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diff --git a/12457-0.txt b/12457-0.txt new file mode 100644 index 0000000..11e220c --- /dev/null +++ b/12457-0.txt @@ -0,0 +1,10019 @@ +*** START OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK 12457 *** + +Stan Goodman, DP Spanish Team, Virginia Paque and the +Online Distributed Proofreading Team. + + + + + + + + + + EL DIABLO COJUELO + + Luis Vélez de Guevara + + + + + CLÁSICOS CASTELLANOS + + EL DIABLO COJUELO + + Luis Vélez de Guevara + + + + + + PRÓLOGO Y NOTAS DE FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN + + 1922 + + + + + A LA GRATA MEMORIA DEL INGENIOSÍSIMO + ESCRITOR HISPALENSE DON FELIPE PÉREZ Y GONZÁLEZ, + MI LEAL AMIGO DESDE LOS TAN REGOCIJADOS + COMO FUGACES AÑOS DE LA MOCEDAD. + + _FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN_ + + + + +PRÓLOGO + +Luis Vélez de Guevara--como dije en otra ocasión[1]--fué tan pobre, que +bien puede dudarse si en algún tiempo de su vida llegó a tener dos +trajes en mediano uso; pero, en cambio, a los doscientos y mas años de +su muerte tiene dos biografías diversas: la que le inventaron algunos +escritores, que es la mas conocida[2], y la que despacio y a retazuelos, +como de limosna, pero sólidamente, le vamos escribiendo algunos +investigadores de nuestra historia literaria[3]. + +Según la primera de entrambas biografías, Vélez nació en Ecija por enero +de 1570, estudió Leyes en la Universidad de Sevilla y vino a ejercer su +profesión a la Corte, en donde muy luego ganó estimación y fama por su +sagacidad, gracejo y elocuencia. Defendiendo a cierto criminal captó a +los jueces con su donaire; pero como el fiscal apelase de la benigna +sentencia dictada, el reo fué condenado a muerte, y Luis Vélez a pagar +una multa. Tuvo noticia de ello el Rey, y cuando conversó con el festivo +abogado prendóse tanto de él, que no sólo le perdonó la multa, y la +vida al delincuente, sino que, además, ya no pudo pasar sin el trato de +Vélez de Guevara, a quien protegió sobremanera. + +Esto fué lo que suele llamarse hablar de memoria, porque en todo el +relato no hay otra cosa verdadera que lo de ser Ecija la patria del +escritor. Y lo realmente sucedido y cierto es, en este caso como en +otros muchos, menos bello y agradable que la mentira. Véamoslo. + +Luis Vélez de Guevara nació en Ecija, a fines de julio de 1579, de +padres hidalgos, pero pobres[4]: sabido es que la hidalguía y la +pobreza casi siempre anduvieron juntas[5]. Estudió la Gramática en su +ciudad natal, y por julio de 1596 se graduó de bachiller en Artes en la +Universidad de Osuna, eximiéndose por pobre de pagar los derechos +académicos[6]. Seguidamente entró a servir como paje a don Rodrigo de +Castro, cardenal arzobispo de Sevilla, a quien acompañó en el viaje que +hizo a Madrid y a Valencia para asistir en las bodas de Felipe III y +doña Margarita de Austria, de las cuales y de sus esplendorosas fiestas +trató el poeta adolescente en un poemita que hizo imprimir en Sevilla, a +su regreso[7]. + +Murió el Cardenal en septiembre de 1600; pero a esta sazón no perduraba +Vélez en su palacio, pues, ya harto talludo para paje, dos meses antes +había dejado su empleo, a fin de abrazar la profesión de las armas. Él, +en un memorial dirigido al Rey, dijo haber permanecido seis años en la +milicia[8]; pero que exageró en cuanto a la duración de su vida +soldadesca demuéstrase con otras palabras suyas, porque él mismo, muchos +años antes, había declarado que en el estío de 1603 estaba en +Valladolid, y en tal declaración, prestada en Sevilla a 26 de mayo de +1604 e inédita hasta ahora, llamábase nuestro poeta, sin mencionar para +cosa alguna la cualidad de soldado, «vecino al presente en esta ciudad, +en la collación de Santa Marina»[9]. + +Ya apellidándose Vélez de Guevara, en lugar de Vélez de Santander, como +se había llamado hasta poco antes[10], escribió y publicó en 1608 un +nuevo opúsculo poético intitulado _Elogio del Ivramento del sereníssimo +Príncipe don Felipe Domingo, Quarto deste nombre_, y en la portada de +esta obrita se decía criado del Conde de Saldaña. Había entrado, en +efecto, a su servicio como gentilhombre antes o poco después de enviudar +de su primer matrimonio: del primero de los cuatro con que probó su +grande afición a este santo sacramento[11]. + +Para sus nuevas nupcias con doña Úrsula Ramisi Bravo de Laguna[12], el +mencionado Conde le hizo donación de cuatrocientos ducados, amén de +señalarle una pensión anual vitalicia de otros doscientos; pero estas +larguezas de los grandes de antaño eran comúnmente más nominales que +efectivas, porque a la hora de cobrar--tan endeudados andaban de +ordinario--solían desvanecerse como el humo. Y en 1618, fallecida su +segunda mujer, que le dejó, amén de algún otro hijo, a Juan, sucesor de +su padre en la profesión y en el ingenio[13], nuestro escritor contrajo +nuevo matrimonio, que la muerte había de romper antes que pasaran dos +años, con doña Ana María del Valle[14]; y dejando la casa del conde de +Saldaña, pasó a la del marqués de Peñafiel, manirroto primogénito del +gran duque de Osuna, a cuyo servicio estuvo, asimismo como gentilhombre, +cerca de un bienio[15]. + +Los continuos apuros, la perdurable indigencia y la negra fortuna de +Luis Vélez de Guevara en los años de 1622 y siguientes están pintados de +mano maestra por él mismo en cinco memoriales en verso que salieron a +luz pocos años ha[16]. Ora pretende un humilde puesto en la servidumbre +del cardenal e infante don Fernando; ora, ya frustrado este propósito, +logra en 1623 la efímera portería de cámara del Príncipe de Gales, +nuestro huésped; ya, en 1624, obtiene, después de grande esfuerzo, la +también harto breve mayordomía del archiduque Carlos, muerto aún no +transcurrido un mes desde su llegada a Madrid, y más adelante solicita +infructuosamente del Rey, alegando sus méritos y servicios y la nobleza +de su linaje, una plaza de ayuda de su guardarropa. Al cabo, este hombre +celebrado y aplaudido de todos por sus excelentes comedias, a la par que +por su deliciosa y amenísima conversación, aludiendo a la cual había +escrito Cervantes: + + «Topé a Luis Vélez, _honra y alegría + y discreción del trato cortesano_, + y abracéle en la calle a medio día», + +consiguió en 1625 entrar definitivamente en la servidumbre de Palacio, +ocupando una plaza de ujier de cámara de Su Majestad. Pero esto, que +parecía algo, era muy poco, salvo en lo honorífico, pues no tuvo +señalada ración, y hasta el año de 1635, en que el infortunado poeta +entró en gajes[17], siguió condenado a vivir de lo poco que entonces +producían las obras dramáticas[18] y de lo que pedía a sus amigos; tanto +fué así, que se hicieron proverbiales su extremada pobreza y sus donosas +esquelas petitorias, casi siempre en verso.[19] + +Como si compartiendo la escasez de recursos se cupiese a menos porción +de ella, Vélez se casó aún por cuarta vez, en 1626, con una viuda +llamada doña María López de Palacios,[20] bien que ésta aportó a su +nuevo enlace algunos bienes; mas pronto fueron vendidos, y juntos y +procreando y criando algunos hijos, vivieron entrambos cónyuges en +cristiana estrecheza, hasta el día 9 de noviembre de 1644, en que +falleció el donairoso autor de tantos primores literarios[21]. Su +testamento, otorgado cuatro días antes, contiene una larga lista de +pequeñas deudas. Al comienzo de este documento consignó: «Iten, declaro +que por el presente estoy muy alcançado y necesitado de hacienda, para +poder disponer y dejar las misas que yo quisiera por mi alma».[22] + +Vélez de Guevara fué celebradísimo de sus contemporáneos, así por la +amenidad de su trato, que le ganaba amigos en todas partes, como por su +facundia poética y su florido e inagotable ingenio. Claramonte llamábale +en 1613, en el _Inquiridion_ que va al fin de su _Letanía moral_, +«floridissimo ingenio de Ezija, de quien esperamos grandes escritos y +trabajos, y a hecho hasta oy muchas famosas comedias». Cervantes no le +elogió menos en estos dos tercetos del cap. II de su _Viage del Parnaso_ +(1614): + + «Este que es escogido entre millares, + de Gueuara Luys Vélez es el brauo, + que se puede llamar quita pesares. + + Es Poeta Gigante, en quien alauo + el verso numeroso, el peregrino + ingenio, si vn Gnaton nos pinta, o vn Dauo.» + +Lope de Vega le ensalzó dos veces, en sendas epístolas de _La Filomena, +con otras diversas Rimas, Prosas y Versos_ (1621): + + «Aquí de Valdivielso el santo empleo, + De Luis Vélez, florido y elocuente, + La lira que ya fué del dulce Orfeo.» + + «...Y el famoso Luis Vélez, que tenía + En éxtasis las Musas, que a sus labios + Iban por dulce néctar y ambrosía.» + +Y aun volvió a loarle en la silva II de su _Laurel de Apolo_, publicado +en 1630: + + «Ni en Écija dejara + el florido Luis Vélez de Guevara + de ser su nuevo Apolo, + que pudo darle solo, + y sólo en sus escritos, + con flores de conceptos infinitos, + lo que los tres que faltan: + así sus versos de oro + con blando estilo la materia esmaltan.» + +¿Para qué seguir transcribiendo frases laudatorias? Baste recordar muy +resumidamente que Tamayo de Vargas (1622) ponderó su donaire; y don +Fernando de Vera y Mendoza (1627) le llamó «el Rey de Romanos»; y Pérez +de Montalván (1632) encareció los «pensamientos sutiles, arrojamientos +poéticos y versos excelentísimos y bizarros» de sus comedias; y Salas +Barbadillo (1635) afirmó que «en el Parnaso no se conocen otras salinas +sino las de su felicissimo ingenio».... + +El insigne poeta ecijano, hoy más famoso por su novela intitulada _El +Diablo Cojuelo_, aún muy leída, que por sus obras teatrales, +desterradas, como todas las antiguas, de la escena actual, +principalmente por falta de buenos cómicos y consiguiente carencia de +buenas compañías, escribió más de cuatrocientas comedias, de las cuales +ha llegado hasta nosotros un centenar escaso. Por éstas se le puede +diputar, si no como autor de señaladísima personalidad literaria, a lo +menos, como uno de los más aventajados discípulos de Lope de Vega, cuyas +huellas siguió tan constante y acertadamente, que a las veces se hace +harto difícil diferenciarlos. Tal sucede, verbigracia, con la comedia +intitulada _Los Novios de Hornachuelos_, que pasa comúnmente por obra de +Lope; pero hay alguna indicación antigua que la atribuye a Vélez de +Guevara, y, leída y estudiada, quédase perplejo el entendimiento más +avisado, sin resolverse a adjudicarla con cabal certeza a ninguno de +entrambos ingenios. La misma grande semejanza con las de Lope se echa de +ver en todas las comedias del poeta ecijano: las fuentes, unas; iguales +los procedimientos; igualmente rica la dicción; análogo el nervio en lo +dramático; parecidísimas las gracias en lo festivo, e idéntica en ambos +la propensión a avalorar lo propio entreverándolo con todos los +elementos del _folklore_ nacional; aquí, con la conseja vulgar y la +tradición legendaria; allá, con el refrán hábilmente desleído y glosado +en cuatro o seis versos; acullá, con la vieja cancioncilla histórica, +que siempre, por lo grata, parece nueva a los oídos españoles; y en otro +lado, en fin, con el sabroso cuentecillo popular, picante sin demasía. + +De _El Diablo Cojuelo_, única de las obras de Vélez que ha conservado +para su nombre alguna parte de la amplia popularidad que disfrutó en +vida, se han hecho en nuestros días, amén de tal cual edición corriente, +dos eruditas y anotadas. Ambas se deben a la vasta cultura y harto +probada laboriosidad de don Adolfo Bonilla y San Martín, ventajosamente +conocido en el campo literario y en el filosófico. Enderezando un +antiguo entuerto que se había hecho a Vélez de Guevara con interpretarle +desaforadamente[23], publicó la primera de estas dos ediciones (Vigo, +1902); pero como mi antiguo camarada y docto amigo don Felipe Pérez y +González, cuyo felicísimo ingenio estaba emparentado muy de cerca, a +pesar de los siglos que se habían puesto en medio, con el del donairoso +ecijano, juntase burla burlando, artículo por artículo, en _La +Ilustración Española y Americana_, para formar un libro muy interesante +y ameno, que sacó a luz en 1903 bajo el título de _El Diablo Cojuelo: +notas y comentarios_, libro en el cual patentizó algunos errores de las +notas del señor Bonilla, éste, en 1910, año en que tras cruelísima +enfermedad pasó a mejor vida su festivo, pero amable corrector--que no +sin fundamento había usado en su mocedad el seudónimo de _Urbano +Cortés_--, dió a la estampa en Madrid una nueva edición de la obrita de +Vélez, mejoradas las notas y reconocido con nobleza el valioso auxilio +que para ello le había prestado el tan culto como donairoso escritor +hispalense[24]. + +Pero, aun así, _El Diablo Cojuelo_ ¿se había hecho del todo accesible a +la inteligencia de los lectores medianamente ilustrados de nuestros +días? Aun rectificadas en su segunda edición, ¿bastan las notas del +señor Bonilla para ahorrar tropiezos, en muchos lugares de la novela, +hasta a los lectores más avisados e instruidos? A estas preguntas, que +algunos aficionados a las letras nos hacíamos, respondió, como si +estuviera en nuestro pensamiento, don Enrique Nercasseau y Morán, en su +discurso de recepción leído ante la Academia Chilena, correspondiente de +la Española, el día 21 de noviembre de 1915[25]: «La novela toda de +Vélez de Guevara--dijo--es una sátira cortés de la sociedad de su +tiempo, felicísima en la mayor parte de sus cuadros, y no afeada por la +licencia y crudeza tan comunes en las novelas de la época. _El Diablo +Cojuelo_ sería una narración clásica de primer orden, y aun leíble hoy +día, si no la deslustrara el conceptismo, y si no se hallara +sobreabundante en equívocos y frases convencionales de difícil o +imposible comprensión en nuestra era. Aun después del trabajo llevado a +cabo por don Adolfo Bonilla y San Martín en su edición de Madrid de +1910, la novela de Vélez de Guevara queda aguardando un comentario que +la explique y la ponga al alcance general.» Ese comentario que el señor +Nercasseau echaba de menos es el que, con temeridad que no puede buscar +disculpa en la inexperiencia de los pocos años, he intentado en la +presente edición. ¿Habré conseguido darle cima? Nuestro señor el público +lo dirá: a su inapelable fallo me someto gustoso. + +En las aprobaciones insertas en la edición príncipe de _El Diablo +Cojuelo_ elogiaron esta novela fray Diego Niseno, padre basilio, y fray +Juan Ponce de León, de la orden de los Mínimos. En sentir del primero, +la obrita contiene «muchas cosas de mucha moralidad y enseñança, +escritas con la sazón y variedad que de tal ingenio se podían esperar. +Merece--añadió--la licencia que pide, porque este linage de escritos es +difícil de enquadernar con lo honesto y recatado de nuestras christianas +leyes, y Luis Vélez ha sido en éste gloriosa excepción desta vniuersal +dolencia.» Más extremado es el parecer del segundo, que encarece el +sazonado gusto de Vélez, «por auer puesto la naturaleza en su ingenio la +elegancia del estilo, la suabidad del dezir, la aduertencia en el +colocar, la atenta circunspección en las palabras, y todo con tal modo, +que dexa suspensa la razón sobre a qual de estas partes se deba con más +justificación la primacia: en todo este discurso se corre la cortina a +los conocidos engaños deste mundo, de modo que, para penetrarlos con +sutileza, no necesita nuestra Nación de salir de sus estendidos límites, +pues dentro de sí cría sugetos que, aun en sueños y burlas, la dexan +superiormente ilustrada». Diametralmente opuesta a estas opiniones fué +la de Francisco Santos, pues dijo en _El Arca de Noé y Campana de +Belilla_[26]: «Tocó la Campana y desaparecieron todos los Autores de +viejo, siguiéndolos vno que avia venido tarde, y también llevava vn +libro en las manos, que preguntando a Noe quién era, me dixo: el libro +se intitula el Diablo Cojuelo, Aventuras de Don Cleofas Leandro Perez +Zambullo, digno de que le consumiera vn Polvorista: está sin enseñança +buena, ni moralidad, y esto, sobre acabar como la nieve....» «Ni tanto, +ni tan poco», podría haberse dicho a los tres censores, porque, en +realidad de verdad, la novelita de Vélez de Guevara, que se muestra en +ella como un buen discípulo de Quevedo, de cuyas obras cómicas y +satíricas tiene reminiscencias muy frecuentes, sin ser una maravilla, es +de agradable lectura, y más lo fuera sin la pesada y adulatoria +enumeración de todo aquel inacabable señorío que el autor, en el tranco +VIII, hace pasar por el espejo de Rufina María, dispuesto _ad hoc_ por +el redomado desenredomado. + +En la visión, que pudiéramos llamar cinematográfica, de los diez trancos +o capítulos en que está dividido _El Diablo Cojuelo_, cada uno sabe a +cosa diferente de los demás: son cuadros distintos e independientes +entre sí, que no tienen de común sino la intervención, o la presencia +cuando menos, de los dos héroes de la novela. El tranco II, verbigracia, +en que entrambos, desde el capitel de la torre de San Salvador, +descubierta «la carne del pastelón de Madrid», otean después de la media +noche cuanto sucede en la coronada villa, trae a la memoria, por la +traza y manera, como indiqué en las notas de mi edición crítica del +_Quijote_[27], aquella inspección que desde la torre de la Giralda de +Sevilla, y acompañado asimismo de un _cicerone_, el maestro Desengaño, +había hecho Rodrigo Fernández de Ribera, autor de _Los Antoios de meior +vista_[28]. El desaforado poeta del tranco IV es pariente propincuo de +otros dos muy conocidos en nuestra literatura: el del _Coloquio de los +Perros_, de Cervantes, y el de la _Vida del Buscón,_ de Quevedo. A hacer +entretenida y agradable la lectura de _El Diablo Cojuelo_ contribuyen +con lo ingenioso de la invención la interesante variedad de las escenas, +la soltura y viveza del diálogo, y, especialmente, el chispeante gracejo +de Vélez de Guevara. En cambio, la elocución suele ser descuidadilla, +entre otras cosas, por la excesiva abundancia de gerundios. + +Del Diablo Cojuelo, entremetido espíritu infernal que da nombre y ser a +la novela, trató el señor Bonilla en una breve nota. Mucho más merecía +el que «trujo al mundo la zarabanda, el déligo y la chacona», y yo he de +volver hoy por su negra honrilla, recordando la mucha familiaridad que +nosotros los españoles hemos tenido con él. Háyase de llamar Renfas, o +Asmodeo, o de otro cualquier modo, es lo cierto que este travieso +diablillo, con parecer de menor cuantía y ser cojo por añadidura, tomó +entre nosotros tal importancia, que nada malo se pudo hacer sin él. «_El +Diablillo Cojo_ sabe más que el otro», enseñó el refrán, y cuando en el +calor de la ira se dijo a alguno que le llevase el diablo, no faltó +quien, rectificando festivamente, respondiera: «_El Diablo Cojuelo_, que +es más ligero». En las fórmulas supersticiosas llevábanle y traíanle +como un zarandillo nuestras hechiceras de los siglos XVI y XVII, para +que les llevase y trajese sus galanes y paniaguados, y le daban prisa, +y le adulaban celebrando su ligereza. Véanse algunos ejemplos. Doña +Antonia Mexía declaró, entre otras cosas, en un proceso que se le siguió +por los años de 1633[29]: «Que habrá seis años que la dicha Beatriz dixo +a ésta que tomase un pedernal y le pusiese la mano encima y dixese: + + Estos cinco dedos pongo en este muro; + cinco demonios conjuro: + a Barrabás, a Satanás, + a Lucifer, a Bercebú, + _al Diablo Cojuelo, + que es buen mensajero_, + que me traigan a fulano luego + a mi querer y a mi mandar.» + +Y así, en 1668, Agueda Rodríguez, vecina de Madridejos, también +procesada por hechicería[30]: + + «..._Diablo Cojuelo, + tráemele luego_; + diablo del pozo, + tráemele, que no es casado; que es mozo; + diablo de la Quintería, + tráemele en la fería; + diablo de la plaza, + tráemele en danza....» + +Teníase al Diablo Cojuelo, como dice el refrán, por el más listo de +todos: Esperanza Bonfilla, procesada por la Inquisición de Valencia en +1600, hizo que cierta mujer, para atraer a un hombre, «hiciese vn +conjuro en la forma siguiente: tomando vna escoba, la puso vna toca como +muger, y encendida vna bela que no fuese bendita, se arrodilló delante +de la escoba, y sin haçer cruz, juntas las manos, dixo: + + Marta, Martica, + no la santa ni la digna, + ni la digna de rogar, + ni la que está en el altar, + sino la que de noche andas por las beredas + y los días por las encrebelladas, + yo te conjuro con Satanás y con Barrabás, + con Bercebú y todos los diablos, + _y con el diablo coxo, + que corre mas que todos_, + que todos vais a fulano + y le deis tiempo para vestirse + y le traigais por puntos ante mí y mis ojos, + sin hacerle mal»[31]. + +Corría más, y tenía más poder que sus iguales y superiores, o no supo lo +que se pescaba Isabel del Pozo al hacer sus conjuros, ni María +Castellanos cuando lo declaró ante la Inquisición de Toledo en 1631[32], +pues decía: «... que tomó en las manos dicha Isabel del Poço un poco de +sal de sardinas y çilantro, lo qual mezcló todo y lo echaba de una mano +en otra diciendo: + + Conjúrote, sal y çilantro, + con Barrabás, + _con el Diablo cojuelo, que puede más._ + No te conjuro por sal y çilantro, + sino por el corazón de fulano; + +y echando la sal y çilantro en la lumbre, proseguía diciendo: + + Así como te has de quemar, + se queme el corazón de fulano, + y aquí me le traygas, + y conjúrote por la reina Sardineta, + y con la tataranieta, + y con los navegantes que navegan por la mar.» + +Pero la cualidad de diablo bullidor y zaragatero, aficionado a bailes y +holgorios y a meter en danza a los mortales, haciéndoles ganar el +infierno alegremente, de ningún texto inquisitorial resulta tan clara +como de la manifestación de otra hechicera de Madridejos, llamada Mari +Fernández, que, procesada en 1532, al ser interrogada, trajo a colación, +como vamos a ver, un estragado fragmento de cierto curiosísimo romance, +desconocido hoy[33]: «Preguntada sy ha dicho esta declarante a alguna +persona como avia hecho çerco con ynvocacion de diablos, que eran +berzebú y satanás _y el diablo coxuelo_, diziendo esta declarante que +sin _el diablo coxuelo_ no se podía hazer aquel çerco, y que en aquel +çerco que hizo avia esta declarante visto lo quel diablo queria hazer +contra çierta persona, que diga lo que çerca desto ha dicho e fecho, +dixo que ella suele cantar vn Romance que dize: + + A caça yba bienhecho + por Riberas de la mar, + no por mengua de vjno + ni menos mengua de pan; + por miedo del Rey Ramjro + que lo querja matar. + Ellos en aquesto estando + enbjaronle a llamar. + Vamonos, dixo, amigo, + vamonos, dixo, a çenar; + de que ovjeremos çenado + dios dixo lo que será; + desque ovjeron çenado + tomó libros en sus manos + y començó de Rezar; + a los pecados mayores + enpeçolos de llamar: + ¿Qué es de ti, berzebu, + qué es de ti, barravas, + _qué es de ti, diablo coxuelo, + que eras tú el juglar_?...» + +Tanto don Adolfo Bonilla como don Felipe Pérez indagaron con prolijidad +cuándo hubo de escribir su obrita Vélez de Guevara, y si la escribió +seguidamente, o a trozos y aun con largos intervalos entre unos y otros +capítulos. Convienen ambos investigadores en esta última creencia, pero +no en lo demás; porque si en opinión de Pérez y González la novela fué +escrita después de febrero de 1636 y antes de mayo de 1639, a juicio de +Bonilla, Vélez empezó a escribirla después de febrero de 1637 y la +terminó hacia julio de 1640[34]. No creo que el poner en claro este +punto, siendo corto, como lo es, dentro de la ordinaria duración de la +vida humana, el tiempo comprendido entre unas fechas y otras, merezca el +ímprobo trabajo que echaron sobre sí estos denodados eruditos[35]. + +Unas advertencias, para terminar. + +«Vélez de Guevara, como Quevedo--notó el señor Bonilla--, es un +escolástico del idioma. No hay que perder una sola de sus palabras, no +hay que confiar en el valor directo de cualquiera de sus frases, porque +lo mejor del cuento pasaría quizás inadvertido. Es preciso estar siempre +ojo avizor para saborear como es debido aquellas atrevidas metáforas, +aquellas extravagantes relaciones, aquellos estupendos equívocos, +aquellas arbitrarias licencias en que se complace. Esta indispensable +atención fatiga en ocasiones; pero hace sacar doble fruto de la lectura +de un libro cuyo atractivo consiste, más bien que en el interés de los +lances, en la ingeniosidad de los pensamientos. Sólo el muy +familiarizado con los secretos del habla podrá darse cabal cuenta de las +bellezas de una obra semejante.» Exactísimo todo ello, y porque lo es y +a los más de los lectores falta esa extremada familiaridad a que se +refiere el señor Bonilla, no podían buenamente pasar sin nota muchas de +las frases que no la tienen en sus ediciones. Ciento treinta y cinco que +están en este caso señalé de primera intención cuando, leído el +sobredicho discurso del señor Nercasseau y Morán, me sentí deseoso de +preparar, para la simpática colección de «Clásicos Castellanos», esta +humilde edicioncita de _El Diablo Cojuelo._ + +Como el señor Bonilla, «procuro pecar antes por carta de más que por +carta de menos, por lo cual a veces he explicado palabras y giros que +podrán parecer a los eruditos de muy llana inteligencia. Téngase en +cuenta, sin embargo--añado con él--, que me dirijo a la generalidad y +que mi propósito es facilitar la comprensión del libro de Vélez de +Guevara a todo género de lectores.» Con mayor motivo había yo de hacer +lo propio en una edición vulgarizadora, como es la presente. Pero aun +así, he huído con mucho cuidado de escribir notas por las cuales se me +pudiese encasillar junto a Lucas de Valdés y Toro, aquel empecatado +cirujano cordobés que en 1630 dió a la estampa un opúsculo perogrullesco +intitulado así: _Tratado en que se prueba que la nieve es fría y +húmeda[36]_. + +No obstantes mi buena voluntad y la diligencia con que procuré evitarlo, +se me han quedado por entender algunas frases del texto. Hay quien, +puesto a anotar uno cualquiera, explica lo que buenamente se le alcanza, +y en cuanto a lo que no, hace, como dicen, la vista gorda y pasa de +largo sin decir palabra, dando a colegir con su silencio que aquello que +no explicó no lo ha menester, por ser cosa llanísima. Jamás cometí esa +reprobable fullería: antes por el contrario, en casos tales confieso +paladinamente que aquel lugar merece y pide explicación, y que, por +malos de mis pecados, yo no acerté a dársela[37]. + +Por último, aunque en esta edición sigo el texto de la original de Vélez +de Guevara (Madrid, Imprenta del Reyno, 1641), no la he copiado tan +fielmente, tan servilmente, que reproduzca su endiablada ortografía, +digo, la de los bárbaros cajistas que compusieron los moldes. «Para +regalar a los lectores--escribí trece años ha[38]--con bocados como +_abaricia_, _hajo, coetes, hizquierda, voca, vobos, obtica, +valbucientes, abitos, hancas y hacechar_, como lo hizo el señor Bonilla +reproduciendo la edición príncipe de _El Diablo Cojuelo_, siempre hay +tiempo, o, dicho mejor, no debe haberlo nunca. Ya no es poco _hacer +morder el ajo_ a uno; pero hacerle morder el _hajo_ es crueldad doblada, +porque pica aún más la _hache_ que el _ajo_ mismo.» + +Y con esto, lector amable, quédate a Dios, y perdóname si te causé +enfado o tedio con la lectura de mi prólogo. + +FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN. + +_Madrid, 2 de junio de 1918_. + + + + + EL DIABLO COJUELO + + + DEDICATORIA DE VÉLEZ DE GUEVARA + + [AL EXCMO. SR. D. RODRIGO DE SANDOVAL, + DE SILVA, DE MENDOZA Y DE LA CERDA, + PRÍNCIPE DE MÉLITO, DUQUE DE PASTRANA, + DE ESTREMERA Y FRANCAVILA, ETC.] + + +Excelentísimo señor: + +La generosa condición de V.E., patria general de los ingenios, donde +todos hallan seguro asilo, ha solicitado mi desconfianza para rescatar +del olvido de una naveta[39], en que estaba entre otros borradores míos, +este volumen que llamo _El Diablo Cojuelo_, escrito con particular +capricho, porque al amparo de tan gran Mecenas salga menos cobarde a dar +noticia de las ignorancias del dueño. A cuya sombra excelentísima la +invidia me mirará ociosa, la emulación muda, y desairada la +competencia; que con estas seguridades no naufragará esta novela y podrá +andar con su cara descubierta por el mundo. Guarde Dios a V.E., como sus +criados deseamos y hemos menester. + +Criado de V.E., que sus pies besa, + +LUIS VÉLEZ DE GUEVARA. + + + + +PRÓLOGO A LOS MOSQUETEROS[40] DE LA COMEDIA DE MADRID. + +Gracias a Dios, mosqueteros míos, o vuestros, jueces de los aplausos +cómicos por la costumbre y mal abuso, que una vez tomaré la pluma sin el +miedo de vuestros silbos, pues este discurso del Diablo Cojuelo nace a +luz concebido sin teatro original fuera de vuestra juridición; que aun +del riesgo de la censura del leello está privilegiado por vuestra +naturaleza, pues casi ninguno de vosotros sabe deletrear; que nacistes +para número de los demás, y para pescados de los estanques[41][42], de +los corrales[43], esperando, las bocas abiertas[44], el golpe del +concepto por el oído y por la manotada del cómico, y no por el ingenio. +Allá os lo habed con vosotros mismos, que sois corchetes[45] de la +Fortuna, dando las más veces premio a lo que aun no merece oídos, y +abatís lo que merece estar sobre las estrellas; pero no se me da de +vosotros dos caracoles: hágame Dios bien con mi prosa[46], entretanto +que otros fluctúan por las maretas[47] de vuestros aplausos, de quien +nos libre Dios por su infinita misericordia, Amén, Jesús. + +CARTA DE RECOMENDACIÓN AL CÁNDIDO[48] O MORENO LECTOR. + +Lector amigo: yo he escrito este discurso, que no me he atrevido a +llamarle libro, pasándome de la jineta de los consonantes[49] a la brida +de la prosa, en las vacantes que me han dado las despensas[50] de mi +familia y los autores de las comedias por su Majestad[51]; y como es _El +Diablo Cojuelo_, no lo reparto en capítulos, sino en trancos[52]. +Suplícote que los des en su leyenda[53], porque tendrás menos que +censurarme, y yo que agradecerte[54]. Y, por no ser para más[55] ceso, y +no de rogar a Dios que me conserve en tu gracia. + +De Madrid, a los que fueren entonces del mes y del año, y tal y tal y +tal[56]. + + +EL AUTOR Y EL TEXTO. + + + + +DE DON JUAN VÉLEZ DE GUEVARA A SU PADRE. + +SONETO[57] + + Luz en quien se encendió la vital mía, + De cuya llama soy originado, + Bien que la vida sólo te he imitado, + Que el alma fuera en mí vana porfía, + + Si eres el sol de nuestra Pöesía, + Viva más que él tu aplauso eternizado, + Y pues un vivir solo es limitado, + No te estreches al término de un día. + + Hoy junta en el deleite la enseñanza + Tu ingenio, a quien el tiempo no consuma, + Pues también viene a ser aplauso suyo. + + Y sufra la modestia esta alabanza + A quien, por parecer más hijo tuyo + Quisiera ser un rasgo de tu pluma. + + + + +TRANCO PRIMERO + + +Daban en Madrid, por los fines de julio, las once de la noche en punto, +hora menguada para las calles[58], y, por faltar la luna, juridición y +término redondo de todo requiebro lechuzo y patarata de la muerte. El +Prado boqueaba coches[59] en la última jornada de su paseo, y en los +baños de Manzanares los Adanes y las Evas de la Corte, fregados más de +la arena que limpios del agua[60], decían el _Ite, río[61]_ _es[62]_, +cuando don Cleofás Leandro Pérez Zambullo, hidalgo a cuatro vientos[63], +caballero huracán y encrucijada de apellidos[64], galán de noviciado y +estudiante de profesión, con un broquel y una espada, aprendía a gato +por el caballete de un tejado, huyendo de la justicia, que le venía a +los alcances[65] por un estrupo[66] que no lo había comido ni +bebido[67], que en el pleito de acreedores de una doncella al uso estaba +graduado en el lugar veintidoseno[68], pretendiendo que el pobre +licenciado escotase solo lo que tantos habían merendado[69]; y como +solicitaba escaparse del «para en uno son[70]» (sentencia difinitiva +del cura de la parroquia y auto que no lo revoca si no es el vicario +Responso[71], juez de la otra vida), no dificultó arrojarse desde el ala +del susodicho tejado, como si las tuviera, a la buarda[72] de otro que +estaba confinante, nordesteado de una luz que por ella escasamente se +brujuleaba, estrella de la tormenta que corría, en cuyo desván puso los +pies y la boca[73] a un mismo tiempo, saludándolo como a puerto de tales +naufragios, y dejando burlados los ministros del agarro[74] y los +honrados pensamientos de mi señora doña Tomasa de Bitigudiño[75], +doncella chanflona[76] que se pasaba de noche como cuarto falso, que, +para que surtiese efecto su bellaquería, había cometido otro estelionato +más con el capitán de los jinetes a gatas que corrían las costas[77] de +aquellos tejados en su demanda, y volvían corridos de que se les +hubiese escapado aquel bajel de capa y espada[78] que llevaba cautiva la +honra de aquella señora mohatrera de doncellazgos[79], que juraba entre +sí tomar satisfacción deste desaire en otro inocente, chapetón[80] de +embustes doncelliles, fiada en una madre que ella llamaba _tía,_ liga +donde había caído tanto pájaro forastero. + +A estas horas, el Estudiante, no creyendo su buen suceso[81] y +deshollinando con el vestido y los ojos el zaquizamí, admiraba la región +donde había arribado, por las estranjeras estravagancias de que estaba +adornada la tal espelunca, cuyo avariento farol era un candil de +garabato, que descubría sobre una mesa antigua de cadena[82] papeles +infinitos, mal compuestos y ordenados, escritos de caracteres +matemáticos, unas efemérides abiertas[83], dos esferas y algunos +compases y cuadrantes, ciertas señales de que vivía en el cuarto de más +abajo algún astrólogo, dueño de aquella confusa oficina y embustera +ciencia; y llegándose don Cleofás curiosamente, como quien profesaba +letras y era algo inclinado a aquella profesión, a revolver los trastos +astrológicos, oyó un suspiro entre ellos mismos, que, pareciéndole +imaginación o ilusión de la noche, pasó adelante con la atención +papeleando los memoriales de Euclides y embelecos de Copérnico; +escuchando segunda vez repetir el suspiro, entonces, pareciéndole que no +era engaño de la fantasía, sino verdad que se había venido a los oídos, +dijo con desgarro y ademán de estudiante valiente: + +--¿Quién diablos suspira aquí?, respondiéndole al mismo tiempo una voz +entre humana y estranjera: + +--Yo soy, señor Licenciado, que estoy en esta redoma, adonde me tiene +preso ese astrólogo que vive ahí abajo, porque también tiene su punta +de la mágica negra[84], y es mi alcaide dos años habrá. + +--Luego ¿familiar eres?--dijo el Estudiante[85]. + +--Harto me holgara yo--respondieron[86] de la redoma--que entrara uno +de la Santa Inquisición, para que, metiéndole a él en otra de cal y +canto, me sacara a mí desta jaula de papagayos de piedra azufre. Pero tú +has llegado a tiempo que me puedes rescatar, porque este a cuyos +conjuros estoy asistiendo me tiene ocioso, sin emplearme en nada, siendo +yo el espíritu más travieso del infierno. + +Don Cleofás, espumando valor, prerrogativa de estudiante de Alcalá, le +dijo: + +--¿Eres demonio plebeyo, u de los de nombre? + +--Y de gran nombre--le repitió el vidro endemoniado--, y el más +celebrado en entrambos mundos. + +--¿Eres Lucifer?--le repitió don Cleofás. + +--Ése es demonio de dueñas y escuderos--le respondió la voz. + +--¿Eres Satanás?--prosiguió el Estudiante. + +--Ése es demonio de sastres y carniceros--volvió la voz a repetille. + +--¿Eres Bercebú?--volvió a preguntalle don Cleofás. + +Y la voz a respondelle: + +--Ése es demonio de tahures, amancebados y carreteros. + +--¿Eres Barrabás[87], Belial, Astarot?--finalmente le dijo el +Estudiante. + +--Esos son demonios de mayores ocupaciones--le respondió la voz--: +demonio más por menudo soy, aunque me meto en todo: yo soy las pulgas +del infierno, la chisme[88], el enredo, la usura, la mohatra; yo truje +al mundo la zarabanda[89], el déligo[90], la chacona[91], el +bullicuzcuz[92], las cosquillas de la capona[93], el guiriguirigay, el +zambapalo, la mariona, el avilipinti, el pollo, la carretería, el +hermano Bartolo, el carcañal, el guineo, el colorín colorado[94]; yo +inventé las pandorgas[95]; las jácaras[96], las papalatas[97], los +comos[98], las mortecinas[99], los títeres[100], los volatines[101], +los saltambancos[102], los maesecorales[103], y, al fin, yo me llamo el +Diablo Cojuelo. + +--Con decir eso--dijo el Estudiante--hubiéramos ahorrado lo demás: vuesa +merced me conozca por su servidor; que hay muchos días que le deseaba +conocer. Pero, ¿no me dirá, señor Diablo Cojuelo, por qué le pusieron +este nombre, a diferencia de los demás, habiendo todos caído desde tan +alto, que pudieran quedar todos de la misma suerte y con el mismo +apellido[104]? + +--Yo, señor don Cleofás Leandro Pérez Zambullo, que ya le sé el suyo, o +los suyos--dijo el Cojuelo--, porque hemos sido vecinos por esa dama que +galanteaba y por quien le ha corrido la justicia esta noche, y de quien +después le contaré maravillas, me llamo desta manera porque fuí el +primero de los que se levantaron en el rebelión[105] celestial, y de los +que cayeron y todo[106]; y como los demás dieron sobre mí, me +estropearon, y ansí, quedé más que todos señalado de la mano de Dios y +de los pies de todos los diablos, y con este sobrenombre; mas no por eso +menos ágil para todas las facciones que se ofrecen en los países bajos, +en cuyas impresas nunca me he quedado atrás, antes me he adelantado a +todos; que, camino del infierno, tanto anda el cojo como el viento[107]; +aunque nunca he estado más sin reputación que ahora en poder deste +vinagre, a quien por trato[108] me entregaron mis propios compañeros, +porque los traía al retortero a todos[109], como dice el refrán de +Castilla, y cada momento a los más agudos les daba gato por demonio. +Sácame deste Argel de vidro; que yo te pagaré el rescate en muchos +gustos, a fe de demonio, porque me precio de amigo de mi amigo, con mis +tachas buenas y malas[110]. + +--¿Cómo quieres--dijo don Cleofás mudando la cortesía[111] con la +familiaridad de la conversación--que yo haga lo que tú no puedes siendo +demonio tan mañoso? + +--A mí no me es concedido--dijo el Espíritu--, y a ti sí, por ser hombre +con el privilegio del baptismo y libre del poder de los conjuros, con +quien han hecho pacto los príncipes de la Guinea infernal[112]. Toma un +cuadrante de esos y haz pedazos esta redoma; que luego en derramándome +me verás visible y palpable. + +No fué escrupuloso ni perezoso don Cleofás, y ejecutando lo que el +Espíritu le dijo, hizo con el instrumento astronómico jigote[113] del +vaso, inundando la mesa sobredicha de un licor turbio, escabeche en que +se conservaba el tal Diablillo; y volviendo los ojos al suelo, vió en +él un hombrecillo de pequeña estatura, afirmado en dos muletas[114], +sembrado de chichones mayores de marca[115], calabacino de testa y badea +de cogote, chato de narices, la boca formidable y apuntalada en dos +colmillos solos, que no tenían más muela ni diente los desiertos de las +encías, erizados los bigotes como si hubiera barbado en Hircania[116]; +los pelos de su nacimiento, ralos, uno aquí y otro allí[117], a fuer de +los espárragos, legumbre[118] tan enemiga de la compañía, que si no es +para venderlos en manojos, no se juntan. Bien hayan los berros, que +nacen unos entrepernados con otros, como vecindades de la Corte, perdone +la malicia la comparación. + +Asco le dió a don Cleofás la figura, aunque necesitaba de su favor para +salir del desván, ratonera del Astrólogo en que había caído huyendo de +los gatos que le siguieron (salvo el guante[119] a la metáfora), y +asiéndole por la mano el Cojuelo y diciéndole: «Vamos, don Cleofás, que +quiero comenzar a pagarte en algo lo que te debo», salieron los dos por +la buarda como si los dispararan de un tiro[120] de artillería, no +parando de volar hasta hacer pie en el capitel de la torre de San +Salvador[121], mayor atalaya de Madrid, a tiempo que su reloj daba la +una, hora que tocaba a recoger el mundo poco a poco al descanso del +sueño; treguas que dan los cuidados a la vida, siendo común el silencio +a las fieras y a los hombres; medida que a todos hace iguales; habiendo +una priesa notable a quitarse zapatos y medias, calzones y jubones, +basquiñas[122], verdugados[123], guardainfantes[124], polleras[125], +enaguas y guardapiés, para acostarse hombres y mujeres, quedando las +humanidades menos mesuradas, y volviéndose a los primeros originales, +que comenzaron el mundo horros de todas estas baratijas; y +engestándose[126] al camarada, el Cojuelo le dijo: + +--Don Cleofás, desde esta picota[127] de las nubes, que es el lugar más +eminente de Madrid, malaño[128] para Menipo en los diálogos de Luciano, +te he de enseñar todo lo más notable que a estas horas pasa en esta +Babilonia española, que en la confusión fué esotra con ella segunda +deste nombre. + +Y levantando a los techos de los edificios, por arte diabólica, lo +hojaldrado[129], se descubrió la carne del pastelón de Madrid como +entonces estaba, patentemente, que por el mucho calor estivo estaba con +menos celosías, y tanta variedad de sabandijas racionales en esta arca +del mundo, que la del diluvio, comparada con ella, fué de capas y +gorras. + + + + +TRANCO II + + +Quedó don Cleofás absorto en aquella pepitoria[130] humana de tanta +diversidad de manos, pies y cabezas, y haciendo grandes admiraciones, +dijo: + +--¿Es posible que para tantos hombres, mujeres y niños hay[131] lienzo +para colchones, sábanas y camisas? Déjame que me asombre que entre las +grandezas de la Providencia divina no sea ésta la menor. + +Entonces el Cojuelo, previniéndole, le dijo: + +--Advierte que quiero empezar a enseñarte distintamente, en este teatro +donde tantas figuras representan, las más notables, en cuya variedad +está su hermosura. Mira allí primeramente cómo están sentados muchos +caballeros y señores a una mesa opulentísima, acabando una media +noche[132]; que eso les han quitado a los relojes no más. + +Don Cleofás le dijo: + +--Todas esas caras conozco; pero sus bolsas no, si no es para +servillas[133]. + +--Hanse pasado a los estranjeros, porque las trataban muy mal estos +príncipes cristianos--dijo el Cojuelo--, y se han quedado, con las +caponas[134], sin ejercicio. + +--Dejémoslos cenar--dijo don Cleofás--, que yo aseguro que no se +levanten de la mesa sin haber concertado un juego de cañas para cuando +Dios fuere servido, y pasemos adelante; que a estos magnates los más de +los días les beso yo las manos, y estas caravanas las ando yo las más de +las noches, porque he sido dos meses culto vergonzante de la proa[135] +de uno de ellos y estoy encurtido de excelencias y señorías, solamente +buenas para veneradas. + +--Mira allí--prosiguió el Cojuelo--cómo se está quejando de la orina un +letrado, tan ancho de barba[136] y tan espeso, que parece que saca un +delfín la cola por las almohadas. Allí está pariendo doña Fáfula[137], y +don Toribio su indigno consorte, como si fuera suyo lo que paría, muy +oficioso y lastimado; y está el dueño de la obra a pierna suelta en +esotro barrio, roncando y descuidado del suceso. Mira aquel preciado de +lindo, o aquel lindo de los más preciados, cómo duerme con bigotera[138] +torcidas de papel en las guedejas y el copete[139], sebillo en las +manos[140], y guantes descabezados[141], y tanta pasa[142] en el rostro, +que pueden hacer colación[143] en él toda la cuaresma que viene. Allí, +más adelante, está una vieja, grandísima hechicera, haciendo en un +almirez una medicina de drogas restringentes para remendar una doncella +sobre su palabra[144], que se ha de desposar mañana. Y allí, en aquel +aposentillo estrecho, están dos enfermos en dos camas, y se han +purgado juntos, y sobre quién ha hecho más cursos[145], como si se +hubieran de graduar en la facultad, se han levantado a matar a +almohadazos. Vuelve allí, y mira con atención cómo se está untando una +hipócrita a lo moderno, para hallarse en una gran junta de brujas que +hay entre San Sebastián y Fuenterrabía, y a fe que nos habíamos de ver +en ella si no temiera el riesgo de ser conocido del demonio que +hace[146] el cabrón, porque le di una bofetada a mano abierta en la +antecámara de Lucifer, sobre unas palabras mayores que tuvimos; que +también entre los diablos hay libro del duelo[147], porque el autor que +le compuso es hijo de vecino del infierno. Pero mucho más nos podemos +entretener por acá, y más si pones los ojos en aquellos dos ladrones que +han entrado por un balcón en casa de aquel estranjero rico, con una +llave maestra, porque las ganzúas son a lo antiguo, y han llegado donde +está aquel talego de vara y media estofado de patacones[148] de a ocho, +a la luz de una linterna que llevan, que, por ser tan grande y no poder +arrancalle de una vez, por el riesgo del ruido, determinan abrille, y +henchir las faltriqueras y los calzones, y volver otra noche por lo +demás, y comenzando a desatalle, saca el tal estranjero (que estaba +dentro dél guardando su dinero, por no fialle de nadie) la cabeza, +diciendo: «Señores ladrones, acá estamos todos»[149], cayendo +espantados uno a un lado y otro a otro, como resurreción de aldea[150], +y se vuelven gateando a salir por donde entraron. + +--Mejor fuera--dijo don Cleofás--que le hubieran llevado sin desatar en +el capullo de su dinero, porque no le sucediera ese desaire, pues que +cada estranjero es un talego bautizado[151]; que no sirven de otra cosa +en nuestra república y en la suya, por nuestra mala maña. + +Pero, ¿quién es aquella abada[152] con camisa de mujer, que no solamente +la cama le viene estrecha, sino la casa y Madrid, que hace roncando más +ruido que la Bermuda[153], y, al parecer, [bebe][154] cámaras de tinajas +y come jigotes de bóvedas? + +--Aquélla ha sido cuba de Sahagún[155], y no profesó--dijo el +Cojuelo--si no es el mundo de agora, que está para dar un estallido, y +todo junto puede ser siendo quien es: que es una bodegonera tan rica, +que tiene, a dar[156] rocín por carnero y gato por conejo a los +estómagos del vuelo[157], seis casas en Madrid, y en la puerta de +Guadalajara[158] más de veinte mil ducados, y con una capilla que ha +hecho para su entierro y dos capellanías que ha fundado, se piensa ir al +cielo derecha; que aunque pongan una garrucha en la estrella de Venus y +un alzaprima en las Siete Cabrillas, me parece que será imposible que +suba allá aquel tonel; y como ha cobrado buena fama[159], se ha echado +a dormir de aquella suerte. + +--Aténgome--dijo don Cleofás--a aquel caballero tasajo que tiene el +alma en cecina, que ha echado de ver que es caballero en un hábito[160] +que le he visto en una ropilla[161] a la cabecera, y no es el mayor +remiendo que tiene, y duerme enroscado como lamprea empanada, porque la +cama es media sotanilla, que le llega a las rodillas no más. + +--Aquél--dijo el Cojuelo--es pretendiente, y está demasiado de gordo y +bien tratado para el oficio que ejercita. Bien haya aquel tabernero de +Corte, que se quita de esos cuidados y es cura de su vino, que le está +bautizando en los pellejos y las tinajas, y a estas horas está hecho +diluvio[162] en pena, con su embudo en la mano, y antes de mil +años[163] espero verle jugar cañas[164] por el nacimiento de algún +príncipe. + +--¿Qué mucho--dijo don Cleofás--si es tabernero y puede emborrachar a la +Fortuna? + +--No hayas miedo--dijo el Cojuelo--que se vea en eso aquel alquimista +que está en aquel sótano con unos fuelles, inspirando una hornilla llena +de lumbre, sobre la cual tiene un perol con mil variedades de +ingredientes, muy presumido de acabar la piedra filosofal y hacer el +oro; que ha diez años que anda en esta pretensión, por haber leído el +arte de Reimundo Lulio y los autores químicos que hablan[165] en este +mismo imposible. + +--La verdad es--dijo don Cleofás--que nadie ha acertado a hacer el oro +si no es Dios, y el sol, con comisión particular suya. + +--Eso es cierto--dijo el Cojuelo--, pues nosotros no hemos salido con +ello. Vuelve allí, y acompáñame a reír de aquel marido y mujer, tan +amigos de coche, que todo lo que habían de gastar en vestir, calzar y +componer su casa lo han empleado en aquel que está sin caballos agora, y +comen y cenan y duermen dentro dél, sin que hayan salido de su +reclusión, ni aun para las necesidades corporales, en cuatro años que ha +que le compraron[166]; que están encochados, como emparedados, y ha sido +tanta la costumbre de no salir dél, que les sirve el coche de conchas, +como a la tortuga y al galápago, que en tarascando cualquiera dellos la +cabeza fuera dél, la vuelven a meter luego, como quien la tiene fuera de +su natural, y se resfrían y acatarran en sacando pie, pierna o mano +desta estrecha religión; y pienso que quieren ahora labrar un desván en +él para ensancharse y alquilalle a otros dos vecinos tan inclinados a +coche, que se contentarán con vivir en el caballete dél. + +--Esos--dijo don Cleofás--se han de ir al infierno en coche y en alma. + +--No es penitencia para menos--respondió el Cojuelo--. Diferentemente le +sucede a esotro pobre y casado, que vive en esotra casa más adelante, +que después de no haber podido dormir desde que se acostó, con un órgano +al oído de niños tiples, contraltos, terceruelas[167] y otros mil +guisados de voces que han inventado para llorar, ahora que se iba a +trasponer un poco, le ha tocado a rebato un mal de madre de su mujer, +tan terrible, que no ha dejado ruda en la vecindad[168], lana ni papel +quemado, escudilla untada con ajo, ligaduras, bebidas, humazos y +trescientas cosas más[169], y a él le ha dado, de andar en camisa, un +dolor de ijada, con que imagino que se ha de desquitar del dolor de +madre de su mujer. + +--No están tan despiertos en aquella casa--dijo don Cleofás--donde está +echando una escala aquel caballero que, al parecer, da asalto al cuarto +y a la honra del que vive en él; que no es buena señal, habiendo +escaleras dentro, querer entrar por las de fuera. + +--Allí--dijo el Cojuelo--vive un caballero viejo y rico que tiene una +hija muy hermosa y doncella, y rabia por dejallo de ser con un marqués, +que es el que da la escalada, que dice que se ha de casar con ella, que +es papel que ha hecho con otras diez u doce, y lo ha representado mal; +pero esta noche no conseguirá lo que desea, porque viene un alcalde de +ronda, y es muy antigua costumbre de nosotros ser muy regatones[170] en +los gustos, y, como dice vuestro refrán, si la podemos dar roma, no la +damos aguileña[171]. + +--¿Qué voces--dijo don Cleofás--son las que dan en esotra casa más +adelante, que parece que pregonan algún demonio que se ha perdido? + +--No seré yo, que me he rescatado--dijo el Cojuelo--, si no es que me +llaman a pregones del infierno por el quebrantamiento de la redoma; pero +aquél es un garitero que ha dado esta noche ciento y cincuenta barajas, +y se ha endiablado de cólera porque no le han pagado ninguna y se van +los actores y los reos con las costas en el cuerpo, tras una pendencia +de barato[172] sobre uno que juzgó mal una suerte, y los mete en paz +aquella música que dan a cuatro voces en esotra calle unos criados de un +señor a una mujer de un sastre que ha jurado que los ha de coser a +puñaladas[173]. + +--Si yo fuera el marido--dijo don Cleofás--, más los tuviera por gatos +que por músicos. + +--Agora te parecerán galgos--dijo el Cojuelo--, porque otro competidor +de la sastra, con una gavilla de seis o siete, vienen sacando las +espadas, y los Orfeos de la maesa, reparando la primera invasión con las +guitarras, hacen una fuga[174] de cuatro o cinco calles. Pero vuelve +allí los ojos, verás cómo se va desnudando aquel hidalgo que ha rondado +toda la noche, tan caballero del milagro[175] en las tripas como en las +demás facciones, pues quitándose una cabellera, queda calvo; y las +narices de carátula, chato; y unos bigotes postizos, lampiño; y un brazo +de palo, estropeado; que pudiera irse más camino de la sepoltura que de +la cama. En esotra casa más arriba está durmiendo un mentiroso con una +notable pesadilla, porque sueña que dice verdad. Allí un vizconde, entre +sueños, está muy vano porque ha regateado la excelencia a un grande. +Allí está muriendo un fullero, y ayudándole a bien morir un testigo +falso, y por darle la bula de la Cruzada, le da una baraja de naipes, +porque muera como vivió, y él, boqueando, por decir «Jesús», ha dicho +«flux». Allí, más arriba, un boticario está mezclando la piedra +bezar[176] con los polvos de sen. Allí sacan un médico de su casa para +una apoplejía que le ha dado a un obispo. Allí llevan aquella comadre +para partear a una preñada de medio ojo[177], que ha tenido dicha en +darle los dolores a estas horas. Allí doña Tomasa, tu dama, en enaguas, +está abriendo la puerta a otro; que a estas horas le oye de amor. + +--Déjame--dijo don Cleofás--: bajaré sobre ella a matarla a coces. + +--Para estas ocasiones se hizo el _tate, tate_[178]--dijo el Cojuelo--; +que no es salto para de burlas. Y te espantas de pocas cosas[179]: que +sin este enamorado murciégalo[180], hay otros ochenta, para quien[181] +tiene repartidas las horas del día y de la noche. + +--¡Por vida del mundo--dijo don Cleofás--que la tenía por una santa! + +--Nunca te creas de ligero--le replicó el Diablillo--. Y vuelve los ojos +a mi Astrólogo, verás con las pulgas y inquietud que duerme: debe de +haber sentido pasos en su desván y recela algún detrimento de su redoma. +Consuélese con su vecino, que mientras está roncando a más y mejor, le +están sacando a su mujer, como muela, sin sentillo, aquellos dos +soldados. + +--Del mal lo menos--dijo don Cleofás--; que yo sé del marido +ochodurmiente[182] que dirá[183] cuando despierto lo mismo. + +--Mira allí--prosiguió el Cojuelo--aquel barbero, que soñando se ha +levantado, y ha echado unas ventosas a su mujer, y la ha quemado con las +estopas las tablas de los muslos, y ella da gritos, y él, despertando, +la consuela diciendo que aquella diligencia es bueno que esté hecha para +cuando fuere menester. Vuelve allí los ojos a aquella cuadrilla de +sastres que están acabando unas vistas[184] para un tonto que se casa a +ciegas, que es lo mismo que por relación, con una doncella tarasca, fea, +pobre y necia, y le han hecho creer al contrario con un retrato que le +trujo un casamentero, que a estas horas se está levantando con un +pleitista que vive pared y medio dél[185], el uno a cansar ministros y +el otro a casar todo el linaje humano; que solamente tú, por estar tan +alto, estás seguro deste demonio, que en algún modo lo es más que yo. +Vuelve los ojos y mira aquel cazador mentecato del gallo[186], que está +ensillando su rocín a estas horas y poniendo la escopeta debajo del +caparazón, y deja de dormir de aquí a las nueve de la mañana por ir a +matar un conejo, que le costaría mucho menos aunque le comprara en la +despensa de Judas[187]. Y al mismo tiempo advierte cómo a la puerta de +aquel rico avariento echan un niño, que por partes de[188] su padre +puede pretender la beca del Antecristo[189], y él, en grado de +apelación, da con él en casa de un señor que vive junto a la suya, que +tiene talle de comérselo antes que criallo, porque ha días que su +despensa espera el domingo de casi ración[190]. Pero ya el día no nos +deja pasar adelante; que el agua ardiente y el letuario[191] son sus +primeros crepúsculos, y viene el sol haciendo cosquillas a las +estrellas, que están jugando a salga la parida[192], y dorando la +píldora[193] del mundo, tocando al arma a tantas bolsas y talegos y +dando rebato a tantas ollas, sartenes y cazuelas, y no quiero que se +valga de mi industria para ver los secretos que le negó la noche: +cuéstele brujeleallo por resquicios, claraboyas y chimeneas. + +Y volviendo a poner la tapa al pastelón, se bajaron a las calles. + + + + +TRANCO III + + +Ya comenzaban en el puchero humano de la Corte a hervir hombres y +mujeres, unos hacia arriba, y otros hacia abajo, y otros de través, +haciendo un cruzado[194] al son de su misma confusión[195], y el piélago +racional de Madrid a sembrarse de ballenas[196] con ruedas, que por otro +nombre llaman coches, trabándose la batalla del día, cada uno con +disinio y negocio diferente, y pretendiéndose engañar los unos a los +otros, levantándose una polvareda de embustes y mentiras, que no se +descubría una brizna de verdad por un ojo de la cara[197], y don Cleofás +iba siguiendo a su camarada, que le había metido por una calle algo +angosta, llena de espejos por una parte y por otra, donde estaban muchas +damas y lindos mirándose y poniéndose de diferentes posturas de bocas, +guedejas, semblantes, ojos, bigotes, brazos y manos, haciéndose +cocos[198] a ellos mismos. Preguntóle don Cleofás qué calle era aquélla, +que le parecía que no la había visto en Madrid, y respondióle el +Cojuelo: + +--Ésta se llama la calle de los Gestos, que solamente saben a ella estas +figuras de la baraja de la Corte, que vienen aquí a tomar el gesto con +que han de andar aquel día, y salen con perlesía de lindeza, unos con la +boquita de riñón[199], otros con los ojitos dormidos, roncando[200] +hermosura, y todos con los dos dedos de las manos, índice y meñique, +levantados, y esotros, de _Gloria Patri_[201]. Pero salgámonos muy +apriesa de aquí; que con tener estómago de demonio y no haberme mareado +las maretas[202] del infierno, me le han revuelto estas sabandijas, que +nacieron para desacreditar la naturaleza y el rentoy[203]. + +Con esto, salieron desta calle a una plazuela donde había gran concurso +de viejas que había sido damas cortesanas[204], y mozas que entraban a +ser lo que ellas habían sido, en grande contratación unas con otras. +Preguntó el Estudiante a su camarada qué sitio era aquél, que tampoco le +había visto, y él le respondió: + +--Éste es el baratillo de los apellidos, que aquellas damas pasas +truecan con estas mozas albillas[205] por medias traídas, por zapatos +viejos, valonas, tocas y ligas, como ya no las han menester; que el +Guzmán, el Mendoza, el Enríquez, el Cerda, el Cueva, el Silva, el +Castro, el Girón[206], el Toledo, el Pacheco, el Córdova, el Manrique de +Lara, el Osorio, el Aragón, el Guevara y otros generosos apellidos los +ceden a quien los ha menester ahora para el oficio que comienza, y ellas +quedan con sus patronímicos primeros de Hernández, Martínez, López, +Rodríguez, Pérez, González, etcétera; porque al fin de los años mil, +vuelven los nombres[207] por donde solían ir. + +--Cada día--dijo el Estudiante--hay cosas nuevas en la Corte. + +Y, a mano izquierda, entraron a otra plazuela al modo de la de los +Herradores[208], donde se alquilaban tías, hermanos, primos y maridos, +como lacayos y escuderos, para damas de achaque[209] que quieren pasar +en la Corte con buen nombre y encarecer su mercadería. + +A la mano derecha deste seminario andante estaba un grande edificio, a +manera de templo sin altar, y en medio dél, una pila grande de piedra, +llena de libros de caballerías y novelas[210], y alrededor, muchos +muchachos de diez a diez y siete años y algunas doncelluelas de la misma +edad, y cada uno y cada una con su padrino al lado, y don Cleofás le +preguntó[211] a su compañero que le dijese qué era esto, que todo le +parecía que lo iba soñando. El Cojuelo le dijo: + +--Algo tiene de eso este fantástico aparato; pero ésta es, don Cleofás, +en efeto, la pila de los dones, y aquí se bautizan los que vienen a la +Corte sin él. Todos aquellos muchachos son pajes para señores, y +aquellas muchachas, doncellas para señoras de media talla[212], que han +menester el don para la autoridad de las casas que entran a servir[213], +y agora les acaban de bautizar con el don. Por allí entra agora una +fregona con un vestido alquilado, que la trae su ama a sacar de don, +como de pila, para darla el tusón[214] de las damas, porque le pague en +esta moneda lo que le ha costado el crialla, y aun ella parece que se +quiere volver al paño[215], según viene bruñida de esmeril. + +--Un moño y unos dientes postizos y un guardainfante pueden hacer esos +milagros--dijo don Cleofás--. Pero ¿qué acompañamiento--prosiguió +diciendo--es este que entra agora, de tanta gente lucida, por la puerta +deste templo consagrado al uso del siglo? + +--Traen a bautizar--dijo el Cojuelo--un regidor muy rico, de un lugar +aquí cercano, de edad de setenta años, que se viene al don por su pie, +porque sin él le han aconsejado sus parientes que no cae tan bien el +regimiento. Llámase Pascual, y vienen altercando si sobre _Pascual_ le +vendrá bien el _don_, que parece don estravagante[216] de la iglesia de +los dones. + +--Ya tienen ejemplar--dijo don Cleofás--en don Pascual, ese que llamaron +todos loco, y yo, Diógenes de la ropa vieja, que andaba cubierta la +cabeza con la capa, sin sombrero, en traje de profeta, por esas calles. + +--Mudáranle el nombre, a mi parecer--prosiguió el Cojuelo--, por no +tener en su lugar regidor Pascual, como cirio de los regidores. + +--Dios les inspire--dijo don Cleofás--lo que más convenga a su +regimiento, como la cristiandad de los regidores ha menester. + +--En acabando de tomar el señor regidor--dijo el Cojuelo--el agua del +don, espera allí un italiano hacer lo mismo con un elefante que ha +traído a enseñar a la puerta del Sol. + +--Los más suelen llamarse--dijo el Estudiante--don Pedros, don Juanes y +don Alonsos. No sé cómo ha tenido tanto descuido su ayo o naire, como lo +llaman los de la India Oriental; plebeyo debía de ser este animal, pues +ha llegado tan tarde al don. Vive Dios que me le he de quitar yo, porque +me desbautizan y desdonan los que veo. + +--Sígueme--dijo el Cojuelo--, y no te amohines; que bien sabe el _don_ +dónde está; que se te ha caído en el _Cleofás_ como la sopa en la miel. + +Con esto, salieron del soñado (al parecer) edificio, y enfrente dél +descubrieron otro, cuya portada estaba pintada de sonajas, guitarras, +gaitas zamoranas, cencerros, cascabeles, ginebras[217], caracoles, +castrapuercos[218], pandorga prodigiosa de la vida, y preguntó don +Cleofás a su amigo qué casa era aquella que mostraba en la portada tanta +variedad de instrumentos vulgares[219],--que tampoco la he visto en la +Corte, y me parece que hay dentro mucho regocijo y entretinimiento. + +--Esta es la casa de los locos--respondió el Cojuelo--que ha poco que se +instituyó en la Corte, entre unas obras pías que dejó un hombre muy rico +y muy cuerdo, donde se castigan y curan locuras que hasta agora no lo +habían parecido. + +--Entremos dentro--dijo don Cleofás--por aquel postiguillo que está +abierto, y veamos esta novedad de locos. + +Y, diciendo y haciendo, se entraron los dos, uno tras otro; pasando un +zaguán, donde estaban algunos de los convalecientes pidiendo limosna +para los que estaban furiosos, llegaron a un patio cuadrado, cercado de +celdas pequeñas por arriba y por abajo, que cada una dellas ocupaba un +personaje de los susodichos. A la puerta de una dellas estaba un hombre, +muy bien tratado de vestido, escribiendo sobre la rodilla y sentado +sobre una banqueta, sin levantar los ojos del papel, y se había sacado +uno con la pluma sin sentillo. El Cojuelo le dijo: + +--Aquél es un loco arbitrista[220] que ha dado en decir que ha de hacer +la reducción de los cuartos, y ha escrito sobre ello más hojas de papel +que tuvo el pleito de don Alvaro de Luna. + +--Bien haya quien le trujo a esta casa--dijo don Cleofás--; que son los +locos más perjudiciales de la república. + +--Esotro que está en esotro aposentillo--prosiguió el Cojuelo--es un +ciego enamorado, que está con aquel retrato en la mano[221], de su +dama, y aquellos papeles que le ha escrito, como si pudiera ver lo uno +ni leer lo otro, y da en decir que ve con los oídos. En esotro +aposentillo lleno de papeles y libros está un gramaticón[222] que perdió +el juicio buscándole a un verbo griego el gerundio. Aquel que está a la +puerta de esotro aposentillo con unas alforjas al hombro y en calzón +blanco, le han traído porque, siendo cochero, que andaba siempre a +caballo, tomó oficio de correo de a pie. Esotro que está en esotro de +más arriba con un halcón en la mano, es un caballero que, habiendo +heredado mucho de sus padres, lo gastó todo en la cetrería y no le ha +quedado más que aquel halcón en la mano, que se las come de hambre. Allí +está un criado de un señor que, teniendo qué comer, se puso a servir. +Allí está un bailarín que se ha quedado sin son, bailando en seco. Más +adelante está un historiador que se volvió loco de sentimiento de +haberse perdido tres décadas de Tito Livio. Más adelante está un +colegial cercado de mitras, probándose la que le viene mejor, porque dió +en decir que había de ser obispo. Luego, en esotro aposentillo, está un +letrado que se desvaneció en pretender plaza de ropa[223], y de letrado +dió en sastre, y está siempre cortando y cosiendo garnachas. En esotra +celda, sobre un cofre lleno de doblones, cerrado con tres llaves, está +sentado un rico avariento, que sin tener hijo ni pariente que le herede, +se da muy mala vida, siendo esclavos de su dinero y no comiendo más que +un pastel[224] de a cuatro, ni cenando más que una ensalada de pepinos, +y le sirve de cepo su misma riqueza. Aquel que canta en esotra jaula es +un músico sinsonte, que remeda los demás pájaros, y vuelve de cada +pasaje como de un parasismo. Está preso en esta cárcel de los delictos +del juicio, porque siempre cantaba, y cuando le rogaban que cantase, +dejaba de cantar. + +--Impertinencia es ésa casi de todos los desta profesión. + +--En el brocal de aquel pozo que está en medio del patio se está mirando +siempre una dama muy hermosa, como lo verás si ella alza la cabeza, hija +de pobres y humildes padres, que queriéndose casar con ella muchos +hombres ricos y caballeros, ninguno la contentó, y en todos halló una y +muchas faltas, y está atada allí en una cadena porque, como Narciso, +enamorada de su hermosura, no se anegue en el agua que le sirve de +espejo, no teniendo en lo que pisa[225] al sol ni a todas las estrellas. +En aquel pobre aposentillo enfrente, pintado por defuera de llamas, está +un demonio casado, que se volvió loco con la condición de su mujer. + +Entonces don Cleofás le dijo al compañero que le enseñaba todo este +retablo de duelos: + +--Vámonos de aquí, no nos embarguen[226] por alguna locura que nosotros +ignoramos; porque en el mundo todos somos locos, los unos de los +otros[227]. + +El Cojuelo dijo: + +--Quiero tomar tu consejo, porque, pues los demonios enloquecen, no hay +que fiar de sí nadie. + +--Desde vuestra primera soberbia--dijo don Cleofás--todos lo estáis; que +el infierno es casa de todos los locos más furiosos del mundo. + +--Aprovechado estás--dijo el Cojuelo--, pues hablas en lenguaje +ajustado. + +Con esta conversación salieron de la casa susodicha, y a mano derecha +dieron en una calle algo dilatada, que por una parte y por otra estaba +colgada de ataúdes, y unos sacristanes con sus sobrepellices[228] +paseándose junto a ellos, y muchos sepultureros abriendo varios +sepulcros, y don Cleofás le dijo a su camarada: + +--¿Qué calle es ésta, que me ha admirado más que cuantas he visto, y me +pudiera obligar a hablar más espiritualmente que con lo primero de que +tú te admiraste? + +--Ésta es más temporal y del siglo que ninguna--le respondió el +Cojuelo--, y la más necesaria, porque es la ropería de los agüelos, +donde[229] cualquiera, para todos los actos positivos[230] que se le +ofrece y se quiere vestir de un agüelo, porque el suyo no le viene bien, +o está traído, se viene aquí, y por su dinero escoge el que le está más +a propósito. Mira allí aquel caballero torzuelo[231] cómo se está +probando una agüela que ha menester, y esotro, hijo de quien él +quisiere, se está vistiendo otro agüelo, y le viene largo de talle. +Esotro más abajo da por otro agüelo el suyo, y dineros encima, y no se +acaba de concertar, porque le tiene más de costa al sacristán, que es el +ropero. Otro, a esotra parte, llega a volver un agüelo suyo de dentro +afuera y de atrás adelante, y a tremendallo con la agüela de otro. Otro +viene allí con la justicia a hacer que le vuelvan un agüelo que le +habían hurtado, y le ha hallado colgado en la ropería. Si hubieres +menester algún agüelo o agüela para algún crédito de tu calidad, a +tiempo estamos, don Cleofás Leandro; que yo tengo aquí un ropero amigo +que desnuda los difuntos la primera noche que los entierran, y nos le +fiará por el tiempo que quisieres. + +--Dineros he menester yo; que agüelos no--respondió el Estudiante--: con +los míos me haga Dios bien[232]; que me han dicho mis padres que +deciendo de Leandro el animoso, el que pasaba el mar de Abido + + «en amoroso fuego todo ardiendo»[233], + +y tengo mi ejecutoria en las obras sueltas de Boscán y Garcilaso[234]. + +--Contra hidalguía en verso--dijo el Diablillo--no hay olvido ni +chancillería que baste, ni hay más que desear en el mundo que ser +hidalgo en consonantes. + +--Si a mí me hicieran merced[235]--prosiguió don Cleofás--, entre +Salicio y Nemoroso[236] se habían de hacer mis diligencias, que no me +habían de costar cien reales; que allí tengo mi Montaña, mi Galicia, mi +Vizcaya y mis Asturias[237]. + +--Dejemos vanidades agora--dijo el Cojuelo--: que ya sé que eres muy +bien nacido en verso y en prosa, y vamos en busca de un figón, a +almorzar y descansar, que bien lo habrás menester por lo trasnochado y +madrugado, y después proseguiremos nuestras aventuras. + + + + +TRANCO IV + + +Dejemos a estos caballeros en su figón almorzando y descansando, que sin +dineros pedían las pajaritas que andaban volando por el aire[238] y al +fénix empanado[239], y volvamos a nuestro astrólogo regoldano[240] y +nigromante enjerto, que se había vestido con algún cuidado de haber +sentido pasos en el desván la noche antes, y, subiendo a él, halló las +ruinas que había dejado su familiar en los pedazos de la redoma, y +mojados sus papeles, y el tal Espíritu ausente; y viendo el estrago y la +falta de su Demoñuelo, comenzó a mesarse las barbas y los cabellos, y a +romper sus vestiduras[241], como rey a lo antiguo. Y estando haciendo +semejantes estremos y lamentaciones, entró un diablejo zurdo, mozo de +retrete de Satanás, diciendo que Satanás su señor le besaba las +manos[242]; que había sentido la bellaquería que había usado el Cojuelo; +que él trataría de que se castigase, y que entre tanto se quedase él +sirviéndole en su lugar. Agradeció mucho el cuidado el Astrólogo y +encerró el tal espíritu en una sortija de un topacio grande, que traía +en un dedo, que antes había sido de un médico, con que a todos cuantos +había tomado el pulso había muerto. Y en el infierno se juntaron entre +tanto, en sala plena, los más graves jueces de aquel distrito, y +haciendo notorio a todos el delito del tal Cojuelo, mandaron despachar +requisitoria para que le prendiesen en cualquier parte que le hallasen, +y se le dió esta comisión[243] a Cienllamas, demonio comisionario que +había dado muy buena cuenta de otras que le habían encargado, y +llevándose consigo por corchetes a Chispa y a Redina, demonios a la +veinte[244], y subiéndose en la mula de Liñán[245], salió del infierno +con vara alta[246] de justicia en busca del dicho delincuente. + +En este tiempo, sobre la paga de lo que habían almorzado habían tenido +una pesadumbre el revoltoso Diablillo y don Cleofás con el Figón[247], +en que intervinieron asadores y torteras, porque lo que es del diablo, +el diablo se lo ha de llevar, y acudiendo la justicia al alboroto, se +salieron por una ventana, y cuando el alguacil de Corte con la gente que +llevaba pensaba cogellos, estaban ya de esotra parte de Getafe, en +demanda de Toledo, y dentro de un minuto, en las ventillas de Torrejón, +y en un cerrar de ojos, a vista de la puerta de Visagra, dejando la real +fábrica del hospital de afuera a la derecha mano; y volviéndose el +Estudiante al camarada, le dijo: + +--Lindos atajos sabes: malhaya quien no caminara contigo todo el mundo, +mejor que con el Infante don Pedro de Portugal, el que anduvo las +siete[248] partidas dél. + +--Somos gente de buena maña--respondió el Cojuelo. + +Y cuando estaban hablando en esto, llegaban al barrio que llaman de la +Sangre de Cristo y al mesón de la Sevillana[249], que es el mejor de +aquella ciudad. El Diablo Cojuelo le dijo al Estudiante: + +--Ésta es muy buena posada para pasar esta noche y para descansar de la +pasada; éntrate dentro y pide un aposento y que te aderecen de cenar; +que a mí me importa llegarme esta noche a Constantinopla a alborotar el +serrallo del Gran Turco y hacer degollar doce o trece hermanos que +tiene, por miedo de que no conspiren[250] a la Corona, y volverme de +camino por los Cantones de los esguízaros[251] y por Ginebra a otras +diligencias deste modo, por sobornar con algunos servicios a mi amo, +que debe de estar muy indignado contra mí por la travesura pasada; que +yo estaré contigo antes que den las siete de la mañana. + +Y, diciendo y haciendo, se metió por esos aires como por una viña +vendimiada, meando la pajuela[252] a todo pajarote y ciudadano de la +región etérea, a fuer de los de la jerigonza crítica[253], y don +Cleofás se entró a tomar posada, que, aunque estaba llena de muchos +pasajeros que habían venido con los galeones y pasaban a la Corte, con +todo, al güésped nuevo hicieron cortesía, porque la persona de don +Cleofás traía consigo cartas de recomendación[254], como dicen los +cortesanos antiguos. + +Convidáronle a cenar unos caballeros soldados aquella noche, +preguntándole nuevas de Madrid, y después de haber cumplido con la +celebridad de los brindis por el Rey (Dios le guarde), por sus damas y +sus amigos[255], y haber dado las aceitunas[256] con los palillos carta +de pago de la cena, se fué cada uno a recoger a su aposento, porque +habían de tomar la madrugada para llegar con tiempo a Madrid, y don +Cleofás hizo lo mismo en el que le señaló el Güésped, sintiendo la +soledad[257] del compañero en algún modo, porque le traía tan +entretenido; y haciendo varios discursos sobre el almohada, se quedó +como un pajarito[258], jurando al silencio de las sombras, como lo demás +del mundo, el mesón de la Sevillana el natural vasallaje con el sueño, +que solas [las][259] grullas, los murciélagos y lechuzas estaban de +posta a su cuerpo de guardia, cuando a las dos de la noche unas +temerosas voces repetían: «¡Fuego, fuego!» despertaron a los dormidos +pasajeros, con el sobresalto y asombro que suele causar cualquier +alboroto a los que están durmiendo, y más oyendo apellidar «¡fuego!», +voz que con más terror atemoriza los ánimos más constantes, rodando unos +las escaleras por bajar más apriesa, otros, saltando por las ventanas +que caían al patio de la posada, otros que, por las pulgas u temor de +las chinches, dormían en cueros, como vinagre, hechos Adanes del +baratillo[260], poniendo las manos donde habían de estar las hojas de +higuera, siguiendo a los demás, y acompañándolos don Cleofás, con los +calzones revueltos al brazo y una alfajía que, por no encontrar la +espada, halló acaso en su aposento, como si en los incendios y fantasmas +importase andar a palos ni a cuchilladas, natural socorro del miedo en +las repentinas invasiones. + +Salió, en esto, el Güésped en camisa, los pies en unas empanadas de +Frenegal[261], cinchado con una faja de grana de polvo[262] el estómago, +y un candil de garabato en la mano, diciendo que se sosegasen; que aquel +ruido no era de cuidado; que se volviesen a sus camas, que él pondría +remedio en ello. Apretóle don Cleofás, como más amigo de saber, le +dijese la causa de aquel alboroto; que no se había de volver a acostar +sin descifrar aquel misterio. El Güésped le dijo muy severo[263] que era +un estudiante de Madrid, que había dos u tres meses que entró a posar en +su casa, y que era poeta de los que hacen comedias, y que había escrito +dos, que se las habían chillado en Toledo y apedreado como viñas[264], y +que estaba acabando de escribir la comedia de _Troya abrasada_, y que +sin duda debía de haber llegado al paso del incendio, y se convertía +tanto en lo que escribía, que habría dado aquellas voces; que por otras +experiencias pasadas sacaba él que aquello era verdad infalible como él +decía; que para confirmallo subiesen con él a su aposento y hallarían +verdadero este discurso. + +Siguieron al Güésped todos de la suerte que estaban, y entrando en el +aposento del tal Poeta, le hallaron tendido en el suelo, despedazada la +media sotanilla, revolcado en papeles y echando espumarajos por la boca, +y pronunciando con mucho desmayo: «¡Fuego, fuego!», que casi no podía +echar la habla, porque se le había metido monja. Llegaron a él muertos +de risa y llenos de piedad todos, diciéndole: + +--Señor Licenciado, vuelva en sí y mire si quiere beber o comer algo +para este desmayo. + +Entonces el Poeta, levantando como pudo la cabeza, dijo: + +--Si es Eneas y Anquises, con los Penates y el amado Ascanio, ¿qué +aguardáis aquí, que está ya el Ilión hecho cenizas, y Príamo, Paris y +Policena, Hécuba y Andrómaca han dado el fatal tributo a la muerte, y a +Elena, causa de tanto daño, llevan su presa Menalao[265] y Agamenón? Y +lo peor es que los mirmidones se han apoderado del tesoro troyano. + +--Vuelva a su juicio--dijo el Gúesped--; que aquí no hay almidones ni +toda esa tropelía de disparates que ha referido, y mucho mejor fuera +llevalle a casa del Nuncio[266], donde pudiera ser con bien justa causa +mayoral de los locos, y metelle en cura; que se le han subido los +consonantes a la cabeza, como tabardillo. + +--¡Qué bien entiende de afectos el señor Güésped!--respondió el Poeta, +encorporándose un poco más. + +--De afectos ni de afeites--dijo el Güésped--no quiero entender, sino de +mi negocio: lo que importa es que mañana hagamos cuenta de lo que me +debe de posada, y se vaya con Dios; que no quiero tener en ella quien me +la alborote cada día con estas locuras: basten las pasadas, pues +comenzando a escribir, recién llegado aquí, la comedia de _El Marqués de +Mantua_, que zozobró y fué una de las silbadas, fueron tantas las +prevenciones de la caza y las voces que dió, llamando a los perros +Melampo, Oliveros, Saltamontes, Tragavientos, etcétera, y el «¡Ataja, +ataja!» y el «¡Guarda el oso cerdoso, y el jabalí colmilludo!», que +malparió una señora preñada que pasaba del Andalucía a Madrid, del +sobresalto; y en esotra de _El Saco de Roma_, que entrambas parecieron +cual tenga la salud[267], fué el[268] estruendo de las cajas y +trompetas, haciendo pedazos las puertas y ventanas deste aposento a tan +desusadas horas como éstas, y el «¡Cierra, España!»[269], «¡Santiago, y +a ellos!», y el jugar la artillería con la boca[270], como si hubiera +ido a la escuela con un petardo, o criádose con el basilisco de +Malta[271], que engañó el rebato a una compañía de infantería que +alojaron[272] aquella noche en mi casa, de suerte, que, tocando al arma, +se hubieron de hacer a escuras unos soldados pedazos con otros, +acudiendo al ruido medio Toledo con la justicia, echándome las puertas +abajo, y amenazó a hacer una de todos los diablos; que es poeta grulla, +que siempre está en vela, y halla consonantes a cualquiera hora de la +noche y de la madrugada. + +El Poeta dijo entonces: + +--Mucho mayor alboroto fuera si yo acabara aquella comedia de que tiene +vuesa merced en prendas dos jornadas por lo que le debo, que la llamo +_Las Tinieblas de Palestina_, donde es fuerza que se rompa el velo de el +Templo en la tercera jornada, y se escurezca el sol y la luna, y se den +unas piedras con otras, y se venga abajo toda la fábrica celestial con +truenos y relámpagos, cometas y exhalaciones, en sentimiento de su +Hacedor; que por faltarme los nombres que he de poner a los sayones no +la he acabado. ¡Ahí me dirá vuesa merced, señor Güésped, qué fuera ello! + +--Váyase--dijo el Mesonerazo--a acaballa al Calvario, aunque no faltará +en cualquiera parte que la escriba o la representen quien le crucifique +a silbos, legumbre y edificio[273]. + +--Antes resucitan con mis comedias los autores--dijo el Poeta--; y para +que conozcan todos vuesas mercedes esta verdad y admiren el estilo que +llevan todas las que yo escribo, ya que se han levantado a tan buen +tiempo, quiero leelles ésta. + +Y, diciendo y haciendo, tomó en la mano una rima de vueltas de cartas +viejas, cuyo bulto se encaminaba más a pleito de tenuta[274] que a +comedia, y arqueando las cejas y deshollinándose los bigotes, dijo, +leyendo el título, de esta suerte: + +--_Tragedia Troyana, Astucias de Sinón, Caballo griego, Amantes +adúlteros y Reyes endemoniados_. Sale lo primero por el patio, sin haber +cantado, el Paladión[275], con cuatro mil griegos por lo menos, armados +de punta en blanco[276], dentro dél. + +--¿Cómo--le replicó un caballero soldado de aquellos que estaban en +cueros, que parece que se habían de echar a nadar en la comedia--puede +toda esa máquina entrar por ningún patio ni coliseo de cuantos hay en +España, ni por el del Buen Retiro, afrenta de los romanos anfiteatros, +ni por una plaza de toros? + +--¡Buen remedio!--respondió el Poeta--. Derribaráse el corral y dos +calles junto a él para que quepa esta tramoya, que es la más portentosa +y nueva que los teatros han visto; que no siempre sucede hacerse una +comedia como ésta, y será tanta la ganancia, que podrá muy bien a sus +ancas sufrir todo este gasto. Pero escuchen, que ya comienza la obra, y +atención, por mi amor. Salen por el tablado, con mucho ruido de +chirimías y atabalillos, Príamo, rey de Troya, y el príncipe Paris, y +Elena, muy bizarra en un palafrén, en medio, y el Rey a la mano derecha +(que siempre desta manera guardo el decoro a las personas reales), y +luego, tras ellos, en palafrenes negros, de la misma suerte, once mil +dueñas a caballo. + +--Más dificultosa apariencia es ésa que esotra--dijo uno de los +oyentes--, porque es imposible que tantas dueñas juntas se hallen. + +--Algunas se harán de pasta[277]--dijo el Poeta--, y las demás se +juntarán de aquí para allí; fuera de que si se hace en la Corte, ¿qué +señora habrá que no envíe sus dueñas prestadas para una cosa tan grande, +por estar los días que se representare la comedia, que será, por lo +menos, siete u ocho meses, libres de tan cansadas sabandijas?[278] + +Hubiéronse de caer de risa los oyones[279], y de una carcajada se +llevaron media hora de reloj, al son de los disparates del tal Poeta, y +él prosiguió diciendo: + +--No hay que reírse; que si Dios me tiene de sus consonantes, he de +rellenar el mundo de comedias mías, y ha de ser Lope de Vega (prodigioso +monstruo español y nuevo Tostado en verso) niño de teta conmigo, y +después me he de retirar a escribir un poema heroico para mi +posteridad, que mis hijos o mis sucesores hereden, en que tengan toda su +vida que roer sílabas. Y agora oigan vuesas mercedes...:--amagando a +comenzar (el brazo derecho levantado) los versos de la comedia, cuando +todos a una voz le dijeron que lo dejase para más espacio, y el Güésped, +indignado, que sabía poco de filis[280], le volvió a advertir que no +había de estar un día más en la posada. + +La encamisada[281], pues, de los caballeros y soldados se puso a mediar +con el Güésped el caso[282], y don Cleofás, sobre un _Arte poética_ de +Rengifo[283], que estaba también corriendo borrasca entre esotros +legajos por el suelo, tomó pleito homenaje[284] al tal poeta, puestas +las manos sobre los consonantes, jurando que no escribiría más comedias +de ruido, sino de capa y espada, con que quedó el Güésped satisfecho; y +con esto se volvieron a sus camas, y el Poeta, calzado y vestido, con su +comedia en la mano, se quedó tan aturdido sobre la suya, que apostó a +roncar con los Sietes Durmientes[285], a peligro de no valer la moneda +cuando despertase. + + + + +TRANCO V + + +Dentro de muy pocas horas lo fué de volverse a levantar los güéspedes al +quitar[286], haciendo la cuenta con ellos de la noche pasada el güésped +de por vida, esperezándose y bostezando de lo trasnochado con el Poeta, +y trataron de caminar, ensillando los mozos de mulas y poniendo los +frenos al son de seguidillas y jácaras, y brindándose con vino y pullas +los unos a los otros, ribeteándolas con tabaco en polvo y en humo, +cuando don Cleofás también despertó, tratando de vestirse, con algunas +_saudades_[287] de su dama: que las malas correspondencias de las +mujeres a veces despiertan más la voluntad; y antes que diesen las ocho, +como había dicho, entró por el aposento el camarada, en traje turquesco, +con almalafa y turbante, señales ciertas de venir de aquel país, +diciendo: + +--¿Heme tardado mucho en el viaje, señor Licenciado? + +El le respondió sonriéndose: + +--Menos se tardó vuesa merced desde el cielo al infierno, con haber más +leguas, cuando rodó con todos esos príncipes que no han podido gatear +otra vez a la maroma de donde cayeron. + +--¿Al amigo, señor don Cleofás--respondió el Cojuelo--, chinche en el +ojo[288], como dice el refrán de Castilla? ¡Bueno, bueno! + +--Pocos hay--respondió el Estudiante--que en ofreciéndose el chiste, +miren esos respetos; pero esto lo digo yo en galantería[289], y la +amistad[290] que hay ya entre nosotros. Mas dejando esto aparte, ¿cómo +nos ha ido[291] por esos mundos? + +--Hice todo a lo que fuí, y mucho más--respondió el genízaro recién +venido--, y si quisiera, me jurara por Gran Turco aquella buena gente; +que a fe que alguna guarda mejor su palabra, y saben decir verdad y +hacer amistades, que vosotros los cristianos. + +--¡Qué presto te pagaste!--dijo don Cleofás--. Algún cuarto debes de +tener de demonio villano. + +--Es imposible--respondió el Cojuelo--, porque decendemos todos de la +más noble y más alta Montaña de la tierra y del cielo, y aunque seamos +zapatero de viejo, en siendo montañeses, todos somos hidalgos[292]; que +muchos dellos nacen, como los escarabajos y los ratones, de la +putrefacción. + +--Bien sé que sabes Filosofía--le dijo don Cleofás--mejor que si la +hubieras estudiado en Alcalá, y que eres maestro en primeras licencias. +Dejemos estas digresiones y acaba de darme cuenta de tu jornada. + +--Con el traje del país, como ves--respondió el Diablillo--, por +ensuciallos todos, como cierto amigo que, por desaseado en estremo, +ensució el de soldado, el de peregrino y estudiante, volví por los +Cantones, por la Bertolina[293] y Ginebra, y no tuve que hacer nada en +estos países, porque sus paisanos son demonios de sí mismos, y éste es +el juro de heredad que más seguro tenemos en el infierno, después de las +Indias[294]. Fuí a Venecia, por ver una población tan prodigiosa, que +está fundada en el mar, y de su natural condición tan bajel de argamasa +y sillería, que, como la tiene en peso el piélago Mediterráneo, se +vuelve a cualquier viento que le sopla. Estuve en la plaza de San +Marcos, platicando con unos criados de unos clarísimos[295], esta +mañana, y hablando en[296] las gacetas de la guerra, les dije que en +Constantinopla se había sabido, por espías que estaban en España, que +hay grandes prevenciones della, y tan prodigiosas, que hasta los +difuntos se levantan, al son de las cajas, de los sepulcros para este +efeto, y hay quien diga que entre ellos había resucitado el gran Duque +de Osuna[297]; y apenas lo acabé de pronunciar, cuando me escurrí, por +no perder tiempo en mis diligencias, y, dejando el seno adriático me +sorbí la Marca de Ancona, y por la Romanía, a la mano izquierda, dejé a +Roma, porque aun los demonios, por cabeza de la Iglesia militante, +veneramos su población. Pasé por Florencia a Milán, que no se le da con +su castillo dos blancas de la Europa. Vi a Génova[298] la bella, talego +del mundo, llena de novedades, y, golfo lanzado[299], toqué a +Vinaroz[300] y a los Alfaques, pasando el de León y Narbona. Llegué a +Valencia, que juega cañas dulces con la primavera, metíme en la Mancha, +que no hay greda que la pueda sacar, entré en Madrid, y supe que unos +parientes de tu dama te andaban a buscar para matarte, porque dicen que +la has dejado sin reputación; y lo peor es lo que me chismeó +Zancadilla, demonio espía del infierno y sobrestante de las tentaciones: +que me andaba a buscar Cienllamas con una requisitoria; y soy de +parecer, para oviar[301] estos dos riesgos, que pongamos tierra en +medio. Vámonos al Andulucía[302], que es la más ancha del mundo; y pues +yo te hago la costa, no tienes que temer nada; que, con el romance que +dice: + + «Tendré el invierno en Sevilla + y el veranito en Granada»[303], + +no hemos de dejar lugar en ella que no trajinemos. + +Y volviéndose a la ventana que salía a la calle, le dijo: + +--Hágote puerta de mesón. Vamos, y sígueme por ella, don Cleofás; que +hemos de ir a comer a la venta de Darazután[304], que es en +Sierra-morena, veinte y dos o veinte y tres leguas[305] de aquí. + +--No importa--dijo don Cleofás--, si eres demonio de portante[306], +aunque cojo. + +Y diciendo esto, salieron los dos por la ventana, flechados de sí +mismos[307], y el Güésped, desde la puerta, dándole voces al Estudiante +cuando le vió por el aire, diciendo que le pagase la cama y la posada, y +don Cleofás respondiendo que en volviendo del Andalucía cumpliría con +sus obligaciones; y el Güésped, que parecía que lo soñaba, se volvió +santiguando y diciendo: + +--Pluguiera a Dios, como se me va éste, se me fuera el Poeta, aunque se +me llevara la cama y todo asida a la cola. + +Ya, en esto, el Cojuelo y don Cleofás descubrían la dicha venta, y, +apeándose del aire, entraron en ella, pidiendo al Ventero de comer, y él +les dijo que no había quedado en la venta más que un conejo y un +perdigón, que estaban en aquel asador entreteniéndose a la lumbre. + +--Pues trasládenlos a un plato--dijo don Cleofás--, señor Ventero, y +venga el salmorejo[308], poniéndonos la mesa, pan, vino y salero. + +El Ventero respondió que fuese en buen hora; pero que esperasen que +acabasen de comer unos estranjeros que estaban en eso, porque en la +venta no había otra mesa más que la que ellos ocupaban. Don Cleofás +dijo: + +--Por no esperar, si estos señores nos dan licencia, podremos comer +juntos, y ya que ellos van en la silla, nosotros iremos en las ancas. + +Y sentándose los dos al paso que lo decían, fué todo uno, trayéndoles el +Ventero la porción susodicha, con todas sus adherencias y +incidencias[309], y comenzaron a comer en compañía de los estranjeros, +que el uno era francés, el otro inglés, el otro italiano y el otro +tudesco, que había ya pespuntado la comida más aprisa a brindis de vino +blanco y clarete, y tenía a orza la testa[310], con señales de vómito y +tiempo borrascoso, tan zorra[311] de cuatro costados[312], que pudiera +temelle el corral de gallinas del Ventero. El Italiano preguntó a don +Cleofás que de adonde venía, y él le respondió que de Madrid. Repitió el +Italiano: + +--¿Qué nuevas hay de la guerra, señor Español? + +Don Cleofás le dijo: + +--Agora todo es guerra. + +--Y ¿contra quién dicen?--replicó el Francés. + +--Contra todo el mundo--le respondió don Cleofás--, para ponerlo todo él +a los pies del Rey de España. + +--Pues a fe--replió el Francés--que primero que el Rey de España.... + +Y antes que acabase la razón el Gabacho, dijo don Cleofás: + +--El Rey de España.... + +Y el Cojuelo le fué a la mano, diciendo: + +--Déjame, don Cleofás, responder a mí, que soy español por la vida, y +con quien vengo, vengo[313]; que les quiero con alabanzas del Rey de +España dar un tapaboca a estos borrachos, que si leen las historias +della, hallarán que por Rey de Castilla tiene virtud de sacar demonios, +que es más generosa cirujía que curar lamparones[314]. + +Los estranjeros, habiendo visto callar al Español, estaban muy +falsos[315], cuando el Cojuelo, sentándose mejor y tomando la mano[316], +y en traje castellano, que ya había dejado a la guardarropa del viento +el turquesco, les dijo: + +--Señores míos, mi camarada iba a responder, y a mí, por tener más edad, +me toca el hacello; escúchenme atentamente, por caridad. El Rey de +España es un generosísimo lebrel, que pasa acaso solo por una calle, y +no hay gozque en ella que a ladralle no salga, sin hacer caso de +ninguno, hasta que se juntan tantos, que se atreve uno, al desembocar +della a otra, pensando que es sufrimiento y no desprecio, a besalle con +la boca la cola; entonces vuelve, y dando una manotada a unos y otra a +otros, huyen todos de manera, que no saben dónde meterse, y queda la +calle tan barrida de gozques y con tanto silencio, que aun a ladrar no +se atreven, sino a morder las piedras, de rabia. Esto mismo le sucede +siempre con los reyes contrarios, con las señorías y potentados, que son +todos gozques con su Majestad[317] Católica; pero guárdese el que se +atreviere a besarle la cola; que ha de llevar manotada que escarmiente +de suerte a los demás, que no hallen dónde meterse, huyendo dél[318]. + +Los estranjeros se comenzaron a escarapelar, y el Francés le dijo: + +--¡Ah, bugre, coquín español! + +Y el Italiano: + +--¡Forfante, marrano español! + +Y el Inglés: + +--¡Nitesgut español[319]! + +Y el Tudesco estaba de suerte, que lo dió por recibido, dando permisión +que hablasen los demás por él en aquellas cortes. + +Don Cleofás, que los vió palotear y echar espadañas de vino y herejías +contra lo que había dicho su camarada, acostumbrado a sufrir poco y al +refrán de «quien da luego, da dos veces», levantando el banco en que +estaban sentados los dos, dió tras ellos, adelantándose el compañero +con las muletas en la mano, manejándolas tan bien, que dió con el +Francés en el tejado de otra venta que estaba tres leguas de allí, y en +una necesaria de Ciudad Real con el Italiano[320], porque muriese hacia +donde pecan, y con el Inglés, de cabeza en una caldera de agua hirviendo +que tenían para pelar un puerco en casa de un labrador de Adamuz; y al +Tudesco, que se había anticipado a caer de bruces a los pies de Cleofás, +le volvió al puerto de Santa María, de donde había salido quince días +antes, a dormir la zorra[321]. El Ventero se quiso poner en medio, y dió +con él en Peralvillo[322], entre aquellas cecinas de Gestas, como en su +centro. + +Volviéronse, con esto, a sentar a comer de los despojos que había dejado +el enemigo, muy de espacio, y estando en los postreros lances de la +comida, entraron algunos mozos de mulas en la venta, llamando al Güésped +y pidiendo vino, y tras ellos, en el mismo carruaje, una compañía de +representantes que pasaban de Córdoba a la Corte, con ganas de tomar un +refresco en la venta. Venían las damas en jamugas, con bohemios[323], +sombreros con plumas y mascarillas en los rostros, los chapines[324], +con plata, colgando de los respaldares de los sillones; y ellos, unos +con portamanteos sin cojines, y otros sin cojines ni portamanteos, las +capas dobladas debajo, las valonas[325] en los sombreros, con alforjas +detrás; y los músicos, con la guitarras en cajas delante de los arzones, +y algunos dellos ciclanes de estribos[326], y otros, eunucos, con los +mozos que le sirven[327] a las ancas, unos con espuelas sobre los +zapatos y las medias, y otros con botas de rodillera, sin ninguna; otros +con varas para hacer andar sus cabalgaduras y las de las mujeres. Los +apellidos de los más eran valencianos, y los nombres de las +representantas[328] se resolvían en Marianas y Anas Marías, hablando +todo recalcado[329], con el tono de la representación. La conversación +con que entraron en la venta era decir que habían robado a Lisboa, +asombrado a Córdoba y escandalizado a Sevilla, y que habían de despoblar +a Madrid[330], porque con sola la loa que llevaban para la entrada, de +un tundidor de Ecija[331], habían de derribar cuantos autores entrasen +en la Corte. Con esto, se fueron arrojando de las cabalgaduras, y los +maridos, muy severos[332], apeando en los brazos a sus mujeres, llamando +todos al Güésped, + + «y él de nada se dolía»[333]. + +La Autora se asentó en una alhombrilla que la echaron en el suelo; las +demás princesas, alrededor, y el Autor andaba solicitando el regalo de +todos, como pastor de aquel ganado. Y dijo el Cojuelo: + +--Con el señor Autor estoy en pecado mortal de parte de mis camaradas. + +--¿Por qué?--dijo don Cleofás. + +Respondió el Diablillo: + +--Porque es el peor representante del mundo, y hace siempre los demonios +en los autos del Corpus, y está perdigado[334] para demonio de veras, y +para que haga en el infierno los autores si se representaren comedias; +que algunas hacen estas farándulas, que aun para el infierno son malas. + +--Uno he visto aquí--dijo don Cleofás--, entre los demás compañeros, que +le he deseado cruzar la cara, porque me galanteó en Alcalá una doncella, +moza mía, que se enamoró dél viéndole hacer un rey de Dinamarca. + +--Doncella--dijo el Cojuelo--debía de ser de allá[335]; pero si +quieres--prosiguió--que tomemos los dos venganza del Autor y del +Representante, espera y verás cómo lo trazo; porque agora quieren +repartir una comedia con que han de secundar en Madrid, y sobre los +papeles has de ver lo que pasa. + +Al mismo tiempo que decía esto el Cojuelo, el apuntador de la Compañía +sacó de un alforja los de una comedia de Claramonte[336], que había +acabado de copiar en Adamuz el tiempo que estuvieron allí, diciendo al +Autor: + +--Aquí será razón que se repartan estos papeles, entretanto que se +adereza la comida y parece el Güésped. + +El Autor vino en ello, porque se dejaba gobernar del tal Apuntador, como +de hombre que tenía grandísima curia en la comedia, y había sido +estudiante en Salamanca, y le llamaban el Filósofo por mal nombre; y +llegando con el papel de la segunda dama a Ana María, mujer del que +cantaba los bajetes y bailaba los días de Corpus, habiéndole dado la +primera dama a Mariana, la mujer del que cobraba y que hacía su parte +también en las comedias de tramoya, arrojándole, dijo que ella había +entrado para partir entre[337] las dos los primeros papeles, y que +siempre le daban los segundos, y que ella podía enseñar a representar a +cuantas andaban en la comedia, porque había representado al lado de las +mayores representantas del mundo y en la legua[338] la llamaban +Amarilis[339], segunda deste nombre. Esotra le dijo que no sabría mirar +lo que ella con su zapato representaba[340], respondiéndole esotra que +de cuándo acá tenía tanta soberbia, sabiendo que en Sevilla le prestó +hasta las enaguas para hacer el papel de Dido[341] en la gran comedia de +don Guillén de Castro, echando a perder la comedia y haciendo que +silbasen la compañía. + +--Tú eres la silbada--dijo esotra--, y tu ánima[342]. + +Llegando a las manos y diciéndose palabras mayores, y tan grandes, que +alcanzaron a los maridos; y sacando unos con otros las espadas, comenzó +una batalla de comedia, metiéndolos en paz los mozos de mulas con los +frenos que acababan de quitar; y dejándolos empelotados, se salieron don +Cleofás y el Cojuelo de la venta al camino de Andalucía, quedándose +abrasando a cuchilladas la compañía que fuera un Roncesvalles del +molino del papel[343] si el Ventero no llegara con la Hermandad[344] en +busca de los dos que se fueron, para prendello, con escopetas, chuzos y +ballestas; y hallando esta nueva matanza en su venta, y jarros, tinajas +y platos hechos tantos[345] en la refriega, los apaciguaron, y +prendieron a los dichos representantes para llevarlos a Ciudad Real, +habiendo de tener otra pelaza más pesada con el alguacil que los traía a +Madrid por orden de los arrendadores, con comisión del Consejo[346]. + + + + +TRANCO VI + + +En este tiempo, nuestros caminantes, tragando leguas de aire, como si +fueran camaleones[347] de alquiler, habían pasado a Adamuz, del gran +Marqués del Carpio, Haro y nobilísimo decendiente de los señores +antiguos de Vizcaya, y padre ilustrísimo del mayor Mecenas[348] que los +antiguos ingenios y modernos han tenido, y caballero que igualó con sus +generosas partes su modestia. Y habiéndose sorbido de los siete vados y +las ventas de Alcolea, se pusieron a vista de Córdoba por su fertilísima +campiña y por sus celebradas dehesas gamonosas[349], donde nacen y +pacen tantos brutos, hijos del Céfiro más que los que fingió la +antigüedad en el Tajo portugués[350]; y entrando por el Campo de la +Verdad[351] (pocas veces pisado de gente desta calaña) a la Colonia[352] +y populosa patria de dos Sénecas y un Lucano, y del padre de la Poesía +española, el celebrado Góngora, a tiempo que se celebraban fiestas de +toros aquel día, y juego de cañas, acto positivo[353] que más +excelentemente ejecutan los caballeros de aquella ciudad, y tomando +posada en el mesón de las Rejas[354], que estaba lleno de forasteros que +habían concurrido a esta celebridad, se apercibieron para ir a vellas, +limpiándose el polvo de las nubes; y llegando a la Corredera[355], que +es la plaza donde siempre se hacen estas festividades, se pusieron a ver +un juego de esgrima que estaba en medio del concurso de la gente, que en +estas ocasiones suele siempre en aquella provincia preceder a las +fiestas, a cuya esfera no había llegado la línea recta, ni el ángulo +obtuso ni oblicuo[356]; que todavía se platicaba el uñas arriba y el +uñas abajo de la destreza primitiva que nuestros primeros padres +usaron; y acordándose don Cleofás de lo que dice el ingeniosísimo +Quevedo en su _Buscón_[357], pensó[358] perecer de risa, bien que se +debe al insigne don Luis Pacheco de Narváez haber sacado de la obscura +tiniebla de la vulgaridad a luz la verdad deste arte, y del caos de +tantas opiniones las demonstraciones matemáticas desta verdad. + +Había dejado en esta ocasión la espada negra[359] un mozo de Montilla, +bravo aporreador, quedando en el puesto otro de los Pedroches, no menos +bizarro campeón, y arrojándose, entre otros que la fueron a tomar muy +apriesa, don Cleofás la levantó primero que todos, admirando la +resolución de el forastero, que en el ademán les pareció castellano, y +dando a su camarada la capa y la espada, como es costumbre, puso +bizarramente las plantas en la palestra. En esto, el Maestro, con el +montante[360], barriendo los pies a los mirones, abrió la rueda, dando +aplauso[361] a la pendencia vellorí[362], pues se hacía con espadas +mulatas; y partiendo el andaluz y el estudiante castellano uno para el +otro airosamente, corrieron una ida y venida sin tocarse al pelo de la +ropa, y a la segunda, don Cleofás, que tenía algunas revelaciones de +Carranza, por el cuarto círculo[363] le dió al andaluz con la zapatilla +un golpe de pechos, y él, metiendo el brazal, un tajo a don Cleofás en +la cabeza, sobre la guarnición de la espada; y convirtiendo don Cleofás +el reparo en revés, con un movimiento accidental[364], dió tan grande +tamborilada al contrario, que sonó como si la hubiera dado en la +tumba[365] de los Castillas. Alborotáronse algunos amigos y conocidos, +que había en el corro, y sobre el montante del señor Maestro le entraron +tirando algunas estocadillas veniales al tal don Cleofás, que con la +zapatilla, como con agua bendita, se las quitó, y apelando a su espada y +capa, y el Cojuelo a sus muletas, hicieron tanta riza[366] en el montón +agavillado, que fué menester echalles un toro para ponellos en paz: tan +valiente montante de Sierramorena, que a dos o tres mandobles puso la +plaza más despejada que pudieran la guarda tudesca y española, a costa +de algunas bragas que hicieron por detrás cíclopes a sus dueños[367], +encaramándose a un tablado don Cleofás y su camarada, muy falsos[368], +a ver la fiesta, haciéndose aire con los sombreros, como si tal no +hubiera pasado por ellos; y acechándolos unos alguaciles, porque en +estas ocasiones siempre quiebra la soga por lo más forastero[369], +habiendo dejarretado el toro, llegaron desde la plaza a caballo, +diciéndoles: + +--Señor Licenciado y señor Cojo, bajen acá, que los llama el señor +Corregidor. + +Y haciendo don Cleofás y su compañero orejas de mercader, comenzaron los +ministros o vaqueros de la justicia a quererlo intentar con las varas, y +agarrándose cada uno de la suya, a vara por barba[370], dijeron a los +tales ministros, quitándoselas de las manos de cuajo: + +--Sígan[n]os vuesas mercedes si se atreven a alcanzarnos. + +Y levantándose por el aire, parecieron cohetes voladores, y los dichos +alguaciles, capados de varas, pedían a los gorriones «¡Favor a la +justicia!»[371], quedándose suspensos y atribuyendo la agilidad de los +nuevos volatines a sueño, haciendo tan alta punta[372] los dos halcones, +salvando a Guadalcázar, del ilustre Marqués de este título, del claro +apellido de los Córdovas, que dieron sobre el rollo de Écija, diciéndole +el Cojuelo a don Cleofás: + +--Mira qué gentil árbol berroqueño, que suele llevar hombres, como otros +fruta. + +--¿Qué coluna tan grande es ésta?--le preguntó don Cleofás. + +--El celebrado rollo[373] del mundo--le respondió el Cojuelo. + +--Luego ¿esta ciudad es Écija?--le repitió don Cleofás. + +--Ésta _es_ Écija, la más fértil población de Andalucía--dijo el +Diablillo--, que tiene aquel sol[374] por armas a la entrada de esa +hermosa puente, cuyos ojos rasgados lloran a Genil, caudaloso río que +tiene su solar en Sierra Nevada, y después, haciendo con el Darro +maridaje de cristal, viene a calzar de plata estos hermosos edificios y +tanto pueblo de abril y mayo[375]. De aquí fué Garci Sánchez de +Badajoz[376], aquel insigne poeta castellano; y en esta ciudad solamente +se coge el algodón[377], semilla que en toda España no nace, además de +otros veinte y cuatro frutos, sin sembrallos, de que se vale para vender +la gente necesitada; su comarca también es fertilísima[378]. Montilla +cae aquí a mano izquierda, habitación de los heroicos marqueses de +Priego, Córdovas y Aguilares, de cuya gran casa salió, para honra de +España, el que mereció llamarse Gran Capitán por antonomasia, y hoy a su +Marqués ilustrísimo se le ha acrecentado la casa de Feria, por morir sin +hijos aquel gran portento de Italia, que malogró la Fortuna, de envidia; +cuyo gran sucesor, siendo mudo, ocupa a grandezas en silencio elocuente +las lenguas de la Fama. Más abajo está Lucena, del Alcaide de los +Donceles, Duque de Cardona, en cuyo océano de blasones se anegó la gran +casa de Lerma. Luego, Cabra, celebrada por su sima[379], tan profunda +como la antigüedad de sus dueños, pregona con las lenguas de sus +almenas, que es del ínclito Duque de Sesa y Soma, y que la vive hoy su +entendido y bizarro heredero. Luego Osuna se ofrece a la demarcación +destos ilustres edificios, blasonando con tantos maestres Girones la +altivez de sus duques; y veinte y dos leguas de aquí cae la hermosísima +Granada, paraíso de Mahoma, que no en vano la defendieron tanto sus +valientes africanos españoles, de cuya Alhambra y Alcazaba es alcaide el +nobilísimo Marqués de Mondéjar, padre del generoso conde de Tendilla, +Mendozas del Ave María y credo de los caballeros. No nos olvidemos, de +camino, de Guadix, ciudad antigua y celebrada por sus melones[380], y +mucho más por el divino ingenio del doctor Mira de Mescua[381], hijo +suyo y arcediano. + +Cuando iba el Cojuelo refiriendo esto, llegaron a la Plaza Mayor de +Ecija, que es la más insigne del Andalucía, y junto a una fuente que +tiene en medio del jaspe, con cuatro ninfas gigantas de alabastro +derramando lanzas de cristal[382], estaban unos ciegos sobre un banco, +de pies, y mucha gente de capa parda de auditorio, cantando la relación +muy verdadera que trataba de cómo una maldita dueña se había hecho +preñada del diablo, y que por permisión de Dios había parido una manada +de lechones, con un romance de don Alvaro de Luna y una letrilla contra +los demonios, que decía: + + «Lucifer tiene muermo, + Satanás, sarna, + y el Diablo Cojuelo + tiene almorranas. + Almorranas y muermo, + sarna y ladillas, + su mujer se las quita + con tenacillas.»[383] + +El Cojuelo le dijo a don Cleofás: + +--¿Qué te parece los testimonios que nos levantan estos ciegos y las +sátiras que nos hacen? Ninguna raza de gente se nos atreve a nosotros si +no son éstos, que tienen más ánimo que los mayores ingenios; pero esta +vez me lo han de pagar, castigándose ellos mismos por sus propias manos, +y daré, de camino, venganza a las dueñas, porque no hay en el mundo +quien no las quiera mal, y nosotros las tenemos grandes obligaciones, +porque nos ayudan a nuestros embustes; que son demonias hembras[384]. + +Y sobre la entonación de las coplas metió el Cojuelo tanta cizaña entre +los ciegos, que, arrempujándose primero, y cayendo dellos en el pilón de +la fuente, y esotros en el suelo, volviéndose a juntar, se mataron a +palos, dando barato[385], de camino, a los oyentes, que les respondieron +con algunos puñetes y coces. Y como llegaron a Écija con las varas de +los alguaciles de Córdoba, pensando que traían alguna gran comisión de +la Corte, llegó la justicia de la ciudad a hacelles fiesta y a +lisonjeallos con ofrecerles sus posadas, y ellos, valiéndose de la +ocasión, admitieron las ofertas, con que fueron regalados como cuerpos +de rey; y preguntándoles qué era el negocio que traían para Écija, el +Cojuelo les respondió que era contra los médicos y boticarios, y visita +general de beatas; y que a los médicos se les venía a vedar que después +de matar un enfermo, no les valiese[386] la mula por sagrado; y que, +cuando no se saliese con esto, por lo menos, a los boticarios que +errasen las purgas, que no pudiesen ser castigados si se retrujesen[387] +en los cimenterios de las mulas de los médicos, que son las ancas[388]; +y que a las beatas se les venía a quitar el tomar tabaco, beber +chocolate y comer jigote. + +Parecióle al Alguacil Mayor, que no era lerdo y tenía su punta de hacer +jácaras y entremeses, que hacían burla dellos, y quiso agarrallos para +dar con ellos en la trena, y después sacudilles el polvo y batanalles el +cordobán, por embelecadores, embusteros y alguaciles chanflones[389]; y +levantando el Cojuelo una polvareda de piedra azufre y asiendo a don +Cleofás por la mano, se desaparecieron, entre la cólera y +resolución[390] de los ministros ecijanos, dejándolos tosiendo y +estornudando, dándose de cabezadas unos a otros sin entenderse, haciendo +los neblíes de la más obscura Noruega[391] puntas a diferentes partes; y +dejando a la derecha a Palma, donde se junta Genil con Guadalquivir[392] +por el vicario de las aguas, villa antigua de los Bocanegras y +Portocarreros, y de quien fué dueño aquel gran cortesano y valiente +caballero don Luis Portocarrero, cuyo corazón excedió muchas varas a su +estatura, y luego a la Monclova, bosque deliciosísimo y monte de Clovio, +valeroso capitán romano, y posesión hoy de otro Portocarrero y Enríquez, +no menos gran caballero que el pasado, y a la hermosa villa de Fuentes, +de quien fué marqués el bizarro y no vencido don Juan Claros de Guzmán +el Bueno, que, después de muchos servicios a su rey, murió en Flandes +con lástima de todos y envidia de más, hijo de la gran casa de +Medina-Sidonia, donde todos sus Guzmanes son Buenos por apellido, por +sangre y por sus personas esclarecidas, sin tocar al pelo de la ropa a +Marchena, habitación noble de los duques de Arcos, marqueses que fueron +de Cádiz, de quien hoy es meritísimo señor el excelentísimo duque don +Rodrigo Ponce de León, en quien se cifran todas las proezas y grandezas +heroicas de sus antepasados, columbrando desde más lejos a Villanueva +del Río, de los marqueses de Villanueva, Enríquez y Riberas, y hoy de +don Antonio Álvarez de Toledo y Beamonte, marqués suyo y duque de +Güesca, heredero ilustre del gran Duque de Alba, Condestable de Navarra, +llegaron de un vuelo los dos pajarotes de camarada[393], no siendo ésta +la mayor pareja que habían corrido, al pie de la cuesta de Carmona, en +su dilatada, fértil y celebrada vega, donde les anocheció, diciéndole +don Cleofás al amigo: + +--Camarada, descansemos un poco, que es mucho pajarear éste, y nos +metemos a lechuzas silvestres; que la serenidad de la noche y el verano +brindan a pasalla en el campo. + +--Soy de ese parecer--dijo el Cojuelo--: tendamos la raspa[394] en este +pradillo junto a este arroyo, espejo donde se están tocando las +estrellas, porque aguardan a la madrugada visita del sol, Gran Turco de +todas esas señoras. + +Y don Cleofás, poniendo el ferreruelo[395] por cabecera y la espada +sobre el estómago, acomodó el individuo, y estando boca arriba, paseando +con los ojos la bóveda celestial, cuya fábrica portentosa al más ciego +gentil obliga a rastrear que la mano de su artífice es de Dios, y de +gran Dios, le dijo al camarada: + +--¿No me dirás, pues has vivido en aquellos barrios, si esas estrellas +son tan grandes como esos astrólogos dicen cuando hablan de su magnitud, +y en qué cielo están, y cuantos cielos hay, para que no nos den +papillas[396] cada día con tantas y tan diversas opiniones, haciéndonos +bobos a los demás con líneas y coluros imaginados, y si es verdad que +los planetas tienen epiciclos, y el movimiento de cada cielo, desde el +primer móvil al remiso y al trepidante, y dónde están los signos de +estos luceros escribanos, porque yo desengañe al mundo y no nos vendan +imaginaciones por verdades? + +El Cojuelo le respondió: + +--Don Cleofás, nuestra caída fué tan apriesa, que no nos dejó reparar en +nada; y a fee que si Lucifer no se hubiera traído tras de sí la tercera +parte de las estrellas[397], como repiten tantas veces en los autos del +Corpus, aun hubiera más en que haceros más garatusas la Astrología. Esto +todo sea con perdón del antojo del Galileo[398] y el del gran don Juan +de Espina[399], cuya célebre casa y peregrina silla son ideas de su raro +ingenio; que yo hablo de antojos abajo, como de tejas, y salvo la +óbtica[400] destos señores antojadizos que han descubierto al sol un +lunar en el lado izquierdo, y en la luna han linceado montes y valles, y +han visto a Venus _cornuta_. Lo que yo sé decir, que el poco tiempo que +estuve por allá arriba nunca oí nombrar la Bocina, el Carro, la _Espica +Vírginis,_ la _Ursa major_ ni la _Ursa minor,_ las Pléyades ni las +Helíades, nombres que los de la Astrología les han dado, y esa que +llamaron _Vía Láctea,_ y ahora los vulgares Camino de Santiago, por +donde anda tanto el cojo como el sano; que si esto fuera así, yo +también, por lo cojo, había de andar por aquel camino[401], siendo hijo +de vecino de aquella provincia. + +Ya en estas razones últimas se había agradecido al sueño el tal Don +Cleofás, dejando al compañero de posta[402] como grulla[403] de la otra +vida, cuando un gran estruendo de clarines y cabalgaduras le despertó +sobresaltado, recelando que se le llevaba a otra parte más desacomodada +el que le había agasajado hasta entonces; pero el Diablillo le sosegó, +diciendo: + +--No te alborotes, don Cleofás; que, estando conmigo, no tienes que +temer nada. + +--Pues ¿qué ruido tan grande es éste--le replicó el Estudiante. + +--Yo te lo diré--dijo el Cojuelo--, si acabas de despertar y me escuchas +con atención. + + + + +TRANCO VII + + +El Estudiante se incorporó entonces, supliendo con bostezos y esperezos +lo que le faltaba por dormir, y prosiguió el Diablillo, diciendo: + +--Todo este estruendo trae consigo la casa de la Fortuna, que pasa al +Asia Mayor a asistir a una batalla campal entre el Mogor y el Sofí, para +dar la victoria a quien menos la mereciere. Escucha y mira; que esta que +pasa es su recámara, y en lugar de acémilas van mercaderes y hombres de +negocios que llaman, cargados de cajas de moneda de oro y plata, con +reposteros bordados encima con las armas de la Fortuna, que son los +cuatro vientos, y un harpón en una torre, moviéndose a todos cuatro, +sogas y garrotes del mismo metal que llevan, y, con ir con tanto peso, +van descansados, a su parecer. Esta tropa inumerable que pasa ahora mal +concertada es de oficiales de boca, cocineros, mozos de cocina, +botilleres, reposteros, despenseros, panaderos, veedores, y la demás +canalla que toca a la bucólica. Estos que vienen agora a pie, con +fieltros blancos terciados por los hombros, son lacayos de la Fortuna, +que son los mayores ingenios que ha tenido el mundo, entre los cuales va +Homero, Píndaro, Anacreonte, Virgilio, Ovidio, Horacio, Silio Itálico, +Lucano, Claudiano, Estacio Papinio, Juvenal, Marcial, Catulo, Propercio, +el Petrarca, Sanazaro, el Taso, el Bembo, el Dante, el Guarino, el +Ariosto, el caballero Marino, Juan de Mena, Castillejo, Gregorio +Hernández, Garci Sánchez, Camoes y otros muchos que han sido en +diferentes provincias príncipes de la Poesía. + +--Por cierto que han medrado poco--dijo el Estudiante--, pues no han +pasado de lacayos de la Fortuna. + +--No hay en su casa--dijo el Cojuelo--quien tenga lo que merece. + +--¿Qué escuadrón es éste tan lucido, con joyas de diamantes y cadenas y +vestidos lloviendo oro y perlas--prosiguió el Estudiante--, que llevan +tantos pajes en cuerpo que los alumbran con tantas hachas blancas, y +van sobre filósofos antiguos que les sirven de caballos, de tan malos +talles, que los más son corcovados, cojos, mancos, calvos, narigones, +tuertos, zurdos y balbucientes? + +--Éstos son--dijo el Cojuelo--potentados, príncipes y grandes señores +del mundo, que van acompañando a la Fortuna, de quien han recibido los +estados y las riquezas que tienen, y, con ser tan poderosos y ricos, son +los más necios y miserables de la tierra. + +--¡Buen gusto ha tenido la Fortuna, por cierto!--dijo don Cleofás--. +¡Bien se le parece[404] que tiene nombre de mujer: que escoge lo peor! + +--Primero lo debieron a la naturaleza--respondió el Cojuelo, y prosiguió +diciendo--; Aquel gigante que viene sobre un dromedario, con un ojo, y +ése ciego, solamente, en la mitad de la frente, con un árbol en las +manos de suma magnitud, lleno de bastones, mitras, laureles, hábitos, +capelos, coronas y tiaras, es Polifemo, que después que le cegó Ulises, +le ha dado la Fortuna a cargo aquella escarpia de dignidades, para que +las reparta a ciegas y va siempre junto al carro triunfal de la Fortuna, +que es aquel que le tiran cincuenta emperadores griegos y romanos, y +ella viene cercada de faroles de cristal, con cirios pascuales +encendidos dentro dellos, sobre una rueda llena de arcaduces de plata, +que siempre está llenándolos y vaciándolos de viento, y esotro pie, en +el elemento mismo, que está lleno de camaleones que le van dando +memoriales, y ella rompiéndolos. Ahora vienen siguiéndola sus damas en +elefantes, con sillones de oro sembrados de balajes, rubíes y +crisólitos. La primera es la Necedad, camarera mayor suya, y aunque fea, +muy favorecida. La Mudanza es esotra, que va dando cédulas de +casamiento, y no cumpliendo ninguna. Esotra es la Lisonja, vestida a la +francesa de tornasoles de aguas, y lleva en la cabeza un iris de colores +por tocado, y en cada mano cien lenguas. Aquella que la sucede, vestida +de negro, sin oro ni joya, de linda cara y talle, que viene llorosa, es +la Hermosura: una dama muy noble y muy olvidada de los favores de su +ama. La Envidia la sigue y la persigue, con un vestido pajizo, bordado +de basiliscos y corazones. + +--Siempre esa dama--dijo don Cleofás--come grosura[405]: que es halcón +de las alcándaras de palacio. + +--Esotra que viene--prosiguió el Cojuelo--, que parece que va preñada, +es la Ambición, que está hidrópica de deseos y de imaginaciones. Esotra +es la Avaricia, que está opilada de oro[406], y no quiere tomar el +acero[407], porque es más bajo metal. Aquellas que vienen, con tocas +largas y antojos, sobre minotauros[408], son la Usura, la Simonía, la +Mohatra, la Chisme[409], la Baraja[410], la Soberbia, la Invención, la +Hazañería, dueñas de la Fortuna. Los que vienen galanteando a estas +señoras todas y alumbrándolas con antorchas de colores diferentes son +ladrones, fulleros, astrólogos, espías, hipócritas, monederos falsos, +casamenteros, noveleros, corredores[411], glotones y borrachos. Aquel +que viene sobre el asno de oro[412] de Lucio Apuleyo es Creso, mayordomo +mayor de la Fortuna, y a su mano izquierda, Astolfo, su caballerizo +mayor. Aquellos que van sobre cubas con ruedas y velicómenes[413] en las +manos, dando carcajadas de risa, son sus gentiles hombres de la copa, +que han sido taberneros de Corte primero. Aquella escuadra de +selvajes[414] que vienen en jumentos de albarda son contadores, +tesoreros, escribanos de raciones, administradores, historiadores, +letrados, correspondientes[415], agentes de la Fortuna, y llevan manos +de almireces por plumas, y por papel, pieles de abadas. Tras dellos +viene una silla de manos, bordada de trofeos, para las visitas de la +Fortuna; los silleros son Pitágoras, Diógenes, Aristóteles, Platón, y +otros filósofos para remudar, con camisolas y calzones de tela de nácar, +herrados los rostros con eses y clavos[416]. Aquellos que vienen agora +de tres en tres, sobre tumbas enlutadas, a la jineta y a la brida, son +médicos de la cámara y de la familia, boticarios y barberos de la +Fortuna. Agora cierra todo este escuadrón y acompañamiento aquella +prodigiosísima torre andante, que es la de Babilonia, llena de gigantes, +de enanos, de bailarines y representantes, de instrumentos músicos y +marciales, de voces, de algazaras, que se ven y oyen por infinitas +ventanas que tiene el edificio, coronadas de luminarias y flechando +girándulas[417] y cohetes voladores[418]; y en un balcón grande de la +fachada va la Esperanza: una jayana vestida de verde, muy larga de +estatura, y muchos pretendientes por abajo, a pie, soldados, capitanes, +abogados, artífices y profesores de diferentes ciencias, mal vestidos, +hambrientos y desesperados, dándola voces, y con la confusión no se +entienden los unos a los otros, ni los otros a los unos. Y por otro +balcón del lado derecho va la Prosperidad, coronada de espigas de oro y +vestida de brocado de tres altos[419], bordado de las cuatro estaciones +del año, sembrando talegos sobre muchos mentecatos ricos, que van en +literas roncando, que no los han menester y piensan que los sueñan. +Ahora sigue todo este aparato una infinita tropa de carros largos, +llenos de comida y vestidos de mujeres y de hombres, que es la +guardarropa de la Fortuna; y con ir tantos como la siguen desnudos y +hambrientos, no les da un bocado que coman ni un trapo con que se +cubran, y aunque los repartiera con ellos, no les vinieran bien, que +están hechos solamente a medida de los dichosos. + +Seguía este carruaje un escuadrón volante de locos, a pie, y a caballo, +y en coches, con diferentes temas, que habían perdido el juicio de +varios sucesos de la Fortuna por mar y por tierra, unos riéndose, otros +llorando, otros cantando, otros callando, y todos renegando della[420]; +y no tomaba de otros parecer, diligencia para no acertar nada, +desapareciendo toda esta máquina confusa una polvareda espantosa, en +cuyo temeroso piélago se anegó toda esta confusión, llegando el día, que +fué mucho que no se perdiera el sol con la grande polvareda, como don +Beltrán[421] de los planetas, subiéndose los dos camaradas la cuesta +arriba a la recién bautizada ciudad de Carmona[422], atalaya del +Andalucía, de cielo tan sereno[423], que nunca le tuvo, y adonde no han +conocido al catarro si no es para serville[424]; y tomando refresco de +unos conejos y unos pollos en un mesón que se llama de los Caballeros, +pasaron a Sevilla, cuya giralda y torre[425] tan celebrada se descubre +desde la venta de Peromingo[426] el Alto, tan hija de vecino de los +aires, que parece que se descalabra en las estrellas. + +Admiró a don Cleofás el sitio de su dilatada población, y de la que +hacen tantos diversos bajeles en el Guadalquivir, valla de cristal de +Sevilla y de Triana[427], distinguiéndose de más cerca la hermosura de +sus edificios, que parece que han muerto vírgines[428] y mártires, +porque todos están con palmas en las manos, que son las que se +descuellan de sus peregrinos pensiles, entre tantos cidros, naranjos, +limones, laureles y cipreses; llegando en breve espacio a Torreblanca, +una legua larga desta insigne ciudad, desde donde comienza su Calzada y +los caños de Carmona, hermosísima puente de arcos, por donde entra el +río Guadaira[429] en Sevilla, cuya hidrópica sed se le bebe todo, sin +dejar apenas una gota para tributar al mar, que es solamente el río en +todo el mundo que está previligiado deste pecho[430]; haciendo mayor la +belleza desta entrada infinitas granjas, por una parte y por otra, que +en cada una se cifra un jardín terrenal, granizando azahares, mosquetas +y jazmines reales. Y al mismo tiempo que ellos iban llegando a la puerta +de Carmona, atisbó el Cojuelo entrar por ella a caballo, con vara alta y +los dos corchetes que sacó del infierno, a Cienllamas; y volviéndose a +don Cleofás, le dijo: + +--Aquel que entra por la puerta de Carmona es comisario de mis amos, que +viene contra mí a Sevilla: menester es guardarnos. + +--No se me da dos blancas[431]--dijo don Cleofás--; que yo estoy +matriculado en Alcalá, y no tiene ningún tribunal juridicción[432] en mi +persona; y fuera de eso, dicen que es Sevilla lugar tan confuso, que no +nos hallarán, si queremos, todos cuantos hurones tiene Lucifer y +Bercebú[433]. + +Entrándose en la ciudad los dos a buen paso y guiando el Cojuelo, la +barba sobre el hombro[434], fueron hilvanando calles, y, llegando a una +plazuela, reparó don Cleofás en un edificio sumptuoso de unas casas que +tenían una portada ostentosa de alabastro y unos corredores dilatados de +la misma piedra. Preguntóle don Cleofás al Cojuelo qué templo era aquél, +y él le respondió que no era templo, aunque tenía tantas cruces de +Jerusalén del mismo relieve de mármol, sino las casas de los duques de +Alcalá, marqueses de Tarifa[435], conde de los Molares y adelantados +mayores de Andalucía, cuya grandeza ha heredado hoy el gran Duque de +Medina Celi, por falta de hijos herederos, que aunque fuera mayor, no le +hiciera más: que por Fox y Cerda es lo más que puede ser. + +--Ya conozco ese príncipe--dijo don Cleofás--, y le he visto en la +Corte, y es tan generoso y entendido como gran señor. + +Con esta plática llegaron a la Cabeza del Rey don Pedro, cuya calle se +llama el Candilejo[436], y atravesando por cal[437] de Abades, la +Borciguinería[438] y el Atambor[439], llegaron a las calles[440] del +Agua[441], donde tomaron posada, que son las más recatadas de Sevilla. + +En este tiempo, a nuestro Astrólogo o Mágico se lo había llevado de una +aplopejía[442] el demoñuelo zurdo que sustituía al Cojuelo, y bajó a +pedir justicia a Lucifer en el güeso del alma, sin las mondaduras del +cuerpo, del quebrantamiento de su redoma; y doña Tomasa, no olvidando +los desaires de don Cleofás, trataba con otra requisitoria de venir a +Sevilla, con un galán nuevo que tenía, soldado de los galeones, para +tomar venganza casándose con el licenciado Vireno de Madrid la Olimpia +de mala mano[443], sabiendo que se había escapado allá. Don Cleofás y su +camarada no salían de su posada, por desmentir las espías de Cienllamas +y de Chispa y Redina, y subiéndose a un terrado una tarde, de los que +tienen todas las casas de Sevilla, a tomar el fresco y a ver desde lo +alto más particularmente los edificios de aquella populosa ciudad, +estómago de España y del mundo, que reparte a todas las provincias dél +la sustancia de lo que traga a las Indias en plata y oro (que es +avestruz de la Europa, pues digiere más generosos metales)[444], +espantándose don Cleofás de aquel numeroso ejército de edificios, tan +epilogado, que si se derramara, no cupiera en toda la Andalucía, le dijo +a su compañero: + +--Enséñame desde aquí algunos particulares, si se descubren a la vista. + +El Cojuelo le dijo: + +--Ya por aquella torre que descubrimos desde tan lejos discurrirás que +esa bellísima fábrica que está arrimada a ella es la Iglesia Mayor y +mayor templo de cuantos fabricó la antigüedad ni el siglo de agora +reconoce. No quiero decirte por menudo sus grandezas; basta afirmarte +que su cirio pascual pesa ochenta y cuatro arrobas de cera[445], y el +candelero de tinieblas, de grandeza notable, es de bronce, y de tanta +ostentación y artificio, que si fuera de oro no hubiera costado +tanto[446]. Su custodia es otra torre de plata, de la misma fábrica y +modelo[447]; su trascoro no perdonó piedra esquisita y preciosa a los +minerales; su monumento es un templo portátil de Salomón[448]. + +Pero salgámonos della; que aun con las relaciones ni los pensamientos no +podemos los demonios pasealla, y vuelve los ojos a aquel edificio que se +llama la Lonja[449], cortada del pernil de San Lorenzo el Real, diseño +de don Felipe II, y a mano derecha della está el Alcázar, posada real y +antigua de los reyes de Castilla, fértil albergue de la primavera, de +quien es ilustrísimo Alcaide el Conde Duque de Sanlúcar la Mayor, gran +Adtlante[450] del Hércules de España, cuya prudentísima cabeza es el +reloj del gobierno de su monarquía; que a no estar labrado el Buen +Retiro[451], fábrica de inimitable ejemplar por el edificio, los +jardines y estanques, tuviera este palacio sevillano la primacía de +todas las casas reales del mundo, poniendo en primer lugar el real salón +que la majestad del rey don Felipe IV el Grande ha copiado de su divina +idea, donde todas las admiraciones vienen cortas, y las mayores +grandezas enjaguadas[452]. Más adelante está la Casa de la Contratación, +que tantas veces se ve enladrillada de barras de oro y de plata[453]. +Luego está la casa del bizarro Conde de Cantillana, gran cortesano, +galán y palaciego, airoso caballero de la plaza[454], crédito de sus +aplausos y alegría de sus Reyes; que esto confiesan los toros de Tarifa +y Jarama cuando cumplen con sus rejones, como con la parroquia[455]. +Luego está, junto a la puerta de Jerez, la gran Casa de la Moneda, donde +siempre hay montones de oro y de plata[456], como de trigo, y junto a +ella, el Aduana, tarasca de todas las mercaderías del mundo, con dos +bocas, una a la ciudad y otra al río, donde está la Torre del Oro y el +muelle, chupadera de cuanto traen amontonado los galeones en los +tuétanos de sus camarotes. A mano derecha está la puente de Triana[457], +de madera, sobre trece barcos. Y más abajo, en el margen del celebrado +río, las Cuevas, monasterio insigne de la Cartuja de San Bruno, que, con +profesar el silencio mudo, vive a la lengua del agua[458]. + +A estotra parte, sobre la orilla de Guadalquivir[459], está Gelves, +donde todos los romances antiguos de moros[460] iban a jugar cañas, y +hoy de sus ilustres condes[461] y del gran Duque de Veragua, hijo y +retrato de tan gran padre; + + que es, para no tener a mundos miedo, + Portugal y Colón, Castro y Toledo[462]. + +--Soltáronsete--dijo don Cleofás--los consonantes, camarada. + +--Cuidado fué, y no descuido--respondió el Cojuelo--, porque me deba más +que prosa el dueño destas alabanzas. + +Y prosiguió diciendo: + +--Allí es el Alamillo, donde se pescan los sábalos[463], albures y +sollos, y más abajo cae el Algaba, de los esclarecidos marqueses deste +título, de Ardales, y condes de Teba, Guzmanes en todo. De esotra parte +cae el Castellar, de los Ramírez y Saavedras, y a la vuelta, +Villamanrique, de las Zúñigas[464], de la gran casa de Béjar, cuyo +último malogrado marqués fué Guzmán dos veces Bueno, sobrino del gran +Patriarca de las Indias, capellán y limosnero mayor del Rey, cuya +generosa piedad se taracea con su oficio y con su sangre, y hermano del +gran Duque de Sidonia[465], cuyo solio es Sanlúcar de Barrameda, corte +suya, que está ese río abajo, siendo Narciso del Océano y Generalísimo +del Andalucía y de las costas del mar de España, a cuyo bastón y siempre +planta vencedora obedece el agua y la tierra, asegurando a su Rey toda +su monarquía en aquel promontorio donde asiste[466], para blasón del +mundo. Y pues ya llega la noche, y destas alabanzas no puedo salir menos +que callando para encarecellas, dejemos para mañana lo demás;--bajándose +del terrado a tratar que se aderezase la cena, y a salir un poco por la +ciudad a su insigne Alameda, que hizo y adornó con las dos colunas de +Hércules el Conde de Barajas[467], asistente de Sevilla, y después, de +Castilla dignísimo presidente. + + + + +TRANCO VIII + + +Ya, para ejecutar su disignio[468], había tomado doña Tomasa[469] (que +siempre tomaba, por cumplir con su nombre y su condición) una litera +para Sevilla, y una acémila en que llevar algunos baúles para su ropa +blanca y algunas galas, con las del dicho galán soldado, que, metiéndose +los dos en la dicha litera, partieron de Madrid, como unos +hermanos[470], con la requisitoria que hemos referido. Y a nuestro +Astrólogo no le habían dado sepultura, sobre las barajas de un +testamento que había hecho unos días antes y descubrieron en un +escritorio unos deudos suyos, y estaba la justicia poniendo en razón +esta litispendencia. Y el Cojuelo y don Cleofás, que habían dormido +hasta las dos de la tarde, por haber andado rondando la noche antes, la +mayor parte della, por Sevilla, después de haber comido algunos pescados +regalados[471] de aquella ciudad y del pan que llaman de Gallegos[472], +que es el mejor del mundo, y habiendo dormido la siesta (bien que el +compañero siempre velaba, haciendo diligencias para lisonjear a su dueño +en razón de su delito), se subieron al dicho terrado, como la tarde +antes, y enseñándole algunos particulares edificios a su compañero, de +los que habían quedado sin referir la tarde antes en aquel golfo de +pueblos, suspiró dos veces don Cleofás, y preguntóle el Cojuelo: + +--¿De qué te has acordado, amigo? ¿Qué memorias te han dividido esas dos +exhalaciones de fuego desde el corazón a la boca? + +--Camarada--le respondió el Estudiante--, acordéme de la calle Mayor de +Madrid y de su insigne paseo a estas horas, hasta dar en el Prado. + +--Fácil cosa será verle--dijo el Diablillo--tan al vivo como está +pasando agora: pide un espejo a la Güéspeda y tendrás el mejor rato que +has tenido en tu vida; que aunque yo, por la posta, en un abrir y cerrar +de ojos, te pudiera poner en él[473], porque las que yo conozco comen +alas del viento por cebada, no quiero que dejemos a Sevilla[474] hasta +ver en qué paran las diligencias de Cienllamas y las de tu dama, que +viene caminando acá, y me hallo en este lugar muy bien[475], porque +alcanzan a él las conciencias de Indias. + +A este mismo tiempo subía a su terrado Rufina María, que así se llamaba +la güéspeda, dama entre nogal y granadillo, por no llamarla mulata, gran +piloto de los rumbos más secretos de Sevilla, y alfaneque[476] de volar +una bolsa de bretón desde su faldriquera a las garras de tanta +doncelliponiente[477] como venían a valerse della. Iba en jubón de +holanda blanca acuchillado[478], con una enaguas blancas de +cotonía[479], zapato de ponleví[480], con escarpín[481] sin media, como +es usanza en esta tierra entre la gente tapetada[482], que a estas horas +se subía a su azotea a tocar[483] de la tarántula con un peine y un +espejo que podía ser de armar[484]; y el Cojuelo, viendo la ocasión, se +le pidió con mucha cortesía para el dicho efeto, diciendo: + +--Bien puede estar aquí la señora Güéspeda; que yo sé que tiene +inclinación a estas cosas. + +--¡Ay, señor!--respondió la Rufina María--, si son de la +nigromancía[485], me pierdo por ellas; que nací en Triana, y sé echar +las habas[486] y andar el cedazo[487] mejor que cuantas hay de mi +tamaño, y tengo otros primores mejores, que fiaré de vuesas mercedes si +me la hacen, aunque todos los que son entendidos me dicen que son +disparates. + +--No dicen mal--dijo el Cojuelo--; pero, con todo eso, señora Rufina +María, de tan gran talento se pueden fiar los que yo quiero enseñar a mi +camarada. Esté atenta. + +Y tomando el espejo en la mano, dijo: + +--Aquí quiero enseñalles a los dos lo que a estas horas pasa en la calle +Mayor[488] de Madrid, que esto sólo un demonio lo puede hacer, y yo. Y +adviértase que en las alabanzas de los señores que pasaren, que es +mesa[489] redonda[490], que cada uno de por sí hace cabecera, y que no +es pleito de acreedores, que tienen unos antelaciones a otros. + +--¡Ay, señor!--dijo la tal Rufina--, comience vuesa merced, que será +mucho de ver; que yo cuando niña estuve en la Corte con una dama que se +fué tras de un caballero del hábito de Calatrava que vino a hacer aquí +unas pruebas, y después me volvieron mis padres a Sevilla, y quedé con +grande inclinación a esa calle, y me holgaría de volverla a ver, aunque +sea en este espejo. + +Apenas acabó de decir esto la Güéspeda, cuando comenzaron a pasar +coches, carrozas, y literas, y sillas, y caballeros a caballo, y tanta +diversidad de hermosuras y de galas, que parecía que se habían soltado +abril y mayo y desatado las estrellas[491]. Y don Cleofás, con tanto +ojo[492], por ver si pasaba doña Tomasa; que todavía la tenía en el +corazón, sin haberse templado con tantos desengaños. ¡Oh proclive +humanidad nuestra, que con los malos términos se abrasa, y con los +agasajos se destempla[493]! Pero la tal doña Tomasa, a aquellas horas, +ya había pasado de Illescas en su litera de dos yemas[494]. + +La Rufina María estaba sin juicio mirando tantas figuras como en aquel +teatro del mundo iban representando papeles diferentes, y dijo al +Cojuelo: + +--Señor Güésped, enséñeme al Rey y a la Reina; que los deseo ver y no +quiero perder esta ocasión. + +--Hija--le respondió el Cojuelo--, en estos paseos ordinarios no salen +Sus Majestades; si quiere ver sus retratos al vivo, presto llegaremos +adonde cumpla su deseo. + +--Sea en hora buena--dijo la tal Rufina, y prosiguió, diciendo--: ¿Quién +es este caballero y gran señor que pasa agora con tanto lucimiento de +lacayos y pajes en ese coche que puede ser carroza del sol? + +El Cojuelo le respondió: + +--Este es el almirante de Castilla don Juan Alfonso Enríquez de Cabrera, +duque de Medina de Ríoseco y conde de Módica, terror de Francia en +Fuenterrabía. + +--¡Ay, señor!--dijo la Rufina--. ¿Aquél nos echó los franceses de +España? Dios le guarde muchos años. + +--El y el gran Marqués de los Vélez--respondió el Cojuelo--fueron los +Pelayos segundos, sin segundos, de su patria Castilla. + +--¿Quién viene en aquella carroza que parece de la Primavera?--preguntó +la Rufina. + +--Allí viene--dijo el Cojuelo--el Conde de Oropesa y Alcaudete, sangre +de Toledo, Pimentel, y de la real de Portugal, príncipe de grandes +partes; y el que va a su mano derecha es el Conde de Luna su primo, +Quiñones y Pimentel, señor de la casa de Benavides en León, hijo +primogénito del Conde de Benavente, que es Luna que también resplandece +de día. El Conde de Lemos y Andrade, marqués de Sarria, pertiguero mayor +de Santiago, Castro y Enríquez, del gran Duque de Arjona, viene en aquel +coche; tan entendido y generoso como gran señor. Y en esotro, el Conde +de Monterrey y Fuentes, presidente de Italia, que ha venido de ser +Virrey de Nápoles, dejando de su gobierno tanto aplauso a las dos +Sicilias y sucediéndole en esta dignidad el Duque de las Torres, marqués +de Liche[495] y de Toral, señor del castillo de Aviados, sumiller de +corps de su Majestad, príncipe de Astillano, y duque de Sabioneta, que +este título es el más compatible con su grandeza; a quien acompaña, con +no menos sangre y divino ingenio, en Italia, el Marqués de +Alcañizas[496], Almansa, Enríquez y Borja. Allí viene el Condestable +prudentísimo Velasco, gentilhombre de la cámara de su Majestad, con su +hermano el Marqués del Fresno. El Duque de Hijar le sigue, Silva, y +Mendoza, y Sarmiento, marqués de Alenquer y Ribadeo, gran cortesano y +hombre de a caballo grande en entrambas sillas[497], que por el último +título que hemos dicho tiene previlegio de comer con los Reyes la Pascua +deste nombre. Va con él el Marqués de los Balbases, Espínola, cuyo +apellido puso su gran padre sobre las estrellas. Allí va el Conde de +Altamira, Moscoso y Sandoval, gran señor y caballero en todo, +caballerizo mayor de su Majestad de la Reina. Allí pasa el Marqués de +Pobar, Aragón, con don Antonio de Aragón su hermano, del Consejo de +Ordenes y del supremo de la Inquisición. Los que atraviesan en aquel +coche agora son el Marqués de Jódar y el Conde de Peñaranda, del Consejo +Real de Castilla, ambos Simancas[498] de la jurispericia como de la +nobleza. + +--¿Quién son aquellos dos mozos que van juntos--preguntó Rufina--, de +una misma edad, al parecer, y que llevan[499] llaves doradas? + +--El Marqués de la Hinojosa--respondió el Cojuelo--, conde de Aguilar y +señor de los Cameros, Ramírez y Arellano, es el uno, y el otro es el +Marqués de Aytona, favorecedor de la Música y de la Poesía, que heredó, +hasta la posteridad, de su padre, entrambos camaristas. + +--¿Qué coche es aquél tan lleno, que va espumando sangre[500] +generosísima en tantos bizarros mozos?--preguntó la tal Güéspeda. + +--Es del Duque del Infantado--dijo el Cojuelo--, cabeza de los Mendozas +y Sandoval de varón, marqués de Santillana y del Cenete, conde de +Saldaña y del Real de Manzanares, hijo y retrato de tan gran padre. Los +que van con él son el Marqués de Almenara, el más bizarro, galán y bien +visto de la Corte, hijo del gran Marqués de Orani, el Almirante de +Aragón, perfecto caballero, el Marqués de San Román, caballero de veras, +heredero del gran Marqués de Velada, rayo de Orán, de Holanda y +Gelanda, y su hermano el Marqués de Salinas, que iguala el alma con el +cuerpo, copias vivas de tan gran padre, y don Iñigo Hurtado de Mendoza, +primo del Duque del Infantado, grandes caballeros todos y señores, que +ellos solos pueden alabarse a ellos mismos[501] con decir quién son; que +todas lenguas de la Fama no bastan. Va con ellos don Francisco de +Mendoza, gentilhombre cortesano, favorecido de todos y diestro en +entrambas sillas de la espada blanca y negra[502]. + +--¿Qué tropa es esta que viene agora a caballo?--preguntó la Rufina. + +--Si pasan a espacio, te lo diré--dijo el Cojuelo--. Estos dos primeros +son el Conde de Melgar y el Marqués de Peñafiel, que llevan en sus +títulos sus aplausos; don Baltasar de Zúñiga, el Conde de Brandevilla su +hermano, hijos del Marqués de Mirabel, y que lo parecen en todo; el +Conde de Medellín, Portocarrero de varón, y el Príncipe de Arambergue, +primogénito del Duque de Ariscot; el Marqués de la Guardia, que tiene +título de ángel; el Marqués de la Liseda, Silva y Manrique de Lara, y +[don] Diego Gómez de Sandoval, comendador mayor de Calatrava, marqués de +Villazores, Añover y Humanes, don Baltasar de Guzmán y Mendoza, heredero +de la gran casa de Orgaz; Arias Gonzalo, primogénito del Conde de +Puñonrostro, imitando las bizarrías de su padre y afianzando las +imitaciones de su muy invencible agüelo. Allí vienen el Conde de Molina +y don Antonio Mesía de Tobar su hermano, siendo crédito recíprocamente +el uno del otro. Y entre ellos, don Francisco Luzón, blasón deste +apellido en Madrid, cuyo magnánimo corazón hallara[503] estrecha posada +en un gigante. Va con él don José de Castrejón, deudo suyo, gran +caballero, y ambos, sobrinos del ilustrísimo Presidente de Castilla. En +este coche que les sigue viene el Duque de Pastrana, cabeza de los +Silvas, estudioso príncipe y gran señor, con el Marqués de Palacios, +mayordomo del Rey y decendiente único de Men Rodríguez de Sanabria, +señor de la Puebla de Sanabria, mayordomo mayor del rey don Pedro; el +Conde de Grajal, gran señor, y el Conde de Galve, su hermano del Duque, +molde de buenos caballeros, y en quien se hallara, si se perdiera[504], +la cortesía. Los demás que van acompañándole son hombres insignes de +diferentes profesiones; que éste es siempre su séquito. Viene hablando +en otro coche con el Príncipe de Esquilache su tío y con el Duque de +Villahermosa don Carlos, su hermano, éste, del Consejo de Estado de su +Majestad, y esotro, príncipe de los ingenios. Va con ellos el duque mozo +de Villahermosa, don Fernando, en quien lo entendido y lo bizarro corren +parejas, y don Fernando de Borja, comendador mayor de Montesa, de la +cámara de su Majestad, con veinte y dos cursos de virrey, que se puede +graduar de Catón Uticense y Censorino. Allí viene el Marqués de Santa +Cruz, Neptuno español y mayordomo mayor de la Reina nuestra señora. +Aquél es el Conde de Alba de Liste, con el Marqués de Tabara y el +Conde de Puñonrostro. Y tras ellos, el Duque de Nochera, Héctor +napolitano y gobernador hoy de Aragón. En ese coche que se sigue viene +el Conde de Coruña, Mendoza y Hurtado de las Nueve Musas, honra de los +consonantes castellanos, en compañía del Conde de la Puebla de +Montalbán, Pacheco y Girón. Allí, el Marqués de Malagón, Ulloa y +Saavedra, y el Marqués de Malpica, Barroso y Ribera, y el de Frómista, +padre del Marqués de Caracena, celebrado por Marte castellano en Italia, +y el Conde de Orgaz, Guzmán y Mendoza, de Santo Domingo y San +Ilefonso[505], todos Mayordomos del Rey. Aquel que va en aquel coche es +el Marqués de Floresdávila, Zúñiga y Cueva, tío del gran Duque de +Alburquerque, que hoy está sirviendo con una pica en Flandes, capitán +general de Orán, donde fué asombro del África levantando las banderas de +su Rey veinte y cinco leguas dentro de la Berbería. Allí va el Conde de +Castrollano, napolitano Adonis. Allí va el Conde de Garcíes, Quesada y +andaluz gallardo, el Marqués de Velmar[506], el Marqués de Tarazona, +Conde de Ayala, Toledo y Fonseca, el Conde de Santisteban y Cocentaina y +el Conde de Cifuentes, divinos ingenios; el Conde de la Calzada, y tras +él, el Duque de Peñaranda, Sandoval y Zúñiga. Y en esotro coche, don +Antonio de Luna y don Claudio Pimentel, del Consejo de Ordenes, Cástor y +Pólux de la amistad y de la generosidad. + +--¡Ay, señor!, aquel que pasa en aquel coche--dijo la Rufina--, si no me +engaño, es de Sevilla, y se llama Luis Ponce de Sandoval, Marqués de +Valdeencinas, y como que me crié en su casa. + +El Cojuelo respondió: + +--Es un muy gran caballero y el más bien quisto que hay en esta tierra +ni en la Corte; que no es pequeño encarecimiento. Y aquel con quien va +es el Marqués de Ayamonte, estirado título de Castilla y Zúñiga de +varón; y no menos que él es ese que viene en ese coche, el Conde de la +Puebla del Maestre, que tiene más maestres en su sangre que condes, mozo +de grandes esperanzas, y lo fuera de mayores posesiones si tuviera de su +parte la atención de la Fortuna. Allí pasa el Conde de Castrillo, Haro, +hermano del gran Marqués de Carpio, presidente de Indias, y tras él, el +Marqués de Ladrada[507] y el Conde de Baños, padre y hijo, Cerdas, de la +gran casa de Medinaceli. Esotro es el Marqués de los Trujillos, bizarro +caballero. Y tras ellos, el Conde de Fuensalida, con don Jaime Manuel, +de la cámara de su Majestad y hermano del Duque de Maqueda y +Nájara[508], que hoy gobierna el tridente de ambos mares. + +--Dígame vuesa merced, señor Licenciado--dijo la Rufina--: ¿qué casas +sumptuosas son estas que están enfrente destas joyeras? + +--Son del Conde de Oñate[509]--dijo el Diablillo--, timbre +esclarecídisimo de los Ladrones de Guevara, Mercurio Mayor[510] de +España y Conde de Villamediana, hijo de un padre que hace emperadores, y +es hoy presidente de Ordenes. + +--Y aquellas gradas que están allí enfrente--prosiguió la tal Rufina +María--, tan llenas de gente, ¿de qué templo son, o qué hacen allí tanta +variedad de hombres vestidos de diferentes colores? + +--Aquéllas son las gradas de San Felipe--respondió el Cojuelo--, +convento de San Agustín, que es el mentidero[511] de los soldados, de +adonde salen las nuevas primero que los sucesos. + +--¿Qué entierro es éste tan sumptuoso que pasa por la calle +Mayor?--preguntó don Cleofás, que estaba tan aturdido[512] como la +mulata. + +--Éste es el de nuestro Astrólogo--respondió el Cojuelo--, que ayunó +toda su vida, para que se lo coman todos éstos en su muerte, y siendo su +retiro tan grande cuando vivo, ordenó que le paseasen por la calle Mayor +después de muerto[513], en el testamento que hallaron sus parientes. + +--Bellaco coche--dijo don Cleofás--es un ataúd para ese paseo. + +--Los más ordinarios son ésos--dijo el Cojuelo--, y los que ruedan más +en el mundo. Y ahora me parece--prosiguió diciendo--que estarán mis amos +menos indignados conmigo, pues la prenda que solicitaban por mí la +tienen allá, hasta que vaya estotra mitad, que es el cuerpo, a regalarse +en aquellos baños de piedra azufre. + +--¡Con sus tizones se lo coma[514]!--dijo don Cleofás. + +Y la Rufina estaba absorta mirando su calle Mayor, que no les entendió +la plática, y volviéndose a ella el Cojuelo, le dijo: + +--Ya vamos llegando, señora Güéspeda, donde cumpla lo que desea; que ésa +es la puerta del Sol y la plaza de armas de la mejor fruta[515] que hay +en Madrid. Aquella bellísima fuente de lapislázuli y alabastro es la del +Buen Suceso[516], adonde, como en pleito de acreedores, están los +aguadores gallegos y coritos gozando de sus antelaciones para llenar de +agua los cántaros. Aquélla es la Victoria[517], de frailes mínimos de +San Francisco de Paula, retrato de aquel humilde y seráfico portento que +en el palacio de Dios ocupa el asiento de nuestro soberbio príncipe +Lucifer; y mire allí enfrente los retratos que yo la prometí +enseñar;--sin estar la dicha mulata en la plática que hacia don Cleofás +había dirigido el tal Cojuelo, y diciendo: + +--¡Qué linda hilera de señores, que parece que están vivos! + +--El Rey nuestro señor es el primero--dijo el Cojuelo. + +--¡Qué hombre está!--dijo la mulata--. ¡Qué bizarros bigotes tiene, y +cómo parece rey en la cara y en el arte! ¡Qué hermosa que está[518] +junto a él la Reina nuestra señora, y qué bien vestida y tocada! ¡Dios +nos la guarde! Y aquel niño de oro que se sigue luego, ¿quién es? + +--El Príncipe, nuestro señor--dijo don Cleofás--, que pienso que le crió +Dios en la turquesa de los ángeles. + +--Dios le bendiga--replicó Rufina--, y mi ojo no le haga mal[519]; y +viviendo más que el mundo, nunca herede a su padre, y viva su padre más +siglos que tiene almenas en su monarquía. ¡Ay, señor!--prosiguió +Rufina--, ¿quién es aquel caballero que, al parecer, está vestido a la +turquesca, con aquella señora tan linda al lado, vestida a la española? + +--No es--dijo el Cojuelo--traje turquesco; que es la usanza húngara, +como ha sido rey de Hungría: que es Ferdinando de Austria, cesáreo +emperador de Alemania y rey de Romanos, y la emperatriz su esposa María, +serenísima infanta de Castilla, que hasta los demonios--volviéndose a +don Cleofás--celebramos sus grandezas. + +--¿Quién es aquel de tan hermosa cara y tan alentadas +guedejas[520]--preguntó la Mulata--, que está también en la cuadrilla +vestido de soldado, tan galán, tan bizarro y tan airoso, que se lleva +los ojos de todos, y tiene tanto auditorio mirándole? + +--Aquél es el serenísimo infante don Fernando--respondió el +Cojuelo--questá por su hermano gobernando los estados de Flandes, y es +arzobispo de Toledo y cardenal de España, y ha dado al infierno las +mayores entradas de franceses y holandeses que ha tenido jamás después +que[521] se representa en él la eternidad de Dios, aunque entren las de +Jerjes y Darío, y pienso que ha de hacer dar grada[522] a mujeres de las +luteranas y calvinistas y protestantes que siguen la seta de sus +maridos, tanto, que los más de los días vuelve el dinero el purgatorio. + +--Gana me da, si pudiera--dijo la Mulata--, de dalle mil besos. + +--En país está--dijo don Cleofás--, que tendrá el original bastante +mercadería de eso; que esta ceremonia dejó Judas sembrada en aquellos +países[523]. + +--¡Oh, cómo me pesa--dijo la Rufina--que va anocheciendo, y +encubriéndose el concurso de la calle Mayor! + +--Ya todo ha bajado al Prado[524]--dijo el Cojuelo--, y no hay nada que +ver en ella; tome vuesa merced su espejo; que otro día le enseñaremos en +él el río de Manzanares[525], que se llama _río_ porque _se ríe_ de los +que van a bañarse en él, no teniendo agua; que solamente tiene regada la +arena, y pasa el verano de noche[526], como río navarrisco[527], siendo +el más merendado y cenado de cuantos ríos hay en el mundo. + +--El más caudal[528] dél es--dijo don Cleofás--, pues lleva más hombres, +mujeres y coches que pescados los dos mares. + +--Ya me espantaba yo--dijo el Cojuelo--que no volvías por tu río. +Respóndele eso al vizcaíno que dijo: «O vende puente, o compra río». + +--No ha menester mayor río Madrid[529]--dijo don Cleofás--, pues hay +muchos en él que se ahogan en poca agua, y en menos se ahogara aquel +regidor que entró en el Ayuntamiento de las ranas del Molino +quemado[530]. + +--¡Qué galante eres--dijo el Cojuelo--, don Cleofás, hasta contra tus +regidores! + +Bajándose con esto de la azutea, y la Rufina protestando al Cojuelo que +le había de cumplir la palabra al día siguiente. Todo lo cual y lo que +más sucediere se deja para esotro tranco. + + + + +TRANCO IX + + +Y saliéndose al ejercicio de la noche pasada, aunque las calles de +Sevilla, en la mayor parte, son hijas del Laberinto de Creta, como el +Cojuelo era el Teseo de todas, sin el ovillo de Ariadna, llegaron al +barrio del Duque, que es una plaza más ancha que las demás, ilustrada de +las ostentosas casas de los Duques de Sidonia, como lo muestra sobre sus +armas y coronel un niño con una daga en la mano[531], segundo Isaac en +el hecho, como esotro en la obediencia, el dicho que murió sacrificado a +la lealtad de su padre don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, alcaide de +Tarifa; aposento siempre de los asistentes de Sevilla, y hoy del que con +tanta aprobación lo es, el Conde de Salvatierra[532], gentilhombre de la +cámara del señor infante Fernando y segundo Licurgo del gobierno. Y al +entrar por la calle de las Armas, que se sigue luego a siniestra mano, +en un gran cuarto bajo, cuyas rejas rasgadas descubrían algunas luces, +vieron mucha gente de buena capa[533] sentados con grande orden, y uno +en una silla con un bufete delante, una campanilla, recado de escribir y +papeles, y dos acólitos a los lados, y algunas mujeres con mantos, de +medio ojo[534], sentadas en el suelo, que era un espacio que hacían +los asientos, y el Cojuelo le dijo a don Cleofás: + +--Esta es una academia de los mayores ingenios de Sevilla, que se juntan +en esta casa a conferir cosas de la profesión y hacer versos a +diferentes asumptos[535]: si quieres (pues eres hombre inclinado a esta +habilidad), éntrate a entretener dentro; que por güéspedes y forasteros +no podemos dejar de ser muy bien recibidos. + +Don Cleofás le respondió: + +--En ninguna parte nos podemos entretener tanto: entremos norabuena. + +Y trayendo en el aire, para entrar más de rebozo, el Diablillo dos pares +de antojos, con sus cuerdas de guitarra para las orejas, que se las +quitó a dos descorteses, que con este achaque palían su descortesía, que +estaban durmiendo, por ejercella de noche y de día, entraron muy +severos en la dicha Academia, que apatrocinaba, con el agasajo que +suele, el Conde de la Torre, Ribera, y Saavedra, y Guzmán, y cabeza y +varón de los Riberas. El presidente era Antonio Ortiz Melgarejo, de la +insignia de San Juan[536], ingenio eminente de la Música y de la Poesía, +cuya casa fué siempre el museo de la Poesía y de la Música. Era +secretario Alvaro de Cubillo, ingenio granadino que había venido a +Sevilla a algunos negocios de su importancia[537], excelente cómico y +grande versificador, con aquel fuego andaluz que todos los que nacen en +aquel clima tienen, y Blas de las Casas[538] era fiscal, espíritu +divino en lo divino y humano. Eran, entre los demás académicos, +conocidos don Cristóbal de Rozas[539] y don Diego de Rosas, ingenios +peregrinos que han honrado el poema dramático[540], y don García de +Coronel y Salcedo[541], fénix de las letras humanas y primer[542] +Píndaro andaluz. + +Levantáronse todos cuando entraron los forasteros, haciéndolos acomodar +en los mejores lugares que se hallaron, y, sosegada la Academia al +repique de la campanilla del Presidente, habiendo referido algunos +versos de los sujetos[543] que habían dado en la pasada, y que daban +fin en los que entonces había leído con una silva al Fénix, que leyó +doña Ana Caro[544], décima musa sevillana[545], les pidió el Presidente +a los dos forasteros que por honrar aquella academia repitiesen algunos +versos suyos, que era imposible dejar de hacerlos muy buenos los que +habían entrado a oír los pasados; y don Cleofás, sin hacerse más de +rogar, por parecer castellano entendido y cortesano de nacimiento, +dijo: + +--Yo obedezco, con este soneto que escribí a la gran máscara del Rey +nuestro señor, que se celebró en el Prado alto, junto al Buen Retiro, +tan grande anfiteatro, que borró la memoria de los antiguos griegos y +romanos. + +Callaron todos, y dijo en alta voz, con acción bizarra y airoso ademán, +desta suerte[546]: + + SONETO + + Aquel que, más allá de hombre, vestido + De sus propios augustos esplendores, + Al sol por virrey tiene, y en mayores + Climas su nombre estrecha esclarecido, + + Aquel que, sobre un céfiro nacido, + Entre los ciudadanos moradores + Del Betis, a quien más que pació flores + Plumas para ser pájaro ha bebido, + + Aquel que a luz y a tornos desafía, + En la mayor palestra que vió el suelo, + Cuanta le ve estrellada monarquía, + + Es, a pesar del bárbaro desvelo, + Filipo el Grande, que, árbitro del día, + Está partiendo imperios con el Cielo; + +aplaudiéndolo toda la Academia con vítores y un dilatado estruendo +festivo; y apercibiéndose el Cojuelo para otro, destosiéndose como es +costumbre en los hombres, siendo él espíritu, dijo deste modo: + + A UN SASTRE TAN CABALLERO, QUE NO QUERÍA CORTAR + LOS VESTIDOS DE SUS AMIGOS, REMITIÉNDOLOS A SU + MASEBARRILETE[547]. + + SONETO + + Pánfilo, ya que los eternos dioses, + Por el secreto fin de su juicio, + No te han hecho tribuno ni patricio, + Con que a la dignidad del César oses, + + Razón será que el ánimo reposes, + Haciendo en ti oblación y sacrificio; + Que dicen que no acudes a tu oficio + Estos que cortan lo que tú no coses. + + Los ojos vuelve a tu primer estado: + Las togas cose, y de vestillas deja; + Que un plebeyo no aspira al consulado. + + Esto, Pánfilo, Roma te aconseja; + No digan que de plumas que has hurtado + Te has querido vestir, como corneja. + +El soneto fué muy aplaudido de toda la Academia, diciendo los más +noticiosos della que parecía epigrama de Marcial, o en su tiempo +compuesto de algún poeta que le quiso imitar, y otros dijeron que +adolecía[548] del Doctor[549] de Villahermosa, divino Juvenal aragonés, +pidiendo el Conde de la Torre a don Cleofás y al Cojuelo que honrasen +aquella junta lo que estuviesen en Sevilla, y que dijesen los nombres +supuestos con que habían de asistilla, como se usó en la Corusca y en la +academia[550] de Capua, de Nápoles, de Roma y de Florencia, en Italia, +y como se acostumbraba en aquélla. Don Cleofás dijo que se llamaba _el +Engañado,_ y el Cojuelo, _el Engañador,_ sin entenderse el fundamento +que tenían los dos nombres; y repartiendo los asuntos para la academia +venidera, nombraron por presidente della al _Engañado_ y por fiscal al +_Engañador,_ porque el oficio de secretario no se mudaba, haciéndoles +esta lisonja por forasteros, y porque les pareció a todos que eran +ingenios singulares. Y sacando una guitarra una dama de las tapadas, +templada sin sentillo[551], con otras dos cantaron a tres voces un +romance excelentísimo de don Antonio de Mendoza[552], soberano ingenio +montañés, y dueño eminentísimo del estilo lírico, a cuya divina música +vendrán estrechos todos los agasajos de su fortuna. Con que se acabó la +academia de aquella noche, diviéndose los unos de los otros para sus +posadas, aunque todavía era temprano, porque no habían dado las nueve, y +don Cleofás y el Cojuelo se bajaron hacia el Almeda, con pretexto de +tomar el fresco en la Alamenilla[553], baluarte bellísimo que resiste a +Guadalquivir, para que no anegue aquel gran pueblo en las continuas y +soberbias avenidas suyas. Y llegando a vista de San Clemente el Real, +que estaba en el camino, a mano izquierda, convento ilustrísimo de +monjas, que son señoras de todo aquel barrio, y de vasallos fuera dél, +patronazgo magnífico de los Reyes, fundado por el santo rey don +Fernando porque el día de su advocación ganó aquella ciudad de los +moros[554], le dijo el Cojuelo a don Cleofás. + +--Este real edificio es jaula sagrada de un serafín, o Serafina, que fué +primero dulcísimo ruiseñor del Tejo[555], cuya divina y extranjera voz +no cabe en los oídos humanos, y sube en simétrica armonía a solicitar +la capilla impirea, prodigio nunca visto en el diapasón ni en la +naturaleza; pero no por eso previlegiada de la envidia. + +A estos hipérboles[556] iba dando carrete (verdades pocas veces +ejecutadas de su lengua), cuando, al revolver otra calle, pocas veces +paseada a tales horas de nadie, oyeron grandes carcajadas de risa[557] y +aplausos de regocijo en una casa baja, edificio humilde que se indiciaba +de jardín por unas pequeñas verjas de una reja algo alta del suelo, que +malparía algunos relámpagos de luces, escasamente conocidos de los que +pasaban. Y preguntóle al Cojuelo don Cleofás qué casa era aquella donde +había tanto regocijo a aquellas horas. El Diablillo le respondió: + +--Éste se llama el garito de los pobres; que aquí se juntan ellos y +ellas, después de haber pedido todo el día, a entretenerse y a jugar, y +a nombrar los puestos donde han de mendigar esotro día, porque no se +encuentren unas limosnas con otras. Entremos dentro y nos entretendremos +un rato; que, sin ser vistos ni oídos, haciéndonos invisibles con mi +buena maña, hemos de registrar este conclave de San Lázaro. + +Y con estas palabras, tomando a don Cleofás por la mano, se entraron por +un balconcillo que a la mano derecha tenía la mendiga habitación, porque +en la puerta tenían puesto portero porque no entrasen más de los que +ellos quisiesen y los que fuesen señalados de la mano de Dios[558]; y +bajando por un caracolillo a una sala baja, algo espaciosa, cuyas +ventanas salían a un jardinillo de ortigas y malvas, como de gente que +había nacido[559] en ellas, la hallaron ocupada con mucha orden de los +pobres que habían venido, comenzando a jugar al rento y limetas[560] de +vino de Alanís y Cazalla[561], que en aquel lugar nunca lo hay +razonable, y algunos mirones, sentados también, y en pie. La mesa sobre +que se jugaba era de pino, con tres pies y otro supuesto, que podía +pedir limosna como ellos, un candelero de barro con una antorcha de +brea, y los naipes con dos dedos de moho hacia cecina[562], de puro +manejados de aquellos príncipes, y el barato que se sacaba se iba +poniendo sobre el candelero. Y a estotra parte estaba el estrado de las +señoras, sobre una estera de esparto, de retorno del ivierno pasado; tan +remendados todos y todas, que parece que les habían cortado de vestir de +jaspes de los muladares. Y entrando don Cleofás y su compañero y +diciendo una pobra, fué todo uno. «Ya viene el Diablo Cojuelo», alteróse +don Cleofás y dijo a su camarada: + +--Juro a Dios que nos han conocido. + +--No te sobresaltes--respondió el Diablillo--; que no nos han conocido +ni nos pueden ver, como te previne; que el que ha dicho la pobra que +viene es aquel que entra agora, que trae una pierna de palo y una muleta +en la mano y se viene quitando la montera, y entre ellos le llaman el +Diablo Cojuelo por mal nombre, que es un bellaco, mal pobre, embustero y +ladrón, y estoy harto cansado con él y con ellas porque le llaman así, +que es una sátira que me han hecho con esto, y que yo he sentido mucho; +pero esta noche pienso que me lo ha de pagar, aunque sea con la mano del +gato[563], como dicen. + +--Muy grande atrevimiento--dijo don Cleofás--ha sido quererlas apostar +contigo, siendo tú el demonio más travieso del infierno, y no te la hará +nadie que no te la pague. + +--Estos pobres--dijo Cojuelo--, como son de Sevilla, campan también de +valientes[564], y reñirán con los diablos; pero no se alabará, si yo +puedo, éste de haber salido horro desta chanza; que en el mundo se me +han atrevido solamente tres linajes de gente: representantes, ciegos y +pobres[565]; que los demás embusteros y gente deste género pasan por +demonios como yo. + +En esto, se había acomodado o sentádose en el suelo el Piedepalo, Diablo +Cojuelo segundo deste nombre, diciendo muchas galanterías a las damas, y +entró el Murciélago, llamado así porque pedía de noche a gritos por las +calles, con Sopaenvino, que le había encontrado agazapado en una taberna +y sacado por el rastro de los mosquitos que salían dél, como de la cuba +de Sahagún. Convidóles con su asiento el Chicharro y el Gallo, el uno, +que cantaba pidiendo por las siestas en verano y despertando los +lirones[566]; el otro mendigaba por las madrugadas; y tomando el suelo +por mejor asiento, porque cualquiera cosa más alta los desvanecía, y +estando en esto, entró un pobre en un carretón, a quien llamaban el +Duque, y todos se levantaron, ellos y ellas, a hacelle cortesía; y él, +quitándose un sombrerillo que había sido de un carril[567] de un pozo, +dijo: + +--Por mi amor que se estén quedos y quedas, o me volveré a ir. + +Temieron el disfavor, y llegándole el muchacho que le traía el carretón +a la mesa donde se jugaba, pidió cartas. Faraón, que era uno de los del +juego, llamado desta suerte porque pedía con plagas a las puertas de las +iglesias, y el Sargento, nombrado así porque tenía un brazo menos[568], +le dijeron que los dejase jugar su excelencia, que estaban picados; que +después harían lo que les mandaba; viniéndose el Duque con el Marqués de +los Chapines, que era un pobre que andaba arrastrando[569], y de la +cintura arriba muy galán, y estaba entreteniendo las damas, diciendo: + +--Con vusía[570] me vengo, que está más bien parado. + +Y a ninguno de los dos les habían las damas menester para nada. + +La Postillona, llamada deste nombre porque pedía a las veinte[571] +limosna, no dejando calle ni barrio que no anduviese cada día, tuvo +palabras con la Berlinga, tan larga como el nombre[572], que había sido +senda de Esgueva a Zapardiel, sobre celos del Duque; y la Paulina[573], +que apellidaban ansí porque maldecía a quien no le daba limosna, se picó +con la Galeona, que llamaban desta suerte porque andaba artillada de +niños que alquilaba para pedir, sobre haber dicho unas palabras +preñadas[574] al Marqués, sin dar causa su señoría a ello, metiéndose +la Lagartija y la Mendruga a revolverlas más, y el Piedepalo a las +vueltas, con las Fuerzas de Hércules, que eran dos pobres, uno sobre +otro, que a no meterse Zampalimosnas, que era el garitero, de por medio, +y Pericón el de la Barquera, y Embudo el Temerario, Tragadardos, +Zancayo, Peruétano y Ahorcasopas, hubiera un paloteado[575], entre los +pobres y pobras, de los diablos. El Duque y el Marqués interpusieron +sus autoridades, y para quietallo de todo punto inviaron por un +particular[576], que trujo luego Piedepalo, para pagarlo de +bonete[577], que fueron unos ciegos y una gaita zamorana que muy cerca +de allí se recogían, que fué menester pagárselo adelantado porque se +levantasen, y se concertó en treinta cuartos, y dijo el Duque que no se +había pagado tan caro particular jamás, por vida de la Duquesa[578]. Y +al mismo tiempo que entró Piedepalo con el particular, se entró tras +ellos Cienllamas, con la vara en la pretina[579], y Chispa y Redina con +él, preguntando: + +--¿Quién es aquí el Diablo Cojuelo? Que he tenido soplo que está aquí en +este garito de los pobres, y no me ha de salir ninguno deste aposento +hasta reconocellos a todos, porque me importa hacer esta prisión. + +Los pobres y las pobras se escarapelaron viendo la justicia en su +garito, y el verdadero Diablo Cojuelo, como quien deja la capa al toro, +dejó a Cienllamas cebado con el pobrismo, y por el caracolillo se +volvieron a salir del garito él y don Cleofás. + +--Este es--dijo el Duque señalando a Piedepalo--; que nosotros, ni +hombres como nosotros, no hemos de defender de la justicia a hombres tan +delincuentes;--tomando venganza de algunos embustes que les había hecho +en las limosnas de la sopa de los conventos; y agarrando con él Chispa y +Redina, comenzó a pedir iglesia[580] a grandes voces Piedepalo que en un +bodegón hiciera lo mismo, queriendo dalles a entender que era ermita, y +no garito, donde estaban, y que todos y todas habían venido a hacer +oración a ella. El tal Cienllamas y Chispa y Redina comenzaron a sacalle +arrastrando, diciéndole, entre algunos puñetes y mojicones: + +--No penséis, ladrón, que os habéis de escapar con esos embustes de +nuestras manos; que ya os conocemos. + +Entonces el Marqués[581], metiendo las manos en los chapines, dijo: + +--¿Por qué hemos de consentir que no contradiga el Duque que lleve +preso un alguacil a un pobrete como el Cojuelo? ¡Por vida de la +Marquesa[582] que no lo ha de llevar! + +Y haciéndose los demás pobres y pobras de su parte, y apagando las +luces, comenzaron con los asientos y con las muletas y bordones a +zamarrealle a él y a sus corchetes a escuras, tocándoles los ciegos la +gaita zamorana y los demás instrumentos, a cuyo son no se oían los unos +a los otros, acabando la culebra[583] con el día y con desaparecerse los +apaleados. + + + + +TRANCO X + + +En este tiempo llegaban a Gradas[584] su camarada y don Cleofás[585], +tratando de mudarse de aquella posada, porque ya tenía rastro dellos +Cienllamas, cuando vieron entrar por la posta, tras un postillón, dos +caballeros soldados vestidos a la moda, y díjole el Cojuelo a don +Cleofás. + +--Estos van a tomar posada y apearse a Caldebayona[586] o a la +Pajería[587], y es tu dama y el soldado que viene en su compañía, que, +por acabar más presto la jornada, dejaron la litera y tomaron postas. + +--¡Juro a Dios--dijo don Cleofás--que lo he de ir a matar antes que se +apee, y a cortalle las piernas[588] a doña Tomasa! + +Sin riesgo tuyo se hará todo eso--dijo el Cojuelo--, ni sin tanta +demostración pública: gobiérnate por mí agora; que yo te dejaré +satisfecho. + +--Con eso me has templado--dijo don Cleofás--; que estaba loco de celos. + +--Ya sé qué enfermedad es ésa, pues se compara a todo el infierno[589] +junto--dijo el Diablillo--. Vámonos a casa de nuestra mulata: almorzarás +y conmutarás en sueño la pendencia; y acuérdate que has de ser +presidente de la Academia, y yo fiscal. + +--Pardiez--dijo don Cleofás--, todo se me había olvidado con la +pesadumbre; pero es razón que cumplamos nuestras palabras como quien +somos. + +Y habiéndose mudado de la posada de Rufina otro día[590] a otra de la +Morería[591], más recatada, pasaron los que faltaron para la Academia +en estudiar y escribir los sujetos que les habían dado y en hacer don +Cleofás una oración para preludio della, como es costumbre y obligación +de las presidencias de tales actos; y, llegado el día, se aderezaron lo +mejor que pudieron, y al anochecer partieron a la palestra, donde les +esperaban todos los ingenios con admiraciones de los suyos, y con los +mismos antojos[592] de la preñez pasada se fueron sentando en los +lugares que les tocaban; y haciendo señal con la campanilla para obligar +al silencio, don Cleofás, llamado _el Engañado_ en la Academia, hizo una +oración excelentísima en verso de silva, cuyos números ataron los oídos +al aplauso y desataron los asombros a sus alabanzas. Y en pronunciando +la última palabra, que es el _Dixi_[593], volviendo a resonar el pájaro +de plata, dijo: + +--Yo quiero parecer presidente en publicar agora, después de mi oración, +unas premáticas que guarden los divinos ingenios que me han constituido +en esta dignidad;--leyendo desta manera un papel que traía doblado en el +pecho: + +«PREMÁTICAS Y ORDENANZAS QUE SE HAN DE GUARDAR EN LA INGENIOSA ACADEMIA +SEVILLANA DESDE HOY EN ADELANTE. + +»Y por que se celebren y publiquen con la solemnidad que es necesaria, +sirviendo de atabales los cuatro vientos y de trompetas el Músico de +Tracia[594], tan marido, que por su mujer _descendit ad inferos_, y +Arión, que, siendo de los piratas con quien navegaba arrojado al mar +por roballe, le dió un delfín en su escamosa espalda, al son de su +instrumento, jamugas para que no naufragase, _et coetus, et Amphion +Thebanae conditor urbis_[595]; y pregonero la Fama, que penetra +provincias y elementos, y secretario que se las dicte Virgilio Marón, +príncipe de los poetas, digan desta suerte: + +»Don Apolo, por la gracia de la Poesía, rey de las Musas, príncipe de la +Aurora, conde y señor de los oráculos de Delfos y Delo, duque del Pindo, +archiduque de las dos Frentes del Parnaso y marqués de la Fuente +Cabalina, etc., a todos los poetas heroicos, épicos, trágicos, cómicos, +ditirámbicos, dramáticos[596], autistas, entremeseros, bailinistas[597] +y villancieres[598], y los demás del nuestro dominio, ansí seglares como +eclesiásticos, salud y consonantes. + +»Sepades: como, advirtiendo las grandes desórdenes y desperdicios con que +han vivido hasta aquí los que manejan nuestros ridmos[599], y que son +tantos los que sin temor de Dios y de sus conciencias, componen, +escriben y hacen versos, salteando y capeando de noche y de día los +estilos, conceptos y modos[600] de decir de los mayores, no imitándolos +con la templanza y perífrasis que aconseja Aristóteles, Horacio y César +Escalígero, y los demás censores que nuestra Poética advierten, sino +remendándose con centones de los otros y haciendo mohatras de versos, +fullerías y trapazas, y para poner remedio en esto, como es justo, +ordenamos y mandamos lo siguiente: + +»Primeramente se manda que todos escriban con voces castellanas, sin +introducillas de otras lenguas, y que el que dijere _fulgor_, _libar, +numen, purpurear, nieta, trámite, afectar, pompa, trémula, amago, +idilio_[601] ni otras desta manera, ni introdujere posposiciones[602] +desatinadas, quede privado de poeta por dos academias, y a segunda vez, +confiscadas sus sílabas y arados de sal[603] sus consonantes, como +traidores a su lengua materna. + +»Item, que nadie lea sus versos en idioma de jarabe, ni con gárgaras de +algarabía en el gútur[604], sino en nuestra castellana pronunciación, +pena de no ser oídos de nadie. + +»Item, por cuanto celebraron el fénix en la academia pasada en tantos +géneros de versos, y en otras muchas ocasiones lo han hecho otros, +levantándole testimonios a esta ave[605] y llamándola hija y heredera de +sí propia y pájaro del sol, sin haberle tomado una mano ni haberla +conocido si no es para servilla, ni haber ningún testigo de vista de su +nido, y ser alarbe de los pájaros, pues en ninguna región ha encontrado +nadie su aduar, mandamos que se ponga perpetuo silencio en su memoria, +atento que es alabanza supersticiosa y pájaro de ningún provecho para +nadie, pues ni sus plumas sirven en las galas cortesanas ni militares, +ni nadie ha escrito con ellas, ni su voz ha dado música a ningún +melancólico, ni sus pechugas alimento a ningún enfermo; que es pájaro +duende, pues dicen que le hay, y no le encuentra nadie, y ave solamente +para sí; finalmente, sospechosa de su sangre, pues no tiene agüelo que +no haya sido quemado; estando en el mundo el pájaro celeste, el cisne, +el águila, que no era bobo Júpiter, pues la eligió por su embajatriz, la +garza, el neblí, la paloma de Venus, el pelícano, afrenta de los +miserables[606], y, finalmente, el capón de leche[607], con quien los +demás son unos pícaros. Este sí que debe alabarse, y mátenle un fénix a +quien sea su devoto, cuando tenga más necesidad de comer. Dios se lo +perdone a Claudiano, que celebró esta necedad imaginada, para que todos +los poetas pecasen en él. + +»Item, porque a nuestra noticia ha venido que hay un linaje de poetas y +poetisas hacia palaciegos, que hacen más estrecha vida que los monjes +del Paular[608], porque con ocho o diez vocablos solamente, que son +_crédito, descrédito, recato, desperdicio, ferrión, desmán, atento, +valido, desvalido, baja fortuna, estar falso, explayarse_, quieren +expresar todos sus conceptos y dejar a Dios solamente que los entienda, +mandamos que les den otros cincuenta vocablos más de ayuda de costa, del +tesoro de la Academia, para valerse dellos, con tal que, si no lo +hicieren, caigan en pena de menguados y de no ser entendidos, como si +hablaran en vascuence. + +»Item, que en las comedias se quite el desmesurarse los embajadores con +los reyes, y que de aquí en adelante no le[609] valga la ley del +mensajero[610]; que ningún príncipe en ellas se finja hortelano por +ninguna infanta, y que a las de León se les vuelva su honra con +chirimías[611], por los testimonios que las han levantado; que los +lacayos graciosos no se entremetan con las personas reales si no es en +el campo, o en las calles de noche; que para querer dormirse sin qué ni +para qué, no se diga: «Sueño me toma», ni otros versos por el +consonante, como decir a _rey_, «porque es justísima ley», ni a _padre_, +«porque a mi honra más cuadre», ni las demás; «A furia me provocó»[612], +«Aquí para entre los dos» y otras civilidades, ni que se disculpen sin +disculparse, diciendo: + + «Porque un consonante obliga + a lo que el hombre no piensa»[613]. + + +»Y al poeta que en ellas incurriere de aquí adelante, la primera vez le +silben, y la secunda, sirva a su Majestad con dos comedias en Orán[614]. + +»Item, que los poetas más antiguos se repartan por sus turnos a dar +limosna de sonetos, canciones, madrigales, silvas, décimas, romances y +todos los demás géneros de versos a poetas vergonzantes que piden de +noche, y a recoger los que hallaren enfermos comentando, o perdidos en +las _Soledades_ de don Luis de Góngora; que haya una portería en la +Academia, por donde se dé sopa de versos a los poetas mendigos. + +»Item, que se instituya una Hermandad y Peralvillo contra los poetas +monteses y jabalíes[615]. + +»Item, mandamos que las comedias de moros se bauticen dentro de cuarenta +días o salgan del reino. + +»Item, que ningún poeta, por necesidad ni amor, pueda ser pastor de +cabras ni ovejas, ni de otra res semejante, salvo si fuere tan Hijo +Pródigo, que, disipando sus consonantes en cosas ilícitas, quedare sin +ninguno sobre qué caer poeta[616]; mandamos que en tal caso, en pena de +su pecado, guarde cochinos. + +»Item, que ningún poeta sea osado a hablar mal de los otros si no es dos +veces en la semana. + +»Item, que al poeta que hiciere poema heroico no se le dé de plazo más +que un año y medio, y que lo que más tardare se entienda que es falta de +la musa; que a los poetas satíricos no se les dé lugar en las academias, +y se tengan por poetas bandidos y fuera del gremio de la poesía noble, y +que se pregonen las tallas[617] de sus consonantes, como de hombres +facinerosos a la república. Que ningún hijo de poeta que no hiciere +versos no pueda[618] jurar por vida de su padre, porque parece que no es +su hijo. + +»Item, que el poeta que sirviere a señor ninguno[619], muera de hambre +por ello. + +»Y, al fin, estas premáticas y ordenanzas se obedezcan y ejecuten como +si fueran leyes establecidas de nuestros príncipes, reyes y emperadores +de la Poesía. Mándanse pregonar, porque venga a noticia de todos.» + +Celebradísimo fué el papel de _el Engañado_ por peregrino y caprichoso, +sacando, al mismo tiempo que le acababa, otro del pecho _el Engañador_, +llamado así en la Academia y en los tres hemisferios[620], y fiscal de +la presente, que decía desta manera: + +«PRONÓSTICO Y LUNARIO DEL AÑO QUE VIENE, AL MERIDIANO DE SEVILLA Y +MADRID, CONTRA LOS POETAS, MÚSICOS Y PINTORES. COMPUESTO POR «EL +ENGAÑADOR», ACADÉMICO DE LA INSIGNE ACADEMIA DEL BETIS, Y DIRIGIDO A +PERICO DE LOS PALOTES, PROTO-DEMONIO Y POETA DE DIOS TE LA DEPARE +BUENA»; + +interrumpiendo estas últimas razones un alguacil de los veinte[621], +guarnecido de corchetes[622] (y tantos, que si fueran de plata, +pudiera[623] competir con la capitana y almiranta de los galeones cuando +vuelven de retorno con las entrañas del Potosí y los corazones de los +que los esperan y los traen), doña Tomasa y su soldado, como entraron +por la posta para estar a la vista de la ejecución de su requisitoria; +la Academia se alteró con la intempestiva visita, y el atrevido +Alguacil dijo: + +--Vuesas mercedes no se alboroten: que yo vengo a hacer mi oficio y a +prender no menos que al señor Presidente, porque es orden de Madrid, y +la he de hacer de Evangelio[624]. + +Palotearon los académicos, y don Cleofás se espeluzó tanto y cuanto, y +el Fiscal, que era el Cojuelo, le dijo: + +--No te sobresaltes[625], don Cleofás, y déjate prender, no nos perdamos +en esta ocasión; que yo te sacaré a paz y a salvo de todo[626]. + +Y volviendo a los demás, les dijo lo mismo, y que no convenía en aquel +lance resistencia ninguna; que si fuera menester, _el Engañado_ y él +metieran a todos los alguaciles de Sevilla las cabras en el corral[627]. + +--Hombre hay aquí--dijo un estudiantón del Corpus[628], graduado por la +Feria y el pendón verde[629]--, que, si es menester, no dejará oreja de +ministro a manteazos, siendo yo el menor de todos estos señores. + +El Alguacil trató de su negocio sin meterse en más dimes ni diretes, +deseando más que hubiese dares y tomares, y doña Tomasa estuvo empuñada +la espada y terciada la capa a punto de pelear al lado de su soldado; +que era, sobre alentada[630], muy diestra, como había tanto que jugaba +las armas[631], hasta que vió sacar preso al que le negaba la deuda, +libre de polvo y paja. El Cojuelo se fué tras ellos, y la Academia se +malogró aquella noche, y murió de viruelas locas. + +El Cojuelo, arrimándose al Alguacil, le dijo aparte, metiéndole un +bolsillo en la mano, de trecientos escudos: + +--Señor mío, vuesa merced ablande su cólera con este diaquilón[632] +mayor, que son ciento y cincuenta doblones de a dos. + +Respondiéndole el Alguacil, al mismo tiempo que los recibió: + +--Vuesas mercedes perdonen el haberme equivocado, y el señor Licenciado +se vaya libre y sin costas, más de las que le hemos hecho; que yo me he +puesto a un riesgo muy grande habiendo errado el golpe. + +El soldado y la señora doña Tomasa, que también habían regalado al +Alguacil, por más protestas que le hicieron entonces, no le pudieron +poner en razón, y ya a estas horas estaban los dos camaradas tan lejos +dellos, que habían llegado al río y al Pasaje[633], que llaman, por +donde pasan de Sevilla a Triana y vuelven de Triana a Sevilla, y, +tomando un barco, durmieron aquella noche en la calle del Altozano, +calle Mayor[634] de aquel ilustre arrabal, y la Vitigudino y su galán se +fueron muy desairados a lo mismo a su posada, y el Alguacil a la suya, +haciendo mil discursos con sus trecientos escudos, y el Cojuelo madrugó +sin dormir, dejando al compañero en Triana, para espiar en Sevilla lo +que pasaba acerca de las causas de los dos, revolviendo de paso dos o +tres pendencias en el Arenal[635]. + +Y el Alguacil despertó más temprano, con el alborozo de sus doblones, +que había puesto debajo de las almohadas, y, metiendo la mano, no los +halló; y levantándose a buscallos, se vió emparedado de carbón, y todos +los aposentos de la casa de la misma suerte, porque no faltase lo que +suele ser siempre del dinero que da el diablo[636], y tan sitiado desta +mercadería, que fué necesario salir por una ventana que estaba junto al +techo, y en saliendo, se le volvió todo el carbón ceniza; que si no +fuera ansí, tomara después por partido dejar lo alguacil por carbonero, +si fuera el carbón de la encina del infierno[637], que nunca se acaba, +amén, Jesús. + +El Cojuelo iba dando notables risadas entre sí, sabiendo lo que le había +sucedido al Alguacil con el soborno. Saliendo, en este tiempo, por cal +de Tintores[638] a la plaza de San Francisco, y habiendo andado muy +pocos pasos, volvió la cabeza y vió que le venían siguiendo Cienllamas, +Chispa y Redina; y, dejando las muletas, comenzó a correr, y ellos tras +él, a grandes voces diciendo: + +--¡Tengan ese cojo ladrón! + +Y cuando casi le echaban las garras Chispa y Redina, venía un escribano +del número[639] bostezando, y metiósele el Cojuelo por la boca, calzado +y vestido, tomando iglesia, la que más a su propósito pudo hallar[640]. +Quisieron entrarse tras él a sacalle deste sagrado Chispa, Redina y +Cienllamas, y salió a defender su juridición una cuadrilla de sastres, +que les hicieron resistencia a agujazos y a dedalazos, obligando a +Cienllamas a inviar a Redina al infierno por orden de lo que se había de +hacer; y lo que trujo[641] en los aires fué que, con el Escribano y los +sastres, diesen con el Cojuelo en los infiernos[642]. Ejecutóse como se +dijo, y fué tanto lo que los revolvió el Escribano, después de haberle +hecho gormar al Cojuelo, que tuvieron por bien los jueces de aquel +partido echallo fuera, y que se volviese a su escritorio, dejando a los +sastres en rehenes, para unas libreas que habían de hacer a Lucifer a la +festividad del nacimiento del Antecristo; tratando doña Tomasa, +desengañada, de pasarse a las Indias con el tal soldado, y don Cleofás, +de volverse a Alcalá a acabar sus estudios, habiendo sabido el mal +suceso de la prisión de su Diablillo, desengañado de que hasta los +diablos tienen sus alguaciles, y que los alguaciles tienen a los +diablos[643]. Con que[644] da fin esta novela, y su dueño gracias a +Dios porque le sacó della con bien, suplicando a quien la leyere que se +entretenga y no se pudra en su leyenda[645], y verá qué bien se halla. + + +Notas: + +[Nota 1: En la conferencia leída en el teatro Español la noche del 4 +de febrero de 1910, al estrenarse la refundición de _La Luna de la +Sierra_, hecha por don Cristóbal de Castro.] + +[Nota 2: Narróla--mejor diría _marróla_--don Joaquín María Ferrer, +en el prólogo de su edición de _El Diablo Cojuelo_ (París, 1828), y la +extractó muchos años después don Cayetano A. de la Barrera, en su +_Catálogo bibliográfico y biográfico del Teatro antiguo español_.] + +[Nota 3: Las investigaciones serias acerca de la vida del insigne +autor astigitano datan de los postreros años del siglo XIX. Yo encontré, +y publiqué muy en extracto en mi estudio sobre _Cervantes y la +Universidad de Osuna_, inserto en el tomo II del _Homenaje a Menéndez y +Pelayo en el año vigésimo de su profesorado_ (Madrid, 1899), el acta del +grado de bachiller en Artes de Vélez; en 1902 hallaba el muy diligente y +erudito don Antonio Paz y Melia, y sacábala a luz en _la Revista de +Archivos, Bibliotecas y Museos_, una carta de don Juan Vélez de Guevara, +hijo del poeta ecijano, escrita en 20 de octubre de 1645, documento +interesante, porque contiene, aunque abreviadamente y con algunos +errores de importancia, la biografía del autor de _El Diablo Cojuelo_. +Poco después, don Felipe Pérez y González, al par que comentaba con +acierto algunos de los pasajes más oscuros de esta novela, dedicóse con +feliz éxito a allegar datos para la vida de su autor, y diólos a conocer +en diversos artículos, que publicó en _La Ilustración Española y +Americana_ y reimprimió juntos en 1903, con otros de carácter crítico. +Entretanto, el meritísimo Pérez Pastor descubría y acopiaba muchas +noticias peregrinas referentes a los que en el buen tiempo fueron +próceres de nuestras letras, a Vélez de Guevara entre ellos; no menos de +cincuenta y cuatro documentos tocantes a él insertó en la tercera parte, +última publicada (Madrid, 1907), de su excelente _Bibliografía +Madrileña_ (págs. 499-515). Amén de esto, en 1902, don Adolfo Bonilla y +San Martín daba a la estampa en la _Revista de Aragón_ diversas poesías +de Luis Vélez, las más de ellas inéditas hasta entonces, y de las cuales +hay especialmente cuatro--las cuatro primeras--llenas de indicaciones +muy interesantes para la vida de su autor, razón por la cual en 1908 las +reproduje anotadas, con otra inédita, en la _Revista de Archivos, +Bibliotecas y Museos_. A la buena luz de tan valiosos hallazgos, podía +ya intentarse sin temeridad la empresa de componer una biografía +circunstanciada de Vélez, cosa que ha efectuado don Emilio Cotarelo en +el _Boletín de la Real Academia Española_, cuadernos de diciembre de +1916 y abril de 1917, no sin aportar algunos otros datos debidos a sus +investigaciones.] + +[Nota 4: Fué hijo del licenciado Diego Vélez de Dueñas, nacido en +Jerez de la Frontera, y de doña Francisca Negrete de Santander, natural +de Ecija, quienes habían contraído matrimonio en esta ciudad, siendo él +vecino de Sevilla, a 10 de febrero de 1573. Vélez de Dueñas--descendiente +de don Llorente Vélez de Guevara, uno + + «de los trescientos hidalgos + que ganaron a Jerez», + +como recordó, andando el tiempo, el autor de _Reinar después de +morir_--era hijo de Alonso Rodríguez Vélez y de doña Isabel de Dueñas, y +se llamó indistintamente Diego de Dueñas y Diego Rodríguez de Dueñas +mientras fué estudiante. Para graduarse de bachiller en Leyes en la +Universidad de Sevilla (22 de septiembre de 1570), presentó los +siguientes recaudos: casi seis meses que en la dicha facultad había +cursado en Salamanca por los años de 1563, 64 y 65; dos cursos más, +oídos en Sevilla, el último, desde 1.º de mayo de 1568 hasta 7 de mayo +de 1569, y cinco lecciones de leyes que había leído. (Archivo +universitario de Sevilla, libro 1.º de Diligencias y colaciones de +grados menores, desde 1570 hasta 1574.) Este sujeto es, como columbré +diez años ha, el mismo lincenciado Dueñas, poeta más que razonable, +autor de once de las composiciones coleccionadas en Méjico, en 1577, +bajo el título de _Flores de varia poesía_ (Biblioteca Nacional de +Madrid, Ms. 2973), y el mismo a quien se refirió el licenciado Francisco +Pacheco, jerezano como él, en su interesante composición intitulada _La +sátira apologética en defensa del divino Dueñas_, escrita en 1569, +anotada por mí y publicada en la _Revista de Archivos, Bibliotecas y +Museos_ (1907-1908). Trasladado a Écija desde su casamiento, allí vivió +pobremente ejerciendo la abogacía y criando otros hijos, entre ellos, a +Diego, nacido en 1586 y poeta como su padre y su hermano, vistiéndose y +vistiendo a su familia de fiado, de lo cual es buena muestra cierta +escritura que encontré en aquel archivo de protocolos, al buscar +documentos cervantinos (Antonio Trapel, libro 1.º de 1588, fol. 1899), y +componiendo de cuando en cuando tal cual epigrama latino, como el que +hizo en elogio de don Alvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, para el +_Comentario en breve compendio de disciplina militar_, escrito por el +licenciado Mosquera de Figueroa (Madrid, Luis Sánchez, 1596). + +Doña Francisca Negrete de Santander era hija del licenciado Diego de +Santander, oriundo de la Montaña, y de doña María de Medina, vecinos de +Écija. De estos Negretes y Santanderes, unos habían negociado en las +Indias, y otros eran hombres de estudios, como lo demuestran los +diversos datos que allegué: el doctor Pedro de Santander y su mujer doña +Inés Melgarejo, vecinos de Sevilla, él hijo del doctor Negrete, se +despacharon a la Nueva España, con los suyos, antes de mediar el siglo +XVI (Archivo general de Indias, Licencias de pasajeros, 1534 y 1554 (43, +2, 1/5), relación núm. 74 del cuaderno 9.º). En 25 de septiembre de +1553, Diego Negrete de Santander, vecino de Sevilla, hijo de Bernardo +Negrete de Santander y de Isabel Gómez Adalid, se despachó por mercader +por tres años para Tierra Firme y Popayán (_Ibid._, al fin de la primera +hoja). El bachiller Juan de Santander, natural de Écija, probó en 17 de +marzo de 1554 haber ganado un curso de Medicina, «oyendo del doctor +gudiel y del doctor ferrer» (Archivo universitario de Osuna, Pruebas de +cursos, fol. 6 del cuaderno del dicho año), y en 4 de mayo de 1555 probó +otro en la Universidad complutense (Archivo Universitario de Alcalá, hoy +en el Histórico Nacional, Pruebas de cursos de 1540 a 1555, fol. 714 +vto.). Con el nombre de Juan Antonio de Santander, se graduó en Medicina +en la misma Universidad a 16 de mayo de 1555, y repitiendo en Osuna para +licenciado, se le asignaron puntos, hizo el examen secreto y se le +confirió el grado en 28 de agosto de 1568, doctorándose en 16 de mayo de +1569 (Registro 1.º de grados, fol. 22 del dicho año), a presencia del +duque de Osuna don Pedro Girón, de su hijo don Juan, marqués de +Peñafiel, de don Alonso Téllez Girón, hermano natural del Duque y de +muchos doctores y maestros. En la propia Universidad se graduó de +bachiller en Artes, a 28 de julio de 1587, Alonso de Santander (Registro +2.º de Grados, fol. 28 de este año), asimismo natural de Écija, a quien +vuelvo a encontrar en Alcalá ganando un curso de Teología escolástica en +8 de mayo de 1590. (Archivo universitario de Alcalá, pruebas de cursos +de 1590 a 1593, fol. 21 del dicho año.) Y, en fin, un Pedro de Santander +figura, para la devolución de la blanca de carne, entre los dignidades, +canónigos, racioneros y capellanes de la Iglesia Mayor de Sevilla, en el +año de 1596 (Archivo Municipal de Sevilla, Libros de Propios, asientos +de 12 de junio de 1597). Este prebendado, probable deudo de Luis Vélez +de Guevara, fué quizás quien le hizo entrar de paje en el palacio de don +Rodrigo de Castro, cardenal arzobispo de Sevilla.] + +[Nota 5: Así vino a decirlo Cervantes en la jorn. III de _La gran +sultana doña Catalina de Oviedo_: + + «... hidalgo, pero no rico: + maldición del siglo nuestro; + que parece que ser pobre + al ser hidalgo está anexo.»] + +[Nota 6: En 1902 envié desde Sevilla copia literal del acta de este +grado a don Felipe Pérez y González, en cuyo citado libro, págs. 132 y +siguientes, puede leerla el curioso.] + +[Nota 7: _Las bodas de los Católicos Reyes de España don Felipe III +y doña Margarita de Austria, celebradas en la insigne ciudad de +Valencia. Por Luis Vélez de Santander._ Sevilla, 1599.] + +[Nota 8: En uno de los reimpresos por mí (_Cinco poesías +autobiográficas de Luis Vélez de Guevara_. Madrid, 1908, pág. 11): + + «Esto es cuanto al Archiduque; + cuanto a marciales papeles + de servicios _de seis años_, + escuchadme atentamente. + Si busca Antonio de Losa + soldados que a hablaros entren, + que no sin causa el aplauso + vuestro su atención merece, + Saboya me vió y Milán; + en los años diez y siete + de mi edad, medié la pica + al grabado peto fuerte_(a)_, + con el tercio de Bretaña, + siguiendo al Conde de Fuentes + desde Baya de Zahona, + por ambiciones de nieve, + hasta que, treguas haciendo + con Saboya los franceses, + pasé a Nápoles, de donde + a buscar en sus bajeles + la caravana salí + por todo el mar del Oriente, + con don Pedro de Toledo, + rayo español de Berzeli. + De plomo, como de gorra, + nos saludamos mil veces + las turquescas escopetas + con los cristianos mosquetes, + descubrimos las montañas + de la provincia que tiene + el obelisco de Dios + en prisión irreverente, + hasta que el heroico brazo + vuestro a rescatar se llegue, + para que el número diez + acrecentéis a los Nueve, + y en la primera jornada + de Argel fué mi coselete, + espejo al sol, que, Narciso, + por mi se negó a las fuentes, + llegando a Valladolid + la misma noche del viernes + que, para dicha del mundo, + vos nacéis y Cristo muere.» + +_(a)_ Como veremos en seguida, no tenía diez y siete, sino veintiún +años, cuando dejó su plaza de paje. Trascordóse, pues, Vélez, o, lo que +más creo, le hizo escribir _diez y siete_ la fuerza del asonante.] + +[Nota 9: En pleito promovido por don Jerónimo de Leyva en abril de +1604 ante el Provisor general del arzobispado de Sevilla, con motivo de +haber presentado don Francisco de Acuña, canónigo de aquella Santa +Iglesia, unas letras del Auditor de la Cámara de Su Santidad, por las +cuales le subdelegaba plenariamente sus veces para averiguar si don +Alonso de Ulloa había sido criado del cardenal don Rodrigo de Castro, +declararon a tenor de cierto interrogatorio diversos testigos, entre +ellos Luis Vélez de Santander, o sea nuestro Vélez de Guevara, y Lope de +Vega Carpio. Mi querido amigo el docto cervantista don Adolfo Rodríguez +Jurado, que halló este pleito, sacó a la luz pública la interesante +declaración de Lope en el _Boletín de la Real Academia Sevillana de +Buenas Letras_ (septiembre de 1917), y me ha favorecido copiando para mí +la declaración de Vélez, por la cual se viene en conocimiento de algunas +cosas muy importantes para su biografía. Dijo «que es de hedad de veynte +y cinco años poco más o menos», y respondiendo a la pregunta primera, +que «conoció al Ilmo. don Rodrigo de Castro, arçobispo que fue de +Sevilla, por queste testigo le sirvio de paje quatro años, que el +postrero fue en el que murio el dicho cardenal, porque dos meses antes +que muriera salió este testigo del su servicio....» A la segunda: «que +sabe que el dicho don alonso de ulloa murió en la ciudad de toro por el +mes de agosto del año pasado de seiscientos e tres, y este testigo le +vido en valladolid quince días o veynte antes que muriese....» Y a la +sexta: «queste testigo fue con el dicho cardenal a la dicha jornada de +madrid, valencia y binaros, donde también fué el dicho don alonso de +ulloa....»] + +[Nota 10: Añadió al _Vélez_ el _Guevara_ y omitió el apellido +materno, bien que en Écija siguieron llamándole _Vélez de Dueñas_, como +a su padre. En 1630, año en que escribía el licenciado Andrés Florindo +su _Addicion al libro de Eciia y svs grandezas_ (Sevilla, Luis +Estupiñán, 1631), aún le nombraba así (fol. 4): «Otro insigne Cavallero +desta Ciudad, de excelente ingenio, mui universal en todas historias +(otro don Alonso de Ercilla, o Luis _Vélez de Dueñas_)....»] + +[Nota 11: Como nota el señor Cotarelo, Vélez de Guevara siempre hizo +caso omiso de este primer matrimonio, al cual tampoco se refirió su hijo +don Juan en la carta dirigida a Pellicer que publicó el señor Paz y +Melia; pero en la canción que Salcedo Coronel dedicó a la muerte de +nuestro poeta (_Cristales de Helicona_, Madrid, Diego Díaz de la +Carrera, 1649-1650, folio 31 vto.) hay una tan clara y circunstanciada +alusión a este enlace, que no sé cómo se desvirtúe: + + «Coronado de aplausos y victorias + volviste a España, que fiel previno + en agradables lazos de Himeneo + refrenar la inquietud de tu destino. + Ingrato el esplendor a tus memorias + ardió en las teas que encendió el deseo, + y entre infaustos gemidos sin aseo, + al tálamo condujo temerosa + pronuba Juno a tu querida esposa, + que en dulce nudo apenas + se vió a tu firme voluntad unida, + cuando, de acerbo golpe interrumpida, + sulcó estigias arenas: + Eurídice feliz fuera, si el llanto + no impidiera la fuerza de tu canto.» + +¿Qué enlace fué éste? ¿Tuvo acaso más de arrebatado y soldadesco que de +sacramental?] + +[Nota 12: 24 de septiembre de 1608. Véase la partida matrimonial en +el citado libro de Pérez y González, pág. 192.] + +[Nota 13: Bautizado a 9 de febrero de 1611 (Pérez y González, obra +citada, pág. 193). A este hijo y a la unión de que fué dichoso fruto se +refirió Salcedo Coronel en la estancia que sigue a la transcrita poco +ha: + + + «Segunda vez a más fecundos lazos + rendiste la cerviz aún no domada, + gustoso de tu mismo vencimiento, + por quien, dichosamente dilatada, + conseguiste en recíprocos abrazos + la virtud que inspiró sagrado aliento, + hijo, en fin, que formó tu entendimiento + aún más que la común naturaleza, + porque lograse con igual grandeza, + agradecido el mundo, + fénix que del primero renaciese + y tus doctas cenizas ofreciese + al templo en que facundo + Apolo, por cien bocas espirante, + tus alabanzas dignamente cante.»] + +[Nota 14: Pérez y González, obra citada, pág. 196.] + +[Nota 15: También le señaló pensión el Marqués de Peñafiel: +cuatrocientos ducados en cada un año, desde 1.º de enero de 1622; pero +amén de salir de ordinario inciertas las mercedes de los señores de +aquel tiempo, en las manos de Luis Vélez no había dinero, presente o +futuro, que no se volviera sal y agua.] + +[Nota 16: A estos memoriales me he referido en la nota última de la +pág. IX.] + +[Nota 17: Pérez y González, obra citada, pág. 203.] + +[Nota 18: Sólo producían lo poco en que las compraban los autores de +compañía o las corporaciones que las habían encargado: seiscientos +reales, u ochocientos a lo sumo. Por lo menos de seiscientos no creía +Jerónimo Dalmao, en 1616, que Luis Vélez se prestase a componer cierta +comedia a lo divino _(Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, 1878). +Y don Pedro Calderón, en la jorn. I de _Nadie fíe su secreto_, comedia +anterior al año 1651, hizo decir a dos de sus interlocutores: + + «D. ARIAS. Aquí la doncella vive.... + + LÁZARO. Ni la oigas ni la veas, + señor, hasta que se haga; + que son como las comedias: + sin saber si es buena o mala, + _ochocientos reales cuesta + la primera vez_; mas luego + dan por un real ochocientas. + Déjala imprimir primero; + que comedias y doncellas, + como estén dadas al molde, + las hallarás por docenas.»] + +[Nota 19: Lope, en una de sus cartas al duque de Sessa (Barrera, +Adiciones a la _Nueva biografía de Lope de Vega_, página 616): «Hablaré, +pues V. Ex.ª lo manda, a Vallejo; que, en fin, + + Mi sotana sin reparos + tiene, por ser de probecho, + quatro bocas en el pecho, + mas todas para alabaros. + Y no es por ynportunaros + al hablar en mi sotana, + pues tengo por cosa llana, + según es agradecida, + que si os alaba rompida, + mexor os alabe sana. + +_Parece cosa de Luis Vélez;_ mas, Señor, V. Ex.ª tubo la culpa; que yo +me havía remitido a la onrra portuguesa, que en Castilla llaman +bayeta.»] + +[Nota 20: Pérez Pastor, _Bibliografía Madrileña,_ tomo III, pág. +509.] + +[Nota 21: Pérez y González, obra citada, pág. 207.] + +[Nota 22: Pérez y González, obra citada, pág. 210.] + +[Nota 23: A fines del año 1851 un señor Pianitzky, pensando en +traducir al ruso _El Diablo Cojuelo_, pidió explicaciones a la Academia +Española acerca de ciertas dudas que se le habían ofrecido. Dado encargo +al académico don Agustín Durán para que respondiese, este señor, por +abril del año siguiente, dió cuenta de haberlo cumplido, en la medida de +sus fuerzas. Pero ¡cómo lo cumplió, Dios santo! Hago gracia al lector de +los demás trámites de aquel desdichado asunto: baste decir, para que los +manes de Durán no se irriten demasiado, que en aquella ocasión durmió +Homero a pierna suelta, y durmieron con él cuantos pusieron las manos, o +formulariamente hicieron que las ponían, que es lo más probable, en las +empecatadas _ilustraciones_ de Durán. Aquella larga serie de lamentables +yerros, que el lector curioso puede examinar en el departamento de +manuscritos de la Biblioteca Nacional (Ms. 13881)--pues a ella fueron a +parar, con la del, por otra parte, meritísimo colector de nuestros +romances, los borradores de su inverosímil trabajo--, convidaba, ¿qué +digo convidaba?, requería a volver por la honra del malparado Vélez, y, +en general, por los fueros de nuestro idioma; el señor Bonilla no +resistió a tentación tan plausible, y es de justicia reconocer que en +mucha parte logró su intento, explicando bien muchas cosas de que Durán +no había sabido darse acertada cuenta.] + +[Nota 24: Nota de la pág. VIII de la introducción: «Tuve entonces +[en 1902] la fortuna (que por tal la disputo) de hallar un erudito y +amable crítico en la persona del señor don Felipe Pérez y González, el +cual publicó en _La Ilustración Española y Americana_ y reunió después +en un volumen (_El Diablo Cojuelo_, Madrid, 1903) algunas _notas_ acerca +de mis Comentarios, que inmerecidamente declaró «dignos de aplauso y +alabanza». La disconformidad en que estoy con algunas de sus +apreciaciones no obsta para que reconozca la exactitud de otras, ni para +que aproveche con gratitud sus enseñanzas, como aprovecharé y agradeceré +siempre las que se me den con fundamento. Aspiro constantemente a +realizar trabajos útiles, pero jamás tuve la ridícula pretensión de que +fuesen perfectos.»] + +[Nota 25: Santiago de Chile, Imprenta de San José, 1915, página 15.] + +[Nota 26: Pág. 190 de la edición de Zaragoza, s.i., 1697.] + +[Nota 27: Tomo IV, pág. 386, 13.] + +[Nota 28: Sin lugar ni año, pero en Sevilla, hacia 1630.] + +[Nota 29: Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo +91 de causas, núm. 176, fol. 85.] + +[Nota 30: _Ibid_., legajo 94, núm. 226.] + +[Nota 31: Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Valencia, +legajo 25 de causas, núm. 1.] + +[Nota 32: Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo +83 de causas, núm. 41.] + +[Nota 33: Inquisición de Toledo, legajo 86 de causas, número 73.] + +[Nota 34: El señor Bonilla, al opinar en esto contra Pérez y +González, opinó también contra sí, pues en su edición de 1902, página +XXVII, había dicho: «Podemos concluír, pues, que _El Diablo Cojuelo,_ +empezado hacia 1630, hubo de terminarse después del mes de febrero de +1637, fecha de las mencionada fiestas»; refiriéndose a las celebradas en +el Retiro, en que Luis Vélez, como presidente, leyó el mismo soneto que +don Cleofás lee en la Academia Sevillana (tranco IX de la presente +edición) y, con leves variantes, las mismas _Premáticas y ordenanzas_ +que lee en otra junta de la sobredicha Academia (tranco X.)] + +[Nota 35: También yo caí en la tentación de hacer sobre ello algunas +pesquisas, y a este fin, pues al principio del tranco IX se nombra +como asistente de Sevilla al Conde de Salvatierra, averigüé cuándo tomó +posesión de este cargo y cuándo cesó en su ejercicio, por si lo uno o lo +otro diese alguna luz para el pleito. No la da: su asistencia duró desde +el día 24 de abril de 1634 hasta el 3 de julio de 1642, en que dió +posesión al Conde de la Puebla del Maestre, y haciéndome el razonamiento +que en el texto queda, sobreseí en la investigación.] + +[Nota 36: Córdoba, Salvador de Cea, 1630. 4 hs. sin foliar.] + +[Nota 37: Verbigracia, en un pasaje del tranco I y en otro del IX.] + +[Nota 38: Página 237 de mi edición crítica de _Rinconete y +Cortadillo_ (Sevilla, 1905). A mayor abundamiento, vea el curioso, +porque es concluyente y _definitivo_--como dicen ahora--algo de lo que +advirtió el sabio maestro Menéndez y Pelayo para explicar por qué en la +hermosa edición académica de las _Obras de Lope de Vega_ no había de +copiar servilmente los antiguos textos: «...Publíquense +enhorabuena--observaba--con estricto rigor paleográfico (y no de otro +modo deben publicarse) todos los monumentos literarios anteriores a la +era de los Reyes Católicos; pero séanos lícito disfrutar, como de cosa +familiar y doméstica, de todo el tesoro de nuestras letras clásicas, y +no nos empeñemos en ahuyentar a las gentes de la lección de nuestros +autores de la edad de oro, presentándolos en textos de aspecto +repulsivo, sólo para que algún filólogo tenga el placer de saber a +ciencia cierta que Calderón, en _El Mágico prodigioso_ escribió (verso +754), _hedad_ con _h_.»] + +[Nota 39: _Naveta_, en su antigua acepción de _gaveta_ o cajoncillo +corredizo de una papelera o escritorio: _vne leyette d'vn cabinet ou +d'autre chose_, definió César Oudin en _Le Tresor des devx langves +espagnolle et françoise_. (Sírvome de la edición de París, M.DC.XLV.)] + +[Nota 40: Llamaban _mosqueteros_, como dice el _Diccionario_ de la +Academia, a los que en los antiguos corrales de comedias las veían de +pie desde la parte posterior del patio. Y a silbar a los cómicos +llamaban, consiguientemente, _mosquetear_, verbo que falta en el dicho +léxico. Ruiz de Alarcón, en el acto I de _Mudarse por mejorarse_: + + «REDONDO. ...Representante afamado + has visto, por sólo errar + vna sílaba, quedar + a silbos _mosqueteado_.» + +A lo que parece, o era reciente el silbar en el teatro cuando el +admirable poeta mejicano escribió _Todo es ventura_, o se había +introducido de nuevo esa grosera costumbre, pues en el acto I dicen dos +interlocutores: + + «DUQUE. ¿Tú, Fabio? + + FABIO. Yo, en la comedia. + + DUQUE. ¿Pareció bien? + + FABIO. No, señor, + con ser divino su autor; + porque si no se remedia + _esta nueva introdución + de los silbos_, es forzoso + que pierda el más ingenioso + a los versos la afición.»] + +[Nota 41: Vélez de Guevara fué muy dado a buscar el donaire +acomodando a su intento los modismos y refranes vulgares, por medio del +trueque de una o más de sus palabras. Así, iremos viendo, verbigracia, +en el curso de esta novela, _Dar gato por demonio, Irse al infierno en +coche y en alma, Preñada de medio ojo, Astrólogo regoldano, Lo que es +del diablo, el diablo se lo ha de llevar, Si Dios me tiene de sus +consonantes, Siempre quiebra la soga por lo más forastero, Salud y +consonantes, Servir a su Majestad con dos comedias en Orán,_ meras +modificaciones de los refranes y frases _Dar gato por liebre, Irse al +infierno en cuerpo y alma, Tapada de medio ojo, Castaña regoldana, Lo +que es del agua, el agua se lo lleva, Si Dios me tiene de su mano, +Siempre quiebra la soga por lo más delgado, Salud y gracia_, y _Servirá +su Majestad con dos lanzas en Orán_. Tales acomodamientos pertenecen, +sin duda, a la clase de _chistes baratos_; quiero decir que cuestan +poco al ingenio de su inventor. Por fortuna, Vélez de Guevara tiene, y +sabe lucirlos, méritos de muchos más quilates que estas gracias frías.] + +[Nota 42: Lo de haber nacido _para número de los demás_ puede ser +reminiscencia de aquel verso de una de las epístolas de Horacio: + + «Nos numeri sumus, _fruges consumere nati_.» + +Análogamente Ruiz de Alarcón, en el acto I de _La verdad sospechosa_: + + «D. GARCÍA. Quien vive sin ser sentido, + quien _sólo el número aumenta_ + y hace lo que todos hacen, + ¿en qué difiere de bestia?»] + +[Nota 43: Sabidísimo es que se llamaba _corral de comedias_, como +dice el _Diccionario_ comúnmente llamado _de autoridades_, «la casa, +patio o theatro donde se representan las comedias. Diósele este +nombre--añade--porque ordinariamente están descubiertos».] + +[Nota 44: _Las bocas abiertas_, especie de ablativo absoluto, +frecuentemente usado por nuestros escritores.] + +[Nota 45: Llamóse _corchetes_, figuradamente, a ciertos ministros +inferiores de la justicia, servidores de los alguaciles, porque, en +frase de Covarrubias, _Tesoro de la lengua castellana, o española,_ +«asen como estos ganchuelos».] + +[Nota 46: _Con lo mío me haga Dios merced_, decíase para indicar que +no se deseaba nada allegado con riesgo o por mal camino. Así lo dijeron, +simple o socarronamente, aquellos benéficos forajidos de la Sierra de +Cabrilla que partían con el robado lo que éste llevaba. De ellos dice +Luque Fajardo (_Fiel desengaño_ _contra la ociosidad y los juegos, +Madrid, 1606,_ fol. 291) que, habiendo tropezado con ellos un labrador +«y como no llevase más de quinze reales, que eran expensas de su viaje, +hecha la quenta cabian a siete y medio; no se hallaua a la sazon trueque +de vn real, y el buen labrador (que diera aquella cantidad, y otra de +más momento, por verse fuera de sus manos) rogauales encarecidamente +tomassen ocho reales, porque él se contentaua con siete.--De ninguna +manera (respondieron ellos): _con lo que es nuestro nos haga Dios +merced_».] + +[Nota 47: _Mareta_, en la acepción figurada que registra el léxico +de la Academia: «Rumor de muchedumbre que empieza a agitarse, o bien a +sosegarse después de agitación violenta».] + +[Nota 48: En los prólogos se ha solido llamar al lector _cándido, +benévolo, pío_ y otras cosas a este tono, y Vélez juega de las dos +acepciones del primero de estos vocablos, oponiendo a _cándido,_ que +etimológicamente significa _blanco_, el adjetivo _moreno_, cosa parecida +a estotro donaire que por los años de 1612 había usado Quevedo en el +prólogo de _El Mundo por de dentro_: «Al lector, como Dios me lo +deparare, _cándido_ o _purpúreo, pío_ o _cruel, benigno_ o _sin +sarna_.»] + +[Nota 49: Dice _de la jineta de los consonantes_ por lo encogido que +va el poeta sujetándose al metro y la rima; _y la brida de la prosa,_ +porque en ella se extiende el ingenio libremente. Sabidísimo es que el +que cabalgaba a la jineta llevaba encogidas las piernas, y estiradas a +todo su largo el que cabalgaba a la brida.] + +[Nota 50: _Despensas_, más bien que _gastos o costas_, significa en +este lugar _necesidades_.] + +[Nota 51: Llamábase _autores de comedias por su Majestad_ a los +empresarios teatrales que tenían licencia real para formar compañía.] + +[Nota 52: Porque algunos cojos andan a _trancos_ se les suele llamar +festivamente _cojitrancos_.] + +[Nota 53: _Leyenda_, en su antigua acepción de _lectura. Leenda_ +dice todavía el vulgo andaluz.] + +[Nota 54: _Y yo menos que agradecerte_, quiere decir.] + +[Nota 55: _Por no ser para más_ era expresión usual en la respuesta +de las cartas y billetes de antaño. Véase, por ejemplo, el borrador de +una escrita al Secretario de la Universidad de Alcalá de Henares por un +su dependiente. Está al fin del libro de matrículas de 1566: «Los días +pasados me hicieron merced de responderme con aquellos caballeros, los +quales vinieron de su tierra de V.m.; y _por no ser para más_ la carta +que V.m. me ynbió no escribo más a V.m. el secretario mi señor. Oi lunes +a catorze de mayo.» (Archivo Histórico Nacional.) Por donaire, pasó tal +expresión a la plática verbal; así, verbigracia, en el _Quijote_ (II, +34), por boca de un supuesto demonio: «Y _por no ser para más_ mi +venida, no ha de ser más mi estada.» Y Pérez de Montalván, en la jornada +I de _La Doncella de labor_: + + «D.ª ISABEL. ...Y lo demás, finalmente, + es que ya las doce son, + y que ha venido la silla, + y por ser tarde me voy, + de vos muy enamorada, _(A D. Diego_.) + y muy celosa de vos; _(A D.ª Elvira_.) + y _por no ser para más,_ + a buenas noches, adiós.»] + +[Nota 56: _A los que fueren entonces_, es decir, _a los días del mes +que fueren_ entonces, cuando el libro salga a luz.] + +[Nota 57: Don Juan Vélez de Guevara nació en Madrid y fué bautizado +en la iglesia parroquial de San Andrés, a 9 de febrero de 1611. Publicó +su partida bautismal mi inolvidable amigo don Felipe Pérez y González, +en su excelente libro intitulado _El Diablo Cojuelo: notas y +comentarios_ (Madrid, 1903), página 193.] + +[Nota 58: De llamar los hechiceros _hora menguada_ a la que ya +estaba acabándose, por suponer que el resto de ella era ocasionado a +malos sucesos, se pasó a dar ese nombre al «tiempo fatal o desgraciado +en que se sucede un daño o no se logra lo que se desea». Y Vélez llama a +la de las once de la noche _hora menguada para las calles_, porque en +ella, al tiempo en que supone la acción de su relato, se vertían, por +las puertas de las casas, las aguas inmundas. Así se mandó y pregonó en +la coronada villa a 23 de septiembre de 1639, por acuerdo de los +alcaldes de casa y corte (Archivo Histórico Nacional, Libros de gobierno +de la Sala de Alcaldes, fol. 221 del dicho año): «... que ninguna +persona bacie por las ventanas y canelones agua ni ynmundicias ni otras +cosas, sino por las puertas de las calles; _en berano las puedan baciar +a las once dadas de la noche_, y en ybierno dadas las diez della, pena +de quatro años de destierro y veinte ducados a los amos que lo +consintieren, y de zien azotes y seis años de destierro a los criados y +criadas que lo hecharen, y de pagar los daños que hicieren....» Por esta +hora del «¡agua va!» Ruiz de Alarcón hizo decir a Hernando, de noche y +en la calle, en el acto III de _Los Favores del mundo_: + + «¡Poh! ¡Mal hubiesen los gatos + que dan algalia a estos botes! + Ya empiezan las cosas malas + _de entre las once y las doce_.»] + +[Nota 59: Con esto de _boqueaba coches_ se quiere decir que daba +las boqueadas el pasear por el Prado, del cual salían ya los pocos +coches que quedaban en él.] + +[Nota 60: Porque el agua del Manzanares no cubría las desnudeces de +los que se bañaban en él, dijo Celia en _La Dorotea_, de Lope de Vega, +acto II, escena II: «... ¿cómo puedes negar la culpa que tiene [el río] +en que, siendo los veranos tan humilde, se deja entrar de mil géneros de +hombres y mujeres, hecho un valle de Josafat?»] + +[Nota 61: Con los donaires que se han escrito a costa del ruin +caudal del Manzanares se podrían llenar muchas páginas. Véanse siquiera +dos muestras. Tirso de Molina, en un romance que insertó en sus +_Cigarrales de Toledo_: + + «Según arenas criáis + y estáis ya caduco y viejo, + moriréis de mal de orina, + como no os remedie el cielo. + Como Alcalá y Salamanca, + tenéis, y no sois colegio, + vacaciones en verano + y curso sólo en invierno.» + +Y Castillo Solórzano, _Tiempo de Regozijo, y Carnestolendas de Madrid_ +(Madrid, Luis Sánchez, 1627), fol. 114 vuelto: + + «...Este, pues, charco ambulante, + olla de tantos mondongos, + pelador de pies de puerco, + si no de panças de tomo, + reseruó entre dos alisos, + tres álamos y dos pobos, + para retirados baños, + cierto cristal, aunque poco.»] + +[Nota 62: _Ite, rio est_, dicho macarrónicamente, a imitación del +_Ite, missa est_, como si dijeran: «¡Ea, se acabó el río!», porque la +poca agua que de él quedaba se la habían llevado los Adanes y las Evas +en las sábanas con que se habían enjugado. El señor Bonilla dice en las +notas de su edición de 1910--pocas veces aludiré a la de Vigo +(1902)--que Vélez, con las palabras _Ite, rio est_, «evidentemente se +refiere al canon de la misa». Si él está en lo cierto, no lo está el +_Diccionario_ de la Academia Española, según el cual _canon_ es aquella +parte de la misa que comienza en el _Te igitur_ y acaba con el _Pater +noster_.] + +[Nota 63: A diferencia del señor Bonilla, paréceme que con la frase +_hidalgo a cuatro vientos_ no quiso decir nuestro autor que _don +Cleofás_, yendo por el tejado, «se hallaba expuesto a todos los aires», +sino que era un hacia hidalgo, sin casa solariega, y, por tanto, a la +intemperie o a _los cuatro vientos_. Él mismo dice más adelante que por +lo de llamarse Leandro, como el infortunado amador de Hero, tenía su +ejecutoria en las obras de Boscán y Garcilaso.] + +[Nota 64: Para ser encrucijada _de apellidos_ le faltaban dos, pues +no tenía más de otros tantos. Vélez contó con ellos los dos nombres de +pila.] + +[Nota 65: Hoy diríamos _que le iba a los alcances_.] + +[Nota 66: Decir, por metátesis, _estrupo_ fué cosa corriente en los +siglos XV, XVI y XVII. Véase algún ejemplo. Fernán Pérez de Guzmán, en +su _Confesión rimada_: + + «De aqueste mal cuerpo otro nombre es + que se llama _estrupo_, e su propia maldad + es en desflorar la virginidad....»] + +[Nota 67: Refiérese a la expresión vulgar figurada _sin comerlo ni +beberlo_.] + +[Nota 68: _Veintidoseno_, dicho en buen romance, y no _vigésimo +segundo_, que sería decirlo a la latina.] + +[Nota 69: Por estas _multiestupradas_ de fines del siglo XVI y todo +el XVII decía Mateo Alemán en su _Guzmán de Alfarache_, parte I, libro +III, cap. II: «... nunca quien lo come lo paga, o por grandísima +desgracia. Siempre suele salir horro el dañador, y después lo echan a la +buena barba; siempre suele recambiar en un desdichado.» Y, más tarde, +Moreto, en la jorn. II de _Todo es enredos amor_: + + «D. FÉLIX. ...Porque hay mujeres en esta + ciudad, de corta fortuna, + que al cebo de su belleza + suelen traer muchos peces, + y al ignorante que pesca + el anzuelo de su cara + le echan la justicia a cuestas + y la cruz del matrimonio.»] + +[Nota 70: A las palabras _para en uno son_ pone el señor Bonilla por +comentario: «Frase del ceremonial religioso del matrimonio». Ignoro de +dónde pudo sacar esta peregrina especie. _En uno_ significa +_juntamente_, como se echa de ver en muchas cédulas reales de Don +Alfonso el Sabio, dadas _en uno_ con la reina Yolant su mujer, y en +otras de Don Fernando IV: «E nos el sobredicho rey, regnante _en uno_ +con la reina doña Constanza mi mujer....» Y _para en uno son_ díjose de +los novios, desposados o por desposar, en el sentido de que están +destinados para vivir _en uno_ o _juntamente_. Así lo demuestran los +siguientes pasajes de Lope de Vega. En el acto I de _Peribáñez y el +Comendador de Ocaña_ cantan los músicos: + + «Y a los nuevos desposados + eche Dios la bendición; + parabién les den los prados, + pues hoy _para en uno son_.» + +Y en el acto I de _Fuente Ovejuna_: + + «LAURENCIA. ...En todo el lugar hay moza, + o mozo en el prado o soto, + que no se afirme diciendo + que ya _para en uno somos_.»] + +[Nota 71: Llama a la muerte _el vicario Responso_, porque, como el +vicario o juez eclesiástico, tiene poder para separar a los casados.] + +[Nota 72: El léxico de la Academia registra las formas _boarda_ y +_buharda_, y no la que ocurre en este lugar del texto.] + +[Nota 73: Añade _y la boca_ aludiendo a la costumbre de besar la +tierra los que llegaban a ella después de haber corrido grande peligro +en el mar. Así dice el Cautivo en el _Quijote_ (I, 41): «Embestimos en +la arena, salimos a tierra, _besamos el suelo_, y con lágrimas de muy +alegrísimo contento dimos todos gracias a Dios....»] + +[Nota 74: Llama _ministros del agarro_ a los que antes (7, 4)[45] +había llamado _corchetes_.] + +[Nota 75: Así en la edición original, que páginas adelante estampa +_Bitigudino_. Es apellido tomado del nombre _Vitigudino_, villa de la +provincia de Salamanca.] + +[Nota 76: _Moneda chanflona_ es la toscamente falsificada, difícil +de pasar sino cuando hay poca luz. Nuestros diccionarios registran el +aumentativo _chanflón,_ y no el positivo _chanfla_, muy corriente en +Andalucía con idéntico significado. Y aun de _chanfla_ dicen _¡Chanfle!_ +al acabar de contar alguna cosa poco creíble, como si dijeran: _¡Pase, +como moneda chanflona_!] + +[Nota 77: _A gatas_, porque andaban a cuatro pies por los tejados en +busca de don Cleofás; y _jinetes que corrían sus costas_, por alusión a +la que se llamó y llama Cervantes (_Quijote_, I, 41) _caballería de la +costa_, de la cual trató largamente Pérez y González en _El Diablo +Cojuelo: notas y comentarios_, páginas 13-17.] + +[Nota 78: Toda esta alegoría es alusión a los frecuentes desembarcos +que hacían en nuestras costas los corsarios moros, y a la presa que de +ellas solían arrebatar, no obstante el cuidado de los _atajadores_ o +_jinetes de la costa_.] + +[Nota 79: _Mohatrera de doncellazgos_, porque, como el mohatrero, +volvía a quedarse con lo mismo que vendía; en este caso, con la propia +fingida doncellez, vendida ya a tantos galanes. «_Mohatra_--dice +Covarrubias--es la compra fingida que se haze vendiendo el mercader a +más precio del justo y teniendo otro de manga que lo buelva a comprar +con dinero contante a menos precio.»] + +[Nota 80: _Chapetón,_ significando _inocente_ o _boquirrubio_. +Llamaban _chapetón_ en Indias a los que, por recién llegados, ignoraban +las costumbres y trato de aquella tierra. El adjetivo _doncellil_ falta +en el _Diccionario_ de la Academia.] + +[Nota 81: Contra lo que pudiera sospecharse, _suceso_, en +equivalencia de _éxito_ o _resultado_, no tiene nada de galicismo.] + +[Nota 82: El señor Bonilla, anotando este lugar, habla de la _silla_ +llamada _cadera, cadiera o cadira_, y de unas _mesas de cadera_ o _de +cadiera_; pero no de la _mesa de cadena_. Por si, como creo, puede +aprovechar a algún investigador más afortunado que nosotros, diré que en +la almoneda de los bienes que quedaron por muerte del maestro Juan de +Mallara se lee: «yten _vna mesa vieja de cadena_ con su banco....» +(Archivo de Protocolos de Sevilla, Gaspar Romano, libro 2.º de 1571, +fol. 1991.) Y en el inventario de los bienes de don Carlos de Álava: +«yten otra mesa de nogal de gonzes _con el banco de cadena_». (Archivo +de Protocolos de Valladolid. Juan Ramos, 1604, folio 133 vto.)] + +[Nota 83: Claro es que se refiere a lo que el léxico de la Academia +llama _efemérides astronómicas._] + +[Nota 84: La _magia_ o _mágica negra_ a diferencia de la blanca, que +es lo que podríamos llamar mera prestidigitación y _física recreativa_, +fué siempre arte reprobado, porque nada se hace en él sin pacto expreso +o tácito con el demonio.] + +[Nota 85: Era cosa general creer que los hechiceros solían tener un +demonio familiar metido en una redoma. Rojas Zorrilla en la jorn. II de +_Lo que quería ver el Marqués de Villena_: + + «ZAMBAPALO. Señor, he de hablar de veras: + yo tengo miedo. + + MARQUÉS. ¿Por qué? + + ZAMBAPALO. Porque deste hombre me cuentan + que tiene en una redoma + un demonio.»] + +[Nota 86: _Respondieron_, plural impersonal muy frecuente en +nuestros buenos escritores de antaño, y aún hoy en el habla de nuestro +vulgo. Véase en mi edición del _Quijote_, publicada en esta colección de +_Clásicos Castellanos_, cómo lo usaba Cervantes (VI, 53, 14, 125, 3, +137, 8; VII, 14, 5, etc.).] + +[Nota 87: En la superstición peninsular--como en otro lugar +indiqué--los cuatro diablos mayores del infierno son _Lucifer, Belcebú, +Satanás y Barrabás._ Así lo decía en 1512, en una de sus confesiones, +Juan de Chaves (Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Valencia, +legajo 24 de causas, núm. 8): «... e yo lamé e cridé a satanás, y a +Amanecidos, y a la rreyna Siuilla, y algunas vezes a los quatro mayores +del Infierno, es a saber, a Lucifer, belzebuc, satanás y barrabas....»] + +[Nota 88: _Chisme_ era femenino en los siglos XVI y XVII. Juan de +Castellanos, _Elegías de varones ilustres de Indias_, parte I, elegía +VI, canto I: + + «Huye _la chisme_, cesa la conseja, + crece contento, nace regocijo....» + +Covarrubias, en este artículo: «... assi el chismoso dize a hurtadillas +_la chisme_ a la oreja, que parece llegó tan solo a soplalla....»] + +[Nota 89: Recónditas son las más de estas cosas que el diablillo +enredomado dice haber traído al mundo: sería preciso ser punto menos +diablo que él mismo para averiguar noticias de algunas de ellas; pero de +otras puede decirse algo, y aun de tal cual se ha dicho no poco en +libros antiguos y modernos. De la _zarabanda_ traté con bastante espacio +en mi _Loaysa de «El Celoso Extremeño»_ (Sevilla, 1901), páginas +257-287, y para su estudio aporta el señor Bonilla otros datos +estimables.] + +[Nota 90: Del _déligo_ llamándole _deligo,_ sólo dice Bonilla: +«Baile de la época», y el señor Puyol y Alonso, en su edición de _La +Pícara Justina_ (Madrid, 1912), tomo III, página 155, a las palabras «en +el ayre repiqué mis castañetas de repica punto, _a lo deligo_, y di dos +vueltas a buen son», comenta: «Era un género de baile», y cita el pasaje +de _El Diablo Cojuelo_. Algo podré añadir yo. En primer lugar, este +baile se llamaba _déligo,_ y no _deligo;_ lo demuestra Lope de Vega en +el siguiente pasaje del acto II de _Los Locos de Valencia_. + + «FEDRA. Bailemos, que estamos tristes. + + GERARDO. Creciendo va su porfía. + + _(Bailen.)_ + + LAIDA. _Déligo, déligo, déligo_.... + + GERARDO. ¿Qué es esto, sobrina mía? + + FLORA. _Que déligo del andéligo._» + +Haciendo breve a _déligo_ y _andéligo_ no constarían los versos en que +están estos nombres. _Andéligo_ llamaban también a este baile, como se +echa de ver en el ejemplo que antecede y en un pasaje del _Romancero +general_, folio 425 vto. de la edición de 1604, por la cual cito +siempre: + + «No viue ufana Seuilla + con tantas damas de precio + que les tiene puesto el vso, + aunque valen mucho menos, + ni tiene tantos deuotos + aquel donayre inquieto + de _andéligo_ y zarabanda + de Guadalquiuir a Ebro....»] + +[Nota 91: Del baile de la _chacona_ traté en mi citado estudio sobre +_El Loaysa_, pág. 282. Véase además la nota 124 de Amezúa en su +excelente edición crítica de _El Casamiento engañoso y el Coloquio de +los perros_. De _la zarabanda_ y _la chacona_ tomaron nombre ciertas +ropas mujeriles (_Romancero general_, fol. 387 vto.): + + «...Ni que traygan verdugados, + alzacuellos y gorgeras, + vrracos, bobos, _chaconas, + çarabandas_ ni arandelas.»] + +[Nota 92: Al _bullicuzcuz_ se refiere, como presume el señor +Bonilla, esta letra que trae Quevedo en _El entremetido y la Dueña y el +Soplón_, y claro es que, según por ella se infiere, el _bullicuzcuz_ era +un baile, y no un juego: + + «Zarabullí, + Ay, bullí, bullí, de zambullí, + _bullí, cuz, cuz_, + de la Vera-Cruz, + yo me bullo y me meneo, + me bailo, me zangoteo, + me refocilo y recreo + por medio maravedí. + Zarabullí.»] + +[Nota 93: _La capona_ era un baile andaluz, propio de gente +apicarada, a juzgar por lo que dice Quevedo en su romance intitulado +_Cortes de dos bailes_ (Musa V): + + «Muy lampiña _la Capona_ + y con ademanes brujos, + _por Córdoba y por el Potro_ + viene calzada de triunfos.» + +_La capona_ no fué sino _la chacona_ remozada, según se colige por estos +versos de Salas Barbadillo en su _Entremés del Prado en Madrid y Baile +de la Capona_: + + «D.ª JULIA. ¿Puede haber cosa buena si es _capona_? + + ROBLEDO. Sólo una que llaman _la chacona_. + + D.ª TOMASA. _La chacona_ ¿no es baile muy antiguo? + + ROBLEDO. Remozóla un capón con gran donaire. + + ROSALES. Son los capones gente de buen aire.»] + +[Nota 94: De algunos de estotros bailes populares, como de tal cual +de los antes nombrados, trata don Emilio Cotarelo en su introducción a +la _Colección de entremeses, loas...,_ publicada en la _Nueva Biblioteca +de Autores Españoles._] + +[Nota 95: Según Covarrubias, «_pandorga_ es vna consonancia alocada +y de mucho ruido, que resulta de variedad de instrumentos.» Gómez de +Tejada, en un pasaje (que cita el _Diccionario_ de autoridades) de su +_León prodigioso_, contrapone _pandorga_ a _música._] + +[Nota 96: Don Juan de Caramuel, en su _Rhytmica_ (apud _Sanctum +Angelum della Fratta; ex Typographia Episcopalis Satrianensi, +M.DC.LXV_), al tratar (pág. 135) _De versibus quos_ xacara _appellat +Hispanus_, quiere que este vocablo venga de la raíz hebrea _zacar = +meminisse_, de donde _zácara = memoria, commemoratio, narratio_. No hay +tal cosa, sino que al _rufián_ llamaron _jácaro_ o _jaque_ en el habla +germanesca, y _jacarandina_ a esta habla, y _jácara_ al cantar de los +_jaques o jácaros_.] + +[Nota 97: El señor Bonilla asegura que _las papalatas_ son un +«género de juego popular», y no habría holgado añadir de dónde tomó esta +noticia. De mí confieso que no he hallado esa palabra más que en el +texto de Vélez.] + +[Nota 98: Estos _comos_ no son ni parientes lejanos de otros _comos_ +griegos que registra en su _Vniuersal vocabulario_ Alonso de Palencia, y +recuerda el señor Bonilla antes de venir a parar al significado que +tienen en la enumeración de Vélez de Guevara. _Como_, en esta acepción, +significa _burla, chasco_, y así lo dice en su _Diccionario_ la +Academia, si bien da por anticuada tal voz. Si no es anticuado lo que se +ha dicho con alguna frecuencia desde el tiempo de los Reyes Católicos +acá (y ésta es la norma que sigue la Academia), _como_ no es voz +anticuada, porque la han usado Tirso de Molina, Quevedo, Cubillo de +Aragón, Salas Barbadillo, Belmonte, Quiñones de Benavente y muchos +otros.] + +[Nota 99: Sospecho que esta _mortecina_, que no hallo en nuestros +vocabularios, es lo que por otro nombre se llamó _culebra_, pesadísima +broma, especialmente carcelaria, de que traté en _El Loaysa de «El +Celoso Extremeño»_, pág. 175, nota, y que define el _Diccionario_ +académico en la cuarta acepción de la voz _culebra_.] + +[Nota 100: _Títeres,_ dicho por las figurillas que los titereros, +como el maese Pedro del _Quijote_, mostraban en sus retablos. De los +antiguos _títeres_, además de la frase figurada _No quedó títere con +cabeza_, perdura en el habla vulgar otra, que falta en el léxico de la +Academia: _Dársela a uno por boca de títere._] + +[Nota 101: Hoy llamamos _volatines_ a los ejercicios del _volatín_ +de años atrás, y a éste, _funámbulo_.] + +[Nota 102: _Saltabanco_ llama preferentemente la Academia, aunque +registra además las formas _saltabancos, saltaembanco_ y +_saltaembancos_, a los charlatanes de plazuela que, sobre un banco o +mesilla, con aprensión escasa y cháchara abundante, engañan a la gente +popular vendiéndole fingidos medicamentos, o embaucándola con +cualesquier otras socaliñas. Como suelen ser o suponerse extranjeros, el +vulgo, a lo menos en Andalucía, extranjeriza el nombre y los llama +_saltimbanquis_.] + +[Nota 103: _Maese Coral_ nombraban al que hacía juegos de manos, o +de pasa, pasa, porque, según Covarrubias, art. _coral_, «los charlatanes +y embusteros que traen estos juegos se desnudan de capa y sayo, y quedan +en vnas jaquetas o almillas coloradas, que parecen troncos de coral». +También se llamó a los ejercicios de prestidigitación _juego de Maese +Escolar o de Maese Gicomar_.] + +[Nota 104: De la personalidad demoniaca llamada _el Diablo Cojuelo_ +he tratado con alguna extensión en el prólogo.] + +[Nota 105: _Rebelión_ era antaño del género masculino, y así Mármol +Carvajal tituló uno de sus libros _Historia_ del rebelión _y castigo de +los moriscos del reino de Granada_. Francisco Santos, que tomó algo de +la novela de Vélez de Guevara para sus _Postrimerías del hombre y +Tribunal espantoso_ (apud _Obras en prosa y verso_..., Madrid, 1723, +tomo I, pág. 332), hace decir al Diablo Cojuelo: «Yo soy aquel que, +aunque estropeado el cuerpo desde aquella batalla _del rebelión +celestial_....»] + +[Nota 106: _Y todo_, significando _también,_ como en diversos +lugares del _Quijote_ (I, 176, 9; IV, 259, 11; VI, 34, 15; VII, 85, 7, +etc.)] + +[Nota 107: Es refrán contrahecho, parodia de aquel que dice: _Camino +de Santiago, tanto anda el cojo como el sano_. También don Jerónimo +Cáncer parodió este refrán, en un vejamen que dió siendo secretario de +cierta Academia (_Obras poéticas de_..., pág. 107 de la edición de +Madrid, Manuel Martín, 1761): «... porque _camino del Parnaso, tanto +anda el cojo como el corcovado_.»] + +[Nota 108: Como dice el _Diccionario_ de autoridades, _trato_, +«figuradamente se toma por traición oculta e infidelidad con que, +faltando a la fe debida, se ofrece entregar alguna plaza, ciudad o +fortaleza al enemigo». Aquí se refiere a persona, pero con ese mismo +significado.] + +[Nota 109: Si Vélez no confundió en este lugar lo que es refrán con +lo que es modismo, parece que debe de haber, según esto, un refrán que +diga: _El Diablo Cojuelo trae a los demás al retortero_, o cosa +análoga.] + +[Nota 110: La frase _con sus tachas buenas y malas_, que aquí se +aplica a sí propio el Cojuelo, es, como demostré en otra ocasión, un +tópico de las antiguas escrituras de venta de caballerías. En el Archivo +de Protocolos de Illescas, escribanía de Esquivias, encontré, al buscar +documentos cervantinos, la escritura referente a una yegua (2 de +noviembre de 1591) «que de vos compré e rezebi _con sus tachas buenas y +malas_, encubiertas o descubiertas, a vso de feria....»] + +[Nota 111: _Cortesía_, en su acepción, hoy poco usada, de +_tratamiento_.] + +[Nota 112: _Príncipes de la Guinea infernal_, aludiendo a ser el +infierno, como la Guinea, patria de negros habitantes.] + +[Nota 113: De llamar _jigote_ a la carne asada y picada menudamente +se pasó a decir _hacer jigote_ una cosa, o de una cosa, significando +hacerla pedazos muy pequeños. Y aún, para más exagerar, como buen +andaluz, escribió don Francisco de Leiva en la jorn. II de _El Socorro +de los mantos_: + + «D. FERN.º Por Dios que la bellaca me ha picado. + + MOSTACHÓN. _Hecho veinte jigotes_ te ha dejado.»] + +[Nota 114: En la edición príncipe, por yerro, _mulatas_.] + +[Nota 115: Díjose _mayores de marca_, o _de más de la marca_, por +traslación de lo que se decía de las espadas, de los cuellos y de otras +cosas que, como éstas, no debían exceder de la longitud o anchura que se +les fijaba en pragmáticas u ordenanzas.] + +[Nota 116: _Barbado en Hircania_, es decir, con los pelos de las +barbas tan recios como tienen los tigres los de sus bigotes. Sabidísimo +es que, especialmente en verso, pocas veces se nombra al tigre sin +llamarle _hircano_.] + +[Nota 117: También por este pasaje se echa de ver que Francisco +Santos, aun habiendo formado tan desfavorable juicio de la novelita de +Vélez de Guevara, como recordé en el prólogo, tuvo presente en sus +_Postrimerías del hombre y Tribunal espantoso_ la pintura que del Diablo +Cojuelo hizo el escritor ecijano. Dice: «Este es Renfas, llamado por +otro nombre el Cojuelo.... Aquí noté la figura del espíritu: era +_pequeño_, y corcobado, _mala barba_, y _calvo_; descansando el cuerpo +sobre dos muletas....»] + +[Nota 118: Llamar _legumbre_ a los espárragos es evidente +impropiedad. Ya había dicho Covarrubias en 1611, que «_legumbre_ es toda +mata cuyo fruto o semilla nace en baynas, como son los garbanços, +lentejas, hauas, frisoles, y otras semejantes». Aunque yo, siendo +estudiante, tuve en Sevilla unos camaradas extremeños que al pescado y a +cuanto no era carne llamaban despectivamente _legumbres_.] + +[Nota 119: Como dice el _Diccionario_ de la Academia, _salvo el +guante_ es «expresión familiar de que se usa para excusarse de no +haberse quitado el guante al dar la mano a uno». Tirso de Molina, en el +acto II de _Por el sótano y el torno_: + + «DON DUARTE. ...Quiso el cielo, + cuando el planeta mayor + de púrpura entapizaba + su real peregrinación, + que tropezase mi dama + en un hoyo, a intercesión + de mis ruegos; que en Madrid + todo sirve a la ocasión. + Llegué diligente a darla + la mano, que recibió + _salvo el guante_, aunque por él + rayo o nieve me abrasó....» + +Otras veces se rogaba que _se perdonara el guante_. Lope de Vega, en el +acto I de _El Acero de Madrid_, hace decir a Lisardo al dar la mano a +Belisa, que ha tropezado y caídose en la calle: + + _«Perdone vuesa merced + el guante_.» + +Y esto quiere decir de su metáfora Luis Vélez: _que se le perdone_.] + +[Nota 120: _Tiro_, significando el cañón, y no, como hoy día, su +carga ni su disparo. Rojas Zorrilla, en la jorn. I de _El Desafío de +Carlos Quinto:_ + + «D.ª LEONOR. Ea, don Luis, vuelve en ti; + tu brazo la pica empuñe; + el coselete en tu pecho + al Otomano deslumbre; + digiere aquel hierro ardiente + que _el tiro de bronce_ escupe.»] + +[Nota 121: La iglesia parroquial de San Salvador, que por hallarse +ruinosa fué derribada en 1842, estaba situada en la calle Mayor, frente +a la plazuela de la Villa, a la cual daba nombre. Era quizá el templo +madrileño más antiguo, pues como recuerda Jerónimo de Quintana en su +_Historia de la antigüedad, nobleza y grandeza de la villa de Madrid_ +(Madrid, Imp. del Reyno, M.DC.XXIX), ya se la nombraba en la era de +1257, reinando Don Fernando III. Véase Mesonero Romanos, _Manual de +Madrid: descripción de la Corte y de la Villa_ (Madrid, 1831), pág. 137, +y _El Antiguo Madrid_, edición de 1881, tomo I, página 218. En la obra +últimamente citada dice Mesonero que «la torre de la misma iglesia, +apellidada _la atalaya de la villa_, era bastante elevada»; y en otro +lugar (pág. 288), tratando del templo de Santa Cruz: «La torre ... era +llamada _la atalaya de la corte_, así como la de San Salvador, _la +atalaya de la villa_». O Mesonero tomó tal denominación de la novela de +Vélez de Guevara, o éste la había tomado del habla vulgar.] + +[Nota 122: Llamábase _basquiña_ a lo que también se dijo _saya_ y +hoy nombramos _falda_. Se ponía, según Covarrubias, «encima de los +guardapieses y demás ropa».] + +[Nota 123: El _verdugado_ era, como dice el _Diccionario_ de +autoridades, «vestidura que las mugeres usaban debajo de las basquiñas, +al modo que hoy los tontillos....»] + +[Nota 124: Era el _guardainfante_--dice el _Diccionario_ de +autoridades--«cierto artificio muy hueco, hecho de alambres con cintas, +que se ponían las mujeres en la cintura, y sobre él se ponían la +basquiña.» Muy pintorescamente lo definió Rojas Zorrilla en la jorn. III +de _Los tres blasones de España:_ + + «REY DE CAST.ª ¿Que es _guardainfante_? + + GUARDAINFANTE. Vn enredo + para ajustar a las gordas; + vn molde de engordar cuerpos; + es una plaza redonda + adonde pueden los diestros + entrar a jugar las armas, + por lo grande y por lo extenso; + es un encubre-preñadas, + estorbo de los aprietos, + arillo de las barrigas, + disfraz de los ornamentos; + y es, en fin, el _guardainfante_ + vn enjugador perpetuo, + que está secando la ropa + sobre el natural brasero.» + +Don Juan de Zabaleta dice del _guardainfante_ en el cap. II de _El Día de +fiesta por la mañana_ (apud _Obras históricas, políticas, filosóficas y +morales, escritas por.... Con el Día de fiesta por Mañana, y Tarde, y +los sucesos que en él passan_ Madrid, Antonio Gonçalez de Reyes, 1692): +«Este es el desatino más torpe en que el ansia de parecer bien ha caido. +Si vna muger tuuiesse aquella redondez de cuerpo desde la cintura abaxo, +¿huuiera quien se atreuiera a mirarla? Ponerse postizo vn defecto, +¿puedelo hazer sino quien esté sin juizio? Ponerse postizo un ojo, vaya, +porque los ojos son hermosura; pero ponerse vna hinchazón contrahecha, +¿quién lo puede hazer que no esté fuera de tino?... Échase sobre el +Guardainfante vna pollera con vnos ríos de oro por guarniciones.... +Ponese sobre la pollera vna basquiña con tanto ruedo, que colgada podía +seruir de pavellon. Ahuecasela mucho, porque haga más pompa, o porque +coja mucho ayre con que hazer su vanidad mayor.»] + +[Nota 125: _Pollera_ llamaban al brial o guardapiés, por su +semejanza con el cesto en que se crían los pollos.] + +[Nota 126: _Engestarse_, verbo no registrado en el léxico de la +Academia, está usado aquí en la acepción de _volver el rostro_ hacia +alguna persona o cosa; _encararse_.] + +[Nota 127: Aunque de ordinario se llamó _picota_ al rollo, +propiamente no es _picota_ sino la _punta_ o _pico_ en que suele +terminar. Vélez usa aquella voz en sentido figurado.] + +[Nota 128: Así, _malaño,_ en la edición original, como, juntas las +palabras, escribimos _noramala_ y _norabuena_.] + +[Nota 129: Llamaban _lo hojaldrado_ a la parte del pastel que cubre +la carne o dulce en él contenido.] + +[Nota 130: Nombrábase _pepitoria_ a un guisado que se hacía con los +cuellos, manos y pies de las aves. Era plato propio de sábado, día en +que no se podían comer de los animales terrestres sino los despojos. +Todo esto se indica en los siguientes versos de Anastasio Pantaleón de +Ribera _(Obras de_ ... Madrid, Francisco Martínez, 1634, fol. 55 vto.): + + «Del pájaro que en Arabia + cinco edades vive enteras, + y naciendo de su muerte, + cunas le arrullan sabeas, + serán menudo jigote + sus pechugas y caderas, + _y en sábado, pepitoria + sus alones, cuello y piernas_.»] + +[Nota 131: _Haya_, diríamos hoy.] + +[Nota 132: Era _hacer media noche_, según Covarrubias, «vn abuso +grande de aguardar a que den las doze del Viernes en la noche para comer +vna olla regalada de menudo». Tropológicamente, llamóse _media noche_ a +esa misma cena. Quevedo, dirigiéndose a una niña de quien quería ser +tercera una vieja (Musa VI): + + «Cuando quieres persuadirme, + dices que es mujer de porte: + mucho tiene de estafeta; + temo que de ti la cobre. + De docientas leguas huele + almuerzos y _medias noches_; + lo que come, bien lo sé; + mas no sé con lo que come.»] + +[Nota 133: _No conocer_ a uno _si no para servirle_ es frase de +comedimento que, por usual, no debiera faltar en el _Diccionario_ de la +Academia. Vélez vuelve a emplearla en los trancos VII y X. Castillo +Solórzano, en _La Garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas_: «¿Cómo +alguacil?--replicó el mismo alguacil--. ¿Conóceme vuesa merced? Yo le +dije:--_No conozco a vuesa merced si no es para servirle_.»] + +[Nota 134: Llamóse _llave capona_ o _capona_ a secas, la que +honoríficamente se concede a ciertos gentilhombres de la cámara real, +sin ejercicio ni servidumbre, porque tal llave no tiene sino apariencia +de tal, pues con ella no se abre ni se cierra puerta alguna. Moreto, en +la jorn. III de _Antíoco y Seleuco_: + + «REINA. Y cuando sea mi esposo, + como es cierto, ¿te parece + que a mí ese amor me entristece? + + FLORETA. Pues, señora, ¿no es forzoso? + + REINA. ¿Por qué? + + FLORETA. ¿No es claro el indicio? + Porque hasta aquí tu persona + es, como _llave capona_, + esposa sin ejercicio.»] + +[Nota 135: A propósito de esta frase, Pérez y González recordó (pág. +75 de su mencionada obra) que se llamaba _proa_ a la parte delantera del +coche; que los asientos de éste se decían _de proa, de popa_ y _de +estribos_, y que «el _de proa_ era el más humilde, destinado al modesto +acompañante, ya servidor, ya devoto del personaje dueño del vehículo». +Pero si en esto de _la proa_ rectificó el erudito sevillano al señor +Bonilla, que en su edición de Vigo (1902) había sospechado que se +hubiese dicho en contraposición a la frase _jayanes de la popa_, no creo +que estuviese igualmente acertado al presumir «que _culto_ es una +errata, y debe leerse _cultor_». A mi entender, con lo de _culto +vergonzante_ se quiso aludir a que los de escasa calidad que acompañaban +a los magnates ocupando los asientos _de proa_ de sus coches solían +profesar de _cultos_, más o menos declaradamente, poniendo en tortura el +magín para hacer frases adulatorias y de ingenio que agradaran a sus +patronos.] + +[Nota 136: Tanto era la barba cosa indispensable para los letrados, +que dijo Quevedo en una de las letrillas de su Musa V: + + «Deseado he desde niño, + y antes, si puede ser antes, + ver un médico sin guantes + _y un abogado lampiño.»_ + +Y que solían llevar la barba en forma de cola de delfín lo había dicho +el mismo autor en un romance de la Musa VI: + + «Era Alejandro un mocito + a manera de la hampa, + muy menudo de faiciones + y muy gótico de espaldas. + _Barba de cola de pez_, + _en alcance de garnacha_....»] + +[Nota 137: _Doña Fáfula,_ como si dijera _doña Fulana_, o _doña +Fabulana_, nombre este último que aun suele oírse en Andalucía, y con el +cual parece tener estrecho parentesco el que ha originado esta nota. +Véase antepuesto al apellido, como se anteponen estos otros nombres. +Espinel, _Sátira contra las damas de Sevilla (Revista de Archivos, +Bibliotecas y Museos_; mayo-junio de 1904): + + «No había entonces doña Berenjena, + _doña Fáfula_ Ortiz ni doña Paula, + sino Francisca, Paula, Minga, Elena.»] + +[Nota 138: La _bigotera_ está definida en el _Diccionario_ +académico; y que los presumidos solían ponérsela para dormir, para no +descomponer sus bigotes, cuidadosamente peinados y levantados, dícenlo +acá y allá nuestros escritores de antaño. Don Guillén de Castro, _El +Narciso en su opinión_, jorn. I: + + «D. GUTIERRE. ¿Bueno está el bigote? + + TADEO. Bueno. + Pero sobrado le cuesta + al que, como tú, se acuesta + como braquillo, con freno.» + +Y Lope de Vega, en el acto II de _El Cuerdo en su casa_: + + «GILOTE. ...Hay mil tontos marquesotes + con cuidados de mujer, + que nacieron para ser + mártires de sus bigotes; + mil que a bestias los condeno, + porque ellas a dormir van + sin freno, y ellos están + toda la noche con freno.»] + +[Nota 139: El uso masculino de los _copetes_ y _guedejas_, por +denotador de vil afeminamiento, fué prohibido en 1617; pero de tal +manera continuó y aun se extendió años después, que a 13 de abril de +1639 se dió en Madrid el _Pregon en qve sv Magestad manda qve por qvanto +el abvso de las gvedejas y copetes con que andan algunos hombres, y los +rizos con que componen el cabello, ha llegado a hazer escandalo en estos +Reynos, ningun hombre pueda traer guedejas ni copete_. (Escudo real.) +(En Madrid. En la imprenta de Francisco Martínez. Año M.DC.XXXIX) Se +mandaba: «que ningún hombre pueda traer copete, o jaulilla, ni guedejas +con crespo o otro rizo en el cabello, el qual no pueda passar de la +oreja; y los barberos que hizieren qualquiera de las cosas susodichas, +por la primera vez caygan e incurran en pena de veinte mil maravedis y +diez días de carcel, y por la segunda la dicha pena doblada y quatro +años de destierro desta Corte, o del lugar donde viuiere, y por la +tercera sea lleuado por quatro años a vn presidio para que en ellos +siruan. Y a las personas que traxeren copete o guedejas y rizos en la +forma dicha no se les dé entrada en la Real presencia de su Magestad, ni +en los Consejos, y los porteros se lo prohiban, y los Ministros no les +puedan dar audiencia, ni oygan sobre sus pretensiones, reseruando a los +señores del Consejo poder hazer la demostracion y castigo que +conuenga....»] + +[Nota 140: Mujeres y lindos cuidaban mucho de sus manos y de sus +rostros, y para adobar éstos y aquéllas hacían mil extravagancias, y +hasta verdaderas porquerías. En un libro inédito de recetas de afeites +(Biblioteca Nacional, Manuscrito 2019) hallas con epígrafes como éstos: +«Memoria de la manteca que doña María de Mendoza traía en las manos...» +(fol. 13). «Recepta para hazer seuo para las manos, que se ha de traer +nueve días» (fol. 52 vto.). ¡Véase qué «recepta para las manos»! (fol. +16): «Tómese suziedad de perros de la blanca y muelanla y despues +echenla con miel y con hueuo y ponganla en las manos, y no en las +palmas, y tenganlo una noche y un día....» Y ¡véase qué «recepta para el +rostro»! (fol. 66): «Tomareis tocino tanto como vn hueuo, que sea todo +gruesso, e poneldo con vinagre fuerte que esté nueue días; tomareis +sahin de culebra....»] + +[Nota 141: _Descabezados_, para poder usar de las yemas de los dedos +y valerse de las manos aun teniéndolas untadas con los sebillos. Porque +es de notar que el hacer sudar las manos, enguantándolas, solía ser +obligado complemento del untarlas. Terminantemente lo declara una receta +para _muda de manos,_ que hay hacia el fin de cierto libro de cocina y +repostería (Biblioteca Nacional, Ms. 6058, fol. 167 vuelto): «Tomarás +media libra de trementina labada nuebe vezes y quatro hiemas de huebos +frescos y el agrio de dos limones redondos y seis dineros de cardenillo, +todo mezclado; vntarás las manos antes de acostarte y _sudaráslas con +guantes, y fiat confetio» (sic)_.] + +[Nota 142: De estas _pasas_ hablaba Areusa en el acto IX de _La +Celestina_, levantando, por ruin envidia, mal testimonio a Melibea: +«Todo el año se está encerrada con mudas de mil suciedades, por una vez +que haya de salir donde pueda ser vista; enviste su cara con hiel y +miel, con _uvas tostadas_ y _higos pasados_, y con otras cosas....»] + +[Nota 143: La colación de los ayunadores solía consistir en un poco +de pan y dos o tres docenas de pasas.] + +[Nota 144: _Una doncella sobre su palabra_, es decir, una que sólo +tenía de doncella el hacerse pasar por tal.] + +[Nota 145: Vélez de Guevara juega del vocablo _curso_ en dos de sus +acepciones. También en esto le había precedido Quevedo, al relatar en un +desenfadado romance (Musa IV) el _Ridículo suceso del trueco de dos +medicinas_, haciendo decir a la triste desposada: + + «Tu cuerpo, que no me goza, + a lo menos, me gradúa, + si los _cursos_ a las novias + valen como a los que estudian.»] + +[Nota 146: _Hacer_, en su frecuente acepción de _representar_.] + +[Nota 147: Quizá se refiere a _Il Dvello del Mutio Iustinopolitano_, +libro del cual se hicieron varias ediciones, muy difundidas en España, +por nuestra constante comunicación con Italia.] + +[Nota 148: Antes y más propiamente que el _Diccionario_ de +autoridades definió el _patacón_ César Oudin, en su _Tresor des devx +langves_...: «Patacón, _monnoye de cuiure en Portugali, qui vaut enuiron +deux liards, c'est aussi la grande reale d'argent de Castille de huict, +c'est à dire de quarante sols_....»] + +[Nota 149: Con sus propias palabras se llama ladrón al que iba a ser +robado. La frase _acá estamos todos_ tuvo origen, según el vulgo, en un +cuentecillo relatado mil veces por las abuelas a sus nietezuelos: «Un +duende hacía tantas diabluras en una casa, escondiendo mil cosillas, y +rompiendo otras mil, que el inquilino, por huir de él, se resolvió a +mudarse a otro barrio. Pero cuando, al llevar la última carrada de +muebles, preguntó a su mujer: «--¿Falta algo?», se oyó la vocecilla del +duende, que, escondido en un palanganero, decía: «_--¡Acá estamos +todos!_» Es frase popular en Andalucía, y suele decirla el que llega a +una reunión donde no se contaba con él: _¡Aquí estamos todos!, dijo el +duende._ Ayala y Guzmán versificó este cuento, con poca fidelidad y +menos gracia, en su comedia intitulada _Las Travesuras de don Luis +Coello, primera parte_.] + +[Nota 150: «Alude--dice el señor Bonilla--a los autos o misterios +populares de la Resurrección de Cristo, en que al descender el ángel del +cielo y revolver la piedra del sepulcro, se asombran los guardas y caen +a un lado y a otro como muertos (Cf. _San Mateo_, XXVIII, 1-4.»)] + +[Nota 151: Algo que dije de Sevilla en el discurso preliminar de mi +edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_ (Sevilla, 1905), página 13, +es aplicable a toda la España de los siglos XVI y XVII: «Al olor, y, +sobre todo, al sabor de estas cuantiosísimas riquezas [las que traían á +la metrópoli las flotas de Indias] vivían en la magnífica ciudad del +Guadalquivir una muchedumbre crecidísima de extranjeros, en especial, de +italianos, flamencos y franceses, cada cual en busca de su avío y en +solicitud de su medra; cada cual discurriendo medios e inventando artes, +artimañas o artificios para apropiarse, industriosa y más o menos +limpiamente, alguna mielecilla de las óptimas colmenas indianas, +consolándose así de no haber sido ellos ni sus naciones los que tuvieron +la dicha de descubrir y conquistar el Nuevo Mundo.»] + +[Nota 152: _Abada_, o _bada_, que equivale a _rinoceronte_.] + +[Nota 153: _La Bermuda_, como explicó Pérez y González (pág. 80 de +_El Diablo Cojuelo: notas y comentarios_), «era la isla principal del +grupo descubierto en América por el navegante español Juan Bermúdez.... +Lugar peligroso para la navegación, por los frecuentes temporales y +terribles accidentes del mar y por los atrevimientos de los piratas +extranjeros, allí corrían gravísimo riesgo los barcos que a España +traían los tesoros americanos....»] + +[Nota 154: En el texto original falta la palabra _bebe_, que suplo, +como el señor Bonilla.] + +[Nota 155: De la renombrada _cuba de Sahagún_ dijo Covarrubias en su +_Tesoro_, compuesto en los primeros años del siglo XVII, que «cabía +_tantas_ mil cántaras, y dizen que oy sirve de echar trigo en ella, +porque devia ser costosa y peligrosa de reparar y conservar».] + +[Nota 156: _A dar_, como si dijera _en dar_, que equivale a _dando_, +porque es sabido que el infinitivo con _en_ antepuesto equivale al +gerundio. Véanse algunos ejemplos análogos al pasaje del texto. Guevara, +_Menosprecio de corte y alabanza de aldea_, capítulo VIII: «... y a las +vezes gana en la corte mejor de comer vn malsin _a malsinar_ que no vn +theologo _a predicar_». Cervantes, _Quijote_, II, 38: «... y sabía hacer +una jaula de pájaros, que solamente _a hacerlas_ pudiera ganar la +vida....»] + +[Nota 157: Como nota el señor Bonilla, Vélez de Guevara se refiere +«a los huéspedes que como aves de paso paran en la posada, y reparan +poco, porque no han de consumirlos por mucho tiempo, en los manjares que +les sirven».] + +[Nota 158: La _puerta de Guadalajara_, que era una de las más +famosas de Madrid, estaba situada en la calle Mayor, enfrente de la +entrada o embocadura de la calle de los Milaneses y de Santiago. Aunque +se quemó por septiembre de 1582, quedó su antiguo nombre al sitio en que +tal puerta estuvo, como pasa hoy todavía con la llamada _puerta del +Sol_. En aquel lugar tenían sus tiendas ricos mercaderes, a quienes +muchas personas solían entregar sus ahorros para que se los invirtieran +y manejaran.] + +[Nota 159: Es reminiscencia del refrán que dice: _Cobra buena fama, +y échate a dormir_.] + +[Nota 160: _Hábito,_ en su antigua acepción de insignia con que se +distinguen las órdenes militares. «_Cauallero de abito_--dice +Covarrubias--, el que trae en el pecho la insignia de alguna orden de +Cauallería, que comunmente llaman abitos.»] + +[Nota 161: La _ropilla_, como dice el _Diccionario_ de autoridades, +era «vestidura corta con mangas y brahones, de quienes penden +regularmente otras mangas sueltas o perdidas, y se viste ajustadamente +al medio cuerpo, sobre el jubón».] + +[Nota 162: _Diluvio en pena_, como _alma en pena_.] + +[Nota 163: _Antes de mil años_, es decir, _antes que pase mucho +tiempo_. Es hipérbole andaluza: bien se echa de ver quién habla por boca +del Cojuelo.] + +[Nota 164: Como el jugar cañas era propio de caballeros, con estas +palabras indica el Diablillo que pronto había de subir de categoría el +tabernero bautizante, mudanza de que hubo, hay y habrá siempre grande +copia de ejemplos.] + +[Nota 165: _Hablar en_ un asunto o negocio, que hoy decimos _hablar +de_. Era régimen usualísimo en los siglos XVI y XVII (_Quijote_, I, 193, +10; III, 17, 4; 311, 22; etc.)] + +[Nota 166: También aquí sigue Vélez los pasos de Quevedo, que dijo +en su _Sátira a los coches_ (Musa VII): + + «Tras aquéllos llegó al puesto + vn coche verde, que ha sido + el sujeto a quien más debe + cierta mujer y marido. + Desde el alba hasta la noche + les sirve de albergue y nido, + y aunque duermen dentro dél, + ha dicho un contemplativo: + «Aqueste es coche imprestable, + porque ambos han prometido + no desamparar su popa + por cosa de aqueste siglo.»» + +A lo que parece, no había grande exageración en estas referencias. De +una tal doña Juana decía otra dama en la jorn. I de _El socorro de los +mantos_, comedia de don Francisco de Leiva y Ramírez de Arellane: + + «Yo donde vive os diré: + y es, porque busquéis el fin + de ese fuego que os abrasa, + la calle Mayor su casa + y un coche su camarín. + En él de día y de noche + a sus gustos se dedica, + y aun harto se mortifica + en no dormir en el coche.» + +Y Calderón, en la jorn. II de _Nadie fíe su secreto_: + + «LÁZARO. Laura vive aquí, que dijo: + «Con lo que la casa cuesta + de alquiler, he de hacer coche.» + Y respondiéndole a ella + dónde había de vivir, + dijo: «Cuando coche tenga, + en el coche todo el día, + y la noche en la cochera.»] + +[Nota 167: Para el señor Bonilla, _terceruela_ «puede ser la tercera +menor o semitono». Y yo, que _tampoco_ sé lo que es _terceruela_--digo, +a qué _terceruelas_ se refiere Vélez de Guevara--y, a mayor +abundamiento, no he logrado entender que _tercera menor_ equivalga a +_semitono_, recuerdo lo que un su interlocutor dijo a cierto poeta culto +que intentaba comentar a otro, sin dejarse entender; + + «--Comentador, comentaos.»] + +[Nota 168: Todos estos son remedios populares para el mal de madre, +muy usados cuando escribía Vélez y cuando, siglo y medio antes, compuso +Rojas _La Celestina_, en cuyo acto VIII, como recuerda Bonilla, enumera +la vieja protagonista las cosas con que se curaba ese mal: «Todo olor +fuerte es bueno, así como de poleo, _ruda_, axienjos, humo de plumas de +perdiz, de romero, de moxquete, de encienso, recebido con mucha +diligencia, aprovecha e afloxa el dolor, e buelve poco a poco la madre a +su lugar.» Especialmente, acudían a _la ruda_. Tirso de Molina en el +acto I de _El Celoso prudente_: + + «CAROLA. ...Uno de la vecindad + buscaba (aquesto es sin duda) + de parte de la comadre + _para cierto mal de madre + unos cogollos de ruda_.»] + +[Nota 169: _Y trescientas cosas más_ es frase tomada del bordoncillo +de un antiguo disparatorio que empieza: + + «Parió Marina en Orgaz, + y tañeron, y cantaron, + y bailaron y danzaron, + _y trescientas cosas más.»_ + +Cayó en gracia esta frase, y los poetas la llevaron y la trajeron, como +a la _Inés_ de _Yo te lo diré después_, y como un siglo antes habían +llevado y traído a _la bella malmaridada_. Lope de Vega, en el acto III +de _Los Novios de Hornachuelos:_ + + «BERRUECO. ...Un Barrabás sois vestido, + una fantasma calzada, + una arpía bautizada, + y un camello con marido.... + Longinos a pie, Caifás, + capón molde de hacer monas, + India de las Amazonas + _y trescientas cosas_ más.» + +Tirso de Molina, _Cautela contra cautela_, acto I: + + «ENRIQUE. ¿No es bien nuevo amar a dos? + + CHIRIMÍA. No, señor, ni amar a mil; + porque tú tienes criado + que en un mismo tiempo ha amado + un salchichón, un pernil + y una bota de hipocrás, + dos de Candia, cuatro griegas, + treinta fregonas gallegas + _y trescientas cosas más, + que es socorro y estribillo + de poetas de repente_.» + +El señor Foulché-Delbose publicó en la _Revue Hispanique_ (tomos IX, +261, y X, 234) un curioso estudio acerca de las _Coplas de Trescientas +cosas más._] + +[Nota 170: _Regatones_, que hoy más bien diríamos _regateadores_, +aunque esta palabra falta en el _Diccionario. Regatear_--dice +Covarrubias--, «procurar abaxar el precio de la cosa que compra es muy +del _regatón»_.] + +[Nota 171: _Si la podemos dar roma, no la demos aguileña_, dice el +refrán, aludiendo a moza, y no a nariz, contra lo que opina el señor +Bonilla. Es dicho de ruines de alma atravesada, y lo recuerda Cervantes +en el _Quijote_ (II, 48): «... que yo he oído decir muchas veces y a +muchos discretos, que si él [el diablo] puede, _antes os la dará roma +que aguileña.»_] + +[Nota 172: Refiérese a una de las muchas pendencias que se promovían +en los _mandrachos_ o casas de juego sobre dar barato a los mirones que +actuaban como jueces de las suertes dudosas.] + +[Nota 173: Deslizáronsele aquí a Vélez dos versos endecasílabos: + + «..._a una mujer de un sastre que ha jurado + que los ha de coser a puñaladas.»_] + +[Nota 174: Juega del vocablo _fuga_ en sus dos acepciones musical y +de _huída_, y alude a la frecuencia con que huían los músicos callejeros +al primer asomo de peligro, por lo cual dijo Lope de Vega en la silva +III de _La Gatomaquia_: + + «Los músicos, en viendo + el belicoso duelo comenzado, + huyeron como suelen; + que no hay garzas que vuelen + tan altas por los vientos, + dicen que por guardar los instrumentos....»] + +[Nota 175: Lo más corriente era llamar _caballero del milagro_, no a +un sujeto como el que pinta Vélez, sino al que vivía bien, y hasta +aparatosamente, sin que se le conociera renta, oficio ni beneficio. Lope +de Vega, en el acto II de _El Caballero del milagro_: + + «TRISTÁN. ¡Cosa es de ver la vida deste mozo! + ¡Qué ricamente viste, y cómo gasta! + ¿Cómo juega tan pródigo y reparte + lo que tiene entre todos sus amigos, + sin que le conozcan en su tierra + dos florines de renta o patrimonio? + + LOFRASO. Por eso es _caballero del milagro_.»] + +[Nota 176: De la _piedra bezar_, «concreción calcárea que suele +encontrarse en las vías digestivas y en las urinarias de algunos +cuadrúpedos», escribió un curiosísimo tratado el doctor Nicolás +Monardes, famoso médico y farmacólogo sevillano: _Dos libros, el vno que +trata de todas las cosas que traen de nuestras Indias Occidentales, que +sirven al vso de la Medicina, y el otro que trata de la Piedra Bezaar, y +de la Yerua Escuerçonera_. Cito por la edición de Sevilla, Hernando +Díaz, 1569, la más antigua de las tres de que poseo ejemplares. La +príncipe de estos _Dos libros_ es también de Sevilla, 1565.] + +[Nota 177: Dice _preñada de medio ojo_ para indicar que ocultaba su +preñez, como ocultaban el rostro las que _se tapaban de medio ojo_. De +éstas habrá ocasión de tratar en las notas del tranco IX.] + +[Nota 178: De _tate_ se hacía festivamente una persona, +anteponiéndole _Pero_, que es, a la vez que conjunción, nombre propio +(_Per, Pero, Pedro_). Calderón, en la jornada II de _El médico de su +honra_: + + «COQUÍN. _(Aparte.) ...Pero ¡tate!_ + (que es un _Pero_ muy honrado + del celebrado linaje + de los _Tates_ de Castilla), + porque el Rey está delante.»] + +[Nota 179: _Pocas cosas_ equivale a _cosas menudas_ o _de poco +momento_. Cervantes, _Quijote_, I, 20: «... y no querría que _pocas +cosas_ penase mi ánima en el otro mundo.» Calderón, en su _Entremés de +las Carnestolendas_: + + «VEJETE. Hombre, ¿comes, o engulles? + + GRACIOSO. ¡Lindo chasco! + _Pocas cosas_, señor, nunca las masco.»] + +[Nota 180: _Murciégalo_ (de _mur_ y _caeculus_) como aún lo dice el +vulgo, más etimológicamente que los que, con una metátesis innecesaria +decimos _murciélago._] + +[Nota 181: _Quien_, haciendo a plural, cosa frecuentísima en +nuestros escritores de los siglos XVI y XVII.] + +[Nota 182: Como recuerda el señor Bonilla, llamaron _los Siete +Durmientes_ «a siete hermanos que se dice sufrieron martirio en Éfeso, +en tiempo del emperador Decio. Habiéndose ocultado estos hermanos en una +caverna, fueron emparedados en ella de orden del Emperador; ciento +noventa y seis años después se les encontró dormidos en el mismo sitio +(Véase la _Leyenda áurea_ de Jacobo de Vorágine)». Tirso de Molina, en +el acto I de _La Villana de la Sagra_: + + «CARRASCO. ...Nunca de dormirme acabo; + mas con vinos excelentes, + si son siete los durmientes, + yo seré _durmiente octavo_.»] + +[Nota 183: Es decir, _que dirá que no lo siente_. Juega del vocablo +_sentir_, en dos de sus acepciones.] + +[Nota 184: «_Vistas_--dice el _Diccionario_ de autoridades--llaman +los vestidos y tocador que los novios envían a sus futuras esposas.»] + +[Nota 185: Contra lo que ligeramente pudiera imaginarse, _pared y +medio_ no es errata por _pared en medio_. «Error de caja» lo creyó el +señor Fitzmaurice-Kelly al encontrar esa expresión en el capítulo XIX de +la primera parte del _Quijote_. A los ejemplos que cité en nota del +dicho capítulo podrían agregarse muchos otros: cuantos acertara a desear +el más descontentadizo.] + +[Nota 186: _Del gallo_, es decir de la hora en que canta el gallo, +queriendo ya venir el día.] + +[Nota 187: Porque de Judas se dice que fué despensero, y los +despenseros acaparaban muchos mantenimientos para venderlos a precios +elevadísimos. Es frecuente en nuestros escritores festivos la alusión al +oficio de Judas. Quevedo, por ejemplo, en su romance de _Los Borrachos_ +(Musa VI): + + «...Y yo, que en diez y seis años + que tengo de _despensero, + aun no he podido ser Judas_ + y vender a mi maestro.» + + +Lope, aludiendo a la costumbre de ahorcar un pelele el Jueves Santo, +figurando a Judas: + + «MENDOZA. Y ¿qué importa que una dama + tenga el cuerpo diligente..., + las caderas como en Flandes, + las piernas como un jinete, + si el rostro puede ser molde + de hacer diablos para el jueves + en que _al despensero_ cuelgan + que afrentó los calabreses?» + +«Los despenseros de los monasterios--dije en el discurso preliminar de +mi edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_--tomaban el pescado por +cargas, diciendo ser para aquéllos, y revendíanlo después entre sus +parroquianos; acordó el cabildo [de Sevilla] que se hablara a los +priores y guardianes para que corrigiesen el abuso; pero no se logró la +enmienda.»] + +[Nota 188: _Por partes de,_ y no por _por parte de_, como habría +enmendado Clemencín si hubiese editado la presente novelita. _Por partes +de_, o _de partes de_, solía decirse antaño, como demostré en mis notas +al _Quijote_ (IV, 267, 4).] + +[Nota 189: Pregunta el señor Bonilla: «¿Querrá decir Vélez que el +padre de ese niño era infiel (judío o moro)?» No, ciertamente--respondo--, +sino que ese niño, por partes de su padre, podía pretender tal beca como +hijo de clérigo. Sabido es que, según la creencia vulgar, el Antecristo +ha de ser hijo de un clérigo y una monja, y por éstas dijo Quevedo en una +de sus _premáticas:_ «Condenamos en los galanes de monjas los _antecristos +pensamientos_....»] + +[Nota 190: Debiera decir Vélez _el domingo de cuasi ración_, para +que recordase mejor el de _Cuasimodo_, al cual quiso referirse.] + +[Nota 191: Llamaban _letuario, lectuario, electuario_, a cierto +género de conserva, ya medicinal o ya simplemente alimenticia, como la +que solía tomarse al par que el aguardiente. Quevedo, _Vida del buscón +llamado don Pablos...,_ libro II, cap. II: «Pasamos adelante, y en una +esquina, por ser de mañana, tomamos dos tajadas de _letuario_ y +aguardiente de una picarona....» Las mujeres que vendían el _letuario_ +acostumbraban a pregonarlo por las calles en las primeras horas de la +mañana. Lope de Vega, en unas décimas de la _Justa poética en la +beatificación de San Isidro_, refiriéndose a esas horas: + + «...La mula el médico ensilla, + da la purga el boticario, + _pregónase el letuario_....»] + +[Nota 192: Contra lo que dijo Durán y copió Bonilla, el juego de +_salga la parida_ no consiste en gritar los muchachos «ese refrán(?) +cuando observan que la luna llena, atravesando grupos de nubes, va +apareciendo clara en los sitios despejados». _Salga la parida_, como +dice el _Diccionario_ de autoridades, es «juego común con que se +divierten los muchachos estrechándose y apretándose entre sí para echar +a alguno del corro, en cuyo lugar admiten otro».] + +[Nota 193: Llama _píldora_ al mundo, por lo esférico.] + +[Nota 194: Llaman _cruzado_, según el léxico de la Academia, a la +«mudanza que hacen los que bailan, formando una cruz y volviendo a +ocupar el lugar que antes tenían».] + +[Nota 195: Ocasionales o no, ocurren aquí dos versos octosílabos +aconsonantados: + + «... _haciendo un cruzado al son + de su misma confusión.»_] + +[Nota 196: Llama a los coches _ballenas_, recordando la de Jonás, +porque tragan y vomitan personas.] + +[Nota 197: ¡Qué exacta alusión a las cien mil falsedades, engañifas +y _cumplo-y-mientos_ propios del trato cortesano!] + +[Nota 198: _Haciéndose cocos a ellos mismos_, o _a sí mismos_, que +diríamos hoy, esto es, gustando de sí propios y recreándose en sus +ademanes y miraduras, como unos Narcisos. _Hacer cocos_ se dijo de +_cocar_, que significa _agradar, captar la benevolencia_.] + +[Nota 199: El señor Bonilla sospecha que _de riñón_ sea errata, por +_de piñón._ No hay tal cosa: la boquita que llamaban _de piñón_ era +naturalmente pequeña, como aquella a que se refiere el _Romancero +general,_ fol. 253: + + «Vna boca, chica era; + que con _vn piñón_ se mide, + segura de que haya otra + que assi enamore y cautiue»; + +pero el texto se refiere a una boca achicada artificiosamente. Quien ve +el riñón de un corderillo, ve una boca de esas frunciditas y amaricadas. +Para persuadirse de que no hay la errata que sospechó Bonilla basta +parar la atención en que a esta calle de espejos que pinta Vélez nadie +iba a verse como era, sino a estudiar gestos; uno de ellos, el +fruncimiento de labios. Quevedo, en _El Entremetido y la Dueña y el +Soplón_, mencionó una de estas bocas estudiadamente fruncidas: «Y al +punto, muy esparrancado de ojos, decía: «No hay sino dejar correr; Dios +lo remedie, que tal y cual, lo del camino carretero: sí por sí, no por +no»; y al decir «ello dirá», _ponía una boquita escarolada_, como le dé +Dios la salud.»] + +[Nota 200: _Roncando_, como los ojos de aquella Mari Pérez de quien +dijo Quevedo (Musa VI): + + «Tus dos ojos, Mari Pérez, + _de puro dormidos, roncan_, + y duermen tanto, que sueñan + que es gracia lo que es modorra.» + +Cuanto a ojos, como a todo lo del mundo, cambian las modas, y por esto +decía Calderón, en la jorn. II de _Eco y Narciso_: + + «BATO. ...Vn tiempo que se dieron + en usar _ojos dormidos_, + no había hermosura despierta + y todo era mirar bizco....» + +Pero si Vélez aprendió en Quevedo lo de _roncar los ojos_, de puro +dormidos, una poetisa, doña Catalina Clara, aprendió de Vélez lo de +_roncar hermosura_, pues escribió, retratando a cierta dama: + + «Sus ojos, que _hermosura están roncando_, + dormidos saben más que otros velando, + y dice en ellos cada niña airosa: + _Nigra sum, sed formosa_.»] + +[Nota 201: _De Gloria Patri_ quiere decir, como notó el señor Pérez +y González en su citada obra, págs. 23 y 24, «inclinados como fieles que +pronuncian o escuchan el _Gloria Patri_».] + +[Nota 202: Sobre las _maretas_ quedó nota páginas atrás (8, 1)[47].] + +[Nota 203: _Para desacreditar la naturaleza_, porque le hacen +poquísimo favor carilindos que no acaban de semejar hombres ni mujeres; +y _para desacreditar el rentoy_, porque no parece sino que están jugando +a este juego, en que los compañeros se entienden por medio de gestos y +señas, a lo cual se refirió don Antonio Hurtado de Mendoza en estas +seguidillas de la segunda parte del _Entremés de Micer Palomo_: + + «De las damas de hogaño, ¿qué te parece? + --Capadillo, pues juegan con seis y siete. + --¿Y de las que se atapan en la comedia? + _--Al rentoy, pues te muelen haciendo señas.»_] + +[Nota 204: El nombre de _damas cortesanas_ era uno de los muchos que +se solían dar a las mujeres públicas. Así, en una representación de los +Alcaldes de Casa y Corte al Rey (11 de enero de 1617): «Señor: Los +Alcaldes dicen que de estar las mugeres de mala vida _que llaman damas +cortesanas_ alojadas en las calles principales desta corte y con +libertad de vivir donde quieran sean seguido y siguen muy grandes +inconuinientes....» (Archivo Histórico Nacional, Libros de gobierno de +la Sala de Alcaldes, tomo VII, fol. 470.)] + +[Nota 205: _Albillas_, como las uvas llamadas así, o _tempranillas_ +por otro nombre. _Tempranillas_ asimismo llama el vulgo andaluz a las +muchachas que, sobre cuajarse pronto de mujeres, dan a entender, por la +demasiada viveza y libertad con que miran y hablan, que, jovencillas y +todo, no les pesaría dejar de ser solteras.] + +[Nota 206: En Bonilla, _e Giron,_ sin duda por errata.] + +[Nota 207: _Vuelven las aguas_..., dice el refrán, que Vélez acomodó +aquí a su propósito.] + +[Nota 208: A la _plazuela de los Herradores_, aun hoy llamada así, +concurrían los que alquilaban sus servicios. En los antedichos Libros de +gobierno de la Sala de Alcaldes he visto un auto del año 1621 por el +cual se mandó que los mozos de sillas (los que conducían las sillas de +manos) asistiesen en la _plazuela de Herradores_ y llevasen el correón +al hombro. Y Tirso de Molina, en el acto III de _Por el sótano y el +torno_, hace decir a Santillana, escudero viejo, cuando se dispone a +dejar de servir a su ama, porque le ha reprendido: + + «¡Miren, porque la doy luz + de amantes embustidores! + _Plazuela habrá de Herradores_ + y puerta de Santa Cruz: + no me han de faltar dos reales + y señoras de alquiler.»] + +[Nota 209: _Damas de achaque_, o sea que se achacan o atribuyen +falsamente la damería.] + +[Nota 210: Poco después dice de quiénes habían de ser pasto tales +libros: respectivamente, de pajes y doncellas.] + +[Nota 211: No tachará de defectuosa la expresión _le preguntó ... +que le dijese_ quien esté advertido de que, como _preguntar_ significa +_demandar_ y _demandar_ y _pedir_ son una cosa misma, solía decirse +_preguntar_ por _pedir_, de lo cual hay en el _Quijote_ muchos ejemplos +(I, 137, 10; III, 85, 19, etc.)] + +[Nota 212: Dice _de media talla_, como pudiera decir _de medio +pelo_, o _de medio mogate_.] + +[Nota 213: Bien explica esto don Fernando de Loreña en su _Entremés +de los Relojes_ (Biblioteca Nacional, Ms. 17237): + + «D.ª TORRE. Mira quién llama aquí, doña Escalera. + + QUITERIA. ¿Quién es doña Escalera? + + D.ª TORRE. Vna criada. + + QUITERIA. ¿Con don? + + D.ª TORRE. Sí, _que autoriza una donada_.» + +Del uso y abuso de los _dones_ traté largamente en mi estudio sobre _El +retrato de Cervantes_ (Madrid, 1917), págs. 30-53.] + +[Nota 214: Por _el tusón de las damas_ (que también se llamaba +_damas_, a secas, a las _damas cortesanas_) ha de entenderse la +categoría de las que entre ellas eran de mayor calidad, a las cuales +llamaban _tusonas_.] + +[Nota 215: _Quererse volver al paño_, frase que no registra el +_Diccionario_, pero que oí muchas veces en Andalucía, se dice de las +alhajas muy limpias y brillantes, legítimas o falsas, por alusión al +paño en que las tenía envueltas el platero o quincallero cuando las +vendió.] + +[Nota 216: _Don extravagante_, como _clérigo extravagante_, que se +dice de aquel que vive sin incorporarse a la clerecía de ninguna +diócesis.] + +[Nota 217: La _ginebra_ está bien definida en el _Diccionario_ +académico. Es el mismo grosero instrumento que los andaluces llamamos +_carrasquiña._] + +[Nota 218: El _castrapuercos,_ instrumentillo compuesto de algunos +cañutos, es ni más ni menos que la zampoña con que suelen representar al +Dios Pan. En el _Diccionario_ de la Academia, como en el de autoridades +y en el Tesoro de Covarrubias, _castrapuercas:_ pero en el _Trésor_ de +Oudin, _«Castra puercos, vn sifflet de chastreur_». También se llamaba +_castrador_, y debe tomarlo en cuenta la Academia Española, bajo la fe +de Quevedo y Salas Barbadillo. El primero dijo en un romance referente a +los bailes del vulgo: + + «Suéltales las seguidillas + y a ejecutor de la vara, + y a la capona, que en llaves + hecha _castradores_ anda.» + +Y el segundo, en el _Entremés del Prado de Madrid, y Baile de la +Capona_: + + «Para el baile previnieron + las cuerdas de una guitarra, + sin ver que a un baile capón + vn _castrador_ le bastaba.»] + +[Nota 219: Iba narrando Vélez de Guevara, y súbitamente y sin +preparación deja la palabra a don Cleofás. Estos cambios bruscos de la +persona que habla, y aun de la persona a quien se habla, no escasean en +nuestros escritores del buen tiempo, como de Cervantes hice notar en +diversos lugares del _Quijote_ (I, 10, 17; II, 136, 8; IV, 259, 21; VI, +70, 3, etc.)] + +[Nota 220: «Entre los muchos--dije en otra ocasión--que han escrito +acerca de los arbitristas, plaga que infestó a España en los siglos XVI +y XVII, merece mención señalada don Antonio Cánovas del Castillo, que +trató de ellos en sus _Problemas contemporáneos_ (Madrid, 1884), tomo I, +págs. 305-328.... Mi querido amigo don Agustín G. de Amezúa, en su +edición crítica de _El Casamiento engañoso y el Coloquio de los Perros_, +páginas 147-151 y notas 349-351, cita algunos arbitrios notables por su +extravagancia....»] + +[Nota 221: Así en la edición original. A escribir hoy, de seguro +habría dicho Vélez: «... que tiene en la mano el retrato de su +dama....»] + +[Nota 222: El gramático pedante y engreído, para quien no hay en el +mundo cosa que valga dos maravedís sino sus gramatiquerías, fué siempre +odiado por los escritores. El señor Bonilla recuerda lo que contra ellos +dijo el doctor Suárez de Figueroa en su _Plaza universal de todas +ciencias y artes_ (1615). Y antes que Suárez, Barahona de Soto, en su +_Angélica,_ maltrató á los finchados gramaticones al incluírlos en la +relación de aquellas gentes que Zenagrio, en la morada de Gleoricia, no +se digna de mirar: + + «Tanto del soez _gramático_ arrogante + que, porque punta y coma sus diciones + y ordena lo de atrás para adelante, + no estima los gravísimos varones....» + +Yo dije a un consumado gramático, veinte años ha: «¿Qué hará usted con +toda su gramática, si no tiene nada que decir que interese al público? +Usted posee un admirable libro de cocina, cierto; pero, vacía la +despensa, ¿de qué pueden servirle sus excelentes fórmulas culinarias?»] + +[Nota 223: Como _ropa_, según una de las acepciones que registra +Covarrubias, es «la vestidura suelta que traemos sobre la que está +ceñida y junta al cuerpo», llamóse _ropa_, especialmente, a la talar, y +_plazas de ropa_ a los oficios o puestos en que se vestía toga o +garnacha. Quevedo, en una de sus jácaras (Musa V), jugando de los verbos +_bogar_ y _abogar_. + + «Por buen supuesto te tienen, + pues te envían a _bogar; + ropa_ y _plaza_ tienes cierta, + y a subir empezarás.» + +Y _ropas_, a secas, se llamó también a los oidores, como se echa de ver +por otra jácara de Quevedo, en que dice un jaque encarcelado: + + «Porque no pueda salir, + me engarzaron en las cormas, + y siempre mandan que siga: + ¿Quién entenderá las _ropas_?»] + +[Nota 224: El señor Bonilla, después de recordar con Covarrubias que +_pastel_ se dijo de _pasta_, y «es como una empanadilla hojaldrada, que +tiene dentro carne picada o pistada», añade: «Los había de a real, de a +cuatro, de a ocho, de a medio real, etcétera.» Y don Américo Castro, +anotando en la _Vida del Buscón,_ de Quevedo (pág. 89 de la edición de +_Clásicos Castellanos_), aquel pasaje en que dice: «pero yo entiendo que +los pasteleros desta tierra nos consolarán, acomodándole a [un ahorcado] +en los de a cuatro», comentó: _«los de a cuatro_: pastel de a cuatro +reales.» El señor Bonilla, antes de revisar en las pruebas su nota, pudo +hacerse estas preguntas: «¿Cómo un avariento, por ahorrar, había de +gastar cuatro reales en un pastel para su comida?» Pues ¿no era el +pastel, según el invocado Covarrubias, «refugio de los que no pueden +hazer olla?» Y el costo de la olla aun para dos personas, que no para +una, ¿llegaba, ni con mucho, a _cuatro reales_? La Gerarda de _La +Dorotea_ de Lope (acto V, escena II), teniendo convidada, gastaba en su +olla: «una libra de carnero, catorze marauedis; media de baca, seis, son +veinte; de tozino, vn quarto, otro de carbón, de peregil y cebollas dos +marauedis, y quatro de aceitunas, es vn real cabal»: ¿había, pues, de +gastar el avariento cuatro reales en un pastel para sí solo, cuando, +aunque se considere que _La Dorotea_ se refiere a tiempo muy anterior al +en que se alteraron los valores de la moneda de vellón, al escribir +Zabaleta _El día de fiesta por la tarde_; publicado en 1659, «una libra +de carnero valía once cuartos, y un pan cinco, y media azumbre de vino +siete, veintitrés cuartos en junto, o sea once menos que el pastel de +Vélez de Guevara?» Y esto preguntado, o parte de ello, la bien +acreditada diligencia del señor Bonilla le habría abierto camino para +averiguar cuánto costaba un _pastel de a cuatro_ en el tiempo en que el +escritor ecijano escribió su novela. + +Pues otro tanto digo del señor Castro, y aun digo más: que pudo +preguntarme sobre ese punto, como me preguntó sobre muchos otros. Esto, +amén de que buena respuesta tenía en el capítulo XI del mismo libro I de +_El Buscón,_ donde un verdugo, un animero, un mulato y otros sujetos de +esta laya comen, entre todos, después de algunas cosas de bodegón, +«cinco _pasteles de a cuatro_. ¿Habían de gastar _veinte reales_ en el +postrecillo...?» + +No, ciertamente no eran _de a cuatro reales_ los _pasteles de a cuatro_, +sino de la trigésimacuarta parte de ese valor: eran pasteles _de a +cuatro maravedis._ Con dar un vistazo a los tan socorridos Libros de +gobierno de la Sala de Alcaldes, que se conservan en el Archivo +Histórico Nacional, habrían echado de ver los mencionados comentadores +que en 1596 se mandó que no se hicieran pasteles y cubiletes _de a doce +maravedís_, y sí _de a ocho y de a cuatro_; que en 1642 se trató de que +no se hicieran pasteles _de a ochavo_, y que en 1644 mandaron los +Alcaldes que no se impidiese la venta de cubiletes _de a cuatro +cuartos_. A los que hacían pasteles de _a cuatro maravedis_, por la +misma exigüidad de su precio, no se les podía exigir ninguna gollería, +ni aun siquiera una mediana pulcritud; por eso dijo Quevedo en una de +sus jácaras: (Musa V). + + «Con las manos en la masa + está Domingo Tiznado, + _haciendo tumbas a moscas + en los pasteles de a cuatro_.» + +Y en un romance de la Musa VI hizo decir a un manto plebeyo: + + «Con poco temor de Dios, + pecaba en _pastel de a cuatro, + pues vendí, en traje de carne, + huesos, moscas, vaca y caldo_.»] + +[Nota 225: Es uno de los modos de decir que quiso desterrar Quevedo +en la _Premática que este año de 1600 se ordenó_...: «... _no tiene a +nadie en lo que pisa_.»] + +[Nota 226: Elíptico: _no sea que nos embarguen_, quiere decir.] + +[Nota 227: _Los unos de los otros_, como también lo dice Correas en +su _Vocabulario de refranes_..., pág. 421 b, y _no los unos y los +otros,_ como malamente se suele enmendar ahora. Lope de Vega, en el acto +II de _El Caballero del Sacramento_, explica bien el sentido del refrán: + + «DORISTA. Leerla quiero, por ver + en mi desdicha un proverbio. + _(Lee:) «Todos somos locos, + los unos de los otros.»_ + ¡Qué discretamente dice! + Unos por otros hacemos + disparates y locuras; + todos andamos sin seso, + ya los padres por los hijos, + ya los deudos por los deudos, + ya las damas por sus cuyos, + ya por las damas sus dueños.»] + +[Nota 228: _Sobrepelliezes_, dice la edición original, sin duda por +errata.] + +[Nota 229: Este _donde_, equivalente a _de manera que_, quizás no se +entenderá bien por quien ignore que está dicho a la andaluza, tal como +alguna vez lo usó Cervantes: «Venida la noche, cenará con el Rey, Reina +e Infanta, _donde_ nunca quitará los ojos della, mirándola a furto de +los circunstantes....» (_Quijote_, I, 21).] + +[Nota 230: _Actos positivos_ son, como dice el _Diccionario_ +académico, los «hechos que califican la virtud, limpieza o nobleza de +alguna persona o familia». Para las pruebas, por ejemplo, de limpieza y +nobleza en lo escolar, tres _actos positivos_ hacían cosa juzgada, según +la _Nueva Recopilación,_ leyes XXXV-XXXVII, tít. VII, libro I.] + +[Nota 231: Según Covarrubias (art. _torçuelo_), «los que saben de +cetrería dizen que comunmente la cria de los açores es de tres pollos: +los dos primeros se llaman primas y son hembras, y grandes de cuerpo; y +el _torçuelo_ es menor que ellas y es macho. Dixose _torçuelo_, quasi +terçuelo, por ser tercero en orden....» Vélez de Guevara dice +figuradamente _caballero torzuelo_, indicando su baja condición.] + +[Nota 232: Páginas atrás quedó nota acerca de una frase parecida a +_con los míos me haga Dios bien_.] + +[Nota 233: Este verso está impreso a renglón corrido, como prosa, en +la edición original.] + +[Nota 234: Refiérese don Cleofás a su tocayo el Leandro amador de +Hero y al soneto de Garcilaso que comienza: + + «Pasando el mar _Leandro el animoso, + en amoroso juego todo ardiendo_....». + +soneto que, en efecto, figura en las diversas ediciones de _Las Obras de +Boscan y algvnas de Garcilaso de la Vega, repartidas en qvatro libros_, +fol. 121 de la de Anvers, Martín Nucio, 1556, que es la que poseo.] + +[Nota 235: Elíptico: _merced de un hábito,_ quiere decir.] + +[Nota 236: _Salicio y Nemoroso_, como es sabidísimo, son los +interlocutores de la más famosa de las églogas de Garcilaso.] + +[Nota 237: Por aquí se averigua que don Cleofás, como de él se dijo +en el tranco I (15, 2)[63], era _hidalgo a cuatro vientos_, sin otro solar +que el muy conocido de los versos de Salicio y Nemoroso.] + +[Nota 238: _Pedir las pajaritas del aire_ es una frase de +encarecimiento equivalente a _pedir gollerías._ Espinel, en su _Sátira +contra las damas de Sevilla_, tratando de las doncellitas de su tiempo: + + «Luego les duele el hígado y el bazo; + luego _piden las paxaras del ayre_....» + +Esta frase llegó a hacerse tan enfadosa, por lo repetida, que don +Francisco de Quevedo la proscribió en su _Premática_ de 1600: «Quítanse +por nuestra premática los modos de decir siguientes: _... las pajaritas +que vuelan_....»] + +[Nota 239: También solían pedir _el fénix empanado_, o cosas poco +menos imposibles, bien que por broma y regodeo, los que comían en ventas +y mesones. A los ejemplos que transcribe el señor Bonilla podrían +añadirse otros, éste, verbigracia del _Entremés de los invencibles +hechos de Don Quijote de la Mancha_, compuesta por Francisco de Ávila, +publicado en 1617, y reimpreso en 1905 con prólogo y notas de don Felipe +Pérez y González: + + «MUJER. Estánme echando todos bernardinas, + pidiéndome imposibles por momentos. + + VENTERO. ¿Qué os piden, por mi vida? + + MUJER. Disparates: + los átomos del sol, _el ave fénix,_ + y la leche de todas las cabrillas + + VENTERO. ¿No veis, mujer, que aqueso es regodeo, + y siempre se acostumbra por las ventas + echar pullas a todos?»] + +[Nota 240: _Regoldano_ se dice del fruto del castaño silvestre, a +diferencia del que da el injerto, que es mejor. Vélez aplica estos +adjetivos al hechicero en sus respectivas cualidades de astrólogo y +nigromante.] + +[Nota 241: Alude Vélez a algunos pasajes bíblicos, tales como éstos: +_«Adprehendens autem David vestimenta sua scidit, omnesque viri qui erant +cum eo_ (II _Reyes_, I, 11).--_Quæ cum audisset Ezechias rex, scidit +vestimenta sua_....» (II _Reyes_, XIX, 1).] + +[Nota 242: El _besar las manos_ era obligado principio en todo +mensaje verbal. Así comienza el suyo a don Quijote, en la cueva de +Montesino (II, 23), la compañera y emisaria de Dulcinea: «Mi señora +Dulcinea del Toboso _besa a vuesa merced las manos_, y suplica a vuesa +merced se la haga de hacerla saber cómo está....»] + +[Nota 243: El señor Bonilla corrige _comission_ donde la edición +príncipe dijo _comisson_, y no corrige, cuatro palabras después, +_comissionario_ donde la propia edición dice _comissonario_.] + +[Nota 244: _Demonios a las veinte_, como _correos a las veinte_, que +eran los que habían de andar veinte leguas cada veinticuatro horas. En +el pleito entre Salvador de Toro y Pedro de Isunza, proveedores de las +galeras reales, hay una certificación de Diego de Ruy Saenz (Puerto de +Santa María, 8 de marzo de 1593) referente a haber despachado «tres +correos, los dos a la ciudad de malaga y el otro a la villa de madrid, +_a las veynte leguas»._ (Archivo General de Simancas, Expedientes de +Hacienda, leg. 516.)] + +[Nota 245: Que _la mula de Liñán_ es el aire, no ofrece duda; pero +¿cuándo y por quién se dijo esta frase? Esto es lo que había que +averiguar, y ni Durán, ni Pérez y González, ni Bonilla, ni yo, hemos +tenido la fortuna de ponerlo en claro.] + +[Nota 246: _Vara alta_, esto es, _derecha, vertical_, quiere decir +_autoridad, poder, jurisdicción._ Allí donde los investidos de autoridad +dejaban de tenerla, soltaban o _bajaban las varas_. Esto ocurrió al +entrar Felipe II en Portugal, según refiere Isidro Velázquez en _La +entrada qve en el reino de Portvgal hizo la S.C.R.M. de don Philippe, +invictíssimo Rey de las Españas, segundo deste nombre_.... (Lisboa, +Manuel de Lyra, M.D.LXXXIII), fol. 70: «Prosiguiose el camino, y a la +llegada de vn río, mojonera o diuision de los terminos de los Reynos, +salio orden que los ministros de justicia Castellana _baxassen las +varas_, o no las traxessen....»] + +[Nota 247: En los siglos XVI y XVII se solía llamar _figones_ a los +que después se llamó _figoneros_, dejando aquel nombre para sus +bodegones o fondines. Por un acuerdo de la Sala de Alcaldes pregonado a +18 de mayo de 1595, se mandó que se notifique «a los que guisan de +comer, que llaman _figones_» que no diesen de comer a las personas que +fuesen a sus casas, ni manjar blanco, ni tostadas, ni pastelillos, ni +otras cosas dulces. (Archivo Histórico Nacional. Libros de gobierno de +la Sala de Alcaldes, tomo II, fol. 47.)] + +[Nota 248: Como advierte el señor Bonilla, «el Infante don Pedro de +Portugal recorrió, no las _siete_, sino las _cuatro_ partidas del mundo. +Así lo dice el mismo título de la obra famosa donde se relatan sus +andanzas: _Libro del infante don Pedro de Portugal, que anduvo las +quatro partidas del Mundo_ (Çaragoça, Juan Millán, 1570).» ¿Por qué, +pues, dijo el vulgo ser _siete,_ y no _cuatro_, las tales _partidas?_ +Probablemente, según observé en otro lugar, por contaminación de esa +frase con el nombre de nuestro célebre código _de las Siete Partidas_.] + +[Nota 249: Estas palabras patentizan que aún en el segundo tercio +del siglo XVII perduraba con su renombre, si bien llamándose _de la +Sevillana_, aquel célebre _mesón del Sevillano_ que inmortalizó +Cervantes haciéndole lugar de la acción de _La Ilustre fregona_. Véanse +las noticias que acerca de esta posada di ha poco en el prólogo de mi +edición crítica de la mencionada novela cervantina. (Madrid, 1917.)] + +[Nota 250: _Por miedo que conspiren_, diríamos hoy, omitiendo ese +_no_ que en realidad redunda, pero que antaño se usaba con los verbos +que significan temor, como noté en diversos lugares del _Quijote_ (II, +80, 15; III. 59, 24; 144, 12; 217, 8; IV, 50, 1; 126, 15, etc.).] + +[Nota 251: El señor Bonilla puntuó así este pasaje: «... a otras +diligencias, deste modo por sobornar....» En la edición príncipe no hay +coma alguna después de la que sigue a la voz _esguízaros_, hasta otra +que sigue a las palabras _contra mí_. Creo que el verdadero sentido +requiere esa coma donde la he puesto: dice el Cojuelo que regresará por +Suiza _a otras diligencias deste modo,_ o sea, parecidas a la ya +indicada de hacer degollar a los hermanos del Gran Turco.] + +[Nota 252: _«Mearle la pajuela_--dice Covarrubias--; género de +desafío que usan los niños vnos contra otros.» Correas, en su +_Vocabulario de refranes y frases proverbiales_, publicado por la +Academia Española en 1905, explica la frase de esta manera (pág. 618 +_b_): «Vsaban los muchachos luchar, y a las tres caídas, el vencedor +_cogía una pajuela_ del suelo _y la meaba_, y con ella daba por la boca +al vencido sin que lo viese, y de este modo le afrentaba, y así en otras +cosas.» Pero tal frase tiene, además del significado natural, otro +figurado, más usual, que definió así el _Diccionario_ de autoridades: +«Aventajarse, sobresalir y exceder a otro en la ejecución de alguna +cosa», y éste, como nota el señor Bonilla, «es el sentido de la frase en +el pasaje del _Cojuelo»._ E igualmente en los siguientes versos de Lope +(_Los novios de Hornachuelos_, acto III): + + «EL REY. ¿Sois los novios mal contentos + que celebra este lugar? + Llegad. No, no tengáis miedo. + + BERRUECO. Somos, señor; pero sepa + que hay otros dos en el pueblo + que _nos mean la pajuela_, + pues somos los dos con ellos + paloma y palomo....»] + +[Nota 253: Con esto de _la jerigonza crítica_ alude Vélez al +culteranismo; a la _culta latiniparla_, como llamó Quevedo al +vocabulario que usaron Góngora y sus secuaces.] + +[Nota 254: Aristóteles decía que la belleza es _una carta de favor_, +y doña Isabel la Católica, que «el hombre de buena cara lleva consigo +_carta de recomendación_ para cualquier cosa que emprendiere».] + +[Nota 255: Claro que estos brindis eran _por las damas y los amigos_ +de los que brindaban y no por los del Rey.] + +[Nota 256: Dije en mi conferencia acerca de _El yantar de Alonso +Quijano el Bueno_ (Madrid, 1916), pág. 32: «...Pero lo más usado era +acabar de comer con aceitunas», de donde se dijo: _llegué_, o _llegó a +las aceitunas_, para significar que se llegó tarde a algún convite o +reunión. El acabar de comer con este postre se menciona con frecuencia +en nuestros libros del buen tiempo: Don Antonio Hurtado de Mendoza, en +el _Entremés del Examinador micer Palomo_: + + «VALIENTE. Yo he tenido quinientos desafíos; + he hecho sobre el duelo dos comentos; + seiscientos antuviones he pegado + y he reñido cien veces en ayunas. + + MR. PALOMO. ¿Qué fuera _al fenecer las aceitunas_...?» + +Y por lo que hace al _palillo_, dije en la citada conferencia que «entre +los abuelos de nuestros tatarabuelos era el _palillo_ o mondadientes +obligado postre último de toda comida; tanto, que entre gente hidalga el +comer podía faltar, y aun faltaba, en efecto, muchas veces; pero el +_palillo_ no».] + +[Nota 257: En el _Quijote_ (II, 44), apenas se hubo partido Sancho +para su ínsula, «cuando don Quijote sintió su _soledad_», y de esta +_soledad_ dije en las notas de mi edición crítica de la inmortal novela +de Cervantes lo que, aunque ésta peque por harto extensa, voy a +transcribir: «Sintió, no la _soledad en que_ le había dejado Sancho, +como entendió malamente Unamuno, sino la _soledad de él;_ la _soledad +con que_ lo había dejado; que aquí _soledad_ no significa «falta de +compañía», sino «pesar que se siente por la ausencia de una persona, y +deseo de volverla a ver». Esta _soledad_ es, ni más ni menos, la +_saudade_ portuguesa que en todo tiempo han pretendido imponernos los +que ignoraban que acá la teníamos castellana, tan rancia, a lo menos, +como la de nuestros vecinos. Véanse algunos ejemplos: + +»De _sentir soledad_ de una persona o cosa, como en el lugar que anoto. +Rivadeneyra, _Flos sanctorum_, en la Ascensión del Señor.... «Los +apóstoles también sentían la huerfanidad de tal padre, _la soledad de +tal maestro_, de tal pastor y de tal capitán, especialmente viéndose +entre tantos y tan crueles enemigos.» Lope de Vega, en el acto I de _El +Animal de Hungría:_ + + «TEODOSIA. Rezien casada, y venida + a Ungría de Ingalaterra, + _sentí soledad notable + de mi tierra_ en tierra agena.» + +»Lo mismo _tener soledad de_. Un cantarcillo del siglo XV: + + «Aldea donde nací, + _soledad tengo de_ ti.» + +»En el capítulo cxxvij del libro primero de _Don Clarian de Landanis,_ +fol. clxxxiiij: «_Teniendo_ [Gradamisa] gran _soledad_ de su buen amigo +don clarian, dio vn sospiro y dixo consigo....» Don Felipe II, en carta +escrita en Lisboa a 16 de abril de 1582 (Gachard, _Lettres de Philippe +II à ses filles....):_ «Y de lo que más _soledad he tenido es del cantar +de los ruiseñores,_ que ogaño no les he oydo, como esta casa es lexos +del campo.» + +»También se decía _hacer soledad_ una persona o cosa, en equivalencia de +apesadumbrar por su ausencia o falta. Santa Teresa, en carta a fray +Jerónimo Gracián (Ávila, 10 de junio de 1579): «¡Oh, qué _soledad me +hace_, cada día más, para el alma estar tan lexos de vuestra +paternidad...!» En carta autógrafa de _Margareta_ (doña Margarita de +Austria) al rey don Felipe III (11 de octubre de 1599) decíale: «Señor, +no puedo dejar describir a V. Md. para pasar con algún consuelo la +_soledat q me ase_, q con aber tan pocas horas q se fui V.M. me pariçe q +a mil años....» + +»Muchos portugueses, y aun algunos españoles, verbigracia, don Adolfo de +Castro en su _Himno a una palabra_ (apud _Estudios prácticos de buen +decir y de arcanidades del habla española,_ Cádiz, 1880, pág. 293), han +querido y creído que nuestra _soledad_ no signifique enteramente lo que +la _saudade_ lusitana, o por lo menos, que sea mera traducción de ésta, +afirmaciones contra las cuales protestó nuestro españolísimo Menéndez y +Pelayo _(Orígenes de la Novela_, tomo I, pág. CCXXI) en estas palabras: +_«Soledad,_ en el sentido de melancolía que se siente por la ausencia de +una persona amada o por el recuerdo del bien perdido, es palabra tan +legítimamente castellana como es portuguesa _saudade_; se ha usado en +todos los tiempos, da nombre a un género especial de cantares andaluces, +y nuestro _Diccionario_ académico consigna esta voz como de uso +corriente.» Y en las _Adiciones y rectificaciones_ del mismo tomo (pág. +DXXVI) insertó la notable carta, ya publicada en la _Revue Hispanique_ +(1901), en que don Juan de Silva, portugués de origen, sostuvo y +demostró que nuestra _soledad_ expresa tanto y aún más que la _saudade_ +de nuestros vecinos. + +»¿Se usa aún hoy en tal acepción la palabra _soledad_? En España no +recuerdo haberla oído; pero en Colombia todavía llaman _soledades_ a los +pesares amorosos causados por la ausencia. Véase una linda copla popular +de Casanare, publicada por fray Pedro Fabo del Corazón de María, +cultísimo agustino recoleto, en su interesante libro intitulado _Idiomas +y etnografía de la región oriental de Colombia_ (Barcelona, 1911), pág. +228: + + «Empréstame tus ojitos + para completar dos pares; + que con los míos no puedo + llorar tantas _soledades_.»] + +[Nota 258: Para el léxico de la Academia, _quedarse como un +pajarito_ significa «morir con sosiego, sin hacer gestos ni ademanes.» +Sea eso; pero sea también _quedarse muy dormido_, como en este lugar del +texto, y así, dije en las _Mil trescientas comparaciones populares +andaluzas_ (Sevilla, 1899), páginas 104 y 105: _«Se queó como un +pajarito...: Dormido,_ y más a menudo, _muerto_; del que se duerme +profundamente también se dice: _Se queó frito_ o _fritito_.»] + +[Nota 259: Suplo un _las_ que falta en el texto original, por +omisión mecánica de una de dos sílabas iguales e inmediatas.] + +[Nota 260: Con lo de _Adanes del baratillo_ quizá se referiría Vélez +a alguna tienda de baratijas en que se vendiesen figurillas de barro, y +entre ellas la de nuestro primer padre.] + +[Nota 261: «Alusión--como dice el señor Bonilla--a unos zapatos de +cuero.» Eran famosos los cueros curtidos en Fregenal de la Sierra, por +lo cual, en una jácara de Quevedo, refiriéndose a _la penca_ o azote del +verdugo, dice Lampuga a la Perala: + + «Más me cuestas de pregones + y _suela de Fregenal_ + que valen seis azotados + si los llegas a tasar.»] + +[Nota 262: _De grana de polvo,_ es decir, teñida con el polvo de los +gusanillos que llaman _grana_. También decían, a secas, _teñido,_ o +_teñida, de polvo_. Entre los regalos que los padres trinitarios de la +Redención de cautivos hicieron al Rey de Argel en 1591 figuraba «una +manta fraçada de la marca maior _teñida de polvo_, con su franxa de oro +y seda», que había costado 19.550 maravedís. (Archivo Histórico +Nacional, Libros de la Orden Trinitaria, 121 _b_, fol. 50 vto.)] + +[Nota 263: _Severo_, en su acepción de _grave, serio, mesurado_.] + +[Nota 264: Dice de las comedias de este loco que _se las habían +apedreado como viñas,_ recordando la frecuencia con que el pedrisco daña +los viñedos.] + +[Nota 265: _Menalao_, por _Menelao_, no es errata; solían decirlo +así, por asimilación de vocales. Francisco Santos, en _Los Gigantones en +Madrid por de fuera_, apud _Obras en prosa y verso_..., tomo I, pág. +396: _«A Menalao_, por aver entrado en su casa Paris....»] + +[Nota 266: La _Casa del Nuncio_ llamaban al hospital de dementes de +Toledo, porque lo fundó, a fines del siglo XV, un nuncio apostólico +llamado don Francisco Ortiz. También solían llamarlo _el Nuncio_, a +secas, y por las celdas o jaulas en que se encerraba a los locos +furiosos, _los alberguillos de Toledo_.] + +[Nota 267: _Cual tenga la salud_, es decir, _mal_. Era corriente +esta comparación imprecatoria. Véase algún ejemplo. Lope de Vega, en el +acto II de _El Caballero de Illescas_: + + «ROBERTO. ...Y tengo gracia en hacer + versos, que canto a un laúd. + + JUAN. _Cual tengáis vos la salud_ + todo eso debe ser.»] + +[Nota 268: Parece que debiera decir: _fué tal_....] + +[Nota 269: En mis notas al _Quijote_ (VIII, 56, 10) expliqué por qué +debe escribirse _¡Cierra, España!_, y no _¡Cierra España!_, como +generalmente se estampa y se dice. _España_ en esta locución es un +vocativo, y exclamar _¡Cierra, España!_ equivale a exclamar: _¡España, +cierra_, o _faja, con los enemigos_!] + +[Nota 270: Exaltarse los poetas hasta el punto de tomar sus +imaginaciones por realidades y parecer locos, nunca fué cosa harto rara: +ya decía de Horacio su siervo: _«Aut insanit homo, aut versas facit_.» +Ni fué raro tampoco el exagerarlo festivamente nuestros escritores. +Pérez de Montalván, en la jorn. I de _No hay vida como la honra_. + + «TRISTÁN. Señor, mi amo es poeta + y los tales, cuando escriben, + mudan más de cuatrocientas + caras en una hora sola; + porque, si es de cosa tierna, + se retozan ellos mismos, + se miman y se gorjean; + si de guerras se ensayonan, + se encolerizan y emperran + de manera, que tal vez, + llevados de aquella idea, + encasquetando el sombrero, + al primero con que encuentran, + como si fuera de Holanda, + de Francia o Inglaterra, + diciendo: «¡Santiago, a ellos! + »¡Cierra, España! ¡Todos mueran!», + le dan dos o tres puñadas, + o le quiebran la cabeza.»] + +[Nota 271: _El basilisco de Malta_ debió de ser, como conjetura el +señor Bonilla, nombre vulgar de una pieza de artillería que tuviese la +Orden de San Juan en la isla de Malta.] + +[Nota 272: _Alojaron_, refiriéndose a _compañía,_ que, como _gente, +manada_, y los demás nombres colectivos, puede concertar, por silepsis, +con un adjetivo o verbo en plural, cuando concurren los dos requisitos +que menciona Bello en el §818 de su _Gramática,_ anotada por Cuervo +(pág. 215 de la edición de 1908).] + +[Nota 273: Por _legumbre_ ha de entenderse aquí, aunque +impropiamente, cosas arrojadizas de huerta, como tronchos, pepinos, +nabos, etc. Las comedias de Cervantes--él lo dice--«se recitaron sin que +se les ofreciese ofrenda de pepinos ni de otra cosa arrojadiza». Y con +lo de _edificio_ alude Vélez, como supone el señor Bonilla, a _cascote_ +o _escombros_.] + +[Nota 274: _A pleito de tenuta_, o sea a pieza de autos judiciales +tan abultada como solían ser las en que se trataba de la tenuta o +posesión provisional de las rentas y frutos de un mayorazgo en litigio.] + +[Nota 275: Puigblanch, en sus _Opúsculos gramático-satíricos_ (tomo +1, pág. 30), sostiene fundadamente que, contra lo que creyeron muchos +autores, el _Paladión_ no fué el caballo de Troya, sino una pequeña +imagen de la diosa Palas.] + +[Nota 276: «_Armado de punta en blanco_ quiere decir armado de pies +a cabeza, con todas las piezas de un arnés, y las demás armas defensivas +y ofensivas, desnudas, a punto y guisa de acometer y pelear.» (Correas, +_Vocabulario de refranes_..., página 31 _a_).] + +[Nota 277: El socorrido expediente de hacer de pasta las dueñas que +faltaran para completar el número de once mil parece reminiscencia de lo +que cuenta Cervantes (_Quijote,_ II, 48) de aquella señora «de quien se +dice que tenía dos dueñas de bulto con sus antojos y almohadillas al +cabo de su estrado, como que estaban labrando, y tanto le servían para +la autoridad de la sala aquellas estatuas como las dueñas verdaderas».] + +[Nota 278: También Quevedo llamó _sabandijas_ a las dueñas, pues +hizo decir a una del gremio (Musa VI): + + «Fué Dios servido después + de que yo me convirtiese + en _sabandija_ tocada, + en un lechuzo de _réquiem.»_ + +En ranas dijo el mismo autor, en _Las Zahurdas de Plutón,_ haberlas +visto convertidas: «Así supe como las dueñas de acá son ranas del +infierno, que eternamente como ranas están hablando, sin ton y sin son, +húmedas y en cieno, y son propiamente ranas infernales; porque las +dueñas ni son carne ni pescado, como ellas. Diome grande risa el verlas +convertidas en _sabandijas_ tan pierniabiertas....»] + +[Nota 279: _Oyones_, dicho en tono festivo por _oyentes_.] + +[Nota 280: _Saber_, o _entender, poco de filis_, frase que falta en +el _Diccionario_, significa no ser capaz de ciertas delicadezas o +finuras. Calderón, en la jorn. II de _Guárdate del agua mansa_: + + «D. TORIBIO. Pues de mi cuidado + ¿en qué estriban los desvelos? + + EUGENIA. Preguntádselo a los cielos, + a los astros y a los hados, + que no inclinan mi albedrío. + + D. TORIBIO. Pues en algo está el busilis. + + EUGENIA. En que vos no tenéis _filis_ + para ser esposo mío.» + +Picado don Toribio por esta expresión, aun sin entenderla, dice poco +después a don Alonso: + + «Y para que se averigüe + si los hombres como yo + tienen o no tienen _filis_, + por no obligarme a retarla + en extranjeros países, + haced que me compren luego + cuantos _filis_ sean vendibles, + y cuesten lo que costaren.»] + +[Nota 281: Por analogía con las _encamisadas_ a que se refieren los +diccionarios, llama Vélez _encamisada_ a los sujetos que acudieron a las +alarmantes voces del Poeta; bien que si los más de ellos estaban «hechos +Adanes del baratillo, poniendo las manos donde habían de estar las hojas +de higuera», más podía llamarse _descamisada_ que _encamisada_ a su +junta o reunión.] + +[Nota 282: _Mediar el caso_, como _mediar la causa_ (_Quijote_, I, +46), y _médiese la partida_ (II, 26).] + +[Nota 283: Se refiere a un ejemplar de alguna de las diversas +ediciones que antes de mediar el siglo XVII se habían hecho del _Arte +poética española_ de Diego García Rengifo, publicada a nombre de Juan +Díaz Rengifo, y cuya edición príncipe es de Salamanca, Miguel Serrano de +Vargas, 1592.] + +[Nota 284: «_Omenaje_ tanto quier dezir--según la ley V, título XXV +de la partida IV--como tornarse ome de otro, e fazerse suyo por darle +segurança sobre la cosa que prometiere de dar o de facer, que la +cumpla.» Se hacía _pleito homenaje_ metiendo la mano derecha, o las dos +manos, entre las del que lo recibía, y jurando hasta tres veces cumplir +aquello a que se obligaba. Véase, por ejemplo, un pleito homenaje tan +ecijano como el mismo Vélez de Guevara y como el gran poeta Garci +Sánchez de Badajoz, en manos de cuyo padre se hizo. En Écija, a 20 de +marzo de 1475, ante el escribano Alfón de Aguilar, estando ayuntados en +la casa del cabildo los honrados señores concejo, asistente, alcaldes, +alguaciles, regidores, jurados y caballeros, y presente el comisario +Francisco Velasco, en nombre y con poderes de «la muy alta y muy +esclarecida Princesa, Reyna e señora nuestra señora la Reyna doña +Isauel», habiendo recibido del concejo y el asistente «la fidelidad, +juramento e omenaje que eran tenudos de fazer a la dicha señora Reyna +como primogenita heredera destos Reynos de Castilla y de Leon, e al muy +alto e esclarecido principe don Fernando su legitimo marido, luego el +dicho Comisario en el dicho nombre e por virtud de los dichos poderes +dixo que juraba e juró por el nombre de Dios e de Santa María e por las +palabras de los santos evangelios e por la señal de la Cruz, en que puso +su mano derecha, e fizo pleito omenage en manos de Fernan Sanchez de +Badajoz, cauallero fijodalgo, una, dos e tres veces segun fuero e +costumbre de España, so cargo del qual prometió e juró en el ánima e +persona de la dicha señora Reyna de confirmar e guardar los privilegios +e buenos usos e costumbres e ordenanzas, esenciones e libertades desta +cibdad....» (Archivo Municipal de Écija).] + +[Nota 285: Esto se cuenta de los Siete Durmientes, de quienes ya +traté en nota del tranco II (59, 16)[182]. Pérez de Montalván, en la +jornada I de _Santo Domingo en Soriano_, se hizo eco de la vulgar +conseja: + + «CHOCOLATE. Si a la venganza saliesen + quantos ay en Sorïano, + y lloviera Dios valientes, + con solo un dedo meñique, + sin mover essotros nueve, + los arrojara tan altos, + _que quando a baxar bolviessen, + hallassen otra moneda, + como los Siete Durmientes_.»] + +[Nota 286: Asemejándolos a los censos, Vélez llama _güéspedes al +quitar_ a los hospedados en el mesón, porque al ausentarse, dejaban de +ser huéspedes, y _güésped de por vida_ al mesonero, porque lo había de +ser hasta su muerte. En este pasaje pudo echar de ver don Antonio de +Valbuena que, contra lo que, sin duda ofuscado, defendió en algún +periódico, _huésped,_ como _hospes_ latino, significa, y así lo advierte +Covarrubias, tanto el forastero que viene a nuestra casa, o a nuestro +pueblo, como el mesonero o el que tiene casa de posadas. En el cap. LIX +de la segunda parte del _Quijote_ ocurren juntas, como en el texto que +anoto, las dos acepciones de esta voz: «¡Por Dios--respondió el +_huésped_ (el hospedador)--que es gentil relente el que mi _huésped_ (el +hospedado) tiene!» + +El decir _al quitar_ de cosas extrañas a los censos no fué original de +Vélez de Guevara: ya se leía en el _Romancero general_ (fol. 257 vto.): + + «Teneys vn custodio falso, + vn Argos astuto artero, + más velador que velado, + _novio al quitar, como censo_.» + +Y en Tirso de Molina, acto II, de _La Villana de la Sagra_: + + «CARRASCO. No hay tal pariente en el mundo + como el dinero en la mano; + éste es pariente de veras; + que lo demás es quimeras: + él es padre, primo, hermano. + + D. LUIS. Carrasco, lo propio pienso + que se usa en cualquier lugar. + + CARRASCO. _Hay parientes al quitar_, + _que son de casta de censo_.»] + +[Nota 287: En cuanto a la voz _saudade_, véase lo dicho acerca de +_soledad_ en nota del tranco IV (95, 4)[257]. Aquí se ocurrió a Vélez usar +el vocablo portugués, corriente en España; pero lo mismo pudo decir +_soledad_.] + +[Nota 288: El refrán dice: _De amigo a amigo, chinche en el ojo_, y +enseña que no es discreto confiar en todos los que se nos venden por +amigos. En lugar de _chinche_, algunos dijeron _chiz_ (significando +_agraz_), y otros, _chincha, china, chinilla_ o _chineuela, chispa, +chispe_, etc. _Sangre_ dice el léxico de la Academia.] + +[Nota 289: _Galantería,_ en la acepción de _broma_ o _chanza_, no +registrada en los diccionarios.] + +[Nota 290: Parece faltar un _por: y por la amistad_....] + +[Nota 291: Algunos editores corrigieron: _¿cómo te ha ido_...? por +no parar mientes en que el plural del texto es de frecuente uso popular: +_¿Cómo andamos_?, decimos al preguntar a uno por su salud.] + +[Nota 292: No hay montañés que no se tenga por hidalgo: «Montañés, +hidalgo es», dice un refrán, que yo supongo inventado por ellos.] + +[Nota 293: Se refiere a la Valtelina, comarca situada entre el lago +de Como y el Adda.] + +[Nota 294: En la edición príncipe hay coma después de la palabra +_infierno_, y también después de _Indias_ en el reclamo del folio 49 +recto, si bien a la vuelta se omitió. El señor Bonilla puntúa así: «... +y este es el juro de heredad que más seguro tenemos en el infierno; +después, de las Indias fuí a Venecia...»; pero como no ha dicho que +fuese a las Indias, sino a Suiza, muy cercana a Italia y a la Valtelina, +que era italiana, colígese que a tal puntuación es preferible la mía, +aun siendo mía, máxime cuando con ella es clarísimo el sentido del +pasaje. Y dijo el Diablillo que los suizos y valtelinos eran el mejor +juro de heredad del infierno, _después de las Indias_, porque éstas no +podían dejar de ser campo fertilísimo para aquél, por lo mal que los que +iban allá solían cumplir con sus conciencias. Cabalmente por eso, en el +tranco VIII, dice el Cojuelo, estando en Sevilla: «... y me hallo en este +lugar muy bien, porque alcanzan a él las conciencias de Indias».] + +[Nota 295: _Clarísimo_--dice el _Diccionario_ de autoridades--«es +también renombre y título honorífico con que en algunas repúblicas, y +especialmente en la de Venecia, se distinguen algunas familias o sujetos +de conocida nobleza».] + +[Nota 296: _Hablar en_, como en el tranco II, donde quedó nota (50, +5)[165].] + +[Nota 297: Refiérese a don Pedro Girón; a aquel a quien, como dijo +Quevedo en un soneto admirable, _faltó su patria_, y de quien escribió +Lope de Vega, celebrando su vuelta de Italia (_Vega del Parnaso_, parte +I): + + «Tú solo, claro príncipe de Osuna, + de las armas de España en pie tuviste + la ofendida opinión, y a los gigantes + contrarios a su próspera fortuna, + Júpiter español, castigo diste, + y en sus aguas gimieron arrogantes....»] + +[Nota 298: Entre tantos extranjeros como venían a España con la +golosa determinación de catar la miel indiana de que hablé en nota del +tranco II (46, 8)[151], los genoveses fueron las más escondedoras urracas +de nuestro dinero, por lo cual dijo Quevedo de él en una de sus +letrillas: + + «Nace en las Indias honrado, + donde el mundo le acompaña; + viene a morir en España, + _y es en Génova enterrado_.»] + +[Nota 299: _Golfo lanzado_, ablativo absoluto, o _de golfo_, o _a +golfo lanzado_, modo adverbial, son frases italianas, muy corrientes en +España en otro tiempo, por nuestra continua comunicación con Italia. +«_Navigare, o Andare a golfo lanciato, vale Navigare per linea retta, a +dirittura; contrario di Costeggiare.» (Vocabolario degli Accademici +della Crusca_, 4.ª ed., Firenze, M.DCC.XXXI.)] + +[Nota 300: Los que venían a España desde Génova solían desembarcar +_en Vinaroz_. Así aquel supuesto conde italiano de Tirso de Molina, en +el acto II de _La Huerta de Juan Fernández_: + + TOMÁS. De Génova me sacó + la capitana o sargenta.... + Desembarqué en _Vino-arroz_.... + + D.ª PETRONILA. _Vinaroz_ se llama.] + +[Nota 301: _Oviar_, que es _obviar_, escrito como generalmente se +pronuncia: el grupo _bv_ es poco acomodado para labios españoles.] + +[Nota 302: _Andulucía,_ por asimilación de vocales, como _purtugués, +munumento, resulución_, etc.] + +[Nota 303: «La copla íntegra--nota Bonilla--se lee al final del +_Entremés y baile del Invierno y el Verano_, de Benavente: + + _«Tendré el invierno en Sevilla + y el veranito en Granada_, + en Motril la caña dulce + y en Málaga la patata.»] + +[Nota 304: En la edición príncipe, _de Durazután._ Téngolo por +yerro, pues _de Daraçután_ la llama el _Reportorio de todos los caminos +de España_ ... de Juan Villuga (Medina del Campo, Pedro de Castro, +M.D.XLVI), en el itinerario de Toledo a Córdoba; y aun llamándola en +otro _venta dalaruçatan_, se echa de ver que es errata, por _de +daraçutan_ o _de laraçután;_ que también pudieron llamarla así, +convertida la _d_ en _l_, como en _lucho_ por _ducho, litado_ por +_ditado_, etc.] + +[Nota 305: Pérez y González llamó la atención acerca del evidente +yerro que hay en el señalamiento de esta distancia. En efecto, según el +citado _Reportorio_, de Toledo a Córdoba hay veintinueve leguas y media, +que empiezan a contarse así: + + «a las ventas de diezma ij. m. + a horgaz ij. y media. + a yuenes j. + a la venta guadalerce ij. + a la venta daraçutan ij.» + +Son, pues, _diez leguas_, y no las _veintidós o veintitrés_ que, quizás +por andaluzada, dijo el Cojuelo. Por andaluzada, si no se lo hizo decir +el cajista, porque es de notar que en la edición príncipe el número de +leguas está en guarismo, y no habría sido difícil leer _22_ ó _23_ donde +Vélez hubiese escrito confusamente _12_ ó _13_.] + +[Nota 306: Sabidísimo es que se llama _portante_ aquel paso de las +caballerías en que mueven a un tiempo la mano y el pie del mismo lado. +Por extensión se dice del paso ligero de las personas.] + +[Nota 307: _De sí mismos_, porque ningún arco los había lanzado al +aire, y, con todo, salieron rápidos como saetas.] + +[Nota 308: _Salmorejo_--dice Covarrubias--es «vn cierto género de +salsa o escabeche con que suelen adereçarse los conejos, echándoles +pimienta, sal y vinagre, y otras especies.»] + +[Nota 309: _Lo de las adherencias e incidencias_ es frase escribanil +que solía usarse en las escrituras de poder, expresando que éste se daba +no sólo para lo principal que era su objeto, sino también para sus +_adherencias e incidencias_, o _para todo lo incidente y dependiente_, o +_para todas sus anexidades y conexidades_; que de estas y aun de otras +maneras se decía.] + +[Nota 310: «_ir el nauio a orça_ es--dice Covarrubias--ir recostado +a vn lado para poder tomar el viento que no le viene derecho y assi se +pone la vela diferentemente.» De aquí, en sentido figurado, _tener a +orza la testa_, significa, como dice el señor Bonilla, _tenerla +inclinada_.] + +[Nota 311: _Zorra_ es uno de los nombres familiares de la +_borrachera_, de donde, como registra Oudin en su _Tresor_, se dijo +_estar hecho zorra, estre yure_, y _caçar vna zorra, s'enyurer. Tan +zorra,_ pues, es elíptico, por _tan hecho zorra_.] + +[Nota 312: De llamarse _costados_, refiriéndose a una persona, a las +líneas de sus abuelos paternos y maternos (_noble por todos cuatro +costados_, etc.), vino a significar por extensión _de todo en todo, +enteramente_.] + +[Nota 313: _Con quien vengo, vengo_ es máxima que indica que cada +cual debe seguir el partido de aquel a quien acompaña, auxiliándole en +cualquier peligro. Calderón tiene una comedia con tal frase por título, +y a cuyo final don Juan, _por venir con quien viene_, llega a reñir con +su mismo padre, admirado de lo cual el gobernador de Verona, dice +Vrsino: + + «A aquesto obliga el honor + de quien a campaña sale + con otro; que este es precepto + de la ley del duelo.» + +El mismo autor en la jorn. II de _Cada uno para sí_: + + «D. FÉLIX. ...Pero sí sé, pues que sé + que la ley del duelo dijo + que yo _con quien vengo, vengo_ + y así, a don Enrique sigo.»] + +[Nota 314: Sobre estas virtudes curativas que se atribuyeron +respectivamente a los reyes de Francia y a los de España, debe leerse +una de las _Cartas eruditas y curiosas_ del padre Feijóo, la XXV del +tomo I. «Es hecho constante--dice en ella, y adviértase que la escribía +aun no mediado el siglo XVIII--que a la Corte de Francia concurre de +varias partes gran número de los que padecen la enfermedad dicha +[lamparones], y que anualmente, el día de Pentecostés, el Rey +Christianíssimo, haviendose confessado y comulgado en el convento de San +Francisco, los toca a todos en la frente, puesta la mano en forma de +Cruz, pronunciando aquellas palabras: _Rex tangitte, Deus sanat te, in +nomine Patris, & Filij & Spiritus Sancti_. En unos autores he leído +_sanat_, en otros _sanet_.» Y en cuanto a nuestros reyes: «Sepa más v. +mrd. que el mismo Gaspar de los Reyes cita no menos que doze autores que +afirman que los Reyes de Hespaña gozan la admirable prerogativa de +expeler los Demonios de los cuerpos de los Energúmenos; y esto, sin más +diligencia que ponerse en presencia de ellos.» Feijóo dice claramente +que no creía en tales virtudes curativas de los monarcas de allá ni de +los de acá, y, en efecto, o esa virtud se ha perdido, o, lo que es más +probable, no la hubo nunca.] + +[Nota 315: _Falso_ parece dicho aquí en una acepción que no +registran los diccionarios. Quiere decir que los extranjeros se sonreían +disimuladamente.] + +[Nota 316: «_Tomar la mano_ se dize--según Covarrubias--el que se +adelanta a los demás para hazer algún razonamiento.» _Quijote,_ I, 29: +«... y aunque luego quisiera el Cura consolarla y aconsejarla, _tomó_ +primero _la mano_ Cardenio, diciendo....»] + +[Nota 317: _Con su Majestad_, elíptico: _comparados con su Majestad_ +ha de entenderse.] + +[Nota 318: Este derramar juncia y poleo ensalzando hasta las nubes +el poder de España era muy del tiempo de Luis Vélez de Guevara. Quevedo, +en la reseña de una fiesta de toros (Musa VI): + + «Iba el Rey nuestro señor + con su talle y con su cara + repitiendo hasta el Hermoso + los Filipes de su casta. + Lleva el Segundo en el seso, + lleva el Tercero en el alma, + y en el Cuarto lleva el Quinto, + en victorias que le aguardan. + Dije (no sé si lo oyó): + «Glorioso León de España, + no tienes para un pellizco + en cien mil fardos de Holandas. + Si en Italia los franceses + ya volvieron las espaldas + a los graznidos de un ganso, + ¿dónde pararán si bramas?»] + +[Nota 319: Las injurias que profieren el Francés y el Italiano, +aunque españolizadas un tanto, se entienden fácilmente: _bugre (bougre)_ +significa _sodomita; coquín, bergante, belitre; forfante (furfante), +bribón;_ pero ¿y _nitesgut?_ ¡Aquí de los diccionarios y de las +conjeturas eruditas! Para el señor Bonilla, en sus notas a la edición de +1902, _Nitesgut_ era «vocablo que procede de la corrupción del alemán +_Nichtsgut_, compuesto de _nicht-- _nada, y _gut_ = bueno». Pérez y +González observó, con su discreción acostumbrada, lo uno, que +_«¡Nitesgut!--_o como sea--es una frase ofensiva que Vélez de Guevara +pone en boca de un inglés para insultar, seria y airadamente, a su +contradictor»; y lo otro, que «no parece propio que, insultando al +españolizado diablillo el francés en francés y el italiano en italiano, +tuviera el inglés que recurrir a _inventar_ dicterios alemanes, como si +en su idioma no los hubiera; ni resulta natural que después de llamarlo +el francés _pícaro y sodomita_, y el italiano, _traidor o judío y +bribón,_ el inglés se contentara con decirle: _¡Nada bueno español!,_ +porque esto, después de aquellos improperios, más que para encolerizar a +don Cleofás y al diablo y sacarlos de sus casillas, hubiera servido, por +el contraste, para hacerlos destornillar de risa». Hasta aquí iba bien y +rebién mi antiguo camarada y queridísimo amigo Felipe Pérez; pero, por +no ser menos que su comentado comentador, quiso, como él, echar su +cuarto a filologías, y creyó sacar en claro que pues _nitty_ significa +en castellano _lleno de liendres_, y _goose_ (léase _gus) mentecato, +«niti gus_ bien pudo convertirse, por obra y gracia del cajista, en ese +_nitesgut_ incomprensible». Últimamente, al volver al asunto el señor +Bonilla en la edición de 1910, abandona su alemán de antaño y conjetura +que _nitesgut «puede ser_ un vocablo compuesto de _naughty_ = revoltoso, +malvado, y _guest_-- huésped, palabras ambas--añade--que vienen de +perilla al Cojuelo, y que Vélez juntó, escribiéndolas sin ortografía y +atendiendo principalmente al sonido _(noti-guest)»._ + +No entraré yo por terreno donde es tan fácil desbarrar como revolver +diversos diccionarios de lenguas que no se conocen, o, lo que suele ser +peor, no se conocen bien; pero sí diré, abriendo camino para otros, que +no me parece muy seguro que _nitesgut_, aun puesto en boca de un inglés, +sea locución inglesa, porque mientras que Castillo Solórzano la hace +decir a _un gabacho,_ Lope la atribuye a _un tudesco_, por cierto +pronunciándola _ni te gote_. Véanse los textos a que aludo, el primero, +de un romance a una mujer roma (apud _Donayres del Parnaso. Segunda +parte_, Madrid, Diego Flamenco, 1625, fol. 26): + + «Si te condenas, bien puedes + fiar tu romanitud + de Lucifer, que ha de hazerte + entre demonios Monsiur. + Y dirás mascando brasas + (siendo palo de su flux) + _tan bien como el más gauacho, + «nitifiston, nites gut._» + +Y Lope, en el acto II de _El Caballero del Sacramento_: + + «CRISPÍN. Mucho encubren los vestidos; + mas si me llegan a hablar + ¡pardiez que yo quedo fresco! + Que sólo sé _de tudesco_ + esto que llaman _brindar_ + y el tener donde me quepa; + porque _brindis y caraus_, + _Deo gloria et santis laus,_ + no hay niño que no lo sepa. + Como me traten de vino, + diré _«trinque, non denece_», + _y «ni te gote fortece_», + y pasaré mi camino. + Y si en alguna ocasión, + tales el tiempo las fragua, + me convidaren con agua.... + + LUIS. ¿Qué dirás? + + CRISPÍN. _«Niti fiston.»_ + +Con todo esto, Vélez, a no dudar, tenía por inglesa la injuriosa +expresión _nitesgut_ o _nitis gut_, pues alterándola festivamente, la +había empleado como tal muchos años antes de escribir su novela, en un +soneto que compuso _cuando le nombraron portero del de Gales_ (1623), +soneto que descubrí en el Ms. 3796 de la Biblioteca Nacional y publiqué en +1908 en la _Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, con otras +poesías autobiográficas del mismo autor. Dice el último terceto: + + «No tengo a _nitis brut_ por buen lenguaje; + sáqueme Dios desta empanada _inglesa_, + y deme para España buen viaje.»] + +[Nota 320: Alude el autor satíricamente a los hábitos sodomíticos, +antaño muy extendidos en Italia, por lo cual, en 1578, había dicho +Vicente Espinel en su _Sátira contra las damas de Sevilla_, después de +pintar muy al vivo a un mozuelo melifluo y alcorzado: + + «Todo el negocio va _por lo de Italia_. + ¡Volved, oh juventud bárbara y ciega, + a aquel antiguo ser de la Vandalia!» + +A la cuenta, don Pedro Francisco Lanini recordaba este pasaje de _El +Diablo Cojuelo_ cuando, al tratar de los disciplinantes en el _Entremés +de la Tataratera_, hace decir a dos de sus interlocutores: + + «ITALIANO. En la Italia no azotamo + en la antífona. + + COSME. _Es que pagan_ + _por donde pecan_.»] + +[Nota 321: Toda esta reyerta con unos extranjeros es, como advirtió +Pérez y González, reminiscencia e imitación de un pasaje quevediano de +_La Hora de todos y la Fortuna con seso_: «Venían tres franceses por las +montañas de Vizcaya a España, el uno con un carretoncillo de amolar +tijeras y cuchillos por babador, el otro con dos corcovas de fuelles y +ratoneras, y el tercero con un cajón de peines y alfileres. Topólos en +lo más agrio de una cuesta descansando un español que pasaba a Francia a +pie, con su capa al hombro. Sentáronse a descansar a la sombra de unos +árboles: trabaron conversación.» Departen largamente, y en la plática +sale a relucir el sanar de lamparones el Rey de Francia, y al cabo los +cogió _la hora_ y desatinando la cólera al español, dijo: «Los demonios +me están retentando de mataros a puñaladas, y abernardarme, y hacer +Roncesvalles estos montes. Los _bugres_, viéndole demudado y colérico, +se levantaron con un zurrido _monsiur_, hablando galalones, pronunciando +el _mon diú_ en tropa, y la palabra _coquín_». Y enrédase gran batahola, +hasta que unos pasajeros los desparten y se llevan al español a las +ancas de una mula.] + +[Nota 322: De _Peralbillo_ o _Peroalbillo_, lugar cercano a Ciudad +Real en donde la Santa Hermandad ajusticiaba, asaeteándolos, a los +malhechores, dijo Pedro de Medina en su _Libro de grandezas y cosas +memorables de España_ (Sevilla, M.D.xlix, fol. lxxxiij): «Saliendo yo +desta ciudad para Toro, vi junto al camino en ciertas partes hombres +asaetados en mucha cantidad, mayormente en vn lugar que se dize +Peraluillo, y más adelante en vn cerro alto a donde está el arca, que es +vn edificio en que se echan los huesos destos asaetados después que se +caen de los palos....» Por esto último llama Vélez _cecinas_ a tales +despojos humanos, añadiendo de _Gestas_, en recuerdo del Mal Ladrón.] + +[Nota 323: _Bohemio_, según el _Diccionario_ de autoridades, era +«especie de ropa o capa pequeña al modo de capotillo, que pudo traher su +nombre de la provincia de Boemia». Franciosini, en su _Vocabulario +español e italiano_, había dicho de esta prenda: «un _mantelleto +cortissimo, che in Ispagna soglion portar le donne quando vanno di +fuora_.»] + +[Nota 324: Era el _chapín_--según Covarrubias--«calçado de las +mugeres, con tres o quatro corchos: y algunas ay que llevan treze por +dozena....» Dice Vélez _con plata_, porque acostumbraban poner a los +chapines virillas de plata, tan anchas a las veces como indicó Tirso en +el acto I de _La Huerta de Juan Fernández:_ + + «TOMASA. ...No gastara la mulata + manto fino de Sevilla, + _ni cubriera la virilla + el medio chapín, de plata_....» + +Y llegó a ser tan general lo de las _virillas de plata_, que los tenían +con tal adorno hasta las cortesanas de medio pelo. Quevedo pinta con +chapines de esta clase a una cortesana ociosa (Musa VI): + + «A la jineta sentada + sobre un bajo taburete, + con su avantalillo blanco + y su vestidillo verde, + en valoncilla redonda + y perlas con brazaletes, + con apretador de vidro + y rizas entrambas sienes, + con herraduras de plata + y faldellín de ribetes....» + +Los chapines se ponían sobre los zapatos; pero, pues yendo las +comediantas en sus jamugas, no los habían de llevar puestos, llevábanlos +_colgando de los respaldares_, como dice el autor.] + +[Nota 325: Refiérese a los cuellos que llamaron _valonas_. Los +llevaban estos comediantes en los sombreros, para no ajarlos ni +ensuciarlos por el camino.] + +[Nota 326: Dice festivamente _ciclanes de estribos,_ para indicar +que llevaban uno, y no dos. _«Ciclán_--Dice Oudin en su _Tresor--vn qui +n'a qu'vn testicule, que nous disons leger d'vn grain.»_] + +[Nota 327: Así, _le sirven_, en la edición original. El señor +Bonilla añadió entre corchetes la _s_ que gramaticalmente falta; yo no, +porque más bien que a supresión mecánica de una de dos letras iguales e +inmediatas, hubo de deberse esta omisión a emplear el _le_ como dativo +de plural, fenómeno sobre el cual, anotando el _Quijote_, llamé la +atención más de una vez (II, 217, 6; III, 106, I; VII, 329, II, y VIII, +67, 3).] + +[Nota 328: _Representantas_, como lo dijo Lope en el epígrafe de uno +de sus sonetos, mal que pese a los feministas de hoy, que quieren que se +diga _la consejero, la catedrático y_ aun la _maestro_. Cervantes decía +_preguntanta (Quijote,_ II, 62).] + +[Nota 329: _Recalcado_, como adverbio: _recalcadamente_. Otro autor, +no recuerdo cuál (quizás Quevedo), llamó _hablar jeringado_ al hablar +así, y está muy propiamente dicho, porque denota bien que salen las +palabras premiosamente alquitaradas y como empujadas por el émbolo de +una jeringa. _Recalcado_ y _jeringado_, lo mismo que en otras calendas, +siguen hablando hoy los malos cómicos, dentro y fuera del teatro.] + +[Nota 330: Los escritores de la última moda _(dernier cri_, suelen +decir ellos) omitirían hoy la preposición y escribirían galicadamente: +«... _que habían robado Lisboa, asombrado Córdoba y escandalizado +Sevilla_, y que _habían de despoblar Madrid_....» Y es lo peor que, como +todo se pega, menos lo bonito, hasta periódicos que siempre blasonaron +de escribir a lo castizo han entrado por la pésima costumbre de +prescindir de esa preposición en tales casos.] + +[Nota 331: Probablemente sería persona de carne y hueso este +_tundidor de Écija,_ poeta a ratos. A vivir todavía mi buen amigo +ecijano don Manuel Ostos y Ostos, él, con aquella grande afición que +siempre tuvo a la historia de su ciudad, buscaría y rebuscaría, hasta +hallar noticias de este autor de loas mencionado por su ilustre paisano +Luis Vélez de Guevara.] + +[Nota 332: _Severo_, en la acepción de _grave, serio, mesurado_, +como y indiqué en otro lugar (99, 8)[263].] + +[Nota 333: Este verso, que en la edición original está impreso a +renglón tirado, como prosa, es del conocidísimo romance de Nerón: + + «Mira Nero de Tarpeya + a Roma cómo se ardía; + gritos dan niños e viejos, + _y él de nada se dolía.»_] + +[Nota 334: _Perdigado_ es, ciertamente, como dice el señor Bonilla +con Covarrubias, «el que está señalado para hacer alguna justicia del». +Pero, siendo eso, es también algo más: pruébalo el no convenir al +_perdigado_ del texto la definición del _Tesoro. Perdigarse_ es, +figuradamente, «disponerse a hacer bueno o malo», como dice Correas en +su _Vocabulario de refranes_ ..., página 601 _a_, y _perdigar_, según el +léxico de la Academia, «disponer o preparar una cosa para un fin». Ahora +sí se entiende el lugar del texto.] + +[Nota 335: _De allá: de Dinamarca_, dicho irónicamente por alusión a +Oriana, la fiel amada y amante de Amadis de Gaula, a la cual se suele +llamar _la Doncella de Dinamarca_ en la historia de este caballero +andante. Asimismo la recuerda Tomás en _La Ilustre fregona_ de +Cervantes, a propósito de las desenvueltas mozas de la posada del +Sevillano: «¡Mirad qué _doncellas de Dinamarca_ nos había ofrecido la +suerte esta noche!»] + +[Nota 336: Refiérese a Andrés de Claramonte y Corroy, famoso +escritor y representante murciano.] + +[Nota 337: En la edición príncipe, por errata, _entre los dos_.] + +[Nota 338: _En la legua_, o, lo que es lo mismo, _entre los cómicos +de la legua_, a la manera que se decía _en el siglo_ y _en la +religión._] + +[Nota 339: _Amarilis_, nombre con que era conocidísima la célebre +comedianta María de Córdoba, mujer de Andrés de la Vega, autor de +comedias, es decir, director y empresario de compañía.] + +[Nota 340: La expresión es elíptica al par que hiperbólica: quiere +decir que no sabría, no ya representar lo que representaba ella aun con +lo más humilde: con su zapato; pero _ni mirarlo_ siquiera.] + +[Nota 341: Se refiere, como dice el señor Bonilla, a la comedia del +bizarro ingenio valenciano intitulada _Dido y Eneas_.] + +[Nota 342: Devolviendo una imputación ofensiva, o rechazando una +exigencia inadmisible, solía y suele añadirse, por énfasis _y tu alma_, +o _y su alma_, bien que no lo registre el _Diccionario_. Véanse algunos +ejemplos. Pérez de Montalván, en la jorn. I de _Santo Domingo en +Soriano_: + + «PIERRES. ...Pero llégate al difunto + y pregúntale a qué viene. + + CHOCOLATE. _Llegue el francés y su alma_.» + +Don Francisco de Leiva, en la jorn. III de _La Dama presidente_: + + «ANGELA. Otro criado.... + + MARTÍN. (Aquí entro yo.) + + ANGELA. Que allá tuvisteis declara + lo mismo. + + CÉSAR. Ese es un borracho. + + MARTÍN. _(¡Tú lo eres y tu alma_!)» + +Nuestro Vélez mismo, en _La Sarna de los banquetes_, apud _Flor de +entremeses y sainetes de diferentes autores_ (1657), página 20 de la +edición de Menéndez y Pelayo, Madrid, 1903: + + «TARJETA. ¿Habrá un jarro de agua? + + CRIADO 1.º Y bueno. + + TARJETA. _Pues bébale él y su alma_.»] + +[Nota 343: Esta expresión es una de las más malas de entender que +hay en _El Diablo Cojuelo_, con haber otras muy oscuras y difíciles. Por +lo de Roncesvalles alude a la memorable batalla en que nuestro Bernardo +del Carpio derrotó a los franceses y en que murieron los doce pares de +Francia. _Molino del papel_ se llama al edificio donde, para fabricarlo, +se comienza por moler y reducir a pasta los trapos de que se hace. +¿Habría _en Roncesvalles_ cuando se escribió _El Diablo Cajuelo_, o poco +antes, algún _molino de papel_? Porque si se averiguara que lo hubo, +sería fácil de entender la afirmación, ya claramente burlona, de que la +venta, a no llegar el Ventero con la Hermandad, habría sido _un +Roncesvalles del molino del papel_; esto es, una parodia de la batalla +de Roncesvalles.] + +[Nota 344: Con la _Hermandad_, o sea con algunos _cuadrilleros de la +Santa Hermandad_, que, como es bien sabido, era una de las _tres santas_ +de quienes se dijo: «Tres Santas y un Honrado traen al Reino agobiado».] + +[Nota 345: _Tantos_, en la acepción de fichas o pedrezuelas menudas, +propias para señalar los puntos que se ganan en ciertos juegos. Nuestro +autor quiere decir que los jarros, tinajas y platos quedaron hechos +tiestos menudos, tan pequeños como para servir de tantos a los +jugadores. Lo mismo Quevedo, en la primera de sus jácaras (Musa V): + + «Sobre el pagar la patente, + nos venimos a encontrar + yo y Perotudo el de Burgos: + acabóse la amistad. + _Hizo_ en mi cabeza _tantos_ + un jarro que fué orinal + y yo, con medio cuchillo + le trinché medio quijar.»] + +[Nota 346: Como una parte del producto de los teatros, en Madrid y +en muchos pueblos, se aplicaba al sostenimiento de las casas de +beneficencia, cuando estas mismas no eran propietarias de los coliseos, +y las de la Corte necesitaban siempre esta importante ayuda de costa, +cuidábase de que no faltaran compañías, requiriendo de orden del Consejo +de Castilla a tales o cuales comediantes de los que andaban por otras +regiones de España, para que acudiesen a Madrid, y hasta despachando +algún alguacil que los condujese. Vea el curioso el citado libro de +Pérez y González, págs. 87 y siguientes.] + +[Nota 347: Sabido es que de los camaleones cree el vulgo que se +mantienen del aire.] + +[Nota 348: En lo _del mayor Mecenas_ se refiere nuestro autor al +Conde Duque de Olivares, hijo, en efecto, de don Diego López de Haro, +quinto marqués del Carpio.] + +[Nota 349: Aunque la edición príncipe estampa _gamenosas_, y así, +dicho de esas mismas dehesas, recuerdo haberlo leído en la comedia _El +amigo hasta la muerte_, de Lope de Vega, ha de leerse _gamonosos,_ de +_gamón (asphodelus ramosas_), planta espontánea por la cual se dijo «Año +de _gamones_, año de montones», bien que otros, burlándose del vaticinio +refranesco, lo modifican así: «Año de _gamones_, año de hambrones» (pág. +5 de mi libro intitulado _Los Refranes del Almanaque_; Sevilla, 1896).] + +[Nota 350: Esta fábula de la antigüedad había sido creída por hombre +de tan buen entendimiento como Ambrosio de Morales, pues dijo en Las +_Antigvedades de las civdades de España_ (Alcalá de Henares, Juan Núñez +de Lequerica, M.D.LXXV), fol. 32: «De tal manera son celebrados sobre +todos los del mundo [los caballos españoles], que nadie les sale a la +competencia. No es en ellos encarecimiento fabuloso de nuestros +cauallos, aunque a Iustino le parezca tal, que las yeguas en Portugal y +cerca de Lisboa se empreñauan del viento. Que clara verdad es de Plinio, +que lo pudo ver estando acá, y de Marco Varron, que dize ser cosa +aueriguada, y trae sus conueniencias, para que a nadie parezca estraña +ni impossible. Más de propósito lo prueua con razones naturales +Columela, y como español, que bien lo sabía, lo da por cosa manifiesta, +y en que nadie dudaua.... El potrico que desta preñez nacía sacaua la +ligereza de su padre el viento; mas no era de prouecho, pues jamás +passaua de tres años.»] + +[Nota 351: Los cordobeses llaman _Campo de la Verdad_ al barrio del +Espíritu Santo, unido a lo demás de la población por un antiquísimo +puente de diez y seis arcos bajo el cual corre el Guadalquivir. Cuéntase +que tal nombre se originó de una frase dicha por don Alonso Fernández de +Córdoba en 1367, cuando don Pedro I de Castilla fué sobre aquella +ciudad, auxiliado por el Rey de Granada (Don Teodomiro Ramírez de +Arellano, _Paseos por Córdoba,_ Córdoba, 1873-1877, tomo III, págs. 370 +y siguientes). Por el nombre de este barrio y por otras particularidades +de topografía y nomenclatura local, se dijo festivamente que los +cordobeses tienen _la Verdad en el Campo, la Salud en el Cementerio, la +Caridad en el Potro y el punto en un cuerno_. Esto último se refiere a +un altar llamado _del punto_, inmediato a un gran colmillo de elefante +(cuerno según el vulgo) que, como símbolo de la fortaleza, pende de la +bóveda de una de las naves de la Iglesia Catedral.] + +[Nota 352: Así el texto en la edición príncipe; pero probablemente +falta una palabra: _a la Colonia Patricia_, diría el original, porque +éste fué el nombre de la Córdoba romana, según vemos en sus monedas +autónomas de aquella época.] + +[Nota 353: Acerca del significado de _acto positivo_ quedó nota en +el tranco III (83, 4)[230].] + +[Nota 354: Escribí preguntando por este antiguo mesón a don Enrique +Romero de Torres, mi docto y amable _paisano_ (porque él es natural de +Córdoba y yo soy cordobés adoptivo), y ha satisfecho mi curiosidad, +comunicándome que por el libro primero de padrones de confesiones de +aquella iglesia catedral (1604-1609) consta que el _Mesón de las Rexas_ +era la segunda casa de la calle de la Herrería, hoy núm. 83 de la del +Cardenal González. Y añadió mi amigo en su carta: «La casa es muy +hermosa y por su aspecto debió de ser uno de los mejores mesones de +aquella época; está situada cerca de la Puerta del Puente y en la vía +principal de Córdoba, que era desde esta puerta hasta la que llamaban +Puerta Nueva (que ya no existe), y que constituía la carretera de +Sevilla a Madrid.» En el _mesón de las Rejas_ solían hospedarse las +compañías de comediantes que representaban en Córdoba: allí se alojaban +en 1610 Pedro de Castro y Jerónima de la Fuente, de la compañía del famoso +Granados, cuando se desposaron. (Véanse mis _Aportaciones para la +historia del histrionismo español en los siglos_ XVI y XVII, Madrid, +1914, pág. 34.)] + +[Nota 355: De la _Corredera_, sita en el barrio de San Pedro, dijo, +entre otras cosas, el citado autor de los _Paseos por Córdoba,_ tomo II, +pág. 105: «Su nombre es el que en general se daba en muchas poblaciones +al punto en que, por su extensión, se celebraban los actos más +concurridos, y en particular las corridas de toros, cintas y cañas. +Tiene una superficie de siete mil cuatrocientas noventa y seis varas +cuadradas, es cuadrilonga y mide trescientos sesenta y dos pies de +longitud por ciento treinta y ocho de latitud en la parte inferior, o +sea el Arco bajo, y ciento cincuenta y seis en la superior; los balcones +llegan, en sus tres filas, a cuatrocientos treinta y cinco, y los arcos +de sus portales a cincuenta y nueve....»] + +[Nota 356: Esta _línea_ y estos ángulos son términos de lo que aún +al mediar el siglo XVII se llamaba _nuevo arte de la destreza_, debido +principalmente a los estudios y las obras de Jerónimo de Carranza y don +Luis Pacheco de Narváez, su continuador.] + +[Nota 357: Alude Vélez--como dice Bonilla--al diestro retratado por +Quevedo en su donosísima _Historia de la vida del buscón llamado don +Pablos_. Quevedo, acérrimo enemigo de Pacheco de Narváez, se burlaba de +su _nueva destreza_; no así Cervantes, que en el _Quijote_ (II, 19) la +ensalza y hace quedar vencido por ella al bachiller Corchuelo.] + +[Nota 358: Este _pensar_, o _creer_, siempre usado en pretérito y +ante infinitivo y equivalente a _imaginar_, es popularísimo en +Andalucía, donde a menudo se oye: «_Pensé_ morirme»; _«Creí_ reventar de +risa». Cervantes lo usó con frecuencia en el _Quijote: «Pensó_ perder el +juicio» (II, 23); «_me pensé_ caer muerta de puro gozo» (II, 52).] + +[Nota 359: Llamaban _espadas negras_, porque tiraban a ese color, a +las de hierro, sin lustre ni corte, que servían para los ejercicios de +esgrima, y a las cuales, a fin de que no hiriesen con la punta, se les +ponían en ella botones de cuero, dichos comúnmente _zapatillas_. Tirso, +en el acto II de _La Huerta de Juan Fernández:_ + + «TOMASA. ...Dele al gusto puerta franca; + quiera bien, que eso me alegra; + ensaye en la _espada negra_ + tretas que logre en la _blanca_.»] + +[Nota 360: Dirigía los juegos de esgrima un maestro de destreza, con +un _montante_, o espada grande de dos manos, con el cual, atravesándolo +entre los luchadores cuando era menester, ponía fin a la contienda. +También lo usaba, como dice el texto, haciendo ademán de _barrer los +pies a los mirones_, para que, dando algunos pasos atrás, agrandasen la +palestra.] + +[Nota 361: _Aplauso_, equivaliendo a _solemnidad_ o _pompa_, +acepción no registrada en el _Diccionario_.] + +[Nota 362: El _vellorí o vellorín,_ era según el _Diccionario_ de +autoridades, un «paño entrefino de color pardo ceniciento, u de lana sin +teñir». Vélez llama _vellorí_ a la pendencia, por alusión al color de +las espadas, a las cuales, seguidamente y por la misma razón, da el +nombre de _mulatas_.] + +[Nota 363: _Cuarto círculo_ es un término de la destreza, que yo no +he de definir, porque estas y otras voces técnicas que ocurren poco +después se encuentran en cualquier diccionario. A estos círculos y a +Pacheco de Narváez se refería el anónimo autor del _Entremés del +Estudiante_: + + «PEROTE. Rebano y corto en _círculos pachecos_ + varas y plumas como cardos secos.»] + +[Nota 364: _Movimiento accidental_ es otro término de la llamada +pomposamente _esgrima científica y filosofía de las armas_.] + +[Nota 365: Dice Covarrubias, en el artículo _tvmba_ de su _Tesoro_: +«Del ilustre linage de los Castillas se cuenta que en el entierro que +tienen en Santa Clara de Valladolid dentro del coro de las Monjas, +quando alguno dellos muere, se oyen muchos golpes que se dan en la tumba +que está sobre la boueda do se entierran: y cuentan que en cierta +ocasión, despues de auer oido estos golpes passó mas de vn año que no se +supo quien era muerto, hasta que con vna armada que vino de las Indias +se entendió auer muerto allá vn cauallero de la casa, el mesmo día que +las Religiosas auian oido los golpes de la tumba....»] + +[Nota 366: Si nuestros periodistas no hubieran olvidado que en +castellano tenemos la palabra _riza_, que significa «destrozo o estrago +que se hace en una cosa», y la frase _hacer riza_, equivalente a «causar +gran destrozo y mortandad en una acción de guerra», es seguro que no +acudirían a cercado ajeno por la palabra _razzia_ ni por la frase _hacer +razzia_, con lo cual lograrían tres cosas buenas: hablar en castellano, +ahorrarse comillas o letra cursiva, y evitar que algún malpensado +sospeche que el decir _razzia_ es indicio de no conocer la palabra +_riza_. ¿Ejemplos del uso de este vocablo? Hailos en abundancia; pero +bástame citar dos. Lope de Vega, en el canto VIII de _La Dragontea:_ + + «... y como tero que la frente eriza, + en ellos _hace_ sanguinosa _riza_.» + +El padre Baltasar Gracián, en _El Criticón,_ primera parte, crisi V: +«... de modo que en los más principales, como más lucidos, _auían hecho_ +las fieras mayor _riza_».] + +[Nota 367: Porque tales desbragados quedaron de suerte, que dejaron +ver aquello en que dió el sol al don Bueso del antiguo romance.] + +[Nota 368: Sobre la frase _muy falsos_ quedó nota en el tranco V +(123, 4)[315].] + +[Nota 369: Modifica por donaire el conocidísimo refrán _Siempre +quiebra la soga por lo más delgado_.] + +[Nota 370: _Por barba_, como dice nuestro _Diccionario_, equivale a +«por cabeza, o por persona». Así, como pudieran decir unos soldados +cristianos, convidándose a matar moros, _¡A moro por barba!,_ dijeron +valientemente unos aficionados a la mesa: _«¡A perdiz por barba_, y +caiga el que caiga!»] + +[Nota 371: _¡Favor a la justicia_!, porque éste era de ordinario el +grito de alguaciles y corchetes, cuando no clamaban «_¡Favor al Rey!_», +de lo cual vino el decirse que tales ministros siempre llevaban el Rey +en el cuerpo.] + +[Nota 372: _Coger, dar, hacer_ o _tomar puntas_ es volar el ave de +cetrería de un lado para otro, en diversas direcciones, pero subiendo +siempre, en espera de sazón para caer sobre el animal en que quiere +hacer presa.] + +[Nota 373: Para Covarrubias, _rollo_ era «la picota o horca hecha de +piedra en forma redonda, quasi _rótulo»._ El _Diccionario_ de la +Academia lo define: «Columna de piedra ordinariamente rematada por una +cruz, y que en lo antiguo era insignia de la jurisdicción de la villa». +El rollo de Ecija, fué, como afirma Vélez, celebradísimo, y así, decía +cierto poeta apicarado del _Romancero general_ (fol. 470 vto.): + + «De Cordoua he visto el Potro, + que ha engendrado pocos asnos; + también la fuente del Toro, + que hizo a Lazarillo cauto; + _de Ezija he visto el rollo, + que el mundo celebra tanto_, + el Arenal de Seuilla + y Corral de los Naranjos.» + +Don C. Bernaldo de Quirós nombra como aún existente el _rollo de Ecija_, +en su interesante librito intitulado _La Picota_ (Madrid, 1907), pág. +13; pero ni lo describió, ni lo dió a conocer como otros, por medio del +grabado, bien que no hubiera podido efectuarlo, por lo que ahora diré. + +Como para estudiar las cosas de un pueblo debe empezarse--y Pero Grullo +patrocinaría esta verdad--por consultar los libros que de aquel pueblo +tratan, eso hice yo, y tomando el intitulado _¡¡Alfajores de Ecija_!! +(Sevilla, 1909), de mi difunto amigo don Manuel Ostos, leí en la pág. +68: «Potente y grande debía ser la curia ecijana, cuando el signo de la +Justicia en Ecija, el altar en que se ofrecían los sacrificios a la +diosa Justicia, _el Rollo_, con su hijillo _el Rolluelo_, que aún +existe, o _Mesa del Rey,_ como a los restos del _Rollo_ denominábamos +los ecijanos hace treinta años, tenía resonancia universal....» Y en +otro libro del mismo malogrado autor (cuyo mérito no supieron apreciar +los ecijanos tanto como debieran, quizá, y sin quizá, porque _nemo +propheta est in patria sua_), en su _Bartolomé de Góngora_ (Sevilla, +1913), pág. 84, volvió a recordar _el Rolluelo_, en unos renglones en +que rebosa el amor a la patria chica, y que no resisto al deseo de +copiar, por honrar a un ecijano moderno en las notas del libro de un +ecijano antiguo: «¿Puede existir--decía Ostos--algo menos artístico que +_El Rolluelo_, y que más nos recuerde la bárbara época en que usaban ese +_pimponote_ para colgar los restos de los pobres reos que eran +descuartizados?... Cuando cansados de zascandilear por la capital nos +metemos en el tren y tras parada y parada llegamos molidos y maltrechos +a las angosturas de la Argamasilla, lo primero que hace un buen ecijano +es asomarse a la ventanilla de su departamento, y, ojo avizor, desde +ella va señalando los caseríos, los predios, los accidentes del terreno +que señalan la proximidad de Ecija: «_El Rolluelo_ ... La Casilla Alta +... El pozo de la Argamasilla ... Las arquillas del agua ...» Y luego, +al minuto, si es de noche, se exclama: «Ya se ven las luces»; y si es de +día: «Ya se ven las torres...: El Carmen ... La Victoria ... San Gil ... +Santa María....» Y más adelante (pág. 69), por unos _Apuntes de lo +ocurrido en Ecija desde el día 23 de Septiembre de 1868_, se viene en +conocimiento de que el día 20 de octubre el Ayuntamiento acordó +derribar, entre otras cosas, «_la Mesa del Rey_, o _el Rollo_, donde se +descuartizaba en la antigüedad a los ahorcados para poner los miembros +por los caminos». Y poco después: «Día veintisiete, se echa abajo _el +Rollo_ o _Mesa del Rey_.» No existía, pues, el famoso _rollo de Ecija_ +cuando el señor Bernaldo de Quirós escribió y publicó su libro. + +Deseoso de más noticias, las pedí a mi antiguo y culto amigo donjuán de +los Reyes Sotomayor, quien, con amabilidad y presteza que cordialmente +le agradezco, respondió a mi interrogatorio en unas cuartillas que +quisiera yo publicar íntegras; pero que no podré sino extractar, porque +ya esta nota va siendo demasiado larga. El _Rollo_ se elevaba cerca de +la margen derecha del Genil, a la salida del puente, en dirección a +Córdoba. Consistía en una gran columna de granito azul y negro, como de +cinco a seis varas de altura, y de unas tres cuartas de diámetro. En su +parte superior tenía una losa de piedra tosca, blanca, caliza, como de +una vara en cuadro, puesta a modo de plato o bandeja, y sobre esta losa +se veía un león sentado sobre sus patas traseras, que con las garras +sujetaba contra su cuerpo, mirando al norte, el escudo de la ciudad de +Ecija. ¡El escudo--glosaré yo--a que se refirió Vélez de Guevara +diciendo: «Esta es Ecija, la más fértil población de Andalucía, _que +tiene aquel sol por armas a la entrada de esa hermosa puente!»_ La +menguada cultura de unos ecijanos destruyó, por culpas del +_rollo_--¡como si cupiera culpa en las cosas! y ¡como si el _rollo no +fuera emblema_ glorioso de libertad y de autonomía municipal!--, +destruyó, decía, aquel escudo de piedra nombrado y celebrado por el +insigne autor de _La Luna de la Sierra_. Derruido todo el monumento, la +columna quedó tendida y medio enterrada a un lado de la carretera +general de Madrid á Cádiz, y en tal estado continúa a la hora presente.] + +[Nota 374: En efecto, son las armas de Ecija un sol radiante, con la +leyenda _Civitas solis vocabitur una_, tomada del _Libro de Isaías,_ +XIX, 18.] + +[Nota 375: Dice _pueblo de abril y mayo_ por la muchedumbre de +flores que _pueblan_ en ese tiempo los prados andaluces.] + +[Nota 376: De Garci Sánchez de Badajoz he hallado peregrinas +noticias, y pronto las publicaré en el _Boletín de la Real Academia +Española;_ de Juan Bermudo, de don Diego de Avalos, de Núñez de Navarro, +de don Pedro Manuel Prieto, de tantos otros hombres eminentes que, como +éstos, vieron la primera luz en Ecija, y de los modernos Pacheco, Mas y +Prat, Giles, etcétera, acuérdese la _ciudad del sol_, ya que al presente +cuenta con una juventud muy culta y activa.] + +[Nota 377: Esta especie de cogerse en Ecija el algodón estaba muy +sabida; porque la divulgaron Pedro de Medina y su ampliador Pérez de +Mesa en la _Primera y segunda parte de las grandezas y cosas más +notables de España_ (Alcalá de Henares, 1595), folio 128: «Cógese en +ella [en Ecija] grande quantidad de algodón, de que se prouee mucha +parte del reyno». Pero que sólo se cogiera el algodón en Ecija, no lo he +visto sino en Florindo, _Addicion al libro de Eciia i svs grandezas_ +(Sevilla, Luis Estupiñan, 1631), fol. 31, donde dice, tratando de la +especial influencia del sol en las tierras ecijanas: «Porque me consta +por vista de ojos que en Marchena i Sevilla se a sembrado algodón, i +llega a tener capullo, i no a madurar, ni abrir, ni ser de provecho. Lo +cual es cierto que nace de la falta de calor, requisito para su +perfección. Y pues en Ecija es tan perfecto y tan bueno....» Durante la +dominación árabe se cultivó mucho el algodón en aquella ciudad; tanto +que por él la llamaron algún tiempo _Medina Alcotón_ (Varela y Escobar, +_Bosquejo histórico de la ciudad de Ecija_, Sevilla, 1906, pág. 52).] + +[Nota 378: El humanista Francisco Cascales, en su _Discurso de la +ciudad de Cartagena_ (Valencia, Juan Chrysostomo Garriz, M.D.XCVIII) +decía: «El campo, fertilíssimo, que de su bella gracia ofrece +copiosissimamente caracoles, setas, hongos, criadillas, esparragos, +salutíferas tortugas, infinidad de palmitos, grandes colmenares de buena +miel y cera. A cuyo respeto dice bien el refrán: Cabritos y palmitos, +miel y cera, de Cartagena». Pues bien, Ecija, a juzgar por el dicho de +Vélez, se aventajaba a Cartagena con mucho. Mas ¿cuáles son los +veinticuatro frutos que, «Sin sembrallos», da aquella campiña y vendía +la gente necesitada? Probaré a enumerarlos, por los del campo de Osuna, +mi pueblo natal, cuyo término linda con el de la _ciudad de las torres_. +De primer intento anoto los frutos siguientes: setas, macucas o +criadillas de tierra, espárragos, palmitos, uvas de palma o palmiches, +moras de zarza, cardillos, tagarninas, morrillas o alcachofas de púas, +higos chumbos, berros, alcaparras, alcaparrones, orégano, poleo, +hinojos, almoradux, tomillo salsero, palo dulce o regaliz, flor de +manzanilla. Son veinte, y para las cuatro que me faltan, se me ocurren +el esparto, algunas hierbas tintóreas, como la gualda, y diversas +plantas medicinales, como las malvas, la borraja, el culantrillo, etc.] + +[Nota 379: Esta renombrada sima está a cinco kilómetros de la +ciudad, en la falda oriental de la sierra. Tiene de profundidad 146 +varas castellanas. Mencionáronla, entre otros autores, el cartujano don +Juan de Padilla, en _Los doze triumphos de los doze Apostoles_ (1521); +Gonzalo Gómez de Luque, en su _Celidon de Iberia_ (1583), y Cervantes, +en _El Celoso extremeño (Novelas ejemplares_, 1613), en la _Adjunta al +Parnaso (Viage del Parnaso_, 1614) y en el cap. XIV de la segunda parte +del _Quijote_ (1615).] + +[Nota 380: A la celebridad de los melones de Guadix aludía el +guadijeño Ginés, en la jorn. III de _La Niña de Gómez Arias_, de +Calderón: + + «Pues ¿hasme gozado a mi, + ni yo te he desagradado + siendo _melón de Guadix_ + de mala calaña, para + que tu me vendas así?»] + +[Nota 381: Del doctor Mira de Amescua (así firmaba él, y no +_Mescua_) y de su arcedianato di algunas noticias hasta entonces +ignoradas en mi libro acerca de Pedro Espinosa (págs. 91-96) y otras en +mi folleto intitulado _El apócrifo «secreto de Cervantes_» (Madrid, +1916), págs. 60-64.] + +[Nota 382: Esta fuente databa de principios del último tercio del +siglo XVI: don Manuel Varela y Escobar (_Bosquejo histórico de la ciudad +de Ecija_, pág. 107) vió y copió una inscripción por la cual consta que +reinando Felipe II, año de 1567, «Ecija, truxo el agua y mandó hazer las +fuentes». De las ninfas trató don Juan M.ª Garay y Conde en sus _Breves +apuntes histórico-descriptivos de la ciudad de Ecija_ (Ecija, 1851), +pág. 436, diciendo: «A un estremo de este paseo [del de la Plaza Mayor] +se encuentra una hermosa fuente, circundada también de arbolado y +asientos de piedra: su mar es un gran polígono de nueve varas de +diámetro y una de profundidad; cuatro ninfas de altura más que natural y +de buena escultura, que se dicen las Amazonas, dan un caño de agua por +medio de un cantarillo, y este lindo grupo sostiene un gran tazón de +jaspe de una sola pieza, con dos varas y media de diámetro y cuatro +caños a su borde....» ¿Qué ha sido de esta fuente? Al hacerse en 1866 la +reforma de la Plaza Mayor, fué desmontada y «sus piedras o bloques de +jaspe encarnado, con las ninfas y demás componentes de la obra fueron +enterrados al lado Sur de la Plaza, a poca distancia y profundidad de +donde antes se levantaba, y allí yacen esperando que una mano caritativa +y amante del arte y del embellecimiento de la ciudad las desentierre y +erija de nuevo....» Esto me dicen de Ecija, y yo escribí a don Eduardo +García de Castro, actual alcalde de aquella ciudad, que, pues tal +fuente, cualquiera que sea su mérito, debe conservarse en sitio céntrico +y muy transitado, por haber hecho mención de ella un ecijano tan ilustre +en una tan famosa novela, celebraría poder asentar en mis notas a _El +Diablo Cojuelo_ «que la Ecija de hoy, lejos de ser la que ayer +_enterraba_ sus preseas más estimables, por cierto sin reemplazarlas con +otras mejores o tan buenas, enmienda antiguos yerros y vuelve por el +buen nombre de su cultura». Las respuestas han sido dos: la primera, +«Allá veremos»; y la segunda, «No hay consignación para _exhumar_ la +fuente». ¡Pero la hubo para _inhumarla_! Repare en ello, por su honra, +_la ciudad del sol_: ¡es una vergüenza tener enterrado ese monumento!] + +[Nota 383: Quizá son auténticamente de ciego estas seguidillas, y +no obra de Vélez de Guevara; a lo menos, muy de ciegos era acabar sus +relaciones con algún villancico contra el Diablo Cojuelo, a juzgar por +lo que, refiriéndose a un ciego relacionista, dice Rojas Zorrilla en la +jorn. I de _El más impropio verdugo por la mas justa venganza_: + + «COSME. Para un ciego en verso y prosa + era «relación famosa + (diciendo a voces) que trata + como, dando testimonio + de corazón paladín, + vn mancebo florentín + peleó con el demonio, + y, haciendo a su ardor lisonjas, + a arrojarle se dispuso + por una escala que puso + a un monasterio de monjas; + y después, dando en el suelo, + volvió a acometellas bravo; + _con un villancico al cabo + contra el Diablillo Cojuelo_.»] + +[Nota 384: En nota del tranco IV (107, 6)[278] vimos cómo Quevedo en +_Las Zahurdas de Plutón_ pinta a las dueñas convertidas en ranas, y +cierto es que se las tenía por lo peor y más abominable del mundo. En un +ejemplar apostillado de mano (letra del siglo XVII) del libro intitulado +_Vida política de todos los estados de mugeres_, de fray Juan de la +Cerda, diciendo el autor, al folio 394, con referencia a unas palabras +de cierta mujer que estaba en el cielo, «y así lo hizo la devota +_dueña_», el apostillador, sin parar mientes en que esta palabra estaba +usada en la acepción de _matrona_, escribió al margen: «¿_Dueñas_ en la +gloria?, linda cosa».] + +[Nota 385: _Dando barato_, es decir, repartiendo entre los +concurrentes algo de lo que traían entre manos. Algunos _baratos_ de +esta clase quedaron en proverbio, como _el barato de Juan del Carpio_, +que aporreó a su mujer pidiéndole barato, y _el barato de Cordobilla_, +que explica así Correas (_Vocabulario de refranes_..., pág. 88 _a_): +«Vno que se llamaba Cordovilla alumbró toda una noche a unos que +jugaban, porque le diesen barato, y después tuvieron enfado y diéronle +con el candelero».] + +[Nota 386: _A vedar que ... no les valiese.... Hoy lo_ diríamos sin +ese _no_ que en lo antiguo acompañaba a los verbos de negación o +privación.] + +[Nota 387: _Aunque se retrujesen_, quiere decir. El _si_ suele +equivaler a _aunque_, como noté en diversos lugares del _Quijote_ (II, +216, 10; VIII, 125, 10, etc.).] + +[Nota 388: Según advirtió Pérez y González (págs. 56 y 57 de su tan +citado libro), el mismo Vélez explicó este pasaje en la jorn. I de _El +Diablo está en Cantillana_, de donde es el siguiente diálogo: + + «PERAFÁN. ¿Cómo dejas a Sevilla? + + RODRIGO. Como siempre: buena y brava, + dime un filo en el Corral + de los Olmos, y una mandria + tuvo un no sé qué conmigo, + sobre si pasa o no pasa: + llevó una mohada a cuenta, + siguióme la gurullada, + no pude tomar iglesia + ni embajador, y en _las ancas + de la mula de un doctor_ + me salvé con linda gracia. + + PERAFÁN. ¿En las ancas de la mula + de un doctor? + + RODRIGO. Pues dime, ¿hay casa + de embajador, hay iglesia, + hay torre, hay tierra del Papa, + de preeminencias mayores, + pues hay médico que acaba + de matar cuarenta enfermos + y no hay quien le pida nada + en poniéndose en la silla? + _Pues lo mismo son las ancas_; + que el platicante más zurdo, + en asiendo la gualdrapa, + _aunque mate, es como asirse_ + _de una iglesia a las aldabas_; + que hay aquestos privilegios + en las mulas doctoradas.»] + +[Nota 389: _Alguaciles chanflones_, como _doncella chanflona_ en el +tranco I (18, 5)[76], donde quedó nota.] + +[Nota 390: Pérez y González creyó errata _resolución:_ «Debe ser +_revolución;_ inquietud, alteración, alboroto».] + +[Nota 391: Los buenos neblíes eran de Noruega, tierra donde apenas +luce el sol; pero el Cojuelo era neblí de otra Noruega aún más obscura: +del infierno.] + +[Nota 392: Aquí supone nuestro autor que el Genil y el Guadalquivir +se juntan o casan por _el vicario de las aguas_, como habló del _vicario +Responso_ en el tranco I, donde quedó nota (17, 2)[71].] + +[Nota 393: Pues en el uso actual _camarada_ sólo significa +_compañero,_ y con tal significado ocurre poco después, podría parecer +que no hace buen sentido esta expresión. _Camarada_, en este lugar, +significa _compañía._] + +[Nota 394: _Tender la raspa_, o _tender raspa_, es acostarse para +dormir o descansar. Quevedo, en una de sus jácaras: + + «Llegamos a Babilonia + un miércoles por la noche; + _tendí raspa_ en el mesón + de Catalina de Torres.»] + +[Nota 395: El _ferreruelo_ o _herreruelo_ era una capa sin capilla.] + +[Nota 396: Como advierte Covarrubias, _dar papilla_ a uno, o +_papillas_, es «engañarle o tratarle como a niño». «No piense vuesa +merced _darme papilla_», dice un ventero en el _Quijote_ (I, 32).] + +[Nota 397: Díjolo, verbigracia, el maestro Valdivielso, en el auto +de _El Hospital de los locos_: + + «LUZBEL. Tres partes había de estrellas + encima la impírea bola, + siendo yo de las más bellas; + _mas derribé con la cola + la tercera parte dellas_.»] + +[Nota 398: _Del Galileo_, antepuesto el artículo al nombre propio, a +la manera italiana.] + +[Nota 399: Acerca de este hombre extravagante, sus aficiones y su +museo, puede verse el libro de don Emilio Cotarelo, intitulado _Don Juan +de Espina_, Madrid, 1908.] + +[Nota 400: Así, _óbtica,_ en la edición príncipe, tal como el vulgo +solía y suele pronunciarlo. «Conocida es--dice don Rufino José Cuervo +(_Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano_, §756 de la 6.ª +edición, París, 1914)--la repugnancia que tiene el castellano a usar las +explosivas sordas en fin de sílaba. ... y hoy es comunísimo pronunciar +... con _b optar, opción, aptitud_.»] + +[Nota 401: Para hacer su chiste, Vélez de Guevara, por boca del +Cojuelo, confunde el _camino de Santiago de Compostela_, que es el +aludido en el refrán, con el otro _camino de Santiago_ o _Vía láctea._ +Es curiosa la conjetura de Faria y Sousa acerca del nombre vulgar +castellano de la _Vía láctea._ Dice, comentando una octava de los +_Lusiadas_, de Camoens: «En griego se llama _Galaxia_, que vale _vía de +leche_, i es lo que el vulgo llama _Camino de Santiago_; que devia +principiarse en dezir _Camino de Galicia,_ por corrupción de +_Galaxia_.»] + +[Nota 402: _De posta_, equivalente a _de centinela_. Rey de Artieda, +en un soneto de los _Discvrsos, epístolas_ y _epigramas de Artemidoro_ +(Zaragoza, Angelo Tavanno, 1605), fol. 104, usa las dos formas, _hacer +centinela_ y _hacer la posta_: + + «Como a su parecer la bruxa vuela + y vntada se encarama y precipita, + assi un soldado, dentro vna garita, + esto pensaua, _haziendo centinela_.... + + * * * * * + + Con esto, se acabó de _hazer la posta_, + y hallóse en cuerpo, con la pica al hombro.»] + +[Nota 403: Pues el Diablillo era cojo, píntalo nuestro autor velando +sobre un solo pie, como cuentan de la grulla, que, en efecto, duerme con +un pie levantado, y añaden que la que está de centinela para avisar a +las demás de cualquier peligro tiene sujeta una piedra en ese pie, a fin +de no dormirse; de donde dijo Mateo Alemán en su _Guzmán de Alfarache_, +parte II, libro II, cap. IX: «No hay duda que siempre continuaba velando +su honestidad, _como la grulla, la piedra del amor de Dios levantada del +suelo_....»] + +[Nota 404: _Parecer_, significando, más bien que _ver, notar_ o +_advertir_.] + +[Nota 405: _Grosura_, en una acepción no registrada en el léxico de +la Academia, es, como dice Covarrubias, «lo interno y estremo de los +animales; conuiene a saber, cabeça, pies, y manos, y asadura». En las +condiciones que se pusieron para el obligado de la carne en la villa y +corte de Madrid, año de 1624, hay una referente a los despojos, que dice +(Libros de Gobierno de la Sala de Alcaldes, tomo XIV, fol. 732): «Con +condición que no sea obligado a dar despojos de carnero, que se entiende +cabezas y asaduras y vientres, los sábados de cada semana que fueren _de +grossura_ más de tan solamente al Rey y Reyna nuestros señores y al +señor ynfante y a los señores del Consejo Real....»] + +[Nota 406: Dice el señor Bonilla «que se recomendaban como remedios +de ella [de la opilación] _comer barro_....» No sé de dónde pudo sacar +tal especie, cuando precisamente el _comer barro_ era causa de aquella +enfermedad. Zabaleta, en _El día de fiesta por la tarde_, capítulo +referente a _El estrado_: «Apéanse a este tiempo de vn coche en la +puerta de la casa vna muger mayor, que tiene el marido en vn govierno en +las Indias, y vna hija suya donzella _opilada_, tan sin color como si no +viuiera. Nadie juzgará que salia del coche para la visita, sino para la +sepultura. _Comía_ esta doncella _barro_, linda golosina. ¿Quánto diera +esta moça por estar enterrada, por tener la boca llena de tierra? Dios +hizo a esta muger de barro, y ella con el barro se deshaze.» Quevedo, en +su musa VI, tiene un soneto dirigido _A Amarili, que tenía unos pedazos +de búcaro en la boca, y estaba muy al cabo, de comerlos_.] + +[Nota 407: _Tomar el acero_, como dice el _Diccionario_ de +autoridades, era «remedio que se da a los que están opilados, que se +compone del acero, de diversas maneras preparado».] + +[Nota 408: Llamó _Minotauro_ la mitología clásica al monstruo que +nació de la unión de Pasifae, mujer de Minos, con un toro. Según +Apolodoro, Higinio y otros, tenía de hombre el cuerpo y de toro la +cabeza. Matóle Teseo en el famoso laberinto de Creta.] + +[Nota 409: _Chisme_, femenino, como en el tranco I, donde quedó nota +(23, 4)[88].] + +[Nota 410: _Baraja_, en su acepción de _contienda_ o _reyerta_; de +donde se dijo _barajar_, «reñir, altercar o contender unos con otros».] + +[Nota 411: En la edición príncipe, por mera errata, que copió el +señor Bonilla, _coredores_.] + +[Nota 412: Sabidísimo es que este asno no era _de oro_, aunque se +llamara así al libro en que de él se trata, cosa que parece haber +olvidado Vélez de Guevara al hacerlo, por su nombre, cabalgadura del +riquísimo Creso.] + +[Nota 413: _Velicómen_, palabra que intrigó grandemente al señor +Bonilla en su primera edición de _El Diablo Cojuelo_, y que antes que +Vélez había usado Quevedo en _La Hora de todos_, significa _copa_ o +vaso, del alemán _Wilkommenbecher_. No todos se habían olvidado del +texto del Señor de la Torre de Juan Abad: el maestro Cávia, después de +cenar con unos amigos, como otros que llegaron les preguntasen qué +hacían, respondió: + + «Ya repletos los abdómenes, + alzamos los _velicómenes._»] + +[Nota 414: _Selvajes_, que hoy, menos etimológicamente, decimos +_salvajes_.] + +[Nota 415: _Correspondientes_, dicho por lo que ahora llamamos +_corresponsales_. Castillo Solórzano, _La Garduña de Sevilla y anzuelo +de las bolsas_, cap. IV: «Había Marquina tomado por una deuda a un +_correspondiente_ suyo, que había quebrado, una heredad fuera de la +ciudad....»] + +[Nota 416: Entre las diversas marcas con que solía herrarse a los +esclavos en los siglos XVI y XVII, era la más frecuente la de una S y un +clavo, para indicar _esclavo_. Gestoso, en su interesante artículo sobre +_La compraventa de los esclavos en Sevilla_, apud _Curiosidades antiguas +sevillanas_ (Sevilla, 1910), págs. 83 y siguientes, reseña algunos +documentos en que hay referencias a esta marca. Indicaré uno: en el +testamento de Pedro García de Quesada (9 de marzo de 1520) se menciona +«vn esclabo moro del cabo, de hedad de quinze a diez y seys años +herrado en la cara, en vn carrillo con vna _S_, y en otro vn clavo, que +se dize abrahem....» La S y el clavo pasaron pronto a la literatura. +Baltasar del Alcázar, pág. 5 de mi edición de sus _Poesías_ (Madrid, +1910): + + «Pusome en el alma _el clavo_, + su dulce nombre _y la S_, + porque ninguno pudiese + saber de quién soy esclavo.» + +Lope de Vega, en la jorn. III de los _Trabajos de Jacob_: + + «RUBÉN. Señor, todos queremos, pues es justo, + quedar por tus esclavos: + _eses_ imprima _y clavos_ + en todos nuestros rostros hierro adusto....» + +Y, figuradamente, se dijo _echar_ a uno _una ese y un clavo_ en la +acepción de tenerle cautivada con beneficios su voluntad. Así en _La +Pícara Justina_: «Por cierto, señora, en lo que toca al ofrecerme el +empréstito, usted _me ha echado una ese y un clavo,_ y una argolla, y un +virote, y una cadena, y unos grillos....»] + +[Nota 417: _Girándula_ es, como dice Covarrubias, «cierta rueda +llena de cohetes, que dando bueltas a la redonda, y girándose, despide +de sí rayos de fuego a modo de cometa, con muy grandes tronidos».] + +[Nota 418: Dice _cohetes voladores_ para diferenciarlos de los +_rastreros_, también llamados _buscapiés._] + +[Nota 419: El mejor _brocado_ era _de tres altos_, como dije en mis +notas al _Quijote_ (V, 186, 20).] + +[Nota 420: Esta pintura de la instabilidad de la fortuna trae a la +memoria aquella otra muy notable de Lope, en el acto II de _Porfiando +vence amor_: + + «FABIO. ¿Sabes cómo es la fortuna? + Como un baile de comedia: + ella toca, y bailan todos; + ya están aquestos aquí, + y ya los otros allí, + mudándose de mil modos. + Donde aquél tiene la cara, + éste las espaldas tiene; + uno pasa, y otro viene, + y hasta el fin ninguno para. + Nadie tiene lugar cierto + donde le piensa tener, + porque todo viene a ser + desconcertado concierto. + Aquí dos bailando están, + y cuando suelen volver + el rostro, ya la mujer + baila con otro galán. + El que en este sitio estaba, + ya no está; que siempre vi + andar de aquí para allí + hasta que el baile se acaba.»] + +[Nota 421: Popularizado sobremanera aquel romance sobre la muerte de +don Beltrán en Roncesvalles, en que se lee: + + «_Con la mucha polvareda, + perdimos a don Beltrane_...», + +se hizo esta frase topiquillo vulgar y con frecuencia nuestros poetas la +acomodaron festivamente en sus versos, más o menos variada. Así, por +ejemplo, Lope de Vega, en la jorn. II de _El Buen vecino_: + + «BITONTO. ...Que son bastantes indicios + desto el haberme dejado, + entre el marcial alarido + y la confusa arboleda + de las armas, sin sentido, + _con la mucha polvareda, + como don Beltrán perdido_.» + +Tirso de Molina, en el acto I de _Desde Toledo a Madrid_: + + «CARREÑO. ...Hasta que en una vereda, + _con la grande polvareda, + perdimos a don Beltrane_: + digo que a Madrid perdimos + de vista....» + +Y, en fin, dejando atrás muchas otras citas, Quevedo, en su romance +sobre los cuellos (Musa VI): + + «Los polvos azules truje + del rebelado Flamenco, + _y con la gran polvareda, + perdimos a don Dinero_.»] + +[Nota 422: Refiérese, como nota el señor Bonilla, al título de +ciudad concedido a Carmona por Felipe IV en 1630.] + +[Nota 423: Juega de la voz _sereno_, adjetivo en una parte y +sustantivo en otra: _que nunca le tuvo_, es decir, que por ser Carmona +de cielo tan _sereno_, no se conoce en ella el _sereno_ o humedad +atmosférica propia de la noche. A esto atribuye seguidamente el no +padecerse allí el catarro.] + +[Nota 424: De la frase de comedimiento _no conocer_ a uno _sino para +servirle_ traté en nota del tranco II (38, 14)[133].] + +[Nota 425: Aunque hoy, generalmente, llamamos _la Giralda_ a la +torre de la Catedral de Sevilla, este nombre no es sino el de la esbelta +y por todos estilos _airosa_ figura que le sirve de remate y veleta: una +hermosa imagen de la Victoria. He aquí lo que de ella y de la torre dijo +Alonso Morgado en su _Historia de Sevilla_... (Sevilla, Andrea Pescioni +y Juan de León, 1583), pág. 285 de la reimpresión hecha por la efímera +Sociedad del «Archivo Hispalense» (Sevilla, 1887): «...Toda ella [la +torre] es quadrada, y cado un lienço en igual proporción de cincuenta +pies de ancho y en vn mismo nivel de quadro, sin desmenguar ni crecer +por la parte de afuera poco ni mucho en toda la altura donde vemos las +campanas.... Desde el suelo hasta en altura de ochenta y siete pies es +todo raso y sin alguna moldura. Mas desde allí hasta lo más alto, sube +por medio de cada lienço vna orden de ventanas, y tantas galanterias, +que hazen hermosissima la vista....» Trata después del cuerpo de +campanas, y añade: «... y luego vna bola dorada de cinco pies de altura, +y encima vna Victoria, que es vna hermosa imagen de bronze, en que se +remata [la torre], dorada y a partes encarnada, do lo ha menester, que +tiene de altura quatro varas y media de medir, y de peso veynte y ocho +quintales, con vn ramo en la mano derecha, tambien de bronze, que pesa +dos quintales, que en tanta distancia de altura le da mucha gracia. Y en +la mano yzquierda, vna grande vela de quatro quintales, y también de +bronze, que denota y señala qualquiera viento que corra y sople, tras la +qual se va la misma Victoria con tanta facilidad y ligereza como si +fuera vna pluma: tal es el artificio maravilloso sobre que está +puesta.»] + +[Nota 426: Los últimos lugares del itinerario de Córdoba a Sevilla, +según el citado _Reportorio_ de Juan Villuga son: + + «a la venta ronquera ij + a la venta _peromingo_ j + a la venta de lorsa media + a las ventas de las talleras m + a las ventas de torre blanca j + a seuilla j.» + +E igualmente en otras _Guías o Reportorios_ que no hicieron sino copiar +a Villuga, con tal cual ligera modificación, verbigracia, la _Guía de +caminos para ir y venir por todas las provincias de España_ que precede +al _Nuevo estilo y formulario de escrivir cartas missivas, y responder +en ellas en todos géneros, y especies de correspondencia a lo +moderno_.... (Barcelona, Jayme Ossét, 1765).] + +[Nota 427: _Senda de plata_ había llamado Lope de Vega al +Guadalquivir (_La Esclava de su galán_, acto I): + + «ELENA. Divídese Sevilla, como sabes, + por este ilustre y caudaloso río, + senda de plata por quien tantas naves + le reconocen feudo y señorío.» + +«A la verdad--dije en el discurso preliminar de mi edición crítica de +_Rinconete y Cortadillo_ (pág. 15)--quien desde la esbelta torre de la +Giralda mira hacia el río por el sitio del puente y de la del Oro, si ha +leído alguna vez la comedia _El Diablo está en Cantillana_, del famoso +ecijano Luis Vélez, no puede menos de recordar aquellos versos de la +jornada I, en que, después de encarecer la nobleza y bizarría de +Sevilla, alábala por otras excelencias y dice: + + «... tan populosa, que, haciendo + montes de soberbias casas, + impedir quiso que el Betis + tributase al mar de España; + y él, rompiendo por en medio, + parece que agora aparta + de la una parte a Sevilla, + de la otra parte a Triana, + cuyos edificios bellos + le presentan la batalla, + y, a no estar en medio el río, + pienso que escaramuzaran.»] + +[Nota 428: _Vírgines_, a la latina, aún frecuente en el siglo XVII, +como _imágines, volúmines_, etc.] + +[Nota 429: Hoy, en Sevilla, y hasta en la misma Alcalá, que tiene +por sobrenombre el nombre de este río, no es raro oír llamarle +_Guadaira_, en lugar de _Guadaíra_, que es como ha de decirse y como se +dijo por nuestros abuelos. En una _Relación_ del recebimiento de Felipe +II en Sevilla (1570), por Gaspar Rodríguez: + + «Alcalá de _Guadayra_ + estaua y tambien Utrera; + mostrandose placentera, + con ojos alegres mira + la gran ganancia que espera.» + +Igualmente Tirso de Molina, en el acto II de _En Madrid y en una casa_: + + «D.ª MANUELA. ...Aquella estancia, pues, que caudalosa + de esquilmos de Amaltea, + regalo a los sentidos, los recrea, + en nombre y en efectos deleitosa, + y por el logro que en sus ondas mira, + el Betis ronda y baña _Guadaíra_, + ocasionaba amena mis recreos.»] + +[Nota 430: ¿De dónde pudo sacar Vélez de Guevara la errada noticia +de que el Guadaíra, por medio de los caños de Carmona, surte de agua +potable a Sevilla, y esto, tan enteramente, que aquel río es el único +que no paga tributo al mar...? Presumo que lo tomaría, por +inadvertencia, del epígrafe del capítulo en que Alonso Morgado, en su +citada _Historia de Sevilla_, trata «De los caños de Carmona _y río que +entra por ellos en Sevilla_, y se reparte en fuentes por toda la ciudad» +(pág. 148 de la edición moderna). Morgado llamó figuradamente _río_ al +gran caudal de agua que se conduce por los tales caños, y Vélez, que +aunque había vivido en Sevilla mucho tiempo, no conocería bien los +pormenores de su abastecimiento de aguas, vió el dicho epígrafe, y lo +entendió a la letra. No lo hubiera entendido así a leer el muy raro +libro del maestro Juan de Mallara intitulado _Recebimiento que hizo la +muy noble y muy leal Ciudad de Seuilla, a la C.R.M. del Rey D. Philipe +N.S.... Con vna breve descripcion de la Ciudad y su tierra_ (Sevilla, +Alonso Escriuano, 1570), en cuyo fol. 132 dice, tratando de Alcalá de +Guadaíra: «Entre las cosas que tiene de notar es la fuente de los caños +que llaman de Carmona, no porque vengan de Carmona, sino porque desde +Torreblanca hasta Sevilla vienen por el mesmo camino y calçada que van a +Carmona. Ay vna peña leuantada en vn cerro, con vna profunda cueua a +donde baxan por sus gradas, y halla se siempre allí vn manantial de agua +tan gruesso como vn cuerpo de vn buey, que de tiempos sin memoria a esta +nuestra edad ante de Romanos, y despues en todos los siglos esta fuente +ha estado con el golpe de agua que aora tiene, sin apocarse o +enturuiarse.... Esta sale por vna canal de piedra tosca. Tiene sus +acequias, que duran mas de legua y media, yendo algun espacio por dentro +de los montes, lleuando sus lumbreras a trechos, hasta que viene a dar +en Torreblanca do passa vn molino, y despues va por vn lado del camino +hasta la Cruz y allí buelue a mano yzquierda, y comiença a subir desde +el suelo por arcos de vna vara, y dos, y estado, hasta otro molino donde +se parte la tercia parte para la huerta del Rey, y de allí van los caños +leuantandose todo lo que la ciudad tiene de baxa, llegando al peso y +sitio de Seuilla. Subiendo por cima de la puerta donde está el +repartimiento del agua, y de allí va por los muros que encaminan a la +puerta de la Carne hasta el Alcaçar mucha desta agua; en fin, _es vn +grande río_ [de esto debió de tomar su expresión figurada Alonso +Morgado] que todo se consume dentro de la ciudad sin salir gota, ni +bastar Guadalquiuir a no quitar la falta que estos caños hazen, quando +ay algun impedimento en ellos. El principio desta agua en Alcalá está +con grande guarda, y tiene su llaue....»] + +[Nota 431: La _blanca_ valía medio maravedí, y no huelga advertirlo, +porque muchas personas cultas, dejándose llevar por lo que suena el +nombre, imaginan que la _blanca_ era una moneda de plata. Por alusión a +su escasísimo valor se dijeron algunas frases, que registra Covarrubias +en su _Tesoro_: «No aver _blanca_, no tener dinero. No valer vna +_blanca_, valer poco. Pagar _blanca_ a _blanca_, muy poco a poco. De +tres a _blanca_, cosa muy vil....»] + +[Nota 432: Alude a la exención del fuero ordinario de cuantos +estaban matriculados en la Universidad de Alcalá, como, generalmente, en +cualquiera otra de las del reino.] + +[Nota 433: El mismo Vélez de Guevara había llamado a Sevilla, en la +jorn. I de _Más pesa el rey que la sangre_: + + «Este _Cairo español_, esta + _Babilonia castellana_, + este ejército de almenas, + este escándalo de casas....» + +Y Ruiz de Alarcón, por boca del gracioso, en el acto II de _Ganar +amigos_: + + «¡Válgate Dios, confusión + y embeleco de Sevilla!... + Un hombre conozco yo + que es tahur, y desde el día + que a un desdichado inocente + en el garito empestilla, + se va al de otro barrio, que es + como pasarse a Turquía: + cursa en él hasta pegarle + a otro blanco con la misma, + y va visitando así + por sus turnos las ermitas, + y en acabando la rueda, + se vuelve a la más antigua, + donde, como los tahures + se trasiegan cada día, + o no va ya su acreedor, + o él hace del que se olvida, + o tiene conchas la deuda, + del tiempo largo prescripta.»] + +[Nota 434: Como escribe Covarrubias, _traer la barba sobre el +hombro_ es «viuir recatado y con rezelo, como hazen los que tienen +enemigos, que van bolviendo el rostro a vn lado y a otro....» Es uno de +los modos de decir que proscribió Quevedo en la _Premática_ de 1600. Y +Quiñones de Benavente, en su _Entremés de las Civilidades_: + + «Dícenme por asombro: + «Señor, _traé la barba sobre el hombro_.» + No es buen consejo ése, + porque si yo trajese + la barba sobre el hombro solo un día + cordero de _agnus Dei_ parecería.» + +Bien que esto último ya se lo tiene Quevedo en el prólogo de su _Cuento +de cuentos_: «_Andar la barba sobre el hombro_, quien lo tuviere por +buen consejo lo pruebe, y andará hecho corderito de _agnus dei_.»] + +[Nota 435: Este edificio, que aun hoy subsiste, es la famosa _Casa +de Pilatos_, visitadísima de cuantos curiosos van a Sevilla, por las +notables riquezas artísticas que contiene. De este nombre ha inducido +recientemente un escritor italiano, Rosadi, que Pilatos fué natural de +Sevilla, pues tenía y aun tiene casa en ella(!!!). La Casa de Pilatos +fué edificada por don Fadrique Enríquez de Ribera, marqués de Tarifa y +duque de Alcalá, cuando volvió de Tierra Santa en 1520. Devotísimo de la +Pasión de Jesucristo, hizo en Sevilla una _Vía Sacra_, que empezando en +su nuevo palacio, que recuerda la fortaleza de la Torre Antonia, +residencia del gobernador militar de Roma en Jerusalén, terminaba en el +monumental humilladero de la llamada Cruz del Campo.] + +[Nota 436: Esto no era ni es así enteramente: no se nombraba _el +Candilejo_ a la calle en que está _la cabeza del Rey don Pedro_, pues, +como dice Pérez y González, «la _calle del Candilejo_ llamábase antes +_de los Cuatro Cantillos_, y a la _Cabeza del Rey don Pedro_ le decían +_calle del Velador_». El suceso de marras, tan universalmente conocido, +que holgaría el contarlo una vez más, ocurrió junto a la esquina que +forman ambas calles. Y añade el docto escritor sevillano que, contra lo +que creyeron algunos historiógrafos hispalenses, «sábese hoy de modo +cierto que la primitiva cabeza que mandó hacer y poner el rey don Pedro +(y que era sólo una cabeza como cortada y separada del cuerpo por el +hacha del verdugo) no era de piedra. Según testimonio de quien la +poseyó, recogido por el canónigo doctor don Ambrosio de la Cuesta en un +tomo de _Memorias históricas sevillanas_, la cabeza era «de barro, +cocida y pintada, con el pelo corto, que sólo le cubría el cuello, +cortado alrededor y cercenado por la frente como entonces se usaba, sin +bigotes ni barbas, el rostro algo abultado y en la cabeza un bonete +redondo, traje de aquel tiempo». En dichas _Memorias_ léese también que +«cuando desapareció aquella cabeza, la Ciudad acordó que se hiciese una +efigie de piedra, que representase la persona del rey don Pedro en traje +e insignias reales y se pusiesen las armas de Castilla y León en un +escudo a costa de la Ciudad y se colocase en un nicho el bulto del Rey, +de medio cuerpo». + +De todo ello trató eruditamente don José Gestoso en su _Sevilla +monumental y artística,_ tomo III, pág. 396, y a esta obra remite Pérez +y González, y yo con él. En las frecuentes investigaciones que hice +durante mucho tiempo en el Archivo Municipal de Sevilla, encontré, +examinando las actas capitulares (escribanía segunda), diversas noticias +referentes a la nueva _Cabeza del rey don Pedro_: Cabildos de 30 de +julio y 24 de septiembre de 1599: Peticiones del escultor Marcos de +Cabrera para que se le pague su hechura.--Cabildo de 15 de octubre de +1604: «... y la echura de la caueza del Rey don Pedro que está en poder +del jurado Juan de Perea se ponga en el sitio que está mandado.»--Cabildos +de 10 de septiembre de 1607 y 26 de septiembre de 1608: Nuevo acuerdo de +que se ponga en el Candilejo, como estaba prevenido.--Cabildo de 19 de +agosto de 1609: Propuso don Fernando de Ulloa que se pusiera en el sitio +en que está mandado la cabeza del Rey don Pedro.--Cabildos de 17 y 20 de +octubre de 1612: Otros acuerdos sobre lo mismo. La piedra de que se hizo +tal busto se había pagado en 1598. (Libros de Propios, 8 de junio de aquel +año.)] + +[Nota 437: _Cal_, por _calle_, como más adelante (tranco X) _cal +de Tintores_. Y fueron tan para en uno, a las veces, la calle y su +nombre, que se escribieron como una sola palabra (_Caldebayona, +Calderredes_), y aun olvidando que el _cal_ no era del nombre, +rebautizaron en Osuna, mi pueblo natal, la _cal de Negros_ o +_Caldenegros_, llamándola _calle de Caldenegros_.] + +[Nota 438: _Borciguinería_, por asimilación de vocales, en lugar de +_Borceguinería_. Esta fué una de las muchas calles que tomaron su nombre +del repartimiento hecho por San Fernando, porque la señaló para los +fabricantes de borceguíes. Los modernos, sin tener en cuenta la +venerable antigüedad del nombre, lo han sustituído por el de _Mateos +Gago_.] + +[Nota 439: _El Atambor_, como dice don Félix González de León en su +_Noticia histórica del origen de los nombres de las calles de Sevilla_ +(Sevilla, 1839), pág. 127, era una plazoleta muy pequeña, situada en la +Borceguinería. La llamarían _el Atambor_ por alusión a su figura y aun +quizás a su reducido espacio. En ella, al mediar el siglo XVI, había un +arquillo con una imagen: en 1547 Juan Alemán, deudo propincuo del autor +del _Guzmán de Alfarache_, arrendó a Bernardino de Morales unas casas +«que son el arquillo de la ymagen del _atambor_». (Archivo de protocolos +de Sevilla, García de León, libro 3.º de 1547, fol. 2554.) En esta +plazuela tuvieron su antigua casa los condes de Gelves, hasta que +trasladaron su morada a la collación de la Magdalena.] + +[Nota 440: _Calles_, y no _calle_, porque se refiere a la +propiamente llamada _del Agua_ y a la inmediata _del Chorro_, ambas de +la collación de Santa Cruz y pertenecientes a la antigua Alhamía de +Sevilla. Cerca de ellas, como dice González de León, está el muro de la +ciudad por donde pasan las aguas de los Caños de Carmona que van al +vecino Alcázar.] + +[Nota 441: «La calle del Agua--dice el señor Bonilla--distaba mucho +de ser recatada, y este vocablo, como advierte el señor Pérez y González +(obra citada, pág. 113), está empleado por Vélez con intención +satírica.» Y copia, para demostrarlo, un texto de Cristóbal de Chaves en +que se habla de cierto rufián que sacó una doncella y «la puso _en el +lugar más público de Sevilla,_ que era una calle que la llaman _del +Agua_, donde había otras muchas mujeres que vivían como las del +partido». Pero nótese que el mismo texto alegado demuestra que Pérez y +González y Bonilla no estuvieron en lo cierto. La _casa pública_ se +llamó así, no porque estuviese en sitio muy _público_ o transitado, sino +por la condición de sus mujeres. Al contrario, estaba, en todas las +ciudades y villas, y bien se alcanza por qué, en los lugares más +escondidos y secretos. Aún hoy no hay mejor medio para lograr que se +mude a otra casa una mujer de mala nota que tenerle muy alumbrada la +calle, cosa que retrae a los que hubieran de buscarla. El vicio requiere +oscuridad, cuando todavía no ha llegado al límite de la desvergüenza.] + +[Nota 442: _Aplopejía_, metátesis vulgar de _apoplejía._] + +[Nota 443: La historia de los amores de _Vireno_ y _Olimpia_ y del +consiguiente abandono de ella, está contada por Ludovico Ariosto en los +cantos IX y X del _Orlando furioso_. En el _Romancero general_ hay un +romance (fol. 41 vto.) en que Olimpia, ya abandonada, se lamenta de la +deslealtad de su amante: + + «Svbida en vn alta roca + donde bate el mar insano, + del engañoso Bireno + Olimpia se quexa en vano. + Traidor tirano.» + +Y Altisidora, en el _Quijote_ (II, 57), apostrofa en burlas al desdeñoso +Caballero manchego, diciéndole: + + «_Cruel Vireno_, fugitivo Eneas, + Barrabás te acompañe, allá te avengas.» + +La frase _de mala mano_, que falta en el _Diccionario_ de la Academia, +se decía de los malos pintores y de sus obras, y de ahí se pasó a +decirlo figuradamente de otras muchas cosas, equivaliendo a _de mala +calidad_ o _de poco mérito._ Véanse algunos ejemplos. _Quijote_, II, 52: +«Las nuevas deste lugar son que la Berrueca casó a su hija _con un +pintor de mala mano...._» Lope de Vega, en el acto I de _Santiago el +Verde_, por boca de Celia, refiriéndose a que se solían pintar buenas +manos en los retratos: + + «Los pintores dan en eso, + porque, por lo menos, digan + _que es de buena mano el lienzo_.» + +Y Castillo Solórzano, en el _Entremés del Casamentero_: + + «MUJER. ¿Un poeta en crepúsculo? Bien dijo: + que hay versos que, con ser _de mala mano_, + por escuros parecen del Ticiano.»] + +[Nota 444: Alude nuestro autor a la vulgar creencia de que el +avestruz digiere el hierro. A lo propio se refirió Rojas Zorrilla en la +jorn. I de _El Desafío de Carlos Quinto_: + + «D.ª LEONOR. Ea, don Luis, vuelve en ti; + tu brazo la pica empuñe; + el coselete en tu pecho + al Otomano deslumbre; + _digiere aquel hierro ardiente_ + _que el tiro de bronce escupe, + y sean para sus balas + tus entrañas avestruces_.»] + +[Nota 445: A ser esto así, se habría acrecentado su peso en ocho +arrobas desde el tiempo en que Morgado escribió su _Historia de +Sevilla_, pues dijo en ella (pág. 317 de la reimpresión): «En lo que +menos se imagina, se manifiesta también la gran magestad y riqueza de la +Sancta Iglesia. Pues ¿quién dirá que el Cirio Pascual (que a su tiempo +se pone en la Capilla Mayor muy dorado y labrado) tiene de peso _setenta +y seys arrobas de cera_?»] + +[Nota 446: De este famoso candelero dice Morgado en su _Historia_ +_de Sevilla_ que «es la mayor parte de bronze», y que lo juzgan «por el +más curioso y que más tiene que ver (con quinze figuras de Sanctos de +bulto por el alto) que otro ninguno. El qual por su mucho peso tiene en +los assientos sus ruedas de bronze, con que lo llevan dende la +sachristia, donde se guarda, al choro por las semanas sanctas». Con +hipérbole andaluza trató del cirio pascual y del tenebrario de la +Catedral de Sevilla aquel _cicerone_ que figura en _Los Antoios de meior +vista_ de Rodrigo Fernández de Ribera (fol. 6 de la edición príncipe): +«¿A visto v.m., dijo, un Candelero de Tinieblas, en que se ingieren las +velas con que se dicen? Pues dos mil i sietecientos i treinta i seis +quintales, docientas arrobas i diez libras de bronce tiene, i creo que +cinco onças. Poco cree v.m. de tanto peso, repliqué yo. Pero todo me le +[e]chó encima quando me lo acabó de decir, i sin dejarme respirar, +aunque dejó el Candelero, prosiguió: Pues si v.m. aguarda a la Pasqua +Florida, que bien podrá por esto solo (i era por san Iuán), verá un +Cirio, que de solo cera, sin el pavilo, que es de algodon de la India de +Portugal, i se trae para solo esto cargada una nave.... Ahorrele la +traída de la cera, i quedeme a descansar entre tanto algodon....»] + +[Nota 447: De esta famosa custodia dice Morgado (pág. 313 de su +_Historia de Sevilla_) que Juan de Arfe tardó seis años en hacerla, y +añade: «Tiene de altor tres varas y media, sin la Cruz de vna quarta que +lleva por remate. Tiene de peso mil y trezientos marcos, que hazen +veynte y seys arrobas de plata, y de costa treynta y seys mil ducados, +con todas hechuras....»] + +[Nota 448: El antiguo monumento de la Catedral de Sevilla, al +cual--dice Morgado (pág. 314)--«con razonable conjetura se le da el +nombre de Templo de Salomón..., es de forma octógona, con quatro vistas +principales, de a nueve pies de coluna a coluna, y otras quatro vistas +menores con la mitad de claro de las mayores».] + +[Nota 449: Nuestro autor juega del vocablo, por el doble significado +de _lonja_, y alude a que la de Sevilla, como San Lorenzo del Escorial, +fué traza de Juan de Herrera. La universidad de mercaderes sevillanos +acordó en 1585 levantar este soberbio edificio frente a la puerta de San +Cristóbal, de la Catedral, y en él se empezó a negociar a 14 de agosto +de 1598.] + +[Nota 450: Así, _Adtlante_, en la edición príncipe, y aun pudo decir +_Adlante_, sin la _t_, porque así solía y suele pronunciarlo el vulgo. +En otro lugar (tranco X) leeremos _ridmo_, por _ritmo_.] + +[Nota 451: Acerca del _Retiro_, o _Buen Retiro_, el curioso puede +ver el interesante capítulo que le dedicó Mesonero Romanos en _El +Antiguo Madrid_, tomo II, págs. 161-175. Para una nota baste decir que +la fundación de este real sitio se empezó el año de 1631, por lo que se +llamó _el Gallinero_, junto a la huerta de San Jerónimo; que en 1632 se +terminaron la plaza y cuerpo principal del palacio; que en octubre del +mismo año se efectuó en ella algún juego de cañas, y que de entonces en +adelante el Retiro fué lugar de frecuentes y fastuosos divertimientos +cortesanos, entre los cuales tuvieron preferencia las representaciones +de obras de los más celebrados autores de aquel tiempo: Calderón de la +Barca, Mendoza, Solís, etc. De los antiguos edificios del Retiro sólo +uno resta en pie: el vulgarmente llamado _el Casón,_ donde al presente +está instalado el Museo de Reproducciones Artísticas.] + +[Nota 452: Muchas ediciones leyeron _enjauladas_, siguiendo a la de +Zaragoza, 1671. En la de Vigo, 1902, el señor Bonilla declaró que +«_enjaguadas_ está por _purificadas_ o _depuradas_», e intentó apoyarlo +en Covarrubias y el _Diccionario_ de autoridades. Pérez y González, +entendiendo que en el pasaje del texto «ni el _enjaguar_ ni el +_enjuagar_ ni el _enjaular_ encajan», conjeturó que se trataba de una +errata y que debía leerse _amen-guadas_ donde la edición príncipe +estampó _enja-guadas_, «y cuando menos--añadió--, el sentido de la frase +quedará completo y claro, sin necesidad de meter las grandezas en jaulas +como si fueran loros, ni de echarlas en lavaderos como si se tratara de +ropa sucia». En su edición de 1910 Bonilla insiste en que «_enjaguadas_ +(metátesis de _enjuagadas_) encaja perfectamente en el texto», pues al +decirse del Real Salón del Buen Retiro que «todas las admiraciones +vienen cortas, y las mayores grandezas _enjaguadas_», se da a entender +«que toda alabanza era escasa, y que las mayores grandezas se +encontraban allí _mejoradas, depuradas, purificadas,_ elevadas a un +grado superior». + +Creo que serán contados los que acompañen al señor Bonilla en la +persuasión de que, entendido como él propone, queda claro el sentido del +pasaje, y por ello he de probar a explicarlo. _Enjaguar_, de donde por +metátesis se dijo _enjuagar_, proviene de _ex aquare_, y ante todas +cosas significa _ensaguar_, o _enaguar_, esto es, _aguar_, una de cuyas +acepciones vulgares, regístrela o no el _Diccionario_, equivale a +aminorar de calidad alguna cosa, como sucede al vino cuando se agua. +Entendido así, está clara la expresión, y se conserva el paralelismo o +correlatividad que existe (siquiera no la viese el señor Bonilla) entre +la afirmación de que «todas las admiraciones vienen cortas», y la otra +afirmación de que «las mayores grandezas [vienen] _enjaguadas_», o +_aguadas_, que es como decir, _bastardeadas_, o _desmejoradas: +frustradas_; que esta acepción, figuradamente, suele tener el verbo +_aguar_, y así se dice _se aguó la fiesta; me aguaron el contento_. +Quien dude que _enjaguar o ensaguar_ significa ante todo _aguar_, vea si +_ensangostar_ y _ensanchar_ (de _ex angustare_ y _ex ampliare_) no +significan respectivamente _angostar_ y _anchar_, verbo este último que, +como _enanchar_, se usa en Andalucía y en algunas repúblicas +hispanoamericanas.] + +[Nota 453: De la enormidad de riquezas que solían pasar por la Casa +de la Contratación de Indias dije algo en el discurso preliminar de mi +edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_, pág. 11.] + +[Nota 454: Tratando de la Plaza de la Universidad y Colegio de Maese +Rodrigo, dice don Félix González de León en su _Noticia artística, +histórica y curiosa de todos los edificios públicos, sagrados y profanos +de ... Sevilla, y de muchas casas particulares_ ... (Sevilla, 1844), +tomo I, pág. 146: «La casa oriunda de los señores Vicentelos de Leca, +hoy Condes de Cantillana, es otro de los edificios que están en esta +plaza, como ya se dijo. Esta casa, comúnmente conocida por la _del +Corzo_..., es una de las magníficas de esta gran población. Se entra por +un patio zaguán en que, como en todas las principales, están las +cocheras, caballerizas y cuartos de criados, y se pasa al patio, +cuadrado, diáfano y alegre, con sus respectivos corredores bajos y altos +formados de arcos sobre iguales y hermosas columnas de mármol. En él +están las multiplicadas y amplias habitaciones, muchas de ellas, +cubiertas sus paredes de ricos alicatados de buenos azulejos, y el piso +de losas de Génova. Hay también ameno y delicioso jardín y las piezas +del piso alto están cubiertas de muy costosos artesonados.»] + +[Nota 455: Quiere decir que así como es forzoso a las personas +cumplir con la parroquia, esto es, confesar y comulgar, a lo menos una +vez en el año, así también era forzoso a los toros tarifeños y jarameños +experimentar cada año los rejones del Conde de Cantillana. Es juego de +palabras revesado, sobre irreverente.] + +[Nota 456: Pedro de Medina, corregido y ampliado por el rondeño +Diego Pérez de Mesa, _Primera y segunda parte de las grandezas y cosas +notables de España_ (Alcalá de Henares, 1590), fol. 128 vto.: «Ay en +Seuilla vna casa de moneda que a mi parecer es la mexor del mundo, y +donde más moneda se labra. Porque ordinariamente andan labrando y +batiendo la moneda ciento y ochenta hombres: de manera, que cada día se +labran setecientos marcos de oro y plata. Haze admiracion ver los +montones de moneda que en ella ay. Desta casa salen continuamente requas +cargadas de oro y plata amonedada, como si fuesse otra mercaduría +común.... Cárganse en esta ciudad [de mercaderías] para solamente las +Indias más de cien naos cada año, y la mayor parte de las mismas naos +vueluen cargadas de oro y plata y otras riquezas....»] + +[Nota 457: De la antigua puente de barcas de Sevilla dijo Lope de +Vega en el acto I de _La Esclava de su galán_, refiriéndose al casco de +la ciudad y a su populoso y alegre barrio de Triana: + + «ELENA. ... en esta puente de maderos graves, + sin pies que toquen a su centro frío, + mano que las dos partes divididas + por una y otra orilla tiene asidas.»] + +[Nota 458: Por estar el monasterio de las Cuevas a _la lengua del +agua_, llamaban vulgarmente _espantaalbures_ a la campana con que sus +monjes tocaban a maitines. Lope de Vega, en el acto III de _El Amigo +hasta la muerte_: + + «GUZMÁN. ...Cené y brindé por tu salud en tanto, + incitado de almejas temerarias; + pero apenas sonaba _espantaalbures_ + (ya sabes que es campana de las Cuevas), + cuando, llamando un envarado destos + con seis esbirros, me metió en la cárcel.»] + +[Nota 459: El señor Bonilla, por muy disculpable distracción, leyó +_del Guadalquivir_. De ordinario no se ponía artículo a los nombres de +los ríos, como indiqué en mis notas a _El Licenciado Vidriera (Novelas +ejemplares de Cervantes_, tomo II, 9, 3, edición de _Clásicos +Castellanos_).] + +[Nota 460: No _todos_ los romances de moros; pero sí algunos, +especialmente los de la serie de Gazul, incluída en el _Romancero +general_. Al fol. 4, verbigracia: + + «Por la playa de Sanlucar + galan passeando viene + el animoso Ganzul _(sic)_, + de blanco, morado y verde. + Quiérese partir el moro + _a jugar cañas a Gelues_....»] + +[Nota 461: En la edición príncipe, _da sus ilustres condes_, +evidentemente por errata.] + +[Nota 462: Estos dos versos están impresos corridamente, como prosa, +en la edición original.] + +[Nota 463: Refiérese a la huerta del Alamillo, que estaba próxima a +las Cuevas y, como este monasterio, a la orilla derecha del +Guadalquivir. Eran famosos los _sábalos del Alamillo_, y Lope de Vega, +en la jorn. I de _Los Vargas de Castilla_, los recordó por boca de +Millán: + + «Adiós, Sevilla soberbio..., + pan de Gandul de mi vida, + roscas de Utrera del cielo, + alcaparrón como el puño, + aceitunas como el cuerpo, + _sábalos del Alamillo_....»] + +[Nota 464: Así la edición príncipe; pero quizá es errata, por _los +Zúñigas_.] + +[Nota 465: _De Medina Sidonia_, quiere decir.] + +[Nota 466: Cuando estos elogios salieron a luz, el duque don Gaspar +Alonso de Guzmán el Bueno había dejado de merecerlos de todo en todo, +por un hecho harto deplorable: por la traidora confabulación para +separar a Portugal y Andalucía de la obediencia de Felipe IV. Véase +resumida esta negra historia en mi libro intitulado _Pedro Espinosa_ +(Madrid, 1906), págs. 313 y siguientes.] + +[Nota 467: A don Francisco Zapata, conde de Barajas, se debió, en +efecto, el saneamiento de aquella parte de la ciudad que se llamaba la +Laguna, convertida por él en deleitosa alameda, hermoseada con tres +copiosas fuentes, que en 1587, cuando Morgado publicó su _Historia de +Sevilla_, regaban todo el año «los mil y setecientos árboles que, entre +alisos, alamos blancos, naranjos, cipreses y árboles de parayso, fueron +en esta Laguna plantados....» A la entrada de la nueva Alameda, sobre +grandes pedestales, se colocaron dos esbeltas columnas, gruesas de +catorce palmos en redondo y altas de cuatro estados, y encima de ellas, +respectivamente, las estatuas de Hércules, fundador de la ciudad, y +Julio César, que la cercó de murallas. Toda esta obra se acabó el año de +1574, y ha de reconocerse que salió mal su cuenta al Conde de Barajas, +pues queriendo que la hermosa Alameda sirviese para honesto solaz y +esparcimiento de Sevilla, no lo vió conseguido; antes cargó sobre ella, +especialmente en las noches de la primavera y el verano, tal turba de +mujeres perdidas y de mancebillos boquirrubios y hombres pícaros y +arrufianados, que cuatro años despues, en 1578, Vicente Espinel, que +vivió muy desbaratadamente una temporada en la ciudad del Betis, comenzó +así la _Sátira contra las damas de Sevilla_: + + «Invicto César, Hércules famoso, + espeio y luz de valerosos pechos, + patrones deste suelo venturoso, + ya que permite el hado que estéis hechos + de la Alameda vigilantes guardas, + injusto premio a tan gallardos pechos....» + +Y dijo después: + + «Vuelva Zapata y su jardín reforme; + que pues le hizo al culto de Diana, + no es bien que en putería se transforme.»] + +[Nota 468: _Disignio_, dicho un poco a la italiana; y aun +enteramente en italiano _(disegno)_ lo escribió tal cual vez el +sevillano Juan de la Cueva: + + «... quel Francés furioso + viene a nosotros con _diseños_ fieros.»] + +[Nota 469: Era Tomasa, en lo tornajona, como la célebre Marica del +romance de Quevedo: + + «Tomando estaba sudores + Marica en el hospital; + _que el tomar era costumbre_ + y el remedio era sudar.»] + +[Nota 470: _Como unos hermanos_, es decir, como unos cuadrilleros de +la Santa Hermandad que fuesen con requisitoria en busca de algún +malhechor.] + +[Nota 471: _Regalados_, en la acepción de _agradables_ y +_deleitosos_ como dijo Lope de Vega: + + «Pan de Sevilla, _regalado_ y tierno, + masado por la blanca y limpia mano + de alguna que os quisiera para yerno.»] + +[Nota 472: Hasta ahora han sido inútiles cuantas diligencias se han +practicado para averiguar por qué se llamara _de Gallegos_ este +celebrado pan. Presumo que se apellidaría _Gallegos_ el panadero que lo +fabricaba.] + +[Nota 473: _En él,_ refiriéndose _al Prado_, y claro que no _al +espejo_ como en rigor gramatical podría colegirse.] + +[Nota 474: Ocurren aquí, como en el tranco II (56, 3)[173] dos versos +en decasílabos ocasionales: + + «... _comen alas del viento por cebada, + no quiero que dejemos a Sevilla_....»] + +[Nota 475: El hallarse muy bien el Cojuelo en Sevilla conviene con +lo que Santa Teresa de Jesús dijo de esta ciudad en el cap. XXV de su +_Libro de las Fundaciones_: «No sé si la misma clima de la tierra, que +he oído siempre decir _los demonios tienen más mano allí para tentar_, +que se la debe de dar Dios, y en esto me apretaron a mí, que nunca me vi +más pusilánime y cobarde en mi vida que allí me hallé: yo, cierto, a mí +mesma no me conocía.»] + +[Nota 476: _Alfaneques_ se llamaban unos halcones muy usados por los +cazadores de cetrería, y _volar_ está dicho, no en la acepción +germanesca de _hurtar_, como creyó el señor Bonilla, sino, aunque +figuradamente, en la cinegética de hacer que el ave se levante y vuele. +_Bretón_ sí está usado en la genérica y germanesca de _extranjero_. Así, +la frase _alfaneque de volar una bolsa de bretón_ equivale a tercera a +propósito para trasponer la bolsa de cualquier extranjero incauto desde +la faldriquera de éste a las sonrosadas uñas de cualquiera doncellita de +alquiler.] + +[Nota 477: _Doncelliponiente_, a imitación de _barbiponiente_ o +_barbipungente_, que se dice del mancebo a quien empieza a salir la +barba, pero también del principiante en una facultad u oficio. Nuestro +autor, pues, llama _doncelliponientes_ a las jóvenes aún poco +experimentadas en la venta y reventa de su doncellez, y necesitadas, por +tanto, de los sabios consejos de la experta mulata.] + +[Nota 478: _Acuchillado_, esto es, abierta a trechos la tela y +puestos en las aberturas piezas fusiformes de otro tejido, de color +diferente de aquélla.] + +[Nota 479: Llamaban y llamamos _cotonía_ a cierta tela hecha de hilo +de _algodón._ Son tan añejos esta tela y su nombre, que nuestro vulgo, +cuando quiere ponderar la antigüedad de un dicho o costumbre, suele +decir: «Eso es más viejo que la _cotonía._»] + +[Nota 480: _Ponleví_, del francés _pont levis, puente levadiza_. +«Forma especial--dice el _Diccionario_ de la Academia--que se dió a los +zapatos y chapines, según moda traída de Francia. El tacón era de +madera, muy alto, inclinado hacia adelante y con disminución progresiva +por su parte semicircular, desde su arranque hasta abajo.» A mi ver, +huelga en esta definición la referencia a los chapines, pues éstos jamás +tuvieron tacón; al contrario, el zapato con tacón vino a sustituírlos, +dando, aunque sólo en el carcañal, la altura que el chapín daba a todo +el pie. Al tacón solían llamar _talón._ Lope, en el acto I de _El +Desprecio agradecido_: + + «D. BERNARDO. Cien escudos tenéis ciertos + por un zapatillo suyo. + + INÉS. ¿Tan prestísimo? + + D. BERNARDO. Soy tierno. + + INÉS. Pues ¿para qué le queréis? + + D. BERNARDO. Para traerle aquí dentro. + + INÉS. Son _de ponleví: el talón_ + os hará mal en el pecho.» + +Como el _tacón,_ terminado en semicírculo pequeño, venía a acabar hacia +la mitad del largo del zapato, tal como hoy, los pies mayores parecían +diminutos, especialmente en la huella. El mismo Lope, en el acto I de +_Las Bizarrías de Belisa_: + + «TELLO. ...Hay enanas; las hay con larga trampa: + unas con pie de apóstol, _consoladas + del ponleví, que imprime poca estampa_.»] + +[Nota 481: «_Escarpín_--dice el _Diccionario_ de autoridades--, +funda pequeña de lienzo blanco con que se viste y cubre el pie, y se +pone debaxo de la media o calza.»] + +[Nota 482: _Tapetado_, según Covarrubias, es el cuero envesado, dado +color negro. En el auto de _La Paciencia de Job_, de autor anónimo, dice +el bobo a Satán: + + «¿Mi hermano sois vos? Si tal ha parido + mi madre, yo muera vestido y calzado: + mi madre era blanca, vos sois _tapetado_....» + +Y Quevedo, describiendo una _Boda de negros_ (Musa VI): + + «Iba afeitada la novia + todo el _tapetado_ gesto + con hollín y con carbón + y con tinta de sombreros.»] + +[Nota 483: _Se subía a tocar_, es decir, a _tocarse_, a arreglar su +tocado; pero, jugando del verbo _tocar_, añade lo de _tocar de la +tarántula,_ por alusión a que se hacía _tocar_ o tentar el cabello por +la _tarántula_ de sus dedos; que eso semejaban con el teclear por toda +la cabeza. No hay aquí, pues, contra lo que imaginaron los señores Durán +y Bonilla, referencia alguna a la música o tonada llamada _de la +tarántula._] + +[Nota 484: _Espejo de armar_, expresión que el léxico de la Academia +da por anticuada, siendo así que se usó mucho en los siglos XVI y XVII, +es--dice el _Diccionario_ de autoridades--«el que es de bastante grandor +para poder verse en él todo el cuerpo humano u la mayor parte de él».] + +[Nota 485: Leo _nigromancía_ (y no _nigromancia_, al uso de hoy), +porque en el siglo XVII aún se pronunciaba así. Calderón, en la jorn. I +de _El Jardín de Falerina_: + + «LISIDANTE. Tú, que, sabia, la gran _piromancía_ + escribes en pirámides de fuego.... + + MARFISA. Tú, que en el aire, a los conjuros ciego, + das a las aves la _eteromancía_.... + + LISIDANTE. Tú, que en sepulcros la _nigromancía_ + ejecutas....»] + +[Nota 486: Visto que el _Diccionario_ de la Academia sólo dice que +_echar las habas_ es «hacer hechizos o sortilegios», el señor Bonilla ha +reparado muy justamente: «Pero claro es que los _hechizos_ o +_sortilegios_ se podían hacer de muchas maneras, y una de ellas era +_echando las habas_.» Y esto advertido, cita dos versos de Quevedo, que +dicen: + + «En mi vida _eché las habas_; + antes me echaba a mí propia», + +y con ellos da por terminada su nota. Nos quedamos, por tanto, sin saber +qué era _echar las habas_, aun después de ver bien rectificada la +definición de la Academia. + +_Echemos las habas_: quiero decir, veamos cómo y para qué se echaban, +aunque esta nota exceda de la extensión que de ordinario tienen las del +presente libro. Y para lograr bien nuestro propósito, tomemos por +maestras a las mismas gitanas que poco antes del año 1633 (tiempo en que +ya la Rufina María del texto practicaba esas habilidades) tenían por +discípula, en la villa y corte de Madrid, a doña Antonia Mexía, la cual, +pesarosa, después, de su aprendizaje, se denunció al Tribunal del Santo +Oficio (Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo 91 de +causas, número 176), manifestando, entre otras cosas: «Que las dichas +gitanas le enseñaron _la suerte de las habas_ en esta manera...: que +tomase nueue hauas, un poco de carbon, un grano de sal, un poco de çera, +un ochauo, un poco de piedra lumbre, un poco de açufre, un poco de pan, +un poco de paño colorado, un poco de paño açul, y que las dos de las +hauas las señalase mordiendolas, o las más que quisiese, diciendo este +es Juan (su marido), este es Francisco, y esta Catalina, y que si +saliese la mordida, que es la persona que se quiere, junto al carbon, +significa noche; si junto a la sal, gusto; junto a çera, martelo, que +quiere deçir golpe, porraço o cosa semejante; junto al ochauo, que abrá +dinero; junto a la piedra alumbre, con lo colorado, sangre; y junto a +lo açul, çelos; y junto al açufre, si sale con la sal, oro, y si sale +solo, pesadumbre; junto al pan, que abrá comida....» + +La sentencia de otro proceso inquisitorial, dictada en 1638, acaso en +los mismos días en que Vélez de Guevara revelaba las aficiones +hechicerescas de Rufina, nos permite ver en funciones a Isabel Bautista, +natural de Sevilla, quizá trianera como la mulata huéspeda del Cojuelo y +de don Cleofás (Inquisición de Toledo, legajo 82, núm. 26): «... sacó una +bolsilla colorada con unas habas, y las echó, y entre ellas un poco de +paño azul, y alumbre, y un poco de carbon, y un medio real, y otro +pedazo de grana, diciendo que el paño azul significaba celos, y el +alumbre, y el carbón, noche, y el medio real, que les habían de dar +plata, y echó vn maravedí, que significaba que les habían de dar +cuartos, y el paño de grana, alegría, todo lo qual echó sobre vn paño +colorado, y las dichas habas traya a la mano halagándolas «hijitas mias, +decid la verdad», y luego las soltaba, y en cayendo las habas las decía: +«Rociadas con el rocio del cielo», y hablaba entre dientes, que no se le +entendía lo que decía, y volvió a decir: «Vosotras decid la verdad, que +la decis más que el Evangelio»; y a la dicha muger le dijo señalando +vnas habas: «Este es tu padre, esta eres tú y esta tu madre; ya viene +por el camino; muy pronto le verás», señalando entre las habas y las +demás cosas el camino que decía por donde venía.» La propia Isabel +Bautista había declarado en su confesión «... que era verdad que echó +las habas, y que eran nueve pares, todas señaladas cuál era macho y +hembra; que echaba además una haba partida y que las palabras que decía +entre dientes eran santas y buenas, porque decía: + + «Con San Pedro y San Pablo + y el apostol Santiago + y con el bienaventurado San Cebrian, + suertes echasteis en la mar; + muertas las echasteis, + vivas las sacasteis; + así me saqueis + vivas y verdaderas estas suertes. + Si fulano ha de venir, + salga en camino»; + +que era hacer camino las habas, apartándose unas de otras, que era que +venía la persona que esperaban, y si se juntaban, era que no venía, y si +salía el haba junto al carbón, era que venía de noche, y si junto al +paño colorado, era alegría, y si junto a la sal, que habían de tener +gusto, y si junto al ochavo, que le darían dineros, y si salía el haba +junto al haba partida, era ropa que le habían de dar....» También solían +echar entre las demás cosas un pedazo de yeso blanco, que significaba +dolor, y un cantillo redondo de haba, que representaba a la iglesia. +Algunas echadoras de habas, antes de empezar a practicar con ellas, las +bautizaban, metiéndolas en las pilas del agua bendita de tres templos, y +el conjurarlas antes de echarlas era constante, metiéranlas o no en la +boca. Doña Catalina Márquez de Avalos, mujer del capitán Francisco +Alonso de la Serna (Madrid), compareciendo a delatarse de su voluntad en +1631 (Inquisición de Toledo, leg. 90, núm. 161), manifestó, entre otras +cosas, que decía a las habas, teniéndolas en la boca: + + «Hijas amadas, + hijas queridas, + por el labrador que os sembró, + por la tierra en que estuvistes, + por San Pedro, por San Pablo, + por el apostol Santiago, + por el mar, por las arenas, + por San Cebrian, + que echó suertes en la mar, + que ansí como le salieron ciertas y verdaderas, + ansí me digáis lo que os quiero preguntar.»] + +[Nota 487: Para el señor Bonilla, _andar el cedazo_ es «lo mismo que +_adivinar por tela de cedazo_», especie que quiso justificar con el +_Diccionario_ de autoridades, según el cual es «el ejercicio de la arte +mágica, cuando el demonio hace que los profesores de esta diabólica +ciencia, mirando por un cedazo, vean las cosas que están muy distantes, +ocultas, o por venir, a lo cual llamó la gentilidad _coscinomancia_». +Pero no sólo ahí está la frase con que el señor Bonilla intentó explicar +lo de _andar el cedazo: «adivinar por tela cedaço_--dice Covarrubias, +art. _cedaço_--es dezir lo que claramente se ve y se entiende ser assi, +porque como dize otro Proverbio, muy ciego es el que no ve por tela de +cedaço.» Con todo esto, pues _ver_ uno una cosa _por tela de cedazo_ +significa, según el léxico actual de la Academia, «verla o entenderla +confusamente, o juzgarla, no como es en sí, sino como se la presenta su +pasión o preocupación», voy a demostrar que en este punto el +_Diccionario_ de autoridades y cuantos le han seguido _vieron por tela +de cedazo_. Con acudir a nuestra literatura bastaría, y aun sobraría +mucho, para convencerse de que _andar el cedazo_ no es ni lejano +pariente de _adivinar_, ni de _ver, por tela de cedazo_, y aun el +mencionárselo casi siempre con el _echar las habas_ da, por sí solo, +clara sospecha de ser otra especie de sortilegio. Cervantes, en la +cantaleta del acto I de _El Rufián dichoso_: + + «...La que en darse a sí excedió + a las godeñas más francas; + _la que echa por cinco blancas + las habas y el cedacillo_....» + +Tirso de Molina, en el acto 1 de _En Madrid y en una casa_: + + «MAJUELO. ¡Lo de Toledo ha sabido + también! ¡Vive Dios que _ha habido + haba y cedazo_!» + +Y Ruiz de Alarcón, en el acto II de _La Cueva de Salamanca_: + + «LUCÍA. ¿Hay alguna que no tenga, + si ausente o celosa está, + un poco de _echar las habas_ + y un mucho de conjurar + _el cedacillo_, el rosario + (que de eso les sirve ya) + el chapín y la tijera, + espejo de agua o cristal....» + +Pero si estos ejemplos indican sobradamente que lo _del cedazo_ era un +sortilegio, que jamás podría hacerse mirando al través de la tela, +estotras citas demostrarán muy claro que tal sortilegio se hacía +_moviendo_ o _moviéndose, el cedazo_, cosa que ya se echaba de ver por +la expresión _andar el cedazo_, usada por Vélez de Guevara. Agustín de +Rojas, en el libro I de _El Viaje entretenido_, cuenta que las +hechicerías de una vieja su amiga vinieron a parar en que la +encorozaron, y después, ida a Antequera, «cogiéronla _haciendo bailar un +cedazo y echando unas habas_, y diéronle otros doscientos tocinos». +Mateo Alemán dice en su _Guzmán de Alfarache_, parte II, libro III, cap. +III: «Respóndame por vida de sus ojos..., si pasando la raya sin rebozo +ni temor de Dios, _no dejó cedazo con sosiego, ni habas en su lugar, que +todo no lo hizo bailar_, por malos medios y con palabras detestadas y +prohibidas por nuestra santa religión....» Y, en fin, Quevedo, en el +soneto referente a una hechicera antigua, que deja sus herramientas a +otra reciente (Musa VI): + + «Esta redoma rebosando babas, + _el cedazo que sabe hacer corvetas_, + estas que se metieron a profetas, + con poco miramiento, siendo _habas_....» + +Ahora bien, ¿quiere el lector ver qué corvetas eran las que sabía hacer +el cedazo de la vieja de Quevedo? Pues sin ninguna clase de hechicería +nos lo va a revelar María López, que era vecina de Malagón por los años +de 1625; la cual, dando su declaración en causa contra Ana Hernández +(Inquisición de Toledo, legajo 88, núm. 117), manifestó que esta Ana le +pidió un cedazo y unas tijeras, y preguntándole para qué los quería, +dijo que tenía un mozo en Almagro y deseaba saber si la esperaba o si +había de venir; «y tomó las tisseras y las hincó en el aro del çedazo la +una punta, asiendo en la mano el anillo de la misma punta de la tissera, +y la otra tissera puesta en cruz, colgando el çedazo dellas, y diciendo +unas palabras que esta declarante no entendió, anduvo el çedazo muy +reçio a la redonda, y le dixo la susodicha: «Yo me voy mañana, que me +esperan»; y quando no era ansi lo que quería, se estaba quedo el +çedazo». + +Las palabras que María López no había entendido eran el conjuro propio +del sortilegio. Tengo hasta cuatro o cinco versiones de él, halladas en +otros tantos procesos inquisitoriales; pero las dejo a un lado, +prefiriendo una recogida de la tradición oral en nuestros días, de boca +de ciertos gitanos errantes, por mi buen amigo don Pedro Díaz Cassou, +excelente folklorista murciano, con el nombre de _Orasión der seaso_. +Dice así: + + «San Simón, + suerte quiero arcansá, + que me digas la berdá, + las tijeras están agarrás; + en er seaso están clavás; + personas que reselo boy a nombrá; + que ande er seaso si la sospecha es berdá. + San Simón que lo sabe lo declarará. + Entro y consiento en er pauto creminá.» + +¿Está ahora bien claro que _andar el cedazo y adivinar por tela de +cedazo_ son dos cosas distintas, aunque el cedazo sea un solo cedazo +verdadero?] + +[Nota 488: Ruiz de Alarcón, en el acto I de _Mudarse por mejorarse_, +explicaba así la razón del nombre de esta calle: + + «LEONOR. ¡_Calle Mayor_! ¿Tan grande es, + que iguala a su nombre y fama? + + D.ª CLARA. Diréte por qué se llama + _la calle Mayor_. + + LEONOR. Di, pues. + + D.ª CLARA. Filipo es el rey mayor, + Madrid, su corte, y en ella + la mayor y la más bella + calle es la _calle Mayor_. + Luego ha sido justa ley + _la calle Mayor_ llamar + a la mayor del lugar + que aposenta al mayor rey.»] + +[Nota 489: Hoy diríamos _es mesa_, sin repetir el _que_ de la línea +anterior. De este _que_ superfluo traté largamente en una nota del +_Quijote_ (I, 229, 16).] + +[Nota 490: Por eso se llamaron caballeros _de la Tabla Redonda_ +aquellos de que se acompañaba el rey Artús.] + +[Nota 491: Bien se echa de ver que el Cojuelo mostró a Rufina María +la calle Mayor en una de las tardes que en Madrid llamaban _de rua_. +Mesonero Romanos, en _El Antiguo Madrid_, tomo I, pág. 265, tratando de +la estancia del Príncipe de Gales en la coronada Villa, cuando en 1623 +vino a ofrecer su mano a doña María, hermana de Felipe IV, dice: «El +domingo siguiente hubo _rua o paseo por la calle Mayor_, a que asistió +gran concurso de príncipes y magnates en sus carrozas, y todas las +hermosas de la Corte».] + +[Nota 492: _Con tanto ojo_, elíptico, por _con tanto ojo abierto_, +frases que faltan en el _Diccionario_.] + +[Nota 493: Ocasionalmente ocurren aquí, como pocas páginas atrás +(205, 23)[474], dos versos endecasílabos: + + «... _que con los malos términos se abrasa, + y con los agasajos se destempla_!»] + +[Nota 494: Dice _de dos yemas_, como de los huevos nombrados así, +bien que la _litera_, por lo común, tenía dos asientos. «Es--nota el +_Diccionario_ de autoridades--de la misma hechura que la silla de manos, +algo más prolongada, y con dos assientos, aunque algunas veces no los +tiene, y en su lugar se tienden colchones, y en este caso va recostado +el que la ocupa. Llévanla dos machos, mulas o caballos, afianzadas las +varas en dos grandes sillones.»] + +[Nota 495: Así en la edición príncipe, por _Eliche_.] + +[Nota 496: _Alcañizas_ en la edición original, por _Alcañices._] + +[Nota 497: Mejor sintaxis fuera ésta: y _grande hombre de a caballo_ +en entrambas sillas. Alude a las dos maneras de cabalgar: la brida y la +jineta. Recuérdese lo dicho en nota de los preliminares (9, 6)[49].] + +[Nota 498: Dice _Simancas_, por decir con alguna novedad +_archivos_.] + +[Nota 499: En la edición original, sin duda por yerro, _de vna misma +edad y al parecer que lleuan_....] + +[Nota 500: _Espumando sangre generosísima_, como _espumando valor_ +en el tranco I (22, 5) [Nota del transcriptor: "Don Cleofás, espumando +valor, prerrogativa de estudiante de Alcalá, le dijo:"].] + +[Nota 501: _A sí mismos_, diríamos hoy.] + +[Nota 502: Hace aplicación, algo violentamente, del cabalgar en +ambas sillas, de la brida y de la jineta, a la destreza en ambas +espadas, negra y blanca. Deslizáronsele aquí a Vélez no menos de cinco +versos octosílabos involuntarios: + + «_... don Francisco de Mendoza, + gentilhombre cortesano, + favorecido de todos + y diestro en entrambas sillas + de la espada blanca y negra._»] + +[Nota 503: _Hallará_, en la edición príncipe, pero sin duda es +errata, por _hallara_.] + +[Nota 504: Es manera tópica de alabanza. En el _Quijote_ (II, 17), +dice el Caballero del Verde Gabán al Ingenioso Hidalgo: «... entiendo +que si las ordenanzas y leyes de la caballería andante _se perdiesen, se +hallarían_ en el pecho de vuesa merced como en su mismo depósito y +archivo.»] + +[Nota 505: El señor Bonilla corrigió _Ildefonso_, notando al pie de +la página que el texto original dice _Ilefonso_. E _Ilefonso_ se decía, +y se escribía, y se estampaba. Rector del Colegio de San _Ilefonso_, de +Sanlúcar de Barrameda, se llamó Pedro Espinosa en las portadas de sus +obras _Espejo de cristal (1625), El Perro y la Calentura (1625), Elogio +al retrato de ... don Manuel Alonso Perez de Guzman el Bueno ... (1625), +Panegírico a la ... ciudad Antequera_ (1626) y _Pronostico +judiciario_ ... (1627).] + +[Nota 506: _Velmar_, por _Bedmar_.] + +[Nota 507: _Ladrada,_ por _la Adrada_.] + +[Nota 508: _Nájara_, por _Nájera._] + +[Nota 509: Jerónimo de Quintana, en su _Historia de la antigüedad, +nobleza, y grandeza de la villa de Madrid_ (Madrid, Imprenta del Reyno, +M.DC.XXIX), fol. 376 vto., menciona muchas casas «de grandes señores +fabricadas con sumptuosidad, hermosura y grandeza», y, entre ellas, «las +del Conde de Oñate, en la calle Mayor». Y Mesonero Romanos, en _El +Antiguo Madrid_, tomo I, pág. 259, dice: «Esta casa-palacio, una de las +más espaciosas e importantes de la grandeza, debió ser construída a +fines del siglo XVI, si bien la portada y balcón principal son obra del +XVII o principios del pasado, al estilo apellidado _churrigueresco_». +Demolido este edificio pocos años ha, para ensanchar la calle Mayor, su +portada, sueltas pero numeradas las piedras de que se compone, espera, +en el jardín del Museo Arqueológico Nacional, que se determine dónde ha +de levantarse de nuevo, para conservarla como preciada muestra del +estilo arquitectónico a que pertenece.] + +[Nota 510: Como antes (230, 22) dijo _Simancas_, por decir con +novedad _archivos_, ahora dice _Mercurio Mayor_, por no decir _Correo +Mayor_. Sabido es que Mercurio fué, no ya el correo, sino hasta el +correveidile y terceruelo de los dioses.] + +[Nota 511: Se refiere al célebre _mentidero_ de Madrid, del cual, en +el cap. I del _Viage del Parnaso_, fol. 3 vto. de la edición príncipe, +se había despedido Cervantes diciendo: + + «A Dios de san Felipe el gran passeo, + donde si baxa o sube el Turco galgo + como en Gazeta de Venecia leo.» + +Moreto, en la jorn. I de _De fuera vendrá_..., pinta admirablemente, por +boca de un alférez, cuán rápidamente crecía la diaria almáciga de +embustes en las famosas Gradas: + + «ALFÉREZ. Mas al despique apelo; + que yo con estas gradas me consuelo + de San Felipe, donde mi contento + es ver luego creído lo que miento. + + LISARDO. ¡Que no sepáis salir de aquestas gradas! + + ALFÉREZ. Amigo, aquí se ven los camaradas. + Estas losas me tienen hechizado; + que en todo el mundo tierra no he encontrado + tan fértil de mentiras. + + LISARDO. ¿De qué suerte? + + ALFÉREZ. Crecen tan bien aquí, que la más fuerte + sembrarla por la noche me sucede, + y a la mañana ya regarse puede. + + LISARDO. De vuestro humor, por Dios, me estoy riendo. + + ALFÉREZ. Por la mañana yo, al irme vistiendo, + pienso una mentirilla de mi mano, + vengo luego, y aquí la siembro en grano, + y crece tanto, que de allí a dos horas + hallo quien con tal fuerza la prosiga, + que a contármela vuelve con espiga. + Aquí del Rey más saben que en palacio; + del Turco, esto se finge más de espacio, + porque le hacen la armada por diciembre, + y viene a España a fines de setiembre....»] + +[Nota 512: En la edición principe, sin duda por yerro del impresor, +se lee así, y lo mismo en las del señor Bonilla: «¿Qué entierro es este +tan sumptuoso, _preguntó don Cleofás, que passa por la calle Mayor, que +estaua tan aturdido...._»] + +[Nota 513: El lujoso entierro del Astrólogo sería, _plus minusve_, +como aquel que pinta Quevedo en _El mundo por de dentro_: «En esto, +llegamos a la calle Mayor.... Tomamos puesto conveniente para registrar +lo que pasaba: fué un entierro, en esta forma: venían envainados en unos +sayos grandes de diferentes colores unos pícaros, haciendo una taracea +de muñidores. Pasó esta recua incensando con las campanillas; seguían +los muchachos de la Dotrina, meninos de la muerte y lacayuelos del +ataúd, chirriando la calavera; seguíanse luego doce galloferos, +hipócritas de la pobreza, con doce hachas, acompañando el cuerpo y +abrigando a los de la Capacha, que, hombreando, testificaban el peso de +la difunta....»] + +[Nota 514: Como si dijera, tal como suele decirse: _¡Con su pan se +lo coma!_] + +[Nota 515: Vendíase, en efecto, mucha fruta en la Puerta del Sol.] + +[Nota 516: El antiguo Hospital Real de Corte se llamó, como su +iglesia, _del Buen Suceso_, por una imagen de la Virgen que bajo tal +advocación se veneraba en ella. «Esta plaza--dice Mesonero Romanos _(El +antiguo Madrid_, tomo II, pág. 115)--, o más bien espaciosa encrucijada +de las diversas calles principales de la población, presentaba la figura +que todos recordamos, de un prolongado trapecio, y se hallaba dominada +en su frente principal, entre las calles de Alcalá y San Jerónimo, por +la modesta fachada de la iglesia del Buen Suceso, la cual, antes de la +ocupación francesa, estaba algo más decorada, y tenía una pequeña lonja +o atrio con verjas de hierro. Delante de ella estaba la famosa fuente +churrigueresca de principios del siglo pasado, y que reemplazó a otra no +menos extravagante, si hemos de creer a la vista de ella que estampa +Álvarez Colmenar en la obra titulada _Annales d'Espagne et de Portugal_. +Una y otra estuvieron coronadas por la estatua de Venus, no la Medicea, +de Pafos o de Citeres, sino la célebre _Mariblanca_, que hoy yace +relegada a la plazuela de las Descalzas.»] + +[Nota 517: Dice Mesonero (_El antiguo Madrid_, tomo I, pág. 291) que +el convento de la Victoria, con su iglesia, huerta y tahona ocupaba gran +parte de una manzana, y dió lugar con su derribo (1836) a la formación +de la calle de Espoz y Mina, al ensanche de la de la Victoria, y a la +construcción entre ambas de las manzanas de casas de los señores +Mariátegui y Mateu, pasaje o galería cubierta, y otros varios edificios. +Los lugares respectivos de la Victoria y de la fuente del Buen Suceso +están bien indicados en los siguientes versos de Tirso de Molina (_Por +el sótano y el torno_, acto II): + + «D. DUARTE. Salieron las dos hermanas, + que, a ser tres como eran dos, + las tres Gracias en mentira + fueran verdaderas hoy. + + De las manos y tapadas, + hacia la Puerta del Sol + echaron, y yo tras ellas + siguiendo sus pasos voy. + Llegamos al Buen Suceso + (bueno me lo dé el amor), + por las gradas de la fuente + ellas, por la puerta yo + frontera de la Victoria....» + +Hartzenbusch, al llegar aquí, pone esta nota. «_Ventana_, dice la +edición que seguimos; pero es claro que se habla de la puerta del Buen +Suceso, frente a la calle de Espoz y Mina, cuya entrada era antes la +lonja del convento de la Victoria.»] + +[Nota 518: _Estar_, por _ser_, como en más de un lugar del _Quijote_ +(I, 292, 7; III, 333, 16, etc.).] + +[Nota 519: Así solían decir al ver a un niño, refiriéndose al mal de +ojo, las que iban, o podían ir, para brujas. Esto, cuando con el propio +intento no le daban una higa, porque, como decía Covarrubias, «también +es cosa vsada al que ha parecido bien darle vna higa diciendo: tomá para +que no os ahogen (_aojen_)». Igualmente se hacía y se decía esto por vía +de pulla, y así Feliciano de Silva, por boca de Elicia, en la cena XXXIX +de la _Segunda comedia de Celestina_: «¡Al diablo la vieja, que no se +contenta con cuanto ha ganado conmigo, sino que si tengo amor a uno, no +le tengo de osar mirar! _¡Toma para tus ojos_: que yo le hablaré aunque +te pese...!»] + +[Nota 520: En la edición príncipe, _guedegas_, por evidente errata, +que copia el señor Bonilla.] + +[Nota 521: _Después que_, equivaliendo a _desde que_, usadísimo en +los siglos XVI y XVII, como advertí más de una vez en mis notas al +_Quijote_ (I, 265, 8; II, 74, 4; III, 124, 17; IV, 282, 12, etc.).] + +[Nota 522: Siguiendo su alegoría, dice _dar grada_, por alusión a la +_grada_ o escaño corrido que en el teatro ocupaban las mujeres.] + +[Nota 523: Alude a la costumbre, general en algunas naciones, de +saludarse besándose públicamente hombres y mujeres, de la cual decía +Juan Minsheu, por boca de Guillermo, en el sexto de sus _Pleasant and +delightfvll dialogves in Spanish and English_ ... (Londres, Edm. +Bellifant, 1599), pág. 51: «Yo para mi tengo que la mayor causa de la +desoluçion en algunas mugeres de Ynglaterra es esta costumbre de +besallas en público, por que con esto pierden la verguença y a el +tocamiento del beso, les entra vn veneno que las ynficiona». Y poco +después: + +«EGIDIO. ¿En España no se vsa besar los hombres a las mugeres? + +DIEGO. Sí, besan los maridos a sus mugeres, y esto allá detrás de siete +paredes, donde aun la luz no los pueda ver. + +GUILLERMO. Es porque los españoles son demasiadamente celosos. + +ALONSO. No, sino porque somos tan trabiessos, que no hemos menester este +apetito para hacer mil malos recaudos. ¿Qué sería si tubiessemos essa +ocasion?»] + +[Nota 524: _La calle Mayor_ y _el Prado_: en estas dos universidades +estudiaban discreción y cortesanía los galanes y las damas de Madrid. +Lope de Vega, en el acto II de _El Desconfiado_: + + «PEDRO. ...Que una mujer en la Corte + es imposible ser necia, + y más cuando ella se precia + de que esta fama le importe; + pues para tomar el grado + de doctas, gastan, señor, + _cursos de calle Mayor + y cuodlibetos del Prado»_. + +El enamorado, pues, tenía ambos lugares, _la calle Mayor_ o _Carrera_ y +_el Prado de San Jerónimo,_ por estaciones principalísimas de su diaria +devoción. Calderón de la Barca, en la jorn. I de _Hombre pobre todo es +trazas_: + + «D. DIEGO. Por la mañana estaré + en la iglesia a que acudís; + por la tarde, si salís, + en _la Carrera_ os veré; + al anochecer, iré + _al Prado_, al coche arrimador + luego, en la calle embozadador + ved si advierte bien mi amor + horas de _calle Mayor_, + misa, reja, coche y _Prado_.» + +De este paseo se lee en la _Primera y segunda parte de las grandezas y +cosas notables de España_, de Pedro de Medina, corregidas y ampliadas +por Pérez de Mesa, fol. 205: «A la otra mano derecha del mismo +monasterio [de San Jerónimo], saliendo de las casas, ay otra alameda +tambien muy apacible, con dos órdenes de árboles, que hazen vna calle +muy larga hasta salir al camino que llaman de Atocha.... Llaman a estas +alamedas _el prado de san Hieronymo_, donde de invierno al sol y de +verano a goçar de la frescura, es cosa muy de ver y de mucha recreacion +la multitud de gente que sale, de viçarrisimas damas, de bien dispuestos +caualleros, y de muchos señores y señoras principales, en coches y +carroças. Aqui se goza con gran deleyte y gusto de la frescura del +viento todas las tardes y noches del estío, y de muchas buenas +musicas....»] + +[Nota 525: Así en la edición príncipe, aunque sin acentuar el +pronombre, pues no se acostumbraba hacerlo. El señor Bonilla leyó +equivocadamente: «que otro día le enseñaremos en el río de Mançanares», +diciendo abajo en nota: «El texto repite «el». Claro es que no se +trataba de enseñar _el espejo en el río_, como parece haber entendido el +señor Bonilla, sino de enseñar _el río en el espejo_.] + +[Nota 526: _Y pasa el verano de noche_, es decir, _y pasa durante el +verano de noche_.] + +[Nota 527: Compara Vélez el Manzanares con la moneda de Navarra, o +_navarrisca_, que no era de curso legal en Castilla, pero que solía +pasarse de noche, a favor de la poca luz, como las monedas chanflonas de +que traté en nota del tranco I (18, 5)[76]. La voz _navarrisco_ falta en +el _Diccionario_ de la Academia, aun habiendo sido de uso muy corriente. +Juan de Castellanos, _Elegías de varones ilustres de Indias_, parte II, +_Elogio de Rojas,_ canto IV: + + «... y el _navarrisco_, que por ellas muere, + dijo que le dará cuanto pidiere.»] + +[Nota 528: _Caudal_, como adjetivo, equivalente a _caudaloso_.] + +[Nota 529: Otros dijeron que el Manzanares, tan merendado, cenado y +concurrido de gente, era río que lo tenía todo, excepto río. Calderón, +en la jorn. I de _Fuego de Dios en el querer bien_, refiriéndose á las +orillas del Manzanares en una tarde de julio: + + «D. ALVARO. Aquí cantan, allí bailan, + aquí parlan, allí gritan, + aquí riñen, allí juegan, + meriendan aquí, allí brindan: + país tan hermoso y vario, + que para ser la Florida + estación de todo el orbe + la más bella, hermosa y rica, + _sólo al río falta el río_; + mas ya es objeción antigua.» + +Y Lope de Vega había comenzado así un soneto de _Burguillos_ en que +_Laméntase Manzanares de tener tan gran puente:_ + + «Quítenme aquesta puente que me mata, + señores regidores de la villa; + miren que me ha quebrado una costilla: + que, aunque me viene grande, me maltrata.»] + +[Nota 530: No sé a qué conseja o cuentecillo se refiere aquí don +Cleofás. A no pedir lo del ahogarse que las ayuntadas fuesen _ranas_, se +podría sospechar que estaba errado el texto, por _ratas_. A lo menos, en +Andalucía es muy vulgar la desenfadada expresión: _¡Al ... diablo, +ratas; que se quemó el molino_!] + +[Nota 531: A este escudo se había referido Lope de Vega en el acto +II de _El Anzuelo de Fenisa_: + + «ALBANO. ...Tiene el Duque de Medina + (ya entenderás que es Sidonia) + justo a su casa en Sevilla + un corredor de pelota.... + Tiene aqueste corredor, + no enfrente, sino en la popa, + las armas de los Guzmanes, + y sobre el timbre y las hojas + que con diversos penachos + cercan el escudo y orlas, + al gran don Alfonso Pérez + de Guzmán que el Bueno nombran, + sobre el muro de Tarifa, + que al moro la daga arroja + para que mate a su hijo + (¡divina hazaña española!), + y debajo de las armas, + aquella sierpe espantosa + que mató en África, haciendo + la hazaña de Hércules corta....»] + +[Nota 532: Del Conde de Salvatierra traté en el prólogo.] + +[Nota 533: _De buena capa_, es decir, _de buena apariencia_. También +se decía _de buena ropa_.] + +[Nota 534: Puntúo como la edición príncipe: _«... con mantos, de +medio ojo_, sentadas en el suelo»; esto es, _tapadas de medio ojo_, que +era una de las maneras de taparse, y no _con manto de medio ojo_, como +lee el señor Bonilla, porque nunca hubo tal suerte de mantos. De las +mujeres sevillanas decía Alonso Morgado (pág. 142 de su _Historia de +Sevilla_): «Vsan el vestido muy redondo, precian se de andar muy +derechas y menudo el passo, y assi las haze el buen donayre y gallardia +conocidas por todo el Reyno, en especial por la gracia con que se +loçanean _y se atapan los rostros con los mantos, y miran de vn ojo»_. +¿De dónde vino el taparse de esta manera? A esto responde fray Juan de +la Puente, recordado por Antonio de León Pinelo en su curioso libro +_Velos Antiguos i modernos en los rostros de las mugeres, sus +conueniencias, y daños_ ... (Madrid, Juan Sánchez, 1641), fol. 47 vto.: +«De los Árabes tomaron las mugeres españolas el _taparse de medio ojo_, +de lo qual las alaba Tertuliano....» Y añade León Pinelo (fol. 48) que, +«como las Moriscas siempre andavan tapadas con sus almalafas o sabanas +blancas..., en vistiéndose a lo Español, convirtiéndolas en los mantos +negros, dieron en taparse con ellos del modo que solian con las +sabanas.... I como es uso garvoso, lascivo, alegre i (como dezimos) de +garavato, i las Moriscas, por ser todas de excelentes ojos, andavan assi +más briosas i apuestas que las Españolas, i estas avian començado, ya +desde antes del año de MDxxvj, a agradarse del Tapado, i a usarle +también, confundiendose por este modo las unas con las otras, llegó a +introduzirse del todo por este de sesenta i seis o sesenta i siete +[alude a una pragmática sobre mudar de trajes los moriscos, promulgada +en 1566]: i fue con tanto excesso, que veinte años después, en las +Cortes de Madrid de MDxxxvj, se trató de su prohibicion, que se promulgó +la vez primera por ley el de noventa....» El _taparse de medio ojo_, +aunque se extendió por casi toda España y fué comunísimo en la Corte, +era señaladamente sevillano. Así Lope, en el acto I de _Las Bizarrías de +Belisa_: + + «Ponte _el manto sevillano; + no saques más de una estrella_....» + +Y Tirso de Molina, en el acto I de _El Amor médico_, cuya acción pasa en +Sevilla: + + «¿Qué quieres que diga? + Cada cual su rumbo siga: + tu amor, tú; yo, a la tapada; + que el diablo del sombrerete, + que parece tajador + de aldea, para mi humor + tiene no sé qué sainete + que alienta mis disparates. + ¡Oh anascote, oh caifascote, + oh basquiña de picote, + oh ensaladas de tomates + de coloradas mejillas, + dulces a un tiempo y picantes! + ¡oh chapines, no brillantes, + mas negros y con virillas! + ¡Oh _medio ojo_ que me aojó! + ¡Oh atisbar de basilisco! + ¡Oh _tapada a lo morisco_! + ¡Oh fiesta, y no de la O!» + +La costumbre de taparse las mujeres, de medio ojo, o derribando el manto +hasta la barba, y aun hasta el pecho, arraigó tanto, que en balde fué +objeto de reiteradas prohibiciones en el último tercio del siglo XVI y +en el primero del siguiente. Por el citado capítulo de Cortes de 1586 se +prohibió que las mujeres anduviesen tapadas, y sobre su observancia y +cumplimiento se publicó una pragmática en 1594, mandada guardar por otra +de 1600, que es la ley XIV, cap. XX, tít. XII, libro VII de la _Nueva +Recopilación_; pero como, aun así, esto no se cumplia, por otra +pragmática, dada en Madrid a 12 de abril de 1639, se mandó «que en estos +Reinos y Señoríos todas las mugeres de qualquier estado y calidad que +sean anden descubiertos los rostros, de manera que puedan ser vistas y +conocidas, sin que en ninguna manera puedan tapar el rostro en todo ni +en parte con mantos ni otra cosa...,» y que, además de la pena de tres +mil maravedís que se había impuesto por las pragmáticas y leyes +anteriores, «por la primera vez caigan e incurran en perdimiento del +manto y de diez mil marauedis, aplicados por tercias partes, y por la +segunda, los dichos diez mil marauedis sean veinte, y se pueda imponer +pena de destierro, segun la calidad y estado de la muger».] + +[Nota 535: La academia sevillana a que alude Vélez debió realmente +de existir; pero de ella no han quedado más noticias que las que aquí da +nuestro autor. Así, pues, mi docto amigo don Joaquín Hazañas, en su +_Noticia de las Academias Literarias, Artísticas y Científicas_ de los +siglos XVII y XVIII (Sevilla, 1888), se limitó, en cuanto a la de la +calle de las Armas, a reseñar el pasaje del escritor ecijano.] + +[Nota 536: Antonio Ortiz Melgarejo había nacido en 1580, pues al +declarar (diciembre de 1637) en las pruebas de Juan Antonio del Alcázar +y Zúñiga para el hábito de Calatrava, dijo tener cincuenta y siete años. +Por esta declaración consta que, en efecto, era presbítero y del hábito +de San Juan (Archivo Histórico Nacional, Pruebas de Calatrava, núm. 72, +fols. 81 y 82).] + +[Nota 537: Qué negocios fueran éstos no se sabe; pero sí que por los +años de 1635 y 1637 se representaron en Sevilla algunos autos del Corpus +compuestos por Cubillo de Aragón, por los cuales la ciudad le libró +ciertos dineros (Sánchez-Arjona, _Noticias referentes a los anales del +Teatro en Sevilla desde Lope de Rueda hasta fines del siglo XVII_, +Sevilla, 1898, páginas 300 y sigts.).] + +[Nota 538: Lo poco que se sabía de Blas de las Casas Alés, y algo +más que logré averiguar, está resumido en mi libro _Pedro Espinosa_ +(Madrid, 1906), págs. 270 y 277. Además, de un curioso papel inédito +suyo di noticia, y aun copia, al fin de las _Obras de Pedro Espinosa_ +(Madrid, 1909), págs. 409 y sigts.] + +[Nota 539: Don Cristóbal de Rozas, quizás antequerano, fué autor de +tres obras dramáticas citadas por Barrera en su _Catálogo bibliográfico +y biográfico del Teatro antiguo español_.... De don Diego de Rosas puede +presumirse que sea el don Diego de Rosas y Argomedo citado en el mismo +_Catálogo_ como autor de la comedia _Donde hay valor, hay honor_, cuyo +manuscrito poseyó don Agustín Durán, bien que la misma obra fué impresa +con otras de diversos autores en Zaragoza, 1640, bajo el nombre de _don +Diego de Rojas_.] + +[Nota 540: _Dragmático_ en la edición original.] + +[Nota 541: Don García de Salcedo y Coronel es escritor muy conocido +en nuestra república de las letras por sus diversas colecciones de +poesías, y aún más que por ellas, por sus comentos de Góngora. Tuvo +estrecha amistad con Vélez, cuya muerte lamentó en dos composiciones +insertas en sus _Cristales de Helicona_ (1649).] + +[Nota 542: _Primero_, en la acepción de _sobresaliente_.] + +[Nota 543: _Sujeto_, en su acepción, hoy poco usada, de _materia_, +_tema_ o _asunto_.] + +[Nota 544: Llamábase esta celebrada poetisa doña Ana Caro de Mallén, +y de ella dió curiosas noticias don Manuel Serrano y Sanz en sus +_Apuntes para una Biblioteca de Escritoras españolas desde el año 1401 +al 1833_ (Madrid, 1903), y aun reprodujo algunos de sus trabajos.] + +[Nota 545: _Décima musa andaluza_ se la llama en el epígrafe de su +comedia _El Conde de Partinuplés,_ publicada en el _Laurel de Comedias +de diferentes autores. Quarta parte_ (Madrid, Imprenta Real, 1653). Fué +muy frecuente esta denominación de _décima musa_. Garcilaso, al +principio de uno de sus sonetos: + + «Ilustre honor del nombre de Cardona, + _décima moradora del Parnaso_...»; + +y dijo el Brocense en su comento: «Muchos han usado esta frasi, de +llamar a la damas doctas _Décima Musa_ o _Quarta Gracia,_ siendo las +Musas nueve y las Gracias tres....» Lope de Vega había escrito en 1604, +en la _Representación moral del Viaje del alma_: + + «...Doña Oliva de Nantes, _musa décima_, + y doña Valentina de Pinedo, + la _cuarta gracia_, o verso o prosa escriba.» + +Y años después, en la silva II del _Laurel de Apolo_, dijo de Juliana +Morella: + + «...Porque mejor por ti, _que has hecho cuatro + las Gracias, y las Musas diez_, pudiera + que por Safo Antipatro + decir aquella hipérbole....»] + +[Nota 546: En efecto, el soneto que a continuación lee don Cleofás +había sido escrito por Vélez a la máscara que indica, celebrada en la +noche del domingo 15 de febrero de 1637, y lo leyó por vía de +introducción a la oración que hizo en el certamen literario que presidió +el viernes siguiente.] + +[Nota 547: Comentó Durán y copió Bonilla, acerca de este +_masebarrilete:_ «Según el sentido del período, puede entenderse que +habla del Sota u oficial mayor del sastre. Acaso Barrilete sea algún +personaje que haga papel de oficial de sastre en algún entremés o en +alguna jácara. Si así fuere, el autor habrá usado de dicha palabra +aludiendo al personaje popularizado en la escena cómica o en el romance +popular.»] + +[Nota 548: De las acepciones de _adolecer_ que hallo en los léxicos, +la que menos desconviene a este pasaje es la de «aficionarse o +apasionarse por alguna cosa o por algún sujeto», y aun ésta no +satisface.] + +[Nota 549: A lo que creo, _Doctor_ es errata, por _Rector_, pues sin +duda se refiere a Bartolomé Leonardo de Argensola, que tuvo esa +_rectoría._] + +[Nota 550: Refiérese Vélez de Guevara a la renombrada _Academia de +la Crusca_, fundada en Florencia en el siglo XVI.] + +[Nota 551: _Templada sin sentillo_ es gentil encarecimiento, pues el +oír templar un instrumento fué siempre cosa harto molesta, por lo cual +don Guillén de Castro hizo decir a un rey en la jornada I de _El Amor +constante_: + + «Cante, pues, lo que cantare, + muy melancólico sea, + _y no temple, porque es cosa + que nunca esperarla pude_....» + +Este y otros fastidiosos preliminares del tañer y el cantar resumió +Quiñones de Benavente en su _Entremés de los Mariones:_ + + «MARÍA. Músico, desabrigue la guitarra + y haciéndola sonar como chicharra, + _sin templar, sin toser, sin escombrarse, + ni aguardar a la súplica o al ruego_, + cante un romance, y pagaréle luego.»] + +[Nota 552: Se refiere a don Antonio Hurtado de Mendoza, excelente +autor dramático y lírico.] + +[Nota 553: González de León, en su citada _Noticia histórica_..., +página 472, dice de _la Almenilla_: «La puerta inmediata [a la de San +Juan], que pertenece al mismo cuartel y parroquia de Omnium Sanctorum, +se llama de la Barqueta, por estar junto a ella la barca pública que +tiene la ciudad para facilitar el tránsito del río por esta parte.» +Antiguamente se llamó _de la Almenilla_, por una que tenía encima. +También se llamó de Vib-arragel, por el nombre de la plaza que tiene +junto. Pero por extensión se nombró _la Almenilla_ a esta plaza, en la +cual--dice el mismo autor--«está el sitio que llaman el Blanquillo, que +es un pedazo de la muralla que da sobre el río, muy ancho, al cual se +sube por dos cómodas escaleras de piedra, y su suelo está ladrillado y +muy cómodo, por lo que en otro tiempo había en él muchas funciones y +bailes en las noches de verano.»] + +[Nota 554: El real monasterio de San Clemente, de Sevilla, en la +collación de San Lorenzo, siempre se tuvo, como dice Morgado (pág. 435), +«por el más antiguo y primero que de Monjas en ella fué fundado después +de ganada de poder de los Moros...», y su compás, «llamado (por ser +suyo) de San Clemente, que tiene poco menos de trezientos vezínos, +posseen y an posseído continuamente sus Monjas, con verdadero título y +real donación».] + +[Nota 555: El señor Bonilla leyó _del Tejo_, como la edición +príncipe; pero rectificó al pie de la página: «Por _Tajo_.» Y yo, +releyendo el pasaje de Vélez y viendo asociado a lo del _Tejo_ (que me +traía a la memoria aquellos versos del preclaro poeta Camoens: + + _«Vejo o puro, suave e brando_ Tejo, + _Com as concavas barcas, que nadando + Vão pondo em doce effeito seu desejo_...,») + +lo de la _estranjera voz_ de aquel _Seraphin_ o _Seraphina_, me di a +sospechar si en San Clemente habría habido, por el tiempo en que Vélez +escribía su novela, o poco antes, alguna monja portuguesa, tan famosa +por su buena voz como aquella otra monja de Santa Paula, también en +Sevilla, de que habló Cervantes en _La Española inglesa_. Y esto +pensado, acudí una vez más, como en otros casos, á la bondadosa voluntad +de mi antiguo amigo y compañero de aulas don José María de Valdenebro, +rogándole que hiciera en San Clemente la deseada investigación. Hecha +está, y véase cuán acertada ha salido mi conjetura. En 30 de octubre de +1630, el doctor Alonso Jofre de Loaysa, visitador de monjas de aquella +ciudad, estando a la reja del comulgatorio del convento de San Clemente +el Real, exploró a doña Mariana, a doña Ana María _Serafina_ y doña +Isabel Bravo, de diez y nueve, diez y siete y quince años +respectivamente, hijas de González Gómez Bravo y de Leonor Rodríguez, +_vecinos de Lisboa_, antes de darles el hábito de novicias del dicho +convento. Y dado en el mismo día, las tres hermanas profesaron en 16 de +abril de 1632. La que nos interesa firmó en el acta de la profesión _Ana +Sarafina_. Esta monja era, pues, el _serafín_, o _Serafina_, que había +sido primero dulcísimo ruiseñor _del Tejo_. Y conviene añadir que al +practicarse tal búsqueda, con el inmejorable resultado que acabamos de +ver, las monjas de San Clemente, enteradas del objeto de ella, han +manifestado que por referencia venida de unas en otras saben que hubo en +su convento una cantora tan admirable, «que se llenaba la iglesia por +oírla, y a más, el compás, cundiendo por toda la ciudad sus elogios».] + +[Nota 556: _Hipérbole,_ femenino hoy, fué masculino en otras +calendas. Tirso de Molina, en sus _Cigarrales de Toledo_: «Buscando +estoy comparaciones para las mexillas de quien ellas son _el hypérbole,_ +y no las hallo....»] + +[Nota 557: _Carcajadas de risa_, pleonasmo aun muy usado por el +vulgo, especialmente en Andalucía. También lo tiene Espinel en sus +_Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón._] + +[Nota 558: Como dice el léxico de la Academia, _señalado de la mano +de Dios_ es frase «con que se suele zaherir al que tiene un defecto +corporal».] + +[Nota 559: Se dice _nacido en las malvas_ del que tuvo humilde +origen, y aun añaden tal cual vez _criado en las ortigas_. Góngora, en +una de sus letrillas burlescas: + + «Al que pretende más salvas + y ceremonias mayores + que se deben por señores + a los Infantados y Albas, + siendo _nacido en las malvas + y criado en las ortigas_, + cinco higas.»] + +[Nota 560: Por _limeta_ nunca se entendió _vaso_ sino genéricamente; +es y fué siempre _botella, redoma_. Oudin, en su _Tresor des devx +langues...: «Limeta, vne espece de phiole de verre comme ce que l'on +appelle á Paris un bocal_.» Y Franciosini, en su _Vocabolario_, la da +por equivalente de _guastada_ o _caraffa_.] + +[Nota 561: Entre los vinos andaluces eran muy celebrados los de +_Alanís_ y _Cazalla_. Cervantes, en el _El Licenciado Vidriera: «_... +ofreció a Esquivias, _a Alanís, a Cazalla_, Guadalcanal y la +Membrilla....» Sería bien fácil citar veinte o más autores que celebran +estos vinos.] + +[Nota 562: Como si dijera: _de moho que tiraba a cecina_. Quevedo, +en la _Visita de los chistes_: «Y diles a todos los _dones_ a teja vana, +caballeros chirles, _hacia hidalgos_ y casi dones, que hagan bien por +mi....» _Hacia_, así antepuesto, es menos que _semi_ y mucho menos que +casi, porque no denota sino tendencia ó dirección.] + +[Nota 563: Llaman figuradamente _sacar la sardina con la mano del +gato_ a servirse de otro para que se arriesgue, o haga la costa, en +costa de nuestra utilidad.] + +[Nota 564: De la proverbial valentía--o, mejor, +_valentonería_--sevillana dije en el discurso preliminar de mi edición +crítica de _Rinconete y Cortadillo_ (pág. 71): «Mas ¡también singular +cosa! con esa propensión al ocio coexistían, en los hombres de todas las +clases sociales, una altivez y un como orgullo, provenientes en mucha +parte de ser hijos de la magnífica ciudad, y aun de solo residir en +ella, que solían traducirse, cuando no en actos de ostensible valor, en +contiendas verbales llenas de interjecciones, pésetes, mentises e +hiperbólicas amenazas, en que ponía lo menos el propósito de hacer daño +a nadie, y ponían lo más la exuberancia de fantasía y la facundia +retórica que da pródigamente a sus naturales aquella noble y +privilegiada tierra.» Y añadí poco después: «Quien lo hereda, no lo +hurta, y como de herencia tenían los sevillanos aquel decoro, y aquella +noble arrogancia. «Todos, hasta los niños--escribía el bachiller Luis de +Peraza, cabalmente hacia el año referido (1540)--, presumen de hombres, +y andan con sus «espadicas» a los lados, y aun se las pegan a las veces +con «el diablo». Con razón, pues, decía Castillo Solórzano en _La +Garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas_, capítulo III: «... demás +desto era un poco dado a la valentía, cosa en que pecan todos los más +hijos de Sevilla que se crían libres como este que decimos». No había, +pues, de ser una excepción de la regla la pobrería hispalense.] + +[Nota 565: Aquí parece aludir el Cojuelo a las seguidillas y +villancicos en que los ciegos solían burlarse de él, como dije en nota +del tranco VI (158, 4)[383].] + +[Nota 566: _Hasta a los lirones_, quiere decir.] + +[Nota 567: _Carril_ o _carrillo_ llaman en Andalucía a la garrucha +por donde pasa la soga con que se saca el agua del pozo; y para que el +eje, que es de hierro, no se entorpezca con las lluvias, suelen cobijar +la tal polea con una esportilla de palma o un sombrerillo viejo. Uno de +ese jaez era el que lucía el Duque.] + +[Nota 568: No he logrado hallar explicación a esto de llamar el +Sargento a un mendigo «porque tenía un brazo menos». Creo que ha de +referirse alguna insignia (lazo, capona, o cosa semejante) que los +sargentos llevarían en un solo brazo. Con todo, a más señores.] + +[Nota 569: El andar arrastrando, por solo ello, no explica el por +qué del mote de este marqués. Le llamaban Marqués de los Chapines porque +para andar se ayudaba de las manos, calzados en ellas unos chapines +viejos. Así dice Vélez poco después (265, 12). «Entonces el Conde [es +errata, por _Marqués_], metiendo las manos en los chapines....»] + +[Nota 570: _Vusía,_ contracto de _vuestra señoría._ Falta en el +_Diccionario_ de la Academia, que registra, entre otros, _vueseñoría, +useñoría y usiría._] + +[Nota 571: Recuérdese lo dicho en nota del tranco IV a propósito de +la frase _demonios a las veinte_ (89, 18)[244].] + +[Nota 572: Pérez y González recuerda que estos dos ríos eran famosos +por lo sucios y mal olientes, tanto, que Salas Barbadillo, en una jácara +inserta en su novelita picaresca titulada _La Ingeniosa Elena, hija de +Celestina_, pone asimismo juntos sus nombres, «como en competencia de +suciedad»; + + «A Valladolid la rica, + con quien el sol suele hacer + tal divorcio, que el invierno + de sus ojos no le ve, + donde _el espeso Esguevilla, + émulo de Zapardiel, + portador de malas nuevas + para las narices es_....» + +Y pregunta Pérez y González: «Al decir Vélez de Guevara que la Berlinga +había sido _senda de Esgueva a Zapardiel_, ¿quería referirse a la +distancia que media entre ambos ríos, o quería indicar que aquella pobre +mendiga era sucia en extremo, como si hubiera reunido la suciedad de +Zapardiel y de Esgueva?» A mi parecer, con todo ello quiso decir de esta +pordiosera que era tan sucia como larga, aun llamándose la Berlinga.] + +[Nota 573: _Paulina_, como dice el _Diccionario_ de autoridades, es +«la carta o edicto de excomunión que se expide en el Tribunal de la +Nunciatura, u otro Pontificio. Llamóse assi porque en tiempo del papa +Paulo III tomó fuerza la costumbre de estos edictos. Por extensión se +dice por el conjunto de palabras injuriosas con que uno zahiere a +otro».] + +[Nota 574: _Palabra preñada_, según el _Diccionario_ de autoridades, +es «el dicho que incluye en si más sentido del que manifiesta, y se dexa +al discurso del que lo oye».] + +[Nota 575: Hoy lo diríamos con más clara sintaxis: «hubiera entre +pobres y pobras un paloteado de los diablos». Esta pobrería lisiada y +mendigante, por serlo, nunca podría menos de parecerse mucho a la que +esbozó Quevedo en su _Boda de pordioseros_ (Musa V): + + «...Quando por una calle + el Manquillo de Ronda + entró, dando chillidos, + recogiendo la mosca: + + «Denme, nobles cristianos, + por tan alta señora, + ansí nunca se vean, + su bendita limosna.» + + Columpiado en muletas + y devanado en sogas, + Juanazo se venía + profesando de horca. + + En un carretoncillo, + y al cuello unas alforjas, + Pallares, con casquete + y torcida la boca, + + y el Ronquillo a su lado, + fingiendo la temblona, + cada cual por su acera + desataron la prosa, + + y levantando el grito, + dijeron con voz hosca + lo del aire corruto + y aquello de la hora. + + Con sus llagas postizas, + Arenas el de Soria + pide para una bula, + que eternamente compra. + + Romero el estudiante, + con sotanilla corta, + y con el _quidam pauper_, + los bodegones ronda. + + Con niños alquilados, + que de continuo lloran + a poder de pellizcos, + por lastimar las bolsas, + + la taimada Gallega, + más bellaca que tonta, + entró de casa en casa, + bribando la gallofa....»] + +[Nota 576: Como dice el _Diccionario_ de autoridades, se llamaba +_particular_ «la comedia que se representa por los farsantes fuera del +theatro público». Agustín de Rojas decía en _El Viaje entretenido:_ +«Hacen _particulares_ a gallina asada, liebre cocida, cuatro reales en +la bolsa, dos azumbres de vino en casa, y a doce reales una fiesta con +otra». Y Quiñones de Benavente, en el _Baile de los Zarrapastrones_: + + «BRAS. Prega a Dios que no seais Menga + con quien los poetas anden + de día con las comedias, + de noche en _particulares_.»] + +[Nota 577: _Para pagarlo de bonete_, esto es, de la limosna que para +ello se recogiera entre la pobrería; _echando_, como dicen, _un +guante._] + +[Nota 578: Entre personas principales era cosa muy frecuente el +jurar por la vida del cónyuge--así, verbigracia, la Duquesa en el +_Quijote_ (II, 31)--, y Vélez, donosamente, pone tal juramento en boca +de este Duque de los Andrajos.] + +[Nota 579: En la pretina o cinto solían llevar la vara los +alguaciles, para tener desembarazadas y libres entrambas manos. Lo mismo +hacen los arrieros, como dice esta copla popular: + + «Echemos la despedida, + la que echan los harrieros: + _con la vara en la cintura_, + «¡Harre, borrico platero!»] + +[Nota 580: _Por iglesia_, en una de sus acepciones, se entiende el +refugio, favor e inmunidad que da a quien se vale de su sagrado. +Dijeron, pues, _pedir iglesia_ a alegar esa inmunidad, bien por estar +acogido a lugar que tenía ese privilegio, o bien por haber sido sacado +de él por fuerza. Pero como a todo criminal a quien detenía la justicia +importaba mucho hacer entender que tenía ganado el derecho de asilo, por +estar, o haber estado, acogido, era frecuente el _llamarse Iglesia,_ es +decir, el empeñarse en no responder otra palabra que _Iglesia_ a cuanto +le preguntaban. Quevedo, en una de sus jácaras: + + «Tienen gran tirria conmigo + los confesores de historias; + mas sólo _iglesia me llamo_ + pueden hacer que responda.» + +Y Lope de Vega, en el acto III de _El Alcalde mayor_, donde Rosarda hace +llamar a Dinardo, que está preso en la cárcel, y cuando le traen con +grillos, dicen: + + «ROSARDA. ¿Conocías a Camilo? + + DINARDO. _Iglesia_. + + ROSARDA. (Pluguiera a Dios + que nos viésemos los dos + a su puerta.) ¡Lindo estilo + de delincuentes! El día + que al campo salió contigo, + ¿no llevabas otro amigo? + + DINARDO. _Iglesia_. + + BERNARDO. Verdad sería.»] + +[Nota 581: Como nota el señor Bonilla, _el Conde_, ahora, y _la +Condesa_ cinco líneas después, que así se lee en la edición príncipe, +son manifiestas erratas, por _el Marqués_ y _la Marquesa_.] + +[Nota 582: Nuevo juramento aristocrático, como atrás el del Duque.] + +[Nota 583: Dar _culebra_--dice el _Diccionario_ de autoridades--«es +dar algún chasco pesado, que suele ser con golpes».] + +[Nota 584: Eran y son las famosísimas _Gradas_, según a fines del +siglo XVI las describió Mateo Alemán _(Guzmán de Alfarache_, parte I, +libro I, cap. II), «un andén o paseo hecho a la redonda della [de la +Iglesia Mayor o Catedral] por la parte de afuera, tan alto como a los +pechos, considerado desde lo llano de la calle, todo cercado de gruesos +mármoles y fuertes cadenas». Durante el siglo XVI y casi todo el +siguiente--advertí en mi edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_, +pág. 383--«_las Gradas_ fueron el sitio más concurrido de Sevilla: +tienda donde se vendía y se compraba de todo lo que no eran cosas de +comer; almoneda de cuanto la muerte y la pobreza hacían salir de las +casas; mentidero de toda la ciudad; lugar en que los ciegos rezaban o +mascullaban sus oraciones; punto de cita para todo sevillano, y plaza de +curiosidad para todo forastero.»] + +[Nota 585: Hoy no sería de buen pasar decirlo así: diríamos _don +Cleofás y su camarada_.] + +[Nota 586: _La calle de Bayona_--dice González de León, _Noticia +histórica del origen de los nombres de las calles de Sevilla,_ pág. +204--«es otra de las calles que tomaron el nombre después de la +conquista, de la nación o provincia que pasó a habitarlas.... No es muy +ancha; sus casas son cómodas y grandes, y pasa, tomando una vuelta, de +las Gradas de Poniente de la catedral, pasada la callejuela de la Mosca, +a la puerta del Arenal». En esta calle tuvo su casa de posadas el ex +farandulero y notable amigo de Cervantes Tomás Gutiérrez, de quien hemos +sacado a luz curiosas noticias mi querido amigo don Adolfo Rodríguez +Jurado y yo en diversos trabajos cervantinos. Recientemente han mudado +el nombre de esta calle, llamándola de _Federico Sánchez Bedoya_.] + +[Nota 587: La antigua calle _de la Pajería,_ también nombrada en +otro tiempo _del Mesón de los Caballeros_, se llama desde años ha _de +Zaragoza_, en conmemoración del bizarrísimo comportamiento de los +zaragozanos durante nuestra gloriosa guerra de la Independencia.] + +[Nota 588: Era grande agravio cortar la cara a una mujer, porque +esto, sobre menoscabar su hermosura, hacía pública para siempre la +afrenta, por ir indeleblemente marcada en el sitio más visible; pero a +las malas mujeres se las solía amenazar además con _cortarles las +piernas_, dando a entender con ello que por su torpe oficio las tenían +poco menos a la vista que el rostro.] + +[Nota 589: Así lo dijo Andrés de Claramonte, en la jorn. III de _De +lo vivo a lo pintado_: + + «LISBELLA. Cuando yo no os conocía, + viles y bárbaros celos, + como engañáis, como cielos, + por deidades os tenía; + mas después que he conocido + vuestros rigores eternos, + _veo que sois los infiernos_, + en que padece el sentido.»] + +[Nota 590: _Otro día,_ en equivalencia de _al día siguiente_, como +en muchos lugares del _Quijote_ (II, 331, 4; III, 30, 15; IV, 91, 6; VI, +26, 1, etc.).] + +[Nota 591: La calle de _la Morería,_ que va desde la de San Pedro a +la plaza de los Descalzos, perteneció al barrio que se llamó _del +Adarvejo_ y habitaron los moros hasta que en 1503 se les expulsó por +mandado de los Reyes Católicos.] + +[Nota 592: Refiriéndose Vélez a los _antojos_ o _anteojos_ con que +el Cojuelo y don Cleofás concurrieron a la academia anterior, juega de +aquel vocablo en sus dos acepciones.] + +[Nota 593: Con el _dixi_, en efecto, del cual nos queda el _he +dicho_ de hoy, solían terminarse las oraciones académicas. En el +_Quijote_ (II, 36), Trifaldín el de la Barba Blanca no acaba el discurso +que hace en casa de los Duques sin el _Dije_ de rúbrica.] + +[Nota 594: Claro es que se refiere a Orfeo y a su mujer Eurídice. +Quizá Vélez le llamó _el Músico de Tracia_ recordando aquellos versos de +Lope, en _La Gatomaquia_, silva I: + + «...Cantó un soneto en voz medio formada + en la arteria bocal, con tanta gracia + como pudiera _el músico de Tracia_....» + +Pero antes que Lope, le había llamado así Camoens en una de sus elegías: + + «E o musico de Thracia, _ja seguro + De perder sua Eurydice tangendo, + M'ajudara ferindo o ar escuro_.»] + +[Nota 595: Reminiscencia de una de las epístolas de Horacio, citada +por el señor Bonilla.] + +[Nota 596: Nuevamente se lee _dragmáticos_ en la edición original, +como _dragmático_ en el tranco anterior (245, 2)[540].] + +[Nota 597: Llamaban _bailinistas_ a los que escribían la letra para +los bailes. A continuación de las _Pregmáticas y Ordenanzas_ de la +academia que se celebró en el Buen Retiro en 1637, presidida por Luis +Vélez de Guevara, que no son sino estas mismas, con ligeras variantes +(Biblioteca Nacional, Ms. 10293), hay algunas _cédulas_, una de las +cuales comienza así: «A un poeta _bailinista_ nuevo se le han perdido +dos seguidillas y unas mudanças de cruzado....»] + +[Nota 598: Dice festivamente _villancieres_, por _poetas de +villancicos_, como se decía, al uso de Borgoña, _panetier_, _salsier_, +_grefier_, etc. Tirso de Molina, en el acto II de _Privar contra su +gusto_: + + «CALVO. Ha dado en mudar los nombres + el palacio a sus oficios, + en nuestra España novicios; + ya llama a sus gentilhombres + _acroyes_; ya hay _sanserván, + furriel, costiller, salsier, + guardamangel, sumiller, + panatiel_, que guarda el pan, + y otros mil; con que deseo + que el palacio me sustente + y ocupe principalmente + entre aquestos del bureo, + por holgarme y burear. + Quisiera yo, pues, señora, + que, siendo mi intercesora, + el Duque me hiciera dar + uno que, acabado en _el_, + a los demás imitara + y de nuevo se criara. + + INFANTA. Y ¿cuál es? + + CALVO. _Murmuratiel_.» + +_El Titeretier_ (por _El Titerero_ o _El Titiritero_) se titula una +mojiganga de don Francisco de Avellaneda, núm. 3260 del _Catálogo de las +piezas del Teatro que se conservan en el departamento de Manuscritos de +la Biblioteca Nacional_. Y el mismo Vélez, en un romance dirigido al Rey +(véase mi folleto intitulado _Cinco poesías autobiográficas de Luis +Vélez de Guevara_): + + «... que agora son más que nunca + sus escudos menesteres, + para caminar con Vos + desde aquí a Jerusalén, + protestando que será + en todo el Pentecostés + de las alabanzas vuestras + eterno _versifiquier_....»] + +[Nota 599: Así, _ridmos_, en la edición príncipe, cambiada la _t_ en +_d_, como en _atmósfera_, _atlántico_, etc., que el vulgo, por la ley +del menor esfuerzo, pronuncia _admósfera_, _adlántico_, etc.] + +[Nota 600: El señor Bonilla leyó distraídamente _modo_.] + +[Nota 601: De estas once voces que reprobaba por nuevas y exóticas +Vélez de Guevara, diez son hoy de uso corriente, y aun _purpurear_, que +se emplea poco, está, como las otras, en todos los diccionarios. Cuando +al hojear nuestros libros del siglo XVII encuentro listas de palabras +que entonces se rechazaban por nuevas, y ahora estamos a pique de +arrinconarlas por antiguas, la resistencia que mi clásica educación +literaria opuso siempre al habla modernista que va cundiendo tira a +ceder, de tal manera, que me desconozco. Veo, además, que entre estas +novedades con que quieren regalarnos hay muchas que no lo son sino +porque cayeron en desuso cuatro o cinco siglos ha, y recuerdo aquel +_Multa renascentur_ ... de Horacio, que aprendí en la adolescencia y que +el cordobés Rosal acomodaba en verso, en esta guisa: + + «Muchos vocablos serán + estimados, que cayeron, + y muchos que florecieron + otra vez se olvidarán.» + +Vea el curioso, para demostración de ello, algunas listas de palabras +cuyo uso o abuso afeaban nuestros antiguos dramáticos. Lope de Vega, en +el acto I de _El Desprecio agradecido_: + + «FLORELA. ¡Qué bueno estuvo esta tarde + el Prado! + + LISARDA. La procesión + de los coches fué notable. + + FLORELA. ¡Bravo humo, brava gloria, + brava prosa de galanes! + Muy valido anduvo _riesgo, + superior, inexcusable, + valimiento, acción, despejo, + ruidoso, activo, desaire, + lucimiento_ y _carabanas_. + + LISARDA. ¡Caso extraño! ¡Que el lenguaje + tenga sus tiempos también! + + FLORELA. Vienen a ser novedades + las cosas que se olvidaron.» + +Lo de _bravo humo_ y _brava gloria_ se refiere--y dígolo porque hoy no +es fácil de entender--a los mantos que se llamaron _de humo_ y _de +gloria_. Tirso de Molina, en el acto III de _Celos con celos se curan_: + + «GASCÓN. ...Miren vuesirías dos + cuál anda ya nuestro idioma: + todo es _brilla, emula, aroma, + fatal_.... ¡Oh! Maldiga Dios + al primer dogmatizante + que se vistió de _candor_.» + +Y Rojas Zorrilla, en la jorn. I de _Entre bobos anda el juego, don Lucas +del Cigarral_: + + «ANDREA. ¿Habla culto? + + D.ª ISABEL. Nunca entabla + lenguaje disparatado; + antes, por hablar cortado, + corta todo lo que habla. + Vocablos de estrado son + con los que a obligarme empieza: + dice _crédito, fineza, + recato, halago, atención_....»] + +[Nota 602: _Posposiciones_, o sea _transposiciones_, pues en ellas +siempre hay palabra o expresión _pospuesta_, que con buena sintaxis no +lo estaría. Llegó a arraigar tanto el abuso de esta licencia, por poetas +y aun por prosistas, en la primera mitad del siglo XVII, que ni las +mayores burlas fueron freno que los contuviese. En vano escribió Quevedo +contra Góngora y sus secuaces aquella _receta para hacer soledades en un +día_, que empezaba: + + «Quien quisiere ser culto en solo un día, + _la jeri_ (aprenderá) _gonza_ siguiente...», + +y en balde Lope de Vega, en la silva IV de _La Gatomaquia_: + + «...Y con estas demencias y furores, + _en una de fregar cayó caldera_ + (trasposición se llama esta figura) + de agua acabada de quitar del fuego....» + +Pero en todo nuestro parnaso no se hallará una burla tan donosa contra +el hipérbaton gongorino como aquel soneto que el mismo Lope insertó en +el acto I de _El Capellán de la Virgen_. Dice así: + + «Inés, tus bellos ya me matan ojos + y al alma roban pensamientos mía, + desde aquel triste que te vieron día + con tan crueles por tu causa enojos. + + Tus cabellos, prisiones de amor, rojos + con tal me hacen vivir melancolía, + que tu fiera en mis lágrimas porfía + dará de mis la cuenta a Dios despojos. + + Creyendo que de mi no amor se acuerde, + temerario levántase deseo + de ver a quien me por desdenes pierde. + + Que es venturoso si se admite empleo + esperanza de amor me dice verde, + viendo que te desde tan lejos veo.» + +Este soneto está, además, con leves variantes, en una colección de +_Poesías manuscritas_ (letra del siglo XVII), procedente de la librería +de Usoz y que hoy para en la Biblioteca Nacional, Mss. 3795-97, tomo I, +fol. 103.] + +[Nota 603: _Sembrados de sal_, quiere decir, como se acostumbraba +hacer con el solar de las casas de algunos traidores, después de +derribarlas, a fin de que ni hierbas produjese aquel terreno.] + +[Nota 604: Lo dice en latín, por donaire: _guttur = garganta_.] + +[Nota 605: Bien se echa de ver que Vélez, al decir todo esto del +fénix, tenía en memoria el romance de Quevedo: uno de los cuatro +referentes a otros tantos animales fabulosos (_la phénix_, el pelícano, +el basilisco y el unicornio). Lo de «hija y heredera de sí propia» y lo +de que «en ninguna región nadie ha encontrado su aduar» son +reminiscencias de estos versos de aquel romance: + + «Tú, a quien ha dado la aurora + una celda y una ermita, + _y sólo saben tu nido + las coplas y las mentiras_; + tú, _linaje de ti propria, + descendiente de ti misma_, + abreviado matrimonio, + marido y esposa en cifra....»] + +[Nota 606: _Afrenta de los miserables_, porque, según la fábula, se +abre el pecho para alimentar con su sangre a sus hijos.] + +[Nota 607: _El capón de leche_ citábase como el más apetitoso de los +manjares. Lope de Vega, en una epístola, hablando de la muerte: + + «Tan presto se merienda los ayunos + como los hartos del _capón de leche_, + y pasados por agua sorbe algunos.»] + +[Nota 608: _El Paular_ fué un famoso monasterio de Cartujos, en la +provincia de Madrid.] + +[Nota 609: Acerca del _le_ usado como dativo de plural quedó nota en +el tranco V (131, 5)[327].] + +[Nota 610: Un antiguo romance de Bernardo del Carpio vulgarizó +sobremanera lo que se suele llamar _la ley del mensajero_, en los versos +siguientes, recordados por Cervantes en el _Quijote_ (II, 10), y por +otros muchos escritores: + + «Con cartas un mensajero + el Rey al Carpio envió; + Bernardo, como es discreto, + de traición se receló. + Las cartas echa en el suelo, + y al mensajero ansí habló: + «_Mensajero sois, amigo: + non mereceis culpa, non_....» + +En la escena II de la _Comedia llamada Florinea_, del bachiller Juan +Rodríguez Florián (1554) dice Belisea al paje de Floriano: «... y en +saber cúyo eres entiendo cúya será la carta, y en saber cúya ella sea, +sé que busco de mi enojo su daño y tu perdicion por mensajero: dado que +diz que _los mensajeros no merescen culpa_....» Y en la escena VI (fol. +23) dice la misma Belisea: «Vengas, paje, en buen hora: y porque _de ley +de mensajero no meresces pena_, aunque no te limpias de la culpa....» +Con todo esto, para tal exención el mensajero había de ser de casa +extraña, porque del de la propia decía otra cosa el refrán: «Mensajero +de casa, palos demanda.» Así, en el _Diálogo de los pajes_, de Diego de +Hermosilla, escrito hacia el año de 1575, aunque nunca impreso hasta el +de 1901, rogando Lorza a Godoy, criado del Duque, que recuerde a éste +que ha de pagar cierta deuda, respóndele Godoy: «Id, señor, con Dios...; +y en esotro, vos por carta se lo acordad al Duque, porque mensajero de +casa, palos demanda; que sienten mucho que sus criados les traigan a la +memoria ninguna cosa de las que ellos están obligados a hacer....»] + +[Nota 611: Así se acostumbraba volver la honra a los deshonrados +injustamente, bien que el remedio, como dicen, solía ser peor que la +enfermedad. Cuéntase--y lo tiene referido en una de sus comedias uno de +nuestros mejores ingenios, no recuerdo cuál--que habiendo sido azotado +injustamente un sujeto, él logró que se reconociese el error, por lo +cual le sacaron en público a caballo y con chirimías, proclamando el +pregonero su inocencia; mas con ello sólo se consiguió que todo el mundo +le llamase _el azotado_, siendo así que antes del ruidoso desagravio muy +pocos habían tenido noticia de la injusta pena.] + +[Nota 612: Esto de _a furia me provoco_ es un ripio de cuyo uso +pocos poetas del tiempo de Vélez se escaparían, ni él mismo quizás. Sólo +de Lope, del gran Lope, versificador correcto y facilísimo, podrían +citarse muchos ejemplos. Véanse dos. En el acto III de _Contra valor no +hay desdicha_: + + «REY. ...Di, villano, al otro infame + que mi nieto no se llame: + que _a más furor me provoco_.» + +En el acto II de _Dineros son calidad_: + + «CAMILA. ...Ya el mundo dello se admira: + que es, _si a furia me provoco_, + espada en manos de loco + lengua en la mujer con ira.» + +Y _a risa_, porque lo que importaba era el _provoco_, para la +consonancia con _loco, poco, toco_, etc. El mismo Lope, en el acto III +de _Santiago el Verde_: + + «CELIA. Yo, Teodora, haré muy poco + en dejarte un hombre tal; + pues _a risa me provoco_, + de ver que siendo oficial + tuviese intento tan loco.»] + +[Nota 613: Estos dos versos, estampados como prosa en la edición +original, tienen curiosa historia. Cuando, antes de terminar el siglo +XVI, ciertos percances amorosos de que fueron consecuencia algunos +desahogos satíricos dieron con Lope de Vega, desterrado de Madrid, en la +hermosa ciudad del Turia, compuso, entre otros romances, uno que se +encuentra en el _Romancero general_, fol. 153 de la edición de 1604, y +que empieza así: + + «Hortelano era Belardo + de las huertas de Valencia + _que los trabajos obligan + a lo que el hombre no piensa_.» + +Vulgarizóse la sentencia contenida en los dos versos últimamente +copiados, y, corriendo el tiempo, al escribir en 1620 un largo romance +para la conclusión de la justa poética celebrada con motivo de la +beatificación de San Isidro, los parodió su mismo autor en la forma +siguiente: + + «En la glosa del soneto + fué mayor la diferencia, + porque el acabar en _fruto_, + adonde tan pocos quedan, + hizo buscar consonantes + que, aun referidos, disuenan; + _porque un consonante obliga + a lo que el hombre no piensa_.»] + +[Nota 614: _Servir con dos comedias en Orán_, como _con dos lanzas_, +que era condena que solía imponerse a algunos nobles.] + +[Nota 615: Hace adjetivo a _jabalí_, y lo es, en efecto, aunque por +tal no lo tenga el _Diccionario_. En Andalucía rara vez dicen _jabalí_ a +secas, sino _cochino jabalí_.] + +[Nota 616: _Sobre qué caer poeta_, dicho a imitación de _no tener +sobre qué caer_, o _caerse, muerto_, que equivale a haber llegado a la +más extremada pobreza.] + +[Nota 617: _Talla_, en la acepción de premio que se ofrece por la +prisión de un criminal.] + +[Nota 618: Hoy omitiríamos el _no_, diciendo: «Que ningún hijo de +poeta ... pueda jurar...»; pero en otro tiempo solía decirse con ese +_no_, que bien se echa de ver que en realidad no redunda, ordenando de +otra manera las palabras: «Que _no_ pueda jurar ningún hijo de +poeta....»] + +[Nota 619: _Ninguno_, equivaliendo a _alguno_. «Los negativos de +origen positivo--dice Bello, _Gramática,_ anotada por Cuervo (París, +1908)--se emplean a veces en su significado antiguo ... y aun sucede que +por analogía se extiende el mismo uso a los que son negativos de suyo y +lo han sido siempre: «Las más altas empresas que hombre _ninguno_ haya +acabado en el mundo, esto es, _hombre alguno, nadie_.»] + +[Nota 620: Nuestro mundo no puede tener más de dos _hemisferios,_ o +miente la etimología del vocablo; pero Vélez cuenta por otro, del mundo +ultraterreno, la región infernal.] + +[Nota 621: _Alguacil de los veinte_.--«Frase--dice el señor Bonilla +en su comento--con la cual alude Vélez al número de los alguaciles de +Sevilla». No, no eran _veinte_ los alguaciles de aquella ciudad; sino +que, además de otros muchos de diferentes clases y categorías (alguacil +mayor, sus tenientes, alguacil de las entregas, alguacil de Triana, y +alguaciles de los tribunales y juzgados), había unos alguaciles de a +caballo, llamados _de los veinte_, porque éste, por tasa, era su +número.] + +[Nota 622: Juego de las acepciones del vocablo _corchete_.] + +[Nota 623: En la edición príncipe, por errata, _pudieran_.] + +[Nota 624: _Y la he de hacer de Evangelio_. Juega de la palabra +_orden_, dando a entender que siendo _orden_ (mandato) de Madrid, la ha +de convertir en _orden_ (grado sacerdotal) de Evangelio, es decir, la ha +de hacer tan verdadera (por lo bien cumplida) como el Evangelio.] + +[Nota 625: _No_, antepuesto a un subjuntivo, suele equivaler a _no +sea que. Quijote_, I, 34: «Acaba, corre, aguija, camina, _no se esfogue_ +con la tardanza el fuego de la cólera que tengo....»] + +[Nota 626: _Sacar a paz y a salvo_ a uno es, como dice el +_Diccionario_ de la Academia, «librarle de todo peligro y riesgo». Tal +frase nació del objeto de aquellas escrituras en que, habiendo una +persona, en otras anteriores o simultáneas, salido por fiador de otra +persona, ésta se obligaba a sacarla con bien de cualquiera reclamación o +procedimiento que con tal motivo se intentara o siguiera. Tales +escrituras se llamaban de _a paz y a salvo_.] + +[Nota 627: _Meterle_ a uno _las cabras en el corral_ es, como dice +el léxico de la Academia, _atemorizarle, infundirle miedo_.] + +[Nota 628: A este _académico_ llama Vélez _un estudiantón del +Corpus_, no como conjeturaba el señor Puyol y Alonso y decía el señor +Bonilla, porque estudiase el _Corpus juris civilis_ o el _Corpus juris +canonici_, sino refiriéndose, tal cual lo notó Pérez y González, a su +corpulencia y aspecto, lo mismo que pudo llamarle _un gigantón del +Corpus_, por alusión a los que sacaban en la procesión del Sacramento, +que por cierto solían ir vestidos con sotana, manteo y valona, a lo +estudiante. «La paronomasia--añade el malogrado escritor +hispalense--entre _estudiantón_ y _gigantón_ bien puede servir para +hacer la frase sin que lo _del Corpus_ tuviera más alcance, o acaso con +la intención de referirse más claramente a la estatura y fortaleza, +teniendo en cuenta que el _estudiantón_ no sería pequeño ni desmirriado, +cuando ofrecía «no dejar oreja de ministro a manteazos.»] + +[Nota 629: En el tan citado libro de Pérez y González, págs. 33, 41 +y 140, hay para colmar las medidas al más deseoso de entender a derechas +y cabalmente qué sea esto de _graduado por la Feria y pendón verde_. Se +llamó _de la Heria y pendón verde_ una sublevación popular que ocurrió +en Sevilla por los años de 1521, porque los amotinados, en su mayoría +gente avalentada del barrio de _la Heria_ o _Feria_, para llevar alguna +insignia o bandera, sacaron de la inmediata iglesia parroquial de Omnium +Sanctorum un estandarte verde cogido a los moros, que por trofeo estaba +colgado en la capilla de Jesús Nazareno. La gente de _la Heria_ tenía +merecida fama de ahigadada y pendenciera, por lo cual, en la jorn. I de +_El Rufián dichoso_, de Cervantes, una mujer alaba a Lugo diciendo: + + «¿Hay más que ver que le dan + parias los más arrogantes, + _de la Heria los matantes_, + los bravos de San Román?» + +Y desde aquel motín de 1521, para nombrar gente del bronce y +arrufianada, fuera o no de Sevilla y del dicho barrio, se la llamó, tal +cual vez _gente de la Feria y pendón verde_. En uno de los romances de +germanía publicados por Juan Hidalgo: + + «Un hombre que ser solía + tenido hace algunos meses + por uno de los que llaman + _de la Heria y pendón verde_, + vino huyendo de Sevilla, + que es Chipre de los valientes, + por no sé qué niñerías, + robos, capeos y muertes.» + +Y hasta a los ojos salteadores se les dió ese dictado. Quiñones de +Benavente, en su _Entremés de los Cuatro galanes_: + + «... ojos de rastro y estafa, + jiferitos y corchetes, + que son rufianes azules + _de la Heria y pendón verde_.»] + +[Nota 630: Hoy lo diríamos sin posponer la oración causal: «que, +como había tanto que jugaba las armas, era, sobre alentada, muy +diestra....» En los siglos XVI y XVII fué muy frecuente esa posposición, +cosa que demostré con diversos ejemplos en mis notas al _Quijote_ (VII, +41, 2).] + +[Nota 631: _Que jugaba las armas_, frase satírica, de cuya intención +y alcance sabrá darse cuenta el lector.] + +[Nota 632: El _diaquilón_ era--dice el _Diccionario_ de +autoridades--«emplasto compuesto de varios zumos viscosos de hierbas, +que usa la Cirujía para ablandar tumores».] + +[Nota 633: Morgado, en su _Historia de Sevilla_, pág. 174: «... y +assi mismo [pueden contarse por excelencia de la ciudad] los muchos +barqueros que biven de solo passar gente de vna a otra vanda en _el +Passaje_ de Sevilla a Triana, aun con estar a pocos pasos por cima la +puente....»] + +[Nota 634: _El Altozano_ de Triana no era calle, sino una plaza a la +salida del puente de barcas. Mal-lara, _Recebimiento_..., fol. 48: +«... la Puente está armada sobre barcos grandes, es de gruessos maderos y +tablas, que viene a parar al _Altoçano_ de Triana, junto al Castillo +adonde está el Sancto officio de la Inquisición....» Vélez, al decir +«_la calle del Altozano_, calle Mayor de aquel ilustre arrabal», +comparándola con la calle Mayor de Madrid, se refirió, sin duda, a la +que en 1839, cuando González de León publicó su _Noticia histórica del +origen de los nombres de las calles de ... Sevilla_, se llamaba calle +_Larga,_ y de la cual dijo: «No tiene la ciudad una calle en su +longitud, anchura y rectitud que pueda igualarse con esta. Llega desde +_el altosano_ al puerto de camaroneros, que es casi la mitad de la +estensión de toda Triana.»] + +[Nota 635: Nombraban _el Arenal_ a una grande explanada que había +entre la ciudad y el río, y en la cual se labró después todo el que hoy +llaman barrio de la Carretería. Lope de Vega tiene una comedia +intitulada _El Arenal de Sevilla_, porque una buena parte de su acción +sucede en este sitio, concurridísimo antaño de gente de todas las +naciones del mundo, y por eso mismo, de la flor de la picaresca +andaluza.] + +[Nota 636: Más comúnmente se dice de los tesoros de los duendes lo de +convertirse en carbón; así Cervantes, en el _Quijote_ (II, 67): «... y +los tesoros de los caballeros andantes son, _como los de los duendes_, +aparentes y falsos....» Y Tirso de Molina, en el acto II de _Cautela +contra cautela_: + + «CHIRIMÍA. Lo que da mujer es viento: + _tesoros de duende son. + ¡No se nos vuelva carbón!_ + ¡Abre la caja con tiento!»] + +[Nota 637: Alude a la conseja según la cual en medio del infierno +hay una encina de cuyas ramas se hace todo el carbón que allí se +consume, sin que se amengüe jamás en este menester la leña de aquel +gigantesco árbol.] + +[Nota 638: Hasta pocos años ha conservaba su antiguo nombre esta +calle, que sale por uno de los extremos a la llamada hoy _de Fernández y +González_, antes _de Vizcaínos, y de Castro_ en tiempo de Cervantes, y +por el otro extremo a la calle _de Zaragoza_, que se nombró _de la +Pajería_. Hoy la calle de _Tintores_ se llama de _Joaquín Guichot_.] + +[Nota 639: _Un escribano del número,_ que quiere decir uno de los +veinticuatro escribanos que por tasa había en Sevilla, ante quienes se +otorgaban las escrituras públicas. Había, además, muchos otros +escribanos: los de los juzgados, los de provincia, los de rentas reales, +etc.] + +[Nota 640: De la moralidad de los escribanos y de estar perdigados +para el infierno se escribió tanto, que sería bien prolija tarea +resumirlo. Vea el lector un texto, por todos. Mateo Alemán _(Guzmán de +Alfarache_, parte I, libro I, cap. I), después de enumerar las proezas +escribaniles, dijo: «Y así, me parece que cuando alguno se salva..., al +entrar en la gloria dirán los ángeles unos a otros, llenos de alegría: +«_Laetamini in domino_: ¡escribano en el cielo, fruta nueva, fruta +nueva!»] + +[Nota 641: Así en la edición original; pero quizás _lo que trujo_ es +errata, por _la que trujo_.] + +[Nota 642: La opinión vulgar siempre hizo de una misma camarada a +escribanos y sastres, y de ahí la conocida copla: + + «_Un sastre y un escribano + fueron al infierno juntos:_ + el sastre se fué por varas, + y el escribano por puntos.» + +Que es alusión a los puntos de la pluma. Quevedo, con quien siempre +estuvieron muy malquistos los sastres, dijo en la _Visita de los +chistes_: «Pues sastres, ¿a quién no matarán las mentiras y largas de +los sastres, y hurtos? Y son tales, que para llamar a la desdicha peor +nombre, la llaman _desastre_, del sastre....» E hizo decir a Escarramán +en una de sus jácaras (Musa V): + + «Como el ánima del sastre + suelen los diablos llevar, + iba en poder de corchetes + tu desdichado jayán.» + +Años después, Tirso de Molina, recordó estos versos de Quevedo en su +comedia _Santo y sastre_: + + «PENDÓN. Mira que te han de agarrar + cuando la muerte te arrastre, + _como el ánima del sastre + suelen los diablos llevar_.»] + +[Nota 643: Juega del verbo _tener_ en dos de sus acepciones: la de +_poseer_ y la de _asir_.] + +[Nota 644: Este _con que_ equivale a _con lo que_ o _con lo cual_, y +aunque poco usado ahora, ocurre con frecuencia en nuestros escritores de +antaño.] + +[Nota 645: _No se pudra en su leyenda_, es decir, _no se enfade_, o +_aburra, con su lectura_.] + + + + + ÍNDICE + + + Dedicatoria de esta edición + + Prólogo de la misma + + Dedicatoria de Vélez de Guevara + + Prólogo a los mosqueteros de la comedia de Madrid + + Carta de recomendación al cándido o moreno lector + + Soneto de don Juan Vélez de Guevara a su padre + + + Tranco I + II + III + IV + V + VI + VII + VIII + IX + X + + + + + + + + + + + +End of Project Gutenberg's El Diablo Conjuelo, by Luis Vélez de Guevara + +*** END OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK 12457 *** |
