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+*** START OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK 56770 ***
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+ Nota del Transcriptor:
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+ Se ha respetado la ortografía y la acentuación del original.
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+ Errores obvios de imprenta han sido corregidos.
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+ Páginas en blanco han sido eliminadas.
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+ Letras itálicas son denotadas con _líneas_.
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+ Las versalitas (letras mayúsculas de tamaño igual a las minúsculas)
+ han sido sustituidas por letras mayúsculas de tamaño normal.
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+
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+ De sobremesa
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+ CRÓNICAS
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+ Tercera Serie
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+ Jacinto Benavente
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+ De sobremesa
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+
+ CRÓNICAS
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+
+ TERCERA SERIE
+
+
+ MADRID
+ PERLADO, PÁEZ Y COMPAÑÍA
+ SUCESORES DE HERNANDO
+ Arenal, 11 y Quintana, 31 y 33
+ 1912
+
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+
+ ES PROPIEDAD.--DERECHOS RESERVADOS
+
+ Artes Gráficas MATEU.--Paseo del Prado, 30.--Madrid.
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+[Ilustración]
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+De sobremesa
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+I
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+Si la propaganda cunde, pueden regocijarse los padres, los maridos y
+todos los paganos de lujos femeninos, cualquiera que sea su grado de
+aproximación masculina. Las damas de los Estados Unidos patrocinan,
+protegen y alientan una huelga de modistas. Tendría que ver, ¡ya
+lo creo!, que un exceso de civilización volviera á las refinadas
+norteamericanas al primitivo atavío de la hoja de parra, y que, por
+evitar la desnudez de las obreras, llegasen sus distinguidas clientes
+á la suya propia. No podía perdirse mayor altruísmo. Pero si contra
+toda moda, con procurar siempre el mejor parecer de la mayoría, hay
+siempre resistencias y rebeldías por parte de las no agraciadas con
+ella, ¡figúrense ustedes si vestidura tan difícil para las feas y las
+mal formadas, como el natural físico, no ha de encontrar protestas!
+
+De temer es que la huelga, alentada en público por las damas, sea
+contrarrestada en privado por ellas mismas, como aquella famosa huelga
+de _Lysistrata_, tan graciosamente dramatizada por Aristófanes. Es
+también un peligro que esta huelga modistil traiga otras muchas
+huelgas de mayor transcendencia. Huelga de señoras: porque ¿en qué
+han de ocuparse muchas de ellas si no se ocupan en andar de modista
+en modista y de tienda en tienda, eligiendo, revolviendo y comprando
+trapos y moños? Huelga de maridos y de amantes: porque ¿parecerán lo
+mismo muchas mujeres sin los encantos artificiales de la _toilette_?
+Huelga de autores dramáticos: porque si las actrices dan en vestir con
+sencillez, ¿qué defensa tendrán muchas comedias? Sabido es que cuando
+en el teatro se llega á la desnudez, sobra toda literatura, con un
+poco de baile basta. Cuando hay mucho que ver, el oído no está para
+nada y el entendimiento mucho menos. Huelga general, en fin, con cierre
+y quiebra de balnearios, hoteles, playas á la moda, teatros, iglesias,
+etc., etc.: porque si las señoras no podían lucir trajes en todos estos
+sitios, sostenidos por ellas, ¿para qué habían de asistir á ninguno de
+ellos?
+
+Véase cómo una sencilla huelga de modistas, que en su origen puede
+parecer cosa de broma, podría ser el principio de una revolución social.
+
+ * * * * *
+
+El comienzo de año nos llena siempre de melancolía. ¿Un año más? ¿Un
+año menos? Depende del estado de ánimo. De cualquier modo, es otro año;
+y lo que nos entristece es que, con ser otro, será lo mismo. Los días
+nacen unos de otros, y el nuevo día no amanece nunca. Los que no se
+resignan á vivir sin esperanza la ponen más allá del sol, más allá de
+la vida. Su año nuevo, no es vida nueva; es otra vida.
+
+¡No pensemos en qué nos traerás, año nuevo; ya nos contentaremos con
+que no te lleves algo!
+
+El año pasado nos trajo algunas glorias, ¡bien pagadas con muchas
+inquietudes y tristezas! Se despidió con inundaciones, lo mismo que el
+partido conservador. Bien puede ser generosidad, para que luzca más el
+sol del año nuevo. Hay calamidades fertilizadoras.
+
+ * * * * *
+
+Los autores noveles protestan contra la precipitación, reserva y
+sorpresa con que se ha declarado cerrado el concurso de sainetes
+para el teatro Español. Prueba de ello es el escaso número de obras
+presentadas, cuando en cualquier otro concurso, anunciado con la
+necesaria publicidad, se cuentan por millares. ¡Díganmelo á mí, que
+llegué á leerme, en algunos de ellos, «noventa y cuatro comedias»!
+
+Lo mejor que puede hacerse es ampliar el plazo y no dar ocasión, de
+ningún modo, á que nadie pueda sospechar que hubo mala fe en lo que
+sólo pudo haber ligereza. Considérese que estos concursos, con todas
+sus deficiencias, son la esperanza de muchos autores inéditos y la
+mayor probabilidad de verse atendidos y juzgados imparcialmente. Si
+la atención y la justicia de los que han de juzgar se bambolean ó se
+tuercen en ocasiones, culpa es de los propios concursantes, que suelen
+mover una de recomendaciones, influencias y hasta intriguillas á las
+que sólo con gran energía, y á riesgo de enemistarse con muchos, puede
+uno sustraerse. Esto de la recomendación para todo es achaque muy
+nacional. El donoso escritor que en peligro de muerte, al ir uno de sus
+allegados á pedir los últimos Sacramentos, le recomendaba: «Di que son
+para mí; que los traigan buenos», satirizaba esta arraigada costumbre
+española de creer que la recomendación alcanza para todo, hasta en lo
+divino. ¿No es este el país en que más se reza y se pide á una multitud
+de vírgenes, santos, abogados y abogadas celestiales, que á Dios, uno
+y trino; en que se cree necesario pedir por favor lo que es más de
+justicia; en que hasta para comprar en una tienda, por su dinero, se
+cree uno en el caso de decir: «Vengo aquí recomendado por don Fulano,
+que le compra á usted mucho»; en que hasta para morirse le confortan
+á uno con lo que se llama «recomendación del alma»?... Y no digamos,
+después de muertos, la de recomendaciones que son precisas para que le
+entierren á uno en buen sitio y lo más arreglado posible.
+
+Por todo esto, yo me permito recomendar que se atienda la justa queja
+de los autores. En cambio, me comprometo á no recomendar á ninguno en
+particular.
+
+
+
+
+II
+
+
+Parece ser que ahora va de veras: Madrid será agrandado y...
+¿embellecido? Como en las casas cursis, tendremos sala y gabinete
+decentemente amueblados, y lo demás ¿qué importa? Lo demás es para
+vivir. Gran tocado y chico recado. Si la nueva Gran Vía y cuanto se
+mejore y ensanche ha de verse tan mal barrido, tan mal pavimentado, tan
+puerco como lo que ahora tenemos, más valiera dejarlo todo como está.
+¿Pasan ustedes alguna vez por la calle del Barquillo? ¿Y por la de...?
+¿Para qué enumerar? ¿Andan ustedes por esas calles? En las aceras no
+hay losa en su sitio; el arroyo lo es de polvo y papeles y todo género
+de suciedades; ir en coche es ir botando como pelota; ir á pie es ir
+votando como ciudadano. El sistema de barrer las calles es para optar á
+un premio en cualquier Exposición de higiene. ¡Y qué admirable orden
+en la circulación! Carromatos con siete mulas de reata interceptan el
+tránsito á cada paso. ¡Pobres traficantes, no es cosa de molestarles
+con ordenanzas que fijen horas á propósito para sus acarreos! La
+molestia libre en el Estado libre.
+
+Bien está que aplaudamos todas las grandes iniciativas del alcalde y
+del Municipio, pero entretanto tuvieran algunas pequeñas iniciativas...
+Verdad es que la mayor parte de la gente vive tan á gusto. Las malas
+casas les han acostumbrado á las malas calles. ¡Digo! Si las calles
+fueran agradables... Como son, hay quien se pasa la vida trotando por
+ellas, sólo por no estar en su casa.
+
+ * * * * *
+
+No puede creerse en la indignación de Rostand al ver destripado su
+gallo por las indiscreciones del _Secolo_, cuando, por indiscreciones
+parciales, muchos sabíamos ya el argumento y aun los chistes y
+cantables que tiene la obra. Aparte de esto, poco tiene que perder una
+obra que todo lo ha perdido con la publicación de su asunto. ¡Pobre de
+nuestro _Don Juan Tenorio_ entonces! ¿Quién iría á verlo, si la novedad
+de su trama fuera su único atractivo? En el mismo París, tan novelero
+en apariencia, sostienen mejor su cartel muchas obras clásicas de
+Corneille, Racine y Molière, que algunas flamantes comedias, más viejas
+al nacer que las otras antiguas. _Chantecler_ ha logrado ya categoría
+de obra clásica, en que el asunto es lo de menos. Muchos que ahora
+asistirán al estreno, tal vez como críticos, no habían nacido cuando
+empezó á hablarse de _Chantecler_.
+
+De las actrices y actores que estrenaron anteriores obras de Rostand,
+sólo por Sarah inmortal, no han pasado los años. ¡Hagan las Musas que
+tan esperada obra interese por tanto tiempo á la posteridad, como á
+la anterioridad ha interesado! Después de todo, la gloria anticipada
+es la más segura, y la cera que va delante es la que alumbra. Y en
+este particular de la luz, parece ser que para el gallo de Rostand
+amaneció hace mucho tiempo. Tal vez ya no quedaba más resquicio por
+donde percibirla que esas indemnizaciones exigidas á los periódicos
+indiscretos. De este modo sí que el gallo no puede ser nunca un albur.
+Todo va copado. ¡Que al estrenarse no le cambien una letra! ¡Pobre
+gallo entonces!
+
+ * * * * *
+
+No hay nada más peligroso que un incensario en manos indiscretas.
+Representación de algo divino ó humano, los golpes más peligrosos para
+los ídolos son los de sus fervorosos adoradores. Cuando todo el mundo
+dice: «Está bien», ¿para qué empeñarse en que todos digan: «Está mejor
+que bien». El deber cumplido tiene en sí mismo la mejor recompensa, y
+cuando el deber es tan propio del cargo y por lo elevado de la posición
+trae consigo el conocimiento y la admiración de todos, ¿qué se le añade
+con una recompensa que, por estar tan al alcance de la mano de quien
+ha de obtenerla, pierde todo su valor en este caso? El reconocimiento
+oficial nada añade al reconocimiento nacional. Sería, como dijo
+Shakespeare: «Pintar al lirio, dorar el oro, endulzar lo dulce.»
+
+
+
+
+III
+
+
+El periódico de Buenos Aires _Caras y Caretas_, en circular dirigida
+á personas significadas, solicita un pensamiento con motivo del
+centenario de la Independencia argentina. La circular viene en francés.
+Ya sabemos que por ser el idioma usual en relaciones diplomáticas
+universales, puede serlo también en las literarias. Pero en este caso,
+y tratándose de una República en que nuestro idioma es y será por mucho
+tiempo el oficial, el literario y el vulgar, ¿no hubiera estado mejor
+en castellano la circular dirigida á España? Yo, por mí, sé decir que
+nunca entendí peor un idioma extranjero, y no sabré contestar á lo que
+se me pregunta.
+
+No ya consolarnos, enorgullecernos debemos de la independencia de todas
+las Repúblicas americanas que fueron colonias españolas, mientras en
+ellas impere nuestra lengua, y con ella mucho de nuestro espíritu.
+Comunicarnos en lenguaje extraño, más que independencia nos dice
+desvío. Nuestras relaciones deben ser más que diplomáticas; y esa
+circular en francés tiene toda la frialdad de una nota de Estado. ¿Le
+agradaría al simpático semanario porteño que saludáramos en francés la
+conmemoración de la Independencia argentina?
+
+ * * * * *
+
+Los sucesos culminantes de estos días entran en la clasificación de
+podencos, tan respetados por el escarmentado loco de que nos habla
+Cervantes. ¡Guarda, que es podenco! No entremos ni salgamos en pláticas
+de familia, aunque la familia nos sea muy allegada, que siempre
+llevaremos la de perder, mientras no caigamos en la cuenta de que,
+civiles ó militares, todos llevamos el mismo uniforme: el de ciudadanos
+españoles, y á todos nos interesa por igual el respectivo prestigio de
+unos y otros. Malo es dividirse en castas. Todos hemos de ser paisanos,
+en el amplio sentido de compatriotas; todos hemos de ser soldados,
+en paz y en guerra, cada uno en su puesto, para responder siempre al
+¿quién vive? de todo ¡alerta!: ¡España!
+
+ * * * * *
+
+¡Oh, admirable público nuestro! Se acostumbra á lo malo; tolera
+indefinidamente lo mediano, y sólo ante lo bueno se cansa su admiración
+y hasta se irrita si alguien se obstina en pretender sostenerla. Este
+es el caso de Titta Ruffo en la actual temporada. Nada en la voz ni
+en el arte del gran barítono justifica un cambio de actitud en el
+público. El artista es el mismo, y eso es lo que parece sentir el
+público, obligado á seguir admirándole todavía. ¡Oh, niño caprichoso, á
+quien hay que retirarle las golosinas antes del enfado y los juguetes
+antes del destrozo! ¡Pocos poseen, como el Guerra, el difícil arte de
+retirarse á tiempo, único recurso del artista que no quiera sentir tus
+rigores!
+
+En ningún público, como en el nuestro, se advierte esa actitud
+defensiva contra la admiración; esos gestos malhumorados al
+soportarla. En cualquier espectáculo parece como si el público fuera
+violentado, por fuerza mayor y no por gusto, á distraerse un rato.
+El autor es como un enemigo personal; el artista, como un acreedor
+molesto. En ninguna parte puede hablarse con tanta razón de «batallas»
+al tratarse de arte.
+
+ * * * * *
+
+Por mucho que moralistas y sociólogos prediquen contra el suicidio,
+mientras el ridículo no se atreva con él, por respetos que siempre
+impone la muerte, seguirá siendo poético final de muchas historias
+vulgares. El solo basta para dar grandeza trágica en un momento al más
+chocarrero sainete. ¿Cuántos no habrán reído al ver pasar en vida el
+idilio amoroso del viejo cojo y la niña lozana? Y aquella unión, que
+en vida acaso sólo en el interés tenía explicación para las gentes,
+con la muerte es algo inexplicable, con todos los prestigios del amor
+y de la muerte; deidades poderosas á inmortalizar á sus elegidos,
+como los dioses paganos á sus amadas mortales. Los vulgares amantes,
+que en vida tal vez dieron que reir á las gentes, hoy van en la divina
+poética teoría inmortal de Hero y Leandro, Píramo y Tisbe, Romeo y
+Julieta, Francesca y Paolo, Isabel y Marsilla; sin olvidar á aquellos
+otros amantes madrileños que inmortalizaron la frase suprema: ¡Que los
+entierren juntos! ¡Hallen todos un Ovidio, un Dante, un Shakespeare! Y
+á no poder ser otra cosa, un buen romance de plazuela. Hay que poetizar
+la muerte por amor todo lo posible. Es el mejor medio de evitar muchos
+matrimonios desgraciados.
+
+ * * * * *
+
+Los empresarios de _music-halls_ están consternados. Ante la amenaza de
+la subida de la carne, algunas artistas han pedido aumento de sueldo.
+Lo que dirían ellas, si conocieran la célebre canción de _La camisa_,
+de Hood--pero ¿cómo han de conocerla, si las pobres hasta habrán
+olvidado que hay camisas?:--¡Que la carne de vaca sea tan cara y la
+carne humana tan barata!
+
+Por fortuna para los empresarios y traficantes en carne humana, la
+carestía de la primera trae por la mano la baratura de la segunda.
+
+A poca costa podríamos traer buena carne de América cuando aquí nos
+faltara. Preferimos enviar allá carne humana. Dentro de poco sólo
+quedarán aquí los que puedan pagar el solomillo. ¡Qué agradable será
+no ver más que gente bien alimentada por esas calles! ¡Cómo van á
+dulcificarse las relaciones sociales, y sobre todo las políticas!
+
+
+
+
+IV
+
+
+Para los espíritus abatidos, propensos al decaimiento, como nuestro
+espíritu nacional, no importa tanto saber si hay causa para tanta
+alegría como saber que el efecto fué el de una alegría verdadera.
+Cuando hay tales tristezas sin motivo, ¿por qué no entregarnos sin
+discusión á una alegría, que, desde hace mucho tiempo, con ningún
+pretexto hubiéramos podido justificar? En otros tiempos, tan ricos
+éramos en glorias, que, acaso éstas de ahora nos hubieran parecido
+mezquinas. Hoy... bien venidas sean, y mejor si sabemos apreciarlas
+con serenidad y más que de envanecimiento nos sirven de estímulo para
+glorias mayores. De tremenda crisis triunfó el espíritu nacional
+en los principios de la campaña. Por el mundo no faltó quien se
+apresurara á cantar nuestros funerales. El Ejército español ha sabido
+extendernos nueva fe de vida ante el mundo. Tal vez pocas veces fué
+tan depositario del honor y la vida de España como en esta ocasión. No
+quede todo en aclamaciones de entusiasmo. No olvidemos nuestro deber
+en la paz, si queremos tener el derecho de exigirle todo su deber en
+la guerra. Es triste cosa resignarse á tener mártires cuando se puede
+tener héroes. Hoy sustituyamos el grito de ¡Viva España!, que puede
+parecer un deseo, con este otro más afirmativo: ¡Vive España!
+
+ * * * * *
+
+Por dichosa casualidad, al mismo tiempo que nuestras armas victoriosas,
+llega de la República Argentina, en la persona de Belisario Roldán,
+mucho de nuestro espíritu triunfante á decirnos cuánto queda en América
+todavía de nuestro Verbo glorioso. Siempre leal amigo de España, no
+puede considerarse ni ser considerado en ella como extranjero. La
+fogosa elocuencia de nuestros grandes oradores, la que fué admiración
+de todo el mundo español, alienta vigorosa en el joven orador
+argentino.
+
+En los oradores de casa, tal vez nos pareciera demasiado vehemente.
+¡Hemos bajado tanto el diapasón para todo! El grito, el rugido, el
+apóstrofe nos asustan. Amamos la discreción sobre todas las cosas en
+política, en arte, en el trato social, ¡La discreción! Triste cosa es
+un pueblo que no tiene mayores glorias que las de sus locuras.
+
+ * * * * *
+
+Amable lectora, la que en discretísima carta me consulta sobre el
+mejor sistema de educar á los hijos; sin duda sabe que nadie los
+educa mejor que los que nunca los hemos tenido. ¿Severidad? ¿Dulzura?
+¿Proporcionarles toda la alegría posible ó prepararles con privaciones
+á soportar las tristezas futuras? Hoy... son los padres; pero los
+padres no viven siempre. Mañana... son los extraños sin cariño, ó con
+otro cariño que nada se parece al de los padres... Pero, ¿no será, por
+lo mismo, crueldad en los padres anticipar tristeza á la tristeza?
+¿Y si el hijo muriera antes? Mañana es la vida, pero también es la
+muerte. Los juguetes comprados serán entonces recuerdo triste; pero
+los juguetes que el niño deseó y que le negamos serán un remordimiento
+constante... ¡Oh, sí; dulzura, dulzura para vuestros hijos, que la
+vida es madrastra terrible, como las de los cuentos de hadas; esas
+madrastras que encierran en torres á las princesas delicadas ó las
+envían al bosque á guardar gansos. Peor la vida, que suele traerlas,
+no á guardarlos, sino á casarse con alguno de ellos. Pero, ¿y si
+acostumbrados al mucho mimo no hay fuerza en ellos después para
+conllevar las contrariedades?
+
+La vida es la mejor educadora, y ella sola se basta para enmendar
+errores de educación en los padres... Todos, menos la falta de besos,
+de caricias, de juguetes en los primeros años... La vida puede ser
+madrastra, puede ser maestra, pero no es madre...
+
+En los primeros años del mundo, cuando Adán y Eva, arrojados del
+Paraíso, luchaban contra los rigores de la naturaleza primitiva, Eva
+lloraba por sus hijos, al verlos muchas veces heridos por las fieras,
+desgarradas sus carnes por las asperezas de los troncos y de las
+piedras... ¡Mis hijos! ¡Qué horrible vida! Para ellos no ha habido un
+Paraíso terrenal, como para nosotros... Ellos no sabrán nunca de sus
+delicias... ¡Nosotros hemos sido más felices!
+
+--Sí--dijo el primer hombre.--Ellos no han tenido, como yo, un Paraíso;
+pero, ¡yo no he tenido una madre, como ellos! Y al verlos acariciados
+por la madre, en su amor paternal había algo de envidia. ¡Y era el
+hombre que había sido formado por Dios mismo!
+
+
+
+
+V
+
+
+El mes de Enero suele ser fecundo en calamidades. Para que sepamos á
+qué atenernos durante todo el año. Es un modo de anunciarse. Queda
+la duda, en estas primeras calamidades del año, de si pertenecen al
+año entrante ó serán saldo del anterior, que no quiso marcharse sin
+soltarlas. Lo cierto es que la Naturaleza, como una gata cualquiera,
+anda fuera de sí y desatinada en este primer mes del año. Tempestades,
+inundaciones, lluvias torrenciales de gracias, condecoraciones y
+entorchados, y el cometa apocalíptico, y _Chantecler_ en puerta. ¡Vaya
+un añito!
+
+La inundación de París retrasa una vez más el acontecimiento que sólo
+pudiera consolarnos: el estreno de _Chantecler_, antes retrasado por la
+discusión que pudiéramos llamar del huevo de Mme. Simone. Se comprende
+en una actriz recién divorciada y recién vuelta á casarse el escrúpulo
+en poner un huevo, sobre cuya pertenencia pudiera haber dudas.
+
+Por fortuna, el poeta no peleó por el huevo ni por el fuero, y la
+postura se supondrá entre bastidores, lugar más conveniente para
+posturas difíciles, en la vida como en el teatro.
+
+ * * * * *
+
+Luego diremos que aquí no hay libertades y que el clericalismo nos
+domina. En Inglaterra, la nación traída siempre á cuento, cuando de
+libertades se trata, no pudo representarse, hasta ahora, la ópera de
+Saint-Saens _Sansón y Dalila_ porque su asunto bíblico escandalizaba
+los sentimientos religiosos. Sobre la _Salomé_, de Strauss y de Wilde,
+creo que todavía pesa la prohibición. Los ingleses sólo han consentido
+en ver la danza de _Salomé_ separada del texto y de la partitura.
+¡Parecen tontos! ¿Verdad?
+
+Aquí, donde nos quejamos á todas horas de la presión clerical, triunfa
+_La corte de Faraón_, opereta del todo bíblica, sin protestas de
+nadie. Yo he visto en primera fila á muchos graves señores de los que
+suelen ser ornato de cofradías y procesiones. En Inglaterra se enseña
+ahora á los niños la Historia por medio de representaciones teatrales.
+¿Por qué no ha de enseñarse la Biblia por el mismo sistema? No hay en
+_La corte de Faraón_ mayores atrevimientos que en el Sagrado libro.
+Los autores han estado muy hábiles en quitar crudezas. A las artistas
+nadie les agradecería que ocultaran las suyas. ¡Admiremos al Señor en
+sus obras! No será tan difícil hallar un sentido místico á la canción
+babilónica, que pronto oiremos en labios de muchos senadores; como al
+_Cantar de los cantares_ y á otros pasajes no menos escabrosos.
+
+Lo malo es que la Iglesia católica haya perdido aquel buen humor y
+aquel sentido artístico que fueron todo el espíritu del Renacimiento.
+¡Ah, el bribón de Lutero, que la obligó á volver á tomar en serio su
+divino papel, que ya empezaba á ser humano!
+
+Ahora llueven imprecaciones y anatemas sobre el Arte y sobre los
+artistas. Los tiempos son difíciles. La competencia comercial es muy
+dura. No hay bastante público para todos. ¡Y el Teatro y la Iglesia son
+espectáculos tan caros! Por fuerza tienen que perjudicarse mutuamente.
+
+ * * * * *
+
+Pérez Galdós, el maestro glorioso, consagrado por el monumento inmortal
+de toda su obra, y Ricardo León, escritor joven, con razón estimado
+entre los buenos, coinciden, no en lo exterior, sí en lo interno, en
+sus dos últimas novelas: _El caballero encantado_ y _Alcalá de los
+Zegríes_. Novelas de símbolo, de alegorías, que nos hablan de España,
+de sus glorias pasadas y de su futura gloria posible. Quizás ¡señales
+de los tiempos! con mayor fe en la del viejo maestro que en la del
+poeta joven.
+
+Son los dos libros precioso documento para el estudio de nuestra
+psicología nacional.
+
+Limítome al acuse de recibo y á mi particular aplauso, sin invadir
+la sección «Revista literaria», en la que escritor de toda mi
+consideración y respeto sabe, con admirable acierto y con respeto á
+las personas, que cada vez va siendo más raro, distribuir elogios y
+censuras.
+
+ * * * * *
+
+De la excelente acogida al Teatro para los niños y del interés con que
+un público, si no tan numeroso como fuera de desear, todo lo selecto
+que puede pedirse, sigue sus representaciones, nada me satisface tanto
+como el buen éxito obtenido por las lecturas de poesías. ¡Versos,
+poesía! Eran una especie de coco para las empresas teatrales. Hoy
+ya empieza á creerse en ellos, y todo hace presumir un glorioso
+renacimiento de la poesía en el teatro.
+
+¿Por qué en el teatro Español, en el de la Princesa, que cuentan con
+admirables intérpretes de los poetas, no inaugurar una serie de veladas
+poéticas, que seguramente tendrían su público?
+
+Oímos muchas veces quejarse á unos y á otros de que el público no está
+educado; esto sirve de pretexto para rechazar muchas obras de indudable
+mérito. Corriente, el público no está educado; pero ¡si nadie se toma
+el trabajo de educarle! Es mucho más cómodo y provechoso llevarle el
+humor y no luchar con él. Pero los que pueden permitirse ese lujo con
+menos riesgo están más obligado á ello. A todos nos toca un pedacito
+del mundo en que podemos hacer algo útil y provechoso, y no es desde un
+escenario donde menos puede hacerse por la cultura y la educación, que
+es hacer por la Patria.
+
+
+
+
+VI
+
+
+Mariano de Cávia me propone un Teatro para los viejos, que vendría á
+ser, no contraposición, sino complemento del Teatro para los niños. Los
+extremos se tocan, y acaso viniera á suceder, por el humano y natural
+prurito de aniñarse en los ancianos y de hombrear en los infantes, que
+el Teatro dedicado á los primeros fuera el favorito de los segundos,
+y viceversa. Pero ¡ay! ¿es tan necesario el teatro para los viejos?
+¿Llenaríamos con él algún vacío, ni siquiera el del teatro mismo? Si el
+teatro pretendía ser educativo, ya en el más amplio sentido moral ó en
+el puramente artístico, ¿qué provechosa enmienda podría esperarse en
+nuestros venerables? Ninguna. Ya dice la vulgar sabiduría que el árbol
+ha de enderezarse desde pequeñito, y ¿quién es capaz de enderezar, en
+todo ó en parte, á los que ya se rinden al peso de los años? Ni _La
+corte de Faraón_ ni el «Royal Kursaal», con esas admirables artistas,
+cuyo mejor anuncio es el de la pérdida de su equipaje, podrían realizar
+el milagro.
+
+¿Teatro de puro entretenimiento? Basta asistir á los antes citados
+y á otros del mismo género para comprender que nuestros viejos no
+necesitan de un teatro especial en donde solazarse. No de los viejos,
+de los decrépitos, pudieran llamarse esos teatros en que reverdece el
+chiste de Instituto y de café estudiantil, para regocijo de viejos
+más verdes que los chistes. Y no os engañen algunas caras juveniles
+de los espectadores; no está en la cara la edad, sino en el espíritu,
+y por esos teatros, como por los meetings clericales de estos días,
+no busquéis jóvenes de espíritu; el de aspecto más infantil lleva por
+dentro la vetustez de diez siglos.
+
+Grave error es clasificar por edades en jóvenes y viejos. Niños seremos
+tú y yo, querido Mariano, aunque muchos niños viejos ya nos echen del
+corro; porque siempre será para nosotros la vida un buen campo de
+recreo en que saltar, brincar y jugar á todo, por pura expansión de
+nuestro espíritu, sin ninguna utilidad práctica. Jugando y saltando no
+se llega á parte alguna; si bien puede servirnos de consuelo que hay
+partes á las que más conviene no llegar nunca. Para llegar á muchas
+de ellas, suprema ambición de todo hombre serio, ya sabemos que,
+en España, no hay medio mejor que ser viejo ó aparentar serlo. Con
+nuestros doctores Faustos, aquí, Mefistófeles obraría la transformación
+contraria. Hay quien le vendería el alma por transformarse en viejo,
+no en joven. Y en vez de cantar: ¡A mí la juventud, á mí los delirios
+del primer amor!, cantaría: ¡A mí las prebendas y á mí los cargos
+oficiales; á mí las Academias y la respetabilidad, y... llévese el
+demonio mi alma y mi alegría!
+
+Dejemos, pues, á los viejos, que para nada necesitan teatros, cuando
+todo el mundo es teatro, de moda y lucimiento para ellos. Pensemos en
+los niños, en los verdaderos niños, hijos de padres verdaderos jóvenes,
+que sólo de ellos puede esperarse la nueva vida por la nueva escuela.
+¿Religiosa? ¿Laica? Allá unos y otros. El Arte es religión neutral.
+¿No es en el Vaticano donde se guardan las más bellas reliquias del
+Paganismo? ¡Quién sabe si no será en un templo pagano de Arte donde se
+guardará lo más bello del Arte cristiano! Nunca fueron las ideas viejas
+tan respetuosas con las nuevas, como las nuevas lo serán siempre de las
+viejas. Y ¡vive Dios! que hay entre nosotros vejestorios, en todos los
+órdenes de la vida, que no son dignos de ningún respeto.
+
+ * * * * *
+
+Fué Balbina Valverde una actriz de la más pura cepa española, y si la
+vanidad regional no temiera empequeñecer su castizo arte, diríamos
+mejor de la más pura cepa madrileña. A la falsa luz de las candilejas,
+en el falseado ambiente de muchas comedias mediocres, nadie supo dar
+tan artística realidad, tan humano aire al tipo de la mujer española
+de nuestra clase media, que viene á ser el tipo medio de la mujer
+española, con su sentido práctico, sanchopancesco, sus vanidades, sus
+ambiciones, su vulgar sentimentalismo... Llegó á tanto la verdad en
+su arte, que llegamos á verlo copiado en la vida. ¡Cuántas veces no
+habremos dicho: Esta señora es una Balbina Valverde! Para los yernos,
+este nombre era como una amenaza joco-seria.
+
+Su dicción era del más puro castellano; inimitable su arte de subrayar;
+única en producir efecto cómico con la sola enunciación de una palabra
+insignificante, que en su boca adquiría el valor de un chiste. ¿Quién
+no recuerda cualquier ¡Mi yerno!, pronunciado por ella? Era el presagio
+de una tormenta familiar.
+
+Fué con todo esto de un amor por su arte, de un celo en el cumplimiento
+de sus deberes artísticos, que ha de recordársela siempre, no sólo como
+ejemplo para las de su profesión, sino como gloria del sexo femenino,
+al que muchos suponen incapacitado para toda profesión seria. ¡Si en
+otras esferas de actividad hubieran cumplido muchos hombres con sus
+deberes como Balbina Valverde cumplió siempre los de su profesión!
+
+Gravemente enferma, durante una temporada en Bilbao, se hizo llevar una
+cama al teatro, y en el cuarto del teatro vivía, levantándose de la
+cama para salir á representar las comedias.
+
+Casi á la fuerza tuvo que obligarla la empresa á regresar á Madrid.
+
+¡Descanse en paz la inolvidable artista! Madrid pierde con ella una de
+las más sanas y castizas notas de su risa.
+
+A este público, que tanto la quiso y al que ella amaba tanto, le ha
+hecho llorar por vez primera. ¿No es esto una envidiable gloria?
+
+
+
+
+VII
+
+
+La carambola no ha sido mala. Esperemos, sin desconfiar de la
+intención, que, por los efectos, no venga á ser de retroceso.
+
+Malo es no salir de nuestro paso, pero... ¡tomar carrerilla tan de
+pronto! No es que dudemos de las energías y buena voluntad de los
+corredores, sino de la firmeza y seguridad del camino. Aun no hace
+mucho tiempo hubo que desandarlo, y no sabemos que se haya trabajado en
+él después lo bastante para conseguir ahora lo que entonces apenas pudo
+intentarse.
+
+El mal camino andarlo pronto, pensará acaso alguien interesado en
+echar por el atajo, para volver pronto al verdadero camino real. Miren
+bien, los que por el atajo andan, de no levantar un pie sin haber
+afirmado antes el otro; no avancen un solo paso sin haberle desbrozado
+cuidadosa, cautelosamente. ¡Cuidado con los tropezones! Considerad
+que tal vez se espera el primero para gritar: ¡Veis cómo ese camino es
+imposible! ¡Nada de prisas, nada de impaciencias! Estábamos dispuestos
+á esperar un quinquenio en el estanque. ¿No podremos esperar otro tanto
+en el agua corriente, por suave que sea su curso?
+
+ * * * * *
+
+Sí; _Chantecler_ es todo un símbolo. Es el gallo francés, el mismísimo
+gallo de las Galias que, como el protagonista del poema de Rostand,
+cree orgulloso al lanzar su ¡quiquiriquí! á cada aurora que el Sol
+sale á iluminar al mundo entero, obediente á su evocación. Y no es lo
+malo que él lo cree; son muchos los pobres animales que aun juzgan los
+_quiquiriquíes_ del gallo francés prestigioso encanto, sin el cual el
+Sol no alumbraría la Tierra.
+
+Bien cantó el gallo francés, no hay duda, y si no llega á su poder
+á que el Sol le obedezca, sí llegó muchas veces á despertar á la
+Humanidad con sus gloriosos cantos de libertad, de justicia, de arte...
+No nos trajo el Sol, pero nos avisó siempre de su salida. Por todo
+ello le debemos gratitud y cariño; pero sin olvidar al Sol, que es
+antes que el gallo... y sin despreciar á los humildes gallitos de
+nuestros corrales, que, á su modo, también saben anunciar la aurora.
+
+ * * * * *
+
+¡Qué brutos somos, ¿verdad?, podrán decir, como el personaje del
+_Patinillo_, los millonarios _yankis_, acostumbrados á que por
+bárbaros los tenga la culta y refinada Europa! Es verdad que alguna
+vez _apedrean_ con su dinerazo y otras veces insultan; pero... ¡ay!
+ya quisiéramos por aquí, en justas proporciones, millonarios de esos
+que fundan Universidades y Escuelas y Museos, y como éstos que ahora
+acaban de construir un magnífico teatro en Nueva York. ¡Un teatro!
+¡Habrá empecatados! ¡Si hubiera sido una iglesia ó un convento? Pues,
+sí, señores; un teatro modelo, un verdadero templo, inaugurado con la
+representación de una obra de Shakespeare: _Antonio y Cleopatra_. ¡Qué
+brutos son! ¿Verdad?
+
+Aquí, alguna vez, se ha reunido gente de dinero para empresas
+teatrales, y el resultado ha sido... un baile de máscaras, un
+espectáculo de _varietés_ indecentes; algo por el estilo en fantasía
+y en Arte. ¿Se figuran ustedes á nuestros millonarios edificando el
+Teatro Nacional ó un teatro para la música española? ¿Cómo han de
+comprender que el Arte puede ser una religión los que han hecho de la
+religión un arte?
+
+ * * * * *
+
+La empresa del teatro Real está tratando á Wágner, en esta temporada,
+poco más ó menos, como por la vecindad están tratando al partido
+liberal: así como si quisieran quitársele de delante lo más pronto
+posible. Todos los cuidados son para el repertorio antiguo; para él
+Titta Ruffo, Anselmi... A Wágner que lo parta un gallo.
+
+Todo se relaciona: naturalmente, la resurrección de _Lucía_ había
+de traer por consecuencia una crisis del mismo tiempo y á la misma
+usanza. A viejas óperas, _divos_ jóvenes. Todo el arte de Anselmi no ha
+bastado á dar apariencias de vida á la momia de Lammermoor. Veremos si
+el otro joven _divo_ tiene mejor fortuna en la vieja ópera de nuestra
+política, tan necesitada de nuevo repertorio como de nuevos cantantes.
+España Brunilda espera á su Sigfredo. Los admiradores de Wágner también
+le esperan. No se dé pretexto á que nadie dude de la buena fe de las
+respectivas empresas. Puede que no haya para el repertorio moderno;
+pero el público no quiere _Lucias_ ni con Anselmi... ¡Qué disparate!
+¿No iba á decir ni con Maura?...
+
+
+
+
+VIII
+
+
+Es la ópera de Strauss, _Salomé_, portentosa obra de arte musical.
+Ahora, pensemos en todo lo que ha sido necesario para que pueda serlo.
+Primeramente, el gran talento de Strauss, no hay duda; después, un
+público que, extrañado ó aburrido, tal vez, en las primeras audiciones,
+prefiere desconfiar de su propia impresión á echar por el camino
+fácil de la chacota y el desprecio y enterrar la obra entre flores de
+ingenio, sin posible apelación. Después, empresas decididas á imponer
+la obra; después, una crítica capaz de hacer también obra creadora,
+inventando... lo que acaso el autor no puso en ella; formando de este
+modo una conciencia de lo inconsciente, que siempre anima en toda obra
+de arte. Después... el Ejército alemán con su formidable poderío.
+
+Ya dijo D. Juan Valera, con su inteligente, supremo humorismo, cómo
+las flotas de la Gran Bretaña habían podido contribuir á la gloria
+de Shakespeare. No hay idea de lo que puede influir el Ejército y la
+Marina, lo mismo para vender agua de Colonia en el Paraguay, que para
+imponer á la admiración de las más recónditas tierras el nombre de un
+poeta.
+
+He aquí por qué vuestra hija es muda, como dice el falso doctor de _El
+médico á palos_ al afligido padre. He aquí por qué nuestros músicos no
+cantan por el mundo. ¿Se figura nadie á _Salomé_ nacida entre nosotros?
+¿Cuál hubiera sido su vida? ¿Quién la hubiera impuesto al respeto?
+¿Quién la hubiera salvado de morir á chistes?
+
+Pero nos la envían dos grandes potencias: el genio de su autor... y
+Alemania. Los que menos la entienden procuran irse enterando; los que
+más se aburren, se aburren con respeto. ¡Ah! ¡Si fuera de alguien de
+casa!
+
+Nuestro indisciplinado individualismo no comprenderá nunca que la obra
+de arte es obra de todos, y que su inmortalidad más depende de todos
+que de la obra misma.
+
+En España, cada uno quisiéramos ser el único grande hombre de un país
+de imbéciles; el único honrado entre una caterva de pillos. ¿Qué buena
+planta puede arraigar en terreno donde las moléculas de la tierra se
+disgregan al recibirla? Ya dice el Evangelio: «¡Ay de la casa desunida!»
+
+ * * * * *
+
+Nunca mejor ocasión de mostrarnos unidos, con solidaridad de la grande,
+que en el próximo Centenario de Cervantes. Acabamos de dar lucida fe
+de vida en guerra. Nada valen las funciones bélicas, por gloriosas que
+sean, si no las consolidan inmediatamente fiestas de paz. En recientes
+cuchipandas hispanoamericanas hemos traído y llevado el Verbo y...
+¡ay, también el adjetivo de la raza y de la lengua! ¡Vamos á verlo!,
+como dicen los taurófilos, mejor dicho, los _torerófilos_, sobre todo
+al llegar la hora llamada de la _verdad_. ¿Podrá ser esa hora la del
+Centenario de Cervantes?
+
+¡Oh, mi gran D. Mariano, tenéis razón!, inútil es dirigirse á los
+políticos, porque en tal solicitud, empezada á redactar en lunes,
+habrá que raspar cinco nombres antes de llegar á entregarla el
+sábado. Pero si los Gobiernos pasan, otras cosas quedan. El Ejército
+y los artistas españoles deben bastarse, y por derecho propio, á
+monopolizar para sí toda la gloria de unas fiestas nunca igualadas. Es
+preciso borrar el recuerdo de aquellas lastimosas del Centenario del
+_Quijote_; es preciso... resignarnos á que nos llamen _lateros_, hasta
+conseguir levantar los espíritus. Contad, D. Mariano, con mi humilde
+cooperación para organizar funciones teatrales, para lo que de mi
+negociado dependa. Tiempo hay sobrado; pero el tiempo español vuela.
+Naturalmente: el tiempo nos gobierna y pasa... como nuestros Gobiernos.
+
+ * * * * *
+
+El maestro D. José Serrano solicita opiniones en el pleito entablado
+por la Sociedad de Autores sobre el libre aprovechamiento de obras
+extranjeras no garantizadas por tratados internacionales. Voto con
+el maestro Serrano. Por lo mismo que la ley no las ampara, razón de
+más para respetarlas. ¿Con qué razón podremos quejarnos de algunos
+empresarios y editores americanos, si nosotros justificamos su conducta
+con nuestro ejemplo?
+
+Bien está preocuparse por los intereses materiales y saber de sumar
+y multiplicar, y que letras y números no anden divorciados; pero la
+Sociedad de Autores, por honor de su nombre, debe comprender que
+hay también intereses morales que también tienen su valor en una
+suma total. Verdad es que una Sociedad de Autores en donde el dinero
+decide de las votaciones... Claro es que el dinero representa trabajo.
+¿Representa siempre arte? Pero hay quien prefiere ser considerado como
+artista á la hora de estrenar y como negociante á la hora de cobrar...
+¡Véase, cómo en estos tiempos del sufragio universal y del voto
+obligatorio, adónde demonios ha ido á refugiarse el voto restringido y
+el triunfo de la plutocracia!
+
+ * * * * *
+
+El buen gusto del público de París no se avenía con la presentación
+escénica de _Chantecler_, ridícula y poco artística, digan lo que
+quieran los reclamos. El afán de realidad en la presentación de una
+obra poética y fantástica ha llevado, como suele suceder, á falsedades
+que una fantasía de artista hubiera evitado. ¡Qué diferencia de esta
+_mise en scene_ á la de _El pájaro azul_, de Maeterlink, representado
+en Londres! Pero la amable crítica francesa para todo tiene remedio,
+hasta para los fracasos menos disimulables. Alguien ha encontrado
+el medio de idealizar, mejor dicho, de _realizar_ las falsedades de
+presentación en _Chantecler_ y las desproporciones evidentes entre lo
+representado y su representación. Mirar al escenario por el revés de
+los gemelos. De este modo, empequeñecidos personajes y decoraciones,
+todo parece la verdad misma. El gran Guitry parece todo lo más un
+gallo cochinchino; Simone, una faisana al natural, y Coquelin hijo, un
+perrillo de buen tamaño.
+
+Achicándolo todo por este procedimiento, la obra quizás se agrande.
+
+Lo contrario de lo que nos sucede aquí con nuestros políticos: ellos
+nos parecen muy grandes, y la obra cada vez más pequeña.
+
+
+
+
+IX
+
+
+Siempre es peligroso ir contra las corrientes populares. En el programa
+del nuevo Gobierno figura, para ser ley muy pronto, el servicio
+obligatorio. Indiscutible en teoría, dentro de esa igualdad que las
+leyes nos reconocen á todos como ciudadanos, aunque la Naturaleza la
+desmienta á cada paso; más atenta que á la igualdad, á la armonía,
+que no es lo mismo; pues á ella contribuyen, como en música bien
+compuesta, tanto como los acordes, las discordancias; ¿es tan
+indiscutible en la práctica? Por acercamos al ideal bruscamente, ¿no
+tropezaremos con duras realidades, cuyo choque, no sólo destruye el
+ideal, sino realidades positivas que debemos alejar de todo peligro
+cuidadosamente? No basta mejorar los cuarteles; no son cuerpos mortales
+solamente los que han de alojarse en ellos y han de acomodarse á
+su disciplina; son espíritus también, que no se disponen tan pronto
+ni tan fielmente como los materiales: alojamientos y provisiones.
+La Religión y la Milicia: «Religión de hombres honrados», que dijo
+Calderón de la Barca, no pueden existir sin una fe ciega, cuyo más
+sólido fundamento sólo puede hallarse en una humilde ignorancia ó en
+una superior filosofía, aparte los casos de predestinada vocación.
+Pero entre las humildes inteligencias y los entendimientos superiores
+capaces de crear objetividades de su propia subjetividad, existen en
+gran mayoría esas inteligencias medias que han dejado de ignorar y no
+han llegado á saber. Estas serían las dominantes en el Ejército con el
+servicio obligatorio; éstas las que llevarían á él todos los fermentos
+de una cultura mal reforzada. En ella abunda la moderna generación
+intelectual, y de ello se resiente todo el organismo social. ¿Tendría
+virtud el servicio obligatorio para disciplinar á esa masa, ó no sería
+ella la que llegaría á contaminar el sano organismo del Ejército?
+
+La ejemplar conducta de distinguidos voluntarios en la última guerra
+de Melilla ha influído, sin duda, en la opinión y en los gobernantes
+para confiar en la virtud del servicio obligatorio. ¡Hermosa es la
+fraternidad de todas las clases sociales en defensa de la Patria y
+en los peligros de una guerra! Pero no son los tiempos de guerra
+norma para presumir las ventajas ó los inconvenientes del servicio
+obligatorio. Lleva la guerra en sus peligros y en sus actividades,
+virtud moralizadora con la que no puede contarse en tiempos de paz.
+
+No olvidemos tampoco, en el país de las recomendaciones y las
+influencias, que la desigualdad, más sensible que palpable de hoy,
+sería la desigualdad que salta á la vista á todas horas, y es más
+irritante.
+
+¿El ejemplo de otras naciones? ¡Ay, si la voz de algunos sabios
+sociólogos lograra sobreponerse á la voz, más clamorosa, de los
+halagadores de muchedumbres!
+
+Preguntadles á los primeros, preguntad á las estadísticas las ventajas
+comerciales, industriales, sociales, en fin, que ha conseguido
+Francia con el servicio obligatorio. Enteraos, ¡oh bien intencionados
+legisladores!, cómo leyes tan democráticas, tan generosas, tan
+animadas de nobles propósitos, como la del servicio obligatorio y la de
+reglamentación del trabajo de los menores, han desatado sobre París y
+otras ciudades de Francia esas bandas de _apaches_, que no son signo,
+ciertamente, de civilización ni de progreso.
+
+No hay nada más peligroso en la realidad que el noble juego de los
+ideales.
+
+Bueno es atender á la opinión popular, para satisfacerla en lo
+justo; pero sobresalga sobre ella la opinión de los contempladores
+desinteresados. Cuando todos crean llegada la hora, ellos sólo sabrán
+decir: «Aun no es tiempo».
+
+ * * * * *
+
+Admiremos la dificultad vencida por la señora Bellincioni en su danza
+de Salomé. Es todo lo que puede danzarse ante nuestro público, cuando
+ese público asiste á nuestro Teatro Real. Admirado el arte de la señora
+Bellincioni, convengamos en que si Salomé no danzó de otro modo ante el
+Tetrarca, ó éste era hombre de buen contentar, ó tenía más ganas de
+perder de vista la cabeza del Precursor que Salomé de conseguir la del
+uno y trastornar la del otro.
+
+Me figuro á Pastora Imperio bailando por instinto lo que la señora
+Bellincioni baila por arte. ¿No son nuestro vulgarizado tango y nuestro
+popular garrotín, más propia evocación de lo que debió ser la danza de
+Salomé? ¡Lástima que haya perdido toda nobleza con el roce plebeyo!
+Hay que confesar, ¡oh amplitud de los escenarios populares!, que _La
+Corte de Faraón_, con su garrotín, está más cerca de la verdad bíblica
+que la _Salomé_, de Strauss, con su danza de los siete velos. Y ¡los
+«entradones» que se ha perdido la empresa! _Salomé_, con su buen
+garrotín hubiera llevado á todo el público de Eslava, sin perder el del
+Teatro Real por eso. El pudor de nuestro público está siempre dispuesto
+á dejarse violar. Pero, ¡vale la pena tan pocas veces! Y luego, que uno
+también tiene su pudor y no tan violable.
+
+
+
+
+X
+
+
+Francisco de Curel, uno de los pocos autores dramáticos franceses sin
+ribetes de negociante, aseguraba, en reciente indagatoria sobre la
+llamada «crisis» del teatro, que el teatro, en fuerza de tanto querer
+ser negocio, va dejando de serlo, y acabará por arruinar á cuantos
+empresarios sean ó fueren.
+
+Ya no basta para satisfacer las exigencias del negocio teatral con
+la obra razonable, la obra razonablemente aplaudida y celebrada; es
+preciso la «gran atracción», como en número de circo; la obra que
+avive todas las curiosidades, como crimen misterioso; la obra de «gran
+público», público que pueda llenar durante cien representaciones un
+teatro.
+
+¿Fueron así las tragedias de Esquilo y de Sófloques? ¿Las obras de
+Shakespeare? ¿Las de Lope y Calderón, obligados á una fecundidad sólo
+disculpable por la efímera vida de cada obra en su tiempo? ¿Es posible
+hacer obra de arte sincera, sentida, «nueva», con esa preocupación
+comercial del gran número de representaciones, consecuencia de no
+reparar en los medios de llamar la atención? Mujer y obra de arte que
+andan por el mundo á llamar la atención, ¿no merecen el mismo nombre?
+
+¡Cuánta noble idea de comedia malograda por la consideración: «No
+será obra de público, no dará dinero... No será obra simpática!...
+¿Adónde voy yo con esta obra?» ¡Oh, autores noveles! ¡Envidiáis á
+los que vosotros llamáis consagrados! Vosotros, por lo mismo que las
+empresas no confían en vosotros, podéis atreveros á todo. Si alguna
+obra os admiten, tened por seguro que la empresa ensayará otra al mismo
+tiempo, para sustituir á la vuestra en el caso probable de un fracaso.
+No gastará en ponerla, ni las actrices encargarán á París trajes y
+sombreros, ni los actores esperarán revelarse en la creación de sus
+papeles... Para los autores consagrados, ¡qué enorme responsabilidad
+la suya! ¡La obra de las esperanzas, de las ilusiones, la clave
+fundamental de una temporada, ó por lo menos de gran parte de la
+temporada!... La equivocación de un autor consagrado es la ruina para
+una empresa, la desilusión de actrices y actores, el descrédito de
+un modisto, la zozobra en muchos humildes hogares de tramoyistas,
+acomodadores, etcétera. ¡Legión pavorosa de espectros, presente al
+concebir la obra, al planearla, al escribirla!... ¿Esa frase?... no; es
+peligrosa. ¿Ese chiste?... ¡tremendo! ¿Ese final?... ¡de poco efecto!
+¡Eso es atrevido! ¡Eso no está garantizado por el aplauso! ¡Oh, la
+gloriosa inconsciencia de las primeras obras, las que un empresario
+recibía con displicente desconfianza!...--Tenemos ahí una obra de
+un chico que empieza... Una cosita; no está mal... Allá veremos...
+Mientras llega la obra de...--aquí un gran nombre.--¡La obra de la
+temporada!
+
+¿Comprendéis el lucido papel que podía hacerse cuando, por azares de
+la fortuna, la «cosita» sin importancia pasaba á ser la obra de la
+temporada? ¿Comprendéis la grave responsabilidad cuando la obra de la
+temporada es... una cosa de mucha importancia, que no le importa al
+público? ¿Sabéis de la tristeza de las cumbres, cuando se mira á un
+lado ó al otro y todo es cuesta abajo?
+
+¡Juventud, divino tesoro!, más divino porque puede ser derrochado
+pródigamente, porque es sólo nuestro... En la vejez, nuestro dinero,
+nuestro arte, nuestra vida, todo, ya no es sólo nuestro; hay quien
+puede pedirnos cuenta de todo ello... ¿Es posible un artista con
+consejo de administración? ¿Comprendéis que, por no soportarlo, pueda
+romperse la pluma á lo mejor de la vida, como dirán muchos de los que,
+unos por admirar, por envidiar otros, no supieron nunca compadecer al
+que vieron en alto?
+
+ * * * * *
+
+¡Oh, maestro! Leí vuestra carta, en la que adivino toda vuestra
+tristeza. Es la tristeza de Jesús, cuando al aconsejar al joven
+neófito que repartiera toda su hacienda entre los pobres, si pretendía
+seguirle, vió cómo el joven le volvía la espalda, incapaz del
+sacrificio. Así visteis llegar á muchos presuntos discípulos; grandes
+admiradores, á los que abrísteis el raudal de vuestro corazón y de
+vuestra inteligencia... Y los visteis después alejarse desdeñosos,
+malcontentos, murmuradores, porque en vuestra bondad, ellos sólo
+buscaban un elogio, un «bombito» en forma de prólogo ó juicio crítico;
+de vuestro entendimiento, que se hiciera traición para celebrar
+sus errores y sus tonterías, y le ayudáseis al «buen parecer», que
+basta para andar entre las gentes... Ellos, como Esaú, vendieron su
+primogenitura por un plato de lentejas...
+
+¡Cada vez más solo, maestro¡ ¡Es verdad! ¿Quién no ha sentido esa gran
+tristeza de ofrecer lo que mucho valía, y ver cómo ellos preferían lo
+de ningún valor?
+
+Ofrece uno toda la vida, y ellos sólo piden una recomendación, un
+elogio--algo del momento--. Ofrece uno la verdad de su corazón: ellos
+sólo querían una mentira.
+
+ * * * * *
+
+Próximo el primer aniversario de la muerte del maestro Chapí, no es
+de temer que empresarios, artistas, la Sociedad de Autores, España
+entera, en fin, necesiten de mejor estímulo que la proximidad de
+esa fecha para conmemorarla de un modo digno. La deuda es grande.
+Suspendida quedó, por la muerte, la función proyectada en honor del
+maestro; contratiempos de todo género impidieron las representaciones
+en esta temporada de _Margarita la Tornera_... Es empeño de honra
+vencer á tanta fatalidad, á la misma inexorable de la muerte, que sólo
+el amor vence... cuando el olvido no es segunda muerte. Pero ¿habremos
+olvidado tan pronto? O ¿será la envidia la única que recuerde? Cosa
+sería entonces de admirarla como una virtud, si ella sola logra vencer
+á la admiración y al cariño de cuantos decían admirar y querer al gran
+artista, al hombre honrado, al que, en tierra de bien nacidos, no es
+posible que hubiera dejado una sombra de odio ni de envidia.
+
+
+
+
+XI
+
+
+Pasó Marta Regnier con su compañía y su ligero repertorio, por el
+escenario de la Comedia, sin dejarnos honda emoción de arte ni de
+belleza. Nos sentimos un poco orgullosos, porque ni actores ni autores
+españoles podíamos temer la comparación. Sólo envidiamos lo selecto
+de la concurrencia y sus manifestaciones de agrado, no tan fáciles de
+obtener para los de casa.
+
+Marta Regnier es... un bonito artículo de París; de esos que entre
+directores de teatro, autores y críticos suelen fabricar allí para
+admiración de provincianos y de extranjeros. Además, en París les
+parece joven, y lo es, comparada con Sarah, la Bartet, la Rèjane, la
+Hayding y demás grandes estrellas del Teatro francés, admirable museo
+de antigüedades.
+
+Los actores franceses tienen el defecto general de ser demasiado
+actores. Todo es estudio y composición en ellos. No os sorprenderán
+nunca con una incorrección, con un desentono. En las actrices es
+también defecto empachoso que siempre han de parecer _cocottes_. Sólo
+Mme. Bartet y Mlle. Reichenberg han tenido aires de gran señora y de
+señorita en la escena. Algo también la Brandés, y en la extraordinaria
+Sarah, el arte supremo lo idealiza todo, dándonos la sensación, como
+dijo Lemaitre, de una mujer extranjera en todas partes, una mujer
+de raro exotismo, que viene nadie sabe de dónde y vuelve á otra
+región que ignoramos. Las demás, la _cocotte_, la eterna _cocotte_,
+creación artificial de una literatura dramática que necesita para sus
+combinaciones, figuras femeninas convencionales, como lo fueron la
+cortesana del teatro latino y la dama de nuestras comedias del teatro
+antiguo.
+
+Al mismo género pertenecen la _jeune fille_ de los ingenuos descocos,
+la casadita de los peligrosos _flirts_, la divorciada andariega y la
+viudita joven y experimentada de casi todas las comedias francesas
+modernas. Triste idea darían de una sociedad, si no supiéramos que el
+teatro fué siempre, en arte, la última y más irreductible trinchera de
+lo falso y lo convencional. Ni Francia, ni París mismo, ni su sociedad,
+ni sus mujeres, ni sus maridos, son eso ni pudieran serlo.
+
+Consolémonos, con la imagen falseada que sus escritores nos ofrecen, de
+la que suelen presentar de nosotros. No es extraño que se equivoquen al
+hablar de lo ajeno, los que se equivocan al hablar de lo propio.
+
+ * * * * *
+
+Más que nuestros actores y nuestros autores de los extranjeros,
+tendría que aprender nuestro público en cuanto á consideración y
+respeto al espectáculo y á los espectadores. En una de las últimas
+representaciones de _El oro del Rhin_ era materialmente imposible
+enterarse de la obra, salvo en la parte visible. ¡Y habrá quien diga
+que la música de Wágner es estruendosa! Sí, sí: ¡ya pueden echar los
+compositores trompas, timbales, bombos y platillos á competir con la
+graciosa cháchara de los abonados! ¡Y se tendrán por muy distinguidos!
+No saben que lo más distinguido es... tener educación y que si entre
+todo el numeroso público hubiera un solo espectador, uno sólo, que
+hubiera pagado por oir la ópera y no por contribuir á la general
+algazara, ese solo espectador merece el silencio de todo el público;
+no hablo ya de los artistas y de la obra. Pero ¡sí!, este es el país
+de: «Para eso hemos pagado, para estar como nos convenga.» Váyase
+la poca educación de los que charlan, por la exagerada de los que,
+habiendo pagado para oir la ópera, no protestan ruidosamente y en
+cualquier forma de la mala educación de los charladores. A descortesía,
+descortesía y media. Nunca estaría más justificada. En ningún teatro
+del mundo se toleraría cosa semejante. ¡Y esa es la gente que viaja
+por el extranjero! Verdad es que cuando viaja va á los circos, á los
+_music-halls_. ¡Lástima de dinero, que estaría tan bien empleado en los
+que no se atreven ni á respirar, allá en el paraíso!
+
+ * * * * *
+
+En _Juventud de príncipe_, traducción de la comedia alemana _Alte
+Heidelberg_, hay algo que desconcierta al espectador y, sobre todo, á
+la espectadora, en nuestro público: las relaciones del príncipe y de
+Catalina, camarera de una cervecería.
+
+Cuestión de latitud y de razas. Un público latino ¡el latino es pillín!
+no comprende ese buen amor que tiene tanto de buena amistad. Aquella
+muchacha sencilla quiere y se deja querer sin hablar de matrimonio, ni
+de honra... ni siquiera de dinero. ¿Qué especie de mujer es ésta?--se
+diría más de una espectadora.--¿Es buena? ¿Es mala? Es tonta, por de
+contado. Grave defecto en una mujer. Nuestras mujeres no temen nada
+tanto como pasar por tontas. ¡Así es tan raro que las engañe nadie!
+A buen seguro que un príncipe latino, ¡qué un príncipe!, cualquier
+muchacho de regular posición, no encontraría una ganga como la moza de
+Heidelberg. Una muchacha joven, bonita, que ni ama demasiado hasta el
+punto de destrozar el corazón al príncipe, ni de estorbarle siquiera
+en sus estudios, ni le explota hábilmente, haciéndose señalar una
+pensión vitalicia. ¡Un buen camarada de bromas y de excursiones!
+Mujer... cuando es preciso y nada más... ¡Lo ideal para todo hombre de
+ocupaciones! Con mujeres así, no es extraño que los alemanes progresen
+tanto. Los pobres latinos, en cuanto tropiezan con una mujer en su
+camino ¡hombres perdidos! Por eso _Juventud de príncipe_ fué más
+celebrada en su estreno por los espectadores que por las espectadoras.
+
+Por nuestra vida y por nuestras comedias sólo se comprende el amor
+causando estragos. Y sólo así convence á nuestras mujeres.
+
+
+
+
+XII
+
+
+Un distinguido escritor, al patrocinar también el debido homenaje al
+maestro Chapí, lleva su escepticismo hasta dudar de la sinceridad de
+mi admiración por el insigne músico; todo porque olvidé que en esta
+temporada se había representado, por fin, _Margarita la Tornera_ en el
+Teatro Real. Cuatro representaciones, después de tantos aplazamientos
+y suspensiones, no son muchas, y nada tiene de particular que puedan
+pasar inadvertidas para cualquiera, á poco preocupado ó distraído que
+ande uno con sus particulares asuntos.
+
+No soy yo tampoco muy amigo de asistir á representaciones de las
+obras que admiro. Las representaciones son siempre peligrosas para la
+admiración, y si esas representaciones son de óperas españolas y en
+nuestro teatro Real, doblemente. Claro es que una obra musical no puede
+ser admirada en su integridad, como una obra literaria, sin pasar
+por la interpretación, más ó menos edificante. Pero, en este caso, es
+preferible admirar y creer... por fe, ó, si la fe nos falta, aceptando
+como buena la autoridad de los competentes. Después de todo, por fe ó
+por autoridad, creemos en muchas cosas de más importancia: en materias
+de Religión, de Ciencia, etc., etc.
+
+Yo no me permitiría jamás dudar de la ciencia de un Ramón y Cajal,
+aunque nunca haya asistido á sus experimentos. Me basta con que
+personas de gran autoridad científica los den por buenos. ¿Estimaríamos
+muchas cosas en el mundo si á cada una hubiéramos de aplicar la propia,
+casi siempre ignorante, y muchas veces impertinente, investigación? El
+propio juicio ¡es tan falible! y ¡tan variable! Cualquier alteración en
+los humores, en la temperatura, en el bolsillo, basta á trastornarle.
+¿De qué viven las grandes instituciones sociales más que de este
+abandono del criterio individual al criterio social, única suma que
+nunca es resultado de los sumandos?
+
+Si la admiración nacional fuera la suma de admiraciones individuales,
+¿habría español que fuera admirado? Si el catolicismo dependiera del
+número de verdaderos católicos, ¿sería España el país católico por
+excelencia? Aunque sea el país en que haya más _excelencias_ por
+católicos.
+
+ * * * * *
+
+Del criterio y de los gustos artísticos de nuestros empresarios puede
+dar idea el que, obras como _Aguila de blasón_ y _Romance de lobos_,
+las admirables tragedias bárbaras de Valle-Inclán, no hayan encontrado
+todavía escenario en que puedan ser, no más admiradas, pero sí
+admiradas por más, como debieran serlo.
+
+Ahora, á fines de temporada--de lo bueno poco,--se nos ofrece _Cuento
+de Abril_. Gentil ofrecimiento de la gentil actriz Matilde Moreno, que
+nunca empleó mejor su estudio y su talento como en esta buena obra de
+purificar el ambiente teatral con aires de poesía.
+
+Es _Cuento de Abril_ todo poesía y arte verdaderos, no de esas
+sobredoradas imitaciones que andan por ahí desacreditando el género.
+
+Me aseguran que _Cuento de Abril_ pasó por otros teatros, en donde sólo
+halló indiferencia ó extrañeza. Extrañeza lo comprendo, por lo raro
+del caso. La indiferencia, ya es menos explicable. No hay razón para
+lamentarse de la falta de obras y de autores, cuando se deja marchar
+una obra como _Cuento de Abril_ y _Aguila de blasón_ y _Romance de
+lobos_, ésta sin representarse.
+
+ * * * * *
+
+¡Eterno vaivén de las cosas del mundo! El rompecabezas, el arrinconado
+juguete de los tiempos de nuestra infancia, es ahora el juguete á la
+moda, y no para niños, sino para mayores, y muy mayores, y en tertulias
+de gran señorío y respetabilidad. Verdad es que el juguete viene ahora
+de Inglaterra con el nombre de _Puzzles_.
+
+Yo no sé si será muy divertido, ni de qué otra diversión podrá ser
+pretexto; porque yo no me fío de estos juegos de sociedad, casi
+siempre de carambola y por tabla. Parece que se divierten con una cosa
+y es con otra.
+
+Lo que sí sabré decir es que, este juego del rompecabezas, es de un
+gran simbolismo. ¿Es otra la tarea de nuestra vida, que ésta de ir
+juntando, para componer algo, los pedazos de nuestro corazón, de
+nuestra inteligencia?
+
+Los antiguos rompecabezas llevaban el modelo para facilitar la
+composición; estos de ahora son imprevistos. Y hasta en eso se ve
+cómo procuran simbolizar la vida moderna. Va uno juntando pedazos y
+pedazos, sin saber si será una marina ó un paisaje, un apacible cuadro
+de familia ó una terrible batalla, lo que al fin resulte. La sorpresa
+es el mayor encanto. Así vivimos: juntando pedacitos de nuestra vida,
+sin saber lo que será el cuadro de nuestra vida; sin modelo que pueda
+orientarnos. Rompecabezas es el juguete: si ponemos en él toda nuestra
+ilusión, bien pudiera llamarse ¡rompecorazones!
+
+
+
+
+XIII
+
+
+Somos los españoles como nuestros vinos: ganamos transportados.
+El que aquí malgasta lo mejor de sus energías en luchar contra el
+medio ambiente, fuera de aquí, aun contra las dificultades que á
+todo extranjero se oponen en todas partes, logra vencer y afirmar su
+personalidad. Por eso fuimos pueblo de conquistadores, y si perdimos
+todas nuestras conquistas, no fué por no haber sabido hacer nuestras
+las tierras conquistadas, sino tal vez por haberlas hecho demasiado
+nuestras. Parece paradoja, pero es lo cierto que América dejó de
+pertenecer á España por haberla hecho demasiado española. Somos gente
+poco de casa. Cuando no aspiramos á conquistar el mundo, aspiramos
+á ganar el cielo. De nosotros pude decirse, como en aquella antigua
+canción tan nuestra:
+
+ «Fuí al mar,
+ vine del mar...
+ Mis telitas sin hilar.»
+
+Buen ejemplo de este nuestro espíritu conquistador y buena compensación
+de otras conquistas materiales, hoy más difíciles de emprender,
+tenemos en Pepe Lasalle, quien salió de España, hará unos diez años,
+diciendo: «Seré director de orquesta», y ha realizado su propósito
+tan cumplidamente que, al saludarle de nuevo por esta su tierra, á su
+nombre y su cargo añadimos, por aclamación, todos los adjetivos que su
+modestia callaba al despedirse, pero á los que, sin duda, pretendía en
+su noble ambición de artista. Gran director de una gran orquesta. No
+puede cumplirse mejor el propio vaticinio. Desde los tiempos del Gran
+Emperador, no se unieron Alemania y España en más gloriosa empresa.
+
+Ahora bien, ó, ahora mal, mejor dicho: con el mismo talento, con la
+misma energía, con todo lo personal, en fin; si entre nosotros se
+hubiera propuesto Pepe Lasalle realizar su propósito, ¿hubiera llegado
+á conseguirlo? Contesten tantos verdaderos artistas músicos como andan
+por ahí desperdigados por cafés y orquestas de teatrillo; responda
+nuestro público aristocrático, llenando los palcos del Circo en los
+días de moda y dejando poner en la taquilla de billetes para los
+conciertos: «Sólo quedan palcos y butacas»; hablen el Cuarteto Francés
+y el Cuarteto Vela, luchando contra la indiferencia del público,
+sólo sostenidos por el aplauso de algunos inteligentes que ¡ay! son
+justamente los que van de gorra, y aun hay que agradecérselo. Por
+eso, bien esta que aplaudamos con el mayor entusiasmo á los de fuera,
+y mucho más cuando los dirige uno tan nuestro y que tan alto pone el
+nombre de España en el mundo del Arte; pero estimemos en cuanto merecen
+á los de casa, que, sobre las dificultades de su arte, han de vencer
+las del medio, hostil ó indiferente. El Arte, que es todo simpatía,
+sólo en ambiente de simpatía florece.
+
+ * * * * *
+
+¿Quién se atreverá á poner en duda el desinterés de nuestros
+escritores? Cada dos ó tres años, el ministerio de Instrucción pública,
+cuidadoso tutor y curador de los menores y pródigos, que son nuestros
+literatos, ha de conceder graciosamente ampliación del plazo para
+inscribir obras en el Registro de la Propiedad. ¿Es desinterés,
+ignorancia de estas formalidades legales ó triste convencimiento de
+que, para lo poco que ha de producir, no vale la pena de tomarse
+molestia alguna? En los dos últimos casos sería muy triste; en el
+primero sería muy laudable, si ese desprendimiento no redundara
+siempre en beneficio de algún editor _vivo_, siempre dispuesto á
+levantar muertos al amparo de una ley que, por fortuna, no se cumple
+con inexorable rigor. Para todos los efectos de responsabilidad, la
+condición de escritor debiera equipararse en nuestros Códigos á la de
+los menores ó incapacitados. ¿Por qué han de estar tan reñidos números
+y letras que, hasta cuando la realidad de los números se impone al
+escritor, ha de venir en letras... de cambio, aceptadas por él con la
+más divina inconsciencia de números y de fechas?
+
+ * * * * *
+
+El descubrimiento del doctor Doyen, prometiéndonos más larga vida,
+no dejará de regocijar á cuantos van á gusto en el machito; para
+ellos lujoso carruaje ó automóvil. A los de á pie nos es indiferente.
+¡Alargar la vida!
+
+¡Como no sea por la ilusioncilla de ver terminadas las obras de la Gran
+Vía; ó por ver si los aeroplanos llegan á establecerse con servicio
+regular, como los transatlánticos; ó por saber del estreno de una obra
+nueva de Rostand; ó por ver las calles de Madrid sin pordioseros!...
+Aunque es de temer que la virtud del descubrimiento del doctor Doyen
+no alcance á la realización de todas estas esperanzas. Entonces, para
+seguir con la misma historia de la vida, «Este cuento de la vida, dos
+veces contado», como dijo Shakespeare, ó «contado por un idiota», que
+dijo el mismo... El descubrimiento del buen doctor no vale lo que una
+botella de buen vino, un poco de morfina, un buen cigarro, una buena
+música ó una buena mentira; de esas mentiras dulces, que parecen amor ó
+gloria... Todo lo que es olvido de esa implacable verdad, cuyo nombre
+más cierto es muerte.
+
+
+
+
+XIV
+
+
+Son las próximas elecciones la mayor preocupación en estos días.
+No--esto es lo triste--por el gran interés que inspiren, en cuanto
+pudieran influir en los destinos futuros de España, sino por los muchos
+pequeños intereses que en ellas se fundan y contra el interés general
+conspiran.
+
+Líbrenos la diosa Democracia de hablar mal del sufragio universal, ni
+del voto obligatorio, preciadas conquistas suyas. Antes era posible que
+un Gobierno regalara, lo que se dice regalar, un distrito á cualquiera
+de sus patrocinados; pero, por lo mismo que se trataba de un regalo,
+los Gobiernos cuidaban, para no dar que murmurar demasiado, que el
+candidato fuera persona de merecimiento. Ahora, como todo el apoyo y la
+protección oficiales no bastan á librar al protegido de ciertos gastos
+indispensables, es preciso buscar ante todo gente de dinero ó que sepa
+sacarlo de donde lo haya. Antes solía decirse: «A Fulano le apoya el
+Gobierno», ó «Cuenta con la protección de éste ó del otro, mayores ó
+menores caciques.» Ahora, las protecciones no significan nada. La única
+probabilidad de triunfo es decir: «Fulano piensa gastarse tanto en la
+elección; Menganito se gastará cuanto.»
+
+Las gentes sencillas, tan incapaces de grandes abnegaciones patrióticas
+como de ambiciosas vanidades, no hayan compensación en el cargo de
+diputado á tan crecidos sacrificios pecuniarios, y con la natural
+desconfianza que despiertan siempre las acciones heroicas, cuando
+su móvil no tiene equivalente, por lo menos «potencial», en nuestro
+espíritu, dan á recelar, con esa suspicacia propia de las gentes
+sencillas, que en lo de ser diputado ha de haber algunas ventajillas
+más que la de sacrificarse por la patria, la de chupar caramelos, la
+franquicia postal y la misma inmunidad parlamentaria.
+
+Esa desconfianza hace que, obligadas al voto, las gentes sencillas
+vayan á la votación con la misma indiferencia con que antes se
+quedaban en casa. Al «qué más da votar que no votar» ha sustituido
+el «qué más da votar á unos que á otros». La consecuencia en uno y
+otro caso es la misma: no triunfa el que triunfa por importarle á
+muchos, sino por no importarle á nadie. Así podemos vanagloriarnos de
+constituir unas Cámaras que no representan la opinión del país, como en
+otros países, sino su falta de opinión.
+
+ * * * * *
+
+A consecuencia de una polémica entre autores y críticos, se ha
+discutido en París, entre autores, críticos y actores, sobre la
+eficacia de la crítica, sobre sus derechos y deberes y hasta sobre la
+conveniencia de su desaparición. Los autores y los actores artistas han
+opinado, como era natural, que la supresión de la crítica literaria
+sería tanto como relegar el teatro al terreno puramente industrial de
+especulación. Pero ¿es otra cosa el teatro moderno? ¿No es fantasear
+á costa de la realidad--fantasía muy cara--considerarle de otro
+modo? A no ser en teatros subvencionados con esplendidez, donde los
+directores puedan permitirse el lujo de ofrecer verdaderas obras de
+arte, ¿qué empresario ni qué autor pueden aceptar la responsabilidad
+de comprometer intereses respetables por entregarse á nobles juegos de
+arte?
+
+Hoy se le da al teatro una importancia comercial que nunca tuvo.
+Exigencias del público, de la crítica, de autores y actores--no
+hablemos de los propietarios,--han convertido en negocio
+arriesgadísimo, más propio de capitalistas que de verdaderos
+aficionados al arte, la explotación de un teatro. En estas condiciones,
+¿puede depender del criterio artístico, de la crítica, el éxito de una
+obra? Dejémonos de vanidades. El teatro moderno tiene muy poco que ver
+con el arte. No se interponga ninguna consideración artística entre el
+público y la taquilla, como no se interpone entre el comprador y el
+comerciante una crítica del escaparate. ¿Que esto será el fin de la
+literatura dramática? No, al contrario; quedarán mejor deslindados los
+campos. A un lado el arte y la literatura; al otro lado el teatro. Un
+teatro que sólo aspira al dinero no debe tener más sanción penal que la
+falta de dinero. La crítica literaria es demasiado honor para él. La
+mejor crítica de muchas obras es haber llenado el teatro durante 200
+noches, y que el autor, para curarse de toda vanidad, llegara á conocer
+personalmente á los 200.000 espectadores que le han aplaudido, ¡Ay del
+artista que, cuando más clamoroso oye el aplauso de todos, no sabe
+percibir la voz de la propia censura!
+
+ * * * * *
+
+En Berlín se ha fundado una Sociedad, llamada de Calderón, con el
+objeto de representar obras de nuestro autor y algunas de otros
+autores, no menos admirables, nunca representadas en los teatros
+ordinarios. En dicha Sociedad figuran ilustres personajes, y en la
+primera función, con el concurso de los mejores actores de los teatros
+berlineses, se representará _La devoción de la Cruz_.
+
+Esto en Berlín, donde todos los años se representa mayor número de
+obras de Calderón y de Lope de Vega que en nuestros teatros. En cambio,
+nosotros no dejaremos de representar opereta alemana, ni austriaca, en
+justa correspondencia. Schiller y Goethe y el moderno Hauptman bien
+están en su casa. Y que se lleven á Calderón y á Lope. ¡Para lo que
+van á divertirse con ellos! Mejor sería proponerles, ya que en tan
+buena disposición se hallan, que se encargaran de celebrar en Berlín el
+centenario de Cervantes. ¡Fuera cuidados! De aquí les mandaríamos una
+lucida Comisión y todos los toreros que hicieran falta para una buena
+corrida de toros.
+
+
+
+
+XV
+
+
+¡A cualquier hora nos la dan á nosotros de primos! Nos hemos dislocado
+de risa con una porción de _vaudevilles_ sin gracia y sin fantasía; nos
+hemos extasiado ante unos cuantos melodramas policíacos sin novedad y
+sin interés; hemos acogido como armonías celestiales la organillesca
+musiquilla de cuantas operetas vienesas han querido ofrecernos...
+Todo ello por venir de fuera y venir consagrado. Pero esto no podía
+continuar. ¿Qué se diría? ¿Qué éramos público para contentarnos con
+cualquier cosa? Nada, nada de dejarse sugestionar... A la primera
+ocasión... Y la primera ocasión ha sido _Chantecler_. Diríase que,
+á falta de mayores solemnidades, habíamos querido conmemorar en él
+la fecha próxima del Dos de Mayo. Lo que no consiguieron bombos y
+reclamos previos, acabará por conseguirlo la desconsideración de
+algunos públicos con una obra de noble y elevado arte: imponerla, por
+fin, á la admiración de todos. ¡Ya quisiéramos que gallos como ese nos
+cantaran todos los días en nuestros corrales! ¡Para una vez que nos
+hemos sentido carabineros del arte... de las pocas veces que no venía
+contrabando!
+
+ * * * * *
+
+La palabra de Dios es el silencio, y, si alguna vez comprendemos en
+toda su grandeza esa divina palabra del silencio, es cuando una mujer
+linda y graciosa nos dice ó nos canta tonterías desde un escenario.
+Para admirar una linda hechura de Dios, ¿qué necesidad hay de
+molestarnos con idioteces? ¿No bastaría con una bien compuesta danza
+para mostrarnos la gracia de las actitudes? ¿No bastaría con pasar y
+sonreir? ¿Es preciso más para que una mujer bella enamore? Y, si algo
+ha de decirnos, sea en una lengua extraña, sólo comprensible como
+una música... No quiebre el ritmo de una bella armonía el desentono
+de las palabras chabacanas. No es la belleza la que ha de acercarse
+á nosotros; somos nosotros los que hemos de acercarnos á ella,
+alejándonos de la realidad... Y no es el mejor puente la letra de algún
+_couplet_ que, sólo se salva de lo canallesco, para caer en lo insulso.
+
+ * * * * *
+
+Hasta ahora estuvo considerado el grajo como una de las aves
+beneméritas de la agricultura, por la gran cantidad de insectos y
+de alimañas, perjudiciales á los campos, de que se alimentaba. Pero
+¡no somos nadie! Ni los estómagos, ni las conciencias, ni ¡ay! los
+bolsillos--gran estómago de los racionales civilizados--resisten á
+un minucioso examen. Después de registrado el buche de unos cuantos
+grajos--los bastantes para dar autoridad á la estadística,--el
+implacable análisis viene en exonerar á toda la casta de sus
+preeminencias y consideración sociales como protectora de la
+agricultura. La cantidad de animalitos dañosos engullidos por el grajo
+no guarda proporción con la gran cantidad de semillas y de granos
+que devora. Por lo tanto, no hay para qué respetarle, y, en adelante,
+pasará á la triste categoría de los perseguidos y cazados sin tregua.
+
+Aplicado este mismo análisis estomacal á muchos grandes personajes
+y respetables Corporaciones, hasta ahora considerados y respetadas
+como de utilidad social, ¿no tendríamos el mismo resultado? Lo que
+protegen por una parte, ¿estará compensado por lo que dañan de otra?
+¿No tragarán más grano provechoso que animalillos perjudiciales?
+¡Cuánto grajo no estará viviendo por esos campos, de un respeto mal
+fundamentado! Se impone la autopsia de unos cuantos, á la hora plácida
+de la digestión, para saber á qué atenernos.
+
+ * * * * *
+
+Como siempre que se proyectan grandes festejos, de lo proyectado á lo
+realizado va... la distancia que hay de las necesidades de Madrid á los
+cuidados de su Ayuntamiento. No; aquí ni comemos ni nos reímos. Como
+festejo extraordinario, ya nos contentaríamos con que nos lavaran un
+poco.
+
+El problema de la mendicidad--grandes problemas son siempre aquellos
+para cuya resolución hace falta mucho dinero: el problema de la
+vida, el problema de las subsistencias, el problema de la enseñanza,
+etc...--sigue en estudio. Textos en que estudiarle no faltan. Dentro de
+poco, para poder andar tranquilamente por Madrid, habrá que vestirse
+de harapos. Será el único modo de que le dejen á uno tranquilo. Añadan
+ustedes en estos días, á los mendigos de siempre, los electorales:
+¡El voto, por amor de Dios! ¡Esta candidatura, que no he comido en
+todo el año! Ya no sabe uno á quién dice: ¡Perdón, hermano, ó: Estoy
+comprometido con los socialistas.
+
+¡Grandes días estos para disponer de un aeroplano! ¡Feliz el conde
+de Romanones, único español á quien no le preocupan los asuntos
+electorales!
+
+
+
+
+XVI
+
+
+Salvo el género de tropelías, mudanza que los siglos van trayendo, pudo
+compararse al difunto rey Eduardo VII con aquel otro rey de Inglaterra,
+Enrique V, héroe de la batalla de Argincourt, protagonista en varios
+dramas historiales de Shakespeare. Como el alegre y despreocupado amigo
+de Falstaf y Pistol, supo ser, como rey en su día, muy otro que como
+príncipe de Gales.
+
+No podría decirse de él que fué el príncipe que todo lo aprendió en
+los libros. Mucho aprendió en la vida, y no fué desaprovechada la
+enseñanza. Una buena Prensa le prodiga elogios, que no le regateará
+la Historia. Estímanse las virtudes de los grandes, y es justo que
+así sea, por comparación con sus iguales; así no es de extrañar que,
+con las cualidades que apenas librarían á un señor particular, en la
+hora de su muerte, del piadoso comentario de alguna buena amiga: ¡Qué
+descansada se habrá quedado la familia!, la Historia se dé por contenta
+para proclamar: ¡Era un gran rey!
+
+ * * * * *
+
+Si en la satisfacción del triunfo cabe siempre una gota de amargura,
+¿habrá dejado de saborear su provechosa medicina el gran D. Benito
+Pérez Galdós? ¿Cómo puede escapar á su observación lo fácil de una
+carrera política y lo difícil de una carrera literaria? La primera
+serie de sus _Episodios Nacionales_ y muchas de sus admirables novelas
+llevaba publicadas don Benito y no podía contar con el número de
+lectores con que, sólo en dos años de republicano, ha podido contar de
+electores.
+
+De lectores á electores hay una sola letra de diferencia; pero ¡qué
+gran diferencia en números!
+
+Y ¿cómo comparar el mérito de la labor literaria de toda una vida con
+los merecimientos de dos años de republicano, aunque contemos como
+literatura y como republicanismo el sinnúmero de cartas de adhesión á
+todas las paellas tricolores, en torno á las cuales se haya reunido
+siquiera media docena de republicanos?
+
+¡Cuarenta mil votos! Una duda: de la primera novela que publique,
+¿venderá tan fácilmente D. Benito 40.000 ejemplares?
+
+ * * * * *
+
+Siempre que un Gobierno sale malparado de unas elecciones, le queda
+el consuelo que á las mujeres feas y pobres: atribuir á su honradez
+toda su desgracia. ¡Si yo hubiera sido como otras! ¡Esto me pasa á mí
+por ser honrada! Ninguna dice: ¡Esto me pasa á mí por ser fea! Que
+era el caso de la candidatura monárquica en Madrid. Claro es que ser
+diputado por Madrid significa poco; aquí no hay mangoneo ni caciqueo.
+Las grandes figuras de la política prefieren sus feudos provincianos.
+Para Madrid quedan unos cuantos señores de buena voluntad y mejor fe,
+dispuestos á gastarse muy buenos cuartos. Pero ¡ay! Madrid tiene otras
+teclas que tocar que los distritos rurales. Aquí se fuma y se bebe todo
+el año y no se le asusta á nadie con un apremio, ni con un recibo...
+¿Será verdad que los electores monárquicos hayan andado despegadillos?
+Como entre ellos hay gente de dinero y muchos tienen automóvil y el día
+estaba bueno... Por eso, no será malo, para otra vez, confiar menos en
+los electores y algo más en los elegibles.
+
+ * * * * *
+
+Muchas personas de viso, de esas que se abstendrían, por comodidad ó
+por abandono, de votar la candidatura monárquica, han andado en estos
+días poco menos que á media asta con motivo del fallecimiento del rey
+de Inglaterra. Bueno está vestir á la inglesa y vivir á la inglesa y
+pagar á la inglesa, pero ¡entristecerse á la inglesa también! Mucho se
+había divertido el noble difunto, pero no hasta el extremo de que tanta
+y tan buena gente le llore como á un padre.
+
+Los actores franceses son los que han tenido una ocasión más de
+exhibirse. No hay uno que no haya sido gran amigo del rey Eduardo y no
+tenga que contarnos alguna chispeante anécdota. A Febvre, ex socio de
+la Comedia Francesa, le regaló un bastón; á Réjane, una sortija; Sarah
+¡oh, Sarah! le reprendió una vez severamente porque se acercó á ella
+sin quitarse el sombrero. Siempre fué el teatro la mejor escuela de
+buena crianza. Pero todos están inconsolables. Le querían mucho.
+
+Menos mal. Ya dijo Hamlet, príncipe muy aficionado al teatro, que más
+nos valiera tener un mal epitafio que una mala reputación entre los
+comediantes.
+
+
+
+
+XVII
+
+
+Ya nos ha salido el susto del cuerpo. Es posible que á muchos, sobre
+todo á muchas, de las que más se regocijaran en la noche de la temida
+fin del mundo, no les haya salido todavía ó les salga de aquí á unos
+meses, á mayor gloria y perpetuidad de este pícaro mundo.
+
+Si es cierto lo que asegura Renán en su _Abadesa de Juarre_, que, ante
+la muerte próxima, el amor se envalentona y se deja de miramientos
+hasta decir ¡Fuera cuidados!, esperemos que el cometa Halley, en vez de
+acabar con el mundo y sus habitantes, nos habrá dado cuerda para mucho
+tiempo.
+
+La verdad es que, para lo atrasadillos que andamos, según dicen,
+no hemos sido de los que más se han puesto en ridículo por esos
+mundos. ¡Estamos tan hechos á pronósticos de nuestro fin! Y siempre
+es preferible que el mundo se acabe para todos á acabarse uno para
+el mundo. Mundo tenemos en general, y ojalá tuviéramos vida en
+particular hasta la llegada de otro cometa, y aun es posible que
+hasta la terminación de la Gran Vía, y, exagerando un poco, hasta
+el advenimiento de la República. Las revoluciones, lo mismo en las
+celestiales que en las terrenales esferas, nunca las traen cometas
+andariegos y revoltosos, por mucha cola que aparenten. Es preciso algún
+astro de primera magnitud, y por ahora... todo es vía láctea en las
+celestiales y en las terrenales esferas.
+
+ * * * * *
+
+Para los que se pagan de nombres--República, Monarquía,--ahí tienen á
+la República Argentina y á su Gobierno viéndose obligados, en plena
+apoteosis de su engrandecimiento y prosperidad, á declarar el estado
+de guerra; medida que, con el interés de los más, acaso baste á
+conseguir una tregua de fiestas patrióticas. Pero el problema queda
+en pie. Y el problema allí es del mundo entero. Digan unos: Patria;
+otros: Humanidad, siempre sientan bien estos nombres sonoros y nobles.
+En realidad, riqueza de un lado, miseria de otro. Más peligroso es
+el conflicto en esos pueblos jóvenes, adonde llegan todos los días
+miles de conquistadores de todas las razas y de todos los pueblos. Y
+conquistadores sin bandera, desarraigados de su patria, á luchar por
+sí, á enriquecerse, si es posible, en provecho propio... ¿Cómo exigir
+á tanto egoísmo humano el sacrificio por una idea nacional? No bastan
+los intereses materiales, opuestos de clase á clase, cuando no de
+individuo á individuo, á unir voluntades y sentimientos en ese algo
+inexplicable que se llama ideal nacional. Es ley fatal humana que, en
+las causas de nuestra grandeza, esté el mayor peligro de nuestra ruina.
+El talento, el valor, la riqueza, la hermosura tienen en sí mismos su
+mayor enemigo. La República Argentina es inmensamente rica y generosa.
+Pero si todos quieren ser inmensamente ricos en ella, ¿bastará toda
+su generosidad? ¿No tendrá á cada paso un conflicto entro su interés
+nacional y tantos intereses de tantos, por desligados de su patria,
+más desligados de una patria extranjera? He aquí el peligro y he aquí
+el problema de la República Argentina. ¿Lo que hoy es un gran pueblo,
+llegará á ser una gran nación? ¿Llegarán á sumarse tantos intereses
+egoístas en un solo egoísmo ideal? Gran cosa es que en un pueblo todos
+procuren ser ricos, á condición de que todos también estén dispuestos á
+morirse de hambre en un día. Con la primera cualidad, dominante en la
+República Argentina, y la segunda, dominante en España... ¡gran nación!
+
+ * * * * *
+
+Millones de flores, que representan millones de pesetas, cubrirán la
+tumba del rey Eduardo de Inglaterra. Los economistas republicanos, que
+hallan sus mejores argumentos contra la Monarquía en publicar lo que
+cuesta el sostenimiento diario de unas caballerizas reales, no dejarán
+de filosofar ante ese derroche de flores. No pensarán lo mismo las
+floristas ni los floricultores. Y siempre que un señor de esos que,
+por alardear de modestia, deja dispuesto en su última voluntad que no
+se deposite coronas ni flores sobre su cadáver y que se le entierre con
+la mayor sencillez, pienso en la oración fúnebre que han de dedicarle
+los empresarios de pompas fúnebres y los fabricantes de coronas: ¡Vaya
+con el hombre, á qué hora ha ido á acordarse de ser modesto! Yo creo
+que la mayor modestia es no disponer nada y dejar á los ricos que
+hagan su gusto y su voluntad y á los funerarios su negocio. El que uno
+se muera no es razón para que no vivan los demás. A mí me parece muy
+bien todas esas flores y ese dinero que se gastan los ingleses. Las
+flores nunca son caras. Además, los vivos son lo bastante vivos para no
+dedicar flores al muerto; las flores son á los que quedan.
+
+Recuerdo que á un gran personaje se le murió un sobrinito, y la casa
+se llenó de coronas y de flores y el entierro llevó el más lucido y
+numeroso acompañamiento, y decían los familiares de la casa: Si esto
+es por el sobrino, ¡cuando el señor muera! Pero el señor, al morir,
+no dejaba familia de importancia, ni, de ella, nadie que pudiera
+dar destinos ni dispensar favores, y al entierro... dos peseteros y
+los precisos operarios. Señores muertos: nada de consideración con
+los vivos; admitan ustedes coronas y flores, y á la familia dejarle
+encargado el entierro de primera y con mucho clero: que vivan todos.
+Siempre hace bien ver caras alegres en un entierro.
+
+
+
+
+XVIII
+
+
+Todo Gobierno, al emitir su respectivo discurso de la Corona, bien
+puede disculparse, como el aldeano de Molière:--Si digo siempre lo
+mismo, es porque siempre es lo mismo; que si no fuera siempre lo mismo,
+no diría siempre lo mismo.
+
+Si los anteriores Gobiernos hubieran realizado todas las bellas y
+grandes cosas prometidas en sus sendos discursos, nada quedaría por
+realizar, ni siquiera por prometer, y holgaría un nuevo discurso de
+discursos (revista de revistas).
+
+Si de la vida dijo Shakespeare que era fastidiosa como un cuento oído
+dos veces, ¿qué serán estos discursos tantas veces oídos? Así nos hemos
+acostumbrado á oírlos con el más consecuente escepticismo, reflejo tal
+vez del escepticismo que suele dictarlos.
+
+En fin, como el escepticismo es puerta entornada, ¿por qué no hemos
+de conceder á estos discursos siquiera la confianza que ponemos en la
+lotería? Alguna vez puede tocar. No aspiremos al premio gordo.--El
+programa ideal. ¿No es eso?--¡Si tocara una aproximación!
+
+En lo que no cabe por esta vez escepticismo es en lo del «vigoroso
+llamamiento al crédito». Esa es la eterna subida del vino: que nunca
+mejora de calidad, aunque suba de precio.
+
+Por si no bastaba con un discurso, hemos tenido dos: el de la Corona
+y el de la coronilla, á cargo del jefe del partido conservador, muy
+empeñado en llevar vela en este entierro, que bien puede serlo si no
+hay á tiempo un capirotazo enérgico que apague esas velas y cirios que
+ya han «deslucido» bastante.
+
+Entre los dos discursos nos quedamos... con el Mensaje de la Asamblea
+agrícola; de menor resonancia, pero de más sólida y aplicable doctrina.
+
+ * * * * *
+
+Próximas á terminar las representaciones de Novelli en Lara, cerrados
+muchos teatros de invierno--algunos más propios de verano por la
+frescura de obras y artistas,--no queda en Madrid más espectáculo
+atractivo que las sesiones del Congreso y alguna cómica, especial,
+del Senado, que cuenta para el género con eminentes y acreditados
+característicos.
+
+Las distinguidas aficionadas al Parlamento, en todas sus
+manifestaciones, particulares y públicas, ya tienen dónde pasar la
+tarde y en dónde distraerse hasta el veraneo, retrasado, como siempre
+por los deberes políticos de los maridos, padres, etc.
+
+El elemento femenino ha de interesarse mucho en la actual legislatura.
+Hay que evitar la condenación de más de cuatro amigos arriesgados en
+alguna votación peligrosa. ¡Sería una lástima no poder encontrarse con
+ellos en celestiales moradas, como ahora en las más elegantes casas,
+por culpa de un proyecto de ley! Hay liberales muy simpáticos, y hasta
+con dinero; el partido conservador no tiene monopolizadas estas dos
+bellas cualidades para brillar en sociedad.
+
+Yo sé que á estas horas hay quien eleva plegarias y hace ofrecimientos
+por la salvación de algunos ministeriales. No teman las distinguidas
+intercesoras; llegado el caso, todos han de salvarse, más que por
+vuestra intercesión, por propia iniciativa, al grito dispersador de:
+«¡Sálvese el que pueda!» No roguéis por ellos; rogad por vosotras y
+por vuestros hijos, diremos parafraseando palabras de Jesús. Porque
+si pudierais ver, como El, en lo venidero, veríais lo que mejor os
+estaba y les estaba á todos para evitar mayores males. Verdad es que si
+vosotras tuvierais inteligencia y cultura para comprender estas cosas,
+hace mucho tiempo que estarían resueltos muchos problemas por sí solos.
+
+ * * * * *
+
+El orgullo nacional de los franceses, irreductible, sobre todo
+tratándose de su arte, se halla muy resignado con ver su París invadido
+por toda clase de espectáculos extranjeros. Opera italiana, comedia
+belga, baile ruso; sin contar innumerables artistas, autores y músicos
+de diferentes nacionalidades repartidos por diferentes teatros.
+
+A mal tiempo amable sonrisa, y ellos venden por generosa hospitalidad
+lo que á regañadientes soportan. Claro es que los comediantes belgas
+son una pobre gente sin pizca de _chic_, aunque sean más espontáneos
+y naturales que los amaneradísimos actores franceses, apestantes á
+Conservatorio y á Comedie Française; que Caruso no puede compararse
+con los admirables tenores de la Gran Opera, con sus voces de gato
+pisado... Sólo ante los bailarines rusos humillan su superioridad,
+y eso porque, según ellos, todo su arte es de la más pura tradición
+francesa.
+
+Como espectáculo propio no han ofrecido, autores y actores franceses,
+en estos últimos tiempos, nada más interesante que la pelotera entre
+Bataille--el nombre obliga, y él se encarga de justificarlo--y la gran
+Sarah, sólo comparable á la guardia napoleónica en lo de dar que hablar
+hasta sucumbir.
+
+En París, como en todas partes, se perecen por estos chismes teatrales.
+Hasta que los Tribunales dieron la razón á Bataille, todo el mundo
+estaba de su parte; en cuanto tuvo á la justicia por suya, consideraron
+que ya tenía bastante, y todo el mundo se puso de parte de Sarah.
+Cuando se atrevió á embargarla sus muebles y los ingresos de su
+teatro... ¡no se diga! Los mayores enemigos de la actriz se aprestaron
+á defenderla contra el autor. Se llegó á decir que Bataille había
+insultado á Francia en la persona de Sarah.
+
+Aquí, por fortuna, no se llevan á punta de embargo estas cosas de
+teatro, que no valen la pena. Sólo sabemos de un empresario capaz de
+embargar á sus autores; pero con el mayor cariño y sin dejar por eso
+de representarles sus obras, para mejor garantía del embargo... Los
+demás, todos buenas personas. Nos peleamos, hacemos las paces, nos
+odiamos, volvemos á querernos; pero todo con la mayor modestia, sin
+indemnizaciones y sin reclamos.
+
+
+
+
+XIX
+
+
+Las mujeres son, por lo general, conservadoras, muy respetuosas
+con lo tradicional y establecido; pero cuando una mujer da en
+revolucionaria... Nada menos que todo el sistema planetario nos ha
+trastornado una distinguida dama, miss Craig, en interesantísima
+conferencia dada en el Ateneo.
+
+No era la flor que más se había presentado hasta ahora, en el ramo
+de la sabiduría femenina, ésta de la astronomía. Bueno es que la
+mujer se vaya poniendo en comunicación con el cielo de mejor modo que
+con importunas plegarias petitorias. La aparición, mejor dicho, la
+desaparición, y para nosotros ¡ay! despedida, sin beneficio, del cometa
+de Halley, á más de su cola natural, se ha traído otra muy larga de
+discusiones entre los astrónomos. A consecuencia de todas ellas, se
+inicia el descrédito de algunas verdades, que ya habían durado lo
+bastante, para obtener, sin que nadie pueda molestarse, su jubilación y
+pase á la escala de reserva. Todo nuestro respeto para estas mentiras
+de hoy, que fueron las verdades de ayer, y aprendamos por ellas á
+respetar las mentiras de hoy, que tal vez sean las verdades de mañana.
+
+Los estudios de miss Craig son muy serios y no deben tomarse á broma.
+Sin llegar á las atrevidas afirmaciones de la conferenciante, otros
+astrónomos de gran renombre han coincidido recientemente en negar
+las teorías de Newton sobre las leyes de gravitación y de atracción
+universales.
+
+Por mi parte, celebraría mucho que se salieran con la suya; porque, con
+todo el respeto á Newton, eso de que cuando uno cae, cae por atracción,
+me pareció siempre una tontería. Es para escamarse el que á Newton se
+le ocurriera viendo caer una manzana; desde los primeros días del mundo
+la manzana fué siempre fruta ocasionada á funestas equivocaciones.
+
+En este caso nada se ha perdido; todo es que los pobres muchachos
+estudiantes del bachillerato tengan que aprenderse una nueva teoría...
+hasta otra. Los licenciados y doctores pueden seguir sirviéndose de la
+que estudiaron en sus libros. Más se ha adelantado en otras materias,
+de aplicación más inmediata, y hay quien se anda en el Fuero Juzgo y
+sus equivalentes.
+
+Entre las afirmaciones de miss Craig, la más alarmante es la de que el
+sol nos ha estado engañando miserablemente. La luz que nos alumbra no
+es cosa suya. Yo no se cómo no habíamos caído antes en ello, cuando
+en el Génesis se habla de la creación del sol y de las estrellas,
+por una parte, y por otra se dice que la luz fué hecha. Con la nueva
+explicación no hay, pues, que temer un nuevo conflicto entre la
+Religión y la Ciencia. Más vale así; que bastantes hemos tenido, sin
+contar con los que esperan al Gobierno con la Nunciatura. Quedan, en
+cambio, inservibles todos los embustes y ponderaciones:--¡Tan verdad
+como el sol que nos alumbra!--Inservibles también una porción de odas y
+de comparaciones. Pero ya verán ustedes cómo el sol continúa viviendo
+del crédito durante mucho tiempo. Hasta en eso va á parecernos más
+español: en vivir de las apariencias.
+
+ * * * * *
+
+Ríanse ustedes de imperiales cortejos en Roma, triunfos carnavalescos
+de los Médicis en Florencia, tramoyas del Buen Retiro y pastorales de
+Versalles. Todo es pobretería en parangón con la admirable _carrozada_
+que nos han presentado. Menos mal que sólo estábamos la familia y los
+amigos, como en función casera, y apenas había entre los espectadores
+quien no tuviera en la cabalgata un pedazo de su corazón ó una prenda
+de su guardatrapos.
+
+¿Qué mal aficionado á representar comedias no habrá saludado con
+emoción aquellas trusas y aquellas pelucas? La intención era buena;
+pero ya sabemos que de buenas intenciones está pavimentado el infierno
+y de peores debe estarlo Madrid, según el aspecto de sus calles.
+
+Organizar una cabalgata, presentable á plena luz del día, es cosa
+que requiere mucho dinero y mucho arte. Otro hubiera sido el efecto
+amparándose de las sombras protectoras de la noche y al favorable
+engaño de antorchas y bengalas. Sin contar con que las fiestas
+nocturnas son más agradecidas; como que en ellas sí que puede
+decirse que el espectáculo está en el espectador, mejor dicho, en la
+espectadora, y lo que se ve es lo de menos. Hay función de fuegos
+artificiales que no se olvida nunca, y bien sabe Dios que no es por
+los cohetes. En todo festejo popular hay que atender á estas emociones
+reconcentradas, por si fallan las exteriorizables.
+
+ * * * * *
+
+Con excepciones muy contadas, es tan general como deplorable la afición
+de los buenos actores á representar malas comedias. ¡Lo que ellos gozan
+entregándose en cuerpo y alma á la ingrata tarea de levantar muertos!
+¡La de esperpentos dramáticos que gozan honores de obras inmortales
+gracias á la interpretación de algún gran comediante!
+
+Buena prueba es el repertorio que se ha traído Novelli, como para
+examinar de paciencia á sus muchos admiradores. No hay idea de lo
+satisfechos que se quedan algunos actores cuando el público sale del
+teatro diciendo:--Todo muy malo, todo; pero ¡él! ¡El solo! ¡Sólo él!
+El peligro de este inmoderado afán solitario está en que el público
+se canse de decir:--¡El solo! ¡El solo!, y se decida á ponerlo en
+práctica, dejándole solo en efecto. No merece otra cosa la vanidad de
+algunos comediantes que llegan á creerse que ellos solos son una obra y
+un teatro.
+
+ * * * * *
+
+Para tranquilizar á los cortadores de cupones, los más alarmados al
+menor síntoma republicano--¡si habrá confianza en la cuadrilla!,--se
+apresta D. Jaime á estrenar un caprichoso uniforme, regalo de sus
+esperanzados creyentes. Es de suponer que al regalito acompañe su buen
+paquete de alcanfor ó su naftalina. De airearse el uniforme habría
+que convenir en que se habían apolillado otras muchas cosas. Que
+hay polvareda es indudable. Confiemos en que el Sr. Canalejas sabrá
+servirse del plumero propio y en ningún modo de los zorros que alguien
+pueda ofrecerle; considere que la opinión está con la escoba levantada
+y en alguna parte tal vez la tengan pajas arriba y detrás de la puerta,
+como se usa entre supersticiosos para despedir visitas molestas.
+
+
+
+
+XX
+
+
+Me preguntan algunos amigos si no diré nada del discurso de D.
+Alejandro Pidal, en contestación al discurso de D. Leopoldo Cano, de
+todas mis simpatías, como autor y como persona. ¿Para qué decir nada?
+Toda la elocuente diatriba contra el teatro moderno, sin demostrar otra
+cosa que no haberse tomado el trabajo de conocerlo, ¿no es la misma con
+que ilustres correligionarios de D. Alejandro Pidal, y quizás él mismo,
+anatematizaron el teatro de Echegaray, el de Sellés y el de Cano? El
+de este último con mayor ensañamiento. ¿Quién no recuerda la crítica
+de _La Pasionaria_, escrita por el buen D. Manuel Cañete, cabeza
+parlante del grupo ultramontano de la Academia Española? ¿Cómo habían
+de perdonarle aquello:
+
+ «Y muertos en la trinchera,
+ resucitan en Madrid?»
+
+Y aquello otro (cito de memoria; pero no es muy mala, á Dios gracias):
+
+ «... Son rezadores maestros
+ que, devotos y contritos,
+ andan comprando delitos
+ á cuenta de Padresnuestros.»
+
+Así como así, D. Leopoldo Cano, cuando otros méritos no tuviera, y
+téngole en muy alto concepto, fué, y esperamos que siga siéndolo, de
+los autores más valientes y más sinceros de la escena española.
+
+Así lo ha reconocido D. Alejandro Pidal, con todas las cualidades
+que en otro tiempo parecieran graves defectos. ¡Oh! La Academia no
+es rencorosa. Basta con dejar de escribir por algún tiempo para que
+los atrevimientos parezcan moralidades, el «verismo», idealidad y la
+cáscara amarga hueso dulce. ¿No sabemos todos que á la Academia no
+llevan las obras que se han escrito, sino las que se han dejado de
+escribir?
+
+ * * * * *
+
+Con tantas graves y grandes preocupaciones, no es de extrañar que á lo
+mejor pase inadvertida alguna pequeña enormidad, como la de declarar
+contrabando un encendedor automático, sin más razón ni fundamento que
+el perjuicio á un monopolio del Estado. Ya sabíamos que todo monopolio,
+los hay de muchas formas y clases, era siempre un obstáculo á todo
+progreso; pero nunca se había declarado tan descaradamente. Según eso,
+cada vez que encienda usted su cigarro á una llama que no sea la legal
+de la cerilla monopolizada es usted más contrabandista que los de
+_Carmen_. Los encendedores eléctricos de los Casinos y otros Círculos,
+los mismos aparatos denunciados que, en otra forma, se usan para
+encender los cigarros de sobremesa, contrabando también; cuando pide
+usted lumbre á un transeunte, aparte la impertinencia, incurre usted en
+delito... Con la misma razón pudo declararse contrabando el gas cuando
+vino á sustituir al aceite y al petróleo, y la luz eléctrica después...
+Y las empresas de ferrocarriles debieran declarar contrabando el
+automóvil, porque mucha gente lo prefiere al tren para viajar, con
+perjuicio de las Compañías... Y, por este sistema, también pueden tener
+razón los protestantes, aunque les moleste el nombre, contra la ley
+de los signos exteriores, que también ellos venían disfrutando de un
+monopolio tan respetable como el de las cerillas.
+
+No sabemos si habrán protestado los fabricantes y expendedores del
+aparatito en cuestión; pero no sólo ellos, todo el mundo debiera
+protestar contra esa pequeña enormidad, expresiva muestra de otras
+enormidades cometidas en nombre de _trusts y_ monopolios...
+
+ * * * * *
+
+Nuestro Ayuntamiento, con miras más altas que las aceras y arroyos,
+se propone limpiar los rótulos anunciadores de toda incorrección
+gramatical. Por lo pronto, ha ido á fijarse en lo de «carnecería»,
+que les parece anticuado. ¿Anticuado? ¿Por qué? El movimiento se
+demuestra andando, y el mismo uso constante demuestra que no hay tal
+antigüedad. Ya sé yo que suena más fino carnicería, sólo que es otra
+cosa. Ya basta, para los que venden la carne en malas condiciones,
+hacer carnicería en nuestro estómago, sin anunciarlo por adelantado.
+Bien está lo de carnecería cuando de vender carne se trata, y déjese
+la carnicería para luchas de fieras, campos de batalla, operaciones
+quirúrgicas y otros destrozos en carne viva ó muerta. ¿Qué opina el
+_Chico del Instituto_, á cuya autoridad me someto por adelantado?
+
+En cuanto al uso del infinitivo por el imperativo, sí es cosa fea;
+pero yo, que siempre prefiero lo ordinario á lo cursi y creo que el
+vulgo tiene siempre razón al hablar, estoy por decir que hasta cuando
+dice «haiga», hallo el imperativo tan redicho y con un sabor á mandato
+de rey de teatro: «¡Salid! ¡Llegad! ¡Teneos!», que estoy por preferir
+el infinitivo, incorrecto y todo. Lo de «Llevar la izquierda», ya
+sabemos todos que es un modo abreviado de decir: «Hay que llevar la
+izquierda». No es tan grave falta que no llegue á entenderse lo que
+se quiere decir. Escritores de muchas letras, y académico alguno, ha
+escrito: «No reírse, no asustarse». Y, en efecto, nadie se ha reído y
+nadie se ha asustado. Bien están la corrección y limpieza del idioma
+por esas calles, mientras llega la limpieza de las calles mismas; pero
+no vayamos á ponernos tan finos como aquella damisela que, por no usar
+términos vulgares, solía decir: «Mamá, haga usted la vista gruesa».
+
+
+
+
+XXI
+
+
+Saludemos á dos autores noveles, no desconocidos: los Sres. Godoy y
+Alberti, triunfadores en el concurso de obras dramáticas abierto, con
+excelente acuerdo, por el Ayuntamiento y por la empresa del teatro
+Español. El nombre de los autores, vigoroso poeta el uno, literato de
+gran cultura el otro, tanto como el nombre de los jurados, garantiza
+el acierto. Razón hay para esperar la más favorable confirmación por
+parte del público; aunque un público del que han de formar parte
+muchos de los concursantes no favorecidos, no es para deseársele á
+nadie. El teatro Español, por su carácter oficial, por disfrutar de
+una subvención, es el que menos puede excusarse de admitir obras de
+autores noveles. Quédese para los empresarios industriales el creer que
+sólo conviene á su negocio representar obras de autores consagrados,
+que, á veces, en una sola equivocación perjudican más que favorecieron
+con diez aciertos. Hay que convenir en que el público, rutinario
+siempre, es cómplice de las empresas en esto de no interesarse más
+que por las obras de un limitado número de autores. Si el público
+mostrara mayor interés por conocer obras nuevas de nuevos autores,
+yo creo que las empresas procurarían complacerle. Tanto, pues, como
+vencer la resistencia de las empresas y de los autores monopolizadores,
+importa vencer la desconfianza del público. Esto sólo ha de lograrse
+en fuerza de grandes aciertos. Pero es preciso dar facilidades para
+que sean posibles. Según las mejores referencias, á la obra premiada
+hay que añadir otras muy estimables entre las presentadas al concurso.
+Las empresas de los diferentes teatros, en justa proporción, deben
+admitirlas para su representación en la temporada próxima. Conveniente
+sería establecer por costumbre, ya que sobre ello fuera algo tiránico
+legislar, que un mismo autor no pudiera estrenar más de una obra
+por temporada en el mismo teatro. Nadie iría perdiendo. El público
+hallaría mayor novedad, los actores evitarían el amaneramiento que
+trae, sin darse cuenta, el representar obras del mismo corte, y los
+autores más admirados el peligro de fatigar la admiración, lo más
+fatigable que existe.
+
+ * * * * *
+
+Siempre que asisto que á un banquete, sea de homenaje, sea de
+confraternidad, aparte la lubina á la mayonesa, que, por lo inmutable,
+representa el elemento filosófico, la figura más interesante para mi
+atención es la del camarero. El camarero también es filosófico. ¡Han
+pasado tantas lubinas patrióticas, políticas y artísticas por sus
+manos! El camarero y la lubina no tienen convicciones. Saben que hay
+un mismo _menu_ de homenaje para todos. ¡Qué indiferencia la suya ante
+las lubinas oratorias, á la hora del Champagne, que tampoco tiene
+secretos para él! La cocina y las atenciones del servicio, como los
+bastidores del escenario á los tramoyistas, le han quitado toda ilusión
+sobre lo que se come y lo que se representa. Suenan magníficas las
+grandes frases de los discursos, y el camarero, mientras pregunta con
+voz discreta por su jurisdicción: ¿Cognac ó Chartreuse?, percibe el
+comentario malicioso de los comensales, que es como el _pizzicato_
+burlón que acompaña en sordina la frase apasionada en la serenata del
+_Don Juan_, de Mozart.--¡Qué gran batata!--oye el camarero.--¿Decía
+usted?--¡Ah! Nada... No es á ti... Chartreuse. Y suena un ¡bravo!
+y no suenan las risitas, ahogadas en un sorbo del licor estomacal.
+Pero el camarero piensa:--¿A quién se engaña aquí?--No; no es á él,
+ciertamente, simbólico y significativo en aquel momento; representación
+de todos los que no tienen puesto en esos banquetes, en donde la
+más brillante representación de las llamadas clases directoras, sin
+engañarse ellos mismos, creen haber convencido á los demás.
+
+ * * * * *
+
+No hace muchos días indicaba que el ídolo de oro acaso tenía los pies
+de barro.
+
+El viajero superficial suele deslumbrarse con las brillantes
+apariencias. Dura y tenaz ha de ser la lucha de los Gobiernos en
+la República Argentina para vencer al anarquismo; acaso más de una
+vez peligren en ella sus instituciones democráticas y su generoso
+humanitarismo. Días de prueba aguardan al ilustre hombre que marcha
+á presidir los destinos de un pueblo joven, por transfusión de tanta
+vieja sangre, acaso envejecido antes de tiempo. Salaverría, en su
+admirable libro _Tierra argentina_--tan justo de observación y tan
+artísticamente desapasionado,--celebra y admira la fuerte dignidad
+del trabajador de allá en los más humildes oficios, tan opuestos á su
+servilismo, rastrero en ocasiones, de nuestras viejas tierras. Bien
+estaría esa dignidad si no tocara en desabrimiento. Yo no he conocido
+nada más desagradable que la gente--mal puede llamarse humilde--de
+Buenos Aires. Muy impuestos en sus derechos, eso sí; ni toleran una
+reprensión destemplada ni agradecen tampoco una atención cariñosa. Con
+lo que se les debe les basta. Pero, como dice Bernardo Shaw, ¿qué
+sería del mundo si todos nos diéramos á hacer lo justo?
+
+Con esa violenta disposición de espíritu en los de abajo, causa ó
+efecto de violenta disposición en los de arriba, las ideas anarquistas
+prenden con facilidad y se propagan con rapidez. ¡Cómo andará ello, que
+muchas familias distinguidas de Buenos Aires habían decidido quitar
+casa y hacer vida de hotel por serles imposible tolerar las exigencias
+de los criados! Durante los treinta ó cuarenta días que permanecí en
+un hotel conocí veinte criados distintos sólo en en el servicio de mi
+habitación. En el comedor todos los días veíamos caras nuevas. Un día
+hubo huelga general; no quedó un solo criado en el hotel; en todos
+sucedía lo mismo. En uno de ellos no se contentaron con abandonar el
+servicio, sino que, para causar mayor trastorno, antes de despedirse
+deshicieron las camas, desarreglaron las habitaciones y estropearon la
+comida preparada. Todo en uso de su perfecto derecho. Las huelgas de
+los diferentes gremios no pueden contarse. Ahora empiezan las bombas. A
+la violencia responderá la violencia... Ya verán los que murmuran de
+las Monarquías lo que hace una República cuando llega el caso. Creo que
+el espectáculo y la lección han de ser interesantes, aunque tal vez no
+sean provechosos ni aprovechables.
+
+ * * * * *
+
+--¿Ha visto usted el sombrero de las mil pesetas?--Aquí no puede
+decirse del ala, suponemos que entrará todo en el precio.
+
+--¿Mil pesetas un sombrero? Será una tiara.
+
+Aquí sólo algunas señoras de esas que andan ahora tan ajetreadas y todo
+el año tan trajeadas, puede gastarlos parecidos. Los célebres sombreros
+de la Maison Virot--hoy dividida en dos razones sociales,--una monada
+de sombreros, se han cotizado siempre entre los 300 y 500 francos. De
+esto sé yo una barbaridad; si supiera tanto de otras cosas, hubiera
+llegado á ser algo. Con el tamaño sobrenatural de los de ahora, no es
+extraño que suban el precio. Sólo de plumas hay sombrero que se lleva
+en el adorno un avestruz entero. De modo que, para pagarlo, hay que
+desplumar por lo menos otro ó poner á contribución toda una manada: á
+este una pluma, al de más allá otra... Pero ¡si estaremos desquiciados!
+El otro día, mientras dos señoras iban hablando por la calle, muy
+acaloradas, de las cuestiones políticas y religiosas de actualidad,
+pasaron dos curas, y ¿de qué creen ustedes que iban tratando? Del
+sombrero de Ursula López. ¿Se convencen ustedes, señoras mías, de que
+no peligra nada fundamental?
+
+
+
+
+XXII
+
+
+No es cualidad española el proselitismo. Nos damos tan mala maña al
+sostener nuestras ideas y doctrinas, que sólo sabemos exponer lo
+esquinado con toda su hiriente dureza, en vez de suavizar las aristas
+con blandas redondeces. Más prontos al brusco ataque que á la serena
+defensa, aún no hemos llamado con nuestra voz cuando ya hemos espantado
+con nuestros gritos. Hablamos para los nuestros, que son los que menos
+necesitan oírnos. No es á los que piensan como nosotros á los que
+importa convencer, sino á los que piensan del modo contrario.
+
+Tuvo su mayor enemigo el socialismo en la vulgar opinión obstinada en
+confundirle con el anarquismo. Empezaba á desvanecerse la confusión;
+los más temerosos iban perdiendo el miedo; se presentaba la ocasión
+para no dejar sombra de esos infundados temores. Al socialismo podrá
+faltarle en mucho tiempo, para ser realidad posible, la base de bondad
+humana que presupone su soñada organización social. Esta es su mayor
+equivocación: suponer que una nueva organización social pueda ser causa
+de una nueva condición humana, cuando sin duda es todo lo contrario.
+Sin mejorar al hombre, ¿cómo es posible mejorar la sociedad? Ni las
+instituciones ni las leyes son varas mágicas de virtudes. Pero, en
+fin, cuando los hombres sean mejores, por selección natural ó por
+cultura artificial y científica, el socialismo se impondrá por sí
+solo, que es el modo mejor de imponerse sin imposición. Entretanto,
+y hay tiempo para ello, más conviene que crean en nuestra bondad que
+en la bondad de la idea. El guía de los socialistas en España, al
+sentarse por primera vez en el Congreso, debió procurar ante todo que
+el enemigo, el contrario, esto es, el buen burgués, acabara de perder
+el miedo, tranquilizándose, en comunicación directa con el fantasma,
+que no es cosa del otro mundo, aunque puede serlo de otro mundo...
+Porque, si el buen burgués no se convence, ¿qué piensan hacer con
+él los socialistas en el día del triunfo? ¿Aniquilarle? ¿Someterle
+como á siervo ó esclavo? Siempre vendríamos á parar entonces en que
+media humanidad seguiría fastidiada por la otra media; y el ideal
+socialista es la felicidad para todos, que lo de ser unos felices y
+otros desgraciados, y cada uno á ratos, es ya cosa resuelta desde que
+se organizó la primera tribu. Al socialismo hemos de ir todos sin
+violencia, por inclinación natural; su doctrina ha de ser de amor, y
+no de odio; atrayente, y no repulsiva. Bien está descubrir nuestras
+humanas debilidades ante los amigos y los convencidos. Para algo son
+amigos y están convencidos. Pero ante los contrarios hay que mostrarse
+en la más divina apariencia; de otro modo, más vale seguir oculto entre
+nubes. El socialismo iba ya pareciendo al medroso burgués cosa distinta
+del anarquismo. ¿No ha sido una imprudencia volver á la confusión y
+al equívoco? Mal predicador el que sólo consigue hacerse oir de los
+creyentes; á los descreídos, á los descreídos es á los que hay que
+llamar y convencer. Pero ¡ay!, ya lo dije, el proselitismo no es
+cualidad española.
+
+ * * * * *
+
+Un nuevo libro del doctor Gustavo Le Bon--_La Psicología política y
+la Defensa social_--es libro que todos los políticos debieran leer
+con detenimiento. De muy provechosa enseñanza y de más provechosa
+meditación.
+
+«La psicología política--dice Le Bon--enseña á resolver los problemas
+planteados diariamente, á discernir cuándo se debe ceder y cuándo
+oponerse á las exigencias populares. Los hombres de estado, por lo
+general, ceden ó resisten según su temperamento.» Detestable proceder.
+Es preciso resistir ó ceder según las circunstancias. No hay nada más
+difícil ni de más graves consecuencias en la psicología política.
+
+Y más adelante: «¿Es más fácil transformar una sociedad que cualquier
+otro organismo viviente?» La respuesta afirmativa á esta pregunta
+ha dirigido toda nuestra política desde hace un siglo y continúa
+dirigiéndola. La posibilidad de rehacer las sociedades por medio de
+nuevas instituciones fué siempre evidente para los revolucionarios de
+todos los tiempos, para los de nuestra gran revolución sobre todo;
+lo es también para los socialistas. Todos aspiran á reconstruir
+la sociedad según planos trazados por la razón pura. Cuanto más
+progresa la ciencia, más contradice esta doctrina. Apoyándose en la
+biología, en la psicología y en la historia, nos dice «que nuestros
+límites de acción sobre la sociedad son muy restringidos; que ninguna
+transformación profunda se realiza jamás sin la acción del tiempo;
+que las instituciones son la envoltura exterior de un alma interior,
+y toda institución, lejos de ser el punto de partida de una evolución
+política, es solamente el término. La debilidad de los pueblos latinos
+consiste en creer, como dogma, que basta con cambiar las instituciones
+para modificar el espíritu de un pueblo».
+
+Todo ello, y mucho más que trae el libro, no será de gran novedad, y
+de puro sabido, lo tendrán olvidado nuestros políticos y gobernantes;
+pero no vendrá mal un repasillo; el buen doctor Le Bon tiene para
+todos, porque la Ciencia no se casa con nadie, y la Verdad nunca fué
+de una sola pieza: hoy es monárquica, mañana republicana, puede ser
+socialista, puede ser individualista... Por eso los hombres de ciencia,
+son siempre de cuidado en un partido político. Ya se convencerá el
+doctor Salillas, digo, ya le convencerán sus correligionarios, si no
+procura ir olvidando en sus futuros discursos que es hombre de ciencia
+antes que republicano.
+
+ * * * * *
+
+Hay crímenes que, en su misma monstruosidad inexplicable, llevan quizás
+la única posible atenuación... No obstante, todos han querido arrojar
+su piedra sobre la madre enloquecida que arrojó á su hijo recién nacido
+por el balcón. ¡Horrible! ¡horrible! Pero todas esas buenas vecinas
+que, llenas de noble indignación, hubieran llegado á arrastrarla al
+salir, después de haber matado á su hijo, ¿están seguras de no haberla
+atormentado con burlas y rechiflas si, unos días después, la hubieran
+visto salir con él en brazos? ¿Saben ellas lo que pudo pesar en la
+infeliz deshonrada, á la hora del delito, la imagen de esas buenas
+vecinas, pequeño mundo, pero ¡un mundo en fin! murmurador y maldiciente.
+
+¡La honra de las mujeres! ¡Pobre honra, que puede olvidarse en el beso
+de un amante y no puede olvidarse con el beso de un hijo!
+
+
+
+
+XXIII
+
+
+Han surgido algunas dificultades para la reedificación del teatro de
+la Zarzuela. Por una vez--una vez no hace costumbre--quiere llevarse á
+punta de lanza lo ordenado sobre construcción de teatros. Aparte de que
+en este caso sólo se trata de reconstruir, reciente está la edificación
+del teatro Lírico, hoy Gran Teatro, sin ajustarse á las rigurosas
+Ordenanzas. No hablemos del sin fin de teatrillos que, á sombra y entre
+sombras, de estar destinados á exhibiciones cinematográficas, donde,
+entre paréntesis, son mayores los riesgos de incendio, han venido á
+parar, por exigencias del negocio, en verdaderos teatros, sin más
+condiciones de seguridad que falta de concurrencia.
+
+Como decía un empresario de un teatro provinciano al gobernador,
+que le ordenaba toda clase de reformas en el teatro, según
+oficio, «para evitar todo peligro ocasionado por las grandes
+aglomeraciones...»:--¡Ay, señor gobernador; deme vuecencia primero esas
+grandes aglomeraciones, y yo haré las reformas!--En efecto, la marcha
+de los negocios teatrales no da para pedir muchas gollerías. Exigir que
+un teatro presente sus cuatro fachadas libres de toda vecindad es tanto
+como prohibir que se edifique ningún nuevo teatro en sitio céntrico de
+las grandes poblaciones. Al precio que están los terrenos, sólo más
+allá de la Ciudad Lineal puede levantarse un teatro con ese requisito.
+
+No son los teatros los únicos locales peligrosos, para que con ellos
+se extremen las precauciones. Su mayor peligro está en la aglomeración
+de que antes hablábamos; peligro, para desgracia de los empresarios,
+tan poco frecuente. Y, dados la aglomeración y el peligro, sin la
+serenidad y cordura del público todas las seguridades y precauciones
+son inútiles. Alocado por un peligro, real ó imaginario, el público,
+tanto vale una puerta como dos docenas, si todos quieren escapar por la
+misma.
+
+Un teatro como la Zarzuela, reedificado con materiales modernos,
+puede ofrecer la suficiente seguridad, en lo humano, sin la condición
+dificultosa de las cuatro fachadas. Con una buena, y con vistas al
+verdadero Arte nacional, podemos contentarnos. Cuatro tiene el teatro
+Real, propiedad del Estado, y de ellas, tres dan á Italia, una á
+Alemania... y la ópera española en el sotabanco.
+
+ * * * * *
+
+Si los _trompis_ entre el boxeador negro y el blanco, con el triunfo
+del colosal negrazo por remate, no tuvieran su significación simbólica,
+sería para reir ó para indignarse, según temperamentos ó estado de
+fondos, la agitación promovida en los Estados Unidos á consecuencia de
+la interesante lucha. Pero ¡ay! que esa lucha entre dos campeones de
+las distintas razas puede ser mañana sangrienta lucha general de las
+dos razas. Es natural que el anticipo triunfal del negrazo les haya
+sentado tan mal á los blancos. Malo, si los negros dan en civilizarse;
+peor, si dan en dedicarse á brutos. Cultivando la inteligencia, aun
+podían tardar algunos años en igualarse con los blancos; pero si
+sólo cultivan los puños, pueden adelantarse en muy poco tiempo. Y si
+continúan pagándoles tan bien los puñetazos, reunirán muy pronto dos
+grandes fuerzas: los puños y el dinero. Confiemos en que algún gran
+banquero ó negociante de los Estados Unidos se dé buena maña para
+estafar al negro vencedor el dineral premio de su hazaña, y podremos
+afirmar todavía orgullosos la superioridad de la raza blanca.
+
+ * * * * *
+
+En esto de las barbaridades nacionales sucede como con los vicios y
+las ridiculeces: las peores son las de los otros. Para el aficionado
+á toros no hay nada tan estúpidamente cruel como una riña de gallos,
+y viceversa; nosotros nos escandalizamos ante los boxeadores, y por
+ahí se espantan de nuestras corridas de toros. De esa diferencia de
+apreciaciones viven los moralistas, mientras el mundo vive de la
+precisa moral que le basta para no concluirse, que es á lo que se
+tira, y vamos viviendo. Los artistas han convenido en que lo más
+pintoresco y característico de cada pueblo es la roña, sea material ó
+espiritual. Extasis ante unas piedras viejas, transporte místico ante
+una capa parda, deliquio supremo ante una salvajada con mucho carácter.
+Que tienen mucho carácter suele decirse de los que lo tienen malo.
+En los pueblos es lo mismo que en las personas. ¿Un pueblo de mucho
+carácter? Ya saben ustedes lo que les espera: comer mal, dormir peor y
+alguna pedrada. ¡Oh! ¡Pero cómo perdería carácter si la civilización
+descolorida y niveladora llegara hasta allí!...
+
+Por fortuna, hay carácter para mucho tiempo en todas partes, y no somos
+nosotros de los menos favorecidos.
+
+ * * * * *
+
+Esta eterna lucha entre un Arte que prefiere para su inspiración lo
+característico tradicional, como si quisiera perpetuarlo, á despecho
+de la misma vida, con un Arte, por más atento á nueva luz quizás mas
+desorientado, sostiene y sostendrá por mucho tiempo en interesante
+actualidad la llamada «cuestión Zuloaga». Sobre ella, como toda
+gran obra de Arte, camino de esa eterna actualidad que se llama
+inmortalidad, está la obra del pintor insigne, cuya gloria nada puede
+temer de las discusiones. Pero entre el Arte que nos dice: «Esto ha
+sido», y aun el que nos dice: «Esto es», y el Arte que nos dice,
+visionario y profético: «Esto será», si los dos pueden ser igualmente
+admirables como Arte, como obra social, ¿cuál será preferible? Sí; aun
+hay otro más admirable y fecundo: el Arte todo voluntad, todo acción,
+de la voz creadora, como voz de Dios, la que sabe y puede decir:
+«¡Sea!»
+
+
+
+
+XXIV
+
+
+Ha sido un brillante torneo oratorio, más cañas que lanzas, la
+contestación al Mensaje de la Corona. Como sucede tantas veces en estas
+discusiones, los árboles no han dejado ver el bosque y las frondas y
+floreos oratorios no han dejado oir la contestación al Mensaje, que,
+siendo de lo que debía tratarse, es de lo que menos se ha tratado.
+
+El Gobierno ha podido decir en esta ocasión: «A salvo está el que
+repica». Los tiros más certeros han pasado sobre su cabeza para ir á
+caer sobre los conservadores. Sólo algún ligero achuchón ha menoscabado
+su flor de azahar. Si los obispos, los rifeños y los huelguistas no se
+alborotan demasiado durante las vacaciones, tenemos virginidad hasta la
+reapertura del Parlamento.
+
+ * * * * *
+
+Un corresponsal en Madrid del periódico parisiense _Comedia_, á
+propósito de una velada musical celebrada en el Ateneo, en que,
+según parece, se aplaudió mucho la música española y no tanto la
+francesa, se lamenta de la creciente _galofobia_ de los españoles. Una
+distinguida dama francesa me escribe quejándose de lo mismo; dice que
+ha ido coleccionando en estos últimos tiempos infinidad de textos de
+escritores españoles, patente muestra de nuestra animadversión hacia
+los franceses. Tal vez sea muy voluminosa esa colección de recortes
+_galófobos_; pero; ¡vamos! que si algún español se hubiera entretenido
+en anotar y recortar textos franceses en que se nos ridiculiza, zahiere
+y calumnia... sí que hubiera levantado un buen proceso.
+
+La imaginación de los franceses ve enemigos y espías por todas partes.
+
+No es para tanto nuestra supuesta _galofobia_. De esos mismos
+escritores, citados por mi quejosa dama, podría yo recordar grandes
+elogios y ditirambos de admiración por Francia y por los franceses.
+Yo mismo he defendido el _Chantecler_, como verdadera obra de arte,
+del injusto desprecio con que fué tratado por el público madrileño. Y
+hay que convenir en que las más violentas y despreciativas críticas
+vinieron de París. En más de una ocasión he defendido también á la
+mujer francesa en general, y á la parisiense en particular, de las
+calumnias de sus mismos novelistas y autores dramáticos. ¿Son también
+_galófobos_? Sabido es que el batallador Brieux escribió _La francesa_
+para protestar contra esa falsa atmósfera creada á la mujer por una
+literatura más literaria que verdadera.
+
+Cierto es que las censuras del extraño molestan más que las del
+compatriota, pero no se dirá que aquí hemos llegado nunca á la
+intervención enojosa ni á la invención sin fundamento.
+
+Por mucho que digamos, cronistas y escritores de costumbres, de los
+extranjeros, más decimos de nosotros mismos. No podrá acusársenos
+de parcialidad ni apasionamiento. Tal vez pequemos de exagerar
+nuestros defectos y debilidades, y acaso demos con ello lugar á que
+el extranjero los agrande y divulgue, por aquello de: «¡Cuando
+ellos lo dicen!...» Por lo demás, censuremos á propios ó á extraños,
+loca vanidad sería la del escritor que creyera en la eficacia de sus
+censuras. Como dice Regnard--ya ve usted cómo conozco y admiro á sus
+clásicos:
+
+ En vain contre les moeurs la raison vous irrite;
+ Par quatre mechants vers, peut-etre déja dits,
+ Croyer vous changer l'homme et redresser Paris?
+
+Y quien dice París, dice el mundo entero.
+
+ * * * * *
+
+Todos los años, al terminar el concurso para adjudicación de premios
+en el Conservatorio de París, vuelve á plantearse la discusión sobre
+las reformas necesarias, tanto en el sistema de enseñanza como en el
+de concursos. Y de nuestro Conservatorio, ¿no podía decirse algo?
+Nada entiendo de música y no seré tan atrevido para despeñarme por el
+disparate libre, en cuanto á la enseñanza musical se refiere. Doctores,
+licenciados, y aun bachilleres, tiene la Iglesia que sabrán solfear y
+armonizar donde hiciere falta.
+
+Pero la enseñanza de la mal llamada--es decir, por desgracia, bien
+llamada--declamación, no puede ser más deficiente. A gritos, más ó
+menos declamatorios, está pidiendo una reforma. Cualquiera es buena;
+desde la radical de la supresión, por inútil, hasta una nueva y
+completa organización, con vistas á la utilidad y mejor aprovechamiento
+del dinero; supongo que poco, pero hasta ahora mucho, por mal empleado.
+
+Bien sabemos que un Conservatorio, como ningún Centro docente, por
+sabia que sea su organización, no es incubadora de genios, si falta
+la primera materia en la calidad del huevo. Pero como el genio es ave
+rara y él solo se basta para «levantarse, crecer, tocar las nubes»,
+hay que pensar--aparte de que al genio tampoco le sienta mal un poco
+de disciplina y artificial cultura--en los talentos modestos, en las
+medianías discretas, que de ser bien dirigidas á no serlo ó á serlo
+viciosamente, puede ir la diferencia de la absoluta nulidad á una
+perfecta imitación del mismo genio, con la ventaja de ser su talento
+más reposado y consciente; condiciones de gran importancia en un arte
+de interpretación como el arte escénico.
+
+¡El genio es tan peligroso en el teatro que yo me atrevería decir que
+es temible! De los genios me libre Dios, que de los malos cómicos me
+libraré yo.
+
+Ante todo, se impone la selección física. Por espiritualistas que
+seamos, hay que atender á la belleza corporal. Nada de piernas cortas
+y cabezas gordas, por mucha luz intelectual que las ilumine. Nada de
+voces chillonas y gangosas, por mucho que prometan «hacernos de reir»
+en grotescas farsas. Después, cultura general; más que cátedras,
+conferencias variadas de literatura nacional y extranjera, de pintura,
+escultura, elegancia social, etc. Después, práctica, práctica y
+práctica. Nada de maestros actores, que sólo enseñan sus defectos y
+amaneramientos; un buen director de escena, persona competente, de
+buen gusto, y á estudiar y á representar obras. El teatro Español
+como teatro de ensayo, donde los alumnos, en funciones populares, de
+convite ó con rebaja de precios, representen obras del teatro antiguo y
+moderno.
+
+Al estudio de nuestro teatro antiguo debe concedérsele la mayor
+importancia. Nunca se estudiará bastante. Da grima ver que la mayor
+parte de nuestros modernos actores no saben decir un verso con sentido
+del ritmo; y como el ritmo es todo, en arte, en verso, en prosa, en
+lo espiritual y en lo físico, sólo son capaces de decir chuladas y
+vulgaridades.
+
+Ya sé que el ministro de Instrucción pública tiene asuntos más
+importantes á que atender; pero yo sé que el Arte tiene en él un
+enamorado. Si la política le permite algún descanso en este verano...
+acuérdese de sus amores.
+
+
+
+
+XXV
+
+
+De plañideras y de Casandras de pan llevar han motejado conspicuos
+conservadores á los espíritus compasivos que se permitieron llorar por
+los muertos de la última campaña. Y no habían terminado de fulminar su
+indignación contra los compasivos, cuando, á propósito del atentado de
+que ha sido víctima su ilustre jefe, ¡ríanse ustedes de Casandra, de
+Jeremías y de cuantos lloraron calamidades y profetizaron desdichas!
+Esto demuestra que todos somos plañideros á nuestra hora y cuando
+nos duele, y nada más fácil que hacer de héroe impasible cuando los
+almendrazos no son en nuestro barrio.
+
+ * * * * *
+
+El Estado sólo tiene un nombre terrible y amenazador para estos
+pueblos: el Fisco. Faltan carreteras y caminos vecinales, faltan
+escuelas, falta higiene, falta policía; pero el Estado exige siempre:
+es la quinta, es la contribución con sus apremios y sus embargos y la
+miseria y la ruina...
+
+Llega el Fisco implacable á coronar el trabajo de la penosa
+recolección. El que nada dejó, se lo lleva todo. ¿Llamaremos también
+á estas madres, llorosas por el pan de sus hijos, Casandras de pan
+llevar? Por fortuna, aquí no amenazan... todavía. Pagan, como trabajan
+y como viven, resignados. Hasta la fuerza necesaria para cobrar lo
+debido le es barata al Estado.
+
+ * * * * *
+
+Nos asustamos una vez al año de lo que sucede siempre sin que nadie se
+asuste ni lo advierta. Los buenos burgueses disfrutan de su veraneo
+protegidos por los mausers. Los fusiles protectores y la protesta
+amenazadora están ahora á la vista y frente á frente. Pero ¿es nunca
+otra cosa? Ese el estado natural y permanente de esta sociedad humana.
+Por suerte de los buenos burgueses, la carlanca basta para que unos
+cuantos lobos desconozcan á sus semejantes y se crean perros al
+servicio del amo. ¿Qué piden los huelguistas? Gollerías, de seguro;
+puede que hasta quieran veranear.
+
+El Estado permanece neutral, no cruzado de brazos, sino armas al brazo,
+que es una neutralidad especial. Su papel no es muy airoso. Me recuerda
+á un filosófico sereno que, presenciando á altas horas de la noche una
+acalorada disputa entre una Venus y un Marte, por no sé qué tratos y
+contratos amorosos, sólo les aconsejaba paternalmente á la luz del
+farol colgante de su chuzo: «¡Arreglarsus, chicos, arreglarsus!»
+
+ * * * * *
+
+Emilio del Villar, desde las columnas de _Nuevo Mundo_ clama una vez
+más--esperemos que no siempre sea en vano--contra lo que pudiéramos
+llamar obstáculos tradicionales de nuestra Biblioteca Nacional.
+Defendida como fortaleza contra los naturales ataques del ansia de
+cultura y el deseo de ilustración, el denodado asaltante es tratado
+como enemigo, sin consideración alguna. Hay que terminar de una vez con
+tanta rutina y tanta corruptela. ¿Qué significa eso, en pleno siglo
+XX, de dividir las obras en obras de estudio y en obras literarias? ¿Y
+el ocultar los índices, como nefando secreto, y las malas caras y los
+peores modales?...
+
+Ahí tiene ancho y fácil campo donde laborar el ministro de Instrucción
+pública, con aplauso de todos y sin gravar el presupuesto. Las buenas
+maneras van baratas. Y ahora que una Sociedad bienhechora nos abarata
+la luz, ¿no será hora de que la Biblioteca esté abierta por la noche?
+Más se conseguiría con esto, en bien de la cultura y de las costumbres,
+que con la creación del Teatro Nacional, por ejemplo. Pero modernícese
+esa Biblioteca; sea un verdadero salón de lectura á la moderna: con
+periódicos, revistas; todo asequible, todo fácil...
+
+¿Falta personal y al existente sería injusto pedirle más horas de
+trabajo? Yo sé de muchos señoritos, tan intelectuales como desocupados
+y aburridos, que con mucho gusto prestarían servicio voluntario, con
+el mayor gusto y no menor inteligencia. No es menos glorioso ser
+soldado de un ejército de paz y de cultura, que serlo en el campo de
+batalla.
+
+Son tantos los jóvenes de todas las clases sociales á los que oigo
+lamentarse de continuo: «¡Si la Biblioteca estuviera abierta por las
+noches!» ¿Será más difícil que abrir un nuevo _cine_?
+
+ * * * * *
+
+Estamos de una castidad escandalosa. ¡Si todo fuera virtud y no falta
+de dinero! Nada menos que ola hay quien llama á la docena de novelas,
+algo subidas de tono, que se publica por término medio un año con otro.
+No es para tanto, y hay que confesar que, hasta ahora, la ciénaga
+es muy vadeable. Como sucede siempre, los mejores propagandistas
+del género son los escandalizados, que vienen á ser los verdaderos
+escandalizadores. Lo malo es que hay quien no distingue y confunde las
+obras esencialmente pornográficas con otras muy estimables en que la
+pornografía es sólo un accidente artístico y necesario.
+
+Con la reputación de las novelas modernas es imposible acompañarse de
+ellas para lectura de viaje, de playa ó balneario. Y es lástima; porque
+no hay nada como un libro para iniciar una conversación, y con una de
+estas novelas siempre hay tema indicado.
+
+Las preferencias literarias, cuando son sinceras, y cuando no lo
+son, doblemente, nos abren de par en par á nuestro interlocutor ó
+interlocutora. Con una viajera que haya leído ciertos libros, se puede
+hablar de todo. Si ha leído los de Felipe Trigo... pues no hay más que
+hablar. Si ha leído á Gabriel D'Annunzio... más vale callarse; ella se
+lo dirá todo. Desconfiad de las señoritas que leen la «Biblioteca Rosa»
+en público; son las mismas que tienen empezada una labor desde hace
+cinco años y sólo dan puntada cuando hay visita de novio probable.
+
+¡Ah! Cuando regaléis un libro á una joven, que sea un libro que pueda
+interesar á su mamá ó á su institutriz.
+
+
+
+
+XXVI
+
+
+El espíritu público es infantilmente novelero; agradece cuanto le
+divierte, le conmueve, le apasiona y hasta le atemoriza por unos días;
+pero no conviene pretender usufructuar su atención durante mucho
+tiempo. Hay que evitar la frase desdeñosa, muestra inequívoca de su
+desvío: «¡Ya es una lata!» Todo esfuerzo para reconquistar después la
+atención es en vano. Aun los espíritus que se juzgan más inquietos
+tienden á la quietud y, más que los accidentes que alteran la monotonía
+de su vida, agradecen esa misma monotonía, que justifica mejor sus
+lamentaciones, por verse obligados á soportar una vida sin accidentes y
+sin inquietudes.
+
+Los huelguistas de Bilbao no han tenido en cuenta, al ejercitar su
+propia resistencia, la escasa resistencia de la atención pública.
+¿Es que no se iba á hablar de otra cosa durante el verano? Es mucha
+pretensión. Por el pudor de los contrastes, teníamos olvidada á la
+mejor sociedad que veranea y luce por esas playas sin otra esperanza de
+mejor recompensa que nuestra envidiosa admiración. Dejen, dejen ya los
+huelguistas su triste papel de aguafiestas ó acabarán por perder hasta
+la simpatía de los más sentimentales. Las bellas y elegantes damas
+ya no dirán: «¡Pobre gente!», los gobernantes empezarán á juzgaros
+como perturbadores, el honrado comercio os culpará de sus pérdidas,
+molestaréis á los buenos aficionados á toros. Recordad la frase de
+Shakespeare: «¡Qué hermoso es tener las fuerzas de un coloso y no usar
+de ellas!» Vosotros diréis que, por ahora, son los patronos los que
+tienen esa fuerza y ellos son los que mejor pueden aplicarse la frase.
+
+ * * * * *
+
+El verano es la estación de los milagros financieros más sorprendentes,
+por venir después de los milagros del invierno, ya bastante
+incomprensibles. No es extraño que viaje mucha gente; pero ¡alguna!,
+¡tanta! ¿No podrían hacer el favor de comunicarnos el secreto, como
+esos filántropos que ofrecen un remedio maravilloso con sólo enviar un
+sello para la contestación? ¿De dónde saca el dinero mucha gente? El
+viajar cuesta cada día más caro; los multimillonarios americanos, al
+desperdigarse por este viejo mundo, han vuelto locos á los hosteleros,
+alquiladores de coches, sastres, modistas, joyeros y toda clase de
+comerciantes en frivolidades. Regiones tranquilas, como la pastoral
+Suiza, famosa antes por sus razonables precios, se han puesto, con
+la invasión de los _dollars_, por las cumbres de sus montañas. De
+Francia, de Inglaterra, de Bélgica, no hablemos. En los hoteles todo
+es extraordinario; en los trenes, lo mismo; en los espectáculos, no se
+diga; en cualquier barraca más ó menos decorada con los sonoros títulos
+de _Kursaal_, _Music-Hall_, _Luna-Park_, etcétera, cuesta la entrada
+tanto como costaba en otros tiempos oir á la Patti ó la Lind; eso la
+entrada, que, después, entre guardarropa, programa, propina por aquí
+y socaliñas por todas partes, con sacar dinero durante el espectáculo
+no hay tiempo ni manos para aplaudir, por mucho que nos complazca. Y
+donde no han llegado los americanos, los presienten. Han llegado los
+automovilistas, que es lo mismo para los efectos de ir soltando dinero
+con bocina. ¿Dónde están ya aquellas Arcadias veraniegas que hicieron
+las delicias de nuestros abuelos y adonde llegaban los aldeanos,
+como los pastorcillos de Belén, á ofrecer al forastero toda clase de
+caza y pesca, huevos y laticinios, frutas y hortalizas, por lo que
+tuvieran voluntad ó algo menos? Verdad es que entonces sólo veraneaban
+las gentes en mediana posición. Los ricos se recogían en sus fincas
+de campo ó casas solariegas... Pero ahora los que viajan y corretean
+por el mundo son los que no tienen mucho dinero y los que no tienen
+dos pesetas, que, naturalmente, son los que dan menos importancia al
+dinero. Así lo han puesto todo imposible para las personas modestas.
+Ya es triste vivir; pero viajar sólo con lo preciso, es verdaderamente
+vergonzoso. ¡Eche usted lujo! Menos mal que, si por cada dos familias
+hay una que se arruina, por cada tres hay algún miembro dedicado á la
+usura, que, después, por combinaciones de herencias ó de matrimonios,
+vuelve á hacer la felicidad de dos familias. En el mundo no se pierde
+nada. Donde se hunde una casa suele levantarse una manzana. Es toda la
+amable filosofía de muchos veraneos incomprensibles.
+
+
+
+
+XXVII
+
+
+Nunca ha justificado una Exposición su nombre como la de Bruselas.
+¡Vaya si ha sido exposición! Era lo único que necesitaban las
+Exposiciones para acabar de desacreditarse. Los que de cualquier suceso
+casual deducen rotundas afirmaciones, no dejarán de categorizar toda
+Exposición entre los grandes peligros. ¡No más Exposiciones! Siempre
+nos sucede lo mismo, ahora que andamos en Madrid preparando una, al
+cabo de los años. Los mayores progresos son atrasos cuando llegan á
+nosotros. ¡Es mucho sino! Implantamos instituciones, leyes y reformas
+cuando están desacreditadas por esos mundos. Venimos á ser las Américas
+de Europa--en el mal sentido de la palabra Américas.--Verán ustedes;
+ahora que hemos dado en irreligiosos, es cuando la religión está más á
+la moda en todas partes. En los Estados Unidos se hace gran consumo;
+en algo se ha de conocer el dinero. Con eso y con que el mejor día
+empiecen á encargar Comunidades desde el Japón como antes encargaban
+acorazados... Y es que no debe desecharse nada; todo debe conservarse,
+como los sombreros de copa; las modas vuelven cuando menos se piensa.
+¿Creen ustedes que no volveremos á ver miriñaques?
+
+Algo significativo es que el incendio de Bruselas haya respetado la
+instalación de España. El fuego no es rencoroso. ¡Buena ocasión para
+haberse vengado de las muchas hogueras por nosotros encendidas en
+Flandes! Hogueras con las que pretendimos prolongar el ocaso del sol,
+que se ocultaba ya para España en aquellos dominios... En Flandes se ha
+puesto el sol. ¿No es verdad, amigo Marquina? Pero antes ¡cómo pusimos
+nosotros á Flandes!
+
+Ahora ha sido la electricidad el Felipe II. La civilización es también
+un gran tirano. Ello es que los buenos flamencos, por no perderlo todo,
+se aprestan á reedificar lo destruído; y, si no les fuera posible, ya
+ponderan como gran atractivo la contemplación de las ruinas. Acaso
+tengan razón. ¡De tantas cosas, lo mejor es las ruinas! Sólo que las
+ruinas de los edificios modernos suelen llamarse escombros. Para ser
+admirado como ruina hay que haber tenido vida durante mucho tiempo.
+Esta consideración es de mucho consuelo para algunas naciones y para
+muchas señoras.
+
+ * * * * *
+
+Entre los chismes teatrales, precursores de toda temporada cómica,
+el más sabroso es, sin duda alguna, el referente á la rescisión del
+contrato del teatro Español, solicitada por varios concejales y fundada
+en supuesto incumplimiento de algunas bases. Muy loable es el celo del
+Municipio en esta ocasión, y no me atrevo á calificarlo de excepcional
+porque supongo le aplicará con el mismo rigor á todos sus contratistas.
+Pero en este asunto del teatro Español no parece que las raspaduras
+al contrato hayan sido de tanta monta en la temporada última como en
+otras de mangas y capirotes, con mensaje final de gracias y todo, de
+parte del Ayuntamiento complacido. ¿Qué puede decirse? ¿Que las obras
+del teatro antiguo no fueron presentadas tal y como se escribieron?
+¿Tanta prisa corre desacreditarlas? ¿Que no todas las obras clásicas
+representadas fueron precedidas de una conferencia, como se había
+ofrecido? Y ¿para qué vamos á engañarnos? Eso de las conferencias es
+molestar á los vivos sin honrar gran cosa á los muertos. Lo cierto es
+que la temporada, contra los pronósticos de muchos, fué provechosa
+y brillante. Téngase en cuenta que el teatro fué adjudicado con
+sólo un mes de anticipación á su apertura; cualquier falta sería
+muy disculpable en esas condiciones. Fueron estrenadas obras muy
+estimables, decorosamente presentadas; entre ellas, _Casandra_, con
+la que no se hubiera atrevido ninguna otra empresa de las de abono
+aristocrático. Bueno fuera que, después del gran servicio prestado á la
+causa democrática con las representaciones de dicha obra, pudiera decir
+la empresa, con un Ayuntamiento tan republicano y tan socialista, que
+así paga el diablo á quien bien le sirve. Fueron también representadas
+obras de autores jóvenes, como López Pinillos y los hermanos Cuevas;
+Borras obtuvo grandes triunfos en obras de muy distintos géneros. ¿Qué
+más puede pedirse? Mi opinión no puede ser más apasionada. Ni allí
+estrené obras, ni he de estrenarlas en esta temporada, ni la compañía
+cuenta con muchas obras mías en su repertorio. Pero bien está San
+Pedro en Roma--con Merry y todo,--y bien están la Cobeña y Oliver en
+el Español mientras más desapasionada. Ni allí estrené obras, ni he
+de estrenarlas esta temporada, ni la empresario dispuesto á realizar
+maravillas de arte, dígase con franqueza y rómpase el contrato, sin
+buscar más pretexto ni fundamento que la municipalísima gana. Pero si
+no es así, y cuando apenas falta un mes para comenzar la temporada,
+deben moderarse los impacientes y templarse los rigurosos.
+
+Y aunque en algo se hubiera faltado al contrato, recuerde el Municipio,
+al tratar con sus contratistas, las sentidas palabras que pronuncian
+los reyes en el indulto del Viernes Santo, y digan parafraseándolos:
+«¡Los perdono para que Madrid me perdone!»
+
+ * * * * *
+
+El correo nuestro de cada día nos trae ruegos y peticiones--diríase el
+conde de Casa Valencia en el Senado.--Diga usted esto, hable usted lo
+otro, proponga usted lo de más allá... No, mis amables sugeridores;
+es muy desagradable el papel de soplón y «acusica», y no es cosa
+tampoco de que el cronista ande hecho siempre un guardia de policía
+urbana. En España todo se espera y para todo se confía en el Gobierno
+y en la Prensa, sin perjuicio de achacar á uno y otra, según sopla
+el viento, la culpa de todos los males. Con el sufragio universal
+y el voto obligatorio, todos tenemos nuestros diputados y nuestros
+ediles á quien dirigir peticiones y quejas. Sin contar con que todos
+tenemos en la lengua un rotativo de tirada ilimitada. Esto de servir de
+libro de reclamaciones sólo ocasiona disgustos y antipatías. Además,
+cuando cree uno haber complacido á la generalidad, haciéndose eco
+de sus pretensiones, como estamos en época de espíritus originales y
+hay que distinguirse á todo trance, saltan en seguida los ofendidos
+en su originalidad. Quéjanse unos vecinos de que en su calle hay un
+charco, foco de infecciones; y cuando se consigue llamar la atención á
+quien corresponde para que desaparezca el charco, no falta un vecino
+que salga protestando; porque, miren ustedes por dónde, aquel charco
+era todo su encanto y, como dice la copla, el espejito en que él se
+miraba. Y en todo, por este orden. Ya ven ustedes: ahora resulta que
+la Biblioteca Nacional era un modelo de organización y es gana de
+chinchorrear el proponer mejoras. Por mi parte todo está bien. Así como
+así, entre personas, animales y cosas, harán docena y media las que
+me interesan particularmente. ¡Y comparándome con la mayoría de las
+gentes, me tengo por altruísta!
+
+
+
+
+XXVIII
+
+
+Es peligroso entregar juguetes á los hombres. Los chicos se contentan
+con destrozar el juguete, manifestándose como grandes protectores de
+la industria y del comercio. Pero los hombres sólo gozan pensando en
+lo que podrán destrozar con el nuevo juguete.--Ahí tenéis un nuevo
+explosivo--se les dice--para que voléis montañas que separan á unos
+pueblos de otros y podáis comunicaros y relacionaros con ellos más
+fácilmente... Y para volar edificios y pueblos enteros--responden y
+piensan.--Ahí tenéis el automóvil: utilidad, ilustración, higiene
+y recreo. Y emocionante peligro y satisfacción de la vanidad y
+atropellos, y caiga el que caiga.--Ahí tenéis el aeroplano, el más
+glorioso triunfo del hombre sobre la materia. ¡Qué servicios puede
+prestar á la civilización y al progreso! ¡Y sobre todo en la guerra!
+¡Podremos aniquilar ejércitos enteros; seremos invencibles!
+
+Si, ante la armoniosa serenidad de la Naturaleza, pensaba el poeta
+Wordsworth tristemente en lo que el hombre ha hecho del hombre, con
+más razón puede pensarse ante cada una de estas conquistas de su
+inteligencia, que debieran significar amor y significan odio. Las
+aclamaciones de Francia á la gloria de sus aeronautas no son un saludo
+á la Humanidad, ofrecimiento de la buena nueva; son un reto á Alemania.
+Para satisfacción del orgullo de raza no les basta con la revancha
+espiritual; es preciso la material revancha. Nada vale el aeroplano
+si no es símbolo del águila imperial, invencible y amenazadora, sobre
+los aires. Los alemanes pondrán toda su inteligencia en lograr nuevas
+perfecciones en los aeroplanos. El odio también es fecundo. Y, por el
+afán de conquistar la tierra, llegaremos á la conquista definitiva del
+cielo. ¿No es esta toda la historia de la Humanidad?
+
+ * * * * *
+
+Cristóbal de Castro se lamenta y nos culpa porque entre tantos
+escritores españoles como hemos visitado la República Argentina
+no hallamos logrado obtener lo que monsieur Clemenceau en una sola
+visita: un tratado de propiedad literaria con aquella República. Supone
+Cristóbal de Castro que hemos sido unos egoístas, más atentos al
+lucimiento y al provecho propios que á la general conveniencia. Conste
+que sólo me creo aludido por haber estado en Buenos Aires, no por
+alturas de dramaturgo que el Sr. Castro compara con las del Himalaya.
+No; por mi parte, Cerrillo de los Angeles, y gracias. Nuestra pobre
+tierra no consiente mayores alturas; y si alguien pretendiera locamente
+levantarse hasta ellas, no tardarían en hacerle polvo; y como, al fin,
+en eso hemos de parar todos--_Pulvis eris_, etcétera,--¿qué más da un
+poco antes que un poco después?
+
+No tiene en cuenta Cristóbal de Castro que nuestra misma condición
+de interesados nos obliga á no parecerlo. Monsieur Clemenceau, que
+podrá ser escritor insignificante, pero que tiene gran significación
+política--y no todo ha de ser literatura en el mundo,--podía con mayor
+desinterés particular entablar esas negociaciones. Además, todos
+sabemos, aunque nos pese, que un político goza de mayor prestigio
+entre los políticos que un escritor, por grande que sea. Yo de mí
+sé decir que ni saludé al presidente de la República, ni traté con
+ministros, ni lo procuré tampoco. Fuí de viajero, no todo lo ignorado
+que yo hubiera querido para volver ignorando menos. Así y todo, vi lo
+bastante para no quedar muy ilusionado con las ventajas de un tratado
+de propiedad literaria. No es aquello la mina inexplotada que muchos
+creen. Poco se lee en España, pero allí se lee menos. Existe, como en
+todas partes, el núcleo intelectual al corriente de lo más «nuevo», no
+siempre lo más interesante, que se publica. Hay afán--no es lo mismo
+que amor--por la cultura. Una cultura sin agrado, por aquello de «hay
+que saber»; no porque gocemos con saber. Pero público, lo que se llama
+público de lectores... En primer lugar, hay poca gente desocupada,
+desde las señoras y señoritas que leen novelas francesas, inglesas:
+las inglesas para imponerse en el idioma; las francesas porque...
+¡cómo ha de ser! son más entretenidas para el que lee por distraerse
+que ningunas otras. De lo español se lee... lo que debe leerse, ni
+más ni menos. Hay que convenir en que libros muy interesantes para
+nosotros, á pesar de su mérito no pueden interesar allí en absoluto. No
+es culpa de los autores; es culpa del ambiente. En cuanto á ediciones
+de libros españoles publicados allí, se ha exagerado mucho. Saldrían
+más caros. Con decir que la mayor parte de los autores argentinos
+edita sus libros en París ó en Madrid... Algo más podía venderse,
+desde luego, con una activa propaganda por parte de nuestros editores;
+pero con tratados ó sin ellos, sería lo mismo. Por lo que al teatro
+se refiere... ¡ay! tampoco es la tierra de promisión. Alguna obra de
+género chico llega á un crecido número de representaciones--nunca
+tanto como en Madrid.--En cuanto á las obras grandes, con excepción
+de alguna de autor nacional, como las de Laferrere, con su media
+docena de representaciones van muy bien servidas. El Odeón, en donde
+representan María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, vive del abono
+aristocrático en los días de moda. En los días quebrados hay sus
+medias entradas y sus vacíos, como en cualquier teatro de por acá.
+Los demás teatros están á precios reducidos: tres pesos, dos pesos la
+butaca. Y como el peso, aunque suene á duro, representa allí lo que
+nuestra peseta, resulta que el teatro es allí más barato que en España.
+Todos conocemos á los empresarios y actores que se han hecho ricos
+por aquellas tierras. La compañía de Serrador representa todas las
+obras extranjeras, sobre todo francesas, estrenadas. Es la compañía de
+más extenso repertorio. Las traducciones se pagan á tanto alzado, y,
+naturalmente, no se pagan derechos de traducción. Con el tratado con
+Francia... no se representarán tantas obras francesas, y eso iremos
+ganando... espiritualmente. Bien estaría el tratado... por decoro suyo,
+más que para provecho nuestro. A los políticos corresponde negociarlo.
+A los escritores nos sienta muy bien el desprendimiento de los bienes
+terrenales.
+
+ * * * * *
+
+Del veraneo.--En el Casino:
+
+--Oye: ¿tú sabes quien es esa rubia que va todas las noches con ese
+extranjero?
+
+--No sé; pero me la encuentro en todas partes. El año pasado, en Niza,
+con un ruso; después, en París, con un americano; luego, en Ostende,
+con un turco. En Biarritz con un inglés, y aquí con este que parece
+alemán... Debe ser mujer de historia.
+
+--Y de Geografía, por lo visto.
+
+ * * * * *
+
+En la sala de recreo.--Entre dos amigos:
+
+--Toda la noche estoy perdiendo. No acierto una. (Galante.) Voy á hacer
+el juego de esta señorita, que tiene mucha suerte.
+
+El amigo (aparte).--Se va á enfadar el señor de enfrente.
+
+--¿Por qué?
+
+--Porque el verdadero juego de esta señorita es... «timarse» con él
+toda la noche.
+
+
+
+
+XXIX
+
+
+Si en la mesa y en el juego es donde mejor se conoce, según dicen, la
+educación de las personas, en las calamidades es donde mejor se revela
+la cultura de un pueblo. Los aldeanos de Rusia y de Italia que, ante la
+invasión del cólera, renuevan episodios de las más terribles pestes de
+la Edad Media, con sus terrores, sus supersticiones, su desconfianza en
+la ciencia y su fe en cualquier brujería, nos dicen claramente que hay
+en las naciones modernas, aunque los salven trenes y automóviles, menos
+kilómetros de distancia de la civilización á la barbarie que siglos
+en la historia de la humanidad. Unas horas de camino valen por muchos
+libros de historia. Sin andar mucho, no es difícil encontrarse todavía
+con el hombre de las cavernas. Cuando el cantor de la civilización
+está más ilusionado, creyendo que ya sólo es cuestión de expulsar á
+los frailes y, dos ó tres pasitos más por este orden, para llegar á
+la reconquista del Paraíso terrenal... ¡cataplum! por donde menos se
+piensa, un retroceso al salvajismo, que si no destruye de golpe, deja
+por lo menos tambaleándose lo mejor de nuestras ilusiones.
+
+Y es que estas epidemias, como tienen su origen en regiones
+incivilizadas, no sólo se traen para acá el microbio de la enfermedad,
+sino el de la barbarie, que aun prende más pronto. Aquí bien puede
+decirse: «Bien vengas mal si vienes solo.» Mejor será que no venga ni
+solo ni acompañado; pero, si como es de temer, aunque no sea más que
+por molestar al Gobierno, como epidemia reaccionaria, nos desfavorece
+con su visita, ¿qué se traerá esta vez por lo de asiático, á más de lo
+que se traiga por lo de morbo?
+
+¿Cómo saldremos del examen? Porque algo de examinador tiene el señor
+cólera. El llega á un punto, se asoma con cierta respetuosa timidez
+primero; pregunta: «¿Cómo están ustedes de higiene, cultura, valor
+cívico y doméstico, etc., etc?... ¿Medianamente? ¡Vaya! Como en mi
+última visita; no han adelantado ustedes nada. Habrá que darles otro
+repasito. La letra con sangre entra...» La verdad es que lo mejor
+que tenemos en material de sanidad á él hay que agradecérselo y á la
+solicitud de sus visitas. El día en que, al asomarse por Europa y al
+enunciar su preguntita, le respondan de todas partes la cultura, la
+higiene, la confianza de todos con un: «Vea usted, amigo, si hemos
+aprovechado sus lecciones», habrán terminado sus visitas.
+
+ * * * * *
+
+Al Emperador de Alemania le ha aprovechado por poco tiempo la última y
+sonada reprimenda de su canciller, por irse de la lengua con deplorable
+facilidad. Otra vez ha vuelto á ponerse la imperial corona por montera,
+y terciadita á lo jaque, para decir á sus asombrados súbditos que á
+nadie tiene que agradecerle nada, más que á Dios, que, en sus altos
+designios, le ciñó la corona. De suerte que no le vengan con leyes
+constitucionales, discusiones parlamentarias, ni oposición á sus
+proyectos; que él ha de seguir impertérrito la senda trazada por la
+Providencia, toda de cañones y fusiles. Bien está ¡oh, sir!; pero el
+último de nuestros súbditos tiene también su montera que ponerse por
+corona y las mismas razones para creer en su misión providencial.
+
+¿Es que sólo los emperadores traen misión á este mundo? Como le decía
+el labriego del Toboso á Don Quijote, cuando éste le preguntaba por la
+princesa de aquel lugar: «Yo no sé de ninguna princesa; señoras sí hay,
+y muy principales, que cada una puede ser princesa en su casa». ¿Quién
+no puede ser emperador en la suya? Y si cada uno diera en sentirse
+inspirado por la Providencia para obrar como le conviniere, ¡malo iba
+á ser el gobernar con tantas misiones providenciales! Además, como los
+teólogos están conformes en admitir que hay voces del diablo que pueden
+tomarse por voz de Dios, en la duda bueno es atenerse á las leyes
+humanas; que, por mucho que el demonio quiera enredar en ellas, nunca
+enredará tanto como en la voluntad soberana de un emperador, por muy
+providencial que sea. ¡Dios sobre todo, pero la Constitución al quite!
+
+ * * * * *
+
+Mauricio Maeterlink, en el prólogo de unos _Cuentos y leyendas_ de su
+amigo Jorge Maurevert, asegura la bondad del libro por haberlo sometido
+á la «prueba del jardín». Esta prueba consiste en leer á pleno sol y en
+pleno aire; «á la implacable luz de una espléndida primavera», dice M.
+Maeterlink. Y añade: «Esta prueba es siempre decisiva para un libro, y
+muchas veces más dolorosa y desconcertadora que las pruebas del agua
+y del fuego de los antiguos torturadores. Pocos libros la resisten,
+y yo no me atrevo á someter á ella más que los versos ó la prosa que
+desde las primeras líneas me han inspirado confianza. ¿Para qué hacer
+padecer á un pobre libro que, aun con no ser muy bueno, es siempre una
+obra de buena voluntad?» ¡Ay, y qué bien dice M. Maeterlink! La prueba
+del jardín es terrible. ¿Ha probado M. Maeterlink con sus obras?
+Yo sí: con su _Aglavanne y Selysette_. Y el jardín no era un jardín
+urbanamente cultivado; era un jardín rústico, rodeado de un campo de
+trabajo y de pena. La prueba se agravaba. Como en una Exposición de
+pinturas basta la proximidad de una planta cualquiera para destruir el
+efecto del paisaje mejor pintado, pocas obras literarias resisten el
+contacto directo con la Naturaleza. Son obras cerebrales y necesitan
+ir de cerebro á cerebro, sin airearse al pasar, como plantas delicadas
+de invernadero. Libros que en la ciudad, en aquella vida artificiosa,
+parecen la misma vida, en el campo no son más que flores de trapo. ¡La
+vida es tan sencilla! Lo que ella pone es lo que no envejece nunca en
+la obra de arte... Lo demás... es literatura, como dijo Verlaine. Yo
+no aconsejaría á M. Maeterlink que sometiera sus obras á la prueba del
+jardín, excelente para las obras de los amigos.
+
+ * * * * *
+
+Estamos á primeros de Septiembre y nada se sabe del arrendamiento del
+teatro Español. Y siempre lo mismo. La temporada debe dar comienzo
+en Octubre. En tan poco tiempo, ¿cómo puede formarse una compañía
+aceptable, ni cómo preparar obras ni organizar un plan de trabajo?
+¿Qué razón tendrá después para quejarse el Ayuntamiento si el contrato
+no se cumple como es debido? ¿No habrá llegado la hora ó de cedérselo
+al Estado para ensayar el Teatro Nacional, ó de arrendarlo buenamente
+como un teatro cualquiera, donde la empresa, con pagar puntualmente
+su arrendamiento, puede hacer lo que mejor le acomode? Por muchas
+vueltas que quieran darle, por lo menos hasta la fundación de un Teatro
+Nacional, el verdadero teatro Español será, por ahora, el teatro de
+la Princesa, y donde estén María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza
+estará la cabecera. Del teatro Español podía hacerse un teatro popular,
+con una compañía modesta y bien dirigida, que permitiera baratura en
+los precios; un teatro de ensayo para autores y actores jóvenes. Lo que
+no puede ser es adjudicarle de prisa y corriendo quince días antes de
+la apertura y pedir que sea una Comedia Francesa. En esas condiciones
+en la temporada pasada se hicieron milagros, y ya hemos visto cómo han
+sido agradecidos. Tan agradecidos por parte del Ayuntamiento como ésta
+y otras defensas por parte de la empresa. ¡Son tan interesadas, que no
+hay para qué agradecerlas!
+
+
+
+
+XXX
+
+
+No sería malo que en los dramas de la vida, como en los del teatro,
+pudiera alguno de los actores dirigirse al público, como era uso y
+costumbre, para suplicarle que reservara su juicio hasta el final de la
+obra. Con la diferencia de que la vida, en sus dramas y en sus novelas,
+lo primero que nos ofrece es el desenlace, y, al contrario que en el
+teatro y en los folletines, el interés no está en saber cómo acabará
+aquello, sino en cómo habrá empezado. La solución es el principio del
+problema. Los antecedentes es lo que importa. Pero si el que más y
+el que menos, uno por uno, somos todo curvas, en cuanto nos reunimos
+como espectadores no entendemos más que de rectas. Para bueno ó para
+malo, el público sólo comprende los caracteres de una pieza, como suele
+decirse, que respondan á una lógica teatral y novelesca. Pero ¡ay!
+que la lógica de la vida, en su aparente complicación, es mucho más
+sencilla. Los locos y los héroes saben solamente de líneas rectas.
+Los demás vamos serpenteando por caminos de luz unas veces, de sombra
+otras; el que parecía más obscurecido, resplandece de pronto; el que
+iba como vestido de sol, se pierde en la sombra. Y todo sin pizca de
+lógica. Esa lógica que necesitamos para explicarnos satisfactoriamente
+las acciones... de los demás. Pero ¡ay tantas lógicas! Los maridos
+calderonianos matan, celosos de su honor. Seguros de la virtud de su
+esposa, les basta con que alguien pueda poner sospecha en ella, para
+condenarla á muerte. A Otelo, más humano, nada le importaría que todos
+sus soldados hubieran compartido el lecho de Desdémona, con tal de no
+saberlo. Es celoso por amor, y por amor mata. Hoy comprendemos mejor al
+moro de Venecia que al médico de su honra. La solidaridad del honor en
+el matrimonio y en la familia ha pasado á la historia, si es que alguna
+vez pasó de la poesía.
+
+En aquella misma época, los escritores satíricos, más inspirados
+siempre en la realidad, nos muestran claramente que no todos los
+maridos eran médicos de su honra. Hoy nadie pone en duda que se pueda
+ser un perfecto caballero aunque se haya tenido la desgracia de casarse
+con una loca. Queda sólo la pasión de los celos como justificante
+de cualquier arrebato sanguinario. Y en esto el buen público es
+intransigente: pide unos celos... de _una vez_, sin blanduras, sin
+desfallecimientos, sin vacilaciones. No sabe comprender que el corazón
+se subleva en una hora contra lo que toleró muchos años; que se mata,
+se perdona, que se insulta y se besa... ¡Pobre corazón humano, sometido
+á esa lógica de espectador de teatro!
+
+Ya se sabe que el público sólo juzga por sentimiento. Ni sería el más
+noble el de la ociosa curiosidad, si no llevara envuelto, aunque en
+menor grado, el de la justicia. Pero á éste, único respetable, sólo
+la justicia puede dar satisfacción cumplida. ¿Será mucho pedir al
+respetable público que suspenda su fallo hasta que la justicia dé el
+suyo?
+
+Los supersticiosos no dejarán de apuntarse un tanto á su favor. Tres
+lidiadores del mismo nombre han sucumbido en las plazas; dos de ellos
+en circunstancias muy parecidas. Extraño es que la gente de coleta,
+que por más insignificantes agüeros suele preocuparse, no haya temido
+la fatalidad de ese nombre: Pepete. Verdad es que por si solo ya es
+un cartel. El torero que quiera llenar las plazas, no tiene más que
+atreverse nuevamente con el nombre fatídico. Un Pepete y seis Miuras,
+y á robar el dinero. Piénsenlo bien los postergados. Aunque más de uno
+ya lo habrá pensado á estas horas, recordando la filosófica sentencia:
+«Más cornadas da el hambre». Añádase á esto la emoción de quebrar
+juego, tan saboreada por los jugadores. Si es verdad que á la tercera
+va la vencida, ese nombre puede ser una seguridad. ¡A él, valientes!
+Ya veis lo que dicen los buenos aficionados. La corrida de Murcia se
+recordará siempre como un acontecimiento. Corridas así son las que
+sostienen el fuego sagrado de la afición durante muchos años. Harán
+bien las señoras católicas en no protestar contra ese espectáculo,
+como contra la política del actual Gobierno. El clericalismo, los
+toros, tienen intereses comunes. Vienen de lo mismo.
+
+ * * * * *
+
+Escritores distinguidos lamentan, con sentidas razones, la decadencia
+de la literatura en el periodismo. ¿En el periodismo? Y en todas
+partes. La literatura está llamada á desaparecer, si Apolo (no el
+teatro) no lo remedia. El público tiene sus buenos dientes, y hasta
+sus colmillos bien retorcidos, y no necesita para nada de masticadores
+artificiales, que es lo que venimos á ser los literatos en resumidas
+cuentas. Ni siquiera nos consiente como cocineros, para aliñarle la
+realidad con un poco de fantasía. El se lo guisa y él se lo come, como
+Juan Palomo. Ha aprendido, se lo figura, por lo menos, á pensar por
+sí mismo, y no tolera que nadie se le imponga. Así, en el periódico,
+sólo quiere hechos, hechos como aquel maestro de Dickens. Informaciones
+escuetas, sin comentarios; noticias, telegramas... Ya lo comentará
+todo en el café ó en casa. Aceptemos la realidad, seamos modestos y
+agradezcamos todavía que nos consientan ir viviendo. Por mí sé decir
+que me avergüenza el dinero que cobro de la literatura. Quisiera ser
+muy rico algún día, para descargar mi conciencia devolviéndolo todo
+religiosamente. Sólo vale dinero lo que produce, á su vez, algún
+dinero. Y ¿qué produce la literatura? El periódico no se vende más
+por ella. El periódico... es él, es su nombre, sus informaciones, sus
+noticias, sus anuncios. ¿Qué supone para su venta y su ganancia una
+firma más ó menos? Es la firma la que goza del prestigio del periódico,
+no al contrario. Pruebe el escritor que se juzgue más leído á cambiar
+de sitio.
+
+Lo mismo en el teatro: el teatro es la noche, el abono, las actrices
+bellas y bien vestidas, los actores favoritos del público. ¿Qué
+significa la obra? Un poco más ó un poco menos de literatura. Pruebe
+también el autor que se crea más estimado por sí propio á cambiar de
+teatro. En la Princesa, por ejemplo, todas las obras son lo mismo.
+¿Qué más da una que otra? Hay que salir un poco de los Círculos
+literarios, en donde á fuerza de despellejarnos parece que tenemos
+alguna importancia, para comprender lo poco que significamos. No hay
+vanidad que resista á una de estas enérgicas curaciones al aire libre.
+La vida moderna funciona por una poderosa maquinaria para la que
+cualquier obrero es bueno. Vamos al socialismo más de prisa de lo que
+parece. El mundo será una gran máquina productora de felicidad social.
+¡Hermosa máquina!
+
+Andará sola. Los hombres se habrán muerto todos de hambre ó de
+fastidio.
+
+
+
+
+XXXI
+
+
+Cuando el doctor Lombroso, en los buenos tiempos de su escuela
+antropológica, se propuso demostrar que todo hombre de talento--de
+genio decía él--tenía sus buenas puntas y collar de loco, no había
+detalle insignificante en la vida de un hombre célebre que no fuera
+para el buen doctor señal evidente de chifladura. Yo creo que, aplicado
+el mismo sistema á cualquier individuo, tan locos parecerían los tontos
+como los hombres de talento, salvo el talento.
+
+Del mismo modo es peligroso investigar en preocupaciones de escuela,
+cuando de averiguar culpabilidades se trata. ¿Qué vida de santo
+resistiría la implacable investigación de algunos infatigables
+averiguadores, obstinados en que han de ser tijeretas? Que si los
+padres, que si su abuelo, que si allá por el año 58... Y es que á
+lo mejor, nos creemos asomados á nuestro buen balcón con vistas á
+Europa, y resulta que es al corredor de un patio de vecindad. ¡Tenemos
+tan pocas cosas serias en qué ocuparnos! Pero ¿quién podrá decir que
+tiene una vida privada? Como en danza de la muerte, no hay quien
+escape de hacer su mudanza al son de la moderna publicidad, que cual
+la muerte á todas partes llega y á nadie olvida. ¡Desgraciados de
+los primos segundos de nuestros cuñados si algún día tenemos nuestra
+hora de notoriedad! Desnudados se verán en público para regocijo de
+las gentes. Y no hay que culpar demasiado á los que, en apariencia,
+pudieran parecer los únicos culpables. No puede una enfermedad tan
+fácilmente con un organismo sano. La publicidad tal vez abusa; pero hay
+que confesar con cuánta complacencia nos prestamos al abuso...--Por
+Dios, no diga usted nada de esto... Y lo decimos todo...--No quiero
+que me retraten ustedes. Y llevamos estudiada la postura en que ha de
+sorprendernos el objetivo. Padecemos todos de «exhibicionismo», y quizá
+no andamos descaminados. No hay nada que desarme tanto la indignación
+como la curiosidad satisfecha. Conviene, además, cultivar la amable
+flor de la tolerancia mutua, sin la cual no habría vida de relación
+posible. Hoy me escandalizas tú, mañana te escandalizaré yo; bueno será
+que no nos escandalicemos demasiado.
+
+Por todo esto, no opinaré como los graves señores que ahora una vez
+más van clamando: «¡Qué indignidad! ¿Han visto ustedes á lo que
+hemos llegado?» Sí, señores míos; y la lástima será no ver adónde
+llegarán los que nos sigan, porque no todos son malos. Nunca hubo
+tiempos mejores que los presentes, y es de presumir que aún han de
+aventajarlos los futuros. Siempre habrá más seguridades en estos
+procesos de plaza pública, á la luz y al aire, que en las tenebrosas
+actuaciones inquisitoriales entre negras paredes y bajo obscuras
+bóvedas. No haya miedo, aunque entre el clamoreo de las gentes parezca
+zozobrar la verdad, que pueda anegarse la justicia. Hay una rectitud
+en la conciencia de las multitudes que no le impide rectificar sus
+juicios. No tiene que velar por los prestigios de Cuerpo, como otros
+Tribunales, que alguna vez también se equivocan, pero no pueden
+confesar nunca que se han equivocado.
+
+ * * * * *
+
+La lógica de los tablajeros es admirable. Como son muchos y tocan
+á poco, han decidido subir el precio de la carne. Es una lógica
+carnicera. No vamos á devorarnos unos á otros: es preferible devorar al
+consumidor.
+
+«¡Quién pudiera también subir los precios!» Así decía una expendedora
+del mismo enemigo del alma, aunque en otro ramo, donde también es mucha
+la competencia.
+
+Para resolver el conflicto, el Ayuntamiento debe ponerse al habla con
+los patronos de Bilbao, y aun con los de otras partes, por si puede
+aplicarse á la carne animal el sistema por ellos empleado para abaratar
+la carne humana. «¡Oh Dios!--decía Tomás Hood en su Canción de la
+camisa.--¡Que la carne de vaca valga tanto y la de hombre tan poco!»
+
+Sólo nos queda el consuelo de los tontos: lo universal del malestar.
+¿Quién podrá vivir al precio á que se va poniendo la vida? ¡Admirable
+modo! donde, como en la isla encantada de Próspero, con todo lo
+necesario para la vida no hay modo de vivir.
+
+ * * * * *
+
+De la pintoresca galería de veraneantes, el más digno de nuestra
+gratitud es el veraneante Robinsón, el descubridor de rincones
+ignorados que tendrán en él propagandista infatigable. ¡Un Paraíso! ¡La
+Suiza de España!
+
+La última ilusión que perderemos será esta de los paisajes. Es
+incalculable el número de Suizas que tenemos en España. Con unos
+peñascos, dos docenas de pinos y un chorro de agua, ya está una
+Suiza. Lo malo es que aquí no sabemos explotarlas. Nuestra tierra es
+un Paraíso. Pero ¡somos tan adanes! Desengáñense los admiradores de
+nuestras bellezas naturales: no hay paisaje posible sin una buena
+fonda.
+
+El viajar no es un apostolado. Bellezas naturales y bellezas artísticas
+son un buen pretexto para pasarlo bien en confortables hoteles, entre
+gentes adineradas y con toda clase de diversiones, por si los paisajes
+y las catedrales fallan. Y no fallan nunca cuando los contemplamos
+después de bien comidos y bien dormidos. En cambio, échese usted por
+malos caminos; llegue usted á una posada, donde toda incomodidad tiene
+su asiento y todo asiento su incomodidad, y tírese usted después su
+buen repechito para ver salir el sol por donde acostumbra ó suba
+usted y baje del coro al campanario, y viceversa, para extasiarse
+ante los santos desnarigados de la gótica catedral, y regresará usted
+para que no vuelvan á mentarle paisajes ni catedrales, como no sea en
+cinematógrafo ó en postales, único modo de admirar bellezas sin fatigas
+y sin desilusiones.
+
+El Robinsón dirá que somos criaturas artificiales, que tenemos
+atrofiado el sentido de la Naturaleza... No tome usted muy en serio á
+los robinsones, que, á lo mejor van á descubrir bellezas naturales muy
+bien acompañados de alguna belleza urbana, y..., naturalmente, ¿qué les
+importa el duro lecho, ni la mala comida, ni las bellezas naturales
+tampoco? Pero el que de buena fe cae en el lazo de la propaganda,
+volverá renegando y creyendo para toda su vida que las mejores
+creaciones de la Naturaleza y del Arte son obra de los fondistas y
+hosteleros, y que en España no tendremos paisajes y catedrales mientras
+no tengamos buenos hoteles y lujosos casinos y... amables bellezas, en
+que se armonicen la Naturaleza y el Arte.
+
+Preguntad á los habituales y acaudalados concurrentes á Niza, Ostende,
+Biarritz, San Sebastián mismo, por las bellezas naturales de los
+respectivos puntos. «Se pasa muy bien», es lo que sabrán deciros.
+
+
+
+
+XXXII
+
+
+Para justificar el actual estado de las calles de Madrid, el alcalde
+ha exhibido unas fotografías de las principales vías de París para
+que en nada tengamos que envidiarles. En efecto; allí, con motivo
+de las obras del metropolitano, han padecido, como nosotros, las
+inevitables molestias que la civilización trae consigo, y allí, como
+aquí, levantamientos y excavaciones en calles y plazas han sido tema
+inagotable de chistes, caricaturas, escenas de revistas, coplillas
+de café-concierto y demás desahogos inofensivos. No tiene por qué
+preocuparse el señor alcalde. A todo lo que podemos aspirar en este
+bajo mundo es á hacer algo bueno; pero á que parezca bien, es loca
+aspiración. Como aquí, por cada uno que hace algo, aunque no sea más
+que jugar al billar ó al tresillo, hay cien mirones, en algo han de
+entretenerse.
+
+Quisiéramos tener una Gran Vía por arte de magia y que la baratura de
+la luz eléctrica no costara la más pequeña molestia. Queremos que todo
+nos lo den hecho; tan hecho... que no haya que hacerlo antes. Pero,
+amigo, como no hay medio de hacer tortillas sin romper huevos, como
+dicen en Francia, y tampoco nos gustan los huevos pasados por agua,
+hay que resignarse con nuestra triste suerte y dejar que los mismos
+que en París habrán admirado los trabajos del metropolitano, como
+obra de progreso, al regresar ahora de su excursión otoñal renieguen
+aquí de todo y por todo. En casa somos de un sibaritismo oriental: no
+toleramos ninguna incomodidad. Verdad es que la mayor parte de las
+viviendas son inhabitables, unas por culpa de los caseros y otras por
+culpa de los mismos vecinos y de sus apreciables familias. ¡Si tampoco
+podemos vivir en la calle! Individuos hay para quien levantarles las
+losas de una acera equivale á un desahucio del propio domicilio. ¿En
+dónde despacharán ahora sus asuntos y recibirán sus visitas? Pueden
+consolarse admirando los planos de la futura gran plaza de España.
+Ellos se encargarán de justificar su nombre, paseando por ella sus
+desocupaciones, perturbadas ahora por una falta de consideración
+imperdonable. En cambio, un respetable jefe de familia, que por
+obsequiar á los suyos con las delicias de un veraneo aristocrático tuvo
+que acudir á la bondad de esa noble institución de los prestamistas,
+decía con gran filosofía, contemplando el estado de nuestras
+calles:--Así como así, yo tendré ahora que andar por los tejados.
+
+ * * * * *
+
+Su Santidad ha recomendado encarecidamente á los prelados y sacerdotes
+la más activa predicación contra las actuales modas femeninas, por
+deshonestas y provocativas á deshonestidad, que es lo peor de todo. No
+confiamos mucho en la eficacia de esas predicaciones; que no es tan
+fácil hallar docilidad y obediencia en la grey femenil cuando se trata
+de cosas que le importan particular y directamente, como cuando se
+trata de cosas que en realidad le tienen sin cuidado. No es tan fácil
+derribar una moda como un Gobierno liberal. Sin contar con que, en
+esto de manifestarse contra los Gobiernos liberales, entra por mucho
+también la moda. ¿No son las más á la última trabadas las que más se
+destraban de pies y de lengua cuando hay que bullir y danzar en juntas,
+protestas y manifestaciones? Pero ¡ay! en cuestión de modas, como ellas
+se encuentren á su gusto...
+
+Poco conoce á las mujeres el que se las figure dominadas por las
+predicaciones del clero. ¡Buenas son ellas para dejarse dominar por
+nadie! ¡Pobre clero! El sí que, en la mayoría de los casos, es el
+dominado, el zarandeado y el molestado por el indiscreto fervor de las
+devotas. Cuando á ellas les conviene, lo mismo se entran por el ritual,
+que por los cánones, que por la Suma Teológica, atropellándolo todo.
+¡Hay cada papisa Juana y cada antipapa Luna entre ellas!
+
+Yo sé de cierta junta de señoras, reunida en cierto palacio episcopal,
+bajo la presidencia del señor obispo; y como el buen prelado, con muy
+buenas razones, procuraba convencerlas de la imposibilidad de algo que
+ellas pretendían, en la ordenación de una festividad religiosa, una de
+las más voceadoras no sabía más que repetir: «Pues perdone S. I., pero
+siempre se ha hecho así, siempre se ha hecho así.» A lo que el prelado,
+bondadoso, replicó todavía: «En efecto, era un abuso tolerado; pero
+ahora Su Santidad ha dispuesto que no se permita.» «Pues que me perdone
+Su Santidad, pero á mí me parece un disparate»--fué la contestación. El
+buen obispo se quedó haciéndose cruces; por fortuna, las cruces de los
+obispos son de oro y piedras finas y suelen ser regalo de las mismas
+señoras que tanto les desazonan. Claro es que ellas lo pagan, pero como
+se abonan al teatro, para que las comedias no las molesten. Sí, ¡qué
+van ellas á pagar para oir cosas desagradables!
+
+Por todo esto y otras cosas, verán ustedes cómo por muchos anatemas que
+caigan sobre la moda, como ellas se encuentren á su gusto, sobre sus
+monumentales sombreros se pondrán todavía la cúpula de San Pedro en
+Roma, por montera.
+
+ * * * * *
+
+¡El 606! Parece el número del premio gordo en la Lotería de Navidad.
+No se habla de otra cosa. Hasta los niños han dejado sus charlas sobre
+el adulterio y otros sucesos de actualidad, para hacer toda clase de
+preguntas indiscretas sobre el numerito. Ahora nos enteramos de que hay
+más gente interesada en el descubrimiento de la que podía suponerse.
+El reuma que don Fulano, los dolorcillos de don Zutano y hasta el
+fueguecillo de doña Perengana, todas personas muy respetables. ¡Que el
+606 ó el 909, según se lea por arriba ó por abajo, os sea propicio! Los
+médicos son el demonio: un castigo menos para contener á la Humanidad
+en sus depravaciones. Con el 606 y cualquier otro numerito por el
+estilo, esto va á ser el desate.
+
+Admiremos á la clase médica, única en el mundo que trabaja en contra
+de sus intereses, suprimiendo padecimientos. ¡Si muchas otras
+clases sociales encontraran su 606, que nos hiciera innecesarios, ó
+simplificara, por lo menos, sus servicios!
+
+
+
+
+XXXIII
+
+
+Esto de las embajadas de moros parece la procesión del niño perdido;
+llegan unas detrás de otras, y ni el niño parece ni la madre del
+cordero, que este es el toque de la diplomacia morisca: que no parezca
+nunca nada de lo que se ha perdido. De modo que es muy posible que
+haya que ir á buscarlo, y allá iremos con nuestro duro á recuperar la
+peseta. Ante el peligro de posibles y desagradables discrepancias,
+llegado el caso, se invoca, para «hacer opinión», como suele decirse,
+el patriotismo de cuantos pueden influir sobre ella. Bien está si
+ello no puede ser por menos y se quiere que en su día sean muchos
+á repartirse las glorias ó las responsabilidades. No es como hacer
+propaganda de una Exposición ó de un viaje de recreo, cosa en que á
+todos se favorece y á nadie se perjudica.
+
+Pero... pero en esta ocasión el que sinceramente y honradamente no
+crea en la necesidad ó en la conveniencia de nuevas demostraciones
+bélicas, mal haría en pactar con su conciencia por consideraciones
+dudosas. ¡Cualquiera sabe dónde está el verdadero patriotismo en estos
+tiempos! Eso sí; tampoco vale guardarse la malilla para salir después,
+si el asunto se tuerce, con aquello de: «¡Ya lo sabía yo! ¡A mí siempre
+me pareció mal; pero cualquiera va contra la opinión general!» Sobre
+que nunca hay opinión general y sobre que muchas veces la opinión y los
+que influyen en ella se engañan mutuamente por mutuo desconocimiento, y
+luego tenemos aquello de: «Yo hablé así porque creí que era la opinión
+de ustedes» y «Yo creí deber opinar así porque ustedes lo decían».
+
+Sólo hablando cada uno con arreglo á su conciencia puede formarse la
+verdadera conciencia nacional; nacional, sin vistas á humanitarismos
+«inter» ó supernacionales. Nosotros no podemos permitirnos aún esos
+lujos. Eso, como los dramas de Ibsen, según Ramiro de Maeztu, es para
+los que ya tienen resuelto el problema de la mantenencia. Nosotros
+estamos en el caso de ir á buscarlo donde lo haya.
+
+ * * * * *
+
+El chiste, la humorada, la ironía, la paradoja, la amenidad, todo
+lo que indigna á muchos graves varones al encontrarlo en artículos
+periodísticos, pueden hallarlo ahora nada menos que en un documento
+oficial; que como documento oficial puede considerarse la medalla
+acuñada para conmemorar el centenario de las Cortes de Cádiz.
+
+Ustedes verán si no es humorismo el de la medallita. Por una cara
+ostenta las consabidas figuras alegóricas en toda su clásica desnudez,
+un par de mundos, que de entonces acá han venido á quedar en uno, y
+alguna otra friolera decorativa. Por esta cara nada de particular.
+Pero por la otra... ¿á quién sino á un gran humorista pudo ocurrírsele
+esculpir y grabar la dulce efigie de Fernando VII en un recuerdo
+de aquellas Cortes y de aquella Constitución que tuvieron en él su
+más encarnizado enemigo? ¿Qué puede hacer en esta galería aquel
+tan deseado antes como después aborrecido, sino dar que reir al
+discreto contemplador? Al que ni supo antes defender su trono ni
+después agradecerlo; al que volvió á llamar á los franceses para
+sacudirse de Constituciones y libertades; á uno de los más siniestros
+mamarrachos que han visto los siglos coronado, y abundan en la serie,
+¿qué Shakespeare de la ironía ha sabido clavarle en la picota de
+esta medalla conmemorativa? No queremos sospechar en ello la menor
+sombra de adulación monárquica. Hay adulaciones ofensivas para la
+discreción de los que están demasiado altos, para no estar sobre tan
+burdas adulaciones. Preferimos atenernos al humorismo, tan desusado
+en gubernamentales esferas, donde toda seriedad y todo empaque tienen
+asiento. Pero el espíritu de aquel gran socarrón no habrá dejado
+de apreciar la ironía de este «trágala» póstumo. «Al que no quiere
+caldo, la taza llena». Al que que odió la Constitución, medallitas
+conmemorativas. La idea ha sido genial y merece el más sincero aplauso.
+
+Terminó el preciso veraneo de los que no disponen de tiempo ni de
+fondos para mayores ausencias. Quede la otoñada para los que de todo
+disponen en abundancia y todo es veranear para ellos.
+
+Vuelven tonificados por los baños de mar, de luz... y de ilusiones.
+El veraneo nos eleva siempre unos grados sobre nuestra ordinaria
+condición social. Las playas, los Casinos, los vestidillos claros y de
+telas ligeras son niveladores. Las amistades y los amores son fáciles,
+aunque ligeros como los vestidos. No suelen llegar al invierno. En
+Madrid vuelve cada uno á estar en su sitio. Ofrecimientos de amistad y
+juramentos de amor se olvidan apenas llegamos. ¡Felices los que logran
+conservar á la marquesa entre sus relaciones y la que no suelta al
+empleado con 3.000 pesetas de sueldo, que en San Sebastián parecían
+20.000 de renta! Verdad es que allí también papá parecía un accionista
+del Banco. ¡Oh, sueños de una temporada de verano! Nunca muy costosos,
+que nunca se paga bastante un poco de ilusión y el hallar á la vuelta
+más sabroso el familiar cocido.
+
+El Teatro Nacional va camino adelante. Ya sólo falta teatro, compañía
+y suponemos que no faltará dinero en el momento oportuno. Ahora, con
+toda seriedad. Dadas las condiciones del teatro en España, ¿conviene
+hacer del Teatro Nacional un teatro museo, sólo para la representación
+de obras consagradas, ó un teatro de ensayo, un teatro juvenil, para
+estrenar obras de autores noveles ó desconocidos? ¿Conviene formar una
+compañía de eminentes, ó una modesta, estudiosa compañía de conjunto?
+¿Conviene que el teatro sea aristocrático, literario ó popular? Yo
+creo que todo es compatible y para todo hay días y para todo debe
+haber autores y actores. Ni debe prescindirse de la aristocracia, ni
+de la intelectualidad, ni del pueblo. Pongan unos el dinero, otros la
+orientación, otros el entusiasmo. Condición primordial: la baratura. No
+es solo cuestión de arte, es cuestión de higiene. No es en el terreno
+artístico, es en el terreno económico en el que hay que combatir contra
+la chabacanería y la suciedad de un teatro que mancha las bocas y las
+almas de los niños y de las mujeres. Es preciso que «la órdiga» y
+«el pálpala» no sean ingeniosidades de salón y bailar el garrotín una
+gracia infantil. Y es preciso que las mismas señoras que en el Español,
+en la Princesa ó en la Comedia se asustan por muy poco, no vayan
+después con sus hijos á la sección vespertina de cualquier teatrillo
+con el pretexto de que los niños se divierten viendo las decoraciones
+y lo demás... Ellos no lo entienden, los pobrecitos. ¡Ni á ustedes
+tampoco hay quien las entienda, señoras mías!
+
+
+
+
+XXXIV
+
+
+Ante el triunfo de la República en Portugal, yo no pienso en si será
+el camino más corto para apresurar la vuelta del dictador Juan Franco,
+ni en la suerte del rey joven, víctima del sino fatal de una familia
+condenada á ser eterno Tántalo de tronos y coronas. ¡Triste rey! Con
+las mejores intenciones y deseos, sin duda; pero al que nunca llegó
+la luz ni el aire de la calle, como á tantos reyes, sino al través de
+aduladores, de ambiciosos y de intrigantes. A los reyes modernos no
+les faltan bufones á su alrededor; pero entre sus cascabeles no suena
+el cascabel de oro de la verdad, como solía en los antiguos hombres de
+placer sonar atrevido sobre los donaires y las chocarrerías. Pero, ya
+digo, en nada de esto pienso: sólo pienso en la alegría de un poeta.
+¡Qué feliz será á estas horas Guerra Junqueiro! Altísimo poeta, que has
+logrado lo que pocos poetas logran: ver realizado en la vida alguno
+de sus sueños; ¡que la realidad de esa República se inspire en tu
+poesía, oración á la luz, al pan, á los humildes de la tierra, al amor
+y á la Humanidad! Pero ¡ay, poeta! ¿No será la realidad el principio
+de la desilusión? Los hombres no se juntan para obras de belleza tan
+dócilmente como las rimas. Verdad es que cuando las rimas son bellas,
+es porque obedecen á un gran poeta, que es un dictador de genio.
+
+ * * * * *
+
+Enrique Becque, el autor de _La parisienne_ y de _Los cuervos_ y
+de esos _Polichinelas_ tan traídos y tan llevados en estos días,
+como _Chantecler_ en los suyos, pasa por ser uno de los autores más
+desgraciados en su vida y sus obras. No lo creo yo así; antes me parece
+que ha habido pocos tan bien afortunados. Después de algunas obras
+insignificantes--un _Miguel Pauper_, que es un mal melodrama,--estrena
+_La parisienne_, que fué, en su estreno, lo que allí llaman un _four_
+y por acá un fracaso. Pero había que molestar á Sardou, á Dumas hijo,
+á los autores por entonces señores del teatro, y _La parisienne_ fué
+obra de lucha, alrededor de la cual se agruparon todos los autores
+fracasados y todos los que ni fracasar habían conseguido. No había
+autor silbado que no se condoliera diciendo: «¡También fracasó _La
+parisienne_!» No había aspirante á autor que, al serle rechazada
+una obra, no pensara: «¡Es claro: como fracasó _La parisienne_, las
+empresas no se atreven con una verdadera obra de arte!» Llegó á
+imponerse una reaparición de _La parisienne_. Los actores que habían
+estrenado la obra no habían acertado con el carácter del personaje;
+ahora es cuando se iba á ver la obra. En efecto; la representaron la
+Réjane, después la Després, después ¡qué sé yo! _La parisienne_ llegó
+á ser obra de concurso. La crítica ya no la discutía; daba por sentado
+que se trataba de una obra maestra, una obra clásica; el público se
+aburría siempre y las entradas no eran cosa mayor. En efecto; _La
+parisienne_, cuyo título ya es una calumnia que debiera ofender á las
+mujeres de París, no pasa de ser un buñuelo inflado; un asunto y unos
+personajes de comedianta, tratados con una prosopopeya y un empaque
+como quien dice: «Esto es ahondar en el corazón». Y toda la hondura es
+que una señora tiene tranquilamente un marido y dos amantes; para lo
+cual no hace falta ser _la parisienne_. En cualquier villorrio las hay
+más frescas y todavía dan menos importancia á esas alternativas.
+
+Con _Los cuervos_, dos cuartos de lo mismo. Otra obra maestra para
+los juramentados y otra tabarra para el público. Los intérpretes
+siempre de víctimas, porque siempre consiste en ellos que las pícaras
+obras no acaben de entrar y de imponerse á la admiración. ¡Digo, á la
+admiración! ¡Obras más admiradas! Dígase ahora si autor que con ese
+bagaje consigue ser indiscutible, tener estatua, que todos los años
+le representen las dos joyas--y ¿qué será el día en que, hartos los
+empresarios de probaturas, renuncien á representarlas y sólo por fe se
+le admire? ¡Qué Molière, ni que Racine!--puede llamarse desgraciado.
+Yo no conozco suerte literaria como la suya. Para que nada le falte,
+es casi seguro que, por fin, no se representa _Los polichinelass_. Con
+lo que todos irán ganando: los empresarios, el público y la gloria del
+autor.
+
+ * * * * *
+
+Apuntando, apuntando, como los de Lumbiaque templaban, á unas
+Asociaciones, el Gobierno ha disparado sobre otras. Mientras de una
+parte todo son mitins, _aplechs_, procesiones y rogativas--no sabemos
+por qué motivos, pues los más impacientes por determinadas medidas
+bien pueden decir, como el personaje de la comedia: «¿Dónde me han
+besado, que no lo he sentido?»,--sin ruidos y sin amenazas previas,
+todo el rigor ha venido á caer sobre las Asociaciones que pudiéramos
+llamar pecaminosas. Quedan disueltas las comunidades femeninas. Desde
+ahora cada mochuelo á su olivo y un solo mochuelo en cada olivo. Pero
+¿habrá en Madrid bastantes cuartos desalquilados? Si agrupándose, para
+mayor facilidad de la existencia, ya no eran palacios las ordinarias
+viviendas de esas cofradías, ¿dónde irán á refugiarse ahora por
+sus pecados? Mal está el vicio en planta baja; pero mucho peor en
+guardillas y sotabancos. ¡Pobres mujeres! Se pretende librarlas de un
+mal y se las entrega, indefensas, á otros peligros.
+
+El matonismo, el robo, hasta el asesinato, hallarán ahora más
+facilidades para hacer sus víctimas entre esas desventuradas. Se invoca
+el ejemplo de otras grandes capitales. Pero en otras grandes capitales
+esas mujeres gozan de cierta consideración social. Aquí, gracias que
+muchas juntas pudieran defenderse. Aquí, donde no se respeta á las
+mujeres honradas, ¿qué será con esas infelices? El chulo, lo mismo que
+el señorito, tienen por gracia maltratarlas, burlarse de ellas; la
+autoridad siempre está en contra suya. ¡Valor necesita aquí la mujer
+para ser mala! La asociación era para ellas necesaria. Sin contar con
+que la virtud, como la inteligencia, á sí mismas se bastan; pero los
+malos y los tontos son los que necesitan agruparse. ¡Consuela tanto ver
+otros peores y otros más tontos!
+
+
+
+
+XXXV
+
+
+Todas las huelgas mayores ó menores, tan menudeadas en estos últimos
+tiempos por todo el mundo, no son más que ensayos parciales de la
+huelga general que tendremos más tarde ó más temprano y quizás cuando
+menos se piense. Es difícil saberse poseedores de una fuerza y resistir
+al deseo de ejercitarla y de probar hasta dónde alcanza. Unase á esto
+la infantil curiosidad, poderoso móvil de tantas acciones humanas; el
+«¿A ver qué pasa?», capaz por sí solo á desafiar y arrostrar todos
+los peligros que puedan amenazarnos y todos los males que puedan
+sobrevenirnos.
+
+Los síntomas son de que, tanto los amenazadores como los amenazados,
+unos por hacer alarde de su fuerza y otros de su resistencia, están
+deseando saber lo que pasa si la huelga general se declara. Tanto harán
+unos y otros que por fin se saldrán con la suya, y no tardaremos en
+enterarnos. ¡Triste tarea la de los gobernantes modernos, edificando
+sobre terreno movedizo, haciendo cuentas sin contar con lo imprevisto,
+previsores de guerras exteriores y sorprendidos por la guerra íntima!
+Y no hay duda: las huelgas son las guerras modernas, y de ellas deben
+preocuparse los Gobiernos más que de las dudosas conflagraciones
+internacionales. Las luchas futuras serán de clase, no de naciones.
+Un obrero chino será más compatriota de un obrero alemán que de un
+capitalista ó de un letrado de su nación. Un hombre de ciencia francés
+estará más cerca de un sabio japonés que de cualquier espíritu grosero
+entre sus compatriotas. Los espíritus se saludan por afinidades
+espirituales, no por la proximidad material. Como el beso de la dolora
+de Campoamor, injusticias y males repercuten muy lejos y unen en el
+mismo sentimiento de agravio y de dolor á los más distantes. Por eso
+los que aun crean que hay algo que defender, contra los que creen que
+todo hay que destruirlo, deben unirse espiritual y materialmente sobre
+naciones y fronteras; porque el enemigo está en todas partes. La idea
+de patria es valor que caduca, y pronto será tan anacrónico como el
+valor de las ideas religiosas. Razones sentimentales los sostendrán
+todavía sin virtud y sin eficacia. ¡Ay de los que no comprendan á
+tiempo la necesidad de sustituir esos valores por otros más eficaces
+para la defensa social! Suponiendo que la defensa social tenga valor
+alguno.
+
+ * * * * *
+
+De las discusiones, protestas, querellas y disgustos promovidos
+por la distribución de premios en la Exposición de Bellas Artes,
+sólo puede deducirse una consecuencia: que las obras de arte no
+son para calificadas y premiadas como niños de colegio.--Por de
+contado que los niños tampoco debieran serlo como los cuadros en las
+Exposiciones.--¿Hay nada más ridículo? Fulanito, el primero; Menganito,
+el segundo de los primeros; después el segundo, el segundo de los
+segundos... ¿Hay quien crea que las obras de arte pueden calificarse
+tan rotundamente? ¿Se figuran ustedes el Museo del Prado sometido á una
+distribución de premios por el estilo? Y no vale argumentar con que
+el mérito extraordinario de casi todos los cuadros haría difícil la
+calificación; porque si es difícil calificar entre iguales por alto,
+tan difícil es calificar entre iguales por bajo. ¡Y no digamos entre
+medianos!
+
+Se dirá que sin esa formalidad de los premios sería difícil conseguir
+el objeto principal de las Exposiciones, que es el de señalar al Estado
+los cuadros que debe adquirir, si la protección á los artistas ha de
+ser efectiva. Yo creo que con las manifestaciones del público y de la
+crítica bastarían para una razonable orientación. En todo caso, sería
+preferible el sorteo; todo menos eso de los primeros, los segundos de
+los primeros y el primero de los segundos. Ya sé que es muy humano y
+satisface mucho á los entendimientos mediocres eso de que nos lo den
+todo numerado por orden de mérito. Hay quien pregunta: «¿Qué obra de
+Shakespeare es la mejor? ¿Cuál es el mejor cuadro de Velázquez?» Y
+¿qué pensarían ustedes del que se atreviera á señalar una sola obra de
+Shakespeare, un solo cuadro de Velázquez como superior en absoluto?
+
+De cualquier modo, y aun aceptando como mal menor ó necesario la
+calificación y numeración por un Jurado inteligente, probo y sincero,
+como lo son todos los Jurados hasta el día, de la adjudicación de
+premios, bueno sería que los jueces se atuvieran al mérito de las
+obras, dejando fuera de juicio las tendencias, el procedimiento y los
+medios de ejecución de las mismas. ¡Bueno fuera que en un concurso
+de obras dramáticas, por ejemplo, entre una mala obra realista y una
+excelentísima obra romántica ó imitación de nuestro teatro clásico, se
+premiara la mala obra por parecer más de nuestro tiempo ó por antipatía
+de escuela! Si la emoción y el sentimiento que inspiran al artista
+son sinceros, ¿ha de censurársele porque aun pretenda espiritualizar
+su obra, desligándola del tiempo y del espacio? ¿Es tan pronto para
+renegar de una tendencia artística que es la mitad del arte moderno?
+Mæterlink, Ibsen mismo, en la dramática; D'Annunzio y Anatole France,
+en la novela; Puvis de Chavannes y los prerrafaelistas ingleses, en la
+pintura... ¿Y en música? Debussy va á inspirarse en la música griega, y
+ya no hay música bastante antigua que pueda servir de refugio á los que
+reniegan de la música moderna.
+
+ * * * * *
+
+El Ayuntamiento, como el corazón, según los franceses, tiene razones
+que la razón no explica. Entre tres proposiciones para la concesión del
+teatro Español, ha votado por la que menos esperaba todo el mundo. El
+espectáculo ha sido edificante; solicitado el teatro por el Estado, el
+Ayuntamiento desestima su pretensión, le trata de tramposo y declara
+que no se fía de él para nada. «Dijo la sartén al cazo...» ¡Qué buen
+efecto producirán en el país pagano esta armonía de relaciones y esta
+confianza mutua entre el Estado y el Ayuntamiento! Si el Ayuntamiento
+desconfía del Estado, ¿qué haremos los demás mortales? El que quiere
+honra, que la gane. ¿No es eso? Aparte esta pequeña desconsideración al
+Estado y á las buenas intenciones del ministro de Instrucción pública,
+sabemos que el teatro Español está en buenas manos. Se trata de una
+empresa artística con orientaciones modernas, abierta á la juventud;
+como debe estarlo el teatro Español, de donde debemos alejarnos los
+autores viejos y cansados para dejar paso franco á los que llegan.
+
+
+
+
+XXXVI
+
+
+Quede á salvo la buena intención del Congreso contra la trata de
+blancas. Pero ¿qué podrá una sola institución social para reprimir lo
+que tantas otras instituciones sociales son á fomentar? Medicinaremos
+lo sintomático y la enfermedad esencial continuará consumiendo el
+organismo.
+
+Para combatir la llamada trata de blancas hay que afrontar cara á cara
+la trata de negras, que es la trata de la mujer en general, por todas
+las leyes, instituciones y costumbres sociales. Quizás la trata de
+blancas sea la más dulce y favorable de todas ellas. ¿Qué ofrecemos
+á la mujer que mejor sea? ¿Trabajo? Que emancipe á la mujer de toda
+esclavitud económica, único medio de lograr su emancipación moral, sólo
+hay uno: el trabajo artístico, y para esto es preciso ¡ahí es nada! un
+gran talento y una gran voluntad. Aun así, ¿estamos seguros de que
+nuestro respeto y nuestra admiración acompañen siempre al triunfo del
+talento femenino? Sólo las grandes artistas del teatro consiguen ser
+admiradas por completo; y ¡cuántas veces la admiración á la belleza nos
+hace ser injustos con el talento! ¿No suelen estar mejor pagadas una
+cara bonita y unas lindas piernas que una clara inteligencia y un gran
+corazón?
+
+En las demás profesiones, en la misma profesión artística, cuando
+un poderoso talento no basta á imponerse por sí mismo, ¿qué llega
+á conseguir la mujer por sí sola, sin el favor y la protección del
+hombre, no siempre generoso, más bien tacaño, al remunerar con una
+colocación, á costa ajena, lo que hubiera debido pagar á su propia
+costa? ¿Cuántas serán las mujeres que hayan llegado á la independencia
+de una profesión lucrativa sin haber tenido que pagar servidumbre al
+antojo de un hombre?
+
+¿El matrimonio? Pero ¿quién dirá que se trata de un Sacramento de
+la Iglesia, instituído por Dios, cuando en sociedades que se dicen
+cristianas le vemos perseguido por todos los medios, como un vicio ó
+como un delito?
+
+A él se oponen leyes militares, prohibiendo el matrimonio de millares
+de hombres en lo mejor de su vida, en nombre de conveniencias sociales;
+á él se oponen leyes económicas, que mantienen en pobreza ó en escasez
+á los jóvenes en la edad más conveniente para el matrimonio; á él se
+oponen todos los egoísmos individuales engendrados por el gran egoísmo
+colectivo. Y salvadas estas dificultades, ¿qué es la mujer, con raras
+excepciones para cuentos y comedias morales, en el matrimonio? Animal
+de lujo en las clases altas; animal de cría en la clase media; animal
+de cría, de trabajo y de carga en la clase baja.
+
+¿Y quieren ustedes oponerse á la trata de blancas?
+
+¿En nombre de qué? ¿Qué ofrecen ustedes en cambio? La máquina de coser,
+la aguja y la plancha.
+
+--Gracias--dirán las favorecidas.
+
+¿El matrimonio con el empleado con 1.500 pesetas ó el jornalero con
+tres pesetas?
+
+--Muchísimas gracias--volverán á decir.
+
+Lo mejor que pueden ustedes ofrecerlas es un convento, como Hamlet á
+Ofelia.
+
+Y estos pícaros Gobiernos democráticos, con eso del «candado», no se
+preocupan más que de cerrar puertas sin abrir otras para dar salida á
+las pobres mujeres. Lo que dirá alguna, parodiando la altiva divisa de
+las Rohan: «Casada no puedo; trabajar no quiero... «blanca» me quedo.»
+Pero se están poniendo las cosas de un modo, que ni ese recurso les va
+á quedar á las pobrecillas.
+
+ * * * * *
+
+El Ayuntamiento de Valencia ha desairado á los poetas, oponiéndose
+á la celebración del Congreso de la Poesía. ¡Gran injusticia! Pues
+no sabemos que ese Congreso reuniera menos condiciones de inutilidad
+que cualquiera otro de tantos Congresos como se reunen, á todas horas
+por esos mundos. Y ¿no es la inutilidad la primera y más estimable
+condición de estas juntas?
+
+¡Quién sabe si de éste hubiera salido algo práctico, por andar todo
+al revés en estos tiempos! ¡Tantos Congresos, de los que se esperaban
+grandes resultados prácticos, han venido á diluirse en la más vaporosa
+poesía!
+
+Pero bien empleado os está ¡oh, poetas! ¿Quién os manda poneros al
+habla con Corporaciones oficiales de ninguna clase? Y ¿qué íbais á
+hacer en Valencia, después de los cortesanos? ¿No sabéis que por donde
+ellos pasan ya no quedan flores, ni halagos, ni atenciones para los
+poetas? ¿Sabéis guiar un automóvil? No; porque ni habéis tenido nunca
+dinero para comprar uno, ni tenéis amigos que los posean. La gente
+adinerada no se trata con los poetas. Entonces... ¿qué íbais á pintar
+en Valencia? Ya iréis cuando tengáis más dinero. Para eso, dejaros por
+algún tiempo de hacer versos; haced algo más, como los poetas de...
+otras partes.
+
+
+
+
+XXXVII
+
+
+A la mayor parte de nuestras Juntas benéficas, ya sean de damas ó de
+caballeros, les sucede lo que al devoto del cuento en sus méritos
+para con Dios: lo que ganan por delante lo pierden por detrás. ¿Por
+qué reglamento rigorista ha de ser la Inclusa barrera infranqueable
+entre las madres y los hijos? ¿No debiera ser más bien lazo de unión,
+apartado de las miradas del mundo? No el alejamiento, la proximidad de
+las madres debiera solicitarse. El abandono del hijo es alguna vez,
+por monstruosa sequedad del corazón, cerrado á un instinto que hasta
+en los animales parece con delicadezas de sentimiento espiritual.
+Pero ¡cuántas veces es miseria, vergüenza, miedo!... Y ¿no debe ser
+la sociedad entonces, y las Juntas de damas benéficas sobre todo, las
+que, en vez de apartar á la madre como indigna, porque cedió á esas
+consideraciones sociales, procuren ser piadosos intermediarios, no
+como secuestradores, sino como guardianes de los pobres niños, que no
+serían entonces abandonados del todo y para siempre por sus madres?
+En vez de decirles: «Aquí dejas á tu hijo; no vuelvas á acordarte de
+él», decid: «Aquí tienes á tu hijo; acuérdate siempre; ven cuando
+quieras; defiende tu vida como puedas, nosotras defendemos la de tu
+hijo.» Sea la caridad nodriza, educadora; pero no pretenda ser madre
+mientras la verdadera madre no haya renunciado á serlo por monstruosa
+perversidad. No digáis á los pobres niños: «Vuestras madres fueron
+tan malas mujeres, que no supieron ser madres.» Decidles: «Vuestras
+madres eran tan pobres, que no podían teneros á su lado; compadecedlas
+mucho, como nosotras las compadecimos.» ¿Creéis que no sería mayor su
+gratitud y que no podrán fundarse mayores virtudes si ellos ven que,
+no sólo los guardasteis la vida, sino el amor de la madre? Reformad
+esos reglamentos, nobles señoras; un reglamento de un asilo benéfico
+no debe ser como un Código penal, en que siempre se mira al hombre
+como un presunto delincuente. No todas las madres que dejan sus hijos
+en la Inclusa son malas madres; muchas son madres pobres, y, en la
+duda, todas son ¡pobres madres! Tan difícil como hacer leyes desde
+los salones de un ministerio es difícil hacer reglamentos desde
+gabinetes perfumados. Sobre todo, leyes y reglamentos para los pobres y
+miserables de la tierra, por los que nunca supieron de pobrezas ni de
+miserias.
+
+ * * * * *
+
+Las obras de la Gran Vía adelantan hasta el punto de permitirnos á
+los que nacimos á mediados del siglo pasado la esperanza de verlas
+terminadas. Pero he aquí que, al comienzo, surge el primer obstáculo.
+Entre los derribos yérguese altiva, desafiadora y elocuente como un
+símbolo nacional, una pequeña iglesia: la conocida vulgarmente por
+el nombre de Niñas de Leganés. No hay quien pueda con esas niñas. La
+piqueta derriba casas y casas, y el campanario de la iglesia cada vez
+más insolente y fanfarrón. Parece ser que no hay persona apta para
+tomar el dinero precio de la expropiación. ¡Por vida del inconveniente!
+Que se tratara de alguna manda ó donación, y veríamos si había personas
+aptas para embolsarse los cuartos. ¿Para qué están los señores jueces,
+más que para ser depositarios de los dineros dudosos? ¿Van á detenerse
+las obras por ese monumento nacional? A bien que se queda Madrid sin
+iglesias. Nuestros ricachones, por no imitar á los norteamericanos,
+que suelen dejar cuantiosas herencias á Universidades y escuelas, no
+saben cosa mejor que legarnos iglesias. A ninguno se le ocurre dejar
+unos cuantos millones para fundar un buen periódico de la buena Prensa,
+atendiendo las exhortaciones del señor obispo de Jaca, que sabe muy
+bien dónde le aprieta la mitra y que á Dios rogando y con el rotativo
+dando. Además, el mayor número de iglesias no contribuye en nada á la
+conversión de incrédulos; mientras que un buen periódico que diera
+buenos sueldos á los redactores, contribuiría grandemente. Ya sabemos
+que aquí nadie tiene sueldo por tener estas ideas ó las otras; pero
+¡ideas por tener un sueldo!...
+
+ * * * * *
+
+El arte moderno se desvive por la originalidad; la acusación más
+ofensiva para un artista es la de plagiario: _Il nous faut du nouveau
+n'en fut il plus au monde_. Y, sin embargo, las novedades apenas llaman
+un día la atención y las obras que se perpetúan son menos que plagios:
+plagios de plagios, imitación de imitaciones. La humanidad, como los
+niños, prefiere el cuento cien veces oído. Las obras inmortales son
+aquellas en que sus autores acertaron á contar del mejor modo las dos
+docenas de cuentos que interesan á todos. ¿Es otro secreto de la gloria
+de Shakespeare? Cuentos sabidos, de una sencillez de asunto y de una
+psicología primitivas. Obras que pueden representarse ante el auditorio
+más ignorante como ante el más docto.
+
+Y nuestro _Don Juan Tenorio_, el de Zorrilla, que acertó á contar
+el cuento al gusto español y popular, ¿no es el mejor ejemplo y la
+mejor lección para los originales y noveleros? Hoy tememos demasiado
+á tocar esos asuntos universales vulgarizados, y renunciamos tal vez
+á escribir las mejores obras. ¿Quién se atreve á escribir otro _Don
+Juan_, otro _Fausto_, otro _Romeo y Julieta_? Verdad es que la crítica,
+interponiéndose á cada paso del arte entre el artista y el público,
+opone la terrible acusación de plagio ó de osadía. Pero hay que tener
+todas las osadías, la del plagio en primer lugar, y la de pasar por
+encima de la crítica, para llegar directamente al alma del público.
+Esta fué la mayor hazaña de _Don Juan Tenorio_; por ella le vemos todos
+los años en escena triunfar de muchas novedades originales, y, cuando
+todas ellas hayan caído en el olvido, _Don Juan Tenorio_, plagio de
+plagios, imitación de imitaciones, sobrevivirá como uno de los pocos
+cuentos interesantes que un gran poeta se atrevió á contar nuevamente
+sin el temor de parecer plagiario.
+
+
+
+
+XXXVIII
+
+
+Es sabido que, á la entrada de todos los inviernos, las señoras hablan
+de los vestidos que han de encargarse; los empresarios de teatros,
+de las obras con que cuentan, y los gobernadores de Madrid, de la
+extinción de la mendicidad. De todos estos programas, el único que
+suele cumplirse, y con creces, es el de la indumentaria femenina, dicho
+sea en honor de la mayor constancia del sexo débil en sus propósitos
+y determinaciones. Los empresarios estrenan lo que pueden, que no es
+siempre lo que quisieran; en cuanto á la extinción de la mendicidad...
+no pasa de conversación en que luce el ingenio de unos cuantos
+arbitristas, verdaderos ángeles de la caridad... con el dinero ajeno.
+Y he aquí la primera dificultad en estas andanzas benéficas: que todos
+piensan el mejor modo de sacar los cuartos á los demás y nadie quiere
+sacar un céntimo de su bolsillo. Por lo pronto, el señor gobernador
+había pensado en añadir un nuevo impuesto sobre las localidades de los
+teatros, por ser cosa de lujo y nada necesaria, en opinión de dicha
+autoridad. En efecto, así como indispensables para la vida... Pero
+si argumentamos en lo necesario, ¿son tantas las cosas, en verdad,
+necesarias? Tal vez no lleguen á la media docena, y tal vez no estén
+entre ellas los gobernadores civiles. Considerando el teatro por la
+parte del público, sí que es un lujo bien innecesario, como tantas
+otras industrias, si sólo atendemos á los que se gastan el dinero en
+disfrutar de los productos y no á los que se ganan la vida trabajando
+para producirlos. De un lado está el lujo; de otro la necesidad...
+¡Habría que ver los apuros del señor gobernador si en un día todos los
+empresarios de Madrid acordaran suprimir ese lujo, cerrando todos los
+teatros! No serían las damas elegantes ni los caballeros distinguidos,
+ciertamente, los que irían en manifestación lujosa á pedirle solución
+al conflicto; la gente adinerada es la que mejor puede pasarse sin
+teatros. La sorpresa del señor gobernador sería muy grande al ver
+miles de hombres y mujeres humildes clamando por el pan de sus hijos.
+Es achaque de los grandes hacendistas que nos gobiernan creer que los
+impuestos sobre los artículos de lujo los pagan los ricos. «Aquí, que
+no peco», se dicen... Los impuestos los paga siempre el que trabaja y
+produce. No es al que gasta y emplea su dinero en lujos ó en caprichos
+al que habéis de castigar con nuevas contribuciones; que esos, al fin,
+dan de comer á mucha gente y hacen circular el dinero, sino á los que
+guardan y atesoran dinero, improductivo y cobarde; dinero antisocial y
+antipatriótico; dinero de vagos, que deben ser tan perseguidos como los
+otros vagos de la mendicidad callejera.
+
+ * * * * *
+
+La familia y los admiradores de Tolstoi no ganan para sustos. ¡La
+guerra que dan estos apóstoles! Tantos disgustos trae á las familias
+la extremada virtud de uno de sus miembros, como el vicio más
+desordenado. Cierto que es de mucho gusto para los descendientes
+contar con un santo de la familia en el calendario; pero los infelices
+parientes contemporáneos pasan el sino. Vean ustedes este venerable
+conde de Tolstoi, que acaba su vida como la empezó aquel perdulario de
+Verlaine, escapándose con un amigo. Claro es que los motivos son muy
+diferentes; pero el disgusto para la familia es el mismo. ¡La pobre
+condesa! Ya le decía ella á cierto escritor inglés que fué á visitar
+al conde con intención de escribir un estudio sobre su persona y sus
+obras: «¿Quiere usted saber lo que piensa mi marido? Pues ya tiene
+usted trabajo, porque cada día piensa una cosa.» Y la posteridad será
+tan injusta que acaso cuente en el número de los santos al conde y se
+olvide de la pobre condesa.
+
+ * * * * *
+
+Ni el triunfo de una obra de cierto género supone el triunfo de todas
+las obras del mismo género, ni mucho menos el fracaso de todas las
+obras de un género contrario. El Arte es furiosamente individualista,
+y en él sí cada palo aguanta su vela. Hoy ríe el público con una
+obra cómica y mañana llorará con un drama. Lo de «El público lo que
+quiere es reir ó lo que quiere es llorar, ó quiere obras de tesis,
+ó quiere obras ligeras, ó que no quiere el verso, etc., etc.», son
+otras tantas vulgaridades. El público quiere obras de todas clases,
+cuando le divierten ó le emocionan. Ni es una novedad que alternen
+obras serias con obras regocijadas en los carteles. El teatro de la
+Comedia fué siempre de los más eclécticos. Allí se estrenaron los más
+caricaturescos _vaudevilles_ franceses y las obras de Dumas y Sardou,
+última palabra, en sus tiempos, del teatro «serio». Después hemos
+alternado en la mejor armonía autores de las más opuestas tendencias,
+y el público nunca tuvo preferencia por géneros ni por autores, sino
+por obras. Es de esperar que todo seguirá lo mismo. El público aplaude
+y ríe con _Genio y figura_ porque la obra lo merece, y volverá á
+aplaudir y á reírse cuantas veces acierten los autores cómicos, como
+bostezará ó se estará en casa cuando no acierten á interesarle los
+autores serios. Los fracasados son los que creen que cuando su obra
+ha fracasado ha fracasado todo un género... Nada de eso; en Arte no
+hay solidaridad que valga. Cada uno es cada uno. El público no sabe
+de nombres genéricos; sólo sabe de nombres propios. No hay, pues, por
+qué gritar: «¡Al arma, al arma!», y dejen los bien intencionados de
+meter cizaña entre los autores; haga cada cual lo que sepa y pueda, sin
+preocuparse de lo que hace el vecino. El verdadero vecino de enfrente
+es el público. En la Comedia francesa, el teatro más serio del mundo,
+después de una grave tragedia de Corneille, se representa el _Monsieur
+de Pourcegnag_, de Molière, la más grotesca farsa que puede darse, con
+sus boticarios jeringa en ristre corriendo por el patio de las butacas,
+y nadie se alarma y todo está bien, y ni Corneille ni Molière ni la
+seriedad de la Comedia francesa desmerecen por ello.
+
+
+
+
+XXXIX
+
+
+Discusión digna de los mejores tiempos de Bizancio ha sido la originada
+por el aumento del impuesto sobre legados á favor del propio testador;
+sobre todo, si son en provecho de su alma; que si algo deja para
+vanidades corporales, como embalsamamiento, entierro de lujo, mausoleo
+ó erección de cuanto cabe erigírsele á un difunto, allá el demonio ó la
+Hacienda con ello, que eso importa poco; al fin, todo será economizar
+un poco en estas materialidades póstumas. Pero si se trata de misas,
+oraciones y preces, ¡qué terrible responsabilidad la del señor ministro
+de Hacienda si, por disminuir con el impuesto la cantidad que debió
+aplicarse á los sufragios, el alma de algún difunto se ve privada del
+descanso eterno! Nadie mejor que el interesado puede saber el número
+de misas y de responsos que necesita, y es gran maldad entrometerse
+en esta administración que sólo corresponde á lo eclesiástico; que
+por algo cuando se deja á un moribundo bien dispuesto para el último
+trance, suele decirse que le han administrado. Y ahora cuántas almas,
+como la de Garibay famosa, vagarán sin reposo á falta de ese dinerillo
+interceptado por el Fisco. ¡Ay del señor ministro de Hacienda si dan en
+aparecérsele y en atormentarle tantas almas en pena! Ya, por lo pronto,
+anticipándose á los muertos, claman los vivos, precisos intermediarios
+en estas operaciones de salvamento de almas. Es triste cosa que todo
+negociado espiritual haya de traducirse en algo material y palpable.
+Por eso el señor ministro de Hacienda debe tranquilizar su conciencia,
+pensando que todo es cosa de almas, y que el alma de España, ese alma
+tan cantada en discursos y poesías, también tiene sus necesidades y
+que su espiritualidad sólo puede mostrarse por medio de organismos
+materiales que cuesta mucho dinero sostener. Y ¿de dónde sacarlo que
+menos duela que de las almas pecadoras? ¿Qué son unos años más de
+purgatorio ante la eternidad? Sobre que en muchos casos, al cobrar la
+Hacienda el impuesto de estos muertos piadosos, acaso no hará más que
+reparar un olvido de restitución y todo será para bien de las almas. En
+cuanto á los intermediarios, si tanto se preocupan por la salvación del
+difunto, no tienen más que rebajar los precios; después de todo, las
+oraciones no cuestan tanto trabajo. Todo menos que los muertos anden
+por el ministerio de Hacienda; porque los hay que, muertos y todo,
+harían inútiles las habilidades financieras del señor ministro para
+sacarles los cuartos.
+
+ * * * * *
+
+Una frase poco meditada, de una obra teatral, ha indignado á los
+estudiantes de Medicina. La frase mortificante era injusta sobremanera,
+y los autores han sido los primeros en declararlo lealmente,
+apresurándose á retirarla de la obra en cuestión. Es de esas frases que
+sólo tienen disculpa en el natural deseo en todo autor de halagar al
+auditorio á quien se dirige. Cierto que más debían meditarse cuando es
+menos ilustrado y menos puede pesar el pro y el contra. Justamente la
+clase médica es la más altruísta y desinteresada. En ninguna profesión
+se prodiga tanto la asistencia gratuita, y no hay médico, alto ni
+bajo, que al cabo del año no haya asistido á mayor número de enfermos,
+por amor á la humanidad, sin estipendio alguno, que á ricos clientes,
+buenos pagadores. Esto sin contar á los médicos de partido, verdadero
+apostolado de la Ciencia, indignamente retribuído. De modo que esos
+cadáveres destrozados no aprovechan solamente á los ricos, ni ¡qué
+mejor empleo puede tener un cuerpo muerto que servir al estudio y á los
+progresos de la Ciencia! Poco tiempo hace que un ilustre profesor de la
+Facultad, con admiración de todos, legó su cuerpo para tan altos fines.
+
+Ahora, que los estudiantes, una vez retirada la frase, no debieron
+extremar su protesta. La frase era poco razonada; bastaba protestar
+contra ella con razones. No es conveniente sentar precedentes para
+otras protestas, que harían imposible toda crítica social en el teatro,
+en el libro y en el periódico. Ello ha sido que el incidente ha venido
+á parar en recordarnos uno de los más graciosos lances de Don Quijote:
+los autores arremetían contra los estudiantes, los estudiantes contra
+la Policía, y el señor Méndez Alanís contra el Gobierno. Por fortuna,
+no hemos llegado á la conflagración europea.
+
+ * * * * *
+
+En estos tiempos de mal entendida democracia, en que á duras penas
+se tolera que nadie se distinga, ni sobresalga, ni tenga iniciativa
+propia, y todos pedimos esa modestia que es el uniforme gris de los
+que no pueden ir mejor vestidos, nadie sabe el valor que supone la
+decisión de los hermanos Quintero al proponerse por su cuenta, á costa
+de su trabajo y sin otra cooperación que la del público, levantar un
+monumento al poeta de la Juventud y del Amor; que, por ser el poeta de
+una edad que es de todas las vidas, ha de ser un poeta de todas las
+edades del mundo.
+
+Los que alguna vez hemos proyectado alguna idea generosa y pronto
+nos arrepentimos de ella como de una falta, desalentados ante la
+hostilidad de los unos, la indiferencia de los otros, el comentario
+burlón ó malicioso, que no dejan de suponer miras interesadas ó, por
+lo menos, afán de notoriedad--¡gran pecado para los que no pueden
+significarse á no ser en clase de mosquitos ó cualquier otro insecto
+molesto!,--sabemos lo que supone la ilusión, la valentía de los
+hermanos Quintero en su noble empresa.
+
+El público ha respondido y responderá generosamente en todas partes.
+Alguna lamentable abstención pudiera notarse; esperemos que se
+enmendará á tiempo.
+
+Sólo deseo á los aplaudidos autores que esa fe y esas ilusiones de su
+juventud no les falten nunca y no lleguen á sentir jamás, ante las
+ruindades de tantos tristes del bien ajeno, la tristeza incurable, por
+ser más noble, que produce en los espíritus generosos el mal ajeno.
+
+
+
+
+XL
+
+
+La conferencia de Ramiro de Maeztu, en el Ateneo, ha sido, y será por
+muchos días, tema preferente de discusiones. Inequívoca señal de su
+mérito y de su importancia. Vibrante síntesis de nuestra vida nacional
+fué la conferencia; tal vez con más apasionamiento que serenidad; pero
+¡dice tan bien un noble apasionamiento cuando de algo que mucho nos
+importa se trata! Quede la plena serenidad intelectual para cuando
+hayamos de ser árbitros ó jueces en extraños asuntos; pero ¿cómo no
+poner calor del corazón en asunto tan propio?
+
+Fueron las palabras de Maeztu el mejor espoleo para los espíritus
+dormidos, tardos ó cobardes: el mejor lazo para unir á los que,
+despiertos y fuertes, malogran, no obstante, sus alientos en el
+soberbio individualismo solitario. A los españoles, más que á nadie,
+conviene tener presente aquel apólogo oriental en que un padre muestra
+á sus hijos cómo un haz de mimbres apretado no puede romperse y qué
+fácilmente se quiebra cada mimbre, separado del haz, uno por uno.
+
+Aunque á ratos pudiera dolernos y aunque algo en el fondo de nuestra
+conciencia protestara, bien hizo Ramiro de Maeztu en cargar la mano
+sobre los intelectuales, ya que á ellos se dirigía desde la tribuna del
+Ateneo. Hubiera sido flaqueza impropia de su espíritu independiente y
+concesión que no hubiera admitido su auditorio, incurrir en la fácil
+complacencia de esos predicadores que truenan contra los vicios del
+siglo; pero tienen la dulce oportunidad de tronar contra los pobres en
+iglesia de ricos, y al contrario. Ellos no faltan á la verdad en ningún
+sitio; pero les falta la verdad del sitio, que es un modo de faltar á
+la verdad como si se mintiera.
+
+Los intelectuales oyeron sus verdades, y muy duras verdades. Algo puede
+decirse, y alguien lo dirá, en descargo suyo. Ahora, justo es también
+que los obreros oigan las suyas, y las mujeres, y la aristocracia, y
+que las palabras de verdad no sean perdidas; porque palabras nos vienen
+de todas partes, pero ¿de dónde vendrá el ejemplo? ¿Qué serían los
+Evangelios sin Pasión y sin Muerte? Oratoria, poesía... bellas palabras.
+
+ * * * * *
+
+El Manzanares es digno río de la capital de España. Como la vida
+española, no tiene término medio: ó no se le siente vivir, ó da fe de
+vida turbulenta. Los Gobiernos pueden aprender en los ríos el mejor
+modo de gobernar á los pueblos. Canalizar es la mejor política. En lo
+espiritual y en lo material, tan dañosa es la sequía, por infecunda,
+como la inundación, por destructora. La inundación siquiera, como las
+revoluciones, si destruye al pronto, tal vez fecundiza para más tarde.
+Pero ¡pobres tierras las que todo lo esperan de la inundación ó de las
+revoluciones! ¡Dichosas las que ven regar sus campos regularmente por
+encauzadas y tranquilas aguas!
+
+ * * * * *
+
+Me parece muy bien que algunos críticos, fervientes devotos de la
+amable bagatela, dediquen columnas de encomiástica prosa á la tiple de
+sus simpatías y al garrotín de sus aspiraciones. Pero no me parecería
+mal, porque no creyéramos tan pronto que el instinto del pudor había
+desaparecido aunque haya venido muy á menos, que á la representación de
+_La vida es sueño_, en el teatro Español, se le concediera un poco de
+atención entretanto.
+
+Se protesta, con la boca chica, contra la invasión de la ola verde y la
+ola que pasa de castaño oscuro, y de si aquí no se hace arte como se
+debe, y de si acá se debe porque se hizo arte; y, para una vez que se
+presenta ocasión de celebrar una noble tentativa artística, silencio ó
+discreción con sordina parecida al silencio.
+
+_La vida es sueño_, no representada en el teatro Español con frecuencia
+desde los tiempos de Rafael Calvo, ha sido ahora muy decorosamente
+presentada, revelando una cuidadosa dirección escénica. Ricardo Calvo
+es el mejor Segismundo que hemos visto, después del inolvidable Rafael
+Calvo, el actor de nuestra juventud y de nuestros entusiasmos. Los
+demás actores componen un excelente y armónico conjunto. La obra... no
+es para morirse de risa; pero puede oirse todavía. Algunas de antes
+de ayer están más viejas. En fin, que por mucho menos, pero muchísimo
+menos, hemos leído sartas de elogios que siempre quisiéramos ver más
+justificados que la parquedad de ellos en esta ocasión.
+
+ * * * * *
+
+Nos extrañaba que las calles de Madrid estuvieran tan sucias. Ahora
+nos extrañará verlas alguna vez medio limpias. Nos hemos enterado de
+que, para poner remedio á la suciedad, cuenta el Ayuntamiento con 80
+barrenderos... para todo Madrid. ¡Eso es lujo! ¡Vaya, que si no se
+puede comer sopas en esas calles!... ¿Para cuándo esa subvención á la
+capital? ¿Cuándo se convencerán los Gobiernos de que con calles limpias
+y carreteras bien cuidadas y bonitos paseos, estaríamos tan á gusto,
+aunque nos suprimieran las garantías constitucionales, que no son de
+uso tan constante y necesario?
+
+¡Estas calles de Madrid!... Créalo el Gobierno: hoy por hoy, es la
+única oposición seria con que cuenta. Una vez arregladas y limpias
+¡ríase el Sr. Canalejas de los quinquenios conservadores!
+
+
+
+
+XLI
+
+
+Cuenta Gracián en su _Criticón_--perdone _Azorín_ que me entre por sus
+dominios--que, cuando españoles, portugueses, ingleses y holandeses
+descubrían y se posesionaban de vastos territorios en el Nuevo Mundo,
+acudió Francia en queja al supremo tribunal de la justicia divina,
+lamentándose de haber sido olvidada en el reparto. Y el alto tribunal
+contestó á la querella: «¿Y qué necesidad tienes, ¡oh, Francia! de unas
+Indias? ¿No tienes ya bastantes Indias con España? Toda su riqueza y
+la de sus Indias viene, al fin, á ser tuya; que los españoles te la
+ofrecen gustosos, á cambio de tus baratijas.»
+
+Aparte de que Francia no se halla hoy tan desprovista de territorios
+coloniales, nuestra situación tributaria no ha cambiado mucho, y aun
+somos unas ricas Indias para nuestra buena vecina y no tan buena
+aliada. Hasta el premio «gordo» de Navidad aprendió el camino, y este
+año se pasó á los franceses. ¡Hay para armar otro Dos de Mayo! Tal vez
+más justificado que el otro, que, al fin, entre unos buenos millones
+y unos infantes simples no hay comparación posible. ¡De salud sirvan!
+_¡Bon profit, messieurs!_ Y á ver si alguna de nuestras Oteros de
+exportación es la alcaldesa de Mostóles de esos milloncejos, y algún
+_maquereau_ de casa, que también los exportamos excelentes, se encarga
+de reintegrarnos, en todo ó en parte, de ese renegado premio. Pero ya
+verán ustedes como lo único que nos llega, en compensación, es algún
+artículo de costumbres españolas poniéndonos de vuelta y media por la
+inmoralidad de nuestra lotería.
+
+ * * * * *
+
+Nadie más obligado que los tradicionalistas á celebrar las fiestas
+tradicionales, y así la minoría parlamentaria, representante de las
+viejas ideas, no ha querido que se suspendieran las sesiones de Cortes
+sin hacer la Pascua y sin dar su inocentada. La sesión permanente ha
+tenido de una cosa y de otra. Por fortuna, los señores diputados son
+gente de buen humor y se han divertido en la sesión nocturna más que
+un hortera en baile de máscaras. Chirigotas, cuchipanda, amiguitas
+en la tribuna; no han faltado más que las serpentinas. Y los de la
+obstrucción, ¡Jesús, qué graciosos! De público, muy bien: todo el
+de las últimas secciones de los _cines_. Con sesiones nocturnas
+tan divertidas se acababa con la inmoralidad de esos espectáculos,
+corruptores de la ancianidad y que tantas falsas alarmas pueden
+producir en algunos apacibles tálamos. Los de fuera, que en este caso
+es el público que paga, pensando, aunque la ley del «candado» sea muy
+conveniente, que tal vez no fuera malo una ampliación aplicable á
+ciertas agrupaciones y á algunos oradores.
+
+ * * * * *
+
+A propósito de inmoralidad y de candados. Distinguidas señoras
+pretenden que los Poderes públicos intervengan en la moralización
+del teatro. ¡Ay, señoras mías! Y ¿quién tiene la culpa de eso que
+ustedes llaman licencia y escándalo? Pues la educación que dan ustedes
+á sus hijos. ¡Cómo!--exclamarán ustedes, indignadas.--¡Una educación
+cristiana, en colegio de Padres religiosos! ¿A eso llama usted mala
+educación? ¿Esa puede ser la causa de que una señora decente no pueda
+siquiera leer los anuncios de la sección de espectáculos? Sí, señoras
+mías, nobles y honestas damas: la Iglesia, que en otro tiempo tuvo
+manga muy ancha con el Arte y era maestra y depositaria de buena
+literatura, hoy más que nunca, asustadiza de la funesta manía de
+pensar, no educa el gusto ni el sentimiento artístico de los jóvenes
+encomendados á sus enseñanzas; anatematiza todo arte, toda literatura
+que no sea de propaganda en favor de sus ideas, cada vez menos amplias,
+más intransigentes. En sus clases de literatura se habla más del Padre
+Coloma que de Cervantes; no se inspira afición y respeto, sino horror
+y desconfianza á los nombres más ilustres y gloriosos. Mientras la
+sujeción y la tutela de los maestros dura... menos mal: no leen á
+Pérez Galdós; pero tampoco van á recrearse con una de esas empecatadas
+obrillas de título equívoco y de inequívoco mal gusto. Pero al verse
+libres, ¿qué tendrá mayor atracción para ellos? ¿Una obra de verdadero
+arte, que no sabrán apreciar porque no les educaron el gusto para ello,
+ó el espectáculo grosero, el de los chistes á su alcance, del que nadie
+les apartó con energía porque una blanda absolución les tranquilizó
+antes por este pecadillo que por la lectura de una obra enemiga?
+¿Qué importa que la carne se turbe si no se turba el pensamiento? Lo
+que los buenos Padres quieren son almas y pensamientos... lo demás
+¿qué importa? Lo demás se lava y se plancha y queda como nuevo para
+un matrimonio ventajoso, para un alto cargo y, sobre todo, para un
+ejemplar testamento con especiales mandas y legados piadosos.
+
+Hay una juventud incapaz de sentir emociones de arte, porque no la
+educaron en el sentimiento de sus delicadezas. No os quejéis á los
+Poderes públicos, señoras mías: tenéis los hijos que os merecéis,
+y vuestros hijos tienen los espectáculos que se merecen. El Arte en
+general, el teatro en particular, no son causa de nada; son el efecto
+natural de muchas causas.
+
+¡Ah! El año pasado tuve, con el concurso de otros autores, el costoso
+capricho de iniciar un teatro para niños. No solicitamos licencia del
+ordinario, ni pedimos el visto bueno de ninguna cofradía, porque no hay
+conciencia, por enlodada que estuviera al roce de las miserias humanas,
+que no sepa por sí misma, bien claramente, el respeto que se debe al
+alma de un niño. Acudieron madres y niños de la clase media y de las
+clases populares... A la sociedad elegante no tuve el gusto de verla
+por allí. Sus automóviles y sus coches lujosos estaban á la puerta de
+otros teatros de garrotín y desvergüenza. Se comprende que acudan á que
+la autoridad les moralice el teatro los que no saben contenerse en su
+curiosidad por las inmoralidades.
+
+
+
+
+XLII
+
+
+Si por bohemia se entiende independencia de nuestro espíritu, amplitud
+de nuestra vida, nunca subordinada á un solo medio social; personalidad
+tan enérgica que pueda comprender mil distintas personalidades, sin
+que nuestra propia personalidad se pierda hasta desaparecer entre
+todas ellas; simpatía por cuanto existe, sin resignación á que todo
+siga existiendo lo mismo, si la bohemia es lucha y rebeldía y fuerza
+y vida... cierto es su encanto. Pero si la bohemia es sólo necesidad
+hecha vicio, que nunca de la necesidad se pudo hacer virtud; si es
+limitación de nuestra vida á un solo medio miserable, desordenadamente
+ordenado en la monotonía de vagar por los mismos lugares, entre las
+mismas gentes; si es flojedad y desmayo y sumisión y abdicaciones y
+miseria, en fin, espiritual y física, no habrá quien nos persuada de
+sus encantos, ni en prosa, ni en verso, ni con música.
+
+Si la realidad es pobreza y fealdad, no es de alma artista someterse
+á ella. Los artistas están obligados á la lucha, á influir sobre la
+realidad hasta transformarla, infundiendo en ella el espíritu de sus
+ideales. Deber es del artista conquistar la riqueza. La vida sólo
+será lo que debe ser cuando la riqueza sea de los poetas. La poesía
+será entonces acción y vida y entonará sus estrofas en ciudades de
+arte, limpias, sanas, alegres, risueñas; en jardines de encanto, en
+monumentos de gloria, con bellas criaturas de selección espiritual y
+física. No despreciéis la riqueza ¡oh, artistas!, que harto tiempo ha
+sido de los bárbaros, muy satisfechos con que vosotros ponderéis los
+encantos de la bohemia mientras ellos gozan de todo, sin compartir sus
+goces más que con unos cuantos artistas domesticados, que se complacen
+en enseñar á sus amigos para darse tono de protectores del Arte. Y
+mientras vosotros no tengáis palacios, ni deis fiestas en ellos, ¿cómo
+vais á convencer á nadie de que no son ellos los que no quieren
+recibiros á vosotros, sino vosotros los que no os dignáis recibirlos á
+ellos?
+
+ * * * * *
+
+No recuerdo si lo soñé ó me lo contaron. Fué un escritor, muy discutido
+en sus comienzos, que, por lo mismo, tuvo muchos admiradores: unos,
+jóvenes animosos como él; otros... esos que hallan en lo infructuoso
+de una labor combatida el mejor pretexto para no hacer ellos nada;
+otros, los muchos fracasados, que pretenden justificar con el fracaso
+de una obra ajena el fracaso de toda su obra. Todos estos admiradores
+admiraban más al escritor cuanto más combatido era. Cuando, por
+su trabajo y su constancia, llegó á tener verdadero público, los
+admiradores se desilusionaron: ¡Cómo! ¿Es posible? ¿Le gusta al
+público? ¡Qué indignidad! Es que ha caído en la bajeza de hacerle
+concesiones; ya no es el mismo. Y los admiradores le increparon por
+haberles hecho traición. Si era para todos, ya no podían ellos presumir
+de superiores al admirarlo. Ya no tuvo admiradores fieles más que
+en sus fracasos; cuando no hacía concesiones al público. Si alguna
+vez, por descanso ó por capricho ó por necesidad, escribía una obra,
+sin más pretensiones que la de ganar algún dinero, aunque en ella no
+ofendiera gravemente su sentimiento del arte, los fieles admiradores
+no podían consentirlo y eran los primeros en protestar iracundos: ¡Qué
+indignidad! ¡Viene á buscar dinero! Y ellos, con sus protestas, eran
+los primeros en impedir que tan natural propósito, y por tan inocente
+medio, se lograra. Así, tuvo que resignarse á no tener dinero en su
+vida, para satisfacción de sus admiradores. ¿Buscarlo por otros medios?
+Menos aún; sus admiradores no lo consentirían: su deber era hacer
+Arte, Arte puro... Cuando murió... los admiradores acordaron costearle
+un monumento; se reunió poco dinero, y los admiradores acordaron que
+aquello era una indignidad. Para hacer mal las cosas, más valía no
+hacerlas. El monumento había de ser magnífico, ó no sería... Y no fué,
+en efecto. Los admiradores velaban fielmente su gloria póstuma como la
+velaron en vida.
+
+No sé si lo soñé ó me lo contaron; pero siempre que recibo alguna carta
+firmada por «Un admirador», me echo á temblar recordando la historia de
+aquella víctima de sus admiradores. Todas las cartas así firmadas son
+de alguien que pretende administrarnos la hacienda, la moral, el buen
+humor, lo que ellos llaman nuestros prestigios, nuestra vida pública
+y nuestra vida privada... No ¡por Dios!, señores; yo no quiero ser
+admirado á todas horas ni en todos los actos de mi vida; que descanse
+vuestra admiración y que me deje descansar. No me escriban ustedes
+cartas; porque desde ahora no leeré ninguna que traiga por firma el
+consabido «Un admirador» como no incluya un billete de 1.000 pesetas;
+única prueba de verdadera admiración que me ofrece alguna garantía y
+justa compensación del dinero que me habrán ustedes impedido ganar por
+admirarme demasiado.
+
+ * * * * *
+
+Cuando creemos haber hecho todo lo posible por remediar las mayores
+miserias, siempre nos queda el desconsuelo de no haber remediado una:
+la ingratitud. Los bienhechores deben contar con ella y compadecer
+doblemente al ingrato. ¡Qué horrible debe ser la pobreza, cuando así
+llega á entumecer el corazón!
+
+
+
+
+XLIII
+
+
+La regia munificencia ha dado una oportuna lección á la Real Academia
+Española. Arbitro, administradora y dispensadora de premios, padece la
+ilustre Corporación, como vieja tacaña, la manía de hacer comiditas
+con las cantidades confiadas por gentes respetuosas de los prestigios
+oficiales, á los buenos oficios y mejor voluntad, de la sabia y la
+docta del esplendor, el brillo y la fijeza.
+
+¡Dos mil pesetas para un solo escritor!--habrá pensado la vieja
+rica.--¿Para qué necesita tanto dinero un hombre solo? Y ¡literato y
+poeta! Para que se acostumbre mal ó lo eche en vicios, como adquisición
+de libros, viajes ó cualquier otra perturbación de la inteligencia.
+Nada, nada; con 1.000 pesetitas á cada uno, podemos hacer á dos
+felices. Y mucho es que no han repartido la cantidad en bonos de
+á peseta para dar un día feliz á toda la bohemia literaria. Bien
+está que, entre los académicos, haya quien disfrute, por diferentes
+conceptos y prebendas, pingües beneficios, sin pensar en repartir de
+ellos; pero esos otros escritores de la calle... ¿para qué quieren
+el dinero? El dinero embota el entendimiento; lo saben bien muchos
+académicos. La necesidad sirve de espuela al ingenio; el dinero, tal
+vez sólo de albarda.
+
+Recuerda _Parmeno_ en el _Heraldo_ que los académicos están encargados
+también de conceder algunos premios á las mejores obras dramáticas
+escritas ó publicadas cada año, y que este premio no se ha concedido
+desde muy larga fecha. ¿Por qué? La suspicacia de _Parmeno_ señala los
+motivos probables. Fuera ridículo no recoger la alusión á mi persona,
+por la modestia de no aceptar un adjetivo laudatorio. Pero yo creo
+que _Parmeno_ está equivocado. Para optar á esos premios es condición
+precisa que el autor, por sí mismo ó por otra persona, la presente y
+someta al juicio de la Academia. Ni por mí, ni por persona autorizada
+por mí, he presentado yo nunca una obra mía á ese concurso. Primero,
+porque no tuve nunca la presunción de que una obra mía fuera la mejor
+de las representadas en temporada alguna. Después, porque al día
+siguiente de obtener el premio, la obra valdría lo mismo. Ya sabemos
+que los premios oficiales, con muy buen acuerdo, han de atender sobre
+todo á la ortodoxia de la obra. Esos premios han de ser siempre para
+los poetas--como dijo Heine,--que no tienen de poetas más que el ser
+virtuosos. Claro es que se puede ser virtuoso y ser buen poeta; pero
+también se puede lo contrario; porque yo creo que la virtud del poeta
+es... ser poeta. De otro modo, borraríamos de la lista á Cervantes,
+á Lope, á Shakespeare, á Byron, á Shelley--dejo á otros, y no de los
+peores,--todos gente poco disciplinada en su vida y en sus opiniones,
+difíciles de encasillar en partidos políticos, que pueden hacer gloria
+de su fama.
+
+El artista que campa por sus respetos no espera nunca protección
+oficial. Con ese no pueden atarse dos cuartos de cominos--piensa el
+dispensador de mercedes.--Los cintajos y las distinciones son para el
+sometido. ¿Fulano?--dicen.--Sí, gran talento. ¡Si sentara la cabeza!
+Fulano tal vez sienta la cabeza, y aquel día quizás deja de tener
+talento, que el talento no es para sentado.
+
+Cuenta Plutarco, de no sé qué general griego ó romano, quien, viendo
+combatir con furioso denuedo á uno de sus soldados, acercósele al
+terminar de la batalla y, admirado de su valor, quiso informarse
+de quién era. Supo entonces que aquel valiente era el hombre más
+desgraciado del mundo, por carecer de todo, y, que tan desesperada era
+su vida, que sólo buscaba la muerte. Concedióle el general riqueza y
+galardones, dióle mando y honores; y en otra batalla, á pocos días,
+vió cómo, en cobarde fuga, arrojaba las armas y corría á esconderse
+en lugar seguro. Acudió el general á reprenderle por su cobardía, y
+él entonces: ¿Qué te admira?--le dijo.--Ayer estaba desesperado; nada
+tenía que perder, nada me importaba la vida... Hoy soy feliz, soy
+rico... La muerte me asusta.
+
+Y es que todo combatiente, soldado ó poeta, bien está sin premio. El
+valor y la inteligencia han de ser indomables, y las golosinas son
+grandes domesticadoras.
+
+ * * * * *
+
+A despecho de los verdaderos aficionados á la buena música, el
+intérprete se sobrepondrá siempre á la obra, y S. M. el Divo se alzará
+sobre Wagner en alas de Pussini. Mejor dicho, Puccini se alzará sobre
+Wagner en alas del divo. Ni estos falsos dioses tendrán nunca su
+ocaso, mientras vayan unidos, ni el Ocaso hallará nunca sus dioses
+mientras divas y divos prefieran la gloria personal á la pura gloria de
+someterse á no brillar como astros teatrales.
+
+¿Por qué esa afición de los grandes actores y de los grandes cantantes
+á las malas comedias y á las malas óperas? ¿Es que su vanidad queda más
+satisfecha no consintiendo que la obra se sobreponga al intérprete?
+¿No será posible hallar un gran artista que se resigne á interpretar
+verdadero arte? Mientras Wagner padece su ocaso, el tenor Anselmi
+impone á la admiración la _Tosca_ y _Romeo y Julieta_. Las abonadas
+sueñan con Mario Cavaradossi, con Romeo, con Des Grieux. Algunas sueñan
+con que Anselmi cante el dúo de los besos de _El conde de Luxemburgo_.
+Pueden pedirle que lo cante en la noche de su beneficio. El beneficio
+del tenor, naturalmente.
+
+ * * * * *
+
+Una historieta que refiere un periódico francés. Un padre acaudalado
+satisfacía con esplendidez todos los gastos de su primogénito; pero
+sorprendíale que, sobre la cantidad entregada mensualmente, el mozo le
+pidiera siempre un importante suplemento.
+
+--¿No lo tienes todo pagado? ¿Qué significa esto?
+
+--Esto significa, papá, que hay gastos... gastos, en fin, cuya
+justificación no debo detallarte, aunque tú debes comprenderla.
+
+--Sí, lo comprendo; pero mira, para saber á qué atenerme, me pides lo
+que necesitas y, para justificarlo, me dices: «Gastos de caza, tanto»,
+y no hay más que hablar.
+
+--Convenido.
+
+La partida quedó desde luego asentada en esta forma mensualmente. El
+respeto quedaba á salvo.
+
+Con gran sorpresa observó el padre que la partida dejó de figurar en
+cuenta durante dos ó tres meses.
+
+--Vaya--pensó.--¿Dónde cazará ahora mi hijo, que no me cuesta nada?
+
+Pero cuál no sería su desencanto al leer, al cabo de cierto tiempo,
+esta nota de gastos suplementarios: «Al armero, 2.000 pesetas».
+
+
+
+
+XLIV
+
+
+Un niño, por travesura ó por desgracia, cae en la fuente de una
+plaza pública y muere ahogado, bajo muy poca agua, en presencia de
+numerosos curiosos y de dos agentes de la autoridad, representación,
+no por modesta menos respetable, del Estado tutelar y protector. Sobre
+los dos infelices guardas han caído todo el rigor de los superiores
+y todas las recriminaciones de la opinión. El señor presidente
+del Consejo dijo muy bien que no debieran ser sólo los guardias
+los castigados. Pero aunque para el Código penal sean delitos las
+omisiones tanto como las acciones, ¿qué medio hay en la ley para
+hacer efectiva la responsabilidad de una multitud indiferente? Y si
+miramos á nuestra conciencia, ¿no hallaremos en la impune omisión de
+los curiosos, lo mismo que en la punible de los guardias, síntomas
+de un estado de conciencia social del que todos participamos? ¡Era
+tan poca el agua! El niño, sin duda, podría levantarse y salir por
+sí solo. Tal vez si alguien se hubiera precipitado á socorrerle los
+curiosos se hubieran reído al verle chapotear en el agua; el regocijo
+hubiera subido de punto si era uno de los guardias. ¡Qué escena de
+película cinematográfica! ¡Estamos tan hechos á reímos de los agentes
+de la autoridad en sainetes y revistas llenas de gracia! Como el
+salvamento se hubiera logrado á poca costa, ¡cuánto nos hubiéramos
+burlado del salvador, si hubiera pretendido hacer valer su pobre
+hazaña! ¡Salvamento de náufragos en el pilón de una fuente! Chistes,
+caricaturas, ingenio... Las tragedias son así: necesitan un final
+trágico para que parezcan tragedias. Cuando se empieza á morir, hay
+que morirse; de otro modo, ¿quién cree que era tanto el peligro? No
+culpemos demasiado á los espectadores y á los guardias, más temerosos
+del ridículo que de un remojón insignificante, ¡Los pantalones de
+la autoridad enfangados! ¡El uniforme prestigioso chorreando! ¿No
+tendremos todos en nuestra vida alguna culpable omisión de que
+acusarnos? ¿No habremos dejado también que alguna criatura, tal vez
+indiferente, tal vez querida, se haya ahogado ante nosotros, en muy
+poca agua, sin que nuestra mano se tendiera protectora, sin que
+diéramos el paso que corre á sostener, sin que de nuestros labios
+saliera la palabra precisa de compasión ó de esperanza? Agua ó llanto
+¡parecían tan poco! Cuando el agua ó el llanto ahogaron, ya era tarde.
+El heroísmo pide grandes empresas: mares embravecidos, batallas,
+dolores trágicos. Ante el peligro de la fuente, ¿no es ridículo el
+gesto heroico? ¡El agua era tan poca! ¡Las fuerzas del niño eran menos!
+¿Cuántas almas de niño no habremos dejado así ahogar, en muy poca agua,
+por no afrontar el heroísmo del ridículo? ¡Si diéramos siempre el paso
+que debemos dar! ¡Si dijéramos siempre la palabra que debemos decir!
+
+ * * * * *
+
+La Academia de la Poesía se dispone á festejar el centenario de
+Cervantes, sin olvidar el de Shakespeare; pues tampoco los ingleses,
+según noticias, se olvidarán de nuestro manco, que no lo era para poder
+muy bien andar de mano con su contemporáneo glorioso. Aquí no puede
+decirse que baza mayor quita menor, y nunca estuvo tan en su punto lo
+de «región de los iguales».
+
+Si atendemos al calendario parecerá que se toma con tiempo y que, del
+1911 al 16, hay días sobrados. Pero el tiempo español, entre lo perdido
+y lo matado, y lo que se echa á perder y á morir, entre discusiones y
+discurseos, pasa sin enterarnos. La Academia cuenta con el apoyo de
+los Gobiernos. Digo de los Gobiernos, porque de aquí al 1916--perdone
+el Sr. Canalejas la desconfianza, que no es por él precisamente--¡sabe
+Dios cuántos Gobiernos se habrán sucedido! Es de esperar, no obstante,
+que todos se muestren por igual bien dispuestos á celebrar con todo
+esplendor y esplendidez tan señalada fecha. No es cosa de que se haga
+cuestión política, ni de que unos pretendan ensalzar á Cervantes por
+reaccionario y otros por liberal, y unos miren á Shakespeare como
+católico romano y otros le consideren como protestante. Nos gobiernen
+para entonces el Sr. Maura ó el Sr. Canalejas, creemos que, honras
+fúnebres más ó menos, con sermón del Padre Calpena ó del obispo de Sión
+ó del Padre Maestre ó del doctor Zacarías, lo demás todo será como
+esté proyectado, sin que haya un Sr. Rodríguez Sampedro que procure
+escatimar gasto alguno.
+
+Desde luego ha de procurarse que el festejo sea de todos y para todos.
+Bien están los actos académicos, las ceremonias oficiales; pero sol,
+aire y plaza pública, sobre todo. Cabalgatas espléndidas, en que tomen
+parte nobleza, Ejército, artistas, sin temor al pícaro ridículo del
+disfraz ni de la exhibición. Representaciones callejeras de algunos
+entremeses de Cervantes, representación entre las frondas de la
+Moncloa ó de Aranjuez de alguna comedia de Shakespeare: _El sueño de
+una noche de verano_ ó _Como gustéis_. ¡Tanto puede hacerse con buen
+gusto y con arte! Debe pensarse que, cuanto mejor sea todo ello, será
+más productivo. En estas cosas la tacañería es lo más ruinoso. ¡A
+fantasear, poetas! Y sea la primera fantasía ver cómo se saca el dinero
+á los que lo tienen. No os detengáis ante ningún ditirambo adulador.
+Cervantes y Shakespeare eran los que eran y, ¡ay!, también adularon á
+los poderosos.
+
+
+
+
+XLV
+
+
+Los primeros pantalones femeninos, en su aspecto callejero y visible,
+han tenido un ruidoso fracaso; pero los modistos y modistas franceses,
+como si obedecieran á un alto mandato de la Divinidad, insisten en
+que nada podrá oponerse al triunfo definitivo de los calzones. Peores
+principios tuvieron otras modas, al fin universalmente aceptadas.
+Los primeros miriñaques, los primeros sombreros de copa, no lograron
+mejor éxito en sus comienzos. No podrá decirse que esta moda es señal
+de los tiempos modernos, ni uso impuesto por la vida en los pueblos
+civilizados; pues más que un avance hacia lo porvenir, trae á nuestra
+imaginación el recuerdo de Turquía y de Marruecos, y, ya más cerca
+de nosotros, la evocación teatral de _La conquista de Madrid_ y
+_El tributo de las cien doncellas_, memorias de los buenos tiempos
+zarzueleros, que no son ¡ay! para rejuvenecer á nadie.
+
+Todo será que la vista se acostumbre. La caricatura y el teatro,
+pretendiendo ridiculizar la nueva moda, serán sus mejores
+propagandistas. Después las pastorales de algunos obispos y las
+predicaciones anatematizadoras, acabarán por decidir el éxito. En
+cuanto las mujeres crean que la moda es invención del demonio, no
+dudarán en aceptarla, seguras de que el demonio es muy inteligente en
+tentaciones.
+
+En realidad, la moda nada tiene de impúdica. El aire y la lluvia
+pierden su imperio sobre ella; acabaron los graciosos efectos de falda
+recogida. Es una moda que, por su nombre, pantalones, promete más
+que cumple. Es más; que ha de dejar muchas promesas incumplidas, por
+dificultades de tiempo y de ocasión. A no ser, por lo que tiene de
+ley la moda, que pueda también decirse de ella: «Hecha la ley, hecha
+la trampa». Pero, hasta ahora, la trampa no parece por ninguna parte.
+Los modelos lucidos hasta hoy son de tanta seguridad como una caja
+de caudales. Quizás sea ésta la más clara señal de su modernidad. O
+acaso estén próximos los días, pronosticados por San Pablo, en que
+los hombres se subirán á los árboles por huir de las mujeres; y si
+ellas dan en trepar para perseguirlos, claro está que el pantalón es
+necesario.
+
+Los sastres también pretenden, por su parte, dar algún golpe de
+efecto en la indumentaria masculina. Unos vuelven los ojos al año 30,
+otros reniegan de toda tradición y abren concursos entre dibujantes
+para hallar algo nuevo. Pero lo nuevo no parece; es casi seguro que
+volveremos á las modas del año 30; por lo menos, en los trajes de
+sociedad. Para los trajines de la vida diaria, el automóvil, la caza,
+el aeroplano, impondrán la moda con sus necesidades. Seremos de un
+siglo por el día y de otro por la noche. ¿No es así toda la vida
+moderna? ¿En quién de nosotros no vive, no piensa, no se agita la vida
+de cien generaciones futuras, que nos dice sin cesar: «¡Adelante,
+adelante!»? ¿Sobre quién no pesa la muerte de otras tantas generaciones
+pasadas, que nos dicen: «¿Por qué luchar, por qué inquietarse?» Por
+fortuna, la acción contradice á cada paso á nuestro pensamiento y
+nuestro pensamiento es constante contradicción de nuestras acciones.
+
+ * * * * *
+
+El doctor Decref ha informado, con gran conocimiento de causa, en
+la Sociedad de Higiene, sobre la higiene en el teatro. Si grandes
+deficiencias puede advertirse en los teatros mejor acondicionados, en
+la parte destinada al público, que, al fin, es el que paga y puede
+gritar, aunque no grite lo que debiera, ¿qué no será en la parte
+destinada á los artistas y dependencias, que nada pagan y si gritaran
+no cobrarían? De éstos principalmente se ha cuidado el doctor Decref en
+su información, y bien pueden estarle agradecidos los interesados.
+
+Ahora que, si la intención es buena, nunca la mala práctica puede
+oponerse con mayor razón á la generosa teoría. Los teatros por dentro
+son lugares en que toda infección debe tener su natural microbio; pero
+sin duda los que, por necesidad ó por gusto, pasamos lo mejor de
+nuestra vida en ellos, hemos logrado, por el mismo procedimiento, la
+inmunidad que logró Mitridates contra los venenos.
+
+Casos de longevidad extraordinaria, muy frecuentes entre los actores
+dramáticos, son un verdadero escarnio contra todos los preceptos
+higiénicos. Y en cuanto á conservación y buen parecer, ¿en qué
+otra profesión puede llegarse á nada parecido? No ya entre mujeres
+del pueblo, envejecidas á los treinta años, aun entre damas de la
+aristocracia, muy cuidadas y muy bien prendidas, no se observa lo que
+es natural y corriente entre las actrices: una apariencia de juventud
+que llega á confundirse con la juventud misma. Hay actrices que le
+hacen á uno dudar de su fe de bautismo. Y ¡cómo se complacen y se
+recrean en humillarnos, con su invencible naturaleza y un poco de
+colorete por cómplices! Cuantos más años vienen sobre ellas, más los
+desafían invulnerables. Con un vestido blanco de lo más vaporoso y una
+pamelita de paja ornada de capullos de rosa, triscando por la escena,
+con la boquita fruncida y los ojos entornados, ¡cómo saben conmovernos
+llorando sus amores contrariados! ¡Papá! ¡Mamá! ¡Primito! ¡Tiíta!
+
+¿Y los galanes? ¿No es también admirable su estado de conservación?
+
+Sólo en el teatro y en la política se es joven á los cincuenta años.
+Lo que prueba que nada significa el aire que se respira y el ambiente
+en que se vive. Acaso unos teatros muy higienizados y una atmósfera
+política muy purificada no permitieran esas perpetuas juventudes que
+son gala de tantos escenarios y de tantos Gobiernos.
+
+
+FIN
+
+
+
+
+
+End of the Project Gutenberg EBook of De Sobremesa; crónicas, Tercera Parte
+(de 5), by Jacinto Benavente
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-The Project Gutenberg EBook of De Sobremesa; crnicas, Tercera Parte (de 5), by
-Jacinto Benavente
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-
-Title: De Sobremesa; crnicas, Tercera Parte (de 5)
-
-Author: Jacinto Benavente
-
-Release Date: March 18, 2018 [EBook #56770]
-
-Language: Spanish
-
-Character set encoding: ISO-8859-1
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-*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK DE SOBREMESA; TERCERA PARTE ***
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-Produced by Josep Cols Canals, Carlos Coln, the University
-of Toronto and the Online Distributed Proofreading Team
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-generously made available by The Internet Archive/Canadian
-Libraries)
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- Nota del Transcriptor:
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- Se ha respetado la ortografa y la acentuacin del original.
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- Errores obvios de imprenta han sido corregidos.
-
- Pginas en blanco han sido eliminadas.
-
- Letras itlicas son denotadas con _lneas_.
-
- Las versalitas (letras maysculas de tamao igual a las minsculas)
- han sido sustituidas por letras maysculas de tamao normal.
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- De sobremesa
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- CRNICAS
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- Tercera Serie
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- Jacinto Benavente
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- De sobremesa
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- CRNICAS
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- TERCERA SERIE
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- MADRID
- PERLADO, PEZ Y COMPAA
- SUCESORES DE HERNANDO
- Arenal, 11 y Quintana, 31 y 33
- 1912
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- ES PROPIEDAD.--DERECHOS RESERVADOS
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- Artes Grficas MATEU.--Paseo del Prado, 30.--Madrid.
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-[Ilustracin]
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-
-De sobremesa
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-I
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-Si la propaganda cunde, pueden regocijarse los padres, los maridos y
-todos los paganos de lujos femeninos, cualquiera que sea su grado de
-aproximacin masculina. Las damas de los Estados Unidos patrocinan,
-protegen y alientan una huelga de modistas. Tendra que ver, ya
-lo creo!, que un exceso de civilizacin volviera las refinadas
-norteamericanas al primitivo atavo de la hoja de parra, y que, por
-evitar la desnudez de las obreras, llegasen sus distinguidas clientes
- la suya propia. No poda perdirse mayor altrusmo. Pero si contra
-toda moda, con procurar siempre el mejor parecer de la mayora, hay
-siempre resistencias y rebeldas por parte de las no agraciadas con
-ella, figrense ustedes si vestidura tan difcil para las feas y las
-mal formadas, como el natural fsico, no ha de encontrar protestas!
-
-De temer es que la huelga, alentada en pblico por las damas, sea
-contrarrestada en privado por ellas mismas, como aquella famosa huelga
-de _Lysistrata_, tan graciosamente dramatizada por Aristfanes. Es
-tambin un peligro que esta huelga modistil traiga otras muchas
-huelgas de mayor transcendencia. Huelga de seoras: porque en qu
-han de ocuparse muchas de ellas si no se ocupan en andar de modista
-en modista y de tienda en tienda, eligiendo, revolviendo y comprando
-trapos y moos? Huelga de maridos y de amantes: porque parecern lo
-mismo muchas mujeres sin los encantos artificiales de la _toilette_?
-Huelga de autores dramticos: porque si las actrices dan en vestir con
-sencillez, qu defensa tendrn muchas comedias? Sabido es que cuando
-en el teatro se llega la desnudez, sobra toda literatura, con un
-poco de baile basta. Cuando hay mucho que ver, el odo no est para
-nada y el entendimiento mucho menos. Huelga general, en fin, con cierre
-y quiebra de balnearios, hoteles, playas la moda, teatros, iglesias,
-etc., etc.: porque si las seoras no podan lucir trajes en todos estos
-sitios, sostenidos por ellas, para qu haban de asistir ninguno de
-ellos?
-
-Vase cmo una sencilla huelga de modistas, que en su origen puede
-parecer cosa de broma, podra ser el principio de una revolucin social.
-
- * * * * *
-
-El comienzo de ao nos llena siempre de melancola. Un ao ms? Un
-ao menos? Depende del estado de nimo. De cualquier modo, es otro ao;
-y lo que nos entristece es que, con ser otro, ser lo mismo. Los das
-nacen unos de otros, y el nuevo da no amanece nunca. Los que no se
-resignan vivir sin esperanza la ponen ms all del sol, ms all de
-la vida. Su ao nuevo, no es vida nueva; es otra vida.
-
-No pensemos en qu nos traers, ao nuevo; ya nos contentaremos con
-que no te lleves algo!
-
-El ao pasado nos trajo algunas glorias, bien pagadas con muchas
-inquietudes y tristezas! Se despidi con inundaciones, lo mismo que el
-partido conservador. Bien puede ser generosidad, para que luzca ms el
-sol del ao nuevo. Hay calamidades fertilizadoras.
-
- * * * * *
-
-Los autores noveles protestan contra la precipitacin, reserva y
-sorpresa con que se ha declarado cerrado el concurso de sainetes
-para el teatro Espaol. Prueba de ello es el escaso nmero de obras
-presentadas, cuando en cualquier otro concurso, anunciado con la
-necesaria publicidad, se cuentan por millares. Dganmelo m, que
-llegu leerme, en algunos de ellos, noventa y cuatro comedias!
-
-Lo mejor que puede hacerse es ampliar el plazo y no dar ocasin, de
-ningn modo, que nadie pueda sospechar que hubo mala fe en lo que
-slo pudo haber ligereza. Considrese que estos concursos, con todas
-sus deficiencias, son la esperanza de muchos autores inditos y la
-mayor probabilidad de verse atendidos y juzgados imparcialmente. Si
-la atencin y la justicia de los que han de juzgar se bambolean se
-tuercen en ocasiones, culpa es de los propios concursantes, que suelen
-mover una de recomendaciones, influencias y hasta intriguillas las
-que slo con gran energa, y riesgo de enemistarse con muchos, puede
-uno sustraerse. Esto de la recomendacin para todo es achaque muy
-nacional. El donoso escritor que en peligro de muerte, al ir uno de sus
-allegados pedir los ltimos Sacramentos, le recomendaba: Di que son
-para m; que los traigan buenos, satirizaba esta arraigada costumbre
-espaola de creer que la recomendacin alcanza para todo, hasta en lo
-divino. No es este el pas en que ms se reza y se pide una multitud
-de vrgenes, santos, abogados y abogadas celestiales, que Dios, uno
-y trino; en que se cree necesario pedir por favor lo que es ms de
-justicia; en que hasta para comprar en una tienda, por su dinero, se
-cree uno en el caso de decir: Vengo aqu recomendado por don Fulano,
-que le compra usted mucho; en que hasta para morirse le confortan
- uno con lo que se llama recomendacin del alma?... Y no digamos,
-despus de muertos, la de recomendaciones que son precisas para que le
-entierren uno en buen sitio y lo ms arreglado posible.
-
-Por todo esto, yo me permito recomendar que se atienda la justa queja
-de los autores. En cambio, me comprometo no recomendar ninguno en
-particular.
-
-
-
-
-II
-
-
-Parece ser que ahora va de veras: Madrid ser agrandado y...
-embellecido? Como en las casas cursis, tendremos sala y gabinete
-decentemente amueblados, y lo dems qu importa? Lo dems es para
-vivir. Gran tocado y chico recado. Si la nueva Gran Va y cuanto se
-mejore y ensanche ha de verse tan mal barrido, tan mal pavimentado, tan
-puerco como lo que ahora tenemos, ms valiera dejarlo todo como est.
-Pasan ustedes alguna vez por la calle del Barquillo? Y por la de...?
-Para qu enumerar? Andan ustedes por esas calles? En las aceras no
-hay losa en su sitio; el arroyo lo es de polvo y papeles y todo gnero
-de suciedades; ir en coche es ir botando como pelota; ir pie es ir
-votando como ciudadano. El sistema de barrer las calles es para optar
-un premio en cualquier Exposicin de higiene. Y qu admirable orden
-en la circulacin! Carromatos con siete mulas de reata interceptan el
-trnsito cada paso. Pobres traficantes, no es cosa de molestarles
-con ordenanzas que fijen horas propsito para sus acarreos! La
-molestia libre en el Estado libre.
-
-Bien est que aplaudamos todas las grandes iniciativas del alcalde y
-del Municipio, pero entretanto tuvieran algunas pequeas iniciativas...
-Verdad es que la mayor parte de la gente vive tan gusto. Las malas
-casas les han acostumbrado las malas calles. Digo! Si las calles
-fueran agradables... Como son, hay quien se pasa la vida trotando por
-ellas, slo por no estar en su casa.
-
- * * * * *
-
-No puede creerse en la indignacin de Rostand al ver destripado su
-gallo por las indiscreciones del _Secolo_, cuando, por indiscreciones
-parciales, muchos sabamos ya el argumento y aun los chistes y
-cantables que tiene la obra. Aparte de esto, poco tiene que perder una
-obra que todo lo ha perdido con la publicacin de su asunto. Pobre de
-nuestro _Don Juan Tenorio_ entonces! Quin ira verlo, si la novedad
-de su trama fuera su nico atractivo? En el mismo Pars, tan novelero
-en apariencia, sostienen mejor su cartel muchas obras clsicas de
-Corneille, Racine y Molire, que algunas flamantes comedias, ms viejas
-al nacer que las otras antiguas. _Chantecler_ ha logrado ya categora
-de obra clsica, en que el asunto es lo de menos. Muchos que ahora
-asistirn al estreno, tal vez como crticos, no haban nacido cuando
-empez hablarse de _Chantecler_.
-
-De las actrices y actores que estrenaron anteriores obras de Rostand,
-slo por Sarah inmortal, no han pasado los aos. Hagan las Musas que
-tan esperada obra interese por tanto tiempo la posteridad, como
-la anterioridad ha interesado! Despus de todo, la gloria anticipada
-es la ms segura, y la cera que va delante es la que alumbra. Y en
-este particular de la luz, parece ser que para el gallo de Rostand
-amaneci hace mucho tiempo. Tal vez ya no quedaba ms resquicio por
-donde percibirla que esas indemnizaciones exigidas los peridicos
-indiscretos. De este modo s que el gallo no puede ser nunca un albur.
-Todo va copado. Que al estrenarse no le cambien una letra! Pobre
-gallo entonces!
-
- * * * * *
-
-No hay nada ms peligroso que un incensario en manos indiscretas.
-Representacin de algo divino humano, los golpes ms peligrosos para
-los dolos son los de sus fervorosos adoradores. Cuando todo el mundo
-dice: Est bien, para qu empearse en que todos digan: Est mejor
-que bien. El deber cumplido tiene en s mismo la mejor recompensa, y
-cuando el deber es tan propio del cargo y por lo elevado de la posicin
-trae consigo el conocimiento y la admiracin de todos, qu se le aade
-con una recompensa que, por estar tan al alcance de la mano de quien
-ha de obtenerla, pierde todo su valor en este caso? El reconocimiento
-oficial nada aade al reconocimiento nacional. Sera, como dijo
-Shakespeare: Pintar al lirio, dorar el oro, endulzar lo dulce.
-
-
-
-
-III
-
-
-El peridico de Buenos Aires _Caras y Caretas_, en circular dirigida
- personas significadas, solicita un pensamiento con motivo del
-centenario de la Independencia argentina. La circular viene en francs.
-Ya sabemos que por ser el idioma usual en relaciones diplomticas
-universales, puede serlo tambin en las literarias. Pero en este caso,
-y tratndose de una Repblica en que nuestro idioma es y ser por mucho
-tiempo el oficial, el literario y el vulgar, no hubiera estado mejor
-en castellano la circular dirigida Espaa? Yo, por m, s decir que
-nunca entend peor un idioma extranjero, y no sabr contestar lo que
-se me pregunta.
-
-No ya consolarnos, enorgullecernos debemos de la independencia de todas
-las Repblicas americanas que fueron colonias espaolas, mientras en
-ellas impere nuestra lengua, y con ella mucho de nuestro espritu.
-Comunicarnos en lenguaje extrao, ms que independencia nos dice
-desvo. Nuestras relaciones deben ser ms que diplomticas; y esa
-circular en francs tiene toda la frialdad de una nota de Estado. Le
-agradara al simptico semanario porteo que saludramos en francs la
-conmemoracin de la Independencia argentina?
-
- * * * * *
-
-Los sucesos culminantes de estos das entran en la clasificacin de
-podencos, tan respetados por el escarmentado loco de que nos habla
-Cervantes. Guarda, que es podenco! No entremos ni salgamos en plticas
-de familia, aunque la familia nos sea muy allegada, que siempre
-llevaremos la de perder, mientras no caigamos en la cuenta de que,
-civiles militares, todos llevamos el mismo uniforme: el de ciudadanos
-espaoles, y todos nos interesa por igual el respectivo prestigio de
-unos y otros. Malo es dividirse en castas. Todos hemos de ser paisanos,
-en el amplio sentido de compatriotas; todos hemos de ser soldados,
-en paz y en guerra, cada uno en su puesto, para responder siempre al
-quin vive? de todo alerta!: Espaa!
-
- * * * * *
-
-Oh, admirable pblico nuestro! Se acostumbra lo malo; tolera
-indefinidamente lo mediano, y slo ante lo bueno se cansa su admiracin
-y hasta se irrita si alguien se obstina en pretender sostenerla. Este
-es el caso de Titta Ruffo en la actual temporada. Nada en la voz ni
-en el arte del gran bartono justifica un cambio de actitud en el
-pblico. El artista es el mismo, y eso es lo que parece sentir el
-pblico, obligado seguir admirndole todava. Oh, nio caprichoso,
-quien hay que retirarle las golosinas antes del enfado y los juguetes
-antes del destrozo! Pocos poseen, como el Guerra, el difcil arte de
-retirarse tiempo, nico recurso del artista que no quiera sentir tus
-rigores!
-
-En ningn pblico, como en el nuestro, se advierte esa actitud
-defensiva contra la admiracin; esos gestos malhumorados al
-soportarla. En cualquier espectculo parece como si el pblico fuera
-violentado, por fuerza mayor y no por gusto, distraerse un rato.
-El autor es como un enemigo personal; el artista, como un acreedor
-molesto. En ninguna parte puede hablarse con tanta razn de batallas
-al tratarse de arte.
-
- * * * * *
-
-Por mucho que moralistas y socilogos prediquen contra el suicidio,
-mientras el ridculo no se atreva con l, por respetos que siempre
-impone la muerte, seguir siendo potico final de muchas historias
-vulgares. El solo basta para dar grandeza trgica en un momento al ms
-chocarrero sainete. Cuntos no habrn redo al ver pasar en vida el
-idilio amoroso del viejo cojo y la nia lozana? Y aquella unin, que
-en vida acaso slo en el inters tena explicacin para las gentes,
-con la muerte es algo inexplicable, con todos los prestigios del amor
-y de la muerte; deidades poderosas inmortalizar sus elegidos,
-como los dioses paganos sus amadas mortales. Los vulgares amantes,
-que en vida tal vez dieron que reir las gentes, hoy van en la divina
-potica teora inmortal de Hero y Leandro, Pramo y Tisbe, Romeo y
-Julieta, Francesca y Paolo, Isabel y Marsilla; sin olvidar aquellos
-otros amantes madrileos que inmortalizaron la frase suprema: Que los
-entierren juntos! Hallen todos un Ovidio, un Dante, un Shakespeare! Y
- no poder ser otra cosa, un buen romance de plazuela. Hay que poetizar
-la muerte por amor todo lo posible. Es el mejor medio de evitar muchos
-matrimonios desgraciados.
-
- * * * * *
-
-Los empresarios de _music-halls_ estn consternados. Ante la amenaza de
-la subida de la carne, algunas artistas han pedido aumento de sueldo.
-Lo que diran ellas, si conocieran la clebre cancin de _La camisa_,
-de Hood--pero cmo han de conocerla, si las pobres hasta habrn
-olvidado que hay camisas?:--Que la carne de vaca sea tan cara y la
-carne humana tan barata!
-
-Por fortuna para los empresarios y traficantes en carne humana, la
-caresta de la primera trae por la mano la baratura de la segunda.
-
-A poca costa podramos traer buena carne de Amrica cuando aqu nos
-faltara. Preferimos enviar all carne humana. Dentro de poco slo
-quedarn aqu los que puedan pagar el solomillo. Qu agradable ser
-no ver ms que gente bien alimentada por esas calles! Cmo van
-dulcificarse las relaciones sociales, y sobre todo las polticas!
-
-
-
-
-IV
-
-
-Para los espritus abatidos, propensos al decaimiento, como nuestro
-espritu nacional, no importa tanto saber si hay causa para tanta
-alegra como saber que el efecto fu el de una alegra verdadera.
-Cuando hay tales tristezas sin motivo, por qu no entregarnos sin
-discusin una alegra, que, desde hace mucho tiempo, con ningn
-pretexto hubiramos podido justificar? En otros tiempos, tan ricos
-ramos en glorias, que, acaso stas de ahora nos hubieran parecido
-mezquinas. Hoy... bien venidas sean, y mejor si sabemos apreciarlas
-con serenidad y ms que de envanecimiento nos sirven de estmulo para
-glorias mayores. De tremenda crisis triunf el espritu nacional
-en los principios de la campaa. Por el mundo no falt quien se
-apresurara cantar nuestros funerales. El Ejrcito espaol ha sabido
-extendernos nueva fe de vida ante el mundo. Tal vez pocas veces fu
-tan depositario del honor y la vida de Espaa como en esta ocasin. No
-quede todo en aclamaciones de entusiasmo. No olvidemos nuestro deber
-en la paz, si queremos tener el derecho de exigirle todo su deber en
-la guerra. Es triste cosa resignarse tener mrtires cuando se puede
-tener hroes. Hoy sustituyamos el grito de Viva Espaa!, que puede
-parecer un deseo, con este otro ms afirmativo: Vive Espaa!
-
- * * * * *
-
-Por dichosa casualidad, al mismo tiempo que nuestras armas victoriosas,
-llega de la Repblica Argentina, en la persona de Belisario Roldn,
-mucho de nuestro espritu triunfante decirnos cunto queda en Amrica
-todava de nuestro Verbo glorioso. Siempre leal amigo de Espaa, no
-puede considerarse ni ser considerado en ella como extranjero. La
-fogosa elocuencia de nuestros grandes oradores, la que fu admiracin
-de todo el mundo espaol, alienta vigorosa en el joven orador
-argentino.
-
-En los oradores de casa, tal vez nos pareciera demasiado vehemente.
-Hemos bajado tanto el diapasn para todo! El grito, el rugido, el
-apstrofe nos asustan. Amamos la discrecin sobre todas las cosas en
-poltica, en arte, en el trato social, La discrecin! Triste cosa es
-un pueblo que no tiene mayores glorias que las de sus locuras.
-
- * * * * *
-
-Amable lectora, la que en discretsima carta me consulta sobre el
-mejor sistema de educar los hijos; sin duda sabe que nadie los
-educa mejor que los que nunca los hemos tenido. Severidad? Dulzura?
-Proporcionarles toda la alegra posible prepararles con privaciones
- soportar las tristezas futuras? Hoy... son los padres; pero los
-padres no viven siempre. Maana... son los extraos sin cario, con
-otro cario que nada se parece al de los padres... Pero, no ser, por
-lo mismo, crueldad en los padres anticipar tristeza la tristeza?
-Y si el hijo muriera antes? Maana es la vida, pero tambin es la
-muerte. Los juguetes comprados sern entonces recuerdo triste; pero
-los juguetes que el nio dese y que le negamos sern un remordimiento
-constante... Oh, s; dulzura, dulzura para vuestros hijos, que la
-vida es madrastra terrible, como las de los cuentos de hadas; esas
-madrastras que encierran en torres las princesas delicadas las
-envan al bosque guardar gansos. Peor la vida, que suele traerlas,
-no guardarlos, sino casarse con alguno de ellos. Pero, y si
-acostumbrados al mucho mimo no hay fuerza en ellos despus para
-conllevar las contrariedades?
-
-La vida es la mejor educadora, y ella sola se basta para enmendar
-errores de educacin en los padres... Todos, menos la falta de besos,
-de caricias, de juguetes en los primeros aos... La vida puede ser
-madrastra, puede ser maestra, pero no es madre...
-
-En los primeros aos del mundo, cuando Adn y Eva, arrojados del
-Paraso, luchaban contra los rigores de la naturaleza primitiva, Eva
-lloraba por sus hijos, al verlos muchas veces heridos por las fieras,
-desgarradas sus carnes por las asperezas de los troncos y de las
-piedras... Mis hijos! Qu horrible vida! Para ellos no ha habido un
-Paraso terrenal, como para nosotros... Ellos no sabrn nunca de sus
-delicias... Nosotros hemos sido ms felices!
-
---S--dijo el primer hombre.--Ellos no han tenido, como yo, un Paraso;
-pero, yo no he tenido una madre, como ellos! Y al verlos acariciados
-por la madre, en su amor paternal haba algo de envidia. Y era el
-hombre que haba sido formado por Dios mismo!
-
-
-
-
-V
-
-
-El mes de Enero suele ser fecundo en calamidades. Para que sepamos
-qu atenernos durante todo el ao. Es un modo de anunciarse. Queda
-la duda, en estas primeras calamidades del ao, de si pertenecen al
-ao entrante sern saldo del anterior, que no quiso marcharse sin
-soltarlas. Lo cierto es que la Naturaleza, como una gata cualquiera,
-anda fuera de s y desatinada en este primer mes del ao. Tempestades,
-inundaciones, lluvias torrenciales de gracias, condecoraciones y
-entorchados, y el cometa apocalptico, y _Chantecler_ en puerta. Vaya
-un aito!
-
-La inundacin de Pars retrasa una vez ms el acontecimiento que slo
-pudiera consolarnos: el estreno de _Chantecler_, antes retrasado por la
-discusin que pudiramos llamar del huevo de Mme. Simone. Se comprende
-en una actriz recin divorciada y recin vuelta casarse el escrpulo
-en poner un huevo, sobre cuya pertenencia pudiera haber dudas.
-
-Por fortuna, el poeta no pele por el huevo ni por el fuero, y la
-postura se supondr entre bastidores, lugar ms conveniente para
-posturas difciles, en la vida como en el teatro.
-
- * * * * *
-
-Luego diremos que aqu no hay libertades y que el clericalismo nos
-domina. En Inglaterra, la nacin trada siempre cuento, cuando de
-libertades se trata, no pudo representarse, hasta ahora, la pera de
-Saint-Saens _Sansn y Dalila_ porque su asunto bblico escandalizaba
-los sentimientos religiosos. Sobre la _Salom_, de Strauss y de Wilde,
-creo que todava pesa la prohibicin. Los ingleses slo han consentido
-en ver la danza de _Salom_ separada del texto y de la partitura.
-Parecen tontos! Verdad?
-
-Aqu, donde nos quejamos todas horas de la presin clerical, triunfa
-_La corte de Faran_, opereta del todo bblica, sin protestas de
-nadie. Yo he visto en primera fila muchos graves seores de los que
-suelen ser ornato de cofradas y procesiones. En Inglaterra se ensea
-ahora los nios la Historia por medio de representaciones teatrales.
-Por qu no ha de ensearse la Biblia por el mismo sistema? No hay en
-_La corte de Faran_ mayores atrevimientos que en el Sagrado libro.
-Los autores han estado muy hbiles en quitar crudezas. A las artistas
-nadie les agradecera que ocultaran las suyas. Admiremos al Seor en
-sus obras! No ser tan difcil hallar un sentido mstico la cancin
-babilnica, que pronto oiremos en labios de muchos senadores; como al
-_Cantar de los cantares_ y otros pasajes no menos escabrosos.
-
-Lo malo es que la Iglesia catlica haya perdido aquel buen humor y
-aquel sentido artstico que fueron todo el espritu del Renacimiento.
-Ah, el bribn de Lutero, que la oblig volver tomar en serio su
-divino papel, que ya empezaba ser humano!
-
-Ahora llueven imprecaciones y anatemas sobre el Arte y sobre los
-artistas. Los tiempos son difciles. La competencia comercial es muy
-dura. No hay bastante pblico para todos. Y el Teatro y la Iglesia son
-espectculos tan caros! Por fuerza tienen que perjudicarse mutuamente.
-
- * * * * *
-
-Prez Galds, el maestro glorioso, consagrado por el monumento inmortal
-de toda su obra, y Ricardo Len, escritor joven, con razn estimado
-entre los buenos, coinciden, no en lo exterior, s en lo interno, en
-sus dos ltimas novelas: _El caballero encantado_ y _Alcal de los
-Zegres_. Novelas de smbolo, de alegoras, que nos hablan de Espaa,
-de sus glorias pasadas y de su futura gloria posible. Quizs seales
-de los tiempos! con mayor fe en la del viejo maestro que en la del
-poeta joven.
-
-Son los dos libros precioso documento para el estudio de nuestra
-psicologa nacional.
-
-Limtome al acuse de recibo y mi particular aplauso, sin invadir
-la seccin Revista literaria, en la que escritor de toda mi
-consideracin y respeto sabe, con admirable acierto y con respeto
-las personas, que cada vez va siendo ms raro, distribuir elogios y
-censuras.
-
- * * * * *
-
-De la excelente acogida al Teatro para los nios y del inters con que
-un pblico, si no tan numeroso como fuera de desear, todo lo selecto
-que puede pedirse, sigue sus representaciones, nada me satisface tanto
-como el buen xito obtenido por las lecturas de poesas. Versos,
-poesa! Eran una especie de coco para las empresas teatrales. Hoy
-ya empieza creerse en ellos, y todo hace presumir un glorioso
-renacimiento de la poesa en el teatro.
-
-Por qu en el teatro Espaol, en el de la Princesa, que cuentan con
-admirables intrpretes de los poetas, no inaugurar una serie de veladas
-poticas, que seguramente tendran su pblico?
-
-Omos muchas veces quejarse unos y otros de que el pblico no est
-educado; esto sirve de pretexto para rechazar muchas obras de indudable
-mrito. Corriente, el pblico no est educado; pero si nadie se toma
-el trabajo de educarle! Es mucho ms cmodo y provechoso llevarle el
-humor y no luchar con l. Pero los que pueden permitirse ese lujo con
-menos riesgo estn ms obligado ello. A todos nos toca un pedacito
-del mundo en que podemos hacer algo til y provechoso, y no es desde un
-escenario donde menos puede hacerse por la cultura y la educacin, que
-es hacer por la Patria.
-
-
-
-
-VI
-
-
-Mariano de Cvia me propone un Teatro para los viejos, que vendra
-ser, no contraposicin, sino complemento del Teatro para los nios. Los
-extremos se tocan, y acaso viniera suceder, por el humano y natural
-prurito de aniarse en los ancianos y de hombrear en los infantes, que
-el Teatro dedicado los primeros fuera el favorito de los segundos,
-y viceversa. Pero ay! es tan necesario el teatro para los viejos?
-Llenaramos con l algn vaco, ni siquiera el del teatro mismo? Si el
-teatro pretenda ser educativo, ya en el ms amplio sentido moral en
-el puramente artstico, qu provechosa enmienda podra esperarse en
-nuestros venerables? Ninguna. Ya dice la vulgar sabidura que el rbol
-ha de enderezarse desde pequeito, y quin es capaz de enderezar, en
-todo en parte, los que ya se rinden al peso de los aos? Ni _La
-corte de Faran_ ni el Royal Kursaal, con esas admirables artistas,
-cuyo mejor anuncio es el de la prdida de su equipaje, podran realizar
-el milagro.
-
-Teatro de puro entretenimiento? Basta asistir los antes citados
-y otros del mismo gnero para comprender que nuestros viejos no
-necesitan de un teatro especial en donde solazarse. No de los viejos,
-de los decrpitos, pudieran llamarse esos teatros en que reverdece el
-chiste de Instituto y de caf estudiantil, para regocijo de viejos
-ms verdes que los chistes. Y no os engaen algunas caras juveniles
-de los espectadores; no est en la cara la edad, sino en el espritu,
-y por esos teatros, como por los meetings clericales de estos das,
-no busquis jvenes de espritu; el de aspecto ms infantil lleva por
-dentro la vetustez de diez siglos.
-
-Grave error es clasificar por edades en jvenes y viejos. Nios seremos
-t y yo, querido Mariano, aunque muchos nios viejos ya nos echen del
-corro; porque siempre ser para nosotros la vida un buen campo de
-recreo en que saltar, brincar y jugar todo, por pura expansin de
-nuestro espritu, sin ninguna utilidad prctica. Jugando y saltando no
-se llega parte alguna; si bien puede servirnos de consuelo que hay
-partes las que ms conviene no llegar nunca. Para llegar muchas
-de ellas, suprema ambicin de todo hombre serio, ya sabemos que,
-en Espaa, no hay medio mejor que ser viejo aparentar serlo. Con
-nuestros doctores Faustos, aqu, Mefistfeles obrara la transformacin
-contraria. Hay quien le vendera el alma por transformarse en viejo,
-no en joven. Y en vez de cantar: A m la juventud, m los delirios
-del primer amor!, cantara: A m las prebendas y m los cargos
-oficiales; m las Academias y la respetabilidad, y... llvese el
-demonio mi alma y mi alegra!
-
-Dejemos, pues, los viejos, que para nada necesitan teatros, cuando
-todo el mundo es teatro, de moda y lucimiento para ellos. Pensemos en
-los nios, en los verdaderos nios, hijos de padres verdaderos jvenes,
-que slo de ellos puede esperarse la nueva vida por la nueva escuela.
-Religiosa? Laica? All unos y otros. El Arte es religin neutral.
-No es en el Vaticano donde se guardan las ms bellas reliquias del
-Paganismo? Quin sabe si no ser en un templo pagano de Arte donde se
-guardar lo ms bello del Arte cristiano! Nunca fueron las ideas viejas
-tan respetuosas con las nuevas, como las nuevas lo sern siempre de las
-viejas. Y vive Dios! que hay entre nosotros vejestorios, en todos los
-rdenes de la vida, que no son dignos de ningn respeto.
-
- * * * * *
-
-Fu Balbina Valverde una actriz de la ms pura cepa espaola, y si la
-vanidad regional no temiera empequeecer su castizo arte, diramos
-mejor de la ms pura cepa madrilea. A la falsa luz de las candilejas,
-en el falseado ambiente de muchas comedias mediocres, nadie supo dar
-tan artstica realidad, tan humano aire al tipo de la mujer espaola
-de nuestra clase media, que viene ser el tipo medio de la mujer
-espaola, con su sentido prctico, sanchopancesco, sus vanidades, sus
-ambiciones, su vulgar sentimentalismo... Lleg tanto la verdad en
-su arte, que llegamos verlo copiado en la vida. Cuntas veces no
-habremos dicho: Esta seora es una Balbina Valverde! Para los yernos,
-este nombre era como una amenaza joco-seria.
-
-Su diccin era del ms puro castellano; inimitable su arte de subrayar;
-nica en producir efecto cmico con la sola enunciacin de una palabra
-insignificante, que en su boca adquira el valor de un chiste. Quin
-no recuerda cualquier Mi yerno!, pronunciado por ella? Era el presagio
-de una tormenta familiar.
-
-Fu con todo esto de un amor por su arte, de un celo en el cumplimiento
-de sus deberes artsticos, que ha de recordrsela siempre, no slo como
-ejemplo para las de su profesin, sino como gloria del sexo femenino,
-al que muchos suponen incapacitado para toda profesin seria. Si en
-otras esferas de actividad hubieran cumplido muchos hombres con sus
-deberes como Balbina Valverde cumpli siempre los de su profesin!
-
-Gravemente enferma, durante una temporada en Bilbao, se hizo llevar una
-cama al teatro, y en el cuarto del teatro viva, levantndose de la
-cama para salir representar las comedias.
-
-Casi la fuerza tuvo que obligarla la empresa regresar Madrid.
-
-Descanse en paz la inolvidable artista! Madrid pierde con ella una de
-las ms sanas y castizas notas de su risa.
-
-A este pblico, que tanto la quiso y al que ella amaba tanto, le ha
-hecho llorar por vez primera. No es esto una envidiable gloria?
-
-
-
-
-VII
-
-
-La carambola no ha sido mala. Esperemos, sin desconfiar de la
-intencin, que, por los efectos, no venga ser de retroceso.
-
-Malo es no salir de nuestro paso, pero... tomar carrerilla tan de
-pronto! No es que dudemos de las energas y buena voluntad de los
-corredores, sino de la firmeza y seguridad del camino. Aun no hace
-mucho tiempo hubo que desandarlo, y no sabemos que se haya trabajado en
-l despus lo bastante para conseguir ahora lo que entonces apenas pudo
-intentarse.
-
-El mal camino andarlo pronto, pensar acaso alguien interesado en
-echar por el atajo, para volver pronto al verdadero camino real. Miren
-bien, los que por el atajo andan, de no levantar un pie sin haber
-afirmado antes el otro; no avancen un solo paso sin haberle desbrozado
-cuidadosa, cautelosamente. Cuidado con los tropezones! Considerad
-que tal vez se espera el primero para gritar: Veis cmo ese camino es
-imposible! Nada de prisas, nada de impaciencias! Estbamos dispuestos
- esperar un quinquenio en el estanque. No podremos esperar otro tanto
-en el agua corriente, por suave que sea su curso?
-
- * * * * *
-
-S; _Chantecler_ es todo un smbolo. Es el gallo francs, el mismsimo
-gallo de las Galias que, como el protagonista del poema de Rostand,
-cree orgulloso al lanzar su quiquiriqu! cada aurora que el Sol
-sale iluminar al mundo entero, obediente su evocacin. Y no es lo
-malo que l lo cree; son muchos los pobres animales que aun juzgan los
-_quiquiriques_ del gallo francs prestigioso encanto, sin el cual el
-Sol no alumbrara la Tierra.
-
-Bien cant el gallo francs, no hay duda, y si no llega su poder
- que el Sol le obedezca, s lleg muchas veces despertar la
-Humanidad con sus gloriosos cantos de libertad, de justicia, de arte...
-No nos trajo el Sol, pero nos avis siempre de su salida. Por todo
-ello le debemos gratitud y cario; pero sin olvidar al Sol, que es
-antes que el gallo... y sin despreciar los humildes gallitos de
-nuestros corrales, que, su modo, tambin saben anunciar la aurora.
-
- * * * * *
-
-Qu brutos somos, verdad?, podrn decir, como el personaje del
-_Patinillo_, los millonarios _yankis_, acostumbrados que por
-brbaros los tenga la culta y refinada Europa! Es verdad que alguna
-vez _apedrean_ con su dinerazo y otras veces insultan; pero... ay!
-ya quisiramos por aqu, en justas proporciones, millonarios de esos
-que fundan Universidades y Escuelas y Museos, y como stos que ahora
-acaban de construir un magnfico teatro en Nueva York. Un teatro!
-Habr empecatados! Si hubiera sido una iglesia un convento? Pues,
-s, seores; un teatro modelo, un verdadero templo, inaugurado con la
-representacin de una obra de Shakespeare: _Antonio y Cleopatra_. Qu
-brutos son! Verdad?
-
-Aqu, alguna vez, se ha reunido gente de dinero para empresas
-teatrales, y el resultado ha sido... un baile de mscaras, un
-espectculo de _variets_ indecentes; algo por el estilo en fantasa
-y en Arte. Se figuran ustedes nuestros millonarios edificando el
-Teatro Nacional un teatro para la msica espaola? Cmo han de
-comprender que el Arte puede ser una religin los que han hecho de la
-religin un arte?
-
- * * * * *
-
-La empresa del teatro Real est tratando Wgner, en esta temporada,
-poco ms menos, como por la vecindad estn tratando al partido
-liberal: as como si quisieran quitrsele de delante lo ms pronto
-posible. Todos los cuidados son para el repertorio antiguo; para l
-Titta Ruffo, Anselmi... A Wgner que lo parta un gallo.
-
-Todo se relaciona: naturalmente, la resurreccin de _Luca_ haba
-de traer por consecuencia una crisis del mismo tiempo y la misma
-usanza. A viejas peras, _divos_ jvenes. Todo el arte de Anselmi no ha
-bastado dar apariencias de vida la momia de Lammermoor. Veremos si
-el otro joven _divo_ tiene mejor fortuna en la vieja pera de nuestra
-poltica, tan necesitada de nuevo repertorio como de nuevos cantantes.
-Espaa Brunilda espera su Sigfredo. Los admiradores de Wgner tambin
-le esperan. No se d pretexto que nadie dude de la buena fe de las
-respectivas empresas. Puede que no haya para el repertorio moderno;
-pero el pblico no quiere _Lucias_ ni con Anselmi... Qu disparate!
-No iba decir ni con Maura?...
-
-
-
-
-VIII
-
-
-Es la pera de Strauss, _Salom_, portentosa obra de arte musical.
-Ahora, pensemos en todo lo que ha sido necesario para que pueda serlo.
-Primeramente, el gran talento de Strauss, no hay duda; despus, un
-pblico que, extraado aburrido, tal vez, en las primeras audiciones,
-prefiere desconfiar de su propia impresin echar por el camino
-fcil de la chacota y el desprecio y enterrar la obra entre flores de
-ingenio, sin posible apelacin. Despus, empresas decididas imponer
-la obra; despus, una crtica capaz de hacer tambin obra creadora,
-inventando... lo que acaso el autor no puso en ella; formando de este
-modo una conciencia de lo inconsciente, que siempre anima en toda obra
-de arte. Despus... el Ejrcito alemn con su formidable podero.
-
-Ya dijo D. Juan Valera, con su inteligente, supremo humorismo, cmo
-las flotas de la Gran Bretaa haban podido contribuir la gloria
-de Shakespeare. No hay idea de lo que puede influir el Ejrcito y la
-Marina, lo mismo para vender agua de Colonia en el Paraguay, que para
-imponer la admiracin de las ms recnditas tierras el nombre de un
-poeta.
-
-He aqu por qu vuestra hija es muda, como dice el falso doctor de _El
-mdico palos_ al afligido padre. He aqu por qu nuestros msicos no
-cantan por el mundo. Se figura nadie _Salom_ nacida entre nosotros?
-Cul hubiera sido su vida? Quin la hubiera impuesto al respeto?
-Quin la hubiera salvado de morir chistes?
-
-Pero nos la envan dos grandes potencias: el genio de su autor... y
-Alemania. Los que menos la entienden procuran irse enterando; los que
-ms se aburren, se aburren con respeto. Ah! Si fuera de alguien de
-casa!
-
-Nuestro indisciplinado individualismo no comprender nunca que la obra
-de arte es obra de todos, y que su inmortalidad ms depende de todos
-que de la obra misma.
-
-En Espaa, cada uno quisiramos ser el nico grande hombre de un pas
-de imbciles; el nico honrado entre una caterva de pillos. Qu buena
-planta puede arraigar en terreno donde las molculas de la tierra se
-disgregan al recibirla? Ya dice el Evangelio: Ay de la casa desunida!
-
- * * * * *
-
-Nunca mejor ocasin de mostrarnos unidos, con solidaridad de la grande,
-que en el prximo Centenario de Cervantes. Acabamos de dar lucida fe
-de vida en guerra. Nada valen las funciones blicas, por gloriosas que
-sean, si no las consolidan inmediatamente fiestas de paz. En recientes
-cuchipandas hispanoamericanas hemos trado y llevado el Verbo y...
-ay, tambin el adjetivo de la raza y de la lengua! Vamos verlo!,
-como dicen los taurfilos, mejor dicho, los _torerfilos_, sobre todo
-al llegar la hora llamada de la _verdad_. Podr ser esa hora la del
-Centenario de Cervantes?
-
-Oh, mi gran D. Mariano, tenis razn!, intil es dirigirse los
-polticos, porque en tal solicitud, empezada redactar en lunes,
-habr que raspar cinco nombres antes de llegar entregarla el
-sbado. Pero si los Gobiernos pasan, otras cosas quedan. El Ejrcito
-y los artistas espaoles deben bastarse, y por derecho propio,
-monopolizar para s toda la gloria de unas fiestas nunca igualadas. Es
-preciso borrar el recuerdo de aquellas lastimosas del Centenario del
-_Quijote_; es preciso... resignarnos que nos llamen _lateros_, hasta
-conseguir levantar los espritus. Contad, D. Mariano, con mi humilde
-cooperacin para organizar funciones teatrales, para lo que de mi
-negociado dependa. Tiempo hay sobrado; pero el tiempo espaol vuela.
-Naturalmente: el tiempo nos gobierna y pasa... como nuestros Gobiernos.
-
- * * * * *
-
-El maestro D. Jos Serrano solicita opiniones en el pleito entablado
-por la Sociedad de Autores sobre el libre aprovechamiento de obras
-extranjeras no garantizadas por tratados internacionales. Voto con
-el maestro Serrano. Por lo mismo que la ley no las ampara, razn de
-ms para respetarlas. Con qu razn podremos quejarnos de algunos
-empresarios y editores americanos, si nosotros justificamos su conducta
-con nuestro ejemplo?
-
-Bien est preocuparse por los intereses materiales y saber de sumar
-y multiplicar, y que letras y nmeros no anden divorciados; pero la
-Sociedad de Autores, por honor de su nombre, debe comprender que
-hay tambin intereses morales que tambin tienen su valor en una
-suma total. Verdad es que una Sociedad de Autores en donde el dinero
-decide de las votaciones... Claro es que el dinero representa trabajo.
-Representa siempre arte? Pero hay quien prefiere ser considerado como
-artista la hora de estrenar y como negociante la hora de cobrar...
-Vase, cmo en estos tiempos del sufragio universal y del voto
-obligatorio, adnde demonios ha ido refugiarse el voto restringido y
-el triunfo de la plutocracia!
-
- * * * * *
-
-El buen gusto del pblico de Pars no se avena con la presentacin
-escnica de _Chantecler_, ridcula y poco artstica, digan lo que
-quieran los reclamos. El afn de realidad en la presentacin de una
-obra potica y fantstica ha llevado, como suele suceder, falsedades
-que una fantasa de artista hubiera evitado. Qu diferencia de esta
-_mise en scene_ la de _El pjaro azul_, de Maeterlink, representado
-en Londres! Pero la amable crtica francesa para todo tiene remedio,
-hasta para los fracasos menos disimulables. Alguien ha encontrado
-el medio de idealizar, mejor dicho, de _realizar_ las falsedades de
-presentacin en _Chantecler_ y las desproporciones evidentes entre lo
-representado y su representacin. Mirar al escenario por el revs de
-los gemelos. De este modo, empequeecidos personajes y decoraciones,
-todo parece la verdad misma. El gran Guitry parece todo lo ms un
-gallo cochinchino; Simone, una faisana al natural, y Coquelin hijo, un
-perrillo de buen tamao.
-
-Achicndolo todo por este procedimiento, la obra quizs se agrande.
-
-Lo contrario de lo que nos sucede aqu con nuestros polticos: ellos
-nos parecen muy grandes, y la obra cada vez ms pequea.
-
-
-
-
-IX
-
-
-Siempre es peligroso ir contra las corrientes populares. En el programa
-del nuevo Gobierno figura, para ser ley muy pronto, el servicio
-obligatorio. Indiscutible en teora, dentro de esa igualdad que las
-leyes nos reconocen todos como ciudadanos, aunque la Naturaleza la
-desmienta cada paso; ms atenta que la igualdad, la armona,
-que no es lo mismo; pues ella contribuyen, como en msica bien
-compuesta, tanto como los acordes, las discordancias; es tan
-indiscutible en la prctica? Por acercamos al ideal bruscamente, no
-tropezaremos con duras realidades, cuyo choque, no slo destruye el
-ideal, sino realidades positivas que debemos alejar de todo peligro
-cuidadosamente? No basta mejorar los cuarteles; no son cuerpos mortales
-solamente los que han de alojarse en ellos y han de acomodarse
-su disciplina; son espritus tambin, que no se disponen tan pronto
-ni tan fielmente como los materiales: alojamientos y provisiones.
-La Religin y la Milicia: Religin de hombres honrados, que dijo
-Caldern de la Barca, no pueden existir sin una fe ciega, cuyo ms
-slido fundamento slo puede hallarse en una humilde ignorancia en
-una superior filosofa, aparte los casos de predestinada vocacin.
-Pero entre las humildes inteligencias y los entendimientos superiores
-capaces de crear objetividades de su propia subjetividad, existen en
-gran mayora esas inteligencias medias que han dejado de ignorar y no
-han llegado saber. Estas seran las dominantes en el Ejrcito con el
-servicio obligatorio; stas las que llevaran l todos los fermentos
-de una cultura mal reforzada. En ella abunda la moderna generacin
-intelectual, y de ello se resiente todo el organismo social. Tendra
-virtud el servicio obligatorio para disciplinar esa masa, no sera
-ella la que llegara contaminar el sano organismo del Ejrcito?
-
-La ejemplar conducta de distinguidos voluntarios en la ltima guerra
-de Melilla ha infludo, sin duda, en la opinin y en los gobernantes
-para confiar en la virtud del servicio obligatorio. Hermosa es la
-fraternidad de todas las clases sociales en defensa de la Patria y
-en los peligros de una guerra! Pero no son los tiempos de guerra
-norma para presumir las ventajas los inconvenientes del servicio
-obligatorio. Lleva la guerra en sus peligros y en sus actividades,
-virtud moralizadora con la que no puede contarse en tiempos de paz.
-
-No olvidemos tampoco, en el pas de las recomendaciones y las
-influencias, que la desigualdad, ms sensible que palpable de hoy,
-sera la desigualdad que salta la vista todas horas, y es ms
-irritante.
-
-El ejemplo de otras naciones? Ay, si la voz de algunos sabios
-socilogos lograra sobreponerse la voz, ms clamorosa, de los
-halagadores de muchedumbres!
-
-Preguntadles los primeros, preguntad las estadsticas las ventajas
-comerciales, industriales, sociales, en fin, que ha conseguido
-Francia con el servicio obligatorio. Enteraos, oh bien intencionados
-legisladores!, cmo leyes tan democrticas, tan generosas, tan
-animadas de nobles propsitos, como la del servicio obligatorio y la de
-reglamentacin del trabajo de los menores, han desatado sobre Pars y
-otras ciudades de Francia esas bandas de _apaches_, que no son signo,
-ciertamente, de civilizacin ni de progreso.
-
-No hay nada ms peligroso en la realidad que el noble juego de los
-ideales.
-
-Bueno es atender la opinin popular, para satisfacerla en lo
-justo; pero sobresalga sobre ella la opinin de los contempladores
-desinteresados. Cuando todos crean llegada la hora, ellos slo sabrn
-decir: Aun no es tiempo.
-
- * * * * *
-
-Admiremos la dificultad vencida por la seora Bellincioni en su danza
-de Salom. Es todo lo que puede danzarse ante nuestro pblico, cuando
-ese pblico asiste nuestro Teatro Real. Admirado el arte de la seora
-Bellincioni, convengamos en que si Salom no danz de otro modo ante el
-Tetrarca, ste era hombre de buen contentar, tena ms ganas de
-perder de vista la cabeza del Precursor que Salom de conseguir la del
-uno y trastornar la del otro.
-
-Me figuro Pastora Imperio bailando por instinto lo que la seora
-Bellincioni baila por arte. No son nuestro vulgarizado tango y nuestro
-popular garrotn, ms propia evocacin de lo que debi ser la danza de
-Salom? Lstima que haya perdido toda nobleza con el roce plebeyo!
-Hay que confesar, oh amplitud de los escenarios populares!, que _La
-Corte de Faran_, con su garrotn, est ms cerca de la verdad bblica
-que la _Salom_, de Strauss, con su danza de los siete velos. Y los
-entradones que se ha perdido la empresa! _Salom_, con su buen
-garrotn hubiera llevado todo el pblico de Eslava, sin perder el del
-Teatro Real por eso. El pudor de nuestro pblico est siempre dispuesto
- dejarse violar. Pero, vale la pena tan pocas veces! Y luego, que uno
-tambin tiene su pudor y no tan violable.
-
-
-
-
-X
-
-
-Francisco de Curel, uno de los pocos autores dramticos franceses sin
-ribetes de negociante, aseguraba, en reciente indagatoria sobre la
-llamada crisis del teatro, que el teatro, en fuerza de tanto querer
-ser negocio, va dejando de serlo, y acabar por arruinar cuantos
-empresarios sean fueren.
-
-Ya no basta para satisfacer las exigencias del negocio teatral con
-la obra razonable, la obra razonablemente aplaudida y celebrada; es
-preciso la gran atraccin, como en nmero de circo; la obra que
-avive todas las curiosidades, como crimen misterioso; la obra de gran
-pblico, pblico que pueda llenar durante cien representaciones un
-teatro.
-
-Fueron as las tragedias de Esquilo y de Sfloques? Las obras de
-Shakespeare? Las de Lope y Caldern, obligados una fecundidad slo
-disculpable por la efmera vida de cada obra en su tiempo? Es posible
-hacer obra de arte sincera, sentida, nueva, con esa preocupacin
-comercial del gran nmero de representaciones, consecuencia de no
-reparar en los medios de llamar la atencin? Mujer y obra de arte que
-andan por el mundo llamar la atencin, no merecen el mismo nombre?
-
-Cunta noble idea de comedia malograda por la consideracin: No
-ser obra de pblico, no dar dinero... No ser obra simptica!...
-Adnde voy yo con esta obra? Oh, autores noveles! Envidiis
-los que vosotros llamis consagrados! Vosotros, por lo mismo que las
-empresas no confan en vosotros, podis atreveros todo. Si alguna
-obra os admiten, tened por seguro que la empresa ensayar otra al mismo
-tiempo, para sustituir la vuestra en el caso probable de un fracaso.
-No gastar en ponerla, ni las actrices encargarn Pars trajes y
-sombreros, ni los actores esperarn revelarse en la creacin de sus
-papeles... Para los autores consagrados, qu enorme responsabilidad
-la suya! La obra de las esperanzas, de las ilusiones, la clave
-fundamental de una temporada, por lo menos de gran parte de la
-temporada!... La equivocacin de un autor consagrado es la ruina para
-una empresa, la desilusin de actrices y actores, el descrdito de
-un modisto, la zozobra en muchos humildes hogares de tramoyistas,
-acomodadores, etctera. Legin pavorosa de espectros, presente al
-concebir la obra, al planearla, al escribirla!... Esa frase?... no; es
-peligrosa. Ese chiste?... tremendo! Ese final?... de poco efecto!
-Eso es atrevido! Eso no est garantizado por el aplauso! Oh, la
-gloriosa inconsciencia de las primeras obras, las que un empresario
-reciba con displicente desconfianza!...--Tenemos ah una obra de
-un chico que empieza... Una cosita; no est mal... All veremos...
-Mientras llega la obra de...--aqu un gran nombre.--La obra de la
-temporada!
-
-Comprendis el lucido papel que poda hacerse cuando, por azares de
-la fortuna, la cosita sin importancia pasaba ser la obra de la
-temporada? Comprendis la grave responsabilidad cuando la obra de la
-temporada es... una cosa de mucha importancia, que no le importa al
-pblico? Sabis de la tristeza de las cumbres, cuando se mira un
-lado al otro y todo es cuesta abajo?
-
-Juventud, divino tesoro!, ms divino porque puede ser derrochado
-prdigamente, porque es slo nuestro... En la vejez, nuestro dinero,
-nuestro arte, nuestra vida, todo, ya no es slo nuestro; hay quien
-puede pedirnos cuenta de todo ello... Es posible un artista con
-consejo de administracin? Comprendis que, por no soportarlo, pueda
-romperse la pluma lo mejor de la vida, como dirn muchos de los que,
-unos por admirar, por envidiar otros, no supieron nunca compadecer al
-que vieron en alto?
-
- * * * * *
-
-Oh, maestro! Le vuestra carta, en la que adivino toda vuestra
-tristeza. Es la tristeza de Jess, cuando al aconsejar al joven
-nefito que repartiera toda su hacienda entre los pobres, si pretenda
-seguirle, vi cmo el joven le volva la espalda, incapaz del
-sacrificio. As visteis llegar muchos presuntos discpulos; grandes
-admiradores, los que abrsteis el raudal de vuestro corazn y de
-vuestra inteligencia... Y los visteis despus alejarse desdeosos,
-malcontentos, murmuradores, porque en vuestra bondad, ellos slo
-buscaban un elogio, un bombito en forma de prlogo juicio crtico;
-de vuestro entendimiento, que se hiciera traicin para celebrar
-sus errores y sus tonteras, y le ayudseis al buen parecer, que
-basta para andar entre las gentes... Ellos, como Esa, vendieron su
-primogenitura por un plato de lentejas...
-
-Cada vez ms solo, maestro Es verdad! Quin no ha sentido esa gran
-tristeza de ofrecer lo que mucho vala, y ver cmo ellos preferan lo
-de ningn valor?
-
-Ofrece uno toda la vida, y ellos slo piden una recomendacin, un
-elogio--algo del momento--. Ofrece uno la verdad de su corazn: ellos
-slo queran una mentira.
-
- * * * * *
-
-Prximo el primer aniversario de la muerte del maestro Chap, no es
-de temer que empresarios, artistas, la Sociedad de Autores, Espaa
-entera, en fin, necesiten de mejor estmulo que la proximidad de
-esa fecha para conmemorarla de un modo digno. La deuda es grande.
-Suspendida qued, por la muerte, la funcin proyectada en honor del
-maestro; contratiempos de todo gnero impidieron las representaciones
-en esta temporada de _Margarita la Tornera_... Es empeo de honra
-vencer tanta fatalidad, la misma inexorable de la muerte, que slo
-el amor vence... cuando el olvido no es segunda muerte. Pero habremos
-olvidado tan pronto? O ser la envidia la nica que recuerde? Cosa
-sera entonces de admirarla como una virtud, si ella sola logra vencer
- la admiracin y al cario de cuantos decan admirar y querer al gran
-artista, al hombre honrado, al que, en tierra de bien nacidos, no es
-posible que hubiera dejado una sombra de odio ni de envidia.
-
-
-
-
-XI
-
-
-Pas Marta Regnier con su compaa y su ligero repertorio, por el
-escenario de la Comedia, sin dejarnos honda emocin de arte ni de
-belleza. Nos sentimos un poco orgullosos, porque ni actores ni autores
-espaoles podamos temer la comparacin. Slo envidiamos lo selecto
-de la concurrencia y sus manifestaciones de agrado, no tan fciles de
-obtener para los de casa.
-
-Marta Regnier es... un bonito artculo de Pars; de esos que entre
-directores de teatro, autores y crticos suelen fabricar all para
-admiracin de provincianos y de extranjeros. Adems, en Pars les
-parece joven, y lo es, comparada con Sarah, la Bartet, la Rjane, la
-Hayding y dems grandes estrellas del Teatro francs, admirable museo
-de antigedades.
-
-Los actores franceses tienen el defecto general de ser demasiado
-actores. Todo es estudio y composicin en ellos. No os sorprendern
-nunca con una incorreccin, con un desentono. En las actrices es
-tambin defecto empachoso que siempre han de parecer _cocottes_. Slo
-Mme. Bartet y Mlle. Reichenberg han tenido aires de gran seora y de
-seorita en la escena. Algo tambin la Brands, y en la extraordinaria
-Sarah, el arte supremo lo idealiza todo, dndonos la sensacin, como
-dijo Lemaitre, de una mujer extranjera en todas partes, una mujer
-de raro exotismo, que viene nadie sabe de dnde y vuelve otra
-regin que ignoramos. Las dems, la _cocotte_, la eterna _cocotte_,
-creacin artificial de una literatura dramtica que necesita para sus
-combinaciones, figuras femeninas convencionales, como lo fueron la
-cortesana del teatro latino y la dama de nuestras comedias del teatro
-antiguo.
-
-Al mismo gnero pertenecen la _jeune fille_ de los ingenuos descocos,
-la casadita de los peligrosos _flirts_, la divorciada andariega y la
-viudita joven y experimentada de casi todas las comedias francesas
-modernas. Triste idea daran de una sociedad, si no supiramos que el
-teatro fu siempre, en arte, la ltima y ms irreductible trinchera de
-lo falso y lo convencional. Ni Francia, ni Pars mismo, ni su sociedad,
-ni sus mujeres, ni sus maridos, son eso ni pudieran serlo.
-
-Consolmonos, con la imagen falseada que sus escritores nos ofrecen, de
-la que suelen presentar de nosotros. No es extrao que se equivoquen al
-hablar de lo ajeno, los que se equivocan al hablar de lo propio.
-
- * * * * *
-
-Ms que nuestros actores y nuestros autores de los extranjeros,
-tendra que aprender nuestro pblico en cuanto consideracin y
-respeto al espectculo y los espectadores. En una de las ltimas
-representaciones de _El oro del Rhin_ era materialmente imposible
-enterarse de la obra, salvo en la parte visible. Y habr quien diga
-que la msica de Wgner es estruendosa! S, s: ya pueden echar los
-compositores trompas, timbales, bombos y platillos competir con la
-graciosa chchara de los abonados! Y se tendrn por muy distinguidos!
-No saben que lo ms distinguido es... tener educacin y que si entre
-todo el numeroso pblico hubiera un solo espectador, uno slo, que
-hubiera pagado por oir la pera y no por contribuir la general
-algazara, ese solo espectador merece el silencio de todo el pblico;
-no hablo ya de los artistas y de la obra. Pero s!, este es el pas
-de: Para eso hemos pagado, para estar como nos convenga. Vyase
-la poca educacin de los que charlan, por la exagerada de los que,
-habiendo pagado para oir la pera, no protestan ruidosamente y en
-cualquier forma de la mala educacin de los charladores. A descortesa,
-descortesa y media. Nunca estara ms justificada. En ningn teatro
-del mundo se tolerara cosa semejante. Y esa es la gente que viaja
-por el extranjero! Verdad es que cuando viaja va los circos, los
-_music-halls_. Lstima de dinero, que estara tan bien empleado en los
-que no se atreven ni respirar, all en el paraso!
-
- * * * * *
-
-En _Juventud de prncipe_, traduccin de la comedia alemana _Alte
-Heidelberg_, hay algo que desconcierta al espectador y, sobre todo,
-la espectadora, en nuestro pblico: las relaciones del prncipe y de
-Catalina, camarera de una cervecera.
-
-Cuestin de latitud y de razas. Un pblico latino el latino es pilln!
-no comprende ese buen amor que tiene tanto de buena amistad. Aquella
-muchacha sencilla quiere y se deja querer sin hablar de matrimonio, ni
-de honra... ni siquiera de dinero. Qu especie de mujer es sta?--se
-dira ms de una espectadora.--Es buena? Es mala? Es tonta, por de
-contado. Grave defecto en una mujer. Nuestras mujeres no temen nada
-tanto como pasar por tontas. As es tan raro que las engae nadie!
-A buen seguro que un prncipe latino, qu un prncipe!, cualquier
-muchacho de regular posicin, no encontrara una ganga como la moza de
-Heidelberg. Una muchacha joven, bonita, que ni ama demasiado hasta el
-punto de destrozar el corazn al prncipe, ni de estorbarle siquiera
-en sus estudios, ni le explota hbilmente, hacindose sealar una
-pensin vitalicia. Un buen camarada de bromas y de excursiones!
-Mujer... cuando es preciso y nada ms... Lo ideal para todo hombre de
-ocupaciones! Con mujeres as, no es extrao que los alemanes progresen
-tanto. Los pobres latinos, en cuanto tropiezan con una mujer en su
-camino hombres perdidos! Por eso _Juventud de prncipe_ fu ms
-celebrada en su estreno por los espectadores que por las espectadoras.
-
-Por nuestra vida y por nuestras comedias slo se comprende el amor
-causando estragos. Y slo as convence nuestras mujeres.
-
-
-
-
-XII
-
-
-Un distinguido escritor, al patrocinar tambin el debido homenaje al
-maestro Chap, lleva su escepticismo hasta dudar de la sinceridad de
-mi admiracin por el insigne msico; todo porque olvid que en esta
-temporada se haba representado, por fin, _Margarita la Tornera_ en el
-Teatro Real. Cuatro representaciones, despus de tantos aplazamientos
-y suspensiones, no son muchas, y nada tiene de particular que puedan
-pasar inadvertidas para cualquiera, poco preocupado distrado que
-ande uno con sus particulares asuntos.
-
-No soy yo tampoco muy amigo de asistir representaciones de las
-obras que admiro. Las representaciones son siempre peligrosas para la
-admiracin, y si esas representaciones son de peras espaolas y en
-nuestro teatro Real, doblemente. Claro es que una obra musical no puede
-ser admirada en su integridad, como una obra literaria, sin pasar
-por la interpretacin, ms menos edificante. Pero, en este caso, es
-preferible admirar y creer... por fe, , si la fe nos falta, aceptando
-como buena la autoridad de los competentes. Despus de todo, por fe
-por autoridad, creemos en muchas cosas de ms importancia: en materias
-de Religin, de Ciencia, etc., etc.
-
-Yo no me permitira jams dudar de la ciencia de un Ramn y Cajal,
-aunque nunca haya asistido sus experimentos. Me basta con que
-personas de gran autoridad cientfica los den por buenos. Estimaramos
-muchas cosas en el mundo si cada una hubiramos de aplicar la propia,
-casi siempre ignorante, y muchas veces impertinente, investigacin? El
-propio juicio es tan falible! y tan variable! Cualquier alteracin en
-los humores, en la temperatura, en el bolsillo, basta trastornarle.
-De qu viven las grandes instituciones sociales ms que de este
-abandono del criterio individual al criterio social, nica suma que
-nunca es resultado de los sumandos?
-
-Si la admiracin nacional fuera la suma de admiraciones individuales,
-habra espaol que fuera admirado? Si el catolicismo dependiera del
-nmero de verdaderos catlicos, sera Espaa el pas catlico por
-excelencia? Aunque sea el pas en que haya ms _excelencias_ por
-catlicos.
-
- * * * * *
-
-Del criterio y de los gustos artsticos de nuestros empresarios puede
-dar idea el que, obras como _Aguila de blasn_ y _Romance de lobos_,
-las admirables tragedias brbaras de Valle-Incln, no hayan encontrado
-todava escenario en que puedan ser, no ms admiradas, pero s
-admiradas por ms, como debieran serlo.
-
-Ahora, fines de temporada--de lo bueno poco,--se nos ofrece _Cuento
-de Abril_. Gentil ofrecimiento de la gentil actriz Matilde Moreno, que
-nunca emple mejor su estudio y su talento como en esta buena obra de
-purificar el ambiente teatral con aires de poesa.
-
-Es _Cuento de Abril_ todo poesa y arte verdaderos, no de esas
-sobredoradas imitaciones que andan por ah desacreditando el gnero.
-
-Me aseguran que _Cuento de Abril_ pas por otros teatros, en donde slo
-hall indiferencia extraeza. Extraeza lo comprendo, por lo raro
-del caso. La indiferencia, ya es menos explicable. No hay razn para
-lamentarse de la falta de obras y de autores, cuando se deja marchar
-una obra como _Cuento de Abril_ y _Aguila de blasn_ y _Romance de
-lobos_, sta sin representarse.
-
- * * * * *
-
-Eterno vaivn de las cosas del mundo! El rompecabezas, el arrinconado
-juguete de los tiempos de nuestra infancia, es ahora el juguete la
-moda, y no para nios, sino para mayores, y muy mayores, y en tertulias
-de gran seoro y respetabilidad. Verdad es que el juguete viene ahora
-de Inglaterra con el nombre de _Puzzles_.
-
-Yo no s si ser muy divertido, ni de qu otra diversin podr ser
-pretexto; porque yo no me fo de estos juegos de sociedad, casi
-siempre de carambola y por tabla. Parece que se divierten con una cosa
-y es con otra.
-
-Lo que s sabr decir es que, este juego del rompecabezas, es de un
-gran simbolismo. Es otra la tarea de nuestra vida, que sta de ir
-juntando, para componer algo, los pedazos de nuestro corazn, de
-nuestra inteligencia?
-
-Los antiguos rompecabezas llevaban el modelo para facilitar la
-composicin; estos de ahora son imprevistos. Y hasta en eso se ve
-cmo procuran simbolizar la vida moderna. Va uno juntando pedazos y
-pedazos, sin saber si ser una marina un paisaje, un apacible cuadro
-de familia una terrible batalla, lo que al fin resulte. La sorpresa
-es el mayor encanto. As vivimos: juntando pedacitos de nuestra vida,
-sin saber lo que ser el cuadro de nuestra vida; sin modelo que pueda
-orientarnos. Rompecabezas es el juguete: si ponemos en l toda nuestra
-ilusin, bien pudiera llamarse rompecorazones!
-
-
-
-
-XIII
-
-
-Somos los espaoles como nuestros vinos: ganamos transportados.
-El que aqu malgasta lo mejor de sus energas en luchar contra el
-medio ambiente, fuera de aqu, aun contra las dificultades que
-todo extranjero se oponen en todas partes, logra vencer y afirmar su
-personalidad. Por eso fuimos pueblo de conquistadores, y si perdimos
-todas nuestras conquistas, no fu por no haber sabido hacer nuestras
-las tierras conquistadas, sino tal vez por haberlas hecho demasiado
-nuestras. Parece paradoja, pero es lo cierto que Amrica dej de
-pertenecer Espaa por haberla hecho demasiado espaola. Somos gente
-poco de casa. Cuando no aspiramos conquistar el mundo, aspiramos
- ganar el cielo. De nosotros pude decirse, como en aquella antigua
-cancin tan nuestra:
-
- Fu al mar,
- vine del mar...
- Mis telitas sin hilar.
-
-Buen ejemplo de este nuestro espritu conquistador y buena compensacin
-de otras conquistas materiales, hoy ms difciles de emprender,
-tenemos en Pepe Lasalle, quien sali de Espaa, har unos diez aos,
-diciendo: Ser director de orquesta, y ha realizado su propsito
-tan cumplidamente que, al saludarle de nuevo por esta su tierra, su
-nombre y su cargo aadimos, por aclamacin, todos los adjetivos que su
-modestia callaba al despedirse, pero los que, sin duda, pretenda en
-su noble ambicin de artista. Gran director de una gran orquesta. No
-puede cumplirse mejor el propio vaticinio. Desde los tiempos del Gran
-Emperador, no se unieron Alemania y Espaa en ms gloriosa empresa.
-
-Ahora bien, , ahora mal, mejor dicho: con el mismo talento, con la
-misma energa, con todo lo personal, en fin; si entre nosotros se
-hubiera propuesto Pepe Lasalle realizar su propsito, hubiera llegado
- conseguirlo? Contesten tantos verdaderos artistas msicos como andan
-por ah desperdigados por cafs y orquestas de teatrillo; responda
-nuestro pblico aristocrtico, llenando los palcos del Circo en los
-das de moda y dejando poner en la taquilla de billetes para los
-conciertos: Slo quedan palcos y butacas; hablen el Cuarteto Francs
-y el Cuarteto Vela, luchando contra la indiferencia del pblico,
-slo sostenidos por el aplauso de algunos inteligentes que ay! son
-justamente los que van de gorra, y aun hay que agradecrselo. Por
-eso, bien esta que aplaudamos con el mayor entusiasmo los de fuera,
-y mucho ms cuando los dirige uno tan nuestro y que tan alto pone el
-nombre de Espaa en el mundo del Arte; pero estimemos en cuanto merecen
- los de casa, que, sobre las dificultades de su arte, han de vencer
-las del medio, hostil indiferente. El Arte, que es todo simpata,
-slo en ambiente de simpata florece.
-
- * * * * *
-
-Quin se atrever poner en duda el desinters de nuestros
-escritores? Cada dos tres aos, el ministerio de Instruccin pblica,
-cuidadoso tutor y curador de los menores y prdigos, que son nuestros
-literatos, ha de conceder graciosamente ampliacin del plazo para
-inscribir obras en el Registro de la Propiedad. Es desinters,
-ignorancia de estas formalidades legales triste convencimiento de
-que, para lo poco que ha de producir, no vale la pena de tomarse
-molestia alguna? En los dos ltimos casos sera muy triste; en el
-primero sera muy laudable, si ese desprendimiento no redundara
-siempre en beneficio de algn editor _vivo_, siempre dispuesto
-levantar muertos al amparo de una ley que, por fortuna, no se cumple
-con inexorable rigor. Para todos los efectos de responsabilidad, la
-condicin de escritor debiera equipararse en nuestros Cdigos la de
-los menores incapacitados. Por qu han de estar tan reidos nmeros
-y letras que, hasta cuando la realidad de los nmeros se impone al
-escritor, ha de venir en letras... de cambio, aceptadas por l con la
-ms divina inconsciencia de nmeros y de fechas?
-
- * * * * *
-
-El descubrimiento del doctor Doyen, prometindonos ms larga vida,
-no dejar de regocijar cuantos van gusto en el machito; para
-ellos lujoso carruaje automvil. A los de pie nos es indiferente.
-Alargar la vida!
-
-Como no sea por la ilusioncilla de ver terminadas las obras de la Gran
-Va; por ver si los aeroplanos llegan establecerse con servicio
-regular, como los transatlnticos; por saber del estreno de una obra
-nueva de Rostand; por ver las calles de Madrid sin pordioseros!...
-Aunque es de temer que la virtud del descubrimiento del doctor Doyen
-no alcance la realizacin de todas estas esperanzas. Entonces, para
-seguir con la misma historia de la vida, Este cuento de la vida, dos
-veces contado, como dijo Shakespeare, contado por un idiota, que
-dijo el mismo... El descubrimiento del buen doctor no vale lo que una
-botella de buen vino, un poco de morfina, un buen cigarro, una buena
-msica una buena mentira; de esas mentiras dulces, que parecen amor
-gloria... Todo lo que es olvido de esa implacable verdad, cuyo nombre
-ms cierto es muerte.
-
-
-
-
-XIV
-
-
-Son las prximas elecciones la mayor preocupacin en estos das.
-No--esto es lo triste--por el gran inters que inspiren, en cuanto
-pudieran influir en los destinos futuros de Espaa, sino por los muchos
-pequeos intereses que en ellas se fundan y contra el inters general
-conspiran.
-
-Lbrenos la diosa Democracia de hablar mal del sufragio universal, ni
-del voto obligatorio, preciadas conquistas suyas. Antes era posible que
-un Gobierno regalara, lo que se dice regalar, un distrito cualquiera
-de sus patrocinados; pero, por lo mismo que se trataba de un regalo,
-los Gobiernos cuidaban, para no dar que murmurar demasiado, que el
-candidato fuera persona de merecimiento. Ahora, como todo el apoyo y la
-proteccin oficiales no bastan librar al protegido de ciertos gastos
-indispensables, es preciso buscar ante todo gente de dinero que sepa
-sacarlo de donde lo haya. Antes sola decirse: A Fulano le apoya el
-Gobierno, Cuenta con la proteccin de ste del otro, mayores
-menores caciques. Ahora, las protecciones no significan nada. La nica
-probabilidad de triunfo es decir: Fulano piensa gastarse tanto en la
-eleccin; Menganito se gastar cuanto.
-
-Las gentes sencillas, tan incapaces de grandes abnegaciones patriticas
-como de ambiciosas vanidades, no hayan compensacin en el cargo de
-diputado tan crecidos sacrificios pecuniarios, y con la natural
-desconfianza que despiertan siempre las acciones heroicas, cuando
-su mvil no tiene equivalente, por lo menos potencial, en nuestro
-espritu, dan recelar, con esa suspicacia propia de las gentes
-sencillas, que en lo de ser diputado ha de haber algunas ventajillas
-ms que la de sacrificarse por la patria, la de chupar caramelos, la
-franquicia postal y la misma inmunidad parlamentaria.
-
-Esa desconfianza hace que, obligadas al voto, las gentes sencillas
-vayan la votacin con la misma indiferencia con que antes se
-quedaban en casa. Al qu ms da votar que no votar ha sustituido
-el qu ms da votar unos que otros. La consecuencia en uno y
-otro caso es la misma: no triunfa el que triunfa por importarle
-muchos, sino por no importarle nadie. As podemos vanagloriarnos de
-constituir unas Cmaras que no representan la opinin del pas, como en
-otros pases, sino su falta de opinin.
-
- * * * * *
-
-A consecuencia de una polmica entre autores y crticos, se ha
-discutido en Pars, entre autores, crticos y actores, sobre la
-eficacia de la crtica, sobre sus derechos y deberes y hasta sobre la
-conveniencia de su desaparicin. Los autores y los actores artistas han
-opinado, como era natural, que la supresin de la crtica literaria
-sera tanto como relegar el teatro al terreno puramente industrial de
-especulacin. Pero es otra cosa el teatro moderno? No es fantasear
- costa de la realidad--fantasa muy cara--considerarle de otro
-modo? A no ser en teatros subvencionados con esplendidez, donde los
-directores puedan permitirse el lujo de ofrecer verdaderas obras de
-arte, qu empresario ni qu autor pueden aceptar la responsabilidad
-de comprometer intereses respetables por entregarse nobles juegos de
-arte?
-
-Hoy se le da al teatro una importancia comercial que nunca tuvo.
-Exigencias del pblico, de la crtica, de autores y actores--no
-hablemos de los propietarios,--han convertido en negocio
-arriesgadsimo, ms propio de capitalistas que de verdaderos
-aficionados al arte, la explotacin de un teatro. En estas condiciones,
-puede depender del criterio artstico, de la crtica, el xito de una
-obra? Dejmonos de vanidades. El teatro moderno tiene muy poco que ver
-con el arte. No se interponga ninguna consideracin artstica entre el
-pblico y la taquilla, como no se interpone entre el comprador y el
-comerciante una crtica del escaparate. Que esto ser el fin de la
-literatura dramtica? No, al contrario; quedarn mejor deslindados los
-campos. A un lado el arte y la literatura; al otro lado el teatro. Un
-teatro que slo aspira al dinero no debe tener ms sancin penal que la
-falta de dinero. La crtica literaria es demasiado honor para l. La
-mejor crtica de muchas obras es haber llenado el teatro durante 200
-noches, y que el autor, para curarse de toda vanidad, llegara conocer
-personalmente los 200.000 espectadores que le han aplaudido, Ay del
-artista que, cuando ms clamoroso oye el aplauso de todos, no sabe
-percibir la voz de la propia censura!
-
- * * * * *
-
-En Berln se ha fundado una Sociedad, llamada de Caldern, con el
-objeto de representar obras de nuestro autor y algunas de otros
-autores, no menos admirables, nunca representadas en los teatros
-ordinarios. En dicha Sociedad figuran ilustres personajes, y en la
-primera funcin, con el concurso de los mejores actores de los teatros
-berlineses, se representar _La devocin de la Cruz_.
-
-Esto en Berln, donde todos los aos se representa mayor nmero de
-obras de Caldern y de Lope de Vega que en nuestros teatros. En cambio,
-nosotros no dejaremos de representar opereta alemana, ni austriaca, en
-justa correspondencia. Schiller y Goethe y el moderno Hauptman bien
-estn en su casa. Y que se lleven Caldern y Lope. Para lo que
-van divertirse con ellos! Mejor sera proponerles, ya que en tan
-buena disposicin se hallan, que se encargaran de celebrar en Berln el
-centenario de Cervantes. Fuera cuidados! De aqu les mandaramos una
-lucida Comisin y todos los toreros que hicieran falta para una buena
-corrida de toros.
-
-
-
-
-XV
-
-
-A cualquier hora nos la dan nosotros de primos! Nos hemos dislocado
-de risa con una porcin de _vaudevilles_ sin gracia y sin fantasa; nos
-hemos extasiado ante unos cuantos melodramas policacos sin novedad y
-sin inters; hemos acogido como armonas celestiales la organillesca
-musiquilla de cuantas operetas vienesas han querido ofrecernos...
-Todo ello por venir de fuera y venir consagrado. Pero esto no poda
-continuar. Qu se dira? Qu ramos pblico para contentarnos con
-cualquier cosa? Nada, nada de dejarse sugestionar... A la primera
-ocasin... Y la primera ocasin ha sido _Chantecler_. Dirase que,
- falta de mayores solemnidades, habamos querido conmemorar en l
-la fecha prxima del Dos de Mayo. Lo que no consiguieron bombos y
-reclamos previos, acabar por conseguirlo la desconsideracin de
-algunos pblicos con una obra de noble y elevado arte: imponerla, por
-fin, la admiracin de todos. Ya quisiramos que gallos como ese nos
-cantaran todos los das en nuestros corrales! Para una vez que nos
-hemos sentido carabineros del arte... de las pocas veces que no vena
-contrabando!
-
- * * * * *
-
-La palabra de Dios es el silencio, y, si alguna vez comprendemos en
-toda su grandeza esa divina palabra del silencio, es cuando una mujer
-linda y graciosa nos dice nos canta tonteras desde un escenario.
-Para admirar una linda hechura de Dios, qu necesidad hay de
-molestarnos con idioteces? No bastara con una bien compuesta danza
-para mostrarnos la gracia de las actitudes? No bastara con pasar y
-sonreir? Es preciso ms para que una mujer bella enamore? Y, si algo
-ha de decirnos, sea en una lengua extraa, slo comprensible como
-una msica... No quiebre el ritmo de una bella armona el desentono
-de las palabras chabacanas. No es la belleza la que ha de acercarse
- nosotros; somos nosotros los que hemos de acercarnos ella,
-alejndonos de la realidad... Y no es el mejor puente la letra de algn
-_couplet_ que, slo se salva de lo canallesco, para caer en lo insulso.
-
- * * * * *
-
-Hasta ahora estuvo considerado el grajo como una de las aves
-benemritas de la agricultura, por la gran cantidad de insectos y
-de alimaas, perjudiciales los campos, de que se alimentaba. Pero
-no somos nadie! Ni los estmagos, ni las conciencias, ni ay! los
-bolsillos--gran estmago de los racionales civilizados--resisten
-un minucioso examen. Despus de registrado el buche de unos cuantos
-grajos--los bastantes para dar autoridad la estadstica,--el
-implacable anlisis viene en exonerar toda la casta de sus
-preeminencias y consideracin sociales como protectora de la
-agricultura. La cantidad de animalitos daosos engullidos por el grajo
-no guarda proporcin con la gran cantidad de semillas y de granos
-que devora. Por lo tanto, no hay para qu respetarle, y, en adelante,
-pasar la triste categora de los perseguidos y cazados sin tregua.
-
-Aplicado este mismo anlisis estomacal muchos grandes personajes
-y respetables Corporaciones, hasta ahora considerados y respetadas
-como de utilidad social, no tendramos el mismo resultado? Lo que
-protegen por una parte, estar compensado por lo que daan de otra?
-No tragarn ms grano provechoso que animalillos perjudiciales?
-Cunto grajo no estar viviendo por esos campos, de un respeto mal
-fundamentado! Se impone la autopsia de unos cuantos, la hora plcida
-de la digestin, para saber qu atenernos.
-
- * * * * *
-
-Como siempre que se proyectan grandes festejos, de lo proyectado lo
-realizado va... la distancia que hay de las necesidades de Madrid los
-cuidados de su Ayuntamiento. No; aqu ni comemos ni nos remos. Como
-festejo extraordinario, ya nos contentaramos con que nos lavaran un
-poco.
-
-El problema de la mendicidad--grandes problemas son siempre aquellos
-para cuya resolucin hace falta mucho dinero: el problema de la
-vida, el problema de las subsistencias, el problema de la enseanza,
-etc...--sigue en estudio. Textos en que estudiarle no faltan. Dentro de
-poco, para poder andar tranquilamente por Madrid, habr que vestirse
-de harapos. Ser el nico modo de que le dejen uno tranquilo. Aadan
-ustedes en estos das, los mendigos de siempre, los electorales:
-El voto, por amor de Dios! Esta candidatura, que no he comido en
-todo el ao! Ya no sabe uno quin dice: Perdn, hermano, : Estoy
-comprometido con los socialistas.
-
-Grandes das estos para disponer de un aeroplano! Feliz el conde
-de Romanones, nico espaol quien no le preocupan los asuntos
-electorales!
-
-
-
-
-XVI
-
-
-Salvo el gnero de tropelas, mudanza que los siglos van trayendo, pudo
-compararse al difunto rey Eduardo VII con aquel otro rey de Inglaterra,
-Enrique V, hroe de la batalla de Argincourt, protagonista en varios
-dramas historiales de Shakespeare. Como el alegre y despreocupado amigo
-de Falstaf y Pistol, supo ser, como rey en su da, muy otro que como
-prncipe de Gales.
-
-No podra decirse de l que fu el prncipe que todo lo aprendi en
-los libros. Mucho aprendi en la vida, y no fu desaprovechada la
-enseanza. Una buena Prensa le prodiga elogios, que no le regatear
-la Historia. Estmanse las virtudes de los grandes, y es justo que
-as sea, por comparacin con sus iguales; as no es de extraar que,
-con las cualidades que apenas libraran un seor particular, en la
-hora de su muerte, del piadoso comentario de alguna buena amiga: Qu
-descansada se habr quedado la familia!, la Historia se d por contenta
-para proclamar: Era un gran rey!
-
- * * * * *
-
-Si en la satisfaccin del triunfo cabe siempre una gota de amargura,
-habr dejado de saborear su provechosa medicina el gran D. Benito
-Prez Galds? Cmo puede escapar su observacin lo fcil de una
-carrera poltica y lo difcil de una carrera literaria? La primera
-serie de sus _Episodios Nacionales_ y muchas de sus admirables novelas
-llevaba publicadas don Benito y no poda contar con el nmero de
-lectores con que, slo en dos aos de republicano, ha podido contar de
-electores.
-
-De lectores electores hay una sola letra de diferencia; pero qu
-gran diferencia en nmeros!
-
-Y cmo comparar el mrito de la labor literaria de toda una vida con
-los merecimientos de dos aos de republicano, aunque contemos como
-literatura y como republicanismo el sinnmero de cartas de adhesin
-todas las paellas tricolores, en torno las cuales se haya reunido
-siquiera media docena de republicanos?
-
-Cuarenta mil votos! Una duda: de la primera novela que publique,
-vender tan fcilmente D. Benito 40.000 ejemplares?
-
- * * * * *
-
-Siempre que un Gobierno sale malparado de unas elecciones, le queda
-el consuelo que las mujeres feas y pobres: atribuir su honradez
-toda su desgracia. Si yo hubiera sido como otras! Esto me pasa m
-por ser honrada! Ninguna dice: Esto me pasa m por ser fea! Que
-era el caso de la candidatura monrquica en Madrid. Claro es que ser
-diputado por Madrid significa poco; aqu no hay mangoneo ni caciqueo.
-Las grandes figuras de la poltica prefieren sus feudos provincianos.
-Para Madrid quedan unos cuantos seores de buena voluntad y mejor fe,
-dispuestos gastarse muy buenos cuartos. Pero ay! Madrid tiene otras
-teclas que tocar que los distritos rurales. Aqu se fuma y se bebe todo
-el ao y no se le asusta nadie con un apremio, ni con un recibo...
-Ser verdad que los electores monrquicos hayan andado despegadillos?
-Como entre ellos hay gente de dinero y muchos tienen automvil y el da
-estaba bueno... Por eso, no ser malo, para otra vez, confiar menos en
-los electores y algo ms en los elegibles.
-
- * * * * *
-
-Muchas personas de viso, de esas que se abstendran, por comodidad
-por abandono, de votar la candidatura monrquica, han andado en estos
-das poco menos que media asta con motivo del fallecimiento del rey
-de Inglaterra. Bueno est vestir la inglesa y vivir la inglesa y
-pagar la inglesa, pero entristecerse la inglesa tambin! Mucho se
-haba divertido el noble difunto, pero no hasta el extremo de que tanta
-y tan buena gente le llore como un padre.
-
-Los actores franceses son los que han tenido una ocasin ms de
-exhibirse. No hay uno que no haya sido gran amigo del rey Eduardo y no
-tenga que contarnos alguna chispeante ancdota. A Febvre, ex socio de
-la Comedia Francesa, le regal un bastn; Rjane, una sortija; Sarah
-oh, Sarah! le reprendi una vez severamente porque se acerc ella
-sin quitarse el sombrero. Siempre fu el teatro la mejor escuela de
-buena crianza. Pero todos estn inconsolables. Le queran mucho.
-
-Menos mal. Ya dijo Hamlet, prncipe muy aficionado al teatro, que ms
-nos valiera tener un mal epitafio que una mala reputacin entre los
-comediantes.
-
-
-
-
-XVII
-
-
-Ya nos ha salido el susto del cuerpo. Es posible que muchos, sobre
-todo muchas, de las que ms se regocijaran en la noche de la temida
-fin del mundo, no les haya salido todava les salga de aqu unos
-meses, mayor gloria y perpetuidad de este pcaro mundo.
-
-Si es cierto lo que asegura Renn en su _Abadesa de Juarre_, que, ante
-la muerte prxima, el amor se envalentona y se deja de miramientos
-hasta decir Fuera cuidados!, esperemos que el cometa Halley, en vez de
-acabar con el mundo y sus habitantes, nos habr dado cuerda para mucho
-tiempo.
-
-La verdad es que, para lo atrasadillos que andamos, segn dicen,
-no hemos sido de los que ms se han puesto en ridculo por esos
-mundos. Estamos tan hechos pronsticos de nuestro fin! Y siempre
-es preferible que el mundo se acabe para todos acabarse uno para
-el mundo. Mundo tenemos en general, y ojal tuviramos vida en
-particular hasta la llegada de otro cometa, y aun es posible que
-hasta la terminacin de la Gran Va, y, exagerando un poco, hasta
-el advenimiento de la Repblica. Las revoluciones, lo mismo en las
-celestiales que en las terrenales esferas, nunca las traen cometas
-andariegos y revoltosos, por mucha cola que aparenten. Es preciso algn
-astro de primera magnitud, y por ahora... todo es va lctea en las
-celestiales y en las terrenales esferas.
-
- * * * * *
-
-Para los que se pagan de nombres--Repblica, Monarqua,--ah tienen
-la Repblica Argentina y su Gobierno vindose obligados, en plena
-apoteosis de su engrandecimiento y prosperidad, declarar el estado
-de guerra; medida que, con el inters de los ms, acaso baste
-conseguir una tregua de fiestas patriticas. Pero el problema queda
-en pie. Y el problema all es del mundo entero. Digan unos: Patria;
-otros: Humanidad, siempre sientan bien estos nombres sonoros y nobles.
-En realidad, riqueza de un lado, miseria de otro. Ms peligroso es
-el conflicto en esos pueblos jvenes, adonde llegan todos los das
-miles de conquistadores de todas las razas y de todos los pueblos. Y
-conquistadores sin bandera, desarraigados de su patria, luchar por
-s, enriquecerse, si es posible, en provecho propio... Cmo exigir
- tanto egosmo humano el sacrificio por una idea nacional? No bastan
-los intereses materiales, opuestos de clase clase, cuando no de
-individuo individuo, unir voluntades y sentimientos en ese algo
-inexplicable que se llama ideal nacional. Es ley fatal humana que, en
-las causas de nuestra grandeza, est el mayor peligro de nuestra ruina.
-El talento, el valor, la riqueza, la hermosura tienen en s mismos su
-mayor enemigo. La Repblica Argentina es inmensamente rica y generosa.
-Pero si todos quieren ser inmensamente ricos en ella, bastar toda
-su generosidad? No tendr cada paso un conflicto entro su inters
-nacional y tantos intereses de tantos, por desligados de su patria,
-ms desligados de una patria extranjera? He aqu el peligro y he aqu
-el problema de la Repblica Argentina. Lo que hoy es un gran pueblo,
-llegar ser una gran nacin? Llegarn sumarse tantos intereses
-egostas en un solo egosmo ideal? Gran cosa es que en un pueblo todos
-procuren ser ricos, condicin de que todos tambin estn dispuestos
-morirse de hambre en un da. Con la primera cualidad, dominante en la
-Repblica Argentina, y la segunda, dominante en Espaa... gran nacin!
-
- * * * * *
-
-Millones de flores, que representan millones de pesetas, cubrirn la
-tumba del rey Eduardo de Inglaterra. Los economistas republicanos, que
-hallan sus mejores argumentos contra la Monarqua en publicar lo que
-cuesta el sostenimiento diario de unas caballerizas reales, no dejarn
-de filosofar ante ese derroche de flores. No pensarn lo mismo las
-floristas ni los floricultores. Y siempre que un seor de esos que,
-por alardear de modestia, deja dispuesto en su ltima voluntad que no
-se deposite coronas ni flores sobre su cadver y que se le entierre con
-la mayor sencillez, pienso en la oracin fnebre que han de dedicarle
-los empresarios de pompas fnebres y los fabricantes de coronas: Vaya
-con el hombre, qu hora ha ido acordarse de ser modesto! Yo creo
-que la mayor modestia es no disponer nada y dejar los ricos que
-hagan su gusto y su voluntad y los funerarios su negocio. El que uno
-se muera no es razn para que no vivan los dems. A m me parece muy
-bien todas esas flores y ese dinero que se gastan los ingleses. Las
-flores nunca son caras. Adems, los vivos son lo bastante vivos para no
-dedicar flores al muerto; las flores son los que quedan.
-
-Recuerdo que un gran personaje se le muri un sobrinito, y la casa
-se llen de coronas y de flores y el entierro llev el ms lucido y
-numeroso acompaamiento, y decan los familiares de la casa: Si esto
-es por el sobrino, cuando el seor muera! Pero el seor, al morir,
-no dejaba familia de importancia, ni, de ella, nadie que pudiera
-dar destinos ni dispensar favores, y al entierro... dos peseteros y
-los precisos operarios. Seores muertos: nada de consideracin con
-los vivos; admitan ustedes coronas y flores, y la familia dejarle
-encargado el entierro de primera y con mucho clero: que vivan todos.
-Siempre hace bien ver caras alegres en un entierro.
-
-
-
-
-XVIII
-
-
-Todo Gobierno, al emitir su respectivo discurso de la Corona, bien
-puede disculparse, como el aldeano de Molire:--Si digo siempre lo
-mismo, es porque siempre es lo mismo; que si no fuera siempre lo mismo,
-no dira siempre lo mismo.
-
-Si los anteriores Gobiernos hubieran realizado todas las bellas y
-grandes cosas prometidas en sus sendos discursos, nada quedara por
-realizar, ni siquiera por prometer, y holgara un nuevo discurso de
-discursos (revista de revistas).
-
-Si de la vida dijo Shakespeare que era fastidiosa como un cuento odo
-dos veces, qu sern estos discursos tantas veces odos? As nos hemos
-acostumbrado orlos con el ms consecuente escepticismo, reflejo tal
-vez del escepticismo que suele dictarlos.
-
-En fin, como el escepticismo es puerta entornada, por qu no hemos
-de conceder estos discursos siquiera la confianza que ponemos en la
-lotera? Alguna vez puede tocar. No aspiremos al premio gordo.--El
-programa ideal. No es eso?--Si tocara una aproximacin!
-
-En lo que no cabe por esta vez escepticismo es en lo del vigoroso
-llamamiento al crdito. Esa es la eterna subida del vino: que nunca
-mejora de calidad, aunque suba de precio.
-
-Por si no bastaba con un discurso, hemos tenido dos: el de la Corona
-y el de la coronilla, cargo del jefe del partido conservador, muy
-empeado en llevar vela en este entierro, que bien puede serlo si no
-hay tiempo un capirotazo enrgico que apague esas velas y cirios que
-ya han deslucido bastante.
-
-Entre los dos discursos nos quedamos... con el Mensaje de la Asamblea
-agrcola; de menor resonancia, pero de ms slida y aplicable doctrina.
-
- * * * * *
-
-Prximas terminar las representaciones de Novelli en Lara, cerrados
-muchos teatros de invierno--algunos ms propios de verano por la
-frescura de obras y artistas,--no queda en Madrid ms espectculo
-atractivo que las sesiones del Congreso y alguna cmica, especial,
-del Senado, que cuenta para el gnero con eminentes y acreditados
-caractersticos.
-
-Las distinguidas aficionadas al Parlamento, en todas sus
-manifestaciones, particulares y pblicas, ya tienen dnde pasar la
-tarde y en dnde distraerse hasta el veraneo, retrasado, como siempre
-por los deberes polticos de los maridos, padres, etc.
-
-El elemento femenino ha de interesarse mucho en la actual legislatura.
-Hay que evitar la condenacin de ms de cuatro amigos arriesgados en
-alguna votacin peligrosa. Sera una lstima no poder encontrarse con
-ellos en celestiales moradas, como ahora en las ms elegantes casas,
-por culpa de un proyecto de ley! Hay liberales muy simpticos, y hasta
-con dinero; el partido conservador no tiene monopolizadas estas dos
-bellas cualidades para brillar en sociedad.
-
-Yo s que estas horas hay quien eleva plegarias y hace ofrecimientos
-por la salvacin de algunos ministeriales. No teman las distinguidas
-intercesoras; llegado el caso, todos han de salvarse, ms que por
-vuestra intercesin, por propia iniciativa, al grito dispersador de:
-Slvese el que pueda! No roguis por ellos; rogad por vosotras y
-por vuestros hijos, diremos parafraseando palabras de Jess. Porque
-si pudierais ver, como El, en lo venidero, verais lo que mejor os
-estaba y les estaba todos para evitar mayores males. Verdad es que si
-vosotras tuvierais inteligencia y cultura para comprender estas cosas,
-hace mucho tiempo que estaran resueltos muchos problemas por s solos.
-
- * * * * *
-
-El orgullo nacional de los franceses, irreductible, sobre todo
-tratndose de su arte, se halla muy resignado con ver su Pars invadido
-por toda clase de espectculos extranjeros. Opera italiana, comedia
-belga, baile ruso; sin contar innumerables artistas, autores y msicos
-de diferentes nacionalidades repartidos por diferentes teatros.
-
-A mal tiempo amable sonrisa, y ellos venden por generosa hospitalidad
-lo que regaadientes soportan. Claro es que los comediantes belgas
-son una pobre gente sin pizca de _chic_, aunque sean ms espontneos
-y naturales que los amaneradsimos actores franceses, apestantes
-Conservatorio y Comedie Franaise; que Caruso no puede compararse
-con los admirables tenores de la Gran Opera, con sus voces de gato
-pisado... Slo ante los bailarines rusos humillan su superioridad,
-y eso porque, segn ellos, todo su arte es de la ms pura tradicin
-francesa.
-
-Como espectculo propio no han ofrecido, autores y actores franceses,
-en estos ltimos tiempos, nada ms interesante que la pelotera entre
-Bataille--el nombre obliga, y l se encarga de justificarlo--y la gran
-Sarah, slo comparable la guardia napolenica en lo de dar que hablar
-hasta sucumbir.
-
-En Pars, como en todas partes, se perecen por estos chismes teatrales.
-Hasta que los Tribunales dieron la razn Bataille, todo el mundo
-estaba de su parte; en cuanto tuvo la justicia por suya, consideraron
-que ya tena bastante, y todo el mundo se puso de parte de Sarah.
-Cuando se atrevi embargarla sus muebles y los ingresos de su
-teatro... no se diga! Los mayores enemigos de la actriz se aprestaron
- defenderla contra el autor. Se lleg decir que Bataille haba
-insultado Francia en la persona de Sarah.
-
-Aqu, por fortuna, no se llevan punta de embargo estas cosas de
-teatro, que no valen la pena. Slo sabemos de un empresario capaz de
-embargar sus autores; pero con el mayor cario y sin dejar por eso
-de representarles sus obras, para mejor garanta del embargo... Los
-dems, todos buenas personas. Nos peleamos, hacemos las paces, nos
-odiamos, volvemos querernos; pero todo con la mayor modestia, sin
-indemnizaciones y sin reclamos.
-
-
-
-
-XIX
-
-
-Las mujeres son, por lo general, conservadoras, muy respetuosas
-con lo tradicional y establecido; pero cuando una mujer da en
-revolucionaria... Nada menos que todo el sistema planetario nos ha
-trastornado una distinguida dama, miss Craig, en interesantsima
-conferencia dada en el Ateneo.
-
-No era la flor que ms se haba presentado hasta ahora, en el ramo
-de la sabidura femenina, sta de la astronoma. Bueno es que la
-mujer se vaya poniendo en comunicacin con el cielo de mejor modo que
-con importunas plegarias petitorias. La aparicin, mejor dicho, la
-desaparicin, y para nosotros ay! despedida, sin beneficio, del cometa
-de Halley, ms de su cola natural, se ha trado otra muy larga de
-discusiones entre los astrnomos. A consecuencia de todas ellas, se
-inicia el descrdito de algunas verdades, que ya haban durado lo
-bastante, para obtener, sin que nadie pueda molestarse, su jubilacin y
-pase la escala de reserva. Todo nuestro respeto para estas mentiras
-de hoy, que fueron las verdades de ayer, y aprendamos por ellas
-respetar las mentiras de hoy, que tal vez sean las verdades de maana.
-
-Los estudios de miss Craig son muy serios y no deben tomarse broma.
-Sin llegar las atrevidas afirmaciones de la conferenciante, otros
-astrnomos de gran renombre han coincidido recientemente en negar
-las teoras de Newton sobre las leyes de gravitacin y de atraccin
-universales.
-
-Por mi parte, celebrara mucho que se salieran con la suya; porque, con
-todo el respeto Newton, eso de que cuando uno cae, cae por atraccin,
-me pareci siempre una tontera. Es para escamarse el que Newton se
-le ocurriera viendo caer una manzana; desde los primeros das del mundo
-la manzana fu siempre fruta ocasionada funestas equivocaciones.
-
-En este caso nada se ha perdido; todo es que los pobres muchachos
-estudiantes del bachillerato tengan que aprenderse una nueva teora...
-hasta otra. Los licenciados y doctores pueden seguir sirvindose de la
-que estudiaron en sus libros. Ms se ha adelantado en otras materias,
-de aplicacin ms inmediata, y hay quien se anda en el Fuero Juzgo y
-sus equivalentes.
-
-Entre las afirmaciones de miss Craig, la ms alarmante es la de que el
-sol nos ha estado engaando miserablemente. La luz que nos alumbra no
-es cosa suya. Yo no se cmo no habamos cado antes en ello, cuando
-en el Gnesis se habla de la creacin del sol y de las estrellas,
-por una parte, y por otra se dice que la luz fu hecha. Con la nueva
-explicacin no hay, pues, que temer un nuevo conflicto entre la
-Religin y la Ciencia. Ms vale as; que bastantes hemos tenido, sin
-contar con los que esperan al Gobierno con la Nunciatura. Quedan, en
-cambio, inservibles todos los embustes y ponderaciones:--Tan verdad
-como el sol que nos alumbra!--Inservibles tambin una porcin de odas y
-de comparaciones. Pero ya vern ustedes cmo el sol contina viviendo
-del crdito durante mucho tiempo. Hasta en eso va parecernos ms
-espaol: en vivir de las apariencias.
-
- * * * * *
-
-Ranse ustedes de imperiales cortejos en Roma, triunfos carnavalescos
-de los Mdicis en Florencia, tramoyas del Buen Retiro y pastorales de
-Versalles. Todo es pobretera en parangn con la admirable _carrozada_
-que nos han presentado. Menos mal que slo estbamos la familia y los
-amigos, como en funcin casera, y apenas haba entre los espectadores
-quien no tuviera en la cabalgata un pedazo de su corazn una prenda
-de su guardatrapos.
-
-Qu mal aficionado representar comedias no habr saludado con
-emocin aquellas trusas y aquellas pelucas? La intencin era buena;
-pero ya sabemos que de buenas intenciones est pavimentado el infierno
-y de peores debe estarlo Madrid, segn el aspecto de sus calles.
-
-Organizar una cabalgata, presentable plena luz del da, es cosa
-que requiere mucho dinero y mucho arte. Otro hubiera sido el efecto
-amparndose de las sombras protectoras de la noche y al favorable
-engao de antorchas y bengalas. Sin contar con que las fiestas
-nocturnas son ms agradecidas; como que en ellas s que puede
-decirse que el espectculo est en el espectador, mejor dicho, en la
-espectadora, y lo que se ve es lo de menos. Hay funcin de fuegos
-artificiales que no se olvida nunca, y bien sabe Dios que no es por
-los cohetes. En todo festejo popular hay que atender estas emociones
-reconcentradas, por si fallan las exteriorizables.
-
- * * * * *
-
-Con excepciones muy contadas, es tan general como deplorable la aficin
-de los buenos actores representar malas comedias. Lo que ellos gozan
-entregndose en cuerpo y alma la ingrata tarea de levantar muertos!
-La de esperpentos dramticos que gozan honores de obras inmortales
-gracias la interpretacin de algn gran comediante!
-
-Buena prueba es el repertorio que se ha trado Novelli, como para
-examinar de paciencia sus muchos admiradores. No hay idea de lo
-satisfechos que se quedan algunos actores cuando el pblico sale del
-teatro diciendo:--Todo muy malo, todo; pero l! El solo! Slo l!
-El peligro de este inmoderado afn solitario est en que el pblico
-se canse de decir:--El solo! El solo!, y se decida ponerlo en
-prctica, dejndole solo en efecto. No merece otra cosa la vanidad de
-algunos comediantes que llegan creerse que ellos solos son una obra y
-un teatro.
-
- * * * * *
-
-Para tranquilizar los cortadores de cupones, los ms alarmados al
-menor sntoma republicano--si habr confianza en la cuadrilla!,--se
-apresta D. Jaime estrenar un caprichoso uniforme, regalo de sus
-esperanzados creyentes. Es de suponer que al regalito acompae su buen
-paquete de alcanfor su naftalina. De airearse el uniforme habra
-que convenir en que se haban apolillado otras muchas cosas. Que
-hay polvareda es indudable. Confiemos en que el Sr. Canalejas sabr
-servirse del plumero propio y en ningn modo de los zorros que alguien
-pueda ofrecerle; considere que la opinin est con la escoba levantada
-y en alguna parte tal vez la tengan pajas arriba y detrs de la puerta,
-como se usa entre supersticiosos para despedir visitas molestas.
-
-
-
-
-XX
-
-
-Me preguntan algunos amigos si no dir nada del discurso de D.
-Alejandro Pidal, en contestacin al discurso de D. Leopoldo Cano, de
-todas mis simpatas, como autor y como persona. Para qu decir nada?
-Toda la elocuente diatriba contra el teatro moderno, sin demostrar otra
-cosa que no haberse tomado el trabajo de conocerlo, no es la misma con
-que ilustres correligionarios de D. Alejandro Pidal, y quizs l mismo,
-anatematizaron el teatro de Echegaray, el de Sells y el de Cano? El
-de este ltimo con mayor ensaamiento. Quin no recuerda la crtica
-de _La Pasionaria_, escrita por el buen D. Manuel Caete, cabeza
-parlante del grupo ultramontano de la Academia Espaola? Cmo haban
-de perdonarle aquello:
-
- Y muertos en la trinchera,
- resucitan en Madrid?
-
-Y aquello otro (cito de memoria; pero no es muy mala, Dios gracias):
-
- ... Son rezadores maestros
- que, devotos y contritos,
- andan comprando delitos
- cuenta de Padresnuestros.
-
-As como as, D. Leopoldo Cano, cuando otros mritos no tuviera, y
-tngole en muy alto concepto, fu, y esperamos que siga sindolo, de
-los autores ms valientes y ms sinceros de la escena espaola.
-
-As lo ha reconocido D. Alejandro Pidal, con todas las cualidades
-que en otro tiempo parecieran graves defectos. Oh! La Academia no
-es rencorosa. Basta con dejar de escribir por algn tiempo para que
-los atrevimientos parezcan moralidades, el verismo, idealidad y la
-cscara amarga hueso dulce. No sabemos todos que la Academia no
-llevan las obras que se han escrito, sino las que se han dejado de
-escribir?
-
- * * * * *
-
-Con tantas graves y grandes preocupaciones, no es de extraar que lo
-mejor pase inadvertida alguna pequea enormidad, como la de declarar
-contrabando un encendedor automtico, sin ms razn ni fundamento que
-el perjuicio un monopolio del Estado. Ya sabamos que todo monopolio,
-los hay de muchas formas y clases, era siempre un obstculo todo
-progreso; pero nunca se haba declarado tan descaradamente. Segn eso,
-cada vez que encienda usted su cigarro una llama que no sea la legal
-de la cerilla monopolizada es usted ms contrabandista que los de
-_Carmen_. Los encendedores elctricos de los Casinos y otros Crculos,
-los mismos aparatos denunciados que, en otra forma, se usan para
-encender los cigarros de sobremesa, contrabando tambin; cuando pide
-usted lumbre un transeunte, aparte la impertinencia, incurre usted en
-delito... Con la misma razn pudo declararse contrabando el gas cuando
-vino sustituir al aceite y al petrleo, y la luz elctrica despus...
-Y las empresas de ferrocarriles debieran declarar contrabando el
-automvil, porque mucha gente lo prefiere al tren para viajar, con
-perjuicio de las Compaas... Y, por este sistema, tambin pueden tener
-razn los protestantes, aunque les moleste el nombre, contra la ley
-de los signos exteriores, que tambin ellos venan disfrutando de un
-monopolio tan respetable como el de las cerillas.
-
-No sabemos si habrn protestado los fabricantes y expendedores del
-aparatito en cuestin; pero no slo ellos, todo el mundo debiera
-protestar contra esa pequea enormidad, expresiva muestra de otras
-enormidades cometidas en nombre de _trusts y_ monopolios...
-
- * * * * *
-
-Nuestro Ayuntamiento, con miras ms altas que las aceras y arroyos,
-se propone limpiar los rtulos anunciadores de toda incorreccin
-gramatical. Por lo pronto, ha ido fijarse en lo de carnecera,
-que les parece anticuado. Anticuado? Por qu? El movimiento se
-demuestra andando, y el mismo uso constante demuestra que no hay tal
-antigedad. Ya s yo que suena ms fino carnicera, slo que es otra
-cosa. Ya basta, para los que venden la carne en malas condiciones,
-hacer carnicera en nuestro estmago, sin anunciarlo por adelantado.
-Bien est lo de carnecera cuando de vender carne se trata, y djese
-la carnicera para luchas de fieras, campos de batalla, operaciones
-quirrgicas y otros destrozos en carne viva muerta. Qu opina el
-_Chico del Instituto_, cuya autoridad me someto por adelantado?
-
-En cuanto al uso del infinitivo por el imperativo, s es cosa fea;
-pero yo, que siempre prefiero lo ordinario lo cursi y creo que el
-vulgo tiene siempre razn al hablar, estoy por decir que hasta cuando
-dice haiga, hallo el imperativo tan redicho y con un sabor mandato
-de rey de teatro: Salid! Llegad! Teneos!, que estoy por preferir
-el infinitivo, incorrecto y todo. Lo de Llevar la izquierda, ya
-sabemos todos que es un modo abreviado de decir: Hay que llevar la
-izquierda. No es tan grave falta que no llegue entenderse lo que
-se quiere decir. Escritores de muchas letras, y acadmico alguno, ha
-escrito: No rerse, no asustarse. Y, en efecto, nadie se ha redo y
-nadie se ha asustado. Bien estn la correccin y limpieza del idioma
-por esas calles, mientras llega la limpieza de las calles mismas; pero
-no vayamos ponernos tan finos como aquella damisela que, por no usar
-trminos vulgares, sola decir: Mam, haga usted la vista gruesa.
-
-
-
-
-XXI
-
-
-Saludemos dos autores noveles, no desconocidos: los Sres. Godoy y
-Alberti, triunfadores en el concurso de obras dramticas abierto, con
-excelente acuerdo, por el Ayuntamiento y por la empresa del teatro
-Espaol. El nombre de los autores, vigoroso poeta el uno, literato de
-gran cultura el otro, tanto como el nombre de los jurados, garantiza
-el acierto. Razn hay para esperar la ms favorable confirmacin por
-parte del pblico; aunque un pblico del que han de formar parte
-muchos de los concursantes no favorecidos, no es para desersele
-nadie. El teatro Espaol, por su carcter oficial, por disfrutar de
-una subvencin, es el que menos puede excusarse de admitir obras de
-autores noveles. Qudese para los empresarios industriales el creer que
-slo conviene su negocio representar obras de autores consagrados,
-que, veces, en una sola equivocacin perjudican ms que favorecieron
-con diez aciertos. Hay que convenir en que el pblico, rutinario
-siempre, es cmplice de las empresas en esto de no interesarse ms
-que por las obras de un limitado nmero de autores. Si el pblico
-mostrara mayor inters por conocer obras nuevas de nuevos autores,
-yo creo que las empresas procuraran complacerle. Tanto, pues, como
-vencer la resistencia de las empresas y de los autores monopolizadores,
-importa vencer la desconfianza del pblico. Esto slo ha de lograrse
-en fuerza de grandes aciertos. Pero es preciso dar facilidades para
-que sean posibles. Segn las mejores referencias, la obra premiada
-hay que aadir otras muy estimables entre las presentadas al concurso.
-Las empresas de los diferentes teatros, en justa proporcin, deben
-admitirlas para su representacin en la temporada prxima. Conveniente
-sera establecer por costumbre, ya que sobre ello fuera algo tirnico
-legislar, que un mismo autor no pudiera estrenar ms de una obra
-por temporada en el mismo teatro. Nadie ira perdiendo. El pblico
-hallara mayor novedad, los actores evitaran el amaneramiento que
-trae, sin darse cuenta, el representar obras del mismo corte, y los
-autores ms admirados el peligro de fatigar la admiracin, lo ms
-fatigable que existe.
-
- * * * * *
-
-Siempre que asisto que un banquete, sea de homenaje, sea de
-confraternidad, aparte la lubina la mayonesa, que, por lo inmutable,
-representa el elemento filosfico, la figura ms interesante para mi
-atencin es la del camarero. El camarero tambin es filosfico. Han
-pasado tantas lubinas patriticas, polticas y artsticas por sus
-manos! El camarero y la lubina no tienen convicciones. Saben que hay
-un mismo _menu_ de homenaje para todos. Qu indiferencia la suya ante
-las lubinas oratorias, la hora del Champagne, que tampoco tiene
-secretos para l! La cocina y las atenciones del servicio, como los
-bastidores del escenario los tramoyistas, le han quitado toda ilusin
-sobre lo que se come y lo que se representa. Suenan magnficas las
-grandes frases de los discursos, y el camarero, mientras pregunta con
-voz discreta por su jurisdiccin: Cognac Chartreuse?, percibe el
-comentario malicioso de los comensales, que es como el _pizzicato_
-burln que acompaa en sordina la frase apasionada en la serenata del
-_Don Juan_, de Mozart.--Qu gran batata!--oye el camarero.--Deca
-usted?--Ah! Nada... No es ti... Chartreuse. Y suena un bravo!
-y no suenan las risitas, ahogadas en un sorbo del licor estomacal.
-Pero el camarero piensa:--A quin se engaa aqu?--No; no es l,
-ciertamente, simblico y significativo en aquel momento; representacin
-de todos los que no tienen puesto en esos banquetes, en donde la
-ms brillante representacin de las llamadas clases directoras, sin
-engaarse ellos mismos, creen haber convencido los dems.
-
- * * * * *
-
-No hace muchos das indicaba que el dolo de oro acaso tena los pies
-de barro.
-
-El viajero superficial suele deslumbrarse con las brillantes
-apariencias. Dura y tenaz ha de ser la lucha de los Gobiernos en
-la Repblica Argentina para vencer al anarquismo; acaso ms de una
-vez peligren en ella sus instituciones democrticas y su generoso
-humanitarismo. Das de prueba aguardan al ilustre hombre que marcha
- presidir los destinos de un pueblo joven, por transfusin de tanta
-vieja sangre, acaso envejecido antes de tiempo. Salaverra, en su
-admirable libro _Tierra argentina_--tan justo de observacin y tan
-artsticamente desapasionado,--celebra y admira la fuerte dignidad
-del trabajador de all en los ms humildes oficios, tan opuestos su
-servilismo, rastrero en ocasiones, de nuestras viejas tierras. Bien
-estara esa dignidad si no tocara en desabrimiento. Yo no he conocido
-nada ms desagradable que la gente--mal puede llamarse humilde--de
-Buenos Aires. Muy impuestos en sus derechos, eso s; ni toleran una
-reprensin destemplada ni agradecen tampoco una atencin cariosa. Con
-lo que se les debe les basta. Pero, como dice Bernardo Shaw, qu
-sera del mundo si todos nos diramos hacer lo justo?
-
-Con esa violenta disposicin de espritu en los de abajo, causa
-efecto de violenta disposicin en los de arriba, las ideas anarquistas
-prenden con facilidad y se propagan con rapidez. Cmo andar ello, que
-muchas familias distinguidas de Buenos Aires haban decidido quitar
-casa y hacer vida de hotel por serles imposible tolerar las exigencias
-de los criados! Durante los treinta cuarenta das que permanec en
-un hotel conoc veinte criados distintos slo en en el servicio de mi
-habitacin. En el comedor todos los das veamos caras nuevas. Un da
-hubo huelga general; no qued un solo criado en el hotel; en todos
-suceda lo mismo. En uno de ellos no se contentaron con abandonar el
-servicio, sino que, para causar mayor trastorno, antes de despedirse
-deshicieron las camas, desarreglaron las habitaciones y estropearon la
-comida preparada. Todo en uso de su perfecto derecho. Las huelgas de
-los diferentes gremios no pueden contarse. Ahora empiezan las bombas. A
-la violencia responder la violencia... Ya vern los que murmuran de
-las Monarquas lo que hace una Repblica cuando llega el caso. Creo que
-el espectculo y la leccin han de ser interesantes, aunque tal vez no
-sean provechosos ni aprovechables.
-
- * * * * *
-
---Ha visto usted el sombrero de las mil pesetas?--Aqu no puede
-decirse del ala, suponemos que entrar todo en el precio.
-
---Mil pesetas un sombrero? Ser una tiara.
-
-Aqu slo algunas seoras de esas que andan ahora tan ajetreadas y todo
-el ao tan trajeadas, puede gastarlos parecidos. Los clebres sombreros
-de la Maison Virot--hoy dividida en dos razones sociales,--una monada
-de sombreros, se han cotizado siempre entre los 300 y 500 francos. De
-esto s yo una barbaridad; si supiera tanto de otras cosas, hubiera
-llegado ser algo. Con el tamao sobrenatural de los de ahora, no es
-extrao que suban el precio. Slo de plumas hay sombrero que se lleva
-en el adorno un avestruz entero. De modo que, para pagarlo, hay que
-desplumar por lo menos otro poner contribucin toda una manada:
-este una pluma, al de ms all otra... Pero si estaremos desquiciados!
-El otro da, mientras dos seoras iban hablando por la calle, muy
-acaloradas, de las cuestiones polticas y religiosas de actualidad,
-pasaron dos curas, y de qu creen ustedes que iban tratando? Del
-sombrero de Ursula Lpez. Se convencen ustedes, seoras mas, de que
-no peligra nada fundamental?
-
-
-
-
-XXII
-
-
-No es cualidad espaola el proselitismo. Nos damos tan mala maa al
-sostener nuestras ideas y doctrinas, que slo sabemos exponer lo
-esquinado con toda su hiriente dureza, en vez de suavizar las aristas
-con blandas redondeces. Ms prontos al brusco ataque que la serena
-defensa, an no hemos llamado con nuestra voz cuando ya hemos espantado
-con nuestros gritos. Hablamos para los nuestros, que son los que menos
-necesitan ornos. No es los que piensan como nosotros los que
-importa convencer, sino los que piensan del modo contrario.
-
-Tuvo su mayor enemigo el socialismo en la vulgar opinin obstinada en
-confundirle con el anarquismo. Empezaba desvanecerse la confusin;
-los ms temerosos iban perdiendo el miedo; se presentaba la ocasin
-para no dejar sombra de esos infundados temores. Al socialismo podr
-faltarle en mucho tiempo, para ser realidad posible, la base de bondad
-humana que presupone su soada organizacin social. Esta es su mayor
-equivocacin: suponer que una nueva organizacin social pueda ser causa
-de una nueva condicin humana, cuando sin duda es todo lo contrario.
-Sin mejorar al hombre, cmo es posible mejorar la sociedad? Ni las
-instituciones ni las leyes son varas mgicas de virtudes. Pero, en
-fin, cuando los hombres sean mejores, por seleccin natural por
-cultura artificial y cientfica, el socialismo se impondr por s
-solo, que es el modo mejor de imponerse sin imposicin. Entretanto,
-y hay tiempo para ello, ms conviene que crean en nuestra bondad que
-en la bondad de la idea. El gua de los socialistas en Espaa, al
-sentarse por primera vez en el Congreso, debi procurar ante todo que
-el enemigo, el contrario, esto es, el buen burgus, acabara de perder
-el miedo, tranquilizndose, en comunicacin directa con el fantasma,
-que no es cosa del otro mundo, aunque puede serlo de otro mundo...
-Porque, si el buen burgus no se convence, qu piensan hacer con
-l los socialistas en el da del triunfo? Aniquilarle? Someterle
-como siervo esclavo? Siempre vendramos parar entonces en que
-media humanidad seguira fastidiada por la otra media; y el ideal
-socialista es la felicidad para todos, que lo de ser unos felices y
-otros desgraciados, y cada uno ratos, es ya cosa resuelta desde que
-se organiz la primera tribu. Al socialismo hemos de ir todos sin
-violencia, por inclinacin natural; su doctrina ha de ser de amor, y
-no de odio; atrayente, y no repulsiva. Bien est descubrir nuestras
-humanas debilidades ante los amigos y los convencidos. Para algo son
-amigos y estn convencidos. Pero ante los contrarios hay que mostrarse
-en la ms divina apariencia; de otro modo, ms vale seguir oculto entre
-nubes. El socialismo iba ya pareciendo al medroso burgus cosa distinta
-del anarquismo. No ha sido una imprudencia volver la confusin y
-al equvoco? Mal predicador el que slo consigue hacerse oir de los
-creyentes; los descredos, los descredos es los que hay que
-llamar y convencer. Pero ay!, ya lo dije, el proselitismo no es
-cualidad espaola.
-
- * * * * *
-
-Un nuevo libro del doctor Gustavo Le Bon--_La Psicologa poltica y
-la Defensa social_--es libro que todos los polticos debieran leer
-con detenimiento. De muy provechosa enseanza y de ms provechosa
-meditacin.
-
-La psicologa poltica--dice Le Bon--ensea resolver los problemas
-planteados diariamente, discernir cundo se debe ceder y cundo
-oponerse las exigencias populares. Los hombres de estado, por lo
-general, ceden resisten segn su temperamento. Detestable proceder.
-Es preciso resistir ceder segn las circunstancias. No hay nada ms
-difcil ni de ms graves consecuencias en la psicologa poltica.
-
-Y ms adelante: Es ms fcil transformar una sociedad que cualquier
-otro organismo viviente? La respuesta afirmativa esta pregunta
-ha dirigido toda nuestra poltica desde hace un siglo y contina
-dirigindola. La posibilidad de rehacer las sociedades por medio de
-nuevas instituciones fu siempre evidente para los revolucionarios de
-todos los tiempos, para los de nuestra gran revolucin sobre todo;
-lo es tambin para los socialistas. Todos aspiran reconstruir
-la sociedad segn planos trazados por la razn pura. Cuanto ms
-progresa la ciencia, ms contradice esta doctrina. Apoyndose en la
-biologa, en la psicologa y en la historia, nos dice que nuestros
-lmites de accin sobre la sociedad son muy restringidos; que ninguna
-transformacin profunda se realiza jams sin la accin del tiempo;
-que las instituciones son la envoltura exterior de un alma interior,
-y toda institucin, lejos de ser el punto de partida de una evolucin
-poltica, es solamente el trmino. La debilidad de los pueblos latinos
-consiste en creer, como dogma, que basta con cambiar las instituciones
-para modificar el espritu de un pueblo.
-
-Todo ello, y mucho ms que trae el libro, no ser de gran novedad, y
-de puro sabido, lo tendrn olvidado nuestros polticos y gobernantes;
-pero no vendr mal un repasillo; el buen doctor Le Bon tiene para
-todos, porque la Ciencia no se casa con nadie, y la Verdad nunca fu
-de una sola pieza: hoy es monrquica, maana republicana, puede ser
-socialista, puede ser individualista... Por eso los hombres de ciencia,
-son siempre de cuidado en un partido poltico. Ya se convencer el
-doctor Salillas, digo, ya le convencern sus correligionarios, si no
-procura ir olvidando en sus futuros discursos que es hombre de ciencia
-antes que republicano.
-
- * * * * *
-
-Hay crmenes que, en su misma monstruosidad inexplicable, llevan quizs
-la nica posible atenuacin... No obstante, todos han querido arrojar
-su piedra sobre la madre enloquecida que arroj su hijo recin nacido
-por el balcn. Horrible! horrible! Pero todas esas buenas vecinas
-que, llenas de noble indignacin, hubieran llegado arrastrarla al
-salir, despus de haber matado su hijo, estn seguras de no haberla
-atormentado con burlas y rechiflas si, unos das despus, la hubieran
-visto salir con l en brazos? Saben ellas lo que pudo pesar en la
-infeliz deshonrada, la hora del delito, la imagen de esas buenas
-vecinas, pequeo mundo, pero un mundo en fin! murmurador y maldiciente.
-
-La honra de las mujeres! Pobre honra, que puede olvidarse en el beso
-de un amante y no puede olvidarse con el beso de un hijo!
-
-
-
-
-XXIII
-
-
-Han surgido algunas dificultades para la reedificacin del teatro de
-la Zarzuela. Por una vez--una vez no hace costumbre--quiere llevarse
-punta de lanza lo ordenado sobre construccin de teatros. Aparte de que
-en este caso slo se trata de reconstruir, reciente est la edificacin
-del teatro Lrico, hoy Gran Teatro, sin ajustarse las rigurosas
-Ordenanzas. No hablemos del sin fin de teatrillos que, sombra y entre
-sombras, de estar destinados exhibiciones cinematogrficas, donde,
-entre parntesis, son mayores los riesgos de incendio, han venido
-parar, por exigencias del negocio, en verdaderos teatros, sin ms
-condiciones de seguridad que falta de concurrencia.
-
-Como deca un empresario de un teatro provinciano al gobernador,
-que le ordenaba toda clase de reformas en el teatro, segn
-oficio, para evitar todo peligro ocasionado por las grandes
-aglomeraciones...:--Ay, seor gobernador; deme vuecencia primero esas
-grandes aglomeraciones, y yo har las reformas!--En efecto, la marcha
-de los negocios teatrales no da para pedir muchas golleras. Exigir que
-un teatro presente sus cuatro fachadas libres de toda vecindad es tanto
-como prohibir que se edifique ningn nuevo teatro en sitio cntrico de
-las grandes poblaciones. Al precio que estn los terrenos, slo ms
-all de la Ciudad Lineal puede levantarse un teatro con ese requisito.
-
-No son los teatros los nicos locales peligrosos, para que con ellos
-se extremen las precauciones. Su mayor peligro est en la aglomeracin
-de que antes hablbamos; peligro, para desgracia de los empresarios,
-tan poco frecuente. Y, dados la aglomeracin y el peligro, sin la
-serenidad y cordura del pblico todas las seguridades y precauciones
-son intiles. Alocado por un peligro, real imaginario, el pblico,
-tanto vale una puerta como dos docenas, si todos quieren escapar por la
-misma.
-
-Un teatro como la Zarzuela, reedificado con materiales modernos,
-puede ofrecer la suficiente seguridad, en lo humano, sin la condicin
-dificultosa de las cuatro fachadas. Con una buena, y con vistas al
-verdadero Arte nacional, podemos contentarnos. Cuatro tiene el teatro
-Real, propiedad del Estado, y de ellas, tres dan Italia, una
-Alemania... y la pera espaola en el sotabanco.
-
- * * * * *
-
-Si los _trompis_ entre el boxeador negro y el blanco, con el triunfo
-del colosal negrazo por remate, no tuvieran su significacin simblica,
-sera para reir para indignarse, segn temperamentos estado de
-fondos, la agitacin promovida en los Estados Unidos consecuencia de
-la interesante lucha. Pero ay! que esa lucha entre dos campeones de
-las distintas razas puede ser maana sangrienta lucha general de las
-dos razas. Es natural que el anticipo triunfal del negrazo les haya
-sentado tan mal los blancos. Malo, si los negros dan en civilizarse;
-peor, si dan en dedicarse brutos. Cultivando la inteligencia, aun
-podan tardar algunos aos en igualarse con los blancos; pero si
-slo cultivan los puos, pueden adelantarse en muy poco tiempo. Y si
-continan pagndoles tan bien los puetazos, reunirn muy pronto dos
-grandes fuerzas: los puos y el dinero. Confiemos en que algn gran
-banquero negociante de los Estados Unidos se d buena maa para
-estafar al negro vencedor el dineral premio de su hazaa, y podremos
-afirmar todava orgullosos la superioridad de la raza blanca.
-
- * * * * *
-
-En esto de las barbaridades nacionales sucede como con los vicios y
-las ridiculeces: las peores son las de los otros. Para el aficionado
- toros no hay nada tan estpidamente cruel como una ria de gallos,
-y viceversa; nosotros nos escandalizamos ante los boxeadores, y por
-ah se espantan de nuestras corridas de toros. De esa diferencia de
-apreciaciones viven los moralistas, mientras el mundo vive de la
-precisa moral que le basta para no concluirse, que es lo que se
-tira, y vamos viviendo. Los artistas han convenido en que lo ms
-pintoresco y caracterstico de cada pueblo es la roa, sea material
-espiritual. Extasis ante unas piedras viejas, transporte mstico ante
-una capa parda, deliquio supremo ante una salvajada con mucho carcter.
-Que tienen mucho carcter suele decirse de los que lo tienen malo.
-En los pueblos es lo mismo que en las personas. Un pueblo de mucho
-carcter? Ya saben ustedes lo que les espera: comer mal, dormir peor y
-alguna pedrada. Oh! Pero cmo perdera carcter si la civilizacin
-descolorida y niveladora llegara hasta all!...
-
-Por fortuna, hay carcter para mucho tiempo en todas partes, y no somos
-nosotros de los menos favorecidos.
-
- * * * * *
-
-Esta eterna lucha entre un Arte que prefiere para su inspiracin lo
-caracterstico tradicional, como si quisiera perpetuarlo, despecho
-de la misma vida, con un Arte, por ms atento nueva luz quizs mas
-desorientado, sostiene y sostendr por mucho tiempo en interesante
-actualidad la llamada cuestin Zuloaga. Sobre ella, como toda
-gran obra de Arte, camino de esa eterna actualidad que se llama
-inmortalidad, est la obra del pintor insigne, cuya gloria nada puede
-temer de las discusiones. Pero entre el Arte que nos dice: Esto ha
-sido, y aun el que nos dice: Esto es, y el Arte que nos dice,
-visionario y proftico: Esto ser, si los dos pueden ser igualmente
-admirables como Arte, como obra social, cul ser preferible? S; aun
-hay otro ms admirable y fecundo: el Arte todo voluntad, todo accin,
-de la voz creadora, como voz de Dios, la que sabe y puede decir:
-Sea!
-
-
-
-
-XXIV
-
-
-Ha sido un brillante torneo oratorio, ms caas que lanzas, la
-contestacin al Mensaje de la Corona. Como sucede tantas veces en estas
-discusiones, los rboles no han dejado ver el bosque y las frondas y
-floreos oratorios no han dejado oir la contestacin al Mensaje, que,
-siendo de lo que deba tratarse, es de lo que menos se ha tratado.
-
-El Gobierno ha podido decir en esta ocasin: A salvo est el que
-repica. Los tiros ms certeros han pasado sobre su cabeza para ir
-caer sobre los conservadores. Slo algn ligero achuchn ha menoscabado
-su flor de azahar. Si los obispos, los rifeos y los huelguistas no se
-alborotan demasiado durante las vacaciones, tenemos virginidad hasta la
-reapertura del Parlamento.
-
- * * * * *
-
-Un corresponsal en Madrid del peridico parisiense _Comedia_,
-propsito de una velada musical celebrada en el Ateneo, en que,
-segn parece, se aplaudi mucho la msica espaola y no tanto la
-francesa, se lamenta de la creciente _galofobia_ de los espaoles. Una
-distinguida dama francesa me escribe quejndose de lo mismo; dice que
-ha ido coleccionando en estos ltimos tiempos infinidad de textos de
-escritores espaoles, patente muestra de nuestra animadversin hacia
-los franceses. Tal vez sea muy voluminosa esa coleccin de recortes
-_galfobos_; pero; vamos! que si algn espaol se hubiera entretenido
-en anotar y recortar textos franceses en que se nos ridiculiza, zahiere
-y calumnia... s que hubiera levantado un buen proceso.
-
-La imaginacin de los franceses ve enemigos y espas por todas partes.
-
-No es para tanto nuestra supuesta _galofobia_. De esos mismos
-escritores, citados por mi quejosa dama, podra yo recordar grandes
-elogios y ditirambos de admiracin por Francia y por los franceses.
-Yo mismo he defendido el _Chantecler_, como verdadera obra de arte,
-del injusto desprecio con que fu tratado por el pblico madrileo. Y
-hay que convenir en que las ms violentas y despreciativas crticas
-vinieron de Pars. En ms de una ocasin he defendido tambin la
-mujer francesa en general, y la parisiense en particular, de las
-calumnias de sus mismos novelistas y autores dramticos. Son tambin
-_galfobos_? Sabido es que el batallador Brieux escribi _La francesa_
-para protestar contra esa falsa atmsfera creada la mujer por una
-literatura ms literaria que verdadera.
-
-Cierto es que las censuras del extrao molestan ms que las del
-compatriota, pero no se dir que aqu hemos llegado nunca la
-intervencin enojosa ni la invencin sin fundamento.
-
-Por mucho que digamos, cronistas y escritores de costumbres, de los
-extranjeros, ms decimos de nosotros mismos. No podr acusrsenos
-de parcialidad ni apasionamiento. Tal vez pequemos de exagerar
-nuestros defectos y debilidades, y acaso demos con ello lugar que
-el extranjero los agrande y divulgue, por aquello de: Cuando
-ellos lo dicen!... Por lo dems, censuremos propios extraos,
-loca vanidad sera la del escritor que creyera en la eficacia de sus
-censuras. Como dice Regnard--ya ve usted cmo conozco y admiro sus
-clsicos:
-
- En vain contre les moeurs la raison vous irrite;
- Par quatre mechants vers, peut-etre dja dits,
- Croyer vous changer l'homme et redresser Paris?
-
-Y quien dice Pars, dice el mundo entero.
-
- * * * * *
-
-Todos los aos, al terminar el concurso para adjudicacin de premios
-en el Conservatorio de Pars, vuelve plantearse la discusin sobre
-las reformas necesarias, tanto en el sistema de enseanza como en el
-de concursos. Y de nuestro Conservatorio, no poda decirse algo?
-Nada entiendo de msica y no ser tan atrevido para despearme por el
-disparate libre, en cuanto la enseanza musical se refiere. Doctores,
-licenciados, y aun bachilleres, tiene la Iglesia que sabrn solfear y
-armonizar donde hiciere falta.
-
-Pero la enseanza de la mal llamada--es decir, por desgracia, bien
-llamada--declamacin, no puede ser ms deficiente. A gritos, ms
-menos declamatorios, est pidiendo una reforma. Cualquiera es buena;
-desde la radical de la supresin, por intil, hasta una nueva y
-completa organizacin, con vistas la utilidad y mejor aprovechamiento
-del dinero; supongo que poco, pero hasta ahora mucho, por mal empleado.
-
-Bien sabemos que un Conservatorio, como ningn Centro docente, por
-sabia que sea su organizacin, no es incubadora de genios, si falta
-la primera materia en la calidad del huevo. Pero como el genio es ave
-rara y l solo se basta para levantarse, crecer, tocar las nubes,
-hay que pensar--aparte de que al genio tampoco le sienta mal un poco
-de disciplina y artificial cultura--en los talentos modestos, en las
-medianas discretas, que de ser bien dirigidas no serlo serlo
-viciosamente, puede ir la diferencia de la absoluta nulidad una
-perfecta imitacin del mismo genio, con la ventaja de ser su talento
-ms reposado y consciente; condiciones de gran importancia en un arte
-de interpretacin como el arte escnico.
-
-El genio es tan peligroso en el teatro que yo me atrevera decir que
-es temible! De los genios me libre Dios, que de los malos cmicos me
-librar yo.
-
-Ante todo, se impone la seleccin fsica. Por espiritualistas que
-seamos, hay que atender la belleza corporal. Nada de piernas cortas
-y cabezas gordas, por mucha luz intelectual que las ilumine. Nada de
-voces chillonas y gangosas, por mucho que prometan hacernos de reir
-en grotescas farsas. Despus, cultura general; ms que ctedras,
-conferencias variadas de literatura nacional y extranjera, de pintura,
-escultura, elegancia social, etc. Despus, prctica, prctica y
-prctica. Nada de maestros actores, que slo ensean sus defectos y
-amaneramientos; un buen director de escena, persona competente, de
-buen gusto, y estudiar y representar obras. El teatro Espaol
-como teatro de ensayo, donde los alumnos, en funciones populares, de
-convite con rebaja de precios, representen obras del teatro antiguo y
-moderno.
-
-Al estudio de nuestro teatro antiguo debe concedrsele la mayor
-importancia. Nunca se estudiar bastante. Da grima ver que la mayor
-parte de nuestros modernos actores no saben decir un verso con sentido
-del ritmo; y como el ritmo es todo, en arte, en verso, en prosa, en
-lo espiritual y en lo fsico, slo son capaces de decir chuladas y
-vulgaridades.
-
-Ya s que el ministro de Instruccin pblica tiene asuntos ms
-importantes que atender; pero yo s que el Arte tiene en l un
-enamorado. Si la poltica le permite algn descanso en este verano...
-acurdese de sus amores.
-
-
-
-
-XXV
-
-
-De plaideras y de Casandras de pan llevar han motejado conspicuos
-conservadores los espritus compasivos que se permitieron llorar por
-los muertos de la ltima campaa. Y no haban terminado de fulminar su
-indignacin contra los compasivos, cuando, propsito del atentado de
-que ha sido vctima su ilustre jefe, ranse ustedes de Casandra, de
-Jeremas y de cuantos lloraron calamidades y profetizaron desdichas!
-Esto demuestra que todos somos plaideros nuestra hora y cuando
-nos duele, y nada ms fcil que hacer de hroe impasible cuando los
-almendrazos no son en nuestro barrio.
-
- * * * * *
-
-El Estado slo tiene un nombre terrible y amenazador para estos
-pueblos: el Fisco. Faltan carreteras y caminos vecinales, faltan
-escuelas, falta higiene, falta polica; pero el Estado exige siempre:
-es la quinta, es la contribucin con sus apremios y sus embargos y la
-miseria y la ruina...
-
-Llega el Fisco implacable coronar el trabajo de la penosa
-recoleccin. El que nada dej, se lo lleva todo. Llamaremos tambin
- estas madres, llorosas por el pan de sus hijos, Casandras de pan
-llevar? Por fortuna, aqu no amenazan... todava. Pagan, como trabajan
-y como viven, resignados. Hasta la fuerza necesaria para cobrar lo
-debido le es barata al Estado.
-
- * * * * *
-
-Nos asustamos una vez al ao de lo que sucede siempre sin que nadie se
-asuste ni lo advierta. Los buenos burgueses disfrutan de su veraneo
-protegidos por los mausers. Los fusiles protectores y la protesta
-amenazadora estn ahora la vista y frente frente. Pero es nunca
-otra cosa? Ese el estado natural y permanente de esta sociedad humana.
-Por suerte de los buenos burgueses, la carlanca basta para que unos
-cuantos lobos desconozcan sus semejantes y se crean perros al
-servicio del amo. Qu piden los huelguistas? Golleras, de seguro;
-puede que hasta quieran veranear.
-
-El Estado permanece neutral, no cruzado de brazos, sino armas al brazo,
-que es una neutralidad especial. Su papel no es muy airoso. Me recuerda
- un filosfico sereno que, presenciando altas horas de la noche una
-acalorada disputa entre una Venus y un Marte, por no s qu tratos y
-contratos amorosos, slo les aconsejaba paternalmente la luz del
-farol colgante de su chuzo: Arreglarsus, chicos, arreglarsus!
-
- * * * * *
-
-Emilio del Villar, desde las columnas de _Nuevo Mundo_ clama una vez
-ms--esperemos que no siempre sea en vano--contra lo que pudiramos
-llamar obstculos tradicionales de nuestra Biblioteca Nacional.
-Defendida como fortaleza contra los naturales ataques del ansia de
-cultura y el deseo de ilustracin, el denodado asaltante es tratado
-como enemigo, sin consideracin alguna. Hay que terminar de una vez con
-tanta rutina y tanta corruptela. Qu significa eso, en pleno siglo
-XX, de dividir las obras en obras de estudio y en obras literarias? Y
-el ocultar los ndices, como nefando secreto, y las malas caras y los
-peores modales?...
-
-Ah tiene ancho y fcil campo donde laborar el ministro de Instruccin
-pblica, con aplauso de todos y sin gravar el presupuesto. Las buenas
-maneras van baratas. Y ahora que una Sociedad bienhechora nos abarata
-la luz, no ser hora de que la Biblioteca est abierta por la noche?
-Ms se conseguira con esto, en bien de la cultura y de las costumbres,
-que con la creacin del Teatro Nacional, por ejemplo. Pero moderncese
-esa Biblioteca; sea un verdadero saln de lectura la moderna: con
-peridicos, revistas; todo asequible, todo fcil...
-
-Falta personal y al existente sera injusto pedirle ms horas de
-trabajo? Yo s de muchos seoritos, tan intelectuales como desocupados
-y aburridos, que con mucho gusto prestaran servicio voluntario, con
-el mayor gusto y no menor inteligencia. No es menos glorioso ser
-soldado de un ejrcito de paz y de cultura, que serlo en el campo de
-batalla.
-
-Son tantos los jvenes de todas las clases sociales los que oigo
-lamentarse de continuo: Si la Biblioteca estuviera abierta por las
-noches! Ser ms difcil que abrir un nuevo _cine_?
-
- * * * * *
-
-Estamos de una castidad escandalosa. Si todo fuera virtud y no falta
-de dinero! Nada menos que ola hay quien llama la docena de novelas,
-algo subidas de tono, que se publica por trmino medio un ao con otro.
-No es para tanto, y hay que confesar que, hasta ahora, la cinaga
-es muy vadeable. Como sucede siempre, los mejores propagandistas
-del gnero son los escandalizados, que vienen ser los verdaderos
-escandalizadores. Lo malo es que hay quien no distingue y confunde las
-obras esencialmente pornogrficas con otras muy estimables en que la
-pornografa es slo un accidente artstico y necesario.
-
-Con la reputacin de las novelas modernas es imposible acompaarse de
-ellas para lectura de viaje, de playa balneario. Y es lstima; porque
-no hay nada como un libro para iniciar una conversacin, y con una de
-estas novelas siempre hay tema indicado.
-
-Las preferencias literarias, cuando son sinceras, y cuando no lo
-son, doblemente, nos abren de par en par nuestro interlocutor
-interlocutora. Con una viajera que haya ledo ciertos libros, se puede
-hablar de todo. Si ha ledo los de Felipe Trigo... pues no hay ms que
-hablar. Si ha ledo Gabriel D'Annunzio... ms vale callarse; ella se
-lo dir todo. Desconfiad de las seoritas que leen la Biblioteca Rosa
-en pblico; son las mismas que tienen empezada una labor desde hace
-cinco aos y slo dan puntada cuando hay visita de novio probable.
-
-Ah! Cuando regalis un libro una joven, que sea un libro que pueda
-interesar su mam su institutriz.
-
-
-
-
-XXVI
-
-
-El espritu pblico es infantilmente novelero; agradece cuanto le
-divierte, le conmueve, le apasiona y hasta le atemoriza por unos das;
-pero no conviene pretender usufructuar su atencin durante mucho
-tiempo. Hay que evitar la frase desdeosa, muestra inequvoca de su
-desvo: Ya es una lata! Todo esfuerzo para reconquistar despus la
-atencin es en vano. Aun los espritus que se juzgan ms inquietos
-tienden la quietud y, ms que los accidentes que alteran la monotona
-de su vida, agradecen esa misma monotona, que justifica mejor sus
-lamentaciones, por verse obligados soportar una vida sin accidentes y
-sin inquietudes.
-
-Los huelguistas de Bilbao no han tenido en cuenta, al ejercitar su
-propia resistencia, la escasa resistencia de la atencin pblica.
-Es que no se iba hablar de otra cosa durante el verano? Es mucha
-pretensin. Por el pudor de los contrastes, tenamos olvidada la
-mejor sociedad que veranea y luce por esas playas sin otra esperanza de
-mejor recompensa que nuestra envidiosa admiracin. Dejen, dejen ya los
-huelguistas su triste papel de aguafiestas acabarn por perder hasta
-la simpata de los ms sentimentales. Las bellas y elegantes damas
-ya no dirn: Pobre gente!, los gobernantes empezarn juzgaros
-como perturbadores, el honrado comercio os culpar de sus prdidas,
-molestaris los buenos aficionados toros. Recordad la frase de
-Shakespeare: Qu hermoso es tener las fuerzas de un coloso y no usar
-de ellas! Vosotros diris que, por ahora, son los patronos los que
-tienen esa fuerza y ellos son los que mejor pueden aplicarse la frase.
-
- * * * * *
-
-El verano es la estacin de los milagros financieros ms sorprendentes,
-por venir despus de los milagros del invierno, ya bastante
-incomprensibles. No es extrao que viaje mucha gente; pero alguna!,
-tanta! No podran hacer el favor de comunicarnos el secreto, como
-esos filntropos que ofrecen un remedio maravilloso con slo enviar un
-sello para la contestacin? De dnde saca el dinero mucha gente? El
-viajar cuesta cada da ms caro; los multimillonarios americanos, al
-desperdigarse por este viejo mundo, han vuelto locos los hosteleros,
-alquiladores de coches, sastres, modistas, joyeros y toda clase de
-comerciantes en frivolidades. Regiones tranquilas, como la pastoral
-Suiza, famosa antes por sus razonables precios, se han puesto, con
-la invasin de los _dollars_, por las cumbres de sus montaas. De
-Francia, de Inglaterra, de Blgica, no hablemos. En los hoteles todo
-es extraordinario; en los trenes, lo mismo; en los espectculos, no se
-diga; en cualquier barraca ms menos decorada con los sonoros ttulos
-de _Kursaal_, _Music-Hall_, _Luna-Park_, etctera, cuesta la entrada
-tanto como costaba en otros tiempos oir la Patti la Lind; eso la
-entrada, que, despus, entre guardarropa, programa, propina por aqu
-y socalias por todas partes, con sacar dinero durante el espectculo
-no hay tiempo ni manos para aplaudir, por mucho que nos complazca. Y
-donde no han llegado los americanos, los presienten. Han llegado los
-automovilistas, que es lo mismo para los efectos de ir soltando dinero
-con bocina. Dnde estn ya aquellas Arcadias veraniegas que hicieron
-las delicias de nuestros abuelos y adonde llegaban los aldeanos,
-como los pastorcillos de Beln, ofrecer al forastero toda clase de
-caza y pesca, huevos y laticinios, frutas y hortalizas, por lo que
-tuvieran voluntad algo menos? Verdad es que entonces slo veraneaban
-las gentes en mediana posicin. Los ricos se recogan en sus fincas
-de campo casas solariegas... Pero ahora los que viajan y corretean
-por el mundo son los que no tienen mucho dinero y los que no tienen
-dos pesetas, que, naturalmente, son los que dan menos importancia al
-dinero. As lo han puesto todo imposible para las personas modestas.
-Ya es triste vivir; pero viajar slo con lo preciso, es verdaderamente
-vergonzoso. Eche usted lujo! Menos mal que, si por cada dos familias
-hay una que se arruina, por cada tres hay algn miembro dedicado la
-usura, que, despus, por combinaciones de herencias de matrimonios,
-vuelve hacer la felicidad de dos familias. En el mundo no se pierde
-nada. Donde se hunde una casa suele levantarse una manzana. Es toda la
-amable filosofa de muchos veraneos incomprensibles.
-
-
-
-
-XXVII
-
-
-Nunca ha justificado una Exposicin su nombre como la de Bruselas.
-Vaya si ha sido exposicin! Era lo nico que necesitaban las
-Exposiciones para acabar de desacreditarse. Los que de cualquier suceso
-casual deducen rotundas afirmaciones, no dejarn de categorizar toda
-Exposicin entre los grandes peligros. No ms Exposiciones! Siempre
-nos sucede lo mismo, ahora que andamos en Madrid preparando una, al
-cabo de los aos. Los mayores progresos son atrasos cuando llegan
-nosotros. Es mucho sino! Implantamos instituciones, leyes y reformas
-cuando estn desacreditadas por esos mundos. Venimos ser las Amricas
-de Europa--en el mal sentido de la palabra Amricas.--Vern ustedes;
-ahora que hemos dado en irreligiosos, es cuando la religin est ms
-la moda en todas partes. En los Estados Unidos se hace gran consumo;
-en algo se ha de conocer el dinero. Con eso y con que el mejor da
-empiecen encargar Comunidades desde el Japn como antes encargaban
-acorazados... Y es que no debe desecharse nada; todo debe conservarse,
-como los sombreros de copa; las modas vuelven cuando menos se piensa.
-Creen ustedes que no volveremos ver miriaques?
-
-Algo significativo es que el incendio de Bruselas haya respetado la
-instalacin de Espaa. El fuego no es rencoroso. Buena ocasin para
-haberse vengado de las muchas hogueras por nosotros encendidas en
-Flandes! Hogueras con las que pretendimos prolongar el ocaso del sol,
-que se ocultaba ya para Espaa en aquellos dominios... En Flandes se ha
-puesto el sol. No es verdad, amigo Marquina? Pero antes cmo pusimos
-nosotros Flandes!
-
-Ahora ha sido la electricidad el Felipe II. La civilizacin es tambin
-un gran tirano. Ello es que los buenos flamencos, por no perderlo todo,
-se aprestan reedificar lo destrudo; y, si no les fuera posible, ya
-ponderan como gran atractivo la contemplacin de las ruinas. Acaso
-tengan razn. De tantas cosas, lo mejor es las ruinas! Slo que las
-ruinas de los edificios modernos suelen llamarse escombros. Para ser
-admirado como ruina hay que haber tenido vida durante mucho tiempo.
-Esta consideracin es de mucho consuelo para algunas naciones y para
-muchas seoras.
-
- * * * * *
-
-Entre los chismes teatrales, precursores de toda temporada cmica,
-el ms sabroso es, sin duda alguna, el referente la rescisin del
-contrato del teatro Espaol, solicitada por varios concejales y fundada
-en supuesto incumplimiento de algunas bases. Muy loable es el celo del
-Municipio en esta ocasin, y no me atrevo calificarlo de excepcional
-porque supongo le aplicar con el mismo rigor todos sus contratistas.
-Pero en este asunto del teatro Espaol no parece que las raspaduras
-al contrato hayan sido de tanta monta en la temporada ltima como en
-otras de mangas y capirotes, con mensaje final de gracias y todo, de
-parte del Ayuntamiento complacido. Qu puede decirse? Que las obras
-del teatro antiguo no fueron presentadas tal y como se escribieron?
-Tanta prisa corre desacreditarlas? Que no todas las obras clsicas
-representadas fueron precedidas de una conferencia, como se haba
-ofrecido? Y para qu vamos engaarnos? Eso de las conferencias es
-molestar los vivos sin honrar gran cosa los muertos. Lo cierto es
-que la temporada, contra los pronsticos de muchos, fu provechosa
-y brillante. Tngase en cuenta que el teatro fu adjudicado con
-slo un mes de anticipacin su apertura; cualquier falta sera
-muy disculpable en esas condiciones. Fueron estrenadas obras muy
-estimables, decorosamente presentadas; entre ellas, _Casandra_, con
-la que no se hubiera atrevido ninguna otra empresa de las de abono
-aristocrtico. Bueno fuera que, despus del gran servicio prestado la
-causa democrtica con las representaciones de dicha obra, pudiera decir
-la empresa, con un Ayuntamiento tan republicano y tan socialista, que
-as paga el diablo quien bien le sirve. Fueron tambin representadas
-obras de autores jvenes, como Lpez Pinillos y los hermanos Cuevas;
-Borras obtuvo grandes triunfos en obras de muy distintos gneros. Qu
-ms puede pedirse? Mi opinin no puede ser ms apasionada. Ni all
-estren obras, ni he de estrenarlas en esta temporada, ni la compaa
-cuenta con muchas obras mas en su repertorio. Pero bien est San
-Pedro en Roma--con Merry y todo,--y bien estn la Cobea y Oliver en
-el Espaol mientras ms desapasionada. Ni all estren obras, ni he
-de estrenarlas esta temporada, ni la empresario dispuesto realizar
-maravillas de arte, dgase con franqueza y rmpase el contrato, sin
-buscar ms pretexto ni fundamento que la municipalsima gana. Pero si
-no es as, y cuando apenas falta un mes para comenzar la temporada,
-deben moderarse los impacientes y templarse los rigurosos.
-
-Y aunque en algo se hubiera faltado al contrato, recuerde el Municipio,
-al tratar con sus contratistas, las sentidas palabras que pronuncian
-los reyes en el indulto del Viernes Santo, y digan parafrasendolos:
-Los perdono para que Madrid me perdone!
-
- * * * * *
-
-El correo nuestro de cada da nos trae ruegos y peticiones--dirase el
-conde de Casa Valencia en el Senado.--Diga usted esto, hable usted lo
-otro, proponga usted lo de ms all... No, mis amables sugeridores;
-es muy desagradable el papel de sopln y acusica, y no es cosa
-tampoco de que el cronista ande hecho siempre un guardia de polica
-urbana. En Espaa todo se espera y para todo se confa en el Gobierno
-y en la Prensa, sin perjuicio de achacar uno y otra, segn sopla
-el viento, la culpa de todos los males. Con el sufragio universal
-y el voto obligatorio, todos tenemos nuestros diputados y nuestros
-ediles quien dirigir peticiones y quejas. Sin contar con que todos
-tenemos en la lengua un rotativo de tirada ilimitada. Esto de servir de
-libro de reclamaciones slo ocasiona disgustos y antipatas. Adems,
-cuando cree uno haber complacido la generalidad, hacindose eco
-de sus pretensiones, como estamos en poca de espritus originales y
-hay que distinguirse todo trance, saltan en seguida los ofendidos
-en su originalidad. Qujanse unos vecinos de que en su calle hay un
-charco, foco de infecciones; y cuando se consigue llamar la atencin
-quien corresponde para que desaparezca el charco, no falta un vecino
-que salga protestando; porque, miren ustedes por dnde, aquel charco
-era todo su encanto y, como dice la copla, el espejito en que l se
-miraba. Y en todo, por este orden. Ya ven ustedes: ahora resulta que
-la Biblioteca Nacional era un modelo de organizacin y es gana de
-chinchorrear el proponer mejoras. Por mi parte todo est bien. As como
-as, entre personas, animales y cosas, harn docena y media las que
-me interesan particularmente. Y comparndome con la mayora de las
-gentes, me tengo por altrusta!
-
-
-
-
-XXVIII
-
-
-Es peligroso entregar juguetes los hombres. Los chicos se contentan
-con destrozar el juguete, manifestndose como grandes protectores de
-la industria y del comercio. Pero los hombres slo gozan pensando en
-lo que podrn destrozar con el nuevo juguete.--Ah tenis un nuevo
-explosivo--se les dice--para que volis montaas que separan unos
-pueblos de otros y podis comunicaros y relacionaros con ellos ms
-fcilmente... Y para volar edificios y pueblos enteros--responden y
-piensan.--Ah tenis el automvil: utilidad, ilustracin, higiene
-y recreo. Y emocionante peligro y satisfaccin de la vanidad y
-atropellos, y caiga el que caiga.--Ah tenis el aeroplano, el ms
-glorioso triunfo del hombre sobre la materia. Qu servicios puede
-prestar la civilizacin y al progreso! Y sobre todo en la guerra!
-Podremos aniquilar ejrcitos enteros; seremos invencibles!
-
-Si, ante la armoniosa serenidad de la Naturaleza, pensaba el poeta
-Wordsworth tristemente en lo que el hombre ha hecho del hombre, con
-ms razn puede pensarse ante cada una de estas conquistas de su
-inteligencia, que debieran significar amor y significan odio. Las
-aclamaciones de Francia la gloria de sus aeronautas no son un saludo
- la Humanidad, ofrecimiento de la buena nueva; son un reto Alemania.
-Para satisfaccin del orgullo de raza no les basta con la revancha
-espiritual; es preciso la material revancha. Nada vale el aeroplano
-si no es smbolo del guila imperial, invencible y amenazadora, sobre
-los aires. Los alemanes pondrn toda su inteligencia en lograr nuevas
-perfecciones en los aeroplanos. El odio tambin es fecundo. Y, por el
-afn de conquistar la tierra, llegaremos la conquista definitiva del
-cielo. No es esta toda la historia de la Humanidad?
-
- * * * * *
-
-Cristbal de Castro se lamenta y nos culpa porque entre tantos
-escritores espaoles como hemos visitado la Repblica Argentina
-no hallamos logrado obtener lo que monsieur Clemenceau en una sola
-visita: un tratado de propiedad literaria con aquella Repblica. Supone
-Cristbal de Castro que hemos sido unos egostas, ms atentos al
-lucimiento y al provecho propios que la general conveniencia. Conste
-que slo me creo aludido por haber estado en Buenos Aires, no por
-alturas de dramaturgo que el Sr. Castro compara con las del Himalaya.
-No; por mi parte, Cerrillo de los Angeles, y gracias. Nuestra pobre
-tierra no consiente mayores alturas; y si alguien pretendiera locamente
-levantarse hasta ellas, no tardaran en hacerle polvo; y como, al fin,
-en eso hemos de parar todos--_Pulvis eris_, etctera,--qu ms da un
-poco antes que un poco despus?
-
-No tiene en cuenta Cristbal de Castro que nuestra misma condicin
-de interesados nos obliga no parecerlo. Monsieur Clemenceau, que
-podr ser escritor insignificante, pero que tiene gran significacin
-poltica--y no todo ha de ser literatura en el mundo,--poda con mayor
-desinters particular entablar esas negociaciones. Adems, todos
-sabemos, aunque nos pese, que un poltico goza de mayor prestigio
-entre los polticos que un escritor, por grande que sea. Yo de m
-s decir que ni salud al presidente de la Repblica, ni trat con
-ministros, ni lo procur tampoco. Fu de viajero, no todo lo ignorado
-que yo hubiera querido para volver ignorando menos. As y todo, vi lo
-bastante para no quedar muy ilusionado con las ventajas de un tratado
-de propiedad literaria. No es aquello la mina inexplotada que muchos
-creen. Poco se lee en Espaa, pero all se lee menos. Existe, como en
-todas partes, el ncleo intelectual al corriente de lo ms nuevo, no
-siempre lo ms interesante, que se publica. Hay afn--no es lo mismo
-que amor--por la cultura. Una cultura sin agrado, por aquello de hay
-que saber; no porque gocemos con saber. Pero pblico, lo que se llama
-pblico de lectores... En primer lugar, hay poca gente desocupada,
-desde las seoras y seoritas que leen novelas francesas, inglesas:
-las inglesas para imponerse en el idioma; las francesas porque...
-cmo ha de ser! son ms entretenidas para el que lee por distraerse
-que ningunas otras. De lo espaol se lee... lo que debe leerse, ni
-ms ni menos. Hay que convenir en que libros muy interesantes para
-nosotros, pesar de su mrito no pueden interesar all en absoluto. No
-es culpa de los autores; es culpa del ambiente. En cuanto ediciones
-de libros espaoles publicados all, se ha exagerado mucho. Saldran
-ms caros. Con decir que la mayor parte de los autores argentinos
-edita sus libros en Pars en Madrid... Algo ms poda venderse,
-desde luego, con una activa propaganda por parte de nuestros editores;
-pero con tratados sin ellos, sera lo mismo. Por lo que al teatro
-se refiere... ay! tampoco es la tierra de promisin. Alguna obra de
-gnero chico llega un crecido nmero de representaciones--nunca
-tanto como en Madrid.--En cuanto las obras grandes, con excepcin
-de alguna de autor nacional, como las de Laferrere, con su media
-docena de representaciones van muy bien servidas. El Oden, en donde
-representan Mara Guerrero y Fernando Daz de Mendoza, vive del abono
-aristocrtico en los das de moda. En los das quebrados hay sus
-medias entradas y sus vacos, como en cualquier teatro de por ac.
-Los dems teatros estn precios reducidos: tres pesos, dos pesos la
-butaca. Y como el peso, aunque suene duro, representa all lo que
-nuestra peseta, resulta que el teatro es all ms barato que en Espaa.
-Todos conocemos los empresarios y actores que se han hecho ricos
-por aquellas tierras. La compaa de Serrador representa todas las
-obras extranjeras, sobre todo francesas, estrenadas. Es la compaa de
-ms extenso repertorio. Las traducciones se pagan tanto alzado, y,
-naturalmente, no se pagan derechos de traduccin. Con el tratado con
-Francia... no se representarn tantas obras francesas, y eso iremos
-ganando... espiritualmente. Bien estara el tratado... por decoro suyo,
-ms que para provecho nuestro. A los polticos corresponde negociarlo.
-A los escritores nos sienta muy bien el desprendimiento de los bienes
-terrenales.
-
- * * * * *
-
-Del veraneo.--En el Casino:
-
---Oye: t sabes quien es esa rubia que va todas las noches con ese
-extranjero?
-
---No s; pero me la encuentro en todas partes. El ao pasado, en Niza,
-con un ruso; despus, en Pars, con un americano; luego, en Ostende,
-con un turco. En Biarritz con un ingls, y aqu con este que parece
-alemn... Debe ser mujer de historia.
-
---Y de Geografa, por lo visto.
-
- * * * * *
-
-En la sala de recreo.--Entre dos amigos:
-
---Toda la noche estoy perdiendo. No acierto una. (Galante.) Voy hacer
-el juego de esta seorita, que tiene mucha suerte.
-
-El amigo (aparte).--Se va enfadar el seor de enfrente.
-
---Por qu?
-
---Porque el verdadero juego de esta seorita es... timarse con l
-toda la noche.
-
-
-
-
-XXIX
-
-
-Si en la mesa y en el juego es donde mejor se conoce, segn dicen, la
-educacin de las personas, en las calamidades es donde mejor se revela
-la cultura de un pueblo. Los aldeanos de Rusia y de Italia que, ante la
-invasin del clera, renuevan episodios de las ms terribles pestes de
-la Edad Media, con sus terrores, sus supersticiones, su desconfianza en
-la ciencia y su fe en cualquier brujera, nos dicen claramente que hay
-en las naciones modernas, aunque los salven trenes y automviles, menos
-kilmetros de distancia de la civilizacin la barbarie que siglos
-en la historia de la humanidad. Unas horas de camino valen por muchos
-libros de historia. Sin andar mucho, no es difcil encontrarse todava
-con el hombre de las cavernas. Cuando el cantor de la civilizacin
-est ms ilusionado, creyendo que ya slo es cuestin de expulsar
-los frailes y, dos tres pasitos ms por este orden, para llegar
-la reconquista del Paraso terrenal... cataplum! por donde menos se
-piensa, un retroceso al salvajismo, que si no destruye de golpe, deja
-por lo menos tambalendose lo mejor de nuestras ilusiones.
-
-Y es que estas epidemias, como tienen su origen en regiones
-incivilizadas, no slo se traen para ac el microbio de la enfermedad,
-sino el de la barbarie, que aun prende ms pronto. Aqu bien puede
-decirse: Bien vengas mal si vienes solo. Mejor ser que no venga ni
-solo ni acompaado; pero, si como es de temer, aunque no sea ms que
-por molestar al Gobierno, como epidemia reaccionaria, nos desfavorece
-con su visita, qu se traer esta vez por lo de asitico, ms de lo
-que se traiga por lo de morbo?
-
-Cmo saldremos del examen? Porque algo de examinador tiene el seor
-clera. El llega un punto, se asoma con cierta respetuosa timidez
-primero; pregunta: Cmo estn ustedes de higiene, cultura, valor
-cvico y domstico, etc., etc?... Medianamente? Vaya! Como en mi
-ltima visita; no han adelantado ustedes nada. Habr que darles otro
-repasito. La letra con sangre entra... La verdad es que lo mejor
-que tenemos en material de sanidad l hay que agradecrselo y la
-solicitud de sus visitas. El da en que, al asomarse por Europa y al
-enunciar su preguntita, le respondan de todas partes la cultura, la
-higiene, la confianza de todos con un: Vea usted, amigo, si hemos
-aprovechado sus lecciones, habrn terminado sus visitas.
-
- * * * * *
-
-Al Emperador de Alemania le ha aprovechado por poco tiempo la ltima y
-sonada reprimenda de su canciller, por irse de la lengua con deplorable
-facilidad. Otra vez ha vuelto ponerse la imperial corona por montera,
-y terciadita lo jaque, para decir sus asombrados sbditos que
-nadie tiene que agradecerle nada, ms que Dios, que, en sus altos
-designios, le ci la corona. De suerte que no le vengan con leyes
-constitucionales, discusiones parlamentarias, ni oposicin sus
-proyectos; que l ha de seguir impertrrito la senda trazada por la
-Providencia, toda de caones y fusiles. Bien est oh, sir!; pero el
-ltimo de nuestros sbditos tiene tambin su montera que ponerse por
-corona y las mismas razones para creer en su misin providencial.
-
-Es que slo los emperadores traen misin este mundo? Como le deca
-el labriego del Toboso Don Quijote, cuando ste le preguntaba por la
-princesa de aquel lugar: Yo no s de ninguna princesa; seoras s hay,
-y muy principales, que cada una puede ser princesa en su casa. Quin
-no puede ser emperador en la suya? Y si cada uno diera en sentirse
-inspirado por la Providencia para obrar como le conviniere, malo iba
- ser el gobernar con tantas misiones providenciales! Adems, como los
-telogos estn conformes en admitir que hay voces del diablo que pueden
-tomarse por voz de Dios, en la duda bueno es atenerse las leyes
-humanas; que, por mucho que el demonio quiera enredar en ellas, nunca
-enredar tanto como en la voluntad soberana de un emperador, por muy
-providencial que sea. Dios sobre todo, pero la Constitucin al quite!
-
- * * * * *
-
-Mauricio Maeterlink, en el prlogo de unos _Cuentos y leyendas_ de su
-amigo Jorge Maurevert, asegura la bondad del libro por haberlo sometido
- la prueba del jardn. Esta prueba consiste en leer pleno sol y en
-pleno aire; la implacable luz de una esplndida primavera, dice M.
-Maeterlink. Y aade: Esta prueba es siempre decisiva para un libro, y
-muchas veces ms dolorosa y desconcertadora que las pruebas del agua
-y del fuego de los antiguos torturadores. Pocos libros la resisten,
-y yo no me atrevo someter ella ms que los versos la prosa que
-desde las primeras lneas me han inspirado confianza. Para qu hacer
-padecer un pobre libro que, aun con no ser muy bueno, es siempre una
-obra de buena voluntad? Ay, y qu bien dice M. Maeterlink! La prueba
-del jardn es terrible. Ha probado M. Maeterlink con sus obras?
-Yo s: con su _Aglavanne y Selysette_. Y el jardn no era un jardn
-urbanamente cultivado; era un jardn rstico, rodeado de un campo de
-trabajo y de pena. La prueba se agravaba. Como en una Exposicin de
-pinturas basta la proximidad de una planta cualquiera para destruir el
-efecto del paisaje mejor pintado, pocas obras literarias resisten el
-contacto directo con la Naturaleza. Son obras cerebrales y necesitan
-ir de cerebro cerebro, sin airearse al pasar, como plantas delicadas
-de invernadero. Libros que en la ciudad, en aquella vida artificiosa,
-parecen la misma vida, en el campo no son ms que flores de trapo. La
-vida es tan sencilla! Lo que ella pone es lo que no envejece nunca en
-la obra de arte... Lo dems... es literatura, como dijo Verlaine. Yo
-no aconsejara M. Maeterlink que sometiera sus obras la prueba del
-jardn, excelente para las obras de los amigos.
-
- * * * * *
-
-Estamos primeros de Septiembre y nada se sabe del arrendamiento del
-teatro Espaol. Y siempre lo mismo. La temporada debe dar comienzo
-en Octubre. En tan poco tiempo, cmo puede formarse una compaa
-aceptable, ni cmo preparar obras ni organizar un plan de trabajo?
-Qu razn tendr despus para quejarse el Ayuntamiento si el contrato
-no se cumple como es debido? No habr llegado la hora de cedrselo
-al Estado para ensayar el Teatro Nacional, de arrendarlo buenamente
-como un teatro cualquiera, donde la empresa, con pagar puntualmente
-su arrendamiento, puede hacer lo que mejor le acomode? Por muchas
-vueltas que quieran darle, por lo menos hasta la fundacin de un Teatro
-Nacional, el verdadero teatro Espaol ser, por ahora, el teatro de
-la Princesa, y donde estn Mara Guerrero y Fernando Daz de Mendoza
-estar la cabecera. Del teatro Espaol poda hacerse un teatro popular,
-con una compaa modesta y bien dirigida, que permitiera baratura en
-los precios; un teatro de ensayo para autores y actores jvenes. Lo que
-no puede ser es adjudicarle de prisa y corriendo quince das antes de
-la apertura y pedir que sea una Comedia Francesa. En esas condiciones
-en la temporada pasada se hicieron milagros, y ya hemos visto cmo han
-sido agradecidos. Tan agradecidos por parte del Ayuntamiento como sta
-y otras defensas por parte de la empresa. Son tan interesadas, que no
-hay para qu agradecerlas!
-
-
-
-
-XXX
-
-
-No sera malo que en los dramas de la vida, como en los del teatro,
-pudiera alguno de los actores dirigirse al pblico, como era uso y
-costumbre, para suplicarle que reservara su juicio hasta el final de la
-obra. Con la diferencia de que la vida, en sus dramas y en sus novelas,
-lo primero que nos ofrece es el desenlace, y, al contrario que en el
-teatro y en los folletines, el inters no est en saber cmo acabar
-aquello, sino en cmo habr empezado. La solucin es el principio del
-problema. Los antecedentes es lo que importa. Pero si el que ms y
-el que menos, uno por uno, somos todo curvas, en cuanto nos reunimos
-como espectadores no entendemos ms que de rectas. Para bueno para
-malo, el pblico slo comprende los caracteres de una pieza, como suele
-decirse, que respondan una lgica teatral y novelesca. Pero ay!
-que la lgica de la vida, en su aparente complicacin, es mucho ms
-sencilla. Los locos y los hroes saben solamente de lneas rectas.
-Los dems vamos serpenteando por caminos de luz unas veces, de sombra
-otras; el que pareca ms obscurecido, resplandece de pronto; el que
-iba como vestido de sol, se pierde en la sombra. Y todo sin pizca de
-lgica. Esa lgica que necesitamos para explicarnos satisfactoriamente
-las acciones... de los dems. Pero ay tantas lgicas! Los maridos
-calderonianos matan, celosos de su honor. Seguros de la virtud de su
-esposa, les basta con que alguien pueda poner sospecha en ella, para
-condenarla muerte. A Otelo, ms humano, nada le importara que todos
-sus soldados hubieran compartido el lecho de Desdmona, con tal de no
-saberlo. Es celoso por amor, y por amor mata. Hoy comprendemos mejor al
-moro de Venecia que al mdico de su honra. La solidaridad del honor en
-el matrimonio y en la familia ha pasado la historia, si es que alguna
-vez pas de la poesa.
-
-En aquella misma poca, los escritores satricos, ms inspirados
-siempre en la realidad, nos muestran claramente que no todos los
-maridos eran mdicos de su honra. Hoy nadie pone en duda que se pueda
-ser un perfecto caballero aunque se haya tenido la desgracia de casarse
-con una loca. Queda slo la pasin de los celos como justificante
-de cualquier arrebato sanguinario. Y en esto el buen pblico es
-intransigente: pide unos celos... de _una vez_, sin blanduras, sin
-desfallecimientos, sin vacilaciones. No sabe comprender que el corazn
-se subleva en una hora contra lo que toler muchos aos; que se mata,
-se perdona, que se insulta y se besa... Pobre corazn humano, sometido
- esa lgica de espectador de teatro!
-
-Ya se sabe que el pblico slo juzga por sentimiento. Ni sera el ms
-noble el de la ociosa curiosidad, si no llevara envuelto, aunque en
-menor grado, el de la justicia. Pero ste, nico respetable, slo
-la justicia puede dar satisfaccin cumplida. Ser mucho pedir al
-respetable pblico que suspenda su fallo hasta que la justicia d el
-suyo?
-
-Los supersticiosos no dejarn de apuntarse un tanto su favor. Tres
-lidiadores del mismo nombre han sucumbido en las plazas; dos de ellos
-en circunstancias muy parecidas. Extrao es que la gente de coleta,
-que por ms insignificantes ageros suele preocuparse, no haya temido
-la fatalidad de ese nombre: Pepete. Verdad es que por si solo ya es
-un cartel. El torero que quiera llenar las plazas, no tiene ms que
-atreverse nuevamente con el nombre fatdico. Un Pepete y seis Miuras,
-y robar el dinero. Pinsenlo bien los postergados. Aunque ms de uno
-ya lo habr pensado estas horas, recordando la filosfica sentencia:
-Ms cornadas da el hambre. Adase esto la emocin de quebrar
-juego, tan saboreada por los jugadores. Si es verdad que la tercera
-va la vencida, ese nombre puede ser una seguridad. A l, valientes!
-Ya veis lo que dicen los buenos aficionados. La corrida de Murcia se
-recordar siempre como un acontecimiento. Corridas as son las que
-sostienen el fuego sagrado de la aficin durante muchos aos. Harn
-bien las seoras catlicas en no protestar contra ese espectculo,
-como contra la poltica del actual Gobierno. El clericalismo, los
-toros, tienen intereses comunes. Vienen de lo mismo.
-
- * * * * *
-
-Escritores distinguidos lamentan, con sentidas razones, la decadencia
-de la literatura en el periodismo. En el periodismo? Y en todas
-partes. La literatura est llamada desaparecer, si Apolo (no el
-teatro) no lo remedia. El pblico tiene sus buenos dientes, y hasta
-sus colmillos bien retorcidos, y no necesita para nada de masticadores
-artificiales, que es lo que venimos ser los literatos en resumidas
-cuentas. Ni siquiera nos consiente como cocineros, para aliarle la
-realidad con un poco de fantasa. El se lo guisa y l se lo come, como
-Juan Palomo. Ha aprendido, se lo figura, por lo menos, pensar por
-s mismo, y no tolera que nadie se le imponga. As, en el peridico,
-slo quiere hechos, hechos como aquel maestro de Dickens. Informaciones
-escuetas, sin comentarios; noticias, telegramas... Ya lo comentar
-todo en el caf en casa. Aceptemos la realidad, seamos modestos y
-agradezcamos todava que nos consientan ir viviendo. Por m s decir
-que me avergenza el dinero que cobro de la literatura. Quisiera ser
-muy rico algn da, para descargar mi conciencia devolvindolo todo
-religiosamente. Slo vale dinero lo que produce, su vez, algn
-dinero. Y qu produce la literatura? El peridico no se vende ms
-por ella. El peridico... es l, es su nombre, sus informaciones, sus
-noticias, sus anuncios. Qu supone para su venta y su ganancia una
-firma ms menos? Es la firma la que goza del prestigio del peridico,
-no al contrario. Pruebe el escritor que se juzgue ms ledo cambiar
-de sitio.
-
-Lo mismo en el teatro: el teatro es la noche, el abono, las actrices
-bellas y bien vestidas, los actores favoritos del pblico. Qu
-significa la obra? Un poco ms un poco menos de literatura. Pruebe
-tambin el autor que se crea ms estimado por s propio cambiar de
-teatro. En la Princesa, por ejemplo, todas las obras son lo mismo.
-Qu ms da una que otra? Hay que salir un poco de los Crculos
-literarios, en donde fuerza de despellejarnos parece que tenemos
-alguna importancia, para comprender lo poco que significamos. No hay
-vanidad que resista una de estas enrgicas curaciones al aire libre.
-La vida moderna funciona por una poderosa maquinaria para la que
-cualquier obrero es bueno. Vamos al socialismo ms de prisa de lo que
-parece. El mundo ser una gran mquina productora de felicidad social.
-Hermosa mquina!
-
-Andar sola. Los hombres se habrn muerto todos de hambre de
-fastidio.
-
-
-
-
-XXXI
-
-
-Cuando el doctor Lombroso, en los buenos tiempos de su escuela
-antropolgica, se propuso demostrar que todo hombre de talento--de
-genio deca l--tena sus buenas puntas y collar de loco, no haba
-detalle insignificante en la vida de un hombre clebre que no fuera
-para el buen doctor seal evidente de chifladura. Yo creo que, aplicado
-el mismo sistema cualquier individuo, tan locos pareceran los tontos
-como los hombres de talento, salvo el talento.
-
-Del mismo modo es peligroso investigar en preocupaciones de escuela,
-cuando de averiguar culpabilidades se trata. Qu vida de santo
-resistira la implacable investigacin de algunos infatigables
-averiguadores, obstinados en que han de ser tijeretas? Que si los
-padres, que si su abuelo, que si all por el ao 58... Y es que
-lo mejor, nos creemos asomados nuestro buen balcn con vistas
-Europa, y resulta que es al corredor de un patio de vecindad. Tenemos
-tan pocas cosas serias en qu ocuparnos! Pero quin podr decir que
-tiene una vida privada? Como en danza de la muerte, no hay quien
-escape de hacer su mudanza al son de la moderna publicidad, que cual
-la muerte todas partes llega y nadie olvida. Desgraciados de
-los primos segundos de nuestros cuados si algn da tenemos nuestra
-hora de notoriedad! Desnudados se vern en pblico para regocijo de
-las gentes. Y no hay que culpar demasiado los que, en apariencia,
-pudieran parecer los nicos culpables. No puede una enfermedad tan
-fcilmente con un organismo sano. La publicidad tal vez abusa; pero hay
-que confesar con cunta complacencia nos prestamos al abuso...--Por
-Dios, no diga usted nada de esto... Y lo decimos todo...--No quiero
-que me retraten ustedes. Y llevamos estudiada la postura en que ha de
-sorprendernos el objetivo. Padecemos todos de exhibicionismo, y quiz
-no andamos descaminados. No hay nada que desarme tanto la indignacin
-como la curiosidad satisfecha. Conviene, adems, cultivar la amable
-flor de la tolerancia mutua, sin la cual no habra vida de relacin
-posible. Hoy me escandalizas t, maana te escandalizar yo; bueno ser
-que no nos escandalicemos demasiado.
-
-Por todo esto, no opinar como los graves seores que ahora una vez
-ms van clamando: Qu indignidad! Han visto ustedes lo que
-hemos llegado? S, seores mos; y la lstima ser no ver adnde
-llegarn los que nos sigan, porque no todos son malos. Nunca hubo
-tiempos mejores que los presentes, y es de presumir que an han de
-aventajarlos los futuros. Siempre habr ms seguridades en estos
-procesos de plaza pblica, la luz y al aire, que en las tenebrosas
-actuaciones inquisitoriales entre negras paredes y bajo obscuras
-bvedas. No haya miedo, aunque entre el clamoreo de las gentes parezca
-zozobrar la verdad, que pueda anegarse la justicia. Hay una rectitud
-en la conciencia de las multitudes que no le impide rectificar sus
-juicios. No tiene que velar por los prestigios de Cuerpo, como otros
-Tribunales, que alguna vez tambin se equivocan, pero no pueden
-confesar nunca que se han equivocado.
-
- * * * * *
-
-La lgica de los tablajeros es admirable. Como son muchos y tocan
- poco, han decidido subir el precio de la carne. Es una lgica
-carnicera. No vamos devorarnos unos otros: es preferible devorar al
-consumidor.
-
-Quin pudiera tambin subir los precios! As deca una expendedora
-del mismo enemigo del alma, aunque en otro ramo, donde tambin es mucha
-la competencia.
-
-Para resolver el conflicto, el Ayuntamiento debe ponerse al habla con
-los patronos de Bilbao, y aun con los de otras partes, por si puede
-aplicarse la carne animal el sistema por ellos empleado para abaratar
-la carne humana. Oh Dios!--deca Toms Hood en su Cancin de la
-camisa.--Que la carne de vaca valga tanto y la de hombre tan poco!
-
-Slo nos queda el consuelo de los tontos: lo universal del malestar.
-Quin podr vivir al precio que se va poniendo la vida? Admirable
-modo! donde, como en la isla encantada de Prspero, con todo lo
-necesario para la vida no hay modo de vivir.
-
- * * * * *
-
-De la pintoresca galera de veraneantes, el ms digno de nuestra
-gratitud es el veraneante Robinsn, el descubridor de rincones
-ignorados que tendrn en l propagandista infatigable. Un Paraso! La
-Suiza de Espaa!
-
-La ltima ilusin que perderemos ser esta de los paisajes. Es
-incalculable el nmero de Suizas que tenemos en Espaa. Con unos
-peascos, dos docenas de pinos y un chorro de agua, ya est una
-Suiza. Lo malo es que aqu no sabemos explotarlas. Nuestra tierra es
-un Paraso. Pero somos tan adanes! Desengense los admiradores de
-nuestras bellezas naturales: no hay paisaje posible sin una buena
-fonda.
-
-El viajar no es un apostolado. Bellezas naturales y bellezas artsticas
-son un buen pretexto para pasarlo bien en confortables hoteles, entre
-gentes adineradas y con toda clase de diversiones, por si los paisajes
-y las catedrales fallan. Y no fallan nunca cuando los contemplamos
-despus de bien comidos y bien dormidos. En cambio, chese usted por
-malos caminos; llegue usted una posada, donde toda incomodidad tiene
-su asiento y todo asiento su incomodidad, y trese usted despus su
-buen repechito para ver salir el sol por donde acostumbra suba
-usted y baje del coro al campanario, y viceversa, para extasiarse
-ante los santos desnarigados de la gtica catedral, y regresar usted
-para que no vuelvan mentarle paisajes ni catedrales, como no sea en
-cinematgrafo en postales, nico modo de admirar bellezas sin fatigas
-y sin desilusiones.
-
-El Robinsn dir que somos criaturas artificiales, que tenemos
-atrofiado el sentido de la Naturaleza... No tome usted muy en serio
-los robinsones, que, lo mejor van descubrir bellezas naturales muy
-bien acompaados de alguna belleza urbana, y..., naturalmente, qu les
-importa el duro lecho, ni la mala comida, ni las bellezas naturales
-tampoco? Pero el que de buena fe cae en el lazo de la propaganda,
-volver renegando y creyendo para toda su vida que las mejores
-creaciones de la Naturaleza y del Arte son obra de los fondistas y
-hosteleros, y que en Espaa no tendremos paisajes y catedrales mientras
-no tengamos buenos hoteles y lujosos casinos y... amables bellezas, en
-que se armonicen la Naturaleza y el Arte.
-
-Preguntad los habituales y acaudalados concurrentes Niza, Ostende,
-Biarritz, San Sebastin mismo, por las bellezas naturales de los
-respectivos puntos. Se pasa muy bien, es lo que sabrn deciros.
-
-
-
-
-XXXII
-
-
-Para justificar el actual estado de las calles de Madrid, el alcalde
-ha exhibido unas fotografas de las principales vas de Pars para
-que en nada tengamos que envidiarles. En efecto; all, con motivo
-de las obras del metropolitano, han padecido, como nosotros, las
-inevitables molestias que la civilizacin trae consigo, y all, como
-aqu, levantamientos y excavaciones en calles y plazas han sido tema
-inagotable de chistes, caricaturas, escenas de revistas, coplillas
-de caf-concierto y dems desahogos inofensivos. No tiene por qu
-preocuparse el seor alcalde. A todo lo que podemos aspirar en este
-bajo mundo es hacer algo bueno; pero que parezca bien, es loca
-aspiracin. Como aqu, por cada uno que hace algo, aunque no sea ms
-que jugar al billar al tresillo, hay cien mirones, en algo han de
-entretenerse.
-
-Quisiramos tener una Gran Va por arte de magia y que la baratura de
-la luz elctrica no costara la ms pequea molestia. Queremos que todo
-nos lo den hecho; tan hecho... que no haya que hacerlo antes. Pero,
-amigo, como no hay medio de hacer tortillas sin romper huevos, como
-dicen en Francia, y tampoco nos gustan los huevos pasados por agua,
-hay que resignarse con nuestra triste suerte y dejar que los mismos
-que en Pars habrn admirado los trabajos del metropolitano, como
-obra de progreso, al regresar ahora de su excursin otoal renieguen
-aqu de todo y por todo. En casa somos de un sibaritismo oriental: no
-toleramos ninguna incomodidad. Verdad es que la mayor parte de las
-viviendas son inhabitables, unas por culpa de los caseros y otras por
-culpa de los mismos vecinos y de sus apreciables familias. Si tampoco
-podemos vivir en la calle! Individuos hay para quien levantarles las
-losas de una acera equivale un desahucio del propio domicilio. En
-dnde despacharn ahora sus asuntos y recibirn sus visitas? Pueden
-consolarse admirando los planos de la futura gran plaza de Espaa.
-Ellos se encargarn de justificar su nombre, paseando por ella sus
-desocupaciones, perturbadas ahora por una falta de consideracin
-imperdonable. En cambio, un respetable jefe de familia, que por
-obsequiar los suyos con las delicias de un veraneo aristocrtico tuvo
-que acudir la bondad de esa noble institucin de los prestamistas,
-deca con gran filosofa, contemplando el estado de nuestras
-calles:--As como as, yo tendr ahora que andar por los tejados.
-
- * * * * *
-
-Su Santidad ha recomendado encarecidamente los prelados y sacerdotes
-la ms activa predicacin contra las actuales modas femeninas, por
-deshonestas y provocativas deshonestidad, que es lo peor de todo. No
-confiamos mucho en la eficacia de esas predicaciones; que no es tan
-fcil hallar docilidad y obediencia en la grey femenil cuando se trata
-de cosas que le importan particular y directamente, como cuando se
-trata de cosas que en realidad le tienen sin cuidado. No es tan fcil
-derribar una moda como un Gobierno liberal. Sin contar con que, en
-esto de manifestarse contra los Gobiernos liberales, entra por mucho
-tambin la moda. No son las ms la ltima trabadas las que ms se
-destraban de pies y de lengua cuando hay que bullir y danzar en juntas,
-protestas y manifestaciones? Pero ay! en cuestin de modas, como ellas
-se encuentren su gusto...
-
-Poco conoce las mujeres el que se las figure dominadas por las
-predicaciones del clero. Buenas son ellas para dejarse dominar por
-nadie! Pobre clero! El s que, en la mayora de los casos, es el
-dominado, el zarandeado y el molestado por el indiscreto fervor de las
-devotas. Cuando ellas les conviene, lo mismo se entran por el ritual,
-que por los cnones, que por la Suma Teolgica, atropellndolo todo.
-Hay cada papisa Juana y cada antipapa Luna entre ellas!
-
-Yo s de cierta junta de seoras, reunida en cierto palacio episcopal,
-bajo la presidencia del seor obispo; y como el buen prelado, con muy
-buenas razones, procuraba convencerlas de la imposibilidad de algo que
-ellas pretendan, en la ordenacin de una festividad religiosa, una de
-las ms voceadoras no saba ms que repetir: Pues perdone S. I., pero
-siempre se ha hecho as, siempre se ha hecho as. A lo que el prelado,
-bondadoso, replic todava: En efecto, era un abuso tolerado; pero
-ahora Su Santidad ha dispuesto que no se permita. Pues que me perdone
-Su Santidad, pero m me parece un disparate--fu la contestacin. El
-buen obispo se qued hacindose cruces; por fortuna, las cruces de los
-obispos son de oro y piedras finas y suelen ser regalo de las mismas
-seoras que tanto les desazonan. Claro es que ellas lo pagan, pero como
-se abonan al teatro, para que las comedias no las molesten. S, qu
-van ellas pagar para oir cosas desagradables!
-
-Por todo esto y otras cosas, vern ustedes cmo por muchos anatemas que
-caigan sobre la moda, como ellas se encuentren su gusto, sobre sus
-monumentales sombreros se pondrn todava la cpula de San Pedro en
-Roma, por montera.
-
- * * * * *
-
-El 606! Parece el nmero del premio gordo en la Lotera de Navidad.
-No se habla de otra cosa. Hasta los nios han dejado sus charlas sobre
-el adulterio y otros sucesos de actualidad, para hacer toda clase de
-preguntas indiscretas sobre el numerito. Ahora nos enteramos de que hay
-ms gente interesada en el descubrimiento de la que poda suponerse.
-El reuma que don Fulano, los dolorcillos de don Zutano y hasta el
-fueguecillo de doa Perengana, todas personas muy respetables. Que el
-606 el 909, segn se lea por arriba por abajo, os sea propicio! Los
-mdicos son el demonio: un castigo menos para contener la Humanidad
-en sus depravaciones. Con el 606 y cualquier otro numerito por el
-estilo, esto va ser el desate.
-
-Admiremos la clase mdica, nica en el mundo que trabaja en contra
-de sus intereses, suprimiendo padecimientos. Si muchas otras
-clases sociales encontraran su 606, que nos hiciera innecesarios,
-simplificara, por lo menos, sus servicios!
-
-
-
-
-XXXIII
-
-
-Esto de las embajadas de moros parece la procesin del nio perdido;
-llegan unas detrs de otras, y ni el nio parece ni la madre del
-cordero, que este es el toque de la diplomacia morisca: que no parezca
-nunca nada de lo que se ha perdido. De modo que es muy posible que
-haya que ir buscarlo, y all iremos con nuestro duro recuperar la
-peseta. Ante el peligro de posibles y desagradables discrepancias,
-llegado el caso, se invoca, para hacer opinin, como suele decirse,
-el patriotismo de cuantos pueden influir sobre ella. Bien est si
-ello no puede ser por menos y se quiere que en su da sean muchos
- repartirse las glorias las responsabilidades. No es como hacer
-propaganda de una Exposicin de un viaje de recreo, cosa en que
-todos se favorece y nadie se perjudica.
-
-Pero... pero en esta ocasin el que sinceramente y honradamente no
-crea en la necesidad en la conveniencia de nuevas demostraciones
-blicas, mal hara en pactar con su conciencia por consideraciones
-dudosas. Cualquiera sabe dnde est el verdadero patriotismo en estos
-tiempos! Eso s; tampoco vale guardarse la malilla para salir despus,
-si el asunto se tuerce, con aquello de: Ya lo saba yo! A m siempre
-me pareci mal; pero cualquiera va contra la opinin general! Sobre
-que nunca hay opinin general y sobre que muchas veces la opinin y los
-que influyen en ella se engaan mutuamente por mutuo desconocimiento, y
-luego tenemos aquello de: Yo habl as porque cre que era la opinin
-de ustedes y Yo cre deber opinar as porque ustedes lo decan.
-
-Slo hablando cada uno con arreglo su conciencia puede formarse la
-verdadera conciencia nacional; nacional, sin vistas humanitarismos
-inter supernacionales. Nosotros no podemos permitirnos an esos
-lujos. Eso, como los dramas de Ibsen, segn Ramiro de Maeztu, es para
-los que ya tienen resuelto el problema de la mantenencia. Nosotros
-estamos en el caso de ir buscarlo donde lo haya.
-
- * * * * *
-
-El chiste, la humorada, la irona, la paradoja, la amenidad, todo
-lo que indigna muchos graves varones al encontrarlo en artculos
-periodsticos, pueden hallarlo ahora nada menos que en un documento
-oficial; que como documento oficial puede considerarse la medalla
-acuada para conmemorar el centenario de las Cortes de Cdiz.
-
-Ustedes vern si no es humorismo el de la medallita. Por una cara
-ostenta las consabidas figuras alegricas en toda su clsica desnudez,
-un par de mundos, que de entonces ac han venido quedar en uno, y
-alguna otra friolera decorativa. Por esta cara nada de particular.
-Pero por la otra... quin sino un gran humorista pudo ocurrrsele
-esculpir y grabar la dulce efigie de Fernando VII en un recuerdo
-de aquellas Cortes y de aquella Constitucin que tuvieron en l su
-ms encarnizado enemigo? Qu puede hacer en esta galera aquel
-tan deseado antes como despus aborrecido, sino dar que reir al
-discreto contemplador? Al que ni supo antes defender su trono ni
-despus agradecerlo; al que volvi llamar los franceses para
-sacudirse de Constituciones y libertades; uno de los ms siniestros
-mamarrachos que han visto los siglos coronado, y abundan en la serie,
-qu Shakespeare de la irona ha sabido clavarle en la picota de
-esta medalla conmemorativa? No queremos sospechar en ello la menor
-sombra de adulacin monrquica. Hay adulaciones ofensivas para la
-discrecin de los que estn demasiado altos, para no estar sobre tan
-burdas adulaciones. Preferimos atenernos al humorismo, tan desusado
-en gubernamentales esferas, donde toda seriedad y todo empaque tienen
-asiento. Pero el espritu de aquel gran socarrn no habr dejado
-de apreciar la irona de este trgala pstumo. Al que no quiere
-caldo, la taza llena. Al que que odi la Constitucin, medallitas
-conmemorativas. La idea ha sido genial y merece el ms sincero aplauso.
-
-Termin el preciso veraneo de los que no disponen de tiempo ni de
-fondos para mayores ausencias. Quede la otoada para los que de todo
-disponen en abundancia y todo es veranear para ellos.
-
-Vuelven tonificados por los baos de mar, de luz... y de ilusiones.
-El veraneo nos eleva siempre unos grados sobre nuestra ordinaria
-condicin social. Las playas, los Casinos, los vestidillos claros y de
-telas ligeras son niveladores. Las amistades y los amores son fciles,
-aunque ligeros como los vestidos. No suelen llegar al invierno. En
-Madrid vuelve cada uno estar en su sitio. Ofrecimientos de amistad y
-juramentos de amor se olvidan apenas llegamos. Felices los que logran
-conservar la marquesa entre sus relaciones y la que no suelta al
-empleado con 3.000 pesetas de sueldo, que en San Sebastin parecan
-20.000 de renta! Verdad es que all tambin pap pareca un accionista
-del Banco. Oh, sueos de una temporada de verano! Nunca muy costosos,
-que nunca se paga bastante un poco de ilusin y el hallar la vuelta
-ms sabroso el familiar cocido.
-
-El Teatro Nacional va camino adelante. Ya slo falta teatro, compaa
-y suponemos que no faltar dinero en el momento oportuno. Ahora, con
-toda seriedad. Dadas las condiciones del teatro en Espaa, conviene
-hacer del Teatro Nacional un teatro museo, slo para la representacin
-de obras consagradas, un teatro de ensayo, un teatro juvenil, para
-estrenar obras de autores noveles desconocidos? Conviene formar una
-compaa de eminentes, una modesta, estudiosa compaa de conjunto?
-Conviene que el teatro sea aristocrtico, literario popular? Yo
-creo que todo es compatible y para todo hay das y para todo debe
-haber autores y actores. Ni debe prescindirse de la aristocracia, ni
-de la intelectualidad, ni del pueblo. Pongan unos el dinero, otros la
-orientacin, otros el entusiasmo. Condicin primordial: la baratura. No
-es solo cuestin de arte, es cuestin de higiene. No es en el terreno
-artstico, es en el terreno econmico en el que hay que combatir contra
-la chabacanera y la suciedad de un teatro que mancha las bocas y las
-almas de los nios y de las mujeres. Es preciso que la rdiga y
-el plpala no sean ingeniosidades de saln y bailar el garrotn una
-gracia infantil. Y es preciso que las mismas seoras que en el Espaol,
-en la Princesa en la Comedia se asustan por muy poco, no vayan
-despus con sus hijos la seccin vespertina de cualquier teatrillo
-con el pretexto de que los nios se divierten viendo las decoraciones
-y lo dems... Ellos no lo entienden, los pobrecitos. Ni ustedes
-tampoco hay quien las entienda, seoras mas!
-
-
-
-
-XXXIV
-
-
-Ante el triunfo de la Repblica en Portugal, yo no pienso en si ser
-el camino ms corto para apresurar la vuelta del dictador Juan Franco,
-ni en la suerte del rey joven, vctima del sino fatal de una familia
-condenada ser eterno Tntalo de tronos y coronas. Triste rey! Con
-las mejores intenciones y deseos, sin duda; pero al que nunca lleg
-la luz ni el aire de la calle, como tantos reyes, sino al travs de
-aduladores, de ambiciosos y de intrigantes. A los reyes modernos no
-les faltan bufones su alrededor; pero entre sus cascabeles no suena
-el cascabel de oro de la verdad, como sola en los antiguos hombres de
-placer sonar atrevido sobre los donaires y las chocarreras. Pero, ya
-digo, en nada de esto pienso: slo pienso en la alegra de un poeta.
-Qu feliz ser estas horas Guerra Junqueiro! Altsimo poeta, que has
-logrado lo que pocos poetas logran: ver realizado en la vida alguno
-de sus sueos; que la realidad de esa Repblica se inspire en tu
-poesa, oracin la luz, al pan, los humildes de la tierra, al amor
-y la Humanidad! Pero ay, poeta! No ser la realidad el principio
-de la desilusin? Los hombres no se juntan para obras de belleza tan
-dcilmente como las rimas. Verdad es que cuando las rimas son bellas,
-es porque obedecen un gran poeta, que es un dictador de genio.
-
- * * * * *
-
-Enrique Becque, el autor de _La parisienne_ y de _Los cuervos_ y
-de esos _Polichinelas_ tan trados y tan llevados en estos das,
-como _Chantecler_ en los suyos, pasa por ser uno de los autores ms
-desgraciados en su vida y sus obras. No lo creo yo as; antes me parece
-que ha habido pocos tan bien afortunados. Despus de algunas obras
-insignificantes--un _Miguel Pauper_, que es un mal melodrama,--estrena
-_La parisienne_, que fu, en su estreno, lo que all llaman un _four_
-y por ac un fracaso. Pero haba que molestar Sardou, Dumas hijo,
- los autores por entonces seores del teatro, y _La parisienne_ fu
-obra de lucha, alrededor de la cual se agruparon todos los autores
-fracasados y todos los que ni fracasar haban conseguido. No haba
-autor silbado que no se condoliera diciendo: Tambin fracas _La
-parisienne_! No haba aspirante autor que, al serle rechazada
-una obra, no pensara: Es claro: como fracas _La parisienne_, las
-empresas no se atreven con una verdadera obra de arte! Lleg
-imponerse una reaparicin de _La parisienne_. Los actores que haban
-estrenado la obra no haban acertado con el carcter del personaje;
-ahora es cuando se iba ver la obra. En efecto; la representaron la
-Rjane, despus la Desprs, despus qu s yo! _La parisienne_ lleg
- ser obra de concurso. La crtica ya no la discuta; daba por sentado
-que se trataba de una obra maestra, una obra clsica; el pblico se
-aburra siempre y las entradas no eran cosa mayor. En efecto; _La
-parisienne_, cuyo ttulo ya es una calumnia que debiera ofender las
-mujeres de Pars, no pasa de ser un buuelo inflado; un asunto y unos
-personajes de comedianta, tratados con una prosopopeya y un empaque
-como quien dice: Esto es ahondar en el corazn. Y toda la hondura es
-que una seora tiene tranquilamente un marido y dos amantes; para lo
-cual no hace falta ser _la parisienne_. En cualquier villorrio las hay
-ms frescas y todava dan menos importancia esas alternativas.
-
-Con _Los cuervos_, dos cuartos de lo mismo. Otra obra maestra para
-los juramentados y otra tabarra para el pblico. Los intrpretes
-siempre de vctimas, porque siempre consiste en ellos que las pcaras
-obras no acaben de entrar y de imponerse la admiracin. Digo, la
-admiracin! Obras ms admiradas! Dgase ahora si autor que con ese
-bagaje consigue ser indiscutible, tener estatua, que todos los aos
-le representen las dos joyas--y qu ser el da en que, hartos los
-empresarios de probaturas, renuncien representarlas y slo por fe se
-le admire? Qu Molire, ni que Racine!--puede llamarse desgraciado.
-Yo no conozco suerte literaria como la suya. Para que nada le falte,
-es casi seguro que, por fin, no se representa _Los polichinelass_. Con
-lo que todos irn ganando: los empresarios, el pblico y la gloria del
-autor.
-
- * * * * *
-
-Apuntando, apuntando, como los de Lumbiaque templaban, unas
-Asociaciones, el Gobierno ha disparado sobre otras. Mientras de una
-parte todo son mitins, _aplechs_, procesiones y rogativas--no sabemos
-por qu motivos, pues los ms impacientes por determinadas medidas
-bien pueden decir, como el personaje de la comedia: Dnde me han
-besado, que no lo he sentido?,--sin ruidos y sin amenazas previas,
-todo el rigor ha venido caer sobre las Asociaciones que pudiramos
-llamar pecaminosas. Quedan disueltas las comunidades femeninas. Desde
-ahora cada mochuelo su olivo y un solo mochuelo en cada olivo. Pero
-habr en Madrid bastantes cuartos desalquilados? Si agrupndose, para
-mayor facilidad de la existencia, ya no eran palacios las ordinarias
-viviendas de esas cofradas, dnde irn refugiarse ahora por
-sus pecados? Mal est el vicio en planta baja; pero mucho peor en
-guardillas y sotabancos. Pobres mujeres! Se pretende librarlas de un
-mal y se las entrega, indefensas, otros peligros.
-
-El matonismo, el robo, hasta el asesinato, hallarn ahora ms
-facilidades para hacer sus vctimas entre esas desventuradas. Se invoca
-el ejemplo de otras grandes capitales. Pero en otras grandes capitales
-esas mujeres gozan de cierta consideracin social. Aqu, gracias que
-muchas juntas pudieran defenderse. Aqu, donde no se respeta las
-mujeres honradas, qu ser con esas infelices? El chulo, lo mismo que
-el seorito, tienen por gracia maltratarlas, burlarse de ellas; la
-autoridad siempre est en contra suya. Valor necesita aqu la mujer
-para ser mala! La asociacin era para ellas necesaria. Sin contar con
-que la virtud, como la inteligencia, s mismas se bastan; pero los
-malos y los tontos son los que necesitan agruparse. Consuela tanto ver
-otros peores y otros ms tontos!
-
-
-
-
-XXXV
-
-
-Todas las huelgas mayores menores, tan menudeadas en estos ltimos
-tiempos por todo el mundo, no son ms que ensayos parciales de la
-huelga general que tendremos ms tarde ms temprano y quizs cuando
-menos se piense. Es difcil saberse poseedores de una fuerza y resistir
-al deseo de ejercitarla y de probar hasta dnde alcanza. Unase esto
-la infantil curiosidad, poderoso mvil de tantas acciones humanas; el
-A ver qu pasa?, capaz por s solo desafiar y arrostrar todos
-los peligros que puedan amenazarnos y todos los males que puedan
-sobrevenirnos.
-
-Los sntomas son de que, tanto los amenazadores como los amenazados,
-unos por hacer alarde de su fuerza y otros de su resistencia, estn
-deseando saber lo que pasa si la huelga general se declara. Tanto harn
-unos y otros que por fin se saldrn con la suya, y no tardaremos en
-enterarnos. Triste tarea la de los gobernantes modernos, edificando
-sobre terreno movedizo, haciendo cuentas sin contar con lo imprevisto,
-previsores de guerras exteriores y sorprendidos por la guerra ntima!
-Y no hay duda: las huelgas son las guerras modernas, y de ellas deben
-preocuparse los Gobiernos ms que de las dudosas conflagraciones
-internacionales. Las luchas futuras sern de clase, no de naciones.
-Un obrero chino ser ms compatriota de un obrero alemn que de un
-capitalista de un letrado de su nacin. Un hombre de ciencia francs
-estar ms cerca de un sabio japons que de cualquier espritu grosero
-entre sus compatriotas. Los espritus se saludan por afinidades
-espirituales, no por la proximidad material. Como el beso de la dolora
-de Campoamor, injusticias y males repercuten muy lejos y unen en el
-mismo sentimiento de agravio y de dolor los ms distantes. Por eso
-los que aun crean que hay algo que defender, contra los que creen que
-todo hay que destruirlo, deben unirse espiritual y materialmente sobre
-naciones y fronteras; porque el enemigo est en todas partes. La idea
-de patria es valor que caduca, y pronto ser tan anacrnico como el
-valor de las ideas religiosas. Razones sentimentales los sostendrn
-todava sin virtud y sin eficacia. Ay de los que no comprendan
-tiempo la necesidad de sustituir esos valores por otros ms eficaces
-para la defensa social! Suponiendo que la defensa social tenga valor
-alguno.
-
- * * * * *
-
-De las discusiones, protestas, querellas y disgustos promovidos
-por la distribucin de premios en la Exposicin de Bellas Artes,
-slo puede deducirse una consecuencia: que las obras de arte no
-son para calificadas y premiadas como nios de colegio.--Por de
-contado que los nios tampoco debieran serlo como los cuadros en las
-Exposiciones.--Hay nada ms ridculo? Fulanito, el primero; Menganito,
-el segundo de los primeros; despus el segundo, el segundo de los
-segundos... Hay quien crea que las obras de arte pueden calificarse
-tan rotundamente? Se figuran ustedes el Museo del Prado sometido una
-distribucin de premios por el estilo? Y no vale argumentar con que
-el mrito extraordinario de casi todos los cuadros hara difcil la
-calificacin; porque si es difcil calificar entre iguales por alto,
-tan difcil es calificar entre iguales por bajo. Y no digamos entre
-medianos!
-
-Se dir que sin esa formalidad de los premios sera difcil conseguir
-el objeto principal de las Exposiciones, que es el de sealar al Estado
-los cuadros que debe adquirir, si la proteccin los artistas ha de
-ser efectiva. Yo creo que con las manifestaciones del pblico y de la
-crtica bastaran para una razonable orientacin. En todo caso, sera
-preferible el sorteo; todo menos eso de los primeros, los segundos de
-los primeros y el primero de los segundos. Ya s que es muy humano y
-satisface mucho los entendimientos mediocres eso de que nos lo den
-todo numerado por orden de mrito. Hay quien pregunta: Qu obra de
-Shakespeare es la mejor? Cul es el mejor cuadro de Velzquez? Y
-qu pensaran ustedes del que se atreviera sealar una sola obra de
-Shakespeare, un solo cuadro de Velzquez como superior en absoluto?
-
-De cualquier modo, y aun aceptando como mal menor necesario la
-calificacin y numeracin por un Jurado inteligente, probo y sincero,
-como lo son todos los Jurados hasta el da, de la adjudicacin de
-premios, bueno sera que los jueces se atuvieran al mrito de las
-obras, dejando fuera de juicio las tendencias, el procedimiento y los
-medios de ejecucin de las mismas. Bueno fuera que en un concurso
-de obras dramticas, por ejemplo, entre una mala obra realista y una
-excelentsima obra romntica imitacin de nuestro teatro clsico, se
-premiara la mala obra por parecer ms de nuestro tiempo por antipata
-de escuela! Si la emocin y el sentimiento que inspiran al artista
-son sinceros, ha de censurrsele porque aun pretenda espiritualizar
-su obra, desligndola del tiempo y del espacio? Es tan pronto para
-renegar de una tendencia artstica que es la mitad del arte moderno?
-Mterlink, Ibsen mismo, en la dramtica; D'Annunzio y Anatole France,
-en la novela; Puvis de Chavannes y los prerrafaelistas ingleses, en la
-pintura... Y en msica? Debussy va inspirarse en la msica griega, y
-ya no hay msica bastante antigua que pueda servir de refugio los que
-reniegan de la msica moderna.
-
- * * * * *
-
-El Ayuntamiento, como el corazn, segn los franceses, tiene razones
-que la razn no explica. Entre tres proposiciones para la concesin del
-teatro Espaol, ha votado por la que menos esperaba todo el mundo. El
-espectculo ha sido edificante; solicitado el teatro por el Estado, el
-Ayuntamiento desestima su pretensin, le trata de tramposo y declara
-que no se fa de l para nada. Dijo la sartn al cazo... Qu buen
-efecto producirn en el pas pagano esta armona de relaciones y esta
-confianza mutua entre el Estado y el Ayuntamiento! Si el Ayuntamiento
-desconfa del Estado, qu haremos los dems mortales? El que quiere
-honra, que la gane. No es eso? Aparte esta pequea desconsideracin al
-Estado y las buenas intenciones del ministro de Instruccin pblica,
-sabemos que el teatro Espaol est en buenas manos. Se trata de una
-empresa artstica con orientaciones modernas, abierta la juventud;
-como debe estarlo el teatro Espaol, de donde debemos alejarnos los
-autores viejos y cansados para dejar paso franco los que llegan.
-
-
-
-
-XXXVI
-
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-Quede salvo la buena intencin del Congreso contra la trata de
-blancas. Pero qu podr una sola institucin social para reprimir lo
-que tantas otras instituciones sociales son fomentar? Medicinaremos
-lo sintomtico y la enfermedad esencial continuar consumiendo el
-organismo.
-
-Para combatir la llamada trata de blancas hay que afrontar cara cara
-la trata de negras, que es la trata de la mujer en general, por todas
-las leyes, instituciones y costumbres sociales. Quizs la trata de
-blancas sea la ms dulce y favorable de todas ellas. Qu ofrecemos
- la mujer que mejor sea? Trabajo? Que emancipe la mujer de toda
-esclavitud econmica, nico medio de lograr su emancipacin moral, slo
-hay uno: el trabajo artstico, y para esto es preciso ah es nada! un
-gran talento y una gran voluntad. Aun as, estamos seguros de que
-nuestro respeto y nuestra admiracin acompaen siempre al triunfo del
-talento femenino? Slo las grandes artistas del teatro consiguen ser
-admiradas por completo; y cuntas veces la admiracin la belleza nos
-hace ser injustos con el talento! No suelen estar mejor pagadas una
-cara bonita y unas lindas piernas que una clara inteligencia y un gran
-corazn?
-
-En las dems profesiones, en la misma profesin artstica, cuando
-un poderoso talento no basta imponerse por s mismo, qu llega
- conseguir la mujer por s sola, sin el favor y la proteccin del
-hombre, no siempre generoso, ms bien tacao, al remunerar con una
-colocacin, costa ajena, lo que hubiera debido pagar su propia
-costa? Cuntas sern las mujeres que hayan llegado la independencia
-de una profesin lucrativa sin haber tenido que pagar servidumbre al
-antojo de un hombre?
-
-El matrimonio? Pero quin dir que se trata de un Sacramento de
-la Iglesia, institudo por Dios, cuando en sociedades que se dicen
-cristianas le vemos perseguido por todos los medios, como un vicio
-como un delito?
-
-A l se oponen leyes militares, prohibiendo el matrimonio de millares
-de hombres en lo mejor de su vida, en nombre de conveniencias sociales;
- l se oponen leyes econmicas, que mantienen en pobreza en escasez
- los jvenes en la edad ms conveniente para el matrimonio; l se
-oponen todos los egosmos individuales engendrados por el gran egosmo
-colectivo. Y salvadas estas dificultades, qu es la mujer, con raras
-excepciones para cuentos y comedias morales, en el matrimonio? Animal
-de lujo en las clases altas; animal de cra en la clase media; animal
-de cra, de trabajo y de carga en la clase baja.
-
-Y quieren ustedes oponerse la trata de blancas?
-
-En nombre de qu? Qu ofrecen ustedes en cambio? La mquina de coser,
-la aguja y la plancha.
-
---Gracias--dirn las favorecidas.
-
-El matrimonio con el empleado con 1.500 pesetas el jornalero con
-tres pesetas?
-
---Muchsimas gracias--volvern decir.
-
-Lo mejor que pueden ustedes ofrecerlas es un convento, como Hamlet
-Ofelia.
-
-Y estos pcaros Gobiernos democrticos, con eso del candado, no se
-preocupan ms que de cerrar puertas sin abrir otras para dar salida
-las pobres mujeres. Lo que dir alguna, parodiando la altiva divisa de
-las Rohan: Casada no puedo; trabajar no quiero... blanca me quedo.
-Pero se estn poniendo las cosas de un modo, que ni ese recurso les va
- quedar las pobrecillas.
-
- * * * * *
-
-El Ayuntamiento de Valencia ha desairado los poetas, oponindose
- la celebracin del Congreso de la Poesa. Gran injusticia! Pues
-no sabemos que ese Congreso reuniera menos condiciones de inutilidad
-que cualquiera otro de tantos Congresos como se reunen, todas horas
-por esos mundos. Y no es la inutilidad la primera y ms estimable
-condicin de estas juntas?
-
-Quin sabe si de ste hubiera salido algo prctico, por andar todo
-al revs en estos tiempos! Tantos Congresos, de los que se esperaban
-grandes resultados prcticos, han venido diluirse en la ms vaporosa
-poesa!
-
-Pero bien empleado os est oh, poetas! Quin os manda poneros al
-habla con Corporaciones oficiales de ninguna clase? Y qu bais
-hacer en Valencia, despus de los cortesanos? No sabis que por donde
-ellos pasan ya no quedan flores, ni halagos, ni atenciones para los
-poetas? Sabis guiar un automvil? No; porque ni habis tenido nunca
-dinero para comprar uno, ni tenis amigos que los posean. La gente
-adinerada no se trata con los poetas. Entonces... qu bais pintar
-en Valencia? Ya iris cuando tengis ms dinero. Para eso, dejaros por
-algn tiempo de hacer versos; haced algo ms, como los poetas de...
-otras partes.
-
-
-
-
-XXXVII
-
-
-A la mayor parte de nuestras Juntas benficas, ya sean de damas de
-caballeros, les sucede lo que al devoto del cuento en sus mritos
-para con Dios: lo que ganan por delante lo pierden por detrs. Por
-qu reglamento rigorista ha de ser la Inclusa barrera infranqueable
-entre las madres y los hijos? No debiera ser ms bien lazo de unin,
-apartado de las miradas del mundo? No el alejamiento, la proximidad de
-las madres debiera solicitarse. El abandono del hijo es alguna vez,
-por monstruosa sequedad del corazn, cerrado un instinto que hasta
-en los animales parece con delicadezas de sentimiento espiritual.
-Pero cuntas veces es miseria, vergenza, miedo!... Y no debe ser
-la sociedad entonces, y las Juntas de damas benficas sobre todo, las
-que, en vez de apartar la madre como indigna, porque cedi esas
-consideraciones sociales, procuren ser piadosos intermediarios, no
-como secuestradores, sino como guardianes de los pobres nios, que no
-seran entonces abandonados del todo y para siempre por sus madres?
-En vez de decirles: Aqu dejas tu hijo; no vuelvas acordarte de
-l, decid: Aqu tienes tu hijo; acurdate siempre; ven cuando
-quieras; defiende tu vida como puedas, nosotras defendemos la de tu
-hijo. Sea la caridad nodriza, educadora; pero no pretenda ser madre
-mientras la verdadera madre no haya renunciado serlo por monstruosa
-perversidad. No digis los pobres nios: Vuestras madres fueron
-tan malas mujeres, que no supieron ser madres. Decidles: Vuestras
-madres eran tan pobres, que no podan teneros su lado; compadecedlas
-mucho, como nosotras las compadecimos. Creis que no sera mayor su
-gratitud y que no podrn fundarse mayores virtudes si ellos ven que,
-no slo los guardasteis la vida, sino el amor de la madre? Reformad
-esos reglamentos, nobles seoras; un reglamento de un asilo benfico
-no debe ser como un Cdigo penal, en que siempre se mira al hombre
-como un presunto delincuente. No todas las madres que dejan sus hijos
-en la Inclusa son malas madres; muchas son madres pobres, y, en la
-duda, todas son pobres madres! Tan difcil como hacer leyes desde
-los salones de un ministerio es difcil hacer reglamentos desde
-gabinetes perfumados. Sobre todo, leyes y reglamentos para los pobres y
-miserables de la tierra, por los que nunca supieron de pobrezas ni de
-miserias.
-
- * * * * *
-
-Las obras de la Gran Va adelantan hasta el punto de permitirnos
-los que nacimos mediados del siglo pasado la esperanza de verlas
-terminadas. Pero he aqu que, al comienzo, surge el primer obstculo.
-Entre los derribos yrguese altiva, desafiadora y elocuente como un
-smbolo nacional, una pequea iglesia: la conocida vulgarmente por
-el nombre de Nias de Legans. No hay quien pueda con esas nias. La
-piqueta derriba casas y casas, y el campanario de la iglesia cada vez
-ms insolente y fanfarrn. Parece ser que no hay persona apta para
-tomar el dinero precio de la expropiacin. Por vida del inconveniente!
-Que se tratara de alguna manda donacin, y veramos si haba personas
-aptas para embolsarse los cuartos. Para qu estn los seores jueces,
-ms que para ser depositarios de los dineros dudosos? Van detenerse
-las obras por ese monumento nacional? A bien que se queda Madrid sin
-iglesias. Nuestros ricachones, por no imitar los norteamericanos,
-que suelen dejar cuantiosas herencias Universidades y escuelas, no
-saben cosa mejor que legarnos iglesias. A ninguno se le ocurre dejar
-unos cuantos millones para fundar un buen peridico de la buena Prensa,
-atendiendo las exhortaciones del seor obispo de Jaca, que sabe muy
-bien dnde le aprieta la mitra y que Dios rogando y con el rotativo
-dando. Adems, el mayor nmero de iglesias no contribuye en nada la
-conversin de incrdulos; mientras que un buen peridico que diera
-buenos sueldos los redactores, contribuira grandemente. Ya sabemos
-que aqu nadie tiene sueldo por tener estas ideas las otras; pero
-ideas por tener un sueldo!...
-
- * * * * *
-
-El arte moderno se desvive por la originalidad; la acusacin ms
-ofensiva para un artista es la de plagiario: _Il nous faut du nouveau
-n'en fut il plus au monde_. Y, sin embargo, las novedades apenas llaman
-un da la atencin y las obras que se perpetan son menos que plagios:
-plagios de plagios, imitacin de imitaciones. La humanidad, como los
-nios, prefiere el cuento cien veces odo. Las obras inmortales son
-aquellas en que sus autores acertaron contar del mejor modo las dos
-docenas de cuentos que interesan todos. Es otro secreto de la gloria
-de Shakespeare? Cuentos sabidos, de una sencillez de asunto y de una
-psicologa primitivas. Obras que pueden representarse ante el auditorio
-ms ignorante como ante el ms docto.
-
-Y nuestro _Don Juan Tenorio_, el de Zorrilla, que acert contar
-el cuento al gusto espaol y popular, no es el mejor ejemplo y la
-mejor leccin para los originales y noveleros? Hoy tememos demasiado
- tocar esos asuntos universales vulgarizados, y renunciamos tal vez
- escribir las mejores obras. Quin se atreve escribir otro _Don
-Juan_, otro _Fausto_, otro _Romeo y Julieta_? Verdad es que la crtica,
-interponindose cada paso del arte entre el artista y el pblico,
-opone la terrible acusacin de plagio de osada. Pero hay que tener
-todas las osadas, la del plagio en primer lugar, y la de pasar por
-encima de la crtica, para llegar directamente al alma del pblico.
-Esta fu la mayor hazaa de _Don Juan Tenorio_; por ella le vemos todos
-los aos en escena triunfar de muchas novedades originales, y, cuando
-todas ellas hayan cado en el olvido, _Don Juan Tenorio_, plagio de
-plagios, imitacin de imitaciones, sobrevivir como uno de los pocos
-cuentos interesantes que un gran poeta se atrevi contar nuevamente
-sin el temor de parecer plagiario.
-
-
-
-
-XXXVIII
-
-
-Es sabido que, la entrada de todos los inviernos, las seoras hablan
-de los vestidos que han de encargarse; los empresarios de teatros,
-de las obras con que cuentan, y los gobernadores de Madrid, de la
-extincin de la mendicidad. De todos estos programas, el nico que
-suele cumplirse, y con creces, es el de la indumentaria femenina, dicho
-sea en honor de la mayor constancia del sexo dbil en sus propsitos
-y determinaciones. Los empresarios estrenan lo que pueden, que no es
-siempre lo que quisieran; en cuanto la extincin de la mendicidad...
-no pasa de conversacin en que luce el ingenio de unos cuantos
-arbitristas, verdaderos ngeles de la caridad... con el dinero ajeno.
-Y he aqu la primera dificultad en estas andanzas benficas: que todos
-piensan el mejor modo de sacar los cuartos los dems y nadie quiere
-sacar un cntimo de su bolsillo. Por lo pronto, el seor gobernador
-haba pensado en aadir un nuevo impuesto sobre las localidades de los
-teatros, por ser cosa de lujo y nada necesaria, en opinin de dicha
-autoridad. En efecto, as como indispensables para la vida... Pero
-si argumentamos en lo necesario, son tantas las cosas, en verdad,
-necesarias? Tal vez no lleguen la media docena, y tal vez no estn
-entre ellas los gobernadores civiles. Considerando el teatro por la
-parte del pblico, s que es un lujo bien innecesario, como tantas
-otras industrias, si slo atendemos los que se gastan el dinero en
-disfrutar de los productos y no los que se ganan la vida trabajando
-para producirlos. De un lado est el lujo; de otro la necesidad...
-Habra que ver los apuros del seor gobernador si en un da todos los
-empresarios de Madrid acordaran suprimir ese lujo, cerrando todos los
-teatros! No seran las damas elegantes ni los caballeros distinguidos,
-ciertamente, los que iran en manifestacin lujosa pedirle solucin
-al conflicto; la gente adinerada es la que mejor puede pasarse sin
-teatros. La sorpresa del seor gobernador sera muy grande al ver
-miles de hombres y mujeres humildes clamando por el pan de sus hijos.
-Es achaque de los grandes hacendistas que nos gobiernan creer que los
-impuestos sobre los artculos de lujo los pagan los ricos. Aqu, que
-no peco, se dicen... Los impuestos los paga siempre el que trabaja y
-produce. No es al que gasta y emplea su dinero en lujos en caprichos
-al que habis de castigar con nuevas contribuciones; que esos, al fin,
-dan de comer mucha gente y hacen circular el dinero, sino los que
-guardan y atesoran dinero, improductivo y cobarde; dinero antisocial y
-antipatritico; dinero de vagos, que deben ser tan perseguidos como los
-otros vagos de la mendicidad callejera.
-
- * * * * *
-
-La familia y los admiradores de Tolstoi no ganan para sustos. La
-guerra que dan estos apstoles! Tantos disgustos trae las familias
-la extremada virtud de uno de sus miembros, como el vicio ms
-desordenado. Cierto que es de mucho gusto para los descendientes
-contar con un santo de la familia en el calendario; pero los infelices
-parientes contemporneos pasan el sino. Vean ustedes este venerable
-conde de Tolstoi, que acaba su vida como la empez aquel perdulario de
-Verlaine, escapndose con un amigo. Claro es que los motivos son muy
-diferentes; pero el disgusto para la familia es el mismo. La pobre
-condesa! Ya le deca ella cierto escritor ingls que fu visitar
-al conde con intencin de escribir un estudio sobre su persona y sus
-obras: Quiere usted saber lo que piensa mi marido? Pues ya tiene
-usted trabajo, porque cada da piensa una cosa. Y la posteridad ser
-tan injusta que acaso cuente en el nmero de los santos al conde y se
-olvide de la pobre condesa.
-
- * * * * *
-
-Ni el triunfo de una obra de cierto gnero supone el triunfo de todas
-las obras del mismo gnero, ni mucho menos el fracaso de todas las
-obras de un gnero contrario. El Arte es furiosamente individualista,
-y en l s cada palo aguanta su vela. Hoy re el pblico con una
-obra cmica y maana llorar con un drama. Lo de El pblico lo que
-quiere es reir lo que quiere es llorar, quiere obras de tesis,
- quiere obras ligeras, que no quiere el verso, etc., etc., son
-otras tantas vulgaridades. El pblico quiere obras de todas clases,
-cuando le divierten le emocionan. Ni es una novedad que alternen
-obras serias con obras regocijadas en los carteles. El teatro de la
-Comedia fu siempre de los ms eclcticos. All se estrenaron los ms
-caricaturescos _vaudevilles_ franceses y las obras de Dumas y Sardou,
-ltima palabra, en sus tiempos, del teatro serio. Despus hemos
-alternado en la mejor armona autores de las ms opuestas tendencias,
-y el pblico nunca tuvo preferencia por gneros ni por autores, sino
-por obras. Es de esperar que todo seguir lo mismo. El pblico aplaude
-y re con _Genio y figura_ porque la obra lo merece, y volver
-aplaudir y rerse cuantas veces acierten los autores cmicos, como
-bostezar se estar en casa cuando no acierten interesarle los
-autores serios. Los fracasados son los que creen que cuando su obra
-ha fracasado ha fracasado todo un gnero... Nada de eso; en Arte no
-hay solidaridad que valga. Cada uno es cada uno. El pblico no sabe
-de nombres genricos; slo sabe de nombres propios. No hay, pues, por
-qu gritar: Al arma, al arma!, y dejen los bien intencionados de
-meter cizaa entre los autores; haga cada cual lo que sepa y pueda, sin
-preocuparse de lo que hace el vecino. El verdadero vecino de enfrente
-es el pblico. En la Comedia francesa, el teatro ms serio del mundo,
-despus de una grave tragedia de Corneille, se representa el _Monsieur
-de Pourcegnag_, de Molire, la ms grotesca farsa que puede darse, con
-sus boticarios jeringa en ristre corriendo por el patio de las butacas,
-y nadie se alarma y todo est bien, y ni Corneille ni Molire ni la
-seriedad de la Comedia francesa desmerecen por ello.
-
-
-
-
-XXXIX
-
-
-Discusin digna de los mejores tiempos de Bizancio ha sido la originada
-por el aumento del impuesto sobre legados favor del propio testador;
-sobre todo, si son en provecho de su alma; que si algo deja para
-vanidades corporales, como embalsamamiento, entierro de lujo, mausoleo
- ereccin de cuanto cabe erigrsele un difunto, all el demonio la
-Hacienda con ello, que eso importa poco; al fin, todo ser economizar
-un poco en estas materialidades pstumas. Pero si se trata de misas,
-oraciones y preces, qu terrible responsabilidad la del seor ministro
-de Hacienda si, por disminuir con el impuesto la cantidad que debi
-aplicarse los sufragios, el alma de algn difunto se ve privada del
-descanso eterno! Nadie mejor que el interesado puede saber el nmero
-de misas y de responsos que necesita, y es gran maldad entrometerse
-en esta administracin que slo corresponde lo eclesistico; que
-por algo cuando se deja un moribundo bien dispuesto para el ltimo
-trance, suele decirse que le han administrado. Y ahora cuntas almas,
-como la de Garibay famosa, vagarn sin reposo falta de ese dinerillo
-interceptado por el Fisco. Ay del seor ministro de Hacienda si dan en
-aparecrsele y en atormentarle tantas almas en pena! Ya, por lo pronto,
-anticipndose los muertos, claman los vivos, precisos intermediarios
-en estas operaciones de salvamento de almas. Es triste cosa que todo
-negociado espiritual haya de traducirse en algo material y palpable.
-Por eso el seor ministro de Hacienda debe tranquilizar su conciencia,
-pensando que todo es cosa de almas, y que el alma de Espaa, ese alma
-tan cantada en discursos y poesas, tambin tiene sus necesidades y
-que su espiritualidad slo puede mostrarse por medio de organismos
-materiales que cuesta mucho dinero sostener. Y de dnde sacarlo que
-menos duela que de las almas pecadoras? Qu son unos aos ms de
-purgatorio ante la eternidad? Sobre que en muchos casos, al cobrar la
-Hacienda el impuesto de estos muertos piadosos, acaso no har ms que
-reparar un olvido de restitucin y todo ser para bien de las almas. En
-cuanto los intermediarios, si tanto se preocupan por la salvacin del
-difunto, no tienen ms que rebajar los precios; despus de todo, las
-oraciones no cuestan tanto trabajo. Todo menos que los muertos anden
-por el ministerio de Hacienda; porque los hay que, muertos y todo,
-haran intiles las habilidades financieras del seor ministro para
-sacarles los cuartos.
-
- * * * * *
-
-Una frase poco meditada, de una obra teatral, ha indignado los
-estudiantes de Medicina. La frase mortificante era injusta sobremanera,
-y los autores han sido los primeros en declararlo lealmente,
-apresurndose retirarla de la obra en cuestin. Es de esas frases que
-slo tienen disculpa en el natural deseo en todo autor de halagar al
-auditorio quien se dirige. Cierto que ms deban meditarse cuando es
-menos ilustrado y menos puede pesar el pro y el contra. Justamente la
-clase mdica es la ms altrusta y desinteresada. En ninguna profesin
-se prodiga tanto la asistencia gratuita, y no hay mdico, alto ni
-bajo, que al cabo del ao no haya asistido mayor nmero de enfermos,
-por amor la humanidad, sin estipendio alguno, que ricos clientes,
-buenos pagadores. Esto sin contar los mdicos de partido, verdadero
-apostolado de la Ciencia, indignamente retribudo. De modo que esos
-cadveres destrozados no aprovechan solamente los ricos, ni qu
-mejor empleo puede tener un cuerpo muerto que servir al estudio y los
-progresos de la Ciencia! Poco tiempo hace que un ilustre profesor de la
-Facultad, con admiracin de todos, leg su cuerpo para tan altos fines.
-
-Ahora, que los estudiantes, una vez retirada la frase, no debieron
-extremar su protesta. La frase era poco razonada; bastaba protestar
-contra ella con razones. No es conveniente sentar precedentes para
-otras protestas, que haran imposible toda crtica social en el teatro,
-en el libro y en el peridico. Ello ha sido que el incidente ha venido
- parar en recordarnos uno de los ms graciosos lances de Don Quijote:
-los autores arremetan contra los estudiantes, los estudiantes contra
-la Polica, y el seor Mndez Alans contra el Gobierno. Por fortuna,
-no hemos llegado la conflagracin europea.
-
- * * * * *
-
-En estos tiempos de mal entendida democracia, en que duras penas
-se tolera que nadie se distinga, ni sobresalga, ni tenga iniciativa
-propia, y todos pedimos esa modestia que es el uniforme gris de los
-que no pueden ir mejor vestidos, nadie sabe el valor que supone la
-decisin de los hermanos Quintero al proponerse por su cuenta, costa
-de su trabajo y sin otra cooperacin que la del pblico, levantar un
-monumento al poeta de la Juventud y del Amor; que, por ser el poeta de
-una edad que es de todas las vidas, ha de ser un poeta de todas las
-edades del mundo.
-
-Los que alguna vez hemos proyectado alguna idea generosa y pronto
-nos arrepentimos de ella como de una falta, desalentados ante la
-hostilidad de los unos, la indiferencia de los otros, el comentario
-burln malicioso, que no dejan de suponer miras interesadas , por
-lo menos, afn de notoriedad--gran pecado para los que no pueden
-significarse no ser en clase de mosquitos cualquier otro insecto
-molesto!,--sabemos lo que supone la ilusin, la valenta de los
-hermanos Quintero en su noble empresa.
-
-El pblico ha respondido y responder generosamente en todas partes.
-Alguna lamentable abstencin pudiera notarse; esperemos que se
-enmendar tiempo.
-
-Slo deseo los aplaudidos autores que esa fe y esas ilusiones de su
-juventud no les falten nunca y no lleguen sentir jams, ante las
-ruindades de tantos tristes del bien ajeno, la tristeza incurable, por
-ser ms noble, que produce en los espritus generosos el mal ajeno.
-
-
-
-
-XL
-
-
-La conferencia de Ramiro de Maeztu, en el Ateneo, ha sido, y ser por
-muchos das, tema preferente de discusiones. Inequvoca seal de su
-mrito y de su importancia. Vibrante sntesis de nuestra vida nacional
-fu la conferencia; tal vez con ms apasionamiento que serenidad; pero
-dice tan bien un noble apasionamiento cuando de algo que mucho nos
-importa se trata! Quede la plena serenidad intelectual para cuando
-hayamos de ser rbitros jueces en extraos asuntos; pero cmo no
-poner calor del corazn en asunto tan propio?
-
-Fueron las palabras de Maeztu el mejor espoleo para los espritus
-dormidos, tardos cobardes: el mejor lazo para unir los que,
-despiertos y fuertes, malogran, no obstante, sus alientos en el
-soberbio individualismo solitario. A los espaoles, ms que nadie,
-conviene tener presente aquel aplogo oriental en que un padre muestra
- sus hijos cmo un haz de mimbres apretado no puede romperse y qu
-fcilmente se quiebra cada mimbre, separado del haz, uno por uno.
-
-Aunque ratos pudiera dolernos y aunque algo en el fondo de nuestra
-conciencia protestara, bien hizo Ramiro de Maeztu en cargar la mano
-sobre los intelectuales, ya que ellos se diriga desde la tribuna del
-Ateneo. Hubiera sido flaqueza impropia de su espritu independiente y
-concesin que no hubiera admitido su auditorio, incurrir en la fcil
-complacencia de esos predicadores que truenan contra los vicios del
-siglo; pero tienen la dulce oportunidad de tronar contra los pobres en
-iglesia de ricos, y al contrario. Ellos no faltan la verdad en ningn
-sitio; pero les falta la verdad del sitio, que es un modo de faltar
-la verdad como si se mintiera.
-
-Los intelectuales oyeron sus verdades, y muy duras verdades. Algo puede
-decirse, y alguien lo dir, en descargo suyo. Ahora, justo es tambin
-que los obreros oigan las suyas, y las mujeres, y la aristocracia, y
-que las palabras de verdad no sean perdidas; porque palabras nos vienen
-de todas partes, pero de dnde vendr el ejemplo? Qu seran los
-Evangelios sin Pasin y sin Muerte? Oratoria, poesa... bellas palabras.
-
- * * * * *
-
-El Manzanares es digno ro de la capital de Espaa. Como la vida
-espaola, no tiene trmino medio: no se le siente vivir, da fe de
-vida turbulenta. Los Gobiernos pueden aprender en los ros el mejor
-modo de gobernar los pueblos. Canalizar es la mejor poltica. En lo
-espiritual y en lo material, tan daosa es la sequa, por infecunda,
-como la inundacin, por destructora. La inundacin siquiera, como las
-revoluciones, si destruye al pronto, tal vez fecundiza para ms tarde.
-Pero pobres tierras las que todo lo esperan de la inundacin de las
-revoluciones! Dichosas las que ven regar sus campos regularmente por
-encauzadas y tranquilas aguas!
-
- * * * * *
-
-Me parece muy bien que algunos crticos, fervientes devotos de la
-amable bagatela, dediquen columnas de encomistica prosa la tiple de
-sus simpatas y al garrotn de sus aspiraciones. Pero no me parecera
-mal, porque no creyramos tan pronto que el instinto del pudor haba
-desaparecido aunque haya venido muy menos, que la representacin de
-_La vida es sueo_, en el teatro Espaol, se le concediera un poco de
-atencin entretanto.
-
-Se protesta, con la boca chica, contra la invasin de la ola verde y la
-ola que pasa de castao oscuro, y de si aqu no se hace arte como se
-debe, y de si ac se debe porque se hizo arte; y, para una vez que se
-presenta ocasin de celebrar una noble tentativa artstica, silencio
-discrecin con sordina parecida al silencio.
-
-_La vida es sueo_, no representada en el teatro Espaol con frecuencia
-desde los tiempos de Rafael Calvo, ha sido ahora muy decorosamente
-presentada, revelando una cuidadosa direccin escnica. Ricardo Calvo
-es el mejor Segismundo que hemos visto, despus del inolvidable Rafael
-Calvo, el actor de nuestra juventud y de nuestros entusiasmos. Los
-dems actores componen un excelente y armnico conjunto. La obra... no
-es para morirse de risa; pero puede oirse todava. Algunas de antes
-de ayer estn ms viejas. En fin, que por mucho menos, pero muchsimo
-menos, hemos ledo sartas de elogios que siempre quisiramos ver ms
-justificados que la parquedad de ellos en esta ocasin.
-
- * * * * *
-
-Nos extraaba que las calles de Madrid estuvieran tan sucias. Ahora
-nos extraar verlas alguna vez medio limpias. Nos hemos enterado de
-que, para poner remedio la suciedad, cuenta el Ayuntamiento con 80
-barrenderos... para todo Madrid. Eso es lujo! Vaya, que si no se
-puede comer sopas en esas calles!... Para cundo esa subvencin la
-capital? Cundo se convencern los Gobiernos de que con calles limpias
-y carreteras bien cuidadas y bonitos paseos, estaramos tan gusto,
-aunque nos suprimieran las garantas constitucionales, que no son de
-uso tan constante y necesario?
-
-Estas calles de Madrid!... Cralo el Gobierno: hoy por hoy, es la
-nica oposicin seria con que cuenta. Una vez arregladas y limpias
-rase el Sr. Canalejas de los quinquenios conservadores!
-
-
-
-
-XLI
-
-
-Cuenta Gracin en su _Criticn_--perdone _Azorn_ que me entre por sus
-dominios--que, cuando espaoles, portugueses, ingleses y holandeses
-descubran y se posesionaban de vastos territorios en el Nuevo Mundo,
-acudi Francia en queja al supremo tribunal de la justicia divina,
-lamentndose de haber sido olvidada en el reparto. Y el alto tribunal
-contest la querella: Y qu necesidad tienes, oh, Francia! de unas
-Indias? No tienes ya bastantes Indias con Espaa? Toda su riqueza y
-la de sus Indias viene, al fin, ser tuya; que los espaoles te la
-ofrecen gustosos, cambio de tus baratijas.
-
-Aparte de que Francia no se halla hoy tan desprovista de territorios
-coloniales, nuestra situacin tributaria no ha cambiado mucho, y aun
-somos unas ricas Indias para nuestra buena vecina y no tan buena
-aliada. Hasta el premio gordo de Navidad aprendi el camino, y este
-ao se pas los franceses. Hay para armar otro Dos de Mayo! Tal vez
-ms justificado que el otro, que, al fin, entre unos buenos millones
-y unos infantes simples no hay comparacin posible. De salud sirvan!
-_Bon profit, messieurs!_ Y ver si alguna de nuestras Oteros de
-exportacin es la alcaldesa de Mostles de esos milloncejos, y algn
-_maquereau_ de casa, que tambin los exportamos excelentes, se encarga
-de reintegrarnos, en todo en parte, de ese renegado premio. Pero ya
-vern ustedes como lo nico que nos llega, en compensacin, es algn
-artculo de costumbres espaolas ponindonos de vuelta y media por la
-inmoralidad de nuestra lotera.
-
- * * * * *
-
-Nadie ms obligado que los tradicionalistas celebrar las fiestas
-tradicionales, y as la minora parlamentaria, representante de las
-viejas ideas, no ha querido que se suspendieran las sesiones de Cortes
-sin hacer la Pascua y sin dar su inocentada. La sesin permanente ha
-tenido de una cosa y de otra. Por fortuna, los seores diputados son
-gente de buen humor y se han divertido en la sesin nocturna ms que
-un hortera en baile de mscaras. Chirigotas, cuchipanda, amiguitas
-en la tribuna; no han faltado ms que las serpentinas. Y los de la
-obstruccin, Jess, qu graciosos! De pblico, muy bien: todo el
-de las ltimas secciones de los _cines_. Con sesiones nocturnas
-tan divertidas se acababa con la inmoralidad de esos espectculos,
-corruptores de la ancianidad y que tantas falsas alarmas pueden
-producir en algunos apacibles tlamos. Los de fuera, que en este caso
-es el pblico que paga, pensando, aunque la ley del candado sea muy
-conveniente, que tal vez no fuera malo una ampliacin aplicable
-ciertas agrupaciones y algunos oradores.
-
- * * * * *
-
-A propsito de inmoralidad y de candados. Distinguidas seoras
-pretenden que los Poderes pblicos intervengan en la moralizacin
-del teatro. Ay, seoras mas! Y quin tiene la culpa de eso que
-ustedes llaman licencia y escndalo? Pues la educacin que dan ustedes
- sus hijos. Cmo!--exclamarn ustedes, indignadas.--Una educacin
-cristiana, en colegio de Padres religiosos! A eso llama usted mala
-educacin? Esa puede ser la causa de que una seora decente no pueda
-siquiera leer los anuncios de la seccin de espectculos? S, seoras
-mas, nobles y honestas damas: la Iglesia, que en otro tiempo tuvo
-manga muy ancha con el Arte y era maestra y depositaria de buena
-literatura, hoy ms que nunca, asustadiza de la funesta mana de
-pensar, no educa el gusto ni el sentimiento artstico de los jvenes
-encomendados sus enseanzas; anatematiza todo arte, toda literatura
-que no sea de propaganda en favor de sus ideas, cada vez menos amplias,
-ms intransigentes. En sus clases de literatura se habla ms del Padre
-Coloma que de Cervantes; no se inspira aficin y respeto, sino horror
-y desconfianza los nombres ms ilustres y gloriosos. Mientras la
-sujecin y la tutela de los maestros dura... menos mal: no leen
-Prez Galds; pero tampoco van recrearse con una de esas empecatadas
-obrillas de ttulo equvoco y de inequvoco mal gusto. Pero al verse
-libres, qu tendr mayor atraccin para ellos? Una obra de verdadero
-arte, que no sabrn apreciar porque no les educaron el gusto para ello,
- el espectculo grosero, el de los chistes su alcance, del que nadie
-les apart con energa porque una blanda absolucin les tranquiliz
-antes por este pecadillo que por la lectura de una obra enemiga?
-Qu importa que la carne se turbe si no se turba el pensamiento? Lo
-que los buenos Padres quieren son almas y pensamientos... lo dems
-qu importa? Lo dems se lava y se plancha y queda como nuevo para
-un matrimonio ventajoso, para un alto cargo y, sobre todo, para un
-ejemplar testamento con especiales mandas y legados piadosos.
-
-Hay una juventud incapaz de sentir emociones de arte, porque no la
-educaron en el sentimiento de sus delicadezas. No os quejis los
-Poderes pblicos, seoras mas: tenis los hijos que os merecis,
-y vuestros hijos tienen los espectculos que se merecen. El Arte en
-general, el teatro en particular, no son causa de nada; son el efecto
-natural de muchas causas.
-
-Ah! El ao pasado tuve, con el concurso de otros autores, el costoso
-capricho de iniciar un teatro para nios. No solicitamos licencia del
-ordinario, ni pedimos el visto bueno de ninguna cofrada, porque no hay
-conciencia, por enlodada que estuviera al roce de las miserias humanas,
-que no sepa por s misma, bien claramente, el respeto que se debe al
-alma de un nio. Acudieron madres y nios de la clase media y de las
-clases populares... A la sociedad elegante no tuve el gusto de verla
-por all. Sus automviles y sus coches lujosos estaban la puerta de
-otros teatros de garrotn y desvergenza. Se comprende que acudan que
-la autoridad les moralice el teatro los que no saben contenerse en su
-curiosidad por las inmoralidades.
-
-
-
-
-XLII
-
-
-Si por bohemia se entiende independencia de nuestro espritu, amplitud
-de nuestra vida, nunca subordinada un solo medio social; personalidad
-tan enrgica que pueda comprender mil distintas personalidades, sin
-que nuestra propia personalidad se pierda hasta desaparecer entre
-todas ellas; simpata por cuanto existe, sin resignacin que todo
-siga existiendo lo mismo, si la bohemia es lucha y rebelda y fuerza
-y vida... cierto es su encanto. Pero si la bohemia es slo necesidad
-hecha vicio, que nunca de la necesidad se pudo hacer virtud; si es
-limitacin de nuestra vida un solo medio miserable, desordenadamente
-ordenado en la monotona de vagar por los mismos lugares, entre las
-mismas gentes; si es flojedad y desmayo y sumisin y abdicaciones y
-miseria, en fin, espiritual y fsica, no habr quien nos persuada de
-sus encantos, ni en prosa, ni en verso, ni con msica.
-
-Si la realidad es pobreza y fealdad, no es de alma artista someterse
- ella. Los artistas estn obligados la lucha, influir sobre la
-realidad hasta transformarla, infundiendo en ella el espritu de sus
-ideales. Deber es del artista conquistar la riqueza. La vida slo
-ser lo que debe ser cuando la riqueza sea de los poetas. La poesa
-ser entonces accin y vida y entonar sus estrofas en ciudades de
-arte, limpias, sanas, alegres, risueas; en jardines de encanto, en
-monumentos de gloria, con bellas criaturas de seleccin espiritual y
-fsica. No despreciis la riqueza oh, artistas!, que harto tiempo ha
-sido de los brbaros, muy satisfechos con que vosotros ponderis los
-encantos de la bohemia mientras ellos gozan de todo, sin compartir sus
-goces ms que con unos cuantos artistas domesticados, que se complacen
-en ensear sus amigos para darse tono de protectores del Arte. Y
-mientras vosotros no tengis palacios, ni deis fiestas en ellos, cmo
-vais convencer nadie de que no son ellos los que no quieren
-recibiros vosotros, sino vosotros los que no os dignis recibirlos
-ellos?
-
- * * * * *
-
-No recuerdo si lo so me lo contaron. Fu un escritor, muy discutido
-en sus comienzos, que, por lo mismo, tuvo muchos admiradores: unos,
-jvenes animosos como l; otros... esos que hallan en lo infructuoso
-de una labor combatida el mejor pretexto para no hacer ellos nada;
-otros, los muchos fracasados, que pretenden justificar con el fracaso
-de una obra ajena el fracaso de toda su obra. Todos estos admiradores
-admiraban ms al escritor cuanto ms combatido era. Cuando, por
-su trabajo y su constancia, lleg tener verdadero pblico, los
-admiradores se desilusionaron: Cmo! Es posible? Le gusta al
-pblico? Qu indignidad! Es que ha cado en la bajeza de hacerle
-concesiones; ya no es el mismo. Y los admiradores le increparon por
-haberles hecho traicin. Si era para todos, ya no podan ellos presumir
-de superiores al admirarlo. Ya no tuvo admiradores fieles ms que
-en sus fracasos; cuando no haca concesiones al pblico. Si alguna
-vez, por descanso por capricho por necesidad, escriba una obra,
-sin ms pretensiones que la de ganar algn dinero, aunque en ella no
-ofendiera gravemente su sentimiento del arte, los fieles admiradores
-no podan consentirlo y eran los primeros en protestar iracundos: Qu
-indignidad! Viene buscar dinero! Y ellos, con sus protestas, eran
-los primeros en impedir que tan natural propsito, y por tan inocente
-medio, se lograra. As, tuvo que resignarse no tener dinero en su
-vida, para satisfaccin de sus admiradores. Buscarlo por otros medios?
-Menos an; sus admiradores no lo consentiran: su deber era hacer
-Arte, Arte puro... Cuando muri... los admiradores acordaron costearle
-un monumento; se reuni poco dinero, y los admiradores acordaron que
-aquello era una indignidad. Para hacer mal las cosas, ms vala no
-hacerlas. El monumento haba de ser magnfico, no sera... Y no fu,
-en efecto. Los admiradores velaban fielmente su gloria pstuma como la
-velaron en vida.
-
-No s si lo so me lo contaron; pero siempre que recibo alguna carta
-firmada por Un admirador, me echo temblar recordando la historia de
-aquella vctima de sus admiradores. Todas las cartas as firmadas son
-de alguien que pretende administrarnos la hacienda, la moral, el buen
-humor, lo que ellos llaman nuestros prestigios, nuestra vida pblica
-y nuestra vida privada... No por Dios!, seores; yo no quiero ser
-admirado todas horas ni en todos los actos de mi vida; que descanse
-vuestra admiracin y que me deje descansar. No me escriban ustedes
-cartas; porque desde ahora no leer ninguna que traiga por firma el
-consabido Un admirador como no incluya un billete de 1.000 pesetas;
-nica prueba de verdadera admiracin que me ofrece alguna garanta y
-justa compensacin del dinero que me habrn ustedes impedido ganar por
-admirarme demasiado.
-
- * * * * *
-
-Cuando creemos haber hecho todo lo posible por remediar las mayores
-miserias, siempre nos queda el desconsuelo de no haber remediado una:
-la ingratitud. Los bienhechores deben contar con ella y compadecer
-doblemente al ingrato. Qu horrible debe ser la pobreza, cuando as
-llega entumecer el corazn!
-
-
-
-
-XLIII
-
-
-La regia munificencia ha dado una oportuna leccin la Real Academia
-Espaola. Arbitro, administradora y dispensadora de premios, padece la
-ilustre Corporacin, como vieja tacaa, la mana de hacer comiditas
-con las cantidades confiadas por gentes respetuosas de los prestigios
-oficiales, los buenos oficios y mejor voluntad, de la sabia y la
-docta del esplendor, el brillo y la fijeza.
-
-Dos mil pesetas para un solo escritor!--habr pensado la vieja
-rica.--Para qu necesita tanto dinero un hombre solo? Y literato y
-poeta! Para que se acostumbre mal lo eche en vicios, como adquisicin
-de libros, viajes cualquier otra perturbacin de la inteligencia.
-Nada, nada; con 1.000 pesetitas cada uno, podemos hacer dos
-felices. Y mucho es que no han repartido la cantidad en bonos de
- peseta para dar un da feliz toda la bohemia literaria. Bien
-est que, entre los acadmicos, haya quien disfrute, por diferentes
-conceptos y prebendas, pinges beneficios, sin pensar en repartir de
-ellos; pero esos otros escritores de la calle... para qu quieren
-el dinero? El dinero embota el entendimiento; lo saben bien muchos
-acadmicos. La necesidad sirve de espuela al ingenio; el dinero, tal
-vez slo de albarda.
-
-Recuerda _Parmeno_ en el _Heraldo_ que los acadmicos estn encargados
-tambin de conceder algunos premios las mejores obras dramticas
-escritas publicadas cada ao, y que este premio no se ha concedido
-desde muy larga fecha. Por qu? La suspicacia de _Parmeno_ seala los
-motivos probables. Fuera ridculo no recoger la alusin mi persona,
-por la modestia de no aceptar un adjetivo laudatorio. Pero yo creo
-que _Parmeno_ est equivocado. Para optar esos premios es condicin
-precisa que el autor, por s mismo por otra persona, la presente y
-someta al juicio de la Academia. Ni por m, ni por persona autorizada
-por m, he presentado yo nunca una obra ma ese concurso. Primero,
-porque no tuve nunca la presuncin de que una obra ma fuera la mejor
-de las representadas en temporada alguna. Despus, porque al da
-siguiente de obtener el premio, la obra valdra lo mismo. Ya sabemos
-que los premios oficiales, con muy buen acuerdo, han de atender sobre
-todo la ortodoxia de la obra. Esos premios han de ser siempre para
-los poetas--como dijo Heine,--que no tienen de poetas ms que el ser
-virtuosos. Claro es que se puede ser virtuoso y ser buen poeta; pero
-tambin se puede lo contrario; porque yo creo que la virtud del poeta
-es... ser poeta. De otro modo, borraramos de la lista Cervantes,
- Lope, Shakespeare, Byron, Shelley--dejo otros, y no de los
-peores,--todos gente poco disciplinada en su vida y en sus opiniones,
-difciles de encasillar en partidos polticos, que pueden hacer gloria
-de su fama.
-
-El artista que campa por sus respetos no espera nunca proteccin
-oficial. Con ese no pueden atarse dos cuartos de cominos--piensa el
-dispensador de mercedes.--Los cintajos y las distinciones son para el
-sometido. Fulano?--dicen.--S, gran talento. Si sentara la cabeza!
-Fulano tal vez sienta la cabeza, y aquel da quizs deja de tener
-talento, que el talento no es para sentado.
-
-Cuenta Plutarco, de no s qu general griego romano, quien, viendo
-combatir con furioso denuedo uno de sus soldados, acercsele al
-terminar de la batalla y, admirado de su valor, quiso informarse
-de quin era. Supo entonces que aquel valiente era el hombre ms
-desgraciado del mundo, por carecer de todo, y, que tan desesperada era
-su vida, que slo buscaba la muerte. Concedile el general riqueza y
-galardones, dile mando y honores; y en otra batalla, pocos das,
-vi cmo, en cobarde fuga, arrojaba las armas y corra esconderse
-en lugar seguro. Acudi el general reprenderle por su cobarda, y
-l entonces: Qu te admira?--le dijo.--Ayer estaba desesperado; nada
-tena que perder, nada me importaba la vida... Hoy soy feliz, soy
-rico... La muerte me asusta.
-
-Y es que todo combatiente, soldado poeta, bien est sin premio. El
-valor y la inteligencia han de ser indomables, y las golosinas son
-grandes domesticadoras.
-
- * * * * *
-
-A despecho de los verdaderos aficionados la buena msica, el
-intrprete se sobrepondr siempre la obra, y S. M. el Divo se alzar
-sobre Wagner en alas de Pussini. Mejor dicho, Puccini se alzar sobre
-Wagner en alas del divo. Ni estos falsos dioses tendrn nunca su
-ocaso, mientras vayan unidos, ni el Ocaso hallar nunca sus dioses
-mientras divas y divos prefieran la gloria personal la pura gloria de
-someterse no brillar como astros teatrales.
-
-Por qu esa aficin de los grandes actores y de los grandes cantantes
- las malas comedias y las malas peras? Es que su vanidad queda ms
-satisfecha no consintiendo que la obra se sobreponga al intrprete?
-No ser posible hallar un gran artista que se resigne interpretar
-verdadero arte? Mientras Wagner padece su ocaso, el tenor Anselmi
-impone la admiracin la _Tosca_ y _Romeo y Julieta_. Las abonadas
-suean con Mario Cavaradossi, con Romeo, con Des Grieux. Algunas suean
-con que Anselmi cante el do de los besos de _El conde de Luxemburgo_.
-Pueden pedirle que lo cante en la noche de su beneficio. El beneficio
-del tenor, naturalmente.
-
- * * * * *
-
-Una historieta que refiere un peridico francs. Un padre acaudalado
-satisfaca con esplendidez todos los gastos de su primognito; pero
-sorprendale que, sobre la cantidad entregada mensualmente, el mozo le
-pidiera siempre un importante suplemento.
-
---No lo tienes todo pagado? Qu significa esto?
-
---Esto significa, pap, que hay gastos... gastos, en fin, cuya
-justificacin no debo detallarte, aunque t debes comprenderla.
-
---S, lo comprendo; pero mira, para saber qu atenerme, me pides lo
-que necesitas y, para justificarlo, me dices: Gastos de caza, tanto,
-y no hay ms que hablar.
-
---Convenido.
-
-La partida qued desde luego asentada en esta forma mensualmente. El
-respeto quedaba salvo.
-
-Con gran sorpresa observ el padre que la partida dej de figurar en
-cuenta durante dos tres meses.
-
---Vaya--pens.--Dnde cazar ahora mi hijo, que no me cuesta nada?
-
-Pero cul no sera su desencanto al leer, al cabo de cierto tiempo,
-esta nota de gastos suplementarios: Al armero, 2.000 pesetas.
-
-
-
-
-XLIV
-
-
-Un nio, por travesura por desgracia, cae en la fuente de una
-plaza pblica y muere ahogado, bajo muy poca agua, en presencia de
-numerosos curiosos y de dos agentes de la autoridad, representacin,
-no por modesta menos respetable, del Estado tutelar y protector. Sobre
-los dos infelices guardas han cado todo el rigor de los superiores
-y todas las recriminaciones de la opinin. El seor presidente
-del Consejo dijo muy bien que no debieran ser slo los guardias
-los castigados. Pero aunque para el Cdigo penal sean delitos las
-omisiones tanto como las acciones, qu medio hay en la ley para
-hacer efectiva la responsabilidad de una multitud indiferente? Y si
-miramos nuestra conciencia, no hallaremos en la impune omisin de
-los curiosos, lo mismo que en la punible de los guardias, sntomas
-de un estado de conciencia social del que todos participamos? Era
-tan poca el agua! El nio, sin duda, podra levantarse y salir por
-s solo. Tal vez si alguien se hubiera precipitado socorrerle los
-curiosos se hubieran redo al verle chapotear en el agua; el regocijo
-hubiera subido de punto si era uno de los guardias. Qu escena de
-pelcula cinematogrfica! Estamos tan hechos remos de los agentes
-de la autoridad en sainetes y revistas llenas de gracia! Como el
-salvamento se hubiera logrado poca costa, cunto nos hubiramos
-burlado del salvador, si hubiera pretendido hacer valer su pobre
-hazaa! Salvamento de nufragos en el piln de una fuente! Chistes,
-caricaturas, ingenio... Las tragedias son as: necesitan un final
-trgico para que parezcan tragedias. Cuando se empieza morir, hay
-que morirse; de otro modo, quin cree que era tanto el peligro? No
-culpemos demasiado los espectadores y los guardias, ms temerosos
-del ridculo que de un remojn insignificante, Los pantalones de
-la autoridad enfangados! El uniforme prestigioso chorreando! No
-tendremos todos en nuestra vida alguna culpable omisin de que
-acusarnos? No habremos dejado tambin que alguna criatura, tal vez
-indiferente, tal vez querida, se haya ahogado ante nosotros, en muy
-poca agua, sin que nuestra mano se tendiera protectora, sin que
-diramos el paso que corre sostener, sin que de nuestros labios
-saliera la palabra precisa de compasin de esperanza? Agua llanto
-parecan tan poco! Cuando el agua el llanto ahogaron, ya era tarde.
-El herosmo pide grandes empresas: mares embravecidos, batallas,
-dolores trgicos. Ante el peligro de la fuente, no es ridculo el
-gesto heroico? El agua era tan poca! Las fuerzas del nio eran menos!
-Cuntas almas de nio no habremos dejado as ahogar, en muy poca agua,
-por no afrontar el herosmo del ridculo? Si diramos siempre el paso
-que debemos dar! Si dijramos siempre la palabra que debemos decir!
-
- * * * * *
-
-La Academia de la Poesa se dispone festejar el centenario de
-Cervantes, sin olvidar el de Shakespeare; pues tampoco los ingleses,
-segn noticias, se olvidarn de nuestro manco, que no lo era para poder
-muy bien andar de mano con su contemporneo glorioso. Aqu no puede
-decirse que baza mayor quita menor, y nunca estuvo tan en su punto lo
-de regin de los iguales.
-
-Si atendemos al calendario parecer que se toma con tiempo y que, del
-1911 al 16, hay das sobrados. Pero el tiempo espaol, entre lo perdido
-y lo matado, y lo que se echa perder y morir, entre discusiones y
-discurseos, pasa sin enterarnos. La Academia cuenta con el apoyo de
-los Gobiernos. Digo de los Gobiernos, porque de aqu al 1916--perdone
-el Sr. Canalejas la desconfianza, que no es por l precisamente--sabe
-Dios cuntos Gobiernos se habrn sucedido! Es de esperar, no obstante,
-que todos se muestren por igual bien dispuestos celebrar con todo
-esplendor y esplendidez tan sealada fecha. No es cosa de que se haga
-cuestin poltica, ni de que unos pretendan ensalzar Cervantes por
-reaccionario y otros por liberal, y unos miren Shakespeare como
-catlico romano y otros le consideren como protestante. Nos gobiernen
-para entonces el Sr. Maura el Sr. Canalejas, creemos que, honras
-fnebres ms menos, con sermn del Padre Calpena del obispo de Sin
- del Padre Maestre del doctor Zacaras, lo dems todo ser como
-est proyectado, sin que haya un Sr. Rodrguez Sampedro que procure
-escatimar gasto alguno.
-
-Desde luego ha de procurarse que el festejo sea de todos y para todos.
-Bien estn los actos acadmicos, las ceremonias oficiales; pero sol,
-aire y plaza pblica, sobre todo. Cabalgatas esplndidas, en que tomen
-parte nobleza, Ejrcito, artistas, sin temor al pcaro ridculo del
-disfraz ni de la exhibicin. Representaciones callejeras de algunos
-entremeses de Cervantes, representacin entre las frondas de la
-Moncloa de Aranjuez de alguna comedia de Shakespeare: _El sueo de
-una noche de verano_ _Como gustis_. Tanto puede hacerse con buen
-gusto y con arte! Debe pensarse que, cuanto mejor sea todo ello, ser
-ms productivo. En estas cosas la tacaera es lo ms ruinoso. A
-fantasear, poetas! Y sea la primera fantasa ver cmo se saca el dinero
- los que lo tienen. No os detengis ante ningn ditirambo adulador.
-Cervantes y Shakespeare eran los que eran y, ay!, tambin adularon
-los poderosos.
-
-
-
-
-XLV
-
-
-Los primeros pantalones femeninos, en su aspecto callejero y visible,
-han tenido un ruidoso fracaso; pero los modistos y modistas franceses,
-como si obedecieran un alto mandato de la Divinidad, insisten en
-que nada podr oponerse al triunfo definitivo de los calzones. Peores
-principios tuvieron otras modas, al fin universalmente aceptadas.
-Los primeros miriaques, los primeros sombreros de copa, no lograron
-mejor xito en sus comienzos. No podr decirse que esta moda es seal
-de los tiempos modernos, ni uso impuesto por la vida en los pueblos
-civilizados; pues ms que un avance hacia lo porvenir, trae nuestra
-imaginacin el recuerdo de Turqua y de Marruecos, y, ya ms cerca
-de nosotros, la evocacin teatral de _La conquista de Madrid_ y
-_El tributo de las cien doncellas_, memorias de los buenos tiempos
-zarzueleros, que no son ay! para rejuvenecer nadie.
-
-Todo ser que la vista se acostumbre. La caricatura y el teatro,
-pretendiendo ridiculizar la nueva moda, sern sus mejores
-propagandistas. Despus las pastorales de algunos obispos y las
-predicaciones anatematizadoras, acabarn por decidir el xito. En
-cuanto las mujeres crean que la moda es invencin del demonio, no
-dudarn en aceptarla, seguras de que el demonio es muy inteligente en
-tentaciones.
-
-En realidad, la moda nada tiene de impdica. El aire y la lluvia
-pierden su imperio sobre ella; acabaron los graciosos efectos de falda
-recogida. Es una moda que, por su nombre, pantalones, promete ms
-que cumple. Es ms; que ha de dejar muchas promesas incumplidas, por
-dificultades de tiempo y de ocasin. A no ser, por lo que tiene de
-ley la moda, que pueda tambin decirse de ella: Hecha la ley, hecha
-la trampa. Pero, hasta ahora, la trampa no parece por ninguna parte.
-Los modelos lucidos hasta hoy son de tanta seguridad como una caja
-de caudales. Quizs sea sta la ms clara seal de su modernidad. O
-acaso estn prximos los das, pronosticados por San Pablo, en que
-los hombres se subirn los rboles por huir de las mujeres; y si
-ellas dan en trepar para perseguirlos, claro est que el pantaln es
-necesario.
-
-Los sastres tambin pretenden, por su parte, dar algn golpe de
-efecto en la indumentaria masculina. Unos vuelven los ojos al ao 30,
-otros reniegan de toda tradicin y abren concursos entre dibujantes
-para hallar algo nuevo. Pero lo nuevo no parece; es casi seguro que
-volveremos las modas del ao 30; por lo menos, en los trajes de
-sociedad. Para los trajines de la vida diaria, el automvil, la caza,
-el aeroplano, impondrn la moda con sus necesidades. Seremos de un
-siglo por el da y de otro por la noche. No es as toda la vida
-moderna? En quin de nosotros no vive, no piensa, no se agita la vida
-de cien generaciones futuras, que nos dice sin cesar: Adelante,
-adelante!? Sobre quin no pesa la muerte de otras tantas generaciones
-pasadas, que nos dicen: Por qu luchar, por qu inquietarse? Por
-fortuna, la accin contradice cada paso nuestro pensamiento y
-nuestro pensamiento es constante contradiccin de nuestras acciones.
-
- * * * * *
-
-El doctor Decref ha informado, con gran conocimiento de causa, en
-la Sociedad de Higiene, sobre la higiene en el teatro. Si grandes
-deficiencias puede advertirse en los teatros mejor acondicionados, en
-la parte destinada al pblico, que, al fin, es el que paga y puede
-gritar, aunque no grite lo que debiera, qu no ser en la parte
-destinada los artistas y dependencias, que nada pagan y si gritaran
-no cobraran? De stos principalmente se ha cuidado el doctor Decref en
-su informacin, y bien pueden estarle agradecidos los interesados.
-
-Ahora que, si la intencin es buena, nunca la mala prctica puede
-oponerse con mayor razn la generosa teora. Los teatros por dentro
-son lugares en que toda infeccin debe tener su natural microbio; pero
-sin duda los que, por necesidad por gusto, pasamos lo mejor de
-nuestra vida en ellos, hemos logrado, por el mismo procedimiento, la
-inmunidad que logr Mitridates contra los venenos.
-
-Casos de longevidad extraordinaria, muy frecuentes entre los actores
-dramticos, son un verdadero escarnio contra todos los preceptos
-higinicos. Y en cuanto conservacin y buen parecer, en qu
-otra profesin puede llegarse nada parecido? No ya entre mujeres
-del pueblo, envejecidas los treinta aos, aun entre damas de la
-aristocracia, muy cuidadas y muy bien prendidas, no se observa lo que
-es natural y corriente entre las actrices: una apariencia de juventud
-que llega confundirse con la juventud misma. Hay actrices que le
-hacen uno dudar de su fe de bautismo. Y cmo se complacen y se
-recrean en humillarnos, con su invencible naturaleza y un poco de
-colorete por cmplices! Cuantos ms aos vienen sobre ellas, ms los
-desafan invulnerables. Con un vestido blanco de lo ms vaporoso y una
-pamelita de paja ornada de capullos de rosa, triscando por la escena,
-con la boquita fruncida y los ojos entornados, cmo saben conmovernos
-llorando sus amores contrariados! Pap! Mam! Primito! Tita!
-
-Y los galanes? No es tambin admirable su estado de conservacin?
-
-Slo en el teatro y en la poltica se es joven los cincuenta aos.
-Lo que prueba que nada significa el aire que se respira y el ambiente
-en que se vive. Acaso unos teatros muy higienizados y una atmsfera
-poltica muy purificada no permitieran esas perpetuas juventudes que
-son gala de tantos escenarios y de tantos Gobiernos.
-
-
-FIN
-
-
-
-
-
-End of the Project Gutenberg EBook of De Sobremesa; crnicas, Tercera Parte
-(de 5), by Jacinto Benavente
-
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-
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-remain freely available for generations to come. In 2001, the Project
-Gutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure
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-Archive Foundation and how your efforts and donations can help, see
-Sections 3 and 4 and the Foundation information page at
-www.gutenberg.org
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-Section 3. Information about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation
-
-The Project Gutenberg Literary Archive Foundation is a non profit
-501(c)(3) educational corporation organized under the laws of the
-state of Mississippi and granted tax exempt status by the Internal
-Revenue Service. The Foundation's EIN or federal tax identification
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-Archive Foundation are tax deductible to the full extent permitted by
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-The Foundation's principal office is in Fairbanks, Alaska, with the
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-volunteers and employees are scattered throughout numerous
-locations. Its business office is located at 809 North 1500 West, Salt
-Lake City, UT 84116, (801) 596-1887. Email contact links and up to
-date contact information can be found at the Foundation's web site and
-official page at www.gutenberg.org/contact
-
-For additional contact information:
-
- Dr. Gregory B. Newby
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- gbnewby@pglaf.org
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-Section 4. Information about Donations to the Project Gutenberg
-Literary Archive Foundation
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-Project Gutenberg-tm depends upon and cannot survive without wide
-spread public support and donations to carry out its mission of
-increasing the number of public domain and licensed works that can be
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-array of equipment including outdated equipment. Many small donations
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-status with the IRS.
-
-The Foundation is committed to complying with the laws regulating
-charities and charitable donations in all 50 states of the United
-States. Compliance requirements are not uniform and it takes a
-considerable effort, much paperwork and many fees to meet and keep up
-with these requirements. We do not solicit donations in locations
-where we have not received written confirmation of compliance. To SEND
-DONATIONS or determine the status of compliance for any particular
-state visit www.gutenberg.org/donate
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-have not met the solicitation requirements, we know of no prohibition
-against accepting unsolicited donations from donors in such states who
-approach us with offers to donate.
-
-International donations are gratefully accepted, but we cannot make
-any statements concerning tax treatment of donations received from
-outside the United States. U.S. laws alone swamp our small staff.
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-methods and addresses. Donations are accepted in a number of other
-ways including checks, online payments and credit card donations. To
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-Section 5. General Information About Project Gutenberg-tm electronic works.
-
-Professor Michael S. Hart was the originator of the Project
-Gutenberg-tm concept of a library of electronic works that could be
-freely shared with anyone. For forty years, he produced and
-distributed Project Gutenberg-tm eBooks with only a loose network of
-volunteer support.
-
-Project Gutenberg-tm eBooks are often created from several printed
-editions, all of which are confirmed as not protected by copyright in
-the U.S. unless a copyright notice is included. Thus, we do not
-necessarily keep eBooks in compliance with any particular paper
-edition.
-
-Most people start at our Web site which has the main PG search
-facility: www.gutenberg.org
-
-This Web site includes information about Project Gutenberg-tm,
-including how to make donations to the Project Gutenberg Literary
-Archive Foundation, how to help produce our new eBooks, and how to
-subscribe to our email newsletter to hear about new eBooks.
-
diff --git a/56770-h/56770-h.htm b/56770-h/56770-h.htm
index c476660..01c8b67 100644
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-<pre>
-
-The Project Gutenberg EBook of De Sobremesa; crnicas, Tercera Parte (de 5), by
-Jacinto Benavente
-
-This eBook is for the use of anyone anywhere in the United States and most
-other parts of the world at no cost and with almost no restrictions
-whatsoever. You may copy it, give it away or re-use it under the terms of
-the Project Gutenberg License included with this eBook or online at
-www.gutenberg.org. If you are not located in the United States, you'll have
-to check the laws of the country where you are located before using this ebook.
-
-Title: De Sobremesa; crnicas, Tercera Parte (de 5)
-
-Author: Jacinto Benavente
-
-Release Date: March 18, 2018 [EBook #56770]
-
-Language: Spanish
-
-Character set encoding: ISO-8859-1
-
-*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK DE SOBREMESA; TERCERA PARTE ***
-
-
-
-
-Produced by Josep Cols Canals, Carlos Coln, the University
-of Toronto and the Online Distributed Proofreading Team
-at http://www.pgdp.net (This file was produced from images
-generously made available by The Internet Archive/Canadian
-Libraries)
-
-
-
-
-
-
-</pre>
+<div>*** START OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK 56770 ***</div>
<p class="box">Nota del Transcriptor:<br/><br/>
@@ -7441,383 +7403,7 @@ tantos escenarios y de tantos Gobiernos.</p>
-<pre>
-
-
-
-
-
-End of the Project Gutenberg EBook of De Sobremesa; crnicas, Tercera Parte
-(de 5), by Jacinto Benavente
-
-*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK DE SOBREMESA; TERCERA PARTE ***
-
-***** This file should be named 56770-h.htm or 56770-h.zip *****
-This and all associated files of various formats will be found in:
- http://www.gutenberg.org/5/6/7/7/56770/
-
-Produced by Josep Cols Canals, Carlos Coln, the University
-of Toronto and the Online Distributed Proofreading Team
-at http://www.pgdp.net (This file was produced from images
-generously made available by The Internet Archive/Canadian
-Libraries)
-
-Updated editions will replace the previous one--the old editions will
-be renamed.
-
-Creating the works from print editions not protected by U.S. copyright
-law means that no one owns a United States copyright in these works,
-so the Foundation (and you!) can copy and distribute it in the United
-States without permission and without paying copyright
-royalties. Special rules, set forth in the General Terms of Use part
-of this license, apply to copying and distributing Project
-Gutenberg-tm electronic works to protect the PROJECT GUTENBERG-tm
-concept and trademark. Project Gutenberg is a registered trademark,
-and may not be used if you charge for the eBooks, unless you receive
-specific permission. If you do not charge anything for copies of this
-eBook, complying with the rules is very easy. You may use this eBook
-for nearly any purpose such as creation of derivative works, reports,
-performances and research. They may be modified and printed and given
-away--you may do practically ANYTHING in the United States with eBooks
-not protected by U.S. copyright law. Redistribution is subject to the
-trademark license, especially commercial redistribution.
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-START: FULL LICENSE
-
-THE FULL PROJECT GUTENBERG LICENSE
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-distribution of electronic works, by using or distributing this work
-(or any other work associated in any way with the phrase "Project
-Gutenberg"), you agree to comply with all the terms of the Full
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-Section 1. General Terms of Use and Redistributing Project
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-1.A. By reading or using any part of this Project Gutenberg-tm
-electronic work, you indicate that you have read, understand, agree to
-and accept all the terms of this license and intellectual property
-(trademark/copyright) agreement. If you do not agree to abide by all
-the terms of this agreement, you must cease using and return or
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-possession. If you paid a fee for obtaining a copy of or access to a
-Project Gutenberg-tm electronic work and you do not agree to be bound
-by the terms of this agreement, you may obtain a refund from the
-person or entity to whom you paid the fee as set forth in paragraph
-1.E.8.
-
-1.B. "Project Gutenberg" is a registered trademark. It may only be
-used on or associated in any way with an electronic work by people who
-agree to be bound by the terms of this agreement. There are a few
-things that you can do with most Project Gutenberg-tm electronic works
-even without complying with the full terms of this agreement. See
-paragraph 1.C below. There are a lot of things you can do with Project
-Gutenberg-tm electronic works if you follow the terms of this
-agreement and help preserve free future access to Project Gutenberg-tm
-electronic works. See paragraph 1.E below.
-
-1.C. The Project Gutenberg Literary Archive Foundation ("the
-Foundation" or PGLAF), owns a compilation copyright in the collection
-of Project Gutenberg-tm electronic works. Nearly all the individual
-works in the collection are in the public domain in the United
-States. If an individual work is unprotected by copyright law in the
-United States and you are located in the United States, we do not
-claim a right to prevent you from copying, distributing, performing,
-displaying or creating derivative works based on the work as long as
-all references to Project Gutenberg are removed. Of course, we hope
-that you will support the Project Gutenberg-tm mission of promoting
-free access to electronic works by freely sharing Project Gutenberg-tm
-works in compliance with the terms of this agreement for keeping the
-Project Gutenberg-tm name associated with the work. You can easily
-comply with the terms of this agreement by keeping this work in the
-same format with its attached full Project Gutenberg-tm License when
-you share it without charge with others.
-
-1.D. The copyright laws of the place where you are located also govern
-what you can do with this work. Copyright laws in most countries are
-in a constant state of change. If you are outside the United States,
-check the laws of your country in addition to the terms of this
-agreement before downloading, copying, displaying, performing,
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-representations concerning the copyright status of any work in any
-country outside the United States.
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-1.E. Unless you have removed all references to Project Gutenberg:
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-1.E.1. The following sentence, with active links to, or other
-immediate access to, the full Project Gutenberg-tm License must appear
-prominently whenever any copy of a Project Gutenberg-tm work (any work
-on which the phrase "Project Gutenberg" appears, or with which the
-phrase "Project Gutenberg" is associated) is accessed, displayed,
-performed, viewed, copied or distributed:
-
- This eBook is for the use of anyone anywhere in the United States and
- most other parts of the world at no cost and with almost no
- restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or re-use it
- under the terms of the Project Gutenberg License included with this
- eBook or online at www.gutenberg.org. If you are not located in the
- United States, you'll have to check the laws of the country where you
- are located before using this ebook.
-
-1.E.2. If an individual Project Gutenberg-tm electronic work is
-derived from texts not protected by U.S. copyright law (does not
-contain a notice indicating that it is posted with permission of the
-copyright holder), the work can be copied and distributed to anyone in
-the United States without paying any fees or charges. If you are
-redistributing or providing access to a work with the phrase "Project
-Gutenberg" associated with or appearing on the work, you must comply
-either with the requirements of paragraphs 1.E.1 through 1.E.7 or
-obtain permission for the use of the work and the Project Gutenberg-tm
-trademark as set forth in paragraphs 1.E.8 or 1.E.9.
-
-1.E.3. If an individual Project Gutenberg-tm electronic work is posted
-with the permission of the copyright holder, your use and distribution
-must comply with both paragraphs 1.E.1 through 1.E.7 and any
-additional terms imposed by the copyright holder. Additional terms
-will be linked to the Project Gutenberg-tm License for all works
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-beginning of this work.
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-1.E.4. Do not unlink or detach or remove the full Project Gutenberg-tm
-License terms from this work, or any files containing a part of this
-work or any other work associated with Project Gutenberg-tm.
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-1.E.5. Do not copy, display, perform, distribute or redistribute this
-electronic work, or any part of this electronic work, without
-prominently displaying the sentence set forth in paragraph 1.E.1 with
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-1.E.6. You may convert to and distribute this work in any binary,
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-other than "Plain Vanilla ASCII" or other format used in the official
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-(www.gutenberg.org), you must, at no additional cost, fee or expense
-to the user, provide a copy, a means of exporting a copy, or a means
-of obtaining a copy upon request, of the work in its original "Plain
-Vanilla ASCII" or other form. Any alternate format must include the
-full Project Gutenberg-tm License as specified in paragraph 1.E.1.
-
-1.E.7. Do not charge a fee for access to, viewing, displaying,
-performing, copying or distributing any Project Gutenberg-tm works
-unless you comply with paragraph 1.E.8 or 1.E.9.
-
-1.E.8. You may charge a reasonable fee for copies of or providing
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-provided that
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-* You pay a royalty fee of 20% of the gross profits you derive from
- the use of Project Gutenberg-tm works calculated using the method
- you already use to calculate your applicable taxes. The fee is owed
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- agreed to donate royalties under this paragraph to the Project
- Gutenberg Literary Archive Foundation. Royalty payments must be paid
- within 60 days following each date on which you prepare (or are
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-works not protected by U.S. copyright law in creating the Project
-Gutenberg-tm collection. Despite these efforts, Project Gutenberg-tm
-electronic works, and the medium on which they may be stored, may
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