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+*** START OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK 12457 ***
+
+Stan Goodman, DP Spanish Team, Virginia Paque and the
+Online Distributed Proofreading Team.
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+ EL DIABLO COJUELO
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+ Luis Vélez de Guevara
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+ CLÁSICOS CASTELLANOS
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+ EL DIABLO COJUELO
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+ Luis Vélez de Guevara
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+ PRÓLOGO Y NOTAS DE FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN
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+ 1922
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+ A LA GRATA MEMORIA DEL INGENIOSÍSIMO
+ ESCRITOR HISPALENSE DON FELIPE PÉREZ Y GONZÁLEZ,
+ MI LEAL AMIGO DESDE LOS TAN REGOCIJADOS
+ COMO FUGACES AÑOS DE LA MOCEDAD.
+
+ _FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN_
+
+
+
+
+PRÓLOGO
+
+Luis Vélez de Guevara--como dije en otra ocasión[1]--fué tan pobre, que
+bien puede dudarse si en algún tiempo de su vida llegó a tener dos
+trajes en mediano uso; pero, en cambio, a los doscientos y mas años de
+su muerte tiene dos biografías diversas: la que le inventaron algunos
+escritores, que es la mas conocida[2], y la que despacio y a retazuelos,
+como de limosna, pero sólidamente, le vamos escribiendo algunos
+investigadores de nuestra historia literaria[3].
+
+Según la primera de entrambas biografías, Vélez nació en Ecija por enero
+de 1570, estudió Leyes en la Universidad de Sevilla y vino a ejercer su
+profesión a la Corte, en donde muy luego ganó estimación y fama por su
+sagacidad, gracejo y elocuencia. Defendiendo a cierto criminal captó a
+los jueces con su donaire; pero como el fiscal apelase de la benigna
+sentencia dictada, el reo fué condenado a muerte, y Luis Vélez a pagar
+una multa. Tuvo noticia de ello el Rey, y cuando conversó con el festivo
+abogado prendóse tanto de él, que no sólo le perdonó la multa, y la
+vida al delincuente, sino que, además, ya no pudo pasar sin el trato de
+Vélez de Guevara, a quien protegió sobremanera.
+
+Esto fué lo que suele llamarse hablar de memoria, porque en todo el
+relato no hay otra cosa verdadera que lo de ser Ecija la patria del
+escritor. Y lo realmente sucedido y cierto es, en este caso como en
+otros muchos, menos bello y agradable que la mentira. Véamoslo.
+
+Luis Vélez de Guevara nació en Ecija, a fines de julio de 1579, de
+padres hidalgos, pero pobres[4]: sabido es que la hidalguía y la
+pobreza casi siempre anduvieron juntas[5]. Estudió la Gramática en su
+ciudad natal, y por julio de 1596 se graduó de bachiller en Artes en la
+Universidad de Osuna, eximiéndose por pobre de pagar los derechos
+académicos[6]. Seguidamente entró a servir como paje a don Rodrigo de
+Castro, cardenal arzobispo de Sevilla, a quien acompañó en el viaje que
+hizo a Madrid y a Valencia para asistir en las bodas de Felipe III y
+doña Margarita de Austria, de las cuales y de sus esplendorosas fiestas
+trató el poeta adolescente en un poemita que hizo imprimir en Sevilla, a
+su regreso[7].
+
+Murió el Cardenal en septiembre de 1600; pero a esta sazón no perduraba
+Vélez en su palacio, pues, ya harto talludo para paje, dos meses antes
+había dejado su empleo, a fin de abrazar la profesión de las armas. Él,
+en un memorial dirigido al Rey, dijo haber permanecido seis años en la
+milicia[8]; pero que exageró en cuanto a la duración de su vida
+soldadesca demuéstrase con otras palabras suyas, porque él mismo, muchos
+años antes, había declarado que en el estío de 1603 estaba en
+Valladolid, y en tal declaración, prestada en Sevilla a 26 de mayo de
+1604 e inédita hasta ahora, llamábase nuestro poeta, sin mencionar para
+cosa alguna la cualidad de soldado, «vecino al presente en esta ciudad,
+en la collación de Santa Marina»[9].
+
+Ya apellidándose Vélez de Guevara, en lugar de Vélez de Santander, como
+se había llamado hasta poco antes[10], escribió y publicó en 1608 un
+nuevo opúsculo poético intitulado _Elogio del Ivramento del sereníssimo
+Príncipe don Felipe Domingo, Quarto deste nombre_, y en la portada de
+esta obrita se decía criado del Conde de Saldaña. Había entrado, en
+efecto, a su servicio como gentilhombre antes o poco después de enviudar
+de su primer matrimonio: del primero de los cuatro con que probó su
+grande afición a este santo sacramento[11].
+
+Para sus nuevas nupcias con doña Úrsula Ramisi Bravo de Laguna[12], el
+mencionado Conde le hizo donación de cuatrocientos ducados, amén de
+señalarle una pensión anual vitalicia de otros doscientos; pero estas
+larguezas de los grandes de antaño eran comúnmente más nominales que
+efectivas, porque a la hora de cobrar--tan endeudados andaban de
+ordinario--solían desvanecerse como el humo. Y en 1618, fallecida su
+segunda mujer, que le dejó, amén de algún otro hijo, a Juan, sucesor de
+su padre en la profesión y en el ingenio[13], nuestro escritor contrajo
+nuevo matrimonio, que la muerte había de romper antes que pasaran dos
+años, con doña Ana María del Valle[14]; y dejando la casa del conde de
+Saldaña, pasó a la del marqués de Peñafiel, manirroto primogénito del
+gran duque de Osuna, a cuyo servicio estuvo, asimismo como gentilhombre,
+cerca de un bienio[15].
+
+Los continuos apuros, la perdurable indigencia y la negra fortuna de
+Luis Vélez de Guevara en los años de 1622 y siguientes están pintados de
+mano maestra por él mismo en cinco memoriales en verso que salieron a
+luz pocos años ha[16]. Ora pretende un humilde puesto en la servidumbre
+del cardenal e infante don Fernando; ora, ya frustrado este propósito,
+logra en 1623 la efímera portería de cámara del Príncipe de Gales,
+nuestro huésped; ya, en 1624, obtiene, después de grande esfuerzo, la
+también harto breve mayordomía del archiduque Carlos, muerto aún no
+transcurrido un mes desde su llegada a Madrid, y más adelante solicita
+infructuosamente del Rey, alegando sus méritos y servicios y la nobleza
+de su linaje, una plaza de ayuda de su guardarropa. Al cabo, este hombre
+celebrado y aplaudido de todos por sus excelentes comedias, a la par que
+por su deliciosa y amenísima conversación, aludiendo a la cual había
+escrito Cervantes:
+
+ «Topé a Luis Vélez, _honra y alegría
+ y discreción del trato cortesano_,
+ y abracéle en la calle a medio día»,
+
+consiguió en 1625 entrar definitivamente en la servidumbre de Palacio,
+ocupando una plaza de ujier de cámara de Su Majestad. Pero esto, que
+parecía algo, era muy poco, salvo en lo honorífico, pues no tuvo
+señalada ración, y hasta el año de 1635, en que el infortunado poeta
+entró en gajes[17], siguió condenado a vivir de lo poco que entonces
+producían las obras dramáticas[18] y de lo que pedía a sus amigos; tanto
+fué así, que se hicieron proverbiales su extremada pobreza y sus donosas
+esquelas petitorias, casi siempre en verso.[19]
+
+Como si compartiendo la escasez de recursos se cupiese a menos porción
+de ella, Vélez se casó aún por cuarta vez, en 1626, con una viuda
+llamada doña María López de Palacios,[20] bien que ésta aportó a su
+nuevo enlace algunos bienes; mas pronto fueron vendidos, y juntos y
+procreando y criando algunos hijos, vivieron entrambos cónyuges en
+cristiana estrecheza, hasta el día 9 de noviembre de 1644, en que
+falleció el donairoso autor de tantos primores literarios[21]. Su
+testamento, otorgado cuatro días antes, contiene una larga lista de
+pequeñas deudas. Al comienzo de este documento consignó: «Iten, declaro
+que por el presente estoy muy alcançado y necesitado de hacienda, para
+poder disponer y dejar las misas que yo quisiera por mi alma».[22]
+
+Vélez de Guevara fué celebradísimo de sus contemporáneos, así por la
+amenidad de su trato, que le ganaba amigos en todas partes, como por su
+facundia poética y su florido e inagotable ingenio. Claramonte llamábale
+en 1613, en el _Inquiridion_ que va al fin de su _Letanía moral_,
+«floridissimo ingenio de Ezija, de quien esperamos grandes escritos y
+trabajos, y a hecho hasta oy muchas famosas comedias». Cervantes no le
+elogió menos en estos dos tercetos del cap. II de su _Viage del Parnaso_
+(1614):
+
+ «Este que es escogido entre millares,
+ de Gueuara Luys Vélez es el brauo,
+ que se puede llamar quita pesares.
+
+ Es Poeta Gigante, en quien alauo
+ el verso numeroso, el peregrino
+ ingenio, si vn Gnaton nos pinta, o vn Dauo.»
+
+Lope de Vega le ensalzó dos veces, en sendas epístolas de _La Filomena,
+con otras diversas Rimas, Prosas y Versos_ (1621):
+
+ «Aquí de Valdivielso el santo empleo,
+ De Luis Vélez, florido y elocuente,
+ La lira que ya fué del dulce Orfeo.»
+
+ «...Y el famoso Luis Vélez, que tenía
+ En éxtasis las Musas, que a sus labios
+ Iban por dulce néctar y ambrosía.»
+
+Y aun volvió a loarle en la silva II de su _Laurel de Apolo_, publicado
+en 1630:
+
+ «Ni en Écija dejara
+ el florido Luis Vélez de Guevara
+ de ser su nuevo Apolo,
+ que pudo darle solo,
+ y sólo en sus escritos,
+ con flores de conceptos infinitos,
+ lo que los tres que faltan:
+ así sus versos de oro
+ con blando estilo la materia esmaltan.»
+
+¿Para qué seguir transcribiendo frases laudatorias? Baste recordar muy
+resumidamente que Tamayo de Vargas (1622) ponderó su donaire; y don
+Fernando de Vera y Mendoza (1627) le llamó «el Rey de Romanos»; y Pérez
+de Montalván (1632) encareció los «pensamientos sutiles, arrojamientos
+poéticos y versos excelentísimos y bizarros» de sus comedias; y Salas
+Barbadillo (1635) afirmó que «en el Parnaso no se conocen otras salinas
+sino las de su felicissimo ingenio»....
+
+El insigne poeta ecijano, hoy más famoso por su novela intitulada _El
+Diablo Cojuelo_, aún muy leída, que por sus obras teatrales,
+desterradas, como todas las antiguas, de la escena actual,
+principalmente por falta de buenos cómicos y consiguiente carencia de
+buenas compañías, escribió más de cuatrocientas comedias, de las cuales
+ha llegado hasta nosotros un centenar escaso. Por éstas se le puede
+diputar, si no como autor de señaladísima personalidad literaria, a lo
+menos, como uno de los más aventajados discípulos de Lope de Vega, cuyas
+huellas siguió tan constante y acertadamente, que a las veces se hace
+harto difícil diferenciarlos. Tal sucede, verbigracia, con la comedia
+intitulada _Los Novios de Hornachuelos_, que pasa comúnmente por obra de
+Lope; pero hay alguna indicación antigua que la atribuye a Vélez de
+Guevara, y, leída y estudiada, quédase perplejo el entendimiento más
+avisado, sin resolverse a adjudicarla con cabal certeza a ninguno de
+entrambos ingenios. La misma grande semejanza con las de Lope se echa de
+ver en todas las comedias del poeta ecijano: las fuentes, unas; iguales
+los procedimientos; igualmente rica la dicción; análogo el nervio en lo
+dramático; parecidísimas las gracias en lo festivo, e idéntica en ambos
+la propensión a avalorar lo propio entreverándolo con todos los
+elementos del _folklore_ nacional; aquí, con la conseja vulgar y la
+tradición legendaria; allá, con el refrán hábilmente desleído y glosado
+en cuatro o seis versos; acullá, con la vieja cancioncilla histórica,
+que siempre, por lo grata, parece nueva a los oídos españoles; y en otro
+lado, en fin, con el sabroso cuentecillo popular, picante sin demasía.
+
+De _El Diablo Cojuelo_, única de las obras de Vélez que ha conservado
+para su nombre alguna parte de la amplia popularidad que disfrutó en
+vida, se han hecho en nuestros días, amén de tal cual edición corriente,
+dos eruditas y anotadas. Ambas se deben a la vasta cultura y harto
+probada laboriosidad de don Adolfo Bonilla y San Martín, ventajosamente
+conocido en el campo literario y en el filosófico. Enderezando un
+antiguo entuerto que se había hecho a Vélez de Guevara con interpretarle
+desaforadamente[23], publicó la primera de estas dos ediciones (Vigo,
+1902); pero como mi antiguo camarada y docto amigo don Felipe Pérez y
+González, cuyo felicísimo ingenio estaba emparentado muy de cerca, a
+pesar de los siglos que se habían puesto en medio, con el del donairoso
+ecijano, juntase burla burlando, artículo por artículo, en _La
+Ilustración Española y Americana_, para formar un libro muy interesante
+y ameno, que sacó a luz en 1903 bajo el título de _El Diablo Cojuelo:
+notas y comentarios_, libro en el cual patentizó algunos errores de las
+notas del señor Bonilla, éste, en 1910, año en que tras cruelísima
+enfermedad pasó a mejor vida su festivo, pero amable corrector--que no
+sin fundamento había usado en su mocedad el seudónimo de _Urbano
+Cortés_--, dió a la estampa en Madrid una nueva edición de la obrita de
+Vélez, mejoradas las notas y reconocido con nobleza el valioso auxilio
+que para ello le había prestado el tan culto como donairoso escritor
+hispalense[24].
+
+Pero, aun así, _El Diablo Cojuelo_ ¿se había hecho del todo accesible a
+la inteligencia de los lectores medianamente ilustrados de nuestros
+días? Aun rectificadas en su segunda edición, ¿bastan las notas del
+señor Bonilla para ahorrar tropiezos, en muchos lugares de la novela,
+hasta a los lectores más avisados e instruidos? A estas preguntas, que
+algunos aficionados a las letras nos hacíamos, respondió, como si
+estuviera en nuestro pensamiento, don Enrique Nercasseau y Morán, en su
+discurso de recepción leído ante la Academia Chilena, correspondiente de
+la Española, el día 21 de noviembre de 1915[25]: «La novela toda de
+Vélez de Guevara--dijo--es una sátira cortés de la sociedad de su
+tiempo, felicísima en la mayor parte de sus cuadros, y no afeada por la
+licencia y crudeza tan comunes en las novelas de la época. _El Diablo
+Cojuelo_ sería una narración clásica de primer orden, y aun leíble hoy
+día, si no la deslustrara el conceptismo, y si no se hallara
+sobreabundante en equívocos y frases convencionales de difícil o
+imposible comprensión en nuestra era. Aun después del trabajo llevado a
+cabo por don Adolfo Bonilla y San Martín en su edición de Madrid de
+1910, la novela de Vélez de Guevara queda aguardando un comentario que
+la explique y la ponga al alcance general.» Ese comentario que el señor
+Nercasseau echaba de menos es el que, con temeridad que no puede buscar
+disculpa en la inexperiencia de los pocos años, he intentado en la
+presente edición. ¿Habré conseguido darle cima? Nuestro señor el público
+lo dirá: a su inapelable fallo me someto gustoso.
+
+En las aprobaciones insertas en la edición príncipe de _El Diablo
+Cojuelo_ elogiaron esta novela fray Diego Niseno, padre basilio, y fray
+Juan Ponce de León, de la orden de los Mínimos. En sentir del primero,
+la obrita contiene «muchas cosas de mucha moralidad y enseñança,
+escritas con la sazón y variedad que de tal ingenio se podían esperar.
+Merece--añadió--la licencia que pide, porque este linage de escritos es
+difícil de enquadernar con lo honesto y recatado de nuestras christianas
+leyes, y Luis Vélez ha sido en éste gloriosa excepción desta vniuersal
+dolencia.» Más extremado es el parecer del segundo, que encarece el
+sazonado gusto de Vélez, «por auer puesto la naturaleza en su ingenio la
+elegancia del estilo, la suabidad del dezir, la aduertencia en el
+colocar, la atenta circunspección en las palabras, y todo con tal modo,
+que dexa suspensa la razón sobre a qual de estas partes se deba con más
+justificación la primacia: en todo este discurso se corre la cortina a
+los conocidos engaños deste mundo, de modo que, para penetrarlos con
+sutileza, no necesita nuestra Nación de salir de sus estendidos límites,
+pues dentro de sí cría sugetos que, aun en sueños y burlas, la dexan
+superiormente ilustrada». Diametralmente opuesta a estas opiniones fué
+la de Francisco Santos, pues dijo en _El Arca de Noé y Campana de
+Belilla_[26]: «Tocó la Campana y desaparecieron todos los Autores de
+viejo, siguiéndolos vno que avia venido tarde, y también llevava vn
+libro en las manos, que preguntando a Noe quién era, me dixo: el libro
+se intitula el Diablo Cojuelo, Aventuras de Don Cleofas Leandro Perez
+Zambullo, digno de que le consumiera vn Polvorista: está sin enseñança
+buena, ni moralidad, y esto, sobre acabar como la nieve....» «Ni tanto,
+ni tan poco», podría haberse dicho a los tres censores, porque, en
+realidad de verdad, la novelita de Vélez de Guevara, que se muestra en
+ella como un buen discípulo de Quevedo, de cuyas obras cómicas y
+satíricas tiene reminiscencias muy frecuentes, sin ser una maravilla, es
+de agradable lectura, y más lo fuera sin la pesada y adulatoria
+enumeración de todo aquel inacabable señorío que el autor, en el tranco
+VIII, hace pasar por el espejo de Rufina María, dispuesto _ad hoc_ por
+el redomado desenredomado.
+
+En la visión, que pudiéramos llamar cinematográfica, de los diez trancos
+o capítulos en que está dividido _El Diablo Cojuelo_, cada uno sabe a
+cosa diferente de los demás: son cuadros distintos e independientes
+entre sí, que no tienen de común sino la intervención, o la presencia
+cuando menos, de los dos héroes de la novela. El tranco II, verbigracia,
+en que entrambos, desde el capitel de la torre de San Salvador,
+descubierta «la carne del pastelón de Madrid», otean después de la media
+noche cuanto sucede en la coronada villa, trae a la memoria, por la
+traza y manera, como indiqué en las notas de mi edición crítica del
+_Quijote_[27], aquella inspección que desde la torre de la Giralda de
+Sevilla, y acompañado asimismo de un _cicerone_, el maestro Desengaño,
+había hecho Rodrigo Fernández de Ribera, autor de _Los Antoios de meior
+vista_[28]. El desaforado poeta del tranco IV es pariente propincuo de
+otros dos muy conocidos en nuestra literatura: el del _Coloquio de los
+Perros_, de Cervantes, y el de la _Vida del Buscón,_ de Quevedo. A hacer
+entretenida y agradable la lectura de _El Diablo Cojuelo_ contribuyen
+con lo ingenioso de la invención la interesante variedad de las escenas,
+la soltura y viveza del diálogo, y, especialmente, el chispeante gracejo
+de Vélez de Guevara. En cambio, la elocución suele ser descuidadilla,
+entre otras cosas, por la excesiva abundancia de gerundios.
+
+Del Diablo Cojuelo, entremetido espíritu infernal que da nombre y ser a
+la novela, trató el señor Bonilla en una breve nota. Mucho más merecía
+el que «trujo al mundo la zarabanda, el déligo y la chacona», y yo he de
+volver hoy por su negra honrilla, recordando la mucha familiaridad que
+nosotros los españoles hemos tenido con él. Háyase de llamar Renfas, o
+Asmodeo, o de otro cualquier modo, es lo cierto que este travieso
+diablillo, con parecer de menor cuantía y ser cojo por añadidura, tomó
+entre nosotros tal importancia, que nada malo se pudo hacer sin él. «_El
+Diablillo Cojo_ sabe más que el otro», enseñó el refrán, y cuando en el
+calor de la ira se dijo a alguno que le llevase el diablo, no faltó
+quien, rectificando festivamente, respondiera: «_El Diablo Cojuelo_, que
+es más ligero». En las fórmulas supersticiosas llevábanle y traíanle
+como un zarandillo nuestras hechiceras de los siglos XVI y XVII, para
+que les llevase y trajese sus galanes y paniaguados, y le daban prisa,
+y le adulaban celebrando su ligereza. Véanse algunos ejemplos. Doña
+Antonia Mexía declaró, entre otras cosas, en un proceso que se le siguió
+por los años de 1633[29]: «Que habrá seis años que la dicha Beatriz dixo
+a ésta que tomase un pedernal y le pusiese la mano encima y dixese:
+
+ Estos cinco dedos pongo en este muro;
+ cinco demonios conjuro:
+ a Barrabás, a Satanás,
+ a Lucifer, a Bercebú,
+ _al Diablo Cojuelo,
+ que es buen mensajero_,
+ que me traigan a fulano luego
+ a mi querer y a mi mandar.»
+
+Y así, en 1668, Agueda Rodríguez, vecina de Madridejos, también
+procesada por hechicería[30]:
+
+ «..._Diablo Cojuelo,
+ tráemele luego_;
+ diablo del pozo,
+ tráemele, que no es casado; que es mozo;
+ diablo de la Quintería,
+ tráemele en la fería;
+ diablo de la plaza,
+ tráemele en danza....»
+
+Teníase al Diablo Cojuelo, como dice el refrán, por el más listo de
+todos: Esperanza Bonfilla, procesada por la Inquisición de Valencia en
+1600, hizo que cierta mujer, para atraer a un hombre, «hiciese vn
+conjuro en la forma siguiente: tomando vna escoba, la puso vna toca como
+muger, y encendida vna bela que no fuese bendita, se arrodilló delante
+de la escoba, y sin haçer cruz, juntas las manos, dixo:
+
+ Marta, Martica,
+ no la santa ni la digna,
+ ni la digna de rogar,
+ ni la que está en el altar,
+ sino la que de noche andas por las beredas
+ y los días por las encrebelladas,
+ yo te conjuro con Satanás y con Barrabás,
+ con Bercebú y todos los diablos,
+ _y con el diablo coxo,
+ que corre mas que todos_,
+ que todos vais a fulano
+ y le deis tiempo para vestirse
+ y le traigais por puntos ante mí y mis ojos,
+ sin hacerle mal»[31].
+
+Corría más, y tenía más poder que sus iguales y superiores, o no supo lo
+que se pescaba Isabel del Pozo al hacer sus conjuros, ni María
+Castellanos cuando lo declaró ante la Inquisición de Toledo en 1631[32],
+pues decía: «... que tomó en las manos dicha Isabel del Poço un poco de
+sal de sardinas y çilantro, lo qual mezcló todo y lo echaba de una mano
+en otra diciendo:
+
+ Conjúrote, sal y çilantro,
+ con Barrabás,
+ _con el Diablo cojuelo, que puede más._
+ No te conjuro por sal y çilantro,
+ sino por el corazón de fulano;
+
+y echando la sal y çilantro en la lumbre, proseguía diciendo:
+
+ Así como te has de quemar,
+ se queme el corazón de fulano,
+ y aquí me le traygas,
+ y conjúrote por la reina Sardineta,
+ y con la tataranieta,
+ y con los navegantes que navegan por la mar.»
+
+Pero la cualidad de diablo bullidor y zaragatero, aficionado a bailes y
+holgorios y a meter en danza a los mortales, haciéndoles ganar el
+infierno alegremente, de ningún texto inquisitorial resulta tan clara
+como de la manifestación de otra hechicera de Madridejos, llamada Mari
+Fernández, que, procesada en 1532, al ser interrogada, trajo a colación,
+como vamos a ver, un estragado fragmento de cierto curiosísimo romance,
+desconocido hoy[33]: «Preguntada sy ha dicho esta declarante a alguna
+persona como avia hecho çerco con ynvocacion de diablos, que eran
+berzebú y satanás _y el diablo coxuelo_, diziendo esta declarante que
+sin _el diablo coxuelo_ no se podía hazer aquel çerco, y que en aquel
+çerco que hizo avia esta declarante visto lo quel diablo queria hazer
+contra çierta persona, que diga lo que çerca desto ha dicho e fecho,
+dixo que ella suele cantar vn Romance que dize:
+
+ A caça yba bienhecho
+ por Riberas de la mar,
+ no por mengua de vjno
+ ni menos mengua de pan;
+ por miedo del Rey Ramjro
+ que lo querja matar.
+ Ellos en aquesto estando
+ enbjaronle a llamar.
+ Vamonos, dixo, amigo,
+ vamonos, dixo, a çenar;
+ de que ovjeremos çenado
+ dios dixo lo que será;
+ desque ovjeron çenado
+ tomó libros en sus manos
+ y començó de Rezar;
+ a los pecados mayores
+ enpeçolos de llamar:
+ ¿Qué es de ti, berzebu,
+ qué es de ti, barravas,
+ _qué es de ti, diablo coxuelo,
+ que eras tú el juglar_?...»
+
+Tanto don Adolfo Bonilla como don Felipe Pérez indagaron con prolijidad
+cuándo hubo de escribir su obrita Vélez de Guevara, y si la escribió
+seguidamente, o a trozos y aun con largos intervalos entre unos y otros
+capítulos. Convienen ambos investigadores en esta última creencia, pero
+no en lo demás; porque si en opinión de Pérez y González la novela fué
+escrita después de febrero de 1636 y antes de mayo de 1639, a juicio de
+Bonilla, Vélez empezó a escribirla después de febrero de 1637 y la
+terminó hacia julio de 1640[34]. No creo que el poner en claro este
+punto, siendo corto, como lo es, dentro de la ordinaria duración de la
+vida humana, el tiempo comprendido entre unas fechas y otras, merezca el
+ímprobo trabajo que echaron sobre sí estos denodados eruditos[35].
+
+Unas advertencias, para terminar.
+
+«Vélez de Guevara, como Quevedo--notó el señor Bonilla--, es un
+escolástico del idioma. No hay que perder una sola de sus palabras, no
+hay que confiar en el valor directo de cualquiera de sus frases, porque
+lo mejor del cuento pasaría quizás inadvertido. Es preciso estar siempre
+ojo avizor para saborear como es debido aquellas atrevidas metáforas,
+aquellas extravagantes relaciones, aquellos estupendos equívocos,
+aquellas arbitrarias licencias en que se complace. Esta indispensable
+atención fatiga en ocasiones; pero hace sacar doble fruto de la lectura
+de un libro cuyo atractivo consiste, más bien que en el interés de los
+lances, en la ingeniosidad de los pensamientos. Sólo el muy
+familiarizado con los secretos del habla podrá darse cabal cuenta de las
+bellezas de una obra semejante.» Exactísimo todo ello, y porque lo es y
+a los más de los lectores falta esa extremada familiaridad a que se
+refiere el señor Bonilla, no podían buenamente pasar sin nota muchas de
+las frases que no la tienen en sus ediciones. Ciento treinta y cinco que
+están en este caso señalé de primera intención cuando, leído el
+sobredicho discurso del señor Nercasseau y Morán, me sentí deseoso de
+preparar, para la simpática colección de «Clásicos Castellanos», esta
+humilde edicioncita de _El Diablo Cojuelo._
+
+Como el señor Bonilla, «procuro pecar antes por carta de más que por
+carta de menos, por lo cual a veces he explicado palabras y giros que
+podrán parecer a los eruditos de muy llana inteligencia. Téngase en
+cuenta, sin embargo--añado con él--, que me dirijo a la generalidad y
+que mi propósito es facilitar la comprensión del libro de Vélez de
+Guevara a todo género de lectores.» Con mayor motivo había yo de hacer
+lo propio en una edición vulgarizadora, como es la presente. Pero aun
+así, he huído con mucho cuidado de escribir notas por las cuales se me
+pudiese encasillar junto a Lucas de Valdés y Toro, aquel empecatado
+cirujano cordobés que en 1630 dió a la estampa un opúsculo perogrullesco
+intitulado así: _Tratado en que se prueba que la nieve es fría y
+húmeda[36]_.
+
+No obstantes mi buena voluntad y la diligencia con que procuré evitarlo,
+se me han quedado por entender algunas frases del texto. Hay quien,
+puesto a anotar uno cualquiera, explica lo que buenamente se le alcanza,
+y en cuanto a lo que no, hace, como dicen, la vista gorda y pasa de
+largo sin decir palabra, dando a colegir con su silencio que aquello que
+no explicó no lo ha menester, por ser cosa llanísima. Jamás cometí esa
+reprobable fullería: antes por el contrario, en casos tales confieso
+paladinamente que aquel lugar merece y pide explicación, y que, por
+malos de mis pecados, yo no acerté a dársela[37].
+
+Por último, aunque en esta edición sigo el texto de la original de Vélez
+de Guevara (Madrid, Imprenta del Reyno, 1641), no la he copiado tan
+fielmente, tan servilmente, que reproduzca su endiablada ortografía,
+digo, la de los bárbaros cajistas que compusieron los moldes. «Para
+regalar a los lectores--escribí trece años ha[38]--con bocados como
+_abaricia_, _hajo, coetes, hizquierda, voca, vobos, obtica,
+valbucientes, abitos, hancas y hacechar_, como lo hizo el señor Bonilla
+reproduciendo la edición príncipe de _El Diablo Cojuelo_, siempre hay
+tiempo, o, dicho mejor, no debe haberlo nunca. Ya no es poco _hacer
+morder el ajo_ a uno; pero hacerle morder el _hajo_ es crueldad doblada,
+porque pica aún más la _hache_ que el _ajo_ mismo.»
+
+Y con esto, lector amable, quédate a Dios, y perdóname si te causé
+enfado o tedio con la lectura de mi prólogo.
+
+FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN.
+
+_Madrid, 2 de junio de 1918_.
+
+
+
+
+ EL DIABLO COJUELO
+
+
+ DEDICATORIA DE VÉLEZ DE GUEVARA
+
+ [AL EXCMO. SR. D. RODRIGO DE SANDOVAL,
+ DE SILVA, DE MENDOZA Y DE LA CERDA,
+ PRÍNCIPE DE MÉLITO, DUQUE DE PASTRANA,
+ DE ESTREMERA Y FRANCAVILA, ETC.]
+
+
+Excelentísimo señor:
+
+La generosa condición de V.E., patria general de los ingenios, donde
+todos hallan seguro asilo, ha solicitado mi desconfianza para rescatar
+del olvido de una naveta[39], en que estaba entre otros borradores míos,
+este volumen que llamo _El Diablo Cojuelo_, escrito con particular
+capricho, porque al amparo de tan gran Mecenas salga menos cobarde a dar
+noticia de las ignorancias del dueño. A cuya sombra excelentísima la
+invidia me mirará ociosa, la emulación muda, y desairada la
+competencia; que con estas seguridades no naufragará esta novela y podrá
+andar con su cara descubierta por el mundo. Guarde Dios a V.E., como sus
+criados deseamos y hemos menester.
+
+Criado de V.E., que sus pies besa,
+
+LUIS VÉLEZ DE GUEVARA.
+
+
+
+
+PRÓLOGO A LOS MOSQUETEROS[40] DE LA COMEDIA DE MADRID.
+
+Gracias a Dios, mosqueteros míos, o vuestros, jueces de los aplausos
+cómicos por la costumbre y mal abuso, que una vez tomaré la pluma sin el
+miedo de vuestros silbos, pues este discurso del Diablo Cojuelo nace a
+luz concebido sin teatro original fuera de vuestra juridición; que aun
+del riesgo de la censura del leello está privilegiado por vuestra
+naturaleza, pues casi ninguno de vosotros sabe deletrear; que nacistes
+para número de los demás, y para pescados de los estanques[41][42], de
+los corrales[43], esperando, las bocas abiertas[44], el golpe del
+concepto por el oído y por la manotada del cómico, y no por el ingenio.
+Allá os lo habed con vosotros mismos, que sois corchetes[45] de la
+Fortuna, dando las más veces premio a lo que aun no merece oídos, y
+abatís lo que merece estar sobre las estrellas; pero no se me da de
+vosotros dos caracoles: hágame Dios bien con mi prosa[46], entretanto
+que otros fluctúan por las maretas[47] de vuestros aplausos, de quien
+nos libre Dios por su infinita misericordia, Amén, Jesús.
+
+CARTA DE RECOMENDACIÓN AL CÁNDIDO[48] O MORENO LECTOR.
+
+Lector amigo: yo he escrito este discurso, que no me he atrevido a
+llamarle libro, pasándome de la jineta de los consonantes[49] a la brida
+de la prosa, en las vacantes que me han dado las despensas[50] de mi
+familia y los autores de las comedias por su Majestad[51]; y como es _El
+Diablo Cojuelo_, no lo reparto en capítulos, sino en trancos[52].
+Suplícote que los des en su leyenda[53], porque tendrás menos que
+censurarme, y yo que agradecerte[54]. Y, por no ser para más[55] ceso, y
+no de rogar a Dios que me conserve en tu gracia.
+
+De Madrid, a los que fueren entonces del mes y del año, y tal y tal y
+tal[56].
+
+
+EL AUTOR Y EL TEXTO.
+
+
+
+
+DE DON JUAN VÉLEZ DE GUEVARA A SU PADRE.
+
+SONETO[57]
+
+ Luz en quien se encendió la vital mía,
+ De cuya llama soy originado,
+ Bien que la vida sólo te he imitado,
+ Que el alma fuera en mí vana porfía,
+
+ Si eres el sol de nuestra Pöesía,
+ Viva más que él tu aplauso eternizado,
+ Y pues un vivir solo es limitado,
+ No te estreches al término de un día.
+
+ Hoy junta en el deleite la enseñanza
+ Tu ingenio, a quien el tiempo no consuma,
+ Pues también viene a ser aplauso suyo.
+
+ Y sufra la modestia esta alabanza
+ A quien, por parecer más hijo tuyo
+ Quisiera ser un rasgo de tu pluma.
+
+
+
+
+TRANCO PRIMERO
+
+
+Daban en Madrid, por los fines de julio, las once de la noche en punto,
+hora menguada para las calles[58], y, por faltar la luna, juridición y
+término redondo de todo requiebro lechuzo y patarata de la muerte. El
+Prado boqueaba coches[59] en la última jornada de su paseo, y en los
+baños de Manzanares los Adanes y las Evas de la Corte, fregados más de
+la arena que limpios del agua[60], decían el _Ite, río[61]_ _es[62]_,
+cuando don Cleofás Leandro Pérez Zambullo, hidalgo a cuatro vientos[63],
+caballero huracán y encrucijada de apellidos[64], galán de noviciado y
+estudiante de profesión, con un broquel y una espada, aprendía a gato
+por el caballete de un tejado, huyendo de la justicia, que le venía a
+los alcances[65] por un estrupo[66] que no lo había comido ni
+bebido[67], que en el pleito de acreedores de una doncella al uso estaba
+graduado en el lugar veintidoseno[68], pretendiendo que el pobre
+licenciado escotase solo lo que tantos habían merendado[69]; y como
+solicitaba escaparse del «para en uno son[70]» (sentencia difinitiva
+del cura de la parroquia y auto que no lo revoca si no es el vicario
+Responso[71], juez de la otra vida), no dificultó arrojarse desde el ala
+del susodicho tejado, como si las tuviera, a la buarda[72] de otro que
+estaba confinante, nordesteado de una luz que por ella escasamente se
+brujuleaba, estrella de la tormenta que corría, en cuyo desván puso los
+pies y la boca[73] a un mismo tiempo, saludándolo como a puerto de tales
+naufragios, y dejando burlados los ministros del agarro[74] y los
+honrados pensamientos de mi señora doña Tomasa de Bitigudiño[75],
+doncella chanflona[76] que se pasaba de noche como cuarto falso, que,
+para que surtiese efecto su bellaquería, había cometido otro estelionato
+más con el capitán de los jinetes a gatas que corrían las costas[77] de
+aquellos tejados en su demanda, y volvían corridos de que se les
+hubiese escapado aquel bajel de capa y espada[78] que llevaba cautiva la
+honra de aquella señora mohatrera de doncellazgos[79], que juraba entre
+sí tomar satisfacción deste desaire en otro inocente, chapetón[80] de
+embustes doncelliles, fiada en una madre que ella llamaba _tía,_ liga
+donde había caído tanto pájaro forastero.
+
+A estas horas, el Estudiante, no creyendo su buen suceso[81] y
+deshollinando con el vestido y los ojos el zaquizamí, admiraba la región
+donde había arribado, por las estranjeras estravagancias de que estaba
+adornada la tal espelunca, cuyo avariento farol era un candil de
+garabato, que descubría sobre una mesa antigua de cadena[82] papeles
+infinitos, mal compuestos y ordenados, escritos de caracteres
+matemáticos, unas efemérides abiertas[83], dos esferas y algunos
+compases y cuadrantes, ciertas señales de que vivía en el cuarto de más
+abajo algún astrólogo, dueño de aquella confusa oficina y embustera
+ciencia; y llegándose don Cleofás curiosamente, como quien profesaba
+letras y era algo inclinado a aquella profesión, a revolver los trastos
+astrológicos, oyó un suspiro entre ellos mismos, que, pareciéndole
+imaginación o ilusión de la noche, pasó adelante con la atención
+papeleando los memoriales de Euclides y embelecos de Copérnico;
+escuchando segunda vez repetir el suspiro, entonces, pareciéndole que no
+era engaño de la fantasía, sino verdad que se había venido a los oídos,
+dijo con desgarro y ademán de estudiante valiente:
+
+--¿Quién diablos suspira aquí?, respondiéndole al mismo tiempo una voz
+entre humana y estranjera:
+
+--Yo soy, señor Licenciado, que estoy en esta redoma, adonde me tiene
+preso ese astrólogo que vive ahí abajo, porque también tiene su punta
+de la mágica negra[84], y es mi alcaide dos años habrá.
+
+--Luego ¿familiar eres?--dijo el Estudiante[85].
+
+--Harto me holgara yo--respondieron[86] de la redoma--que entrara uno
+de la Santa Inquisición, para que, metiéndole a él en otra de cal y
+canto, me sacara a mí desta jaula de papagayos de piedra azufre. Pero tú
+has llegado a tiempo que me puedes rescatar, porque este a cuyos
+conjuros estoy asistiendo me tiene ocioso, sin emplearme en nada, siendo
+yo el espíritu más travieso del infierno.
+
+Don Cleofás, espumando valor, prerrogativa de estudiante de Alcalá, le
+dijo:
+
+--¿Eres demonio plebeyo, u de los de nombre?
+
+--Y de gran nombre--le repitió el vidro endemoniado--, y el más
+celebrado en entrambos mundos.
+
+--¿Eres Lucifer?--le repitió don Cleofás.
+
+--Ése es demonio de dueñas y escuderos--le respondió la voz.
+
+--¿Eres Satanás?--prosiguió el Estudiante.
+
+--Ése es demonio de sastres y carniceros--volvió la voz a repetille.
+
+--¿Eres Bercebú?--volvió a preguntalle don Cleofás.
+
+Y la voz a respondelle:
+
+--Ése es demonio de tahures, amancebados y carreteros.
+
+--¿Eres Barrabás[87], Belial, Astarot?--finalmente le dijo el
+Estudiante.
+
+--Esos son demonios de mayores ocupaciones--le respondió la voz--:
+demonio más por menudo soy, aunque me meto en todo: yo soy las pulgas
+del infierno, la chisme[88], el enredo, la usura, la mohatra; yo truje
+al mundo la zarabanda[89], el déligo[90], la chacona[91], el
+bullicuzcuz[92], las cosquillas de la capona[93], el guiriguirigay, el
+zambapalo, la mariona, el avilipinti, el pollo, la carretería, el
+hermano Bartolo, el carcañal, el guineo, el colorín colorado[94]; yo
+inventé las pandorgas[95]; las jácaras[96], las papalatas[97], los
+comos[98], las mortecinas[99], los títeres[100], los volatines[101],
+los saltambancos[102], los maesecorales[103], y, al fin, yo me llamo el
+Diablo Cojuelo.
+
+--Con decir eso--dijo el Estudiante--hubiéramos ahorrado lo demás: vuesa
+merced me conozca por su servidor; que hay muchos días que le deseaba
+conocer. Pero, ¿no me dirá, señor Diablo Cojuelo, por qué le pusieron
+este nombre, a diferencia de los demás, habiendo todos caído desde tan
+alto, que pudieran quedar todos de la misma suerte y con el mismo
+apellido[104]?
+
+--Yo, señor don Cleofás Leandro Pérez Zambullo, que ya le sé el suyo, o
+los suyos--dijo el Cojuelo--, porque hemos sido vecinos por esa dama que
+galanteaba y por quien le ha corrido la justicia esta noche, y de quien
+después le contaré maravillas, me llamo desta manera porque fuí el
+primero de los que se levantaron en el rebelión[105] celestial, y de los
+que cayeron y todo[106]; y como los demás dieron sobre mí, me
+estropearon, y ansí, quedé más que todos señalado de la mano de Dios y
+de los pies de todos los diablos, y con este sobrenombre; mas no por eso
+menos ágil para todas las facciones que se ofrecen en los países bajos,
+en cuyas impresas nunca me he quedado atrás, antes me he adelantado a
+todos; que, camino del infierno, tanto anda el cojo como el viento[107];
+aunque nunca he estado más sin reputación que ahora en poder deste
+vinagre, a quien por trato[108] me entregaron mis propios compañeros,
+porque los traía al retortero a todos[109], como dice el refrán de
+Castilla, y cada momento a los más agudos les daba gato por demonio.
+Sácame deste Argel de vidro; que yo te pagaré el rescate en muchos
+gustos, a fe de demonio, porque me precio de amigo de mi amigo, con mis
+tachas buenas y malas[110].
+
+--¿Cómo quieres--dijo don Cleofás mudando la cortesía[111] con la
+familiaridad de la conversación--que yo haga lo que tú no puedes siendo
+demonio tan mañoso?
+
+--A mí no me es concedido--dijo el Espíritu--, y a ti sí, por ser hombre
+con el privilegio del baptismo y libre del poder de los conjuros, con
+quien han hecho pacto los príncipes de la Guinea infernal[112]. Toma un
+cuadrante de esos y haz pedazos esta redoma; que luego en derramándome
+me verás visible y palpable.
+
+No fué escrupuloso ni perezoso don Cleofás, y ejecutando lo que el
+Espíritu le dijo, hizo con el instrumento astronómico jigote[113] del
+vaso, inundando la mesa sobredicha de un licor turbio, escabeche en que
+se conservaba el tal Diablillo; y volviendo los ojos al suelo, vió en
+él un hombrecillo de pequeña estatura, afirmado en dos muletas[114],
+sembrado de chichones mayores de marca[115], calabacino de testa y badea
+de cogote, chato de narices, la boca formidable y apuntalada en dos
+colmillos solos, que no tenían más muela ni diente los desiertos de las
+encías, erizados los bigotes como si hubiera barbado en Hircania[116];
+los pelos de su nacimiento, ralos, uno aquí y otro allí[117], a fuer de
+los espárragos, legumbre[118] tan enemiga de la compañía, que si no es
+para venderlos en manojos, no se juntan. Bien hayan los berros, que
+nacen unos entrepernados con otros, como vecindades de la Corte, perdone
+la malicia la comparación.
+
+Asco le dió a don Cleofás la figura, aunque necesitaba de su favor para
+salir del desván, ratonera del Astrólogo en que había caído huyendo de
+los gatos que le siguieron (salvo el guante[119] a la metáfora), y
+asiéndole por la mano el Cojuelo y diciéndole: «Vamos, don Cleofás, que
+quiero comenzar a pagarte en algo lo que te debo», salieron los dos por
+la buarda como si los dispararan de un tiro[120] de artillería, no
+parando de volar hasta hacer pie en el capitel de la torre de San
+Salvador[121], mayor atalaya de Madrid, a tiempo que su reloj daba la
+una, hora que tocaba a recoger el mundo poco a poco al descanso del
+sueño; treguas que dan los cuidados a la vida, siendo común el silencio
+a las fieras y a los hombres; medida que a todos hace iguales; habiendo
+una priesa notable a quitarse zapatos y medias, calzones y jubones,
+basquiñas[122], verdugados[123], guardainfantes[124], polleras[125],
+enaguas y guardapiés, para acostarse hombres y mujeres, quedando las
+humanidades menos mesuradas, y volviéndose a los primeros originales,
+que comenzaron el mundo horros de todas estas baratijas; y
+engestándose[126] al camarada, el Cojuelo le dijo:
+
+--Don Cleofás, desde esta picota[127] de las nubes, que es el lugar más
+eminente de Madrid, malaño[128] para Menipo en los diálogos de Luciano,
+te he de enseñar todo lo más notable que a estas horas pasa en esta
+Babilonia española, que en la confusión fué esotra con ella segunda
+deste nombre.
+
+Y levantando a los techos de los edificios, por arte diabólica, lo
+hojaldrado[129], se descubrió la carne del pastelón de Madrid como
+entonces estaba, patentemente, que por el mucho calor estivo estaba con
+menos celosías, y tanta variedad de sabandijas racionales en esta arca
+del mundo, que la del diluvio, comparada con ella, fué de capas y
+gorras.
+
+
+
+
+TRANCO II
+
+
+Quedó don Cleofás absorto en aquella pepitoria[130] humana de tanta
+diversidad de manos, pies y cabezas, y haciendo grandes admiraciones,
+dijo:
+
+--¿Es posible que para tantos hombres, mujeres y niños hay[131] lienzo
+para colchones, sábanas y camisas? Déjame que me asombre que entre las
+grandezas de la Providencia divina no sea ésta la menor.
+
+Entonces el Cojuelo, previniéndole, le dijo:
+
+--Advierte que quiero empezar a enseñarte distintamente, en este teatro
+donde tantas figuras representan, las más notables, en cuya variedad
+está su hermosura. Mira allí primeramente cómo están sentados muchos
+caballeros y señores a una mesa opulentísima, acabando una media
+noche[132]; que eso les han quitado a los relojes no más.
+
+Don Cleofás le dijo:
+
+--Todas esas caras conozco; pero sus bolsas no, si no es para
+servillas[133].
+
+--Hanse pasado a los estranjeros, porque las trataban muy mal estos
+príncipes cristianos--dijo el Cojuelo--, y se han quedado, con las
+caponas[134], sin ejercicio.
+
+--Dejémoslos cenar--dijo don Cleofás--, que yo aseguro que no se
+levanten de la mesa sin haber concertado un juego de cañas para cuando
+Dios fuere servido, y pasemos adelante; que a estos magnates los más de
+los días les beso yo las manos, y estas caravanas las ando yo las más de
+las noches, porque he sido dos meses culto vergonzante de la proa[135]
+de uno de ellos y estoy encurtido de excelencias y señorías, solamente
+buenas para veneradas.
+
+--Mira allí--prosiguió el Cojuelo--cómo se está quejando de la orina un
+letrado, tan ancho de barba[136] y tan espeso, que parece que saca un
+delfín la cola por las almohadas. Allí está pariendo doña Fáfula[137], y
+don Toribio su indigno consorte, como si fuera suyo lo que paría, muy
+oficioso y lastimado; y está el dueño de la obra a pierna suelta en
+esotro barrio, roncando y descuidado del suceso. Mira aquel preciado de
+lindo, o aquel lindo de los más preciados, cómo duerme con bigotera[138]
+torcidas de papel en las guedejas y el copete[139], sebillo en las
+manos[140], y guantes descabezados[141], y tanta pasa[142] en el rostro,
+que pueden hacer colación[143] en él toda la cuaresma que viene. Allí,
+más adelante, está una vieja, grandísima hechicera, haciendo en un
+almirez una medicina de drogas restringentes para remendar una doncella
+sobre su palabra[144], que se ha de desposar mañana. Y allí, en aquel
+aposentillo estrecho, están dos enfermos en dos camas, y se han
+purgado juntos, y sobre quién ha hecho más cursos[145], como si se
+hubieran de graduar en la facultad, se han levantado a matar a
+almohadazos. Vuelve allí, y mira con atención cómo se está untando una
+hipócrita a lo moderno, para hallarse en una gran junta de brujas que
+hay entre San Sebastián y Fuenterrabía, y a fe que nos habíamos de ver
+en ella si no temiera el riesgo de ser conocido del demonio que
+hace[146] el cabrón, porque le di una bofetada a mano abierta en la
+antecámara de Lucifer, sobre unas palabras mayores que tuvimos; que
+también entre los diablos hay libro del duelo[147], porque el autor que
+le compuso es hijo de vecino del infierno. Pero mucho más nos podemos
+entretener por acá, y más si pones los ojos en aquellos dos ladrones que
+han entrado por un balcón en casa de aquel estranjero rico, con una
+llave maestra, porque las ganzúas son a lo antiguo, y han llegado donde
+está aquel talego de vara y media estofado de patacones[148] de a ocho,
+a la luz de una linterna que llevan, que, por ser tan grande y no poder
+arrancalle de una vez, por el riesgo del ruido, determinan abrille, y
+henchir las faltriqueras y los calzones, y volver otra noche por lo
+demás, y comenzando a desatalle, saca el tal estranjero (que estaba
+dentro dél guardando su dinero, por no fialle de nadie) la cabeza,
+diciendo: «Señores ladrones, acá estamos todos»[149], cayendo
+espantados uno a un lado y otro a otro, como resurreción de aldea[150],
+y se vuelven gateando a salir por donde entraron.
+
+--Mejor fuera--dijo don Cleofás--que le hubieran llevado sin desatar en
+el capullo de su dinero, porque no le sucediera ese desaire, pues que
+cada estranjero es un talego bautizado[151]; que no sirven de otra cosa
+en nuestra república y en la suya, por nuestra mala maña.
+
+Pero, ¿quién es aquella abada[152] con camisa de mujer, que no solamente
+la cama le viene estrecha, sino la casa y Madrid, que hace roncando más
+ruido que la Bermuda[153], y, al parecer, [bebe][154] cámaras de tinajas
+y come jigotes de bóvedas?
+
+--Aquélla ha sido cuba de Sahagún[155], y no profesó--dijo el
+Cojuelo--si no es el mundo de agora, que está para dar un estallido, y
+todo junto puede ser siendo quien es: que es una bodegonera tan rica,
+que tiene, a dar[156] rocín por carnero y gato por conejo a los
+estómagos del vuelo[157], seis casas en Madrid, y en la puerta de
+Guadalajara[158] más de veinte mil ducados, y con una capilla que ha
+hecho para su entierro y dos capellanías que ha fundado, se piensa ir al
+cielo derecha; que aunque pongan una garrucha en la estrella de Venus y
+un alzaprima en las Siete Cabrillas, me parece que será imposible que
+suba allá aquel tonel; y como ha cobrado buena fama[159], se ha echado
+a dormir de aquella suerte.
+
+--Aténgome--dijo don Cleofás--a aquel caballero tasajo que tiene el
+alma en cecina, que ha echado de ver que es caballero en un hábito[160]
+que le he visto en una ropilla[161] a la cabecera, y no es el mayor
+remiendo que tiene, y duerme enroscado como lamprea empanada, porque la
+cama es media sotanilla, que le llega a las rodillas no más.
+
+--Aquél--dijo el Cojuelo--es pretendiente, y está demasiado de gordo y
+bien tratado para el oficio que ejercita. Bien haya aquel tabernero de
+Corte, que se quita de esos cuidados y es cura de su vino, que le está
+bautizando en los pellejos y las tinajas, y a estas horas está hecho
+diluvio[162] en pena, con su embudo en la mano, y antes de mil
+años[163] espero verle jugar cañas[164] por el nacimiento de algún
+príncipe.
+
+--¿Qué mucho--dijo don Cleofás--si es tabernero y puede emborrachar a la
+Fortuna?
+
+--No hayas miedo--dijo el Cojuelo--que se vea en eso aquel alquimista
+que está en aquel sótano con unos fuelles, inspirando una hornilla llena
+de lumbre, sobre la cual tiene un perol con mil variedades de
+ingredientes, muy presumido de acabar la piedra filosofal y hacer el
+oro; que ha diez años que anda en esta pretensión, por haber leído el
+arte de Reimundo Lulio y los autores químicos que hablan[165] en este
+mismo imposible.
+
+--La verdad es--dijo don Cleofás--que nadie ha acertado a hacer el oro
+si no es Dios, y el sol, con comisión particular suya.
+
+--Eso es cierto--dijo el Cojuelo--, pues nosotros no hemos salido con
+ello. Vuelve allí, y acompáñame a reír de aquel marido y mujer, tan
+amigos de coche, que todo lo que habían de gastar en vestir, calzar y
+componer su casa lo han empleado en aquel que está sin caballos agora, y
+comen y cenan y duermen dentro dél, sin que hayan salido de su
+reclusión, ni aun para las necesidades corporales, en cuatro años que ha
+que le compraron[166]; que están encochados, como emparedados, y ha sido
+tanta la costumbre de no salir dél, que les sirve el coche de conchas,
+como a la tortuga y al galápago, que en tarascando cualquiera dellos la
+cabeza fuera dél, la vuelven a meter luego, como quien la tiene fuera de
+su natural, y se resfrían y acatarran en sacando pie, pierna o mano
+desta estrecha religión; y pienso que quieren ahora labrar un desván en
+él para ensancharse y alquilalle a otros dos vecinos tan inclinados a
+coche, que se contentarán con vivir en el caballete dél.
+
+--Esos--dijo don Cleofás--se han de ir al infierno en coche y en alma.
+
+--No es penitencia para menos--respondió el Cojuelo--. Diferentemente le
+sucede a esotro pobre y casado, que vive en esotra casa más adelante,
+que después de no haber podido dormir desde que se acostó, con un órgano
+al oído de niños tiples, contraltos, terceruelas[167] y otros mil
+guisados de voces que han inventado para llorar, ahora que se iba a
+trasponer un poco, le ha tocado a rebato un mal de madre de su mujer,
+tan terrible, que no ha dejado ruda en la vecindad[168], lana ni papel
+quemado, escudilla untada con ajo, ligaduras, bebidas, humazos y
+trescientas cosas más[169], y a él le ha dado, de andar en camisa, un
+dolor de ijada, con que imagino que se ha de desquitar del dolor de
+madre de su mujer.
+
+--No están tan despiertos en aquella casa--dijo don Cleofás--donde está
+echando una escala aquel caballero que, al parecer, da asalto al cuarto
+y a la honra del que vive en él; que no es buena señal, habiendo
+escaleras dentro, querer entrar por las de fuera.
+
+--Allí--dijo el Cojuelo--vive un caballero viejo y rico que tiene una
+hija muy hermosa y doncella, y rabia por dejallo de ser con un marqués,
+que es el que da la escalada, que dice que se ha de casar con ella, que
+es papel que ha hecho con otras diez u doce, y lo ha representado mal;
+pero esta noche no conseguirá lo que desea, porque viene un alcalde de
+ronda, y es muy antigua costumbre de nosotros ser muy regatones[170] en
+los gustos, y, como dice vuestro refrán, si la podemos dar roma, no la
+damos aguileña[171].
+
+--¿Qué voces--dijo don Cleofás--son las que dan en esotra casa más
+adelante, que parece que pregonan algún demonio que se ha perdido?
+
+--No seré yo, que me he rescatado--dijo el Cojuelo--, si no es que me
+llaman a pregones del infierno por el quebrantamiento de la redoma; pero
+aquél es un garitero que ha dado esta noche ciento y cincuenta barajas,
+y se ha endiablado de cólera porque no le han pagado ninguna y se van
+los actores y los reos con las costas en el cuerpo, tras una pendencia
+de barato[172] sobre uno que juzgó mal una suerte, y los mete en paz
+aquella música que dan a cuatro voces en esotra calle unos criados de un
+señor a una mujer de un sastre que ha jurado que los ha de coser a
+puñaladas[173].
+
+--Si yo fuera el marido--dijo don Cleofás--, más los tuviera por gatos
+que por músicos.
+
+--Agora te parecerán galgos--dijo el Cojuelo--, porque otro competidor
+de la sastra, con una gavilla de seis o siete, vienen sacando las
+espadas, y los Orfeos de la maesa, reparando la primera invasión con las
+guitarras, hacen una fuga[174] de cuatro o cinco calles. Pero vuelve
+allí los ojos, verás cómo se va desnudando aquel hidalgo que ha rondado
+toda la noche, tan caballero del milagro[175] en las tripas como en las
+demás facciones, pues quitándose una cabellera, queda calvo; y las
+narices de carátula, chato; y unos bigotes postizos, lampiño; y un brazo
+de palo, estropeado; que pudiera irse más camino de la sepoltura que de
+la cama. En esotra casa más arriba está durmiendo un mentiroso con una
+notable pesadilla, porque sueña que dice verdad. Allí un vizconde, entre
+sueños, está muy vano porque ha regateado la excelencia a un grande.
+Allí está muriendo un fullero, y ayudándole a bien morir un testigo
+falso, y por darle la bula de la Cruzada, le da una baraja de naipes,
+porque muera como vivió, y él, boqueando, por decir «Jesús», ha dicho
+«flux». Allí, más arriba, un boticario está mezclando la piedra
+bezar[176] con los polvos de sen. Allí sacan un médico de su casa para
+una apoplejía que le ha dado a un obispo. Allí llevan aquella comadre
+para partear a una preñada de medio ojo[177], que ha tenido dicha en
+darle los dolores a estas horas. Allí doña Tomasa, tu dama, en enaguas,
+está abriendo la puerta a otro; que a estas horas le oye de amor.
+
+--Déjame--dijo don Cleofás--: bajaré sobre ella a matarla a coces.
+
+--Para estas ocasiones se hizo el _tate, tate_[178]--dijo el Cojuelo--;
+que no es salto para de burlas. Y te espantas de pocas cosas[179]: que
+sin este enamorado murciégalo[180], hay otros ochenta, para quien[181]
+tiene repartidas las horas del día y de la noche.
+
+--¡Por vida del mundo--dijo don Cleofás--que la tenía por una santa!
+
+--Nunca te creas de ligero--le replicó el Diablillo--. Y vuelve los ojos
+a mi Astrólogo, verás con las pulgas y inquietud que duerme: debe de
+haber sentido pasos en su desván y recela algún detrimento de su redoma.
+Consuélese con su vecino, que mientras está roncando a más y mejor, le
+están sacando a su mujer, como muela, sin sentillo, aquellos dos
+soldados.
+
+--Del mal lo menos--dijo don Cleofás--; que yo sé del marido
+ochodurmiente[182] que dirá[183] cuando despierto lo mismo.
+
+--Mira allí--prosiguió el Cojuelo--aquel barbero, que soñando se ha
+levantado, y ha echado unas ventosas a su mujer, y la ha quemado con las
+estopas las tablas de los muslos, y ella da gritos, y él, despertando,
+la consuela diciendo que aquella diligencia es bueno que esté hecha para
+cuando fuere menester. Vuelve allí los ojos a aquella cuadrilla de
+sastres que están acabando unas vistas[184] para un tonto que se casa a
+ciegas, que es lo mismo que por relación, con una doncella tarasca, fea,
+pobre y necia, y le han hecho creer al contrario con un retrato que le
+trujo un casamentero, que a estas horas se está levantando con un
+pleitista que vive pared y medio dél[185], el uno a cansar ministros y
+el otro a casar todo el linaje humano; que solamente tú, por estar tan
+alto, estás seguro deste demonio, que en algún modo lo es más que yo.
+Vuelve los ojos y mira aquel cazador mentecato del gallo[186], que está
+ensillando su rocín a estas horas y poniendo la escopeta debajo del
+caparazón, y deja de dormir de aquí a las nueve de la mañana por ir a
+matar un conejo, que le costaría mucho menos aunque le comprara en la
+despensa de Judas[187]. Y al mismo tiempo advierte cómo a la puerta de
+aquel rico avariento echan un niño, que por partes de[188] su padre
+puede pretender la beca del Antecristo[189], y él, en grado de
+apelación, da con él en casa de un señor que vive junto a la suya, que
+tiene talle de comérselo antes que criallo, porque ha días que su
+despensa espera el domingo de casi ración[190]. Pero ya el día no nos
+deja pasar adelante; que el agua ardiente y el letuario[191] son sus
+primeros crepúsculos, y viene el sol haciendo cosquillas a las
+estrellas, que están jugando a salga la parida[192], y dorando la
+píldora[193] del mundo, tocando al arma a tantas bolsas y talegos y
+dando rebato a tantas ollas, sartenes y cazuelas, y no quiero que se
+valga de mi industria para ver los secretos que le negó la noche:
+cuéstele brujeleallo por resquicios, claraboyas y chimeneas.
+
+Y volviendo a poner la tapa al pastelón, se bajaron a las calles.
+
+
+
+
+TRANCO III
+
+
+Ya comenzaban en el puchero humano de la Corte a hervir hombres y
+mujeres, unos hacia arriba, y otros hacia abajo, y otros de través,
+haciendo un cruzado[194] al son de su misma confusión[195], y el piélago
+racional de Madrid a sembrarse de ballenas[196] con ruedas, que por otro
+nombre llaman coches, trabándose la batalla del día, cada uno con
+disinio y negocio diferente, y pretendiéndose engañar los unos a los
+otros, levantándose una polvareda de embustes y mentiras, que no se
+descubría una brizna de verdad por un ojo de la cara[197], y don Cleofás
+iba siguiendo a su camarada, que le había metido por una calle algo
+angosta, llena de espejos por una parte y por otra, donde estaban muchas
+damas y lindos mirándose y poniéndose de diferentes posturas de bocas,
+guedejas, semblantes, ojos, bigotes, brazos y manos, haciéndose
+cocos[198] a ellos mismos. Preguntóle don Cleofás qué calle era aquélla,
+que le parecía que no la había visto en Madrid, y respondióle el
+Cojuelo:
+
+--Ésta se llama la calle de los Gestos, que solamente saben a ella estas
+figuras de la baraja de la Corte, que vienen aquí a tomar el gesto con
+que han de andar aquel día, y salen con perlesía de lindeza, unos con la
+boquita de riñón[199], otros con los ojitos dormidos, roncando[200]
+hermosura, y todos con los dos dedos de las manos, índice y meñique,
+levantados, y esotros, de _Gloria Patri_[201]. Pero salgámonos muy
+apriesa de aquí; que con tener estómago de demonio y no haberme mareado
+las maretas[202] del infierno, me le han revuelto estas sabandijas, que
+nacieron para desacreditar la naturaleza y el rentoy[203].
+
+Con esto, salieron desta calle a una plazuela donde había gran concurso
+de viejas que había sido damas cortesanas[204], y mozas que entraban a
+ser lo que ellas habían sido, en grande contratación unas con otras.
+Preguntó el Estudiante a su camarada qué sitio era aquél, que tampoco le
+había visto, y él le respondió:
+
+--Éste es el baratillo de los apellidos, que aquellas damas pasas
+truecan con estas mozas albillas[205] por medias traídas, por zapatos
+viejos, valonas, tocas y ligas, como ya no las han menester; que el
+Guzmán, el Mendoza, el Enríquez, el Cerda, el Cueva, el Silva, el
+Castro, el Girón[206], el Toledo, el Pacheco, el Córdova, el Manrique de
+Lara, el Osorio, el Aragón, el Guevara y otros generosos apellidos los
+ceden a quien los ha menester ahora para el oficio que comienza, y ellas
+quedan con sus patronímicos primeros de Hernández, Martínez, López,
+Rodríguez, Pérez, González, etcétera; porque al fin de los años mil,
+vuelven los nombres[207] por donde solían ir.
+
+--Cada día--dijo el Estudiante--hay cosas nuevas en la Corte.
+
+Y, a mano izquierda, entraron a otra plazuela al modo de la de los
+Herradores[208], donde se alquilaban tías, hermanos, primos y maridos,
+como lacayos y escuderos, para damas de achaque[209] que quieren pasar
+en la Corte con buen nombre y encarecer su mercadería.
+
+A la mano derecha deste seminario andante estaba un grande edificio, a
+manera de templo sin altar, y en medio dél, una pila grande de piedra,
+llena de libros de caballerías y novelas[210], y alrededor, muchos
+muchachos de diez a diez y siete años y algunas doncelluelas de la misma
+edad, y cada uno y cada una con su padrino al lado, y don Cleofás le
+preguntó[211] a su compañero que le dijese qué era esto, que todo le
+parecía que lo iba soñando. El Cojuelo le dijo:
+
+--Algo tiene de eso este fantástico aparato; pero ésta es, don Cleofás,
+en efeto, la pila de los dones, y aquí se bautizan los que vienen a la
+Corte sin él. Todos aquellos muchachos son pajes para señores, y
+aquellas muchachas, doncellas para señoras de media talla[212], que han
+menester el don para la autoridad de las casas que entran a servir[213],
+y agora les acaban de bautizar con el don. Por allí entra agora una
+fregona con un vestido alquilado, que la trae su ama a sacar de don,
+como de pila, para darla el tusón[214] de las damas, porque le pague en
+esta moneda lo que le ha costado el crialla, y aun ella parece que se
+quiere volver al paño[215], según viene bruñida de esmeril.
+
+--Un moño y unos dientes postizos y un guardainfante pueden hacer esos
+milagros--dijo don Cleofás--. Pero ¿qué acompañamiento--prosiguió
+diciendo--es este que entra agora, de tanta gente lucida, por la puerta
+deste templo consagrado al uso del siglo?
+
+--Traen a bautizar--dijo el Cojuelo--un regidor muy rico, de un lugar
+aquí cercano, de edad de setenta años, que se viene al don por su pie,
+porque sin él le han aconsejado sus parientes que no cae tan bien el
+regimiento. Llámase Pascual, y vienen altercando si sobre _Pascual_ le
+vendrá bien el _don_, que parece don estravagante[216] de la iglesia de
+los dones.
+
+--Ya tienen ejemplar--dijo don Cleofás--en don Pascual, ese que llamaron
+todos loco, y yo, Diógenes de la ropa vieja, que andaba cubierta la
+cabeza con la capa, sin sombrero, en traje de profeta, por esas calles.
+
+--Mudáranle el nombre, a mi parecer--prosiguió el Cojuelo--, por no
+tener en su lugar regidor Pascual, como cirio de los regidores.
+
+--Dios les inspire--dijo don Cleofás--lo que más convenga a su
+regimiento, como la cristiandad de los regidores ha menester.
+
+--En acabando de tomar el señor regidor--dijo el Cojuelo--el agua del
+don, espera allí un italiano hacer lo mismo con un elefante que ha
+traído a enseñar a la puerta del Sol.
+
+--Los más suelen llamarse--dijo el Estudiante--don Pedros, don Juanes y
+don Alonsos. No sé cómo ha tenido tanto descuido su ayo o naire, como lo
+llaman los de la India Oriental; plebeyo debía de ser este animal, pues
+ha llegado tan tarde al don. Vive Dios que me le he de quitar yo, porque
+me desbautizan y desdonan los que veo.
+
+--Sígueme--dijo el Cojuelo--, y no te amohines; que bien sabe el _don_
+dónde está; que se te ha caído en el _Cleofás_ como la sopa en la miel.
+
+Con esto, salieron del soñado (al parecer) edificio, y enfrente dél
+descubrieron otro, cuya portada estaba pintada de sonajas, guitarras,
+gaitas zamoranas, cencerros, cascabeles, ginebras[217], caracoles,
+castrapuercos[218], pandorga prodigiosa de la vida, y preguntó don
+Cleofás a su amigo qué casa era aquella que mostraba en la portada tanta
+variedad de instrumentos vulgares[219],--que tampoco la he visto en la
+Corte, y me parece que hay dentro mucho regocijo y entretinimiento.
+
+--Esta es la casa de los locos--respondió el Cojuelo--que ha poco que se
+instituyó en la Corte, entre unas obras pías que dejó un hombre muy rico
+y muy cuerdo, donde se castigan y curan locuras que hasta agora no lo
+habían parecido.
+
+--Entremos dentro--dijo don Cleofás--por aquel postiguillo que está
+abierto, y veamos esta novedad de locos.
+
+Y, diciendo y haciendo, se entraron los dos, uno tras otro; pasando un
+zaguán, donde estaban algunos de los convalecientes pidiendo limosna
+para los que estaban furiosos, llegaron a un patio cuadrado, cercado de
+celdas pequeñas por arriba y por abajo, que cada una dellas ocupaba un
+personaje de los susodichos. A la puerta de una dellas estaba un hombre,
+muy bien tratado de vestido, escribiendo sobre la rodilla y sentado
+sobre una banqueta, sin levantar los ojos del papel, y se había sacado
+uno con la pluma sin sentillo. El Cojuelo le dijo:
+
+--Aquél es un loco arbitrista[220] que ha dado en decir que ha de hacer
+la reducción de los cuartos, y ha escrito sobre ello más hojas de papel
+que tuvo el pleito de don Alvaro de Luna.
+
+--Bien haya quien le trujo a esta casa--dijo don Cleofás--; que son los
+locos más perjudiciales de la república.
+
+--Esotro que está en esotro aposentillo--prosiguió el Cojuelo--es un
+ciego enamorado, que está con aquel retrato en la mano[221], de su
+dama, y aquellos papeles que le ha escrito, como si pudiera ver lo uno
+ni leer lo otro, y da en decir que ve con los oídos. En esotro
+aposentillo lleno de papeles y libros está un gramaticón[222] que perdió
+el juicio buscándole a un verbo griego el gerundio. Aquel que está a la
+puerta de esotro aposentillo con unas alforjas al hombro y en calzón
+blanco, le han traído porque, siendo cochero, que andaba siempre a
+caballo, tomó oficio de correo de a pie. Esotro que está en esotro de
+más arriba con un halcón en la mano, es un caballero que, habiendo
+heredado mucho de sus padres, lo gastó todo en la cetrería y no le ha
+quedado más que aquel halcón en la mano, que se las come de hambre. Allí
+está un criado de un señor que, teniendo qué comer, se puso a servir.
+Allí está un bailarín que se ha quedado sin son, bailando en seco. Más
+adelante está un historiador que se volvió loco de sentimiento de
+haberse perdido tres décadas de Tito Livio. Más adelante está un
+colegial cercado de mitras, probándose la que le viene mejor, porque dió
+en decir que había de ser obispo. Luego, en esotro aposentillo, está un
+letrado que se desvaneció en pretender plaza de ropa[223], y de letrado
+dió en sastre, y está siempre cortando y cosiendo garnachas. En esotra
+celda, sobre un cofre lleno de doblones, cerrado con tres llaves, está
+sentado un rico avariento, que sin tener hijo ni pariente que le herede,
+se da muy mala vida, siendo esclavos de su dinero y no comiendo más que
+un pastel[224] de a cuatro, ni cenando más que una ensalada de pepinos,
+y le sirve de cepo su misma riqueza. Aquel que canta en esotra jaula es
+un músico sinsonte, que remeda los demás pájaros, y vuelve de cada
+pasaje como de un parasismo. Está preso en esta cárcel de los delictos
+del juicio, porque siempre cantaba, y cuando le rogaban que cantase,
+dejaba de cantar.
+
+--Impertinencia es ésa casi de todos los desta profesión.
+
+--En el brocal de aquel pozo que está en medio del patio se está mirando
+siempre una dama muy hermosa, como lo verás si ella alza la cabeza, hija
+de pobres y humildes padres, que queriéndose casar con ella muchos
+hombres ricos y caballeros, ninguno la contentó, y en todos halló una y
+muchas faltas, y está atada allí en una cadena porque, como Narciso,
+enamorada de su hermosura, no se anegue en el agua que le sirve de
+espejo, no teniendo en lo que pisa[225] al sol ni a todas las estrellas.
+En aquel pobre aposentillo enfrente, pintado por defuera de llamas, está
+un demonio casado, que se volvió loco con la condición de su mujer.
+
+Entonces don Cleofás le dijo al compañero que le enseñaba todo este
+retablo de duelos:
+
+--Vámonos de aquí, no nos embarguen[226] por alguna locura que nosotros
+ignoramos; porque en el mundo todos somos locos, los unos de los
+otros[227].
+
+El Cojuelo dijo:
+
+--Quiero tomar tu consejo, porque, pues los demonios enloquecen, no hay
+que fiar de sí nadie.
+
+--Desde vuestra primera soberbia--dijo don Cleofás--todos lo estáis; que
+el infierno es casa de todos los locos más furiosos del mundo.
+
+--Aprovechado estás--dijo el Cojuelo--, pues hablas en lenguaje
+ajustado.
+
+Con esta conversación salieron de la casa susodicha, y a mano derecha
+dieron en una calle algo dilatada, que por una parte y por otra estaba
+colgada de ataúdes, y unos sacristanes con sus sobrepellices[228]
+paseándose junto a ellos, y muchos sepultureros abriendo varios
+sepulcros, y don Cleofás le dijo a su camarada:
+
+--¿Qué calle es ésta, que me ha admirado más que cuantas he visto, y me
+pudiera obligar a hablar más espiritualmente que con lo primero de que
+tú te admiraste?
+
+--Ésta es más temporal y del siglo que ninguna--le respondió el
+Cojuelo--, y la más necesaria, porque es la ropería de los agüelos,
+donde[229] cualquiera, para todos los actos positivos[230] que se le
+ofrece y se quiere vestir de un agüelo, porque el suyo no le viene bien,
+o está traído, se viene aquí, y por su dinero escoge el que le está más
+a propósito. Mira allí aquel caballero torzuelo[231] cómo se está
+probando una agüela que ha menester, y esotro, hijo de quien él
+quisiere, se está vistiendo otro agüelo, y le viene largo de talle.
+Esotro más abajo da por otro agüelo el suyo, y dineros encima, y no se
+acaba de concertar, porque le tiene más de costa al sacristán, que es el
+ropero. Otro, a esotra parte, llega a volver un agüelo suyo de dentro
+afuera y de atrás adelante, y a tremendallo con la agüela de otro. Otro
+viene allí con la justicia a hacer que le vuelvan un agüelo que le
+habían hurtado, y le ha hallado colgado en la ropería. Si hubieres
+menester algún agüelo o agüela para algún crédito de tu calidad, a
+tiempo estamos, don Cleofás Leandro; que yo tengo aquí un ropero amigo
+que desnuda los difuntos la primera noche que los entierran, y nos le
+fiará por el tiempo que quisieres.
+
+--Dineros he menester yo; que agüelos no--respondió el Estudiante--: con
+los míos me haga Dios bien[232]; que me han dicho mis padres que
+deciendo de Leandro el animoso, el que pasaba el mar de Abido
+
+ «en amoroso fuego todo ardiendo»[233],
+
+y tengo mi ejecutoria en las obras sueltas de Boscán y Garcilaso[234].
+
+--Contra hidalguía en verso--dijo el Diablillo--no hay olvido ni
+chancillería que baste, ni hay más que desear en el mundo que ser
+hidalgo en consonantes.
+
+--Si a mí me hicieran merced[235]--prosiguió don Cleofás--, entre
+Salicio y Nemoroso[236] se habían de hacer mis diligencias, que no me
+habían de costar cien reales; que allí tengo mi Montaña, mi Galicia, mi
+Vizcaya y mis Asturias[237].
+
+--Dejemos vanidades agora--dijo el Cojuelo--: que ya sé que eres muy
+bien nacido en verso y en prosa, y vamos en busca de un figón, a
+almorzar y descansar, que bien lo habrás menester por lo trasnochado y
+madrugado, y después proseguiremos nuestras aventuras.
+
+
+
+
+TRANCO IV
+
+
+Dejemos a estos caballeros en su figón almorzando y descansando, que sin
+dineros pedían las pajaritas que andaban volando por el aire[238] y al
+fénix empanado[239], y volvamos a nuestro astrólogo regoldano[240] y
+nigromante enjerto, que se había vestido con algún cuidado de haber
+sentido pasos en el desván la noche antes, y, subiendo a él, halló las
+ruinas que había dejado su familiar en los pedazos de la redoma, y
+mojados sus papeles, y el tal Espíritu ausente; y viendo el estrago y la
+falta de su Demoñuelo, comenzó a mesarse las barbas y los cabellos, y a
+romper sus vestiduras[241], como rey a lo antiguo. Y estando haciendo
+semejantes estremos y lamentaciones, entró un diablejo zurdo, mozo de
+retrete de Satanás, diciendo que Satanás su señor le besaba las
+manos[242]; que había sentido la bellaquería que había usado el Cojuelo;
+que él trataría de que se castigase, y que entre tanto se quedase él
+sirviéndole en su lugar. Agradeció mucho el cuidado el Astrólogo y
+encerró el tal espíritu en una sortija de un topacio grande, que traía
+en un dedo, que antes había sido de un médico, con que a todos cuantos
+había tomado el pulso había muerto. Y en el infierno se juntaron entre
+tanto, en sala plena, los más graves jueces de aquel distrito, y
+haciendo notorio a todos el delito del tal Cojuelo, mandaron despachar
+requisitoria para que le prendiesen en cualquier parte que le hallasen,
+y se le dió esta comisión[243] a Cienllamas, demonio comisionario que
+había dado muy buena cuenta de otras que le habían encargado, y
+llevándose consigo por corchetes a Chispa y a Redina, demonios a la
+veinte[244], y subiéndose en la mula de Liñán[245], salió del infierno
+con vara alta[246] de justicia en busca del dicho delincuente.
+
+En este tiempo, sobre la paga de lo que habían almorzado habían tenido
+una pesadumbre el revoltoso Diablillo y don Cleofás con el Figón[247],
+en que intervinieron asadores y torteras, porque lo que es del diablo,
+el diablo se lo ha de llevar, y acudiendo la justicia al alboroto, se
+salieron por una ventana, y cuando el alguacil de Corte con la gente que
+llevaba pensaba cogellos, estaban ya de esotra parte de Getafe, en
+demanda de Toledo, y dentro de un minuto, en las ventillas de Torrejón,
+y en un cerrar de ojos, a vista de la puerta de Visagra, dejando la real
+fábrica del hospital de afuera a la derecha mano; y volviéndose el
+Estudiante al camarada, le dijo:
+
+--Lindos atajos sabes: malhaya quien no caminara contigo todo el mundo,
+mejor que con el Infante don Pedro de Portugal, el que anduvo las
+siete[248] partidas dél.
+
+--Somos gente de buena maña--respondió el Cojuelo.
+
+Y cuando estaban hablando en esto, llegaban al barrio que llaman de la
+Sangre de Cristo y al mesón de la Sevillana[249], que es el mejor de
+aquella ciudad. El Diablo Cojuelo le dijo al Estudiante:
+
+--Ésta es muy buena posada para pasar esta noche y para descansar de la
+pasada; éntrate dentro y pide un aposento y que te aderecen de cenar;
+que a mí me importa llegarme esta noche a Constantinopla a alborotar el
+serrallo del Gran Turco y hacer degollar doce o trece hermanos que
+tiene, por miedo de que no conspiren[250] a la Corona, y volverme de
+camino por los Cantones de los esguízaros[251] y por Ginebra a otras
+diligencias deste modo, por sobornar con algunos servicios a mi amo,
+que debe de estar muy indignado contra mí por la travesura pasada; que
+yo estaré contigo antes que den las siete de la mañana.
+
+Y, diciendo y haciendo, se metió por esos aires como por una viña
+vendimiada, meando la pajuela[252] a todo pajarote y ciudadano de la
+región etérea, a fuer de los de la jerigonza crítica[253], y don
+Cleofás se entró a tomar posada, que, aunque estaba llena de muchos
+pasajeros que habían venido con los galeones y pasaban a la Corte, con
+todo, al güésped nuevo hicieron cortesía, porque la persona de don
+Cleofás traía consigo cartas de recomendación[254], como dicen los
+cortesanos antiguos.
+
+Convidáronle a cenar unos caballeros soldados aquella noche,
+preguntándole nuevas de Madrid, y después de haber cumplido con la
+celebridad de los brindis por el Rey (Dios le guarde), por sus damas y
+sus amigos[255], y haber dado las aceitunas[256] con los palillos carta
+de pago de la cena, se fué cada uno a recoger a su aposento, porque
+habían de tomar la madrugada para llegar con tiempo a Madrid, y don
+Cleofás hizo lo mismo en el que le señaló el Güésped, sintiendo la
+soledad[257] del compañero en algún modo, porque le traía tan
+entretenido; y haciendo varios discursos sobre el almohada, se quedó
+como un pajarito[258], jurando al silencio de las sombras, como lo demás
+del mundo, el mesón de la Sevillana el natural vasallaje con el sueño,
+que solas [las][259] grullas, los murciélagos y lechuzas estaban de
+posta a su cuerpo de guardia, cuando a las dos de la noche unas
+temerosas voces repetían: «¡Fuego, fuego!» despertaron a los dormidos
+pasajeros, con el sobresalto y asombro que suele causar cualquier
+alboroto a los que están durmiendo, y más oyendo apellidar «¡fuego!»,
+voz que con más terror atemoriza los ánimos más constantes, rodando unos
+las escaleras por bajar más apriesa, otros, saltando por las ventanas
+que caían al patio de la posada, otros que, por las pulgas u temor de
+las chinches, dormían en cueros, como vinagre, hechos Adanes del
+baratillo[260], poniendo las manos donde habían de estar las hojas de
+higuera, siguiendo a los demás, y acompañándolos don Cleofás, con los
+calzones revueltos al brazo y una alfajía que, por no encontrar la
+espada, halló acaso en su aposento, como si en los incendios y fantasmas
+importase andar a palos ni a cuchilladas, natural socorro del miedo en
+las repentinas invasiones.
+
+Salió, en esto, el Güésped en camisa, los pies en unas empanadas de
+Frenegal[261], cinchado con una faja de grana de polvo[262] el estómago,
+y un candil de garabato en la mano, diciendo que se sosegasen; que aquel
+ruido no era de cuidado; que se volviesen a sus camas, que él pondría
+remedio en ello. Apretóle don Cleofás, como más amigo de saber, le
+dijese la causa de aquel alboroto; que no se había de volver a acostar
+sin descifrar aquel misterio. El Güésped le dijo muy severo[263] que era
+un estudiante de Madrid, que había dos u tres meses que entró a posar en
+su casa, y que era poeta de los que hacen comedias, y que había escrito
+dos, que se las habían chillado en Toledo y apedreado como viñas[264], y
+que estaba acabando de escribir la comedia de _Troya abrasada_, y que
+sin duda debía de haber llegado al paso del incendio, y se convertía
+tanto en lo que escribía, que habría dado aquellas voces; que por otras
+experiencias pasadas sacaba él que aquello era verdad infalible como él
+decía; que para confirmallo subiesen con él a su aposento y hallarían
+verdadero este discurso.
+
+Siguieron al Güésped todos de la suerte que estaban, y entrando en el
+aposento del tal Poeta, le hallaron tendido en el suelo, despedazada la
+media sotanilla, revolcado en papeles y echando espumarajos por la boca,
+y pronunciando con mucho desmayo: «¡Fuego, fuego!», que casi no podía
+echar la habla, porque se le había metido monja. Llegaron a él muertos
+de risa y llenos de piedad todos, diciéndole:
+
+--Señor Licenciado, vuelva en sí y mire si quiere beber o comer algo
+para este desmayo.
+
+Entonces el Poeta, levantando como pudo la cabeza, dijo:
+
+--Si es Eneas y Anquises, con los Penates y el amado Ascanio, ¿qué
+aguardáis aquí, que está ya el Ilión hecho cenizas, y Príamo, Paris y
+Policena, Hécuba y Andrómaca han dado el fatal tributo a la muerte, y a
+Elena, causa de tanto daño, llevan su presa Menalao[265] y Agamenón? Y
+lo peor es que los mirmidones se han apoderado del tesoro troyano.
+
+--Vuelva a su juicio--dijo el Gúesped--; que aquí no hay almidones ni
+toda esa tropelía de disparates que ha referido, y mucho mejor fuera
+llevalle a casa del Nuncio[266], donde pudiera ser con bien justa causa
+mayoral de los locos, y metelle en cura; que se le han subido los
+consonantes a la cabeza, como tabardillo.
+
+--¡Qué bien entiende de afectos el señor Güésped!--respondió el Poeta,
+encorporándose un poco más.
+
+--De afectos ni de afeites--dijo el Güésped--no quiero entender, sino de
+mi negocio: lo que importa es que mañana hagamos cuenta de lo que me
+debe de posada, y se vaya con Dios; que no quiero tener en ella quien me
+la alborote cada día con estas locuras: basten las pasadas, pues
+comenzando a escribir, recién llegado aquí, la comedia de _El Marqués de
+Mantua_, que zozobró y fué una de las silbadas, fueron tantas las
+prevenciones de la caza y las voces que dió, llamando a los perros
+Melampo, Oliveros, Saltamontes, Tragavientos, etcétera, y el «¡Ataja,
+ataja!» y el «¡Guarda el oso cerdoso, y el jabalí colmilludo!», que
+malparió una señora preñada que pasaba del Andalucía a Madrid, del
+sobresalto; y en esotra de _El Saco de Roma_, que entrambas parecieron
+cual tenga la salud[267], fué el[268] estruendo de las cajas y
+trompetas, haciendo pedazos las puertas y ventanas deste aposento a tan
+desusadas horas como éstas, y el «¡Cierra, España!»[269], «¡Santiago, y
+a ellos!», y el jugar la artillería con la boca[270], como si hubiera
+ido a la escuela con un petardo, o criádose con el basilisco de
+Malta[271], que engañó el rebato a una compañía de infantería que
+alojaron[272] aquella noche en mi casa, de suerte, que, tocando al arma,
+se hubieron de hacer a escuras unos soldados pedazos con otros,
+acudiendo al ruido medio Toledo con la justicia, echándome las puertas
+abajo, y amenazó a hacer una de todos los diablos; que es poeta grulla,
+que siempre está en vela, y halla consonantes a cualquiera hora de la
+noche y de la madrugada.
+
+El Poeta dijo entonces:
+
+--Mucho mayor alboroto fuera si yo acabara aquella comedia de que tiene
+vuesa merced en prendas dos jornadas por lo que le debo, que la llamo
+_Las Tinieblas de Palestina_, donde es fuerza que se rompa el velo de el
+Templo en la tercera jornada, y se escurezca el sol y la luna, y se den
+unas piedras con otras, y se venga abajo toda la fábrica celestial con
+truenos y relámpagos, cometas y exhalaciones, en sentimiento de su
+Hacedor; que por faltarme los nombres que he de poner a los sayones no
+la he acabado. ¡Ahí me dirá vuesa merced, señor Güésped, qué fuera ello!
+
+--Váyase--dijo el Mesonerazo--a acaballa al Calvario, aunque no faltará
+en cualquiera parte que la escriba o la representen quien le crucifique
+a silbos, legumbre y edificio[273].
+
+--Antes resucitan con mis comedias los autores--dijo el Poeta--; y para
+que conozcan todos vuesas mercedes esta verdad y admiren el estilo que
+llevan todas las que yo escribo, ya que se han levantado a tan buen
+tiempo, quiero leelles ésta.
+
+Y, diciendo y haciendo, tomó en la mano una rima de vueltas de cartas
+viejas, cuyo bulto se encaminaba más a pleito de tenuta[274] que a
+comedia, y arqueando las cejas y deshollinándose los bigotes, dijo,
+leyendo el título, de esta suerte:
+
+--_Tragedia Troyana, Astucias de Sinón, Caballo griego, Amantes
+adúlteros y Reyes endemoniados_. Sale lo primero por el patio, sin haber
+cantado, el Paladión[275], con cuatro mil griegos por lo menos, armados
+de punta en blanco[276], dentro dél.
+
+--¿Cómo--le replicó un caballero soldado de aquellos que estaban en
+cueros, que parece que se habían de echar a nadar en la comedia--puede
+toda esa máquina entrar por ningún patio ni coliseo de cuantos hay en
+España, ni por el del Buen Retiro, afrenta de los romanos anfiteatros,
+ni por una plaza de toros?
+
+--¡Buen remedio!--respondió el Poeta--. Derribaráse el corral y dos
+calles junto a él para que quepa esta tramoya, que es la más portentosa
+y nueva que los teatros han visto; que no siempre sucede hacerse una
+comedia como ésta, y será tanta la ganancia, que podrá muy bien a sus
+ancas sufrir todo este gasto. Pero escuchen, que ya comienza la obra, y
+atención, por mi amor. Salen por el tablado, con mucho ruido de
+chirimías y atabalillos, Príamo, rey de Troya, y el príncipe Paris, y
+Elena, muy bizarra en un palafrén, en medio, y el Rey a la mano derecha
+(que siempre desta manera guardo el decoro a las personas reales), y
+luego, tras ellos, en palafrenes negros, de la misma suerte, once mil
+dueñas a caballo.
+
+--Más dificultosa apariencia es ésa que esotra--dijo uno de los
+oyentes--, porque es imposible que tantas dueñas juntas se hallen.
+
+--Algunas se harán de pasta[277]--dijo el Poeta--, y las demás se
+juntarán de aquí para allí; fuera de que si se hace en la Corte, ¿qué
+señora habrá que no envíe sus dueñas prestadas para una cosa tan grande,
+por estar los días que se representare la comedia, que será, por lo
+menos, siete u ocho meses, libres de tan cansadas sabandijas?[278]
+
+Hubiéronse de caer de risa los oyones[279], y de una carcajada se
+llevaron media hora de reloj, al son de los disparates del tal Poeta, y
+él prosiguió diciendo:
+
+--No hay que reírse; que si Dios me tiene de sus consonantes, he de
+rellenar el mundo de comedias mías, y ha de ser Lope de Vega (prodigioso
+monstruo español y nuevo Tostado en verso) niño de teta conmigo, y
+después me he de retirar a escribir un poema heroico para mi
+posteridad, que mis hijos o mis sucesores hereden, en que tengan toda su
+vida que roer sílabas. Y agora oigan vuesas mercedes...:--amagando a
+comenzar (el brazo derecho levantado) los versos de la comedia, cuando
+todos a una voz le dijeron que lo dejase para más espacio, y el Güésped,
+indignado, que sabía poco de filis[280], le volvió a advertir que no
+había de estar un día más en la posada.
+
+La encamisada[281], pues, de los caballeros y soldados se puso a mediar
+con el Güésped el caso[282], y don Cleofás, sobre un _Arte poética_ de
+Rengifo[283], que estaba también corriendo borrasca entre esotros
+legajos por el suelo, tomó pleito homenaje[284] al tal poeta, puestas
+las manos sobre los consonantes, jurando que no escribiría más comedias
+de ruido, sino de capa y espada, con que quedó el Güésped satisfecho; y
+con esto se volvieron a sus camas, y el Poeta, calzado y vestido, con su
+comedia en la mano, se quedó tan aturdido sobre la suya, que apostó a
+roncar con los Sietes Durmientes[285], a peligro de no valer la moneda
+cuando despertase.
+
+
+
+
+TRANCO V
+
+
+Dentro de muy pocas horas lo fué de volverse a levantar los güéspedes al
+quitar[286], haciendo la cuenta con ellos de la noche pasada el güésped
+de por vida, esperezándose y bostezando de lo trasnochado con el Poeta,
+y trataron de caminar, ensillando los mozos de mulas y poniendo los
+frenos al son de seguidillas y jácaras, y brindándose con vino y pullas
+los unos a los otros, ribeteándolas con tabaco en polvo y en humo,
+cuando don Cleofás también despertó, tratando de vestirse, con algunas
+_saudades_[287] de su dama: que las malas correspondencias de las
+mujeres a veces despiertan más la voluntad; y antes que diesen las ocho,
+como había dicho, entró por el aposento el camarada, en traje turquesco,
+con almalafa y turbante, señales ciertas de venir de aquel país,
+diciendo:
+
+--¿Heme tardado mucho en el viaje, señor Licenciado?
+
+El le respondió sonriéndose:
+
+--Menos se tardó vuesa merced desde el cielo al infierno, con haber más
+leguas, cuando rodó con todos esos príncipes que no han podido gatear
+otra vez a la maroma de donde cayeron.
+
+--¿Al amigo, señor don Cleofás--respondió el Cojuelo--, chinche en el
+ojo[288], como dice el refrán de Castilla? ¡Bueno, bueno!
+
+--Pocos hay--respondió el Estudiante--que en ofreciéndose el chiste,
+miren esos respetos; pero esto lo digo yo en galantería[289], y la
+amistad[290] que hay ya entre nosotros. Mas dejando esto aparte, ¿cómo
+nos ha ido[291] por esos mundos?
+
+--Hice todo a lo que fuí, y mucho más--respondió el genízaro recién
+venido--, y si quisiera, me jurara por Gran Turco aquella buena gente;
+que a fe que alguna guarda mejor su palabra, y saben decir verdad y
+hacer amistades, que vosotros los cristianos.
+
+--¡Qué presto te pagaste!--dijo don Cleofás--. Algún cuarto debes de
+tener de demonio villano.
+
+--Es imposible--respondió el Cojuelo--, porque decendemos todos de la
+más noble y más alta Montaña de la tierra y del cielo, y aunque seamos
+zapatero de viejo, en siendo montañeses, todos somos hidalgos[292]; que
+muchos dellos nacen, como los escarabajos y los ratones, de la
+putrefacción.
+
+--Bien sé que sabes Filosofía--le dijo don Cleofás--mejor que si la
+hubieras estudiado en Alcalá, y que eres maestro en primeras licencias.
+Dejemos estas digresiones y acaba de darme cuenta de tu jornada.
+
+--Con el traje del país, como ves--respondió el Diablillo--, por
+ensuciallos todos, como cierto amigo que, por desaseado en estremo,
+ensució el de soldado, el de peregrino y estudiante, volví por los
+Cantones, por la Bertolina[293] y Ginebra, y no tuve que hacer nada en
+estos países, porque sus paisanos son demonios de sí mismos, y éste es
+el juro de heredad que más seguro tenemos en el infierno, después de las
+Indias[294]. Fuí a Venecia, por ver una población tan prodigiosa, que
+está fundada en el mar, y de su natural condición tan bajel de argamasa
+y sillería, que, como la tiene en peso el piélago Mediterráneo, se
+vuelve a cualquier viento que le sopla. Estuve en la plaza de San
+Marcos, platicando con unos criados de unos clarísimos[295], esta
+mañana, y hablando en[296] las gacetas de la guerra, les dije que en
+Constantinopla se había sabido, por espías que estaban en España, que
+hay grandes prevenciones della, y tan prodigiosas, que hasta los
+difuntos se levantan, al son de las cajas, de los sepulcros para este
+efeto, y hay quien diga que entre ellos había resucitado el gran Duque
+de Osuna[297]; y apenas lo acabé de pronunciar, cuando me escurrí, por
+no perder tiempo en mis diligencias, y, dejando el seno adriático me
+sorbí la Marca de Ancona, y por la Romanía, a la mano izquierda, dejé a
+Roma, porque aun los demonios, por cabeza de la Iglesia militante,
+veneramos su población. Pasé por Florencia a Milán, que no se le da con
+su castillo dos blancas de la Europa. Vi a Génova[298] la bella, talego
+del mundo, llena de novedades, y, golfo lanzado[299], toqué a
+Vinaroz[300] y a los Alfaques, pasando el de León y Narbona. Llegué a
+Valencia, que juega cañas dulces con la primavera, metíme en la Mancha,
+que no hay greda que la pueda sacar, entré en Madrid, y supe que unos
+parientes de tu dama te andaban a buscar para matarte, porque dicen que
+la has dejado sin reputación; y lo peor es lo que me chismeó
+Zancadilla, demonio espía del infierno y sobrestante de las tentaciones:
+que me andaba a buscar Cienllamas con una requisitoria; y soy de
+parecer, para oviar[301] estos dos riesgos, que pongamos tierra en
+medio. Vámonos al Andulucía[302], que es la más ancha del mundo; y pues
+yo te hago la costa, no tienes que temer nada; que, con el romance que
+dice:
+
+ «Tendré el invierno en Sevilla
+ y el veranito en Granada»[303],
+
+no hemos de dejar lugar en ella que no trajinemos.
+
+Y volviéndose a la ventana que salía a la calle, le dijo:
+
+--Hágote puerta de mesón. Vamos, y sígueme por ella, don Cleofás; que
+hemos de ir a comer a la venta de Darazután[304], que es en
+Sierra-morena, veinte y dos o veinte y tres leguas[305] de aquí.
+
+--No importa--dijo don Cleofás--, si eres demonio de portante[306],
+aunque cojo.
+
+Y diciendo esto, salieron los dos por la ventana, flechados de sí
+mismos[307], y el Güésped, desde la puerta, dándole voces al Estudiante
+cuando le vió por el aire, diciendo que le pagase la cama y la posada, y
+don Cleofás respondiendo que en volviendo del Andalucía cumpliría con
+sus obligaciones; y el Güésped, que parecía que lo soñaba, se volvió
+santiguando y diciendo:
+
+--Pluguiera a Dios, como se me va éste, se me fuera el Poeta, aunque se
+me llevara la cama y todo asida a la cola.
+
+Ya, en esto, el Cojuelo y don Cleofás descubrían la dicha venta, y,
+apeándose del aire, entraron en ella, pidiendo al Ventero de comer, y él
+les dijo que no había quedado en la venta más que un conejo y un
+perdigón, que estaban en aquel asador entreteniéndose a la lumbre.
+
+--Pues trasládenlos a un plato--dijo don Cleofás--, señor Ventero, y
+venga el salmorejo[308], poniéndonos la mesa, pan, vino y salero.
+
+El Ventero respondió que fuese en buen hora; pero que esperasen que
+acabasen de comer unos estranjeros que estaban en eso, porque en la
+venta no había otra mesa más que la que ellos ocupaban. Don Cleofás
+dijo:
+
+--Por no esperar, si estos señores nos dan licencia, podremos comer
+juntos, y ya que ellos van en la silla, nosotros iremos en las ancas.
+
+Y sentándose los dos al paso que lo decían, fué todo uno, trayéndoles el
+Ventero la porción susodicha, con todas sus adherencias y
+incidencias[309], y comenzaron a comer en compañía de los estranjeros,
+que el uno era francés, el otro inglés, el otro italiano y el otro
+tudesco, que había ya pespuntado la comida más aprisa a brindis de vino
+blanco y clarete, y tenía a orza la testa[310], con señales de vómito y
+tiempo borrascoso, tan zorra[311] de cuatro costados[312], que pudiera
+temelle el corral de gallinas del Ventero. El Italiano preguntó a don
+Cleofás que de adonde venía, y él le respondió que de Madrid. Repitió el
+Italiano:
+
+--¿Qué nuevas hay de la guerra, señor Español?
+
+Don Cleofás le dijo:
+
+--Agora todo es guerra.
+
+--Y ¿contra quién dicen?--replicó el Francés.
+
+--Contra todo el mundo--le respondió don Cleofás--, para ponerlo todo él
+a los pies del Rey de España.
+
+--Pues a fe--replió el Francés--que primero que el Rey de España....
+
+Y antes que acabase la razón el Gabacho, dijo don Cleofás:
+
+--El Rey de España....
+
+Y el Cojuelo le fué a la mano, diciendo:
+
+--Déjame, don Cleofás, responder a mí, que soy español por la vida, y
+con quien vengo, vengo[313]; que les quiero con alabanzas del Rey de
+España dar un tapaboca a estos borrachos, que si leen las historias
+della, hallarán que por Rey de Castilla tiene virtud de sacar demonios,
+que es más generosa cirujía que curar lamparones[314].
+
+Los estranjeros, habiendo visto callar al Español, estaban muy
+falsos[315], cuando el Cojuelo, sentándose mejor y tomando la mano[316],
+y en traje castellano, que ya había dejado a la guardarropa del viento
+el turquesco, les dijo:
+
+--Señores míos, mi camarada iba a responder, y a mí, por tener más edad,
+me toca el hacello; escúchenme atentamente, por caridad. El Rey de
+España es un generosísimo lebrel, que pasa acaso solo por una calle, y
+no hay gozque en ella que a ladralle no salga, sin hacer caso de
+ninguno, hasta que se juntan tantos, que se atreve uno, al desembocar
+della a otra, pensando que es sufrimiento y no desprecio, a besalle con
+la boca la cola; entonces vuelve, y dando una manotada a unos y otra a
+otros, huyen todos de manera, que no saben dónde meterse, y queda la
+calle tan barrida de gozques y con tanto silencio, que aun a ladrar no
+se atreven, sino a morder las piedras, de rabia. Esto mismo le sucede
+siempre con los reyes contrarios, con las señorías y potentados, que son
+todos gozques con su Majestad[317] Católica; pero guárdese el que se
+atreviere a besarle la cola; que ha de llevar manotada que escarmiente
+de suerte a los demás, que no hallen dónde meterse, huyendo dél[318].
+
+Los estranjeros se comenzaron a escarapelar, y el Francés le dijo:
+
+--¡Ah, bugre, coquín español!
+
+Y el Italiano:
+
+--¡Forfante, marrano español!
+
+Y el Inglés:
+
+--¡Nitesgut español[319]!
+
+Y el Tudesco estaba de suerte, que lo dió por recibido, dando permisión
+que hablasen los demás por él en aquellas cortes.
+
+Don Cleofás, que los vió palotear y echar espadañas de vino y herejías
+contra lo que había dicho su camarada, acostumbrado a sufrir poco y al
+refrán de «quien da luego, da dos veces», levantando el banco en que
+estaban sentados los dos, dió tras ellos, adelantándose el compañero
+con las muletas en la mano, manejándolas tan bien, que dió con el
+Francés en el tejado de otra venta que estaba tres leguas de allí, y en
+una necesaria de Ciudad Real con el Italiano[320], porque muriese hacia
+donde pecan, y con el Inglés, de cabeza en una caldera de agua hirviendo
+que tenían para pelar un puerco en casa de un labrador de Adamuz; y al
+Tudesco, que se había anticipado a caer de bruces a los pies de Cleofás,
+le volvió al puerto de Santa María, de donde había salido quince días
+antes, a dormir la zorra[321]. El Ventero se quiso poner en medio, y dió
+con él en Peralvillo[322], entre aquellas cecinas de Gestas, como en su
+centro.
+
+Volviéronse, con esto, a sentar a comer de los despojos que había dejado
+el enemigo, muy de espacio, y estando en los postreros lances de la
+comida, entraron algunos mozos de mulas en la venta, llamando al Güésped
+y pidiendo vino, y tras ellos, en el mismo carruaje, una compañía de
+representantes que pasaban de Córdoba a la Corte, con ganas de tomar un
+refresco en la venta. Venían las damas en jamugas, con bohemios[323],
+sombreros con plumas y mascarillas en los rostros, los chapines[324],
+con plata, colgando de los respaldares de los sillones; y ellos, unos
+con portamanteos sin cojines, y otros sin cojines ni portamanteos, las
+capas dobladas debajo, las valonas[325] en los sombreros, con alforjas
+detrás; y los músicos, con la guitarras en cajas delante de los arzones,
+y algunos dellos ciclanes de estribos[326], y otros, eunucos, con los
+mozos que le sirven[327] a las ancas, unos con espuelas sobre los
+zapatos y las medias, y otros con botas de rodillera, sin ninguna; otros
+con varas para hacer andar sus cabalgaduras y las de las mujeres. Los
+apellidos de los más eran valencianos, y los nombres de las
+representantas[328] se resolvían en Marianas y Anas Marías, hablando
+todo recalcado[329], con el tono de la representación. La conversación
+con que entraron en la venta era decir que habían robado a Lisboa,
+asombrado a Córdoba y escandalizado a Sevilla, y que habían de despoblar
+a Madrid[330], porque con sola la loa que llevaban para la entrada, de
+un tundidor de Ecija[331], habían de derribar cuantos autores entrasen
+en la Corte. Con esto, se fueron arrojando de las cabalgaduras, y los
+maridos, muy severos[332], apeando en los brazos a sus mujeres, llamando
+todos al Güésped,
+
+ «y él de nada se dolía»[333].
+
+La Autora se asentó en una alhombrilla que la echaron en el suelo; las
+demás princesas, alrededor, y el Autor andaba solicitando el regalo de
+todos, como pastor de aquel ganado. Y dijo el Cojuelo:
+
+--Con el señor Autor estoy en pecado mortal de parte de mis camaradas.
+
+--¿Por qué?--dijo don Cleofás.
+
+Respondió el Diablillo:
+
+--Porque es el peor representante del mundo, y hace siempre los demonios
+en los autos del Corpus, y está perdigado[334] para demonio de veras, y
+para que haga en el infierno los autores si se representaren comedias;
+que algunas hacen estas farándulas, que aun para el infierno son malas.
+
+--Uno he visto aquí--dijo don Cleofás--, entre los demás compañeros, que
+le he deseado cruzar la cara, porque me galanteó en Alcalá una doncella,
+moza mía, que se enamoró dél viéndole hacer un rey de Dinamarca.
+
+--Doncella--dijo el Cojuelo--debía de ser de allá[335]; pero si
+quieres--prosiguió--que tomemos los dos venganza del Autor y del
+Representante, espera y verás cómo lo trazo; porque agora quieren
+repartir una comedia con que han de secundar en Madrid, y sobre los
+papeles has de ver lo que pasa.
+
+Al mismo tiempo que decía esto el Cojuelo, el apuntador de la Compañía
+sacó de un alforja los de una comedia de Claramonte[336], que había
+acabado de copiar en Adamuz el tiempo que estuvieron allí, diciendo al
+Autor:
+
+--Aquí será razón que se repartan estos papeles, entretanto que se
+adereza la comida y parece el Güésped.
+
+El Autor vino en ello, porque se dejaba gobernar del tal Apuntador, como
+de hombre que tenía grandísima curia en la comedia, y había sido
+estudiante en Salamanca, y le llamaban el Filósofo por mal nombre; y
+llegando con el papel de la segunda dama a Ana María, mujer del que
+cantaba los bajetes y bailaba los días de Corpus, habiéndole dado la
+primera dama a Mariana, la mujer del que cobraba y que hacía su parte
+también en las comedias de tramoya, arrojándole, dijo que ella había
+entrado para partir entre[337] las dos los primeros papeles, y que
+siempre le daban los segundos, y que ella podía enseñar a representar a
+cuantas andaban en la comedia, porque había representado al lado de las
+mayores representantas del mundo y en la legua[338] la llamaban
+Amarilis[339], segunda deste nombre. Esotra le dijo que no sabría mirar
+lo que ella con su zapato representaba[340], respondiéndole esotra que
+de cuándo acá tenía tanta soberbia, sabiendo que en Sevilla le prestó
+hasta las enaguas para hacer el papel de Dido[341] en la gran comedia de
+don Guillén de Castro, echando a perder la comedia y haciendo que
+silbasen la compañía.
+
+--Tú eres la silbada--dijo esotra--, y tu ánima[342].
+
+Llegando a las manos y diciéndose palabras mayores, y tan grandes, que
+alcanzaron a los maridos; y sacando unos con otros las espadas, comenzó
+una batalla de comedia, metiéndolos en paz los mozos de mulas con los
+frenos que acababan de quitar; y dejándolos empelotados, se salieron don
+Cleofás y el Cojuelo de la venta al camino de Andalucía, quedándose
+abrasando a cuchilladas la compañía que fuera un Roncesvalles del
+molino del papel[343] si el Ventero no llegara con la Hermandad[344] en
+busca de los dos que se fueron, para prendello, con escopetas, chuzos y
+ballestas; y hallando esta nueva matanza en su venta, y jarros, tinajas
+y platos hechos tantos[345] en la refriega, los apaciguaron, y
+prendieron a los dichos representantes para llevarlos a Ciudad Real,
+habiendo de tener otra pelaza más pesada con el alguacil que los traía a
+Madrid por orden de los arrendadores, con comisión del Consejo[346].
+
+
+
+
+TRANCO VI
+
+
+En este tiempo, nuestros caminantes, tragando leguas de aire, como si
+fueran camaleones[347] de alquiler, habían pasado a Adamuz, del gran
+Marqués del Carpio, Haro y nobilísimo decendiente de los señores
+antiguos de Vizcaya, y padre ilustrísimo del mayor Mecenas[348] que los
+antiguos ingenios y modernos han tenido, y caballero que igualó con sus
+generosas partes su modestia. Y habiéndose sorbido de los siete vados y
+las ventas de Alcolea, se pusieron a vista de Córdoba por su fertilísima
+campiña y por sus celebradas dehesas gamonosas[349], donde nacen y
+pacen tantos brutos, hijos del Céfiro más que los que fingió la
+antigüedad en el Tajo portugués[350]; y entrando por el Campo de la
+Verdad[351] (pocas veces pisado de gente desta calaña) a la Colonia[352]
+y populosa patria de dos Sénecas y un Lucano, y del padre de la Poesía
+española, el celebrado Góngora, a tiempo que se celebraban fiestas de
+toros aquel día, y juego de cañas, acto positivo[353] que más
+excelentemente ejecutan los caballeros de aquella ciudad, y tomando
+posada en el mesón de las Rejas[354], que estaba lleno de forasteros que
+habían concurrido a esta celebridad, se apercibieron para ir a vellas,
+limpiándose el polvo de las nubes; y llegando a la Corredera[355], que
+es la plaza donde siempre se hacen estas festividades, se pusieron a ver
+un juego de esgrima que estaba en medio del concurso de la gente, que en
+estas ocasiones suele siempre en aquella provincia preceder a las
+fiestas, a cuya esfera no había llegado la línea recta, ni el ángulo
+obtuso ni oblicuo[356]; que todavía se platicaba el uñas arriba y el
+uñas abajo de la destreza primitiva que nuestros primeros padres
+usaron; y acordándose don Cleofás de lo que dice el ingeniosísimo
+Quevedo en su _Buscón_[357], pensó[358] perecer de risa, bien que se
+debe al insigne don Luis Pacheco de Narváez haber sacado de la obscura
+tiniebla de la vulgaridad a luz la verdad deste arte, y del caos de
+tantas opiniones las demonstraciones matemáticas desta verdad.
+
+Había dejado en esta ocasión la espada negra[359] un mozo de Montilla,
+bravo aporreador, quedando en el puesto otro de los Pedroches, no menos
+bizarro campeón, y arrojándose, entre otros que la fueron a tomar muy
+apriesa, don Cleofás la levantó primero que todos, admirando la
+resolución de el forastero, que en el ademán les pareció castellano, y
+dando a su camarada la capa y la espada, como es costumbre, puso
+bizarramente las plantas en la palestra. En esto, el Maestro, con el
+montante[360], barriendo los pies a los mirones, abrió la rueda, dando
+aplauso[361] a la pendencia vellorí[362], pues se hacía con espadas
+mulatas; y partiendo el andaluz y el estudiante castellano uno para el
+otro airosamente, corrieron una ida y venida sin tocarse al pelo de la
+ropa, y a la segunda, don Cleofás, que tenía algunas revelaciones de
+Carranza, por el cuarto círculo[363] le dió al andaluz con la zapatilla
+un golpe de pechos, y él, metiendo el brazal, un tajo a don Cleofás en
+la cabeza, sobre la guarnición de la espada; y convirtiendo don Cleofás
+el reparo en revés, con un movimiento accidental[364], dió tan grande
+tamborilada al contrario, que sonó como si la hubiera dado en la
+tumba[365] de los Castillas. Alborotáronse algunos amigos y conocidos,
+que había en el corro, y sobre el montante del señor Maestro le entraron
+tirando algunas estocadillas veniales al tal don Cleofás, que con la
+zapatilla, como con agua bendita, se las quitó, y apelando a su espada y
+capa, y el Cojuelo a sus muletas, hicieron tanta riza[366] en el montón
+agavillado, que fué menester echalles un toro para ponellos en paz: tan
+valiente montante de Sierramorena, que a dos o tres mandobles puso la
+plaza más despejada que pudieran la guarda tudesca y española, a costa
+de algunas bragas que hicieron por detrás cíclopes a sus dueños[367],
+encaramándose a un tablado don Cleofás y su camarada, muy falsos[368],
+a ver la fiesta, haciéndose aire con los sombreros, como si tal no
+hubiera pasado por ellos; y acechándolos unos alguaciles, porque en
+estas ocasiones siempre quiebra la soga por lo más forastero[369],
+habiendo dejarretado el toro, llegaron desde la plaza a caballo,
+diciéndoles:
+
+--Señor Licenciado y señor Cojo, bajen acá, que los llama el señor
+Corregidor.
+
+Y haciendo don Cleofás y su compañero orejas de mercader, comenzaron los
+ministros o vaqueros de la justicia a quererlo intentar con las varas, y
+agarrándose cada uno de la suya, a vara por barba[370], dijeron a los
+tales ministros, quitándoselas de las manos de cuajo:
+
+--Sígan[n]os vuesas mercedes si se atreven a alcanzarnos.
+
+Y levantándose por el aire, parecieron cohetes voladores, y los dichos
+alguaciles, capados de varas, pedían a los gorriones «¡Favor a la
+justicia!»[371], quedándose suspensos y atribuyendo la agilidad de los
+nuevos volatines a sueño, haciendo tan alta punta[372] los dos halcones,
+salvando a Guadalcázar, del ilustre Marqués de este título, del claro
+apellido de los Córdovas, que dieron sobre el rollo de Écija, diciéndole
+el Cojuelo a don Cleofás:
+
+--Mira qué gentil árbol berroqueño, que suele llevar hombres, como otros
+fruta.
+
+--¿Qué coluna tan grande es ésta?--le preguntó don Cleofás.
+
+--El celebrado rollo[373] del mundo--le respondió el Cojuelo.
+
+--Luego ¿esta ciudad es Écija?--le repitió don Cleofás.
+
+--Ésta _es_ Écija, la más fértil población de Andalucía--dijo el
+Diablillo--, que tiene aquel sol[374] por armas a la entrada de esa
+hermosa puente, cuyos ojos rasgados lloran a Genil, caudaloso río que
+tiene su solar en Sierra Nevada, y después, haciendo con el Darro
+maridaje de cristal, viene a calzar de plata estos hermosos edificios y
+tanto pueblo de abril y mayo[375]. De aquí fué Garci Sánchez de
+Badajoz[376], aquel insigne poeta castellano; y en esta ciudad solamente
+se coge el algodón[377], semilla que en toda España no nace, además de
+otros veinte y cuatro frutos, sin sembrallos, de que se vale para vender
+la gente necesitada; su comarca también es fertilísima[378]. Montilla
+cae aquí a mano izquierda, habitación de los heroicos marqueses de
+Priego, Córdovas y Aguilares, de cuya gran casa salió, para honra de
+España, el que mereció llamarse Gran Capitán por antonomasia, y hoy a su
+Marqués ilustrísimo se le ha acrecentado la casa de Feria, por morir sin
+hijos aquel gran portento de Italia, que malogró la Fortuna, de envidia;
+cuyo gran sucesor, siendo mudo, ocupa a grandezas en silencio elocuente
+las lenguas de la Fama. Más abajo está Lucena, del Alcaide de los
+Donceles, Duque de Cardona, en cuyo océano de blasones se anegó la gran
+casa de Lerma. Luego, Cabra, celebrada por su sima[379], tan profunda
+como la antigüedad de sus dueños, pregona con las lenguas de sus
+almenas, que es del ínclito Duque de Sesa y Soma, y que la vive hoy su
+entendido y bizarro heredero. Luego Osuna se ofrece a la demarcación
+destos ilustres edificios, blasonando con tantos maestres Girones la
+altivez de sus duques; y veinte y dos leguas de aquí cae la hermosísima
+Granada, paraíso de Mahoma, que no en vano la defendieron tanto sus
+valientes africanos españoles, de cuya Alhambra y Alcazaba es alcaide el
+nobilísimo Marqués de Mondéjar, padre del generoso conde de Tendilla,
+Mendozas del Ave María y credo de los caballeros. No nos olvidemos, de
+camino, de Guadix, ciudad antigua y celebrada por sus melones[380], y
+mucho más por el divino ingenio del doctor Mira de Mescua[381], hijo
+suyo y arcediano.
+
+Cuando iba el Cojuelo refiriendo esto, llegaron a la Plaza Mayor de
+Ecija, que es la más insigne del Andalucía, y junto a una fuente que
+tiene en medio del jaspe, con cuatro ninfas gigantas de alabastro
+derramando lanzas de cristal[382], estaban unos ciegos sobre un banco,
+de pies, y mucha gente de capa parda de auditorio, cantando la relación
+muy verdadera que trataba de cómo una maldita dueña se había hecho
+preñada del diablo, y que por permisión de Dios había parido una manada
+de lechones, con un romance de don Alvaro de Luna y una letrilla contra
+los demonios, que decía:
+
+ «Lucifer tiene muermo,
+ Satanás, sarna,
+ y el Diablo Cojuelo
+ tiene almorranas.
+ Almorranas y muermo,
+ sarna y ladillas,
+ su mujer se las quita
+ con tenacillas.»[383]
+
+El Cojuelo le dijo a don Cleofás:
+
+--¿Qué te parece los testimonios que nos levantan estos ciegos y las
+sátiras que nos hacen? Ninguna raza de gente se nos atreve a nosotros si
+no son éstos, que tienen más ánimo que los mayores ingenios; pero esta
+vez me lo han de pagar, castigándose ellos mismos por sus propias manos,
+y daré, de camino, venganza a las dueñas, porque no hay en el mundo
+quien no las quiera mal, y nosotros las tenemos grandes obligaciones,
+porque nos ayudan a nuestros embustes; que son demonias hembras[384].
+
+Y sobre la entonación de las coplas metió el Cojuelo tanta cizaña entre
+los ciegos, que, arrempujándose primero, y cayendo dellos en el pilón de
+la fuente, y esotros en el suelo, volviéndose a juntar, se mataron a
+palos, dando barato[385], de camino, a los oyentes, que les respondieron
+con algunos puñetes y coces. Y como llegaron a Écija con las varas de
+los alguaciles de Córdoba, pensando que traían alguna gran comisión de
+la Corte, llegó la justicia de la ciudad a hacelles fiesta y a
+lisonjeallos con ofrecerles sus posadas, y ellos, valiéndose de la
+ocasión, admitieron las ofertas, con que fueron regalados como cuerpos
+de rey; y preguntándoles qué era el negocio que traían para Écija, el
+Cojuelo les respondió que era contra los médicos y boticarios, y visita
+general de beatas; y que a los médicos se les venía a vedar que después
+de matar un enfermo, no les valiese[386] la mula por sagrado; y que,
+cuando no se saliese con esto, por lo menos, a los boticarios que
+errasen las purgas, que no pudiesen ser castigados si se retrujesen[387]
+en los cimenterios de las mulas de los médicos, que son las ancas[388];
+y que a las beatas se les venía a quitar el tomar tabaco, beber
+chocolate y comer jigote.
+
+Parecióle al Alguacil Mayor, que no era lerdo y tenía su punta de hacer
+jácaras y entremeses, que hacían burla dellos, y quiso agarrallos para
+dar con ellos en la trena, y después sacudilles el polvo y batanalles el
+cordobán, por embelecadores, embusteros y alguaciles chanflones[389]; y
+levantando el Cojuelo una polvareda de piedra azufre y asiendo a don
+Cleofás por la mano, se desaparecieron, entre la cólera y
+resolución[390] de los ministros ecijanos, dejándolos tosiendo y
+estornudando, dándose de cabezadas unos a otros sin entenderse, haciendo
+los neblíes de la más obscura Noruega[391] puntas a diferentes partes; y
+dejando a la derecha a Palma, donde se junta Genil con Guadalquivir[392]
+por el vicario de las aguas, villa antigua de los Bocanegras y
+Portocarreros, y de quien fué dueño aquel gran cortesano y valiente
+caballero don Luis Portocarrero, cuyo corazón excedió muchas varas a su
+estatura, y luego a la Monclova, bosque deliciosísimo y monte de Clovio,
+valeroso capitán romano, y posesión hoy de otro Portocarrero y Enríquez,
+no menos gran caballero que el pasado, y a la hermosa villa de Fuentes,
+de quien fué marqués el bizarro y no vencido don Juan Claros de Guzmán
+el Bueno, que, después de muchos servicios a su rey, murió en Flandes
+con lástima de todos y envidia de más, hijo de la gran casa de
+Medina-Sidonia, donde todos sus Guzmanes son Buenos por apellido, por
+sangre y por sus personas esclarecidas, sin tocar al pelo de la ropa a
+Marchena, habitación noble de los duques de Arcos, marqueses que fueron
+de Cádiz, de quien hoy es meritísimo señor el excelentísimo duque don
+Rodrigo Ponce de León, en quien se cifran todas las proezas y grandezas
+heroicas de sus antepasados, columbrando desde más lejos a Villanueva
+del Río, de los marqueses de Villanueva, Enríquez y Riberas, y hoy de
+don Antonio Álvarez de Toledo y Beamonte, marqués suyo y duque de
+Güesca, heredero ilustre del gran Duque de Alba, Condestable de Navarra,
+llegaron de un vuelo los dos pajarotes de camarada[393], no siendo ésta
+la mayor pareja que habían corrido, al pie de la cuesta de Carmona, en
+su dilatada, fértil y celebrada vega, donde les anocheció, diciéndole
+don Cleofás al amigo:
+
+--Camarada, descansemos un poco, que es mucho pajarear éste, y nos
+metemos a lechuzas silvestres; que la serenidad de la noche y el verano
+brindan a pasalla en el campo.
+
+--Soy de ese parecer--dijo el Cojuelo--: tendamos la raspa[394] en este
+pradillo junto a este arroyo, espejo donde se están tocando las
+estrellas, porque aguardan a la madrugada visita del sol, Gran Turco de
+todas esas señoras.
+
+Y don Cleofás, poniendo el ferreruelo[395] por cabecera y la espada
+sobre el estómago, acomodó el individuo, y estando boca arriba, paseando
+con los ojos la bóveda celestial, cuya fábrica portentosa al más ciego
+gentil obliga a rastrear que la mano de su artífice es de Dios, y de
+gran Dios, le dijo al camarada:
+
+--¿No me dirás, pues has vivido en aquellos barrios, si esas estrellas
+son tan grandes como esos astrólogos dicen cuando hablan de su magnitud,
+y en qué cielo están, y cuantos cielos hay, para que no nos den
+papillas[396] cada día con tantas y tan diversas opiniones, haciéndonos
+bobos a los demás con líneas y coluros imaginados, y si es verdad que
+los planetas tienen epiciclos, y el movimiento de cada cielo, desde el
+primer móvil al remiso y al trepidante, y dónde están los signos de
+estos luceros escribanos, porque yo desengañe al mundo y no nos vendan
+imaginaciones por verdades?
+
+El Cojuelo le respondió:
+
+--Don Cleofás, nuestra caída fué tan apriesa, que no nos dejó reparar en
+nada; y a fee que si Lucifer no se hubiera traído tras de sí la tercera
+parte de las estrellas[397], como repiten tantas veces en los autos del
+Corpus, aun hubiera más en que haceros más garatusas la Astrología. Esto
+todo sea con perdón del antojo del Galileo[398] y el del gran don Juan
+de Espina[399], cuya célebre casa y peregrina silla son ideas de su raro
+ingenio; que yo hablo de antojos abajo, como de tejas, y salvo la
+óbtica[400] destos señores antojadizos que han descubierto al sol un
+lunar en el lado izquierdo, y en la luna han linceado montes y valles, y
+han visto a Venus _cornuta_. Lo que yo sé decir, que el poco tiempo que
+estuve por allá arriba nunca oí nombrar la Bocina, el Carro, la _Espica
+Vírginis,_ la _Ursa major_ ni la _Ursa minor,_ las Pléyades ni las
+Helíades, nombres que los de la Astrología les han dado, y esa que
+llamaron _Vía Láctea,_ y ahora los vulgares Camino de Santiago, por
+donde anda tanto el cojo como el sano; que si esto fuera así, yo
+también, por lo cojo, había de andar por aquel camino[401], siendo hijo
+de vecino de aquella provincia.
+
+Ya en estas razones últimas se había agradecido al sueño el tal Don
+Cleofás, dejando al compañero de posta[402] como grulla[403] de la otra
+vida, cuando un gran estruendo de clarines y cabalgaduras le despertó
+sobresaltado, recelando que se le llevaba a otra parte más desacomodada
+el que le había agasajado hasta entonces; pero el Diablillo le sosegó,
+diciendo:
+
+--No te alborotes, don Cleofás; que, estando conmigo, no tienes que
+temer nada.
+
+--Pues ¿qué ruido tan grande es éste--le replicó el Estudiante.
+
+--Yo te lo diré--dijo el Cojuelo--, si acabas de despertar y me escuchas
+con atención.
+
+
+
+
+TRANCO VII
+
+
+El Estudiante se incorporó entonces, supliendo con bostezos y esperezos
+lo que le faltaba por dormir, y prosiguió el Diablillo, diciendo:
+
+--Todo este estruendo trae consigo la casa de la Fortuna, que pasa al
+Asia Mayor a asistir a una batalla campal entre el Mogor y el Sofí, para
+dar la victoria a quien menos la mereciere. Escucha y mira; que esta que
+pasa es su recámara, y en lugar de acémilas van mercaderes y hombres de
+negocios que llaman, cargados de cajas de moneda de oro y plata, con
+reposteros bordados encima con las armas de la Fortuna, que son los
+cuatro vientos, y un harpón en una torre, moviéndose a todos cuatro,
+sogas y garrotes del mismo metal que llevan, y, con ir con tanto peso,
+van descansados, a su parecer. Esta tropa inumerable que pasa ahora mal
+concertada es de oficiales de boca, cocineros, mozos de cocina,
+botilleres, reposteros, despenseros, panaderos, veedores, y la demás
+canalla que toca a la bucólica. Estos que vienen agora a pie, con
+fieltros blancos terciados por los hombros, son lacayos de la Fortuna,
+que son los mayores ingenios que ha tenido el mundo, entre los cuales va
+Homero, Píndaro, Anacreonte, Virgilio, Ovidio, Horacio, Silio Itálico,
+Lucano, Claudiano, Estacio Papinio, Juvenal, Marcial, Catulo, Propercio,
+el Petrarca, Sanazaro, el Taso, el Bembo, el Dante, el Guarino, el
+Ariosto, el caballero Marino, Juan de Mena, Castillejo, Gregorio
+Hernández, Garci Sánchez, Camoes y otros muchos que han sido en
+diferentes provincias príncipes de la Poesía.
+
+--Por cierto que han medrado poco--dijo el Estudiante--, pues no han
+pasado de lacayos de la Fortuna.
+
+--No hay en su casa--dijo el Cojuelo--quien tenga lo que merece.
+
+--¿Qué escuadrón es éste tan lucido, con joyas de diamantes y cadenas y
+vestidos lloviendo oro y perlas--prosiguió el Estudiante--, que llevan
+tantos pajes en cuerpo que los alumbran con tantas hachas blancas, y
+van sobre filósofos antiguos que les sirven de caballos, de tan malos
+talles, que los más son corcovados, cojos, mancos, calvos, narigones,
+tuertos, zurdos y balbucientes?
+
+--Éstos son--dijo el Cojuelo--potentados, príncipes y grandes señores
+del mundo, que van acompañando a la Fortuna, de quien han recibido los
+estados y las riquezas que tienen, y, con ser tan poderosos y ricos, son
+los más necios y miserables de la tierra.
+
+--¡Buen gusto ha tenido la Fortuna, por cierto!--dijo don Cleofás--.
+¡Bien se le parece[404] que tiene nombre de mujer: que escoge lo peor!
+
+--Primero lo debieron a la naturaleza--respondió el Cojuelo, y prosiguió
+diciendo--; Aquel gigante que viene sobre un dromedario, con un ojo, y
+ése ciego, solamente, en la mitad de la frente, con un árbol en las
+manos de suma magnitud, lleno de bastones, mitras, laureles, hábitos,
+capelos, coronas y tiaras, es Polifemo, que después que le cegó Ulises,
+le ha dado la Fortuna a cargo aquella escarpia de dignidades, para que
+las reparta a ciegas y va siempre junto al carro triunfal de la Fortuna,
+que es aquel que le tiran cincuenta emperadores griegos y romanos, y
+ella viene cercada de faroles de cristal, con cirios pascuales
+encendidos dentro dellos, sobre una rueda llena de arcaduces de plata,
+que siempre está llenándolos y vaciándolos de viento, y esotro pie, en
+el elemento mismo, que está lleno de camaleones que le van dando
+memoriales, y ella rompiéndolos. Ahora vienen siguiéndola sus damas en
+elefantes, con sillones de oro sembrados de balajes, rubíes y
+crisólitos. La primera es la Necedad, camarera mayor suya, y aunque fea,
+muy favorecida. La Mudanza es esotra, que va dando cédulas de
+casamiento, y no cumpliendo ninguna. Esotra es la Lisonja, vestida a la
+francesa de tornasoles de aguas, y lleva en la cabeza un iris de colores
+por tocado, y en cada mano cien lenguas. Aquella que la sucede, vestida
+de negro, sin oro ni joya, de linda cara y talle, que viene llorosa, es
+la Hermosura: una dama muy noble y muy olvidada de los favores de su
+ama. La Envidia la sigue y la persigue, con un vestido pajizo, bordado
+de basiliscos y corazones.
+
+--Siempre esa dama--dijo don Cleofás--come grosura[405]: que es halcón
+de las alcándaras de palacio.
+
+--Esotra que viene--prosiguió el Cojuelo--, que parece que va preñada,
+es la Ambición, que está hidrópica de deseos y de imaginaciones. Esotra
+es la Avaricia, que está opilada de oro[406], y no quiere tomar el
+acero[407], porque es más bajo metal. Aquellas que vienen, con tocas
+largas y antojos, sobre minotauros[408], son la Usura, la Simonía, la
+Mohatra, la Chisme[409], la Baraja[410], la Soberbia, la Invención, la
+Hazañería, dueñas de la Fortuna. Los que vienen galanteando a estas
+señoras todas y alumbrándolas con antorchas de colores diferentes son
+ladrones, fulleros, astrólogos, espías, hipócritas, monederos falsos,
+casamenteros, noveleros, corredores[411], glotones y borrachos. Aquel
+que viene sobre el asno de oro[412] de Lucio Apuleyo es Creso, mayordomo
+mayor de la Fortuna, y a su mano izquierda, Astolfo, su caballerizo
+mayor. Aquellos que van sobre cubas con ruedas y velicómenes[413] en las
+manos, dando carcajadas de risa, son sus gentiles hombres de la copa,
+que han sido taberneros de Corte primero. Aquella escuadra de
+selvajes[414] que vienen en jumentos de albarda son contadores,
+tesoreros, escribanos de raciones, administradores, historiadores,
+letrados, correspondientes[415], agentes de la Fortuna, y llevan manos
+de almireces por plumas, y por papel, pieles de abadas. Tras dellos
+viene una silla de manos, bordada de trofeos, para las visitas de la
+Fortuna; los silleros son Pitágoras, Diógenes, Aristóteles, Platón, y
+otros filósofos para remudar, con camisolas y calzones de tela de nácar,
+herrados los rostros con eses y clavos[416]. Aquellos que vienen agora
+de tres en tres, sobre tumbas enlutadas, a la jineta y a la brida, son
+médicos de la cámara y de la familia, boticarios y barberos de la
+Fortuna. Agora cierra todo este escuadrón y acompañamiento aquella
+prodigiosísima torre andante, que es la de Babilonia, llena de gigantes,
+de enanos, de bailarines y representantes, de instrumentos músicos y
+marciales, de voces, de algazaras, que se ven y oyen por infinitas
+ventanas que tiene el edificio, coronadas de luminarias y flechando
+girándulas[417] y cohetes voladores[418]; y en un balcón grande de la
+fachada va la Esperanza: una jayana vestida de verde, muy larga de
+estatura, y muchos pretendientes por abajo, a pie, soldados, capitanes,
+abogados, artífices y profesores de diferentes ciencias, mal vestidos,
+hambrientos y desesperados, dándola voces, y con la confusión no se
+entienden los unos a los otros, ni los otros a los unos. Y por otro
+balcón del lado derecho va la Prosperidad, coronada de espigas de oro y
+vestida de brocado de tres altos[419], bordado de las cuatro estaciones
+del año, sembrando talegos sobre muchos mentecatos ricos, que van en
+literas roncando, que no los han menester y piensan que los sueñan.
+Ahora sigue todo este aparato una infinita tropa de carros largos,
+llenos de comida y vestidos de mujeres y de hombres, que es la
+guardarropa de la Fortuna; y con ir tantos como la siguen desnudos y
+hambrientos, no les da un bocado que coman ni un trapo con que se
+cubran, y aunque los repartiera con ellos, no les vinieran bien, que
+están hechos solamente a medida de los dichosos.
+
+Seguía este carruaje un escuadrón volante de locos, a pie, y a caballo,
+y en coches, con diferentes temas, que habían perdido el juicio de
+varios sucesos de la Fortuna por mar y por tierra, unos riéndose, otros
+llorando, otros cantando, otros callando, y todos renegando della[420];
+y no tomaba de otros parecer, diligencia para no acertar nada,
+desapareciendo toda esta máquina confusa una polvareda espantosa, en
+cuyo temeroso piélago se anegó toda esta confusión, llegando el día, que
+fué mucho que no se perdiera el sol con la grande polvareda, como don
+Beltrán[421] de los planetas, subiéndose los dos camaradas la cuesta
+arriba a la recién bautizada ciudad de Carmona[422], atalaya del
+Andalucía, de cielo tan sereno[423], que nunca le tuvo, y adonde no han
+conocido al catarro si no es para serville[424]; y tomando refresco de
+unos conejos y unos pollos en un mesón que se llama de los Caballeros,
+pasaron a Sevilla, cuya giralda y torre[425] tan celebrada se descubre
+desde la venta de Peromingo[426] el Alto, tan hija de vecino de los
+aires, que parece que se descalabra en las estrellas.
+
+Admiró a don Cleofás el sitio de su dilatada población, y de la que
+hacen tantos diversos bajeles en el Guadalquivir, valla de cristal de
+Sevilla y de Triana[427], distinguiéndose de más cerca la hermosura de
+sus edificios, que parece que han muerto vírgines[428] y mártires,
+porque todos están con palmas en las manos, que son las que se
+descuellan de sus peregrinos pensiles, entre tantos cidros, naranjos,
+limones, laureles y cipreses; llegando en breve espacio a Torreblanca,
+una legua larga desta insigne ciudad, desde donde comienza su Calzada y
+los caños de Carmona, hermosísima puente de arcos, por donde entra el
+río Guadaira[429] en Sevilla, cuya hidrópica sed se le bebe todo, sin
+dejar apenas una gota para tributar al mar, que es solamente el río en
+todo el mundo que está previligiado deste pecho[430]; haciendo mayor la
+belleza desta entrada infinitas granjas, por una parte y por otra, que
+en cada una se cifra un jardín terrenal, granizando azahares, mosquetas
+y jazmines reales. Y al mismo tiempo que ellos iban llegando a la puerta
+de Carmona, atisbó el Cojuelo entrar por ella a caballo, con vara alta y
+los dos corchetes que sacó del infierno, a Cienllamas; y volviéndose a
+don Cleofás, le dijo:
+
+--Aquel que entra por la puerta de Carmona es comisario de mis amos, que
+viene contra mí a Sevilla: menester es guardarnos.
+
+--No se me da dos blancas[431]--dijo don Cleofás--; que yo estoy
+matriculado en Alcalá, y no tiene ningún tribunal juridicción[432] en mi
+persona; y fuera de eso, dicen que es Sevilla lugar tan confuso, que no
+nos hallarán, si queremos, todos cuantos hurones tiene Lucifer y
+Bercebú[433].
+
+Entrándose en la ciudad los dos a buen paso y guiando el Cojuelo, la
+barba sobre el hombro[434], fueron hilvanando calles, y, llegando a una
+plazuela, reparó don Cleofás en un edificio sumptuoso de unas casas que
+tenían una portada ostentosa de alabastro y unos corredores dilatados de
+la misma piedra. Preguntóle don Cleofás al Cojuelo qué templo era aquél,
+y él le respondió que no era templo, aunque tenía tantas cruces de
+Jerusalén del mismo relieve de mármol, sino las casas de los duques de
+Alcalá, marqueses de Tarifa[435], conde de los Molares y adelantados
+mayores de Andalucía, cuya grandeza ha heredado hoy el gran Duque de
+Medina Celi, por falta de hijos herederos, que aunque fuera mayor, no le
+hiciera más: que por Fox y Cerda es lo más que puede ser.
+
+--Ya conozco ese príncipe--dijo don Cleofás--, y le he visto en la
+Corte, y es tan generoso y entendido como gran señor.
+
+Con esta plática llegaron a la Cabeza del Rey don Pedro, cuya calle se
+llama el Candilejo[436], y atravesando por cal[437] de Abades, la
+Borciguinería[438] y el Atambor[439], llegaron a las calles[440] del
+Agua[441], donde tomaron posada, que son las más recatadas de Sevilla.
+
+En este tiempo, a nuestro Astrólogo o Mágico se lo había llevado de una
+aplopejía[442] el demoñuelo zurdo que sustituía al Cojuelo, y bajó a
+pedir justicia a Lucifer en el güeso del alma, sin las mondaduras del
+cuerpo, del quebrantamiento de su redoma; y doña Tomasa, no olvidando
+los desaires de don Cleofás, trataba con otra requisitoria de venir a
+Sevilla, con un galán nuevo que tenía, soldado de los galeones, para
+tomar venganza casándose con el licenciado Vireno de Madrid la Olimpia
+de mala mano[443], sabiendo que se había escapado allá. Don Cleofás y su
+camarada no salían de su posada, por desmentir las espías de Cienllamas
+y de Chispa y Redina, y subiéndose a un terrado una tarde, de los que
+tienen todas las casas de Sevilla, a tomar el fresco y a ver desde lo
+alto más particularmente los edificios de aquella populosa ciudad,
+estómago de España y del mundo, que reparte a todas las provincias dél
+la sustancia de lo que traga a las Indias en plata y oro (que es
+avestruz de la Europa, pues digiere más generosos metales)[444],
+espantándose don Cleofás de aquel numeroso ejército de edificios, tan
+epilogado, que si se derramara, no cupiera en toda la Andalucía, le dijo
+a su compañero:
+
+--Enséñame desde aquí algunos particulares, si se descubren a la vista.
+
+El Cojuelo le dijo:
+
+--Ya por aquella torre que descubrimos desde tan lejos discurrirás que
+esa bellísima fábrica que está arrimada a ella es la Iglesia Mayor y
+mayor templo de cuantos fabricó la antigüedad ni el siglo de agora
+reconoce. No quiero decirte por menudo sus grandezas; basta afirmarte
+que su cirio pascual pesa ochenta y cuatro arrobas de cera[445], y el
+candelero de tinieblas, de grandeza notable, es de bronce, y de tanta
+ostentación y artificio, que si fuera de oro no hubiera costado
+tanto[446]. Su custodia es otra torre de plata, de la misma fábrica y
+modelo[447]; su trascoro no perdonó piedra esquisita y preciosa a los
+minerales; su monumento es un templo portátil de Salomón[448].
+
+Pero salgámonos della; que aun con las relaciones ni los pensamientos no
+podemos los demonios pasealla, y vuelve los ojos a aquel edificio que se
+llama la Lonja[449], cortada del pernil de San Lorenzo el Real, diseño
+de don Felipe II, y a mano derecha della está el Alcázar, posada real y
+antigua de los reyes de Castilla, fértil albergue de la primavera, de
+quien es ilustrísimo Alcaide el Conde Duque de Sanlúcar la Mayor, gran
+Adtlante[450] del Hércules de España, cuya prudentísima cabeza es el
+reloj del gobierno de su monarquía; que a no estar labrado el Buen
+Retiro[451], fábrica de inimitable ejemplar por el edificio, los
+jardines y estanques, tuviera este palacio sevillano la primacía de
+todas las casas reales del mundo, poniendo en primer lugar el real salón
+que la majestad del rey don Felipe IV el Grande ha copiado de su divina
+idea, donde todas las admiraciones vienen cortas, y las mayores
+grandezas enjaguadas[452]. Más adelante está la Casa de la Contratación,
+que tantas veces se ve enladrillada de barras de oro y de plata[453].
+Luego está la casa del bizarro Conde de Cantillana, gran cortesano,
+galán y palaciego, airoso caballero de la plaza[454], crédito de sus
+aplausos y alegría de sus Reyes; que esto confiesan los toros de Tarifa
+y Jarama cuando cumplen con sus rejones, como con la parroquia[455].
+Luego está, junto a la puerta de Jerez, la gran Casa de la Moneda, donde
+siempre hay montones de oro y de plata[456], como de trigo, y junto a
+ella, el Aduana, tarasca de todas las mercaderías del mundo, con dos
+bocas, una a la ciudad y otra al río, donde está la Torre del Oro y el
+muelle, chupadera de cuanto traen amontonado los galeones en los
+tuétanos de sus camarotes. A mano derecha está la puente de Triana[457],
+de madera, sobre trece barcos. Y más abajo, en el margen del celebrado
+río, las Cuevas, monasterio insigne de la Cartuja de San Bruno, que, con
+profesar el silencio mudo, vive a la lengua del agua[458].
+
+A estotra parte, sobre la orilla de Guadalquivir[459], está Gelves,
+donde todos los romances antiguos de moros[460] iban a jugar cañas, y
+hoy de sus ilustres condes[461] y del gran Duque de Veragua, hijo y
+retrato de tan gran padre;
+
+ que es, para no tener a mundos miedo,
+ Portugal y Colón, Castro y Toledo[462].
+
+--Soltáronsete--dijo don Cleofás--los consonantes, camarada.
+
+--Cuidado fué, y no descuido--respondió el Cojuelo--, porque me deba más
+que prosa el dueño destas alabanzas.
+
+Y prosiguió diciendo:
+
+--Allí es el Alamillo, donde se pescan los sábalos[463], albures y
+sollos, y más abajo cae el Algaba, de los esclarecidos marqueses deste
+título, de Ardales, y condes de Teba, Guzmanes en todo. De esotra parte
+cae el Castellar, de los Ramírez y Saavedras, y a la vuelta,
+Villamanrique, de las Zúñigas[464], de la gran casa de Béjar, cuyo
+último malogrado marqués fué Guzmán dos veces Bueno, sobrino del gran
+Patriarca de las Indias, capellán y limosnero mayor del Rey, cuya
+generosa piedad se taracea con su oficio y con su sangre, y hermano del
+gran Duque de Sidonia[465], cuyo solio es Sanlúcar de Barrameda, corte
+suya, que está ese río abajo, siendo Narciso del Océano y Generalísimo
+del Andalucía y de las costas del mar de España, a cuyo bastón y siempre
+planta vencedora obedece el agua y la tierra, asegurando a su Rey toda
+su monarquía en aquel promontorio donde asiste[466], para blasón del
+mundo. Y pues ya llega la noche, y destas alabanzas no puedo salir menos
+que callando para encarecellas, dejemos para mañana lo demás;--bajándose
+del terrado a tratar que se aderezase la cena, y a salir un poco por la
+ciudad a su insigne Alameda, que hizo y adornó con las dos colunas de
+Hércules el Conde de Barajas[467], asistente de Sevilla, y después, de
+Castilla dignísimo presidente.
+
+
+
+
+TRANCO VIII
+
+
+Ya, para ejecutar su disignio[468], había tomado doña Tomasa[469] (que
+siempre tomaba, por cumplir con su nombre y su condición) una litera
+para Sevilla, y una acémila en que llevar algunos baúles para su ropa
+blanca y algunas galas, con las del dicho galán soldado, que, metiéndose
+los dos en la dicha litera, partieron de Madrid, como unos
+hermanos[470], con la requisitoria que hemos referido. Y a nuestro
+Astrólogo no le habían dado sepultura, sobre las barajas de un
+testamento que había hecho unos días antes y descubrieron en un
+escritorio unos deudos suyos, y estaba la justicia poniendo en razón
+esta litispendencia. Y el Cojuelo y don Cleofás, que habían dormido
+hasta las dos de la tarde, por haber andado rondando la noche antes, la
+mayor parte della, por Sevilla, después de haber comido algunos pescados
+regalados[471] de aquella ciudad y del pan que llaman de Gallegos[472],
+que es el mejor del mundo, y habiendo dormido la siesta (bien que el
+compañero siempre velaba, haciendo diligencias para lisonjear a su dueño
+en razón de su delito), se subieron al dicho terrado, como la tarde
+antes, y enseñándole algunos particulares edificios a su compañero, de
+los que habían quedado sin referir la tarde antes en aquel golfo de
+pueblos, suspiró dos veces don Cleofás, y preguntóle el Cojuelo:
+
+--¿De qué te has acordado, amigo? ¿Qué memorias te han dividido esas dos
+exhalaciones de fuego desde el corazón a la boca?
+
+--Camarada--le respondió el Estudiante--, acordéme de la calle Mayor de
+Madrid y de su insigne paseo a estas horas, hasta dar en el Prado.
+
+--Fácil cosa será verle--dijo el Diablillo--tan al vivo como está
+pasando agora: pide un espejo a la Güéspeda y tendrás el mejor rato que
+has tenido en tu vida; que aunque yo, por la posta, en un abrir y cerrar
+de ojos, te pudiera poner en él[473], porque las que yo conozco comen
+alas del viento por cebada, no quiero que dejemos a Sevilla[474] hasta
+ver en qué paran las diligencias de Cienllamas y las de tu dama, que
+viene caminando acá, y me hallo en este lugar muy bien[475], porque
+alcanzan a él las conciencias de Indias.
+
+A este mismo tiempo subía a su terrado Rufina María, que así se llamaba
+la güéspeda, dama entre nogal y granadillo, por no llamarla mulata, gran
+piloto de los rumbos más secretos de Sevilla, y alfaneque[476] de volar
+una bolsa de bretón desde su faldriquera a las garras de tanta
+doncelliponiente[477] como venían a valerse della. Iba en jubón de
+holanda blanca acuchillado[478], con una enaguas blancas de
+cotonía[479], zapato de ponleví[480], con escarpín[481] sin media, como
+es usanza en esta tierra entre la gente tapetada[482], que a estas horas
+se subía a su azotea a tocar[483] de la tarántula con un peine y un
+espejo que podía ser de armar[484]; y el Cojuelo, viendo la ocasión, se
+le pidió con mucha cortesía para el dicho efeto, diciendo:
+
+--Bien puede estar aquí la señora Güéspeda; que yo sé que tiene
+inclinación a estas cosas.
+
+--¡Ay, señor!--respondió la Rufina María--, si son de la
+nigromancía[485], me pierdo por ellas; que nací en Triana, y sé echar
+las habas[486] y andar el cedazo[487] mejor que cuantas hay de mi
+tamaño, y tengo otros primores mejores, que fiaré de vuesas mercedes si
+me la hacen, aunque todos los que son entendidos me dicen que son
+disparates.
+
+--No dicen mal--dijo el Cojuelo--; pero, con todo eso, señora Rufina
+María, de tan gran talento se pueden fiar los que yo quiero enseñar a mi
+camarada. Esté atenta.
+
+Y tomando el espejo en la mano, dijo:
+
+--Aquí quiero enseñalles a los dos lo que a estas horas pasa en la calle
+Mayor[488] de Madrid, que esto sólo un demonio lo puede hacer, y yo. Y
+adviértase que en las alabanzas de los señores que pasaren, que es
+mesa[489] redonda[490], que cada uno de por sí hace cabecera, y que no
+es pleito de acreedores, que tienen unos antelaciones a otros.
+
+--¡Ay, señor!--dijo la tal Rufina--, comience vuesa merced, que será
+mucho de ver; que yo cuando niña estuve en la Corte con una dama que se
+fué tras de un caballero del hábito de Calatrava que vino a hacer aquí
+unas pruebas, y después me volvieron mis padres a Sevilla, y quedé con
+grande inclinación a esa calle, y me holgaría de volverla a ver, aunque
+sea en este espejo.
+
+Apenas acabó de decir esto la Güéspeda, cuando comenzaron a pasar
+coches, carrozas, y literas, y sillas, y caballeros a caballo, y tanta
+diversidad de hermosuras y de galas, que parecía que se habían soltado
+abril y mayo y desatado las estrellas[491]. Y don Cleofás, con tanto
+ojo[492], por ver si pasaba doña Tomasa; que todavía la tenía en el
+corazón, sin haberse templado con tantos desengaños. ¡Oh proclive
+humanidad nuestra, que con los malos términos se abrasa, y con los
+agasajos se destempla[493]! Pero la tal doña Tomasa, a aquellas horas,
+ya había pasado de Illescas en su litera de dos yemas[494].
+
+La Rufina María estaba sin juicio mirando tantas figuras como en aquel
+teatro del mundo iban representando papeles diferentes, y dijo al
+Cojuelo:
+
+--Señor Güésped, enséñeme al Rey y a la Reina; que los deseo ver y no
+quiero perder esta ocasión.
+
+--Hija--le respondió el Cojuelo--, en estos paseos ordinarios no salen
+Sus Majestades; si quiere ver sus retratos al vivo, presto llegaremos
+adonde cumpla su deseo.
+
+--Sea en hora buena--dijo la tal Rufina, y prosiguió, diciendo--: ¿Quién
+es este caballero y gran señor que pasa agora con tanto lucimiento de
+lacayos y pajes en ese coche que puede ser carroza del sol?
+
+El Cojuelo le respondió:
+
+--Este es el almirante de Castilla don Juan Alfonso Enríquez de Cabrera,
+duque de Medina de Ríoseco y conde de Módica, terror de Francia en
+Fuenterrabía.
+
+--¡Ay, señor!--dijo la Rufina--. ¿Aquél nos echó los franceses de
+España? Dios le guarde muchos años.
+
+--El y el gran Marqués de los Vélez--respondió el Cojuelo--fueron los
+Pelayos segundos, sin segundos, de su patria Castilla.
+
+--¿Quién viene en aquella carroza que parece de la Primavera?--preguntó
+la Rufina.
+
+--Allí viene--dijo el Cojuelo--el Conde de Oropesa y Alcaudete, sangre
+de Toledo, Pimentel, y de la real de Portugal, príncipe de grandes
+partes; y el que va a su mano derecha es el Conde de Luna su primo,
+Quiñones y Pimentel, señor de la casa de Benavides en León, hijo
+primogénito del Conde de Benavente, que es Luna que también resplandece
+de día. El Conde de Lemos y Andrade, marqués de Sarria, pertiguero mayor
+de Santiago, Castro y Enríquez, del gran Duque de Arjona, viene en aquel
+coche; tan entendido y generoso como gran señor. Y en esotro, el Conde
+de Monterrey y Fuentes, presidente de Italia, que ha venido de ser
+Virrey de Nápoles, dejando de su gobierno tanto aplauso a las dos
+Sicilias y sucediéndole en esta dignidad el Duque de las Torres, marqués
+de Liche[495] y de Toral, señor del castillo de Aviados, sumiller de
+corps de su Majestad, príncipe de Astillano, y duque de Sabioneta, que
+este título es el más compatible con su grandeza; a quien acompaña, con
+no menos sangre y divino ingenio, en Italia, el Marqués de
+Alcañizas[496], Almansa, Enríquez y Borja. Allí viene el Condestable
+prudentísimo Velasco, gentilhombre de la cámara de su Majestad, con su
+hermano el Marqués del Fresno. El Duque de Hijar le sigue, Silva, y
+Mendoza, y Sarmiento, marqués de Alenquer y Ribadeo, gran cortesano y
+hombre de a caballo grande en entrambas sillas[497], que por el último
+título que hemos dicho tiene previlegio de comer con los Reyes la Pascua
+deste nombre. Va con él el Marqués de los Balbases, Espínola, cuyo
+apellido puso su gran padre sobre las estrellas. Allí va el Conde de
+Altamira, Moscoso y Sandoval, gran señor y caballero en todo,
+caballerizo mayor de su Majestad de la Reina. Allí pasa el Marqués de
+Pobar, Aragón, con don Antonio de Aragón su hermano, del Consejo de
+Ordenes y del supremo de la Inquisición. Los que atraviesan en aquel
+coche agora son el Marqués de Jódar y el Conde de Peñaranda, del Consejo
+Real de Castilla, ambos Simancas[498] de la jurispericia como de la
+nobleza.
+
+--¿Quién son aquellos dos mozos que van juntos--preguntó Rufina--, de
+una misma edad, al parecer, y que llevan[499] llaves doradas?
+
+--El Marqués de la Hinojosa--respondió el Cojuelo--, conde de Aguilar y
+señor de los Cameros, Ramírez y Arellano, es el uno, y el otro es el
+Marqués de Aytona, favorecedor de la Música y de la Poesía, que heredó,
+hasta la posteridad, de su padre, entrambos camaristas.
+
+--¿Qué coche es aquél tan lleno, que va espumando sangre[500]
+generosísima en tantos bizarros mozos?--preguntó la tal Güéspeda.
+
+--Es del Duque del Infantado--dijo el Cojuelo--, cabeza de los Mendozas
+y Sandoval de varón, marqués de Santillana y del Cenete, conde de
+Saldaña y del Real de Manzanares, hijo y retrato de tan gran padre. Los
+que van con él son el Marqués de Almenara, el más bizarro, galán y bien
+visto de la Corte, hijo del gran Marqués de Orani, el Almirante de
+Aragón, perfecto caballero, el Marqués de San Román, caballero de veras,
+heredero del gran Marqués de Velada, rayo de Orán, de Holanda y
+Gelanda, y su hermano el Marqués de Salinas, que iguala el alma con el
+cuerpo, copias vivas de tan gran padre, y don Iñigo Hurtado de Mendoza,
+primo del Duque del Infantado, grandes caballeros todos y señores, que
+ellos solos pueden alabarse a ellos mismos[501] con decir quién son; que
+todas lenguas de la Fama no bastan. Va con ellos don Francisco de
+Mendoza, gentilhombre cortesano, favorecido de todos y diestro en
+entrambas sillas de la espada blanca y negra[502].
+
+--¿Qué tropa es esta que viene agora a caballo?--preguntó la Rufina.
+
+--Si pasan a espacio, te lo diré--dijo el Cojuelo--. Estos dos primeros
+son el Conde de Melgar y el Marqués de Peñafiel, que llevan en sus
+títulos sus aplausos; don Baltasar de Zúñiga, el Conde de Brandevilla su
+hermano, hijos del Marqués de Mirabel, y que lo parecen en todo; el
+Conde de Medellín, Portocarrero de varón, y el Príncipe de Arambergue,
+primogénito del Duque de Ariscot; el Marqués de la Guardia, que tiene
+título de ángel; el Marqués de la Liseda, Silva y Manrique de Lara, y
+[don] Diego Gómez de Sandoval, comendador mayor de Calatrava, marqués de
+Villazores, Añover y Humanes, don Baltasar de Guzmán y Mendoza, heredero
+de la gran casa de Orgaz; Arias Gonzalo, primogénito del Conde de
+Puñonrostro, imitando las bizarrías de su padre y afianzando las
+imitaciones de su muy invencible agüelo. Allí vienen el Conde de Molina
+y don Antonio Mesía de Tobar su hermano, siendo crédito recíprocamente
+el uno del otro. Y entre ellos, don Francisco Luzón, blasón deste
+apellido en Madrid, cuyo magnánimo corazón hallara[503] estrecha posada
+en un gigante. Va con él don José de Castrejón, deudo suyo, gran
+caballero, y ambos, sobrinos del ilustrísimo Presidente de Castilla. En
+este coche que les sigue viene el Duque de Pastrana, cabeza de los
+Silvas, estudioso príncipe y gran señor, con el Marqués de Palacios,
+mayordomo del Rey y decendiente único de Men Rodríguez de Sanabria,
+señor de la Puebla de Sanabria, mayordomo mayor del rey don Pedro; el
+Conde de Grajal, gran señor, y el Conde de Galve, su hermano del Duque,
+molde de buenos caballeros, y en quien se hallara, si se perdiera[504],
+la cortesía. Los demás que van acompañándole son hombres insignes de
+diferentes profesiones; que éste es siempre su séquito. Viene hablando
+en otro coche con el Príncipe de Esquilache su tío y con el Duque de
+Villahermosa don Carlos, su hermano, éste, del Consejo de Estado de su
+Majestad, y esotro, príncipe de los ingenios. Va con ellos el duque mozo
+de Villahermosa, don Fernando, en quien lo entendido y lo bizarro corren
+parejas, y don Fernando de Borja, comendador mayor de Montesa, de la
+cámara de su Majestad, con veinte y dos cursos de virrey, que se puede
+graduar de Catón Uticense y Censorino. Allí viene el Marqués de Santa
+Cruz, Neptuno español y mayordomo mayor de la Reina nuestra señora.
+Aquél es el Conde de Alba de Liste, con el Marqués de Tabara y el
+Conde de Puñonrostro. Y tras ellos, el Duque de Nochera, Héctor
+napolitano y gobernador hoy de Aragón. En ese coche que se sigue viene
+el Conde de Coruña, Mendoza y Hurtado de las Nueve Musas, honra de los
+consonantes castellanos, en compañía del Conde de la Puebla de
+Montalbán, Pacheco y Girón. Allí, el Marqués de Malagón, Ulloa y
+Saavedra, y el Marqués de Malpica, Barroso y Ribera, y el de Frómista,
+padre del Marqués de Caracena, celebrado por Marte castellano en Italia,
+y el Conde de Orgaz, Guzmán y Mendoza, de Santo Domingo y San
+Ilefonso[505], todos Mayordomos del Rey. Aquel que va en aquel coche es
+el Marqués de Floresdávila, Zúñiga y Cueva, tío del gran Duque de
+Alburquerque, que hoy está sirviendo con una pica en Flandes, capitán
+general de Orán, donde fué asombro del África levantando las banderas de
+su Rey veinte y cinco leguas dentro de la Berbería. Allí va el Conde de
+Castrollano, napolitano Adonis. Allí va el Conde de Garcíes, Quesada y
+andaluz gallardo, el Marqués de Velmar[506], el Marqués de Tarazona,
+Conde de Ayala, Toledo y Fonseca, el Conde de Santisteban y Cocentaina y
+el Conde de Cifuentes, divinos ingenios; el Conde de la Calzada, y tras
+él, el Duque de Peñaranda, Sandoval y Zúñiga. Y en esotro coche, don
+Antonio de Luna y don Claudio Pimentel, del Consejo de Ordenes, Cástor y
+Pólux de la amistad y de la generosidad.
+
+--¡Ay, señor!, aquel que pasa en aquel coche--dijo la Rufina--, si no me
+engaño, es de Sevilla, y se llama Luis Ponce de Sandoval, Marqués de
+Valdeencinas, y como que me crié en su casa.
+
+El Cojuelo respondió:
+
+--Es un muy gran caballero y el más bien quisto que hay en esta tierra
+ni en la Corte; que no es pequeño encarecimiento. Y aquel con quien va
+es el Marqués de Ayamonte, estirado título de Castilla y Zúñiga de
+varón; y no menos que él es ese que viene en ese coche, el Conde de la
+Puebla del Maestre, que tiene más maestres en su sangre que condes, mozo
+de grandes esperanzas, y lo fuera de mayores posesiones si tuviera de su
+parte la atención de la Fortuna. Allí pasa el Conde de Castrillo, Haro,
+hermano del gran Marqués de Carpio, presidente de Indias, y tras él, el
+Marqués de Ladrada[507] y el Conde de Baños, padre y hijo, Cerdas, de la
+gran casa de Medinaceli. Esotro es el Marqués de los Trujillos, bizarro
+caballero. Y tras ellos, el Conde de Fuensalida, con don Jaime Manuel,
+de la cámara de su Majestad y hermano del Duque de Maqueda y
+Nájara[508], que hoy gobierna el tridente de ambos mares.
+
+--Dígame vuesa merced, señor Licenciado--dijo la Rufina--: ¿qué casas
+sumptuosas son estas que están enfrente destas joyeras?
+
+--Son del Conde de Oñate[509]--dijo el Diablillo--, timbre
+esclarecídisimo de los Ladrones de Guevara, Mercurio Mayor[510] de
+España y Conde de Villamediana, hijo de un padre que hace emperadores, y
+es hoy presidente de Ordenes.
+
+--Y aquellas gradas que están allí enfrente--prosiguió la tal Rufina
+María--, tan llenas de gente, ¿de qué templo son, o qué hacen allí tanta
+variedad de hombres vestidos de diferentes colores?
+
+--Aquéllas son las gradas de San Felipe--respondió el Cojuelo--,
+convento de San Agustín, que es el mentidero[511] de los soldados, de
+adonde salen las nuevas primero que los sucesos.
+
+--¿Qué entierro es éste tan sumptuoso que pasa por la calle
+Mayor?--preguntó don Cleofás, que estaba tan aturdido[512] como la
+mulata.
+
+--Éste es el de nuestro Astrólogo--respondió el Cojuelo--, que ayunó
+toda su vida, para que se lo coman todos éstos en su muerte, y siendo su
+retiro tan grande cuando vivo, ordenó que le paseasen por la calle Mayor
+después de muerto[513], en el testamento que hallaron sus parientes.
+
+--Bellaco coche--dijo don Cleofás--es un ataúd para ese paseo.
+
+--Los más ordinarios son ésos--dijo el Cojuelo--, y los que ruedan más
+en el mundo. Y ahora me parece--prosiguió diciendo--que estarán mis amos
+menos indignados conmigo, pues la prenda que solicitaban por mí la
+tienen allá, hasta que vaya estotra mitad, que es el cuerpo, a regalarse
+en aquellos baños de piedra azufre.
+
+--¡Con sus tizones se lo coma[514]!--dijo don Cleofás.
+
+Y la Rufina estaba absorta mirando su calle Mayor, que no les entendió
+la plática, y volviéndose a ella el Cojuelo, le dijo:
+
+--Ya vamos llegando, señora Güéspeda, donde cumpla lo que desea; que ésa
+es la puerta del Sol y la plaza de armas de la mejor fruta[515] que hay
+en Madrid. Aquella bellísima fuente de lapislázuli y alabastro es la del
+Buen Suceso[516], adonde, como en pleito de acreedores, están los
+aguadores gallegos y coritos gozando de sus antelaciones para llenar de
+agua los cántaros. Aquélla es la Victoria[517], de frailes mínimos de
+San Francisco de Paula, retrato de aquel humilde y seráfico portento que
+en el palacio de Dios ocupa el asiento de nuestro soberbio príncipe
+Lucifer; y mire allí enfrente los retratos que yo la prometí
+enseñar;--sin estar la dicha mulata en la plática que hacia don Cleofás
+había dirigido el tal Cojuelo, y diciendo:
+
+--¡Qué linda hilera de señores, que parece que están vivos!
+
+--El Rey nuestro señor es el primero--dijo el Cojuelo.
+
+--¡Qué hombre está!--dijo la mulata--. ¡Qué bizarros bigotes tiene, y
+cómo parece rey en la cara y en el arte! ¡Qué hermosa que está[518]
+junto a él la Reina nuestra señora, y qué bien vestida y tocada! ¡Dios
+nos la guarde! Y aquel niño de oro que se sigue luego, ¿quién es?
+
+--El Príncipe, nuestro señor--dijo don Cleofás--, que pienso que le crió
+Dios en la turquesa de los ángeles.
+
+--Dios le bendiga--replicó Rufina--, y mi ojo no le haga mal[519]; y
+viviendo más que el mundo, nunca herede a su padre, y viva su padre más
+siglos que tiene almenas en su monarquía. ¡Ay, señor!--prosiguió
+Rufina--, ¿quién es aquel caballero que, al parecer, está vestido a la
+turquesca, con aquella señora tan linda al lado, vestida a la española?
+
+--No es--dijo el Cojuelo--traje turquesco; que es la usanza húngara,
+como ha sido rey de Hungría: que es Ferdinando de Austria, cesáreo
+emperador de Alemania y rey de Romanos, y la emperatriz su esposa María,
+serenísima infanta de Castilla, que hasta los demonios--volviéndose a
+don Cleofás--celebramos sus grandezas.
+
+--¿Quién es aquel de tan hermosa cara y tan alentadas
+guedejas[520]--preguntó la Mulata--, que está también en la cuadrilla
+vestido de soldado, tan galán, tan bizarro y tan airoso, que se lleva
+los ojos de todos, y tiene tanto auditorio mirándole?
+
+--Aquél es el serenísimo infante don Fernando--respondió el
+Cojuelo--questá por su hermano gobernando los estados de Flandes, y es
+arzobispo de Toledo y cardenal de España, y ha dado al infierno las
+mayores entradas de franceses y holandeses que ha tenido jamás después
+que[521] se representa en él la eternidad de Dios, aunque entren las de
+Jerjes y Darío, y pienso que ha de hacer dar grada[522] a mujeres de las
+luteranas y calvinistas y protestantes que siguen la seta de sus
+maridos, tanto, que los más de los días vuelve el dinero el purgatorio.
+
+--Gana me da, si pudiera--dijo la Mulata--, de dalle mil besos.
+
+--En país está--dijo don Cleofás--, que tendrá el original bastante
+mercadería de eso; que esta ceremonia dejó Judas sembrada en aquellos
+países[523].
+
+--¡Oh, cómo me pesa--dijo la Rufina--que va anocheciendo, y
+encubriéndose el concurso de la calle Mayor!
+
+--Ya todo ha bajado al Prado[524]--dijo el Cojuelo--, y no hay nada que
+ver en ella; tome vuesa merced su espejo; que otro día le enseñaremos en
+él el río de Manzanares[525], que se llama _río_ porque _se ríe_ de los
+que van a bañarse en él, no teniendo agua; que solamente tiene regada la
+arena, y pasa el verano de noche[526], como río navarrisco[527], siendo
+el más merendado y cenado de cuantos ríos hay en el mundo.
+
+--El más caudal[528] dél es--dijo don Cleofás--, pues lleva más hombres,
+mujeres y coches que pescados los dos mares.
+
+--Ya me espantaba yo--dijo el Cojuelo--que no volvías por tu río.
+Respóndele eso al vizcaíno que dijo: «O vende puente, o compra río».
+
+--No ha menester mayor río Madrid[529]--dijo don Cleofás--, pues hay
+muchos en él que se ahogan en poca agua, y en menos se ahogara aquel
+regidor que entró en el Ayuntamiento de las ranas del Molino
+quemado[530].
+
+--¡Qué galante eres--dijo el Cojuelo--, don Cleofás, hasta contra tus
+regidores!
+
+Bajándose con esto de la azutea, y la Rufina protestando al Cojuelo que
+le había de cumplir la palabra al día siguiente. Todo lo cual y lo que
+más sucediere se deja para esotro tranco.
+
+
+
+
+TRANCO IX
+
+
+Y saliéndose al ejercicio de la noche pasada, aunque las calles de
+Sevilla, en la mayor parte, son hijas del Laberinto de Creta, como el
+Cojuelo era el Teseo de todas, sin el ovillo de Ariadna, llegaron al
+barrio del Duque, que es una plaza más ancha que las demás, ilustrada de
+las ostentosas casas de los Duques de Sidonia, como lo muestra sobre sus
+armas y coronel un niño con una daga en la mano[531], segundo Isaac en
+el hecho, como esotro en la obediencia, el dicho que murió sacrificado a
+la lealtad de su padre don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, alcaide de
+Tarifa; aposento siempre de los asistentes de Sevilla, y hoy del que con
+tanta aprobación lo es, el Conde de Salvatierra[532], gentilhombre de la
+cámara del señor infante Fernando y segundo Licurgo del gobierno. Y al
+entrar por la calle de las Armas, que se sigue luego a siniestra mano,
+en un gran cuarto bajo, cuyas rejas rasgadas descubrían algunas luces,
+vieron mucha gente de buena capa[533] sentados con grande orden, y uno
+en una silla con un bufete delante, una campanilla, recado de escribir y
+papeles, y dos acólitos a los lados, y algunas mujeres con mantos, de
+medio ojo[534], sentadas en el suelo, que era un espacio que hacían
+los asientos, y el Cojuelo le dijo a don Cleofás:
+
+--Esta es una academia de los mayores ingenios de Sevilla, que se juntan
+en esta casa a conferir cosas de la profesión y hacer versos a
+diferentes asumptos[535]: si quieres (pues eres hombre inclinado a esta
+habilidad), éntrate a entretener dentro; que por güéspedes y forasteros
+no podemos dejar de ser muy bien recibidos.
+
+Don Cleofás le respondió:
+
+--En ninguna parte nos podemos entretener tanto: entremos norabuena.
+
+Y trayendo en el aire, para entrar más de rebozo, el Diablillo dos pares
+de antojos, con sus cuerdas de guitarra para las orejas, que se las
+quitó a dos descorteses, que con este achaque palían su descortesía, que
+estaban durmiendo, por ejercella de noche y de día, entraron muy
+severos en la dicha Academia, que apatrocinaba, con el agasajo que
+suele, el Conde de la Torre, Ribera, y Saavedra, y Guzmán, y cabeza y
+varón de los Riberas. El presidente era Antonio Ortiz Melgarejo, de la
+insignia de San Juan[536], ingenio eminente de la Música y de la Poesía,
+cuya casa fué siempre el museo de la Poesía y de la Música. Era
+secretario Alvaro de Cubillo, ingenio granadino que había venido a
+Sevilla a algunos negocios de su importancia[537], excelente cómico y
+grande versificador, con aquel fuego andaluz que todos los que nacen en
+aquel clima tienen, y Blas de las Casas[538] era fiscal, espíritu
+divino en lo divino y humano. Eran, entre los demás académicos,
+conocidos don Cristóbal de Rozas[539] y don Diego de Rosas, ingenios
+peregrinos que han honrado el poema dramático[540], y don García de
+Coronel y Salcedo[541], fénix de las letras humanas y primer[542]
+Píndaro andaluz.
+
+Levantáronse todos cuando entraron los forasteros, haciéndolos acomodar
+en los mejores lugares que se hallaron, y, sosegada la Academia al
+repique de la campanilla del Presidente, habiendo referido algunos
+versos de los sujetos[543] que habían dado en la pasada, y que daban
+fin en los que entonces había leído con una silva al Fénix, que leyó
+doña Ana Caro[544], décima musa sevillana[545], les pidió el Presidente
+a los dos forasteros que por honrar aquella academia repitiesen algunos
+versos suyos, que era imposible dejar de hacerlos muy buenos los que
+habían entrado a oír los pasados; y don Cleofás, sin hacerse más de
+rogar, por parecer castellano entendido y cortesano de nacimiento,
+dijo:
+
+--Yo obedezco, con este soneto que escribí a la gran máscara del Rey
+nuestro señor, que se celebró en el Prado alto, junto al Buen Retiro,
+tan grande anfiteatro, que borró la memoria de los antiguos griegos y
+romanos.
+
+Callaron todos, y dijo en alta voz, con acción bizarra y airoso ademán,
+desta suerte[546]:
+
+ SONETO
+
+ Aquel que, más allá de hombre, vestido
+ De sus propios augustos esplendores,
+ Al sol por virrey tiene, y en mayores
+ Climas su nombre estrecha esclarecido,
+
+ Aquel que, sobre un céfiro nacido,
+ Entre los ciudadanos moradores
+ Del Betis, a quien más que pació flores
+ Plumas para ser pájaro ha bebido,
+
+ Aquel que a luz y a tornos desafía,
+ En la mayor palestra que vió el suelo,
+ Cuanta le ve estrellada monarquía,
+
+ Es, a pesar del bárbaro desvelo,
+ Filipo el Grande, que, árbitro del día,
+ Está partiendo imperios con el Cielo;
+
+aplaudiéndolo toda la Academia con vítores y un dilatado estruendo
+festivo; y apercibiéndose el Cojuelo para otro, destosiéndose como es
+costumbre en los hombres, siendo él espíritu, dijo deste modo:
+
+ A UN SASTRE TAN CABALLERO, QUE NO QUERÍA CORTAR
+ LOS VESTIDOS DE SUS AMIGOS, REMITIÉNDOLOS A SU
+ MASEBARRILETE[547].
+
+ SONETO
+
+ Pánfilo, ya que los eternos dioses,
+ Por el secreto fin de su juicio,
+ No te han hecho tribuno ni patricio,
+ Con que a la dignidad del César oses,
+
+ Razón será que el ánimo reposes,
+ Haciendo en ti oblación y sacrificio;
+ Que dicen que no acudes a tu oficio
+ Estos que cortan lo que tú no coses.
+
+ Los ojos vuelve a tu primer estado:
+ Las togas cose, y de vestillas deja;
+ Que un plebeyo no aspira al consulado.
+
+ Esto, Pánfilo, Roma te aconseja;
+ No digan que de plumas que has hurtado
+ Te has querido vestir, como corneja.
+
+El soneto fué muy aplaudido de toda la Academia, diciendo los más
+noticiosos della que parecía epigrama de Marcial, o en su tiempo
+compuesto de algún poeta que le quiso imitar, y otros dijeron que
+adolecía[548] del Doctor[549] de Villahermosa, divino Juvenal aragonés,
+pidiendo el Conde de la Torre a don Cleofás y al Cojuelo que honrasen
+aquella junta lo que estuviesen en Sevilla, y que dijesen los nombres
+supuestos con que habían de asistilla, como se usó en la Corusca y en la
+academia[550] de Capua, de Nápoles, de Roma y de Florencia, en Italia,
+y como se acostumbraba en aquélla. Don Cleofás dijo que se llamaba _el
+Engañado,_ y el Cojuelo, _el Engañador,_ sin entenderse el fundamento
+que tenían los dos nombres; y repartiendo los asuntos para la academia
+venidera, nombraron por presidente della al _Engañado_ y por fiscal al
+_Engañador,_ porque el oficio de secretario no se mudaba, haciéndoles
+esta lisonja por forasteros, y porque les pareció a todos que eran
+ingenios singulares. Y sacando una guitarra una dama de las tapadas,
+templada sin sentillo[551], con otras dos cantaron a tres voces un
+romance excelentísimo de don Antonio de Mendoza[552], soberano ingenio
+montañés, y dueño eminentísimo del estilo lírico, a cuya divina música
+vendrán estrechos todos los agasajos de su fortuna. Con que se acabó la
+academia de aquella noche, diviéndose los unos de los otros para sus
+posadas, aunque todavía era temprano, porque no habían dado las nueve, y
+don Cleofás y el Cojuelo se bajaron hacia el Almeda, con pretexto de
+tomar el fresco en la Alamenilla[553], baluarte bellísimo que resiste a
+Guadalquivir, para que no anegue aquel gran pueblo en las continuas y
+soberbias avenidas suyas. Y llegando a vista de San Clemente el Real,
+que estaba en el camino, a mano izquierda, convento ilustrísimo de
+monjas, que son señoras de todo aquel barrio, y de vasallos fuera dél,
+patronazgo magnífico de los Reyes, fundado por el santo rey don
+Fernando porque el día de su advocación ganó aquella ciudad de los
+moros[554], le dijo el Cojuelo a don Cleofás.
+
+--Este real edificio es jaula sagrada de un serafín, o Serafina, que fué
+primero dulcísimo ruiseñor del Tejo[555], cuya divina y extranjera voz
+no cabe en los oídos humanos, y sube en simétrica armonía a solicitar
+la capilla impirea, prodigio nunca visto en el diapasón ni en la
+naturaleza; pero no por eso previlegiada de la envidia.
+
+A estos hipérboles[556] iba dando carrete (verdades pocas veces
+ejecutadas de su lengua), cuando, al revolver otra calle, pocas veces
+paseada a tales horas de nadie, oyeron grandes carcajadas de risa[557] y
+aplausos de regocijo en una casa baja, edificio humilde que se indiciaba
+de jardín por unas pequeñas verjas de una reja algo alta del suelo, que
+malparía algunos relámpagos de luces, escasamente conocidos de los que
+pasaban. Y preguntóle al Cojuelo don Cleofás qué casa era aquella donde
+había tanto regocijo a aquellas horas. El Diablillo le respondió:
+
+--Éste se llama el garito de los pobres; que aquí se juntan ellos y
+ellas, después de haber pedido todo el día, a entretenerse y a jugar, y
+a nombrar los puestos donde han de mendigar esotro día, porque no se
+encuentren unas limosnas con otras. Entremos dentro y nos entretendremos
+un rato; que, sin ser vistos ni oídos, haciéndonos invisibles con mi
+buena maña, hemos de registrar este conclave de San Lázaro.
+
+Y con estas palabras, tomando a don Cleofás por la mano, se entraron por
+un balconcillo que a la mano derecha tenía la mendiga habitación, porque
+en la puerta tenían puesto portero porque no entrasen más de los que
+ellos quisiesen y los que fuesen señalados de la mano de Dios[558]; y
+bajando por un caracolillo a una sala baja, algo espaciosa, cuyas
+ventanas salían a un jardinillo de ortigas y malvas, como de gente que
+había nacido[559] en ellas, la hallaron ocupada con mucha orden de los
+pobres que habían venido, comenzando a jugar al rento y limetas[560] de
+vino de Alanís y Cazalla[561], que en aquel lugar nunca lo hay
+razonable, y algunos mirones, sentados también, y en pie. La mesa sobre
+que se jugaba era de pino, con tres pies y otro supuesto, que podía
+pedir limosna como ellos, un candelero de barro con una antorcha de
+brea, y los naipes con dos dedos de moho hacia cecina[562], de puro
+manejados de aquellos príncipes, y el barato que se sacaba se iba
+poniendo sobre el candelero. Y a estotra parte estaba el estrado de las
+señoras, sobre una estera de esparto, de retorno del ivierno pasado; tan
+remendados todos y todas, que parece que les habían cortado de vestir de
+jaspes de los muladares. Y entrando don Cleofás y su compañero y
+diciendo una pobra, fué todo uno. «Ya viene el Diablo Cojuelo», alteróse
+don Cleofás y dijo a su camarada:
+
+--Juro a Dios que nos han conocido.
+
+--No te sobresaltes--respondió el Diablillo--; que no nos han conocido
+ni nos pueden ver, como te previne; que el que ha dicho la pobra que
+viene es aquel que entra agora, que trae una pierna de palo y una muleta
+en la mano y se viene quitando la montera, y entre ellos le llaman el
+Diablo Cojuelo por mal nombre, que es un bellaco, mal pobre, embustero y
+ladrón, y estoy harto cansado con él y con ellas porque le llaman así,
+que es una sátira que me han hecho con esto, y que yo he sentido mucho;
+pero esta noche pienso que me lo ha de pagar, aunque sea con la mano del
+gato[563], como dicen.
+
+--Muy grande atrevimiento--dijo don Cleofás--ha sido quererlas apostar
+contigo, siendo tú el demonio más travieso del infierno, y no te la hará
+nadie que no te la pague.
+
+--Estos pobres--dijo Cojuelo--, como son de Sevilla, campan también de
+valientes[564], y reñirán con los diablos; pero no se alabará, si yo
+puedo, éste de haber salido horro desta chanza; que en el mundo se me
+han atrevido solamente tres linajes de gente: representantes, ciegos y
+pobres[565]; que los demás embusteros y gente deste género pasan por
+demonios como yo.
+
+En esto, se había acomodado o sentádose en el suelo el Piedepalo, Diablo
+Cojuelo segundo deste nombre, diciendo muchas galanterías a las damas, y
+entró el Murciélago, llamado así porque pedía de noche a gritos por las
+calles, con Sopaenvino, que le había encontrado agazapado en una taberna
+y sacado por el rastro de los mosquitos que salían dél, como de la cuba
+de Sahagún. Convidóles con su asiento el Chicharro y el Gallo, el uno,
+que cantaba pidiendo por las siestas en verano y despertando los
+lirones[566]; el otro mendigaba por las madrugadas; y tomando el suelo
+por mejor asiento, porque cualquiera cosa más alta los desvanecía, y
+estando en esto, entró un pobre en un carretón, a quien llamaban el
+Duque, y todos se levantaron, ellos y ellas, a hacelle cortesía; y él,
+quitándose un sombrerillo que había sido de un carril[567] de un pozo,
+dijo:
+
+--Por mi amor que se estén quedos y quedas, o me volveré a ir.
+
+Temieron el disfavor, y llegándole el muchacho que le traía el carretón
+a la mesa donde se jugaba, pidió cartas. Faraón, que era uno de los del
+juego, llamado desta suerte porque pedía con plagas a las puertas de las
+iglesias, y el Sargento, nombrado así porque tenía un brazo menos[568],
+le dijeron que los dejase jugar su excelencia, que estaban picados; que
+después harían lo que les mandaba; viniéndose el Duque con el Marqués de
+los Chapines, que era un pobre que andaba arrastrando[569], y de la
+cintura arriba muy galán, y estaba entreteniendo las damas, diciendo:
+
+--Con vusía[570] me vengo, que está más bien parado.
+
+Y a ninguno de los dos les habían las damas menester para nada.
+
+La Postillona, llamada deste nombre porque pedía a las veinte[571]
+limosna, no dejando calle ni barrio que no anduviese cada día, tuvo
+palabras con la Berlinga, tan larga como el nombre[572], que había sido
+senda de Esgueva a Zapardiel, sobre celos del Duque; y la Paulina[573],
+que apellidaban ansí porque maldecía a quien no le daba limosna, se picó
+con la Galeona, que llamaban desta suerte porque andaba artillada de
+niños que alquilaba para pedir, sobre haber dicho unas palabras
+preñadas[574] al Marqués, sin dar causa su señoría a ello, metiéndose
+la Lagartija y la Mendruga a revolverlas más, y el Piedepalo a las
+vueltas, con las Fuerzas de Hércules, que eran dos pobres, uno sobre
+otro, que a no meterse Zampalimosnas, que era el garitero, de por medio,
+y Pericón el de la Barquera, y Embudo el Temerario, Tragadardos,
+Zancayo, Peruétano y Ahorcasopas, hubiera un paloteado[575], entre los
+pobres y pobras, de los diablos. El Duque y el Marqués interpusieron
+sus autoridades, y para quietallo de todo punto inviaron por un
+particular[576], que trujo luego Piedepalo, para pagarlo de
+bonete[577], que fueron unos ciegos y una gaita zamorana que muy cerca
+de allí se recogían, que fué menester pagárselo adelantado porque se
+levantasen, y se concertó en treinta cuartos, y dijo el Duque que no se
+había pagado tan caro particular jamás, por vida de la Duquesa[578]. Y
+al mismo tiempo que entró Piedepalo con el particular, se entró tras
+ellos Cienllamas, con la vara en la pretina[579], y Chispa y Redina con
+él, preguntando:
+
+--¿Quién es aquí el Diablo Cojuelo? Que he tenido soplo que está aquí en
+este garito de los pobres, y no me ha de salir ninguno deste aposento
+hasta reconocellos a todos, porque me importa hacer esta prisión.
+
+Los pobres y las pobras se escarapelaron viendo la justicia en su
+garito, y el verdadero Diablo Cojuelo, como quien deja la capa al toro,
+dejó a Cienllamas cebado con el pobrismo, y por el caracolillo se
+volvieron a salir del garito él y don Cleofás.
+
+--Este es--dijo el Duque señalando a Piedepalo--; que nosotros, ni
+hombres como nosotros, no hemos de defender de la justicia a hombres tan
+delincuentes;--tomando venganza de algunos embustes que les había hecho
+en las limosnas de la sopa de los conventos; y agarrando con él Chispa y
+Redina, comenzó a pedir iglesia[580] a grandes voces Piedepalo que en un
+bodegón hiciera lo mismo, queriendo dalles a entender que era ermita, y
+no garito, donde estaban, y que todos y todas habían venido a hacer
+oración a ella. El tal Cienllamas y Chispa y Redina comenzaron a sacalle
+arrastrando, diciéndole, entre algunos puñetes y mojicones:
+
+--No penséis, ladrón, que os habéis de escapar con esos embustes de
+nuestras manos; que ya os conocemos.
+
+Entonces el Marqués[581], metiendo las manos en los chapines, dijo:
+
+--¿Por qué hemos de consentir que no contradiga el Duque que lleve
+preso un alguacil a un pobrete como el Cojuelo? ¡Por vida de la
+Marquesa[582] que no lo ha de llevar!
+
+Y haciéndose los demás pobres y pobras de su parte, y apagando las
+luces, comenzaron con los asientos y con las muletas y bordones a
+zamarrealle a él y a sus corchetes a escuras, tocándoles los ciegos la
+gaita zamorana y los demás instrumentos, a cuyo son no se oían los unos
+a los otros, acabando la culebra[583] con el día y con desaparecerse los
+apaleados.
+
+
+
+
+TRANCO X
+
+
+En este tiempo llegaban a Gradas[584] su camarada y don Cleofás[585],
+tratando de mudarse de aquella posada, porque ya tenía rastro dellos
+Cienllamas, cuando vieron entrar por la posta, tras un postillón, dos
+caballeros soldados vestidos a la moda, y díjole el Cojuelo a don
+Cleofás.
+
+--Estos van a tomar posada y apearse a Caldebayona[586] o a la
+Pajería[587], y es tu dama y el soldado que viene en su compañía, que,
+por acabar más presto la jornada, dejaron la litera y tomaron postas.
+
+--¡Juro a Dios--dijo don Cleofás--que lo he de ir a matar antes que se
+apee, y a cortalle las piernas[588] a doña Tomasa!
+
+Sin riesgo tuyo se hará todo eso--dijo el Cojuelo--, ni sin tanta
+demostración pública: gobiérnate por mí agora; que yo te dejaré
+satisfecho.
+
+--Con eso me has templado--dijo don Cleofás--; que estaba loco de celos.
+
+--Ya sé qué enfermedad es ésa, pues se compara a todo el infierno[589]
+junto--dijo el Diablillo--. Vámonos a casa de nuestra mulata: almorzarás
+y conmutarás en sueño la pendencia; y acuérdate que has de ser
+presidente de la Academia, y yo fiscal.
+
+--Pardiez--dijo don Cleofás--, todo se me había olvidado con la
+pesadumbre; pero es razón que cumplamos nuestras palabras como quien
+somos.
+
+Y habiéndose mudado de la posada de Rufina otro día[590] a otra de la
+Morería[591], más recatada, pasaron los que faltaron para la Academia
+en estudiar y escribir los sujetos que les habían dado y en hacer don
+Cleofás una oración para preludio della, como es costumbre y obligación
+de las presidencias de tales actos; y, llegado el día, se aderezaron lo
+mejor que pudieron, y al anochecer partieron a la palestra, donde les
+esperaban todos los ingenios con admiraciones de los suyos, y con los
+mismos antojos[592] de la preñez pasada se fueron sentando en los
+lugares que les tocaban; y haciendo señal con la campanilla para obligar
+al silencio, don Cleofás, llamado _el Engañado_ en la Academia, hizo una
+oración excelentísima en verso de silva, cuyos números ataron los oídos
+al aplauso y desataron los asombros a sus alabanzas. Y en pronunciando
+la última palabra, que es el _Dixi_[593], volviendo a resonar el pájaro
+de plata, dijo:
+
+--Yo quiero parecer presidente en publicar agora, después de mi oración,
+unas premáticas que guarden los divinos ingenios que me han constituido
+en esta dignidad;--leyendo desta manera un papel que traía doblado en el
+pecho:
+
+«PREMÁTICAS Y ORDENANZAS QUE SE HAN DE GUARDAR EN LA INGENIOSA ACADEMIA
+SEVILLANA DESDE HOY EN ADELANTE.
+
+»Y por que se celebren y publiquen con la solemnidad que es necesaria,
+sirviendo de atabales los cuatro vientos y de trompetas el Músico de
+Tracia[594], tan marido, que por su mujer _descendit ad inferos_, y
+Arión, que, siendo de los piratas con quien navegaba arrojado al mar
+por roballe, le dió un delfín en su escamosa espalda, al son de su
+instrumento, jamugas para que no naufragase, _et coetus, et Amphion
+Thebanae conditor urbis_[595]; y pregonero la Fama, que penetra
+provincias y elementos, y secretario que se las dicte Virgilio Marón,
+príncipe de los poetas, digan desta suerte:
+
+»Don Apolo, por la gracia de la Poesía, rey de las Musas, príncipe de la
+Aurora, conde y señor de los oráculos de Delfos y Delo, duque del Pindo,
+archiduque de las dos Frentes del Parnaso y marqués de la Fuente
+Cabalina, etc., a todos los poetas heroicos, épicos, trágicos, cómicos,
+ditirámbicos, dramáticos[596], autistas, entremeseros, bailinistas[597]
+y villancieres[598], y los demás del nuestro dominio, ansí seglares como
+eclesiásticos, salud y consonantes.
+
+»Sepades: como, advirtiendo las grandes desórdenes y desperdicios con que
+han vivido hasta aquí los que manejan nuestros ridmos[599], y que son
+tantos los que sin temor de Dios y de sus conciencias, componen,
+escriben y hacen versos, salteando y capeando de noche y de día los
+estilos, conceptos y modos[600] de decir de los mayores, no imitándolos
+con la templanza y perífrasis que aconseja Aristóteles, Horacio y César
+Escalígero, y los demás censores que nuestra Poética advierten, sino
+remendándose con centones de los otros y haciendo mohatras de versos,
+fullerías y trapazas, y para poner remedio en esto, como es justo,
+ordenamos y mandamos lo siguiente:
+
+»Primeramente se manda que todos escriban con voces castellanas, sin
+introducillas de otras lenguas, y que el que dijere _fulgor_, _libar,
+numen, purpurear, nieta, trámite, afectar, pompa, trémula, amago,
+idilio_[601] ni otras desta manera, ni introdujere posposiciones[602]
+desatinadas, quede privado de poeta por dos academias, y a segunda vez,
+confiscadas sus sílabas y arados de sal[603] sus consonantes, como
+traidores a su lengua materna.
+
+»Item, que nadie lea sus versos en idioma de jarabe, ni con gárgaras de
+algarabía en el gútur[604], sino en nuestra castellana pronunciación,
+pena de no ser oídos de nadie.
+
+»Item, por cuanto celebraron el fénix en la academia pasada en tantos
+géneros de versos, y en otras muchas ocasiones lo han hecho otros,
+levantándole testimonios a esta ave[605] y llamándola hija y heredera de
+sí propia y pájaro del sol, sin haberle tomado una mano ni haberla
+conocido si no es para servilla, ni haber ningún testigo de vista de su
+nido, y ser alarbe de los pájaros, pues en ninguna región ha encontrado
+nadie su aduar, mandamos que se ponga perpetuo silencio en su memoria,
+atento que es alabanza supersticiosa y pájaro de ningún provecho para
+nadie, pues ni sus plumas sirven en las galas cortesanas ni militares,
+ni nadie ha escrito con ellas, ni su voz ha dado música a ningún
+melancólico, ni sus pechugas alimento a ningún enfermo; que es pájaro
+duende, pues dicen que le hay, y no le encuentra nadie, y ave solamente
+para sí; finalmente, sospechosa de su sangre, pues no tiene agüelo que
+no haya sido quemado; estando en el mundo el pájaro celeste, el cisne,
+el águila, que no era bobo Júpiter, pues la eligió por su embajatriz, la
+garza, el neblí, la paloma de Venus, el pelícano, afrenta de los
+miserables[606], y, finalmente, el capón de leche[607], con quien los
+demás son unos pícaros. Este sí que debe alabarse, y mátenle un fénix a
+quien sea su devoto, cuando tenga más necesidad de comer. Dios se lo
+perdone a Claudiano, que celebró esta necedad imaginada, para que todos
+los poetas pecasen en él.
+
+»Item, porque a nuestra noticia ha venido que hay un linaje de poetas y
+poetisas hacia palaciegos, que hacen más estrecha vida que los monjes
+del Paular[608], porque con ocho o diez vocablos solamente, que son
+_crédito, descrédito, recato, desperdicio, ferrión, desmán, atento,
+valido, desvalido, baja fortuna, estar falso, explayarse_, quieren
+expresar todos sus conceptos y dejar a Dios solamente que los entienda,
+mandamos que les den otros cincuenta vocablos más de ayuda de costa, del
+tesoro de la Academia, para valerse dellos, con tal que, si no lo
+hicieren, caigan en pena de menguados y de no ser entendidos, como si
+hablaran en vascuence.
+
+»Item, que en las comedias se quite el desmesurarse los embajadores con
+los reyes, y que de aquí en adelante no le[609] valga la ley del
+mensajero[610]; que ningún príncipe en ellas se finja hortelano por
+ninguna infanta, y que a las de León se les vuelva su honra con
+chirimías[611], por los testimonios que las han levantado; que los
+lacayos graciosos no se entremetan con las personas reales si no es en
+el campo, o en las calles de noche; que para querer dormirse sin qué ni
+para qué, no se diga: «Sueño me toma», ni otros versos por el
+consonante, como decir a _rey_, «porque es justísima ley», ni a _padre_,
+«porque a mi honra más cuadre», ni las demás; «A furia me provocó»[612],
+«Aquí para entre los dos» y otras civilidades, ni que se disculpen sin
+disculparse, diciendo:
+
+ «Porque un consonante obliga
+ a lo que el hombre no piensa»[613].
+
+
+»Y al poeta que en ellas incurriere de aquí adelante, la primera vez le
+silben, y la secunda, sirva a su Majestad con dos comedias en Orán[614].
+
+»Item, que los poetas más antiguos se repartan por sus turnos a dar
+limosna de sonetos, canciones, madrigales, silvas, décimas, romances y
+todos los demás géneros de versos a poetas vergonzantes que piden de
+noche, y a recoger los que hallaren enfermos comentando, o perdidos en
+las _Soledades_ de don Luis de Góngora; que haya una portería en la
+Academia, por donde se dé sopa de versos a los poetas mendigos.
+
+»Item, que se instituya una Hermandad y Peralvillo contra los poetas
+monteses y jabalíes[615].
+
+»Item, mandamos que las comedias de moros se bauticen dentro de cuarenta
+días o salgan del reino.
+
+»Item, que ningún poeta, por necesidad ni amor, pueda ser pastor de
+cabras ni ovejas, ni de otra res semejante, salvo si fuere tan Hijo
+Pródigo, que, disipando sus consonantes en cosas ilícitas, quedare sin
+ninguno sobre qué caer poeta[616]; mandamos que en tal caso, en pena de
+su pecado, guarde cochinos.
+
+»Item, que ningún poeta sea osado a hablar mal de los otros si no es dos
+veces en la semana.
+
+»Item, que al poeta que hiciere poema heroico no se le dé de plazo más
+que un año y medio, y que lo que más tardare se entienda que es falta de
+la musa; que a los poetas satíricos no se les dé lugar en las academias,
+y se tengan por poetas bandidos y fuera del gremio de la poesía noble, y
+que se pregonen las tallas[617] de sus consonantes, como de hombres
+facinerosos a la república. Que ningún hijo de poeta que no hiciere
+versos no pueda[618] jurar por vida de su padre, porque parece que no es
+su hijo.
+
+»Item, que el poeta que sirviere a señor ninguno[619], muera de hambre
+por ello.
+
+»Y, al fin, estas premáticas y ordenanzas se obedezcan y ejecuten como
+si fueran leyes establecidas de nuestros príncipes, reyes y emperadores
+de la Poesía. Mándanse pregonar, porque venga a noticia de todos.»
+
+Celebradísimo fué el papel de _el Engañado_ por peregrino y caprichoso,
+sacando, al mismo tiempo que le acababa, otro del pecho _el Engañador_,
+llamado así en la Academia y en los tres hemisferios[620], y fiscal de
+la presente, que decía desta manera:
+
+«PRONÓSTICO Y LUNARIO DEL AÑO QUE VIENE, AL MERIDIANO DE SEVILLA Y
+MADRID, CONTRA LOS POETAS, MÚSICOS Y PINTORES. COMPUESTO POR «EL
+ENGAÑADOR», ACADÉMICO DE LA INSIGNE ACADEMIA DEL BETIS, Y DIRIGIDO A
+PERICO DE LOS PALOTES, PROTO-DEMONIO Y POETA DE DIOS TE LA DEPARE
+BUENA»;
+
+interrumpiendo estas últimas razones un alguacil de los veinte[621],
+guarnecido de corchetes[622] (y tantos, que si fueran de plata,
+pudiera[623] competir con la capitana y almiranta de los galeones cuando
+vuelven de retorno con las entrañas del Potosí y los corazones de los
+que los esperan y los traen), doña Tomasa y su soldado, como entraron
+por la posta para estar a la vista de la ejecución de su requisitoria;
+la Academia se alteró con la intempestiva visita, y el atrevido
+Alguacil dijo:
+
+--Vuesas mercedes no se alboroten: que yo vengo a hacer mi oficio y a
+prender no menos que al señor Presidente, porque es orden de Madrid, y
+la he de hacer de Evangelio[624].
+
+Palotearon los académicos, y don Cleofás se espeluzó tanto y cuanto, y
+el Fiscal, que era el Cojuelo, le dijo:
+
+--No te sobresaltes[625], don Cleofás, y déjate prender, no nos perdamos
+en esta ocasión; que yo te sacaré a paz y a salvo de todo[626].
+
+Y volviendo a los demás, les dijo lo mismo, y que no convenía en aquel
+lance resistencia ninguna; que si fuera menester, _el Engañado_ y él
+metieran a todos los alguaciles de Sevilla las cabras en el corral[627].
+
+--Hombre hay aquí--dijo un estudiantón del Corpus[628], graduado por la
+Feria y el pendón verde[629]--, que, si es menester, no dejará oreja de
+ministro a manteazos, siendo yo el menor de todos estos señores.
+
+El Alguacil trató de su negocio sin meterse en más dimes ni diretes,
+deseando más que hubiese dares y tomares, y doña Tomasa estuvo empuñada
+la espada y terciada la capa a punto de pelear al lado de su soldado;
+que era, sobre alentada[630], muy diestra, como había tanto que jugaba
+las armas[631], hasta que vió sacar preso al que le negaba la deuda,
+libre de polvo y paja. El Cojuelo se fué tras ellos, y la Academia se
+malogró aquella noche, y murió de viruelas locas.
+
+El Cojuelo, arrimándose al Alguacil, le dijo aparte, metiéndole un
+bolsillo en la mano, de trecientos escudos:
+
+--Señor mío, vuesa merced ablande su cólera con este diaquilón[632]
+mayor, que son ciento y cincuenta doblones de a dos.
+
+Respondiéndole el Alguacil, al mismo tiempo que los recibió:
+
+--Vuesas mercedes perdonen el haberme equivocado, y el señor Licenciado
+se vaya libre y sin costas, más de las que le hemos hecho; que yo me he
+puesto a un riesgo muy grande habiendo errado el golpe.
+
+El soldado y la señora doña Tomasa, que también habían regalado al
+Alguacil, por más protestas que le hicieron entonces, no le pudieron
+poner en razón, y ya a estas horas estaban los dos camaradas tan lejos
+dellos, que habían llegado al río y al Pasaje[633], que llaman, por
+donde pasan de Sevilla a Triana y vuelven de Triana a Sevilla, y,
+tomando un barco, durmieron aquella noche en la calle del Altozano,
+calle Mayor[634] de aquel ilustre arrabal, y la Vitigudino y su galán se
+fueron muy desairados a lo mismo a su posada, y el Alguacil a la suya,
+haciendo mil discursos con sus trecientos escudos, y el Cojuelo madrugó
+sin dormir, dejando al compañero en Triana, para espiar en Sevilla lo
+que pasaba acerca de las causas de los dos, revolviendo de paso dos o
+tres pendencias en el Arenal[635].
+
+Y el Alguacil despertó más temprano, con el alborozo de sus doblones,
+que había puesto debajo de las almohadas, y, metiendo la mano, no los
+halló; y levantándose a buscallos, se vió emparedado de carbón, y todos
+los aposentos de la casa de la misma suerte, porque no faltase lo que
+suele ser siempre del dinero que da el diablo[636], y tan sitiado desta
+mercadería, que fué necesario salir por una ventana que estaba junto al
+techo, y en saliendo, se le volvió todo el carbón ceniza; que si no
+fuera ansí, tomara después por partido dejar lo alguacil por carbonero,
+si fuera el carbón de la encina del infierno[637], que nunca se acaba,
+amén, Jesús.
+
+El Cojuelo iba dando notables risadas entre sí, sabiendo lo que le había
+sucedido al Alguacil con el soborno. Saliendo, en este tiempo, por cal
+de Tintores[638] a la plaza de San Francisco, y habiendo andado muy
+pocos pasos, volvió la cabeza y vió que le venían siguiendo Cienllamas,
+Chispa y Redina; y, dejando las muletas, comenzó a correr, y ellos tras
+él, a grandes voces diciendo:
+
+--¡Tengan ese cojo ladrón!
+
+Y cuando casi le echaban las garras Chispa y Redina, venía un escribano
+del número[639] bostezando, y metiósele el Cojuelo por la boca, calzado
+y vestido, tomando iglesia, la que más a su propósito pudo hallar[640].
+Quisieron entrarse tras él a sacalle deste sagrado Chispa, Redina y
+Cienllamas, y salió a defender su juridición una cuadrilla de sastres,
+que les hicieron resistencia a agujazos y a dedalazos, obligando a
+Cienllamas a inviar a Redina al infierno por orden de lo que se había de
+hacer; y lo que trujo[641] en los aires fué que, con el Escribano y los
+sastres, diesen con el Cojuelo en los infiernos[642]. Ejecutóse como se
+dijo, y fué tanto lo que los revolvió el Escribano, después de haberle
+hecho gormar al Cojuelo, que tuvieron por bien los jueces de aquel
+partido echallo fuera, y que se volviese a su escritorio, dejando a los
+sastres en rehenes, para unas libreas que habían de hacer a Lucifer a la
+festividad del nacimiento del Antecristo; tratando doña Tomasa,
+desengañada, de pasarse a las Indias con el tal soldado, y don Cleofás,
+de volverse a Alcalá a acabar sus estudios, habiendo sabido el mal
+suceso de la prisión de su Diablillo, desengañado de que hasta los
+diablos tienen sus alguaciles, y que los alguaciles tienen a los
+diablos[643]. Con que[644] da fin esta novela, y su dueño gracias a
+Dios porque le sacó della con bien, suplicando a quien la leyere que se
+entretenga y no se pudra en su leyenda[645], y verá qué bien se halla.
+
+
+Notas:
+
+[Nota 1: En la conferencia leída en el teatro Español la noche del 4
+de febrero de 1910, al estrenarse la refundición de _La Luna de la
+Sierra_, hecha por don Cristóbal de Castro.]
+
+[Nota 2: Narróla--mejor diría _marróla_--don Joaquín María Ferrer,
+en el prólogo de su edición de _El Diablo Cojuelo_ (París, 1828), y la
+extractó muchos años después don Cayetano A. de la Barrera, en su
+_Catálogo bibliográfico y biográfico del Teatro antiguo español_.]
+
+[Nota 3: Las investigaciones serias acerca de la vida del insigne
+autor astigitano datan de los postreros años del siglo XIX. Yo encontré,
+y publiqué muy en extracto en mi estudio sobre _Cervantes y la
+Universidad de Osuna_, inserto en el tomo II del _Homenaje a Menéndez y
+Pelayo en el año vigésimo de su profesorado_ (Madrid, 1899), el acta del
+grado de bachiller en Artes de Vélez; en 1902 hallaba el muy diligente y
+erudito don Antonio Paz y Melia, y sacábala a luz en _la Revista de
+Archivos, Bibliotecas y Museos_, una carta de don Juan Vélez de Guevara,
+hijo del poeta ecijano, escrita en 20 de octubre de 1645, documento
+interesante, porque contiene, aunque abreviadamente y con algunos
+errores de importancia, la biografía del autor de _El Diablo Cojuelo_.
+Poco después, don Felipe Pérez y González, al par que comentaba con
+acierto algunos de los pasajes más oscuros de esta novela, dedicóse con
+feliz éxito a allegar datos para la vida de su autor, y diólos a conocer
+en diversos artículos, que publicó en _La Ilustración Española y
+Americana_ y reimprimió juntos en 1903, con otros de carácter crítico.
+Entretanto, el meritísimo Pérez Pastor descubría y acopiaba muchas
+noticias peregrinas referentes a los que en el buen tiempo fueron
+próceres de nuestras letras, a Vélez de Guevara entre ellos; no menos de
+cincuenta y cuatro documentos tocantes a él insertó en la tercera parte,
+última publicada (Madrid, 1907), de su excelente _Bibliografía
+Madrileña_ (págs. 499-515). Amén de esto, en 1902, don Adolfo Bonilla y
+San Martín daba a la estampa en la _Revista de Aragón_ diversas poesías
+de Luis Vélez, las más de ellas inéditas hasta entonces, y de las cuales
+hay especialmente cuatro--las cuatro primeras--llenas de indicaciones
+muy interesantes para la vida de su autor, razón por la cual en 1908 las
+reproduje anotadas, con otra inédita, en la _Revista de Archivos,
+Bibliotecas y Museos_. A la buena luz de tan valiosos hallazgos, podía
+ya intentarse sin temeridad la empresa de componer una biografía
+circunstanciada de Vélez, cosa que ha efectuado don Emilio Cotarelo en
+el _Boletín de la Real Academia Española_, cuadernos de diciembre de
+1916 y abril de 1917, no sin aportar algunos otros datos debidos a sus
+investigaciones.]
+
+[Nota 4: Fué hijo del licenciado Diego Vélez de Dueñas, nacido en
+Jerez de la Frontera, y de doña Francisca Negrete de Santander, natural
+de Ecija, quienes habían contraído matrimonio en esta ciudad, siendo él
+vecino de Sevilla, a 10 de febrero de 1573. Vélez de Dueñas--descendiente
+de don Llorente Vélez de Guevara, uno
+
+ «de los trescientos hidalgos
+ que ganaron a Jerez»,
+
+como recordó, andando el tiempo, el autor de _Reinar después de
+morir_--era hijo de Alonso Rodríguez Vélez y de doña Isabel de Dueñas, y
+se llamó indistintamente Diego de Dueñas y Diego Rodríguez de Dueñas
+mientras fué estudiante. Para graduarse de bachiller en Leyes en la
+Universidad de Sevilla (22 de septiembre de 1570), presentó los
+siguientes recaudos: casi seis meses que en la dicha facultad había
+cursado en Salamanca por los años de 1563, 64 y 65; dos cursos más,
+oídos en Sevilla, el último, desde 1.º de mayo de 1568 hasta 7 de mayo
+de 1569, y cinco lecciones de leyes que había leído. (Archivo
+universitario de Sevilla, libro 1.º de Diligencias y colaciones de
+grados menores, desde 1570 hasta 1574.) Este sujeto es, como columbré
+diez años ha, el mismo lincenciado Dueñas, poeta más que razonable,
+autor de once de las composiciones coleccionadas en Méjico, en 1577,
+bajo el título de _Flores de varia poesía_ (Biblioteca Nacional de
+Madrid, Ms. 2973), y el mismo a quien se refirió el licenciado Francisco
+Pacheco, jerezano como él, en su interesante composición intitulada _La
+sátira apologética en defensa del divino Dueñas_, escrita en 1569,
+anotada por mí y publicada en la _Revista de Archivos, Bibliotecas y
+Museos_ (1907-1908). Trasladado a Écija desde su casamiento, allí vivió
+pobremente ejerciendo la abogacía y criando otros hijos, entre ellos, a
+Diego, nacido en 1586 y poeta como su padre y su hermano, vistiéndose y
+vistiendo a su familia de fiado, de lo cual es buena muestra cierta
+escritura que encontré en aquel archivo de protocolos, al buscar
+documentos cervantinos (Antonio Trapel, libro 1.º de 1588, fol. 1899), y
+componiendo de cuando en cuando tal cual epigrama latino, como el que
+hizo en elogio de don Alvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, para el
+_Comentario en breve compendio de disciplina militar_, escrito por el
+licenciado Mosquera de Figueroa (Madrid, Luis Sánchez, 1596).
+
+Doña Francisca Negrete de Santander era hija del licenciado Diego de
+Santander, oriundo de la Montaña, y de doña María de Medina, vecinos de
+Écija. De estos Negretes y Santanderes, unos habían negociado en las
+Indias, y otros eran hombres de estudios, como lo demuestran los
+diversos datos que allegué: el doctor Pedro de Santander y su mujer doña
+Inés Melgarejo, vecinos de Sevilla, él hijo del doctor Negrete, se
+despacharon a la Nueva España, con los suyos, antes de mediar el siglo
+XVI (Archivo general de Indias, Licencias de pasajeros, 1534 y 1554 (43,
+2, 1/5), relación núm. 74 del cuaderno 9.º). En 25 de septiembre de
+1553, Diego Negrete de Santander, vecino de Sevilla, hijo de Bernardo
+Negrete de Santander y de Isabel Gómez Adalid, se despachó por mercader
+por tres años para Tierra Firme y Popayán (_Ibid._, al fin de la primera
+hoja). El bachiller Juan de Santander, natural de Écija, probó en 17 de
+marzo de 1554 haber ganado un curso de Medicina, «oyendo del doctor
+gudiel y del doctor ferrer» (Archivo universitario de Osuna, Pruebas de
+cursos, fol. 6 del cuaderno del dicho año), y en 4 de mayo de 1555 probó
+otro en la Universidad complutense (Archivo Universitario de Alcalá, hoy
+en el Histórico Nacional, Pruebas de cursos de 1540 a 1555, fol. 714
+vto.). Con el nombre de Juan Antonio de Santander, se graduó en Medicina
+en la misma Universidad a 16 de mayo de 1555, y repitiendo en Osuna para
+licenciado, se le asignaron puntos, hizo el examen secreto y se le
+confirió el grado en 28 de agosto de 1568, doctorándose en 16 de mayo de
+1569 (Registro 1.º de grados, fol. 22 del dicho año), a presencia del
+duque de Osuna don Pedro Girón, de su hijo don Juan, marqués de
+Peñafiel, de don Alonso Téllez Girón, hermano natural del Duque y de
+muchos doctores y maestros. En la propia Universidad se graduó de
+bachiller en Artes, a 28 de julio de 1587, Alonso de Santander (Registro
+2.º de Grados, fol. 28 de este año), asimismo natural de Écija, a quien
+vuelvo a encontrar en Alcalá ganando un curso de Teología escolástica en
+8 de mayo de 1590. (Archivo universitario de Alcalá, pruebas de cursos
+de 1590 a 1593, fol. 21 del dicho año.) Y, en fin, un Pedro de Santander
+figura, para la devolución de la blanca de carne, entre los dignidades,
+canónigos, racioneros y capellanes de la Iglesia Mayor de Sevilla, en el
+año de 1596 (Archivo Municipal de Sevilla, Libros de Propios, asientos
+de 12 de junio de 1597). Este prebendado, probable deudo de Luis Vélez
+de Guevara, fué quizás quien le hizo entrar de paje en el palacio de don
+Rodrigo de Castro, cardenal arzobispo de Sevilla.]
+
+[Nota 5: Así vino a decirlo Cervantes en la jorn. III de _La gran
+sultana doña Catalina de Oviedo_:
+
+ «... hidalgo, pero no rico:
+ maldición del siglo nuestro;
+ que parece que ser pobre
+ al ser hidalgo está anexo.»]
+
+[Nota 6: En 1902 envié desde Sevilla copia literal del acta de este
+grado a don Felipe Pérez y González, en cuyo citado libro, págs. 132 y
+siguientes, puede leerla el curioso.]
+
+[Nota 7: _Las bodas de los Católicos Reyes de España don Felipe III
+y doña Margarita de Austria, celebradas en la insigne ciudad de
+Valencia. Por Luis Vélez de Santander._ Sevilla, 1599.]
+
+[Nota 8: En uno de los reimpresos por mí (_Cinco poesías
+autobiográficas de Luis Vélez de Guevara_. Madrid, 1908, pág. 11):
+
+ «Esto es cuanto al Archiduque;
+ cuanto a marciales papeles
+ de servicios _de seis años_,
+ escuchadme atentamente.
+ Si busca Antonio de Losa
+ soldados que a hablaros entren,
+ que no sin causa el aplauso
+ vuestro su atención merece,
+ Saboya me vió y Milán;
+ en los años diez y siete
+ de mi edad, medié la pica
+ al grabado peto fuerte_(a)_,
+ con el tercio de Bretaña,
+ siguiendo al Conde de Fuentes
+ desde Baya de Zahona,
+ por ambiciones de nieve,
+ hasta que, treguas haciendo
+ con Saboya los franceses,
+ pasé a Nápoles, de donde
+ a buscar en sus bajeles
+ la caravana salí
+ por todo el mar del Oriente,
+ con don Pedro de Toledo,
+ rayo español de Berzeli.
+ De plomo, como de gorra,
+ nos saludamos mil veces
+ las turquescas escopetas
+ con los cristianos mosquetes,
+ descubrimos las montañas
+ de la provincia que tiene
+ el obelisco de Dios
+ en prisión irreverente,
+ hasta que el heroico brazo
+ vuestro a rescatar se llegue,
+ para que el número diez
+ acrecentéis a los Nueve,
+ y en la primera jornada
+ de Argel fué mi coselete,
+ espejo al sol, que, Narciso,
+ por mi se negó a las fuentes,
+ llegando a Valladolid
+ la misma noche del viernes
+ que, para dicha del mundo,
+ vos nacéis y Cristo muere.»
+
+_(a)_ Como veremos en seguida, no tenía diez y siete, sino veintiún
+años, cuando dejó su plaza de paje. Trascordóse, pues, Vélez, o, lo que
+más creo, le hizo escribir _diez y siete_ la fuerza del asonante.]
+
+[Nota 9: En pleito promovido por don Jerónimo de Leyva en abril de
+1604 ante el Provisor general del arzobispado de Sevilla, con motivo de
+haber presentado don Francisco de Acuña, canónigo de aquella Santa
+Iglesia, unas letras del Auditor de la Cámara de Su Santidad, por las
+cuales le subdelegaba plenariamente sus veces para averiguar si don
+Alonso de Ulloa había sido criado del cardenal don Rodrigo de Castro,
+declararon a tenor de cierto interrogatorio diversos testigos, entre
+ellos Luis Vélez de Santander, o sea nuestro Vélez de Guevara, y Lope de
+Vega Carpio. Mi querido amigo el docto cervantista don Adolfo Rodríguez
+Jurado, que halló este pleito, sacó a la luz pública la interesante
+declaración de Lope en el _Boletín de la Real Academia Sevillana de
+Buenas Letras_ (septiembre de 1917), y me ha favorecido copiando para mí
+la declaración de Vélez, por la cual se viene en conocimiento de algunas
+cosas muy importantes para su biografía. Dijo «que es de hedad de veynte
+y cinco años poco más o menos», y respondiendo a la pregunta primera,
+que «conoció al Ilmo. don Rodrigo de Castro, arçobispo que fue de
+Sevilla, por queste testigo le sirvio de paje quatro años, que el
+postrero fue en el que murio el dicho cardenal, porque dos meses antes
+que muriera salió este testigo del su servicio....» A la segunda: «que
+sabe que el dicho don alonso de ulloa murió en la ciudad de toro por el
+mes de agosto del año pasado de seiscientos e tres, y este testigo le
+vido en valladolid quince días o veynte antes que muriese....» Y a la
+sexta: «queste testigo fue con el dicho cardenal a la dicha jornada de
+madrid, valencia y binaros, donde también fué el dicho don alonso de
+ulloa....»]
+
+[Nota 10: Añadió al _Vélez_ el _Guevara_ y omitió el apellido
+materno, bien que en Écija siguieron llamándole _Vélez de Dueñas_, como
+a su padre. En 1630, año en que escribía el licenciado Andrés Florindo
+su _Addicion al libro de Eciia y svs grandezas_ (Sevilla, Luis
+Estupiñán, 1631), aún le nombraba así (fol. 4): «Otro insigne Cavallero
+desta Ciudad, de excelente ingenio, mui universal en todas historias
+(otro don Alonso de Ercilla, o Luis _Vélez de Dueñas_)....»]
+
+[Nota 11: Como nota el señor Cotarelo, Vélez de Guevara siempre hizo
+caso omiso de este primer matrimonio, al cual tampoco se refirió su hijo
+don Juan en la carta dirigida a Pellicer que publicó el señor Paz y
+Melia; pero en la canción que Salcedo Coronel dedicó a la muerte de
+nuestro poeta (_Cristales de Helicona_, Madrid, Diego Díaz de la
+Carrera, 1649-1650, folio 31 vto.) hay una tan clara y circunstanciada
+alusión a este enlace, que no sé cómo se desvirtúe:
+
+ «Coronado de aplausos y victorias
+ volviste a España, que fiel previno
+ en agradables lazos de Himeneo
+ refrenar la inquietud de tu destino.
+ Ingrato el esplendor a tus memorias
+ ardió en las teas que encendió el deseo,
+ y entre infaustos gemidos sin aseo,
+ al tálamo condujo temerosa
+ pronuba Juno a tu querida esposa,
+ que en dulce nudo apenas
+ se vió a tu firme voluntad unida,
+ cuando, de acerbo golpe interrumpida,
+ sulcó estigias arenas:
+ Eurídice feliz fuera, si el llanto
+ no impidiera la fuerza de tu canto.»
+
+¿Qué enlace fué éste? ¿Tuvo acaso más de arrebatado y soldadesco que de
+sacramental?]
+
+[Nota 12: 24 de septiembre de 1608. Véase la partida matrimonial en
+el citado libro de Pérez y González, pág. 192.]
+
+[Nota 13: Bautizado a 9 de febrero de 1611 (Pérez y González, obra
+citada, pág. 193). A este hijo y a la unión de que fué dichoso fruto se
+refirió Salcedo Coronel en la estancia que sigue a la transcrita poco
+ha:
+
+
+ «Segunda vez a más fecundos lazos
+ rendiste la cerviz aún no domada,
+ gustoso de tu mismo vencimiento,
+ por quien, dichosamente dilatada,
+ conseguiste en recíprocos abrazos
+ la virtud que inspiró sagrado aliento,
+ hijo, en fin, que formó tu entendimiento
+ aún más que la común naturaleza,
+ porque lograse con igual grandeza,
+ agradecido el mundo,
+ fénix que del primero renaciese
+ y tus doctas cenizas ofreciese
+ al templo en que facundo
+ Apolo, por cien bocas espirante,
+ tus alabanzas dignamente cante.»]
+
+[Nota 14: Pérez y González, obra citada, pág. 196.]
+
+[Nota 15: También le señaló pensión el Marqués de Peñafiel:
+cuatrocientos ducados en cada un año, desde 1.º de enero de 1622; pero
+amén de salir de ordinario inciertas las mercedes de los señores de
+aquel tiempo, en las manos de Luis Vélez no había dinero, presente o
+futuro, que no se volviera sal y agua.]
+
+[Nota 16: A estos memoriales me he referido en la nota última de la
+pág. IX.]
+
+[Nota 17: Pérez y González, obra citada, pág. 203.]
+
+[Nota 18: Sólo producían lo poco en que las compraban los autores de
+compañía o las corporaciones que las habían encargado: seiscientos
+reales, u ochocientos a lo sumo. Por lo menos de seiscientos no creía
+Jerónimo Dalmao, en 1616, que Luis Vélez se prestase a componer cierta
+comedia a lo divino _(Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, 1878).
+Y don Pedro Calderón, en la jorn. I de _Nadie fíe su secreto_, comedia
+anterior al año 1651, hizo decir a dos de sus interlocutores:
+
+ «D. ARIAS. Aquí la doncella vive....
+
+ LÁZARO. Ni la oigas ni la veas,
+ señor, hasta que se haga;
+ que son como las comedias:
+ sin saber si es buena o mala,
+ _ochocientos reales cuesta
+ la primera vez_; mas luego
+ dan por un real ochocientas.
+ Déjala imprimir primero;
+ que comedias y doncellas,
+ como estén dadas al molde,
+ las hallarás por docenas.»]
+
+[Nota 19: Lope, en una de sus cartas al duque de Sessa (Barrera,
+Adiciones a la _Nueva biografía de Lope de Vega_, página 616): «Hablaré,
+pues V. Ex.ª lo manda, a Vallejo; que, en fin,
+
+ Mi sotana sin reparos
+ tiene, por ser de probecho,
+ quatro bocas en el pecho,
+ mas todas para alabaros.
+ Y no es por ynportunaros
+ al hablar en mi sotana,
+ pues tengo por cosa llana,
+ según es agradecida,
+ que si os alaba rompida,
+ mexor os alabe sana.
+
+_Parece cosa de Luis Vélez;_ mas, Señor, V. Ex.ª tubo la culpa; que yo
+me havía remitido a la onrra portuguesa, que en Castilla llaman
+bayeta.»]
+
+[Nota 20: Pérez Pastor, _Bibliografía Madrileña,_ tomo III, pág.
+509.]
+
+[Nota 21: Pérez y González, obra citada, pág. 207.]
+
+[Nota 22: Pérez y González, obra citada, pág. 210.]
+
+[Nota 23: A fines del año 1851 un señor Pianitzky, pensando en
+traducir al ruso _El Diablo Cojuelo_, pidió explicaciones a la Academia
+Española acerca de ciertas dudas que se le habían ofrecido. Dado encargo
+al académico don Agustín Durán para que respondiese, este señor, por
+abril del año siguiente, dió cuenta de haberlo cumplido, en la medida de
+sus fuerzas. Pero ¡cómo lo cumplió, Dios santo! Hago gracia al lector de
+los demás trámites de aquel desdichado asunto: baste decir, para que los
+manes de Durán no se irriten demasiado, que en aquella ocasión durmió
+Homero a pierna suelta, y durmieron con él cuantos pusieron las manos, o
+formulariamente hicieron que las ponían, que es lo más probable, en las
+empecatadas _ilustraciones_ de Durán. Aquella larga serie de lamentables
+yerros, que el lector curioso puede examinar en el departamento de
+manuscritos de la Biblioteca Nacional (Ms. 13881)--pues a ella fueron a
+parar, con la del, por otra parte, meritísimo colector de nuestros
+romances, los borradores de su inverosímil trabajo--, convidaba, ¿qué
+digo convidaba?, requería a volver por la honra del malparado Vélez, y,
+en general, por los fueros de nuestro idioma; el señor Bonilla no
+resistió a tentación tan plausible, y es de justicia reconocer que en
+mucha parte logró su intento, explicando bien muchas cosas de que Durán
+no había sabido darse acertada cuenta.]
+
+[Nota 24: Nota de la pág. VIII de la introducción: «Tuve entonces
+[en 1902] la fortuna (que por tal la disputo) de hallar un erudito y
+amable crítico en la persona del señor don Felipe Pérez y González, el
+cual publicó en _La Ilustración Española y Americana_ y reunió después
+en un volumen (_El Diablo Cojuelo_, Madrid, 1903) algunas _notas_ acerca
+de mis Comentarios, que inmerecidamente declaró «dignos de aplauso y
+alabanza». La disconformidad en que estoy con algunas de sus
+apreciaciones no obsta para que reconozca la exactitud de otras, ni para
+que aproveche con gratitud sus enseñanzas, como aprovecharé y agradeceré
+siempre las que se me den con fundamento. Aspiro constantemente a
+realizar trabajos útiles, pero jamás tuve la ridícula pretensión de que
+fuesen perfectos.»]
+
+[Nota 25: Santiago de Chile, Imprenta de San José, 1915, página 15.]
+
+[Nota 26: Pág. 190 de la edición de Zaragoza, s.i., 1697.]
+
+[Nota 27: Tomo IV, pág. 386, 13.]
+
+[Nota 28: Sin lugar ni año, pero en Sevilla, hacia 1630.]
+
+[Nota 29: Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo
+91 de causas, núm. 176, fol. 85.]
+
+[Nota 30: _Ibid_., legajo 94, núm. 226.]
+
+[Nota 31: Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Valencia,
+legajo 25 de causas, núm. 1.]
+
+[Nota 32: Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo
+83 de causas, núm. 41.]
+
+[Nota 33: Inquisición de Toledo, legajo 86 de causas, número 73.]
+
+[Nota 34: El señor Bonilla, al opinar en esto contra Pérez y
+González, opinó también contra sí, pues en su edición de 1902, página
+XXVII, había dicho: «Podemos concluír, pues, que _El Diablo Cojuelo,_
+empezado hacia 1630, hubo de terminarse después del mes de febrero de
+1637, fecha de las mencionada fiestas»; refiriéndose a las celebradas en
+el Retiro, en que Luis Vélez, como presidente, leyó el mismo soneto que
+don Cleofás lee en la Academia Sevillana (tranco IX de la presente
+edición) y, con leves variantes, las mismas _Premáticas y ordenanzas_
+que lee en otra junta de la sobredicha Academia (tranco X.)]
+
+[Nota 35: También yo caí en la tentación de hacer sobre ello algunas
+pesquisas, y a este fin, pues al principio del tranco IX se nombra
+como asistente de Sevilla al Conde de Salvatierra, averigüé cuándo tomó
+posesión de este cargo y cuándo cesó en su ejercicio, por si lo uno o lo
+otro diese alguna luz para el pleito. No la da: su asistencia duró desde
+el día 24 de abril de 1634 hasta el 3 de julio de 1642, en que dió
+posesión al Conde de la Puebla del Maestre, y haciéndome el razonamiento
+que en el texto queda, sobreseí en la investigación.]
+
+[Nota 36: Córdoba, Salvador de Cea, 1630. 4 hs. sin foliar.]
+
+[Nota 37: Verbigracia, en un pasaje del tranco I y en otro del IX.]
+
+[Nota 38: Página 237 de mi edición crítica de _Rinconete y
+Cortadillo_ (Sevilla, 1905). A mayor abundamiento, vea el curioso,
+porque es concluyente y _definitivo_--como dicen ahora--algo de lo que
+advirtió el sabio maestro Menéndez y Pelayo para explicar por qué en la
+hermosa edición académica de las _Obras de Lope de Vega_ no había de
+copiar servilmente los antiguos textos: «...Publíquense
+enhorabuena--observaba--con estricto rigor paleográfico (y no de otro
+modo deben publicarse) todos los monumentos literarios anteriores a la
+era de los Reyes Católicos; pero séanos lícito disfrutar, como de cosa
+familiar y doméstica, de todo el tesoro de nuestras letras clásicas, y
+no nos empeñemos en ahuyentar a las gentes de la lección de nuestros
+autores de la edad de oro, presentándolos en textos de aspecto
+repulsivo, sólo para que algún filólogo tenga el placer de saber a
+ciencia cierta que Calderón, en _El Mágico prodigioso_ escribió (verso
+754), _hedad_ con _h_.»]
+
+[Nota 39: _Naveta_, en su antigua acepción de _gaveta_ o cajoncillo
+corredizo de una papelera o escritorio: _vne leyette d'vn cabinet ou
+d'autre chose_, definió César Oudin en _Le Tresor des devx langves
+espagnolle et françoise_. (Sírvome de la edición de París, M.DC.XLV.)]
+
+[Nota 40: Llamaban _mosqueteros_, como dice el _Diccionario_ de la
+Academia, a los que en los antiguos corrales de comedias las veían de
+pie desde la parte posterior del patio. Y a silbar a los cómicos
+llamaban, consiguientemente, _mosquetear_, verbo que falta en el dicho
+léxico. Ruiz de Alarcón, en el acto I de _Mudarse por mejorarse_:
+
+ «REDONDO. ...Representante afamado
+ has visto, por sólo errar
+ vna sílaba, quedar
+ a silbos _mosqueteado_.»
+
+A lo que parece, o era reciente el silbar en el teatro cuando el
+admirable poeta mejicano escribió _Todo es ventura_, o se había
+introducido de nuevo esa grosera costumbre, pues en el acto I dicen dos
+interlocutores:
+
+ «DUQUE. ¿Tú, Fabio?
+
+ FABIO. Yo, en la comedia.
+
+ DUQUE. ¿Pareció bien?
+
+ FABIO. No, señor,
+ con ser divino su autor;
+ porque si no se remedia
+ _esta nueva introdución
+ de los silbos_, es forzoso
+ que pierda el más ingenioso
+ a los versos la afición.»]
+
+[Nota 41: Vélez de Guevara fué muy dado a buscar el donaire
+acomodando a su intento los modismos y refranes vulgares, por medio del
+trueque de una o más de sus palabras. Así, iremos viendo, verbigracia,
+en el curso de esta novela, _Dar gato por demonio, Irse al infierno en
+coche y en alma, Preñada de medio ojo, Astrólogo regoldano, Lo que es
+del diablo, el diablo se lo ha de llevar, Si Dios me tiene de sus
+consonantes, Siempre quiebra la soga por lo más forastero, Salud y
+consonantes, Servir a su Majestad con dos comedias en Orán,_ meras
+modificaciones de los refranes y frases _Dar gato por liebre, Irse al
+infierno en cuerpo y alma, Tapada de medio ojo, Castaña regoldana, Lo
+que es del agua, el agua se lo lleva, Si Dios me tiene de su mano,
+Siempre quiebra la soga por lo más delgado, Salud y gracia_, y _Servirá
+su Majestad con dos lanzas en Orán_. Tales acomodamientos pertenecen,
+sin duda, a la clase de _chistes baratos_; quiero decir que cuestan
+poco al ingenio de su inventor. Por fortuna, Vélez de Guevara tiene, y
+sabe lucirlos, méritos de muchos más quilates que estas gracias frías.]
+
+[Nota 42: Lo de haber nacido _para número de los demás_ puede ser
+reminiscencia de aquel verso de una de las epístolas de Horacio:
+
+ «Nos numeri sumus, _fruges consumere nati_.»
+
+Análogamente Ruiz de Alarcón, en el acto I de _La verdad sospechosa_:
+
+ «D. GARCÍA. Quien vive sin ser sentido,
+ quien _sólo el número aumenta_
+ y hace lo que todos hacen,
+ ¿en qué difiere de bestia?»]
+
+[Nota 43: Sabidísimo es que se llamaba _corral de comedias_, como
+dice el _Diccionario_ comúnmente llamado _de autoridades_, «la casa,
+patio o theatro donde se representan las comedias. Diósele este
+nombre--añade--porque ordinariamente están descubiertos».]
+
+[Nota 44: _Las bocas abiertas_, especie de ablativo absoluto,
+frecuentemente usado por nuestros escritores.]
+
+[Nota 45: Llamóse _corchetes_, figuradamente, a ciertos ministros
+inferiores de la justicia, servidores de los alguaciles, porque, en
+frase de Covarrubias, _Tesoro de la lengua castellana, o española,_
+«asen como estos ganchuelos».]
+
+[Nota 46: _Con lo mío me haga Dios merced_, decíase para indicar que
+no se deseaba nada allegado con riesgo o por mal camino. Así lo dijeron,
+simple o socarronamente, aquellos benéficos forajidos de la Sierra de
+Cabrilla que partían con el robado lo que éste llevaba. De ellos dice
+Luque Fajardo (_Fiel desengaño_ _contra la ociosidad y los juegos,
+Madrid, 1606,_ fol. 291) que, habiendo tropezado con ellos un labrador
+«y como no llevase más de quinze reales, que eran expensas de su viaje,
+hecha la quenta cabian a siete y medio; no se hallaua a la sazon trueque
+de vn real, y el buen labrador (que diera aquella cantidad, y otra de
+más momento, por verse fuera de sus manos) rogauales encarecidamente
+tomassen ocho reales, porque él se contentaua con siete.--De ninguna
+manera (respondieron ellos): _con lo que es nuestro nos haga Dios
+merced_».]
+
+[Nota 47: _Mareta_, en la acepción figurada que registra el léxico
+de la Academia: «Rumor de muchedumbre que empieza a agitarse, o bien a
+sosegarse después de agitación violenta».]
+
+[Nota 48: En los prólogos se ha solido llamar al lector _cándido,
+benévolo, pío_ y otras cosas a este tono, y Vélez juega de las dos
+acepciones del primero de estos vocablos, oponiendo a _cándido,_ que
+etimológicamente significa _blanco_, el adjetivo _moreno_, cosa parecida
+a estotro donaire que por los años de 1612 había usado Quevedo en el
+prólogo de _El Mundo por de dentro_: «Al lector, como Dios me lo
+deparare, _cándido_ o _purpúreo, pío_ o _cruel, benigno_ o _sin
+sarna_.»]
+
+[Nota 49: Dice _de la jineta de los consonantes_ por lo encogido que
+va el poeta sujetándose al metro y la rima; _y la brida de la prosa,_
+porque en ella se extiende el ingenio libremente. Sabidísimo es que el
+que cabalgaba a la jineta llevaba encogidas las piernas, y estiradas a
+todo su largo el que cabalgaba a la brida.]
+
+[Nota 50: _Despensas_, más bien que _gastos o costas_, significa en
+este lugar _necesidades_.]
+
+[Nota 51: Llamábase _autores de comedias por su Majestad_ a los
+empresarios teatrales que tenían licencia real para formar compañía.]
+
+[Nota 52: Porque algunos cojos andan a _trancos_ se les suele llamar
+festivamente _cojitrancos_.]
+
+[Nota 53: _Leyenda_, en su antigua acepción de _lectura. Leenda_
+dice todavía el vulgo andaluz.]
+
+[Nota 54: _Y yo menos que agradecerte_, quiere decir.]
+
+[Nota 55: _Por no ser para más_ era expresión usual en la respuesta
+de las cartas y billetes de antaño. Véase, por ejemplo, el borrador de
+una escrita al Secretario de la Universidad de Alcalá de Henares por un
+su dependiente. Está al fin del libro de matrículas de 1566: «Los días
+pasados me hicieron merced de responderme con aquellos caballeros, los
+quales vinieron de su tierra de V.m.; y _por no ser para más_ la carta
+que V.m. me ynbió no escribo más a V.m. el secretario mi señor. Oi lunes
+a catorze de mayo.» (Archivo Histórico Nacional.) Por donaire, pasó tal
+expresión a la plática verbal; así, verbigracia, en el _Quijote_ (II,
+34), por boca de un supuesto demonio: «Y _por no ser para más_ mi
+venida, no ha de ser más mi estada.» Y Pérez de Montalván, en la jornada
+I de _La Doncella de labor_:
+
+ «D.ª ISABEL. ...Y lo demás, finalmente,
+ es que ya las doce son,
+ y que ha venido la silla,
+ y por ser tarde me voy,
+ de vos muy enamorada, _(A D. Diego_.)
+ y muy celosa de vos; _(A D.ª Elvira_.)
+ y _por no ser para más,_
+ a buenas noches, adiós.»]
+
+[Nota 56: _A los que fueren entonces_, es decir, _a los días del mes
+que fueren_ entonces, cuando el libro salga a luz.]
+
+[Nota 57: Don Juan Vélez de Guevara nació en Madrid y fué bautizado
+en la iglesia parroquial de San Andrés, a 9 de febrero de 1611. Publicó
+su partida bautismal mi inolvidable amigo don Felipe Pérez y González,
+en su excelente libro intitulado _El Diablo Cojuelo: notas y
+comentarios_ (Madrid, 1903), página 193.]
+
+[Nota 58: De llamar los hechiceros _hora menguada_ a la que ya
+estaba acabándose, por suponer que el resto de ella era ocasionado a
+malos sucesos, se pasó a dar ese nombre al «tiempo fatal o desgraciado
+en que se sucede un daño o no se logra lo que se desea». Y Vélez llama a
+la de las once de la noche _hora menguada para las calles_, porque en
+ella, al tiempo en que supone la acción de su relato, se vertían, por
+las puertas de las casas, las aguas inmundas. Así se mandó y pregonó en
+la coronada villa a 23 de septiembre de 1639, por acuerdo de los
+alcaldes de casa y corte (Archivo Histórico Nacional, Libros de gobierno
+de la Sala de Alcaldes, fol. 221 del dicho año): «... que ninguna
+persona bacie por las ventanas y canelones agua ni ynmundicias ni otras
+cosas, sino por las puertas de las calles; _en berano las puedan baciar
+a las once dadas de la noche_, y en ybierno dadas las diez della, pena
+de quatro años de destierro y veinte ducados a los amos que lo
+consintieren, y de zien azotes y seis años de destierro a los criados y
+criadas que lo hecharen, y de pagar los daños que hicieren....» Por esta
+hora del «¡agua va!» Ruiz de Alarcón hizo decir a Hernando, de noche y
+en la calle, en el acto III de _Los Favores del mundo_:
+
+ «¡Poh! ¡Mal hubiesen los gatos
+ que dan algalia a estos botes!
+ Ya empiezan las cosas malas
+ _de entre las once y las doce_.»]
+
+[Nota 59: Con esto de _boqueaba coches_ se quiere decir que daba
+las boqueadas el pasear por el Prado, del cual salían ya los pocos
+coches que quedaban en él.]
+
+[Nota 60: Porque el agua del Manzanares no cubría las desnudeces de
+los que se bañaban en él, dijo Celia en _La Dorotea_, de Lope de Vega,
+acto II, escena II: «... ¿cómo puedes negar la culpa que tiene [el río]
+en que, siendo los veranos tan humilde, se deja entrar de mil géneros de
+hombres y mujeres, hecho un valle de Josafat?»]
+
+[Nota 61: Con los donaires que se han escrito a costa del ruin
+caudal del Manzanares se podrían llenar muchas páginas. Véanse siquiera
+dos muestras. Tirso de Molina, en un romance que insertó en sus
+_Cigarrales de Toledo_:
+
+ «Según arenas criáis
+ y estáis ya caduco y viejo,
+ moriréis de mal de orina,
+ como no os remedie el cielo.
+ Como Alcalá y Salamanca,
+ tenéis, y no sois colegio,
+ vacaciones en verano
+ y curso sólo en invierno.»
+
+Y Castillo Solórzano, _Tiempo de Regozijo, y Carnestolendas de Madrid_
+(Madrid, Luis Sánchez, 1627), fol. 114 vuelto:
+
+ «...Este, pues, charco ambulante,
+ olla de tantos mondongos,
+ pelador de pies de puerco,
+ si no de panças de tomo,
+ reseruó entre dos alisos,
+ tres álamos y dos pobos,
+ para retirados baños,
+ cierto cristal, aunque poco.»]
+
+[Nota 62: _Ite, rio est_, dicho macarrónicamente, a imitación del
+_Ite, missa est_, como si dijeran: «¡Ea, se acabó el río!», porque la
+poca agua que de él quedaba se la habían llevado los Adanes y las Evas
+en las sábanas con que se habían enjugado. El señor Bonilla dice en las
+notas de su edición de 1910--pocas veces aludiré a la de Vigo
+(1902)--que Vélez, con las palabras _Ite, rio est_, «evidentemente se
+refiere al canon de la misa». Si él está en lo cierto, no lo está el
+_Diccionario_ de la Academia Española, según el cual _canon_ es aquella
+parte de la misa que comienza en el _Te igitur_ y acaba con el _Pater
+noster_.]
+
+[Nota 63: A diferencia del señor Bonilla, paréceme que con la frase
+_hidalgo a cuatro vientos_ no quiso decir nuestro autor que _don
+Cleofás_, yendo por el tejado, «se hallaba expuesto a todos los aires»,
+sino que era un hacia hidalgo, sin casa solariega, y, por tanto, a la
+intemperie o a _los cuatro vientos_. Él mismo dice más adelante que por
+lo de llamarse Leandro, como el infortunado amador de Hero, tenía su
+ejecutoria en las obras de Boscán y Garcilaso.]
+
+[Nota 64: Para ser encrucijada _de apellidos_ le faltaban dos, pues
+no tenía más de otros tantos. Vélez contó con ellos los dos nombres de
+pila.]
+
+[Nota 65: Hoy diríamos _que le iba a los alcances_.]
+
+[Nota 66: Decir, por metátesis, _estrupo_ fué cosa corriente en los
+siglos XV, XVI y XVII. Véase algún ejemplo. Fernán Pérez de Guzmán, en
+su _Confesión rimada_:
+
+ «De aqueste mal cuerpo otro nombre es
+ que se llama _estrupo_, e su propia maldad
+ es en desflorar la virginidad....»]
+
+[Nota 67: Refiérese a la expresión vulgar figurada _sin comerlo ni
+beberlo_.]
+
+[Nota 68: _Veintidoseno_, dicho en buen romance, y no _vigésimo
+segundo_, que sería decirlo a la latina.]
+
+[Nota 69: Por estas _multiestupradas_ de fines del siglo XVI y todo
+el XVII decía Mateo Alemán en su _Guzmán de Alfarache_, parte I, libro
+III, cap. II: «... nunca quien lo come lo paga, o por grandísima
+desgracia. Siempre suele salir horro el dañador, y después lo echan a la
+buena barba; siempre suele recambiar en un desdichado.» Y, más tarde,
+Moreto, en la jorn. II de _Todo es enredos amor_:
+
+ «D. FÉLIX. ...Porque hay mujeres en esta
+ ciudad, de corta fortuna,
+ que al cebo de su belleza
+ suelen traer muchos peces,
+ y al ignorante que pesca
+ el anzuelo de su cara
+ le echan la justicia a cuestas
+ y la cruz del matrimonio.»]
+
+[Nota 70: A las palabras _para en uno son_ pone el señor Bonilla por
+comentario: «Frase del ceremonial religioso del matrimonio». Ignoro de
+dónde pudo sacar esta peregrina especie. _En uno_ significa
+_juntamente_, como se echa de ver en muchas cédulas reales de Don
+Alfonso el Sabio, dadas _en uno_ con la reina Yolant su mujer, y en
+otras de Don Fernando IV: «E nos el sobredicho rey, regnante _en uno_
+con la reina doña Constanza mi mujer....» Y _para en uno son_ díjose de
+los novios, desposados o por desposar, en el sentido de que están
+destinados para vivir _en uno_ o _juntamente_. Así lo demuestran los
+siguientes pasajes de Lope de Vega. En el acto I de _Peribáñez y el
+Comendador de Ocaña_ cantan los músicos:
+
+ «Y a los nuevos desposados
+ eche Dios la bendición;
+ parabién les den los prados,
+ pues hoy _para en uno son_.»
+
+Y en el acto I de _Fuente Ovejuna_:
+
+ «LAURENCIA. ...En todo el lugar hay moza,
+ o mozo en el prado o soto,
+ que no se afirme diciendo
+ que ya _para en uno somos_.»]
+
+[Nota 71: Llama a la muerte _el vicario Responso_, porque, como el
+vicario o juez eclesiástico, tiene poder para separar a los casados.]
+
+[Nota 72: El léxico de la Academia registra las formas _boarda_ y
+_buharda_, y no la que ocurre en este lugar del texto.]
+
+[Nota 73: Añade _y la boca_ aludiendo a la costumbre de besar la
+tierra los que llegaban a ella después de haber corrido grande peligro
+en el mar. Así dice el Cautivo en el _Quijote_ (I, 41): «Embestimos en
+la arena, salimos a tierra, _besamos el suelo_, y con lágrimas de muy
+alegrísimo contento dimos todos gracias a Dios....»]
+
+[Nota 74: Llama _ministros del agarro_ a los que antes (7, 4)[45]
+había llamado _corchetes_.]
+
+[Nota 75: Así en la edición original, que páginas adelante estampa
+_Bitigudino_. Es apellido tomado del nombre _Vitigudino_, villa de la
+provincia de Salamanca.]
+
+[Nota 76: _Moneda chanflona_ es la toscamente falsificada, difícil
+de pasar sino cuando hay poca luz. Nuestros diccionarios registran el
+aumentativo _chanflón,_ y no el positivo _chanfla_, muy corriente en
+Andalucía con idéntico significado. Y aun de _chanfla_ dicen _¡Chanfle!_
+al acabar de contar alguna cosa poco creíble, como si dijeran: _¡Pase,
+como moneda chanflona_!]
+
+[Nota 77: _A gatas_, porque andaban a cuatro pies por los tejados en
+busca de don Cleofás; y _jinetes que corrían sus costas_, por alusión a
+la que se llamó y llama Cervantes (_Quijote_, I, 41) _caballería de la
+costa_, de la cual trató largamente Pérez y González en _El Diablo
+Cojuelo: notas y comentarios_, páginas 13-17.]
+
+[Nota 78: Toda esta alegoría es alusión a los frecuentes desembarcos
+que hacían en nuestras costas los corsarios moros, y a la presa que de
+ellas solían arrebatar, no obstante el cuidado de los _atajadores_ o
+_jinetes de la costa_.]
+
+[Nota 79: _Mohatrera de doncellazgos_, porque, como el mohatrero,
+volvía a quedarse con lo mismo que vendía; en este caso, con la propia
+fingida doncellez, vendida ya a tantos galanes. «_Mohatra_--dice
+Covarrubias--es la compra fingida que se haze vendiendo el mercader a
+más precio del justo y teniendo otro de manga que lo buelva a comprar
+con dinero contante a menos precio.»]
+
+[Nota 80: _Chapetón,_ significando _inocente_ o _boquirrubio_.
+Llamaban _chapetón_ en Indias a los que, por recién llegados, ignoraban
+las costumbres y trato de aquella tierra. El adjetivo _doncellil_ falta
+en el _Diccionario_ de la Academia.]
+
+[Nota 81: Contra lo que pudiera sospecharse, _suceso_, en
+equivalencia de _éxito_ o _resultado_, no tiene nada de galicismo.]
+
+[Nota 82: El señor Bonilla, anotando este lugar, habla de la _silla_
+llamada _cadera, cadiera o cadira_, y de unas _mesas de cadera_ o _de
+cadiera_; pero no de la _mesa de cadena_. Por si, como creo, puede
+aprovechar a algún investigador más afortunado que nosotros, diré que en
+la almoneda de los bienes que quedaron por muerte del maestro Juan de
+Mallara se lee: «yten _vna mesa vieja de cadena_ con su banco....»
+(Archivo de Protocolos de Sevilla, Gaspar Romano, libro 2.º de 1571,
+fol. 1991.) Y en el inventario de los bienes de don Carlos de Álava:
+«yten otra mesa de nogal de gonzes _con el banco de cadena_». (Archivo
+de Protocolos de Valladolid. Juan Ramos, 1604, folio 133 vto.)]
+
+[Nota 83: Claro es que se refiere a lo que el léxico de la Academia
+llama _efemérides astronómicas._]
+
+[Nota 84: La _magia_ o _mágica negra_ a diferencia de la blanca, que
+es lo que podríamos llamar mera prestidigitación y _física recreativa_,
+fué siempre arte reprobado, porque nada se hace en él sin pacto expreso
+o tácito con el demonio.]
+
+[Nota 85: Era cosa general creer que los hechiceros solían tener un
+demonio familiar metido en una redoma. Rojas Zorrilla en la jorn. II de
+_Lo que quería ver el Marqués de Villena_:
+
+ «ZAMBAPALO. Señor, he de hablar de veras:
+ yo tengo miedo.
+
+ MARQUÉS. ¿Por qué?
+
+ ZAMBAPALO. Porque deste hombre me cuentan
+ que tiene en una redoma
+ un demonio.»]
+
+[Nota 86: _Respondieron_, plural impersonal muy frecuente en
+nuestros buenos escritores de antaño, y aún hoy en el habla de nuestro
+vulgo. Véase en mi edición del _Quijote_, publicada en esta colección de
+_Clásicos Castellanos_, cómo lo usaba Cervantes (VI, 53, 14, 125, 3,
+137, 8; VII, 14, 5, etc.).]
+
+[Nota 87: En la superstición peninsular--como en otro lugar
+indiqué--los cuatro diablos mayores del infierno son _Lucifer, Belcebú,
+Satanás y Barrabás._ Así lo decía en 1512, en una de sus confesiones,
+Juan de Chaves (Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Valencia,
+legajo 24 de causas, núm. 8): «... e yo lamé e cridé a satanás, y a
+Amanecidos, y a la rreyna Siuilla, y algunas vezes a los quatro mayores
+del Infierno, es a saber, a Lucifer, belzebuc, satanás y barrabas....»]
+
+[Nota 88: _Chisme_ era femenino en los siglos XVI y XVII. Juan de
+Castellanos, _Elegías de varones ilustres de Indias_, parte I, elegía
+VI, canto I:
+
+ «Huye _la chisme_, cesa la conseja,
+ crece contento, nace regocijo....»
+
+Covarrubias, en este artículo: «... assi el chismoso dize a hurtadillas
+_la chisme_ a la oreja, que parece llegó tan solo a soplalla....»]
+
+[Nota 89: Recónditas son las más de estas cosas que el diablillo
+enredomado dice haber traído al mundo: sería preciso ser punto menos
+diablo que él mismo para averiguar noticias de algunas de ellas; pero de
+otras puede decirse algo, y aun de tal cual se ha dicho no poco en
+libros antiguos y modernos. De la _zarabanda_ traté con bastante espacio
+en mi _Loaysa de «El Celoso Extremeño»_ (Sevilla, 1901), páginas
+257-287, y para su estudio aporta el señor Bonilla otros datos
+estimables.]
+
+[Nota 90: Del _déligo_ llamándole _deligo,_ sólo dice Bonilla:
+«Baile de la época», y el señor Puyol y Alonso, en su edición de _La
+Pícara Justina_ (Madrid, 1912), tomo III, página 155, a las palabras «en
+el ayre repiqué mis castañetas de repica punto, _a lo deligo_, y di dos
+vueltas a buen son», comenta: «Era un género de baile», y cita el pasaje
+de _El Diablo Cojuelo_. Algo podré añadir yo. En primer lugar, este
+baile se llamaba _déligo,_ y no _deligo;_ lo demuestra Lope de Vega en
+el siguiente pasaje del acto II de _Los Locos de Valencia_.
+
+ «FEDRA. Bailemos, que estamos tristes.
+
+ GERARDO. Creciendo va su porfía.
+
+ _(Bailen.)_
+
+ LAIDA. _Déligo, déligo, déligo_....
+
+ GERARDO. ¿Qué es esto, sobrina mía?
+
+ FLORA. _Que déligo del andéligo._»
+
+Haciendo breve a _déligo_ y _andéligo_ no constarían los versos en que
+están estos nombres. _Andéligo_ llamaban también a este baile, como se
+echa de ver en el ejemplo que antecede y en un pasaje del _Romancero
+general_, folio 425 vto. de la edición de 1604, por la cual cito
+siempre:
+
+ «No viue ufana Seuilla
+ con tantas damas de precio
+ que les tiene puesto el vso,
+ aunque valen mucho menos,
+ ni tiene tantos deuotos
+ aquel donayre inquieto
+ de _andéligo_ y zarabanda
+ de Guadalquiuir a Ebro....»]
+
+[Nota 91: Del baile de la _chacona_ traté en mi citado estudio sobre
+_El Loaysa_, pág. 282. Véase además la nota 124 de Amezúa en su
+excelente edición crítica de _El Casamiento engañoso y el Coloquio de
+los perros_. De _la zarabanda_ y _la chacona_ tomaron nombre ciertas
+ropas mujeriles (_Romancero general_, fol. 387 vto.):
+
+ «...Ni que traygan verdugados,
+ alzacuellos y gorgeras,
+ vrracos, bobos, _chaconas,
+ çarabandas_ ni arandelas.»]
+
+[Nota 92: Al _bullicuzcuz_ se refiere, como presume el señor
+Bonilla, esta letra que trae Quevedo en _El entremetido y la Dueña y el
+Soplón_, y claro es que, según por ella se infiere, el _bullicuzcuz_ era
+un baile, y no un juego:
+
+ «Zarabullí,
+ Ay, bullí, bullí, de zambullí,
+ _bullí, cuz, cuz_,
+ de la Vera-Cruz,
+ yo me bullo y me meneo,
+ me bailo, me zangoteo,
+ me refocilo y recreo
+ por medio maravedí.
+ Zarabullí.»]
+
+[Nota 93: _La capona_ era un baile andaluz, propio de gente
+apicarada, a juzgar por lo que dice Quevedo en su romance intitulado
+_Cortes de dos bailes_ (Musa V):
+
+ «Muy lampiña _la Capona_
+ y con ademanes brujos,
+ _por Córdoba y por el Potro_
+ viene calzada de triunfos.»
+
+_La capona_ no fué sino _la chacona_ remozada, según se colige por estos
+versos de Salas Barbadillo en su _Entremés del Prado en Madrid y Baile
+de la Capona_:
+
+ «D.ª JULIA. ¿Puede haber cosa buena si es _capona_?
+
+ ROBLEDO. Sólo una que llaman _la chacona_.
+
+ D.ª TOMASA. _La chacona_ ¿no es baile muy antiguo?
+
+ ROBLEDO. Remozóla un capón con gran donaire.
+
+ ROSALES. Son los capones gente de buen aire.»]
+
+[Nota 94: De algunos de estotros bailes populares, como de tal cual
+de los antes nombrados, trata don Emilio Cotarelo en su introducción a
+la _Colección de entremeses, loas...,_ publicada en la _Nueva Biblioteca
+de Autores Españoles._]
+
+[Nota 95: Según Covarrubias, «_pandorga_ es vna consonancia alocada
+y de mucho ruido, que resulta de variedad de instrumentos.» Gómez de
+Tejada, en un pasaje (que cita el _Diccionario_ de autoridades) de su
+_León prodigioso_, contrapone _pandorga_ a _música._]
+
+[Nota 96: Don Juan de Caramuel, en su _Rhytmica_ (apud _Sanctum
+Angelum della Fratta; ex Typographia Episcopalis Satrianensi,
+M.DC.LXV_), al tratar (pág. 135) _De versibus quos_ xacara _appellat
+Hispanus_, quiere que este vocablo venga de la raíz hebrea _zacar =
+meminisse_, de donde _zácara = memoria, commemoratio, narratio_. No hay
+tal cosa, sino que al _rufián_ llamaron _jácaro_ o _jaque_ en el habla
+germanesca, y _jacarandina_ a esta habla, y _jácara_ al cantar de los
+_jaques o jácaros_.]
+
+[Nota 97: El señor Bonilla asegura que _las papalatas_ son un
+«género de juego popular», y no habría holgado añadir de dónde tomó esta
+noticia. De mí confieso que no he hallado esa palabra más que en el
+texto de Vélez.]
+
+[Nota 98: Estos _comos_ no son ni parientes lejanos de otros _comos_
+griegos que registra en su _Vniuersal vocabulario_ Alonso de Palencia, y
+recuerda el señor Bonilla antes de venir a parar al significado que
+tienen en la enumeración de Vélez de Guevara. _Como_, en esta acepción,
+significa _burla, chasco_, y así lo dice en su _Diccionario_ la
+Academia, si bien da por anticuada tal voz. Si no es anticuado lo que se
+ha dicho con alguna frecuencia desde el tiempo de los Reyes Católicos
+acá (y ésta es la norma que sigue la Academia), _como_ no es voz
+anticuada, porque la han usado Tirso de Molina, Quevedo, Cubillo de
+Aragón, Salas Barbadillo, Belmonte, Quiñones de Benavente y muchos
+otros.]
+
+[Nota 99: Sospecho que esta _mortecina_, que no hallo en nuestros
+vocabularios, es lo que por otro nombre se llamó _culebra_, pesadísima
+broma, especialmente carcelaria, de que traté en _El Loaysa de «El
+Celoso Extremeño»_, pág. 175, nota, y que define el _Diccionario_
+académico en la cuarta acepción de la voz _culebra_.]
+
+[Nota 100: _Títeres,_ dicho por las figurillas que los titereros,
+como el maese Pedro del _Quijote_, mostraban en sus retablos. De los
+antiguos _títeres_, además de la frase figurada _No quedó títere con
+cabeza_, perdura en el habla vulgar otra, que falta en el léxico de la
+Academia: _Dársela a uno por boca de títere._]
+
+[Nota 101: Hoy llamamos _volatines_ a los ejercicios del _volatín_
+de años atrás, y a éste, _funámbulo_.]
+
+[Nota 102: _Saltabanco_ llama preferentemente la Academia, aunque
+registra además las formas _saltabancos, saltaembanco_ y
+_saltaembancos_, a los charlatanes de plazuela que, sobre un banco o
+mesilla, con aprensión escasa y cháchara abundante, engañan a la gente
+popular vendiéndole fingidos medicamentos, o embaucándola con
+cualesquier otras socaliñas. Como suelen ser o suponerse extranjeros, el
+vulgo, a lo menos en Andalucía, extranjeriza el nombre y los llama
+_saltimbanquis_.]
+
+[Nota 103: _Maese Coral_ nombraban al que hacía juegos de manos, o
+de pasa, pasa, porque, según Covarrubias, art. _coral_, «los charlatanes
+y embusteros que traen estos juegos se desnudan de capa y sayo, y quedan
+en vnas jaquetas o almillas coloradas, que parecen troncos de coral».
+También se llamó a los ejercicios de prestidigitación _juego de Maese
+Escolar o de Maese Gicomar_.]
+
+[Nota 104: De la personalidad demoniaca llamada _el Diablo Cojuelo_
+he tratado con alguna extensión en el prólogo.]
+
+[Nota 105: _Rebelión_ era antaño del género masculino, y así Mármol
+Carvajal tituló uno de sus libros _Historia_ del rebelión _y castigo de
+los moriscos del reino de Granada_. Francisco Santos, que tomó algo de
+la novela de Vélez de Guevara para sus _Postrimerías del hombre y
+Tribunal espantoso_ (apud _Obras en prosa y verso_..., Madrid, 1723,
+tomo I, pág. 332), hace decir al Diablo Cojuelo: «Yo soy aquel que,
+aunque estropeado el cuerpo desde aquella batalla _del rebelión
+celestial_....»]
+
+[Nota 106: _Y todo_, significando _también,_ como en diversos
+lugares del _Quijote_ (I, 176, 9; IV, 259, 11; VI, 34, 15; VII, 85, 7,
+etc.)]
+
+[Nota 107: Es refrán contrahecho, parodia de aquel que dice: _Camino
+de Santiago, tanto anda el cojo como el sano_. También don Jerónimo
+Cáncer parodió este refrán, en un vejamen que dió siendo secretario de
+cierta Academia (_Obras poéticas de_..., pág. 107 de la edición de
+Madrid, Manuel Martín, 1761): «... porque _camino del Parnaso, tanto
+anda el cojo como el corcovado_.»]
+
+[Nota 108: Como dice el _Diccionario_ de autoridades, _trato_,
+«figuradamente se toma por traición oculta e infidelidad con que,
+faltando a la fe debida, se ofrece entregar alguna plaza, ciudad o
+fortaleza al enemigo». Aquí se refiere a persona, pero con ese mismo
+significado.]
+
+[Nota 109: Si Vélez no confundió en este lugar lo que es refrán con
+lo que es modismo, parece que debe de haber, según esto, un refrán que
+diga: _El Diablo Cojuelo trae a los demás al retortero_, o cosa
+análoga.]
+
+[Nota 110: La frase _con sus tachas buenas y malas_, que aquí se
+aplica a sí propio el Cojuelo, es, como demostré en otra ocasión, un
+tópico de las antiguas escrituras de venta de caballerías. En el Archivo
+de Protocolos de Illescas, escribanía de Esquivias, encontré, al buscar
+documentos cervantinos, la escritura referente a una yegua (2 de
+noviembre de 1591) «que de vos compré e rezebi _con sus tachas buenas y
+malas_, encubiertas o descubiertas, a vso de feria....»]
+
+[Nota 111: _Cortesía_, en su acepción, hoy poco usada, de
+_tratamiento_.]
+
+[Nota 112: _Príncipes de la Guinea infernal_, aludiendo a ser el
+infierno, como la Guinea, patria de negros habitantes.]
+
+[Nota 113: De llamar _jigote_ a la carne asada y picada menudamente
+se pasó a decir _hacer jigote_ una cosa, o de una cosa, significando
+hacerla pedazos muy pequeños. Y aún, para más exagerar, como buen
+andaluz, escribió don Francisco de Leiva en la jorn. II de _El Socorro
+de los mantos_:
+
+ «D. FERN.º Por Dios que la bellaca me ha picado.
+
+ MOSTACHÓN. _Hecho veinte jigotes_ te ha dejado.»]
+
+[Nota 114: En la edición príncipe, por yerro, _mulatas_.]
+
+[Nota 115: Díjose _mayores de marca_, o _de más de la marca_, por
+traslación de lo que se decía de las espadas, de los cuellos y de otras
+cosas que, como éstas, no debían exceder de la longitud o anchura que se
+les fijaba en pragmáticas u ordenanzas.]
+
+[Nota 116: _Barbado en Hircania_, es decir, con los pelos de las
+barbas tan recios como tienen los tigres los de sus bigotes. Sabidísimo
+es que, especialmente en verso, pocas veces se nombra al tigre sin
+llamarle _hircano_.]
+
+[Nota 117: También por este pasaje se echa de ver que Francisco
+Santos, aun habiendo formado tan desfavorable juicio de la novelita de
+Vélez de Guevara, como recordé en el prólogo, tuvo presente en sus
+_Postrimerías del hombre y Tribunal espantoso_ la pintura que del Diablo
+Cojuelo hizo el escritor ecijano. Dice: «Este es Renfas, llamado por
+otro nombre el Cojuelo.... Aquí noté la figura del espíritu: era
+_pequeño_, y corcobado, _mala barba_, y _calvo_; descansando el cuerpo
+sobre dos muletas....»]
+
+[Nota 118: Llamar _legumbre_ a los espárragos es evidente
+impropiedad. Ya había dicho Covarrubias en 1611, que «_legumbre_ es toda
+mata cuyo fruto o semilla nace en baynas, como son los garbanços,
+lentejas, hauas, frisoles, y otras semejantes». Aunque yo, siendo
+estudiante, tuve en Sevilla unos camaradas extremeños que al pescado y a
+cuanto no era carne llamaban despectivamente _legumbres_.]
+
+[Nota 119: Como dice el _Diccionario_ de la Academia, _salvo el
+guante_ es «expresión familiar de que se usa para excusarse de no
+haberse quitado el guante al dar la mano a uno». Tirso de Molina, en el
+acto II de _Por el sótano y el torno_:
+
+ «DON DUARTE. ...Quiso el cielo,
+ cuando el planeta mayor
+ de púrpura entapizaba
+ su real peregrinación,
+ que tropezase mi dama
+ en un hoyo, a intercesión
+ de mis ruegos; que en Madrid
+ todo sirve a la ocasión.
+ Llegué diligente a darla
+ la mano, que recibió
+ _salvo el guante_, aunque por él
+ rayo o nieve me abrasó....»
+
+Otras veces se rogaba que _se perdonara el guante_. Lope de Vega, en el
+acto I de _El Acero de Madrid_, hace decir a Lisardo al dar la mano a
+Belisa, que ha tropezado y caídose en la calle:
+
+ _«Perdone vuesa merced
+ el guante_.»
+
+Y esto quiere decir de su metáfora Luis Vélez: _que se le perdone_.]
+
+[Nota 120: _Tiro_, significando el cañón, y no, como hoy día, su
+carga ni su disparo. Rojas Zorrilla, en la jorn. I de _El Desafío de
+Carlos Quinto:_
+
+ «D.ª LEONOR. Ea, don Luis, vuelve en ti;
+ tu brazo la pica empuñe;
+ el coselete en tu pecho
+ al Otomano deslumbre;
+ digiere aquel hierro ardiente
+ que _el tiro de bronce_ escupe.»]
+
+[Nota 121: La iglesia parroquial de San Salvador, que por hallarse
+ruinosa fué derribada en 1842, estaba situada en la calle Mayor, frente
+a la plazuela de la Villa, a la cual daba nombre. Era quizá el templo
+madrileño más antiguo, pues como recuerda Jerónimo de Quintana en su
+_Historia de la antigüedad, nobleza y grandeza de la villa de Madrid_
+(Madrid, Imp. del Reyno, M.DC.XXIX), ya se la nombraba en la era de
+1257, reinando Don Fernando III. Véase Mesonero Romanos, _Manual de
+Madrid: descripción de la Corte y de la Villa_ (Madrid, 1831), pág. 137,
+y _El Antiguo Madrid_, edición de 1881, tomo I, página 218. En la obra
+últimamente citada dice Mesonero que «la torre de la misma iglesia,
+apellidada _la atalaya de la villa_, era bastante elevada»; y en otro
+lugar (pág. 288), tratando del templo de Santa Cruz: «La torre ... era
+llamada _la atalaya de la corte_, así como la de San Salvador, _la
+atalaya de la villa_». O Mesonero tomó tal denominación de la novela de
+Vélez de Guevara, o éste la había tomado del habla vulgar.]
+
+[Nota 122: Llamábase _basquiña_ a lo que también se dijo _saya_ y
+hoy nombramos _falda_. Se ponía, según Covarrubias, «encima de los
+guardapieses y demás ropa».]
+
+[Nota 123: El _verdugado_ era, como dice el _Diccionario_ de
+autoridades, «vestidura que las mugeres usaban debajo de las basquiñas,
+al modo que hoy los tontillos....»]
+
+[Nota 124: Era el _guardainfante_--dice el _Diccionario_ de
+autoridades--«cierto artificio muy hueco, hecho de alambres con cintas,
+que se ponían las mujeres en la cintura, y sobre él se ponían la
+basquiña.» Muy pintorescamente lo definió Rojas Zorrilla en la jorn. III
+de _Los tres blasones de España:_
+
+ «REY DE CAST.ª ¿Que es _guardainfante_?
+
+ GUARDAINFANTE. Vn enredo
+ para ajustar a las gordas;
+ vn molde de engordar cuerpos;
+ es una plaza redonda
+ adonde pueden los diestros
+ entrar a jugar las armas,
+ por lo grande y por lo extenso;
+ es un encubre-preñadas,
+ estorbo de los aprietos,
+ arillo de las barrigas,
+ disfraz de los ornamentos;
+ y es, en fin, el _guardainfante_
+ vn enjugador perpetuo,
+ que está secando la ropa
+ sobre el natural brasero.»
+
+Don Juan de Zabaleta dice del _guardainfante_ en el cap. II de _El Día de
+fiesta por la mañana_ (apud _Obras históricas, políticas, filosóficas y
+morales, escritas por.... Con el Día de fiesta por Mañana, y Tarde, y
+los sucesos que en él passan_ Madrid, Antonio Gonçalez de Reyes, 1692):
+«Este es el desatino más torpe en que el ansia de parecer bien ha caido.
+Si vna muger tuuiesse aquella redondez de cuerpo desde la cintura abaxo,
+¿huuiera quien se atreuiera a mirarla? Ponerse postizo vn defecto,
+¿puedelo hazer sino quien esté sin juizio? Ponerse postizo un ojo, vaya,
+porque los ojos son hermosura; pero ponerse vna hinchazón contrahecha,
+¿quién lo puede hazer que no esté fuera de tino?... Échase sobre el
+Guardainfante vna pollera con vnos ríos de oro por guarniciones....
+Ponese sobre la pollera vna basquiña con tanto ruedo, que colgada podía
+seruir de pavellon. Ahuecasela mucho, porque haga más pompa, o porque
+coja mucho ayre con que hazer su vanidad mayor.»]
+
+[Nota 125: _Pollera_ llamaban al brial o guardapiés, por su
+semejanza con el cesto en que se crían los pollos.]
+
+[Nota 126: _Engestarse_, verbo no registrado en el léxico de la
+Academia, está usado aquí en la acepción de _volver el rostro_ hacia
+alguna persona o cosa; _encararse_.]
+
+[Nota 127: Aunque de ordinario se llamó _picota_ al rollo,
+propiamente no es _picota_ sino la _punta_ o _pico_ en que suele
+terminar. Vélez usa aquella voz en sentido figurado.]
+
+[Nota 128: Así, _malaño,_ en la edición original, como, juntas las
+palabras, escribimos _noramala_ y _norabuena_.]
+
+[Nota 129: Llamaban _lo hojaldrado_ a la parte del pastel que cubre
+la carne o dulce en él contenido.]
+
+[Nota 130: Nombrábase _pepitoria_ a un guisado que se hacía con los
+cuellos, manos y pies de las aves. Era plato propio de sábado, día en
+que no se podían comer de los animales terrestres sino los despojos.
+Todo esto se indica en los siguientes versos de Anastasio Pantaleón de
+Ribera _(Obras de_ ... Madrid, Francisco Martínez, 1634, fol. 55 vto.):
+
+ «Del pájaro que en Arabia
+ cinco edades vive enteras,
+ y naciendo de su muerte,
+ cunas le arrullan sabeas,
+ serán menudo jigote
+ sus pechugas y caderas,
+ _y en sábado, pepitoria
+ sus alones, cuello y piernas_.»]
+
+[Nota 131: _Haya_, diríamos hoy.]
+
+[Nota 132: Era _hacer media noche_, según Covarrubias, «vn abuso
+grande de aguardar a que den las doze del Viernes en la noche para comer
+vna olla regalada de menudo». Tropológicamente, llamóse _media noche_ a
+esa misma cena. Quevedo, dirigiéndose a una niña de quien quería ser
+tercera una vieja (Musa VI):
+
+ «Cuando quieres persuadirme,
+ dices que es mujer de porte:
+ mucho tiene de estafeta;
+ temo que de ti la cobre.
+ De docientas leguas huele
+ almuerzos y _medias noches_;
+ lo que come, bien lo sé;
+ mas no sé con lo que come.»]
+
+[Nota 133: _No conocer_ a uno _si no para servirle_ es frase de
+comedimento que, por usual, no debiera faltar en el _Diccionario_ de la
+Academia. Vélez vuelve a emplearla en los trancos VII y X. Castillo
+Solórzano, en _La Garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas_: «¿Cómo
+alguacil?--replicó el mismo alguacil--. ¿Conóceme vuesa merced? Yo le
+dije:--_No conozco a vuesa merced si no es para servirle_.»]
+
+[Nota 134: Llamóse _llave capona_ o _capona_ a secas, la que
+honoríficamente se concede a ciertos gentilhombres de la cámara real,
+sin ejercicio ni servidumbre, porque tal llave no tiene sino apariencia
+de tal, pues con ella no se abre ni se cierra puerta alguna. Moreto, en
+la jorn. III de _Antíoco y Seleuco_:
+
+ «REINA. Y cuando sea mi esposo,
+ como es cierto, ¿te parece
+ que a mí ese amor me entristece?
+
+ FLORETA. Pues, señora, ¿no es forzoso?
+
+ REINA. ¿Por qué?
+
+ FLORETA. ¿No es claro el indicio?
+ Porque hasta aquí tu persona
+ es, como _llave capona_,
+ esposa sin ejercicio.»]
+
+[Nota 135: A propósito de esta frase, Pérez y González recordó (pág.
+75 de su mencionada obra) que se llamaba _proa_ a la parte delantera del
+coche; que los asientos de éste se decían _de proa, de popa_ y _de
+estribos_, y que «el _de proa_ era el más humilde, destinado al modesto
+acompañante, ya servidor, ya devoto del personaje dueño del vehículo».
+Pero si en esto de _la proa_ rectificó el erudito sevillano al señor
+Bonilla, que en su edición de Vigo (1902) había sospechado que se
+hubiese dicho en contraposición a la frase _jayanes de la popa_, no creo
+que estuviese igualmente acertado al presumir «que _culto_ es una
+errata, y debe leerse _cultor_». A mi entender, con lo de _culto
+vergonzante_ se quiso aludir a que los de escasa calidad que acompañaban
+a los magnates ocupando los asientos _de proa_ de sus coches solían
+profesar de _cultos_, más o menos declaradamente, poniendo en tortura el
+magín para hacer frases adulatorias y de ingenio que agradaran a sus
+patronos.]
+
+[Nota 136: Tanto era la barba cosa indispensable para los letrados,
+que dijo Quevedo en una de las letrillas de su Musa V:
+
+ «Deseado he desde niño,
+ y antes, si puede ser antes,
+ ver un médico sin guantes
+ _y un abogado lampiño.»_
+
+Y que solían llevar la barba en forma de cola de delfín lo había dicho
+el mismo autor en un romance de la Musa VI:
+
+ «Era Alejandro un mocito
+ a manera de la hampa,
+ muy menudo de faiciones
+ y muy gótico de espaldas.
+ _Barba de cola de pez_,
+ _en alcance de garnacha_....»]
+
+[Nota 137: _Doña Fáfula,_ como si dijera _doña Fulana_, o _doña
+Fabulana_, nombre este último que aun suele oírse en Andalucía, y con el
+cual parece tener estrecho parentesco el que ha originado esta nota.
+Véase antepuesto al apellido, como se anteponen estos otros nombres.
+Espinel, _Sátira contra las damas de Sevilla (Revista de Archivos,
+Bibliotecas y Museos_; mayo-junio de 1904):
+
+ «No había entonces doña Berenjena,
+ _doña Fáfula_ Ortiz ni doña Paula,
+ sino Francisca, Paula, Minga, Elena.»]
+
+[Nota 138: La _bigotera_ está definida en el _Diccionario_
+académico; y que los presumidos solían ponérsela para dormir, para no
+descomponer sus bigotes, cuidadosamente peinados y levantados, dícenlo
+acá y allá nuestros escritores de antaño. Don Guillén de Castro, _El
+Narciso en su opinión_, jorn. I:
+
+ «D. GUTIERRE. ¿Bueno está el bigote?
+
+ TADEO. Bueno.
+ Pero sobrado le cuesta
+ al que, como tú, se acuesta
+ como braquillo, con freno.»
+
+Y Lope de Vega, en el acto II de _El Cuerdo en su casa_:
+
+ «GILOTE. ...Hay mil tontos marquesotes
+ con cuidados de mujer,
+ que nacieron para ser
+ mártires de sus bigotes;
+ mil que a bestias los condeno,
+ porque ellas a dormir van
+ sin freno, y ellos están
+ toda la noche con freno.»]
+
+[Nota 139: El uso masculino de los _copetes_ y _guedejas_, por
+denotador de vil afeminamiento, fué prohibido en 1617; pero de tal
+manera continuó y aun se extendió años después, que a 13 de abril de
+1639 se dió en Madrid el _Pregon en qve sv Magestad manda qve por qvanto
+el abvso de las gvedejas y copetes con que andan algunos hombres, y los
+rizos con que componen el cabello, ha llegado a hazer escandalo en estos
+Reynos, ningun hombre pueda traer guedejas ni copete_. (Escudo real.)
+(En Madrid. En la imprenta de Francisco Martínez. Año M.DC.XXXIX) Se
+mandaba: «que ningún hombre pueda traer copete, o jaulilla, ni guedejas
+con crespo o otro rizo en el cabello, el qual no pueda passar de la
+oreja; y los barberos que hizieren qualquiera de las cosas susodichas,
+por la primera vez caygan e incurran en pena de veinte mil maravedis y
+diez días de carcel, y por la segunda la dicha pena doblada y quatro
+años de destierro desta Corte, o del lugar donde viuiere, y por la
+tercera sea lleuado por quatro años a vn presidio para que en ellos
+siruan. Y a las personas que traxeren copete o guedejas y rizos en la
+forma dicha no se les dé entrada en la Real presencia de su Magestad, ni
+en los Consejos, y los porteros se lo prohiban, y los Ministros no les
+puedan dar audiencia, ni oygan sobre sus pretensiones, reseruando a los
+señores del Consejo poder hazer la demostracion y castigo que
+conuenga....»]
+
+[Nota 140: Mujeres y lindos cuidaban mucho de sus manos y de sus
+rostros, y para adobar éstos y aquéllas hacían mil extravagancias, y
+hasta verdaderas porquerías. En un libro inédito de recetas de afeites
+(Biblioteca Nacional, Manuscrito 2019) hallas con epígrafes como éstos:
+«Memoria de la manteca que doña María de Mendoza traía en las manos...»
+(fol. 13). «Recepta para hazer seuo para las manos, que se ha de traer
+nueve días» (fol. 52 vto.). ¡Véase qué «recepta para las manos»! (fol.
+16): «Tómese suziedad de perros de la blanca y muelanla y despues
+echenla con miel y con hueuo y ponganla en las manos, y no en las
+palmas, y tenganlo una noche y un día....» Y ¡véase qué «recepta para el
+rostro»! (fol. 66): «Tomareis tocino tanto como vn hueuo, que sea todo
+gruesso, e poneldo con vinagre fuerte que esté nueue días; tomareis
+sahin de culebra....»]
+
+[Nota 141: _Descabezados_, para poder usar de las yemas de los dedos
+y valerse de las manos aun teniéndolas untadas con los sebillos. Porque
+es de notar que el hacer sudar las manos, enguantándolas, solía ser
+obligado complemento del untarlas. Terminantemente lo declara una receta
+para _muda de manos,_ que hay hacia el fin de cierto libro de cocina y
+repostería (Biblioteca Nacional, Ms. 6058, fol. 167 vuelto): «Tomarás
+media libra de trementina labada nuebe vezes y quatro hiemas de huebos
+frescos y el agrio de dos limones redondos y seis dineros de cardenillo,
+todo mezclado; vntarás las manos antes de acostarte y _sudaráslas con
+guantes, y fiat confetio» (sic)_.]
+
+[Nota 142: De estas _pasas_ hablaba Areusa en el acto IX de _La
+Celestina_, levantando, por ruin envidia, mal testimonio a Melibea:
+«Todo el año se está encerrada con mudas de mil suciedades, por una vez
+que haya de salir donde pueda ser vista; enviste su cara con hiel y
+miel, con _uvas tostadas_ y _higos pasados_, y con otras cosas....»]
+
+[Nota 143: La colación de los ayunadores solía consistir en un poco
+de pan y dos o tres docenas de pasas.]
+
+[Nota 144: _Una doncella sobre su palabra_, es decir, una que sólo
+tenía de doncella el hacerse pasar por tal.]
+
+[Nota 145: Vélez de Guevara juega del vocablo _curso_ en dos de sus
+acepciones. También en esto le había precedido Quevedo, al relatar en un
+desenfadado romance (Musa IV) el _Ridículo suceso del trueco de dos
+medicinas_, haciendo decir a la triste desposada:
+
+ «Tu cuerpo, que no me goza,
+ a lo menos, me gradúa,
+ si los _cursos_ a las novias
+ valen como a los que estudian.»]
+
+[Nota 146: _Hacer_, en su frecuente acepción de _representar_.]
+
+[Nota 147: Quizá se refiere a _Il Dvello del Mutio Iustinopolitano_,
+libro del cual se hicieron varias ediciones, muy difundidas en España,
+por nuestra constante comunicación con Italia.]
+
+[Nota 148: Antes y más propiamente que el _Diccionario_ de
+autoridades definió el _patacón_ César Oudin, en su _Tresor des devx
+langves_...: «Patacón, _monnoye de cuiure en Portugali, qui vaut enuiron
+deux liards, c'est aussi la grande reale d'argent de Castille de huict,
+c'est à dire de quarante sols_....»]
+
+[Nota 149: Con sus propias palabras se llama ladrón al que iba a ser
+robado. La frase _acá estamos todos_ tuvo origen, según el vulgo, en un
+cuentecillo relatado mil veces por las abuelas a sus nietezuelos: «Un
+duende hacía tantas diabluras en una casa, escondiendo mil cosillas, y
+rompiendo otras mil, que el inquilino, por huir de él, se resolvió a
+mudarse a otro barrio. Pero cuando, al llevar la última carrada de
+muebles, preguntó a su mujer: «--¿Falta algo?», se oyó la vocecilla del
+duende, que, escondido en un palanganero, decía: «_--¡Acá estamos
+todos!_» Es frase popular en Andalucía, y suele decirla el que llega a
+una reunión donde no se contaba con él: _¡Aquí estamos todos!, dijo el
+duende._ Ayala y Guzmán versificó este cuento, con poca fidelidad y
+menos gracia, en su comedia intitulada _Las Travesuras de don Luis
+Coello, primera parte_.]
+
+[Nota 150: «Alude--dice el señor Bonilla--a los autos o misterios
+populares de la Resurrección de Cristo, en que al descender el ángel del
+cielo y revolver la piedra del sepulcro, se asombran los guardas y caen
+a un lado y a otro como muertos (Cf. _San Mateo_, XXVIII, 1-4.»)]
+
+[Nota 151: Algo que dije de Sevilla en el discurso preliminar de mi
+edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_ (Sevilla, 1905), página 13,
+es aplicable a toda la España de los siglos XVI y XVII: «Al olor, y,
+sobre todo, al sabor de estas cuantiosísimas riquezas [las que traían á
+la metrópoli las flotas de Indias] vivían en la magnífica ciudad del
+Guadalquivir una muchedumbre crecidísima de extranjeros, en especial, de
+italianos, flamencos y franceses, cada cual en busca de su avío y en
+solicitud de su medra; cada cual discurriendo medios e inventando artes,
+artimañas o artificios para apropiarse, industriosa y más o menos
+limpiamente, alguna mielecilla de las óptimas colmenas indianas,
+consolándose así de no haber sido ellos ni sus naciones los que tuvieron
+la dicha de descubrir y conquistar el Nuevo Mundo.»]
+
+[Nota 152: _Abada_, o _bada_, que equivale a _rinoceronte_.]
+
+[Nota 153: _La Bermuda_, como explicó Pérez y González (pág. 80 de
+_El Diablo Cojuelo: notas y comentarios_), «era la isla principal del
+grupo descubierto en América por el navegante español Juan Bermúdez....
+Lugar peligroso para la navegación, por los frecuentes temporales y
+terribles accidentes del mar y por los atrevimientos de los piratas
+extranjeros, allí corrían gravísimo riesgo los barcos que a España
+traían los tesoros americanos....»]
+
+[Nota 154: En el texto original falta la palabra _bebe_, que suplo,
+como el señor Bonilla.]
+
+[Nota 155: De la renombrada _cuba de Sahagún_ dijo Covarrubias en su
+_Tesoro_, compuesto en los primeros años del siglo XVII, que «cabía
+_tantas_ mil cántaras, y dizen que oy sirve de echar trigo en ella,
+porque devia ser costosa y peligrosa de reparar y conservar».]
+
+[Nota 156: _A dar_, como si dijera _en dar_, que equivale a _dando_,
+porque es sabido que el infinitivo con _en_ antepuesto equivale al
+gerundio. Véanse algunos ejemplos análogos al pasaje del texto. Guevara,
+_Menosprecio de corte y alabanza de aldea_, capítulo VIII: «... y a las
+vezes gana en la corte mejor de comer vn malsin _a malsinar_ que no vn
+theologo _a predicar_». Cervantes, _Quijote_, II, 38: «... y sabía hacer
+una jaula de pájaros, que solamente _a hacerlas_ pudiera ganar la
+vida....»]
+
+[Nota 157: Como nota el señor Bonilla, Vélez de Guevara se refiere
+«a los huéspedes que como aves de paso paran en la posada, y reparan
+poco, porque no han de consumirlos por mucho tiempo, en los manjares que
+les sirven».]
+
+[Nota 158: La _puerta de Guadalajara_, que era una de las más
+famosas de Madrid, estaba situada en la calle Mayor, enfrente de la
+entrada o embocadura de la calle de los Milaneses y de Santiago. Aunque
+se quemó por septiembre de 1582, quedó su antiguo nombre al sitio en que
+tal puerta estuvo, como pasa hoy todavía con la llamada _puerta del
+Sol_. En aquel lugar tenían sus tiendas ricos mercaderes, a quienes
+muchas personas solían entregar sus ahorros para que se los invirtieran
+y manejaran.]
+
+[Nota 159: Es reminiscencia del refrán que dice: _Cobra buena fama,
+y échate a dormir_.]
+
+[Nota 160: _Hábito,_ en su antigua acepción de insignia con que se
+distinguen las órdenes militares. «_Cauallero de abito_--dice
+Covarrubias--, el que trae en el pecho la insignia de alguna orden de
+Cauallería, que comunmente llaman abitos.»]
+
+[Nota 161: La _ropilla_, como dice el _Diccionario_ de autoridades,
+era «vestidura corta con mangas y brahones, de quienes penden
+regularmente otras mangas sueltas o perdidas, y se viste ajustadamente
+al medio cuerpo, sobre el jubón».]
+
+[Nota 162: _Diluvio en pena_, como _alma en pena_.]
+
+[Nota 163: _Antes de mil años_, es decir, _antes que pase mucho
+tiempo_. Es hipérbole andaluza: bien se echa de ver quién habla por boca
+del Cojuelo.]
+
+[Nota 164: Como el jugar cañas era propio de caballeros, con estas
+palabras indica el Diablillo que pronto había de subir de categoría el
+tabernero bautizante, mudanza de que hubo, hay y habrá siempre grande
+copia de ejemplos.]
+
+[Nota 165: _Hablar en_ un asunto o negocio, que hoy decimos _hablar
+de_. Era régimen usualísimo en los siglos XVI y XVII (_Quijote_, I, 193,
+10; III, 17, 4; 311, 22; etc.)]
+
+[Nota 166: También aquí sigue Vélez los pasos de Quevedo, que dijo
+en su _Sátira a los coches_ (Musa VII):
+
+ «Tras aquéllos llegó al puesto
+ vn coche verde, que ha sido
+ el sujeto a quien más debe
+ cierta mujer y marido.
+ Desde el alba hasta la noche
+ les sirve de albergue y nido,
+ y aunque duermen dentro dél,
+ ha dicho un contemplativo:
+ «Aqueste es coche imprestable,
+ porque ambos han prometido
+ no desamparar su popa
+ por cosa de aqueste siglo.»»
+
+A lo que parece, no había grande exageración en estas referencias. De
+una tal doña Juana decía otra dama en la jorn. I de _El socorro de los
+mantos_, comedia de don Francisco de Leiva y Ramírez de Arellane:
+
+ «Yo donde vive os diré:
+ y es, porque busquéis el fin
+ de ese fuego que os abrasa,
+ la calle Mayor su casa
+ y un coche su camarín.
+ En él de día y de noche
+ a sus gustos se dedica,
+ y aun harto se mortifica
+ en no dormir en el coche.»
+
+Y Calderón, en la jorn. II de _Nadie fíe su secreto_:
+
+ «LÁZARO. Laura vive aquí, que dijo:
+ «Con lo que la casa cuesta
+ de alquiler, he de hacer coche.»
+ Y respondiéndole a ella
+ dónde había de vivir,
+ dijo: «Cuando coche tenga,
+ en el coche todo el día,
+ y la noche en la cochera.»]
+
+[Nota 167: Para el señor Bonilla, _terceruela_ «puede ser la tercera
+menor o semitono». Y yo, que _tampoco_ sé lo que es _terceruela_--digo,
+a qué _terceruelas_ se refiere Vélez de Guevara--y, a mayor
+abundamiento, no he logrado entender que _tercera menor_ equivalga a
+_semitono_, recuerdo lo que un su interlocutor dijo a cierto poeta culto
+que intentaba comentar a otro, sin dejarse entender;
+
+ «--Comentador, comentaos.»]
+
+[Nota 168: Todos estos son remedios populares para el mal de madre,
+muy usados cuando escribía Vélez y cuando, siglo y medio antes, compuso
+Rojas _La Celestina_, en cuyo acto VIII, como recuerda Bonilla, enumera
+la vieja protagonista las cosas con que se curaba ese mal: «Todo olor
+fuerte es bueno, así como de poleo, _ruda_, axienjos, humo de plumas de
+perdiz, de romero, de moxquete, de encienso, recebido con mucha
+diligencia, aprovecha e afloxa el dolor, e buelve poco a poco la madre a
+su lugar.» Especialmente, acudían a _la ruda_. Tirso de Molina en el
+acto I de _El Celoso prudente_:
+
+ «CAROLA. ...Uno de la vecindad
+ buscaba (aquesto es sin duda)
+ de parte de la comadre
+ _para cierto mal de madre
+ unos cogollos de ruda_.»]
+
+[Nota 169: _Y trescientas cosas más_ es frase tomada del bordoncillo
+de un antiguo disparatorio que empieza:
+
+ «Parió Marina en Orgaz,
+ y tañeron, y cantaron,
+ y bailaron y danzaron,
+ _y trescientas cosas más.»_
+
+Cayó en gracia esta frase, y los poetas la llevaron y la trajeron, como
+a la _Inés_ de _Yo te lo diré después_, y como un siglo antes habían
+llevado y traído a _la bella malmaridada_. Lope de Vega, en el acto III
+de _Los Novios de Hornachuelos:_
+
+ «BERRUECO. ...Un Barrabás sois vestido,
+ una fantasma calzada,
+ una arpía bautizada,
+ y un camello con marido....
+ Longinos a pie, Caifás,
+ capón molde de hacer monas,
+ India de las Amazonas
+ _y trescientas cosas_ más.»
+
+Tirso de Molina, _Cautela contra cautela_, acto I:
+
+ «ENRIQUE. ¿No es bien nuevo amar a dos?
+
+ CHIRIMÍA. No, señor, ni amar a mil;
+ porque tú tienes criado
+ que en un mismo tiempo ha amado
+ un salchichón, un pernil
+ y una bota de hipocrás,
+ dos de Candia, cuatro griegas,
+ treinta fregonas gallegas
+ _y trescientas cosas más,
+ que es socorro y estribillo
+ de poetas de repente_.»
+
+El señor Foulché-Delbose publicó en la _Revue Hispanique_ (tomos IX,
+261, y X, 234) un curioso estudio acerca de las _Coplas de Trescientas
+cosas más._]
+
+[Nota 170: _Regatones_, que hoy más bien diríamos _regateadores_,
+aunque esta palabra falta en el _Diccionario. Regatear_--dice
+Covarrubias--, «procurar abaxar el precio de la cosa que compra es muy
+del _regatón»_.]
+
+[Nota 171: _Si la podemos dar roma, no la demos aguileña_, dice el
+refrán, aludiendo a moza, y no a nariz, contra lo que opina el señor
+Bonilla. Es dicho de ruines de alma atravesada, y lo recuerda Cervantes
+en el _Quijote_ (II, 48): «... que yo he oído decir muchas veces y a
+muchos discretos, que si él [el diablo] puede, _antes os la dará roma
+que aguileña.»_]
+
+[Nota 172: Refiérese a una de las muchas pendencias que se promovían
+en los _mandrachos_ o casas de juego sobre dar barato a los mirones que
+actuaban como jueces de las suertes dudosas.]
+
+[Nota 173: Deslizáronsele aquí a Vélez dos versos endecasílabos:
+
+ «..._a una mujer de un sastre que ha jurado
+ que los ha de coser a puñaladas.»_]
+
+[Nota 174: Juega del vocablo _fuga_ en sus dos acepciones musical y
+de _huída_, y alude a la frecuencia con que huían los músicos callejeros
+al primer asomo de peligro, por lo cual dijo Lope de Vega en la silva
+III de _La Gatomaquia_:
+
+ «Los músicos, en viendo
+ el belicoso duelo comenzado,
+ huyeron como suelen;
+ que no hay garzas que vuelen
+ tan altas por los vientos,
+ dicen que por guardar los instrumentos....»]
+
+[Nota 175: Lo más corriente era llamar _caballero del milagro_, no a
+un sujeto como el que pinta Vélez, sino al que vivía bien, y hasta
+aparatosamente, sin que se le conociera renta, oficio ni beneficio. Lope
+de Vega, en el acto II de _El Caballero del milagro_:
+
+ «TRISTÁN. ¡Cosa es de ver la vida deste mozo!
+ ¡Qué ricamente viste, y cómo gasta!
+ ¿Cómo juega tan pródigo y reparte
+ lo que tiene entre todos sus amigos,
+ sin que le conozcan en su tierra
+ dos florines de renta o patrimonio?
+
+ LOFRASO. Por eso es _caballero del milagro_.»]
+
+[Nota 176: De la _piedra bezar_, «concreción calcárea que suele
+encontrarse en las vías digestivas y en las urinarias de algunos
+cuadrúpedos», escribió un curiosísimo tratado el doctor Nicolás
+Monardes, famoso médico y farmacólogo sevillano: _Dos libros, el vno que
+trata de todas las cosas que traen de nuestras Indias Occidentales, que
+sirven al vso de la Medicina, y el otro que trata de la Piedra Bezaar, y
+de la Yerua Escuerçonera_. Cito por la edición de Sevilla, Hernando
+Díaz, 1569, la más antigua de las tres de que poseo ejemplares. La
+príncipe de estos _Dos libros_ es también de Sevilla, 1565.]
+
+[Nota 177: Dice _preñada de medio ojo_ para indicar que ocultaba su
+preñez, como ocultaban el rostro las que _se tapaban de medio ojo_. De
+éstas habrá ocasión de tratar en las notas del tranco IX.]
+
+[Nota 178: De _tate_ se hacía festivamente una persona,
+anteponiéndole _Pero_, que es, a la vez que conjunción, nombre propio
+(_Per, Pero, Pedro_). Calderón, en la jornada II de _El médico de su
+honra_:
+
+ «COQUÍN. _(Aparte.) ...Pero ¡tate!_
+ (que es un _Pero_ muy honrado
+ del celebrado linaje
+ de los _Tates_ de Castilla),
+ porque el Rey está delante.»]
+
+[Nota 179: _Pocas cosas_ equivale a _cosas menudas_ o _de poco
+momento_. Cervantes, _Quijote_, I, 20: «... y no querría que _pocas
+cosas_ penase mi ánima en el otro mundo.» Calderón, en su _Entremés de
+las Carnestolendas_:
+
+ «VEJETE. Hombre, ¿comes, o engulles?
+
+ GRACIOSO. ¡Lindo chasco!
+ _Pocas cosas_, señor, nunca las masco.»]
+
+[Nota 180: _Murciégalo_ (de _mur_ y _caeculus_) como aún lo dice el
+vulgo, más etimológicamente que los que, con una metátesis innecesaria
+decimos _murciélago._]
+
+[Nota 181: _Quien_, haciendo a plural, cosa frecuentísima en
+nuestros escritores de los siglos XVI y XVII.]
+
+[Nota 182: Como recuerda el señor Bonilla, llamaron _los Siete
+Durmientes_ «a siete hermanos que se dice sufrieron martirio en Éfeso,
+en tiempo del emperador Decio. Habiéndose ocultado estos hermanos en una
+caverna, fueron emparedados en ella de orden del Emperador; ciento
+noventa y seis años después se les encontró dormidos en el mismo sitio
+(Véase la _Leyenda áurea_ de Jacobo de Vorágine)». Tirso de Molina, en
+el acto I de _La Villana de la Sagra_:
+
+ «CARRASCO. ...Nunca de dormirme acabo;
+ mas con vinos excelentes,
+ si son siete los durmientes,
+ yo seré _durmiente octavo_.»]
+
+[Nota 183: Es decir, _que dirá que no lo siente_. Juega del vocablo
+_sentir_, en dos de sus acepciones.]
+
+[Nota 184: «_Vistas_--dice el _Diccionario_ de autoridades--llaman
+los vestidos y tocador que los novios envían a sus futuras esposas.»]
+
+[Nota 185: Contra lo que ligeramente pudiera imaginarse, _pared y
+medio_ no es errata por _pared en medio_. «Error de caja» lo creyó el
+señor Fitzmaurice-Kelly al encontrar esa expresión en el capítulo XIX de
+la primera parte del _Quijote_. A los ejemplos que cité en nota del
+dicho capítulo podrían agregarse muchos otros: cuantos acertara a desear
+el más descontentadizo.]
+
+[Nota 186: _Del gallo_, es decir de la hora en que canta el gallo,
+queriendo ya venir el día.]
+
+[Nota 187: Porque de Judas se dice que fué despensero, y los
+despenseros acaparaban muchos mantenimientos para venderlos a precios
+elevadísimos. Es frecuente en nuestros escritores festivos la alusión al
+oficio de Judas. Quevedo, por ejemplo, en su romance de _Los Borrachos_
+(Musa VI):
+
+ «...Y yo, que en diez y seis años
+ que tengo de _despensero,
+ aun no he podido ser Judas_
+ y vender a mi maestro.»
+
+
+Lope, aludiendo a la costumbre de ahorcar un pelele el Jueves Santo,
+figurando a Judas:
+
+ «MENDOZA. Y ¿qué importa que una dama
+ tenga el cuerpo diligente...,
+ las caderas como en Flandes,
+ las piernas como un jinete,
+ si el rostro puede ser molde
+ de hacer diablos para el jueves
+ en que _al despensero_ cuelgan
+ que afrentó los calabreses?»
+
+«Los despenseros de los monasterios--dije en el discurso preliminar de
+mi edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_--tomaban el pescado por
+cargas, diciendo ser para aquéllos, y revendíanlo después entre sus
+parroquianos; acordó el cabildo [de Sevilla] que se hablara a los
+priores y guardianes para que corrigiesen el abuso; pero no se logró la
+enmienda.»]
+
+[Nota 188: _Por partes de,_ y no por _por parte de_, como habría
+enmendado Clemencín si hubiese editado la presente novelita. _Por partes
+de_, o _de partes de_, solía decirse antaño, como demostré en mis notas
+al _Quijote_ (IV, 267, 4).]
+
+[Nota 189: Pregunta el señor Bonilla: «¿Querrá decir Vélez que el
+padre de ese niño era infiel (judío o moro)?» No, ciertamente--respondo--,
+sino que ese niño, por partes de su padre, podía pretender tal beca como
+hijo de clérigo. Sabido es que, según la creencia vulgar, el Antecristo
+ha de ser hijo de un clérigo y una monja, y por éstas dijo Quevedo en una
+de sus _premáticas:_ «Condenamos en los galanes de monjas los _antecristos
+pensamientos_....»]
+
+[Nota 190: Debiera decir Vélez _el domingo de cuasi ración_, para
+que recordase mejor el de _Cuasimodo_, al cual quiso referirse.]
+
+[Nota 191: Llamaban _letuario, lectuario, electuario_, a cierto
+género de conserva, ya medicinal o ya simplemente alimenticia, como la
+que solía tomarse al par que el aguardiente. Quevedo, _Vida del buscón
+llamado don Pablos...,_ libro II, cap. II: «Pasamos adelante, y en una
+esquina, por ser de mañana, tomamos dos tajadas de _letuario_ y
+aguardiente de una picarona....» Las mujeres que vendían el _letuario_
+acostumbraban a pregonarlo por las calles en las primeras horas de la
+mañana. Lope de Vega, en unas décimas de la _Justa poética en la
+beatificación de San Isidro_, refiriéndose a esas horas:
+
+ «...La mula el médico ensilla,
+ da la purga el boticario,
+ _pregónase el letuario_....»]
+
+[Nota 192: Contra lo que dijo Durán y copió Bonilla, el juego de
+_salga la parida_ no consiste en gritar los muchachos «ese refrán(?)
+cuando observan que la luna llena, atravesando grupos de nubes, va
+apareciendo clara en los sitios despejados». _Salga la parida_, como
+dice el _Diccionario_ de autoridades, es «juego común con que se
+divierten los muchachos estrechándose y apretándose entre sí para echar
+a alguno del corro, en cuyo lugar admiten otro».]
+
+[Nota 193: Llama _píldora_ al mundo, por lo esférico.]
+
+[Nota 194: Llaman _cruzado_, según el léxico de la Academia, a la
+«mudanza que hacen los que bailan, formando una cruz y volviendo a
+ocupar el lugar que antes tenían».]
+
+[Nota 195: Ocasionales o no, ocurren aquí dos versos octosílabos
+aconsonantados:
+
+ «... _haciendo un cruzado al son
+ de su misma confusión.»_]
+
+[Nota 196: Llama a los coches _ballenas_, recordando la de Jonás,
+porque tragan y vomitan personas.]
+
+[Nota 197: ¡Qué exacta alusión a las cien mil falsedades, engañifas
+y _cumplo-y-mientos_ propios del trato cortesano!]
+
+[Nota 198: _Haciéndose cocos a ellos mismos_, o _a sí mismos_, que
+diríamos hoy, esto es, gustando de sí propios y recreándose en sus
+ademanes y miraduras, como unos Narcisos. _Hacer cocos_ se dijo de
+_cocar_, que significa _agradar, captar la benevolencia_.]
+
+[Nota 199: El señor Bonilla sospecha que _de riñón_ sea errata, por
+_de piñón._ No hay tal cosa: la boquita que llamaban _de piñón_ era
+naturalmente pequeña, como aquella a que se refiere el _Romancero
+general,_ fol. 253:
+
+ «Vna boca, chica era;
+ que con _vn piñón_ se mide,
+ segura de que haya otra
+ que assi enamore y cautiue»;
+
+pero el texto se refiere a una boca achicada artificiosamente. Quien ve
+el riñón de un corderillo, ve una boca de esas frunciditas y amaricadas.
+Para persuadirse de que no hay la errata que sospechó Bonilla basta
+parar la atención en que a esta calle de espejos que pinta Vélez nadie
+iba a verse como era, sino a estudiar gestos; uno de ellos, el
+fruncimiento de labios. Quevedo, en _El Entremetido y la Dueña y el
+Soplón_, mencionó una de estas bocas estudiadamente fruncidas: «Y al
+punto, muy esparrancado de ojos, decía: «No hay sino dejar correr; Dios
+lo remedie, que tal y cual, lo del camino carretero: sí por sí, no por
+no»; y al decir «ello dirá», _ponía una boquita escarolada_, como le dé
+Dios la salud.»]
+
+[Nota 200: _Roncando_, como los ojos de aquella Mari Pérez de quien
+dijo Quevedo (Musa VI):
+
+ «Tus dos ojos, Mari Pérez,
+ _de puro dormidos, roncan_,
+ y duermen tanto, que sueñan
+ que es gracia lo que es modorra.»
+
+Cuanto a ojos, como a todo lo del mundo, cambian las modas, y por esto
+decía Calderón, en la jorn. II de _Eco y Narciso_:
+
+ «BATO. ...Vn tiempo que se dieron
+ en usar _ojos dormidos_,
+ no había hermosura despierta
+ y todo era mirar bizco....»
+
+Pero si Vélez aprendió en Quevedo lo de _roncar los ojos_, de puro
+dormidos, una poetisa, doña Catalina Clara, aprendió de Vélez lo de
+_roncar hermosura_, pues escribió, retratando a cierta dama:
+
+ «Sus ojos, que _hermosura están roncando_,
+ dormidos saben más que otros velando,
+ y dice en ellos cada niña airosa:
+ _Nigra sum, sed formosa_.»]
+
+[Nota 201: _De Gloria Patri_ quiere decir, como notó el señor Pérez
+y González en su citada obra, págs. 23 y 24, «inclinados como fieles que
+pronuncian o escuchan el _Gloria Patri_».]
+
+[Nota 202: Sobre las _maretas_ quedó nota páginas atrás (8, 1)[47].]
+
+[Nota 203: _Para desacreditar la naturaleza_, porque le hacen
+poquísimo favor carilindos que no acaban de semejar hombres ni mujeres;
+y _para desacreditar el rentoy_, porque no parece sino que están jugando
+a este juego, en que los compañeros se entienden por medio de gestos y
+señas, a lo cual se refirió don Antonio Hurtado de Mendoza en estas
+seguidillas de la segunda parte del _Entremés de Micer Palomo_:
+
+ «De las damas de hogaño, ¿qué te parece?
+ --Capadillo, pues juegan con seis y siete.
+ --¿Y de las que se atapan en la comedia?
+ _--Al rentoy, pues te muelen haciendo señas.»_]
+
+[Nota 204: El nombre de _damas cortesanas_ era uno de los muchos que
+se solían dar a las mujeres públicas. Así, en una representación de los
+Alcaldes de Casa y Corte al Rey (11 de enero de 1617): «Señor: Los
+Alcaldes dicen que de estar las mugeres de mala vida _que llaman damas
+cortesanas_ alojadas en las calles principales desta corte y con
+libertad de vivir donde quieran sean seguido y siguen muy grandes
+inconuinientes....» (Archivo Histórico Nacional, Libros de gobierno de
+la Sala de Alcaldes, tomo VII, fol. 470.)]
+
+[Nota 205: _Albillas_, como las uvas llamadas así, o _tempranillas_
+por otro nombre. _Tempranillas_ asimismo llama el vulgo andaluz a las
+muchachas que, sobre cuajarse pronto de mujeres, dan a entender, por la
+demasiada viveza y libertad con que miran y hablan, que, jovencillas y
+todo, no les pesaría dejar de ser solteras.]
+
+[Nota 206: En Bonilla, _e Giron,_ sin duda por errata.]
+
+[Nota 207: _Vuelven las aguas_..., dice el refrán, que Vélez acomodó
+aquí a su propósito.]
+
+[Nota 208: A la _plazuela de los Herradores_, aun hoy llamada así,
+concurrían los que alquilaban sus servicios. En los antedichos Libros de
+gobierno de la Sala de Alcaldes he visto un auto del año 1621 por el
+cual se mandó que los mozos de sillas (los que conducían las sillas de
+manos) asistiesen en la _plazuela de Herradores_ y llevasen el correón
+al hombro. Y Tirso de Molina, en el acto III de _Por el sótano y el
+torno_, hace decir a Santillana, escudero viejo, cuando se dispone a
+dejar de servir a su ama, porque le ha reprendido:
+
+ «¡Miren, porque la doy luz
+ de amantes embustidores!
+ _Plazuela habrá de Herradores_
+ y puerta de Santa Cruz:
+ no me han de faltar dos reales
+ y señoras de alquiler.»]
+
+[Nota 209: _Damas de achaque_, o sea que se achacan o atribuyen
+falsamente la damería.]
+
+[Nota 210: Poco después dice de quiénes habían de ser pasto tales
+libros: respectivamente, de pajes y doncellas.]
+
+[Nota 211: No tachará de defectuosa la expresión _le preguntó ...
+que le dijese_ quien esté advertido de que, como _preguntar_ significa
+_demandar_ y _demandar_ y _pedir_ son una cosa misma, solía decirse
+_preguntar_ por _pedir_, de lo cual hay en el _Quijote_ muchos ejemplos
+(I, 137, 10; III, 85, 19, etc.)]
+
+[Nota 212: Dice _de media talla_, como pudiera decir _de medio
+pelo_, o _de medio mogate_.]
+
+[Nota 213: Bien explica esto don Fernando de Loreña en su _Entremés
+de los Relojes_ (Biblioteca Nacional, Ms. 17237):
+
+ «D.ª TORRE. Mira quién llama aquí, doña Escalera.
+
+ QUITERIA. ¿Quién es doña Escalera?
+
+ D.ª TORRE. Vna criada.
+
+ QUITERIA. ¿Con don?
+
+ D.ª TORRE. Sí, _que autoriza una donada_.»
+
+Del uso y abuso de los _dones_ traté largamente en mi estudio sobre _El
+retrato de Cervantes_ (Madrid, 1917), págs. 30-53.]
+
+[Nota 214: Por _el tusón de las damas_ (que también se llamaba
+_damas_, a secas, a las _damas cortesanas_) ha de entenderse la
+categoría de las que entre ellas eran de mayor calidad, a las cuales
+llamaban _tusonas_.]
+
+[Nota 215: _Quererse volver al paño_, frase que no registra el
+_Diccionario_, pero que oí muchas veces en Andalucía, se dice de las
+alhajas muy limpias y brillantes, legítimas o falsas, por alusión al
+paño en que las tenía envueltas el platero o quincallero cuando las
+vendió.]
+
+[Nota 216: _Don extravagante_, como _clérigo extravagante_, que se
+dice de aquel que vive sin incorporarse a la clerecía de ninguna
+diócesis.]
+
+[Nota 217: La _ginebra_ está bien definida en el _Diccionario_
+académico. Es el mismo grosero instrumento que los andaluces llamamos
+_carrasquiña._]
+
+[Nota 218: El _castrapuercos,_ instrumentillo compuesto de algunos
+cañutos, es ni más ni menos que la zampoña con que suelen representar al
+Dios Pan. En el _Diccionario_ de la Academia, como en el de autoridades
+y en el Tesoro de Covarrubias, _castrapuercas:_ pero en el _Trésor_ de
+Oudin, _«Castra puercos, vn sifflet de chastreur_». También se llamaba
+_castrador_, y debe tomarlo en cuenta la Academia Española, bajo la fe
+de Quevedo y Salas Barbadillo. El primero dijo en un romance referente a
+los bailes del vulgo:
+
+ «Suéltales las seguidillas
+ y a ejecutor de la vara,
+ y a la capona, que en llaves
+ hecha _castradores_ anda.»
+
+Y el segundo, en el _Entremés del Prado de Madrid, y Baile de la
+Capona_:
+
+ «Para el baile previnieron
+ las cuerdas de una guitarra,
+ sin ver que a un baile capón
+ vn _castrador_ le bastaba.»]
+
+[Nota 219: Iba narrando Vélez de Guevara, y súbitamente y sin
+preparación deja la palabra a don Cleofás. Estos cambios bruscos de la
+persona que habla, y aun de la persona a quien se habla, no escasean en
+nuestros escritores del buen tiempo, como de Cervantes hice notar en
+diversos lugares del _Quijote_ (I, 10, 17; II, 136, 8; IV, 259, 21; VI,
+70, 3, etc.)]
+
+[Nota 220: «Entre los muchos--dije en otra ocasión--que han escrito
+acerca de los arbitristas, plaga que infestó a España en los siglos XVI
+y XVII, merece mención señalada don Antonio Cánovas del Castillo, que
+trató de ellos en sus _Problemas contemporáneos_ (Madrid, 1884), tomo I,
+págs. 305-328.... Mi querido amigo don Agustín G. de Amezúa, en su
+edición crítica de _El Casamiento engañoso y el Coloquio de los Perros_,
+páginas 147-151 y notas 349-351, cita algunos arbitrios notables por su
+extravagancia....»]
+
+[Nota 221: Así en la edición original. A escribir hoy, de seguro
+habría dicho Vélez: «... que tiene en la mano el retrato de su
+dama....»]
+
+[Nota 222: El gramático pedante y engreído, para quien no hay en el
+mundo cosa que valga dos maravedís sino sus gramatiquerías, fué siempre
+odiado por los escritores. El señor Bonilla recuerda lo que contra ellos
+dijo el doctor Suárez de Figueroa en su _Plaza universal de todas
+ciencias y artes_ (1615). Y antes que Suárez, Barahona de Soto, en su
+_Angélica,_ maltrató á los finchados gramaticones al incluírlos en la
+relación de aquellas gentes que Zenagrio, en la morada de Gleoricia, no
+se digna de mirar:
+
+ «Tanto del soez _gramático_ arrogante
+ que, porque punta y coma sus diciones
+ y ordena lo de atrás para adelante,
+ no estima los gravísimos varones....»
+
+Yo dije a un consumado gramático, veinte años ha: «¿Qué hará usted con
+toda su gramática, si no tiene nada que decir que interese al público?
+Usted posee un admirable libro de cocina, cierto; pero, vacía la
+despensa, ¿de qué pueden servirle sus excelentes fórmulas culinarias?»]
+
+[Nota 223: Como _ropa_, según una de las acepciones que registra
+Covarrubias, es «la vestidura suelta que traemos sobre la que está
+ceñida y junta al cuerpo», llamóse _ropa_, especialmente, a la talar, y
+_plazas de ropa_ a los oficios o puestos en que se vestía toga o
+garnacha. Quevedo, en una de sus jácaras (Musa V), jugando de los verbos
+_bogar_ y _abogar_.
+
+ «Por buen supuesto te tienen,
+ pues te envían a _bogar;
+ ropa_ y _plaza_ tienes cierta,
+ y a subir empezarás.»
+
+Y _ropas_, a secas, se llamó también a los oidores, como se echa de ver
+por otra jácara de Quevedo, en que dice un jaque encarcelado:
+
+ «Porque no pueda salir,
+ me engarzaron en las cormas,
+ y siempre mandan que siga:
+ ¿Quién entenderá las _ropas_?»]
+
+[Nota 224: El señor Bonilla, después de recordar con Covarrubias que
+_pastel_ se dijo de _pasta_, y «es como una empanadilla hojaldrada, que
+tiene dentro carne picada o pistada», añade: «Los había de a real, de a
+cuatro, de a ocho, de a medio real, etcétera.» Y don Américo Castro,
+anotando en la _Vida del Buscón,_ de Quevedo (pág. 89 de la edición de
+_Clásicos Castellanos_), aquel pasaje en que dice: «pero yo entiendo que
+los pasteleros desta tierra nos consolarán, acomodándole a [un ahorcado]
+en los de a cuatro», comentó: _«los de a cuatro_: pastel de a cuatro
+reales.» El señor Bonilla, antes de revisar en las pruebas su nota, pudo
+hacerse estas preguntas: «¿Cómo un avariento, por ahorrar, había de
+gastar cuatro reales en un pastel para su comida?» Pues ¿no era el
+pastel, según el invocado Covarrubias, «refugio de los que no pueden
+hazer olla?» Y el costo de la olla aun para dos personas, que no para
+una, ¿llegaba, ni con mucho, a _cuatro reales_? La Gerarda de _La
+Dorotea_ de Lope (acto V, escena II), teniendo convidada, gastaba en su
+olla: «una libra de carnero, catorze marauedis; media de baca, seis, son
+veinte; de tozino, vn quarto, otro de carbón, de peregil y cebollas dos
+marauedis, y quatro de aceitunas, es vn real cabal»: ¿había, pues, de
+gastar el avariento cuatro reales en un pastel para sí solo, cuando,
+aunque se considere que _La Dorotea_ se refiere a tiempo muy anterior al
+en que se alteraron los valores de la moneda de vellón, al escribir
+Zabaleta _El día de fiesta por la tarde_; publicado en 1659, «una libra
+de carnero valía once cuartos, y un pan cinco, y media azumbre de vino
+siete, veintitrés cuartos en junto, o sea once menos que el pastel de
+Vélez de Guevara?» Y esto preguntado, o parte de ello, la bien
+acreditada diligencia del señor Bonilla le habría abierto camino para
+averiguar cuánto costaba un _pastel de a cuatro_ en el tiempo en que el
+escritor ecijano escribió su novela.
+
+Pues otro tanto digo del señor Castro, y aun digo más: que pudo
+preguntarme sobre ese punto, como me preguntó sobre muchos otros. Esto,
+amén de que buena respuesta tenía en el capítulo XI del mismo libro I de
+_El Buscón,_ donde un verdugo, un animero, un mulato y otros sujetos de
+esta laya comen, entre todos, después de algunas cosas de bodegón,
+«cinco _pasteles de a cuatro_. ¿Habían de gastar _veinte reales_ en el
+postrecillo...?»
+
+No, ciertamente no eran _de a cuatro reales_ los _pasteles de a cuatro_,
+sino de la trigésimacuarta parte de ese valor: eran pasteles _de a
+cuatro maravedis._ Con dar un vistazo a los tan socorridos Libros de
+gobierno de la Sala de Alcaldes, que se conservan en el Archivo
+Histórico Nacional, habrían echado de ver los mencionados comentadores
+que en 1596 se mandó que no se hicieran pasteles y cubiletes _de a doce
+maravedís_, y sí _de a ocho y de a cuatro_; que en 1642 se trató de que
+no se hicieran pasteles _de a ochavo_, y que en 1644 mandaron los
+Alcaldes que no se impidiese la venta de cubiletes _de a cuatro
+cuartos_. A los que hacían pasteles de _a cuatro maravedis_, por la
+misma exigüidad de su precio, no se les podía exigir ninguna gollería,
+ni aun siquiera una mediana pulcritud; por eso dijo Quevedo en una de
+sus jácaras: (Musa V).
+
+ «Con las manos en la masa
+ está Domingo Tiznado,
+ _haciendo tumbas a moscas
+ en los pasteles de a cuatro_.»
+
+Y en un romance de la Musa VI hizo decir a un manto plebeyo:
+
+ «Con poco temor de Dios,
+ pecaba en _pastel de a cuatro,
+ pues vendí, en traje de carne,
+ huesos, moscas, vaca y caldo_.»]
+
+[Nota 225: Es uno de los modos de decir que quiso desterrar Quevedo
+en la _Premática que este año de 1600 se ordenó_...: «... _no tiene a
+nadie en lo que pisa_.»]
+
+[Nota 226: Elíptico: _no sea que nos embarguen_, quiere decir.]
+
+[Nota 227: _Los unos de los otros_, como también lo dice Correas en
+su _Vocabulario de refranes_..., pág. 421 b, y _no los unos y los
+otros,_ como malamente se suele enmendar ahora. Lope de Vega, en el acto
+II de _El Caballero del Sacramento_, explica bien el sentido del refrán:
+
+ «DORISTA. Leerla quiero, por ver
+ en mi desdicha un proverbio.
+ _(Lee:) «Todos somos locos,
+ los unos de los otros.»_
+ ¡Qué discretamente dice!
+ Unos por otros hacemos
+ disparates y locuras;
+ todos andamos sin seso,
+ ya los padres por los hijos,
+ ya los deudos por los deudos,
+ ya las damas por sus cuyos,
+ ya por las damas sus dueños.»]
+
+[Nota 228: _Sobrepelliezes_, dice la edición original, sin duda por
+errata.]
+
+[Nota 229: Este _donde_, equivalente a _de manera que_, quizás no se
+entenderá bien por quien ignore que está dicho a la andaluza, tal como
+alguna vez lo usó Cervantes: «Venida la noche, cenará con el Rey, Reina
+e Infanta, _donde_ nunca quitará los ojos della, mirándola a furto de
+los circunstantes....» (_Quijote_, I, 21).]
+
+[Nota 230: _Actos positivos_ son, como dice el _Diccionario_
+académico, los «hechos que califican la virtud, limpieza o nobleza de
+alguna persona o familia». Para las pruebas, por ejemplo, de limpieza y
+nobleza en lo escolar, tres _actos positivos_ hacían cosa juzgada, según
+la _Nueva Recopilación,_ leyes XXXV-XXXVII, tít. VII, libro I.]
+
+[Nota 231: Según Covarrubias (art. _torçuelo_), «los que saben de
+cetrería dizen que comunmente la cria de los açores es de tres pollos:
+los dos primeros se llaman primas y son hembras, y grandes de cuerpo; y
+el _torçuelo_ es menor que ellas y es macho. Dixose _torçuelo_, quasi
+terçuelo, por ser tercero en orden....» Vélez de Guevara dice
+figuradamente _caballero torzuelo_, indicando su baja condición.]
+
+[Nota 232: Páginas atrás quedó nota acerca de una frase parecida a
+_con los míos me haga Dios bien_.]
+
+[Nota 233: Este verso está impreso a renglón corrido, como prosa, en
+la edición original.]
+
+[Nota 234: Refiérese don Cleofás a su tocayo el Leandro amador de
+Hero y al soneto de Garcilaso que comienza:
+
+ «Pasando el mar _Leandro el animoso,
+ en amoroso juego todo ardiendo_....».
+
+soneto que, en efecto, figura en las diversas ediciones de _Las Obras de
+Boscan y algvnas de Garcilaso de la Vega, repartidas en qvatro libros_,
+fol. 121 de la de Anvers, Martín Nucio, 1556, que es la que poseo.]
+
+[Nota 235: Elíptico: _merced de un hábito,_ quiere decir.]
+
+[Nota 236: _Salicio y Nemoroso_, como es sabidísimo, son los
+interlocutores de la más famosa de las églogas de Garcilaso.]
+
+[Nota 237: Por aquí se averigua que don Cleofás, como de él se dijo
+en el tranco I (15, 2)[63], era _hidalgo a cuatro vientos_, sin otro solar
+que el muy conocido de los versos de Salicio y Nemoroso.]
+
+[Nota 238: _Pedir las pajaritas del aire_ es una frase de
+encarecimiento equivalente a _pedir gollerías._ Espinel, en su _Sátira
+contra las damas de Sevilla_, tratando de las doncellitas de su tiempo:
+
+ «Luego les duele el hígado y el bazo;
+ luego _piden las paxaras del ayre_....»
+
+Esta frase llegó a hacerse tan enfadosa, por lo repetida, que don
+Francisco de Quevedo la proscribió en su _Premática_ de 1600: «Quítanse
+por nuestra premática los modos de decir siguientes: _... las pajaritas
+que vuelan_....»]
+
+[Nota 239: También solían pedir _el fénix empanado_, o cosas poco
+menos imposibles, bien que por broma y regodeo, los que comían en ventas
+y mesones. A los ejemplos que transcribe el señor Bonilla podrían
+añadirse otros, éste, verbigracia del _Entremés de los invencibles
+hechos de Don Quijote de la Mancha_, compuesta por Francisco de Ávila,
+publicado en 1617, y reimpreso en 1905 con prólogo y notas de don Felipe
+Pérez y González:
+
+ «MUJER. Estánme echando todos bernardinas,
+ pidiéndome imposibles por momentos.
+
+ VENTERO. ¿Qué os piden, por mi vida?
+
+ MUJER. Disparates:
+ los átomos del sol, _el ave fénix,_
+ y la leche de todas las cabrillas
+
+ VENTERO. ¿No veis, mujer, que aqueso es regodeo,
+ y siempre se acostumbra por las ventas
+ echar pullas a todos?»]
+
+[Nota 240: _Regoldano_ se dice del fruto del castaño silvestre, a
+diferencia del que da el injerto, que es mejor. Vélez aplica estos
+adjetivos al hechicero en sus respectivas cualidades de astrólogo y
+nigromante.]
+
+[Nota 241: Alude Vélez a algunos pasajes bíblicos, tales como éstos:
+_«Adprehendens autem David vestimenta sua scidit, omnesque viri qui erant
+cum eo_ (II _Reyes_, I, 11).--_Quæ cum audisset Ezechias rex, scidit
+vestimenta sua_....» (II _Reyes_, XIX, 1).]
+
+[Nota 242: El _besar las manos_ era obligado principio en todo
+mensaje verbal. Así comienza el suyo a don Quijote, en la cueva de
+Montesino (II, 23), la compañera y emisaria de Dulcinea: «Mi señora
+Dulcinea del Toboso _besa a vuesa merced las manos_, y suplica a vuesa
+merced se la haga de hacerla saber cómo está....»]
+
+[Nota 243: El señor Bonilla corrige _comission_ donde la edición
+príncipe dijo _comisson_, y no corrige, cuatro palabras después,
+_comissionario_ donde la propia edición dice _comissonario_.]
+
+[Nota 244: _Demonios a las veinte_, como _correos a las veinte_, que
+eran los que habían de andar veinte leguas cada veinticuatro horas. En
+el pleito entre Salvador de Toro y Pedro de Isunza, proveedores de las
+galeras reales, hay una certificación de Diego de Ruy Saenz (Puerto de
+Santa María, 8 de marzo de 1593) referente a haber despachado «tres
+correos, los dos a la ciudad de malaga y el otro a la villa de madrid,
+_a las veynte leguas»._ (Archivo General de Simancas, Expedientes de
+Hacienda, leg. 516.)]
+
+[Nota 245: Que _la mula de Liñán_ es el aire, no ofrece duda; pero
+¿cuándo y por quién se dijo esta frase? Esto es lo que había que
+averiguar, y ni Durán, ni Pérez y González, ni Bonilla, ni yo, hemos
+tenido la fortuna de ponerlo en claro.]
+
+[Nota 246: _Vara alta_, esto es, _derecha, vertical_, quiere decir
+_autoridad, poder, jurisdicción._ Allí donde los investidos de autoridad
+dejaban de tenerla, soltaban o _bajaban las varas_. Esto ocurrió al
+entrar Felipe II en Portugal, según refiere Isidro Velázquez en _La
+entrada qve en el reino de Portvgal hizo la S.C.R.M. de don Philippe,
+invictíssimo Rey de las Españas, segundo deste nombre_.... (Lisboa,
+Manuel de Lyra, M.D.LXXXIII), fol. 70: «Prosiguiose el camino, y a la
+llegada de vn río, mojonera o diuision de los terminos de los Reynos,
+salio orden que los ministros de justicia Castellana _baxassen las
+varas_, o no las traxessen....»]
+
+[Nota 247: En los siglos XVI y XVII se solía llamar _figones_ a los
+que después se llamó _figoneros_, dejando aquel nombre para sus
+bodegones o fondines. Por un acuerdo de la Sala de Alcaldes pregonado a
+18 de mayo de 1595, se mandó que se notifique «a los que guisan de
+comer, que llaman _figones_» que no diesen de comer a las personas que
+fuesen a sus casas, ni manjar blanco, ni tostadas, ni pastelillos, ni
+otras cosas dulces. (Archivo Histórico Nacional. Libros de gobierno de
+la Sala de Alcaldes, tomo II, fol. 47.)]
+
+[Nota 248: Como advierte el señor Bonilla, «el Infante don Pedro de
+Portugal recorrió, no las _siete_, sino las _cuatro_ partidas del mundo.
+Así lo dice el mismo título de la obra famosa donde se relatan sus
+andanzas: _Libro del infante don Pedro de Portugal, que anduvo las
+quatro partidas del Mundo_ (Çaragoça, Juan Millán, 1570).» ¿Por qué,
+pues, dijo el vulgo ser _siete,_ y no _cuatro_, las tales _partidas?_
+Probablemente, según observé en otro lugar, por contaminación de esa
+frase con el nombre de nuestro célebre código _de las Siete Partidas_.]
+
+[Nota 249: Estas palabras patentizan que aún en el segundo tercio
+del siglo XVII perduraba con su renombre, si bien llamándose _de la
+Sevillana_, aquel célebre _mesón del Sevillano_ que inmortalizó
+Cervantes haciéndole lugar de la acción de _La Ilustre fregona_. Véanse
+las noticias que acerca de esta posada di ha poco en el prólogo de mi
+edición crítica de la mencionada novela cervantina. (Madrid, 1917.)]
+
+[Nota 250: _Por miedo que conspiren_, diríamos hoy, omitiendo ese
+_no_ que en realidad redunda, pero que antaño se usaba con los verbos
+que significan temor, como noté en diversos lugares del _Quijote_ (II,
+80, 15; III. 59, 24; 144, 12; 217, 8; IV, 50, 1; 126, 15, etc.).]
+
+[Nota 251: El señor Bonilla puntuó así este pasaje: «... a otras
+diligencias, deste modo por sobornar....» En la edición príncipe no hay
+coma alguna después de la que sigue a la voz _esguízaros_, hasta otra
+que sigue a las palabras _contra mí_. Creo que el verdadero sentido
+requiere esa coma donde la he puesto: dice el Cojuelo que regresará por
+Suiza _a otras diligencias deste modo,_ o sea, parecidas a la ya
+indicada de hacer degollar a los hermanos del Gran Turco.]
+
+[Nota 252: _«Mearle la pajuela_--dice Covarrubias--; género de
+desafío que usan los niños vnos contra otros.» Correas, en su
+_Vocabulario de refranes y frases proverbiales_, publicado por la
+Academia Española en 1905, explica la frase de esta manera (pág. 618
+_b_): «Vsaban los muchachos luchar, y a las tres caídas, el vencedor
+_cogía una pajuela_ del suelo _y la meaba_, y con ella daba por la boca
+al vencido sin que lo viese, y de este modo le afrentaba, y así en otras
+cosas.» Pero tal frase tiene, además del significado natural, otro
+figurado, más usual, que definió así el _Diccionario_ de autoridades:
+«Aventajarse, sobresalir y exceder a otro en la ejecución de alguna
+cosa», y éste, como nota el señor Bonilla, «es el sentido de la frase en
+el pasaje del _Cojuelo»._ E igualmente en los siguientes versos de Lope
+(_Los novios de Hornachuelos_, acto III):
+
+ «EL REY. ¿Sois los novios mal contentos
+ que celebra este lugar?
+ Llegad. No, no tengáis miedo.
+
+ BERRUECO. Somos, señor; pero sepa
+ que hay otros dos en el pueblo
+ que _nos mean la pajuela_,
+ pues somos los dos con ellos
+ paloma y palomo....»]
+
+[Nota 253: Con esto de _la jerigonza crítica_ alude Vélez al
+culteranismo; a la _culta latiniparla_, como llamó Quevedo al
+vocabulario que usaron Góngora y sus secuaces.]
+
+[Nota 254: Aristóteles decía que la belleza es _una carta de favor_,
+y doña Isabel la Católica, que «el hombre de buena cara lleva consigo
+_carta de recomendación_ para cualquier cosa que emprendiere».]
+
+[Nota 255: Claro que estos brindis eran _por las damas y los amigos_
+de los que brindaban y no por los del Rey.]
+
+[Nota 256: Dije en mi conferencia acerca de _El yantar de Alonso
+Quijano el Bueno_ (Madrid, 1916), pág. 32: «...Pero lo más usado era
+acabar de comer con aceitunas», de donde se dijo: _llegué_, o _llegó a
+las aceitunas_, para significar que se llegó tarde a algún convite o
+reunión. El acabar de comer con este postre se menciona con frecuencia
+en nuestros libros del buen tiempo: Don Antonio Hurtado de Mendoza, en
+el _Entremés del Examinador micer Palomo_:
+
+ «VALIENTE. Yo he tenido quinientos desafíos;
+ he hecho sobre el duelo dos comentos;
+ seiscientos antuviones he pegado
+ y he reñido cien veces en ayunas.
+
+ MR. PALOMO. ¿Qué fuera _al fenecer las aceitunas_...?»
+
+Y por lo que hace al _palillo_, dije en la citada conferencia que «entre
+los abuelos de nuestros tatarabuelos era el _palillo_ o mondadientes
+obligado postre último de toda comida; tanto, que entre gente hidalga el
+comer podía faltar, y aun faltaba, en efecto, muchas veces; pero el
+_palillo_ no».]
+
+[Nota 257: En el _Quijote_ (II, 44), apenas se hubo partido Sancho
+para su ínsula, «cuando don Quijote sintió su _soledad_», y de esta
+_soledad_ dije en las notas de mi edición crítica de la inmortal novela
+de Cervantes lo que, aunque ésta peque por harto extensa, voy a
+transcribir: «Sintió, no la _soledad en que_ le había dejado Sancho,
+como entendió malamente Unamuno, sino la _soledad de él;_ la _soledad
+con que_ lo había dejado; que aquí _soledad_ no significa «falta de
+compañía», sino «pesar que se siente por la ausencia de una persona, y
+deseo de volverla a ver». Esta _soledad_ es, ni más ni menos, la
+_saudade_ portuguesa que en todo tiempo han pretendido imponernos los
+que ignoraban que acá la teníamos castellana, tan rancia, a lo menos,
+como la de nuestros vecinos. Véanse algunos ejemplos:
+
+»De _sentir soledad_ de una persona o cosa, como en el lugar que anoto.
+Rivadeneyra, _Flos sanctorum_, en la Ascensión del Señor.... «Los
+apóstoles también sentían la huerfanidad de tal padre, _la soledad de
+tal maestro_, de tal pastor y de tal capitán, especialmente viéndose
+entre tantos y tan crueles enemigos.» Lope de Vega, en el acto I de _El
+Animal de Hungría:_
+
+ «TEODOSIA. Rezien casada, y venida
+ a Ungría de Ingalaterra,
+ _sentí soledad notable
+ de mi tierra_ en tierra agena.»
+
+»Lo mismo _tener soledad de_. Un cantarcillo del siglo XV:
+
+ «Aldea donde nací,
+ _soledad tengo de_ ti.»
+
+»En el capítulo cxxvij del libro primero de _Don Clarian de Landanis,_
+fol. clxxxiiij: «_Teniendo_ [Gradamisa] gran _soledad_ de su buen amigo
+don clarian, dio vn sospiro y dixo consigo....» Don Felipe II, en carta
+escrita en Lisboa a 16 de abril de 1582 (Gachard, _Lettres de Philippe
+II à ses filles....):_ «Y de lo que más _soledad he tenido es del cantar
+de los ruiseñores,_ que ogaño no les he oydo, como esta casa es lexos
+del campo.»
+
+»También se decía _hacer soledad_ una persona o cosa, en equivalencia de
+apesadumbrar por su ausencia o falta. Santa Teresa, en carta a fray
+Jerónimo Gracián (Ávila, 10 de junio de 1579): «¡Oh, qué _soledad me
+hace_, cada día más, para el alma estar tan lexos de vuestra
+paternidad...!» En carta autógrafa de _Margareta_ (doña Margarita de
+Austria) al rey don Felipe III (11 de octubre de 1599) decíale: «Señor,
+no puedo dejar describir a V. Md. para pasar con algún consuelo la
+_soledat q me ase_, q con aber tan pocas horas q se fui V.M. me pariçe q
+a mil años....»
+
+»Muchos portugueses, y aun algunos españoles, verbigracia, don Adolfo de
+Castro en su _Himno a una palabra_ (apud _Estudios prácticos de buen
+decir y de arcanidades del habla española,_ Cádiz, 1880, pág. 293), han
+querido y creído que nuestra _soledad_ no signifique enteramente lo que
+la _saudade_ lusitana, o por lo menos, que sea mera traducción de ésta,
+afirmaciones contra las cuales protestó nuestro españolísimo Menéndez y
+Pelayo _(Orígenes de la Novela_, tomo I, pág. CCXXI) en estas palabras:
+_«Soledad,_ en el sentido de melancolía que se siente por la ausencia de
+una persona amada o por el recuerdo del bien perdido, es palabra tan
+legítimamente castellana como es portuguesa _saudade_; se ha usado en
+todos los tiempos, da nombre a un género especial de cantares andaluces,
+y nuestro _Diccionario_ académico consigna esta voz como de uso
+corriente.» Y en las _Adiciones y rectificaciones_ del mismo tomo (pág.
+DXXVI) insertó la notable carta, ya publicada en la _Revue Hispanique_
+(1901), en que don Juan de Silva, portugués de origen, sostuvo y
+demostró que nuestra _soledad_ expresa tanto y aún más que la _saudade_
+de nuestros vecinos.
+
+»¿Se usa aún hoy en tal acepción la palabra _soledad_? En España no
+recuerdo haberla oído; pero en Colombia todavía llaman _soledades_ a los
+pesares amorosos causados por la ausencia. Véase una linda copla popular
+de Casanare, publicada por fray Pedro Fabo del Corazón de María,
+cultísimo agustino recoleto, en su interesante libro intitulado _Idiomas
+y etnografía de la región oriental de Colombia_ (Barcelona, 1911), pág.
+228:
+
+ «Empréstame tus ojitos
+ para completar dos pares;
+ que con los míos no puedo
+ llorar tantas _soledades_.»]
+
+[Nota 258: Para el léxico de la Academia, _quedarse como un
+pajarito_ significa «morir con sosiego, sin hacer gestos ni ademanes.»
+Sea eso; pero sea también _quedarse muy dormido_, como en este lugar del
+texto, y así, dije en las _Mil trescientas comparaciones populares
+andaluzas_ (Sevilla, 1899), páginas 104 y 105: _«Se queó como un
+pajarito...: Dormido,_ y más a menudo, _muerto_; del que se duerme
+profundamente también se dice: _Se queó frito_ o _fritito_.»]
+
+[Nota 259: Suplo un _las_ que falta en el texto original, por
+omisión mecánica de una de dos sílabas iguales e inmediatas.]
+
+[Nota 260: Con lo de _Adanes del baratillo_ quizá se referiría Vélez
+a alguna tienda de baratijas en que se vendiesen figurillas de barro, y
+entre ellas la de nuestro primer padre.]
+
+[Nota 261: «Alusión--como dice el señor Bonilla--a unos zapatos de
+cuero.» Eran famosos los cueros curtidos en Fregenal de la Sierra, por
+lo cual, en una jácara de Quevedo, refiriéndose a _la penca_ o azote del
+verdugo, dice Lampuga a la Perala:
+
+ «Más me cuestas de pregones
+ y _suela de Fregenal_
+ que valen seis azotados
+ si los llegas a tasar.»]
+
+[Nota 262: _De grana de polvo,_ es decir, teñida con el polvo de los
+gusanillos que llaman _grana_. También decían, a secas, _teñido,_ o
+_teñida, de polvo_. Entre los regalos que los padres trinitarios de la
+Redención de cautivos hicieron al Rey de Argel en 1591 figuraba «una
+manta fraçada de la marca maior _teñida de polvo_, con su franxa de oro
+y seda», que había costado 19.550 maravedís. (Archivo Histórico
+Nacional, Libros de la Orden Trinitaria, 121 _b_, fol. 50 vto.)]
+
+[Nota 263: _Severo_, en su acepción de _grave, serio, mesurado_.]
+
+[Nota 264: Dice de las comedias de este loco que _se las habían
+apedreado como viñas,_ recordando la frecuencia con que el pedrisco daña
+los viñedos.]
+
+[Nota 265: _Menalao_, por _Menelao_, no es errata; solían decirlo
+así, por asimilación de vocales. Francisco Santos, en _Los Gigantones en
+Madrid por de fuera_, apud _Obras en prosa y verso_..., tomo I, pág.
+396: _«A Menalao_, por aver entrado en su casa Paris....»]
+
+[Nota 266: La _Casa del Nuncio_ llamaban al hospital de dementes de
+Toledo, porque lo fundó, a fines del siglo XV, un nuncio apostólico
+llamado don Francisco Ortiz. También solían llamarlo _el Nuncio_, a
+secas, y por las celdas o jaulas en que se encerraba a los locos
+furiosos, _los alberguillos de Toledo_.]
+
+[Nota 267: _Cual tenga la salud_, es decir, _mal_. Era corriente
+esta comparación imprecatoria. Véase algún ejemplo. Lope de Vega, en el
+acto II de _El Caballero de Illescas_:
+
+ «ROBERTO. ...Y tengo gracia en hacer
+ versos, que canto a un laúd.
+
+ JUAN. _Cual tengáis vos la salud_
+ todo eso debe ser.»]
+
+[Nota 268: Parece que debiera decir: _fué tal_....]
+
+[Nota 269: En mis notas al _Quijote_ (VIII, 56, 10) expliqué por qué
+debe escribirse _¡Cierra, España!_, y no _¡Cierra España!_, como
+generalmente se estampa y se dice. _España_ en esta locución es un
+vocativo, y exclamar _¡Cierra, España!_ equivale a exclamar: _¡España,
+cierra_, o _faja, con los enemigos_!]
+
+[Nota 270: Exaltarse los poetas hasta el punto de tomar sus
+imaginaciones por realidades y parecer locos, nunca fué cosa harto rara:
+ya decía de Horacio su siervo: _«Aut insanit homo, aut versas facit_.»
+Ni fué raro tampoco el exagerarlo festivamente nuestros escritores.
+Pérez de Montalván, en la jorn. I de _No hay vida como la honra_.
+
+ «TRISTÁN. Señor, mi amo es poeta
+ y los tales, cuando escriben,
+ mudan más de cuatrocientas
+ caras en una hora sola;
+ porque, si es de cosa tierna,
+ se retozan ellos mismos,
+ se miman y se gorjean;
+ si de guerras se ensayonan,
+ se encolerizan y emperran
+ de manera, que tal vez,
+ llevados de aquella idea,
+ encasquetando el sombrero,
+ al primero con que encuentran,
+ como si fuera de Holanda,
+ de Francia o Inglaterra,
+ diciendo: «¡Santiago, a ellos!
+ »¡Cierra, España! ¡Todos mueran!»,
+ le dan dos o tres puñadas,
+ o le quiebran la cabeza.»]
+
+[Nota 271: _El basilisco de Malta_ debió de ser, como conjetura el
+señor Bonilla, nombre vulgar de una pieza de artillería que tuviese la
+Orden de San Juan en la isla de Malta.]
+
+[Nota 272: _Alojaron_, refiriéndose a _compañía,_ que, como _gente,
+manada_, y los demás nombres colectivos, puede concertar, por silepsis,
+con un adjetivo o verbo en plural, cuando concurren los dos requisitos
+que menciona Bello en el §818 de su _Gramática,_ anotada por Cuervo
+(pág. 215 de la edición de 1908).]
+
+[Nota 273: Por _legumbre_ ha de entenderse aquí, aunque
+impropiamente, cosas arrojadizas de huerta, como tronchos, pepinos,
+nabos, etc. Las comedias de Cervantes--él lo dice--«se recitaron sin que
+se les ofreciese ofrenda de pepinos ni de otra cosa arrojadiza». Y con
+lo de _edificio_ alude Vélez, como supone el señor Bonilla, a _cascote_
+o _escombros_.]
+
+[Nota 274: _A pleito de tenuta_, o sea a pieza de autos judiciales
+tan abultada como solían ser las en que se trataba de la tenuta o
+posesión provisional de las rentas y frutos de un mayorazgo en litigio.]
+
+[Nota 275: Puigblanch, en sus _Opúsculos gramático-satíricos_ (tomo
+1, pág. 30), sostiene fundadamente que, contra lo que creyeron muchos
+autores, el _Paladión_ no fué el caballo de Troya, sino una pequeña
+imagen de la diosa Palas.]
+
+[Nota 276: «_Armado de punta en blanco_ quiere decir armado de pies
+a cabeza, con todas las piezas de un arnés, y las demás armas defensivas
+y ofensivas, desnudas, a punto y guisa de acometer y pelear.» (Correas,
+_Vocabulario de refranes_..., página 31 _a_).]
+
+[Nota 277: El socorrido expediente de hacer de pasta las dueñas que
+faltaran para completar el número de once mil parece reminiscencia de lo
+que cuenta Cervantes (_Quijote,_ II, 48) de aquella señora «de quien se
+dice que tenía dos dueñas de bulto con sus antojos y almohadillas al
+cabo de su estrado, como que estaban labrando, y tanto le servían para
+la autoridad de la sala aquellas estatuas como las dueñas verdaderas».]
+
+[Nota 278: También Quevedo llamó _sabandijas_ a las dueñas, pues
+hizo decir a una del gremio (Musa VI):
+
+ «Fué Dios servido después
+ de que yo me convirtiese
+ en _sabandija_ tocada,
+ en un lechuzo de _réquiem.»_
+
+En ranas dijo el mismo autor, en _Las Zahurdas de Plutón,_ haberlas
+visto convertidas: «Así supe como las dueñas de acá son ranas del
+infierno, que eternamente como ranas están hablando, sin ton y sin son,
+húmedas y en cieno, y son propiamente ranas infernales; porque las
+dueñas ni son carne ni pescado, como ellas. Diome grande risa el verlas
+convertidas en _sabandijas_ tan pierniabiertas....»]
+
+[Nota 279: _Oyones_, dicho en tono festivo por _oyentes_.]
+
+[Nota 280: _Saber_, o _entender, poco de filis_, frase que falta en
+el _Diccionario_, significa no ser capaz de ciertas delicadezas o
+finuras. Calderón, en la jorn. II de _Guárdate del agua mansa_:
+
+ «D. TORIBIO. Pues de mi cuidado
+ ¿en qué estriban los desvelos?
+
+ EUGENIA. Preguntádselo a los cielos,
+ a los astros y a los hados,
+ que no inclinan mi albedrío.
+
+ D. TORIBIO. Pues en algo está el busilis.
+
+ EUGENIA. En que vos no tenéis _filis_
+ para ser esposo mío.»
+
+Picado don Toribio por esta expresión, aun sin entenderla, dice poco
+después a don Alonso:
+
+ «Y para que se averigüe
+ si los hombres como yo
+ tienen o no tienen _filis_,
+ por no obligarme a retarla
+ en extranjeros países,
+ haced que me compren luego
+ cuantos _filis_ sean vendibles,
+ y cuesten lo que costaren.»]
+
+[Nota 281: Por analogía con las _encamisadas_ a que se refieren los
+diccionarios, llama Vélez _encamisada_ a los sujetos que acudieron a las
+alarmantes voces del Poeta; bien que si los más de ellos estaban «hechos
+Adanes del baratillo, poniendo las manos donde habían de estar las hojas
+de higuera», más podía llamarse _descamisada_ que _encamisada_ a su
+junta o reunión.]
+
+[Nota 282: _Mediar el caso_, como _mediar la causa_ (_Quijote_, I,
+46), y _médiese la partida_ (II, 26).]
+
+[Nota 283: Se refiere a un ejemplar de alguna de las diversas
+ediciones que antes de mediar el siglo XVII se habían hecho del _Arte
+poética española_ de Diego García Rengifo, publicada a nombre de Juan
+Díaz Rengifo, y cuya edición príncipe es de Salamanca, Miguel Serrano de
+Vargas, 1592.]
+
+[Nota 284: «_Omenaje_ tanto quier dezir--según la ley V, título XXV
+de la partida IV--como tornarse ome de otro, e fazerse suyo por darle
+segurança sobre la cosa que prometiere de dar o de facer, que la
+cumpla.» Se hacía _pleito homenaje_ metiendo la mano derecha, o las dos
+manos, entre las del que lo recibía, y jurando hasta tres veces cumplir
+aquello a que se obligaba. Véase, por ejemplo, un pleito homenaje tan
+ecijano como el mismo Vélez de Guevara y como el gran poeta Garci
+Sánchez de Badajoz, en manos de cuyo padre se hizo. En Écija, a 20 de
+marzo de 1475, ante el escribano Alfón de Aguilar, estando ayuntados en
+la casa del cabildo los honrados señores concejo, asistente, alcaldes,
+alguaciles, regidores, jurados y caballeros, y presente el comisario
+Francisco Velasco, en nombre y con poderes de «la muy alta y muy
+esclarecida Princesa, Reyna e señora nuestra señora la Reyna doña
+Isauel», habiendo recibido del concejo y el asistente «la fidelidad,
+juramento e omenaje que eran tenudos de fazer a la dicha señora Reyna
+como primogenita heredera destos Reynos de Castilla y de Leon, e al muy
+alto e esclarecido principe don Fernando su legitimo marido, luego el
+dicho Comisario en el dicho nombre e por virtud de los dichos poderes
+dixo que juraba e juró por el nombre de Dios e de Santa María e por las
+palabras de los santos evangelios e por la señal de la Cruz, en que puso
+su mano derecha, e fizo pleito omenage en manos de Fernan Sanchez de
+Badajoz, cauallero fijodalgo, una, dos e tres veces segun fuero e
+costumbre de España, so cargo del qual prometió e juró en el ánima e
+persona de la dicha señora Reyna de confirmar e guardar los privilegios
+e buenos usos e costumbres e ordenanzas, esenciones e libertades desta
+cibdad....» (Archivo Municipal de Écija).]
+
+[Nota 285: Esto se cuenta de los Siete Durmientes, de quienes ya
+traté en nota del tranco II (59, 16)[182]. Pérez de Montalván, en la
+jornada I de _Santo Domingo en Soriano_, se hizo eco de la vulgar
+conseja:
+
+ «CHOCOLATE. Si a la venganza saliesen
+ quantos ay en Sorïano,
+ y lloviera Dios valientes,
+ con solo un dedo meñique,
+ sin mover essotros nueve,
+ los arrojara tan altos,
+ _que quando a baxar bolviessen,
+ hallassen otra moneda,
+ como los Siete Durmientes_.»]
+
+[Nota 286: Asemejándolos a los censos, Vélez llama _güéspedes al
+quitar_ a los hospedados en el mesón, porque al ausentarse, dejaban de
+ser huéspedes, y _güésped de por vida_ al mesonero, porque lo había de
+ser hasta su muerte. En este pasaje pudo echar de ver don Antonio de
+Valbuena que, contra lo que, sin duda ofuscado, defendió en algún
+periódico, _huésped,_ como _hospes_ latino, significa, y así lo advierte
+Covarrubias, tanto el forastero que viene a nuestra casa, o a nuestro
+pueblo, como el mesonero o el que tiene casa de posadas. En el cap. LIX
+de la segunda parte del _Quijote_ ocurren juntas, como en el texto que
+anoto, las dos acepciones de esta voz: «¡Por Dios--respondió el
+_huésped_ (el hospedador)--que es gentil relente el que mi _huésped_ (el
+hospedado) tiene!»
+
+El decir _al quitar_ de cosas extrañas a los censos no fué original de
+Vélez de Guevara: ya se leía en el _Romancero general_ (fol. 257 vto.):
+
+ «Teneys vn custodio falso,
+ vn Argos astuto artero,
+ más velador que velado,
+ _novio al quitar, como censo_.»
+
+Y en Tirso de Molina, acto II, de _La Villana de la Sagra_:
+
+ «CARRASCO. No hay tal pariente en el mundo
+ como el dinero en la mano;
+ éste es pariente de veras;
+ que lo demás es quimeras:
+ él es padre, primo, hermano.
+
+ D. LUIS. Carrasco, lo propio pienso
+ que se usa en cualquier lugar.
+
+ CARRASCO. _Hay parientes al quitar_,
+ _que son de casta de censo_.»]
+
+[Nota 287: En cuanto a la voz _saudade_, véase lo dicho acerca de
+_soledad_ en nota del tranco IV (95, 4)[257]. Aquí se ocurrió a Vélez usar
+el vocablo portugués, corriente en España; pero lo mismo pudo decir
+_soledad_.]
+
+[Nota 288: El refrán dice: _De amigo a amigo, chinche en el ojo_, y
+enseña que no es discreto confiar en todos los que se nos venden por
+amigos. En lugar de _chinche_, algunos dijeron _chiz_ (significando
+_agraz_), y otros, _chincha, china, chinilla_ o _chineuela, chispa,
+chispe_, etc. _Sangre_ dice el léxico de la Academia.]
+
+[Nota 289: _Galantería,_ en la acepción de _broma_ o _chanza_, no
+registrada en los diccionarios.]
+
+[Nota 290: Parece faltar un _por: y por la amistad_....]
+
+[Nota 291: Algunos editores corrigieron: _¿cómo te ha ido_...? por
+no parar mientes en que el plural del texto es de frecuente uso popular:
+_¿Cómo andamos_?, decimos al preguntar a uno por su salud.]
+
+[Nota 292: No hay montañés que no se tenga por hidalgo: «Montañés,
+hidalgo es», dice un refrán, que yo supongo inventado por ellos.]
+
+[Nota 293: Se refiere a la Valtelina, comarca situada entre el lago
+de Como y el Adda.]
+
+[Nota 294: En la edición príncipe hay coma después de la palabra
+_infierno_, y también después de _Indias_ en el reclamo del folio 49
+recto, si bien a la vuelta se omitió. El señor Bonilla puntúa así: «...
+y este es el juro de heredad que más seguro tenemos en el infierno;
+después, de las Indias fuí a Venecia...»; pero como no ha dicho que
+fuese a las Indias, sino a Suiza, muy cercana a Italia y a la Valtelina,
+que era italiana, colígese que a tal puntuación es preferible la mía,
+aun siendo mía, máxime cuando con ella es clarísimo el sentido del
+pasaje. Y dijo el Diablillo que los suizos y valtelinos eran el mejor
+juro de heredad del infierno, _después de las Indias_, porque éstas no
+podían dejar de ser campo fertilísimo para aquél, por lo mal que los que
+iban allá solían cumplir con sus conciencias. Cabalmente por eso, en el
+tranco VIII, dice el Cojuelo, estando en Sevilla: «... y me hallo en este
+lugar muy bien, porque alcanzan a él las conciencias de Indias».]
+
+[Nota 295: _Clarísimo_--dice el _Diccionario_ de autoridades--«es
+también renombre y título honorífico con que en algunas repúblicas, y
+especialmente en la de Venecia, se distinguen algunas familias o sujetos
+de conocida nobleza».]
+
+[Nota 296: _Hablar en_, como en el tranco II, donde quedó nota (50,
+5)[165].]
+
+[Nota 297: Refiérese a don Pedro Girón; a aquel a quien, como dijo
+Quevedo en un soneto admirable, _faltó su patria_, y de quien escribió
+Lope de Vega, celebrando su vuelta de Italia (_Vega del Parnaso_, parte
+I):
+
+ «Tú solo, claro príncipe de Osuna,
+ de las armas de España en pie tuviste
+ la ofendida opinión, y a los gigantes
+ contrarios a su próspera fortuna,
+ Júpiter español, castigo diste,
+ y en sus aguas gimieron arrogantes....»]
+
+[Nota 298: Entre tantos extranjeros como venían a España con la
+golosa determinación de catar la miel indiana de que hablé en nota del
+tranco II (46, 8)[151], los genoveses fueron las más escondedoras urracas
+de nuestro dinero, por lo cual dijo Quevedo de él en una de sus
+letrillas:
+
+ «Nace en las Indias honrado,
+ donde el mundo le acompaña;
+ viene a morir en España,
+ _y es en Génova enterrado_.»]
+
+[Nota 299: _Golfo lanzado_, ablativo absoluto, o _de golfo_, o _a
+golfo lanzado_, modo adverbial, son frases italianas, muy corrientes en
+España en otro tiempo, por nuestra continua comunicación con Italia.
+«_Navigare, o Andare a golfo lanciato, vale Navigare per linea retta, a
+dirittura; contrario di Costeggiare.» (Vocabolario degli Accademici
+della Crusca_, 4.ª ed., Firenze, M.DCC.XXXI.)]
+
+[Nota 300: Los que venían a España desde Génova solían desembarcar
+_en Vinaroz_. Así aquel supuesto conde italiano de Tirso de Molina, en
+el acto II de _La Huerta de Juan Fernández_:
+
+ TOMÁS. De Génova me sacó
+ la capitana o sargenta....
+ Desembarqué en _Vino-arroz_....
+
+ D.ª PETRONILA. _Vinaroz_ se llama.]
+
+[Nota 301: _Oviar_, que es _obviar_, escrito como generalmente se
+pronuncia: el grupo _bv_ es poco acomodado para labios españoles.]
+
+[Nota 302: _Andulucía,_ por asimilación de vocales, como _purtugués,
+munumento, resulución_, etc.]
+
+[Nota 303: «La copla íntegra--nota Bonilla--se lee al final del
+_Entremés y baile del Invierno y el Verano_, de Benavente:
+
+ _«Tendré el invierno en Sevilla
+ y el veranito en Granada_,
+ en Motril la caña dulce
+ y en Málaga la patata.»]
+
+[Nota 304: En la edición príncipe, _de Durazután._ Téngolo por
+yerro, pues _de Daraçután_ la llama el _Reportorio de todos los caminos
+de España_ ... de Juan Villuga (Medina del Campo, Pedro de Castro,
+M.D.XLVI), en el itinerario de Toledo a Córdoba; y aun llamándola en
+otro _venta dalaruçatan_, se echa de ver que es errata, por _de
+daraçutan_ o _de laraçután;_ que también pudieron llamarla así,
+convertida la _d_ en _l_, como en _lucho_ por _ducho, litado_ por
+_ditado_, etc.]
+
+[Nota 305: Pérez y González llamó la atención acerca del evidente
+yerro que hay en el señalamiento de esta distancia. En efecto, según el
+citado _Reportorio_, de Toledo a Córdoba hay veintinueve leguas y media,
+que empiezan a contarse así:
+
+ «a las ventas de diezma ij. m.
+ a horgaz ij. y media.
+ a yuenes j.
+ a la venta guadalerce ij.
+ a la venta daraçutan ij.»
+
+Son, pues, _diez leguas_, y no las _veintidós o veintitrés_ que, quizás
+por andaluzada, dijo el Cojuelo. Por andaluzada, si no se lo hizo decir
+el cajista, porque es de notar que en la edición príncipe el número de
+leguas está en guarismo, y no habría sido difícil leer _22_ ó _23_ donde
+Vélez hubiese escrito confusamente _12_ ó _13_.]
+
+[Nota 306: Sabidísimo es que se llama _portante_ aquel paso de las
+caballerías en que mueven a un tiempo la mano y el pie del mismo lado.
+Por extensión se dice del paso ligero de las personas.]
+
+[Nota 307: _De sí mismos_, porque ningún arco los había lanzado al
+aire, y, con todo, salieron rápidos como saetas.]
+
+[Nota 308: _Salmorejo_--dice Covarrubias--es «vn cierto género de
+salsa o escabeche con que suelen adereçarse los conejos, echándoles
+pimienta, sal y vinagre, y otras especies.»]
+
+[Nota 309: _Lo de las adherencias e incidencias_ es frase escribanil
+que solía usarse en las escrituras de poder, expresando que éste se daba
+no sólo para lo principal que era su objeto, sino también para sus
+_adherencias e incidencias_, o _para todo lo incidente y dependiente_, o
+_para todas sus anexidades y conexidades_; que de estas y aun de otras
+maneras se decía.]
+
+[Nota 310: «_ir el nauio a orça_ es--dice Covarrubias--ir recostado
+a vn lado para poder tomar el viento que no le viene derecho y assi se
+pone la vela diferentemente.» De aquí, en sentido figurado, _tener a
+orza la testa_, significa, como dice el señor Bonilla, _tenerla
+inclinada_.]
+
+[Nota 311: _Zorra_ es uno de los nombres familiares de la
+_borrachera_, de donde, como registra Oudin en su _Tresor_, se dijo
+_estar hecho zorra, estre yure_, y _caçar vna zorra, s'enyurer. Tan
+zorra,_ pues, es elíptico, por _tan hecho zorra_.]
+
+[Nota 312: De llamarse _costados_, refiriéndose a una persona, a las
+líneas de sus abuelos paternos y maternos (_noble por todos cuatro
+costados_, etc.), vino a significar por extensión _de todo en todo,
+enteramente_.]
+
+[Nota 313: _Con quien vengo, vengo_ es máxima que indica que cada
+cual debe seguir el partido de aquel a quien acompaña, auxiliándole en
+cualquier peligro. Calderón tiene una comedia con tal frase por título,
+y a cuyo final don Juan, _por venir con quien viene_, llega a reñir con
+su mismo padre, admirado de lo cual el gobernador de Verona, dice
+Vrsino:
+
+ «A aquesto obliga el honor
+ de quien a campaña sale
+ con otro; que este es precepto
+ de la ley del duelo.»
+
+El mismo autor en la jorn. II de _Cada uno para sí_:
+
+ «D. FÉLIX. ...Pero sí sé, pues que sé
+ que la ley del duelo dijo
+ que yo _con quien vengo, vengo_
+ y así, a don Enrique sigo.»]
+
+[Nota 314: Sobre estas virtudes curativas que se atribuyeron
+respectivamente a los reyes de Francia y a los de España, debe leerse
+una de las _Cartas eruditas y curiosas_ del padre Feijóo, la XXV del
+tomo I. «Es hecho constante--dice en ella, y adviértase que la escribía
+aun no mediado el siglo XVIII--que a la Corte de Francia concurre de
+varias partes gran número de los que padecen la enfermedad dicha
+[lamparones], y que anualmente, el día de Pentecostés, el Rey
+Christianíssimo, haviendose confessado y comulgado en el convento de San
+Francisco, los toca a todos en la frente, puesta la mano en forma de
+Cruz, pronunciando aquellas palabras: _Rex tangitte, Deus sanat te, in
+nomine Patris, & Filij & Spiritus Sancti_. En unos autores he leído
+_sanat_, en otros _sanet_.» Y en cuanto a nuestros reyes: «Sepa más v.
+mrd. que el mismo Gaspar de los Reyes cita no menos que doze autores que
+afirman que los Reyes de Hespaña gozan la admirable prerogativa de
+expeler los Demonios de los cuerpos de los Energúmenos; y esto, sin más
+diligencia que ponerse en presencia de ellos.» Feijóo dice claramente
+que no creía en tales virtudes curativas de los monarcas de allá ni de
+los de acá, y, en efecto, o esa virtud se ha perdido, o, lo que es más
+probable, no la hubo nunca.]
+
+[Nota 315: _Falso_ parece dicho aquí en una acepción que no
+registran los diccionarios. Quiere decir que los extranjeros se sonreían
+disimuladamente.]
+
+[Nota 316: «_Tomar la mano_ se dize--según Covarrubias--el que se
+adelanta a los demás para hazer algún razonamiento.» _Quijote,_ I, 29:
+«... y aunque luego quisiera el Cura consolarla y aconsejarla, _tomó_
+primero _la mano_ Cardenio, diciendo....»]
+
+[Nota 317: _Con su Majestad_, elíptico: _comparados con su Majestad_
+ha de entenderse.]
+
+[Nota 318: Este derramar juncia y poleo ensalzando hasta las nubes
+el poder de España era muy del tiempo de Luis Vélez de Guevara. Quevedo,
+en la reseña de una fiesta de toros (Musa VI):
+
+ «Iba el Rey nuestro señor
+ con su talle y con su cara
+ repitiendo hasta el Hermoso
+ los Filipes de su casta.
+ Lleva el Segundo en el seso,
+ lleva el Tercero en el alma,
+ y en el Cuarto lleva el Quinto,
+ en victorias que le aguardan.
+ Dije (no sé si lo oyó):
+ «Glorioso León de España,
+ no tienes para un pellizco
+ en cien mil fardos de Holandas.
+ Si en Italia los franceses
+ ya volvieron las espaldas
+ a los graznidos de un ganso,
+ ¿dónde pararán si bramas?»]
+
+[Nota 319: Las injurias que profieren el Francés y el Italiano,
+aunque españolizadas un tanto, se entienden fácilmente: _bugre (bougre)_
+significa _sodomita; coquín, bergante, belitre; forfante (furfante),
+bribón;_ pero ¿y _nitesgut?_ ¡Aquí de los diccionarios y de las
+conjeturas eruditas! Para el señor Bonilla, en sus notas a la edición de
+1902, _Nitesgut_ era «vocablo que procede de la corrupción del alemán
+_Nichtsgut_, compuesto de _nicht-- _nada, y _gut_ = bueno». Pérez y
+González observó, con su discreción acostumbrada, lo uno, que
+_«¡Nitesgut!--_o como sea--es una frase ofensiva que Vélez de Guevara
+pone en boca de un inglés para insultar, seria y airadamente, a su
+contradictor»; y lo otro, que «no parece propio que, insultando al
+españolizado diablillo el francés en francés y el italiano en italiano,
+tuviera el inglés que recurrir a _inventar_ dicterios alemanes, como si
+en su idioma no los hubiera; ni resulta natural que después de llamarlo
+el francés _pícaro y sodomita_, y el italiano, _traidor o judío y
+bribón,_ el inglés se contentara con decirle: _¡Nada bueno español!,_
+porque esto, después de aquellos improperios, más que para encolerizar a
+don Cleofás y al diablo y sacarlos de sus casillas, hubiera servido, por
+el contraste, para hacerlos destornillar de risa». Hasta aquí iba bien y
+rebién mi antiguo camarada y queridísimo amigo Felipe Pérez; pero, por
+no ser menos que su comentado comentador, quiso, como él, echar su
+cuarto a filologías, y creyó sacar en claro que pues _nitty_ significa
+en castellano _lleno de liendres_, y _goose_ (léase _gus) mentecato,
+«niti gus_ bien pudo convertirse, por obra y gracia del cajista, en ese
+_nitesgut_ incomprensible». Últimamente, al volver al asunto el señor
+Bonilla en la edición de 1910, abandona su alemán de antaño y conjetura
+que _nitesgut «puede ser_ un vocablo compuesto de _naughty_ = revoltoso,
+malvado, y _guest_-- huésped, palabras ambas--añade--que vienen de
+perilla al Cojuelo, y que Vélez juntó, escribiéndolas sin ortografía y
+atendiendo principalmente al sonido _(noti-guest)»._
+
+No entraré yo por terreno donde es tan fácil desbarrar como revolver
+diversos diccionarios de lenguas que no se conocen, o, lo que suele ser
+peor, no se conocen bien; pero sí diré, abriendo camino para otros, que
+no me parece muy seguro que _nitesgut_, aun puesto en boca de un inglés,
+sea locución inglesa, porque mientras que Castillo Solórzano la hace
+decir a _un gabacho,_ Lope la atribuye a _un tudesco_, por cierto
+pronunciándola _ni te gote_. Véanse los textos a que aludo, el primero,
+de un romance a una mujer roma (apud _Donayres del Parnaso. Segunda
+parte_, Madrid, Diego Flamenco, 1625, fol. 26):
+
+ «Si te condenas, bien puedes
+ fiar tu romanitud
+ de Lucifer, que ha de hazerte
+ entre demonios Monsiur.
+ Y dirás mascando brasas
+ (siendo palo de su flux)
+ _tan bien como el más gauacho,
+ «nitifiston, nites gut._»
+
+Y Lope, en el acto II de _El Caballero del Sacramento_:
+
+ «CRISPÍN. Mucho encubren los vestidos;
+ mas si me llegan a hablar
+ ¡pardiez que yo quedo fresco!
+ Que sólo sé _de tudesco_
+ esto que llaman _brindar_
+ y el tener donde me quepa;
+ porque _brindis y caraus_,
+ _Deo gloria et santis laus,_
+ no hay niño que no lo sepa.
+ Como me traten de vino,
+ diré _«trinque, non denece_»,
+ _y «ni te gote fortece_»,
+ y pasaré mi camino.
+ Y si en alguna ocasión,
+ tales el tiempo las fragua,
+ me convidaren con agua....
+
+ LUIS. ¿Qué dirás?
+
+ CRISPÍN. _«Niti fiston.»_
+
+Con todo esto, Vélez, a no dudar, tenía por inglesa la injuriosa
+expresión _nitesgut_ o _nitis gut_, pues alterándola festivamente, la
+había empleado como tal muchos años antes de escribir su novela, en un
+soneto que compuso _cuando le nombraron portero del de Gales_ (1623),
+soneto que descubrí en el Ms. 3796 de la Biblioteca Nacional y publiqué en
+1908 en la _Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, con otras
+poesías autobiográficas del mismo autor. Dice el último terceto:
+
+ «No tengo a _nitis brut_ por buen lenguaje;
+ sáqueme Dios desta empanada _inglesa_,
+ y deme para España buen viaje.»]
+
+[Nota 320: Alude el autor satíricamente a los hábitos sodomíticos,
+antaño muy extendidos en Italia, por lo cual, en 1578, había dicho
+Vicente Espinel en su _Sátira contra las damas de Sevilla_, después de
+pintar muy al vivo a un mozuelo melifluo y alcorzado:
+
+ «Todo el negocio va _por lo de Italia_.
+ ¡Volved, oh juventud bárbara y ciega,
+ a aquel antiguo ser de la Vandalia!»
+
+A la cuenta, don Pedro Francisco Lanini recordaba este pasaje de _El
+Diablo Cojuelo_ cuando, al tratar de los disciplinantes en el _Entremés
+de la Tataratera_, hace decir a dos de sus interlocutores:
+
+ «ITALIANO. En la Italia no azotamo
+ en la antífona.
+
+ COSME. _Es que pagan_
+ _por donde pecan_.»]
+
+[Nota 321: Toda esta reyerta con unos extranjeros es, como advirtió
+Pérez y González, reminiscencia e imitación de un pasaje quevediano de
+_La Hora de todos y la Fortuna con seso_: «Venían tres franceses por las
+montañas de Vizcaya a España, el uno con un carretoncillo de amolar
+tijeras y cuchillos por babador, el otro con dos corcovas de fuelles y
+ratoneras, y el tercero con un cajón de peines y alfileres. Topólos en
+lo más agrio de una cuesta descansando un español que pasaba a Francia a
+pie, con su capa al hombro. Sentáronse a descansar a la sombra de unos
+árboles: trabaron conversación.» Departen largamente, y en la plática
+sale a relucir el sanar de lamparones el Rey de Francia, y al cabo los
+cogió _la hora_ y desatinando la cólera al español, dijo: «Los demonios
+me están retentando de mataros a puñaladas, y abernardarme, y hacer
+Roncesvalles estos montes. Los _bugres_, viéndole demudado y colérico,
+se levantaron con un zurrido _monsiur_, hablando galalones, pronunciando
+el _mon diú_ en tropa, y la palabra _coquín_». Y enrédase gran batahola,
+hasta que unos pasajeros los desparten y se llevan al español a las
+ancas de una mula.]
+
+[Nota 322: De _Peralbillo_ o _Peroalbillo_, lugar cercano a Ciudad
+Real en donde la Santa Hermandad ajusticiaba, asaeteándolos, a los
+malhechores, dijo Pedro de Medina en su _Libro de grandezas y cosas
+memorables de España_ (Sevilla, M.D.xlix, fol. lxxxiij): «Saliendo yo
+desta ciudad para Toro, vi junto al camino en ciertas partes hombres
+asaetados en mucha cantidad, mayormente en vn lugar que se dize
+Peraluillo, y más adelante en vn cerro alto a donde está el arca, que es
+vn edificio en que se echan los huesos destos asaetados después que se
+caen de los palos....» Por esto último llama Vélez _cecinas_ a tales
+despojos humanos, añadiendo de _Gestas_, en recuerdo del Mal Ladrón.]
+
+[Nota 323: _Bohemio_, según el _Diccionario_ de autoridades, era
+«especie de ropa o capa pequeña al modo de capotillo, que pudo traher su
+nombre de la provincia de Boemia». Franciosini, en su _Vocabulario
+español e italiano_, había dicho de esta prenda: «un _mantelleto
+cortissimo, che in Ispagna soglion portar le donne quando vanno di
+fuora_.»]
+
+[Nota 324: Era el _chapín_--según Covarrubias--«calçado de las
+mugeres, con tres o quatro corchos: y algunas ay que llevan treze por
+dozena....» Dice Vélez _con plata_, porque acostumbraban poner a los
+chapines virillas de plata, tan anchas a las veces como indicó Tirso en
+el acto I de _La Huerta de Juan Fernández:_
+
+ «TOMASA. ...No gastara la mulata
+ manto fino de Sevilla,
+ _ni cubriera la virilla
+ el medio chapín, de plata_....»
+
+Y llegó a ser tan general lo de las _virillas de plata_, que los tenían
+con tal adorno hasta las cortesanas de medio pelo. Quevedo pinta con
+chapines de esta clase a una cortesana ociosa (Musa VI):
+
+ «A la jineta sentada
+ sobre un bajo taburete,
+ con su avantalillo blanco
+ y su vestidillo verde,
+ en valoncilla redonda
+ y perlas con brazaletes,
+ con apretador de vidro
+ y rizas entrambas sienes,
+ con herraduras de plata
+ y faldellín de ribetes....»
+
+Los chapines se ponían sobre los zapatos; pero, pues yendo las
+comediantas en sus jamugas, no los habían de llevar puestos, llevábanlos
+_colgando de los respaldares_, como dice el autor.]
+
+[Nota 325: Refiérese a los cuellos que llamaron _valonas_. Los
+llevaban estos comediantes en los sombreros, para no ajarlos ni
+ensuciarlos por el camino.]
+
+[Nota 326: Dice festivamente _ciclanes de estribos,_ para indicar
+que llevaban uno, y no dos. _«Ciclán_--Dice Oudin en su _Tresor--vn qui
+n'a qu'vn testicule, que nous disons leger d'vn grain.»_]
+
+[Nota 327: Así, _le sirven_, en la edición original. El señor
+Bonilla añadió entre corchetes la _s_ que gramaticalmente falta; yo no,
+porque más bien que a supresión mecánica de una de dos letras iguales e
+inmediatas, hubo de deberse esta omisión a emplear el _le_ como dativo
+de plural, fenómeno sobre el cual, anotando el _Quijote_, llamé la
+atención más de una vez (II, 217, 6; III, 106, I; VII, 329, II, y VIII,
+67, 3).]
+
+[Nota 328: _Representantas_, como lo dijo Lope en el epígrafe de uno
+de sus sonetos, mal que pese a los feministas de hoy, que quieren que se
+diga _la consejero, la catedrático y_ aun la _maestro_. Cervantes decía
+_preguntanta (Quijote,_ II, 62).]
+
+[Nota 329: _Recalcado_, como adverbio: _recalcadamente_. Otro autor,
+no recuerdo cuál (quizás Quevedo), llamó _hablar jeringado_ al hablar
+así, y está muy propiamente dicho, porque denota bien que salen las
+palabras premiosamente alquitaradas y como empujadas por el émbolo de
+una jeringa. _Recalcado_ y _jeringado_, lo mismo que en otras calendas,
+siguen hablando hoy los malos cómicos, dentro y fuera del teatro.]
+
+[Nota 330: Los escritores de la última moda _(dernier cri_, suelen
+decir ellos) omitirían hoy la preposición y escribirían galicadamente:
+«... _que habían robado Lisboa, asombrado Córdoba y escandalizado
+Sevilla_, y que _habían de despoblar Madrid_....» Y es lo peor que, como
+todo se pega, menos lo bonito, hasta periódicos que siempre blasonaron
+de escribir a lo castizo han entrado por la pésima costumbre de
+prescindir de esa preposición en tales casos.]
+
+[Nota 331: Probablemente sería persona de carne y hueso este
+_tundidor de Écija,_ poeta a ratos. A vivir todavía mi buen amigo
+ecijano don Manuel Ostos y Ostos, él, con aquella grande afición que
+siempre tuvo a la historia de su ciudad, buscaría y rebuscaría, hasta
+hallar noticias de este autor de loas mencionado por su ilustre paisano
+Luis Vélez de Guevara.]
+
+[Nota 332: _Severo_, en la acepción de _grave, serio, mesurado_,
+como y indiqué en otro lugar (99, 8)[263].]
+
+[Nota 333: Este verso, que en la edición original está impreso a
+renglón tirado, como prosa, es del conocidísimo romance de Nerón:
+
+ «Mira Nero de Tarpeya
+ a Roma cómo se ardía;
+ gritos dan niños e viejos,
+ _y él de nada se dolía.»_]
+
+[Nota 334: _Perdigado_ es, ciertamente, como dice el señor Bonilla
+con Covarrubias, «el que está señalado para hacer alguna justicia del».
+Pero, siendo eso, es también algo más: pruébalo el no convenir al
+_perdigado_ del texto la definición del _Tesoro. Perdigarse_ es,
+figuradamente, «disponerse a hacer bueno o malo», como dice Correas en
+su _Vocabulario de refranes_ ..., página 601 _a_, y _perdigar_, según el
+léxico de la Academia, «disponer o preparar una cosa para un fin». Ahora
+sí se entiende el lugar del texto.]
+
+[Nota 335: _De allá: de Dinamarca_, dicho irónicamente por alusión a
+Oriana, la fiel amada y amante de Amadis de Gaula, a la cual se suele
+llamar _la Doncella de Dinamarca_ en la historia de este caballero
+andante. Asimismo la recuerda Tomás en _La Ilustre fregona_ de
+Cervantes, a propósito de las desenvueltas mozas de la posada del
+Sevillano: «¡Mirad qué _doncellas de Dinamarca_ nos había ofrecido la
+suerte esta noche!»]
+
+[Nota 336: Refiérese a Andrés de Claramonte y Corroy, famoso
+escritor y representante murciano.]
+
+[Nota 337: En la edición príncipe, por errata, _entre los dos_.]
+
+[Nota 338: _En la legua_, o, lo que es lo mismo, _entre los cómicos
+de la legua_, a la manera que se decía _en el siglo_ y _en la
+religión._]
+
+[Nota 339: _Amarilis_, nombre con que era conocidísima la célebre
+comedianta María de Córdoba, mujer de Andrés de la Vega, autor de
+comedias, es decir, director y empresario de compañía.]
+
+[Nota 340: La expresión es elíptica al par que hiperbólica: quiere
+decir que no sabría, no ya representar lo que representaba ella aun con
+lo más humilde: con su zapato; pero _ni mirarlo_ siquiera.]
+
+[Nota 341: Se refiere, como dice el señor Bonilla, a la comedia del
+bizarro ingenio valenciano intitulada _Dido y Eneas_.]
+
+[Nota 342: Devolviendo una imputación ofensiva, o rechazando una
+exigencia inadmisible, solía y suele añadirse, por énfasis _y tu alma_,
+o _y su alma_, bien que no lo registre el _Diccionario_. Véanse algunos
+ejemplos. Pérez de Montalván, en la jorn. I de _Santo Domingo en
+Soriano_:
+
+ «PIERRES. ...Pero llégate al difunto
+ y pregúntale a qué viene.
+
+ CHOCOLATE. _Llegue el francés y su alma_.»
+
+Don Francisco de Leiva, en la jorn. III de _La Dama presidente_:
+
+ «ANGELA. Otro criado....
+
+ MARTÍN. (Aquí entro yo.)
+
+ ANGELA. Que allá tuvisteis declara
+ lo mismo.
+
+ CÉSAR. Ese es un borracho.
+
+ MARTÍN. _(¡Tú lo eres y tu alma_!)»
+
+Nuestro Vélez mismo, en _La Sarna de los banquetes_, apud _Flor de
+entremeses y sainetes de diferentes autores_ (1657), página 20 de la
+edición de Menéndez y Pelayo, Madrid, 1903:
+
+ «TARJETA. ¿Habrá un jarro de agua?
+
+ CRIADO 1.º Y bueno.
+
+ TARJETA. _Pues bébale él y su alma_.»]
+
+[Nota 343: Esta expresión es una de las más malas de entender que
+hay en _El Diablo Cojuelo_, con haber otras muy oscuras y difíciles. Por
+lo de Roncesvalles alude a la memorable batalla en que nuestro Bernardo
+del Carpio derrotó a los franceses y en que murieron los doce pares de
+Francia. _Molino del papel_ se llama al edificio donde, para fabricarlo,
+se comienza por moler y reducir a pasta los trapos de que se hace.
+¿Habría _en Roncesvalles_ cuando se escribió _El Diablo Cajuelo_, o poco
+antes, algún _molino de papel_? Porque si se averiguara que lo hubo,
+sería fácil de entender la afirmación, ya claramente burlona, de que la
+venta, a no llegar el Ventero con la Hermandad, habría sido _un
+Roncesvalles del molino del papel_; esto es, una parodia de la batalla
+de Roncesvalles.]
+
+[Nota 344: Con la _Hermandad_, o sea con algunos _cuadrilleros de la
+Santa Hermandad_, que, como es bien sabido, era una de las _tres santas_
+de quienes se dijo: «Tres Santas y un Honrado traen al Reino agobiado».]
+
+[Nota 345: _Tantos_, en la acepción de fichas o pedrezuelas menudas,
+propias para señalar los puntos que se ganan en ciertos juegos. Nuestro
+autor quiere decir que los jarros, tinajas y platos quedaron hechos
+tiestos menudos, tan pequeños como para servir de tantos a los
+jugadores. Lo mismo Quevedo, en la primera de sus jácaras (Musa V):
+
+ «Sobre el pagar la patente,
+ nos venimos a encontrar
+ yo y Perotudo el de Burgos:
+ acabóse la amistad.
+ _Hizo_ en mi cabeza _tantos_
+ un jarro que fué orinal
+ y yo, con medio cuchillo
+ le trinché medio quijar.»]
+
+[Nota 346: Como una parte del producto de los teatros, en Madrid y
+en muchos pueblos, se aplicaba al sostenimiento de las casas de
+beneficencia, cuando estas mismas no eran propietarias de los coliseos,
+y las de la Corte necesitaban siempre esta importante ayuda de costa,
+cuidábase de que no faltaran compañías, requiriendo de orden del Consejo
+de Castilla a tales o cuales comediantes de los que andaban por otras
+regiones de España, para que acudiesen a Madrid, y hasta despachando
+algún alguacil que los condujese. Vea el curioso el citado libro de
+Pérez y González, págs. 87 y siguientes.]
+
+[Nota 347: Sabido es que de los camaleones cree el vulgo que se
+mantienen del aire.]
+
+[Nota 348: En lo _del mayor Mecenas_ se refiere nuestro autor al
+Conde Duque de Olivares, hijo, en efecto, de don Diego López de Haro,
+quinto marqués del Carpio.]
+
+[Nota 349: Aunque la edición príncipe estampa _gamenosas_, y así,
+dicho de esas mismas dehesas, recuerdo haberlo leído en la comedia _El
+amigo hasta la muerte_, de Lope de Vega, ha de leerse _gamonosos,_ de
+_gamón (asphodelus ramosas_), planta espontánea por la cual se dijo «Año
+de _gamones_, año de montones», bien que otros, burlándose del vaticinio
+refranesco, lo modifican así: «Año de _gamones_, año de hambrones» (pág.
+5 de mi libro intitulado _Los Refranes del Almanaque_; Sevilla, 1896).]
+
+[Nota 350: Esta fábula de la antigüedad había sido creída por hombre
+de tan buen entendimiento como Ambrosio de Morales, pues dijo en Las
+_Antigvedades de las civdades de España_ (Alcalá de Henares, Juan Núñez
+de Lequerica, M.D.LXXV), fol. 32: «De tal manera son celebrados sobre
+todos los del mundo [los caballos españoles], que nadie les sale a la
+competencia. No es en ellos encarecimiento fabuloso de nuestros
+cauallos, aunque a Iustino le parezca tal, que las yeguas en Portugal y
+cerca de Lisboa se empreñauan del viento. Que clara verdad es de Plinio,
+que lo pudo ver estando acá, y de Marco Varron, que dize ser cosa
+aueriguada, y trae sus conueniencias, para que a nadie parezca estraña
+ni impossible. Más de propósito lo prueua con razones naturales
+Columela, y como español, que bien lo sabía, lo da por cosa manifiesta,
+y en que nadie dudaua.... El potrico que desta preñez nacía sacaua la
+ligereza de su padre el viento; mas no era de prouecho, pues jamás
+passaua de tres años.»]
+
+[Nota 351: Los cordobeses llaman _Campo de la Verdad_ al barrio del
+Espíritu Santo, unido a lo demás de la población por un antiquísimo
+puente de diez y seis arcos bajo el cual corre el Guadalquivir. Cuéntase
+que tal nombre se originó de una frase dicha por don Alonso Fernández de
+Córdoba en 1367, cuando don Pedro I de Castilla fué sobre aquella
+ciudad, auxiliado por el Rey de Granada (Don Teodomiro Ramírez de
+Arellano, _Paseos por Córdoba,_ Córdoba, 1873-1877, tomo III, págs. 370
+y siguientes). Por el nombre de este barrio y por otras particularidades
+de topografía y nomenclatura local, se dijo festivamente que los
+cordobeses tienen _la Verdad en el Campo, la Salud en el Cementerio, la
+Caridad en el Potro y el punto en un cuerno_. Esto último se refiere a
+un altar llamado _del punto_, inmediato a un gran colmillo de elefante
+(cuerno según el vulgo) que, como símbolo de la fortaleza, pende de la
+bóveda de una de las naves de la Iglesia Catedral.]
+
+[Nota 352: Así el texto en la edición príncipe; pero probablemente
+falta una palabra: _a la Colonia Patricia_, diría el original, porque
+éste fué el nombre de la Córdoba romana, según vemos en sus monedas
+autónomas de aquella época.]
+
+[Nota 353: Acerca del significado de _acto positivo_ quedó nota en
+el tranco III (83, 4)[230].]
+
+[Nota 354: Escribí preguntando por este antiguo mesón a don Enrique
+Romero de Torres, mi docto y amable _paisano_ (porque él es natural de
+Córdoba y yo soy cordobés adoptivo), y ha satisfecho mi curiosidad,
+comunicándome que por el libro primero de padrones de confesiones de
+aquella iglesia catedral (1604-1609) consta que el _Mesón de las Rexas_
+era la segunda casa de la calle de la Herrería, hoy núm. 83 de la del
+Cardenal González. Y añadió mi amigo en su carta: «La casa es muy
+hermosa y por su aspecto debió de ser uno de los mejores mesones de
+aquella época; está situada cerca de la Puerta del Puente y en la vía
+principal de Córdoba, que era desde esta puerta hasta la que llamaban
+Puerta Nueva (que ya no existe), y que constituía la carretera de
+Sevilla a Madrid.» En el _mesón de las Rejas_ solían hospedarse las
+compañías de comediantes que representaban en Córdoba: allí se alojaban
+en 1610 Pedro de Castro y Jerónima de la Fuente, de la compañía del famoso
+Granados, cuando se desposaron. (Véanse mis _Aportaciones para la
+historia del histrionismo español en los siglos_ XVI y XVII, Madrid,
+1914, pág. 34.)]
+
+[Nota 355: De la _Corredera_, sita en el barrio de San Pedro, dijo,
+entre otras cosas, el citado autor de los _Paseos por Córdoba,_ tomo II,
+pág. 105: «Su nombre es el que en general se daba en muchas poblaciones
+al punto en que, por su extensión, se celebraban los actos más
+concurridos, y en particular las corridas de toros, cintas y cañas.
+Tiene una superficie de siete mil cuatrocientas noventa y seis varas
+cuadradas, es cuadrilonga y mide trescientos sesenta y dos pies de
+longitud por ciento treinta y ocho de latitud en la parte inferior, o
+sea el Arco bajo, y ciento cincuenta y seis en la superior; los balcones
+llegan, en sus tres filas, a cuatrocientos treinta y cinco, y los arcos
+de sus portales a cincuenta y nueve....»]
+
+[Nota 356: Esta _línea_ y estos ángulos son términos de lo que aún
+al mediar el siglo XVII se llamaba _nuevo arte de la destreza_, debido
+principalmente a los estudios y las obras de Jerónimo de Carranza y don
+Luis Pacheco de Narváez, su continuador.]
+
+[Nota 357: Alude Vélez--como dice Bonilla--al diestro retratado por
+Quevedo en su donosísima _Historia de la vida del buscón llamado don
+Pablos_. Quevedo, acérrimo enemigo de Pacheco de Narváez, se burlaba de
+su _nueva destreza_; no así Cervantes, que en el _Quijote_ (II, 19) la
+ensalza y hace quedar vencido por ella al bachiller Corchuelo.]
+
+[Nota 358: Este _pensar_, o _creer_, siempre usado en pretérito y
+ante infinitivo y equivalente a _imaginar_, es popularísimo en
+Andalucía, donde a menudo se oye: «_Pensé_ morirme»; _«Creí_ reventar de
+risa». Cervantes lo usó con frecuencia en el _Quijote: «Pensó_ perder el
+juicio» (II, 23); «_me pensé_ caer muerta de puro gozo» (II, 52).]
+
+[Nota 359: Llamaban _espadas negras_, porque tiraban a ese color, a
+las de hierro, sin lustre ni corte, que servían para los ejercicios de
+esgrima, y a las cuales, a fin de que no hiriesen con la punta, se les
+ponían en ella botones de cuero, dichos comúnmente _zapatillas_. Tirso,
+en el acto II de _La Huerta de Juan Fernández:_
+
+ «TOMASA. ...Dele al gusto puerta franca;
+ quiera bien, que eso me alegra;
+ ensaye en la _espada negra_
+ tretas que logre en la _blanca_.»]
+
+[Nota 360: Dirigía los juegos de esgrima un maestro de destreza, con
+un _montante_, o espada grande de dos manos, con el cual, atravesándolo
+entre los luchadores cuando era menester, ponía fin a la contienda.
+También lo usaba, como dice el texto, haciendo ademán de _barrer los
+pies a los mirones_, para que, dando algunos pasos atrás, agrandasen la
+palestra.]
+
+[Nota 361: _Aplauso_, equivaliendo a _solemnidad_ o _pompa_,
+acepción no registrada en el _Diccionario_.]
+
+[Nota 362: El _vellorí o vellorín,_ era según el _Diccionario_ de
+autoridades, un «paño entrefino de color pardo ceniciento, u de lana sin
+teñir». Vélez llama _vellorí_ a la pendencia, por alusión al color de
+las espadas, a las cuales, seguidamente y por la misma razón, da el
+nombre de _mulatas_.]
+
+[Nota 363: _Cuarto círculo_ es un término de la destreza, que yo no
+he de definir, porque estas y otras voces técnicas que ocurren poco
+después se encuentran en cualquier diccionario. A estos círculos y a
+Pacheco de Narváez se refería el anónimo autor del _Entremés del
+Estudiante_:
+
+ «PEROTE. Rebano y corto en _círculos pachecos_
+ varas y plumas como cardos secos.»]
+
+[Nota 364: _Movimiento accidental_ es otro término de la llamada
+pomposamente _esgrima científica y filosofía de las armas_.]
+
+[Nota 365: Dice Covarrubias, en el artículo _tvmba_ de su _Tesoro_:
+«Del ilustre linage de los Castillas se cuenta que en el entierro que
+tienen en Santa Clara de Valladolid dentro del coro de las Monjas,
+quando alguno dellos muere, se oyen muchos golpes que se dan en la tumba
+que está sobre la boueda do se entierran: y cuentan que en cierta
+ocasión, despues de auer oido estos golpes passó mas de vn año que no se
+supo quien era muerto, hasta que con vna armada que vino de las Indias
+se entendió auer muerto allá vn cauallero de la casa, el mesmo día que
+las Religiosas auian oido los golpes de la tumba....»]
+
+[Nota 366: Si nuestros periodistas no hubieran olvidado que en
+castellano tenemos la palabra _riza_, que significa «destrozo o estrago
+que se hace en una cosa», y la frase _hacer riza_, equivalente a «causar
+gran destrozo y mortandad en una acción de guerra», es seguro que no
+acudirían a cercado ajeno por la palabra _razzia_ ni por la frase _hacer
+razzia_, con lo cual lograrían tres cosas buenas: hablar en castellano,
+ahorrarse comillas o letra cursiva, y evitar que algún malpensado
+sospeche que el decir _razzia_ es indicio de no conocer la palabra
+_riza_. ¿Ejemplos del uso de este vocablo? Hailos en abundancia; pero
+bástame citar dos. Lope de Vega, en el canto VIII de _La Dragontea:_
+
+ «... y como tero que la frente eriza,
+ en ellos _hace_ sanguinosa _riza_.»
+
+El padre Baltasar Gracián, en _El Criticón,_ primera parte, crisi V:
+«... de modo que en los más principales, como más lucidos, _auían hecho_
+las fieras mayor _riza_».]
+
+[Nota 367: Porque tales desbragados quedaron de suerte, que dejaron
+ver aquello en que dió el sol al don Bueso del antiguo romance.]
+
+[Nota 368: Sobre la frase _muy falsos_ quedó nota en el tranco V
+(123, 4)[315].]
+
+[Nota 369: Modifica por donaire el conocidísimo refrán _Siempre
+quiebra la soga por lo más delgado_.]
+
+[Nota 370: _Por barba_, como dice nuestro _Diccionario_, equivale a
+«por cabeza, o por persona». Así, como pudieran decir unos soldados
+cristianos, convidándose a matar moros, _¡A moro por barba!,_ dijeron
+valientemente unos aficionados a la mesa: _«¡A perdiz por barba_, y
+caiga el que caiga!»]
+
+[Nota 371: _¡Favor a la justicia_!, porque éste era de ordinario el
+grito de alguaciles y corchetes, cuando no clamaban «_¡Favor al Rey!_»,
+de lo cual vino el decirse que tales ministros siempre llevaban el Rey
+en el cuerpo.]
+
+[Nota 372: _Coger, dar, hacer_ o _tomar puntas_ es volar el ave de
+cetrería de un lado para otro, en diversas direcciones, pero subiendo
+siempre, en espera de sazón para caer sobre el animal en que quiere
+hacer presa.]
+
+[Nota 373: Para Covarrubias, _rollo_ era «la picota o horca hecha de
+piedra en forma redonda, quasi _rótulo»._ El _Diccionario_ de la
+Academia lo define: «Columna de piedra ordinariamente rematada por una
+cruz, y que en lo antiguo era insignia de la jurisdicción de la villa».
+El rollo de Ecija, fué, como afirma Vélez, celebradísimo, y así, decía
+cierto poeta apicarado del _Romancero general_ (fol. 470 vto.):
+
+ «De Cordoua he visto el Potro,
+ que ha engendrado pocos asnos;
+ también la fuente del Toro,
+ que hizo a Lazarillo cauto;
+ _de Ezija he visto el rollo,
+ que el mundo celebra tanto_,
+ el Arenal de Seuilla
+ y Corral de los Naranjos.»
+
+Don C. Bernaldo de Quirós nombra como aún existente el _rollo de Ecija_,
+en su interesante librito intitulado _La Picota_ (Madrid, 1907), pág.
+13; pero ni lo describió, ni lo dió a conocer como otros, por medio del
+grabado, bien que no hubiera podido efectuarlo, por lo que ahora diré.
+
+Como para estudiar las cosas de un pueblo debe empezarse--y Pero Grullo
+patrocinaría esta verdad--por consultar los libros que de aquel pueblo
+tratan, eso hice yo, y tomando el intitulado _¡¡Alfajores de Ecija_!!
+(Sevilla, 1909), de mi difunto amigo don Manuel Ostos, leí en la pág.
+68: «Potente y grande debía ser la curia ecijana, cuando el signo de la
+Justicia en Ecija, el altar en que se ofrecían los sacrificios a la
+diosa Justicia, _el Rollo_, con su hijillo _el Rolluelo_, que aún
+existe, o _Mesa del Rey,_ como a los restos del _Rollo_ denominábamos
+los ecijanos hace treinta años, tenía resonancia universal....» Y en
+otro libro del mismo malogrado autor (cuyo mérito no supieron apreciar
+los ecijanos tanto como debieran, quizá, y sin quizá, porque _nemo
+propheta est in patria sua_), en su _Bartolomé de Góngora_ (Sevilla,
+1913), pág. 84, volvió a recordar _el Rolluelo_, en unos renglones en
+que rebosa el amor a la patria chica, y que no resisto al deseo de
+copiar, por honrar a un ecijano moderno en las notas del libro de un
+ecijano antiguo: «¿Puede existir--decía Ostos--algo menos artístico que
+_El Rolluelo_, y que más nos recuerde la bárbara época en que usaban ese
+_pimponote_ para colgar los restos de los pobres reos que eran
+descuartizados?... Cuando cansados de zascandilear por la capital nos
+metemos en el tren y tras parada y parada llegamos molidos y maltrechos
+a las angosturas de la Argamasilla, lo primero que hace un buen ecijano
+es asomarse a la ventanilla de su departamento, y, ojo avizor, desde
+ella va señalando los caseríos, los predios, los accidentes del terreno
+que señalan la proximidad de Ecija: «_El Rolluelo_ ... La Casilla Alta
+... El pozo de la Argamasilla ... Las arquillas del agua ...» Y luego,
+al minuto, si es de noche, se exclama: «Ya se ven las luces»; y si es de
+día: «Ya se ven las torres...: El Carmen ... La Victoria ... San Gil ...
+Santa María....» Y más adelante (pág. 69), por unos _Apuntes de lo
+ocurrido en Ecija desde el día 23 de Septiembre de 1868_, se viene en
+conocimiento de que el día 20 de octubre el Ayuntamiento acordó
+derribar, entre otras cosas, «_la Mesa del Rey_, o _el Rollo_, donde se
+descuartizaba en la antigüedad a los ahorcados para poner los miembros
+por los caminos». Y poco después: «Día veintisiete, se echa abajo _el
+Rollo_ o _Mesa del Rey_.» No existía, pues, el famoso _rollo de Ecija_
+cuando el señor Bernaldo de Quirós escribió y publicó su libro.
+
+Deseoso de más noticias, las pedí a mi antiguo y culto amigo donjuán de
+los Reyes Sotomayor, quien, con amabilidad y presteza que cordialmente
+le agradezco, respondió a mi interrogatorio en unas cuartillas que
+quisiera yo publicar íntegras; pero que no podré sino extractar, porque
+ya esta nota va siendo demasiado larga. El _Rollo_ se elevaba cerca de
+la margen derecha del Genil, a la salida del puente, en dirección a
+Córdoba. Consistía en una gran columna de granito azul y negro, como de
+cinco a seis varas de altura, y de unas tres cuartas de diámetro. En su
+parte superior tenía una losa de piedra tosca, blanca, caliza, como de
+una vara en cuadro, puesta a modo de plato o bandeja, y sobre esta losa
+se veía un león sentado sobre sus patas traseras, que con las garras
+sujetaba contra su cuerpo, mirando al norte, el escudo de la ciudad de
+Ecija. ¡El escudo--glosaré yo--a que se refirió Vélez de Guevara
+diciendo: «Esta es Ecija, la más fértil población de Andalucía, _que
+tiene aquel sol por armas a la entrada de esa hermosa puente!»_ La
+menguada cultura de unos ecijanos destruyó, por culpas del
+_rollo_--¡como si cupiera culpa en las cosas! y ¡como si el _rollo no
+fuera emblema_ glorioso de libertad y de autonomía municipal!--,
+destruyó, decía, aquel escudo de piedra nombrado y celebrado por el
+insigne autor de _La Luna de la Sierra_. Derruido todo el monumento, la
+columna quedó tendida y medio enterrada a un lado de la carretera
+general de Madrid á Cádiz, y en tal estado continúa a la hora presente.]
+
+[Nota 374: En efecto, son las armas de Ecija un sol radiante, con la
+leyenda _Civitas solis vocabitur una_, tomada del _Libro de Isaías,_
+XIX, 18.]
+
+[Nota 375: Dice _pueblo de abril y mayo_ por la muchedumbre de
+flores que _pueblan_ en ese tiempo los prados andaluces.]
+
+[Nota 376: De Garci Sánchez de Badajoz he hallado peregrinas
+noticias, y pronto las publicaré en el _Boletín de la Real Academia
+Española;_ de Juan Bermudo, de don Diego de Avalos, de Núñez de Navarro,
+de don Pedro Manuel Prieto, de tantos otros hombres eminentes que, como
+éstos, vieron la primera luz en Ecija, y de los modernos Pacheco, Mas y
+Prat, Giles, etcétera, acuérdese la _ciudad del sol_, ya que al presente
+cuenta con una juventud muy culta y activa.]
+
+[Nota 377: Esta especie de cogerse en Ecija el algodón estaba muy
+sabida; porque la divulgaron Pedro de Medina y su ampliador Pérez de
+Mesa en la _Primera y segunda parte de las grandezas y cosas más
+notables de España_ (Alcalá de Henares, 1595), folio 128: «Cógese en
+ella [en Ecija] grande quantidad de algodón, de que se prouee mucha
+parte del reyno». Pero que sólo se cogiera el algodón en Ecija, no lo he
+visto sino en Florindo, _Addicion al libro de Eciia i svs grandezas_
+(Sevilla, Luis Estupiñan, 1631), fol. 31, donde dice, tratando de la
+especial influencia del sol en las tierras ecijanas: «Porque me consta
+por vista de ojos que en Marchena i Sevilla se a sembrado algodón, i
+llega a tener capullo, i no a madurar, ni abrir, ni ser de provecho. Lo
+cual es cierto que nace de la falta de calor, requisito para su
+perfección. Y pues en Ecija es tan perfecto y tan bueno....» Durante la
+dominación árabe se cultivó mucho el algodón en aquella ciudad; tanto
+que por él la llamaron algún tiempo _Medina Alcotón_ (Varela y Escobar,
+_Bosquejo histórico de la ciudad de Ecija_, Sevilla, 1906, pág. 52).]
+
+[Nota 378: El humanista Francisco Cascales, en su _Discurso de la
+ciudad de Cartagena_ (Valencia, Juan Chrysostomo Garriz, M.D.XCVIII)
+decía: «El campo, fertilíssimo, que de su bella gracia ofrece
+copiosissimamente caracoles, setas, hongos, criadillas, esparragos,
+salutíferas tortugas, infinidad de palmitos, grandes colmenares de buena
+miel y cera. A cuyo respeto dice bien el refrán: Cabritos y palmitos,
+miel y cera, de Cartagena». Pues bien, Ecija, a juzgar por el dicho de
+Vélez, se aventajaba a Cartagena con mucho. Mas ¿cuáles son los
+veinticuatro frutos que, «Sin sembrallos», da aquella campiña y vendía
+la gente necesitada? Probaré a enumerarlos, por los del campo de Osuna,
+mi pueblo natal, cuyo término linda con el de la _ciudad de las torres_.
+De primer intento anoto los frutos siguientes: setas, macucas o
+criadillas de tierra, espárragos, palmitos, uvas de palma o palmiches,
+moras de zarza, cardillos, tagarninas, morrillas o alcachofas de púas,
+higos chumbos, berros, alcaparras, alcaparrones, orégano, poleo,
+hinojos, almoradux, tomillo salsero, palo dulce o regaliz, flor de
+manzanilla. Son veinte, y para las cuatro que me faltan, se me ocurren
+el esparto, algunas hierbas tintóreas, como la gualda, y diversas
+plantas medicinales, como las malvas, la borraja, el culantrillo, etc.]
+
+[Nota 379: Esta renombrada sima está a cinco kilómetros de la
+ciudad, en la falda oriental de la sierra. Tiene de profundidad 146
+varas castellanas. Mencionáronla, entre otros autores, el cartujano don
+Juan de Padilla, en _Los doze triumphos de los doze Apostoles_ (1521);
+Gonzalo Gómez de Luque, en su _Celidon de Iberia_ (1583), y Cervantes,
+en _El Celoso extremeño (Novelas ejemplares_, 1613), en la _Adjunta al
+Parnaso (Viage del Parnaso_, 1614) y en el cap. XIV de la segunda parte
+del _Quijote_ (1615).]
+
+[Nota 380: A la celebridad de los melones de Guadix aludía el
+guadijeño Ginés, en la jorn. III de _La Niña de Gómez Arias_, de
+Calderón:
+
+ «Pues ¿hasme gozado a mi,
+ ni yo te he desagradado
+ siendo _melón de Guadix_
+ de mala calaña, para
+ que tu me vendas así?»]
+
+[Nota 381: Del doctor Mira de Amescua (así firmaba él, y no
+_Mescua_) y de su arcedianato di algunas noticias hasta entonces
+ignoradas en mi libro acerca de Pedro Espinosa (págs. 91-96) y otras en
+mi folleto intitulado _El apócrifo «secreto de Cervantes_» (Madrid,
+1916), págs. 60-64.]
+
+[Nota 382: Esta fuente databa de principios del último tercio del
+siglo XVI: don Manuel Varela y Escobar (_Bosquejo histórico de la ciudad
+de Ecija_, pág. 107) vió y copió una inscripción por la cual consta que
+reinando Felipe II, año de 1567, «Ecija, truxo el agua y mandó hazer las
+fuentes». De las ninfas trató don Juan M.ª Garay y Conde en sus _Breves
+apuntes histórico-descriptivos de la ciudad de Ecija_ (Ecija, 1851),
+pág. 436, diciendo: «A un estremo de este paseo [del de la Plaza Mayor]
+se encuentra una hermosa fuente, circundada también de arbolado y
+asientos de piedra: su mar es un gran polígono de nueve varas de
+diámetro y una de profundidad; cuatro ninfas de altura más que natural y
+de buena escultura, que se dicen las Amazonas, dan un caño de agua por
+medio de un cantarillo, y este lindo grupo sostiene un gran tazón de
+jaspe de una sola pieza, con dos varas y media de diámetro y cuatro
+caños a su borde....» ¿Qué ha sido de esta fuente? Al hacerse en 1866 la
+reforma de la Plaza Mayor, fué desmontada y «sus piedras o bloques de
+jaspe encarnado, con las ninfas y demás componentes de la obra fueron
+enterrados al lado Sur de la Plaza, a poca distancia y profundidad de
+donde antes se levantaba, y allí yacen esperando que una mano caritativa
+y amante del arte y del embellecimiento de la ciudad las desentierre y
+erija de nuevo....» Esto me dicen de Ecija, y yo escribí a don Eduardo
+García de Castro, actual alcalde de aquella ciudad, que, pues tal
+fuente, cualquiera que sea su mérito, debe conservarse en sitio céntrico
+y muy transitado, por haber hecho mención de ella un ecijano tan ilustre
+en una tan famosa novela, celebraría poder asentar en mis notas a _El
+Diablo Cojuelo_ «que la Ecija de hoy, lejos de ser la que ayer
+_enterraba_ sus preseas más estimables, por cierto sin reemplazarlas con
+otras mejores o tan buenas, enmienda antiguos yerros y vuelve por el
+buen nombre de su cultura». Las respuestas han sido dos: la primera,
+«Allá veremos»; y la segunda, «No hay consignación para _exhumar_ la
+fuente». ¡Pero la hubo para _inhumarla_! Repare en ello, por su honra,
+_la ciudad del sol_: ¡es una vergüenza tener enterrado ese monumento!]
+
+[Nota 383: Quizá son auténticamente de ciego estas seguidillas, y
+no obra de Vélez de Guevara; a lo menos, muy de ciegos era acabar sus
+relaciones con algún villancico contra el Diablo Cojuelo, a juzgar por
+lo que, refiriéndose a un ciego relacionista, dice Rojas Zorrilla en la
+jorn. I de _El más impropio verdugo por la mas justa venganza_:
+
+ «COSME. Para un ciego en verso y prosa
+ era «relación famosa
+ (diciendo a voces) que trata
+ como, dando testimonio
+ de corazón paladín,
+ vn mancebo florentín
+ peleó con el demonio,
+ y, haciendo a su ardor lisonjas,
+ a arrojarle se dispuso
+ por una escala que puso
+ a un monasterio de monjas;
+ y después, dando en el suelo,
+ volvió a acometellas bravo;
+ _con un villancico al cabo
+ contra el Diablillo Cojuelo_.»]
+
+[Nota 384: En nota del tranco IV (107, 6)[278] vimos cómo Quevedo en
+_Las Zahurdas de Plutón_ pinta a las dueñas convertidas en ranas, y
+cierto es que se las tenía por lo peor y más abominable del mundo. En un
+ejemplar apostillado de mano (letra del siglo XVII) del libro intitulado
+_Vida política de todos los estados de mugeres_, de fray Juan de la
+Cerda, diciendo el autor, al folio 394, con referencia a unas palabras
+de cierta mujer que estaba en el cielo, «y así lo hizo la devota
+_dueña_», el apostillador, sin parar mientes en que esta palabra estaba
+usada en la acepción de _matrona_, escribió al margen: «¿_Dueñas_ en la
+gloria?, linda cosa».]
+
+[Nota 385: _Dando barato_, es decir, repartiendo entre los
+concurrentes algo de lo que traían entre manos. Algunos _baratos_ de
+esta clase quedaron en proverbio, como _el barato de Juan del Carpio_,
+que aporreó a su mujer pidiéndole barato, y _el barato de Cordobilla_,
+que explica así Correas (_Vocabulario de refranes_..., pág. 88 _a_):
+«Vno que se llamaba Cordovilla alumbró toda una noche a unos que
+jugaban, porque le diesen barato, y después tuvieron enfado y diéronle
+con el candelero».]
+
+[Nota 386: _A vedar que ... no les valiese.... Hoy lo_ diríamos sin
+ese _no_ que en lo antiguo acompañaba a los verbos de negación o
+privación.]
+
+[Nota 387: _Aunque se retrujesen_, quiere decir. El _si_ suele
+equivaler a _aunque_, como noté en diversos lugares del _Quijote_ (II,
+216, 10; VIII, 125, 10, etc.).]
+
+[Nota 388: Según advirtió Pérez y González (págs. 56 y 57 de su tan
+citado libro), el mismo Vélez explicó este pasaje en la jorn. I de _El
+Diablo está en Cantillana_, de donde es el siguiente diálogo:
+
+ «PERAFÁN. ¿Cómo dejas a Sevilla?
+
+ RODRIGO. Como siempre: buena y brava,
+ dime un filo en el Corral
+ de los Olmos, y una mandria
+ tuvo un no sé qué conmigo,
+ sobre si pasa o no pasa:
+ llevó una mohada a cuenta,
+ siguióme la gurullada,
+ no pude tomar iglesia
+ ni embajador, y en _las ancas
+ de la mula de un doctor_
+ me salvé con linda gracia.
+
+ PERAFÁN. ¿En las ancas de la mula
+ de un doctor?
+
+ RODRIGO. Pues dime, ¿hay casa
+ de embajador, hay iglesia,
+ hay torre, hay tierra del Papa,
+ de preeminencias mayores,
+ pues hay médico que acaba
+ de matar cuarenta enfermos
+ y no hay quien le pida nada
+ en poniéndose en la silla?
+ _Pues lo mismo son las ancas_;
+ que el platicante más zurdo,
+ en asiendo la gualdrapa,
+ _aunque mate, es como asirse_
+ _de una iglesia a las aldabas_;
+ que hay aquestos privilegios
+ en las mulas doctoradas.»]
+
+[Nota 389: _Alguaciles chanflones_, como _doncella chanflona_ en el
+tranco I (18, 5)[76], donde quedó nota.]
+
+[Nota 390: Pérez y González creyó errata _resolución:_ «Debe ser
+_revolución;_ inquietud, alteración, alboroto».]
+
+[Nota 391: Los buenos neblíes eran de Noruega, tierra donde apenas
+luce el sol; pero el Cojuelo era neblí de otra Noruega aún más obscura:
+del infierno.]
+
+[Nota 392: Aquí supone nuestro autor que el Genil y el Guadalquivir
+se juntan o casan por _el vicario de las aguas_, como habló del _vicario
+Responso_ en el tranco I, donde quedó nota (17, 2)[71].]
+
+[Nota 393: Pues en el uso actual _camarada_ sólo significa
+_compañero,_ y con tal significado ocurre poco después, podría parecer
+que no hace buen sentido esta expresión. _Camarada_, en este lugar,
+significa _compañía._]
+
+[Nota 394: _Tender la raspa_, o _tender raspa_, es acostarse para
+dormir o descansar. Quevedo, en una de sus jácaras:
+
+ «Llegamos a Babilonia
+ un miércoles por la noche;
+ _tendí raspa_ en el mesón
+ de Catalina de Torres.»]
+
+[Nota 395: El _ferreruelo_ o _herreruelo_ era una capa sin capilla.]
+
+[Nota 396: Como advierte Covarrubias, _dar papilla_ a uno, o
+_papillas_, es «engañarle o tratarle como a niño». «No piense vuesa
+merced _darme papilla_», dice un ventero en el _Quijote_ (I, 32).]
+
+[Nota 397: Díjolo, verbigracia, el maestro Valdivielso, en el auto
+de _El Hospital de los locos_:
+
+ «LUZBEL. Tres partes había de estrellas
+ encima la impírea bola,
+ siendo yo de las más bellas;
+ _mas derribé con la cola
+ la tercera parte dellas_.»]
+
+[Nota 398: _Del Galileo_, antepuesto el artículo al nombre propio, a
+la manera italiana.]
+
+[Nota 399: Acerca de este hombre extravagante, sus aficiones y su
+museo, puede verse el libro de don Emilio Cotarelo, intitulado _Don Juan
+de Espina_, Madrid, 1908.]
+
+[Nota 400: Así, _óbtica,_ en la edición príncipe, tal como el vulgo
+solía y suele pronunciarlo. «Conocida es--dice don Rufino José Cuervo
+(_Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano_, §756 de la 6.ª
+edición, París, 1914)--la repugnancia que tiene el castellano a usar las
+explosivas sordas en fin de sílaba. ... y hoy es comunísimo pronunciar
+... con _b optar, opción, aptitud_.»]
+
+[Nota 401: Para hacer su chiste, Vélez de Guevara, por boca del
+Cojuelo, confunde el _camino de Santiago de Compostela_, que es el
+aludido en el refrán, con el otro _camino de Santiago_ o _Vía láctea._
+Es curiosa la conjetura de Faria y Sousa acerca del nombre vulgar
+castellano de la _Vía láctea._ Dice, comentando una octava de los
+_Lusiadas_, de Camoens: «En griego se llama _Galaxia_, que vale _vía de
+leche_, i es lo que el vulgo llama _Camino de Santiago_; que devia
+principiarse en dezir _Camino de Galicia,_ por corrupción de
+_Galaxia_.»]
+
+[Nota 402: _De posta_, equivalente a _de centinela_. Rey de Artieda,
+en un soneto de los _Discvrsos, epístolas_ y _epigramas de Artemidoro_
+(Zaragoza, Angelo Tavanno, 1605), fol. 104, usa las dos formas, _hacer
+centinela_ y _hacer la posta_:
+
+ «Como a su parecer la bruxa vuela
+ y vntada se encarama y precipita,
+ assi un soldado, dentro vna garita,
+ esto pensaua, _haziendo centinela_....
+
+ * * * * *
+
+ Con esto, se acabó de _hazer la posta_,
+ y hallóse en cuerpo, con la pica al hombro.»]
+
+[Nota 403: Pues el Diablillo era cojo, píntalo nuestro autor velando
+sobre un solo pie, como cuentan de la grulla, que, en efecto, duerme con
+un pie levantado, y añaden que la que está de centinela para avisar a
+las demás de cualquier peligro tiene sujeta una piedra en ese pie, a fin
+de no dormirse; de donde dijo Mateo Alemán en su _Guzmán de Alfarache_,
+parte II, libro II, cap. IX: «No hay duda que siempre continuaba velando
+su honestidad, _como la grulla, la piedra del amor de Dios levantada del
+suelo_....»]
+
+[Nota 404: _Parecer_, significando, más bien que _ver, notar_ o
+_advertir_.]
+
+[Nota 405: _Grosura_, en una acepción no registrada en el léxico de
+la Academia, es, como dice Covarrubias, «lo interno y estremo de los
+animales; conuiene a saber, cabeça, pies, y manos, y asadura». En las
+condiciones que se pusieron para el obligado de la carne en la villa y
+corte de Madrid, año de 1624, hay una referente a los despojos, que dice
+(Libros de Gobierno de la Sala de Alcaldes, tomo XIV, fol. 732): «Con
+condición que no sea obligado a dar despojos de carnero, que se entiende
+cabezas y asaduras y vientres, los sábados de cada semana que fueren _de
+grossura_ más de tan solamente al Rey y Reyna nuestros señores y al
+señor ynfante y a los señores del Consejo Real....»]
+
+[Nota 406: Dice el señor Bonilla «que se recomendaban como remedios
+de ella [de la opilación] _comer barro_....» No sé de dónde pudo sacar
+tal especie, cuando precisamente el _comer barro_ era causa de aquella
+enfermedad. Zabaleta, en _El día de fiesta por la tarde_, capítulo
+referente a _El estrado_: «Apéanse a este tiempo de vn coche en la
+puerta de la casa vna muger mayor, que tiene el marido en vn govierno en
+las Indias, y vna hija suya donzella _opilada_, tan sin color como si no
+viuiera. Nadie juzgará que salia del coche para la visita, sino para la
+sepultura. _Comía_ esta doncella _barro_, linda golosina. ¿Quánto diera
+esta moça por estar enterrada, por tener la boca llena de tierra? Dios
+hizo a esta muger de barro, y ella con el barro se deshaze.» Quevedo, en
+su musa VI, tiene un soneto dirigido _A Amarili, que tenía unos pedazos
+de búcaro en la boca, y estaba muy al cabo, de comerlos_.]
+
+[Nota 407: _Tomar el acero_, como dice el _Diccionario_ de
+autoridades, era «remedio que se da a los que están opilados, que se
+compone del acero, de diversas maneras preparado».]
+
+[Nota 408: Llamó _Minotauro_ la mitología clásica al monstruo que
+nació de la unión de Pasifae, mujer de Minos, con un toro. Según
+Apolodoro, Higinio y otros, tenía de hombre el cuerpo y de toro la
+cabeza. Matóle Teseo en el famoso laberinto de Creta.]
+
+[Nota 409: _Chisme_, femenino, como en el tranco I, donde quedó nota
+(23, 4)[88].]
+
+[Nota 410: _Baraja_, en su acepción de _contienda_ o _reyerta_; de
+donde se dijo _barajar_, «reñir, altercar o contender unos con otros».]
+
+[Nota 411: En la edición príncipe, por mera errata, que copió el
+señor Bonilla, _coredores_.]
+
+[Nota 412: Sabidísimo es que este asno no era _de oro_, aunque se
+llamara así al libro en que de él se trata, cosa que parece haber
+olvidado Vélez de Guevara al hacerlo, por su nombre, cabalgadura del
+riquísimo Creso.]
+
+[Nota 413: _Velicómen_, palabra que intrigó grandemente al señor
+Bonilla en su primera edición de _El Diablo Cojuelo_, y que antes que
+Vélez había usado Quevedo en _La Hora de todos_, significa _copa_ o
+vaso, del alemán _Wilkommenbecher_. No todos se habían olvidado del
+texto del Señor de la Torre de Juan Abad: el maestro Cávia, después de
+cenar con unos amigos, como otros que llegaron les preguntasen qué
+hacían, respondió:
+
+ «Ya repletos los abdómenes,
+ alzamos los _velicómenes._»]
+
+[Nota 414: _Selvajes_, que hoy, menos etimológicamente, decimos
+_salvajes_.]
+
+[Nota 415: _Correspondientes_, dicho por lo que ahora llamamos
+_corresponsales_. Castillo Solórzano, _La Garduña de Sevilla y anzuelo
+de las bolsas_, cap. IV: «Había Marquina tomado por una deuda a un
+_correspondiente_ suyo, que había quebrado, una heredad fuera de la
+ciudad....»]
+
+[Nota 416: Entre las diversas marcas con que solía herrarse a los
+esclavos en los siglos XVI y XVII, era la más frecuente la de una S y un
+clavo, para indicar _esclavo_. Gestoso, en su interesante artículo sobre
+_La compraventa de los esclavos en Sevilla_, apud _Curiosidades antiguas
+sevillanas_ (Sevilla, 1910), págs. 83 y siguientes, reseña algunos
+documentos en que hay referencias a esta marca. Indicaré uno: en el
+testamento de Pedro García de Quesada (9 de marzo de 1520) se menciona
+«vn esclabo moro del cabo, de hedad de quinze a diez y seys años
+herrado en la cara, en vn carrillo con vna _S_, y en otro vn clavo, que
+se dize abrahem....» La S y el clavo pasaron pronto a la literatura.
+Baltasar del Alcázar, pág. 5 de mi edición de sus _Poesías_ (Madrid,
+1910):
+
+ «Pusome en el alma _el clavo_,
+ su dulce nombre _y la S_,
+ porque ninguno pudiese
+ saber de quién soy esclavo.»
+
+Lope de Vega, en la jorn. III de los _Trabajos de Jacob_:
+
+ «RUBÉN. Señor, todos queremos, pues es justo,
+ quedar por tus esclavos:
+ _eses_ imprima _y clavos_
+ en todos nuestros rostros hierro adusto....»
+
+Y, figuradamente, se dijo _echar_ a uno _una ese y un clavo_ en la
+acepción de tenerle cautivada con beneficios su voluntad. Así en _La
+Pícara Justina_: «Por cierto, señora, en lo que toca al ofrecerme el
+empréstito, usted _me ha echado una ese y un clavo,_ y una argolla, y un
+virote, y una cadena, y unos grillos....»]
+
+[Nota 417: _Girándula_ es, como dice Covarrubias, «cierta rueda
+llena de cohetes, que dando bueltas a la redonda, y girándose, despide
+de sí rayos de fuego a modo de cometa, con muy grandes tronidos».]
+
+[Nota 418: Dice _cohetes voladores_ para diferenciarlos de los
+_rastreros_, también llamados _buscapiés._]
+
+[Nota 419: El mejor _brocado_ era _de tres altos_, como dije en mis
+notas al _Quijote_ (V, 186, 20).]
+
+[Nota 420: Esta pintura de la instabilidad de la fortuna trae a la
+memoria aquella otra muy notable de Lope, en el acto II de _Porfiando
+vence amor_:
+
+ «FABIO. ¿Sabes cómo es la fortuna?
+ Como un baile de comedia:
+ ella toca, y bailan todos;
+ ya están aquestos aquí,
+ y ya los otros allí,
+ mudándose de mil modos.
+ Donde aquél tiene la cara,
+ éste las espaldas tiene;
+ uno pasa, y otro viene,
+ y hasta el fin ninguno para.
+ Nadie tiene lugar cierto
+ donde le piensa tener,
+ porque todo viene a ser
+ desconcertado concierto.
+ Aquí dos bailando están,
+ y cuando suelen volver
+ el rostro, ya la mujer
+ baila con otro galán.
+ El que en este sitio estaba,
+ ya no está; que siempre vi
+ andar de aquí para allí
+ hasta que el baile se acaba.»]
+
+[Nota 421: Popularizado sobremanera aquel romance sobre la muerte de
+don Beltrán en Roncesvalles, en que se lee:
+
+ «_Con la mucha polvareda,
+ perdimos a don Beltrane_...»,
+
+se hizo esta frase topiquillo vulgar y con frecuencia nuestros poetas la
+acomodaron festivamente en sus versos, más o menos variada. Así, por
+ejemplo, Lope de Vega, en la jorn. II de _El Buen vecino_:
+
+ «BITONTO. ...Que son bastantes indicios
+ desto el haberme dejado,
+ entre el marcial alarido
+ y la confusa arboleda
+ de las armas, sin sentido,
+ _con la mucha polvareda,
+ como don Beltrán perdido_.»
+
+Tirso de Molina, en el acto I de _Desde Toledo a Madrid_:
+
+ «CARREÑO. ...Hasta que en una vereda,
+ _con la grande polvareda,
+ perdimos a don Beltrane_:
+ digo que a Madrid perdimos
+ de vista....»
+
+Y, en fin, dejando atrás muchas otras citas, Quevedo, en su romance
+sobre los cuellos (Musa VI):
+
+ «Los polvos azules truje
+ del rebelado Flamenco,
+ _y con la gran polvareda,
+ perdimos a don Dinero_.»]
+
+[Nota 422: Refiérese, como nota el señor Bonilla, al título de
+ciudad concedido a Carmona por Felipe IV en 1630.]
+
+[Nota 423: Juega de la voz _sereno_, adjetivo en una parte y
+sustantivo en otra: _que nunca le tuvo_, es decir, que por ser Carmona
+de cielo tan _sereno_, no se conoce en ella el _sereno_ o humedad
+atmosférica propia de la noche. A esto atribuye seguidamente el no
+padecerse allí el catarro.]
+
+[Nota 424: De la frase de comedimiento _no conocer_ a uno _sino para
+servirle_ traté en nota del tranco II (38, 14)[133].]
+
+[Nota 425: Aunque hoy, generalmente, llamamos _la Giralda_ a la
+torre de la Catedral de Sevilla, este nombre no es sino el de la esbelta
+y por todos estilos _airosa_ figura que le sirve de remate y veleta: una
+hermosa imagen de la Victoria. He aquí lo que de ella y de la torre dijo
+Alonso Morgado en su _Historia de Sevilla_... (Sevilla, Andrea Pescioni
+y Juan de León, 1583), pág. 285 de la reimpresión hecha por la efímera
+Sociedad del «Archivo Hispalense» (Sevilla, 1887): «...Toda ella [la
+torre] es quadrada, y cado un lienço en igual proporción de cincuenta
+pies de ancho y en vn mismo nivel de quadro, sin desmenguar ni crecer
+por la parte de afuera poco ni mucho en toda la altura donde vemos las
+campanas.... Desde el suelo hasta en altura de ochenta y siete pies es
+todo raso y sin alguna moldura. Mas desde allí hasta lo más alto, sube
+por medio de cada lienço vna orden de ventanas, y tantas galanterias,
+que hazen hermosissima la vista....» Trata después del cuerpo de
+campanas, y añade: «... y luego vna bola dorada de cinco pies de altura,
+y encima vna Victoria, que es vna hermosa imagen de bronze, en que se
+remata [la torre], dorada y a partes encarnada, do lo ha menester, que
+tiene de altura quatro varas y media de medir, y de peso veynte y ocho
+quintales, con vn ramo en la mano derecha, tambien de bronze, que pesa
+dos quintales, que en tanta distancia de altura le da mucha gracia. Y en
+la mano yzquierda, vna grande vela de quatro quintales, y también de
+bronze, que denota y señala qualquiera viento que corra y sople, tras la
+qual se va la misma Victoria con tanta facilidad y ligereza como si
+fuera vna pluma: tal es el artificio maravilloso sobre que está
+puesta.»]
+
+[Nota 426: Los últimos lugares del itinerario de Córdoba a Sevilla,
+según el citado _Reportorio_ de Juan Villuga son:
+
+ «a la venta ronquera ij
+ a la venta _peromingo_ j
+ a la venta de lorsa media
+ a las ventas de las talleras m
+ a las ventas de torre blanca j
+ a seuilla j.»
+
+E igualmente en otras _Guías o Reportorios_ que no hicieron sino copiar
+a Villuga, con tal cual ligera modificación, verbigracia, la _Guía de
+caminos para ir y venir por todas las provincias de España_ que precede
+al _Nuevo estilo y formulario de escrivir cartas missivas, y responder
+en ellas en todos géneros, y especies de correspondencia a lo
+moderno_.... (Barcelona, Jayme Ossét, 1765).]
+
+[Nota 427: _Senda de plata_ había llamado Lope de Vega al
+Guadalquivir (_La Esclava de su galán_, acto I):
+
+ «ELENA. Divídese Sevilla, como sabes,
+ por este ilustre y caudaloso río,
+ senda de plata por quien tantas naves
+ le reconocen feudo y señorío.»
+
+«A la verdad--dije en el discurso preliminar de mi edición crítica de
+_Rinconete y Cortadillo_ (pág. 15)--quien desde la esbelta torre de la
+Giralda mira hacia el río por el sitio del puente y de la del Oro, si ha
+leído alguna vez la comedia _El Diablo está en Cantillana_, del famoso
+ecijano Luis Vélez, no puede menos de recordar aquellos versos de la
+jornada I, en que, después de encarecer la nobleza y bizarría de
+Sevilla, alábala por otras excelencias y dice:
+
+ «... tan populosa, que, haciendo
+ montes de soberbias casas,
+ impedir quiso que el Betis
+ tributase al mar de España;
+ y él, rompiendo por en medio,
+ parece que agora aparta
+ de la una parte a Sevilla,
+ de la otra parte a Triana,
+ cuyos edificios bellos
+ le presentan la batalla,
+ y, a no estar en medio el río,
+ pienso que escaramuzaran.»]
+
+[Nota 428: _Vírgines_, a la latina, aún frecuente en el siglo XVII,
+como _imágines, volúmines_, etc.]
+
+[Nota 429: Hoy, en Sevilla, y hasta en la misma Alcalá, que tiene
+por sobrenombre el nombre de este río, no es raro oír llamarle
+_Guadaira_, en lugar de _Guadaíra_, que es como ha de decirse y como se
+dijo por nuestros abuelos. En una _Relación_ del recebimiento de Felipe
+II en Sevilla (1570), por Gaspar Rodríguez:
+
+ «Alcalá de _Guadayra_
+ estaua y tambien Utrera;
+ mostrandose placentera,
+ con ojos alegres mira
+ la gran ganancia que espera.»
+
+Igualmente Tirso de Molina, en el acto II de _En Madrid y en una casa_:
+
+ «D.ª MANUELA. ...Aquella estancia, pues, que caudalosa
+ de esquilmos de Amaltea,
+ regalo a los sentidos, los recrea,
+ en nombre y en efectos deleitosa,
+ y por el logro que en sus ondas mira,
+ el Betis ronda y baña _Guadaíra_,
+ ocasionaba amena mis recreos.»]
+
+[Nota 430: ¿De dónde pudo sacar Vélez de Guevara la errada noticia
+de que el Guadaíra, por medio de los caños de Carmona, surte de agua
+potable a Sevilla, y esto, tan enteramente, que aquel río es el único
+que no paga tributo al mar...? Presumo que lo tomaría, por
+inadvertencia, del epígrafe del capítulo en que Alonso Morgado, en su
+citada _Historia de Sevilla_, trata «De los caños de Carmona _y río que
+entra por ellos en Sevilla_, y se reparte en fuentes por toda la ciudad»
+(pág. 148 de la edición moderna). Morgado llamó figuradamente _río_ al
+gran caudal de agua que se conduce por los tales caños, y Vélez, que
+aunque había vivido en Sevilla mucho tiempo, no conocería bien los
+pormenores de su abastecimiento de aguas, vió el dicho epígrafe, y lo
+entendió a la letra. No lo hubiera entendido así a leer el muy raro
+libro del maestro Juan de Mallara intitulado _Recebimiento que hizo la
+muy noble y muy leal Ciudad de Seuilla, a la C.R.M. del Rey D. Philipe
+N.S.... Con vna breve descripcion de la Ciudad y su tierra_ (Sevilla,
+Alonso Escriuano, 1570), en cuyo fol. 132 dice, tratando de Alcalá de
+Guadaíra: «Entre las cosas que tiene de notar es la fuente de los caños
+que llaman de Carmona, no porque vengan de Carmona, sino porque desde
+Torreblanca hasta Sevilla vienen por el mesmo camino y calçada que van a
+Carmona. Ay vna peña leuantada en vn cerro, con vna profunda cueua a
+donde baxan por sus gradas, y halla se siempre allí vn manantial de agua
+tan gruesso como vn cuerpo de vn buey, que de tiempos sin memoria a esta
+nuestra edad ante de Romanos, y despues en todos los siglos esta fuente
+ha estado con el golpe de agua que aora tiene, sin apocarse o
+enturuiarse.... Esta sale por vna canal de piedra tosca. Tiene sus
+acequias, que duran mas de legua y media, yendo algun espacio por dentro
+de los montes, lleuando sus lumbreras a trechos, hasta que viene a dar
+en Torreblanca do passa vn molino, y despues va por vn lado del camino
+hasta la Cruz y allí buelue a mano yzquierda, y comiença a subir desde
+el suelo por arcos de vna vara, y dos, y estado, hasta otro molino donde
+se parte la tercia parte para la huerta del Rey, y de allí van los caños
+leuantandose todo lo que la ciudad tiene de baxa, llegando al peso y
+sitio de Seuilla. Subiendo por cima de la puerta donde está el
+repartimiento del agua, y de allí va por los muros que encaminan a la
+puerta de la Carne hasta el Alcaçar mucha desta agua; en fin, _es vn
+grande río_ [de esto debió de tomar su expresión figurada Alonso
+Morgado] que todo se consume dentro de la ciudad sin salir gota, ni
+bastar Guadalquiuir a no quitar la falta que estos caños hazen, quando
+ay algun impedimento en ellos. El principio desta agua en Alcalá está
+con grande guarda, y tiene su llaue....»]
+
+[Nota 431: La _blanca_ valía medio maravedí, y no huelga advertirlo,
+porque muchas personas cultas, dejándose llevar por lo que suena el
+nombre, imaginan que la _blanca_ era una moneda de plata. Por alusión a
+su escasísimo valor se dijeron algunas frases, que registra Covarrubias
+en su _Tesoro_: «No aver _blanca_, no tener dinero. No valer vna
+_blanca_, valer poco. Pagar _blanca_ a _blanca_, muy poco a poco. De
+tres a _blanca_, cosa muy vil....»]
+
+[Nota 432: Alude a la exención del fuero ordinario de cuantos
+estaban matriculados en la Universidad de Alcalá, como, generalmente, en
+cualquiera otra de las del reino.]
+
+[Nota 433: El mismo Vélez de Guevara había llamado a Sevilla, en la
+jorn. I de _Más pesa el rey que la sangre_:
+
+ «Este _Cairo español_, esta
+ _Babilonia castellana_,
+ este ejército de almenas,
+ este escándalo de casas....»
+
+Y Ruiz de Alarcón, por boca del gracioso, en el acto II de _Ganar
+amigos_:
+
+ «¡Válgate Dios, confusión
+ y embeleco de Sevilla!...
+ Un hombre conozco yo
+ que es tahur, y desde el día
+ que a un desdichado inocente
+ en el garito empestilla,
+ se va al de otro barrio, que es
+ como pasarse a Turquía:
+ cursa en él hasta pegarle
+ a otro blanco con la misma,
+ y va visitando así
+ por sus turnos las ermitas,
+ y en acabando la rueda,
+ se vuelve a la más antigua,
+ donde, como los tahures
+ se trasiegan cada día,
+ o no va ya su acreedor,
+ o él hace del que se olvida,
+ o tiene conchas la deuda,
+ del tiempo largo prescripta.»]
+
+[Nota 434: Como escribe Covarrubias, _traer la barba sobre el
+hombro_ es «viuir recatado y con rezelo, como hazen los que tienen
+enemigos, que van bolviendo el rostro a vn lado y a otro....» Es uno de
+los modos de decir que proscribió Quevedo en la _Premática_ de 1600. Y
+Quiñones de Benavente, en su _Entremés de las Civilidades_:
+
+ «Dícenme por asombro:
+ «Señor, _traé la barba sobre el hombro_.»
+ No es buen consejo ése,
+ porque si yo trajese
+ la barba sobre el hombro solo un día
+ cordero de _agnus Dei_ parecería.»
+
+Bien que esto último ya se lo tiene Quevedo en el prólogo de su _Cuento
+de cuentos_: «_Andar la barba sobre el hombro_, quien lo tuviere por
+buen consejo lo pruebe, y andará hecho corderito de _agnus dei_.»]
+
+[Nota 435: Este edificio, que aun hoy subsiste, es la famosa _Casa
+de Pilatos_, visitadísima de cuantos curiosos van a Sevilla, por las
+notables riquezas artísticas que contiene. De este nombre ha inducido
+recientemente un escritor italiano, Rosadi, que Pilatos fué natural de
+Sevilla, pues tenía y aun tiene casa en ella(!!!). La Casa de Pilatos
+fué edificada por don Fadrique Enríquez de Ribera, marqués de Tarifa y
+duque de Alcalá, cuando volvió de Tierra Santa en 1520. Devotísimo de la
+Pasión de Jesucristo, hizo en Sevilla una _Vía Sacra_, que empezando en
+su nuevo palacio, que recuerda la fortaleza de la Torre Antonia,
+residencia del gobernador militar de Roma en Jerusalén, terminaba en el
+monumental humilladero de la llamada Cruz del Campo.]
+
+[Nota 436: Esto no era ni es así enteramente: no se nombraba _el
+Candilejo_ a la calle en que está _la cabeza del Rey don Pedro_, pues,
+como dice Pérez y González, «la _calle del Candilejo_ llamábase antes
+_de los Cuatro Cantillos_, y a la _Cabeza del Rey don Pedro_ le decían
+_calle del Velador_». El suceso de marras, tan universalmente conocido,
+que holgaría el contarlo una vez más, ocurrió junto a la esquina que
+forman ambas calles. Y añade el docto escritor sevillano que, contra lo
+que creyeron algunos historiógrafos hispalenses, «sábese hoy de modo
+cierto que la primitiva cabeza que mandó hacer y poner el rey don Pedro
+(y que era sólo una cabeza como cortada y separada del cuerpo por el
+hacha del verdugo) no era de piedra. Según testimonio de quien la
+poseyó, recogido por el canónigo doctor don Ambrosio de la Cuesta en un
+tomo de _Memorias históricas sevillanas_, la cabeza era «de barro,
+cocida y pintada, con el pelo corto, que sólo le cubría el cuello,
+cortado alrededor y cercenado por la frente como entonces se usaba, sin
+bigotes ni barbas, el rostro algo abultado y en la cabeza un bonete
+redondo, traje de aquel tiempo». En dichas _Memorias_ léese también que
+«cuando desapareció aquella cabeza, la Ciudad acordó que se hiciese una
+efigie de piedra, que representase la persona del rey don Pedro en traje
+e insignias reales y se pusiesen las armas de Castilla y León en un
+escudo a costa de la Ciudad y se colocase en un nicho el bulto del Rey,
+de medio cuerpo».
+
+De todo ello trató eruditamente don José Gestoso en su _Sevilla
+monumental y artística,_ tomo III, pág. 396, y a esta obra remite Pérez
+y González, y yo con él. En las frecuentes investigaciones que hice
+durante mucho tiempo en el Archivo Municipal de Sevilla, encontré,
+examinando las actas capitulares (escribanía segunda), diversas noticias
+referentes a la nueva _Cabeza del rey don Pedro_: Cabildos de 30 de
+julio y 24 de septiembre de 1599: Peticiones del escultor Marcos de
+Cabrera para que se le pague su hechura.--Cabildo de 15 de octubre de
+1604: «... y la echura de la caueza del Rey don Pedro que está en poder
+del jurado Juan de Perea se ponga en el sitio que está mandado.»--Cabildos
+de 10 de septiembre de 1607 y 26 de septiembre de 1608: Nuevo acuerdo de
+que se ponga en el Candilejo, como estaba prevenido.--Cabildo de 19 de
+agosto de 1609: Propuso don Fernando de Ulloa que se pusiera en el sitio
+en que está mandado la cabeza del Rey don Pedro.--Cabildos de 17 y 20 de
+octubre de 1612: Otros acuerdos sobre lo mismo. La piedra de que se hizo
+tal busto se había pagado en 1598. (Libros de Propios, 8 de junio de aquel
+año.)]
+
+[Nota 437: _Cal_, por _calle_, como más adelante (tranco X) _cal
+de Tintores_. Y fueron tan para en uno, a las veces, la calle y su
+nombre, que se escribieron como una sola palabra (_Caldebayona,
+Calderredes_), y aun olvidando que el _cal_ no era del nombre,
+rebautizaron en Osuna, mi pueblo natal, la _cal de Negros_ o
+_Caldenegros_, llamándola _calle de Caldenegros_.]
+
+[Nota 438: _Borciguinería_, por asimilación de vocales, en lugar de
+_Borceguinería_. Esta fué una de las muchas calles que tomaron su nombre
+del repartimiento hecho por San Fernando, porque la señaló para los
+fabricantes de borceguíes. Los modernos, sin tener en cuenta la
+venerable antigüedad del nombre, lo han sustituído por el de _Mateos
+Gago_.]
+
+[Nota 439: _El Atambor_, como dice don Félix González de León en su
+_Noticia histórica del origen de los nombres de las calles de Sevilla_
+(Sevilla, 1839), pág. 127, era una plazoleta muy pequeña, situada en la
+Borceguinería. La llamarían _el Atambor_ por alusión a su figura y aun
+quizás a su reducido espacio. En ella, al mediar el siglo XVI, había un
+arquillo con una imagen: en 1547 Juan Alemán, deudo propincuo del autor
+del _Guzmán de Alfarache_, arrendó a Bernardino de Morales unas casas
+«que son el arquillo de la ymagen del _atambor_». (Archivo de protocolos
+de Sevilla, García de León, libro 3.º de 1547, fol. 2554.) En esta
+plazuela tuvieron su antigua casa los condes de Gelves, hasta que
+trasladaron su morada a la collación de la Magdalena.]
+
+[Nota 440: _Calles_, y no _calle_, porque se refiere a la
+propiamente llamada _del Agua_ y a la inmediata _del Chorro_, ambas de
+la collación de Santa Cruz y pertenecientes a la antigua Alhamía de
+Sevilla. Cerca de ellas, como dice González de León, está el muro de la
+ciudad por donde pasan las aguas de los Caños de Carmona que van al
+vecino Alcázar.]
+
+[Nota 441: «La calle del Agua--dice el señor Bonilla--distaba mucho
+de ser recatada, y este vocablo, como advierte el señor Pérez y González
+(obra citada, pág. 113), está empleado por Vélez con intención
+satírica.» Y copia, para demostrarlo, un texto de Cristóbal de Chaves en
+que se habla de cierto rufián que sacó una doncella y «la puso _en el
+lugar más público de Sevilla,_ que era una calle que la llaman _del
+Agua_, donde había otras muchas mujeres que vivían como las del
+partido». Pero nótese que el mismo texto alegado demuestra que Pérez y
+González y Bonilla no estuvieron en lo cierto. La _casa pública_ se
+llamó así, no porque estuviese en sitio muy _público_ o transitado, sino
+por la condición de sus mujeres. Al contrario, estaba, en todas las
+ciudades y villas, y bien se alcanza por qué, en los lugares más
+escondidos y secretos. Aún hoy no hay mejor medio para lograr que se
+mude a otra casa una mujer de mala nota que tenerle muy alumbrada la
+calle, cosa que retrae a los que hubieran de buscarla. El vicio requiere
+oscuridad, cuando todavía no ha llegado al límite de la desvergüenza.]
+
+[Nota 442: _Aplopejía_, metátesis vulgar de _apoplejía._]
+
+[Nota 443: La historia de los amores de _Vireno_ y _Olimpia_ y del
+consiguiente abandono de ella, está contada por Ludovico Ariosto en los
+cantos IX y X del _Orlando furioso_. En el _Romancero general_ hay un
+romance (fol. 41 vto.) en que Olimpia, ya abandonada, se lamenta de la
+deslealtad de su amante:
+
+ «Svbida en vn alta roca
+ donde bate el mar insano,
+ del engañoso Bireno
+ Olimpia se quexa en vano.
+ Traidor tirano.»
+
+Y Altisidora, en el _Quijote_ (II, 57), apostrofa en burlas al desdeñoso
+Caballero manchego, diciéndole:
+
+ «_Cruel Vireno_, fugitivo Eneas,
+ Barrabás te acompañe, allá te avengas.»
+
+La frase _de mala mano_, que falta en el _Diccionario_ de la Academia,
+se decía de los malos pintores y de sus obras, y de ahí se pasó a
+decirlo figuradamente de otras muchas cosas, equivaliendo a _de mala
+calidad_ o _de poco mérito._ Véanse algunos ejemplos. _Quijote_, II, 52:
+«Las nuevas deste lugar son que la Berrueca casó a su hija _con un
+pintor de mala mano...._» Lope de Vega, en el acto I de _Santiago el
+Verde_, por boca de Celia, refiriéndose a que se solían pintar buenas
+manos en los retratos:
+
+ «Los pintores dan en eso,
+ porque, por lo menos, digan
+ _que es de buena mano el lienzo_.»
+
+Y Castillo Solórzano, en el _Entremés del Casamentero_:
+
+ «MUJER. ¿Un poeta en crepúsculo? Bien dijo:
+ que hay versos que, con ser _de mala mano_,
+ por escuros parecen del Ticiano.»]
+
+[Nota 444: Alude nuestro autor a la vulgar creencia de que el
+avestruz digiere el hierro. A lo propio se refirió Rojas Zorrilla en la
+jorn. I de _El Desafío de Carlos Quinto_:
+
+ «D.ª LEONOR. Ea, don Luis, vuelve en ti;
+ tu brazo la pica empuñe;
+ el coselete en tu pecho
+ al Otomano deslumbre;
+ _digiere aquel hierro ardiente_
+ _que el tiro de bronce escupe,
+ y sean para sus balas
+ tus entrañas avestruces_.»]
+
+[Nota 445: A ser esto así, se habría acrecentado su peso en ocho
+arrobas desde el tiempo en que Morgado escribió su _Historia de
+Sevilla_, pues dijo en ella (pág. 317 de la reimpresión): «En lo que
+menos se imagina, se manifiesta también la gran magestad y riqueza de la
+Sancta Iglesia. Pues ¿quién dirá que el Cirio Pascual (que a su tiempo
+se pone en la Capilla Mayor muy dorado y labrado) tiene de peso _setenta
+y seys arrobas de cera_?»]
+
+[Nota 446: De este famoso candelero dice Morgado en su _Historia_
+_de Sevilla_ que «es la mayor parte de bronze», y que lo juzgan «por el
+más curioso y que más tiene que ver (con quinze figuras de Sanctos de
+bulto por el alto) que otro ninguno. El qual por su mucho peso tiene en
+los assientos sus ruedas de bronze, con que lo llevan dende la
+sachristia, donde se guarda, al choro por las semanas sanctas». Con
+hipérbole andaluza trató del cirio pascual y del tenebrario de la
+Catedral de Sevilla aquel _cicerone_ que figura en _Los Antoios de meior
+vista_ de Rodrigo Fernández de Ribera (fol. 6 de la edición príncipe):
+«¿A visto v.m., dijo, un Candelero de Tinieblas, en que se ingieren las
+velas con que se dicen? Pues dos mil i sietecientos i treinta i seis
+quintales, docientas arrobas i diez libras de bronce tiene, i creo que
+cinco onças. Poco cree v.m. de tanto peso, repliqué yo. Pero todo me le
+[e]chó encima quando me lo acabó de decir, i sin dejarme respirar,
+aunque dejó el Candelero, prosiguió: Pues si v.m. aguarda a la Pasqua
+Florida, que bien podrá por esto solo (i era por san Iuán), verá un
+Cirio, que de solo cera, sin el pavilo, que es de algodon de la India de
+Portugal, i se trae para solo esto cargada una nave.... Ahorrele la
+traída de la cera, i quedeme a descansar entre tanto algodon....»]
+
+[Nota 447: De esta famosa custodia dice Morgado (pág. 313 de su
+_Historia de Sevilla_) que Juan de Arfe tardó seis años en hacerla, y
+añade: «Tiene de altor tres varas y media, sin la Cruz de vna quarta que
+lleva por remate. Tiene de peso mil y trezientos marcos, que hazen
+veynte y seys arrobas de plata, y de costa treynta y seys mil ducados,
+con todas hechuras....»]
+
+[Nota 448: El antiguo monumento de la Catedral de Sevilla, al
+cual--dice Morgado (pág. 314)--«con razonable conjetura se le da el
+nombre de Templo de Salomón..., es de forma octógona, con quatro vistas
+principales, de a nueve pies de coluna a coluna, y otras quatro vistas
+menores con la mitad de claro de las mayores».]
+
+[Nota 449: Nuestro autor juega del vocablo, por el doble significado
+de _lonja_, y alude a que la de Sevilla, como San Lorenzo del Escorial,
+fué traza de Juan de Herrera. La universidad de mercaderes sevillanos
+acordó en 1585 levantar este soberbio edificio frente a la puerta de San
+Cristóbal, de la Catedral, y en él se empezó a negociar a 14 de agosto
+de 1598.]
+
+[Nota 450: Así, _Adtlante_, en la edición príncipe, y aun pudo decir
+_Adlante_, sin la _t_, porque así solía y suele pronunciarlo el vulgo.
+En otro lugar (tranco X) leeremos _ridmo_, por _ritmo_.]
+
+[Nota 451: Acerca del _Retiro_, o _Buen Retiro_, el curioso puede
+ver el interesante capítulo que le dedicó Mesonero Romanos en _El
+Antiguo Madrid_, tomo II, págs. 161-175. Para una nota baste decir que
+la fundación de este real sitio se empezó el año de 1631, por lo que se
+llamó _el Gallinero_, junto a la huerta de San Jerónimo; que en 1632 se
+terminaron la plaza y cuerpo principal del palacio; que en octubre del
+mismo año se efectuó en ella algún juego de cañas, y que de entonces en
+adelante el Retiro fué lugar de frecuentes y fastuosos divertimientos
+cortesanos, entre los cuales tuvieron preferencia las representaciones
+de obras de los más celebrados autores de aquel tiempo: Calderón de la
+Barca, Mendoza, Solís, etc. De los antiguos edificios del Retiro sólo
+uno resta en pie: el vulgarmente llamado _el Casón,_ donde al presente
+está instalado el Museo de Reproducciones Artísticas.]
+
+[Nota 452: Muchas ediciones leyeron _enjauladas_, siguiendo a la de
+Zaragoza, 1671. En la de Vigo, 1902, el señor Bonilla declaró que
+«_enjaguadas_ está por _purificadas_ o _depuradas_», e intentó apoyarlo
+en Covarrubias y el _Diccionario_ de autoridades. Pérez y González,
+entendiendo que en el pasaje del texto «ni el _enjaguar_ ni el
+_enjuagar_ ni el _enjaular_ encajan», conjeturó que se trataba de una
+errata y que debía leerse _amen-guadas_ donde la edición príncipe
+estampó _enja-guadas_, «y cuando menos--añadió--, el sentido de la frase
+quedará completo y claro, sin necesidad de meter las grandezas en jaulas
+como si fueran loros, ni de echarlas en lavaderos como si se tratara de
+ropa sucia». En su edición de 1910 Bonilla insiste en que «_enjaguadas_
+(metátesis de _enjuagadas_) encaja perfectamente en el texto», pues al
+decirse del Real Salón del Buen Retiro que «todas las admiraciones
+vienen cortas, y las mayores grandezas _enjaguadas_», se da a entender
+«que toda alabanza era escasa, y que las mayores grandezas se
+encontraban allí _mejoradas, depuradas, purificadas,_ elevadas a un
+grado superior».
+
+Creo que serán contados los que acompañen al señor Bonilla en la
+persuasión de que, entendido como él propone, queda claro el sentido del
+pasaje, y por ello he de probar a explicarlo. _Enjaguar_, de donde por
+metátesis se dijo _enjuagar_, proviene de _ex aquare_, y ante todas
+cosas significa _ensaguar_, o _enaguar_, esto es, _aguar_, una de cuyas
+acepciones vulgares, regístrela o no el _Diccionario_, equivale a
+aminorar de calidad alguna cosa, como sucede al vino cuando se agua.
+Entendido así, está clara la expresión, y se conserva el paralelismo o
+correlatividad que existe (siquiera no la viese el señor Bonilla) entre
+la afirmación de que «todas las admiraciones vienen cortas», y la otra
+afirmación de que «las mayores grandezas [vienen] _enjaguadas_», o
+_aguadas_, que es como decir, _bastardeadas_, o _desmejoradas:
+frustradas_; que esta acepción, figuradamente, suele tener el verbo
+_aguar_, y así se dice _se aguó la fiesta; me aguaron el contento_.
+Quien dude que _enjaguar o ensaguar_ significa ante todo _aguar_, vea si
+_ensangostar_ y _ensanchar_ (de _ex angustare_ y _ex ampliare_) no
+significan respectivamente _angostar_ y _anchar_, verbo este último que,
+como _enanchar_, se usa en Andalucía y en algunas repúblicas
+hispanoamericanas.]
+
+[Nota 453: De la enormidad de riquezas que solían pasar por la Casa
+de la Contratación de Indias dije algo en el discurso preliminar de mi
+edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_, pág. 11.]
+
+[Nota 454: Tratando de la Plaza de la Universidad y Colegio de Maese
+Rodrigo, dice don Félix González de León en su _Noticia artística,
+histórica y curiosa de todos los edificios públicos, sagrados y profanos
+de ... Sevilla, y de muchas casas particulares_ ... (Sevilla, 1844),
+tomo I, pág. 146: «La casa oriunda de los señores Vicentelos de Leca,
+hoy Condes de Cantillana, es otro de los edificios que están en esta
+plaza, como ya se dijo. Esta casa, comúnmente conocida por la _del
+Corzo_..., es una de las magníficas de esta gran población. Se entra por
+un patio zaguán en que, como en todas las principales, están las
+cocheras, caballerizas y cuartos de criados, y se pasa al patio,
+cuadrado, diáfano y alegre, con sus respectivos corredores bajos y altos
+formados de arcos sobre iguales y hermosas columnas de mármol. En él
+están las multiplicadas y amplias habitaciones, muchas de ellas,
+cubiertas sus paredes de ricos alicatados de buenos azulejos, y el piso
+de losas de Génova. Hay también ameno y delicioso jardín y las piezas
+del piso alto están cubiertas de muy costosos artesonados.»]
+
+[Nota 455: Quiere decir que así como es forzoso a las personas
+cumplir con la parroquia, esto es, confesar y comulgar, a lo menos una
+vez en el año, así también era forzoso a los toros tarifeños y jarameños
+experimentar cada año los rejones del Conde de Cantillana. Es juego de
+palabras revesado, sobre irreverente.]
+
+[Nota 456: Pedro de Medina, corregido y ampliado por el rondeño
+Diego Pérez de Mesa, _Primera y segunda parte de las grandezas y cosas
+notables de España_ (Alcalá de Henares, 1590), fol. 128 vto.: «Ay en
+Seuilla vna casa de moneda que a mi parecer es la mexor del mundo, y
+donde más moneda se labra. Porque ordinariamente andan labrando y
+batiendo la moneda ciento y ochenta hombres: de manera, que cada día se
+labran setecientos marcos de oro y plata. Haze admiracion ver los
+montones de moneda que en ella ay. Desta casa salen continuamente requas
+cargadas de oro y plata amonedada, como si fuesse otra mercaduría
+común.... Cárganse en esta ciudad [de mercaderías] para solamente las
+Indias más de cien naos cada año, y la mayor parte de las mismas naos
+vueluen cargadas de oro y plata y otras riquezas....»]
+
+[Nota 457: De la antigua puente de barcas de Sevilla dijo Lope de
+Vega en el acto I de _La Esclava de su galán_, refiriéndose al casco de
+la ciudad y a su populoso y alegre barrio de Triana:
+
+ «ELENA. ... en esta puente de maderos graves,
+ sin pies que toquen a su centro frío,
+ mano que las dos partes divididas
+ por una y otra orilla tiene asidas.»]
+
+[Nota 458: Por estar el monasterio de las Cuevas a _la lengua del
+agua_, llamaban vulgarmente _espantaalbures_ a la campana con que sus
+monjes tocaban a maitines. Lope de Vega, en el acto III de _El Amigo
+hasta la muerte_:
+
+ «GUZMÁN. ...Cené y brindé por tu salud en tanto,
+ incitado de almejas temerarias;
+ pero apenas sonaba _espantaalbures_
+ (ya sabes que es campana de las Cuevas),
+ cuando, llamando un envarado destos
+ con seis esbirros, me metió en la cárcel.»]
+
+[Nota 459: El señor Bonilla, por muy disculpable distracción, leyó
+_del Guadalquivir_. De ordinario no se ponía artículo a los nombres de
+los ríos, como indiqué en mis notas a _El Licenciado Vidriera (Novelas
+ejemplares de Cervantes_, tomo II, 9, 3, edición de _Clásicos
+Castellanos_).]
+
+[Nota 460: No _todos_ los romances de moros; pero sí algunos,
+especialmente los de la serie de Gazul, incluída en el _Romancero
+general_. Al fol. 4, verbigracia:
+
+ «Por la playa de Sanlucar
+ galan passeando viene
+ el animoso Ganzul _(sic)_,
+ de blanco, morado y verde.
+ Quiérese partir el moro
+ _a jugar cañas a Gelues_....»]
+
+[Nota 461: En la edición príncipe, _da sus ilustres condes_,
+evidentemente por errata.]
+
+[Nota 462: Estos dos versos están impresos corridamente, como prosa,
+en la edición original.]
+
+[Nota 463: Refiérese a la huerta del Alamillo, que estaba próxima a
+las Cuevas y, como este monasterio, a la orilla derecha del
+Guadalquivir. Eran famosos los _sábalos del Alamillo_, y Lope de Vega,
+en la jorn. I de _Los Vargas de Castilla_, los recordó por boca de
+Millán:
+
+ «Adiós, Sevilla soberbio...,
+ pan de Gandul de mi vida,
+ roscas de Utrera del cielo,
+ alcaparrón como el puño,
+ aceitunas como el cuerpo,
+ _sábalos del Alamillo_....»]
+
+[Nota 464: Así la edición príncipe; pero quizá es errata, por _los
+Zúñigas_.]
+
+[Nota 465: _De Medina Sidonia_, quiere decir.]
+
+[Nota 466: Cuando estos elogios salieron a luz, el duque don Gaspar
+Alonso de Guzmán el Bueno había dejado de merecerlos de todo en todo,
+por un hecho harto deplorable: por la traidora confabulación para
+separar a Portugal y Andalucía de la obediencia de Felipe IV. Véase
+resumida esta negra historia en mi libro intitulado _Pedro Espinosa_
+(Madrid, 1906), págs. 313 y siguientes.]
+
+[Nota 467: A don Francisco Zapata, conde de Barajas, se debió, en
+efecto, el saneamiento de aquella parte de la ciudad que se llamaba la
+Laguna, convertida por él en deleitosa alameda, hermoseada con tres
+copiosas fuentes, que en 1587, cuando Morgado publicó su _Historia de
+Sevilla_, regaban todo el año «los mil y setecientos árboles que, entre
+alisos, alamos blancos, naranjos, cipreses y árboles de parayso, fueron
+en esta Laguna plantados....» A la entrada de la nueva Alameda, sobre
+grandes pedestales, se colocaron dos esbeltas columnas, gruesas de
+catorce palmos en redondo y altas de cuatro estados, y encima de ellas,
+respectivamente, las estatuas de Hércules, fundador de la ciudad, y
+Julio César, que la cercó de murallas. Toda esta obra se acabó el año de
+1574, y ha de reconocerse que salió mal su cuenta al Conde de Barajas,
+pues queriendo que la hermosa Alameda sirviese para honesto solaz y
+esparcimiento de Sevilla, no lo vió conseguido; antes cargó sobre ella,
+especialmente en las noches de la primavera y el verano, tal turba de
+mujeres perdidas y de mancebillos boquirrubios y hombres pícaros y
+arrufianados, que cuatro años despues, en 1578, Vicente Espinel, que
+vivió muy desbaratadamente una temporada en la ciudad del Betis, comenzó
+así la _Sátira contra las damas de Sevilla_:
+
+ «Invicto César, Hércules famoso,
+ espeio y luz de valerosos pechos,
+ patrones deste suelo venturoso,
+ ya que permite el hado que estéis hechos
+ de la Alameda vigilantes guardas,
+ injusto premio a tan gallardos pechos....»
+
+Y dijo después:
+
+ «Vuelva Zapata y su jardín reforme;
+ que pues le hizo al culto de Diana,
+ no es bien que en putería se transforme.»]
+
+[Nota 468: _Disignio_, dicho un poco a la italiana; y aun
+enteramente en italiano _(disegno)_ lo escribió tal cual vez el
+sevillano Juan de la Cueva:
+
+ «... quel Francés furioso
+ viene a nosotros con _diseños_ fieros.»]
+
+[Nota 469: Era Tomasa, en lo tornajona, como la célebre Marica del
+romance de Quevedo:
+
+ «Tomando estaba sudores
+ Marica en el hospital;
+ _que el tomar era costumbre_
+ y el remedio era sudar.»]
+
+[Nota 470: _Como unos hermanos_, es decir, como unos cuadrilleros de
+la Santa Hermandad que fuesen con requisitoria en busca de algún
+malhechor.]
+
+[Nota 471: _Regalados_, en la acepción de _agradables_ y
+_deleitosos_ como dijo Lope de Vega:
+
+ «Pan de Sevilla, _regalado_ y tierno,
+ masado por la blanca y limpia mano
+ de alguna que os quisiera para yerno.»]
+
+[Nota 472: Hasta ahora han sido inútiles cuantas diligencias se han
+practicado para averiguar por qué se llamara _de Gallegos_ este
+celebrado pan. Presumo que se apellidaría _Gallegos_ el panadero que lo
+fabricaba.]
+
+[Nota 473: _En él,_ refiriéndose _al Prado_, y claro que no _al
+espejo_ como en rigor gramatical podría colegirse.]
+
+[Nota 474: Ocurren aquí, como en el tranco II (56, 3)[173] dos versos
+en decasílabos ocasionales:
+
+ «... _comen alas del viento por cebada,
+ no quiero que dejemos a Sevilla_....»]
+
+[Nota 475: El hallarse muy bien el Cojuelo en Sevilla conviene con
+lo que Santa Teresa de Jesús dijo de esta ciudad en el cap. XXV de su
+_Libro de las Fundaciones_: «No sé si la misma clima de la tierra, que
+he oído siempre decir _los demonios tienen más mano allí para tentar_,
+que se la debe de dar Dios, y en esto me apretaron a mí, que nunca me vi
+más pusilánime y cobarde en mi vida que allí me hallé: yo, cierto, a mí
+mesma no me conocía.»]
+
+[Nota 476: _Alfaneques_ se llamaban unos halcones muy usados por los
+cazadores de cetrería, y _volar_ está dicho, no en la acepción
+germanesca de _hurtar_, como creyó el señor Bonilla, sino, aunque
+figuradamente, en la cinegética de hacer que el ave se levante y vuele.
+_Bretón_ sí está usado en la genérica y germanesca de _extranjero_. Así,
+la frase _alfaneque de volar una bolsa de bretón_ equivale a tercera a
+propósito para trasponer la bolsa de cualquier extranjero incauto desde
+la faldriquera de éste a las sonrosadas uñas de cualquiera doncellita de
+alquiler.]
+
+[Nota 477: _Doncelliponiente_, a imitación de _barbiponiente_ o
+_barbipungente_, que se dice del mancebo a quien empieza a salir la
+barba, pero también del principiante en una facultad u oficio. Nuestro
+autor, pues, llama _doncelliponientes_ a las jóvenes aún poco
+experimentadas en la venta y reventa de su doncellez, y necesitadas, por
+tanto, de los sabios consejos de la experta mulata.]
+
+[Nota 478: _Acuchillado_, esto es, abierta a trechos la tela y
+puestos en las aberturas piezas fusiformes de otro tejido, de color
+diferente de aquélla.]
+
+[Nota 479: Llamaban y llamamos _cotonía_ a cierta tela hecha de hilo
+de _algodón._ Son tan añejos esta tela y su nombre, que nuestro vulgo,
+cuando quiere ponderar la antigüedad de un dicho o costumbre, suele
+decir: «Eso es más viejo que la _cotonía._»]
+
+[Nota 480: _Ponleví_, del francés _pont levis, puente levadiza_.
+«Forma especial--dice el _Diccionario_ de la Academia--que se dió a los
+zapatos y chapines, según moda traída de Francia. El tacón era de
+madera, muy alto, inclinado hacia adelante y con disminución progresiva
+por su parte semicircular, desde su arranque hasta abajo.» A mi ver,
+huelga en esta definición la referencia a los chapines, pues éstos jamás
+tuvieron tacón; al contrario, el zapato con tacón vino a sustituírlos,
+dando, aunque sólo en el carcañal, la altura que el chapín daba a todo
+el pie. Al tacón solían llamar _talón._ Lope, en el acto I de _El
+Desprecio agradecido_:
+
+ «D. BERNARDO. Cien escudos tenéis ciertos
+ por un zapatillo suyo.
+
+ INÉS. ¿Tan prestísimo?
+
+ D. BERNARDO. Soy tierno.
+
+ INÉS. Pues ¿para qué le queréis?
+
+ D. BERNARDO. Para traerle aquí dentro.
+
+ INÉS. Son _de ponleví: el talón_
+ os hará mal en el pecho.»
+
+Como el _tacón,_ terminado en semicírculo pequeño, venía a acabar hacia
+la mitad del largo del zapato, tal como hoy, los pies mayores parecían
+diminutos, especialmente en la huella. El mismo Lope, en el acto I de
+_Las Bizarrías de Belisa_:
+
+ «TELLO. ...Hay enanas; las hay con larga trampa:
+ unas con pie de apóstol, _consoladas
+ del ponleví, que imprime poca estampa_.»]
+
+[Nota 481: «_Escarpín_--dice el _Diccionario_ de autoridades--,
+funda pequeña de lienzo blanco con que se viste y cubre el pie, y se
+pone debaxo de la media o calza.»]
+
+[Nota 482: _Tapetado_, según Covarrubias, es el cuero envesado, dado
+color negro. En el auto de _La Paciencia de Job_, de autor anónimo, dice
+el bobo a Satán:
+
+ «¿Mi hermano sois vos? Si tal ha parido
+ mi madre, yo muera vestido y calzado:
+ mi madre era blanca, vos sois _tapetado_....»
+
+Y Quevedo, describiendo una _Boda de negros_ (Musa VI):
+
+ «Iba afeitada la novia
+ todo el _tapetado_ gesto
+ con hollín y con carbón
+ y con tinta de sombreros.»]
+
+[Nota 483: _Se subía a tocar_, es decir, a _tocarse_, a arreglar su
+tocado; pero, jugando del verbo _tocar_, añade lo de _tocar de la
+tarántula,_ por alusión a que se hacía _tocar_ o tentar el cabello por
+la _tarántula_ de sus dedos; que eso semejaban con el teclear por toda
+la cabeza. No hay aquí, pues, contra lo que imaginaron los señores Durán
+y Bonilla, referencia alguna a la música o tonada llamada _de la
+tarántula._]
+
+[Nota 484: _Espejo de armar_, expresión que el léxico de la Academia
+da por anticuada, siendo así que se usó mucho en los siglos XVI y XVII,
+es--dice el _Diccionario_ de autoridades--«el que es de bastante grandor
+para poder verse en él todo el cuerpo humano u la mayor parte de él».]
+
+[Nota 485: Leo _nigromancía_ (y no _nigromancia_, al uso de hoy),
+porque en el siglo XVII aún se pronunciaba así. Calderón, en la jorn. I
+de _El Jardín de Falerina_:
+
+ «LISIDANTE. Tú, que, sabia, la gran _piromancía_
+ escribes en pirámides de fuego....
+
+ MARFISA. Tú, que en el aire, a los conjuros ciego,
+ das a las aves la _eteromancía_....
+
+ LISIDANTE. Tú, que en sepulcros la _nigromancía_
+ ejecutas....»]
+
+[Nota 486: Visto que el _Diccionario_ de la Academia sólo dice que
+_echar las habas_ es «hacer hechizos o sortilegios», el señor Bonilla ha
+reparado muy justamente: «Pero claro es que los _hechizos_ o
+_sortilegios_ se podían hacer de muchas maneras, y una de ellas era
+_echando las habas_.» Y esto advertido, cita dos versos de Quevedo, que
+dicen:
+
+ «En mi vida _eché las habas_;
+ antes me echaba a mí propia»,
+
+y con ellos da por terminada su nota. Nos quedamos, por tanto, sin saber
+qué era _echar las habas_, aun después de ver bien rectificada la
+definición de la Academia.
+
+_Echemos las habas_: quiero decir, veamos cómo y para qué se echaban,
+aunque esta nota exceda de la extensión que de ordinario tienen las del
+presente libro. Y para lograr bien nuestro propósito, tomemos por
+maestras a las mismas gitanas que poco antes del año 1633 (tiempo en que
+ya la Rufina María del texto practicaba esas habilidades) tenían por
+discípula, en la villa y corte de Madrid, a doña Antonia Mexía, la cual,
+pesarosa, después, de su aprendizaje, se denunció al Tribunal del Santo
+Oficio (Archivo Histórico Nacional, Inquisición de Toledo, legajo 91 de
+causas, número 176), manifestando, entre otras cosas: «Que las dichas
+gitanas le enseñaron _la suerte de las habas_ en esta manera...: que
+tomase nueue hauas, un poco de carbon, un grano de sal, un poco de çera,
+un ochauo, un poco de piedra lumbre, un poco de açufre, un poco de pan,
+un poco de paño colorado, un poco de paño açul, y que las dos de las
+hauas las señalase mordiendolas, o las más que quisiese, diciendo este
+es Juan (su marido), este es Francisco, y esta Catalina, y que si
+saliese la mordida, que es la persona que se quiere, junto al carbon,
+significa noche; si junto a la sal, gusto; junto a çera, martelo, que
+quiere deçir golpe, porraço o cosa semejante; junto al ochauo, que abrá
+dinero; junto a la piedra alumbre, con lo colorado, sangre; y junto a
+lo açul, çelos; y junto al açufre, si sale con la sal, oro, y si sale
+solo, pesadumbre; junto al pan, que abrá comida....»
+
+La sentencia de otro proceso inquisitorial, dictada en 1638, acaso en
+los mismos días en que Vélez de Guevara revelaba las aficiones
+hechicerescas de Rufina, nos permite ver en funciones a Isabel Bautista,
+natural de Sevilla, quizá trianera como la mulata huéspeda del Cojuelo y
+de don Cleofás (Inquisición de Toledo, legajo 82, núm. 26): «... sacó una
+bolsilla colorada con unas habas, y las echó, y entre ellas un poco de
+paño azul, y alumbre, y un poco de carbon, y un medio real, y otro
+pedazo de grana, diciendo que el paño azul significaba celos, y el
+alumbre, y el carbón, noche, y el medio real, que les habían de dar
+plata, y echó vn maravedí, que significaba que les habían de dar
+cuartos, y el paño de grana, alegría, todo lo qual echó sobre vn paño
+colorado, y las dichas habas traya a la mano halagándolas «hijitas mias,
+decid la verdad», y luego las soltaba, y en cayendo las habas las decía:
+«Rociadas con el rocio del cielo», y hablaba entre dientes, que no se le
+entendía lo que decía, y volvió a decir: «Vosotras decid la verdad, que
+la decis más que el Evangelio»; y a la dicha muger le dijo señalando
+vnas habas: «Este es tu padre, esta eres tú y esta tu madre; ya viene
+por el camino; muy pronto le verás», señalando entre las habas y las
+demás cosas el camino que decía por donde venía.» La propia Isabel
+Bautista había declarado en su confesión «... que era verdad que echó
+las habas, y que eran nueve pares, todas señaladas cuál era macho y
+hembra; que echaba además una haba partida y que las palabras que decía
+entre dientes eran santas y buenas, porque decía:
+
+ «Con San Pedro y San Pablo
+ y el apostol Santiago
+ y con el bienaventurado San Cebrian,
+ suertes echasteis en la mar;
+ muertas las echasteis,
+ vivas las sacasteis;
+ así me saqueis
+ vivas y verdaderas estas suertes.
+ Si fulano ha de venir,
+ salga en camino»;
+
+que era hacer camino las habas, apartándose unas de otras, que era que
+venía la persona que esperaban, y si se juntaban, era que no venía, y si
+salía el haba junto al carbón, era que venía de noche, y si junto al
+paño colorado, era alegría, y si junto a la sal, que habían de tener
+gusto, y si junto al ochavo, que le darían dineros, y si salía el haba
+junto al haba partida, era ropa que le habían de dar....» También solían
+echar entre las demás cosas un pedazo de yeso blanco, que significaba
+dolor, y un cantillo redondo de haba, que representaba a la iglesia.
+Algunas echadoras de habas, antes de empezar a practicar con ellas, las
+bautizaban, metiéndolas en las pilas del agua bendita de tres templos, y
+el conjurarlas antes de echarlas era constante, metiéranlas o no en la
+boca. Doña Catalina Márquez de Avalos, mujer del capitán Francisco
+Alonso de la Serna (Madrid), compareciendo a delatarse de su voluntad en
+1631 (Inquisición de Toledo, leg. 90, núm. 161), manifestó, entre otras
+cosas, que decía a las habas, teniéndolas en la boca:
+
+ «Hijas amadas,
+ hijas queridas,
+ por el labrador que os sembró,
+ por la tierra en que estuvistes,
+ por San Pedro, por San Pablo,
+ por el apostol Santiago,
+ por el mar, por las arenas,
+ por San Cebrian,
+ que echó suertes en la mar,
+ que ansí como le salieron ciertas y verdaderas,
+ ansí me digáis lo que os quiero preguntar.»]
+
+[Nota 487: Para el señor Bonilla, _andar el cedazo_ es «lo mismo que
+_adivinar por tela de cedazo_», especie que quiso justificar con el
+_Diccionario_ de autoridades, según el cual es «el ejercicio de la arte
+mágica, cuando el demonio hace que los profesores de esta diabólica
+ciencia, mirando por un cedazo, vean las cosas que están muy distantes,
+ocultas, o por venir, a lo cual llamó la gentilidad _coscinomancia_».
+Pero no sólo ahí está la frase con que el señor Bonilla intentó explicar
+lo de _andar el cedazo: «adivinar por tela cedaço_--dice Covarrubias,
+art. _cedaço_--es dezir lo que claramente se ve y se entiende ser assi,
+porque como dize otro Proverbio, muy ciego es el que no ve por tela de
+cedaço.» Con todo esto, pues _ver_ uno una cosa _por tela de cedazo_
+significa, según el léxico actual de la Academia, «verla o entenderla
+confusamente, o juzgarla, no como es en sí, sino como se la presenta su
+pasión o preocupación», voy a demostrar que en este punto el
+_Diccionario_ de autoridades y cuantos le han seguido _vieron por tela
+de cedazo_. Con acudir a nuestra literatura bastaría, y aun sobraría
+mucho, para convencerse de que _andar el cedazo_ no es ni lejano
+pariente de _adivinar_, ni de _ver, por tela de cedazo_, y aun el
+mencionárselo casi siempre con el _echar las habas_ da, por sí solo,
+clara sospecha de ser otra especie de sortilegio. Cervantes, en la
+cantaleta del acto I de _El Rufián dichoso_:
+
+ «...La que en darse a sí excedió
+ a las godeñas más francas;
+ _la que echa por cinco blancas
+ las habas y el cedacillo_....»
+
+Tirso de Molina, en el acto 1 de _En Madrid y en una casa_:
+
+ «MAJUELO. ¡Lo de Toledo ha sabido
+ también! ¡Vive Dios que _ha habido
+ haba y cedazo_!»
+
+Y Ruiz de Alarcón, en el acto II de _La Cueva de Salamanca_:
+
+ «LUCÍA. ¿Hay alguna que no tenga,
+ si ausente o celosa está,
+ un poco de _echar las habas_
+ y un mucho de conjurar
+ _el cedacillo_, el rosario
+ (que de eso les sirve ya)
+ el chapín y la tijera,
+ espejo de agua o cristal....»
+
+Pero si estos ejemplos indican sobradamente que lo _del cedazo_ era un
+sortilegio, que jamás podría hacerse mirando al través de la tela,
+estotras citas demostrarán muy claro que tal sortilegio se hacía
+_moviendo_ o _moviéndose, el cedazo_, cosa que ya se echaba de ver por
+la expresión _andar el cedazo_, usada por Vélez de Guevara. Agustín de
+Rojas, en el libro I de _El Viaje entretenido_, cuenta que las
+hechicerías de una vieja su amiga vinieron a parar en que la
+encorozaron, y después, ida a Antequera, «cogiéronla _haciendo bailar un
+cedazo y echando unas habas_, y diéronle otros doscientos tocinos».
+Mateo Alemán dice en su _Guzmán de Alfarache_, parte II, libro III, cap.
+III: «Respóndame por vida de sus ojos..., si pasando la raya sin rebozo
+ni temor de Dios, _no dejó cedazo con sosiego, ni habas en su lugar, que
+todo no lo hizo bailar_, por malos medios y con palabras detestadas y
+prohibidas por nuestra santa religión....» Y, en fin, Quevedo, en el
+soneto referente a una hechicera antigua, que deja sus herramientas a
+otra reciente (Musa VI):
+
+ «Esta redoma rebosando babas,
+ _el cedazo que sabe hacer corvetas_,
+ estas que se metieron a profetas,
+ con poco miramiento, siendo _habas_....»
+
+Ahora bien, ¿quiere el lector ver qué corvetas eran las que sabía hacer
+el cedazo de la vieja de Quevedo? Pues sin ninguna clase de hechicería
+nos lo va a revelar María López, que era vecina de Malagón por los años
+de 1625; la cual, dando su declaración en causa contra Ana Hernández
+(Inquisición de Toledo, legajo 88, núm. 117), manifestó que esta Ana le
+pidió un cedazo y unas tijeras, y preguntándole para qué los quería,
+dijo que tenía un mozo en Almagro y deseaba saber si la esperaba o si
+había de venir; «y tomó las tisseras y las hincó en el aro del çedazo la
+una punta, asiendo en la mano el anillo de la misma punta de la tissera,
+y la otra tissera puesta en cruz, colgando el çedazo dellas, y diciendo
+unas palabras que esta declarante no entendió, anduvo el çedazo muy
+reçio a la redonda, y le dixo la susodicha: «Yo me voy mañana, que me
+esperan»; y quando no era ansi lo que quería, se estaba quedo el
+çedazo».
+
+Las palabras que María López no había entendido eran el conjuro propio
+del sortilegio. Tengo hasta cuatro o cinco versiones de él, halladas en
+otros tantos procesos inquisitoriales; pero las dejo a un lado,
+prefiriendo una recogida de la tradición oral en nuestros días, de boca
+de ciertos gitanos errantes, por mi buen amigo don Pedro Díaz Cassou,
+excelente folklorista murciano, con el nombre de _Orasión der seaso_.
+Dice así:
+
+ «San Simón,
+ suerte quiero arcansá,
+ que me digas la berdá,
+ las tijeras están agarrás;
+ en er seaso están clavás;
+ personas que reselo boy a nombrá;
+ que ande er seaso si la sospecha es berdá.
+ San Simón que lo sabe lo declarará.
+ Entro y consiento en er pauto creminá.»
+
+¿Está ahora bien claro que _andar el cedazo y adivinar por tela de
+cedazo_ son dos cosas distintas, aunque el cedazo sea un solo cedazo
+verdadero?]
+
+[Nota 488: Ruiz de Alarcón, en el acto I de _Mudarse por mejorarse_,
+explicaba así la razón del nombre de esta calle:
+
+ «LEONOR. ¡_Calle Mayor_! ¿Tan grande es,
+ que iguala a su nombre y fama?
+
+ D.ª CLARA. Diréte por qué se llama
+ _la calle Mayor_.
+
+ LEONOR. Di, pues.
+
+ D.ª CLARA. Filipo es el rey mayor,
+ Madrid, su corte, y en ella
+ la mayor y la más bella
+ calle es la _calle Mayor_.
+ Luego ha sido justa ley
+ _la calle Mayor_ llamar
+ a la mayor del lugar
+ que aposenta al mayor rey.»]
+
+[Nota 489: Hoy diríamos _es mesa_, sin repetir el _que_ de la línea
+anterior. De este _que_ superfluo traté largamente en una nota del
+_Quijote_ (I, 229, 16).]
+
+[Nota 490: Por eso se llamaron caballeros _de la Tabla Redonda_
+aquellos de que se acompañaba el rey Artús.]
+
+[Nota 491: Bien se echa de ver que el Cojuelo mostró a Rufina María
+la calle Mayor en una de las tardes que en Madrid llamaban _de rua_.
+Mesonero Romanos, en _El Antiguo Madrid_, tomo I, pág. 265, tratando de
+la estancia del Príncipe de Gales en la coronada Villa, cuando en 1623
+vino a ofrecer su mano a doña María, hermana de Felipe IV, dice: «El
+domingo siguiente hubo _rua o paseo por la calle Mayor_, a que asistió
+gran concurso de príncipes y magnates en sus carrozas, y todas las
+hermosas de la Corte».]
+
+[Nota 492: _Con tanto ojo_, elíptico, por _con tanto ojo abierto_,
+frases que faltan en el _Diccionario_.]
+
+[Nota 493: Ocasionalmente ocurren aquí, como pocas páginas atrás
+(205, 23)[474], dos versos endecasílabos:
+
+ «... _que con los malos términos se abrasa,
+ y con los agasajos se destempla_!»]
+
+[Nota 494: Dice _de dos yemas_, como de los huevos nombrados así,
+bien que la _litera_, por lo común, tenía dos asientos. «Es--nota el
+_Diccionario_ de autoridades--de la misma hechura que la silla de manos,
+algo más prolongada, y con dos assientos, aunque algunas veces no los
+tiene, y en su lugar se tienden colchones, y en este caso va recostado
+el que la ocupa. Llévanla dos machos, mulas o caballos, afianzadas las
+varas en dos grandes sillones.»]
+
+[Nota 495: Así en la edición príncipe, por _Eliche_.]
+
+[Nota 496: _Alcañizas_ en la edición original, por _Alcañices._]
+
+[Nota 497: Mejor sintaxis fuera ésta: y _grande hombre de a caballo_
+en entrambas sillas. Alude a las dos maneras de cabalgar: la brida y la
+jineta. Recuérdese lo dicho en nota de los preliminares (9, 6)[49].]
+
+[Nota 498: Dice _Simancas_, por decir con alguna novedad
+_archivos_.]
+
+[Nota 499: En la edición original, sin duda por yerro, _de vna misma
+edad y al parecer que lleuan_....]
+
+[Nota 500: _Espumando sangre generosísima_, como _espumando valor_
+en el tranco I (22, 5) [Nota del transcriptor: "Don Cleofás, espumando
+valor, prerrogativa de estudiante de Alcalá, le dijo:"].]
+
+[Nota 501: _A sí mismos_, diríamos hoy.]
+
+[Nota 502: Hace aplicación, algo violentamente, del cabalgar en
+ambas sillas, de la brida y de la jineta, a la destreza en ambas
+espadas, negra y blanca. Deslizáronsele aquí a Vélez no menos de cinco
+versos octosílabos involuntarios:
+
+ «_... don Francisco de Mendoza,
+ gentilhombre cortesano,
+ favorecido de todos
+ y diestro en entrambas sillas
+ de la espada blanca y negra._»]
+
+[Nota 503: _Hallará_, en la edición príncipe, pero sin duda es
+errata, por _hallara_.]
+
+[Nota 504: Es manera tópica de alabanza. En el _Quijote_ (II, 17),
+dice el Caballero del Verde Gabán al Ingenioso Hidalgo: «... entiendo
+que si las ordenanzas y leyes de la caballería andante _se perdiesen, se
+hallarían_ en el pecho de vuesa merced como en su mismo depósito y
+archivo.»]
+
+[Nota 505: El señor Bonilla corrigió _Ildefonso_, notando al pie de
+la página que el texto original dice _Ilefonso_. E _Ilefonso_ se decía,
+y se escribía, y se estampaba. Rector del Colegio de San _Ilefonso_, de
+Sanlúcar de Barrameda, se llamó Pedro Espinosa en las portadas de sus
+obras _Espejo de cristal (1625), El Perro y la Calentura (1625), Elogio
+al retrato de ... don Manuel Alonso Perez de Guzman el Bueno ... (1625),
+Panegírico a la ... ciudad Antequera_ (1626) y _Pronostico
+judiciario_ ... (1627).]
+
+[Nota 506: _Velmar_, por _Bedmar_.]
+
+[Nota 507: _Ladrada,_ por _la Adrada_.]
+
+[Nota 508: _Nájara_, por _Nájera._]
+
+[Nota 509: Jerónimo de Quintana, en su _Historia de la antigüedad,
+nobleza, y grandeza de la villa de Madrid_ (Madrid, Imprenta del Reyno,
+M.DC.XXIX), fol. 376 vto., menciona muchas casas «de grandes señores
+fabricadas con sumptuosidad, hermosura y grandeza», y, entre ellas, «las
+del Conde de Oñate, en la calle Mayor». Y Mesonero Romanos, en _El
+Antiguo Madrid_, tomo I, pág. 259, dice: «Esta casa-palacio, una de las
+más espaciosas e importantes de la grandeza, debió ser construída a
+fines del siglo XVI, si bien la portada y balcón principal son obra del
+XVII o principios del pasado, al estilo apellidado _churrigueresco_».
+Demolido este edificio pocos años ha, para ensanchar la calle Mayor, su
+portada, sueltas pero numeradas las piedras de que se compone, espera,
+en el jardín del Museo Arqueológico Nacional, que se determine dónde ha
+de levantarse de nuevo, para conservarla como preciada muestra del
+estilo arquitectónico a que pertenece.]
+
+[Nota 510: Como antes (230, 22) dijo _Simancas_, por decir con
+novedad _archivos_, ahora dice _Mercurio Mayor_, por no decir _Correo
+Mayor_. Sabido es que Mercurio fué, no ya el correo, sino hasta el
+correveidile y terceruelo de los dioses.]
+
+[Nota 511: Se refiere al célebre _mentidero_ de Madrid, del cual, en
+el cap. I del _Viage del Parnaso_, fol. 3 vto. de la edición príncipe,
+se había despedido Cervantes diciendo:
+
+ «A Dios de san Felipe el gran passeo,
+ donde si baxa o sube el Turco galgo
+ como en Gazeta de Venecia leo.»
+
+Moreto, en la jorn. I de _De fuera vendrá_..., pinta admirablemente, por
+boca de un alférez, cuán rápidamente crecía la diaria almáciga de
+embustes en las famosas Gradas:
+
+ «ALFÉREZ. Mas al despique apelo;
+ que yo con estas gradas me consuelo
+ de San Felipe, donde mi contento
+ es ver luego creído lo que miento.
+
+ LISARDO. ¡Que no sepáis salir de aquestas gradas!
+
+ ALFÉREZ. Amigo, aquí se ven los camaradas.
+ Estas losas me tienen hechizado;
+ que en todo el mundo tierra no he encontrado
+ tan fértil de mentiras.
+
+ LISARDO. ¿De qué suerte?
+
+ ALFÉREZ. Crecen tan bien aquí, que la más fuerte
+ sembrarla por la noche me sucede,
+ y a la mañana ya regarse puede.
+
+ LISARDO. De vuestro humor, por Dios, me estoy riendo.
+
+ ALFÉREZ. Por la mañana yo, al irme vistiendo,
+ pienso una mentirilla de mi mano,
+ vengo luego, y aquí la siembro en grano,
+ y crece tanto, que de allí a dos horas
+ hallo quien con tal fuerza la prosiga,
+ que a contármela vuelve con espiga.
+ Aquí del Rey más saben que en palacio;
+ del Turco, esto se finge más de espacio,
+ porque le hacen la armada por diciembre,
+ y viene a España a fines de setiembre....»]
+
+[Nota 512: En la edición principe, sin duda por yerro del impresor,
+se lee así, y lo mismo en las del señor Bonilla: «¿Qué entierro es este
+tan sumptuoso, _preguntó don Cleofás, que passa por la calle Mayor, que
+estaua tan aturdido...._»]
+
+[Nota 513: El lujoso entierro del Astrólogo sería, _plus minusve_,
+como aquel que pinta Quevedo en _El mundo por de dentro_: «En esto,
+llegamos a la calle Mayor.... Tomamos puesto conveniente para registrar
+lo que pasaba: fué un entierro, en esta forma: venían envainados en unos
+sayos grandes de diferentes colores unos pícaros, haciendo una taracea
+de muñidores. Pasó esta recua incensando con las campanillas; seguían
+los muchachos de la Dotrina, meninos de la muerte y lacayuelos del
+ataúd, chirriando la calavera; seguíanse luego doce galloferos,
+hipócritas de la pobreza, con doce hachas, acompañando el cuerpo y
+abrigando a los de la Capacha, que, hombreando, testificaban el peso de
+la difunta....»]
+
+[Nota 514: Como si dijera, tal como suele decirse: _¡Con su pan se
+lo coma!_]
+
+[Nota 515: Vendíase, en efecto, mucha fruta en la Puerta del Sol.]
+
+[Nota 516: El antiguo Hospital Real de Corte se llamó, como su
+iglesia, _del Buen Suceso_, por una imagen de la Virgen que bajo tal
+advocación se veneraba en ella. «Esta plaza--dice Mesonero Romanos _(El
+antiguo Madrid_, tomo II, pág. 115)--, o más bien espaciosa encrucijada
+de las diversas calles principales de la población, presentaba la figura
+que todos recordamos, de un prolongado trapecio, y se hallaba dominada
+en su frente principal, entre las calles de Alcalá y San Jerónimo, por
+la modesta fachada de la iglesia del Buen Suceso, la cual, antes de la
+ocupación francesa, estaba algo más decorada, y tenía una pequeña lonja
+o atrio con verjas de hierro. Delante de ella estaba la famosa fuente
+churrigueresca de principios del siglo pasado, y que reemplazó a otra no
+menos extravagante, si hemos de creer a la vista de ella que estampa
+Álvarez Colmenar en la obra titulada _Annales d'Espagne et de Portugal_.
+Una y otra estuvieron coronadas por la estatua de Venus, no la Medicea,
+de Pafos o de Citeres, sino la célebre _Mariblanca_, que hoy yace
+relegada a la plazuela de las Descalzas.»]
+
+[Nota 517: Dice Mesonero (_El antiguo Madrid_, tomo I, pág. 291) que
+el convento de la Victoria, con su iglesia, huerta y tahona ocupaba gran
+parte de una manzana, y dió lugar con su derribo (1836) a la formación
+de la calle de Espoz y Mina, al ensanche de la de la Victoria, y a la
+construcción entre ambas de las manzanas de casas de los señores
+Mariátegui y Mateu, pasaje o galería cubierta, y otros varios edificios.
+Los lugares respectivos de la Victoria y de la fuente del Buen Suceso
+están bien indicados en los siguientes versos de Tirso de Molina (_Por
+el sótano y el torno_, acto II):
+
+ «D. DUARTE. Salieron las dos hermanas,
+ que, a ser tres como eran dos,
+ las tres Gracias en mentira
+ fueran verdaderas hoy.
+
+ De las manos y tapadas,
+ hacia la Puerta del Sol
+ echaron, y yo tras ellas
+ siguiendo sus pasos voy.
+ Llegamos al Buen Suceso
+ (bueno me lo dé el amor),
+ por las gradas de la fuente
+ ellas, por la puerta yo
+ frontera de la Victoria....»
+
+Hartzenbusch, al llegar aquí, pone esta nota. «_Ventana_, dice la
+edición que seguimos; pero es claro que se habla de la puerta del Buen
+Suceso, frente a la calle de Espoz y Mina, cuya entrada era antes la
+lonja del convento de la Victoria.»]
+
+[Nota 518: _Estar_, por _ser_, como en más de un lugar del _Quijote_
+(I, 292, 7; III, 333, 16, etc.).]
+
+[Nota 519: Así solían decir al ver a un niño, refiriéndose al mal de
+ojo, las que iban, o podían ir, para brujas. Esto, cuando con el propio
+intento no le daban una higa, porque, como decía Covarrubias, «también
+es cosa vsada al que ha parecido bien darle vna higa diciendo: tomá para
+que no os ahogen (_aojen_)». Igualmente se hacía y se decía esto por vía
+de pulla, y así Feliciano de Silva, por boca de Elicia, en la cena XXXIX
+de la _Segunda comedia de Celestina_: «¡Al diablo la vieja, que no se
+contenta con cuanto ha ganado conmigo, sino que si tengo amor a uno, no
+le tengo de osar mirar! _¡Toma para tus ojos_: que yo le hablaré aunque
+te pese...!»]
+
+[Nota 520: En la edición príncipe, _guedegas_, por evidente errata,
+que copia el señor Bonilla.]
+
+[Nota 521: _Después que_, equivaliendo a _desde que_, usadísimo en
+los siglos XVI y XVII, como advertí más de una vez en mis notas al
+_Quijote_ (I, 265, 8; II, 74, 4; III, 124, 17; IV, 282, 12, etc.).]
+
+[Nota 522: Siguiendo su alegoría, dice _dar grada_, por alusión a la
+_grada_ o escaño corrido que en el teatro ocupaban las mujeres.]
+
+[Nota 523: Alude a la costumbre, general en algunas naciones, de
+saludarse besándose públicamente hombres y mujeres, de la cual decía
+Juan Minsheu, por boca de Guillermo, en el sexto de sus _Pleasant and
+delightfvll dialogves in Spanish and English_ ... (Londres, Edm.
+Bellifant, 1599), pág. 51: «Yo para mi tengo que la mayor causa de la
+desoluçion en algunas mugeres de Ynglaterra es esta costumbre de
+besallas en público, por que con esto pierden la verguença y a el
+tocamiento del beso, les entra vn veneno que las ynficiona». Y poco
+después:
+
+«EGIDIO. ¿En España no se vsa besar los hombres a las mugeres?
+
+DIEGO. Sí, besan los maridos a sus mugeres, y esto allá detrás de siete
+paredes, donde aun la luz no los pueda ver.
+
+GUILLERMO. Es porque los españoles son demasiadamente celosos.
+
+ALONSO. No, sino porque somos tan trabiessos, que no hemos menester este
+apetito para hacer mil malos recaudos. ¿Qué sería si tubiessemos essa
+ocasion?»]
+
+[Nota 524: _La calle Mayor_ y _el Prado_: en estas dos universidades
+estudiaban discreción y cortesanía los galanes y las damas de Madrid.
+Lope de Vega, en el acto II de _El Desconfiado_:
+
+ «PEDRO. ...Que una mujer en la Corte
+ es imposible ser necia,
+ y más cuando ella se precia
+ de que esta fama le importe;
+ pues para tomar el grado
+ de doctas, gastan, señor,
+ _cursos de calle Mayor
+ y cuodlibetos del Prado»_.
+
+El enamorado, pues, tenía ambos lugares, _la calle Mayor_ o _Carrera_ y
+_el Prado de San Jerónimo,_ por estaciones principalísimas de su diaria
+devoción. Calderón de la Barca, en la jorn. I de _Hombre pobre todo es
+trazas_:
+
+ «D. DIEGO. Por la mañana estaré
+ en la iglesia a que acudís;
+ por la tarde, si salís,
+ en _la Carrera_ os veré;
+ al anochecer, iré
+ _al Prado_, al coche arrimador
+ luego, en la calle embozadador
+ ved si advierte bien mi amor
+ horas de _calle Mayor_,
+ misa, reja, coche y _Prado_.»
+
+De este paseo se lee en la _Primera y segunda parte de las grandezas y
+cosas notables de España_, de Pedro de Medina, corregidas y ampliadas
+por Pérez de Mesa, fol. 205: «A la otra mano derecha del mismo
+monasterio [de San Jerónimo], saliendo de las casas, ay otra alameda
+tambien muy apacible, con dos órdenes de árboles, que hazen vna calle
+muy larga hasta salir al camino que llaman de Atocha.... Llaman a estas
+alamedas _el prado de san Hieronymo_, donde de invierno al sol y de
+verano a goçar de la frescura, es cosa muy de ver y de mucha recreacion
+la multitud de gente que sale, de viçarrisimas damas, de bien dispuestos
+caualleros, y de muchos señores y señoras principales, en coches y
+carroças. Aqui se goza con gran deleyte y gusto de la frescura del
+viento todas las tardes y noches del estío, y de muchas buenas
+musicas....»]
+
+[Nota 525: Así en la edición príncipe, aunque sin acentuar el
+pronombre, pues no se acostumbraba hacerlo. El señor Bonilla leyó
+equivocadamente: «que otro día le enseñaremos en el río de Mançanares»,
+diciendo abajo en nota: «El texto repite «el». Claro es que no se
+trataba de enseñar _el espejo en el río_, como parece haber entendido el
+señor Bonilla, sino de enseñar _el río en el espejo_.]
+
+[Nota 526: _Y pasa el verano de noche_, es decir, _y pasa durante el
+verano de noche_.]
+
+[Nota 527: Compara Vélez el Manzanares con la moneda de Navarra, o
+_navarrisca_, que no era de curso legal en Castilla, pero que solía
+pasarse de noche, a favor de la poca luz, como las monedas chanflonas de
+que traté en nota del tranco I (18, 5)[76]. La voz _navarrisco_ falta en
+el _Diccionario_ de la Academia, aun habiendo sido de uso muy corriente.
+Juan de Castellanos, _Elegías de varones ilustres de Indias_, parte II,
+_Elogio de Rojas,_ canto IV:
+
+ «... y el _navarrisco_, que por ellas muere,
+ dijo que le dará cuanto pidiere.»]
+
+[Nota 528: _Caudal_, como adjetivo, equivalente a _caudaloso_.]
+
+[Nota 529: Otros dijeron que el Manzanares, tan merendado, cenado y
+concurrido de gente, era río que lo tenía todo, excepto río. Calderón,
+en la jorn. I de _Fuego de Dios en el querer bien_, refiriéndose á las
+orillas del Manzanares en una tarde de julio:
+
+ «D. ALVARO. Aquí cantan, allí bailan,
+ aquí parlan, allí gritan,
+ aquí riñen, allí juegan,
+ meriendan aquí, allí brindan:
+ país tan hermoso y vario,
+ que para ser la Florida
+ estación de todo el orbe
+ la más bella, hermosa y rica,
+ _sólo al río falta el río_;
+ mas ya es objeción antigua.»
+
+Y Lope de Vega había comenzado así un soneto de _Burguillos_ en que
+_Laméntase Manzanares de tener tan gran puente:_
+
+ «Quítenme aquesta puente que me mata,
+ señores regidores de la villa;
+ miren que me ha quebrado una costilla:
+ que, aunque me viene grande, me maltrata.»]
+
+[Nota 530: No sé a qué conseja o cuentecillo se refiere aquí don
+Cleofás. A no pedir lo del ahogarse que las ayuntadas fuesen _ranas_, se
+podría sospechar que estaba errado el texto, por _ratas_. A lo menos, en
+Andalucía es muy vulgar la desenfadada expresión: _¡Al ... diablo,
+ratas; que se quemó el molino_!]
+
+[Nota 531: A este escudo se había referido Lope de Vega en el acto
+II de _El Anzuelo de Fenisa_:
+
+ «ALBANO. ...Tiene el Duque de Medina
+ (ya entenderás que es Sidonia)
+ justo a su casa en Sevilla
+ un corredor de pelota....
+ Tiene aqueste corredor,
+ no enfrente, sino en la popa,
+ las armas de los Guzmanes,
+ y sobre el timbre y las hojas
+ que con diversos penachos
+ cercan el escudo y orlas,
+ al gran don Alfonso Pérez
+ de Guzmán que el Bueno nombran,
+ sobre el muro de Tarifa,
+ que al moro la daga arroja
+ para que mate a su hijo
+ (¡divina hazaña española!),
+ y debajo de las armas,
+ aquella sierpe espantosa
+ que mató en África, haciendo
+ la hazaña de Hércules corta....»]
+
+[Nota 532: Del Conde de Salvatierra traté en el prólogo.]
+
+[Nota 533: _De buena capa_, es decir, _de buena apariencia_. También
+se decía _de buena ropa_.]
+
+[Nota 534: Puntúo como la edición príncipe: _«... con mantos, de
+medio ojo_, sentadas en el suelo»; esto es, _tapadas de medio ojo_, que
+era una de las maneras de taparse, y no _con manto de medio ojo_, como
+lee el señor Bonilla, porque nunca hubo tal suerte de mantos. De las
+mujeres sevillanas decía Alonso Morgado (pág. 142 de su _Historia de
+Sevilla_): «Vsan el vestido muy redondo, precian se de andar muy
+derechas y menudo el passo, y assi las haze el buen donayre y gallardia
+conocidas por todo el Reyno, en especial por la gracia con que se
+loçanean _y se atapan los rostros con los mantos, y miran de vn ojo»_.
+¿De dónde vino el taparse de esta manera? A esto responde fray Juan de
+la Puente, recordado por Antonio de León Pinelo en su curioso libro
+_Velos Antiguos i modernos en los rostros de las mugeres, sus
+conueniencias, y daños_ ... (Madrid, Juan Sánchez, 1641), fol. 47 vto.:
+«De los Árabes tomaron las mugeres españolas el _taparse de medio ojo_,
+de lo qual las alaba Tertuliano....» Y añade León Pinelo (fol. 48) que,
+«como las Moriscas siempre andavan tapadas con sus almalafas o sabanas
+blancas..., en vistiéndose a lo Español, convirtiéndolas en los mantos
+negros, dieron en taparse con ellos del modo que solian con las
+sabanas.... I como es uso garvoso, lascivo, alegre i (como dezimos) de
+garavato, i las Moriscas, por ser todas de excelentes ojos, andavan assi
+más briosas i apuestas que las Españolas, i estas avian començado, ya
+desde antes del año de MDxxvj, a agradarse del Tapado, i a usarle
+también, confundiendose por este modo las unas con las otras, llegó a
+introduzirse del todo por este de sesenta i seis o sesenta i siete
+[alude a una pragmática sobre mudar de trajes los moriscos, promulgada
+en 1566]: i fue con tanto excesso, que veinte años después, en las
+Cortes de Madrid de MDxxxvj, se trató de su prohibicion, que se promulgó
+la vez primera por ley el de noventa....» El _taparse de medio ojo_,
+aunque se extendió por casi toda España y fué comunísimo en la Corte,
+era señaladamente sevillano. Así Lope, en el acto I de _Las Bizarrías de
+Belisa_:
+
+ «Ponte _el manto sevillano;
+ no saques más de una estrella_....»
+
+Y Tirso de Molina, en el acto I de _El Amor médico_, cuya acción pasa en
+Sevilla:
+
+ «¿Qué quieres que diga?
+ Cada cual su rumbo siga:
+ tu amor, tú; yo, a la tapada;
+ que el diablo del sombrerete,
+ que parece tajador
+ de aldea, para mi humor
+ tiene no sé qué sainete
+ que alienta mis disparates.
+ ¡Oh anascote, oh caifascote,
+ oh basquiña de picote,
+ oh ensaladas de tomates
+ de coloradas mejillas,
+ dulces a un tiempo y picantes!
+ ¡oh chapines, no brillantes,
+ mas negros y con virillas!
+ ¡Oh _medio ojo_ que me aojó!
+ ¡Oh atisbar de basilisco!
+ ¡Oh _tapada a lo morisco_!
+ ¡Oh fiesta, y no de la O!»
+
+La costumbre de taparse las mujeres, de medio ojo, o derribando el manto
+hasta la barba, y aun hasta el pecho, arraigó tanto, que en balde fué
+objeto de reiteradas prohibiciones en el último tercio del siglo XVI y
+en el primero del siguiente. Por el citado capítulo de Cortes de 1586 se
+prohibió que las mujeres anduviesen tapadas, y sobre su observancia y
+cumplimiento se publicó una pragmática en 1594, mandada guardar por otra
+de 1600, que es la ley XIV, cap. XX, tít. XII, libro VII de la _Nueva
+Recopilación_; pero como, aun así, esto no se cumplia, por otra
+pragmática, dada en Madrid a 12 de abril de 1639, se mandó «que en estos
+Reinos y Señoríos todas las mugeres de qualquier estado y calidad que
+sean anden descubiertos los rostros, de manera que puedan ser vistas y
+conocidas, sin que en ninguna manera puedan tapar el rostro en todo ni
+en parte con mantos ni otra cosa...,» y que, además de la pena de tres
+mil maravedís que se había impuesto por las pragmáticas y leyes
+anteriores, «por la primera vez caigan e incurran en perdimiento del
+manto y de diez mil marauedis, aplicados por tercias partes, y por la
+segunda, los dichos diez mil marauedis sean veinte, y se pueda imponer
+pena de destierro, segun la calidad y estado de la muger».]
+
+[Nota 535: La academia sevillana a que alude Vélez debió realmente
+de existir; pero de ella no han quedado más noticias que las que aquí da
+nuestro autor. Así, pues, mi docto amigo don Joaquín Hazañas, en su
+_Noticia de las Academias Literarias, Artísticas y Científicas_ de los
+siglos XVII y XVIII (Sevilla, 1888), se limitó, en cuanto a la de la
+calle de las Armas, a reseñar el pasaje del escritor ecijano.]
+
+[Nota 536: Antonio Ortiz Melgarejo había nacido en 1580, pues al
+declarar (diciembre de 1637) en las pruebas de Juan Antonio del Alcázar
+y Zúñiga para el hábito de Calatrava, dijo tener cincuenta y siete años.
+Por esta declaración consta que, en efecto, era presbítero y del hábito
+de San Juan (Archivo Histórico Nacional, Pruebas de Calatrava, núm. 72,
+fols. 81 y 82).]
+
+[Nota 537: Qué negocios fueran éstos no se sabe; pero sí que por los
+años de 1635 y 1637 se representaron en Sevilla algunos autos del Corpus
+compuestos por Cubillo de Aragón, por los cuales la ciudad le libró
+ciertos dineros (Sánchez-Arjona, _Noticias referentes a los anales del
+Teatro en Sevilla desde Lope de Rueda hasta fines del siglo XVII_,
+Sevilla, 1898, páginas 300 y sigts.).]
+
+[Nota 538: Lo poco que se sabía de Blas de las Casas Alés, y algo
+más que logré averiguar, está resumido en mi libro _Pedro Espinosa_
+(Madrid, 1906), págs. 270 y 277. Además, de un curioso papel inédito
+suyo di noticia, y aun copia, al fin de las _Obras de Pedro Espinosa_
+(Madrid, 1909), págs. 409 y sigts.]
+
+[Nota 539: Don Cristóbal de Rozas, quizás antequerano, fué autor de
+tres obras dramáticas citadas por Barrera en su _Catálogo bibliográfico
+y biográfico del Teatro antiguo español_.... De don Diego de Rosas puede
+presumirse que sea el don Diego de Rosas y Argomedo citado en el mismo
+_Catálogo_ como autor de la comedia _Donde hay valor, hay honor_, cuyo
+manuscrito poseyó don Agustín Durán, bien que la misma obra fué impresa
+con otras de diversos autores en Zaragoza, 1640, bajo el nombre de _don
+Diego de Rojas_.]
+
+[Nota 540: _Dragmático_ en la edición original.]
+
+[Nota 541: Don García de Salcedo y Coronel es escritor muy conocido
+en nuestra república de las letras por sus diversas colecciones de
+poesías, y aún más que por ellas, por sus comentos de Góngora. Tuvo
+estrecha amistad con Vélez, cuya muerte lamentó en dos composiciones
+insertas en sus _Cristales de Helicona_ (1649).]
+
+[Nota 542: _Primero_, en la acepción de _sobresaliente_.]
+
+[Nota 543: _Sujeto_, en su acepción, hoy poco usada, de _materia_,
+_tema_ o _asunto_.]
+
+[Nota 544: Llamábase esta celebrada poetisa doña Ana Caro de Mallén,
+y de ella dió curiosas noticias don Manuel Serrano y Sanz en sus
+_Apuntes para una Biblioteca de Escritoras españolas desde el año 1401
+al 1833_ (Madrid, 1903), y aun reprodujo algunos de sus trabajos.]
+
+[Nota 545: _Décima musa andaluza_ se la llama en el epígrafe de su
+comedia _El Conde de Partinuplés,_ publicada en el _Laurel de Comedias
+de diferentes autores. Quarta parte_ (Madrid, Imprenta Real, 1653). Fué
+muy frecuente esta denominación de _décima musa_. Garcilaso, al
+principio de uno de sus sonetos:
+
+ «Ilustre honor del nombre de Cardona,
+ _décima moradora del Parnaso_...»;
+
+y dijo el Brocense en su comento: «Muchos han usado esta frasi, de
+llamar a la damas doctas _Décima Musa_ o _Quarta Gracia,_ siendo las
+Musas nueve y las Gracias tres....» Lope de Vega había escrito en 1604,
+en la _Representación moral del Viaje del alma_:
+
+ «...Doña Oliva de Nantes, _musa décima_,
+ y doña Valentina de Pinedo,
+ la _cuarta gracia_, o verso o prosa escriba.»
+
+Y años después, en la silva II del _Laurel de Apolo_, dijo de Juliana
+Morella:
+
+ «...Porque mejor por ti, _que has hecho cuatro
+ las Gracias, y las Musas diez_, pudiera
+ que por Safo Antipatro
+ decir aquella hipérbole....»]
+
+[Nota 546: En efecto, el soneto que a continuación lee don Cleofás
+había sido escrito por Vélez a la máscara que indica, celebrada en la
+noche del domingo 15 de febrero de 1637, y lo leyó por vía de
+introducción a la oración que hizo en el certamen literario que presidió
+el viernes siguiente.]
+
+[Nota 547: Comentó Durán y copió Bonilla, acerca de este
+_masebarrilete:_ «Según el sentido del período, puede entenderse que
+habla del Sota u oficial mayor del sastre. Acaso Barrilete sea algún
+personaje que haga papel de oficial de sastre en algún entremés o en
+alguna jácara. Si así fuere, el autor habrá usado de dicha palabra
+aludiendo al personaje popularizado en la escena cómica o en el romance
+popular.»]
+
+[Nota 548: De las acepciones de _adolecer_ que hallo en los léxicos,
+la que menos desconviene a este pasaje es la de «aficionarse o
+apasionarse por alguna cosa o por algún sujeto», y aun ésta no
+satisface.]
+
+[Nota 549: A lo que creo, _Doctor_ es errata, por _Rector_, pues sin
+duda se refiere a Bartolomé Leonardo de Argensola, que tuvo esa
+_rectoría._]
+
+[Nota 550: Refiérese Vélez de Guevara a la renombrada _Academia de
+la Crusca_, fundada en Florencia en el siglo XVI.]
+
+[Nota 551: _Templada sin sentillo_ es gentil encarecimiento, pues el
+oír templar un instrumento fué siempre cosa harto molesta, por lo cual
+don Guillén de Castro hizo decir a un rey en la jornada I de _El Amor
+constante_:
+
+ «Cante, pues, lo que cantare,
+ muy melancólico sea,
+ _y no temple, porque es cosa
+ que nunca esperarla pude_....»
+
+Este y otros fastidiosos preliminares del tañer y el cantar resumió
+Quiñones de Benavente en su _Entremés de los Mariones:_
+
+ «MARÍA. Músico, desabrigue la guitarra
+ y haciéndola sonar como chicharra,
+ _sin templar, sin toser, sin escombrarse,
+ ni aguardar a la súplica o al ruego_,
+ cante un romance, y pagaréle luego.»]
+
+[Nota 552: Se refiere a don Antonio Hurtado de Mendoza, excelente
+autor dramático y lírico.]
+
+[Nota 553: González de León, en su citada _Noticia histórica_...,
+página 472, dice de _la Almenilla_: «La puerta inmediata [a la de San
+Juan], que pertenece al mismo cuartel y parroquia de Omnium Sanctorum,
+se llama de la Barqueta, por estar junto a ella la barca pública que
+tiene la ciudad para facilitar el tránsito del río por esta parte.»
+Antiguamente se llamó _de la Almenilla_, por una que tenía encima.
+También se llamó de Vib-arragel, por el nombre de la plaza que tiene
+junto. Pero por extensión se nombró _la Almenilla_ a esta plaza, en la
+cual--dice el mismo autor--«está el sitio que llaman el Blanquillo, que
+es un pedazo de la muralla que da sobre el río, muy ancho, al cual se
+sube por dos cómodas escaleras de piedra, y su suelo está ladrillado y
+muy cómodo, por lo que en otro tiempo había en él muchas funciones y
+bailes en las noches de verano.»]
+
+[Nota 554: El real monasterio de San Clemente, de Sevilla, en la
+collación de San Lorenzo, siempre se tuvo, como dice Morgado (pág. 435),
+«por el más antiguo y primero que de Monjas en ella fué fundado después
+de ganada de poder de los Moros...», y su compás, «llamado (por ser
+suyo) de San Clemente, que tiene poco menos de trezientos vezínos,
+posseen y an posseído continuamente sus Monjas, con verdadero título y
+real donación».]
+
+[Nota 555: El señor Bonilla leyó _del Tejo_, como la edición
+príncipe; pero rectificó al pie de la página: «Por _Tajo_.» Y yo,
+releyendo el pasaje de Vélez y viendo asociado a lo del _Tejo_ (que me
+traía a la memoria aquellos versos del preclaro poeta Camoens:
+
+ _«Vejo o puro, suave e brando_ Tejo,
+ _Com as concavas barcas, que nadando
+ Vão pondo em doce effeito seu desejo_...,»)
+
+lo de la _estranjera voz_ de aquel _Seraphin_ o _Seraphina_, me di a
+sospechar si en San Clemente habría habido, por el tiempo en que Vélez
+escribía su novela, o poco antes, alguna monja portuguesa, tan famosa
+por su buena voz como aquella otra monja de Santa Paula, también en
+Sevilla, de que habló Cervantes en _La Española inglesa_. Y esto
+pensado, acudí una vez más, como en otros casos, á la bondadosa voluntad
+de mi antiguo amigo y compañero de aulas don José María de Valdenebro,
+rogándole que hiciera en San Clemente la deseada investigación. Hecha
+está, y véase cuán acertada ha salido mi conjetura. En 30 de octubre de
+1630, el doctor Alonso Jofre de Loaysa, visitador de monjas de aquella
+ciudad, estando a la reja del comulgatorio del convento de San Clemente
+el Real, exploró a doña Mariana, a doña Ana María _Serafina_ y doña
+Isabel Bravo, de diez y nueve, diez y siete y quince años
+respectivamente, hijas de González Gómez Bravo y de Leonor Rodríguez,
+_vecinos de Lisboa_, antes de darles el hábito de novicias del dicho
+convento. Y dado en el mismo día, las tres hermanas profesaron en 16 de
+abril de 1632. La que nos interesa firmó en el acta de la profesión _Ana
+Sarafina_. Esta monja era, pues, el _serafín_, o _Serafina_, que había
+sido primero dulcísimo ruiseñor _del Tejo_. Y conviene añadir que al
+practicarse tal búsqueda, con el inmejorable resultado que acabamos de
+ver, las monjas de San Clemente, enteradas del objeto de ella, han
+manifestado que por referencia venida de unas en otras saben que hubo en
+su convento una cantora tan admirable, «que se llenaba la iglesia por
+oírla, y a más, el compás, cundiendo por toda la ciudad sus elogios».]
+
+[Nota 556: _Hipérbole,_ femenino hoy, fué masculino en otras
+calendas. Tirso de Molina, en sus _Cigarrales de Toledo_: «Buscando
+estoy comparaciones para las mexillas de quien ellas son _el hypérbole,_
+y no las hallo....»]
+
+[Nota 557: _Carcajadas de risa_, pleonasmo aun muy usado por el
+vulgo, especialmente en Andalucía. También lo tiene Espinel en sus
+_Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón._]
+
+[Nota 558: Como dice el léxico de la Academia, _señalado de la mano
+de Dios_ es frase «con que se suele zaherir al que tiene un defecto
+corporal».]
+
+[Nota 559: Se dice _nacido en las malvas_ del que tuvo humilde
+origen, y aun añaden tal cual vez _criado en las ortigas_. Góngora, en
+una de sus letrillas burlescas:
+
+ «Al que pretende más salvas
+ y ceremonias mayores
+ que se deben por señores
+ a los Infantados y Albas,
+ siendo _nacido en las malvas
+ y criado en las ortigas_,
+ cinco higas.»]
+
+[Nota 560: Por _limeta_ nunca se entendió _vaso_ sino genéricamente;
+es y fué siempre _botella, redoma_. Oudin, en su _Tresor des devx
+langues...: «Limeta, vne espece de phiole de verre comme ce que l'on
+appelle á Paris un bocal_.» Y Franciosini, en su _Vocabolario_, la da
+por equivalente de _guastada_ o _caraffa_.]
+
+[Nota 561: Entre los vinos andaluces eran muy celebrados los de
+_Alanís_ y _Cazalla_. Cervantes, en el _El Licenciado Vidriera: «_...
+ofreció a Esquivias, _a Alanís, a Cazalla_, Guadalcanal y la
+Membrilla....» Sería bien fácil citar veinte o más autores que celebran
+estos vinos.]
+
+[Nota 562: Como si dijera: _de moho que tiraba a cecina_. Quevedo,
+en la _Visita de los chistes_: «Y diles a todos los _dones_ a teja vana,
+caballeros chirles, _hacia hidalgos_ y casi dones, que hagan bien por
+mi....» _Hacia_, así antepuesto, es menos que _semi_ y mucho menos que
+casi, porque no denota sino tendencia ó dirección.]
+
+[Nota 563: Llaman figuradamente _sacar la sardina con la mano del
+gato_ a servirse de otro para que se arriesgue, o haga la costa, en
+costa de nuestra utilidad.]
+
+[Nota 564: De la proverbial valentía--o, mejor,
+_valentonería_--sevillana dije en el discurso preliminar de mi edición
+crítica de _Rinconete y Cortadillo_ (pág. 71): «Mas ¡también singular
+cosa! con esa propensión al ocio coexistían, en los hombres de todas las
+clases sociales, una altivez y un como orgullo, provenientes en mucha
+parte de ser hijos de la magnífica ciudad, y aun de solo residir en
+ella, que solían traducirse, cuando no en actos de ostensible valor, en
+contiendas verbales llenas de interjecciones, pésetes, mentises e
+hiperbólicas amenazas, en que ponía lo menos el propósito de hacer daño
+a nadie, y ponían lo más la exuberancia de fantasía y la facundia
+retórica que da pródigamente a sus naturales aquella noble y
+privilegiada tierra.» Y añadí poco después: «Quien lo hereda, no lo
+hurta, y como de herencia tenían los sevillanos aquel decoro, y aquella
+noble arrogancia. «Todos, hasta los niños--escribía el bachiller Luis de
+Peraza, cabalmente hacia el año referido (1540)--, presumen de hombres,
+y andan con sus «espadicas» a los lados, y aun se las pegan a las veces
+con «el diablo». Con razón, pues, decía Castillo Solórzano en _La
+Garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas_, capítulo III: «... demás
+desto era un poco dado a la valentía, cosa en que pecan todos los más
+hijos de Sevilla que se crían libres como este que decimos». No había,
+pues, de ser una excepción de la regla la pobrería hispalense.]
+
+[Nota 565: Aquí parece aludir el Cojuelo a las seguidillas y
+villancicos en que los ciegos solían burlarse de él, como dije en nota
+del tranco VI (158, 4)[383].]
+
+[Nota 566: _Hasta a los lirones_, quiere decir.]
+
+[Nota 567: _Carril_ o _carrillo_ llaman en Andalucía a la garrucha
+por donde pasa la soga con que se saca el agua del pozo; y para que el
+eje, que es de hierro, no se entorpezca con las lluvias, suelen cobijar
+la tal polea con una esportilla de palma o un sombrerillo viejo. Uno de
+ese jaez era el que lucía el Duque.]
+
+[Nota 568: No he logrado hallar explicación a esto de llamar el
+Sargento a un mendigo «porque tenía un brazo menos». Creo que ha de
+referirse alguna insignia (lazo, capona, o cosa semejante) que los
+sargentos llevarían en un solo brazo. Con todo, a más señores.]
+
+[Nota 569: El andar arrastrando, por solo ello, no explica el por
+qué del mote de este marqués. Le llamaban Marqués de los Chapines porque
+para andar se ayudaba de las manos, calzados en ellas unos chapines
+viejos. Así dice Vélez poco después (265, 12). «Entonces el Conde [es
+errata, por _Marqués_], metiendo las manos en los chapines....»]
+
+[Nota 570: _Vusía,_ contracto de _vuestra señoría._ Falta en el
+_Diccionario_ de la Academia, que registra, entre otros, _vueseñoría,
+useñoría y usiría._]
+
+[Nota 571: Recuérdese lo dicho en nota del tranco IV a propósito de
+la frase _demonios a las veinte_ (89, 18)[244].]
+
+[Nota 572: Pérez y González recuerda que estos dos ríos eran famosos
+por lo sucios y mal olientes, tanto, que Salas Barbadillo, en una jácara
+inserta en su novelita picaresca titulada _La Ingeniosa Elena, hija de
+Celestina_, pone asimismo juntos sus nombres, «como en competencia de
+suciedad»;
+
+ «A Valladolid la rica,
+ con quien el sol suele hacer
+ tal divorcio, que el invierno
+ de sus ojos no le ve,
+ donde _el espeso Esguevilla,
+ émulo de Zapardiel,
+ portador de malas nuevas
+ para las narices es_....»
+
+Y pregunta Pérez y González: «Al decir Vélez de Guevara que la Berlinga
+había sido _senda de Esgueva a Zapardiel_, ¿quería referirse a la
+distancia que media entre ambos ríos, o quería indicar que aquella pobre
+mendiga era sucia en extremo, como si hubiera reunido la suciedad de
+Zapardiel y de Esgueva?» A mi parecer, con todo ello quiso decir de esta
+pordiosera que era tan sucia como larga, aun llamándose la Berlinga.]
+
+[Nota 573: _Paulina_, como dice el _Diccionario_ de autoridades, es
+«la carta o edicto de excomunión que se expide en el Tribunal de la
+Nunciatura, u otro Pontificio. Llamóse assi porque en tiempo del papa
+Paulo III tomó fuerza la costumbre de estos edictos. Por extensión se
+dice por el conjunto de palabras injuriosas con que uno zahiere a
+otro».]
+
+[Nota 574: _Palabra preñada_, según el _Diccionario_ de autoridades,
+es «el dicho que incluye en si más sentido del que manifiesta, y se dexa
+al discurso del que lo oye».]
+
+[Nota 575: Hoy lo diríamos con más clara sintaxis: «hubiera entre
+pobres y pobras un paloteado de los diablos». Esta pobrería lisiada y
+mendigante, por serlo, nunca podría menos de parecerse mucho a la que
+esbozó Quevedo en su _Boda de pordioseros_ (Musa V):
+
+ «...Quando por una calle
+ el Manquillo de Ronda
+ entró, dando chillidos,
+ recogiendo la mosca:
+
+ «Denme, nobles cristianos,
+ por tan alta señora,
+ ansí nunca se vean,
+ su bendita limosna.»
+
+ Columpiado en muletas
+ y devanado en sogas,
+ Juanazo se venía
+ profesando de horca.
+
+ En un carretoncillo,
+ y al cuello unas alforjas,
+ Pallares, con casquete
+ y torcida la boca,
+
+ y el Ronquillo a su lado,
+ fingiendo la temblona,
+ cada cual por su acera
+ desataron la prosa,
+
+ y levantando el grito,
+ dijeron con voz hosca
+ lo del aire corruto
+ y aquello de la hora.
+
+ Con sus llagas postizas,
+ Arenas el de Soria
+ pide para una bula,
+ que eternamente compra.
+
+ Romero el estudiante,
+ con sotanilla corta,
+ y con el _quidam pauper_,
+ los bodegones ronda.
+
+ Con niños alquilados,
+ que de continuo lloran
+ a poder de pellizcos,
+ por lastimar las bolsas,
+
+ la taimada Gallega,
+ más bellaca que tonta,
+ entró de casa en casa,
+ bribando la gallofa....»]
+
+[Nota 576: Como dice el _Diccionario_ de autoridades, se llamaba
+_particular_ «la comedia que se representa por los farsantes fuera del
+theatro público». Agustín de Rojas decía en _El Viaje entretenido:_
+«Hacen _particulares_ a gallina asada, liebre cocida, cuatro reales en
+la bolsa, dos azumbres de vino en casa, y a doce reales una fiesta con
+otra». Y Quiñones de Benavente, en el _Baile de los Zarrapastrones_:
+
+ «BRAS. Prega a Dios que no seais Menga
+ con quien los poetas anden
+ de día con las comedias,
+ de noche en _particulares_.»]
+
+[Nota 577: _Para pagarlo de bonete_, esto es, de la limosna que para
+ello se recogiera entre la pobrería; _echando_, como dicen, _un
+guante._]
+
+[Nota 578: Entre personas principales era cosa muy frecuente el
+jurar por la vida del cónyuge--así, verbigracia, la Duquesa en el
+_Quijote_ (II, 31)--, y Vélez, donosamente, pone tal juramento en boca
+de este Duque de los Andrajos.]
+
+[Nota 579: En la pretina o cinto solían llevar la vara los
+alguaciles, para tener desembarazadas y libres entrambas manos. Lo mismo
+hacen los arrieros, como dice esta copla popular:
+
+ «Echemos la despedida,
+ la que echan los harrieros:
+ _con la vara en la cintura_,
+ «¡Harre, borrico platero!»]
+
+[Nota 580: _Por iglesia_, en una de sus acepciones, se entiende el
+refugio, favor e inmunidad que da a quien se vale de su sagrado.
+Dijeron, pues, _pedir iglesia_ a alegar esa inmunidad, bien por estar
+acogido a lugar que tenía ese privilegio, o bien por haber sido sacado
+de él por fuerza. Pero como a todo criminal a quien detenía la justicia
+importaba mucho hacer entender que tenía ganado el derecho de asilo, por
+estar, o haber estado, acogido, era frecuente el _llamarse Iglesia,_ es
+decir, el empeñarse en no responder otra palabra que _Iglesia_ a cuanto
+le preguntaban. Quevedo, en una de sus jácaras:
+
+ «Tienen gran tirria conmigo
+ los confesores de historias;
+ mas sólo _iglesia me llamo_
+ pueden hacer que responda.»
+
+Y Lope de Vega, en el acto III de _El Alcalde mayor_, donde Rosarda hace
+llamar a Dinardo, que está preso en la cárcel, y cuando le traen con
+grillos, dicen:
+
+ «ROSARDA. ¿Conocías a Camilo?
+
+ DINARDO. _Iglesia_.
+
+ ROSARDA. (Pluguiera a Dios
+ que nos viésemos los dos
+ a su puerta.) ¡Lindo estilo
+ de delincuentes! El día
+ que al campo salió contigo,
+ ¿no llevabas otro amigo?
+
+ DINARDO. _Iglesia_.
+
+ BERNARDO. Verdad sería.»]
+
+[Nota 581: Como nota el señor Bonilla, _el Conde_, ahora, y _la
+Condesa_ cinco líneas después, que así se lee en la edición príncipe,
+son manifiestas erratas, por _el Marqués_ y _la Marquesa_.]
+
+[Nota 582: Nuevo juramento aristocrático, como atrás el del Duque.]
+
+[Nota 583: Dar _culebra_--dice el _Diccionario_ de autoridades--«es
+dar algún chasco pesado, que suele ser con golpes».]
+
+[Nota 584: Eran y son las famosísimas _Gradas_, según a fines del
+siglo XVI las describió Mateo Alemán _(Guzmán de Alfarache_, parte I,
+libro I, cap. II), «un andén o paseo hecho a la redonda della [de la
+Iglesia Mayor o Catedral] por la parte de afuera, tan alto como a los
+pechos, considerado desde lo llano de la calle, todo cercado de gruesos
+mármoles y fuertes cadenas». Durante el siglo XVI y casi todo el
+siguiente--advertí en mi edición crítica de _Rinconete y Cortadillo_,
+pág. 383--«_las Gradas_ fueron el sitio más concurrido de Sevilla:
+tienda donde se vendía y se compraba de todo lo que no eran cosas de
+comer; almoneda de cuanto la muerte y la pobreza hacían salir de las
+casas; mentidero de toda la ciudad; lugar en que los ciegos rezaban o
+mascullaban sus oraciones; punto de cita para todo sevillano, y plaza de
+curiosidad para todo forastero.»]
+
+[Nota 585: Hoy no sería de buen pasar decirlo así: diríamos _don
+Cleofás y su camarada_.]
+
+[Nota 586: _La calle de Bayona_--dice González de León, _Noticia
+histórica del origen de los nombres de las calles de Sevilla,_ pág.
+204--«es otra de las calles que tomaron el nombre después de la
+conquista, de la nación o provincia que pasó a habitarlas.... No es muy
+ancha; sus casas son cómodas y grandes, y pasa, tomando una vuelta, de
+las Gradas de Poniente de la catedral, pasada la callejuela de la Mosca,
+a la puerta del Arenal». En esta calle tuvo su casa de posadas el ex
+farandulero y notable amigo de Cervantes Tomás Gutiérrez, de quien hemos
+sacado a luz curiosas noticias mi querido amigo don Adolfo Rodríguez
+Jurado y yo en diversos trabajos cervantinos. Recientemente han mudado
+el nombre de esta calle, llamándola de _Federico Sánchez Bedoya_.]
+
+[Nota 587: La antigua calle _de la Pajería,_ también nombrada en
+otro tiempo _del Mesón de los Caballeros_, se llama desde años ha _de
+Zaragoza_, en conmemoración del bizarrísimo comportamiento de los
+zaragozanos durante nuestra gloriosa guerra de la Independencia.]
+
+[Nota 588: Era grande agravio cortar la cara a una mujer, porque
+esto, sobre menoscabar su hermosura, hacía pública para siempre la
+afrenta, por ir indeleblemente marcada en el sitio más visible; pero a
+las malas mujeres se las solía amenazar además con _cortarles las
+piernas_, dando a entender con ello que por su torpe oficio las tenían
+poco menos a la vista que el rostro.]
+
+[Nota 589: Así lo dijo Andrés de Claramonte, en la jorn. III de _De
+lo vivo a lo pintado_:
+
+ «LISBELLA. Cuando yo no os conocía,
+ viles y bárbaros celos,
+ como engañáis, como cielos,
+ por deidades os tenía;
+ mas después que he conocido
+ vuestros rigores eternos,
+ _veo que sois los infiernos_,
+ en que padece el sentido.»]
+
+[Nota 590: _Otro día,_ en equivalencia de _al día siguiente_, como
+en muchos lugares del _Quijote_ (II, 331, 4; III, 30, 15; IV, 91, 6; VI,
+26, 1, etc.).]
+
+[Nota 591: La calle de _la Morería,_ que va desde la de San Pedro a
+la plaza de los Descalzos, perteneció al barrio que se llamó _del
+Adarvejo_ y habitaron los moros hasta que en 1503 se les expulsó por
+mandado de los Reyes Católicos.]
+
+[Nota 592: Refiriéndose Vélez a los _antojos_ o _anteojos_ con que
+el Cojuelo y don Cleofás concurrieron a la academia anterior, juega de
+aquel vocablo en sus dos acepciones.]
+
+[Nota 593: Con el _dixi_, en efecto, del cual nos queda el _he
+dicho_ de hoy, solían terminarse las oraciones académicas. En el
+_Quijote_ (II, 36), Trifaldín el de la Barba Blanca no acaba el discurso
+que hace en casa de los Duques sin el _Dije_ de rúbrica.]
+
+[Nota 594: Claro es que se refiere a Orfeo y a su mujer Eurídice.
+Quizá Vélez le llamó _el Músico de Tracia_ recordando aquellos versos de
+Lope, en _La Gatomaquia_, silva I:
+
+ «...Cantó un soneto en voz medio formada
+ en la arteria bocal, con tanta gracia
+ como pudiera _el músico de Tracia_....»
+
+Pero antes que Lope, le había llamado así Camoens en una de sus elegías:
+
+ «E o musico de Thracia, _ja seguro
+ De perder sua Eurydice tangendo,
+ M'ajudara ferindo o ar escuro_.»]
+
+[Nota 595: Reminiscencia de una de las epístolas de Horacio, citada
+por el señor Bonilla.]
+
+[Nota 596: Nuevamente se lee _dragmáticos_ en la edición original,
+como _dragmático_ en el tranco anterior (245, 2)[540].]
+
+[Nota 597: Llamaban _bailinistas_ a los que escribían la letra para
+los bailes. A continuación de las _Pregmáticas y Ordenanzas_ de la
+academia que se celebró en el Buen Retiro en 1637, presidida por Luis
+Vélez de Guevara, que no son sino estas mismas, con ligeras variantes
+(Biblioteca Nacional, Ms. 10293), hay algunas _cédulas_, una de las
+cuales comienza así: «A un poeta _bailinista_ nuevo se le han perdido
+dos seguidillas y unas mudanças de cruzado....»]
+
+[Nota 598: Dice festivamente _villancieres_, por _poetas de
+villancicos_, como se decía, al uso de Borgoña, _panetier_, _salsier_,
+_grefier_, etc. Tirso de Molina, en el acto II de _Privar contra su
+gusto_:
+
+ «CALVO. Ha dado en mudar los nombres
+ el palacio a sus oficios,
+ en nuestra España novicios;
+ ya llama a sus gentilhombres
+ _acroyes_; ya hay _sanserván,
+ furriel, costiller, salsier,
+ guardamangel, sumiller,
+ panatiel_, que guarda el pan,
+ y otros mil; con que deseo
+ que el palacio me sustente
+ y ocupe principalmente
+ entre aquestos del bureo,
+ por holgarme y burear.
+ Quisiera yo, pues, señora,
+ que, siendo mi intercesora,
+ el Duque me hiciera dar
+ uno que, acabado en _el_,
+ a los demás imitara
+ y de nuevo se criara.
+
+ INFANTA. Y ¿cuál es?
+
+ CALVO. _Murmuratiel_.»
+
+_El Titeretier_ (por _El Titerero_ o _El Titiritero_) se titula una
+mojiganga de don Francisco de Avellaneda, núm. 3260 del _Catálogo de las
+piezas del Teatro que se conservan en el departamento de Manuscritos de
+la Biblioteca Nacional_. Y el mismo Vélez, en un romance dirigido al Rey
+(véase mi folleto intitulado _Cinco poesías autobiográficas de Luis
+Vélez de Guevara_):
+
+ «... que agora son más que nunca
+ sus escudos menesteres,
+ para caminar con Vos
+ desde aquí a Jerusalén,
+ protestando que será
+ en todo el Pentecostés
+ de las alabanzas vuestras
+ eterno _versifiquier_....»]
+
+[Nota 599: Así, _ridmos_, en la edición príncipe, cambiada la _t_ en
+_d_, como en _atmósfera_, _atlántico_, etc., que el vulgo, por la ley
+del menor esfuerzo, pronuncia _admósfera_, _adlántico_, etc.]
+
+[Nota 600: El señor Bonilla leyó distraídamente _modo_.]
+
+[Nota 601: De estas once voces que reprobaba por nuevas y exóticas
+Vélez de Guevara, diez son hoy de uso corriente, y aun _purpurear_, que
+se emplea poco, está, como las otras, en todos los diccionarios. Cuando
+al hojear nuestros libros del siglo XVII encuentro listas de palabras
+que entonces se rechazaban por nuevas, y ahora estamos a pique de
+arrinconarlas por antiguas, la resistencia que mi clásica educación
+literaria opuso siempre al habla modernista que va cundiendo tira a
+ceder, de tal manera, que me desconozco. Veo, además, que entre estas
+novedades con que quieren regalarnos hay muchas que no lo son sino
+porque cayeron en desuso cuatro o cinco siglos ha, y recuerdo aquel
+_Multa renascentur_ ... de Horacio, que aprendí en la adolescencia y que
+el cordobés Rosal acomodaba en verso, en esta guisa:
+
+ «Muchos vocablos serán
+ estimados, que cayeron,
+ y muchos que florecieron
+ otra vez se olvidarán.»
+
+Vea el curioso, para demostración de ello, algunas listas de palabras
+cuyo uso o abuso afeaban nuestros antiguos dramáticos. Lope de Vega, en
+el acto I de _El Desprecio agradecido_:
+
+ «FLORELA. ¡Qué bueno estuvo esta tarde
+ el Prado!
+
+ LISARDA. La procesión
+ de los coches fué notable.
+
+ FLORELA. ¡Bravo humo, brava gloria,
+ brava prosa de galanes!
+ Muy valido anduvo _riesgo,
+ superior, inexcusable,
+ valimiento, acción, despejo,
+ ruidoso, activo, desaire,
+ lucimiento_ y _carabanas_.
+
+ LISARDA. ¡Caso extraño! ¡Que el lenguaje
+ tenga sus tiempos también!
+
+ FLORELA. Vienen a ser novedades
+ las cosas que se olvidaron.»
+
+Lo de _bravo humo_ y _brava gloria_ se refiere--y dígolo porque hoy no
+es fácil de entender--a los mantos que se llamaron _de humo_ y _de
+gloria_. Tirso de Molina, en el acto III de _Celos con celos se curan_:
+
+ «GASCÓN. ...Miren vuesirías dos
+ cuál anda ya nuestro idioma:
+ todo es _brilla, emula, aroma,
+ fatal_.... ¡Oh! Maldiga Dios
+ al primer dogmatizante
+ que se vistió de _candor_.»
+
+Y Rojas Zorrilla, en la jorn. I de _Entre bobos anda el juego, don Lucas
+del Cigarral_:
+
+ «ANDREA. ¿Habla culto?
+
+ D.ª ISABEL. Nunca entabla
+ lenguaje disparatado;
+ antes, por hablar cortado,
+ corta todo lo que habla.
+ Vocablos de estrado son
+ con los que a obligarme empieza:
+ dice _crédito, fineza,
+ recato, halago, atención_....»]
+
+[Nota 602: _Posposiciones_, o sea _transposiciones_, pues en ellas
+siempre hay palabra o expresión _pospuesta_, que con buena sintaxis no
+lo estaría. Llegó a arraigar tanto el abuso de esta licencia, por poetas
+y aun por prosistas, en la primera mitad del siglo XVII, que ni las
+mayores burlas fueron freno que los contuviese. En vano escribió Quevedo
+contra Góngora y sus secuaces aquella _receta para hacer soledades en un
+día_, que empezaba:
+
+ «Quien quisiere ser culto en solo un día,
+ _la jeri_ (aprenderá) _gonza_ siguiente...»,
+
+y en balde Lope de Vega, en la silva IV de _La Gatomaquia_:
+
+ «...Y con estas demencias y furores,
+ _en una de fregar cayó caldera_
+ (trasposición se llama esta figura)
+ de agua acabada de quitar del fuego....»
+
+Pero en todo nuestro parnaso no se hallará una burla tan donosa contra
+el hipérbaton gongorino como aquel soneto que el mismo Lope insertó en
+el acto I de _El Capellán de la Virgen_. Dice así:
+
+ «Inés, tus bellos ya me matan ojos
+ y al alma roban pensamientos mía,
+ desde aquel triste que te vieron día
+ con tan crueles por tu causa enojos.
+
+ Tus cabellos, prisiones de amor, rojos
+ con tal me hacen vivir melancolía,
+ que tu fiera en mis lágrimas porfía
+ dará de mis la cuenta a Dios despojos.
+
+ Creyendo que de mi no amor se acuerde,
+ temerario levántase deseo
+ de ver a quien me por desdenes pierde.
+
+ Que es venturoso si se admite empleo
+ esperanza de amor me dice verde,
+ viendo que te desde tan lejos veo.»
+
+Este soneto está, además, con leves variantes, en una colección de
+_Poesías manuscritas_ (letra del siglo XVII), procedente de la librería
+de Usoz y que hoy para en la Biblioteca Nacional, Mss. 3795-97, tomo I,
+fol. 103.]
+
+[Nota 603: _Sembrados de sal_, quiere decir, como se acostumbraba
+hacer con el solar de las casas de algunos traidores, después de
+derribarlas, a fin de que ni hierbas produjese aquel terreno.]
+
+[Nota 604: Lo dice en latín, por donaire: _guttur = garganta_.]
+
+[Nota 605: Bien se echa de ver que Vélez, al decir todo esto del
+fénix, tenía en memoria el romance de Quevedo: uno de los cuatro
+referentes a otros tantos animales fabulosos (_la phénix_, el pelícano,
+el basilisco y el unicornio). Lo de «hija y heredera de sí propia» y lo
+de que «en ninguna región nadie ha encontrado su aduar» son
+reminiscencias de estos versos de aquel romance:
+
+ «Tú, a quien ha dado la aurora
+ una celda y una ermita,
+ _y sólo saben tu nido
+ las coplas y las mentiras_;
+ tú, _linaje de ti propria,
+ descendiente de ti misma_,
+ abreviado matrimonio,
+ marido y esposa en cifra....»]
+
+[Nota 606: _Afrenta de los miserables_, porque, según la fábula, se
+abre el pecho para alimentar con su sangre a sus hijos.]
+
+[Nota 607: _El capón de leche_ citábase como el más apetitoso de los
+manjares. Lope de Vega, en una epístola, hablando de la muerte:
+
+ «Tan presto se merienda los ayunos
+ como los hartos del _capón de leche_,
+ y pasados por agua sorbe algunos.»]
+
+[Nota 608: _El Paular_ fué un famoso monasterio de Cartujos, en la
+provincia de Madrid.]
+
+[Nota 609: Acerca del _le_ usado como dativo de plural quedó nota en
+el tranco V (131, 5)[327].]
+
+[Nota 610: Un antiguo romance de Bernardo del Carpio vulgarizó
+sobremanera lo que se suele llamar _la ley del mensajero_, en los versos
+siguientes, recordados por Cervantes en el _Quijote_ (II, 10), y por
+otros muchos escritores:
+
+ «Con cartas un mensajero
+ el Rey al Carpio envió;
+ Bernardo, como es discreto,
+ de traición se receló.
+ Las cartas echa en el suelo,
+ y al mensajero ansí habló:
+ «_Mensajero sois, amigo:
+ non mereceis culpa, non_....»
+
+En la escena II de la _Comedia llamada Florinea_, del bachiller Juan
+Rodríguez Florián (1554) dice Belisea al paje de Floriano: «... y en
+saber cúyo eres entiendo cúya será la carta, y en saber cúya ella sea,
+sé que busco de mi enojo su daño y tu perdicion por mensajero: dado que
+diz que _los mensajeros no merescen culpa_....» Y en la escena VI (fol.
+23) dice la misma Belisea: «Vengas, paje, en buen hora: y porque _de ley
+de mensajero no meresces pena_, aunque no te limpias de la culpa....»
+Con todo esto, para tal exención el mensajero había de ser de casa
+extraña, porque del de la propia decía otra cosa el refrán: «Mensajero
+de casa, palos demanda.» Así, en el _Diálogo de los pajes_, de Diego de
+Hermosilla, escrito hacia el año de 1575, aunque nunca impreso hasta el
+de 1901, rogando Lorza a Godoy, criado del Duque, que recuerde a éste
+que ha de pagar cierta deuda, respóndele Godoy: «Id, señor, con Dios...;
+y en esotro, vos por carta se lo acordad al Duque, porque mensajero de
+casa, palos demanda; que sienten mucho que sus criados les traigan a la
+memoria ninguna cosa de las que ellos están obligados a hacer....»]
+
+[Nota 611: Así se acostumbraba volver la honra a los deshonrados
+injustamente, bien que el remedio, como dicen, solía ser peor que la
+enfermedad. Cuéntase--y lo tiene referido en una de sus comedias uno de
+nuestros mejores ingenios, no recuerdo cuál--que habiendo sido azotado
+injustamente un sujeto, él logró que se reconociese el error, por lo
+cual le sacaron en público a caballo y con chirimías, proclamando el
+pregonero su inocencia; mas con ello sólo se consiguió que todo el mundo
+le llamase _el azotado_, siendo así que antes del ruidoso desagravio muy
+pocos habían tenido noticia de la injusta pena.]
+
+[Nota 612: Esto de _a furia me provoco_ es un ripio de cuyo uso
+pocos poetas del tiempo de Vélez se escaparían, ni él mismo quizás. Sólo
+de Lope, del gran Lope, versificador correcto y facilísimo, podrían
+citarse muchos ejemplos. Véanse dos. En el acto III de _Contra valor no
+hay desdicha_:
+
+ «REY. ...Di, villano, al otro infame
+ que mi nieto no se llame:
+ que _a más furor me provoco_.»
+
+En el acto II de _Dineros son calidad_:
+
+ «CAMILA. ...Ya el mundo dello se admira:
+ que es, _si a furia me provoco_,
+ espada en manos de loco
+ lengua en la mujer con ira.»
+
+Y _a risa_, porque lo que importaba era el _provoco_, para la
+consonancia con _loco, poco, toco_, etc. El mismo Lope, en el acto III
+de _Santiago el Verde_:
+
+ «CELIA. Yo, Teodora, haré muy poco
+ en dejarte un hombre tal;
+ pues _a risa me provoco_,
+ de ver que siendo oficial
+ tuviese intento tan loco.»]
+
+[Nota 613: Estos dos versos, estampados como prosa en la edición
+original, tienen curiosa historia. Cuando, antes de terminar el siglo
+XVI, ciertos percances amorosos de que fueron consecuencia algunos
+desahogos satíricos dieron con Lope de Vega, desterrado de Madrid, en la
+hermosa ciudad del Turia, compuso, entre otros romances, uno que se
+encuentra en el _Romancero general_, fol. 153 de la edición de 1604, y
+que empieza así:
+
+ «Hortelano era Belardo
+ de las huertas de Valencia
+ _que los trabajos obligan
+ a lo que el hombre no piensa_.»
+
+Vulgarizóse la sentencia contenida en los dos versos últimamente
+copiados, y, corriendo el tiempo, al escribir en 1620 un largo romance
+para la conclusión de la justa poética celebrada con motivo de la
+beatificación de San Isidro, los parodió su mismo autor en la forma
+siguiente:
+
+ «En la glosa del soneto
+ fué mayor la diferencia,
+ porque el acabar en _fruto_,
+ adonde tan pocos quedan,
+ hizo buscar consonantes
+ que, aun referidos, disuenan;
+ _porque un consonante obliga
+ a lo que el hombre no piensa_.»]
+
+[Nota 614: _Servir con dos comedias en Orán_, como _con dos lanzas_,
+que era condena que solía imponerse a algunos nobles.]
+
+[Nota 615: Hace adjetivo a _jabalí_, y lo es, en efecto, aunque por
+tal no lo tenga el _Diccionario_. En Andalucía rara vez dicen _jabalí_ a
+secas, sino _cochino jabalí_.]
+
+[Nota 616: _Sobre qué caer poeta_, dicho a imitación de _no tener
+sobre qué caer_, o _caerse, muerto_, que equivale a haber llegado a la
+más extremada pobreza.]
+
+[Nota 617: _Talla_, en la acepción de premio que se ofrece por la
+prisión de un criminal.]
+
+[Nota 618: Hoy omitiríamos el _no_, diciendo: «Que ningún hijo de
+poeta ... pueda jurar...»; pero en otro tiempo solía decirse con ese
+_no_, que bien se echa de ver que en realidad no redunda, ordenando de
+otra manera las palabras: «Que _no_ pueda jurar ningún hijo de
+poeta....»]
+
+[Nota 619: _Ninguno_, equivaliendo a _alguno_. «Los negativos de
+origen positivo--dice Bello, _Gramática,_ anotada por Cuervo (París,
+1908)--se emplean a veces en su significado antiguo ... y aun sucede que
+por analogía se extiende el mismo uso a los que son negativos de suyo y
+lo han sido siempre: «Las más altas empresas que hombre _ninguno_ haya
+acabado en el mundo, esto es, _hombre alguno, nadie_.»]
+
+[Nota 620: Nuestro mundo no puede tener más de dos _hemisferios,_ o
+miente la etimología del vocablo; pero Vélez cuenta por otro, del mundo
+ultraterreno, la región infernal.]
+
+[Nota 621: _Alguacil de los veinte_.--«Frase--dice el señor Bonilla
+en su comento--con la cual alude Vélez al número de los alguaciles de
+Sevilla». No, no eran _veinte_ los alguaciles de aquella ciudad; sino
+que, además de otros muchos de diferentes clases y categorías (alguacil
+mayor, sus tenientes, alguacil de las entregas, alguacil de Triana, y
+alguaciles de los tribunales y juzgados), había unos alguaciles de a
+caballo, llamados _de los veinte_, porque éste, por tasa, era su
+número.]
+
+[Nota 622: Juego de las acepciones del vocablo _corchete_.]
+
+[Nota 623: En la edición príncipe, por errata, _pudieran_.]
+
+[Nota 624: _Y la he de hacer de Evangelio_. Juega de la palabra
+_orden_, dando a entender que siendo _orden_ (mandato) de Madrid, la ha
+de convertir en _orden_ (grado sacerdotal) de Evangelio, es decir, la ha
+de hacer tan verdadera (por lo bien cumplida) como el Evangelio.]
+
+[Nota 625: _No_, antepuesto a un subjuntivo, suele equivaler a _no
+sea que. Quijote_, I, 34: «Acaba, corre, aguija, camina, _no se esfogue_
+con la tardanza el fuego de la cólera que tengo....»]
+
+[Nota 626: _Sacar a paz y a salvo_ a uno es, como dice el
+_Diccionario_ de la Academia, «librarle de todo peligro y riesgo». Tal
+frase nació del objeto de aquellas escrituras en que, habiendo una
+persona, en otras anteriores o simultáneas, salido por fiador de otra
+persona, ésta se obligaba a sacarla con bien de cualquiera reclamación o
+procedimiento que con tal motivo se intentara o siguiera. Tales
+escrituras se llamaban de _a paz y a salvo_.]
+
+[Nota 627: _Meterle_ a uno _las cabras en el corral_ es, como dice
+el léxico de la Academia, _atemorizarle, infundirle miedo_.]
+
+[Nota 628: A este _académico_ llama Vélez _un estudiantón del
+Corpus_, no como conjeturaba el señor Puyol y Alonso y decía el señor
+Bonilla, porque estudiase el _Corpus juris civilis_ o el _Corpus juris
+canonici_, sino refiriéndose, tal cual lo notó Pérez y González, a su
+corpulencia y aspecto, lo mismo que pudo llamarle _un gigantón del
+Corpus_, por alusión a los que sacaban en la procesión del Sacramento,
+que por cierto solían ir vestidos con sotana, manteo y valona, a lo
+estudiante. «La paronomasia--añade el malogrado escritor
+hispalense--entre _estudiantón_ y _gigantón_ bien puede servir para
+hacer la frase sin que lo _del Corpus_ tuviera más alcance, o acaso con
+la intención de referirse más claramente a la estatura y fortaleza,
+teniendo en cuenta que el _estudiantón_ no sería pequeño ni desmirriado,
+cuando ofrecía «no dejar oreja de ministro a manteazos.»]
+
+[Nota 629: En el tan citado libro de Pérez y González, págs. 33, 41
+y 140, hay para colmar las medidas al más deseoso de entender a derechas
+y cabalmente qué sea esto de _graduado por la Feria y pendón verde_. Se
+llamó _de la Heria y pendón verde_ una sublevación popular que ocurrió
+en Sevilla por los años de 1521, porque los amotinados, en su mayoría
+gente avalentada del barrio de _la Heria_ o _Feria_, para llevar alguna
+insignia o bandera, sacaron de la inmediata iglesia parroquial de Omnium
+Sanctorum un estandarte verde cogido a los moros, que por trofeo estaba
+colgado en la capilla de Jesús Nazareno. La gente de _la Heria_ tenía
+merecida fama de ahigadada y pendenciera, por lo cual, en la jorn. I de
+_El Rufián dichoso_, de Cervantes, una mujer alaba a Lugo diciendo:
+
+ «¿Hay más que ver que le dan
+ parias los más arrogantes,
+ _de la Heria los matantes_,
+ los bravos de San Román?»
+
+Y desde aquel motín de 1521, para nombrar gente del bronce y
+arrufianada, fuera o no de Sevilla y del dicho barrio, se la llamó, tal
+cual vez _gente de la Feria y pendón verde_. En uno de los romances de
+germanía publicados por Juan Hidalgo:
+
+ «Un hombre que ser solía
+ tenido hace algunos meses
+ por uno de los que llaman
+ _de la Heria y pendón verde_,
+ vino huyendo de Sevilla,
+ que es Chipre de los valientes,
+ por no sé qué niñerías,
+ robos, capeos y muertes.»
+
+Y hasta a los ojos salteadores se les dió ese dictado. Quiñones de
+Benavente, en su _Entremés de los Cuatro galanes_:
+
+ «... ojos de rastro y estafa,
+ jiferitos y corchetes,
+ que son rufianes azules
+ _de la Heria y pendón verde_.»]
+
+[Nota 630: Hoy lo diríamos sin posponer la oración causal: «que,
+como había tanto que jugaba las armas, era, sobre alentada, muy
+diestra....» En los siglos XVI y XVII fué muy frecuente esa posposición,
+cosa que demostré con diversos ejemplos en mis notas al _Quijote_ (VII,
+41, 2).]
+
+[Nota 631: _Que jugaba las armas_, frase satírica, de cuya intención
+y alcance sabrá darse cuenta el lector.]
+
+[Nota 632: El _diaquilón_ era--dice el _Diccionario_ de
+autoridades--«emplasto compuesto de varios zumos viscosos de hierbas,
+que usa la Cirujía para ablandar tumores».]
+
+[Nota 633: Morgado, en su _Historia de Sevilla_, pág. 174: «... y
+assi mismo [pueden contarse por excelencia de la ciudad] los muchos
+barqueros que biven de solo passar gente de vna a otra vanda en _el
+Passaje_ de Sevilla a Triana, aun con estar a pocos pasos por cima la
+puente....»]
+
+[Nota 634: _El Altozano_ de Triana no era calle, sino una plaza a la
+salida del puente de barcas. Mal-lara, _Recebimiento_..., fol. 48:
+«... la Puente está armada sobre barcos grandes, es de gruessos maderos y
+tablas, que viene a parar al _Altoçano_ de Triana, junto al Castillo
+adonde está el Sancto officio de la Inquisición....» Vélez, al decir
+«_la calle del Altozano_, calle Mayor de aquel ilustre arrabal»,
+comparándola con la calle Mayor de Madrid, se refirió, sin duda, a la
+que en 1839, cuando González de León publicó su _Noticia histórica del
+origen de los nombres de las calles de ... Sevilla_, se llamaba calle
+_Larga,_ y de la cual dijo: «No tiene la ciudad una calle en su
+longitud, anchura y rectitud que pueda igualarse con esta. Llega desde
+_el altosano_ al puerto de camaroneros, que es casi la mitad de la
+estensión de toda Triana.»]
+
+[Nota 635: Nombraban _el Arenal_ a una grande explanada que había
+entre la ciudad y el río, y en la cual se labró después todo el que hoy
+llaman barrio de la Carretería. Lope de Vega tiene una comedia
+intitulada _El Arenal de Sevilla_, porque una buena parte de su acción
+sucede en este sitio, concurridísimo antaño de gente de todas las
+naciones del mundo, y por eso mismo, de la flor de la picaresca
+andaluza.]
+
+[Nota 636: Más comúnmente se dice de los tesoros de los duendes lo de
+convertirse en carbón; así Cervantes, en el _Quijote_ (II, 67): «... y
+los tesoros de los caballeros andantes son, _como los de los duendes_,
+aparentes y falsos....» Y Tirso de Molina, en el acto II de _Cautela
+contra cautela_:
+
+ «CHIRIMÍA. Lo que da mujer es viento:
+ _tesoros de duende son.
+ ¡No se nos vuelva carbón!_
+ ¡Abre la caja con tiento!»]
+
+[Nota 637: Alude a la conseja según la cual en medio del infierno
+hay una encina de cuyas ramas se hace todo el carbón que allí se
+consume, sin que se amengüe jamás en este menester la leña de aquel
+gigantesco árbol.]
+
+[Nota 638: Hasta pocos años ha conservaba su antiguo nombre esta
+calle, que sale por uno de los extremos a la llamada hoy _de Fernández y
+González_, antes _de Vizcaínos, y de Castro_ en tiempo de Cervantes, y
+por el otro extremo a la calle _de Zaragoza_, que se nombró _de la
+Pajería_. Hoy la calle de _Tintores_ se llama de _Joaquín Guichot_.]
+
+[Nota 639: _Un escribano del número,_ que quiere decir uno de los
+veinticuatro escribanos que por tasa había en Sevilla, ante quienes se
+otorgaban las escrituras públicas. Había, además, muchos otros
+escribanos: los de los juzgados, los de provincia, los de rentas reales,
+etc.]
+
+[Nota 640: De la moralidad de los escribanos y de estar perdigados
+para el infierno se escribió tanto, que sería bien prolija tarea
+resumirlo. Vea el lector un texto, por todos. Mateo Alemán _(Guzmán de
+Alfarache_, parte I, libro I, cap. I), después de enumerar las proezas
+escribaniles, dijo: «Y así, me parece que cuando alguno se salva..., al
+entrar en la gloria dirán los ángeles unos a otros, llenos de alegría:
+«_Laetamini in domino_: ¡escribano en el cielo, fruta nueva, fruta
+nueva!»]
+
+[Nota 641: Así en la edición original; pero quizás _lo que trujo_ es
+errata, por _la que trujo_.]
+
+[Nota 642: La opinión vulgar siempre hizo de una misma camarada a
+escribanos y sastres, y de ahí la conocida copla:
+
+ «_Un sastre y un escribano
+ fueron al infierno juntos:_
+ el sastre se fué por varas,
+ y el escribano por puntos.»
+
+Que es alusión a los puntos de la pluma. Quevedo, con quien siempre
+estuvieron muy malquistos los sastres, dijo en la _Visita de los
+chistes_: «Pues sastres, ¿a quién no matarán las mentiras y largas de
+los sastres, y hurtos? Y son tales, que para llamar a la desdicha peor
+nombre, la llaman _desastre_, del sastre....» E hizo decir a Escarramán
+en una de sus jácaras (Musa V):
+
+ «Como el ánima del sastre
+ suelen los diablos llevar,
+ iba en poder de corchetes
+ tu desdichado jayán.»
+
+Años después, Tirso de Molina, recordó estos versos de Quevedo en su
+comedia _Santo y sastre_:
+
+ «PENDÓN. Mira que te han de agarrar
+ cuando la muerte te arrastre,
+ _como el ánima del sastre
+ suelen los diablos llevar_.»]
+
+[Nota 643: Juega del verbo _tener_ en dos de sus acepciones: la de
+_poseer_ y la de _asir_.]
+
+[Nota 644: Este _con que_ equivale a _con lo que_ o _con lo cual_, y
+aunque poco usado ahora, ocurre con frecuencia en nuestros escritores de
+antaño.]
+
+[Nota 645: _No se pudra en su leyenda_, es decir, _no se enfade_, o
+_aburra, con su lectura_.]
+
+
+
+
+ ÍNDICE
+
+
+ Dedicatoria de esta edición
+
+ Prólogo de la misma
+
+ Dedicatoria de Vélez de Guevara
+
+ Prólogo a los mosqueteros de la comedia de Madrid
+
+ Carta de recomendación al cándido o moreno lector
+
+ Soneto de don Juan Vélez de Guevara a su padre
+
+
+ Tranco I
+ II
+ III
+ IV
+ V
+ VI
+ VII
+ VIII
+ IX
+ X
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+End of Project Gutenberg's El Diablo Conjuelo, by Luis Vélez de Guevara
+
+*** END OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK 12457 ***