortas, y las mayores grandezas <i>enjaguadas</i>», se da a entender +«que toda alabanza era escasa, y que las mayores grandezas se +encontraban allí <i>mejoradas, depuradas, purificadas,</i> elevadas a un +grado superior». +</p><p> +Creo que serán contados los que acompañen al señor Bonilla en la +persuasión de que, entendido como él propone, queda claro el sentido del +pasaje, y por ello he de probar a explicarlo. <i>Enjaguar</i>, de donde por +metátesis se dijo <i>enjuagar</i>, proviene de <i>ex aquare</i>, y ante todas +cosas significa <i>ensaguar</i>, o <i>enaguar</i>, esto es, <i>aguar</i>, una de cuyas +acepciones vulgares, regístrela o no el <i>Diccionario</i>, equivale a +aminorar de calidad alguna cosa, como sucede al vino cuando se agua. +Entendido así, está clara la expresión, y se conserva el paralelismo o +correlatividad que existe (siquiera no la viese el señor Bonilla) entre +la afirmación de que «todas las admiraciones vienen cortas», y la otra +afirmación de que «las mayores grandezas [vienen] <i>enjaguadas</i>», o +<i>aguadas</i>, que es como decir, <i>bastardeadas</i>, o <i>desmejoradas: +frustradas</i>; que esta acepción, figuradamente, suele tener el verbo +<i>aguar</i>, y así se dice <i>se aguó la fiesta; me aguaron el contento</i>. +Quien dude que <i>enjaguar o ensaguar</i> significa ante todo <i>aguar</i>, vea si +<i>ensangostar</i> y <i>ensanchar</i> (de <i>ex angustare</i> y <i>ex ampliare</i>) no +significan respectivamente <i>angostar</i> y <i>anchar</i>, verbo este último que, +como <i>enanchar</i>, se usa en Andalucía y en algunas repúblicas +hispanoamericanas.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_453_453" id="Footnote_453_453"></a><a href="#FNanchor_453_453"><span class="label">[453]</span></a> De la enormidad de riquezas que solían pasar por la Casa +de la Contratación de Indias dije algo en el discurso preliminar de mi +edición crítica de <i>Rinconete y Cortadillo</i>, pág. 11.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_454_454" id="Footnote_454_454"></a><a href="#FNanchor_454_454"><span class="label">[454]</span></a> Tratando de la Plaza de la Universidad y Colegio de Maese +Rodrigo, dice don Félix González de León en su <i>Noticia artística, +histórica y curiosa de todos los edificios públicos, sagrados y profanos +de ... Sevilla, y de muchas casas particulares</i> ... (Sevilla, 1844), +tomo I, pág. 146: «La casa oriunda de los señores Vicentelos de Leca, +hoy Condes de Cantillana, es otro de los edificios que están en esta +plaza, como ya se dijo. Esta casa, comúnmente conocida por la <i>del +Corzo</i>..., es una de las magníficas de esta gran población. Se entra por +un patio zaguán en que, como en todas las principales, están las +cocheras, caballerizas y cuartos de criados, y se pasa al patio, +cuadrado, diáfano y alegre, con sus respectivos corredores bajos y altos +formados de arcos sobre iguales y hermosas columnas de mármol. En él +están las multiplicadas y amplias habitaciones, muchas de ellas, +cubiertas sus paredes de ricos alicatados de buenos azulejos, y el piso +de losas de Génova. Hay también ameno y delicioso jardín y las piezas +del piso alto están cubiertas de muy costosos artesonados.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_455_455" id="Footnote_455_455"></a><a href="#FNanchor_455_455"><span class="label">[455]</span></a> Quiere decir que así como es forzoso a las personas +cumplir con la parroquia, esto es, confesar y comulgar, a lo menos una +vez en el año, así también era forzoso a los toros tarifeños y jarameños +experimentar cada año los rejones del Conde de Cantillana. Es juego de +palabras revesado, sobre irreverente.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_456_456" id="Footnote_456_456"></a><a href="#FNanchor_456_456"><span class="label">[456]</span></a> Pedro de Medina, corregido y ampliado por el rondeño +Diego Pérez de Mesa, <i>Primera y segunda parte de las grandezas y cosas +notables de España</i> (Alcalá de Henares, 1590), fol. 128 vto.: «Ay en +Seuilla vna casa de moneda que a mi parecer es la mexor del mundo, y +donde más moneda se labra. Porque ordinariamente andan labrando y +batiendo la moneda ciento y ochenta hombres: de manera, que cada día se +labran setecientos marcos de oro y plata. Haze admiracion ver los +montones de moneda que en ella ay. Desta casa salen continuamente requas +cargadas de oro y plata amonedada, como si fuesse otra mercaduría +común.... Cárganse en esta ciudad [de mercaderías] para solamente las +Indias más de cien naos cada año, y la mayor parte de las mismas naos +vueluen cargadas de oro y plata y otras riquezas....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_457_457" id="Footnote_457_457"></a><a href="#FNanchor_457_457"><span class="label">[457]</span></a> De la antigua puente de barcas de Sevilla dijo Lope de +Vega en el acto I de <i>La Esclava de su galán</i>, refiriéndose al casco de +la ciudad y a su populoso y alegre barrio de Triana: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ELENA. ... en esta puente de maderos graves,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">sin pies que toquen a su centro frío,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">mano que las dos partes divididas</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">por una y otra orilla tiene asidas.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_458_458" id="Footnote_458_458"></a><a href="#FNanchor_458_458"><span class="label">[458]</span></a> Por estar el monasterio de las Cuevas a <i>la lengua del +agua</i>, llamaban vulgarmente <i>espantaalbures</i> a la campana con que sus +monjes tocaban a maitines. Lope de Vega, en el acto III de <i>El Amigo +hasta la muerte</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«GUZMÁN. ...Cené y brindé por tu salud en tanto,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">incitado de almejas temerarias;</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">pero apenas sonaba <i>espantaalbures</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">(ya sabes que es campana de las Cuevas),</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">cuando, llamando un envarado destos</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">con seis esbirros, me metió en la cárcel.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_459_459" id="Footnote_459_459"></a><a href="#FNanchor_459_459"><span class="label">[459]</span></a> El señor Bonilla, por muy disculpable distracción, leyó +<i>del Guadalquivir</i>. De ordinario no se ponía artículo a los nombres de +los ríos, como indiqué en mis notas a <i>El Licenciado Vidriera (Novelas +ejemplares de Cervantes</i>, tomo II, 9, 3, edición de <i>Clásicos +Castellanos</i>).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_460_460" id="Footnote_460_460"></a><a href="#FNanchor_460_460"><span class="label">[460]</span></a> No <i>todos</i> los romances de moros; pero sí algunos, +especialmente los de la serie de Gazul, incluída en el <i>Romancero +general</i>. Al fol. 4, verbigracia: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Por la playa de Sanlucar</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">galan passeando viene</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">el animoso Ganzul <i>(sic)</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de blanco, morado y verde.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Quiérese partir el moro</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>a jugar cañas a Gelues</i>....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_461_461" id="Footnote_461_461"></a><a href="#FNanchor_461_461"><span class="label">[461]</span></a> En la edición príncipe, <i>da sus ilustres condes</i>, +evidentemente por errata.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_462_462" id="Footnote_462_462"></a><a href="#FNanchor_462_462"><span class="label">[462]</span></a> Estos dos versos están impresos corridamente, como prosa, +en la edición original.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_463_463" id="Footnote_463_463"></a><a href="#FNanchor_463_463"><span class="label">[463]</span></a> Refiérese a la huerta del Alamillo, que estaba próxima a +las Cuevas y, como este monasterio, a la orilla derecha del +Guadalquivir. Eran famosos los <i>sábalos del Alamillo</i>, y Lope de Vega, +en la jorn. I de <i>Los Vargas de Castilla</i>, los recordó por boca de +Millán: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Adiós, Sevilla soberbio...,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">pan de Gandul de mi vida,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">roscas de Utrera del cielo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">alcaparrón como el puño,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">aceitunas como el cuerpo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>sábalos del Alamillo</i>....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_464_464" id="Footnote_464_464"></a><a href="#FNanchor_464_464"><span class="label">[464]</span></a> Así la edición príncipe; pero quizá es errata, por <i>los +Zúñigas</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_465_465" id="Footnote_465_465"></a><a href="#FNanchor_465_465"><span class="label">[465]</span></a> <i>De Medina Sidonia</i>, quiere decir.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_466_466" id="Footnote_466_466"></a><a href="#FNanchor_466_466"><span class="label">[466]</span></a> Cuando estos elogios salieron a luz, el duque don Gaspar +Alonso de Guzmán el Bueno había dejado de merecerlos de todo en todo, +por un hecho harto deplorable: por la traidora confabulación para +separar a Portugal y Andalucía de la obediencia de Felipe IV. Véase +resumida esta negra historia en mi libro intitulado <i>Pedro Espinosa</i> +(Madrid, 1906), págs. 313 y siguientes.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_467_467" id="Footnote_467_467"></a><a href="#FNanchor_467_467"><span class="label">[467]</span></a> A don Francisco Zapata, conde de Barajas, se debió, en +efecto, el saneamiento de aquella parte de la ciudad que se llamaba la +Laguna, convertida por él en deleitosa alameda, hermoseada con tres +copiosas fuentes, que en 1587, cuando Morgado publicó su <i>Historia de +Sevilla</i>, regaban todo el año «los mil y setecientos árboles que, entre +alisos, alamos blancos, naranjos, cipreses y árboles de parayso, fueron +en esta Laguna plantados....» A la entrada de la nueva Alameda, sobre +grandes pedestales, se colocaron dos esbeltas columnas, gruesas de +catorce palmos en redondo y altas de cuatro estados, y encima de ellas, +respectivamente, las estatuas de Hércules, fundador de la ciudad, y +Julio César, que la cercó de murallas. Toda esta obra se acabó el año de +1574, y ha de reconocerse que salió mal su cuenta al Conde de Barajas, +pues queriendo que la hermosa Alameda sirviese para honesto solaz y +esparcimiento de Sevilla, no lo vió conseguido; antes cargó sobre ella, +especialmente en las noches de la primavera y el verano, tal turba de +mujeres perdidas y de mancebillos boquirrubios y hombres pícaros y +arrufianados, que cuatro años despues, en 1578, Vicente Espinel, que +vivió muy desbaratadamente una temporada en la ciudad del Betis, comenzó +así la <i>Sátira contra las damas de Sevilla</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Invicto César, Hércules famoso,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">espeio y luz de valerosos pechos,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">patrones deste suelo venturoso,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">ya que permite el hado que estéis hechos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de la Alameda vigilantes guardas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">injusto premio a tan gallardos pechos....»</span><br /> +</p><p> +Y dijo después: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Vuelva Zapata y su jardín reforme;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que pues le hizo al culto de Diana,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">no es bien que en putería se transforme.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_468_468" id="Footnote_468_468"></a><a href="#FNanchor_468_468"><span class="label">[468]</span></a> <i>Disignio</i>, dicho un poco a la italiana; y aun +enteramente en italiano <i>(disegno)</i> lo escribió tal cual vez el +sevillano Juan de la Cueva: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 12.5em;">«... quel Francés furioso</span><br /> +<span style="margin-left: 3em;">viene a nosotros con <i>diseños</i> fieros.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_469_469" id="Footnote_469_469"></a><a href="#FNanchor_469_469"><span class="label">[469]</span></a> Era Tomasa, en lo tornajona, como la célebre Marica del +romance de Quevedo: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Tomando estaba sudores</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Marica en el hospital;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>que el tomar era costumbre</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y el remedio era sudar.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_470_470" id="Footnote_470_470"></a><a href="#FNanchor_470_470"><span class="label">[470]</span></a> <i>Como unos hermanos</i>, es decir, como unos cuadrilleros de +la Santa Hermandad que fuesen con requisitoria en busca de algún +malhechor.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_471_471" id="Footnote_471_471"></a><a href="#FNanchor_471_471"><span class="label">[471]</span></a> <i>Regalados</i>, en la acepción de <i>agradables</i> y +<i>deleitosos</i> como dijo Lope de Vega: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Pan de Sevilla, <i>regalado</i> y tierno,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">masado por la blanca y limpia mano</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de alguna que os quisiera para yerno.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_472_472" id="Footnote_472_472"></a><a href="#FNanchor_472_472"><span class="label">[472]</span></a> Hasta ahora han sido inútiles cuantas diligencias se han +practicado para averiguar por qué se llamara <i>de Gallegos</i> este +celebrado pan. Presumo que se apellidaría <i>Gallegos</i> el panadero que lo +fabricaba.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_473_473" id="Footnote_473_473"></a><a href="#FNanchor_473_473"><span class="label">[473]</span></a> <i>En él,</i> refiriéndose <i>al Prado</i>, y claro que no <i>al +espejo</i> como en rigor gramatical podría colegirse.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_474_474" id="Footnote_474_474"></a><a href="#FNanchor_474_474"><span class="label">[474]</span></a> Ocurren aquí, como en el tranco II (56, 3)[173] dos versos +en decasílabos ocasionales: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«... <i>comen alas del viento por cebada,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>no quiero que dejemos a Sevilla</i>....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_475_475" id="Footnote_475_475"></a><a href="#FNanchor_475_475"><span class="label">[475]</span></a> El hallarse muy bien el Cojuelo en Sevilla conviene con +lo que Santa Teresa de Jesús dijo de esta ciudad en el cap. XXV de su +<i>Libro de las Fundaciones</i>: «No sé si la misma clima de la tierra, que +he oído siempre decir <i>los demonios tienen más mano allí para tentar</i>, +que se la debe de dar Dios, y en esto me apretaron a mí, que nunca me vi +más pusilánime y cobarde en mi vida que allí me hallé: yo, cierto, a mí +mesma no me conocía.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_476_476" id="Footnote_476_476"></a><a href="#FNanchor_476_476"><span class="label">[476]</span></a> <i>Alfaneques</i> se llamaban unos halcones muy usados por los +cazadores de cetrería, y <i>volar</i> está dicho, no en la acepción +germanesca de <i>hurtar</i>, como creyó el señor Bonilla, sino, aunque +figuradamente, en la cinegética de hacer que el ave se levante y vuele. +<i>Bretón</i> sí está usado en la genérica y germanesca de <i>extranjero</i>. Así, +la frase <i>alfaneque de volar una bolsa de bretón</i> equivale a tercera a +propósito para trasponer la bolsa de cualquier extranjero incauto desde +la faldriquera de éste a las sonrosadas uñas de cualquiera doncellita de +alquiler.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_477_477" id="Footnote_477_477"></a><a href="#FNanchor_477_477"><span class="label">[477]</span></a> <i>Doncelliponiente</i>, a imitación de <i>barbiponiente</i> o +<i>barbipungente</i>, que se dice del mancebo a quien empieza a salir la +barba, pero también del principiante en una facultad u oficio. Nuestro +autor, pues, llama <i>doncelliponientes</i> a las jóvenes aún poco +experimentadas en la venta y reventa de su doncellez, y necesitadas, por +tanto, de los sabios consejos de la experta mulata.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_478_478" id="Footnote_478_478"></a><a href="#FNanchor_478_478"><span class="label">[478]</span></a> <i>Acuchillado</i>, esto es, abierta a trechos la tela y +puestos en las aberturas piezas fusiformes de otro tejido, de color +diferente de aquélla.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_479_479" id="Footnote_479_479"></a><a href="#FNanchor_479_479"><span class="label">[479]</span></a> Llamaban y llamamos <i>cotonía</i> a cierta tela hecha de hilo +de <i>algodón.</i> Son tan añejos esta tela y su nombre, que nuestro vulgo, +cuando quiere ponderar la antigüedad de un dicho o costumbre, suele +decir: «Eso es más viejo que la <i>cotonía.</i>»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_480_480" id="Footnote_480_480"></a><a href="#FNanchor_480_480"><span class="label">[480]</span></a> <i>Ponleví</i>, del francés <i>pont levis, puente levadiza</i>. +«Forma especial—dice el <i>Diccionario</i> de la Academia—que se dió a los +zapatos y chapines, según moda traída de Francia. El tacón era de +madera, muy alto, inclinado hacia adelante y con disminución progresiva +por su parte semicircular, desde su arranque hasta abajo.» A mi ver, +huelga en esta definición la referencia a los chapines, pues éstos jamás +tuvieron tacón; al contrario, el zapato con tacón vino a sustituírlos, +dando, aunque sólo en el carcañal, la altura que el chapín daba a todo +el pie. Al tacón solían llamar <i>talón.</i> Lope, en el acto I de <i>El +Desprecio agradecido</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D. BERNARDO. Cien escudos tenéis ciertos</span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">por un zapatillo suyo.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">INÉS. ¿Tan prestísimo?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D. BERNARDO. Soy tierno.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">INÉS. Pues ¿para qué le queréis?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D. BERNARDO. Para traerle aquí dentro.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">INÉS. Son <i>de ponleví: el talón</i></span><br /> +<span style="margin-left: 9em;">os hará mal en el pecho.»</span><br /> +</p><p> +Como el <i>tacón,</i> terminado en semicírculo pequeño, venía a acabar hacia +la mitad del largo del zapato, tal como hoy, los pies mayores parecían +diminutos, especialmente en la huella. El mismo Lope, en el acto I de +<i>Las Bizarrías de Belisa</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«TELLO. ...Hay enanas; las hay con larga trampa:</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">unas con pie de apóstol, <i>consoladas</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>del ponleví, que imprime poca estampa</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_481_481" id="Footnote_481_481"></a><a href="#FNanchor_481_481"><span class="label">[481]</span></a> «<i>Escarpín</i>—dice el <i>Diccionario</i> de autoridades—, +funda pequeña de lienzo blanco con que se viste y cubre el pie, y se +pone debaxo de la media o calza.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_482_482" id="Footnote_482_482"></a><a href="#FNanchor_482_482"><span class="label">[482]</span></a> <i>Tapetado</i>, según Covarrubias, es el cuero envesado, dado +color negro. En el auto de <i>La Paciencia de Job</i>, de autor anónimo, dice +el bobo a Satán: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«¿Mi hermano sois vos? Si tal ha parido</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">mi madre, yo muera vestido y calzado:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">mi madre era blanca, vos sois <i>tapetado</i>....»</span><br /> +</p><p> +Y Quevedo, describiendo una <i>Boda de negros</i> (Musa VI): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Iba afeitada la novia</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">todo el <i>tapetado</i> gesto</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">con hollín y con carbón</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y con tinta de sombreros.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_483_483" id="Footnote_483_483"></a><a href="#FNanchor_483_483"><span class="label">[483]</span></a> <i>Se subía a tocar</i>, es decir, a <i>tocarse</i>, a arreglar su +tocado; pero, jugando del verbo <i>tocar</i>, añade lo de <i>tocar de la +tarántula,</i> por alusión a que se hacía <i>tocar</i> o tentar el cabello por +la <i>tarántula</i> de sus dedos; que eso semejaban con el teclear por toda +la cabeza. No hay aquí, pues, contra lo que imaginaron los señores Durán +y Bonilla, referencia alguna a la música o tonada llamada <i>de la +tarántula.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_484_484" id="Footnote_484_484"></a><a href="#FNanchor_484_484"><span class="label">[484]</span></a> <i>Espejo de armar</i>, expresión que el léxico de la Academia +da por anticuada, siendo así que se usó mucho en los siglos XVI y XVII, +es—dice el <i>Diccionario</i> de autoridades—«el que es de bastante grandor +para poder verse en él todo el cuerpo humano u la mayor parte de él».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_485_485" id="Footnote_485_485"></a><a href="#FNanchor_485_485"><span class="label">[485]</span></a> Leo <i>nigromancía</i> (y no <i>nigromancia</i>, al uso de hoy), +porque en el siglo XVII aún se pronunciaba así. Calderón, en la jorn. I +de <i>El Jardín de Falerina</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«LISIDANTE. Tú, que, sabia, la gran <i>piromancía</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">escribes en pirámides de fuego....</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">MARFISA. Tú, que en el aire, a los conjuros ciego,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">das a las aves la <i>eteromancía</i>....</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">LISIDANTE. Tú, que en sepulcros la <i>nigromancía</i></span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">ejecutas....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_486_486" id="Footnote_486_486"></a><a href="#FNanchor_486_486"><span class="label">[486]</span></a> Visto que el <i>Diccionario</i> de la Academia sólo dice que +<i>echar las habas</i> es «hacer hechizos o sortilegios», el señor Bonilla ha +reparado muy justamente: «Pero claro es que los <i>hechizos</i> o +<i>sortilegios</i> se podían hacer de muchas maneras, y una de ellas era +<i>echando las habas</i>.» Y esto advertido, cita dos versos de Quevedo, que +dicen: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«En mi vida <i>eché las habas</i>;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">antes me echaba a mí propia»,</span><br /> +</p><p> +y con ellos da por terminada su nota. Nos quedamos, por tanto, sin saber +qué era <i>echar las habas</i>, aun después de ver bien rectificada la +definición de la Academia. +</p><p> +<i>Echemos las habas</i>: quiero decir, veamos cómo y para qué se echaban, +aunque esta nota exceda de la extensión que de ordinario tienen las del +presente libro. Y para lograr bien nuestro propósito, tomemos por +maestras a las mismas gitanas que poco antes del año 1633 (tiempo en que +ya la Rufina María del texto practicaba esas habilidades) tenían por +discípula, en la villa y corte de Madrid, a doña Antonia Mexía, la cual, +pesarosa, después, de su aprendizaje, se denunció al Tribunal del Santo +Oficio (Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo 91 de +causas, número 176), manifestando, entre otras cosas: «Que las dichas +gitanas le enseñaron <i>la suerte de las habas</i> en esta manera...: que +tomase nueue hauas, un poco de carbon, un grano de sal, un poco de çera, +un ochauo, un poco de piedra lumbre, un poco de açufre, un poco de pan, +un poco de paño colorado, un poco de paño açul, y que las dos de las +hauas las señalase mordiendolas, o las más que quisiese, diciendo este +es Juan (su marido), este es Francisco, y esta Catalina, y que si +saliese la mordida, que es la persona que se quiere, junto al carbon, +significa noche; si junto a la sal, gusto; junto a çera, martelo, que +quiere deçir golpe, porraço o cosa semejante; junto al ochauo, que abrá +dinero; junto a la piedra alumbre, con lo colorado, sangre; y junto a +lo açul, çelos; y junto al açufre, si sale con la sal, oro, y si sale +solo, pesadumbre; junto al pan, que abrá comida....» +</p><p> +La sentencia de otro proceso inquisitorial, dictada en 1638, acaso en +los mismos días en que Vélez de Guevara revelaba las aficiones +hechicerescas de Rufina, nos permite ver en funciones a Isabel Bautista, +natural de Sevilla, quizá trianera como la mulata huéspeda del Cojuelo y +de don Cleofás (Inquisición de Toledo, legajo 82, núm. 26): «... sacó una +bolsilla colorada con unas habas, y las echó, y entre ellas un poco de +paño azul, y alumbre, y un poco de carbon, y un medio real, y otro +pedazo de grana, diciendo que el paño azul significaba celos, y el +alumbre, y el carbón, noche, y el medio real, que les habían de dar +plata, y echó vn maravedí, que significaba que les habían de dar +cuartos, y el paño de grana, alegría, todo lo qual echó sobre vn paño +colorado, y las dichas habas traya a la mano halagándolas «hijitas mias, +decid la verdad», y luego las soltaba, y en cayendo las habas las decía: +«Rociadas con el rocio del cielo», y hablaba entre dientes, que no se le +entendía lo que decía, y volvió a decir: «Vosotras decid la verdad, que +la decis más que el Evangelio»; y a la dicha muger le dijo señalando +vnas habas: «Este es tu padre, esta eres tú y esta tu madre; ya viene +por el camino; muy pronto le verás», señalando entre las habas y las +demás cosas el camino que decía por donde venía.» La propia Isabel +Bautista había declarado en su confesión «... que era verdad que echó +las habas, y que eran nueve pares, todas señaladas cuál era macho y +hembra; que echaba además una haba partida y que las palabras que decía +entre dientes eran santas y buenas, porque decía: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 5em;">«Con San Pedro y San Pablo</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">y el apostol Santiago</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">y con el bienaventurado San Cebrian,</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">suertes echasteis en la mar;</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">muertas las echasteis,</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">vivas las sacasteis;</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">así me saqueis</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">vivas y verdaderas estas suertes.</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">Si fulano ha de venir,</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">salga en camino»;</span><br /> +</p><p> +que era hacer camino las habas, apartándose unas de otras, que era que +venía la persona que esperaban, y si se juntaban, era que no venía, y si +salía el haba junto al carbón, era que venía de noche, y si junto al +paño colorado, era alegría, y si junto a la sal, que habían de tener +gusto, y si junto al ochavo, que le darían dineros, y si salía el haba +junto al haba partida, era ropa que le habían de dar....» También solían +echar entre las demás cosas un pedazo de yeso blanco, que significaba +dolor, y un cantillo redondo de haba, que representaba a la iglesia. +Algunas echadoras de habas, antes de empezar a practicar con ellas, las +bautizaban, metiéndolas en las pilas del agua bendita de tres templos, y +el conjurarlas antes de echarlas era constante, metiéranlas o no en la +boca. Doña Catalina Márquez de Avalos, mujer del capitán Francisco +Alonso de la Serna (Madrid), compareciendo a delatarse de su voluntad en +1631 (Inquisición de Toledo, leg. 90, núm. 161), manifestó, entre otras +cosas, que decía a las habas, teniéndolas en la boca: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Hijas amadas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">hijas queridas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por el labrador que os sembró,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por la tierra en que estuvistes,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por San Pedro, por San Pablo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por el apostol Santiago,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por el mar, por las arenas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">por San Cebrian,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que echó suertes en la mar,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que ansí como le salieron ciertas y verdaderas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">ansí me digáis lo que os quiero preguntar.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_487_487" id="Footnote_487_487"></a><a href="#FNanchor_487_487"><span class="label">[487]</span></a> Para el señor Bonilla, <i>andar el cedazo</i> es «lo mismo que +<i>adivinar por tela de cedazo</i>», especie que quiso justificar con el +<i>Diccionario</i> de autoridades, según el cual es «el ejercicio de la arte +mágica, cuando el demonio hace que los profesores de esta diabólica +ciencia, mirando por un cedazo, vean las cosas que están muy distantes, +ocultas, o por venir, a lo cual llamó la gentilidad <i>coscinomancia</i>». +Pero no sólo ahí está la frase con que el señor Bonilla intentó explicar +lo de <i>andar el cedazo: «adivinar por tela cedaço</i>—dice Covarrubias, +art. <i>cedaço</i>—es dezir lo que claramente se ve y se entiende ser assi, +porque como dize otro Proverbio, muy ciego es el que no ve por tela de +cedaço.» Con todo esto, pues <i>ver</i> uno una cosa <i>por tela de cedazo</i> +significa, según el léxico actual de la Academia, «verla o entenderla +confusamente, o juzgarla, no como es en sí, sino como se la presenta su +pasión o preocupación», voy a demostrar que en este punto el +<i>Diccionario</i> de autoridades y cuantos le han seguido <i>vieron por tela +de cedazo</i>. Con acudir a nuestra literatura bastaría, y aun sobraría +mucho, para convencerse de que <i>andar el cedazo</i> no es ni lejano +pariente de <i>adivinar</i>, ni de <i>ver, por tela de cedazo</i>, y aun el +mencionárselo casi siempre con el <i>echar las habas</i> da, por sí solo, +clara sospecha de ser otra especie de sortilegio. Cervantes, en la +cantaleta del acto I de <i>El Rufián dichoso</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«...La que en darse a sí excedió</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a las godeñas más francas;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>la que echa por cinco blancas</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>las habas y el cedacillo</i>....»</span><br /> +</p><p> +Tirso de Molina, en el acto 1 de <i>En Madrid y en una casa</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«MAJUELO. ¡Lo de Toledo ha sabido</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">también! ¡Vive Dios que <i>ha habido</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>haba y cedazo</i>!»</span><br /> +</p><p> +Y Ruiz de Alarcón, en el acto II de <i>La Cueva de Salamanca</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«LUCÍA. ¿Hay alguna que no tenga,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">si ausente o celosa está,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">un poco de <i>echar las habas</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y un mucho de conjurar</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>el cedacillo</i>, el rosario</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">(que de eso les sirve ya)</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">el chapín y la tijera,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">espejo de agua o cristal....»</span><br /> +</p><p> +Pero si estos ejemplos indican sobradamente que lo <i>del cedazo</i> era un +sortilegio, que jamás podría hacerse mirando al través de la tela, +estotras citas demostrarán muy claro que tal sortilegio se hacía +<i>moviendo</i> o <i>moviéndose, el cedazo</i>, cosa que ya se echaba de ver por +la expresión <i>andar el cedazo</i>, usada por Vélez de Guevara. Agustín de +Rojas, en el libro I de <i>El Viaje entretenido</i>, cuenta que las +hechicerías de una vieja su amiga vinieron a parar en que la +encorozaron, y después, ida a Antequera, «cogiéronla <i>haciendo bailar un +cedazo y echando unas habas</i>, y diéronle otros doscientos tocinos». +Mateo Alemán dice en su <i>Guzmán de Alfarache</i>, parte II, libro III, cap. +III: «Respóndame por vida de sus ojos..., si pasando la raya sin rebozo +ni temor de Dios, <i>no dejó cedazo con sosiego, ni habas en su lugar, que +todo no lo hizo bailar</i>, por malos medios y con palabras detestadas y +prohibidas por nuestra santa religión....» Y, en fin, Quevedo, en el +soneto referente a una hechicera antigua, que deja sus herramientas a +otra reciente (Musa VI): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Esta redoma rebosando babas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>el cedazo que sabe hacer corvetas</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">estas que se metieron a profetas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con poco miramiento, siendo <i>habas</i>....»</span><br /> +</p><p> +Ahora bien, ¿quiere el lector ver qué corvetas eran las que sabía hacer +el cedazo de la vieja de Quevedo? Pues sin ninguna clase de hechicería +nos lo va a revelar María López, que era vecina de Malagón por los años +de 1625; la cual, dando su declaración en causa contra Ana Hernández +(Inquisición de Toledo, legajo 88, núm. 117), manifestó que esta Ana le +pidió un cedazo y unas tijeras, y preguntándole para qué los quería, +dijo que tenía un mozo en Almagro y deseaba saber si la esperaba o si +había de venir; «y tomó las tisseras y las hincó en el aro del çedazo la +una punta, asiendo en la mano el anillo de la misma punta de la tissera, +y la otra tissera puesta en cruz, colgando el çedazo dellas, y diciendo +unas palabras que esta declarante no entendió, anduvo el çedazo muy +reçio a la redonda, y le dixo la susodicha: «Yo me voy mañana, que me +esperan»; y quando no era ansi lo que quería, se estaba quedo el +çedazo». +</p><p> +Las palabras que María López no había entendido eran el conjuro propio +del sortilegio. Tengo hasta cuatro o cinco versiones de él, halladas en +otros tantos procesos inquisitoriales; pero las dejo a un lado, +prefiriendo una recogida de la tradición oral en nuestros días, de boca +de ciertos gitanos errantes, por mi buen amigo don Pedro Díaz Cassou, +excelente folklorista murciano, con el nombre de <i>Orasión der seaso</i>. +Dice así: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«San Simón,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">suerte quiero arcansá,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que me digas la berdá,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">las tijeras están agarrás;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en er seaso están clavás;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">personas que reselo boy a nombrá;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que ande er seaso si la sospecha es berdá.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">San Simón que lo sabe lo declarará.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Entro y consiento en er pauto creminá.»</span><br /> +</p><p> +¿Está ahora bien claro que <i>andar el cedazo y adivinar por tela de +cedazo</i> son dos cosas distintas, aunque el cedazo sea un solo cedazo +verdadero?</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_488_488" id="Footnote_488_488"></a><a href="#FNanchor_488_488"><span class="label">[488]</span></a> Ruiz de Alarcón, en el acto I de <i>Mudarse por mejorarse</i>, +explicaba así la razón del nombre de esta calle: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«LEONOR. ¡<i>Calle Mayor</i>! ¿Tan grande es,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">que iguala a su nombre y fama?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D.ª CLARA. Diréte por qué se llama</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>la calle Mayor</i>.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">LEONOR. Di, pues.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D.ª CLARA. Filipo es el rey mayor,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">Madrid, su corte, y en ella</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">la mayor y la más bella</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">calle es la <i>calle Mayor</i>.</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">Luego ha sido justa ley</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>la calle Mayor</i> llamar</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">a la mayor del lugar</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">que aposenta al mayor rey.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_489_489" id="Footnote_489_489"></a><a href="#FNanchor_489_489"><span class="label">[489]</span></a> Hoy diríamos <i>es mesa</i>, sin repetir el <i>que</i> de la línea +anterior. De este <i>que</i> superfluo traté largamente en una nota del +<i>Quijote</i> (I, 229, 16).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_490_490" id="Footnote_490_490"></a><a href="#FNanchor_490_490"><span class="label">[490]</span></a> Por eso se llamaron caballeros <i>de la Tabla Redonda</i> +aquellos de que se acompañaba el rey Artús.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_491_491" id="Footnote_491_491"></a><a href="#FNanchor_491_491"><span class="label">[491]</span></a> Bien se echa de ver que el Cojuelo mostró a Rufina María +la calle Mayor en una de las tardes que en Madrid llamaban <i>de rua</i>. +Mesonero Romanos, en <i>El Antiguo Madrid</i>, tomo I, pág. 265, tratando de +la estancia del Príncipe de Gales en la coronada Villa, cuando en 1623 +vino a ofrecer su mano a doña María, hermana de Felipe IV, dice: «El +domingo siguiente hubo <i>rua o paseo por la calle Mayor</i>, a que asistió +gran concurso de príncipes y magnates en sus carrozas, y todas las +hermosas de la Corte».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_492_492" id="Footnote_492_492"></a><a href="#FNanchor_492_492"><span class="label">[492]</span></a> <i>Con tanto ojo</i>, elíptico, por <i>con tanto ojo abierto</i>, +frases que faltan en el <i>Diccionario</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_493_493" id="Footnote_493_493"></a><a href="#FNanchor_493_493"><span class="label">[493]</span></a> Ocasionalmente ocurren aquí, como pocas páginas atrás +(205, 23)[474], dos versos endecasílabos: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«... <i>que con los malos términos se abrasa,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y con los agasajos se destempla</i>!»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_494_494" id="Footnote_494_494"></a><a href="#FNanchor_494_494"><span class="label">[494]</span></a> Dice <i>de dos yemas</i>, como de los huevos nombrados así, +bien que la <i>litera</i>, por lo común, tenía dos asientos. «Es—nota el +<i>Diccionario</i> de autoridades—de la misma hechura que la silla de manos, +algo más prolongada, y con dos assientos, aunque algunas veces no los +tiene, y en su lugar se tienden colchones, y en este caso va recostado +el que la ocupa. Llévanla dos machos, mulas o caballos, afianzadas las +varas en dos grandes sillones.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_495_495" id="Footnote_495_495"></a><a href="#FNanchor_495_495"><span class="label">[495]</span></a> Así en la edición príncipe, por <i>Eliche</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_496_496" id="Footnote_496_496"></a><a href="#FNanchor_496_496"><span class="label">[496]</span></a> <i>Alcañizas</i> en la edición original, por <i>Alcañices.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_497_497" id="Footnote_497_497"></a><a href="#FNanchor_497_497"><span class="label">[497]</span></a> Mejor sintaxis fuera ésta: y <i>grande hombre de a caballo</i> +en entrambas sillas. Alude a las dos maneras de cabalgar: la brida y la +jineta. Recuérdese lo dicho en nota de los preliminares (9, 6)[49].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_498_498" id="Footnote_498_498"></a><a href="#FNanchor_498_498"><span class="label">[498]</span></a> Dice <i>Simancas</i>, por decir con alguna novedad +<i>archivos</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_499_499" id="Footnote_499_499"></a><a href="#FNanchor_499_499"><span class="label">[499]</span></a> En la edición original, sin duda por yerro, <i>de vna misma +edad y al parecer que lleuan</i>....</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_500_500" id="Footnote_500_500"></a><a href="#FNanchor_500_500"><span class="label">[500]</span></a> <i>Espumando sangre generosísima</i>, como <i>espumando valor</i> +en el tranco I (22, 5) [Nota del transcriptor: "Don Cleofás, espumando +valor, prerrogativa de estudiante de Alcalá, le dijo:"] +"Don Cleofás, espumando +valor, prerrogativa de estudiante de Alcalá, le dijo:".</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_501_502" id="Footnote_501_502"></a><a href="#FNanchor_501_502"><span class="label">[501]</span></a> <i>A sí mismos</i>, diríamos hoy.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_502_503" id="Footnote_502_503"></a><a href="#FNanchor_502_503"><span class="label">[502]</span></a> Hace aplicación, algo violentamente, del cabalgar en +ambas sillas, de la brida y de la jineta, a la destreza en ambas +espadas, negra y blanca. Deslizáronsele aquí a Vélez no menos de cinco +versos octosílabos involuntarios: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«<i>... don Francisco de Mendoza,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>gentilhombre cortesano,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>favorecido de todos</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y diestro en entrambas sillas</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>de la espada blanca y negra.</i>»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_503_504" id="Footnote_503_504"></a><a href="#FNanchor_503_504"><span class="label">[503]</span></a> <i>Hallará</i>, en la edición príncipe, pero sin duda es +errata, por <i>hallara</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_504_505" id="Footnote_504_505"></a><a href="#FNanchor_504_505"><span class="label">[504]</span></a> Es manera tópica de alabanza. En el <i>Quijote</i> (II, 17), +dice el Caballero del Verde Gabán al Ingenioso Hidalgo: «... entiendo +que si las ordenanzas y leyes de la caballería andante <i>se perdiesen, se +hallarían</i> en el pecho de vuesa merced como en su mismo depósito y +archivo.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_505_506" id="Footnote_505_506"></a><a href="#FNanchor_505_506"><span class="label">[505]</span></a> El señor Bonilla corrigió <i>Ildefonso</i>, notando al pie de +la página que el texto original dice <i>Ilefonso</i>. E <i>Ilefonso</i> se decía, +y se escribía, y se estampaba. Rector del Colegio de San <i>Ilefonso</i>, de +Sanlúcar de Barrameda, se llamó Pedro Espinosa en las portadas de sus +obras <i>Espejo de cristal (1625), El Perro y la Calentura (1625), Elogio +al retrato de ... don Manuel Alonso Perez de Guzman el Bueno ... (1625), +Panegírico a la ... ciudad Antequera</i> (1626) y <i>Pronostico +judiciario</i> ... (1627).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_506_507" id="Footnote_506_507"></a><a href="#FNanchor_506_507"><span class="label">[506]</span></a> <i>Velmar</i>, por <i>Bedmar</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_507_508" id="Footnote_507_508"></a><a href="#FNanchor_507_508"><span class="label">[507]</span></a> <i>Ladrada,</i> por <i>la Adrada</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_508_509" id="Footnote_508_509"></a><a href="#FNanchor_508_509"><span class="label">[508]</span></a> <i>Nájara</i>, por <i>Nájera.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_509_510" id="Footnote_509_510"></a><a href="#FNanchor_509_510"><span class="label">[509]</span></a> Jerónimo de Quintana, en su <i>Historia de la antigüedad, +nobleza, y grandeza de la villa de Madrid</i> (Madrid, Imprenta del Reyno, +M.DC.XXIX), fol. 376 vto., menciona muchas casas «de grandes señores +fabricadas con sumptuosidad, hermosura y grandeza», y, entre ellas, «las +del Conde de Oñate, en la calle Mayor». Y Mesonero Romanos, en <i>El +Antiguo Madrid</i>, tomo I, pág. 259, dice: «Esta casa-palacio, una de las +más espaciosas e importantes de la grandeza, debió ser construída a +fines del siglo XVI, si bien la portada y balcón principal son obra del +XVII o principios del pasado, al estilo apellidado <i>churrigueresco</i>». +Demolido este edificio pocos años ha, para ensanchar la calle Mayor, su +portada, sueltas pero numeradas las piedras de que se compone, espera, +en el jardín del Museo Arqueológico Nacional, que se determine dónde ha +de levantarse de nuevo, para conservarla como preciada muestra del +estilo arquitectónico a que pertenece.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_510_511" id="Footnote_510_511"></a><a href="#FNanchor_510_511"><span class="label">[510]</span></a> Como antes (230, 22) dijo <i>Simancas</i>, por decir con +novedad <i>archivos</i>, ahora dice <i>Mercurio Mayor</i>, por no decir <i>Correo +Mayor</i>. Sabido es que Mercurio fué, no ya el correo, sino hasta el +correveidile y terceruelo de los dioses.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_511_512" id="Footnote_511_512"></a><a href="#FNanchor_511_512"><span class="label">[511]</span></a> Se refiere al célebre <i>mentidero</i> de Madrid, del cual, en +el cap. I del <i>Viage del Parnaso</i>, fol. 3 vto. de la edición príncipe, +se había despedido Cervantes diciendo: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«A Dios de san Felipe el gran passeo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">donde si baxa o sube el Turco galgo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">como en Gazeta de Venecia leo.»</span><br /> +</p><p> +Moreto, en la jorn. I de <i>De fuera vendrá</i>..., pinta admirablemente, por +boca de un alférez, cuán rápidamente crecía la diaria almáciga de +embustes en las famosas Gradas: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ALFÉREZ. Mas al despique apelo;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">que yo con estas gradas me consuelo</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">de San Felipe, donde mi contento</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">es ver luego creído lo que miento.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">LISARDO. ¡Que no sepáis salir de aquestas gradas!</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ALFÉREZ. Amigo, aquí se ven los camaradas.</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Estas losas me tienen hechizado;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">que en todo el mundo tierra no he encontrado</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">tan fértil de mentiras.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">LISARDO. ¿De qué suerte?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ALFÉREZ. Crecen tan bien aquí, que la más fuerte</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">sembrarla por la noche me sucede,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">y a la mañana ya regarse puede.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">LISARDO. De vuestro humor, por Dios, me estoy riendo.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ALFÉREZ. Por la mañana yo, al irme vistiendo,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">pienso una mentirilla de mi mano,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">vengo luego, y aquí la siembro en grano,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">y crece tanto, que de allí a dos horas</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">hallo quien con tal fuerza la prosiga,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">que a contármela vuelve con espiga.</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Aquí del Rey más saben que en palacio;</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">del Turco, esto se finge más de espacio,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">porque le hacen la armada por diciembre,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">y viene a España a fines de setiembre....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_512_513" id="Footnote_512_513"></a><a href="#FNanchor_512_513"><span class="label">[512]</span></a> En la edición principe, sin duda por yerro del impresor, +se lee así, y lo mismo en las del señor Bonilla: «¿Qué entierro es este +tan sumptuoso, <i>preguntó don Cleofás, que passa por la calle Mayor, que +estaua tan aturdido....</i>»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_513_514" id="Footnote_513_514"></a><a href="#FNanchor_513_514"><span class="label">[513]</span></a> El lujoso entierro del Astrólogo sería, <i>plus minusve</i>, +como aquel que pinta Quevedo en <i>El mundo por de dentro</i>: «En esto, +llegamos a la calle Mayor.... Tomamos puesto conveniente para registrar +lo que pasaba: fué un entierro, en esta forma: venían envainados en unos +sayos grandes de diferentes colores unos pícaros, haciendo una taracea +de muñidores. Pasó esta recua incensando con las campanillas; seguían +los muchachos de la Dotrina, meninos de la muerte y lacayuelos del +ataúd, chirriando la calavera; seguíanse luego doce galloferos, +hipócritas de la pobreza, con doce hachas, acompañando el cuerpo y +abrigando a los de la Capacha, que, hombreando, testificaban el peso de +la difunta....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_514_515" id="Footnote_514_515"></a><a href="#FNanchor_514_515"><span class="label">[514]</span></a> Como si dijera, tal como suele decirse: <i>¡Con su pan se +lo coma!</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_515_516" id="Footnote_515_516"></a><a href="#FNanchor_515_516"><span class="label">[515]</span></a> Vendíase, en efecto, mucha fruta en la Puerta del Sol.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_516_517" id="Footnote_516_517"></a><a href="#FNanchor_516_517"><span class="label">[516]</span></a> El antiguo Hospital Real de Corte se llamó, como su +iglesia, <i>del Buen Suceso</i>, por una imagen de la Virgen que bajo tal +advocación se veneraba en ella. «Esta plaza—dice Mesonero Romanos <i>(El +antiguo Madrid</i>, tomo II, pág. 115)—, o más bien espaciosa encrucijada +de las diversas calles principales de la población, presentaba la figura +que todos recordamos, de un prolongado trapecio, y se hallaba dominada +en su frente principal, entre las calles de Alcalá y San Jerónimo, por +la modesta fachada de la iglesia del Buen Suceso, la cual, antes de la +ocupación francesa, estaba algo más decorada, y tenía una pequeña lonja +o atrio con verjas de hierro. Delante de ella estaba la famosa fuente +churrigueresca de principios del siglo pasado, y que reemplazó a otra no +menos extravagante, si hemos de creer a la vista de ella que estampa +Álvarez Colmenar en la obra titulada <i>Annales d'Espagne et de Portugal</i>. +Una y otra estuvieron coronadas por la estatua de Venus, no la Medicea, +de Pafos o de Citeres, sino la célebre <i>Mariblanca</i>, que hoy yace +relegada a la plazuela de las Descalzas.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_517_518" id="Footnote_517_518"></a><a href="#FNanchor_517_518"><span class="label">[517]</span></a> Dice Mesonero (<i>El antiguo Madrid</i>, tomo I, pág. 291) que +el convento de la Victoria, con su iglesia, huerta y tahona ocupaba gran +parte de una manzana, y dió lugar con su derribo (1836) a la formación +de la calle de Espoz y Mina, al ensanche de la de la Victoria, y a la +construcción entre ambas de las manzanas de casas de los señores +Mariátegui y Mateu, pasaje o galería cubierta, y otros varios edificios. +Los lugares respectivos de la Victoria y de la fuente del Buen Suceso +están bien indicados en los siguientes versos de Tirso de Molina (<i>Por +el sótano y el torno</i>, acto II): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D. DUARTE. Salieron las dos hermanas,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">que, a ser tres como eran dos,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">las tres Gracias en mentira</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">fueran verdaderas hoy.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 8em;">De las manos y tapadas,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">hacia la Puerta del Sol</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">echaron, y yo tras ellas</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">siguiendo sus pasos voy.</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">Llegamos al Buen Suceso</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">(bueno me lo dé el amor),</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">por las gradas de la fuente</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">ellas, por la puerta yo</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">frontera de la Victoria....»</span><br /> +</p><p> +Hartzenbusch, al llegar aquí, pone esta nota. «<i>Ventana</i>, dice la +edición que seguimos; pero es claro que se habla de la puerta del Buen +Suceso, frente a la calle de Espoz y Mina, cuya entrada era antes la +lonja del convento de la Victoria.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_518_519" id="Footnote_518_519"></a><a href="#FNanchor_518_519"><span class="label">[518]</span></a> <i>Estar</i>, por <i>ser</i>, como en más de un lugar del <i>Quijote</i> +(I, 292, 7; III, 333, 16, etc.).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_519_520" id="Footnote_519_520"></a><a href="#FNanchor_519_520"><span class="label">[519]</span></a> Así solían decir al ver a un niño, refiriéndose al mal de +ojo, las que iban, o podían ir, para brujas. Esto, cuando con el propio +intento no le daban una higa, porque, como decía Covarrubias, «también +es cosa vsada al que ha parecido bien darle vna higa diciendo: tomá para +que no os ahogen (<i>aojen</i>)». Igualmente se hacía y se decía esto por vía +de pulla, y así Feliciano de Silva, por boca de Elicia, en la cena XXXIX +de la <i>Segunda comedia de Celestina</i>: «¡Al diablo la vieja, que no se +contenta con cuanto ha ganado conmigo, sino que si tengo amor a uno, no +le tengo de osar mirar! <i>¡Toma para tus ojos</i>: que yo le hablaré aunque +te pese...!»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_520_521" id="Footnote_520_521"></a><a href="#FNanchor_520_521"><span class="label">[520]</span></a> En la edición príncipe, <i>guedegas</i>, por evidente errata, +que copia el señor Bonilla.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_521_522" id="Footnote_521_522"></a><a href="#FNanchor_521_522"><span class="label">[521]</span></a> <i>Después que</i>, equivaliendo a <i>desde que</i>, usadísimo en +los siglos XVI y XVII, como advertí más de una vez en mis notas al +<i>Quijote</i> (I, 265, 8; II, 74, 4; III, 124, 17; IV, 282, 12, etc.).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_522_523" id="Footnote_522_523"></a><a href="#FNanchor_522_523"><span class="label">[522]</span></a> Siguiendo su alegoría, dice <i>dar grada</i>, por alusión a la +<i>grada</i> o escaño corrido que en el teatro ocupaban las mujeres.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_523_524" id="Footnote_523_524"></a><a href="#FNanchor_523_524"><span class="label">[523]</span></a> Alude a la costumbre, general en algunas naciones, de +saludarse besándose públicamente hombres y mujeres, de la cual decía +Juan Minsheu, por boca de Guillermo, en el sexto de sus <i>Pleasant and +delightfvll dialogves in Spanish and English</i> ... (Londres, Edm. +Bellifant, 1599), pág. 51: «Yo para mi tengo que la mayor causa de la +desoluçion en algunas mugeres de Ynglaterra es esta costumbre de +besallas en público, por que con esto pierden la verguença y a el +tocamiento del beso, les entra vn veneno que las ynficiona». Y poco +después: +</p><p> +«EGIDIO. ¿En España no se vsa besar los hombres a las mugeres? +</p><p> +DIEGO. Sí, besan los maridos a sus mugeres, y esto allá detrás de siete +paredes, donde aun la luz no los pueda ver. +</p><p> +GUILLERMO. Es porque los españoles son demasiadamente celosos. +</p><p> +ALONSO. No, sino porque somos tan trabiessos, que no hemos menester este +apetito para hacer mil malos recaudos. ¿Qué sería si tubiessemos essa +ocasion?»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_524_525" id="Footnote_524_525"></a><a href="#FNanchor_524_525"><span class="label">[524]</span></a> <i>La calle Mayor</i> y <i>el Prado</i>: en estas dos universidades +estudiaban discreción y cortesanía los galanes y las damas de Madrid. +Lope de Vega, en el acto II de <i>El Desconfiado</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«PEDRO. ...Que una mujer en la Corte</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">es imposible ser necia,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y más cuando ella se precia</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">de que esta fama le importe;</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">pues para tomar el grado</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">de doctas, gastan, señor,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>cursos de calle Mayor</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>y cuodlibetos del Prado»</i>.</span><br /> +</p><p> +El enamorado, pues, tenía ambos lugares, <i>la calle Mayor</i> o <i>Carrera</i> y +<i>el Prado de San Jerónimo,</i> por estaciones principalísimas de su diaria +devoción. Calderón de la Barca, en la jorn. I de <i>Hombre pobre todo es +trazas</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D. DIEGO. Por la mañana estaré</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">en la iglesia a que acudís;</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">por la tarde, si salís,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">en <i>la Carrera</i> os veré;</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">al anochecer, iré</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;"><i>al Prado</i>, al coche arrimador</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">luego, en la calle embozadador</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">ved si advierte bien mi amor</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">horas de <i>calle Mayor</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">misa, reja, coche y <i>Prado</i>.»</span><br /> +</p><p> +De este paseo se lee en la <i>Primera y segunda parte de las grandezas y +cosas notables de España</i>, de Pedro de Medina, corregidas y ampliadas +por Pérez de Mesa, fol. 205: «A la otra mano derecha del mismo +monasterio [de San Jerónimo], saliendo de las casas, ay otra alameda +tambien muy apacible, con dos órdenes de árboles, que hazen vna calle +muy larga hasta salir al camino que llaman de Atocha.... Llaman a estas +alamedas <i>el prado de san Hieronymo</i>, donde de invierno al sol y de +verano a goçar de la frescura, es cosa muy de ver y de mucha recreacion +la multitud de gente que sale, de viçarrisimas damas, de bien dispuestos +caualleros, y de muchos señores y señoras principales, en coches y +carroças. Aqui se goza con gran deleyte y gusto de la frescura del +viento todas las tardes y noches del estío, y de muchas buenas +musicas....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_525_526" id="Footnote_525_526"></a><a href="#FNanchor_525_526"><span class="label">[525]</span></a> Así en la edición príncipe, aunque sin acentuar el +pronombre, pues no se acostumbraba hacerlo. El señor Bonilla leyó +equivocadamente: «que otro día le enseñaremos en el río de Mançanares», +diciendo abajo en nota: «El texto repite «el». Claro es que no se +trataba de enseñar <i>el espejo en el río</i>, como parece haber entendido el +señor Bonilla, sino de enseñar <i>el río en el espejo</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_526_527" id="Footnote_526_527"></a><a href="#FNanchor_526_527"><span class="label">[526]</span></a> <i>Y pasa el verano de noche</i>, es decir, <i>y pasa durante el +verano de noche</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_527_528" id="Footnote_527_528"></a><a href="#FNanchor_527_528"><span class="label">[527]</span></a> Compara Vélez el Manzanares con la moneda de Navarra, o +<i>navarrisca</i>, que no era de curso legal en Castilla, pero que solía +pasarse de noche, a favor de la poca luz, como las monedas chanflonas de +que traté en nota del tranco I (18, 5)[76]. La voz <i>navarrisco</i> falta en +el <i>Diccionario</i> de la Academia, aun habiendo sido de uso muy corriente. +Juan de Castellanos, <i>Elegías de varones ilustres de Indias</i>, parte II, +<i>Elogio de Rojas,</i> canto IV: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«... y el <i>navarrisco</i>, que por ellas muere,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">dijo que le dará cuanto pidiere.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_528_529" id="Footnote_528_529"></a><a href="#FNanchor_528_529"><span class="label">[528]</span></a> <i>Caudal</i>, como adjetivo, equivalente a <i>caudaloso</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_529_530" id="Footnote_529_530"></a><a href="#FNanchor_529_530"><span class="label">[529]</span></a> Otros dijeron que el Manzanares, tan merendado, cenado y +concurrido de gente, era río que lo tenía todo, excepto río. Calderón, +en la jorn. I de <i>Fuego de Dios en el querer bien</i>, refiriéndose á las +orillas del Manzanares en una tarde de julio: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«D. ALVARO. Aquí cantan, allí bailan,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">aquí parlan, allí gritan,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">aquí riñen, allí juegan,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">meriendan aquí, allí brindan:</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">país tan hermoso y vario,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">que para ser la Florida</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">estación de todo el orbe</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">la más bella, hermosa y rica,</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;"><i>sólo al río falta el río</i>;</span><br /> +<span style="margin-left: 8em;">mas ya es objeción antigua.»</span><br /> +</p><p> +Y Lope de Vega había comenzado así un soneto de <i>Burguillos</i> en que +<i>Laméntase Manzanares de tener tan gran puente:</i> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Quítenme aquesta puente que me mata,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">señores regidores de la villa;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">miren que me ha quebrado una costilla:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que, aunque me viene grande, me maltrata.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_530_531" id="Footnote_530_531"></a><a href="#FNanchor_530_531"><span class="label">[530]</span></a> No sé a qué conseja o cuentecillo se refiere aquí don +Cleofás. A no pedir lo del ahogarse que las ayuntadas fuesen <i>ranas</i>, se +podría sospechar que estaba errado el texto, por <i>ratas</i>. A lo menos, en +Andalucía es muy vulgar la desenfadada expresión: <i>¡Al ... diablo, +ratas; que se quemó el molino</i>!</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_531_532" id="Footnote_531_532"></a><a href="#FNanchor_531_532"><span class="label">[531]</span></a> A este escudo se había referido Lope de Vega en el acto +II de <i>El Anzuelo de Fenisa</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ALBANO. ...Tiene el Duque de Medina</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">(ya entenderás que es Sidonia)</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">justo a su casa en Sevilla</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">un corredor de pelota....</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">Tiene aqueste corredor,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">no enfrente, sino en la popa,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">las armas de los Guzmanes,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">y sobre el timbre y las hojas</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">que con diversos penachos</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">cercan el escudo y orlas,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">al gran don Alfonso Pérez</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">de Guzmán que el Bueno nombran,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">sobre el muro de Tarifa,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">que al moro la daga arroja</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">para que mate a su hijo</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">(¡divina hazaña española!),</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">y debajo de las armas,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">aquella sierpe espantosa</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">que mató en África, haciendo</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">la hazaña de Hércules corta....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_532_533" id="Footnote_532_533"></a><a href="#FNanchor_532_533"><span class="label">[532]</span></a> Del Conde de Salvatierra traté en el prólogo.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_533_534" id="Footnote_533_534"></a><a href="#FNanchor_533_534"><span class="label">[533]</span></a> <i>De buena capa</i>, es decir, <i>de buena apariencia</i>. También +se decía <i>de buena ropa</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_534_535" id="Footnote_534_535"></a><a href="#FNanchor_534_535"><span class="label">[534]</span></a> Puntúo como la edición príncipe: <i>«... con mantos, de +medio ojo</i>, sentadas en el suelo»; esto es, <i>tapadas de medio ojo</i>, que +era una de las maneras de taparse, y no <i>con manto de medio ojo</i>, como +lee el señor Bonilla, porque nunca hubo tal suerte de mantos. De las +mujeres sevillanas decía Alonso Morgado (pág. 142 de su <i>Historia de +Sevilla</i>): «Vsan el vestido muy redondo, precian se de andar muy +derechas y menudo el passo, y assi las haze el buen donayre y gallardia +conocidas por todo el Reyno, en especial por la gracia con que se +loçanean <i>y se atapan los rostros con los mantos, y miran de vn ojo»</i>. +¿De dónde vino el taparse de esta manera? A esto responde fray Juan de +la Puente, recordado por Antonio de León Pinelo en su curioso libro +<i>Velos Antiguos i modernos en los rostros de las mugeres, sus +conueniencias, y daños</i> ... (Madrid, Juan Sánchez, 1641), fol. 47 vto.: +«De los Árabes tomaron las mugeres españolas el <i>taparse de medio ojo</i>, +de lo qual las alaba Tertuliano....» Y añade León Pinelo (fol. 48) que, +«como las Moriscas siempre andavan tapadas con sus almalafas o sabanas +blancas..., en vistiéndose a lo Español, convirtiéndolas en los mantos +negros, dieron en taparse con ellos del modo que solian con las +sabanas.... I como es uso garvoso, lascivo, alegre i (como dezimos) de +garavato, i las Moriscas, por ser todas de excelentes ojos, andavan assi +más briosas i apuestas que las Españolas, i estas avian començado, ya +desde antes del año de MDxxvj, a agradarse del Tapado, i a usarle +también, confundiendose por este modo las unas con las otras, llegó a +introduzirse del todo por este de sesenta i seis o sesenta i siete +[alude a una pragmática sobre mudar de trajes los moriscos, promulgada +en 1566]: i fue con tanto excesso, que veinte años después, en las +Cortes de Madrid de MDxxxvj, se trató de su prohibicion, que se promulgó +la vez primera por ley el de noventa....» El <i>taparse de medio ojo</i>, +aunque se extendió por casi toda España y fué comunísimo en la Corte, +era señaladamente sevillano. Así Lope, en el acto I de <i>Las Bizarrías de +Belisa</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Ponte <i>el manto sevillano;</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>no saques más de una estrella</i>....»</span><br /> +</p><p> +Y Tirso de Molina, en el acto I de <i>El Amor médico</i>, cuya acción pasa en +Sevilla: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«¿Qué quieres que diga?</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Cada cual su rumbo siga:</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tu amor, tú; yo, a la tapada;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que el diablo del sombrerete,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que parece tajador</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de aldea, para mi humor</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tiene no sé qué sainete</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que alienta mis disparates.</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">¡Oh anascote, oh caifascote,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">oh basquiña de picote,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">oh ensaladas de tomates</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de coloradas mejillas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">dulces a un tiempo y picantes!</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">¡oh chapines, no brillantes,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">mas negros y con virillas!</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">¡Oh <i>medio ojo</i> que me aojó!</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">¡Oh atisbar de basilisco!</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">¡Oh <i>tapada a lo morisco</i>!</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">¡Oh fiesta, y no de la O!»</span><br /> +</p><p> +La costumbre de taparse las mujeres, de medio ojo, o derribando el manto +hasta la barba, y aun hasta el pecho, arraigó tanto, que en balde fué +objeto de reiteradas prohibiciones en el último tercio del siglo XVI y +en el primero del siguiente. Por el citado capítulo de Cortes de 1586 se +prohibió que las mujeres anduviesen tapadas, y sobre su observancia y +cumplimiento se publicó una pragmática en 1594, mandada guardar por otra +de 1600, que es la ley XIV, cap. XX, tít. XII, libro VII de la <i>Nueva +Recopilación</i>; pero como, aun así, esto no se cumplia, por otra +pragmática, dada en Madrid a 12 de abril de 1639, se mandó «que en estos +Reinos y Señoríos todas las mugeres de qualquier estado y calidad que +sean anden descubiertos los rostros, de manera que puedan ser vistas y +conocidas, sin que en ninguna manera puedan tapar el rostro en todo ni +en parte con mantos ni otra cosa...,» y que, además de la pena de tres +mil maravedís que se había impuesto por las pragmáticas y leyes +anteriores, «por la primera vez caigan e incurran en perdimiento del +manto y de diez mil marauedis, aplicados por tercias partes, y por la +segunda, los dichos diez mil marauedis sean veinte, y se pueda imponer +pena de destierro, segun la calidad y estado de la muger».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_535_536" id="Footnote_535_536"></a><a href="#FNanchor_535_536"><span class="label">[535]</span></a> La academia sevillana a que alude Vélez debió realmente +de existir; pero de ella no han quedado más noticias que las que aquí da +nuestro autor. Así, pues, mi docto amigo don Joaquín Hazañas, en su +<i>Noticia de las Academias Literarias, Artísticas y Científicas</i> de los +siglos XVII y XVIII (Sevilla, 1888), se limitó, en cuanto a la de la +calle de las Armas, a reseñar el pasaje del escritor ecijano.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_536_537" id="Footnote_536_537"></a><a href="#FNanchor_536_537"><span class="label">[536]</span></a> Antonio Ortiz Melgarejo había nacido en 1580, pues al +declarar (diciembre de 1637) en las pruebas de Juan Antonio del Alcázar +y Zúñiga para el hábito de Calatrava, dijo tener cincuenta y siete años. +Por esta declaración consta que, en efecto, era presbítero y del hábito +de San Juan (Archivo Histórico Nacional, Pruebas de Calatrava, núm. 72, +fols. 81 y 82).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_537_538" id="Footnote_537_538"></a><a href="#FNanchor_537_538"><span class="label">[537]</span></a> Qué negocios fueran éstos no se sabe; pero sí que por los +años de 1635 y 1637 se representaron en Sevilla algunos autos del Corpus +compuestos por Cubillo de Aragón, por los cuales la ciudad le libró +ciertos dineros (Sánchez-Arjona, <i>Noticias referentes a los anales del +Teatro en Sevilla desde Lope de Rueda hasta fines del siglo XVII</i>, +Sevilla, 1898, páginas 300 y sigts.).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_538_539" id="Footnote_538_539"></a><a href="#FNanchor_538_539"><span class="label">[538]</span></a> Lo poco que se sabía de Blas de las Casas Alés, y algo +más que logré averiguar, está resumido en mi libro <i>Pedro Espinosa</i> +(Madrid, 1906), págs. 270 y 277. Además, de un curioso papel inédito +suyo di noticia, y aun copia, al fin de las <i>Obras de Pedro Espinosa</i> +(Madrid, 1909), págs. 409 y sigts.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_539_540" id="Footnote_539_540"></a><a href="#FNanchor_539_540"><span class="label">[539]</span></a> Don Cristóbal de Rozas, quizás antequerano, fué autor de +tres obras dramáticas citadas por Barrera en su <i>Catálogo bibliográfico +y biográfico del Teatro antiguo español</i>.... De don Diego de Rosas puede +presumirse que sea el don Diego de Rosas y Argomedo citado en el mismo +<i>Catálogo</i> como autor de la comedia <i>Donde hay valor, hay honor</i>, cuyo +manuscrito poseyó don Agustín Durán, bien que la misma obra fué impresa +con otras de diversos autores en Zaragoza, 1640, bajo el nombre de <i>don +Diego de Rojas</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_540_541" id="Footnote_540_541"></a><a href="#FNanchor_540_541"><span class="label">[540]</span></a> <i>Dragmático</i> en la edición original.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_541_542" id="Footnote_541_542"></a><a href="#FNanchor_541_542"><span class="label">[541]</span></a> Don García de Salcedo y Coronel es escritor muy conocido +en nuestra república de las letras por sus diversas colecciones de +poesías, y aún más que por ellas, por sus comentos de Góngora. Tuvo +estrecha amistad con Vélez, cuya muerte lamentó en dos composiciones +insertas en sus <i>Cristales de Helicona</i> (1649).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_542_543" id="Footnote_542_543"></a><a href="#FNanchor_542_543"><span class="label">[542]</span></a> <i>Primero</i>, en la acepción de <i>sobresaliente</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_543_544" id="Footnote_543_544"></a><a href="#FNanchor_543_544"><span class="label">[543]</span></a> <i>Sujeto</i>, en su acepción, hoy poco usada, de <i>materia</i>, +<i>tema</i> o <i>asunto</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_544_545" id="Footnote_544_545"></a><a href="#FNanchor_544_545"><span class="label">[544]</span></a> Llamábase esta celebrada poetisa doña Ana Caro de Mallén, +y de ella dió curiosas noticias don Manuel Serrano y Sanz en sus +<i>Apuntes para una Biblioteca de Escritoras españolas desde el año 1401 +al 1833</i> (Madrid, 1903), y aun reprodujo algunos de sus trabajos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_545_546" id="Footnote_545_546"></a><a href="#FNanchor_545_546"><span class="label">[545]</span></a> <i>Décima musa andaluza</i> se la llama en el epígrafe de su +comedia <i>El Conde de Partinuplés,</i> publicada en el <i>Laurel de Comedias +de diferentes autores. Quarta parte</i> (Madrid, Imprenta Real, 1653). Fué +muy frecuente esta denominación de <i>décima musa</i>. Garcilaso, al +principio de uno de sus sonetos: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Ilustre honor del nombre de Cardona,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>décima moradora del Parnaso</i>...»;</span><br /> +</p><p> +y dijo el Brocense en su comento: «Muchos han usado esta frasi, de +llamar a la damas doctas <i>Décima Musa</i> o <i>Quarta Gracia,</i> siendo las +Musas nueve y las Gracias tres....» Lope de Vega había escrito en 1604, +en la <i>Representación moral del Viaje del alma</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«...Doña Oliva de Nantes, <i>musa décima</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y doña Valentina de Pinedo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">la <i>cuarta gracia</i>, o verso o prosa escriba.»</span><br /> +</p><p> +Y años después, en la silva II del <i>Laurel de Apolo</i>, dijo de Juliana +Morella: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«...Porque mejor por ti, <i>que has hecho cuatro</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>las Gracias, y las Musas diez</i>, pudiera</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que por Safo Antipatro</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">decir aquella hipérbole....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_546_547" id="Footnote_546_547"></a><a href="#FNanchor_546_547"><span class="label">[546]</span></a> En efecto, el soneto que a continuación lee don Cleofás +había sido escrito por Vélez a la máscara que indica, celebrada en la +noche del domingo 15 de febrero de 1637, y lo leyó por vía de +introducción a la oración que hizo en el certamen literario que presidió +el viernes siguiente.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_547_548" id="Footnote_547_548"></a><a href="#FNanchor_547_548"><span class="label">[547]</span></a> Comentó Durán y copió Bonilla, acerca de este +<i>masebarrilete:</i> «Según el sentido del período, puede entenderse que +habla del Sota u oficial mayor del sastre. Acaso Barrilete sea algún +personaje que haga papel de oficial de sastre en algún entremés o en +alguna jácara. Si así fuere, el autor habrá usado de dicha palabra +aludiendo al personaje popularizado en la escena cómica o en el romance +popular.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_548_549" id="Footnote_548_549"></a><a href="#FNanchor_548_549"><span class="label">[548]</span></a> De las acepciones de <i>adolecer</i> que hallo en los léxicos, +la que menos desconviene a este pasaje es la de «aficionarse o +apasionarse por alguna cosa o por algún sujeto», y aun ésta no +satisface.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_549_550" id="Footnote_549_550"></a><a href="#FNanchor_549_550"><span class="label">[549]</span></a> A lo que creo, <i>Doctor</i> es errata, por <i>Rector</i>, pues sin +duda se refiere a Bartolomé Leonardo de Argensola, que tuvo esa +<i>rectoría.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_550_551" id="Footnote_550_551"></a><a href="#FNanchor_550_551"><span class="label">[550]</span></a> Refiérese Vélez de Guevara a la renombrada <i>Academia de +la Crusca</i>, fundada en Florencia en el siglo XVI.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_551_552" id="Footnote_551_552"></a><a href="#FNanchor_551_552"><span class="label">[551]</span></a> <i>Templada sin sentillo</i> es gentil encarecimiento, pues el +oír templar un instrumento fué siempre cosa harto molesta, por lo cual +don Guillén de Castro hizo decir a un rey en la jornada I de <i>El Amor +constante</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«Cante, pues, lo que cantare,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">muy melancólico sea,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;"><i>y no temple, porque es cosa</i></span><br /> +<span style="margin-left: 2em;"><i>que nunca esperarla pude</i>....»</span><br /> +</p><p> +Este y otros fastidiosos preliminares del tañer y el cantar resumió +Quiñones de Benavente en su <i>Entremés de los Mariones:</i> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«MARÍA. Músico, desabrigue la guitarra</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">y haciéndola sonar como chicharra,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;"><i>sin templar, sin toser, sin escombrarse,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;"><i>ni aguardar a la súplica o al ruego</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">cante un romance, y pagaréle luego.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_552_553" id="Footnote_552_553"></a><a href="#FNanchor_552_553"><span class="label">[552]</span></a> Se refiere a don Antonio Hurtado de Mendoza, excelente +autor dramático y lírico.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_553_554" id="Footnote_553_554"></a><a href="#FNanchor_553_554"><span class="label">[553]</span></a> González de León, en su citada <i>Noticia histórica</i>..., +página 472, dice de <i>la Almenilla</i>: «La puerta inmediata [a la de San +Juan], que pertenece al mismo cuartel y parroquia de Omnium Sanctorum, +se llama de la Barqueta, por estar junto a ella la barca pública que +tiene la ciudad para facilitar el tránsito del río por esta parte.» +Antiguamente se llamó <i>de la Almenilla</i>, por una que tenía encima. +También se llamó de Vib-arragel, por el nombre de la plaza que tiene +junto. Pero por extensión se nombró <i>la Almenilla</i> a esta plaza, en la +cual—dice el mismo autor—«está el sitio que llaman el Blanquillo, que +es un pedazo de la muralla que da sobre el río, muy ancho, al cual se +sube por dos cómodas escaleras de piedra, y su suelo está ladrillado y +muy cómodo, por lo que en otro tiempo había en él muchas funciones y +bailes en las noches de verano.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_554_555" id="Footnote_554_555"></a><a href="#FNanchor_554_555"><span class="label">[554]</span></a> El real monasterio de San Clemente, de Sevilla, en la +collación de San Lorenzo, siempre se tuvo, como dice Morgado (pág. 435), +«por el más antiguo y primero que de Monjas en ella fué fundado después +de ganada de poder de los Moros...», y su compás, «llamado (por ser +suyo) de San Clemente, que tiene poco menos de trezientos vezínos, +posseen y an posseído continuamente sus Monjas, con verdadero título y +real donación».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_555_556" id="Footnote_555_556"></a><a href="#FNanchor_555_556"><span class="label">[555]</span></a> El señor Bonilla leyó <i>del Tejo</i>, como la edición +príncipe; pero rectificó al pie de la página: «Por <i>Tajo</i>.» Y yo, +releyendo el pasaje de Vélez y viendo asociado a lo del <i>Tejo</i> (que me +traía a la memoria aquellos versos del preclaro poeta Camoens: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>«Vejo o puro, suave e brando</i> Tejo,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>Com as concavas barcas, que nadando</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>Vão pondo em doce effeito seu desejo</i>...,»)</span><br /> +</p><p> +lo de la <i>estranjera voz</i> de aquel <i>Seraphin</i> o <i>Seraphina</i>, me di a +sospechar si en San Clemente habría habido, por el tiempo en que Vélez +escribía su novela, o poco antes, alguna monja portuguesa, tan famosa +por su buena voz como aquella otra monja de Santa Paula, también en +Sevilla, de que habló Cervantes en <i>La Española inglesa</i>. Y esto +pensado, acudí una vez más, como en otros casos, á la bondadosa voluntad +de mi antiguo amigo y compañero de aulas don José María de Valdenebro, +rogándole que hiciera en San Clemente la deseada investigación. Hecha +está, y véase cuán acertada ha salido mi conjetura. En 30 de octubre de +1630, el doctor Alonso Jofre de Loaysa, visitador de monjas de aquella +ciudad, estando a la reja del comulgatorio del convento de San Clemente +el Real, exploró a doña Mariana, a doña Ana María <i>Serafina</i> y doña +Isabel Bravo, de diez y nueve, diez y siete y quince años +respectivamente, hijas de González Gómez Bravo y de Leonor Rodríguez, +<i>vecinos de Lisboa</i>, antes de darles el hábito de novicias del dicho +convento. Y dado en el mismo día, las tres hermanas profesaron en 16 de +abril de 1632. La que nos interesa firmó en el acta de la profesión <i>Ana +Sarafina</i>. Esta monja era, pues, el <i>serafín</i>, o <i>Serafina</i>, que había +sido primero dulcísimo ruiseñor <i>del Tejo</i>. Y conviene añadir que al +practicarse tal búsqueda, con el inmejorable resultado que acabamos de +ver, las monjas de San Clemente, enteradas del objeto de ella, han +manifestado que por referencia venida de unas en otras saben que hubo en +su convento una cantora tan admirable, «que se llenaba la iglesia por +oírla, y a más, el compás, cundiendo por toda la ciudad sus elogios».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_556_557" id="Footnote_556_557"></a><a href="#FNanchor_556_557"><span class="label">[556]</span></a> <i>Hipérbole,</i> femenino hoy, fué masculino en otras +calendas. Tirso de Molina, en sus <i>Cigarrales de Toledo</i>: «Buscando +estoy comparaciones para las mexillas de quien ellas son <i>el hypérbole,</i> +y no las hallo....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_557_558" id="Footnote_557_558"></a><a href="#FNanchor_557_558"><span class="label">[557]</span></a> <i>Carcajadas de risa</i>, pleonasmo aun muy usado por el +vulgo, especialmente en Andalucía. También lo tiene Espinel en sus +<i>Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_558_559" id="Footnote_558_559"></a><a href="#FNanchor_558_559"><span class="label">[558]</span></a> Como dice el léxico de la Academia, <i>señalado de la mano +de Dios</i> es frase «con que se suele zaherir al que tiene un defecto +corporal».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_559_560" id="Footnote_559_560"></a><a href="#FNanchor_559_560"><span class="label">[559]</span></a> Se dice <i>nacido en las malvas</i> del que tuvo humilde +origen, y aun añaden tal cual vez <i>criado en las ortigas</i>. Góngora, en +una de sus letrillas burlescas: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Al que pretende más salvas</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y ceremonias mayores</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que se deben por señores</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">a los Infantados y Albas,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">siendo <i>nacido en las malvas</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y criado en las ortigas</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">cinco higas.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_560_561" id="Footnote_560_561"></a><a href="#FNanchor_560_561"><span class="label">[560]</span></a> Por <i>limeta</i> nunca se entendió <i>vaso</i> sino genéricamente; +es y fué siempre <i>botella, redoma</i>. Oudin, en su <i>Tresor des devx +langues...: «Limeta, vne espece de phiole de verre comme ce que l'on +appelle á Paris un bocal</i>.» Y Franciosini, en su <i>Vocabolario</i>, la da +por equivalente de <i>guastada</i> o <i>caraffa</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_561_562" id="Footnote_561_562"></a><a href="#FNanchor_561_562"><span class="label">[561]</span></a> Entre los vinos andaluces eran muy celebrados los de +<i>Alanís</i> y <i>Cazalla</i>. Cervantes, en el <i>El Licenciado Vidriera: «</i>... +ofreció a Esquivias, <i>a Alanís, a Cazalla</i>, Guadalcanal y la +Membrilla....» Sería bien fácil citar veinte o más autores que celebran +estos vinos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_562_563" id="Footnote_562_563"></a><a href="#FNanchor_562_563"><span class="label">[562]</span></a> Como si dijera: <i>de moho que tiraba a cecina</i>. Quevedo, +en la <i>Visita de los chistes</i>: «Y diles a todos los <i>dones</i> a teja vana, +caballeros chirles, <i>hacia hidalgos</i> y casi dones, que hagan bien por +mi....» <i>Hacia</i>, así antepuesto, es menos que <i>semi</i> y mucho menos que +casi, porque no denota sino tendencia ó dirección.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_563_564" id="Footnote_563_564"></a><a href="#FNanchor_563_564"><span class="label">[563]</span></a> Llaman figuradamente <i>sacar la sardina con la mano del +gato</i> a servirse de otro para que se arriesgue, o haga la costa, en +costa de nuestra utilidad.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_564_565" id="Footnote_564_565"></a><a href="#FNanchor_564_565"><span class="label">[564]</span></a> De la proverbial valentía—o, mejor, +<i>valentonería</i>—sevillana dije en el discurso preliminar de mi edición +crítica de <i>Rinconete y Cortadillo</i> (pág. 71): «Mas ¡también singular +cosa! con esa propensión al ocio coexistían, en los hombres de todas las +clases sociales, una altivez y un como orgullo, provenientes en mucha +parte de ser hijos de la magnífica ciudad, y aun de solo residir en +ella, que solían traducirse, cuando no en actos de ostensible valor, en +contiendas verbales llenas de interjecciones, pésetes, mentises e +hiperbólicas amenazas, en que ponía lo menos el propósito de hacer daño +a nadie, y ponían lo más la exuberancia de fantasía y la facundia +retórica que da pródigamente a sus naturales aquella noble y +privilegiada tierra.» Y añadí poco después: «Quien lo hereda, no lo +hurta, y como de herencia tenían los sevillanos aquel decoro, y aquella +noble arrogancia. «Todos, hasta los niños—escribía el bachiller Luis de +Peraza, cabalmente hacia el año referido (1540)—, presumen de hombres, +y andan con sus «espadicas» a los lados, y aun se las pegan a las veces +con «el diablo». Con razón, pues, decía Castillo Solórzano en <i>La +Garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas</i>, capítulo III: «... demás +desto era un poco dado a la valentía, cosa en que pecan todos los más +hijos de Sevilla que se crían libres como este que decimos». No había, +pues, de ser una excepción de la regla la pobrería hispalense.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_565_566" id="Footnote_565_566"></a><a href="#FNanchor_565_566"><span class="label">[565]</span></a> Aquí parece aludir el Cojuelo a las seguidillas y +villancicos en que los ciegos solían burlarse de él, como dije en nota +del tranco VI (158, 4)[383].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_566_567" id="Footnote_566_567"></a><a href="#FNanchor_566_567"><span class="label">[566]</span></a> <i>Hasta a los lirones</i>, quiere decir.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_567_568" id="Footnote_567_568"></a><a href="#FNanchor_567_568"><span class="label">[567]</span></a> <i>Carril</i> o <i>carrillo</i> llaman en Andalucía a la garrucha +por donde pasa la soga con que se saca el agua del pozo; y para que el +eje, que es de hierro, no se entorpezca con las lluvias, suelen cobijar +la tal polea con una esportilla de palma o un sombrerillo viejo. Uno de +ese jaez era el que lucía el Duque.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_568_569" id="Footnote_568_569"></a><a href="#FNanchor_568_569"><span class="label">[568]</span></a> No he logrado hallar explicación a esto de llamar el +Sargento a un mendigo «porque tenía un brazo menos». Creo que ha de +referirse alguna insignia (lazo, capona, o cosa semejante) que los +sargentos llevarían en un solo brazo. Con todo, a más señores.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_569_570" id="Footnote_569_570"></a><a href="#FNanchor_569_570"><span class="label">[569]</span></a> El andar arrastrando, por solo ello, no explica el por +qué del mote de este marqués. Le llamaban Marqués de los Chapines porque +para andar se ayudaba de las manos, calzados en ellas unos chapines +viejos. Así dice Vélez poco después (265, 12). «Entonces el Conde [es +errata, por <i>Marqués</i>], metiendo las manos en los chapines....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_570_571" id="Footnote_570_571"></a><a href="#FNanchor_570_571"><span class="label">[570]</span></a> <i>Vusía,</i> contracto de <i>vuestra señoría.</i> Falta en el +<i>Diccionario</i> de la Academia, que registra, entre otros, <i>vueseñoría, +useñoría y usiría.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_571_572" id="Footnote_571_572"></a><a href="#FNanchor_571_572"><span class="label">[571]</span></a> Recuérdese lo dicho en nota del tranco IV a propósito de +la frase <i>demonios a las veinte</i> (89, 18)[244].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_572_573" id="Footnote_572_573"></a><a href="#FNanchor_572_573"><span class="label">[572]</span></a> Pérez y González recuerda que estos dos ríos eran famosos +por lo sucios y mal olientes, tanto, que Salas Barbadillo, en una jácara +inserta en su novelita picaresca titulada <i>La Ingeniosa Elena, hija de +Celestina</i>, pone asimismo juntos sus nombres, «como en competencia de +suciedad»; +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«A Valladolid la rica,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">con quien el sol suele hacer</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">tal divorcio, que el invierno</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">de sus ojos no le ve,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">donde <i>el espeso Esguevilla,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>émulo de Zapardiel,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>portador de malas nuevas</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>para las narices es</i>....»</span><br /> +</p><p> +Y pregunta Pérez y González: «Al decir Vélez de Guevara que la Berlinga +había sido <i>senda de Esgueva a Zapardiel</i>, ¿quería referirse a la +distancia que media entre ambos ríos, o quería indicar que aquella pobre +mendiga era sucia en extremo, como si hubiera reunido la suciedad de +Zapardiel y de Esgueva?» A mi parecer, con todo ello quiso decir de esta +pordiosera que era tan sucia como larga, aun llamándose la Berlinga.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_573_574" id="Footnote_573_574"></a><a href="#FNanchor_573_574"><span class="label">[573]</span></a> <i>Paulina</i>, como dice el <i>Diccionario</i> de autoridades, es +«la carta o edicto de excomunión que se expide en el Tribunal de la +Nunciatura, u otro Pontificio. Llamóse assi porque en tiempo del papa +Paulo III tomó fuerza la costumbre de estos edictos. Por extensión se +dice por el conjunto de palabras injuriosas con que uno zahiere a +otro».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_574_575" id="Footnote_574_575"></a><a href="#FNanchor_574_575"><span class="label">[574]</span></a> <i>Palabra preñada</i>, según el <i>Diccionario</i> de autoridades, +es «el dicho que incluye en si más sentido del que manifiesta, y se dexa +al discurso del que lo oye».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_575_576" id="Footnote_575_576"></a><a href="#FNanchor_575_576"><span class="label">[575]</span></a> Hoy lo diríamos con más clara sintaxis: «hubiera entre +pobres y pobras un paloteado de los diablos». Esta pobrería lisiada y +mendigante, por serlo, nunca podría menos de parecerse mucho a la que +esbozó Quevedo en su <i>Boda de pordioseros</i> (Musa V): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«...Quando por una calle</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">el Manquillo de Ronda</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">entró, dando chillidos,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">recogiendo la mosca:</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Denme, nobles cristianos,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">por tan alta señora,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">ansí nunca se vean,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">su bendita limosna.»</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">Columpiado en muletas</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y devanado en sogas,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">Juanazo se venía</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">profesando de horca.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">En un carretoncillo,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y al cuello unas alforjas,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">Pallares, con casquete</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y torcida la boca,</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y el Ronquillo a su lado,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">fingiendo la temblona,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">cada cual por su acera</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">desataron la prosa,</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y levantando el grito,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">dijeron con voz hosca</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">lo del aire corruto</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y aquello de la hora.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">Con sus llagas postizas,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">Arenas el de Soria</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">pide para una bula,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">que eternamente compra.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">Romero el estudiante,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">con sotanilla corta,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y con el <i>quidam pauper</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">los bodegones ronda.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">Con niños alquilados,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">que de continuo lloran</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">a poder de pellizcos,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">por lastimar las bolsas,</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">la taimada Gallega,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">más bellaca que tonta,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">entró de casa en casa,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">bribando la gallofa....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_576_577" id="Footnote_576_577"></a><a href="#FNanchor_576_577"><span class="label">[576]</span></a> Como dice el <i>Diccionario</i> de autoridades, se llamaba +<i>particular</i> «la comedia que se representa por los farsantes fuera del +theatro público». Agustín de Rojas decía en <i>El Viaje entretenido:</i> +«Hacen <i>particulares</i> a gallina asada, liebre cocida, cuatro reales en +la bolsa, dos azumbres de vino en casa, y a doce reales una fiesta con +otra». Y Quiñones de Benavente, en el <i>Baile de los Zarrapastrones</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 1.5em;">«BRAS. Prega a Dios que no seais Menga</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">con quien los poetas anden</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">de día con las comedias,</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">de noche en <i>particulares</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_577_578" id="Footnote_577_578"></a><a href="#FNanchor_577_578"><span class="label">[577]</span></a> <i>Para pagarlo de bonete</i>, esto es, de la limosna que para +ello se recogiera entre la pobrería; <i>echando</i>, como dicen, <i>un +guante.</i></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_578_579" id="Footnote_578_579"></a><a href="#FNanchor_578_579"><span class="label">[578]</span></a> Entre personas principales era cosa muy frecuente el +jurar por la vida del cónyuge—así, verbigracia, la Duquesa en el +<i>Quijote</i> (II, 31)—, y Vélez, donosamente, pone tal juramento en boca +de este Duque de los Andrajos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_579_580" id="Footnote_579_580"></a><a href="#FNanchor_579_580"><span class="label">[579]</span></a> En la pretina o cinto solían llevar la vara los +alguaciles, para tener desembarazadas y libres entrambas manos. Lo mismo +hacen los arrieros, como dice esta copla popular: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Echemos la despedida,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">la que echan los harrieros:</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>con la vara en la cintura</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«¡Harre, borrico platero!»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_580_581" id="Footnote_580_581"></a><a href="#FNanchor_580_581"><span class="label">[580]</span></a> <i>Por iglesia</i>, en una de sus acepciones, se entiende el +refugio, favor e inmunidad que da a quien se vale de su sagrado. +Dijeron, pues, <i>pedir iglesia</i> a alegar esa inmunidad, bien por estar +acogido a lugar que tenía ese privilegio, o bien por haber sido sacado +de él por fuerza. Pero como a todo criminal a quien detenía la justicia +importaba mucho hacer entender que tenía ganado el derecho de asilo, por +estar, o haber estado, acogido, era frecuente el <i>llamarse Iglesia,</i> es +decir, el empeñarse en no responder otra palabra que <i>Iglesia</i> a cuanto +le preguntaban. Quevedo, en una de sus jácaras: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Tienen gran tirria conmigo</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">los confesores de historias;</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">mas sólo <i>iglesia me llamo</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">pueden hacer que responda.»</span><br /> +</p><p> +Y Lope de Vega, en el acto III de <i>El Alcalde mayor</i>, donde Rosarda hace +llamar a Dinardo, que está preso en la cárcel, y cuando le traen con +grillos, dicen: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ROSARDA. ¿Conocías a Camilo?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">DINARDO. <i>Iglesia</i>.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ROSARDA. (Pluguiera a Dios</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">que nos viésemos los dos</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">a su puerta.) ¡Lindo estilo</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">de delincuentes! El día</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">que al campo salió contigo,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">¿no llevabas otro amigo?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">DINARDO. <i>Iglesia</i>.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">BERNARDO. Verdad sería.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_581_582" id="Footnote_581_582"></a><a href="#FNanchor_581_582"><span class="label">[581]</span></a> Como nota el señor Bonilla, <i>el Conde</i>, ahora, y <i>la +Condesa</i> cinco líneas después, que así se lee en la edición príncipe, +son manifiestas erratas, por <i>el Marqués</i> y <i>la Marquesa</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_582_583" id="Footnote_582_583"></a><a href="#FNanchor_582_583"><span class="label">[582]</span></a> Nuevo juramento aristocrático, como atrás el del Duque.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_583_584" id="Footnote_583_584"></a><a href="#FNanchor_583_584"><span class="label">[583]</span></a> Dar <i>culebra</i>—dice el <i>Diccionario</i> de autoridades—«es +dar algún chasco pesado, que suele ser con golpes».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_584_585" id="Footnote_584_585"></a><a href="#FNanchor_584_585"><span class="label">[584]</span></a> Eran y son las famosísimas <i>Gradas</i>, según a fines del +siglo XVI las describió Mateo Alemán <i>(Guzmán de Alfarache</i>, parte I, +libro I, cap. II), «un andén o paseo hecho a la redonda della [de la +Iglesia Mayor o Catedral] por la parte de afuera, tan alto como a los +pechos, considerado desde lo llano de la calle, todo cercado de gruesos +mármoles y fuertes cadenas». Durante el siglo XVI y casi todo el +siguiente—advertí en mi edición crítica de <i>Rinconete y Cortadillo</i>, +pág. 383—«<i>las Gradas</i> fueron el sitio más concurrido de Sevilla: +tienda donde se vendía y se compraba de todo lo que no eran cosas de +comer; almoneda de cuanto la muerte y la pobreza hacían salir de las +casas; mentidero de toda la ciudad; lugar en que los ciegos rezaban o +mascullaban sus oraciones; punto de cita para todo sevillano, y plaza de +curiosidad para todo forastero.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_585_586" id="Footnote_585_586"></a><a href="#FNanchor_585_586"><span class="label">[585]</span></a> Hoy no sería de buen pasar decirlo así: diríamos <i>don +Cleofás y su camarada</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_586_587" id="Footnote_586_587"></a><a href="#FNanchor_586_587"><span class="label">[586]</span></a> <i>La calle de Bayona</i>—dice González de León, <i>Noticia +histórica del origen de los nombres de las calles de Sevilla,</i> pág. +204—«es otra de las calles que tomaron el nombre después de la +conquista, de la nación o provincia que pasó a habitarlas.... No es muy +ancha; sus casas son cómodas y grandes, y pasa, tomando una vuelta, de +las Gradas de Poniente de la catedral, pasada la callejuela de la Mosca, +a la puerta del Arenal». En esta calle tuvo su casa de posadas el ex +farandulero y notable amigo de Cervantes Tomás Gutiérrez, de quien hemos +sacado a luz curiosas noticias mi querido amigo don Adolfo Rodríguez +Jurado y yo en diversos trabajos cervantinos. Recientemente han mudado +el nombre de esta calle, llamándola de <i>Federico Sánchez Bedoya</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_587_588" id="Footnote_587_588"></a><a href="#FNanchor_587_588"><span class="label">[587]</span></a> La antigua calle <i>de la Pajería,</i> también nombrada en +otro tiempo <i>del Mesón de los Caballeros</i>, se llama desde años ha <i>de +Zaragoza</i>, en conmemoración del bizarrísimo comportamiento de los +zaragozanos durante nuestra gloriosa guerra de la Independencia.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_588_589" id="Footnote_588_589"></a><a href="#FNanchor_588_589"><span class="label">[588]</span></a> Era grande agravio cortar la cara a una mujer, porque +esto, sobre menoscabar su hermosura, hacía pública para siempre la +afrenta, por ir indeleblemente marcada en el sitio más visible; pero a +las malas mujeres se las solía amenazar además con <i>cortarles las +piernas</i>, dando a entender con ello que por su torpe oficio las tenían +poco menos a la vista que el rostro.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_589_590" id="Footnote_589_590"></a><a href="#FNanchor_589_590"><span class="label">[589]</span></a> Así lo dijo Andrés de Claramonte, en la jorn. III de <i>De +lo vivo a lo pintado</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«LISBELLA. Cuando yo no os conocía,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">viles y bárbaros celos,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">como engañáis, como cielos,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">por deidades os tenía;</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">mas después que he conocido</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">vuestros rigores eternos,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>veo que sois los infiernos</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">en que padece el sentido.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_590_591" id="Footnote_590_591"></a><a href="#FNanchor_590_591"><span class="label">[590]</span></a> <i>Otro día,</i> en equivalencia de <i>al día siguiente</i>, como +en muchos lugares del <i>Quijote</i> (II, 331, 4; III, 30, 15; IV, 91, 6; VI, +26, 1, etc.).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_591_592" id="Footnote_591_592"></a><a href="#FNanchor_591_592"><span class="label">[591]</span></a> La calle de <i>la Morería,</i> que va desde la de San Pedro a +la plaza de los Descalzos, perteneció al barrio que se llamó <i>del +Adarvejo</i> y habitaron los moros hasta que en 1503 se les expulsó por +mandado de los Reyes Católicos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_592_593" id="Footnote_592_593"></a><a href="#FNanchor_592_593"><span class="label">[592]</span></a> Refiriéndose Vélez a los <i>antojos</i> o <i>anteojos</i> con que +el Cojuelo y don Cleofás concurrieron a la academia anterior, juega de +aquel vocablo en sus dos acepciones.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_593_594" id="Footnote_593_594"></a><a href="#FNanchor_593_594"><span class="label">[593]</span></a> Con el <i>dixi</i>, en efecto, del cual nos queda el <i>he +dicho</i> de hoy, solían terminarse las oraciones académicas. En el +<i>Quijote</i> (II, 36), Trifaldín el de la Barba Blanca no acaba el discurso +que hace en casa de los Duques sin el <i>Dije</i> de rúbrica.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_594_595" id="Footnote_594_595"></a><a href="#FNanchor_594_595"><span class="label">[594]</span></a> Claro es que se refiere a Orfeo y a su mujer Eurídice. +Quizá Vélez le llamó <i>el Músico de Tracia</i> recordando aquellos versos de +Lope, en <i>La Gatomaquia</i>, silva I: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«...Cantó un soneto en voz medio formada</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en la arteria bocal, con tanta gracia</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">como pudiera <i>el músico de Tracia</i>....»</span><br /> +</p><p> +Pero antes que Lope, le había llamado así Camoens en una de sus elegías: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«E o musico de Thracia, <i>ja seguro</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>De perder sua Eurydice tangendo,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>M'ajudara ferindo o ar escuro</i>.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_595_596" id="Footnote_595_596"></a><a href="#FNanchor_595_596"><span class="label">[595]</span></a> Reminiscencia de una de las epístolas de Horacio, citada +por el señor Bonilla.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_596_597" id="Footnote_596_597"></a><a href="#FNanchor_596_597"><span class="label">[596]</span></a> Nuevamente se lee <i>dragmáticos</i> en la edición original, +como <i>dragmático</i> en el tranco anterior (245, 2)[540].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_597_598" id="Footnote_597_598"></a><a href="#FNanchor_597_598"><span class="label">[597]</span></a> Llamaban <i>bailinistas</i> a los que escribían la letra para +los bailes. A continuación de las <i>Pregmáticas y Ordenanzas</i> de la +academia que se celebró en el Buen Retiro en 1637, presidida por Luis +Vélez de Guevara, que no son sino estas mismas, con ligeras variantes +(Biblioteca Nacional, Ms. 10293), hay algunas <i>cédulas</i>, una de las +cuales comienza así: «A un poeta <i>bailinista</i> nuevo se le han perdido +dos seguidillas y unas mudanças de cruzado....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_598_599" id="Footnote_598_599"></a><a href="#FNanchor_598_599"><span class="label">[598]</span></a> Dice festivamente <i>villancieres</i>, por <i>poetas de +villancicos</i>, como se decía, al uso de Borgoña, <i>panetier</i>, <i>salsier</i>, +<i>grefier</i>, etc. Tirso de Molina, en el acto II de <i>Privar contra su +gusto</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 3em;">«CALVO. Ha dado en mudar los nombres</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">el palacio a sus oficios,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">en nuestra España novicios;</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">ya llama a sus gentilhombres</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>acroyes</i>; ya hay <i>sanserván,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>furriel, costiller, salsier,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>guardamangel, sumiller,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>panatiel</i>, que guarda el pan,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">y otros mil; con que deseo</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">que el palacio me sustente</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">y ocupe principalmente</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">entre aquestos del bureo,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">por holgarme y burear.</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">Quisiera yo, pues, señora,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">que, siendo mi intercesora,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">el Duque me hiciera dar</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">uno que, acabado en <i>el</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">a los demás imitara</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">y de nuevo se criara.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 3em;">INFANTA. Y ¿cuál es?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 3em;">CALVO. <i>Murmuratiel</i>.»</span><br /> +</p><p> +<i>El Titeretier</i> (por <i>El Titerero</i> o <i>El Titiritero</i>) se titula una +mojiganga de don Francisco de Avellaneda, núm. 3260 del <i>Catálogo de las +piezas del Teatro que se conservan en el departamento de Manuscritos de +la Biblioteca Nacional</i>. Y el mismo Vélez, en un romance dirigido al Rey +(véase mi folleto intitulado <i>Cinco poesías autobiográficas de Luis +Vélez de Guevara</i>): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«... que agora son más que nunca</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">sus escudos menesteres,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">para caminar con Vos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">desde aquí a Jerusalén,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">protestando que será</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">en todo el Pentecostés</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de las alabanzas vuestras</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">eterno <i>versifiquier</i>....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_599_600" id="Footnote_599_600"></a><a href="#FNanchor_599_600"><span class="label">[599]</span></a> Así, <i>ridmos</i>, en la edición príncipe, cambiada la <i>t</i> en +<i>d</i>, como en <i>atmósfera</i>, <i>atlántico</i>, etc., que el vulgo, por la ley +del menor esfuerzo, pronuncia <i>admósfera</i>, <i>adlántico</i>, etc.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_600_601" id="Footnote_600_601"></a><a href="#FNanchor_600_601"><span class="label">[600]</span></a> El señor Bonilla leyó distraídamente <i>modo</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_601_602" id="Footnote_601_602"></a><a href="#FNanchor_601_602"><span class="label">[601]</span></a> De estas once voces que reprobaba por nuevas y exóticas +Vélez de Guevara, diez son hoy de uso corriente, y aun <i>purpurear</i>, que +se emplea poco, está, como las otras, en todos los diccionarios. Cuando +al hojear nuestros libros del siglo XVII encuentro listas de palabras +que entonces se rechazaban por nuevas, y ahora estamos a pique de +arrinconarlas por antiguas, la resistencia que mi clásica educación +literaria opuso siempre al habla modernista que va cundiendo tira a +ceder, de tal manera, que me desconozco. Veo, además, que entre estas +novedades con que quieren regalarnos hay muchas que no lo son sino +porque cayeron en desuso cuatro o cinco siglos ha, y recuerdo aquel +<i>Multa renascentur</i> ... de Horacio, que aprendí en la adolescencia y que +el cordobés Rosal acomodaba en verso, en esta guisa: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Muchos vocablos serán</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">estimados, que cayeron,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y muchos que florecieron</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">otra vez se olvidarán.»</span><br /> +</p><p> +Vea el curioso, para demostración de ello, algunas listas de palabras +cuyo uso o abuso afeaban nuestros antiguos dramáticos. Lope de Vega, en +el acto I de <i>El Desprecio agradecido</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«FLORELA. ¡Qué bueno estuvo esta tarde</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">el Prado!</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">LISARDA. La procesión</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">de los coches fué notable.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">FLORELA. ¡Bravo humo, brava gloria,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">brava prosa de galanes!</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">Muy valido anduvo <i>riesgo,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>superior, inexcusable,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>valimiento, acción, despejo,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>ruidoso, activo, desaire,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>lucimiento</i> y <i>carabanas</i>.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">LISARDA. ¡Caso extraño! ¡Que el lenguaje</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">tenga sus tiempos también!</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">FLORELA. Vienen a ser novedades</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">las cosas que se olvidaron.»</span><br /> +</p><p> +Lo de <i>bravo humo</i> y <i>brava gloria</i> se refiere—y dígolo porque hoy no +es fácil de entender—a los mantos que se llamaron <i>de humo</i> y <i>de +gloria</i>. Tirso de Molina, en el acto III de <i>Celos con celos se curan</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«GASCÓN. ...Miren vuesirías dos</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">cuál anda ya nuestro idioma:</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">todo es <i>brilla, emula, aroma,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;"><i>fatal</i>.... ¡Oh! Maldiga Dios</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">al primer dogmatizante</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">que se vistió de <i>candor</i>.»</span><br /> +</p><p> +Y Rojas Zorrilla, en la jorn. I de <i>Entre bobos anda el juego, don Lucas +del Cigarral</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«ANDREA. ¿Habla culto?</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">D.ª ISABEL. Nunca entabla</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">lenguaje disparatado;</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">antes, por hablar cortado,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">corta todo lo que habla.</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">Vocablos de estrado son</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">con los que a obligarme empieza:</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">dice <i>crédito, fineza,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;"><i>recato, halago, atención</i>....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_602_603" id="Footnote_602_603"></a><a href="#FNanchor_602_603"><span class="label">[602]</span></a> <i>Posposiciones</i>, o sea <i>transposiciones</i>, pues en ellas +siempre hay palabra o expresión <i>pospuesta</i>, que con buena sintaxis no +lo estaría. Llegó a arraigar tanto el abuso de esta licencia, por poetas +y aun por prosistas, en la primera mitad del siglo XVII, que ni las +mayores burlas fueron freno que los contuviese. En vano escribió Quevedo +contra Góngora y sus secuaces aquella <i>receta para hacer soledades en un +día</i>, que empezaba: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Quien quisiere ser culto en solo un día,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>la jeri</i> (aprenderá) <i>gonza</i> siguiente...»,</span><br /> +</p><p> +y en balde Lope de Vega, en la silva IV de <i>La Gatomaquia</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4.5em;">«...Y con estas demencias y furores,</span><br /> +<span style="margin-left: 4.5em;"><i>en una de fregar cayó caldera</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4.5em;">(trasposición se llama esta figura)</span><br /> +<span style="margin-left: 4.5em;">de agua acabada de quitar del fuego....»</span><br /> +</p><p> +Pero en todo nuestro parnaso no se hallará una burla tan donosa contra +el hipérbaton gongorino como aquel soneto que el mismo Lope insertó en +el acto I de <i>El Capellán de la Virgen</i>. Dice así: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Inés, tus bellos ya me matan ojos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y al alma roban pensamientos mía,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">desde aquel triste que te vieron día</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con tan crueles por tu causa enojos.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Tus cabellos, prisiones de amor, rojos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">con tal me hacen vivir melancolía,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que tu fiera en mis lágrimas porfía</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">dará de mis la cuenta a Dios despojos.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Creyendo que de mi no amor se acuerde,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">temerario levántase deseo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de ver a quien me por desdenes pierde.</span><br /> +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">Que es venturoso si se admite empleo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">esperanza de amor me dice verde,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">viendo que te desde tan lejos veo.»</span><br /> +</p><p> +Este soneto está, además, con leves variantes, en una colección de +<i>Poesías manuscritas</i> (letra del siglo XVII), procedente de la librería +de Usoz y que hoy para en la Biblioteca Nacional, Mss. 3795-97, tomo I, +fol. 103.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_603_604" id="Footnote_603_604"></a><a href="#FNanchor_603_604"><span class="label">[603]</span></a> <i>Sembrados de sal</i>, quiere decir, como se acostumbraba +hacer con el solar de las casas de algunos traidores, después de +derribarlas, a fin de que ni hierbas produjese aquel terreno.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_604_605" id="Footnote_604_605"></a><a href="#FNanchor_604_605"><span class="label">[604]</span></a> Lo dice en latín, por donaire: <i>guttur = garganta</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_605_606" id="Footnote_605_606"></a><a href="#FNanchor_605_606"><span class="label">[605]</span></a> Bien se echa de ver que Vélez, al decir todo esto del +fénix, tenía en memoria el romance de Quevedo: uno de los cuatro +referentes a otros tantos animales fabulosos (<i>la phénix</i>, el pelícano, +el basilisco y el unicornio). Lo de «hija y heredera de sí propia» y lo +de que «en ninguna región nadie ha encontrado su aduar» son +reminiscencias de estos versos de aquel romance: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Tú, a quien ha dado la aurora</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">una celda y una ermita,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>y sólo saben tu nido</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>las coplas y las mentiras</i>;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">tú, <i>linaje de ti propria,</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>descendiente de ti misma</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">abreviado matrimonio,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">marido y esposa en cifra....»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_606_607" id="Footnote_606_607"></a><a href="#FNanchor_606_607"><span class="label">[606]</span></a> <i>Afrenta de los miserables</i>, porque, según la fábula, se +abre el pecho para alimentar con su sangre a sus hijos.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_607_608" id="Footnote_607_608"></a><a href="#FNanchor_607_608"><span class="label">[607]</span></a> <i>El capón de leche</i> citábase como el más apetitoso de los +manjares. Lope de Vega, en una epístola, hablando de la muerte: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Tan presto se merienda los ayunos</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">como los hartos del <i>capón de leche</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">y pasados por agua sorbe algunos.»</span><br /></p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_608_609" id="Footnote_608_609"></a><a href="#FNanchor_608_609"><span class="label">[608]</span></a> <i>El Paular</i> fué un famoso monasterio de Cartujos, en la +provincia de Madrid.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_609_610" id="Footnote_609_610"></a><a href="#FNanchor_609_610"><span class="label">[609]</span></a> Acerca del <i>le</i> usado como dativo de plural quedó nota en +el tranco V (131, 5)[327].</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_610_611" id="Footnote_610_611"></a><a href="#FNanchor_610_611"><span class="label">[610]</span></a> Un antiguo romance de Bernardo del Carpio vulgarizó +sobremanera lo que se suele llamar <i>la ley del mensajero</i>, en los versos +siguientes, recordados por Cervantes en el <i>Quijote</i> (II, 10), y por +otros muchos escritores: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«Con cartas un mensajero</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">el Rey al Carpio envió;</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">Bernardo, como es discreto,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">de traición se receló.</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">Las cartas echa en el suelo,</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">y al mensajero ansí habló:</span><br /> +<span style="margin-left: 6em;">«<i>Mensajero sois, amigo:</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6em;"><i>non mereceis culpa, non</i>....»</span><br /> +</p><p> +En la escena II de la <i>Comedia llamada Florinea</i>, del bachiller Juan +Rodríguez Florián (1554) dice Belisea al paje de Floriano: «... y en +saber cúyo eres entiendo cúya será la carta, y en saber cúya ella sea, +sé que busco de mi enojo su daño y tu perdicion por mensajero: dado que +diz que <i>los mensajeros no merescen culpa</i>....» Y en la escena VI (fol. +23) dice la misma Belisea: «Vengas, paje, en buen hora: y porque <i>de ley +de mensajero no meresces pena</i>, aunque no te limpias de la culpa....» +Con todo esto, para tal exención el mensajero había de ser de casa +extraña, porque del de la propia decía otra cosa el refrán: «Mensajero +de casa, palos demanda.» Así, en el <i>Diálogo de los pajes</i>, de Diego de +Hermosilla, escrito hacia el año de 1575, aunque nunca impreso hasta el +de 1901, rogando Lorza a Godoy, criado del Duque, que recuerde a éste +que ha de pagar cierta deuda, respóndele Godoy: «Id, señor, con Dios...; +y en esotro, vos por carta se lo acordad al Duque, porque mensajero de +casa, palos demanda; que sienten mucho que sus criados les traigan a la +memoria ninguna cosa de las que ellos están obligados a hacer....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_611_612" id="Footnote_611_612"></a><a href="#FNanchor_611_612"><span class="label">[611]</span></a> Así se acostumbraba volver la honra a los deshonrados +injustamente, bien que el remedio, como dicen, solía ser peor que la +enfermedad. Cuéntase—y lo tiene referido en una de sus comedias uno de +nuestros mejores ingenios, no recuerdo cuál—que habiendo sido azotado +injustamente un sujeto, él logró que se reconociese el error, por lo +cual le sacaron en público a caballo y con chirimías, proclamando el +pregonero su inocencia; mas con ello sólo se consiguió que todo el mundo +le llamase <i>el azotado</i>, siendo así que antes del ruidoso desagravio muy +pocos habían tenido noticia de la injusta pena.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_612_613" id="Footnote_612_613"></a><a href="#FNanchor_612_613"><span class="label">[612]</span></a> Esto de <i>a furia me provoco</i> es un ripio de cuyo uso +pocos poetas del tiempo de Vélez se escaparían, ni él mismo quizás. Sólo +de Lope, del gran Lope, versificador correcto y facilísimo, podrían +citarse muchos ejemplos. Véanse dos. En el acto III de <i>Contra valor no +hay desdicha</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«REY. ...Di, villano, al otro infame</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">que mi nieto no se llame:</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">que <i>a más furor me provoco</i>.»</span><br /> +</p><p> +En el acto II de <i>Dineros son calidad</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«CAMILA. ...Ya el mundo dello se admira:</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">que es, <i>si a furia me provoco</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">espada en manos de loco</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">lengua en la mujer con ira.»</span><br /> +</p><p> +Y <i>a risa</i>, porque lo que importaba era el <i>provoco</i>, para la +consonancia con <i>loco, poco, toco</i>, etc. El mismo Lope, en el acto III +de <i>Santiago el Verde</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 1.5em;">«CELIA. Yo, Teodora, haré muy poco</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">en dejarte un hombre tal;</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">pues <i>a risa me provoco</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">de ver que siendo oficial</span><br /> +<span style="margin-left: 7.5em;">tuviese intento tan loco.»</span><br /></p> +</div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_613_614" id="Footnote_613_614"></a><a href="#FNanchor_613_614"><span class="label">[613]</span></a> Estos dos versos, estampados como prosa en la edición +original, tienen curiosa historia. Cuando, antes de terminar el siglo +XVI, ciertos percances amorosos de que fueron consecuencia algunos +desahogos satíricos dieron con Lope de Vega, desterrado de Madrid, en la +hermosa ciudad del Turia, compuso, entre otros romances, uno que se +encuentra en el <i>Romancero general</i>, fol. 153 de la edición de 1604, y +que empieza así: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«Hortelano era Belardo</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">de las huertas de Valencia</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>que los trabajos obligan</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>a lo que el hombre no piensa</i>.»</span><br /> +</p><p> +Vulgarizóse la sentencia contenida en los dos versos últimamente +copiados, y, corriendo el tiempo, al escribir en 1620 un largo romance +para la conclusión de la justa poética celebrada con motivo de la +beatificación de San Isidro, los parodió su mismo autor en la forma +siguiente: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«En la glosa del soneto</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">fué mayor la diferencia,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">porque el acabar en <i>fruto</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">adonde tan pocos quedan,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">hizo buscar consonantes</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que, aun referidos, disuenan;</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>porque un consonante obliga</i></span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>a lo que el hombre no piensa</i>.»</span><br /></p> +</div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_614_615" id="Footnote_614_615"></a><a href="#FNanchor_614_615"><span class="label">[614]</span></a> <i>Servir con dos comedias en Orán</i>, como <i>con dos lanzas</i>, +que era condena que solía imponerse a algunos nobles.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_615_616" id="Footnote_615_616"></a><a href="#FNanchor_615_616"><span class="label">[615]</span></a> Hace adjetivo a <i>jabalí</i>, y lo es, en efecto, aunque por +tal no lo tenga el <i>Diccionario</i>. En Andalucía rara vez dicen <i>jabalí</i> a +secas, sino <i>cochino jabalí</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_616_617" id="Footnote_616_617"></a><a href="#FNanchor_616_617"><span class="label">[616]</span></a> <i>Sobre qué caer poeta</i>, dicho a imitación de <i>no tener +sobre qué caer</i>, o <i>caerse, muerto</i>, que equivale a haber llegado a la +más extremada pobreza.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_617_618" id="Footnote_617_618"></a><a href="#FNanchor_617_618"><span class="label">[617]</span></a> <i>Talla</i>, en la acepción de premio que se ofrece por la +prisión de un criminal.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_618_619" id="Footnote_618_619"></a><a href="#FNanchor_618_619"><span class="label">[618]</span></a> Hoy omitiríamos el <i>no</i>, diciendo: «Que ningún hijo de +poeta ... pueda jurar...»; pero en otro tiempo solía decirse con ese +<i>no</i>, que bien se echa de ver que en realidad no redunda, ordenando de +otra manera las palabras: «Que <i>no</i> pueda jurar ningún hijo de +poeta....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_619_620" id="Footnote_619_620"></a><a href="#FNanchor_619_620"><span class="label">[619]</span></a> <i>Ninguno</i>, equivaliendo a <i>alguno</i>. «Los negativos de +origen positivo—dice Bello, <i>Gramática,</i> anotada por Cuervo (París, +1908)—se emplean a veces en su significado antiguo ... y aun sucede que +por analogía se extiende el mismo uso a los que son negativos de suyo y +lo han sido siempre: «Las más altas empresas que hombre <i>ninguno</i> haya +acabado en el mundo, esto es, <i>hombre alguno, nadie</i>.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_620_621" id="Footnote_620_621"></a><a href="#FNanchor_620_621"><span class="label">[620]</span></a> Nuestro mundo no puede tener más de dos <i>hemisferios,</i> o +miente la etimología del vocablo; pero Vélez cuenta por otro, del mundo +ultraterreno, la región infernal.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_621_622" id="Footnote_621_622"></a><a href="#FNanchor_621_622"><span class="label">[621]</span></a> <i>Alguacil de los veinte</i>.—«Frase—dice el señor Bonilla +en su comento—con la cual alude Vélez al número de los alguaciles de +Sevilla». No, no eran <i>veinte</i> los alguaciles de aquella ciudad; sino +que, además de otros muchos de diferentes clases y categorías (alguacil +mayor, sus tenientes, alguacil de las entregas, alguacil de Triana, y +alguaciles de los tribunales y juzgados), había unos alguaciles de a +caballo, llamados <i>de los veinte</i>, porque éste, por tasa, era su +número.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_622_623" id="Footnote_622_623"></a><a href="#FNanchor_622_623"><span class="label">[622]</span></a> Juego de las acepciones del vocablo <i>corchete</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_623_624" id="Footnote_623_624"></a><a href="#FNanchor_623_624"><span class="label">[623]</span></a> En la edición príncipe, por errata, <i>pudieran</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_624_625" id="Footnote_624_625"></a><a href="#FNanchor_624_625"><span class="label">[624]</span></a> <i>Y la he de hacer de Evangelio</i>. Juega de la palabra +<i>orden</i>, dando a entender que siendo <i>orden</i> (mandato) de Madrid, la ha +de convertir en <i>orden</i> (grado sacerdotal) de Evangelio, es decir, la ha +de hacer tan verdadera (por lo bien cumplida) como el Evangelio.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_625_626" id="Footnote_625_626"></a><a href="#FNanchor_625_626"><span class="label">[625]</span></a> <i>No</i>, antepuesto a un subjuntivo, suele equivaler a <i>no +sea que. Quijote</i>, I, 34: «Acaba, corre, aguija, camina, <i>no se esfogue</i> +con la tardanza el fuego de la cólera que tengo....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_626_627" id="Footnote_626_627"></a><a href="#FNanchor_626_627"><span class="label">[626]</span></a> <i>Sacar a paz y a salvo</i> a uno es, como dice el +<i>Diccionario</i> de la Academia, «librarle de todo peligro y riesgo». Tal +frase nació del objeto de aquellas escrituras en que, habiendo una +persona, en otras anteriores o simultáneas, salido por fiador de otra +persona, ésta se obligaba a sacarla con bien de cualquiera reclamación o +procedimiento que con tal motivo se intentara o siguiera. Tales +escrituras se llamaban de <i>a paz y a salvo</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_627_628" id="Footnote_627_628"></a><a href="#FNanchor_627_628"><span class="label">[627]</span></a> <i>Meterle</i> a uno <i>las cabras en el corral</i> es, como dice +el léxico de la Academia, <i>atemorizarle, infundirle miedo</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_628_629" id="Footnote_628_629"></a><a href="#FNanchor_628_629"><span class="label">[628]</span></a> A este <i>académico</i> llama Vélez <i>un estudiantón del +Corpus</i>, no como conjeturaba el señor Puyol y Alonso y decía el señor +Bonilla, porque estudiase el <i>Corpus juris civilis</i> o el <i>Corpus juris +canonici</i>, sino refiriéndose, tal cual lo notó Pérez y González, a su +corpulencia y aspecto, lo mismo que pudo llamarle <i>un gigantón del +Corpus</i>, por alusión a los que sacaban en la procesión del Sacramento, +que por cierto solían ir vestidos con sotana, manteo y valona, a lo +estudiante. «La paronomasia—añade el malogrado escritor +hispalense—entre <i>estudiantón</i> y <i>gigantón</i> bien puede servir para +hacer la frase sin que lo <i>del Corpus</i> tuviera más alcance, o acaso con +la intención de referirse más claramente a la estatura y fortaleza, +teniendo en cuenta que el <i>estudiantón</i> no sería pequeño ni desmirriado, +cuando ofrecía «no dejar oreja de ministro a manteazos.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_629_630" id="Footnote_629_630"></a> +<a href="#FNanchor_629_630"><span class="label">[629]</span></a> +En el tan citado libro de Pérez y González, págs. 33, 41 +y 140, hay para colmar las medidas al más deseoso de entender a derechas +y cabalmente qué sea esto de <i>graduado por la Feria y pendón verde</i>. Se +llamó <i>de la Heria y pendón verde</i> una sublevación popular que ocurrió +en Sevilla por los años de 1521, porque los amotinados, en su mayoría +gente avalentada del barrio de <i>la Heria</i> o <i>Feria</i>, para llevar alguna +insignia o bandera, sacaron de la inmediata iglesia parroquial de Omnium +Sanctorum un estandarte verde cogido a los moros, que por trofeo estaba +colgado en la capilla de Jesús Nazareno. La gente de <i>la Heria</i> tenía +merecida fama de ahigadada y pendenciera, por lo cual, en la jorn. I de +<i>El Rufián dichoso</i>, de Cervantes, una mujer alaba a Lugo diciendo: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«¿Hay más que ver que le dan</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">parias los más arrogantes,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>de la Heria los matantes</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">los bravos de San Román?»</span><br /> +</p><p> +Y desde aquel motín de 1521, para nombrar gente del bronce y +arrufianada, fuera o no de Sevilla y del dicho barrio, se la llamó, tal +cual vez <i>gente de la Feria y pendón verde</i>. En uno de los romances de +germanía publicados por Juan Hidalgo: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 5em;">«Un hombre que ser solía</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">tenido hace algunos meses</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">por uno de los que llaman</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;"><i>de la Heria y pendón verde</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">vino huyendo de Sevilla,</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">que es Chipre de los valientes,</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">por no sé qué niñerías,</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">robos, capeos y muertes.»</span><br /> +</p><p> +Y hasta a los ojos salteadores se les dió ese dictado. Quiñones de +Benavente, en su <i>Entremés de los Cuatro galanes</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 4em;">«... ojos de rastro y estafa,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">jiferitos y corchetes,</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;">que son rufianes azules</span><br /> +<span style="margin-left: 4em;"><i>de la Heria y pendón verde</i>.»</span><br /></p> +</div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_630_631" id="Footnote_630_631"></a><a href="#FNanchor_630_631"><span class="label">[630]</span></a> Hoy lo diríamos sin posponer la oración causal: «que, +como había tanto que jugaba las armas, era, sobre alentada, muy +diestra....» En los siglos XVI y XVII fué muy frecuente esa posposición, +cosa que demostré con diversos ejemplos en mis notas al <i>Quijote</i> (VII, +41, 2).</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_631_632" id="Footnote_631_632"></a><a href="#FNanchor_631_632"><span class="label">[631]</span></a> <i>Que jugaba las armas</i>, frase satírica, de cuya intención +y alcance sabrá darse cuenta el lector.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_632_633" id="Footnote_632_633"></a><a href="#FNanchor_632_633"><span class="label">[632]</span></a> El <i>diaquilón</i> era—dice el <i>Diccionario</i> de +autoridades—«emplasto compuesto de varios zumos viscosos de hierbas, +que usa la Cirujía para ablandar tumores».</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_633_634" id="Footnote_633_634"></a><a href="#FNanchor_633_634"><span class="label">[633]</span></a> Morgado, en su <i>Historia de Sevilla</i>, pág. 174: «... y +assi mismo [pueden contarse por excelencia de la ciudad] los muchos +barqueros que biven de solo passar gente de vna a otra vanda en <i>el +Passaje</i> de Sevilla a Triana, aun con estar a pocos pasos por cima la +puente....»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_634_635" id="Footnote_634_635"></a><a href="#FNanchor_634_635"><span class="label">[634]</span></a> <i>El Altozano</i> de Triana no era calle, sino una plaza a la +salida del puente de barcas. Mal-lara, <i>Recebimiento</i>..., fol. 48: +«... la Puente está armada sobre barcos grandes, es de gruessos maderos y +tablas, que viene a parar al <i>Altoçano</i> de Triana, junto al Castillo +adonde está el Sancto officio de la Inquisición....» Vélez, al decir +«<i>la calle del Altozano</i>, calle Mayor de aquel ilustre arrabal», +comparándola con la calle Mayor de Madrid, se refirió, sin duda, a la +que en 1839, cuando González de León publicó su <i>Noticia histórica del +origen de los nombres de las calles de ... Sevilla</i>, se llamaba calle +<i>Larga,</i> y de la cual dijo: «No tiene la ciudad una calle en su +longitud, anchura y rectitud que pueda igualarse con esta. Llega desde +<i>el altosano</i> al puerto de camaroneros, que es casi la mitad de la +estensión de toda Triana.»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_635_636" id="Footnote_635_636"></a><a href="#FNanchor_635_636"><span class="label">[635]</span></a> Nombraban <i>el Arenal</i> a una grande explanada que había +entre la ciudad y el río, y en la cual se labró después todo el que hoy +llaman barrio de la Carretería. Lope de Vega tiene una comedia +intitulada <i>El Arenal de Sevilla</i>, porque una buena parte de su acción +sucede en este sitio, concurridísimo antaño de gente de todas las +naciones del mundo, y por eso mismo, de la flor de la picaresca +andaluza.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_636_637" id="Footnote_636_637"></a><a href="#FNanchor_636_637"><span class="label">[636]</span></a> Más comúnmente se dice de los tesoros de los duendes lo de +convertirse en carbón; así Cervantes, en el <i>Quijote</i> (II, 67): «... y +los tesoros de los caballeros andantes son, <i>como los de los duendes</i>, +aparentes y falsos....» Y Tirso de Molina, en el acto II de <i>Cautela +contra cautela</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 1.5em;">«CHIRIMÍA. Lo que da mujer es viento:</span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>tesoros de duende son.</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;"><i>¡No se nos vuelva carbón!</i></span><br /> +<span style="margin-left: 7em;">¡Abre la caja con tiento!»</span><br /></p> +</div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_637_638" id="Footnote_637_638"></a><a href="#FNanchor_637_638"><span class="label">[637]</span></a> Alude a la conseja según la cual en medio del infierno +hay una encina de cuyas ramas se hace todo el carbón que allí se +consume, sin que se amengüe jamás en este menester la leña de aquel +gigantesco árbol.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_638_639" id="Footnote_638_639"></a><a href="#FNanchor_638_639"><span class="label">[638]</span></a> Hasta pocos años ha conservaba su antiguo nombre esta +calle, que sale por uno de los extremos a la llamada hoy <i>de Fernández y +González</i>, antes <i>de Vizcaínos, y de Castro</i> en tiempo de Cervantes, y +por el otro extremo a la calle <i>de Zaragoza</i>, que se nombró <i>de la +Pajería</i>. Hoy la calle de <i>Tintores</i> se llama de <i>Joaquín Guichot</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_639_640" id="Footnote_639_640"></a><a href="#FNanchor_639_640"><span class="label">[639]</span></a> <i>Un escribano del número,</i> que quiere decir uno de los +veinticuatro escribanos que por tasa había en Sevilla, ante quienes se +otorgaban las escrituras públicas. Había, además, muchos otros +escribanos: los de los juzgados, los de provincia, los de rentas reales, +etc.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_640_641" id="Footnote_640_641"></a><a href="#FNanchor_640_641"><span class="label">[640]</span></a> De la moralidad de los escribanos y de estar perdigados +para el infierno se escribió tanto, que sería bien prolija tarea +resumirlo. Vea el lector un texto, por todos. Mateo Alemán <i>(Guzmán de +Alfarache</i>, parte I, libro I, cap. I), después de enumerar las proezas +escribaniles, dijo: «Y así, me parece que cuando alguno se salva..., al +entrar en la gloria dirán los ángeles unos a otros, llenos de alegría: +«<i>Laetamini in domino</i>: ¡escribano en el cielo, fruta nueva, fruta +nueva!»</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_641_642" id="Footnote_641_642"></a><a href="#FNanchor_641_642"><span class="label">[641]</span></a> Así en la edición original; pero quizás <i>lo que trujo</i> es +errata, por <i>la que trujo</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_642_643" id="Footnote_642_643"></a><a href="#FNanchor_642_643"><span class="label">[642]</span></a> La opinión vulgar siempre hizo de una misma camarada a +escribanos y sastres, y de ahí la conocida copla: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 5em;">«<i>Un sastre y un escribano</i></span><br /> +<span style="margin-left: 5em;"><i>fueron al infierno juntos:</i></span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">el sastre se fué por varas,</span><br /> +<span style="margin-left: 5em;">y el escribano por puntos.»</span><br /> +</p><p> +Que es alusión a los puntos de la pluma. Quevedo, con quien siempre +estuvieron muy malquistos los sastres, dijo en la <i>Visita de los +chistes</i>: «Pues sastres, ¿a quién no matarán las mentiras y largas de +los sastres, y hurtos? Y son tales, que para llamar a la desdicha peor +nombre, la llaman <i>desastre</i>, del sastre....» E hizo decir a Escarramán +en una de sus jácaras (Musa V): +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;">«Como el ánima del sastre</span><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;">suelen los diablos llevar,</span><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;">iba en poder de corchetes</span><br /> +<span style="margin-left: 5.5em;">tu desdichado jayán.»</span><br /> +</p><p> +Años después, Tirso de Molina, recordó estos versos de Quevedo en su +comedia <i>Santo y sastre</i>: +</p><p><br /> +<span style="margin-left: 2em;">«PENDÓN. Mira que te han de agarrar</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;">cuando la muerte te arrastre,</span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;"><i>como el ánima del sastre</i></span><br /> +<span style="margin-left: 6.5em;"><i>suelen los diablos llevar</i>.»</span><br /></p> +</div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_643_644" id="Footnote_643_644"></a><a href="#FNanchor_643_644"><span class="label">[643]</span></a> Juega del verbo <i>tener</i> en dos de sus acepciones: la de +<i>poseer</i> y la de <i>asir</i>.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_644_645" id="Footnote_644_645"></a><a href="#FNanchor_644_645"><span class="label">[644]</span></a> Este <i>con que</i> equivale a <i>con lo que</i> o <i>con lo cual</i>, y +aunque poco usado ahora, ocurre con frecuencia en nuestros escritores de +antaño.</p></div> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_645_646" id="Footnote_645_646"></a><a href="#FNanchor_645_646"><span class="label">[645]</span></a> <i>No se pudra en su leyenda</i>, es decir, <i>no se enfade</i>, o +<i>aburra, con su lectura</i>.</p></div> + +<h2>ÍNDICE</h2> + +<p>Dedicatoria de esta edición<br /> +Prólogo de la misma<br /> +Dedicatoria de Vélez de Guevara<br /> +Prólogo a los mosqueteros de la comedia de Madrid<br /> +Carta de recomendación al cándido o moreno lector<br /> +Soneto de don Juan Vélez de Guevara a su padre</p> + +<p>Tranco I<br /> +Tranco II<br /> +Tranco III<br /> +Tranco IV<br /> +Tranco V<br /> +Tranco VI<br /> +Tranco VII<br /> +Tranco VIII<br /> +Tranco IX<br /> +Tranco X</p> + + + + + + + + +<pre> + + + + + +End of Project Gutenberg's El Diablo Conjuelo, by Luis Vélez de Guevara + +*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK EL DIABLO CONJUELO *** + +***** This file should be named 12457-h.htm or 12457-h.zip ***** +This and all associated files of various formats will be found in: + https://www.gutenberg.org/1/2/4/5/12457/ + +Stan Goodman, DP Spanish Team, Virginia Paque and the +Online Distributed Proofreading Team. + + +Updated editions will replace the previous one--the old editions +will be renamed. + +Creating the works from public domain print editions means that no +one owns a United States copyright in these works, so the Foundation +(and you!) can copy and distribute it in the United States without +permission and without paying copyright royalties. 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You may copy it, give it away or +re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included +with this eBook or online at www.gutenberg.org + + +Title: El Diablo Cojuelo + +Author: Luis Vélez de Guevara + +Release Date: May 27, 2004 [EBook #12457] +[This file last updated January 9, 2011] + +Language: Spanish + +Character set encoding: ASCII + +*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK EL DIABLO CONJUELO *** + + + + +Stan Goodman, DP Spanish Team, Virginia Paque and the +Online Distributed Proofreading Team. + + + + + + + + + + EL DIABLO COJUELO + + Luis Velez de Guevara + + + + + CLASICOS CASTELLANOS + + EL DIABLO COJUELO + + Luis Velez de Guevara + + + + + + PROLOGO Y NOTAS DE FRANCISCO RODRIGUEZ MARIN + + 1922 + + + + + A LA GRATA MEMORIA DEL INGENIOSISIMO + ESCRITOR HISPALENSE DON FELIPE PEREZ Y GONZALEZ, + MI LEAL AMIGO DESDE LOS TAN REGOCIJADOS + COMO FUGACES ANOS DE LA MOCEDAD. + + _FRANCISCO RODRIGUEZ MARIN_ + + + + +PROLOGO + +Luis Velez de Guevara--como dije en otra ocasion[1]--fue tan pobre, que +bien puede dudarse si en algun tiempo de su vida llego a tener dos +trajes en mediano uso; pero, en cambio, a los doscientos y mas anos de +su muerte tiene dos biografias diversas: la que le inventaron algunos +escritores, que es la mas conocida[2], y la que despacio y a retazuelos, +como de limosna, pero solidamente, le vamos escribiendo algunos +investigadores de nuestra historia literaria[3]. + +Segun la primera de entrambas biografias, Velez nacio en Ecija por enero +de 1570, estudio Leyes en la Universidad de Sevilla y vino a ejercer su +profesion a la Corte, en donde muy luego gano estimacion y fama por su +sagacidad, gracejo y elocuencia. Defendiendo a cierto criminal capto a +los jueces con su donaire; pero como el fiscal apelase de la benigna +sentencia dictada, el reo fue condenado a muerte, y Luis Velez a pagar +una multa. Tuvo noticia de ello el Rey, y cuando converso con el festivo +abogado prendose tanto de el, que no solo le perdono la multa, y la +vida al delincuente, sino que, ademas, ya no pudo pasar sin el trato de +Velez de Guevara, a quien protegio sobremanera. + +Esto fue lo que suele llamarse hablar de memoria, porque en todo el +relato no hay otra cosa verdadera que lo de ser Ecija la patria del +escritor. Y lo realmente sucedido y cierto es, en este caso como en +otros muchos, menos bello y agradable que la mentira. Veamoslo. + +Luis Velez de Guevara nacio en Ecija, a fines de julio de 1579, de +padres hidalgos, pero pobres[4]: sabido es que la hidalguia y la +pobreza casi siempre anduvieron juntas[5]. Estudio la Gramatica en su +ciudad natal, y por julio de 1596 se graduo de bachiller en Artes en la +Universidad de Osuna, eximiendose por pobre de pagar los derechos +academicos[6]. Seguidamente entro a servir como paje a don Rodrigo de +Castro, cardenal arzobispo de Sevilla, a quien acompano en el viaje que +hizo a Madrid y a Valencia para asistir en las bodas de Felipe III y +dona Margarita de Austria, de las cuales y de sus esplendorosas fiestas +trato el poeta adolescente en un poemita que hizo imprimir en Sevilla, a +su regreso[7]. + +Murio el Cardenal en septiembre de 1600; pero a esta sazon no perduraba +Velez en su palacio, pues, ya harto talludo para paje, dos meses antes +habia dejado su empleo, a fin de abrazar la profesion de las armas. El, +en un memorial dirigido al Rey, dijo haber permanecido seis anos en la +milicia[8]; pero que exagero en cuanto a la duracion de su vida +soldadesca demuestrase con otras palabras suyas, porque el mismo, muchos +anos antes, habia declarado que en el estio de 1603 estaba en +Valladolid, y en tal declaracion, prestada en Sevilla a 26 de mayo de +1604 e inedita hasta ahora, llamabase nuestro poeta, sin mencionar para +cosa alguna la cualidad de soldado, "vecino al presente en esta ciudad, +en la collacion de Santa Marina"[9]. + +Ya apellidandose Velez de Guevara, en lugar de Velez de Santander, como +se habia llamado hasta poco antes[10], escribio y publico en 1608 un +nuevo opusculo poetico intitulado _Elogio del Ivramento del serenissimo +Principe don Felipe Domingo, Quarto deste nombre_, y en la portada de +esta obrita se decia criado del Conde de Saldana. Habia entrado, en +efecto, a su servicio como gentilhombre antes o poco despues de enviudar +de su primer matrimonio: del primero de los cuatro con que probo su +grande aficion a este santo sacramento[11]. + +Para sus nuevas nupcias con dona Ursula Ramisi Bravo de Laguna[12], el +mencionado Conde le hizo donacion de cuatrocientos ducados, amen de +senalarle una pension anual vitalicia de otros doscientos; pero estas +larguezas de los grandes de antano eran comunmente mas nominales que +efectivas, porque a la hora de cobrar--tan endeudados andaban de +ordinario--solian desvanecerse como el humo. Y en 1618, fallecida su +segunda mujer, que le dejo, amen de algun otro hijo, a Juan, sucesor de +su padre en la profesion y en el ingenio[13], nuestro escritor contrajo +nuevo matrimonio, que la muerte habia de romper antes que pasaran dos +anos, con dona Ana Maria del Valle[14]; y dejando la casa del conde de +Saldana, paso a la del marques de Penafiel, manirroto primogenito del +gran duque de Osuna, a cuyo servicio estuvo, asimismo como gentilhombre, +cerca de un bienio[15]. + +Los continuos apuros, la perdurable indigencia y la negra fortuna de +Luis Velez de Guevara en los anos de 1622 y siguientes estan pintados de +mano maestra por el mismo en cinco memoriales en verso que salieron a +luz pocos anos ha[16]. Ora pretende un humilde puesto en la servidumbre +del cardenal e infante don Fernando; ora, ya frustrado este proposito, +logra en 1623 la efimera porteria de camara del Principe de Gales, +nuestro huesped; ya, en 1624, obtiene, despues de grande esfuerzo, la +tambien harto breve mayordomia del archiduque Carlos, muerto aun no +transcurrido un mes desde su llegada a Madrid, y mas adelante solicita +infructuosamente del Rey, alegando sus meritos y servicios y la nobleza +de su linaje, una plaza de ayuda de su guardarropa. Al cabo, este hombre +celebrado y aplaudido de todos por sus excelentes comedias, a la par que +por su deliciosa y amenisima conversacion, aludiendo a la cual habia +escrito Cervantes: + + "Tope a Luis Velez, _honra y alegria + y discrecion del trato cortesano_, + y abracele en la calle a medio dia", + +consiguio en 1625 entrar definitivamente en la servidumbre de Palacio, +ocupando una plaza de ujier de camara de Su Majestad. Pero esto, que +parecia algo, era muy poco, salvo en lo honorifico, pues no tuvo +senalada racion, y hasta el ano de 1635, en que el infortunado poeta +entro en gajes[17], siguio condenado a vivir de lo poco que entonces +producian las obras dramaticas[18] y de lo que pedia a sus amigos; tanto +fue asi, que se hicieron proverbiales su extremada pobreza y sus donosas +esquelas petitorias, casi siempre en verso.[19] + +Como si compartiendo la escasez de recursos se cupiese a menos porcion +de ella, Velez se caso aun por cuarta vez, en 1626, con una viuda +llamada dona Maria Lopez de Palacios,[20] bien que esta aporto a su +nuevo enlace algunos bienes; mas pronto fueron vendidos, y juntos y +procreando y criando algunos hijos, vivieron entrambos conyuges en +cristiana estrecheza, hasta el dia 9 de noviembre de 1644, en que +fallecio el donairoso autor de tantos primores literarios[21]. Su +testamento, otorgado cuatro dias antes, contiene una larga lista de +pequenas deudas. Al comienzo de este documento consigno: "Iten, declaro +que por el presente estoy muy alcancado y necesitado de hacienda, para +poder disponer y dejar las misas que yo quisiera por mi alma".[22] + +Velez de Guevara fue celebradisimo de sus contemporaneos, asi por la +amenidad de su trato, que le ganaba amigos en todas partes, como por su +facundia poetica y su florido e inagotable ingenio. Claramonte llamabale +en 1613, en el _Inquiridion_ que va al fin de su _Letania moral_, +"floridissimo ingenio de Ezija, de quien esperamos grandes escritos y +trabajos, y a hecho hasta oy muchas famosas comedias". Cervantes no le +elogio menos en estos dos tercetos del cap. II de su _Viage del Parnaso_ +(1614): + + "Este que es escogido entre millares, + de Gueuara Luys Velez es el brauo, + que se puede llamar quita pesares. + + Es Poeta Gigante, en quien alauo + el verso numeroso, el peregrino + ingenio, si vn Gnaton nos pinta, o vn Dauo." + +Lope de Vega le ensalzo dos veces, en sendas epistolas de _La Filomena, +con otras diversas Rimas, Prosas y Versos_ (1621): + + "Aqui de Valdivielso el santo empleo, + De Luis Velez, florido y elocuente, + La lira que ya fue del dulce Orfeo." + + "...Y el famoso Luis Velez, que tenia + En extasis las Musas, que a sus labios + Iban por dulce nectar y ambrosia." + +Y aun volvio a loarle en la silva II de su _Laurel de Apolo_, publicado +en 1630: + + "Ni en Ecija dejara + el florido Luis Velez de Guevara + de ser su nuevo Apolo, + que pudo darle solo, + y solo en sus escritos, + con flores de conceptos infinitos, + lo que los tres que faltan: + asi sus versos de oro + con blando estilo la materia esmaltan." + +?Para que seguir transcribiendo frases laudatorias? Baste recordar muy +resumidamente que Tamayo de Vargas (1622) pondero su donaire; y don +Fernando de Vera y Mendoza (1627) le llamo "el Rey de Romanos"; y Perez +de Montalvan (1632) encarecio los "pensamientos sutiles, arrojamientos +poeticos y versos excelentisimos y bizarros" de sus comedias; y Salas +Barbadillo (1635) afirmo que "en el Parnaso no se conocen otras salinas +sino las de su felicissimo ingenio".... + +El insigne poeta ecijano, hoy mas famoso por su novela intitulada _El +Diablo Cojuelo_, aun muy leida, que por sus obras teatrales, +desterradas, como todas las antiguas, de la escena actual, +principalmente por falta de buenos comicos y consiguiente carencia de +buenas companias, escribio mas de cuatrocientas comedias, de las cuales +ha llegado hasta nosotros un centenar escaso. Por estas se le puede +diputar, si no como autor de senaladisima personalidad literaria, a lo +menos, como uno de los mas aventajados discipulos de Lope de Vega, cuyas +huellas siguio tan constante y acertadamente, que a las veces se hace +harto dificil diferenciarlos. Tal sucede, verbigracia, con la comedia +intitulada _Los Novios de Hornachuelos_, que pasa comunmente por obra de +Lope; pero hay alguna indicacion antigua que la atribuye a Velez de +Guevara, y, leida y estudiada, quedase perplejo el entendimiento mas +avisado, sin resolverse a adjudicarla con cabal certeza a ninguno de +entrambos ingenios. La misma grande semejanza con las de Lope se echa de +ver en todas las comedias del poeta ecijano: las fuentes, unas; iguales +los procedimientos; igualmente rica la diccion; analogo el nervio en lo +dramatico; parecidisimas las gracias en lo festivo, e identica en ambos +la propension a avalorar lo propio entreverandolo con todos los +elementos del _folklore_ nacional; aqui, con la conseja vulgar y la +tradicion legendaria; alla, con el refran habilmente desleido y glosado +en cuatro o seis versos; aculla, con la vieja cancioncilla historica, +que siempre, por lo grata, parece nueva a los oidos espanoles; y en otro +lado, en fin, con el sabroso cuentecillo popular, picante sin demasia. + +De _El Diablo Cojuelo_, unica de las obras de Velez que ha conservado +para su nombre alguna parte de la amplia popularidad que disfruto en +vida, se han hecho en nuestros dias, amen de tal cual edicion corriente, +dos eruditas y anotadas. Ambas se deben a la vasta cultura y harto +probada laboriosidad de don Adolfo Bonilla y San Martin, ventajosamente +conocido en el campo literario y en el filosofico. Enderezando un +antiguo entuerto que se habia hecho a Velez de Guevara con interpretarle +desaforadamente[23], publico la primera de estas dos ediciones (Vigo, +1902); pero como mi antiguo camarada y docto amigo don Felipe Perez y +Gonzalez, cuyo felicisimo ingenio estaba emparentado muy de cerca, a +pesar de los siglos que se habian puesto en medio, con el del donairoso +ecijano, juntase burla burlando, articulo por articulo, en _La +Ilustracion Espanola y Americana_, para formar un libro muy interesante +y ameno, que saco a luz en 1903 bajo el titulo de _El Diablo Cojuelo: +notas y comentarios_, libro en el cual patentizo algunos errores de las +notas del senor Bonilla, este, en 1910, ano en que tras cruelisima +enfermedad paso a mejor vida su festivo, pero amable corrector--que no +sin fundamento habia usado en su mocedad el seudonimo de _Urbano +Cortes_--, dio a la estampa en Madrid una nueva edicion de la obrita de +Velez, mejoradas las notas y reconocido con nobleza el valioso auxilio +que para ello le habia prestado el tan culto como donairoso escritor +hispalense[24]. + +Pero, aun asi, _El Diablo Cojuelo_ ?se habia hecho del todo accesible a +la inteligencia de los lectores medianamente ilustrados de nuestros +dias? Aun rectificadas en su segunda edicion, ?bastan las notas del +senor Bonilla para ahorrar tropiezos, en muchos lugares de la novela, +hasta a los lectores mas avisados e instruidos? A estas preguntas, que +algunos aficionados a las letras nos haciamos, respondio, como si +estuviera en nuestro pensamiento, don Enrique Nercasseau y Moran, en su +discurso de recepcion leido ante la Academia Chilena, correspondiente de +la Espanola, el dia 21 de noviembre de 1915[25]: "La novela toda de +Velez de Guevara--dijo--es una satira cortes de la sociedad de su +tiempo, felicisima en la mayor parte de sus cuadros, y no afeada por la +licencia y crudeza tan comunes en las novelas de la epoca. _El Diablo +Cojuelo_ seria una narracion clasica de primer orden, y aun leible hoy +dia, si no la deslustrara el conceptismo, y si no se hallara +sobreabundante en equivocos y frases convencionales de dificil o +imposible comprension en nuestra era. Aun despues del trabajo llevado a +cabo por don Adolfo Bonilla y San Martin en su edicion de Madrid de +1910, la novela de Velez de Guevara queda aguardando un comentario que +la explique y la ponga al alcance general." Ese comentario que el senor +Nercasseau echaba de menos es el que, con temeridad que no puede buscar +disculpa en la inexperiencia de los pocos anos, he intentado en la +presente edicion. ?Habre conseguido darle cima? Nuestro senor el publico +lo dira: a su inapelable fallo me someto gustoso. + +En las aprobaciones insertas en la edicion principe de _El Diablo +Cojuelo_ elogiaron esta novela fray Diego Niseno, padre basilio, y fray +Juan Ponce de Leon, de la orden de los Minimos. En sentir del primero, +la obrita contiene "muchas cosas de mucha moralidad y ensenanca, +escritas con la sazon y variedad que de tal ingenio se podian esperar. +Merece--anadio--la licencia que pide, porque este linage de escritos es +dificil de enquadernar con lo honesto y recatado de nuestras christianas +leyes, y Luis Velez ha sido en este gloriosa excepcion desta vniuersal +dolencia." Mas extremado es el parecer del segundo, que encarece el +sazonado gusto de Velez, "por auer puesto la naturaleza en su ingenio la +elegancia del estilo, la suabidad del dezir, la aduertencia en el +colocar, la atenta circunspeccion en las palabras, y todo con tal modo, +que dexa suspensa la razon sobre a qual de estas partes se deba con mas +justificacion la primacia: en todo este discurso se corre la cortina a +los conocidos enganos deste mundo, de modo que, para penetrarlos con +sutileza, no necesita nuestra Nacion de salir de sus estendidos limites, +pues dentro de si cria sugetos que, aun en suenos y burlas, la dexan +superiormente ilustrada". Diametralmente opuesta a estas opiniones fue +la de Francisco Santos, pues dijo en _El Arca de Noe y Campana de +Belilla_[26]: "Toco la Campana y desaparecieron todos los Autores de +viejo, siguiendolos vno que avia venido tarde, y tambien llevava vn +libro en las manos, que preguntando a Noe quien era, me dixo: el libro +se intitula el Diablo Cojuelo, Aventuras de Don Cleofas Leandro Perez +Zambullo, digno de que le consumiera vn Polvorista: esta sin ensenanca +buena, ni moralidad, y esto, sobre acabar como la nieve...." "Ni tanto, +ni tan poco", podria haberse dicho a los tres censores, porque, en +realidad de verdad, la novelita de Velez de Guevara, que se muestra en +ella como un buen discipulo de Quevedo, de cuyas obras comicas y +satiricas tiene reminiscencias muy frecuentes, sin ser una maravilla, es +de agradable lectura, y mas lo fuera sin la pesada y adulatoria +enumeracion de todo aquel inacabable senorio que el autor, en el tranco +VIII, hace pasar por el espejo de Rufina Maria, dispuesto _ad hoc_ por +el redomado desenredomado. + +En la vision, que pudieramos llamar cinematografica, de los diez trancos +o capitulos en que esta dividido _El Diablo Cojuelo_, cada uno sabe a +cosa diferente de los demas: son cuadros distintos e independientes +entre si, que no tienen de comun sino la intervencion, o la presencia +cuando menos, de los dos heroes de la novela. El tranco II, verbigracia, +en que entrambos, desde el capitel de la torre de San Salvador, +descubierta "la carne del pastelon de Madrid", otean despues de la media +noche cuanto sucede en la coronada villa, trae a la memoria, por la +traza y manera, como indique en las notas de mi edicion critica del +_Quijote_[27], aquella inspeccion que desde la torre de la Giralda de +Sevilla, y acompanado asimismo de un _cicerone_, el maestro Desengano, +habia hecho Rodrigo Fernandez de Ribera, autor de _Los Antoios de meior +vista_[28]. El desaforado poeta del tranco IV es pariente propincuo de +otros dos muy conocidos en nuestra literatura: el del _Coloquio de los +Perros_, de Cervantes, y el de la _Vida del Buscon,_ de Quevedo. A hacer +entretenida y agradable la lectura de _El Diablo Cojuelo_ contribuyen +con lo ingenioso de la invencion la interesante variedad de las escenas, +la soltura y viveza del dialogo, y, especialmente, el chispeante gracejo +de Velez de Guevara. En cambio, la elocucion suele ser descuidadilla, +entre otras cosas, por la excesiva abundancia de gerundios. + +Del Diablo Cojuelo, entremetido espiritu infernal que da nombre y ser a +la novela, trato el senor Bonilla en una breve nota. Mucho mas merecia +el que "trujo al mundo la zarabanda, el deligo y la chacona", y yo he de +volver hoy por su negra honrilla, recordando la mucha familiaridad que +nosotros los espanoles hemos tenido con el. Hayase de llamar Renfas, o +Asmodeo, o de otro cualquier modo, es lo cierto que este travieso +diablillo, con parecer de menor cuantia y ser cojo por anadidura, tomo +entre nosotros tal importancia, que nada malo se pudo hacer sin el. "_El +Diablillo Cojo_ sabe mas que el otro", enseno el refran, y cuando en el +calor de la ira se dijo a alguno que le llevase el diablo, no falto +quien, rectificando festivamente, respondiera: "_El Diablo Cojuelo_, que +es mas ligero". En las formulas supersticiosas llevabanle y traianle +como un zarandillo nuestras hechiceras de los siglos XVI y XVII, para +que les llevase y trajese sus galanes y paniaguados, y le daban prisa, +y le adulaban celebrando su ligereza. Veanse algunos ejemplos. Dona +Antonia Mexia declaro, entre otras cosas, en un proceso que se le siguio +por los anos de 1633[29]: "Que habra seis anos que la dicha Beatriz dixo +a esta que tomase un pedernal y le pusiese la mano encima y dixese: + + Estos cinco dedos pongo en este muro; + cinco demonios conjuro: + a Barrabas, a Satanas, + a Lucifer, a Bercebu, + _al Diablo Cojuelo, + que es buen mensajero_, + que me traigan a fulano luego + a mi querer y a mi mandar." + +Y asi, en 1668, Agueda Rodriguez, vecina de Madridejos, tambien +procesada por hechiceria[30]: + + "..._Diablo Cojuelo, + traemele luego_; + diablo del pozo, + traemele, que no es casado; que es mozo; + diablo de la Quinteria, + traemele en la feria; + diablo de la plaza, + traemele en danza...." + +Teniase al Diablo Cojuelo, como dice el refran, por el mas listo de +todos: Esperanza Bonfilla, procesada por la Inquisicion de Valencia en +1600, hizo que cierta mujer, para atraer a un hombre, "hiciese vn +conjuro en la forma siguiente: tomando vna escoba, la puso vna toca como +muger, y encendida vna bela que no fuese bendita, se arrodillo delante +de la escoba, y sin hacer cruz, juntas las manos, dixo: + + Marta, Martica, + no la santa ni la digna, + ni la digna de rogar, + ni la que esta en el altar, + sino la que de noche andas por las beredas + y los dias por las encrebelladas, + yo te conjuro con Satanas y con Barrabas, + con Bercebu y todos los diablos, + _y con el diablo coxo, + que corre mas que todos_, + que todos vais a fulano + y le deis tiempo para vestirse + y le traigais por puntos ante mi y mis ojos, + sin hacerle mal"[31]. + +Corria mas, y tenia mas poder que sus iguales y superiores, o no supo lo +que se pescaba Isabel del Pozo al hacer sus conjuros, ni Maria +Castellanos cuando lo declaro ante la Inquisicion de Toledo en 1631[32], +pues decia: "... que tomo en las manos dicha Isabel del Poco un poco de +sal de sardinas y cilantro, lo qual mezclo todo y lo echaba de una mano +en otra diciendo: + + Conjurote, sal y cilantro, + con Barrabas, + _con el Diablo cojuelo, que puede mas._ + No te conjuro por sal y cilantro, + sino por el corazon de fulano; + +y echando la sal y cilantro en la lumbre, proseguia diciendo: + + Asi como te has de quemar, + se queme el corazon de fulano, + y aqui me le traygas, + y conjurote por la reina Sardineta, + y con la tataranieta, + y con los navegantes que navegan por la mar." + +Pero la cualidad de diablo bullidor y zaragatero, aficionado a bailes y +holgorios y a meter en danza a los mortales, haciendoles ganar el +infierno alegremente, de ningun texto inquisitorial resulta tan clara +como de la manifestacion de otra hechicera de Madridejos, llamada Mari +Fernandez, que, procesada en 1532, al ser interrogada, trajo a colacion, +como vamos a ver, un estragado fragmento de cierto curiosisimo romance, +desconocido hoy[33]: "Preguntada sy ha dicho esta declarante a alguna +persona como avia hecho cerco con ynvocacion de diablos, que eran +berzebu y satanas _y el diablo coxuelo_, diziendo esta declarante que +sin _el diablo coxuelo_ no se podia hazer aquel cerco, y que en aquel +cerco que hizo avia esta declarante visto lo quel diablo queria hazer +contra cierta persona, que diga lo que cerca desto ha dicho e fecho, +dixo que ella suele cantar vn Romance que dize: + + A caca yba bienhecho + por Riberas de la mar, + no por mengua de vjno + ni menos mengua de pan; + por miedo del Rey Ramjro + que lo querja matar. + Ellos en aquesto estando + enbjaronle a llamar. + Vamonos, dixo, amigo, + vamonos, dixo, a cenar; + de que ovjeremos cenado + dios dixo lo que sera; + desque ovjeron cenado + tomo libros en sus manos + y comenco de Rezar; + a los pecados mayores + enpecolos de llamar: + ?Que es de ti, berzebu, + que es de ti, barravas, + _que es de ti, diablo coxuelo, + que eras tu el juglar_?..." + +Tanto don Adolfo Bonilla como don Felipe Perez indagaron con prolijidad +cuando hubo de escribir su obrita Velez de Guevara, y si la escribio +seguidamente, o a trozos y aun con largos intervalos entre unos y otros +capitulos. Convienen ambos investigadores en esta ultima creencia, pero +no en lo demas; porque si en opinion de Perez y Gonzalez la novela fue +escrita despues de febrero de 1636 y antes de mayo de 1639, a juicio de +Bonilla, Velez empezo a escribirla despues de febrero de 1637 y la +termino hacia julio de 1640[34]. No creo que el poner en claro este +punto, siendo corto, como lo es, dentro de la ordinaria duracion de la +vida humana, el tiempo comprendido entre unas fechas y otras, merezca el +improbo trabajo que echaron sobre si estos denodados eruditos[35]. + +Unas advertencias, para terminar. + +"Velez de Guevara, como Quevedo--noto el senor Bonilla--, es un +escolastico del idioma. No hay que perder una sola de sus palabras, no +hay que confiar en el valor directo de cualquiera de sus frases, porque +lo mejor del cuento pasaria quizas inadvertido. Es preciso estar siempre +ojo avizor para saborear como es debido aquellas atrevidas metaforas, +aquellas extravagantes relaciones, aquellos estupendos equivocos, +aquellas arbitrarias licencias en que se complace. Esta indispensable +atencion fatiga en ocasiones; pero hace sacar doble fruto de la lectura +de un libro cuyo atractivo consiste, mas bien que en el interes de los +lances, en la ingeniosidad de los pensamientos. Solo el muy +familiarizado con los secretos del habla podra darse cabal cuenta de las +bellezas de una obra semejante." Exactisimo todo ello, y porque lo es y +a los mas de los lectores falta esa extremada familiaridad a que se +refiere el senor Bonilla, no podian buenamente pasar sin nota muchas de +las frases que no la tienen en sus ediciones. Ciento treinta y cinco que +estan en este caso senale de primera intencion cuando, leido el +sobredicho discurso del senor Nercasseau y Moran, me senti deseoso de +preparar, para la simpatica coleccion de "Clasicos Castellanos", esta +humilde edicioncita de _El Diablo Cojuelo._ + +Como el senor Bonilla, "procuro pecar antes por carta de mas que por +carta de menos, por lo cual a veces he explicado palabras y giros que +podran parecer a los eruditos de muy llana inteligencia. Tengase en +cuenta, sin embargo--anado con el--, que me dirijo a la generalidad y +que mi proposito es facilitar la comprension del libro de Velez de +Guevara a todo genero de lectores." Con mayor motivo habia yo de hacer +lo propio en una edicion vulgarizadora, como es la presente. Pero aun +asi, he huido con mucho cuidado de escribir notas por las cuales se me +pudiese encasillar junto a Lucas de Valdes y Toro, aquel empecatado +cirujano cordobes que en 1630 dio a la estampa un opusculo perogrullesco +intitulado asi: _Tratado en que se prueba que la nieve es fria y +humeda[36]_. + +No obstantes mi buena voluntad y la diligencia con que procure evitarlo, +se me han quedado por entender algunas frases del texto. Hay quien, +puesto a anotar uno cualquiera, explica lo que buenamente se le alcanza, +y en cuanto a lo que no, hace, como dicen, la vista gorda y pasa de +largo sin decir palabra, dando a colegir con su silencio que aquello que +no explico no lo ha menester, por ser cosa llanisima. Jamas cometi esa +reprobable fulleria: antes por el contrario, en casos tales confieso +paladinamente que aquel lugar merece y pide explicacion, y que, por +malos de mis pecados, yo no acerte a darsela[37]. + +Por ultimo, aunque en esta edicion sigo el texto de la original de Velez +de Guevara (Madrid, Imprenta del Reyno, 1641), no la he copiado tan +fielmente, tan servilmente, que reproduzca su endiablada ortografia, +digo, la de los barbaros cajistas que compusieron los moldes. "Para +regalar a los lectores--escribi trece anos ha[38]--con bocados como +_abaricia_, _hajo, coetes, hizquierda, voca, vobos, obtica, +valbucientes, abitos, hancas y hacechar_, como lo hizo el senor Bonilla +reproduciendo la edicion principe de _El Diablo Cojuelo_, siempre hay +tiempo, o, dicho mejor, no debe haberlo nunca. Ya no es poco _hacer +morder el ajo_ a uno; pero hacerle morder el _hajo_ es crueldad doblada, +porque pica aun mas la _hache_ que el _ajo_ mismo." + +Y con esto, lector amable, quedate a Dios, y perdoname si te cause +enfado o tedio con la lectura de mi prologo. + +FRANCISCO RODRIGUEZ MARIN. + +_Madrid, 2 de junio de 1918_. + + + + + EL DIABLO COJUELO + + + DEDICATORIA DE VELEZ DE GUEVARA + + [AL EXCMO. SR. D. RODRIGO DE SANDOVAL, + DE SILVA, DE MENDOZA Y DE LA CERDA, + PRINCIPE DE MELITO, DUQUE DE PASTRANA, + DE ESTREMERA Y FRANCAVILA, ETC.] + + +Excelentisimo senor: + +La generosa condicion de V.E., patria general de los ingenios, donde +todos hallan seguro asilo, ha solicitado mi desconfianza para rescatar +del olvido de una naveta[39], en que estaba entre otros borradores mios, +este volumen que llamo _El Diablo Cojuelo_, escrito con particular +capricho, porque al amparo de tan gran Mecenas salga menos cobarde a dar +noticia de las ignorancias del dueno. A cuya sombra excelentisima la +invidia me mirara ociosa, la emulacion muda, y desairada la +competencia; que con estas seguridades no naufragara esta novela y podra +andar con su cara descubierta por el mundo. Guarde Dios a V.E., como sus +criados deseamos y hemos menester. + +Criado de V.E., que sus pies besa, + +LUIS VELEZ DE GUEVARA. + + + + +PROLOGO A LOS MOSQUETEROS[40] DE LA COMEDIA DE MADRID. + +Gracias a Dios, mosqueteros mios, o vuestros, jueces de los aplausos +comicos por la costumbre y mal abuso, que una vez tomare la pluma sin el +miedo de vuestros silbos, pues este discurso del Diablo Cojuelo nace a +luz concebido sin teatro original fuera de vuestra juridicion; que aun +del riesgo de la censura del leello esta privilegiado por vuestra +naturaleza, pues casi ninguno de vosotros sabe deletrear; que nacistes +para numero de los demas, y para pescados de los estanques[41][42], de +los corrales[43], esperando, las bocas abiertas[44], el golpe del +concepto por el oido y por la manotada del comico, y no por el ingenio. +Alla os lo habed con vosotros mismos, que sois corchetes[45] de la +Fortuna, dando las mas veces premio a lo que aun no merece oidos, y +abatis lo que merece estar sobre las estrellas; pero no se me da de +vosotros dos caracoles: hagame Dios bien con mi prosa[46], entretanto +que otros fluctuan por las maretas[47] de vuestros aplausos, de quien +nos libre Dios por su infinita misericordia, Amen, Jesus. + +CARTA DE RECOMENDACION AL CANDIDO[48] O MORENO LECTOR. + +Lector amigo: yo he escrito este discurso, que no me he atrevido a +llamarle libro, pasandome de la jineta de los consonantes[49] a la brida +de la prosa, en las vacantes que me han dado las despensas[50] de mi +familia y los autores de las comedias por su Majestad[51]; y como es _El +Diablo Cojuelo_, no lo reparto en capitulos, sino en trancos[52]. +Suplicote que los des en su leyenda[53], porque tendras menos que +censurarme, y yo que agradecerte[54]. Y, por no ser para mas[55] ceso, y +no de rogar a Dios que me conserve en tu gracia. + +De Madrid, a los que fueren entonces del mes y del ano, y tal y tal y +tal[56]. + + +EL AUTOR Y EL TEXTO. + + + + +DE DON JUAN VELEZ DE GUEVARA A SU PADRE. + +SONETO[57] + + Luz en quien se encendio la vital mia, + De cuya llama soy originado, + Bien que la vida solo te he imitado, + Que el alma fuera en mi vana porfia, + + Si eres el sol de nuestra Poeesia, + Viva mas que el tu aplauso eternizado, + Y pues un vivir solo es limitado, + No te estreches al termino de un dia. + + Hoy junta en el deleite la ensenanza + Tu ingenio, a quien el tiempo no consuma, + Pues tambien viene a ser aplauso suyo. + + Y sufra la modestia esta alabanza + A quien, por parecer mas hijo tuyo + Quisiera ser un rasgo de tu pluma. + + + + +TRANCO PRIMERO + + +Daban en Madrid, por los fines de julio, las once de la noche en punto, +hora menguada para las calles[58], y, por faltar la luna, juridicion y +termino redondo de todo requiebro lechuzo y patarata de la muerte. El +Prado boqueaba coches[59] en la ultima jornada de su paseo, y en los +banos de Manzanares los Adanes y las Evas de la Corte, fregados mas de +la arena que limpios del agua[60], decian el _Ite, rio[61]_ _es[62]_, +cuando don Cleofas Leandro Perez Zambullo, hidalgo a cuatro vientos[63], +caballero huracan y encrucijada de apellidos[64], galan de noviciado y +estudiante de profesion, con un broquel y una espada, aprendia a gato +por el caballete de un tejado, huyendo de la justicia, que le venia a +los alcances[65] por un estrupo[66] que no lo habia comido ni +bebido[67], que en el pleito de acreedores de una doncella al uso estaba +graduado en el lugar veintidoseno[68], pretendiendo que el pobre +licenciado escotase solo lo que tantos habian merendado[69]; y como +solicitaba escaparse del "para en uno son[70]" (sentencia difinitiva +del cura de la parroquia y auto que no lo revoca si no es el vicario +Responso[71], juez de la otra vida), no dificulto arrojarse desde el ala +del susodicho tejado, como si las tuviera, a la buarda[72] de otro que +estaba confinante, nordesteado de una luz que por ella escasamente se +brujuleaba, estrella de la tormenta que corria, en cuyo desvan puso los +pies y la boca[73] a un mismo tiempo, saludandolo como a puerto de tales +naufragios, y dejando burlados los ministros del agarro[74] y los +honrados pensamientos de mi senora dona Tomasa de Bitigudino[75], +doncella chanflona[76] que se pasaba de noche como cuarto falso, que, +para que surtiese efecto su bellaqueria, habia cometido otro estelionato +mas con el capitan de los jinetes a gatas que corrian las costas[77] de +aquellos tejados en su demanda, y volvian corridos de que se les +hubiese escapado aquel bajel de capa y espada[78] que llevaba cautiva la +honra de aquella senora mohatrera de doncellazgos[79], que juraba entre +si tomar satisfaccion deste desaire en otro inocente, chapeton[80] de +embustes doncelliles, fiada en una madre que ella llamaba _tia,_ liga +donde habia caido tanto pajaro forastero. + +A estas horas, el Estudiante, no creyendo su buen suceso[81] y +deshollinando con el vestido y los ojos el zaquizami, admiraba la region +donde habia arribado, por las estranjeras estravagancias de que estaba +adornada la tal espelunca, cuyo avariento farol era un candil de +garabato, que descubria sobre una mesa antigua de cadena[82] papeles +infinitos, mal compuestos y ordenados, escritos de caracteres +matematicos, unas efemerides abiertas[83], dos esferas y algunos +compases y cuadrantes, ciertas senales de que vivia en el cuarto de mas +abajo algun astrologo, dueno de aquella confusa oficina y embustera +ciencia; y llegandose don Cleofas curiosamente, como quien profesaba +letras y era algo inclinado a aquella profesion, a revolver los trastos +astrologicos, oyo un suspiro entre ellos mismos, que, pareciendole +imaginacion o ilusion de la noche, paso adelante con la atencion +papeleando los memoriales de Euclides y embelecos de Copernico; +escuchando segunda vez repetir el suspiro, entonces, pareciendole que no +era engano de la fantasia, sino verdad que se habia venido a los oidos, +dijo con desgarro y ademan de estudiante valiente: + +--?Quien diablos suspira aqui?, respondiendole al mismo tiempo una voz +entre humana y estranjera: + +--Yo soy, senor Licenciado, que estoy en esta redoma, adonde me tiene +preso ese astrologo que vive ahi abajo, porque tambien tiene su punta +de la magica negra[84], y es mi alcaide dos anos habra. + +--Luego ?familiar eres?--dijo el Estudiante[85]. + +--Harto me holgara yo--respondieron[86] de la redoma--que entrara uno +de la Santa Inquisicion, para que, metiendole a el en otra de cal y +canto, me sacara a mi desta jaula de papagayos de piedra azufre. Pero tu +has llegado a tiempo que me puedes rescatar, porque este a cuyos +conjuros estoy asistiendo me tiene ocioso, sin emplearme en nada, siendo +yo el espiritu mas travieso del infierno. + +Don Cleofas, espumando valor, prerrogativa de estudiante de Alcala, le +dijo: + +--?Eres demonio plebeyo, u de los de nombre? + +--Y de gran nombre--le repitio el vidro endemoniado--, y el mas +celebrado en entrambos mundos. + +--?Eres Lucifer?--le repitio don Cleofas. + +--Ese es demonio de duenas y escuderos--le respondio la voz. + +--?Eres Satanas?--prosiguio el Estudiante. + +--Ese es demonio de sastres y carniceros--volvio la voz a repetille. + +--?Eres Bercebu?--volvio a preguntalle don Cleofas. + +Y la voz a respondelle: + +--Ese es demonio de tahures, amancebados y carreteros. + +--?Eres Barrabas[87], Belial, Astarot?--finalmente le dijo el +Estudiante. + +--Esos son demonios de mayores ocupaciones--le respondio la voz--: +demonio mas por menudo soy, aunque me meto en todo: yo soy las pulgas +del infierno, la chisme[88], el enredo, la usura, la mohatra; yo truje +al mundo la zarabanda[89], el deligo[90], la chacona[91], el +bullicuzcuz[92], las cosquillas de la capona[93], el guiriguirigay, el +zambapalo, la mariona, el avilipinti, el pollo, la carreteria, el +hermano Bartolo, el carcanal, el guineo, el colorin colorado[94]; yo +invente las pandorgas[95]; las jacaras[96], las papalatas[97], los +comos[98], las mortecinas[99], los titeres[100], los volatines[101], +los saltambancos[102], los maesecorales[103], y, al fin, yo me llamo el +Diablo Cojuelo. + +--Con decir eso--dijo el Estudiante--hubieramos ahorrado lo demas: vuesa +merced me conozca por su servidor; que hay muchos dias que le deseaba +conocer. Pero, ?no me dira, senor Diablo Cojuelo, por que le pusieron +este nombre, a diferencia de los demas, habiendo todos caido desde tan +alto, que pudieran quedar todos de la misma suerte y con el mismo +apellido[104]? + +--Yo, senor don Cleofas Leandro Perez Zambullo, que ya le se el suyo, o +los suyos--dijo el Cojuelo--, porque hemos sido vecinos por esa dama que +galanteaba y por quien le ha corrido la justicia esta noche, y de quien +despues le contare maravillas, me llamo desta manera porque fui el +primero de los que se levantaron en el rebelion[105] celestial, y de los +que cayeron y todo[106]; y como los demas dieron sobre mi, me +estropearon, y ansi, quede mas que todos senalado de la mano de Dios y +de los pies de todos los diablos, y con este sobrenombre; mas no por eso +menos agil para todas las facciones que se ofrecen en los paises bajos, +en cuyas impresas nunca me he quedado atras, antes me he adelantado a +todos; que, camino del infierno, tanto anda el cojo como el viento[107]; +aunque nunca he estado mas sin reputacion que ahora en poder deste +vinagre, a quien por trato[108] me entregaron mis propios companeros, +porque los traia al retortero a todos[109], como dice el refran de +Castilla, y cada momento a los mas agudos les daba gato por demonio. +Sacame deste Argel de vidro; que yo te pagare el rescate en muchos +gustos, a fe de demonio, porque me precio de amigo de mi amigo, con mis +tachas buenas y malas[110]. + +--?Como quieres--dijo don Cleofas mudando la cortesia[111] con la +familiaridad de la conversacion--que yo haga lo que tu no puedes siendo +demonio tan manoso? + +--A mi no me es concedido--dijo el Espiritu--, y a ti si, por ser hombre +con el privilegio del baptismo y libre del poder de los conjuros, con +quien han hecho pacto los principes de la Guinea infernal[112]. Toma un +cuadrante de esos y haz pedazos esta redoma; que luego en derramandome +me veras visible y palpable. + +No fue escrupuloso ni perezoso don Cleofas, y ejecutando lo que el +Espiritu le dijo, hizo con el instrumento astronomico jigote[113] del +vaso, inundando la mesa sobredicha de un licor turbio, escabeche en que +se conservaba el tal Diablillo; y volviendo los ojos al suelo, vio en +el un hombrecillo de pequena estatura, afirmado en dos muletas[114], +sembrado de chichones mayores de marca[115], calabacino de testa y badea +de cogote, chato de narices, la boca formidable y apuntalada en dos +colmillos solos, que no tenian mas muela ni diente los desiertos de las +encias, erizados los bigotes como si hubiera barbado en Hircania[116]; +los pelos de su nacimiento, ralos, uno aqui y otro alli[117], a fuer de +los esparragos, legumbre[118] tan enemiga de la compania, que si no es +para venderlos en manojos, no se juntan. Bien hayan los berros, que +nacen unos entrepernados con otros, como vecindades de la Corte, perdone +la malicia la comparacion. + +Asco le dio a don Cleofas la figura, aunque necesitaba de su favor para +salir del desvan, ratonera del Astrologo en que habia caido huyendo de +los gatos que le siguieron (salvo el guante[119] a la metafora), y +asiendole por la mano el Cojuelo y diciendole: "Vamos, don Cleofas, que +quiero comenzar a pagarte en algo lo que te debo", salieron los dos por +la buarda como si los dispararan de un tiro[120] de artilleria, no +parando de volar hasta hacer pie en el capitel de la torre de San +Salvador[121], mayor atalaya de Madrid, a tiempo que su reloj daba la +una, hora que tocaba a recoger el mundo poco a poco al descanso del +sueno; treguas que dan los cuidados a la vida, siendo comun el silencio +a las fieras y a los hombres; medida que a todos hace iguales; habiendo +una priesa notable a quitarse zapatos y medias, calzones y jubones, +basquinas[122], verdugados[123], guardainfantes[124], polleras[125], +enaguas y guardapies, para acostarse hombres y mujeres, quedando las +humanidades menos mesuradas, y volviendose a los primeros originales, +que comenzaron el mundo horros de todas estas baratijas; y +engestandose[126] al camarada, el Cojuelo le dijo: + +--Don Cleofas, desde esta picota[127] de las nubes, que es el lugar mas +eminente de Madrid, malano[128] para Menipo en los dialogos de Luciano, +te he de ensenar todo lo mas notable que a estas horas pasa en esta +Babilonia espanola, que en la confusion fue esotra con ella segunda +deste nombre. + +Y levantando a los techos de los edificios, por arte diabolica, lo +hojaldrado[129], se descubrio la carne del pastelon de Madrid como +entonces estaba, patentemente, que por el mucho calor estivo estaba con +menos celosias, y tanta variedad de sabandijas racionales en esta arca +del mundo, que la del diluvio, comparada con ella, fue de capas y +gorras. + + + + +TRANCO II + + +Quedo don Cleofas absorto en aquella pepitoria[130] humana de tanta +diversidad de manos, pies y cabezas, y haciendo grandes admiraciones, +dijo: + +--?Es posible que para tantos hombres, mujeres y ninos hay[131] lienzo +para colchones, sabanas y camisas? Dejame que me asombre que entre las +grandezas de la Providencia divina no sea esta la menor. + +Entonces el Cojuelo, previniendole, le dijo: + +--Advierte que quiero empezar a ensenarte distintamente, en este teatro +donde tantas figuras representan, las mas notables, en cuya variedad +esta su hermosura. Mira alli primeramente como estan sentados muchos +caballeros y senores a una mesa opulentisima, acabando una media +noche[132]; que eso les han quitado a los relojes no mas. + +Don Cleofas le dijo: + +--Todas esas caras conozco; pero sus bolsas no, si no es para +servillas[133]. + +--Hanse pasado a los estranjeros, porque las trataban muy mal estos +principes cristianos--dijo el Cojuelo--, y se han quedado, con las +caponas[134], sin ejercicio. + +--Dejemoslos cenar--dijo don Cleofas--, que yo aseguro que no se +levanten de la mesa sin haber concertado un juego de canas para cuando +Dios fuere servido, y pasemos adelante; que a estos magnates los mas de +los dias les beso yo las manos, y estas caravanas las ando yo las mas de +las noches, porque he sido dos meses culto vergonzante de la proa[135] +de uno de ellos y estoy encurtido de excelencias y senorias, solamente +buenas para veneradas. + +--Mira alli--prosiguio el Cojuelo--como se esta quejando de la orina un +letrado, tan ancho de barba[136] y tan espeso, que parece que saca un +delfin la cola por las almohadas. Alli esta pariendo dona Fafula[137], y +don Toribio su indigno consorte, como si fuera suyo lo que paria, muy +oficioso y lastimado; y esta el dueno de la obra a pierna suelta en +esotro barrio, roncando y descuidado del suceso. Mira aquel preciado de +lindo, o aquel lindo de los mas preciados, como duerme con bigotera[138] +torcidas de papel en las guedejas y el copete[139], sebillo en las +manos[140], y guantes descabezados[141], y tanta pasa[142] en el rostro, +que pueden hacer colacion[143] en el toda la cuaresma que viene. Alli, +mas adelante, esta una vieja, grandisima hechicera, haciendo en un +almirez una medicina de drogas restringentes para remendar una doncella +sobre su palabra[144], que se ha de desposar manana. Y alli, en aquel +aposentillo estrecho, estan dos enfermos en dos camas, y se han +purgado juntos, y sobre quien ha hecho mas cursos[145], como si se +hubieran de graduar en la facultad, se han levantado a matar a +almohadazos. Vuelve alli, y mira con atencion como se esta untando una +hipocrita a lo moderno, para hallarse en una gran junta de brujas que +hay entre San Sebastian y Fuenterrabia, y a fe que nos habiamos de ver +en ella si no temiera el riesgo de ser conocido del demonio que +hace[146] el cabron, porque le di una bofetada a mano abierta en la +antecamara de Lucifer, sobre unas palabras mayores que tuvimos; que +tambien entre los diablos hay libro del duelo[147], porque el autor que +le compuso es hijo de vecino del infierno. Pero mucho mas nos podemos +entretener por aca, y mas si pones los ojos en aquellos dos ladrones que +han entrado por un balcon en casa de aquel estranjero rico, con una +llave maestra, porque las ganzuas son a lo antiguo, y han llegado donde +esta aquel talego de vara y media estofado de patacones[148] de a ocho, +a la luz de una linterna que llevan, que, por ser tan grande y no poder +arrancalle de una vez, por el riesgo del ruido, determinan abrille, y +henchir las faltriqueras y los calzones, y volver otra noche por lo +demas, y comenzando a desatalle, saca el tal estranjero (que estaba +dentro del guardando su dinero, por no fialle de nadie) la cabeza, +diciendo: "Senores ladrones, aca estamos todos"[149], cayendo +espantados uno a un lado y otro a otro, como resurrecion de aldea[150], +y se vuelven gateando a salir por donde entraron. + +--Mejor fuera--dijo don Cleofas--que le hubieran llevado sin desatar en +el capullo de su dinero, porque no le sucediera ese desaire, pues que +cada estranjero es un talego bautizado[151]; que no sirven de otra cosa +en nuestra republica y en la suya, por nuestra mala mana. + +Pero, ?quien es aquella abada[152] con camisa de mujer, que no solamente +la cama le viene estrecha, sino la casa y Madrid, que hace roncando mas +ruido que la Bermuda[153], y, al parecer, [bebe][154] camaras de tinajas +y come jigotes de bovedas? + +--Aquella ha sido cuba de Sahagun[155], y no profeso--dijo el +Cojuelo--si no es el mundo de agora, que esta para dar un estallido, y +todo junto puede ser siendo quien es: que es una bodegonera tan rica, +que tiene, a dar[156] rocin por carnero y gato por conejo a los +estomagos del vuelo[157], seis casas en Madrid, y en la puerta de +Guadalajara[158] mas de veinte mil ducados, y con una capilla que ha +hecho para su entierro y dos capellanias que ha fundado, se piensa ir al +cielo derecha; que aunque pongan una garrucha en la estrella de Venus y +un alzaprima en las Siete Cabrillas, me parece que sera imposible que +suba alla aquel tonel; y como ha cobrado buena fama[159], se ha echado +a dormir de aquella suerte. + +--Atengome--dijo don Cleofas--a aquel caballero tasajo que tiene el +alma en cecina, que ha echado de ver que es caballero en un habito[160] +que le he visto en una ropilla[161] a la cabecera, y no es el mayor +remiendo que tiene, y duerme enroscado como lamprea empanada, porque la +cama es media sotanilla, que le llega a las rodillas no mas. + +--Aquel--dijo el Cojuelo--es pretendiente, y esta demasiado de gordo y +bien tratado para el oficio que ejercita. Bien haya aquel tabernero de +Corte, que se quita de esos cuidados y es cura de su vino, que le esta +bautizando en los pellejos y las tinajas, y a estas horas esta hecho +diluvio[162] en pena, con su embudo en la mano, y antes de mil +anos[163] espero verle jugar canas[164] por el nacimiento de algun +principe. + +--?Que mucho--dijo don Cleofas--si es tabernero y puede emborrachar a la +Fortuna? + +--No hayas miedo--dijo el Cojuelo--que se vea en eso aquel alquimista +que esta en aquel sotano con unos fuelles, inspirando una hornilla llena +de lumbre, sobre la cual tiene un perol con mil variedades de +ingredientes, muy presumido de acabar la piedra filosofal y hacer el +oro; que ha diez anos que anda en esta pretension, por haber leido el +arte de Reimundo Lulio y los autores quimicos que hablan[165] en este +mismo imposible. + +--La verdad es--dijo don Cleofas--que nadie ha acertado a hacer el oro +si no es Dios, y el sol, con comision particular suya. + +--Eso es cierto--dijo el Cojuelo--, pues nosotros no hemos salido con +ello. Vuelve alli, y acompaname a reir de aquel marido y mujer, tan +amigos de coche, que todo lo que habian de gastar en vestir, calzar y +componer su casa lo han empleado en aquel que esta sin caballos agora, y +comen y cenan y duermen dentro del, sin que hayan salido de su +reclusion, ni aun para las necesidades corporales, en cuatro anos que ha +que le compraron[166]; que estan encochados, como emparedados, y ha sido +tanta la costumbre de no salir del, que les sirve el coche de conchas, +como a la tortuga y al galapago, que en tarascando cualquiera dellos la +cabeza fuera del, la vuelven a meter luego, como quien la tiene fuera de +su natural, y se resfrian y acatarran en sacando pie, pierna o mano +desta estrecha religion; y pienso que quieren ahora labrar un desvan en +el para ensancharse y alquilalle a otros dos vecinos tan inclinados a +coche, que se contentaran con vivir en el caballete del. + +--Esos--dijo don Cleofas--se han de ir al infierno en coche y en alma. + +--No es penitencia para menos--respondio el Cojuelo--. Diferentemente le +sucede a esotro pobre y casado, que vive en esotra casa mas adelante, +que despues de no haber podido dormir desde que se acosto, con un organo +al oido de ninos tiples, contraltos, terceruelas[167] y otros mil +guisados de voces que han inventado para llorar, ahora que se iba a +trasponer un poco, le ha tocado a rebato un mal de madre de su mujer, +tan terrible, que no ha dejado ruda en la vecindad[168], lana ni papel +quemado, escudilla untada con ajo, ligaduras, bebidas, humazos y +trescientas cosas mas[169], y a el le ha dado, de andar en camisa, un +dolor de ijada, con que imagino que se ha de desquitar del dolor de +madre de su mujer. + +--No estan tan despiertos en aquella casa--dijo don Cleofas--donde esta +echando una escala aquel caballero que, al parecer, da asalto al cuarto +y a la honra del que vive en el; que no es buena senal, habiendo +escaleras dentro, querer entrar por las de fuera. + +--Alli--dijo el Cojuelo--vive un caballero viejo y rico que tiene una +hija muy hermosa y doncella, y rabia por dejallo de ser con un marques, +que es el que da la escalada, que dice que se ha de casar con ella, que +es papel que ha hecho con otras diez u doce, y lo ha representado mal; +pero esta noche no conseguira lo que desea, porque viene un alcalde de +ronda, y es muy antigua costumbre de nosotros ser muy regatones[170] en +los gustos, y, como dice vuestro refran, si la podemos dar roma, no la +damos aguilena[171]. + +--?Que voces--dijo don Cleofas--son las que dan en esotra casa mas +adelante, que parece que pregonan algun demonio que se ha perdido? + +--No sere yo, que me he rescatado--dijo el Cojuelo--, si no es que me +llaman a pregones del infierno por el quebrantamiento de la redoma; pero +aquel es un garitero que ha dado esta noche ciento y cincuenta barajas, +y se ha endiablado de colera porque no le han pagado ninguna y se van +los actores y los reos con las costas en el cuerpo, tras una pendencia +de barato[172] sobre uno que juzgo mal una suerte, y los mete en paz +aquella musica que dan a cuatro voces en esotra calle unos criados de un +senor a una mujer de un sastre que ha jurado que los ha de coser a +punaladas[173]. + +--Si yo fuera el marido--dijo don Cleofas--, mas los tuviera por gatos +que por musicos. + +--Agora te pareceran galgos--dijo el Cojuelo--, porque otro competidor +de la sastra, con una gavilla de seis o siete, vienen sacando las +espadas, y los Orfeos de la maesa, reparando la primera invasion con las +guitarras, hacen una fuga[174] de cuatro o cinco calles. Pero vuelve +alli los ojos, veras como se va desnudando aquel hidalgo que ha rondado +toda la noche, tan caballero del milagro[175] en las tripas como en las +demas facciones, pues quitandose una cabellera, queda calvo; y las +narices de caratula, chato; y unos bigotes postizos, lampino; y un brazo +de palo, estropeado; que pudiera irse mas camino de la sepoltura que de +la cama. En esotra casa mas arriba esta durmiendo un mentiroso con una +notable pesadilla, porque suena que dice verdad. Alli un vizconde, entre +suenos, esta muy vano porque ha regateado la excelencia a un grande. +Alli esta muriendo un fullero, y ayudandole a bien morir un testigo +falso, y por darle la bula de la Cruzada, le da una baraja de naipes, +porque muera como vivio, y el, boqueando, por decir "Jesus", ha dicho +"flux". Alli, mas arriba, un boticario esta mezclando la piedra +bezar[176] con los polvos de sen. Alli sacan un medico de su casa para +una apoplejia que le ha dado a un obispo. Alli llevan aquella comadre +para partear a una prenada de medio ojo[177], que ha tenido dicha en +darle los dolores a estas horas. Alli dona Tomasa, tu dama, en enaguas, +esta abriendo la puerta a otro; que a estas horas le oye de amor. + +--Dejame--dijo don Cleofas--: bajare sobre ella a matarla a coces. + +--Para estas ocasiones se hizo el _tate, tate_[178]--dijo el Cojuelo--; +que no es salto para de burlas. Y te espantas de pocas cosas[179]: que +sin este enamorado murciegalo[180], hay otros ochenta, para quien[181] +tiene repartidas las horas del dia y de la noche. + +--iPor vida del mundo--dijo don Cleofas--que la tenia por una santa! + +--Nunca te creas de ligero--le replico el Diablillo--. Y vuelve los ojos +a mi Astrologo, veras con las pulgas y inquietud que duerme: debe de +haber sentido pasos en su desvan y recela algun detrimento de su redoma. +Consuelese con su vecino, que mientras esta roncando a mas y mejor, le +estan sacando a su mujer, como muela, sin sentillo, aquellos dos +soldados. + +--Del mal lo menos--dijo don Cleofas--; que yo se del marido +ochodurmiente[182] que dira[183] cuando despierto lo mismo. + +--Mira alli--prosiguio el Cojuelo--aquel barbero, que sonando se ha +levantado, y ha echado unas ventosas a su mujer, y la ha quemado con las +estopas las tablas de los muslos, y ella da gritos, y el, despertando, +la consuela diciendo que aquella diligencia es bueno que este hecha para +cuando fuere menester. Vuelve alli los ojos a aquella cuadrilla de +sastres que estan acabando unas vistas[184] para un tonto que se casa a +ciegas, que es lo mismo que por relacion, con una doncella tarasca, fea, +pobre y necia, y le han hecho creer al contrario con un retrato que le +trujo un casamentero, que a estas horas se esta levantando con un +pleitista que vive pared y medio del[185], el uno a cansar ministros y +el otro a casar todo el linaje humano; que solamente tu, por estar tan +alto, estas seguro deste demonio, que en algun modo lo es mas que yo. +Vuelve los ojos y mira aquel cazador mentecato del gallo[186], que esta +ensillando su rocin a estas horas y poniendo la escopeta debajo del +caparazon, y deja de dormir de aqui a las nueve de la manana por ir a +matar un conejo, que le costaria mucho menos aunque le comprara en la +despensa de Judas[187]. Y al mismo tiempo advierte como a la puerta de +aquel rico avariento echan un nino, que por partes de[188] su padre +puede pretender la beca del Antecristo[189], y el, en grado de +apelacion, da con el en casa de un senor que vive junto a la suya, que +tiene talle de comerselo antes que criallo, porque ha dias que su +despensa espera el domingo de casi racion[190]. Pero ya el dia no nos +deja pasar adelante; que el agua ardiente y el letuario[191] son sus +primeros crepusculos, y viene el sol haciendo cosquillas a las +estrellas, que estan jugando a salga la parida[192], y dorando la +pildora[193] del mundo, tocando al arma a tantas bolsas y talegos y +dando rebato a tantas ollas, sartenes y cazuelas, y no quiero que se +valga de mi industria para ver los secretos que le nego la noche: +cuestele brujeleallo por resquicios, claraboyas y chimeneas. + +Y volviendo a poner la tapa al pastelon, se bajaron a las calles. + + + + +TRANCO III + + +Ya comenzaban en el puchero humano de la Corte a hervir hombres y +mujeres, unos hacia arriba, y otros hacia abajo, y otros de traves, +haciendo un cruzado[194] al son de su misma confusion[195], y el pielago +racional de Madrid a sembrarse de ballenas[196] con ruedas, que por otro +nombre llaman coches, trabandose la batalla del dia, cada uno con +disinio y negocio diferente, y pretendiendose enganar los unos a los +otros, levantandose una polvareda de embustes y mentiras, que no se +descubria una brizna de verdad por un ojo de la cara[197], y don Cleofas +iba siguiendo a su camarada, que le habia metido por una calle algo +angosta, llena de espejos por una parte y por otra, donde estaban muchas +damas y lindos mirandose y poniendose de diferentes posturas de bocas, +guedejas, semblantes, ojos, bigotes, brazos y manos, haciendose +cocos[198] a ellos mismos. Preguntole don Cleofas que calle era aquella, +que le parecia que no la habia visto en Madrid, y respondiole el +Cojuelo: + +--Esta se llama la calle de los Gestos, que solamente saben a ella estas +figuras de la baraja de la Corte, que vienen aqui a tomar el gesto con +que han de andar aquel dia, y salen con perlesia de lindeza, unos con la +boquita de rinon[199], otros con los ojitos dormidos, roncando[200] +hermosura, y todos con los dos dedos de las manos, indice y menique, +levantados, y esotros, de _Gloria Patri_[201]. Pero salgamonos muy +apriesa de aqui; que con tener estomago de demonio y no haberme mareado +las maretas[202] del infierno, me le han revuelto estas sabandijas, que +nacieron para desacreditar la naturaleza y el rentoy[203]. + +Con esto, salieron desta calle a una plazuela donde habia gran concurso +de viejas que habia sido damas cortesanas[204], y mozas que entraban a +ser lo que ellas habian sido, en grande contratacion unas con otras. +Pregunto el Estudiante a su camarada que sitio era aquel, que tampoco le +habia visto, y el le respondio: + +--Este es el baratillo de los apellidos, que aquellas damas pasas +truecan con estas mozas albillas[205] por medias traidas, por zapatos +viejos, valonas, tocas y ligas, como ya no las han menester; que el +Guzman, el Mendoza, el Enriquez, el Cerda, el Cueva, el Silva, el +Castro, el Giron[206], el Toledo, el Pacheco, el Cordova, el Manrique de +Lara, el Osorio, el Aragon, el Guevara y otros generosos apellidos los +ceden a quien los ha menester ahora para el oficio que comienza, y ellas +quedan con sus patronimicos primeros de Hernandez, Martinez, Lopez, +Rodriguez, Perez, Gonzalez, etcetera; porque al fin de los anos mil, +vuelven los nombres[207] por donde solian ir. + +--Cada dia--dijo el Estudiante--hay cosas nuevas en la Corte. + +Y, a mano izquierda, entraron a otra plazuela al modo de la de los +Herradores[208], donde se alquilaban tias, hermanos, primos y maridos, +como lacayos y escuderos, para damas de achaque[209] que quieren pasar +en la Corte con buen nombre y encarecer su mercaderia. + +A la mano derecha deste seminario andante estaba un grande edificio, a +manera de templo sin altar, y en medio del, una pila grande de piedra, +llena de libros de caballerias y novelas[210], y alrededor, muchos +muchachos de diez a diez y siete anos y algunas doncelluelas de la misma +edad, y cada uno y cada una con su padrino al lado, y don Cleofas le +pregunto[211] a su companero que le dijese que era esto, que todo le +parecia que lo iba sonando. El Cojuelo le dijo: + +--Algo tiene de eso este fantastico aparato; pero esta es, don Cleofas, +en efeto, la pila de los dones, y aqui se bautizan los que vienen a la +Corte sin el. Todos aquellos muchachos son pajes para senores, y +aquellas muchachas, doncellas para senoras de media talla[212], que han +menester el don para la autoridad de las casas que entran a servir[213], +y agora les acaban de bautizar con el don. Por alli entra agora una +fregona con un vestido alquilado, que la trae su ama a sacar de don, +como de pila, para darla el tuson[214] de las damas, porque le pague en +esta moneda lo que le ha costado el crialla, y aun ella parece que se +quiere volver al pano[215], segun viene brunida de esmeril. + +--Un mono y unos dientes postizos y un guardainfante pueden hacer esos +milagros--dijo don Cleofas--. Pero ?que acompanamiento--prosiguio +diciendo--es este que entra agora, de tanta gente lucida, por la puerta +deste templo consagrado al uso del siglo? + +--Traen a bautizar--dijo el Cojuelo--un regidor muy rico, de un lugar +aqui cercano, de edad de setenta anos, que se viene al don por su pie, +porque sin el le han aconsejado sus parientes que no cae tan bien el +regimiento. Llamase Pascual, y vienen altercando si sobre _Pascual_ le +vendra bien el _don_, que parece don estravagante[216] de la iglesia de +los dones. + +--Ya tienen ejemplar--dijo don Cleofas--en don Pascual, ese que llamaron +todos loco, y yo, Diogenes de la ropa vieja, que andaba cubierta la +cabeza con la capa, sin sombrero, en traje de profeta, por esas calles. + +--Mudaranle el nombre, a mi parecer--prosiguio el Cojuelo--, por no +tener en su lugar regidor Pascual, como cirio de los regidores. + +--Dios les inspire--dijo don Cleofas--lo que mas convenga a su +regimiento, como la cristiandad de los regidores ha menester. + +--En acabando de tomar el senor regidor--dijo el Cojuelo--el agua del +don, espera alli un italiano hacer lo mismo con un elefante que ha +traido a ensenar a la puerta del Sol. + +--Los mas suelen llamarse--dijo el Estudiante--don Pedros, don Juanes y +don Alonsos. No se como ha tenido tanto descuido su ayo o naire, como lo +llaman los de la India Oriental; plebeyo debia de ser este animal, pues +ha llegado tan tarde al don. Vive Dios que me le he de quitar yo, porque +me desbautizan y desdonan los que veo. + +--Sigueme--dijo el Cojuelo--, y no te amohines; que bien sabe el _don_ +donde esta; que se te ha caido en el _Cleofas_ como la sopa en la miel. + +Con esto, salieron del sonado (al parecer) edificio, y enfrente del +descubrieron otro, cuya portada estaba pintada de sonajas, guitarras, +gaitas zamoranas, cencerros, cascabeles, ginebras[217], caracoles, +castrapuercos[218], pandorga prodigiosa de la vida, y pregunto don +Cleofas a su amigo que casa era aquella que mostraba en la portada tanta +variedad de instrumentos vulgares[219],--que tampoco la he visto en la +Corte, y me parece que hay dentro mucho regocijo y entretinimiento. + +--Esta es la casa de los locos--respondio el Cojuelo--que ha poco que se +instituyo en la Corte, entre unas obras pias que dejo un hombre muy rico +y muy cuerdo, donde se castigan y curan locuras que hasta agora no lo +habian parecido. + +--Entremos dentro--dijo don Cleofas--por aquel postiguillo que esta +abierto, y veamos esta novedad de locos. + +Y, diciendo y haciendo, se entraron los dos, uno tras otro; pasando un +zaguan, donde estaban algunos de los convalecientes pidiendo limosna +para los que estaban furiosos, llegaron a un patio cuadrado, cercado de +celdas pequenas por arriba y por abajo, que cada una dellas ocupaba un +personaje de los susodichos. A la puerta de una dellas estaba un hombre, +muy bien tratado de vestido, escribiendo sobre la rodilla y sentado +sobre una banqueta, sin levantar los ojos del papel, y se habia sacado +uno con la pluma sin sentillo. El Cojuelo le dijo: + +--Aquel es un loco arbitrista[220] que ha dado en decir que ha de hacer +la reduccion de los cuartos, y ha escrito sobre ello mas hojas de papel +que tuvo el pleito de don Alvaro de Luna. + +--Bien haya quien le trujo a esta casa--dijo don Cleofas--; que son los +locos mas perjudiciales de la republica. + +--Esotro que esta en esotro aposentillo--prosiguio el Cojuelo--es un +ciego enamorado, que esta con aquel retrato en la mano[221], de su +dama, y aquellos papeles que le ha escrito, como si pudiera ver lo uno +ni leer lo otro, y da en decir que ve con los oidos. En esotro +aposentillo lleno de papeles y libros esta un gramaticon[222] que perdio +el juicio buscandole a un verbo griego el gerundio. Aquel que esta a la +puerta de esotro aposentillo con unas alforjas al hombro y en calzon +blanco, le han traido porque, siendo cochero, que andaba siempre a +caballo, tomo oficio de correo de a pie. Esotro que esta en esotro de +mas arriba con un halcon en la mano, es un caballero que, habiendo +heredado mucho de sus padres, lo gasto todo en la cetreria y no le ha +quedado mas que aquel halcon en la mano, que se las come de hambre. Alli +esta un criado de un senor que, teniendo que comer, se puso a servir. +Alli esta un bailarin que se ha quedado sin son, bailando en seco. Mas +adelante esta un historiador que se volvio loco de sentimiento de +haberse perdido tres decadas de Tito Livio. Mas adelante esta un +colegial cercado de mitras, probandose la que le viene mejor, porque dio +en decir que habia de ser obispo. Luego, en esotro aposentillo, esta un +letrado que se desvanecio en pretender plaza de ropa[223], y de letrado +dio en sastre, y esta siempre cortando y cosiendo garnachas. En esotra +celda, sobre un cofre lleno de doblones, cerrado con tres llaves, esta +sentado un rico avariento, que sin tener hijo ni pariente que le herede, +se da muy mala vida, siendo esclavos de su dinero y no comiendo mas que +un pastel[224] de a cuatro, ni cenando mas que una ensalada de pepinos, +y le sirve de cepo su misma riqueza. Aquel que canta en esotra jaula es +un musico sinsonte, que remeda los demas pajaros, y vuelve de cada +pasaje como de un parasismo. Esta preso en esta carcel de los delictos +del juicio, porque siempre cantaba, y cuando le rogaban que cantase, +dejaba de cantar. + +--Impertinencia es esa casi de todos los desta profesion. + +--En el brocal de aquel pozo que esta en medio del patio se esta mirando +siempre una dama muy hermosa, como lo veras si ella alza la cabeza, hija +de pobres y humildes padres, que queriendose casar con ella muchos +hombres ricos y caballeros, ninguno la contento, y en todos hallo una y +muchas faltas, y esta atada alli en una cadena porque, como Narciso, +enamorada de su hermosura, no se anegue en el agua que le sirve de +espejo, no teniendo en lo que pisa[225] al sol ni a todas las estrellas. +En aquel pobre aposentillo enfrente, pintado por defuera de llamas, esta +un demonio casado, que se volvio loco con la condicion de su mujer. + +Entonces don Cleofas le dijo al companero que le ensenaba todo este +retablo de duelos: + +--Vamonos de aqui, no nos embarguen[226] por alguna locura que nosotros +ignoramos; porque en el mundo todos somos locos, los unos de los +otros[227]. + +El Cojuelo dijo: + +--Quiero tomar tu consejo, porque, pues los demonios enloquecen, no hay +que fiar de si nadie. + +--Desde vuestra primera soberbia--dijo don Cleofas--todos lo estais; que +el infierno es casa de todos los locos mas furiosos del mundo. + +--Aprovechado estas--dijo el Cojuelo--, pues hablas en lenguaje +ajustado. + +Con esta conversacion salieron de la casa susodicha, y a mano derecha +dieron en una calle algo dilatada, que por una parte y por otra estaba +colgada de ataudes, y unos sacristanes con sus sobrepellices[228] +paseandose junto a ellos, y muchos sepultureros abriendo varios +sepulcros, y don Cleofas le dijo a su camarada: + +--?Que calle es esta, que me ha admirado mas que cuantas he visto, y me +pudiera obligar a hablar mas espiritualmente que con lo primero de que +tu te admiraste? + +--Esta es mas temporal y del siglo que ninguna--le respondio el +Cojuelo--, y la mas necesaria, porque es la roperia de los agueelos, +donde[229] cualquiera, para todos los actos positivos[230] que se le +ofrece y se quiere vestir de un agueelo, porque el suyo no le viene bien, +o esta traido, se viene aqui, y por su dinero escoge el que le esta mas +a proposito. Mira alli aquel caballero torzuelo[231] como se esta +probando una agueela que ha menester, y esotro, hijo de quien el +quisiere, se esta vistiendo otro agueelo, y le viene largo de talle. +Esotro mas abajo da por otro agueelo el suyo, y dineros encima, y no se +acaba de concertar, porque le tiene mas de costa al sacristan, que es el +ropero. Otro, a esotra parte, llega a volver un agueelo suyo de dentro +afuera y de atras adelante, y a tremendallo con la agueela de otro. Otro +viene alli con la justicia a hacer que le vuelvan un agueelo que le +habian hurtado, y le ha hallado colgado en la roperia. Si hubieres +menester algun agueelo o agueela para algun credito de tu calidad, a +tiempo estamos, don Cleofas Leandro; que yo tengo aqui un ropero amigo +que desnuda los difuntos la primera noche que los entierran, y nos le +fiara por el tiempo que quisieres. + +--Dineros he menester yo; que agueelos no--respondio el Estudiante--: con +los mios me haga Dios bien[232]; que me han dicho mis padres que +deciendo de Leandro el animoso, el que pasaba el mar de Abido + + "en amoroso fuego todo ardiendo"[233], + +y tengo mi ejecutoria en las obras sueltas de Boscan y Garcilaso[234]. + +--Contra hidalguia en verso--dijo el Diablillo--no hay olvido ni +chancilleria que baste, ni hay mas que desear en el mundo que ser +hidalgo en consonantes. + +--Si a mi me hicieran merced[235]--prosiguio don Cleofas--, entre +Salicio y Nemoroso[236] se habian de hacer mis diligencias, que no me +habian de costar cien reales; que alli tengo mi Montana, mi Galicia, mi +Vizcaya y mis Asturias[237]. + +--Dejemos vanidades agora--dijo el Cojuelo--: que ya se que eres muy +bien nacido en verso y en prosa, y vamos en busca de un figon, a +almorzar y descansar, que bien lo habras menester por lo trasnochado y +madrugado, y despues proseguiremos nuestras aventuras. + + + + +TRANCO IV + + +Dejemos a estos caballeros en su figon almorzando y descansando, que sin +dineros pedian las pajaritas que andaban volando por el aire[238] y al +fenix empanado[239], y volvamos a nuestro astrologo regoldano[240] y +nigromante enjerto, que se habia vestido con algun cuidado de haber +sentido pasos en el desvan la noche antes, y, subiendo a el, hallo las +ruinas que habia dejado su familiar en los pedazos de la redoma, y +mojados sus papeles, y el tal Espiritu ausente; y viendo el estrago y la +falta de su Demonuelo, comenzo a mesarse las barbas y los cabellos, y a +romper sus vestiduras[241], como rey a lo antiguo. Y estando haciendo +semejantes estremos y lamentaciones, entro un diablejo zurdo, mozo de +retrete de Satanas, diciendo que Satanas su senor le besaba las +manos[242]; que habia sentido la bellaqueria que habia usado el Cojuelo; +que el trataria de que se castigase, y que entre tanto se quedase el +sirviendole en su lugar. Agradecio mucho el cuidado el Astrologo y +encerro el tal espiritu en una sortija de un topacio grande, que traia +en un dedo, que antes habia sido de un medico, con que a todos cuantos +habia tomado el pulso habia muerto. Y en el infierno se juntaron entre +tanto, en sala plena, los mas graves jueces de aquel distrito, y +haciendo notorio a todos el delito del tal Cojuelo, mandaron despachar +requisitoria para que le prendiesen en cualquier parte que le hallasen, +y se le dio esta comision[243] a Cienllamas, demonio comisionario que +habia dado muy buena cuenta de otras que le habian encargado, y +llevandose consigo por corchetes a Chispa y a Redina, demonios a la +veinte[244], y subiendose en la mula de Linan[245], salio del infierno +con vara alta[246] de justicia en busca del dicho delincuente. + +En este tiempo, sobre la paga de lo que habian almorzado habian tenido +una pesadumbre el revoltoso Diablillo y don Cleofas con el Figon[247], +en que intervinieron asadores y torteras, porque lo que es del diablo, +el diablo se lo ha de llevar, y acudiendo la justicia al alboroto, se +salieron por una ventana, y cuando el alguacil de Corte con la gente que +llevaba pensaba cogellos, estaban ya de esotra parte de Getafe, en +demanda de Toledo, y dentro de un minuto, en las ventillas de Torrejon, +y en un cerrar de ojos, a vista de la puerta de Visagra, dejando la real +fabrica del hospital de afuera a la derecha mano; y volviendose el +Estudiante al camarada, le dijo: + +--Lindos atajos sabes: malhaya quien no caminara contigo todo el mundo, +mejor que con el Infante don Pedro de Portugal, el que anduvo las +siete[248] partidas del. + +--Somos gente de buena mana--respondio el Cojuelo. + +Y cuando estaban hablando en esto, llegaban al barrio que llaman de la +Sangre de Cristo y al meson de la Sevillana[249], que es el mejor de +aquella ciudad. El Diablo Cojuelo le dijo al Estudiante: + +--Esta es muy buena posada para pasar esta noche y para descansar de la +pasada; entrate dentro y pide un aposento y que te aderecen de cenar; +que a mi me importa llegarme esta noche a Constantinopla a alborotar el +serrallo del Gran Turco y hacer degollar doce o trece hermanos que +tiene, por miedo de que no conspiren[250] a la Corona, y volverme de +camino por los Cantones de los esguizaros[251] y por Ginebra a otras +diligencias deste modo, por sobornar con algunos servicios a mi amo, +que debe de estar muy indignado contra mi por la travesura pasada; que +yo estare contigo antes que den las siete de la manana. + +Y, diciendo y haciendo, se metio por esos aires como por una vina +vendimiada, meando la pajuela[252] a todo pajarote y ciudadano de la +region eterea, a fuer de los de la jerigonza critica[253], y don +Cleofas se entro a tomar posada, que, aunque estaba llena de muchos +pasajeros que habian venido con los galeones y pasaban a la Corte, con +todo, al gueesped nuevo hicieron cortesia, porque la persona de don +Cleofas traia consigo cartas de recomendacion[254], como dicen los +cortesanos antiguos. + +Convidaronle a cenar unos caballeros soldados aquella noche, +preguntandole nuevas de Madrid, y despues de haber cumplido con la +celebridad de los brindis por el Rey (Dios le guarde), por sus damas y +sus amigos[255], y haber dado las aceitunas[256] con los palillos carta +de pago de la cena, se fue cada uno a recoger a su aposento, porque +habian de tomar la madrugada para llegar con tiempo a Madrid, y don +Cleofas hizo lo mismo en el que le senalo el Gueesped, sintiendo la +soledad[257] del companero en algun modo, porque le traia tan +entretenido; y haciendo varios discursos sobre el almohada, se quedo +como un pajarito[258], jurando al silencio de las sombras, como lo demas +del mundo, el meson de la Sevillana el natural vasallaje con el sueno, +que solas [las][259] grullas, los murcielagos y lechuzas estaban de +posta a su cuerpo de guardia, cuando a las dos de la noche unas +temerosas voces repetian: "iFuego, fuego!" despertaron a los dormidos +pasajeros, con el sobresalto y asombro que suele causar cualquier +alboroto a los que estan durmiendo, y mas oyendo apellidar "ifuego!", +voz que con mas terror atemoriza los animos mas constantes, rodando unos +las escaleras por bajar mas apriesa, otros, saltando por las ventanas +que caian al patio de la posada, otros que, por las pulgas u temor de +las chinches, dormian en cueros, como vinagre, hechos Adanes del +baratillo[260], poniendo las manos donde habian de estar las hojas de +higuera, siguiendo a los demas, y acompanandolos don Cleofas, con los +calzones revueltos al brazo y una alfajia que, por no encontrar la +espada, hallo acaso en su aposento, como si en los incendios y fantasmas +importase andar a palos ni a cuchilladas, natural socorro del miedo en +las repentinas invasiones. + +Salio, en esto, el Gueesped en camisa, los pies en unas empanadas de +Frenegal[261], cinchado con una faja de grana de polvo[262] el estomago, +y un candil de garabato en la mano, diciendo que se sosegasen; que aquel +ruido no era de cuidado; que se volviesen a sus camas, que el pondria +remedio en ello. Apretole don Cleofas, como mas amigo de saber, le +dijese la causa de aquel alboroto; que no se habia de volver a acostar +sin descifrar aquel misterio. El Gueesped le dijo muy severo[263] que era +un estudiante de Madrid, que habia dos u tres meses que entro a posar en +su casa, y que era poeta de los que hacen comedias, y que habia escrito +dos, que se las habian chillado en Toledo y apedreado como vinas[264], y +que estaba acabando de escribir la comedia de _Troya abrasada_, y que +sin duda debia de haber llegado al paso del incendio, y se convertia +tanto en lo que escribia, que habria dado aquellas voces; que por otras +experiencias pasadas sacaba el que aquello era verdad infalible como el +decia; que para confirmallo subiesen con el a su aposento y hallarian +verdadero este discurso. + +Siguieron al Gueesped todos de la suerte que estaban, y entrando en el +aposento del tal Poeta, le hallaron tendido en el suelo, despedazada la +media sotanilla, revolcado en papeles y echando espumarajos por la boca, +y pronunciando con mucho desmayo: "iFuego, fuego!", que casi no podia +echar la habla, porque se le habia metido monja. Llegaron a el muertos +de risa y llenos de piedad todos, diciendole: + +--Senor Licenciado, vuelva en si y mire si quiere beber o comer algo +para este desmayo. + +Entonces el Poeta, levantando como pudo la cabeza, dijo: + +--Si es Eneas y Anquises, con los Penates y el amado Ascanio, ?que +aguardais aqui, que esta ya el Ilion hecho cenizas, y Priamo, Paris y +Policena, Hecuba y Andromaca han dado el fatal tributo a la muerte, y a +Elena, causa de tanto dano, llevan su presa Menalao[265] y Agamenon? Y +lo peor es que los mirmidones se han apoderado del tesoro troyano. + +--Vuelva a su juicio--dijo el Guesped--; que aqui no hay almidones ni +toda esa tropelia de disparates que ha referido, y mucho mejor fuera +llevalle a casa del Nuncio[266], donde pudiera ser con bien justa causa +mayoral de los locos, y metelle en cura; que se le han subido los +consonantes a la cabeza, como tabardillo. + +--iQue bien entiende de afectos el senor Gueesped!--respondio el Poeta, +encorporandose un poco mas. + +--De afectos ni de afeites--dijo el Gueesped--no quiero entender, sino de +mi negocio: lo que importa es que manana hagamos cuenta de lo que me +debe de posada, y se vaya con Dios; que no quiero tener en ella quien me +la alborote cada dia con estas locuras: basten las pasadas, pues +comenzando a escribir, recien llegado aqui, la comedia de _El Marques de +Mantua_, que zozobro y fue una de las silbadas, fueron tantas las +prevenciones de la caza y las voces que dio, llamando a los perros +Melampo, Oliveros, Saltamontes, Tragavientos, etcetera, y el "iAtaja, +ataja!" y el "iGuarda el oso cerdoso, y el jabali colmilludo!", que +malpario una senora prenada que pasaba del Andalucia a Madrid, del +sobresalto; y en esotra de _El Saco de Roma_, que entrambas parecieron +cual tenga la salud[267], fue el[268] estruendo de las cajas y +trompetas, haciendo pedazos las puertas y ventanas deste aposento a tan +desusadas horas como estas, y el "iCierra, Espana!"[269], "iSantiago, y +a ellos!", y el jugar la artilleria con la boca[270], como si hubiera +ido a la escuela con un petardo, o criadose con el basilisco de +Malta[271], que engano el rebato a una compania de infanteria que +alojaron[272] aquella noche en mi casa, de suerte, que, tocando al arma, +se hubieron de hacer a escuras unos soldados pedazos con otros, +acudiendo al ruido medio Toledo con la justicia, echandome las puertas +abajo, y amenazo a hacer una de todos los diablos; que es poeta grulla, +que siempre esta en vela, y halla consonantes a cualquiera hora de la +noche y de la madrugada. + +El Poeta dijo entonces: + +--Mucho mayor alboroto fuera si yo acabara aquella comedia de que tiene +vuesa merced en prendas dos jornadas por lo que le debo, que la llamo +_Las Tinieblas de Palestina_, donde es fuerza que se rompa el velo de el +Templo en la tercera jornada, y se escurezca el sol y la luna, y se den +unas piedras con otras, y se venga abajo toda la fabrica celestial con +truenos y relampagos, cometas y exhalaciones, en sentimiento de su +Hacedor; que por faltarme los nombres que he de poner a los sayones no +la he acabado. iAhi me dira vuesa merced, senor Gueesped, que fuera ello! + +--Vayase--dijo el Mesonerazo--a acaballa al Calvario, aunque no faltara +en cualquiera parte que la escriba o la representen quien le crucifique +a silbos, legumbre y edificio[273]. + +--Antes resucitan con mis comedias los autores--dijo el Poeta--; y para +que conozcan todos vuesas mercedes esta verdad y admiren el estilo que +llevan todas las que yo escribo, ya que se han levantado a tan buen +tiempo, quiero leelles esta. + +Y, diciendo y haciendo, tomo en la mano una rima de vueltas de cartas +viejas, cuyo bulto se encaminaba mas a pleito de tenuta[274] que a +comedia, y arqueando las cejas y deshollinandose los bigotes, dijo, +leyendo el titulo, de esta suerte: + +--_Tragedia Troyana, Astucias de Sinon, Caballo griego, Amantes +adulteros y Reyes endemoniados_. Sale lo primero por el patio, sin haber +cantado, el Paladion[275], con cuatro mil griegos por lo menos, armados +de punta en blanco[276], dentro del. + +--?Como--le replico un caballero soldado de aquellos que estaban en +cueros, que parece que se habian de echar a nadar en la comedia--puede +toda esa maquina entrar por ningun patio ni coliseo de cuantos hay en +Espana, ni por el del Buen Retiro, afrenta de los romanos anfiteatros, +ni por una plaza de toros? + +--iBuen remedio!--respondio el Poeta--. Derribarase el corral y dos +calles junto a el para que quepa esta tramoya, que es la mas portentosa +y nueva que los teatros han visto; que no siempre sucede hacerse una +comedia como esta, y sera tanta la ganancia, que podra muy bien a sus +ancas sufrir todo este gasto. Pero escuchen, que ya comienza la obra, y +atencion, por mi amor. Salen por el tablado, con mucho ruido de +chirimias y atabalillos, Priamo, rey de Troya, y el principe Paris, y +Elena, muy bizarra en un palafren, en medio, y el Rey a la mano derecha +(que siempre desta manera guardo el decoro a las personas reales), y +luego, tras ellos, en palafrenes negros, de la misma suerte, once mil +duenas a caballo. + +--Mas dificultosa apariencia es esa que esotra--dijo uno de los +oyentes--, porque es imposible que tantas duenas juntas se hallen. + +--Algunas se haran de pasta[277]--dijo el Poeta--, y las demas se +juntaran de aqui para alli; fuera de que si se hace en la Corte, ?que +senora habra que no envie sus duenas prestadas para una cosa tan grande, +por estar los dias que se representare la comedia, que sera, por lo +menos, siete u ocho meses, libres de tan cansadas sabandijas?[278] + +Hubieronse de caer de risa los oyones[279], y de una carcajada se +llevaron media hora de reloj, al son de los disparates del tal Poeta, y +el prosiguio diciendo: + +--No hay que reirse; que si Dios me tiene de sus consonantes, he de +rellenar el mundo de comedias mias, y ha de ser Lope de Vega (prodigioso +monstruo espanol y nuevo Tostado en verso) nino de teta conmigo, y +despues me he de retirar a escribir un poema heroico para mi +posteridad, que mis hijos o mis sucesores hereden, en que tengan toda su +vida que roer silabas. Y agora oigan vuesas mercedes...:--amagando a +comenzar (el brazo derecho levantado) los versos de la comedia, cuando +todos a una voz le dijeron que lo dejase para mas espacio, y el Gueesped, +indignado, que sabia poco de filis[280], le volvio a advertir que no +habia de estar un dia mas en la posada. + +La encamisada[281], pues, de los caballeros y soldados se puso a mediar +con el Gueesped el caso[282], y don Cleofas, sobre un _Arte poetica_ de +Rengifo[283], que estaba tambien corriendo borrasca entre esotros +legajos por el suelo, tomo pleito homenaje[284] al tal poeta, puestas +las manos sobre los consonantes, jurando que no escribiria mas comedias +de ruido, sino de capa y espada, con que quedo el Gueesped satisfecho; y +con esto se volvieron a sus camas, y el Poeta, calzado y vestido, con su +comedia en la mano, se quedo tan aturdido sobre la suya, que aposto a +roncar con los Sietes Durmientes[285], a peligro de no valer la moneda +cuando despertase. + + + + +TRANCO V + + +Dentro de muy pocas horas lo fue de volverse a levantar los gueespedes al +quitar[286], haciendo la cuenta con ellos de la noche pasada el gueesped +de por vida, esperezandose y bostezando de lo trasnochado con el Poeta, +y trataron de caminar, ensillando los mozos de mulas y poniendo los +frenos al son de seguidillas y jacaras, y brindandose con vino y pullas +los unos a los otros, ribeteandolas con tabaco en polvo y en humo, +cuando don Cleofas tambien desperto, tratando de vestirse, con algunas +_saudades_[287] de su dama: que las malas correspondencias de las +mujeres a veces despiertan mas la voluntad; y antes que diesen las ocho, +como habia dicho, entro por el aposento el camarada, en traje turquesco, +con almalafa y turbante, senales ciertas de venir de aquel pais, +diciendo: + +--?Heme tardado mucho en el viaje, senor Licenciado? + +El le respondio sonriendose: + +--Menos se tardo vuesa merced desde el cielo al infierno, con haber mas +leguas, cuando rodo con todos esos principes que no han podido gatear +otra vez a la maroma de donde cayeron. + +--?Al amigo, senor don Cleofas--respondio el Cojuelo--, chinche en el +ojo[288], como dice el refran de Castilla? iBueno, bueno! + +--Pocos hay--respondio el Estudiante--que en ofreciendose el chiste, +miren esos respetos; pero esto lo digo yo en galanteria[289], y la +amistad[290] que hay ya entre nosotros. Mas dejando esto aparte, ?como +nos ha ido[291] por esos mundos? + +--Hice todo a lo que fui, y mucho mas--respondio el genizaro recien +venido--, y si quisiera, me jurara por Gran Turco aquella buena gente; +que a fe que alguna guarda mejor su palabra, y saben decir verdad y +hacer amistades, que vosotros los cristianos. + +--iQue presto te pagaste!--dijo don Cleofas--. Algun cuarto debes de +tener de demonio villano. + +--Es imposible--respondio el Cojuelo--, porque decendemos todos de la +mas noble y mas alta Montana de la tierra y del cielo, y aunque seamos +zapatero de viejo, en siendo montaneses, todos somos hidalgos[292]; que +muchos dellos nacen, como los escarabajos y los ratones, de la +putrefaccion. + +--Bien se que sabes Filosofia--le dijo don Cleofas--mejor que si la +hubieras estudiado en Alcala, y que eres maestro en primeras licencias. +Dejemos estas digresiones y acaba de darme cuenta de tu jornada. + +--Con el traje del pais, como ves--respondio el Diablillo--, por +ensuciallos todos, como cierto amigo que, por desaseado en estremo, +ensucio el de soldado, el de peregrino y estudiante, volvi por los +Cantones, por la Bertolina[293] y Ginebra, y no tuve que hacer nada en +estos paises, porque sus paisanos son demonios de si mismos, y este es +el juro de heredad que mas seguro tenemos en el infierno, despues de las +Indias[294]. Fui a Venecia, por ver una poblacion tan prodigiosa, que +esta fundada en el mar, y de su natural condicion tan bajel de argamasa +y silleria, que, como la tiene en peso el pielago Mediterraneo, se +vuelve a cualquier viento que le sopla. Estuve en la plaza de San +Marcos, platicando con unos criados de unos clarisimos[295], esta +manana, y hablando en[296] las gacetas de la guerra, les dije que en +Constantinopla se habia sabido, por espias que estaban en Espana, que +hay grandes prevenciones della, y tan prodigiosas, que hasta los +difuntos se levantan, al son de las cajas, de los sepulcros para este +efeto, y hay quien diga que entre ellos habia resucitado el gran Duque +de Osuna[297]; y apenas lo acabe de pronunciar, cuando me escurri, por +no perder tiempo en mis diligencias, y, dejando el seno adriatico me +sorbi la Marca de Ancona, y por la Romania, a la mano izquierda, deje a +Roma, porque aun los demonios, por cabeza de la Iglesia militante, +veneramos su poblacion. Pase por Florencia a Milan, que no se le da con +su castillo dos blancas de la Europa. Vi a Genova[298] la bella, talego +del mundo, llena de novedades, y, golfo lanzado[299], toque a +Vinaroz[300] y a los Alfaques, pasando el de Leon y Narbona. Llegue a +Valencia, que juega canas dulces con la primavera, metime en la Mancha, +que no hay greda que la pueda sacar, entre en Madrid, y supe que unos +parientes de tu dama te andaban a buscar para matarte, porque dicen que +la has dejado sin reputacion; y lo peor es lo que me chismeo +Zancadilla, demonio espia del infierno y sobrestante de las tentaciones: +que me andaba a buscar Cienllamas con una requisitoria; y soy de +parecer, para oviar[301] estos dos riesgos, que pongamos tierra en +medio. Vamonos al Andulucia[302], que es la mas ancha del mundo; y pues +yo te hago la costa, no tienes que temer nada; que, con el romance que +dice: + + "Tendre el invierno en Sevilla + y el veranito en Granada"[303], + +no hemos de dejar lugar en ella que no trajinemos. + +Y volviendose a la ventana que salia a la calle, le dijo: + +--Hagote puerta de meson. Vamos, y sigueme por ella, don Cleofas; que +hemos de ir a comer a la venta de Darazutan[304], que es en +Sierra-morena, veinte y dos o veinte y tres leguas[305] de aqui. + +--No importa--dijo don Cleofas--, si eres demonio de portante[306], +aunque cojo. + +Y diciendo esto, salieron los dos por la ventana, flechados de si +mismos[307], y el Gueesped, desde la puerta, dandole voces al Estudiante +cuando le vio por el aire, diciendo que le pagase la cama y la posada, y +don Cleofas respondiendo que en volviendo del Andalucia cumpliria con +sus obligaciones; y el Gueesped, que parecia que lo sonaba, se volvio +santiguando y diciendo: + +--Pluguiera a Dios, como se me va este, se me fuera el Poeta, aunque se +me llevara la cama y todo asida a la cola. + +Ya, en esto, el Cojuelo y don Cleofas descubrian la dicha venta, y, +apeandose del aire, entraron en ella, pidiendo al Ventero de comer, y el +les dijo que no habia quedado en la venta mas que un conejo y un +perdigon, que estaban en aquel asador entreteniendose a la lumbre. + +--Pues trasladenlos a un plato--dijo don Cleofas--, senor Ventero, y +venga el salmorejo[308], poniendonos la mesa, pan, vino y salero. + +El Ventero respondio que fuese en buen hora; pero que esperasen que +acabasen de comer unos estranjeros que estaban en eso, porque en la +venta no habia otra mesa mas que la que ellos ocupaban. Don Cleofas +dijo: + +--Por no esperar, si estos senores nos dan licencia, podremos comer +juntos, y ya que ellos van en la silla, nosotros iremos en las ancas. + +Y sentandose los dos al paso que lo decian, fue todo uno, trayendoles el +Ventero la porcion susodicha, con todas sus adherencias y +incidencias[309], y comenzaron a comer en compania de los estranjeros, +que el uno era frances, el otro ingles, el otro italiano y el otro +tudesco, que habia ya pespuntado la comida mas aprisa a brindis de vino +blanco y clarete, y tenia a orza la testa[310], con senales de vomito y +tiempo borrascoso, tan zorra[311] de cuatro costados[312], que pudiera +temelle el corral de gallinas del Ventero. El Italiano pregunto a don +Cleofas que de adonde venia, y el le respondio que de Madrid. Repitio el +Italiano: + +--?Que nuevas hay de la guerra, senor Espanol? + +Don Cleofas le dijo: + +--Agora todo es guerra. + +--Y ?contra quien dicen?--replico el Frances. + +--Contra todo el mundo--le respondio don Cleofas--, para ponerlo todo el +a los pies del Rey de Espana. + +--Pues a fe--replio el Frances--que primero que el Rey de Espana.... + +Y antes que acabase la razon el Gabacho, dijo don Cleofas: + +--El Rey de Espana.... + +Y el Cojuelo le fue a la mano, diciendo: + +--Dejame, don Cleofas, responder a mi, que soy espanol por la vida, y +con quien vengo, vengo[313]; que les quiero con alabanzas del Rey de +Espana dar un tapaboca a estos borrachos, que si leen las historias +della, hallaran que por Rey de Castilla tiene virtud de sacar demonios, +que es mas generosa cirujia que curar lamparones[314]. + +Los estranjeros, habiendo visto callar al Espanol, estaban muy +falsos[315], cuando el Cojuelo, sentandose mejor y tomando la mano[316], +y en traje castellano, que ya habia dejado a la guardarropa del viento +el turquesco, les dijo: + +--Senores mios, mi camarada iba a responder, y a mi, por tener mas edad, +me toca el hacello; escuchenme atentamente, por caridad. El Rey de +Espana es un generosisimo lebrel, que pasa acaso solo por una calle, y +no hay gozque en ella que a ladralle no salga, sin hacer caso de +ninguno, hasta que se juntan tantos, que se atreve uno, al desembocar +della a otra, pensando que es sufrimiento y no desprecio, a besalle con +la boca la cola; entonces vuelve, y dando una manotada a unos y otra a +otros, huyen todos de manera, que no saben donde meterse, y queda la +calle tan barrida de gozques y con tanto silencio, que aun a ladrar no +se atreven, sino a morder las piedras, de rabia. Esto mismo le sucede +siempre con los reyes contrarios, con las senorias y potentados, que son +todos gozques con su Majestad[317] Catolica; pero guardese el que se +atreviere a besarle la cola; que ha de llevar manotada que escarmiente +de suerte a los demas, que no hallen donde meterse, huyendo del[318]. + +Los estranjeros se comenzaron a escarapelar, y el Frances le dijo: + +--iAh, bugre, coquin espanol! + +Y el Italiano: + +--iForfante, marrano espanol! + +Y el Ingles: + +--iNitesgut espanol[319]! + +Y el Tudesco estaba de suerte, que lo dio por recibido, dando permision +que hablasen los demas por el en aquellas cortes. + +Don Cleofas, que los vio palotear y echar espadanas de vino y herejias +contra lo que habia dicho su camarada, acostumbrado a sufrir poco y al +refran de "quien da luego, da dos veces", levantando el banco en que +estaban sentados los dos, dio tras ellos, adelantandose el companero +con las muletas en la mano, manejandolas tan bien, que dio con el +Frances en el tejado de otra venta que estaba tres leguas de alli, y en +una necesaria de Ciudad Real con el Italiano[320], porque muriese hacia +donde pecan, y con el Ingles, de cabeza en una caldera de agua hirviendo +que tenian para pelar un puerco en casa de un labrador de Adamuz; y al +Tudesco, que se habia anticipado a caer de bruces a los pies de Cleofas, +le volvio al puerto de Santa Maria, de donde habia salido quince dias +antes, a dormir la zorra[321]. El Ventero se quiso poner en medio, y dio +con el en Peralvillo[322], entre aquellas cecinas de Gestas, como en su +centro. + +Volvieronse, con esto, a sentar a comer de los despojos que habia dejado +el enemigo, muy de espacio, y estando en los postreros lances de la +comida, entraron algunos mozos de mulas en la venta, llamando al Gueesped +y pidiendo vino, y tras ellos, en el mismo carruaje, una compania de +representantes que pasaban de Cordoba a la Corte, con ganas de tomar un +refresco en la venta. Venian las damas en jamugas, con bohemios[323], +sombreros con plumas y mascarillas en los rostros, los chapines[324], +con plata, colgando de los respaldares de los sillones; y ellos, unos +con portamanteos sin cojines, y otros sin cojines ni portamanteos, las +capas dobladas debajo, las valonas[325] en los sombreros, con alforjas +detras; y los musicos, con la guitarras en cajas delante de los arzones, +y algunos dellos ciclanes de estribos[326], y otros, eunucos, con los +mozos que le sirven[327] a las ancas, unos con espuelas sobre los +zapatos y las medias, y otros con botas de rodillera, sin ninguna; otros +con varas para hacer andar sus cabalgaduras y las de las mujeres. Los +apellidos de los mas eran valencianos, y los nombres de las +representantas[328] se resolvian en Marianas y Anas Marias, hablando +todo recalcado[329], con el tono de la representacion. La conversacion +con que entraron en la venta era decir que habian robado a Lisboa, +asombrado a Cordoba y escandalizado a Sevilla, y que habian de despoblar +a Madrid[330], porque con sola la loa que llevaban para la entrada, de +un tundidor de Ecija[331], habian de derribar cuantos autores entrasen +en la Corte. Con esto, se fueron arrojando de las cabalgaduras, y los +maridos, muy severos[332], apeando en los brazos a sus mujeres, llamando +todos al Gueesped, + + "y el de nada se dolia"[333]. + +La Autora se asento en una alhombrilla que la echaron en el suelo; las +demas princesas, alrededor, y el Autor andaba solicitando el regalo de +todos, como pastor de aquel ganado. Y dijo el Cojuelo: + +--Con el senor Autor estoy en pecado mortal de parte de mis camaradas. + +--?Por que?--dijo don Cleofas. + +Respondio el Diablillo: + +--Porque es el peor representante del mundo, y hace siempre los demonios +en los autos del Corpus, y esta perdigado[334] para demonio de veras, y +para que haga en el infierno los autores si se representaren comedias; +que algunas hacen estas farandulas, que aun para el infierno son malas. + +--Uno he visto aqui--dijo don Cleofas--, entre los demas companeros, que +le he deseado cruzar la cara, porque me galanteo en Alcala una doncella, +moza mia, que se enamoro del viendole hacer un rey de Dinamarca. + +--Doncella--dijo el Cojuelo--debia de ser de alla[335]; pero si +quieres--prosiguio--que tomemos los dos venganza del Autor y del +Representante, espera y veras como lo trazo; porque agora quieren +repartir una comedia con que han de secundar en Madrid, y sobre los +papeles has de ver lo que pasa. + +Al mismo tiempo que decia esto el Cojuelo, el apuntador de la Compania +saco de un alforja los de una comedia de Claramonte[336], que habia +acabado de copiar en Adamuz el tiempo que estuvieron alli, diciendo al +Autor: + +--Aqui sera razon que se repartan estos papeles, entretanto que se +adereza la comida y parece el Gueesped. + +El Autor vino en ello, porque se dejaba gobernar del tal Apuntador, como +de hombre que tenia grandisima curia en la comedia, y habia sido +estudiante en Salamanca, y le llamaban el Filosofo por mal nombre; y +llegando con el papel de la segunda dama a Ana Maria, mujer del que +cantaba los bajetes y bailaba los dias de Corpus, habiendole dado la +primera dama a Mariana, la mujer del que cobraba y que hacia su parte +tambien en las comedias de tramoya, arrojandole, dijo que ella habia +entrado para partir entre[337] las dos los primeros papeles, y que +siempre le daban los segundos, y que ella podia ensenar a representar a +cuantas andaban en la comedia, porque habia representado al lado de las +mayores representantas del mundo y en la legua[338] la llamaban +Amarilis[339], segunda deste nombre. Esotra le dijo que no sabria mirar +lo que ella con su zapato representaba[340], respondiendole esotra que +de cuando aca tenia tanta soberbia, sabiendo que en Sevilla le presto +hasta las enaguas para hacer el papel de Dido[341] en la gran comedia de +don Guillen de Castro, echando a perder la comedia y haciendo que +silbasen la compania. + +--Tu eres la silbada--dijo esotra--, y tu anima[342]. + +Llegando a las manos y diciendose palabras mayores, y tan grandes, que +alcanzaron a los maridos; y sacando unos con otros las espadas, comenzo +una batalla de comedia, metiendolos en paz los mozos de mulas con los +frenos que acababan de quitar; y dejandolos empelotados, se salieron don +Cleofas y el Cojuelo de la venta al camino de Andalucia, quedandose +abrasando a cuchilladas la compania que fuera un Roncesvalles del +molino del papel[343] si el Ventero no llegara con la Hermandad[344] en +busca de los dos que se fueron, para prendello, con escopetas, chuzos y +ballestas; y hallando esta nueva matanza en su venta, y jarros, tinajas +y platos hechos tantos[345] en la refriega, los apaciguaron, y +prendieron a los dichos representantes para llevarlos a Ciudad Real, +habiendo de tener otra pelaza mas pesada con el alguacil que los traia a +Madrid por orden de los arrendadores, con comision del Consejo[346]. + + + + +TRANCO VI + + +En este tiempo, nuestros caminantes, tragando leguas de aire, como si +fueran camaleones[347] de alquiler, habian pasado a Adamuz, del gran +Marques del Carpio, Haro y nobilisimo decendiente de los senores +antiguos de Vizcaya, y padre ilustrisimo del mayor Mecenas[348] que los +antiguos ingenios y modernos han tenido, y caballero que igualo con sus +generosas partes su modestia. Y habiendose sorbido de los siete vados y +las ventas de Alcolea, se pusieron a vista de Cordoba por su fertilisima +campina y por sus celebradas dehesas gamonosas[349], donde nacen y +pacen tantos brutos, hijos del Cefiro mas que los que fingio la +antigueedad en el Tajo portugues[350]; y entrando por el Campo de la +Verdad[351] (pocas veces pisado de gente desta calana) a la Colonia[352] +y populosa patria de dos Senecas y un Lucano, y del padre de la Poesia +espanola, el celebrado Gongora, a tiempo que se celebraban fiestas de +toros aquel dia, y juego de canas, acto positivo[353] que mas +excelentemente ejecutan los caballeros de aquella ciudad, y tomando +posada en el meson de las Rejas[354], que estaba lleno de forasteros que +habian concurrido a esta celebridad, se apercibieron para ir a vellas, +limpiandose el polvo de las nubes; y llegando a la Corredera[355], que +es la plaza donde siempre se hacen estas festividades, se pusieron a ver +un juego de esgrima que estaba en medio del concurso de la gente, que en +estas ocasiones suele siempre en aquella provincia preceder a las +fiestas, a cuya esfera no habia llegado la linea recta, ni el angulo +obtuso ni oblicuo[356]; que todavia se platicaba el unas arriba y el +unas abajo de la destreza primitiva que nuestros primeros padres +usaron; y acordandose don Cleofas de lo que dice el ingeniosisimo +Quevedo en su _Buscon_[357], penso[358] perecer de risa, bien que se +debe al insigne don Luis Pacheco de Narvaez haber sacado de la obscura +tiniebla de la vulgaridad a luz la verdad deste arte, y del caos de +tantas opiniones las demonstraciones matematicas desta verdad. + +Habia dejado en esta ocasion la espada negra[359] un mozo de Montilla, +bravo aporreador, quedando en el puesto otro de los Pedroches, no menos +bizarro campeon, y arrojandose, entre otros que la fueron a tomar muy +apriesa, don Cleofas la levanto primero que todos, admirando la +resolucion de el forastero, que en el ademan les parecio castellano, y +dando a su camarada la capa y la espada, como es costumbre, puso +bizarramente las plantas en la palestra. En esto, el Maestro, con el +montante[360], barriendo los pies a los mirones, abrio la rueda, dando +aplauso[361] a la pendencia vellori[362], pues se hacia con espadas +mulatas; y partiendo el andaluz y el estudiante castellano uno para el +otro airosamente, corrieron una ida y venida sin tocarse al pelo de la +ropa, y a la segunda, don Cleofas, que tenia algunas revelaciones de +Carranza, por el cuarto circulo[363] le dio al andaluz con la zapatilla +un golpe de pechos, y el, metiendo el brazal, un tajo a don Cleofas en +la cabeza, sobre la guarnicion de la espada; y convirtiendo don Cleofas +el reparo en reves, con un movimiento accidental[364], dio tan grande +tamborilada al contrario, que sono como si la hubiera dado en la +tumba[365] de los Castillas. Alborotaronse algunos amigos y conocidos, +que habia en el corro, y sobre el montante del senor Maestro le entraron +tirando algunas estocadillas veniales al tal don Cleofas, que con la +zapatilla, como con agua bendita, se las quito, y apelando a su espada y +capa, y el Cojuelo a sus muletas, hicieron tanta riza[366] en el monton +agavillado, que fue menester echalles un toro para ponellos en paz: tan +valiente montante de Sierramorena, que a dos o tres mandobles puso la +plaza mas despejada que pudieran la guarda tudesca y espanola, a costa +de algunas bragas que hicieron por detras ciclopes a sus duenos[367], +encaramandose a un tablado don Cleofas y su camarada, muy falsos[368], +a ver la fiesta, haciendose aire con los sombreros, como si tal no +hubiera pasado por ellos; y acechandolos unos alguaciles, porque en +estas ocasiones siempre quiebra la soga por lo mas forastero[369], +habiendo dejarretado el toro, llegaron desde la plaza a caballo, +diciendoles: + +--Senor Licenciado y senor Cojo, bajen aca, que los llama el senor +Corregidor. + +Y haciendo don Cleofas y su companero orejas de mercader, comenzaron los +ministros o vaqueros de la justicia a quererlo intentar con las varas, y +agarrandose cada uno de la suya, a vara por barba[370], dijeron a los +tales ministros, quitandoselas de las manos de cuajo: + +--Sigan[n]os vuesas mercedes si se atreven a alcanzarnos. + +Y levantandose por el aire, parecieron cohetes voladores, y los dichos +alguaciles, capados de varas, pedian a los gorriones "iFavor a la +justicia!"[371], quedandose suspensos y atribuyendo la agilidad de los +nuevos volatines a sueno, haciendo tan alta punta[372] los dos halcones, +salvando a Guadalcazar, del ilustre Marques de este titulo, del claro +apellido de los Cordovas, que dieron sobre el rollo de Ecija, diciendole +el Cojuelo a don Cleofas: + +--Mira que gentil arbol berroqueno, que suele llevar hombres, como otros +fruta. + +--?Que coluna tan grande es esta?--le pregunto don Cleofas. + +--El celebrado rollo[373] del mundo--le respondio el Cojuelo. + +--Luego ?esta ciudad es Ecija?--le repitio don Cleofas. + +--Esta _es_ Ecija, la mas fertil poblacion de Andalucia--dijo el +Diablillo--, que tiene aquel sol[374] por armas a la entrada de esa +hermosa puente, cuyos ojos rasgados lloran a Genil, caudaloso rio que +tiene su solar en Sierra Nevada, y despues, haciendo con el Darro +maridaje de cristal, viene a calzar de plata estos hermosos edificios y +tanto pueblo de abril y mayo[375]. De aqui fue Garci Sanchez de +Badajoz[376], aquel insigne poeta castellano; y en esta ciudad solamente +se coge el algodon[377], semilla que en toda Espana no nace, ademas de +otros veinte y cuatro frutos, sin sembrallos, de que se vale para vender +la gente necesitada; su comarca tambien es fertilisima[378]. Montilla +cae aqui a mano izquierda, habitacion de los heroicos marqueses de +Priego, Cordovas y Aguilares, de cuya gran casa salio, para honra de +Espana, el que merecio llamarse Gran Capitan por antonomasia, y hoy a su +Marques ilustrisimo se le ha acrecentado la casa de Feria, por morir sin +hijos aquel gran portento de Italia, que malogro la Fortuna, de envidia; +cuyo gran sucesor, siendo mudo, ocupa a grandezas en silencio elocuente +las lenguas de la Fama. Mas abajo esta Lucena, del Alcaide de los +Donceles, Duque de Cardona, en cuyo oceano de blasones se anego la gran +casa de Lerma. Luego, Cabra, celebrada por su sima[379], tan profunda +como la antigueedad de sus duenos, pregona con las lenguas de sus +almenas, que es del inclito Duque de Sesa y Soma, y que la vive hoy su +entendido y bizarro heredero. Luego Osuna se ofrece a la demarcacion +destos ilustres edificios, blasonando con tantos maestres Girones la +altivez de sus duques; y veinte y dos leguas de aqui cae la hermosisima +Granada, paraiso de Mahoma, que no en vano la defendieron tanto sus +valientes africanos espanoles, de cuya Alhambra y Alcazaba es alcaide el +nobilisimo Marques de Mondejar, padre del generoso conde de Tendilla, +Mendozas del Ave Maria y credo de los caballeros. No nos olvidemos, de +camino, de Guadix, ciudad antigua y celebrada por sus melones[380], y +mucho mas por el divino ingenio del doctor Mira de Mescua[381], hijo +suyo y arcediano. + +Cuando iba el Cojuelo refiriendo esto, llegaron a la Plaza Mayor de +Ecija, que es la mas insigne del Andalucia, y junto a una fuente que +tiene en medio del jaspe, con cuatro ninfas gigantas de alabastro +derramando lanzas de cristal[382], estaban unos ciegos sobre un banco, +de pies, y mucha gente de capa parda de auditorio, cantando la relacion +muy verdadera que trataba de como una maldita duena se habia hecho +prenada del diablo, y que por permision de Dios habia parido una manada +de lechones, con un romance de don Alvaro de Luna y una letrilla contra +los demonios, que decia: + + "Lucifer tiene muermo, + Satanas, sarna, + y el Diablo Cojuelo + tiene almorranas. + Almorranas y muermo, + sarna y ladillas, + su mujer se las quita + con tenacillas."[383] + +El Cojuelo le dijo a don Cleofas: + +--?Que te parece los testimonios que nos levantan estos ciegos y las +satiras que nos hacen? Ninguna raza de gente se nos atreve a nosotros si +no son estos, que tienen mas animo que los mayores ingenios; pero esta +vez me lo han de pagar, castigandose ellos mismos por sus propias manos, +y dare, de camino, venganza a las duenas, porque no hay en el mundo +quien no las quiera mal, y nosotros las tenemos grandes obligaciones, +porque nos ayudan a nuestros embustes; que son demonias hembras[384]. + +Y sobre la entonacion de las coplas metio el Cojuelo tanta cizana entre +los ciegos, que, arrempujandose primero, y cayendo dellos en el pilon de +la fuente, y esotros en el suelo, volviendose a juntar, se mataron a +palos, dando barato[385], de camino, a los oyentes, que les respondieron +con algunos punetes y coces. Y como llegaron a Ecija con las varas de +los alguaciles de Cordoba, pensando que traian alguna gran comision de +la Corte, llego la justicia de la ciudad a hacelles fiesta y a +lisonjeallos con ofrecerles sus posadas, y ellos, valiendose de la +ocasion, admitieron las ofertas, con que fueron regalados como cuerpos +de rey; y preguntandoles que era el negocio que traian para Ecija, el +Cojuelo les respondio que era contra los medicos y boticarios, y visita +general de beatas; y que a los medicos se les venia a vedar que despues +de matar un enfermo, no les valiese[386] la mula por sagrado; y que, +cuando no se saliese con esto, por lo menos, a los boticarios que +errasen las purgas, que no pudiesen ser castigados si se retrujesen[387] +en los cimenterios de las mulas de los medicos, que son las ancas[388]; +y que a las beatas se les venia a quitar el tomar tabaco, beber +chocolate y comer jigote. + +Pareciole al Alguacil Mayor, que no era lerdo y tenia su punta de hacer +jacaras y entremeses, que hacian burla dellos, y quiso agarrallos para +dar con ellos en la trena, y despues sacudilles el polvo y batanalles el +cordoban, por embelecadores, embusteros y alguaciles chanflones[389]; y +levantando el Cojuelo una polvareda de piedra azufre y asiendo a don +Cleofas por la mano, se desaparecieron, entre la colera y +resolucion[390] de los ministros ecijanos, dejandolos tosiendo y +estornudando, dandose de cabezadas unos a otros sin entenderse, haciendo +los neblies de la mas obscura Noruega[391] puntas a diferentes partes; y +dejando a la derecha a Palma, donde se junta Genil con Guadalquivir[392] +por el vicario de las aguas, villa antigua de los Bocanegras y +Portocarreros, y de quien fue dueno aquel gran cortesano y valiente +caballero don Luis Portocarrero, cuyo corazon excedio muchas varas a su +estatura, y luego a la Monclova, bosque deliciosisimo y monte de Clovio, +valeroso capitan romano, y posesion hoy de otro Portocarrero y Enriquez, +no menos gran caballero que el pasado, y a la hermosa villa de Fuentes, +de quien fue marques el bizarro y no vencido don Juan Claros de Guzman +el Bueno, que, despues de muchos servicios a su rey, murio en Flandes +con lastima de todos y envidia de mas, hijo de la gran casa de +Medina-Sidonia, donde todos sus Guzmanes son Buenos por apellido, por +sangre y por sus personas esclarecidas, sin tocar al pelo de la ropa a +Marchena, habitacion noble de los duques de Arcos, marqueses que fueron +de Cadiz, de quien hoy es meritisimo senor el excelentisimo duque don +Rodrigo Ponce de Leon, en quien se cifran todas las proezas y grandezas +heroicas de sus antepasados, columbrando desde mas lejos a Villanueva +del Rio, de los marqueses de Villanueva, Enriquez y Riberas, y hoy de +don Antonio Alvarez de Toledo y Beamonte, marques suyo y duque de +Gueesca, heredero ilustre del gran Duque de Alba, Condestable de Navarra, +llegaron de un vuelo los dos pajarotes de camarada[393], no siendo esta +la mayor pareja que habian corrido, al pie de la cuesta de Carmona, en +su dilatada, fertil y celebrada vega, donde les anochecio, diciendole +don Cleofas al amigo: + +--Camarada, descansemos un poco, que es mucho pajarear este, y nos +metemos a lechuzas silvestres; que la serenidad de la noche y el verano +brindan a pasalla en el campo. + +--Soy de ese parecer--dijo el Cojuelo--: tendamos la raspa[394] en este +pradillo junto a este arroyo, espejo donde se estan tocando las +estrellas, porque aguardan a la madrugada visita del sol, Gran Turco de +todas esas senoras. + +Y don Cleofas, poniendo el ferreruelo[395] por cabecera y la espada +sobre el estomago, acomodo el individuo, y estando boca arriba, paseando +con los ojos la boveda celestial, cuya fabrica portentosa al mas ciego +gentil obliga a rastrear que la mano de su artifice es de Dios, y de +gran Dios, le dijo al camarada: + +--?No me diras, pues has vivido en aquellos barrios, si esas estrellas +son tan grandes como esos astrologos dicen cuando hablan de su magnitud, +y en que cielo estan, y cuantos cielos hay, para que no nos den +papillas[396] cada dia con tantas y tan diversas opiniones, haciendonos +bobos a los demas con lineas y coluros imaginados, y si es verdad que +los planetas tienen epiciclos, y el movimiento de cada cielo, desde el +primer movil al remiso y al trepidante, y donde estan los signos de +estos luceros escribanos, porque yo desengane al mundo y no nos vendan +imaginaciones por verdades? + +El Cojuelo le respondio: + +--Don Cleofas, nuestra caida fue tan apriesa, que no nos dejo reparar en +nada; y a fee que si Lucifer no se hubiera traido tras de si la tercera +parte de las estrellas[397], como repiten tantas veces en los autos del +Corpus, aun hubiera mas en que haceros mas garatusas la Astrologia. Esto +todo sea con perdon del antojo del Galileo[398] y el del gran don Juan +de Espina[399], cuya celebre casa y peregrina silla son ideas de su raro +ingenio; que yo hablo de antojos abajo, como de tejas, y salvo la +obtica[400] destos senores antojadizos que han descubierto al sol un +lunar en el lado izquierdo, y en la luna han linceado montes y valles, y +han visto a Venus _cornuta_. Lo que yo se decir, que el poco tiempo que +estuve por alla arriba nunca oi nombrar la Bocina, el Carro, la _Espica +Virginis,_ la _Ursa major_ ni la _Ursa minor,_ las Pleyades ni las +Heliades, nombres que los de la Astrologia les han dado, y esa que +llamaron _Via Lactea,_ y ahora los vulgares Camino de Santiago, por +donde anda tanto el cojo como el sano; que si esto fuera asi, yo +tambien, por lo cojo, habia de andar por aquel camino[401], siendo hijo +de vecino de aquella provincia. + +Ya en estas razones ultimas se habia agradecido al sueno el tal Don +Cleofas, dejando al companero de posta[402] como grulla[403] de la otra +vida, cuando un gran estruendo de clarines y cabalgaduras le desperto +sobresaltado, recelando que se le llevaba a otra parte mas desacomodada +el que le habia agasajado hasta entonces; pero el Diablillo le sosego, +diciendo: + +--No te alborotes, don Cleofas; que, estando conmigo, no tienes que +temer nada. + +--Pues ?que ruido tan grande es este--le replico el Estudiante. + +--Yo te lo dire--dijo el Cojuelo--, si acabas de despertar y me escuchas +con atencion. + + + + +TRANCO VII + + +El Estudiante se incorporo entonces, supliendo con bostezos y esperezos +lo que le faltaba por dormir, y prosiguio el Diablillo, diciendo: + +--Todo este estruendo trae consigo la casa de la Fortuna, que pasa al +Asia Mayor a asistir a una batalla campal entre el Mogor y el Sofi, para +dar la victoria a quien menos la mereciere. Escucha y mira; que esta que +pasa es su recamara, y en lugar de acemilas van mercaderes y hombres de +negocios que llaman, cargados de cajas de moneda de oro y plata, con +reposteros bordados encima con las armas de la Fortuna, que son los +cuatro vientos, y un harpon en una torre, moviendose a todos cuatro, +sogas y garrotes del mismo metal que llevan, y, con ir con tanto peso, +van descansados, a su parecer. Esta tropa inumerable que pasa ahora mal +concertada es de oficiales de boca, cocineros, mozos de cocina, +botilleres, reposteros, despenseros, panaderos, veedores, y la demas +canalla que toca a la bucolica. Estos que vienen agora a pie, con +fieltros blancos terciados por los hombros, son lacayos de la Fortuna, +que son los mayores ingenios que ha tenido el mundo, entre los cuales va +Homero, Pindaro, Anacreonte, Virgilio, Ovidio, Horacio, Silio Italico, +Lucano, Claudiano, Estacio Papinio, Juvenal, Marcial, Catulo, Propercio, +el Petrarca, Sanazaro, el Taso, el Bembo, el Dante, el Guarino, el +Ariosto, el caballero Marino, Juan de Mena, Castillejo, Gregorio +Hernandez, Garci Sanchez, Camoes y otros muchos que han sido en +diferentes provincias principes de la Poesia. + +--Por cierto que han medrado poco--dijo el Estudiante--, pues no han +pasado de lacayos de la Fortuna. + +--No hay en su casa--dijo el Cojuelo--quien tenga lo que merece. + +--?Que escuadron es este tan lucido, con joyas de diamantes y cadenas y +vestidos lloviendo oro y perlas--prosiguio el Estudiante--, que llevan +tantos pajes en cuerpo que los alumbran con tantas hachas blancas, y +van sobre filosofos antiguos que les sirven de caballos, de tan malos +talles, que los mas son corcovados, cojos, mancos, calvos, narigones, +tuertos, zurdos y balbucientes? + +--Estos son--dijo el Cojuelo--potentados, principes y grandes senores +del mundo, que van acompanando a la Fortuna, de quien han recibido los +estados y las riquezas que tienen, y, con ser tan poderosos y ricos, son +los mas necios y miserables de la tierra. + +--iBuen gusto ha tenido la Fortuna, por cierto!--dijo don Cleofas--. +iBien se le parece[404] que tiene nombre de mujer: que escoge lo peor! + +--Primero lo debieron a la naturaleza--respondio el Cojuelo, y prosiguio +diciendo--; Aquel gigante que viene sobre un dromedario, con un ojo, y +ese ciego, solamente, en la mitad de la frente, con un arbol en las +manos de suma magnitud, lleno de bastones, mitras, laureles, habitos, +capelos, coronas y tiaras, es Polifemo, que despues que le cego Ulises, +le ha dado la Fortuna a cargo aquella escarpia de dignidades, para que +las reparta a ciegas y va siempre junto al carro triunfal de la Fortuna, +que es aquel que le tiran cincuenta emperadores griegos y romanos, y +ella viene cercada de faroles de cristal, con cirios pascuales +encendidos dentro dellos, sobre una rueda llena de arcaduces de plata, +que siempre esta llenandolos y vaciandolos de viento, y esotro pie, en +el elemento mismo, que esta lleno de camaleones que le van dando +memoriales, y ella rompiendolos. Ahora vienen siguiendola sus damas en +elefantes, con sillones de oro sembrados de balajes, rubies y +crisolitos. La primera es la Necedad, camarera mayor suya, y aunque fea, +muy favorecida. La Mudanza es esotra, que va dando cedulas de +casamiento, y no cumpliendo ninguna. Esotra es la Lisonja, vestida a la +francesa de tornasoles de aguas, y lleva en la cabeza un iris de colores +por tocado, y en cada mano cien lenguas. Aquella que la sucede, vestida +de negro, sin oro ni joya, de linda cara y talle, que viene llorosa, es +la Hermosura: una dama muy noble y muy olvidada de los favores de su +ama. La Envidia la sigue y la persigue, con un vestido pajizo, bordado +de basiliscos y corazones. + +--Siempre esa dama--dijo don Cleofas--come grosura[405]: que es halcon +de las alcandaras de palacio. + +--Esotra que viene--prosiguio el Cojuelo--, que parece que va prenada, +es la Ambicion, que esta hidropica de deseos y de imaginaciones. Esotra +es la Avaricia, que esta opilada de oro[406], y no quiere tomar el +acero[407], porque es mas bajo metal. Aquellas que vienen, con tocas +largas y antojos, sobre minotauros[408], son la Usura, la Simonia, la +Mohatra, la Chisme[409], la Baraja[410], la Soberbia, la Invencion, la +Hazaneria, duenas de la Fortuna. Los que vienen galanteando a estas +senoras todas y alumbrandolas con antorchas de colores diferentes son +ladrones, fulleros, astrologos, espias, hipocritas, monederos falsos, +casamenteros, noveleros, corredores[411], glotones y borrachos. Aquel +que viene sobre el asno de oro[412] de Lucio Apuleyo es Creso, mayordomo +mayor de la Fortuna, y a su mano izquierda, Astolfo, su caballerizo +mayor. Aquellos que van sobre cubas con ruedas y velicomenes[413] en las +manos, dando carcajadas de risa, son sus gentiles hombres de la copa, +que han sido taberneros de Corte primero. Aquella escuadra de +selvajes[414] que vienen en jumentos de albarda son contadores, +tesoreros, escribanos de raciones, administradores, historiadores, +letrados, correspondientes[415], agentes de la Fortuna, y llevan manos +de almireces por plumas, y por papel, pieles de abadas. Tras dellos +viene una silla de manos, bordada de trofeos, para las visitas de la +Fortuna; los silleros son Pitagoras, Diogenes, Aristoteles, Platon, y +otros filosofos para remudar, con camisolas y calzones de tela de nacar, +herrados los rostros con eses y clavos[416]. Aquellos que vienen agora +de tres en tres, sobre tumbas enlutadas, a la jineta y a la brida, son +medicos de la camara y de la familia, boticarios y barberos de la +Fortuna. Agora cierra todo este escuadron y acompanamiento aquella +prodigiosisima torre andante, que es la de Babilonia, llena de gigantes, +de enanos, de bailarines y representantes, de instrumentos musicos y +marciales, de voces, de algazaras, que se ven y oyen por infinitas +ventanas que tiene el edificio, coronadas de luminarias y flechando +girandulas[417] y cohetes voladores[418]; y en un balcon grande de la +fachada va la Esperanza: una jayana vestida de verde, muy larga de +estatura, y muchos pretendientes por abajo, a pie, soldados, capitanes, +abogados, artifices y profesores de diferentes ciencias, mal vestidos, +hambrientos y desesperados, dandola voces, y con la confusion no se +entienden los unos a los otros, ni los otros a los unos. Y por otro +balcon del lado derecho va la Prosperidad, coronada de espigas de oro y +vestida de brocado de tres altos[419], bordado de las cuatro estaciones +del ano, sembrando talegos sobre muchos mentecatos ricos, que van en +literas roncando, que no los han menester y piensan que los suenan. +Ahora sigue todo este aparato una infinita tropa de carros largos, +llenos de comida y vestidos de mujeres y de hombres, que es la +guardarropa de la Fortuna; y con ir tantos como la siguen desnudos y +hambrientos, no les da un bocado que coman ni un trapo con que se +cubran, y aunque los repartiera con ellos, no les vinieran bien, que +estan hechos solamente a medida de los dichosos. + +Seguia este carruaje un escuadron volante de locos, a pie, y a caballo, +y en coches, con diferentes temas, que habian perdido el juicio de +varios sucesos de la Fortuna por mar y por tierra, unos riendose, otros +llorando, otros cantando, otros callando, y todos renegando della[420]; +y no tomaba de otros parecer, diligencia para no acertar nada, +desapareciendo toda esta maquina confusa una polvareda espantosa, en +cuyo temeroso pielago se anego toda esta confusion, llegando el dia, que +fue mucho que no se perdiera el sol con la grande polvareda, como don +Beltran[421] de los planetas, subiendose los dos camaradas la cuesta +arriba a la recien bautizada ciudad de Carmona[422], atalaya del +Andalucia, de cielo tan sereno[423], que nunca le tuvo, y adonde no han +conocido al catarro si no es para serville[424]; y tomando refresco de +unos conejos y unos pollos en un meson que se llama de los Caballeros, +pasaron a Sevilla, cuya giralda y torre[425] tan celebrada se descubre +desde la venta de Peromingo[426] el Alto, tan hija de vecino de los +aires, que parece que se descalabra en las estrellas. + +Admiro a don Cleofas el sitio de su dilatada poblacion, y de la que +hacen tantos diversos bajeles en el Guadalquivir, valla de cristal de +Sevilla y de Triana[427], distinguiendose de mas cerca la hermosura de +sus edificios, que parece que han muerto virgines[428] y martires, +porque todos estan con palmas en las manos, que son las que se +descuellan de sus peregrinos pensiles, entre tantos cidros, naranjos, +limones, laureles y cipreses; llegando en breve espacio a Torreblanca, +una legua larga desta insigne ciudad, desde donde comienza su Calzada y +los canos de Carmona, hermosisima puente de arcos, por donde entra el +rio Guadaira[429] en Sevilla, cuya hidropica sed se le bebe todo, sin +dejar apenas una gota para tributar al mar, que es solamente el rio en +todo el mundo que esta previligiado deste pecho[430]; haciendo mayor la +belleza desta entrada infinitas granjas, por una parte y por otra, que +en cada una se cifra un jardin terrenal, granizando azahares, mosquetas +y jazmines reales. Y al mismo tiempo que ellos iban llegando a la puerta +de Carmona, atisbo el Cojuelo entrar por ella a caballo, con vara alta y +los dos corchetes que saco del infierno, a Cienllamas; y volviendose a +don Cleofas, le dijo: + +--Aquel que entra por la puerta de Carmona es comisario de mis amos, que +viene contra mi a Sevilla: menester es guardarnos. + +--No se me da dos blancas[431]--dijo don Cleofas--; que yo estoy +matriculado en Alcala, y no tiene ningun tribunal juridiccion[432] en mi +persona; y fuera de eso, dicen que es Sevilla lugar tan confuso, que no +nos hallaran, si queremos, todos cuantos hurones tiene Lucifer y +Bercebu[433]. + +Entrandose en la ciudad los dos a buen paso y guiando el Cojuelo, la +barba sobre el hombro[434], fueron hilvanando calles, y, llegando a una +plazuela, reparo don Cleofas en un edificio sumptuoso de unas casas que +tenian una portada ostentosa de alabastro y unos corredores dilatados de +la misma piedra. Preguntole don Cleofas al Cojuelo que templo era aquel, +y el le respondio que no era templo, aunque tenia tantas cruces de +Jerusalen del mismo relieve de marmol, sino las casas de los duques de +Alcala, marqueses de Tarifa[435], conde de los Molares y adelantados +mayores de Andalucia, cuya grandeza ha heredado hoy el gran Duque de +Medina Celi, por falta de hijos herederos, que aunque fuera mayor, no le +hiciera mas: que por Fox y Cerda es lo mas que puede ser. + +--Ya conozco ese principe--dijo don Cleofas--, y le he visto en la +Corte, y es tan generoso y entendido como gran senor. + +Con esta platica llegaron a la Cabeza del Rey don Pedro, cuya calle se +llama el Candilejo[436], y atravesando por cal[437] de Abades, la +Borciguineria[438] y el Atambor[439], llegaron a las calles[440] del +Agua[441], donde tomaron posada, que son las mas recatadas de Sevilla. + +En este tiempo, a nuestro Astrologo o Magico se lo habia llevado de una +aplopejia[442] el demonuelo zurdo que sustituia al Cojuelo, y bajo a +pedir justicia a Lucifer en el gueeso del alma, sin las mondaduras del +cuerpo, del quebrantamiento de su redoma; y dona Tomasa, no olvidando +los desaires de don Cleofas, trataba con otra requisitoria de venir a +Sevilla, con un galan nuevo que tenia, soldado de los galeones, para +tomar venganza casandose con el licenciado Vireno de Madrid la Olimpia +de mala mano[443], sabiendo que se habia escapado alla. Don Cleofas y su +camarada no salian de su posada, por desmentir las espias de Cienllamas +y de Chispa y Redina, y subiendose a un terrado una tarde, de los que +tienen todas las casas de Sevilla, a tomar el fresco y a ver desde lo +alto mas particularmente los edificios de aquella populosa ciudad, +estomago de Espana y del mundo, que reparte a todas las provincias del +la sustancia de lo que traga a las Indias en plata y oro (que es +avestruz de la Europa, pues digiere mas generosos metales)[444], +espantandose don Cleofas de aquel numeroso ejercito de edificios, tan +epilogado, que si se derramara, no cupiera en toda la Andalucia, le dijo +a su companero: + +--Ensename desde aqui algunos particulares, si se descubren a la vista. + +El Cojuelo le dijo: + +--Ya por aquella torre que descubrimos desde tan lejos discurriras que +esa bellisima fabrica que esta arrimada a ella es la Iglesia Mayor y +mayor templo de cuantos fabrico la antigueedad ni el siglo de agora +reconoce. No quiero decirte por menudo sus grandezas; basta afirmarte +que su cirio pascual pesa ochenta y cuatro arrobas de cera[445], y el +candelero de tinieblas, de grandeza notable, es de bronce, y de tanta +ostentacion y artificio, que si fuera de oro no hubiera costado +tanto[446]. Su custodia es otra torre de plata, de la misma fabrica y +modelo[447]; su trascoro no perdono piedra esquisita y preciosa a los +minerales; su monumento es un templo portatil de Salomon[448]. + +Pero salgamonos della; que aun con las relaciones ni los pensamientos no +podemos los demonios pasealla, y vuelve los ojos a aquel edificio que se +llama la Lonja[449], cortada del pernil de San Lorenzo el Real, diseno +de don Felipe II, y a mano derecha della esta el Alcazar, posada real y +antigua de los reyes de Castilla, fertil albergue de la primavera, de +quien es ilustrisimo Alcaide el Conde Duque de Sanlucar la Mayor, gran +Adtlante[450] del Hercules de Espana, cuya prudentisima cabeza es el +reloj del gobierno de su monarquia; que a no estar labrado el Buen +Retiro[451], fabrica de inimitable ejemplar por el edificio, los +jardines y estanques, tuviera este palacio sevillano la primacia de +todas las casas reales del mundo, poniendo en primer lugar el real salon +que la majestad del rey don Felipe IV el Grande ha copiado de su divina +idea, donde todas las admiraciones vienen cortas, y las mayores +grandezas enjaguadas[452]. Mas adelante esta la Casa de la Contratacion, +que tantas veces se ve enladrillada de barras de oro y de plata[453]. +Luego esta la casa del bizarro Conde de Cantillana, gran cortesano, +galan y palaciego, airoso caballero de la plaza[454], credito de sus +aplausos y alegria de sus Reyes; que esto confiesan los toros de Tarifa +y Jarama cuando cumplen con sus rejones, como con la parroquia[455]. +Luego esta, junto a la puerta de Jerez, la gran Casa de la Moneda, donde +siempre hay montones de oro y de plata[456], como de trigo, y junto a +ella, el Aduana, tarasca de todas las mercaderias del mundo, con dos +bocas, una a la ciudad y otra al rio, donde esta la Torre del Oro y el +muelle, chupadera de cuanto traen amontonado los galeones en los +tuetanos de sus camarotes. A mano derecha esta la puente de Triana[457], +de madera, sobre trece barcos. Y mas abajo, en el margen del celebrado +rio, las Cuevas, monasterio insigne de la Cartuja de San Bruno, que, con +profesar el silencio mudo, vive a la lengua del agua[458]. + +A estotra parte, sobre la orilla de Guadalquivir[459], esta Gelves, +donde todos los romances antiguos de moros[460] iban a jugar canas, y +hoy de sus ilustres condes[461] y del gran Duque de Veragua, hijo y +retrato de tan gran padre; + + que es, para no tener a mundos miedo, + Portugal y Colon, Castro y Toledo[462]. + +--Soltaronsete--dijo don Cleofas--los consonantes, camarada. + +--Cuidado fue, y no descuido--respondio el Cojuelo--, porque me deba mas +que prosa el dueno destas alabanzas. + +Y prosiguio diciendo: + +--Alli es el Alamillo, donde se pescan los sabalos[463], albures y +sollos, y mas abajo cae el Algaba, de los esclarecidos marqueses deste +titulo, de Ardales, y condes de Teba, Guzmanes en todo. De esotra parte +cae el Castellar, de los Ramirez y Saavedras, y a la vuelta, +Villamanrique, de las Zunigas[464], de la gran casa de Bejar, cuyo +ultimo malogrado marques fue Guzman dos veces Bueno, sobrino del gran +Patriarca de las Indias, capellan y limosnero mayor del Rey, cuya +generosa piedad se taracea con su oficio y con su sangre, y hermano del +gran Duque de Sidonia[465], cuyo solio es Sanlucar de Barrameda, corte +suya, que esta ese rio abajo, siendo Narciso del Oceano y Generalisimo +del Andalucia y de las costas del mar de Espana, a cuyo baston y siempre +planta vencedora obedece el agua y la tierra, asegurando a su Rey toda +su monarquia en aquel promontorio donde asiste[466], para blason del +mundo. Y pues ya llega la noche, y destas alabanzas no puedo salir menos +que callando para encarecellas, dejemos para manana lo demas;--bajandose +del terrado a tratar que se aderezase la cena, y a salir un poco por la +ciudad a su insigne Alameda, que hizo y adorno con las dos colunas de +Hercules el Conde de Barajas[467], asistente de Sevilla, y despues, de +Castilla dignisimo presidente. + + + + +TRANCO VIII + + +Ya, para ejecutar su disignio[468], habia tomado dona Tomasa[469] (que +siempre tomaba, por cumplir con su nombre y su condicion) una litera +para Sevilla, y una acemila en que llevar algunos baules para su ropa +blanca y algunas galas, con las del dicho galan soldado, que, metiendose +los dos en la dicha litera, partieron de Madrid, como unos +hermanos[470], con la requisitoria que hemos referido. Y a nuestro +Astrologo no le habian dado sepultura, sobre las barajas de un +testamento que habia hecho unos dias antes y descubrieron en un +escritorio unos deudos suyos, y estaba la justicia poniendo en razon +esta litispendencia. Y el Cojuelo y don Cleofas, que habian dormido +hasta las dos de la tarde, por haber andado rondando la noche antes, la +mayor parte della, por Sevilla, despues de haber comido algunos pescados +regalados[471] de aquella ciudad y del pan que llaman de Gallegos[472], +que es el mejor del mundo, y habiendo dormido la siesta (bien que el +companero siempre velaba, haciendo diligencias para lisonjear a su dueno +en razon de su delito), se subieron al dicho terrado, como la tarde +antes, y ensenandole algunos particulares edificios a su companero, de +los que habian quedado sin referir la tarde antes en aquel golfo de +pueblos, suspiro dos veces don Cleofas, y preguntole el Cojuelo: + +--?De que te has acordado, amigo? ?Que memorias te han dividido esas dos +exhalaciones de fuego desde el corazon a la boca? + +--Camarada--le respondio el Estudiante--, acordeme de la calle Mayor de +Madrid y de su insigne paseo a estas horas, hasta dar en el Prado. + +--Facil cosa sera verle--dijo el Diablillo--tan al vivo como esta +pasando agora: pide un espejo a la Gueespeda y tendras el mejor rato que +has tenido en tu vida; que aunque yo, por la posta, en un abrir y cerrar +de ojos, te pudiera poner en el[473], porque las que yo conozco comen +alas del viento por cebada, no quiero que dejemos a Sevilla[474] hasta +ver en que paran las diligencias de Cienllamas y las de tu dama, que +viene caminando aca, y me hallo en este lugar muy bien[475], porque +alcanzan a el las conciencias de Indias. + +A este mismo tiempo subia a su terrado Rufina Maria, que asi se llamaba +la gueespeda, dama entre nogal y granadillo, por no llamarla mulata, gran +piloto de los rumbos mas secretos de Sevilla, y alfaneque[476] de volar +una bolsa de breton desde su faldriquera a las garras de tanta +doncelliponiente[477] como venian a valerse della. Iba en jubon de +holanda blanca acuchillado[478], con una enaguas blancas de +cotonia[479], zapato de ponlevi[480], con escarpin[481] sin media, como +es usanza en esta tierra entre la gente tapetada[482], que a estas horas +se subia a su azotea a tocar[483] de la tarantula con un peine y un +espejo que podia ser de armar[484]; y el Cojuelo, viendo la ocasion, se +le pidio con mucha cortesia para el dicho efeto, diciendo: + +--Bien puede estar aqui la senora Gueespeda; que yo se que tiene +inclinacion a estas cosas. + +--iAy, senor!--respondio la Rufina Maria--, si son de la +nigromancia[485], me pierdo por ellas; que naci en Triana, y se echar +las habas[486] y andar el cedazo[487] mejor que cuantas hay de mi +tamano, y tengo otros primores mejores, que fiare de vuesas mercedes si +me la hacen, aunque todos los que son entendidos me dicen que son +disparates. + +--No dicen mal--dijo el Cojuelo--; pero, con todo eso, senora Rufina +Maria, de tan gran talento se pueden fiar los que yo quiero ensenar a mi +camarada. Este atenta. + +Y tomando el espejo en la mano, dijo: + +--Aqui quiero ensenalles a los dos lo que a estas horas pasa en la calle +Mayor[488] de Madrid, que esto solo un demonio lo puede hacer, y yo. Y +adviertase que en las alabanzas de los senores que pasaren, que es +mesa[489] redonda[490], que cada uno de por si hace cabecera, y que no +es pleito de acreedores, que tienen unos antelaciones a otros. + +--iAy, senor!--dijo la tal Rufina--, comience vuesa merced, que sera +mucho de ver; que yo cuando nina estuve en la Corte con una dama que se +fue tras de un caballero del habito de Calatrava que vino a hacer aqui +unas pruebas, y despues me volvieron mis padres a Sevilla, y quede con +grande inclinacion a esa calle, y me holgaria de volverla a ver, aunque +sea en este espejo. + +Apenas acabo de decir esto la Gueespeda, cuando comenzaron a pasar +coches, carrozas, y literas, y sillas, y caballeros a caballo, y tanta +diversidad de hermosuras y de galas, que parecia que se habian soltado +abril y mayo y desatado las estrellas[491]. Y don Cleofas, con tanto +ojo[492], por ver si pasaba dona Tomasa; que todavia la tenia en el +corazon, sin haberse templado con tantos desenganos. iOh proclive +humanidad nuestra, que con los malos terminos se abrasa, y con los +agasajos se destempla[493]! Pero la tal dona Tomasa, a aquellas horas, +ya habia pasado de Illescas en su litera de dos yemas[494]. + +La Rufina Maria estaba sin juicio mirando tantas figuras como en aquel +teatro del mundo iban representando papeles diferentes, y dijo al +Cojuelo: + +--Senor Gueesped, enseneme al Rey y a la Reina; que los deseo ver y no +quiero perder esta ocasion. + +--Hija--le respondio el Cojuelo--, en estos paseos ordinarios no salen +Sus Majestades; si quiere ver sus retratos al vivo, presto llegaremos +adonde cumpla su deseo. + +--Sea en hora buena--dijo la tal Rufina, y prosiguio, diciendo--: ?Quien +es este caballero y gran senor que pasa agora con tanto lucimiento de +lacayos y pajes en ese coche que puede ser carroza del sol? + +El Cojuelo le respondio: + +--Este es el almirante de Castilla don Juan Alfonso Enriquez de Cabrera, +duque de Medina de Rioseco y conde de Modica, terror de Francia en +Fuenterrabia. + +--iAy, senor!--dijo la Rufina--. ?Aquel nos echo los franceses de +Espana? Dios le guarde muchos anos. + +--El y el gran Marques de los Velez--respondio el Cojuelo--fueron los +Pelayos segundos, sin segundos, de su patria Castilla. + +--?Quien viene en aquella carroza que parece de la Primavera?--pregunto +la Rufina. + +--Alli viene--dijo el Cojuelo--el Conde de Oropesa y Alcaudete, sangre +de Toledo, Pimentel, y de la real de Portugal, principe de grandes +partes; y el que va a su mano derecha es el Conde de Luna su primo, +Quinones y Pimentel, senor de la casa de Benavides en Leon, hijo +primogenito del Conde de Benavente, que es Luna que tambien resplandece +de dia. El Conde de Lemos y Andrade, marques de Sarria, pertiguero mayor +de Santiago, Castro y Enriquez, del gran Duque de Arjona, viene en aquel +coche; tan entendido y generoso como gran senor. Y en esotro, el Conde +de Monterrey y Fuentes, presidente de Italia, que ha venido de ser +Virrey de Napoles, dejando de su gobierno tanto aplauso a las dos +Sicilias y sucediendole en esta dignidad el Duque de las Torres, marques +de Liche[495] y de Toral, senor del castillo de Aviados, sumiller de +corps de su Majestad, principe de Astillano, y duque de Sabioneta, que +este titulo es el mas compatible con su grandeza; a quien acompana, con +no menos sangre y divino ingenio, en Italia, el Marques de +Alcanizas[496], Almansa, Enriquez y Borja. Alli viene el Condestable +prudentisimo Velasco, gentilhombre de la camara de su Majestad, con su +hermano el Marques del Fresno. El Duque de Hijar le sigue, Silva, y +Mendoza, y Sarmiento, marques de Alenquer y Ribadeo, gran cortesano y +hombre de a caballo grande en entrambas sillas[497], que por el ultimo +titulo que hemos dicho tiene previlegio de comer con los Reyes la Pascua +deste nombre. Va con el el Marques de los Balbases, Espinola, cuyo +apellido puso su gran padre sobre las estrellas. Alli va el Conde de +Altamira, Moscoso y Sandoval, gran senor y caballero en todo, +caballerizo mayor de su Majestad de la Reina. Alli pasa el Marques de +Pobar, Aragon, con don Antonio de Aragon su hermano, del Consejo de +Ordenes y del supremo de la Inquisicion. Los que atraviesan en aquel +coche agora son el Marques de Jodar y el Conde de Penaranda, del Consejo +Real de Castilla, ambos Simancas[498] de la jurispericia como de la +nobleza. + +--?Quien son aquellos dos mozos que van juntos--pregunto Rufina--, de +una misma edad, al parecer, y que llevan[499] llaves doradas? + +--El Marques de la Hinojosa--respondio el Cojuelo--, conde de Aguilar y +senor de los Cameros, Ramirez y Arellano, es el uno, y el otro es el +Marques de Aytona, favorecedor de la Musica y de la Poesia, que heredo, +hasta la posteridad, de su padre, entrambos camaristas. + +--?Que coche es aquel tan lleno, que va espumando sangre[500] +generosisima en tantos bizarros mozos?--pregunto la tal Gueespeda. + +--Es del Duque del Infantado--dijo el Cojuelo--, cabeza de los Mendozas +y Sandoval de varon, marques de Santillana y del Cenete, conde de +Saldana y del Real de Manzanares, hijo y retrato de tan gran padre. Los +que van con el son el Marques de Almenara, el mas bizarro, galan y bien +visto de la Corte, hijo del gran Marques de Orani, el Almirante de +Aragon, perfecto caballero, el Marques de San Roman, caballero de veras, +heredero del gran Marques de Velada, rayo de Oran, de Holanda y +Gelanda, y su hermano el Marques de Salinas, que iguala el alma con el +cuerpo, copias vivas de tan gran padre, y don Inigo Hurtado de Mendoza, +primo del Duque del Infantado, grandes caballeros todos y senores, que +ellos solos pueden alabarse a ellos mismos[501] con decir quien son; que +todas lenguas de la Fama no bastan. Va con ellos don Francisco de +Mendoza, gentilhombre cortesano, favorecido de todos y diestro en +entrambas sillas de la espada blanca y negra[502]. + +--?Que tropa es esta que viene agora a caballo?--pregunto la Rufina. + +--Si pasan a espacio, te lo dire--dijo el Cojuelo--. Estos dos primeros +son el Conde de Melgar y el Marques de Penafiel, que llevan en sus +titulos sus aplausos; don Baltasar de Zuniga, el Conde de Brandevilla su +hermano, hijos del Marques de Mirabel, y que lo parecen en todo; el +Conde de Medellin, Portocarrero de varon, y el Principe de Arambergue, +primogenito del Duque de Ariscot; el Marques de la Guardia, que tiene +titulo de angel; el Marques de la Liseda, Silva y Manrique de Lara, y +[don] Diego Gomez de Sandoval, comendador mayor de Calatrava, marques de +Villazores, Anover y Humanes, don Baltasar de Guzman y Mendoza, heredero +de la gran casa de Orgaz; Arias Gonzalo, primogenito del Conde de +Punonrostro, imitando las bizarrias de su padre y afianzando las +imitaciones de su muy invencible agueelo. Alli vienen el Conde de Molina +y don Antonio Mesia de Tobar su hermano, siendo credito reciprocamente +el uno del otro. Y entre ellos, don Francisco Luzon, blason deste +apellido en Madrid, cuyo magnanimo corazon hallara[503] estrecha posada +en un gigante. Va con el don Jose de Castrejon, deudo suyo, gran +caballero, y ambos, sobrinos del ilustrisimo Presidente de Castilla. En +este coche que les sigue viene el Duque de Pastrana, cabeza de los +Silvas, estudioso principe y gran senor, con el Marques de Palacios, +mayordomo del Rey y decendiente unico de Men Rodriguez de Sanabria, +senor de la Puebla de Sanabria, mayordomo mayor del rey don Pedro; el +Conde de Grajal, gran senor, y el Conde de Galve, su hermano del Duque, +molde de buenos caballeros, y en quien se hallara, si se perdiera[504], +la cortesia. Los demas que van acompanandole son hombres insignes de +diferentes profesiones; que este es siempre su sequito. Viene hablando +en otro coche con el Principe de Esquilache su tio y con el Duque de +Villahermosa don Carlos, su hermano, este, del Consejo de Estado de su +Majestad, y esotro, principe de los ingenios. Va con ellos el duque mozo +de Villahermosa, don Fernando, en quien lo entendido y lo bizarro corren +parejas, y don Fernando de Borja, comendador mayor de Montesa, de la +camara de su Majestad, con veinte y dos cursos de virrey, que se puede +graduar de Caton Uticense y Censorino. Alli viene el Marques de Santa +Cruz, Neptuno espanol y mayordomo mayor de la Reina nuestra senora. +Aquel es el Conde de Alba de Liste, con el Marques de Tabara y el +Conde de Punonrostro. Y tras ellos, el Duque de Nochera, Hector +napolitano y gobernador hoy de Aragon. En ese coche que se sigue viene +el Conde de Coruna, Mendoza y Hurtado de las Nueve Musas, honra de los +consonantes castellanos, en compania del Conde de la Puebla de +Montalban, Pacheco y Giron. Alli, el Marques de Malagon, Ulloa y +Saavedra, y el Marques de Malpica, Barroso y Ribera, y el de Fromista, +padre del Marques de Caracena, celebrado por Marte castellano en Italia, +y el Conde de Orgaz, Guzman y Mendoza, de Santo Domingo y San +Ilefonso[505], todos Mayordomos del Rey. Aquel que va en aquel coche es +el Marques de Floresdavila, Zuniga y Cueva, tio del gran Duque de +Alburquerque, que hoy esta sirviendo con una pica en Flandes, capitan +general de Oran, donde fue asombro del Africa levantando las banderas de +su Rey veinte y cinco leguas dentro de la Berberia. Alli va el Conde de +Castrollano, napolitano Adonis. Alli va el Conde de Garcies, Quesada y +andaluz gallardo, el Marques de Velmar[506], el Marques de Tarazona, +Conde de Ayala, Toledo y Fonseca, el Conde de Santisteban y Cocentaina y +el Conde de Cifuentes, divinos ingenios; el Conde de la Calzada, y tras +el, el Duque de Penaranda, Sandoval y Zuniga. Y en esotro coche, don +Antonio de Luna y don Claudio Pimentel, del Consejo de Ordenes, Castor y +Polux de la amistad y de la generosidad. + +--iAy, senor!, aquel que pasa en aquel coche--dijo la Rufina--, si no me +engano, es de Sevilla, y se llama Luis Ponce de Sandoval, Marques de +Valdeencinas, y como que me crie en su casa. + +El Cojuelo respondio: + +--Es un muy gran caballero y el mas bien quisto que hay en esta tierra +ni en la Corte; que no es pequeno encarecimiento. Y aquel con quien va +es el Marques de Ayamonte, estirado titulo de Castilla y Zuniga de +varon; y no menos que el es ese que viene en ese coche, el Conde de la +Puebla del Maestre, que tiene mas maestres en su sangre que condes, mozo +de grandes esperanzas, y lo fuera de mayores posesiones si tuviera de su +parte la atencion de la Fortuna. Alli pasa el Conde de Castrillo, Haro, +hermano del gran Marques de Carpio, presidente de Indias, y tras el, el +Marques de Ladrada[507] y el Conde de Banos, padre y hijo, Cerdas, de la +gran casa de Medinaceli. Esotro es el Marques de los Trujillos, bizarro +caballero. Y tras ellos, el Conde de Fuensalida, con don Jaime Manuel, +de la camara de su Majestad y hermano del Duque de Maqueda y +Najara[508], que hoy gobierna el tridente de ambos mares. + +--Digame vuesa merced, senor Licenciado--dijo la Rufina--: ?que casas +sumptuosas son estas que estan enfrente destas joyeras? + +--Son del Conde de Onate[509]--dijo el Diablillo--, timbre +esclarecidisimo de los Ladrones de Guevara, Mercurio Mayor[510] de +Espana y Conde de Villamediana, hijo de un padre que hace emperadores, y +es hoy presidente de Ordenes. + +--Y aquellas gradas que estan alli enfrente--prosiguio la tal Rufina +Maria--, tan llenas de gente, ?de que templo son, o que hacen alli tanta +variedad de hombres vestidos de diferentes colores? + +--Aquellas son las gradas de San Felipe--respondio el Cojuelo--, +convento de San Agustin, que es el mentidero[511] de los soldados, de +adonde salen las nuevas primero que los sucesos. + +--?Que entierro es este tan sumptuoso que pasa por la calle +Mayor?--pregunto don Cleofas, que estaba tan aturdido[512] como la +mulata. + +--Este es el de nuestro Astrologo--respondio el Cojuelo--, que ayuno +toda su vida, para que se lo coman todos estos en su muerte, y siendo su +retiro tan grande cuando vivo, ordeno que le paseasen por la calle Mayor +despues de muerto[513], en el testamento que hallaron sus parientes. + +--Bellaco coche--dijo don Cleofas--es un ataud para ese paseo. + +--Los mas ordinarios son esos--dijo el Cojuelo--, y los que ruedan mas +en el mundo. Y ahora me parece--prosiguio diciendo--que estaran mis amos +menos indignados conmigo, pues la prenda que solicitaban por mi la +tienen alla, hasta que vaya estotra mitad, que es el cuerpo, a regalarse +en aquellos banos de piedra azufre. + +--iCon sus tizones se lo coma[514]!--dijo don Cleofas. + +Y la Rufina estaba absorta mirando su calle Mayor, que no les entendio +la platica, y volviendose a ella el Cojuelo, le dijo: + +--Ya vamos llegando, senora Gueespeda, donde cumpla lo que desea; que esa +es la puerta del Sol y la plaza de armas de la mejor fruta[515] que hay +en Madrid. Aquella bellisima fuente de lapislazuli y alabastro es la del +Buen Suceso[516], adonde, como en pleito de acreedores, estan los +aguadores gallegos y coritos gozando de sus antelaciones para llenar de +agua los cantaros. Aquella es la Victoria[517], de frailes minimos de +San Francisco de Paula, retrato de aquel humilde y serafico portento que +en el palacio de Dios ocupa el asiento de nuestro soberbio principe +Lucifer; y mire alli enfrente los retratos que yo la prometi +ensenar;--sin estar la dicha mulata en la platica que hacia don Cleofas +habia dirigido el tal Cojuelo, y diciendo: + +--iQue linda hilera de senores, que parece que estan vivos! + +--El Rey nuestro senor es el primero--dijo el Cojuelo. + +--iQue hombre esta!--dijo la mulata--. iQue bizarros bigotes tiene, y +como parece rey en la cara y en el arte! iQue hermosa que esta[518] +junto a el la Reina nuestra senora, y que bien vestida y tocada! iDios +nos la guarde! Y aquel nino de oro que se sigue luego, ?quien es? + +--El Principe, nuestro senor--dijo don Cleofas--, que pienso que le crio +Dios en la turquesa de los angeles. + +--Dios le bendiga--replico Rufina--, y mi ojo no le haga mal[519]; y +viviendo mas que el mundo, nunca herede a su padre, y viva su padre mas +siglos que tiene almenas en su monarquia. iAy, senor!--prosiguio +Rufina--, ?quien es aquel caballero que, al parecer, esta vestido a la +turquesca, con aquella senora tan linda al lado, vestida a la espanola? + +--No es--dijo el Cojuelo--traje turquesco; que es la usanza hungara, +como ha sido rey de Hungria: que es Ferdinando de Austria, cesareo +emperador de Alemania y rey de Romanos, y la emperatriz su esposa Maria, +serenisima infanta de Castilla, que hasta los demonios--volviendose a +don Cleofas--celebramos sus grandezas. + +--?Quien es aquel de tan hermosa cara y tan alentadas +guedejas[520]--pregunto la Mulata--, que esta tambien en la cuadrilla +vestido de soldado, tan galan, tan bizarro y tan airoso, que se lleva +los ojos de todos, y tiene tanto auditorio mirandole? + +--Aquel es el serenisimo infante don Fernando--respondio el +Cojuelo--questa por su hermano gobernando los estados de Flandes, y es +arzobispo de Toledo y cardenal de Espana, y ha dado al infierno las +mayores entradas de franceses y holandeses que ha tenido jamas despues +que[521] se representa en el la eternidad de Dios, aunque entren las de +Jerjes y Dario, y pienso que ha de hacer dar grada[522] a mujeres de las +luteranas y calvinistas y protestantes que siguen la seta de sus +maridos, tanto, que los mas de los dias vuelve el dinero el purgatorio. + +--Gana me da, si pudiera--dijo la Mulata--, de dalle mil besos. + +--En pais esta--dijo don Cleofas--, que tendra el original bastante +mercaderia de eso; que esta ceremonia dejo Judas sembrada en aquellos +paises[523]. + +--iOh, como me pesa--dijo la Rufina--que va anocheciendo, y +encubriendose el concurso de la calle Mayor! + +--Ya todo ha bajado al Prado[524]--dijo el Cojuelo--, y no hay nada que +ver en ella; tome vuesa merced su espejo; que otro dia le ensenaremos en +el el rio de Manzanares[525], que se llama _rio_ porque _se rie_ de los +que van a banarse en el, no teniendo agua; que solamente tiene regada la +arena, y pasa el verano de noche[526], como rio navarrisco[527], siendo +el mas merendado y cenado de cuantos rios hay en el mundo. + +--El mas caudal[528] del es--dijo don Cleofas--, pues lleva mas hombres, +mujeres y coches que pescados los dos mares. + +--Ya me espantaba yo--dijo el Cojuelo--que no volvias por tu rio. +Respondele eso al vizcaino que dijo: "O vende puente, o compra rio". + +--No ha menester mayor rio Madrid[529]--dijo don Cleofas--, pues hay +muchos en el que se ahogan en poca agua, y en menos se ahogara aquel +regidor que entro en el Ayuntamiento de las ranas del Molino +quemado[530]. + +--iQue galante eres--dijo el Cojuelo--, don Cleofas, hasta contra tus +regidores! + +Bajandose con esto de la azutea, y la Rufina protestando al Cojuelo que +le habia de cumplir la palabra al dia siguiente. Todo lo cual y lo que +mas sucediere se deja para esotro tranco. + + + + +TRANCO IX + + +Y saliendose al ejercicio de la noche pasada, aunque las calles de +Sevilla, en la mayor parte, son hijas del Laberinto de Creta, como el +Cojuelo era el Teseo de todas, sin el ovillo de Ariadna, llegaron al +barrio del Duque, que es una plaza mas ancha que las demas, ilustrada de +las ostentosas casas de los Duques de Sidonia, como lo muestra sobre sus +armas y coronel un nino con una daga en la mano[531], segundo Isaac en +el hecho, como esotro en la obediencia, el dicho que murio sacrificado a +la lealtad de su padre don Alonso Perez de Guzman el Bueno, alcaide de +Tarifa; aposento siempre de los asistentes de Sevilla, y hoy del que con +tanta aprobacion lo es, el Conde de Salvatierra[532], gentilhombre de la +camara del senor infante Fernando y segundo Licurgo del gobierno. Y al +entrar por la calle de las Armas, que se sigue luego a siniestra mano, +en un gran cuarto bajo, cuyas rejas rasgadas descubrian algunas luces, +vieron mucha gente de buena capa[533] sentados con grande orden, y uno +en una silla con un bufete delante, una campanilla, recado de escribir y +papeles, y dos acolitos a los lados, y algunas mujeres con mantos, de +medio ojo[534], sentadas en el suelo, que era un espacio que hacian +los asientos, y el Cojuelo le dijo a don Cleofas: + +--Esta es una academia de los mayores ingenios de Sevilla, que se juntan +en esta casa a conferir cosas de la profesion y hacer versos a +diferentes asumptos[535]: si quieres (pues eres hombre inclinado a esta +habilidad), entrate a entretener dentro; que por gueespedes y forasteros +no podemos dejar de ser muy bien recibidos. + +Don Cleofas le respondio: + +--En ninguna parte nos podemos entretener tanto: entremos norabuena. + +Y trayendo en el aire, para entrar mas de rebozo, el Diablillo dos pares +de antojos, con sus cuerdas de guitarra para las orejas, que se las +quito a dos descorteses, que con este achaque palian su descortesia, que +estaban durmiendo, por ejercella de noche y de dia, entraron muy +severos en la dicha Academia, que apatrocinaba, con el agasajo que +suele, el Conde de la Torre, Ribera, y Saavedra, y Guzman, y cabeza y +varon de los Riberas. El presidente era Antonio Ortiz Melgarejo, de la +insignia de San Juan[536], ingenio eminente de la Musica y de la Poesia, +cuya casa fue siempre el museo de la Poesia y de la Musica. Era +secretario Alvaro de Cubillo, ingenio granadino que habia venido a +Sevilla a algunos negocios de su importancia[537], excelente comico y +grande versificador, con aquel fuego andaluz que todos los que nacen en +aquel clima tienen, y Blas de las Casas[538] era fiscal, espiritu +divino en lo divino y humano. Eran, entre los demas academicos, +conocidos don Cristobal de Rozas[539] y don Diego de Rosas, ingenios +peregrinos que han honrado el poema dramatico[540], y don Garcia de +Coronel y Salcedo[541], fenix de las letras humanas y primer[542] +Pindaro andaluz. + +Levantaronse todos cuando entraron los forasteros, haciendolos acomodar +en los mejores lugares que se hallaron, y, sosegada la Academia al +repique de la campanilla del Presidente, habiendo referido algunos +versos de los sujetos[543] que habian dado en la pasada, y que daban +fin en los que entonces habia leido con una silva al Fenix, que leyo +dona Ana Caro[544], decima musa sevillana[545], les pidio el Presidente +a los dos forasteros que por honrar aquella academia repitiesen algunos +versos suyos, que era imposible dejar de hacerlos muy buenos los que +habian entrado a oir los pasados; y don Cleofas, sin hacerse mas de +rogar, por parecer castellano entendido y cortesano de nacimiento, +dijo: + +--Yo obedezco, con este soneto que escribi a la gran mascara del Rey +nuestro senor, que se celebro en el Prado alto, junto al Buen Retiro, +tan grande anfiteatro, que borro la memoria de los antiguos griegos y +romanos. + +Callaron todos, y dijo en alta voz, con accion bizarra y airoso ademan, +desta suerte[546]: + + SONETO + + Aquel que, mas alla de hombre, vestido + De sus propios augustos esplendores, + Al sol por virrey tiene, y en mayores + Climas su nombre estrecha esclarecido, + + Aquel que, sobre un cefiro nacido, + Entre los ciudadanos moradores + Del Betis, a quien mas que pacio flores + Plumas para ser pajaro ha bebido, + + Aquel que a luz y a tornos desafia, + En la mayor palestra que vio el suelo, + Cuanta le ve estrellada monarquia, + + Es, a pesar del barbaro desvelo, + Filipo el Grande, que, arbitro del dia, + Esta partiendo imperios con el Cielo; + +aplaudiendolo toda la Academia con vitores y un dilatado estruendo +festivo; y apercibiendose el Cojuelo para otro, destosiendose como es +costumbre en los hombres, siendo el espiritu, dijo deste modo: + + A UN SASTRE TAN CABALLERO, QUE NO QUERIA CORTAR + LOS VESTIDOS DE SUS AMIGOS, REMITIENDOLOS A SU + MASEBARRILETE[547]. + + SONETO + + Panfilo, ya que los eternos dioses, + Por el secreto fin de su juicio, + No te han hecho tribuno ni patricio, + Con que a la dignidad del Cesar oses, + + Razon sera que el animo reposes, + Haciendo en ti oblacion y sacrificio; + Que dicen que no acudes a tu oficio + Estos que cortan lo que tu no coses. + + Los ojos vuelve a tu primer estado: + Las togas cose, y de vestillas deja; + Que un plebeyo no aspira al consulado. + + Esto, Panfilo, Roma te aconseja; + No digan que de plumas que has hurtado + Te has querido vestir, como corneja. + +El soneto fue muy aplaudido de toda la Academia, diciendo los mas +noticiosos della que parecia epigrama de Marcial, o en su tiempo +compuesto de algun poeta que le quiso imitar, y otros dijeron que +adolecia[548] del Doctor[549] de Villahermosa, divino Juvenal aragones, +pidiendo el Conde de la Torre a don Cleofas y al Cojuelo que honrasen +aquella junta lo que estuviesen en Sevilla, y que dijesen los nombres +supuestos con que habian de asistilla, como se uso en la Corusca y en la +academia[550] de Capua, de Napoles, de Roma y de Florencia, en Italia, +y como se acostumbraba en aquella. Don Cleofas dijo que se llamaba _el +Enganado,_ y el Cojuelo, _el Enganador,_ sin entenderse el fundamento +que tenian los dos nombres; y repartiendo los asuntos para la academia +venidera, nombraron por presidente della al _Enganado_ y por fiscal al +_Enganador,_ porque el oficio de secretario no se mudaba, haciendoles +esta lisonja por forasteros, y porque les parecio a todos que eran +ingenios singulares. Y sacando una guitarra una dama de las tapadas, +templada sin sentillo[551], con otras dos cantaron a tres voces un +romance excelentisimo de don Antonio de Mendoza[552], soberano ingenio +montanes, y dueno eminentisimo del estilo lirico, a cuya divina musica +vendran estrechos todos los agasajos de su fortuna. Con que se acabo la +academia de aquella noche, diviendose los unos de los otros para sus +posadas, aunque todavia era temprano, porque no habian dado las nueve, y +don Cleofas y el Cojuelo se bajaron hacia el Almeda, con pretexto de +tomar el fresco en la Alamenilla[553], baluarte bellisimo que resiste a +Guadalquivir, para que no anegue aquel gran pueblo en las continuas y +soberbias avenidas suyas. Y llegando a vista de San Clemente el Real, +que estaba en el camino, a mano izquierda, convento ilustrisimo de +monjas, que son senoras de todo aquel barrio, y de vasallos fuera del, +patronazgo magnifico de los Reyes, fundado por el santo rey don +Fernando porque el dia de su advocacion gano aquella ciudad de los +moros[554], le dijo el Cojuelo a don Cleofas. + +--Este real edificio es jaula sagrada de un serafin, o Serafina, que fue +primero dulcisimo ruisenor del Tejo[555], cuya divina y extranjera voz +no cabe en los oidos humanos, y sube en simetrica armonia a solicitar +la capilla impirea, prodigio nunca visto en el diapason ni en la +naturaleza; pero no por eso previlegiada de la envidia. + +A estos hiperboles[556] iba dando carrete (verdades pocas veces +ejecutadas de su lengua), cuando, al revolver otra calle, pocas veces +paseada a tales horas de nadie, oyeron grandes carcajadas de risa[557] y +aplausos de regocijo en una casa baja, edificio humilde que se indiciaba +de jardin por unas pequenas verjas de una reja algo alta del suelo, que +malparia algunos relampagos de luces, escasamente conocidos de los que +pasaban. Y preguntole al Cojuelo don Cleofas que casa era aquella donde +habia tanto regocijo a aquellas horas. El Diablillo le respondio: + +--Este se llama el garito de los pobres; que aqui se juntan ellos y +ellas, despues de haber pedido todo el dia, a entretenerse y a jugar, y +a nombrar los puestos donde han de mendigar esotro dia, porque no se +encuentren unas limosnas con otras. Entremos dentro y nos entretendremos +un rato; que, sin ser vistos ni oidos, haciendonos invisibles con mi +buena mana, hemos de registrar este conclave de San Lazaro. + +Y con estas palabras, tomando a don Cleofas por la mano, se entraron por +un balconcillo que a la mano derecha tenia la mendiga habitacion, porque +en la puerta tenian puesto portero porque no entrasen mas de los que +ellos quisiesen y los que fuesen senalados de la mano de Dios[558]; y +bajando por un caracolillo a una sala baja, algo espaciosa, cuyas +ventanas salian a un jardinillo de ortigas y malvas, como de gente que +habia nacido[559] en ellas, la hallaron ocupada con mucha orden de los +pobres que habian venido, comenzando a jugar al rento y limetas[560] de +vino de Alanis y Cazalla[561], que en aquel lugar nunca lo hay +razonable, y algunos mirones, sentados tambien, y en pie. La mesa sobre +que se jugaba era de pino, con tres pies y otro supuesto, que podia +pedir limosna como ellos, un candelero de barro con una antorcha de +brea, y los naipes con dos dedos de moho hacia cecina[562], de puro +manejados de aquellos principes, y el barato que se sacaba se iba +poniendo sobre el candelero. Y a estotra parte estaba el estrado de las +senoras, sobre una estera de esparto, de retorno del ivierno pasado; tan +remendados todos y todas, que parece que les habian cortado de vestir de +jaspes de los muladares. Y entrando don Cleofas y su companero y +diciendo una pobra, fue todo uno. "Ya viene el Diablo Cojuelo", alterose +don Cleofas y dijo a su camarada: + +--Juro a Dios que nos han conocido. + +--No te sobresaltes--respondio el Diablillo--; que no nos han conocido +ni nos pueden ver, como te previne; que el que ha dicho la pobra que +viene es aquel que entra agora, que trae una pierna de palo y una muleta +en la mano y se viene quitando la montera, y entre ellos le llaman el +Diablo Cojuelo por mal nombre, que es un bellaco, mal pobre, embustero y +ladron, y estoy harto cansado con el y con ellas porque le llaman asi, +que es una satira que me han hecho con esto, y que yo he sentido mucho; +pero esta noche pienso que me lo ha de pagar, aunque sea con la mano del +gato[563], como dicen. + +--Muy grande atrevimiento--dijo don Cleofas--ha sido quererlas apostar +contigo, siendo tu el demonio mas travieso del infierno, y no te la hara +nadie que no te la pague. + +--Estos pobres--dijo Cojuelo--, como son de Sevilla, campan tambien de +valientes[564], y reniran con los diablos; pero no se alabara, si yo +puedo, este de haber salido horro desta chanza; que en el mundo se me +han atrevido solamente tres linajes de gente: representantes, ciegos y +pobres[565]; que los demas embusteros y gente deste genero pasan por +demonios como yo. + +En esto, se habia acomodado o sentadose en el suelo el Piedepalo, Diablo +Cojuelo segundo deste nombre, diciendo muchas galanterias a las damas, y +entro el Murcielago, llamado asi porque pedia de noche a gritos por las +calles, con Sopaenvino, que le habia encontrado agazapado en una taberna +y sacado por el rastro de los mosquitos que salian del, como de la cuba +de Sahagun. Convidoles con su asiento el Chicharro y el Gallo, el uno, +que cantaba pidiendo por las siestas en verano y despertando los +lirones[566]; el otro mendigaba por las madrugadas; y tomando el suelo +por mejor asiento, porque cualquiera cosa mas alta los desvanecia, y +estando en esto, entro un pobre en un carreton, a quien llamaban el +Duque, y todos se levantaron, ellos y ellas, a hacelle cortesia; y el, +quitandose un sombrerillo que habia sido de un carril[567] de un pozo, +dijo: + +--Por mi amor que se esten quedos y quedas, o me volvere a ir. + +Temieron el disfavor, y llegandole el muchacho que le traia el carreton +a la mesa donde se jugaba, pidio cartas. Faraon, que era uno de los del +juego, llamado desta suerte porque pedia con plagas a las puertas de las +iglesias, y el Sargento, nombrado asi porque tenia un brazo menos[568], +le dijeron que los dejase jugar su excelencia, que estaban picados; que +despues harian lo que les mandaba; viniendose el Duque con el Marques de +los Chapines, que era un pobre que andaba arrastrando[569], y de la +cintura arriba muy galan, y estaba entreteniendo las damas, diciendo: + +--Con vusia[570] me vengo, que esta mas bien parado. + +Y a ninguno de los dos les habian las damas menester para nada. + +La Postillona, llamada deste nombre porque pedia a las veinte[571] +limosna, no dejando calle ni barrio que no anduviese cada dia, tuvo +palabras con la Berlinga, tan larga como el nombre[572], que habia sido +senda de Esgueva a Zapardiel, sobre celos del Duque; y la Paulina[573], +que apellidaban ansi porque maldecia a quien no le daba limosna, se pico +con la Galeona, que llamaban desta suerte porque andaba artillada de +ninos que alquilaba para pedir, sobre haber dicho unas palabras +prenadas[574] al Marques, sin dar causa su senoria a ello, metiendose +la Lagartija y la Mendruga a revolverlas mas, y el Piedepalo a las +vueltas, con las Fuerzas de Hercules, que eran dos pobres, uno sobre +otro, que a no meterse Zampalimosnas, que era el garitero, de por medio, +y Pericon el de la Barquera, y Embudo el Temerario, Tragadardos, +Zancayo, Peruetano y Ahorcasopas, hubiera un paloteado[575], entre los +pobres y pobras, de los diablos. El Duque y el Marques interpusieron +sus autoridades, y para quietallo de todo punto inviaron por un +particular[576], que trujo luego Piedepalo, para pagarlo de +bonete[577], que fueron unos ciegos y una gaita zamorana que muy cerca +de alli se recogian, que fue menester pagarselo adelantado porque se +levantasen, y se concerto en treinta cuartos, y dijo el Duque que no se +habia pagado tan caro particular jamas, por vida de la Duquesa[578]. Y +al mismo tiempo que entro Piedepalo con el particular, se entro tras +ellos Cienllamas, con la vara en la pretina[579], y Chispa y Redina con +el, preguntando: + +--?Quien es aqui el Diablo Cojuelo? Que he tenido soplo que esta aqui en +este garito de los pobres, y no me ha de salir ninguno deste aposento +hasta reconocellos a todos, porque me importa hacer esta prision. + +Los pobres y las pobras se escarapelaron viendo la justicia en su +garito, y el verdadero Diablo Cojuelo, como quien deja la capa al toro, +dejo a Cienllamas cebado con el pobrismo, y por el caracolillo se +volvieron a salir del garito el y don Cleofas. + +--Este es--dijo el Duque senalando a Piedepalo--; que nosotros, ni +hombres como nosotros, no hemos de defender de la justicia a hombres tan +delincuentes;--tomando venganza de algunos embustes que les habia hecho +en las limosnas de la sopa de los conventos; y agarrando con el Chispa y +Redina, comenzo a pedir iglesia[580] a grandes voces Piedepalo que en un +bodegon hiciera lo mismo, queriendo dalles a entender que era ermita, y +no garito, donde estaban, y que todos y todas habian venido a hacer +oracion a ella. El tal Cienllamas y Chispa y Redina comenzaron a sacalle +arrastrando, diciendole, entre algunos punetes y mojicones: + +--No penseis, ladron, que os habeis de escapar con esos embustes de +nuestras manos; que ya os conocemos. + +Entonces el Marques[581], metiendo las manos en los chapines, dijo: + +--?Por que hemos de consentir que no contradiga el Duque que lleve +preso un alguacil a un pobrete como el Cojuelo? iPor vida de la +Marquesa[582] que no lo ha de llevar! + +Y haciendose los demas pobres y pobras de su parte, y apagando las +luces, comenzaron con los asientos y con las muletas y bordones a +zamarrealle a el y a sus corchetes a escuras, tocandoles los ciegos la +gaita zamorana y los demas instrumentos, a cuyo son no se oian los unos +a los otros, acabando la culebra[583] con el dia y con desaparecerse los +apaleados. + + + + +TRANCO X + + +En este tiempo llegaban a Gradas[584] su camarada y don Cleofas[585], +tratando de mudarse de aquella posada, porque ya tenia rastro dellos +Cienllamas, cuando vieron entrar por la posta, tras un postillon, dos +caballeros soldados vestidos a la moda, y dijole el Cojuelo a don +Cleofas. + +--Estos van a tomar posada y apearse a Caldebayona[586] o a la +Pajeria[587], y es tu dama y el soldado que viene en su compania, que, +por acabar mas presto la jornada, dejaron la litera y tomaron postas. + +--iJuro a Dios--dijo don Cleofas--que lo he de ir a matar antes que se +apee, y a cortalle las piernas[588] a dona Tomasa! + +Sin riesgo tuyo se hara todo eso--dijo el Cojuelo--, ni sin tanta +demostracion publica: gobiernate por mi agora; que yo te dejare +satisfecho. + +--Con eso me has templado--dijo don Cleofas--; que estaba loco de celos. + +--Ya se que enfermedad es esa, pues se compara a todo el infierno[589] +junto--dijo el Diablillo--. Vamonos a casa de nuestra mulata: almorzaras +y conmutaras en sueno la pendencia; y acuerdate que has de ser +presidente de la Academia, y yo fiscal. + +--Pardiez--dijo don Cleofas--, todo se me habia olvidado con la +pesadumbre; pero es razon que cumplamos nuestras palabras como quien +somos. + +Y habiendose mudado de la posada de Rufina otro dia[590] a otra de la +Moreria[591], mas recatada, pasaron los que faltaron para la Academia +en estudiar y escribir los sujetos que les habian dado y en hacer don +Cleofas una oracion para preludio della, como es costumbre y obligacion +de las presidencias de tales actos; y, llegado el dia, se aderezaron lo +mejor que pudieron, y al anochecer partieron a la palestra, donde les +esperaban todos los ingenios con admiraciones de los suyos, y con los +mismos antojos[592] de la prenez pasada se fueron sentando en los +lugares que les tocaban; y haciendo senal con la campanilla para obligar +al silencio, don Cleofas, llamado _el Enganado_ en la Academia, hizo una +oracion excelentisima en verso de silva, cuyos numeros ataron los oidos +al aplauso y desataron los asombros a sus alabanzas. Y en pronunciando +la ultima palabra, que es el _Dixi_[593], volviendo a resonar el pajaro +de plata, dijo: + +--Yo quiero parecer presidente en publicar agora, despues de mi oracion, +unas prematicas que guarden los divinos ingenios que me han constituido +en esta dignidad;--leyendo desta manera un papel que traia doblado en el +pecho: + +"PREMATICAS Y ORDENANZAS QUE SE HAN DE GUARDAR EN LA INGENIOSA ACADEMIA +SEVILLANA DESDE HOY EN ADELANTE. + +"Y por que se celebren y publiquen con la solemnidad que es necesaria, +sirviendo de atabales los cuatro vientos y de trompetas el Musico de +Tracia[594], tan marido, que por su mujer _descendit ad inferos_, y +Arion, que, siendo de los piratas con quien navegaba arrojado al mar +por roballe, le dio un delfin en su escamosa espalda, al son de su +instrumento, jamugas para que no naufragase, _et coetus, et Amphion +Thebanae conditor urbis_[595]; y pregonero la Fama, que penetra +provincias y elementos, y secretario que se las dicte Virgilio Maron, +principe de los poetas, digan desta suerte: + +"Don Apolo, por la gracia de la Poesia, rey de las Musas, principe de la +Aurora, conde y senor de los oraculos de Delfos y Delo, duque del Pindo, +archiduque de las dos Frentes del Parnaso y marques de la Fuente +Cabalina, etc., a todos los poetas heroicos, epicos, tragicos, comicos, +ditirambicos, dramaticos[596], autistas, entremeseros, bailinistas[597] +y villancieres[598], y los demas del nuestro dominio, ansi seglares como +eclesiasticos, salud y consonantes. + +"Sepades: como, advirtiendo las grandes desordenes y desperdicios con que +han vivido hasta aqui los que manejan nuestros ridmos[599], y que son +tantos los que sin temor de Dios y de sus conciencias, componen, +escriben y hacen versos, salteando y capeando de noche y de dia los +estilos, conceptos y modos[600] de decir de los mayores, no imitandolos +con la templanza y perifrasis que aconseja Aristoteles, Horacio y Cesar +Escaligero, y los demas censores que nuestra Poetica advierten, sino +remendandose con centones de los otros y haciendo mohatras de versos, +fullerias y trapazas, y para poner remedio en esto, como es justo, +ordenamos y mandamos lo siguiente: + +"Primeramente se manda que todos escriban con voces castellanas, sin +introducillas de otras lenguas, y que el que dijere _fulgor_, _libar, +numen, purpurear, nieta, tramite, afectar, pompa, tremula, amago, +idilio_[601] ni otras desta manera, ni introdujere posposiciones[602] +desatinadas, quede privado de poeta por dos academias, y a segunda vez, +confiscadas sus silabas y arados de sal[603] sus consonantes, como +traidores a su lengua materna. + +"Item, que nadie lea sus versos en idioma de jarabe, ni con gargaras de +algarabia en el gutur[604], sino en nuestra castellana pronunciacion, +pena de no ser oidos de nadie. + +"Item, por cuanto celebraron el fenix en la academia pasada en tantos +generos de versos, y en otras muchas ocasiones lo han hecho otros, +levantandole testimonios a esta ave[605] y llamandola hija y heredera de +si propia y pajaro del sol, sin haberle tomado una mano ni haberla +conocido si no es para servilla, ni haber ningun testigo de vista de su +nido, y ser alarbe de los pajaros, pues en ninguna region ha encontrado +nadie su aduar, mandamos que se ponga perpetuo silencio en su memoria, +atento que es alabanza supersticiosa y pajaro de ningun provecho para +nadie, pues ni sus plumas sirven en las galas cortesanas ni militares, +ni nadie ha escrito con ellas, ni su voz ha dado musica a ningun +melancolico, ni sus pechugas alimento a ningun enfermo; que es pajaro +duende, pues dicen que le hay, y no le encuentra nadie, y ave solamente +para si; finalmente, sospechosa de su sangre, pues no tiene agueelo que +no haya sido quemado; estando en el mundo el pajaro celeste, el cisne, +el aguila, que no era bobo Jupiter, pues la eligio por su embajatriz, la +garza, el nebli, la paloma de Venus, el pelicano, afrenta de los +miserables[606], y, finalmente, el capon de leche[607], con quien los +demas son unos picaros. Este si que debe alabarse, y matenle un fenix a +quien sea su devoto, cuando tenga mas necesidad de comer. Dios se lo +perdone a Claudiano, que celebro esta necedad imaginada, para que todos +los poetas pecasen en el. + +"Item, porque a nuestra noticia ha venido que hay un linaje de poetas y +poetisas hacia palaciegos, que hacen mas estrecha vida que los monjes +del Paular[608], porque con ocho o diez vocablos solamente, que son +_credito, descredito, recato, desperdicio, ferrion, desman, atento, +valido, desvalido, baja fortuna, estar falso, explayarse_, quieren +expresar todos sus conceptos y dejar a Dios solamente que los entienda, +mandamos que les den otros cincuenta vocablos mas de ayuda de costa, del +tesoro de la Academia, para valerse dellos, con tal que, si no lo +hicieren, caigan en pena de menguados y de no ser entendidos, como si +hablaran en vascuence. + +"Item, que en las comedias se quite el desmesurarse los embajadores con +los reyes, y que de aqui en adelante no le[609] valga la ley del +mensajero[610]; que ningun principe en ellas se finja hortelano por +ninguna infanta, y que a las de Leon se les vuelva su honra con +chirimias[611], por los testimonios que las han levantado; que los +lacayos graciosos no se entremetan con las personas reales si no es en +el campo, o en las calles de noche; que para querer dormirse sin que ni +para que, no se diga: "Sueno me toma", ni otros versos por el +consonante, como decir a _rey_, "porque es justisima ley", ni a _padre_, +"porque a mi honra mas cuadre", ni las demas; "A furia me provoco"[612], +"Aqui para entre los dos" y otras civilidades, ni que se disculpen sin +disculparse, diciendo: + + "Porque un consonante obliga + a lo que el hombre no piensa"[613]. + + +"Y al poeta que en ellas incurriere de aqui adelante, la primera vez le +silben, y la secunda, sirva a su Majestad con dos comedias en Oran[614]. + +"Item, que los poetas mas antiguos se repartan por sus turnos a dar +limosna de sonetos, canciones, madrigales, silvas, decimas, romances y +todos los demas generos de versos a poetas vergonzantes que piden de +noche, y a recoger los que hallaren enfermos comentando, o perdidos en +las _Soledades_ de don Luis de Gongora; que haya una porteria en la +Academia, por donde se de sopa de versos a los poetas mendigos. + +"Item, que se instituya una Hermandad y Peralvillo contra los poetas +monteses y jabalies[615]. + +"Item, mandamos que las comedias de moros se bauticen dentro de cuarenta +dias o salgan del reino. + +"Item, que ningun poeta, por necesidad ni amor, pueda ser pastor de +cabras ni ovejas, ni de otra res semejante, salvo si fuere tan Hijo +Prodigo, que, disipando sus consonantes en cosas ilicitas, quedare sin +ninguno sobre que caer poeta[616]; mandamos que en tal caso, en pena de +su pecado, guarde cochinos. + +"Item, que ningun poeta sea osado a hablar mal de los otros si no es dos +veces en la semana. + +"Item, que al poeta que hiciere poema heroico no se le de de plazo mas +que un ano y medio, y que lo que mas tardare se entienda que es falta de +la musa; que a los poetas satiricos no se les de lugar en las academias, +y se tengan por poetas bandidos y fuera del gremio de la poesia noble, y +que se pregonen las tallas[617] de sus consonantes, como de hombres +facinerosos a la republica. Que ningun hijo de poeta que no hiciere +versos no pueda[618] jurar por vida de su padre, porque parece que no es +su hijo. + +"Item, que el poeta que sirviere a senor ninguno[619], muera de hambre +por ello. + +"Y, al fin, estas prematicas y ordenanzas se obedezcan y ejecuten como +si fueran leyes establecidas de nuestros principes, reyes y emperadores +de la Poesia. Mandanse pregonar, porque venga a noticia de todos." + +Celebradisimo fue el papel de _el Enganado_ por peregrino y caprichoso, +sacando, al mismo tiempo que le acababa, otro del pecho _el Enganador_, +llamado asi en la Academia y en los tres hemisferios[620], y fiscal de +la presente, que decia desta manera: + +"PRONOSTICO Y LUNARIO DEL ANO QUE VIENE, AL MERIDIANO DE SEVILLA Y +MADRID, CONTRA LOS POETAS, MUSICOS Y PINTORES. COMPUESTO POR "EL +ENGANADOR", ACADEMICO DE LA INSIGNE ACADEMIA DEL BETIS, Y DIRIGIDO A +PERICO DE LOS PALOTES, PROTO-DEMONIO Y POETA DE DIOS TE LA DEPARE +BUENA"; + +interrumpiendo estas ultimas razones un alguacil de los veinte[621], +guarnecido de corchetes[622] (y tantos, que si fueran de plata, +pudiera[623] competir con la capitana y almiranta de los galeones cuando +vuelven de retorno con las entranas del Potosi y los corazones de los +que los esperan y los traen), dona Tomasa y su soldado, como entraron +por la posta para estar a la vista de la ejecucion de su requisitoria; +la Academia se altero con la intempestiva visita, y el atrevido +Alguacil dijo: + +--Vuesas mercedes no se alboroten: que yo vengo a hacer mi oficio y a +prender no menos que al senor Presidente, porque es orden de Madrid, y +la he de hacer de Evangelio[624]. + +Palotearon los academicos, y don Cleofas se espeluzo tanto y cuanto, y +el Fiscal, que era el Cojuelo, le dijo: + +--No te sobresaltes[625], don Cleofas, y dejate prender, no nos perdamos +en esta ocasion; que yo te sacare a paz y a salvo de todo[626]. + +Y volviendo a los demas, les dijo lo mismo, y que no convenia en aquel +lance resistencia ninguna; que si fuera menester, _el Enganado_ y el +metieran a todos los alguaciles de Sevilla las cabras en el corral[627]. + +--Hombre hay aqui--dijo un estudianton del Corpus[628], graduado por la +Feria y el pendon verde[629]--, que, si es menester, no dejara oreja de +ministro a manteazos, siendo yo el menor de todos estos senores. + +El Alguacil trato de su negocio sin meterse en mas dimes ni diretes, +deseando mas que hubiese dares y tomares, y dona Tomasa estuvo empunada +la espada y terciada la capa a punto de pelear al lado de su soldado; +que era, sobre alentada[630], muy diestra, como habia tanto que jugaba +las armas[631], hasta que vio sacar preso al que le negaba la deuda, +libre de polvo y paja. El Cojuelo se fue tras ellos, y la Academia se +malogro aquella noche, y murio de viruelas locas. + +El Cojuelo, arrimandose al Alguacil, le dijo aparte, metiendole un +bolsillo en la mano, de trecientos escudos: + +--Senor mio, vuesa merced ablande su colera con este diaquilon[632] +mayor, que son ciento y cincuenta doblones de a dos. + +Respondiendole el Alguacil, al mismo tiempo que los recibio: + +--Vuesas mercedes perdonen el haberme equivocado, y el senor Licenciado +se vaya libre y sin costas, mas de las que le hemos hecho; que yo me he +puesto a un riesgo muy grande habiendo errado el golpe. + +El soldado y la senora dona Tomasa, que tambien habian regalado al +Alguacil, por mas protestas que le hicieron entonces, no le pudieron +poner en razon, y ya a estas horas estaban los dos camaradas tan lejos +dellos, que habian llegado al rio y al Pasaje[633], que llaman, por +donde pasan de Sevilla a Triana y vuelven de Triana a Sevilla, y, +tomando un barco, durmieron aquella noche en la calle del Altozano, +calle Mayor[634] de aquel ilustre arrabal, y la Vitigudino y su galan se +fueron muy desairados a lo mismo a su posada, y el Alguacil a la suya, +haciendo mil discursos con sus trecientos escudos, y el Cojuelo madrugo +sin dormir, dejando al companero en Triana, para espiar en Sevilla lo +que pasaba acerca de las causas de los dos, revolviendo de paso dos o +tres pendencias en el Arenal[635]. + +Y el Alguacil desperto mas temprano, con el alborozo de sus doblones, +que habia puesto debajo de las almohadas, y, metiendo la mano, no los +hallo; y levantandose a buscallos, se vio emparedado de carbon, y todos +los aposentos de la casa de la misma suerte, porque no faltase lo que +suele ser siempre del dinero que da el diablo[636], y tan sitiado desta +mercaderia, que fue necesario salir por una ventana que estaba junto al +techo, y en saliendo, se le volvio todo el carbon ceniza; que si no +fuera ansi, tomara despues por partido dejar lo alguacil por carbonero, +si fuera el carbon de la encina del infierno[637], que nunca se acaba, +amen, Jesus. + +El Cojuelo iba dando notables risadas entre si, sabiendo lo que le habia +sucedido al Alguacil con el soborno. Saliendo, en este tiempo, por cal +de Tintores[638] a la plaza de San Francisco, y habiendo andado muy +pocos pasos, volvio la cabeza y vio que le venian siguiendo Cienllamas, +Chispa y Redina; y, dejando las muletas, comenzo a correr, y ellos tras +el, a grandes voces diciendo: + +--iTengan ese cojo ladron! + +Y cuando casi le echaban las garras Chispa y Redina, venia un escribano +del numero[639] bostezando, y metiosele el Cojuelo por la boca, calzado +y vestido, tomando iglesia, la que mas a su proposito pudo hallar[640]. +Quisieron entrarse tras el a sacalle deste sagrado Chispa, Redina y +Cienllamas, y salio a defender su juridicion una cuadrilla de sastres, +que les hicieron resistencia a agujazos y a dedalazos, obligando a +Cienllamas a inviar a Redina al infierno por orden de lo que se habia de +hacer; y lo que trujo[641] en los aires fue que, con el Escribano y los +sastres, diesen con el Cojuelo en los infiernos[642]. Ejecutose como se +dijo, y fue tanto lo que los revolvio el Escribano, despues de haberle +hecho gormar al Cojuelo, que tuvieron por bien los jueces de aquel +partido echallo fuera, y que se volviese a su escritorio, dejando a los +sastres en rehenes, para unas libreas que habian de hacer a Lucifer a la +festividad del nacimiento del Antecristo; tratando dona Tomasa, +desenganada, de pasarse a las Indias con el tal soldado, y don Cleofas, +de volverse a Alcala a acabar sus estudios, habiendo sabido el mal +suceso de la prision de su Diablillo, desenganado de que hasta los +diablos tienen sus alguaciles, y que los alguaciles tienen a los +diablos[643]. Con que[644] da fin esta novela, y su dueno gracias a +Dios porque le saco della con bien, suplicando a quien la leyere que se +entretenga y no se pudra en su leyenda[645], y vera que bien se halla. + + +Notas: + +[Nota 1: En la conferencia leida en el teatro Espanol la noche del 4 +de febrero de 1910, al estrenarse la refundicion de _La Luna de la +Sierra_, hecha por don Cristobal de Castro.] + +[Nota 2: Narrola--mejor diria _marrola_--don Joaquin Maria Ferrer, +en el prologo de su edicion de _El Diablo Cojuelo_ (Paris, 1828), y la +extracto muchos anos despues don Cayetano A. de la Barrera, en su +_Catalogo bibliografico y biografico del Teatro antiguo espanol_.] + +[Nota 3: Las investigaciones serias acerca de la vida del insigne +autor astigitano datan de los postreros anos del siglo XIX. Yo encontre, +y publique muy en extracto en mi estudio sobre _Cervantes y la +Universidad de Osuna_, inserto en el tomo II del _Homenaje a Menendez y +Pelayo en el ano vigesimo de su profesorado_ (Madrid, 1899), el acta del +grado de bachiller en Artes de Velez; en 1902 hallaba el muy diligente y +erudito don Antonio Paz y Melia, y sacabala a luz en _la Revista de +Archivos, Bibliotecas y Museos_, una carta de don Juan Velez de Guevara, +hijo del poeta ecijano, escrita en 20 de octubre de 1645, documento +interesante, porque contiene, aunque abreviadamente y con algunos +errores de importancia, la biografia del autor de _El Diablo Cojuelo_. +Poco despues, don Felipe Perez y Gonzalez, al par que comentaba con +acierto algunos de los pasajes mas oscuros de esta novela, dedicose con +feliz exito a allegar datos para la vida de su autor, y diolos a conocer +en diversos articulos, que publico en _La Ilustracion Espanola y +Americana_ y reimprimio juntos en 1903, con otros de caracter critico. +Entretanto, el meritisimo Perez Pastor descubria y acopiaba muchas +noticias peregrinas referentes a los que en el buen tiempo fueron +proceres de nuestras letras, a Velez de Guevara entre ellos; no menos de +cincuenta y cuatro documentos tocantes a el inserto en la tercera parte, +ultima publicada (Madrid, 1907), de su excelente _Bibliografia +Madrilena_ (pags. 499-515). Amen de esto, en 1902, don Adolfo Bonilla y +San Martin daba a la estampa en la _Revista de Aragon_ diversas poesias +de Luis Velez, las mas de ellas ineditas hasta entonces, y de las cuales +hay especialmente cuatro--las cuatro primeras--llenas de indicaciones +muy interesantes para la vida de su autor, razon por la cual en 1908 las +reproduje anotadas, con otra inedita, en la _Revista de Archivos, +Bibliotecas y Museos_. A la buena luz de tan valiosos hallazgos, podia +ya intentarse sin temeridad la empresa de componer una biografia +circunstanciada de Velez, cosa que ha efectuado don Emilio Cotarelo en +el _Boletin de la Real Academia Espanola_, cuadernos de diciembre de +1916 y abril de 1917, no sin aportar algunos otros datos debidos a sus +investigaciones.] + +[Nota 4: Fue hijo del licenciado Diego Velez de Duenas, nacido en +Jerez de la Frontera, y de dona Francisca Negrete de Santander, natural +de Ecija, quienes habian contraido matrimonio en esta ciudad, siendo el +vecino de Sevilla, a 10 de febrero de 1573. Velez de Duenas--descendiente +de don Llorente Velez de Guevara, uno + + "de los trescientos hidalgos + que ganaron a Jerez", + +como recordo, andando el tiempo, el autor de _Reinar despues de +morir_--era hijo de Alonso Rodriguez Velez y de dona Isabel de Duenas, y +se llamo indistintamente Diego de Duenas y Diego Rodriguez de Duenas +mientras fue estudiante. Para graduarse de bachiller en Leyes en la +Universidad de Sevilla (22 de septiembre de 1570), presento los +siguientes recaudos: casi seis meses que en la dicha facultad habia +cursado en Salamanca por los anos de 1563, 64 y 65; dos cursos mas, +oidos en Sevilla, el ultimo, desde 1.º de mayo de 1568 hasta 7 de mayo +de 1569, y cinco lecciones de leyes que habia leido. (Archivo +universitario de Sevilla, libro 1.º de Diligencias y colaciones de +grados menores, desde 1570 hasta 1574.) Este sujeto es, como columbre +diez anos ha, el mismo lincenciado Duenas, poeta mas que razonable, +autor de once de las composiciones coleccionadas en Mejico, en 1577, +bajo el titulo de _Flores de varia poesia_ (Biblioteca Nacional de +Madrid, Ms. 2973), y el mismo a quien se refirio el licenciado Francisco +Pacheco, jerezano como el, en su interesante composicion intitulada _La +satira apologetica en defensa del divino Duenas_, escrita en 1569, +anotada por mi y publicada en la _Revista de Archivos, Bibliotecas y +Museos_ (1907-1908). Trasladado a Ecija desde su casamiento, alli vivio +pobremente ejerciendo la abogacia y criando otros hijos, entre ellos, a +Diego, nacido en 1586 y poeta como su padre y su hermano, vistiendose y +vistiendo a su familia de fiado, de lo cual es buena muestra cierta +escritura que encontre en aquel archivo de protocolos, al buscar +documentos cervantinos (Antonio Trapel, libro 1.º de 1588, fol. 1899), y +componiendo de cuando en cuando tal cual epigrama latino, como el que +hizo en elogio de don Alvaro de Bazan, marques de Santa Cruz, para el +_Comentario en breve compendio de disciplina militar_, escrito por el +licenciado Mosquera de Figueroa (Madrid, Luis Sanchez, 1596). + +Dona Francisca Negrete de Santander era hija del licenciado Diego de +Santander, oriundo de la Montana, y de dona Maria de Medina, vecinos de +Ecija. De estos Negretes y Santanderes, unos habian negociado en las +Indias, y otros eran hombres de estudios, como lo demuestran los +diversos datos que allegue: el doctor Pedro de Santander y su mujer dona +Ines Melgarejo, vecinos de Sevilla, el hijo del doctor Negrete, se +despacharon a la Nueva Espana, con los suyos, antes de mediar el siglo +XVI (Archivo general de Indias, Licencias de pasajeros, 1534 y 1554 (43, +2, 1/5), relacion num. 74 del cuaderno 9.º). En 25 de septiembre de +1553, Diego Negrete de Santander, vecino de Sevilla, hijo de Bernardo +Negrete de Santander y de Isabel Gomez Adalid, se despacho por mercader +por tres anos para Tierra Firme y Popayan (_Ibid._, al fin de la primera +hoja). El bachiller Juan de Santander, natural de Ecija, probo en 17 de +marzo de 1554 haber ganado un curso de Medicina, "oyendo del doctor +gudiel y del doctor ferrer" (Archivo universitario de Osuna, Pruebas de +cursos, fol. 6 del cuaderno del dicho ano), y en 4 de mayo de 1555 probo +otro en la Universidad complutense (Archivo Universitario de Alcala, hoy +en el Historico Nacional, Pruebas de cursos de 1540 a 1555, fol. 714 +vto.). Con el nombre de Juan Antonio de Santander, se graduo en Medicina +en la misma Universidad a 16 de mayo de 1555, y repitiendo en Osuna para +licenciado, se le asignaron puntos, hizo el examen secreto y se le +confirio el grado en 28 de agosto de 1568, doctorandose en 16 de mayo de +1569 (Registro 1.º de grados, fol. 22 del dicho ano), a presencia del +duque de Osuna don Pedro Giron, de su hijo don Juan, marques de +Penafiel, de don Alonso Tellez Giron, hermano natural del Duque y de +muchos doctores y maestros. En la propia Universidad se graduo de +bachiller en Artes, a 28 de julio de 1587, Alonso de Santander (Registro +2.º de Grados, fol. 28 de este ano), asimismo natural de Ecija, a quien +vuelvo a encontrar en Alcala ganando un curso de Teologia escolastica en +8 de mayo de 1590. (Archivo universitario de Alcala, pruebas de cursos +de 1590 a 1593, fol. 21 del dicho ano.) Y, en fin, un Pedro de Santander +figura, para la devolucion de la blanca de carne, entre los dignidades, +canonigos, racioneros y capellanes de la Iglesia Mayor de Sevilla, en el +ano de 1596 (Archivo Municipal de Sevilla, Libros de Propios, asientos +de 12 de junio de 1597). Este prebendado, probable deudo de Luis Velez +de Guevara, fue quizas quien le hizo entrar de paje en el palacio de don +Rodrigo de Castro, cardenal arzobispo de Sevilla.] + +[Nota 5: Asi vino a decirlo Cervantes en la jorn. III de _La gran +sultana dona Catalina de Oviedo_: + + "... hidalgo, pero no rico: + maldicion del siglo nuestro; + que parece que ser pobre + al ser hidalgo esta anexo."] + +[Nota 6: En 1902 envie desde Sevilla copia literal del acta de este +grado a don Felipe Perez y Gonzalez, en cuyo citado libro, pags. 132 y +siguientes, puede leerla el curioso.] + +[Nota 7: _Las bodas de los Catolicos Reyes de Espana don Felipe III +y dona Margarita de Austria, celebradas en la insigne ciudad de +Valencia. Por Luis Velez de Santander._ Sevilla, 1599.] + +[Nota 8: En uno de los reimpresos por mi (_Cinco poesias +autobiograficas de Luis Velez de Guevara_. Madrid, 1908, pag. 11): + + "Esto es cuanto al Archiduque; + cuanto a marciales papeles + de servicios _de seis anos_, + escuchadme atentamente. + Si busca Antonio de Losa + soldados que a hablaros entren, + que no sin causa el aplauso + vuestro su atencion merece, + Saboya me vio y Milan; + en los anos diez y siete + de mi edad, medie la pica + al grabado peto fuerte_(a)_, + con el tercio de Bretana, + siguiendo al Conde de Fuentes + desde Baya de Zahona, + por ambiciones de nieve, + hasta que, treguas haciendo + con Saboya los franceses, + pase a Napoles, de donde + a buscar en sus bajeles + la caravana sali + por todo el mar del Oriente, + con don Pedro de Toledo, + rayo espanol de Berzeli. + De plomo, como de gorra, + nos saludamos mil veces + las turquescas escopetas + con los cristianos mosquetes, + descubrimos las montanas + de la provincia que tiene + el obelisco de Dios + en prision irreverente, + hasta que el heroico brazo + vuestro a rescatar se llegue, + para que el numero diez + acrecenteis a los Nueve, + y en la primera jornada + de Argel fue mi coselete, + espejo al sol, que, Narciso, + por mi se nego a las fuentes, + llegando a Valladolid + la misma noche del viernes + que, para dicha del mundo, + vos naceis y Cristo muere." + +_(a)_ Como veremos en seguida, no tenia diez y siete, sino veintiun +anos, cuando dejo su plaza de paje. Trascordose, pues, Velez, o, lo que +mas creo, le hizo escribir _diez y siete_ la fuerza del asonante.] + +[Nota 9: En pleito promovido por don Jeronimo de Leyva en abril de +1604 ante el Provisor general del arzobispado de Sevilla, con motivo de +haber presentado don Francisco de Acuna, canonigo de aquella Santa +Iglesia, unas letras del Auditor de la Camara de Su Santidad, por las +cuales le subdelegaba plenariamente sus veces para averiguar si don +Alonso de Ulloa habia sido criado del cardenal don Rodrigo de Castro, +declararon a tenor de cierto interrogatorio diversos testigos, entre +ellos Luis Velez de Santander, o sea nuestro Velez de Guevara, y Lope de +Vega Carpio. Mi querido amigo el docto cervantista don Adolfo Rodriguez +Jurado, que hallo este pleito, saco a la luz publica la interesante +declaracion de Lope en el _Boletin de la Real Academia Sevillana de +Buenas Letras_ (septiembre de 1917), y me ha favorecido copiando para mi +la declaracion de Velez, por la cual se viene en conocimiento de algunas +cosas muy importantes para su biografia. Dijo "que es de hedad de veynte +y cinco anos poco mas o menos", y respondiendo a la pregunta primera, +que "conocio al Ilmo. don Rodrigo de Castro, arcobispo que fue de +Sevilla, por queste testigo le sirvio de paje quatro anos, que el +postrero fue en el que murio el dicho cardenal, porque dos meses antes +que muriera salio este testigo del su servicio...." A la segunda: "que +sabe que el dicho don alonso de ulloa murio en la ciudad de toro por el +mes de agosto del ano pasado de seiscientos e tres, y este testigo le +vido en valladolid quince dias o veynte antes que muriese...." Y a la +sexta: "queste testigo fue con el dicho cardenal a la dicha jornada de +madrid, valencia y binaros, donde tambien fue el dicho don alonso de +ulloa...."] + +[Nota 10: Anadio al _Velez_ el _Guevara_ y omitio el apellido +materno, bien que en Ecija siguieron llamandole _Velez de Duenas_, como +a su padre. En 1630, ano en que escribia el licenciado Andres Florindo +su _Addicion al libro de Eciia y svs grandezas_ (Sevilla, Luis +Estupinan, 1631), aun le nombraba asi (fol. 4): "Otro insigne Cavallero +desta Ciudad, de excelente ingenio, mui universal en todas historias +(otro don Alonso de Ercilla, o Luis _Velez de Duenas_)...."] + +[Nota 11: Como nota el senor Cotarelo, Velez de Guevara siempre hizo +caso omiso de este primer matrimonio, al cual tampoco se refirio su hijo +don Juan en la carta dirigida a Pellicer que publico el senor Paz y +Melia; pero en la cancion que Salcedo Coronel dedico a la muerte de +nuestro poeta (_Cristales de Helicona_, Madrid, Diego Diaz de la +Carrera, 1649-1650, folio 31 vto.) hay una tan clara y circunstanciada +alusion a este enlace, que no se como se desvirtue: + + "Coronado de aplausos y victorias + volviste a Espana, que fiel previno + en agradables lazos de Himeneo + refrenar la inquietud de tu destino. + Ingrato el esplendor a tus memorias + ardio en las teas que encendio el deseo, + y entre infaustos gemidos sin aseo, + al talamo condujo temerosa + pronuba Juno a tu querida esposa, + que en dulce nudo apenas + se vio a tu firme voluntad unida, + cuando, de acerbo golpe interrumpida, + sulco estigias arenas: + Euridice feliz fuera, si el llanto + no impidiera la fuerza de tu canto." + +?Que enlace fue este? ?Tuvo acaso mas de arrebatado y soldadesco que de +sacramental?] + +[Nota 12: 24 de septiembre de 1608. Vease la partida matrimonial en +el citado libro de Perez y Gonzalez, pag. 192.] + +[Nota 13: Bautizado a 9 de febrero de 1611 (Perez y Gonzalez, obra +citada, pag. 193). A este hijo y a la union de que fue dichoso fruto se +refirio Salcedo Coronel en la estancia que sigue a la transcrita poco +ha: + + + "Segunda vez a mas fecundos lazos + rendiste la cerviz aun no domada, + gustoso de tu mismo vencimiento, + por quien, dichosamente dilatada, + conseguiste en reciprocos abrazos + la virtud que inspiro sagrado aliento, + hijo, en fin, que formo tu entendimiento + aun mas que la comun naturaleza, + porque lograse con igual grandeza, + agradecido el mundo, + fenix que del primero renaciese + y tus doctas cenizas ofreciese + al templo en que facundo + Apolo, por cien bocas espirante, + tus alabanzas dignamente cante."] + +[Nota 14: Perez y Gonzalez, obra citada, pag. 196.] + +[Nota 15: Tambien le senalo pension el Marques de Penafiel: +cuatrocientos ducados en cada un ano, desde 1.º de enero de 1622; pero +amen de salir de ordinario inciertas las mercedes de los senores de +aquel tiempo, en las manos de Luis Velez no habia dinero, presente o +futuro, que no se volviera sal y agua.] + +[Nota 16: A estos memoriales me he referido en la nota ultima de la +pag. IX.] + +[Nota 17: Perez y Gonzalez, obra citada, pag. 203.] + +[Nota 18: Solo producian lo poco en que las compraban los autores de +compania o las corporaciones que las habian encargado: seiscientos +reales, u ochocientos a lo sumo. Por lo menos de seiscientos no creia +Jeronimo Dalmao, en 1616, que Luis Velez se prestase a componer cierta +comedia a lo divino _(Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, 1878). +Y don Pedro Calderon, en la jorn. I de _Nadie fie su secreto_, comedia +anterior al ano 1651, hizo decir a dos de sus interlocutores: + + "D. ARIAS. Aqui la doncella vive.... + + LAZARO. Ni la oigas ni la veas, + senor, hasta que se haga; + que son como las comedias: + sin saber si es buena o mala, + _ochocientos reales cuesta + la primera vez_; mas luego + dan por un real ochocientas. + Dejala imprimir primero; + que comedias y doncellas, + como esten dadas al molde, + las hallaras por docenas."] + +[Nota 19: Lope, en una de sus cartas al duque de Sessa (Barrera, +Adiciones a la _Nueva biografia de Lope de Vega_, pagina 616): "Hablare, +pues V. Ex.ª lo manda, a Vallejo; que, en fin, + + Mi sotana sin reparos + tiene, por ser de probecho, + quatro bocas en el pecho, + mas todas para alabaros. + Y no es por ynportunaros + al hablar en mi sotana, + pues tengo por cosa llana, + segun es agradecida, + que si os alaba rompida, + mexor os alabe sana. + +_Parece cosa de Luis Velez;_ mas, Senor, V. Ex.ª tubo la culpa; que yo +me havia remitido a la onrra portuguesa, que en Castilla llaman +bayeta."] + +[Nota 20: Perez Pastor, _Bibliografia Madrilena,_ tomo III, pag. +509.] + +[Nota 21: Perez y Gonzalez, obra citada, pag. 207.] + +[Nota 22: Perez y Gonzalez, obra citada, pag. 210.] + +[Nota 23: A fines del ano 1851 un senor Pianitzky, pensando en +traducir al ruso _El Diablo Cojuelo_, pidio explicaciones a la Academia +Espanola acerca de ciertas dudas que se le habian ofrecido. Dado encargo +al academico don Agustin Duran para que respondiese, este senor, por +abril del ano siguiente, dio cuenta de haberlo cumplido, en la medida de +sus fuerzas. Pero icomo lo cumplio, Dios santo! Hago gracia al lector de +los demas tramites de aquel desdichado asunto: baste decir, para que los +manes de Duran no se irriten demasiado, que en aquella ocasion durmio +Homero a pierna suelta, y durmieron con el cuantos pusieron las manos, o +formulariamente hicieron que las ponian, que es lo mas probable, en las +empecatadas _ilustraciones_ de Duran. Aquella larga serie de lamentables +yerros, que el lector curioso puede examinar en el departamento de +manuscritos de la Biblioteca Nacional (Ms. 13881)--pues a ella fueron a +parar, con la del, por otra parte, meritisimo colector de nuestros +romances, los borradores de su inverosimil trabajo--, convidaba, ?que +digo convidaba?, requeria a volver por la honra del malparado Velez, y, +en general, por los fueros de nuestro idioma; el senor Bonilla no +resistio a tentacion tan plausible, y es de justicia reconocer que en +mucha parte logro su intento, explicando bien muchas cosas de que Duran +no habia sabido darse acertada cuenta.] + +[Nota 24: Nota de la pag. VIII de la introduccion: "Tuve entonces +[en 1902] la fortuna (que por tal la disputo) de hallar un erudito y +amable critico en la persona del senor don Felipe Perez y Gonzalez, el +cual publico en _La Ilustracion Espanola y Americana_ y reunio despues +en un volumen (_El Diablo Cojuelo_, Madrid, 1903) algunas _notas_ acerca +de mis Comentarios, que inmerecidamente declaro "dignos de aplauso y +alabanza". La disconformidad en que estoy con algunas de sus +apreciaciones no obsta para que reconozca la exactitud de otras, ni para +que aproveche con gratitud sus ensenanzas, como aprovechare y agradecere +siempre las que se me den con fundamento. Aspiro constantemente a +realizar trabajos utiles, pero jamas tuve la ridicula pretension de que +fuesen perfectos."] + +[Nota 25: Santiago de Chile, Imprenta de San Jose, 1915, pagina 15.] + +[Nota 26: Pag. 190 de la edicion de Zaragoza, s.i., 1697.] + +[Nota 27: Tomo IV, pag. 386, 13.] + +[Nota 28: Sin lugar ni ano, pero en Sevilla, hacia 1630.] + +[Nota 29: Archivo Historico Nacional, Inquisicion de Toledo, legajo +91 de causas, num. 176, fol. 85.] + +[Nota 30: _Ibid_., legajo 94, num. 226.] + +[Nota 31: Archivo Historico Nacional, Inquisicion de Valencia, +legajo 25 de causas, num. 1.] + +[Nota 32: Archivo Historico Nacional, Inquisicion de Toledo, legajo +83 de causas, num. 41.] + +[Nota 33: Inquisicion de Toledo, legajo 86 de causas, numero 73.] + +[Nota 34: El senor Bonilla, al opinar en esto contra Perez y +Gonzalez, opino tambien contra si, pues en su edicion de 1902, pagina +XXVII, habia dicho: "Podemos concluir, pues, que _El Diablo Cojuelo,_ +empezado hacia 1630, hubo de terminarse despues del mes de febrero de +1637, fecha de las mencionada fiestas"; refiriendose a las celebradas en +el Retiro, en que Luis Velez, como presidente, leyo el mismo soneto que +don Cleofas lee en la Academia Sevillana (tranco IX de la presente +edicion) y, con leves variantes, las mismas _Prematicas y ordenanzas_ +que lee en otra junta de la sobredicha Academia (tranco X.)] + +[Nota 35: Tambien yo cai en la tentacion de hacer sobre ello algunas +pesquisas, y a este fin, pues al principio del tranco IX se nombra +como asistente de Sevilla al Conde de Salvatierra, averiguee cuando tomo +posesion de este cargo y cuando ceso en su ejercicio, por si lo uno o lo +otro diese alguna luz para el pleito. No la da: su asistencia duro desde +el dia 24 de abril de 1634 hasta el 3 de julio de 1642, en que dio +posesion al Conde de la Puebla del Maestre, y haciendome el razonamiento +que en el texto queda, sobresei en la investigacion.] + +[Nota 36: Cordoba, Salvador de Cea, 1630. 4 hs. sin foliar.] + +[Nota 37: Verbigracia, en un pasaje del tranco I y en otro del IX.] + +[Nota 38: Pagina 237 de mi edicion critica de _Rinconete y +Cortadillo_ (Sevilla, 1905). A mayor abundamiento, vea el curioso, +porque es concluyente y _definitivo_--como dicen ahora--algo de lo que +advirtio el sabio maestro Menendez y Pelayo para explicar por que en la +hermosa edicion academica de las _Obras de Lope de Vega_ no habia de +copiar servilmente los antiguos textos: "...Publiquense +enhorabuena--observaba--con estricto rigor paleografico (y no de otro +modo deben publicarse) todos los monumentos literarios anteriores a la +era de los Reyes Catolicos; pero seanos licito disfrutar, como de cosa +familiar y domestica, de todo el tesoro de nuestras letras clasicas, y +no nos empenemos en ahuyentar a las gentes de la leccion de nuestros +autores de la edad de oro, presentandolos en textos de aspecto +repulsivo, solo para que algun filologo tenga el placer de saber a +ciencia cierta que Calderon, en _El Magico prodigioso_ escribio (verso +754), _hedad_ con _h_."] + +[Nota 39: _Naveta_, en su antigua acepcion de _gaveta_ o cajoncillo +corredizo de una papelera o escritorio: _vne leyette d'vn cabinet ou +d'autre chose_, definio Cesar Oudin en _Le Tresor des devx langves +espagnolle et francoise_. (Sirvome de la edicion de Paris, M.DC.XLV.)] + +[Nota 40: Llamaban _mosqueteros_, como dice el _Diccionario_ de la +Academia, a los que en los antiguos corrales de comedias las veian de +pie desde la parte posterior del patio. Y a silbar a los comicos +llamaban, consiguientemente, _mosquetear_, verbo que falta en el dicho +lexico. Ruiz de Alarcon, en el acto I de _Mudarse por mejorarse_: + + "REDONDO. ...Representante afamado + has visto, por solo errar + vna silaba, quedar + a silbos _mosqueteado_." + +A lo que parece, o era reciente el silbar en el teatro cuando el +admirable poeta mejicano escribio _Todo es ventura_, o se habia +introducido de nuevo esa grosera costumbre, pues en el acto I dicen dos +interlocutores: + + "DUQUE. ?Tu, Fabio? + + FABIO. Yo, en la comedia. + + DUQUE. ?Parecio bien? + + FABIO. No, senor, + con ser divino su autor; + porque si no se remedia + _esta nueva introducion + de los silbos_, es forzoso + que pierda el mas ingenioso + a los versos la aficion."] + +[Nota 41: Velez de Guevara fue muy dado a buscar el donaire +acomodando a su intento los modismos y refranes vulgares, por medio del +trueque de una o mas de sus palabras. Asi, iremos viendo, verbigracia, +en el curso de esta novela, _Dar gato por demonio, Irse al infierno en +coche y en alma, Prenada de medio ojo, Astrologo regoldano, Lo que es +del diablo, el diablo se lo ha de llevar, Si Dios me tiene de sus +consonantes, Siempre quiebra la soga por lo mas forastero, Salud y +consonantes, Servir a su Majestad con dos comedias en Oran,_ meras +modificaciones de los refranes y frases _Dar gato por liebre, Irse al +infierno en cuerpo y alma, Tapada de medio ojo, Castana regoldana, Lo +que es del agua, el agua se lo lleva, Si Dios me tiene de su mano, +Siempre quiebra la soga por lo mas delgado, Salud y gracia_, y _Servira +su Majestad con dos lanzas en Oran_. Tales acomodamientos pertenecen, +sin duda, a la clase de _chistes baratos_; quiero decir que cuestan +poco al ingenio de su inventor. Por fortuna, Velez de Guevara tiene, y +sabe lucirlos, meritos de muchos mas quilates que estas gracias frias.] + +[Nota 42: Lo de haber nacido _para numero de los demas_ puede ser +reminiscencia de aquel verso de una de las epistolas de Horacio: + + "Nos numeri sumus, _fruges consumere nati_." + +Analogamente Ruiz de Alarcon, en el acto I de _La verdad sospechosa_: + + "D. GARCIA. Quien vive sin ser sentido, + quien _solo el numero aumenta_ + y hace lo que todos hacen, + ?en que difiere de bestia?"] + +[Nota 43: Sabidisimo es que se llamaba _corral de comedias_, como +dice el _Diccionario_ comunmente llamado _de autoridades_, "la casa, +patio o theatro donde se representan las comedias. Diosele este +nombre--anade--porque ordinariamente estan descubiertos".] + +[Nota 44: _Las bocas abiertas_, especie de ablativo absoluto, +frecuentemente usado por nuestros escritores.] + +[Nota 45: Llamose _corchetes_, figuradamente, a ciertos ministros +inferiores de la justicia, servidores de los alguaciles, porque, en +frase de Covarrubias, _Tesoro de la lengua castellana, o espanola,_ +"asen como estos ganchuelos".] + +[Nota 46: _Con lo mio me haga Dios merced_, deciase para indicar que +no se deseaba nada allegado con riesgo o por mal camino. Asi lo dijeron, +simple o socarronamente, aquellos beneficos forajidos de la Sierra de +Cabrilla que partian con el robado lo que este llevaba. De ellos dice +Luque Fajardo (_Fiel desengano_ _contra la ociosidad y los juegos, +Madrid, 1606,_ fol. 291) que, habiendo tropezado con ellos un labrador +"y como no llevase mas de quinze reales, que eran expensas de su viaje, +hecha la quenta cabian a siete y medio; no se hallaua a la sazon trueque +de vn real, y el buen labrador (que diera aquella cantidad, y otra de +mas momento, por verse fuera de sus manos) rogauales encarecidamente +tomassen ocho reales, porque el se contentaua con siete.--De ninguna +manera (respondieron ellos): _con lo que es nuestro nos haga Dios +merced_".] + +[Nota 47: _Mareta_, en la acepcion figurada que registra el lexico +de la Academia: "Rumor de muchedumbre que empieza a agitarse, o bien a +sosegarse despues de agitacion violenta".] + +[Nota 48: En los prologos se ha solido llamar al lector _candido, +benevolo, pio_ y otras cosas a este tono, y Velez juega de las dos +acepciones del primero de estos vocablos, oponiendo a _candido,_ que +etimologicamente significa _blanco_, el adjetivo _moreno_, cosa parecida +a estotro donaire que por los anos de 1612 habia usado Quevedo en el +prologo de _El Mundo por de dentro_: "Al lector, como Dios me lo +deparare, _candido_ o _purpureo, pio_ o _cruel, benigno_ o _sin +sarna_."] + +[Nota 49: Dice _de la jineta de los consonantes_ por lo encogido que +va el poeta sujetandose al metro y la rima; _y la brida de la prosa,_ +porque en ella se extiende el ingenio libremente. Sabidisimo es que el +que cabalgaba a la jineta llevaba encogidas las piernas, y estiradas a +todo su largo el que cabalgaba a la brida.] + +[Nota 50: _Despensas_, mas bien que _gastos o costas_, significa en +este lugar _necesidades_.] + +[Nota 51: Llamabase _autores de comedias por su Majestad_ a los +empresarios teatrales que tenian licencia real para formar compania.] + +[Nota 52: Porque algunos cojos andan a _trancos_ se les suele llamar +festivamente _cojitrancos_.] + +[Nota 53: _Leyenda_, en su antigua acepcion de _lectura. Leenda_ +dice todavia el vulgo andaluz.] + +[Nota 54: _Y yo menos que agradecerte_, quiere decir.] + +[Nota 55: _Por no ser para mas_ era expresion usual en la respuesta +de las cartas y billetes de antano. Vease, por ejemplo, el borrador de +una escrita al Secretario de la Universidad de Alcala de Henares por un +su dependiente. Esta al fin del libro de matriculas de 1566: "Los dias +pasados me hicieron merced de responderme con aquellos caballeros, los +quales vinieron de su tierra de V.m.; y _por no ser para mas_ la carta +que V.m. me ynbio no escribo mas a V.m. el secretario mi senor. Oi lunes +a catorze de mayo." (Archivo Historico Nacional.) Por donaire, paso tal +expresion a la platica verbal; asi, verbigracia, en el _Quijote_ (II, +34), por boca de un supuesto demonio: "Y _por no ser para mas_ mi +venida, no ha de ser mas mi estada." Y Perez de Montalvan, en la jornada +I de _La Doncella de labor_: + + "D.ª ISABEL. ...Y lo demas, finalmente, + es que ya las doce son, + y que ha venido la silla, + y por ser tarde me voy, + de vos muy enamorada, _(A D. Diego_.) + y muy celosa de vos; _(A D.ª Elvira_.) + y _por no ser para mas,_ + a buenas noches, adios."] + +[Nota 56: _A los que fueren entonces_, es decir, _a los dias del mes +que fueren_ entonces, cuando el libro salga a luz.] + +[Nota 57: Don Juan Velez de Guevara nacio en Madrid y fue bautizado +en la iglesia parroquial de San Andres, a 9 de febrero de 1611. Publico +su partida bautismal mi inolvidable amigo don Felipe Perez y Gonzalez, +en su excelente libro intitulado _El Diablo Cojuelo: notas y +comentarios_ (Madrid, 1903), pagina 193.] + +[Nota 58: De llamar los hechiceros _hora menguada_ a la que ya +estaba acabandose, por suponer que el resto de ella era ocasionado a +malos sucesos, se paso a dar ese nombre al "tiempo fatal o desgraciado +en que se sucede un dano o no se logra lo que se desea". Y Velez llama a +la de las once de la noche _hora menguada para las calles_, porque en +ella, al tiempo en que supone la accion de su relato, se vertian, por +las puertas de las casas, las aguas inmundas. Asi se mando y pregono en +la coronada villa a 23 de septiembre de 1639, por acuerdo de los +alcaldes de casa y corte (Archivo Historico Nacional, Libros de gobierno +de la Sala de Alcaldes, fol. 221 del dicho ano): "... que ninguna +persona bacie por las ventanas y canelones agua ni ynmundicias ni otras +cosas, sino por las puertas de las calles; _en berano las puedan baciar +a las once dadas de la noche_, y en ybierno dadas las diez della, pena +de quatro anos de destierro y veinte ducados a los amos que lo +consintieren, y de zien azotes y seis anos de destierro a los criados y +criadas que lo hecharen, y de pagar los danos que hicieren...." Por esta +hora del "iagua va!" Ruiz de Alarcon hizo decir a Hernando, de noche y +en la calle, en el acto III de _Los Favores del mundo_: + + "iPoh! iMal hubiesen los gatos + que dan algalia a estos botes! + Ya empiezan las cosas malas + _de entre las once y las doce_."] + +[Nota 59: Con esto de _boqueaba coches_ se quiere decir que daba +las boqueadas el pasear por el Prado, del cual salian ya los pocos +coches que quedaban en el.] + +[Nota 60: Porque el agua del Manzanares no cubria las desnudeces de +los que se banaban en el, dijo Celia en _La Dorotea_, de Lope de Vega, +acto II, escena II: "... ?como puedes negar la culpa que tiene [el rio] +en que, siendo los veranos tan humilde, se deja entrar de mil generos de +hombres y mujeres, hecho un valle de Josafat?"] + +[Nota 61: Con los donaires que se han escrito a costa del ruin +caudal del Manzanares se podrian llenar muchas paginas. Veanse siquiera +dos muestras. Tirso de Molina, en un romance que inserto en sus +_Cigarrales de Toledo_: + + "Segun arenas criais + y estais ya caduco y viejo, + morireis de mal de orina, + como no os remedie el cielo. + Como Alcala y Salamanca, + teneis, y no sois colegio, + vacaciones en verano + y curso solo en invierno." + +Y Castillo Solorzano, _Tiempo de Regozijo, y Carnestolendas de Madrid_ +(Madrid, Luis Sanchez, 1627), fol. 114 vuelto: + + "...Este, pues, charco ambulante, + olla de tantos mondongos, + pelador de pies de puerco, + si no de pancas de tomo, + reseruo entre dos alisos, + tres alamos y dos pobos, + para retirados banos, + cierto cristal, aunque poco."] + +[Nota 62: _Ite, rio est_, dicho macarronicamente, a imitacion del +_Ite, missa est_, como si dijeran: "iEa, se acabo el rio!", porque la +poca agua que de el quedaba se la habian llevado los Adanes y las Evas +en las sabanas con que se habian enjugado. El senor Bonilla dice en las +notas de su edicion de 1910--pocas veces aludire a la de Vigo +(1902)--que Velez, con las palabras _Ite, rio est_, "evidentemente se +refiere al canon de la misa". Si el esta en lo cierto, no lo esta el +_Diccionario_ de la Academia Espanola, segun el cual _canon_ es aquella +parte de la misa que comienza en el _Te igitur_ y acaba con el _Pater +noster_.] + +[Nota 63: A diferencia del senor Bonilla, pareceme que con la frase +_hidalgo a cuatro vientos_ no quiso decir nuestro autor que _don +Cleofas_, yendo por el tejado, "se hallaba expuesto a todos los aires", +sino que era un hacia hidalgo, sin casa solariega, y, por tanto, a la +intemperie o a _los cuatro vientos_. El mismo dice mas adelante que por +lo de llamarse Leandro, como el infortunado amador de Hero, tenia su +ejecutoria en las obras de Boscan y Garcilaso.] + +[Nota 64: Para ser encrucijada _de apellidos_ le faltaban dos, pues +no tenia mas de otros tantos. Velez conto con ellos los dos nombres de +pila.] + +[Nota 65: Hoy diriamos _que le iba a los alcances_.] + +[Nota 66: Decir, por metatesis, _estrupo_ fue cosa corriente en los +siglos XV, XVI y XVII. Vease algun ejemplo. Fernan Perez de Guzman, en +su _Confesion rimada_: + + "De aqueste mal cuerpo otro nombre es + que se llama _estrupo_, e su propia maldad + es en desflorar la virginidad...."] + +[Nota 67: Refierese a la expresion vulgar figurada _sin comerlo ni +beberlo_.] + +[Nota 68: _Veintidoseno_, dicho en buen romance, y no _vigesimo +segundo_, que seria decirlo a la latina.] + +[Nota 69: Por estas _multiestupradas_ de fines del siglo XVI y todo +el XVII decia Mateo Aleman en su _Guzman de Alfarache_, parte I, libro +III, cap. II: "... nunca quien lo come lo paga, o por grandisima +desgracia. Siempre suele salir horro el danador, y despues lo echan a la +buena barba; siempre suele recambiar en un desdichado." Y, mas tarde, +Moreto, en la jorn. II de _Todo es enredos amor_: + + "D. FELIX. ...Porque hay mujeres en esta + ciudad, de corta fortuna, + que al cebo de su belleza + suelen traer muchos peces, + y al ignorante que pesca + el anzuelo de su cara + le echan la justicia a cuestas + y la cruz del matrimonio."] + +[Nota 70: A las palabras _para en uno son_ pone el senor Bonilla por +comentario: "Frase del ceremonial religioso del matrimonio". Ignoro de +donde pudo sacar esta peregrina especie. _En uno_ significa +_juntamente_, como se echa de ver en muchas cedulas reales de Don +Alfonso el Sabio, dadas _en uno_ con la reina Yolant su mujer, y en +otras de Don Fernando IV: "E nos el sobredicho rey, regnante _en uno_ +con la reina dona Constanza mi mujer...." Y _para en uno son_ dijose de +los novios, desposados o por desposar, en el sentido de que estan +destinados para vivir _en uno_ o _juntamente_. Asi lo demuestran los +siguientes pasajes de Lope de Vega. En el acto I de _Peribanez y el +Comendador de Ocana_ cantan los musicos: + + "Y a los nuevos desposados + eche Dios la bendicion; + parabien les den los prados, + pues hoy _para en uno son_." + +Y en el acto I de _Fuente Ovejuna_: + + "LAURENCIA. ...En todo el lugar hay moza, + o mozo en el prado o soto, + que no se afirme diciendo + que ya _para en uno somos_."] + +[Nota 71: Llama a la muerte _el vicario Responso_, porque, como el +vicario o juez eclesiastico, tiene poder para separar a los casados.] + +[Nota 72: El lexico de la Academia registra las formas _boarda_ y +_buharda_, y no la que ocurre en este lugar del texto.] + +[Nota 73: Anade _y la boca_ aludiendo a la costumbre de besar la +tierra los que llegaban a ella despues de haber corrido grande peligro +en el mar. Asi dice el Cautivo en el _Quijote_ (I, 41): "Embestimos en +la arena, salimos a tierra, _besamos el suelo_, y con lagrimas de muy +alegrisimo contento dimos todos gracias a Dios...."] + +[Nota 74: Llama _ministros del agarro_ a los que antes (7, 4)[45] +habia llamado _corchetes_.] + +[Nota 75: Asi en la edicion original, que paginas adelante estampa +_Bitigudino_. Es apellido tomado del nombre _Vitigudino_, villa de la +provincia de Salamanca.] + +[Nota 76: _Moneda chanflona_ es la toscamente falsificada, dificil +de pasar sino cuando hay poca luz. Nuestros diccionarios registran el +aumentativo _chanflon,_ y no el positivo _chanfla_, muy corriente en +Andalucia con identico significado. Y aun de _chanfla_ dicen _iChanfle!_ +al acabar de contar alguna cosa poco creible, como si dijeran: _iPase, +como moneda chanflona_!] + +[Nota 77: _A gatas_, porque andaban a cuatro pies por los tejados en +busca de don Cleofas; y _jinetes que corrian sus costas_, por alusion a +la que se llamo y llama Cervantes (_Quijote_, I, 41) _caballeria de la +costa_, de la cual trato largamente Perez y Gonzalez en _El Diablo +Cojuelo: notas y comentarios_, paginas 13-17.] + +[Nota 78: Toda esta alegoria es alusion a los frecuentes desembarcos +que hacian en nuestras costas los corsarios moros, y a la presa que de +ellas solian arrebatar, no obstante el cuidado de los _atajadores_ o +_jinetes de la costa_.] + +[Nota 79: _Mohatrera de doncellazgos_, porque, como el mohatrero, +volvia a quedarse con lo mismo que vendia; en este caso, con la propia +fingida doncellez, vendida ya a tantos galanes. "_Mohatra_--dice +Covarrubias--es la compra fingida que se haze vendiendo el mercader a +mas precio del justo y teniendo otro de manga que lo buelva a comprar +con dinero contante a menos precio."] + +[Nota 80: _Chapeton,_ significando _inocente_ o _boquirrubio_. +Llamaban _chapeton_ en Indias a los que, por recien llegados, ignoraban +las costumbres y trato de aquella tierra. El adjetivo _doncellil_ falta +en el _Diccionario_ de la Academia.] + +[Nota 81: Contra lo que pudiera sospecharse, _suceso_, en +equivalencia de _exito_ o _resultado_, no tiene nada de galicismo.] + +[Nota 82: El senor Bonilla, anotando este lugar, habla de la _silla_ +llamada _cadera, cadiera o cadira_, y de unas _mesas de cadera_ o _de +cadiera_; pero no de la _mesa de cadena_. Por si, como creo, puede +aprovechar a algun investigador mas afortunado que nosotros, dire que en +la almoneda de los bienes que quedaron por muerte del maestro Juan de +Mallara se lee: "yten _vna mesa vieja de cadena_ con su banco...." +(Archivo de Protocolos de Sevilla, Gaspar Romano, libro 2.º de 1571, +fol. 1991.) Y en el inventario de los bienes de don Carlos de Alava: +"yten otra mesa de nogal de gonzes _con el banco de cadena_". (Archivo +de Protocolos de Valladolid. Juan Ramos, 1604, folio 133 vto.)] + +[Nota 83: Claro es que se refiere a lo que el lexico de la Academia +llama _efemerides astronomicas._] + +[Nota 84: La _magia_ o _magica negra_ a diferencia de la blanca, que +es lo que podriamos llamar mera prestidigitacion y _fisica recreativa_, +fue siempre arte reprobado, porque nada se hace en el sin pacto expreso +o tacito con el demonio.] + +[Nota 85: Era cosa general creer que los hechiceros solian tener un +demonio familiar metido en una redoma. Rojas Zorrilla en la jorn. II de +_Lo que queria ver el Marques de Villena_: + + "ZAMBAPALO. Senor, he de hablar de veras: + yo tengo miedo. + + MARQUES. ?Por que? + + ZAMBAPALO. Porque deste hombre me cuentan + que tiene en una redoma + un demonio."] + +[Nota 86: _Respondieron_, plural impersonal muy frecuente en +nuestros buenos escritores de antano, y aun hoy en el habla de nuestro +vulgo. Vease en mi edicion del _Quijote_, publicada en esta coleccion de +_Clasicos Castellanos_, como lo usaba Cervantes (VI, 53, 14, 125, 3, +137, 8; VII, 14, 5, etc.).] + +[Nota 87: En la supersticion peninsular--como en otro lugar +indique--los cuatro diablos mayores del infierno son _Lucifer, Belcebu, +Satanas y Barrabas._ Asi lo decia en 1512, en una de sus confesiones, +Juan de Chaves (Archivo Historico Nacional, Inquisicion de Valencia, +legajo 24 de causas, num. 8): "... e yo lame e cride a satanas, y a +Amanecidos, y a la rreyna Siuilla, y algunas vezes a los quatro mayores +del Infierno, es a saber, a Lucifer, belzebuc, satanas y barrabas...."] + +[Nota 88: _Chisme_ era femenino en los siglos XVI y XVII. Juan de +Castellanos, _Elegias de varones ilustres de Indias_, parte I, elegia +VI, canto I: + + "Huye _la chisme_, cesa la conseja, + crece contento, nace regocijo...." + +Covarrubias, en este articulo: "... assi el chismoso dize a hurtadillas +_la chisme_ a la oreja, que parece llego tan solo a soplalla...."] + +[Nota 89: Reconditas son las mas de estas cosas que el diablillo +enredomado dice haber traido al mundo: seria preciso ser punto menos +diablo que el mismo para averiguar noticias de algunas de ellas; pero de +otras puede decirse algo, y aun de tal cual se ha dicho no poco en +libros antiguos y modernos. De la _zarabanda_ trate con bastante espacio +en mi _Loaysa de "El Celoso Extremeno"_ (Sevilla, 1901), paginas +257-287, y para su estudio aporta el senor Bonilla otros datos +estimables.] + +[Nota 90: Del _deligo_ llamandole _deligo,_ solo dice Bonilla: +"Baile de la epoca", y el senor Puyol y Alonso, en su edicion de _La +Picara Justina_ (Madrid, 1912), tomo III, pagina 155, a las palabras "en +el ayre repique mis castanetas de repica punto, _a lo deligo_, y di dos +vueltas a buen son", comenta: "Era un genero de baile", y cita el pasaje +de _El Diablo Cojuelo_. Algo podre anadir yo. En primer lugar, este +baile se llamaba _deligo,_ y no _deligo;_ lo demuestra Lope de Vega en +el siguiente pasaje del acto II de _Los Locos de Valencia_. + + "FEDRA. Bailemos, que estamos tristes. + + GERARDO. Creciendo va su porfia. + + _(Bailen.)_ + + LAIDA. _Deligo, deligo, deligo_.... + + GERARDO. ?Que es esto, sobrina mia? + + FLORA. _Que deligo del andeligo._" + +Haciendo breve a _deligo_ y _andeligo_ no constarian los versos en que +estan estos nombres. _Andeligo_ llamaban tambien a este baile, como se +echa de ver en el ejemplo que antecede y en un pasaje del _Romancero +general_, folio 425 vto. de la edicion de 1604, por la cual cito +siempre: + + "No viue ufana Seuilla + con tantas damas de precio + que les tiene puesto el vso, + aunque valen mucho menos, + ni tiene tantos deuotos + aquel donayre inquieto + de _andeligo_ y zarabanda + de Guadalquiuir a Ebro...."] + +[Nota 91: Del baile de la _chacona_ trate en mi citado estudio sobre +_El Loaysa_, pag. 282. Vease ademas la nota 124 de Amezua en su +excelente edicion critica de _El Casamiento enganoso y el Coloquio de +los perros_. De _la zarabanda_ y _la chacona_ tomaron nombre ciertas +ropas mujeriles (_Romancero general_, fol. 387 vto.): + + "...Ni que traygan verdugados, + alzacuellos y gorgeras, + vrracos, bobos, _chaconas, + carabandas_ ni arandelas."] + +[Nota 92: Al _bullicuzcuz_ se refiere, como presume el senor +Bonilla, esta letra que trae Quevedo en _El entremetido y la Duena y el +Soplon_, y claro es que, segun por ella se infiere, el _bullicuzcuz_ era +un baile, y no un juego: + + "Zarabulli, + Ay, bulli, bulli, de zambulli, + _bulli, cuz, cuz_, + de la Vera-Cruz, + yo me bullo y me meneo, + me bailo, me zangoteo, + me refocilo y recreo + por medio maravedi. + Zarabulli."] + +[Nota 93: _La capona_ era un baile andaluz, propio de gente +apicarada, a juzgar por lo que dice Quevedo en su romance intitulado +_Cortes de dos bailes_ (Musa V): + + "Muy lampina _la Capona_ + y con ademanes brujos, + _por Cordoba y por el Potro_ + viene calzada de triunfos." + +_La capona_ no fue sino _la chacona_ remozada, segun se colige por estos +versos de Salas Barbadillo en su _Entremes del Prado en Madrid y Baile +de la Capona_: + + "D.ª JULIA. ?Puede haber cosa buena si es _capona_? + + ROBLEDO. Solo una que llaman _la chacona_. + + D.ª TOMASA. _La chacona_ ?no es baile muy antiguo? + + ROBLEDO. Remozola un capon con gran donaire. + + ROSALES. Son los capones gente de buen aire."] + +[Nota 94: De algunos de estotros bailes populares, como de tal cual +de los antes nombrados, trata don Emilio Cotarelo en su introduccion a +la _Coleccion de entremeses, loas...,_ publicada en la _Nueva Biblioteca +de Autores Espanoles._] + +[Nota 95: Segun Covarrubias, "_pandorga_ es vna consonancia alocada +y de mucho ruido, que resulta de variedad de instrumentos." Gomez de +Tejada, en un pasaje (que cita el _Diccionario_ de autoridades) de su +_Leon prodigioso_, contrapone _pandorga_ a _musica._] + +[Nota 96: Don Juan de Caramuel, en su _Rhytmica_ (apud _Sanctum +Angelum della Fratta; ex Typographia Episcopalis Satrianensi, +M.DC.LXV_), al tratar (pag. 135) _De versibus quos_ xacara _appellat +Hispanus_, quiere que este vocablo venga de la raiz hebrea _zacar = +meminisse_, de donde _zacara = memoria, commemoratio, narratio_. No hay +tal cosa, sino que al _rufian_ llamaron _jacaro_ o _jaque_ en el habla +germanesca, y _jacarandina_ a esta habla, y _jacara_ al cantar de los +_jaques o jacaros_.] + +[Nota 97: El senor Bonilla asegura que _las papalatas_ son un +"genero de juego popular", y no habria holgado anadir de donde tomo esta +noticia. De mi confieso que no he hallado esa palabra mas que en el +texto de Velez.] + +[Nota 98: Estos _comos_ no son ni parientes lejanos de otros _comos_ +griegos que registra en su _Vniuersal vocabulario_ Alonso de Palencia, y +recuerda el senor Bonilla antes de venir a parar al significado que +tienen en la enumeracion de Velez de Guevara. _Como_, en esta acepcion, +significa _burla, chasco_, y asi lo dice en su _Diccionario_ la +Academia, si bien da por anticuada tal voz. Si no es anticuado lo que se +ha dicho con alguna frecuencia desde el tiempo de los Reyes Catolicos +aca (y esta es la norma que sigue la Academia), _como_ no es voz +anticuada, porque la han usado Tirso de Molina, Quevedo, Cubillo de +Aragon, Salas Barbadillo, Belmonte, Quinones de Benavente y muchos +otros.] + +[Nota 99: Sospecho que esta _mortecina_, que no hallo en nuestros +vocabularios, es lo que por otro nombre se llamo _culebra_, pesadisima +broma, especialmente carcelaria, de que trate en _El Loaysa de "El +Celoso Extremeno"_, pag. 175, nota, y que define el _Diccionario_ +academico en la cuarta acepcion de la voz _culebra_.] + +[Nota 100: _Titeres,_ dicho por las figurillas que los titereros, +como el maese Pedro del _Quijote_, mostraban en sus retablos. De los +antiguos _titeres_, ademas de la frase figurada _No quedo titere con +cabeza_, perdura en el habla vulgar otra, que falta en el lexico de la +Academia: _Darsela a uno por boca de titere._] + +[Nota 101: Hoy llamamos _volatines_ a los ejercicios del _volatin_ +de anos atras, y a este, _funambulo_.] + +[Nota 102: _Saltabanco_ llama preferentemente la Academia, aunque +registra ademas las formas _saltabancos, saltaembanco_ y +_saltaembancos_, a los charlatanes de plazuela que, sobre un banco o +mesilla, con aprension escasa y chachara abundante, enganan a la gente +popular vendiendole fingidos medicamentos, o embaucandola con +cualesquier otras socalinas. Como suelen ser o suponerse extranjeros, el +vulgo, a lo menos en Andalucia, extranjeriza el nombre y los llama +_saltimbanquis_.] + +[Nota 103: _Maese Coral_ nombraban al que hacia juegos de manos, o +de pasa, pasa, porque, segun Covarrubias, art. _coral_, "los charlatanes +y embusteros que traen estos juegos se desnudan de capa y sayo, y quedan +en vnas jaquetas o almillas coloradas, que parecen troncos de coral". +Tambien se llamo a los ejercicios de prestidigitacion _juego de Maese +Escolar o de Maese Gicomar_.] + +[Nota 104: De la personalidad demoniaca llamada _el Diablo Cojuelo_ +he tratado con alguna extension en el prologo.] + +[Nota 105: _Rebelion_ era antano del genero masculino, y asi Marmol +Carvajal titulo uno de sus libros _Historia_ del rebelion _y castigo de +los moriscos del reino de Granada_. Francisco Santos, que tomo algo de +la novela de Velez de Guevara para sus _Postrimerias del hombre y +Tribunal espantoso_ (apud _Obras en prosa y verso_..., Madrid, 1723, +tomo I, pag. 332), hace decir al Diablo Cojuelo: "Yo soy aquel que, +aunque estropeado el cuerpo desde aquella batalla _del rebelion +celestial_...."] + +[Nota 106: _Y todo_, significando _tambien,_ como en diversos +lugares del _Quijote_ (I, 176, 9; IV, 259, 11; VI, 34, 15; VII, 85, 7, +etc.)] + +[Nota 107: Es refran contrahecho, parodia de aquel que dice: _Camino +de Santiago, tanto anda el cojo como el sano_. Tambien don Jeronimo +Cancer parodio este refran, en un vejamen que dio siendo secretario de +cierta Academia (_Obras poeticas de_..., pag. 107 de la edicion de +Madrid, Manuel Martin, 1761): "... porque _camino del Parnaso, tanto +anda el cojo como el corcovado_."] + +[Nota 108: Como dice el _Diccionario_ de autoridades, _trato_, +"figuradamente se toma por traicion oculta e infidelidad con que, +faltando a la fe debida, se ofrece entregar alguna plaza, ciudad o +fortaleza al enemigo". Aqui se refiere a persona, pero con ese mismo +significado.] + +[Nota 109: Si Velez no confundio en este lugar lo que es refran con +lo que es modismo, parece que debe de haber, segun esto, un refran que +diga: _El Diablo Cojuelo trae a los demas al retortero_, o cosa +analoga.] + +[Nota 110: La frase _con sus tachas buenas y malas_, que aqui se +aplica a si propio el Cojuelo, es, como demostre en otra ocasion, un +topico de las antiguas escrituras de venta de caballerias. En el Archivo +de Protocolos de Illescas, escribania de Esquivias, encontre, al buscar +documentos cervantinos, la escritura referente a una yegua (2 de +noviembre de 1591) "que de vos compre e rezebi _con sus tachas buenas y +malas_, encubiertas o descubiertas, a vso de feria...."] + +[Nota 111: _Cortesia_, en su acepcion, hoy poco usada, de +_tratamiento_.] + +[Nota 112: _Principes de la Guinea infernal_, aludiendo a ser el +infierno, como la Guinea, patria de negros habitantes.] + +[Nota 113: De llamar _jigote_ a la carne asada y picada menudamente +se paso a decir _hacer jigote_ una cosa, o de una cosa, significando +hacerla pedazos muy pequenos. Y aun, para mas exagerar, como buen +andaluz, escribio don Francisco de Leiva en la jorn. II de _El Socorro +de los mantos_: + + "D. FERN.º Por Dios que la bellaca me ha picado. + + MOSTACHON. _Hecho veinte jigotes_ te ha dejado."] + +[Nota 114: En la edicion principe, por yerro, _mulatas_.] + +[Nota 115: Dijose _mayores de marca_, o _de mas de la marca_, por +traslacion de lo que se decia de las espadas, de los cuellos y de otras +cosas que, como estas, no debian exceder de la longitud o anchura que se +les fijaba en pragmaticas u ordenanzas.] + +[Nota 116: _Barbado en Hircania_, es decir, con los pelos de las +barbas tan recios como tienen los tigres los de sus bigotes. Sabidisimo +es que, especialmente en verso, pocas veces se nombra al tigre sin +llamarle _hircano_.] + +[Nota 117: Tambien por este pasaje se echa de ver que Francisco +Santos, aun habiendo formado tan desfavorable juicio de la novelita de +Velez de Guevara, como recorde en el prologo, tuvo presente en sus +_Postrimerias del hombre y Tribunal espantoso_ la pintura que del Diablo +Cojuelo hizo el escritor ecijano. Dice: "Este es Renfas, llamado por +otro nombre el Cojuelo.... Aqui note la figura del espiritu: era +_pequeno_, y corcobado, _mala barba_, y _calvo_; descansando el cuerpo +sobre dos muletas...."] + +[Nota 118: Llamar _legumbre_ a los esparragos es evidente +impropiedad. Ya habia dicho Covarrubias en 1611, que "_legumbre_ es toda +mata cuyo fruto o semilla nace en baynas, como son los garbancos, +lentejas, hauas, frisoles, y otras semejantes". Aunque yo, siendo +estudiante, tuve en Sevilla unos camaradas extremenos que al pescado y a +cuanto no era carne llamaban despectivamente _legumbres_.] + +[Nota 119: Como dice el _Diccionario_ de la Academia, _salvo el +guante_ es "expresion familiar de que se usa para excusarse de no +haberse quitado el guante al dar la mano a uno". Tirso de Molina, en el +acto II de _Por el sotano y el torno_: + + "DON DUARTE. ...Quiso el cielo, + cuando el planeta mayor + de purpura entapizaba + su real peregrinacion, + que tropezase mi dama + en un hoyo, a intercesion + de mis ruegos; que en Madrid + todo sirve a la ocasion. + Llegue diligente a darla + la mano, que recibio + _salvo el guante_, aunque por el + rayo o nieve me abraso...." + +Otras veces se rogaba que _se perdonara el guante_. Lope de Vega, en el +acto I de _El Acero de Madrid_, hace decir a Lisardo al dar la mano a +Belisa, que ha tropezado y caidose en la calle: + + _"Perdone vuesa merced + el guante_." + +Y esto quiere decir de su metafora Luis Velez: _que se le perdone_.] + +[Nota 120: _Tiro_, significando el canon, y no, como hoy dia, su +carga ni su disparo. Rojas Zorrilla, en la jorn. I de _El Desafio de +Carlos Quinto:_ + + "D.ª LEONOR. Ea, don Luis, vuelve en ti; + tu brazo la pica empune; + el coselete en tu pecho + al Otomano deslumbre; + digiere aquel hierro ardiente + que _el tiro de bronce_ escupe."] + +[Nota 121: La iglesia parroquial de San Salvador, que por hallarse +ruinosa fue derribada en 1842, estaba situada en la calle Mayor, frente +a la plazuela de la Villa, a la cual daba nombre. Era quiza el templo +madrileno mas antiguo, pues como recuerda Jeronimo de Quintana en su +_Historia de la antigueedad, nobleza y grandeza de la villa de Madrid_ +(Madrid, Imp. del Reyno, M.DC.XXIX), ya se la nombraba en la era de +1257, reinando Don Fernando III. Vease Mesonero Romanos, _Manual de +Madrid: descripcion de la Corte y de la Villa_ (Madrid, 1831), pag. 137, +y _El Antiguo Madrid_, edicion de 1881, tomo I, pagina 218. En la obra +ultimamente citada dice Mesonero que "la torre de la misma iglesia, +apellidada _la atalaya de la villa_, era bastante elevada"; y en otro +lugar (pag. 288), tratando del templo de Santa Cruz: "La torre ... era +llamada _la atalaya de la corte_, asi como la de San Salvador, _la +atalaya de la villa_". O Mesonero tomo tal denominacion de la novela de +Velez de Guevara, o este la habia tomado del habla vulgar.] + +[Nota 122: Llamabase _basquina_ a lo que tambien se dijo _saya_ y +hoy nombramos _falda_. Se ponia, segun Covarrubias, "encima de los +guardapieses y demas ropa".] + +[Nota 123: El _verdugado_ era, como dice el _Diccionario_ de +autoridades, "vestidura que las mugeres usaban debajo de las basquinas, +al modo que hoy los tontillos...."] + +[Nota 124: Era el _guardainfante_--dice el _Diccionario_ de +autoridades--"cierto artificio muy hueco, hecho de alambres con cintas, +que se ponian las mujeres en la cintura, y sobre el se ponian la +basquina." Muy pintorescamente lo definio Rojas Zorrilla en la jorn. III +de _Los tres blasones de Espana:_ + + "REY DE CAST.ª ?Que es _guardainfante_? + + GUARDAINFANTE. Vn enredo + para ajustar a las gordas; + vn molde de engordar cuerpos; + es una plaza redonda + adonde pueden los diestros + entrar a jugar las armas, + por lo grande y por lo extenso; + es un encubre-prenadas, + estorbo de los aprietos, + arillo de las barrigas, + disfraz de los ornamentos; + y es, en fin, el _guardainfante_ + vn enjugador perpetuo, + que esta secando la ropa + sobre el natural brasero." + +Don Juan de Zabaleta dice del _guardainfante_ en el cap. II de _El Dia de +fiesta por la manana_ (apud _Obras historicas, politicas, filosoficas y +morales, escritas por.... Con el Dia de fiesta por Manana, y Tarde, y +los sucesos que en el passan_ Madrid, Antonio Goncalez de Reyes, 1692): +"Este es el desatino mas torpe en que el ansia de parecer bien ha caido. +Si vna muger tuuiesse aquella redondez de cuerpo desde la cintura abaxo, +?huuiera quien se atreuiera a mirarla? Ponerse postizo vn defecto, +?puedelo hazer sino quien este sin juizio? Ponerse postizo un ojo, vaya, +porque los ojos son hermosura; pero ponerse vna hinchazon contrahecha, +?quien lo puede hazer que no este fuera de tino?... Echase sobre el +Guardainfante vna pollera con vnos rios de oro por guarniciones.... +Ponese sobre la pollera vna basquina con tanto ruedo, que colgada podia +seruir de pavellon. Ahuecasela mucho, porque haga mas pompa, o porque +coja mucho ayre con que hazer su vanidad mayor."] + +[Nota 125: _Pollera_ llamaban al brial o guardapies, por su +semejanza con el cesto en que se crian los pollos.] + +[Nota 126: _Engestarse_, verbo no registrado en el lexico de la +Academia, esta usado aqui en la acepcion de _volver el rostro_ hacia +alguna persona o cosa; _encararse_.] + +[Nota 127: Aunque de ordinario se llamo _picota_ al rollo, +propiamente no es _picota_ sino la _punta_ o _pico_ en que suele +terminar. Velez usa aquella voz en sentido figurado.] + +[Nota 128: Asi, _malano,_ en la edicion original, como, juntas las +palabras, escribimos _noramala_ y _norabuena_.] + +[Nota 129: Llamaban _lo hojaldrado_ a la parte del pastel que cubre +la carne o dulce en el contenido.] + +[Nota 130: Nombrabase _pepitoria_ a un guisado que se hacia con los +cuellos, manos y pies de las aves. Era plato propio de sabado, dia en +que no se podian comer de los animales terrestres sino los despojos. +Todo esto se indica en los siguientes versos de Anastasio Pantaleon de +Ribera _(Obras de_ ... Madrid, Francisco Martinez, 1634, fol. 55 vto.): + + "Del pajaro que en Arabia + cinco edades vive enteras, + y naciendo de su muerte, + cunas le arrullan sabeas, + seran menudo jigote + sus pechugas y caderas, + _y en sabado, pepitoria + sus alones, cuello y piernas_."] + +[Nota 131: _Haya_, diriamos hoy.] + +[Nota 132: Era _hacer media noche_, segun Covarrubias, "vn abuso +grande de aguardar a que den las doze del Viernes en la noche para comer +vna olla regalada de menudo". Tropologicamente, llamose _media noche_ a +esa misma cena. Quevedo, dirigiendose a una nina de quien queria ser +tercera una vieja (Musa VI): + + "Cuando quieres persuadirme, + dices que es mujer de porte: + mucho tiene de estafeta; + temo que de ti la cobre. + De docientas leguas huele + almuerzos y _medias noches_; + lo que come, bien lo se; + mas no se con lo que come."] + +[Nota 133: _No conocer_ a uno _si no para servirle_ es frase de +comedimento que, por usual, no debiera faltar en el _Diccionario_ de la +Academia. Velez vuelve a emplearla en los trancos VII y X. Castillo +Solorzano, en _La Garduna de Sevilla y anzuelo de las bolsas_: "?Como +alguacil?--replico el mismo alguacil--. ?Conoceme vuesa merced? Yo le +dije:--_No conozco a vuesa merced si no es para servirle_."] + +[Nota 134: Llamose _llave capona_ o _capona_ a secas, la que +honorificamente se concede a ciertos gentilhombres de la camara real, +sin ejercicio ni servidumbre, porque tal llave no tiene sino apariencia +de tal, pues con ella no se abre ni se cierra puerta alguna. Moreto, en +la jorn. III de _Antioco y Seleuco_: + + "REINA. Y cuando sea mi esposo, + como es cierto, ?te parece + que a mi ese amor me entristece? + + FLORETA. Pues, senora, ?no es forzoso? + + REINA. ?Por que? + + FLORETA. ?No es claro el indicio? + Porque hasta aqui tu persona + es, como _llave capona_, + esposa sin ejercicio."] + +[Nota 135: A proposito de esta frase, Perez y Gonzalez recordo (pag. +75 de su mencionada obra) que se llamaba _proa_ a la parte delantera del +coche; que los asientos de este se decian _de proa, de popa_ y _de +estribos_, y que "el _de proa_ era el mas humilde, destinado al modesto +acompanante, ya servidor, ya devoto del personaje dueno del vehiculo". +Pero si en esto de _la proa_ rectifico el erudito sevillano al senor +Bonilla, que en su edicion de Vigo (1902) habia sospechado que se +hubiese dicho en contraposicion a la frase _jayanes de la popa_, no creo +que estuviese igualmente acertado al presumir "que _culto_ es una +errata, y debe leerse _cultor_". A mi entender, con lo de _culto +vergonzante_ se quiso aludir a que los de escasa calidad que acompanaban +a los magnates ocupando los asientos _de proa_ de sus coches solian +profesar de _cultos_, mas o menos declaradamente, poniendo en tortura el +magin para hacer frases adulatorias y de ingenio que agradaran a sus +patronos.] + +[Nota 136: Tanto era la barba cosa indispensable para los letrados, +que dijo Quevedo en una de las letrillas de su Musa V: + + "Deseado he desde nino, + y antes, si puede ser antes, + ver un medico sin guantes + _y un abogado lampino."_ + +Y que solian llevar la barba en forma de cola de delfin lo habia dicho +el mismo autor en un romance de la Musa VI: + + "Era Alejandro un mocito + a manera de la hampa, + muy menudo de faiciones + y muy gotico de espaldas. + _Barba de cola de pez_, + _en alcance de garnacha_...."] + +[Nota 137: _Dona Fafula,_ como si dijera _dona Fulana_, o _dona +Fabulana_, nombre este ultimo que aun suele oirse en Andalucia, y con el +cual parece tener estrecho parentesco el que ha originado esta nota. +Vease antepuesto al apellido, como se anteponen estos otros nombres. +Espinel, _Satira contra las damas de Sevilla (Revista de Archivos, +Bibliotecas y Museos_; mayo-junio de 1904): + + "No habia entonces dona Berenjena, + _dona Fafula_ Ortiz ni dona Paula, + sino Francisca, Paula, Minga, Elena."] + +[Nota 138: La _bigotera_ esta definida en el _Diccionario_ +academico; y que los presumidos solian ponersela para dormir, para no +descomponer sus bigotes, cuidadosamente peinados y levantados, dicenlo +aca y alla nuestros escritores de antano. Don Guillen de Castro, _El +Narciso en su opinion_, jorn. I: + + "D. GUTIERRE. ?Bueno esta el bigote? + + TADEO. Bueno. + Pero sobrado le cuesta + al que, como tu, se acuesta + como braquillo, con freno." + +Y Lope de Vega, en el acto II de _El Cuerdo en su casa_: + + "GILOTE. ...Hay mil tontos marquesotes + con cuidados de mujer, + que nacieron para ser + martires de sus bigotes; + mil que a bestias los condeno, + porque ellas a dormir van + sin freno, y ellos estan + toda la noche con freno."] + +[Nota 139: El uso masculino de los _copetes_ y _guedejas_, por +denotador de vil afeminamiento, fue prohibido en 1617; pero de tal +manera continuo y aun se extendio anos despues, que a 13 de abril de +1639 se dio en Madrid el _Pregon en qve sv Magestad manda qve por qvanto +el abvso de las gvedejas y copetes con que andan algunos hombres, y los +rizos con que componen el cabello, ha llegado a hazer escandalo en estos +Reynos, ningun hombre pueda traer guedejas ni copete_. (Escudo real.) +(En Madrid. En la imprenta de Francisco Martinez. Ano M.DC.XXXIX) Se +mandaba: "que ningun hombre pueda traer copete, o jaulilla, ni guedejas +con crespo o otro rizo en el cabello, el qual no pueda passar de la +oreja; y los barberos que hizieren qualquiera de las cosas susodichas, +por la primera vez caygan e incurran en pena de veinte mil maravedis y +diez dias de carcel, y por la segunda la dicha pena doblada y quatro +anos de destierro desta Corte, o del lugar donde viuiere, y por la +tercera sea lleuado por quatro anos a vn presidio para que en ellos +siruan. Y a las personas que traxeren copete o guedejas y rizos en la +forma dicha no se les de entrada en la Real presencia de su Magestad, ni +en los Consejos, y los porteros se lo prohiban, y los Ministros no les +puedan dar audiencia, ni oygan sobre sus pretensiones, reseruando a los +senores del Consejo poder hazer la demostracion y castigo que +conuenga...."] + +[Nota 140: Mujeres y lindos cuidaban mucho de sus manos y de sus +rostros, y para adobar estos y aquellas hacian mil extravagancias, y +hasta verdaderas porquerias. En un libro inedito de recetas de afeites +(Biblioteca Nacional, Manuscrito 2019) hallas con epigrafes como estos: +"Memoria de la manteca que dona Maria de Mendoza traia en las manos..." +(fol. 13). "Recepta para hazer seuo para las manos, que se ha de traer +nueve dias" (fol. 52 vto.). iVease que "recepta para las manos"! (fol. +16): "Tomese suziedad de perros de la blanca y muelanla y despues +echenla con miel y con hueuo y ponganla en las manos, y no en las +palmas, y tenganlo una noche y un dia...." Y ivease que "recepta para el +rostro"! (fol. 66): "Tomareis tocino tanto como vn hueuo, que sea todo +gruesso, e poneldo con vinagre fuerte que este nueue dias; tomareis +sahin de culebra...."] + +[Nota 141: _Descabezados_, para poder usar de las yemas de los dedos +y valerse de las manos aun teniendolas untadas con los sebillos. Porque +es de notar que el hacer sudar las manos, enguantandolas, solia ser +obligado complemento del untarlas. Terminantemente lo declara una receta +para _muda de manos,_ que hay hacia el fin de cierto libro de cocina y +reposteria (Biblioteca Nacional, Ms. 6058, fol. 167 vuelto): "Tomaras +media libra de trementina labada nuebe vezes y quatro hiemas de huebos +frescos y el agrio de dos limones redondos y seis dineros de cardenillo, +todo mezclado; vntaras las manos antes de acostarte y _sudaraslas con +guantes, y fiat confetio" (sic)_.] + +[Nota 142: De estas _pasas_ hablaba Areusa en el acto IX de _La +Celestina_, levantando, por ruin envidia, mal testimonio a Melibea: +"Todo el ano se esta encerrada con mudas de mil suciedades, por una vez +que haya de salir donde pueda ser vista; enviste su cara con hiel y +miel, con _uvas tostadas_ y _higos pasados_, y con otras cosas...."] + +[Nota 143: La colacion de los ayunadores solia consistir en un poco +de pan y dos o tres docenas de pasas.] + +[Nota 144: _Una doncella sobre su palabra_, es decir, una que solo +tenia de doncella el hacerse pasar por tal.] + +[Nota 145: Velez de Guevara juega del vocablo _curso_ en dos de sus +acepciones. Tambien en esto le habia precedido Quevedo, al relatar en un +desenfadado romance (Musa IV) el _Ridiculo suceso del trueco de dos +medicinas_, haciendo decir a la triste desposada: + + "Tu cuerpo, que no me goza, + a lo menos, me gradua, + si los _cursos_ a las novias + valen como a los que estudian."] + +[Nota 146: _Hacer_, en su frecuente acepcion de _representar_.] + +[Nota 147: Quiza se refiere a _Il Dvello del Mutio Iustinopolitano_, +libro del cual se hicieron varias ediciones, muy difundidas en Espana, +por nuestra constante comunicacion con Italia.] + +[Nota 148: Antes y mas propiamente que el _Diccionario_ de +autoridades definio el _patacon_ Cesar Oudin, en su _Tresor des devx +langves_...: "Patacon, _monnoye de cuiure en Portugali, qui vaut enuiron +deux liards, c'est aussi la grande reale d'argent de Castille de huict, +c'est a dire de quarante sols_...."] + +[Nota 149: Con sus propias palabras se llama ladron al que iba a ser +robado. La frase _aca estamos todos_ tuvo origen, segun el vulgo, en un +cuentecillo relatado mil veces por las abuelas a sus nietezuelos: "Un +duende hacia tantas diabluras en una casa, escondiendo mil cosillas, y +rompiendo otras mil, que el inquilino, por huir de el, se resolvio a +mudarse a otro barrio. Pero cuando, al llevar la ultima carrada de +muebles, pregunto a su mujer: "--?Falta algo?", se oyo la vocecilla del +duende, que, escondido en un palanganero, decia: "_--iAca estamos +todos!_" Es frase popular en Andalucia, y suele decirla el que llega a +una reunion donde no se contaba con el: _iAqui estamos todos!, dijo el +duende._ Ayala y Guzman versifico este cuento, con poca fidelidad y +menos gracia, en su comedia intitulada _Las Travesuras de don Luis +Coello, primera parte_.] + +[Nota 150: "Alude--dice el senor Bonilla--a los autos o misterios +populares de la Resurreccion de Cristo, en que al descender el angel del +cielo y revolver la piedra del sepulcro, se asombran los guardas y caen +a un lado y a otro como muertos (Cf. _San Mateo_, XXVIII, 1-4.")] + +[Nota 151: Algo que dije de Sevilla en el discurso preliminar de mi +edicion critica de _Rinconete y Cortadillo_ (Sevilla, 1905), pagina 13, +es aplicable a toda la Espana de los siglos XVI y XVII: "Al olor, y, +sobre todo, al sabor de estas cuantiosisimas riquezas [las que traian a +la metropoli las flotas de Indias] vivian en la magnifica ciudad del +Guadalquivir una muchedumbre crecidisima de extranjeros, en especial, de +italianos, flamencos y franceses, cada cual en busca de su avio y en +solicitud de su medra; cada cual discurriendo medios e inventando artes, +artimanas o artificios para apropiarse, industriosa y mas o menos +limpiamente, alguna mielecilla de las optimas colmenas indianas, +consolandose asi de no haber sido ellos ni sus naciones los que tuvieron +la dicha de descubrir y conquistar el Nuevo Mundo."] + +[Nota 152: _Abada_, o _bada_, que equivale a _rinoceronte_.] + +[Nota 153: _La Bermuda_, como explico Perez y Gonzalez (pag. 80 de +_El Diablo Cojuelo: notas y comentarios_), "era la isla principal del +grupo descubierto en America por el navegante espanol Juan Bermudez.... +Lugar peligroso para la navegacion, por los frecuentes temporales y +terribles accidentes del mar y por los atrevimientos de los piratas +extranjeros, alli corrian gravisimo riesgo los barcos que a Espana +traian los tesoros americanos...."] + +[Nota 154: En el texto original falta la palabra _bebe_, que suplo, +como el senor Bonilla.] + +[Nota 155: De la renombrada _cuba de Sahagun_ dijo Covarrubias en su +_Tesoro_, compuesto en los primeros anos del siglo XVII, que "cabia +_tantas_ mil cantaras, y dizen que oy sirve de echar trigo en ella, +porque devia ser costosa y peligrosa de reparar y conservar".] + +[Nota 156: _A dar_, como si dijera _en dar_, que equivale a _dando_, +porque es sabido que el infinitivo con _en_ antepuesto equivale al +gerundio. Veanse algunos ejemplos analogos al pasaje del texto. Guevara, +_Menosprecio de corte y alabanza de aldea_, capitulo VIII: "... y a las +vezes gana en la corte mejor de comer vn malsin _a malsinar_ que no vn +theologo _a predicar_". Cervantes, _Quijote_, II, 38: "... y sabia hacer +una jaula de pajaros, que solamente _a hacerlas_ pudiera ganar la +vida...."] + +[Nota 157: Como nota el senor Bonilla, Velez de Guevara se refiere +"a los huespedes que como aves de paso paran en la posada, y reparan +poco, porque no han de consumirlos por mucho tiempo, en los manjares que +les sirven".] + +[Nota 158: La _puerta de Guadalajara_, que era una de las mas +famosas de Madrid, estaba situada en la calle Mayor, enfrente de la +entrada o embocadura de la calle de los Milaneses y de Santiago. Aunque +se quemo por septiembre de 1582, quedo su antiguo nombre al sitio en que +tal puerta estuvo, como pasa hoy todavia con la llamada _puerta del +Sol_. En aquel lugar tenian sus tiendas ricos mercaderes, a quienes +muchas personas solian entregar sus ahorros para que se los invirtieran +y manejaran.] + +[Nota 159: Es reminiscencia del refran que dice: _Cobra buena fama, +y echate a dormir_.] + +[Nota 160: _Habito,_ en su antigua acepcion de insignia con que se +distinguen las ordenes militares. "_Cauallero de abito_--dice +Covarrubias--, el que trae en el pecho la insignia de alguna orden de +Caualleria, que comunmente llaman abitos."] + +[Nota 161: La _ropilla_, como dice el _Diccionario_ de autoridades, +era "vestidura corta con mangas y brahones, de quienes penden +regularmente otras mangas sueltas o perdidas, y se viste ajustadamente +al medio cuerpo, sobre el jubon".] + +[Nota 162: _Diluvio en pena_, como _alma en pena_.] + +[Nota 163: _Antes de mil anos_, es decir, _antes que pase mucho +tiempo_. Es hiperbole andaluza: bien se echa de ver quien habla por boca +del Cojuelo.] + +[Nota 164: Como el jugar canas era propio de caballeros, con estas +palabras indica el Diablillo que pronto habia de subir de categoria el +tabernero bautizante, mudanza de que hubo, hay y habra siempre grande +copia de ejemplos.] + +[Nota 165: _Hablar en_ un asunto o negocio, que hoy decimos _hablar +de_. Era regimen usualisimo en los siglos XVI y XVII (_Quijote_, I, 193, +10; III, 17, 4; 311, 22; etc.)] + +[Nota 166: Tambien aqui sigue Velez los pasos de Quevedo, que dijo +en su _Satira a los coches_ (Musa VII): + + "Tras aquellos llego al puesto + vn coche verde, que ha sido + el sujeto a quien mas debe + cierta mujer y marido. + Desde el alba hasta la noche + les sirve de albergue y nido, + y aunque duermen dentro del, + ha dicho un contemplativo: + "Aqueste es coche imprestable, + porque ambos han prometido + no desamparar su popa + por cosa de aqueste siglo."" + +A lo que parece, no habia grande exageracion en estas referencias. De +una tal dona Juana decia otra dama en la jorn. I de _El socorro de los +mantos_, comedia de don Francisco de Leiva y Ramirez de Arellane: + + "Yo donde vive os dire: + y es, porque busqueis el fin + de ese fuego que os abrasa, + la calle Mayor su casa + y un coche su camarin. + En el de dia y de noche + a sus gustos se dedica, + y aun harto se mortifica + en no dormir en el coche." + +Y Calderon, en la jorn. II de _Nadie fie su secreto_: + + "LAZARO. Laura vive aqui, que dijo: + "Con lo que la casa cuesta + de alquiler, he de hacer coche." + Y respondiendole a ella + donde habia de vivir, + dijo: "Cuando coche tenga, + en el coche todo el dia, + y la noche en la cochera."] + +[Nota 167: Para el senor Bonilla, _terceruela_ "puede ser la tercera +menor o semitono". Y yo, que _tampoco_ se lo que es _terceruela_--digo, +a que _terceruelas_ se refiere Velez de Guevara--y, a mayor +abundamiento, no he logrado entender que _tercera menor_ equivalga a +_semitono_, recuerdo lo que un su interlocutor dijo a cierto poeta culto +que intentaba comentar a otro, sin dejarse entender; + + "--Comentador, comentaos."] + +[Nota 168: Todos estos son remedios populares para el mal de madre, +muy usados cuando escribia Velez y cuando, siglo y medio antes, compuso +Rojas _La Celestina_, en cuyo acto VIII, como recuerda Bonilla, enumera +la vieja protagonista las cosas con que se curaba ese mal: "Todo olor +fuerte es bueno, asi como de poleo, _ruda_, axienjos, humo de plumas de +perdiz, de romero, de moxquete, de encienso, recebido con mucha +diligencia, aprovecha e afloxa el dolor, e buelve poco a poco la madre a +su lugar." Especialmente, acudian a _la ruda_. Tirso de Molina en el +acto I de _El Celoso prudente_: + + "CAROLA. ...Uno de la vecindad + buscaba (aquesto es sin duda) + de parte de la comadre + _para cierto mal de madre + unos cogollos de ruda_."] + +[Nota 169: _Y trescientas cosas mas_ es frase tomada del bordoncillo +de un antiguo disparatorio que empieza: + + "Pario Marina en Orgaz, + y taneron, y cantaron, + y bailaron y danzaron, + _y trescientas cosas mas."_ + +Cayo en gracia esta frase, y los poetas la llevaron y la trajeron, como +a la _Ines_ de _Yo te lo dire despues_, y como un siglo antes habian +llevado y traido a _la bella malmaridada_. Lope de Vega, en el acto III +de _Los Novios de Hornachuelos:_ + + "BERRUECO. ...Un Barrabas sois vestido, + una fantasma calzada, + una arpia bautizada, + y un camello con marido.... + Longinos a pie, Caifas, + capon molde de hacer monas, + India de las Amazonas + _y trescientas cosas_ mas." + +Tirso de Molina, _Cautela contra cautela_, acto I: + + "ENRIQUE. ?No es bien nuevo amar a dos? + + CHIRIMIA. No, senor, ni amar a mil; + porque tu tienes criado + que en un mismo tiempo ha amado + un salchichon, un pernil + y una bota de hipocras, + dos de Candia, cuatro griegas, + treinta fregonas gallegas + _y trescientas cosas mas, + que es socorro y estribillo + de poetas de repente_." + +El senor Foulche-Delbose publico en la _Revue Hispanique_ (tomos IX, +261, y X, 234) un curioso estudio acerca de las _Coplas de Trescientas +cosas mas._] + +[Nota 170: _Regatones_, que hoy mas bien diriamos _regateadores_, +aunque esta palabra falta en el _Diccionario. Regatear_--dice +Covarrubias--, "procurar abaxar el precio de la cosa que compra es muy +del _regaton"_.] + +[Nota 171: _Si la podemos dar roma, no la demos aguilena_, dice el +refran, aludiendo a moza, y no a nariz, contra lo que opina el senor +Bonilla. Es dicho de ruines de alma atravesada, y lo recuerda Cervantes +en el _Quijote_ (II, 48): "... que yo he oido decir muchas veces y a +muchos discretos, que si el [el diablo] puede, _antes os la dara roma +que aguilena."_] + +[Nota 172: Refierese a una de las muchas pendencias que se promovian +en los _mandrachos_ o casas de juego sobre dar barato a los mirones que +actuaban como jueces de las suertes dudosas.] + +[Nota 173: Deslizaronsele aqui a Velez dos versos endecasilabos: + + "..._a una mujer de un sastre que ha jurado + que los ha de coser a punaladas."_] + +[Nota 174: Juega del vocablo _fuga_ en sus dos acepciones musical y +de _huida_, y alude a la frecuencia con que huian los musicos callejeros +al primer asomo de peligro, por lo cual dijo Lope de Vega en la silva +III de _La Gatomaquia_: + + "Los musicos, en viendo + el belicoso duelo comenzado, + huyeron como suelen; + que no hay garzas que vuelen + tan altas por los vientos, + dicen que por guardar los instrumentos...."] + +[Nota 175: Lo mas corriente era llamar _caballero del milagro_, no a +un sujeto como el que pinta Velez, sino al que vivia bien, y hasta +aparatosamente, sin que se le conociera renta, oficio ni beneficio. Lope +de Vega, en el acto II de _El Caballero del milagro_: + + "TRISTAN. iCosa es de ver la vida deste mozo! + iQue ricamente viste, y como gasta! + ?Como juega tan prodigo y reparte + lo que tiene entre todos sus amigos, + sin que le conozcan en su tierra + dos florines de renta o patrimonio? + + LOFRASO. Por eso es _caballero del milagro_."] + +[Nota 176: De la _piedra bezar_, "concrecion calcarea que suele +encontrarse en las vias digestivas y en las urinarias de algunos +cuadrupedos", escribio un curiosisimo tratado el doctor Nicolas +Monardes, famoso medico y farmacologo sevillano: _Dos libros, el vno que +trata de todas las cosas que traen de nuestras Indias Occidentales, que +sirven al vso de la Medicina, y el otro que trata de la Piedra Bezaar, y +de la Yerua Escuerconera_. Cito por la edicion de Sevilla, Hernando +Diaz, 1569, la mas antigua de las tres de que poseo ejemplares. La +principe de estos _Dos libros_ es tambien de Sevilla, 1565.] + +[Nota 177: Dice _prenada de medio ojo_ para indicar que ocultaba su +prenez, como ocultaban el rostro las que _se tapaban de medio ojo_. De +estas habra ocasion de tratar en las notas del tranco IX.] + +[Nota 178: De _tate_ se hacia festivamente una persona, +anteponiendole _Pero_, que es, a la vez que conjuncion, nombre propio +(_Per, Pero, Pedro_). Calderon, en la jornada II de _El medico de su +honra_: + + "COQUIN. _(Aparte.) ...Pero itate!_ + (que es un _Pero_ muy honrado + del celebrado linaje + de los _Tates_ de Castilla), + porque el Rey esta delante."] + +[Nota 179: _Pocas cosas_ equivale a _cosas menudas_ o _de poco +momento_. Cervantes, _Quijote_, I, 20: "... y no querria que _pocas +cosas_ penase mi anima en el otro mundo." Calderon, en su _Entremes de +las Carnestolendas_: + + "VEJETE. Hombre, ?comes, o engulles? + + GRACIOSO. iLindo chasco! + _Pocas cosas_, senor, nunca las masco."] + +[Nota 180: _Murciegalo_ (de _mur_ y _caeculus_) como aun lo dice el +vulgo, mas etimologicamente que los que, con una metatesis innecesaria +decimos _murcielago._] + +[Nota 181: _Quien_, haciendo a plural, cosa frecuentisima en +nuestros escritores de los siglos XVI y XVII.] + +[Nota 182: Como recuerda el senor Bonilla, llamaron _los Siete +Durmientes_ "a siete hermanos que se dice sufrieron martirio en Efeso, +en tiempo del emperador Decio. Habiendose ocultado estos hermanos en una +caverna, fueron emparedados en ella de orden del Emperador; ciento +noventa y seis anos despues se les encontro dormidos en el mismo sitio +(Vease la _Leyenda aurea_ de Jacobo de Voragine)". Tirso de Molina, en +el acto I de _La Villana de la Sagra_: + + "CARRASCO. ...Nunca de dormirme acabo; + mas con vinos excelentes, + si son siete los durmientes, + yo sere _durmiente octavo_."] + +[Nota 183: Es decir, _que dira que no lo siente_. Juega del vocablo +_sentir_, en dos de sus acepciones.] + +[Nota 184: "_Vistas_--dice el _Diccionario_ de autoridades--llaman +los vestidos y tocador que los novios envian a sus futuras esposas."] + +[Nota 185: Contra lo que ligeramente pudiera imaginarse, _pared y +medio_ no es errata por _pared en medio_. "Error de caja" lo creyo el +senor Fitzmaurice-Kelly al encontrar esa expresion en el capitulo XIX de +la primera parte del _Quijote_. A los ejemplos que cite en nota del +dicho capitulo podrian agregarse muchos otros: cuantos acertara a desear +el mas descontentadizo.] + +[Nota 186: _Del gallo_, es decir de la hora en que canta el gallo, +queriendo ya venir el dia.] + +[Nota 187: Porque de Judas se dice que fue despensero, y los +despenseros acaparaban muchos mantenimientos para venderlos a precios +elevadisimos. Es frecuente en nuestros escritores festivos la alusion al +oficio de Judas. Quevedo, por ejemplo, en su romance de _Los Borrachos_ +(Musa VI): + + "...Y yo, que en diez y seis anos + que tengo de _despensero, + aun no he podido ser Judas_ + y vender a mi maestro." + + +Lope, aludiendo a la costumbre de ahorcar un pelele el Jueves Santo, +figurando a Judas: + + "MENDOZA. Y ?que importa que una dama + tenga el cuerpo diligente..., + las caderas como en Flandes, + las piernas como un jinete, + si el rostro puede ser molde + de hacer diablos para el jueves + en que _al despensero_ cuelgan + que afrento los calabreses?" + +"Los despenseros de los monasterios--dije en el discurso preliminar de +mi edicion critica de _Rinconete y Cortadillo_--tomaban el pescado por +cargas, diciendo ser para aquellos, y revendianlo despues entre sus +parroquianos; acordo el cabildo [de Sevilla] que se hablara a los +priores y guardianes para que corrigiesen el abuso; pero no se logro la +enmienda."] + +[Nota 188: _Por partes de,_ y no por _por parte de_, como habria +enmendado Clemencin si hubiese editado la presente novelita. _Por partes +de_, o _de partes de_, solia decirse antano, como demostre en mis notas +al _Quijote_ (IV, 267, 4).] + +[Nota 189: Pregunta el senor Bonilla: "?Querra decir Velez que el +padre de ese nino era infiel (judio o moro)?" No, ciertamente--respondo--, +sino que ese nino, por partes de su padre, podia pretender tal beca como +hijo de clerigo. Sabido es que, segun la creencia vulgar, el Antecristo +ha de ser hijo de un clerigo y una monja, y por estas dijo Quevedo en una +de sus _prematicas:_ "Condenamos en los galanes de monjas los _antecristos +pensamientos_...."] + +[Nota 190: Debiera decir Velez _el domingo de cuasi racion_, para +que recordase mejor el de _Cuasimodo_, al cual quiso referirse.] + +[Nota 191: Llamaban _letuario, lectuario, electuario_, a cierto +genero de conserva, ya medicinal o ya simplemente alimenticia, como la +que solia tomarse al par que el aguardiente. Quevedo, _Vida del buscon +llamado don Pablos...,_ libro II, cap. II: "Pasamos adelante, y en una +esquina, por ser de manana, tomamos dos tajadas de _letuario_ y +aguardiente de una picarona...." Las mujeres que vendian el _letuario_ +acostumbraban a pregonarlo por las calles en las primeras horas de la +manana. Lope de Vega, en unas decimas de la _Justa poetica en la +beatificacion de San Isidro_, refiriendose a esas horas: + + "...La mula el medico ensilla, + da la purga el boticario, + _pregonase el letuario_...."] + +[Nota 192: Contra lo que dijo Duran y copio Bonilla, el juego de +_salga la parida_ no consiste en gritar los muchachos "ese refran(?) +cuando observan que la luna llena, atravesando grupos de nubes, va +apareciendo clara en los sitios despejados". _Salga la parida_, como +dice el _Diccionario_ de autoridades, es "juego comun con que se +divierten los muchachos estrechandose y apretandose entre si para echar +a alguno del corro, en cuyo lugar admiten otro".] + +[Nota 193: Llama _pildora_ al mundo, por lo esferico.] + +[Nota 194: Llaman _cruzado_, segun el lexico de la Academia, a la +"mudanza que hacen los que bailan, formando una cruz y volviendo a +ocupar el lugar que antes tenian".] + +[Nota 195: Ocasionales o no, ocurren aqui dos versos octosilabos +aconsonantados: + + "... _haciendo un cruzado al son + de su misma confusion."_] + +[Nota 196: Llama a los coches _ballenas_, recordando la de Jonas, +porque tragan y vomitan personas.] + +[Nota 197: iQue exacta alusion a las cien mil falsedades, enganifas +y _cumplo-y-mientos_ propios del trato cortesano!] + +[Nota 198: _Haciendose cocos a ellos mismos_, o _a si mismos_, que +diriamos hoy, esto es, gustando de si propios y recreandose en sus +ademanes y miraduras, como unos Narcisos. _Hacer cocos_ se dijo de +_cocar_, que significa _agradar, captar la benevolencia_.] + +[Nota 199: El senor Bonilla sospecha que _de rinon_ sea errata, por +_de pinon._ No hay tal cosa: la boquita que llamaban _de pinon_ era +naturalmente pequena, como aquella a que se refiere el _Romancero +general,_ fol. 253: + + "Vna boca, chica era; + que con _vn pinon_ se mide, + segura de que haya otra + que assi enamore y cautiue"; + +pero el texto se refiere a una boca achicada artificiosamente. Quien ve +el rinon de un corderillo, ve una boca de esas frunciditas y amaricadas. +Para persuadirse de que no hay la errata que sospecho Bonilla basta +parar la atencion en que a esta calle de espejos que pinta Velez nadie +iba a verse como era, sino a estudiar gestos; uno de ellos, el +fruncimiento de labios. Quevedo, en _El Entremetido y la Duena y el +Soplon_, menciono una de estas bocas estudiadamente fruncidas: "Y al +punto, muy esparrancado de ojos, decia: "No hay sino dejar correr; Dios +lo remedie, que tal y cual, lo del camino carretero: si por si, no por +no"; y al decir "ello dira", _ponia una boquita escarolada_, como le de +Dios la salud."] + +[Nota 200: _Roncando_, como los ojos de aquella Mari Perez de quien +dijo Quevedo (Musa VI): + + "Tus dos ojos, Mari Perez, + _de puro dormidos, roncan_, + y duermen tanto, que suenan + que es gracia lo que es modorra." + +Cuanto a ojos, como a todo lo del mundo, cambian las modas, y por esto +decia Calderon, en la jorn. II de _Eco y Narciso_: + + "BATO. ...Vn tiempo que se dieron + en usar _ojos dormidos_, + no habia hermosura despierta + y todo era mirar bizco...." + +Pero si Velez aprendio en Quevedo lo de _roncar los ojos_, de puro +dormidos, una poetisa, dona Catalina Clara, aprendio de Velez lo de +_roncar hermosura_, pues escribio, retratando a cierta dama: + + "Sus ojos, que _hermosura estan roncando_, + dormidos saben mas que otros velando, + y dice en ellos cada nina airosa: + _Nigra sum, sed formosa_."] + +[Nota 201: _De Gloria Patri_ quiere decir, como noto el senor Perez +y Gonzalez en su citada obra, pags. 23 y 24, "inclinados como fieles que +pronuncian o escuchan el _Gloria Patri_".] + +[Nota 202: Sobre las _maretas_ quedo nota paginas atras (8, 1)[47].] + +[Nota 203: _Para desacreditar la naturaleza_, porque le hacen +poquisimo favor carilindos que no acaban de semejar hombres ni mujeres; +y _para desacreditar el rentoy_, porque no parece sino que estan jugando +a este juego, en que los companeros se entienden por medio de gestos y +senas, a lo cual se refirio don Antonio Hurtado de Mendoza en estas +seguidillas de la segunda parte del _Entremes de Micer Palomo_: + + "De las damas de hogano, ?que te parece? + --Capadillo, pues juegan con seis y siete. + --?Y de las que se atapan en la comedia? + _--Al rentoy, pues te muelen haciendo senas."_] + +[Nota 204: El nombre de _damas cortesanas_ era uno de los muchos que +se solian dar a las mujeres publicas. Asi, en una representacion de los +Alcaldes de Casa y Corte al Rey (11 de enero de 1617): "Senor: Los +Alcaldes dicen que de estar las mugeres de mala vida _que llaman damas +cortesanas_ alojadas en las calles principales desta corte y con +libertad de vivir donde quieran sean seguido y siguen muy grandes +inconuinientes...." (Archivo Historico Nacional, Libros de gobierno de +la Sala de Alcaldes, tomo VII, fol. 470.)] + +[Nota 205: _Albillas_, como las uvas llamadas asi, o _tempranillas_ +por otro nombre. _Tempranillas_ asimismo llama el vulgo andaluz a las +muchachas que, sobre cuajarse pronto de mujeres, dan a entender, por la +demasiada viveza y libertad con que miran y hablan, que, jovencillas y +todo, no les pesaria dejar de ser solteras.] + +[Nota 206: En Bonilla, _e Giron,_ sin duda por errata.] + +[Nota 207: _Vuelven las aguas_..., dice el refran, que Velez acomodo +aqui a su proposito.] + +[Nota 208: A la _plazuela de los Herradores_, aun hoy llamada asi, +concurrian los que alquilaban sus servicios. En los antedichos Libros de +gobierno de la Sala de Alcaldes he visto un auto del ano 1621 por el +cual se mando que los mozos de sillas (los que conducian las sillas de +manos) asistiesen en la _plazuela de Herradores_ y llevasen el correon +al hombro. Y Tirso de Molina, en el acto III de _Por el sotano y el +torno_, hace decir a Santillana, escudero viejo, cuando se dispone a +dejar de servir a su ama, porque le ha reprendido: + + "iMiren, porque la doy luz + de amantes embustidores! + _Plazuela habra de Herradores_ + y puerta de Santa Cruz: + no me han de faltar dos reales + y senoras de alquiler."] + +[Nota 209: _Damas de achaque_, o sea que se achacan o atribuyen +falsamente la dameria.] + +[Nota 210: Poco despues dice de quienes habian de ser pasto tales +libros: respectivamente, de pajes y doncellas.] + +[Nota 211: No tachara de defectuosa la expresion _le pregunto ... +que le dijese_ quien este advertido de que, como _preguntar_ significa +_demandar_ y _demandar_ y _pedir_ son una cosa misma, solia decirse +_preguntar_ por _pedir_, de lo cual hay en el _Quijote_ muchos ejemplos +(I, 137, 10; III, 85, 19, etc.)] + +[Nota 212: Dice _de media talla_, como pudiera decir _de medio +pelo_, o _de medio mogate_.] + +[Nota 213: Bien explica esto don Fernando de Lorena en su _Entremes +de los Relojes_ (Biblioteca Nacional, Ms. 17237): + + "D.ª TORRE. Mira quien llama aqui, dona Escalera. + + QUITERIA. ?Quien es dona Escalera? + + D.ª TORRE. Vna criada. + + QUITERIA. ?Con don? + + D.ª TORRE. Si, _que autoriza una donada_." + +Del uso y abuso de los _dones_ trate largamente en mi estudio sobre _El +retrato de Cervantes_ (Madrid, 1917), pags. 30-53.] + +[Nota 214: Por _el tuson de las damas_ (que tambien se llamaba +_damas_, a secas, a las _damas cortesanas_) ha de entenderse la +categoria de las que entre ellas eran de mayor calidad, a las cuales +llamaban _tusonas_.] + +[Nota 215: _Quererse volver al pano_, frase que no registra el +_Diccionario_, pero que oi muchas veces en Andalucia, se dice de las +alhajas muy limpias y brillantes, legitimas o falsas, por alusion al +pano en que las tenia envueltas el platero o quincallero cuando las +vendio.] + +[Nota 216: _Don extravagante_, como _clerigo extravagante_, que se +dice de aquel que vive sin incorporarse a la clerecia de ninguna +diocesis.] + +[Nota 217: La _ginebra_ esta bien definida en el _Diccionario_ +academico. Es el mismo grosero instrumento que los andaluces llamamos +_carrasquina._] + +[Nota 218: El _castrapuercos,_ instrumentillo compuesto de algunos +canutos, es ni mas ni menos que la zampona con que suelen representar al +Dios Pan. En el _Diccionario_ de la Academia, como en el de autoridades +y en el Tesoro de Covarrubias, _castrapuercas:_ pero en el _Tresor_ de +Oudin, _"Castra puercos, vn sifflet de chastreur_". Tambien se llamaba +_castrador_, y debe tomarlo en cuenta la Academia Espanola, bajo la fe +de Quevedo y Salas Barbadillo. El primero dijo en un romance referente a +los bailes del vulgo: + + "Sueltales las seguidillas + y a ejecutor de la vara, + y a la capona, que en llaves + hecha _castradores_ anda." + +Y el segundo, en el _Entremes del Prado de Madrid, y Baile de la +Capona_: + + "Para el baile previnieron + las cuerdas de una guitarra, + sin ver que a un baile capon + vn _castrador_ le bastaba."] + +[Nota 219: Iba narrando Velez de Guevara, y subitamente y sin +preparacion deja la palabra a don Cleofas. Estos cambios bruscos de la +persona que habla, y aun de la persona a quien se habla, no escasean en +nuestros escritores del buen tiempo, como de Cervantes hice notar en +diversos lugares del _Quijote_ (I, 10, 17; II, 136, 8; IV, 259, 21; VI, +70, 3, etc.)] + +[Nota 220: "Entre los muchos--dije en otra ocasion--que han escrito +acerca de los arbitristas, plaga que infesto a Espana en los siglos XVI +y XVII, merece mencion senalada don Antonio Canovas del Castillo, que +trato de ellos en sus _Problemas contemporaneos_ (Madrid, 1884), tomo I, +pags. 305-328.... Mi querido amigo don Agustin G. de Amezua, en su +edicion critica de _El Casamiento enganoso y el Coloquio de los Perros_, +paginas 147-151 y notas 349-351, cita algunos arbitrios notables por su +extravagancia...."] + +[Nota 221: Asi en la edicion original. A escribir hoy, de seguro +habria dicho Velez: "... que tiene en la mano el retrato de su +dama...."] + +[Nota 222: El gramatico pedante y engreido, para quien no hay en el +mundo cosa que valga dos maravedis sino sus gramatiquerias, fue siempre +odiado por los escritores. El senor Bonilla recuerda lo que contra ellos +dijo el doctor Suarez de Figueroa en su _Plaza universal de todas +ciencias y artes_ (1615). Y antes que Suarez, Barahona de Soto, en su +_Angelica,_ maltrato a los finchados gramaticones al incluirlos en la +relacion de aquellas gentes que Zenagrio, en la morada de Gleoricia, no +se digna de mirar: + + "Tanto del soez _gramatico_ arrogante + que, porque punta y coma sus diciones + y ordena lo de atras para adelante, + no estima los gravisimos varones...." + +Yo dije a un consumado gramatico, veinte anos ha: "?Que hara usted con +toda su gramatica, si no tiene nada que decir que interese al publico? +Usted posee un admirable libro de cocina, cierto; pero, vacia la +despensa, ?de que pueden servirle sus excelentes formulas culinarias?"] + +[Nota 223: Como _ropa_, segun una de las acepciones que registra +Covarrubias, es "la vestidura suelta que traemos sobre la que esta +cenida y junta al cuerpo", llamose _ropa_, especialmente, a la talar, y +_plazas de ropa_ a los oficios o puestos en que se vestia toga o +garnacha. Quevedo, en una de sus jacaras (Musa V), jugando de los verbos +_bogar_ y _abogar_. + + "Por buen supuesto te tienen, + pues te envian a _bogar; + ropa_ y _plaza_ tienes cierta, + y a subir empezaras." + +Y _ropas_, a secas, se llamo tambien a los oidores, como se echa de ver +por otra jacara de Quevedo, en que dice un jaque encarcelado: + + "Porque no pueda salir, + me engarzaron en las cormas, + y siempre mandan que siga: + ?Quien entendera las _ropas_?"] + +[Nota 224: El senor Bonilla, despues de recordar con Covarrubias que +_pastel_ se dijo de _pasta_, y "es como una empanadilla hojaldrada, que +tiene dentro carne picada o pistada", anade: "Los habia de a real, de a +cuatro, de a ocho, de a medio real, etcetera." Y don Americo Castro, +anotando en la _Vida del Buscon,_ de Quevedo (pag. 89 de la edicion de +_Clasicos Castellanos_), aquel pasaje en que dice: "pero yo entiendo que +los pasteleros desta tierra nos consolaran, acomodandole a [un ahorcado] +en los de a cuatro", comento: _"los de a cuatro_: pastel de a cuatro +reales." El senor Bonilla, antes de revisar en las pruebas su nota, pudo +hacerse estas preguntas: "?Como un avariento, por ahorrar, habia de +gastar cuatro reales en un pastel para su comida?" Pues ?no era el +pastel, segun el invocado Covarrubias, "refugio de los que no pueden +hazer olla?" Y el costo de la olla aun para dos personas, que no para +una, ?llegaba, ni con mucho, a _cuatro reales_? La Gerarda de _La +Dorotea_ de Lope (acto V, escena II), teniendo convidada, gastaba en su +olla: "una libra de carnero, catorze marauedis; media de baca, seis, son +veinte; de tozino, vn quarto, otro de carbon, de peregil y cebollas dos +marauedis, y quatro de aceitunas, es vn real cabal": ?habia, pues, de +gastar el avariento cuatro reales en un pastel para si solo, cuando, +aunque se considere que _La Dorotea_ se refiere a tiempo muy anterior al +en que se alteraron los valores de la moneda de vellon, al escribir +Zabaleta _El dia de fiesta por la tarde_; publicado en 1659, "una libra +de carnero valia once cuartos, y un pan cinco, y media azumbre de vino +siete, veintitres cuartos en junto, o sea once menos que el pastel de +Velez de Guevara?" Y esto preguntado, o parte de ello, la bien +acreditada diligencia del senor Bonilla le habria abierto camino para +averiguar cuanto costaba un _pastel de a cuatro_ en el tiempo en que el +escritor ecijano escribio su novela. + +Pues otro tanto digo del senor Castro, y aun digo mas: que pudo +preguntarme sobre ese punto, como me pregunto sobre muchos otros. Esto, +amen de que buena respuesta tenia en el capitulo XI del mismo libro I de +_El Buscon,_ donde un verdugo, un animero, un mulato y otros sujetos de +esta laya comen, entre todos, despues de algunas cosas de bodegon, +"cinco _pasteles de a cuatro_. ?Habian de gastar _veinte reales_ en el +postrecillo...?" + +No, ciertamente no eran _de a cuatro reales_ los _pasteles de a cuatro_, +sino de la trigesimacuarta parte de ese valor: eran pasteles _de a +cuatro maravedis._ Con dar un vistazo a los tan socorridos Libros de +gobierno de la Sala de Alcaldes, que se conservan en el Archivo +Historico Nacional, habrian echado de ver los mencionados comentadores +que en 1596 se mando que no se hicieran pasteles y cubiletes _de a doce +maravedis_, y si _de a ocho y de a cuatro_; que en 1642 se trato de que +no se hicieran pasteles _de a ochavo_, y que en 1644 mandaron los +Alcaldes que no se impidiese la venta de cubiletes _de a cuatro +cuartos_. A los que hacian pasteles de _a cuatro maravedis_, por la +misma exigueidad de su precio, no se les podia exigir ninguna golleria, +ni aun siquiera una mediana pulcritud; por eso dijo Quevedo en una de +sus jacaras: (Musa V). + + "Con las manos en la masa + esta Domingo Tiznado, + _haciendo tumbas a moscas + en los pasteles de a cuatro_." + +Y en un romance de la Musa VI hizo decir a un manto plebeyo: + + "Con poco temor de Dios, + pecaba en _pastel de a cuatro, + pues vendi, en traje de carne, + huesos, moscas, vaca y caldo_."] + +[Nota 225: Es uno de los modos de decir que quiso desterrar Quevedo +en la _Prematica que este ano de 1600 se ordeno_...: "... _no tiene a +nadie en lo que pisa_."] + +[Nota 226: Eliptico: _no sea que nos embarguen_, quiere decir.] + +[Nota 227: _Los unos de los otros_, como tambien lo dice Correas en +su _Vocabulario de refranes_..., pag. 421 b, y _no los unos y los +otros,_ como malamente se suele enmendar ahora. Lope de Vega, en el acto +II de _El Caballero del Sacramento_, explica bien el sentido del refran: + + "DORISTA. Leerla quiero, por ver + en mi desdicha un proverbio. + _(Lee:) "Todos somos locos, + los unos de los otros."_ + iQue discretamente dice! + Unos por otros hacemos + disparates y locuras; + todos andamos sin seso, + ya los padres por los hijos, + ya los deudos por los deudos, + ya las damas por sus cuyos, + ya por las damas sus duenos."] + +[Nota 228: _Sobrepelliezes_, dice la edicion original, sin duda por +errata.] + +[Nota 229: Este _donde_, equivalente a _de manera que_, quizas no se +entendera bien por quien ignore que esta dicho a la andaluza, tal como +alguna vez lo uso Cervantes: "Venida la noche, cenara con el Rey, Reina +e Infanta, _donde_ nunca quitara los ojos della, mirandola a furto de +los circunstantes...." (_Quijote_, I, 21).] + +[Nota 230: _Actos positivos_ son, como dice el _Diccionario_ +academico, los "hechos que califican la virtud, limpieza o nobleza de +alguna persona o familia". Para las pruebas, por ejemplo, de limpieza y +nobleza en lo escolar, tres _actos positivos_ hacian cosa juzgada, segun +la _Nueva Recopilacion,_ leyes XXXV-XXXVII, tit. VII, libro I.] + +[Nota 231: Segun Covarrubias (art. _torcuelo_), "los que saben de +cetreria dizen que comunmente la cria de los acores es de tres pollos: +los dos primeros se llaman primas y son hembras, y grandes de cuerpo; y +el _torcuelo_ es menor que ellas y es macho. Dixose _torcuelo_, quasi +tercuelo, por ser tercero en orden...." Velez de Guevara dice +figuradamente _caballero torzuelo_, indicando su baja condicion.] + +[Nota 232: Paginas atras quedo nota acerca de una frase parecida a +_con los mios me haga Dios bien_.] + +[Nota 233: Este verso esta impreso a renglon corrido, como prosa, en +la edicion original.] + +[Nota 234: Refierese don Cleofas a su tocayo el Leandro amador de +Hero y al soneto de Garcilaso que comienza: + + "Pasando el mar _Leandro el animoso, + en amoroso juego todo ardiendo_....". + +soneto que, en efecto, figura en las diversas ediciones de _Las Obras de +Boscan y algvnas de Garcilaso de la Vega, repartidas en qvatro libros_, +fol. 121 de la de Anvers, Martin Nucio, 1556, que es la que poseo.] + +[Nota 235: Eliptico: _merced de un habito,_ quiere decir.] + +[Nota 236: _Salicio y Nemoroso_, como es sabidisimo, son los +interlocutores de la mas famosa de las eglogas de Garcilaso.] + +[Nota 237: Por aqui se averigua que don Cleofas, como de el se dijo +en el tranco I (15, 2)[63], era _hidalgo a cuatro vientos_, sin otro solar +que el muy conocido de los versos de Salicio y Nemoroso.] + +[Nota 238: _Pedir las pajaritas del aire_ es una frase de +encarecimiento equivalente a _pedir gollerias._ Espinel, en su _Satira +contra las damas de Sevilla_, tratando de las doncellitas de su tiempo: + + "Luego les duele el higado y el bazo; + luego _piden las paxaras del ayre_...." + +Esta frase llego a hacerse tan enfadosa, por lo repetida, que don +Francisco de Quevedo la proscribio en su _Prematica_ de 1600: "Quitanse +por nuestra prematica los modos de decir siguientes: _... las pajaritas +que vuelan_...."] + +[Nota 239: Tambien solian pedir _el fenix empanado_, o cosas poco +menos imposibles, bien que por broma y regodeo, los que comian en ventas +y mesones. A los ejemplos que transcribe el senor Bonilla podrian +anadirse otros, este, verbigracia del _Entremes de los invencibles +hechos de Don Quijote de la Mancha_, compuesta por Francisco de Avila, +publicado en 1617, y reimpreso en 1905 con prologo y notas de don Felipe +Perez y Gonzalez: + + "MUJER. Estanme echando todos bernardinas, + pidiendome imposibles por momentos. + + VENTERO. ?Que os piden, por mi vida? + + MUJER. Disparates: + los atomos del sol, _el ave fenix,_ + y la leche de todas las cabrillas + + VENTERO. ?No veis, mujer, que aqueso es regodeo, + y siempre se acostumbra por las ventas + echar pullas a todos?"] + +[Nota 240: _Regoldano_ se dice del fruto del castano silvestre, a +diferencia del que da el injerto, que es mejor. Velez aplica estos +adjetivos al hechicero en sus respectivas cualidades de astrologo y +nigromante.] + +[Nota 241: Alude Velez a algunos pasajes biblicos, tales como estos: +_"Adprehendens autem David vestimenta sua scidit, omnesque viri qui erant +cum eo_ (II _Reyes_, I, 11).--_Quae cum audisset Ezechias rex, scidit +vestimenta sua_...." (II _Reyes_, XIX, 1).] + +[Nota 242: El _besar las manos_ era obligado principio en todo +mensaje verbal. Asi comienza el suyo a don Quijote, en la cueva de +Montesino (II, 23), la companera y emisaria de Dulcinea: "Mi senora +Dulcinea del Toboso _besa a vuesa merced las manos_, y suplica a vuesa +merced se la haga de hacerla saber como esta...."] + +[Nota 243: El senor Bonilla corrige _comission_ donde la edicion +principe dijo _comisson_, y no corrige, cuatro palabras despues, +_comissionario_ donde la propia edicion dice _comissonario_.] + +[Nota 244: _Demonios a las veinte_, como _correos a las veinte_, que +eran los que habian de andar veinte leguas cada veinticuatro horas. En +el pleito entre Salvador de Toro y Pedro de Isunza, proveedores de las +galeras reales, hay una certificacion de Diego de Ruy Saenz (Puerto de +Santa Maria, 8 de marzo de 1593) referente a haber despachado "tres +correos, los dos a la ciudad de malaga y el otro a la villa de madrid, +_a las veynte leguas"._ (Archivo General de Simancas, Expedientes de +Hacienda, leg. 516.)] + +[Nota 245: Que _la mula de Linan_ es el aire, no ofrece duda; pero +?cuando y por quien se dijo esta frase? Esto es lo que habia que +averiguar, y ni Duran, ni Perez y Gonzalez, ni Bonilla, ni yo, hemos +tenido la fortuna de ponerlo en claro.] + +[Nota 246: _Vara alta_, esto es, _derecha, vertical_, quiere decir +_autoridad, poder, jurisdiccion._ Alli donde los investidos de autoridad +dejaban de tenerla, soltaban o _bajaban las varas_. Esto ocurrio al +entrar Felipe II en Portugal, segun refiere Isidro Velazquez en _La +entrada qve en el reino de Portvgal hizo la S.C.R.M. de don Philippe, +invictissimo Rey de las Espanas, segundo deste nombre_.... (Lisboa, +Manuel de Lyra, M.D.LXXXIII), fol. 70: "Prosiguiose el camino, y a la +llegada de vn rio, mojonera o diuision de los terminos de los Reynos, +salio orden que los ministros de justicia Castellana _baxassen las +varas_, o no las traxessen...."] + +[Nota 247: En los siglos XVI y XVII se solia llamar _figones_ a los +que despues se llamo _figoneros_, dejando aquel nombre para sus +bodegones o fondines. Por un acuerdo de la Sala de Alcaldes pregonado a +18 de mayo de 1595, se mando que se notifique "a los que guisan de +comer, que llaman _figones_" que no diesen de comer a las personas que +fuesen a sus casas, ni manjar blanco, ni tostadas, ni pastelillos, ni +otras cosas dulces. (Archivo Historico Nacional. Libros de gobierno de +la Sala de Alcaldes, tomo II, fol. 47.)] + +[Nota 248: Como advierte el senor Bonilla, "el Infante don Pedro de +Portugal recorrio, no las _siete_, sino las _cuatro_ partidas del mundo. +Asi lo dice el mismo titulo de la obra famosa donde se relatan sus +andanzas: _Libro del infante don Pedro de Portugal, que anduvo las +quatro partidas del Mundo_ (Caragoca, Juan Millan, 1570)." ?Por que, +pues, dijo el vulgo ser _siete,_ y no _cuatro_, las tales _partidas?_ +Probablemente, segun observe en otro lugar, por contaminacion de esa +frase con el nombre de nuestro celebre codigo _de las Siete Partidas_.] + +[Nota 249: Estas palabras patentizan que aun en el segundo tercio +del siglo XVII perduraba con su renombre, si bien llamandose _de la +Sevillana_, aquel celebre _meson del Sevillano_ que inmortalizo +Cervantes haciendole lugar de la accion de _La Ilustre fregona_. Veanse +las noticias que acerca de esta posada di ha poco en el prologo de mi +edicion critica de la mencionada novela cervantina. (Madrid, 1917.)] + +[Nota 250: _Por miedo que conspiren_, diriamos hoy, omitiendo ese +_no_ que en realidad redunda, pero que antano se usaba con los verbos +que significan temor, como note en diversos lugares del _Quijote_ (II, +80, 15; III. 59, 24; 144, 12; 217, 8; IV, 50, 1; 126, 15, etc.).] + +[Nota 251: El senor Bonilla puntuo asi este pasaje: "... a otras +diligencias, deste modo por sobornar...." En la edicion principe no hay +coma alguna despues de la que sigue a la voz _esguizaros_, hasta otra +que sigue a las palabras _contra mi_. Creo que el verdadero sentido +requiere esa coma donde la he puesto: dice el Cojuelo que regresara por +Suiza _a otras diligencias deste modo,_ o sea, parecidas a la ya +indicada de hacer degollar a los hermanos del Gran Turco.] + +[Nota 252: _"Mearle la pajuela_--dice Covarrubias--; genero de +desafio que usan los ninos vnos contra otros." Correas, en su +_Vocabulario de refranes y frases proverbiales_, publicado por la +Academia Espanola en 1905, explica la frase de esta manera (pag. 618 +_b_): "Vsaban los muchachos luchar, y a las tres caidas, el vencedor +_cogia una pajuela_ del suelo _y la meaba_, y con ella daba por la boca +al vencido sin que lo viese, y de este modo le afrentaba, y asi en otras +cosas." Pero tal frase tiene, ademas del significado natural, otro +figurado, mas usual, que definio asi el _Diccionario_ de autoridades: +"Aventajarse, sobresalir y exceder a otro en la ejecucion de alguna +cosa", y este, como nota el senor Bonilla, "es el sentido de la frase en +el pasaje del _Cojuelo"._ E igualmente en los siguientes versos de Lope +(_Los novios de Hornachuelos_, acto III): + + "EL REY. ?Sois los novios mal contentos + que celebra este lugar? + Llegad. No, no tengais miedo. + + BERRUECO. Somos, senor; pero sepa + que hay otros dos en el pueblo + que _nos mean la pajuela_, + pues somos los dos con ellos + paloma y palomo...."] + +[Nota 253: Con esto de _la jerigonza critica_ alude Velez al +culteranismo; a la _culta latiniparla_, como llamo Quevedo al +vocabulario que usaron Gongora y sus secuaces.] + +[Nota 254: Aristoteles decia que la belleza es _una carta de favor_, +y dona Isabel la Catolica, que "el hombre de buena cara lleva consigo +_carta de recomendacion_ para cualquier cosa que emprendiere".] + +[Nota 255: Claro que estos brindis eran _por las damas y los amigos_ +de los que brindaban y no por los del Rey.] + +[Nota 256: Dije en mi conferencia acerca de _El yantar de Alonso +Quijano el Bueno_ (Madrid, 1916), pag. 32: "...Pero lo mas usado era +acabar de comer con aceitunas", de donde se dijo: _llegue_, o _llego a +las aceitunas_, para significar que se llego tarde a algun convite o +reunion. El acabar de comer con este postre se menciona con frecuencia +en nuestros libros del buen tiempo: Don Antonio Hurtado de Mendoza, en +el _Entremes del Examinador micer Palomo_: + + "VALIENTE. Yo he tenido quinientos desafios; + he hecho sobre el duelo dos comentos; + seiscientos antuviones he pegado + y he renido cien veces en ayunas. + + MR. PALOMO. ?Que fuera _al fenecer las aceitunas_...?" + +Y por lo que hace al _palillo_, dije en la citada conferencia que "entre +los abuelos de nuestros tatarabuelos era el _palillo_ o mondadientes +obligado postre ultimo de toda comida; tanto, que entre gente hidalga el +comer podia faltar, y aun faltaba, en efecto, muchas veces; pero el +_palillo_ no".] + +[Nota 257: En el _Quijote_ (II, 44), apenas se hubo partido Sancho +para su insula, "cuando don Quijote sintio su _soledad_", y de esta +_soledad_ dije en las notas de mi edicion critica de la inmortal novela +de Cervantes lo que, aunque esta peque por harto extensa, voy a +transcribir: "Sintio, no la _soledad en que_ le habia dejado Sancho, +como entendio malamente Unamuno, sino la _soledad de el;_ la _soledad +con que_ lo habia dejado; que aqui _soledad_ no significa "falta de +compania", sino "pesar que se siente por la ausencia de una persona, y +deseo de volverla a ver". Esta _soledad_ es, ni mas ni menos, la +_saudade_ portuguesa que en todo tiempo han pretendido imponernos los +que ignoraban que aca la teniamos castellana, tan rancia, a lo menos, +como la de nuestros vecinos. Veanse algunos ejemplos: + +"De _sentir soledad_ de una persona o cosa, como en el lugar que anoto. +Rivadeneyra, _Flos sanctorum_, en la Ascension del Senor.... "Los +apostoles tambien sentian la huerfanidad de tal padre, _la soledad de +tal maestro_, de tal pastor y de tal capitan, especialmente viendose +entre tantos y tan crueles enemigos." Lope de Vega, en el acto I de _El +Animal de Hungria:_ + + "TEODOSIA. Rezien casada, y venida + a Ungria de Ingalaterra, + _senti soledad notable + de mi tierra_ en tierra agena." + +"Lo mismo _tener soledad de_. Un cantarcillo del siglo XV: + + "Aldea donde naci, + _soledad tengo de_ ti." + +"En el capitulo cxxvij del libro primero de _Don Clarian de Landanis,_ +fol. clxxxiiij: "_Teniendo_ [Gradamisa] gran _soledad_ de su buen amigo +don clarian, dio vn sospiro y dixo consigo...." Don Felipe II, en carta +escrita en Lisboa a 16 de abril de 1582 (Gachard, _Lettres de Philippe +II a ses filles....):_ "Y de lo que mas _soledad he tenido es del cantar +de los ruisenores,_ que ogano no les he oydo, como esta casa es lexos +del campo." + +"Tambien se decia _hacer soledad_ una persona o cosa, en equivalencia de +apesadumbrar por su ausencia o falta. Santa Teresa, en carta a fray +Jeronimo Gracian (Avila, 10 de junio de 1579): "iOh, que _soledad me +hace_, cada dia mas, para el alma estar tan lexos de vuestra +paternidad...!" En carta autografa de _Margareta_ (dona Margarita de +Austria) al rey don Felipe III (11 de octubre de 1599) deciale: "Senor, +no puedo dejar describir a V. Md. para pasar con algun consuelo la +_soledat q me ase_, q con aber tan pocas horas q se fui V.M. me parice q +a mil anos...." + +"Muchos portugueses, y aun algunos espanoles, verbigracia, don Adolfo de +Castro en su _Himno a una palabra_ (apud _Estudios practicos de buen +decir y de arcanidades del habla espanola,_ Cadiz, 1880, pag. 293), han +querido y creido que nuestra _soledad_ no signifique enteramente lo que +la _saudade_ lusitana, o por lo menos, que sea mera traduccion de esta, +afirmaciones contra las cuales protesto nuestro espanolisimo Menendez y +Pelayo _(Origenes de la Novela_, tomo I, pag. CCXXI) en estas palabras: +_"Soledad,_ en el sentido de melancolia que se siente por la ausencia de +una persona amada o por el recuerdo del bien perdido, es palabra tan +legitimamente castellana como es portuguesa _saudade_; se ha usado en +todos los tiempos, da nombre a un genero especial de cantares andaluces, +y nuestro _Diccionario_ academico consigna esta voz como de uso +corriente." Y en las _Adiciones y rectificaciones_ del mismo tomo (pag. +DXXVI) inserto la notable carta, ya publicada en la _Revue Hispanique_ +(1901), en que don Juan de Silva, portugues de origen, sostuvo y +demostro que nuestra _soledad_ expresa tanto y aun mas que la _saudade_ +de nuestros vecinos. + +"?Se usa aun hoy en tal acepcion la palabra _soledad_? En Espana no +recuerdo haberla oido; pero en Colombia todavia llaman _soledades_ a los +pesares amorosos causados por la ausencia. Vease una linda copla popular +de Casanare, publicada por fray Pedro Fabo del Corazon de Maria, +cultisimo agustino recoleto, en su interesante libro intitulado _Idiomas +y etnografia de la region oriental de Colombia_ (Barcelona, 1911), pag. +228: + + "Emprestame tus ojitos + para completar dos pares; + que con los mios no puedo + llorar tantas _soledades_."] + +[Nota 258: Para el lexico de la Academia, _quedarse como un +pajarito_ significa "morir con sosiego, sin hacer gestos ni ademanes." +Sea eso; pero sea tambien _quedarse muy dormido_, como en este lugar del +texto, y asi, dije en las _Mil trescientas comparaciones populares +andaluzas_ (Sevilla, 1899), paginas 104 y 105: _"Se queo como un +pajarito...: Dormido,_ y mas a menudo, _muerto_; del que se duerme +profundamente tambien se dice: _Se queo frito_ o _fritito_."] + +[Nota 259: Suplo un _las_ que falta en el texto original, por +omision mecanica de una de dos silabas iguales e inmediatas.] + +[Nota 260: Con lo de _Adanes del baratillo_ quiza se referiria Velez +a alguna tienda de baratijas en que se vendiesen figurillas de barro, y +entre ellas la de nuestro primer padre.] + +[Nota 261: "Alusion--como dice el senor Bonilla--a unos zapatos de +cuero." Eran famosos los cueros curtidos en Fregenal de la Sierra, por +lo cual, en una jacara de Quevedo, refiriendose a _la penca_ o azote del +verdugo, dice Lampuga a la Perala: + + "Mas me cuestas de pregones + y _suela de Fregenal_ + que valen seis azotados + si los llegas a tasar."] + +[Nota 262: _De grana de polvo,_ es decir, tenida con el polvo de los +gusanillos que llaman _grana_. Tambien decian, a secas, _tenido,_ o +_tenida, de polvo_. Entre los regalos que los padres trinitarios de la +Redencion de cautivos hicieron al Rey de Argel en 1591 figuraba "una +manta fracada de la marca maior _tenida de polvo_, con su franxa de oro +y seda", que habia costado 19.550 maravedis. (Archivo Historico +Nacional, Libros de la Orden Trinitaria, 121 _b_, fol. 50 vto.)] + +[Nota 263: _Severo_, en su acepcion de _grave, serio, mesurado_.] + +[Nota 264: Dice de las comedias de este loco que _se las habian +apedreado como vinas,_ recordando la frecuencia con que el pedrisco dana +los vinedos.] + +[Nota 265: _Menalao_, por _Menelao_, no es errata; solian decirlo +asi, por asimilacion de vocales. Francisco Santos, en _Los Gigantones en +Madrid por de fuera_, apud _Obras en prosa y verso_..., tomo I, pag. +396: _"A Menalao_, por aver entrado en su casa Paris...."] + +[Nota 266: La _Casa del Nuncio_ llamaban al hospital de dementes de +Toledo, porque lo fundo, a fines del siglo XV, un nuncio apostolico +llamado don Francisco Ortiz. Tambien solian llamarlo _el Nuncio_, a +secas, y por las celdas o jaulas en que se encerraba a los locos +furiosos, _los alberguillos de Toledo_.] + +[Nota 267: _Cual tenga la salud_, es decir, _mal_. Era corriente +esta comparacion imprecatoria. Vease algun ejemplo. Lope de Vega, en el +acto II de _El Caballero de Illescas_: + + "ROBERTO. ...Y tengo gracia en hacer + versos, que canto a un laud. + + JUAN. _Cual tengais vos la salud_ + todo eso debe ser."] + +[Nota 268: Parece que debiera decir: _fue tal_....] + +[Nota 269: En mis notas al _Quijote_ (VIII, 56, 10) explique por que +debe escribirse _iCierra, Espana!_, y no _iCierra Espana!_, como +generalmente se estampa y se dice. _Espana_ en esta locucion es un +vocativo, y exclamar _iCierra, Espana!_ equivale a exclamar: _iEspana, +cierra_, o _faja, con los enemigos_!] + +[Nota 270: Exaltarse los poetas hasta el punto de tomar sus +imaginaciones por realidades y parecer locos, nunca fue cosa harto rara: +ya decia de Horacio su siervo: _"Aut insanit homo, aut versas facit_." +Ni fue raro tampoco el exagerarlo festivamente nuestros escritores. +Perez de Montalvan, en la jorn. I de _No hay vida como la honra_. + + "TRISTAN. Senor, mi amo es poeta + y los tales, cuando escriben, + mudan mas de cuatrocientas + caras en una hora sola; + porque, si es de cosa tierna, + se retozan ellos mismos, + se miman y se gorjean; + si de guerras se ensayonan, + se encolerizan y emperran + de manera, que tal vez, + llevados de aquella idea, + encasquetando el sombrero, + al primero con que encuentran, + como si fuera de Holanda, + de Francia o Inglaterra, + diciendo: "iSantiago, a ellos! + "iCierra, Espana! iTodos mueran!", + le dan dos o tres punadas, + o le quiebran la cabeza."] + +[Nota 271: _El basilisco de Malta_ debio de ser, como conjetura el +senor Bonilla, nombre vulgar de una pieza de artilleria que tuviese la +Orden de San Juan en la isla de Malta.] + +[Nota 272: _Alojaron_, refiriendose a _compania,_ que, como _gente, +manada_, y los demas nombres colectivos, puede concertar, por silepsis, +con un adjetivo o verbo en plural, cuando concurren los dos requisitos +que menciona Bello en el Sec.818 de su _Gramatica,_ anotada por Cuervo +(pag. 215 de la edicion de 1908).] + +[Nota 273: Por _legumbre_ ha de entenderse aqui, aunque +impropiamente, cosas arrojadizas de huerta, como tronchos, pepinos, +nabos, etc. Las comedias de Cervantes--el lo dice--"se recitaron sin que +se les ofreciese ofrenda de pepinos ni de otra cosa arrojadiza". Y con +lo de _edificio_ alude Velez, como supone el senor Bonilla, a _cascote_ +o _escombros_.] + +[Nota 274: _A pleito de tenuta_, o sea a pieza de autos judiciales +tan abultada como solian ser las en que se trataba de la tenuta o +posesion provisional de las rentas y frutos de un mayorazgo en litigio.] + +[Nota 275: Puigblanch, en sus _Opusculos gramatico-satiricos_ (tomo +1, pag. 30), sostiene fundadamente que, contra lo que creyeron muchos +autores, el _Paladion_ no fue el caballo de Troya, sino una pequena +imagen de la diosa Palas.] + +[Nota 276: "_Armado de punta en blanco_ quiere decir armado de pies +a cabeza, con todas las piezas de un arnes, y las demas armas defensivas +y ofensivas, desnudas, a punto y guisa de acometer y pelear." (Correas, +_Vocabulario de refranes_..., pagina 31 _a_).] + +[Nota 277: El socorrido expediente de hacer de pasta las duenas que +faltaran para completar el numero de once mil parece reminiscencia de lo +que cuenta Cervantes (_Quijote,_ II, 48) de aquella senora "de quien se +dice que tenia dos duenas de bulto con sus antojos y almohadillas al +cabo de su estrado, como que estaban labrando, y tanto le servian para +la autoridad de la sala aquellas estatuas como las duenas verdaderas".] + +[Nota 278: Tambien Quevedo llamo _sabandijas_ a las duenas, pues +hizo decir a una del gremio (Musa VI): + + "Fue Dios servido despues + de que yo me convirtiese + en _sabandija_ tocada, + en un lechuzo de _requiem."_ + +En ranas dijo el mismo autor, en _Las Zahurdas de Pluton,_ haberlas +visto convertidas: "Asi supe como las duenas de aca son ranas del +infierno, que eternamente como ranas estan hablando, sin ton y sin son, +humedas y en cieno, y son propiamente ranas infernales; porque las +duenas ni son carne ni pescado, como ellas. Diome grande risa el verlas +convertidas en _sabandijas_ tan pierniabiertas...."] + +[Nota 279: _Oyones_, dicho en tono festivo por _oyentes_.] + +[Nota 280: _Saber_, o _entender, poco de filis_, frase que falta en +el _Diccionario_, significa no ser capaz de ciertas delicadezas o +finuras. Calderon, en la jorn. II de _Guardate del agua mansa_: + + "D. TORIBIO. Pues de mi cuidado + ?en que estriban los desvelos? + + EUGENIA. Preguntadselo a los cielos, + a los astros y a los hados, + que no inclinan mi albedrio. + + D. TORIBIO. Pues en algo esta el busilis. + + EUGENIA. En que vos no teneis _filis_ + para ser esposo mio." + +Picado don Toribio por esta expresion, aun sin entenderla, dice poco +despues a don Alonso: + + "Y para que se averiguee + si los hombres como yo + tienen o no tienen _filis_, + por no obligarme a retarla + en extranjeros paises, + haced que me compren luego + cuantos _filis_ sean vendibles, + y cuesten lo que costaren."] + +[Nota 281: Por analogia con las _encamisadas_ a que se refieren los +diccionarios, llama Velez _encamisada_ a los sujetos que acudieron a las +alarmantes voces del Poeta; bien que si los mas de ellos estaban "hechos +Adanes del baratillo, poniendo las manos donde habian de estar las hojas +de higuera", mas podia llamarse _descamisada_ que _encamisada_ a su +junta o reunion.] + +[Nota 282: _Mediar el caso_, como _mediar la causa_ (_Quijote_, I, +46), y _mediese la partida_ (II, 26).] + +[Nota 283: Se refiere a un ejemplar de alguna de las diversas +ediciones que antes de mediar el siglo XVII se habian hecho del _Arte +poetica espanola_ de Diego Garcia Rengifo, publicada a nombre de Juan +Diaz Rengifo, y cuya edicion principe es de Salamanca, Miguel Serrano de +Vargas, 1592.] + +[Nota 284: "_Omenaje_ tanto quier dezir--segun la ley V, titulo XXV +de la partida IV--como tornarse ome de otro, e fazerse suyo por darle +seguranca sobre la cosa que prometiere de dar o de facer, que la +cumpla." Se hacia _pleito homenaje_ metiendo la mano derecha, o las dos +manos, entre las del que lo recibia, y jurando hasta tres veces cumplir +aquello a que se obligaba. Vease, por ejemplo, un pleito homenaje tan +ecijano como el mismo Velez de Guevara y como el gran poeta Garci +Sanchez de Badajoz, en manos de cuyo padre se hizo. En Ecija, a 20 de +marzo de 1475, ante el escribano Alfon de Aguilar, estando ayuntados en +la casa del cabildo los honrados senores concejo, asistente, alcaldes, +alguaciles, regidores, jurados y caballeros, y presente el comisario +Francisco Velasco, en nombre y con poderes de "la muy alta y muy +esclarecida Princesa, Reyna e senora nuestra senora la Reyna dona +Isauel", habiendo recibido del concejo y el asistente "la fidelidad, +juramento e omenaje que eran tenudos de fazer a la dicha senora Reyna +como primogenita heredera destos Reynos de Castilla y de Leon, e al muy +alto e esclarecido principe don Fernando su legitimo marido, luego el +dicho Comisario en el dicho nombre e por virtud de los dichos poderes +dixo que juraba e juro por el nombre de Dios e de Santa Maria e por las +palabras de los santos evangelios e por la senal de la Cruz, en que puso +su mano derecha, e fizo pleito omenage en manos de Fernan Sanchez de +Badajoz, cauallero fijodalgo, una, dos e tres veces segun fuero e +costumbre de Espana, so cargo del qual prometio e juro en el anima e +persona de la dicha senora Reyna de confirmar e guardar los privilegios +e buenos usos e costumbres e ordenanzas, esenciones e libertades desta +cibdad...." (Archivo Municipal de Ecija).] + +[Nota 285: Esto se cuenta de los Siete Durmientes, de quienes ya +trate en nota del tranco II (59, 16)[182]. Perez de Montalvan, en la +jornada I de _Santo Domingo en Soriano_, se hizo eco de la vulgar +conseja: + + "CHOCOLATE. Si a la venganza saliesen + quantos ay en Soriano, + y lloviera Dios valientes, + con solo un dedo menique, + sin mover essotros nueve, + los arrojara tan altos, + _que quando a baxar bolviessen, + hallassen otra moneda, + como los Siete Durmientes_."] + +[Nota 286: Asemejandolos a los censos, Velez llama _gueespedes al +quitar_ a los hospedados en el meson, porque al ausentarse, dejaban de +ser huespedes, y _gueesped de por vida_ al mesonero, porque lo habia de +ser hasta su muerte. En este pasaje pudo echar de ver don Antonio de +Valbuena que, contra lo que, sin duda ofuscado, defendio en algun +periodico, _huesped,_ como _hospes_ latino, significa, y asi lo advierte +Covarrubias, tanto el forastero que viene a nuestra casa, o a nuestro +pueblo, como el mesonero o el que tiene casa de posadas. En el cap. LIX +de la segunda parte del _Quijote_ ocurren juntas, como en el texto que +anoto, las dos acepciones de esta voz: "iPor Dios--respondio el +_huesped_ (el hospedador)--que es gentil relente el que mi _huesped_ (el +hospedado) tiene!" + +El decir _al quitar_ de cosas extranas a los censos no fue original de +Velez de Guevara: ya se leia en el _Romancero general_ (fol. 257 vto.): + + "Teneys vn custodio falso, + vn Argos astuto artero, + mas velador que velado, + _novio al quitar, como censo_." + +Y en Tirso de Molina, acto II, de _La Villana de la Sagra_: + + "CARRASCO. No hay tal pariente en el mundo + como el dinero en la mano; + este es pariente de veras; + que lo demas es quimeras: + el es padre, primo, hermano. + + D. LUIS. Carrasco, lo propio pienso + que se usa en cualquier lugar. + + CARRASCO. _Hay parientes al quitar_, + _que son de casta de censo_."] + +[Nota 287: En cuanto a la voz _saudade_, vease lo dicho acerca de +_soledad_ en nota del tranco IV (95, 4)[257]. Aqui se ocurrio a Velez usar +el vocablo portugues, corriente en Espana; pero lo mismo pudo decir +_soledad_.] + +[Nota 288: El refran dice: _De amigo a amigo, chinche en el ojo_, y +ensena que no es discreto confiar en todos los que se nos venden por +amigos. En lugar de _chinche_, algunos dijeron _chiz_ (significando +_agraz_), y otros, _chincha, china, chinilla_ o _chineuela, chispa, +chispe_, etc. _Sangre_ dice el lexico de la Academia.] + +[Nota 289: _Galanteria,_ en la acepcion de _broma_ o _chanza_, no +registrada en los diccionarios.] + +[Nota 290: Parece faltar un _por: y por la amistad_....] + +[Nota 291: Algunos editores corrigieron: _?como te ha ido_...? por +no parar mientes en que el plural del texto es de frecuente uso popular: +_?Como andamos_?, decimos al preguntar a uno por su salud.] + +[Nota 292: No hay montanes que no se tenga por hidalgo: "Montanes, +hidalgo es", dice un refran, que yo supongo inventado por ellos.] + +[Nota 293: Se refiere a la Valtelina, comarca situada entre el lago +de Como y el Adda.] + +[Nota 294: En la edicion principe hay coma despues de la palabra +_infierno_, y tambien despues de _Indias_ en el reclamo del folio 49 +recto, si bien a la vuelta se omitio. El senor Bonilla puntua asi: "... +y este es el juro de heredad que mas seguro tenemos en el infierno; +despues, de las Indias fui a Venecia..."; pero como no ha dicho que +fuese a las Indias, sino a Suiza, muy cercana a Italia y a la Valtelina, +que era italiana, coligese que a tal puntuacion es preferible la mia, +aun siendo mia, maxime cuando con ella es clarisimo el sentido del +pasaje. Y dijo el Diablillo que los suizos y valtelinos eran el mejor +juro de heredad del infierno, _despues de las Indias_, porque estas no +podian dejar de ser campo fertilisimo para aquel, por lo mal que los que +iban alla solian cumplir con sus conciencias. Cabalmente por eso, en el +tranco VIII, dice el Cojuelo, estando en Sevilla: "... y me hallo en este +lugar muy bien, porque alcanzan a el las conciencias de Indias".] + +[Nota 295: _Clarisimo_--dice el _Diccionario_ de autoridades--"es +tambien renombre y titulo honorifico con que en algunas republicas, y +especialmente en la de Venecia, se distinguen algunas familias o sujetos +de conocida nobleza".] + +[Nota 296: _Hablar en_, como en el tranco II, donde quedo nota (50, +5)[165].] + +[Nota 297: Refierese a don Pedro Giron; a aquel a quien, como dijo +Quevedo en un soneto admirable, _falto su patria_, y de quien escribio +Lope de Vega, celebrando su vuelta de Italia (_Vega del Parnaso_, parte +I): + + "Tu solo, claro principe de Osuna, + de las armas de Espana en pie tuviste + la ofendida opinion, y a los gigantes + contrarios a su prospera fortuna, + Jupiter espanol, castigo diste, + y en sus aguas gimieron arrogantes...."] + +[Nota 298: Entre tantos extranjeros como venian a Espana con la +golosa determinacion de catar la miel indiana de que hable en nota del +tranco II (46, 8)[151], los genoveses fueron las mas escondedoras urracas +de nuestro dinero, por lo cual dijo Quevedo de el en una de sus +letrillas: + + "Nace en las Indias honrado, + donde el mundo le acompana; + viene a morir en Espana, + _y es en Genova enterrado_."] + +[Nota 299: _Golfo lanzado_, ablativo absoluto, o _de golfo_, o _a +golfo lanzado_, modo adverbial, son frases italianas, muy corrientes en +Espana en otro tiempo, por nuestra continua comunicacion con Italia. +"_Navigare, o Andare a golfo lanciato, vale Navigare per linea retta, a +dirittura; contrario di Costeggiare." (Vocabolario degli Accademici +della Crusca_, 4.ª ed., Firenze, M.DCC.XXXI.)] + +[Nota 300: Los que venian a Espana desde Genova solian desembarcar +_en Vinaroz_. Asi aquel supuesto conde italiano de Tirso de Molina, en +el acto II de _La Huerta de Juan Fernandez_: + + TOMAS. De Genova me saco + la capitana o sargenta.... + Desembarque en _Vino-arroz_.... + + D.ª PETRONILA. _Vinaroz_ se llama.] + +[Nota 301: _Oviar_, que es _obviar_, escrito como generalmente se +pronuncia: el grupo _bv_ es poco acomodado para labios espanoles.] + +[Nota 302: _Andulucia,_ por asimilacion de vocales, como _purtugues, +munumento, resulucion_, etc.] + +[Nota 303: "La copla integra--nota Bonilla--se lee al final del +_Entremes y baile del Invierno y el Verano_, de Benavente: + + _"Tendre el invierno en Sevilla + y el veranito en Granada_, + en Motril la cana dulce + y en Malaga la patata."] + +[Nota 304: En la edicion principe, _de Durazutan._ Tengolo por +yerro, pues _de Daracutan_ la llama el _Reportorio de todos los caminos +de Espana_ ... de Juan Villuga (Medina del Campo, Pedro de Castro, +M.D.XLVI), en el itinerario de Toledo a Cordoba; y aun llamandola en +otro _venta dalarucatan_, se echa de ver que es errata, por _de +daracutan_ o _de laracutan;_ que tambien pudieron llamarla asi, +convertida la _d_ en _l_, como en _lucho_ por _ducho, litado_ por +_ditado_, etc.] + +[Nota 305: Perez y Gonzalez llamo la atencion acerca del evidente +yerro que hay en el senalamiento de esta distancia. En efecto, segun el +citado _Reportorio_, de Toledo a Cordoba hay veintinueve leguas y media, +que empiezan a contarse asi: + + "a las ventas de diezma ij. m. + a horgaz ij. y media. + a yuenes j. + a la venta guadalerce ij. + a la venta daracutan ij." + +Son, pues, _diez leguas_, y no las _veintidos o veintitres_ que, quizas +por andaluzada, dijo el Cojuelo. Por andaluzada, si no se lo hizo decir +el cajista, porque es de notar que en la edicion principe el numero de +leguas esta en guarismo, y no habria sido dificil leer _22_ o _23_ donde +Velez hubiese escrito confusamente _12_ o _13_.] + +[Nota 306: Sabidisimo es que se llama _portante_ aquel paso de las +caballerias en que mueven a un tiempo la mano y el pie del mismo lado. +Por extension se dice del paso ligero de las personas.] + +[Nota 307: _De si mismos_, porque ningun arco los habia lanzado al +aire, y, con todo, salieron rapidos como saetas.] + +[Nota 308: _Salmorejo_--dice Covarrubias--es "vn cierto genero de +salsa o escabeche con que suelen aderecarse los conejos, echandoles +pimienta, sal y vinagre, y otras especies."] + +[Nota 309: _Lo de las adherencias e incidencias_ es frase escribanil +que solia usarse en las escrituras de poder, expresando que este se daba +no solo para lo principal que era su objeto, sino tambien para sus +_adherencias e incidencias_, o _para todo lo incidente y dependiente_, o +_para todas sus anexidades y conexidades_; que de estas y aun de otras +maneras se decia.] + +[Nota 310: "_ir el nauio a orca_ es--dice Covarrubias--ir recostado +a vn lado para poder tomar el viento que no le viene derecho y assi se +pone la vela diferentemente." De aqui, en sentido figurado, _tener a +orza la testa_, significa, como dice el senor Bonilla, _tenerla +inclinada_.] + +[Nota 311: _Zorra_ es uno de los nombres familiares de la +_borrachera_, de donde, como registra Oudin en su _Tresor_, se dijo +_estar hecho zorra, estre yure_, y _cacar vna zorra, s'enyurer. Tan +zorra,_ pues, es eliptico, por _tan hecho zorra_.] + +[Nota 312: De llamarse _costados_, refiriendose a una persona, a las +lineas de sus abuelos paternos y maternos (_noble por todos cuatro +costados_, etc.), vino a significar por extension _de todo en todo, +enteramente_.] + +[Nota 313: _Con quien vengo, vengo_ es maxima que indica que cada +cual debe seguir el partido de aquel a quien acompana, auxiliandole en +cualquier peligro. Calderon tiene una comedia con tal frase por titulo, +y a cuyo final don Juan, _por venir con quien viene_, llega a renir con +su mismo padre, admirado de lo cual el gobernador de Verona, dice +Vrsino: + + "A aquesto obliga el honor + de quien a campana sale + con otro; que este es precepto + de la ley del duelo." + +El mismo autor en la jorn. II de _Cada uno para si_: + + "D. FELIX. ...Pero si se, pues que se + que la ley del duelo dijo + que yo _con quien vengo, vengo_ + y asi, a don Enrique sigo."] + +[Nota 314: Sobre estas virtudes curativas que se atribuyeron +respectivamente a los reyes de Francia y a los de Espana, debe leerse +una de las _Cartas eruditas y curiosas_ del padre Feijoo, la XXV del +tomo I. "Es hecho constante--dice en ella, y adviertase que la escribia +aun no mediado el siglo XVIII--que a la Corte de Francia concurre de +varias partes gran numero de los que padecen la enfermedad dicha +[lamparones], y que anualmente, el dia de Pentecostes, el Rey +Christianissimo, haviendose confessado y comulgado en el convento de San +Francisco, los toca a todos en la frente, puesta la mano en forma de +Cruz, pronunciando aquellas palabras: _Rex tangitte, Deus sanat te, in +nomine Patris, & Filij & Spiritus Sancti_. En unos autores he leido +_sanat_, en otros _sanet_." Y en cuanto a nuestros reyes: "Sepa mas v. +mrd. que el mismo Gaspar de los Reyes cita no menos que doze autores que +afirman que los Reyes de Hespana gozan la admirable prerogativa de +expeler los Demonios de los cuerpos de los Energumenos; y esto, sin mas +diligencia que ponerse en presencia de ellos." Feijoo dice claramente +que no creia en tales virtudes curativas de los monarcas de alla ni de +los de aca, y, en efecto, o esa virtud se ha perdido, o, lo que es mas +probable, no la hubo nunca.] + +[Nota 315: _Falso_ parece dicho aqui en una acepcion que no +registran los diccionarios. Quiere decir que los extranjeros se sonreian +disimuladamente.] + +[Nota 316: "_Tomar la mano_ se dize--segun Covarrubias--el que se +adelanta a los demas para hazer algun razonamiento." _Quijote,_ I, 29: +"... y aunque luego quisiera el Cura consolarla y aconsejarla, _tomo_ +primero _la mano_ Cardenio, diciendo...."] + +[Nota 317: _Con su Majestad_, eliptico: _comparados con su Majestad_ +ha de entenderse.] + +[Nota 318: Este derramar juncia y poleo ensalzando hasta las nubes +el poder de Espana era muy del tiempo de Luis Velez de Guevara. Quevedo, +en la resena de una fiesta de toros (Musa VI): + + "Iba el Rey nuestro senor + con su talle y con su cara + repitiendo hasta el Hermoso + los Filipes de su casta. + Lleva el Segundo en el seso, + lleva el Tercero en el alma, + y en el Cuarto lleva el Quinto, + en victorias que le aguardan. + Dije (no se si lo oyo): + "Glorioso Leon de Espana, + no tienes para un pellizco + en cien mil fardos de Holandas. + Si en Italia los franceses + ya volvieron las espaldas + a los graznidos de un ganso, + ?donde pararan si bramas?"] + +[Nota 319: Las injurias que profieren el Frances y el Italiano, +aunque espanolizadas un tanto, se entienden facilmente: _bugre (bougre)_ +significa _sodomita; coquin, bergante, belitre; forfante (furfante), +bribon;_ pero ?y _nitesgut?_ iAqui de los diccionarios y de las +conjeturas eruditas! Para el senor Bonilla, en sus notas a la edicion de +1902, _Nitesgut_ era "vocablo que procede de la corrupcion del aleman +_Nichtsgut_, compuesto de _nicht-- _nada, y _gut_ = bueno". Perez y +Gonzalez observo, con su discrecion acostumbrada, lo uno, que +_"iNitesgut!--_o como sea--es una frase ofensiva que Velez de Guevara +pone en boca de un ingles para insultar, seria y airadamente, a su +contradictor"; y lo otro, que "no parece propio que, insultando al +espanolizado diablillo el frances en frances y el italiano en italiano, +tuviera el ingles que recurrir a _inventar_ dicterios alemanes, como si +en su idioma no los hubiera; ni resulta natural que despues de llamarlo +el frances _picaro y sodomita_, y el italiano, _traidor o judio y +bribon,_ el ingles se contentara con decirle: _iNada bueno espanol!,_ +porque esto, despues de aquellos improperios, mas que para encolerizar a +don Cleofas y al diablo y sacarlos de sus casillas, hubiera servido, por +el contraste, para hacerlos destornillar de risa". Hasta aqui iba bien y +rebien mi antiguo camarada y queridisimo amigo Felipe Perez; pero, por +no ser menos que su comentado comentador, quiso, como el, echar su +cuarto a filologias, y creyo sacar en claro que pues _nitty_ significa +en castellano _lleno de liendres_, y _goose_ (lease _gus) mentecato, +"niti gus_ bien pudo convertirse, por obra y gracia del cajista, en ese +_nitesgut_ incomprensible". Ultimamente, al volver al asunto el senor +Bonilla en la edicion de 1910, abandona su aleman de antano y conjetura +que _nitesgut "puede ser_ un vocablo compuesto de _naughty_ = revoltoso, +malvado, y _guest_-- huesped, palabras ambas--anade--que vienen de +perilla al Cojuelo, y que Velez junto, escribiendolas sin ortografia y +atendiendo principalmente al sonido _(noti-guest)"._ + +No entrare yo por terreno donde es tan facil desbarrar como revolver +diversos diccionarios de lenguas que no se conocen, o, lo que suele ser +peor, no se conocen bien; pero si dire, abriendo camino para otros, que +no me parece muy seguro que _nitesgut_, aun puesto en boca de un ingles, +sea locucion inglesa, porque mientras que Castillo Solorzano la hace +decir a _un gabacho,_ Lope la atribuye a _un tudesco_, por cierto +pronunciandola _ni te gote_. Veanse los textos a que aludo, el primero, +de un romance a una mujer roma (apud _Donayres del Parnaso. Segunda +parte_, Madrid, Diego Flamenco, 1625, fol. 26): + + "Si te condenas, bien puedes + fiar tu romanitud + de Lucifer, que ha de hazerte + entre demonios Monsiur. + Y diras mascando brasas + (siendo palo de su flux) + _tan bien como el mas gauacho, + "nitifiston, nites gut._" + +Y Lope, en el acto II de _El Caballero del Sacramento_: + + "CRISPIN. Mucho encubren los vestidos; + mas si me llegan a hablar + ipardiez que yo quedo fresco! + Que solo se _de tudesco_ + esto que llaman _brindar_ + y el tener donde me quepa; + porque _brindis y caraus_, + _Deo gloria et santis laus,_ + no hay nino que no lo sepa. + Como me traten de vino, + dire _"trinque, non denece_", + _y "ni te gote fortece_", + y pasare mi camino. + Y si en alguna ocasion, + tales el tiempo las fragua, + me convidaren con agua.... + + LUIS. ?Que diras? + + CRISPIN. _"Niti fiston."_ + +Con todo esto, Velez, a no dudar, tenia por inglesa la injuriosa +expresion _nitesgut_ o _nitis gut_, pues alterandola festivamente, la +habia empleado como tal muchos anos antes de escribir su novela, en un +soneto que compuso _cuando le nombraron portero del de Gales_ (1623), +soneto que descubri en el Ms. 3796 de la Biblioteca Nacional y publique en +1908 en la _Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, con otras +poesias autobiograficas del mismo autor. Dice el ultimo terceto: + + "No tengo a _nitis brut_ por buen lenguaje; + saqueme Dios desta empanada _inglesa_, + y deme para Espana buen viaje."] + +[Nota 320: Alude el autor satiricamente a los habitos sodomiticos, +antano muy extendidos en Italia, por lo cual, en 1578, habia dicho +Vicente Espinel en su _Satira contra las damas de Sevilla_, despues de +pintar muy al vivo a un mozuelo melifluo y alcorzado: + + "Todo el negocio va _por lo de Italia_. + iVolved, oh juventud barbara y ciega, + a aquel antiguo ser de la Vandalia!" + +A la cuenta, don Pedro Francisco Lanini recordaba este pasaje de _El +Diablo Cojuelo_ cuando, al tratar de los disciplinantes en el _Entremes +de la Tataratera_, hace decir a dos de sus interlocutores: + + "ITALIANO. En la Italia no azotamo + en la antifona. + + COSME. _Es que pagan_ + _por donde pecan_."] + +[Nota 321: Toda esta reyerta con unos extranjeros es, como advirtio +Perez y Gonzalez, reminiscencia e imitacion de un pasaje quevediano de +_La Hora de todos y la Fortuna con seso_: "Venian tres franceses por las +montanas de Vizcaya a Espana, el uno con un carretoncillo de amolar +tijeras y cuchillos por babador, el otro con dos corcovas de fuelles y +ratoneras, y el tercero con un cajon de peines y alfileres. Topolos en +lo mas agrio de una cuesta descansando un espanol que pasaba a Francia a +pie, con su capa al hombro. Sentaronse a descansar a la sombra de unos +arboles: trabaron conversacion." Departen largamente, y en la platica +sale a relucir el sanar de lamparones el Rey de Francia, y al cabo los +cogio _la hora_ y desatinando la colera al espanol, dijo: "Los demonios +me estan retentando de mataros a punaladas, y abernardarme, y hacer +Roncesvalles estos montes. Los _bugres_, viendole demudado y colerico, +se levantaron con un zurrido _monsiur_, hablando galalones, pronunciando +el _mon diu_ en tropa, y la palabra _coquin_". Y enredase gran batahola, +hasta que unos pasajeros los desparten y se llevan al espanol a las +ancas de una mula.] + +[Nota 322: De _Peralbillo_ o _Peroalbillo_, lugar cercano a Ciudad +Real en donde la Santa Hermandad ajusticiaba, asaeteandolos, a los +malhechores, dijo Pedro de Medina en su _Libro de grandezas y cosas +memorables de Espana_ (Sevilla, M.D.xlix, fol. lxxxiij): "Saliendo yo +desta ciudad para Toro, vi junto al camino en ciertas partes hombres +asaetados en mucha cantidad, mayormente en vn lugar que se dize +Peraluillo, y mas adelante en vn cerro alto a donde esta el arca, que es +vn edificio en que se echan los huesos destos asaetados despues que se +caen de los palos...." Por esto ultimo llama Velez _cecinas_ a tales +despojos humanos, anadiendo de _Gestas_, en recuerdo del Mal Ladron.] + +[Nota 323: _Bohemio_, segun el _Diccionario_ de autoridades, era +"especie de ropa o capa pequena al modo de capotillo, que pudo traher su +nombre de la provincia de Boemia". Franciosini, en su _Vocabulario +espanol e italiano_, habia dicho de esta prenda: "un _mantelleto +cortissimo, che in Ispagna soglion portar le donne quando vanno di +fuora_."] + +[Nota 324: Era el _chapin_--segun Covarrubias--"calcado de las +mugeres, con tres o quatro corchos: y algunas ay que llevan treze por +dozena...." Dice Velez _con plata_, porque acostumbraban poner a los +chapines virillas de plata, tan anchas a las veces como indico Tirso en +el acto I de _La Huerta de Juan Fernandez:_ + + "TOMASA. ...No gastara la mulata + manto fino de Sevilla, + _ni cubriera la virilla + el medio chapin, de plata_...." + +Y llego a ser tan general lo de las _virillas de plata_, que los tenian +con tal adorno hasta las cortesanas de medio pelo. Quevedo pinta con +chapines de esta clase a una cortesana ociosa (Musa VI): + + "A la jineta sentada + sobre un bajo taburete, + con su avantalillo blanco + y su vestidillo verde, + en valoncilla redonda + y perlas con brazaletes, + con apretador de vidro + y rizas entrambas sienes, + con herraduras de plata + y faldellin de ribetes...." + +Los chapines se ponian sobre los zapatos; pero, pues yendo las +comediantas en sus jamugas, no los habian de llevar puestos, llevabanlos +_colgando de los respaldares_, como dice el autor.] + +[Nota 325: Refierese a los cuellos que llamaron _valonas_. Los +llevaban estos comediantes en los sombreros, para no ajarlos ni +ensuciarlos por el camino.] + +[Nota 326: Dice festivamente _ciclanes de estribos,_ para indicar +que llevaban uno, y no dos. _"Ciclan_--Dice Oudin en su _Tresor--vn qui +n'a qu'vn testicule, que nous disons leger d'vn grain."_] + +[Nota 327: Asi, _le sirven_, en la edicion original. El senor +Bonilla anadio entre corchetes la _s_ que gramaticalmente falta; yo no, +porque mas bien que a supresion mecanica de una de dos letras iguales e +inmediatas, hubo de deberse esta omision a emplear el _le_ como dativo +de plural, fenomeno sobre el cual, anotando el _Quijote_, llame la +atencion mas de una vez (II, 217, 6; III, 106, I; VII, 329, II, y VIII, +67, 3).] + +[Nota 328: _Representantas_, como lo dijo Lope en el epigrafe de uno +de sus sonetos, mal que pese a los feministas de hoy, que quieren que se +diga _la consejero, la catedratico y_ aun la _maestro_. Cervantes decia +_preguntanta (Quijote,_ II, 62).] + +[Nota 329: _Recalcado_, como adverbio: _recalcadamente_. Otro autor, +no recuerdo cual (quizas Quevedo), llamo _hablar jeringado_ al hablar +asi, y esta muy propiamente dicho, porque denota bien que salen las +palabras premiosamente alquitaradas y como empujadas por el embolo de +una jeringa. _Recalcado_ y _jeringado_, lo mismo que en otras calendas, +siguen hablando hoy los malos comicos, dentro y fuera del teatro.] + +[Nota 330: Los escritores de la ultima moda _(dernier cri_, suelen +decir ellos) omitirian hoy la preposicion y escribirian galicadamente: +"... _que habian robado Lisboa, asombrado Cordoba y escandalizado +Sevilla_, y que _habian de despoblar Madrid_...." Y es lo peor que, como +todo se pega, menos lo bonito, hasta periodicos que siempre blasonaron +de escribir a lo castizo han entrado por la pesima costumbre de +prescindir de esa preposicion en tales casos.] + +[Nota 331: Probablemente seria persona de carne y hueso este +_tundidor de Ecija,_ poeta a ratos. A vivir todavia mi buen amigo +ecijano don Manuel Ostos y Ostos, el, con aquella grande aficion que +siempre tuvo a la historia de su ciudad, buscaria y rebuscaria, hasta +hallar noticias de este autor de loas mencionado por su ilustre paisano +Luis Velez de Guevara.] + +[Nota 332: _Severo_, en la acepcion de _grave, serio, mesurado_, +como y indique en otro lugar (99, 8)[263].] + +[Nota 333: Este verso, que en la edicion original esta impreso a +renglon tirado, como prosa, es del conocidisimo romance de Neron: + + "Mira Nero de Tarpeya + a Roma como se ardia; + gritos dan ninos e viejos, + _y el de nada se dolia."_] + +[Nota 334: _Perdigado_ es, ciertamente, como dice el senor Bonilla +con Covarrubias, "el que esta senalado para hacer alguna justicia del". +Pero, siendo eso, es tambien algo mas: pruebalo el no convenir al +_perdigado_ del texto la definicion del _Tesoro. Perdigarse_ es, +figuradamente, "disponerse a hacer bueno o malo", como dice Correas en +su _Vocabulario de refranes_ ..., pagina 601 _a_, y _perdigar_, segun el +lexico de la Academia, "disponer o preparar una cosa para un fin". Ahora +si se entiende el lugar del texto.] + +[Nota 335: _De alla: de Dinamarca_, dicho ironicamente por alusion a +Oriana, la fiel amada y amante de Amadis de Gaula, a la cual se suele +llamar _la Doncella de Dinamarca_ en la historia de este caballero +andante. Asimismo la recuerda Tomas en _La Ilustre fregona_ de +Cervantes, a proposito de las desenvueltas mozas de la posada del +Sevillano: "iMirad que _doncellas de Dinamarca_ nos habia ofrecido la +suerte esta noche!"] + +[Nota 336: Refierese a Andres de Claramonte y Corroy, famoso +escritor y representante murciano.] + +[Nota 337: En la edicion principe, por errata, _entre los dos_.] + +[Nota 338: _En la legua_, o, lo que es lo mismo, _entre los comicos +de la legua_, a la manera que se decia _en el siglo_ y _en la +religion._] + +[Nota 339: _Amarilis_, nombre con que era conocidisima la celebre +comedianta Maria de Cordoba, mujer de Andres de la Vega, autor de +comedias, es decir, director y empresario de compania.] + +[Nota 340: La expresion es eliptica al par que hiperbolica: quiere +decir que no sabria, no ya representar lo que representaba ella aun con +lo mas humilde: con su zapato; pero _ni mirarlo_ siquiera.] + +[Nota 341: Se refiere, como dice el senor Bonilla, a la comedia del +bizarro ingenio valenciano intitulada _Dido y Eneas_.] + +[Nota 342: Devolviendo una imputacion ofensiva, o rechazando una +exigencia inadmisible, solia y suele anadirse, por enfasis _y tu alma_, +o _y su alma_, bien que no lo registre el _Diccionario_. Veanse algunos +ejemplos. Perez de Montalvan, en la jorn. I de _Santo Domingo en +Soriano_: + + "PIERRES. ...Pero llegate al difunto + y preguntale a que viene. + + CHOCOLATE. _Llegue el frances y su alma_." + +Don Francisco de Leiva, en la jorn. III de _La Dama presidente_: + + "ANGELA. Otro criado.... + + MARTIN. (Aqui entro yo.) + + ANGELA. Que alla tuvisteis declara + lo mismo. + + CESAR. Ese es un borracho. + + MARTIN. _(iTu lo eres y tu alma_!)" + +Nuestro Velez mismo, en _La Sarna de los banquetes_, apud _Flor de +entremeses y sainetes de diferentes autores_ (1657), pagina 20 de la +edicion de Menendez y Pelayo, Madrid, 1903: + + "TARJETA. ?Habra un jarro de agua? + + CRIADO 1.º Y bueno. + + TARJETA. _Pues bebale el y su alma_."] + +[Nota 343: Esta expresion es una de las mas malas de entender que +hay en _El Diablo Cojuelo_, con haber otras muy oscuras y dificiles. Por +lo de Roncesvalles alude a la memorable batalla en que nuestro Bernardo +del Carpio derroto a los franceses y en que murieron los doce pares de +Francia. _Molino del papel_ se llama al edificio donde, para fabricarlo, +se comienza por moler y reducir a pasta los trapos de que se hace. +?Habria _en Roncesvalles_ cuando se escribio _El Diablo Cajuelo_, o poco +antes, algun _molino de papel_? Porque si se averiguara que lo hubo, +seria facil de entender la afirmacion, ya claramente burlona, de que la +venta, a no llegar el Ventero con la Hermandad, habria sido _un +Roncesvalles del molino del papel_; esto es, una parodia de la batalla +de Roncesvalles.] + +[Nota 344: Con la _Hermandad_, o sea con algunos _cuadrilleros de la +Santa Hermandad_, que, como es bien sabido, era una de las _tres santas_ +de quienes se dijo: "Tres Santas y un Honrado traen al Reino agobiado".] + +[Nota 345: _Tantos_, en la acepcion de fichas o pedrezuelas menudas, +propias para senalar los puntos que se ganan en ciertos juegos. Nuestro +autor quiere decir que los jarros, tinajas y platos quedaron hechos +tiestos menudos, tan pequenos como para servir de tantos a los +jugadores. Lo mismo Quevedo, en la primera de sus jacaras (Musa V): + + "Sobre el pagar la patente, + nos venimos a encontrar + yo y Perotudo el de Burgos: + acabose la amistad. + _Hizo_ en mi cabeza _tantos_ + un jarro que fue orinal + y yo, con medio cuchillo + le trinche medio quijar."] + +[Nota 346: Como una parte del producto de los teatros, en Madrid y +en muchos pueblos, se aplicaba al sostenimiento de las casas de +beneficencia, cuando estas mismas no eran propietarias de los coliseos, +y las de la Corte necesitaban siempre esta importante ayuda de costa, +cuidabase de que no faltaran companias, requiriendo de orden del Consejo +de Castilla a tales o cuales comediantes de los que andaban por otras +regiones de Espana, para que acudiesen a Madrid, y hasta despachando +algun alguacil que los condujese. Vea el curioso el citado libro de +Perez y Gonzalez, pags. 87 y siguientes.] + +[Nota 347: Sabido es que de los camaleones cree el vulgo que se +mantienen del aire.] + +[Nota 348: En lo _del mayor Mecenas_ se refiere nuestro autor al +Conde Duque de Olivares, hijo, en efecto, de don Diego Lopez de Haro, +quinto marques del Carpio.] + +[Nota 349: Aunque la edicion principe estampa _gamenosas_, y asi, +dicho de esas mismas dehesas, recuerdo haberlo leido en la comedia _El +amigo hasta la muerte_, de Lope de Vega, ha de leerse _gamonosos,_ de +_gamon (asphodelus ramosas_), planta espontanea por la cual se dijo "Ano +de _gamones_, ano de montones", bien que otros, burlandose del vaticinio +refranesco, lo modifican asi: "Ano de _gamones_, ano de hambrones" (pag. +5 de mi libro intitulado _Los Refranes del Almanaque_; Sevilla, 1896).] + +[Nota 350: Esta fabula de la antigueedad habia sido creida por hombre +de tan buen entendimiento como Ambrosio de Morales, pues dijo en Las +_Antigvedades de las civdades de Espana_ (Alcala de Henares, Juan Nunez +de Lequerica, M.D.LXXV), fol. 32: "De tal manera son celebrados sobre +todos los del mundo [los caballos espanoles], que nadie les sale a la +competencia. No es en ellos encarecimiento fabuloso de nuestros +cauallos, aunque a Iustino le parezca tal, que las yeguas en Portugal y +cerca de Lisboa se emprenauan del viento. Que clara verdad es de Plinio, +que lo pudo ver estando aca, y de Marco Varron, que dize ser cosa +aueriguada, y trae sus conueniencias, para que a nadie parezca estrana +ni impossible. Mas de proposito lo prueua con razones naturales +Columela, y como espanol, que bien lo sabia, lo da por cosa manifiesta, +y en que nadie dudaua.... El potrico que desta prenez nacia sacaua la +ligereza de su padre el viento; mas no era de prouecho, pues jamas +passaua de tres anos."] + +[Nota 351: Los cordobeses llaman _Campo de la Verdad_ al barrio del +Espiritu Santo, unido a lo demas de la poblacion por un antiquisimo +puente de diez y seis arcos bajo el cual corre el Guadalquivir. Cuentase +que tal nombre se origino de una frase dicha por don Alonso Fernandez de +Cordoba en 1367, cuando don Pedro I de Castilla fue sobre aquella +ciudad, auxiliado por el Rey de Granada (Don Teodomiro Ramirez de +Arellano, _Paseos por Cordoba,_ Cordoba, 1873-1877, tomo III, pags. 370 +y siguientes). Por el nombre de este barrio y por otras particularidades +de topografia y nomenclatura local, se dijo festivamente que los +cordobeses tienen _la Verdad en el Campo, la Salud en el Cementerio, la +Caridad en el Potro y el punto en un cuerno_. Esto ultimo se refiere a +un altar llamado _del punto_, inmediato a un gran colmillo de elefante +(cuerno segun el vulgo) que, como simbolo de la fortaleza, pende de la +boveda de una de las naves de la Iglesia Catedral.] + +[Nota 352: Asi el texto en la edicion principe; pero probablemente +falta una palabra: _a la Colonia Patricia_, diria el original, porque +este fue el nombre de la Cordoba romana, segun vemos en sus monedas +autonomas de aquella epoca.] + +[Nota 353: Acerca del significado de _acto positivo_ quedo nota en +el tranco III (83, 4)[230].] + +[Nota 354: Escribi preguntando por este antiguo meson a don Enrique +Romero de Torres, mi docto y amable _paisano_ (porque el es natural de +Cordoba y yo soy cordobes adoptivo), y ha satisfecho mi curiosidad, +comunicandome que por el libro primero de padrones de confesiones de +aquella iglesia catedral (1604-1609) consta que el _Meson de las Rexas_ +era la segunda casa de la calle de la Herreria, hoy num. 83 de la del +Cardenal Gonzalez. Y anadio mi amigo en su carta: "La casa es muy +hermosa y por su aspecto debio de ser uno de los mejores mesones de +aquella epoca; esta situada cerca de la Puerta del Puente y en la via +principal de Cordoba, que era desde esta puerta hasta la que llamaban +Puerta Nueva (que ya no existe), y que constituia la carretera de +Sevilla a Madrid." En el _meson de las Rejas_ solian hospedarse las +companias de comediantes que representaban en Cordoba: alli se alojaban +en 1610 Pedro de Castro y Jeronima de la Fuente, de la compania del famoso +Granados, cuando se desposaron. (Veanse mis _Aportaciones para la +historia del histrionismo espanol en los siglos_ XVI y XVII, Madrid, +1914, pag. 34.)] + +[Nota 355: De la _Corredera_, sita en el barrio de San Pedro, dijo, +entre otras cosas, el citado autor de los _Paseos por Cordoba,_ tomo II, +pag. 105: "Su nombre es el que en general se daba en muchas poblaciones +al punto en que, por su extension, se celebraban los actos mas +concurridos, y en particular las corridas de toros, cintas y canas. +Tiene una superficie de siete mil cuatrocientas noventa y seis varas +cuadradas, es cuadrilonga y mide trescientos sesenta y dos pies de +longitud por ciento treinta y ocho de latitud en la parte inferior, o +sea el Arco bajo, y ciento cincuenta y seis en la superior; los balcones +llegan, en sus tres filas, a cuatrocientos treinta y cinco, y los arcos +de sus portales a cincuenta y nueve...."] + +[Nota 356: Esta _linea_ y estos angulos son terminos de lo que aun +al mediar el siglo XVII se llamaba _nuevo arte de la destreza_, debido +principalmente a los estudios y las obras de Jeronimo de Carranza y don +Luis Pacheco de Narvaez, su continuador.] + +[Nota 357: Alude Velez--como dice Bonilla--al diestro retratado por +Quevedo en su donosisima _Historia de la vida del buscon llamado don +Pablos_. Quevedo, acerrimo enemigo de Pacheco de Narvaez, se burlaba de +su _nueva destreza_; no asi Cervantes, que en el _Quijote_ (II, 19) la +ensalza y hace quedar vencido por ella al bachiller Corchuelo.] + +[Nota 358: Este _pensar_, o _creer_, siempre usado en preterito y +ante infinitivo y equivalente a _imaginar_, es popularisimo en +Andalucia, donde a menudo se oye: "_Pense_ morirme"; _"Crei_ reventar de +risa". Cervantes lo uso con frecuencia en el _Quijote: "Penso_ perder el +juicio" (II, 23); "_me pense_ caer muerta de puro gozo" (II, 52).] + +[Nota 359: Llamaban _espadas negras_, porque tiraban a ese color, a +las de hierro, sin lustre ni corte, que servian para los ejercicios de +esgrima, y a las cuales, a fin de que no hiriesen con la punta, se les +ponian en ella botones de cuero, dichos comunmente _zapatillas_. Tirso, +en el acto II de _La Huerta de Juan Fernandez:_ + + "TOMASA. ...Dele al gusto puerta franca; + quiera bien, que eso me alegra; + ensaye en la _espada negra_ + tretas que logre en la _blanca_."] + +[Nota 360: Dirigia los juegos de esgrima un maestro de destreza, con +un _montante_, o espada grande de dos manos, con el cual, atravesandolo +entre los luchadores cuando era menester, ponia fin a la contienda. +Tambien lo usaba, como dice el texto, haciendo ademan de _barrer los +pies a los mirones_, para que, dando algunos pasos atras, agrandasen la +palestra.] + +[Nota 361: _Aplauso_, equivaliendo a _solemnidad_ o _pompa_, +acepcion no registrada en el _Diccionario_.] + +[Nota 362: El _vellori o vellorin,_ era segun el _Diccionario_ de +autoridades, un "pano entrefino de color pardo ceniciento, u de lana sin +tenir". Velez llama _vellori_ a la pendencia, por alusion al color de +las espadas, a las cuales, seguidamente y por la misma razon, da el +nombre de _mulatas_.] + +[Nota 363: _Cuarto circulo_ es un termino de la destreza, que yo no +he de definir, porque estas y otras voces tecnicas que ocurren poco +despues se encuentran en cualquier diccionario. A estos circulos y a +Pacheco de Narvaez se referia el anonimo autor del _Entremes del +Estudiante_: + + "PEROTE. Rebano y corto en _circulos pachecos_ + varas y plumas como cardos secos."] + +[Nota 364: _Movimiento accidental_ es otro termino de la llamada +pomposamente _esgrima cientifica y filosofia de las armas_.] + +[Nota 365: Dice Covarrubias, en el articulo _tvmba_ de su _Tesoro_: +"Del ilustre linage de los Castillas se cuenta que en el entierro que +tienen en Santa Clara de Valladolid dentro del coro de las Monjas, +quando alguno dellos muere, se oyen muchos golpes que se dan en la tumba +que esta sobre la boueda do se entierran: y cuentan que en cierta +ocasion, despues de auer oido estos golpes passo mas de vn ano que no se +supo quien era muerto, hasta que con vna armada que vino de las Indias +se entendio auer muerto alla vn cauallero de la casa, el mesmo dia que +las Religiosas auian oido los golpes de la tumba...."] + +[Nota 366: Si nuestros periodistas no hubieran olvidado que en +castellano tenemos la palabra _riza_, que significa "destrozo o estrago +que se hace en una cosa", y la frase _hacer riza_, equivalente a "causar +gran destrozo y mortandad en una accion de guerra", es seguro que no +acudirian a cercado ajeno por la palabra _razzia_ ni por la frase _hacer +razzia_, con lo cual lograrian tres cosas buenas: hablar en castellano, +ahorrarse comillas o letra cursiva, y evitar que algun malpensado +sospeche que el decir _razzia_ es indicio de no conocer la palabra +_riza_. ?Ejemplos del uso de este vocablo? Hailos en abundancia; pero +bastame citar dos. Lope de Vega, en el canto VIII de _La Dragontea:_ + + "... y como tero que la frente eriza, + en ellos _hace_ sanguinosa _riza_." + +El padre Baltasar Gracian, en _El Criticon,_ primera parte, crisi V: +"... de modo que en los mas principales, como mas lucidos, _auian hecho_ +las fieras mayor _riza_".] + +[Nota 367: Porque tales desbragados quedaron de suerte, que dejaron +ver aquello en que dio el sol al don Bueso del antiguo romance.] + +[Nota 368: Sobre la frase _muy falsos_ quedo nota en el tranco V +(123, 4)[315].] + +[Nota 369: Modifica por donaire el conocidisimo refran _Siempre +quiebra la soga por lo mas delgado_.] + +[Nota 370: _Por barba_, como dice nuestro _Diccionario_, equivale a +"por cabeza, o por persona". Asi, como pudieran decir unos soldados +cristianos, convidandose a matar moros, _iA moro por barba!,_ dijeron +valientemente unos aficionados a la mesa: _"iA perdiz por barba_, y +caiga el que caiga!"] + +[Nota 371: _iFavor a la justicia_!, porque este era de ordinario el +grito de alguaciles y corchetes, cuando no clamaban "_iFavor al Rey!_", +de lo cual vino el decirse que tales ministros siempre llevaban el Rey +en el cuerpo.] + +[Nota 372: _Coger, dar, hacer_ o _tomar puntas_ es volar el ave de +cetreria de un lado para otro, en diversas direcciones, pero subiendo +siempre, en espera de sazon para caer sobre el animal en que quiere +hacer presa.] + +[Nota 373: Para Covarrubias, _rollo_ era "la picota o horca hecha de +piedra en forma redonda, quasi _rotulo"._ El _Diccionario_ de la +Academia lo define: "Columna de piedra ordinariamente rematada por una +cruz, y que en lo antiguo era insignia de la jurisdiccion de la villa". +El rollo de Ecija, fue, como afirma Velez, celebradisimo, y asi, decia +cierto poeta apicarado del _Romancero general_ (fol. 470 vto.): + + "De Cordoua he visto el Potro, + que ha engendrado pocos asnos; + tambien la fuente del Toro, + que hizo a Lazarillo cauto; + _de Ezija he visto el rollo, + que el mundo celebra tanto_, + el Arenal de Seuilla + y Corral de los Naranjos." + +Don C. Bernaldo de Quiros nombra como aun existente el _rollo de Ecija_, +en su interesante librito intitulado _La Picota_ (Madrid, 1907), pag. +13; pero ni lo describio, ni lo dio a conocer como otros, por medio del +grabado, bien que no hubiera podido efectuarlo, por lo que ahora dire. + +Como para estudiar las cosas de un pueblo debe empezarse--y Pero Grullo +patrocinaria esta verdad--por consultar los libros que de aquel pueblo +tratan, eso hice yo, y tomando el intitulado _iiAlfajores de Ecija_!! +(Sevilla, 1909), de mi difunto amigo don Manuel Ostos, lei en la pag. +68: "Potente y grande debia ser la curia ecijana, cuando el signo de la +Justicia en Ecija, el altar en que se ofrecian los sacrificios a la +diosa Justicia, _el Rollo_, con su hijillo _el Rolluelo_, que aun +existe, o _Mesa del Rey,_ como a los restos del _Rollo_ denominabamos +los ecijanos hace treinta anos, tenia resonancia universal...." Y en +otro libro del mismo malogrado autor (cuyo merito no supieron apreciar +los ecijanos tanto como debieran, quiza, y sin quiza, porque _nemo +propheta est in patria sua_), en su _Bartolome de Gongora_ (Sevilla, +1913), pag. 84, volvio a recordar _el Rolluelo_, en unos renglones en +que rebosa el amor a la patria chica, y que no resisto al deseo de +copiar, por honrar a un ecijano moderno en las notas del libro de un +ecijano antiguo: "?Puede existir--decia Ostos--algo menos artistico que +_El Rolluelo_, y que mas nos recuerde la barbara epoca en que usaban ese +_pimponote_ para colgar los restos de los pobres reos que eran +descuartizados?... Cuando cansados de zascandilear por la capital nos +metemos en el tren y tras parada y parada llegamos molidos y maltrechos +a las angosturas de la Argamasilla, lo primero que hace un buen ecijano +es asomarse a la ventanilla de su departamento, y, ojo avizor, desde +ella va senalando los caserios, los predios, los accidentes del terreno +que senalan la proximidad de Ecija: "_El Rolluelo_ ... La Casilla Alta +... El pozo de la Argamasilla ... Las arquillas del agua ..." Y luego, +al minuto, si es de noche, se exclama: "Ya se ven las luces"; y si es de +dia: "Ya se ven las torres...: El Carmen ... La Victoria ... San Gil ... +Santa Maria...." Y mas adelante (pag. 69), por unos _Apuntes de lo +ocurrido en Ecija desde el dia 23 de Septiembre de 1868_, se viene en +conocimiento de que el dia 20 de octubre el Ayuntamiento acordo +derribar, entre otras cosas, "_la Mesa del Rey_, o _el Rollo_, donde se +descuartizaba en la antigueedad a los ahorcados para poner los miembros +por los caminos". Y poco despues: "Dia veintisiete, se echa abajo _el +Rollo_ o _Mesa del Rey_." No existia, pues, el famoso _rollo de Ecija_ +cuando el senor Bernaldo de Quiros escribio y publico su libro. + +Deseoso de mas noticias, las pedi a mi antiguo y culto amigo donjuan de +los Reyes Sotomayor, quien, con amabilidad y presteza que cordialmente +le agradezco, respondio a mi interrogatorio en unas cuartillas que +quisiera yo publicar integras; pero que no podre sino extractar, porque +ya esta nota va siendo demasiado larga. El _Rollo_ se elevaba cerca de +la margen derecha del Genil, a la salida del puente, en direccion a +Cordoba. Consistia en una gran columna de granito azul y negro, como de +cinco a seis varas de altura, y de unas tres cuartas de diametro. En su +parte superior tenia una losa de piedra tosca, blanca, caliza, como de +una vara en cuadro, puesta a modo de plato o bandeja, y sobre esta losa +se veia un leon sentado sobre sus patas traseras, que con las garras +sujetaba contra su cuerpo, mirando al norte, el escudo de la ciudad de +Ecija. iEl escudo--glosare yo--a que se refirio Velez de Guevara +diciendo: "Esta es Ecija, la mas fertil poblacion de Andalucia, _que +tiene aquel sol por armas a la entrada de esa hermosa puente!"_ La +menguada cultura de unos ecijanos destruyo, por culpas del +_rollo_--icomo si cupiera culpa en las cosas! y icomo si el _rollo no +fuera emblema_ glorioso de libertad y de autonomia municipal!--, +destruyo, decia, aquel escudo de piedra nombrado y celebrado por el +insigne autor de _La Luna de la Sierra_. Derruido todo el monumento, la +columna quedo tendida y medio enterrada a un lado de la carretera +general de Madrid a Cadiz, y en tal estado continua a la hora presente.] + +[Nota 374: En efecto, son las armas de Ecija un sol radiante, con la +leyenda _Civitas solis vocabitur una_, tomada del _Libro de Isaias,_ +XIX, 18.] + +[Nota 375: Dice _pueblo de abril y mayo_ por la muchedumbre de +flores que _pueblan_ en ese tiempo los prados andaluces.] + +[Nota 376: De Garci Sanchez de Badajoz he hallado peregrinas +noticias, y pronto las publicare en el _Boletin de la Real Academia +Espanola;_ de Juan Bermudo, de don Diego de Avalos, de Nunez de Navarro, +de don Pedro Manuel Prieto, de tantos otros hombres eminentes que, como +estos, vieron la primera luz en Ecija, y de los modernos Pacheco, Mas y +Prat, Giles, etcetera, acuerdese la _ciudad del sol_, ya que al presente +cuenta con una juventud muy culta y activa.] + +[Nota 377: Esta especie de cogerse en Ecija el algodon estaba muy +sabida; porque la divulgaron Pedro de Medina y su ampliador Perez de +Mesa en la _Primera y segunda parte de las grandezas y cosas mas +notables de Espana_ (Alcala de Henares, 1595), folio 128: "Cogese en +ella [en Ecija] grande quantidad de algodon, de que se prouee mucha +parte del reyno". Pero que solo se cogiera el algodon en Ecija, no lo he +visto sino en Florindo, _Addicion al libro de Eciia i svs grandezas_ +(Sevilla, Luis Estupinan, 1631), fol. 31, donde dice, tratando de la +especial influencia del sol en las tierras ecijanas: "Porque me consta +por vista de ojos que en Marchena i Sevilla se a sembrado algodon, i +llega a tener capullo, i no a madurar, ni abrir, ni ser de provecho. Lo +cual es cierto que nace de la falta de calor, requisito para su +perfeccion. Y pues en Ecija es tan perfecto y tan bueno...." Durante la +dominacion arabe se cultivo mucho el algodon en aquella ciudad; tanto +que por el la llamaron algun tiempo _Medina Alcoton_ (Varela y Escobar, +_Bosquejo historico de la ciudad de Ecija_, Sevilla, 1906, pag. 52).] + +[Nota 378: El humanista Francisco Cascales, en su _Discurso de la +ciudad de Cartagena_ (Valencia, Juan Chrysostomo Garriz, M.D.XCVIII) +decia: "El campo, fertilissimo, que de su bella gracia ofrece +copiosissimamente caracoles, setas, hongos, criadillas, esparragos, +salutiferas tortugas, infinidad de palmitos, grandes colmenares de buena +miel y cera. A cuyo respeto dice bien el refran: Cabritos y palmitos, +miel y cera, de Cartagena". Pues bien, Ecija, a juzgar por el dicho de +Velez, se aventajaba a Cartagena con mucho. Mas ?cuales son los +veinticuatro frutos que, "Sin sembrallos", da aquella campina y vendia +la gente necesitada? Probare a enumerarlos, por los del campo de Osuna, +mi pueblo natal, cuyo termino linda con el de la _ciudad de las torres_. +De primer intento anoto los frutos siguientes: setas, macucas o +criadillas de tierra, esparragos, palmitos, uvas de palma o palmiches, +moras de zarza, cardillos, tagarninas, morrillas o alcachofas de puas, +higos chumbos, berros, alcaparras, alcaparrones, oregano, poleo, +hinojos, almoradux, tomillo salsero, palo dulce o regaliz, flor de +manzanilla. Son veinte, y para las cuatro que me faltan, se me ocurren +el esparto, algunas hierbas tintoreas, como la gualda, y diversas +plantas medicinales, como las malvas, la borraja, el culantrillo, etc.] + +[Nota 379: Esta renombrada sima esta a cinco kilometros de la +ciudad, en la falda oriental de la sierra. Tiene de profundidad 146 +varas castellanas. Mencionaronla, entre otros autores, el cartujano don +Juan de Padilla, en _Los doze triumphos de los doze Apostoles_ (1521); +Gonzalo Gomez de Luque, en su _Celidon de Iberia_ (1583), y Cervantes, +en _El Celoso extremeno (Novelas ejemplares_, 1613), en la _Adjunta al +Parnaso (Viage del Parnaso_, 1614) y en el cap. XIV de la segunda parte +del _Quijote_ (1615).] + +[Nota 380: A la celebridad de los melones de Guadix aludia el +guadijeno Gines, en la jorn. III de _La Nina de Gomez Arias_, de +Calderon: + + "Pues ?hasme gozado a mi, + ni yo te he desagradado + siendo _melon de Guadix_ + de mala calana, para + que tu me vendas asi?"] + +[Nota 381: Del doctor Mira de Amescua (asi firmaba el, y no +_Mescua_) y de su arcedianato di algunas noticias hasta entonces +ignoradas en mi libro acerca de Pedro Espinosa (pags. 91-96) y otras en +mi folleto intitulado _El apocrifo "secreto de Cervantes_" (Madrid, +1916), pags. 60-64.] + +[Nota 382: Esta fuente databa de principios del ultimo tercio del +siglo XVI: don Manuel Varela y Escobar (_Bosquejo historico de la ciudad +de Ecija_, pag. 107) vio y copio una inscripcion por la cual consta que +reinando Felipe II, ano de 1567, "Ecija, truxo el agua y mando hazer las +fuentes". De las ninfas trato don Juan M.ª Garay y Conde en sus _Breves +apuntes historico-descriptivos de la ciudad de Ecija_ (Ecija, 1851), +pag. 436, diciendo: "A un estremo de este paseo [del de la Plaza Mayor] +se encuentra una hermosa fuente, circundada tambien de arbolado y +asientos de piedra: su mar es un gran poligono de nueve varas de +diametro y una de profundidad; cuatro ninfas de altura mas que natural y +de buena escultura, que se dicen las Amazonas, dan un cano de agua por +medio de un cantarillo, y este lindo grupo sostiene un gran tazon de +jaspe de una sola pieza, con dos varas y media de diametro y cuatro +canos a su borde...." ?Que ha sido de esta fuente? Al hacerse en 1866 la +reforma de la Plaza Mayor, fue desmontada y "sus piedras o bloques de +jaspe encarnado, con las ninfas y demas componentes de la obra fueron +enterrados al lado Sur de la Plaza, a poca distancia y profundidad de +donde antes se levantaba, y alli yacen esperando que una mano caritativa +y amante del arte y del embellecimiento de la ciudad las desentierre y +erija de nuevo...." Esto me dicen de Ecija, y yo escribi a don Eduardo +Garcia de Castro, actual alcalde de aquella ciudad, que, pues tal +fuente, cualquiera que sea su merito, debe conservarse en sitio centrico +y muy transitado, por haber hecho mencion de ella un ecijano tan ilustre +en una tan famosa novela, celebraria poder asentar en mis notas a _El +Diablo Cojuelo_ "que la Ecija de hoy, lejos de ser la que ayer +_enterraba_ sus preseas mas estimables, por cierto sin reemplazarlas con +otras mejores o tan buenas, enmienda antiguos yerros y vuelve por el +buen nombre de su cultura". Las respuestas han sido dos: la primera, +"Alla veremos"; y la segunda, "No hay consignacion para _exhumar_ la +fuente". iPero la hubo para _inhumarla_! Repare en ello, por su honra, +_la ciudad del sol_: ies una vergueenza tener enterrado ese monumento!] + +[Nota 383: Quiza son autenticamente de ciego estas seguidillas, y +no obra de Velez de Guevara; a lo menos, muy de ciegos era acabar sus +relaciones con algun villancico contra el Diablo Cojuelo, a juzgar por +lo que, refiriendose a un ciego relacionista, dice Rojas Zorrilla en la +jorn. I de _El mas impropio verdugo por la mas justa venganza_: + + "COSME. Para un ciego en verso y prosa + era "relacion famosa + (diciendo a voces) que trata + como, dando testimonio + de corazon paladin, + vn mancebo florentin + peleo con el demonio, + y, haciendo a su ardor lisonjas, + a arrojarle se dispuso + por una escala que puso + a un monasterio de monjas; + y despues, dando en el suelo, + volvio a acometellas bravo; + _con un villancico al cabo + contra el Diablillo Cojuelo_."] + +[Nota 384: En nota del tranco IV (107, 6)[278] vimos como Quevedo en +_Las Zahurdas de Pluton_ pinta a las duenas convertidas en ranas, y +cierto es que se las tenia por lo peor y mas abominable del mundo. En un +ejemplar apostillado de mano (letra del siglo XVII) del libro intitulado +_Vida politica de todos los estados de mugeres_, de fray Juan de la +Cerda, diciendo el autor, al folio 394, con referencia a unas palabras +de cierta mujer que estaba en el cielo, "y asi lo hizo la devota +_duena_", el apostillador, sin parar mientes en que esta palabra estaba +usada en la acepcion de _matrona_, escribio al margen: "?_Duenas_ en la +gloria?, linda cosa".] + +[Nota 385: _Dando barato_, es decir, repartiendo entre los +concurrentes algo de lo que traian entre manos. Algunos _baratos_ de +esta clase quedaron en proverbio, como _el barato de Juan del Carpio_, +que aporreo a su mujer pidiendole barato, y _el barato de Cordobilla_, +que explica asi Correas (_Vocabulario de refranes_..., pag. 88 _a_): +"Vno que se llamaba Cordovilla alumbro toda una noche a unos que +jugaban, porque le diesen barato, y despues tuvieron enfado y dieronle +con el candelero".] + +[Nota 386: _A vedar que ... no les valiese.... Hoy lo_ diriamos sin +ese _no_ que en lo antiguo acompanaba a los verbos de negacion o +privacion.] + +[Nota 387: _Aunque se retrujesen_, quiere decir. El _si_ suele +equivaler a _aunque_, como note en diversos lugares del _Quijote_ (II, +216, 10; VIII, 125, 10, etc.).] + +[Nota 388: Segun advirtio Perez y Gonzalez (pags. 56 y 57 de su tan +citado libro), el mismo Velez explico este pasaje en la jorn. I de _El +Diablo esta en Cantillana_, de donde es el siguiente dialogo: + + "PERAFAN. ?Como dejas a Sevilla? + + RODRIGO. Como siempre: buena y brava, + dime un filo en el Corral + de los Olmos, y una mandria + tuvo un no se que conmigo, + sobre si pasa o no pasa: + llevo una mohada a cuenta, + siguiome la gurullada, + no pude tomar iglesia + ni embajador, y en _las ancas + de la mula de un doctor_ + me salve con linda gracia. + + PERAFAN. ?En las ancas de la mula + de un doctor? + + RODRIGO. Pues dime, ?hay casa + de embajador, hay iglesia, + hay torre, hay tierra del Papa, + de preeminencias mayores, + pues hay medico que acaba + de matar cuarenta enfermos + y no hay quien le pida nada + en poniendose en la silla? + _Pues lo mismo son las ancas_; + que el platicante mas zurdo, + en asiendo la gualdrapa, + _aunque mate, es como asirse_ + _de una iglesia a las aldabas_; + que hay aquestos privilegios + en las mulas doctoradas."] + +[Nota 389: _Alguaciles chanflones_, como _doncella chanflona_ en el +tranco I (18, 5)[76], donde quedo nota.] + +[Nota 390: Perez y Gonzalez creyo errata _resolucion:_ "Debe ser +_revolucion;_ inquietud, alteracion, alboroto".] + +[Nota 391: Los buenos neblies eran de Noruega, tierra donde apenas +luce el sol; pero el Cojuelo era nebli de otra Noruega aun mas obscura: +del infierno.] + +[Nota 392: Aqui supone nuestro autor que el Genil y el Guadalquivir +se juntan o casan por _el vicario de las aguas_, como hablo del _vicario +Responso_ en el tranco I, donde quedo nota (17, 2)[71].] + +[Nota 393: Pues en el uso actual _camarada_ solo significa +_companero,_ y con tal significado ocurre poco despues, podria parecer +que no hace buen sentido esta expresion. _Camarada_, en este lugar, +significa _compania._] + +[Nota 394: _Tender la raspa_, o _tender raspa_, es acostarse para +dormir o descansar. Quevedo, en una de sus jacaras: + + "Llegamos a Babilonia + un miercoles por la noche; + _tendi raspa_ en el meson + de Catalina de Torres."] + +[Nota 395: El _ferreruelo_ o _herreruelo_ era una capa sin capilla.] + +[Nota 396: Como advierte Covarrubias, _dar papilla_ a uno, o +_papillas_, es "enganarle o tratarle como a nino". "No piense vuesa +merced _darme papilla_", dice un ventero en el _Quijote_ (I, 32).] + +[Nota 397: Dijolo, verbigracia, el maestro Valdivielso, en el auto +de _El Hospital de los locos_: + + "LUZBEL. Tres partes habia de estrellas + encima la impirea bola, + siendo yo de las mas bellas; + _mas derribe con la cola + la tercera parte dellas_."] + +[Nota 398: _Del Galileo_, antepuesto el articulo al nombre propio, a +la manera italiana.] + +[Nota 399: Acerca de este hombre extravagante, sus aficiones y su +museo, puede verse el libro de don Emilio Cotarelo, intitulado _Don Juan +de Espina_, Madrid, 1908.] + +[Nota 400: Asi, _obtica,_ en la edicion principe, tal como el vulgo +solia y suele pronunciarlo. "Conocida es--dice don Rufino Jose Cuervo +(_Apuntaciones criticas sobre el lenguaje bogotano_, Sec.756 de la 6.ª +edicion, Paris, 1914)--la repugnancia que tiene el castellano a usar las +explosivas sordas en fin de silaba. ... y hoy es comunisimo pronunciar +... con _b optar, opcion, aptitud_."] + +[Nota 401: Para hacer su chiste, Velez de Guevara, por boca del +Cojuelo, confunde el _camino de Santiago de Compostela_, que es el +aludido en el refran, con el otro _camino de Santiago_ o _Via lactea._ +Es curiosa la conjetura de Faria y Sousa acerca del nombre vulgar +castellano de la _Via lactea._ Dice, comentando una octava de los +_Lusiadas_, de Camoens: "En griego se llama _Galaxia_, que vale _via de +leche_, i es lo que el vulgo llama _Camino de Santiago_; que devia +principiarse en dezir _Camino de Galicia,_ por corrupcion de +_Galaxia_."] + +[Nota 402: _De posta_, equivalente a _de centinela_. Rey de Artieda, +en un soneto de los _Discvrsos, epistolas_ y _epigramas de Artemidoro_ +(Zaragoza, Angelo Tavanno, 1605), fol. 104, usa las dos formas, _hacer +centinela_ y _hacer la posta_: + + "Como a su parecer la bruxa vuela + y vntada se encarama y precipita, + assi un soldado, dentro vna garita, + esto pensaua, _haziendo centinela_.... + + * * * * * + + Con esto, se acabo de _hazer la posta_, + y hallose en cuerpo, con la pica al hombro."] + +[Nota 403: Pues el Diablillo era cojo, pintalo nuestro autor velando +sobre un solo pie, como cuentan de la grulla, que, en efecto, duerme con +un pie levantado, y anaden que la que esta de centinela para avisar a +las demas de cualquier peligro tiene sujeta una piedra en ese pie, a fin +de no dormirse; de donde dijo Mateo Aleman en su _Guzman de Alfarache_, +parte II, libro II, cap. IX: "No hay duda que siempre continuaba velando +su honestidad, _como la grulla, la piedra del amor de Dios levantada del +suelo_...."] + +[Nota 404: _Parecer_, significando, mas bien que _ver, notar_ o +_advertir_.] + +[Nota 405: _Grosura_, en una acepcion no registrada en el lexico de +la Academia, es, como dice Covarrubias, "lo interno y estremo de los +animales; conuiene a saber, cabeca, pies, y manos, y asadura". En las +condiciones que se pusieron para el obligado de la carne en la villa y +corte de Madrid, ano de 1624, hay una referente a los despojos, que dice +(Libros de Gobierno de la Sala de Alcaldes, tomo XIV, fol. 732): "Con +condicion que no sea obligado a dar despojos de carnero, que se entiende +cabezas y asaduras y vientres, los sabados de cada semana que fueren _de +grossura_ mas de tan solamente al Rey y Reyna nuestros senores y al +senor ynfante y a los senores del Consejo Real...."] + +[Nota 406: Dice el senor Bonilla "que se recomendaban como remedios +de ella [de la opilacion] _comer barro_...." No se de donde pudo sacar +tal especie, cuando precisamente el _comer barro_ era causa de aquella +enfermedad. Zabaleta, en _El dia de fiesta por la tarde_, capitulo +referente a _El estrado_: "Apeanse a este tiempo de vn coche en la +puerta de la casa vna muger mayor, que tiene el marido en vn govierno en +las Indias, y vna hija suya donzella _opilada_, tan sin color como si no +viuiera. Nadie juzgara que salia del coche para la visita, sino para la +sepultura. _Comia_ esta doncella _barro_, linda golosina. ?Quanto diera +esta moca por estar enterrada, por tener la boca llena de tierra? Dios +hizo a esta muger de barro, y ella con el barro se deshaze." Quevedo, en +su musa VI, tiene un soneto dirigido _A Amarili, que tenia unos pedazos +de bucaro en la boca, y estaba muy al cabo, de comerlos_.] + +[Nota 407: _Tomar el acero_, como dice el _Diccionario_ de +autoridades, era "remedio que se da a los que estan opilados, que se +compone del acero, de diversas maneras preparado".] + +[Nota 408: Llamo _Minotauro_ la mitologia clasica al monstruo que +nacio de la union de Pasifae, mujer de Minos, con un toro. Segun +Apolodoro, Higinio y otros, tenia de hombre el cuerpo y de toro la +cabeza. Matole Teseo en el famoso laberinto de Creta.] + +[Nota 409: _Chisme_, femenino, como en el tranco I, donde quedo nota +(23, 4)[88].] + +[Nota 410: _Baraja_, en su acepcion de _contienda_ o _reyerta_; de +donde se dijo _barajar_, "renir, altercar o contender unos con otros".] + +[Nota 411: En la edicion principe, por mera errata, que copio el +senor Bonilla, _coredores_.] + +[Nota 412: Sabidisimo es que este asno no era _de oro_, aunque se +llamara asi al libro en que de el se trata, cosa que parece haber +olvidado Velez de Guevara al hacerlo, por su nombre, cabalgadura del +riquisimo Creso.] + +[Nota 413: _Velicomen_, palabra que intrigo grandemente al senor +Bonilla en su primera edicion de _El Diablo Cojuelo_, y que antes que +Velez habia usado Quevedo en _La Hora de todos_, significa _copa_ o +vaso, del aleman _Wilkommenbecher_. No todos se habian olvidado del +texto del Senor de la Torre de Juan Abad: el maestro Cavia, despues de +cenar con unos amigos, como otros que llegaron les preguntasen que +hacian, respondio: + + "Ya repletos los abdomenes, + alzamos los _velicomenes._"] + +[Nota 414: _Selvajes_, que hoy, menos etimologicamente, decimos +_salvajes_.] + +[Nota 415: _Correspondientes_, dicho por lo que ahora llamamos +_corresponsales_. Castillo Solorzano, _La Garduna de Sevilla y anzuelo +de las bolsas_, cap. IV: "Habia Marquina tomado por una deuda a un +_correspondiente_ suyo, que habia quebrado, una heredad fuera de la +ciudad...."] + +[Nota 416: Entre las diversas marcas con que solia herrarse a los +esclavos en los siglos XVI y XVII, era la mas frecuente la de una S y un +clavo, para indicar _esclavo_. Gestoso, en su interesante articulo sobre +_La compraventa de los esclavos en Sevilla_, apud _Curiosidades antiguas +sevillanas_ (Sevilla, 1910), pags. 83 y siguientes, resena algunos +documentos en que hay referencias a esta marca. Indicare uno: en el +testamento de Pedro Garcia de Quesada (9 de marzo de 1520) se menciona +"vn esclabo moro del cabo, de hedad de quinze a diez y seys anos +herrado en la cara, en vn carrillo con vna _S_, y en otro vn clavo, que +se dize abrahem...." La S y el clavo pasaron pronto a la literatura. +Baltasar del Alcazar, pag. 5 de mi edicion de sus _Poesias_ (Madrid, +1910): + + "Pusome en el alma _el clavo_, + su dulce nombre _y la S_, + porque ninguno pudiese + saber de quien soy esclavo." + +Lope de Vega, en la jorn. III de los _Trabajos de Jacob_: + + "RUBEN. Senor, todos queremos, pues es justo, + quedar por tus esclavos: + _eses_ imprima _y clavos_ + en todos nuestros rostros hierro adusto...." + +Y, figuradamente, se dijo _echar_ a uno _una ese y un clavo_ en la +acepcion de tenerle cautivada con beneficios su voluntad. Asi en _La +Picara Justina_: "Por cierto, senora, en lo que toca al ofrecerme el +emprestito, usted _me ha echado una ese y un clavo,_ y una argolla, y un +virote, y una cadena, y unos grillos...."] + +[Nota 417: _Girandula_ es, como dice Covarrubias, "cierta rueda +llena de cohetes, que dando bueltas a la redonda, y girandose, despide +de si rayos de fuego a modo de cometa, con muy grandes tronidos".] + +[Nota 418: Dice _cohetes voladores_ para diferenciarlos de los +_rastreros_, tambien llamados _buscapies._] + +[Nota 419: El mejor _brocado_ era _de tres altos_, como dije en mis +notas al _Quijote_ (V, 186, 20).] + +[Nota 420: Esta pintura de la instabilidad de la fortuna trae a la +memoria aquella otra muy notable de Lope, en el acto II de _Porfiando +vence amor_: + + "FABIO. ?Sabes como es la fortuna? + Como un baile de comedia: + ella toca, y bailan todos; + ya estan aquestos aqui, + y ya los otros alli, + mudandose de mil modos. + Donde aquel tiene la cara, + este las espaldas tiene; + uno pasa, y otro viene, + y hasta el fin ninguno para. + Nadie tiene lugar cierto + donde le piensa tener, + porque todo viene a ser + desconcertado concierto. + Aqui dos bailando estan, + y cuando suelen volver + el rostro, ya la mujer + baila con otro galan. + El que en este sitio estaba, + ya no esta; que siempre vi + andar de aqui para alli + hasta que el baile se acaba."] + +[Nota 421: Popularizado sobremanera aquel romance sobre la muerte de +don Beltran en Roncesvalles, en que se lee: + + "_Con la mucha polvareda, + perdimos a don Beltrane_...", + +se hizo esta frase topiquillo vulgar y con frecuencia nuestros poetas la +acomodaron festivamente en sus versos, mas o menos variada. Asi, por +ejemplo, Lope de Vega, en la jorn. II de _El Buen vecino_: + + "BITONTO. ...Que son bastantes indicios + desto el haberme dejado, + entre el marcial alarido + y la confusa arboleda + de las armas, sin sentido, + _con la mucha polvareda, + como don Beltran perdido_." + +Tirso de Molina, en el acto I de _Desde Toledo a Madrid_: + + "CARRENO. ...Hasta que en una vereda, + _con la grande polvareda, + perdimos a don Beltrane_: + digo que a Madrid perdimos + de vista...." + +Y, en fin, dejando atras muchas otras citas, Quevedo, en su romance +sobre los cuellos (Musa VI): + + "Los polvos azules truje + del rebelado Flamenco, + _y con la gran polvareda, + perdimos a don Dinero_."] + +[Nota 422: Refierese, como nota el senor Bonilla, al titulo de +ciudad concedido a Carmona por Felipe IV en 1630.] + +[Nota 423: Juega de la voz _sereno_, adjetivo en una parte y +sustantivo en otra: _que nunca le tuvo_, es decir, que por ser Carmona +de cielo tan _sereno_, no se conoce en ella el _sereno_ o humedad +atmosferica propia de la noche. A esto atribuye seguidamente el no +padecerse alli el catarro.] + +[Nota 424: De la frase de comedimiento _no conocer_ a uno _sino para +servirle_ trate en nota del tranco II (38, 14)[133].] + +[Nota 425: Aunque hoy, generalmente, llamamos _la Giralda_ a la +torre de la Catedral de Sevilla, este nombre no es sino el de la esbelta +y por todos estilos _airosa_ figura que le sirve de remate y veleta: una +hermosa imagen de la Victoria. He aqui lo que de ella y de la torre dijo +Alonso Morgado en su _Historia de Sevilla_... (Sevilla, Andrea Pescioni +y Juan de Leon, 1583), pag. 285 de la reimpresion hecha por la efimera +Sociedad del "Archivo Hispalense" (Sevilla, 1887): "...Toda ella [la +torre] es quadrada, y cado un lienco en igual proporcion de cincuenta +pies de ancho y en vn mismo nivel de quadro, sin desmenguar ni crecer +por la parte de afuera poco ni mucho en toda la altura donde vemos las +campanas.... Desde el suelo hasta en altura de ochenta y siete pies es +todo raso y sin alguna moldura. Mas desde alli hasta lo mas alto, sube +por medio de cada lienco vna orden de ventanas, y tantas galanterias, +que hazen hermosissima la vista...." Trata despues del cuerpo de +campanas, y anade: "... y luego vna bola dorada de cinco pies de altura, +y encima vna Victoria, que es vna hermosa imagen de bronze, en que se +remata [la torre], dorada y a partes encarnada, do lo ha menester, que +tiene de altura quatro varas y media de medir, y de peso veynte y ocho +quintales, con vn ramo en la mano derecha, tambien de bronze, que pesa +dos quintales, que en tanta distancia de altura le da mucha gracia. Y en +la mano yzquierda, vna grande vela de quatro quintales, y tambien de +bronze, que denota y senala qualquiera viento que corra y sople, tras la +qual se va la misma Victoria con tanta facilidad y ligereza como si +fuera vna pluma: tal es el artificio maravilloso sobre que esta +puesta."] + +[Nota 426: Los ultimos lugares del itinerario de Cordoba a Sevilla, +segun el citado _Reportorio_ de Juan Villuga son: + + "a la venta ronquera ij + a la venta _peromingo_ j + a la venta de lorsa media + a las ventas de las talleras m + a las ventas de torre blanca j + a seuilla j." + +E igualmente en otras _Guias o Reportorios_ que no hicieron sino copiar +a Villuga, con tal cual ligera modificacion, verbigracia, la _Guia de +caminos para ir y venir por todas las provincias de Espana_ que precede +al _Nuevo estilo y formulario de escrivir cartas missivas, y responder +en ellas en todos generos, y especies de correspondencia a lo +moderno_.... (Barcelona, Jayme Osset, 1765).] + +[Nota 427: _Senda de plata_ habia llamado Lope de Vega al +Guadalquivir (_La Esclava de su galan_, acto I): + + "ELENA. Dividese Sevilla, como sabes, + por este ilustre y caudaloso rio, + senda de plata por quien tantas naves + le reconocen feudo y senorio." + +"A la verdad--dije en el discurso preliminar de mi edicion critica de +_Rinconete y Cortadillo_ (pag. 15)--quien desde la esbelta torre de la +Giralda mira hacia el rio por el sitio del puente y de la del Oro, si ha +leido alguna vez la comedia _El Diablo esta en Cantillana_, del famoso +ecijano Luis Velez, no puede menos de recordar aquellos versos de la +jornada I, en que, despues de encarecer la nobleza y bizarria de +Sevilla, alabala por otras excelencias y dice: + + "... tan populosa, que, haciendo + montes de soberbias casas, + impedir quiso que el Betis + tributase al mar de Espana; + y el, rompiendo por en medio, + parece que agora aparta + de la una parte a Sevilla, + de la otra parte a Triana, + cuyos edificios bellos + le presentan la batalla, + y, a no estar en medio el rio, + pienso que escaramuzaran."] + +[Nota 428: _Virgines_, a la latina, aun frecuente en el siglo XVII, +como _imagines, volumines_, etc.] + +[Nota 429: Hoy, en Sevilla, y hasta en la misma Alcala, que tiene +por sobrenombre el nombre de este rio, no es raro oir llamarle +_Guadaira_, en lugar de _Guadaira_, que es como ha de decirse y como se +dijo por nuestros abuelos. En una _Relacion_ del recebimiento de Felipe +II en Sevilla (1570), por Gaspar Rodriguez: + + "Alcala de _Guadayra_ + estaua y tambien Utrera; + mostrandose placentera, + con ojos alegres mira + la gran ganancia que espera." + +Igualmente Tirso de Molina, en el acto II de _En Madrid y en una casa_: + + "D.ª MANUELA. ...Aquella estancia, pues, que caudalosa + de esquilmos de Amaltea, + regalo a los sentidos, los recrea, + en nombre y en efectos deleitosa, + y por el logro que en sus ondas mira, + el Betis ronda y bana _Guadaira_, + ocasionaba amena mis recreos."] + +[Nota 430: ?De donde pudo sacar Velez de Guevara la errada noticia +de que el Guadaira, por medio de los canos de Carmona, surte de agua +potable a Sevilla, y esto, tan enteramente, que aquel rio es el unico +que no paga tributo al mar...? Presumo que lo tomaria, por +inadvertencia, del epigrafe del capitulo en que Alonso Morgado, en su +citada _Historia de Sevilla_, trata "De los canos de Carmona _y rio que +entra por ellos en Sevilla_, y se reparte en fuentes por toda la ciudad" +(pag. 148 de la edicion moderna). Morgado llamo figuradamente _rio_ al +gran caudal de agua que se conduce por los tales canos, y Velez, que +aunque habia vivido en Sevilla mucho tiempo, no conoceria bien los +pormenores de su abastecimiento de aguas, vio el dicho epigrafe, y lo +entendio a la letra. No lo hubiera entendido asi a leer el muy raro +libro del maestro Juan de Mallara intitulado _Recebimiento que hizo la +muy noble y muy leal Ciudad de Seuilla, a la C.R.M. del Rey D. Philipe +N.S.... Con vna breve descripcion de la Ciudad y su tierra_ (Sevilla, +Alonso Escriuano, 1570), en cuyo fol. 132 dice, tratando de Alcala de +Guadaira: "Entre las cosas que tiene de notar es la fuente de los canos +que llaman de Carmona, no porque vengan de Carmona, sino porque desde +Torreblanca hasta Sevilla vienen por el mesmo camino y calcada que van a +Carmona. Ay vna pena leuantada en vn cerro, con vna profunda cueua a +donde baxan por sus gradas, y halla se siempre alli vn manantial de agua +tan gruesso como vn cuerpo de vn buey, que de tiempos sin memoria a esta +nuestra edad ante de Romanos, y despues en todos los siglos esta fuente +ha estado con el golpe de agua que aora tiene, sin apocarse o +enturuiarse.... Esta sale por vna canal de piedra tosca. Tiene sus +acequias, que duran mas de legua y media, yendo algun espacio por dentro +de los montes, lleuando sus lumbreras a trechos, hasta que viene a dar +en Torreblanca do passa vn molino, y despues va por vn lado del camino +hasta la Cruz y alli buelue a mano yzquierda, y comienca a subir desde +el suelo por arcos de vna vara, y dos, y estado, hasta otro molino donde +se parte la tercia parte para la huerta del Rey, y de alli van los canos +leuantandose todo lo que la ciudad tiene de baxa, llegando al peso y +sitio de Seuilla. Subiendo por cima de la puerta donde esta el +repartimiento del agua, y de alli va por los muros que encaminan a la +puerta de la Carne hasta el Alcacar mucha desta agua; en fin, _es vn +grande rio_ [de esto debio de tomar su expresion figurada Alonso +Morgado] que todo se consume dentro de la ciudad sin salir gota, ni +bastar Guadalquiuir a no quitar la falta que estos canos hazen, quando +ay algun impedimento en ellos. El principio desta agua en Alcala esta +con grande guarda, y tiene su llaue...."] + +[Nota 431: La _blanca_ valia medio maravedi, y no huelga advertirlo, +porque muchas personas cultas, dejandose llevar por lo que suena el +nombre, imaginan que la _blanca_ era una moneda de plata. Por alusion a +su escasisimo valor se dijeron algunas frases, que registra Covarrubias +en su _Tesoro_: "No aver _blanca_, no tener dinero. No valer vna +_blanca_, valer poco. Pagar _blanca_ a _blanca_, muy poco a poco. De +tres a _blanca_, cosa muy vil...."] + +[Nota 432: Alude a la exencion del fuero ordinario de cuantos +estaban matriculados en la Universidad de Alcala, como, generalmente, en +cualquiera otra de las del reino.] + +[Nota 433: El mismo Velez de Guevara habia llamado a Sevilla, en la +jorn. I de _Mas pesa el rey que la sangre_: + + "Este _Cairo espanol_, esta + _Babilonia castellana_, + este ejercito de almenas, + este escandalo de casas...." + +Y Ruiz de Alarcon, por boca del gracioso, en el acto II de _Ganar +amigos_: + + "iValgate Dios, confusion + y embeleco de Sevilla!... + Un hombre conozco yo + que es tahur, y desde el dia + que a un desdichado inocente + en el garito empestilla, + se va al de otro barrio, que es + como pasarse a Turquia: + cursa en el hasta pegarle + a otro blanco con la misma, + y va visitando asi + por sus turnos las ermitas, + y en acabando la rueda, + se vuelve a la mas antigua, + donde, como los tahures + se trasiegan cada dia, + o no va ya su acreedor, + o el hace del que se olvida, + o tiene conchas la deuda, + del tiempo largo prescripta."] + +[Nota 434: Como escribe Covarrubias, _traer la barba sobre el +hombro_ es "viuir recatado y con rezelo, como hazen los que tienen +enemigos, que van bolviendo el rostro a vn lado y a otro...." Es uno de +los modos de decir que proscribio Quevedo en la _Prematica_ de 1600. Y +Quinones de Benavente, en su _Entremes de las Civilidades_: + + "Dicenme por asombro: + "Senor, _trae la barba sobre el hombro_." + No es buen consejo ese, + porque si yo trajese + la barba sobre el hombro solo un dia + cordero de _agnus Dei_ pareceria." + +Bien que esto ultimo ya se lo tiene Quevedo en el prologo de su _Cuento +de cuentos_: "_Andar la barba sobre el hombro_, quien lo tuviere por +buen consejo lo pruebe, y andara hecho corderito de _agnus dei_."] + +[Nota 435: Este edificio, que aun hoy subsiste, es la famosa _Casa +de Pilatos_, visitadisima de cuantos curiosos van a Sevilla, por las +notables riquezas artisticas que contiene. De este nombre ha inducido +recientemente un escritor italiano, Rosadi, que Pilatos fue natural de +Sevilla, pues tenia y aun tiene casa en ella(!!!). La Casa de Pilatos +fue edificada por don Fadrique Enriquez de Ribera, marques de Tarifa y +duque de Alcala, cuando volvio de Tierra Santa en 1520. Devotisimo de la +Pasion de Jesucristo, hizo en Sevilla una _Via Sacra_, que empezando en +su nuevo palacio, que recuerda la fortaleza de la Torre Antonia, +residencia del gobernador militar de Roma en Jerusalen, terminaba en el +monumental humilladero de la llamada Cruz del Campo.] + +[Nota 436: Esto no era ni es asi enteramente: no se nombraba _el +Candilejo_ a la calle en que esta _la cabeza del Rey don Pedro_, pues, +como dice Perez y Gonzalez, "la _calle del Candilejo_ llamabase antes +_de los Cuatro Cantillos_, y a la _Cabeza del Rey don Pedro_ le decian +_calle del Velador_". El suceso de marras, tan universalmente conocido, +que holgaria el contarlo una vez mas, ocurrio junto a la esquina que +forman ambas calles. Y anade el docto escritor sevillano que, contra lo +que creyeron algunos historiografos hispalenses, "sabese hoy de modo +cierto que la primitiva cabeza que mando hacer y poner el rey don Pedro +(y que era solo una cabeza como cortada y separada del cuerpo por el +hacha del verdugo) no era de piedra. Segun testimonio de quien la +poseyo, recogido por el canonigo doctor don Ambrosio de la Cuesta en un +tomo de _Memorias historicas sevillanas_, la cabeza era "de barro, +cocida y pintada, con el pelo corto, que solo le cubria el cuello, +cortado alrededor y cercenado por la frente como entonces se usaba, sin +bigotes ni barbas, el rostro algo abultado y en la cabeza un bonete +redondo, traje de aquel tiempo". En dichas _Memorias_ leese tambien que +"cuando desaparecio aquella cabeza, la Ciudad acordo que se hiciese una +efigie de piedra, que representase la persona del rey don Pedro en traje +e insignias reales y se pusiesen las armas de Castilla y Leon en un +escudo a costa de la Ciudad y se colocase en un nicho el bulto del Rey, +de medio cuerpo". + +De todo ello trato eruditamente don Jose Gestoso en su _Sevilla +monumental y artistica,_ tomo III, pag. 396, y a esta obra remite Perez +y Gonzalez, y yo con el. En las frecuentes investigaciones que hice +durante mucho tiempo en el Archivo Municipal de Sevilla, encontre, +examinando las actas capitulares (escribania segunda), diversas noticias +referentes a la nueva _Cabeza del rey don Pedro_: Cabildos de 30 de +julio y 24 de septiembre de 1599: Peticiones del escultor Marcos de +Cabrera para que se le pague su hechura.--Cabildo de 15 de octubre de +1604: "... y la echura de la caueza del Rey don Pedro que esta en poder +del jurado Juan de Perea se ponga en el sitio que esta mandado."--Cabildos +de 10 de septiembre de 1607 y 26 de septiembre de 1608: Nuevo acuerdo de +que se ponga en el Candilejo, como estaba prevenido.--Cabildo de 19 de +agosto de 1609: Propuso don Fernando de Ulloa que se pusiera en el sitio +en que esta mandado la cabeza del Rey don Pedro.--Cabildos de 17 y 20 de +octubre de 1612: Otros acuerdos sobre lo mismo. La piedra de que se hizo +tal busto se habia pagado en 1598. (Libros de Propios, 8 de junio de aquel +ano.)] + +[Nota 437: _Cal_, por _calle_, como mas adelante (tranco X) _cal +de Tintores_. Y fueron tan para en uno, a las veces, la calle y su +nombre, que se escribieron como una sola palabra (_Caldebayona, +Calderredes_), y aun olvidando que el _cal_ no era del nombre, +rebautizaron en Osuna, mi pueblo natal, la _cal de Negros_ o +_Caldenegros_, llamandola _calle de Caldenegros_.] + +[Nota 438: _Borciguineria_, por asimilacion de vocales, en lugar de +_Borceguineria_. Esta fue una de las muchas calles que tomaron su nombre +del repartimiento hecho por San Fernando, porque la senalo para los +fabricantes de borceguies. Los modernos, sin tener en cuenta la +venerable antigueedad del nombre, lo han sustituido por el de _Mateos +Gago_.] + +[Nota 439: _El Atambor_, como dice don Felix Gonzalez de Leon en su +_Noticia historica del origen de los nombres de las calles de Sevilla_ +(Sevilla, 1839), pag. 127, era una plazoleta muy pequena, situada en la +Borceguineria. La llamarian _el Atambor_ por alusion a su figura y aun +quizas a su reducido espacio. En ella, al mediar el siglo XVI, habia un +arquillo con una imagen: en 1547 Juan Aleman, deudo propincuo del autor +del _Guzman de Alfarache_, arrendo a Bernardino de Morales unas casas +"que son el arquillo de la ymagen del _atambor_". (Archivo de protocolos +de Sevilla, Garcia de Leon, libro 3.º de 1547, fol. 2554.) En esta +plazuela tuvieron su antigua casa los condes de Gelves, hasta que +trasladaron su morada a la collacion de la Magdalena.] + +[Nota 440: _Calles_, y no _calle_, porque se refiere a la +propiamente llamada _del Agua_ y a la inmediata _del Chorro_, ambas de +la collacion de Santa Cruz y pertenecientes a la antigua Alhamia de +Sevilla. Cerca de ellas, como dice Gonzalez de Leon, esta el muro de la +ciudad por donde pasan las aguas de los Canos de Carmona que van al +vecino Alcazar.] + +[Nota 441: "La calle del Agua--dice el senor Bonilla--distaba mucho +de ser recatada, y este vocablo, como advierte el senor Perez y Gonzalez +(obra citada, pag. 113), esta empleado por Velez con intencion +satirica." Y copia, para demostrarlo, un texto de Cristobal de Chaves en +que se habla de cierto rufian que saco una doncella y "la puso _en el +lugar mas publico de Sevilla,_ que era una calle que la llaman _del +Agua_, donde habia otras muchas mujeres que vivian como las del +partido". Pero notese que el mismo texto alegado demuestra que Perez y +Gonzalez y Bonilla no estuvieron en lo cierto. La _casa publica_ se +llamo asi, no porque estuviese en sitio muy _publico_ o transitado, sino +por la condicion de sus mujeres. Al contrario, estaba, en todas las +ciudades y villas, y bien se alcanza por que, en los lugares mas +escondidos y secretos. Aun hoy no hay mejor medio para lograr que se +mude a otra casa una mujer de mala nota que tenerle muy alumbrada la +calle, cosa que retrae a los que hubieran de buscarla. El vicio requiere +oscuridad, cuando todavia no ha llegado al limite de la desvergueenza.] + +[Nota 442: _Aplopejia_, metatesis vulgar de _apoplejia._] + +[Nota 443: La historia de los amores de _Vireno_ y _Olimpia_ y del +consiguiente abandono de ella, esta contada por Ludovico Ariosto en los +cantos IX y X del _Orlando furioso_. En el _Romancero general_ hay un +romance (fol. 41 vto.) en que Olimpia, ya abandonada, se lamenta de la +deslealtad de su amante: + + "Svbida en vn alta roca + donde bate el mar insano, + del enganoso Bireno + Olimpia se quexa en vano. + Traidor tirano." + +Y Altisidora, en el _Quijote_ (II, 57), apostrofa en burlas al desdenoso +Caballero manchego, diciendole: + + "_Cruel Vireno_, fugitivo Eneas, + Barrabas te acompane, alla te avengas." + +La frase _de mala mano_, que falta en el _Diccionario_ de la Academia, +se decia de los malos pintores y de sus obras, y de ahi se paso a +decirlo figuradamente de otras muchas cosas, equivaliendo a _de mala +calidad_ o _de poco merito._ Veanse algunos ejemplos. _Quijote_, II, 52: +"Las nuevas deste lugar son que la Berrueca caso a su hija _con un +pintor de mala mano...._" Lope de Vega, en el acto I de _Santiago el +Verde_, por boca de Celia, refiriendose a que se solian pintar buenas +manos en los retratos: + + "Los pintores dan en eso, + porque, por lo menos, digan + _que es de buena mano el lienzo_." + +Y Castillo Solorzano, en el _Entremes del Casamentero_: + + "MUJER. ?Un poeta en crepusculo? Bien dijo: + que hay versos que, con ser _de mala mano_, + por escuros parecen del Ticiano."] + +[Nota 444: Alude nuestro autor a la vulgar creencia de que el +avestruz digiere el hierro. A lo propio se refirio Rojas Zorrilla en la +jorn. I de _El Desafio de Carlos Quinto_: + + "D.ª LEONOR. Ea, don Luis, vuelve en ti; + tu brazo la pica empune; + el coselete en tu pecho + al Otomano deslumbre; + _digiere aquel hierro ardiente_ + _que el tiro de bronce escupe, + y sean para sus balas + tus entranas avestruces_."] + +[Nota 445: A ser esto asi, se habria acrecentado su peso en ocho +arrobas desde el tiempo en que Morgado escribio su _Historia de +Sevilla_, pues dijo en ella (pag. 317 de la reimpresion): "En lo que +menos se imagina, se manifiesta tambien la gran magestad y riqueza de la +Sancta Iglesia. Pues ?quien dira que el Cirio Pascual (que a su tiempo +se pone en la Capilla Mayor muy dorado y labrado) tiene de peso _setenta +y seys arrobas de cera_?"] + +[Nota 446: De este famoso candelero dice Morgado en su _Historia_ +_de Sevilla_ que "es la mayor parte de bronze", y que lo juzgan "por el +mas curioso y que mas tiene que ver (con quinze figuras de Sanctos de +bulto por el alto) que otro ninguno. El qual por su mucho peso tiene en +los assientos sus ruedas de bronze, con que lo llevan dende la +sachristia, donde se guarda, al choro por las semanas sanctas". Con +hiperbole andaluza trato del cirio pascual y del tenebrario de la +Catedral de Sevilla aquel _cicerone_ que figura en _Los Antoios de meior +vista_ de Rodrigo Fernandez de Ribera (fol. 6 de la edicion principe): +"?A visto v.m., dijo, un Candelero de Tinieblas, en que se ingieren las +velas con que se dicen? Pues dos mil i sietecientos i treinta i seis +quintales, docientas arrobas i diez libras de bronce tiene, i creo que +cinco oncas. Poco cree v.m. de tanto peso, replique yo. Pero todo me le +[e]cho encima quando me lo acabo de decir, i sin dejarme respirar, +aunque dejo el Candelero, prosiguio: Pues si v.m. aguarda a la Pasqua +Florida, que bien podra por esto solo (i era por san Iuan), vera un +Cirio, que de solo cera, sin el pavilo, que es de algodon de la India de +Portugal, i se trae para solo esto cargada una nave.... Ahorrele la +traida de la cera, i quedeme a descansar entre tanto algodon...."] + +[Nota 447: De esta famosa custodia dice Morgado (pag. 313 de su +_Historia de Sevilla_) que Juan de Arfe tardo seis anos en hacerla, y +anade: "Tiene de altor tres varas y media, sin la Cruz de vna quarta que +lleva por remate. Tiene de peso mil y trezientos marcos, que hazen +veynte y seys arrobas de plata, y de costa treynta y seys mil ducados, +con todas hechuras...."] + +[Nota 448: El antiguo monumento de la Catedral de Sevilla, al +cual--dice Morgado (pag. 314)--"con razonable conjetura se le da el +nombre de Templo de Salomon..., es de forma octogona, con quatro vistas +principales, de a nueve pies de coluna a coluna, y otras quatro vistas +menores con la mitad de claro de las mayores".] + +[Nota 449: Nuestro autor juega del vocablo, por el doble significado +de _lonja_, y alude a que la de Sevilla, como San Lorenzo del Escorial, +fue traza de Juan de Herrera. La universidad de mercaderes sevillanos +acordo en 1585 levantar este soberbio edificio frente a la puerta de San +Cristobal, de la Catedral, y en el se empezo a negociar a 14 de agosto +de 1598.] + +[Nota 450: Asi, _Adtlante_, en la edicion principe, y aun pudo decir +_Adlante_, sin la _t_, porque asi solia y suele pronunciarlo el vulgo. +En otro lugar (tranco X) leeremos _ridmo_, por _ritmo_.] + +[Nota 451: Acerca del _Retiro_, o _Buen Retiro_, el curioso puede +ver el interesante capitulo que le dedico Mesonero Romanos en _El +Antiguo Madrid_, tomo II, pags. 161-175. Para una nota baste decir que +la fundacion de este real sitio se empezo el ano de 1631, por lo que se +llamo _el Gallinero_, junto a la huerta de San Jeronimo; que en 1632 se +terminaron la plaza y cuerpo principal del palacio; que en octubre del +mismo ano se efectuo en ella algun juego de canas, y que de entonces en +adelante el Retiro fue lugar de frecuentes y fastuosos divertimientos +cortesanos, entre los cuales tuvieron preferencia las representaciones +de obras de los mas celebrados autores de aquel tiempo: Calderon de la +Barca, Mendoza, Solis, etc. De los antiguos edificios del Retiro solo +uno resta en pie: el vulgarmente llamado _el Cason,_ donde al presente +esta instalado el Museo de Reproducciones Artisticas.] + +[Nota 452: Muchas ediciones leyeron _enjauladas_, siguiendo a la de +Zaragoza, 1671. En la de Vigo, 1902, el senor Bonilla declaro que +"_enjaguadas_ esta por _purificadas_ o _depuradas_", e intento apoyarlo +en Covarrubias y el _Diccionario_ de autoridades. Perez y Gonzalez, +entendiendo que en el pasaje del texto "ni el _enjaguar_ ni el +_enjuagar_ ni el _enjaular_ encajan", conjeturo que se trataba de una +errata y que debia leerse _amen-guadas_ donde la edicion principe +estampo _enja-guadas_, "y cuando menos--anadio--, el sentido de la frase +quedara completo y claro, sin necesidad de meter las grandezas en jaulas +como si fueran loros, ni de echarlas en lavaderos como si se tratara de +ropa sucia". En su edicion de 1910 Bonilla insiste en que "_enjaguadas_ +(metatesis de _enjuagadas_) encaja perfectamente en el texto", pues al +decirse del Real Salon del Buen Retiro que "todas las admiraciones +vienen cortas, y las mayores grandezas _enjaguadas_", se da a entender +"que toda alabanza era escasa, y que las mayores grandezas se +encontraban alli _mejoradas, depuradas, purificadas,_ elevadas a un +grado superior". + +Creo que seran contados los que acompanen al senor Bonilla en la +persuasion de que, entendido como el propone, queda claro el sentido del +pasaje, y por ello he de probar a explicarlo. _Enjaguar_, de donde por +metatesis se dijo _enjuagar_, proviene de _ex aquare_, y ante todas +cosas significa _ensaguar_, o _enaguar_, esto es, _aguar_, una de cuyas +acepciones vulgares, registrela o no el _Diccionario_, equivale a +aminorar de calidad alguna cosa, como sucede al vino cuando se agua. +Entendido asi, esta clara la expresion, y se conserva el paralelismo o +correlatividad que existe (siquiera no la viese el senor Bonilla) entre +la afirmacion de que "todas las admiraciones vienen cortas", y la otra +afirmacion de que "las mayores grandezas [vienen] _enjaguadas_", o +_aguadas_, que es como decir, _bastardeadas_, o _desmejoradas: +frustradas_; que esta acepcion, figuradamente, suele tener el verbo +_aguar_, y asi se dice _se aguo la fiesta; me aguaron el contento_. +Quien dude que _enjaguar o ensaguar_ significa ante todo _aguar_, vea si +_ensangostar_ y _ensanchar_ (de _ex angustare_ y _ex ampliare_) no +significan respectivamente _angostar_ y _anchar_, verbo este ultimo que, +como _enanchar_, se usa en Andalucia y en algunas republicas +hispanoamericanas.] + +[Nota 453: De la enormidad de riquezas que solian pasar por la Casa +de la Contratacion de Indias dije algo en el discurso preliminar de mi +edicion critica de _Rinconete y Cortadillo_, pag. 11.] + +[Nota 454: Tratando de la Plaza de la Universidad y Colegio de Maese +Rodrigo, dice don Felix Gonzalez de Leon en su _Noticia artistica, +historica y curiosa de todos los edificios publicos, sagrados y profanos +de ... Sevilla, y de muchas casas particulares_ ... (Sevilla, 1844), +tomo I, pag. 146: "La casa oriunda de los senores Vicentelos de Leca, +hoy Condes de Cantillana, es otro de los edificios que estan en esta +plaza, como ya se dijo. Esta casa, comunmente conocida por la _del +Corzo_..., es una de las magnificas de esta gran poblacion. Se entra por +un patio zaguan en que, como en todas las principales, estan las +cocheras, caballerizas y cuartos de criados, y se pasa al patio, +cuadrado, diafano y alegre, con sus respectivos corredores bajos y altos +formados de arcos sobre iguales y hermosas columnas de marmol. En el +estan las multiplicadas y amplias habitaciones, muchas de ellas, +cubiertas sus paredes de ricos alicatados de buenos azulejos, y el piso +de losas de Genova. Hay tambien ameno y delicioso jardin y las piezas +del piso alto estan cubiertas de muy costosos artesonados."] + +[Nota 455: Quiere decir que asi como es forzoso a las personas +cumplir con la parroquia, esto es, confesar y comulgar, a lo menos una +vez en el ano, asi tambien era forzoso a los toros tarifenos y jaramenos +experimentar cada ano los rejones del Conde de Cantillana. Es juego de +palabras revesado, sobre irreverente.] + +[Nota 456: Pedro de Medina, corregido y ampliado por el rondeno +Diego Perez de Mesa, _Primera y segunda parte de las grandezas y cosas +notables de Espana_ (Alcala de Henares, 1590), fol. 128 vto.: "Ay en +Seuilla vna casa de moneda que a mi parecer es la mexor del mundo, y +donde mas moneda se labra. Porque ordinariamente andan labrando y +batiendo la moneda ciento y ochenta hombres: de manera, que cada dia se +labran setecientos marcos de oro y plata. Haze admiracion ver los +montones de moneda que en ella ay. Desta casa salen continuamente requas +cargadas de oro y plata amonedada, como si fuesse otra mercaduria +comun.... Carganse en esta ciudad [de mercaderias] para solamente las +Indias mas de cien naos cada ano, y la mayor parte de las mismas naos +vueluen cargadas de oro y plata y otras riquezas...."] + +[Nota 457: De la antigua puente de barcas de Sevilla dijo Lope de +Vega en el acto I de _La Esclava de su galan_, refiriendose al casco de +la ciudad y a su populoso y alegre barrio de Triana: + + "ELENA. ... en esta puente de maderos graves, + sin pies que toquen a su centro frio, + mano que las dos partes divididas + por una y otra orilla tiene asidas."] + +[Nota 458: Por estar el monasterio de las Cuevas a _la lengua del +agua_, llamaban vulgarmente _espantaalbures_ a la campana con que sus +monjes tocaban a maitines. Lope de Vega, en el acto III de _El Amigo +hasta la muerte_: + + "GUZMAN. ...Cene y brinde por tu salud en tanto, + incitado de almejas temerarias; + pero apenas sonaba _espantaalbures_ + (ya sabes que es campana de las Cuevas), + cuando, llamando un envarado destos + con seis esbirros, me metio en la carcel."] + +[Nota 459: El senor Bonilla, por muy disculpable distraccion, leyo +_del Guadalquivir_. De ordinario no se ponia articulo a los nombres de +los rios, como indique en mis notas a _El Licenciado Vidriera (Novelas +ejemplares de Cervantes_, tomo II, 9, 3, edicion de _Clasicos +Castellanos_).] + +[Nota 460: No _todos_ los romances de moros; pero si algunos, +especialmente los de la serie de Gazul, incluida en el _Romancero +general_. Al fol. 4, verbigracia: + + "Por la playa de Sanlucar + galan passeando viene + el animoso Ganzul _(sic)_, + de blanco, morado y verde. + Quierese partir el moro + _a jugar canas a Gelues_...."] + +[Nota 461: En la edicion principe, _da sus ilustres condes_, +evidentemente por errata.] + +[Nota 462: Estos dos versos estan impresos corridamente, como prosa, +en la edicion original.] + +[Nota 463: Refierese a la huerta del Alamillo, que estaba proxima a +las Cuevas y, como este monasterio, a la orilla derecha del +Guadalquivir. Eran famosos los _sabalos del Alamillo_, y Lope de Vega, +en la jorn. I de _Los Vargas de Castilla_, los recordo por boca de +Millan: + + "Adios, Sevilla soberbio..., + pan de Gandul de mi vida, + roscas de Utrera del cielo, + alcaparron como el puno, + aceitunas como el cuerpo, + _sabalos del Alamillo_...."] + +[Nota 464: Asi la edicion principe; pero quiza es errata, por _los +Zunigas_.] + +[Nota 465: _De Medina Sidonia_, quiere decir.] + +[Nota 466: Cuando estos elogios salieron a luz, el duque don Gaspar +Alonso de Guzman el Bueno habia dejado de merecerlos de todo en todo, +por un hecho harto deplorable: por la traidora confabulacion para +separar a Portugal y Andalucia de la obediencia de Felipe IV. Vease +resumida esta negra historia en mi libro intitulado _Pedro Espinosa_ +(Madrid, 1906), pags. 313 y siguientes.] + +[Nota 467: A don Francisco Zapata, conde de Barajas, se debio, en +efecto, el saneamiento de aquella parte de la ciudad que se llamaba la +Laguna, convertida por el en deleitosa alameda, hermoseada con tres +copiosas fuentes, que en 1587, cuando Morgado publico su _Historia de +Sevilla_, regaban todo el ano "los mil y setecientos arboles que, entre +alisos, alamos blancos, naranjos, cipreses y arboles de parayso, fueron +en esta Laguna plantados...." A la entrada de la nueva Alameda, sobre +grandes pedestales, se colocaron dos esbeltas columnas, gruesas de +catorce palmos en redondo y altas de cuatro estados, y encima de ellas, +respectivamente, las estatuas de Hercules, fundador de la ciudad, y +Julio Cesar, que la cerco de murallas. Toda esta obra se acabo el ano de +1574, y ha de reconocerse que salio mal su cuenta al Conde de Barajas, +pues queriendo que la hermosa Alameda sirviese para honesto solaz y +esparcimiento de Sevilla, no lo vio conseguido; antes cargo sobre ella, +especialmente en las noches de la primavera y el verano, tal turba de +mujeres perdidas y de mancebillos boquirrubios y hombres picaros y +arrufianados, que cuatro anos despues, en 1578, Vicente Espinel, que +vivio muy desbaratadamente una temporada en la ciudad del Betis, comenzo +asi la _Satira contra las damas de Sevilla_: + + "Invicto Cesar, Hercules famoso, + espeio y luz de valerosos pechos, + patrones deste suelo venturoso, + ya que permite el hado que esteis hechos + de la Alameda vigilantes guardas, + injusto premio a tan gallardos pechos...." + +Y dijo despues: + + "Vuelva Zapata y su jardin reforme; + que pues le hizo al culto de Diana, + no es bien que en puteria se transforme."] + +[Nota 468: _Disignio_, dicho un poco a la italiana; y aun +enteramente en italiano _(disegno)_ lo escribio tal cual vez el +sevillano Juan de la Cueva: + + "... quel Frances furioso + viene a nosotros con _disenos_ fieros."] + +[Nota 469: Era Tomasa, en lo tornajona, como la celebre Marica del +romance de Quevedo: + + "Tomando estaba sudores + Marica en el hospital; + _que el tomar era costumbre_ + y el remedio era sudar."] + +[Nota 470: _Como unos hermanos_, es decir, como unos cuadrilleros de +la Santa Hermandad que fuesen con requisitoria en busca de algun +malhechor.] + +[Nota 471: _Regalados_, en la acepcion de _agradables_ y +_deleitosos_ como dijo Lope de Vega: + + "Pan de Sevilla, _regalado_ y tierno, + masado por la blanca y limpia mano + de alguna que os quisiera para yerno."] + +[Nota 472: Hasta ahora han sido inutiles cuantas diligencias se han +practicado para averiguar por que se llamara _de Gallegos_ este +celebrado pan. Presumo que se apellidaria _Gallegos_ el panadero que lo +fabricaba.] + +[Nota 473: _En el,_ refiriendose _al Prado_, y claro que no _al +espejo_ como en rigor gramatical podria colegirse.] + +[Nota 474: Ocurren aqui, como en el tranco II (56, 3)[173] dos versos +en decasilabos ocasionales: + + "... _comen alas del viento por cebada, + no quiero que dejemos a Sevilla_...."] + +[Nota 475: El hallarse muy bien el Cojuelo en Sevilla conviene con +lo que Santa Teresa de Jesus dijo de esta ciudad en el cap. XXV de su +_Libro de las Fundaciones_: "No se si la misma clima de la tierra, que +he oido siempre decir _los demonios tienen mas mano alli para tentar_, +que se la debe de dar Dios, y en esto me apretaron a mi, que nunca me vi +mas pusilanime y cobarde en mi vida que alli me halle: yo, cierto, a mi +mesma no me conocia."] + +[Nota 476: _Alfaneques_ se llamaban unos halcones muy usados por los +cazadores de cetreria, y _volar_ esta dicho, no en la acepcion +germanesca de _hurtar_, como creyo el senor Bonilla, sino, aunque +figuradamente, en la cinegetica de hacer que el ave se levante y vuele. +_Breton_ si esta usado en la generica y germanesca de _extranjero_. Asi, +la frase _alfaneque de volar una bolsa de breton_ equivale a tercera a +proposito para trasponer la bolsa de cualquier extranjero incauto desde +la faldriquera de este a las sonrosadas unas de cualquiera doncellita de +alquiler.] + +[Nota 477: _Doncelliponiente_, a imitacion de _barbiponiente_ o +_barbipungente_, que se dice del mancebo a quien empieza a salir la +barba, pero tambien del principiante en una facultad u oficio. Nuestro +autor, pues, llama _doncelliponientes_ a las jovenes aun poco +experimentadas en la venta y reventa de su doncellez, y necesitadas, por +tanto, de los sabios consejos de la experta mulata.] + +[Nota 478: _Acuchillado_, esto es, abierta a trechos la tela y +puestos en las aberturas piezas fusiformes de otro tejido, de color +diferente de aquella.] + +[Nota 479: Llamaban y llamamos _cotonia_ a cierta tela hecha de hilo +de _algodon._ Son tan anejos esta tela y su nombre, que nuestro vulgo, +cuando quiere ponderar la antigueedad de un dicho o costumbre, suele +decir: "Eso es mas viejo que la _cotonia._"] + +[Nota 480: _Ponlevi_, del frances _pont levis, puente levadiza_. +"Forma especial--dice el _Diccionario_ de la Academia--que se dio a los +zapatos y chapines, segun moda traida de Francia. El tacon era de +madera, muy alto, inclinado hacia adelante y con disminucion progresiva +por su parte semicircular, desde su arranque hasta abajo." A mi ver, +huelga en esta definicion la referencia a los chapines, pues estos jamas +tuvieron tacon; al contrario, el zapato con tacon vino a sustituirlos, +dando, aunque solo en el carcanal, la altura que el chapin daba a todo +el pie. Al tacon solian llamar _talon._ Lope, en el acto I de _El +Desprecio agradecido_: + + "D. BERNARDO. Cien escudos teneis ciertos + por un zapatillo suyo. + + INES. ?Tan prestisimo? + + D. BERNARDO. Soy tierno. + + INES. Pues ?para que le quereis? + + D. BERNARDO. Para traerle aqui dentro. + + INES. Son _de ponlevi: el talon_ + os hara mal en el pecho." + +Como el _tacon,_ terminado en semicirculo pequeno, venia a acabar hacia +la mitad del largo del zapato, tal como hoy, los pies mayores parecian +diminutos, especialmente en la huella. El mismo Lope, en el acto I de +_Las Bizarrias de Belisa_: + + "TELLO. ...Hay enanas; las hay con larga trampa: + unas con pie de apostol, _consoladas + del ponlevi, que imprime poca estampa_."] + +[Nota 481: "_Escarpin_--dice el _Diccionario_ de autoridades--, +funda pequena de lienzo blanco con que se viste y cubre el pie, y se +pone debaxo de la media o calza."] + +[Nota 482: _Tapetado_, segun Covarrubias, es el cuero envesado, dado +color negro. En el auto de _La Paciencia de Job_, de autor anonimo, dice +el bobo a Satan: + + "?Mi hermano sois vos? Si tal ha parido + mi madre, yo muera vestido y calzado: + mi madre era blanca, vos sois _tapetado_...." + +Y Quevedo, describiendo una _Boda de negros_ (Musa VI): + + "Iba afeitada la novia + todo el _tapetado_ gesto + con hollin y con carbon + y con tinta de sombreros."] + +[Nota 483: _Se subia a tocar_, es decir, a _tocarse_, a arreglar su +tocado; pero, jugando del verbo _tocar_, anade lo de _tocar de la +tarantula,_ por alusion a que se hacia _tocar_ o tentar el cabello por +la _tarantula_ de sus dedos; que eso semejaban con el teclear por toda +la cabeza. No hay aqui, pues, contra lo que imaginaron los senores Duran +y Bonilla, referencia alguna a la musica o tonada llamada _de la +tarantula._] + +[Nota 484: _Espejo de armar_, expresion que el lexico de la Academia +da por anticuada, siendo asi que se uso mucho en los siglos XVI y XVII, +es--dice el _Diccionario_ de autoridades--"el que es de bastante grandor +para poder verse en el todo el cuerpo humano u la mayor parte de el".] + +[Nota 485: Leo _nigromancia_ (y no _nigromancia_, al uso de hoy), +porque en el siglo XVII aun se pronunciaba asi. Calderon, en la jorn. I +de _El Jardin de Falerina_: + + "LISIDANTE. Tu, que, sabia, la gran _piromancia_ + escribes en piramides de fuego.... + + MARFISA. Tu, que en el aire, a los conjuros ciego, + das a las aves la _eteromancia_.... + + LISIDANTE. Tu, que en sepulcros la _nigromancia_ + ejecutas...."] + +[Nota 486: Visto que el _Diccionario_ de la Academia solo dice que +_echar las habas_ es "hacer hechizos o sortilegios", el senor Bonilla ha +reparado muy justamente: "Pero claro es que los _hechizos_ o +_sortilegios_ se podian hacer de muchas maneras, y una de ellas era +_echando las habas_." Y esto advertido, cita dos versos de Quevedo, que +dicen: + + "En mi vida _eche las habas_; + antes me echaba a mi propia", + +y con ellos da por terminada su nota. Nos quedamos, por tanto, sin saber +que era _echar las habas_, aun despues de ver bien rectificada la +definicion de la Academia. + +_Echemos las habas_: quiero decir, veamos como y para que se echaban, +aunque esta nota exceda de la extension que de ordinario tienen las del +presente libro. Y para lograr bien nuestro proposito, tomemos por +maestras a las mismas gitanas que poco antes del ano 1633 (tiempo en que +ya la Rufina Maria del texto practicaba esas habilidades) tenian por +discipula, en la villa y corte de Madrid, a dona Antonia Mexia, la cual, +pesarosa, despues, de su aprendizaje, se denuncio al Tribunal del Santo +Oficio (Archivo Historico Nacional, Inquisicion de Toledo, legajo 91 de +causas, numero 176), manifestando, entre otras cosas: "Que las dichas +gitanas le ensenaron _la suerte de las habas_ en esta manera...: que +tomase nueue hauas, un poco de carbon, un grano de sal, un poco de cera, +un ochauo, un poco de piedra lumbre, un poco de acufre, un poco de pan, +un poco de pano colorado, un poco de pano acul, y que las dos de las +hauas las senalase mordiendolas, o las mas que quisiese, diciendo este +es Juan (su marido), este es Francisco, y esta Catalina, y que si +saliese la mordida, que es la persona que se quiere, junto al carbon, +significa noche; si junto a la sal, gusto; junto a cera, martelo, que +quiere decir golpe, porraco o cosa semejante; junto al ochauo, que abra +dinero; junto a la piedra alumbre, con lo colorado, sangre; y junto a +lo acul, celos; y junto al acufre, si sale con la sal, oro, y si sale +solo, pesadumbre; junto al pan, que abra comida...." + +La sentencia de otro proceso inquisitorial, dictada en 1638, acaso en +los mismos dias en que Velez de Guevara revelaba las aficiones +hechicerescas de Rufina, nos permite ver en funciones a Isabel Bautista, +natural de Sevilla, quiza trianera como la mulata huespeda del Cojuelo y +de don Cleofas (Inquisicion de Toledo, legajo 82, num. 26): "... saco una +bolsilla colorada con unas habas, y las echo, y entre ellas un poco de +pano azul, y alumbre, y un poco de carbon, y un medio real, y otro +pedazo de grana, diciendo que el pano azul significaba celos, y el +alumbre, y el carbon, noche, y el medio real, que les habian de dar +plata, y echo vn maravedi, que significaba que les habian de dar +cuartos, y el pano de grana, alegria, todo lo qual echo sobre vn pano +colorado, y las dichas habas traya a la mano halagandolas "hijitas mias, +decid la verdad", y luego las soltaba, y en cayendo las habas las decia: +"Rociadas con el rocio del cielo", y hablaba entre dientes, que no se le +entendia lo que decia, y volvio a decir: "Vosotras decid la verdad, que +la decis mas que el Evangelio"; y a la dicha muger le dijo senalando +vnas habas: "Este es tu padre, esta eres tu y esta tu madre; ya viene +por el camino; muy pronto le veras", senalando entre las habas y las +demas cosas el camino que decia por donde venia." La propia Isabel +Bautista habia declarado en su confesion "... que era verdad que echo +las habas, y que eran nueve pares, todas senaladas cual era macho y +hembra; que echaba ademas una haba partida y que las palabras que decia +entre dientes eran santas y buenas, porque decia: + + "Con San Pedro y San Pablo + y el apostol Santiago + y con el bienaventurado San Cebrian, + suertes echasteis en la mar; + muertas las echasteis, + vivas las sacasteis; + asi me saqueis + vivas y verdaderas estas suertes. + Si fulano ha de venir, + salga en camino"; + +que era hacer camino las habas, apartandose unas de otras, que era que +venia la persona que esperaban, y si se juntaban, era que no venia, y si +salia el haba junto al carbon, era que venia de noche, y si junto al +pano colorado, era alegria, y si junto a la sal, que habian de tener +gusto, y si junto al ochavo, que le darian dineros, y si salia el haba +junto al haba partida, era ropa que le habian de dar...." Tambien solian +echar entre las demas cosas un pedazo de yeso blanco, que significaba +dolor, y un cantillo redondo de haba, que representaba a la iglesia. +Algunas echadoras de habas, antes de empezar a practicar con ellas, las +bautizaban, metiendolas en las pilas del agua bendita de tres templos, y +el conjurarlas antes de echarlas era constante, metieranlas o no en la +boca. Dona Catalina Marquez de Avalos, mujer del capitan Francisco +Alonso de la Serna (Madrid), compareciendo a delatarse de su voluntad en +1631 (Inquisicion de Toledo, leg. 90, num. 161), manifesto, entre otras +cosas, que decia a las habas, teniendolas en la boca: + + "Hijas amadas, + hijas queridas, + por el labrador que os sembro, + por la tierra en que estuvistes, + por San Pedro, por San Pablo, + por el apostol Santiago, + por el mar, por las arenas, + por San Cebrian, + que echo suertes en la mar, + que ansi como le salieron ciertas y verdaderas, + ansi me digais lo que os quiero preguntar."] + +[Nota 487: Para el senor Bonilla, _andar el cedazo_ es "lo mismo que +_adivinar por tela de cedazo_", especie que quiso justificar con el +_Diccionario_ de autoridades, segun el cual es "el ejercicio de la arte +magica, cuando el demonio hace que los profesores de esta diabolica +ciencia, mirando por un cedazo, vean las cosas que estan muy distantes, +ocultas, o por venir, a lo cual llamo la gentilidad _coscinomancia_". +Pero no solo ahi esta la frase con que el senor Bonilla intento explicar +lo de _andar el cedazo: "adivinar por tela cedaco_--dice Covarrubias, +art. _cedaco_--es dezir lo que claramente se ve y se entiende ser assi, +porque como dize otro Proverbio, muy ciego es el que no ve por tela de +cedaco." Con todo esto, pues _ver_ uno una cosa _por tela de cedazo_ +significa, segun el lexico actual de la Academia, "verla o entenderla +confusamente, o juzgarla, no como es en si, sino como se la presenta su +pasion o preocupacion", voy a demostrar que en este punto el +_Diccionario_ de autoridades y cuantos le han seguido _vieron por tela +de cedazo_. Con acudir a nuestra literatura bastaria, y aun sobraria +mucho, para convencerse de que _andar el cedazo_ no es ni lejano +pariente de _adivinar_, ni de _ver, por tela de cedazo_, y aun el +mencionarselo casi siempre con el _echar las habas_ da, por si solo, +clara sospecha de ser otra especie de sortilegio. Cervantes, en la +cantaleta del acto I de _El Rufian dichoso_: + + "...La que en darse a si excedio + a las godenas mas francas; + _la que echa por cinco blancas + las habas y el cedacillo_...." + +Tirso de Molina, en el acto 1 de _En Madrid y en una casa_: + + "MAJUELO. iLo de Toledo ha sabido + tambien! iVive Dios que _ha habido + haba y cedazo_!" + +Y Ruiz de Alarcon, en el acto II de _La Cueva de Salamanca_: + + "LUCIA. ?Hay alguna que no tenga, + si ausente o celosa esta, + un poco de _echar las habas_ + y un mucho de conjurar + _el cedacillo_, el rosario + (que de eso les sirve ya) + el chapin y la tijera, + espejo de agua o cristal...." + +Pero si estos ejemplos indican sobradamente que lo _del cedazo_ era un +sortilegio, que jamas podria hacerse mirando al traves de la tela, +estotras citas demostraran muy claro que tal sortilegio se hacia +_moviendo_ o _moviendose, el cedazo_, cosa que ya se echaba de ver por +la expresion _andar el cedazo_, usada por Velez de Guevara. Agustin de +Rojas, en el libro I de _El Viaje entretenido_, cuenta que las +hechicerias de una vieja su amiga vinieron a parar en que la +encorozaron, y despues, ida a Antequera, "cogieronla _haciendo bailar un +cedazo y echando unas habas_, y dieronle otros doscientos tocinos". +Mateo Aleman dice en su _Guzman de Alfarache_, parte II, libro III, cap. +III: "Respondame por vida de sus ojos..., si pasando la raya sin rebozo +ni temor de Dios, _no dejo cedazo con sosiego, ni habas en su lugar, que +todo no lo hizo bailar_, por malos medios y con palabras detestadas y +prohibidas por nuestra santa religion...." Y, en fin, Quevedo, en el +soneto referente a una hechicera antigua, que deja sus herramientas a +otra reciente (Musa VI): + + "Esta redoma rebosando babas, + _el cedazo que sabe hacer corvetas_, + estas que se metieron a profetas, + con poco miramiento, siendo _habas_...." + +Ahora bien, ?quiere el lector ver que corvetas eran las que sabia hacer +el cedazo de la vieja de Quevedo? Pues sin ninguna clase de hechiceria +nos lo va a revelar Maria Lopez, que era vecina de Malagon por los anos +de 1625; la cual, dando su declaracion en causa contra Ana Hernandez +(Inquisicion de Toledo, legajo 88, num. 117), manifesto que esta Ana le +pidio un cedazo y unas tijeras, y preguntandole para que los queria, +dijo que tenia un mozo en Almagro y deseaba saber si la esperaba o si +habia de venir; "y tomo las tisseras y las hinco en el aro del cedazo la +una punta, asiendo en la mano el anillo de la misma punta de la tissera, +y la otra tissera puesta en cruz, colgando el cedazo dellas, y diciendo +unas palabras que esta declarante no entendio, anduvo el cedazo muy +recio a la redonda, y le dixo la susodicha: "Yo me voy manana, que me +esperan"; y quando no era ansi lo que queria, se estaba quedo el +cedazo". + +Las palabras que Maria Lopez no habia entendido eran el conjuro propio +del sortilegio. Tengo hasta cuatro o cinco versiones de el, halladas en +otros tantos procesos inquisitoriales; pero las dejo a un lado, +prefiriendo una recogida de la tradicion oral en nuestros dias, de boca +de ciertos gitanos errantes, por mi buen amigo don Pedro Diaz Cassou, +excelente folklorista murciano, con el nombre de _Orasion der seaso_. +Dice asi: + + "San Simon, + suerte quiero arcansa, + que me digas la berda, + las tijeras estan agarras; + en er seaso estan clavas; + personas que reselo boy a nombra; + que ande er seaso si la sospecha es berda. + San Simon que lo sabe lo declarara. + Entro y consiento en er pauto cremina." + +?Esta ahora bien claro que _andar el cedazo y adivinar por tela de +cedazo_ son dos cosas distintas, aunque el cedazo sea un solo cedazo +verdadero?] + +[Nota 488: Ruiz de Alarcon, en el acto I de _Mudarse por mejorarse_, +explicaba asi la razon del nombre de esta calle: + + "LEONOR. i_Calle Mayor_! ?Tan grande es, + que iguala a su nombre y fama? + + D.ª CLARA. Direte por que se llama + _la calle Mayor_. + + LEONOR. Di, pues. + + D.ª CLARA. Filipo es el rey mayor, + Madrid, su corte, y en ella + la mayor y la mas bella + calle es la _calle Mayor_. + Luego ha sido justa ley + _la calle Mayor_ llamar + a la mayor del lugar + que aposenta al mayor rey."] + +[Nota 489: Hoy diriamos _es mesa_, sin repetir el _que_ de la linea +anterior. De este _que_ superfluo trate largamente en una nota del +_Quijote_ (I, 229, 16).] + +[Nota 490: Por eso se llamaron caballeros _de la Tabla Redonda_ +aquellos de que se acompanaba el rey Artus.] + +[Nota 491: Bien se echa de ver que el Cojuelo mostro a Rufina Maria +la calle Mayor en una de las tardes que en Madrid llamaban _de rua_. +Mesonero Romanos, en _El Antiguo Madrid_, tomo I, pag. 265, tratando de +la estancia del Principe de Gales en la coronada Villa, cuando en 1623 +vino a ofrecer su mano a dona Maria, hermana de Felipe IV, dice: "El +domingo siguiente hubo _rua o paseo por la calle Mayor_, a que asistio +gran concurso de principes y magnates en sus carrozas, y todas las +hermosas de la Corte".] + +[Nota 492: _Con tanto ojo_, eliptico, por _con tanto ojo abierto_, +frases que faltan en el _Diccionario_.] + +[Nota 493: Ocasionalmente ocurren aqui, como pocas paginas atras +(205, 23)[474], dos versos endecasilabos: + + "... _que con los malos terminos se abrasa, + y con los agasajos se destempla_!"] + +[Nota 494: Dice _de dos yemas_, como de los huevos nombrados asi, +bien que la _litera_, por lo comun, tenia dos asientos. "Es--nota el +_Diccionario_ de autoridades--de la misma hechura que la silla de manos, +algo mas prolongada, y con dos assientos, aunque algunas veces no los +tiene, y en su lugar se tienden colchones, y en este caso va recostado +el que la ocupa. Llevanla dos machos, mulas o caballos, afianzadas las +varas en dos grandes sillones."] + +[Nota 495: Asi en la edicion principe, por _Eliche_.] + +[Nota 496: _Alcanizas_ en la edicion original, por _Alcanices._] + +[Nota 497: Mejor sintaxis fuera esta: y _grande hombre de a caballo_ +en entrambas sillas. Alude a las dos maneras de cabalgar: la brida y la +jineta. Recuerdese lo dicho en nota de los preliminares (9, 6)[49].] + +[Nota 498: Dice _Simancas_, por decir con alguna novedad +_archivos_.] + +[Nota 499: En la edicion original, sin duda por yerro, _de vna misma +edad y al parecer que lleuan_....] + +[Nota 500: _Espumando sangre generosisima_, como _espumando valor_ +en el tranco I (22, 5) [Nota del transcriptor: "Don Cleofas, espumando +valor, prerrogativa de estudiante de Alcala, le dijo:"].] + +[Nota 501: _A si mismos_, diriamos hoy.] + +[Nota 502: Hace aplicacion, algo violentamente, del cabalgar en +ambas sillas, de la brida y de la jineta, a la destreza en ambas +espadas, negra y blanca. Deslizaronsele aqui a Velez no menos de cinco +versos octosilabos involuntarios: + + "_... don Francisco de Mendoza, + gentilhombre cortesano, + favorecido de todos + y diestro en entrambas sillas + de la espada blanca y negra._"] + +[Nota 503: _Hallara_, en la edicion principe, pero sin duda es +errata, por _hallara_.] + +[Nota 504: Es manera topica de alabanza. En el _Quijote_ (II, 17), +dice el Caballero del Verde Gaban al Ingenioso Hidalgo: "... entiendo +que si las ordenanzas y leyes de la caballeria andante _se perdiesen, se +hallarian_ en el pecho de vuesa merced como en su mismo deposito y +archivo."] + +[Nota 505: El senor Bonilla corrigio _Ildefonso_, notando al pie de +la pagina que el texto original dice _Ilefonso_. E _Ilefonso_ se decia, +y se escribia, y se estampaba. Rector del Colegio de San _Ilefonso_, de +Sanlucar de Barrameda, se llamo Pedro Espinosa en las portadas de sus +obras _Espejo de cristal (1625), El Perro y la Calentura (1625), Elogio +al retrato de ... don Manuel Alonso Perez de Guzman el Bueno ... (1625), +Panegirico a la ... ciudad Antequera_ (1626) y _Pronostico +judiciario_ ... (1627).] + +[Nota 506: _Velmar_, por _Bedmar_.] + +[Nota 507: _Ladrada,_ por _la Adrada_.] + +[Nota 508: _Najara_, por _Najera._] + +[Nota 509: Jeronimo de Quintana, en su _Historia de la antigueedad, +nobleza, y grandeza de la villa de Madrid_ (Madrid, Imprenta del Reyno, +M.DC.XXIX), fol. 376 vto., menciona muchas casas "de grandes senores +fabricadas con sumptuosidad, hermosura y grandeza", y, entre ellas, "las +del Conde de Onate, en la calle Mayor". Y Mesonero Romanos, en _El +Antiguo Madrid_, tomo I, pag. 259, dice: "Esta casa-palacio, una de las +mas espaciosas e importantes de la grandeza, debio ser construida a +fines del siglo XVI, si bien la portada y balcon principal son obra del +XVII o principios del pasado, al estilo apellidado _churrigueresco_". +Demolido este edificio pocos anos ha, para ensanchar la calle Mayor, su +portada, sueltas pero numeradas las piedras de que se compone, espera, +en el jardin del Museo Arqueologico Nacional, que se determine donde ha +de levantarse de nuevo, para conservarla como preciada muestra del +estilo arquitectonico a que pertenece.] + +[Nota 510: Como antes (230, 22) dijo _Simancas_, por decir con +novedad _archivos_, ahora dice _Mercurio Mayor_, por no decir _Correo +Mayor_. Sabido es que Mercurio fue, no ya el correo, sino hasta el +correveidile y terceruelo de los dioses.] + +[Nota 511: Se refiere al celebre _mentidero_ de Madrid, del cual, en +el cap. I del _Viage del Parnaso_, fol. 3 vto. de la edicion principe, +se habia despedido Cervantes diciendo: + + "A Dios de san Felipe el gran passeo, + donde si baxa o sube el Turco galgo + como en Gazeta de Venecia leo." + +Moreto, en la jorn. I de _De fuera vendra_..., pinta admirablemente, por +boca de un alferez, cuan rapidamente crecia la diaria almaciga de +embustes en las famosas Gradas: + + "ALFEREZ. Mas al despique apelo; + que yo con estas gradas me consuelo + de San Felipe, donde mi contento + es ver luego creido lo que miento. + + LISARDO. iQue no sepais salir de aquestas gradas! + + ALFEREZ. Amigo, aqui se ven los camaradas. + Estas losas me tienen hechizado; + que en todo el mundo tierra no he encontrado + tan fertil de mentiras. + + LISARDO. ?De que suerte? + + ALFEREZ. Crecen tan bien aqui, que la mas fuerte + sembrarla por la noche me sucede, + y a la manana ya regarse puede. + + LISARDO. De vuestro humor, por Dios, me estoy riendo. + + ALFEREZ. Por la manana yo, al irme vistiendo, + pienso una mentirilla de mi mano, + vengo luego, y aqui la siembro en grano, + y crece tanto, que de alli a dos horas + hallo quien con tal fuerza la prosiga, + que a contarmela vuelve con espiga. + Aqui del Rey mas saben que en palacio; + del Turco, esto se finge mas de espacio, + porque le hacen la armada por diciembre, + y viene a Espana a fines de setiembre...."] + +[Nota 512: En la edicion principe, sin duda por yerro del impresor, +se lee asi, y lo mismo en las del senor Bonilla: "?Que entierro es este +tan sumptuoso, _pregunto don Cleofas, que passa por la calle Mayor, que +estaua tan aturdido...._"] + +[Nota 513: El lujoso entierro del Astrologo seria, _plus minusve_, +como aquel que pinta Quevedo en _El mundo por de dentro_: "En esto, +llegamos a la calle Mayor.... Tomamos puesto conveniente para registrar +lo que pasaba: fue un entierro, en esta forma: venian envainados en unos +sayos grandes de diferentes colores unos picaros, haciendo una taracea +de munidores. Paso esta recua incensando con las campanillas; seguian +los muchachos de la Dotrina, meninos de la muerte y lacayuelos del +ataud, chirriando la calavera; seguianse luego doce galloferos, +hipocritas de la pobreza, con doce hachas, acompanando el cuerpo y +abrigando a los de la Capacha, que, hombreando, testificaban el peso de +la difunta...."] + +[Nota 514: Como si dijera, tal como suele decirse: _iCon su pan se +lo coma!_] + +[Nota 515: Vendiase, en efecto, mucha fruta en la Puerta del Sol.] + +[Nota 516: El antiguo Hospital Real de Corte se llamo, como su +iglesia, _del Buen Suceso_, por una imagen de la Virgen que bajo tal +advocacion se veneraba en ella. "Esta plaza--dice Mesonero Romanos _(El +antiguo Madrid_, tomo II, pag. 115)--, o mas bien espaciosa encrucijada +de las diversas calles principales de la poblacion, presentaba la figura +que todos recordamos, de un prolongado trapecio, y se hallaba dominada +en su frente principal, entre las calles de Alcala y San Jeronimo, por +la modesta fachada de la iglesia del Buen Suceso, la cual, antes de la +ocupacion francesa, estaba algo mas decorada, y tenia una pequena lonja +o atrio con verjas de hierro. Delante de ella estaba la famosa fuente +churrigueresca de principios del siglo pasado, y que reemplazo a otra no +menos extravagante, si hemos de creer a la vista de ella que estampa +Alvarez Colmenar en la obra titulada _Annales d'Espagne et de Portugal_. +Una y otra estuvieron coronadas por la estatua de Venus, no la Medicea, +de Pafos o de Citeres, sino la celebre _Mariblanca_, que hoy yace +relegada a la plazuela de las Descalzas."] + +[Nota 517: Dice Mesonero (_El antiguo Madrid_, tomo I, pag. 291) que +el convento de la Victoria, con su iglesia, huerta y tahona ocupaba gran +parte de una manzana, y dio lugar con su derribo (1836) a la formacion +de la calle de Espoz y Mina, al ensanche de la de la Victoria, y a la +construccion entre ambas de las manzanas de casas de los senores +Mariategui y Mateu, pasaje o galeria cubierta, y otros varios edificios. +Los lugares respectivos de la Victoria y de la fuente del Buen Suceso +estan bien indicados en los siguientes versos de Tirso de Molina (_Por +el sotano y el torno_, acto II): + + "D. DUARTE. Salieron las dos hermanas, + que, a ser tres como eran dos, + las tres Gracias en mentira + fueran verdaderas hoy. + + De las manos y tapadas, + hacia la Puerta del Sol + echaron, y yo tras ellas + siguiendo sus pasos voy. + Llegamos al Buen Suceso + (bueno me lo de el amor), + por las gradas de la fuente + ellas, por la puerta yo + frontera de la Victoria...." + +Hartzenbusch, al llegar aqui, pone esta nota. "_Ventana_, dice la +edicion que seguimos; pero es claro que se habla de la puerta del Buen +Suceso, frente a la calle de Espoz y Mina, cuya entrada era antes la +lonja del convento de la Victoria."] + +[Nota 518: _Estar_, por _ser_, como en mas de un lugar del _Quijote_ +(I, 292, 7; III, 333, 16, etc.).] + +[Nota 519: Asi solian decir al ver a un nino, refiriendose al mal de +ojo, las que iban, o podian ir, para brujas. Esto, cuando con el propio +intento no le daban una higa, porque, como decia Covarrubias, "tambien +es cosa vsada al que ha parecido bien darle vna higa diciendo: toma para +que no os ahogen (_aojen_)". Igualmente se hacia y se decia esto por via +de pulla, y asi Feliciano de Silva, por boca de Elicia, en la cena XXXIX +de la _Segunda comedia de Celestina_: "iAl diablo la vieja, que no se +contenta con cuanto ha ganado conmigo, sino que si tengo amor a uno, no +le tengo de osar mirar! _iToma para tus ojos_: que yo le hablare aunque +te pese...!"] + +[Nota 520: En la edicion principe, _guedegas_, por evidente errata, +que copia el senor Bonilla.] + +[Nota 521: _Despues que_, equivaliendo a _desde que_, usadisimo en +los siglos XVI y XVII, como adverti mas de una vez en mis notas al +_Quijote_ (I, 265, 8; II, 74, 4; III, 124, 17; IV, 282, 12, etc.).] + +[Nota 522: Siguiendo su alegoria, dice _dar grada_, por alusion a la +_grada_ o escano corrido que en el teatro ocupaban las mujeres.] + +[Nota 523: Alude a la costumbre, general en algunas naciones, de +saludarse besandose publicamente hombres y mujeres, de la cual decia +Juan Minsheu, por boca de Guillermo, en el sexto de sus _Pleasant and +delightfvll dialogves in Spanish and English_ ... (Londres, Edm. +Bellifant, 1599), pag. 51: "Yo para mi tengo que la mayor causa de la +desolucion en algunas mugeres de Ynglaterra es esta costumbre de +besallas en publico, por que con esto pierden la verguenca y a el +tocamiento del beso, les entra vn veneno que las ynficiona". Y poco +despues: + +"EGIDIO. ?En Espana no se vsa besar los hombres a las mugeres? + +DIEGO. Si, besan los maridos a sus mugeres, y esto alla detras de siete +paredes, donde aun la luz no los pueda ver. + +GUILLERMO. Es porque los espanoles son demasiadamente celosos. + +ALONSO. No, sino porque somos tan trabiessos, que no hemos menester este +apetito para hacer mil malos recaudos. ?Que seria si tubiessemos essa +ocasion?"] + +[Nota 524: _La calle Mayor_ y _el Prado_: en estas dos universidades +estudiaban discrecion y cortesania los galanes y las damas de Madrid. +Lope de Vega, en el acto II de _El Desconfiado_: + + "PEDRO. ...Que una mujer en la Corte + es imposible ser necia, + y mas cuando ella se precia + de que esta fama le importe; + pues para tomar el grado + de doctas, gastan, senor, + _cursos de calle Mayor + y cuodlibetos del Prado"_. + +El enamorado, pues, tenia ambos lugares, _la calle Mayor_ o _Carrera_ y +_el Prado de San Jeronimo,_ por estaciones principalisimas de su diaria +devocion. Calderon de la Barca, en la jorn. I de _Hombre pobre todo es +trazas_: + + "D. DIEGO. Por la manana estare + en la iglesia a que acudis; + por la tarde, si salis, + en _la Carrera_ os vere; + al anochecer, ire + _al Prado_, al coche arrimador + luego, en la calle embozadador + ved si advierte bien mi amor + horas de _calle Mayor_, + misa, reja, coche y _Prado_." + +De este paseo se lee en la _Primera y segunda parte de las grandezas y +cosas notables de Espana_, de Pedro de Medina, corregidas y ampliadas +por Perez de Mesa, fol. 205: "A la otra mano derecha del mismo +monasterio [de San Jeronimo], saliendo de las casas, ay otra alameda +tambien muy apacible, con dos ordenes de arboles, que hazen vna calle +muy larga hasta salir al camino que llaman de Atocha.... Llaman a estas +alamedas _el prado de san Hieronymo_, donde de invierno al sol y de +verano a gocar de la frescura, es cosa muy de ver y de mucha recreacion +la multitud de gente que sale, de vicarrisimas damas, de bien dispuestos +caualleros, y de muchos senores y senoras principales, en coches y +carrocas. Aqui se goza con gran deleyte y gusto de la frescura del +viento todas las tardes y noches del estio, y de muchas buenas +musicas...."] + +[Nota 525: Asi en la edicion principe, aunque sin acentuar el +pronombre, pues no se acostumbraba hacerlo. El senor Bonilla leyo +equivocadamente: "que otro dia le ensenaremos en el rio de Mancanares", +diciendo abajo en nota: "El texto repite "el". Claro es que no se +trataba de ensenar _el espejo en el rio_, como parece haber entendido el +senor Bonilla, sino de ensenar _el rio en el espejo_.] + +[Nota 526: _Y pasa el verano de noche_, es decir, _y pasa durante el +verano de noche_.] + +[Nota 527: Compara Velez el Manzanares con la moneda de Navarra, o +_navarrisca_, que no era de curso legal en Castilla, pero que solia +pasarse de noche, a favor de la poca luz, como las monedas chanflonas de +que trate en nota del tranco I (18, 5)[76]. La voz _navarrisco_ falta en +el _Diccionario_ de la Academia, aun habiendo sido de uso muy corriente. +Juan de Castellanos, _Elegias de varones ilustres de Indias_, parte II, +_Elogio de Rojas,_ canto IV: + + "... y el _navarrisco_, que por ellas muere, + dijo que le dara cuanto pidiere."] + +[Nota 528: _Caudal_, como adjetivo, equivalente a _caudaloso_.] + +[Nota 529: Otros dijeron que el Manzanares, tan merendado, cenado y +concurrido de gente, era rio que lo tenia todo, excepto rio. Calderon, +en la jorn. I de _Fuego de Dios en el querer bien_, refiriendose a las +orillas del Manzanares en una tarde de julio: + + "D. ALVARO. Aqui cantan, alli bailan, + aqui parlan, alli gritan, + aqui rinen, alli juegan, + meriendan aqui, alli brindan: + pais tan hermoso y vario, + que para ser la Florida + estacion de todo el orbe + la mas bella, hermosa y rica, + _solo al rio falta el rio_; + mas ya es objecion antigua." + +Y Lope de Vega habia comenzado asi un soneto de _Burguillos_ en que +_Lamentase Manzanares de tener tan gran puente:_ + + "Quitenme aquesta puente que me mata, + senores regidores de la villa; + miren que me ha quebrado una costilla: + que, aunque me viene grande, me maltrata."] + +[Nota 530: No se a que conseja o cuentecillo se refiere aqui don +Cleofas. A no pedir lo del ahogarse que las ayuntadas fuesen _ranas_, se +podria sospechar que estaba errado el texto, por _ratas_. A lo menos, en +Andalucia es muy vulgar la desenfadada expresion: _iAl ... diablo, +ratas; que se quemo el molino_!] + +[Nota 531: A este escudo se habia referido Lope de Vega en el acto +II de _El Anzuelo de Fenisa_: + + "ALBANO. ...Tiene el Duque de Medina + (ya entenderas que es Sidonia) + justo a su casa en Sevilla + un corredor de pelota.... + Tiene aqueste corredor, + no enfrente, sino en la popa, + las armas de los Guzmanes, + y sobre el timbre y las hojas + que con diversos penachos + cercan el escudo y orlas, + al gran don Alfonso Perez + de Guzman que el Bueno nombran, + sobre el muro de Tarifa, + que al moro la daga arroja + para que mate a su hijo + (idivina hazana espanola!), + y debajo de las armas, + aquella sierpe espantosa + que mato en Africa, haciendo + la hazana de Hercules corta...."] + +[Nota 532: Del Conde de Salvatierra trate en el prologo.] + +[Nota 533: _De buena capa_, es decir, _de buena apariencia_. Tambien +se decia _de buena ropa_.] + +[Nota 534: Puntuo como la edicion principe: _"... con mantos, de +medio ojo_, sentadas en el suelo"; esto es, _tapadas de medio ojo_, que +era una de las maneras de taparse, y no _con manto de medio ojo_, como +lee el senor Bonilla, porque nunca hubo tal suerte de mantos. De las +mujeres sevillanas decia Alonso Morgado (pag. 142 de su _Historia de +Sevilla_): "Vsan el vestido muy redondo, precian se de andar muy +derechas y menudo el passo, y assi las haze el buen donayre y gallardia +conocidas por todo el Reyno, en especial por la gracia con que se +locanean _y se atapan los rostros con los mantos, y miran de vn ojo"_. +?De donde vino el taparse de esta manera? A esto responde fray Juan de +la Puente, recordado por Antonio de Leon Pinelo en su curioso libro +_Velos Antiguos i modernos en los rostros de las mugeres, sus +conueniencias, y danos_ ... (Madrid, Juan Sanchez, 1641), fol. 47 vto.: +"De los Arabes tomaron las mugeres espanolas el _taparse de medio ojo_, +de lo qual las alaba Tertuliano...." Y anade Leon Pinelo (fol. 48) que, +"como las Moriscas siempre andavan tapadas con sus almalafas o sabanas +blancas..., en vistiendose a lo Espanol, convirtiendolas en los mantos +negros, dieron en taparse con ellos del modo que solian con las +sabanas.... I como es uso garvoso, lascivo, alegre i (como dezimos) de +garavato, i las Moriscas, por ser todas de excelentes ojos, andavan assi +mas briosas i apuestas que las Espanolas, i estas avian comencado, ya +desde antes del ano de MDxxvj, a agradarse del Tapado, i a usarle +tambien, confundiendose por este modo las unas con las otras, llego a +introduzirse del todo por este de sesenta i seis o sesenta i siete +[alude a una pragmatica sobre mudar de trajes los moriscos, promulgada +en 1566]: i fue con tanto excesso, que veinte anos despues, en las +Cortes de Madrid de MDxxxvj, se trato de su prohibicion, que se promulgo +la vez primera por ley el de noventa...." El _taparse de medio ojo_, +aunque se extendio por casi toda Espana y fue comunisimo en la Corte, +era senaladamente sevillano. Asi Lope, en el acto I de _Las Bizarrias de +Belisa_: + + "Ponte _el manto sevillano; + no saques mas de una estrella_...." + +Y Tirso de Molina, en el acto I de _El Amor medico_, cuya accion pasa en +Sevilla: + + "?Que quieres que diga? + Cada cual su rumbo siga: + tu amor, tu; yo, a la tapada; + que el diablo del sombrerete, + que parece tajador + de aldea, para mi humor + tiene no se que sainete + que alienta mis disparates. + iOh anascote, oh caifascote, + oh basquina de picote, + oh ensaladas de tomates + de coloradas mejillas, + dulces a un tiempo y picantes! + ioh chapines, no brillantes, + mas negros y con virillas! + iOh _medio ojo_ que me aojo! + iOh atisbar de basilisco! + iOh _tapada a lo morisco_! + iOh fiesta, y no de la O!" + +La costumbre de taparse las mujeres, de medio ojo, o derribando el manto +hasta la barba, y aun hasta el pecho, arraigo tanto, que en balde fue +objeto de reiteradas prohibiciones en el ultimo tercio del siglo XVI y +en el primero del siguiente. Por el citado capitulo de Cortes de 1586 se +prohibio que las mujeres anduviesen tapadas, y sobre su observancia y +cumplimiento se publico una pragmatica en 1594, mandada guardar por otra +de 1600, que es la ley XIV, cap. XX, tit. XII, libro VII de la _Nueva +Recopilacion_; pero como, aun asi, esto no se cumplia, por otra +pragmatica, dada en Madrid a 12 de abril de 1639, se mando "que en estos +Reinos y Senorios todas las mugeres de qualquier estado y calidad que +sean anden descubiertos los rostros, de manera que puedan ser vistas y +conocidas, sin que en ninguna manera puedan tapar el rostro en todo ni +en parte con mantos ni otra cosa...," y que, ademas de la pena de tres +mil maravedis que se habia impuesto por las pragmaticas y leyes +anteriores, "por la primera vez caigan e incurran en perdimiento del +manto y de diez mil marauedis, aplicados por tercias partes, y por la +segunda, los dichos diez mil marauedis sean veinte, y se pueda imponer +pena de destierro, segun la calidad y estado de la muger".] + +[Nota 535: La academia sevillana a que alude Velez debio realmente +de existir; pero de ella no han quedado mas noticias que las que aqui da +nuestro autor. Asi, pues, mi docto amigo don Joaquin Hazanas, en su +_Noticia de las Academias Literarias, Artisticas y Cientificas_ de los +siglos XVII y XVIII (Sevilla, 1888), se limito, en cuanto a la de la +calle de las Armas, a resenar el pasaje del escritor ecijano.] + +[Nota 536: Antonio Ortiz Melgarejo habia nacido en 1580, pues al +declarar (diciembre de 1637) en las pruebas de Juan Antonio del Alcazar +y Zuniga para el habito de Calatrava, dijo tener cincuenta y siete anos. +Por esta declaracion consta que, en efecto, era presbitero y del habito +de San Juan (Archivo Historico Nacional, Pruebas de Calatrava, num. 72, +fols. 81 y 82).] + +[Nota 537: Que negocios fueran estos no se sabe; pero si que por los +anos de 1635 y 1637 se representaron en Sevilla algunos autos del Corpus +compuestos por Cubillo de Aragon, por los cuales la ciudad le libro +ciertos dineros (Sanchez-Arjona, _Noticias referentes a los anales del +Teatro en Sevilla desde Lope de Rueda hasta fines del siglo XVII_, +Sevilla, 1898, paginas 300 y sigts.).] + +[Nota 538: Lo poco que se sabia de Blas de las Casas Ales, y algo +mas que logre averiguar, esta resumido en mi libro _Pedro Espinosa_ +(Madrid, 1906), pags. 270 y 277. Ademas, de un curioso papel inedito +suyo di noticia, y aun copia, al fin de las _Obras de Pedro Espinosa_ +(Madrid, 1909), pags. 409 y sigts.] + +[Nota 539: Don Cristobal de Rozas, quizas antequerano, fue autor de +tres obras dramaticas citadas por Barrera en su _Catalogo bibliografico +y biografico del Teatro antiguo espanol_.... De don Diego de Rosas puede +presumirse que sea el don Diego de Rosas y Argomedo citado en el mismo +_Catalogo_ como autor de la comedia _Donde hay valor, hay honor_, cuyo +manuscrito poseyo don Agustin Duran, bien que la misma obra fue impresa +con otras de diversos autores en Zaragoza, 1640, bajo el nombre de _don +Diego de Rojas_.] + +[Nota 540: _Dragmatico_ en la edicion original.] + +[Nota 541: Don Garcia de Salcedo y Coronel es escritor muy conocido +en nuestra republica de las letras por sus diversas colecciones de +poesias, y aun mas que por ellas, por sus comentos de Gongora. Tuvo +estrecha amistad con Velez, cuya muerte lamento en dos composiciones +insertas en sus _Cristales de Helicona_ (1649).] + +[Nota 542: _Primero_, en la acepcion de _sobresaliente_.] + +[Nota 543: _Sujeto_, en su acepcion, hoy poco usada, de _materia_, +_tema_ o _asunto_.] + +[Nota 544: Llamabase esta celebrada poetisa dona Ana Caro de Mallen, +y de ella dio curiosas noticias don Manuel Serrano y Sanz en sus +_Apuntes para una Biblioteca de Escritoras espanolas desde el ano 1401 +al 1833_ (Madrid, 1903), y aun reprodujo algunos de sus trabajos.] + +[Nota 545: _Decima musa andaluza_ se la llama en el epigrafe de su +comedia _El Conde de Partinuples,_ publicada en el _Laurel de Comedias +de diferentes autores. Quarta parte_ (Madrid, Imprenta Real, 1653). Fue +muy frecuente esta denominacion de _decima musa_. Garcilaso, al +principio de uno de sus sonetos: + + "Ilustre honor del nombre de Cardona, + _decima moradora del Parnaso_..."; + +y dijo el Brocense en su comento: "Muchos han usado esta frasi, de +llamar a la damas doctas _Decima Musa_ o _Quarta Gracia,_ siendo las +Musas nueve y las Gracias tres...." Lope de Vega habia escrito en 1604, +en la _Representacion moral del Viaje del alma_: + + "...Dona Oliva de Nantes, _musa decima_, + y dona Valentina de Pinedo, + la _cuarta gracia_, o verso o prosa escriba." + +Y anos despues, en la silva II del _Laurel de Apolo_, dijo de Juliana +Morella: + + "...Porque mejor por ti, _que has hecho cuatro + las Gracias, y las Musas diez_, pudiera + que por Safo Antipatro + decir aquella hiperbole...."] + +[Nota 546: En efecto, el soneto que a continuacion lee don Cleofas +habia sido escrito por Velez a la mascara que indica, celebrada en la +noche del domingo 15 de febrero de 1637, y lo leyo por via de +introduccion a la oracion que hizo en el certamen literario que presidio +el viernes siguiente.] + +[Nota 547: Comento Duran y copio Bonilla, acerca de este +_masebarrilete:_ "Segun el sentido del periodo, puede entenderse que +habla del Sota u oficial mayor del sastre. Acaso Barrilete sea algun +personaje que haga papel de oficial de sastre en algun entremes o en +alguna jacara. Si asi fuere, el autor habra usado de dicha palabra +aludiendo al personaje popularizado en la escena comica o en el romance +popular."] + +[Nota 548: De las acepciones de _adolecer_ que hallo en los lexicos, +la que menos desconviene a este pasaje es la de "aficionarse o +apasionarse por alguna cosa o por algun sujeto", y aun esta no +satisface.] + +[Nota 549: A lo que creo, _Doctor_ es errata, por _Rector_, pues sin +duda se refiere a Bartolome Leonardo de Argensola, que tuvo esa +_rectoria._] + +[Nota 550: Refierese Velez de Guevara a la renombrada _Academia de +la Crusca_, fundada en Florencia en el siglo XVI.] + +[Nota 551: _Templada sin sentillo_ es gentil encarecimiento, pues el +oir templar un instrumento fue siempre cosa harto molesta, por lo cual +don Guillen de Castro hizo decir a un rey en la jornada I de _El Amor +constante_: + + "Cante, pues, lo que cantare, + muy melancolico sea, + _y no temple, porque es cosa + que nunca esperarla pude_...." + +Este y otros fastidiosos preliminares del taner y el cantar resumio +Quinones de Benavente en su _Entremes de los Mariones:_ + + "MARIA. Musico, desabrigue la guitarra + y haciendola sonar como chicharra, + _sin templar, sin toser, sin escombrarse, + ni aguardar a la suplica o al ruego_, + cante un romance, y pagarele luego."] + +[Nota 552: Se refiere a don Antonio Hurtado de Mendoza, excelente +autor dramatico y lirico.] + +[Nota 553: Gonzalez de Leon, en su citada _Noticia historica_..., +pagina 472, dice de _la Almenilla_: "La puerta inmediata [a la de San +Juan], que pertenece al mismo cuartel y parroquia de Omnium Sanctorum, +se llama de la Barqueta, por estar junto a ella la barca publica que +tiene la ciudad para facilitar el transito del rio por esta parte." +Antiguamente se llamo _de la Almenilla_, por una que tenia encima. +Tambien se llamo de Vib-arragel, por el nombre de la plaza que tiene +junto. Pero por extension se nombro _la Almenilla_ a esta plaza, en la +cual--dice el mismo autor--"esta el sitio que llaman el Blanquillo, que +es un pedazo de la muralla que da sobre el rio, muy ancho, al cual se +sube por dos comodas escaleras de piedra, y su suelo esta ladrillado y +muy comodo, por lo que en otro tiempo habia en el muchas funciones y +bailes en las noches de verano."] + +[Nota 554: El real monasterio de San Clemente, de Sevilla, en la +collacion de San Lorenzo, siempre se tuvo, como dice Morgado (pag. 435), +"por el mas antiguo y primero que de Monjas en ella fue fundado despues +de ganada de poder de los Moros...", y su compas, "llamado (por ser +suyo) de San Clemente, que tiene poco menos de trezientos vezinos, +posseen y an posseido continuamente sus Monjas, con verdadero titulo y +real donacion".] + +[Nota 555: El senor Bonilla leyo _del Tejo_, como la edicion +principe; pero rectifico al pie de la pagina: "Por _Tajo_." Y yo, +releyendo el pasaje de Velez y viendo asociado a lo del _Tejo_ (que me +traia a la memoria aquellos versos del preclaro poeta Camoens: + + _"Vejo o puro, suave e brando_ Tejo, + _Com as concavas barcas, que nadando + Vao pondo em doce effeito seu desejo_...,") + +lo de la _estranjera voz_ de aquel _Seraphin_ o _Seraphina_, me di a +sospechar si en San Clemente habria habido, por el tiempo en que Velez +escribia su novela, o poco antes, alguna monja portuguesa, tan famosa +por su buena voz como aquella otra monja de Santa Paula, tambien en +Sevilla, de que hablo Cervantes en _La Espanola inglesa_. Y esto +pensado, acudi una vez mas, como en otros casos, a la bondadosa voluntad +de mi antiguo amigo y companero de aulas don Jose Maria de Valdenebro, +rogandole que hiciera en San Clemente la deseada investigacion. Hecha +esta, y vease cuan acertada ha salido mi conjetura. En 30 de octubre de +1630, el doctor Alonso Jofre de Loaysa, visitador de monjas de aquella +ciudad, estando a la reja del comulgatorio del convento de San Clemente +el Real, exploro a dona Mariana, a dona Ana Maria _Serafina_ y dona +Isabel Bravo, de diez y nueve, diez y siete y quince anos +respectivamente, hijas de Gonzalez Gomez Bravo y de Leonor Rodriguez, +_vecinos de Lisboa_, antes de darles el habito de novicias del dicho +convento. Y dado en el mismo dia, las tres hermanas profesaron en 16 de +abril de 1632. La que nos interesa firmo en el acta de la profesion _Ana +Sarafina_. Esta monja era, pues, el _serafin_, o _Serafina_, que habia +sido primero dulcisimo ruisenor _del Tejo_. Y conviene anadir que al +practicarse tal busqueda, con el inmejorable resultado que acabamos de +ver, las monjas de San Clemente, enteradas del objeto de ella, han +manifestado que por referencia venida de unas en otras saben que hubo en +su convento una cantora tan admirable, "que se llenaba la iglesia por +oirla, y a mas, el compas, cundiendo por toda la ciudad sus elogios".] + +[Nota 556: _Hiperbole,_ femenino hoy, fue masculino en otras +calendas. Tirso de Molina, en sus _Cigarrales de Toledo_: "Buscando +estoy comparaciones para las mexillas de quien ellas son _el hyperbole,_ +y no las hallo...."] + +[Nota 557: _Carcajadas de risa_, pleonasmo aun muy usado por el +vulgo, especialmente en Andalucia. Tambien lo tiene Espinel en sus +_Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregon._] + +[Nota 558: Como dice el lexico de la Academia, _senalado de la mano +de Dios_ es frase "con que se suele zaherir al que tiene un defecto +corporal".] + +[Nota 559: Se dice _nacido en las malvas_ del que tuvo humilde +origen, y aun anaden tal cual vez _criado en las ortigas_. Gongora, en +una de sus letrillas burlescas: + + "Al que pretende mas salvas + y ceremonias mayores + que se deben por senores + a los Infantados y Albas, + siendo _nacido en las malvas + y criado en las ortigas_, + cinco higas."] + +[Nota 560: Por _limeta_ nunca se entendio _vaso_ sino genericamente; +es y fue siempre _botella, redoma_. Oudin, en su _Tresor des devx +langues...: "Limeta, vne espece de phiole de verre comme ce que l'on +appelle a Paris un bocal_." Y Franciosini, en su _Vocabolario_, la da +por equivalente de _guastada_ o _caraffa_.] + +[Nota 561: Entre los vinos andaluces eran muy celebrados los de +_Alanis_ y _Cazalla_. Cervantes, en el _El Licenciado Vidriera: "_... +ofrecio a Esquivias, _a Alanis, a Cazalla_, Guadalcanal y la +Membrilla...." Seria bien facil citar veinte o mas autores que celebran +estos vinos.] + +[Nota 562: Como si dijera: _de moho que tiraba a cecina_. Quevedo, +en la _Visita de los chistes_: "Y diles a todos los _dones_ a teja vana, +caballeros chirles, _hacia hidalgos_ y casi dones, que hagan bien por +mi...." _Hacia_, asi antepuesto, es menos que _semi_ y mucho menos que +casi, porque no denota sino tendencia o direccion.] + +[Nota 563: Llaman figuradamente _sacar la sardina con la mano del +gato_ a servirse de otro para que se arriesgue, o haga la costa, en +costa de nuestra utilidad.] + +[Nota 564: De la proverbial valentia--o, mejor, +_valentoneria_--sevillana dije en el discurso preliminar de mi edicion +critica de _Rinconete y Cortadillo_ (pag. 71): "Mas itambien singular +cosa! con esa propension al ocio coexistian, en los hombres de todas las +clases sociales, una altivez y un como orgullo, provenientes en mucha +parte de ser hijos de la magnifica ciudad, y aun de solo residir en +ella, que solian traducirse, cuando no en actos de ostensible valor, en +contiendas verbales llenas de interjecciones, pesetes, mentises e +hiperbolicas amenazas, en que ponia lo menos el proposito de hacer dano +a nadie, y ponian lo mas la exuberancia de fantasia y la facundia +retorica que da prodigamente a sus naturales aquella noble y +privilegiada tierra." Y anadi poco despues: "Quien lo hereda, no lo +hurta, y como de herencia tenian los sevillanos aquel decoro, y aquella +noble arrogancia. "Todos, hasta los ninos--escribia el bachiller Luis de +Peraza, cabalmente hacia el ano referido (1540)--, presumen de hombres, +y andan con sus "espadicas" a los lados, y aun se las pegan a las veces +con "el diablo". Con razon, pues, decia Castillo Solorzano en _La +Garduna de Sevilla y anzuelo de las bolsas_, capitulo III: "... demas +desto era un poco dado a la valentia, cosa en que pecan todos los mas +hijos de Sevilla que se crian libres como este que decimos". No habia, +pues, de ser una excepcion de la regla la pobreria hispalense.] + +[Nota 565: Aqui parece aludir el Cojuelo a las seguidillas y +villancicos en que los ciegos solian burlarse de el, como dije en nota +del tranco VI (158, 4)[383].] + +[Nota 566: _Hasta a los lirones_, quiere decir.] + +[Nota 567: _Carril_ o _carrillo_ llaman en Andalucia a la garrucha +por donde pasa la soga con que se saca el agua del pozo; y para que el +eje, que es de hierro, no se entorpezca con las lluvias, suelen cobijar +la tal polea con una esportilla de palma o un sombrerillo viejo. Uno de +ese jaez era el que lucia el Duque.] + +[Nota 568: No he logrado hallar explicacion a esto de llamar el +Sargento a un mendigo "porque tenia un brazo menos". Creo que ha de +referirse alguna insignia (lazo, capona, o cosa semejante) que los +sargentos llevarian en un solo brazo. Con todo, a mas senores.] + +[Nota 569: El andar arrastrando, por solo ello, no explica el por +que del mote de este marques. Le llamaban Marques de los Chapines porque +para andar se ayudaba de las manos, calzados en ellas unos chapines +viejos. Asi dice Velez poco despues (265, 12). "Entonces el Conde [es +errata, por _Marques_], metiendo las manos en los chapines...."] + +[Nota 570: _Vusia,_ contracto de _vuestra senoria._ Falta en el +_Diccionario_ de la Academia, que registra, entre otros, _vuesenoria, +usenoria y usiria._] + +[Nota 571: Recuerdese lo dicho en nota del tranco IV a proposito de +la frase _demonios a las veinte_ (89, 18)[244].] + +[Nota 572: Perez y Gonzalez recuerda que estos dos rios eran famosos +por lo sucios y mal olientes, tanto, que Salas Barbadillo, en una jacara +inserta en su novelita picaresca titulada _La Ingeniosa Elena, hija de +Celestina_, pone asimismo juntos sus nombres, "como en competencia de +suciedad"; + + "A Valladolid la rica, + con quien el sol suele hacer + tal divorcio, que el invierno + de sus ojos no le ve, + donde _el espeso Esguevilla, + emulo de Zapardiel, + portador de malas nuevas + para las narices es_...." + +Y pregunta Perez y Gonzalez: "Al decir Velez de Guevara que la Berlinga +habia sido _senda de Esgueva a Zapardiel_, ?queria referirse a la +distancia que media entre ambos rios, o queria indicar que aquella pobre +mendiga era sucia en extremo, como si hubiera reunido la suciedad de +Zapardiel y de Esgueva?" A mi parecer, con todo ello quiso decir de esta +pordiosera que era tan sucia como larga, aun llamandose la Berlinga.] + +[Nota 573: _Paulina_, como dice el _Diccionario_ de autoridades, es +"la carta o edicto de excomunion que se expide en el Tribunal de la +Nunciatura, u otro Pontificio. Llamose assi porque en tiempo del papa +Paulo III tomo fuerza la costumbre de estos edictos. Por extension se +dice por el conjunto de palabras injuriosas con que uno zahiere a +otro".] + +[Nota 574: _Palabra prenada_, segun el _Diccionario_ de autoridades, +es "el dicho que incluye en si mas sentido del que manifiesta, y se dexa +al discurso del que lo oye".] + +[Nota 575: Hoy lo diriamos con mas clara sintaxis: "hubiera entre +pobres y pobras un paloteado de los diablos". Esta pobreria lisiada y +mendigante, por serlo, nunca podria menos de parecerse mucho a la que +esbozo Quevedo en su _Boda de pordioseros_ (Musa V): + + "...Quando por una calle + el Manquillo de Ronda + entro, dando chillidos, + recogiendo la mosca: + + "Denme, nobles cristianos, + por tan alta senora, + ansi nunca se vean, + su bendita limosna." + + Columpiado en muletas + y devanado en sogas, + Juanazo se venia + profesando de horca. + + En un carretoncillo, + y al cuello unas alforjas, + Pallares, con casquete + y torcida la boca, + + y el Ronquillo a su lado, + fingiendo la temblona, + cada cual por su acera + desataron la prosa, + + y levantando el grito, + dijeron con voz hosca + lo del aire corruto + y aquello de la hora. + + Con sus llagas postizas, + Arenas el de Soria + pide para una bula, + que eternamente compra. + + Romero el estudiante, + con sotanilla corta, + y con el _quidam pauper_, + los bodegones ronda. + + Con ninos alquilados, + que de continuo lloran + a poder de pellizcos, + por lastimar las bolsas, + + la taimada Gallega, + mas bellaca que tonta, + entro de casa en casa, + bribando la gallofa...."] + +[Nota 576: Como dice el _Diccionario_ de autoridades, se llamaba +_particular_ "la comedia que se representa por los farsantes fuera del +theatro publico". Agustin de Rojas decia en _El Viaje entretenido:_ +"Hacen _particulares_ a gallina asada, liebre cocida, cuatro reales en +la bolsa, dos azumbres de vino en casa, y a doce reales una fiesta con +otra". Y Quinones de Benavente, en el _Baile de los Zarrapastrones_: + + "BRAS. Prega a Dios que no seais Menga + con quien los poetas anden + de dia con las comedias, + de noche en _particulares_."] + +[Nota 577: _Para pagarlo de bonete_, esto es, de la limosna que para +ello se recogiera entre la pobreria; _echando_, como dicen, _un +guante._] + +[Nota 578: Entre personas principales era cosa muy frecuente el +jurar por la vida del conyuge--asi, verbigracia, la Duquesa en el +_Quijote_ (II, 31)--, y Velez, donosamente, pone tal juramento en boca +de este Duque de los Andrajos.] + +[Nota 579: En la pretina o cinto solian llevar la vara los +alguaciles, para tener desembarazadas y libres entrambas manos. Lo mismo +hacen los arrieros, como dice esta copla popular: + + "Echemos la despedida, + la que echan los harrieros: + _con la vara en la cintura_, + "iHarre, borrico platero!"] + +[Nota 580: _Por iglesia_, en una de sus acepciones, se entiende el +refugio, favor e inmunidad que da a quien se vale de su sagrado. +Dijeron, pues, _pedir iglesia_ a alegar esa inmunidad, bien por estar +acogido a lugar que tenia ese privilegio, o bien por haber sido sacado +de el por fuerza. Pero como a todo criminal a quien detenia la justicia +importaba mucho hacer entender que tenia ganado el derecho de asilo, por +estar, o haber estado, acogido, era frecuente el _llamarse Iglesia,_ es +decir, el empenarse en no responder otra palabra que _Iglesia_ a cuanto +le preguntaban. Quevedo, en una de sus jacaras: + + "Tienen gran tirria conmigo + los confesores de historias; + mas solo _iglesia me llamo_ + pueden hacer que responda." + +Y Lope de Vega, en el acto III de _El Alcalde mayor_, donde Rosarda hace +llamar a Dinardo, que esta preso en la carcel, y cuando le traen con +grillos, dicen: + + "ROSARDA. ?Conocias a Camilo? + + DINARDO. _Iglesia_. + + ROSARDA. (Pluguiera a Dios + que nos viesemos los dos + a su puerta.) iLindo estilo + de delincuentes! El dia + que al campo salio contigo, + ?no llevabas otro amigo? + + DINARDO. _Iglesia_. + + BERNARDO. Verdad seria."] + +[Nota 581: Como nota el senor Bonilla, _el Conde_, ahora, y _la +Condesa_ cinco lineas despues, que asi se lee en la edicion principe, +son manifiestas erratas, por _el Marques_ y _la Marquesa_.] + +[Nota 582: Nuevo juramento aristocratico, como atras el del Duque.] + +[Nota 583: Dar _culebra_--dice el _Diccionario_ de autoridades--"es +dar algun chasco pesado, que suele ser con golpes".] + +[Nota 584: Eran y son las famosisimas _Gradas_, segun a fines del +siglo XVI las describio Mateo Aleman _(Guzman de Alfarache_, parte I, +libro I, cap. II), "un anden o paseo hecho a la redonda della [de la +Iglesia Mayor o Catedral] por la parte de afuera, tan alto como a los +pechos, considerado desde lo llano de la calle, todo cercado de gruesos +marmoles y fuertes cadenas". Durante el siglo XVI y casi todo el +siguiente--adverti en mi edicion critica de _Rinconete y Cortadillo_, +pag. 383--"_las Gradas_ fueron el sitio mas concurrido de Sevilla: +tienda donde se vendia y se compraba de todo lo que no eran cosas de +comer; almoneda de cuanto la muerte y la pobreza hacian salir de las +casas; mentidero de toda la ciudad; lugar en que los ciegos rezaban o +mascullaban sus oraciones; punto de cita para todo sevillano, y plaza de +curiosidad para todo forastero."] + +[Nota 585: Hoy no seria de buen pasar decirlo asi: diriamos _don +Cleofas y su camarada_.] + +[Nota 586: _La calle de Bayona_--dice Gonzalez de Leon, _Noticia +historica del origen de los nombres de las calles de Sevilla,_ pag. +204--"es otra de las calles que tomaron el nombre despues de la +conquista, de la nacion o provincia que paso a habitarlas.... No es muy +ancha; sus casas son comodas y grandes, y pasa, tomando una vuelta, de +las Gradas de Poniente de la catedral, pasada la callejuela de la Mosca, +a la puerta del Arenal". En esta calle tuvo su casa de posadas el ex +farandulero y notable amigo de Cervantes Tomas Gutierrez, de quien hemos +sacado a luz curiosas noticias mi querido amigo don Adolfo Rodriguez +Jurado y yo en diversos trabajos cervantinos. Recientemente han mudado +el nombre de esta calle, llamandola de _Federico Sanchez Bedoya_.] + +[Nota 587: La antigua calle _de la Pajeria,_ tambien nombrada en +otro tiempo _del Meson de los Caballeros_, se llama desde anos ha _de +Zaragoza_, en conmemoracion del bizarrisimo comportamiento de los +zaragozanos durante nuestra gloriosa guerra de la Independencia.] + +[Nota 588: Era grande agravio cortar la cara a una mujer, porque +esto, sobre menoscabar su hermosura, hacia publica para siempre la +afrenta, por ir indeleblemente marcada en el sitio mas visible; pero a +las malas mujeres se las solia amenazar ademas con _cortarles las +piernas_, dando a entender con ello que por su torpe oficio las tenian +poco menos a la vista que el rostro.] + +[Nota 589: Asi lo dijo Andres de Claramonte, en la jorn. III de _De +lo vivo a lo pintado_: + + "LISBELLA. Cuando yo no os conocia, + viles y barbaros celos, + como enganais, como cielos, + por deidades os tenia; + mas despues que he conocido + vuestros rigores eternos, + _veo que sois los infiernos_, + en que padece el sentido."] + +[Nota 590: _Otro dia,_ en equivalencia de _al dia siguiente_, como +en muchos lugares del _Quijote_ (II, 331, 4; III, 30, 15; IV, 91, 6; VI, +26, 1, etc.).] + +[Nota 591: La calle de _la Moreria,_ que va desde la de San Pedro a +la plaza de los Descalzos, pertenecio al barrio que se llamo _del +Adarvejo_ y habitaron los moros hasta que en 1503 se les expulso por +mandado de los Reyes Catolicos.] + +[Nota 592: Refiriendose Velez a los _antojos_ o _anteojos_ con que +el Cojuelo y don Cleofas concurrieron a la academia anterior, juega de +aquel vocablo en sus dos acepciones.] + +[Nota 593: Con el _dixi_, en efecto, del cual nos queda el _he +dicho_ de hoy, solian terminarse las oraciones academicas. En el +_Quijote_ (II, 36), Trifaldin el de la Barba Blanca no acaba el discurso +que hace en casa de los Duques sin el _Dije_ de rubrica.] + +[Nota 594: Claro es que se refiere a Orfeo y a su mujer Euridice. +Quiza Velez le llamo _el Musico de Tracia_ recordando aquellos versos de +Lope, en _La Gatomaquia_, silva I: + + "...Canto un soneto en voz medio formada + en la arteria bocal, con tanta gracia + como pudiera _el musico de Tracia_...." + +Pero antes que Lope, le habia llamado asi Camoens en una de sus elegias: + + "E o musico de Thracia, _ja seguro + De perder sua Eurydice tangendo, + M'ajudara ferindo o ar escuro_."] + +[Nota 595: Reminiscencia de una de las epistolas de Horacio, citada +por el senor Bonilla.] + +[Nota 596: Nuevamente se lee _dragmaticos_ en la edicion original, +como _dragmatico_ en el tranco anterior (245, 2)[540].] + +[Nota 597: Llamaban _bailinistas_ a los que escribian la letra para +los bailes. A continuacion de las _Pregmaticas y Ordenanzas_ de la +academia que se celebro en el Buen Retiro en 1637, presidida por Luis +Velez de Guevara, que no son sino estas mismas, con ligeras variantes +(Biblioteca Nacional, Ms. 10293), hay algunas _cedulas_, una de las +cuales comienza asi: "A un poeta _bailinista_ nuevo se le han perdido +dos seguidillas y unas mudancas de cruzado...."] + +[Nota 598: Dice festivamente _villancieres_, por _poetas de +villancicos_, como se decia, al uso de Borgona, _panetier_, _salsier_, +_grefier_, etc. Tirso de Molina, en el acto II de _Privar contra su +gusto_: + + "CALVO. Ha dado en mudar los nombres + el palacio a sus oficios, + en nuestra Espana novicios; + ya llama a sus gentilhombres + _acroyes_; ya hay _sanservan, + furriel, costiller, salsier, + guardamangel, sumiller, + panatiel_, que guarda el pan, + y otros mil; con que deseo + que el palacio me sustente + y ocupe principalmente + entre aquestos del bureo, + por holgarme y burear. + Quisiera yo, pues, senora, + que, siendo mi intercesora, + el Duque me hiciera dar + uno que, acabado en _el_, + a los demas imitara + y de nuevo se criara. + + INFANTA. Y ?cual es? + + CALVO. _Murmuratiel_." + +_El Titeretier_ (por _El Titerero_ o _El Titiritero_) se titula una +mojiganga de don Francisco de Avellaneda, num. 3260 del _Catalogo de las +piezas del Teatro que se conservan en el departamento de Manuscritos de +la Biblioteca Nacional_. Y el mismo Velez, en un romance dirigido al Rey +(vease mi folleto intitulado _Cinco poesias autobiograficas de Luis +Velez de Guevara_): + + "... que agora son mas que nunca + sus escudos menesteres, + para caminar con Vos + desde aqui a Jerusalen, + protestando que sera + en todo el Pentecostes + de las alabanzas vuestras + eterno _versifiquier_...."] + +[Nota 599: Asi, _ridmos_, en la edicion principe, cambiada la _t_ en +_d_, como en _atmosfera_, _atlantico_, etc., que el vulgo, por la ley +del menor esfuerzo, pronuncia _admosfera_, _adlantico_, etc.] + +[Nota 600: El senor Bonilla leyo distraidamente _modo_.] + +[Nota 601: De estas once voces que reprobaba por nuevas y exoticas +Velez de Guevara, diez son hoy de uso corriente, y aun _purpurear_, que +se emplea poco, esta, como las otras, en todos los diccionarios. Cuando +al hojear nuestros libros del siglo XVII encuentro listas de palabras +que entonces se rechazaban por nuevas, y ahora estamos a pique de +arrinconarlas por antiguas, la resistencia que mi clasica educacion +literaria opuso siempre al habla modernista que va cundiendo tira a +ceder, de tal manera, que me desconozco. Veo, ademas, que entre estas +novedades con que quieren regalarnos hay muchas que no lo son sino +porque cayeron en desuso cuatro o cinco siglos ha, y recuerdo aquel +_Multa renascentur_ ... de Horacio, que aprendi en la adolescencia y que +el cordobes Rosal acomodaba en verso, en esta guisa: + + "Muchos vocablos seran + estimados, que cayeron, + y muchos que florecieron + otra vez se olvidaran." + +Vea el curioso, para demostracion de ello, algunas listas de palabras +cuyo uso o abuso afeaban nuestros antiguos dramaticos. Lope de Vega, en +el acto I de _El Desprecio agradecido_: + + "FLORELA. iQue bueno estuvo esta tarde + el Prado! + + LISARDA. La procesion + de los coches fue notable. + + FLORELA. iBravo humo, brava gloria, + brava prosa de galanes! + Muy valido anduvo _riesgo, + superior, inexcusable, + valimiento, accion, despejo, + ruidoso, activo, desaire, + lucimiento_ y _carabanas_. + + LISARDA. iCaso extrano! iQue el lenguaje + tenga sus tiempos tambien! + + FLORELA. Vienen a ser novedades + las cosas que se olvidaron." + +Lo de _bravo humo_ y _brava gloria_ se refiere--y digolo porque hoy no +es facil de entender--a los mantos que se llamaron _de humo_ y _de +gloria_. Tirso de Molina, en el acto III de _Celos con celos se curan_: + + "GASCON. ...Miren vuesirias dos + cual anda ya nuestro idioma: + todo es _brilla, emula, aroma, + fatal_.... iOh! Maldiga Dios + al primer dogmatizante + que se vistio de _candor_." + +Y Rojas Zorrilla, en la jorn. I de _Entre bobos anda el juego, don Lucas +del Cigarral_: + + "ANDREA. ?Habla culto? + + D.ª ISABEL. Nunca entabla + lenguaje disparatado; + antes, por hablar cortado, + corta todo lo que habla. + Vocablos de estrado son + con los que a obligarme empieza: + dice _credito, fineza, + recato, halago, atencion_...."] + +[Nota 602: _Posposiciones_, o sea _transposiciones_, pues en ellas +siempre hay palabra o expresion _pospuesta_, que con buena sintaxis no +lo estaria. Llego a arraigar tanto el abuso de esta licencia, por poetas +y aun por prosistas, en la primera mitad del siglo XVII, que ni las +mayores burlas fueron freno que los contuviese. En vano escribio Quevedo +contra Gongora y sus secuaces aquella _receta para hacer soledades en un +dia_, que empezaba: + + "Quien quisiere ser culto en solo un dia, + _la jeri_ (aprendera) _gonza_ siguiente...", + +y en balde Lope de Vega, en la silva IV de _La Gatomaquia_: + + "...Y con estas demencias y furores, + _en una de fregar cayo caldera_ + (trasposicion se llama esta figura) + de agua acabada de quitar del fuego...." + +Pero en todo nuestro parnaso no se hallara una burla tan donosa contra +el hiperbaton gongorino como aquel soneto que el mismo Lope inserto en +el acto I de _El Capellan de la Virgen_. Dice asi: + + "Ines, tus bellos ya me matan ojos + y al alma roban pensamientos mia, + desde aquel triste que te vieron dia + con tan crueles por tu causa enojos. + + Tus cabellos, prisiones de amor, rojos + con tal me hacen vivir melancolia, + que tu fiera en mis lagrimas porfia + dara de mis la cuenta a Dios despojos. + + Creyendo que de mi no amor se acuerde, + temerario levantase deseo + de ver a quien me por desdenes pierde. + + Que es venturoso si se admite empleo + esperanza de amor me dice verde, + viendo que te desde tan lejos veo." + +Este soneto esta, ademas, con leves variantes, en una coleccion de +_Poesias manuscritas_ (letra del siglo XVII), procedente de la libreria +de Usoz y que hoy para en la Biblioteca Nacional, Mss. 3795-97, tomo I, +fol. 103.] + +[Nota 603: _Sembrados de sal_, quiere decir, como se acostumbraba +hacer con el solar de las casas de algunos traidores, despues de +derribarlas, a fin de que ni hierbas produjese aquel terreno.] + +[Nota 604: Lo dice en latin, por donaire: _guttur = garganta_.] + +[Nota 605: Bien se echa de ver que Velez, al decir todo esto del +fenix, tenia en memoria el romance de Quevedo: uno de los cuatro +referentes a otros tantos animales fabulosos (_la phenix_, el pelicano, +el basilisco y el unicornio). Lo de "hija y heredera de si propia" y lo +de que "en ninguna region nadie ha encontrado su aduar" son +reminiscencias de estos versos de aquel romance: + + "Tu, a quien ha dado la aurora + una celda y una ermita, + _y solo saben tu nido + las coplas y las mentiras_; + tu, _linaje de ti propria, + descendiente de ti misma_, + abreviado matrimonio, + marido y esposa en cifra...."] + +[Nota 606: _Afrenta de los miserables_, porque, segun la fabula, se +abre el pecho para alimentar con su sangre a sus hijos.] + +[Nota 607: _El capon de leche_ citabase como el mas apetitoso de los +manjares. Lope de Vega, en una epistola, hablando de la muerte: + + "Tan presto se merienda los ayunos + como los hartos del _capon de leche_, + y pasados por agua sorbe algunos."] + +[Nota 608: _El Paular_ fue un famoso monasterio de Cartujos, en la +provincia de Madrid.] + +[Nota 609: Acerca del _le_ usado como dativo de plural quedo nota en +el tranco V (131, 5)[327].] + +[Nota 610: Un antiguo romance de Bernardo del Carpio vulgarizo +sobremanera lo que se suele llamar _la ley del mensajero_, en los versos +siguientes, recordados por Cervantes en el _Quijote_ (II, 10), y por +otros muchos escritores: + + "Con cartas un mensajero + el Rey al Carpio envio; + Bernardo, como es discreto, + de traicion se recelo. + Las cartas echa en el suelo, + y al mensajero ansi hablo: + "_Mensajero sois, amigo: + non mereceis culpa, non_...." + +En la escena II de la _Comedia llamada Florinea_, del bachiller Juan +Rodriguez Florian (1554) dice Belisea al paje de Floriano: "... y en +saber cuyo eres entiendo cuya sera la carta, y en saber cuya ella sea, +se que busco de mi enojo su dano y tu perdicion por mensajero: dado que +diz que _los mensajeros no merescen culpa_...." Y en la escena VI (fol. +23) dice la misma Belisea: "Vengas, paje, en buen hora: y porque _de ley +de mensajero no meresces pena_, aunque no te limpias de la culpa...." +Con todo esto, para tal exencion el mensajero habia de ser de casa +extrana, porque del de la propia decia otra cosa el refran: "Mensajero +de casa, palos demanda." Asi, en el _Dialogo de los pajes_, de Diego de +Hermosilla, escrito hacia el ano de 1575, aunque nunca impreso hasta el +de 1901, rogando Lorza a Godoy, criado del Duque, que recuerde a este +que ha de pagar cierta deuda, respondele Godoy: "Id, senor, con Dios...; +y en esotro, vos por carta se lo acordad al Duque, porque mensajero de +casa, palos demanda; que sienten mucho que sus criados les traigan a la +memoria ninguna cosa de las que ellos estan obligados a hacer...."] + +[Nota 611: Asi se acostumbraba volver la honra a los deshonrados +injustamente, bien que el remedio, como dicen, solia ser peor que la +enfermedad. Cuentase--y lo tiene referido en una de sus comedias uno de +nuestros mejores ingenios, no recuerdo cual--que habiendo sido azotado +injustamente un sujeto, el logro que se reconociese el error, por lo +cual le sacaron en publico a caballo y con chirimias, proclamando el +pregonero su inocencia; mas con ello solo se consiguio que todo el mundo +le llamase _el azotado_, siendo asi que antes del ruidoso desagravio muy +pocos habian tenido noticia de la injusta pena.] + +[Nota 612: Esto de _a furia me provoco_ es un ripio de cuyo uso +pocos poetas del tiempo de Velez se escaparian, ni el mismo quizas. Solo +de Lope, del gran Lope, versificador correcto y facilisimo, podrian +citarse muchos ejemplos. Veanse dos. En el acto III de _Contra valor no +hay desdicha_: + + "REY. ...Di, villano, al otro infame + que mi nieto no se llame: + que _a mas furor me provoco_." + +En el acto II de _Dineros son calidad_: + + "CAMILA. ...Ya el mundo dello se admira: + que es, _si a furia me provoco_, + espada en manos de loco + lengua en la mujer con ira." + +Y _a risa_, porque lo que importaba era el _provoco_, para la +consonancia con _loco, poco, toco_, etc. El mismo Lope, en el acto III +de _Santiago el Verde_: + + "CELIA. Yo, Teodora, hare muy poco + en dejarte un hombre tal; + pues _a risa me provoco_, + de ver que siendo oficial + tuviese intento tan loco."] + +[Nota 613: Estos dos versos, estampados como prosa en la edicion +original, tienen curiosa historia. Cuando, antes de terminar el siglo +XVI, ciertos percances amorosos de que fueron consecuencia algunos +desahogos satiricos dieron con Lope de Vega, desterrado de Madrid, en la +hermosa ciudad del Turia, compuso, entre otros romances, uno que se +encuentra en el _Romancero general_, fol. 153 de la edicion de 1604, y +que empieza asi: + + "Hortelano era Belardo + de las huertas de Valencia + _que los trabajos obligan + a lo que el hombre no piensa_." + +Vulgarizose la sentencia contenida en los dos versos ultimamente +copiados, y, corriendo el tiempo, al escribir en 1620 un largo romance +para la conclusion de la justa poetica celebrada con motivo de la +beatificacion de San Isidro, los parodio su mismo autor en la forma +siguiente: + + "En la glosa del soneto + fue mayor la diferencia, + porque el acabar en _fruto_, + adonde tan pocos quedan, + hizo buscar consonantes + que, aun referidos, disuenan; + _porque un consonante obliga + a lo que el hombre no piensa_."] + +[Nota 614: _Servir con dos comedias en Oran_, como _con dos lanzas_, +que era condena que solia imponerse a algunos nobles.] + +[Nota 615: Hace adjetivo a _jabali_, y lo es, en efecto, aunque por +tal no lo tenga el _Diccionario_. En Andalucia rara vez dicen _jabali_ a +secas, sino _cochino jabali_.] + +[Nota 616: _Sobre que caer poeta_, dicho a imitacion de _no tener +sobre que caer_, o _caerse, muerto_, que equivale a haber llegado a la +mas extremada pobreza.] + +[Nota 617: _Talla_, en la acepcion de premio que se ofrece por la +prision de un criminal.] + +[Nota 618: Hoy omitiriamos el _no_, diciendo: "Que ningun hijo de +poeta ... pueda jurar..."; pero en otro tiempo solia decirse con ese +_no_, que bien se echa de ver que en realidad no redunda, ordenando de +otra manera las palabras: "Que _no_ pueda jurar ningun hijo de +poeta...."] + +[Nota 619: _Ninguno_, equivaliendo a _alguno_. "Los negativos de +origen positivo--dice Bello, _Gramatica,_ anotada por Cuervo (Paris, +1908)--se emplean a veces en su significado antiguo ... y aun sucede que +por analogia se extiende el mismo uso a los que son negativos de suyo y +lo han sido siempre: "Las mas altas empresas que hombre _ninguno_ haya +acabado en el mundo, esto es, _hombre alguno, nadie_."] + +[Nota 620: Nuestro mundo no puede tener mas de dos _hemisferios,_ o +miente la etimologia del vocablo; pero Velez cuenta por otro, del mundo +ultraterreno, la region infernal.] + +[Nota 621: _Alguacil de los veinte_.--"Frase--dice el senor Bonilla +en su comento--con la cual alude Velez al numero de los alguaciles de +Sevilla". No, no eran _veinte_ los alguaciles de aquella ciudad; sino +que, ademas de otros muchos de diferentes clases y categorias (alguacil +mayor, sus tenientes, alguacil de las entregas, alguacil de Triana, y +alguaciles de los tribunales y juzgados), habia unos alguaciles de a +caballo, llamados _de los veinte_, porque este, por tasa, era su +numero.] + +[Nota 622: Juego de las acepciones del vocablo _corchete_.] + +[Nota 623: En la edicion principe, por errata, _pudieran_.] + +[Nota 624: _Y la he de hacer de Evangelio_. Juega de la palabra +_orden_, dando a entender que siendo _orden_ (mandato) de Madrid, la ha +de convertir en _orden_ (grado sacerdotal) de Evangelio, es decir, la ha +de hacer tan verdadera (por lo bien cumplida) como el Evangelio.] + +[Nota 625: _No_, antepuesto a un subjuntivo, suele equivaler a _no +sea que. Quijote_, I, 34: "Acaba, corre, aguija, camina, _no se esfogue_ +con la tardanza el fuego de la colera que tengo...."] + +[Nota 626: _Sacar a paz y a salvo_ a uno es, como dice el +_Diccionario_ de la Academia, "librarle de todo peligro y riesgo". Tal +frase nacio del objeto de aquellas escrituras en que, habiendo una +persona, en otras anteriores o simultaneas, salido por fiador de otra +persona, esta se obligaba a sacarla con bien de cualquiera reclamacion o +procedimiento que con tal motivo se intentara o siguiera. Tales +escrituras se llamaban de _a paz y a salvo_.] + +[Nota 627: _Meterle_ a uno _las cabras en el corral_ es, como dice +el lexico de la Academia, _atemorizarle, infundirle miedo_.] + +[Nota 628: A este _academico_ llama Velez _un estudianton del +Corpus_, no como conjeturaba el senor Puyol y Alonso y decia el senor +Bonilla, porque estudiase el _Corpus juris civilis_ o el _Corpus juris +canonici_, sino refiriendose, tal cual lo noto Perez y Gonzalez, a su +corpulencia y aspecto, lo mismo que pudo llamarle _un giganton del +Corpus_, por alusion a los que sacaban en la procesion del Sacramento, +que por cierto solian ir vestidos con sotana, manteo y valona, a lo +estudiante. "La paronomasia--anade el malogrado escritor +hispalense--entre _estudianton_ y _giganton_ bien puede servir para +hacer la frase sin que lo _del Corpus_ tuviera mas alcance, o acaso con +la intencion de referirse mas claramente a la estatura y fortaleza, +teniendo en cuenta que el _estudianton_ no seria pequeno ni desmirriado, +cuando ofrecia "no dejar oreja de ministro a manteazos."] + +[Nota 629: En el tan citado libro de Perez y Gonzalez, pags. 33, 41 +y 140, hay para colmar las medidas al mas deseoso de entender a derechas +y cabalmente que sea esto de _graduado por la Feria y pendon verde_. Se +llamo _de la Heria y pendon verde_ una sublevacion popular que ocurrio +en Sevilla por los anos de 1521, porque los amotinados, en su mayoria +gente avalentada del barrio de _la Heria_ o _Feria_, para llevar alguna +insignia o bandera, sacaron de la inmediata iglesia parroquial de Omnium +Sanctorum un estandarte verde cogido a los moros, que por trofeo estaba +colgado en la capilla de Jesus Nazareno. La gente de _la Heria_ tenia +merecida fama de ahigadada y pendenciera, por lo cual, en la jorn. I de +_El Rufian dichoso_, de Cervantes, una mujer alaba a Lugo diciendo: + + "?Hay mas que ver que le dan + parias los mas arrogantes, + _de la Heria los matantes_, + los bravos de San Roman?" + +Y desde aquel motin de 1521, para nombrar gente del bronce y +arrufianada, fuera o no de Sevilla y del dicho barrio, se la llamo, tal +cual vez _gente de la Feria y pendon verde_. En uno de los romances de +germania publicados por Juan Hidalgo: + + "Un hombre que ser solia + tenido hace algunos meses + por uno de los que llaman + _de la Heria y pendon verde_, + vino huyendo de Sevilla, + que es Chipre de los valientes, + por no se que ninerias, + robos, capeos y muertes." + +Y hasta a los ojos salteadores se les dio ese dictado. Quinones de +Benavente, en su _Entremes de los Cuatro galanes_: + + "... ojos de rastro y estafa, + jiferitos y corchetes, + que son rufianes azules + _de la Heria y pendon verde_."] + +[Nota 630: Hoy lo diriamos sin posponer la oracion causal: "que, +como habia tanto que jugaba las armas, era, sobre alentada, muy +diestra...." En los siglos XVI y XVII fue muy frecuente esa posposicion, +cosa que demostre con diversos ejemplos en mis notas al _Quijote_ (VII, +41, 2).] + +[Nota 631: _Que jugaba las armas_, frase satirica, de cuya intencion +y alcance sabra darse cuenta el lector.] + +[Nota 632: El _diaquilon_ era--dice el _Diccionario_ de +autoridades--"emplasto compuesto de varios zumos viscosos de hierbas, +que usa la Cirujia para ablandar tumores".] + +[Nota 633: Morgado, en su _Historia de Sevilla_, pag. 174: "... y +assi mismo [pueden contarse por excelencia de la ciudad] los muchos +barqueros que biven de solo passar gente de vna a otra vanda en _el +Passaje_ de Sevilla a Triana, aun con estar a pocos pasos por cima la +puente...."] + +[Nota 634: _El Altozano_ de Triana no era calle, sino una plaza a la +salida del puente de barcas. Mal-lara, _Recebimiento_..., fol. 48: +"... la Puente esta armada sobre barcos grandes, es de gruessos maderos y +tablas, que viene a parar al _Altocano_ de Triana, junto al Castillo +adonde esta el Sancto officio de la Inquisicion...." Velez, al decir +"_la calle del Altozano_, calle Mayor de aquel ilustre arrabal", +comparandola con la calle Mayor de Madrid, se refirio, sin duda, a la +que en 1839, cuando Gonzalez de Leon publico su _Noticia historica del +origen de los nombres de las calles de ... Sevilla_, se llamaba calle +_Larga,_ y de la cual dijo: "No tiene la ciudad una calle en su +longitud, anchura y rectitud que pueda igualarse con esta. Llega desde +_el altosano_ al puerto de camaroneros, que es casi la mitad de la +estension de toda Triana."] + +[Nota 635: Nombraban _el Arenal_ a una grande explanada que habia +entre la ciudad y el rio, y en la cual se labro despues todo el que hoy +llaman barrio de la Carreteria. Lope de Vega tiene una comedia +intitulada _El Arenal de Sevilla_, porque una buena parte de su accion +sucede en este sitio, concurridisimo antano de gente de todas las +naciones del mundo, y por eso mismo, de la flor de la picaresca +andaluza.] + +[Nota 636: Mas comunmente se dice de los tesoros de los duendes lo de +convertirse en carbon; asi Cervantes, en el _Quijote_ (II, 67): "... y +los tesoros de los caballeros andantes son, _como los de los duendes_, +aparentes y falsos...." Y Tirso de Molina, en el acto II de _Cautela +contra cautela_: + + "CHIRIMIA. Lo que da mujer es viento: + _tesoros de duende son. + iNo se nos vuelva carbon!_ + iAbre la caja con tiento!"] + +[Nota 637: Alude a la conseja segun la cual en medio del infierno +hay una encina de cuyas ramas se hace todo el carbon que alli se +consume, sin que se amenguee jamas en este menester la lena de aquel +gigantesco arbol.] + +[Nota 638: Hasta pocos anos ha conservaba su antiguo nombre esta +calle, que sale por uno de los extremos a la llamada hoy _de Fernandez y +Gonzalez_, antes _de Vizcainos, y de Castro_ en tiempo de Cervantes, y +por el otro extremo a la calle _de Zaragoza_, que se nombro _de la +Pajeria_. Hoy la calle de _Tintores_ se llama de _Joaquin Guichot_.] + +[Nota 639: _Un escribano del numero,_ que quiere decir uno de los +veinticuatro escribanos que por tasa habia en Sevilla, ante quienes se +otorgaban las escrituras publicas. Habia, ademas, muchos otros +escribanos: los de los juzgados, los de provincia, los de rentas reales, +etc.] + +[Nota 640: De la moralidad de los escribanos y de estar perdigados +para el infierno se escribio tanto, que seria bien prolija tarea +resumirlo. Vea el lector un texto, por todos. Mateo Aleman _(Guzman de +Alfarache_, parte I, libro I, cap. I), despues de enumerar las proezas +escribaniles, dijo: "Y asi, me parece que cuando alguno se salva..., al +entrar en la gloria diran los angeles unos a otros, llenos de alegria: +"_Laetamini in domino_: iescribano en el cielo, fruta nueva, fruta +nueva!"] + +[Nota 641: Asi en la edicion original; pero quizas _lo que trujo_ es +errata, por _la que trujo_.] + +[Nota 642: La opinion vulgar siempre hizo de una misma camarada a +escribanos y sastres, y de ahi la conocida copla: + + "_Un sastre y un escribano + fueron al infierno juntos:_ + el sastre se fue por varas, + y el escribano por puntos." + +Que es alusion a los puntos de la pluma. Quevedo, con quien siempre +estuvieron muy malquistos los sastres, dijo en la _Visita de los +chistes_: "Pues sastres, ?a quien no mataran las mentiras y largas de +los sastres, y hurtos? Y son tales, que para llamar a la desdicha peor +nombre, la llaman _desastre_, del sastre...." E hizo decir a Escarraman +en una de sus jacaras (Musa V): + + "Como el anima del sastre + suelen los diablos llevar, + iba en poder de corchetes + tu desdichado jayan." + +Anos despues, Tirso de Molina, recordo estos versos de Quevedo en su +comedia _Santo y sastre_: + + "PENDON. Mira que te han de agarrar + cuando la muerte te arrastre, + _como el anima del sastre + suelen los diablos llevar_."] + +[Nota 643: Juega del verbo _tener_ en dos de sus acepciones: la de +_poseer_ y la de _asir_.] + +[Nota 644: Este _con que_ equivale a _con lo que_ o _con lo cual_, y +aunque poco usado ahora, ocurre con frecuencia en nuestros escritores de +antano.] + +[Nota 645: _No se pudra en su leyenda_, es decir, _no se enfade_, o +_aburra, con su lectura_.] + + + + + INDICE + + + Dedicatoria de esta edicion + + Prologo de la misma + + Dedicatoria de Velez de Guevara + + Prologo a los mosqueteros de la comedia de Madrid + + Carta de recomendacion al candido o moreno lector + + Soneto de don Juan Velez de Guevara a su padre + + + Tranco I + II + III + IV + V + VI + VII + VIII + IX + X + + + + + + + + + + + +End of Project Gutenberg's El Diablo Conjuelo, by Luis Vélez de Guevara + +*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK EL DIABLO CONJUELO *** + +***** This file should be named 12457.txt or 12457.zip ***** +This and all associated files of various formats will be found in: + https://www.gutenberg.org/1/2/4/5/12457/ + +Stan Goodman, DP Spanish Team, Virginia Paque and the +Online Distributed Proofreading Team. + + +Updated editions will replace the previous one--the old editions +will be renamed. + +Creating the works from public domain print editions means that no +one owns a United States copyright in these works, so the Foundation +(and you!) can copy and distribute it in the United States without +permission and without paying copyright royalties. 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It exists +because of the efforts of hundreds of volunteers and donations from +people in all walks of life. + +Volunteers and financial support to provide volunteers with the +assistance they need, are critical to reaching Project Gutenberg-tm's +goals and ensuring that the Project Gutenberg-tm collection will +remain freely available for generations to come. In 2001, the Project +Gutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure +and permanent future for Project Gutenberg-tm and future generations. +To learn more about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation +and how your efforts and donations can help, see Sections 3 and 4 +and the Foundation web page at https://www.pglaf.org. + + +Section 3. Information about the Project Gutenberg Literary Archive +Foundation + +The Project Gutenberg Literary Archive Foundation is a non profit +501(c)(3) educational corporation organized under the laws of the +state of Mississippi and granted tax exempt status by the Internal +Revenue Service. The Foundation's EIN or federal tax identification +number is 64-6221541. Its 501(c)(3) letter is posted at +https://pglaf.org/fundraising. Contributions to the Project Gutenberg +Literary Archive Foundation are tax deductible to the full extent +permitted by U.S. federal laws and your state's laws. + +The Foundation's principal office is located at 4557 Melan Dr. S. +Fairbanks, AK, 99712., but its volunteers and employees are scattered +throughout numerous locations. Its business office is located at +809 North 1500 West, Salt Lake City, UT 84116, (801) 596-1887, email +business@pglaf.org. 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